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Rquiem por el Consenso de WashingtonEl final de los paradigmas?(Despus de los aos de plomo neoliberales)- IntroduccinConsenso de Washington - Hora de la muerte: 17 horas, del 31 de agosto de 2006(Mdico certificante: UNCTAD)Segn un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo(UNCTAD) los pases en desarrollo necesitan polticas econmicas ms flexibles.El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD afirma que las disciplinas multilaterales que rigen las relaciones internacionales en cuestiones monetarias y financieras son demasiado limitadas, pero las que rigen el comercio internacional son demasiado amplias.Las condicionalidades y las normas de comercio internacional vinculadas a la asistencia externa y los crditos otorgados a los pases en desarrollo no deben impedir que los gobiernos promuevan su economaAl tiempo que pide flexibilidad en las polticas econmicas, sostiene que para promover el desarrollo, es necesario complementar la creciente interdependencia econmica de todos los pases con un sistema bien estructurado de gobernanza mundial. Las polticas econmicas nacionales centradas en el propio inters -incluidas las polticas comerciales mercantilistas o las polticas macroeconmicas y de tipos cambiarios que afectan a los dems pases- por las cuales los pases influyentes pueden perjudicar la economa de otros pases deben evitarse mediante normas y disciplinas multilaterales.Sin embargo, la restriccin de la autonoma poltica nacional no debe obligar a los funcionarios de los pases en desarrollo a renunciar a las polticas que fomenten el desarrollo econmico.El informe sostiene que no existe una frmula cuantificable nica para lograr el equilibrio entre las disciplinas multilaterales y la autonoma de la poltica nacional que se adecue a todos los pases y se aplique a todos los sectores de la economa. El grado de autonoma nacional necesario para promover el desarrollo de la economa difiere en cada pas.El informe advierte que el rgimen de comercio multilateral debe tener ms en cuenta las asimetras existentes entre sus miembros y debe concertar acuerdos multilaterales efectivos para la gestin de los tipos de cambioLos acuerdos comerciales bilaterales y regionales suelen imponer condiciones an ms estrictas, y adems, existen muchos otros medios no comerciales de imposicin de restricciones al espacio de poltica, en particular las condicionalidades del FondoMonetario Internacional (FMI).La desregulacin de los mercados financieros internos, la eliminacin de controles crediticios, la desregulacin de los tipos de inters y la privatizacin de los bancos eran elementos fundamentales de las reformas efectuadas en los decenios de 1980 y 1990.Paradjicamente, dice el informe, aunque el programa econmico establecido haca todo lo posible para fijar precios correctos en los mercados financieros, no haba ningn concepto que orientara la gestin de los precios ms importantes, el tipo de cambio y la tasa de inters que le est estrechamente asociada. Las dos opciones de poltica sobre tipos cambiarios que finalmente se postularon fueron o bien permitir la libre flotacin de la moneda o bien adoptar un tipo de cambio totalmente fijo, soluciones extremas que se denominaron corner solutions.El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo subraya que las normas y reglamentaciones sobre comercio internacional que estn dimanando de las negociaciones multilaterales y de un creciente nmero de acuerdos comerciales regionales y bilaterales podran impedir la aplicacin de las medidas de poltica econmica que utilizaron las actuales economas maduras y los pases de industrializacin tarda para desarrollarse. Aunque estas normas y compromisos tienen el mismo peso para todos los signatarios en lo que respecta a las obligaciones jurdicas, desde el punto de vista econmico suponen una carga mucho mayor para los pases en desarrollo. Por tanto, es de crucial importancia interpretar el concepto decondiciones equitativas no desde el punto de vista de las restricciones jurdicas, sino de las restricciones econmicas, teniendo en cuenta las distintas caractersticas estructurales y los distintos niveles de desarrollo de los pases.El informe sostiene que un rgimen de comercio multilateral plenamente integrador debe tener suficiente flexibilidad para reflejar los intereses y las necesidades de todos sus miembros. En aras de una asociacin mundial para el desarrollo, los pases desarrollados deben acordar un nuevo marco o nuevas directrices para el tratamiento especial o diferenciado en la Organizacin Mundial del Comercio (OMC) sin recibir a cambio concesiones de los pases en desarrolloSe recomienda que los gobiernos de los pases en desarrollo se dediquen activamente a promover y desarrollar la empresa nacional, a diferencia de lo ocurrido en los aos ochenta y noventa, cuando las instituciones de Bretton Woods les recomendaban que se mantuvieran prescindentes y dejaran que las fuerzas del mercado fijasen precios correctos. En el informe se sostiene que esos pases no deberan verse demasiado limitados por las normas comerciales internacionales o las condiciones impuestas por las entidades crediticias internacionales y no poder hacer lo que ms convendra a sus economas. En los ltimos aos esa libertad de accin se ha convertido en un asunto importante y se suele hacer referencia a ella como espacio de poltica. En el informe se insta a los gobiernos a adoptar polticas macroeconmicas e industriales activas para acelerar la inversin privada y el mejoramiento tecnolgico y estimular a las fuerzas creativas de los mercados: son las decisiones empresariales innovadoras y que conllevan riesgos las que generan nuevas lneas de produccin y crean nuevas empresas y puestos de trabajo. De ser necesario, los gobiernos tambin deberan proteger las empresas nacientes, incluso aplicando con prudencia subvenciones y aranceles, hasta que los productores nacionales adquieran competitividad en el mbito internacional en la venta de productos cada vez ms sofisticados. En el informe se seala que las profundas reformas realizadas por la mayora de los pases en desarrollo en los aos ochenta y noventa, a menudo a instancias de las instituciones financieras y entidades crediticias internacionales, no dieron los resultados prometidos. Estas reformas hacan hincapi en una mayor estabilidad econmica, una mayor confianza en las fuerzas del mercado y una rpida apertura ala competencia internacional. Sin embargo, en muchos casos la inversin privada noaument en la medida prevista, muchas economas se estancaron o incluso seretrajeron, y muchos pases en desarrollo que ya tenan elevados niveles de pobrezacomprobaron que esos pasos hacia una economa liberalizada aumentaban ladesigualdad en vez de reducirla.En el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD se sostiene quela poltica monetaria podra desempear un papel ms eficaz en apoyo del crecimientocentrndose en la fijacin de un tipo de inters real bajo, que incitara a invertir, y untipo de cambio competitivo y estable, que promovera la produccin nacional en losmercados mundiales. Se dice adems que, para permitir que la poltica monetariadesempee ese papel, las economas de mercado emergentes deberan reducir sudependencia respecto de las corrientes de capital extranjero, como ya han hechomuchas de ellas, y establecer nuevos instrumentos no monetarios para estabilizar losprecios, como la poltica de ingresos o la intervencin directa en la formacin de precios y,especialmente, de los salarios.En el informe se destaca que toda prescripcin para el desarrollo econmico deberespetar la situacin especfica de cada pas. No existe una frmula uniformeEl gobierno debera prestar apoyo al sector privado nicamente sobre la base de objetivosoperacionales claramente establecidos que pudieran seguirse de cerca, y nicamentedurante perodos especificadosTambin se recomienda que los intentos para atraer inversin extranjera directa(IED) no apunten a una cantidad mxima sino a una calidad mxima, en el sentido degenerar valor agregado nacional y progreso tecnolgicoUnas subvenciones transitorias y cuidadosamente concebidas pueden fomentarinversiones innovadoras, y una proteccin temporal respecto de las importacionespuede permitir que los procesos de aprendizaje se desarrollen entre las empresasnacionales, segn se dice en el informe. Se aade que los aranceles aduaneros aplicadosa los productos industriales siguen siendo un instrumento importante porque sonfuente de ingresos fiscales difciles de sustituir en muchos de los pases ms pobres delmundo, y porque los acuerdos internacionales han reducido el grado de libertad para usarotros instrumentos de poltica de apoyo de la diversificacin y el mejoramiento tecnolgico.Se recomienda mantener los aranceles aprobados en el mbito internacional a unnivel relativamente ms alto y modular los aranceles aplicados en determinadossectores industriales en torno a un nivel medio relativamente inferiorEse enfoque flexible de los aranceles podra apoyarse fijando los lmites globales a lassubvenciones dentro de los cuales los miembros de la Organizacin Mundial del comercio(OMC) estn autorizados a conceder de manera flexible subvenciones a empresas y lossectores econmicos(Aclaratorio sobre el da y hora de la muerte del Consenso de Washington, aunque haca yatiempo que estaba en el Corredor de la Muerte: Segn se constaba en el Comunicado dePrensa de la UNCTAD, el contenido del Informe no poda ser citado ni resumido por losmedios de informacin impresos, radiodifundidos, televisados o electrnicos antes de las17.00 horas (hora media de Greenwich) del 31 de agosto de 2006)Por la importancia y significado del Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de laUNCTAD, ms adelante, se ofrece al lector una versin resumida del mismo.- La repercusin en los medios (La esquela o aviso fnebre)BBCMundo.com (1/9/06): Golpe al Consenso de WashingtonUna agencia de la Organizacin de Naciones Unidas hizo un llamado para que las naciones en vas de desarrollo tengan ms libertad para ejecutar sus propias polticas econmicas.El informe de la Conferencia de las naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo(UNCTAD, por sus siglas en ingls), indica que la agenda de reforma estndar -que se centra en la promocin de las fuerzas de los mercados- ha fracasado.La UNCTAD afirma que los gobiernos de los pases pobres deben fomentar el desarrollo de una manera ms activa.El informe critica el modelo de desarrollo conocido como el Consenso de Washington, que fue promovido por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.Segn la UNCTAD este enfoque asume que la inversin y el desarrollo se derivarn automticamente tras la aplicacin de una serie de reformas, pero esto no ha sucedido en muchos casos.Por lo general, la frmula del Consenso de Washington requiere la aplicacin de reformas tendientes a reducir el papel del gobierno en la economa, con el fin de fomentar el comercio internacional y permitir el florecimiento de la empresa privada y las fuerzas del mercado.Sin embargo, el informe sostiene que las expectativas raramente eran cumplidas- ResponsoResulta suficientemente aceptado que un economista es aquel que sabr maana por qu no sucedi aquello que predijo ayer.Por cultura (temperamento), por ambicin, por amor a la paradoja, por despecho y porque s, por ansias de destacar, sorprender y violentar, los tecncratas-burcratas del FondoMonetario Internacional, del Banco Mundial, de la Organizacin Mundial del Comercio, de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico(la lista es ms amplia), son la quintaesencia del intelectual que en otra poca se hubiese apuntado a una ideologa radical de derecha (ltimamente llamada neoconservadora o neoliberal).Su liberalismo es, pues, un liberalismo provocador, plagado de gestos, de paradojas, un liberalismo incmodo, contradictorio, asimtrico, falaz, sesgado, parcial, incompleto y, a regaadientes, pero liberalismo al fin (o al uso).Estos apstoles (tecncratas-burcratas) saban, desde el principio, que el Consenso deWashington era un dogma de Washington S.A. (los profetas), pero nunca unconsenso. Adems, tampoco les interesaba. Consensuar con los vasallos (serviles ygenuflexos) es algo que no entra en su cultura, y mucho menos en su ambicin. Ordeno y mando. Seor, s Seor!Sus escribas y pastores (los titiriteros) -John Williamson & Compaa-, unas veces por exceso de teorizacin, otras por ignorancia supina o indiferencia, muchas porestmago agradecido, pero nunca (nunca) por pragmatismo, experiencia local, humanidad, compasin, generosidad o misericordia, decalogaron el dogma fabricando una economa sin salida de emergencia.Los filsofos del caos de Washington, responsables de lo que se supona que era la destruccin creativa, que producira el desarrollo econmico de forma espontnea, no haban tenido en cuenta la posibilidad de una crisis. No tenan estrategia de salida.El grupo neoconservador quera dirigir el mundo, pero el proyecto no ha funcionado. La realidad es otra. La idea de la proyeccin de poder es irrelevante. Aunque nadie (al menos entre los profetas, apstoles y escribas), est dispuesto a decir que todo se ha acabado. Por lo menos, por ahora.De esas pompas a estas circunstancias.Lo que tena que pasar pas, y lo nico -constatable- que qued, despus del fracaso estruendoso es que el neoliberalismo termina siendo una esquizofrenia.El descalabro de las terapias de choque y del big bang. El final -imaginable- de las frmulas econmicas uniformes. El colofn -debido- de los refinados modelos economtricos desplegados por la economa neoclsica. El fin -previsible- de losparadigmas. La consecuencia -pronosticable- del fundamentalismo del mercado y de las ideologas simplistas. Podemos llamarlo Confusin de Washington o sencillamente el derivado de la soberbia y la arrogancia de la receta nica o de las teoras generales?La ltima petulancia de los gurs de mano nica. Entre la esquizofrenia y la debilidad doctrinal, ni vencieron, ni convencieron.Podemos decir -soar- que es el fin de la ideologa de los amos?Algo, al menos est claro: el neoliberalimo no funcion. El modelo de los noventa fracas.Pero todava no emergi con claridad uno nuevo.Por ahora, lo nico verificable, pese al sacrificio devenido, es que no hay plan, ni mercadoy que los nicos actores emergidos son los que se amparan en una institucionalidad informal corrupta. Todo un rcord.Mientras, tal vez, haya que irse acostumbrando que hay que vivir sin ismos, porque en la bsqueda de la verdad vale ms seguir el propio camino que la ruta marcada por otros(Gao Xingjian, Premio Nobel).No hay segunda generacin de reformas (ni consenso de Washington II, ni Consenso deWashington plus, ni Agenda de Washington II, ni Agenda Neoliberal II, ni El LadrilloII).Nuestra ciencia reina de la economa est desnuda. Los deslumbrantes modelos economtricos desplegados por la economa neoclsica resultan abstrusos, ahistricos y asociales, sin tiempo ni lugar. Expresan una visin reduccionista e ignorante del proceso poltico.Se acabaron los dogmas de fe. Se acab aquello (de) que lo que es bueno paraWashington (S.A.), es bueno para el resto del mundo y viceversa.Para el hombre de la calle de un pas en desarrollo lo que importa no es el incremento del producto bruto interno, sino poseer un empleo estable que le permita llevar una vida decente y, de modo creciente, un empleo fuera del sector agrcola. Los empleos -los buenos empleos- ofrecen la mejor va hacia el desarrollo para las naciones pobres.La clave para reducir la pobreza en los pases pobres es el proceso llamado desarrollo de las capacidades productivas. El desarrollo de las capacidades productivas no ser un resultado automtico de la accin exclusiva de las fuerzas de mercado, sino de la interaccin entre la iniciativa empresarial, las polticas del sector pblico y la accin internacional.Para desarrollar las capacidades productivas deben concebirse estrategias especficas por pas que mitiguen los principales obstculos a la inversin, al progreso tecnolgico y al cambio estructural. Estas estrategias no sern las mismas en todos los pases.El planteamiento de la reduccin de la pobreza a travs de la produccin y el empleo no es totalmente nuevo. Pero se diferencia mucho de la orientacin actual de las polticas destinadas a reducir la pobreza.Un planteamiento orientado a la produccin y el empleo incluira un mayor gasto social y esfuerzos por expandir el comercio. Sin embargo, tambin se aumentara la ayuda a los sectores productivos y se tomaran medidas para promover las actividades no transables y obtener productos nacionales que puedan sustituir eficientemente a una variedad de importaciones.Pero los economistas e idelogos del consenso de Washington ya estn afinando la argumentacin del fracaso y las nuevas instituciones que les permitan mantener sus puestos de trabajo.Las elites empresarias internacionales ya han tomado nota del final de un ciclo de acumulacin salvaje y se apresuran a disear modelos alternativos bajo su control, con el objetivo de mantener la tasa de ganancia en niveles razonables en lo que han asumido como un periodo defensivo.Estamos en el fin de una poca en que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo an no ha nacido- Origen y contenidoEl nombre Consenso de Washington fue utilizado por el economista ingls JohnWilliamson en la dcada de los ochenta, y se refiere a los temas de ajuste estructural que formaron parte de los programas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, entre otras instituciones, en la poca del re-enfoque econmico durante la crisis de la deuda desatada en agosto de 1982.Algunos se refieren a la Agenda de Washington, otros a la Convergencia deWashington, y unos pocos la llaman la Agenda Neoliberal.Aos ms tarde, Williamson convoc a una cincuentena de economistas de varios pases, entre ellos, algunos latinoamericanos, a una conferencia que tuvo lugar el 6 y 7 de noviembre de 1989, en la capital federal, destinada a analizar los avances alcanzados y las experiencias obtenidas de la aplicacin de las polticas de ajuste y de reforma estructural impulsadas por el Consenso de Washington. Las conclusiones que de esta conferencia surgieron dieron para un libro, el que fue editado por el propio Williamson y publicado por el Institute of International Economics de Washington.Los pionerosMargaret Thatcher haba ya iniciado el proceso de ajuste econmico y reforma estructural en Inglaterra, a su ascenso al poder en 1979. Las consecuencias sociales fueron desastrosas, reflejadas, entre otros indicadores, por una asimetra en la distribucin del ingreso similar a la de un pas del tercer mundo.En Chile, los llamados Chicago Boys, aplicaron tambin dichas polticas en los primeros aos de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Ms an, buena parte de estas ideas haban sido planteadas en un libro que denominaron El Ladrillo, escrito algunos meses antes del golpe de septiembre de 1973, por un grupo de connotados economistas asociados a la Universidad Catlica de Chile y a la Universidad de Chicago.Quines conforman el Consenso de Washington?Aparte del Banco Mundial, conforman el consenso altos ejecutivos del Gobierno deEEUU, las agencias econmicas del mismo Gobierno, el Comit de la Reserva Federal, elFondo Monetario Internacional, miembros del Congreso interesados en temaslatinoamericanos y los think tanks dedicados a la formulacin de polticas econmicas que apuntan a forzar cambios estructurales en Latinoamrica.Qu es el Consenso de Washington?El Consenso de Washington es la aplicacin de los diez instrumentos de poltica econmica neoliberal para llevar adelante el objetivo de un sistema capitalista mundial basado en la libertad del mercado para operar, donde predominan los ms aptos en una especie dedarwinismo social, donde la vida social se concibe gobernada por las leyes de la competencia y del conflicto, llevando a una seleccin natural de la supervivencia del ms fuerte y a la eliminacin del ms dbil.A continuacin, una revisin breve de los principales instrumentos:1) Disciplina fiscal: No ms dficit fiscal. Grandes y sostenidos dficit fiscales constituyen la fuente primaria de los trastornos macroeconmicos que se manifiestan como procesos inflacionarios, dficit de la balanza de pagos y fuga de capitales. Un dficit de presupuesto operacional que sobrepase un 1% a 2% del PIB se considera prueba fehaciente de una falla en la poltica aplicada.La inflacin como parmetro central de la economa. Para los impulsores delConsenso de Washington, las polticas de ajuste y reforma estructural tienen su origen en la crisis de la deuda. No es de extraar que el control de la inflacin sea un asunto prioritario para los organismos acreedores.2) Prioridades en el gasto pblico. La necesidad de cubrir el dficit fiscal presenta la disyuntiva entre aumentar los ingresos fiscales o reducir el gasto pblico. ElConsenso de Washington, influido por los economistas reganianos (supplysiders), opt por favorecer la reduccin del gasto pblico.3) Reforma tributaria. El aumento del ingreso va impuestos se considera una alternativa a la reduccin del gasto pblico para paliar el dficit fiscal. Existe un amplio consenso, entre los tecncratas neoliberales, en el principio de que la base tributaria debe ser amplia, mientras que la tasa tributaria marginal debe ser moderada.4) Tasas de inters. Existen dos principios generales referentes a los niveles de las tasas de inters que concitan el apoyo mayoritario del Consenso de Washington. El primero es que las tasas de inters deben ser determinadas por el mercado. El segundo principio apunta a la necesidad de tasas de inters real positivas, para incentivar el ahorro, por un lado y desalentar la fuga de capitales, por el otro.5) Tipo de cambio. Como en el caso de las tasas de inters, la tendencia es inclinarse por tipos de cambio determinados por las fuerzas del mercado. Se considera que el tipo de cambio real debe ser lo suficientemente competitivo como para promover el crecimiento de las exportaciones a la tasa mxima que el potencial del lado de la oferta del pas lo permita, al mismo tiempo que se mantenga un eventual dficit de cuenta corriente a un nivel sustentable.6) Poltica comercial. Las restricciones comerciales cuantitativas deberan ser rpidamente reemplazadas por tarifas arancelarias que deberan irse progresivamente reduciendo hasta situarse en torno al 10 por ciento (o al 20 por ciento como mximo). La liberalizacin de las importaciones constituye un elemento esencial en una poltica econmica orientada hacia el sector externo. El acceso a bienes intermedios importados a precios competitivos se considera un aspecto importante en la promocin de las exportaciones, mientras que una poltica proteccionista a favor de la industria nacional y en contra de la competencia extranjera es vista como una distorsin costosa que en ltima instancia termina por penalizar el esfuerzo exportador y por empobrecer la economa local.7) Inversin Extranjera Directa (IED). Deben abolirse las barreras de entrada de lasempresas extranjeras; debe permitirse que estas compitan con las nacionales en iguales trminos. Aunque la liberalizacin de los flujos financieros externos no es vista como de alta prioridad, una actitud restrictiva que limite la entrada de la inversin extranjera directa (IED) es considerada una insensatez. La IED, adems de aportar el capital necesario para el desarrollo, provee capacitacin y know-how para la produccin de bienes y servicios tanto para el mercado interno como para la exportacin.8) Privatizaciones. La lgica de las privatizaciones obedece a la creencia de que la industria privada se administra ms eficientemente que la empresa estatal. En general, se considera que la privatizacin de empresas de propiedad estatal constituye una fuente de ingresos de corto plazo para el Estado. En el largo plazo, se argumenta, el Estado se libera de la responsabilidad de financiar ulteriores inversiones. La creencia en la eficiencia superior de la empresa privada ha sido un dogma de fe para el Consenso de Washington.9) Desregulacin. Una forma de promover la competencia es mediante la desregulacin. Este proceso fue iniciado en los EEUU por la administracin Carter, pero fue profundizado durante el mandato de Reagan. Se le ha juzgado, de manera general, como un proceso exitoso en esa nacin y se ha partido de la base que tambin puede producir beneficios similares en otros pases, especialmente enAmrica Latina, donde se practicaban economas de mercado altamente reguladas, al menos en el papel.10) Derechos de propiedad. El sistema legal debera proveer derechos de propied d seguros y sin costes excesivos y debera hacer accesibles tales derechos al sector informal.Esta breve lista tom autonoma y se constituy en la base de lo que luego se denominara neoliberalismo o fundamentalismo de mercado. Con posterioridad la lista inicial fue completada, ampliada, explicada, y corregida. Se ha hablado del consenso de WashingtonII, y del Consenso de Washington III.Otras formulacionesHa habido otras formulaciones del Consenso de Washington. Fischer, comentando el escrito de Williamson, habla de cuatro aspectos fundamentales: marco macroeconmico equilibrado; gobierno de menores dimensiones y ms eficiente; sector privado eficiente y en expansin; y polticas destinadas a la reduccin de la pobreza. Krugman resume el consenso en la virtud victoriana en poltica econmica: mercados libres y moneda slida.El mismo Williamson reformular y matizar los diez puntos, en el ao 1993, en otro artculo (La democracia y el Consenso de Washington), en donde defiende de nuevo la necesidad de un consenso y matiza el alcance del mismo, distinguiendo tres tipos de medidas de poltica econmica: a) aqullas en las que se ha conseguido consenso;b) aqullas en las que existe controversia tcnica (no relacionadas con temas de equidad);c) aqullas en las que todava queda controversia para aos, porque implica valores polticos; sobre todo por problemas de equidad.De hecho, Williamson acepta (a sugerencia de R. Feinberg) cambiar el concepto deConsenso de Washington por el de convergencia universal. Este segundo es menos exigente (sic) (?) y, adems, permite olvidar que Washington predica, pero no siempre practica las normas que contiene.En un artculo de su propia autora (No hay consenso), publicado en septiembre de 2003,John Williamson, comenta y aclara:Distintos significados. Sin embargo, resulta claro que, con el tiempo, muchos llegaron a usar la expresin en un sentido muy distinto del mo. Hay no menos de dos significados diferentes. Uno de ellos identifica al Consenso de Washington con el neoliberalismoSi bien creo que la mayora de los miembros de la Sociedad Mont Pelerin apoyaran buena parte de las reformas que figuran en mi versin del Consenso de Washington, hay una seriede doctrinas neoliberales que brillan por su ausencia en mi lista: el monetarismo, las tasas impositivas bajas que requiere la economa de la oferta, el Estado mnimo que niega toda responsabilidad de corregir la distribucin del ingreso o la internacionalizacin de las externalidades, y la libre circulacin del capitalEsta interpretacin alternativa de la expresin, a la que termin considerando populista, nunca habra podido surgir si alguien se hubiera embarcado en el cuidadoso tipo de anlisis taxonmico que me inculc Machlup. Es posible decir que esta acepcin populista surge porque los opositores a la reforma decidieron explotar el indudable resentimiento que algunos reformadores sentan por la expresin. stos pensaban que las reformas se haban adoptado por la presin de Washington, y no por el propio inters racional de la nacin. Si estos opositores a la reforma tambin pudieran reinterpretar el Consenso de Washington como un conjunto extremista de creencias fundamentalistas sobre el mercado, habra una posibilidad mayor de desacreditar la reforma.A esta posibilidad sin duda contribuira el hecho de que las 10 reformas estaban muy sesgadas hacia la liberalizacin, lo que era defendible puesto que este programa estaba originalmente dirigido a la Amrica Latina de 1989, pero se vuelve grotesco cuando se lo interpreta como un programa para todos los pases en cualquier poca (como lo han hecho los crticos populistas).La segunda explicacin alternativa posible es que el Consenso de Washington implica el conjunto de polticas que siguen colectivamente las instituciones de esa ciudad que asesoran a los pases en desarrollo: las instituciones de Bretton Woods (el FMI y el BancoMundial), el Banco Interamericano de Desarrollo, el Tesoro y quiz la Reserva Federal deEstados Unidos. En la medida en que yo era un testigo veraz de la escena de Washington en 1989, inicialmente mi concepto original y esta alternativa se identifican, aunque ya he admitido que Washington nunca comparti mi entusiasmo por la bsqueda de un tipo de cambio competitivo. Pero con el paso del tiempo ambos conceptos comenzaron a diferir en mayor medida cuando cambi la posicin colectiva de las instituciones. Una discrepancia importante se relaciona con el inters que empez a demostrar Washington en promover la convertibilidad de la cuenta capitalConsenso II no. Cuando una expresin llega a adquirir significados tan dispares, conviene eliminarla del vocabulario. Esto sugerimos en un nuevo libro que editamos Ped oPablo Kuczynski y yo, Alter the Washington Consensus: Restarting Growth and Reform in Latin America, donde intentamos preguntar cmo debera ser el programa de la poltica econmica para Amrica Latina en el ao 2003, dadas las decepciones de los ltimos aos.El libro contiene cuatro mensajes principales. Primero, sostenemos que los resultados decepcionantes de estos ltimos aos se deben sobre todo a las series de crisis que azotaron la regin Un paso importante sera pasar de una poltica fiscal procclica a unaanticclica, practicando la austeridad en exportacin y establecer un tipo de cambio competitivo para asegurar que los recursos liberados en los sectores que compiten con los importados fluyan hacia el sector exportador.La liberalizacin financiera a menudo tuvo lugar sin el complemento apropiado de supervisin prudencial que exige un sistema financiero liberalizado. Con demasiada frecuencia, las empresas privatizadas no se vendan en un mercado competitivo, ni estaban apropiadamente reguladas. As que, para completar la reforma de la privatizacin y del comercio, es importante remediar esas omisiones. Adems el nico mercado que experiment escasa liberalizacin es el laboral. Resulta as que la mitad de la fuerza laboral trabaja en el sector informal. Creemos que sera mucho mejor que las exigencias en los contratos de trabajo se llevaran a niveles realistas, para que los trabajadores recibieran beneficios bsicos como seguro de salud, derechos jubilatorios, y alguna clase de seguro de desempleoPero sera errado dar la impresin de que la nica tarea en esta coyuntura es completar lo que a menudo llamamos reformas de segunda generacin, y esto es parte de nuestro tercer mensaje. La nueva idea ms importante de la economa del desarrollo en los aos noventa fue el reconocimiento de la funcin crucial de las instituciones para permitir que una economa funcione con eficacia Se concluye que el estado de desarrollo institucional suministra la nica variable que predice fielmente el grado de desarrollo de un pas En nuestro libro sostenemos que dichas reformas son propensas a generar confrontaciones polticas con algunos de los grupos de inters, como la judicatura y los profesores de enseanza pblicaEl mensaje final del libro trata sobre la distribucin del ingreso, un tema de importancia capital en Amrica Latina. El punto de partida es reconocer que los pobres pueden serlo menos, de dos maneras. Una es aumentando el tamao global del pastel econmico del cual toda la sociedad obtiene su ingreso. La otra es redistribuyendo un pastel de tamao fijo, de modo que los ricos obtengan una proporcin menor y los pobres una mayor. Dado que un pas donde los pobres reciben una proporcin muy pequea del ingreso de los ricos para realmente hacer mella en la pobreza, es sensato pensar que Amrica Latina haga algo en ese sentido. Tradicionalmente, el sistema fiscal ha distribuido el ingreso gravando con impuestos progresivos a los ricos y utilizando este producto para financiar gastos sociales que benefician desproporcionadamente a los pobres. Vemos que esto es viable, especialmente recurriendo ms a los impuestos sobre la propiedad (que son progresivos) para financiar a los gobiernos subnacionales que en aos recientes han cobrado importancia en muchos pases de Amrica Latina. Pero tambin sostenemos que la innovacin clave es mejorar la distribucin del ingreso que la innovacin clave para mejorar la distribucin del ingreso provendr de permitir que los pobres accedan a los medios que les permitirn salir de la pobreza: educacin para aumentar su capital humano, reforma del registro empresarial para que sus microempresas operen en el sector formal, microcrditos que les permitan comprar capital fsico, y, en ciertos lugares, reforma agraria para proporcionarles acceso a la tierra.Esperamos que este programa no sea rotulado Consenso de Washington II. No es obra de quienes trabajan en Washington. No intenta comunicar un consenso (ni siquiera llegamos a un consenso total entre nosotros). La frase adquiri un grado tal de ambigedad que entorpece la claridad de pensamiento. Permitan, en cambio, que el programa sea evaluado por sus mritos, como contribucin a un muy necesario debate, el cual debera ser el derrotero de la reforma econmica mientras (ojal) dejamos atrs la marchita retrica ideolgica de los aos noventa.- El FMI y el Consenso de WashingtonLa dcada de los 80 constituy un periodo difcil para las economas latinoamericanas.Aos de importante crecimiento econmico haban dado paso a una asombrosa crisis de la deuda dejando a la regin en situacin de urgente necesidad de reformas econmicas y asistencia internacional. Simultneamente, la histrica importancia atribuida al inventario de recursos naturales y humanos de una nacin se vio desafiada por el concepto de que la llave a la prosperidad resida en la apropiada aplicacin de determinadas polticas econmicas. Fue en este contexto que el economista John Williamson present el documento que delineaba las prescripciones para el desarrollo econmico en los mercados emergentes.De acuerdo con Williamson, las tres grandes ideas aqu son la disciplina macroeconmica, una economa de mercado y la apertura al mundo (al menos en lo referente al comercio y a la IED). Estos tres conceptos intentaron abordar los desafos especficos de Amrica Latina, donde los efectos del espiral de la deuda, la inflacin galopante, la corrupcin en las industrias estatales y el proteccionismo en sentido estricto haban devastado a las economas. Se recetaban polticas macroeconmicas de ajuste de cinturn tales como la reduccin del gasto pblico y mayores tasas de inters a modo de controlar el dficit presupuestario ascendente y la correspondiente inflacin. La transferencia de la mayor parte de las empresas del sector pblico al sector privado y la adopcin de los principios del mercado se encontraban orientados a reducir el abrumador control estatal sobre la industria y el potencial de corrupcin a nivel gubernamental. Se entenda que la apertura de AmricaLatina a travs de la desregulacin del sector pblico y de la liberalizacin comercial y de capitales contribuira a atraer inversin extranjera y aumentar la sana competencia. Este Consenso de Washington fue promovido y elaborado por unos pocos, cuyos intereses no llamaban a engao. Si uno se fija en sus mximos valedores, ve dnde estaban sus intereses. El secretario del Tesoro norteamericano, Robert Rubin, provena de WallStreet, al igual que los anteriores secretarios, Roger C. Altman y Nicholas Brady. Todos trabajaban en sociedades de inversin. Ernest Stern, antiguo presidente del Banco Mundial, director de la Banca Morgan, y el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, tambin haba sido directivo de un banco de inversin. Suma y sigue. El Consenso fue redactado por un grupo de economistas estadounidenses, funcionarios del Gobierno de EEUU, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Un consenso muy limitado. Jams fue objeto de debate. Ni siquiera fue ratificado formalmente por los pases a los que les ha sido impuesto. Ha sido y es un ejercicio autoritario, codicioso e insolidario cuyos corifeos intentaron (y algunos, an intentan) justificar por el carcter pretendidamente cientfico-econmico indiscutible de sus directrices.Dado que el Consenso fue publicado durante un periodo en el cual la amplia mayora de naciones desarrolladas ya haban aceptado tales reformas, Williamson consider naturalmente que su acuerdo slo iba a tener que hacer frente a una modesta oposicin. Irnicamente, el trmino Consenso de Washington se transform rpidamente en un ignominioso clich asociado con la agenda neoliberal, imperialista y fundamentalista del mercado.Una explicacin, tal vez sorprendente, de por qu el Consenso de Washington adquiri tan mala reputacin, es que la teora de Williamson, cay en desgracia en el FMI. Ravi Kanpur, catedrtico de economa en la Universidad de Cornell, ha sealado que, podra ser til comenzar por la observacin de que el Consenso de Washington se convirti en lo que hizo y no en lo que dijo. Sin considerar las intenciones de su arquitecto, el FMI sistemtica y universalmente aplic la interpretacin ms conservadora de los principios del Consenso, convirtindolo de un conjunto de amplios lineamientos de poltica en un modelo de desarrollo neoliberal.As fue como el Consenso orden disciplina presupuestaria (pasin por eliminar eldficit), reforma fiscal (que favorece a quienes ms poseen), liberalizacin comercial (desarme de aranceles de pases menos desarrollados sin contrapartida de los pases ricos, apertura a la inversin extranjera (sin normas ni controles), privatizaciones (el patrimonio pblico al alcance de los poderosos), desregulaciones (disminucin o suspensin de garantas laborales, controles sociales y ambientales), garanta absoluta del derecho de propiedad y gobiernos de menor dimensin (salvo en su faceta policial).Al cabo de ms de una dcada de aplicacin irrestricta de las recomendaciones delConsenso de Washington Amrica Latina haba entrado en tirabuzn.La deuda externa regional pas en diez aos, entre 1991 y 2001, de 492.000 a 787.000 millones de dlares. El crecimiento no derram sus beneficios sobre las sociedades (las desigualdades, la pobreza y la miseria aumentaron de manera exponencial), y despus de haberse demostrado vacilante a lo largo de la dcada se precipit en 2002: en diciembre de ese ao, el FMI y otros organismos internacionales calculaban un resultado negativo entre el 8 y el 12% para ese ao. Las crisis se multiplicaron a medida que los pases de la regin ligaban su supervivencia financiera a los mercados internacionales de capital. En 2001, el financiamiento exterior (prstamos bancarios, compra de acciones u obligaciones) baj un17% respecto al ao precedente; las inversiones directas, por su parte, cayeron un 11% y la tendencia se acentu en 2002.Deca Carlos Gabetta, Director de la edicin Cono Sur de Le Monde Diplomatique, en un artculo publicado en enero de 2003 (Entre Washington y Brasilia):La modernizacin neoliberal se tradujo por una dependencia tecnolgica y financiera creciente; impresionantes desigualdades en aumento; elevado nivel de pobreza y una extrema vulnerabilidad de los pobres a perturbaciones macroeconmicas particularmente fuertes. Argentina vuelve a la produccin primaria (energa y agro alimentos) y se cierran numerosas industrias; Mxico desarrolla una industria de ensamblado de muy bajo valor agregado, de tal manera que el crecimiento de ese sector es muy dependiente de la coyuntura en Estados Unidos. Con la recesin estadounidense, la cada supone la supresin del 25% de los empleos en las industrias de ensamblado en slo un ao. Brasil resiste mejor, pero las importaciones le ocasionan una sustitucin parcial de su produccin nacional. Sin subestimar otras causas de la crisis, la lgica financiera introducida por el funcionamiento de una Economa casino como las llamaba Keynes tiende a imponer una gran inestabilidad y por lo tanto fluctuaciones importantes de la actividad econmica. La lgica financiera de esos regmenes ampliamente abiertos al exterior sin estar preparados para ello, imprime al crecimiento un perfil de montaa rusa que explica su incapacidad para reducir la pobreza. Casi todas las economas latinoamericanas estn en crisis abierta(Argentina) o latente, con una impresionante disminucin de crecimiento.Amrica Latina, la regin durante mucho tiempo considerada modelo de aplicacin de la doctrina neoliberal, tiene todos los indicadores econmicos salvo la inflacin en rojo y ha visto agravarse la situacin social hasta lmites intolerables. Con un modelo de crecimiento basado en la inversin extranjera y la apertura del comercio, afronta ahora, en plena crisis, un periodo de iliquidez y guerra comercial internacional en condiciones altamente desfavorables.- Firme oposicin al ConsensoJoseph Stiglitz, ex-economista jefe del Banco Mundial y principal crtico del FMI, ilustra las fallas del Consenso de Washington. En su libro del ao 2002, El malestar en la globalizacin, Stiglitz discrepa con los principales temas de las diez recomendaciones delConsenso, destacando los peligros de impulsar el conservadurismo fiscal, la amplia liberalizacin comercial y la privatizacin generalizada como la panacea para el subdesarrollo econmico. Stiglitz observa que uno de los temas dominantes del Consenso de Washington es el de la implementacin de polticas fiscalmente conservadoras, esto es, aumentar tasas de inters y reducir el gasto pblico. Idealmente, reconoce, estas polticas promueven el desarrollo al fomentar el ahorro individual, filtrar programas de gobierno innecesarios y fortalecer el tipo de cambio del pas. En la prctica, sin embargo, los efectos de ambas polticas pueden ser nocivos. Las altas tasas de inters pueden perjudicar a los bancos en mercados emergentes, forzndolos a otorgar prstamos en moneda devaluada.Esta presin fiscal cuando se aplica de forma concertada con el intento de los bancos por recuperar cantidades masivas de deuda a corto plazo puede provocar el colapso de estas vitales instituciones financieras. Stiglitz hace referencia al pensamiento keynesiano para recordar que el gasto pblico en un pas en desarrollo es la nica fuente de capital capaz de evitar el estancamiento del mercado.El Consenso tambin pregona el libre comercio y la apertura de los mercados internos, presumiendo que esta liberalizacin permite a los pases encontrar su nicho en el mercado internacional. Sin embargo, los pases en desarrollo a menudo poseen incipientes industrias nacionales que resultan poco competitivas y son rpidamente arrolladas por la competencia extranjera, por lo cual el forzar el libre comercio en estos pases slo destruye la industria nacional antes de que llegue a desarrollarse completamente. Adems, dicha inversin extranjera habitualmente no llega a volcar el prometido ingreso de capitales a largo plazo.Segn lo sealado por Stiglitz en la revista Harvard International Review en la primaverade 2003, los pases en desarrollo podran atraer empresas para que extrajeran sus riquezas naturales siempre que se las dejaran a precios lo suficientemente bajos... lo que es an peor, la mayor parte del dinero era especulativo dinero caliente que segua ingresando cuando todo iba bien, pero que volaba en el momento en que las cosas se complicaban. Cuando las inversiones extranjeras desaparecen rpidamente, los pases que han sido explotados en materia de recursos naturales se vuelven incapaces de fomentar el empleo o la prosperidad a largo plazo por s solos. Por el contrario, estn expuestos a breves perodos de gran florecimiento econmico y largos perodos de estancamiento.Stiglitz tambin ilustra los peligros de las rpidas privatizaciones de industrias estatales, una transicin que describe como terreno frtil para la corrupcin. A menudo, los sectores de control estatal son vendidos a los burcratas que los dirigen o a sus amigotes polticos.Esta es una prctica evidente hoy en da en la Rusia post-comunista, donde el entrecruzamiento de poltica y negocios ha conducido a la corrupcin generalizada. Tales privatizaciones fraudulentas eliminan los supuestos beneficios de la competencia y producen ganancias extraordinarias y profunda desigualdad del ingreso, los cuales constituyen los peores efectos del capitalismo. Adems, la evidencia sugiere que cuando un pas transfiere un gran porcentaje de su comercio del sector pblico al privado, se deben instalar instituciones para supervisar a las nuevas empresas privadas. En los EstadosUnidos, existen varias organizaciones de vigilancia, tales como SEC, FCC, IRS y grupos deseguimiento del congreso, que garantizan la integridad de las transacciones financieras; cuando el alcance de estas organizaciones se vio reducido por los esfuerzos de desregulacin que comenzaron con el gobierno de Reagan, se tornaron posibles las mayores fallas a nivel de bancos de ahorro y crdito, as como los escndalos de corrupcin enEnron de ese perodo. Cuando la privatizacin tiene lugar en ausencia de instituciones similares, el resultado es la anarqua financiera, un estado sin ley donde los ms ricos y los ms despiadados violan las leyes impunemente.Los prstamos condicionales del FMILas preocupaciones de Stiglitz se vieron reflejadas de forma sorprendente en la experiencia de los deudores latinoamericanos del FMI. En estricto seguimiento de la disciplina macroeconmica, privatizacin y liberalizacin del comercio y de los mercados de capital formuladas por el Consenso y originalmente imaginadas por Williamson como un medio viable para impulsar el crecimiento saludable, el FMI incluy mandatos coercitivos de reforma en sus prstamos sin tener en cuenta las circunstancias individuales del pas deudor. Los principios del Consenso de Washington se convirtieron en condiciones sin las cuales el FMI negaba el financiamiento. Como tal, el FMI forz a los bancos centrales a aumentar pronunciadamente las tasas de inters, despoj a los estados de sus empresas, abri las compuertas de forma imprudente al capital extranjero y redujo radicalmente las tarifas proteccionistas, empujando a las economas latinoamericanas a la crisis, una por una.Esta es la situacin que se reflej en Ecuador. Un colaborador del peridico The London Observer explicaba el 8 de octubre de 2000, tratando de cumplir con la montaa de obligaciones del FMI, Ecuador cometi la tontera de liberalizar su diminuto mercado financiero, dejando libres de controles del gobierno a los bancos locales y permitiendo que la deuda privada y las tasas de inters explotaran. El gobierno ecuatoriano no deseaba implementar nuevas reformas nocivas, pero an as el pequeo pas que necesitaba desesperadamente los prstamos del FMI, no tuvo otra opcin.Luego de una dcada de intentos fallidos para estimular el crecimiento a travs de su versin expropiada del Consenso de Washington, el FMI dej a Amrica Latina peor de lo que la haba encontrado.Prendido a la ideologa neoliberalEl FMI continu (y en gran medida, contina) yendo a la carga con sus principios rectores bsicos apoyados en los diez mandamientos del Consenso. No obstante, el colapso de lasm economas argentina y mexicana dio lugar a algunos desplazamientos menores en la ideologa del FMI. Por ejemplo, ahora se reconocen los peligros de abrir rpidamente los mercados emergentes a los ingresos de capital, as como el hecho de que los pases pueden utilizar efectivamente una poltica fiscal para contrarrestar crisis potenciales (an cuando esto contradice el mandato de ajustar el cinturn sobre el gasto pblico). Con todo, la esencia del Consenso permanece intacta. La disciplina fiscal contina reinando como objetivo primordial; en abril de 2005 el FMI suspendi un prstamo de US$ 40 millones aNicaragua como respuesta a una serie de cambios a nivel del presupuesto del Congreso que incrementaron el dficit. El fomento de la privatizacin, la liberalizacin comercial y la inversin extranjera directa tambin se mantienen arriba en la lista de prioridades a pesar del recurrente fracaso en su implementacin, ejemplificado por los caticos efectos sobreBolivia. En 2003, el FMI apuntal la privatizacin de las industrias bolivianas del gas y del petrleo. Luego, despus de exhortar a La Paz a que redujera su dficit, el FMI presion al gobierno para que gravara a los ciudadanos (aumentando el impuesto a la renta) en contraposicin con las recin llegadas compaas del gas y del petrleo, mencionando la inquietud por mantener una atmsfera de inversin que resultara atractiva para los inversionistas extranjeros. La recomendacin culmin en una crisis monetaria y en el derrocamiento del gobierno boliviano.Problemas adicionales de la economa de los aos 90 han sido las crisis sistmicas globales y la aceleracin de los cambios. Ante estas crisis, relacionadas en parte con expectativas o pnicos de diversos agentes econmicos, el establecimiento de un consenso y la promocin de la cultura de la estabilidad permitiran aprovechar las oportunidades surgidas en los pases emergentes.La realidad econmica de esta ltima dcada del milenio ha sido compleja, y ha suscitado comentarios muy diversos. De hecho, en el ao 1994-95 hubo en Mxico una crisis econmica y financiera; y en 1997-98 ha habido otra, iniciada en el sureste asitico, y con efectos en Amrica Latina y Rusia.Tal vez, el principal problema del Consenso de Washington es que en l queda prcticamente excluido el tema de la equidad. Esta exclusin es grave, porque uno de los lugares donde ms se aplican las polticas de ajuste derivadas del consenso (e implementadas por el FMI) es en Amrica Latina. Y ste es el continente ms desigual del planeta: el PIB per cpita del 20% ms rico es 18,7 veces el PIB per cpita del 20% ms pobre, cuando en la OCDE la proporcin es de 6,8 y la media mundial es de 7,1. En todo caso, en el ao 1990 Williamson argumentaba la exclusin directa de los problemas de equidad del modo siguiente:Intent describir aquello que normalmente se crea acertado, ms que exponer mi opinin.Es decir, mi pretensin era elaborar una lista positiva ms que una lista normativa ()Deliberadamente, exclu de la lista cuanto fuera bsicamente redistributivo -no aquello que tuviera consecuencias equitativas como un subproducto de la bsqueda de objetivos de eficiencia-, porque pens que el Washington de los ochenta era una ciudad muy desdeosa con las preocupaciones sobre la igualdad.Por la lectura del prrafo anterior resulta innegable que el nclito Williamson, fue un claro intrprete de la ideologa de los amos. Hay argumentaciones que se comentan solasY fracasos, que tambin- Otras crisis del ConsensoEn su trabajo titulado: Desarrollo econmico: del Consenso al Post-Consenso deWashington y ms all, de abril de 2003, el Profesor de Economa de la UniversidadComplutense de Madrid, Francisco Bustelo, con referencia a la crisis del Consenso deWashington, realiza el siguiente comentario: En primer trmino, han sido ciertamente mediocres, por no utilizar un adjetivo ms contundente, los resultados de la transicin en los PECO y, ms inequvocamente, en Rusia y en otras antiguas repblicas de la Unin Sovitica. La aplicacin de terapias de choque (especialmente la liberacin abrupta de los precios y la estabilizacin recesiva), combinada con un proceso indiscriminado de privatizaciones y de otras medidas de liberalizacin (adoptadas adems de forma simultnea o en big bang, provocaron una cada considerable de la renta per cpita.En particular, Stiglitz ha hecho una gran labor al poner en solfa el argumento ortodoxo de que la transicin en los PECO y la antigua Unin Sovitica ha fracasado no por los inconvenientes de sus bases tericas y de sus prescripciones de poltica econmica sino porque esas ltimas fueron puestas en prctica por gobiernos incompetentes y corruptos.Adems, el fracaso de las polticas y estrategias de transicin inspiradas en el Consenso deWashington contrasta con el xito espectacular de la transicin en China, donde no se adopt ese recetario, muy al contrario, un enfoque gradualista del cambio de sistema.En segundo lugar, se produjo una gran insatisfaccin con los resultados econmicos y sociales de las reformas orientadas al mercado que se llevaron a cabo en Amrica Latina en los aos ochenta y buena parte de los noventa. En los aos noventa se puso afortunadamente fin al decenio perdido de los aos ochenta, por utilizar una expresin de la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL), puesto que el crecimiento se recuper y la hiperinflacin desapareci. Sin embargo, la expansin de los primeros aos noventa fue relativamente escasa y no permiti una reduccin sustancial de la pobreza.sta, que afectaba al 48,3% de la poblacin latinoamericana en 1990 (esa proporcin haba sido de 40,5% en 1980), apenas cay al 43,5% en 1997, segn datos de la CEPAL. Empez a hablarse de la necesidad de emprender reformas de segunda generacin, ms orientadas a cuestiones sociales, tras la de primera generacin, que fueron las aplicadas en los aos ochenta y primeros noventa y que se basaron en la estabilizacin y en la liberacin.En tercer lugar, las crisis asiticas de 1997-98 fueron, en buena medida, el resultado de la aplicacin de polticas defendidas por el Consenso. En particular, los pases ms afectados por dichas crisis (Tailandia, Indonesia y Corea del Sur, as como, aunque en menor medida,Malasia y Filipinas) haban llevado a cabo en aos anteriores una liberalizacin financiera indiscriminada y sin creacin simultnea de mecanismos adecuados de supervisin bancaria y de regulacin de las instituciones financieras no bancarias. Tal fenmeno incentiv el endeudamiento externo a corto plazo y provoc otras vulnerabilidades financieras. Adems, el Estado haba abandonado su tradicional poltica de coordinacin de las inversiones del sector privado, lo que facilit la sobreinversin, el exceso de capacidad y una merma de rentabilidad en las empresas. En definitiva, las crisis asiticas fueron crisis de liberalizacin o de infrarregulacin. Por aadidura y como es bien conocido, el FMI abord esas crisis con un diagnstico equivocado y con remedios que, al menos durante un ao entre mediados de 1997 y mediados de 1998, fueron contraproducentes. Result un clamoroso error, reconocido luego por el propio FMI, achacar las crisis a un exceso de intervencin estatal en un contexto de capitalismo de amiguetes (crony capitalism). Promover, como hizo el FMI en Tailandia, Indonesia y Corea del Sur, polticas restrictivas de demanda (contencin radical del gasto pblico y fuerte aumento de los tipos de inters) no hizo sino agravar tales crisis, puesto que el problema no era de dficit presupuestario (inexistente) ni de inflacin (moderada). Los errores del FMI en Asia Oriental provocaron, como es bien sabido, una fuerte desavenencia entre las dos instituciones gemelas de Bretton Woods, puesto que el Banco Mundial se desmarc enseguida de las condiciones de las polticas derescate del Fondo, y han legado en la regin un poso de resentimiento contra ste, sus polticas y su sustento terico.El Profesor Paul Krugman describe cmo ha funcionado el contraste con la realidad de la lista de Washington, y prev (ya en julio/agosto de 1995) los problemas que, efectivamente, han surgido durante la segunda mitad de la dcada. El dominio de cinco aos del Consenso de Washington se puede considerar, de maneramuy prctica, como una especie de burbuja especulativa que afectaba, no slo al proceso econmico habitual, para el cual el excesivo optimismo del mercado puede constituir una profeca que se cumpla por s misma temporalmente, sino un proceso poltico ms sutil, a travs del cual las creencias comunes de los polticos e inversores demostrarn que son mutuamente fortalecedoras. Por desgracia, cualquier proceso de autofortalecimiento de estas caractersticas tiene que enfrentarse, al final, con una comprobacin con la realidad, y si resulta que sta no es tan buena como el mito, la burbuja estalla. Por todas sus especiales caractersticas, la crisis mexicana marca el principio del deshincharse del Consenso deWashington. Este deshincharse garantiza que la segunda mitad de los noventa ser un periodo mucho ms problemtico para el capitalismo mundial que la primera.Volviendo a Stiglitz; en un artculo titulado: El Consenso Post-Consenso de Washington, publicado en septiembre de 2004, deca:Si existe un consenso en la actualidad sobre cules son las estrategias con ms probabilidades de promover el desarrollo de los pases ms pobres del mundo, es el siguiente: slo hay consenso respecto de que el Consenso de Washington no brind la respuesta. Sus recetas no eran ni suficientes para un crecimiento exitoso, si bien cada una de sus polticas tuvo sentido para determinados pases en determinados momentosEste ltimo fall al no comprender las estructuras econmicas de los pases en desarrollo, al concentrarse en un conjunto de objetivos demasiado estrecho y en un conjunto de instrumentos demasiado limitado. Por ejemplo, los mercados por s mismos no producen resultados eficientes cuando la tecnologa est cambiando o cuando se aprende acerca de los mercados; dichos procesos dinmicos hacen al corazn del desarrollo; asimismo, hay importantes externalidades en este tipo de procesos dinmicos, lo cual genera un rol importante para el gobierno. Los pases exitosos del este asitico reconocieron este papel; las polticas del Consenso de Washington no lo hicieronCiertamente, los gobiernos pueden empeorar las cosas. Sin duda, el Consenso deWashington represent, en parte, una reaccin a los fracasos del Estado al tratar de corregir las fallas del mercado. Pero el pndulo oscil demasiado lejos en sentido contrario y durante demasiado tiempo. Las polticas del Consenso en muchos casos presuponan lo peor sobre la naturaleza y capacidad de los gobiernos y aplicaron una misma regla para todo. Esto result en un fuerte sesgo contrario a fundamentar el asesoramiento sobre polticas en un anlisis sobre qu intervenciones son adecuadas y en qu contextos o para crear las instituciones o capacidades de los estados para intervenir de manera efectivaSi el xito del este asitico sugiere que para un desarrollo exitoso es deseable un mayor papel del Estado de lo que se destacaba tradicionalmente en las polticas del Consenso deWashington, los fracasos en el frica subsahariana y en Amrica Latina han reforzado las dudas acerca de las estrategias de dicho Consenso. El crecimiento de Amrica Latina durante los aos noventa -la dcada de la reforma- fue apenas la mitad de lo alcanzado en los aos sesenta y setenta, las dcadas marcadas por las polticas fallidas de sustitucin de importaciones () la apertura de los mercados expuso a los pases a la volatilidad de los mercados internacionales de capitales, lo cual tuvo consecuencias sumamente negativas durante la crisis financiera global de 1997-1998.En frica, los costos de una creencia simplista en la magia del mercado fueron palpables y enormes. Por ejemplo, las condicionalidades de polticas impuestas a los pases de la regin con demasiada frecuencia se concentraron de una manera excesivamente estrecha en la liberalizacin de los precios agrcolas, sin prestar suficiente atencin a los prerrequisitos para hacer que esto fuera efectivo, tales como mercados en funcionamiento para insumos yproductos, disponibilidad del crdito e infraestructura (especialmente vial); la insistencia en una ventaja comparativa esttica llev a la falacia de composicin en virtud de la cual el aumento de las exportaciones de productos primarios por parte de muchos pases desemboc en el colapso de sus precios; las reformas del sector financiero se centraron demasiado en que las tasas de inters fueran determinadas por el mercado en mercados muy tenues y rudimentarios, llevando en muchos casos a perodos prolongados de tasas de inters muy altas, sin mejorar la disponibilidad del crditoSi el Consenso de Washington tuvo sus frutos, an no se ha gozado de ellos o por lo menos los ciudadanos de muchos pases an no lo han hecho Si las reformas expusieron a los pases a un mayor riesgo, evidentemente no les dieron las fortalezas para una recuperacin rpida; en Amrica Latina en su conjunto sigui casi media dcada de cada en el ingreso per cpita.Como los fracasos especialmente las crisis, primero la mexicana, luego las del este asitico,la de Rusia y luego la argentina- pusieron de manifiesto que no todo iba bien, los defensores del Consenso de Washington sucesivamente trataron de cambiar la receta proponiendo distintas versiones de un Consenso de Washington plus. Mxico demostr que an cuando un pas tuviera su edificio fiscal en orden y mantuviera la inflacin bajo control, poda sufrir una crisis. El problema, supuestamente, era una falta de ahorro interno.Pero cuando los pases del este asitico enfrentaron crisis -pases con los niveles de ahorro ms altos del mundo- se busc una nueva explicacin. Ahora se trataba de una falta de transparencia (aparentemente olvidando que la ltima serie de crisis se haba producido en los pases nrdicos, que se encontraban entre los ms transparentes del mundo). La culpa la tenan las instituciones financieras dbiles, pero si se encontraban esas instituciones financieras dbiles en los Estados Unidos y en otros pases industriales avanzados, qu esperanza quedaba para los pases en desarrollo? Para entonces, los consejos del Consenso de Washington, del FMI y del Tesoro de los Estados Unidos sonaban huecos: ex post siempre podan encontrar alguna falla y agregar algo a la lista cada vez ms extensa de cosas que deban hacer los pases- De fracaso en fracaso hasta la derrota finalTodo parecera que haba acabado en el ao 2000. El gozo en un pozo. Pero no ha sido as, lamentablemente, los Organismos Internacionales continuaron -erre que erre- negando la evidencia, unos cuantos aos ms. Prueba de ello son algunos de los artculos publicados por el Fondo Monetario Internacional, en Perspectivas de la economa mundial, de los que se indican a continuacin sus ttulos y fechas correspondientes:. La pobreza y la globalizacin - Mayo de 2000. Comunidad de Estados Independientes: Se acelerar la reforma estructural al mejorar la macroeconoma? - Octubre de 2000. Flujos internacionales de capital a los mercados emergentes - Octubre de 2000. Renovacin del impulso de la reforma estructural e institucional - Octubre de 2000. La integracin comercial y la integracin financiera - Septiembre de 2002. Amrica Latina: La incipiente estabilidad brinda la oportunidad de acelerar la resistencia a las crisis - Septiembre de 2003. Regin Asia y Pacfico: Se requiere mayor flexibilidad del tipo de cambio para lograr un crecimiento ms equilibrado - Septiembre de 2003. La Comunidad de Estados Independientes: Las reformas estructurales son fundamentales para sostener la recuperacin del crecimiento - Septiembre de 2003. Aprendiendo a flotar: La experiencia de los pases de mercados emergentes desde principios de los aos noventa - Septiembre de 2004Durante el ao 2001 e inicios del ao 2002 estaban muy preocupados con la crisis.Un descalabro hurfano?... Una derrota sin culpables?.... En qu medida el aterrizaje en EEUU ser brusco? - Mayo de 2001. Cmo afectar a Asia la desaceleracin mundial? - Mayo de 2001. Cmo afectar la desaceleracin mundial a Amrica Latina? - Mayo de 2001. Puede frica lograr un mayor crecimiento sostenido? - Mayo de 2001. CEI: La importancia de los precios del petrleo - Mayo de 2001. Cun rpidamente puede repuntar el crecimiento en Amrica del Norte? - Oct. 2001. Amrica Latina: Cmo afectar a la regin la crisis de Argentina? - Octubre de 2001. Pases emergentes de Asia: Muy afectados por los embates externos - Octubre de 2001. CEI: Continua la recuperacin pero se retrasan las reformas - Octubre de 2001. Canad y EEUU: Se afianza la recuperacin - Abril de 2002. Amrica Latina: Resistir las repercusiones de la crisis argentina - Abril de 2002. La regin Asia y el Pacfico: Punto de inflexin - Abril de 2002. Comunidad de Estados Independientes: Una ductilidad constante - Abril de 2002Luego, volver a empezar (Lo dicho, erre que erre).De las publicaciones de los cabeza borradora, deseo recomendarles algunos artculos sindesperdicio que fusil en su oportunidad, y de los que transcribir algunos prrafos paramotivar su lectura. O sea.De Perspectivas de la economa mundial - FMI - Abril de 2002- La integracin financiera internacional y los pases en desarrollo Se estima que el efecto de una liberalizacin tpica a travs de estas dos vas (laliberalizacin de la cuenta capital en la inversin y el desarrollo financiero) aumenta el crecimiento en un % al ao o msLa creciente integracin financiera internacional suele asociarse con un aumento econmicamente significativo del crecimiento de los pases en desarrollo, aunque estos efectos en general no tienen significado estadsticoLos efectos del crecimiento en los pases en desarrollo llegan a travs de la IED y de la liberalizacin de las carterasDe Perspectivas de la economa mundial - FMI - Septiembre de 2002- La integracin comercial y la integracin financiera Una caracterstica crucial, pero a menudo casi olvidada, de la globalizacin es que en general la integracin financiera y la del comercio se producen simultneamenteEl carcter complementario que existe entre comercio y finanzas no slo refleja posibilidades de produccin, sino que es tambin conveniente para poder cosechar los plenos beneficios de la globalizacinLa plena liberalizacin de la poltica comercial y de balanza de pagos en todos los pases intensificara alrededor de un 40% el comercio entre los pases industriales (comercioNorte-Norte); el comercio Norte-Sur aumentara alrededor de un 63% y el comercio entre pases en desarrollo (comercio Sur-Sur) alrededor de un 94%...Los pases en desarrollo que registraron el mayor aumento en la participacin del comercio entre finales de los aos setenta y mediados de los aos noventa (llamadosglobalizadores) disfrutaron, en promedio, de un aumento mucho mayor de su ingreso per cpita que los pases que no lo hicieronIMF Woking Paper (WP/03/30)- Trade, Growth, and Poverty: A Selective SurveyAndrew Berg and Anne Krueger - February 2003(Traduccin libre de algunos prrafos significativos)Este estudio de la literatura actual pregunta: Cmo es de importante la poltica comercial para la reduccin de la pobreza?Nosotros consideramos los efectos de la apertura comercial sobre la pobreza desde dos puntos de vista: el efecto de la apertura sobre el promedio del crecimiento de los ingresos, y el efecto sobre la distribucin de un promedio de crecimiento dado. La evidencia desde una diversidad de fuentes permite mantener el punto de vista que la apertura hacia el comercio contribuye grandemente al crecimiento. Adems la apertura del comercio no tiene efectos sistemticos sobre los pobres, ms all de sus efectos del crecimiento total. La poltica de comercio es slo una de los muchos determinantes del crecimiento y de la reduccin de la pobreza. La apertura del comercio tiene importantes y positivos agregados sobre otros aspectos de la reforma, sin embargo, la correlacin del comercio con otras polticas proreformas nos hablan de las ventajas de hacer la apertura en una parte primaria de la reforma totalHemos hecho una amplia investigacin en la literatura sobre el tema y hemos extrado tres proposiciones principales sobre la poltica de comercio y la pobreza:(1) la reduccin de la pobreza se basa principalmente en un crecimiento del promedio de ingreso per cpita;(2) la apertura del comercio es un importante determinante del crecimiento;(3) el crecimiento que est asociado a la liberalizacin del comercio es tan pro-pobres como el crecimiento generalTendencias a largo plazo refuerzan el punto de vista que la relacin entre la pobreza y laapertura est dominada por el crecimientoComo conclusin sobre la tendencia de la apertura a incrementar los ingresos, nosotrossugerimos que si los pases pobres se abrieran ms la pobreza podra caerEsto hace plausible la apertura comercial que resulta una parte importante de ese proceso de convergencia y de ah parte la frmula de reduccin de los ratios de pobreza en los pases ms pobresPor lo tanto, que la apertura comercial ha contribuido al crecimiento ha sido confirmado por la indudable declinacin de la pobreza absoluta en los ltimos 20 aosDe Perspectivas de la economa mundial - FMI - Abril de 2004- Promocin de las reformas estructurales en los pases industriales Desde principios de los aos ochenta predomina en todo el mundo una tendencia general a adoptar polticas y regmenes reglamentarios orientados por criterios de mercado, lo que demuestra el amplio consenso que existe con respecto a los beneficios sustanciales de las reformas estructuralesLa reforma estructural supone la adopcin de ciertas medidas que, en trminos generales, alteran el marco y las limitaciones institucionales que rigen el funcionamiento y los resultados del mercado. En general, las reformas estructurales se relacionan con la idea de dar mayor prominencia a las fuerzas del mercado -incluidas la competencia y la flexibilidad de los precios, y la expresin suele utilizarse indistintamente con el concepto de liberalizacin-, reduciendo as la influencia de las reglamentaciones gubernamentales o la propiedad estatal de la capacidad productiva en la toma de decisiones de las empresas y los hogaresMientras (Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago). Mientras impulsaban un organismo encargado de velar por la transparencia, el FMI y elTesoro de los Estados Unidos seguan entre las instituciones pblicas menos transparentes.. El Tesoro de los Estados Unidos incluso se haba resistido a reformas en los EstadosUnidos que hubieran mejorado la transparencia de los marcos contables del pas, por ejemplo con relacin a las opciones de compra de acciones.. El ltimo grupo de pases afectados por crisis financieras, Escandinavia, se encontraba entre los ms transparentes.. Cuando el debate sobre la transparencia se dirigi hacia las instituciones de Occidente, los fondos de cobertura y las cuentas corrientes secretas, el Tesoro de los Estados Unidos incluso comenz a argumentar en contra de un exceso de transparencia y termin vetando (antes de los atentados del 11 de septiembre) la iniciativa de la OCDE sobre el secreto bancario.. A pesar de seguir fustigando, correctamente, a la corrupcin, los pases desarrollados sehan negado a adoptar medidas sencillas que haran que esa corrupcin fuera ms difcil de ejercer, como por ejemplo permitir deducciones impositivas solamente con relacin a los pagos a gobiernos que se publiquen (y adoptando otras medidas de la iniciativa para la transparencia de las industrias extractivas).. Las prcticas contables del FMI siguen representando un obstculo para la redistribucin de la tierra a travs del mercado.. Mientras el FMI hablaba de la necesidad de mayores redes de seguridad, no se concentr directamente en los factores que contribuyeron a la volatilidad econmica, incluida la liberalizacin de los mercados de capitales; sigui abogando por la liberalizacin de los mercados de capitales, incluso mucho tiempo despus de que quedaran claros los efectos adversos para la estabilidad y mientras aumentaban las pruebas de que eso no contribua al crecimiento econmico. Sigui concentrndose en las falencias de los pases en desarrollo y no en las de las del Consenso de Washington; se culp directamente a los pases en desarrollo por sus problemas, especialmente en cuanto a falta de transparencia y mala gobernanza.. Mientras que las crisis en los pases que parecan haber seguido las recetas del Consenso de Washington, pases como la Argentina, que haba recibido una calificacin de A+ delFMI (habindose incluso presentado al Presidente Menem ante la asamblea anual de 1999 como un ejemplo de lo que deban hacer los dems pases), se present toda una serie de otros problemas: por ejemplo, privatizaciones, manchadas por la corrupcin, de monopolios naturales que resultaron en precios ms altos para los consumidores al ejercerse el poder monoplico.Segunda generacin de las reformas?Como se ha visto, John Williamson no est solo. Otros decalogadores siguen el mismo camino. Para ellos el problema es que hay que completar las reformas del Consenso deWashington con las polticas de segunda generacin. Ah cargan de nuevo sus maletas con otras soluciones -tambin formuladas en declogo claro- en busca de los problemas que ellos en parte provocaron.A los talibanes del mercado, y sus refinados modelos economtricos desplegados en nombre y honor de la economa neoclsica, poco importa si resultan abstrusos, ahistricos y asociales, sin tiempo ni lugar, o que expresen una visin reduccionista e ignorante del proceso poltico. Cuando accedemos que para establecer polticas de desarrollo es necesario conocer las estructuras sociales, polticas y culturales de un pas especfico, resulta que hay que ir al pas no a colocar declogos sino a aprender y ayudar al proceso nacional de aprendizaje que es el desarrollo. Esto representa mucha incomodidad para algunos.No podemos seguir suponiendo que las polticas econmicas son recomendadas desde la nica lgica de la experiencia tcnica internacional y realizadas por unos polticos benevolentes, omniscientes y omnipotentes como sucede cuando adoptamos una visin normativa de la poltica econmica y achacamos sus problemas de implementacin a la famosa falta de capacidad tcnica -que se suple con un puado de consultores- o de voluntad poltica -que es la responsabilidad nacional-. Por el contrario, cuando reconocemos que toda propuesta de reforma es slo el comienzo de un proceso que es poltico en todos sus estadios (legislacin e implementacin, incluida la opcin por un tipo u otro de agencia administrativa y de su forma de operacin) podemos aproximarnos ms fecundamente a la realidad.Los supuestos intelectuales del Consenso de Washington haban seguido (y siguen) fieles al racionalismo instrumental que acompa la teora y prctica del desarrollo desde sus inicios. Se trataba de empaquetar conforme a la mejor teora econmica prevaleciente enel momento un mix de polticas de pretendido valor universal implantables urbi et orbe por autoridades dotadas de suficiente voluntad poltica, gracias a la represin si fuera necesario, y de la suficiente ciencia, gracias a los consultores internacionales golondrinos aportados por las agencias internacionales. Naturalmente la fe ciega en la ciencia, unida a la idea de progreso a la occidental como valor universal y a la falta de conciencia de los lmites intelectuales propios y de la accin colectiva en cada pas iban a producir resultados calamitosos.Algunos estudiosos observan irnicamente que de haberse seguido el catecismoWashington ni Alemania ni los propios Estados Unidos hubieran podido industrializarse jams. Lo ms llamativo con todo es la fuerza y conviccin con que tales polticas trataron de imponerse por las instituciones financieras internacionales sobre todo cuando se las contrasta con la tolerancia y permisividad con que vieron su perversin prctica en el proceso poltico especialmente latinoamericano. Las consecuencias han sido por lo general dramticas. A la vieja cuestin social, desgarradora desde siempre en Amrica Latina, se aadi la nueva cuestin social (Louis Emmerij). Toda una regin ha sido puesta en riesgo de fragmentacin.Como siempre sucede, entre los ms victimados se encuentran quienes siguieron ms fervientemente la doctrina, es decir, pensaron menos por su propia cuenta.Prevaleci el clculo de los beneficios polticos derivables a corto plazo de las terapias de choque y del los big bangs econmicos. Result pasado de moda invocar -como seguan haciendo personalidades acadmicas tan destacadas como Douglas North o Mancur Olsonque sin reformas institucionales las privatizaciones y las liberalizaciones traeran invitados inesperados quizs horribles y que los equilibrios macroeconmicos estaran siempre en precario. Prevaleci la opinin de jvenes acadmicos, nuevos polticos reformistas y funcionarios de las instituciones financieras internacionales, segn la cual la reforma institucional corresponda a la segunda fase reformista. Lipton y Sachs (el mismo que hoy se refugia en la OMS, y clama por ms madera; que no me olvido, aunque se haya travestido), Fisher y Gelb, Blanchard, Froot y Sachs (nuevamente), produjeron algunos de los posicionamientos ms influyentes de su tiempo: en todos ellos se desenfatizaba la reforma institucional.Los mediocres resultados econmicos obtenidos y los estropicios sociales causados por esta aproximacin contrastan dramticamente con los resultados ms positivos de los pases que creyeron que no exista solucin preestablecida e iniciaron su propio camino de aprendizaje. En primer lugar, merecen destacarse los pases del Sudeste Asitico, donde el factor institucional resulta slidamente explicativo tanto de su desarrollo como de la crisis financiera vivida y de las salidas de la misma.La clave del xito de estos pases no se encuentra tanto en la combinacin de polticas que aplicaron sino en la capacidad institucional de sus estados para formular e implementar coherente y sostenidamente en el tiempo tales polticas, zafndose de las presionescapturadoras y patrimonializadoras de potentes grupos de inters. La autonoma y la capacidad del estado -asegurada por una burocracia legal de tipo weberiano- fue una de las claves del xito no slo econmico sino tambin social de estos pases, deca Joan Prats, en un artculo titulado: El Consenso de Washington ha muerto viva qu?, publicado en la Revista Internacional para el desarrollo humano, el 6 de noviembre de 2004.El caso que muestra mayor desviacin de los supuestos del Consenso de Washington ha sido precisamente el ms exitoso hasta hoy: la transicin de China -an en proceso- desde una economa estatista a una economa de mercado, bajo la conduccin de un partido comunista.El xito innegable de China que, segn muchos analistas, de mantener las tasas actuales de crecimiento, podra convertirse en veinte aos en la primera economa del mundo, plantea cuestiones interesantsimas sobre el rol del estado en la construccin de los mercados y contrasta con el fracaso de la reforma rusa que arrastra graves riesgos para la gobernabilidad mundial.Las elites marcan el pasoEl Consenso de Washington ha muerto. Cmo? Quin ha sido el hereje que ha dicho eso? Quien dio por muerto el Consenso de Washington fue el presidente del BancoMundial, Jim Wolfensohn, durante una reunin preparatoria, en Brasil, de la Cumbre deDavos que se realizara en febrero del ao 2003.Al respecto deca Carlos Gabetta (Le Monde diplomatique - Enero 2003): Las elites empresarias internacionales ya han tomado nota del final de un ciclo de acumulacinsalvaje y se apresuran a disear modelos alternativos bajo su control, con el objetivo de mantener la tasa de ganancia en niveles razonables en lo que ya han asumido como un perodo defensivo, al menos en Amrica Latina, a causa de las revueltas sociales y los cambios de aire polticos en varios pasesTodos esos sntomas son ya visibles en la actitud de EEUU hacia el resto del mundo, que se puede resumir as: uso irrestricto, unilateral y combinado de su podero econmico, financiero, tecnolgico, meditico y militar para absorber los recursos necesarios y moldear su economa, las finanzas y el comercio mundiales segn sus propios intereses, sea por consenso o por la fuerza. La democracia mundial y la paz podran pagar el precio de esta fuga hacia adelante de la primera potencia planetariaDeseo finalizar este apartado citando un prrafo, muy significativo -en mi modesta opinin, irrevocable-, de la entrevista realizada a Noam Chomsky, el 26 de enero de 2006, enCaracas, Venezuela, y publicada por el Instituto del mundo del trabajo, bajo el ttulo: La plataforma laboral de las Amricas y el Foro Social Mundial 2006: GPN: Las razones por las que pensamos que semejantes cambios estn sucediendo enSudamrica es que el pueblo est tomando conciencia de la gran polarizacin econmica y la desigualdad en la regin. En realidad las Amricas es la regin con mayor nivel de desigualdad del mundo. Piensa que esa es la fuerza que est impulsando este cambio poltico?Noam Chomsky: Esa es una parte de la fuerza que impulsa el cambio. La otra parte es elConsenso de Washington, las polticas neoliberales, que durante los ltimos 25 aos han constituido uno de los desastres ms dramticos de la historia econmica. No es una sorpresa para nadie que la haya estudiado desde la revolucin industrial, que es muy impactante ver que donde estas polticas neoliberales han sido aplicadas, particularmente enSudamrica, ha habido una rpida declinacin de virtualmente todos los indicadores macroeconmicos: tasa de crecimiento, tasa de productividad, etc. Y adems un aumento de la desigualdad. Lo mismo puede decirse de Estados Unidos, donde las medidas no fueron aplicadas tan rgidamente como en Amrica Latina, pero hasta cierto punto han sido aplicadas durante los ltimos 25 aos. Y ese ha sido un perodo para olvidar de la historia econmica de los EEUU. En los ltimos 25 aos los salarios reales han cado para la mayora de la poblacin. EEUU, como el pas ms rico del mundo, y como poda esperarse25 aos atrs, tena los salarios ms altos del mundo y la jornada de trabajo semanal ms corta de los pases industrializados. Ahora esto se ha revertido. Ahora Estados Unidos tiene los salarios ms bajos y la jornada semanal ms larga del mundo industrializado. Los salarios han permanecido igual, pero las horas trabajadas se han incrementado, y la desigualdad simplemente se ha disparadoPero eso es slo parte de la historia: estas medidas neoliberales, ms all de sus consecuencias econmicas, han sido diseadas para atacar la democracia. Ha habido una cada dramtica a todo lo largo de Amrica Latina en el apoyo a los sistemas democrticos.No es que los pueblos no quieren democracia, sino que ha cado el apoyo a los sistemas parlamentarios tal como existen. Esa ha sido una cada que ha ocurrido de modo paralelo a la imposicin de las polticas neoliberales. El objetivo de socavar la democracia se encuentra en cada punto del diseo de estas polticas. Por ejemplo la imposicin de la liberalizacin financiera est socavando la democracia al quitar la capacidad a los gobiernos para controlar cosas que tendrn impacto en la poblacin. Estn quitndoles a los gobiernos la capacidad de hacer polticas pblicas. Las polticas neoliberales crean un parlamento virtual de inversores y terratenientes que no es democrtico, y no se encuentra bajo control democrtico de la poblacinLas cosas han cambiado en los ltimos 25 aos, y no han cambiado en un sentido democrtico. Debo decir que estos son principios elementales de teora e historia econmicas. No se trata de algo oscuro. Est en todos los manuales de economa, y lo mismo puede decirse de las privatizaciones. No hay ninguna evidencia emprica de que las privatizaciones tengan un beneficio econmico. La evidencia es precisamente la opuesta, especialmente en los servicios de salud y sociales. Pero las privatizaciones s tienen el efecto de quitar las decisiones y el control fuera del mbito pblico. Pone las cosas fuera del control democrtico y las pone bajo control de entidades privadas que no deben rendir cuentas. Los servicios incluyen prcticamente todo lo que le preocupa al pueblo: salud, infraestructura, educacin y medio ambiente, todas cosas que le preocupan al pueblo. Y tambin se habla de servicios y comercio cuando se le suma comercio. Esto significa transferir todas las cosas de la vida a manos privadas. Lo mismo corre para el resto del paquete neoliberal. Y son todos estos factores, junto con el crecimiento de la desigualdad, lo que est llevando al pueblo a clamar por un cambio.- Apuntillando al Consenso de Washington(RAE: Apuntillar: Rematar al toro con la puntilla. Dar la puntilla: rematar las reses)Segn el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD los pases en desarrollo necesitan polticas econmicas ms flexibles.El Informe seala que las disciplinas multilaterales que rigen las relaciones internacionales en cuestiones monetarias y financieras son demasiado limitadas, pero las que rigen el comercio internacional son demasiado amplias.Los pases en desarrollo deberan adoptar polticas industriales dinmicas, agrega.El enfoque no intervencionista no ha funcionado y las polticas nacionales deberan apoyar a las fuerzas creativas de los mercados con el fin de lograr un mayor grado de intervencin y cambios tecnolgicos ms rpidos, afirma.- Informe sobre el comercio y el desarrollo, 2006 - UNCTAD/TDR/2006(Panorama general)Se presentan a continuacin algunos prrafos significativos (con referencia al tema que nos ocupa) del Informe mencionado:- Posicin reforzada de las economas de mercado emergentes La mayor parte de las economas de mercado emergentes son mucho menos vulnerables que lo eran en el momento en que se produjeron las graves crisis de los dos ltimos decenios. En 2005, los pases de Asia oriental y meridional registraron un amplio supervit en sus cuentas corrientes, y Amrica Latina en su conjunto tambin tuvo un supervit. Despus de las crisis de Asia y Amrica Latina, un nmero cada vez mayor de pases en desarrollo han tratado de seguir una pauta anloga de ajuste que ha entraado la estabilizacin de sus tipos de cambio a un nivel bastante bajo, la obtencin de supervit considerables por cuenta corriente y la acumulacin de grandes cantidades de reservas en dlares. Aunque esta prctica est considerada de modo general como no ptima, enmuchos aspectos representa el nico modo viable que tienen los pases en desarrollo para adaptarse con xito a las deficiencias sistmicas que afligen actualmente a la economa mundial, que est caracterizada por una ausencia de obligaciones simtricas entre los pases que acumulan supervit y los que acumulan dficit.No es sorprendente que la estrategia de infravaloracin combinada con intervencin prevalezca sobre todo entre los pases en desarrollo que han experimentado recientemente crisis monetarias a raz de una anterior liberalizacin de sus sistemas financieros y sus cuentas de capital. Despus de haber aprendido que la dependencia del ahorro extranjero raras veces tiene xito como estrategia de desarrollo sostenible, un nmero creciente de pases en desarrollo han pasado a utilizar una estrategia alternativa basada en la acumulacin de supervit en la balanza comercial como motor de la inversin y el crecimiento. Esa estrategia requiere la defensa de posiciones competitivas estratgicamente favorables logradas con posterioridad a crisis. Pero slo puede funcionar mientras que exista como mnimo un pas en la economa mundial que acepte un dficit correspondiente de su balanza comercial.- Correccin de los desequilibrios Lo que hace falta para corregir los desequilibrios mundiales es una iniciativa multilateral responsable ms que el ejercicio de presiones sobre determinadas zonas del mundo en desarrollo. Un esfuerzo macroeconmico internacional bien coordinado aumentara considerablemente las posibilidades de que los pases ms pobres consolidarn sus recientes avances en el crecimiento. En ausencia de un esfuerzo de esa ndole, los pases en desarrollo deben defender sus posiciones estratgicas de ventaja competitiva y utilizar el clima global favorable para invertir ms y para reducir su deuda exterior.- Fracaso del programa estndar de reformasLa fase actual de crecimiento relativamente rpido de los pases en desarrollo, impulsado por la fuerte demanda mundial que tiene su origen principalmente en los Estados Unidos y que se ha visto amplificada por la veloz expansin de la voluminosa economa china, se ha producido despus de dos decenios de crecimiento insatisfactorio en la mayora de los pases en desarrollo, especialmente de frica y de Amrica Latina. Durante los aos ochenta y noventa, la mayora de los pases en desarrollo emprendieron reformas de amplio alcance orientadas al mercado con la expectativa de que una mejor asignacin de los factores sera fundamental para su integracin en una economa mundial globalizada. Las instituciones de Bretton Woods desempearon un papel dominante en ese contexto, tanto mediante la concesin de prstamos, imponiendo su condicionalidad en materia de polticas a los pases receptores de esos prstamos, como en su calidad de centros de estudio con importantes repercusiones en los debates internacionales sobre poltica econmica. De ese modo, los principios subyacentes al programa de reformas no slo configuraron las polticas econmicas de los pases receptores de los prstamos de las instituciones financieras internacionales, sino que tambin fueron ampliamente aceptados como conjunto estndar de reformas por otros pases que estaban revisando sus estrategias de desarrollo a fin de alcanzar una integracin ms profunda en la economa globalizada mundial. El programa de reformas se centr casi exclusivamente en las fuerzas del mercado con el objetivo de una asignacin de recursos ms eficiente mediante la mejora de la estructura de incentivos y la reduccin de la intervencin discrecional del Estado. El aumento de la eficiencia en la asignacin de recursos se trat de obtener mediante la liberalizacin y la desregulacin en el plano nacional y mediante la apertura a la competencia en el plano mundial. A lo largo de los aos, ese programa de reformas se ha ampliado hasta incluir elementos adicionales como la liberalizacin de la cuenta de capital y la mejora de la gobernanza nacional, por una parte, y una insistencia mayor en la reduccin de la pobreza y en los aspectos sociales del desarrollo, por otra.El programa ortodoxo de reformas se basaba en la creencia de que la acumulacin de capital, una condicin previa tanto para el crecimiento de la produccin como para la introduccin de cambios en las estructuras econmicas, incluidas la diversificacin, la industrializacin y la modernizacin tecnolgica, llegara inmediatamente de la mano de una mejor asignacin de los recursos existentes. Esa esperanza raramente se hizo realidad.De