audirac, va la buena

4
La huída de Antonio Audirac Juan Antonio Montiel 1era. Serie: la fuerza Hay cuerpos que suponemos poderosos, hay débiles manos, cabezas insignificantes: gigantes ciegos en actitud de huir los veloces movimientos articulan coyunturas imposibles, los miramos a la espalda en una fuga que se dificulta ciertas montañas obstaculizan los pasos; la línea que debiera definir se interrumpe, se quiebra, se bifurca; al final se pierde. En cada una de estas obras hay una figura que se dirige a su disolución: parece dejar caer sus líneas, límites. O también, como un algo que se desarraiga, que se abraza a la confusión de la huida. El procedimiento de Antonio Audirac es ir del saber al olvido. El saber va siempre aparejado a la culpa, así lo supo Adán: la culpa es un arraigo, una caída irrevocable, un ajuste: lo humano es esta burocracia, la obligación de permanecer en un sitio nunca estar fuera de sí. No puedo encontrar nada parecido en la Pintura: inevitablemente pienso en La Metamorfosis de Kafka. Aquí hay el mismo procedimiento: escapar de eso en lo que se ha convertido lo humano (quizá hay un humano más allá), devenir otra cosa: todos hemos deseado ser otro. Lo humano es la

Upload: caimito-de-guayabal

Post on 20-Nov-2015

3 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Sobre la obra de Antonio Audirac

TRANSCRIPT

1era

La huda de Antonio Audirac

Juan Antonio Montiel1era. Serie: la fuerza

Hay cuerpos que suponemos poderosos, hay dbiles manos, cabezas insignificantes: gigantes ciegos en actitud de huir (los veloces movimientos articulan coyunturas imposibles(, los miramos a la espalda en una fuga que se dificulta (ciertas montaas obstaculizan los pasos(; la lnea que debiera definir se interrumpe, se quiebra, se bifurca; al final se pierde. En cada una de estas obras hay una figura que se dirige a su disolucin: parece dejar caer sus lneas, lmites. O tambin, como un algo que se desarraiga, que se abraza a la confusin de la huida. El procedimiento de Antonio Audirac es ir del saber al olvido. El saber va siempre aparejado a la culpa, as lo supo Adn: la culpa es un arraigo, una cada irrevocable, un ajuste: lo humano es esta burocracia, la obligacin de permanecer en un sitio (nunca estar fuera de s(.

No puedo encontrar nada parecido en la Pintura: inevitablemente pienso en La Metamorfosis de Kafka. Aqu hay el mismo procedimiento: escapar de eso en lo que se ha convertido lo humano (quiz hay un humano ms all), devenir otra cosa: todos hemos deseado ser otro. Lo humano es la razn, la mano; por encima de todo: la vista; esto es lo que desaparece en las figuras de Audirac. Tambin se impone lo indefinido, lo que est fuera de sitio, este yo burgus que al fin se fragmenta, que no puede volver a reunirse.

El procedimiento de Audirac va de la culpa al olvido. La culpa es una tcnica, lo que hace poner todo en su sitio: el dibujo. El dibujo ha de pasar de ser un saber a ser un acto irracional (desmedido), un gesto. La huida, el olvido de la figura, se realiza en todos los planos: la forma es el contenido.

2. Serie: la muerte

En los cuadros la figura est siempre enfrentada a nosotros, aunque se nos presenta como una huella, o mejor, como el vestigio del que ha huido. La huella se guarda en materiales de velocsimo secado (el yeso, la marmolina(: el cuerpo es fugaz, apenas un gesto incorregible, es decir, definitivo. Es esta huella y no lo ausente lo que se interpreta: se le colocan mscaras (la mscara mortuoria: la estructura), se le descubren lneas de fuga (las mscaras de bocas abiertas estn en el lugar de los chacras(. Otra posibilidad de la huida es la muerte: lo humano es el vestigio. Heidegger habl de la muerte como un cumplimiento: autoriza la interpretacin de un texto (ese hombre( que est completo.

A veces me parece que la colocacin de la mscara sobre el vestigio del cuerpo es un acto misericordioso: las mscaras, como ofrendas votivas, tienen entonces expresiones de infinita piedad. Hay un dolor de ser el que somos, imaginamos un dolor en el no ser. Las mscaras no dejan de ceir lo humano (tal como el abrazo de una madre al cuerpo del hijo( en el vestigio de lo que ha huido.

3. Serie: la huida

La huida es ser otro. Observamos un devenir detenido, estos hombres que han de ser pjaros, peces, cochinos, cuya transformacin no se realiza. En algunos de estos dibujos la figura se duplica: en el nmero 10 una figura de hombre parece detener a este hombre-ave que se escapa. Es la memoria la fuente de esta duplicidad? En la memoria nos miramos otros desde nosotros mismos, el otro que somos (ser elctrico( nos habita. La memoria es tambin un arraigo (el otro que fuimos: ser magntico(, la nostalgia detuvo para siempre la huida de la mujer de Lot.

En otras figuras hay ruedas, un procedimiento tecnolgico de escape. Ser una cosa, quedarse quieto; o moverse, ser inalterablemente una cosa que se mueve, una mquina, un motor.

La huida de Antonio Audirac se parece a la del prisionero en medio de la noche, hay un ir y venir, un simulacro que forma parte de la fuga. Se ha intentado la fuerza, la disolucin de la muerte; se intenta ahora la permanencia de la fuga: huir es estar huyendo.