de la argumentación

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argumentación social

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  • Emilio Rivano. De la Argumentacin. Santiago: Bravo y Allende Editores, 1999.

  • Contenidos

    Prefacio

    Persuadir y Convencer

    Forma y Razn en la Tradicin Lgica

    Cuatro Lgicas Para el Anlisis Argumental

    Lectura de un Neorretorico

    La Perspectiva Argumental

    Fracaso de la Racionalidad

    Ejercicios y Desarrollos

    Referecias Bibliograficas

  • Prefacio

    Lo que llamamos argumentacin y argumento no es un objeto definido del conocimiento, sino un amplio espectro de posibilidades. De hecho, tampoco se trata de una gama de objetos, en el sentido de entidades estticas. Los argumentos pueden ser vistos con ms propiedad como actividades humanas, crecimientos especficos, y si bien habr en ellos ciertos elementos, rasgos y relaciones parcialmente en comn, no comparten nada esencial que deba elucidarse con insistencia. El intento de reducirlos todos a un comn denominador slo deforma la realidad y produce gran confusin y alienacin. Por otro lado, los intentos esquemticos, los modelos, los principios explicativos, deben tambin ser tomados con cautela: como veremos, son pticas apropiadas para ciertos fenmenos argumentales, otros no. En forma general, en la expresin "teora de la argumentacin", el trmino "teora" debe leerse en primer lugar en el sentido descriptivo. No se trata de una teora explicativa de la argumentacin, sino de un dar cuenta de diversos aspectos y fenmenos en torno a esa variedad inagotable que son las prcticas argumentales.

    En este texto se exploran algunas posibilidades. Una referencia unificadora de estas incursiones la constituyen las ideas de Stephen Toulmin sobre el argumento y la lgica en su The Uses of Argument. Otro origen: Wittgenstein, particularmente en On Certainty y Remarks on the Foundations of Mathematics. Otro bagaje heredado: las ideas de mi padre, sobre el mismo tema y, en parte, elaboradas como comentarios a Toulmin en su Lgica Prctica y Lgica Terica, pero, en forma ms extensa, desarrolladas a lo largo de sus seminarios en Lund, entre 1979 y 1986. Otras fuentes irn brotando por el camino.

    Este libro surge de un curso que hemos dictado Gerardo Alvarez y yo para el postgrado en lingstica de la Universidad de Concepcin. Me alegra poder mencionar en este espacio nuestro extendido intercambio en torno a la argumentacin. El ha introducido los temas y procedimientos de la as llamada neorretrica, que fluyen inicialmente de la obra de Chaim Perelman y Lucie Olbrecht Tyteca. Lo que por mi parte he presentado en dicho curso es bsicamente lo que este libro contiene. El resultado ha sido un contrapunto estimulante y productivo entre posiciones alternativas y muchas veces encontradas, experiencia en la que tambin han participado y a la que han contribuido tres generaciones de estudiantes y algunos colegas.

    En el primer captulo, "Persuadir y convencer", nos introducimos al amplio campo de la argumentacin por estas dos entradas clsicas. Estas se conciben por doquier como propsitos, intenciones, logros, bsquedas del argumentador que constituyen supuestos rasgos esenciales (rasgos definitorios, condiciones necesarias, naturaleza, etc.) de toda argumentacin. Es instructivo, entonces, repasar el significado de estos trminos, esbozar contextos obvios donde aplican, y desarrollar algunos primeros comentarios. Estos ltimos forman a veces un contrapunto con las definiciones iniciales. Como se ver, "persuadir" y "convencer" no nombran nada esencial para toda argumentacin, ni tampoco algo necesariamente relevante. En primer lugar, los trminos son vagos y amplios, nada definido ni unificado se deja nombrar por ellos, sino un conjunto abierto de posibilidades. As, el tipo de conviccin o persuasin, si alguno, que buscan, por ejemplo, un cura con el sermn a su congregacin, un informe econmico en la gerencia de una empresa, una madre al advertir a su hijo, un poltico al argumentar contra un opositor, un deudo en un discurso fnebre, un profesor al ensear una materia, un vendedor al ofrecer un producto, etc. - qu guardan stos en comn? Por otro lado, los contextos mltiples de argumentacin no son caracterizados por estas funciones indefinidas de convencer o

  • persuadir. Muchas veces, aquello simplemente no est en juego; y cuando lo est, no lo est en trminos de una funcin abstracta o genrica, sino como algn propsito particular, algn logro especfico, etc. y dar cuenta de eso puede resultar importante o no para describir el contexto del caso.

    En el segundo captulo, "Forma y razn en la tradicin lgica", se introduce el argumento desde la perspectiva lgica. Esto constituye tanto una herramienta como una referencia bsica para todo estudio sobre el argumento y la argumentacin. La lectura de estos alcances elementales de la lgica, la disciplina que se ha encargado del argumento, su estructura, su forma, elementos y relaciones, no requiere de conocimientos especializados. En este captulo tambin se introducen las ideas de Toulmin, como un desarrollo especfico que se desva de la tradicin.

    El tercer captulo contiene la aplicacin de cuatro lgicas argumentales a un breve texto argumentativo. Estas son cuatro maneras distintas de acercarse al argumento. La primera, la lgica factual, es bsicamente una aplicacin del modelo de Toulmin, es decir, la descripcin de la forma y calidad justificatoria del argumento, descripcin que toma como centrales las dimensiones factuales del argumento, los hechos y campos especficos desde donde surgen las argumentaciones. La segunda, la lgica retrica, es el anlisis del argumento desde los tpicos o lugares comunes. Como se ver, estos tpicos se conciben como transiciones tpicas establecidas en el colectivo. De modo que, ms que 'lugares comunes', se trata de procesos comunes que el retrico emplea para mover a su audiencia. La tercera lgica es la elaboracin de un juego semiformalizado en el que se articula el tipo de argumento en cuestin. As como las otras lgicas, esta suerte de clculo para el argumento aporta su propios elementos y relaciones al anlisis. Una cuarta lgica se aplica en ciertas disputas que vienen a comentar las lgicas empleadas: se trata del esquema de los pros y los contras, un esquema clsico para las discusiones.

    El captulo cuarto es una lectura comentada de un artculo de Charolles, a quien catalogamos como un 'neorretrico'. Se contraponen aqu una manera neorretrica de formatear el argumento y tratar el asunto de su definicin, por un lado, con maneras, ideas y aplicaciones a partir del modelo de Toulmin y tambin comentarios diversos desde una postura antiesencialista, por el otro. Este captulo concluye con ciertas notas filosficas, en las que se articula en forma ms extendida esta postura y se aprecia el contraste radical que sta guarda tanto con la tradicin, como con la percepcin cotidiana de ciertos temas que conectan con la argumentacin, tales como entendimiento, pensamiento, conciencia, forma, regla, definicin, idea y conocimiento. Estas notas son de clara inspiracin wittgensteineana.

    En el captulo quinto se introduce la idea de perspectiva argumental como una herramienta para dar cuenta de contextos donde encontramos posiciones argumentales alternativas para un mismo asunto. Esto conjuga temas anteriores, tales como la nocin de garanta y campo argumental en Toulmin, la nocin tradicional de pertinencia argumental y la de estrategia retrica.

    El ltimo captulo, "Fracaso de la racionalidad", plantea que el apoyo de las garantas cotidianas, las premisas de uso generalizado, va muchas veces a dar al poder: el apoyo argumental, ms all de la academia, no suele ser racional, bajo estndares tradicionales. El apoyo es un apoyo de hecho, no de derecho ante la corte de la razn.

  • Una primera lectura de este texto resultar seguramente ms instructiva y menos enigmtica si se produce de acuerdo al orden dispuesto para sus secciones, de comienzo a fin. El libro contiene una seccin de ejercicios y desarrollos, los que son pertinentes especialmente en conexin con ciertos captulos y temas del cuerpo central. Esto se marca en el texto para las excursiones en cada caso.

  • Persuadir y Convencer

    Contenido

    1. Perspectiva gramatical1.1. Razn-emocin, contemplacin-accin1.2. La audiencia1.2.3. La ilusin de los rasgos definitorios1.3. Topologas de las disputas1.3.1. Antigedad y neoevolucionismo.1.4. La demostracin

    Notas

    0. Sobre el argumento, propiamente, tratarn secciones posteriores. Por ahora interesa discernir un par de matices discursivos. Se trata de los fenmenos relacionados con la persuasin (y disuasin), por un lado, y los relacionados con la conviccin, por el otro. La distincin no es en absoluto tajante y slo bajo ciertas consideraciones, y a veces estipulaciones ms o menos artificiosas, se lograr producir el efecto de una separacin clara entre mbitos distintos. De modo que una distancia crtica ante las subsecciones que siguen es necesaria. Los puntos se presentan como descripciones parciales y postulados, pero todos ellos estn sujetos a una discusin ms extensa. El propsito principal aqu es despertar el pensamiento en torno a estos temas.

    1. Perspectiva gramatical. Una primera aproximacin a la distincin entre 'persuadir' y 'convencer' la ofrece la gramtica misma de estos trminos. Se observar, por ejemplo, que una persuasin se padece (como algo impuesto), mientras que una conviccin se tiene (como algo obtenido). El carcter pasivo del paciente de la persuasin contrasta con el carcter activo del paciente de la conviccin. De all, por ejemplo, que si bien podemos decir tanto (a) A ha persuadido a B, como (b) A ha convencido a B, el papel de B en (a) difiere del papel de B en (b). Se trata de dos papeles distinos: en (a) B ha sido persuadido, en cambio, en (b) B se ha convencido. Produce rechazo decir en (b) que B ha sido convencido, como tambin produce rechazo decir en (a) que B se ha persuadido. El objeto en (a) es un PACIENTE AFECTADO, en cambio en (b) el objeto es un PACIENTE-ACTIVO, es decir, un PACIENTE AUTOAFECTADO o REFLEXIVO.

    Por otro lado, el papel de A tambin difiere en (a) y (b). As, por ejemplo, si 'A persuade', el acto de A tiene un carcter progresivo. En cambio, si 'A convence' el acto tiene un carcter final. De modo que una afirmacin como 'A est persuadiendo a B' fluye mejor que una afirmacin como 'A est convenciendo a B'. Tambin contrasta el carcter externo de la relacin de persuasin con el interno de la relacin de conviccin: en 'A persuade a B' cabe la posibilidad de que B no sea afectado internamente, no sea persuadido. Mientras que en 'A convence a B' esa posibilidad queda excluida. En este segundo caso, B ha sido afectado necesariamente.

    Otra realizacin de este contraste gramatical entre 'persuadir' y 'convencer' se aprecia en la naturalidad con que fluye una afirmacin del tipo 'A fue persuadido en un primer momento, pero luego cambi de opinin', en contraste con la secuencia ms aberrante 'A

  • se convenci primero, pero luego cambi de opinin'. La opinin parece ser algo difcilmente transable, luego de producirse una conviccin.

    1.1. Razn-emocin, contemplacin-accin. A primera vista, puede decirse: La conviccin implica un proceso activo, racional y reflexivo, por parte del participante paciente. La persuasin implica un proceso pasivo, irracional e irreflexivo, por parte del participante paciente.

    Podra decirse: La propuesta persuasiva apela a alguno, en una gama de mecanismos psicolgicos sin mediacin protagnica de la razn. Las persuasiones tienen que ver con nuestras emociones. La propuesta en una conviccin, en cambio, apela a la razn, es decir, hace un llamado a la revisin crtica, explcita, tanto del argumento o los argumentos a favor, como los argumentos en contra de la propuesta o tesis.

    Podra decirse: Slo se logra la conviccin en una audiencia despierta, mientras que se logra la persuasin en una audiencia dormida. Pero aqu 'despierta' significa 'despierta la razn', y 'dormida', 'dormida la razn'. Desde la perspectiva de las emociones habra que decir: se logra la persuacin cuando los motivos priman sobre las razones. Y ese, todo indica, es el estado humano normal en la accin.

    La persuasin tiene como finalidad la accin sin mediacin protagnica de la razn. En tanto el intento de convencer, si bien puede tener como finalidad la accin del otro, hace escala, por as decirlo, en la revisin crtica del asunto. El intento de convencer est mediatizado por la razn. Es en este estado contemplativo donde la conviccin se realiza. De modo que podremos convencernos de algo que implicara obrar de un cierto modo, y, sin embargo, no obrar as, por estar disuadidos de hacerlo, por ser motivos nuestros ms bsicos incompatibles con nuestra conviccin. Es el momento de las racionalizaciones, es decir, la produccin de razones ad hoc para neutralizar nuestra conviccin racional. Por otro lado, no podremos estar disuadidos o persuadidos de hacer algo y al mismo tiempo no hacerlo por estar convencidos de obrar de modo distinto.

    La conviccin trae consigo un estado contemplativo, previo a un eventual acto en consecuencia. La persuasin trae consigo en forma directa el acto consecuente.

    (Bajo el trmino 'propaganda' se comprende una gama riqusima de formas de la persuasin. Bajo el trmino 'ciencia' o 'conocimiento' se comprende una gama de formas de la conviccin. La propaganda es una prctica persuasiva. La ciencia es una prctica racional. Esto no implica, claro, que no tengamos ciencia en la propaganda y propaganda en la ciencia).

    Lo anterior, sin embargo, da por sentado lo que se entiende por "racional" y "razn". Y transforma en cosa tautolgica el que la conviccin nazca de un proceso racional. Estos sern puntos crticos en desarrollos posteriores.

    1.1.1. Una tesis pasa a formar parte del conocimiento de un individuo. Una propuesta persuasiva pasa a formar parte de sus preferencias (tendencias y creencias superficiales). De modo que, al ser exigidos, tendramos que poder reproducir la explicitacin de una conviccin. No as de nuestras persuasiones.

    Tanto las tesis como las propuestas persuasivas afectan el sistema de actitudes del

  • individuo, es decir, el conjunto de inclinaciones.

    Tanto el agente de la persuasin como el de la conviccin puede planificar la formulacin de sus propuestas. Pero mientras en el persuasor no se explicita este proceso, en el convencedor s se explicita.

    Pero, qu quiere decir 'explicitar' aqu? Porque tanto en el intento de persuasin como en el de conviccin tenemos la manifestacin de un proceso. Todo est a la vista. Uno apela a la aceptacin intuitiva, emotiva, inmediata de los contenidos y la propuesta; el otro, a la revisin crtica de los contenidos que justifican una tesis.

    Se nos sugiere: La soltura con la que se aferra una propuesta por va persuasiva contrasta con la firmeza con que se aferra una propuesta por va del convencimiento. Las persuasiones, se dir, van y vienen; las convicciones, en cambio, se quedan.

    S, pero dnde "se aferran"? dnde "se quedan"? Porque si nuestra perspectiva es la de los hbitos, tenemos razones de sobra para pensar que lo que se aferra firmemente aqu a nuestra conducta son justamente las persuasiones, los argumentos retricos, las preferencias irreflexivas, las seducciones del mercado, etc. Es decir, lo anterior nadie lo cuestionar desde una perspectiva platonizante, de dientes para fuera, y todos lo rechazarn en la realidad, en lo que importa a nuestros actos cotidianos, en lo que orienta nuestra conducta efectivamente, de dientes para adentro.

    Entonces lo que se sugiere es que la conviccin de la razn no se aferra a nosotros como lo hacen las persuasiones, que se configuran en los ambientes de nuestras emociones.

    1.2. La audiencia. "Convincente" y "persuasivo" son trminos relativos a una audiencia particular. Sern entonces atributos justificados en la medida en que se produzca la conviccin y la persuasin en la audiencia. As, Agustn nos dice que el interlocutor es persuadido si:

    le gusta lo que prometes, teme lo que anuncias como inminente, odia lo que censuras, abraza lo que recomiendas, se arrepiente de lo que sea que presentas para su arrepentimiento, se alegra de lo que dices es causa de alegra, simpatiza con aqullos cuya miseria tus palabras depictan, evita a quienes le adviertes evitar...y de cualquier otro modo que tu elocuencia pueda afectar las mentes de tus auditores, no slo hacindolos saber lo que debe hacerse, sino hacindolos hacer lo que saben que debe hacerse. (De Doctrina Christiana; citado en Burke, 1969:50)

    Con 'persuasivo' se asocian los mecanismos retricos del argumento. Pero la retrica y la persuasin van mucho ms all de lo verbal. De modo que un abrigo de piel sobre una dama podr persuadir a un burcrata de atenderla bien, por resultarle verosmil que se trate de una persona con influencia y poder, y esto ltimo hacer muy posible una consecuencia negativa, en caso de no tratarla bien, y posible una consecuencia positiva, en caso de tratarla bien.

  • 1.2.1. Un argumento podr ser coherente, consistente, racional -de acuerdo a ciertos criterios- pero no ser por s ni 'convincente' ni 'persuasivo', sino slo relativo a una audiencia. Una persona ser convincente o persuasiva en la medida que as resulte su argumentacin. Lo que se implica con esta distincin entre argumento, por un lado, y argumentacin, por el otro, se ir decantando en el curso de estos desarrollos.

    Pero no es un argumento convincente en la medida en que sea racional, es decir, en la medida en que responda a las exigencias formales de la racionalidad, de la lgica? El asunto es este: para una audiencia que considera la forma lgica del argumento como el criterio fundamental de aceptacin, obviamente un argumento formalmente correcto producir la conviccin deseada. Esta es una audiencia de matemticos, por ejemplo, o de lgicos, o filsofos. Pero las audiencias son variadas y los criterios de aceptacin varan de audiencia en audiencia, de auditor a auditor. Tambin varan estos criterios, como veremos, de campo argumental a campo argumental. La cada de un cuerpo al suelo podr ser cosa probable para un filsofo o lgico, pero necesaria para un fsico; un caballo con alas ser asunto posible para un lgico, pero imposible para un bilogo; un terremoto convencer a una tribu del poder de su airado curandero; un accidente bastar para convencer a alguien de la verdad del Tarot; una manera de hablar ser razn suficiente a una audiencia para garantizar la credibilidad del orador; etc.

    Digamos, por ahora, que el argumento encontrar una definicin ms tcnica que la argumentacin (aunque haya en algunos autores modernos el intento de formalizar las condiciones de toda argumentacin, por ejemplo, en Charolles, 1980, texto que comentaremos ms adelante).

    1.2.2. En Perelman (1983:6) encontramos un desarrollo particular y de inspiracin aristotlica sobre pesuadir y convencer. Citemos brevemente en lo que importa a la audiencia:

    Nous proposons d'appeler persuasive une argumentation qui ne prtend valoir que pour une auditoire particulier et d'appeler convaincante celle qui est cense obtenir l'adhsion de tout tre de raison. La nuance est assez dlicat et dpend, essentiellement, de l'ide que l'orateur se fait de l'incarnation de la raison. (Ibd.:p.36).

    (Proponemos llamar pesuasiva a la argumentacin que no pretende validez ms que para una audiencia particular, y llamar convincente aqulla que busca obtener la adhesin de todo ser racional. El matiz es leve y depende, esencialmente, de la idea que el orador se haga de la encarnacin de la razn).

    Lo que se postula aqu, entre otras cosas, es un doble curso en la audiencia. Por un lado, est la audiencia en cuanto objeto de persuasin del orador, por el otro, est el mismo auditorio en cuanto realizacin del universal racional, i.e. objeto de conviccin del orador. El retrico podr confiar tanto en la irracionalidad como en la racionalidad de su audiencia, de acuerdo a lo que convenga en la argumentacin.

    No negaremos la vigencia de la distincin entre audiencia real y audiencia ideal en el anlisis clsico y como una distincin eventualmente pertinente para descifrar ciertas argumentaciones concretas y aclarar ciertas confusiones. Sin embargo, como veremos, el

  • estatus de una eventual audiencia ideal es cuestionable. Es cierto que el orador puede apelar a los cnones lgicos (conceptuales, semnticos, formales, etc.) del discurso en un momento dado, pero la argumentacin es especfica: no es frecuente el caso, ms all de los muros de la academia, en el que la argumentacin se torne puramente "racional", es decir, en el que la argumentacin se defina, se decida, se aplique con exigencias de racionalidad lgica ajenas al campo de argumentacin del caso particular o independientes de ste. Alguien podr argumentar a la audiencia ideal que la causalidad en la naturaleza es slo probable, que es slo probable que al chocar una bola de billar en movimiento con otra en reposo la primera le transmita movimiento a la segunda. Algo as podr ser probable para la audiencia ideal, pero esa es una audiencia de vacaciones, como dira Wittgenstein. Cuando un asunto como qu ocurre con el movimiento y los objetos se plantea, no son esos criterios de "racionalidad pura" los que importan, sino los del campo especfico de argumentacin, sea ste, por ejemplo, un asunto para fsicos o una discusin entre muchachos en un saln de pool.

    Por otro lado, como veremos, est en cuestin que dichos criterios de "racionalidad pura" sean pertinentes en absoluto en las argumentaciones.

    1.2.3. La ilusin de los rasgos definitorios. Cuando los trminos 'persuasin' y 'conviccin' aparecen en conexin con la argumentacin, se implica por doquier que stos nombran algo constitutivo o definitorio, atributos o rasgos esenciales, condiciones de adecuacin, etc., de toda argumentacin. Esa es una inercia que hay que combatir: convencer o persuadir no son propsitos universales de toda argumentacin. Los propsitos que eventualmente participan en un contexto de argumentacin son diversos e incontables. Por otro lado, no es necesario que se tengan propsitos cuando se argumenta. No es necesario incluir actos mentales, como los propsitos, en el anlisis y la descripcin. Tambin podramos decir: lo que se entiende por 'propsito' requiere criterios colectivos, intersubjetivos, externos, etc. de aplicacin; no se trata de actos mentales. Ese ser un tema que desarrollaremos ms adelante.

    Revisemos mnimamente algunas especificaciones que den forma ms concreta a estas supuestas funciones de convencer y persuadir. Por ejemplo, 'convencer' es un verbo con tres participantes: alguien convence a otro de algo. Pinsese en el otro: de quin se trata? Puede tratarse del interlocutor, o de una audiencia presente, o una audiencia incierta (futura, remota, imaginaria), o ninguna audiencia (como cuando uno busca razones para hacer o no hacer algo). Por ejemplo, un poltico disputa con otro opositor, no para convencerlo, sino para convencer a los votantes. Pero no necesariamente: el poltico puede buscar el ridculo de su opositor, o la lstima de (parte de) su audiencia, o su ira. Son obviedades de la retrica y la dialctica. Pinsese en la estratagema nmero 8 que recomienda Schopenhauer en su Dialctica Erstica :

    Provocar la clera del adversario, pues, en su furor, no ser capz de juzgar correctamente y percibir su propia ventaja. Se irrita su clera hacindole, sin disimulo, algo injusto, vejndolo y, sobre todo, tratndolo con insolencia.

    Los propsitos especficos y sus tipos son incontables. A veces se est argumentando, no para convencer al otro, sino para defenderse del otro. Otras veces, se argumenta conjuntamente para encontrar una respuesta a un asunto. Otras, para lucirse. Otras, para ocupar tiempo. Otras, para despertar sospechas. Otras, para instalar un rumor. Otras,

  • para hacer noticia. Es decir, 'convencer' no est en juego en estos casos.

    Considrese ahora ese algo del marco bsico de 'convencer': de qu se trata? Aqu la tradicin insistir que se trata de una tesis. Qu es una tesis? Notemos que las propuestas para la conviccin son de carcter muy variado: opiniones, imperativos a la accin, exhortaciones, admoniciones, evaluaciones, deseos, valoraciones, demandas de todo tipo, imputaciones, calificaciones, explicaciones, definiciones, identificaciones. La lista no termina, y bajo cada uno de los tipos mencionados se abre una nueva lista abierta de miembros ms especficos. Es decir, hablar de 'tesis' como un objeto de 'convencer' es muy vago; aun no dice nada. Por otro lado, se aprecia en cada una de estas entradas que su eventual participacin en un contexto argumentativo dado no necesariamente se produce como un objeto de convencer. Alguien puede argumentar para despertar un deseo, o llamar la atencin sobre una demanda, o sugerir una solucin, o mencionar una definicin, o hacer una demanda, o acusar con una imputacin, o lograr un sentimiento de identidad, etc. Qu se gana con reducir todas estas series a un nombre comn como es 'convencer a la audiencia de una tesis'?

    1.3. Topologas de las disputas. Vale la pena mencionar, aunque slo sea superficialmente, las distintas formas dialgicas en las que se dan ciertas disputas o argumentaciones. Tenemos aqu una gama amplia; de hecho, un conjunto abierto de topologas dialgicas. Las disputas configuran prototipos de prcticas argumentales, al punto que algunos tericos conciben la argumentacin slo en funcin de cierto tipo de disputa, tpicamente, los alegatos a favor y en contra de una tesis ante una audiencia.

    En las prcticas jurdicas, por ejemplo, nos encontramos con configuraciones clsicas de disputa ante un juez. Aqu las partes se enfrentan y el tribunal autorizado (el juez o jueces, o un jurado) determina el resultado de la disputa. Este fallo se obtiene luego de un proceso argumental adicional en el que se cotejan las posturas enfrentadas y se llega a una resolucin a favor de uno u otro lado en el asunto. Los propsitos o los motivos que llevan a las disputas son incontables: demandas de todo tipo, cuestiones de derecho, de legalidad, de perjuicio, de responsabilidad, de deber. Idealmente, en las prcticas jurdicas el proceso debe ser justo: ambas partes de la disputa deben tener la oportunidad de exponer y ser escuchados y considerados igualmente. En la realidad, sin embargo, como se sabe, se dista mucho de lograr un procedimiento justo. Idealmente, el juez juzga de acuerdo a un cdigo o conjunto de normas, leyes y definiciones. Idealmente, tambin, la deliberacin es pertinente al tipo especfico de disputa. Slo entonces cabe decirse que la sentencia resuelve jurdicamente el caso. Las soluciones salomnicas, entonces, no son prototipos de resolucin jurdica, aunque s terminan con la disputa: partir un beb por la mitad ante la demanda de dos mujeres por su maternidad, dndole una mitad a cada una, no es una resolucin jurdica. Sin embargo, no es el uso de poder lo que descalifica a Salomn como juez, en este sentido. En un sistema jurdico, propiamente, la autoridad del juez es rasgo constitutivo, como tambin el poder tcito del juez de contar con un aparato que haga efectiva la resolucin del caso. El problema con esta solucin salomnica es que no es pertinente a la disputa del caso: las mujeres, las partes disputantes, no estaban alegando por una distribucin equitativa de los quilos del beb, o sus miembros, sino por su maternidad integral. De la pertinencia que guardan la deliberacin y sentencia de un juez con la disputa del caso se dice que es asunto de la lgica. Como veremos (e.g. infra, "Forma y Razn en la Tradicin Lgica": 3; 3.1.), la reverencia que el jurista hace a la lgica debe examinarse: lo que est en uso en la deliberacin justificatoria no es la lgica formal o terica, la lgica de corte matemtico, a pesar de que la opinin generalizada en

  • esta materia es que es justamente esa lgica la que finalmente establece esta pertinencia, sino una lgica aplicada o prctica, una lgica factual, como la llamaremos, en la que los criterios de adecuacin no vienen de las alturas tericas y formales de esta disciplina, sino de los campos mismos desde donde surgen los alegatos y argumentos.

    Otras formas bsicas de la disputa, y emparentadas con las anteriores, se dan en las negociaciones: las partes argumentantes se hacen mediatizar por un intermediario que no tiene facultades para fallar, sino que cumple la funcin de facilitar el dilogo y apunta a la negociacin o el compromiso de las partes para alcanzar un acuerdo entre stas. Se puede decir que las partes de una negociacin son tambin jueces en la disputa: la conclusin del proceso de negociacin, el compromiso o acuerdo, es un constructo de los disputantes, un acuerdo mutuo.

    Parecidas a estas ltimas son las consultas a mediadores teraputicos de todo tipo -familiares, sentimentales, sexuales- en las que el mediador puede ser un profesional entrenado para estos efectos, o un virtuoso natural, o un curandero espiritual, o un charlatn, o un amigo que pasaba por ah, cuyo papel bsicamente es el de ser el receptor espejo de las demandas y quejas de las partes con vistas a alcanzar, en primer lugar, una visualizacin o reflejo de los intereses y caractersticas en conflicto, y, luego, eventuales soluciones por medio de la terapia del caso.

    Mltiples casos dialgicos cotidianos tambin se enmarcan en topologas de disputa. Aqu puede haber jueces, como una pequea audiencia de amigos que aplaude o re a favor de uno u otro en un bar, o en una fiesta, o en la casa, o simplemente un tercero cualquiera que toma el papel de mediador o de juez en una disputa entre dos.

    1.3.1. Antigedad y neoevolucionismo. Vale recordar, por ltimo, algunas formas clsicas de disputas sofsticas de la Grecia Antigua. Resaltan los dissoi logoi, o argumentos de doble curso: es posible argumentar a favor o en contra de cualquier tema. Los sofistas, primeros educadores sistemticos de occidente, entrenaban a sus alumnos en el arte de la discusin desde esta posibilidad del pro y el contra. El propsito de esta educacin era prctico: se trataba de preparar al alumno en el arte de la interaccin pblica, de modo que pudiera hablar con propiedad y salir con ventaja de los incontables contextos confrontacionales de su vida. Son los sofistas, entonces, los primeros tericos de la argumentacin y los tratados aristotlicos posteriores de retrica y dialctica son, en buena medida, logros de esta tradicin. As, en su Retrica, Aristteles nos seala que la retrica es til porque hace posible defender los contrarios, es decir, defender posiciones encontradas con respecto a un mismo tema. Citemos:

    ...de las dems artes, ninguna saca conclusiones contrarias sino slo la dialctica y la retrica, pues ambas tratan igualmente de los contrarios. (I,1:1355a)

    Dems est decir que la herencia socrtica, tica, orienta todo el texto. As, en el mismo desarrollo, concluye:

    No es que sean iguales los objetos contrarios de que se trata, sino que siempre lo verdadero y lo bueno son naturalmente de razonamiento mejor tramado y ms persuasivo. (ibd.)

  • Un comentario obvio con respecto a esto ltimo se refiere al supuesto que trae: lo bueno y lo verdadero, como puntos absolutos de referencia (objetos preestablecidos, etc.). Justamente este supuesto es lo que estara en cuestin desde que se puede argumentar razonablemente en pro de contrarios. El punto es que las posiciones encontradas se adjudicarn ipso facto la verdad y el bien, y no hay criterios que no sean argumentales (de 'campo argumental', como veremos) para determinar lo verdadero y lo bueno: lo verdadero, lo bueno, lo bello, es lo que triunfa, lo que se instala como tal en la disputa, y en la interaccin y convivencia, en general. Por cierto, calificativos como "sofista", "demagogo", "retrico", han pasado al vocabulario de lo dislgico, lo repudiable, lo que debe combatirse o al menos advertirse para no ser afectado. Un logro nada despreciable de la vertiente socrtica del pensamiento. Pero la lucha se plantea muchas veces por establecer quin es el demagogo del caso, y esto lo determina una audiencia, audiencia que, ms veces que no, se deja llevar en esto por el demagogo del caso. Estos temas sern abordados en desarrollos posteriores.

    Con Scrates, la forma de la disputa es particular: su tcnica consista, en parte, en interrogar insistentemente a su interlocutor sobre la definicin de los trminos empleados y las implicaciones de los conceptos, comprobando incoherencias, paradojas, contradicciones, aporas en las tesis por ste planteadas. El propsito de Scrates no era prctico, como con los sofistas. No se trataba de obtener una ventaja relativa y contextual en la argumentacin; se trataba nada menos que de la bsqueda de la verdad.

    Ya sabemos cmo reaccion la sociedad ante una exigencia as, algo anlogo a cmo reaccionara siglos despus ante la exigencia de amor de un Jess. En ambos casos, se trataba de absolutos problemticos. Podemos esbozar interpretaciones encontradas sobre lo que les ocurre a estos personajes: se trata de un mecanismo de castracin social ante empresas vacas, disfuncionales; se trata de un mecanismo de reaccin social ante empresas liberadoras, revolucionarias. Cmo, si no a travs de argumentos para uno u otro lado, podr inclinarse el juicio sobre la adecuacin de una u otra postura?

    Peor aun: muchas veces no hay criterios externos (objetivos, intersubjetivos, etc.) para determinar o evaluar las disputas. Detallemos un poco ms una tercera interpretacin, ms acorde con los enfoques neoevolucionistas de la cultura. En Scrates, por ejemplo, tendramos una figura que encarna programas para el comportamiento humano (instrucciones para la accin) tales como ciertos conceptos de justicia y de razn (y los comandos de base que imponen estos programas en la accin): "s justo", "condena la injusticia", "actua de acuerdo a la razn", "juzga bajo cnones racionales", etc. Estos programas se enfrentan a otros en el caldo cultural de la Grecia de Scrates, otros aparentemente ms primitivos, ms arraigados en la sociedad, otros tales como "busca tu propio bien", "busca tu placer inmediato", "elimina al otro si ofrece peligro, oposicin". Estos ltimos programas se encargan de matar a Scrates. Por otro lado, los programas "socrticos" no mueren porque muera una de sus mquinas. Muy por el contrario: una de sus estrategias consiste en convertir estas derrotas parciales en victoria final, asunto de tctica y estrategia, digamos. Porque al cometer la sociedad injusticia a Scrates, de acuerdo a sus propias predicciones y caracterizaciones, sta no hace sino confirmar a Scrates en tanto alternativa de vida, de coherencia, estabilidad, predecibilidad, valor. La lucha de los programas no se da en el marco temporal de una generacin humana, sino en la dimensin histrica.

    Otro tanto podra decirse de la figura de Jess. Y considerando la siniestra historia de la

  • Iglesia Catlica, bien cabra concebir esta secta como un grupo de infiltrados: se trata de simulacros de cristianos. La programacin "cristiana" tiene tal xito que los programas precedentes opuestos y enemigos terminan por adaptarse, acomodarse al nuevo formato, por pura conveniencia, supervivencia, parasitismo. As podemos ver la figura de Constantino y lo que ocurre en Roma con la transicin al cristianismo. Desde la perspectiva neoevolucionista, se tratara de estrategias de disfraz: la programacin precristiana del Imperio se pone piel de cordero para soportar la tormenta de los nuevos rebaos. Tipos de efectos sociales y psicolgicos de esto: ambigedad, contradiccin, doble curso en las interpretaciones y en la accin, hipocresa, esquizofrenia, etc. Ahora bien, como se dijo, esta lnea interpretativa neoevolucionista, enfrentada a otras perspectivas de interpretacin, se adjudica ipso facto la verdad (adecuacin, validez, etc.) de sus contenidos. Y no hay criterios externos para determinar cul ptica es la correcta. Luego, no se puede hablar de 'correcto' en este contexto. Se trata de pticas alternativas. Los nuevos tiempos traen pticas particulares: son los nuevos cuentos de la ciencia humana sobre la humanidad.

    1.4. La demostracin. La demostracin es el establecimiento de la conclusin deseada a travs de un proceso inferencial. En forma ms generalizada, por 'demostracin' cabra entenderse el acto a travs del cual se logra la conviccin. Estos actos demostrativos son formas varias para establecer una certeza o creencia, tpicamente, actos verbales a favor o en contra de alguna propuesta, afirmacin, opinin, exhortacin, orden, etc., o para alcanzar una tesis, para establecer una distincin, para revelar una apora, etc. Los medios y propsitos especficos son incontables. Por otro lado, los actos demostrativos no necesitan ser hablados, pueden ser actuados (actuacin, mmica, gesticulacin, danza, movimientos), indicados (mostracin), escritos o sealizados de alguna manera (lenguajes visuales y tactiles - e.g. dibujo, vestuario, maquillaje, caricia) o simplemente realizados (manufactura, culinaria, etc.). Estos actos aparecen inscritos en lo que siguiendo a Wittgenstein podramos llamar juegos del habla: contextos varios donde el entendimiento humano est operando. Es decir, un acto demostrativo no es algo que se defina a priori como tal, sino que acontece como tal en un contexto humano dado. Por razones que no podremos sino sugerir por medio de la expresin "alienacin de la cultura letrada de Occidente", la demostracin se ha asociado desde siempre con los medios verbales -"argumentales"- de la comnunicacin humana.

    Entre otras, el trmino 'argumento' nombra una variedad de formas en las que se manifiestan intentos de demostracin. Estas formas pueden ser caracterizadas en trminos generales con la biparticin propuesta-fundamento. Es decir, algo se propone o afirma (una frmula del saber, una frmula para la accin, una frmula para la valoracin, una frmula para la evaluacin) y aquello que se propone se basa en otras cosas. El argumento es la unidad propuesta-fundamento. Es frecuente, mas no en este estudio, usar los trminos 'argumento' o 'razn' para designar la parte 'fundamento' de este constructo. Se habla, por ejemplo, de un argumento o razn a favor de una tesis, en el sentido del fundamento que la avala.

    Del fundamento de un argumento se dice que es el apoyo racional de la propuesta: aceptado el fundamento, la propuesta queda firme en nuestra conviccin.

    Por qu queda firme? Qu se entiende por apoyo racional? Esas son cuestiones de cuyo planteamiento se desprende un elemento paralizante: cualquier respuesta satisfactoria estara implicando lo que se proponen explicar. En todo caso, son preguntas que ms vale

  • enfrentar luego de haber revisado algunos modelos explicativos sobre el argumento.

    Notas

    - Un argumento es un todo de partes. El mecanismo que opera en el argumento ha sido estudiado con xito desde Aristteles (Primeros Analticos). En Toulmin (1958), como veremos, tenemos una reformulacin del modelo aristotlico o silogstico, una suerte de puesta en escena del silogismo (en la escena jurdica o justificatoria). Nada parecido tenemos con respecto a la argumentacin, sino el conglomerado de esquemas argumentales en la Retrica de Aristteles, que reformulan Perelman y Olbrecht-Tyteca (1958). Tambin en Aristteles, en Tpicos y en De Refutaciones Sofsticas, tenemos, por un lado, una revisin de los tpicos o lugares comunes que pueden servir de puntos de partida en la argumentacin y, por el otro, la revisin de las falacias o argumentos fallidos con apariencia de validez, lo que tambin se trata en Perelman y Olbrecht Tyteca (ibd.) y que encuentra tratados muy instructivos en Schopenhauer (1864) y Rivano, J. (1966).

    - Para una visin general de la persuasin, especialmente desde la perspectiva de las actitudes y normas de conducta, ver Reardon (1981/91).

    - Ver tambin Ehninger (1974:cap.I) para un desarrollo afn al de esta seccin, pero en trminos de influencia sobre creencias y conductas.

    - Observemos, finalmente, que la subseccin 1.1. contiene un argumento implcito -que cabra calificar de realismo lingstico- en trminos de un procedimiento que deriva fenmenos reales a partir de propiedades lingsticas. Cabra revisar tal implicacin, empresa que no emprenderemos ac, pero que puede servir como ejemplo de argumento. La referencia obvia es el argumento conocido como la hiptesis de Sapir y Whorf, como tambin el supuesto bsico de toda filosofa lingstica.

  • Forma y Razn en la Tradicin Lgica

    Contenido

    2. El argumento: forma y validez2.1. Validez y verdad2.2. Inferencia2.3. Forma3. Toulmin: lgica de hecho y de derecho

    1. Slo cabe especular sobre el tipo de hecho o fenmeno que es la conviccin por va argumentativa. Estamos ante una variedad concreta de fenmenos. No se trata de la conviccin, como algo que se repite idntico cada vez que resulta apropiado nombrar as el hecho. Las convicciones varan de acuerdo a los contextos especficos en los que emergen. Algo logra afectar en nosotros una percepcin clara (intuicin lgica, razn humana, hbito de regla, conocimiento subsidiario...) de la firmeza que une ciertas proposiciones que aparecen en contextos comunicativos diversos. Las proposiciones del caso son de cualquier ndole (de tipo cognitivo (del saber), volitivo (imperativos a la accin), valorativo (juicios estticos, ticos), religioso (de creencias)); en ellas, una cierta firmeza une la secuencia total en cada caso. Podemos ver en la secuencia (que siempre cuenta con un grado de elipsis) una apelacin implcita a una regla del lenguaje. Esta apelacin puede ser formulada as: "si aceptas esto (fundamento), tienes que aceptar esto otro (propuesta), basado en las reglas pertinentes del lenguaje para este caso". Aqu "regla del lenguaje" quiere decir "regla de uso" i.e. norma de cmo funcionan las premisas y conclusiones en una situacin comunicativa particular.

    1.1. Sobre esos mltiples contextos comunicativos comentaremos ms adelante. Es sobre las formas de la conviccin y, en especial, las formas de las proposiciones cognitivas que llevan a la conviccin que trataremos ahora. La disciplina encargada en Occidente de las formas vlidas del argumento es la lgica. En lgica, se entiende por 'argumento' un constructo simblico que representa el conjunto de elementos y relaciones que participan en la formacin de las proposiciones-tesis (principalmente proposiciones cognitivas).

    (La lgica es un ejemplo clsico de metalenguaje, por lo que se filtrar una ambigedad en el uso del trmino 'argumento': se entender por argumento tanto el complejo mismo que se produce en una argumentacin, como el constructo simblico que se usa para representarlo. Es ms, la teora lgica se elevar, desde su despegue en Aristteles, a alturas insospechadas, hasta llegar a concebir el argumento como formas universales de validez, con realidad propia, independiente de la experiencia. Este es un tema que Toulmin resalta en su Introduccin (1958:2-3) y se comenta y desarrolla en Rivano J. (1984))

    La lgica comienza en Aristteles como 'la ciencia de la demostracin', como la episteme de la apodeixis. (Aristteles: Primeros Analticos en el Organon. Ver Toulmin bid.:1-2; Van

  • Eemeren et al. 1987:Cap.2; Rivano, J. 1984). Aqu cabe todo un desarrollo acerca de la apodeixis en los tiempos de Aristteles y en sus textos y de cmo la lgica ha pasado de ciencia de la argumentacin, como concebiblemente la conceba Aristteles, a la disciplina formal que es hoy, a una rama de las matemticas. Porque en Aristteles la argumentacin es la actividad de la que se nutre la lgica (llamada 'anlisis' en los textos griegos): hay una episteme o ciencia, que tiene por objeto de su saber esa prctica (praxis) que es la apodeixis (argumentacin, demostracin, justificacin, son conceptos indistintos en este origen). No hay una escisin entre la ciencia, su objeto, la realidad, y la tcnica o arte, as como se manifiesta en lgica moderna. En esta ltima el objeto de la lgica son las formas lgicas, entidades abstractas, sin conexin clara con la realidad, ms bien, de una supuesta realidad lgica propia (a priori, trascendental, etc.). Esto, sin duda, no deja de deberse al logro formal que es la teora del silogismo en Aristteles.

    2. El argumento: forma y validez. La lgica se autodefine como un medio de verificacin argumental: la lgica est encargada de establecer la validez de los argumentos. Un argumento es una secuencia de proposiciones (afirmaciones), una de las cuales, la conclusin, se propone como una consecuencia lgica (lgicamente deducible) de otras, las premisas. Veamos ejemplos:

    (A) p1 Marcelo Ros es un lingista o Noam Chomsky es un tenista

    p2 Marcelo Ros no es un lingista

    c luego, Noam Chomsky es un tenista

    (B) p1 algunos lingistas son chomskistas

    p2 algunos psiclogos son lingistas

    c luego, algunos psiclogos son chomskista

    Tenemos en A(p1) una disyuncin general: alguien es L u otra persona es T. En A(p2) tenemos un hecho particular, un dato: ese alguien no es L. Dada la disyuncin general y el dato particular se concluye en A(c) que esa otra persona es T. Los argumentos, entonces, producen propuestas, a saber, que ciertas conclusiones se obtienen de ciertas premisas. Es tarea de la lgica establecer los tipos de argumentos que producen conclusiones vlidas. En lgica, esta tipologa es algo que se obtiene por va de la forma argumental, independientemente de los contenidos especficos de la proposiciones constituyentes.

    2.1. Validez y verdad. Para responder a la pregunta "qu es una argumentacin vlida?" cabe distinguir entre 'validez de un argumento', por un lado, y 'verdad de su conclusin', por el otro. No todo argumento vlido produce conclusiones verdaderas (e.g. (A) arriba) y no todo argumento que produce conclusiones verdaderas es vlido (e.g. (B) arriba). Hay, entonces, argumentos vlidos con premisas falsas (A) y argumentos invlidos con premisas verdaderas (B).

  • La validez de un argumento es asunto distinto de la verdad de las proposiciones constituyentes (premisas, conclusin). En lgica, de un argumento se dice que es vlido, es decir, que su conclusin se extrae lgicamente (sin otra mediacin que el entendimiento) de las premisas, no que es verdadero.

    En un argumento vlido, si las premisas son verdaderas, tambin lo es la conclusin, necesariamente.

    Obviamente, de las combinaciones posibles destaca el argumento que es tanto vlido como verdaderas sus premisas:

    (C) todo organismo es mortal

    las bacterias son organismos

    luego, las bacterias mueren

    La lgica moderna se limita a estudiar validez. Es tarea de otras disciplinas la de obtener premisas verdaderas (confirmadas). Es decir, la premisa general, o premisa mayor "todos los organismos son mortales" no se establece por lgica. Ser asunto, eventualmente en este caso, de la biologa establecer la verdad de una generalizacin as.

    2.2. Inferencia. Tambin podemos decir: La lgica estudia las condiciones bajo las cuales ciertas conclusiones pueden ser establecidas o inferidas en forma vlida a partir de ciertas premisas. La inferencia es el transcurso de esta operacin lgica. As, entonces, podemos reformular un argumento como (C) arriba en una secuencia condicional: el esquema (C) es equivalente al enunciado "si todo organismo es mortal, y las bacterias son organismos, entonces, necesariamente, las bacterias mueren". Hemos transformado (C) en un enunciado condicional de la forma "si...entonces...", donde el lugar del antecedente lo ocupan las premisas y el del consecuente la conclusin.

    La lgica, desde esta perspectiva, puede ser descrita como la teora de la inferencia y de la relacin de consecuencia en la que la inferencia se basa.

    2.3. Forma. Al desarrollar su teora de la inferencia, entonces, la lgica considera los argumentos slo con respecto a su forma, no su contenido: la validez de los argumentos no slo es independiente de la verdad de sus premisas, sino de los contenidos mismos en cuestin, de los infinitos tpicos que pueden argumentarse.

    No se pretende entregar un test de validez para cada argumento con tpico distinto. La validez, por el contrario, se comprende como validez formal (universal), y las condiciones para la inferencia vlida son condiciones formales de la inferencia vlida.

    La lgica se limita a aquellos argumentos cuya validez depende exclusivamente de su forma lgica y de la forma lgica de la proposiciones que los componen. El argumento enunciado pasa a considerarse como una instancia de las formas argumentales vlidas correspondientes.

  • 2.3.1. Si bien no existe acuerdo o descripcin satisfactoria de lo que se entiende por forma lgica, bastar comparar A' y B' para percibir los rasgos centrales del asunto:

    (A') llueve o brilla el sol p o q

    no llueve no p

    luego, brilla el sol luego q

    (B') todos los lingistas son chomskistas todos los M son P

    todos los fonlogos son lingistas todos los S son M

    todos los fonlogos son chomskistas todos los S son P

    donde p y q denotan proposiciones y S, P, y M denotan clases.

    Las anteriores son formas vlidas de inferencia. Llnense los espacios variables en las distintas frmulas con cualquier contenido idneo y se obtendr un argumento formalmente vlido.

    3. Toulmin: lgica de hecho y de derecho. Toulmin (1958) reformula la figura silogstica en trminos de ciertos casilleros funcionales que toda buena argumentacin justificatoria debe articular. Si la forma lgica constitua la columna vertebral de la evaluacin del argumento desde la tradicin lgica, la forma jurdica, el proceso justificatorio en los tribunales, constituye la norma para la evaluacin del argumento en el modelo de Toulmin.

    Toulmin formula la funcin de la premisa mayor en trminos de lo que l llama 'garanta'. Una garanta es una regla general, una licencia que me permite ir de un caso dado, un hecho o algo que se da como verdadero, a una conclusin. Esta funcin de lo dado, del hecho, que Toulmin llama 'dato', corresponde a la premisa menor en la versin silogstica. Por ejemplo, yo s que todos los chilenos menores de edad necesitan una autorizacin de sus padres para salir del pas. Esa es una garanta, un principio general. Al momento de enfrentarme a un dato, un hecho como la salida de un menor, puedo afirmar (concluir, instruir, ordenar, demandar, sentenciar, sugerir, etc.): necesita autorizacin de sus padres. Pas del dato a la conclusin por va de la garanta. La garanta, por su parte, deriva de un 'apoyo' o 'respaldo', que es la base emprica (trtese de un cdigo legal, una teora cientfica, un estudio estadstico, una costumbre arraigada, etc.) desde donde surge la garanta. La funcin de apoyo, entonces, es una categora relativamente novedosa en el esquema argumental.

    Por otro lado, la funcin de apoyo algo recuerda al tekmerion, es decir, la categora que nos remite a los fundamentos, razones o base emprica para una opinin, creencia, tesis, etc., categora que circula en Grecia en forma generalizada ya en la era de los sofistas.

  • La garanta es una licencia formal, una instruccin automtica que me permite extraer conclusiones. Pero su sentido, su lugar de origen, sus modalidades, campo especfico de donde surge, es el apoyo, que ya corresponde a otra dimensin. En el apoyo est toda la informacin pertinente para la garanta. En este caso, el apoyo es el texto legal, el cdigo donde se establecen las normas jurdicas que estipulan los requisitos para la salida de un menor del pas. All encontraremos excepciones y otras cualificaciones a la norma general que formula la garanta. Estas cualificaciones debern reencontrarse en la conclusin: la conclusin est siempre cualificada en funcin del apoyo del argumento del caso. As, por ejemplo, el cdigo contempla casos de nios sin padres, o casos de padres imposibilitados para emitir la autorizacin, etc. Todo eso deber aparecer en la conclusin del argumento, de ser necesario.

    La anterior es una presentacin simplificada del modelo argumental de Toulmin. Volveremos a aplicar e insistir sobre el modelo en desarrollos posteriores. Se observar que la figura es la silogstica, pero ahora en un terreno especfico. La conclusin no aparece como algo ya contenido en las premisas, sino como algo con valor prctico, informativo; un aporte con sentido, no una mera tautologa o redundancia. No es slo la forma argumental lo que est operando para dar validez al argumento, sino los contenidos mismos del argumento en cuestin. Es en la dimensin de los hechos, dimensin explcita en las funciones de apoyo y dato del modelo, donde el argumento se articula.

    3.1. Ya hemos advertido que la pertinencia de las deliberaciones y las sentencias con respecto a los casos particulares se ha tratado tradicionalmente en derecho como asunto de lgica. El modelo de lgica implicado, sin embargo, es de corte formal: es la lgica de los lgicos, la lgica terica, la que finalmente avalara la pertinencia del caso.

    Toulmin ha levantado un modelo de anlisis argumental basado en las prcticas jurdicas, basado en el tipo de proceso justificatorio de los argumentos que se ventilan en los tribunales. En este modelo, la lgica de corte matemtico es reemplazada por una lgica prctica o fctica, que mejor se aplica a los argumentos as como stos de hecho se dan y tienen curso en las argumentaciones. El alegato real nunca es formal, sino sustancial: las categoras del caso se rigen por los criterios especficos de aplicacin del campo argumental en curso. Por lo dems, esto siempre ha sido as: los argumentos apelan a los criterios especficos de las cuestiones tratadas, no a criterios universales y abstractos. As, por ejemplo, un juez debe determinar si es posible que un cuerpo humano salga con vida y aparentemente sin daos luego de una cada de 100 metros. El juez consulta a un experto. El fisilogo asegura al juez que aquello es imposible, que la estructura sea del cuerpo humano no puede resistir una cada as, etc. La categora de 'imposible' est siendo usada desde criterios especficos para el asunto. No se trata de un imposible a secas, en abstracto. No hay nada de contradictorio en decir "cay de una altura de 100 metros y se par y sigui su camino". Pero nuestro juez no est interesado en la categora de imposible en trminos puramente formales, el imposible sin materia alguna, sin aplicacin especfica, el imposible de las matemticas. El juez no ha llamado a un matemtico o a un lgico para consultar sobre el significado formal de la categora de imposible. No hay nada de contradictorio o imposible, formalmente, en que una persona caiga 100 metros y siga tranquilamente su camino. No es inimaginable que as ocurra. Sin embargo, en los argumentos reales, no es el asunto formal, abstracto, inmaterial, lo que est en juego, sino algo concreto y especfico. Eso es imposible como hecho fisiolgico, no como mera posibilidad conceptual o formal.

  • En sus desarrollos crticos, Toulmin ha insistido en esta dimensin prctica de los argumentos, hacindonos ver lo que siempre hemos practicado, a saber, que los asuntos que nos ocupan al argumentar son asuntos reales, sustanciales. Su intento es a la vez un intento de devolver la lgica al terreno prctico del que nace, a ser una ciencia de la prctica argumental (una episteme de la apodeixis). La lgica, nos sugiere, es jurisprudencia generalizada.

    * *(Ver "Analtico-sinttico" en Ejercicios y Desarrollos)

  • Cuatro Lgicas Para el Anlisis Argumental

    Contenido

    I. Lgica Factual

    1. Esquema de anlisis1.2. Explicaciones1.2.2. Parfrasis y frmulas conectivascomo criterios de adecuacin2. Comentarios

    II. Lgica Retrica: la argumentacin a travs de los tpicos

    2. Esquema de anlisis2.1. Trminos del anlisis3. Disputa. Pro13.1. Contra13.2. Contra-Contra13.3. Pro23.4. Contra-Pro23.5. Contra-Contra-Pro23.6. Contra23.7. Contra-Contra2

    III. Lgica Semntica

    1. El argumento como juego1.1. Semntica del imperativo de no quedarse atrs2. Disputa.Pro12.1. Contra-Pro12.2. Contra-Contra-Pro12.3. Pro22.4. Contra12.5. Contra-Contra1

    IV. Comentario Final

    Apendice

    1. En este captulo se aplican y comentan cuatro lgicas o gramticas argumentales, es decir, cuatro maneras diferentes de describir el fenmeno argumentativo. Tambin podramos hablar de cuatro perspectivas hacia el fenmeno, o dimensiones del mismo.

    El texto argumentativo donde articularemos tres de estas lgicas es una comunicacin firmada por la tesorera y el presidente de una junta vecinal (ver Apndice), en la que se solicita a los vecinos que aumenten en 1.000 pesos la cuota mensual que stos pagan por concepto de vigilancia del lugar. Lo que interesa ac, en primer lugar, es el prrafo que comienza con la frase "Desde hace dos aos" y termina con la frase "para exigirles an ms en sus obligaciones". Citemos la parte relevante:

    Desde hace dos aos que nuestros Vigilantes Privados reciben la misma remuneracin, en consecuencia que el IPC anual fue del orden del 17%. Considerando que ellos, como cualquier persona, sufren de apremiantes necesidades, solicitamos a usted autorizar el aumento de su cuota mensual en $1.000 (mil pesos), lo que adems nos respaldar para exigirles an ms en sus funciones.

  • En este prrafo se encuentra la argumentacin central del texto. Otros aspectos, como el intento de obtener un compromiso formal a travs de la puesta de nombre, nmero de carnet de identidad, direccin, suma a aumentar, y finalmente, la entrada ms fuerte, firma del vecino en cuestin, sern dejados de lado.

    Las lgicas o gramticas que articularemos sern: (a) lgica factual, (b) lgica retrica y (c) lgica semntica. Una cuarta lgica de la argumentacin ser aplicada en las "disputas" de las lgicas retrica y semntica. Es decir, esta cuarta lgica no se aplica al texto argumetativo recin citado, sino a las lgicas que analizan dicho texto. Sin embargo, la exposicin de esta cuarta lgica, ms all de lo que diremos aqu, quedar implcita. Se trata del esquema de los pros y los contras sobre un tpico (tema), esquema clsico de la disputa sofstica clsica y acadmica en general, y expuesto ltimamente por Naess (1960). Su aplicacin es tan obvia que no requiere mayor explicacin. En breve, se trata de la posibilidad de tomar dos posiciones frente a un tema, una "pro" (a favor), y la otra "contra" (en contra). Cada posicin puede pasar a ser tema, de modo que para cada posicin se abren dos opciones, una "pro" y una "contra". Y as sucesivamente. El nmero y tipo de posiciones que se puede tomar es indeterminado. En trminos de los contextos de habla que se dejan modelar por la perspectiva del pro y el contra, destacan, por un lado, la variante desimplicada, pro y contra (pro et contra), donde alternamos como participantes libremente entre los argumentos a favor y los argumentos en contra de una tesis, sin habernos definido inicialmente por uno u otro lado, y, por el otro, la variante interesada, pro o contra (pro aut contra), donde cada participante ha definido su posicin a favor o en contra de una tesis que se debate. Desde una perspectiva ms individualizante, destacan, por un lado, el contexto donde la revisin de los argumentos es pro et contra, i.e. desimplicada, y, por el otro, el contexto donde la revisin de los argumentos se efecta con vistas a definir una posicin, i.e. pro aut contra, sopesando los argumentos a favor y en contra entre s con vistas a llegar a una definicin.

    * * *

    (Ver "Pro, Contra..." en Ejercicios y Desarrollos)

    I. Lgica Factual

    1. Llamar 'lgica factual' al anlisis de los textos argumentativos a partir del modelo de Toulmin (1958), debido a la prevalencia que aqu tienen los 'Datos' y el 'Apoyo' del argumento, categoras que nos remiten a la dimensin de los hechos. Pero la aplicacin ser algo distinta a las que encuentro en Toulmin. En especial, tenemos encadenamientos argumentales, y la propuesta de dividir el argumento principal en "caso", por un lado, y "sentencia" o "juicio", por el otro. Tambin difiere esta aplicacin en la no codificacin de los Apoyos para el caso que analizamos: en Toulmin la codificacin del Apoyo se da por apego al modelo jurdico, donde el Apoyo nos remite siempre a un cdigo (estatutos, leyes, textos constitucionales), rigidez innecesaria en la aplicacin generalizada del modelo. (Desarrollos introductorios a Toulmin (1958) se encuentran en e.g. Rivano, J. 1984; Toulmin et al, 1979; van Eemeren et al, 1987; Atienza, 1993).

    2. Esquema de anlisis. El texto argumentativo en cuestin consta de dos argumentos, uno de los cuales es principal. El argumento principal puede ser analizado como un argumento en dos partes: el caso y la sentencia, respectivamente. Esquematicemos:

  • Argumento Principal

    (1) Caso o alegato (esquema de razn):

    G: Remuneracin debe incrementar de acuerdo al IPC

    (=Potencial de consumo del sueldo debe mantenerse)

    (aludida en "ellos, como cualquier persona, sufren de apremiantes necesidades" i.e. 'las necesidades bsicas son constantes')

    A: (implcito) Funcionamiento de mecanismo salarial

    D2: El IPC anual ha incrementado en un 17%

    D1: Remuneracin de vigilantes no ha incrementado durante dos aos

    C: Remunaracin de vigilantes debe incrementar en 2X17%

    (2) Juicio o sentencia (esquema de accin):

    G: Remuneracin de vigilantes debe incrementar (=Conclusin de alegato)

    D: Usted es quien paga la remuneracin de los vigilantes

    C: Usted debe pagar incremento

    Argumento Secundario

    ("el aumento de su cuota mensual...nos respaldar para exigirles an ms en sus funciones")

    G: Exigencia laboral puede aumentar si remuneracin aumenta

    A: (implcito) Norma y procedimiento laboral

    D: Aumentaremos remuneracin (=Conclusin de argumento principal)

    C: Podremos aumentar exigencia laboral

    2.1. Es obvio que el modelo permite una variedad de versiones en su aplicacin. Otra versin de lo mismo es, por ejemplo (para el argumento principal):

    Argumento Principal

    caso:

    G: salarios de todos deben seguir el IPC

  • A: justicia econmica bsica/necesidades bsicas constantes

    D: salarios de los vigilantes no han seguido al IPC

    C: los vigilantes deberan aumentar su salario de acuerdo al IPC

    auto-sentencia:

    G: todos los salarios deben seguir el IPC

    D: nosotros pagamos el salario de los vigilantes

    C: nosotros debemos pagar el salario de los vigilante de acuerdo al IPC

    Trabajaremos con la primera versin, esbozada en 2.

    2.2. Explicaciones. En los cuadros anteriores, hemos llenado los casilleros funcionales del esquema de Toulmin. Estos son: Garanta (G), Apoyo (A), Dato (D) y Conclusin (C). Como se aprecia, una Garanta es una licencia, un permiso que nos dice "si esto, entonces tambin esto otro", o "todos los x son tambin y". La Garanta es en su naturaleza puramente formal. Un Apoyo, en cambio, es el cuerpo de contenidos desde donde emana la garanta. El Apoyo nos remite al mundo emprico, al mundo sustancial, a investigaciones, a un cdigo, a un texto, a supuestos sociales, a normas sociales que todos aceptan. La Garanta formula una implicacin o generalizacin a partir de un Apoyo, estableciendo as un puente para pasar de un dato especfico a una conclusin. El Dato es un hecho puntual del mundo emprico, una informacin parcial que se subordina a la generalizacin formulada en la Garanta. Dado el dato y aceptada la Garanta, estamos autorizados a operar con la Conclusin. La Conclusin aparece como un enunciado justificado en el esquema. Por otro lado, el esquema deja al descubierto los fundamentos de la justificacin, por lo que abre las propuestas al examen crtico. Comentemos, por el momento, el argumento principal.

    En el texto en cuestin, la Garanta del argumento principal es "los sueldos deben reajustarse de acuerdo al costo de la vida" (o, lo que es lo mismo, "todos los sueldos se reajustan al son del IPC" o "si ud. recibe un sueldo, entonces su sueldo se reajusta", etc.). La frmula especfica para nombrar la Garanta poco importa. Importa, sin embargo, para reflejar en forma clara las relaciones lgicas del argumento en cuestin, mantener constantes los valores de las posiciones una vez fijos stos. Especialmente, deben mantenerse constantes o al menos identificables la formas del sujeto y el predicado de la garanta (o el antecedente y el consecuente de la Garanta), ya que de all se desprende el aspecto formal de la conclusin (el hecho de que all reencontremos al predicado o al consecuente de la garanta). La frmula empleada aqu para nombrar la Garanta es REMUNERACION DEBE INCREMENTAR DE ACUERDO AL IPC. Como vemos, reencontramos este predicado en la Conclusin, que es REMUNERACION DE VIGILANTES DEBE INCREMENTAR EN 2X17% (=DE ACUERDO AL IPC).

    Una Garanta se sustenta en un Apoyo, que es la base concreta desde donde surge la Garanta. El Apoyo, como hemos dicho, se constituye por conglomerados de hechos reconocidos, estatutos, cdigos, otras normalizaciones ms o menos explcitas en la comunidad. Lo que constituye un Apoyo vara de acuerdo al campo argumentacional: en

  • ciertos argumentos, un Apoyo es un estudio estadstico, en otros, estudios antropolgicos, en otros, estudios psicolgicos, mediciones, observaciones, registros, opiniones y creencias aceptadas. La Garanta es una Conclusin generalizante a partir del Apoyo. (La Garanta es como un billete, el Respaldo es su valor en el sistema econmico: Usted puede comprar con este papel-billete (G); porque as se lo permite el sistema econmico del lugar (A)).

    2.2.1. Lo anterior resume las funciones del "caso" o "alegato" en curso en el texto en cuestin. Al alegato le sigue una sentencia, tambin empaquetada en forma argumental. En la sentencia entra la Conclusin del alegato, reformulada ahora como Garanta y otro Dato, a saber, el hecho de que es cada uno de los vecinos que con su mensualidad determina el sueldo de los vigilantes. Esto da lugar a la sentencia o Conclusin final, ya en la dimensin de la accin: usted debe pagar el incremento. Se observar que la forma argumental no ha cambiado significativamente al ir de alegato a sentencia. Pero el contenido de la sentencia es un llamado a la accin, mientras que el alegato se mantiene en un terreno contemplativo. El movimiento que une al alegato con la sentencia es "reflexione y luego obre en consecuencia", frmula que captura un movimiento que aparece como central en la argumentacin en general, de acuerdo al modelo lgico tradicional y tambin lgico-factual.

    2.2.2. Aplicacin recursiva del modelo y frmulas conectivas como criterios de adecuacin. No comentaremos mayormente los apareamientos o correspondencias que cabe establecer entre el texto mismo, por un lado, y las funciones del esquema argumental, por el otro. El tema requiere de un desarrollo de envergadura. Necesitamos un instrumento que realice el trnsito entre trozos del texto original, por un lado, y los contenidos de las funciones argumentales en el esquema, por el otro. Tambin se requiere un instrumento que coteje la forma argumental del texto original en relacin a la forma del esquema analtico.

    Por ejemplo, cmo leo o extraigo del texto en cuestin la Garanta del caso? La sugerencia en el esquema es que ciertos trozos del texto aluden a la Garanta. De modo que la Garanta REMUNERACION DEBE INCREMENTAR DE ACUERDO AL IPC, sera aludida por el trozo "ellos, como cualquier persona, sufren de apremiantes necesidades", interpretada como "las necesidades bsicas son constantes" (por lo que no podemos retroceder en capacidad de consumo, etc.). Pero se advertir que esto es an muy dbil como para configurar un mtodo para establecer las correspondencias en cada caso. Bsicamente, el anterior es un procedimiento de parfrasis, en donde, si es necesario, se reformula el contenido del texto argumental para que cumpla con las demandas del esquema terico. Hasta all, bien. Pero, cules son los criterios para determinar la validez de las parfrasis? Este hilo de consideraciones tiene el aspecto clsico de un infinito insuperable de objeciones.

    Un mtodo para establecer la parfrasis es la aplicacin del mismo esquema argumental, esta vez para este otro propsito. Es decir, un uso recursivo del modelo. As, podemos parafrasear (en forma analtica, por puro entendimiento del lenguaje) el enunciado "cualquier persona sufre de apremiantes necesidades" en trminos de "las necesidades bsicas son iguales para todos" y de all, dado lo que sabemos sobre el costo de vida y los sueldos, y dadas ciertas premisas sobre el tipo de justicia que debe organizar estas materias, podemos saltar a la conclusin "los sueldos deben mantener su capacidad de consumo" o, lo que es lo mismo "los sueldos deben aumentar de acuerdo al IPC", que es

  • la Garanta del argumento principal. Se observar que esta manera de establecer la parfrasis que aparece en el esquema argumental es en s un argumento, por lo que est expuesta al tipo de exigencias y revisin que el modelo de lgica factual permite e impulsa. Esta recursividad en el anlisis, entonces, es un procedimiento para el establecimiento de la interpretacin argumental, como tambin para su evaluacin.

    2.2.2.1. Por otro lado, un criterio para la adecuacin formal del esquema vis--vis el texto argumental se presenta en el uso de los conectores lgico-discursivos. Por ejemplo, en el texto que analizamos nos encontramos con la frmula [...la misma..., en consecuencia que...], i.e. "...nuestros vigilantes reciben la misma remuneracin, en consecuencia que el IPC anual fue del 17%". Es decir, tenemos ac una de las variantes que organizan la disparidad, la incongruencia, etc. del los contenidos (otras variantes son [..., pero...], [..., y sin embargo...], [...igual, en cambio...], [...igual, siendo que...], etc. (Los espacios son llenados por contenidos proposicionales). De modo que una frmula del desequilibrio aparece en el texto. Esto se conjuga con la discrepancia expresada en el esquema argumental (del alegato del Argumento Principal) entre el Dato1 y la Garanta. Es decir,

    tenemos en las frmulas conectivas lgico-discursivas un criterio de adecuacin para la forma argumental del esquema analtico.

    Otra frmula en el texto es [considerando que..., ...] i.e. "Considerando que ellos, como cualquier persona, sufren de apremiantes necesidades, solicitamos a usted autorizar el aumento...", es decir, una frmula para ir de antecedente a consecuente, lo que se aparea bien con los pasos que damos desde las Garantas, tanto en el alegato como en la sentencia, a la conclusin de la sentencia.

    De modo que cabe quizs esperar un cierto xito en un instrumento que aparee frmulas conectivas textuales con forma argumental en el modelo.

    3. Comentarios. Interesa rescatar del modelo de Toulmin las funciones de Garanta y Apoyo. Sobre todo esta ltima es una funcin que no apareca en tratamientos lgicos anteriores (la funcin de Garanta, la premisa mayor en la tradicin, en cambio, s aparece en crticas clsicas al silogismo). El modelo de Toulmin, puede decirse, reformula el esquema silogstico tradicional, que es formal, en la dimensin de los datos, las licencias y los apoyos a esas licencias. Es, sobre todo, en virtud de este ltimo casillero funcional que se percibe el carcter sustantivo del modelo de Toulmin: el apoyo nos remite al campo especfico de argumentacin, donde encontraremos la base material desde la que emana la garanta, y las cualificaciones especficas que la conclusin trae.

    Tambin podemos decir que el modelo de Toulmin apunta a la funcin general de "convencer" por medio de la razn, funcin muchas veces central en la argumentacin.

    Tambin hereda de la lgica tradicional el modelo de Toulmin lo que sta tiene de caracterstico cuando se trata de su aplicacin ms obvia en textos argumentativos, a saber, la demanda por la coherencia interna del texto. Esto es algo que, como veremos, el modelo retrico, por ejemplo, no soluciona en forma clara o directa.

    La lgica factual es a la vez una herramienta de anlisis como una herramienta para la intervencin argumental. Es una herramienta para la descripcin lgica de un texto argumentativo, a la vez que es una herramienta para montar y desmontar argumentos. (Este rasgo de utilidad, de poder ser elemento en la prctica misma del argumento, es un

  • rasgo que no se da con la misma fuerza y del mismo modo en otras lgicas argumentales).

    Por otro lado, hemos dejado sin mayor comentario el argumento secundario. Hay poco que agregar al anlisis del mismo. Pero se desprende del modelo de lgica factual la disparidad temtica entre el argumento principal y el secundario. Queda al descubierto el carcter irrelevante de este segundo argumento en trminos argumentales. Es decir, en trminos de una lgica factual, el argumento secundario poco importa a la sentencia del caso (la Conclusin del argumento principal). Ms bien parece este segundo argumento contradecir al primero, lo que el modelo deja ver claramente. As, el primer argumento nos dice que no es ms que justo que se les aumente el sueldo a los vigilantes; pero el segundo nos dice que, hacindolo, podremos exigirles ms. Es obvio que esta mayor exigencia no se justifica y contradice lo establecido en el primer argumento. Porque si el aumento es justo, es justo por el trabajo realizado, no por trabajo adicional. Esto ltimo nuevamente transformara la situacin en injusta.

    Como veremos, lo anterior es tanto una fuerza de la lgica factual, a saber, el hecho de que nos permite detectar imparidades y otras incongruencias del texto, como una debilidad suya, a saber, que no alcanza a darnos cuenta del papel real del argumento secundario en cuestin en la secuencia total. Volveremos sobre esto en lo que sigue.

    II. LOGICA RETORICA: la argumentacin a travs de los tpicos

    1. En este captulo se esbozar un modelo de lgica retrica. Las referencias ms obvias para un desarrollo as son Aristteles (Retrica; Tpicos) y Agustn (De Doctrina Christiana, Libro IV), este ltimo sugerido por una lectura de Burke (1969: A Rhetoric of Motives), texto que se recomienda igualmente como una visin penetrante del motivo retrico en el pensamiento de Occidente. Un clsico es tambin la Dialctica Erstica de Schopenhauer (1864), que a la vez es una introduccin a los Tpicos. Un tratado igualmente aplicado, pero crtico, ms actual y prximo es el Contra Sofistas de Rivano, J. (1966). Una lnea ms reciente de anlisis, con puntos afines a lo que aqu se propone, se da en estudios sobre "lgica natural" (Maier (ed.), 1989: Norms in Argumentation). Tambin en la as llamada nueva retrica (e.g. Perelman & Olbrecht-Tyteca, 1958 y Charolles, 1980) encontramos esta dimensin en el anlisis, entrelazada, a veces confusamente, como veremos, con un anlisis de corte lgico convencional.

    2. Esquema de anlisis. Por ahora interesa introducir una primera aplicacin del modelo y comentar las categoras empleadas. Estas aparecen en maysculas, marcando as su estatus de complejos coordinados. Por ejemplo el tpico MISERIA SIMPATIA, nombra el proceso comn de despertar un cuadro de miseria un sentimiento de simpata en quien percibe el cuadro. El cuadro nos conduce a la simpata. El esquema que sigue es (el esqueleto de) un anlisis de la estructura argumental del texto en cuestin, en el plano retrico que nos interesa:

    Movimiento Principal

    TOPICOS METAS

    (antecedente) (consecuente) (logro en audiencia)

  • MISERIA SIMPATIA OBTENER SIMPATIA

    INJUSTICIA JUSTICIA EXIGIR

    JUSTICIA

    PEDIDO ENTREGA OBRAR ENTREGA

    Movimiento de Cierre

    PROYECCION POSITIVA DESEO SATISFACERSE

    2.1. Trminos del anlisis. Por "tpicos", o "lugares comunes", entendemos la gama de normas establecidas o "garantas" sociales de todo orden (esttico, tico, protocolar, regulativo...), que funcionan en la organizacin social. (Esto difiere de la manera como Aristteles desarrolla los tpicos, pero se inspira en ese desarrollo, combinndolo con la nocin de "garanta" en Toulmin y "norma" en anlisis social). As, en el movimiento principal nos encontramos primeramente con el tpico MISERIA SIMPATIA, es decir, alguien nos pinta un cuadro de miseria, el que lleva como concomitante suyo el sentimiento de simpata: la audiencia entiende el cuadro de miseria en la medida en que entiende que a la miseria le corresponde la simpata. Un segundo tpico en este movimiento principal es INJUSTICIA JUSTICIA, es decir, la injusticia se percibe como un estado de desequilibrio que debe equilibrarse. Concluyendo el primer movimiento, tenemos el tpico PEDIDO ENTREGA, es decir, un par obvio de coordinacin de acciones. En el movimiento de cierre tenemos la proyeccin de algo positivo (la posibilidad de que los vigilantes cumplan ms y mejor), lo que se coordina con el deseo de que se cumpla la proyeccin.

    Otros ejemplos de tpicos, en este sentido, son CONSEJO SABIO ACATAMIENTO; SITUACION PENOSA PENA; PELIGRO EVASION; PELIGRO TEMOR; PERSONAJE RIDICULO RISA; RIDICULO VERGENZA; PERSONAJE PATETICO LASTIMA, etc. Tambin implicaciones conversacionales, como EXPRESION DE DESEO o de PROBLEMA SUGERENCIA DE ACTO DE SATISFACCION o de SOLUCION, pueden constituirse como tpicos en una situacin retrica. Las secuencias de aperturas, cierres y otras secuencias dialgicas mecanizadas, como SALUDO INICIAL SALUDO RESPUESTA; INTRODUCCION DE TOPICO SEGUIDILLA; SALUDO FINAL CIERRE, etc., pueden tambin constituirse como tpicos argumentales. Es decir, los tpicos son normas sociales que vinculan un par de entidades, vinculacin que permite establecer o inferir de una de ellas la otra y manipular el vnculo en la comunicacin persuasiva.

    Es en este sentido, tambin, que se emplea el trmino "meta" para designar el logro general de la insercin en cualquier tpico: el orador inserta a su audiencia en un tpico, o lugar comn de transferencia, para conducirla a una meta particular.

    La meta es la ltima etapa de la figura bsica. La meta es una consecuencia del consecuente del tpico. Ntese que el tpico del argumento de cierre PROYECCION POSITIVA DESEO, parece funcionar de consecuente a antecedente. Pero eso no es as. Lo que aqu se llama antecedente y consecuente no se refiere a una relacin lgica (implicacin), o cronolgica-abstracta, sino al uso de un par adyacente en un orden determinado, una cronologa concreta. En este caso, lo que tenemos es la provocacin de

  • un deseo a travs de una proyeccin positiva. El par anlogo a otros como PROMESA-NECESIDAD y COMPROMISO-SOLICITUD: la PROYECCION (PROMESA, COMPROMISO) de algo positivo, en el contexto del caso, pasa a ser conectada con un DESEO (NECESIDAD, SOLICITUD) de eso mismo.

    La evaluacin posterior del DESEO es cosa abierta. Es decir, lo que pensemos del DESEO, una vez suscitado ste, una vez llevados nosotros a este lugar del tpico en cuestin, es asunto aparte. Lo que se quiere en este caso es que la audiencia busque satisfacer el deseo proyectado (que los vigilantes cumplan ms y mejor) a travs del pago del aumento. Pagar o no pagar est en control de la audiencia. Lo que est fuera del control de los participantes, sin embargo, es que se produzca el par retrico en el contexto del caso, es decir, que se produzca la conexin: Entender el mensaje del caso implica, entre otras cosas, producir la parte adyacente (e implcita) del par en cuestin. El auditor de neustro ejemplo participa en el tpico cuando va de la PROYECCION POSITIVA (la representacin en la que los vigilante cumplen ms y mejor) a su DESEO (al deseo de que se realice tal situacin). El argumento retrico, entonces, es un ordenamiento particular de tpicos ante una audiencia con vistas a obtener metas particulares, una de las cuales aparece como la meta principal (lo que define al movimiento que la contiene como principal).

    Este ordenamiento particular viene en unidades llamadas "movimientos retricos". Estos son ciclos implcitos. Son, luego, "movimientos" tanto en el sentido ms puntual de "mover a la audiencia", como en el sentido global de pauta rtmico-retrica. Se advertir que lo que se denomina aqu "movimiento principal" y "movimiento de cierre" corresponde a lo que en el anlisis factual se llam "argumento principal" y "argumento secundario", respectivamente, para el texto argumental en cuestin.

    3. Disputa. Pro1. El anlisis retrico expuesto tiene la obvia ventaja de ser simple, tanto por lo cotidiano de los conceptos que emplea, como en la sencillez de la configuracin bsica: los tpicos son vinculaciones obvias, reconocidas por todos; las metas en cada caso tambin aparecen como algo obvio y de fcil identificacin. En anlisis apela en buena medida a nuestra competencia social y a nuestra intuicin de los significados.

    3.1. Contra1. Por otro lado, sin embargo, el anlisis retrico expuesto requiere de algn algoritmo para mapear trozos del texto de hecho, por un lado, en funciones retricas como las expuestas, por el otro (o viceversa). As como se nos presenta el anlisis retrico, el algoritmo est implcito, apela a la intuicin, al entendimiento de lo que ocurre en un texto y contexto, pero queda fuera del anlisis. Esa es a la vez su fortaleza y su debilidad: por un lado, apela a principios tan obvios que no requieren de mayor explicacin (cualquier intento de explicitar sera ms engorroso que lo explicitado), por el otro, queda el anlisis expuesto a un rechazo difcilmente apelable, porque no hay sistema del que se deduzca, ni normas de aplicacin.

    3.2. Contra-contra1. Esto ltimo, en todo caso, no aparece como algo totalmente irremediable. En primer lugar, los tpicos no requieren de un sistema formal que los ampare, sino, ms bien, de consideraciones y estudios de carcter antropolgico (etnografa humana, micro-sociologa, psicologa social, etc.). La primera objecin, sin embargo, se presenta como de dudosa solucin: cmo, en el anlisis, pasar del texto argumentativo a las funciones topicales?

  • 3.3. Pro2. En un sentido, el anlisis retrico es una suerte de interpretacin de la situacin argumentativa en otro nivel: nos entrega un cuadro de lo que est sucediendo en el plano de las normas establecidas, las intenciones individuales y los efectos buscados. El cuadro se articula en "movimientos" retricos, mecanismos que explican el funcionamiento del contexto argumental en cuestin.

    Aqu hay un contraste en el que vale detenerse, a saber, entre el diseo de lgica factual expuesto y el de lgica retrica que exponemos. Porque, como se ha visto, lo que se denomina en esta ltima "movimiento principal" y "movimiento de cierre", corresponde a lo que en el anlisis factual se llam "argumento principal" y "argumento secundario", respectivamente. Pero al indagar ya no principalmente sobre los contenidos de estos movimientos o argumentos, sino sobre su relacin, vemos que bien poco es lo que el anlisis factual puede decirnos, ms all de que se trata de una adyacencia argumental con poca relacin pertinente, en trminos del rigor del anlisis en cuestin (esto ltimo, sin embargo, apunta a la vez a una ventaja del anlisis factual, como habamos visto y volveremos a ver). En este punto, en cambio, el anlisis retrico tiene aparentemente ms que ofrecer. Porque los movimientos y combinaciones de movimientos en una amplia gama de discursos argumentales extra-acadmicos responden a principios retricos, no de rigor argumental. Ese es el caso del texto que analizamos. De modo que podemos indagar sobre el principio rtmico-retrico que sustenta la combinatoria en cuestin (los movimientos principal y de cierre del caso), principio que en trminos retricos parece obvio en nuestro caso: la meta de lograr que la audiencia "obre la entrega" (aumente en 1.000$ su cuota) se logra mejor en el contexto del caso si el argumento termina con una audiencia "satisfecha" (este es, claro, un supuesto -implcito y seguramente inconsciente- del argumentador). Es decir, el movimiento de cierre aparece all para "dorar la pldora", o como "seuelo", o como "incentivo", etc., algo no muy alejado de sus parientes en el mercado de los productos comerciales, que para atrapar a un comprador prometen "dos productos por el precio de uno", etc. Resulta an prematuro establecer la forma final del principio en cuestin, sobre todo, en caso de tratarse de un principio retrico ms general, lo que parece obvio. Desde la perspectiva de la audiencia, en todo caso, la conexin general en juego vincula a "dar" con "recibir", y desde la perspectiva del argumentador "pedido" con "promesa". En trminos ms dramticos, el vnculo final de los movimientos se establece entre "sacrificio" (la entrega) y "recompensa" la proyeccin o representacin positiva del futuro.

    (Una diferencia interesante para una tipologa del texto argumental se presenta en la posicin del anzuelo en el texto: en el texto que estudiamos, el anzuelo viene en el primer movimiento, y el seuelo en el segundo. Esto parece adecuado al tipo de texto en cuestin. Es muy frecuente, por otro lado, el texto argumental que presenta el seuelo al frente y el anzuelo atrs (el orden propio de la pesca). El orden anterior parece ir bien con el tipo de contexto en el que ocurre: un mensaje escrito y una situacin prctica y formal. Pero todo sto requiere un desarrollo en s)

    3.4. Contra-Pro2. Por otro lado, estos principios rtmico-retricos que unifican los movimientos argumentales en un texto tendrn que analizarse desde una perspectiva y con herramientas an no establecidas en el anlisis.

    3.5. Contra-Contra-Pro2. Parece, sin embargo, prometedor atacar el problema desde la pespectiva de principios retricos, es decir, una suerte de licencias, leyes, o, para usar el

  • trmino de Toulmin, garantas, pero esta vez, implcitas, que establecen pasos adecuados para ciertas metas, ya no intra-argumentales, sino trans-argumentales, o totales.

    El estudio de estas garantas nos lleva tanto a la sociologa como a la psicologa, en disciplinas como la etnografa del lenguaje, la antroploga social, teoras de la accin y teoras de la cognicin.

    3.6. Contra2. Por otro lado, el anlisis retrico deja poco juego a una crtica que podramos llamar constructiva. Es decir, se constata la forma maquiavlica de la argumentacin, pero no hay mucho juego para una revisin de la fuerza argumental del texto, la relacin entre razones y conclusin. La lgica factual, por ejemplo, permite ejecutar en forma automtica preguntas sobre los Apoyos y las Garantas. Por ejemplo, el Apoyo a la Garanta REMUNERACION DEBE AUMENTARSE DE ACUERDO AL IPC es FUNCIONAMIENTO DE LA ECONOMIA SALARIAL. Esa es la funcin de dependencia que rige a la garanta y aparece explcita en el anlisis. De este modo, estos casilleros quedan ipso facto expuestos a la revisin. Cabe, por ejemplo, cuestionarse estas premisas en un sistema econmico de "libre mercado" como el chileno, donde la eco