conciencias libres n 17

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  • 7/31/2019 Conciencias Libres n 17

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    NO CONOZCO MAS QUE UN GOBIERNO DIGNO DE ADMIRACION:

    EL GOBIERNO DEL COSMOS. Digenes

    N 17 JULIO 2012

    76 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCION ESPAOLA 1936-1939

  • 7/31/2019 Conciencias Libres n 17

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    S.O.V. C.N.T.

    VILANOVA I LA GELTRC/ TEATRE, 21,bjos.

    e-mail: [email protected]

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    LOS TREINTA JUDAS (continuacin)Fue una falta de visin y de sentido

    prctico por parte de los que entonces

    no estbamos en la crcel o en elextranjero y conocamos la nefasta

    actuacin de los bomberos.

    No obstante, a pesar de que hoy

    tenemos que lamentar la falta de

    energa que tuvimos ayer con los

    reformistas treintistas de hoy, no

    es menos cierto que ya entonces se

    logr higienizar los medios

    confederales.. Los que durante ladictadura haban servido de

    instrumentos a los responsables

    treintistas, al ver que sus

    orientadores, sus jefes, llegados los

    momentos de relativa tranquilidad les

    abandonaban. Vindose solos, no

    vieron otro camino de salvacin que el

    de la poltica. Y se hundieron en ella sin

    dejar entre los que haban engaado elmenor recuerdo.

    Pestaa, que es un zorro de siete

    suelas, viendo que de nuevo se

    acercaba el momento de ocupar un

    cargo retribuido dentro de la CNT, y

    encontrndose tremendamente

    desmoralizado ante los trabajadores y

    sobre todo, ante los militantes, debido

    a la campaa llevada a cabo por Peir

    desde las columnas de Accin social

    Obrera, quiso y espero el momento de

    jugarle una mala partida que dejar en

    mal lugar la personalidad y la seriedad

    de Peir.

    Los momentos de la cada de Primo de

    Ribera del Poder, se presentaron

    inopinadamente y fue tan grande la

    confusin, que todo bicho viviente se

    crey en el derecho de tirar de la

    manta.

    Se haban aflojado las amarras de lanave dictatorial y ya quin ms quin

    menos se crey en el derecho de

    conspirar contra el rgimen imperante.

    Todas las fracciones polticas que

    haban permanecido totalmente

    muertas durante la estancia de Primo

    de Ribera en el Poder volvieron a

    levantar cabeza. De todas partes se

    observaban, nuevas manifestaciones deactividad, que hasta entonces haban

    permanecido totalmente ahogadas. Los

    manifiestos se sucedan unos a otros y

    as todo lo dems.

    En ese plan de vibraciones

    desencadenadas como consecuencia

    lgica de siete aos de una tirana

    sistemtica, hubo un acercamiento

    momentneo de los ms variadoselementos, que por una necesidad

    comn les obligaba a mancomunar los

    esfuerzos y actividades, para as lograr

    lo ms pronto posible acabar

    definitivamente con la dictadura.

    Un grupo de polticos izquierdistas

    catalanes, redact tambin un

    manifiesto titulado Inteligencia

    Republicana, con el propsito de

    lanzarlo a la publicidad, firmado por

    todas las fracciones polticas y obreras

    Que estuvieran de acuerdo con el

    contenido en l expuesto.

    Dichos seores polticos, como es

    natural, se dirigieron a la CNT para ver

    si dicha organizacin estaba tambin

    dispuesta a firmar dicho documento.

    Uno de los primeros en ser consultados

    a tal fin, fue Angel Pestaa, Pestaa les

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    contest a los polticos izquierdistas

    catalanes que la CNT no poda, por

    principios, firmar aquel documento

    (documento que l consideraba muy

    interesante), y les dijo que tena laconviccin moral de que muchos

    destacados militantes de la CNT, lo

    firmaran individualmente de conocer

    su contenido.

    Entonces, los polticos le preguntaron si

    l tendra algn inconveniente en

    firmar el manifiesto de una manera

    individual y Pestaa dijo que no tena

    inconveniente alguno en hacerlo, peroque antes deban consultar con Peir,

    Pedro Foix (Delaville), Martn Barrera, y

    otros para ver cual era su opinin.

    Efectivamente. Fueron consultados los

    nombres indicados por Pestaa para

    ver si firmaban el manifiesto. Peir

    pregunt a los polticos si haban

    consultado a Pestaa y stos

    contestaron afirmativamente,

    aadiendo que Pestaa se haba

    comprometido con ellos a firmar el

    manifiesto de Inteligencia

    Republicana.

    Entonces, Peir firm el manifiesto.

    Tambin lo firmaron (Delaville) y

    Martn Barrera.

    Una vez firmado el manifiesto poltico

    por los mencionados militantes de la

    CNT los polticos visitaron de nuevo a

    Pestaa, para que ste, con arreglo al

    compromiso verbal que haba contrado

    con ellos firmara tambin.

    Pestaa, que haba logrado lo que se

    propona, que no era otra cosa que

    comprometer y embarcar a Peir, dijo a

    los polticos que con las firmas que

    haba ya era lo suficiente para que el

    manifiesto saliera con el aval de varios

    destacados militantes de la CNT.

    Peir, sin darse cuenta, haba cado en

    el cepo. Era aquello una broma pesada

    que le haba gastado Pestaa paracolocarlo en un trance difcil frente a la

    opinin confederal.

    Pestaa no haba olvidado un solo

    momento que Peir le haba

    descubierto ante la opinin en general

    de ser un traidor, por eso esper el

    momento de vengar aquella ofensa.

    Aquella firma, estampada por Peir en

    el manifiesto de InteligenciaRepublicana, le ocasion muchos

    disgustos, el cual ms serio. Uno de

    ellos y que fue de gran calibre, fue

    recibido en el Teatro Nuevo de

    Barcelona, el da del primer mitin que

    dio la CNT despus de varios aos de

    no hacer sentir su voz.

    Peir tena que hablar en dicho mitin y

    cuando Masoni, que presida el acto,

    anunci a Peir, muchos espectadores

    protestaron ruidosamente contra l por

    haber firmado el manifiesto poltico. El

    auditorio no estaba dispuesto a dejar

    hablar a Peir si ste no rectificaba

    antes pblicamente la firma que haba

    estampado en el aludido manifiesto.

    Peir habl bajo promesa de rectificar

    pblicamente, cosa que hizo ms tarde

    para poder desempear el cargo de

    director de Solidaridad Obrera.

    Igual ocurri con Delaville que

    tambin tuvo que retirar su firma para

    poder ser redactor del diario de la

    Regional Catalana. Por lo expuesto, se

    ve claramente que todo lo que ahora

    ha resultado ser paja mojada, gente

    arribista y vividora del enchufe, ya

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    antes de ahora no era todo trigo limpio.

    Son coincidencias un tanto sospechosas

    de la vida.

    Es indudable que la dictadura logr con

    su brazo de hierro, estrangular y hundiren el lodazal de la inconsecuencia a

    muchos hombres que prometan un

    futuro esperanzador, por ser excelentes

    y bravos luchadores. Es esa una

    realidad que debemos reconocer en

    buena lgica, ya que los hechos han

    hablado de ello con harta elocuencia.

    A pesar de todo, no es menos cierto

    que durante la dictadura tambin naciun plantel de jvenes entusiastas, que

    unos en crceles y presidios, otros en el

    destierro, y no pocos bajo el negro

    manto de la tirana imperante, lograron

    edificarse una conciencia propia, que,

    ms tarde tenan, indudablemente,,

    que poner al servicio de los

    hambrientos de pan y de justicia. Esta

    juventud ha suplido por doquier con

    creces los supuestos abandonados

    por los vencidos y cobardes del

    ideal.

    Los viejos vencidos sin energas ni

    vitalidad para la lucha, tenan el deber

    de abandonar satisfechos los puestos

    que ocupaban en las avanzadas,

    dejando va libre a los pioneros de los

    nuevos tiempos presentes.

    No fue as. Los que se creyeron, no

    sabemos a santo de qu,

    imprescindibles, en el puesto que

    desde haca tanto tiempo ocupaban

    indebidamente, en vez de orientar en la

    lucha diaria a los jvenes hurfanos de

    esa tan necesaria orientacin, los

    recibieron a su lado con hostilidad

    manifiesta, como se recibe a los

    intrusos, y desde entonces en adelante

    se establecer se estableci la pugna, la

    dualidad de criterios, que al chocar los

    unos con los otros tenan que producir

    efectos contraproducentes.******************************

    RESPONSABLES E IRRESPONSABLES

    Son estos unos calificativos que desde

    hace algn tiempo se emplean con

    harta frecuencia por parte de los que

    tienen un concepto un tanto mezquino

    de la responsabilidad. Nos referimos alos treintistas.

    Cuando los treintistas se ocupan de

    nosotros, y eso lo hacen en todos los

    momentos y lugares, siempre nos

    catalogan con el adjetivo de

    irresponsables. Segn ellos, nosotros

    somos los irresponsables de la FAI. Ellos

    son los responsables, el alfa y omega.

    La bondad personificada.

    Hablaremos de todo eso para dejar las

    cosas en su lugar.

    Implantada la Repblica en Espaa, no

    por medio de una revolucin poltica

    como se ha dicho, sino por mediacin

    del sufragio universal en las urnas, y

    conseguida una libertad prematura,

    solo circunstancial, la CNT que an se

    encontraba en perodo de

    reorganizacin, convoc el congreso

    extraordinario que se celebr en el

    Teatro de del Conservatorio de Madrid,

    los das del 11 al 16 de junio de 1931.

    Hay que proclamar bien alto, que all

    fuimos los jvenes con ansias

    vehementes de depurar el ambiente en

    extremo enrarecido debido a las

    concomitancias imprecisas que muchas

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    veces haban tenido los hombres

    representativos de la CNT con los

    elementos polticos.

    Haba en la orden del da del Congreso

    algunos puntos de discusin que seprestaban a torcidas interpretaciones y

    otras que eran del todo sospechosos.

    Ello contribuy indudablemente de una

    manera poderosa a sembrar la

    desconfianza de la organizacin

    confederal hacia los elementos del

    Comit Nacional de la CNT que

    entonces estaba compuesto, como casi

    siempre, en su gran mayora por lostreintistas. Aquello de la Posicin

    de la CNT ante las Cortes

    constituyentes, unido a las

    manifestaciones hechas por el Comit

    Nacional tambin, en un manifiesto

    pblico que deca en uno de sus

    prrafos que la CNT apoyara la

    convocatoria de una Cortes

    constituyentes haba llevado a los

    delegados del congreso en un estado

    de nimo tal que era muy difcil, y as

    fue, coordinar los esfuerzos y

    mancomunar las voluntades de la

    organizacin confederal.

    En dicho Congreso ms que nada, ante

    las mltiples desviaciones sufridas se

    iba a plantear y plante, la cuestin de

    principios.

    La Confederacin se encontraba al

    borde del principio colaboracionista y

    poltico y haba que arrancarla de su

    falsa posicin, fuera como fuera y

    costara lo que costara.

    Los polticos encubiertos en el seno de

    la CNT trataban por todos los medios

    de una manera solapada, desviar a sta

    de su trayectoria concreta y bien

    definida del apoliticismo tratando de

    hundirla en el lodazal del

    colaboracionismo primero y de la

    poltica despus, cosa que no

    consiguieron a pesar de los grandesesfuerzos que para ello realizaron

    emboscados en los cargos de ms

    responsabilidad.

    Hubiera sido lgico y natural que los

    treintistas, fracaso en su intento de

    desviacin, se hubieran retirado como

    militantes de la Confederacin dejando

    paso a las corrientes innovadoras que

    ya se manifestaba de una maneraimpetuosa en la mdula de la CNT.

    No fue as. Se resistieron a ello,

    volviendo de nuevo a ocupar los cargos

    de los comits llamados superiores,

    desde donde continuaron su obra

    nefasta contra la organizacin que de

    nuevo les haba ratificado la confianza,

    creyendo ingenuamente que en lo

    sucesivo cumpliran fielmente los

    mandatos que les haba conferido la

    organizacin en pleno en sus

    Congresos.

    Peir, que haba sido nombrado

    director de Solidaridad Obrera, en

    una conferencia regional celebrada por

    los sindicatos de Catalua en

    Barcelona, en vez de ocuparse desde la

    columnas del diario de los trabajadores,

    de cuestiones sindicales ideolgicas y

    revolucionarias como era su deber y

    obligacin, ya que ese era el mandato y

    la voluntad de los trabajadores de

    Catalua, se ocup casi solamente de la

    cuestin poltica, tratando a este

    respecto de forma partidista hasta

    llegarse al extremo de verse la CNT

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    poco menos que confundida con la

    Esquerra Republicana de Catalunya.

    Tal campaa de propaganda electoral

    Encubierta, se vio con profundo

    desagrado por parte de muchoselementos de la CNT militantes, que no

    compartamos el criterio absurdo de

    Peir y de los dems componentes de

    la redaccin, ya que todos ellos eran

    treintistas.

    Cuando en el Congreso extraordinario

    del Conservatorio se le afe a Peir su

    conducta por la labor confusionista que

    haba realizado desde las columnas deSolidaridad Obrera, contest Peir

    que aquello lo haba hechos tan solo

    con el inters de que no triunfara en las

    elecciones la reaccin. A ms,

    reconoci que haba cometido en ello

    un lamentable error.

    El Congreso crey que Peir era un

    hombre sincero, un hombre que se

    dejaba impresionar demasiado

    fcilmente por las cuestiones

    superficiales y creyndolo

    ingenuamente sincero, le ratific de

    nuevo en el cargo, volviendo de nuevo

    al diario regional, bajo promesa de

    combatir a la poltica y a todos los

    polticos.

    Peir volvi a Solidaridad Obrera bajo

    palabra de rectificar su tortuosa

    conducta y una vez de nuevo

    posesionado en el cargo, no cumpli la

    palabra dada a la organizacin en pleno

    reunida en Madrid.

    Ya entonces, muchos de nosotros, los

    irresponsables, sospechbamos que

    entre ciertos elementos de la CNT, o

    sea, dicho ms claro, que entre los

    treintistas y los polticos de la

    Esquerra de Catalunya exista no

    solamente una relacin ntima del

    momento, sino que incluso haba

    compromisos adquiridos de una

    gravedad tal de los cuales laorganizacin tendra, indudablemente,

    un da que salir muy mal parada de

    continuar tolerndolo.

    Como lo que queda dicho solo era

    una sospecha ms o menos

    fundamentada en datos inconcretos,

    tuvimos la necesidad de esperar a que

    los hechos nos demostraran algn da

    que no estbamos equivocados.Efectivamente No nos habamos

    equivocado, los compromisos haban

    llegado ms all de lo inconcebible. Los

    treintistas se haban comprometido

    con Companys, gobernador entonces

    de Barcelona,, a no plantear a la

    Repblica ningn conflicto de carcter

    social durante tres meses, hasta que el

    nuevo rgimen estuviera consolidado.

    Excusamos decir que ese pacto qued

    roto antes del tiempo prefijado por

    expresa voluntad de los trabajadores,

    que viendo que la Repblica no

    abordaba los problemas sociales en la

    forma debida y viendo tambin que

    cuantas promesas se haban hecho

    haban quedado incumplidas, se

    sintieron engaados y traicionados.

    Al da siguiente, La Tierra de Madrid,

    daba la sabrosa noticia y deca que los

    elementos de la CNT haban estado en

    la Generalitat de Catalunya a ofrecerse

    al seor Maci en todo lo que fuera

    necesario para combatir a la reaccin.

    Ni Peir, ni nadie de los que con l

    fueron al Ayuntamiento de Barcelona,

    llamados por los polticos, tenan ya

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    entonces ningn cargo representativo

    en los comits ni en los peridicos de la

    CNT.

    Como sea que de los Comits

    confederales, no haba ido nadie a laGeneralitat ni al Ayuntamiento, a la

    maana siguiente La Tierra , de

    Madrid, publicaba la rectificacin del

    comit Nacional de la CNT, rectificacin

    que haba mandado telegrficamente,

    en la cual deca, que no era cierto que

    ningn elemento de la CNT hubiera ido

    a ofrecerse al seor Maci, ya que la

    CNT se bastaba as misma, para actuarcuando el caso lo requiera de la forma

    que lo creyera ms oportuno, siempre

    con arreglo a sus principios y a su

    finalidad. Deca adems el comunicado,

    que si alguien haba hecho tal visita, ra

    al margen de la CNT y que,, por lo

    tanto, quedaba desautorizado por la

    misma.

    A pesar de todas las realidades, la

    relacin entre los treintistas y los

    polticos de la Generalitat de Catalunya

    continuaron en lo sucesivo y continan

    hoy con ms profusin que nunca

    No les ha dicho nada, ni les interesa en

    lo ms mnimo a los treintistas, la

    actuacin nefasta y suicida de la

    Generalitat de Catalunya contra la CNT.

    Es ms, nosotros sospechamos que esa

    poltica de la Esquerra contra la

    confederacin es hoy aconsejada por

    los ex anarquistas Sebastin Clar,

    Pedro Foix, Martn Barrera, y algunos

    de los escisionistas de la CNT.

    Mientras ocurre esto, la poltica

    predominante en Catalua, por

    mediacin de sus rganos en la prensa,

    sale a la calle emponzoada cada da

    ms, falseando la verdad, llamando a

    los hombres de la CNT elementos

    atracadores, terroristas e

    irresponsables de la FAI.

    Y parte de eso, si algn desgraciadomuerto de hambre, tiene la gallarda de

    reclamar el derecho a la vida, que debe

    ser inviolable y comete el grave delito

    de coger cualquier cosa para

    alimentarse en casa de algn seor

    Esteve, esa prensa ramplona

    indecente que se edita en cataln, para

    degradar al pequeo delincuente, le

    llaman lladregot (ladronazo).(continuar)

    Ricardo Sanz

    :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::