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    ARQUEOASTRONOMA EN RINCN CHICO (CATAMARCA,ARGENTINA). MONUMENTOS DEL TIEMPO,

    MONUMENTOS DE ENCUENTRO EN EL VALLE DEYOCAVIL

    Alejandra D. Reynoso

    Mucho se ha dicho sobre las sociedades que vivieron en elvalle de Yocavil (Noroeste argentino) durante tiempos del tardo(900-1600 d.C.). Por tanto, mucho sabemos de ellas. Lasinvestigaciones arqueolgicas, numerosas y dismiles porcierto, realizadas en la regin a lo largo de ms de un sigloconforman las fuentes para ese saber. Pero el mismo, sinduda, no est excento de discusin. Ya que muchas tambinhan sido y debern ser an, las oportunidades para pensar si laarqueologa y quienes por ella hablan, realmente saben lo quecreen saber. Y resulta que, an siendo bastante, siempre serpoco. Aprehender relaciones sociales se dibuja entonces, comouna meta de sinuoso camino. Y en verdad, una meta sin

    camino alguno. Son los interrogantes quienes siempreconstruyen uno nuevo.

    Se ha buscado comprender la economa, la poltica, la culturade las comunidades prehispnicas del valle de Yocavil, desdediversos interrogantes. Y siempre parece haber otros.

    A pesar de las menciones tempranas que hicieran algunospioneros de la arqueologa argentina sobre posiblesobservatorios solares en determinados centros poblados delvalle y sobre la supuesta funcionalidad astronmica de losfamosos menhires lticos de Taf del Valle en Tucumn (LafoneQuevedo 1902; Quiroga 1901), no contamos en la actualidad

    para los Valles Calchaques (ni an para el Noroeste argentino)con antecedentes de este tipo de investigaciones ms all dealgunos desarrollos presentados por varios autores para el sitioincaico ubicado en los faldeos orientales de los Nevados delAconquija a 4300 m.s.n.m, tambin en la provincia de Tucumn(Schobinger 1986; Hyslop y Schobinger 1991; Bravo 1993;Beorchia Nigris 1987-1999).

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    En consecuencia poco y nada se ha dicho sobre las prcticasde observacin astronmica y elaboracin de calendarios enlas sociedades agropastoriles de los momentos tardos en losValles Calchaques. Quizs lo que ms fcilmente puedaasociarse con posibles prcticas de observacin astronmica yms especficamente del sol, sean los asentamientos incaicos(Nevados del Aconquija es uno de ellos). Esto se debe, no sloa la importante cantidad de crnicas y documentos del Percolonial temprano que dan testimonio sobre dichas prcticas(Betanzos 1551; Calancha 1638; Cobo 1653; Cieza de Len1553; Polo de Ondegardo 1546; Garcilazo de la Vega 1609 enBauer y Dearborn 1998), sino tambin por el sustento denumerosos estudios arqueoastronmicos dentro de laproblemtica incaica (por ejemplo, Bauer y Dearborn 1998;Dearborn, Schreiber y White 1987; Dearborn, Seddon y Bauer1998; Dearborn y White 1983; Galindo Trejo 1994; Zuidema1980). Tanto en los Andes Centrales como en Mesoamrica,las investigaciones arqueoastronmicas estn extensamentedesarrolladas y se han podido realizar en consecuencia,estudios comparativos sumamente enriquecedores (paraMesoamrica, por citar slo algunos trabajos de sntesis: Aveni1980, Broda 1982, Maupom 1982). Pero sin duda, tambin la

    astronoma calchaqu debera pensarse para pensar as desdeotros interrogantes a sus sociedades.

    Consideramos, entonces, que el tener en cuenta las prcticasde observacin astronmica para discutir luego las implicanciasde los calendarios as elaborados, no es sino un claro aportepara la investigacin arqueolgica, ya que nos permite vinculardiferentes aspectos de la organizacin socioeconmica, polticay religiosa de las sociedades agropastoriles. Expondremosentonces, los resultados del estudio arqueoastronmicorealizado en el poblado tardo de Rincn Chico en el valle deYocavil (provincia de Catamarca, Argentina).

    1 Mostrando

    adems, cmo podemos a partir de este tema contribuir no slo

    al conocimiento de este poblado y su antigua comunidad, sinotambin a la comprensin de las interacciones sociales delvalle en su conjunto.

    1Este trabajo forma parte del Proyecto Yocavil (dirigido por la Dra. Myriam

    Tarrag) abocado al estudio de las sociedades agropastoriles que habitaron elvalle de Santa Mara o Yocavil a partir del 900 d.C. hasta los primerosmomentos despus de la conquista espaola.

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    La astronoma en el tiempo pblico y sus monumentos

    Como ya destacramos, numerosas crnicas mencionan quedistintas sociedades agropastoriles americanas realizabanobservaciones astronmicas para elaborar calendariosagrcolas y rituales. La existencia de esta gran cantidad deinformacin relacionada con el papel destacado de lasprcticas astronmicas en las sociedades prehispnicas hacedel tema algo sumamente interesante para su investigacin. Deesta manera, la arqueoastronoma estudia la forma en que seproyectan o manifiestan los conocimientos astronmicos de lassociedades del pasado intentando determinar qu tipo deconocimientos manejaban y de qu forma los adquiran ytransmitan. Del mismo modo, tambin nos impulsa hacia el porqu de estas prcticas.

    El desarrollo del conocimiento astronmico puede vincularsecon la organizacin socioeconmica de un grupo estableciendoreferencias temporales regulares para la planificacin dediferentes actividades, como la subsistencia, la administracin

    y el ritual. Estas referencias cristalizan como tiempo pblico atravs de los calendarios (por ejemplo, calendarios agrcola,civil y ritual).

    Una de las formas de ordenar o medir el tiempo es a partir dela observacin de fenmenos astronmicos, buscandoregularidades en su manifestacin, es decir, procesos cclicos.Se puede observar y estudiar el movimiento del sol, la luna ylos planetas y estrellas ms brillantes. La elaboracin de uncalendario solar permite la organizacin de actividades a largoplazo, funcionando como un marco de referencia dentro delcual definir eventos anuales importantes. Es por esto que elcalendario solar es sumamente til para el desarrollo de las

    prcticas agrcolas.

    El desplazamiento cclico del sol en el horizonte ofrece,entonces, un marco para la planificacin anual. Cuatromomentos estructuran el ao solar en estaciones: solsticio dejunio (21 de junio), equinoccio de septiembre (21 de

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    septiembre), solsticio de diciembre (21 de diciembre) yequinoccio de marzo (21 de marzo) (Figura 1). Desde puntosde observacin especficos este desplazamiento aparentepuede estudiarse y generar as un conocimiento importante.Aqu hablaremos entonces, de la observacin del sol.

    A su vez, dicho conocimiento puede fijarse y perpetuarse atravs de la arquitectura, determinando la ubicacin,

    orientacin y caractersticas de algunas construcciones. Deesta manera, la produccin del conocimiento astronmico serelaciona tambin con la planificacin arquitectnica. Ya quepor ejemplo, una de las formas de sealar determinadasposiciones del sol en el horizonte es a partir de la alineacin deestructuras (o rasgos naturales significativos) en funcin dedichas ubicaciones. Conformada esta lnea uno de susextremos funcionar como punto de observacin y el otro comopunto de referencia en el horizonte (ver Reynoso y Pratolongo2001) ayudando a establecer por tanto, un calendarioobservacional.

    Esto nos lleva a un punto importante para discutir: la

    materializacin del tiempo pblico. De esta manera, existirauna diferencia bsica entre la transmisin oral de lasreferencias temporales y por otro lado, la transmisin de dichasreferencias por la fijacin material a travs de la creacin deobjetos comunicativos, como ser por ejemplo la escrituracalendrica o aquellas construcciones o elementos naturales

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    culturalmente significativos asociados a la observacin de unfenmeno astronmico (ibid.).

    Los monumentos se erigen para destacarse en el espacio ycon la intencin adems, de que su visualizacin se mantengaa lo largo del tiempo (Criado Boado 1993). Una marca en elpaisaje que se levanta para comunicar perdurando y paraperdurar comunicando. Es por esto que las construcciones orasgos naturales significativos vinculados a la observacinastronmica deben considerarse monumentos dado que supropsito es perpetuar el conocimiento que estn comunicandoy fijando. Nos interesa hablar aqu de estos monumentos, queen definitiva podramos tambin llamar relojes ya que, comotodos ellos, involucran la observacin y la lectura de unmensaje temporal. Grandes rocas, edificios nicos, esculturas,todos pueden, aunque de muy variadas formas, vincularse conla observacin y marcacin de determinados fenmenosastronmicos (por ejemplo, solsticios y equinoccios). Seconvertirn as, en hitos del tiempo, en hitos sociales.

    Todo monumento, el cual desempea un papel clave en lamanifestacin de la temporalidad colectiva, habla del tiempo entanto tiene por intencin perpetuarse, hacer del presente

    tambin un futuro y un pasado. Es por esto que losmonumentos involucrados en la medicin del tiempo y por lotanto en la creacin y experiencia del tiempo social, hacen unadoble mencin al tiempo: en tanto monumento y en tantomonumento que mira al tiempo. Hay una intencin de hacerperdurar no slo a esa construccin sino a la manera en questa mira y marca al tiempo. Esa intencin surge de la prcticay resulta as en la posibilidad de formar hbitos. El calendariocomo convencin para la vida social utiliza dichos monumentos(aunque no exclusivamente) y por consiguiente el conocimientoastronmico que ellos reflejan. La Amrica indgena supo deestos monumentos porque all estaba su tiempo y muchasveces, tambin el sol.

    El observatorio solar de Rincn Chico

    El poblado de Rincn Chico (RCh 1) est ubicado a 3 km alsudoeste de Santa Mara, provincia de Catamarca, Noroesteargentino, sobre la margen izquierda del valle de Yocavil

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    (Figura 2). El mismo sera un asentamiento residencial queocupa la cumbre y laderas de un espoln rocoso de la sierradel Cajn, constituyendo la cabecera de un sistema de 25 sitiosdistribuidos a lo largo de la llanura pedemontana circundante.Dicho conjunto de sitios conforma la localidad arqueolgica deRincn Chico la cual cubre un espacio de 500 ha abarcando elsector del cerro, falda y superficie inclinada de los conosaluviales que desde la sierra del Cajn desembocan en el roSanta Mara (Tarrag 1999). Ms de veinte fechadosradiocarbnicos realizados muestran una ocupacin de almenos siete siglos, entre el s. IX y la conquista europea.

    El poblado de Rincn Chico, imponente, se levanta sobre uncerro conformado por filitas micacticas, junto con filones depegmatita de abundante feldespato rosado y cuarzo. Estascaractersticas litolgicas muy particulares ofrecieron la materiaprima para las construcciones del poblado, constituyendoadems algunos de sus rasgos distintivos, como ser porejemplo, la denominada colada rosada. Esta lengua de

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    feldespato rosado bordeando la ladera de la Quebrada delPuma permite visualizar el cerro de Rincn Chico desdekilmetros de distancia.

    Una de las lneas de investigacin ms desarrolladas paracomprender el asentamiento residencial de Rincn Chico es elestudio de su arquitectura. Las distintas clases de estructurasarquitectnicas, su combinacin, densidad y distribucin,permitieron discriminar doce sectores con caractersticasespecficas dentro del sitio. A partir de esta evidencia se haplanteado la existencia de un patrn de asentamientojerarquizado conformado, bsicamente, por un cerro condefensas; barrios residenciales especiales y espacios pblicosen la cumbre (all se ubican por ejemplo, un edificio hecho debloques rosados, la Casa Rosada y otro enteramenteconstruido de bloques blancos, la Casa Blanca) y en el Abradel Sol;un rea ceremonial con edificios tambin singulares enla Quebrada del Puma y por ltimo un poblado donde seconcentran las unidades residenciales al sur y al pie del cerro,separado del supuesto sector sagrado (Tarrag 1987, 1995,1999) (Figura 3).

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    Como ya mencionramos, el sector de la Quebrada del Pumaha sido caracterizado como espacio ceremonial debido a la alta

    calidad de sus construcciones y a su segregacin con respectoa los sectores en donde se concentran las unidadesdomsticas. Dicha quebrada est rodeada por dos morros(norte y sur) los cuales contribuyen ciertamente a lamencionada separacin. Tambin se destaca la acsticaespecial de este sector (Tarrag 1987; Tarrag y Gonzlez2002). Tres de estas importantes construcciones que se

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    caracterizan por la utilizacin decorativa de bloques de piedrasde distintos colores, gris, blanco y rosado, llamaron la atencindesde un primer momento. Las mismas, ubicadas sobre laladera, se encuentran sugerentemente alineadas este-oeste deforma ascendente hacia el oeste.

    Las tres estructuras arquitectnicas son las siguientes. Enprimer lugar, la Plataforma Tricolor, la cual estcuidadosamente trabajada combinando hileras de lajas grises,bloques granticos rosados y grandes bloques de cuarzo blanco

    que representan una figura posiblemente zoomorfa. Estemplazada sobre un filo de pegmatitas; conserva una altura de2 m, con casi 10 m de largo y una planta semicircular de 2,5 mde radio. Esta estructura posee dos rampas laterales para elingreso desde la cumbre, sector con el que se vincula desde elpunto de vista de la circulacin. No obstante, desde unaperspectiva estrictamente visual, la Plataforma Tricolor estestrechamente relacionada con la Quebrada del Puma (Figura4).

    De un pequeo sondeo exploratorio realizado en el centro de laplataforma no se recuper ningn tipo de material cultural.

    En segundo lugar, el recinto de los Ojitos, el cual posee unaplanta casi semicircular de perfecta pared de lajas negras en laque se insertan dos bloques de cuarzo blanco canteado. Suposicin dentro del muro y el marcado contraste pareceranmostrarnos dos ojos abiertos. Este muro, que desde el exterior

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    conserva una altura de poco ms de tres metros, ayuda aconformar una de las cuatro lneas de muros que por lo menoshoy se observan y que atraviesan la Quebrada del Puma. Esteimportante recinto an no ha sido excavado (Figura 5).

    Por ltimo, la Plaza 111, una estructura destacada yparcialmente derrumbada al pie de la quebrada. Estaconstruccin es denominada en publicaciones anteriores,Plataforma 111 (por ejemplo, Tarrag et al. 1997: figs. 2 y 3).Pero a partir de las excavaciones realizadas se pudodeterminar que este espacio se encuentra delimitado por murosdobles rellenos de no ms de 80 cm de alto. En consecuencia,por esta nueva informacin en donde una pequea pared estrodeando un espacio de aproximadamente 190 m

    2, la

    destacada estructura ha sido definida como plaza, entendiendopor tal un espacio abierto delimitado por muro perimtrico.Como mencionamos antes, esta plaza se destaca en cuanto asu emplazamiento y decoracin del muro externo que mirahacia el este con grandes bloques de cuarzo blanco,pegmatitas rosadas y lajas grises combinados en hileras. Apartir de los trabajos realizados se pudo observar la alta calidaddel muro perimetral de esta estructura. Se trata de una pareddoble de lajas y bloques de cuarzo y pegmatita con relleno de

    pedregullos, de aproximadamente 1,50 m de ancho. En elsector excavado conservaba una altura de 0,60 m y estimamosque no tendra una altura mayor de 0,80 m. Adems, el tramodel muro norte interno descubierto por la excavacin combinatambin las mismas materias primas y colores en lo que pareceser un diseo especial. Algo que tambin se destaca es laimportancia de los grandes bloques que constituyen suscimientos, conformando un rasgo constructivo nico dentro delpoblado (Reynoso y Marchegiani 2001) (Figura 6).

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    Desde la Plaza 111 se pueden observar con claridad, debido ala decoracin y a la combinacin de colores, primero el recintode los Ojitos y ms arriba an la Plataforma Tricolor contra elhorizonte. Con esto queremos destacar la alta visibilidad de lasconstrucciones mencionadas (Figura 7). Cabe decir que ladecoracin de los muros con piedras de distintos colores esconsiderada como una caracterstica del estilo santamarianodocumentada en varios centros poblados tardos del valle deYocavil (Tarrag et al. 1997:225).

    Por otra parte, adems de la sugerente alineacin de lasmencionadas estructuras queremos destacar su ubicacindentro del plano general del poblado. Como se puede observaren la Figura 3, el sitio es realmente grande y complejo; abarcaun rea de 40 ha y para su estudio se discriminaron, comomencionramos, 12 sectores. Las construcciones no se limitande ninguna manera al sector de la Quebrada del Puma. Se hanregistrado 330 estructuras arquitectnicas, de las cuales 239corresponden a recintos que por lo dems se concentran en elmencionado poblado bajo al pie de la ladera norte-sur del cerro(Tarrag 1999). Por qu entonces se eligi precisamente laladera este-oeste para levantar all estas construcciones nicasen el sitio?

    Consideramos en un principio, que las caractersticasestilsticas y de emplazamiento (la sugerente alineacin yubicacin de estas estructuras dentro del plano general) de lasconstrucciones antes descriptas, conferan a este espaciorasgos ms que interesantes para la exploracinarqueoastronmica y ms puntualmente para evaluar suvinculacin con la observacin y marcacin del movimientoaparente del sol en el horizonte. Por todo esto planteamos, enese primer momento, nuestra hiptesis de trabajo por la cualsostenamos que estas estructuras habran funcionado comopuntos de observacin y marcacin de determinadasposiciones del sol en el horizonte. Los puntos desde los cuales

    mirar seran la Plataforma Tricolor (para observar el horizonteeste, salida del sol) y la Plaza 111 (para observar el horizonteoeste, puesta del sol).

    Durante los primeros trabajos de campo realizados se tomaronlos datos necesarios para realizar clculos de simulacinastronmica registrando las observaciones en grados azimut

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    (medidos desde el sur pasando por el oeste). En primer lugar,se constat la alineacin de las tres estructuras puesto quehasta entonces slo nos basbamos en los planos del sitio. Simedimos el azimut de la Plataforma Tricolor y del recinto de losOjitos desde la Plaza 111, coinciden ambas medidas: 81.Consideramos que esta alineacin es completamenteintencional. Es importante destacar que los puntos deobservacin se definieron deductivamente ya que son lospuntos extremos de la alineacin observada. En la Tabla 1 sedetallan los datos de posicin para los mismos.

    Puntos extremos dela alineacin

    Coordenadas Altitud

    Plaza 111 S 26 41' 54,5" 1900 m.s.n.m.

    W 66 05' 05,5"

    Plataforma Tricolor S 26 41' 59" 2000 m.s.n.m.

    W 66 05' 23"

    Tabla 1. Datos de posicin para los puntos extremos dela alineacin.

    A partir de esta primera evaluacin se consider que elhorizonte ms significativo para la observacin del sol era elhorizonte oeste, es decir que el punto de observacin seraentonces, la Plaza 111. Esto se debe en primer lugar, a queslo desde este punto se pondran en juego las estructurasalineadas guiando nuestras miradas hacia el horizonte. Ensegundo lugar y vinculado con lo anterior, la destacadadecoracin de los muros slo se aprecia observando hacia elponiente. Adems sin duda, desde la plaza, la PlataformaTricolor junto con el filo de pegmatita rosada en el cual seinserta y que aparenta ser su teln de fondo, conforman un

    punto claro del horizonte oeste. Por esto y por otrascaractersticas que luego mencionaremos, y a diferencia delhorizonte este que se observara desde la Plataforma Tricolor(horizonte formado por las sierras del Aconquija del otro ladodel valle, a 35 km aproximadamente), consideramos en sumomento que el horizonte oeste posea mayores

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    potencialidades para la observacin y marcacin dedeterminadas posiciones del sol a lo largo de su marcha anual.

    2

    En el campo se decidi incorporar un nuevo rasgo a considerarcomo posible marcador en el poniente. Notamos la importanciavisual que tiene el Abra del Sol como referencia en el horizonteoeste, siempre observando desde la Plaza 111 (ver Figura 7).En esta abra conocida por los lugareos como Puerta del Sol(Tarrag 1987) se ubica, recortndose sobre el horizonte, unimportante recinto: la Casa Plomiza (por el color de sus murosde lajas). Esta estructura de planta rectangular, posee murosdobles de lajas y paramentos rectos con relleno. Tieneadems, una rampa de ingreso. El muro exterior, visible desdeel oriente y casi totalmente derrumbado (del lado interno noqueda ni una sola lnea de lajas) conserva tres bloques decuarzo blanco de tamao uniforme, y an desde el exteriorposee una altura de 2,50 m aproximadamente. Sin duda, estemuro y su decoracin debi ser realmente imponente. Ademses importante destacar que este hermoso edificio ocupa unlugar clave para la circulacin dentro del poblado, es el pasoobligado hacia la cumbre (y a la Plataforma Tricolor) desde elcamino que ingresa por el morro norte (uno de los tres nicosaccesos a la cumbre). En suma, la Casa Plomiza es, tambin,

    una construccin que sobresale en cuanto a su elaboracin yemplazamiento, razn por la cual podra conformar a su vez,una destacada referencia para el sol poniente (Figura 8).

    2An as, realizamos a lo largo del ao las observaciones y mediciones del sol

    naciente teniendo como punto de observacin la Plataforma Tricolor. Si bien lastres posiciones claves no tienen rasgos de referencias destacados en elhorizonte (sierras del Aconquija, a 35 km aproximadamente) siempre hay quetener en cuenta que estas posiciones pueden ser fcilmente memorizables,

    sobre todo cuando estamos hablando de observaciones que se repetiran aotras ao. De todas formas, si desde la Plataforma Tricolor se observaba lasalida del sol con fines calendricos, esto no implicara un ritual pblico, ya queslo algunas personas podran permanecer al mismo tiempo en esta estructura.En todo caso sera un observatorio solar de caractersticas muy distintas aaquel que presentamos en este trabajo. Por ltimo, si la Plataforma Tricolorfuera el punto de observacin no tendra ninguna relevancia la alineacin de lastres estructuras mencionadas, que como comenzamos a ver es de vitalimportancia para entender nuestro observatorio.

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    Es pertinente en este momento hacer algunas aclaraciones.

    En la evaluacin que el arquelogo hace hoy acerca de la

    existencia de calendarios observacionales conformados

    por puntos de observacin y puntos de referencia en el

    horizonte, se enfrenta con el problema de visibilidad, es

    decir, se pueden ver esos puntos en el paisaje hoy? Este

    problema fundamental incluye a su vez problemas de

    interpretacin cuando estos puntos son potencialmente

    visibles pero no se interpretan como tales debido a que

    muchas veces es difcil aprehender lo culturalmentesignificativo. Al mismo tiempo incluye problemas de

    conservacin cuando estos puntos no son visibles debido a

    que no se han conservado hasta la actualidad.

    El siguiente paso de nuestra investigacin consisti en realizarclculos de simulacin astronmica.

    3 Efectivamente, esta

    contrastacin virtual nos alent a continuar ya que anticip queel azimut para la puesta del sol durante el solsticio de verano,observado desde la plaza, sera de 79, apenas pocos grados

    de diferencia con respecto a los lmites de la PlataformaTricolor, cuyo extremo sur es de 80 y el extremo norte, 83.Otro dato a tener en cuenta surgido de la simulacin era laposible vinculacin del sol poniente durante los equinoccioscon la Casa Plomiza. En consecuencia, sin duda debamos sertestigos de cada uno de estos momentos en ese preciso lugar.

    3Realizados por Sixto Gimnez Bentez y Alejandro Lpez, astrnomos de la

    Universidad Nacional de La Plata (Buenos Aires, Argentina). Es necesario aquhacer una aclaracin importante. El fenmeno de precesin, que consiste en unmovimiento cclico del eje de rotacin de la Tierra, provoca la variacin, con el

    paso del tiempo, de la posicin de los astros en el cielo. No obstante, conrespecto a la observacin del sol y por motivos que no podemos desarrollaraqu, sabemos que suponiendo como constantes el punto de observacin y laaltura del horizonte, la posicin del sol en el horizonte que observamos hoy endeterminado momento del ao ser igual a la que pudo observarse en esemismo momento pero, por ejemplo, hace mil aos. As, la precesin no cambiala posicin de salida y puesta del sol (Bauer y Dearborn 1998: 209).

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    A partir de ah consideramos como punto de observacin a laPlaza 111, lugar que recordemos fue deducido de la alineacinobservada, siendo el extremo inferior de dicha lnea. Seradurante el solsticio de verano donde podramos ver sirealmente la plaza fue el punto de observacin. Hasta esemomento dimos por cierta esta funcionalidad y desde allrealizamos las observaciones del sol poniente en todas lasfechas.

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    Un ao en los siglos del poblado: resultado de lasobservaciones

    Solsticio de Invierno

    Aproximadamente 10 m hacia el norte del punto deobservacin y en el mismo nivel, se encuentra un gran bloquede roca grantica denominado Megalito 30. Su formaescalonada en la mitad que mira hacia el este recuerda laforma de un asiento; posee adems un mortero tallado sobre la

    roca. Hacia el oeste del megalito y a 3,50 m se encuentra unbloque ms pequeo de piedra rosada con dos morteros en sucara superior.

    4El azimut del extremo oeste del bloque es 144,

    y del extremo este 160. Dado que el azimut de puesta del solpara el 21 de junio es de 156,5, la proyeccin de la piedrarosada hacia el horizonte coincide con el punto de puesta paraesta fecha. Entonces, es probable que tanto la piedra rosadacomo el destacado megalito estn vinculados a la puesta delsolsticio de invierno. Si esto fuera as, el marcador de estefenmeno no estara en el horizonte sino proyectado haciaabajo en el mismo nivel desde el cual se lo est observando.En el lugar del horizonte donde el sol se oculta (un punto en elmorro norte) no pudimos observar ningn tipo de construccin

    o marca artificial (Figura 9.A).

    EquinocciosEl sol poniente en los equinoccios y observando desde la Plaza111, cae en el extremo norte de esa mordida en el cerro quees el Abra del Sol. El azimut para este punto es de 108.Aunque no cae dentro del horizonte de la Casa Plomiza (100-103), creemos que an podra ser relevante ya que el sol seoculta dentro de un espacio fcilmente identificable. Al igualque para el solsticio de invierno, no encontramos ningunaconstruccin o marca en el punto del horizonte donde seesconde el sol poniente en los equinoccios (Figura 9.B).

    4El mortero del Megalito 30 tiene 11 cm de dimetro y 1 cm de profundidad.

    Los morteros de la piedra rosada tienen aproximadamente 15 cm de dimetro ycasi 2 cm de profundidad.

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    Solsticio de VeranoEsta fue nuestra ltima observacin, pero sin duda, all seencontraban nuestras mayores expectativas. Hasta estemomento debamos esperar para comprobar si la alineacinobservada de la Plataforma Tricolor, el recinto de los Ojitos y laPlaza 111, estaba relacionada con alguna orientacin deimportancia para la observacin del sol y en consecuenciaconstatar la funcin asignada a la plaza como observatoriosolar.

    El 21 de diciembre, mirando desde donde debamos hacerlo, elsol poniente desapareci detrs de la Plataforma Tricolor. Elazimut para el punto del horizonte tras el cual el sol se ocult,es de 81. Recordemos que es la misma medida registradapara la alineacin de las tres estructuras mencionadas. Estonos est demostrando no slo la intencionalidad de dichaalineacin, sino fundamentalmente las causas de estaintencin: marcar de una manera no ambigua aquel momentodel ao en donde el sol detiene su marcha hacia el sur pararegresar una y otra vez hacia el norte (Figura 9.C).

    Los resultados de las observaciones5 a lo largo del ao nos

    llevan a realizar la siguiente evaluacin (en las Figuras 10 y 11

    ilustramos estos resultados y en la Tabla 2 los resumimos).Consideramos que tanto lo registrado en el solsticio de inviernocomo en los equinoccios nos ofrece datos ambiguos debido aque no habra en los puntos del horizonte en donde se pone elsol durante estas fechas marcadores artificiales claros que nosestn indicando una intencin real de sealar estos eventos.No obstante, encontramos elementos que al menos abren unamnima posibilidad para considerar esta funcionalidad.

    5 El trabajo de campo necesario para todas las observaciones fue realizado

    junto con Gernimo Pratolongo, a quien este estudio le debe no slo desde elcomienzo, sino tambin, su comienzo.

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    Sol poniente Azimut Altura del horizonte Distancia

    desdeHora de

    Desde Plaza 111 (ngulohorizontal)

    (ngulo vertical) Plaza 111 puesta

    Solsticio de Invierno 156,5 +36 108 m. 14:55 PM

    Equinoccios 108 +28 149 m. 17:10 PM

    Solsticio de Verano 81 +33,5 168 m. 17:35 PM

    Tabla 2. Resultado de las observaciones del sol ponientedesde la Plaza 111.

    En cuanto al solsticio de invierno, como ya mencionamos,encontramos que la proyeccin hacia el horizonte de unapiedra rosada con dos morteros en su cara superior coincidecon el punto de puesta para ese da. Esta coincidencia es loobservado, lo que no podemos asegurar es que esta piedrafuera realmente utilizada como un marcador. Sin embargo,llama nuestra atencin los dos morteros que posee, debido aque si bien existen ms de 30 bloques rocosos consideradosmegalitos, al pie de esta ladera y rodeando el cerro de RincnChico I, muy pocos poseen morteros y a su vez los bloques conmorteros estn concentrados en otros sectores del sitio

    vinculados a grupos de viviendas (por ejemplo en el pobladodel bajo). Tambin es para destacar el megalito (n 30) queest muy prximo al bloque rosado. Su forma sumamenteinteresante se asemeja a un asiento tallado en la roca yadems posee un mortero similar a los de la piedra rosada.Quizs, estas particularidades puedan ser explicadas por unaintencin pasada de vincular estos bloques rocosos con el solponiente del solsticio de invierno.

    Con respecto a los equinoccios, el lugar de puesta en elhorizonte tampoco est indicado artificialmente. No obstante, elespacio en el horizonte comprendido por el abra del Sol es muydelimitado y el desplazamiento del sol por este espacio

    transcurre en tiempos equinocciales, recorriendo este horizontemordido en pocos das. Es decir, el sol poniente termina derecorrer el abra algunos das despus del equinoccio deseptiembre y comienza a recorrerlo pocos das antes delequinoccio de marzo. Una vez ms, estas caractersticas nonos permiten resolver el problema de la ambigedad en lainterpretacin de este rasgo natural asociado a una

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    construccin de alta calidad (la Casa Plomiza) como marcadorequinoccial. Por otra parte no sera extrao pensar que el solponiente ocultndose detrs de la Casa Plomiza, pocos dasdespus del 21 de septiembre y pocos das antes del 21 demarzo, tuviera relevancia cultural y por lo tanto, tambin, parael tiempo pblico de Rincn Chico. Cabe mencionar que,aunque no es una prctica muy comn hoy en da para estaregin del valle, en las mencionadas fechas (mediados demarzo y comienzos de octubre) se inician la cosecha y lasiembra del maz respectivamente.

    Para finalizar y a diferencia de lo sucedido en las otrasestaciones del ao, consideramos que el solsticio de verano hasido claramente sealado a travs de la disposicin espacial dela Plaza 111, el recinto de los Ojitos y la Plataforma Tricolor.Esta ltima indicara el punto en el horizonte tras del cual seoculta el sol en este solsticio. La combinacin de dichaestructura con el destacado recinto de los Ojitos nos ofrece laorientacin desde la cual observar ese fenmeno. As, la Plaza111 como lugar de observacin es el tercer punto en laalineacin solsticial. Para establecer una alineacin deimportancia astronmica, alcanza, como es evidente, conestablecer dos puntos (que se traducen como punto de

    observacin y punto indicador); por esto destacamos lapresencia del recinto de los Ojitos como punto intermedio entrelos dos extremos. Si bien su funcin no sera indispensablepara la observacin y marcacin del solsticio, su presenciaparecera reforzar la proyeccin visual de la lnea imaginariaque une el punto de observacin con el punto de referencia enel horizonte. Podemos decir, entonces, que el recinto de losOjitos confirmara la vinculacin entre la Plaza 111 y laPlataforma Tricolor; entre la observacin del sol poniente en elsolsticio de verano y la intencin de sealar y comunicar estefenmeno en tanto hito social del calendario anual.

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    Ahora bien, con la intencin de entender en todas susdimensiones al observatorio solar de Rincn Chico, la preguntaque deberamos plantearnos es por qu esta necesidad de

    marcar un tiempo en un lugar.

    Tiempo de encuentro

    El tiempo pblico que el observatorio de Rincn Chico ayuda amaterializar encuentra su fuente en el mbito de la prctica. Enprincipio, las actividades agrcola-ganaderas, base de laeconoma de estas sociedades, necesitan de una planificacinanual. No obstante esto no implica que necesariamente sea el21 de diciembre el punto de referencia para delimitar el cicloanual. Por qu entonces, se marc claramente este momento

    y no cualquier otro, como por ejemplo el solsticio de invierno?An no podramos responder a esta pregunta que no obstanteconsideramos importante. El significado social de este hito sehabra desplegado tambin en la prctica. Esta manifestacindel tiempo colectivo creemos adems que refleja el ejercicio delpoder vinculado inherentemente con el ritual. Si el tiempopblico tiene la capacidad de manipular las prcticas, es decir

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    el tiempo de las personas, el tiempo de sus relaciones y dealguna forma las caractersticas de dichas relaciones, seraesperable entonces, que esta manipulacin lograda por elejercicio del poder se legitime tambin en el mbito de laprctica.

    La comunicacin de un conocimiento a travs de su fijacinmaterial resulta muy significativa cuando estamos hablando deun conocimiento que probablemente posean los miembros dela comunidad sin necesidad de aprenderlo a travs demonumento alguno. Es decir, el desplazamiento del sol en elhorizonte y la determinacin de puntos clave en estemovimiento vinculados con el pasaje de las estaciones del ao,constituye un saber bsico al menos para toda comunidadagro-pastoril, que puede transmitirse perfectamente a travs dela oralidad. Entonces, la comunicacin por lamonumentalizacin no implica la produccin de dichoconocimiento, sino su reproduccin en condiciones muydiferentes. El punto central, entonces, no sera el conocimientoque alguien sabe y que otro ignora, sino cmo se dice unmismo conocimiento. Es por esto que el tiempo pblico puestoen movimiento por los monumentos resignifica la temporalidadde las prcticas habituales. Estas formas diferentes de decir

    pueden implicar entre otras cosas, tambin lugares diferentespara la comunicacin.

    De esta manera, el observatorio solar de Rincn Chico noshabla del tiempo pblico y a su vez, nos muestra un lugar, unespacio particular desde el cual mirar ese tiempo a travs delritual. Las caractersticas arquitectnicas de la Plaza 111sugieren la posibilidad de que all se congregara un grupo depersonas (recordemos que esta plaza tiene una superficie de190 m

    2) para ver el sol poniente del solsticio de verano caer

    detrs de la Plataforma Tricolor. Las dimensiones de losmonumentos involucrados son adecuadas para la sealizacinde la puesta del sol en un horizonte tan cercano a los

    observadores (poco menos de 200 m, aunque 100 m porencima de ellos). Lo que prima en este observatorio no es laprecisin, ya que el sol se escondera tras la plataforma variosdas alrededor del 21 de diciembre, sino ms bien marcar unlmite insoslayable, a donde el sol llega una y otra vez y nuncacruza ms all. Algo que tambin se destaca es que lasdimensiones tanto del punto de observacin, la Plaza 111,

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    como del tramo del horizonte conformado por la PlataformaTricolor, son muy similares rondando los 10 m de largo. Estoimplicara que todas las personas ubicadas en la plaza podranobservar el sol poniente del solsticio de verano dentro delhorizonte de la plataforma.

    6 A su vez, las caractersticas de

    tono escnico que posee la Plataforma Tricolor (recordemoslas dos rampas laterales de ingreso desde la cumbre y el filo depegmatita como teln de fondo) tambin hacen posible pensarque en el momento preciso determinadas personas se ubicaranall, para que de alguna manera el sol caiga sobre ellos. Si esas, los que miran desde la plaza no slo veran al sol, sinotambin a la persona (o a las personas) que pueda estar sobrela plataforma.

    El acceso a la Plataforma Tricolor es sumamente restringido,ya que como hemos dicho slo se puede ingresar desde lacumbre y hasta la cual slo hay tres formas de llegar (por laquebrada del Puma no se podra ascender). Espacialmente, elacceso a la Plaza 111 es menos restringido debido a que seencuentra al pie de la ladera, no obstante esta caracterstica deemplazamiento no necesariamente implica que todos losmiembros de la comunidad puedan ingresar all. An as, laplaza estara por fuera de las cuatro lneas de muros, hoy en

    da muy destruidas, que atraviesan la Quebrada del Puma. Elrecinto de los Ojitos ayuda a conformar una de esas lneas y laPlataforma Tricolor estara claramente adentro.

    Sin duda, la observacin de este fenmeno se hara a travsdel ritual que, como mencionramos, no implica la produccinde este conocimiento, sino su reproduccin por y paradeterminados actores sociales y en un espacio muy particular.Es por esto que el observatorio como materializacin deltiempo pblico, nos permitira hablar no slo de los que lleganpara ver, sino del conjunto de relaciones sociales en donde elritual podra estar legitimando la institucionalizacin de ladesigualdad social. Este sera el fundamento estructural del

    ritual, pero cul sera su significado concreto? Por qu elsolsticio de verano se convierte en un hito del calendarioanual? Como ya mencionramos ste es un interrogante

    6Este mismo argumento se presenta en Dearborn, Seddon y Bauer 1998 en su

    anlisis del observatorio incaico para el solsticio de invierno en la Isla del Soldel Lago Titicaca (Bolivia).

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    importante que se torna muy difcil contestar. An as, nosresulta sugerente saber que, en la actualidad, hacia fines dediciembre concluye la siembra del maz. De esta manera, lasemilla ya est en la tierra, ahora slo tiene que crecer, ascomo el sol ya est all, lo ms lejos que puede estar y slotiene que volver. En ese momento, podemos decir, abajo yarriba algo termina para que, sin duda, algo tambin comience.

    En todo caso, el observatorio solar de Rincn Chico habla deltiempo de las sociedades santamarianas y nos muestra a suvez una forma muy particular de monumentalizar el tiempopblico a travs de un encuentro. La gente llegara hasta aqupara mirar un momento desde un preciso lugar. Pero, desdednde vendran? Es posible que el observatorio de RincnChico como lugar ceremonial tuviera relevancia para laspoblaciones del valle en su conjunto? En este sentido,sabemos que en 1657 Pedro Bohrquez, personaje clave de lahistoria calchaqu durante esos aos, al declarar las huacas olugares sagrados del valle menciona un adoratorio encima deun Serro tajado a donde dicen comi dicho ynga y bebi con elSol(Autos II Declaracin de Pedro Bohrquez, 1657, citado enLorandi y Boixads 1987-88). Las indicaciones de localizaciny dems caractersticas que all refieren a dicha huaca hacen

    pensar en el poblado de Rincn Chico (Lorandi y Boixads1987-88:350). Especialmente sugerente es la denominacinSerro tajado si pensamos en la mencionada colada rosadade la Quebrada del Puma (en donde se ubica el observatorio)que corta al cerro de Rincn Chico en dos mitades norte y sur yque permite identificarlo desde kilmetros de distancia. Demsest decir que la referencia al sol vinculado con un carcterfestivo en la declaracin de Bohrquez es para nosotrossumamente sugestiva. En suma, todo esto podra estarhablando de la importancia que el poblado de Rincn Chico ysu significado ritual sin duda vinculado con el observatoriosolar, pudo haber tenido para las sociedades indgenas delvalle de Yocavil.

    7

    An as, estos interrogantes tendrn que responderse conmucho cuidado dado que estamos hablando de varios siglos dedesarrollo histrico en donde las relaciones dentro y entre las

    7 Tambin en Tarrag y Gonzlez 2002 se marca la posibilidad de la

    importancia regional del sector ceremonial de Rincn Chico.

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    comunidades del valle debieron ser sumamente complejas ycambiantes, marcadas adems por la ocupacin incaica enalgunos sectores del valle y luego por la entrada espaola yms de 100 aos de resistencia indgena. La construccin yocupacin de Rincn Chico comienza alrededor del 900 d.C.llegando hasta la conquista europea. A lo largo de toda suhistoria, el poblado y por lo tanto el sector de la Quebrada delPuma y su observatorio solar levantado en los comienzos deeste perodo, debieron poner en juego y reflejar a su vez, esapermanente dinmica en las relaciones sociales. De estamanera, no podramos esperar que el significado de dichoencuentro en el observatorio de Rincn Chico sea invariable enel tiempo. Del mismo modo, tampoco ese encuentro deberapensarse como una constante.

    Debido a que, como ya mencionramos, la materializacin deltiempo pblico tiene que ver con el poder y debido a que nopodemos entender Rincn Chico sin tener en cuenta susrelaciones con los dems centros poblados del valle, unapregunta muy importante que surge de esta discusin es siexistiran otros observatorios solares en el valle de Yocavildurante los momentos tardos.

    Quin seala al sol en Yocavil

    Para intentar responder este interrogante planteamos en suoportunidad algunas ideas para los primeros pasos en elanlisis arqueoastronmico de otros poblados del valle(Reynoso y Pratolongo 2001, all se desarrollan lasconsideraciones metodolgicas para este objetivo) yfinalmente, seleccionamos para su estudio los sitios de FuerteQuemado y Quilmes (ver Figura 2) debido a una serie decaractersticas que llamaron nuestra atencin.

    El sitio conocido como La Ventanita o Intihuatana de Fuerte

    Quemado en principio nos resulta interesante debido a que,como vimos, arquelogos de fines del siglo XIX y principios delXX vinculan este sitio con la existencia de un observatoriosolar. Para este poblado, ubicado en la localidad homnima yen la margen oeste del ro Santa Mara, provincia deCatamarca, contamos con un croquis de un sector de lacumbre (Lafone Quevedo 1902:8) y de todas las

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    construcciones de la misma (Bruch 1911:47). Adems, hay unleo pintado por Methfessel en el ao 1889 (reproducido enRaffino 1991:119). Por ltimo, la planimetra del sector delpoblado bajo (Kritskautzky 1983). En la Figura 12 podemos verla estructura conocida como La Ventanita y que da sunombre a este sitio. En realidad, esta estructura no es otracosa que la puerta del muro oeste de un recinto rectangularderrumbado: el Recinto C del plano elaborado por Bruch (verfigura 12.1). Entonces, si bien La Ventanita es unareconstruccin realizada con posterioridad a la visita de Bruch ybasada en una reinterpretacin de los pobladores locales, lamisma est levantada sobre los cimientos originales de laabertura del recinto registrado por Bruch en 1907. Adems, LaVentanita es la nica estructura hoy en pie en el sector de lacumbre.

    En la Figura 12 se reproducen los planos elaborados porLafone Quevedo y Bruch. All pueden verse cuatro pilares de 1m de ancho y 2 m de largo, dispuestos rectangularmente yseparados entre s por un espacio de 1 m (estructura A enFigura 12.1 y puntos C, D, E y F en Figura 12.2). Esta

    construccin particular es lo que se denomin Intihuatana.Cuando Lafone Quevedo visit el lugar por primera vez en1886, los dos pilares que dan al este estaban intactos y loscubra un techo de palos y torta. Si bien este autor nomenciona su altura, a partir, por un lado de la descripcin quehace Bruch de un edificio circular con un muro de 1,4 m dealtura ubicado a 12 m al NO de los pilares (nica estructura

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    circular en figuras 12.1 y 12.2), y por otro lado la pintura deMethfessel en la cual representa a estas dos construccionescon alturas similares, podemos estimar que estos pilarestendran una altura no menor de 1 m. A partir de estasdescripciones, vemos que dicha construccin no secorresponde con ningn elemento arquitectnico conocido parala regin y a su vez, es totalmente diferente a las otrasconstrucciones del sitio.

    Las caractersticas especiales de estos pilares ya habanllamado la atencin de Lafone Quevedo y Bruch; este ltimo los

    caracteriza como una construccin original (Bruch 1911:48).Por su parte, Lafone Quevedo los define como un reloj solar,aunque no menciona de qu forma funcionara esteobservatorio.

    8 Planteando como hiptesis que esta estructura

    forma parte de una alineacin para la marcacin del sol,proponemos que sera el punto de referencia en el horizonte,es decir que el punto de observacin estara abajo hacia eleste, al pie de la ladera. Esto nos llevara a buscardirectamente en el sitio estructuras alineadas en la ladera estey en su base, debido a que no contamos con un plano de estesector. Cabe aclarar, que si bien estos pilares no se conservanen la actualidad, en base al plano de Bruch pudimos establecersu ubicacin en el terreno.

    A partir de los trabajos realizados all surgen algunoselementos que pueden apoyar nuestra hiptesis sobre laexistencia de una alineacin astronmica en la ladera este. Enprimer lugar, si se mira desde la base de dicha ladera vemos aLa Ventanita recortarse sobre la lnea del horizonte de la

    8 Adn Quiroga en su trabajo sobre las ruinas de Fuerte Quemado (1901)

    tambin menciona la existencia en uno de sus sectores de cuatro menhires depiedra cados. Sostiene que los mismos pudieron haber formado unobservatorio solar que sealara los cuatro puntos cardinales, indicandoadems las diversas estaciones del ao, por la direccin y largo de la sombra

    proyectada (ibid.: 242). Aunque no de manera clara, propone una forma defuncionamiento para este supuesto observatorio solar. Si bien Quirogadenomina Fuerte Quemado al sitio que describe, no es el mismoemplazamiento visitado por Lafone Quevedo (1902) y Bruch (1911) y aquel quetratamos en este trabajo. El sitio descripto por Quiroga no es La Ventanita deFuerte Quemado, sino el asentamiento en donde se construy el calvario actualde la localidad de Fuerte Quemado.

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    misma forma en que, por su localizacin y dimensiones, loharan los pilares o Intihuatana antes de derrumbarse. As, lospilares habran conformado un punto de referencia claro en elhorizonte. En segundo lugar, esta ladera tiene una pendienteapta para el emplazamiento de construcciones, a diferencia dela ladera oeste que cae abruptamente. Entonces, si los pilareshubieran formado parte de un observatorio solar el mismohabra sido, al igual que en Rincn Chico, para observar el solponiente (Reynoso y Pratolongo 2001).

    9

    En cuanto al sitio de Quilmes, importante asentamientoindgena del valle en la provincia de Tucumn, contamos con elplano realizado por Sergio Caviglia en base a su fotografaarea, adems del croquis que realizara Ambrosetti en 1897.Teniendo en cuenta que Rincn Chico se ha transformado enun referente que gua la bsqueda de posibles observatoriossolares, podemos destacar lo siguiente. El sitio tiene unatopografa y caractersticas de emplazamiento similares aaquellas observadas en Rincn Chico 1 (Figura 13). En primerlugar, el sector del poblado bajo, donde se concentran lasunidades domsticas, se ubica en ambos sitios en una mismalocalizacin, sobre una ladera norte-sur que denominamos aquSector 1.

    Lo que ms nos interesa destacar es la existencia de unaladera de orientacin este-oeste, el Sector 2, que mira hacia eleste, la cual est bordeada por dos morros (norte y sur) queparecen ocultarla. Como vimos, esta es la misma situacinobservada en el sector de la Quebrada del Puma en RincnChico. Dado que all se encuentra el observatorio solar,planteamos la posibilidad de que algunas de las construccionesubicadas en esta ladera del cerro de Quilmes tuvieran la mismafuncionalidad. El paso siguiente sera entonces, prospectareste espacio en base a nuestras ideas. No obstante, este esjustamente el sector reconstruido y dadas las caractersticas norigurosas de los trabajos realizados (Tarrag 1999:235),

    lamentablemente sern poco confiables las inferencias que

    9Como una forma clara de resignificacin, actualmente este sector del sitio es

    utilizado por algunos miembros de la comunidad de Quilmes y Santa Maracomo un centro ceremonial para observar el sol naciente a travs de LaVentanita en el solsticio de invierno.

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    puedan surgir de una evaluacin actual de este espacio(Reynoso y Pratolongo 2001).

    A partir del planteamiento de hiptesis acerca de la posibleexistencia de observatorios solares en los centros poblados deFuerte Quemado y Quilmes, intentamos por un ladoejemplificar metodolgicamente algunos de los caminosiniciales para la bsqueda de estructuras vinculadas con laobservacin y marcacin del desplazamiento aparente del solen el horizonte. Pero principalmente, consideramos que estasideas pueden aportar elementos a las discusiones planteadassobre la dinmica de interaccin social en el valle, sus escalasde integracin poltica (por ejemplo, Tarrag y Nastri 1999).An sabiendo que aquello que propusimos para los pobladosde Fuerte Quemado y Quilmes pueda ser incorrecto, y ancuando en estos asentamientos no haya existido nuncaobservatorio solar alguno, esto no invalida nuestra intencin devincular observacin astronmica y relaciones sociales desdeun nivel regional. Si en Quilmes o en cualquier otro de lospoblados del valle nunca construyeron monumentos parasealar al sol, esto no indica de ninguna manera que dichascomunidades ignorasen su movimiento cclico y la posibilidad

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    de aprehenderlo en un calendario observacional. Simplementerefleja que la monumentalizacin del tiempo pblico a travs deun ritual que convoca a mirar al sol, podra estar centralizadaen algn lugar de la regin. La materializacin del tiempopblico es producto de determinadas relaciones sociales, por lotanto, as como ninguna relacin social es invariable por serresultado de relaciones de fuerza, tampoco lo sern lascaractersticas de dicha materializacin.

    Es decir, no es lo mismo que cada centro poblado posea suobservatorio solar o que por el contrario slo uno o pocos deellos muestren dichos monumentos. Por supuesto, no es lomismo. Pero debemos ser capaces siquiera de concebir, noslo esta diferencia, sino tambin la posibilidad de su cambio.

    Del mismo modo, resulta interesante pensar si todos losobservatorios solares que pudieron haber existido en Yocavildurante el tardo habran sealado el mismo momento delcalendario anual. Podra suceder que as como en RincnChico se anuncia el solsticio de verano, en otro poblado semarque por ejemplo el solsticio de invierno, o bien que en losdos se comunique el mismo momento. Nuevamente, no es lomismo. Sus implicancias nos llevaran por caminos dismiles.

    Es por esto que no podremos entender Rincn Chico comolugar de encuentro sin entender a sus comunidades vecinas.As, pensar la astronoma en Yocavil, es tambin pensar dichasrelaciones. Lo que aqu expusimos sobre Fuerte Quemado yQuilmes y que sin duda an no posee certezas, intent almenos proponer un punto en esta discusin.

    Palabras finales

    Vimos en Rincn Chico monumentos del tiempo y supimos que

    ese tiempo tambin era de encuentro. Su observatorio presentael espacio para mirar al sol y refleja a su vez, un tiempocolectivo en donde el solsticio de verano conforma un momentoespecial del calendario anual. Nos preguntamos tambin sobrela posibilidad de otros observatorios solares en los pobladosdel valle, discutiendo bsicamente algunas implicancias dedicha posibilidad.

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    Conocer cmo se marca el tiempo ayude quizs a entendercmo se vive ese tiempo. A lo largo de ms de un siglo, laarqueologa del valle de Yocavil busc responder, de una u otraforma, esta ltima pregunta e inevitablemente, de una u otraforma, siempre faltar aquello definitivo. Siempre sern otroslos interrogantes.

    Estas pginas surgen de todas las preguntas que laarqueoastronoma pueda hacerse. Pero, despus de todo, nosern ms que otras a partir de las cuales pensar a lassociedades que vivieron en el valle de Yocavil.

    Agradecimientos

    A Per Cornell, Per Stenborg y Mara Clara Medina por permitirme participar delencuentro en donde expuse una versin de este trabajo. A ellos y a todos losparticipantes por sus comentarios. A Myriam Tarrag, quien me ofreci siempresu apoyo. A Alejandro Haber por su discusin sobre algunas de las ideas quepresent. Y en definitiva, para poder decir lo que aqu pretend escribir dealguna manera, fueron muchos los que as lo permitieron: Marina Marchegiani,Valeria Palamarczuk, Mariela Tancredi, Sixto Gimnez Bentez, Alejandro

    Lpez, Javier Nastri, Sandra Snchez, Luis Gonzlez, Mariano Manasiewicz,Roberto Mena, Juan Soriano, Juan Mena, Miguel Mena, Laura Piagio y MarceloTurza. Dems est decir que los desaciertos son todos mos.

    A Gernimo Pratolongo.

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