articulo de grado final para cd -...
TRANSCRIPT
1
ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO ANTE EL RIESGO DE RECAÍDA EN ADOLESCENTES QUE REALIZARON TRATAMIENTO DE
RECUPERACIÓN PARA EL TRASTORNO POR CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS
ÁNGELA MARÍA NIETO SALAZAR Estudiante de Psicología
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA PEREIRA- RISARALDA
2012
2
ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO ANTE EL RIESGO DE RECAÍDA EN ADOLESCENTES QUE REALIZARON TRATAMIENTO DE
RECUPERACIÓN PARA EL TRASTORNO POR CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS
ÁNGELA MARÍA NIETO SALAZAR Estudiante de psicología
ARTICULO DE INVESTIGACIÓN
JORGE HERNAN JARAMILLO Psicólogo
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA PEREIRA- RISARALDA
2012
3
TABLA DE CONTENIDO ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO ANTE EL RIESGO DE RECAÍDA EN ADOLESCENTES QUE REALIZARON TRATAMIENTO DE RECUPERACIÓN PARA EL TRASTORNO POR CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS ......................................................................................................... 4
1. INTRODUCCIÒN O PRESENTACIÒN ...................................................................................... 5
2. DESARROLLO DEL ARTÍCULO .................................................................................................. 11
METODOLOGÍA ....................................................................................................................... 20
RESULTADOS ........................................................................................................................... 21
3. CONCLUSIONES ....................................................................................................................... 25
4. REFERENCIAS ........................................................................................................................... 27
ANEXOS ....................................................................................................................................... 30
4
ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO ANTE EL RIESGO DE RECAÍDA EN ADOLESCENTES QUE REALIZARON TRATAMIENTO DE
RECUPERACIÓN PARA EL TRASTORNO POR CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS1
Resumen: Se describen las estrategias de afrontamiento que usan los adolescentes ante
el riesgo de la recaída una vez finalizaron su tratamiento de recuperación por consumo
de sustancias psicoactivas, por medio de la Escala de estrategias de Coping-modificada
(EEC-M) (Londoño et al, 2006), la cual evalúa las formas de afrontamiento que utilizan
las personas ante situaciones estresantes que se le presentan en la vida. Los resultados
hablan de tres estrategias utilizadas con mayor frecuencia ante el riesgo a recaer, éstas
son la solución de problemas, búsqueda de apoyo social y profesional.
Palabras claves: Consumo de sustancias psicoactivas, Adolescencia, Estrategias de
afrontamiento.
Abstract: It is describe the coping strategies used by adolescents to the risk of relapse
after their recovery treatment by use of psychoactive substances, through the Coping
Strategies Scale-modified (EEC-M) (Londoño et al, 2006), which assesses the coping
strategies that people use to stressful situations that are presented in life. The results
show three strategies used with more frequency before the risk to relapsing, these are
solution of problems, search of social support and professional.
Key words: Consumption of psychoactive substances, Adolescents, Coping strategies.
1Trabajo realizado para optar por el título de psicóloga de la Universidad Católica de Pereira
5
1. INTRODUCCIÒN O PRESENTACIÒN
“La transformación de un futuro de bienestar asegurado en uno de incertidumbre
subyace tras la aceptación de que vivimos en lo que algunos llaman expresivamente la
sociedad del riesgo” (Melillo, A. 2001, p. 83). Según esto, es necesario reconocer la
existencia del riesgo que constantemente corre la vida de cada sujeto, dando lugar a
situaciones que en algunos casos llegan afectar la funcionalidad del mismo dentro de su
sistema social; es decir, habitualmente los seres humanos tienen experiencias que
necesariamente incluyen factores de riesgo para su supervivencia y su bienestar,
teniendo en cuenta al ser humano como un ser social y de necesaria interacción con su
medio.
Lo anterior quiere decir que los individuos se encuentran inmersos dentro de un
contexto que protagoniza situaciones de vulnerabilidad frecuentemente. Dichas
situaciones vulnerables en ocasiones afectan al sujeto y a medida que éste se perjudica
física, emocional o mentalmente, también se afecta su medio, por ejemplo, las
relaciones familiares, las relaciones socio afectivas, las actividades laborales o
educativas, entre otras.
Ahora bien, considerando la presencia del riesgo como parte de la vida de los seres
humanos, ha sido significativo enfocar el mismo, en el problema de salud pública que
afecta a la sociedad en general. Éste es el Trastorno por consumo de sustancias
Psicoactivas, pues “Tanto Ellis (1992) como Beck (1999) sostienen que el abuso de
sustancias es el resultado de múltiples decisiones que empujan a una persona a
enfrentarse a situaciones de riesgo” (citados por Korovsky, G, p.5).
Durante largo tiempo dicha discusión, ha considerado el estudio de todos los factores
implícitos y es partiendo de éstos que se ha venido desarrollando y ejecutando los
planes de tratamiento que pretenden además de la recuperación del sujeto, la inserción
social, familiar, laboral, entre otras. Pues, a pesar de que en un principio se pensó el
tratamiento del Trastorno por consumo de sustancias psicoactivas, como un proceso
individual del sujeto, hoy en día investigaciones desde el campo de la psicología por
ejemplo, han intervenido y propuesto una visión más amplia en la que todos los actores
6
participantes de la problemática, se sienten involucrados en el proceso de recuperación
y de prevención.
Sin embargo, la mirada está puesta sobre las bases de que ése mismo sujeto corre el
riesgo de recaer cuando se producen situaciones emocionales perturbadoras. Beck (1999)
por ejemplo, citado por Korovsky, señala que hay factores internos como la ira, la
frustración, la depresión, la soledad, y estímulos externos como los conflictos, la presión
social, la marginación, que exponen al sujeto y lo predisponen ante una recaída (p. 2).
Es en este sentido que cobra interés el presente estudio, ya que se piensa en las
capacidades que tiene el propio sujeto para afrontar: “Las crisis se asocian generalmente
con el estrés emocional, en tanto suponen un cambio no planificado repentino, no deseado,
en la vida de una persona. Si bien una crisis predispone a una recaída, puede ser también
una oportunidad de aprender” (Korovsky, G; Rial, C & Olave, M. 2008, p. 2). Entonces,
se concibe al sujeto como directo responsable y capaz de hacer frente a sus crisis con los
recursos individuales, como podrían ser las estrategias de afrontamiento que ellos emplean.
Dichas estrategias son pensadas como capacidades en el sujeto para transformar sus
vivencias y el sentido simbólico de las mismas; por tanto se hace importante retomar la
drogodependencia como fenómeno que apunta a conocer las estrategias que los sujetos
emplean frente al riesgo de una recaída.
Los diferentes estudios han realizado indagaciones importantes que permiten hoy el
desarrollo del presente, y ofreciendo novedad a los estudios, se trasciende un poco más
de la recuperación, y se dirige el foco hacia los aspectos propios del sujeto para afrontar
el riesgo de la recaída. De lo anterior surge la siguiente pregunta ¿Cuáles son las
estrategias de afrontamiento que implementan los adolescentes ante riesgo de la recaída
por consumo de sustancias psicoactivas?
Y se tiene en cuenta la edad adolescente debido a que según algunos autores como
Papalia, es “una transición en el desarrollo entre la niñez y la edad adulta que implica
cambios psicosociales, cognitivos y físicos” (p. 409), por tanto, es una época de muchas
preocupaciones y presiones psicosociales, donde las conductas de riesgo son evidentes y
donde se deben tener estrategias para responder acertadamente a dichas demandas
7
sociales, por lo que aquellos sujetos que logran enfrentarse de forma asertiva obtienen
mayores y mejores resultados frente a los principios y valores sociales.
En este sentido, los adolescentes, necesariamente han construido formas de
enfrentarse a las demandas de tipo social, las cuales pueden ser de tipo cognitivo,
afectivo o comportamental, consideradas por Lazarus y Folkman como Estrategias de
Afrontamiento, es decir, que si bien son una construcción social hacen parte de la
configuración de la individualidad, lo cual permite abordar el tema del consumo desde su
propia responsabilidad.
En el caso de consumo de sustancias psicoactivas, el adolescente debe emplear
unas estrategias que le permitan enfrentar la problemática, como por ejemplo, la
búsqueda de ayuda profesional, social, familiar, entre otras. Una de las estrategias es la
búsqueda de ayuda institucional, entrando a formar parte de una comunidad terapéutica
que le permita enfrentar su problema de consumo. Es por esta razón que el objetivo del
trabajo está orientado a identificar las estrategias de afrontamiento utilizadas por el
sujeto para prevenir la recaída, una vez que ha pasado por las diferentes fases de las
intervenciones propuestas en la intervención terapéutica.
Por tanto, la utilidad del estudio cobra sentido a medida que se identifiquen
aspectos, que aporten a los nuevos planes de tratamiento o a la modificación de los ya
existentes, argumentando la necesidad de enfocar el beneficio del mismo en el sujeto y
no en el determinismo ambiental, es decir, que dicho estudio será útil si posterior a este
se emplean medios de intervención que partan de la particularidad de cada sujeto
teniendo en cuenta sus manera de afrontar las situaciones vulnerables y las situaciones
estresantes.
Pensando en la situación del riesgo a recaer, diferentes autores han hecho sus
intervenciones, por ejemplo, un estudio realizado en Perú en el año 2001, denominado:
“Calidad de vida y recaídas en adictos a sustancias psicoactivas de Lima
metropolitana”. Sus autores, Anicama, J., Mayorga, E. & Henostroza, C, pretendieron
identificar, los estilos de vida y las características de las recaídas de los consumidores
de sustancias psicoactivas.
8
La población estudiada, fueron personas entre 21 y 41 años que se encontraban
recibiendo tratamiento en algún centro terapéutico de la ciudad. Los instrumentos
utilizados fueron la escala de calidad de vida de Olson y Barnes (1982), la cual mide las
percepciones que tiene cada sujeto en la experiencia de su ciclo vital, algunas de estas
son: la vida marital y familiar, amigos, domicilio y facilidades de vivienda, educación,
empleo, religión, etc. Y el segundo instrumento utilizado fue el cuestionario de recaída
para adictos a sustancias psicoactivas elaborado por Marlatt en 1985, cuyo objetivo es
medir factores intrapersonales y factores interpersonales que son determinantes en la
recaída del sujeto.
Los datos que arrojó el estudio señalan precisamente una relación inversa entre las
dos variables, ya que la calidad de vida se deteriora o es de menor calidad cuando el
consumo de sustancias es mayor, de la misma manera se identificó que a mayor edad
menor calidad de vida, al igual que a mayor tiempo de consumo. Cabe señalar también,
que el 76, 12 % de las recaídas responden a factores intrapersonales y sólo el 23,88% a
factores interpersonales, lo que pudo aportar significativamente al presente estudio, para
justificar la razón de concebir al adolescente como principal responsable de sus
comportamientos y sus maneras de afrontar.
Ambos estudios convergen entonces, que la eficacia de los planes de tratamiento y
a su vez la eficacia del bienestar del adolescente, depende del estudio previo a la
particularidad y visión propia de la realidad, de cada individuo.
Otros autores, como Perea, J; Oña, S, & Ortiz, M, en el 2009 desarrollaron un
estudio en la Universidad de Oviedo, España, para identificar el grado de determinación
que poseen los patrones de personalidad en la deshabituación o no de las conductas de
consumo de tabaco. La investigación de nombre: “Diferencias de rasgos clínicos de
personalidad en el mantenimiento de la abstinencia y recaídas en tratamiento del
tabaquismo”, ha fijado su mirada en la variable Patrones de personalidad, indicando que
“son características arraigadas que impregnan todas las facetas de la actividad del
individuo” (Millon, 1976, 1998), por tanto, se interesaron en comparar rasgos de
personalidad en grupos que participaron de tratamientos de tabaquismo y establecer
diferencias o similitudes entre un grupo de personas que logran la abstinencia y otro que
presentan recaídas.
9
La muestra fue de 115 personas, de las cuales participaron 105 y a quienes se les
aplicó el Inventario Clínico Multiaxial de Millon (MCMI-II) Millon, 1999, el cual
evalúa 10 escalas básicas de personalidad (esquizoide, evitativa, dependiente,
histriónica, narcisista, antisocial, agresivo-sádica, compulsiva, pasivo- agresiva y
autodestructiva) y tres escalas de personalidad patológica: esquizotípica, límite y
paranoide.
Los resultados del estudio indican, que las personas que han recaído en el consumo
de cigarrillo, tienen rasgos de personalidad auto destructivos, evitativos y pasivo-
agresivos; mientras que los rasgos de personalidad dependientes permiten al sujeto
mantener la abstinencia. Los autores argumentan que diferentes rasgos de personalidad,
se convierten en trastornos que suponen un factor riesgo ante la posibilidad de recaer.
Por tanto, identificaron que la personalidad límite y esquizotípica, por sus características
de inflexibilidad para el cambio, la labilidad emocional y la tendencia a repetir
comportamientos auto derrotistas ante nuevas dificultades, suponen significativamente
cambios perjudiciales en el modelo biosocial.
Por otra parte, las personas que mantienen la abstinencia cumplen características
personales dependientes que llevan al éxito, por medio a la renuncia de sus deseos y
subordinación ante el otro que emocionalmente es importante para él.
De la misma forma que el antecedente investigativo, se pretende identificar las
características con las que algunos individuos se diferencian de otros en cuanto a los
resultados de su tratamiento. Sin embargo, el sustento de los autores es a partir de una
escala que mide personalidad; y dicen que “El modelo de Millon, desde una perspectiva
integradora, que considera el estilo de personalidad como el resultado de una historia de
interrelación entre factores contextuales y constitucionales y que defiende que son
sistemas dinámicos en un continuum entre la normalidad y la patología, puede orientar
y esclarecer qué estilos de afrontamiento pueden estar relacionados y favorecer o
dificultar el éxito en el tratamiento” (Perea, J; Oña, S, & Ortiz, M 2009, p. 6), es decir
que se tiene en cuenta la capacidad del individuo para afrontar, y a pesar de que lo
hacen desde las características de la personalidad, dan cuenta de la importancia que
tiene el afrontamiento del ser humano.
10
En Mexico, Martínez K, & Gasspar C. (2008), pretendieron describir el modelo de
recaídas de Marlatt y Gordon en cuatro adolescentes consumidores de alcohol que
iniciaron tratamiento para disminuir el consumo, respondiendo positivamente frente al
riesgo de la recaída y utilizando como principal estrategia de afrontamiento el
autocontrol, a partir del estudio denominado “Situaciones de consumo, afrontamiento y
autoeficacia en relación a las recaídas en adolescentes consumidores de alcohol”.
Como lo propone Lazarus y Folkman citados por las investigadoras: “En una
situación de riesgo las estrategias de afrontamiento juegan un papel importante ya que
son los esfuerzos cognitivos, emocionales y conductuales dirigidos a manejar las
demandas internas y ambientales que ponen a prueba o exceden los recursos de la
persona” (p. 48).
Dicho estudio se realizó con cuatro adolescentes consumidores de alcohol, y utilizó
los siguientes instrumentos de medición: una evaluación inicial para conocer la cantidad
y frecuencia del consumo de alcohol, el cuestionario de confianza situacional, el cual
mide la autoeficacia del sujeto frente al riesgo de la recaída, y el folleto de planes de
acción que permitió la programación de actividades para enfrentar el consumo.
Los resultados obtenidos indican que el número elevado de estrategias para
enfrentar situaciones no garantiza el manejo adecuado sino que la efectividad está en el
uso adecuado de la estrategia que sea pertinente para la situación de riesgo.
Por tanto, el estudio acerca de las recaídas implica generalmente la importancia del
sujeto en su individualidad, con sus recursos y maneras de afrontar. Si bien es
importante reconocer que los seres humanos en medio de sus relaciones sociales y su
qué hacer constantemente se ven expuestos a situaciones de vulnerabilidad, como ya se
mencionó anteriormente, se parte de dicha aceptación para considerar de mayor
importancia los aspectos generados después de que el mismo sujeto se expuso a una
experiencia resbaladiza que le cambió su funcionamiento vital2, y es objetivo de éste
estudio describir las maneras como los adolescentes afrontan esta realidad.
2 En el sentido de que cambian aspectos como las relaciones sociales, el cambio de contexto en caso de recibir un proceso terapéutico, problemas familiares que lo obligan a salir de su hogar, sentimientos de
11
2. DESARROLLO DEL ARTÍCULO
Según el estudio nacional del consumo de sustancias psicoactivas 2008, uno de los
grupos de edad de mayor consumo en la sociedad colombiana es la adolescencia,
mencionando que si bien son cada vez más tempranos los inicios del consumo el factor
predominante se encuentra entre los trece y los dieciséis años de edad. Y se tiene en
cuenta dicha edad ya que el impacto que está teniendo para la población es acelerado
ante el incremento de las conductas de riesgo, lo que ha generado incluso que las
normas sean mucho más estrictas y por ende las investigaciones mucho más amplias.
Ahora bien, para comprender más a fondo el tema de situaciones vulnerables
enmarcado, en este caso, en el consumo de SPA, es importante tener en cuenta lo que
afirma Caballo ¨… la posibilidad de crisis debidas a acontecimientos de la vida es algo
inherente a la existencia humana ¨ (p.335), es decir las diversas situaciones que viven
los seres humanos generan según su grado de dificultad unas crisis que son inevitables y
estarán siempre presentes, ya sea por la pérdida de alguien o de algo, ya sea por una
separación, o por una enfermedad, o por problemas económicos, o como en éste caso
por consumo de sustancias psicoactivas y especialmente por sus implicaciones.
Entonces, el dónde, el cuándo y la manera en la que se producen los problemas
determinarán el impacto que tengan sobre las personas y por esto se hace importante
conocer las formas de reacción de éstas, para identificar posteriormente medidas de
intervención y prevención para el mismo problema de salud pública.
Resulta oportuno hablar de crisis en la medida en que el sujeto experimenta
vivencias e implicaciones en su comportamiento que genera necesariamente reacciones,
y es en este sentido que es posible pensar en las estrategias de afrontamiento para
reconocer que no todas las personas tienen consecuencias negativas ante los eventos
estresantes; por ejemplo, según estudios realizados no todos los sujetos en condición de
drogodependencia que reciben tratamiento terapéutico logran finalizar el proceso, ni
todos logran evitar su recaída y continuar con su proyecto de vida. ¿En qué consiste
entonces, que el tratamiento sea eficaz y que algunos sujetos no vuelvan a consumir?
impotencia y frustración, o consecuencias más patológicas como comorbilidad de trastornos relacionados al consumo de SPA, riesgo de suicidio, entre otros.
12
Se debe comprender que no es la situación; sino la percepción que se tiene de la
misma lo que hace que se reaccione de una manera u otra. Como mencionan Lazarus y
Folkman (1980): ¨…un evento en sí mismo no determina su calidad de estresor, sino
que depende de la manera en la que es interpretado o evaluado por las personas” (p.
347). Así en un primer momento se hace importante la situación por su carácter de
nociva, negativa, maligna, entre otras, y el segundo apunta al qué se debe hacer según lo
que se comprende de la situación. Y es en el segundo momento en el que se hace
posible hablar de las Estrategias de Afrontamiento, como manera de reacción a
vivencias que desencadenan crisis.
En este sentido, existen diferentes factores de riesgo para el mantenimiento del
cambio logrado a través del proceso terapéutico realizado, y se debe tener en cuenta
que: ¨…la vulnerabilidad a estas influencias ambientales esta mediada por factores
psicológicos como la autoeficacia, la autoestima, el sentido de control personal, el ajuste
psicológico, y la percepción de oportunidades en la vida¨ (Botvin, G. p. 6), lo que lleva
a pensar en la importancia del uso de estrategias para afrontar el riesgo a recaer.
Por lo anterior es menester resaltar los aportes que ha hecho el Modelo transteórico
en las comunidades terapéuticas, ya que proporciona una mirada amplia en el concepto
de recaída, permitiendo comprenderla como parte del proceso. Así, se debe resaltar
también, que el mantenimiento del cambio logrado a través del tratamiento terapéutico
debe permitir un seguimiento igual de importante al que se realiza dentro de la
institución.
El modelo Transteórico, fue formulado por Prochaska y Di Clemente en 1984,
posterior a diversos análisis sobre adicciones, de ahí que su estudio parta de diferentes
enfoques y disciplinas. Este se clasifica en cinco estadios denominados:
Precontemplación, Contemplación, Preparación, Acción y Mantenimiento.
Dicho modelo, se aleja de la concepción tradicional del proceso de recuperación
dicotómico, pues anteriormente se pensaba el proceso en dos pasos: del consumo a la
abstinencia y entendían la recaída como un fracaso en el proceso. Por el contrario la
nueva propuesta habla acerca de un proceso en espiral y no lineal, que corresponde a
13
pasar por diferentes estadios, teniendo en cuenta la recaída como parte del proceso y
como aprendizaje del mismo. Así las personas que recaen posiblemente, retoman el
proceso e inician en una etapa distinta, a partir de los aprendizajes que les deja la misma
recaída.
Los componentes psicológicos de los que se habla inicialmente, coinciden con la
visión tridimensional que proponen Prochaska y Di Clemente en el modelo, esto se
refiere a los estadios ya nombrados y que han sido pensados y dirigidos a la motivación y
disposición para modificar la conducta adictiva, los procesos de cambio que modifican el
afecto, la conducta, las cogniciones y las relaciones interpersonales, y los niveles de
cambio basados en los problemas psicológicos de la persona, cobrando su importancia en
los procesos de intervención terapéutica.
Ahora, es necesario considerar que debido a su trayectoria en forma de espiral, la
duración del proceso varía dependiendo de cada persona; sin embargo, datos elaborados
por los mismos autores, dicen que generalmente se tardan entre dos o tres años para
llegar al estadio de mantenimiento.
Otro aspecto importante son los criterios que se tienen en cuenta en el proceso y que
hacen parte de los propios recursos del sujeto: El primero se refiere a la disposición que
se tiene para el cambio, el segundo apunta al grado de conciencia del problema y la
percepción que tiene respecto a su comportamiento, el tercer criterio habla acerca del
balance decisional sobre la evaluación de los pro y los contra del proceso, el cuarto tiene
que ver con la motivación al cambio contando con la disposición de recibir o pedir
ayuda, y finalmente el criterio de autoevaluación de la eficacia habla acerca de la
capacidad de controlar y modificar su conducta.
El modelo cobra su importancia, en la medida en que los procesos terapéuticos se
basan del mismo para llevar a cabo sus planes de intervención. De ahí que se retome en
el presente estudio y se considere fundamental para el análisis en cuanto a la relación de
las capacidades del adolescente para poder afrontar los riesgos de la recaída.
14
Con las consideraciones anteriores, se entiende la recaída como un proceso o una
cadena sucesiva de conductas, emociones y cogniciones que suceden antes de que se
vuelva a consumir la sustancia adictiva.
Marlatt, explica el fenómeno de la recaída desde un enfoque cognitivo-conductual,
subrayando la existencia de factores tanto personales como situacionales, que generan
en la persona una pérdida de control ante una situación de riesgo y clasifica dichas
situaciones en estados emocionales negativos, conflictos interpersonales y presión
social. (Blasco, J y colaboradores, 2008, p. 368).
Por ello, la explicación de la recaída está basada en la dificultad para hacer frente a
la situación y la incapacidad de negarse a repetir las experiencias anteriores del
consumo: “Esto se ha atribuido a la posibilidad de que el sujeto no haya adquirido
nunca las capacidades de afrontamiento necesarias, o que las respuestas apropiadas
estén inhibidas por el miedo o la ansiedad, de modo que el individuo no reconozca la
situación como peligrosa; así mismo los déficits de motivación también minarían las
estrategias de afrontamiento adquiridas” (Blasco, J y colaboradores, 2008, p. 368).
Generalmente, el problema de la recaída está condicionado por los efectos positivos del
consumo y la negación ante las consecuencias negativas del mismo, por lo cual se
considera la atención como función indispensable en el proceso del consumo y su
recuperación.
Otra de las explicaciones de las recaídas está basada en las capacidades
atencionales del sujeto, y en este sentido se retoma la justificación del modelo
transteórico que considera la recaída como parte del proceso, y explica que son los
aprendizajes de las recaídas los que posibilitan retomar nuevamente el proceso.
Por otro lado, Roberto Secades Villa, brinda una clara orientación frente a la
importancia de comprender dicho fenómeno para así cualificar las acciones de
intervención, en este sentido manifiesta que todo proceso debe partir de una evaluación
individual frente a los factores de riesgo, la capacidad para reconocer el riesgo y a su
vez para afrontarlo, proponiendo cinco tipos de estrategias, y conceptuando frente a la
aplicabilidad clínica de las mismas.
15
El autor ofrece una revisión frente a algunas de las principales estrategias
identificadas para contrarrestar las recaídas, así, los autoregistros, la descripción de
recaídas pasadas, la fantasías de recaída, la observación directa y los autoinformes se
focalizan como las herramientas de uso prevalente por aquellos que sitúan su interés en
la prevención de recaídas en el uso y abuso de SPA.
Frente a los procesos de afrontamiento, mencionados anteriormente, con los que
cuenta un individuo para resolver el hecho de estar expuesto a situaciones amenazantes
y de riesgo potencial a recaídas, el autor es enfático en citarlos como una de las
variables que resulta ser muy influyente, debido a que la carencia en habilidades de este
tipo puede ser casi un determinante en la reaparición en conductas de consumo, por
ende han desarrollado múltiples instrumentos que permiten evaluar la capacidad de
afrontamiento que posee un individuo y así pensar en la posibilidad de que se presente
una abstinencia al uso de SPA.
El mismo autor, parte del concepto de autoeficacia (Bandura 1977, 1982),
estableciéndolo como una de las variables que se han estudiado con mayor imperio a fin
de conocer la determinación conductual y cognitiva que puede presentar una sujeto ante
la interacción con el ambiente, particularmente frente al tema del consumo de drogas, el
tema es retomado a fin de conocer la capacidad de un sujeto para activar de su
repertorio comportamental respuestas que afronten situaciones amenazantes, sin derivar
en recaídas de consumo.
Ahora bien, según el estudio nacional del consumo de sustancias psicoactivas 2008,
uno de los grupos de edad de mayor consumo en la sociedad colombiana es la
adolescencia, mencionando que si bien son cada vez más tempranos los inicios del
consumo el factor predominante se encuentra entre los trece y los dieciséis años de edad.
Es por esta razón, que se centra el estudio sobre este grupo de edad, ya que el impacto
que está teniendo para la población el acelerado incremento de las conductas de riesgo e
inadecuadas de los adolescentes han hecho incluso que las normas sean mucho más
estrictas y por ende las investigaciones mucho más amplias.
Y como se puede evidenciar, la adolescencia es una etapa en la que se presentan
diversas fuentes de estrés ligadas al distanciamiento de las figuras de autoridad, la
16
incertidumbre sobre el futuro, las presiones de tipo social, las relaciones con los pares y
la estructuración de la identidad y de la personalidad.
De acuerdo con González Barron (2002) “La adolescencia es considerada una etapa
del desarrollo caracterizada por continuos cambios, que pueden ocasionar estrés. Las
exigencias psicosociales derivadas de este proceso evolutivo pueden repercutir en el
desarrollo psicológico, influyendo en la confianza en sí mismo, la timidez, la ansiedad,
el sentimiento de eficacia, la autoestima o el desarrollo de estrategias de afrontamiento”
(p.363-368), lo anterior da cuenta de la inestabilidad propia de la adolescencia lo cual
puede desencadenar ciertas conductas de riesgo o por el contrario conductas protectoras
con base en las diferentes estrategias que tienen los adolescentes para afrontar las
demandas psicosociales.
Se plantea que la configuración de la identidad y la personalidad hace parte de los
procesos de socialización que ha tenido el sujeto a lo largo de su vida, donde entra en
juego el tipo de educación que ha recibido en su hogar, las creencias, las valoraciones,
las atribuciones y las diferentes situaciones con las que tiene que enfrentarse en su
cotidianidad.
Paradójicamente, el adolescente actúa en muchas de las ocasiones frente a las
demandas psicosociales en oposición a sus creencias y a la educación que ha recibido,
además al estar inmerso en su configuración de personalidad es vulnerable frente a
dichas demandas. Al respecto fierro afirma “La adolescencia es el periodo en el que la
persona consolida sus competencias específicas y su competencia o capacidad general
frente al mundo, a la realidad, al entorno social, estableciendo su adaptación y ajustes,
si no definitivos, si los más duraderos a lo largo del ciclo vital. Por una parte consuma el
proceso de internalización de pautas de cultura y de valor, y perfecciona el de
adquisición de habilidades técnicas, comunicativas y, en general sociales. Por otra parte
desarrolla y asegura la propia autonomía frente al medio, la eficiencia de las acciones
instrumentales encaminadas a un fin. Por ello mismo, un particular balanceo y sutil
equilibrio, a veces desequilibrio, de independencia y dependencia, de autonomía y
heteronomia, seguridad e inseguridad en sí mismo, manifestados en relación tanto con
la familia, la autoridad o la generación de los adultos, cuanto con los iguales y grupo de
compañeros, caracteriza al hombre y a la mujer adolescente” (p. 99).
17
Como se mencionó en otro apartado, los adolescentes emplean estrategias para
afrontar las situaciones que se le presentan en su cotidianidad, enfocándolas
particularmente en la prevención de recaídas frente al consumo de sustancias
psicoactivas y su recuperación.
Por lo tanto, Lazarus y Folkman introducen el tema de estrategias de
afrontamiento como categoría de la teoría procesual del afrontamiento, y la explican
como un proceso de adaptación que inicia la persona debido a situaciones que son para
ésta demandantes y exacerbadas. Una situación con dichas características, es el
consumo de sustancias psicoactivas y las consecuencias de vulnerabilidad que esta
contiene.
Un adolescente que tenga dependencia física ante el uso y abuso de drogas, podrá
dar cuenta de los episodios de estrés que frecuentemente experimenta y lo desbordante
que la situación puede llegar a ser, hasta el punto de apoderarse de sí mismo y no
encontrar el efecto y el sentido de dejar de consumir. Como lo mencionan Cassaretto y
colaboradores, en el texto de “Estilos y estrategias de afrontamiento”: “El estrés se
considera producto de una serie de demandas excesivas que ponen en riesgo al
individuo”. (p.34).
De este mismo lado, se entiende que las fuentes generadoras de estrés se
determinan en los contextos, ambientes sociales y percepciones que se tengan de alguna
situación específica; sin embargo, las reacciones ante dichos eventos no son
determinados por los mismos, sino por el nivel evaluativo que hace cada sujeto. De ahí,
que el afrontamiento, se inicie cuando aparece la aceptación de las consecuencias
negativas que ha traído el consumo. Por tanto: “Lazarus y Folkman (1986) definieron el
afrontamiento como aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente
cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas específicas, externas y/o
internas, que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del
individuo” (p. 245).
Ahora bien, como lo refieren Lazarus y Folkman, el estrés y las diferentes
respuestas emocionales están mediados por el proceso de valoración cognitiva que cada
18
persona realiza. Y en ese sentido se deben reconocer dos modos de valoración que
desde el desarrollo teórico la primera indica las consecuencias que trae la situación de
estrés para el sujeto y la segunda valoración apunta al modo de afrontamiento ante la
situación amenazante. Lo que quiere decir que si el proceso de recuperación de los
adolescentes depende de sus recursos internos, son éstos mismos los que valoran las
respuestas y hechos posteriores al consumo, son ellos quienes evalúan lo malo y lo
bueno, y además, son ellos quienes emplean las estrategias para afrontar dichas
consecuencias y directamente el consumo. Por ejemplo un joven que tenga como
estrategia de afrontamiento la evitación, seguramente no podrá evaluar las
consecuencias del consumo como negativas y mantendrá la misma respuesta de
afrontamiento y recaída. Así, clasifican Lazarus y Folkman las Estrategias de
afrontamiento:
• Solución de Problemas: estrategia cognitiva en la que se busca analizar las
causas del problema y generar alternativas de solución.
• Búsqueda de Apoyo Social: estrategia comportamental en la cual se expresa la
emoción y se buscan alternativas para solucionar el problema con otra u otras
personas.
• Espera: estrategia cognitivo-comportamental que busca esperar que la situación
se resuelva por sí sola con el pasar del tiempo
• Religión: estrategia cognitivo-comportamental expresadas a través del rezo y la
oración dirigidas a tolerar o solucionar el problema o las emociones que se
generan ante el problema.
• Evitación Emocional: estrategia cognitivo-comportamental en la cual se evitan
expresar las emociones, dada la carga emocional o la desaprobación social.
• Búsqueda de Apoyo Profesional: estrategia comportamental en la cual se busca
el recurso profesional para solucionar el problema o las consecuencias del
mismo.
19
• Reacción Agresiva: estrategia comportamental en la que se expresa la ira y la
hostilidad abiertamente como consecuencia de la frustración y la desesperación,
reaccionando de manera agresiva hacia los demás, hacia sí mismo o hacia los
objetos.
• Evitación Cognitiva: estrategia cognitiva en la que se busca eliminar o
neutralizar los pensamientos valorados como negativos o perturbadores a través
de la distracción.
• Reevaluación Positiva: estrategia cognitiva que busca aprender de las
dificultades, identificando los aspectos positivos del problema. Es una estrategia
de optimismo que contribuye a tolerar la problemática y a generar pensamientos
que favorecen al enfrentar la situación.
• Expresión de la dificultad de afrontamiento: describe la tendencia a expresar las
dificultades para afrontar las emociones generadas por la situación, para
expresarlas y resolver el problema
• Negación: tendencia a comportarse como si el problema no existiera, se trata de
no pensar en el problema y alejarse de las situaciones que se relacionan con él de
manera temporal, como una medida para tolerar o soportar el estado emocional
que se genera.
• Autonomía: hace referencia a la tendencia en responder ante el problema
buscando de manera independiente las soluciones sin contar con el apoyo de
otras personas tales como amigos, familiares o profesionales.
Los aspectos desarrollados anteriormente, cobran su importancia al pensar en el eje
central del estudio, que apunta a la explicación de las estrategias que estos adolescentes
utilizan ante el riesgo de la recaída, lo que posteriormente permitirá analizar la
20
capacidad que tienen algunos para mantenerse en su conducta modificada3 y otros
retornen a los procesos iniciales4.
METODOLOGÍA
Tipo de estudio: Descriptivo. Debido a que en la investigación no experimental las
variables independientes ya han ocurrido, y no se pueden manipular, como lo son en
este caso, las estrategias de afrontamiento, es preciso mencionar que no hay influencia
sobre las mismas. Por ello, la manera como se pretende recolectar la información que se
requiere para el estudio, permitirá posteriormente describir las estrategias utilizadas.
El objetivo del diseño de la investigación Transaccional descriptivo es: “…indagar
la incidencia y los valores en los que se manifiesta una o más variables.” (Sampier, R,
1991, p.187), por tanto es pertinente su uso al pretender partir de la observación de unas
variables expuestas en el contexto social, como lo son: el consumo de SPA y sus
consecuencias, el tratamiento, el riesgo de las recaídas y las estrategias de
afrontamiento, para posteriormente describir la situación.
Diseño: No experimental, debido a que no hay un control sobre las variables en estudio
y por el contrario se realizará una observación a partir de las variables dadas que
posteriormente se analizarán para describirlas: “…no hacemos variar intencionalmente
las variables independientes. Lo que hacemos en la investigación no experimental es
observar fenómenos tal y como se dan en su contexto natural, para después analizarlos”
(Sampier, R, 1991, p.184).
Muestra: Se efectuó con nueve adolescentes que habían realizado proceso de
recuperación en la Fundación Hogares Claret, y que actualmente se encontraran en la
fase de seguimiento, es decir, que debían haber finalizado su proceso exitosamente,
debían estar ya por fuera de la institución y en la fase de un año de seguimiento.
3 Entendido como la recuperación, mantenimiento y establecimiento de una vida funcional en el adolescente. 4 Volver al consumo y a una vida sin proyectos ni funcionalidad.
21
Recolección de información: Para efectuar la recolección de información se utilizó el
instrumento Escala de estrategias de Coping modificada (EECM) (Londoño et al, 2006),
construida con 69 ítems, con opción de respuesta tipo likert, en un rango de frecuencia
de uno a seis, nunca, casi nunca, a veces, frecuentemente, casi siempre, siempre. La
prueba consta de catorce escalas cada una evaluada a partir de siete enunciados.
Procedimiento: Se informó a los participantes sobre los objetivos del estudio y las
condiciones éticas del mismo, y quienes voluntariamente decidieron participar en el
estudio, firmaron el consentimiento informado, al igual que sus acudientes y
respondieron el cuestionario en el tiempo esperado, sin inconvenientes.
RESULTADOS
Las puntuaciones que aparecen en este apartado corresponden a las estrategias utilizadas
con mayor frecuencia en situaciones en las que se vivencia algún nivel de estrés. Así,
los resultados que arrojó la aplicación de la escala de afrontamiento de Coping
modificada, habla de lo siguiente: En la tabla 1. Se clasifican las escalas, con el número
de preguntas que corresponden a cada ítem, y posteriormente se ubica la respuesta de
mayor frecuencia por los evaluados. Y en el gráfico 1. Se pueden identificar claramente
dichas estrategias más utilizadas.
Así, se pudo identificar que en general los adolescentes buscan estrategias para
solucionar sus problemas, por ello se retoma el modelo transteórico para comprender
que inicialmente los adolescentes pasan por la etapa de Precontemplación en donde
niegan el problema de consumo, es decir la situación no la asumen como un problema, y
con los resultados se reconoce como un logro y ganancia, que por medio del proceso
terapéutico, se ha dotado al sujeto de estrategias para afrontar las posibles recaídas,
logrando trascender en las etapas, para reconocer el problema y buscar alternativas para
resolverlo.
Ahora bien, con los aspectos positivos anteriormente nombrados, surge un
problema y es cuestionarse si dichas estrategias no les generan evitación a los
22
adolescente a medida en que desarrollan cierta dependencia al buscar apoyo social y
profesional, ya que pierden su autonomía y su capacidad de autorregulación.
Esto significa que los adolescentes han instaurado en una de las etapas de
motivación al cambio, la necesidad de ser conscientes del problema, de las
consecuencias negativas y de buscar ayuda en otros para superar el problema y para
mantener los cambios logrados durante todo el proceso. Sin embargo, con lo anterior, se
debería determinar de suma importancia el uso adecuado de dichas estrategias, debido a
que se juegan otros aspectos, como la dependencia, que perjudica la autonomía del
adolescente, por tanto, el apoyo social y profesional deberán ir en función de contribuir
al beneficio de la vida funcional del adolescente rehabilitado, sin caer en el error de
generar una dependencia que por miedo a las consecuencias, se contribuya a las
conductas de evitación.
Resulta oportuno hablar también, de la poca frecuencia en las respuestas de los
ítems que componen la reevaluación positiva, porque si los adolescentes no encuentran
algo positivo en su problemática, como por ejemplo, los logros obtenidos durante el
proceso terapéutico, ahora que se encuentran fuera de la institución, la capacidad de
prevenir la recaída será inferior.
Hecha la observación anterior, otro aspecto que se debe considerar en la evitación
como una forma de afrontamiento completamente validada, ya que ante una situación
que al sujeto le genera estrés y malestar, busca evitar para generar una sensación
placentera; por lo que un adolescente que busque a su grupo de apoyo y profesional,
podría estar evitando afrontar la situación de riesgo, por temor a no saberla manejar y
recaer.
Como ya se mencionó en otro apartado, no se debe desconocer que la etapa
adolescente, hace parte de las condiciones por las que debe pasar cada individuo en su
ciclo vital, pero además de esto es la etapa denominada “problema”, considerando que
en esta edad es donde se vivencia mayores factores de riesgo y vulnerabilidad. Es una
edad en la cual se inician los procesos de construcción de identidad y es una edad
susceptible a las diferentes demandas del mundo que la rodea. Por tanto, algunos
adolescentes se exponen al riesgo de recaer por el hecho de no proyectarse a futuro y no
preferir la abstinencia que propone mejores consecuencias a corto y largo plazo.
23
Por ejemplo, los adolescentes que algunas veces utilizan como estrategia de
afrontamiento, la autonomía y la evitación cognitiva, están expuestos, a la exclusión y el
señalamiento que los empuja al riesgo de recaer, debido a que no permiten la
posibilidad de que otros intervengan y proporcionen alternativas como ayuda para
mejorar el problema y por el contrario, buscan eliminar los pensamientos valorados
como perturbadores a través de la distracción, en este caso, nuevamente con el
consumo, es decir, que si los adolescentes evitan afrontar sus pensamientos
perturbadores, difícilmente habrá una proyección a futuro y es debido a la poca
capacidad de reflexión y la no reestructuración de sus esquemas cognitivos5.
Y es necesario deducir de lo anterior, que en los planes de intervención juega un
papel significativamente obligatorio, la atención psicológica. ¿Hasta qué punto si se
logra durante los nueve meses de proceso una buena atención que reestructure las
distorsiones cognitivas de los adolescentes consumidores?
Se debe tener en cuenta las fases y los procesos que deben recorrer los
adolescentes dentro del tratamiento, pues estos, no dan garantía de no recaer, y por el
contrario el proceso que finaliza a los 12 meses después del egreso y del seguimiento, se
convierte para ellos en uno de los principales factores de riesgo, ya que estar en el
ambiente terapéutico les facilita evitar la situación de consumo y al salir se exponen al
riesgo siendo aún predominante la conducta evitativa, pero en este sentido, se evitan las
situaciones que al adolescente le generan malestar y en este caso, es donde intervienen
las condiciones familiares y sociales, las pautas de crianza, los refuerzos y motivaciones
de parte de sus allegados, los señalamientos y estigmatizaciones, y vuelve a jugar un
papel importante la distracción y/o evitación.
Y con relación a las estrategias de afrontamiento se debe saber que cada individuo
contiene unos procesos diferentes para sentir, vivir y enfrentarse a su realidad: “Desde
los modelos cognitivos de la emoción, se entiende que no son las situaciones en sí
mismas las que provocan una reacción emocional, sino que el factor que desencadena la
emoción es la interpretación que el individuo hace de tales situaciones” (Figueroa, M.
5 Entendidos como la organización de nuestra experiencia desde los significados que el sujeto mismo le da a las situaciones, y que por tanto guían su conducta, emociones, deseos y metas.
24
pág.31), por lo que muchos de los adolescentes evaluados no dirigen sus rezos y
oraciones para resolver el problema, debido a interpretaciones y aprendizajes que les ha
proporcionado en ambiente social.
25
3. CONCLUSIONES
Por medio de los aprendizajes primarios de ensayo y error, en los que les introducen a
los individuos lo que es bueno y lo que es malo a través del temor, generalmente, se
desarrollan los mismos por medio de los estilos de aprendizaje, y dichos individuos, al
afrontarse con la vida, especialmente la etapa adolescente, llega la curiosidad y se da el
paso al riesgo que empuja caer en el consumo, en donde aparecen posteriormente los
sentimientos de culpa y debido a que no hay reforzadores positivos surgen los aspectos
individuales que no le permiten al adolescente afrontar satisfactoriamente, como lo es
por ejemplo, la baja autoestima por el señalamiento constante, por parte de sus allegados.
En cuanto a esto Beck (1995) afirma que las personas que han experimentado rechazo
familiar y/o social, aprenden que el mundo es cruel, hostil y punitivo y que ellos tienen poco
o ningún atributo para cambiar la difícil situación en que se encuentran. Lo cual está
relacionado con las estrategias de afrontamiento que utilizan los adolescentes.
Es en este sentido, donde cobra importancia fijar la mirada en el individuo y sus
características para el desarrollo de los planes de intervención terapéutica, ya que como
se puso identificar con los resultados los adolescentes en ocasiones buscan apoyo y en
ocasiones se muestran autónomos ante la sociedad. ¿Qué implicaciones tendrá entonces
que se les aplique el mismo plan de tratamiento a ambos adolescentes, si uno lo acoge
con mayor propiedad que el otro?
Por ejemplo, cuando se retomó el antecedente investigativo “Diferencias de rasgos
clínicos de personalidad en el mantenimiento de la abstinencia y recaídas en tratamiento
del tabaquismo”, los autores identificaron que los adolescentes que tienen mayor
dependencia, generan menor riesgo a recaer en el consumo, pero esto indica también,
que a medida que se mantiene la abstinencia, dejan de lado su autonomía y capacidad de
decisión. Por tanto es cuestionable el efecto que genera en los adolescentes salir de la
comunidad terapéutica, una vez han desarrollado procesos de adaptación que implicaron
la evitación al consumo ¿Qué medidas preventivas hay para los adolescentes que como
estrategia emplearon buscar el apoyo en otros que fuera de la comunidad no van a estar?
Y es que no se puede desconocer que las condiciones económicas en muchas ocasiones
tampoco permiten continuar con la atención profesional al momento de salir.
26
Por otro lado el modelo Transteórico, indica que la recaída hace parte del proceso y
que son esas experiencias resbaladizas las que movilizan al sujeto a retomar dicho
proceso. Beck por su parte, dice que “La recaída es por tanto un hecho esperable. Depende
no solo del individuo sino de todo un sistema, ya que lo que haga uno puede afectar lo que
hagan los otros” (Korovsky y colaboradores, p. 2). Y son las maneras como el sujeto asuma
estas condiciones, lo que va a determinar el progreso del mismo ante una vida funcional y el
mantenimiento de esta.
En consecuencia, se debe decir que aquí entran en juego los procesos de aprendizaje,
los esquemas, las distorsiones cognitivas y la percepción errada del riesgo, que tiene los
adolescente con problema de consumo, pues con este estudio se evidencia la veracidad de
los diversos planteamientos que giran en torno al abuso de sustancias, anotando que las
personas usuarias, presentan un deterioro significativo en su perfil cognitivo y desde los
procesos de evitación y baja reevaluación positiva, se reafirma lo que dicen Blasco y
colaboradores, retomados en otro apartado del texto: el problema de las recaídas está ligado a
la incapacidad de hacer frente a la situación perturbadora, ya que el sujeto ha desarrollado
ciertos mecanismos que no permiten dar respuestas adecuadas, debido a que las inhibe por el
miedo y por la carencia de motivación.
En cuanto a la motivación el modelo transteórico dice que no es una cualidad estática,
sino un recurso psicológico, que se debe ir incrementando en el tiempo y a medida que se
desarrolla conciencia del problema. Por lo que es fundamental reforzar dicha motivación una
vez los adolescente han salido de la institución, pues se considera que ante el riesgo a recaer,
por estar expuesto a las condiciones vulnerables, es donde el acompañamiento, la motivación
y la atención psicológica debe tomar fuerza e intervenir.
Finalmente, como lo dice Korovsky, si bien una situación valorada por el adolescente
como perturbadora predispone a una recaída, puede ser también una oportunidad de
aprender. Por lo que los procesos de intervención en la fase de seguimiento, debería fijar su
atención en la mirada desde ambas posiciones.
27
4. REFERENCIAS
Anicama, J; Mayorga, E & Henestroza, C. (2001): Psicoactiva. Artículo: Calidad de
vida y recaídas en adictos a sustancias psicoactivas de Lima metropolitana. Vol. 19 N°
7-27. Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas.
Universidad de San Martín de Porres y Universidad Nacional Federico Villarreal. Perú.
Blasco, J., Martínez, J., Carrasco, E & Didia, J. (2008): Atención y craving o ganas
compulsivas. Avances en su conceptualización y su implicación en la prevención de
recaídas. Vol. 20 N°4, pp. 365-376.
Botvin, G. (2003): Adolescencia, consumo de alcohol y otras drogas. Red de Revistas
Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal. España.
Caballo, V. (1997): Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos
psicológicos. Vol. 1. Siglo XXI España Editores.
Castaño, H. & León del Barco, B. (2010): Estrategias de afrontamiento del estrés y
estilos de conducta interpersonal. International Journal of Psychology and
Psychological Therapy. Universidad de Extremadura. España.
Castaño, E. y León del Barco. (2010). Estrategias de afrontamiento del estrés y estilos
de conducta interpersonal. Universidad de Extremadura. España.
Fierro, A. (1997): Desarrollo Social y de la Personalidad en la Adolescencia. La
construcción de la identidad personal En: Psicología del desarrollo: el mundo del
adolescente. Barcelona.
Figueroa, M. & Cohen, I. (---): Estrategias y Estilos de Afrontamiento del estrés en
adolescentes.
Figueroa, M. & colaboradores (2005): Las estrategias de afrontamiento y su relación
28
con el nivel de bienestar psicológico. Un estudio con adolescentes de nivel
socioeconómico bajo de Tucumán. Revista anales de psicología vol. 21, nº 1, Pp. 66-72.
Argentina.
Gaspar, C & Martínez, K. (2008): Red de revistas científicas de América Latina y el
Caribe, España y Portugal. Artículo: Situaciones de consumo, afrontamiento y
autoeficacia en relación a las recaídas en adolescentes consumidores de alcohol. Vol. 16
N° 041. Investigación y ciencia. Universidad Autónoma de México.
Gobierno Nacional de la República. (2008): Estudio Nacional de sustancia psicoactivas
en Colombia 2008. Bogotá. Colombia.
González, R, Montoya, I, Casullo, M, y Verdú, J. (202): Estilos y estrategias de
afrontamiento en adolescentes. Revista Psicothema 2002. Vol. 14, nº 2, pp. 363-368.
Universidad de Valencia. España.
Korovsky, G; Rial, C & Olave, M. (2008): El desafío de la prevención de recaídas en
drogodependencias. Programa keirós. Uruguay.
Lazarus, R. (2000): Estrés y emoción: Manejo e implicaciones en nuestra salud. Descleé
de Brower. España.
Melillo, A & Suárez, E. (2001): Resiliencia: descubriendo las propias fortalezas. Paidós:
Buenos Aires, Barcelona, México.
NIDA, Instituto Nacional sobre el abuso de drogas. Una guía basada en las
investigaciones (2001): Principios de tratamiento para la drogadicción. Estados Unidos
Papalia, D. (2003): Desarrollo humano. Octava edición. Ed Mc Graw Hill. Estados
Unidos.
Perea, J; Oña, S, & Ortiz, M. (2009): Psicoactiva. Artículo: Diferencias de rasgos
clínicos de personalidad en el mantenimiento de la abstinencia y recaídas en tratamiento
del tabaquismo. Vol. 21 N° 1, pp. 39-44.
29
Secades, R. (1997): Evaluación conductual en prevención de recaídas en la adicción a
las drogas: Estado actual y aplicaciones clínicas. Vol. 9, nº 2, pp. 259-270. Psicothema.
Universidad de Oviedo. España.
30
ANEXOS
Tabla 1. Estrategias Ítems que evalúa.
RESULTADOS
ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO
ÍTEMS QUE EVALÚA FRECUENCIA EN LAS RESPUESTAS
Solución de problemas (SP) 10, 17, 19, 26, 28, 37, 39, 51, 68 Siempre (6)
Búsqueda de apoyo social (BAS)
6, 14, 23, 24, 34, 47, 57 Casi siempre (5)
Espera (ESP) 9, 18, 27, 29, 38, 40, 50, 60, 69 Nunca (1)
Religión (REL) 8, 16, 25, 36, 49, 59, 67 Nunca (1)
Evitación emocional (EE) 11, 20, 21, 30, 41, 43, 53, 62 Nunca (1)
Búsqueda de apoyo profesional (BAP)
7, 15, 35, 48, 58 Siempre (6)
Reacción agresiva (RA) 4, 12, 22, 33, 44 Nunca (1)
Evitación cognitiva (EC) 31, 32, 42, 54, 63 Nunca (1)
Reevaluación positiva (RP) 5, 13, 46, 56, 64 A veces (3)
Expresión de la dificultad de afrontamiento (EDA)
45, 52, 55, 61 Nunca (1)
Negación (NEG) 1, 2, 3 Nunca (1)
Autonomía (AUT) 65, 66 A veces (3)