concierto sinfónico 2

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El Concierto sinfónico 2 une lo mejor del barroco con lo mejor del Romanticismo alemán. Un gran Concerto grosso de Händel y una de las magníficas cuatro oberturas de bach acompañan a dos grandes obras instrumentales de Wagner y Schumann. Aunque el Idilio de Sigfrido nació en la intimidad del hogar de Wagner para una celebración de índole privada, su dimensión de obra maestra indiscutible la ha llevado, con justicia y por suerte, a las salas públicas para disfrute de todos los melómanos. El op. 52 de Schumann, Obertura, Scherzo y Finale, es casi una pequeña sinfonía, no muy conocida, y que vale la pena descubrir en el marco de un concierto tan interesante.

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viernes 28 octubre 2011 Auditorio Manuel de Falla, 20.30 horas

CONCIERTO SINFÓNICO 2

SALVADOR MAS director

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IGeorg Friedrich HÄNDEL (1685–1759)

Concerto grosso en Si menor, op. 6 / 12, HWV 330 (15’)

LargoAllegroAria. Larghetto e pianoLargoAllegro

Johann Sebastian BACH (1685–1750)

Obertura (Suite orquestal) núm. 1 en Do mayor, BWV 1066 (21’)

OuvertureCouranteGavotte I Gavotte IIForlaneMenuet I Menuet IIBourrée I Bourrée IIPassepied IPassepied II

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IIRichard WAGNER (1813–1883)

Siegfried Idyll (Idilio de Sigfrido), WWV 103 (18’)

Ruhig bewegt

Robert SCHUMANN (1810–1856)

Obertura, Scherzo y Finale, op. 52 (17’)

Ouverture. Andante con motoScherzo. VivoFinale. Allegro molto vivace

SALVADOR MAS director

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El Café Zimmermann de Leipzig, escenario principal de las actuaciones del Collegium Musicum dirigido por J. S. Bach, en un grabado de 1712.

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Georg Friedrich HändelConcerto grosso en Si menor, op. 6 / 12, HWV 330

En 1739 fueron publicados los 12 Concerto grossi op. 6 de Händel. El hecho de que sólo dos años más tarde fuera necesaria una segunda edición demuestra el éxito con que fueron acogidos. Estas piezas tuvieron la función de intermedios instrumentales para las pausas de las interpretaciones de Oratorios que tenían lugar en el Teatro de Lincoln’s Inn Fields. Según las crónicas de la prensa londinense, el último de la serie, el Concerto grosso en Si menor, fue interpretado por primera vez en público el 23 de abril de 1740, en un concierto en el que se presentó la oda L’Allegro, il Penseroso ed il Moderato.Los conciertos de Händel siguen el modelo formal establecido por Corelli (mientras que los de Bach se basan más bien en la estructura en tres movimientos de los de Vivaldi). Pero, a pesar del origen italiano del género, el Largo y Allegro iniciales forman claramente una obertura en estilo francés: un tiempo lento con ritmos solemnes y punteados es seguido por un movimiento rápido con imitaciones sobre un motivo muy característico.El Larghetto en Mi mayor que sigue se presenta en dos versiones completas, la segunda una variación de la primera. Los dos movimientos finales del Concerto forman una pareja parecida a los dos primeros, una introducción Largo seguida de un Allegro, en este caso una Fuga sobre un tema en Si menor.

Johann Sebastian BachObertura (Suite orquestal) núm. 1 en Do mayor, BWV 1066

Las cuatro Oberturas o Suites orquestales de Bach son obra del período de Cöthen, o quizás de sus primeros años en Leipzig. Aunque el objetivo que llevó a Bach a esta ciudad fue principalmente la música litúrgica, esto no le impidió realizar actividades complementarias en otros terrenos musicales. La institución de los Collegia musica, formados principalmente

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por estudiantes de la Universidad tuvo en el Leipzig de aquella época una gran importancia. Sus actuaciones, realizadas en los Cafés de la ciudad, representaban una parte muy importante de la actividad musical no religiosa. Bach se puso desde 1729 al frente del Collegium musicum creado por Georg Balthasar Schott, para cuyos conciertos, celebrados habitualmente en el Café de Gottfried Zimmermann, dirigió y compuso diversas obras instrumentales y vocales, entre ellas Cantatas profanas muy adecuadas para el entorno, como la famosa Cantata del Café (una de sus pocas obras de carácter humorístico).Entre las piezas que Bach interpretó con su Collegium musicum se encuentran sus Suites orquestales. La primera de ellas, por ejemplo, formó con seguridad parte de sus programas hacia 1725. La Suite, de origen francés, como su nombre indica, fue un género cultivado en toda Europa y Bach es autor, como es bien sabido de numerosas obras de este tipo (eventualmente con otros títulos), para orquesta, clavicémbalo, violín o violoncello. En el caso de las cuatro piezas para orquesta el hecho de que se llamen indistintamente Oberturas o Suites depende de si en su título se quiere poner el énfasis en el hecho de que se trata de una Obertura seguida de un grupo de danzas (o una serie, o sea una Suite) o si se prefiere ver la obra como las danzas precedidas por la Obertura introductoria.Como en otras obras del género, la Obertura está compuesta según el modelo francés que ya se ha descrito cuando se hablaba sobre el Concerto grosso de Händel. Pero, tal y como sería de esperar en Bach, el nivel de elaboración armónica y polifónica es mayor. La parte rápida es por una parte una Fuga, pero al mismo tiempo presenta características de concierto, con un trío formado por un fagot y dos oboes como grupo de solistas.Las danzas que vienen a continuación, Courante, Gavotte, Forlane, Menuet, Bourrée y Passepied, están todas en el mismo tono de Do mayor y gracias a sus distintos compases y características rítmicas proporcionan una equilibrada y variada sucesión de movimientos, siempre animados por un inagotable encanto melódico. Con excepción de la Courante y la Forlane, las piezas son dobles, con presentación de dos danzas del mismo tipo y la repetición final de la primera.

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Richard WagnerSiegfried Idyll (Idilio de Sigfrido), WWV 103

“De este día, hijos míos, no os puedo decir nada, nada sobre mis sentimientos, nada sobre mi estado de ánimo, nada, nada. Lo que yo dijera sería sólo árido y seco ante lo que sucedió: cuando me despertaba, llegó a mis oídos un sonido, cada vez con más plenitud, de manera que ya no podía pensar que estaba soñando: música era lo que sonaba ¡y qué música! Cuando terminó, entró Richard con los cinco niños y me entregó la partitura del ‘Saludo sinfónico de cumpleaños’. Yo lloraba, y todos en la casa. Richard se había colocado en la escalera y con ello había consagrado para siempre nuestro Tribschen. El ‘Idilio de Tribschen’, así se llamaba la obra”.

No puede haber mejor narración de los hechos que la de la protagonista, Cosima Wagner. Se trata aquí de la ocasión del estreno de lo que después se ha conocido como Siegfried Idyll (Idilio de Sigfrido), una pieza para quince músicos compuesta en secreto por Wagner durante el otoño de 1870 y presentada como regalo el día de Navidad de aquel año a su esposa (que, aunque había nacido el día 24 de diciembre, celebraba su cumpleaños el 25). Aquella pieza maravillosa fue interpretada todavía dos veces más el mismo día. Entre los diversos amigos y miembros del entorno familiar de Wagner que fueron testigos del estreno se hallaba el filósofo Friedrich Nietzsche.El Idilio de Sigfrido es una obra de naturaleza íntima y privada con la que Wagner quería celebrar su duramente ganada felicidad familiar: en la portada de la partitura escribió “Idilio de Tribschen con el canto de pájaros de Fidi y aurora anaranjada”. Fidi era el diminutivo del pequeño Siegfried Wagner y el color se refería simplemente al papel que decoraba la habitación, en el cual la luz del sol de la mañana provocaba reflejos muy bellos. Pero por otra parte es seguramente la mejor obra instrumental de Wagner y representa la única muestra de lo que habrían podido ser las Sinfonías programáticas en un movimiento (o poemas sinfónicos) que el compositor se proponía escribir cuando hubiera terminado las obras dramáticas que pensaba componer. Wagner murió pocos meses después del estreno de Parsifal, obra con la que daba por concluida su obra teatral, y esas posibles obras sinfónicas no llegaron a ser una realidad.

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La canción de cuna “Schlaf, Kindchen, schlafe”, usada posteriormente como un importante tema del Idilio de Sigfrido, tal como Wagner la anotó el 31 de diciembre de 1868.

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Si bien el matrimonio Wagner deseaba reservar la obra para el ámbito familiar, las necesidades financieras les forzaron a publicarla en 1877, con su título definitivo, por lo que el Idilio ha pasado a formar parte, por fortuna, del repertorio de cámara y sinfónico (Wagner ya había interpretado la obra en 1871 con una orquesta completa).Como es bien sabido, la mayor parte de los temas del Idilio de Sigfrido proceden de la Tetralogía, y más en concreto de la tercera de las cuatro obras, y muy especialmente de su escena conclusiva, el monumental dúo en el que Sigfrido vence las reticencias de la walkiria Brunilda, recién degradada a mujer mortal. Podría en cierta manera considerarse esta pieza instrumental como un intermedio entre el final de Sigfrido y el inicio de El ocaso de los dioses, intermedio que canta el amor de los dos protagonistas antes de que la maldad de Hagen destruya su felicidad. Pero los temas compartidos con la obra escénica no son usados de la misma manera, sino transformados y complementados por ideas nuevas. Entre éstas destaca la canción de cuna Schlaf, Kindchen, schlafe, anotada por Wagner el 31 de diciembre de 1868 en su “Libro marrón”, un cuaderno que le servía de diario y para anotar cosas muy diversas, musicales y personales.Pocas obras existen en toda la literatura sinfónica tan llenas de paz y felicidad como el Idilio de Sigfrido, y pocas veces se ha escrito y escuchado una música tan dulce, plácida y confiada como la de su prolongada conclusión.

Robert SchumannObertura, Scherzo y Finale, op. 52

1841 fue para Schumann el “Año de la Sinfonía” (de la misma manera que 1840 había sido el “Año de la canción” y 1842 sería el “Año de la música de cámara”). En una de sus típicas explosiones de entusiasmo creativo al abordar un género nuevo para él, compuso en ese año su Primera Sinfonía y la versión original de la Cuarta (además del primer movimiento del Concierto para piano y orquesta). Aunque esto sería ya un logro asombroso para cualquier compositor, la producción sinfónica de ese año se completó

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también con una obra mucho menos conocida: la Obertura, Scherzo y Finale, op. 52 (que llevó en un principio el nombre de Suite, y después el de Symphonette) no recibió finalmente el título de Sinfonía, a pesar de que, si bien es una obra más breve, su estilo y dimensiones no se apartan tanto de lo que es normal en sus otras obras del género. La falta de un movimiento lento ha sido señalada en más de una ocasión como la característica que impide que esta obra sea propiamente una “Sinfonía”.El op. 52 fue compuesto en unos pocos días del mes de abril de 1841, pero fue sometido a una importante revisión antes de ser publicado en 1845. El estreno tuvo lugar en Leipzig el 6 de diciembre de 1846.La Obertura comienza con una sombría introducción Andante con moto en Mi menor, pero sin que se pueda evitar la sospecha de que su seriedad exagerada tiene algo de humorístico. Esto puede ser confirmado por el alegre y desenfadado tema principal en Mi mayor del Allegro, una especie de versión divertida del tema inicial de la Sinfonía núm. 40 de Mozart. Entre los temas complementarios de este movimiento, una de las composiciones de Schumann más afines al Clasicismo vienés, destaca el regreso del elemento más importante de la introducción, ahora bajo una nueva luz. Una brillante stretta final (que puede parecer algo prematura) da fin al movimiento.El Scherzo en Do sostenido menor está dominado por un motivo rítmico cuyo avance incansable se verá interrumpido en dos ocasiones por la dulzura del Trio en modo mayor. En su parte final se recupera, de manera inesperada, el tema “mozartiano” que daba comienzo al Allegro de la Obertura. Es ahora elaborado en una variante más lenta con la que concluye el movimiento central.El brillante movimiento conclusivo en Mi mayor comienza con una parte expositiva que contiene un material temático muy conciso y lleno de energía. La parte central elabora un tema nuevo y la reaparición gradual de elementos del tema inicial conduce a la reexposición. Una Coda exultante termina de forma plenamente afirmativa esta composición sinfónica, que merece sin duda una presencia más frecuente en el repertorio de las orquestas.

VÍCTOR ESTAPÉ

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Concertino Yorrick Troman

Violines primeros Peter BielySei MorishimaPiotr WegnerAtsuko NeriishiJulijana PejcicAndreas TheinertAnnika BerscheidIsabel MelladoColette Babiaud

Violines segundos Alexis AguadoMarc PaquinJoachim KopytoWendy WaggonerBerj Papazian Edmon LevonIsrael de FrançaMilos Radojicic

Violas Hanna NisonenKrasimir DechevJosias CaetanoMónica LópezDonald Lyons Andrzej Skrobiszewsky

Violoncellos Kathleen BalfeArnaud DupontJ. Ignacio PerbechRuth EngelbrechtMatthias SternMarko L. de Vicuña

Contrabajos Frano KakarigiGunter VoglXavier AstorStephan Buck

Flautas Juan C. ChornetBérengère Michot

Oboes Eduardo MartínezJosé A. Masmano

Clarinetes José L. Estellés Carlos Gil

Fagotes Santiago RíosJoaquín Osca

Trompas Óscar Sala Carlos Casero

Trompetas Esteban BatallánManuel Moreno

Timbal Jaume Esteve

Clave Mireia Ruiz

Gerencia José Luis Jiménez

Mª Ángeles Casasbuenas(secretaria de dirección)

Programación Pilar García

Comunicación Pedro ConsuegraBeatriz González

Administración Maite CarrascoMª Angustias OrantesArantxa Moles

Producción Juan C. CantudoJesús HernándezMichel AyotteAntonio MateosGabriel Pozo

La Orquesta Ciudad de Granada es miembro de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS) y miembro fundador de ROCE (Red de Organizadores de Conciertos Educativos)

SALVADOR MASDirector titular y artístico

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viernes 11 noviembre 2011, 20.30 horas

CONCIERTO SINFÓNICO 3 sábado 12 noviembre 2011, 20 horas

SÁBADO SINFÓNICO 1

Jacques IBERTHommage à Mozart, rondó

Jean SIBELIUS Valse triste, música de escena para Koulema (La muerte) de Arvid Järnfefelt, op. 44/1

Ermanno WOLFF-FERRARI Concertino en La bemol mayor para corno inglés y pequeña orquesta, op. 34

Zoltán KODÁLYNyári este (Anochecer de verano)

Zoltán KODÁLYDanzas de Galanta

José Antonio Masmano corno inglésPETER CSABA director

PRÓxImOS CONCIERTOS Auditorio Manuel de Falla

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