centro de investigación en alimentación y desarrollo, a.c. · 2017-06-07 · centro de...
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Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C.
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS CONDICIONES ECOLÓGICAS Y TENDENCIAS DE CAMBIO EN ÁREAS
MARINAS PROTEGIDAS DEL OCCIDENTE Y NOROCCIDENTE DE MÉXICO DETERMINADAS
MEDIANTE FICHAS DE EVALUACIÓN ECOLÓGICA
Por:
Leonardo Verdugo Figueroa
TESIS APROBADA POR LA COORDINACIÓN DE GUAYMAS
EN ASEGURAMIENTO DE CALIDAD Y APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DE RECURSOS NATURALES
Como requisito parcial para obtener el grado de
MAESTRÍA EN CIENCIAS
Guaymas, Sonora Enero, 2014
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AGRADECIMIENTOS Primeramente, quisiera agradecer al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
por brindarme el apoyo económico que representó mi principal medio de
sustento durante la compleción de mis estudios de maestría de los cuales
deriva esta tesis.
Así mismo, agradezco al Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo,
A.C., y en particular a la Unidad Regional Guaymas por abrirme las puertas a su
programa académico y a todo el personal tanto administrativo como académico
por su constante e invaluable orientación y apoyo.
De igual manera, deseo agradecer a la Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas, en particular a Dirección de Evaluación y Seguimiento, al Fondo
Mexicano para la Conservación de la Naturaleza y a la organización Comunidad
y Biodiversidad. A.C. por su generosa invitación a colaborar en el proyecto de
elaboración y actualización de Fichas de Evaluación Ecológica durante el 2012
y 2013 y por permitirme utilizar los resultados para la realización de este trabajo
de tesis.
Justamente, agradezco a las direcciones de las distintas áreas marinas
protegidas estudiadas así como a todos los investigadores y especialistas que
participaron en los diversos talleres, pues la vasta información que tan
generosamente compartieron es lo que da sustento científico a este trabajo.
Está en orden un agradecimiento sumamente especial a mi comité asesor
conformado por la Dra. Jaqueline García Hernández, M.C. Ana Luisa Figueroa
! v!
Carranza, Dr. Jorge Torre Cosío, Dr. Juan Pablo Gallo Reynoso y Dr. Xavier
Basurto por su disposición, paciencia y generosidad para compartir conmigo el
vasto conocimiento y su extensa experiencia en investigación y en temas de
conservación.
Agradezco a mis compañeros y amigos del CIAD Guaymas, ya que
indudablemente todos han aportado de alguna manera u otra a la finalización
de esta tesis y la conclusión de mis estudios de maestría: Lucila Armenta,
Victoria García, Iván Cabanillas, Néstor Quezadas, Marcelino Montiel, Daniel
Guevara, Adrián Güido, Germán Leyva, Daniela Aguilera, Ana Martínez, Fabiola
Bejarano, Karla Vega, Verónica López, Mtra. Mauricia Pérez, Mtro. Janitzio
Villareal y los Dres. Lloyd T. Findley y Richard C. Brusca. En particular, extiendo
un agradecimiento especial a Daniel Fernández Quiroz por su revisión y
comentarios sobre el presente trabajo y sus motivantes consejos.
Finalmente, agradezco enormemente a mis amigos y hermanos de la vida
Leonardo Bañuelos, Alejandra Dessens, Osamu Huejara, María Munguía,
Alexei Alvarado, René Jiménez, Alfredo Karam, Fernando Herrera, Geovani
Márquez, Javier Bustamante, Alelí Fernández, Yuriko Jashimoto, Aurora García,
Armando Lagarda, Melina Corral y Julio Cesar García por su amistad, cariño y
sobre todo por siempre echarme porras en lo que sea que me proponga.
! vi!
DEDICATORIA Este trabajo está dedicado a mi familia; mi madre Mtra. María Yvette Verdugo
Figueroa, mi modelo a seguir y el mejor ejemplo que tengo de lo que es ser una
persona de provecho, cariñosa y generosa; mi hermana Jessica Yvette
Coronado, su esposo Jesús Francisco Rodríguez y sus hijos Héctor Francisco y
Ana Lucía quienes son mi inspiración inagotable para salir adelante; mi amigo
Carlos por su constante generosidad y apoyo y por siempre encontrar las
palabras para alentarme. En suma, el cariño que recibo de ustedes y el que
siento por ustedes es la motivación más grande que tengo en la vida.
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CONTENIDO
Página LISTADO DE FIGURAS……………………………………………………………. x
LISTADO DE TABLAS……………………………………………………………... xi
RESUMEN…………………………………………………………………………... xii
ABSTRACT………………………………………………………………………..... xiv
I. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………….... 1
II. ANTECEDENTES……………………………………………………………..... 4
II.I Conservación y Áreas Naturales Protegidas………………………………... 4
II.I.II Conservación Marina y Áreas Marinas Protegidas……………………….. 8
II.I.III Manejo Adaptativo de Áreas Marinas Protegidas………………………... 13
II.II Fichas de Evaluación Ecológica en Áreas Marinas Protegidas…………... 13
II.III Área de Estudio...……………………………………………………………... 19
II.III.I Problemática Ambiental en el Área de Estudio…………………….......... 22
II.III.II Áreas Marinas Protegidas Ubicadas en el Área de Estudio………….... 23
II.IV Fichas de Evaluación Ecológica Anteriores……………………………….. 27
II.V Alcances y Limitaciones del Estudio………………………………………… 27
III. JUSTIFICACIÓN……………………………………………………………….. 29
IV. HIPÓTESIS……………………………………………………………………... 30
V. OBJETIVO GENERAL……………………………………………………….... 31
VI. OBJETIVOS ESPECÍFICOS………………………………………………….. 32
VII. MATERIALES Y MÉTODOS……………………………………...…………. 33
VII.I Áreas Marinas Protegidas de Estudio………………………..…………….. 33
VII.II Elaboración de Fichas de Evaluación Ecológica…………………………. 35
! viii!
CONTENIDO (continuación)
Página
VII.III Selección de Factores de Influencia sobre los Efectos Ecológicos de AMPs y Definición de Grupos de Comparación………………………………... 37
VII.IV Análisis de Datos……………………………………………………………. 40
VII.IV.I Conversión de Calificaciones Cualitativas a Datos Cuantitativos……. 40
VII.IV.II Determinación de Normalidad…………………………………………… 41
VII.IV.III Ordenamiento y Preparación de Datos Para Análisis Informático..… 42
VII.IV.IV Pruebas Estadísticas……………...……............................................. 43
VIII. RESULTADOS Y DISCUSIÓN…………….……………………….……….. 43
VIII.I Resultado Descriptivos………………………………………………………. 45
VIII.II Medidas de Tendencia Central………………………………………….…. 55
VIII.III Normalidad de los Datos de las FEE..................................................... 57
VIII.IV Comparaciones Estadísticas…………………………………………........ 58
VIII.IV.I Comparaciones Según la Estructura Temática de las FEE………….. 58
VIII.IV.I.I Áreas marinas protegidas………………………………………………. 58
VIII.IV.I.II Atributos………………………………………………………………….. 60
VIII.IV.I.III Componentes……………………………………….………………….. 61
VIII.IV.II Comparaciones de Condición Según Factores de Influencia…..…… 63
VIII.IV.II.I Descargas agrícolas……………………………………………………. 63
VIII.IV.II.II Intensidad pesquera………………………………………………….... 63
VIII.IV.II.III Superficie marina……………………………………………………… 65
VIII.IV.II.IV Pesca de arrastre……………………………………………………… 67
VIII.IV.II.V No significativas para Condición….…………………………...…….. 68
VIII.IV.III Comparaciones de Tendencia Según Factores de Influencia…….... 69
VIII.IV.III.I Antigüedad………………………...……………………………………. 69
VIII.IV.III.II Programa de Conservación y Manejo………………………………. 70
VIII.IV.III.III Superficie marina……………………………………………………... 71
VIII.IV.III.IV Intensidad pesquera…………………………………………….….... 71
VIII.IV.III.V No significativas para Tendencia……..……………………………... 72
! ix!
CONTENIDO (continuación)
Página
VIII.V Factores No Evaluados……………………………………………............. 72
IX. CONCLUSIONES……………………………………………………………..... 76
X. RECOMENDACIONES………………………………….…………..………..... 78
XI. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………...................... 80
XII. APÉNDICES………………………………………………………………….... 88
Apéndice I. Fichas de Evaluación Ecológica de las AMPs de estudio……….. 89
Apéndice II. Factores valorados para las AMPs de estudio……………….…... 90
Apéndice III. Hoja de cálculo empleada para análisis en SAS JMP 10…..….. 91
Apéndice IV. Diagramas de resultados del análisis en SAS JMP 10…………. 95
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LISTADO DE FIGURAS Figura Página
1 Estructuración temática de la Ficha de Evaluación Ecológica 15
2 Opciones de calificación y código de color para el índice Condición empleado en la elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica
15
3 Opciones de calificación, enunciados estandarizados y código simbólico empleado para el índice Tendencia en la elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica
16
4 Esquema global del proceso de elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica y correspondiente reporte de condición
18
5 Regiones ecológicas marinas de México 19
6 Ubicación geográfica de las áreas marinas protegidas de estudio
34
7 Diagrama de dispersión de frecuencias relativas de los pares de calificaciones completos totales
48
8 Histogramas de frecuencias relativas globales de las calificaciones de Condición y Tendencia
48
9 Diagrama de dispersión de frecuencias relativas de los pares de calificaciones completos por componente: Agua, Hábitat y Recursos Vivos
52
10 Histogramas de frecuencias relativas de las calificaciones de Condición por componente: Agua, Hábitat y Recursos Vivos
53
11 Histogramas de frecuencias relativas de las calificaciones de Tendencia por componente: Agua, Hábitat y Recursos Vivos
54
! xi!
LISTADO DE TABLAS Tabla Página
1 Categorías de áreas protegidas según objetivos de manejo de la IUCN
7
2 Factores de influencia en los efectos ecológicos y sociales generados por áreas marinas protegidas
12
3 Áreas marinas protegidas de jurisdicción federal en el Pacífico Sudcaliforniano y el Golfo de California
26
4 Talleres celebrados para la elaboración de las Fichas de Evaluación Ecológica
36
5 Grupos de comparación según estructuración temática de la FEE
37
6 Factores de influencia seleccionados y grupos de comparación definidos
39
7 Conversión de datos cualitativos a de las FEE a datos cuantitativos
40
8 Pruebas estadísticas empleadas según variable respuesta y número de niveles de factor de comparación
44
9 Medidas de tendencia central 57
10 Resultados de pruebas estadísticas entre grupos comparativos según Condición
74
11 Resultados de pruebas estadísticas entre grupos comparativos según Tendencia
75
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RESUMEN !!Las áreas marinas protegidas (AMPs) son una herramienta para la
conservación de ambientes marinos y sus recursos naturales. Dado que el
conocimiento de dichos ambientes generalmente es limitado y sobre los efectos
de las AMPs influye un complejo grupo de factores, su manejo requiere
retroalimentación continua sobre sus condiciones ecológicas y los cambios que
experimentan. Sin embargo, dada la heterogeneidad de condiciones y métodos
bajo la que dicha información es generada, resulta sumamente complicado
realizar comparaciones directas entre AMPs. Con el objetivo de posibilitar
dichas tarea, se desarrolló la metodología denominada Fichas de Evaluación
Ecológica, la cual consiste en la realización de talleres con investigadores de
diversas instituciones que cuentan con información relevante sobre los sitios de
estudio y otorgan una de cinco calificaciones cualitativas de condición y de
tendencia a 12 atributos predeterminados correspondientes a los tres
componentes básicos de todo ecosistema marino; agua, hábitat y recursos
vivos. El presente estudio compara las condiciones ecológicas y tendencias de
cambio actuales de los ambientes marinos en 11 AMPs del occidente y
noroccidente de México determinadas mediante FEE. Las comparaciones
fueron entre grupos categóricos definidos según la estructuración temática de
las FEE y según un subconjunto de los factores de influencia reportados en la
literatura. Primeramente se colaboró en los talleres para la elaboración de las
FEE correspondientes a 8 AMPs y se integraron las de 3 AMPs evaluadas
previamente. Se determinó la normalidad de los datos con el objetivo de
identificar los estadísticos adecuados para su análisis, requiriendo convertir
datos cualitativos a cuantitativos. Las pruebas estadísticas fueron realizadas
! xiii!
mediante diversas rutinas de análisis unidireccional en el programa estadístico
SAS JMP 10. De manera global, se observa que las condiciones ecológicas de
las AMPs de estudio son intermedias entre aceptables y buenas, con tendencia
estable a empeorando. Respecto a Condición, se encontraron diferencias
significativas entre AMPs, componentes y atributos individuales, así como
comparando AMPs según tamaño, intensidad pesquera, presencia de
descargas agrícolas y pesca de arrastre. En cuanto a tendencia, se encontraron
diferencias significativas comparando entre AMPs individualmente y según su
antigüedad, tamaño y si cuentan con un Programa de Conservación y Manejo.
En ambos casos, no se detectó significatividad según tiempo de uso, recursos
operativos y la presencia de descargas urbanas. Los hallazgos representan una
referencia valiosa para la gestión de AMPs en la región.
Palabras clave: áreas marinas protegidas, ficha de evaluación ecológica, Golfo
de California, Pacífico Sudcaliforniano
! xiv!
ABSTRACT Marine protected areas (MPA) are a tool for the conservation of marine
environments and their natural resources. Given that knowledge on these
environments is generally limited and that the effects of MPAs are influenced by
a complex array of factors, MPA management requires constant feedback about
their ecologic conditions and undergoing changes. However, because the
heterogeneous conditions under which this monitoring information is generated,
direct comparison between MPAs is complicated. Thus, a methodology called
Marine Ecological Scorecards (MES) was recently developed by the
Commission for Environmental Cooperation. This methodology consists of
executing workshops with researchers and managers from different institutions
who possess relevant information about the environments within the assessed
MPAs. During these workshops, participants assign one among five qualitative
grades of condition and trend to each of 12 established attributes of ecologic
status regarding the three basic components of all marine ecosystems: water,
habitat and living resources. This study compares the current ecologic
conditions and trends of the marine environments comprised within 11 MPAs
located in western and northwestern Mexico, which were determined by MES.
Comparisons were made between categorical groups defined accordingly to the
thematic structure of the MES and a subset of influence factors reported in the
relevant literature. First, I collaborated in the execution of the MES workshops
for 8 MPAs. Then, I compiled the resulting MES data with that of 3 previously
evaluated MPAs. To identify the appropriate statistical tests to be used for
comparisons, I determined normality for condition and trend data, which required
a simple conversion from qualitative to quantitative data. Statistical tests were
! xv!
executed through various unidirectional analysis routines in SAS JMP 10.
Overall, current ecological conditions among the studied MPAs appear to be
mostly fair with a slight inclination towards fair, while their trends are mostly
stable inclining slightly to degrading. Significant differences in ecological
condition were found comparing among individual MPAs, components and
attributes, as well as by MPA size, fishing intensity, presence of agricultural
discharges, and trawiling. In regards to change trends, significant differences
were detected comparing among individual MPAs and by age, size and the
existence of a Conservation and Management Plan. In both cases, no significant
differences were found comparing among MPAs by years of extensive human
use, operative funds or the presence of urban discharges. Findings constitute a
valuable reference for MPA management in the region.
Keywords: marine protected areas, ecological scorecards, Gulf of California
! 1
I. INTRODUCCIÓN Las áreas marinas protegidas (AMPs) son una herramienta recurrentemente
empleada para la conservación y el manejo sustentable de los recursos
naturales provenientes de los ambientes marinos. Su utilidad para conservar,
restaurar y mejorar la calidad de dichos recursos así como mejorar la calidad
vida de sus usuarios ha sido ampliamente evidenciada en la literatura. Sin
embargo, dado que el conocimiento que el humano posee respecto a los
ambientes marinos generalmente es limitado, que dichos ambientes son
sumamente dinámicos y que en sus condiciones influye un cúmulo de factores
sumamente complejo, el manejo de las AMPs requiere de constante
retroalimentación sobre el estado que guardan sus ecosistemas y de la manera
en que están cambiando. Esto, en aras de mejorar su funcionamiento y los
efectos ecológicos y sociales que generan.
Históricamente, las sociedades han abordado la tarea de monitorear las
condiciones de los ambientes comprendidos en las AMPs desde diversos
enfoques y mediante muy variadas metodologías, generando un gran cuerpo de
información heterogénea y difícil de comparar entre si. Con el objetivo de
homogenizar esta gran diversidad de información, la Comisión de Cooperación
Ambiental (CCA) mediante la Red de Áreas Naturales Protegidas de Ámerica
del Norte (RAMPAN) desarrolló la metodología denominada Fichas de
Evaluación Ecológica y Reportes de Condición en Áreas Marinas Protegidas de
Norteamérica (FEE). Esta metodología, parte de un enfoque ecosistémico
(System Wide Monitoring) y se propone definir cuál es el la condición ecológica
actual y cómo se prevé que ésta cambie para 12 atributos preestablecidos de
condición ecológica de los ecosistemas marinos, los cuales a su vez
! 2!
corresponden a 3 componentes básicos de dichos ecosistemas: Agua, Hábitat y
Recursos Vivos. Para ello, emplea dos índices de calificación: condición y
tendencia, y a cada uno de dichos índices corresponde una escala de 5
posibles valores que califican el atributo en cuestión según la realidad reflejada
por el estado del arte documentado para el AMP en evaluación (CCA, 2011).
La tarea de calificar los 12 atributos según condición y tendencia se lleva acabo
por expertos en los diversos temas ambientales del AMP, los cuales suelen
estar claramente identificados por las autoridades del área. Dichas personas
son convocadas a realizar este ejercicio en un taller cuyo resultado es la FEE
que concentra el consenso de calificaciones al que llegó el grupo para los 12
atributos. Las calificaciones que conforman la FEE adquieren validez científica
dado que toda calificación propuesta debe ser fundamentada en datos técnicos
y científicos, los cuales son expuestos al grupo acompañado del razonamiento
que conduce a tal respuesta y el grupo en conjunto debe ponderar toda la
información expuesta para llegar a una calificación consensuada. Dichos datos
y razonamientos son recopilados para conformar el acervo de información que
da sustento a las FEE resultante y los hallazgos son detalladamente descritos
en el Reporte de Condición correspondiente. Además, dado que las condiciones
ecológicas y sus tendencias de cambio son descritas en mediante enunciados
estandarizados y términos comunes para todas las AMPs evaluadas con esta
metodología, es posible realizar comparaciones a gran escala entre ellas.
Durante el 2012 y 2013, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el
Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza y con apoyo de la
organización especializada en conservación marina Comunidad y Biodiversidad,
A.C. emprendieron la iniciativa de elaborar las Fichas de Evaluación Ecológica y
Reportes de Condición para 8 AMPs situadas en noroccidente mexicano, las
cuales se agregarían a 3 AMPs previamente evaluadas en la misma región. El
presente documento de tesis de maestría se propone evaluar si las diferencias
existentes en las condiciones ecológicas y tendencias entre las AMPs de la
región según sus fichas de evaluación ecológica son significativas, así como
! 3!
entre los distinto componentes de la estructuración temática de las mismas.
Además, pretende evaluar si dichas diferencias están en relación a un
subconjunto de los factores reportados en la literatura existente sobre los
efectos ecológicos de las AMPs con el objetivo de señalar patrones de posible
importancia para la gestión efectiva de las AMPs de este estudio y
potencialmente coadyuvar a su mejoramiento desde una perspectiva regional.
Las comparaciones de condición y tendencia entre AMPs según diversos
factores se basa en la premisa de que aquellas AMPs que presentan las
características más similares a su estado prístino, hipotéticamente exhibirán
calificaciones más deseables. Dado que el cúmulo de factores de influencia
reportados es sumamente complejo, heterogéneo y para algunos de estos su
evaluación en las AMPs resulta una tarea de elevada dificultad y demanda de
recursos, este estudio se limita a evaluar dichas diferencias únicamente a un
subconjunto de dichos factores y mediante técnicas estadísticas básicas,
ajustándose así a las limitaciones temporales e informáticas propias del
programa de estudios de maestría dentro del cual fue realizado.
! 4!
II. ANTECEDENTES
II.I Conservación y Áreas Naturales Protegidas
El término “conservar” se deriva del latín conservare, el cual significa “la
preservación y protección de algo”. A partir de ello es posible definir el concepto
“conservación” como la preservación de la biodiversidad a través de la
protección, restauración y el manejo planificado de los recursos naturales de tal
manera que prevenga su sobreexplotación, deterioro o destrucción. En general,
la conservación opera por medio de la investigación sobre el entorno natural, la
cual conduce a la educación respecto a dicho entorno y según las necesidades,
a la legislación, administración y otras acciones de protección de los valores
ambientales ante la acción humana (Dasmann, 1984).
Los motivos para conservar varían según la importancia que las personas
otorgan a los distintos componentes del mundo natural. Durante el último siglo,
emergieron diversas escuelas enfocadas a justificar el cuidado del ambiente.
Entre las mas destacables se encuentra la filosofía “preservacionista” propuesta
por John Muir y basada en la preservación de la naturaleza para el deleite
estético y espiritual del ser humano; el pensamiento “utilitarista” postulado por
Giffor Pinchott y basado en la idea de que “las sociedades deben dar uso a los
recursos naturales de manera tal que se provea el mayor beneficio a la mayor
cantidad de personas por el mayor tiempo”; y la visión “ecocentrista” planteada
por Aldo Leopold, fundamentada en la percepción de que la totalidad de
elementos naturales tienen un valor intrínseco independientemente de su
utilidad para el humano, quien además es parte de dicha totalidad y no sólo su
gestor (Dallmeyer, 2005).
! 5!
En el afán de proteger la naturaleza de las crecientes amenazas antrópicas, el
hombre ha ideado diversas herramientas para controlar las acciones del ser
humano y por tanto, los impactos que ocasionan. Entre dichas herramientas se
encuentran instrumentos legales que prohíben o limitan las acciones
perjudiciales para el medio ambiente y la biodiversidad; programas educativos
con el objetivo de concientizar a las sociedades respecto a las consecuencias
que sus decisiones tienen sobre el entorno natural; esfuerzos de restauración y
remediación que tienen como objetivo revertir impactos ocurridos; y la
conservación in-situ o áreas protegidas (AP), fundamenta en la protección de
los elementos naturales comprendidos en un espacio geográfico delimitado.
Esta protección puede brindarse a uno, varios o todos los elementos
comprendidos y puede limitar el efecto de uno, varios o todos los impactos
previsibles (Dasmann, 1984).
La Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) otorga la
siguiente definición al concepto de AP: “Un espacio geográfico claramente
definido, reconocido, dedicado y manejado a través de medios legales u otros
efectivos, para lograr la conservación a largo plazo de la naturaleza en conjunto
con los servicios ecosistémicos y valores culturales asociados.” De acuerdo a
esta definición, una AP debe poseer límites espaciales definidos,
reconocimiento formal de su destinación a la conservación, elementos naturales
y culturales dignos de protección, un manejo continuo y organizado para
influenciar los sistemas naturales y el comportamiento humano que coadyuven
al logro de los objetivos de conservación y finalmente, una institución normativa
que guíe su manejo (Harmon, 2008).
Algunos beneficios obtenidos de áreas protegidas son que permiten preservar
ecosistemas naturales funcionales, ofrecer refugio a especies y mantener
procesos ecológicos que de otra manera no podrían continuar en áreas
terrestres o marinas bajo aprovechamiento intensivo. Con frecuencia, estas
herramientas son la única opción para evitar la extinción de especies
! 6!
endémicas y amenazadas. Así mismo, funcionan como puntos de referencia en
base a los cuales podemos entender las interacciones del ser humano con el
entorno natural. Además, las AP pueden complementar las medidas de
conservación y uso sostenible de recursos naturales que se llevan a cabo fuera
de estas. Por otra parte, también proveen espacio para procesos evolutivos y
de adaptación ecológica ante el acelerado cambio climático. Finalmente, las
áreas protegidas ofrecen beneficios directos al humano, tales como
oportunidades de recreación, servicios ambientales tales como agua y aire
limpio y la conservación de sitios naturales de importancia cultural (Dudley,
2008.a; Dudley, 2008.b).
Según la IUCN, todas las áreas protegidas deben ser manejadas con los
siguientes objetivos en común: conservar la composición, estructura, función y
potencial evolutivo de la biodiversidad, contribuir a las estrategias regionales de
conservación, mantener la diversidad de paisaje, hábitats, especies y
ecosistemas asociados, poseer un área suficiente para asegurar la integridad y
perpetuidad de los objetos de conservación especificados con potencial a
expandirse, operar bajo un plan de manejo cuya vigilancia y evaluación faciliten
su adaptación y poseer un sistema de gobernabilidad claro y equitativo (Dudley,
2008.a).
II.I.I Clasificación de Áreas Naturales Protegidas
Dado que las miles de áreas naturales ubicadas alrededor del planeta poseen
características y objetivos muy variados y además reciben cientos de
distinciones diferentes, la IUCN se encomendó la tarea de elaborar un sistema
clasificación por categorías basadas en los objetivos de manejo que permitiese,
entre otras funciones, reducir la confusión en terminología, plantear un conjunto
de estándares acordados internacionalmente y facilitar las comparaciones entre
áreas protegidas (Dudley, 2008.b). La primer versión de este sistema fue
publicada en 1978 y ha sido revisado en varias ocasiones, siendo la versión
actualmente vigente la publicada en 1994 con ciertas aclaraciones sobre su
! 7!
aplicación adicionadas en el 2007. Este sistema está aprobado por las partes
de la Convención para la Diversidad Biológica, de la que entre los casi 200
países suscritos se encuentra México (Philips, 2008). Las categorías de este
sistema de clasificación se enlistan en la tabla 1.
Tabla 1. Categorías de áreas protegidas según objetivos de manejo de IUCN (Dudley, 2008.b)
Categoría Objetivo principal
1a - Reserva natural estricta Conservar ecosistemas, especies y rasgos de geo-diversidad que sean destacables a nivel regional, nacional o global: estos atributos deberán tener origen no humano y se verían degradados o destruidos si son sujetos a cualquier impacto humano no ligero.
1b – Área de vida silvestre Proteger la integridad ecológica a largo plazo de las áreas naturales que no han sufrido disturbios significativos por actividades humanas, libres de infraestructura moderna y donde las fuerzas y procesos naturales predominan, de tal manera que las generaciones actuales y futuras tengan oportunidad de disfrutar dichas áreas.
2 – Parque nacional Proteger la biodiversidad natural junto con su estructura ecológica subyacente y los procesos ambientales fundamentales así como promover la educación y la recreación.
3 – Monumento o rasgo natural Proteger rasgos naturales destacables así como la biodiversidad y hábitats asociados.
4 – Área de manejo de hábitats y especies
Mantener, conservar y restaurar ciertas especies y hábitats
5 – Paisaje terrestre o marino protegido
Proteger y sostener paisajes terrestres o marinos importantes así como conservar la naturaleza asociada y otros valores creados por las interacciones con el humano a través de prácticas de manejo tradicionales.
6 – Área protegida con uso sustentable de recursos naturales
Proteger los ecosistemas naturales y utilizar los recursos naturales de manera sustentable, donde se beneficien mutuamente.
Las distintas categorías de AP establecen diferentes límites y restricciones
respecto a las actividades que se permite realizar dentro de ellas y por lo tanto,
al tipo e intensidad de impactos ante los cuales pretenden proteger a la
biodiversidad y ambientes que comprenden.
En el caso específico de las áreas naturales protegidas (ANPs) de México, el
artículo 1˚ de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente
! 8!
(2013) de la República Mexicana define dichas áreas como “las zonas del
territorio nacional y aquellas sobre las que la nación ejerce su soberanía y
jurisdicción, en donde los ambientes originales no han sido significativamente
alterados por la actividad del ser humano o que requieren ser preservadas y
restauradas y están sujetas al régimen previsto en la presente Ley”. Además, el
artículo 46 del la misma, reconoce las siguientes categorías de áreas protegidas
en la nación: “i) Reservas de la biósfera; iii) Parques nacionales; iv)
Monumentos naturales; vi) Áreas de protección de recursos naturales; vii) Áreas
de protección de flora y fauna; viii) Santuarios; ix) Parques y reservas estatales;
x) Zonas de conservación ecológica municipales y xi) Áreas destinadas
voluntariamente a la conservación.” Esta clasificación coincide a grandes
rasgos con el sistema propuesto por la IUCN antes descrito.
II.I.II Conservación Marina y Áreas Marinas Protegidas
En la actualidad, la salud de los ambientes marinos alrededor del mundo va en
decremento, mientras que la pérdida de biodiversidad está acelerando y la
demanda por recursos provenientes de sus ecosistemas es cada vez mayor
(Norse y Crowder, 2005). Por eso, los ambientes marinos poseen
características distintivas que implican diferencias considerables respecto a los
terrestres que los hacen más susceptibles a los impactos humanos y complican
su conservación. Por ejemplo, el ambiente marino es ocho veces más denso
que la atmósfera, lo que corresponde a una capacidad de conservar y
transportar contaminantes químicos, biológicos y sólidos durante tiempos y
distancias mayores. Esto ocasiona que los ecosistemas marinos estén más
estrechamente conectados entre sí y con ecosistemas terrestres (Kelleher y
Kenchington, 1992).
Norse y Crowder (2005) afirman que existen varios motivos por los que los
ambientes marinos son especialmente susceptibles a los impactos antrópicos.
Por ejemplo, el mar se encuentra “río abajo” de los continentes y asentamientos
! 9!
urbanos, por lo que numerosas actividades exclusivamente terrestres generan
impactos que se extienden hasta los ambientes marinos. Así mismo, los
ecosistemas marinos se extienden tridimensionalmente en mayor medida que
los ecosistemas terrestres mientras que se conoce notablemente menos
respecto a la manera en que funcionan y los procesos que los regulan. Además,
el hombre consume mayor cantidad organismos marinos silvestres, mientras
que los alimentos de origen animal terrestres son principalmente especies
domesticadas, criadas y cultivadas con tal propósito. Por otra parte, gran
número de las tecnologías empleadas para obtener recursos biológicos marinos
son poco selectivas y sumamente destructivas del entorno en el que se utilizan,
lo cual incrementa su costo ambiental.
Adicionalmente, la percepción de propiedad en los mares y de responsabilidad
sobre su salud es sumamente diferente respecto a los ambientes terrestres;
dicha condición subyace a la sobrexplotación desmedida de los recursos
ubicados fuera de las zonas de exclusividad económica de las naciones
costeras. Como último ejemplo, señalan que de manera histórica y hasta años
recientes, entre las sociedades ha prevalecido la idea errónea de que los
recursos marinos son infinitos y que gran parte de los océanos son “desiertos”
deshabitados. A su vez, ello ha facilitado que se dedique menor atención y
recursos a la conservación de los océanos.
De acuerdo a Kelleher y Kenchington (1992), durante el último siglo, la
conservación marina se ha procurado principalmente desde tres enfoques.
Primeramente, las regulaciones de manejo sobre actividades marinas
individuales tales como la pesca o el transporte. El segundo es el
establecimiento de áreas marinas protegidas (AMPs) en las que se ejercen
restricciones aplicables a las actividades que se realicen dentro de sus límites
espaciales y varían desde vedas a artes de pesca o especies particulares,
hasta la prohibición absoluta del acceso a dichas áreas y la realización de
cualquier actividad que implique impacto negativo en los ecosistemas que
comprenden. El tercer y último enfoque es el de áreas de manejo marino (AMM)
! 10!
las cuales consisten en el establecimiento de áreas marinas, o combinación de
marinas con terrestres, detalladamente zonificadas para múltiples usos en las
que todas las actividades humanas son reguladas hacia el desarrollo
sustentable. Las AMM son una forma de manejo ecosistémico en el cual todos
los elementos biofísicos, humanos e institucionales son considerados una
unidad. Estas áreas suelen incluir zonas de reservas estrictas, zonas de
amortiguamiento de impactos y zonas destinadas a usos específicos como
pesca con ciertos métodos o usos recreativos (Orbach y Karrer, 2010)
El concepto de área marina protegida se define como “toda área de terreno
inter-mareal o submareal, junto con sus aguas superficiales, flora, fauna y
rasgos históricos y culturales acompañantes, que haya sido reservada bajo la
ley u otros medios efectivos para proteger la totalidad o parte del entorno que
comprende” (Kelleher y Kenchington, 1992).
Por otra parte, la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA, 2011) define las
AMP como “áreas marinas y costeras gestionadas que reciben importancia
ecológica por albergar especies o poseer características que ameritan una
consideración especial. La gestión de estas áreas ayuda a conservar la
biodiversidad en hábitats marinos cruciales.”
Las AMPs se crean con diversos propósitos, entre los cuales figuran el proteger
especies y hábitats marinos, conservar la biodiversidad marina, restaurar las
reservas de pesquerías y otros servicios ecológicos, administrar actividades
turísticas y reducir conflictos entre usuarios de diversos recursos (Pomeroy et
al., 2006). Además operan como amortiguadores de los efectos del cambio
climático y pueden ayudar reducir la pobreza en comunidades costeras.
Actualmente existen cerca de 6,000 AMPs alrededor del mundo, cubriendo el
1.17 % del los océanos y 2.86 % de las 200 millas náuticas que conforman las
zonas económicas exclusivas. Estas áreas están ubicadas en una gran
diversidad de contextos ecológicos y socioeconómicos y varían en sus
características particulares tales como tamaño, forma y objetivos de manejo.
! 11!
Por ejemplo, existen AMP que cubren menos de una hectárea y otras de más
de cien mil kilómetros cuadrados. Así mismo, existen AMP que son reservas
estrictas en las que se prohíben todos los usos extractivos, hasta aquellas en
las que se permiten diversas actividades humanas reguladas de manera
espacial, temporal, por especie, arte de pesca o según las características del
los usuarios (Fox et al., 2012).
No existe un sistema de clasificación universal y específico para áreas
protegidas en el mar, sino que se emplea el descrito antes para áreas
protegidas en general con ciertas consideraciones (Dudley, 2008.b). Se ha
observado que entre los distintos tipos de áreas marinas protegidas, las
reservas son las más efectivas para objetivos de conservación dado que
prohíben todo tipo de actividad extractiva y ofrecen protección extensiva a la
variedad total de organismos, hábitats y ecosistemas que comprenden
(Roberts, 2005). Mundialmente, se ha observado que las AMPs generan
aumentos en el tamaño de organismos, en la densidad de individuos, en la
biomasa y en la riqueza de especies dentro de sus límites con valores promedio
de 26 , 166 , 466 y 21 % respectivamente (Lester et al., 2009). Además, los
beneficios son observables en las zonas aledañas a las reservas como efecto
de “derrame”, lo cual puede ser positivo para las pesquerías (NRC, 2001;
Sladek-Nowlis y Friedlander, 2005). Otros efectos de orden ecológico
generados por las AMPs son la mejora del flujo de servicios ambientales y
culturales, tales como evitar la erosión de zonas costeras, secuestrar carbono
atmosférico así como brindar oportunidades recreativas, educativas y de
investigación.
Por otra parte, las AMPs también generan efectos sociales en las comunidades
relacionadas, tales como incrementar la seguridad alimentaria, involucrar a los
usuarios y comunidades en la toma de decisiones y fomentar la diversificación
de actividades de sustento. Además, pueden reducir conflictos entre usuarios,
aumentar la conciencia ambiental y construir capital social. Sin embargo, las
AMP también generan efectos negativos, tales como la distribución no
! 12!
equitativa de los beneficios y dependencia a subsidios y otros apoyos, sobre
todo cuando no son manejadas efectivamente (Fox et al., 2012).
Sobre los efectos que las AMPs generan en su contexto social y ecológico,
influye un amplio grupo de factores (Tabla 2). Por una parte, se encuentran
ciertos atributos de diseño tales como el tamaño, la forma, representatividad de
hábitat, categoría de manejo y el momento en el que el AMP fue establecida.
Así mismo, influyen factores ecológicos y oceanográficos tales como el nivel de
explotación al momento de establecerse el AMP, las características de los
hábitats que comprenden, la historia de vida de las especies incluidas, el grado
de insularidad, la conectividad con otras AMPs y la categoría de área protegida.
De igual manera, son importantes factores socioeconómicos como la densidad
poblacional, el acceso a mercados, la dependencia sobre los recursos
biológicos, diversificación de las de actividades económicas, entre otras.
Finalmente, varios aspectos de gobernanza sobre AMPs resultan
particularmente importantes para los efectos sociales y ecológicos que generan:
arreglos sobre la toma de decisiones en el manejo de la reserva, los
reglamentos sobre el uso de recursos, los sistemas de vigilancia y monitoreo,
penalización y los mecanismos para la resolución de conflictos (Fox et al., 2012;
Pollnac y Seara, 2011).
Tabla 2. Factores de influencia en los efectos ecológicos y sociales generados por áreas marinas protegidas. Fuente: Fox et al., 2012
Diseño Gobernanza Socioeconómicos Ecológicos Oceanográficos
Tamaño Reglas de uso Proximidad a comunidades Estado inicial Conectividad
Antigüedad Co-manejo Densidad poblacional Tipo de especies Surgencias
Forma Monitoreo Dependencia en recursos Tipo de hábitats Dispersión larvaria
Conectividad Vigilancia Diversidad de actividades Historias de vida
Zonificación Penalización Participación ciudadana Latitud
Representatividad de hábitats
Resolución de conflictos
! 13!
II.I.III Manejo Adaptativo de Áreas Marinas Protegidas
Dado que el conocimiento sobre los ecosistemas marinos que se pretende
proteger generalmente es incompleto e imperfecto, un principio importante en el
manejo de recursos naturales (y su conservación) es el denominado ‘manejo
adaptativo’. A grandes rasgos, el manejo adaptativo es un modelo que consiste
en la iteración secuencial de cuatro etapas: i) Planeación, ii) implementación, iii)
monitoreo y iv) evaluación. En la primer etapa, se definen las políticas y
estrategias de manejo en base al conocimiento existente. La segunda fase
consiste en llevar a cabo las acciones planificadas. Durante la tercera fase, se
monitorean los resultados y por último, los resultados del manejo se evalúan
durante la cuarta fase. El producto de cada repetición es el aprendizaje sobre
los efectos que las políticas y estrategias emprendidas han tenido sobre el logro
de los objetivos de manejo y su consecuente su adecuación con la finalidad de
incrementar dicha efectividad hasta la identificación de un conjunto de prácticas
óptimas y adaptables (Allan, 2007; Stankey et al., 2005).
Debido a la heterogeneidad de técnicas e indicadores empleados para el
monitoreo de las condiciones ecológicas de distintas AMPs, se ha desarrollado
un método estandarizado denominado “Fichas de Evaluación Ecológica” (CCA,
2011). Esto fue con objetivo de posibilitar la comparación a gran escala de
dichas condiciones y tendencias de cambio entre las AMPs de los tres países
de Norteamérica, permitiendo también la comparación entre AMPs de una
misma región como en el caso del presente estudio.
II.II Fichas de Evaluación Ecológica en Áreas Marinas Protegidas
Esta metodología fue específicamente desarrollada por la Comisión para la
Cooperación Ambiental a través de la Red de Áreas Marinas Protegidas de
América del Norte (CCA, 2011) . El objetivo primario de este método es
describir en forma estandarizada las condiciones ecológicas de cualquier AMP
por medio de dos instrumentos: la Ficha de Evaluación Ecológica marina y el
! 14!
Reporte de Condición. La Ficha de Evaluación Ecológica ofrece una síntesis
visual de las condiciones actuales y tendencias en los principales aspectos de
la salud de los ecosistemas comprendidos en el AMP mientras que el Reporte
de Condición consiste de un documento que además de presentar los
resultados de la evaluación, describe detalladamente las conjeturas
subyacentes a la ficha de evaluación ecológica resumiendo el amplio cuerpo de
información técnica y científica existente sobre los ambientes del AMP que
fundamentan dichos resultados. En conjunto, ambos funcionan como un
instrumento para los gestores del AMPs, investigadores, defensores de la
naturaleza, académicos, usuarios y la sociedad en general.
Tanto la ficha de evaluación ecológica como el informe de condición están
estructurados en torno a una serie de preguntas relacionadas a un conjunto de
indicadores (atributos) de la salud de los ambientes marinos (Figura 1). Estas
permiten definir la condición y la tendencia de tres elementos fundamentales de
los ecosistemas marino en el AMP; agua, hábitat y recursos biológicos. Para
responder a cada pregunta se emplean dos escalas de calificación; una que se
refiere a la condición actual y otra referente a las tendencias previstas. La
condición se califica a través de un índice de cinco puntos al que corresponde
un código de colores (Figura 2). Los valores para dicho índice van de crítico
(condiciones menos deseables) a superior (condiciones óptimas).
Paralelamente, la tendencia también se califica mediante un índice de cinco
posibles valores que van de en rápido deterioro (calificación menos deseable)
hasta en rápida mejoría (calificación óptima) (Figura 3). Cabe aclara que
únicamente cuando la calificación de condición sea superior, la más deseable
para tendencia es estable, pues, en teoría, si el atributo siendo evaluado se
encuentra en condiciones óptimas su mejoría es imposible. Además, para
ambos índices, se admite la posibilidad de que la respuesta se desconozca, en
cuyo caso toma el valor indeterminado, el cual es ajeno a ambas escalas.
Adicionalmente, se han preestablecido enunciados estandarizados que
! 15!
corresponden a cada posible respuesta de condición y de tendencia para cada
una de las 12 preguntas.
Figura 1. Estructuración temática de la Ficha de Evaluación Ecológica. Fuente: CCA, 2011
Figura 2. Opciones de calificación y código de color para el índice Condición empleado en la elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica. Fuente: CCA, 2011
! 16!
Figura 3. Opciones de calificación, enunciados estandarizados y código simbólico empleado para calificación de Tendencia en la elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica. Fuente: CCA, 2011
Para la elaboración de las fichas de evaluación ecológica y del informe de
condición (Figura 4) correspondiente, se convoca a un panel de expertos
seleccionados por las autoridades del AMP en cuestión, entre los que figuran,
asesores científicos, investigadores, personal del área, representantes de
dependencias gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y
diversos tipos de usuarios, a un taller en el cual se intercambia información
científica, datos técnicos y experiencias personales. Dicha información es
analizada en conjunto por los participantes y es considerada para otorgar una
calificación consensuada de Condición y Tendencia a cada una de las 12
preguntas utilizando los enunciados estándares provistos.
! 17!
El consenso del grupo es plasmado en las fichas de evaluación ecológica y
descrito en el borrador del reporte de condición. Este es divulgado entre los
expertos y autoridades para su revisión por pares. Una vez concluido el proceso
de revisión, se considera finalizada la ficha y el reporte de condición detallado.
Una fortaleza del método es que permite resumir, de manera clara, eficaz,
sistemática, una gran cantidad de información técnica, especializada,
heterogénea y compleja sobre los aspectos biofísicos del AMP, plasmándolos
en descripciones estandarizadas del estado actual y las tendencias de cambio
en la salud de los ecosistemas que comprende. Adicionalmente, propicia la
colaboración y el diálogo entre administradores de AMP, gestores de recursos,
investigadores y usuarios. Así mismo, facilita la identificación de campos de
acción prioritarios para la conservación y de lagunas de conocimiento sobre los
ambientes del AMP abordada.
Por otra parte, su repetida aplicación a una misma AMP permite observar a
gran escala el desempeño de las estrategias de conservación emprendidas,
tomando los resultados de evaluaciones anteriores como referencia.
Finalmente, cuando se aplica esquemas de monitoreo similares en entre AMPs,
es posible llegar establecer conclusiones generales sobre varias AMPs al
interior de una misma región ecológica.
Entre las debilidades del método figura que se limita a evaluar solamente la
salud ambiental del AMP, considerando la condición y tendencia de cambio en
aspectos biofísicos, más no sus efectos en el contexto socioeconómico.
Además, dada la diversidad cultural y natural bajo la cual es generada la
información considerada para las evaluaciones, las conclusiones comparativas
entre AMPs deben tomarse con cautela.
! 18!
Figura 4. Esquema global del proceso de elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica y correspondiente reporte de condición (CCA, 2011). !
! 19!
II.III Área de Estudio
Dentro de la porción del océano Pacífico perteneciente al territorio mexicano, es
posible identificar cinco regiones ecológicas (eco-regiones) distintas: Pacífico
Centroamericano, Pacífico Transicional Mexicano, Pacífico Transicional de
Monterrey, Pacífico Sud-Californiano y Golfo de California (Figura 5)
(CONABIO-CONANP-TNC-PRONATURA, 2007; Morgan et al., 2005; Wilkinson
et al., 2009).
Figura 5. Regiones ecológicas marinas de México según la CCA. Se resaltan las eco-regiones Golfo de California y Pacífico Sud-Californiano Fuente: CONABIO-CONANP-TNC-PRONATURA, 2007
La eco-región Pacífico Sud-Californiano se extiende a lo largo de la costa
norteamericana del Pacífico desde Punta Concepción, California, Estados
Unidos, hasta Cabo San Lucas, Baja California Sur, México. Se caracteriza por
ser una zona en la que se mezclan tanto corrientes oceánicas como la
biodiversidad de las regiones templadas con las de regiones tropicales de
Norteamérica. Ello, aunado a su complejidad geomorfológica, confieren a esta
zona una biodiversidad relativamente elevada. Esta región ecológica
comprende una superficie de 909,679 km2 (801,757 km 2 en la Zona de
Exclusividad Económica perteneciente a México) en la cual ocurren aguas con
temperaturas que oscilan entre 15 y 18 ˚C, cuya circulación se ve dominada
! 20!
principalmente por la corriente Californiana y la contracorriente del sur de
California. La plataforma continental es relativamente estrecha, pues no excede
los 140 kilómetros desde la costa ni los 200 metros de profundidad. A partir del
límite de dicha plataforma, el lecho marino cae abruptamente alcanzando
profundidades de hasta -3000 metros respecto al nivel del mar y luego se nivela
en la extensa planicie abisal del Pacífico. Esta planicie abarca el 72 % del área
de esta eco-región (Morgan et al., 2005; Wilkinson et al., 2009).
Entre los principales tipos de comunidades biológicas de la región se
encuentran lagunas costeras, pastizales marinos, costas rocosas y arenosas,
pozas de marea, comunidades bentónicas de la plataforma continental y,
bosques de algas gigantes (kelp) y manglares. Esta biodiversidad es sostenida
por una productividad regional moderadamente elevada (150-300 gramos de
carbono por metro cuadrado al año) la cual a su vez está regida principalmente
por surgencias (corrientes verticales) estacionales que transportan nutrientes a
la superficie, las cuales ocurren mayormente en las costas durante primavera y
verano.
En la región, habitan numerosas especies prioritarias para la conservación,
muchas de las cuales se encuentran bajo protección nacional o internacional.
Tal es el caso de tres especies endémicas de abulón, 6 especies de ballenas, 2
especies de lobo marino y varias especies de delfines, tiburones y rayas
gigantes. Esta aguas constituyen un hábitat crítico para diversas especies, por
ejemplo, la ballena gris, que se reproduce y da luz en la región. Además,
sostiene grandes poblaciones de aves, de las cuales algunas se encuentran en
riesgo de extinción como el albatros de cola corta, la pardela pata rosada y el
mérgulo de Xantus (Morgan et al., 2005; Wilkinson et al., 2009).
Por otra parte, el Golfo de California es un mar parcialmente cerrado, de forma
estrecha y alargada que se extiende de sureste a noroeste a lo largo de 1,203
km y una anchura que varía entre 92 y 222 km. Su área es de
aproximadamente 262,589 km2 y está delimitado al oeste por la Península de
Baja California, al norte por el delta del Río Colorado y al este por los estados
! 21!
costeros de Sonora, Sinaloa y Nayarit, mientras que al sur se encuentra su
única y angosta conexión con el Océano Pacífico. La geomorfología de esta
región es sobresalientemente compleja, con mas de 900 islas e islotes,
plataformas continentales que van de estrechas a extensas, cuencas marinas
de profundidad ampliamente variable, numerosos montes marinos, lagunas
costeras e, inclusive, complejos de ventilas hidrotermales (Morgan et al., 2005;
Wilkinson et al., 2009).
Debido a la extensa cordillera que recorre casi en su totalidad a la península de
Baja California, la influencia del Océano Pacífico en el clima del Golfo de
California es débil. Ello confiere a la región un clima cuasi continental más que
oceánico. En general, esta región exhibe condiciones climáticas sumamente
variables, siendo tropicales durante verano y templadas durante el inverno;
fenómeno que es más notable en la zona norte.
Por otra parte, el intercambio de aguas con el Océano Pacífico es poco pero
constante y dada la complejidad de las condiciones topográficas, las diferencias
en temperatura y salinidad entre zonas y el régimen de vientos con intensas
variaciones estacionales, los patrones de corrientes en el Golfo de California
son sumamente complejos. Esto además provoca condiciones de aguas turbias
y mareas muy amplias en la región norte, mientras que en la región sur son
menores. Además, ocurren surgencias de gran escala en ambas costas durante
distintas épocas del año (Brusca et al., 2004; Morgan et al., 2005).
El Golfo de California representa un sistema subtropical con tasas de
productividad excepcionalmente elevadas dada a la combinación de su
topografía, su latitud sureña y sus constantes surgencias. Debido a ello y a que
sus ecosistemas constituyen una zona de transición entre áreas templadas y
tropicales, esta región alberga una biodiversidad excepcional. Los principales
tipos de comunidades biológicas que ocurren en las costas del Golfo son
lagunas, manglares, deltas de río, pastizales marinos, arrecifes rocosos, costas
arenosas, bancos de sargazo e incluso un arrecife de coral. En esta gran
variedad encuentran su hogar aproximadamente 6,000 especies de fauna
! 22!
macroscópica, incluyendo 4,854 macro-invertebrados y 1,115 vertebrados. En
detalle, habitan más de 911 especies de peces, 31 especies de cetáceos, cinco
géneros de tortuga marina y más de 260 especies de aves acuáticas. De todas
las anteriores, 383 especies son endémicas del Golfo de California (Brusca et
al., 2005; Wilkinson et al., 2009).
Adicionalmente, en las islas de el Golfo de California habitan 40 especies de
mamíferos terrestres, 665 especies de plantas 28 de las cuales son endémicas,
115 especies de reptiles de las cuales la mitad son endémicas y 154 especies
de aves terrestres. En general, se considera que esta eco-región presenta
elevados niveles de endemismo, incluyendo 10 % de su ictiofauna (Wilkinson et
al., 2009). Finalmente, cabe acentuar que la región es hogar para numerosas
especies en riesgo y constituye hábitat temporal para la reproducción y
descanso de numerosas especies migratorias, de las cuales aproximadamente
40 se encuentran listadas como especies en riesgo a nivel nacional o
internacional, incluyendo 8 especies de ballenas, diversas especies de peces
pelágicos, tortugas y aves marinas (SEMARNAT, 2010; Wilkinson et al., 2009).
II.III.I Problemática Ambiental en el Área de Estudio
La biodiversidad del Golfo de California y del Pacifico Sud-Californiano se
encuentra bajo creciente amenaza antrópica debido al acelerado crecimiento
socioeconómico en los asentamientos humanos a su alrededor así como al
marcado incremento en la demanda de recursos naturales a escala regional,
nacional y global. A lo largo de las costas de ambas eco-regiones, la densidad
de población presenta notable variación, lo cual tiene relación directa con la
intensidad y tipos de impactos antrópicos que reciben los ambientes marinos
aledaños (Wilkinson et al., 2009)
Algunas de las principales amenazas a la biodiversidad y salud de los
ecosistemas de estas regiones ecológicas se derivan de las actividades de
pesca, explotación mineral, transporte marítimo, contaminación por deposición
! 23!
atmosférica, escurrimientos, descargas de aguas residuales, plantas
termoeléctricas y alteración hidrológica. Además, el desarrollo urbano para
complejos turísticos y centros portuarios constituye la mayor causa de
destrucción de hábitat costero. En años recientes, sea ha observado un
creciente desarrollo de complejos inmobiliarios y marinas bajo escasa vigilancia
en materia ambiental. Por otra parte, la pesca de arrastre es causante de la
mayor parte de la destrucción de hábitat de fondo (Wilkinson et al., 2009).
La presión pesquera en la región es intensa y se estima que varias pesquerías
se encuentran actualmente sobreexplotadas y se desconoce el estado actual de
muchas otras. En específico, el Golfo de California aporta aproximadamente el
50 % de la producción pesquera nacional tanto para consumo interno como de
exportación. Sin embargo, se ha observado un descenso general en la captura
durante los últimos años (Morgan et al., 2005; Wilkinson et al., 2009).
Adicionalmente, el cambio climático es considerado una amenaza de fondo
dada la incertidumbre que plantea sobre la estabilidad de los ecosistemas y su
capacidad para resistir impactos antrópicos (Norse y Crowder, 2005).
Finalmente, se ha determinado que todos estos factores de presión antrópica y
riesgo para la biodiversidad de ambas regiones actualmente van en aumento
(Carvajal et al., 2004; Morgan et al., 2005).
II.III.II Áreas Marinas Protegidas Ubicadas En el Área de Estudio
De las 162 áreas protegidas de jurisdicción federal existentes México, 61
comprenden, por lo menos de forma parcial, ambientes marinos. En total, estas
AMPs cubren una superficie aproximada de 120,000 km2, sin embargo sólo el
35 % de dicha superficie es exclusivamente marina. Ello representa el 1.33 %
del área correspondiente a la zona de exclusividad económica del país.
Adicionalmente, existen 27 áreas protegidas de jurisdicción estatal que cubren
poco más de 5,600 km2 considerando porciones marinas y terrestres
(CONABIO-CONANP-TNC-PRONATURA, 2007; CONANP, 2012.a).
! 24!
En el área de estudio existen 34 áreas marinas protegidas, de las cuales 29 se
ubican en la eco-región Golfo de California, 3 en el Pacífico sudcaliforniano y 2
se extienden sobre la península de Baja California e incluyen ambientes
marinos en ambas costas. En total, 20 AMPs (Tabla 3) son de jurisdicción
federal y por lo tanto su gestión corresponde a la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (CONANP), la cual a su vez perteneciente a la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). De estas 20 áreas, 8
son reservas de la biósfera (RB), 6 parques nacionales (PN), 4 áreas de
protección de flora y fauna (APFF) y 2 santuarios (S). Las 14 AMPs restantes
son jurisdicción de los estados colindantes.
Cabe señalar que algunas AMPs no incluyen una porción netamente marina,
pero son consideradas dentro de este grupo pues brindan protección a algún
componente de biodiversidad marina de la región, tales como playas de
anidación de tortugas marinas, refugios de aves marinas, manglares, zonas
estuarinas, etc. Este es el caso del PN Archipiélagos de San Lorenzo, las APFF
Islas del Golfo de California, Valle de los Cirios y Meseta de Cacaxtla, así como
los Santuarios Playa El Verde Camacho y Playa Ceuta. Por otra parte, sólo 3
AMPs son marinas en toda su extensión: PN Cabo Pulmo y PN Zona Marina del
Archipiélago Espíritu Santo y RB Bahía de Los Ángeles y Canales de Ballenas y
Salsipuedes (CONABIO-CONANP-TNC-PRONATURA, 2007; CONANP,
2012.a).
Las superficies totales, terrestres y marinas varían ampliamente entre las AMP
de la región. Por ejemplo, el APFF Valle de los Cirios es la de mayor extensión
total (2,521,176 hectáreas) mientras que la Zona de Refugio de Aves de Aves
Marinas Migratorias Isla Piedra Negra, de jurisdicción estatal, es la más
pequeña (0.25 hectáreas). En total, las 20 AMP de jurisdicción federal en la
región comprenden 8,432,892 hectáreas (ha), de las cuales 5,750,073 ha son
terrestres y 2,682,819 ha son marinas, representando el 68.19 y 31.81 %
respectivamente. Considerando que ambas regiones ecológicas abarcan en
conjunto un área de 117,226,800 ha, es preciso afirmar que sólo el 2.29 % de
! 25!
sus aguas se encuentran bajo protección por AMPs (CONABIO-CONANP-TNC-
PRONATURA, 2007; CONANP, 2012.a).
Todas las AMP del área de estudio fueron decretadas a partir de la década de
1970. La RB Complejo Lagunar Ojo de Liebre fue la primer AMP en la región,
decretada en 1972. Durante la misma década se decretó también el APFF Islas
del Golfo de California en 1978. Posteriormente, en la década de 1980 se
establecieron el PN Isla Isabel y la APFF Valle de los Cirios en 1980, los
santuarios Playa El Verde Camacho y Playa Ceuta, en 1986 y finalmente, la RB
El Vizcaíno 1988. En la década de 1990 se decretaron la RB Alto Golfo de
California y Delta del Río Colorado en 1993, el PN Cabo Pulmo en 1995 y el PN
Bahía de Loreto en 1996. Durante la década del 2000 se decretaron la mayor
cantidad de AMPs, con la RB Islas Marías y el APFF Meseta de Cacaxtla en el
año 2000, la RB Isla San Pedro Mártir en el 2002, RB Isla Guadalupe y los PN
Archipiélago de San Lorenzo e Islas Marietas en 2005 y la RB y Bahía de Los
Ángeles y Canales de Ballenas y Salsipuedes así como el PN Zona Marina del
Archipiélago Espíritu Santo en el 2007. En la década actual, solamente se ha
decretado la RB Marismas Nacionales Nayarit en el 2010. De ello queda claro
que el establecimiento y operación de AMPs continúa siendo una opción
recurrida para los esfuerzos de conservación marina en la región (CONANP,
2012.a).
El Programa de Conservación y Manejo (PCyM) es una herramienta de suma
importancia en la gestión de toda AMP. Este documento es de carácter oficial y
representa un instrumento rector en la gestión de dichas áreas. En él se define
a detalle los límites de su poligonal, las características biológicas y físicas del
área, los rasgos prioritarios de conservación, los objetivos de gestión, los
programas y actividades que componen las estrategias de conservación, la
zonificación interior del área así como las actividades permitidas y no permitidas
dentro de cada zona. Sin embargo, a la fecha, solamente 10 de las 20 AMPs de
jurisdicción federal de área de estudio poseen un PCyM publicado, incluyendo 5
de las 8 RB, 4 de los 6 PN y solamente 1 de las 4 APFF (CONANP, 2012.a).
! 26!
! 27!
II.IV Fichas de Evaluación Ecológica Anteriores
Durante el 2007, expertos de la Red de Áreas Marinas Protegidas de Norte
América con apoyo de la Comisión para la Cooperación Ambiental y los
gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México llevaron a cabo el proyecto
piloto para la preparación y prueba de la metodología de Fichas de Evaluación
Ecológica de AMP. Para ello se seleccionaron 10 AMP en la región
comprendida entre el Mar de Bering y la Península de Baja California, de las
cuales 5 se ubican en el área de estudio: RB Isla Guadalupe, RB El Vizcaíno,
RB Alto Golfo de California, RB Isla San Pedro Mártir y PN Bahía de Loreto.
Posteriormente, durante el 2010, esta evaluación fue aplicada en su versión
final a los PN Cabo Pulmo y Archipiélago Espíritu Santo y por iniciativa de
CONANP en segunda ocasión a la RB Isla San Pedro Mártir (CEC, 2011; Torre-
Cosío et al., 2011).
Recientemente, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas en
conjunto con el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza y apoyo
de la organización Comunidad y Biodiversidad, A.C. (CoBi), se dieron a la tarea
de completar las fichas de evaluación ecológica para 8 áreas marinas
protegidas ubicadas en la región noroccidente de México. Dichas AMPs fueron:
RB Alto Golfo de California, RB El Vizcaíno, RB Isla Guadalupe, RB Marismas
Nacionales Nayarit, RB Bahía de los Ángeles y Canal de Ballena y Salsipuedes,
PN Isla Marietas, PN Isla Isabel y PN Bahía de Loreto. Para tres de ellas, esta
ronda de evaluaciones constituyó su evaluación por segunda ocasión.
II.V Alcances y Limitaciones del Estudio
El presente trabajo de tesis de maestría se enfoca en realizar un análisis
comparativo de las condiciones ecológicas y sus tendencias de cambio actuales
en 11 áreas marinas protegidas mexicanas ubicadas en las eco-regiones del
Pacífico Sud-Californiano y el Golfo de California en base a los resultados
obtenidos en las fichas de evaluación ecológica marina correspondientes y
relacionar las diferencias en dichos resultados a un subconjunto seleccionado
! 28!
del universo de factores que según la literatura revisada, influyen en los efectos
y condiciones ambientales de las AMPs. Esto con el objetivo de detectar
patrones en las condiciones ecológicas que posiblemente sean respuesta a las
distintas características de las AMPs del estudio así como señalar aquellos
factores de posible mayor importancia en la región y bajo la premisa de que
aquellas AMPs que presentan características idóneas para el contexto y
características más similares al estado más prístino documentado, deberían
exhibir mejores condiciones ecológicas y/o tendencias de cambio hacia la
mejoría.
Cabe aclarar que este estudio es de carácter observacional, es decir, no
representa un experimento específicamente planteado y ejecutado con la
finalidad de detectar los cambios en las condiciones ecológicas y tendencias
como respuesta a diferentes tratamientos aplicados en el modelo experimental
(AMP). Por el contrario, plantea un análisis exploratorio en el cual los resultados
plasmados en las fichas de evaluación ecológicas son comparados según
diversos factores no controlados por el autor. Por ello, las posibles conjeturas
de correlación y causalidad entre resultados de las fichas de evaluación
ecológica y los factores considerados en este estudio deberán ser tomados con
cautela y de manera especulativa sobre lo que posiblemente ocurre en el
campo real de la conservación marina a través de AMP en la región noroeste de
México.
No se tiene conocimiento de la existencia de un estudio previo similar en la
región y se considera que éste representa una aproximación pionera a las
posibilidades de análisis aplicables a la información brindada por las fichas de
evaluación ecológica y al tipo de conjeturas que es factible derivar de éstas en
aras de coadyuvar al manejo eficiente de las áreas marinas protegidas
individuales y desde una perspectiva regional.
! 29!
III. JUSTIFICACIÓN Las áreas marinas protegidas (AMPs) son una poderosa herramienta ideada
para la conservación de la biodiversidad marina, sus ecosistemas y los servicios
que ofrecen a la humanidad. Sin embargo, debido al complejo grupo de factores
que la determinan, no existe una fórmula de gestión universal que asegure su
utilidad para dichos fines. Por ello, en años recientes se ha adoptado un
enfoque de manejo adaptativo que permite reconsiderar rutinariamente el éxito
de las estrategias de gestión realizadas en el logro de los objetivos de
conservación. Para dicho enfoque resultan indispensables las acciones de
monitoreo sobre las condiciones que guardan los ecosistemas marinos dentro
de estas áreas y cómo dichas condiciones están cambiando. Ante la creciente
problemática ambiental en los océanos, resulta de primordial importancia
identificar aquellos factores de mayor influencia sobre los efectos ecológicos de
la áreas marinas protegidas de la región. Un análisis comparativo de las
condiciones ecológicas y tendencias de cambio en los ambientes de diversas
AMPs de la región y de su relación con diversos factores de influencia
reportados en la literatura permitiría señalar patrones de potencial importancia
para la gestión efectiva de las AMPs desde una perspectiva regional y
posiblemente coadyuvar a su mejoramiento.
! 30!
IV. HIPÓTESIS Existen diferencias significativas en las condiciones ecológicas y en sus
tendencias de cambio de 11 áreas marinas protegidas las cuales están en
función de diversos factores de influencia reportados en la literatura.
! 31!
V. OBJETIVO GENERAL Realizar un análisis comparativo de las condiciones ecológicas y sus tendencias
de cambio en 11 áreas marinas protegidas mexicanas en base a sus Fichas de
Evaluación Ecológica y en relación a diversos factores de influencia sobre las
condiciones de este tipo de áreas reportados en la literatura.
! 32!
!
VI. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Colaborar en la elaboración de las Fichas de Evaluación Ecológica para
las 8 áreas marinas propuestas.
2. Integrar los datos de las Fichas de Evaluación Ecológica de las 3 áreas
marinas protegidas anteriormente evaluadas.
3. Seleccionar los factores de influencia sobre las condiciones y tendencias
de cambio de áreas marinas protegidas a considerar en el estudio.
4. Recabar los valores correspondientes a cada área marina protegida del
estudio para los factores seleccionados.
5. Determinar los métodos analíticos adecuados para realizar las
comparaciones según las cualidades de los datos obtenidos.
6. Realizar los análisis estadísticos comparativos.
7. Emitir conclusiones y recomendaciones derivadas del estudio para las
AMPs de la región
! 33!
!
VII. MATERIALES Y MÉTODOS
VII.I Áreas Marinas Protegidas de Estudio
Las áreas marinas protegidas (AMPs) consideradas en este estudio se localizan
en la zona de aguas territoriales del Océano Pacífico correspondiente a México,
siendo estas: las Reservas de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del
Río Colorado, Isla Guadalupe, Bahía de los Ángeles y Canales de Ballenas y
Salsipuedes, El Vizcaíno, Marismas Nacionales e Isla San Pedro Mártir, así
como los Parques Nacionales Bahía de Loreto, Isla Isabel, Islas Marietas, Cabo
Pulmo y Zona Marina del Archipiélago Espíritu Santo. De la totalidad de estas
áreas marinas protegidas, únicamente la Reserva de la Biósfera Isla Guadalupe
y parte de Reserva de la Biósfera El Vizcaíno se ubican dentro de la región
ecológica marina del Pacífico Sudcaliforniano, mientras que la otra porción
marina de El Vizcaíno y el resto de las AMPs se sitúan en el Golfo de California
(Figura 6).
! 34!
Figura 6. Ubicación geográfica de las áreas marinas protegidas de estudio. ACG = R. B. Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado. BA = R. B. Bahía de Los Ángeles y Canales de Ballenas y Slsipuedes. G = R. B. Isla Guadalupe. SPM = R. B. Isla San Pedro Mártir. V = El Vizcaíno. L = P. N. Bahía de Loreto. AES = P. N. Zona Marina del Archipiélago de Espíritu Santo. CB = P. N. Cabo Pulmo. MNN = R. B. Marismas Nacionales Nayarit. I = P. N. Isla Isabel. M = P. N. Islas Marietas.
! 35!
VII.II Elaboración de Fichas de Evaluación Ecológica
Las Fichas de Evaluación Ecológica Marina para 8 áreas marinas protegidas se
completaron según la metodología planteada por la Comisión para la
Cooperación Ambiental de Norteamérica (CCA, 2011). A grandes rasgos, las
fichas de evaluación ecológica fueron elaboradas de la siguiente manera:
1. Las autoridades gestoras de áreas naturales protegidas (Comisión Nacional
de Áreas Naturales Protegidas) convocaron a expertos pertinentes y
personas conocedoras a participar en un taller específico para cada AMP a
evaluar. Entre los participantes de cada taller figuraron investigadores,
académicos, gestores del área protegida, usuarios de recursos naturales de
diversos sectores, organizaciones no gubernamentales así como oficiales de
diversas dependencias gubernamentales.
2. Durante los talleres impartidos, dirigidos por facilitadores especialistas, cada
participante respondió por escrito y de manera individual las 12 preguntas
que conforman la ficha de evaluación ecológica empleando los índices de
calificación para Condición y Tendencia así como los enunciados
estandarizados preestablecidos en la metodología, aportando una
explicación textual del razonamiento que respalda cada calificación asignada
así como las fuentes bibliográficas en las que se fundamenta.
3. A través de técnicas de mediación en grupo, se obtuvieron calificaciones
consensuadas de Condición y de Tendencia para cada una de las 12
preguntas, siendo estas consideradas cómo las más representativa de la
realidad actual en la totalidad de los ambientes marinos comprendidos por el
AMP en cuestión. Dichas calificaciones consensuadas fueron tomadas para
conformar la ficha de evaluación ecológica correspondiente a cada AMP de
este estudio.
! 36!
La tabla 4 detalla las fechas y sedes de realización de los talleres para la
elaboración de las fichas de evaluación ecológica de esta 8 áreas marinas
protegidas. En todos los casos, se cumplió el número de participantes mínimo
requerido según las recomendaciones de la metodología.
Tabla 4. Talleres celebrados para la elaboración de las Fichas de Evaluación Ecológica.
Área Marina Protegida Ciudad Sede Fecha Número de Participantes
El Vizcaíno La Paz, B.C.S. 23 y 24 mayo 2012
20
Bahía de Loreto 18
Marismas Nacionales Nayarit
Tepic, Nayarit 3 y 4 julio 2012
21
Isla Isabel 8
Islas Marietas 9
Isla Guadalupe
Ensenada, B.C. 27 y 28 septiembre 2012
8
Bahía de Los Ángeles y C. de B. y S. 11
Alto Golfo de California y D. del R. C. 22 y 23 mayo 2013 21
Adicionalmente, a las 8 fichas de evaluación ecológica completadas en estos
talleres, se integraron las fichas de evaluación ecológica correspondientes a 3
AMPs de la región previamente elaboradas mediante la misma metodología
durante el 2010 y 2011 (i.e. Reserva de la Biósfera Isla San Pedro Mártir,
Parque Nacional Cabo Pulmo y Parque Nacional Zona Marina del Archipiélago
Espíritu Santo) y que se encuentran publicadas en el sitio de la Red de Áreas
Marinas Protegidas de Norteamérica (http://www2.cec.org/nampan/mpas). De
tal manera que, para este estudio, se consideraron los datos de las 11 áreas
marinas protegidas en la región que a la fecha cuentan con fichas de evaluación
ecológica finalizadas.
Cabe aclarar que durante la elaboración de algunas fichas de evaluación
ecológica, el grupo de expertos decidió brindar respuestas consensuadas
independientes distinguiendo entre zona pelágica y costera, pues identificar
diferencias destacables entre condiciones presentes en ambas zonas. Por ello,
ya que dicha distinción no se aplicó en todas las AMPs evaluadas, ambas
! 37!
calificaciones se integraron en una sola, considerando la calificación menor
como la adecuada y poder así realizar los análisis planteados. Dicho criterio se
fundamenta en el hecho de que las opciones de calificación y correspondientes
enunciados estandarizados están planteados con la lógica de que si la opción
inferior de un dado par de calificaciones es cierta para aunque sea una porción
de los ambientes del AMP, la opción superior resulta no verdadera para la
totalidad de los ambientes. Cuando una de las dos calificaciones fue
indeterminada, se tomó la única calificación conocida entre las dos. Este mismo
criterio se utilizó para simplificar dichos casos en cuanto a tendencias.
VII.III Selección de Factores de Influencia Sobre los Efectos Ecológicos de
Áreas Marinas Protegidas y Definición de Grupos de Comparación
!Primeramente, se definieron grupos de comparación en torno a la
estructuración temática de las fichas de evaluación ecológica, distinguiendo
conjuntos de calificaciones según el atributo de condición ecológica, el
componente de condición ecológica y el área marina protegida que califican
(Tabla 5). Dichas comparaciones se realizaron con el objetivo de evaluar si es
posible detectar diferencias estadísticamente significativas en las condiciones y
tendencias de las AMPs de manera global o entre elementos aislados de la
FEE.
Tabla 5. Grupos de comparación según estructuración temática de las FEE
Factor Niveles de comparación
Atributo Cada una de las 12 preguntas
Componente I: Agua II: Hábitat III: Recursos vivos
AMP Cada una de las 11 AMP
! 38!
Se seleccionó un subconjunto de los factores de influencia sobre lo efectos
ecológicos de las AMPs reportados en la literatura (Capítulo II, Tabla 2) en base
a la los cuales se establecieron grupos de comparación entre AMPs según sus
calificaciones en las FEE. Esto fue con el objetivo de evaluar si el análisis de las
FEE permite detectar características intrínsecas de la AMPs en general que
influyen significativamente en las condiciones y tendencias de dichas áreas en
la región.
Adicionalmente, se identificaron las fuentes de impacto antrópico que con más
frecuencia fueron señaladas durante los talleres de AMPs en la región como
factores responsables del deterioro en las condiciones de los ambientes
marinos que comprenden a partir de lo descrito en los Reportes de Condición
de cada AMP y se recabaron los valores de todos los factores seleccionados
referentes a las AMP de estudio (Apéndice II). Ello con el objetivo de evaluar
cuáles son las presiones humanas posiblemente más importantes para los
ambientes marinos en la región.
Posteriormente, dado que el presupuesto de una AMP tiene implicaciones
directas en las posibilidades de su gestión (tales como actividades de
monitoreo, vigilancia y educacionales), se consideraron datos relacionados a los
recursos económicos con los que las distintas AMPs de estudio han contado
durante años recientes con el objetivo de evaluar si las diferencias observadas
en las tendencias de cambio de distintas AMPs están relacionadas a este
factor. En este punto se consideraron dos datos; el egreso promedio anual
ejercido por cada AMP entre el 2005 y 2009 (FinapMex, 2011) y si las AMPs
cuentan con recursos del Fondo de Áreas Naturales Protegidas (FANP)
derivado del Globla Environmental Facility (GEF) (CONANP, 2012.b)
Finalmente, se definieron los niveles de comparación para cada factor de
acuerdo a las cualidades de los datos obtenidos. En detalle, para aquellos
factores con valores numéricos, los niveles de comparación se definieron según
la amplitud de los datos obtenidos y su distribución a lo largo de dicha amplitud,
de tal manera que se mientras que en los casos en que el factor se refiere a
! 39!
una cualidad de las AMPs, se definieron solamente dos niveles de comparación
que distinguen entre AMPs que presentan dicha cualidad de las que no. La
tabla 6 enlista los factores seleccionados, los substituto empleados, las fuentes
de información consultadas y los niveles de comparación definidos para cada
factor.
Tabla 6. Factores de influencia seleccionados y grupos de comparación definidos.
Factor Proxy Fuentes Niveles de Comparación (criterio)
Historia de uso
Antigüedad de uso (de los recursos en el AMP)
3 I: Menos años (<160) II: Más años (>160)
Antigüedad del AMP * 1 I: Mas recientes (<10 años)
II: Antiguas (>10 años)
Tamaño Superficie marina 1, 2, 3 I: Menor tamaño (< 270,818 has.) II: Mayor tamaño (> 270,818 has.)
Reglas de uso/manejo
Programa de Conservación y Manejo
1 I: Cuenta con Programa de Conservación y Manejo * II: Caso contrario
Recursos económicos Fondo de ANPs 1 I: Cuenta con FANP
II: Caso contrario
Impactos antrópicos
Intensidad pesquera 3, 5
I: Baja: Pesca ribereña de bajo impacto II: Media: Pesca ribereña de alto impacto III: Alta: Pesca industrial (con o sin arrastre)
Pesca de arrastre 3, 5 I: Ausente II: Presente
Descargas urbanas 4, 5 I: Ausentes
II: Presentes
Descargas agrícolas 4, 5 I: Ausentes
II: Presentes
Fuentes: 1. CONANP (2013), 2. IUCN y UNEP(2013), 3. Programa de Conservación y Manejo de cada área, 4. Google Inc. (2013) y 5. Reporte de Condición de cada Área. * A la fecha de evaluación. ** Publicado en el DOF al a la evaluación.
! 40!
VII.IV Análisis de Datos
!VII.IV.I Conversión de Calificaciones Cualitativas a Datos Cuantitativos
Dado que los datos que conforman una ficha de evaluación ecológica (i.e.
condición y tendencia) son categóricos ordinales, es factible asignar un valor
numérico a cada uno de ellos con el objetivo de posibilitar su análisis con
herramientas estadísticas de análisis de varianzas unidireccional. Dicha
conversión de datos cualitativos a cuantitativos se realizó asignando valores del
1 al 5 a las distintas opciones de calificación tanto de condición como de
tendencia (Tabla 7). Así, las opciones de calificación del índice condición, que
son crítico, deficiente, aceptable, buena y superior se tradujeron los valores 1,
2, 3, 4, y 5, respectivamente. De igual manera, las opciones de calificación de
tendencia, que son empeorando rápido, empeorando, estable, mejorando y
mejorando rápido, se tradujeron respectivamente en los valores 1, 2, 3, 4 y 5.
Tabla 7. Conversión de datos cualitativos de las FEE a datos cuantitativos.
Calificación de Condición Calificación de Tendencia Valor Numérico
Superior Mejorando rápido 5
Buena Mejorando 4
Aceptable Estable 3
Deficiente Empeorando 2
Crítica Empeorando rápido 1
Las calificaciones indeterminadas asignadas a ambos índices fueron
descartadas para los análisis estadísticos comparativos del estudio, sin
embargo son consideradas en la descripción y discusión de los resultados.
! 41!
VII.IV.II Determinación de Normalidad
Con la finalidad de seleccionar las herramientas estadísticas adecuadas para
realizar las comparaciones entre los distintos subconjuntos de datos
establecidos, se procedió a determinar si los datos de cada índice de
calificación, es decir condición y tendencia, presentan distribuciones normales
cada uno. Esto se evaluó de acuerdo a los siguientes tres criterios de
determinación de normalidad descritos por Mendenhall y Sincich (1997):
1. La forma general del histograma de frecuencias relativas se aproxima a
una curva gaussiana
2. La razón entre intervalo inter-cuartiles y la desviación estándar es igual o
se aproxima a 1.3
3. La media, mediana y moda son equivalentes o se aproximan entre sí.
Para evaluar dichos criterios, se construyeron los histogramas de frecuencias
relativas respectivos para las calificaciones de condición y de tendencia. Así
mismo se calcularon los intervalos inter cuartiles correspondientes mediante la
ecuación
IQR = Ui - Li (1)
donde Ui corresponde al valor de la calificación ubicada en el cuartil superior y
Li corresponde al valor de la calificación ubicada en el cuartil inferior, cuando
los datos ordenados ascendentemente. Dichos valores fueron respectivamente
calculados con las ecuaciones
Ui = ¾ (n + 1) (2)
y
Li = ¼ (n - 1). (3)
! 42!
Las respectivas varianzas para condición y tendencia fueron calculadas con la
ecuación
σ = √ [(y - µ)2 p(y)] (4)
mientras que las medias aritméticas correspondientes a ambas escalas de
calificación se determinaron mediante la ecuación
µ = ∑ y p(y). (5)
La mediana de condición respectiva a cada escala se obtuvo mediante la
ecuación
m = y[(n + 1)/2] (6)
mientras que la mediana de tendencia se obtuvo mediante la ecuación
m = [y(n/2) + y(n/2 + 1)]/2 (7)
dado que el número de observaciones (n) de condición es par mientras que el
de tendencia es impar.
Finalmente, la moda correspondiente a cada escala de calificación fue
determinada según su definición como el valor observado con mayor
frecuencia. Una vez obtenidos estos datos, se procedió a evaluar si los datos de
cada escala de calificación cumplen con los criterios de determinación de
normalidad antes mencionados. Se consideró que dichos datos poseen una
distribución normal sólo en el caso que se cumplieron los tres criterios.
VII.IV.III Ordenamiento y Preparación de Datos Para Análisis Informático
Para su análisis informático, los datos fueron concentrados en una hoja de
cálculo (Apéndice III) en la que cada renglón corresponde a uno de los 12
atributos de condición ecológica (las 12 preguntas) de cada una de las 11 áreas
! 43!
marina protegidas evaluadas. Mientras que en columnas se ingresaron las
calificaciones en términos numéricos para condición y tendencia (las variables
respuesta) así como los valores correspondientes a cada AMP según los
grupos de comparación definidos previamente (las variables de entrada). Las
respuestas indeterminada de ambas escalas de calificación fueron
consideradas datos faltantes.
VII.V.IV Pruebas Estadísticas
Posteriormente, dicha hoja de cálculo fue importada al paquete estadístico
JMP® 10.0.0 (SAS Institute Inc., 2012) para su análisis. Debido a que los
análisis planteados en este estudio consisten en observar la distribución
diferencial de dos variables respuesta numérica ordinales (condición y
tendencia) según los niveles agrupadores de diversos factores, se utilizaron
herramientas de análisis de varianza unidireccional accesibles mediante la
plataforma analítica “Fit Y by X” de dicho software. Las comparaciones para la
variable Condición fueron realizadas mediante pruebas estadísticas no
paramétricas, mientras que para la variable Tendencia se utilizaron pruebas
estadísticas paramétricas, esto en respuesta a los resultados de la
determinación de normalidad de los datos correspondientes a cada una.
Además, dado que para ciertos factores se definieron dos niveles de
comparación mientras que para otros se definieron más de dos niveles, los
análisis se realizaron empleando las pruebas estadísticas adecuadas a cada
situación. La tabla 8 enlista las pruebas estadísticas utilizadas según el tipo de
distribución de los datos y según el número de niveles de comparación en
cuestión.
En específico, para realizar las comparaciones según factores con sólo dos
niveles, se aplicaron las pruebas Wilcoxon y Student’s t, para Condición y
Tendencia, respectivamente. Dichos factores son: Antigüedad de uso,
! 44!
Antigüedad del AMP, Superficie Marina, Programa de Conservación y Manejo,
Descargas Urbanas, Descargas agrícolas, Pesca de Arrastre y Fondo de ANPs.
Por otra parte, para evaluar las diferencias según factores con más de dos
niveles se emplearon las pruebas Kruskal-Wallis y Análisis de Varianza
unidirecciona (One-way ANOVA) para Condición y Tendencia, respectivamente.
Tal fue el caso único del factor Intensidad de Uso y para evaluar la existencia
de diferencias significativas según la estructura temática por Atributo,
Componente y Áreas Marinas Protegidas individuales.
Finalmente, la relación entre calificaciones de Tendencia y Egresos anual
promedio 2005-2009 fue evaluada por regresión lineal simple.
Tabla 8. Pruebas estadísticas empleadas según variable respuesta y número de niveles de factor de comparación.
Variable Respuesta Tipo de Estadístico 2 Niveles > 2 Más Niveles
Condición No paramétrica Wilcoxon Kruskal-Wallis
Tendencia Paramétrica Student’s t One-way ANOVA
!Todas las pruebas estadísticas se ejecutaron con un nivel de significancia del
5% (α = 0.05).
! 45!
VIII. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
VIII.I Resultados Descriptivos
A través de los talleres realizados, se completaron exitosamente las fichas de
evaluación ecológica (FEE) para las 8 áreas marinas protegidas (AMPs)
seleccionadas y se integraron los datos de las fichas de evaluación ecológica
para las 3 áreas marinas protegidas adicionales que fueron evaluadas
previamente (Apéndice I). En total, se obtuvieron 84 grupos de calificación de
condición y tendencia pareadas (Figura 7). Estas representan el 63 % de las
132 calificaciones pareadas totales posibles, mientras que el 37 % restantes
concentra pares de calificación incompletos (cuando el grupo determinó que la
información disponible no fue suficiente para brindar una respuesta certera de
condición, tendencia o ambos).
En comparación, la proporción de pares de calificaciones incompletas según los
resultados de las FEE correspondientes a las 5 AMPs Canadienses y
Estadounidenses evaluadas entre los años 2007 y 2008 durante el proyecto
piloto de esta metodología fue de 17 % pares incompletos, 7 % para condición y
17 % para tendencia (CEC, 2011). Como es posible observar, la proporción de
respuestas indeterminadas en las 11 fichas de evaluación ecológica de este
estudio fue considerablemente mayor (37 % pares incompletos, 17 % para
condición y 37 % para tendencias) que en las AMPs de EE.UU. y Canada.
Esta marcada diferencia en cuanto a la proporción de vacíos de información
entre México y los otros dos países norteamericanos posiblemente se deba a la
amplia brecha que prevalece entre estos en cuanto a inversión y productividad
en investigación y desarrollo tecnológico (I&D). De acuerdo a un reporte del
! 46!
Instituto de Estadística de la UNESCO (2004) durante la década de 1990 al
2000, EE.UU. y Canadá aportaron en conjunto el 37.5 % de la inversión en I&D
a nivel mundial, mientras que Latinoamérica solamente aportó el 2.85 %.
Durante la misma década, estos dos países destinaron 2.65 % de su Producto
Interno Bruto a I&D mientras que en los países latinoamericanos dicho esfuerzo
fue de 0.55 % en promedio. Además, esta relaciones se han mantenido
relativamente constantes hasta el 2009 con un esfuerzo PIB/I&D de 0.5 % por
parte de México (UNESCO, 2010; UNESCO, 2012). Así mismo, EE.UU. y
Canadá figuraron en el grupo de los cinco países científicamente más
productivos según número de publicaciones, citas recibidas y esfuerzo PIB/I&D,
así como entre los 5 países con mayor número de publicaciones y citas
recibidas en temas de ecología, recursos naturales y medio ambiente (May,
1997).
Considerando cada índice de calificación de manera individual, se recopilaron
108 calificaciones consensuadas para Condición y 84 para Tendencia, lo cual
respectivamente representa el 82 % y 64 % de las 132 calificaciones posibles
en cada caso. Para Condición, la calificación más frecuente fue deficiente con
22 %, seguida por aceptable, superior, buena y crítica con 20, 19, 17 y 4 %
respectivamente, mientras que el 18 % restante corresponde a calificaciones
indeterminadas (Figura 8.A). Paralelamente, en el caso de Tendencia la
calificación más frecuente fue estable con 39 %, seguida por empeorando,
empeorando rápido y mejorando con frecuencias respectivas de 14, 6 y 5 %,
mientras que mejorando rápido no obtuvo puntaje y el 37 % restante
corresponde a calificaciones indeterminadas (Figura 8.B). Como es posible
notar, el índice Tendencia recibió casi el doble de respuestas indeterminadas
que el índice Condición, indicando la presencia de mayores vacíos de
información en cuanto a la magnitud y sentido de los cambios que las
condiciones ecológicas de los ecosistemas marinos comprendidos por la AMPs
de la región actualmente experimentan.
! 47!
En el diagrama de dispersión de frecuencias relativas de pares de calificación
completos (Figura 7) se observa que los pares más frecuentes se ubican en
superior y buena en la escala de condición y en estable en la escala de
tendencia. Sin embargo, al analizar los histogramas de frecuencias relativas
individuales para cada índice de calificación, se observa que esto coincide para
tendencia (Figura 8.B) más no para condición, dónde la mayor frecuencia
corresponde a las calificaciones estable y aceptable (Figura 8.A). Ello podría
indicar que durante el ejercicio de asignar calificaciones, existe una
predisposición a aseverar que la tendencia sea estable cuando la calificación de
condición es superior o buena, mientras que cuando las calificaciones de
condición son menores (i.e. aceptable, deficiente o crítica) se presenta mayor
incertidumbre respecto a la calificación de tendencia. Siendo así, es posible que
ambas escalas de calificación en realidad no sean independientes una de la
otra y quizás exista cierta relación causal entre la calificación de condición que
predetermine la de tendencia. Este fenómeno podría ser estudiado más a fondo
mediante un estudio de correlación entre ambas variables.
Por otra parte, la dominancia de calificaciones de tendencia estable podría
deberse a la capacidad intrínseca de los ecosistemas marinos para amortiguar
los efectos de las presiones a los que están sujetos dada su inercia y resiliencia
natural, así como su capacidad limitada de adaptarse a estas sin exhibir
cambios extendidos (Walker et al., 2004).
Por otra parte, la diferencia en la proporción de calificaciones indeterminadas
entre condición y tendencia (18 y 37 % respectivamente) posiblemente sea un
indicador de la inminente necesidad de estudios y programas de monitoreo
continuos que explícitamente aborden los cambios históricos y actuales en las
condiciones de los distintos elementos de los ecosistemas marinos
comprendidos en las AMPs de la región por sobre estudios limitados a la
determinación puntual de su estado en determinado lugar y momento.
! 48!
Figura 7. Diagrama de dispersión de frecuencias relativas de los 84 pares de calificaciones completos totales obtenidos para las fichas de evaluación ecológica.
Figura 8. Histogramas de frecuencias relativas globales de las calificaciones de Condición (A) y Tendencia (B).
A
B
! 49!
En el caso individual de cada componente de la ficha de evaluación ecológica,
es decir Agua, Hábitat y Recursos vivos, la proporción de pares de respuestas
completos fueron 67 %, 55 % .y 67 %, respectivamente. A detalle, Agua
presenta una clara concentración de calificaciones en superior-estable y buena-
estable con poca dispersión hacia calificaciones menores en ambos índices
(Figura 9.A). Por otra parte, la calificación pareada con mayor frecuencia en el
componente Hábitat fue buena-estable, con marcada dispersión hacia
calificaciones menores en ambos índices (Figura 9.B). Finalmente, el
componente Recursos Vivos muestra mayor frecuencia en la calificación
superior-estable seguida por deficiente-empeorando (Figura 9.C). En este caso,
aunque el patrón general de dispersión tiende hacia calificaciones menores en
ambos índices, es notable una agrupamiento cuasi bimodal que posiblemente
indica que mientras que un subconjunto de atributos de la condición ecológica
del componente Recursos Vivos se encuentran en condiciones superiores y
estables, otro subconjunto se encuentra en condiciones deficientes y
empeorando.
En los tres casos, de nuevo es observable el patrón de predominancia de
calificaciones de condición superior y buena con tendencia estable aún cuando
dichas calificaciones de condición no fueron las más frecuentes, señalando una
vez más la posible existencia de una correlación entre ambas escalas de
calificación. Aún así, es posible observar que en general, el componente Agua
se encuentra en mejores condiciones ecológicas con tendencias de cambio
principalmente estables y muy leve inercia a empeorar. En contraste los
componentes Hábitat y Recursos Vivos exhiben mayor frecuencia de
calificaciones de condición menores a superior y de tendencias tanto
empeorando y empeorando rápido como mejorando que el componente Agua.
Considerando cada índice de manera individual, para el componente Agua la
calificación de condición más frecuente fue buena, con 34 %, seguida por
superior, aceptable, deficiente y crítica con 27, 12, 9, y 3 % respectivamente,
mientras que el 15 % restante fueron calificaciones indeterminadas (Figura
! 50!
10.A). Tratándose de Hábitat, las calificaciones aceptable y deficiente fueron las
más frecuentes con 24 % cada una y seguidas por buena, superior y crítica con
22, 6 y 2 % respectivamente, mientras que la proporción de respuestas
indeterminadas fue del 21 % (Figura 10.B). En cuanto al componente Recursos
Vivos, la calificación de Condición más frecuente fue deficiente con 26 %
seguida de aceptable, superior, buena y crítica con frecuencias de 23, 21, 8 y 4
% respectivamente y 18 % de calificaciones indeterminadas (Figura 10.C).
De igual manera, pero en referencia al índice Tendencia, en todos los casos la
calificación más frecuente fue estable mientras que la calificación mejorando
rápido estuvo ausente. En el caso específico del componente Agua, la
calificación con mayor frecuencia fue estable con 52 %, seguida de
empeorando y empeorando rápido con 12 y 3 %, respectivamente, mientras que
las opciones mejorando y mejorando rápido no recibieron puntaje y el 33 %
restante corresponde a calificaciones indeterminadas (Figura 11.A). Para el
componente Hábitat, la respuesta de Tendencia con mayor frecuencia fue
estable con 33 %, seguida por empeorando con 9 % empeorando rápido y
mejorando con 6 % cada una, quedando 46 % de calificaciones indeterminadas
(Figura 11.B). Finalmente, para el componente Recursos Vivos la calificación
más frecuente fue estable con 35 %, seguida de empeorando con 17 %. En
tercer lugar se ubicaron empeorando rápido y mejorando, ambas con 8 %
mientras que la proporción de calificaciones indeterminadas fue de 32 % (Figura
11.C).
Estos resultados señalan que el componente Agua exhibe las mejores
condiciones ecológicas de los tres, seguido por el componente Hábitat y en
tercer lugar el componente Recursos Vivos, con mayor proporción de
calificaciones de condición crítica y deficiente que los dos anteriores. De igual
manera, es este componente el que recibe las calificaciones de tendencia
menos deseables con mayor proporción de calificaciones empeorando y
empeorando rápido mientras que Agua es el que recibe mayor proporción de
calificaciones de tendencia estable.
! 51!
La significatividad de dichas diferencias tanto en condición como en tendencia
se evaluaron estadísticamente bajo el factor “componente” y los resultados se
describen posteriormente en este mismo capítulo.
Finalmente, Cabe señalar que Hábitat es el componente con mayor proporción
de respuestas indeterminadas en ambos índices de calificación, indicando la
existencia de mayores vacíos de información en este tema, resaltando la
necesidad de estudios que aborden las condiciones y cambios en los hábitats
de las AMPs de la región respecto a su línea base.
! 52!
A. Agua
B. Hábitat
C Recursos Vivos
Figura 9. Diagramas de dispersión de frecuencias relativas de los pares de calificaciones completos por componente.
! 53!
Figura 10. Histogramas de frecuencia relativa de las calificaciones de Condición según componente de ecosistema Agua, Hábitat y Recursos Vivos.
! 54!
Figura 11. Histogramas de frecuencia relativa de las calificaciones de Tendencia según componente de ecosistema Agua, Hábitat y Recursos Vivos.
! 55!
VIII.II Medidas de Tendencia Central
Una vez transformados los datos de las fichas de evaluación ecológica a
términos cuantitativos, fue posible estimar las medidas de tendencia central
correspondientes (Tabla 9). Desde la perspectiva global, el índice Condición
obtuvo una media de 3.3 y varianza de 1.5, mientras que la moda y mediana
fueron 2.0 y 3.0 respectivamente. De igual manera, el índice Tendencia obtuvo
una media de 2.7, y varianza de 0.6, mientras que tanto la media como la
mediana obtuvieron un valor de 3.0.
Desde una perspectiva regional, estos resultados podrían indicar que los
ecosistemas marinos comprendidos por las AMPs evaluadas guardan una
condición ecológica promedio (µ = 3.3) aproximadamente aceptable desplazada
ligeramente hacia buena en la escala de calificación de la ficha de evaluación
ecológica. Bajo la presunción de que las AMPs consideradas en este estudio
constituyen una muestra representativa de las AMPs de la región y de acuerdo
a los planteamientos conceptuales de la FEE, estos resultados indican que a
nivel regional los atributos ecológicos de las AMPs han experimentado
deterioros mensurables y sustantivos que han generado alteraciones en el
funcionamiento de los ecosistemas marinos pero que no son generalizados y su
recuperación es aún posible. Cabe aclarar que dada la amplia varianza que
presentan estos datos (σ = 1.5), no es recomendable asumir que dicha
interpretación es cierta a todos los atributos de condición ecológica de las AMPs
de la región. Por el contrario, dicha variación indica que existen atributos
ecológicos cuyo estado se encuentra considerablemente por debajo o por
encima de esta condición media.
De igual manera, la tendencia media global (µ = 2.7) puede indicar que las
condiciones ecológicas de los ecosistemas comprendidos por las AMPs de la
región parecen presentar estabilidad con ligera tendencia a empeorar, lo cual
de acuerdo a los planteamientos conceptuales de la FEE implicaría que, a gran
escala, las variaciones observadas se ubican dentro de los límites de variación
normal y en su mayoría no se prevén cambios sistemáticos debido a fuentes
! 56!
antrópicas o de otra índole. Esta afirmación se ve reforzada por el bajo valor de
la varianza correspondiente a estos datos (σ = 0.6).
Tratándose específicamente del componente Agua y el índice Condición, el
valor de la media fue 3.9, la varianza de 1.2, la moda de 3.0 y la mediana de
4.0, mientras que para el índice Tendencia los valores respectivos fueron de
2.7, 0.3, 3.0 y 3.0. Interpretando dichos resultados de igual manera que los
anteriores, es posible aseverar que a nivel regional, las condiciones de este
componente se aproximan a buenas y su tendencia de cambio es estable. A
grandes rasgos, ello indica que los impactos recibidos por dicho componente,
aunque presentes y mensurables, aparentan no tener efectos negativos
sustantivos ni persistentes en la salud de los ecosistemas comprendidos en las
AMPs y se prevé que dicha situación se mantenga en pie durante los próximos
años.
En el caso del componente Hábitat y el índice Condición, los valores fueron 3.0
para la media, 1.1 para la varianza, 3.0 para la moda y 3.0 la mediana, mientras
que para tendencia estos fueron 2.7, 0.7, 3.0 y 3.0 respectivamente. Dichos
valores se corresponden a calificaciones de condición aceptable y tendencia
estable, lo que posiblemente indican que el estado actual de los hábitats
comprendidos en las AMPs han experimentado deterioro mensurable con
efectos en los recursos biológicos y la calidad del agua pero dichos alteraciones
se limitan a hábitats específicos y puntualizados geográficamente. Igual que en
el panorama global, se prevé que esta situación general se conserve estable en
los próximos años.
Por último, para el componente Recursos Vivos, los valores de media, varianza,
moda y mediana en cuanto a Condición fueron de 3.2, 1.7, 2.0 en cuanto a
tendencia fueron 3 y 2.6, 0.7, 3.0 y 3.0 respectivamente y en ambos casos
(Tabla 9). Estos valores medios se aproximan a calificaciones de condición
aceptable y tendencia estable. Ello indica que a una escala regional, los
recursos biológicos han sido objeto de disminuciones en ciertas especies así
como alteraciones en el desarrollo y función de ciertos casos. Se considera que
! 57!
aunque dichas modificaciones son mensurables y sustantivas, estas son
localizadas y aún reversibles. Finalmente, el valor medio de tendencia para este
componente es el menor de los tres, y aunque se aproxima al global que
corresponde a la estabilidad, indica que las condiciones generales de los
recursos vivos de las AMPs de la región posiblemente emporen en los próximos
años.
Tabla 9. Medidas de tendencia central para Condición y Tendencia tanto globales y desglosadas según componente de la ficha de evaluación ecológica.
CONDICIÓN TENDENCIA
Global Agua Hábitat R. V. Global Agua Hábitat R. V.
Media 3.3 3.9 3.0 3.2 2.7 2.7 2.7 2.6
Mediana 3 4 3 3 3 3 3 3
Moda 2 3 3 2 3 3 3 3
Varianza 1.5 1.2 1.1 1.7 0.6 0.3 0.7 0.7
VIII.III Normalidad de los Datos de las Fichas de Evaluación Ecológica
Fue posible determinar la normalidad de los datos correspondientes a cada
índice según los tres criterios descritos en la metodología. En el caso de
Condición se observó que el histograma de frecuencias relativas no presenta
una forma aproximada a la curva gaussiana (Figura 8.A). Así mismo, la razón
entre el intervalo inter-cuartiles y la desviación estándar (IQR/σ) fue de 1.73, lo
cual se considera que no es próxima al valor crítico 1.3. Finalmente, los valores
de la media, mediana y moda, fueron 3.3, 3.0 y 2.0 respectivamente, por lo que
no se aproximan a la equivalencia entre sí. Dados dichos resultados, se infirió
que de manera global los datos de Condición no presentan distribución normal y
por tanto se analizaron con pruebas estadísticas no paramétricas.
Por otra parte, se observó que los datos de Tendencia cumplen con los tres
criterios; el histograma de frecuencias relativas presenta una forma general que
se aproxima a una curva gaussiana leptocúrtica y con un ligero sesgo lateral
(Figura 8.B), la razón IQR/σ es de 1.33 y las los valores de media, mediana y
! 58!
moda fueron de 2.7, 3 y 3 respectivamente, lo cual se consideró que se
aproximan a la equivalencia. En conjunto, todo ello permitió inferir que los datos
del índice Tendencia presentan una distribución normal, posibilitando así su
análisis mediante estadísticos paramétricos.
VIII.IV Comparaciones Estadísticas
Las distintas pruebas estadísticas se ejecutaron exitosamente a través del
paquete informático SAS JMP 10 según lo especificado en la metodología. La
tablas 11 y 12 resumen los resultados encontrados para Condición y Tendencia
respectivamente y señalando aquellos donde las diferencias fueron
significativas, mientras que los valores estadísticos detallados y
correspondientes diagramas ilustrativos se incluyen en el apéndice IV. A
continuación, se describen y discuten dichos resultados:
VII.IV.I Comparaciones Según la Estructura Temática de las FEE
VII.IV.I.I Áreas marinas protegidas
Comparando las calificaciones globales de condición recibidas por los
ambientes marinos de cada AMP individualmente, se observó que existen
diferencias significativas entre ellas (p = <0.0001). En detalle, la RB Isla
Guadalupe fue la única en recibir calificaciones promedio (µ = 4.8)
significativamente mayores a la media global (µ = 3.3) mientras que para el
resto fueron estadísticamente equivalentes a esta última. Aún así, cabe
destacar que tanto la RB Bahía de Los Ángeles, Canal de Ballenas (µ = 3.9) y
Salsipuedes como el PN Cabo Pulmo (µ = 4.0) recibieron calificaciones
promedio por encima de la media global.
En términos cualitativos, estos promedios representan condiciones generales
que se aproximan a una condición superior en el caso de Isla Guadalupe y a
! 59!
buenas tanto para Bahía de Los Ángeles, Canal de Ballenas y Salsipuedes,
como para Cabo Pulmo, mientras que globalmente la condición es intermedia
entre aceptable y buena.
En contraste, las RB Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado (µ = 2.3),
Marismas Nacionales Nayarit (µ = 2.6), Isla San Pedro Mártir (µ = 2.7) y el PN
Islas Marietas (µ = 2.7) recibieron calificaciones promedio considerablemente
inferiores a la media global. Estas calificaciones promedio representan
condiciones generales intermedias entre deficientes y aceptables para los
ecosistemas marinos comprendidos en dichas AMPs.
Paralelamente, se observó que existen diferencias significativas (p = 0.0114)
entre las calificaciones promedio de tendencia recibidas por las 11 AMPs de
manera individual. En particular se observa que para las RB Isla San Pedro
Mártir (µ = 3.3), El Vizcaíno (µ = 3.2) e Isla Guadalupe (µ = 3.0) las
calificaciones promedio de tendencia fueron mayores que la media global (µ =
2.6). Estos valores indican estabilidad en sus condiciones con un ligero
desplazamiento hacia mejorando. En contraste, fueron el PN Islas Marietas (µ =
2.0) y las RB Marismas Nacionales Nayarit (µ = 2.1) los que recibieron las
menores calificaciones promedio de tendencia las cual representan que las
condiciones de sus ecosistemas marinos estén empeorando. Cabe aclara que
el PN bahía de Loreto se excluyó de este análisis dado que sólo recibió una
califiación de tendencia.
En resumen, los resultados de este análisis indican que en la región existen
AMPs cuyos ecosistemas presentan condiciones y tendencias de cambio
significativamente mejores que otras. Es claro que estas diferencias
probablemente resultan de las características de cada AMP y el sistema social-
ecológico del que forman parte, incluyendo su historia de uso individual y la
influencia del complejo cuerpo de factores internos y externos que moldean sus
efectos en los ecosistemas que se proponen conservar (Pollnac et al., 2010).
! 60!
El hecho de que la RB Isla Guadalupe presente condiciones marcadamente
superiores al resto de las AMPs le confiere a esta área un carácter excéntrico
respecto a las demás. Como se ha mencionado, estas condiciones
posiblemente se deben a las características particulares del área tales como su
difícil acceso, sus corrientes oceánicas y que exhibe múltiples de las “reglas de
pulgar” recomendadas tales como tamaño considerable (representatividad de
hábitat), límites claramente definidos, reglas de uso claras (PCyM) y arreglos en
la toma de decisiones y manejo con los usuarios (Fox et al., 2012; Sladek-
Nowlis y Friedlander, 2005).
VII.IV.I.II Atributos
El atributo “Especies Exótica” recibió calificaciones de condición (µ = 4.8)
significativamente distintas a la media global (p = 0.0003) y al resto de los
atributos del componente Recursos Vivos. En términos cualitativos, dicha
calificación media se aproxima a una condición superior, mientras que el resto
de los atributos recibieron calificaciones medias estadísticamente equivalentes
a la media global (µ = 3.3) y entre sí. En contraste, los atributos “Hábitat:
Extensión y Distribución” (µ = 2.7) y “Recursos Vivos: Actividades Humanas” (µ
= 2.4) recibieron las menores calificaciones medias de condición que
representan un estado intermedio entre deficiente y aceptable.
En conjunto, estos resultados indican que a nivel regional las condiciones de
ciertos atributos de los ecosistemas marinos comprendidos en las AMPs están
en mejor estado que otras. Es posible que los atributos mejor calificados deban
dicha condición a que las presiones de las que son objeto son menos intensas
que aquellas de las que son objeto los atributos en condiciones más
deplorables. Específicamente, es el atributo “Especies exóticas” el que presenta
condiciones más deseables, aproximándose a un estado superior, mientras que
“Recursos Vivos y Actividades Humanas” y “Hábitat: Extensión y Distribución”
son los que exhiben las condiciones menos deseables siendo estas intermedias
entre deficientes y aceptables.
! 61!
Ello señala a las acciones que alteran la extensión de los hábitats en la región y
a las actividades que afectan directamente los recursos biológicos de las AMPs
de la región como las presiones de posible mayor preocupación para la salud
de los ecosistemas que resguardan.
En cuanto a las calificaciones de tendencia, no se encontró significatividad entre
los 12 atributos (p = 0.8296). La ausencia de significatividad podría indica que a
nivel regional, la tendencia individual de todos es intermedia entre estable y
empeorando. Dado que se trata de ecosistemas marinos comprendidos en
AMPs, idealmente y de acuerdo a la literatura, se esperaría observar tendencias
a mejorar entre los atributos, sobre todo en “Especies Explotadas” las cuales
suelen presentar señales más tempranas de recuperación (Babcock et al.,
2010; Lester et al., 2009; Roberts, 2005; Sladek-Nowlis y Friedlander, 2005), sin
embargo, esto no fue así.
Ante esta situación, se establecen varias posibilidades: que los efectos positivos
más notorios ocurrieron en el pasado y actualmente han alcanzado la
estabilidad, que los cambios positivos aún no estén ocurriendo a nivel regional
dada la variación de los efectos en la escala temporal (Babcock et al., 2010;
Pisco, 2011), que los cambios positivos estén ocurriendo solamente sobre
ciertos atributos y en ciertas AMPs, por lo cual no se distinguen como una
tendencia regional o que actualmente existe un equilibrio entre las presiones
positivas y negativas que dan forma a los efectos de las AMPs consideradas,
incluyendo la resiliencia de los ecosistemas.
VII.IV.I.III Componentes
El componente Agua recibió calificaciones de condición (µ = 3.9)
significativamente mayores (p = 0.0209) a la media global, mientras que los
componentes Hábitat (µ = 3.0) y Recursos Vivos (µ = 3.2) fueron equivalentes
entre sí y a la global. Dichos valores representan condiciones ecológicas
buenas en el caso de Agua y aceptables en cuanto a Hábitat y a Recursos
! 62!
Vivos, señalando a estos últimos como los componentes con condiciones
menos ideales dentro de las AMPs a nivel regional pero con claras posibilidades
de recuperación.
La literatura establece que entre los efectos ecológicos de las AMPs se
encuentran tanto el mejoramiento y mantenimiento de la calidad del agua, como
de los recursos vivos y los hábitats que comprenden, sin embargo, los hábitats
suelen recuperarse de manera más lenta. Esto último podría reflejar las
calificaciones de condición significativamente menores para Hábitat y Recursos
Vivos en conjunto con los efectos de otros factores de presión antrópica como
la pesca de arrastre y la sobreexplotación de pesquerías. Así mismo, el estado
no ideal de los hábitats puede estar mermando la recuperación de los recursos
biológicos por efecto de las AMPs (Babcock et al., 2010; Fox et al., 2012;
Kenchington et al., 2003; Lester et al., 2009; Roberts, 2005).
De igual manera, cabe la posibilidad de que a nivel regional las presiones que
actúan sobre la calidad del agua sean menos intensas y prevalecientes que
aquellas que actúan sobre los recursos biológicos y los hábitats de las AMPs y
por lo tanto se observan tales diferencias en su condición. Así mismo, es
posible que el tiempo de operación de las AMPs no ha sido el suficiente para
que sus efectos sean observables desde la perspectiva regional, o que dichos
efectos positivos en conjunto con la resiliencia de los ecosistemas en las AMPs
engloban actualmente están en equilibrio con las presiones perjudiciales de las
que son objeto. Esto último a su vez explicaría la estabilidad de condiciones
observada para los tres componentes.
En cuanto a tendencia, no se encontraron diferencias significativas entre
componentes, cuyas medias correspondieron a la global que es
aproximadamente estable (µ = 2.7). A grandes rasgos, ello podría indicar que a
nivel regional existe equilibrio entre los efectos positivos de las AMPs sobre sus
ambientes y las presiones antrópicas bajo las que actualmente se encuentran.
! 63!
VIII.IV.II Comparaciones de Condición Según Factores de Influencia
VIII.IV.II.I Descargas agrícolas
De manera global, las AMPs para las cuales se reportan ausencia de descargas
agrícolas directas recibieron calificaciones de condición significativamente
mayores que aquellas en las que dichas descargas están presentes (p =
<0.0001). Para el primer grupo la calificación media corresponde a un estado
bueno (µ = 4.1) mientras que para el segundo es aceptable (µ = 3.0).
Así mismo, se observó que la presencia de descargas agrícolas directas
posiblemente influye de manera significativamente negativa en las calificaciones
de condición de cada uno de los tres componentes: Agua (p = 0.0139), Habitat
(p = 0.0027) y Recursos vivos (p = 0.0009). En todos los tres casos, las AMPs
que presentan descargas agrícolas directas recibieron calificaciones
considerablemente menores que aquellas en las que están ausentes.
Dicha diferencias corresponden a lo esperado ya que la contaminación por
descargas agrícolas se ha relacionado con múltiples afectaciones en los
ecosistemas, principalmente debido al enriquecimiento de nutrientes derivados
de fertilizantes que llegan a provocar episodios de eutroficación con efectos
catastróficos en los ambientes costeros y estuarinos. Así mismo, dichas
descargas suelen contener remanentes de plaguicidas, muchos de los cuales
son persistentes en el medio marino y bio-acumulables a través de la cadena
trófica y los cuales han sido estrechamente relacionados con alteraciones
fisiológicas y anatómicas en gran variedad de organismos llegando incluso a
afectar sus tasas de crecimiento poblacionales (Nixon y Fulweiler, 2009;
Rabalais, 2005, Butler, 1996).
VIII.IV.II.II Intensidad pesquera
De manera global, las comparaciones entre AMPs según su nivel de intensidad
pesquera indicaron diferencia significativas (p = 0.0008). Las AMPs donde la
! 64!
actividad pesquera está limitada a pesca ribereña de bajo impacto (RBI)
obtuvieron calificaciones de condición considerablemente mayores (µ = 4.0,
buena) que aquellas de dicha actividad está limitada tanto a pesca ribereña de
alto impacto (RAI; µ = 2.9, acepetable) o donde se lleva acabo pesca a la
escala industrial (PI; µ = 2.2, deficiente), siendo estas dos últimas equivalentes
entre sí.
Ello coincide con lo esperado, ya que se ha demostrado que tanto la pesca
industrial (sea de arrastre o pelágicos), como la pesca ribereña con artes de
pesca no selectivos o exhaustivos, tienen consecuencias sumamente
perjudiciales en los ecosistemas marinos, siendo estos la principal causa del
decremento en sus condiciones a nivel global y regional (Agardy, 2000; Carvajal
et al., 2004; Norse, 2005). Los efectos de es estas actividades suelen ser
extensivos en los ambientes marinos, pues implican destrucción de los hábitats
marinos, extracción de grandes cantidades de fauna de acompañamiento y la
alteración de las cadenas tróficas naturales al sobreexplotar especies
particulares al grado de remover su función en el ecosistema (Dayton, 2002;
Preikshot y Pauly, 2005). Además, estas afectaciones suelen interactuar de
manera sinérgica entre sí y con otros estresores ambientales, potencializando
exponencialmente sus efectos negativos en los ambientes marinos que las
experimentan (Breitburg y Riedel, 2005). Practicada de manera sustentable, la
pesca ribereña de bajo impacto, es decir aquella verdaderamente artesanal,
suele carecer de todos estos efectos negativos lo cual posiblemente se ve
reflejado en estos resultados.
Adicionalmente, este factor mostró significatividad en cuanto a las calificaciones
de condición recibidas por el componente Recursos Vivos (p = 0.0008). De igual
manera que para el enfoque global, las AMPs de la categoría RBI exhibieron
condiciones significativamente mayores (µ = 4.3, buenas a superiores) que
aquellas correspondientes a las categorías RAI (µ = 2.7) y PI (µ = 2.9). Ello
también coincide con lo antes explicado para la comparación desde el nivel
global.
! 65!
Estos resultados implican que ciertos artes de pesca ribereña, es decir aquella
que a pesar de realizarse en embarcaciones menores regionalmente
denominadas “pangas”, son igualmente nocivos para la salud de los ambientes
comprendidos en las AMP dada la magnitud e intensidad con la que se llevan a
cabo.
Por otra parte, y contrariamente a lo esperado, este factor no implicó
significatividad para el componente Hábitat, lo cual posiblemente se deba la
prevalencia de vacíos de información en este componente (21 % respuestas
indeterminadas) o, en dado caso, al traslape entre factores.
VIII.IV.II.III Superficie marina
Las AMPs de mayor superficie recibieron calificaciones de condición globales (µ
= 3.7) significativamente mayores (p = 0.076) que las de menor tamaño (µ =
3.0). En términos cualitativos, ello indica que las condiciones ecológicas
generales de los ambientes marinos comprendidos en las AMPs de mayor
tamaño se aproximan a un estado bueno, mientras que en las de menor tamaño
dicho estado es aceptable.
Estos resultados concuerdan con lo descrito por diversos estudios que
concluyeron que el tamaño de las AMPs es un factor importante en los efectos
ecológicos que generan debido a diversos mecanismos: un AMP de mayor
tamaño tiene más probabilidades de comprender mayor proporción y
representatividad de los hábitats típicos en su entorno. Entre dichos hábitats
figuran aquellos de carácter critico para el desarrollo saludable de los recursos
biológicos con que cuentan y en los que encuentran protección durante sus
etapas de desarrollo más vulnerables (Halpern, 2003; NRC, 2001). Así mismo,
a mayor tamaño de AMP se suele aumentar la retención de huevos, larvas y
juveniles, proveyéndoles más protección durante dichas etapas de desarrollo
dentro de la reserva y oportunidades para su establecimiento y crecimiento
(Sladek-Nowlis y Freidlander, 2005).
! 66!
De igual manera, las AMPs de mayor tamaño suelen brindar mayor protección a
especies de alta movilidad que las de menor tamaño. Comúnmente, estos
organismos son claves para el desarrollo saludable de los ecosistemas marinos
al fungir como depredadores y así mantener las poblaciones de otros
organismos en niveles saludables para el sistema (Russ et al., 2004).
Cabe mencionar que dicha relación no se presenta en todas las AMPs, sobre
todo cuando éstas erróneamente excluyen hábitats críticos para especies
ontogénicamente disyuntas (Gaines et al., 2003; Gladstone; 2006;) o cuyos
ecosistemas incluyen organismos que se desarrollan mediante dinámicas
metapoblacionales en las que las fuentes no reciben protección (Lipcius et al.,
2005). Así mismo, se ha observado que reservas pequeñas pueden ser
significativamente funcionales en sentido ecológico, sobre todo para especies
de baja movilidad o sedentarias (Sladek-Nowlis y Friedlander, 2005). Incluso,
existen un estudio en el que no se encontró relación significativa entre el
tamaño del AMP y su efectividad ecológica (Pollanc et al., 2010). Aún así y a
manera de “regla de pulgar”, se recomienda que las AMPs establecidas en una
misma región presenten tamaños que varíen en cierto rango (Fox et al., 2012),
como es el caso de las AMPs analizadas en este estudio y cuyos evaluaciones
muestran que el tamaño de AMP posiblemente es un factor de influencia
significativamente positiva sobre las condiciones ecológicas de los ambientes y
recursos que estas se proponen resguardar.
De acuerdo a lo anteriormente descrito, resulta congruente que, además, este
factor exhiba influencia significativa en las comparaciones a nivel de
componente tanto en el caso de Hábitat (p = 0.0102) como de Recursos Vivos
(p = 0.0593), con relación positiva entre el tamaño de la reserva y las
calificaciones de condición promedio recibidas por estos. En ambos casos,
dichas calificaciones fueron intermedias entre acetable y bueno (µ = 3.6) para
las AMPs de mayor extensión y entre aceptable y deficientes (µ = 2.6) para las
de menor tamaño.
! 67!
VIII.IV.II.IV Pesca de arrastre
A nivel global, las AMPs en las que aún se realiza la pesca por arrastre
exhibieron calificaciones de condición significativamente (p = 0.0457) menores
(µ = 2.9, aceptable) que aquellas donde dicha actividad está ausente (µ = 3.5,
aceptable a buena). Este resultado indica que la pesca de arrastre posee
influencia significativa perjudicial en las condiciones ecológicas de los
ambientes marinos en las AMPs de la región.
Dicho hallazgo concuerda con lo esperado, ya que se ha demostrado que los
artes de pesca por arrastre son sumamente perjudiciales para los ecosistemas
marinos, ya que emplean aparejos que nivelan el lecho marino, privándolo de la
complejidad estructural en la que una gran proporción de la biodiversidad
marina encuentran su nicho espacial. Así mismo, dicho arte de pesca es el que
presenta mayor proporción de captura incidental lo cual aumenta sus impactos
ambientales al perjudicar las poblaciones de especies distintas a las objetivo
(Agardy, 2000; Dayton, 2002; Watlin, 2005).
Adicionalmente, la acción mecánica de remover el lecho marino ocasiona la
resuspesión de gran cantidad de sedimentos altamente nutritivos y
contaminantes, lo cual en general afecta la calidad del agua, facilitando
floraciones algales nocivas y coloca dichos contaminantes a disposición de
organismos para su introducción en las redes tróficas.
Intensificando el problema, la práctica de esta pesca suele darse de manera
repetitiva sobre las mismas zonas, lo prácticamente elimina la posibilidades de
recuperación de los ambientes que altera. Es común que cuando una zona deja
de ser redituable para esta actividad, esta se desplace a otras zonas dejando
parches de lecho marino profundamente afectados y donde la recuperación de
los ecosistemas de manera natural se complica gravemente (Agardy, 2000;
Dayton, 2002; Watlin, 2005).
Contrario a lo esperado, no se observaron diferencia significativas comparando
entre AMPs según este factor a nivel de componente en ningún caso, lo cual
! 68!
resulta particularmente sorprendente para el componente Hábitat. Posiblemente
esto se deba a que hoy en día las AMPs de la región donde aún se permite esta
práctica son la minoría (3 de 11 en nuestras AMPs) reduciendo las información
disponible para realizar estas comparaciones, sobre todo al separar los datos
de las FEE por componente.
Aún así, no es posible descartar la posibilidad de que esta se deba al traslape
con la pesca ribereña de alto impacto, ya que en todas las AMPs donde se
practica la pesca por arrastre también se realiza este otro tipo de arte pesquero.
VIII.IV.II.V No significativas para Condición
Contrario a lo esperado, no se detectó significatividad comparando las
condiciones de los ambientes marinos en las AMPs según su tiempo de uso,
presencia de descargas urbanas, existencia de un Programa de Conservación y
Manejos, su antigüedad o si cuentan con los recursos económicos adicionales
del Fondo de Áreas Naturales Protegidas. Así mismo, no se encontró
correlación significativa entre dichos valores de condición y el egreso promedio
anual entre el 2005 y 2009. El resumen de los resultados de estas pruebas se
incluyen en la tabla 11 y sus detalles estadísticos en el apéndice IV.
Más que señalar que estos factores no sean importantes para las condiciones
ecológicas de las AMPs en la región, pues seguramente lo son, la ausencia de
significatividad en nuestros análisis podría deberse al traslape de factores. Esto
queda aún más claro según la significatividad encontrada en los casos
específicos de antigüedad y PCyM en lo referente a las tendencias de cambio
observadas, como se detalla en el siguiente apartado.
! 69!
VIII.IV.III Comparaciones de Tendencia Según Factores de Influencia
VIII.IV.III.I Antigüedad
A nivel global, las AMPs de mayor antigüedad presentan una tendencia media
(µ = 2.9, estable) significativamente mayor (p = 0.0011) que las más recientes
(µ = 2.3, empeorando). Esto indica que la antigüedad del AMP es un factor de
influencia relevante para la tendencia de cambio presentes en sus ecosistemas,
aún cuando aparentemente no exhibe relación directa con su condiciones
actuales.
Esto concuerda parcialmente con lo que esperaríamos observar según la
literatura, con mejores calificaciones de tendencias (y condición) en las AMPs
más antiguas debido a que, idealmente, los efectos positivos de estas áreas
sobre los ecosistemas que comprenden (i.e. la recuperación de hábitat y de
recursos vivos) se habrían estado acumulando durante un mayor periodo de
tiempo (Lester et al., 2009; Roberts, 2005; Sladeck-Nowlis y Friedlander, 2005).
Babcock y compañía (2010) demostraron que a nivel global existen un desfase
en las tendencias de recuperación de los organismos blanco y secundarios
según la antigüedad del AMP. En especies blanco los primeros signos de
recuperación se observan entre 3 y 7 años, mientras que en especies
secundarias (aquellas afectadas de manera incidental o por efecto cascada) se
observan entre los 11 y 15 años. Sin embargo, este estudio considera
únicamente la respuesta de especies individuales en AMPs donde su
aprovechamiento ha cesado por completo (verdaderas reservas pesqueras,
según los autores), mientras que el presente estudio considera la totalidad de
los ambientes marinos o de sus tres principales componentes de manera
individual. Adicionalmente, la recuperación de los hábitats, de ser posible, suele
ser aún más lenta que las de los organismos (Roberts, 2005). Estas
circunstancias posiblemente expliquen la ausencia de significatividad en cuanto
a condiciones de manera general y según componentes individuales.
! 70!
VIII.IV.III.II Programa de Conservación y Manejo
Se observó que las AMPs que cuentan con un PCyM publicado recibieron
calificaciones de tendencia (µ = 2.8, estable) significativamente mayores (p =
0.0268) que aquellas que no (µ = 2.3, empeorando). Sin embargo, dicha
significatividad no se observó en el caso de condición (p = 0.9381; µ = 3.3
buena en ambos casos). Ello indica que este factor posiblemente tiene
influencia relevante en las tendencias de cambio observadas en los ambientes
marinos comprendidos en las AMPs de la región.
Esto concuerda con lo esperado ya que el PCyM de toda área protegida es una
herramienta directriz de la operación de las AMPs y por lo tanto influye en los
beneficios ambientales (y sociales) que estas generan. Aunque en parte ello
debe ser definido en la declaratoria del área protegida, el PCyM establece a
detalle los objetivos a corto, mediano y largo plazo, los esquemas y arreglos
para la toma de decisiones, los sistemas de monitoreo y vigilancia a ejecutarse
y las reglas de uso aplicables a todas las actividades realizadas dentro de sus
límites y sobre los recursos naturales que engloba (Artículo 66 de la LEGEEPA,
2013). Dichos elementos de gobernanza han sido señalados por diversos
autores como particularmente importantes para el éxito de las AMPs en cuanto
a sus efectos sociales y ecológicos (Fox et al., 2012).
Así mismo se ha encontrado una relación directa entre la definición clara de
éstos elementos y el nivel de cumplimiento por parte de los usuarios (Pollnac et
al., 2010). A su vez, también se relaciona positivamente con los beneficios
ambientales de las AMPs (Pollnac y Seara, 2011; Walmsley y White, 2003).
En conjunto, los resultados de este estos análisis indican que la sola existencia
de dicho instrumento de manejo no es determinante de una mejor condición
ecológica, sino que sobre dicha estado influyen más otros factores (presión
pesquera y contaminación, por ejemplo). Sin embargo, las diferencias
detectadas en cuanto a tendencias de cambio probablemente indiquen que es
su aplicación y seguimiento a través del tiempo lo que permite que los
! 71!
beneficios de una gestión ordenada y con una visión unificada sobre los
objetivos por alcanzar se acumulen significativamente, incluyendo entre dichos
beneficios, la consecuente estabilidad (resiliencia) propia de los ecosistemas
más saludables (Babcock et al., 2010; Gunderson, 2000; Pollnac y Seara,
2011; Walker et al., 2004; Walmsley y White, 2003).
VIII.IV.III.III Superficie marina
Desde la perspectiva global, las AMPs de mayor superficie recibieron
calificaciones de tendencia (µ = 2.9) significativamente mayores (p = 0.0379)
que las de menor superficie (µ = 2.5), indicando de manera general que las
AMPs de mayor tamaño presentan condiciones ecológicas estables, mientras
que en las de menor tamaño dichas condiciones posiblemente tienden a
empeorar.
Al igual que lo observado en el caso de condición, este resultado concuerda con
lo descrito anteriormente sobre los beneficios ambientales asociados a las
AMPs de mayor tamaño al ser más comprensivas de los componentes
naturales que se proponen proteger. Así mismo, resalta la relevancia de este
factor para las AMPs de la región.
VIII.IV.III.IV Intensidad pesquera
Aún que a nivel global, no se detectaron diferencias significativas (p = 0.7.736)
en las tendencias de las AMPs correspondientes a las tres categorías de
intensidad pesquera (i.e. Ribereña bajo impacto, Ribereña alto impacto y Pesca
industria; RBI, RAI y PI respectivamente), dicha significatividad si se encontró
para el caso específico del componente recursos vivos.
Debido a lo antes descrito para este factor sobre las implicaciones ambientales
correspondientes a los distintos tipos de actividad pesquera, este resultado
! 72!
concuerda parcialmente con lo esperado y señala a la presión pesquera en las
AMPs como uno de los factores relevantes para la tendencia observada en los
recursos vivos de dichas áreas. La ausencia de significatividad para el análisis
global en cuanto a tendencia posiblemente se deba al traslape de factores,
pues se considera poco probable que éste no sea importante si su influencia en
las condiciones ecológicas de las AMPs es clara según quedó evidenciada
anteriormente.
VIII.IV.III.VI No significativas para Tendencia
A nivel global, no se encontraron diferencias significativas comparando las
tendencias entre AMPs según los siguientes factores: tiempo de uso, presencia
de pesca de arrastre, intensidad pesquera, descargas agrícolas, descargas
urbanas o Fondos ANP. Estos tampoco indicaron significatividad comparando
dentro de cada componente, excepto en el caso específico de Intensidad
pesquera en relación a la tendencia observada para el componente Recursos
vivos (anteriormente descrito). Así mismo, no se encontró correlación
significativa entre dichas tendencias y el egreso promedio 2005-2009 de cada
AMP.
Los resultados de estos análisis de tendencia se resumen en la tabla 12 y las
especificaciones estadísticas pueden ser consultadas en el apéndice IV.
VIII.V Factores No Evaluados
Finalmente, cabe aclarar que debido a limitaciones temporales y de acceso a
información, en este estudio no se evaluaron las diferencias en los resultados
de las fichas de evaluación ecológica entre AMPs según otros factores de
influencia reportados en la literatura. Entre dichos factores resaltan la medida
de representatividad de hábitats con énfasis en hábitats críticos (Sladek-Nowlis
y Friedlander, 2005), el estado inicial de los recursos biológicos y condiciones
! 73!
del hábitat a la declaratoria del área (Roberts, 2005), la prevalencia de los
arreglos en la toma de decisiones y grado de participación de las comunidades
en el manejo del área (Fox et al., 2012), diversos aspectos oceanográficos de
gran escala incluyendo dispersión larvaria y surgencias (Hyrenbach et al.,
2000), percepción comunitaria (McClanahan et al., 2005; Pollnac y Seara,
2010), esfuerzo de vigilancia, monitoreo y penalización (Fox et al., 2012; Mascia
y Claus, 2008), nivel de apertura al aprovechamiento de los recursos en el AMP
(Cudney-Bueno et al., 2009) y la existencia de sistemas de resolución de
conflictos entre usuarios (Fox et al, 2012). Todos estos factores seguramente
forman parte de las fuerzas que modelan los resultados ecológicos de las AMPs
en la región del occidente y noroccidente del Pacífico mexicano.
! 74!
Tabla 10. Resultados de pruebas estadísticas entre grupos comparativos según Condición
Nivel Factor Valor p Resumen (media)
Global AMP <0.0001* Guadalupe (4.8) > Global (3.3) > Alto Golfo (2.3)
Atributo 0.0003* Especies Exóticas (4.8) > Global (3.3)
Componente 0.0209* Agua (3.9) > Hábitat (3.0) = Recursos vivos (3.2)
Global Descargas agrícolas <0.0001* Ausentes (4.0) > Presentes (2.9)
Intensidad pesquera 0.0008* RBI (4.0) > RAI (2.9) = PI (2.2)
Superficie marina 0.0061* Mayor tamaño (3.7) > Menor tamaño (3.0)
Pesca de arrastre 0.0457* Ausente (3.5) > Presente (2.9)
Fondo ANPs 0.1304 Si (3.5) = No (3.1)
Tiempo de uso 0.1723 Menor tiempo (3..2) = Mayor tiempo (3.6)
Descargas urbanas 0.8102 Ausentes (3.3) = Presentes (3.3)
PCyM 0.9381 Con PCyM (3.3) = Sin PCyM (3.3)
Antigüedad 0.9597 Más recientes (3.3) = Más antiguas (3.3)
Egreso medio 2005-09 NA R2 = 0.000765
Agua Descargas agrícolas 0.0139* Ausentes (4.6) > Presentes (3.5)
Descargas urbanas 0.2540 Ausentes (3.3) = Presentes (3.3)
Superficie marina 0.2549 Menor tamaño (3.8) = Mayor tamaño (4.0)
Pesca de arrastre 0.3298 Ausente (3.6) = Presente (3.3)
Hábitat Descargas agrícolas 0.0027* Ausentes (3.9) > Presentes (2.6)
Superficie marina 0.0102* Mayor tamaño (3.6) > Menor tamaño (2.6)
Pesca de arrastre 0.2246 Ausente (3.2) = Presente (2.6)
Intensidad pesquera 0.6062 RBI (3.3) = RAI (2.8) = PI (3.1)
Recursos
vivos
Descargas agrícolas 0.0009* Ausentes (4.0) > Presentes (2.7)
Intensidad de pesca 0.0008* RBI (4.3) > RAI (2.7) = PI (2.9)
Superficie marina 0.0593 Menor tamaño (2.9) = Mayor tamaño (3.6)
Pesca de arrastre 0.1330 Ausente (3.6) = Presente (2.7)
Diferencias significativas indicadas con ‘*’
! 75!
Tabla 11. Resultados de pruebas estadísticas entre grupos comparativos según Tendencia
Nivel Factor Valor p Resumen (media)
Global AMP 0.0114* San Pedro Mártir (3.3) > Global (2.6)
Atributo 0.8296 Los 12 atributos son equivalentes (2.6)
Componente 0.8118 Los 3 componentes son equivalentes (2.6)
Global
Antigüedad 0.0011* Más recientes (2.9) = Más antiguas (2.3)
PCyM 0.0268* Con PCyM (2.8) > Sin PCyM (2.3)
Superficie marina 0.0278* Mayor tamaño (2.9) > Menor tamaño (2.5)
Tiempo de uso 0.1419 Menor tiempo (2.8) = Mayor tiempo (2.6)
Pesca de arrastre 0.3208 Ausente (2.6) = Presente (2.8)
Descargas agrícolas 0.5473 Ausentes (2.8) = Presentes (2.6)
Fondo ANPs 0.5890 Si (2.6) = No (2.7)
Descargas urbanas 0.7295 Ausentes (2.7) = Presentes (2.7)
Intensidad de pesca 0.7736 RBI (2.7) = RAI (2.4) = PI (2.4)
Egreso medio 2005-09 NA R2 = 0.002935
Agua Superficie marina 0.0300* Mayor tamaño (3.0) > Menor tamaño (2.5)
Descargas urbanas 0.1239 Ausentes (2.5) = Presentes (2.9)
Pesca de arrastre 0.2678 Ausente (2.7) = Presente (2.4)
Descargas agrícolas 0.3772 Ausentes (2.6) = Presentes (2.8)
Hábitat Superficie marina 0.1598 Mayor tamaño (3.0) = Menor tamaño (2.4)
Pesca de arrastre 0.2678 Ausente (2.5) = Presente (3.0)
Descargas agrícolas 0.7095 Ausentes (2.6) = Presentes (2.8)
Intensidad de pesca 0.3740 RBI (2.2) = RAI (2.8) = PI (3.0)
Recursos
vivos
Intensidad de pesca 0.0256 RBI (3.2) > RAI (2.4) = PI (2.4)
Descargas agrícolas 0.1555 Ausentes (2.9) = Presentes (2.5)
Pesca de arrastre 0.3208 Ausente (2.7) = Presente (2.6)
Superficie marina 0.4265 Menor superficie (2.6) = Mayor superficie (2.8)
Diferencias significativas indicadas con ‘*’
! 76!
IX. CONCLUSIONES
• Las condiciones ecológicas en las áreas AMPs del presente estudio varían de
manera aproximadamente homogénea entre deficiente, aceptable, buena, y
superior, mientras que se observó muy poca frecuencia de condiciones críticas.
De manera global, dichas condiciones son en promedio aceptables con ligera
inclinación hacia buenas.
• Las condiciones ecológicas de las AMPs del estudio presentan en promedio
una tendencia estable, con cierta inclinación hacia empeorando. Posiblemente
esto represente que la mayoría del los ambientes marinos comprendidos en
ellas aún permanecen resilientes a los impactos antrópicos de los que
actualmente son objeto.
• En conjunto, ambos puntos anteriores indica que la posibilidad de recuperación
continua vigente en la vasta mayoría de los casos.
• Existen grandes lagunas de conocimiento sobre las tendencias de cambio
previstas en las condiciones ecológicas que guardan los ambientes marinos de
las AMPs del estudio. Ello expone la inminente necesidad de formular e
implementar sistemas estandarizados para el monitoreo a largo plazo.
• El componente Agua recibió calificaciones de condición significativamente
superiores al resto, indicando que tanto Hábitat como Recursos Biológicos
presentan los mayores motivos de preocupación para la gestión de las AMPs
evaluadas y sus usuarios.
• El atributo “Especies exóticas” es el único que exhibe condiciones ecológicas
significativamente diferentes del resto, siendo estas mayores y por lo tanto
! 77!
constituye representa la menor de las amenazas actuales a los ecosistemas
marinos del las AMPs de la región. Aún así, se exhorta a mantener dicho estado
mediante las precauciones adecuadas.
• La RB Isla Guadalupe es la única AMP que exhibe condiciones ecológicas
significativamente diferentes al resto, por lo que posiblemente esta representa
un caso excepcional según sus características particulares.
• Entre las presiones antrópicas más frecuentemente señaladas en los reportes
de condición, la pesca intensiva (i.e. industrial y ribereña de alto impacto) y las
descargas agrícolas aparentan tener los mayores efectos sobre las condiciones
de los ambientes comprendidos en las AMPs de estudio. La significatividad de
sus efectos es observable tanto a nivel global como a nivel de componentes
específicos.
• Aparentemente, la pesca de arrastre también representa una amenaza
significativa para las condiciones ambientales de las AMPs de la región, sin
embargo en este estudio no fue posible separar su efecto de la pesca ribereña
de alto impacto, que según los resultados son equiparables.
• Entre las características intrínsecas de AMPs analizadas, se encontró que el
tamaño del área (superficie marina) está positivamente relacionado a las
condiciones y las tendencias de cambio observadas en los ambientes que
comprende. Su influencia se observa tanto en condición como en tendencia
global y en componentes específicos.
• Así mismo, la existencia de un Programa de Conservación y Manejo exhibe
tiene influencia positiva en las tendencias de cambio globales de los ambientes
de la AMP, quizá al apoyar la consolidación de su gestión planteando objetivos
claros y específicos.
• Finalmente, este trabajo demuestra que es factible utilizar la información
concentrada en las FEE para realizar comparaciones entre AMPs según sus
condiciones y tendencias de cambio y en relación a diversos factores.
! 78!
X. RECOMENDACIONES • Dados los hallazgos de este estudio muestran que la posibilidad de
recuperación en la mayoría de los casos continua vigente, se exhorta a las
autoridades gestoras de áreas marinas protegidas de la región y
organizaciones competentes a continuar formulando y llevando a cabo
medidas de conservación y restauración de los ambientes marinos
específicamente diseñadas para estas áreas.
• Dada la prominencia de vacíos de información referentes a tendencias
detectada en este estudio, se recomienda la formulación de programas de
monitoreo de las condiciones ecológicas integrales y estandarizados para
las AMPs de la región que explícitamente se avoquen a monitorear la
magnitud y sentido de los cambios observables en sus ambientes, con
particular énfasis en temas de hábitat.
• Igualmente, se recomienda promover la realización de estudios enfocados a
la reconstrucción de líneas bases, ya que uno de los motivos más frecuentes
para las respuestas de condición indeterminadas fue la ausencia de
descripciones documentales de dicho estado referencial.
• Por otra parte, se recomienda expandir este estudio para integrar la
información correspondiente a las fichas de evaluación ecológica de AMPs
situadas en la región que sean evaluadas en el futuro. Esto con el objetivo
de brindar robustez a los hallazgos aquí descritos y potencialmente corregir
errores que inconscientemente se hayan cometido dada la ausencia de
datos o tamaños de muestra reducidos.
! 79!
• Igualmente, se recomienda ampliar este estudio para analizar la influencia
de los múltiples otros factores que por las limitaciones bajo la que fue
realizado no fueron considerados pero que seguramente resulten de suma
importancia para los efectos ambientales de las AMPs en la región.
• Se recomienda considerar la información contenida en este estudio como
material de referencia para la gestión de las AMPs de la región, apoyándose
de la información contenida en los reportes de condición de cada área en los
que se detallan las situaciones específicas observadas que dan fundamento
a las calificaciones de su fichas evaluación ecológica.
• Finalmente, se recomienda utilizar la información contenida en este estudio
como punto de comparación con futuras iteraciones de fichas de evaluación
ecológica tanto de manera individual para cada AMP como desde una
perspectiva regional.
! 80!
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! 88!
XII. APÉNDICES
! 89!
Apéndice I. Fichas de Evaluación Ecológica de las 11 AMPs de Estudio
! 90!
Apéndice II. Factores valorados para las AMPs de estudio
AMP Antigüedad (años)*
Tiempo de uso (años)
Superficie marina (ha)
Intensidad de uso
Pesca de arrastre
Descargas urbanas
Descargas agrícolas PCyM** Egreso promedio
2005-2009 (MX$)Recursos
FANP
Marismas Nacionales Nayarit 2 120 92,646 RBI No Si Si No 6,488,116 No
ZM Archipiélago Espíritu Santo 3 260 48,655 RAI No No No No 3,845,526 Si
Bahía de los Ángeles, C.B. y S. 5 110 387,957 IPM No Si No No 2,495,263 Si
Islas Marietas 7 190 1,305 RAI No No No Si 611,456 No
Isla Gudalupe 7 210 452,586 RBI No No No Si ¿? No
Cabo Pulmo 10 100 71,111 RBI No Si No Si 2,412,471 No
Isla San Pedro Mártir 10 130 29,902 RAI No No No Si 896,151 Si
Bahía de Loreto 12 120 183,711 RAI No Si No Si 3,621,466 Si
Alto Golfo de California 20 105 541,636 IPA Si Si Si Si 4,920,692 Si
El Vizcaíno 24 110 317,128 IPA SI Si Si Si 7,728,775 No
Isla Isabel 32 190 0 IPA Si No No Si 1,703,395 No *A la fecha de elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica más reciente
** Publicado en el DOF a la fecha de elaboración de la Ficha de Evaluación Ecológica más reciente
RBI = Ribereña Bajo Impacto, RAI = Ribereña Alto Impacto, IPM = Industrial Pelágicos Menores, IPA = Industrial Pesca Arrastre
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Apéndice III. Hoja de calculo empleada para análisis en SAS JMP 10
AMP Componente Atributo No. Atributo Antigüedad Superficie
Marina PCyM Tiempo de Uso (años)
Intensidad Pesquera
Pesca por
Arrastre
Descargas Urbanas Directas
Descargas Agrícolas Directas
Egreso Promedio 2005-2010 (millones)
Fondos FANP Condición Tendencia
CP Agua 1 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 4 1 CP Agua 2 Nutrientes Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 5 2 CP Agua 3 Salud Humana Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No CP Habitat 4 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 3 1 CP Habitat 5 Contaminantes Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No CP Habitat 6 Extension y Distib Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 3 CP Rec Vivos 7 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 4 2 CP Rec Vivos 8 Biodiversidad Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 5 4 CP Rec Vivos 9 Esp Explotadas Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 5 3 CP Rec Vivos 10 Esp Clave Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 4 4 CP Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 2 4
CP Rec Vivos 12 Esp Exoticas Menor Menor Si Menor (<160) RBI No Si No 2.41 No 5 3
AGC Agua 1 Act. Humanas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 1 3 AGC Agua 2 Nutrientes Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 2 3 AGC Agua 3 Salud Humana Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 4 3 AGC Habitat 4 Act. Humanas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 1 3 AGC Habitat 5 Contaminantes Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 4 3 AGC Habitat 6 Extension y Distib Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 2 3 AGC Rec Vivos 7 Act. Humanas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 1 AGC Rec Vivos 8 Biodiversidad Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si AGC Rec Vivos 9 Esp Explotadas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si AGC Rec Vivos 10 Esp Clave Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si AGC Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 1 2
AGC Rec Vivos 12 Esp Exoticas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 4.92 Si 5 3
BACBS Agua 1 Act. Humanas Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 4 BACBS Agua 2 Nutrientes Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 5 3 BACBS Agua 3 Salud Humana Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 5 3
! 92!
BACBS Habitat 4 Act. Humanas Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 5 3 BACBS Habitat 5 Contaminantes Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 4 BACBS Habitat 6 Extension y Distib Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 4 BACBS Rec Vivos 7 Act. Humanas Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 2 1 BACBS Rec Vivos 8 Biodiversidad Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 4 3 BACBS Rec Vivos 9 Esp Explotadas Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 2 1 BACBS Rec Vivos 10 Esp Clave Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si BACBS Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 3
BACBS Rec Vivos 12 Esp Exoticas Menor Mayor No Menor (<160) IP No Si No 2.5 Si 5
EV Agua 1 Act. Humanas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 3 EV Agua 2 Nutrientes Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No EV Agua 3 Salud Humana Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 5 3 EV Habitat 4 Act. Humanas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 3 EV Habitat 5 Contaminantes Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 4 3 EV Habitat 6 Extension y Distib Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 EV Rec Vivos 7 Act. Humanas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 4 EV Rec Vivos 8 Biodiversidad Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 4 3 EV Rec Vivos 9 Esp Explotadas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 3 EV Rec Vivos 10 Esp Clave Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 3 EV Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 3
EV Rec Vivos 12 Esp Exoticas Mayor Mayor Si Menor (<160) IA Si Si Si 7.73 No 3 3
MNN Agua 1 Act. Humanas Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No 2 2 MNN Agua 2 Nutrientes Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No 3 2 MNN Agua 3 Salud Humana Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No MNN Habitat 4 Act. Humanas Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No 2 1 MNN Habitat 5 Contaminantes Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No MNN Habitat 6 Extension y Distib Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No 2 MNN Rec Vivos 7 Act. Humanas Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No 3 MNN Rec Vivos 8 Biodiversidad Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No MNN Rec Vivos 9 Esp Explotadas Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No 3 MNN Rec Vivos 10 Esp Clave Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No 3 3 MNN Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No
MNN Rec Vivos 12 Esp Exoticas Menor Menor No Menor (<160) RBI No Si Si 6.49 No
BL Agua 1 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si 3 BL Agua 2 Nutrientes Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si BL Agua 3 Salud Humana Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si
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BL Habitat 4 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si 3 BL Habitat 5 Contaminantes Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si BL Habitat 6 Extension y Distib Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si BL Rec Vivos 7 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si 2 BL Rec Vivos 8 Biodiversidad Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si 3 BL Rec Vivos 9 Esp Explotadas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si 3 BL Rec Vivos 10 Esp Clave Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si BL Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si 4 3
BL Rec Vivos 12 Esp Exoticas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No Si No 3.62 Si
SPM Agua 1 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 3 SPM Agua 2 Nutrientes Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 2 SPM Agua 3 Salud Humana Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 4 SPM Habitat 4 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 2 3 SPM Habitat 5 Contaminantes Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 4 SPM Habitat 6 Extension y Distib Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 2 4 SPM Rec Vivos 7 Act. Humanas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 1 3 SPM Rec Vivos 8 Biodiversidad Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 2 SPM Rec Vivos 9 Esp Explotadas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 2 4 SPM Rec Vivos 10 Esp Clave Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 3 SPM Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 3 3
SPM Rec Vivos 12 Esp Exoticas Menor Menor Si Menor (<160) RAI No No Si 0.9 Si 5 3
IM Agua 1 Act. Humanas Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 4 3 IM Agua 2 Nutrientes Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 4 3 IM Agua 3 Salud Humana Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 4 3 IM Habitat 4 Act. Humanas Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 3 IM Habitat 5 Contaminantes Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No IM Habitat 6 Extension y Distib Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 2 2 IM Rec Vivos 7 Act. Humanas Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 2 2 IM Rec Vivos 8 Biodiversidad Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 2 2 IM Rec Vivos 9 Esp Explotadas Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 2 1 IM Rec Vivos 10 Esp Clave Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 2 1 IM Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 2 2
IM Rec Vivos 12 Esp Exoticas Menor Menor Si Mayor (>160) RAI No No Si 0.61 No 5 3
II Agua 1 Act. Humanas Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 5 3 II Agua 2 Nutrientes Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 5 3 II Agua 3 Salud Humana Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 4 3
! 94!
II Habitat 4 Act. Humanas Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 2 4 II Habitat 5 Contaminantes Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No II Habitat 6 Extension y Distib Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 2 2 II Rec Vivos 7 Act. Humanas Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 2 2 II Rec Vivos 8 Biodiversidad Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 2 2 II Rec Vivos 9 Esp Explotadas Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 2 2 II Rec Vivos 10 Esp Clave Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 2 1 II Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 2 2
II Rec Vivos 12 Esp Exoticas Mayor Menor Si Mayor (>160) IA Si No Si 1.7 No 5 3
IG Agua 1 Act. Humanas Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Agua 2 Nutrientes Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Agua 3 Salud Humana Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Habitat 4 Act. Humanas Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 4 3 IG Habitat 5 Contaminantes Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Habitat 6 Extension y Distib Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 4 3 IG Rec Vivos 7 Act. Humanas Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Rec Vivos 8 Biodiversidad Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Rec Vivos 9 Esp Explotadas Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Rec Vivos 10 Esp Clave Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3 IG Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3
IG Rec Vivos 12 Esp Exoticas Mayor Mayor Si Mayor (>160) RBI No No No No 5 3
AES Agua 1 Act. Humanas Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 4 2 AES Agua 2 Nutrientes Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 4 AES Agua 3 Salud Humana Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 4 3 AES Habitat 4 Act. Humanas Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 3 2 AES Habitat 5 Contaminantes Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si AES Habitat 6 Extension y Distib Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 3 3 AES Rec Vivos 7 Act. Humanas Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 2 2 AES Rec Vivos 8 Biodiversidad Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 3 3 AES Rec Vivos 9 Esp Explotadas Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si 3 2 AES Rec Vivos 10 Esp Clave Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si AES Rec Vivos 11 Esp Amenazadas Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si
AES Rec Vivos 12 Esp Exoticas Menor Menor No Mayor (>160) RAI No No Si 3.85 Si
! 95!
Apéndice IV. Diagramas de resultados del análisis en SAS JMP 10
Área Marina Protegida (condición)
! 96!
Área Marina Protegida (tendencia)
! 97!
Atributo (condición)
! 98!
Atributo (tendencia)
! 99!
Componente
! 100!
Descargas Agrícolas – Global
!
! 101!
Descargas Agrícolas – Agua
! ! !
! 102!
Descargas Agrícolas – Hábitat
!
! 103!
Descargas Agrícolas – Recursos vivos
! !
! 104!
Intensidad Pesquera – Global (condición)
!
! 105!
Intensidad Pesquera – Global (Tendencia)
!!
! 106!
Intensidad Pesquera – Hábitat !!
! 107!
Intensidad Pesquera – Recursos Vivos
! ! !
! 108!
Superficie Marina – Global
!
! 109!
Superficie Marina – Agua
!
! 110!
Superficie Marina – Hábitat
!
! 111!
Superficie Marina – Recursos Vivos
! !
! 112!
Pesca de Arrastre - Global
! ! !
! 113!
Pesca de Arrastre - Hábitat
! !
! 114!
Pesca de Arrastre – Recursos Vivos
! !
! 115!
Antigüedad - Global
! 116!
Plan de Conservación y Manejo - Global
! 117!
Fondo de Áreas Naturales Protegidas
!!
! 118!
Tiempo de Uso
! 119!
Descargas Urbanas - Global
! !
! 120!
Descargas Urbanas – Agua
!
! 121!
Egreso Promedio 2005-2010 - Global
!!