año 1, número 3. marzo del 2017 e.·. v.·....

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ÍNDICE Año 1, Número 3. Marzo del 2017 E.·. V.·. Publicación mensual Editorial Este mes de marzo es muy importante ya que llega el equinoccio de primavera en el hemisferio norte y otoño en el hemisferios sur. La masonería es el estudio de la natura- leza y vive de acuerdo a ella. Es la entrada a la cámara del medio. El día y la noche es igual. La naturaleza nos muestra que existe la igualdad, existe como uno de nuestros preceptos. Conoceremos el trabajo de Johfra Bosschart, pintor surrealista quien combino alquimia, astrología y cábala. Nos mostrara la alegoría de Aries. En este mes da inicio el calendario luni-solar por esa razón en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado usamos el calendario Hebreo. También nació Benito Juárez, un mito que hay que poner en su verdadera dimensión. Este mito nació con Porfirio Díaz. Se habla hoy mucho de crisis y veremos una reflexión para nuestros HH.·. Conoceremos la historia de la flor de no me olvides, que fue utilizada como símbolo ma- sónico en la segunda guerra mundial cuando nuestros HH.·. fueron perseguidos. Por último y no menos importante, leeremos acerca de la mujer y la masonería, una historia de lucha y reconocimiento. En Orden Masónica Mexicana las reconocemos co- mo tal. Bienvenidas sean. Como debemos terminar con una obra de amor, hablaremos de filantropía y caridad. Una disculpa por el retraso del boletín. Pero por motivos de salud y trabajo no se pudo publicar antes. Es cuanto V.·. M.·. René Febronio Maestro Pag. 1 Pag. 1 Pag. 1 El origen de marzo y la primavera. Pag. 2 Pag. 2 Pag. 2 “El Zodiaco Johfra Bosschart" Pag. 3 Pag. 3 Pag. 3 La apoteosis de Benito Juárez. La creación del mito Pag. Pag. Pag. 5 La crisis Pag. 6 Pag. 6 Pag. 6 Calendario del Rito Escoces Antiguo y Acepta- do Pag. 8 Pag. 8 Pag. 8 La flor de no me olvides Pag. 9 Pag. 9 Pag. 9 Mujer y la masonería Pag. 9 Pag. 9 Pag. 9 Filantropía y caridad Agradecemos a quienes colaboraron en este número, esperamos envíen sus artículos.

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ÍNDICE

Año 1, Número 3. Marzo del 2017 E.·. V.·. Publicación mensual

Editorial

Este mes de marzo es muy importante ya que llega el equinoccio de primavera en el

hemisferio norte y otoño en el hemisferios sur. La masonería es el estudio de la natura-

leza y vive de acuerdo a ella. Es la entrada a la cámara del medio. El día y la noche es

igual. La naturaleza nos muestra que existe la igualdad, existe como uno de nuestros

preceptos.

Conoceremos el trabajo de Johfra Bosschart, pintor surrealista quien combino alquimia,

astrología y cábala. Nos mostrara la alegoría de Aries.

En este mes da inicio el calendario luni-solar por esa razón en el Rito Escocés Antiguo y

Aceptado usamos el calendario Hebreo. También nació Benito Juárez, un mito que hay

que poner en su verdadera dimensión. Este mito nació con Porfirio Díaz.

Se habla hoy mucho de crisis y veremos una reflexión para nuestros HH.·.

Conoceremos la historia de la flor de no me olvides, que fue utilizada como símbolo ma-

sónico en la segunda guerra mundial cuando nuestros HH.·. fueron perseguidos.

Por último y no menos importante, leeremos acerca de la mujer y la masonería, una

historia de lucha y reconocimiento. En Orden Masónica Mexicana las reconocemos co-

mo tal. Bienvenidas sean.

Como debemos terminar con una obra de amor, hablaremos de filantropía y caridad.

Una disculpa por el retraso del boletín. Pero por motivos de salud y trabajo no se pudo

publicar antes.

Es cuanto

V.·. M.·. René Febronio Maestro

Pag. 1 Pag. 1 Pag. 1 El origen de marzo y la primavera.

Pag. 2 Pag. 2 Pag. 2 “El Zodiaco Johfra Bosschart"

Pag. 3 Pag. 3 Pag. 3 La apoteosis de Benito Juárez. La creación del

mito

Pag.Pag.Pag. 555 La crisis

Pag. 6Pag. 6Pag. 6 Calendario del Rito Escoces Antiguo y Acepta-do Pag. 8 Pag. 8 Pag. 8 La flor de no me olvides

Pag. 9Pag. 9Pag. 9 Mujer y la masonería

Pag. 9Pag. 9Pag. 9 Filantropía y caridad

Agradecemos a quienes colaboraron en este número, esperamos envíen sus artículos.

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El origen de marzo y la primavera

Marzo era el primer mes del Calendario Romano antiguo y era

nombrado en honor a Marte el Dios de la Guerra y la vegetación.

Marte es el padre de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo.

Era el protector del romano, era un dios ctónico asociado a la tierra,

a la protección física y espiritual de los cultivos: las dos actividades

tenían su comienzo en esta época del año. También es el inicio del

equinoccio de primavera el 21 de marzo en el hemisferio norte.

Marte tenía varias funciones:

Dios bélico, el dios de la guerra.

Dios de la cultura y laboreo del campo.

Dios de la Primavera, y la potencia viril.

Protector de la vida en los campos.(1)

La palabra primavera proviene del latín vulgar prima (primera) y

ver, veris. El latín ver viene del indoeuropeo *ver- que se relaciona

al crecimiento y donde vienen las palabras verde, verano, vergel.

La palabra primavera es por Ver Primum (a la entrada del verano)

o estación previa del verano, también en latín están las palabras

primaevitas, que significa la edad primera y primævus, según

Virgilio, "que está en la flor de la edad", el adolescente. Por eso

también se dice cuando uno es joven, que está en la "primavera

de la vida".

La primavera es la resurrección de la vida en toda la naturaleza

como intermedio entre el invierno y el verano, hecho que se suele

representar en la mitología universal por una lucha entre dos dei-

dades opuestas y complementarias (por ejemplo, Osiris y Set) y

con la muerte y entierro del carnaval (expulsión del invierno).

En todas las antiguas civilizaciones hubo mitos relacionados con lo que representa la primavera, lo que podríamos llamar “el espíritu de la renovación”. En la mitología clásica encontramos al dios Apolo. Es, precisamente, la luz solar, el dios que nació en medio del dolor y las dificultades que tuvo que padecer su madre para darlo a luz. Es la realización a través de las pruebas. Su madre, Leto, era originaria del país de los hiperbóreos. Los hiperbóreos, según la tradición, eran seres hechos de luz –serían algo así como el alma de los fotones- que, en su momento, ayudaron al naci-miento de Apolo. Su residencia habitual era el Norte del mundo, donde no se conoce la oscuridad ni las desdichas. Vivían cantando y bailando músicas primaverales en medio de campos y bosques

de indescriptible belleza. Allí también se retiraba Apolo a partir del otoño y permanecía durante las estaciones oscuras para regresar al comienzo de la primavera en su carro solar, junto con los hiper-bóreos. ¿Dónde se encuentra esta región tan maravillosa? Dicen las tradiciones griegas que tras los montes Rifeos, que retrocedían a medida que alguien se les acercaba. El regreso de Apolo del Norte, con su luz y sus acompañantes que llenaban todos los rincones de vitalidad se llamaba en la antigua Grecia: epidemia. La primavera venía precedida por una epidemia de luz, de calor y de energía.

El rapto de Perséfone Asimismo, en el mito de Perséfone es donde se encuentra la expli-cación metafísica del origen de la primavera. Perséfone es hija de Deméter, la Madre Universal, la Naturaleza, la Madre de la vida. En una ocasión en que se hallaba disfrutando de un día en el campo, se fijó en un jacinto, y le pareció tan hermoso que se que-dó mirándolo absorta. De repente, emergió de la tierra el dios de los mundos subterráneos, Hades, quien la raptó para hacerla su esposa y se la llevó al inframundo. Deméter recorre la Tierra bus-cando a su hija, pero nadie sabe dónde está. Deméter está des-consolada, ya no come ni duerme. Entonces, el mundo queda yermo, y en campos y ciudades todo se marchita sin augurios de renacimiento. Simultáneamente, una sequía se abate sobre el mundo, y los mismos bueyes permanecen inmóviles como esta-tuas, sin tirar de los arados, mientras las espigas, prontas para la recolección, se deshacen en blanco y estéril polvo. Ya nada le hace salir de su abatimiento, ni las ofrendas de los mortales ni las súplicas de los demás dioses. Zeus, que había sido cómplice del rapto de Perséfone, envía a Hermes para que Hades permita regresar a Perséfone a la superficie y se restaure la vitalidad de los campos, evitando la desaparición de la Humanidad. Hades con-siente, no sin antes hacer comer a la hija divina unos granos de granada encantada que le harán retornar siempre. Deméter recibe a su hija y le pregunta si no ha tomado alimento alguno en los infiernos. Enterada de la treta de Hades y conocedo-ra del poder del fruto mágico, acepta el destino y le dice que mien-tras ella esté en las tinieblas, todo el mundo estará yermo (invierno), y que cuando retorne a la luz de la superficie, ella hará que toda la naturaleza lo festeje (primavera, verano). Así se relacio-na el mito del rapto con los ciclos anuales. Solo un tercio del año permanecerá Perséfone con su esposo, y el resto, con su madre. Deméter resucita la vida en los campos. Una de las fiestas que se celebraban en la Grecia arcaica eran las Cloias, que se celebraban en primavera, cuando los brotes verdes obraban el renovado milagro de romper los terrones y surgir pujantes de la tierra negra. El pueblo se reunía en torno a este fenómeno de la naturaleza. Tranquilos y pacientes, observaban cómo la tierra reverdecía, cómo del inframundo surgía Perséfone en forma de hierba. En el Egipto Antiguo la unión sagrada de Osiris e Isis simbolizaba

la renovación de la Naturaleza. Este divino matrimonio se celebra-

ba entre los meses de abril y mayo, época de nuestra primavera.

Tal vez, una de las civilizaciones que más y mejor ha vivido y expe-

rimentado la renovación constante ha sido el Antiguo Egipto. Segu-

ramente, por esta razón perduró tantos milenios viva. Cuando el

Nilo se desbordaba debido a la crecida anual, deshacía las casas

de barro de los campesinos, pero estos no maldecían al río sagra-

do ni se ponían tristes, sino que lo celebraban y hacían una gran

fiesta: era el momento de construir una nueva casa con el barro del

Nilo, era el momento de renovar el hogar. Las penas, tristezas,

rencillas y odios del año anterior se iban con el agua hasta el mar.

Comenzaban nuevamente limpios por fuera y por dentro.(2)

1) Fuente: Wikipedia

2) Francesc Xavier Capacete González, El simbolismo de La Primavera, Director del espacio de filosofía y voluntariado Es Racó de ses Idees

2

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“El Zodiaco Johfra Bosschart"

Johfra Bosschart es el autor de doce pinturas relacionadas con los doce signos del zodíaco. Es el mejor y úni-co trabajo sobre simbología astrológi-ca, hermética, esotérica, que nos ha llegado. La belleza, el colorido, el significado, el ordenamiento y los detalles de su obra no tienen compa-ración. La técnica de Johfra constitu-ye un estímulo primordial para aque-llos espíritus sedientos e inquietos que quieran embriagarse en imáge-nes cuyo contenido tan rico en sim-bolismo astrológico no tiene límites. El surrealismo de Johfra sintetiza ma-gistralmente los fundamentos de la alquimia, la cábala, la gnosis y el ta-rot. Johfra nació en Rotterdam Holan-da.

ARIES

El Carnero o Aries es un signo de fuego. El sol se halla en Aries del 20 de Marzo al 20 de Abril. El planeta

Marte es su regente.

El paisaje desértico y volcánico indica la naturaleza fueguina de Aries, tam-bién se lo puede interpretar como un campo de batalla, los picos puntiagu-dos y la hostilidad del paisaje deno-tan la naturaleza bélica del regente del signo que es el planeta Marte, los marcos de acero afilado que contie-nen la imagen hacen referencia al

hierro y la guerra que también son gobernados por dicho planeta. Se observa un guerrero cruzan-do la escena en un grito de guerra, representándola naturaleza pasional del signo y la fuerza im-pulsora e incontenible de todo impulso iniciador, la salamandra hace referencia al elemento fuego al que pertenece el signo, el carnero claro esta refiere directamente al significado de Aries como signo zoomórfico, el muro que se observa representa las limitaciones a ser derribadas por esta fuerza marciana encausada correctamente, la mujer vendada es la Justicia (obsérvese que su túnica es verde que es el color de libra, opuesto y complementario de Aries) queriendo significar que la fuerza desmedida es crueldad, la lámpara que lleva es la luz del conocimiento oculto, el Mago en el fondo de la escena es el personaje que sutil y secretamente maneja estas energías que de otra forma serian dañinas, representa la mente elevada como directriz de los impulsos primordiales. también cabe destacar que alrededor de cada figura de Johfra se observan los se-llos y sigeles mágicos asignados a las correspondencias astrológicas de cada signo, se puede apreciar también el sigel de Aries dentro de un pentagrama regular o pentágono haciendo refe-rencia al número cinco que es el de la Sephirah Geburah asociada al planeta Marte.

En síntesis, esta pintura de Aries, indica el trabajo inicial con el Fuego Sagrado, la Materia Oculta de los antiguos Adeptos. Es ese Fuego Primigenio que con impulso arrollador incita nuestra libido para que transformemos en Luz, a las tinieblas interiores.

3

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La apoteosis de Benito Juárez

La creación del mito Por el V.·. M.·. René Febronio Maestro

En este trabajo veremos como nació el mito de Benito Juárez sin

dejar de lado sus méritos, a veces olvidamos que también fue un

ser humano y ha sido divinizado. No se trata de ver el héroe y o

el villano sino de ver como surgió el mito.

El 21 de marzo nació Benito Pablo Juárez García según el

acta de bautismo que a la letra dice:

“Acta de Bautismo.

Don Juan Francisco Filio y Loaiza, cura coadjutor de la parroquia

de Santo Tomás de Ixtlán, certifica que en los libros de mi cargo

se halla uno forrado en badana colorada, titulado Libro de Bau-

tismo de Ixtlán, Santa María Yahuichi, San Pablo Guelatao v

Santa María Xaltianguis, comenzado en el año de 1696, en el

cual a fojas 165 se halla una partida que, a la letra, es del tenor

siguiente:

"En la iglesia parroquial de Santo Tomás Ixtlán, en 22 días del

mes de marzo de 1806: yo, don Ambrosio Puche, Vicario de

esta Doctrina, bauticé solemnemente a un niño que nació un día

antes a quien nombré Benito Pablo, hijo legítimo de Marcelino

Juárez y de Brígida García, indios del pueblo de San Pablo

Guelatao, cuyos abuelos son Pedro Juárez y Justa López, y los

maternos Pablo García y María García; fue su madrina Apolonia

García, india casada con Francisco García, a quien advertí su

obligación y parentesco espiritual y para que conste lo firmo con

el señor Cura.

"Ambrosio Puche = Mariano Cortabarría =.

La cual va fielmente sacada, corregida y constatada con su

original a que me remito y para que conste la firmo a 5 días del

mes de julio de 1821.

Juan Francisco Filio” (1)

Cabe mencionar que en el periodo Revolucionario fue incendia-

da parte de la parroquia de Ixtlán, quemándose el archivo y, por

lo tanto, desaparecio el original de esta acta. Lo que hace pen-

sar su veracidad.

Han sido publicadas varias transcripciones de esa que muestran

diferencias sin fundamental importancia, pero sí hay una de

fondo: omiten señalar el día del nacimiento. (2)

Pero lo importante en esa fecha marca la coincidencia que sea

en primavera cuando nace el Benemérito siendo el inicio de la

resurrección de la naturaleza y la vida. Es el momento en que el

Dios sol vence a la oscuridad del invierno.

En el libro de Alma Silvia Díaz Escoto, “Juárez: la construcción del mito” habla sobre el mito, el cual no se cuestiona, pero, como dice Julio López Saco, A pesar de sus elementos contradicto-rios, fantasiosos o incomprensibles, el mito es profundamente serio y debe considerarse como verdadero […]. Su verdad no se refiere directamente a la realidad mundana, sino a su modo de expresar las condiciones vitales del hombre, llenas de paradojas, contradicciones y contrasentidos, Así, las figuras míticas se vuelven intocables, alcanzan un carác-ter divino y están compuestas de símbolos que sintetizan aquello que la mayoría de las personas quisieran ser o tener. Más aún, al contar cómo “fueron hechas las cosas, los mitos revelan por quién o por qué lo fueron y en qué circunstancias. Todas estas revelaciones comprometen más o menos directamente al hom-bre puesto que constituyen una historia sagrada.” (3) Además, es necesario decir que el mito cumple funciones socia-les que son vitales para los pueblos, pues son útiles para dismi-nuir la angustia de los grupos humanos por lo inexplicable, in-comprensible o perecedero, y al mismo tiempo dan seguridad y certeza sobre cuestiones elementales y profundas de la vida. Por lo tanto, los mitos relajan y armonizan las relaciones socia-les. En el mito —dice Krader— “expresamos también nuestros íntimos sentimientos de miedo y de esperanza, de ansiedad y de confianza”(4)

Obvia decir que las figuras míticas cubren una función política y que las elites dominantes, con mucho éxito, han sido factores importantes en su construcción y utilización a lo largo de la histo-ria, ya que articulan una serie de elementos que son básicos en la correlación de fuerzas políticas y sociales. Cubren además otras muchas funciones, por ejemplo: a) pedagógicas, es decir, sirven para transmitir valores a los niños a través de la educa-ción; b) sociales, ya que tienen la función de ejercer cohesión y dar identidad a un pueblo o grupo humano; c) axiológicas, ya que establecen lo que es bueno y aceptado socialmente; d) existenciales, pues dan sentido a la vida; e) metafísicas, porque dan cuenta de lo que es esencial [Cambell].(5) No cabe duda de que la consagración del héroe se de-bió fundamentalmente a sus biógrafos, pero como puede observarse en lo que aquí se expone, los constantes debates en torno a la figura de Juárez durante el régi-men porfirista lo fueron perfilando claramente como una figura mítica, cargada de atributos sobrenaturales, y generaron la imagen de un ser que sólo y por sí mismo había creado, salvado y consolidado a la nación. Así, más allá de haber funcionado como símbolo para cohe-sionar a los liberales, la figura de Juárez trascendió las fronteras del porfiriato. Tras el culto casi religioso a este personaje, se estableció una identificación entre Juárez y la conformación de la patria y su liberación del yugo extranjero.(6)

4

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En el libro de Guillermo Brenes Tencio, “Héroes y liturgias del poder: la ceremonia de la apoteosis”. en la fecha que señala México, 6 de octubre de 1910, menciona lo siguiente. Según ha señalado “Baczko”, pese a la pretensión de racionali-

dad de que estaban impregnados, los Estados modernos no

pudieron evitar la utilización subliminal de emblemas y signos

simbólicos como ceremoniales públicos banderas, himnos, mo-

numentos y otros. Los Estados son los que hacen las naciones,

no los pueblos, y son los imaginarios oficiales los que mejor

muestran estos procesos de construcción nacional.

El Secretario de Relaciones Exteriores, Enrique C. Creel (1911),

quien hizo un “brillante panegírico” a los héroes del pasado. De-

cía vívidamente que la patria mexicana:

… alza hoy en este recinto un templo; en ese templo, altares, y

vertiendo en ellas flores y quemando ante ellos perfumes, glorifi-

ca y enaltece á sus redentores y entona en su honor himnos

triunfales. El hombre será indigno de su grandeza y la humani-

dad no merecedora de los inmensos bienes de que disfruta, si no

se mostraran gratos á todo cuanto los colma de bendiciones, lo

mismo al astro que alumbra su cielo, que á la flor que perfuma

sus campos, y lo mismo al fruto que los nutre, que al techo que

los cobija y á la mano providente que los protege.

Creel enfatizó en la idea de reverenciar a los héroes patrios, a los

que había que

... rendir culto y [...] tributar; ante sus imágenes revividas en la

memoria del pueblo mexicano y palpitantes en su corazón, como

ante sagrados íconos, doblamos la rodilla; y puestas en lo alto de

nuestras aspiraciones y elevadas como hostias nuestras almas,

entonamos el hosanna triunfal glorificador de nuestros héroes y

de nuestros mártires. (Ibidem)” (7)

Lo irónico es que Don Porfirio Díaz, también masón, al igual que

Benito Juárez es quien inicia la creación de este mito al mandar

edificar el hemiciclo, monumentos, escuelas calles con su nom-

bre a lo largo y ancho del México. Ambos fueron indígenas Oa-

xaqueños y en algún momento opositores políticos. Pero una

vez muerto Juárez. Díaz se designa su heredero y continuador

de los ideales.

Así en el hemiciclo a Benito Juárez, en la alameda de la Ciudad de México podemos ver inscrita su apoteosis (palabra griega que significa contarse entre los dioses, divinizar, deificar; apo: idea de intensidad; theo: Dios; osis: formación, impulsión) se llamaba a una ceremonia que hacían los antiguos para colocar en el núme-ro de los dioses o héroes a los emperadores, emperatrices u otros mortales. En el hemiciclo están los símbolos que reúnen los pensamientos liberales, como punto de reunión, además de los diversos mani-festantes y es el lugar para las expresiones sociales. Su diseño

fue hecho por el arquitecto Guillermo de Heredia, a base es un semicírculo con fuerte inspiración griega, cuenta con doce colum-nas de orden dórico, que soporta una estructura con entabla-mento y friso del mismo orden. A los costados tiene dos remates de urnas doradas, en cuyo centro se colocó la estatua sedente del presidente Juárez, tallado por el escultor italiano Lazzaroni. También él realizó las figuras del ángel de la patria, la justicia con la antorcha de la gloria y el par de leones al pie del gran pedestal que contiene a las anteriores. El conjunto está fabricado con mármol blanco de Carrara, Italia. Fue inaugurado el 18 de sep-tiembre de 1910. En el Informe sobre el hemiciclo por el Señor Ingeniero

D. Ignacio L. de la Barra, en el centenario de la indepen-

dencia dice:

"Juárez está representado atinada y propiamente; se apoya con firmeza en la tierra en que el hombre se agita con sus grandes y nobles cualidades y con sus pasiones bajas y mezquinas; le da sombra amorosamente la Glo-ria, que celebra el triunfo de la República colocando una corona sobre las sienes del Patricio, y la República que, con aire majestuoso, descansa su espada en la tierra, significando el fin de las luchas por nuestra segunda independencia, en tanto que con su diestra levanta en alto la antorcha del progreso".(8)

Al término de la ceremonia se recitó un Poema del señor

don Luis G. Urbina, con motivo del acto de inauguración

del monumento a Benito Juárez, el 18 de septiembre de

1910. Este poema tiene varias alusiones masónicas co-

mo se ve a continuación:

“Arenga lírica a Juárez Del bloque mismo en el que fue esculpida tu imagen, evocaron los cinceles el simbólico grupo que te cuida.” (9)

1) Copia de la Fe de Bautizo de Benito Pablo Juárez García. Santo Tomás de

Ixtlán, 22 de marzo de 1806. http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1806_99

Copia_de_la_Fe_de_Bautizo_de_Benito_Pablo_Ju_rez_G_633_printer.shtml

2) Ibidem

3) Díaz Escoto, Alma Silvia, Juárez: la construcción del mito, Cuicuilco [en linea]

2008, 15 (Mayo-Agosto) : [Fecha de consulta: 4 de marzo de 2017] Disponible

en:

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35112182002

4)Ibidem

5) Ibid

6) Ibid

7) Artículo: Héroes y liturgias del poder: La ceremonia de la apoteosis. México, 6

de octubre de 1910

Revista: Revista de Ciencias Sociales (Cr) 2004 IV(106) Autores: | Guillermo

Brenes Tencio |

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15310609

8) Ibidem

9) Poema completo ver en: Guadalupe Ríos de la Torre, Benito Juárez. Héroe de Mármol, – Investigadora Universidad Autónoma Metropolitana - Azcapotzalco http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/tye10/art_jua_05.html

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La crisis Por el V.·. M.·. René Febronio Maestro

Recientemente escuché a alguien decir...

¡Estamos en crisis!

Deje pasar un tiempo para reflexionar e investi-

gar la etimología de crisis (derivado del griego

krísis 'decisión', del verbo kríno 'yo decido, se-

paro, juzgo', designando el momento en que se

produce un cambio muy marcado en algo o en

una situación: en una enfermedad, en la natu-

raleza, en la vida de una persona, en la vida de

una comunidad. Y le doy en parte razón por

qué estamos como estamos.

Por aquellos que piensan que ya no necesitan

nada después de haber exprimido y abusado

de los demás material y mentalmente.

Por los que creen que ser parte de algo los ha-

ce inmunes e impunes para hacer y deshacer a

su antojo.

Por aquellos que en su vanidad y soberbia con-

sideran tener la verdad absoluta negando la

verdad de los demás.

Por los que han adquirido tanta información,

más no conocimiento y mucho menos sabidu-

ría. No saben que compartiendo es la mejor

manera de trascender en lugar de que los gu-

sanos disfruten esa enseñanza.

Por los que acumulan grados, condecoracio-

nes, títulos sin considerar que a mayor nivel

hay más responsabilidades. Comenzando por

la humildad.

Por los que se creen hechos a mano por Dios

mismo e incluso mejores que él. no reconocien-

do el valor de los otros.

Por esos que creen nos engañan y a nuestras

espaldas traman traiciones justificando su igno-

rancia, ambición e hipocresía. Ante Dios no hay

nada oculto.

Por los que quieren suplir sus inseguridades y

complejos, obsesionándose por el poder. Olvi-

dan que el verdadero arte es gobernarse así

mismo no a los demás.

Por los que callan y permiten que los malinten-

cionados se salgan con la suya. No hacer nada

es la peor traición.

Por aquellos que no comprenden que su ejem-

plo hace más que sus dichos.

Por los que piensan que el trabajo es virtual. El

verbo debe hacerse carne. El pensamiento le-

tra, la letra hechos.

Así que después de analizarlo la crisis no tiene

nombre, rostro, ni alusión a organización algu-

na. La crisis sólo está dentro de uno y nunca es

tarde para salir de ella al rectificar nuestros

errores, decidiendo ser parte de la solución y

no del problema.

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Calendario

del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (1)

El calendario masónico más extendido y utilizado es el del

R.·.E.·.A.·.A.·. Este calendario, para el cómputo del año (de la

verdadera luz) añade 4.000 años al calendario gregoriano

(denominado era vulgar, e.·. v.·.). Este desfase que hace

referencia a la construcción del Templo de Salomón entra

dentro del mito ya que este fue posterior. Los masones ven

en esta fecha la proyección sagrada que, se establece entre

la construcción de un Templo (símbolo de la recreación uni-

versal), y la fecha simbólica que la interpretación cristiana de

la Biblia establece para la creación del mundo (4.004 años

aproximadamente antes de la era cristiana).

El año tiene aspectos dueles: el año sagrado, eterno e inmu-

table, y el profano y mutable. La diferencia simbólica de 4000

años, para el iniciado representa la orientación simbólica que

se establece entre su espíritu y el Absoluto.

Conviene destacar los factores celestes y cósmicos: las esta-

ciones con dos Solsticios, los San Juanes de verano e in-

vierno o puertas de los hombres y de los dioses: y dos Equi-

noccios. Las 'horas designan simbólicamente la duración de

los trabajos.

Este calendario, como el hebreo. Comienza el año con la

luna de Nissan (marzo/abril gregoriano), cuando tras el in-

vierno viene la primavera y el renacer simbólico de nueva

vida: es el nuevo ciclo que comienza.

Organiza los meses y días según el cómputo del antiguo

calendario hebreo, por lo que se hace imprescindible el estu-

dio de éste para comprender el masónico: 'Dios creó el Sol y

la Luna para separar el día de la noche y servir de señales a

fiestas, días y años' (Génesis I: 14): es decir, el tiempo estaba

determinado por el curso del Sol y de la Luna. El día estaba

constituido por la revolución aparente del Sol alrededor de la

Tierra; el mes por la revolución de la Luna en tomo a la Tie-

rra: y el año, por la revolución de la Tierra en torno del Sol.

El día en un principio se contaba de salida a salida del Sol, es

decir, se ponía primero el día y luego la noche. En los últimos

libros de la Biblia se invierte el orden: viene primero la noche

y luego el día, esto quiere decir que se había empezado a

contar el día de puesta a puesta. El día se dividía en mañana

y tarde, y algunas fracciones más o menos vagas, marcaban

momentos importantes como: la aurora, la salida del Sol, el

mediodía o fuerza del calor, la puesta del Sol, el crepúsculo o

entre dos luces, etc. La noche se dividía en tres vigilias. Tanto

para el día como para la noche se introdujo en tiempos del

Nuevo Testamento la división romana; y aunque la Biblia no

habla de fracciones o divisiones ulteriores, éstas debían exis-

tir sin duda.

El mes es lunar. Dado que las lunaciones duraban 29 días,

12 horas y 44 minutos, los meses lunares tenían 29 y 30

días alternativamente. En un comienzo se adoptaron los

nombres cananeos, que relacionaban los meses con las

estaciones anuales. La Biblia habla de cuatro: Abib (mes de

las espigas). Etanim (mes en que sólo corren las aguas

permanentes), Ziv (mes de las flores, de la generación), Bul

(mes de las lluvias e inundaciones). En el medio rural se

empleaba una nomenclarura relacionada con las tareas

agrícolas (mes de la siembra, mes de la poda, mes del

trigo. etc.): así lo testimonia el llamado "calendario de Gue-

zer". Poco antes del exilio empezaron a designarse los

meses mediante un sistema numeral ordinal, que partiendo

de primavera, se numeraban (del primero al duodécimo

mes). Finalmente, fueron adoptados los nombres babilo-

nios, que sobreviven en el Judaísmo y masonería escoce-

sa actuales. He aquí su orden y equivalencia aproximada

con nuestro calendario gregoriano:

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1° = Nisán o Nissan (marzo-abril)

2° = Jiar o lyyar (abril-mayo)

3° = Sivan o Isivan (mayo-junio)

4° = Thamuz. Tammuz o Tammouz (julio)

5° = Ab o Alo (julio-agosto)

6° = Elul. Mout o Eliul (agosto-septiembre)

7° = Tisri. Trischri o Tishri (sept.-octubre)

8° Marjervan, Marchesvan o Malchruan (oct.-nov.)

9° = Kisley, Kisleu o Chislev (noviembre-diciembre)

10° = Tebeth o Teveth (diciembre-enero)

11° = Sebat. Shevat o Schebat (enero-febrero)

12° = Adar (febrero-marzo)

Salomón, según el libro de los Reyes, se regía como los he-

breos del periodo bíblico, por un calendario solar, teniendo doce

oficiales a sus órdenes, uno de servicio para cada mes. Los

hebreos durante su cautividad tomaron un calendario caldeo

luno-solar, en el que los meses se regían por la luna y las esta-

ciones del año por el sol: y así es como llegó a la masonería

operativa. y de ésta al R.·.E.·.A.·.A.·.

El año es también lunar, es decir, consta de doce meses de 29

y 30 días alternativamente, que hacen un total de 354 días, o

sea once menos que el año solar. Esta diferencia entre ambos

años (lunar y solar), se reajusta mediante la adición de un 13°

mes, que lleva el nombre de Veadar o doble Adar, y que se usa

sólo cada 19 años, para complementar las diferencias entre el

cómputo lunar y solar; a este año de 384 días se le llama año

"embolismico". El libro de los jubileos, el libro de Henoc y los

escritos de Qumran se rigen por un año solar de 364 días,

dividido en 52 semanas distribuidas en cuatro trimestres de

trece semanas cada uno. En un principio, el año judío empeza-

ba en el equinoccio del otoño, coincidiendo con el nuevo año

agrícola, que se abría con la siembra y las primeras lluvias, que

hacían revivir a la naturaleza. Se cree que poco antes del exilio,

los israelitas adoptaron en la vida civil el calendario de Babilo-

nia, que empezaba en el equinoccio de primavera. En la vida

religiosa, sin embargo, siguió en vigor el calendario antiguo, es

decir, el año religioso siguió empezando en primavera.

El año comienza con la primera luna nueva de Aries, comienzo

de la rueda del Zodiaco en su primer signo (Aries).

La semana refleja los días de la creación según el génesis.

Exceptuando el sábado, los demás días de la semana israelita

carecían de nombres propios y se les designaba simplemente

con el número ordinal. Partiendo del día siguiente al sábado,

sala numeraba: primer, segundo día, etc. de la semana. Más

tarde el día sexto recibió el nombre de 'parasceve o prepara-

ción del sábado. El ritmo semanal de seis días de trabajo y uno

de descanso, privativo de Israel, simbolizaba la transitoriedad

de este mundo y alimentaba la esperanza en el descanso.

El R.·.E.·.A.·.A.·. emplea dos fórmulas distintas para expresar

las fechas: la utilizada para uso común en documentos admi-

nistrativos, cartas, comunicaciones entre hermanos, etc., en la

que a los meses no se les denomina por su nombre, sino por el

número de orden; y otra fórmula, destinada para el ámbito de lo

interno y sagrado (carta constitutiva, planchas de arquitectura y

del balaustre, proclamas solemnes, etc.), en la que se expresa

el nombre del mes. Así, según el R.·.E.·.A.·.A.·., tendremos por

ejemplo que el 11 de abril de 1994 (día de la luna nueva de

Aries, comienzo del año masónico), se expresará: "Primer día

del primer mes de 5994 o "Primer día del mes de Nisán de

5994 v.·. l.·.". También sería una expresión masónica válida

denominarlo '11° día del mes de abril de 1994 pero lo que sí

resulta Incorrecto es, pretender transformar el tiempo profano

(era vulgar) en tiempo sagrado (verdadera luz). Sumando sólo

años y no atenerse al cómputo del día según el calendario

lunar.

La importancia que en este calendario tienen los astros es

evidente (especialmente la luna), pues los masones operativos

fijaban sus tenidas y tipo de trabajo a desarrollar según la posi-

ción de éstos. Por poco que observemos el comportamiento de

la naturaleza, notaremos la influencia biológica que los astros

tienen sobre los organismos vivos (mareas. menstruaciones,

ritmos cardiacos, fluidez de la saña. etc.): cualquier viejo agricul-

tor nos explicaría por qué tiene en cuenta qué debe sembrar en

luna creciente y recolectar en menguante; y un biólogo cómo la

Luna influye en todo el sistema linfático, es decir, en las líquidos

del cuerpo, provocando flujos y reflujos a semejanza de las

mareas. Está comprobado mediante múltiples experimentos,

que especialmente en Plenilunio y en Luna Nueva la actividad

física y psíquica alcanzan los niveles más altos, por lo que pare-

ce lógico que la celebración de las tenidas tengan en conside-

ración la posición de la luna, así como las particularidades de

cada lunación.

Tomado de: Juan Carlos Daza, Diccionario Akal de Francmasonería, Editorial Akal, 1997, 416 paginas

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La flor de no me olvides

La pequeña y modesta flor "no me olvides" tiene cinco pétalos y su centro asemeja un pentágono resplandeciente de colores blanco y amarillo; gene-ralmente es azul claro o blanco y crece en grupos, dado que sus semillas pequeñitas son dispersadas por el viento en los terrenos grandes. En el signifi-cado de las flores, la flor No Me Olvides, simboliza a la amistad y al amante eterno. De acuerdo a una antigua leyenda un caballero vestido en su armadura estaba cabalgando a la orilla de un río con su prometida. Ella vio un grupo de flores azules meciéndose en el agua, y pidió a su amante que las recogiera. Al intentar llegar a ellas, el caballero se resbaló y cayó al rió. La pesa-da armadura impidió que pudiera nadar y comenzó a hundirse en el agua pero antes arrojó las flores azules a su amada diciendo "No me olvides". Pero tómese esa breve descripción para saber que durante la persecución y prohibición de la Francma-sonería por el régimen nazi, los masones continua-ron reuniéndose y celebrando sus rituales en secre-to. La escuadra y el compás no era un buen símbo-lo para usar en aquel entonces. Así que, para poder reconocerse entre ellos, la pequeña flor azul "No me Olvides" (Blue Forget Me Not) fue elegida como emblema masónico. En un trabajo de investigación del Querido Her-mano Alain Bernheim, de la Logia de Investigación Ars Macionica Nº 30, bajo la juricdición de Gran Logia de Bélgica, encontramos los siguientes datos: Un documento de la Orden "The Masonic Brother-hood of the Blue Forget-Me-Not", decía: "Ya en 1934 se evidenció que Hitler y sus esbirros Nazis se proponían erradicar la Masonería. La Grossloge Zur Sonne (La Gran Logia del Sol) necesitaba un símbolo más discreto que la Escuadra y el Compás para identificar a sus Hermanos." "A lo largo de toda la era Nazi, una pequeña flor

azul en la solapa identificaba a un Hermano. En los campos de concentración y en las ciudades, esa pequeña flor azul no me olvides identificaba a aqué-llos que se rehusaban a dejar que la Luz de la Francmasonería se extinguiese. Cuando en 1947, la Gran Logia del Sol fue reabierta en Bayreuth, un pequeño pin en forma de flor azul "no me olvides" fue propuesto y adoptado como emblema oficial de la Primera Convención Anual de aquellos que ha-bían sobrevivido a los más terribles años de oscuri-dad, trayendo de nuevo la Luz de la Francmasone-ría a los Templos. Un año después, en la Primera Convención Anual de las Grandes Logias Unidas de Alemania, el pin fue adoptado como emblema masónico oficial para honrar a los valientes Herma-nos que habían estado realizando sus Trabajos bajo las más adversas condiciones. Así fue que una pequeña e insignificante florecilla azul se convirtió en un significativo emblema de la Orden, llegando a ser quizás el emblema más usado por los Francma-sones Alemanes." Cuando el Gran Maestro Vogel instaló una nueva Logia en Selb en 1948, recordó la anécdota del pin No me Olvides. Como la fábrica y los moldes aún existían, Vogel encargó una gran cantidad de esos pines, que distribuía después como señal de frater-nidad en donde quiera que fuese a visitas oficiales, especialmente en los Estados Unidos, a donde Geppert lo acompañó en 1961. Esto explica por qué la flor azul No me Olvides se convirtió en símbolo oficial de la Francmasonería alemana después de la Guerra. Geppert escuchó a Vogel relatar la anécdota del pin en Estados Unidos pero sólo en referencia a las colectas Nazis de 1938. Esto explica también por qué, cuando más tarde los Masones Norteamericanos fundaron Lo-gias Militares en Alemania, algunas de ellas esco-gieron la flor por nombre. Tal es el caso de la Logia Forget me Not No.896 en Heilbronn, reconocida por la Gran Logia Americano-Canadiense en 1965. La flor No me Olvides: la historia detrás de este amado emblema de la Orden en Alemania". Men-ciona que un pin con ese emblema era obsequiado a los recién iniciados en todas las Logias de esa jurisdicción y la Gran Logia Americana Canadiense obsequiaba un pin similar a quienes eran exaltados al Grado de Maestro. Sus investigaciones apuntan a la Grossloge zur Sonne (Gran Logia del Sol) co-mo el cuerpo masónico que desarrolló el símbolo.

Leer más: http://rlmaat11.webnode.es/flor-no-me-olvides/

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Mujer y la masonería

El encaje de las mujeres en las logias masónicas nunca fue sencillo. Y aunque sus postulados más emblemáticos, libertad, igualdad, fraternidad y tolerancia ante lo diverso, apelan a la perfectividad de todo ser humano y a su contribución a la mejo-ra de la humanidad, la participación femenina siempre se con-templó con recelo. De hecho, la consideración de la mujer co-mo ser inferior y subordinado al hombre impidió que fuera trata-da en pie de igualdad por padres, maridos y hermanos maso-nes, a pesar de predicar en las logias el advenimiento de una nueva conciencia moral que impediría la explotación de un ser humano por otro.

A partir del siglo XVIII, cuando las ideas de la Ilustración se expanden por Europa, un debate resonará en las logias masó-nicas: ¿debería hacerse extensible “el generoso proyecto de extender la luz masónica” a las mujeres? ¿Era posible el trabajo en pie de igualdad con el otro sexo en la consecución de un “hombre nuevo”, laico y racional, que encontrara dignidad y fuerza en la libertad de conciencia y de pensamiento?

De hecho, la masonería autodefinida como “regular”, de carác-ter inglés, no se hizo eco de las demandas cada vez más nu-merosas de mujeres que, por su parentesco con masones o por su adscripción a la ideología liberal de la época, pedían su inclusión en las logias masculinas. Sin embargo, en el ámbito de la masonería liberal y adogmática, de influencia francesa y más progresista, se reconoció el derecho de las mujeres a participar en sus debates y, más adelante, a su inclusión en la masonería mixta a través de las logias de adopción. Para la historiadora María de Viedma, “La historia de las mujeres en la masonería (todavía hay quien se pregunta si hay mujeres refle-jo de sus vivencias como sujeto colectivo), es decir, de sus experiencias de vida conforme a la definición concreta de lo que es ser hombre o mujer en una época y un lugar determinados”

Como la autora señala, el principio de la normatividad excluyen-te para las mujeres en la Masonería, lo marca la creación de la Gran Logia de Londres y el texto de las Constituciones de An-derson (redactadas por el pastor James Anderson y el historia-dor Théophile Désopuliers y aprobadas y publicadas en 1723), que no consideraba al sexo femenino portador de libertad por encontrarse legalmente bajo la tutela de padres, hermanos o maridos.

De hecho, durante la Baja Edad Media, cuando en Europa se vivió la efervescencia constructora que requería la extensión urbana y la edificación de múltiples iglesias y catedrales, las cofradías de este ramo laboral contaban con mujeres, dedica-das a las artes constructivas, que participaron en los primige-nios rituales masónicos. Se conocen testimonios de mujeres constructoras a las que se reconoció actitudes y capacidades suficientes para ser iniciadas junto a sus compañeros en los

misterios del Arte Real. Posiblemente, ello se debió al mejor conocimiento en aquella época del papel mistérico jugado por múltiples divinidades femeninas en la Antigüedad, lo que otor-gaba a las mujeres un papel más relevante que el que le conce-día el dogma cristiano.

Con todo, el origen de lo que se considera la Masonería Espe-culativa contemporánea se sitúa en el “primer momento regla-do” de las Constituciones de Anderson. En ellas, se asienta la potestad de los masones ingleses de negar en las logias masó-nicas la inclusión de mujeres argumentando que sus compo-nentes femeninos, hasta el momento, nunca habían obtenido el grado de maestros operativos. Argumentan también su deci-sión apelando a que la presencia femenina podría inducir a sus compañeros a realizar “actos inmorales” o a que la incapacidad de las mujeres para guardar secretos y su tendencia a la mur-muración podrían poner en peligro la necesaria discreción que el trabajo en los talleres masónicos requería.

En 1774, el Gran Oriente de Francia crea la llamada Masonería de Adopción con un rito específico para las mujeres que, como destaca Viedma,

“fue una forma de masonería tan limitada como limitante. Se diseñó, pues, un rito específico adecuado a lo que los masones adoptadores consideraban apropiado para las mujeres, quie-nes, por cierto, no podían reunirse sin la presencia de un oficial de la logia adoptante.”

Un paso esencial en el reconocimiento de las capacidades y los derechos de las mujeres en su acceso a la Masonería, en pie de igualdad con sus compañeros, lo supuso la creación de Le Droit Humaine en 1883, que quiebra el principio fundacional de la Masonería contemporánea al hacer recaer en hombres o mujeres, indistintamente, la definición de sujeto masónico. Ma-rie Desraimes, junto a George Martin, crearon bajo este nombre la Orden Masónica Internacional. Desde esta nueva instancia se interpelaba a los varones masónicos y se denunciaba la arrogante exclusión de las logias propiciada por las Constitucio-nes de Anderson, que ahondaron todavía más la histórica de-sigualdad por razón de sexo a la que se veían sometidas las mujeres.

Los compañeros masones inciden de continuo en el rol de esposa y madre que les es propio y esta visión naturalizadora y biologista del papel que sus compañeras deben jugar en la nueva sociedad lastra su libertad y las limita;

“La función materna es un tema muy recurrente en los artículos que escriben los masones. Les preocupa especialmente a causa de la influencia que las madres tienen sobre los hijos, de ahí la necesidad social de contar con madres instruidas. Sin duda, en medio de tantos elogios, lo que realmente subyace es la instrumentalización de la mujer…”

…nuestro entendimiento, nuestro corazón, nuestra alma, nece-sitados de sabiduría, fuerza y belleza; y bien sabe usted, Seño-ra, que no puede llamarse perfecto a un edificio sino a condición de que su dibujo sea regular, sus bases sólidas y su decorado correcto… al rehusar a su sexo el derecho a entrar en nuestras asambleas lo hemos hecho en beneficio de su reputación, de su tranquilidad y de su dicha… y una vez dueñas de sí, su corazón, naturalmente inclinado a la ternura ( y usted sabe Señora que el corazón razona muy rara vez) las expone a cada paso a someterse a un dominio peor que los precedentes.”

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Y esa “delicadeza de espíritu” y esa “sobreexcitación sentimen-

tal” que las mujeres muestran en función de su esencia mater-

nal las convierte en hermosos seres adornados de bellas virtu-

des pero absolutamente incapacitados para el razonamiento

continuado, la discusión política y la abstracción. A este respec-

to, resulta muy interesante el opúsculo Cartas acerca de la

Masonería, que reproducía Le Monde Maçonnique de París y

que publicó a su vez el periódico de la Confederación del Con-

greso de Sevilla, El Taller, en el que el autor intenta explicar a

una tal señora G. por qué las mujeres no podían profesar la

Masonería: “

…nuestro entendimiento, nuestro corazón, nuestra alma, nece-

sitados de sabiduría, fuerza y belleza; y bien sabe usted, Seño-

ra, que no puede llamarse perfecto a un edificio sino a condición

de que su dibujo sea regular, sus bases sólidas y su decorado

correcto… al rehusar a su sexo el derecho a entrar en nuestras

asambleas lo hemos hecho en beneficio de su reputación, de

su tranquilidad y de su dicha… y una vez dueñas de sí, su

corazón, naturalmente inclinado a la ternura ( y usted sabe

Señora que el corazón razona muy rara vez) las expone a cada

paso a someterse a un dominio peor que los precedentes.”

La ideología masónica, el socialismo utópico y, más tarde, el

anarquismo, la teosofía, el krausismo y las corrientes naturistas

fueron los mimbres con los que estas “heterodoxas” construye-

ron su discurso ideológico y urdieron las redes que posibilitaron

su actividad política y social. El testimonio de su pensamiento y

de su lucha contra una sociedad que las condena al ostracismo

por no adecuarse a lo que espera de ellas ha quedado recogido

en multitud de escritos, literarios y periodísticos, siempre militan-

tes y combativos. A pesar del silencio al que fueron condena-

das por mujeres y por masonas, ya hemos visto las dificultades

que debieron vencer respecto a sus propios compañeros de

logia, su voz sigue sonando hoy igual de clara y rompedora y,

por ello, merecen un destacado recuerdo.

Debemos incardinar la ideología masónica en la llamada antro-

pología liberal, aquella que concibe la libertad humana en un

doble sentido: la libertad que depende del entramado legal

sobre el que se asienta el poder estatal y la que depende del

desarrollo integral del individuo en la medida en que se asienta

en la autoconciencia y la autonomía personal. Del desarrollo de

todas sus facultades, sensitivas, racionales y volitivas, surgirá

un hombre nuevo, libre y soberano, que sabrá relacionarse en

pie de igualdad con otros individuos autónomos y libres.

El propio Rossend Arús, en el periódico librepensador que

fundó y dirigió, La Luz, definía su idea de libertad como la condi-

ción imprescindible para acceder al dominio de la Razón: “La

libertad crece con las luces del hombre, cuanto más se desarro-

lla su inteligencia, más se extiende y engrandece el dominio de

su libertad.”

Libertad y conocimiento serán, pues, las bases sobre las que se

edificará una nueva moral, la que deberá guiar a los individuos

cuando, liberados de toda tutela, se enfrenten a la vida y sepan

elegir lo mejor para ellos y para sus semejantes. La educación

racional, laica e integradora pasa a ser, para el ideario masóni-

co, la viga maestra de su edificio ideológico y, en este aspecto,

fue una buena aliada de otras propuestas ideológicas laicistas

de la época, como veremos más adelante.

“Nace este cambio de la idea ya extendida, de que el fin general

de perfeccionarse y de realizar la naturaleza humana obliga lo

mismo al hombre que a la mujer y de que la personalidad racio-

nal arranca en ambos de igual origen, de su semejanza con

Dios, expresada en la unidad e identidad de la conciencia, y

que somete a uno y otro sexo a las leyes constitutivas de su

ser, de donde dimanan los mismos deberes fundamentales, y

el mutuo respeto y amor que entre ellos ha de reinar en la vida.”

La contundencia de su mensaje emancipador hizo, pues, con-

verger la lucha de mujeres intelectuales burguesas y de otras

de clases más humildes entorno a los rituales masónicos. Se

sintieron “arquitectas de la República”, feministas anticlericales y

luchadoras incansables en pos de una educación laica y de

calidad que preparara a las mujeres para un protagonismo que

sin duda obtendrían en un futuro cercano. Sin embargo, su

praxis vital y su comportamiento cívico rebasaron ampliamente

los límites previstos para ellas y acabaron comprometiendo en

muchos casos la relación con sus compañeros masones.

Podríamos concluir que la trayectoria vital y el discurso de estas

masonas finiseculares sirvió de puente entre el feminismo de

base liberal y el feminismo obrero y que supo crear una amplia

zona de influencia que prepararía el camino hacia la consecu-

ción de los derechos políticos vinculados a la concesión del

voto. Del primero extraerían la base reivindicativa de derechos

civiles asentada sobre postulados laicos, pacifistas y racionalis-

tas; del segundo, la reivindicación de derechos laborales y sindi-

cales.

Es indudable que su demanda de “libertad de conciencia” como

principio de actuación individual y colectiva y su irrupción en la

escena pública con un discurso nítidamente diferenciado de sus

compañeros en lo tocante a la “cuestión femenina”, las convier-

te en pieza clave para el posterior desarrollo del feminismo

sufragista de los años veinte. Sus ideas y sus prácticas son,

pues, una referencia inexcusable en la historia del feminismo.

Tomado de: Elena Vera Gimeno, Voces de la masonería femenina decimonónica en defensa de los derechos de las muje-

res españolas, SEPTIEMBRE-2013, 69 paginas.

http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/55164/1/Trabajo%20fin%20M%C3%A1ster,%20Elena%20Vera.pdf

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Filantropía y caridad

Filantropía, esta palabra en su etimología es de

procedencia griega bajo denominación

“φιλανθρωπια” (philanthrōpia), que se descompo-

ne en el prefijo philos (φίλος) que significa amor, y

el también término griego anthropos (άνθρωπος)

que se refiere al hombre, al ser humano.

Se entiende por filantropía a una actitud

de amor que individuos o instituciones pueden te-

ner hacia el género humano en general. Así, las

acciones emprendidas por estas instituciones o

personas son desinteresadas y buscan el avance y

bienestar de la humanidad aun siendo conscientes

de todos los errores y perversiones que puede te-

ner el género humano. El amor desinteresado ha-

cia el prójimo se lleva a su máxima expresión en la

filantropía.

Por caridad se entiende aquella aptitud de extrema

sensibilidad ante los sufrimientos ajenos, que moti-

va al ejercicio de socorro y ayuda. Como virtud teo-

logal, y opuesta a la envidia. Consiste en amar a

Dios y al prójimo.

Para el masón es el amor y ayuda al prójimo, y su

práctica constituye parte de la beneficencia, la cual

“no debe confundirse con la limosna, que rebaja al

que la recibe sin elevar al que la da".

Elevarse sobre los sentimientos y conceptos profa-

nos de la caridad, constituye la verdadera fraterni-

dad del iniciado, el mismo espíritu de entrega hacia

los demás como hacia uno mismo, sin obligación o

reconocimiento de ninguna clase.

La caridad es una de las tres bases o pilares de la

masonería hermética: y una de las alegorías que

decoran los templos de la masonería de Adopción.

En la masonería, al termino de cada sesión se de-

be hacer un acto de amor y caridad. Si no se hace,

es estéril nuestro trabajo. Lo hacemos por amor a

la humanidad.