de esto no se habla - a propósito de investigar sobre el imaginario social de la violencia...

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Título: “De esto no se habla”. Familia, Trabajo y Violencia. A propósito de investigar sobre el imaginario social de la violencia en docentes de secundaria, Montevideo, Uruguay, 2011 Nombre del autor: Nahir Nibia Silveira Rondán, Doctora en Ciencias de la Salud en el Trabajo, Universidad de Guadalajara Integrante del Programa de Estudio de las Formaciones Subjetivas, Instituto de Psicología Social, Facultad de Psicología, Universidad de la República Dirección: Maldonado 1463 apto. 005, CP 11200, Montevideo, Uruguay Teléfono: 0059824129511, Email: [email protected] Este trabajo se ha realizado en el marco del Doctorado en Ciencias de la Salud en el Trabajo, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México, habiéndose recibido los apoyos académicos de la Facultad de Psicología, y apoyo financiero de la Comisión Sectorial de Investigación Científica y Comisión Sectorial de Enseñanza, de la Universidad de la República. No recibiendo otro tipo de financiamiento para el proyecto de investigación.

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Este trabajo se ha realizado en el marco del Doctorado en Ciencias de la Salud en el Trabajo, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México, habiéndose recibido los apoyos académicos de la Facultad de Psicología, y apoyo financiero de la Comisión Sectorial de Investigación Científica y Comisión Sectorial de Enseñanza, de la Universidad de la República. No recibiendo otro tipo de financiamiento para el proyecto de investigación. El propósito de este artículo es fundamentar la inclusión de la violencia intra familiar en el estudio del imaginario social de la violencia. Motivó la inclusión por un lado los datos aportados por una encuesta realizada en Uruguay en 2008, acerca de las prácticas de crianza y resolución de conflictos y por otro su aparición en los centros educativos (UNESCO, 2009). La implementación de prácticas violentas por parte de la familia, no es un fenómeno nuevo, la Organización Mundial de la Salud en 2003, había señalado su uso como correctivo y disciplinante. El colectivo docente se caracteriza por su feminización. Se configura una frontera borrosa entre la actividad doméstica y la laboral, ambas con fuerte pregnancia afectiva. La no intervención de las instituciones educativas en los sucesos violentos, plantea la hipótesis de que su resolución es privativa del grupo familiar. La familia considerada como grupo-institución, es favorecedora de sujetos aptos para la reproducción de un sistema productor de violencia estructural cuya institucionalización impregna los colectivos y hace marca en los procesos de subjetivación.

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  • Ttulo: De esto no se habla. Familia, Trabajo y Violencia. A propsito de

    investigar sobre el imaginario social de la violencia en docentes de secundaria,

    Montevideo, Uruguay, 2011

    Nombre del autor: Nahir Nibia Silveira Rondn, Doctora en Ciencias de la Salud

    en el Trabajo, Universidad de Guadalajara

    Integrante del Programa de Estudio de las Formaciones Subjetivas, Instituto de

    Psicologa Social, Facultad de Psicologa, Universidad de la Repblica

    Direccin: Maldonado 1463 apto. 005, CP 11200, Montevideo, Uruguay

    Telfono: 0059824129511, Email: [email protected]

    Este trabajo se ha realizado en el marco del Doctorado en Ciencias de la Salud

    en el Trabajo, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de

    Guadalajara, Jalisco, Mxico, habindose recibido los apoyos acadmicos de la

    Facultad de Psicologa, y apoyo financiero de la Comisin Sectorial de

    Investigacin Cientfica y Comisin Sectorial de Enseanza, de la Universidad

    de la Repblica. No recibiendo otro tipo de financiamiento para el proyecto de

    investigacin.

  • De esto no se habla

    Familia, Trabajo y Violencia

    A propsito de investigar sobre el imaginario social de la violencia en docentes

    de secundaria, Montevideo, Uruguay, 2011

    Resumen

    El propsito de este artculo es fundamentar la inclusin de la violencia intra

    familiar en el estudio del imaginario social de la violencia. Motiv la inclusin por

    un lado los datos aportados por una encuesta realizada en Uruguay en 2008,

    acerca de las prcticas de crianza y resolucin de conflictos y por otro su

    aparicin en los centros educativos (UNESCO, 2009). La implementacin de

    prcticas violentas por parte de la familia, no es un fenmeno nuevo, la

    Organizacin Mundial de la Salud en 2003, haba sealado su uso como

    correctivo y disciplinante. El colectivo docente se caracteriza por su

    feminizacin. Se configura una frontera borrosa entre la actividad domstica y la

    laboral, ambas con fuerte pregnancia afectiva. La no intervencin de las

    instituciones educativas en los sucesos violentos, plantea la hiptesis de que su

    resolucin es privativa del grupo familiar. La familia considerada como grupo-

    institucin, es favorecedora de sujetos aptos para la reproduccin de un sistema

    productor de violencia estructural cuya institucionalizacin impregna los

    colectivos y hace marca en los procesos de subjetivacin. En este sentido

    tambin permite dilucidar las fragmentaciones entre el pensar como privativo de

    2

  • las instituciones educativas, el sentir de lo familiar y el hacer de las actividades

    humanas. El descentrar el tema de la implicacin de los padres en forma

    exclusiva, permite visibilizar la construccin de un sujeto sujetado a un sistema

    social y su reproduccin acrtica, (Sobrado, 1978). Por tanto convoca a

    repensar en la institucionalizacin familiar, educativa, el rol represivo y su

    necesaria dilucidacin.

    Palabras clave: Imaginario social, Violencia, Docentes, Salud, Familia

    Summary

    Of this is talk

    Family, Work and Violence

    In order to investigate the social imaginary of violence is built in professors of

    height-schools, Montevideo, Uruguay, 2011.

    The purpose of this article is to explain the inclusion of intra family violence in

    the study of the social imagery of violence. Motivated inclusion on one hand the

    data provided by a survey in Uruguay in 2008, about parenting and conflict

    resolution and other practices its emergence in schools (UNESCO, 2009). The

    implementation of violent practices by the family is not a new phenomenon, the

    3

  • World Health Organization in 2003, had designated its use as a corrective and

    flagellant. The collective teaching is characterized by its feminization.

    Configuring a blurred border between domestic activity and work, both with

    strong emotional weight. The non-intervention of the educational institutions in

    the violent events raises the hypothesis that its resolution is exclusive of the

    family group. The family considered group-institution, is flattering of subjects

    suitable for the reproduction of a system producer of structural violence whose

    institutionalization pervades the collective and makes mark in the processes of

    subjectivities. In this sense, it also allows to elucidate the fragmentation between

    thinking how proprietary educational institutions, the feeling of family and making

    human activities. The decentering of the subject of the involvement of parents in

    an exclusive way, allows to visualize the construction of an individual subjected

    to a social system and its uncritical reproduction, (Sobrado, 1978). It therefore

    calls to rethink in institutionalizing family, educational, the repressive role and its

    required elucidation.

    Key words: Social imaginary, Violence, Professors, Health, Family

    4

  • Introduccin

    Se presenta este artculo, con el propsito de reflexionar sobre una lnea,

    la violencia intrafamiliar, que podra considerarse tangencial a hora de investigar

    sobre el imaginario social de la violencia y su relacin con la salud en docentes

    de secundaria, realizada en Montevideo, Uruguay en 2011, y cuya inclusin se

    pretende fundamentar.

    Se considera que la violencia familiar se constituye en una estrategia

    que, utilizada con frecuencia, se aprende desde los inicios de la vida de un

    individuo y por ello de mayor pregnancia en la incorporacin de una conducta.

    Su extensin produce efectos de naturalizacin donde se justifica el maltrato,

    como prctica sistemtica de poner lmites. Se convierte as en un modelo

    interiorizado con efectos inmediatos y mediatos sobre la salud.

    No se trata de una temtica nueva, en el informe mundial sobre violencia

    y salud, la Organizacin Mundial de la Salud en 2003, ya se sealaba que el

    castigo fsico contra los nios es una prctica generalizada y cuando es

    moderado se considera una forma adecuada de educar, hace percibir en el

    nio quien tiene la autoridad y restringe las conductas crticas o autnomas (1).

    Entre los pases de Amrica Latina que se concentra el maltrato entre los

    4 a los 6 aos figura Uruguay, adems de Argentina, Bolivia y Chile. Se justifica

    la utilizacin del castigo fsico por parte de los padres, adems en Mxico y en

    5

  • Centroamrica como un mecanismo para corregir o enderezar las conductas de

    los hijos.

    Sin embargo, no se restringe al mbito de la familia, la violencia tambin

    se practica en los sistemas educativos. Los estudios realizados por UNICEF,

    sealan que las principales formas de violencia en las escuelas de Amrica

    Latina, son el castigo fsico, el abuso sexual, la violencia entre iguales y la

    exclusin. Los mayores reportan sufrir mayoritariamente maltrato psicolgico a

    travs de insultos amenazas y humillaciones (2).

    En Uruguay Viscardi, realiz una investigacin con jvenes que

    concurren a liceos pblicos con el objetivo de describir como se presenta la

    violencia entre pares y con los adultos. Se seala la delimitacin de normas y

    directivas para el comportamiento de los alumnos, en el centro educativo. Se

    consideran faltas leves al trato irrespetuoso, las faltas graves son la reincidencia

    en el trato, alteracin en el funcionamiento del centro, pequeas depredaciones,

    inasistencias injustificadas o promocin de disturbios en clase; las muy graves

    incluyen la reincidencia de las mismas, agresiones hacia las autoridades, los

    hechos de violencia fsica, porte de armas o actos de destruccin significativos

    del local, actos religiosos o polticos, introduccin de drogas, alcohol o

    materiales pornogrficos y actos contra los smbolos nacionales. Cada una de

    ellas se inscribe en un conjunto de sanciones que implican desde la

    suspensin, el traslado hasta la expulsin (3).

    6

  • Aporta que adems de la violencia, habra que incluir por un lado las

    incivilidades (Charlot, 1997, citado por Viscardi, Ob. Cit. 3:5), en las cuales se

    consideran las pequeas violencias cotidianas. Por otro a la violencia simblica

    como seala Bourdieu y la violencia institucional, ejercida desde los dos polos

    del proceso enseanza-aprendizaje: los docentes y los alumnos.

    Es en este trabajo que se plantea lo difcil que es que los alumnos

    perciban la violencia, an para aquellos que la han cometido, sin embargo

    existe una pauta comn, la violencia representa la violencia fsica entre

    compaeros. El liceo se constituye para ellos en un pasaje para ingresar al

    mercado de trabajo, una obligacin impuesta por los padres, as es una prctica

    tediosa, donde molestan a los profesores que no les agradan y distorsionan

    sus clases. As los centros educativos encuentran dificultades para lograr un

    clima con reglas de interaccin docente/alumno que permitan la comunicacin y

    el respeto mutuo. La ausencia significativa de docentes, funcionarios y

    directores frente a estas violencias e incivilidades, hace plantear la hiptesis de

    que el trabajo educativo en cuanto a las reglas de convivencia y normas de

    sociabilidad no es de su competencia, sino de la familia.

    En este trabajo no se incluye la violencia de los docentes hacia los

    estudiantes.

    La familia se constituye en el Estado uruguayo, en la Constitucin,

    sostiene que [...] es la base de nuestra sociedad (Capitulo II, Art. 40), as

    7

  • como tambin le compete como deber y derecho [...] el cuidado y educacin de

    los hijos para que alcancen su plena capacidad, corporal, intelectual y social

    [...] (Capitulo II, Art. 41), (4).

    Se instituye desde esta psicologa social, como grupo-institucin, grupo

    en el sentido pichoniano de conjunto de individuos que reunidos en tiempo y

    espacio comn, los convoca una multiplicidad de tareas, e institucin en el

    sentido de sistema privilegiado de inclusin / exclusin, y en tanto tambin

    ocupa el lugar del cumplimiento del mandato y encargo social de la creacin

    de sujetos aptos para el sistema.

    Las instituciones en general, las educativas al igual que la familia en

    particular, en tanto socializadoras, tienen por objetivo la funcin de reproduccin

    social del sistema asegurando as su continuidad, por el cual se legitima y

    naturaliza la construccin de actitudes para la inclusin y exclusin, desde el

    propio Estado-Nacin. Conviven en las instituciones rasgos de un modelo

    social histrico hegemnico que establece una separacin clara entre quien

    ensea y quien aprende, entre conocimiento e ignorancia, entre el pensar, lugar

    privilegiado de las instituciones educativas; el sentir el lugar de la familia y el

    hacer como el campo del trabajo como actividad humana, con prcticas

    innovadoras superadoras del mismo. Queda invisibilizada as la violencia

    estructural implicada en este aspecto lo que se constituye en uno de los ncleos

    de sufrimiento docente.

    8

  • En el plano familiar es reciente en Uruguay el estudio de la violencia

    intrafamiliar.

    La violencia intrafamiliar

    El problema para su investigacin estriba por un lado en los instrumentos

    que se utilizan para su medicin. Por otro lado es preciso tener en cuenta el

    ocultamiento y negacin de las prcticas consideradas violentas asumiendo que

    constituyen aspectos del espacio privado de la familia, por lo cual prescribe de

    la intervencin a otros actores.

    Se reportaba el castigo fsico como disciplina, el abuso sexual, el

    abandono y la explotacin econmica eran las principales formas de violencia

    en Amrica latina y el Caribe. Pinheiro, plantea que alrededor de 80.000 nios,

    nias y adolescentes mueren cada ao como resultado de la violencia en la

    familia, teniendo en cuenta que su nivel de desarrollo, es el ms desigual del

    mundo y afecta principalmente a mujeres, nios y nias (5).

    UNICEF en 2007, informa sobre el arraigo social, el miedo y la falta de

    estudios confiables. Asimismo el estudio realizado en los pases de Europa

    Oriental, Asia y frica, el 86% de los nios de 12 a 14 aos es sometido a

    mtodos disciplinarios violentos dentro de su hogar y una quinta parte ha sido

    vctima de fuertes castigos corporales (6).

    9

  • Los datos epidemiolgicos son escasos en el Uruguay, los que se

    registran proceden de centros pblicos de atencin en salud, a travs de la

    consulta al hospital pblico de nios, nias, adolescentes y de la mujer Hospital

    Pereira Rossell, y a travs del Instituto Nacional del Nio y Adolescente (INAU),

    donde en ambos se asiste a la poblacin socio-econmica ms vulnerable,

    quedando limitada a esos casos.

    Las prcticas violentas y no violentas en la resolucin de los conflictos

    familiares, fue tomada entonces por el Ministerio de Desarrollo Social en 2008,

    como temtica para poder estimar su prevalencia en Uruguay (7).

    La inquietud referida a su inclusin surgi a partir de los datos.

    Los primeros resultados revelaron una situacin igualmente alarmante

    para el rea Metropolitana, donde el 82% de los adultos reporta alguna forma

    de violencia psicolgica o fsica hacia un nio en su hogar, el 59% manifiesta

    haber utilizado castigo fsico y el 15% declara haberle infligido fuertes castigos

    corporales (maltrato fsico, severo y muy severo).

    Se consider cinco formas de violencia psicolgica: gritos, utilizada por el

    70%; le sigue amenazas con castigarlo fsicamente, el 39%; la humillacin con

    el 16,4%; insultos con el 7,6%; y finalmente amenazas de echarlo del hogar

    (4,7%).

    10

  • Del maltrato fsico se consideran el moderado como sacudones, golpes

    en la cola, o en las extremidades con la mano descubierta, donde se presenta

    en el 30%; el severo incluye golpes de puo o con un objeto duro en alguna

    parte del cuerpo, cachetadas y voltearlo o tirarlo al piso, la ms frecuente fue la

    cachetada con un 8% de los entrevistados.

    En las conclusiones ocho de cada diez consultados (79,8%) ejerci

    alguna forma de violencia hacia el nio o adolescente, el 63% la utiliza en forma

    recurrente. El 41,4% de los adultos reconocen haber maltratado fsica pero

    moderadamente a un nio a su cargo, sin embargo en forma crnica lo hace el

    29,6%. El 14,1% de los adultos admiten que en ms de una oportunidad

    castigaron fsica y severamente a un nio con el que conviven y en forma

    recurrente el 7,8%. Slo el 16,2% muestra un tem de conducta no violenta y no

    reportaron comportamiento violento hacia el nio y /o adolescente.

    Los resultados confirmaron que la violencia psicolgica se ejerce con

    ms frecuencia hacia los adolescentes, mientras que la fsica moderada es ms

    comn en la edad escolar, as como fueron muy altos los porcentajes de

    violencia moderada hacia nios pequeos, menores de 6 aos.

    Estos aspectos propician por tanto interrogarse sobre la violencia en la

    relacin entre trabajo / familia en profesores y por ende sobre su inclusin en el

    estudio de los contextos laborales educativos.

    11

  • El trabajo docente

    El trabajo como actividad humana en el transcurso de la historia ha

    adoptado diferentes modalidades, genera relaciones que se constituyen en

    modos y rutinas en la vida cotidiana y en la convivencia con otras personas, as

    se puede comprender su relacin con los modelos aprendidos en la familia.

    Por otro lado como plantean de la Garza y Neffa el empleo formal y

    tpico, lase asalariado, estable y protegido, ha dejado de ser la forma

    predominante en los centros educativos a travs de las elecciones de cargos

    anuales, la rotacin y el multi-empleo, y sta situacin ha llevado a la

    generacin del trabajo atpico, de tiempo discontinuo y lugares no determinados

    explcitamente, se comprende as que el trabajo invade ms espacios y ms

    relaciones. Esta situacin ha sido categorizada como precarizacin del trabajo,

    generando incertidumbre. Incluye por tanto, la inestabilidad, no saber la

    cantidad de horas que puede elegir, si podr volver al mismo liceo; la carencia

    de proteccin, derivada de la fugacidad de los vnculos; de la inseguridad, las

    debilidades sociales y econmicas que produce esta situacin (9).

    El trabajo adems estructura el tiempo y la vida cotidiana, si el uso del

    tiempo se transforma, entonces se conforman nuevas configuraciones

    temporales y se ponen en evidencia nuevas configuraciones vinculares,

    tornndose ms fugaces.

    12

  • El trabajo se ha constituido como un elemento clave para la subsistencia

    de los seres humanos, otorgndole diversos significados y sentidos. Las

    transformaciones en el mundo del trabajo, estn produciendo modificaciones en

    los sentidos sociales y en aspectos objetivos y subjetivos de la vida diaria de los

    seres humanos.

    La precariedad determina la dilucin de los lmites que hace que el sujeto

    no pueda establecer claramente los lmites entre el trabajo y las tareas vitales

    que se delimitan como encargo social de la familia, el cuidado de los hijos, los

    quehaceres domsticos, la convivencia familiar, la vida social. Se produce un

    espacio en el cual conviven lgicas distintas e incluso contradictorias, que en la

    cotidianidad se sealan como cambios en los horarios de la comida, del

    descanso, del sueo, de compartir los espacios familiares, lo cual produce la

    variedad de configuraciones identitarias.

    A ello debe sumarse las diferencias de gnero, en especial a la relacin

    entre lo que se considera trabajo y su relacin con la mujer.

    El trabajo y la mujer

    Las diferencias entre el trabajo femenino y el masculino se remontan a la

    divisin sexual del trabajo, donde se planteaba desde una perspectiva la

    exclusin de la mujer para la asignacin de labores de reproduccin y la

    desvalorizacin de sta en la vida social y econmica.

    13

  • La imagen ideal de sujeto de trabajo corresponde a la masculina, el

    trabajo femenino crea nuevas articulaciones entre lo que es trabajo y lo que no

    lo es, la frontera entre ste y las actividades domsticas se confunden tanto a

    nivel cotidiano como conceptual. En la mujer implica el incremento en la

    duracin y/o la intensidad de su jornada de trabajo, tambin cmo determinar

    cul se torna primordial, as Balbo, desarrolla el concepto de doble presencia,

    para sealar una de las lneas a investigar (10).

    En consecuencia hay que reflexionar sobre la relacin entre los dos tipos

    de trabajo como una estrategia del capital que garantiza la reproduccin de la

    vida personal y familiar, incluyendo la implementacin de un modelo de mujer,

    una forma de comportarse con y para el trabajo, donde se invisibiliza el

    domstico como trabajo que requiere pensar como incluirse entre otras si debe

    ser remunerado y por quien.

    El censo realizado en Uruguay por la Administracin Nacional de

    Enseanza Pblica, en 2007, seala lo que han mostrado los estudios

    internacionales, la mayora son mujeres, por lo que han denominado como

    feminizacin, se soslaya a travs del dato, el doble trabajo y el lugar de la

    familia (11).

    As el espacio de trabajo no puede observarse dejando fuera la familia,

    pues forma parte de la cotidianidad de los sujetos, por ende tampoco su

    relacin con la violencia.

    14

  • La familia

    La forma en que se conceptualice la familia se torna crucial para

    comprender ste campo de problemticas. Se parte de una psicologa social de

    origen y raz pichoniana.

    La existencia de la familia se remonta a lo que se conoce como orgenes

    humanos, que ha dibujado la trama social del intercambio y facilita la

    reproduccin de la especie. Desde entonces se ha visto sometida a vertiginosos

    cambios sociales que han afectado los comportamientos y estilos de vida

    familiares.

    As la unidad familiar a travs del lugar que se ocupaba y el tipo de

    familia, dibujaba la posicin social. La modernidad le sustrajo sus funciones

    bsicas, la educacin, produccin y asistencia mutua, fueron pasando a

    instituciones. La industrializacin consagra la familia conyugal como forma

    predominante, caracterizada por la independencia relacional, residencial y

    econmica. El parentesco dejo de ser la base de relacin sino sus afinidades e

    intereses hace decidir con quienes se relaciona. La seleccin se individualiza y

    se privatiza.

    La familia escindida de otros sistemas sociales tiende a convertirse

    tambin en fuente de tensiones. Aun as la familia compone una trama

    duradera y permanente ms que las relaciones de amigos o compaeros de

    15

  • trabajo, los conflictos que provocan estn en el origen de muchas de las

    perturbaciones psquicas que afligen al hombre contemporneo.

    La psicologa social ubica su concepcin descentrando del tema del

    padre o de la madre, apunta a las relaciones sociales, econmicas, ideolgicas,

    de los integrantes de la familia. As el espacio domstico es el territorio

    privilegiado de la vida humana, como espacio privado.

    Es considerada como un grupo humano, que se ha ido reduciendo, con

    vnculos transitorios, se trata a su vez de una institucin en el sentido que

    establece quien pertenece y quien no, puede hacer su encargo social de

    manera que genere transformaciones productivas para sus integrantes o

    mantener el dominio a travs del control, impidiendo el relacionamiento, puede

    generar aglutinaciones vinculares para resistir las situaciones externas como

    destructivas. Lugar del modelo posible de socializacin y al mismo tiempo de

    insatisfacciones.

    Cooper impugnaba la estructura familiar burguesa, por sus

    connotaciones patriarcales y monogmicas, represiva por esencia, pues su

    finalidad no es slo reproducir las formas en lo ideolgico sino tambin su

    internalizacin en la estructura psquica de los individuos (12).

    Es Scherzer, quien seala que los grupos familiares funcionan como una

    globalidad abierta o cerrada en distintos grados, con lugares directa o

    16

  • indirectamente condicionados entre s, como tal se transforma e incidir en

    otros colectivos (13).

    La educacin o la enseanza?

    Su relacin con la familia y la violencia Las instituciones, educativas, familiares, laborales, etc., son instituciones

    totalizadoras, en tanto estn marcadas por la obligatoriedad de los vnculos,

    como seala Schvartein (14), con actividades programadas en un plan nacional.

    As queda en evidencia la alta intensidad en el interjuego afectivo, marcada por

    la aceptacin y el rechazo.

    El poder de la familia radica en su funcin social mediadora, su

    institucionalizacin refuerza el poder de la clase dominante que se repite en las

    estructuras sociales de la fbrica, la escuela, el liceo, la universidad, la iglesia,

    los partidos polticos y los aparatos del Estado, las fuerzas armadas, los

    hospitales generales y psiquitricos. Genera el condicionamiento necesario

    para convertirlo en el obediente ciudadano.

    En el marco de una estructura vertical tanto en la familia como en la

    educacin, se subraya un estilo autoritario que deja poco espacio para la

    participacin y el eje de la disciplina marcada desde la normatividad con

    17

  • recompensa y sanciones, la coercin, que abarca todos los espacios y tiempos

    cotidianos.

    La violencia como define Franco Agudelo es una actividad humana, una

    forma de interaccin que mediante la fuerza produce dao, un comportamiento,

    una opcin aprendida y ejercida en la familia y en las instituciones, que se ha

    ido construyendo, que impide la realizacin de los derechos humanos. Es

    asimtrica, direccional, es eficaz, es un medio, que se repite en las mltiples

    relaciones singulares, en la etnia, grupo, colectivo (15).

    Al hablar de colectivo se est haciendo referencia al planteo que realiza

    Matrajt, cuando sostiene una produccin social de la subjetividad, postula que el

    inconsciente se estructura, se desestructura y se reestructura a lo largo de toda

    la vida. Lo cual significa la produccin de deseos, de pulsiones, de

    prohibiciones, de formas operativas, de valores, de normas, en una produccin

    de bsqueda de lo nuevo y su contrario, las repeticiones, en un escenario social

    donde acta por s y tambin compartiendo sentidos y significaciones con otros

    (16).

    La violencia es cambiante e histrica, requiere de determinados

    contextos, motivaciones, legalidades y escalas valorativas. No termina con los

    actos producidos, genera nuevos procesos y consecuencias inmediatas y

    mediatas.

    18

  • En su lnea explicativa se ha ligado a las condiciones estructurales de

    inequidad, intolerancia e impunidad.

    En la era de la civilizacin globalizada, se pretende un modelo universal

    de vida, la tica brbara del neoliberalismo, torna al individuo impregnado en el

    miedo, a no ser, a no tener, a ser cruel con quien se le enfrente, indiferente al

    dolor del otro y/o a los colectivos. Ha operado una inversin en la

    responsabilidad, haciendo recaer en los individuos la culpabilizacin, a travs

    del ejercicio del terror a la exclusin, erigiendo la violencia como expresin de la

    competitividad, as se pierde el valor del otro como sujeto de dilogo y se lo

    reemplaza como sujeto amenazante. La cada de la cultura del trabajo fue la

    ms siniestra.

    Es preciso por tanto repensar la temtica ubicndola desde el entramado

    social, en donde se interconectan los sistemas sociales colectivos, lo que

    permite reproducir acrticamente y/o recrear una produccin de subjetividad

    distinta.

    As reconstruir la trama social implica tejer la red de los vnculos en sus

    diferentes niveles, compromete el reconocimiento del otro y su aceptacin como

    diferente, la colaboracin incluye la reciprocidad, en cooperacin compartiendo

    objetivos, recursos, es decir asociaciones. Conlleva la aceptacin de la

    autonoma en la diversidad, el impulso a la equidad, a construir tolerancia y

    19

  • convivencia, ampliando la educacin de los espacios formales a los espacios

    informales.

    Equivale por tanto a repensar la violencia y la familia, integrndolas en la

    interrelacin de las instituciones sociales, reflexionando sobre las

    naturalizaciones que establecen cmo debe ser la familia, reviendo el discurso

    culpabilizador a los progenitores, incorporando en el mismo la ilusin de

    igualdad y accesibilidad, frente a la exclusin, discriminacin y marginalidad

    creciente, el maltrato entre los gneros, etc.

    As Neffa, Betancourt y Pujol sealan el alto porcentaje de mujeres en la

    docencia, adems de reproducir una forma de segregacin nter-genrica,

    resulta una prolongacin del trabajo domstico, con todas las repercusiones

    que eso conlleva, vinculadas adems a actividades que presentan un nexo

    fuerte de afectividad profunda (17 Ob, Cit. 9:11- 18 y 19).

    Por otro lado las instituciones educativas han perdido la hegemona de la

    trasmisin de saberes y conocimientos, debido a la inclusin masiva de otros

    agentes asistemticos como son los medios de comunicacin y los consumos

    culturales, quienes trasmiten cdigos culturales y valores que entran en

    conflicto con los valores de los profesores y que ahora deben competir con esos

    nuevos canales de socializacin.

    La psicologa social pichoniana, remite a un aprender a pensar, desde las

    situaciones concretas de existencia, a travs de diferentes planos

    20

  • interrelacionados e interconectados dialcticamente que diagraman y

    condensan ncleos de problematicidad.

    Permite la visualizacin de un contexto social crtico en el doble sentido

    que elicita esta palabra, por un lado como sealan de la Garza, Antunes y

    Pochmann, y Neffa, que deja traslucir el entramado social de un sistema

    capitalista con introduccin de la precariedad, la flexibilidad, el contrato

    particularizado (20-21 y 22).

    Por otro las condiciones macro estructurales del trabajo docente,

    permiten como plantea Wlosko, alcanzar como niveles explicativos de la

    institucionalizacin, la gnesis de las dinmicas violentas entre los trabajadores

    (23). Tiempo y espacio que se juega en el entramado institucional que se teje

    en ese territorio. El docente as se ha ido transformando acorde a los

    movimientos que se fueron instituyendo en el mundo del trabajo, convirtindolo

    como seala Antunes, en un nuevo asalariado individuado que se constituye

    en la-clase-que-vive-del-trabajo (24).

    Esto conduce a la disciplinante construccin de los estereotipos de uno

    mismo y del otro, que determinan asimtricamente los lmites del

    pensamiento, discurso y accin moral de los sujetos implicados, operan

    ocultando y minimizando la pluralidad constitutiva de los grupos humanos y

    contribuyen a acentuar de manera artificiosa las diferencias intergrupales,

    21

  • condenada a la eterna repeticin de lo idntico, tal como ha sido estudiado por

    Eliade en 1994 (25).

    Tambin implica repensar la imbricacin entre violencia, docencia y

    familia, donde se establecen zonas de interconexin con fronteras borrosas

    entre estos territorios.

    Conclusiones

    Merazzi en 1983, (citado por Gaviln, 1999), sealaba la evolucin y

    transformacin de los agentes tradicionales de socializacin, la familia, la

    comunidad y los grupos sociales organizados, considerando que uno de los

    factores ms importantes ha sido la inclusin masiva de la mujer en el mbito

    laboral y las transformaciones que han sufrido las familias que al reducirse, se

    ha perdido la integracin con otras generaciones y han desaparecido ciertas

    formas de relacin y comunicacin (26).

    El aporte de Cooper, ha coadyuvado a pensar en una estructura familiar

    no represiva, cuando se plantea el respeto por la propia autonoma y de cada

    una de las personas. Cabra preguntarse si no es necesario extenderlo a las

    instituciones como las educativas (27).

    Por otra parte este enfoque apunta al estudio particularizado de las

    condiciones de existencia, por tanto no es posible universalizar, no es

    22

  • totalizante ni totalizador, esta transversalizado un conjunto de lneas de

    pensamiento, que se conjugan en una mirada disciplinar: la psicologa social de

    Pichn Rivire (28-29-30 y 31).

    Por lo tanto se trata de un enfoque, desde una mirada disciplinar, que

    permite con el aporte de una epistemologa convergente dilucidar la compleja

    relacin entre lo subjetivo y lo colectivo, de all permite visualizar que los

    mecanismos de adjudicacin, asuncin y aceptacin de roles, son doblemente

    fragmentados. Por un lado desde su institucionalizacin, -familiar, educativa,

    laboral-, por otro al colocar la afectividad en lo familiar, el pensar en los

    establecimientos educativos y el hacer en lo laboral, conducen ambos, a la

    reproduccin acrtica del sujeto, en definitiva a la adaptacin pasiva a la

    realidad, por ende a la invisibilizacin, naturalizacin de la construccin de una

    subjetividad, hoy, aqu y ahora, atravesada y transversalizada por la violencia,

    como forma de anclaje de un sujeto sujetado como seala Sobrado (32).

    23

  • Referencias bibliogrficas

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    27

    IntroduccinLa violencia intrafamiliarEl trabajo docenteEl trabajo y la mujer

    La familiaLa educacin o la enseanza?Su relacin con la familia y la violencia

    ConclusionesReferencias bibliogrficas