ayotzinapa - lamariposacubana.files.wordpress.com · ayotzinapa la calle en el corazón del medio...

16
la decisión del coronel claus von stauffenberg 10 • NOVIEMBRE 2014 • • ISSN: 1999-8090 • $2.00 • 14 12 EdItORIal ESTIMADOS LECTORES: Los primeros vientos fríos de noviembre y la celebra- ción de los Juegos Centroamericanos y del Caribe nos incitan a permanecer en casa frente al televisor. Sin embargo, La CaLLe deL medIo no olvida que nuestros médicos internacionalistas arriesgan su vida y combaten en África la epidemia del ébola, por eso entrevista al doctor Jorge Pérez, director del IPK. Tampoco ignora que cuarenta y tres estudiantes fueron ‹‹desaparecidos›› en México por la corrupción policial y el narcotráfico. En este número usted podrá conocer mejor al cantante y compositor Leoni Torres y, desde las fotos de la estadouni- dense Bowman, a la Escuela Cubana de Ballet. El ingenio de Antonio Rodríguez Salvador se une a los habituales comen- tarios de Alba Rico y de Wejebe. Ojalá quede complacido. Gracias. Cm opinión fotorreportaje gente música los 43 de ayotzinapa rebekah bowman jorge pérez leoni torres los gourriel desaparecidos en méxico el ipk, un centro para la humanidad retrato de la escuela cubana de ballet nuevas producciones, nuevos caminos © internet © internet © ivan botello gonzález © rebekah bowman © ismael francisco pág. 2 pág. pág. deporte dos hermanos al team cuba 79 pág. pág. 6-7 4-5

Upload: others

Post on 01-Sep-2019

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

la decisión del coronel claus von stauffenberg

10

• NOVIEMBRE 2014 •

• ISSN: 1999-8090 • $2.00 •

14

12

Ed

ItO

RIa

l estimados lectores: Los primeros vientos fríos de noviembre y la celebra-ción de los Juegos Centroamericanos y del Caribe nos incitan a permanecer en casa frente al televisor. Sin embargo, La CaLLe deL medIo no olvida que nuestros médicos internacionalistas arriesgan su vida y combaten en África la epidemia del ébola, por eso entrevista al doctor Jorge Pérez, director del IPK. Tampoco ignora que cuarenta y tres estudiantes fueron ‹‹desaparecidos›› en México por la corrupción policial y el narcotráfico. En este número usted podrá conocer mejor al cantante y compositor Leoni Torres y, desde las fotos de la estadouni-dense Bowman, a la Escuela Cubana de Ballet. El ingenio de Antonio Rodríguez Salvador se une a los habituales comen-tarios de Alba Rico y de Wejebe. Ojalá quede complacido. Gracias. Cm

opi

nió

n foto

rrep

ort

aje

gente

sica

los 4

3 de

ayo

tzin

apa

rebe

kah

bo

wm

an

jorg

e pé

rez

leon

i to

rres

losgourriel

desaparecidosen méxico

el ipk, un centro para la humanidad

retrato de la escuela cubana de ballet

nuevas producciones,nuevos caminos©

in

tern

et

© i

nte

rnet

© i

van

bo

tell

o go

nzá

lez

© rebekah bowman© ismael francisco

pág.

2

pág.

pág.

deportedos hermanos

al team cuba

79pág.

pág.

6-7

4-5

Ayotzinapa en el corazónLa CaLLe

deL medIoNovIembre 2014

Op

INIó

N

2

Ayotzinapa para María

XImeNa aNtILLóN

Todas las noches, antes de dormir, le leo un cuento a María, mi hija de seis años. Esta noche María no me pide un cuento. Quiere que le explique qué pasó con los cuarenta y tres estudiantes nor-malistas desaparecidos. Pienso en las palabras y el tono, ¿cómo explicar este horror a una niña? Entonces empiezo co-mo si fuera un cuento, el que nunca hu-biera querido contarle.

–Los estudiantes son de una escuela que se llama Ayotzinapa, que significa lugar donde hay muchas tortugas, y que está en un estado que se llama Guerrero.

–¿Ayotzinapa está en Guerrero o Guerrero está en Ayotzinapa?, me pre-gunta María, y como siempre, me descon-cierta. Le digo que Ayotzinapa está en Guerrero… pero, tal vez, al revés también.

–¿Y tú sabes qué pasó con los estu-diantes?, insiste María. Le digo que los muchachos se perdieron y que sus papás y mamás los están buscando.

–Sí, los desaparecidos, los cuarenta –me responde como reclamando que eso ella-ya-lo-sabe y que no le estoy expli-cando bien–.

–Son cuarenta y tres, preciso. ¿Quie-res verlos? Saco de mi bolsa las fotos que mis compañeras de trabajo imprimieron para la marcha del miércoles pasado. Se las voy pasando, mientras le leo los nom-bres, y ella las acomoda cuidadosamente sobre la cama en cuatro filas. Los cuenta: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16,

17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43. Le llama la atención que uno tiene corbata y que otro se ve preocupado.

–¿Son niños?, me pregunta. –No, son más grandes que tú. Mira,

él tiene veintiún años.–Pero parece un niño.–Es verdad, le contesto, y se me aprie-

ta el estómago.–Pero cuéntame desde el principio,

me exige María.–¿Desde el principio? Bueno, pues

todos ellos tenían un sueño desde muy chiquitos. Tal vez desde que tenían tu edad. Su sueño era ser maestros, así co-mo tu maestra de primero de primaria. Los maestros son muy importantes…

–Sí –me interrumpe–, porque ense-ñan a los niños y las niñas las cosas que tienen que saber… Que la comida cha- tarra es inconveniente.

–¿Dijiste ‹‹inconveniente››?, pregunto sorprendida por semejante vocabulario. ¿Sabes qué significa?

–Mmmm… ¿que está mal?–Sí, inconveniente es algo que no te

conviene. Por eso son importantes los maestros.

–Para que enseñen a los niños lo que está bien y lo que está mal. ¡Yo quiero ser maestra de karate!

–¡Eso estaría muy bien! Entonces ellos se fueron a estudiar a esa escuela donde hay muchas tortugas, y sus papás y sus mamás les dijeron ‹‹hijo, nosotros te vamos a apoyar para que estudies y, aunque no tengamos dinero, vamos a trabajar mucho para que puedas estu-

diar››. Y entonces se fueron a vivir a Ayot- zinapa. Ahí les enseñan a ser maestros y también siembran flores.

–¿Viven en la escuela?–Sí. Se llama ‹‹internado››.–Mamá, yo no quiero ir a un interna-

do, me da miedo –me dice haciéndose una bolita en la cama–.

–No tengas miedo, amor, por eso es-tamos protestando, para que cuando crezcas seas libre para ir a donde tú quie-ras y no tengas miedo.

–¿Se los llevaron de la escuela?, ¿quié-nes se los llevaron?, ¿los policías?

–No. No se los llevaron de la escuela. Ellos fueron a otra ciudad a buscar unos autobuses para ir a una marcha, ¿te acuerdas de las marchas? Y los policías se los llevaron en sus patrullas.

–¿Se los llevaron a todos?–No. Solo se llevaron a los que cabían

en sus patrullas, por eso sus papás y sus mamás los están buscando, porque los policías no quieren decir a dónde se los llevaron.

–Mamá, ¿me regalas una foto?–Sí, amor, te las regalo todas. Aunque

no los conocemos, los queremos mucho y nos duele que no estén. Por eso mu-chas personas están protestando. ¿Quie-res una cajita especial para guardarlas?

–Sí. ¿Las puedo llevar a mi escuela? Solo las voy a sacar en el recreo.

Buscamos una cajita y acomodamos las fotos. María prepara una camita den-tro de una canasta y pone una pequeña tortuga hecha de conchas de mar. Por fin se queda dormida, con su cajita y su tortuga. Cm

NOTA EDITORIAL

el TexTo que reproducimos, toma-do de Internet, solo pretende expre-sar el estupor y la solidaridad de los cubanos para con los estudiantes desaparecidos en México. El tsuna-mi movilizativo ha desbordado los espacios físicos y humanos de aquel país y ha removido la conciencia dormida de la sociedad mexicana. Un hecho así es impensable en Ve-nezuela o en Cuba, pero si ocurriera, sería el fin inmediato de sus respec-tivas revoluciones y gobiernos. Nos duele México, tan querido, tan cer-cano. Para el lector no avisado, aquí va un resumen de los hechos. El 26 de septiembre pasado, estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, estado de Guerrero, fueron atacados por policías municipales de Iguala y Co-cula. En el hecho murieron seis per-sonas, entre ellas tres normalistas y veinticinco resultaron heridos; cua-renta y tres fueron detenidos e in-creíblemente entregados por la poli-cía a integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos, una escisión del cartel de los Beltrán Leyva. A partir de ese momento, según la versión oficial, nada se sabe de los normalis-tas. El insólito hecho parece no ser el único. Las búsquedas han condu-cido a fosas comunes llenas de cadá-veres sin identificar y han reactiva-do denuncias de otros estudiantes torturados, asesinados y desapareci-dos con anterioridad.

INCLUYE POEMAS DE...

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

3

INc

lu

yE

pO

EM

as

dE

...

Luis Rogelio Noguerasa. a. G.

nacido en la habana el 17 de noviembre de 1944 y muerto prematuramente a los cuarenta años, el 6 de julio de 1985, Luis Rogelio Nogueras (o Wichi, el Rojo, como lo llamaban sus allegados), es el autor de una de las obras más dinámicas, profundas y seductoras de la poesía cubana. Con la publicación de Cabeza de Zanahoria, el prime- ro de sus libros (premiado, junto a Casa que no exis-tía, de Lina de Feria, en la edición inaugural del Concurso «David» de Poesía, convocado por la UNEAC en 1967), se colocó de golpe a la vanguar-dia de su generación, que tuvo en El Caimán Bar-budo (publicación en la que trabajó desde su fun-dación, cuando todavía era estudiante de Letras en la Universidad de La Habana) el vehículo fun-damental para su entrada en el panorama cultu-ral cubano a mediados de los ‘60.En pocos años, a medida que fueron circulando sus libros, llegó a ser uno de los escritores más seguidos y admi-rados entre los lectores cubanos (sobre todo entre los jóvenes); incluso en círculos literarios más allá de nuestras fronteras, su obra comenzó a ser co-nocida y demandada por muchos. Además de la poesía, género que prefirió, cultivó la narrativa, el ensayo, la crítica y el periodismo. Fue asimis-mo un destacado guionista de cine, recordado en particular por la autoría del guión de El Brigadis-ta, película dirigida por Octavio Cortázar y multi-premiada dentro y fuera de la Isla. Mas una sim-ple cronología de su labor no podría abarcar el significado de su paso deslumbrante por nuestra cultura. Todo imaginación e ingenio, él mismo fue acaso la más original y encantadora de las criaturas que inventó. A la par de su prestigio como poeta y narrador, fue creciendo la leyenda del extraordinario personaje que fue, protagonis-ta de incontables anécdotas y travesuras (con múltiples vasos comunicantes con su obra) que revelan la irresistible simpatía de su personalidad y alimentan uno de los más entrañables y hermo-sos mitos de nuestra literatura. Además del poe-mario mencionado, su bibliografía la conforman (por orden de aparición), entre otros, los títulos El cuarto círculo (novela escrita en coautoría con Gui-llermo Rodríguez Rivera y premiada en el concur-so «Aniversario del MININT», 1976), Y si muero ma-ñana (novela con la que obtuvo el Premio «Cirilo Villaverde» de la UNEAC, 1977), Las quince mil vi-das del caminante (poesía, 1977), Imitación de la vi-da (Premio «Casa de las Américas», 1981), Noso-tros, los sobrevivientes (novela, 1982), El último caso del inspector (poesía, 1983) y Silvio: que levante la mano la guitarra (en coautoría con Víctor Casaus, 1984). Póstumamente han aparecido varios títu-los (dentro y fuera de Cuba) con muestras de su quehacer literario, entre ellos, los poemarios Na-da del otro mundo (1987), La forma de las cosas que vendrán (1989), Las palabras vuelven (1994) y Hay muchos modos de jugar. Antología poética (2006), la más completa colección de sus versos de las pu-blicadas hasta el presente. Sirva esta breve mues-tra de poemas para recordar y traer vivo hasta el presente al «elfo de pelo rojo de nuestras letras» (como lo definió Roberto Fernández Retamar en un espléndido poema), en el que habría de ser su setenta cumpleaños.

· defensa de la metáfora ·

El revés de la muerte (no la vida) el que clama por agua (no el sediento) el sustento vital (no el alimento) la huella del puñal (nunca la herida) Muchacha antidesnuda (no vestida) el pórtico del beso (no el aliento) el que llega después (jamás el lento) la vuelta del adiós (no la partida) La ausencia del recuerdo (no el olvido) lo que puede ocurrir (jamás la suerte) la sombra del silencio (nunca el ruido) Donde acaba el más débil (no el más fuerte) el que sueña que sueña (no el dormido) el revés de la vida (no la muerte)

· pérdida del poema de amor ·

Para Luis Marré

Ayer he escrito un poema magnífico lástima lo he perdido no sé dónde ahora no puedo recordarlo pero era estupendo decía más o menos que estaba enamorado claro lo decía de otra forma ya les digo era excelente pero ella amaba a otro y entonces venía una parte realmente bella donde hablaba de los árboles el viento y luego más adelante explicaba algo acerca de la muerte naturalmente no decía muerte decía oscura garra o algo así y luego venían unos versos extraordinarios y hacia el final contaba cómo me había ido caminando por una calle desierta convencido de que la vida comienza de nuevo en cualquier esquina por supuesto no decía esa cursilería era bueno el poema lástima de pérdida lástima de memoria.

· lección de dialéctica ·

Un hombre y una mujer dejan de pronto olvidada la cartera donde llevan los sueños, las fotos donde están juntos, las almohadas para tenderse en cualquier sitio, el dinero, las victorias, y no regresan a buscarla. Luego otro hombre y otra mujer, prácticamente desconocidos, encuentran en el asiento de una guagua, en el cine, en la noche, en los sitios más inverosímiles la cartera, y vuelven de nuevo a compartir los sueños, las fotos (que ahora han cambiado de caras), los pañuelos, las almohadas. Hasta que un día ellos también la dejan olvidada a la salida de un cine, en la orilla del mar, en un parque. Y así.

© a

rch

ivo

· el último caso del inspector ·

El lugar del crimenno es aún el lugar del crimen:es solo un cuarto en penumbras donde dos sombras desnudas se besan. El asesinono es aún el asesino:es solo un hombre cansado que va llegando a su casa un día antes de lo previsto,después de un largo viaje.

La víctimano es aún la víctima:es solo una mujer ardiendoen otros brazos.

El testigo de excepciónno es aún el testigo de excepción:es solo un inspector osadoque goza de la mujer del prójimosobre el lecho del prójimo.

El arma del crimenno es aún el arma del crimen;es solo una lámpara de bronce apagada,tranquila, inocentesobre una mesa de caoba.

· halt ·

Recorro el camino que recorrieron 4 000 000 de espectros. Bajo mis botas, en la mustia, helada tarde de otoño cruje dolorosamente la grava. Es Auschwitz, la fábrica de horror que la locura humana erigió a la gloria de la muerte. Es Auschwitz, estigma en el rostro sufrido de nuestra época. Y ante los edificios desiertos, ante las cercas electrificadas, ante los galpones que guardan toneladas de cabellera humana ante la herrumbrosa puerta del horno donde fueron incinerados padres de otros hijos, amigos de amigos desconocidos, esposas, hermanos, niños que, en el último instante, envejecieron millones de años, pienso en ustedes, judíos de Jerusalén y Jericó, pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión, que estupefactos, desnudos, ateridos cantaron la hatikvah en las cámaras de gas; pienso en ustedes y en vuestro largo y doloroso camino desde las colinas de Judea hasta los campos de concentración del III Reich. Pienso en ustedes y no acierto a comprender cómo olvidaron tan pronto el vaho del infierno

· ama al cisne salvaje ·

No intentes posar tus manos sobre su inocente cuello (hasta la más suave caricia le parecería el brutal manejo del verdugo). No intentes susurrarle tu amor o tus penas (tu voz lo asustaría como un trueno en mitad de la noche). No remuevas el agua de la laguna no respires. Para ser tuyo tendría que morir. Confórmate con su salvaje lejanía con su ajena belleza (si vuelve la cabeza escóndete en la hierba). No rompas el hechizo de esta tarde de verano. Trágate tu amor imposible. Ámalo libre. Ama el modo en que ignora que tú existes. Ama al cisne salvaje. Cm

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

4

gE

Nt

E

YuLIat daNaY aCoSta

El profEsor Pedro Kourí no hubiera ima-ginado que su empeño por crear un instituto de investigación con el peculio propio alcan-zaría tal trascendencia. En 1937 el parasíto-logo hecha andar lo que conocemos hoy como el Instituto de Medicina Tropical (IPK) con las ganancias que le daba una pequeña fá-brica de medicamentos. En aquellos tiempos no había inversión ni ayuda estatal a las ins-tituciones de investigación. Tampoco hubie-ra sospechado que tras su muerte, no es Mas-nuevo, su más cercano colaborador, quien retoma su empeño, sino su hijo convertido a priori en un eminente profesor. La Cuba que había vivido Pedro no es la que hereda su des-cendiente. La Revolución triunfante no quería saber de niños con parásitos saliéndoles por la boca. Fidel se reúne con Gustavo Kourí Flores y le propone revitalizar el instituto que fuera de su padre para proteger a la po-blación contra las enfermedades infecciosas controladas o erradicadas en Cuba, pero que con el trasiego de foráneos corrían el riesgo de reintroducirse. Gustavo convoca a un gru-po de médicos para armar un equipo de tra-bajo, la idea era formar a científicos jóvenes, y después solicitar la tecnología para poder arrancar la institución. En 1993 ya estaban inaugurando el nuevo instituto. Fidel dicta la pauta: un centro no solo para Cuba o para los cubanos, sino para la humanidad. Desde ese momento muchas han sido las misiones del IPK. Mi entrevistado, Jorge Pérez Ávila, bien lo sabe, no porque sea su director, sino porque fue uno de aquellos jóvenes que se for-maron en distintas universidades de Europa para acompañar a Gustavo en el sueño de crear. Hoy el IPK asume la formación de los médicos cubanos que combaten en África una de las epidemias más mortíferas de los tiempos modernos: el ébola.

¿Cuáles son los logros que ha obtenido este centro? Si miras todas esas medallas que aquí hay, verás una gran cantidad de prime-ros lugares en Ciencias Biomédicas. Te-

nemos reconocimientos nacionales e in-ternacionales. Tenemos logros en el campo de la cooperación internacional y también en el científico. Esta institu-ción es la que certifica las vacunas para agentes infecciosos que se desarrollan en el país. A nivel internacional hemos trabajado en el control de distintas en-fermedades como el dengue y otras, por encargo, como la úlcera buruli o la leish-maniasis, así como en la formación de personal de distintos países. En este campo de las enfermedades tanto para-sitarias como bacterianas, hemos envia-do investigadores a distintos países de Centro y Suramérica donde las epide-mias han sido controladas. Ofrecemos también cursos sobre el dengue cada dos años, que abarcan todo lo que tiene que ver con el control, la clínica y la fi-siopatogenia. Hay trabajos muy origina-les. La clasificación clínica que tiene la OMS fue hecha con la participación de especialistas del IPK, tomando en cuen-ta la experiencia de Cuba en brotes epi-démicos.

¿Y sobre el ébola, cuándo iniciaron su es-tudio?

Desde el año 1985 el que te está ha-blando fue a Inglaterra con un grupo de cubanos a aprender sobre esta enferme-dad. El primer brote de ébola aparece en el año 1977. Esta es una enfermedad que surgía en aquellos momentos de un reservorio animal, en este caso era un murciélago comedor de frutas, que es selvático, y este infecta más bien a monos, perros, cerdos. El mono y el perro hacen una amplificación y entran en contacto directo con el humano. Ahí empieza el contagio. Pero era una enfer-medad selvática localizada en comuni-dades muy pequeñas. Los medios de co-municación en aquel momento no eran los de hoy, por lo tanto, muchas veces esas poblaciones se aniquilaban. Eran cien o doscientas personas que se mo-rían todas. Hay una película norteame-

ricana que lo cuenta: llegan allí y ya to-do el mundo se murió. Desde aquellos momentos nosotros comenzamos a es-tudiar las enfermedades hemorrágicas que existen en África: el ébola, el mam-brú… Al ser localizadas en lugares muy remotos, no había expansión. Había te-mor, se sabía que existían, que se trans-mitían por contacto, que era la sangre, las lágrimas, el sudor y ahora se suma hasta el semen, que conserva la infec-ción hasta tres meses después que la persona se cura. Esto se sabe hoy, en aquel momento solo sabíamos que todo el que tuviese contacto con la persona enferma moría, y que al paciente había que aislarlo. Nosotros empezamos a ver de qué manera construíamos facili-dades en Cuba para poder estudiar y trabajar estos virus (tiene que ser a pre-sión negativa, con laboratorios BCL3, BCL4 de alta seguridad) y también, preparar una unidad clínica donde pu-dieran atenderse estos pacientes. El fe-nómeno lo teníamos identificado, lo ha-bíamos visto. Ya te dije, yo me entrené en unidades de tratamiento de aisla-miento riguroso. Visitamos Inglaterra, Italia, España, enviamos personas a que se entrenaran a Sudáfrica en estos labo-ratorios y esta virología.

¿O sea, que el personal de IPK está entre-nado para el tratamiento del ébola?

Empezamos a entrenar personas, por esa razón existe un grupo reducido entrenado y tenemos que seguir entre-nando en el manejo de bacterias y de vi-rus altamente peligrosos. Hay personas que están certificadas aquí por la OPS y la OMS para el envío de estas muestras. Y seguimos entrenando personas. ¿Qué es lo que sucede? Estas son las hemorrá-gicas africanas. Hay fiebres hemorrági-cas bolivianas, chilenas, está el guanari-to, y también el ébola, pero este tiene otra connotación, para la cual nosotros hemos ido preparando a ese personal. Junto con ese adiestramiento tiene que

existir una preparación tecnológica al-tamente costosa, que el país no ha po-dido enfrentar en su totalidad. Por lo tanto, si yo te digo que el IPK está total y completamente preparado, que todo el mundo está entrenado, no sería cier-to. Pero sí te digo que tenemos perso-nal entrenado para el manejo de casos. Ahora bien, surge esta epidemia, ¿qué características tiene que la hace dife-rente a las anteriores? Que ya no ocu-rrió en ciudades pequeñas, en lugares remotos, que se extendió hasta las grandes ciudades, pero que además, por primera vez se ha extendido de tal manera que han habido casos en Espa-ña y en los Estados Unidos. Por lo tan-to, es algo diferente para lo cual tene-mos que seguirnos preparando.

¿Qué ha hecho Cuba para prevenir la en-trada de esta enfermedad?

Inmediatamente comenzamos a bus-car información, creamos una sala con condiciones de aislamiento donde pu-diese ingresarse un caso positivo de ébo-la con las condiciones de vigilancia es-pecial para tener garantía de que la gente no se infeste. Si alguien viene de esas regiones, pues nosotros lo pone-mos en un cuarto con esas condiciones y se le toma la temperatura con rayos láser. El personal que vaya a entrar se viste con precauciones. Esta enferme-dad no se pega en el período de incuba-ción, por lo tanto, si la persona tiene sín-tomas y signos no tiene las mismas medidas de rigurosidad, pero sí de ais-lamiento y de control. Hay que usar guantes, batas, escafandras.

Nosotros, en conjunto con el Minis-terio de Salud Pública, empezamos a to-mar medidas en puertos, aeropuertos y marinas. El ministro organizó una Co-misión Nacional y un puesto de dirección que controla todas estas actividades; ad-quirimos los medios de protección y em-pezamos a crear conciencia entre nues-tros médicos y enfermeras. Se han seleccionado ambulancias para este me-nester, se habló con todos los médicos del puerto y se hizo hincapié en la im-portancia que tiene el interrogatorio pa-ra detectar si la persona estuvo en esos lugares, y si estuvo en contacto con al-gún infectado, para tratar de mantener una vigilancia especial.

Cuando Fidel inauguró el IPK dijo que este centro no iba a ser solo para Cuba, sino para el mundo. Ahora sucede esta tragedia del ébola y Cuba fue el primer país en brin-dar a sus médicos.

Cuando la noticia llega y empieza a oírse del ébola comenzamos a preparar-nos, porque, como ya te dije, estábamos semi-preparados. Comenzamos a acti-var todos los mecanismos. La doctora Chang y Ban Ki Moon llamaron a nues-tro Presidente, se tomó la decisión polí-tica de ayudar bajo la tutela de la OMS. Una delegación cubana, presidida por el ministro de Salud Pública e integrada por el doctor Jorge Delgado, vicepresi-dente de la Colaboración Médica, el doc-tor Néstor Marimón, director de Rela-ciones Internacionales, y por mí, como director del IPK, viajó a Ginebra para anunciar que Cuba estaba dispuesta a enviar sus médicos. Cuba respondía así al llamado de la OMS y al de las Nacio-nes Unidas.

Durante muchos años hemos ofre-cido ayuda, sobre todo médica. Los mé-dicos cubanos han actuado en los terremotos de Paquistán, Nicaragua y Chile. Creamos la brigada ‹‹Henry Ree-ve›› para ayudar a los Estados Unidos, vienen los desastres del huracán Mitch y se envían brigadas médicas a Centro-

Jorge Pérez:el iPK, un centro para la humanidad

© i

van

bo

tell

o go

nzá

lez

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

5

gE

Nt

E

américa, a Honduras y a Guatemala. En los años ‘70 muchos de nosotros trabaja-mos en Etiopía, en Angola, en medio de la guerra. Hay una conciencia médica humanista arraigada por la política de la Revolución, por la forma en que se edu-can los médicos cubanos, sin esa mez-quindad de ver a una persona como fuente para obtener dinero y lucrar. Mu-chas personas se apuntaron, eso sucedió en todo el país, porque la convocatoria fue así, la gente iba y decía: «oye, yo estoy dispuesto a ir». A mí me han visto por la calle y me han dicho: ponme en la lista. Como es lógico, esto tiene una juris- dicción, yo no puedo decir que Juancito Pérez es el que quiere ir. Todos ellos tienen que firmar un documento con un consentimiento informado legal-mente de que esto es algo voluntario, y si al llegar al lugar la persona dice que ya no quiere estar allí, también se vale regresar.

¿Tiene otras cláusulas este documento legal?

Tiene muchas cláusulas que po-drías ver con los abogados. Yo no me las sé todas de memoria, lo que sí me fi-jé bien claro en que es muy voluntario y que, además, tiene todas las medidas de seguridad. Los seleccionados tienen que pasar un curso, no solo de biosegu-ridad aquí, tienen que pasar el curso de la OMS. Se les entrena durante tres se-manas en los aspectos generales de la información y también en los aspectos particulares, como vestirse y desvestir-se, que es donde está el pollo de este arroz con pollo, porque si usted se protege bien y se sabe vestir, no tiene por qué infestarse. Ahora, si usted comete al-gún error, la vida le pasa la cuenta. El éxito está en esa prevención y en la pro-tección de la persona. Esto es una en-fermedad donde hay que tratar de man-tener a la persona viva, porque no tiene una cura definitiva. Se está probando el Z-Mapp, se está probando una vacu-na, se están probando infinidad de pro-ductos, pero no hay nada hasta el día de hoy que lo cure definitivamente.

Existe el mito de que el que contrae ébola nunca va a estar curado definitivamente.

Bueno, eso de que nunca va a estar curado no es cierto. En medicina tú te puedes curar solo de cualquier enfer-medad bacteriana o viral. Eso te lo de-muestran el sarampión, la tosferina, la papera… Todas esas enfermedades tie-nen cura por la manera general en que cada persona levanta sus anticuerpos. Esta infección comienza con febrículas y fiebres altas, con dolores musculares en los tres primeros días y se agrava des-pués del tercer día. Después que pasaste el sexto día, si realmente te mantienes vivo y no tienes complicaciones de gran-des hemorragias que es lo que tiende a suceder, de trastornos cerebrovascula-res, eso indica que vas a sobrevivir a la infección. Fundamental es que el enfer-mo reciba atención, hidratación, lo que no tiene ningún tratamiento específico. Ahora, si esta persona se cura sola y ella misma crea anticuerpos, no va a pade-cer más esta enfermedad.

¿Cómo se sabe cuándo una persona está totalmente curada?

Cuando no tengas ni síntomas ni sig-nos. Pero después, en el caso de los hom-bres, durante tres meses de estar libre de la infección puedes trasmitirla por el semen y te vuelves un portador asinto-mático. No sé por qué razón, pero no he visto estudios documentados en muje-res, aunque me imagino que probable-mente puedan transmitirlo también. Hasta el día de hoy, tres meses después

de que una persona pase la infección, ya se puede declarar como curado. Eso es lo que está establecido. Tú sabes que la medicina es una ciencia donde decimos como en el amor: ni siempre ni nunca, y donde dos y dos no necesariamente son cuatro. No existen enfermedades, exis-ten enfermos y tú te comportas de una manera ante una infección, y tu herma-na se comporta de otra y tu mamá se comporta de otra, y son familia, pero no necesariamente tienen que responder igual.

¿Bajo qué condiciones salen los médicos cubanos a cumplir esta misión?

Si te refieres a condiciones de protec-ción, están entrenados aquí por profeso-res nuestros y por profesores de la OMS y de Médicos sin Fronteras que vinieron a Cuba. Con estas medidas de bioseguri-dad están protegidos bajo un seguro médico que tienen a través de la OMS y tienen los beneficios de los trabajadores de la OMS en cuanto a regíme-nes de dieta, porque no es un salario lo que tie-nen, y de condiciones de vida.

¿Qué condiciones de vida tienen en África?

Se buscan las mejores condiciones. Ellos están parando en lugares que realmente tienen muy buenas condiciones. Co-mo es lógico, cuando comienzan a dar trata-miento lo más probable es que no puedan salir hasta que no termine ese ciclo. Se trabaja con un ré-gimen no mayor de seis horas y no más de una ho-ra frente al paciente, por-que la vestimenta y el ca-lor hace que la persona se agote mucho y no pueda resistir más de una hora de trabajo directo con el paciente. Los grupos de trabajo se van relevando. Digamos, son grupos constituidos por seis personas, y cada uno va a estar una hora; así sucesivamen-te se van alternando, de manera tal que el trabajo no constituya un riesgo para que se infecten, y además, de que no les vaya a pasar nada, porque los trajes te hacen sudar y cuando sudas, pierdes electrolitos, pierdes una serie de sustan-cias, te deshidratas, por lo que hay que estar tomando también mucha cantidad de líquido. Esas condiciones de vida es-tán creadas por la OMS y por Cuba, que tiene un jefe de brigada que fue para allá primero que nadie, el doctor Jorge Del-gado, que estuvo con nosotros en Gine-bra y es vicepresidente de la Unidad de Colaboración Médica del Ministerio de Salud Pública. Él se marchó a Sierra Leona una semana antes de que fueran los cubanos y ahí comenzó a hacer con-tactos en Liberia y Conackry. Para ellos se están procurando los mejores lugares, la mejor comida y la mejor atención den-tro de lo posible.

Cuando llegan allá, pasan de diez a quince días adiestrándose y aclima-tándose a las condiciones en las que van a trabajar. Primero se adaptan al clima, a la hora, a las condiciones afri-canas: mira, no te puedes vestir de esta manera, no puedes tocar esto. Insistir, porque tú sabes que dicen que el ser humano es el único animal que tropie-za con la misma piedra dos veces, y por lo tanto, es una cuestión metodológica:

vístete, así no, los zapaticos cómo tie-nes que quitártelos, y el aparato. Eso se hace en pareja de dos, uno vigila al otro: no, no puedes hacer esto, esto lo hiciste mal, para que la gente coja prác-tica y coja confianza. También hay quien dice que en la confianza está el peligro. Mira, los científicos norteame-ricanos que tenían una alta experien-cia desafortunadamente murieron. ¿Por qué? Porque algo les falló y lo que les falló estoy seguro que fue la con-fianza: ahí mismo rompieron una barrera y el ébola les pasó la cuenta. Por lo tanto, aquí el problema es que uno tiene que desconfiar constante-mente, no creer que uno es el que más sabe y que ya tiene experiencia, sino tratar de fijarse en lo que se hace para no cometer un error, porque un error aquí puede ser fatal.

¿Tienen nuestros médicos posibilidades de comunicación diaria con Cuba?

Recibieron computa-doras y teléfonos para co-municarse con sus fami-lias. Cada uno de ellos tiene un teléfono celular y tienen tablets para co-municarse por Internet vía inalámbrica. Tienen todas las condiciones que pueden tenerse en África, porque lógicamente, si aquí nosotros sufrimos el Internet, ni soñar lo que hay en África, pero sí tie-nen esa vía de comunica-ción y un teléfono para llamar a sus familias y para que sus familiares los llamen también.

Existe también un puesto de dirección aquí del cual yo formo parte y el ministro de Salud Pú-blica lo preside, y ahí se informa periódicamente. Todos los días ellos man-tienen una comunicación telefónica con el Ministe-rio de Salud Pública y to-

dos los días se informa el estado de salud de ellos, si están bien, si comieron bien.

¿Por qué tiempo salen a cumplir esta mi-sión?

Hay un contrato firmado con la OMS por seis meses. Nuestros médicos no van a trabajar seis meses directa-mente con el paciente, porque se traba-jan seis semanas, se descansa y se vuel-ve a trabajar. O sea, que hay seis semanas de trabajo, se sale a un área de no trasmisión, se descansa, hacen su vi-da normal y vuelven entonces a rein-corporarse, porque esa tensión mante-nida es dura. Además, nosotros los médicos estamos programados o edu-cados para salvar vidas. Cuando ves que a los pacientes tuyos no les salvas la vida y se mueren, puede ser un pro-blema, puede ocurrir eso que descri-ben los psicólogos como el síndrome del tosta’o, que es que te quemas, porque estás viendo muchos muertos. El médi-co llega al punto de preguntarse para qué voy a hacer esto si se me va a morir el paciente, y esa no puede ser la filoso-fía del médico nunca. El médico tam-bién sufre con estas cosas.

O sea que este descanso es también una protección psicológica.

Está claro. Es una protección psico-lógica y física. Me remito a los primeros tiempos del SIDA: las grandes escafan-dras, esto, aquello… y el médico traba-jando en la sala. Yo dirigía una sala aquí.

Tenía que cambiar a los médicos porque cuando llevaban dos días estaban casi llorando decían: no puedo seguir traba-jando aquí, yo estudié para salvar vidas. El SIDA en aquel momento era igual a muerte. Desde luego, tú tratabas de ha-blarles, de decirles, pero uno hace rela-ciones fuertes con los pacientes, a veces de años. Siete u ocho años tratando a una persona indefensa que cada día se te po-ne peor, a la que no puedes mejorar y co-noces a su familia, a su mamá, a sus hi-jos, a su pareja, ¿se te va a morir? El médico tiene corazoncito también, el mé-dico trata de desvestirse de ese proble-ma, de alejarse del paciente que él quie-re cuando se va a morir, porque esos son mecanismos que uno tiene que buscar cuando a uno le duele, y se sufre y se llo-ra… Los médicos lloran igual cuando se les muere un paciente, y uno sufre, so-bre todo cuando lleva muchos años con él. Nosotros gozábamos en los peores tiempos del SIDA cuando decíamos: lo salvé, no se me murió, hice tal cosa, so-brevivió. La alegría de nosotros era que viviera más de dos años después que le daban los primeros ataques. Nos pusi-mos muy contentos cuando surgió el tratamiento antirretroviral. Y eso es lo que está sucediendo ahora… Ahora hay un gran sentimiento y un gran miedo. Imagino que dentro de poco la ciencia avance: las vacunas, los monoclonales, los sueros…

¿En caso de infestarse alguno de nuestros médicos, podría volver a Cuba?

Lo que está contemplado por Cuba y por la OMS es que el médico que se en-ferme debe ser tratado allá. Cuando yo empecé a discutir con ellos les dije: bue-no, si un médico se enferma, Cuba no tie-ne ni medios de transporte aéreo ni los dispositivos que hay que tener para tras-ladar a un paciente, porque Cuba hace mucho por la Salud Pública, pero es un país pobre, y traer en un avión desde allá a un paciente puede costar, un solo avión, más de 400 mil o 500 mil pesos. La vida de un ser humano vale mucho más, fíja-te, pero el problema es que son aviones especiales, condiciones especiales, ca- millas especiales, todo lo que nosotros no tenemos. ¿Qué garantizamos noso-tros? Que sean tratados en el mejor de los hospitales que existan, con las condi-ciones de la OMS. La OMS tiene separa-das allí diez camas para el tratamiento, no solo de cubanos, sino de cualquier otro colaborador que debe gozar de los mejores tratamientos disponibles. Eso nosotros lo establecimos en un contrato y lo pactamos con la OMS. Además, está garantizado más que eso, si un cubano se parte un brazo o una pierna allí, hay una clínica donde van a ser atendidos por especialistas cubanos. Además, está previsto que esa persona pueda retornar a Cuba si así lo desea. Pero el que tiene ébola sí tiene que estar allí, porque noso-tros no tenemos ni el avión, ni el disposi-tivo y no queremos poner a nuestro país en riesgo, que es peor que todo lo demás. Es duro, pero debe ser así.

¿Piensa el IPK desarrollar algún proyec-to de posible vacuna?

Bueno, aquí no se puede trabajar con el virus. Eso es un virus clase cuatro, al-tamente peligroso. Por lo tanto, en estos momentos no hay condiciones para ha-cer estudios de vacunas y de investiga-ción con ese virus. Nosotros estamos analizando de qué manera se busca al-guna ayuda. La comunidad científica es-tá trabajando en eso para ver qué solu-ción se le haya a este problema, pero siempre el campo de experimentación tiene que ser allá. Cm

Cuando la noticia llega y empieza a oírse del ébola comenzamos a prepararnos(...) adquirimos los medios de protección y empezamos a crear conciencia entre nuestros médicos y enfermeras

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

6

fO

tO

RR

Ep

OR

ta

jE Rebekah Bowman: retrato de la Escuela Cubana de Ballet

LIaNet Cruz Pareta

llEgar a los cincuenta resulta una pesadilla para muchas fémi-nas, mientras que otras lo conside-ran una bendición. Rebekah Bow-man, fotógrafa estadounidense y quincuagenaria mujer, es de las que considera el arribo a esta edad como un momento para empren-der «proyectos grandes» que mar-quen la etapa dorada de su vida. Resultado de ese empeño, los cuba-nos pudimos disfrutar durante to-do el mes de octubre de la exposi-ción «Retrato de la Escuela Cubana de Ballet», imágenes al desnudo de la prestigiosa institución.

«Me encantó la historia del ballet cubano»

Me gustan los temas que versan sobre lo común, sobre aquellos asuntos que compar-timos como seres humanos, los objetos que resaltan la resi-liencia y lo bello del espíritu. He viajado a muchos países y siempre busco proyectos per-sonales que me llamen la aten-ción. En la búsqueda de uno al que pudiera entregarme por un año encontré la historia del ballet cubano y me atrajo so-bremanera. Hacía tiempo que-ría venir a Cuba y hacer algo sobre su cultura. Me interesó cómo los fundadores de la Es-cuela Cubana de Ballet, Alicia y Fernando Alonso, lograron establecer un estilo que expre-sara su sensibilidad y estética latina.

De ballet no conocía mu-cho, pero me encantó la histo-ria del ballet cubano, ver con

olvidaban de que yo estaba allí, no me miraban, casi no hablé con ellos. Llegaba, andaba, pe-día permiso para entrar a los salones y a las aulas y todos se-guían en lo que estaban ha-ciendo. Tomé un montón de fo-tos y escogí las que yo creía que mostraban ese vínculo en-tre profesor y alumno, entre la escuela y el Ballet Nacional. Son muy naturales, no me gus-ta ni soy buena para fotogra-fiar a las personas posando.

Las fotos están hechas de manera digital. Siempre trabajé con cámaras analógicas y cam-bié de tecnología dos años antes de iniciar este proyecto, por lo que aprendí mucho con él. Mi primer amor fue el cuarto oscu-ro, tengo muchos años de estar haciendo eso. Estudié fotogra-fía, pero no digital, y en este sentido se puede decir que soy autodidacta. Para mí es mágico llegar a casa, bajar las fotos y empezar a ver lo que tiré, a ve-ces de manera inconsciente; eso es lo más bello. Nunca me he preocupado por exponer, pero qué bueno que lo pude hacer aquí porque era importante mostrar la serie a la escuela que me dio acceso, a los niños y a sus padres, al pueblo cubano que, de alguna manera, se reco-noció en lo que yo había visto y sentido, antes de poder ense-ñarlo en otro país.

«la exposición superó mis expectativas» Estoy feliz, la exposición

fue bien recibida por el públi-co y superó mis expectativas. Que contáramos ahí con la presencia de Miguel Cabrera (historiador del Ballet Nacio-nal de Cuba), Ramona De Sáa (directora de la Escuela Nacio-nal) y de otros maestros, fue algo grandísimo. Asistieron también muchos bailarines y los amigos que he conocido durante los últimos tres años. Lamentablemente los niños que aparecen en las fotos no pudieron llegar a tiempo para la inauguración pues estaban ensayando en el Karl Marx a propósito del Festival Interna-cional del Ballet.

«mi primera Nikon» Hace ya más de veinte años,

cuando vivía en Oaxaca, Méxi-co, dando clases de inglés en la universidad, conocí a Tom Dun-ham, un fotógrafo experimen-tado en documentales sociales que trabajaba en National Geo-graphic. Él me enseño lo básico de la profesión. Tomamos fotos en la calle, me enseñó a revelar,

a imprimir y hasta me compró mi primera Nikon. Él sigue siendo un gran amigo y, aun-que se ha convertido en escri-tor, todavía busco su asesora-miento fotográfico.

Después de unos años re-gresé a Escocia y matriculé en la Universidad Napier de Edimburgo, en un curso de fo-tografía. Luego tuve la suerte de trabajar en África haciendo fotorreportajes anuales para organizaciones no guberna-mentales que tenían proyectos de desarrollo en varios países del continente como Ghana, Tanzania, Kenia y Mozambi-que. Fotografiar nunca ha sido lucrativo para mí –hay mu-chos, muchos fotógrafos bue-nos, ahora más que nunca, que se encuentran en las mismas que yo– pero me encanta lo que hago... Debo agradecer en-tonces a mi esposo que me ha

mis propios ojos, como ameri-cana, lo que no puedo ver des-de casa. Vine una primera vez, observé y decidí hacer algo más profundo, tomarme mi tiempo como fotógrafa y descubrir un poco más de esta institución. Escribí una propuesta que Ro-berto Chile me ayudó a presen-tar a Alicia Alonso, quien me dio el autorizo que necesitaba para entrar a la escuela. Regre-sé en otras cinco ocasiones y la escuela siempre me abrió sus puertas. He sido extremada-mente afortunada en eso.

La idea desde el principio era explorar las características de la escuela cubana y eventual-mente producir un libro de imá-genes fotográficas con valora-ciones de algunos críticos de ballet y comentarios de los fun-dadores de la academia, sus profesores e historiadores. El primer paso para concretar di-cho proyecto fue la exposición. De esta forma quiero presentar una parte del ballet cubano que creo sería de mucho interés pa-ra el público extranjero.

De Cuba es fácil encontrar artículos e historias sobre sus autos antiguos, la música, el fol-clor, pero no creo que la gente identifique fácilmente a este país con el ballet. Ahora sé que tiene toda una tradición muy interesante y un conocimiento acumulado en ese sentido que es distinto a las demás escuelas europeas (de Rusia, Italia, Fran-cia, Gran Bretaña), con un tipo de enseñanza único. Aunque los fundadores de la escuela cu-bana estaban profundamente influenciados por sus experien-cias con los profesores y coreó-grafos europeos, le dieron al ba-llet un sello personal y auténtico que aumenta su valía.

No obstante, lo más impre-sionante para mí es que aquí el ballet es un arte hecho para el pueblo, para que todos pue-dan disfrutar de él. El mundo del ballet en otros países es eli-tista. Yo tenía poca experiencia con esta modalidad porque, a pesar de mi filiación artística, me parecía inaccesible, sobre todo por lo caro que es.

«aprendí mucho con este proyecto»Mucha gente no conoce de

esa parte de la enseñanza ar-tística, del empeño con que se lleva a cabo ese proceso tan bello. Fue muy interesante es-tar ahí y ser como una mosca en la pared pudiendo entrar a los salones y fotografiar el día a día en la escuela. Los ni-ños son muy disciplinados y se

ayudado a mantener esta vida de fotógrafa.

En Kenia me llevaron una vez a un pueblo de Másais, un grupo nómada que ha ido per-diendo su forma de vivir debi-do al crecimiento de la ciudad. Quise retratar esos rostros tan pintorescos y expresivos que trasmitían su descontento, y al mismo tiempo, fui testigo de la marginación que su-frían. He ahí uno de los ejes transversales de mi obra, re-conocer la diversidad cultural y lo común, poner de relieve lo que compartimos a pesar de nuestras diferencias. Pode-mos, incluso, considerarnos una gran familia disfuncional donde el reto es saber comu-nicarnos, ser tolerantes y ayu-darnos mutuamente a partir del entendimiento y la com-presión de nuestras particu-laridades. Cm

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

7

fO

tO

RR

Ep

OR

ta

jE

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

8

hu

MO

R

a CarGo de aRES Y zaRDOYaS eN eL medIo

de La CaLLe

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

hu

MO

R

9

Núme

ro 79,

Novie

mbre 2014

eN eL medIode La CaLLe

JorGe WeJebe Cobo

el coronel alemán Claus von Stauffen- berg comenzó su último día de vida en la mañana del 20 de julio de 1944, a bordo de un avión de transporte en vuelo des-de Berlín hasta el cuartel general de Adolfo Hitler en las montañas de Prusia Oriental, acompañado de su ayudante personal y con dos bombas de alto poder en su portafolio, con las cuales pensaba acabar con la vida del dictador y cambiar la historia de Alemania y del mundo.

Tenía treinta y seis años y había na-cido en un castillo propiedad de una de las familias más encumbradas de la rea-leza prusiana, instaurada en 1270, cuan-do el primer Stauffenberg logró un títu-lo nobiliario con la fuerza de la espada, luchando por territorios y riquezas con-tra los reinados que se le enfrentaron. Su padre fue el conde Alfred Schenk von Stauffenberg y la madre, la condesa Caroline von Üxküll-Gyllenband.

Ingresó en una escuela militar para formarse como oficial y en 1937 alcanzó, a los once años de carrera, el grado de capitán del ejército alemán, algo que normalmente solo hubiera obtenido a los dieciséis años de servicio. Para lo-grar esto, influyeron sus dotes de man-do, valentía y capacidad de liderazgo an-te la tropa.

Tuvo una formación humanística influida por las ideas del poeta Stefan George (1868-1933), basadas en concep-ciones filosóficas elitistas inspiradas en el autosacrificio, el heroísmo, el com-portamiento superior del intelecto co-mo conductores del pueblo y el acata-miento del poder ejercido por un líder superior. Stefan George no simpatizó con el régimen nazi y rechazó la pro-puesta de ser ministro de cultura, y por esta razón decidió exiliarse en Suiza. A su muerte, ocurrida en Locarno, Suiza, Stauffenberg visitó esa ciudad y le rin-dió honores.

La propia contradicción de Stefan George entre sus ideas filosóficas y la aprobación del régimen nazi de Hitler, quien no encarnaba el ideal de ser supe-rior que concibió, fueron las mismas ob-jeciones compartidas por el joven oficial cuando fue testigo del genocidio cometi-do contra la población civil en la URSS y Polonia por el ejército alemán y las tro-pas élites de las SS.

El 26 de septiembre de 1933, Stauffen-berg contrajo matrimonio con la barone-sa Nina Freiin von Lerchenfeld, quien se convertiría además en su compañera de ideas, y estuvo al tanto de sus acciones conspirativas y de su decisión de inten-tar matar al führer. Antes de partir para la acción le dijo muy fríamente que tenía solo un cincuenta por ciento de éxito, pe-ro no dudó en correr el riesgo, y ella no le pidió que desistiera.

héroe de guerra La II Guerra Mundial estalló el 1ro

de septiembre de 1939 con el ataque alemán a Polonia y las victorias relám-pago alcanzadas por el ejército nazi so-bre este país, además de derrotar y ocu-par Francia, Bélgica y casi toda Europa Occidental, situación que dejó a Ingla-terra aislada y bajo constantes bombar-deos de las fuerzas aéreas germanas. El 22 de junio de 1941 se inició la inva-sión nazi a la URSS para luego exten-

gencia militar británicos, aplicados a un grupo de generales nazis detenidos en una hacienda de lujo cerca de Londres, quienes al conocer la noticia del atenta-do fallido, comentaron entre ellos que una parte de los generales alemanes sa-bían del complot y se mostraron admi-radores de Stauffenberg y sus compañe-ros sacrificados, aunque reconocieron en sus confesiones no tener valor de apoyarlos por su cuenta.

La oportunidad para ajusticiar al dictador le llegó a Stauffenberg con la ci-tación a participar ese 20 de julio de 1944 en la reunión con Hitler y su estado ma-yor. El plan era simple y casi suicida. Se presentó con una cartera repleta de ex-plosivos a la puerta del refugio del führer y se enfrentó a los controles de protec-ción sin que milagrosamente le registra-ran su portafolio, algo poco frecuente en la disciplina de los anillos de seguri-dad del mandatario.

Al parecer, la belleza del paisaje mon-tañoso y la tranquilidad con que los efec-tivos de la SS trabajaban tan lejos del frente, así como la figura imponente del alto oficial con su Cruz de Hierro en el cuello y la leyenda que le precedía por su valentía en el campo de batalla, hizo rela-jar la rutina de seguridad y el conspira-dor pudo estar sin contratiempo en la reunión, de pie alrededor de una mesa de mapas, donde Hitler ganaba sus imagi-narias batallas impartiendo órdenes a ejércitos y divisiones que hacía días es-taban diezmados o en vías de ser liquida-dos por los soviéticos o los aliados.

Antes de llegar a la sala de reunio-nes, en una barraca de madera, activó el detonador de tiempo de una de las bom-bas en un baño, la otra no la pudo mani-pular por falta de pericia con las pinzas especiales adaptadas a su única y muti-lada mano.

Después todo salió como lo había pre-visto. Stauffenberg colocó el explosivo bajo la mesa, a poco más de un metro de Hitler, y discretamente se retiró. Camino a la salida de la zona, a las 12:40 pm sintió la explosión, pensó que había cumpli- do con su misión y se dirigió de regreso al aeropuerto cercano, donde le esperaba el avión para regresar a Berlín y comple-tar la otra parte de la misión: anunciar la muerte del dictador y la ascensión al po-der de un gobierno provisional.

La casualidad salvó la vida a Hitler cuando un diligente oficial, al ver la ma-leta cerca de las piernas del dictador, la puso detrás de una de las patas de la me-sa de roble que disipó parte de la onda expansiva, por lo que solo fue herido le-vemente y pudo incorporarse con los pantalones raídos y los oídos ensordeci-dos. Cerca yacían cuatro cadáveres de oficiales esparcidos con las extremida-des desencajadas como muñecos rotos,

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

10

lE

ct

uR

as

der las operaciones a toda Europa y parte de Asia.

Esos éxitos fueron apoyados con en-tusiasmo por la aristocracia militar ale-mana que dejó de ver a Hitler como el cabo de la Primera Guerra Mundial que se ensayaba como estadista, para acep-tarlo como el líder que condujo a la na-ción a vengarse de la humillante derrota de la anterior conflagración mundial an-te Inglaterra, Francia, EE.UU., Rusia y sus aliados.

Stauffenberg, al parecer, no estuvo ajeno a ese sentimiento nacionalista y combatió al frente de unidades de infan-tería en la ocupación de parte de Che-coslovaquia en 1938, en las invasiones a Polonia, Francia, la URSS, y en la Cam-paña de África del Norte, por lo que cu-brió los principales escenarios de gue-rra, se distinguió por su valor y ganó la Cruz de Hierro, una de las máximas dis-tinciones militares del ejército alemán.

Durante su servicio en Túnez, donde se libraba una batalla contra las fuerzas inglesas, el 7 de febrero de 1943, quedó gravemente herido y perdió el ojo iz-quierdo, la mano derecha y los dedos meñique y anular de la mano izquierda.

Cuando se repuso desistió de reti-rarse como un héroe inválido y fue de-signado como jefe de Estado Mayor del ejército de reserva en Berlín, con el gra-do de Coronel, lo cual le daba acceso a las reuniones con el alto mando y al pro-pio Hitler en su cuartel general en las montañas de Prusia Oriental, al este de Alemania.

la conspiraciónEn julio de 1944 las tropas aliadas

avanzaban desde las playas de Norman-día por el sur de Francia y Bélgica con más de dos millones de hombres, y los soviéticos se encontraban a las puertas del territorio alemán y se dirigían incon-tenibles hacia Berlín. Todo era cuestión de tiempo para la derrota del nazismo.

Para la época, Stauffenberg era un participante importante de una conju-ra de altos militares quienes considera-ban que Hitler había llevado a Alema-nia al desastre. Atrás habían quedado los días de gloria durante las rápidas victorias de principios de la guerra.

Los objetivos que unían a los conspi-radores eran librarse del dictador y su camarilla, dar un golpe de estado, dete-ner a los principales jerarcas nazis y neutralizar a las tropas SS y a la Gesta-po para que esas medidas fueran efecti-vas en todos los frentes y países ocupa-dos por Alemania, principalmente en Francia e Italia, se aplicaría la Opera-ción Walkiria, diseñada por Hitler para neutralizar un intento de golpe de esta-do en el imperio alemán o una insurrec-ción de prisioneros, solo que en este ca-so se aplicaría contra el poder nazi.

Después de terminada la guerra se supo que muchos de los conspiradores también participaban en una red de es-pionaje denominada la Red Lucy, que desde Suiza era dirigida por Alfred Roessler, un judío alemán que propor-cionó información a la URSS y sus alia-dos sobre los planes estratégicos del ejército fascista.

Recientemente, investigadores in-gleses tuvieron acceso por primera vez a grabaciones obtenidas de forma se-creta por los servicios de contrainteli-

mientras los heridos gemían de dolor. Fue lo último que vio mientras la guar-dia personal los sacaba de entre los es-combros.

terror, traición, heroísmo y finPero el terror inicial de Hitler y la feli-

cidad por sobrevivir al atentado pronto se convirtió en una sed de venganza que tendría un sadismo extremo en los casti-gos aplicados a los involucrados, a un ni-vel nunca antes alcanzado en la represión interna a la oposición militar al nazismo.

Al llegar a Berlín, Stauffenberg se re-unió con el general Friedrich Fromm, co-mandante del ejército de reserva, quien era su jefe inmediato y el encargado de dar la orden para comenzar la Opera-ción Walkiria a sus tropas e iniciar las acciones decisivas.

Pero Fromm nunca había estado comprometido hasta el final con el complot y al conocer que Hitler estaba vivo, hizo lo contrario a lo que estaba previsto y detuvo a los conspiradores que antes fueron sus compañeros, al general Ludwig Beck, quien se suicidó esa misma noche, al coronel von Stauffenberg, al teniente Karl von Hae-ften, ayudante del anterior, y al general Friedrich Olbricht, y los hizo fusilar de inmediato para que no pudieran dela-tarlo. Esto ocurrió en el patio de su cuartel en Berlín, pasados unos minu-tos de las 12 am del 21 de julio de 1944.

Hitler desconfió de Fromm por la ce-leridad con que, violando una orden suya, ejecutó a los complotados, todos re-lacionados muy directamente con su je-fatura militar. Al aparecer en su caja fuerte una lista de los componentes del futuro gobierno que se formaría tras la muerte del dictador, su suerte se decidió.

El general Fromm fue condenado en marzo de 1945 a ser ahorcado con un ca-ble de acero o colgado vivo en un gan-cho de carnicería hasta morir, suplicio que recibieron más de doscientos cons-piradores, incluyendo un hermano de Stauffenbert. La mayoría de estas ejecu-ciones fueron filmadas y exhibidas en las principales unidades militares ale-manas como escarmiento. Pero el gene-ral arrepentido tuvo suerte, Hitler fue magnánimo y lo hizo fusilar.

La represión llegó hasta el mítico je-fe de la inteligencia militar alemana Wil-heim Kanaris, quien conocía también de la conspiración y, aunque no hizo nada, fue detenido y ahorcado en 1945. Tam-bién el Mariscal Edwin Rommel, héroe nacional de Alemania por sus hazañas al frente de las tropas en África del Nor-te y quien combatía a las fuerzas aliadas que desembarcaron en Normandía en 1944, se le obligó a suicidarse por saber de la conspiración.

A la esposa de Stauffenberg, en esta-do de gestación, la separaron de sus cua-tro hijos, que fueron recluidos en un or-fanato. A ella la enviaron a un campo de concentración donde estuvo hasta el fi-nal de la guerra en 1945. Al parecer, por solidaridad de otros jefes militares pu-do sobrevivir y reunirse con sus hijos. Murió en el 2006.

A los setenta años del atentado al dictador, el coronel Claus von Stauffen-berg junto a sus colegas son reverencia-dos en su patria como un grupo de ofi-ciales que encarnaron la valentía y el honor perdido por el ejército alemán convertido en instrumento ciego del genocidio de Hitler y su camarilla con-tra los judíos, eslavos y demás naciona-lidades en los países ocupados, consi-derados inferiores por los nazis. Cm

© a

res

La decisión del Coronel Claus von Stauffenberg

lE

ct

uR

as

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

11

SaNtIaGo aLba rICoespecial para La CaLLe deL medIo

el mercado tiene un rincon-cito, si no para todos los hom-bres, sí para todos los tipos hu-manos. No es escrupuloso ni puritano: puede vender –que no vendar– todas las heridas, ren-tabilizar todas las miserias, sa-carle el jugo a todas las adversi-dades del destino. Hace unos días leía en un periódico espa-ñol un titular muy enigmático: «Almirall vende su franquicia respiratoria». Enseguida mi imaginación literaria se puso a pedalear en el vacío, agarrada con horror a medias palabras, y acabó fantaseando con la idea de una mujer hermosa, criatura casi mitológica, que había ven-dido el aire de sus pulmones. Y a continuación se me ocurrie-ron titulares semejantes e igual-mente estremecedores: «Las mariposas venden sus alas» o «Las sirenas venden sus colas» o «Los dragones venden el fue-go de sus bocas».

Era todo una fantasía. Pero bastante atinada, la verdad. Amirall, como es sabido, es una empresa farmacéutica, y lo que ha hecho ha sido vender «a la compañía AstraZeneca los de-rechos de desarrollo y comer-cialización de su negocio respi-ratorio, incluyendo los derechos por ingresos procedentes de alianzas con terceros y la inves-tigación de nuevas terapias». Es decir, Amirall, que es menos una mariposa que un dragón, ha vendido, en efecto, el aire de los pulmones, pero no el de los suyos (que no tiene, pues respi-ra, como un vampiro aéreo, en los bronquios ajenos) sino el de millones y millones de perso-nas que dependen de sus medi-camentos. Lo que está mal, en todo caso, no es que Almirall haya vendido la libertad de res-pirar de los humanos sino que fuera hasta ahora dueña de ella; la expresión «negocio respira-torio» usada con toda naturali-dad en la noticia revela toda su violencia monstruosa si la asi-milamos a otras fórmulas que nos suenan todavía chirriantes: «derechos caníbales», por ejem-plo, o «compra-venta de niños». No conviene resignarse ni acos-tumbrarse a los malos tratos: ni a los físicos ni a los verbales.

El mercado tiene un rincon-cito, si no para todos los hom-bres, sí para todos los tipos hu-manos. No es escrupuloso ni puritano: puede vender –que no vendar– todas las heridas, ren-tabilizar todas las miserias, sa-carle el jugo a todas las adversi-dades del destino. Leía hace

mos la explicación a una frase tan contraria, en apariencia, al sentido común. «Con vitiligo desde niña, la modelo ha acep-tado sus imperfecciones» y «de hecho las ha convertido en ne-gocio». Es decir: la modelo ha aceptado sus imperfecciones porque las ha convertido en ne-gocio. Desigual ni elimina ni integra sus «imperfecciones»: solo como «imperfecciones» aportan un valor añadido a la empresa; solo si sigue «enfer-ma» Winnie seguirá cobrando su sueldo. Los mendigos de El Cairo –nos contaba Naguib Mahfuz– vivían de sus mutila-ciones y algunos se las practi-caban voluntariamente para excitar la compasión y ganar más dinero; y muchos «fenó-menos de feria» –enanos o mu-jeres barbudas– consiguieron sobrevivir en siglos oscuros gracias a la explotación de un empresario y a la curiosidad enfermiza de los visitantes. El resultado no es el mismo, pero la lógica sí. Y esa lógica no es la de la integración social de las víctimas del vitiligo –feas o guapas– sino la de la explota-ción mercantil de una víctima individual a cuya belleza el vi-tiligo añade una rareza que funciona a modo de provoca-ción estética y, por lo tanto, de incentivo económico.

El mercado tiene un rincon-cito, si no para todos los hom-bres, sí para todos los tipos hu-manos. No es escrupuloso ni puritano: puede vender –que no vendar– todas las heridas, ren-tabilizar todas las miserias, sacarle el jugo a todas las adver-sidades del destino. En el mis-mo periódico, el mismo día, leía otra historia conmovedora y ejemplar: Noah Galloway, un ex marine que perdió el brazo y la pierna derecha en Irak y que se apoya sobre una robótica próte-sis, se ha convertido en el hom-bre más bello del mundo, según la revista Men’s Health, y trabaja también como modelo. Alcoho-lizado y deprimido tras su mu-tilación, el amor a sus hijos y su esposa le permitió superar el trauma y volver a entrenarse para alcanzar –dice la noticia– «un cuerpo 10». En Irak, país ocupado, dio también muestras de su capacidad de superviven-cia antes del bombazo que cam-bió su vida: «Yo iba siempre con una sonrisita tonta por el cam-po de batalla», dice. Y añade: «Uno de mis compañeros me preguntó: ‘¿Cómo puedes estar así si vivimos en el infierno?’ Y le dije que estábamos haciendo lo que la mayoría de la gente no puede, que era estar dentro de una película en la que nosotros éramos las estrellas, los prota-gonistas. Eso me ayudó a seguir

adelante». La ficción y el merca-do han ayudado a Galloway a superar su drama individual, pero no a comprenderlo ni, des-de luego, a comprender el mun-do en el que vive. La «película» de Irak, de la que forma parte su mutación de marine en mo-delo, revela la dimensión subje-tiva de un universo real en el que caen bombas sobre niños que no son los hijos de Noah y mujeres que no son su esposa.

En todo caso, los ejemplos vivificantes de Winnie Harlow y Noah Galloway sirven para hacer películas y vender biki-nis, pero es poco lo que contri-buyen a aliviar a los excluidos, los enfermos y los inválidos. No es que el mercado haya integra-do a las víctimas del vitiligo y a los mutilados de guerra en la sociedad; es que ha integrado el vitiligo y la mutilación en los cá-nones de la belleza mercantil.

La «belleza» y la «moda» son también campos de batalla donde hay que disputar la he-gemonía estética y cultural al capitalismo y de nada sirve des-preciar o condenar sus pro-puestas. De lo que se trata, co-mo en el caso de la salud, es de que dejen de ser un negocio «respiratorio» en el que muy pocos se hacen ricos, solo algu-nos alcanzan la salud y la belle-za y la mayor parte tienen que vender sus pulmones o su vitili-go para poder sobrevivir. Junto a la droga, las armas, la prosti-tución, la pornografía y el alco-hol, la salud y la moda ocupan un lugar privilegiado en el ran-king de los negocios más lucra-tivos del mundo.

Las farmacéuticas, por ejem-plo, mueven unos 700 000 millo-nes de dólares al año seleccio-nando a sus enfermos e impi- diendo que sus tratamientos lleguen a todos los habitantes del planeta. La moda, por su parte, genera solo en España, benefi-cios en torno a los 35.000 millo-nes de dólares, y Amancio Ortega, dueño de Inditex y el hombre más rico del país, y uno de los más ricos del planeta, tie-ne una fortuna personal valo-rada en 38 000 millones conse-guida gracias a la explotación laboral y la esclavitud infantil en Marruecos y la India (según la denuncia del Centre for Re-search on Multinational Corpo-rations). El mercado, sí, tiene un rinconcito para todas las heridas humanas, por las que sangran millones y millones de dólares todos los días. Detengamos la hemorragia, por favor, curemos el vitiligo y protejamos la belleza de los que quieren que las mari-posas vendan sus alas. Cm

Las mariposasvenden sus alas

unos días otra noticia en apa-riencia más esperanzadora pe-ro también extraña. Winnie Harlow, una jovencita de veinte años que padece vitiligo, se ha convertido en una de las mode-los estrella de la firma de ropa Desigual. El vitiligo, como es sabido, es una enfermedad de-generativa e incurable, aunque no mortal, que mata las células responsables de la pigmenta-ción de la piel, de manera que el cuerpo aparece parcheado de manchas blancas más o me-nos grandes y más o menos re-partidas de la cabeza a los pies.

Sus víctimas han sufrido habitualmente el rechazo so-cial o, al menos, el disgusto in-dividual de los más cercanos. En el caso de Winnie, que es negra y además muy bella y se exhibe casi desnuda, el efecto es notablemente vistoso y, si provocativo, nada desagrada-ble. Sería cruel no alegrarse de que una persona aquejada de una enfermedad socialmen-te disuasoria haya encontrado una vía hacia el reconocimien-to y la autoestima, pero que esa vía sea precisamente el merca-do –y el mercado de la belleza femenina– genera efectos cuan-do menos sorprendentes: «si se encontrase una solución –dice Winnie– ya no querría curar-me». Si subordinamos los dos titulares de la noticia encontra-

© z

ard

oyas

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

12

sIc

a

© in

tern

etCarmeN Souto aNIdo

a Pesar de su juventud, el nom-bre de Leoni Torres es muy ha-bitual en distintos marcos de la música popular cubana desde hace años. Tras iniciar su carrera en solitario, decidió que su constante sería recorrer caminos que le ayudaran a cre-cer y redefinir en cada nuevo paso los espacios ganados. Así lo reflejan los nombres de sus más recientes producciones: La-tiendo, Salseando, siempre en gerundio, el que refleja la cons-tancia del hacer diario. Artista versátil, que sintetiza las expe-riencias de múltiples derrote-ros, Leoni Torres es hoy una voz reconocida entre los jóvenes creadores e intérpretes de nues-tra música, que eligió los difíci-les caminos de la música po-pular urbana para desarrollar su obra creativa y se ha sabido colocar con talento e inteligen-cia dentro de la preferencia popular. Hoy su Amor bonito suena en la radio, la televisión, los espacios de fiesta y el trans-porte público como banda so-nora obligada para amantes de la música de todas las edades. Comparto entonces algunas ideas que conversamos cuando esta canción comenzaba su ca-mino hacia la popularidad sos-tenida que goza en la actuali-dad. En nuestro diálogo quedaron expuestos aquellos elementos que definen la esen-cia de su vida creativa.

de los iniciosEmpecé a cantar en Santa

Cruz del Sur, un pueblo de Ca-magüey; primero en la escuela y luego como aficionado en bares, clubes y discotecas. En ese primer momento fueron muy importantes las presenta-ciones en las Casas de Cultura, que es por donde empiezan to-dos los músicos. Después, pa-ra probar más suerte, me fui a la ciudad buscando oportuni-dades; fue entonces que me uní a un grupo de humor que se lla-maban Los Cariduros, con quie-nes hacía parodias y cosas de ese tipo. Al desintegrarse ese grupo, casi a fines de los noven-ta, hice una prueba para empe-zar a cantar en la orquesta Ma-ravillas de Florida, donde trabajé dos años. En esa orques-ta compuse mis primeras dos canciones, una de ellas quedó grabada en disco. Ya en 2001, David Calzado me convocó pa-ra integrar la Charanga Haba-nera, orquesta a la que pertene-cí durante siete años y medio y con la que grabé cinco o seis discos. Esta experiencia me ins-piró a comunicarle a la gente mi pensamiento, la forma en que yo veía la música, mi manera de pensar. Fue por eso que decidí hacer mi proyecto propio, que ya tiene siete años de trabajo y cuatro discos.

de las escuelas previasOrquestas como la Charan-

ga… y Maravillas… son escuelas donde se aprende mucho. En

Maravillas de Florida fue don-de por primera vez hice trabajo coral, me enseñaron a hacer co-ros y voces, con ella aprendí a enfrentarme al público. Esa fue mi primera escuela.

La Charanga… ya era una or-questa muy famosa cuando yo me incorporé a su trabajo, por ella habían pasado grandes mú-sicos, grandes cantantes. En ese momento era una orquesta que tenía un rigor de trabajo muy al-to y necesitaba de cantantes que defendieran bien lo que David Calzado, su director, quería lle-varle a la gente. Allí aprendí otras cosas: tenía que bailar, in-tegrarme en esa maquinaria, en ese espectáculo que él esta-ba exhibiendo. Me ayudó a te-ner más confianza en mí mis-mo, porque no es igual cantar canciones cuando no te cono-cen mucho a hacerlo en una or-questa donde el público ya tie-ne una expectativa previa; la gente está dispuesta a ver qué tu les das y, si les gustas un po-quito, te puedes robar toda su atención. Cantar una canción que había grabado hacía muy poco tiempo y ver que la gente respondía, que la estaban co-reando, eso me aportó seguri-dad, me dio una confianza que es muy importante para un can-tante.

Pienso que de cada época, de cada etapa que uno vive, se aprenden cosas. En el mundo de la música creces en tanto

acumulas experiencias. Como en todos los oficios, uno piensa de una forma cuando es joven y después, cuando pasan los años, te dedicas a profundizar en este mundo y te das cuenta que las cosas cambian: la música, la ma-nera de pensar, de escribir, de vestirte, de comportarte, y a ve-ces hasta te arrepientes de ha-ber grabado una canción de la forma en que la grabaste, por-que responden a una época de búsquedas, de ver qué era lo que me quedaba bien. Con el tiempo me di cuenta que menos es más, mientras más sencillo más le gustaba a la gente.

los caminos del popCuando salí de la Charan-

ga… no quise competir contra una orquesta tan establecida, que la gente reconocía y con la que me relacionaban direc-tamente. Entendí que si que-ría llamar la atención tenía que hacer algo diferente, pro-vocar una ruptura con mi tra-bajo anterior. Desde siempre la música que más me gusta es el pop, el rock, la trova, la canción contemporánea; esa música que hace énfasis en las letras, en los mensajes, que destaca por la interpreta-ción. Esa es la música que más me gustaba, la que escribía y la que quería hacer. Por eso decidí que ese estilo marcaría mi primer disco, Bajo la piel (Egrem, 2007).

Ese disco fue un atrevimien-to mío, porque sin mucha expe-riencia asumí los roles de com-positor, arreglista y productor. Quizás el primer disco tuvo un corte que ahora mismo no me atrevería a repetir; fue más lati-no. El segundo, Latiendo (Egrem, 2011), fue más maduro, aunque respondió a ese camino que ini-cié. Por suerte, el trabajo de es-tos discos le gusto a jóvenes y no tan jóvenes.

el regreso a los orígenesDespués de salir de la Cha-

ranga… muchos me pregunta-ban por qué no volvía a cantar salsa. Realmente estaba espe-rando un tiempo prudencial para volver a hacer algo de ese tipo, esperando la oportuni-dad, que aparecieran los temas y la cobertura. Así nació Sal-seando (Egrem, 2012), mi tercer disco. El momento llegó tras encontrarme con Roniel Alfon-so Mella, un joven productor que conoce profundamente nuestra música. Para este nue-vo empeño decidimos seleccio-nar temas de los discos anterio-res y hacerles versiones de salsa, bien comerciales, con arreglos frescos, contemporá-neos, aunque beben mucho de la música tradicional. Es un disco de covers, con canciones conocidas. Uno de los temas que más popularidad aún tiene es Idilio, un tema que fue popu-

larizado por Willy Colón y Laí-to Sureda. La idea fue enrique-cer los temas de mi repertorio que ya eran populares con so-noridades bailables, que me re-gresaran a ese espacio de la música.

nuevas producciones, nuevos caminosEn este momento estoy

componiendo para mi próxi-mo trabajo discográfico, el cuarto de mi carrera en solita-rio. Este será un disco más ma-duro, que recoja las experien-cias de los anteriores, pero será también más versátil. Mi intención es que no haya una sonoridad parecida en todo el producto. Tendrá un poco de todo: canción romántica acom-pañada por guitarra, por pia-no o con un acompañamiento más pop; tendrá boleros, tam-bién salsa y músicas bailables. Aún no le he puesto título, ya tengo varias canciones escritas y algunas ya están grabadas. Me acompañarán varios ami-gos muy queridos, como Des-cemer Bueno, Kelvis Ochoa, Polito Ibáñez, Omi Hernán-dez, Orland Max y me gusta-ría contar también con David Torrens. Va a ser diferente por-que con él busco una identi-dad más cercana al cantautor, que registre la espontaneidad del proceso creativo: lo que se me ocurrió y quise grabar en cada momento.

de cuba para el mundoEl mundo de la música ha

cambiado mucho desde que inicié mi camino en él. Con la Charanga Habanera sobre to-do tuve la oportunidad de via-jar mucho, conocer muchos es-cenarios, muchos lugares, muchas culturas. No he tenido la suerte de recorrer tantos ca-minos con mi proyecto, con mi música, porque quizás no es la música que se comercializa de Cuba en el mundo –lo que más demanda tiene es el reguetón, la timba, la salsa, la música tra-dicional, esa la música que se comercializa fuera–.

Hoy con las nuevas tecno-logías hay muchas maneras de llegar al mundo. La radio en algunos países pone músi-ca cubana contemporánea; también funcionan las plata-formas de internet para socia-lizar y comercializar la músi-ca. Pero resulta innegable que nada sustituye la música en vi-vo. Una grabación puede estar muy manipulada, solo viendo en vivo una orquesta puedes comprobar su comunicación con la gente, el calor, el cariño del público; de lejos no funcio-na igual. Pero si hay algo que aprendí es que en todos los es-cenarios donde se presente, la música cubana que se haga bien, que tenga calidad, que mantenga el prestigio que tie-nen nuestra música y nuestras tradiciones en el mundo, esa música siempre será bien reci-bida. Cm

Los caminos de Leoni Torres

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

13

cR

óN

Ica

aNtoNIo rodríGuez SaLvador

imagine que usted va por la calle y de pronto alguien le dice: «Ayer freí unos chicarrones y ablandé unas yucas, pe-ro no llegó el frente frío que anunció el noticiero». Usted frunce el entrecejo y se le queda mirando indeciso, de nin-gún modo encuentra relación entre yu-cas, chicarrones y un frente frío que no llega; pero esa persona no ofrece otros detalles, y, ciertamente, ya usted tampoco tiene tiempo de preguntar.

Enseguida una mujer ha levantado graciosamente el pie y, sin más ni más, ha dicho: «Amo mis zapatos. ¡Qué lin-dos son!» Usted los mira con cierta perplejidad: son unas cuñas amarillas, semejantes a decenas de cuñas que ya antes ha visto; qué de especial tendrán estas, se pregunta; pero otra vez se dis-trae, ahora por culpa de un hombre que, vestido de smoking, pone cara de galán y dice: «Arletis no me quiere y no sabe lo que se está perdiendo».

Ya usted supone que algo inusual es-tá pasando, y al momento confirma sus sospechas cuando una muchacha se descoyunta sobre el capó de un carro y dice: «Qué rico es estirarse y bostezar»; y, a continuación, una señora, entradita en años, comenta que pronto se hará una cirugía plástica con Photoshop por-que no tiene dinero para más.

Son tantas las opiniones y actitudes extrañas que usted supone un atajo de bromistas, una fuga masiva del psiquiá-trico; tal vez que filman una película en la cuerda de Buñuel; pero yo lo tran-quilizo y le digo que es algo de lo más común: sencillamente usted ha entrado a los dominios de Facebook.

En Facebook –o «el Face» como mu-chos dicen– las personas cuentan al mundo lo que quizá no son capaces de comentar al vecino. No solo uno se en-tera de lo que alguien ha comido, dón-de ha paseado, la película que vio, sino también del tatuaje que tiene en la zona íntima, el catarrito que sufrió a la perra, o el placer que le produce rascar-se la espalda con el canto de la pared.

Pero muchos no se conforman con pregonar sus gustos, y tratan de impo-nerlos a sus amigos. Así, como si no hi-ciera falta consentimiento, cualquiera te suma al más estrambótico de los gru-

pos. Ya yo he tenido que borrarme de varios: Ufología Gualeguaychú, Aman-tes del sudoku, Estudiosos de Batu Jan, Sanación y adivinación de las brujitas blancas, Noticias de Kiribati...

En cambio, procuro sumarme a grupos de literatura y de ajedrez, pues estas son mis pasiones. Sin embargo, en ellos también a veces pierdo la pa-ciencia y los abandono por un tiempo. Más de una vez he visto cómo un ve-hemente aficionado explica a cierto Gran Maestro cuál es la mejor manera de vencer a Magnus Carlsen, o de en-frentar la variante Najdorf en la De-fensa Siciliana. El ajedrez es un depor-te complejo que requiere de mucho estudio y talento, pero algunas perso-nas lo ven sencillo y reducen las cau-sas de la victoria o la derrota a solo dos elementos: la valentía o la cobar-día del jugador.

Hace unos días me incluyeron en un grupo de Literatura Femenina. Me llamó la atención el tema, porque siem-pre he creído que el arte está por enci-ma de los géneros, pero allí una señora me explicó que se trataba de luchar contra procesos de cosificación y vio-lencia simbólica que convierten a la mujer en objeto socializado de placer invocador del éxito masculino (sic).

Opiné que era asunto lamentable tratar a las mujeres como si fueran co-sas; ciertamente, hay que oponerse a la violencia y otras prácticas reducto-ras de lo humano; pero luego pregun-té si acaso esa opinión, asimismo, no trataba como objetos abstractos a los hombres. Yo recordaba lo dicho por Baltasar Gracián: «Visto un león están vistos todos, pero visto un hombre so-lo está visto uno, y además mal conoci-do». Y lo mismo puede decirse de las mujeres, acoto al margen. En fin, de pronto yo también me sentía un poco culpable: no sabía que estuviese cosifi-cando a esa señora.

Me dijo que ellas buscaban empo-derar a la mujer como ente social y así librarla de ciertas reductoras etiquetas: algo que a mí me parece muy justo, in-cluso imprescindible, valga la aclara-ción; pero yo intenté argumentar que el escritor, sin distinción de sexos, tiene la libertad de escribir lo que considere

oportuno; la creación artística es un producto esencialmente individual, y el único límite es la propia creatividad. Paradójicamente, continué, el hombre es menos libre a la hora de escribir. Por ejemplo Carilda Oliver Labra ha publi-cado unos versos muy sensuales que dicen: «Me desordeno amor, me desor-deno/ cuando te toco con la punta de mis senos». Sin embargo, si yo escribie-ra algo semejante, por supuesto, bus-cando la adecuada equivalencia con mis zonas erógenas, me censurarían por grosero.

Luego argumenté que para mí Flaubert y Tolstoi eran grandes escri-tores de literatura femenina, pues tan-to Madame Bovary como Ana Karénina eran paradigmas del género; mientras que Margarite Yourcenar y Mary Shelley eran dos grandes autoras de lo masculino: bastaba leer Memorias de Adriano, y Frankestein para compro-barlo. Entonces ocurrió lo inaudito: acudiendo a una violencia más que simbólica, la señora me tildó de ma-chista y misógino. En fin, no solo me cosificó, sino que también me colgó par de etiquetas.

Facebook es también un lugar de reencuentros. Ayer me sorprendí de ver a un amigo al que por años había per-dido de vista. Estaba carialegre, forra-do de abrigos; el pie de foto decía: «Muy feliz en mi nuevo apartamento de Esto-colmo». Caramba, mira a dónde fue a parar, me dije, y de pronto me pareció ver un objeto anacrónico. Apreté la te-cla Ctrl, le di a la ruedita del ratón, y cuando se agrandó la imagen, en efec-to: debajo de la cama había un orinal. Y no era un orinal de niño, lo cual me hu-biese llevado a felicitarlo, sino… En fin, de pronto ya no me pareció tan conten-to mi amigo.

La gente dice cosas y coloca imáge-nes en Facebook como si el ridículo no quedara allí para siempre. Y, en verdad, nada muy grave pasa cuando no eres un personaje famoso. En este caso pue-des borrar la foto y contar con que na-die la descargó en su PC, o le dio «com-partir», y de este modo empieza a navegar sin rumbo ni control por los «siete mares» de Internet. Sin embargo, caso distinto es el de ciertas cantantes

mexicanas que, durante las llamadas guarimbas de Venezuela, ocurridas en febrero de 2014, a diario aparecían de rostro indignado por los supuestos ata-ques a estudiantes venezolanos.

Decenas de veces las vi vestidas de rojo, azul y amarillo, el puño en alto y un membrete con la palabra SOS Ve-nezuela. Sin embargo, ahora he vuelto a entrar en sus páginas, y veo que na-da dicen sobre la desaparición y pre-sunta matanza de cuarenta y tres estu-diantes normalistas por la policía de su propio país. Cuando esto escribo, ha pasado un mes de ese lamentable hecho y en todo México no cesan las protestas, pero ellas siguen guardan-do silencio.

¿Hipocresía? ¿Cinismo? No soy quien para juzgarlas, pero calculo que no es lo mismo aprovecharse y robar cámara a cuenta de unos muy desleales ataques mediáticos contra el país veci-no, que hacerlo en México donde ya son 22 mil los desaparecidos y 85 mil los asesinados desde que se inició la ba-talla contra las drogas.

Y hablando de temores, la semana pasada escribí en mi página de Face- book que Obama debería hacer algo por su Premio Nobel de la Paz y levan-tar el bloqueo a Cuba. Yo sé cómo pien-san muchos de mis amigos de Miami: la inmensa mayoría está en contra del bloqueo, y, no obstante, ninguno co-mentó nada al respecto ni le dio «me gusta» a lo expresado por mí.

Me extrañó un poco esa actitud: a fin de cuentas siempre recibo decenas de comentarios y otros tantos dan su «like»; pero luego, tras meditar un po-co, me dije que también los entendía. No debe ser fácil opinar sobre ese te-ma cuando se tiene de vecinos a tipos como Posada Carriles, o la señora Ros-Lehtinen… Y, ciertamente, estos perso-najes no son como los vecinos de Face-book, que cuando no te agradan los ignoras o de un teclazo los bloqueas.

O sea, quiero decir que si bien Facebook es ese lugar mágico donde las personas maximizan la esponta-neidad y sobre todo manda el libre al-bedrío, está claro que en algunos te-mas nunca se pierde total contacto con la cruda realidad. Cm

Face nuestro

Dos hermanos nuevamente en el team Cuba

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

14

dE

pO

Rt

EFernando, sin fisuras en su

juego y que, desafortunada-mente, representa el menos re-verenciado de los peloteros ex-traclases que han desfilado por nuestras series, resultó líder de los bateadores en 1978, con 394 de promedio. Específicamente en los eventos en los que coinci-dió con el «Gamo Wilfredo» se hizo sentir mediante su ofensi-va, ya que en los Panamerica-nos del ‘75 terminó con 333; en el Mundial de Italia con 432 (16 hits en 37 veces al bate); en los Centroamericanos de Medellín con 447 (21 en 47); en la Copa Intercontinental de La Habana con 345 (10 en 29), en los Pana-mericanos de Puerto Rico con 400 (12 en 30) y en el Mundial de Japón con 447 (21 en 47).

Como curiosidad señalar que Lourdes padre, horcón in-discutible de su atlética familia, debutó con el principal elenco de casa en certámenes interna-cionales a los veintidós años, en la mencionada IV Copa Inter-continental de La Habana, del ‘79, donde consiguió 10 incaptu-rables en 29 turnos para 294 de average, aunque su verdadera «explosión» como bateador de alcurnia en porfías foráneas ocurrió un año después, en el Mundial celebrado en Japón.

En esa cita comenzó a tejer su extraordinaria reputación de hombre hecho para los instan-tes definitorios cuando, en el partido frente a los estadouni-denses, largó cuadrangular en el segundo capítulo que sirvió para nivelar las acciones y más tarde, justo en el epílogo, remol-có con cohete al right field a Pe-dro José «Cheíto» Rodríguez, anclado en tercera, para dejar tendido a los de las barra y es-trellas. Parma en 1988 no hizo sino confirmar su temple para los momentos cruciales.

Yulieski, inspirado desde pe-queño en la leyenda paterna, ex-perimentó la sensación de mili-tar en el equipo insigne poco después de sobrepasar los die-ciocho años, en ocasión de la Copa Intercontinental celebra-da en nuestro país en el 2002.

Desde esa fecha, hasta su reciente actuación dentro de la Liga Profesional de Japón, lo conseguido por el avezado an-tesalista le reserva, inobjetable-mente, un escaño privilegiado entre los mejores peloteros que han desfilado, en cualquier época, por nuestras Series Na-cionales.

El menor de los Gourriel se «coló» ahora con toda justicia en la agrupación deportiva más encumbrada de la nación solo uno días después de que, el 17 de octubre, cumpliera veintiún años de edad.

No tengo dudas de que él y Yulieski, casi seguro, volverán a calzar juntos los spikes en eventos de primer orden, como el venidero Torneo Premier 12, en el 2015, y el IV Clásico Mun-dial en el 2017. Por lo pronto es-peremos que contribuyan a la esperada victoria antillana en lares aztecas. Cm

H. romo SIGLer

es cierTo que, desde hace va-rios años, prácticamente nin-gún amante del deporte en nuestro país escapa del influjo asociado a ese fenómeno uni-versal que constituye el fútbol.

Es común en cualquier pun-to de nuestra geografía –algo que debe en verdad proporcio-narnos genuina satisfacción por lo que implica en cuanto al fomento de la práctica de la ac-tividad física– presenciar entre los jóvenes acaloradas discusio-nes acerca de si Lionel Messi es superior a Cristiano Ronaldo, ahora que el argentino igualó a Raúl González con 71 dianas como los máximos artilleros en la «champions»; si bien el «Án-gel» de los merengues necesitó 142 partidos para ello y el «Duendecillo» de Rosario solo ha requerido 90 choques y que, por otra parte, CR7 le pisa los talones en las competición europea con 70.

En el ámbito de los clubes no es menos la polémica en re-lación a si el Madrid de Carletto Anchelotti aventaja al Barça de Luis Enrique, el Bayern de Mú-nich de Pep Guardiola y el Chelsea de José Mourinho, o cualquier otro detalle que invo-lucre a Zlatan Ibrahimovic, Án-gel Di María, Neymar Jr., Luis Suárez, Radamel Falcao, James Rodríguez, Arjen Robben y el resto de las estrellas que brillan en la principales lides balompédicas del planeta.

Pero también hay polémica cuando se anuncia el equipo Cuba de béisbol, los más disí-miles escenarios se transfor-man en encendidas peñas de-portivas al mejor estilo de la Plaza de Marte santiaguera o el Parque Central capitalino, don-de cada participante se erige como estratega avezado en ma-teria de bolas y strikes.

En instantes de esa natura-leza, ya sea previo a un Clásico Mundial o los Juegos Centro-americanos y del Caribe, como sucede ahora, una buena parte de los cubanos sacamos a relu-cir nuestras ensoñaciones beis-boleras cimentadas desde la ni-ñez, para opinar acerca de la conformación de la novena que nos representará en el certa-men de marras.

En diferentes etapas de es-tas cinco décadas de la pelota revolucionaria los aficionados se inquietaron por la ausencia, entre muchos, de Romelio Mar-tínez, Javier Méndez, Félix Núñez, Lázaro Junco, Julio Ger-mán Fernández, Lázaro Made-ra, Luis Miguel Rodríguez o Yo-lexis Ulacia de determinada escuadra, o abogaron fuerte-mente porque a hombres que luego brillaron allende los ma-res como Rigoberto Rosique y Antonio Muñoz se les abriera un espacio en sus comienzos en los conjuntos mayores, luego de varias temporadas con resulta-dos relevantes.

Algunos no comprendie-ron, más recientemente en

el tiempo, la no inclusión de Giorvis Duvergel y Alexander Malleta en el roster que nos re-presentó en el I Clásico, en mar-zo del 2006, ambos convirtién-dose después en puntales de la escuadra que defendió los colo-res patrios en los Centroameri-canos escenificados en el verano de ese propio año, en la cálida Cartagena de Indias.

En esta oportunidad mu-chos abogaban por la incorpo-ración del versátil espirituano-matancero Yasiel Santoya, capaz de engarzar con elegan-cia bolas endemoniadas lo mismo como defensor del pri-mer cojín que de las praderas; del torpedero vueltabajero Luis Alberto Valdés y del pro-pio Giorvis Duvergel, sin dis-cusión uno de los bateadores más completos de la última dé-cada en nuestro predios, así como del espirituano Ismel Ji-ménez y el artemiseño Misael Villa, serpentineros con exce-lente desempeño en lo que va de campeonato.

En fin, que nunca la cono-cedora afición antillana esta-rá complacida ciento por cien-to con la conformación de un elenco nacional, y en ello ra-dica precisamente una de las grandes fortalezas de nuestro principal pasatiempo, en bue-na lid porque denota el cala-do profundo de la pelota den-tro del imaginario popular del cubano.

Quiero detenerme, sin em-bargo, en un acontecimiento que apenas ha recibido distin-ción a raíz del anuncio del con-junto que intervendrá en Vera-cruz, y es el hecho de que en el mismo militan los hermanos Yulieski y Lourdes Yunieslki Gourriel Castillo.

En Cuba existe una larga tradición de familias dedicadas a la práctica del béisbol. Pienso, en ejercicio rápido de memoria, en los hermanos Nemesio y Er-nesto Guilló, a los que está vin-culada la simiente de este de-porte en nuestro archipiélago hace exactamente 150 años, lue-go de que retornaran a casa jun-to a Enrique Porto tras seis años de estudio en el Springhill College de Mobile, Alabama. Durante aquella travesía Ne-mesio se encargó de que llegara a buen recaudo el bate y la pelo-ta que depositó en su baúl, im-plementos que para la fecha, 1864, eran poco conocidos in-cluso en territorio norteameri-cano.

Pienso también en Carlos y Camilo Pascual, «Patato», con-vertido en 1950 en el jugador que marcó el medio centenar de peloteros cubanos en incur-sionar dentro de la Gran Car-pa, algo que hizo Camilo en 1954, además de descollar los dos en la Liga Cubana Profesio-nal; o en Tony y Juan Carlos Oliva, el primero de ellos cham-pion bate en la Liga Americana de la Major League Baseball en 1964 (323), escogido además en esa campaña como Novato del Año; en 1965 (321) y 1971 (337) y el segundo destacado serpentinero con los conjuntos pinareños y con el uniforme de las cuatro letras.

Otros países tienen casos sobresalientes en este sentido; quizás el más emblemático in-volucre a los hermanos Felipe, Mateo y Jesús Alou, que llena-ron de orgullo a los parciales de la República Dominicana, a partir de que todos vistieran el uniforme de los Gigantes de San Francisco. Felipe abrió la

ruta en 1958 (devino el segundo representante de Quisqueya en las Mayores luego de que Os-valdo «Ozzie» Virgil rompiera el celofán en 1956), mientras que Mateo se sumó en 1960 y Jesús en 1963.

Pese a esas raíces, un suce-so como la merecida inclusión de dos de los hijos de Lourdes y Olga Lidia en el team Cuba no deja de asombrar; al punto de que no ocurría algo similar desde que Omar y Juan Carlos Linares Izquierdo coincidieron en el conjunto que participó en la Copa Intercontinental de Barcelona en 1997.

En la Ciudad Condal su-cumbimos en la final ante Japón, lo que significó de paso la ruptura de una extraordina-ria cadena de victorias, inicia-da una década antes bajo la conducción de Jorge Fuentes. Los hijos de Fidel y Panchita habían logrado antes las me-dallas doradas en los Centro-americanos de Ponce, en 1993, y el Campeonato Mundial de 1994, que tuvo asiento en la hermana Nicaragua, evento donde también se incluyeron los lanzadores capitalinos Or-lando y Liván Hernández.

Haciendo un poco de his-toria encontramos que en los VII Juegos Panamericanos de México, en 1975, los jovella-nenses Wilfredo y Fernando Sánchez Gónzalez formaron parte de la nómina que se alzó con el título, algo que repitie-ron en el XXV Campeonato Mundial de Italia, los XIII Centroamericanos de Mede-llín, en 1978, la IV Copa Inter-continental de La Habana, los VIII Juegos Panamericanos de Puerto Rico, en 1979, y el Mun-dial de Japón en 1980.

© i

smae

l fr

anci

sco

A Veracruz con el espíritu del triunfo

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

15

dE

pO

Rt

E

aHmed Pérez moreJóN

el caribe es, al mismo tiem-po, magia y realidad; fabula-ción y ensoñaciones; puerto de embarque y arribo donde se amalgaman, desde disímiles ópticas, los componentes iden-titarios de numerosos aconte-ceres.

Apreciado en su integrali-dad, desborda la sumatoria que le aporta cada pieza del extraordinario rompecabezas del que somos parte. Nadie puede dudarlo: somos más que plena y columbia; vallenato o guaguancó; joropo y tango; merengue, ranchera y son, en-tre otras razones, porque es precisamente en nuestros pre-dios que cobran vida el ideario «real maravilloso» de Carpen-tier y el «macondismo» de Gar-cía Márquez.

Desde la perspectiva de su pasado, lo definió certeramente el destacado intelectual quis-queyano Juan Bosch, al exami-nar el triple carácter de los principales dilemas enfrenta-dos a lo largo de un sinuoso de-venir. «La historia del Caribe es la historia de las luchas de los imperios contra los pueblos de la región para arrebatarles su ricas tierras, es también la his-toria de las luchas de los impe-rios, unos contra otros, para arrebatarse porciones de lo que cada uno de ellos había con-quistado; y es por último la his-toria de los pueblos del Caribe para libertarse de sus amos im-periales».

En cuanto al enfoque de-portivo, poseemos el enorme privilegio de disponer, des- de 1926, de una cita donde se congregan los principales ex-ponentes de la cultura física del área. Aquella justa escenificada en la Ciudad de México sirvió además para dejar constituidos lo que representa la competi-ción múltiple regional más lon-geva de la historia.

Ochenta y ocho años más tarde, nuevamente una urbe az-teca, Veracruz en este caso, aco-gerá, entre el 14 y el 30 de este mes, la emblemática lid en su XXII edición. En retrospectiva anécdotas y recuerdos de cada convite, si bien todos han refle-jado la realidad tangible de nuestros pueblos en el momen-to en que acontecieron.

En los albores solo tres na-ciones, Cuba entre ellas, fun-gieron como precursoras de un movimiento que en Maracaibo 1998, y Cartagena de Indias 2006, presenció la asistencia de

atletas de treinta y dos países. Fue en México 1990 donde se quebró la barrera de los cuatro mil concursantes y otra vez en tierras del mariachi se impon-drá un récord en las próximas jornadas, puesto que se prevé intervengan más de cinco mil deportistas.

Las festividades del múscu-lo han encontrado asiento en diez países, ya que además de los productores de tequila (que también acogieron el certamen en 1954), asumieron el papel de anfitriones Cuba (1930 y 1982), El Salvador (1935 y 2002), Pana-má (1938 y 1970), Colombia (1946, 1978 y 2006), Guatemala (1950), Venezuela (1959 y 1998), Jamaica (1962), Puerto Rico (1966, 1993 y 2010) y República Dominicana (1974 y 1986).

En lo individual, el tirador colombiano Bernardo Tovar es el máximo acumulador de me-

dallas, con veintinueve distri-buidas en nueve títulos, once subcampeonatos y nueve terce-ros escaños; sin embargo, es su colega cubano Hermes Rodrí-guez, quien atesora un mayor número de pergaminos dora-dos, diecinueve, a lo que une tres medallas de plata. Entre las féminas, la nadadora bori-cua Ann Llande alcanzó foja de diecisete metales (10-3-4), al tiempo que la tenista de mesa venezolana Fabiola Ramos ex-hibe dieciséis preseas áureas, con cinco segundos lugares y cuatro bronces. La cubana Ta-nia Pérez, también en el Tiro, se agenció once coronas, con tres subliderazgos y un tercer lugar.

En lo colectivo, el dominio cubano no admite cuestiona-miento alguno, porque se erige sobre un botín que asciende a 1629 medallas de oro (el 35% de las que se han disputado), 823 de plata y 614 de bronce. Ejerce-mos tal superioridad de por vi-da en estos eventos, por encima de México, que tiene como pal-marés 1120 diademas doradas, o lo que es igual, 509 laureles menos que la Mayor de las An-tillas, con independencia de que los de la patria de Juárez han asistido a cada convocato-ria y nosotros dejamos de con-currir a tres citas; dos de ellas en el presente siglo (San Salva-dor 2002 y Mayagüez 2010).

Por cierto, únicamente azte-cas y cubanos se han repartido el sitial de honor en estas jus-tas, relegando a un segundo

plano a países de gran tradición como Venezuela Colombia y Re-pública Dominicana. En cuanto a las comitivas cubanas a estos eventos hay que reverenciar el hecho que, desde la XI convoca-toria en Ciudad de Panamá 1970, hemos triunfado en todas las lides en las que intervini-mos, incluyendo la de 1982, cuando la población de todo el país se congratuló con la cele-bración en La Habana de una fiesta de tal magnitud.

En cuanto a la inminente ci-ta, los propósitos de los 543 de-portistas procedentes de noven-ta y tres municipios de todas las provincias, y el territorio espe-cial Isla de la Juventud, son re-cuperar la primera plaza por naciones, aún a sabiendas de la férrea resistencia de los mexica-nos, de los avances experimen-tados por morochos y cafeteros y, cuestión peculiarmente ad-versa, de no intervenir en 105 de las 434 pruebas convocadas, lo que nos obliga a una gran efi-ciencia en las 329 modalidades en las que sí participaremos.

Haciendo una radiografía a los representantes del patio en-contramos que 232 son féminas y 311 hombres, el nivel de esco-laridad es de segundo año de estudios universitarios y el pro-medio de edad es de veinticua-tro años con siete meses. Impre-siona saber que 115 de nuestros deportistas está por debajo de veinte años (49 de ellos menores de edad) y 89 superan los trein-ta años, lo que evidencia la com-binación de juventud y expe-riencia. El más longevo, con cincuenta y seis años, es el lau-reado tirador Guillermo Alfre-do Torres. Únicamente otros 75 deportistas poseen experiencia en este tipo de competencias.

Los organizadores incluso han aseverado –aportándole desde ya picante adicional a las jornadas competitivas– que colmarán lo más alto del po-dio, mediante una cosecha su-perior a las 360 preseas, de ellas al menos 130 doradas. Pronósticos a un lado, no cabe dudas de que la pugna se anto-ja como la más reñida de todos los tiempos, si tomamos en cuenta la cruenta batalla, hasta las faenas finales, en Cartage-na 2006, y el hecho de que los aztecas se impusieran en la edición borinqueña de hace cuatro años, aprovechando pa-ra ello nuestra justificada au-sencia al convite atlético fun-damental de nuestro entorno geográfico.

La lid veracruzana incluye además varios aspectos inédi-tos en estas celebraciones: el principal de ellos, a todas lu-ces, es que los atletas, entrena-dores y el resto del personal acreditado no se alojará en una villa especialmente acon-dicionada para la ocasión, co-mo sucede en el resto de los eventos de esta naturaleza, si-no que descansarán en dife-rentes hoteles de la ciudad.

En cuanto a los escenarios, igualmente aparecen disemina-dos en varias locaciones como Xalapa, Córdoba, Coatzacoal-cos, Boca del Río y Tuxpan, sitio paradigmático para los cubanos a partir que desde sus aguas zarpara el yate Granma con sus ochenta y dos expedi-cionarios a bordo, a finales de noviembre de 1956. Allí diri-mirá las acciones el canotaje, en pos de los trece juegos de medallas en disputa.

En cuanto a los concursan-tes, noticias de última hora del Comité Organizador revelan que intervendrán en el festín cuarenta y tres deportistas que han alcanzado medallas olím-picas en Atenas 2004, Beijing 2008 o Londres 2012. Tan selec-ta relación la encabeza nuestro país con veinticuatro atletas, muy por encima de los siete que lo harán por Colombia o los cuatro que defenderán los colores de México.

Tenemos también el privile-gio de que nuestro abanderado sea el luchador Mijaín López, único de los participantes con dos coronas olímpicas, a las que añade sus cinco trofeos en campeonatos mundiales y a quien, por cierto, le falta el per-gamino centroamericano den-tro de su imponente colección de medallas.

Otros que contribuirán enormemente al glamour de la justa son la ciclista colombia-na Mariana Pajón, la taewan-doka mexicana María Espino-sa, el espadista venezolano Rubén Limardo y el corredor bahamés de la estafeta de 4x400, Michael Manthieu, to-dos titulares bajo los cinco aros, condición que también ostentan la artemiseños Idalis Ortiz y Jonder Martínez, el pi-nareño Roniel Iglesias, el hol-guinero Leurys Pupo, el cien-fueguero Robeisy Ramírez y los espirituanos Frederich Ce-peda y Yulieski Gourriel.

Lo verdaderamente tras-cendente, además de luchar hasta el instante final por la victoria, es asumir el espacio que propicia el desarrollo de los juegos como plataforma ex-cepcional para consolidar los valores de integración entre nuestros pueblos. Ese espíritu, y la certeza de retornar con la medalla de la dignidad, serán las divisas esenciales de la nu-trida embajada deportiva an- tillana, expresión en sí misma de los mejores valores de una juventud comprometida con su tiempo y, fundamentalmen-te, con su futuro. Cm

16

La CaLLedeL medIoNovIembre 2014

79NOVIEMBRE

2014

NúMERO directorenrique ubieta gómez

jefa de redacciónyuliat danay acosta

diseño10kzardoyas

correcciónamanda fleites

fotografías

colaboradoresa.a.g.santiago alba ricoximena antillónlianet cruz paretaijorki moralesailer pérez

ahmed pérez morejónantonio rodríguez salvadorh. romo siglercarmen souto anidomadelaine vázquez gálvezjorge wejebe cobo

direccióncalle 21 no. 406, vedado, la habana, cuba. cp 10400.

[email protected]@gmail.com

impresiónimprenta federico engels

Va

RIa

dO

s

Cd PaLabraS intérprete: HaYdée mILaNéS bis music, 2014

ProPUesTasmUsicales

a cargo de aILer Pérez, IJorkI moraLeSy CarmeN Souto

autor: mICHaeL FerNaNdo SIerra mIraNdaintérprete: eL mICHaCd multiplicadoProducción Independiente, 2014

NeW WorLd CItYautor: vaNIto broWN intérprete: vaNIto broWNCd Norte Sur este y aquelbis music, 2014

eSPaCIoS Para HaCerte FeLIzautor: JaN Cruzintérprete: JaN CruzCd mi propia paz Producción Independiente, 2013

Q No, Q Noautor: JuaN GuILLermo aLmeIdaintérprete: JGCd Que no me controlenProducción Independiente, 2014

CHIQuIta autor: raúL Paz intérprete: raúL PazCd ven venNaIve, 2014

tE

Ma

s

SoNata Para FLauta SoLa. II movImIeNto. toNadaintérprete: Niurka GonzálezDir: Lester Hamlet

VIdEO clIp

dIs

cO

EspacIO

Comer eN CaSa madeLaINe vázQuez GáLvez

se conoce que la elección del menú y la calidad de los alimentos no resultan suficientes para garantizar el éxito de una comida. Es por ello que la manera de presentar la mesa se considera deter-minante para completar felizmente el ciclo de preparación y consumo de los platos. Ya en 1700 un famoso gastróno-mo francés, Raimond de la Rejnière, es-cribió: «No basta que el invitado se sien-te a la mesa y servirle una comida abundante, sino que es necesario obser-var una gran cantidad de otras obliga-ciones, entre las que está la preparación de la mesa, que debe estar en consonan-cia con el menú y la ocasión».

Al principio no existían ni la mesa ni el mantel. Las personas compartían sus alimentos sentadas en círculos alrede-dor de estos. Luego de que la mesa se es-tableció de forma fija, comienza un largo proceso para sentar las bases de su deco-ración y el cumplimiento de normas ele-mentales del buen comer. Sin duda, todo está relacionado: la decoración de los platos, los modales, la estética de la me-sa, las formas de servicio, entre otros. Un protocolo con suficientes anteceden-tes históricos que se mantiene vigente hasta nuestros días, y se adecua a los más diversos ambientes. En tal sentido, una mesa debe estar cubierta por mante-les y/o tapetes; sus cubiertos y vasos de-ben estar colocados adecuadamente, con la presencia de las fuentes para servir y los recipientes para el servicio de los lí-quidos. Otros géneros como servilletas, centros de mesa, candelabros y «natura-lezas muertas» resultan muy atractivos y ensalzan las cualidades de una mesa. Lo cierto es que la creatividad es un com-ponente básico de estos procesos.

También son conocidas las mesas temáticas, que se componen de acuer-do a las diversas celebraciones. De esta forma, existen las mesas para fiestas, bodas, quinces, cumpleaños, fines de año, etc. En concordancia, se colocan los géneros alegóricos que reflejan la temática festiva. Por ejemplo, en las bo-das se presenta la clásica tarta, ramille-tes y copas para el brindis; todo ello acompañado de una fina mantelería y de servilletas. Una fiesta de cumplea-ños para niños se distingue por su co-mida representativa (refrescos, cake, ensaladas frías, croquetas…) y por sus adornos infantiles. Para lograr una composición óptima, se deben cumplir requisitos estéticos, tecnológicos y de servicio, cuya integración provocan un favorable efecto. A continuación se ex-ponen algunos de ellos:

No coloque adornos en la mesa •que puedan afectar la comunicación de los comensales.

Deje espacio en la mesa para las •fuentes y las salseras que se necesiten colocar.

Si los platos son muy elegantes no •es necesario un centro de mesa.

No utilice como centro de mesa •una planta. Las flores frescas no deben ser perfumadas.

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a s e i s r a c i o n e s

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a c u a t r o r a c i o n e s

berenjenapimiento

ajocebolla

aceitesal

laurelcomino

jengibrepuré de tomate

vinagresalsa soya

pan

maíz tierno

tomate de ensalada

jamónlechuga

salsa de soyaazúcar moreno

limón

salpimienta

½ unidad mediana1 unidad pequeña2 dientes1 unidad pequeña3 cucharadas1 cucharadita¼ cucharadita¼ cucharadita½ cucharadita1 cucharada 1 cucharada ½ cucharadita 6 rebanadas

2 mazorcas medianas cocinadas2 unidades medianas1 lonja gruesa2 unidades medianas1 cucharada1 cucharadita2 unidades pequeñas½ cucharadita1/8 cucharadita

eL arte de ServIr La meSa

·············

·

·

··

· ··

··

barQuItaS eSPeCIaLeS

eNSaLada de maíz CoN JamóN

· e l a b o r a c i ó n ·Cortar la berenjena en dados grandes ¶ Cor-tar fino el pimiento, el ajo y la cebolla ¶ Sal-tear la berenjena en la mitad del aceite; aña-dir la sal, el laurel, el comino y el jengibre ¶ Cocinar hasta que ablande con el calor bajo, sin sobrecocinarla ¶ Colocar en recipiente apropiado y aplastar con un tenedor; reser-var ¶ Aparte, saltear en el resto del aceite las plantas aromáticas, agregar el puré de toma-te, el vinagre y la salsa soya ¶ Dejar rehogar ¶ Adicionar el puré de berenjena y dejar se-car ¶ Rectificar el punto de sal ¶ Untar la pasta sobre las rebanadas de pan y decorar preferiblemente, con hojas de lechuga y tiras de cebollino. nota: Se puede agregar picante al gusto. La be-

renjena también se puede asar previamente y pasar por la máquina de moler.

· e l a b o r a c i ó n ·Desgranar el maíz ¶ Cortar los tomates en gajos o cuartos de luna ¶ Picar el jamón en dados medianos ¶ Trocear las lechugas con las manos ¶ En fuente, añadir la lechuga, cubrir con el maíz tierno, el jamón y el tomate ¶ Aparte, mezclar la salsa china, el azúcar y el zumo de limón; salpimentar ¶ Finalmente, cubrir con la salsa y servir inmediatamente.

Peña «a GoLPe de Sombrero» CoN karamba Y SuS INvItadoStodos los miércoles, 5:00 p.m., en el diablo tun tún (Calle 20 No. 3308 esquina 35, miramar)

ivan botello gonzálezrebekah bowmanismael franciscomadelaine vázquez gálvez

© m

. v. g

.

© m

. v. g

.

rnps: 0583

Para una cena íntima se reco-•mienda el uso de velas, ya que crean una atmósfera cálida y sugerente para la conversación y el placer de reunirse en torno a la mesa.

Busque altura en el plato cuando •quiera realzar su presencia, para obte-ner varios relieves y formas que le otor-guen movimiento.

Utilice siempre géneros comesti-•bles en la decoración de las preparacio-nes culinarias.

Para la decoración de los platos, •ponga mayor cantidad del alimento más importante, alternado con los me-nos importantes; esto posibilita su com-posición rítmica.

Evite la monotonía en la decora-•ción, procurando variedad de formas en los cortes. Deben coincidir alimen-tos suaves, crocantes y húmedos. Tam-bién los sabores deben ser diversos y compatibles entre sí.

Los manteles de encaje o de tejido •ligero se ponen en una funda cerrada antes de introducirlos en la lavadora.

Pueden hacer centros de mesa con •frutas, verduras y flores frescas, y tam-bién con bayas, especias y flores secas.

Los platos se pueden servir desde •la cocina, o desde fuentes colocadas en-cima de la mesa. Elija la mejor variante según la ocasión.

Para doblar las servilletas de ma-•nera artística se debe tener las manos impecablemente limpias.

Las copas deben estar brillantes, •por lo que se frotan con un paño de al-godón o lino. Cm

Limpie minuciosamente los bordes •de los platos.

Sirva primero a los ancianos, niños •y mujeres.

El cuchillo y la cuchara van a la de-•recha, y el tenedor a la izquierda. La parte cóncava de la cuchara se coloca hacia arriba.

Los cubiertos se utilizan de afuera •hacia adentro, de acuerdo a su coloca-ción; es decir, los últimos en ser usados serán los que estén más cerca del plato.

El filo del cuchillo siempre se diri-•ge hacia el centro del plato: desde su co-locación en la mesa, mientras se está comiendo, cuando descansa en el plato y al finalizar la comida.

Coloque cubiertos específicos para •tomar alimentos de fuentes o salseras.

Al terminar de comer, se dejan los •cubiertos uno junto al otro en forma paralela, para ofrecer un aspecto de or-den y limpieza al plato vacío, y facilitar el proceso de retiro de los insumos.

No se colocarán nunca los cubier-•tos cruzados en el plato, ni tampoco se pondrán apoyados en este en forma de «remo».

Las copas se alinean a la derecha, •primero la más pequeña (copa de vino) y luego la mayor (copa de agua).