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Primeros auxilios (II): Actuaciones 1 QUEMADURAS Se considera quemadura toda herida o destrucción de tejido producida por una exposición excesiva al calor. En el campo de los primeros auxilios, la quemadura es una de las pocas lesiones en que el socorrista puede actuar, además de sobre la herida ya originada, sobre la causa que la está produciendo (fuego, productos químicos, electricidad, etc.), de tal manera que el resultado final sea menos grave de lo que habría sido si no se hubiera intervenido. NORMAS BÁSICAS: 1.La primera acción que debe realizar un socorrista es suprimir la causa que produce la quemadura: apagar las llamas, eliminar los ácidos, etc. 2.Mantener los signos vitales (las personas quemadas pueden presentar síntomas de asfixia debido a la inhalación de humos). 3.Examinar el cuerpo de la persona accidentada: comprobar si también se han producido hemorragias, fracturas, etc. y tratar la lesión más grave. 4.Aplicar agua en abundancia en la quemadura para enfriarla y reducir el dolor (de 20 a 30 minutos), quitando ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor. Si aparecen temblores, tapar a la persona herida con una manta. 5.Cubrir la lesión con un vendaje flojo y húmedo (sábanas, pañuelos, etc.) y poner al herido en posición lateral de seguridad, si las lesiones lo permiten. El objetivo es evitar la bronco-aspiración del vómito y la obstrucción de las vías respiratorias por caída de la lengua hacia la retrofaringe, en el caso de que pierda el conocimiento. 6.Tratar la quemadura solamente con agua. Nunca se aplicaran sustancias como pomadas,

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Primeros auxilios (II): Actuaciones

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QUEMADURAS

Se considera quemadura toda herida o destrucción de tejido producida por una exposición excesiva al calor.

En el campo de los primeros auxilios, la quemadura es una de las pocas lesiones en que el socorrista puede actuar, además de sobre la herida ya originada, sobre la causa que la está produciendo (fuego, productos químicos, electricidad, etc.), de tal manera que el resultado final sea menos grave de lo que habría sido si no se hubiera intervenido.

 

NORMAS BÁSICAS:

1. La primera acción que debe realizar un socorrista es suprimir la causa que produce la quemadura: apagar las llamas, eliminar los ácidos, etc.

2. Mantener los signos vitales (las personas quemadas pueden presentar síntomas de asfixia debido a la inhalación de humos).

3. Examinar el cuerpo de la persona accidentada: comprobar si también se han producido hemorragias, fracturas, etc. y tratar la lesión más grave.

4. Aplicar agua en abundancia en la quemadura para enfriarla y reducir el dolor (de 20 a 30 minutos), quitando ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor. Si aparecen temblores, tapar a la persona herida con una manta.

5. Cubrir la lesión con un vendaje flojo y húmedo (sábanas, pañuelos, etc.) y poner al herido en posición lateral de seguridad, si las lesiones lo permiten. El objetivo es evitar la bronco-aspiración del vómito y la obstrucción de las vías respiratorias por caída de la lengua hacia la retrofaringe, en el caso de que pierda el conocimiento.

6. Tratar la quemadura solamente con agua. Nunca se aplicaran sustancias como pomadas, mantequilla, aceite, etc. que puedan ensuciar, infectar o encubrir la herida. El médico debe examinar las lesiones limpias.

7. No dar a la persona accidentada líquidos o sólidos por vía oral (agua, alcohol, analgésicos); podría producirse un vómito y complicar más la situación. Igualmente, ante la posibilidad de que el tratamiento final sea de tipo quirúrgico, debe mantenerse su estómago vacío.

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QUEMADURAS

8. Mantener intactas las ampollas que se producen en la piel después de una quemadura, ya que el líquido que contienen protege de una posible infección. Tampoco hay que desprender nada que esté pegado a la piel (ropa, plásticos, etc.), podrían producirse lesiones más profundas.

9. Permanecer en todo momento junto la persona accidentada y no demorar el transporte a un centro hospitalario. En el caso de que el herido perdiera el conocimiento, otros contratiempos (obstrucción de las vías respiratorias) podrían producirle la muerte, si no es atendido rápidamente.

10. Frente al fuego: sofocar las llamas con una manta no acrílica. Si no se dispone de otro medio, hacer rodar por el suelo a la persona accidentada hasta apagar el fuego y, como último recurso, utilizar un extintor adecuado. Después aplicar agua en la zona quemada para refrigerar.

11. Frente a la electricidad: empezar desconectando la corriente, salvo que la persona electrocutada ya no toque el conductor eléctrico. Si no es posible, separar el conductor eléctrico del accidentado mediante un material aislante (ej. palo de madera). Después, hay que mantener las constantes vitales y trasladar a la víctima a un hospital.

12. Frente a los productos químicos (lejía, ácido clorhídrico, etc.): aplicar agua abundante en la quemadura (20-30 minutos) procurando no salpicar otras partes del cuerpo. Nunca emplearemos pequeñas cantidades de agua: su mezcla con ciertos cáusticos puede aumentar el efecto de la quemadura. Mientras se pone el agua, hay que quitar la ropa impregnada, zapatos, joyas, etc.

13. Frente a sólidos incandescentes (herramientas, recipientes, etc.): separar el objeto causante de la quemadura del cuerpo de la persona accidentada y mojar con agua la zona afectada.

14. Frente a líquidos inflamables: nunca utilizar agua para apagar el fuego porque lo extendería. Sofocar las llamas con una manta o trozo de ropa no sintética o hacer rodar a la persona herida por el suelo; en último caso, recurrir a un extintor adecuado (polvo convencional o espuma física).

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HEMORRAGIAS

Se considera hemorragia cualquier salida de la sangre de los cauces normales del cuerpo humano. El objetivo principal de los socorristas es evitar la pérdida de sangre de la persona accidentada. Sin embargo, existen casos, como el de las hemorragias internas o las del oído, en las que no se puede o no se debe detener el fluido sanguíneo, por lo que la actuación del socorrista será sólo preventiva y dirigida a evitar el empeoramiento del estado de salud de la persona lesionada.

NORMAS BÁSICAS PARA HEMORRAGIAS EXTERNAS

1. Detener la hemorragia empleando, por orden, los métodos siguientes: la compresión directa, la compresión arterial o el torniquete. En un principio, se recurrirá siempre al primer sistema, utilizando el siguiente en caso de que el anterior no tenga éxito.

2. La compresión directa consiste en efectuar una presión en el punto de sangrado con un apósito lo más limpio posible (gasas, pañuelo, etc.) durante diez minutos, como mínimo, elevando a la vez el miembro afectado a una altura superior a la del corazón de la persona accidentada.

3. Aliviar la presión ejercida sobre la herida pasados diez minutos, pero sin quitar nunca el apósito. Si se logra detener el fluido de sangre, hay que proceder a vendar la herida y trasladarlo al hospital. No utilizar este método en una hemorragia producida por una fractura abierta de hueso.

4. Combinar la compresión arterial con el primer sistema, en el caso de que no se consiga una reducción de la hemorragia. Se debe encontrar la arteria principal del miembro afectado (brazo o pierna) y detener la circulación sanguínea mediante una compresión efectuada con las yemas de los dedos del socorrista. La compresión debe mantenerse hasta la llegada de la ambulancia o el ingreso hospitalario de la persona accidentada.

5. Realizar un torniquete, utilizar este método sólo en el caso de que los anteriores métodos no sean eficaces o cuando el número de personas accidentadas con lesiones vitales supere al de los socorristas y no se pueda atender de forma permanente a cada uno de ellos.

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HEMORRAGIAS

NORMAS BÁSICAS. CASOS ESPECÍFICOS

6. Aplicar el torniquete por encima de la herida y en el extremo del miembro afectado, utilizando para ello un vendaje ancho. Ejercer la presión necesaria para detener la hemorragia y anotar la hora de colocación. El socorrista nunca aflojará el torniquete.

7. Hemorragias de oído por traumatismo craneal. En este caso, la actuación del socorrista va encaminada a no mover a la persona accidentada y a facilitar la salida de la sangre. Por ello, este tipo de hemorragias no se debe detener y, controlando los signos vitales, se procederá a la evacuación urgente de la persona afectada hacia un centro sanitario con servicio de Neurología.

8. Hemorragias de nariz. Efectuar presión directa sobre la ventana nasal sangrante y contra el tabique nasal y mantenerla durante mín. 5 minutos. Realizar esta operación inclinando la cabeza hacia adelante para evitar la posible inspiración de coágulos. Pasado este tiempo, disminuir la presión y comprobar si la hemorragia ha cesado. De no ser así, se efectuará un taponamiento anterior con una gasa mojada en agua oxigenada. Si la hemorragia no se detiene, evacuar a la persona accidentada a un centro sanitario.

9. Hemorragias internas. Se producen en el interior del organismo sin que la sangre salga al exterior. Se detectan porque la persona accidentada presenta síntomas de shock (inconsciencia, sudor frío…). En este caso, se debe evacuar urgentemente al afectado a un centro sanitario, controlando siempre los signos vitales (pulso, respiración y temperatura).

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HERIDASSe considera herida a una sección o ruptura de la piel producida por un traumatismo (lesión de los tejidos ocasionada por agentes externos) y que puede o no afectar a otras estructuras subyacentes como son los huesos, vasos sanguíneos, etc.

NORMAS BÁSICASEl socorrista debe saber distinguir la gravedad de las heridas para ofrecer la asistencia adecuada a la persona accidentada.Valorar la importancia de las heridas, teniendo en cuenta los factores de gravedad siguientes:

extensión, cuanto mayor sea la herida más probabilidades hay de que se produzca una infección y de que tarde en cicatrizarprofundidad, las heridas serán más o menos graves según afecten a la capa interna de la piel o a otros tejidos u órganos internos; localización,

se consideran graves las que afectan extensamente a las manos, a los orificios naturales o las heridas incisas en tórax, abdomen o articulacionessuciedad, las heridas con cuerpos extraños en su interior como tierra, vidrios, astillas, tienen más probabilidades de infectarse o agravarse.

Heridas leves. Afectan sólo a la capa más externa de la piel y en ellas no interviene ningún factor específico de gravedad. El tratamiento de estas heridas está dirigido a prevenir la infección:

1. Evitar la contaminación. Antes de tocar la herida hay que lavarse las manos con agua y jabón y limpiar el instrumental que se va a utilizar. Hay que emplear guantes y material estéril, a ser posible que sea desechable, o lo más limpio posible.

2. Desinfectar la herida. En primer lugar, hay que dejar que sangre un poco la herida y que quede visible (recortar pelos o cabellos). Después, limpiarla con agua y jabón, siempre de dentro de la herida hacia fuera. Por último, aplicar un antiséptico no colorante (pavidona yodada) que permita distinguir una posible infección de la herida.

3. Vendar la herida. Si la herida se produce en un entorno limpio, en el que no existe riesgo de infección, es mejor dejarla descubierta porque se favorece la cicatrización; en ambientes contaminados, hay que tapar la herida con una gasa y sujetarla con esparadrapo.

4. Prevenir la infección. Hay que recomendar la aplicación de la vacuna antitétanica. Igualmente, hay que recordar que no se debe usar algodón para limpiar la herida (pueden quedar filamentos en su interior) ni tampoco se deben quitar los cuerpos extraños que hayan quedado enclavados en ella.

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HERIDASHeridas graves. Son las que reúnen uno o más factores de gravedad. Suelen llevar una patología asociada más grave que la propia herida, por lo que el socorrista sólo debe realizar la primera atención a la persona accidentada para que, posteriormente, sea tratada en un Centro Asistencial.

1. Controlar los signos vitales. Identificar las situaciones que supongan una amenaza inmediata para la vida mediante un reconocimiento de la consciencia, la respiración y el pulso.

2. Explorar la herida. Buscar en los puntos dolorosos síntomas de contusiones, fracturas o hemorragias. Actuar siguiendo los criterios establecidos en primeros auxilios para cada caso: control de la hemorragia, inmovilización de la fractura, etc.

3. Cubrir la herida con material estéril. Colocar un apósito o una gasa húmeda más grande que la extensión de la herida. 4. Evacuar urgentemente al herido. Trasladar a la persona herida a un centro sanitario, controlando su estado general y los signos vitales.

Heridas penetrantes en el tórax. Pueden perforar el pulmón (se nota un “silbido” en la herida, debido a la entrada y salida del aire pulmonar por ella). Hay que tapar rápidamente la herida con material no transpirable (por ejemplo, las bolsas de las gasas), mantener a la persona herida en posición semisentada y trasladarla urgentemente a un centro hospitalario.

Heridas penetrantes en el abdomen. Comunican el interior del abdomen con el exterior. Tapar la herida con un trozo grande de tela limpia humedecida (las gasas pequeñas pueden introducirse en el abdomen) y trasladar al herido urgentemente a un centro hospitalario en posición de decúbito supino con las piernas flexionadas.

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FRACTURASLos huesos del cuerpo están constituidos por un tejido duro y resistente. En su interior se encuentra la médula ósea, lugar donde se produce la sangre.El conjunto de todos los huesos forma el esqueleto humano, que lo podemos dividir en siete partes: cráneo y cara; columna vertebral; caja torácica (esternón y 12 pares de costillas); cintura escapular (clavícula y omóplatos); extremidad superior (húmero, cúbito, radio, carpo y falanges); cintura pelviana (íleon, ísqueon y pubis) y extremidad inferior (fémur, tibia, peroné, tarso y falanges). Se considera fractura, la rotura de un hueso o la discontinuidad del tejido óseo (fisura).Todas las fracturas pueden presentar una lesión de las partes blandas que rodean el hueso (músculos, tendones, nervios, vasos sanguíneos) e incluso de la propia piel. De forma general, se pueden clasificar las fracturas en: cerradas o simples, son las menos graves, y abiertas o complicadas, de especial gravedad, ya que el hueso roto rasga la piel produciendo heridas y posibles hemorragias.

Fractura cerrada Fractura abierta

SÍNTOMAS DE UNA FRACTURA• Dolor que aumenta con la palpación y el movimiento.• Hinchazón y, posteriormente, amoratamiento.• Impotencia funcional.• Deformidad manifestada como acortamiento, rotación o angulación.• Fragmentos de hueso visibles.

DOLOR + HINCHAZÓN + IMPOTENCIA FUNCIONAL= SOSPECHA DE FRACTURA 

ACTUACIÓNDepende del lugar en que se produce la fractura. En general: • Evitar maniobras o movimientos intempestivos.• Tranquilizar al accidentado.• Atender los signos vitales.• Observar la zona sin ropa.• En el caso de fractura abierta, control de la hemorragia, limpieza de la zona y apósito oclusivo sobre la herida.• Inmovilización de la zona mediante férula u otro material.• Mantener elevada la extremidad afectada.• Tapar a la víctima (excepto la parte lesionada).• Evaluación continua de los pulsos distales, temperatura y coloración de la extremidad.• Movilización y evacuación

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FRACTURAS

RAZONES PARA INMOVILIZARPrevenir o minimizar las complicaciones (lesiones de músculos, nervios y vasos sanguíneos).Evitar el cambio en la estructura de la fractura (de incompleta a completa, de cerrada a abierta).Reducir el dolor.Evitar el shock (signos y síntomas de una falta o disminución de aporte sanguíneo a los tejidos debido a la pérdida de volumen sanguíneo o al

aumento de la capacidad de los vasos; implica la falta de oxigenación de los tejidos. No actuar con rapidez puede derivar en la muerte del accidentado)

FRACTURAS DE CRÁNEO Y COLUMNA. SÍNTOMAS Y ACTUACIÓNLesión Síntomas Actuación

Fractura cráneo

Hematoma periorbitario o retroauricular.Salida de líquido céfalo raquídeo.Síntomas de fractura.

Control y garantía de signos vitales.Evacuación.

Fractura cráneo, con lesión Sistema Nervioso

Alteración de la conciencia.Amnesia retrógrada.Convulsiones.Reacción pupilar alterada.Vómito en escopetazo.

Control y garantía de signos vitales.Control de vómitos.Exploración de síntomas.Evacuación.

Fractura columna vertebral, sin lesión medular

Síntomas de fractura.Sensibilidad y movilidad conservada.

Evitar movimientos.Inmovilización en bloque.

Fractura columna vertebral, con lesión medular

Hormigueos.Pérdida sensibilidad.Parálisis, etc.

Evitar movimientos.Control signos vitales.Exploración de cabeza a pies.Evacuación en plano duro.

NORMAS DE INMOVILIZACIÓN

1. Quitar todo lo que puede comprimir antes de que se produzca la inflamación.

2. Tranquilizar al accidentado y explicarle previamente cualquier maniobra que se deba realizar.

3. Inmovilizar con material (férulas) rígido o con el que una vez colocado haga la misma función que el rígido (pañuelos triangulares).

4. Almohadillar las férulas que se improvisen (maderas, troncos, etc.).

5. Inmovilizar una articulación por encima y otra por debajo del punto de fractura.

6. Inmovilizar en posición funcional y con los dedos visibles.

7. Nunca tratar de poner el hueso en su sitio.

8. Evacuar al accidentado a un centro hospitalario

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VENDAJES IMPROVISADOSLos vendajes se utilizan en primeros auxilios para sujetar un apósito, para proteger una herida y para comprimir o inmovilizar una parte del cuerpo. El material más utilizado para realizarlos son las vendas de rollo, los triángulos y las mallas elásticas.

VENDAJES DE HERIDASEl paso previo al vendaje de una herida es colocar un apósito estéril sobre la misma (previamente tratada) para evitar que la venda se adhiera al tejido lesionado. En el caso de una herida grave en extremidad superior, es conveniente colocar un cabestrillo.Para el tratamiento y vendaje es necesario: guantes, tijeras y esparadrapo; apósitos de gasa estériles (diferentes tamaños) y multivendas triangulares.Se debe controlar la presión que hace el vendaje sobre la herida para evitar daños suplementarios, no anudar la venda triangular sobre la herida, evitar cabos sueltos que se puedan enganchar al mover al accidentado, y dejar los dedos de las manos o los pies al descubierto.

Vendaje de cabeza•Apoyar el lado más largo del pañuelo sobre la frente y envolver la cabeza, pasando cabos y vértice por detrás de la misma.•Coger los cabos, cruzar atrapando el vértice y llevarlos hacia el frente.•Anudar los cabos en la frente y esconder el trozo de tela sobrante debajo del vendaje.•Comprobar si está bien hecho tirando del vendaje.

Vendaje del codo•Con el codo en ángulo recto, poner el vértice del pañuelo más allá del tríceps. Los cabos rodean el antebrazo.•Anudar los cabos dirigiéndolos hacia detrás del codo.

Vendaje ocular

•Hacer un “donut” enrollando un pañuelo sobre sí mismo y, posteriormente, sobre los tres dedos centrales de la mano.•Colocar sobre el ojo lesionado, sin presionar el globo ocular o cualquier cuerpo extraño sobresaliente.•Doblar otro pañuelo en forma de banda.•Vendar ambos ojos.

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VENDAJES IMPROVISADOSCabestrillo• Colocar el antebrazo del accidentado con la mano más alta que el

codo.• Colocar el pañuelo entre el tórax y la extremidad afectada con el

vértice a la altura del codo.• Llevar el cabo inferior hacia el hombro del brazo lesionado.• Anudar los 2 cabos sobre el cuello, del lado de la extremidad

afectada.• Esconder el vértice entre el codo y el pañuelo.

Vendaje de hombro• Apoyar el vértice sobre el hombro, lo más próximo posible al cuello.

Los cabos rodean al brazo y se anudan en el lado exterior.• Doblar otro pañuelo en forma de tira que se enroscará sobre la punta

apoyada en el hombro.• Una vez enroscado el pañuelo se anudará bajo la axila contraria• Comprobar si está bien hecho tirando del vendaje.

Vendaje de mano• Extender el pañuelo y colocar la mano sobre él. Llevar el vértice hacia

el antebrazo.• Cruzar los cabos sobre el vértice.• Hacer un cruce bajo la muñeca y anudar arriba.

Vendaje de mano quemada• Humedecer un pañuelo con suero fisiológico o agua limpia.• Doblar e introducir entre los dedos.• Hacer el vendaje de mano.

Vendaje de rodilla• Poner el vértice sobre el muslo.• Cruzar los cabos por detrás de la pierna, por encima del músculo

gemelo.• Tirar de ellos hacia arriba anudándolos sobre el muslo.

Vendaje de pie• Colocar el pie sobre el centro del pañuelo, orientando el vértice hacia

la parte posterior del talón.• Doblar el pañuelo sobre el pie.• Cruzar los cabos sobre el dorso y anudar sobre el vértice.

Vendaje de tórax (o espalda)• Colocar el pañuelo con el vértice hacia arriba y sobre el lado de la

herida.• Coger los cabos y anudar tras la espalda.• Doblar otro pañuelo en forma de tira, que se enroscará sobre la punta

apoyada en el hombro.• Coger los cabos del pañuelo enroscado y pasar por encima del

hombro y bajo la axila. Anudar detrás.• Comprobar si está bien hecho tirando del vendaje.

Vendaje de abdomen• Coger dos pañuelos y anudar ambos vértices.• Colocar un pañuelo sobre la herida y llevar los cabos hacia atrás.• Llevar el otro pañuelo a la parte posterior y atar las puntas de los dos

pañuelos.

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