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La cultura de la investigación como categoría fundamental del estudio social de la ciencia

ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 3 Nº 5. Diciembre 2009 / 59-84

RESUMEN

La democracia y los razonamientos sobre sus bondades han ocupado muchas horas de disertación en el mundo, pues la mayoría de los gobiernos han entendido los benefi cios de su aplicación a los países y las personas que los habitan. Latinoamérica fue afectada en su pasado, si se quiere reciente, por gobiernos opuestos al sistema democrático, situación que afortunadamente fue superada y le permite arribar al Bicentenario de la Independencia de gran parte de los países que la conforman, avanzando en democracia. Aplicarla plenamente corresponde a sus dirigentes procurando para ello, la participación ciudadana y el desarrollo de las comunidades; sin embargo, para que sea efectivo y pleno los sujetos que conforman las sociedades deben aprender de ciudadanía para poder participar activamente en benefi cio de sus comunidades, sus ciudades y posteriormente de sus países; el sentimiento comunitario estimula el sentido de pertenencia y éste, el de identidad. La participación democrática se enseña, por lo tanto la escuela y los docentes deben educar en y para la democracia y la participación, pues ella requiere de organización y compromiso.

Palabras clave: Democracia, participación ciudadana, comunidad, educación

Recibido: 01/10/2008 Aceptado: 15/04/2009

COMUNIDAD, PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA Y EDUCACIÓN

María Esther Esté de Villarroel

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ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 3 Nº 5. Junio-Diciembre 2009 / 85-98

COMMUNITY, DEMOCRATIC pARTICIpATION AND EDUCATION

ABSTRAC

Democracy and reasoning about its virtues have occupied many hours of dissertation in the world because most Governments have understood the benefits of its application to the countries and people who inhabit them. Latin America was affected in the past, if you want, by Governments opposed to the democratic system. The situation fortunately was overcome and lets you arrive to the 200th anniversary of the independence of most of the countries that it conforms, advancing in democracy. Its fully implement corresponds to their leaders seeking to citizen participation and community development. however, it is effective and full to subjects that conform the society should learn from citizenship to actively participation in benefit of their communities, their cities and their countries. That community feeling stimulates the sense of belonging and its identity. Democratic participation is taught so the school and teachers should educate in and for democracy and participation, because it requires organization and commitment.

Key words: Democracy, participation citizen, community involvement, education.

Introducción

En el mundo moderno la comunidad se escinde en lo que algunos llaman socialización o adaptación; estas dos tendencias como fuentes teóricas al fin, son contradictorias a pesar de que el proceso de sociabilidad y la facultad para agruparse de los individuos sean rasgos inherentes en el ser humano en lo nuevo, es decir lo comunitario.

En las sociedades modernas como las de este siglo, se estructuran dos ejes fundamentales como son la industrialización y la urbanización, en esta bipolaridad se dan las llamadas relaciones sociales secundarias y se basan primordialmente, en un conjunto

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Comunidad, participación democrática y educación


de relaciones de convivencia y afectividad. Estos parámetros, sin embargo, han recibido críticas por parte de algunos interesados en el aspecto de las nuevas relaciones sociales en las sociedades postmodernas destacando sus debilidades. Pero también debería reconocer o destacar algunas fortalezas como: superar diferencias sociales que aún permanecen enraizadas dentro de las relaciones inherentes a un capitalismo anacrónico, fuerte y de estado.

El mundo debe dirigirse hacia una humanización participativa y solidaria que permita una comprensión de las contradicciones sociales, tendiendo más hacia la unidad de los valores de su formación de conciencia, la comprensión del mundo material y la interdependencia como una actividad de los sujetos actores en donde se comprendan el uno con el otro. Es aquí donde se puede afirmar que surgen nuevos atributos al concepto de participación y la posibilidad de traspasar el concepto de la conciencia en sí, hasta llegar a una conciencia posible (para sí) y lograr una participación libre y democrática hasta poder encontrar el bienestar social.

Comunidad y participación

¿Qué se entiende por comunidad? Se puede afirmar que el vocablo comunidad se utiliza generalmente para designar a categorías espaciales ubicadas en zonas urbanas o rurales, esto da la idea que donde conviva un grupo de personas que tengan iguales o similares condiciones de vida se estructuran y funcionan para satisfacer necesidades y solventar problemas. Sin embargo, la particularidad de una comunidad debe ser tener una misma cosmovisión de vida y sobre todo ser abierta al resto de la sociedad, sobre ello Villarroel y Esté (2009:16) expresan: “La comunidad es un área de vivencia sociales caracterizada por la cohesión y la coerción, son estas cualidades las que presentan el surgimiento en la ubicación y “el sentimiento de comunidad”.

Si bien el espacio geográfico o territorio ocupado es un elemento fundamental para la definición de comunidad, en la actualidad no es suficiente para hacerlo, porque la expansión de las comunicaciones y la globalización permiten, simultáneamente, la penetración cultural y la individualización de las comunidades. Por lo tanto, existe una continuidad entre la cultura, la sociedad y los hombres; esta triada se fortalece por medio de la socialización,

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porque esta última, se considera una fuente permanente de relaciones e interacciones entre los sujetos de una comunidad, las cuales tienen la particularidad de ser muy específicas. ¿Qué implica esto? Evidentemente hablamos de una relación con el otro; en esta dialéctica se hace necesario un programa educativo que tienda hacia la socialización con la finalidad de crear la conciencia de un yo comunitario, que se exprese en el trabajo entre el sujeto y la comunidad.

Es imperioso el surgimiento de una conciencia comunal devenida de la evolución de la conciencia colectiva que puedan tener los ciudadanos; ella emerge del sentir colectivo en la búsqueda de superar situaciones de dependencia socioeconómica y cultural que implica el interiorizar lo comunitario, entendido en el descubrimiento de la existencia y la comprensión del otro, del grupo, en función de intereses comunes.

Lo comunitario se construye a partir no solo del cohabitar en un territorio sino también del desarrollo de un sentido de pertenencia hacia él, acompañado del fomento de un conjunto de intereses y fines comunes capaces de dirigir el esfuerzo mutuo en la distribución de actividades organizadas en beneficio de la comunidad. La cooperación y la solidaridad unidas a la identidad hacia la comunidad, constituirán el anclaje efectivo que permita la convivencia y el quehacer organizado dirigido hacia la superación de los problemas expresados en la acción.

Ahora bien, ¿cómo lograr el sentimiento comunitario? Para ello se requiere que el conjunto de habitantes de un espacio geográfico desarrollen una ideología que le dé sentido y dirección al grupo, entonces, el sentimiento comunitario es vital para darle el carácter de comunidad a ese grupo que comparte un territorio. El sentimiento comunitario es elemento fundamental para la comunidad, los habitantes de un vecindario, sector, barrio deben entender que comparten intereses, hábitos y necesidades, estas son razones que los impulsan a pensar en función no solo de él sino del otro, entender que son un conjunto y como tal deben proceder y para ese fin debe organizarse en comunidad. Es el reconocimiento implícito del otro y de la diferencia en la unidad, característica fundamental de la comunidad.

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En la comunidad es donde los sujetos realizan sus expectativas de vida, siendo así, ellos participan de una existencia que parte de una relación económica, social, cultural, ideológica y afectiva expresada en la cotidianidad; es importante hacer notar que este convivir no es idéntico a toda la estructura social, ni que cada persona sea igual a la otra; por lo tanto es el hombre, en su concreción, quien se expresa históricamente y ocupa un lugar en el sistema de reproducción de la totalidad social.

Si lo dicho se manifiesta de esta manera, hay que ver donde están los contrastes; sobre ello diremos que los sujetos, como todos sabemos, tienen necesidades y ellas no siempre son satisfechas del mismo modo ni totalmente. Por ello la historia de los hombres vista desde la comunidad no solo debe enfocarse desde la diversidad, sino también por la manera de enfrentar sus realidades en espacios determinados, es decir, por sus rasgos de comportamiento dentro del entorno comunitario.

Es fundamental afirmar que el ser humano tiene su cosmovisión en primer término con el mundo fenomenológico, es decir, la inmediatez estructura el conocimiento cotidiano, la relación sujeto objeto solo se establece mediante la inmediatez, lo cercano, lo palpable, lo concreto, de allí que el ser comunitario tiende a aprehender lo que pueda tener cerca. La necesidad es un punto común de solidaridad, siendo que los sentimientos y los conocimientos son los propios y no más allá del grupo de relación, lo cual puede determinar que los hombres inmersos en una vida cotidiana no participen en sistemas culturales o científicas que cubren otros espacios de la sociedad.

La vida cotidiana puesta de manifiesto dentro de las comunidades funciona a partir del pragmatismo, en esos espacios no hay preguntas que puedan hacerse para determinarse o reconocerse como sujetos actores de su propia existencia, es decir, no se interrogan sobre su existencia, como salir de ella individual y colectivamente, ni siquiera con aspectos científicos de las sociedades modernas; es la participación activa en la comunidad la que brinda respuestas y soluciones, pero se requiere de la formación en ciudadanía y democracia.

La participación y la función ciudadana

Para Merino, 2010 la participación

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...es un término demasiado amplio para tratar de abarcar todas sus connotaciones posibles en una sola definición... participar significa “tomar parte”: convertirse uno mismo en parte de una organización que reúna a más de una sola persona. Pero también significa “compartir” algo con alguien... De modo que la participación es siempre un acto social: nadie puede participar de manera exclusiva, particular... solo se puede ser parte donde hay una organización que abarca por lo menos a dos personas. De ahí que sus sinónimos sean coadyuvar, compartir, comulgar... en las sociedades modernas es imposible dejar de participar: la ausencia total de participación... es una forma de compartir las decisiones comunes. Quienes no creen participar en absoluto, en realidad están dando un voto de confianza a quienes toman las decisiones...

Esta definición cubre ampliamente los elementos implícitos de la participación, enfocándola desde diferentes ámbitos, sin embargo a nuestra manera de ver, la participación se puede caracterizar como la acción social por medio de la cual los sujetos intervienen en los grandes problemas que se dan en las interacciones sociales, cuyo objetivo final es lograr acuerdos con su colectividad y tal vez un poco más allá, con el entorno social que lo envuelve. Este proceso no es tan solo un acto singular con el cual se quieren expresar soluciones individuales sobre sus necesidades y beneficios, al contrario se trata de procesos plurales que lleven en primer lugar a resolver problemas de los grupos y posteriormente, realizar aprendizaje e identificación con el resto de los sujetos comunitarios para enfrentar los graves problemas.

Como su nombre lo indica participar es hacer y ser parte del todo, esta circunstancia es la intervención de los sujetos en la realidad que les corresponde vivir. Participación es todo lo contrario a excluirse, ello implica un compromiso con el carácter de una estructura cognitiva específica que efectiva y emotivamente permita la unidad de los ciudadanos, posibilitando la idea de la llamada igualdad social; por lo tanto se puede considerar a la participación como una concepción de carácter humanista, profundamente inclusiva y de convicción democrática.

La participación debe ser social, democrática y comunitaria; realizada por grupos que actúan como una unidad dialéctica, con

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objetivos comunes, que comparten formas religiosas, sentimientos y conductas parecidas para enfrentar al mundo, a sí mismos, a la adversidad y a la fortuna, en una sociedad plena de interacciones; donde se realicen acciones sociales rompiendo los roles pasivos frente a la vida cotidiana y a la sociedad.

Características de la participación ciudadana

La participación ciudadana debe responder a acciones organizadas para poder obtener logros que proporcionen el beneficio deseado y la mayor satisfacción posible para la comunidad, sin embargo para la efectividad de la misma debemos tomar en cuenta ciertas pautas generales que se estiman son adecuadas y efectivas, al respecto la participación debe ser:

- Abierta: como todo sistema, debe estar abierto en una interrelación entre comunidad, gobierno local y gobierno nacional, para nutrirse de las políticas que generen estas tres instituciones y determinar entropías positivas que le otorguen fuerza al sistema para lograr sus objetivos.

- Organizada: La efectividad debe ser un elemento imprescindible de la participación por lo tanto las acciones deben ser acordes y holísticas, estas deberán actuar conforme el orden establecido para cumplir con eficiencia y formalidad en las acciones que se emprendan.

- Comprometida: en primer término dialogar con libertad para luego aceptar los compromisos que colectivamente se tomen y aceptar esto en forma de un compromiso, que vaya más allá de intereses particulares entendiendo, por sobre todo, que lo que se busca es el bien común.

- Responsable: comunicar como principio prioritario al resto de la comunidad los éxitos o los fracasos de los proyectos de acciones emprendidas, con esto se busca lograr la homogeneidad en el resto de la comunidad.

- Activa: esta es una de las características que debe orientarse al consenso a partir de planes y proyectos concretos, su presencia debe ser continua para que

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genere confianza entre los sujetos que hacen vida en la comunidad.

- Democrática: esta característica tan significativa y vital es la que logra que los individuos participantes, a través de sus libres discursos expresen sus ideas fundamentales haciéndolas del conocimiento de la comunidad, quien en una decisión concertada concretará la homogeneidad en sus acciones para lograr las metas que se propongan a favor de la comunidad.

Participación y democracia

La democracia en su manifiesta y más conocida expresión: como sistema político, persigue un fin fundamental que no es otro sino el de alcanzar el funcionamiento óptimo de una sociedad con una vida en común; se trata de que entre la sociedad política y la sociedad civil, se desarrolle en la vida política, un conjunto de normas y valores, actitudes y conductas dirigidas al logro de la cohesión de las instituciones del Estado. Se trata de que la sociedad encuentre la solidaridad, busque la libertad y se de la justicia.

Es por ello que huerga, (2005:126-127) afirma:

El concepto de gobierno adquiere un nuevo significado, el de buen gobierno. Ya no se habla de pobreza sino de exclusión. Participación y asociación son las dos palabras que sustituyen la idea de lucha. Sociedad civil es el término de moda que casi ha hecho desaparecer el debate sobre el Estado. Capital social es una nueva forma de presentar la vieja idea de red social. Comunidad es el nuevo término que sustituye el viejo concepto de vecindad. Solidaridad sustituye a libertad... Multiculturalismo reemplazó a cultura. Local y mundial sustituyen a nacional. Mujer y género sustituyen a hombre y sexo.

En estos últimos diez años, la concepción de la democracia ha cambiado sustancialmente y ha dado un giro en donde se pasa de la representatividad a la llamada democracia participativa así, la participación de los sujetos actores de la sociedad es factor de desarrollo y de cambio, en la medida que exista mayor participación activa dentro de las comunidades y a partir del conocimiento de ellas se llegará a la solución de los problemas que de alguna manera

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perturban la vida en común de la ciudadanía, pues la democracia tiende a ser perfectible.

Podemos reafirmar que el núcleo central de la democracia radica en la participación ciudadana y entonces a ese respecto cabría preguntarse ¿Si los gobiernos tienden a un centralismo para dirigir las políticas públicas y olvidarse de la división y la contraloría de los otros poderes? La respuesta pudiera encontrarse en (Merino, 2010:31) cuando afirma

No, lo que significa es que hay una tendencia creciente a perfeccionar las relaciones entre gobiernos (instituciones) ...se trata, pues, de otra paradoja producida por la convivencia entre representación y participación: si la primera lleva a la elección del mayor número posible de autoridades, para asegurar que la voluntad popular esté detrás de cada uno de los cargos que exige la administración pública, la segunda exige que los representantes políticos refuercen sus lazos de coordinación entre sí mismos y con la sociedad que los ha electo para responder con mayor eficacia a las demandas cotidianas de los ciudadanos... afirma también que la participación ciudadana lleva a relacionar lo que la representación política obliga a fragmentar.

Ahora bien, la democracia se nutre tanto de la representación como de la participación, pensamos que ambos pueden coexistir, ya que cuando se celebran elecciones es con el objeto de designar o elegir cargos públicos, y la participación democrática se da en función de dirimir conflictos sociales que aspira sean solucionados entre comunidad y gobierno, por lo tanto debe existir una unidad dialéctica entre los representantes y los ciudadanos que participan en las comunidades, procurando actuar siempre en beneficio del pueblo hacia la resolución de los conflictos.

Así afirma Fall en (huerga, 2005:128):

La participación democrática no debe ser únicamente política. No puede reducirse a una representatividad mediante elecciones. Debe comprender todos los aspectos, no solo políticos y cívicos sino también económicos, sociales y culturales y para todos la

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población. Democracia y participación democrática equivalen a hacer responsable a las poblaciones lo cual significa que deberán participar en la determinación de las grandes opciones y los medios para alcanzar sus objetivos. Un buen sistema de participación es la auténtica escuela de la democracia.

Ahora bien, es importante para continuar con nuestro planteamiento preguntarnos ¿Cómo se logra la participación activa y responsable de los actores sociales? ¿Cómo lograr que los ciudadanos conozcan sus derechos? ¿Cómo lograr una soberanía popular? ¿Cómo obtienen los ciudadanos nuevos valores a cerca de su visión de mundo? La respuesta es educando a los miembros de la sociedad.

Educar para la participación ciudadana

En lo que respecta a América Latina, estos tiempos de desarrollo vertiginoso de la tecnología y la ciencia, de vida agitada en búsqueda de nuevos caminos, redundan en el afianzamiento de viejos problemas a los que se les dio muy pocas o ninguna solución, donde las instituciones han perdido vigencia y no representan alternativas viables para el tránsito hacia mejores condiciones de vida, sustentadas en el desarrollo humano sostenible, donde la democracia participativa sea revitalizada o puesta en funcionamiento, según sea el caso, y el respeto a los derechos humanos fortalecidos.

Así mismo, es importante que las políticas públicas de los gobiernos se ejerzan, vean y trasciendan las nuevas situaciones, construyendo espacios públicos donde se practique efectivamente la dualidad gobierno-comunidad y se comprenda que la educación es el factor fundamental para el logro de la cohesión social; la educación nos puede llevar hacia el perfeccionamiento de los procesos homogéneos conducentes hacia el destino de una democracia más racional y efectiva.

Es el acto educativo expresado por medio del aprendizaje, quien cobra significación para lograr el desarrollo humano integral, con esto se quiere decir, que en la medida en que los sujetos tengan conciencia de sí mismos podrán reconocer su papel activo en lo político, lo económico, lo social y sobre todo entender el deber ser de la participación ciudadana, logrando ejercer la soberanía popular. Igualmente la educación actúa en la conciencia de lo individual,

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ya que los sujetos pueden desarrollar sus valores individuales en comunión con su entorno y de la misma manera sus potencialidades actitudinales logrando el desarrollo de sus capacidades; todo ello debe hacerse en función de la comunidad, cuyo fin es el bien común. Solo en una democracia verdadera puede lograrse la factibilidad de una educación para la transformación de las redes sociales y que de manera palpable permitan, a plenitud la realización de nuevas formas de vida. Pues son las sociedades determinadas por sus contextos particulares e históricamente constituidas las que propician las condiciones de exclusión de una persona, sin embargo con la participación de los ciudadanos estas situaciones pueden ser revisadas y superadas, una vía efectiva para su logro es la educación.

La escuela como sabemos, es un producto social, resultado de los procesos históricos complejos que han modelado a una sociedad y como construcción social cumple con innumerables funciones entre las cuales destacan educar, socializar, profesionalizar y reproducir; pero la escuela también debe educar para la democracia y para la participación ciudadana. También debe asumir su responsabilidad social que va más allá de las funciones mencionadas, pues debe generar en el sujeto, desde niño y a través de todo el proceso educativo, el compromiso de la persona hacia el reconocimiento del compromiso social y fomentar una cultura colaborativa, participativa y de reconocimiento del otro. El desarrollo de estos principios permite a las personas situarse en la sociedad y aprender a desempeñarse como ciudadanos.

Al respecto (Goñi y Martínez, 2005: 181) expresan:

La ciudadanía es una forma de ser de una persona en sociedad que parte del reconocimiento del individuo como poseedor de unas posibilidades y unos derechos el ejercicio de la sociabilidad de la persona en el seno de la sociedad jurídicamente regulada, la garantía a los individuos de unas prerrogativas, como la libertad, la igualdad, respeto cívico, solidaridad, dialogo y derechos de participación son atributos que definen este tipo de ciudadanía.

Las condiciones mencionadas pasan por enseñar una sociabilidad específica, construida más allá de lo político, donde el sujeto se empodere de sí mismo como soberano, emancipado y a la vez formando parte de una comunidad, capaz de elaborar

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representaciones efectivas y objetivas de su cotidianidad producto de la cultura vivida. Para cumplir eficazmente con esta función la educación y la escuela deben hacer cambios sustanciales que van desde los currículos hasta las prácticas educativas, es decir una visión en conjunto de los procesos y el quehacer educativo.

Este proceso no es sencillo ni fácil, el que una persona aprenda cómo ejercer la participación ciudadana requiere de un conjunto de elementos que pasa no solo por la adecuación de los proceso y planes educativos, sino también por la preparación del docente, quien es el involucrado directo que fomenta las condiciones personales necesarias de los sujetos para cultivar las actividades y responsabilidades en la sociedad, en especial en su comunidad. La escuela deberá enseñar y ejercitar la racionalidad, el pensamiento crítico y los valores componentes, estos, básicos e inherentes a la enseñanza; además están el reconocimiento y aceptación de la diferencia; la cooperación, herramienta fundamental para la comunidad; el diálogo, utilizándolo para el intercambio de ideas y fomento de la paz y por último el respeto a los derechos humanos.

En Venezuela, el actual proyecto político promueve la participación democrática y ciudadana para ello parte de reflejarlo en la Constitución Nacional promulgada en 1999, donde en su preámbulo manifiesta la condición de establecimiento de una sociedad democrática, participativa y protagónica , luego en sus artículos 5, 55, 62, 132 y 168 expresa de igual forma la condición de participación ciudadana en democracia, los derechos políticos de participación tales como: elecciones, referéndum, consulta popular y revocatorios del mandato entre otros. A través de todo el documento es común observar el término participación bien sea acompañado de la palabra protagónica o ciudadana; así mismo recalca la relación entre participación y el papel de la educación, refiriéndose a educación y democracia y a educar para la participación.

Establece además, la creación de los Consejos Comunales que son organismos de participación con atribuciones de fiscalización y control de la gestión pública, pero estos consejos han ido evolucionando en sus funciones y pueden, desde recibir financiamiento del gobierno para acometer obras en beneficio de la comunidad, hasta ser copartícipes de la comunidad educativa supervisando el desempeño y funcionamiento de las escuelas; ello

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corresponde al desarrollo de una estrategia que permee la relación entre la escuela y los miembros de la comunidad mediante una participación ciudadana activa entre la comunidad con la o las escuelas presentes dentro de su espacio geográfico y que presta los servicios a sus miembros.

Por otra parte, dentro del Proyecto Educativo, se encuentran las Escuelas Bolivarianas, en sus fundamentos y planes se plantea ampliamente el fomento de la democracia participativa, la participación protagónica de la comunidad, además del fomento de la relación escuela-comunidad a través de la participación y la creación de los consejos comunitarios para el fomento de esta relación. A nivel universitario se ha promulgado la Ley de Servicio Comunitario Estudiantil, la cual persigue desarrollar el compromiso y la participación comunitaria de todos los estudiantes que están por culminar su formación profesional, requiriendo de ellos el abordaje de las comunidades, colaborando en el conocimiento de la misma y participar en el diagnóstico y solución de problemas.

Como vemos, en Venezuela realmente se ha planteado una estrategia gubernamental para propiciar y promover la democracia, utilizando para ello la participación ciudadana como una forma de lograr la inclusión de las personas, el reconocimiento de las minorías y la aceptación de la diferencia; donde los sujetos se vuelven gestores de los procesos requeridos para resolver sus necesidades y participan activamente de ello. Es algo que recién se inicia y como la mayoría de las cosas que comienzan necesita de ajustes que se irán dando con la experiencia y el aprendizaje que estos provean.

Sin embargo, es importante para este trabajo aquí desarrollado hacer énfasis en la necesidad de formación ciudadana para la participación, básicamente muchas de las fallas y los fracasos se dan por la falta de conocimiento y formación de los integrantes de las comunidades; es vital para que una comunidad funcione como tal el que sus miembros tengan el sentimiento comunitario, sentirse un grupo con intereses comunes, esto no es fácil de obtener si no se ha tenido una educación que lo enseñe y propicie su práctica.

Vivir y convivir en democracia y ejerciendo la participación ciudadana requiere de educación en y para la democracia y la participación, solo así podremos tomar conciencia del poder que tenemos en

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nuestras manos y tener el equilibrio adecuado para controlarlo, alcanzando las metas requeridas para los grupos ejerciendo una participación ciudadana que permita que otros no decidan por nosotros, entendiendo que la participación involucra formarse y el organizarse para estar en capacidad de reconocer que lo colectivo y lo público son parte de la cotidianidad.

REFERENCIAS

Brito de Araujo 06/07/2010. Concepto de inclusión desde la perspectiva de la educación en el Salvador. Espacio logopédico.com

Goñi, J. y T. Martínez. (2005). Patrones, culturales, normas y voluntad personal. En educación y ciudadanía. Caracas. Venezuela. Universidad Católica Andrés Bello.

huerga, M. (2005). La ciudad educada del siglo XXI. En educación y ciudadanía. Artículo. Caracas. Venezuela. Ediciones de la Universidad Católica Andrés Bello.

Merino, M. (2010). participación ciudadana en la Democracia. http://bibliotecadigital.coveyt.org.mx/colecciones/ciudadania

Tunermann, B. C.. (2000). La educación en américa Latina y el Caribe a finales del siglo XX. En América Latina 2020. Coordinadores: López y Filmus. Flacso. Argentina. Temas Grupo Editorial.

Villarroel, M y P. Esté. (2009). Los proyectos de participación comunitaria y su práctica social. Valencia. Venezuela. Ediciones Veneprint.

María Esther Esté de Villarroel: Doctora en Educación. Profesora Titular

de la Universidad de Carabobo.

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