análisis comparativo de dos novelas históricas: la...
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Academiejaar 2012 - 2013
Análisis comparativo de dos novelas
históricas: La Virgen del Sol de Jordi Díez y La
Sacerdotisa de la Luna de Emma Ros.
ESTUDIO DE SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LAS DOS NOVELAS
CENTRADO EN EL TEMA DE LA RELIGIÓN.
Hélène BEELE
Promotor: Prof. Dr. Eugenia Houvenaghel
Masterscriptie ingediend tot het behalen van de graad van Master in de Taal- en Letterkunde: Iberoromaanse talen
Academiejaar 2012 - 2013
Análisis comparativo de dos novelas
históricas: La Virgen del Sol de Jordi Díez y La
Sacerdotisa de la Luna de Emma Ros.
ESTUDIO DE SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LAS DOS NOVELAS
CENTRADO EN EL TEMA DE LA RELIGIÓN.
Hélène BEELE
Promotor: Prof. Dr. Eugenia Houvenaghel
Masterscriptie ingediend tot het behalen van de graad van Master in de Taal- en Letterkunde: Iberoromaanse talen
“Toda novela es un testimonio cifrado; constituye una representación del mundo,
pero de un mundo al que el novelista ha añadido alguna cosa:
su resentimiento, su nostalgia, su crítica.”
- Mario Vargas Llosa -
Agradecimientos
En primer lugar, quiero dar las gracias a mi directora de tesis, Eugenia Houvenaghel, por su
ayuda, por sus consejos muy buenos y útiles y por sus correcciones. Además, quiero agradecerle
porque ella me ha hecho descubrir a dos autores y dos obras muy interesantes. Encima, gracias a
esta tesina, he aprendido mucho sobre la civilización incaica y sobre la cultura azteca.
En segundo lugar, quiero agradecer a mi madre por su ayuda y por sus consejos. Quiero
también dar las gracias a mis padres, a mi novio y a mis amigos porque siempre me han apoyado
mucho.
En último lugar, quiero dirigir unas palabras de agradecimiento a mi amiga madrileña, Sara
Fernández Hernández, por haber esclarecido algunas dudas con respecto a la gramática de la lengua
española y también a Jordi Díez, por su respuesta muy clara a mis preguntas.
Índice
Agradecimientos
Índice
1. Introducción 1
2. Breve presentación de los autores: vida y obra 3
2.1 Jordi Díez 3
2.1.1 Biografía 3
2.1.2 La Virgen del Sol 4
2.1.3 Otras obras de Jordi Díez 5
2.2 Emma Ros 6
2.2.1 Biografía 6
2.2.2 La Sacerdotisa de la Luna 7
2.2.3 Otras obras de Emma Ros 9
2.3 Comparación de los dos autores 9
3. Análisis comparativo: La Virgen del Sol y La Sacerdotisa de la Luna 11
3.1 La representación del tiempo 11
3.1.1 Parte teórica 11
3.1.2 La Virgen del Sol 13
3.1.3 La Sacerdotisa de la Luna 15
3.1.4 Parte comparativa 19
3.2 Los personajes principales 22
3.2.1 Parte teórica 22
3.2.2 La Virgen del Sol 23
3.2.3 La Sacerdotisa de la Luna 27
3.2.4 Parte comparativa 30
3.3 La representación del espacio 32
3.3.1 Parte teórica 32
3.3.2 La Virgen del Sol 33
3.3.3 La Sacerdotisa de la Luna 34
3.3.4 Parte comparativa 36
3.4 La intriga 38
3.4.1 Parte teórica 38
3.4.2 La Virgen del Sol 39
3.4.3 La Sacerdotisa de la Luna 41
3.4.4 Parte comparativa 42
3.5 El punto de vista narrativo 44
3.5.1 Parte teórica 44
3.5.2 La Virgen del Sol 45
3.5.3 La Sacerdotisa de la Luna 47
3.5.4 Parte comparativa 49
4. Conclusión general 50
Bibliografía 54
1
1. Introducción
Las civilizaciones desaparecidas siempre han atraído al hombre. Por eso, constituyen un tema
importante en la literatura, no sólo para los lectores, sino también para el escritor, a quien este tema
da juego para redactar una novela. Nuestro corpus trata también de dos civilizaciones
precolombianas que hablan a la imaginación. En La Virgen del Sol de Jordi Díez, nos inmergimos en el
mundo de los incas mientras que La Sacerdotisa de la Luna de la escritora Emma Ros nos cuenta una
historia que se desarrolla por gran parte en la sociedad azteca.
Después de una lectura de ambas novelas, tuvimos la impresión que los dos libros tienen,
desde el punto de vista del abordaje de la cultura precolombina, determinados elementos en común.
Por otra parte, las novelas difieren en cuanto a su aproximación a la cultura precolombina
desarrollada. Tanto La Virgen del Sol como La Sacerdotisa de la Luna hacen alusión a la religión. La
primera novela trata de la religión de los incas que tenían como dios principal el Sol Inti, mientras
que el segundo libro refiere a la religión azteca en su primer contacto con el catolicismo. Por eso,
parece interesante enfocarnos en este tema de la religión, que forma un hilo rojo a través de las dos
obras estudiadas, para investigar las similitudes y las diferencias entre La Virgen del Sol de Jordi Díez
y La Sacerdotisa de la Luna de Emma Ros. Compararemos las dos obras a través de cinco aspectos:
¿Cómo se representa el tiempo en ambas novelas? ¿En qué manera los personajes principales se
diferencian y se parecen? Con respecto a los protagonistas, nos preguntaremos en particular por qué
ambos autores optaron por un personaje principal femenino. ¿Cómo se representa el espacio en las
dos obras? ¿De qué manera se construye la intriga en La Virgen del Sol y en La Sacerdotisa de la
Luna? ¿Y cuál es el punto de vista narrativo en ambos libros?
A fin de encontrar las respuestas a esas varias preguntas de investigación, nuestra
metodología es múltiple. Recurrimos en primer lugar a la información sobre los escritores y sobre las
dos novelas para establecer un estado de la cuestión. Como se trata de un corpus bastante reciente,
La Virgen del Sol fue publicado en 2008 y La Sacerdotisa de la Luna en 2012, todavía no existen
muchos estudios críticos sobre las dos obras. La información, encontrada casi todo en Internet,
consta de algunas entrevistas y algunos artículos de diferentes periódicos y revistas españoles. Jordi
Díez tiene también un propio sitio web y un blog, pero, según nosotros, utiliza este último sobre todo
para hacer publicidad. Se puede encontrar también un sitio web sobre el libro de Emma Ros, La
Sacerdotisa de la Luna. Estas fuentes nos informan sobre el contenido de ambas novelas y sobre la
vida de los escritores. Además, nos cuentan por qué Jordi Díez y Emma Ros redactaron La Virgen del
Sol y La Sacerdotisa de la Luna y cómo se han informado antes de escribir los libros. Podemos leer en
2
Internet en menor medida algunos blogs de lectores, que son bastante positivos con respecto a las
dos obras.
En segundo lugar, desde el punto de vista del componente histórico de la temática que las
novelas tienen en común, nos basamos en crónicas y libros históricos más recientes sobre la
civilización y la mitología de los incas y de los aztecas para profundizarnos más en el tema de ambas
novelas, por ejemplo las crónicas de Garcilaso de la Vega sobre los incas o las de Bernardino de
Sahagún sobre la civilización azteca.
Finalmente, por lo que es del análisis literario, hemos consultado obras teóricas sobre el
análisis de una novela. No sólo hemos buscado libros teóricos generales con respecto a este tema,
sino también obras teóricas que tratan de la novela histórica dado que ambas novelas pertenecen a
este género. Para el componente del tiempo, nos centramos en el Discurso del relato de Gérard
Genette. Luego, analizamos los personajes, basándonos en el modelo actancial de Greimas. Como
nuestro corpus pertenece al género de la novela histórica, prestamos también atención a las
características de los personajes en este tipo de novela, fundándonos en las teorías de Fernando
Aínsa y Seymour Menton. En cuanto al espacio en las novelas, nos basamos en el libro Pour lire le
roman de Jean-Pierre Goldenstein. Para el análisis de la intriga, recurrimos al modelo quinario de
Jean-Michel Adam. Pero, como el orden narrativo juega también un papel importante en la intriga,
referimos también a la obra1 de Goldenstein. Finalmente, examinamos el punto de vista narrativo
mediante el Discurso del relato de Genette.
Después de esta introducción, comenzaremos este trabajo con un apartado dedicado a los
autores, es decir a Jordi Díez y a Emma Ros, y a nuestro corpus: La Virgen del Sol y La Sacerdotisa de
la Luna. Luego, compararemos estas dos novelas, enfocándonos en el tema de la religión, a base de
los cincos aspectos ya mencionados arriba: el tiempo, los personajes principales, el espacio, la intriga
y el punto de vista narrativo. Cada parte empieza con una base teórica, seguida de un análisis de las
dos obras y de una comparación de La Virgen del Sol y de La Sacerdotisa de Luna. Esta comparación
ya formará una primera conclusión en cuanto al aspecto tratado. Finalmente, terminaremos nuestra
investigación e intentaremos de sacar conclusiones generales sobre la comparación de ambas
novelas, dando respuesta a nuestras preguntas de investigación.
1 Se trata del libro Pour lire le roman. (1983)
3
2. Breve presentación de los autores: vida y obra
2.1 Jordi Díez
2.1.1 Biografía
Jordi Díez nació en Terrassa, Cataluña en 1969. Su padre es un catalán y su madre es de
origen andaluz. Entonces, desde el inicio de su vida entró en contacto con dos culturas diferentes2.
Desde niño, le gusta mucho leer libros. Su género favorito es el thriller histórico. Más tarde,
descubrió la literatura hispanoamericana. Le encantan las obras de Vargas Llosa, de Isabel Allende y
sobre todo las de Gabriel García Márquez. Cien Años de Soledad es su novela favorita y dice que
siempre lleva este libro cuando está de viaje. Así, llegamos a otra afición de Jordi Díez: viajar. Ha
visitado diferentes países latinoamericanos como por ejemplo Perú. Estos viajes forman una fuente
de inspiración para el autor3.
Ha iniciado como escritor con la novela La Virgen del Sol, publicada en 2008. En 2011, se
publicó su segunda obra: El Péndulo de Dios. Ambos libros pertenecen al género de la novela
histórica. El autor afirma en una entrevista que nunca ha idealizado los tiempos antiguos, pero
admite que son maravillosos para escribir una novela4. Sin embargo, el escritor se interesa más en la
gente de una civilización pérdida y en cómo han vivido esta sociedad y esta cultura. Su objetivo es
que el lector forme parte de la historia y que se integre en la novela5. Dice en una entrevista:
Eso es lo que intentó en mis novelas, que la gente lo pase bien y se interese por vivir y
conocer lo que explico en ellas. Si después de leer La Virgen del Sol alguien decidió subir a
Machu Picchu, o después de leer El Péndulo de Dios algún lector se ha acercado al Monasterio
de Santes Creus o a la biblioteca de París, significaría que quizá lo conseguí.6
Cabe mencionar también que la religión juega un papel importante en ambas obras de Jordi
Díez. Sin embargo, Díez afirma que no se trata realmente de la religión, que es, según él, un medio
2 Información sacada del sitio web de Jordi Díez: http://www.jordidiez.com/index.html (22/09/2012)
3 Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet:
http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (20/11/2011) 4 Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet:
http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012) 5 Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet:
http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012) 6 Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet:
http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012)
4
para adoctrinar y tranquilizar a un pueblo, sino que el autor se fascina por la espiritualidad. Es este
tema que aparece también en sus novelas. Más específicamente, el escritor es fascinado por el
miedo atroz a la muerte y por la pregunta siguiente: ¿Por qué sentimos que formamos parte de algo
mayor a nosotros mismos, cuando nuestras propias vidas son ridículas en importancia y duración?
Son estos dos elementos que se puede encontrar en sus novelas también. Además, el autor se atrae
por el hecho de que toda la gente en todo el mundo tiene los mismos sentimientos espirituales,
pero, como esta gente tiene una cultura y una religión diferente, se expresa estos sentimientos
espirituales de otra manera. Jordi Díez añade también que, según él, la fuente de todo está en el
interior y que por eso no entiende por qué algunas personas precisan de ‘traductores’ para ponerse
en contacto con sus ‘dioses’. 7
Desde hace unos seis años, Jordi Díez vive con su mujer y sus dos niñas adoptadas en la
República Dominicana y además de ser escritor, trabaja allí en una importante empresa turística.
Ahora, está escribiendo su novela siguiente, que será también una novela histórica8.
2.1.2 La Virgen del Sol Como ya hemos dicho, La Virgen del Sol es el primer libro de Jordi Díez y se publicó en 2008.
Un viaje a Perú, que ha dejado una impresión fuerte en el autor, sirvió como fuente de inspiración. El
autor dice que fue una gran prueba para escribirla, porque era su primera novela. Además, durante
la escritura de esta obra, el autor experimenta una transformación personal, lo que se refleja
también en la historia. Sin embargo, tuvo mucha suerte que la editorial de Ediciones B era
directamente ponderativa en cuanto a La Virgen del Sol9.
La historia de La Virgen del Sol se desarrolla durante el reinado del inca Yupanqui
Pachacutec, es decir en el siglo XV. En este siglo, el poder y la cultura de la civilización incaica
alcanzaron un auge. Gracias al inca Yupanqui Pachacutec y a su hijo Tupac Yupanqui, el imperio
incaico sufrió diferentes innovaciones: la construcción de varios templos nuevos, de carreteras y de
Machu Picchu y la innovación de la capital Cuzco. Además, hicieron muchas expediciones territoriales
para extender su territorio y adaptaron e innovaron el sistema económico y político. Seis épocas
después del reinado de estos dos incas, se publicó La Virgen del Sol que trata de este período de
7 Nos hemos puesto en contacto con Jordi Díez y la información de este párrafo es sacado de una conversación
a través de Facebook el 5 de abril de 2013. 8 Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet:
http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012) 9 Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet:
http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012)
5
mayor florecimiento. En la novela, se cuenta la historia de Nemrac, una niña que está elegida a ser
virgen del Sol porque los curacas han visto esto en las estrellas. Por eso, los padres y su niña viajarán
a Cuzco, donde se sitúa el templo de Inticancha. En este templo, la niña recibirá su educación como
virgen del Sol. Será un viaje lleno de aventuras. Nuba, su padre, no sólo perderá a su mujer, sino
también a su hija. Durante la búsqueda de esta última, llena de peripecias, conocerá a si mismo. En
ese período, el líder del pueblo incaico, el inca Yupanqui Pachacutec, ha empezado una extensión
del territorio para aplacar al dios Inti. La expansión territorial es también un medio para preparar a su
hijo Tupac Yupanqui, su sucesor, para convertirse en el inca. Mientras que Nuba se ve envuelto en las
conquistas del inca, Nemrac alcanza finalmente su destino: el templo de Inticancha. Ahí, el sumo
sacerdote ve directamente que la hija tiene una personalidad mágica: el poder de parar el tiempo.
Mientras tanto, su padre aprende a conocer sus virtudes mágicas en el templo de Pachacamac. Al
final de la historia, los dos protagonistas se encuentran en la fiesta de Inti Raymi. Después de algunas
complicaciones, volverán a Pachacamac para cumplir juntos su misión.
Entonces, se puede deducir de este breve contenido que la novela es en primer lugar una
historia de amor con un telón de fondo histórico (la sociedad incaica bajo el líder inca Yupanqui
Pachacutec). En El Tiempo de Hoy, Goicoecha menciona que no fue el objetivo de Jordi Díez escribir
una novela histórica (en primer lugar quería contar una historia de sentimientos) pero que, no
obstante, el autor se ha informado muy bien antes de empezar su novela La Virgen del Sol. El escritor
explica en esta revista que se fascina por la cultura incaica y que entonces, documentarse sobre esta
civilización era más por interés y no lo considera como un trabajo10. Podemos encontrar en Internet
también algunos blogs de lectores que son muy positivos en cuanto al libro, pero faltan estudios
literarios sobre la obra.
2.1.3 Otras obras de Jordi Díez
En 2011 aparece la segunda novela de Jordi Díez: El Péndulo de Dios. Es una obra que se
desarrolla en el presente pero en la que la historia juega también un papel importantísimo. Según el
autor, este libro es totalmente diferente a La Virgen del Sol. Es un ‘thriller histórico’, “una novela ágil,
de prosa más rápida con una temática que intenta ser adictiva y cuyo único fin es que el lector
disfrute leyéndola”11. La Virgen del Sol, al contrario, fue redactado después de su primer viaje a
América Latina y la escritura de este libro coincidió con un cambio personal, lo que se refleja también
10
Goicoecha, 02/11/2007, El Tiempo: http://www.tiempodehoy.com/cultura/fascinacion-inca (21/02/2012) 11
Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet: http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012)
6
en la historia de La Virgen del Sol12. Una visita a la tumba del rey Pere en el monasterio cisterciense
de Santes Creus inspiró al autor para escribir El Péndulo de Dios. Contrariamente a La Virgen del Sol,
su segunda novela no fue aceptada por Ediciones B y se publicó gracias a Amazon. El libro ya ha sido
descargado más de 4000 veces13.
La historia se desarrolla en el presente y el personaje principal, Cècil, va en busca de una
prueba de la existencia de Jesús, que “una comunidad nacida de los esenios ha intentado mantener
en secreto”14, a través del tiempo. Durante esta búsqueda recibe ayuda de Mars, “una misteriosa
colombiana”15. El protagonista recorre diferentes épocas y encuentra entre otros los esenios, los
romanos y los templarios. Desde el inicio de la novela, el protagonista intenta resolver un
rompecabezas para que este secreto no caiga en manos equivocadas. Algunas palabras claves que
caracterizan la obra son: “La eterna lucha del hombre por dominar su tiempo, la ambición y la
generosidad, la esperanza y el miedo”16.
2.2 Emma Ros
2.2.1 Biografía
Emma Ros nació en Montgat, Cataluña. La escritora es licenciada en periodismo por la
Universidad Autónoma de Barcelona, y está muy interesada en el mundo de la publicación y de la
educación17. Ha creado un personaje de dibujos animados: Pipsqueak. También escribió las guiones
de las series siguientes: El Planeta de Pipsqueak y Pipsqueak y los Deportes, primero como ayudante
de realización y después fue co-realizadora. Además, redactó cuatro libros infantiles en la lengua
catalana, también con el personaje de Pipsqueak18.
Su primer libro para adultos apareció en 2007 y trata de las costumbres alimentarias.
Después, escribió su primera novela, En Tierra de Dioses, una novela histórica sobre la conquista de
México, que se publicó en 2010 por Umbriel Editores. Dos años después, en 2012, salió su segunda
12
Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet: http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012) 13
Información sacada de El Color de las Palabras, Espacio de entrevistas en Internet: http://colorpalabras.blogspot.com.es/2012/08/jordi-diez-escritor.html (22/09/2012) 14
Información sacada del sitio web de Jordi Díez: http://www.jordidiez.com/index.html (22/09/2012) 15
Información sacada del sitio web de Jordi Díez: http://www.jordidiez.com/index.html (22/09/2012) 16
Información sacada del sitio web de Jordi Díez: http://www.jordidiez.com/index.html (22/09/2012) 17
Información sacada del sitio web sobre La Sacerdotisa de la Luna:
http://www.umbrieleditores.com/index.php?id=394 (30/09/2012) y de Donex en Xarxa, 23/04/2012: <http://www.donesenxarxa.cat/emma-ros-publica-la-seva-segona?lang=ca (22/09/2012) 18
Información sacada del sitio web sobre La Sacerdotisa de la Luna:
http://www.umbrieleditores.com/index.php?id=394 (30/09/2012)
7
novela La Sacerdotisa de la Luna, también publicada por Umbriel Editores19. La escritora ha creado
también un portal en Internet: cocineando.com, donde se puede encontrar todo tipo de información
con respecto a la cocina: recetas, técnicas de cocina o información sobre dietas20. Entonces,
podemos decir que Emma Ros es un verdadero ‘estuche de monerías’.
2.2.2 La Sacerdotisa de la Luna La Sacerdotisa de la Luna, publicada en 2012 por Umbriel Editores, es la segunda novela de
Emma Ros. La novela se desarrolla en México y en Europa (España y Roma) durante el siglo XVI. El
protagonista es la mexicana Ameyali, pero el catalán Martí Alzina es también un personaje muy
importante.
En el sitio web del libro, la autora nos cuenta que al inicio quería dar el título La Sacerdotisa
de la Noche a la novela, porque después de la invasión de los españoles, la protagonista pasa por un
período oscuro. Pero finalmente, decidió llamar la obra La Sacerdotisa de la Luna. Este título refiere a
una leyenda azteca. Esta leyenda trata de Coatlicue21 e intenta explicar el ciclo de la luna: la luna
fragmentada en el cielo es como el cuerpo desmembrado de Coyolxauhqui. Pero, para Emma Ros no
se resolvió una pregunta: ¿si la luna fragmentada representa el cuerpo desmembrado de esa diosa,
qué simboliza la luna llena? Intentó buscar una respuesta simbólica a esa pregunta mediante el
personaje principal de la novela, Ameyali. Por eso, La Sacerdotisa de la Luna trata de los vencidos y la
destrucción de una antigua sociedad (que es como la luna fragmentada o el cuerpo desmembrado de
Coyolxauhqui) pero trata también de los vencedores y el nacimiento de una nueva sociedad (que
puede ser simbolizado por la luna llena).22
Como su novela anterior, La Sacerdotisa de la Luna forma parte del género de la novela
histórica. En una entrevista, la escritora dice que, como lectora, le gusta este género porque se
interesa en la historia y porque “la novela histórica permite aprender sin adoctrinamientos”23. Según
la autora, nos acercamos como lector más fácilmente a los personajes principales de una novela
19
Información sacada del sitio web sobre La Sacerdotisa de la Luna:
http://www.umbrieleditores.com/index.php?id=394 (30/09/2012) 20
Ares, Cristina. 26/02/2012. Cristina Ares Comunicació: http://www.cristinaares.com/2012/06/26/el-mundo-editorial-ve-la-oportunidad-que-representa-internet/. (30/09/2012) 21
Coatlicue era diosa de la tierra y sacerdotisa. Como sacerdotisa, debía guardar su virginidad. No obstante, quedó embarazada por un plumón que entró en su pecho. Al enterarse de esto, su hija Coyolxauhqui consideró a su madre deshonrada. Mató a Coatlicue y en aquel momento, nació el hijo: Huitzilopochtli, dios de la guerra. Huitzilopochtli, a su turno, mató a Coyolxauhqui y lanzó su cuerpo desmembrado monte abajo. 22
Información sacada del sitio web sobre La Sacerdotisa de la Luna:
http://www.umbrieleditores.com/index.php?id=394 (30/09/2012) 23
Texido, Ramón. 25/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/. (22/09/2012)
8
histórica porque son personajes de una época determinada que han existido o que podrían haber
existido y que podrían tener las mismas emociones que nosotros24. Como lectora y como escritora,
Emma Ros está fascinada por el hecho de viajar en el tiempo a través de la evocación para acercarse
a ella misma. La autora quiere transmitir esta fascinación a sus lectores.25
La fuente de inspiración de la escritora fue una pregunta: “¿Cómo puede desaparecer una
civilización?”26. Según Emma Ros, la persona que mejor contestaría a esa pregunta sería una
sacerdotisa azteca en un mundo dominado por hombres castellanos. A partir de esto, se ha
documentado sobre todo a través de lecturas (textos históricos y artículos) y de fotografías porque
sólo estuvo una vez en México por casualidad (estaba viajando en Guatemala y cruzó una vez la
frontera con México). La autora quería también poner énfasis en la perspectiva azteca porque la
conquista de México es conocida sobre todo a través de fuentes españolas27.
Pasemos ahora al contenido de la novela. La historia comienza con la destrucción de
Tenochtitlán por los españoles y la tentativa de diseminar la fe católica en México. Ciertos indios
aceptan directamente la nueva fe y la cultura española, mientras que otros continúan a honrar los
dioses aztecas y a negar las nuevas costumbres españolas. Ameyali, el personaje principal, pertenece
a esta última categoría. Como antigua sacerdotisa de la diosa Xochiquetzal, tiene que cantar en las
misas católicas para atraer más gente a la iglesia y tiene que acompañar a Cortés y a su séquito en
Europa. Entretanto, en Barcelona, Martí Alzina descubre su ascendencia verdadera y tiene que
afiliarse al ejército imperial. En Roma, los dos protagonistas se conocen y se entienden muy bien.
Pero Ameyali quiere regresar a su país para estar de nuevo con Zolin (su novio según la tradición
azteca) y su hijo Huemac. Martí y su primo la acompañan. Cuando llegan a México, la antigua
sacerdotisa huye de Martí y Galcerán (el primo de Martí) para ir a buscar a Zolin y a Huemac. De
nuevo en su ciudad, Ameyali descubre que Zolin ha cambiado: se ha acostumbrado a la cultura
española y está casado con una española, llamada Rosario. Cuando Zolin quiere también quitar a
Huemac, el hijo de él y de Ameyali, la mujer decide de desbandarse con su niño. Después de una
serie de peripecias, Ameyali y Martí se encuentran de nuevo y se enamoran. Entonces, los temas
centrales de la novela son: el amor, la religión, los vencedores y los vencidos, el nacimiento de una
nueva sociedad y el encuentro de dos culturas diferentes.
24
Texido, Ramón. 25/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/. (22/09/2012) 25
Información sacada del sitio web sobre La Sacerdotisa de la Luna:
http://www.umbrieleditores.com/index.php?id=394 (30/09/2012) 26
Texido, Ramón. 25/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/. (22/09/2012) 27
Texido, Ramón. 25/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/. (22/09/2012)
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2.2.3 Otras obras de Emma Ros
Como ya hemos mencionado, Emma Ros es también la creadora del personaje Pipsqueak de
dibujos animados y escribió cuatro libros infantiles sobre este personaje. Además, redactó un libro
para adultos sobre las costumbres alimentarias y ha creado un sitio web, llamado cocineando.com,
que da todo tipo de información en cuanto a la cocina como recetas, técnicas para cocinar o
información sobre vinos españoles. Pero ha también escrito otra novela, En Tierra de Dioses, que es
su primera novela.
En Tierra de Dioses se publicó en 2010 por Umbriel Editores. Como La Sacerdotisa de la Luna,
esta novela se clasifica también bajo el género de la novela histórica. Según la escritora, podemos
considerar La Sacerdotisa de la Luna como la continuación de En Tierra de Dioses porque esta última
trata del período de la llegada de Cortés hasta su entrada en Tenochtitlán, mientras que la historia de
La Sacerdotisa de la Luna empieza con la caída de la capital mexicana28. Para encontrar información
sobre este período, la autora se ha documentado de la misma manera como lo ha hecho para La
Sacerdotisa de la Luna.29
La novela se desarrolla en el siglo XVI. Hernán Cortés ha llegado a México y quiere adueñarse
de las riquezas del rey azteca, Moctezuma. Entretanto, Carlos I se convierte en Carlos V y muda a
España. Aparte de todos estos acontecimientos, la autora cuenta la historia de dos hermanos y
nobles catalanes: Domènech y Guifré. Este último está al lado de Moctezuma, mientras que
Domènech pertenece a la corte de Carlos V. La novela se desarrolla tanto en América (la Española y
Tenochtitlán) como en España (Barcelona, Santiago de Compostela, Sevilla y Tordesillas). El tema
principal de la obra es el enfrentamiento de dos culturas, dos religiones y dos visiones del mundo
diferentes.30
2.3 Comparación de los dos autores Jordi Díez y Emma Ros tienen bastantes elementos en común. Ambos escritores son de
origen catalán, tienen una ocupación profesional otra que la escritura (el turismo y el periodismo) y
debutan en el mundo literario: La Virgen del Sol es el primer libro de Jordi Díez y La Sacerdotisa de la
Luna es la segunda novela de Emma Ros. Además, los dos autores han redactado novelas que se
28
Texido, Ramón. 25/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/. (22/09/2012) 29
Información sacada del sitio web sobre La Sacerdotisa de la Luna:
http://www.umbrieleditores.com/index.php?id=394 (30/09/2012) 30
Información sacada del sitio web sobre La Sacerdotisa de la Luna:
http://www.umbrieleditores.com/index.php?id=394 (30/09/2012)
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clasifican bajo el género de ‘la novela histórica’ y las obras que analizaremos narran una historia que
se desarrolla en América Latina durante aproximadamente el mismo período pero situadas en
sociedades diferentes (la sociedad incaica y la civilización azteca). Encima, los títulos de las dos
novelas que examinaremos se parecen bastante. Tanto el título La Virgen del Sol como La Sacerdotisa
de la Luna nos cuentan que la historia de la novela tratará de una mujer y de la religión.
Cabe mencionar también algunas diferencias entre los dos escritores. Primero, las dos
historias crecieron de una fuente de inspiración distinta. La historia de La Virgen del Sol nació
después de un viaje a Perú, que ha dejado una fuerte impresión en Jordi Díez. Contrariamente a este
último, para Emma Ros, un viaje no constituyó la base para redactar La Sacerdotisa de la luna. La
fuente de inspiración de la escritora fue una pregunta: “¿Cómo puede desaparecer una
civilización?”31. Segundo, La Virgen del Sol fue el primer libro de Díez y también el primer contacto
con el mundo editorial. Emma Ros, por su parte, ya estaba familiarizada con el mundo editorial por
sus estudios de periodismo y como escritora de libros infantiles.
31
Texido, Ramón. 25/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/. (22/09/2012)
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3. Análisis comparativo: La Virgen del
Sol y La Sacerdotisa de la Luna
3.1 La representación del tiempo
3.1.1 Parte teórica
En el artículo Estructura narrativa y temporal en Cien Años de Soledad, Alfonso de Toro
afirma que “la estructura temporal y los procedimientos narrativos se encuentran en una relación
estrecha y compleja” (de Toro. 1984: 985). Ambos son aspectos formales y “contribuyen a la
constitución del mensaje y a la constitución de una determinada recepción” (de Toro. 1984: 957). De
Toro dice también en su artículo que al analizar el tiempo en un texto narrativo, siempre se debe
investigar por qué se utiliza cierta estructura temporal y cuál es la función o la intención de esta
estructura. Entonces, solamente describir la estructura temporal de un texto narrativo no es
bastante. (de Toro. 1984: 959)
En la parte Discours du récit del libro Figures III, el teórico Gérard Genette ha propuesto un
análisis para el tiempo en la novela. Genette distingue tres partes en cuanto al análisis del tiempo: el
orden, la duración y la frecuencia. Hablaremos primero sobre el orden, que estudia “la relación de
secuencia entre el orden cronológico en el que ocurren los acontecimientos y el orden textual en el
que el discurso los va narrando” (Pimentel. 2005: 44), o sea la diferencia entre la cronología de la
narración y la cronología de la historia. La cronología de la narración siempre desvía un poco de la de
la historia. Este fenómeno se llama ‘anacronismo’ y se define como “las diferentes formas de
discordancia entre el orden de la historia y el del relato” (Genette. 1989: 91-92). Más
particularmente, una narración puede arrancar in medias res, es decir, la narración no comienza al
inicio de la historia sino en la mitad o al final. Luego, el autor intenta reconstituir la cronología de la
historia mediante un retorno al pasado, llamado por Genette ‘analepsis’, pero también conocido
como ‘flashback’. El escritor puede utilizar también un ‘flashforward’, es decir una anticipación para
restablecer la cronología de la historia. Genette llama esto una ‘prolepsis’. Este tipo de narración
pretende mantener la atención del lector y le incita para reflexionar sobre el orden de los
acontecimientos en una narración (Genette. 1979: 8-33; Genette. 1989: 91-121; Pieters. 2010: 126-
127). Con respecto al anacronismo, se distingue todavía entre la anacronía explícita y la implícita.
Esta última se diferencia de la anacronía explícita “por la falta de una instancia mediadora texto-
interna” (de Toro. 1984: 965).
12
Luego, la duración constituye también un elemento importante en cuanto al análisis del
tiempo. Este elemento refiere a la relación entre el tiempo de la narración y el tiempo de la historia
pero con respecto a la duración. Esta relación se puede expresar mediante varias posibilidades. En
primer lugar, cuando un acontecimiento del tiempo de la historia no es presente en el tiempo de la
narración, se habla de una elipsis. En segundo lugar, existe también ‘la aceleración’ o ‘el sumario’.
Este fenómeno ocurre cuando el tiempo de la historia es más grande que el tiempo de la narración.
Entonces, se resume un acontecimiento largo de la historia en pocas palabras. De esta manera, ese
acontecimiento es más breve en el relato. En tercer lugar, el tiempo de la historia puede también ser
igual (o casi igual) al tiempo de la narración, pensamos por ejemplo en el diálogo. Genette llama esto
‘una escena’. En cuarto lugar, un autor puede también expresar la duración mediante ‘la
deceleración’, es decir, cuando el tiempo de la narración es más grande que el tiempo de la historia.
La descripción puede servir como ejemplo de este fenómeno, porque en la descripción, el autor para
la narración para describir o para dar detalles sobre un personaje o un acontecimiento determinado.
En último lugar, el escritor puede apelar también a ‘la pausa’, o sea, una forma extrema de la
deceleración. Aquí, se corta el tiempo de la historia a través de una narración que no nos informa
nada sobre el tiempo de la historia (Genette. 1979: 45-59; Genette. 1989: 144-163; Pieters. 2010:
129-132). Baquero Goyanes asegura que “las varias gradaciones que en cuanto a lentitud o rapidez
encontramos en las novelas son manifestaciones de unas distintas maneras de sentir el tiempo”
(Baquero Goyanes. 1948: 90).
Finalmente, el análisis del tiempo consiste también de la frecuencia, que refiere a “la relación
entre el tiempo de la historia y el tiempo de la narración en cuanto a la frecuencia de los
acontecimientos narrados” (Pieters. 2010: 133). Existen tres posibilidades que pueden informar al
lector sobre la frecuencia. Comenzamos con la posibilidad la más frecuente, es decir, ‘la narración
singulativa’. En este tipo de frecuencia, se narra en la novela una vez lo que en la historia también
sucede una vez. Luego, un autor puede recurrir también a ‘la narración repetitiva’, que cuenta varias
veces lo que en la historia ocurre sólo una vez. Una última posibilidad es ‘la narración iterativa’, que
se opone a ‘la narración repetitiva’. Cuando un escritor emplea este tipo de frecuencia, narra sólo
una vez un acontecimiento determinado, pero este acontecimiento se repite varias veces en la
historia. (Genette. 1979: 62-69; Genette. 1989: 172-185; Pieters. 2010: 133)
Terminamos esta parte teórica sobre el análisis del tiempo en la novela dedicándonos
brevemente a algunos comentarios de Fernando Aínsa en lo concerniente al tiempo en el género de
la (nueva) novela histórica. Aínsa explica que, “aunque los datos históricos manejados sean
auténticos, el mero transcurso del tiempo les ha otorgado visos de engaño, cuando no de falsedad”
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(Aínsa. 2003: 95). Entonces, por eso “la historia debe ser releída en la simple perspectiva del tiempo
transcurrido” (Aínsa. 2003: 95).
3.1.2 La Virgen del Sol Con respecto al tiempo en La Virgen del Sol, salta a la vista que el inicio y el fin de la novela
tienen lugar en el solsticio: la obra empieza en el solsticio de verano y termina en el solsticio de
invierno. Entre estos dos momentos pasan varios años pero para el lector no es claro cuantos años
pasan exactamente. Las únicas referencias que ayudan al lector para situar la narración dentro de la
historia son los nombres de los incas (inca Yupanqui Pachacutec y su hijo Tupac Yupanqui) y algunos
acontecimientos históricos como la construcción de Machu Picchu. El Inti Raymi, o sea, la fiesta
celebrada en el solsticio de verano o de invierno, es la fiesta religiosa más importante de los incas. En
la novela, estos dos momentos coinciden también con dos momentos claves en la narración. Más
concretamente, la historia comienza con la elección de Nemrac (una de los protagonistas) como
virgen del Sol y con las órdenes del inca para construir Machu Picchu e innovar la ciudad de Cuzco
para contrariar a la profecía que predice el fin del imperio incaico.
Intentemos aplicar la teoría de Genette con respecto al tiempo a La Virgen del Sol a nivel
macro. Comenzamos primero con el orden. No podemos hablar de una narración conteniendo
anacronía, visto que la narración empieza al inicio de la novela y termina al final de la obra de
manera cronológica. Sin embargo, dentro de algunos capítulos hay breves fragmentos que remiten al
pasado. Entonces, la analepsis está presente pero solamente dentro de algunos capítulos como en el
primer capítulo de la primera parte. Más particularmente, se trata de los fragmentos siguientes:
Una semana antes, el sacerdote ya nos había anunciado que tal posibilidad parecía estar escrita en las
estrellas, pero que el transcurso de estos últimos siete días terminaría de concretarla. (Díez. 2008: 12)
Hacía más de veinte años que nuestros padres nos habían casado siendo nosotros unos niños, porque
como todas las uniones, la nuestra también estaba decidida de antemano por los astros. (Díez. 2008:
12)
Se puede encontrar también flashbacks o ejemplos de analepsis en el segundo (sobre el hijo
bastarde Urcon), en el cuarto (cuando se narra cómo la madre de Tupac Yupanqui se ha convertido
en la mujer del inca) y en el octavo capítulo de la primera parte (sobre Curi Chulpa, madre de Urcón)
y también en el primer capítulo de la tercera parte, en el que Nemrac, despertándose, se recuerda el
episodio que precede al que se enterraron en viva a la niña. Opinamos que el autor utilizó a veces
una analepsis para explicar elementos con respecto a la religión, o a la sociedad incaica para que el
14
lector siga más fácilmente la narración. El caso contrario, es decir la prolepsis o el flashforward no
podemos encontrar en la novela.
Luego, el segundo elemento que investigamos es la duración. Encontramos sólo un ejemplo
de una elipsis: entre el párrafo cuatro y cinco del séptimo capítulo de la primera parte. En este
episodio, se cuenta la llegada de Nuba, que está muy enfermo y agotado, al templo médico de
Pukapukara. Aquí, el escritor hace un salto de una semana, lo que se expresa de manera siguiente:
“Así pasé cerca de una semana, al cabo de la cual ya comencé a dar pequeños paseos, primero entre
las esteras y luego por fuera de la sala.” (Díez. 2008: 80). Con respecto al sumario, encontramos
varios ejemplos en el libro, sobre todo cuando los personajes están de camino. Concretamente, se
trata de las expediciones de Tupac Yupanqui, hijo del inca, de Cuzco a Cacha en la primera parte de la
obra y de Cuzco a Pachacamac y viceversa en la segunda parte. En la tercera parte, encontramos un
sumario del viaje de Nuba de Pachacamac a Cuzco. Estos viajes ocupan varios semanas o meses pero
se cuentan en un capítulo o en un párrafo. De este modo, Jordi Díez puede narrar más rápidamente
acontecimientos menos importantes para el desarrollo de la historia. Además, estos sumarios sirven
como enlace entre las diferentes escenas importantes. Luego, vemos que La Virgen del Sol contiene
también deceleraciones mediante la descripción. Creemos que el escritor utiliza deceleraciones
(particularmente descripciones) por tres razones. En primer lugar, gracias a la descripción, el autor
puede crear un ambiente determinado. Aquí, se trata de un ambiente mágico. Pensamos por
ejemplo en la descripción de la sacerdotisa Xasca en el séptimo capítulo de la primera parte. Otro
fragmento que puede servir como ejemplo se encuentra en el capítulo once de la tercera parte. En
concreto, se trata de un fragmento en el que Nuba camina por la nueva ciudad de Machu Picchu:
...Toda allí guardaba una mágica armonía. Las paredes se abrían al llegar al suelo, como en un gran
siento grupal, y la única puerta, en la que yo me encontraba, estaba orientada al Apu Pumasillu
ofreciendo una extraordinaria vista del paso de Inti en su retiro diario. ... (Díez. 2008: 385)
En segundo lugar, el autor emplea, según nosotros, también la descripción para explicar cosas, sobre
todo en cuanto a la religión y la historia incaica. La descripción del escudo de oro que Tupac
Yupanqui recibió en el sexto capítulo de la primera parte y la descripción sobre la preparación de la
fiesta de Inti Raymi en el capítulo diez de la tercera parte pueden servir como ejemplo. En último
lugar, el autor puede desacelerar la narración para reflejar los pensamientos y los sentimientos de los
personajes. Lo hace bastante veces con Nuba (como en el quinto capítulo de la primera parte,
cuando Nuba está en la cantera de Cacha) pero podemos leer también los pensamientos y los
sentimientos de Nemrac, por ejemplo en el tercer capítulo de la segunda parte.
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El último elemento que investiga Genette con respecto al tiempo y que queremos aplicar a
La Virgen del Sol es la frecuencia. Genette distingue tres tipos en cuanto a la frecuencia en una
novela, es decir, la narración singulativa, iterativa o repetitiva (ver supra). Pero, se ve claramente que
se trata en la novela de Jordi Díez de una narración singulativa visto que toda la obra se desarrolla de
manera cronológica sin que se haga iteraciones o repeticiones. No obstante, cabe añadir que hay una
alternancia de dos historias en la primera parte del libro. Por un lado, la historia de Nemrac y Nuba y
por otro lado, la del inca y su séquito. Los capítulos consagrados a Nuba y Nemrac se desarrollan al
mismo tiempo que los capítulos dedicados al inca. Al final de la primera parte, estas dos historias se
entrecruzan.
Para terminar esta parte sobre el tiempo en La Virgen del Sol, cabe mencionar también que
el tema del tiempo juega un papel importantísimo en la novela porque Nemrac tiene capacidades
sobrenaturales de parar el tiempo.
3.1.3 La Sacerdotisa de la Luna
Analizamos en lo que sigue el tiempo en La Sacerdotisa de la Luna, basándonos de nuevo en
la teoría de Genette. Empezamos con el orden. Constatamos que la obra comienza con una
anacronía: un prólogo que se sitúa en el año 1529. Después de este prólogo empieza la primera parte
del libro que se desarrolla desde el año 1521 hasta el año 1529. Entonces, la primera parte de La
Sacerdotisa de la Luna comienza ocho años antes de los acontecimientos en el prólogo, y como la
narración no empieza al inicio de la historia, podemos decir que la historia comienza aquí in medias
res. Para que la obra sea cronológica, el prólogo debe situarse normalmente en el capítulo veinte de
la primera parte. Opinamos que la autora ha utilizado un medias res para suscitar suspense y para
provocar curiosidad. El lector quiere saber después de leer este prólogo qué ha pasado y qué pasará
porque la escritora da pocas informaciones. Sabemos por ejemplo que el prólogo se desarrolla en un
barco con una sacerdotisa india que regresa a su país y que un doctor, que es al mismo tiempo un
conde, que la acompaña. Pero estas pocas informaciones no bastan para que el lector pueda seguir
directamente la historia. Después de este prólogo empieza la primera parte, ocho años atrás, con la
caída de Tenochtitlán.
Entonces, podemos considerar la primera parte como un caso de analepsis porque se vuelve
ocho años atrás en el tiempo (se regresa del año 1529 en el prólogo al año 1521 al inicio de la
primera parte). En el resto de la historia, sólo hay casos de analepsis dentro de algunos capítulos de
la primera parte del libro. En algunos casos, las analepsis reflejan los pensamientos o los recuerdos
de algunos personajes. Pensamos por ejemplo en los recuerdos de Ameyali cuando estaba en el
16
convento en Roma. Recuerda a sus pesadillas sobre la leyenda de Coyolxauhqui que llegó a ser diosa
de la luna cuando estaba enferma. En sus pesadillas, vió en la cara de la monja que la curaba la cara
de Coyolxauhqui que preguntó a Ameyali de morir junta con ella. Pero Quetzalcoatl respondió y dijo
que esto no es su destino:
Meses atrás, el golpe en la cabeza me había dejado inconsciente y luego la alta fiebre me sumió en un
sombrío mundo de pesadilla. En ella, revivía la traición de Ignacio; me abandonaba él y me
abandonaba mi mundo, como cuando Tenochtitlán fue derruida. También aparecía la diosa luna, pero
su final era diferente. ... Entre mis sueños se colaba la faz de la monja, y su blancura se convertía en el
rostro de Coyolxauhqui, que despedazada bajo el cerro de Coatepec, me llamaba a morir con ella. Pero
cuando me sentía tentada de seguirla, aparecía el rostro barbado de Quetzalcóatl y me sujetaba en lo
alto del cerro. “No es este tu destino”, me susurraba. Así sobreviví al sarampión. (Ros. 2012: 171-172)
También hay una analepsis cuando Andrés de Tapia, un aliado de Cortés, camina en una calle en
Tenochtitlán y recuerda cómo Cortés venció en este lugar hace unos años. En otros casos, vemos que
se usa la analepsis para describir actos rituales en el pasado. Entonces, sirve para explicar rituales con
respecto a la religión (sobre todo en cuanto a la religión azteca). Emma Ros hace por ejemplo una
analepsis para describir la boda secreta de Ameyali y Zolin y el nacimiento de Huemac, como vemos
en este fragmento sobre la boda de Ameyali y Zolin:
Además, había muchas, demasiadas de aquellas chimeneas, pero para mí el hogar principal era aquel
frente al que Zolin y yo nos casamos, hacía ya casi ocho meses. Durante la boda, las ausencias se
convirtieron en un invitado más. ... La superviviente más anciana de Acolman, una de las antiguas
esposas de un tío mío, ejerció de cihuatlanque para unir su capa y mi blusa, con lo que nos convirtió en
esposos. Luego compartimos nuestros tamales, rellenos de carne de perro, mientras algunos invitados,
pocos para la posición social que ocuparan nuestras familias, bailaban y danzaban a nuestras espaldas.
No quisimos llamar la atención, por lo que el primer banquete fue discreto. (Ros. 2012: 87)
Encontramos un solo ejemplo de una prolepsis en la segunda parte del libro, más particularmente, al
inicio del capítulo 37. En este fragmento, podemos leer que hay luna llena y esta luna llena anticipa a
lo que va a acontecer en la historia porque anuncia la noche para honrar a Toci: “La lluvia había
cesado al atardecer, y atravesamos el patio iluminado por la luna llena, que anunciaba la noche en
que honraríamos a la diosa Toci.” (Ros. 2012: 341)
Luego, con respecto a la duración, cabe mencionar que la historia en total dura más o menos
27 años. La narración empieza en 1521 con la caída de la capital azteca Tenochtitlán por los
españoles y termina en el año 1548. Podemos encontrar varios casos de elipsis en la novela sobre
todo entre los diferentes capítulos. Entre el primer y el segundo capítulo de la primera parte del
17
libro, se hace un salto de cinco años (se va de 1521 a 1526), entre el capítulo seis y siete, entre el
capítulo trece y catorce y también entre el capítulo 16 y 17 de la primera parte de la novela, hay
siempre un salto de un año. En la segunda parte de la obra, se hace un salto de seis años (de 1529 a
1535) entre el capítulo 28 y 29. El capítulo cuarenta se sitúa una semana después del final del
capítulo anterior y finalmente, los acontecimientos en el epílogo se desarrollan trece años después
del final de la segunda parte de La Sacerdotisa de la Luna. También podemos encontrar un caso de
elipsis dentro de un capítulo. En concreto, dentro del capítulo cinco de la primera parte del libro se
hace un salto de algunos días entre la segunda y la tercera parte de este capítulo. Opinamos que la
autora utiliza la elipsis para suprimir los episiodios menos interesantes para el desarrollo de la
historia y para progresar en la historia.
La Sacerdotisa de la Luna consta también de algunos ejemplos con respecto al sumario. La
tercera parte del capítulo catorce de la primera parte del libro se sitúa un mes después de las partes
anteriores de este capítulo. En esta tercera parte, se resume lo que ha ocurrido durante este mes a
través de una analepsis. Podemos encontrar otro ejemplo del sumario en el capítulo 22 de la primera
parte de la novela. En esta parte se cuenta brevemente el viaje de Ameyali y Martí en el barco de
Sanlúcar de Barrameda a Villarrica de la Veracruz. Este viaje de España a México dura varios meses
pero aquí se lo narra en pocas frases. Finalmente, en la segunda y en la tercera parte del capítulo 22,
Ameyali está de nuevo en Acolman y se resume, mediante una analepsis, todo lo que ha ocurrido
hasta este momento en la ciudad y cómo Acolman ha cambiado por influencia de los españoles.
Podemos leer esto en el fragmento siguiente:
Aunque no tardaron mucho en regresar tras la muerte de Juan, al poner los pies en Acolman se
encontraron una ciudad casi deshecha, donde quien ponía cierto orden entre la población era fray
Rodrigo. ... Sin embargo, la enfermedad había diezmado a los habitantes de Acolman y sus aldeas, bien
porque los mataba, bien porque los espantaba, y los tributos que exigió a Juan el tesorero de Cortés
sumieron en la pobreza a los que quedaron. Por ello Santiago, al regresar con la cabecera y sus
estancias encomendadas a su persona, convertido en señor absoluto sin depender de ningún
castellano, lo primero que hizo fue eliminar los tributos a los ciudadanos. ... (Ros. 2012: 217)
Como la elipsis, el sumario sirve aquí también para contar los acontecimientos menos importantes de
manera más breve y para avanzar más en la historia. Narrando brevemente los acontecimientos
menos importantes como los largos viajes en el barco, el lector no se aburre durante su lectura
porque la narración progresa.
En La Sacerdotisa de la Luna hemos encontrado varios ejemplos de escenas mediante
diálogos entre los diferentes personajes. La autora ha usado también deceleraciones a través de la
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descripción. En primer lugar, vemos que algunas de estas descripciones sirven para describir algunos
lugares para que el lector pueda imaginarse mejor cómo parece el ambiente en que se desarrolla la
historia. La descripción del palacio episcopal en el capítulo nueve, la de la casa de Mariana en el
capítulo 28 y la descripción de la ciudad de Villarica en el capítulo 39 pueden servir como ejemplo.
Además, constatamos que en las descripciones de los lugares, se muestra bastantes veces la
diferencia entre la situación anterior (antes de la invasión de los españoles) y la situación después de
su invasión. Pensamos por ejemplo en la descripción del mercado en Acolman o a la descripción de
Tenochtitlán:
Junto al maíz y los tejidos que siempre se habían visto en los mercados, aparecían nuevos productos
traídos por los castellanos, como la vela de cera, que ya había sustituido a las antorchas en muchas
casas. ... A pesar de ello, la mayoría de vendedores, pequeños artesanos que nada tenían que ver con
los poderosos comerciantes, seguían vistiendo a la antigua, con su maxtlatl y un humilde manto, y
traían el aroma de los viejos tiempos. (Ros. 2012: 38)
De pronto, entre naturales cabizbajos empezaron a aparecer castellanos, ya fueran caballeros, damas
o frailes. La calzada ahora estaba adoquinada, era totalmente recta y la atravesaban otras calles con
perfecta regularidad. Las casas eran como las castellanas, con ventanales de alféizares llenos de tiestos
en flor. ... Martí entonces tuvo la amarga sensación de estar cabalgando sobre un cementerio en el
que cada piedra de aquella ciudad castellana era una lápida sobre la antigua Tenochtitlán. ... Martí
sabía que estaba sobre los antiguos templos gemelos de Huitzilopochtli y Tláloc, los más grandes que
tuvo Tenochtitlán. ... Entonces se detuvieron y Martí se preguntó si sus pies estarían pisando la tumba
de la diosa luna, donde caían los cuerpos de los sacrificados. (Ros. 2012: 232)
Emma Ros emplea la descripción también para describir acontecimientos históricos como la entrada
solemne de Cortés en Sevilla en el capítulo catorce o para dar más información en cuanto al contexto
histórico, por ejemplo a través de la descripción de Carlos V y su mujer Isabel, también en el capítulo
catorce. Finalmente, vemos que la descripción sirve aquí también como un medio para reflejar los
pensamientos y los sentimientos de algunos personajes, sobre todo los de Ameyali, que reflexiona
mucho sobre la religión azteca y el catolicismo:
Ante este paisaje, las imágenes de los santos de la iglesia acudieron a mí, y me devolvieron la
incomodidad que me habían despertado aquella otra visión de Coyolxauhqui. Derrotada por su
hermano, era la diosa de los vencidos. Y quizá no fue Tezcatlipoca quien guiara a Centéotl, Xochipilli o
Tlùaloc a disfrazarse en la iglesa de la cabecera de Teotihuacán; quizás era la diosa luna quien les había
mostrado cómo presentarse ante su pueblo vencido: a pedazos, como ella hizo tras su derrota. Pero
por muy cercana que me resultara, tampoco quería ser la sacerdotisa de esa diosa. (Ros. 2012: 326)
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Finalmente, en cuanto a la frecuencia, se trata aquí de una narración singulativa porque todo
lo que se narra una vez en la obra ocurre también una sola vez en la historia, salvo el prólogo y el
capítulo veinte se solapan. Sin embargo, cabe mencionar también que al inicio de la novela se cuenta
dos historias separadas que se desarrollan al mismo tiempo. Pero estas dos historias comienzan a
entrecruzarse desde la segunda parte del capítulo quince. Aparte de estas dos historias que se
cuentan a través de todo el libro, la autora narra también en menor medida la historia de Alfons, el
enemigo castellano de Martí y de Mariana, una mujer castellana, influyente y también una
protectora de Martí en la Nueva España.
Para terminar esta parte sobre el tiempo en La Sacerdotisa de la Luna es interesante notar
que el tiempo juega también un papel en el tema de la religión en esta novela visto que Ameyali y sus
adeptos honran en secreto a los dioses aztecas cada luna llena.
3.1.4 Parte comparativa
En la parte que sigue, intentamos comparar las dos novelas, es decir La Virgen del Sol de Jordi
Díez y La Sacerdotisa de la Luna de Emma Ros con respecto a la representación del tiempo en ambas
obras. Comenzamos con las semejanzas. Después, nos centramos en las diferencias. Tratamos
también de interpretar estas similitudes y discrepancias. Finalmente, terminamos con una pequeña
conclusión en cuanto a la representación del tiempo, enfocándonos en el tema de la religión.
En primer lugar, respecto de los parecidos, observamos que ambos libros contienen ejemplos
de analepsis y constatamos que tanto La Virgen del Sol como La Sacerdotisa de la Luna se componen
de elipsis, de sumarios, de escenas y de deceleraciones a través de la descripción. En ambos libros,
los sumarios y las elipsis sirven para adelantar en la historia y para omitir o narrar brevemente
acontecimientos insignificantes para la evolución de la historia. Es notable que cada obra emplee
sumarios o elipsis cuando los personajes están de camino o viajan de un lugar a otro. Pensamos por
ejemplo en las largas expediciones de Nuba con el ejército incaico o en el viaje de Ameyali de
América a Europa y al revés en el barco, que se cuentan mediante el sumario o a través de una
elipsis. Se puede encontrar en las dos novelas también deceleraciones por medio de la descripción.
Aquí también, Emma Ros y Jordi Díez tienen el mismo objetivo utilizando deceleraciones: describir
los lugares para crear un cierto ambiente, reflejar los pensamientos y los sentimientos de los
personajes y explicar elementos o eventos históricos como la preparación para la fiesta de Inti Raymi
en la obra de Díez o la entrada solemne de Hernán Cortés en Sevilla en La Sacerdotisa de la Luna.
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En segundo lugar, deteniéndonos ahora en las diferencias entre La Virgen del Sol y La
Sacerdotisa de la Luna, cabe señalar que hay también bastantes discrepancias. Es digno de mención
el hecho de que la presentación del tiempo en la obra de Emma Ros es mucho más elaborada y
complicada que en la novela de Díez. La escritora hace mucho más uso de anacronías que Jordi Díez.
En el libro de este último, sólo encontramos casos de analepsis dentro del primer, segundo, cuarto y
octavo capítulo de la primera parte y también dentro del primer capítulo de la tercera parte de la
obra, mientras que La Sacerdotisa de la Luna no sólo consta de analepsis dentro de algunos capítulos
(se trata de los capítulos ocho, nueve, once, catorce, diecisiete, dieciocho y diecinueve), sino que la
primera parte (siguiendo al prólogo de la novela) es un retorno al pasado, ya que los acontecimientos
en el prólogo ocurren en 1529, contrariamente al inicio de la primera parte, que sucede en 1521.
Esto trae consigo que el prólogo empieza in medias res. En La Virgen del Sol, al contrario, los
acontecimientos se narran cronológicamente. Además, podemos observar un ejemplo de una
prolepsis en la novela de Ros. Encima, esta última emplea más frecuentemente sumarios y elipsis.
Como ya hemos dicho, opinamos que la autora comienza su narración in medias res para evocar
suspense (ver supra). El lector todavía no sabe que ha pasado y que acontecerá visto que la autora da
pocas informaciones en el prólogo. Entonces, suscita curiosidad porque el lector quiere saber más.
En cuanto al empleo bastante frecuente de sumarios y de elipsis en La Sacerdotisa de la Luna ,
creemos que este es debido al hecho de que la historia de La Sacerdotisa de la Luna dura mucho más
años que la de La Virgen del Sol. Concretamente, la narración de Emma Ros se desarrolla entre 1521
y 1548, 27 años, mientras que la de Jordi Díez no dura más de algunos años. Así, la escritora necesita
omitir más acontecimientos para que la narración no sea demasiada larga.
Otra diferencia notada entre ambos libros es que, en la novela de Ros, se indica cada vez
antes de cada capítulo el año en que sucede este capítulo, como en un diario. De este modo, el lector
puede situar directamente la historia en su contexto. Además, gracias a estas fechas, es más fácil
para el lector seguir la narración, ya que hay casos de anacronía y de elipsis en la novela. La obra La
Virgen del Sol, por su parte, no menciona de manera explícita los años en los que acontece la
historia. Entonces, los nombres de los incas (Tupac Yupanqui y Yupanqui Pachacutec) y algunos
acontecimientos históricos, como la construcción de Machu Picchu y algunas expediciones del
ejército del inca, son las únicas referencias que ayudan al lector a situar la novela dentro de la
historia. A pesar de no disponer de fechas exactas en esta novela, podemos concluir que esta historia
dura menos años que La Sacerdotisa de la Luna. Esta última comienza en 1521 y termina en 1548,
entonces dura 27 años. Según nosotros, Emma Ros, optando por una duración bastante larga puede
mostrar más fácilmente la influencia de una nueva cultura (en este caso, la cultura castellana) sobre
otra civilización existente (en este libro, la cultura azteca). La sustitución de una cultura por otra no
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puede ocurrir en algunos años, sino poco a poco. Sin embargo, siempre quedan algunos restos de
esta antigua civilización, que son a veces adoptados. La veneración de la Virgen de Guadalupe puede
ilustrar este sincretismo religioso. Según la leyenda narrada por Bernardino de Sahagún, la Virgen
apareció a un azteca convertido, Juan Diego, en el mismo lugar donde los aztecas honraban a la diosa
Tonantzin, o sea ‘Nuestra Madre’ (Sahagún. 2003: 1050). Después de la cristianización, los aztecas
continuaban a venerar a Tonantzin en la figura de la Virgen de Guadalupe (Ros. 2012: 439). En La
Sacerdotisa de la Luna esta Virgen de Guadalupe, o sea la diosa Tonantzin, juega también un papel
importante para Ameyali.
De todo lo expuesto con anterioridad, podemos afirmar que ambas obras utilizan las mismas
técnicas con respecto a la orden o a la duración de la narración, es decir usan anacronías como la
analepsis, pero también sumarios y deceleraciones mediante la descripción. No obstante, hemos
constatado que la presentación del tiempo en la obra de Emma Ros es mucho más complicada que
en La Virgen del Sol. Otra diferencia entre las dos novelas es la presencia de una fecha al inicio de
cada capítulo en La Sacerdotisa de la Luna. Este no es el caso en el libro de Jordi Díez donde no se
menciona ninguna fecha. Una última diferencia, en cuanto a la duración de la historia, es que la
duración de la historia de Emma Ros es mucho más larga que la de Díez. Opinamos que, de esta
manera, la autora puede representar mejor el influjo de la cultura y de la religión castellana sobre la
azteca. En concreto, la sustitución de una religión por otra sucede poco a poco. Según Víctor M.
Maya, el reemplazo de la fe azteca por la fe católica comenzó con la llegada de Hernán Cortés que
quería reformar el modo de vivir azteca (Maya. 2005: 4). Los españoles utilizaban la religión para
introducir una hegemonía sin provocar muchos conflictos (Maya. 2005: 4). El proceso de la
evangelización de los indígenas fue difícil por dos razones. Por un lado, la lengua formaba un
problema. Por eso, se debía hacer el catecismo mediante dibujos. Por otro lado, era muy difícil borrar
la tradición politeísta de los aztecas. Algunos aztecas seguían honrando a sus dioses en secreto. Otros
adoptaron “las deidades católicas como representación de sus antiguos dioses” (Maya. 2005: 6).
Pensamos por ejemplo en la veneración de la diosa Tonantzin en la figura de la Virgen de Guadalupe
(ver supra). La religión se transformó poco a poco “en lo que se denomina ahora cristianismo
popular, esto es que la antigua religión indígena fue penetrando en el cristianismo, esto porque
nunca se pudo llegar a abolir como en un principio se intentó” (Maya. 2005: 6). Cabe mencionar
también que los aztecas aceptaban más fácilmente los rasgos del cristianismo que eran análogos con
su propia religión tales como los santos que recuerdan el politeísmo o la construcción de las iglesias
en los lugares de sus antiguos templos. Para los castellanos era un símbolo de la victoria del
cristianismo sobre la religión azteca. Sin embargo, los indígenas venían a las iglesias para, en secreto,
honrar a sus propios dioses. (Maya. 2005: 6)
22
3.2 Los personajes principales
3.2.1 Parte teórica
Los personajes constituyen un elemento importantísimo en la novela. Según Reuter, los
personajes no sólo determinan y sufren acciones sino que también las dan sentido (Reuter. 2009:
44). Por eso, podríamos decir que “toda historia es la historia de personajes” (Reuter. 2009: 44).
Antes de hablar sobre la caracterización y las funciones de los personajes, cabe distinguir entre el
personaje y la persona. Esta última refiere al ser viviente, de carne y hueso mientras que el personaje
es “una persona ficticia que juega un papel en el desarrollo de una novela” (Goldenstein. 1983: 44), o
sea, sólo es un “ser de papel” (Goldenstein. 1983: 44).
Pasamos ahora a la caracterización del personaje. Para que el personaje se parezca a una
persona verdadera, el autor utiliza diferentes métodos de caracterización. Le da un nombre y a veces
podemos saber también la edad. Además, el escritor suele describir algunos aspectos físicos y puede
informarnos sobre el pasado de estos personajes. Finalmente, las particularidades (como tiques o
manías) de un personaje, su uso de lenguaje y el espacio en el que vive, nos dan también
informaciones sobre su carácter. Según Goldenstein, se puede describir el carácter de un personaje
de manera directa o indirecta. En este último caso, el lector puede adquirir informaciones, dadas de
manera implícita, sobre el carácter mediante detalles, acciones o palabras. La caracterización de
manera indirecta se opone a la de manera directa, en la que el narrador, otro personaje o el propio
personaje principal revelan algo sobre el personaje. Entonces, la descripción directa es explícita.
(Goldenstein. 1983: 46-52)
En una historia, los personajes juegan también diferentes papeles. Algirdas Greimas,
miembro del estructuralismo francés ha propuesto “un modelo actancial” (Pieters. 2010: 122) a base
de las funciones que un personaje determinado puede ejecutar. Este modelo parte de la idea de que
cada historia expresa una meta. El teórico francés distingue seis funciones. Primero, hay el sujeto,
que es normalmente el héroe o el personaje principal. Este sujeto va siempre en busca de un objeto,
la segunda función del modelo de Greimas. Luego, hay también el destinador y el destinatario. El
destinador, o sea el enviador, incita al sujeto a hacer una cierta acción. El destinatario o receptor, por
su parte, es el personaje para quien se hace la acción. Finalmente, el ayudante y el oponente forman
también parte del modelo de Greimas. El ayudante es el personaje que ayuda al sujeto a cumplir su
misión o su meta. A diferencia del ayudante, el oponente es el que somete al sujeto a diferentes
pruebas u obstáculos con el objetivo de que este último no pueda cumplir su misión. Según Greimas,
un personaje puede jugar varios papeles o una función puede ser ejercida por diferentes personajes.
23
Además, en novelas con una estructura compleja, las funciones de los personajes pueden cambiar a
través de la historia. (Greimas. 1966: 176-180; Pieters. 2010: 122-125; Reuter. 2009: 44-45)
Como nuestro corpus pertenece al género de la novela histórica, cabe mencionar también las
características de los personajes principales en este tipo de novela. Seymour Menton, teórico de la
(nueva) novela histórica afirma que este género se caracteriza por “la ficcionalización de personajes
históricos, a diferencia de la fórmula de Walter Scott- aprobado por Lukács- de protagonistas
ficticios;” (Menton. 1993: 42). Entonces, con eso quiere decir que los protagonistas son personajes
históricos con características ficticias y que no son personajes totalmente ficcionalizados. Aínsa, por
su parte, hace hincapié en que, en la (nueva) narrativa histórica, se describe la historia mediante
personajes marginados, o concretamente, desde un punto de vista de la gente común o desde la
periferia (Grützmacher. 2006: 47). En este punto, Aínsa se distingue un poco de Menton porque no
considera a los personajes históricos como protagonistas.
3.2.2 La Virgen del Sol Para aplicar la teoría sobre los personajes principales al libro de Jordi Díez, empleamos la
misma estructura que en la parte teórica. Entonces, comenzamos con un análisis de la
caracterización de los personajes principales. Después, hablaremos sobre las funciones que ocupan
estos personajes y finalmente, examinaremos los personajes principales según los rasgos de la
(nueva) novela histórica.
En cuanto a la caracterización de los personajes principales, el autor sólo nos informa al inicio
de la novela sobre la edad de Nemrac y la de Tupac Yupanqui. El lector puede también saber algo
más sobre los personajes gracias a la descripción de los aspectos físicos. Constatamos que Jordi Díez
no da realmente información sobre la apariencia de Nuba, pero sí nos informa sobre el aspecto de
Nemrac y el inca. Con respecto a Nemrac, se pone mucha énfasis en sus ojos verdes que se
conexionan con algo mágico y con el hecho de que ella es una escogida, o sea una virgen del Sol. El
autor también hace hincapié en la chacana esmeralda que lleva Nemrac. Esta chacana es también un
signo de que ella es una escogida del inca. En el caso del inca, se describe sobre todo sus ropas muy
lujosas. Se nota también, en cuanto al tipo de lenguaje usado por los personajes, que el lenguaje del
inca es muy solemne, lo que corresponde a un líder y a un dios. Con respecto a Nuba, constatamos
que él utiliza un lenguaje cada vez más filosófico y espiritual, que refleja la evolución interna de este
personaje a través de la historia. Los fragmentos aquí abajo muestran esta evolución de un hombre
muy normal hasta un hombre muy espiritual:
24
Yo no podía dormir. Estaba del todo agotado, pero decidí permanecer tanto rato como me fuese
posible despierto, con los ojos entornados, donde las sombras de la noche me traían la imagen de
Airún, camuflándose entre los arbustos, corriendo tras las rocas y susurrándome desde el río, y así me
pareció que debía quedarme, en su constante ensoñación. Hasta que al final el cansancio venció y mi
cuerpo se sumió en un dormir negro, sin sueños ni recuerdos. (Díez. 2008: 32)
Este fragmento (ver supra), situándose después de la muerte de la mujer de Nuba, muestra los
pensamientos normales de un hombre después de la muerte de su mujer. En el capítulo cinco, Nuba
encuentra a su mujer después de su muerte. Ella le quita el dolor de las manos y el día siguiente, se
da por curada a Nuba:
Entonces oí la voz de Airún por primera vez desde su muerte, como el gorgoteo de una fuente lejana.
Al principio la confundí con mis propios gemidos, pero poco a poco fui distinguiendo sus palabras
entre mis sollozos. Su voz de estrella bajada a la Tierra fue dibujándola entre las paredes
encarceladoras hasta hacerla materia. Se sentó frente a mí y me preguntó qué me pasaba. (Díez. 2008:
59)
En el capítulo diez de la primera parte del libro, la sacerdotisa Xasca aprende a Nuba que solamente
el aquí y ahora cuentan y que tiene que soltarse del pasado y de su miedo por el futuro:
No sabía qué hacer, cómo sanar un alma rota por la culpa y el dolor. No tenía ni idea de por dónde
comenzar. Pensé que un buen intento podía consistir en saber de dónde partía esa angustia, ese
miedo, y probé a hablar a mi corazón, preguntárselo a él, pero no encontraba el camino ni la manera
de hacerlo. (Díez. 2008: 123)
Al final de la primera parte, Nuba logra sentir el dolor interior de Xasca:
Lo que sí percibía nítido era su dolor, como si a través de ella entrase en mí. Yo no conocía a ese
hombre ni sabía nada de él, sin embargo sentía el vacío que había dejado en la persona sentada a mi
lado. Podía reconocer ese vacío muy bien. (Díez. 2008: 129)
En la segunda parte de la novela, Nuba se convierte cada vez más en un personaje filosófico y
espiritual; lo ilustran los fragmentos siguientes. En el primer fragmento, Nuba intenta salvar la vida a
su mejor amigo Jaramucap mediante un tipo de meditación. En el segundo fragmento, se describe
como Nuba se siente después haber sobrevivido al accidente con el puente que se ha desplomado:
Me senté a su lado, en la postura de plegaria que Xasca me había enseñado. Levanté mis palmas al sol
pero sólo encontré la luz plateada de la luna y las estrellas; debería ser suficiente. Me concentré en
sentir la fuerza que lo une todo, según Xasca, necesitaba sentirla para salvar a mi amigo. Comencé por
mantener el silencio para reemplazarlo después por imágenes de mi esposa y mi hija. Pero no sólo por
sus imágenes, sino lo más importante, por su amor. (Díez. 2008: 155)
25
Cerré los ojos y sentí sin miedo, con el corazón abierto sentí que la luz que alumbraba mi ser interior
se convertía en una llama, como la que alzaba orgullosa frente a mí, y gocé fundirme en ella. Con los
ojos todavía cerrados sentí que la hoguera lanzaba chispas de fuego a todos los allí reunidos, creando
pequeñas llamas en el interior de cada uno. Pronto una gran lengua de fuego cruzó el precipicio y se
unió a la hoguera que ardía los corazones de los hombres del otro lado. Todos unidos por la misma
llama, sin importar quién daba o quién recibía. Nunca sabré qué sintieron los demás, ni si vieron cómo
el Kwasaypacha entraba en sus corazones para purificar su desgracia transformándola en humo y
cenizas. (Díez. 2008: 190)
Finalmente, en la última parte de la novela, constatamos que el lenguaje de Nuba es muy filosófico y
que se ha convertido en un hombre muy espiritual, lo que muestran los fragmentos aquí abajo:
La última noche, cuando estaban cerca de la puerta, yo me sentaba como me había enseñado Xasca, a
su lado, cerraba los ojos y sentía cómo el zumbido que producía el Kawsaypacha en mi interior iba
pasando a ellos. Recordé y aprendí a sentirlo en todo momento, a captarlo en las estrellas, en la Luna
cuando ésta se mostraba, en el Sol, en la Tierra. También de los dos critstales que me regaló Egroj y
que colgaban de mi pecho, uno a la altura del cuello y otro a la altura del corazón. (Díez. 2008: 291)
En este fragmento, Nuba describe el tratamiento de los visitantes del templo de Pachacamac. En el
fragmento siguiente, Nuba reflexiona y se pregunta por qué los soldados quieren dar su vida para el
bienestar de su líder, el inca, y no para su propia suerte:
¿Por qué todos esos hombres, los de un lado y los de otro, no se dedicaban a su propia felicidad? ¿Por
qué eran capaces de luchar por los intereses particulares de dos que no los tendrían en cuenta jamás,
y que encima los involucraban con mentiras tan burdas que hasta un niño se habría reído al
escucharlas? Ahora comenzaba a comprenderlo, porque aunque cada uno de ellos debía recorrer su
propio círculo, es mucho más sencillo caminar por el de los demás. Se requiere más valor para decidir
cuándo y cómo ejecutar un cambio, que para luchar a las órdenes de otro, en lugar de a las del
corazón propio. (Díez. 2008: 405-406)
Y la obra termina con este fragmento:
Cuando todo se fue calmado, cogí el cristal verde que me había regalado Egroj y lo miré. Estaba
transparente, como mi alma, y entonces lo comprendí: el tiempo no existe, sólo el amor y el presente
en que todo es Uno. (Díez. 2008: 428)
Se caracteriza a los personajes principales tanto de manera directa (por ejemplo la edad y la
descripción de los ojos de Nemrac) como de manera indirecta. Aunque el lector no reciba
información directa sobre la apariencia de Nuba, sus acciones y sus pensamientos le permiten a
26
formar una imagen sobre este hombre: un esposo y un padre lleno de amor por su familia. Además
es una figura modesta que reflexiona mucho sobre la vida.
En lo que sigue, intentamos aplicar el modelo actancial de Greimas a La Virgen del Sol.
Consideramos a Nuba como el sujeto que busca un objeto. En esta novela, el objeto es, según
nosotros, llevar Nemrac, como virgen del Sol, al templo de Inticancha en Cuzco. El modelo de
Greimas constituye también de un destinador y un destinatario. Aquí, el destinador es la religión
(incaica) porque la religión incita al sujeto (Nuba) a hacer una acción, es decir, la religión, o más
particularmente la elección de Nemrac como virgen del Sol, es la causa de que Nuba tiene que llevar
a su hija al templo de Inticancha. Como las escogidas sirven para el inca, considerado como el
representante del dios Inti en la tierra, el inca es el destinatario, porque es para él que se hace la
acción. Finalmente, se opone en el modelo actancial el ayudante y el oponente. En La Virgen del Sol,
hay varios ayudantes. Primero, cuando Nuba pierde a su hija Nemrac y tiene que trabajar en la
cantera en Cacha recibe la ayuda y el apoyo de su compañero Atox. Después, Xasca, una sacerdotisa
de Pukapukara, ayuda también muchísimo a Nuba. No sólo lo cuida y lo cura, sino que le da también
consejos y lo aprende a meditar. Luego, Nuba recibe también mucha ayuda de Corioma, que lo
acompaña para buscar a su hija y que le da también consejos y filosofías de la vida. Finalmente, se
puede considerar al general Ollanta también como un ayudante del sujeto, o sea de Nuba, visto que
el general da permiso a Nuba de ir a buscar a Nemrac y Ollanta es también el protector de Nuba en el
ejército del inca. En cuanto a los oponentes, opinamos que Rascar Capac, el sacerdote principal, es
un obstáculo porque quiere matar a Nemrac para que él se imortalice. El inca es de manera indirecta
también un oponente para Nuba. Debido a sus órdenes, como la innovación de Cuzco y la
construcción de Machu Picchu, Nuba no siempre puede continuar la búsqueda de su hija.
Finalmente, como La Virgen del Sol apartenece al género de la (nueva) novela histórica, hemos
examinado si los rasgos de los personajes en este tipo de novela coinciden con los en la obra de Jordi
Díez. Por una parte, siguemos Menton Seymour que dice que este género se caracteriza por “la
ficcionalización de personajes históricos, a diferencia de la fórmula de Walter Scott- aprobado por
Lukács- de protagonistas ficticios;” (Menton. 1993: 42). El inca Yupanqui Pachacutec y su hijo Tupac
Yupanqui son dos personajes históricos. Entonces, existían realmente. Como podemos leer en las
obras históricas, se representa también en la novela a Yupanqui Pachacutec y su hijo como hombres
omnipotentes. Sin embargo, Jordi Díez ha ficcionalizado esos personajes puesto que no podremos
saber nunca lo que estos incas pensaban o decían al natural. En la novela por ejemplo, Tupac
Yupanqui visita en secreto Pachacamac en ropas de peregrino para que nadie le reconozca. No
podremos saber nunca si Tupac Yupanqui hizo esta peregrinación de verdad o no. Entonces, el autor
ha ficcionalizado algunas cosas y características con respecto al inca Yupanqui Pachacutec y su hijo.
27
Por otra parte, Fernando Aínsa enfatiza que, en la (nueva) narrativa histórica, se describe la historia
desde un punto de vista de la gente común o desde la periferia (Grützmacher. 2006: 47). Este
coincide con Nuba y Nemrac, que son gente común, y que viven en una aldea bastante lejos de la
capital Cuzco. Estos personajes son creados por el autor pero su función social existía en el imperio
incaico. Más específicamente, la hija es una virgen del Sol y su padre era al inicio un empedrador y
luego, llega a ser un sacerdote.
3.2.3 La Sacerdotisa de la Luna En primer lugar, hablaremos de la caracterización de los personajes en La Sacerdotisa de la
Luna. En segundo lugar, aplicaremos el modelo actancial de Greimas al libro de Emma Ros y en
último lugar examinaremos los personajes a través de las características de la (nueva) novela
histórica.
Empezamos con la caracterización de los personajes en la obra de Emma Ros. Primero,
constatamos que cada personaje tiene un nombre y que los personajes de origen azteca como
Ameyali o Zolin tienen tanto un nombre azteca como un nombre español. Esto es una consecuencia
de la ocupación de los españoles que querían cristianizar el territorio azteca y por eso, los indígenas
baptizados tienen que llevar también un nombre cristiano en vez de un nombre profano. El nombre
cristiano de Ameyali es María del Carmen y el de Zolin es Santiago. Cuando nació el hijo de Ameyali y
Zolin, recibió también un nombre cristiano: Hipólito. Sin embargo, Ameyali rechaza de llamar a su
hijo de este modo y le da también un nombre azteca, Huemac, porque quiere conservar la cultura
azteca y su religión. Segundo, con respecto a la edad, sólo podemos saber la edad de Ameyali y de
Martí. En el primer capítulo se menciona que la chica tiene trece años y que Martí tiene quince años.
Después, la autora todavía no nombra la edad de ellos, pero gracias a las fechas que figuran al inicio
de cada capítulo, podemos calcular la edad de Ameyali y de Martí. Entonces, como tienen
respectivamente trece y quince años en el primer capítulo que se desarrolla en 1521, deben tener
más o menos cuarenta y cuarenta y dos años al final de la obra, es decir, en el epílogo. Luego, en
cuanto a los aspectos físicos de los personajes, se hace hincapié en la cicatriz bajo el seno de
Ameyali, que es un signo que ella es sacerdotisa. La escritora menciona varias veces que se trata de
una chica muy hermosa con ojos preciosos. Con respecto a Martí, un hombre rubio de ojos azules, se
insiste en sus semejanzas con el dios Quetzalcóatl como se puede leer en el capítulo quince: “Y de
pronto su cara se dibujó sobre la mía: Guifré, quien nos dijeron era enviado de Quetzalcóatl, me
miraba.” (Ros. 2012: 163) y en el capítulo cuarenta y dos: “Ameyali sonrió y le acarició el rostro. –
28
¡Ay, Martí! Sigues siendo mi enviado de Quetzalcóatl.” (Ros. 2012: 387). Además, en la novela, se
describe a veces los vestidos y se acentúa la diferencia entre las ropas españolas y aztecas:
A pesar de ello, la mayoría de vendedores, pequeños artesanos que nada tenían que ver con los
poderosos comerciantes, seguían vistiendo a la antigua, con su maxtlatl y un humilde manto, y traían
el aroma de los viejos tiempos. (Ros. 2012: 38)
Finalmente, se puede caracterizar a los personajes mediante el lenguaje que utilizan. En esta novela,
vemos que hay una oposición entre el náhuatl, la lengua hablada por los indígenas y muchas veces en
secreto, y el castellano, hablado por los españoles y también por los indígenas cuando estos últimos
tienen que conversar con un castellano. Ameyali, por ejemplo, tiene que hablar siempre en
castellano con fray Antonio y además, tiene que cantar en castellano en la misa. En La Sacerdotisa de
la Luna, se caracteriza a los personajes principales de modo directo e indirecto.
En lo que sigue, aplicaremos el modelo actancial de Greimas a la novela de Emma Ros. En
este modelo hay siempre un sujeto, el personaje principal, que va en busca de un objeto. En este
caso, el sujeto es Ameyali y el objeto es su misión. Más conretamente, al inicio del libro, la antigua
sacerdotisa mayor dice a Ameyali que va a ser sacerdotisa de la luna cuando ella (la sacerdotisa
mayor) muera. Entonces, durante el resto de la historia, el personaje principal está buscando lo que
implica esta misión. Al final de la novela, descubre finalmente la significación: ser testiga de la
desaparición de la cultura y de la religión azteca.
El modelo de Greimas consiste también siempre de un destinador, que incita la acción, y de
un destinatario, alguien para quien se hace la acción. En La Sacerdotisa de la Luna, el destinador es la
antigua sacerdotisa mayor que da la misión a Ameyali de ser sacerdotisa de la luna. Podemos
considerar el pueblo y la cultura azteca y el mundo entero como el destinatario. Tanto como los
vestigios de la antigua cultura conservados en Roma, Ameyali tiene que salvar las reliquias de su
cultura y religión azteca para los descendientes aztecas y para el mundo entero.
Luego, el modelo actancial consta también de ayudantes y de oponentes. En la obra de
Emma Ros, hay varios ayudantes de la protagonista. En primer lugar, opinamos que Martí es un
ayudante porque le da consejos y la ayuda en situaciones difíciles, por ejemplo la cura del sarampión
en Roma y durante su restablecimiento le hace comprender que su vida tiene una meta: testificar de
la civilización azteca perdida. Al final de la historia, acoge a Ameyali y a su hijo que están huyendo de
Zolin y llega a ser un aliado de Ameyali en la búsqueda para cumplir su misión. En segundo lugar,
Jonas es también un ayudante, visto que da también muchos consejos a la sacerdotisa y casi siempre
la acompaña cuando Ameyali está de viaje, de Nueva España a Castilla y de Villarica de la Veracruz a
29
Acolman. En tercer lugar, Yaretzi e Itzmin, los dos esclavos que viven en la casa de Ameyali, ayudan
también a la protagonista porque salen a la defensa de ella. En cuarto lugar, el nigromante se pone
también al lado de Ameyalí. A través de predicciones, la guía para que la mujer se convierta en
sacerdotisa de la luna. En último lugar, Zolin, el marido de Ameyali según la tradición azteca, es
también un ayudante, pero solamente al inicio de la novela. Al final del libro, este personaje se
convierte en un oponente porque quiere vivir como los castellanos y ya no respecta la religión y la
cultura azteca. Juan, el hermano de Zolin, que admira el modo de vivir castellano, e Ignacio, su
colaborador indígena, son también oponentes. Los dos se esfuerzan en lo posible para separar a Zolin
y a Ameyali, porque según ellos, la sacerdotisa envicia a Zolin. Luego, Rosario, la mujer de Zolin según
la fe católica, se opone a la protagonista visto que trama un plano para separar a Ameyali de su hijo
Huemac y para ganarse totalmente la voluntad de Zolin. Finalmente, el fray Antonio, que representa
la fe católica constituye una amenaza para Ameyali y para su misión. Este último la prohibe de vivir
según las tradiciones aztecas y la llama una pecadora.
Terminamos esta parte sobre los personajes en La Sacerdotisa de la Luna con un análisis de
estos personajes a través de los rasgos de la (nueva) novela histórica, visto que la obra pertenece a
este género. Por una parte, el teórico Menton Seymour insiste en “la ficcionalización de personajes
históricos” (Seymour. 1993: 42). En la novela de Emma Ros, hay algunos personajes históricos como
Cortés o fray Pedro de Gante. Estos personajes existieron realmente pero han sido ficcionalizados en
la novela porque no podemos saber nunca todo lo que han hecho y todo lo que han dicho de verdad.
En el libro, se cuenta que Ameyali tiene que cantar por Cortés y su séquito. Pero, como Ameyali no es
un personaje histórico, podemos concluir que este pasaje en lo que aparece Cortés ha sido
ficcionalizado. Por otra parte, otro teórico, Fernando Aínsa, hace hincapié en el hecho de que los
personajes de la (nueva) novela histórica son muchas veces personas no históricas, sino gente
común, de la periféria o gente modestos (Grützmacher, 2006, p.47). La mayoría de los personajes en
La Sacerdotisa de la Luna son personajes inventados, o sea, no históricos, como Ameyali, Martí, Zolin
o Rosario. Estos personajes son inventados por el autor pero su función, es decir, sacerdotisa en el
caso de Ameyali o conde y médico en el caso de Martí existió. No obstante, no se trata de personajes
modestos o marginados porque Martí es un conde y Ameyali es una sacerdotisa. Cabe decir también
que Emma Ros afirma en una entrevista que, en general, el lector puede compartir más fácilmente
sus sentimientos con los personajes de una novela histórica:
La novela histórica se narra siempre con la perspectiva de los personajes de la época, que han existido
o podrían haber existido, y esto es lo que pienso que atrapa al público en general porque, en un marco
30
histórico muy alejado, nos encontramos con emociones y reacciones de los personajes muy humanas,
que están por encima de cualquier época y hacen que la narración sea muy cercana.32
3.2.4 Parte comparativa
En esta parte, compararemos los personajes principales de La Virgen del Sol y de La
Sacerdotisa de la Luna, centrándonos primero en las semejanzas y luego en las diferencias entre los
dos libros. Enfocamos lo más posible el tema de la religión. Acabamos este capítulo con una pequeña
conclusión respecto a los personajes principales de ambas novelas.
Ahondemos primero en las similitudes. Es interesante notar los parecidos entre Nemrac y
Ameyali. Ambos personajes son mujeres y sacerdotisas. Además, al inicio de las novelas, tienen más
o menos la misma edad. Con respecto a la apariencia de estas dos mujeres, se hace hincapié en los
ojos preciosos de Ameyali y en los ojos hermosos, verdes y mágicos de Nemrac. Además, tanto
Ameyali como Nemrac tienen una seña particular que muestra que las mujeres son elegidas para ser
sacerdotisas. Nemrac lleva una chacana verde y Ameyali tiene una cicatriz bajo el seno. El hecho de
que las dos historias se desarrollan en torno a una mujer es otra semejanza importante. Pensamos
que Jordi Díez y Emma Ros han elegido a un personaje femenino para mostrar por un lado que en
estas antiguas civilizaciones una mujer podía ocupar una posición importante e influyente en la
sociedad, es decir una sacerdotisa. Por otro lado, muestran, según nosotros, dos mujeres fuertes,
independientes y capaces de salvar varios obstáculos durante andanzas difíciles y duras. Las dos
mujeres salen más vigorosas y maduras después de sus peripecias. De esta manera, los escritores
pueden captar la atención de los lectores ya que estos últimos están curiosos y quieren saber cómo
van a vencer los obstáculos. Además, en una entrevista, Emma Ros afirma que, según ella, “una
sacerdotisa en un mundo dominado por hombres castellanos”33 es el personaje que puede mejor
responder a la pregunta (que es al mismo tiempo su fuente de inspiración): “¿Cómo puede
desaparecer una civilización?”34.
Luego, en cuanto al modelo actancial de Greimas, cabe decir que podemos aplicar este
modelo a ambos libros. Entonces en las dos obras siempre hay un sujeto y un objeto, un destinador y
un destinatario, ayudantes y oponentes. Finalmente, como las dos novelas pertenecen al mismo
género, es decir, la (nueva) novela histórica, encontramos también las características de este género
32
Texido, Ramón. 21/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/ (22/09/2012) 33
Texido, Ramón. 21/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/ (22/09/2012) 34
Texido, Ramón. 21/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/ (22/09/2012)
31
con respecto a los personajes en las dos obras. Por un lado, hay personajes históricos que son
ficcionalizados. Pensamos por ejemplo en el inca Yupanqui Pachacutec y su hijo Tupac Yupanqui en la
novela La Virgen del Sol y a Hernán Cortés y Pedro de Gante en La Sacerdotisa de la Luna. Por otro
lado, los dos libros constan también de personajes ficticios como Nemrac y Nuba en la obra de Jordi
Díez o Ameyali y Martí en la novela de Emma Ros.
Sin embargo, encontramos también algunas discrepancias entre las dos obras en cuanto a los
personajes principales. Primero, cabe mencionar que hay mucho más personajes en La Sacerdotisa
de la Luna que en La Virgen del Sol. Según nosotros, podemos relacionar esto con la duración de la
historia, que es más larga en la obra de Ros que en el libro de Díez. Entonces, cuando la historia es
más larga, los personajes van a conocer más a otros y a nuevos personajes. Lo que también llama la
atención es que los personajes de La Sacerdotisa de la Luna se componen por una parte de
castellanos y por otra parte de aztecas. Más particularmente, hay una oposición de dos culturas: la
cultura y la religión azteca frente a la castellana. En la novela, Emma Ros insiste por ejemplo en las
diferencias en cuanto a las ropas de los personajes y en cuanto al lenguaje que hablan (náhuatl o
castellano). En La Virgen del Sol, no se oponen dos culturas o dos religiones porque todos los
personajes tienen la misma religión y hablan la misma lengua. En el caso de Nuba, vemos que usa un
lenguaje cada vez más filosófico y espiritual, lo que podemos relacionar también con un tema
importante de la novela, es decir la espiritualidad.
Todo lo anterior nos lleva a afirmar que, respecto de los personajes principales en las dos
novelas, una mujer juega un papel importantísimo. Además, en ambas obras se trata de dos
sacerdotisas que se parezcan también en cuanto a su apariencia física puesto que tanto Ameyali
como Nemrac son muy hermosas, tienen ojos preciosos y llevan un símbolo que indica que son
sacerdotisas. Los dos libros constituyen de personajes ficticios e históricos, lo que es un rasgo de la
(nueva) novela histórica, el género de ambas obras. No obstante, hemos constatado algunas
diferencias entre La Virgen del Sol y La Sacerdotisa de la Luna. Hay mucho más personajes en la
novela de Ros y hay una oposición entre los castellanos y los aztecas. De este modo, la autora puede
enfocar las diferencias entre estas dos culturas. Este no es el caso en La Virgen del Sol. En este libro
todos los personajes son incas porque se trata de una cultura y de una religión.
32
3.3 La representación del espacio
3.3.1 Parte teórica
“El espacio en una novela es más que la suma de lugares descritos” (Bourneuf. 1970: 94).
Según Javier del Prado Biezma, el espacio nos puede decir algo sobre la visión del mundo y de la
narración (del Prado Biezma. 2000: 41). Además, puede expresar “la relación profunda que el
narrador mantiene con la realidad material que el espacio siempre representa” (del Prado Biezma.
2000: 41). Rafael Azuar Carmen menciona que el paisaje determina y desfigura a los personajes y que
genera “una serie de constantes históricos-sociales” (Azuar Carmen. 1987: 97).
En su obra Pour lire le roman, Goldenstein propone estudiar las funciones del espacio a
través de tres preguntas: “¿Dónde se desarolla la acción? ¿Cómo se representa el espacio? ¿Y por
qué el autor ha preferido un espacio determinado y no otro?” (Goldenstein. 1983: 89). Primero, en
cuanto al lugar de la acción, cabe mencionar que en cada novela la topografía difiere y que se sitúa
frecuentemente el lugar de la acción. Sin embargo, se constata que el espacio creado en una novela
se parece a un espacio real. Luego, la espaciosidad contiene “diferentes grados de apertura”
(Goldenstein. 1983: 89). En un espacio abierto, el protagonista puede ir adonde quiere. Esto no es el
caso en un espacio limitado. Sin embargo, gracias a un espacio imaginado, se puede encontrar una
cierta apertura dentro de este espacio limitado, o sea, se encuentra un aquí (el lugar mismo) y un allí
(que se sitúa más allá de la historia) (Goldenstein. 1983: 90). Goldenstein concluye esta parte con el
hecho de que “la geografía novelesca se basa en técnicas de escritura con una función precisa”
(Goldenstein. 1983: 91).
“Trabajar sobre el espacio implica una reflexión permanente sobre las maneras diferentes
como se presenta y representa ese espacio” (Camarero. 1994: 90). Para representar el espacio en
una novela, un escritor tiene que describirla. Entonces, “el espacio en una novela siempre es un
espacio verbal” (Goldenstein. 1983: 91). En su libro, Goldenstein distingue dos grandes tendencias
con respecto al tratamiento del espacio en una novela: el espacio puede jugar un papel importante
en la novela o no. El autor puede también utilizar diferentes métodos de descripción para
representar el espacio. Puede dar por ejemplo una descripción estática o una serie de detalles
característicos. Estos métodos atribuyen una función determinada a la spacialidad de una novela
(Goldenstein. 1983: 92-93, 95). Según Luz Aurora Pimentel, la descripción es la forma privilegiada
para representar el espacio en una novela. Estas descripciones constan normalmente de un nombre,
o sea de un tema descriptivo y de un inventario de propiedades de este nombre, llamado también la
serie predicativa (Pimentel. 2005: 39)
33
Finalmente, con respecto a las funciones del espacio en una novela (que corresponde a la
última pregunta hecha por Goldenstein), el téorico comenta que se considera a menudo el espacio
como “el imagen del personaje” (Goldenstein. 1983: 96). Gracias al espacio, que influye al personaje,
este último toma cuerpo (Goldenstien. 1983: 96). Por eso, el espacio tiene “una función simbólico”
(Goldenstein. 1983: 97). Sin embargo, a veces resulta bastante difícil determinar la función del
espacio en una novela (Goldenstein. 1983: 97). El espacio contribuye también al desarrollo de la
intríga. A veces, el espacio se hace “un elemento constitutivo fundamental, o sea, un agente
verdadero” (Goldenstein. 1983: 88).
Con respecto al estudio del espacio en el texto narrativo, enfocamós también Jesús
Camarero, que hace diferencia en su artículo entre el espacio del objeto, el espacio del texto y el
espacio del significado. El primer tipo de espacio, es decir el espacio del objeto “es el espacio del
referente, del mundo exterior, lo que nos rodea, el dominio de la existencia humana, donde la
literatura y el arte en general podrían encontrar la fuente de su inspiración” (Camarero. 1994: 93).
Luego, el espacio del texto representa “el conjunto de signos de la escritura depositados sobre el
soporte de otro espacio: la página” (Camarero. 1994: 96). Finalmente, Camarero define el espacio del
significado como “el fruto de la imaginación, de la representación mental: percibimos los objetos de
lo real y nos construimos una imagen de ellos” (Camarero. 1994: 98).
3.3.2 La Virgen del Sol Como La Virgen del Sol narra la gira de Nuba a Cuzco, la historia se desarrolla en varios
lugares del imperio incaico, por ejemplo en Cacha, en Pachacamac y en Cuzco. En la novela, se
describe también diferentes expediciónes del inca y su ejército. Entonces, en estas expediciones se
va también de un sitio determinado a otro sitio. Pensamos por ejemplo en la expedición a
Pachacamac, en la que un puente se desploma. En esta expedición no sólo caminan por la selva
húmeda y llena de mosquitos sino también por el desierto árido. Estos elementos causan suspense
durante la larga expedición. Constatamos que gran parte de la historia tiene lugar en espacios
exteriores y que solamente algunos episodios se sitúan dentro de un edificio, o sea, no al exterior
(por ejemplo en el palacio del inca). Observamos que, en cuanto a los espacios interiores, muchas
veces el personaje no está allí voluntariamente, por ejemplo el dormitorio de Nuba durante sus
trabajos forzados en Cacha, o el templo médico de Pukapukara donde se cura a Nuba, agotado, y
donde se esconde a Nemrac. Un último ejemplo que puede ilustrar esto es la sala en la que el
sacerdote principal, Rascar Capac, aísla a Nemrac de las demás vírgenes.
34
Se representa los diferentes espacios mediante descripciones basadas en la función de los
lugares. Ilustramos eso a través de varios ejemplos. En primer lugar, gran parte de la historia se
desarrolla en la capital del imperio incaico, Cuzco. El autor describe esta ciudad poniendo énfasis en
su grandeza, en la reforma de la ciudad (que es una órden del inca para contrariar a la profecía que
predice el fin del imperio incaico) y en los palacios lujosos del inca. Estos grandes proyectos
arquitectónicos del inca, que es el representante del dios Inti en la tierra, forman también un medio
para tener el pueblo bajo control, ya que siempre se puede emplear la religión o la fe en el dios Inti
como la razón de sus órdenes. En segundo lugar, Nuba se encuentra en un momento determinado
también en Cacha, que se describe como una gran ciudad y que se relaciona con las canteras en la
que mucha gente tiene que trabajar para ayudar al inca a construir nuevos templos para aplacar a los
dioses. En tercer lugar, la historia se desorralla también en Pukapukara, en Pachacamac y en Machu
Picchu, tres lugares, relacionados con la religión, que evocan una esfera mágica. Se puede ligar
Pukapukara con la religión porque tanto Nuba como Nemrac residen un tiempo allí en el templo
médico y reciben ayuda de la sacerdotisa Xasca. Con respecto a la descripción de Pachacamac, se
hace hincapié en el mar esmeralda que hace pensar en los ojos de Nemrac y que, por eso,
tranquilizan a Nuba. No sólo esto evoca la esfera mágica del lugar sino que también las terapias con
los cristales que realiza Nuba, el templo con la estatua del tiempo y la construcción de un nuevo
templo para el dios Inti vinculan Pachacamac con la religión y lo sobrenatural. Finalmente, Machu
Picchu, la nueva ciudad que Nuba cruza en su camino a Cuzco, suscita al lector también una
atmósfera mágica gracias a la descripción a través de los ojos de Nuba. Este fragmento lo muestra:
Sin embargo, sabía que no podía marcharme de allí a la carrera, así que caminé despacio por la ciudad,
crucé maravillado la gran plaza y me asomé a alguna de las casas a medio construir. Una de ellas me
llamó la atención más que el resto. Constaba de una sola habitación, de paredes perfectas, como las
que ya había visto en el Qosqo o en el palacio de Cacha, engarzadas las rocas unas en otras con
absoluta precisión y armonía. Todo allí guardaba una mágica armonía. Las paredes se abrían al llegar al
suelo, como en un gran asiento grupal, y la única puerta, en la que yo me encontraba, estaba
orientada al Apu Pumasillu ofreciendo una extraordinaria vista del paso de Inti en su retiro diario. Las
hornacinas en forma de ventana tapiada estaban dispuestas de manera simétrica, cinco en la pared
frente a la puerta y dos en cada uno de los extremos. Era, sin duda, un lugar mágico destinado a
formar parte de algún tipo de templo. (Díez. 2008: 385)
3.3.3 La Sacerdotisa de la Luna Como la novela describe el encuentro de dos mundos, culturas y religiones diferentes, es
decir, el encuentro de Castilla y el catolicismo con la Nueva España y la cultura azteca, la historia se
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desarrolla por gran parte en estas dos regiones. En la obra, el personaje principal, Ameyali, viaja
también a Europa donde vive durante un tiempo en Roma, el lugar por excelencia de la fe católica. Es
también en esta ciudad que Ameyali y Martí se conocen por primera vez.
Emma Ros presenta esos lugares a través de la descripción. En cuanto a Castilla, la mayor
parte de La Sacerdotisa de la Luna se sitúa en Cataluña, más específicamente en la ciudad de
Barcelona. El lector relaciona esa ciudad con la fuerte presencia de la Inquisición ya que se intentan
procesar a Martí por la posesión de un libro profano. En la obra, Emma Ros describe sobre todo el
casco antiguo de Barcelona. La historia se sitúa especialmente alrededor de la Plaza del Pi, en la calle
del Call, en la plaza Sant Jaume, en la calle de Rauric y en la calle de la Boqueria. Entonces, de esta
manera el lector puede imaginarse más fácilmente el ambiente de este barrio donde se desarrolla la
narración. Un pequeño capítulo de la obra ocurre en Granada. En este capítulo, se describe los
trabajos innovadores que se hacen en la ciudad después de la retirada de los musulmanes. Entonces,
se narra cómo los cristianos están construyendo catedrales e iglesias para que la antigua cultura
musulmana sea menos visible:
Granada era una ciudad en obras, las mezquitas se convertían en iglesias, se derribaban los barrios
antiguos, se ensanchaban las calles, y todo reflejaba la imperiosa necesidad de borrar el pasado
musulmán que persistía en los ropajes y las costumbres de los moriscos del Albaicín. (Ros. 2012: 279)
Con respecto a los espacios descritos en la Nueva España, gran parte de la novela sucede en
Acolman, la ciudad donde vive Ameyali con su marido Zolin. Se describe tanto la ciudad misma como
algunos espacios interiores, por ejemplo la casa de Ameyali y Zolin y la iglesia donde Ameyali tiene
que cantar durante las misas. La historia tiene también muchas veces lugar en la capital Tenochtitlán,
llamada Ciudad de México por los castellanos. El primer capítulo comienza con la narración de la
destrucción de esa ciudad.
Las hogueras habían ennegrecido los muros de aquel salón palaciego, cuyas delicadas pinturas de
flores habían adquirido un aspecto grotesco. Una gruesa capa de hollín cubría sus colores, deformando
su intrincado diseño y comprendí que con ellas también desaparecían el orden y la belleza del que
había sido mi mundo. (Ros. 2012: 17)
Emma Ros describe también la construcción de la catedral y algunos espacios interiores en
Tenochtitlán como la casa de Martí, las iglesias donde canta Ameyali o la casa de Mariana. Es notable
que tanto en la descripción de la capital mexicana como en la de Acolman, la escritora insista en la
diferencia entre la situación antes de la invasión de los castellanos y después de su ocupación. Más
particularmente, patentiza la llegada de una nueva sociedad castellana y cristiana en la Nueva España
y la pérdida de la antigua civilización azteca:
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Pero a medida que avanzábamos, próximos a la construcción de una iglesia cristiana que crecía en
dimensiones, buscando convertirse en catedral, mi pálpito nostálgico se fue encogiendo. No quedaba
ninguna mole fantasmal como el antiguo Coliseo, y al recordar los cañonazos y los cascotes que
destruyeron Tenochtitlán, dudaba que quedara algo enterrado, como Martí me mostró en Roma. (Ros.
2012: 224-225)
No obstante, a veces la historia ocurre también en una cueva en Teotihuacán, el único lugar donde se
ha podido conservar algo de la cultura y de la religión azteca. En esta cueva, Ameyali y sus adeptos
honran en secreto cada luna llena a los dioses aztecas:
Mi canto se acalló con el alba que intuíamos cercana y di por acabado el ritual. ... Siempre éramos los
últimos en abandonar el templo secreto. ... En el extremo opuesto, el espejo de obsidiana incrustado
en el pectoral de la pintura de Tezcatlipoca se hundía en la oscuridad a la vez que en mí crecía una
amarga resignación. No volveríamos allí hasta la siguiente luna, durante el mes de Ochpaniztli, en el
que se veneraba a la diosa Toci, abuela de los dioses, patrona de parteras, médicas, yerberas y
adivinos. (Ros. 2012: 284)
Entonces, podemos concluir con respecto al espacio en La Sacerdotisa de la Luna que los
lugares presentan siempre una oposición de dos culturas y religiones. En Castilla, hay la fe católica
que venció al islam en la ciudad de Granada y en Barcelona, el catolicismo quiere luchar contra el
protestantismo mediante la fuerte presentación de la Inquisición. En Roma, por su parte, el
catolicismo ha sustituído a los antiguos dioses romanos. Finalmente, la autora opone también Europa
(Castilla y Roma) y el cristianismo a México y la cultura y religión azteca.
3.3.4 Parte comparativa
En esta parte comparativa, abordamos en primer lugar las similitudes entre La Virgen del Sol
y La Sacerdotisa de la Luna en cuanto a la representación del espacio. En segundo lugar,
profundizamos en las discrepancias entre ambas novelas con respecto a este tema. Durante la
comparación, intentaremos siempre especificarnos en el tema de la religión. Terminaremos esta
parte con una breve conclusión sobre la representación del espacio en la obra de Díez y de Ros.
Una primera semejanza entre los dos libros es que tanto en la historia de La Virgen del Sol
como en la de La Sacerdotisa de la Luna los personajes principales, como Ameyali, Marti, Nemrac,
Nuba y los incas viajan mucho. Pensamos por ejemplo en los viajes de Ameyali de la Nueva España a
Europa, a los viajes de Martí a Roma y a la Nueva España, a Nuba que está casi siempre de camino
para buscar a su hija Nemrac o a las expediciones de los incas Yupanqui Pachacutec y Tupac Yupanqui
con el ejército. Por consecuencia, las dos historias se desarrollan en varios lugares. Otra similitud es
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que ambos autores representan los espacios diferentes a través de descripciones basadas en la
función de estos espacios, por ejemplo se presentan Cuzco y la Ciudad de México, las capitales de
respectivamente el imperio incaico y de la Nueva España, como ciudades grandes, donde están los
templos mayores, o donde se está construyendo una gran catedral en el caso de la Ciudad de
México.
Luego, en cuanto a las discrepancias, cabe señalar que, aunque La Virgen del Sol se desarrolle
en lugares diferentes, toda la historia tiene lugar en el mismo imperio, es decir, el imperio incaico.
Este elemento difiere de la obra de Emma Ros. En este último libro, la historia sucede por una parte
en la Nueva España, o sea el antiguo imperio azteca y por otra parte en Europa, más particularmente
en Castilla y en Roma. De este modo, la escritora puede mostrar mejor las diferencias entre la cultura
azteca y el mundo cristiano. Además, la autora describe también el cambio de un espacio por
influencia de otra cultura. La destrucción de los templos aztecas en la Nueva España y la construcción
de una nueva catedral en la Ciudad de México o el intento de hacer borrar las reliquias de la cultura
musulmana después de la victoria del catolicismo en la ciudad de Granada pueden servir como
ejemplos. La situación en La Virgen del Sol es distinta. En este libro, como ya hemos dicho, toda la
historia ocurre en un mismo imperio, el imperio incaico. Constatamos que en la obra de Jordi Díez la
representación del espacio es también relacionada con la religión. Sin embargo, en la novela de Díez
no se trata de una oposición entre dos religiónes y culturas sino que varios lugares en La Virgen del
Sol representan la fe incaica. Algunos lugares como Cacha y Cuzco muestran el poder del inca y la
sumisión del pueblo incaico al dios Inti y evocan un ambiente mágico. Pensamos por ejemplo en
Pachacamac, donde Nuba hace terapias con cristales y donde se está construyendo un templo para
aplacar al dios Inti, o a Machu Picchu, una nueva ciudad que provoca una esfera mágica y espiritual
cuando Nuba pasa por este lugar. En La Sacerdotisa de la Luna, los diferentes lugares no evocan
realmente un ambiente espiritual o mágico porque la autora insiste más en la representación de
culturas diferentes. No obstante, observamos que hay un lugar, la cueva en Teotihuacán, o sea el
único lugar que todavía no ha sido destruido por los castellanos y donde Ameyali y sus adeptos
honran a sus dioses aztecas, que evoca también esta esfera mágica.
Como consecuencia de lo que precede, llegamos a la conclusión de que tanto en La Virgen
del Sol como en La Sacerdotisa de la Luna la historia se desarrolla en muchos lugares diferentes y que
en ambos casos, este es debido a los varios viajes y giras que hacen los personajes principales. Otro
parecido entre las dos novelas es el uso de descripciones, basadas en las funciones de los lugares,
como medio para representar los espacios diferentes. La obra de Jordi Díez difiere del libro de Emma
Ros con respecto a la esfera y los sentimientos que evocan y representan los lugares. En La
Sacerdotisa de la Luna, se hace una distinción entre Europa y México. Más concretamente, Europa
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representa el catolicismo mientras que México representa la cultura azteca y la desaparición de esta
cultura por causa del cristianismo. La Virgen del Sol, por su parte, se desarrolla enteramente en el
imperio incaico y los lugares, muchas veces relacionados con la religión, evocan un ambiente mágico
y espiritual.
3.4 La intríga
3.4.1 Parte teórica
Aristoteles define el concepto de la intriga como “el conjunto de las acciones realizadas”
(Goldenstein. 1983: 63). Por un lado, para analizar más en detalle este elemento muy importante de
la novela, recurrimos al modelo de Jean-Michel Adam. El teórico Adam se inspiró entre otras cosas
en un modelo de un lingüístico alemán, Horst Isenberg. Este último desarolló también un modelo
constando de cinco elementos: “una Orientación, una Complicación, una Evaluación, una Resolución,
y finalmente una Moral.” (Goldenstein. 1983: 68). Adam, por su parte, ha creado un “modelo
quinario” (Goldenstein. 1983: 69), o sea, “un modelo hipotético del texto narrativo a base de cinco
propuestas elementarias” (Goldenstein. 1983: 69).
Una narración típica parte de un estado inicial, el primer elemento del modelo quinario con
el fin de llegar finalmente a un estado final, el segundo elemento del modelo de Adam. Entre este
estadio inicial y el estado final de una narración hay varias transformaciones que pueden ser
obstáculos. Adam llama estos obstáculos las fuerzas transformadoras (Goldenstein. 1983: 69). Dentro
de estas fuerzas transformadoras, se distingue dos posibilidades: los obstáculos o conflictos
interiores y los exteriores. En el último caso, las cortapisas son causadas por evenementos que
modifican la situación normal. Los conflictos interiores, al contrario, refieren más a las crísis
psicológicas de un personaje determinado (Goldenstein. 1983: 78-79). Finalmente, la fuerza
equilibrada, otro elemento del modelo quinario, suprime este obstáculo para que el dinamismo de la
acción pueda continuar. Se presenta normalmente el modelo de Adam como “un árbol con cinco
ramas” (Goldenstein. 1983: 69).
Por otro lado, el orden narrativo juega también un papel importante para la construcción de
la intriga. La división de una novela en diferentes partes, capítulos y parágrafos nos puede informar
sobre el desarrollo de la acción, sobre el paso del tiempo, sobre el cambio de lugar o sobre la
evolución de los personajes (Goldenstein. 1983: 83).
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Con respecto a la estructura de una historia, cabe distinguir entre el orden lógico o causal o
el orden cronológico o temporal. El orden lógico es “el que nos parece el más natural” (Goldenstein.
1983: 84). Un mecanismo de causas y efectos hace que la historia avanza. En las novelas piscológicas,
la causalidad es más bien psicológica y existen también ciertas novelas con una causalidad filosófica.
El orden cronológico, por su parte, se encuentra casi solamente en la vida real. En una novela, un
autor puede desviarse del orden temporal mediante anticipaciones, inversiones o digresiones.
(Goldenstein. 1983: 84-85)
Se puede realizar la organización de las diferentes partes o de los diferentes capítulos en una
novela mediante tres grandes maneras. En primer lugar, puede ser a través del encadenamiento, la
sucesión más simple, que tiene el orden siguiente: I, II, III, ... En segundo lugar, el orden puede ser I,
II, I, ... En este caso, se habla de intercalación porque una historia se intercala en otra historia. En
último lugar, existe también el entrelazamiento o la alternancia que tiene el orden I, II, III, I, ... En
esta estructura, varias historias son tejidas entre ellas. (Goldenstein. 1983: 85-86)
3.4.2 La Virgen del Sol Primero intentamos aplicar el modelo quinario de Jean-Michel Adam a la obra de Jordi Díez.
Segundo, miramos de cerca el orden narrativo y la estructura de la novela. El estado inicial o el
elemento que hace arrancar la historia es la elección de Nemrac como virgen del Sol. Esto significa
que Nuba y su mujer tienen que llevar a su hija al templo de Inticancha en Cuzco y que la niña tiene
que servir al inca allí. Este elemento causa o está a la base de todos los otros acontecimientos en la
historia. El estado inicial llega siempre a un estado final, que se sitúa normalmente al final de la
narración y que es en este caso la reunificación de Nuba y su hija Nemrac en Cuzco después de una
serie de aventuras.
Entre estos dos momentos, entonces entre el estado inicial y el estado final, hay una serie de
transformaciones, o sea obstáculos, llamadas por Adam ‘fuerzas transformadoras’. Estos obstáculos
pueden ser interiores o exteriores. Opinamos que hay varias fuerzas transformadoras exteriores en
La Virgen del Sol. Pensamos por ejemplo en las órdenes del inca que forman obstáculos para Nuba y
Nemrac porque a causa de estas órdenes, el padre y su hija han sido separados en la ciudad de Cacha
y de esta manera, no han podido continuar su viaje al templo de Inticancha en Cuzco. Además, Nuba
tuvo que trabajar en la cantera por el inca y tuvo que incorporarse en el ejército del inca para tomar
parte en las expediciones. Todos estos acontecimientos son obstáculos visto que han evitado que
Nuba y Nemrac pudieran continuar juntos su ruta hacia Cuzco o han sido un estorbo mientras Nuba
buscaba a su hija.
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Las fuerzas equilibradas, es decir, las que suprimen los obstáculos son también varias en la
novela de Jordi Díez. Primero, la sacerdotisa Xasca ayuda tanto a Nuba como a Nemrac en el templo
médico de Pukapukara cuando Nuba está enfermo y cuando Nemrac necesita protección. Ella se
encarga de que Nemrac participa al cortejo en la fiesta de Inti Raymi en Cuzco y de este modo, Nuba
puede ver de nuevo a su hija y los dos son de nuevo reunidos. Otra fuerza equilibrada es Ollanta, un
general que permite a Nuba abandonar el ejército e ir a buscar a su hija. Finalmente, consideramos
también a Corioma como una fuerza equilibrada porque ayuda y acompaña a Nuba en la búsqueda
de Nemrac.
Luego, con respecto al orden narrativo, constatamos que la novela consta de tres grandes
partes. La primera parte consta de diez capítulos y narra por un lado el viaje de Nuba a Cuzco y por
otro lado cuenta también la excursión de Tupac Yupanquí a Cacha mientras su padre, el inca
Yupanqui Pachacutec se dirige hacia Machu Picchu. Al final de esta parte, las dos historias se cruzan y
Nuba y Nemrac ven a Tupac Yupanquí por primera vez. La segunda parte constituye también diez
capítulos y comienza con el regreso del inca Yupanqui Pachacutec a Cuzco. La parte trata de la
excursión de Tupac Yupanquí y de Nuba a Pachacamac. Esta parte cuenta también sobre Nemrac,
que está en Cuzco. La última parte se compone de quince capítulos y empieza con una ceremonía en
Cuzco en la que se entierra en vivo a Nemrac y a otras vírgenes. En esta parte se narra las andanzas
de Nemrac y su estancia en el templo médico de Pukapukara. Además, se describe el viaje de Nuba y
Corioma a Cuzco y se cuenta también el regreso de Tupac Yupanqui a la capital. Entonces, vemos que
en cada parte se hace diferentes viajes y andanzas y todos estos viajes de Nuba forman parte de una
gran andanza: la búsqueda de Nemrac.
Finalmente, con respecto al orden de la estructura, cabe decir que este libro es un ejemplo
de una historia con un orden lógico o causal porque siempre hay una causa que provoca un efecto.
La elección de Nemrac como virgen del Sol es la causa de todo el resto de la historia y las diferentes
órdenes del Inca provocan muchas veces que Nuba no puede continuar a buscar a su hija. La
organización de los diferentes capítulos se realiza en La Virgen del Sol mediante la intercalación, o
sea I, II, I, ... Entonces, se intercala una historia en la trama de otra. En la novela de Jordi Díez, se
alternan la historia de Nuba y Nemrac y la del inca Yupanqui Pachacutec y su hijo Tupac Yupanqui. A
veces, las dos historias se cruzan como por ejemplo al final de la primera parte, cuando Tupac
Yupanqui visita a Cacha y ve por primera vez a Nemrac (y Nuba ve por primera vez al hijo del inca). En
la segunda parte, las historias se cruzan de nuevo porque Nuba tiene que incorporarse en el ejército
del inca y acompaña a Tupac Yupanqui a Pachacamac. Al final de la tercera parte, o sea al final de
toda la historia, las dos historias se reunen de nuevo en la fiesta de Inti Raymi en Cuzco.
41
3.4.3 La Sacerdotisa de la luna Empezamos esta parte con la aplicación del modelo quinario de Jean-Michel Adam a la obra
de Emma Ros. Después, analizaremos el orden narrativo y el orden de la estructura de la historia. El
estado inicial o sea el arranque de la historia es la misión dada por la antigua sacerdotisa mayor a
Ameyali. Esta misión consiste en que Ameyali se convertiría en sacerdotisa de la diosa luna: “-
Ameyali, Ameyali –me llamó con la mirada perdida-, eres la elegida de la diosa. Cuídala, pequeña,
venérala. Sólo quedas tú.” (Ros. 2012: 17). Por eso, durante la historia, la protagonista va en busca de
la significación exacta de su misión para llegar al estado final al final de la novela.
El estado final es aquí el descubrimiento del verdadero significado de esta misión: ser testigo
de la desaparición de la cultura y de la religión azteca. Durante su búsqueda, el personaje principal
topa con varios obstáculos, llamados fuerzas transformadoras por Adam, que dificultan la misión de
Ameyali. Pensamos por ejemplo en Juan y en Ignacio, que admiran el modo de vivir de los
castellanos, que toman distancia de su cultura y de su religión azteca y que quieren separar a
Ameyali y a Zolin al inicio de la novela porque afirman que la sacerdotisa envicia a su marido. Rosario
y Zolin son también obstáculos. Este último se pone al final de La Sacerdotisa de la Luna al lado de los
castellanos y Rosario intenta hacer todo para separar a Ameyali y a su hijo Huemac y para ponerse a
bien con Zolin. Fray Antonio, que representa el catolicismo es también un obstáculo. Pero, según el
modelo quinario, siempre hay fuerzas equilibradas que suprimen estos obstáculos. En la obra de
Emma Ros, estas fuerzas equilibradas son por ejemplo Zolin (solamente al inicio del libro), Martí,
Yaretzi e Itzmin, Jonas y el nigromante. Martí ayuda al protagonista a cumplir su misión, la cura del
sarampión y hospeda a Ameyali y a Huemac cuando estos dos han huído de Zolin. Tanto Yaretzi e
Itzmin como Jonas son también fuerzas equilibradas porque siempre salen a la defensa por Ameyali.
Finalmente, el nigromante guía al personaje principal mediante predicciones para que esta última se
convierta en sacerdotisa de la luna.
Examinemos ahora el orden narrativo de la novela. La Sacerdotisa de la Luna consta de dos
grandes partes. La primera parte, que comprende 28 capítulos, comienza con la caída de la capital
azteca Tenochtitlán por los castellanos en 1521 y termina en el año 1529. La segunda parte del libro
se desarrolla todo el tiempo en el año 1535 y contiene 21 capítulos. Según nosotros, se puede
relacionar la división de la novela en esas dos partes con el contenido. En concreto, la primera parte
termina cuando la primera predicción del nigromante se realiza y al final de la segunda parte,
entonces al final de la historia, las predicciones del nigromante han sido realizados totalmente y
Ameyali ha cumplido su misión, convirtiéndose en sacerdotisa de la diosa Coyolxauhqui, o sea en
sacerdotisa de la luna. Antes de la primera parte y después de la segunda parte, la obra de Emma Ros
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consta respectivamente de un prólogo que se sitúa en 1529 y de un epílogo, desarrollándose en
1548.
Con respecto a la estructura del orden narrativo, opinamos que La Sacerdotisa de la Luna es
una obra con un orden lógico o causal ya que siempre hay un acontecimiento que causa un efecto
que a su turno provoca de nuevo otro efecto. La persecución de Martí por la Inquisición provoca que
el hombre tiene que incorporarse en el ejército de Carlos V en Roma, o los cantos encantadores de
Ameyali son la causa de que Cortés decide que la mujer tiene que cantar en Roma para el papa. Estos
dos acontecimientos (el viaje de Martí y el de Ameyali a la capital italiana) tienen como consecuencia
el primer encuentro entre estos dos personajes. Como hay varias historias tejidas entre ellas (los
capítulos sobre Martí alternan con los sobre Ameyalí o también con los sobre Alfons, el enemigo de
Martí), los diferentes capítulos se organizan mediante la alternancia, o sea mediante el orden I, II, III,
I, ... Las historias se entrecruzan varias veces. La historia de Ameyali y la de Martí se cruzan en Roma
y también al final de la historia, cuando Ameyali y su hijo viven en la casa de Martí en Tenochtitlán.
Para terminar esa parte sobre la intriga de La Sacerdotisa de la Luna, es todavía interesante
mencionar que los acontecimientos se relacionen también con el tiempo. Más específicamente, los
giros no favorables para la protagonista en la historia son predicados a menudo por el mal tiempo. La
discusión entre Ameyali y Zolin con respecto al bautizo de su hijo Huemac puede servir como
ejemplo:
Una ráfaga de aire frío atravesó la estancia y las llamas de nuestro hogar se revolvieron con furia sobre
los troncos. Zolin permanecía en pie, al otro lado de la habitación, junto a una ventana que siempre se
me hacía extraña, acostumbrada a las paredes sólidas y cerradas. ... Fuera, el viento parecía gemir
atrapado en el patio, como si buscara su sitio entre los arcos y las puertas cerradas. Zolin guardó
silencio y yo me resistí a añadir nada más, porque si de veras decía lo que pensaba, temía que por
primera vez discutiéramos. ... –Quiero que ejerzas de padre, quiero que no te dejes convencer por tu
hermano y que hagas lo que sientes. Es tu hijo, Zolin, no el suyo. ¿Por qué tenemos que bautizarlo en
esa iglesia? Ha vivido casi cuatro meses sin ese dios extranjero, y es un niño sano. No lo necesita. ... –
Para protegernos. Y su carta me ha hecho reflexionar. ¡Quiero proteger a mi hijo! –escupió Zolin entre
dientes, con los hombros en tensión. (Ros. 2012: 110-111)
3.4.4 Parte comparativa
En esta parte, intentaremos comparar las dos obras con respecto a la intriga, hablando
primero de las similitudes y luego de las discrepancias. Terminaremos esta parte comparativa con
una conclusión previa en cuanto a la intriga en La Virgen del Sol y en La Sacerdotisa de la Luna.
43
Una primera semejanza es que podemos aplicar el modelo quinario de Jean-Michel Adam a las dos
novelas. Entonces, ambos libros comienzan con un estado inicial y terminan con un estado final y
entre estos dos estados hay siempre varios obstáculos pero también fuerzas transformadoras que
eliminan estos obstáculos. Concretamente, en La Virgen del Sol, el estado inicial es la elección de
Nemrac como virgen del Sol, que implica un viaje al templo de Inticancha en Cuzco y el estado final
es la reunificación de padre e hija al final de la novela después de una serie de peripecias. Los
obstáculos que impiden a Nuba de continuar la búsqueda de su hija son por ejemplo las órdenes del
inca por las cuales Nuba tiene que trabajar en las canteras de Cacha o Rascar Capac, el sacerdote
mayor que quiere matar a Nemrac. Hay también algunas fuerzas equilibradas que ayudan a Nuba
para llegar al estado final. Algunas de estas fuerzas son por ejemplo el comandante Ollanta, que
protege a Nuba en el ejército y que da la permisión a este último de ir a buscar a su hija, y Xasca, la
sacerdotisa que cura a Nuba y que le da consejos. Además, Xasca cuida de Nemrac. En La Sacerdotisa
de la Luna, el estado inicial, que arranca la historia, es la misión dada por la sacerdotisa mayor. El
estado final es el descubrimiento de la verdadera significación de esta misión. Los obstáculos durante
la búsqueda del significado de la misión de Ameyali son, entre otros, fray Antonio y Juan y Rosario,
que se relacionan con el catolicismo y que no respectan la fe azteca. Martí, Jonas y el nigromante son
algunos ejemplos de las fuerzas equilibradas. Los dos primeros ayudan a Ameyali en su misión y
respectan la religión azteca. El nigromante, por su parte, guía a Ameyali para que ella se convierta
finalmente en sacerdotisa de la Luna.
Otro parecido es que la obra de Emma Ros y la de Jordi Díez son divididas en diferentes
partes y que el inicio o el fin de cada parte se relaciona con un momento clave del contenido de la
historia. En La Virgen del Sol, cada parte coincide con un viaje o una expedición. La primera parte
narra por ejemplo el viaje de Nuba a Cuzco y la expedición del inca Tupac Yupanqui a Cacha. En La
Sacerdotisa de la Luna, por su parte, el final de la primera parte corresponde con la realización de la
primera predicción del nigromante.
Cabe mencionar también algunas diferencias con respecto a la intriga en ambas novelas.
Como ya hemos dicho, los dos libros se constituyen de diferentes partes, pero La Virgen del Sol
consta de tres partes, mientras que La Sacerdotisa de la Luna se compone de dos partes (y también
de un prólogo y de un epílogo). Luego, las dos novelas difieren también con respecto a la estructura
de la narración. En el libro de Díez, dos historias se alternan, es decir, la historia de Nuba y Nemrac y
la del inca Yupanqui Pachacutec y su hijo Tupac Yupanqui. Entonces, la novela es un caso de
intercalación. Esto no es igual a La Sacerdotisa de la Luna, porque en este último libro, hay varios
historias que se alternan: la historia de Ameyali, de Martí, de Mariana y de Alfons por ejemplo. Por
consiguiente, no se trata de una intercalación sino de una alternancia en esta novela.
44
De lo que precede se desprende que el modelo quinario de Jean-Michel Adam es aplicable a
ambas novelas. Esto significa que las dos obras tienen un estado inicial, un estado final, obstáculos y
fuerzas equilibradas. Otra semejanza es que La Virgen del Sol y La Sacerdotisa de la Luna son
divididas en algunas partes y que cada inicio o fin de una parte coincide con un momento clave en la
historia. Con respecto a las diferencias, constatamos que la obra de Díez consta de tres partes
mientras que el libro de Ros se compone de dos partes, precedidas por un prólogo y seguidas por un
epílogo. El hecho de que en esta última novela se alternan varios historias y en La Virgen del Sol se
alternan dos historias es otra discrepancia en cuanto a la intriga.
3.5 El punto de vista narrativo
3.5.1 Parte teórica
En cuanto al punto de vista narrativo, apelamos a la teoría de Genette. Según el, podemos
determinar la voz narrativa mediante dos maneras, más concretamente, a través del momento de la
narración o a base de la persona que narra (Pieters. 2010: 135). Explicaremos primero la
determinación de la voz narrativa mediante el momento de la narración. Esto se puede efectuar a
través de tres maneras. Primero, el momento de algunos acontecimientos de la narración puede
suceder después de la realización de estos acontecimientos en la historia. Otra posibilidad es que la
narración de algunos acontecimientos anticipa a la ocurrencia de estos acontecimientos en la
historia. Finalmente, el tiempo de la narración puede ser igual a la historia. (Pieters. 2010: 135-136)
Como ya hemos mencionado, se puede, según Genette, también estudiar el punto de vista
narrativo mediante la persona. Con respecto al nivel de la narración, el teórico distingue el ‘narrador
extradiegético’ del ‘narrador intradiegético’. Este último no es el narrador mismo pero es narrado
por una instancia más alta. El narrador extradiegético, al contrario, se sitúa en un nivel de la
narración más alta que la narración que cuenta. Un buen ejemplo para mostrar la diferencia entre
estos dos tipos de narradores es la narración enmarcada. En este tipo de narración, el narrador
extradiegético cuenta la historia general, mientras que el narrador intradiegético es el narrador de
las diferentes narraciones dentro de esta narración general. (Genette. 1989: 302-313; Pieters. 2010:
136)
Genette hace todavía una segunda distinción entre el narrador homodiegético y el narrador
heterodiegetico. Estos dos términos refieren a la implicación del narrador a lo que está narrando. Un
narrador homodiegético ha vivido lo que está contando. Entonces, es normalmente el yo-personaje
de la novela. Un narrador heterodiegético, por su lado, está fuera de la narración. Por consecuencia,
45
cuenta la historia desde una distancia (Pieters. 2010: 136-137). Dentro de la categoría del narrador
homodiegético, Gérard Genette diferencia todavía entre el narrador autodiegético, cuando el
narrador homodiegético es igual al protagonista, y el narrador allodiegético, cuando no es el caso.
(Genette. 1989: 302-313; Pieters. 2010: 137)
Podemos relacionar todo lo anterior, es decir, el análisis de la voz narrativa con otro fenómeno
definido por Genette: la focalización. El teórico ha creado este concepto de focalización porque se
dió cuenta de que los modelos narratológicos anteriores no investigaron bastante con respecto a los
momentos en una narración en la que el narrador cuenta las percepciones de otro personaje. Por
eso, Genette añade que es fundamental hacer una distinción entre la persona que habla y la persona
que ve. (Pieters. 2010: 145)
3.5.2 La Virgen del Sol Para analizar el punto de vista narrativo en la novela de Jordi Díez comenzamos con la
determinación de la voz narrativa a través del momento de la narración. Como toda la novela (a
excepción de los diálogos) está escrita en el tiempo pasado, el momento de la narración sucede
después de la realización de estos acontecimientos en la historia.
Como ya hemos mencionado en la parte teórica, se puede, según Genette, también
determinar el punto de vista narrativo mediante la persona. Con respecto al nivel de la narración,
constatamos que el narrador en La Virgen del Sol es un narrador intradiegético porque es narrado
por una instancia más alta. En cuanto a la implicación del narrador a lo que está narrando, vemos
que se trata por un lado de un narrador homodiegético. Nuba cuenta gran parte de la novela. Como
Nuba es también el personaje principal, podemos decir que él es un narrador autodiegético. En el
penúltimo capítulo de la tercera parte, leemos la historia a través de los ojos de Nemrac, entonces,
en este capítulo, tenemos también un narrador homodiegético pero no se trata de Nuba sino de su
hija Nemrac. Por otro lado, un narrador heterodiegético, o sea, un narrador que está fuera de la
narración cuenta también gran parte de la historia. Este es el caso en los capítulos que tratan del inca
Yupanqui Pachacutec y su hijo Tupac Yupanqui. Opinamos que el lector puede compartir más sus
sentimientos con un narrador homodiegético como Nuba o Nemrac, porque son ellos mismos que
narran la historia. Utilizando un narrador homodiegético, se puede representar también más
fácilmente los sentimientos y los pensamientos del personaje narrador. El narrador heterodiegético,
al contrario, cuenta la historia desde una distancia. Por eso, el lector se siente menos comprometido
en la historia. Tenemos también la impresión que, cuando cuenta el narrador heterodiegético, se
hace más hincapié en los varios acontecimientos en vez de en los sentimientos y los pensamientos de
46
un personaje determinado. Por consecuencia, el lector es más como un espectador que observa
todas las acciones hechas por el personaje. Estos fragmentos que tratan del inca Yupanqui
Pachacutec pueden servir como ejemplo:
El inca Pachacutec alzó su mano derecha y cesó la música. Se levantó, elevó sus manos al cielo y los
preentes en el templo solar del Inticancha, donde se había coronado diez años atrás como Supremo
Emperador del Imperio inca, se arrodillaron con las palmas de sus manos elevadas. (Díez. 2008: 22)
Atravesaron el Hanan Qosqo hasta la Haukaypata, la plaza que había vivido la ceremonia del
Qoricancha, desde donde saludaban los cuatro sacerdotes ayudantes de Rascar Capac, que los
bendecía con los brazos alzados. Frente a su palacio, el inca Yupanqui Pachacutec se puso en pie y
todas las fuerzas lo saludaron. Más de veinte mil hombres desfilaron frente al Inca rodeado de toda su
panaca, su mujer, Mama Anahuarque, y sus hijas. Los hermanos de Tupac Yupanqui, al mando de sus
hombres, realizarían el mismo camino en semanas venideras, cuando los astrólogos lo creyesen
propicio. (Díez. 2008: 168)
En los capítulos que tratan del inca Yupanqui Pachacutec o de su hijo Tupac Yupanqui, hay a veces
focalizaciones. En estos pasajes, el narrador difiere de la persona que observa las cosas. Tenemos la
impresión que el escritor utiliza focalizaciones para hacer más vivaces los fragmentos contados por
un narrador heterodiegético. Además, opinamos que, empleando focalizaciones, el lector ve estas
escenas mediante los ojos del personaje como muestran los ejemplos aquí abajo:
Tupac Yupanqui cumplía ese día diez años y era la primera vez que asistía al Inti Raymi. Sus ojos de
niño no dejaron por escrutar ni un solo rostro, ni un solo rincón, ni una sola de las momias del templo.
Con la boca abierta de orgullo y sorpresa, asistía al espectáculo de luz. (Díez. 2008: 23).
Una mañana, mientras bajaba a la playa por una escalera que había descubierto en uno de sus paseos,
se detuvo un momento para observar el mar y, para su sorpresa, tras una gran roca que partía en dos
la playa, le pareció ver unos destellos. ¡Señales de algún enemigo sabedor de la presencia del Inca en
Pachacamac! (Díez. 2008: 299)
En estos fragmentos, un narrador heterodiegético narra los acontecimientos mientras que el
personaje ve lo que pasa. En el primer fragmento, Tupac Yupanqui está mirando a los espectáculos
en la fiesta de Inti Raymi. En el segundo pasaje, el lector observa el mar en Pachacamac a través de
los ojos del comandante Ollanta
47
3.5.3 La Sacerdotisa de la Luna Primero, determinando la voz narrativa a través del momento de la narración, podemos
constatar que la narración ocurre después de la historia, porque toda la novela está escrita en el
tiempo pasado (salvo los diálogos).
Segundo, según el teórico Genette, se puede también fijar el punto de vista narrativa a través
de la persona. En primer lugar, en cuanto al nivel de la narración, opinamos que se trata en La
Sacerdotisa de la Luna de un narrador intradiegético ya que es narrado por una instancia más alta. En
segundo lugar, con respecto a la implicación del narrador a lo que está narrando, juzgamos que se
utiliza por una parte a veces un narrador homodiegético, aun un narrador autodiegético, porque
Ameyali, el personaje principal de la obra, cuenta gran parte de la historia, usando la primera
persona. Por otra parte, un narrador heterodiegético, que está fuera de la historia, narra también
una parte de la historia, como por ejemplo en los capítulos sobre Martí, Zolin, Rosario o Mariana. El
lector se puede identificar más con el personaje principal cuando este es también un narrador
autodiegético. El narrador autodiegético puede expresar sus sentimientos y sus pensamientos y por
eso, el lector comparte más fácilmente sus sentimientos con este personaje. Esto se diferencia del
narrador heterodiégetico. Como este último cuenta la historia desde una distancia, el lector se siente
menos implicado en la historia, como podemos ver en los fragmentos aquí abajo. En estos
fragmentos (sobre la entrada de Cortés en Sevilla y sobre Martí en México), el lector es más como un
espectador. Entonces, sólo puede ver o leer lo que hacen y lo que dicen los personajes:
No se ocultó Cortés a su paso por Sevilla, pero tampoco organizó un desfile que, en caso de darse,
quedaba reservado para el rey. Aun así, se dispuso un orden al entrar en la ciudad, en el que don
Hernán iba precedido por sus capitanes castellanos y, trás él, los más importantes nobles nahuas que
trajera consigo. Zolin, ataviado con una túnica azul ribeteada con hilos plateados, se arrepintió de no
haber aprendido a montar como su hermano. De haber sido así, ahora iría al lado del mismísimo Pedro
de Motecuhzoma, quien ataviado como él, montaba a lomos de un corcel enjaezado, lo cual entre
aquellas gentes parecía indicar rango. (Ros. 2012: 146)
El agradable perfume de las plantas aromáticas inundaba la casa cuando Martí entró en el salón.
Galcerán estaba sentado frente a la ventana, con la mirada ausente. Alegre por su regreso, Martí se
acercó mientras su primo se volvía y lo recibía con los brazos abiertos. Sin embargo, sus palamadas
secas sobre la espada le incomodaron y se separó preocupado. (Ros. 2012: 295-296)
Sin embargo, a veces se interrumpe el discurso del narrador heterodiegético y se insierta un diálogo.
Este tiene como consecuencia que el lector está un poco más cerca de los personajes y que es más
implicado en la historia, como se puede ver en este fragmento que trata de Mariana y de Santiago
(Zolín):
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Buscó con la mirada a Santiago y vio que se apartaba en busca de un sirviente que rellenara su copa.
Se le veía ojeroso, había perdido peso y la angustia parecía pesar en sus hombros hundidos. Mariana
se abrió paso entre los asistentes y llegó hasta él. – Don Santiago –dijo mientras ponía un racimo de
uvas en un plato-, le noto afligido. Él sonrió con amargura, y sin apartar la vista del siervo que le
retornaba la copa llena, respondió: -Como bien sabe, mucha es la carga de una encomienda, mi
señora. “He de ser directa –pensó-. No tengo otra opción.” Entonces, sin mirarlo, dijo con aplomo: -Sé
dónde esta la india, María del Carmen Ameyali, creo que se llama, ¿no? (Ros. 2012: 398)
Finalmente, observamos algunos casos de focalización, que son casos en los cuales el que
‘habla’ no es el mismo que el que ‘ve’. Encontramos un ejemplo de focalización en la tercera parte
del capítulo 33:
Observó los animales dibujados en la parte inferior del retablo: el jaguar parecía un gato manso, y
entre las motas de su pelaje le pareció distinguir, según se mirara, la silueta de un águila. Eran dos
símbolos del poder de los indios, uno desapercibido al fundirse con el otro y, sin embargo, la piel del
jaguar era resultado de la presencia discreta del águila. (Ros. 2012: 309)
En este fragmento, es un narrador heterodiegético que habla, porque se utiliza la tercera persona.
Sin embargo, este narrador difiere de la persona que ve. En este caso, la persona que ve es Mariana.
Entonces, el pasaje entero es narrado por un narrador heterodiégetico pero vemos la observación
misma del retablo a través de los ojos de Mariana. Lanzamos la hipótesis que Emma Ros emplea a
veces focalizaciones para que las partes narradas por el narrador heterodiegético sean más vivaces y
tenemos la impresión que el lector está mirando a través de los ojos del personaje, como se puede
ver en los fragmentos aquí abajo. Se trata de un fragmento sobre Martí que está mirando a Ameyali y
de un fragmento sobre Zolín.
Alzó la cabeza y su mirada se extravió por la ventana. De pronto, su mente quedó prendida de una
sensación ligera, como si flotara hacia lo que sus ojos veían: Ameyali salía de la temazcalli ataviada con
un sayo que dejaba al descubierto sus hombros y delataba la forma de sus senos. Su piel desprendía
destellos rojizos al sol, aún húmeda por los vapores que habían acariciado su cuerpo. Caminaba grácil
hacia la casa, absolutamente ignorante de la belleza que irradiaba, y que a ojos de Martí la hacía aún
más hermosa. (Ros. 2012: 386-387)
Sentado en la silla de cuero labrado, Santiago Zolin miró la cruz que pendía de la pared, iluminada por
la luz del mediodía que entraba por las ventanas. En ese símbolo residía todo el poder del Dios Único,
cuya veneración le parecía en extremo sencilla, pero no por ello la observaba con menos celo que la
complejidad ritual exigida por los antiguos dioses. (Ros. 2012: 294)
49
3.5.4 Parte comparativa
En este apartado, haremos una comparación entre la obra de Emma Ros y el libro de Jordi
Díez, centrándonos en el punto de vista narrativo de ambos libros.
Como no hemos podido encontrar discrepancias entre las dos novelas, insistimos en las
semejanzas. En primer lugar, cabe señalar que, en ambas novelas, la narración sucede después de la
historia porque se utiliza el tiempo pasado (salvo en los diálogos). Con respecto al narrador,
constatamos que, al nivel de la narración, se trata en ambos casos de un narrador intradiegético,
visto que es narrado por una instancia más alta. Luego, en cuanto a la implicación del narrador de lo
que está narrando, observamos que tanto en La Virgen del Sol como en La Sacerdotisa de la Luna hay
un narrador heterodiegético, o sea, un narrador que está fuera de la historia, y un narrador
autodiegético. En este último caso, el narrador es el personaje principal de la novela. En La Virgen del
Sol, Jordi Díez utiliza un narrador heterodiegético para contar sobre el inca Yupanqui Pachacutec y su
hijo Tupac Yupanqui y emplea también un narrador heterodiegético en los pasajes sobre Nemrac
(salvo una vez). El narrador autodiegético en esta novela es Nuba. Nemrac, su hija, es también una
vez un narrador homodiegético en el pasaje en el cual se ha enterrado en vida a la chica. En La
Sacerdotisa de la Luna, el narrador autodiegético es Ameyali. Entonces, el lector lee gran parte de la
historia a través de los ojos de esta protagonista. En todos los otros casos, entonces, en los pasajes
que tratan de Martí, de Mariana o de Zolín, la escritora usa un narrador heterodiegético. Como ya
hemos mencionado (ver supra), opinamos que los autores han elegido por un lado por un narrador
homodiegético para que el lector se pueda identificar más con el personaje principal, ya que este
narrador puede expresar más fácilmente sus sentimientos y sus pensamientos. Por otro lado, usando
un narrador heterodiegético, crea, según nosotros, un efecto de distancia entre el lector y el
personaje sobre lo cual el narrador heterodiegético está hablando. Una última similitud es que tanto
en La Virgen del Sol como en La Sacerdotisa de la Luna, los autores utilizan a veces focalizaciones en
las partes con un narrador heterodiegético. De esta manera, estos pasajes son más vivaces y además,
el lector puede ver los acontecimientos mediante los ojos del personaje.
Basándonos en estos datos, podemos concluir que ,en cuanto al punto de vista narrativo en
la obra de Jordi Díez y la de Emma Ros, solamente hemos encontrado semejanzas. Ambas
narraciones son contadas después de la historia. Al nivel de la narración, hemos visto que se trata en
las dos novelas de un narrador intradiegético. Respecto de la implicación del narrador, podemos
concluir que La Sacerdotisa de la Luna y La Virgen del Sol cuentan su historia por un lado mediante
un narrador autodiegético y por otro lado a través de un narrador heterodiegético. Finalmente, otro
parecido es que las dos novelas emplean en ocasiones focalizaciones en las partes con un narrador
heterodiegético.
50
4. Conclusión general
En esta investigación, hemos analizado y comparado dos novelas históricas que tratan una
cultura precolombina y en las cuales la religión constituye un tema muy importante: La Virgen del Sol
de Jordi Díez y La Sacerdotisa de la Luna de Emma Ros.
Para comenzar, hemos buscado información sobre ambos autores para hacer, primero, una
comparación entre los dos escritores. Por una parte, hemos constatado algunas semejanzas entre
Jordi Díez y Emma Ros. Ambos son catalanes y escriben novelas históricas. Además, tanto La Virgen
del Sol como La Sacerdotisa de la Luna forman los primeros pasos de estos escritores en el mundo de
la novela. Encima, ambas obras tratan una cultura precolombina, es decir, la sociedad azteca en La
Sacerdotisa de la Luna y la civilización de los incas en el caso de Díez. Finalmente, tienen un título
muy parecido que ya nos informa que las historias versan sobre una mujer y sobre la religión. Sin
embargo, hemos encontrado también unas diferencias entre Emma Ros y Jordi Díez. Una primera
discrepancia es que la escritora ya tenía experiencia con el mundo editorial por sus estudios de
periodismo y porque escribió algunos libros infantiles antes de la publicación de sus novelas.
Contrariamente a Emma Ros, para Jordi Díez, era la primera vez que entró en contacto con el mundo
editorial. Otra diferencia es que los dos autores tienen una fuente de inspiración diferente. Jordi Díez
escribió La Virgen del Sol después de un viaje a Perú, que ha dejado una impresión fuerte en él. La
Sacerdotisa de la Luna, al contrario, nació gracias a una pregunta de la escritora: “¿Cómo puede
desaparecer una civilización?”35.
Luego, como nuestro objetivo era hacer un análisis comparativo de estas dos novelas, hemos
comparado ambas obras, analizando las similitudes y las discrepancias mediante cinco aspectos y
centrándonos lo más posible en un tema importante de los dos libros: la religión. En primer lugar,
hemos examinado la representación del tiempo en la obra de Díez y en el libro de Emma Ros. Hemos
comprobado que ambos escritores emplean las mismas técnicas narrativas para representar el orden
y la duración como por ejemplo la analepsis, el sumario o la deceleración mediante descripciones. Sin
embargo, cabe mencionar que la representación del tiempo es mucho más complicada y extensa en
La Sacerdotisa de la Luna, visto que la escritora utiliza más analepsis, sumarios y elipsis. Además,
hemos visto que cada capítulo en la obra de Emma Ros comienza con una fecha que indica en que
año se desarrolla este capítulo. Esto no es el caso en La Virgen del Sol. Según nosotros, la escritora
empieza cada capítulo con una fecha para que el lector pueda seguir más fácilmente la narración, ya
35
Texido, Ramón. 21/05/2012. Lladó Comunicació: http://www.revistadeletras.net/emma-ros-la-novela-historica-permite-aprender-sin-adoctrinamientos/ (22/09/2012)
51
que La Sacerdotisa de la Luna consta de analepsis y muchas veces también de elipsis. Esto no es
necesario en la obra de Jordi Díez porque la narración es bastante cronológica. Encima, hemos
constatado que la duración del libro de Emma Ros es mucho más larga que la de La Virgen del Sol. La
Sacerdotisa de la Luna dura 27 años, la historia comienza en el año 1521 y termina en el año 1548,
mientras que La Virgen del Sol solamente dura algunos años. De este modo, la autora puede mostrar
mejor la influencia de la cultura castellana o cristiana sobre la cultura y la religión azteca ya que la
sustitución de una cultura por otra no puede ocurrir en pocos años. Finalmente, cabe mencionar
también que el tiempo juega un papel muy importante en la historia de La Virgen del Sol porque
Nemrac tiene poderes mágicos para parar el tiempo.
En segundo lugar, hemos analizado los personajes principales de ambas novelas. En cuanto a las
semejanzas, podemos afirmar que las dos historias se desarrollan en torno a una mujer: Nemrac y
Ameyali. Ambas mujeres son sacerdotisas y se parecen mucho: son muy hermosas, tienen ojos
mágicos y preciosos y llevan una signatura que indica que son sacerdotisas (una chacana verde en el
caso de Nemrac y una cicatriz bajo el seno en el caso de Ameyali). Según nosotros, los escritores han
eligido a dos mujeres para mostrar por una parte que la mujer ya podía ocupar una posición
importante en una sociedad precolombina y por otra parte, muestran dos mujeres independientes y
capaces de salvar muchos obstáculos lo que atrae especialmente al lector. Además, podemos aplicar
el modelo actancial a los dos libros. Entonces, en cada historia hay un sujeto, un objeto, destinadores
y destinatarios y también oponentes y ayudantes. Un último parecido es que tanto en La Sacerdotisa
de la Luna como en La Virgen del Sol hay personajes históricos y ficticios. Las diferencias más
llamativas son las siguientes: la obra de Emma Ros consta de más personajes y se compone de
personajes castellanos y aztecas, de modo que puede hacer más hincapié en las diferencias entre
estas dos civilizaciones. En La Virgen del Sol, al contrario, todos los personajes son incas porque en
este libro, se trata de una cultura y de una religión, es decir, la cultura y la religión incaica.
En tercer lugar, nos hemos centrado en la representación del espacio en ambos libros. Las dos
novelas se asemejan por el hecho de que la historia sucede en varios lugares visto que los personajes
principales viajan mucho. Otra similitud es que ambos autores utilizan descripciones para presentar
los espacios diferentes. No obstante, en La Virgen del Sol, toda la historia se desarrolla en un imperio,
en concreto, en el imperio de los incas y los lugares en los que sucede la historia se relacionan
muchas veces con la religión. Entonces, los lugares en la obra de Jordi Díez evocan a menudo un
ambiente espiritual y mágico pero algunos lugares como Cacha muestran también cómo el inca
puede tener el pueblo bajo su control mediante la religión. Esto difiere de la obra de Emma Ros ya
que en este libro la historia sucede en Europa y en América. De este modo, la autora puede insistir
más en las diferencias entre los dos continentes. Más particularmente, puede hacer una oposición
52
entre Europa, representando la fe y la sociedad cristiana, y México, que representa la cultura azteca.
Además, se puede mostrar cómo los lugares aztecas cambiaban poco a poco durante la ocupación de
los castellanos católicos y cómo nació el sincretismo religioso.
En cuarto lugar, hemos buscado semejanzas y discrepancias con respecto a la inrtriga de las dos
novelas. Hemos comprobado que podemos aplicar el modelo quinario de Jean-Michel Adam a ambas
obras. Entonces, los dos libros empiezan con un estado inicial y terminan con un estado final y entre
estos dos estados, hay varios obstáculos pero también algunas fuerzas equilibradas que eliminan
estos obstáculos. La Virgen del Sol difiere también de La Sacerdotisa de la Luna porque este último
libro consta de dos partes (y también de un prólogo y de un epílogo) y porque tiene varias historias
que se cruzan, como por ejemplo la historia de Ameyali, de Marti o de Alfons. La novela de Jordi Díez,
al contrario, consta de tres partes y en esta obra, solamente dos historias se alternan: por un lado la
historia de Nuba y su hija Nemrac y por otro lado la del inca Yupanqui Pachacutec y su hijo Tupac
Yupanqui. Estas dos historias comienzan a mezclarse al final de la primera parte del libro.
En último lugar, hemos analizado el punto de vista narrativo en las dos novelas. Solamente
hemos constatado similitudes con respecto a este aspecto de investigación. En ambas novelas, se
cuenta la narración después de la historia. Además, en cuanto al nivel de la narración, ambas obras
son narradas por un narrador intradiegético. Con respecto a la implicación del narrador, tanto La
Virgen del Sol como La Sacerdotisa de la Luna emplean un narrador autodiegético y también un
narrador heterodiegético que cuenta, según nosotros, la historia desde una distancia. Finalmente,
otra semejanza es que los dos libros utilizan a veces focalizaciones cuando habla el narrador
heterodiegético para que las narraciónes sean más vivaces.
Como consecuencia de lo que precede, llegamos a la conclusión final de que ambas novelas
tienen muchos elementos en común. Sin embargo, las dos obras se diferencian porque, aunque un
tema importante de ambos libros sea la religión, los autores enfocan este tema de otra manera, es
decir, muestran otro aspecto del tema de la religión. En La Sacerdotisa de la Luna se insiste en las
diferencias entre el catolicismo y la religión azteca y se muestran también las influencias y los efectos
de una nueva sociedad (la sociedad cristiana) sobre una civilización antigua (la civilización azteca). La
autora ha reflejado esto mediante varios elementos: la duración de la historia es bastante larga para
mostrar mejor el influjo de una cultura sobre otra. Además, en la historia, tanto personajes aztecas
como personajes castellanos juegan un papel importante y la historia se desarrolla en ambas
sociedades: en Europa y en América. En La Virgen del Sol, al contrario, no se trata de dos culturas
diferentes, sino de una civilización: la civilización incaica. En este libro se insiste en lo mágico y en lo
espiritual y se muestra cómo se puede adoctrinar a un pueblo mediante la religión. Esto se refleja a
53
través de la presentación del tiempo, que constituye también un tema importante en la novela
porque una de las protagonistas tiene poderes sobrenaturales y puede parar el tiempo. Pero, esta
espiritualidad y este adoctrinamiento se reflejan también mediante los personajes y mediante el
espacio: la adoración del inca, el trabajo en las canteras de Cacha para la construcción de nuevos
templos por orden del inca, la construcción de Machu Picchu que da una sensación de magia o
Pachacamac, otro lugar mágico donde Nuba hace terapias con cristales. Entonces, todo lo que
precede afirma una vez más lo que dijimos en la introducción: las civilizaciones y las religiones
desaparecidas pueden inspirar al autor a redactar novelas cautivadoras y llenas de sentimientos. Las
diferentes técnicas narrativas lo ayudan a estructurar su novela, a crear una esfera específica y a
insistir en ciertos temas.
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Bibliografía
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