delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en honduras

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Mario Posas

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Page 1: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 � DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

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�Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 � DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

Delincuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en HondurasMARIO POSAS

Publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Honduras

Page 4: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

�Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

© Programa de las Naciones Unidas para el Desarrolloen Honduras PNUD

Colección Cuadernos de Desarrollo HumanoDelincuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras. MARIO POSAS

ISBN: 978-99926-768-8-2

Diseño y diagramación: Giovani Fiallos Paz

Esta publicación puede ser reproducida total o en partes, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, fotocopiado o de otro tipo, siempre y cuando se cite la fuente.

Las ideas y opiniones expuestas en esta Colección son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la visión ni la opinión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras

Para mayor información acerca de esta publicación, puede visitar el sitio Web del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras (PNUD) www.undp.un.hn.

Impresión: Multigráficos Flores, S. de R.L., Tegucigalpa

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 � DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

Prólogo

Rebeca Arias

Representante Residente del PNUD en Honduras

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Honduras, como un valioso aporte orientado a facilitar los procesos de democratización y difusión del conocimiento y la información pertinente para el de-sarrollo del país, presenta la publicación de la serie de estudios especiales sobre Desarrollo Humano vinculados a temas de interés de la sociedad hondureña y de la comunidad internacional.

Esta serie de publicaciones son fruto del trabajo de la Unidad de Prospectiva y Estrategia (UPE) de la oficina del PNUD en Honduras y están focalizados a difundir el pensamiento de académicos, intelectuales, técnicos e investigadores hondureños y extranjeros que desde diferentes perspectivas se enfocan en la construcción del paradigma del desarrollo humano.

El desarrollo humano consiste en la ampliación de las libertades humanas, a fin de que cada persona pueda contar con un conjunto de capacidades y oportunidades que contribuyan a garantizarle un nivel de vida digno; es decir, la ampliación de la gama de cosas que las personas pueden hacer y aquello que pueden ser. El desa-rrollo humano se refiere, en última instancia, a todas las capacidades que permitan a las personas tener razones para valorar su vida. Las capacidades básicas para que el ser humano pueda desarrollarse son, entre otras, tener una vida larga y saludable, disponer de educación y tener acceso a los recursos necesarios para disfrutar un nivel de vida digno.

En este sentido, nuestro propósito con este tipo de herramientas es contribuir al análisis y diseño de estrategias y políticas públicas, globales y sectoriales, que reflejen y respondan a la realidad hondureña y que su posterior implementación e impacto conduzcan a mejores niveles de desarrollo humano para los(as) hondureños(as). Estamos seguros de que la comunidad nacional e internacional encontrarán aquí un espacio para adquirir conocimiento, para la reflexión y el diálogo en torno a los problemas del desarrollo y el fortalecimiento de la democracia en Honduras.

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�Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

Índice

Prólogo ......................................................................................................................................................31. Delito y delincuencia ..............................................................................................................................52. Delincuencia y victimización ...................................................................................................................52.1 Delincuencia ........................................................................................................................................52.2 Victimización .....................................................................................................................................16

3. Temor e inseguridad ciudadana ............................................................................................................204. Delincuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano ....................................................................245. Políticas para reducir la delincuencia, la inseguridad ciudadana .............................................................25 y fortalecer el desarrollo humano

Notas .......................................................................................................................................................25

MapasMapa 1: Tasas de homicido por 100,000 habitantes según departamento ..................................................9

CuadrosCuadro 1: Delitos contra la propiedad ........................................................................................................6Cuadro 2: Tasas de homicidios en países de América Latina ........................................................................8Cuadro 3: Distribución de contextos y móviles de los homicidios según grupos de edad ............................14Cuadro 4: Contexto en que ocurren los homicidios según sexo de la víctima ............................................15Cuadro 5: Tipo de victimización según dominio de estudio y nivel socio económico ..................................19Cuadro 6: Tipo de delito de que fue objeto durante los últimos doce meses. Año 2006 ............................20

GráficasGráfico 1: Muertes por causa externa en número de casos ..........................................................................7Gráfico 2: Muertes por homicidio según día de ocurrencia (Enero-diciembre 2008) .....................................9Gráfico 3: Muertes por homicidio por grupos de edad, según sexo en número de casos............................10Gráfico 4: Muertes por homicidio según tipo de arma en número de casos ...............................................11Gráfico 5: Muertes por homicidio según zona de hecho, en porcentaje .....................................................11Gráfico 6: Muertes por homicidio según clase de lugar y hecho, en porcentaje .........................................13Gráfico 7: Muertes por homicidio según contexto, en porcentaje ..............................................................13Gráfico 8: Muertes por homicidio en mujeres por grupos de edad, según sexo, en número de casos .........16Gráfico 9: Muertes por homicidios en mujeres según ocupación de la víctima, en porcentaje ....................17Gráfico 10: Porcentaje de entrevistados que respondienton positivamente a la pregunta: ..........................17¿Ha sido víctima, en los últimos 12 meses, de algún acto violento, dirigido a usted o a su familia?Gráfico 11: Victimización urbano rural .....................................................................................................18Gráfico 12: Confianza en las personas según victimización .......................................................................18Gráfico 13: Personas que respondieron a la pregunta de si a raíz de la victimización .................................18ha dejado de participar en actividades asociativas o comunitariasGráfico 14: ¿Considera usted que vivir en este departamento-municipio es... ............................................21Gráfico 15: Por lo que usted notó en este municipio durante el 2006, ¿Considera que los delitos.. ............22Gráfico 16: De los siguientes lugares dígame, ¿Cómo se siente .................................................................22Gráfico 17: Por temos a ser víctima de algún delito (robo, asalto, secuestro, etc), durante 2006. ...............23Gráfico 18: Durante 2006, para protegerse de la delincuencia, ¿Realizó algún tipo de medida ..................24Gráfico 19: Durante 2006 ¿Por causa de la delincuencia su vida se vio afectada ........................................24

RecuadrosRecuadro 1: Medidas recomendadas para prevenir y reducir la delincuencia y la violencia .........................25social en América LAtiuna

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 � DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

�. Delito y delincuencia

El delito es la violación de una norma establecida por la ley penal. Los que se dedican a la práctica del delito, se conocen con el nombre de delincuentes. El escalamiento de la delincuencia en América Lati-na en las últimas décadas y sus repercusiones sobre la vida y la seguridad de los bienes de las personas, ha colocado el tema de la inseguridad ciudadana en un lugar preferente de la agenda pública.

Un creciente número de personas en nuestras socie-dades abrigan el temor de ser objeto de agresiones a su integridad personal y al sentido de dignidad que es inherente a la persona humana y al concepto de seguridad ciudadana. En este contexto, la inse-guridad ciudadana se ha convertido en uno de los temas centrales de debates y de estudios en nuestro tiempo.

La inseguridad ciudadana restringe las posibilidades del ejercicio de la condición ciudadana y repercute negativamente en el desarrollo humano, que, como se sabe, aspira a incrementar de las opciones de las personas a escoger el tipo de vida que tienen razo-nes para valorar. “Desarrollo humano y (in)seguridad ciudadana”, se puntualiza, “están estrechamente li-gados, pues ambos conceptos ponen en el centro a las personas, a la ciudadanía, la verdadera riqueza de la nación”.1 “Más allá de la irreparable pérdida de miles de vida humanas”, se enfatiza, “la violencia y la inseguridad tienen efectos negativos directos e indirectos en diferentes campos del desarrollo hu-mano: en la salud pública, en el sistema educativo, en el sistema político, en el sistema jurídico, en el capital social, cultural y humano, en la economía, en las desigualdades de género, y en la libertad de las personas”.2

Este trabajo está dedicado a ofrecer una aproxima-ción al problema de la delincuencia, la inseguridad ciudadana y el desarrollo humano en el país.

�. Delincuencia y victimización

�.�. Delincuencia

El tema de las estadísticas de los delitos es un pro-blema complejo, no solamente en los países en vías de desarrollo, sino que también, en los países alta-mente industrializados.

Es universalmente aceptada, la existencia de subre-gistros en los datos sobre los delitos cometidos. Esto se debe básicamente a que no todas las perso-nas que han sido víctimas de acciones que las leyes penales consideran delictivas y punibles, hacen las denuncias correspondientes a la autoridad com-petente. Este es el origen de la denominada “cifra negra” o oculta de la delincuencia. Sin embargo, hay que indicar que el homicidio es el tipo de delito que presenta los niveles más bajos de subregistro, porque los asesinos no siempre están interesados en ocultar a sus víctimas y, si lo hacen, por regla general, salen eventualmente a la luz. Por ello, se le utiliza como un indicador fiable para estimar los niveles de delincuencia y de violencia social en un país determinado.

En el caso de Honduras, al subregistro por este tipo de argumentos, hay que agregar dos elementos adicionales: 1) la deficiencia histórica del registro de delitos, y 2) la existencia de diferentes fuentes de registro con resultados divergentes. Las deficien-cias de los registros estadísticos sobre delitos son tan notorias que impiden verificar la tendencia his-tórica de los mismos.3 En los últimos años, varias entidades públicas han venido llevando registro de

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�Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

los delitos, sobre todo, en lo que a delitos contra la vida e integridad de las personas se refiere. Sin embargo, ha faltado un esfuerzo de consolidar las cifras compiladas. Esta ausencia de estadísticas de-lictivas consolidadas sobre delitos contra la vida y la integridad de las personas, ha sido resuelta merced a la creación del Observatorio de la violencia, que es una iniciativa combinada del PNUD, el Ministe-rio Público, la Dirección General de Investigaciones Criminales (DGIC), la Dirección de Medicina Forense y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Sin embargo, y como ha quedado indicado, los da-tos producidos por el Observatorio de la Violencia, se refieren básicamente a delitos contra la vida y la

integridad física y psicológica de las personas, ex-cluyendo los delitos contra la propiedad, que son también fuente importante para la inseguridad ciu-dadana reinante. Los delitos contra la propiedad incluyen robos y hurtos a personas, robos a gaso-lineras, robos a empresas y negocios, robos a resi-dencias, robos de vehículos, robos de bancos, robos en autobuses, extorsión y chantaje, estafas y otros.

Una aproximación a los delitos contra la propiedad durante las postrimerías de la década del noventa y hasta fecha muy reciente, se puede obtener a partir de los datos que sobre esta materia, ha compilado la Policía Preventiva.

Como puede verse, los robos a las personas aumen-

Fuente: 1998 a 2001 Dirección General de la Policía PReventiva, Memorias Anuales y 2002 a 2007 datos procesados por la Dirección de Policía Preventiva.

Delitos �99� �999 �000 �00� �00� �00� �00� �00� �00� �00�

Robo a personas 158 837 2747 2824 2008 1495 1437 1351 990 285

Hurto a personas 374 665 352 317 329 370 20

Robo a gasolineras 24 33 74 86 81 66 56 61 28 38

Robo a mano armada empresas y negocios

397 708 697 420 613 563 501 640 472 329

Robo a residencias 233 287 577 607 730 730 563 747 586 249

Vehículos robados 1550 1409 2019 2800 2153 1639 1197 1044 959 1290

Robo a bancos 32 52 62 64 32 21 9 17 16 14

Hurto de ganado 20 56 165 140 125 184 131 146 91 46

Tentativa de robo 24 379 447 571 350 199 140 160 127 33

Robo a vehículoss repartidores 518 606 368 363 236 183 126 133

Robo a autobuses 47 46 59 42 28 22 28 17

Juegos ilícitos 420 204 348 329 80 32 21

Extorsión y chantaje 32 36 31 15 32 38 37

Estafa 161 148 191 119 92 79 58

Otros 6 4 39 111 280

Totales ���� ���� �9�� �9�� ���� ���� ���� �9�0 ���9 ����

Cuadro 1 Delitos contra la propiedad

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 9 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

taron en forma sostenida desde 1998 a 2001. A par-tir de 2002, han mostrado una tendencia consistente hacia la baja. Lo propio ha ocurrido en el robo a ga-solineras, a bancos, a carros repartidores, de vehícu-los y el robo en autobuses. El robo a mano armada a empresas y negocios y el robo a residencias muestran un patrón diferente. El robo a mano armada alcanzó su punto más alto en el año de 1999 y desde enton-ces su comportamiento ha sido fluctuante. En el año 2006 y 2007 se advierte una clara tendencia hacia la baja. En cambio, en el robo a residencias, se advierte una tendencia alcista casi consistente hasta el año 2005 en que alcanzó su punto más alto.

Los delitos contra la propiedad tienen un alto po-tencial para generar inseguridad ciudadana y para que se instale en el imaginario colectivo, la idea de que van quedando pocos espacios vitales seguros. En el extremo, se instala la idea de que, ni aún en la propia casa, está uno seguro. Este es el entor-no propicio en el que las personas incrementan las medidas de seguridad en sus hogares y aumenta la desconfianza hacia el otro, que es visto como un potencial delincuente y agresor. Una sensación se-mejante, genera el secuestro, sobre todo, si como ocurre en los últimos años, el secuestro está alcan-zando a personas de las clases medias urbanas. El secuestro es tipificado como un delito contra la li-bertad y la seguridad. El mayor nivel de secuestros en los últimos años se produjo entre los años de 1999 y 2001: 33 en 1999, 47 en el 2000 y 45 en 2001.4 En 2002, se reportaron 25 secuestros y 26 en 2007.5 El nivel más bajo de secuestros se produ-jo en el año 2005, en que, según los registros oficia-les, solamente 5 personas fueron secuestradas.6

Después de este breve preámbulo sobre los delitos contra la propiedad y una breve referencia a los de-litos contra la libertad, veamos que nos dicen los

datos del Observatorio de la Violencia sobre los de-litos contra la vida y la integridad de las personas. Los datos que vamos a examinar corresponden a los años de 2007 y 2008.

Como puede verse en el gráfico 1, el homicidio exceden con creces cualquier otra forma de deli-to contra la vida y la integridad de las personas. En el año 2007, el número de homicidios fue de 3,574 y el 2008, de 4473 homicidios, lo que sig-nificó un incremento de 25.2%.Los accidentes de transito pasaron de 974 en 2007 a 1207 en 2008, con un incremento de 23.9%. Los suicidios pasaron de 252 en 2007 a 316 en 2008, con un incremen-to de 25.4%. La tasa de homicidios de 2008 fue de 57.9 por cada 100.000 habitantes,7 excediendo en 8 puntos la tasa de 2007 que fue de 49.9 por 100.000 habitantes8 y en 11.7 la de 2006 que fue de 46.2.9 Las tasas de homicidios de Honduras se encuentran entre las más altas de América Latina.

Gráfico 1

5,000

4,000

3,000

2,000

1,000

0

Fuente: Observatorio de la Violencia / Policía Preventiva.

Muertes por causa externa en número de casos (comparativo enero-diciembre 2007-2008)

Homicidio

3,574

Tránsito Suicidio No intencional

Indetermi-nada

4,473

9741,207

252 316629

800

359439

2007 N= 5,788 2008 N=7,235

+��.�%

+��.9%

+��.�%

+��.�%+��.�%

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�0Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

Iniciemos un primer acercamiento a los homicidios en el país. Coloquemos a Honduras en el contexto de algunos países de América Latina que tienen al-tas y bajas tasas de homicidios.

Como puede verse en el cuadro 2, la tasa de homi-cidios del año 2005 en Honduras, fue de 46.2 por cada 100.000 habitantes. Esta tasa solo fue supe-rada por El Salvador donde la tasa de homicidios fue de 47.7 por cada 100.000 habitantes. Con es-tas tasas de homicidios, Honduras y El Salvador, se han colocado por encima de Colombia, uno de los países que ha ocupado tradicionalmente primeros lugares en homicidios en América Latina. Por otra parte, el contraste de tasas de homicidios de Hon-duras de 2005 y la Costa Rica de 2006, es impresio-nante. La de Honduras, supera en cinco veces la de Costa Rica. Si, por otro lado, comparamos la tasa de homicidios en Honduras de finales de la década del ochenta e inicios de la década del 90 (4.6 por cada 100.000 habitantes),10 con la tasa de homici-dios de 2005 (46.2 por cada 100.000 habitantes),

tendríamos que constatar un incremento de la tasa de homicidios en Honduras en diez veces.

El mapa No. 1 nos muestra gráficamente la inciden-cia de homicidios por departamento.

Como puede verse, los departamentos con ma-yor porcentaje de homicidios son Atlántida (108.4 por cada 100.000 habitantes) Cortés (92.1 por cada 100.000 habitantes), Copán (71-0 por cada 100.000 habitantes) Colón (67.9 por cada 100.000 habitantes) y Yoro (66.3 por cada 100.000 habitan-tes). Atlántida y Cortés son los departamentos de mayor desarrollo capitalista y nivel de urbanización del litoral norte del país. En ellos se encuentran dos de los principales centros urbanos del país que son La Ceiba y San Pedro Sula, respectivamente.

El escalamiento de los homicidios en estos depar-tamentos y en los de Copán, Colón y Yoro se debe a que estos departamentos se han vuelto parte de la ruta de trasiego de drogas que ingresan al país procedentes de los países sudamericanos, espe-cialmente de Colombia, y que salen en dirección a Guatemala, México y los Estados Unidos. Según datos del Internacional Narcotics Control Strategy Report (INCSR), 2009, el Estado hondureño incautó en el año 2008, 6.5 toneladas métricas de cocaína, 2 kilogramos de crack, 19.6 kilogramos de heroína, alrededor de 3 toneladas métricas de marihuana procesada y 3.5 millones de píldoras de seudoefe-brina. 721 personas fueron arrestados por tráficos de drogas. Incautaron adicionalmente 4,324,446 millones de dólares en efectivo y 6.7 millones de dólares en activos.11 En este contexto, no es extra-ño que, como veremos más adelante, el ajuste de cuentas mediante la modalidad del vicariato se haya convertido en la motivación fundamental para el asesinato de personas.

Cuadro 2Tasas de homicidio en países de América Latina

PaísesTasa por �00,000 Año Fuente

El Salvador 47.7 2005 Policía Nacional Civil

Honduras 46.2 2005Observatorio de la violencia / DGIC

Colombia 38.0 2006 Policía Nacional

Guatemala 30.0 2005 RESSCAD XXII

Belice 15.0 2005 RESSCAD XXII

Nicaragua 13.7 2006 Policía Nacional

Panamá 11.6 2005 Contraloría General

Perú 10.0 2005 Policía Nacional

Costa Rica 9.2 2006 Informe SIGAT Salvador 2007

Fuente: Observatorio de la Violencia

Page 11: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

El gráfico 2 nos permite acercarnos a la cotidianei-dad de los homicidios en el país.

Como puede verse, los homicidios tienden a ser ma-yores en los días domingo y sábado, esto es, cuan-do ya ha concluido la semana laboral y la gente se dedica a actividades recreativas. Llama la atención el hecho de que el primer día de semana laboral, esto es, el lunes, sea también un día de alta crimi-nalidad. Según datos de 2008, reproducidos en el gráfico 3, el 20.7% de los homicidios se produjo el domingo, el 17.3% en sábado y el 15.1% el lunes. Como puede verse, de martes a jueves el porcentaje de homicidios se mantiene más o menos uniforme, y comienza a escalar a partir del viernes. Se puede sugerir, a título de hipótesis, que existe una estrecha asociación entre homicidios y consumo de drogas y alcohol. Pero esto es algo que debería demostrarse, mediante investigaciones más detalladas sobre los

patrones de la criminalidad en el país.

El gráfico 3 nos permite un acer-camiento al homicidio desde una perspectiva etaria y de género.

Como muestra el gráfico 3, el ma-yor número de homicidio en el año 2008 se registraron en el gru-po de edad de 20 a 24 años. Son también significativas las tasas de homicidio en las edades de 25 a 29 años, 30 a 34 años y de 35 a 39 años. Llama también la aten-ción, la cantidad de homicidios que involucran a jóvenes de 15 a 19 años. En todo caso, los homi-cidios ocurren básicamente entre personas que se encuentran en la

Gráfico 2

1200

1000

800

600

400

200

0

Fuente: Observatorio de la Violencia / Policía Preventiva.

Muertes por homicidio según día de ocurrencia (Enero-diciembre 2008)

Lunes

675

-------

504 503 530 562

772

927

��.�% ��.�% ��.�% ��.�% ��.�% ��.�% �0.�%

N=�,���

Casos

Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo

Mapa 1Tasas de homicidio por �00,000 habitantes según departamento (Enero diciembre año �00�)

Fuente: Policía Preventiva / Observatorio de la Violencia

Colón��.9

Olancho��.�

Gracias a Dios�.�

Yoro��.�

Atlántida�0�.�

Francisco Morazán

��.� El Paraíso��.�

Choluteca��.�

Santa Bárbara

��.�

Cortés9�.�

Lempira

Copán��.0

Comayagua�0.���.�

Ocotepeque��.9

Valle��.�

La Paz��.�

Intibuc�.�

> 57.937.0 - 57.98.8 - 37.0< 8.8

Tasa Nacional = ��.9 por �00,000

Tasas por �00,000 habitantes

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��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

plenitud de sus facultades, lo que implica una gran perdida para el país en términos de su capacidad productiva y reproductiva. Como es usual, el homi-cidio de hombres excede con creces el homicidio de mujeres. Esto se debe a las parámetros de compor-tamiento que los patrones de masculinidad reinan-tes demandan a los hombres: los hombres beben más bebidas embriagantes que las mujeres, van a la calle por la noche más que las mujeres, regre-san a casa más tarde que las mujeres y tienen que responder por su masculinidad poniendo en riesgo su vida con más frecuencia y más violencia que la que las mujeres deben emplear para defender su feminidad.

El gráfico 4 nos permite ver el tipo de arma que se emplea para cometer homicidios.

Como puede verse, el tipo de arma más utilizado para cometer homicidios son las armas de fuego, seguidos por las armas blancas. La utilización de las

armas de juego excede con creces el uso del arma blanca, que ocupa el segundo lugar en frecuencia de uso. En el año de 2006, las armas de fuego fue-ron responsables del 78.2% de los homicidios ocu-rridos en ese año, mientras que las armas blancas fueron responsables del 17.6% de los mismos.12 Para el año 2007, las armas de fuego fueron res-ponsables del 75.2% de los homicidios, mientras que las armas blancas fueron responsables del 15.7%.13 Para el año 2008, como puede verse en el gráfico 5, las armas de fuego fueron responsables de 78% de los homicidios y las armas blancas, del 16%. Los datos antes citados muestran una relación porcentual consistente entre las armas de fuego y las armas blancas como principales instrumentos de homicidios. Esto no debe ser visto como algo casual y extraño. Las armas de fuego y los cuchillos, las espadas y otros instrumentos punzo-cortantes, han sido a lo largo de la historia, las armas por excelen-cia para quitar la vida a terceras personas.

Gráfico 3

1000

800

600

400

200

0

Fuente: Observatorio de la Violencia / Policía Preventiva. (El indeterminado es en relación al grupo de edad).

Muertes por homicidio por grupos de edad, según sexo en número de casos(Enero-diciembre 2008)

6

Mujeres = 313 (7%) Hombres = 4,160 (93%)

---------------

00-04 05-09 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 85 y más Indeter-minado

11 7 6 6 34 39

397

58

819

39

802

43

590

35

439

23

314

16

233

14

149

10

120

6

889

102

256

�0.�%

Casos

N=�,���

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

No existen datos fiables y sistemáticos que nos per-mitan indagar sobre el entorno, los victimarios, los móviles y las circunstancias de los homicidios. Sin embargo, una aproximación al conocimiento de es-tos aspectos de la criminalidad puede obtenerse a través de una escrupulosa revisión y contrastación de la prensa periódica del país. Este es el camino que ha escogido el Observatorio de la violencia que nos presenta los resultados de un escrupuloso mo-nitoreo de los homicidios reportados por los princi-pales los principales diarios del país durante todo el año 2008.

El gráfico 5 nos permite ver el fenómeno de los ho-micidios desde el punto de vista del dominio o de la zona en que ocurren.

Como puede verse, el porcentaje de homicidios es mayor en el área urbana (84%) que en el área ru-ral (16%). Este hallazgo permite reflexionar sobre la asociación que existe entre pobreza y criminalidad. Como es de sobra conocido, los mayores niveles de pobreza de la población hondureña se encuentran en el área rural. Si hubiera una asociación directa en-tre pobreza y criminalidad, el mayor porcentaje de homicidios debería ocurrir en el campo que es don-de se concentran, como hemos dicho, los mayores niveles de pobreza en el país. Según los estudiosos, la asociación verdaderamente explicativa es la que existe entre pobreza, desigualdad social y criminali-dad. Esta relación es mucho más contundente en el área urbana que en el área rural. Por ello, una de las explicaciones más aceptadas para explicar la crimi-nalidad urbana es la teoría de la anomia en la forma que fue elaborada por el sociólogo norteamerica-no Robert K. Merton. Según el planteamiento de Merton, la conducta criminal es el resultado de la incongruencia entre los valores materialistas que la sociedad predica y los medios lícitos y aceptados

para el logro de los mismos. Los delincuentes son aquellos que hacen uso de medios ilícitos para el logro de los valores socialmente aceptados que en

Gráfico 4

4,000

3,000

2,000

1,000

0

Fuente: Observatorio de la Violencia / Policía Preventiva.

Muertes por homicidio según tipo de arma en número de casos(Enero-diciembre 2008)

Arm

a de

fu

ego

3,514

--------

N=�,���

677

137 75 44 11 7 9

��%

��%

Arm

a bl

anca

Arm

a co

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e

Arm

a de

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go /

Arm

a bl

anca

Estr

angu

laci

ón,

asfix

ia

Que

mad

uras

Otr

as

Sin

dato

Gráfico 5

Fuente: Monitoreo de Prensa Escrita (El Heraldo, La Prensa, Tiempor y La Tribuna).

Muertes por homicidio según zona del hecho, en porcentaje(Enero-diciembre 2008)

��%

��%

Urbana 1705

Rural 296N=�,00�

Page 14: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

las sociedades modernas se expresan en el consumo de bienes materiales que son símbolos de status y prestigio social.

“Se quiere así mismo destacar, desde el punto de vista subjetivo”, anotan dos autores en una explica-ción de típica factura mertoniana, “el desfase dra-mático que entre las aspiraciones a una mejor vida y las oportunidades reales de lograrlo viven amplios grupos de la población. Este abismo, entre expec-tativas de mejor vida y posibilidades objetivas de lo-grarla por los caminos prescritos, es justamente uno de los elementos que obliga a la ilegalidad y abo-na el terreno para la violencia social entre amplios grupos de la población. (…) Al no poder adquirir los bienes de consumo, pertinazmente publicita-dos, por el trabajo y el ahorro, se opta por caminos proscritos, entre los cuales el tráfico de drogas se presenta como una alternativa privilegiada que se generaliza cada vez más y es un elemento que in-tensifica de modo importante los intercambios vio-lentos. Este proceso de inflación de las expectativas se corresponde con una de las cualidades inéditas y particulares de la sociedad actual: la instauración de imágenes globales y el establecimiento del consumo como modo fundamental de participación social. El llamado compulsivo al consumo se vive como una presión difícil de evitar, pues además de la gratifi-cación prometida en el consumir mismo (objetos, signos, estilos de vida), constituye a la vez la prueba y la demostración de estar inserto en la corriente dominante de la sociedad de hoy, provee instantá-neamente una manera de ser por el tener. De este modo, el agobio de una vida en penuria, se agrega la tensión de no poder responder a este llamado de consumo, al cual los jóvenes son los más vulnerables y los menos resignados a quedar rezagados”.14

Visto desde una perspectiva epidemiológica, se han

destacado varios factores de riesgo que inciden en la delincuencia y la violencia social en general. Unos son factores de naturaleza individual, otros están asociados al hogar y otros son de naturaleza social y comunitaria. Entre los factores individuales desta-can el género, la edad, las características biológicas o fisiológicas, el nivel educacional, el nivel socioeco-nómico, la situación laboral, el uso de drogas o al-cohol y el haber presenciado o haber sido objeto de abuso físico en la niñez. Entre los factores asociados al hogar se encuentran el tamaño de la familia y el grado de hacinamiento de la vivienda, la histo-ria de violencia familiar, la dinámica y las normas (sobre todo, si son más autoritarias que igualitarias o democráticas) y el ingreso per capita del hogar. Entre los factores sociales o comunitarios destacan la desigualdad de ingresos, la violencia en los me-dios de comunicación, la disponibilidad de armas, los efectos de las postguerras y los débiles contro-les institucionales (la ineficacia de los sistemas po-liciales y judiciales que favorecen la impunidad y la corrupción), la normas culturales, los niveles de po-breza de la vecindad y el historial de violencia en los mismos.15 Una combinación específica de estos fac-tores de riesgo, es vital para comprender y explicar el crecimiento de la delincuencia y la violencia social en los últimos años en el país.

El gráfico 6 nos permite conocer los lugares donde ocurren los homicidios.

Como puede verse, el 64.9% de los homicidios tiene como escenario el espacio o vía pública, un 11.9% en las casas de habitación, un 7.0% en fincas, un 4.6% en bares o similares, un 4.2% en el lugar de trabajo, un 2.9% en las cárceles o centros de meno-res y un 2.2% en el transporte urbano. La primacía del espacio o vía pública para el homicidio, está fue-ra de toda cuestión. Esto ha llevado a mucha gente

Page 15: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

a ver las calles y los espacios públicos como alta-mente peligrosos, sobre todo, durante la noche y a abandonarlos, auto-restringiendo sus posibilidades de hacer cosas con otros en los mismos, que es uno de los quehaceres básicos que permiten el sentido de pertenencia y la construcción de ciudadanía.

Hay que llamar la atención, por otra parte, sobre el porcentaje de homicidios que ocurren en el propio hogar de los asesinados. Esto pone en cuestión la idea tradicional de que los hogares de las personas son los sitios en que mejor se encuentra resguar-dada la integridad de la vida de las mismas. Esto explica la fortificación y el amurrallamiento de los

viviendas, lo que se ha convertido en un lugar co-mún en las grandes ciudades del país, así como el temor que inspira cualquier transeúnte que se de-tiene cerca de los lugares que habitamos.

El gráfico 7 nos permite aproximarnos a los mó-viles que inducen a los homicidas a cometer de-litos.

Como muestra el gráfico 7, los homicidios relacio-nados con el tráfico de drogas identificados como

Gráfico 7

Modalidad asalto

Violencia interpersonal o venganza

Delincuencia común, robo

Relaciones con maras

Violencia intrafamiliar

Enfrentamiento organismo seguridad

Robo de arma

Abuso sexual

Muerte de menor no esclarecida

Delincuencia común

Desconocidos por establecer

Muertes por homicidio según contexto, en porcentaje(Enero-diciembre 2008)

0%

------

42.3%

N=�,00�

10% 20% 30% 40% 50%

Fuente: Monitoreo de Prensa Escrita (El Heraldo, La Prensa, Tiempo y La Tribuna).

16.1%

14.0%

4.0%

2.7%

2.6%

2.3%

0.2%

0.2%

0.1%

15.2%

Gráfico 6

Espacio o vía pública

Casa

Finca o campo

Bar o similares

Lugar de trabajo

Cárcel o centro de menores

Transporte urbano

Río, laguna o mar

Otro lugar

Desconocido, sin dato

Muertes por homicidio según clase de lugar del hecho, en porcentajes (Enero-diciembre 2008)

0%---------

64.9%

N=�,00�

10% 20% 30% 40% 50% 60% 80%70%

11.9%

7.0%

4.6%

4.2%

2.9%

2.2%

1.2%

0.8%

0.1%

Fuente: Monitoreo de Prensa Escrita (El Heraldo, La Prensa, Tiempo y La Tribuna).

Page 16: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

ajuste de cuentas o sicariato (42.3%), dominan el panorama de los asesinatos. Este tipo de asesinatos por encargo, reciben, por su violencia y espectacu-laridad, gran atención por parte de la prensa perió-dica debido al impacto que tienen sobre el imagi-nario colectivo por la asociación que se establece entre ellos y el cine norteamericano de gansters que goza de gran audiencia. Como ha quedado indica-do, la primacía de este tipo de motivación para el homicidio de personas se encuentra estrechamente relacionado con el trasiego de drogas y estupefa-cientes por el país.

El 16.1% de los homicidios fueron tipificados como de violencia interpersonal y venganza, el 14.0% fue-ron asociados a la delincuencia común y el robo, el 4.0% con maras o pandillas juveniles, el 2.7% con la violencia interfamiliar, el 2.6% con enfrentamien-tos con la autoridad y 2.3% con el robo de armas. En el caso del 15.2% de los homicidios no se pudo

establecer el móvil que indujo a los asesinos a co-meter el delito que se les imputa. Llama la atención que los delitos relacionadas con las maras, a la que usualmente se le adjudican parte importante de la criminalidad, se encuentren a considerable dis-tancia de los homicidios por ajuste de cuentas. Si asumimos, como ha sido sugerido, que una de las actividades de los mareros, es ser contratados como sicarios para el ajuste de cuentas, la presencia de las maras en actividades criminales sería mucho mayor que el 4.0% registrado en el gráfico 7.

El cuadro 3 muestra los móviles de los homicidios según grupo de edad.

Este cuadro corresponde al año de 2006. No se ha construido uno semejante en los boletines de 2007 y 2008, lo que es una pena. Un cuadro como este permite, por ejemplo, ver la notable participación de los jóvenes en el sicariato o ajuste de cuentas.

Cuadro 3 Distribución de contextos y móviles de los homicidios según grupos de edad

Contexto o móvil 00-�� 0�-09 �0-�� ��-�9 �0-�� ��-�9 ��-�9 �0-�� ��-�9 �0 y más

Delincuencia organizada / ajuste de cuentas 4 1 2 39 38 54 20 17 19 24

Violencia interpersonal / venganza 3 0 2 14 23 25 18 15 7 16

Desconocidos o por establecer 1 0 0 18 26 24 7 8 7 10

Delincuencia común / robo 0 0 0 11 20 11 15 0 10 9

Relaciones con maras 0 0 0 13 16 5 2 1 1 1

Violencia intrafamiliar 3 0 0 1 3 3 3 1 5 3

Robo de arma 0 0 0 1 4 1 1 0 2 10

Enfrentamiento organismo de seguridad 0 0 0 1 7 2 2 0 0 2

Delincuencia común 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0

Otro tipo de violencia 0 0 0 2 1 1 1 0 0 0

Muerte de menor no esclarecida 2 0 1 1 0 0 0 0 0 0

Abuso sexual 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0

Total �� � � �0� ��0 ��� �0 �� �� ��

Fuente: Monitoreo de Prensa Escrita (El Heraldo, La Prensa, Tiempo y La Tribuna).

Page 17: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

Es relativamente alta, la participación de los jóvenes de 15 a 19 (39 casos), de 20 a 24 (38 casos) y de 25 a 29 años (54 casos) en este tipo de actividades. Es igualmente notable la participación de los jóve-nes de 15-19 (14 casos), 20 a 24 (23 casos), 25 a 29 (25 casos) y 35 a 39 (18 casos) en acciones de venganza y de violencia interpersonal. He aquí un gran desafío para la educación formal e informal y para el entorno familiar, eclesial y comunitario para promover la resolución pacífica y negociada de los conflictos.

El cuadro 4 nos permite ver los móviles de los homici-dios atendiendo a consideraciones de género.

Como puede verse, los hombres dominan en térmi-nos absolutos casi todas las categorías establecidas de homicidio, con la excepción de la violencia intra-familiar y el abuso sexual. Sin embargo, en términos relativos, hay algunas cuestiones que deben enfati-

zarse. Es destacable el porcentaje (46.6%) de mu-jeres asesinadas por razones de ajuste de cuentas en el ámbito del crimen organizado y por violencia intrafamiliar (15.5%). Comparados con los porcen-tajes de 2007, se advierte un escalamiento de este tipo de homicidios. Hay un incremento de 10 pun-tos porcentuales entre las mujeres asesinadas por ajuste de cuentas en 2007 y 2008 y de 4.6 puntos porcentuales en el caso del asesinato de mujeres por violencia intrafamiliar.16 El asesinato de mujeres se ha convertido en un tema de debate y denuncia por parte de organizaciones de mujeres y organi-zaciones defensoras de los derechos humanos. El Observatorio de la violencia ha dedicado reciente-mente un informe especial a la muerte de mujeres por violencia intencional.17

El gráfico 8 nos ofrece información sobre las muje-res asesinadas por grupo de edad.

Cuadro 4Contexto en que ocurren los homicidios según sexo de la víctima en número de casos y porcentajes (Enero - diciembre 2008)

Fuente: Monitoreo de Prensa Escrita (El Heraldo, La Prensa, Tiempo y La Tribuna).

Mujeres Hombres

Contexto No. de casos % No. de casos %

Delincuencia organizada / ajuste de cuentas 90 46.6 757 41.9

Violencia interpersonal / venganza 19 9.8 304 16.8

Delincuencia común / robo 20 10.4 262 14.5

Relaciones con maras 3 1.6 78 4.3

Enfrentamiento organismo de seguridad 0 0.0 52 2.9

Robo de arma 0 0.0 47 2.6

Violencia intrafamiliar 30 15.5 25 1.4

Abuso sexual 4 2.1 1 0.1

Muerte de menor no esclarecida 2 1.0 2 0.1

Otro tipo de violencia 0 0.0 1 0.1

Desconocidos o por establecer 25 13.0 279 15.4

Total �9� �00 ��0� �00

Page 18: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

Como puede verse, el grupo de edad más afectado es el de 20 y 24 años (39 casos). Es también signi-ficativo, el número de asesinatos de mujeres de 15 a 19 años (29 casos), de 25 a 29 años (26 casos), de 30 a 34 (21 casos) y de 35 y 39 años (23 casos). En conjunto, el mayor número de casos de mujeres asesinadas se concentran en el tramo de edad de 15 a 39 años, las que representan el 72% de las mu-jeres asesinadas. Se trata de mujeres en la plenitud de sus vidas productivas y reproductivas.

El gráfico 9 nos permite identificar las mujeres ase-sinadas según ocupación.

Es destacable el alto porcentaje de mujeres asesina-das que tenían como ocupación los oficios domés-ticos (30%). Le siguen en importancia mujeres que eran trabajadoras asalariadas (8.3%), comerciantes (7.3%) y estudiantes (5.2%). Para dotar de signifi-cado a estos datos, sería necesario relacionarlos al menos con los móviles del asesinato. Sin embargo, este tipo de información no está disponible en el

boletín del Observatorio de la violencia que nos sir-ve de referencia.

�.�. Victimización

La victimización es la probabilidad de ser victima de un delito. Revela el nivel de riesgo que experimen-ta una persona de ser víctima de un delincuente.18 La victimización se mide a través de encuestas re-presentativas que son aplicadas a la población en general. Hay encuestas internacionales de victimiza-ción y encuestas por países. La Encuesta Internacio-nal de Victimización (ICVS) comenzó a aplicarse en los Estados Unidos en el año de 1965.19

No existen en el país encuestas de victimización que midan periódicamente este fenómeno social. Sin embargo, una primera aproximación al proce-so de victimización puede construirse a partir de la Encuesta de Percepción Nacional sobre Desarrollo Humano 2005.

Gráfico 8

50

40

30

20

10

0

Muertes por homicidio en mujeres por grupos de edad, según sexo, en número de casos(Enero-diciembre 2008)

---------------

00-04 05-09 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 85 y más Indeter-minado

��%

Casos

N=�9�

Fuente: Monitoreo de Prensa Escrita (El Heraldo, La Prensa, Tiempo y La Tribuna)

6 52

29

39

2621

23

12

6 85

1

8

2

Page 19: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �9 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

El gráfico 10 nos ofrece información sobre el por-centaje de personas que respondieron haber sido victima de un acto delictivo, ya sea personalmente, como testigos de la victimización de otros o de al-gún miembro de su familia. Los delitos selecciona-dos fueron el robo, haber sido testigo de robo o tener un pariente asesinado.

Como puede verse en el gráfico 13 el 27.7% de los consultados había sido victima, el 15.8% había sido testigo de robo y alrededor del 11% tenía un fami-liar que había sido asesinado.

El gráfico 11 nos ofrece información relevante sobre victimización según dominio.

Visto en términos globales, el gráfico 11, muestra que la victimización es más un problema urbano que rural. Los porcentajes de los centros urbanos, y sobre todo los de Tegucigalpa y San Pedro Sula, exceden con creces los de las poblaciones rurales. En el ámbito urbano, los mayores niveles de victi-mización se registran en Tegucigalpa y San Pedro Sula, los principales centros urbanos del país. La victimización en estas dos ciudades exceden los ni-veles de victimización en el resto del sector urbano. Como muestra el gráfico 11, el robo es el principal forma de victimización registrada tanto en el ámbi-to urbano como rural, seguidos por el haber sido testigo de un robo y el haber sido golpeado por un desconocido.

Gráfico 9

Ama de casa

Empleada

Estudiante

Comerciante

Empleo informal

Profesional, técnico

Vendedora

Maestra

Sindicalista

Prostitución, vida noctura

Desempleada

Otros

No aplica

Desconocida

Muertes por homicidio en mujeres según ocupación de la víctima, en porcentaje (Enero-diciembre 2008)

0%

-----

30.0%

N=�9�10% 20% 30% 40%

Fuente: Monitoreo de Prensa Escrita (El Heraldo, La Prensa, Tiempo y La Tribuna).

8.3%

5.2%

7.3%

2.6%

2.1%

2.1%

1%

1%

1%

1%

3.0%

4.1%

31.1%

Gráfico 10

30

25

20

15

10

5

0

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2006, PNUD, Honduras.

Porcentaje de entrevistados que respondieron positivamente a la pregunta: ¿Ha sido víctima, en los últimos �� meses, de algún acto violento, dirigido a usted o a su familia?

Robo Testigo de robo Familiar asesinado

Porc

enta

jes

Page 20: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

�0Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

El cuadro 5 nos ofrece una visión de la victimiza-ción por dominio y nivel socieconó-mico.

Como puede ver-se, a nivel de Te-gucigalpa y San Pedro Sula, el nivel socioeconó-mico alto y me-dio alto ha sido objeto de más robos (53.7%) que el nivel medio (47.1%) y el nivel bajo o muy bajo (32.9%). El nivel socioeconómico medio es el que reporta el ma-yor porcentaje de

agresión por parte de un desconocido (15.5%), de agresión con arma blanca (7.9%), de amenazas a muerte (11.3%) y de tener el mayor porcentaje de parientes cercanos asesinados (15.5%). El nivel so-cioeconómico medio es, en consecuencia, el nivel más vulnerable a la victimización. Por su parte, el sector socioeconómico bajo es, por regla general, mucho más vulnerable al proceso de victimización que el nivel socieconómico alto y medio y alto. En suma, los niveles socioeconómicos medios y bajo y muy bajo son los más vulnerables a ser objeto de victimización, ya que no disponen de los medios de protección privada (automóvil propio u otros me-dios de protección privada) que dispone el nivel so-cieconómico alto y medio alto.

Gráfico 11

50

45

40

35

30

25

20

15

10

5

0

Victimización urbano rural(En porcentajes)

Distrito Central San Pedro Sula Resto urbano Rural

Porc

enta

jes

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2006, PNUD, Honduras.

Robo Testigo de robo Golpeado por desconocido

Gráfico 12

70

60

50

40

30

20

10

0

Confianza en las personas según victimización (En porcentajes)

Es confiable Mejor hay que cuidarse de ellos

Porc

enta

jes

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2006, PNUD, Honduras.

No víctima 1 vez 2 veces 3 veces 4 veces

Gráfico 13

70

60

50

40

30

20

10

0

Personas que respon-dieron a la pregunta de si a raíz de la vic-timización ha dejado de participar en acti-vidades asociativas o comunitarias

Porc

enta

jes

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano Hondu-ras 2006, PNUD, Honduras.

No víctima 1 vez 2 veces

3 veces 4 veces

Page 21: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

confianza interpersonal.

La victimización también tiene un efecto negativo en la capacidad de las personas de participar en acti-vidades asociativas y comunitarias que forman parte importante del ejercicio de la ciudadanía, como puede verse en el gráfico 13.

Como puede verse en el gráfico 13, entre mayor es el grado de victimi-zación de que ha sido objeto una persona, mayor es su disposición de dejar de participar en activida-des asociativas y comunitarias. El gráfico muestra que este fenómeno mucho mayor en aquellas personas que han sido victima de delitos en cuatro veces.

Una aproximación un poco más reciente al fenómeno de la victimización es la que nos permite la Encuesta sobre cultura política de la democracia en Hondu-ras 2006.20 A la pregunta de si ha sido usted víctima de algún acto de delincuencia en los últimos doce meses, el 19.2% contestó que sí y el 80.8% contes-tó que no.21 Esto significa que uno de cada cinco adultos fue objeto de un acto de delincuencia en el año 2006. (P. 95). Comparados con otros países de América Latina en los que ha aplicado una encuesta semejante, Honduras forma parte del grupo de paí-ses con altos niveles de victimización que son de arri-ba hacia abajo Perú (26.2%), Chile (23.1%), México (20.2%), Ecuador (20.0%) y Honduras (19.2%).22

Al tipificarse el tipo de acto delincuencial de que había sido objeto, el resultado fue el siguiente (ver cuadro 6).

Cuadro 5Tipo de victimización según dominio de estudio y nivel socio económico

Dominio de estudio y nivel socio económico Robo

Golpeado por

desconocido

Herido por arma

blancaAmenazado de muerte

Pariente cercano

asesinado

DC/SPS

NSE Alto-medio alto 53.7 11.4 6.3 10.2 12.2

NSE Medio 47.1 15.5 7.9 11.3 15.5

NSE Bajo y muy bajo 32.9 13.6 4.7 10.1 14.8

Resto Urbano

NSE Alto-medio alto 34.0 7.8 3.9 3.2 10.9

NSE Medio 28.8 5.7 2.2 7.3 10.0

NSE Bajo y muy bajo 25.5 8.8 3.7 8.6 12.2

Rural

NSE Alto-medio alto

NSE Medio 30.0 7.7 5.1 13.4 15.3

NSE Bajo y muy bajo 16.4 5.1 2.8 5.8 8.1

Promedio ��.� �.0 �.� �.� �0.�

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2006, PNUD, Honduras.

En el resto del sector urbano, el nivel socioeconómi-co bajo y muy bajo es el sector más vulnerable a ser golpeado por un desconocido (8.8%), a ser amena-zado de muerte (8.6%) y a tener un pariente cer-cano que haya sido victima de la violencia criminal (12.2%) En cambio, el nivel socioeconómico alto y medio alto es el más vulnerable al robo (34.0%) y a ser herido por arma blanca (3.9%). En este caso, el nivel socioeconómico medio aparece como el me-nos vulnerable de los tres niveles considerados. En el caso del sector rural, es el sector socioeconómi-co medio es el más vulnerable a la victimización en todas las variables considerados. Este sector es, al igual que el del nivel medio del Distrito Central y de San Pedro Sula, el más afectado por la violencia criminal hacia sus parientes (15.3%).

El haber sido objeto de victimización, como mues-tra el gráfico 12, incide negativamente en el nivel de

Page 22: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

Como puede verse en el cuadro 6, el robo fue el principal tipo de acto delincuencial de que fueron objeto las personas victimizadas. El 82.9% fue ob-jeto de robo. De este porcentaje, como puede ver-se, solamente el 32.6% fueron objeto de robo con agresión o amenaza física. Del total de personas victimizadas, solamente el 33.6% denunció el delito ante las autoridades correspondientes.23

�. Temor e inseguridad ciudadana

Una de las principales consecuencias del alza de las cifras de delincuencia y de victimización, es el incre-mento de la sensación de miedo de ser victima de algún acto delictivo. Sin embargo, el temor de ser victima de un delito sobrepasa, por regla general, la probabilidad real y objetiva de ser objeto del mis-mo. Esto se debe básicamente a la forma como se difunden los hechos de victimización.

Como es conocido, los “que han sufrido robos o asaltos tienen vecinos y amigos a quienes les

cuenta(n) lo que aconteció y quienes empiezan a sentirse en forma vicaria víctimas reales o poten-ciales, y es así que el miedo se generaliza de una manera importante, limitando la libertad de las personas por las restricciones que los individuos se imponen a si mismos”.24 El miedo a ser victima de un delito, nos introduce de lleno al complejo tema de la sensación de inseguridad y del concepto de seguridad ciudadana.

El concepto de seguridad ciudadana ha sido objeto de intensos debates. En un sentido restringido, la seguridad ciudadana se refiere básicamente a una situación en que la persona tiene un grado razo-nable de certeza de que puede circular por la vía pública sin el temor de ser asaltado y de ser objeto de una agresión física y de poder disfrutar de la pri-vacidad de su hogar. Este es el sentido en que está siendo utilizado el concepto en este ensayo. Sin em-bargo, en un sentido amplio, la seguridad ciudada-na va mucho más allá. Alude a un amplio abanico de cuestiones que tienen que ver con la calidad de vida y la dignidad de las personas en términos de libertad, acceso al mercado y a oportunidades so-ciales. En este sentido, la pobreza, el desempleo, el hambre, el deterioro ambiental, la represión po-lítica, la violencia, la criminalidad y la drogadicción pueden concebirse como amenazas a la seguridad ciudadana.25

La (in)seguridad ciudadana es una construcción so-cial. Hay varios factores que influyen en la construc-ción social de la sensación de inseguridad por parte de los ciudadanos y ciudadanas.

Un primer factor es el riesgo objetivo de sufrir un delito. Cada grupo social tiene una vulnerabilidad distinta según su estructura de edad, género, clase social, área de residencia (urbano o rural), o de per-

Cuadro 6Tipo de delito de que fue objeto durante los últimos doce meses. Año �00�

Fuente: José Miguel Cruz, et. Al., Cultura política de la democracia en Honduras: 2006, p. 97.

Tipo de delito sufrido Frecuencia Porcentaje

Robo sin agresión o amenaza física 153 50.3

Robo con agresión o amenaza física 99 32.6

Daño a la propiedad 29 9.5

Robo a la casa 11 3.6

Agresión física sin robo 8 2.6

Secuestro 2 0.7

Violación o asalto sexual 2 0.7

Total �0� �00

Total de la muestra ����

Page 23: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

tenencia a un grupo étnico. Tener un perfil sociode-mográfico como el del delincuente, se ha argumen-tado, aumenta el riesgo de ser víctima de un delito. Sin embargo, esta situación de riesgo depende tam-bién de otras variables tales como la precipitabili-dad (ponerse en situaciones de riesgo, provocar), la oportunidad (crear situaciones de riesgo/beneficio), el atractivo (ser un buen objetivo, tener riquezas), o indefensión (posibilidades políticas, económicas o culturales para protegerse). Cuestiones como el estilo de vida (salir de noche, ambientes frecuenta-dos), el tiempo pasado en la calle, hábitos de segu-ridad: pasivos (tener alarmas) y activos (como salir con la luz solar) y el carácter y la personalidad, son también variables importantes para explicar la des-igualdad frente al delito y al miedo.

Un segundo factor a tener en cuenta es la percep-ción sobre el propio riesgo personal, el cual no tiene necesariamente que coincidir con el riesgo objetivo de ser víctima de un delito. Un tercer factor son las condiciones ambientales. Este factor se encuentra asociado a signos de deterioro físico de un barrio (suciedad, roturas, deterioro) y sociales (borrachos, vagabundos y pandillas). Un cuarto factor está re-lacionado con la información que se dispone sobre el delito y las víctimas. La victimización de personas próximas o conocidas, suele tener contribuir a ge-nerar o incrementar el miedo objetivo. Los medios de comunicación también ayudan a generar un miedo difuso a la delincuencia. Se ha argumenta-do que las consecuencias son mayores cuando más sensacionalistas y violentas son las noticias sobre los delitos. Un quinto factor a tener en cuenta es el nivel de confianza que se tiene en la policía y en el sistema penal. Es obvio que la falta de confianza en la policía y la existencia de un sistema judicial que fomenta la impunidad alimenta la sensación de in-seguridad ciudadana.26

Una encuesta de opinión pública sobre seguridad ciudadana realizada recientemente bajo la respon-sabilidad del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), nos permite aproximarnos al fenómeno de la inseguridad ciudadana.27

Como puede verse, el 40.6% de los consultados de-claro sentirse inseguro a nivel departamental y el 58.7% seguro. A nivel municipal, el 55.5% declaró sentirse inseguro y el 42.1% declaró sentirse segu-ro. Estos datos revelan que las personas perciben un mayor nivel de inseguridad a nivel municipal que departamental.

El gráfico 15 nos muestra la percepción de los en-cuestados sobre si los delitos aumentaron, disminu-yeron o se mantienen estables.

El 51.6% de los encuestados tuvo la sensación que

Gráfico 14

70

60

50

40

30

20

10

0

¿Considera usted que vivir en este departamento-municipio es....

Ns/Nr Inseguro

Porc

enta

jes

Departamento Municipio

Fuente: Borge y Asociados, Encuesta Nacional de Opinión Pública, Seguridad Ciu-dadana Honduras, CONADEH. Agosto 2007.

0.8% 2.4%

40.6%

55.5%58.7%

42.1%

Seguro

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��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

aumentaron, el 16.0% que disminuyeron y el 30.1% que siguen igual. Obviamente, que el temor a ser victima de un delito se incrementa si se considera que los delitos han aumentado que si se piensa que siguen igual o que están disminuyendo.

El gráfico 16 indaga sobre los lugares en los cuales la gente se siente más seguro.

Como puede verse, el 79.6% dijo que en su casa, el 51.7% en el trabajo, el 26.9% en la escuela, el 24.4% en los centros comerciales, el 23.3% en el transporte público, el 20.4% en el automóvil, el 20.3% en la calle y el 19.0% en el mercado. Como puede verse, el lugar donde la gente se siente más seguro es su propia casa (79.6%) y los lugares don-de la gente se siente menos seguro es en su propio automóvil (20.4%), la calle (20.3%) y el mercado (19%), donde a su juicio corren los mayores riesgos de ser objeto de un delito.

Obviamente, el sentido de inseguridad generado por la delincuencia ha llevado a la gente a cambiar sus patrones habituales de comportamiento, res-tringiendo su propia movilidad y su estilo de vida habitual.

El gráfico 17 nos permite una primera aproximación a estos cambios en el modo de vida de las perso-nas.

El 65.8% dijo que había dejado de salir de noche por temor a ser víctima de un delito, el 58.8% dejo de utilizar joyas, el 52.4% dejó de llevar dinero en efectivo, el 44.7% dejó de utilizar el transporte pú-blico, el 43.3% dejó de visitar a parientes o amigos, el 33.4% dejo de llevar tarjeta de crédito y de débito y el 33.3% dejó de tomar taxi.

Gráfico 16

100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0

De los siguientes lugares dígame, ¿Cómo se siente .... (Seguro, en porcentajes)

Porc

enta

jes

Fuente: Borge y Asociados, Encuesta Nacional de Opinión Pública, Seguridad Ciu-dadana Honduras, CONADEH. Agosto 2007.

La c

asa

Trab

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79.6

51.7

26.9 24.4 23.3 22.2 20.4 20.3 19

El t

rans

port

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Gráfico 15

Aumentaron

Disminuyeron

Sigue igual

Ns/Nr

Por lo que usted notó en este municipio durante el �00�, ¿Considera que los delitos......

0%

---------

10% 20% 30% 40% 50% 60% 80%70%

Fuente: Borge y Asociados, Encuesta Nacional de Opinión Pública, Seguridad Ciu-dadana Honduras, CONADEH. Agosto 2007.

51.6%

16.0%

30.1%

2.3%

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

El gráfico 18 aporta información adicional sobre los cambios que la gente a introducido en su vida para reducir su sensación de inseguridad.

Como puede verse, el 41.4% colocó cerraduras en su casa, el 39.6% adquirió un perro guardián, el 39.0% colocó rejas o bardas, el 18.7% adoptó me-didas conjuntas con sus vecinos, el 15.8% aumen-to la seguridad en su automóvil, el 13.8% contrató vigilancia privada en la calle o la colonia, el 12.6% contrató un seguro para su casa o negocio y el 12.2% puso alarmas.

El gráfico 19 ofrece una valoración general de las personas sobre el impacto de la delincuencia en su vida.

Como puede verse, el 27.8% dijo que mucho, el 29.7% dijo que poco y el 40.8% dijo que nada. Es difícil emitir juicios aclaratorios sobre estas valora-ciones, ya que la percepción de inseguridad ciuda-dana está relacionada con una amplia gama de fac-tores que incluyen el área de residencia, la condición económica de las personas, el tipo de trabajo que realizan, etc. Es significativo el porcentaje de perso-nas (40.8%) que argumentan que la delincuencia no ha afectado su vida.

Esto puede deberse a que, cualquiera que sea la si-tuación de inseguridad que experimentan, por su condición económica, por el área de residencia en que habitan o por el tipo de actividad en que se ga-nan la vida, las personas tienen pocas opciones de cambiar su modo de vida y asumen los riesgos de ser objeto de una conducta delictiva como algo normal. A título de ejemplo, a pesar de los riesgos percibidos por las personas en relación a la delincuencia, sitios como los mercados populares continúan llenos de personas que venden y compran cotidianamente. En la contrapartida, los espaciosos centros comerciales (malls) continúan siendo visitados por multitudes de personas de ingresos medios y altos que los perciben como lugares relativamente seguros.

A fortalecer el sentimiento de inseguridad ciuda-dana también contribuye la falta de confianza de los ciudadanos a los cuerpos policiales del Estado. Según la encuesta patrocinada por el CONADEH, el 25.9% de los encuestados expresó que tenía mucha confianza en la Policía Nacional Preventiva, el 44.0% dijo que poco y el 11.8% dijo que nada. 18.3% no respondieron en ninguno de los sentidos arriba enunciados.28 El bajo nivel de confianza del sistema judicial ante la ciudadanía es una constante que ha venido siendo acreditado por el Latinobarómetro desde el año de 1996.29 Esta desconfianza está es-

Gráfico 17

100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0

Por temor a ser víctima de algún delito (robo, asalto, secuestro, etc), durante �00�, ¿Dejó de....

Porc

enta

jes

Fuente: Borge y Asociados, Encuesta Nacional de Opinión Pública, Seguridad Ciu-dadana Honduras, CONADEH. Agosto 2007.

Salir

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58.852.4

44.7 43.3

33.4 33.3

Page 26: Delicuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano en Honduras

��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

trechamente relacionada con la percepción de in-eficiencia del sistema judicial que, entre otras cosas, favorece la impunidad de los delitos que están en la base del temor y la inseguridad ciudadana.

�. Delincuencia, inseguridad ciudadana y desarrollo humano

La delincuencia y la inseguridad ciudadana resultan-te son fuente de preocupación desde una perspecti-va de desarrollo humano.

La delincuencia y la inseguridad ciudadana ocupan un lugar de centralidad en el desarrollo.30 Se ha argumentado que la delincuencia y la inseguridad ciudadana alejan la inversión extranjera y el turismo, constituyéndose en factores que inhiben el desarro-llo económico. Representan, por otra parte, una fuente de desviación de recursos públicos y para su control. Estos recursos podrían ser utilizados más provechosamente para la inversión y el crecimiento de la economía.31

La delincuencia, el miedo y la inseguridad ciudadana

Gráfico 19

Mucho

Poco

Nada

Ns/Nr

Durante �00� ¿Por causa de la delincuencia su vida se vio afectada......

0%

------

10% 20% 30% 40% 50%

Fuente: Borge y Asociados, Encuesta Nacional de Opinión Pública, Seguridad Ciu-dadana Honduras, CONADEH. Agosto 2007.

27.8%

29.7%

40.8%

1.7%

Gráfico 18

100908070605040302010

0

Durante �00�, para protegerse de la delincuencia, ¿Realizó algún tipo de medida como...---------

Colocar cerraduras

41.4

Fuente: Borge y Asociados, Encuesta Nacional de Opinión Pública, Seguridad Ciudadana Honduras, CONADEH. Agosto 2007.

Tener perro guardían

Colocar rejas, bardas

Medidas conjuntas con

sus vecinos

Aumentar la seguridad para el auto

Vigilancia privada en la

calle o colonia

Contratar seguros para

casa o negocio

Poner alarmas

58.3

0.3

39.6

60

0.4

39

60.5

0.5

18.7

80.8

0.5

15.8

82.6

1.7

13.8

85.8

0.3

12.6

87.1

0.3

12.2

87.2

0.7

Si No Ns/Nr

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �� DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

erosionan las capacidades y potencialidades para el desarrollo humano. Debilitan los lazos comunitarios porque inducen a las personas a encerrarse en su privacidad, a evitar el contacto con ciertos lugares, a restringir sus actividades en el espacio público y a aumentar el sentimiento de intolerancia hacia “los otros”. También contribuyen a devaluar económi-camente ciertas áreas residenciales, a deteriorar el entorno y a favorecer la emigración del barrio.32 Conspiran también contra la formación del capital humano sobre todo de las personas de los barrios populares que se ven inducidos a abandonar sus estudios por temor a caminar durante la noche por áreas consideradas como peligrosas. Esto es más grave en ciudades como la del país donde el trans-porte urbano público deja de funcionar a tempra-nas horas de la noche por temor a los delincuentes, como es el caso de la ciudad de Tegucigalpa.

La delincuencia ha sido visualizada también como un problema de salud pública por el impacto nega-tivo que tiene sobre las potencialidades de la fuerza de trabajo. “Los altos niveles de delincuencia ge-neran costos directos en términos de pérdidas de vidas humanas, gastos de atención médica, des-trucción de bienes y diversas perdidas no-pecuna-rias de bienestar sufridas por los habitantes”.33 La delincuencia contribuye también a deslegitimar las instituciones del Estado porque debilita la confianza de los ciudadanos en la capacidad del gobierno y de la policía para controlar el problema y contribuye a favorecer la adopción de políticas represivas que ponen en tela de juicio los derechos humanos de los involucrados. En el ámbito de las interacciones so-ciales, la inseguridad ciudadana erosiona el capital social de las comunidades al debilitar los vínculos de confianza interpersonal y la disposición de las personas a participar en actividades organizativas y cooperativas que fortalecen la capacidad de acción colectiva de los ciudadanos y ciudadanas.

�. Políticas para reducir la delincuencia, la inseguridad ciudadana y fortalecer el desarrollo humano

Hay un amplio catálogo de políticas orientadas a reducir la delincuencia, la inseguridad ciudadana y fortalecer el desarrollo humano.

Las opciones disponibles se agrupan en torno a dos ejes básicos: i) prevención, y, ii) control, tratamiento o represión. Las políticas de prevención pueden ser clasificadas en primarias y secundarias. Las primeras intentan cambiar las actitudes, normas y comporta-mientos sociales de la población en general. Las se-gundas, van orientadas a grupos de riesgo particu-larmente alto como pueden ser los hombres jóvenes que han presenciado o experimentado situaciones

Recuadro 1Medidas recomendadas para prevenir y reducir la delincuencia y la violencia social en América Latina

• Mejorar las estadísticas delictivas para obtener un mejor en-tendimiento de la naturaleza y extensión de la delincuencia y la violencia en la región.

• Reducir la pobreza urbana.• Focalizar programas sobre grupos vulnerables, especialmente

jóvenes en riesgo social y las mujeres.• Construir (o reconstruir) el capital social.• Fortalecer la capacidad de los gobiernos locales para combatir

la delincuencia y la violencia a través del involucramiento de la comunidad y en asociación con la sociedad civil y el sector privado.

• Reformar el sistema de justicia y profesionalizar las fuerzas del orden público.

Fuente: Robert Ayres, Crime and Violence as Development Issues in Latin Amer-ica and the Caribbean, The World Bank, Washington, 1998, p. 23)

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��Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

de violencia en su infancia, jóvenes desempleados y de hogares monoparentales. Las políticas de con-trol, tratamiento o represión más convencionales, se relacionan con el sistema policial, judicial y penal. En el largo plazo, las políticas preventivas son más efectivas que las políticas de control, tratamiento o represión. Sin embargo, la prevención y el con-trol, tratamiento o represión, no pueden ser vistas como opciones antagónicas, sino que forman, y de-ben formar parte, de un continuo de políticas para combatir la inseguridad ciudadana.34

Los ejes de prevención y control, tratamiento o re-presión, no representan las únicas formas de clasi-ficar las opciones de política contra la inseguridad ciudadana. Desde una perspectiva de desarrollo hu-mano, es también vital el eje que separa las respues-tas a la inseguridad ciudadana desde dos ópticas: i) las que aceptan la participación pasiva de los ciu-dadanos, y, ii) las que promueven la participación activa de los mismos.35 Las alternativas que buscan empoderar a la ciudadanía para participar activa-mente en la selección del catálogo de opciones para la prevención y el control, tratamiento o represión de la inseguridad ciudadana, deberían tener preemi-nencia desde la perspectiva del desarrollo humano. En este contexto, políticas orientadas a combatir la exclusión social como pueden ser la incorporación de jóvenes de los barrios marginales a actividades de educación, formación profesional y capacitación para el empleo, a estimular la participación de los ciudadanos y ciudadanas en el diseño, seguimiento y evaluación de políticas de Estado para combatir la inseguridad ciudadana o de autoorganización a nivel barrial, comunitario, regional o nacional, de-berían ser objeto de especial consideración.

En suma, una estrategia coherente para combatir la inseguridad ciudadana desde una perspectiva

de desarrollo humano, debe tener en cuenta los siguientes aspectos: 1) colocar la seguridad ciuda-dana en el centro de la agenda de desarrollo de los Estados; 2) aceptar que no existen recetas mágicas ni milagrosas, y, 3) las políticas reactivas, dispersas, fragmentadas y meramente punitivas, no solucio-nan el problema y, por el contrario, en algunos casos, lo agravan.36 Se requiere, por tanto, un en-foque integrado y una política de amplias concerta-ciones sociales que permita enfrentar las causas del incremento de la delincuencia y la violencia social y perfeccionar los instrumentos institucionales para reducir la inseguridad ciudadana.37

Notas1 Rebeca Grynspan y Kathleen Carvero, “Una Apuesta por la segu-

ridad ciudadana y el desarrollo humano”, en Revista Seguridad, ciudadanía y democracia. Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana, p. 2

2 Idem3 Es parte del sentido común, que la delincuencia y la violencia

social han venido escalando desde inicios de la década del noventa. Sin embargo, los datos disponibles no permiten esta-blecer paralelos esclarecedores. A título de ejemplo, los datos disponibles sobre homicidios en la década del 80 se refieren a detenciones por asesinato y homicidios realizados por la Fuerza de Seguridad Pública, los que seguramente subestiman el número real de los homicidios ocurridos durante el año. Véase Luis Salas y José Maria Rico, La justicia penal en Honduras, s.f., cuadro No. 3. Si comparamos las 277 detenciones por causa de homicidio (esta cifra incluye la de asesinatos que son homicidios cometidos con ocasión de robo y asalto) realizadas en 1984 con los 2816 homicidios registrados en 1994, llegaríamos a la conclusión, probablemente un poco exagerada, que los homicidios en esos 10 años se multiplicaron por diez veces. (Los datos de 1984 proceden de Salas y Rico, op. cit., cuadro No. 3 y los de 1994 de PAHO, Salud en Honduras. Mortalidad y morbilidad, s.f., p. 6

4 Hilda Caldera, El crimen en Honduras (1994-2003), Dirección General de Educación Policial, Tegucigalpa, 2003, p. 147

5 Datos procedentes de las estadísticas compiladas por la Policía Preventiva

6 Datos oficiales de la Policía Preventiva.7 IUDPAS-UNAH, Boletín Observatorio de la violencia. Mortalidad

y otros, Tegucigalpa, enero-diciembre, 2008, p. 48 IUDPAS-UNAH, Boletín Observatorio de la violencia. Mortalidad

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Cuadernos de Desarrollo Humano No.4 �9 DELINCUENCA, INSEGURIDAD CIUDADANA Y DESARROLLO HUMANO EN HONDURAS MARIO POSAS

y otros, Tegucigalpa, enero-diciembre, 2007, p. 39 IUDPAS-UNAH, Boletín Observatorio de la violencia. Mortalidad

y otros, Tegucigalpa, enero-diciembre, 2006, p.210 Fernando Carrión, “De la violencia urbana a la convivencia

ciudadana” en Fernando Carrión (editor), Seguridad ciudadana, ¿espejismo o realidad? FLACSO (Ecuador)//OPS/OMS, Quito, 2002, p. 18

11 “Country Reports. Honduras through México” in Bureau of International Narcotics and Law Enforcements Affaire, 2009 International Narcotics Control Strategy Report, February 27, 2009, p. 1. Disponible en http://www.state.gov/p/inl/rls/nr-crp/2009/vol1/116522.htm

12 IUDPAS-UNAH, Boletín Observatorio de la violencia. Mortalidad y otros, Tegucigalpa, enero-diciembre, 2007, p. 3

13 Idem14 Roberto Briceño-León y Verónica Zubillaga, “Dimensiones y cons-

trucciones de la violencia en América Latina” en Acta Científica Venezolana, 52, 2001, p. 171

15 Mayra Buvinic, Andrew Morrison y Michael Shifter, “La violencia en América Latina” en Fernando Carrión (editor), Seguridad ciu-dadana, ¿espejismo o realidad?, FLACSO Ecuador, Quito, 2002, pp. 77-83. Véase también Irma Arraigada, “Seguridad ciudadana y violencia en América Latina” en Fernando Carrión (editor), op. cit, pp. 112-116

16 IUDPAS-UNAH, Boletín Observatorio. Mortalidad y otros, Tegu-cigalpa, enero-diciembre, 2007, p. 11

17 IUDPAS-UNAH, Informe especial: muerte de mujeres por violencia intencional, Tegucigalpa, enero, 2009

18 Enrique Inácio Thomé, Victimización y cultura de la seguridad ciudadana en Europa, Tesis Doctoral, Universidad de Barcelona, 2004, pp. 42-44

19 Las Encuestas de Victimización y el miedo al delito. Presentación en PowerPoint.

20 José Miguel Cruz, José René Argueta y Mitchell Seligson, Cultura Política de la democracia en Honduras: 2006, LAPOP/FOPRIDEH/Vanderbilt University, enero 2007

21 Ibidem, p. 9422 Ibidem, p. 9623 Ibidem, p. 9724 Citado por Alejandra Lunecke, “La prevención del delito en Améri-

ca Latina: hacia una evaluación de las experiencias prometedoras” en Universidad Jesuita Alberto Hurtado, Banco Interamericano de Desarrollo y Gobierno de Chile, Políticas de seguridad ciudadana en Europa y América Latina, Santiago de Chile, 2004, p. 92

25 Irma Arraigada, op. cit., p. 11126 Diego Torrente, op. cit., pp. 148-15027 Borge y Asociados, Encuesta nacional de opinión pública.. Seguri-

dad ciudadana Honduras, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), Tegucigalpa, agosto 2007. Presentación en PowerPoint.

28 Borge y Asociados, op. cit.29 Latinobarómetro 2006, p. 3130 Sobre los impactos de la criminalidad y la violencia sobre el de-

sarrollo es de gran interés el ensayo de Robert L. Ayres, Crimen and Violence as Development Issues in Latin America and the Caribbean, World Bank, Washington, 1998, del cual hemos tomado algunas ideas.

31 Ernesto Schargrodsky, Dos factores que reducen el crecimiento: el delito y la ausencia de instrumentos de ahorro de los pobres, Coloquio Latinoamericano, Centro de Estudios de la Globaliza-ción, Yale University, noviembre 19-20, 2004, p. 2

32 Diego Torrente, Desviación y delito, Alianza Editorial, Madrid, 2001, p. 147

33 Idem34 Resumen elaborado a partir de Mayra Buvinic, Andrew Morrison

y Michael Shifter, , op. cit., p. 83 y ss.35 PNUD, Venciendo el temor. (In)seguridad ciudadana y desarrollo

humano en Costa Rica, San José, 2005, p. 5736 Grynspan y Cravero, op. cit., p. 237 Idem

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