ecodiversos no.26

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N.° 26 Abril de 2008 7 mil ejemplares, 12 páginas Distribución gratuita www.corantioquia.gov.co APICULTURA: Aunque pequeñas, las abejas angelitas y sus beneficios crecen y se multiplican. En Betania saben de sus “milagros” . Pág. 4 UN MILLÓN DE AMIGOS… Se trata de hacer alianzas. De sumar mentes, manos, esfuerzos. Del sector público y del privado. De las organizaciones sociales. De hacer familia, comunidad, región y país. De hacer cultura. Entre todos. AIRE: El Valle de Aburrá no puede respirar tranquilo. La campaña Pura Vida nos pide a todos actuar a favor del aire. Pág. 11 A MOVER CONCIENCIAS: Por todo el centro de Antioquia corre un rumor. La cultura, poco a poco, está cambiando. En escuelas y colegios la conciencia ambiental va hallando espacio. Se crean mesas y planes de gestión ambiental. Págs. 5 - 9

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Corantioquia (2007 – actual) Medio de comunicación de la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia – Corantioquia. Mediante un estilo narrativo, promueve el cuidado ambiental.

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N.° 26 • Abril de 2008 • 7 mil ejemplares, 12 páginas • Distribución gratuita • www.corantioquia.gov.co

APICULTURA: Aunque pequeñas, las abejas angelitas y sus beneficios crecen y se multiplican. En Betania saben de sus “milagros”. Pág. 4

UN MILLÓN DE AMIGOS… Se trata de hacer alianzas. De sumar mentes, manos, esfuerzos. Del sector público y del privado. De las organizaciones sociales. De hacer familia, comunidad, región y país. De hacer cultura. Entre todos.

AIRE: El Valle de Aburrá no puede respirar tranquilo. La campaña Pura Vida nos pide a todos actuar a favor del aire.

Pág. 11

A MOVER CONCIENCIAS: Por todo el centro de Antioquia corre un rumor. La cultura, poco a poco, está cambiando. En escuelas y colegios la conciencia ambiental va hallando espacio. Se crean mesas y planes de gestión ambiental. Págs. 5 - 9

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Transformar nuestra

Si bien CORANTIOQUIA dirige sus mayores esfuerzos a cumplir con la responsabilidad de preservar y conservar los recursos naturales, somos conscientes de que nuestras acciones y gestiones son tan solo una pieza dentro del proceso necesario para

que se lleve a cabo dicho compromiso. En esta ardua labor juegan un papel protagónico los individuos y las comunidades, y por eso dedicamos la presente edición a ellos.

En nuestro territorio, tradicionalmente, se ha definido el medio ambiente como todo aquello que conforma la naturaleza, sin considerar al hombre como parte de ésta. Plantear una dicotomía entre el individuo y su entorno, propició entre los habitantes de la jurisdicción algunas relaciones conflictivas con su medio. Nuestro reto ahora es propiciar nuevas prácticas en las cuales el sujeto y las comunidades convivan de una manera responsable y respetuosa con el ambiente, para esto es fundamental apostar por procesos de educación ambiental, que poco a poco transformen la cultura de nuestros pueblos y les brinden herramientas que les permitan mejorar su calidad de vida bajo las premisas del desarrollo sostenible.

En este sentido, CORANTIOQUIA pretende contribuir a la formación de ciudadanos que entiendan, conozcan y ejerzan sus derechos y responsabilidades ambientales. Estamos convencidos de que esa es la única forma de garantizar que nuestra labor trascienda a todas las instancias del territorio, y de hacer que el compromiso con la protección y la preservación del medio ambiente sea también una responsabilidad de los habitantes de nuestra jurisdicción.

Luis Alfonso Escobar TrujilloDirector General

CORANTIOQUIA

un gran compromisoCORANTIOQUIA Director General Luis Alfonso Escobar Trujillo

Dirección Territorial Aburrá NorteDirector Oscar Darío Gómez Giraldo

Dirección Territorial Aburrá Sur Director William Alberto Álvarez Pérez

Dirección Territorial Cartama Director Daniel Salazar Cruz

Dirección Territorial Citará Directora Martha Irene Acevedo Agudelo

Dirección Territorial Hevéxicos Director Omar de Jesús Ramírez Ramírez

Dirección Territorial Panzenú Directora Flor Ángela Restrepo Peláez (E)

Dirección Territorial TahamíesDirector Nicolás Albeiro Duque Cano

Dirección Territorial Zenufaná Director Leonel Sánchez Peláez

Coordinación GeneralOficina Asesora de Comunicaciones Subdirección de Cultural Ambiental

Coordinación Editorial Facultad de ComunicacionesUniversidad de Antioquia

RedacciónJuan Camilo Cardona O.Santiago Higuita P.Juan Camilo Jaramillo A.Andrés Felipe Restrepo P.Freddy Alexánder Zuluaga H.

Editor Juan Miguel Villegas

Diseño y Diagramación Alexander Rojas Moreno

Fotografías Juan Camilo CardonaJuan Camilo CarmonaMarta Eugenia SalazarJuan Lázaro ToroMarlon VásquezJosé Didier Zapata

Impresión La Patria

Directorio:Dirección Territorial Aburrá SurTel.: 493 8888 Ext. 1801

Dirección Territorial Aburrá NorteTel.: 493 8888 Ext. 1815

Dirección Territorial CartamaTel.: 852 4716

Dirección Territorial CitaráTel.: 843 2226

Dirección Territorial HevéxicosTel.: 853 1245

Dirección Territorial PanzenúTel.: 839 3258

Dirección Territorial TahamíesTel.: 860 7489

Dirección Territorial Zenufaná Tel.: 832 6610

Sede Medellín Carrera 65 N° 44A 32Teléfono: 493 8888www.corantioquia.gov.co

cultura,

Si tiene cualquier inquietud sobre los temas tratados en esta edición de Ecodiversos, escríbanos al correo

[email protected]

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3Nº 26 · Abril de 2008

caficultores,Pequeñospromisorias transformaciones

en seco, con lo cual se pasa de usar 40 litros de agua (en promedio) para lavar 1 kilo de café pergamino seco, a utilizar 10 ó 12 litros, si acaso; por otra parte, la pulpa les va servir como fuente de abono orgánico”, explica Nicolás Colorado, de la Federación Nacional de Cafeteros.

Sellos que certifican calidadLa calidad de vida de las 400 familias está relacionada con las condiciones ambientales, económicas y culturales de su región. Y aunque no parezca evidente, la mejoría en estos aspectos contribuye a la diferenciación de su café. “Cada vez los nichos de mercado se vuelven más específicos. Los compradores tienen en cuenta variables como la justicia social: que haya respeto intrafamiliar, que tengan seguridad social, que se respeten los derechos del trabajador. Hay otra variable que es la ambiental, a ellos les interesa que conservemos las fuentes de agua, los animales de la zona y los que migran”, explica Nicolás Colorado.

La garantía de estas prácticas está avalada por los sellos de certificación, entre ellos están Comercio Justo (FLO), Utz Kapeh, Rainforest Alliance y Código Común para la Comunidad Cafetera (4C). Si bien el proyecto no obliga a las familias a certificarse, tiende a que lo hagan, y de esta forma su café sería comprado a un precio justo.

La comercialización es claveDe la comercialización de la cosecha de don Dorian y de las demás familias del proyecto depende su éxito. Por esta razón la Cooperativa de Caficultores de Salgar (COOCAFISA) en coordinación con el Comité Departamental de Cafeteros, busca que las familias se organicen en grupos asociativos con el fin de certificar su café. El interés de CORANTIOQUIA, por su parte, “es que creen una marca propia, independiente y algún día cercano puedan salir a ofertar su producto”, comenta Edgar Vélez.

Mientras tanto, COOCAFISA espera los resultados de este proceso para apoyar la comercialización del café. “Queremos jugarle a la calidad de la producción para buscar el acompañamiento de la Federación Nacional de Cafeteros, como quiera que son los conocedores del mercado internacional; y buscarle clientes a este café, pues pensamos que por su calidad tendrá un valor agregado”, afirma Luis Arturo Jaramillo, gerente de la Cooperativa.

Este es apenas el comienzo de la transformación cultural, social y ambiental de pequeños caficultores, un largo proceso en el que deben apostar a la construcción del mañana porque como dice don Dorian, “a uno quizás no le toque esto pero hay que pensar en la familia”.

Que el futuro le sonría al pequeño Darwin Alexander es el deseo de su abuelo Dorian Penagos, un

caficultor de 62 años que ve una esperanza para el desarrollo de su familia en un proyecto llamado “Fortalecimiento del liderazgo, la economía campesina y la biodiversidad en el Corredor Alto Andino- Suroeste de Antioquia”.

“Estos palitos le tocan a él”, dice mientras contempla a Darwin jugar con su padre. La madre del niño calienta el almuerzo en la cocina y afuera la lluvia moja el cafetal. Desde hace aproximadamente dos años, esta finca de la vereda La Gulunga, en Salgar, se está transformando. “Hemos mejorado en la cuestión de abonar. Nos dieron una compostera, nos han dado semillas y nos han insistido en que sembremos comida. Hemos recibido gallinas, cuido concentrado y árboles. Yo mantengo mi huertecita organizada”, comenta don Dorian con orgullo.

Su familia es una de las 400 que mejora su calidad de vida gracias al proyecto. En éste aúnan esfuerzos y aportan recursos varias entidades: la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), representada por la Agencia Humanismo y Democracia, la Federación Nacional de Cafeteros-Comité Antioquia, CORANTIOQUIA, CORPOURABÁ y la Cooperativa de Caficultores de Salgar (COOCAFISA). En total aportan 2.430 millones de pesos.

Poco a poco en la finca de don Dorian se empieza a ver cedro de altura, nogal, chachafruto, barcino, entre otros árboles nativos y algunos de maderas finas, que fueron suministrados en la ejecución del proyecto. Esto hace parte del componente de biodiversidad, con el cual se pretende que vuelva a ser común la presencia de árboles nativos en la región y evitar que los caficultores vulneren las coberturas forestales que aún quedan en los territorios del Cartama y del Citará. “Desde el punto de vista ambiental pensamos que el productor va a tener los ingresos suficientes para no ir a buscar otros recursos al bosque, sino que su parcela se los dé, y de esta manera disminuimos los impactos sobre los recursos de la zona alta, que es la que provee agua, biodiversidad y almacena la riqueza genética de la región”, explica Edgar Vélez de la Subdirección de Calidad Ambiental de CORANTIOQUIA.

Además de los árboles, se están entregando módulos de beneficio ecológico, “que ayudarán a la mitigación de los impactos negativos en las fuentes hídricas, pues las familias van a utilizar un beneficiadero con despulpado

Prácticas amigables con elambiente

400 familias caficultoras de Salgar, Concordia, Betulia

y Urrao reciben capacitaciones, herramientas e

insumos que les permiten garantizar su seguridad

alimentaria, tener prácticas amigables con el

ambiente, asociarse y cualificar su producción.

La familia Penagos Cifuentes le apuesta al futuro, confiada de

que las transformaciones actuales contribuirán a una mejor

comercialización de sus cosechas.

Gracias al compromiso de Dorian Penagos y a la cooperación de cinco entidades, las buenas prácticas ambientales empiezan a ser comunes en su finca.

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Son amigables con el ambiente. No pican. Su miel es saludable y nutritiva… Son las Angelitas.

Y su milagro es mejorar la calidad de vida de mucha gente. Aquí, un caso en Betania.

realizado en 2004, en Santa Bárbara, Antioquia, la Asociación de Apicultores de Betania (Asoapibe), encontró el acompañamiento de CORANTIOQUIA, que les abrió el camino para su cultivo y a conceptos como mercado verde y biocomercio sostenible. Comenzaron, entonces, ciertos cambios para algunos apicultores de Betania y de otros municipios antioqueños como Santa Bárbara y Ciudad Bolívar. A la par de sus cultivos de Apis mellífera, que es altamente productiva, empezaron también a cultivar la Angelita y otras meliponas, que si bien producen mucho menos miel, ayudan a la preservación de la flora nativa y suplen la demanda de compradores especializados en la miel de estas abejas. Actualmente, la Asociación de Apicultores de Betania cuenta con 30 socios, seis de ellos dedicados al cultivo de meliponas.

“Nosotros vimos que grupos como el de Betania estaban montados en esquemas asociativos, pero no como empresas sostenibles. Aprovechamos su interés por la melipona Angelita y el nuestro por valorar la apicultura tradicional. Comenzamos a trabajar en estrategias de biodiversidad y biocomercio sostenible y en líneas de emprendimiento para que ellos crearan su marca propia, sus productos innovadores, de mercado verde, que pudiesen encontrar un comprador y una rentabilidad”, cuenta Edgar Vélez, profesional especializado.

Es así como Asoapibe deja atrás su época de reunir sólo a productores de miel, sin ninguna marca ni valor diferencial, para convertirse en una empresa con diferentes productos, con imagen y estrategias de mercado. “Nuestra asociación, que nació en el año

Es allí -en la vereda El Pedral, paraje El Asilo, municipio de Betania, luego de 40 minutos en carro

desde la cabecera del pueblo y otros 20 más caminando entre matas de plátano y café- donde está ubicada la finca Mediagua, propiedad de don Jaime García. Es allí, claro, donde se puede conocer uno de los seis meliponicultivos del pueblo, es decir, el “cultivo” de abeja melipona, en este caso la Tetragonisca angustula, o Abeja Angelita, para ponerlo en cristiano. Se trata de una especie sin aguijón a la que se le atribuyen propiedades medicinales y ambientales bien importantes, y que ha logrado fascinar a muchos campesinos de este municipio del Suroeste antioqueño.

La Angelita, también conocida en otros países como Virgencita, Españolita, Señorita, Rubita, Mariola o Mariquita, es una de las 400 especies de abejas meliponas, distribuida en ciertas áreas tropicales de América Latina. Y se diferencia de la Apis mellifera, la abeja que se cultiva usualmente, en que no pica, es fácil de manejar y transportar, y puede cultivarse, inclusive, en áreas urbanas sin riesgo para los habitantes. Además, cumple una importante labor en la polinización de las plantas nativas y produce una miel mejor cotizada que la común, por las propiedades terapéuticas que se le atribuyen. En el marco del Primer Seminario de Meliponicultura,

Dulcenegocio

Un

Desde tiempos prehispánicos, los mayas, muiscas y tayronas cultivaban abejas sin aguijón. La Apis mellifera, abeja de aguijón, fue traída por los españoles.

2000, durante los primeros cuatro años sólo produjo miel. Estábamos perdiendo mucho, porque había comerciantes que compraban nuestra miel, le ponían su marca y la vendían mucho más cara. Así que con el acompañamiento de CORANTIOQUIA y gracias a alianzas estratégicas y al apoyo de varias entidades, comenzamos a crear productos de melipona y de apis, como polimiel, jalea real, propóleo, caramelos de miel, vinagre de miel, entre otros; productos nutritivos, saludables e innovadores”, explica Eivar Santiago Castillo, representante legal de Asoapibe.

Gracias a estas innovaciones, la asociación fue reconocida con el premio “Antójate de Antioquia”, en 2006, por su Polimiel, mezcla de miel y polen altamente nutritivo. Y en 2007 también fueron ganadores gracias al vinagre de miel de abejas apis.

“Pero más que los premios, lo más gratificante de todo esto es ver que en sólo siete años pasamos de ser campesinos que sólo producían miel a productores de alimentos naturales, amigables con el ambiente, y que para ello nos hemos capacitado y asesorado. Ahora podemos decir que sabemos buscar recursos, gestionar, crear alianzas”, concluye Eivar Santiago.

Por eso ahí en Betania, a 118 kilómetros de Medellín, entre bloques de montañas y olor a tinto y miel, a muchos campesinos ya no los cogen fuera de base palabras como modernidad, competitividad, mercado libre y biocomercio. Todo esto, en buena parte, gracias a un insecto inofensivo que no alcanza los dos centímetros de largo.

En Betania, Eivar Santiago Castillo, de Asoapibe, promueve las ventajas de cultivar Abejas Angelitas.

AsoapibeEntre los productos destacados están la polimiel y el propóleo,

una sustancia producida por las abejas para sellar sus nidos,

rico en vitaminas y en propiedades medicinales. Miel light,

mantequilla de miel y los dulces a base de miel son otros

productos interesantes.

Pequeña joya doradaLos nidos de las abejas Angelitas no suelen tener más de 20 cm, y pueden encontrarse en cavidades de troncos, guaduas, paredes, pisos, cajones, canastos e incluso tumbas, entre otros lugares. Para su explotación suelen utilizarse cajones cúbicos de madera. Allí, los panales suelen producir un litro de miel por año. Habitan en regiones entre los 1.000 y 1.500 msnm.

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5Nº 26 · Abril de 2008

CULTURAEl ejercicio de la Construir cultura ambiental. Que

identifiquemos y conozcamos nuestras

responsabilidades y derechos con el

ambiente. Que los entendamos y nos

apropiemos de ellos, y sobre todo que los

ejerzamos desde una perspectiva ética.

Son compromisos de los que depende

el planeta. Y en CORANTIOQUIA son

prioridad.

El desarrollo sostenible nace de una buena relación entre los habitantes de un lugar y

su ecosistema. Es una relación trazada por la cultura, que se evidencia en los hábitos diarios, y que depende de la calidad de la formación y la información recibida. “La educación ambiental

Fanny Arango, integrante de la Mesa Ambiental de Barbosa, resalta su valor: “la Mesa Ambiental de nuestro municipio tiene gente de la Junta Administradora Local, de las juntas de acción comunal, del sector educativo, del sector productivo, de las ONG, y hemos obtenido logros tan grandes como que todas las instituciones educativas del municipio tengan sus Proyectos Ambientales Escolares”.

Walter Darío Vélez Mesa, integrante de la Mesa Ambiental del municipio de Caldas, opina que lo más importante de las mesas es la posibilidad de fortalecer espacios de discusión y de indagación de las diferentes problemáticas ambientales urbanas y rurales. “Vale la invitación a todos los municipios cobijados por

Para acercar la Corporación a las comunidades, se han creado 64 Mesas Ambientales en las Direcciones Territoriales de la jurisdicción de CORANTIOQUIA. A partir de éstas se busca la conformación de la Red de Participación en la Gestión Ambiental Territorial (PGATE), un ejercicio participativo en el que el sector público y el privado, el sector social y los medios de comunicación intervienen en la gestión ambiental y le formulan propuestas e inquietudes a la Corporación. De esta manera se busca trabajar en favor de la planificación, la legitimación y el logro de los objetivos del Plan de Gestión Ambiental Regional (PGAR).

CORANTIOQUIA para que se vinculen a los procesos de las mesas ambientales, ya que en ellas se permite la gestión, la articulación y la planeación de proyectos y programas que servirán para el mejoramiento de la calidad de vida”.

Actualmente, un equipo técnico de profesionales vinculados a la Corporación orienta, coordina y acompaña la consolidación de la Red PGATE, que viene instalándose desde 2004.

Fortalecimiento en la participación

Pedagogía Ambiental

La construcción de una cultura ambiental responsable y ética comienza por la educación. Para ello, tanto los Proyectos Ciudadanos de Educación Ambiental (PROCEDA), como los Proyectos Ambientales Escolares (PRAE), se encaminan a que las comunidades y las instituciones educativas formales, reflexionen sobre sus prácticas cotidianas y tomen decisiones que mitiguen los impactos ambientales.

En esa misma línea, los PROCEDA, enfocados en la seguridad alimentaria con sostenibilidad ambiental, surgieron a partir de la estrategia pedagógica de los Solares Ecológicos. Dentro de sus propósitos está recuperar las prácticas tradicionales de producción

agrícola amigables con la vida, y las semillas de plantas nativas de alto valor nutricional para las familias; disminuir el uso de productos agrotóxicos y promover la planificación ambiental de los predios, entre otros.

“En mi barrio, Bello Oriente, somos más de ochenta las personas que nos entusiasmamos con los Solares Ecológicos”, comenta con orgullo Luz Adis Castaño. “Hemos aprendido montones de temas, como el manejo de la economía en el hogar, la buena nutrición, el uso de los residuos sólidos y las utilidades de las materias orgánicas. Ahora, cuando comienzo con mi cultivo de cebolla, cilantro y zanahoria, me doy cuenta de que estas pequeñas acciones no sólo le ayudan al medio ambiente sino también a mi economía”.

El deber de comunicar

CORANTIOQUIA quiere establecer una

comunicación directa con los ciudadanos.

Por eso desarrolla procesos que la acerquen

más a los habitantes de los municipios de su

jurisdicción.

debe pensarse respetando cada contexto cultural”, expresa Luz Ángela Peña, Subdirectora de Cultura Ambiental de CORANTIOQUIA, quien subraya que en la jurisdicción de la Corporación se tienen municipios con características culturales muy diversas: “la pregunta es cómo contextualizar la educación,

cómo hacerla pertinente en cada lugar”. De hecho, explica que la importancia del tema para la misión de CORANTIOQUIA y el reto que plantea, llevó a promover la creación de una Subdirección de Cultura Ambiental, que busca que la cultura vaya de la mano con el ambiente.

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SOMOSCULTURA:

No sólo somos ropa liviana, chanclas y sombrero

vueltiao. Ni sólo poncho, botas pantaneras y

machete. Tampoco ruana, butaca de ordeño y lazo

para las vacas; ni gorra, pantalón de trabajo y miel

de caña en la camisa. No. Somos más que eso, más

que casco con linterna, cincel, mazo, y piel cubierta

con hollín de carbón.

Reseva Regional del Cañón del Río Alicante. Maceo (Zenufaná)

somos diversos

6

Page 7: ecodiversos no.26

Somos más que pantalón remangado, sudor

en el cuerpo y batea para barequear el oro;

y más que ropa de moda, corbata o tiquetes

de metro. Porque aunque somos todo eso,

también somos acentos, risas y tristezas…

recuerdos, canciones, ritmos y planes. Historias

y saberes... Somos cultura. Una sola. Y muchas

a la vez. Somos diversos. Y eso nos hace ricos.

7Nº 26 · Abril de 2008

CORANTIOQUIA cubre 80 municipios, y cuenta con 8 Direcciones Territoriales

que atienden igual número de subregiones. Su denominación es un homenaje a

los grupos indígenas que habitaban el territorio desde tiempos ancestrales:

Page 8: ecodiversos no.26

AGUASResguardos de limpias

El constante gotear del tubo de desagüe, sus aguas blanquecinas y cargadas de grasas, detergentes y desperdicios alimenticios; la proliferación de moscas, malos olores, pantanos y caños, descendiendo

por entre las casas, serán cosas del pasado en tres resguardos indígenas emberas del Suroeste antioqueño: Cristianía, en Jardín; Bernardino Panchí, en Pueblorrico; y Marcelino Tascón, en Valparaíso.

“Su visión del mundo es muy diferente a la nuestra, convencerlos de la necesidad de una buena disposición de las aguas negras no es tarea fácil. Se necesita un trabajo de acercamiento, capacitación y paciencia”, comenta Diana Jaramillo, ingeniera de la Subdirección Ambiental quien ha estado al frente de estos proyectos.

La población de tres resguardos indígenas de la jurisdicción de CORANTIOQUIA, mejorará su calidad de vida con la instalación de sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales.

En el año 2005 CORANTIOQUIA elaboró el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado para este resguardo, en el cual se definió la construcción de sistemas individuales de pozos sépticos e infraestructura para el tratamiento de agua para el consumo humano. Debido a la extensión de su territorio y a su topografía, el proyecto se subdividió en zonas: alta, baja y media. En la etapa que adelanta la Corporación se construirá la infraestructura para aguas residuales y para el tratamiento de agua para consumo humano.

Es así como estos procesos buscan mejorar la calidad de vida de las comunidades y que éstas comprendan que la ausencia de sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales puede causar serias dificultades, no sólo a su salud, sino también al medio ambiente: a la muy querida Madre Tierra.

En éste habitan aproximadamente 1.500 indígenas embera chamí, en al menos 347 viviendas y varios centros de poblados. Para esta comunidad se avanza en la elaboración del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, que entregará los estudios y diseños de los sistemas de recolección y manejo de aguas residuales, los cuales serán construidos en una segunda etapa e iniciados en el año 2008.

Este resguardo es el menos extenso de los

tres y cuenta con el número más bajo de

viviendas (23), por esta razón se proyectó

la construcción de sistemas individuales

de tratamiento de aguas residuales (pozos

sépticos), localizados con base en la

distribución de las viviendas, la disponibilidad

de área y la topografía.

Resguardo IndígenaMarcelino Tascón

Resguardo Indígena

Bernardino Panchí

Resguardo Indígena de Cristianía

Manos a la obraLa nómina de los empleados que participarán

en la construcción de los sistemas de

saneamiento de aguas en los resguardos

indígenas podría estar integrada por apellidos

como Tamaní, Vaquiaza, Yagarí, Guaticamá,

Tascón, entre otros, ya que la mano de obra

no calificada provendrá de las comunidades

beneficiadas. A su vez, éstas deberán adquirir

el compromiso de realizar el mantenimiento a

los sistemas que se instalen, para garantizar su

vida útil.

8

Generar aguas residuales es parte de la vida diaria, pero lo que se pretende es generar un trato amistoso

con la naturaleza.

Page 9: ecodiversos no.26

9

INTEGRANEscuela y comunidad se

con los PRAE

En la Institución Educativa María Josefa Escobar

de Itagüí, habitantes y comunidad académica

han avanzado en la armonización de sus

relaciones, mediante el Proyecto Ambiental

Escolar (PRAE), una iniciativa encaminada

a entender sus problemáticas y proponer

soluciones.PRAE y en la iniciativa se han comprometido docentes, alumnos y padres de familia.

Cada que comienza un año escolar, en esta Institución se lee el PRAE, se analiza, y luego los docentes se reúnen por áreas del conocimiento y definen su aporte al proyecto: por ejemplo, desde lengua castellana se trabajan los niveles de descripción en un recorrido por la vereda; con el profesor de matemáticas se plantean problemas como la distancia entre dos puntos o cómo calcular los niveles de contaminación en la vereda por el flujo vehicular y las fábricas; y como complemento, el profesor de sociales puede ilustrar sobre la Política Nacional de Educación Ambiental.

Es un proceso complejo, como lo expresa Alba Miriam, pues es necesario que los docentes y la comunidad desaprendan, y entiendan que trabajar por el medio ambiente no es sólo llamar a cuidar la naturaleza. Por eso “le apuntamos a cualificar los docentes, a generar capacidades entre las directivas y a generar la comprensión de que el ambiente es sistémico, que la educación tiene que ser interdisciplinaria”.

Por esta razón, y después de un buen análisis del entorno, se determinó que era pertinente generar proyectos como los de mejoramiento alimentario, el vivero, la huerta, el lombricultivo y otros en los que, como explica la docente

En la vereda Pedregal, en Itagüí, la integración de sus habitantes con la comunidad de la Institución

Educativa María Josefa Escobar sí que ha trascendido. Producto de una “lectura” del entorno hecha por docentes y estudiantes, en la que se estudiaron las debilidades y fortalezas del mismo, hoy ellos cuentan con una huerta escolar, un proyecto de mejoramiento alimentario y nutricional, un galpón y un vivero donde se utilizan las semillas de las plantas que hay en la zona para conocerlas y conservarlas.

Todo esto hace parte del Proyecto Ambiental Escolar (PRAE), una iniciativa con la que se pretende fortalecer la dimensión ambiental en la educación, de tal manera que “las escuelas sirvan de espacio para que las personas cambien la manera de relacionarse con el entorno”, como lo expresa Alba Miriam Vergara, del equipo PRAE de CORANTIOQUIA.

Los PRAE son, según el Ministerio de Educación Nacional, proyectos que “incorporan la problemática ambiental local al quehacer de las instituciones educativas”, y que siempre deben tener en cuenta su dinámica natural y su contexto cultural y social. Según Vergara, estos proyectos generan “un escenario que permite que la educación en una institución se ‘ambientalice’”. En esa línea, cada área del conocimiento se integra al PRAE aportando desde su saber específico.

En la María Josefa entendieron el mensaje: “A raíz de todo el trabajo con el Proyecto Ambiental Escolar repensamos el componente teleológico de la institución (es decir sus objetivos), repensamos la visión, la misión, la filosofía, los perfiles. El PRAE se ha constituido en la columna vertebral para todo: para el trabajo con los padres, con los estudiantes, para la integración de las áreas”, explica Ana Lucía Toro, docente y coordinadora del PRAE en esta Institución Educativa.

Los PRAE señalan el rumboEn 2003, y con el apoyo de CORANTIOQUIA, el Ministerio de Educación y el Instituto Alexander von Humboldt, la María Josefa comenzó a trabajar en su

Ana Lucía, hasta los familiares de los estudiantes aprenden: “un padre lleva las cuentas, otro apoya el trabajo en la huerta y otro el proyecto productivo de los pollos, con lo cual se recuperan saberes tradicionales”.Así, a través de los PRAE, se logra integrar y proyectar la escuela hacia las necesidades de las comunidades.

La unión fortalece los PRAEHasta la fecha, muchos educadores de los municipios de la jurisdicción de CORANTIOQUIA han hecho parte de este proceso, en el que la Corporación presta todo su apoyo. En 2008, el proceso continúa con 15 instituciones educativas del Valle de Aburrá, en cada una de las cuales se capacitará a dos docentes, además, en el municipio de Don Matías se trabaja con todas las instituciones de la localidad, capacitando a 40 personas. En el resto del departamento, con otros 34 docentes de 17 instituciones en igual número de municipios.

Por supuesto, la articulación con otras instancias es determinante. Y por eso las Secretarías de Educación Departamental y Municipal o el Comité Interinstitucional de Educación Ambiental (CIDEA), tienen mucho que aportar en el logro de un objetivo que, como en la María Josefa, pueda cambiar la forma de aprender, “ambientalizando” la educación formal para fortalecer las relaciones entre la escuela y la comunidad.

“Brújula, bastón y lámpara para trasegar los caminosde la educación ambiental”, Gustavo Wilches-Chaux.

Este libro presenta experiencias exitosas de educación ambiental, Proyectos Ambientales Escolares (PRAE), Proyectos Ciudadanos de Educación Ambiental (PROCEDA) y Gestión Ambiental. Pretende convertirse en “brújula, bastón y lámpara” para contribuir al desarrollo y al fortalecimiento de la Política Nacional de Educación Ambiental, instrumento que ha orientado paso a paso su elaboración.

En el Centro de Información Ambiental de la Sede Central solicítelo para consulta con el número de clasificación: [2529Le]

Brújula, bastón y lámpara para trasegar los caminos de la educación ambiental / Gustavo Wilches-Chaux ; Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.

-- Bogotá : Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 2006. -- 154 p. ; fotos a color -- ISBN: 978-958-97978-3-9

“Ambientalizar” las aulas es un exitoso método pedagógico.

Nº 26 · Abril de 2008

Page 10: ecodiversos no.26

(CIFFA), promueve la estrategia de sensibilización con el fin de que las personas que tienen animales silvestres en cautiverio, los entreguen a las autoridades ambientales o con funciones de Policía, quienes los ingresan a los centros de tratamiento especializados con los que se cuenta.

Gracias a esta concienciación, muchas personas toman la iniciativa de entregar voluntariamente su fauna cautiva, llamando a la Línea Verde 01 8000 414 123, dirigiéndose directamente a la Policía, al Área Metropolitana o a cualquier sede de CORANTIOQUIA. “Y es muy bonito lo que hacen: entregan un ser que quieren, su mascota, y eso les duele –dice Juan Camilo-, pero han entendido que la fauna silvestre no puede ser víctima de nuestros caprichos y que nuestra casa no es su casa”.

Por eso, muchos llegan entre lágrimas o con pesadumbre, como les sucedió a Blanca Castro, que entregó una lora frentiamarilla con la que llevaba meses; a Francisco Javier Jaramillo, con un tigrillo que lo divertía con sus piruetas; a Luis Eduardo Ramírez, que entregó una iguana, o a Socorro Orozco, que devolvió un tortuga icotea. Sólo en el año 2007, fueron 321 los animales

Es fácil cautivarse por el canto melodioso del turpial montañero, por el rostro tierno del mono aullador o

por la altivez señorial de la iguana; también por la mirada penetrante del loro frentirrojo o por los movimientos lentos del perezoso.

Es fácil, claro, ser presa de tanta belleza, color y sonidos propios de nuestro trópico, y caer en la tentación de guardarlos en una jaula, cuatro paredes o un corral. Pero la verdad es que el tráfico ilegal de especies es un flagelo, superado económicamente sólo por el tráfico de armas y el de drogas. Además, al comprar cualquier especie de nuestra fauna silvestre, se está causando un enorme daño tanto al animal como al ecosistema.

El rescate“Generalmente, cuando se rescata un individuo de fauna silvestre -ya sea por incautación o por entrega voluntaria- viene desnutrido porque se le ha dado una alimentación inadecuada; viene estresado, por que lo han tenido fuera de su hábitat; viene triste, a muchos les matan a su madres para poderlos capturar; vienen mutilados, heridos o fracturados”, comenta el zootecnista Juan Camilo Restrepo, Coordinador de Fauna en CORANTIOQUIA.

El daño para el ecosistema es grande. Con cada captura de un animal dispersor de semillas se pierde la posibilidad de sembrar cientos de árboles. Por cada animal consumidor de insectos capturado, se potencializa la posibilidad de aumentar las poblaciones de éstos. Sólo es cuestión de realizar una serie simple de correlaciones: si no hay semillas, no hay regeneración de bosques; si no hay regeneración de bosques se acaban las fuentes de agua y se erosiona el suelo. Todo esto sin contar la extinción de la especie que dispersa las semillas.

Nuestra casa no es su casaCORANTIOQUIA, como integrante del Comité Interinstitucional de Flora y Fauna de Antioquia

entregados voluntariamente en la Sede Medellín de CORANTIOQUIA, y 591 en las demás Direcciones Territoriales de la Corporación.

En muchos casos, los animales son entregados porque se enferman o se vuelven agresivos, o porque se convierten en una carga económica, pero sobre todo porque sus dueños toman conciencia “con sólo mirarlos” de que el animal se siente mal fuera de su hogar.

“Yo compré la tortuga icotea en la costa por 15 mil pesos: vi que iban a hacer un sancocho con ella y me dio mucho pesar. La tuve en mi apartamento veinte días y el animalito no me comía nada. Le daba pescado, hojas, concentrado, carne, pollo, repollo, mango, papaya, lechuga, y nada. Entonces entendí que ése no era un lugar para ella, la pobre estaba triste y por eso la traje a CORANTIOQUIA”, cuenta Socorro Orozco.

Luego de ser entregado, el animal es llevado a un centro de atención, donde comienza un largo y costoso proceso recuperación. Si corre con suerte volverá a casa, a su hábitat, luego de un arduo trajinar que podría evitarse si, simplemente, no se comprara ni se mantuviera cautiva –aquí o en cualquier lugar del mundo- nuestra fauna silvestre.

VIVIRDéjalos sin ti

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Que la espesura de sus bosques jamás se cambie por la estrechez de una casa.

Que esta frase también se aplique a ellos: “Libérenlos Ya”.

Cada día más personas entregan voluntariamente la fauna silvestre que mantenían cautiva. Todo un ejemplo a seguir.

En 2007, CORANTIOQUIA capacitó a más de 8.000 personas, entre

policías, estudiantes, campesinos y líderes comunitarios, en la

prevención de tráfico ilegal de flora y fauna silvestre. Este delito

se puede denunciar llamando a la Línea Verde 01 8000 414 123 o

a los teléfonos de las Autoridades Ambientales.

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RESPIROEl Valle de Aburrá“necesitar” un buen

A su regreso a Medellín, el Alcalde contactó a Con Vida e invitó a sus integrantes a la Mesa Municipal del Transporte, donde se debatieron los compromisos y posiciones que debía adoptar este sector frente al tema, y a reuniones con la Facultad Nacional de Salud Pública entre otros espacios, donde sentaron una posición clara: “tenemos un problema real, grave, y hay que actuar”, como recuerda Alejandra Muñoz, de la Fundación Con Vida. A cambio, recibieron apoyo técnico y teórico.

En el segundo semestre de 2007, Con Vida hizo una convocatoria pública para escoger Veedores del Aire. Gracias al apoyo de entidades como la Contraloría General de la Nación, se dotó a una veintena de personas con herramientas de cultura cívica como la instauración de acciones populares o la formulación de derechos de petición, entre otras. Estudiantes, abogados, ingenieros, sicólogos y artistas, se convirtieron en Veedores del Aire, lo que ha dado frutos como la acción popular que le exige a ECOPETROL mejorar la calidad de los combustibles suministrados al Valle de Aburrá.

En campaña por el aireEsta experiencia y el conocimiento recolectado permitieron la creación de la campaña cívica “Pura Vida, Mira Lo Que Respiras”, con la cual Con Vida busca el doble efecto de generar conciencia y promover acciones por parte de los organismos, entidades y empresas que tienen responsabilidades, bien sea como

El sueño de Thomas Hoffmann, un abogado estadounidense casado con una colombiana, era

vivir sus años de retiro en Medellín, en medio de un clima envidiable y rodeado de montañas y verdor. Viajó en 2005 a prepararlo todo y aunque fueron sólo un par de meses aquí, fue suficiente para arrepentirse de trasladarse a estas tierras. La razón: lo desinfló el aire.

Acostumbrado al oxígeno de su natal Boston, en Estados Unidos, durante su estadía en Medellín Thomas comenzó a experimentar alergias y problemas respiratorios. Se le hacía increíble que en una ciudad de apariencia tan verde, sus pulmones sufrieran tanto. Y decidió no quedarse con la duda. Contrató entonces a la ONG Con Vida, de amplia experiencia en trabajo e investigación ambiental, para realizar un estudio que evaluara la calidad del aire en la Comuna 11, pues había elegido vivir en Laureles.

La suerte hizo que cuando el entonces alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, estaba de visita en la ciudad de Boston, alguien se le acercara con un documento en la mano: un estudio que revelaba que en esa comuna los grados de contaminación superaban los límites permitidos por la normatividad vigente, y que la mayoría era producida por buses y volquetas que funcionan con diesel. Quien le entregó el documento fue Thomas Hoffmann.

veedoras o como actores directos en la contaminación del aire.

Apoyando la iniciativa de Con Vida, desde el 10 de octubre de 2007 varias universidades, entidades públicas y privadas y autoridades ambientales como CORANTIOQUIA y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, firmaron un pacto para mejorar la calidad del aire en una región en la que la industria crece y en la que circulan cerca de 500 mil vehículos.

El convenio Pura Vida busca, por tanto, una mejoría en el medio ambiente del Valle de Aburrá a través del cuidado y la preservación de las áreas verdes locales y regionales, mejorar la movilidad vehicular y peatonal, los sistemas de producción y la calidad de los combustibles y la tecnología, entre otras estrategias.

Para más información acerca de la campaña cívica Pura Vida puede llamar al teléfono 260 02 37, de la Fundación Con Vida.

Un ciudadano norteamericano estuvo en la base de un movimiento ciudadano que despierta la conciencia sobre la necesidad de un aire más puro en el Valle de Aburrá. La campaña “Pura Vida, Mira lo que Respiras” es uno de sus frutos.

En Medellín el diesel tiene unas 4.500 partes

de azufre por millón, mientras que el de

Bogotá tiene cerca de mil ppm. Los estándares

internacionales recomiendan un porcentaje

de 50 ppm. y en Medellín los sobrepasa en

alrededor de 9 mil por ciento.

El transporte público colectivo utiliza en su mayoría diesel con alto grado de impureza.

11Nº 26 · Abril de 2008

Diesel altamente contaminante

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VISTAAlzar la

La ciudad sin asfalto, la de caminos de herradura y senderos hechos a pie, tiene al oeste un guardián y un plan: el Área de Reserva del Occidente del Valle de Aburrá y su Plan de Manejo Ecoturístico. Proponemos este recorrido entre Altavista y San Antonio de Prado como ejemplo de la riqueza que nos rodea.

Continúen luego el ascenso. Por aquí el aire es cada vez más limpio, los sonidos del campo y el bosque próximo más nítidos, y de la ciudad sólo queda un murmullo lejano.

De pronto, al coronar una de tantas curvas empinadas, se hallarán en medio de un bosque de pinos. Están en el alto El Barcino, una de las alturas máximas que rodean al Valle de Aburrá. En este sitio, cuenta una versión, divisó por primera vez este valle Jerónimo Luis Tejelo en 1541. Ahí termina Altavista y comienza San Antonio de Prado. Gocen del olor del bosque.

Al salir de este bosque plantado, verán abrirse las laderas de San Antonio de Prado. Industria porcícola y avícola, madera, pequeños parches de cultivos… Iniciando el descenso hacia San Antonio, podrán buscar algún mirador natural para almorzar ante las estribaciones montañosas.

Lo demás es dejarse descolgar hasta el fondo de la ladera. Allá los espera una quebrada con buenos charcos y las historias del antiguo Salado, un brote de sal natural hoy cubierto por un kiosco y una casa. Por último, ya plenos y renovados, tomen un colectivo hasta San Antonio de Prado y un bus hasta el Centro de Medellín. Claro que todo esto es una suposición. Porque ustedes aún no ha salido de su casa.

Supongamos que usted está en el Centro de Medellín y acaba de subirse a un bus. Y aunque

no piensa salir de la ciudad, lleva un impermeable, refrigerio con cara de almuerzo, un termo con jugo, dulces, agua, una libreta y una cámara para convencer luego a los incrédulos. Y claro, lleva también traje de baño, una bolsa para guardarlo después del chapuzón y otra para los residuos sólidos.

El bus es el Belén Sucre Altavista de la ruta 176. En el cartelito dice “Buga”, y lo está tomando en la Avenida de Greiff, a un costado del Museo de Antioquia. Digamos que son las 8:30 a.m., y en menos de media hora usted y su acompañante habrán salido hacia el sur, subido por la calle 30, dejado atrás el parque de Belén y enfilado loma arriba hacia el corregimiento de Altavista. Alcen la vista hacia la cima, hacia el alto El Barcino, y disfruten desde ya el viento que los recibirá.

El bus asciende por la calle 18, la espina dorsal de esta parte de Altavista, y aunque por aquí esté pavimentada se trata del mismo camino que desde siglos atrás comunica el Occidente de Antioquia con el Valle de Aburrá, y por el que muchos pasaban la montaña hacia El Salado del corregimiento de San Antonio de Prado o en busca de la famosa “sal de Guaca”, en los hornos de Heliconia. Y atención, porque desde el punto en que el bus no puede avanzar más comienza lo mejor, pues a partir del sector de La Buga tendrán el privilegio de pisar siglos de historia y gozar de asombrosas panorámicas de Medellín.

Se bajan entonces ahí. O si son buenos caminantes, mucho antes, en la centralidad de Altavista. Y así no se pierden el original parque en bajo-nivel, con la primera máquina para hacer ladrillos que llegó a la zona; ni la Casa Colombia, de las más antiguas del corregimiento; ni la casa construida sobre una enorme roca, ni el estadero La Tragedia.

La Buga los recibirá con un camino de piedra que avanza por un caserío y que se mantiene hasta más adelante, cuando comienza a desdibujarse por acción del tiempo, la erosión y los caballos. Ahí deberán asegurarse de dar el primero de numerosos vistazos hacia atrás, pues a esas alturas Medellín comienza a verse como una maqueta entre dos cordilleras verdes. Toman una foto, otra, un trago de agua, y a emprender el viacrucis. Porque a ambos lados encontrarán las catorce estaciones en números romanos que llegan finalmente hasta un terreno plano que es un alivio. De ahí se desprende una escalinata que asciende a un templete cubierto, el de María Reina de La Paz.

El territorio considerado por el Plan Maestro Área de Reserva Occidental del Valle de Aburrá (AROVA) cubre una superficie de 28.015 hectáreas, pertenecientes a 11 municipios. Lo habitan 61 mil personas, y está ubicado entre la vertiente occidental del Valle de Aburrá y la ladera oriental de la cordillera, entre los valles del río Medellín y el cañón del río Cauca. Fue declarado Área de Reserva bajo la figura de Distrito de Manejo Integrado (DMI) por el Consejo Directivo de CORANTIOQUIA mediante Acuerdo número 267 del 10 de septiembre de 2007.

Según Humberto Sánchez, ingeniero forestal de CORANTIOQUIA, es clave recuperar los caminos como espacios públicos naturales para la recreación y valoración del patrimonio cultural, y rescatar las manifestaciones ancestrales de las comunidades campesinas que habitan la zona. La reserva del Occidente del Valle de Aburrá posee una densa red de caminos antiguos que comunicaban al Occidente antioqueño con el Valle de Aburrá, y en los cual el Plan de Desarrollo Ecoturístico basa su propuesta, retomando elementos patrimoniales y naturales. A través de la caminería y las actividades a campo abierto, estos espacios se proyectan como alternativas de educación vivencial y generación de ingresos a las poblaciones locales, mediante la creación de una red de prestadores de servicios agro y ecoturísticos.

Se hace camino al actuar

Si desea mayor información sobre el Área de Reserva del Occidente del Valle de Aburrá puede

llamar al 493 8888 Ext. 1271

Los grupos de caminantes tienen en Altavista y el Alto El Barcino un telón de fondo perfecto para sus andanzas.

En Altavista hay casonas con más de 150 años . Fincas como La Rosa y Los Pérez también conservan con orgullo la tapia, el bahareque y las tejas de barro.

Por el camino empedrado del sector de La Buga, las botas remplazan ahora los pies desnudos de los

ancestros y las alpargatas de los arrieros.

En la parte alta de este recorrido abundan los pinos.

Abajo se ve parte de Altavista y los efectos en el

paisaje de la explotación minera.

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