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  • UNIVERSIDAD CATOLICA DE SALTA

    FACULTAD DE ARTES Y CIENCIAS

    Licenciatura en Filosofa

    Anlisis de las categoras

    empricas de Julin Maras:

    una mirada desde el

    horizonte de la

    posmodernidad en la

    concepcin de Gianni

    Vattimo y Gilles Lipovetsky Trabajo Final

    Alumno: Manuel Jos Arzeno Director de Tesis: Prof. PABLO GUILLERMO COURREGES Docente de Metodologa: Prof. ELENA TERESA JOS Junio 2010

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    Autoridades de la Universidad Catlica de Salta.

    Rector: Dr. Alfredo Gustavo Puig. Vice Rector Acadmico:

    Dr. Gerardo Vides Almonacid Decano de la Facultad de Artes y Ciencias:

    Dr. Gustavo Alejandro Iovino. Vice Decano de la Facultad de Artes y

    Ciencias: Lic. Raquel Adriana Sosa.

    Secretaria Acadmica de la Facultad de Artes y Ciencias:

    Dra. Amalia Susana Aramayo Alesso.

    Jefe de Departamento de Filosofa Lic. Pedro Rojas.

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    TITULO:

    Anlisis de las categoras empricas de Julin Maras: una mirada desde el horizonte de la posmodernidad en la concepcin de Gianni Vattimo y Gilles Lipovetsky.

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    A los que me esperaron al otro lado de la nube negra

    Ah! a la nube negra

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    RESUMEN:

    El presente trabajo final plantea analizar las categoras empricas de Julin Maras en el horizonte de la concepcin de posmodernidad desarrollada por Gianni Vattimo y Gilles Lipovetsky.

    Para realizar esto primeramente se presenta la teora emprica de Julin Maras, es decir, la antropologa. Su pensamiento tiene la particularidad que lo desarrolla en un horizonte efectivo donde transcurre la vida del hombre. Es decir, busca construir una teora desde la cotidianidad del drama de la vida humana. A partir de esta preocupacin se acerca al hombre y lo analiza. Para lo cual va a utilizar categoras, que por estar vinculado a lo diario de la vida las denomina empricas. En cuanto a nuestra investigacin, la conclusin de esta primera parte, es identificar y definir a las mismas.

    En la segunda parte, se presenta la concepcin de posmodernidad desde la mirada de los autores Gianni Vattimo (que la entiende como pensamiento dbil) y Gilles Lipovetsky (que la entiende como proceso de personalizacin). Estas nos presentan una interpretacin de un horizonte efectivo en donde transcurre la cotidianeidad de la vida del hombre. Es decir, nos muestra una explicacin del horizonte actual en el que el hombre tiene que hacer su vida.

    Una vez identificadas las concepciones se busc dentro de ellas analogas con las categoras empricas de Julin Maras.

    Ya en la conclusin, se intenta mostrar como las categoras empricas permiten entender al hombre desde un contexto efectivo de vida humana como es la concepcin de posmodernidad.

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    INDICE 1. Introduccin ................................................................................ 9 2. Parte I Julin Maras: su teora emprica de la vida

    humana ............................................................................... 13 2.1. Datos biogrficos ...................................................................... 14 2.2. Su concepcin de hombre ........................................................ 16

    2.2.1. Vida humana - Metafsica ................................................ 16 2.2.2. El hombre - Antropologa ................................................ 18 2.2.3. Categoras de la teora emprica ..................................... 20

    2.2.3.1. Instalacin................................................................. 21 2.2.3.2. Estructura vectorial ................................................... 21 2.2.3.3. Mundanidad .............................................................. 22 2.2.3.4. Corporeidad .............................................................. 23 2.2.3.5. Sensibilidad .............................................................. 24 2.2.3.6. Condicin sexuada. .................................................. 26 2.2.3.7. Condicin amorosa ................................................... 27 2.2.3.8. Temple ...................................................................... 29 2.2.3.9. Edades ..................................................................... 30 2.2.3.10. Deseo: necesidad y azar ......................................... 30 2.2.3.11. Teora intrnseca ..................................................... 31 2.2.3.12. Felicidad ................................................................. 32 2.2.3.13. Mortalidad ............................................................... 33

    3. Parte II Las concepciones acerca de la posmodernidad de Gianni Vattimo y Gilles Lipovetsky .......................................... 34

    3.1. La interpretacin de Gianni Vattimo acerca de la posmodernidad ....................................................................... 36

    3.1.1. Datos biogrficos ............................................................ 37 3.1.2. Su concepcin acerca de la posmodernidad ................. 38

    3.1.2.1. La modernidad .......................................................... 38 3.1.2.2. La posmodernidad ................................................... 39

    3.1.3. La posmodernidad entendida como Pensamiento Dbil.. ................................................................................. 41

    3.1.3.1. El Nihilismo como destino ......................................... 41 3.1.3.2. Fundamentacin - Desfundamentacin ..................... 43

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    3.1.3.3. Pensamiento dbil .................................................... 45 3.1.4. Las categoras de Julin Maras vista desde la concepcin

    de la posmodernidad de Gianni Vattimo. .............................. 46 3.1.4.1. Instalacin................................................................. 49 3.1.4.2. Estructura vectorial ................................................... 50 3.1.4.3. Mundanidad .............................................................. 51 3.1.4.4. Temple ...................................................................... 52 3.1.4.5. Deseo: necesidad y azar ........................................... 52 3.1.4.6. Teora intrnseca ....................................................... 53 3.1.4.7. Mortalidad ................................................................. 54

    3.2. La interpretacin de Gilles Lipovetsky acerca de la posmodernidad ....................................................................... 56

    3.2.1. Datos biogrficos ............................................................ 57 3.2.2. Su concepcin acerca de la posmodernidad ................. 57

    3.2.2.1. La modernidad .......................................................... 57 3.2.2.2. La posmodernidad ................................................... 58

    3.2.3. La posmodernidad entendida como proceso de personalizacin ...................................................................... 59

    3.2.4. Las categoras de Julin Maras vista desde la concepcin de posmodernidad de Gilles Lipovetsky. ............................... 61

    3.2.4.1. Mundanidad .............................................................. 63 3.2.4.2. Corporeidad .............................................................. 64 3.2.4.3. Sensibilidad .............................................................. 65 3.2.4.4. Condicin sexuada ................................................... 66 3.2.4.5. Condicin amorosa ................................................... 67 3.2.4.6. Temple ...................................................................... 68 3.2.4.7. Edades ..................................................................... 69 3.2.4.8. Deseo: necesidad y azar ........................................... 69 3.2.4.9. Teora intrnseca ....................................................... 70 3.2.4.10. Felicidad ................................................................. 71 3.2.4.11. Mortalidad ............................................................... 72

    3.3. Comparacin entre las concepciones de posmodernidad. ...... 73 4. Parte III Conclusin. ............................................................... 75 5. Bibliografa. ............................................................................... 85

    5.1. Bibliografa principal ................................................................. 85

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    5.2. Bibliografa secundaria ............................................................. 85

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    1. INTRODUCCIN

    El trabajo final que se presenta es un proceso de investigacin que fue madurando con el paso del tiempo. Sin embargo, desde el primer momento tuvo como objetivo analizar las categoras empricas de Julin Maras. Pero para realizarlo era necesario compararlas con un contexto histrico, dentro de una poca. Si las categoras empricas permiten entender al hombre en su cotidianeidad, comparndolas a estas, con una interpretacin de la actualidad, nos permite ver su posibilidad de comprensin del hombre.

    Es as como, en un segundo momento, surge la posmodernidad. Esta es tomada como una interpretacin del horizonte en el que el hombre actualmente tiene que desarrollar su vida.

    Dentro de los diferentes autores que desarrollan la posmodernidad vi necesario encontrar anlisis, que por una parte fundamenten filosficamente este momento como as tambin lleguen con su estudio a la cotidianeidad. Es decir, que presenten un horizonte que permita el anlisis de las categoras empricas de Julin Maras. En este sentido las concepciones de Gianni Vattimo y Gilles Lipovetsky permiten este anlisis. Ellos presentan una mirada de la contemporaneidad muy parecida entre s, pero desde perspectivas distintas, elemento que enriqueci la investigacin.

    Por lo tanto, la investigacin toma la teora emprica de Julin Maras, que est formulada en categoras1, y las compara con un horizonte de cotidianeidad interpretada por las concepciones de posmodernidad de Gianni Vattimo y de Gilles Lipovetsky.

    La eleccin de Julin Maras para esta investigacin tiene varias razones personales y tericas. En funcin de esta ltima, se eligi su

    1 Al hablar de categoras se entiende atributos, condiciones, requisitos, exigencias

    necesarias para realizar la vida humana. Y en este sentido para Julin Maras, no necesitan ser probadas ya que parten de la misma vida; son evidencias de la vida humana.

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    teora porque, influenciado por su maestro Miguel de Unamuno, busca entender al hombre desde su cotidianeidad. O en palabras de l, biogrficamente, que permita narrar el drama de esa vida humana. Esta preocupacin es la caracterstica principal en su filosofa. Segn l, las antropologas actuales se olvidan del hombre concreto y describen un concepto universal, por lo que no le permiten entender a este hombre.

    Con esta preocupacin y desde la influencia filosfica de Jos Ortega y Gasset, construye su teora emprica de la vida humana. Ella surge de analizar aquellas categoras necesarias con las que el hombre tiene que hacer su vida pero a un nivel cotidiano, emprico o biogrfico. Por lo tanto, no son a-priori sino que los encuentra despus de un anlisis emprico/concreto de la vida.

    Este lugar de estudio que plantea Julin Maras con su teora emprica, permiti vincularla con las concepciones de posmodernidad. Al definir sus categoras antropolgicas desde la cotidianeidad, stas tambin son elementos de anlisis de la posmodernidad de Vattimo y Lipovetsky.

    En este sentido fue necesario identificar y definir las categoras de la teora emprica de Julin Maras. Estas estn desarrolladas en su libro Antropolgica Metafsica. Este libro es considerado por el autor como el que le permiti alcanzar su nivel filosfico. Segn l, lo que escribi previo a este libro y los siguientes solo se entienden a partir de Antropolgica Metafsica (Maras, Julin, 1998: 15).

    Despus de identificar y definir las categoras empricas de la antropologa de Julin Maras, en la segunda parte, se desarrolla las concepciones de posmodernidad de Gianni Vattimo y Gilles Lipovetsky.

    El aporte de estos autores al trabajo final, que estamos presentando, es que explican la posmodernidad desde el sujeto. ste entendido como partcipe activo de la historia, como responsable de lo que hoy se vive. Condicin necesaria para poder realizar el anlisis.

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    Primeramente se presenta el anlisis de la posmodernidad de Gianni Vattimo, el cual la define como el pensamiento dbil. Llega a esta conclusin desarrollando el nihilismo de Nietzsche y desde su la lectura nihilista de Heidegger.

    La contemporaneidad es la poca del fin de la metafsica, en donde el ser no se nos da fuerte, como presencia sino como acontecimiento, como monumento. Monumento que est marcado por la muerte. Por lo tanto, ya no se puede entender la realidad como nica sino al contrario esta pluralizada, es decir, dbil. La aceptacin de esta condicin es nica chance del hombre posmoderno.

    Y en un segundo momento, se analiza la concepcin de posmodernidad de Gilles Lipovetsky. Este autor la define como un proceso de personalizacin; proceso que es la continuacin de la modernidad en donde el individuo busca liberarse del pasado; pero al mismo tiempo manifiesta una ruptura. El individualismo es llevado al extremo, en donde solo queda l como nico operador de su vida. Surge Narciso2, como prototipo de interpretacin del hombre actual.

    Como se puede ver se centran en puntos distintos del anlisis de la posmodernidad. Gianni Vattimo realiza su anlisis desde la imposibilidad de encontrar un fundamento que de razn a la realidad (fin de la metafsica). Por su parte, Gilles Lipovetsky se centra en las vicisitudes con que el hombre de hoy tiene que hacer su vida.

    Pero ms all de estas diferencias ambos estudios se complementan. El anlisis nihilista de la posmodernidad se concretiza en lo que el hombre encuentra todos los das. Es decir, que la ausencia de un fundamento nico como modo de entender la realidad, permite pensar la historia como mltiple y autoriza al hombre a elegir todos los modos de vida (operador). Por lo tanto, el proceso de personalizacin

    2 Narciso, es el personaje del mito que lleva su propio nombre. Dentro de la mitologa

    tiene varias versiones, pero se trata siempre de un joven que se enamora de s mismo por su belleza superlativa. Y al mismo tiempo se manifiesta indiferente al amor que despierta en los dems.

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    y del pensamiento dbil, tienen su similitud en la interpretacin de la posmodernidad.

    A partir de la interpretacin de la posmodernidad realizada por estos dos autores, se busc identificar dentro de las concepciones las categoras empricas. En algunos casos utilizan las mismas palabras, en otros casos fue necesario tomar la definicin para encontrar alguna categora anloga.

    A partir de estos desarrollos previos se analiz si un sujeto entendido desde las categoras empricas es posible en la concepcin de posmodernidad de Gilles Lipovetsky y Gianni Vattimo.

    Considero que este desarrollo es el aporte de la investigacin. Ya que no se encontraron estudios similares que comparen la teora emprica de la vida humana con un horizonte efectivo de cotidianeidad y menos aun con la concepcin de posmodernidad.

    Julin Maras en 1946, cuando escribe Introduccin a la Filosofa realiza un anlisis de la situacin actual en la primera parte del libro (segn l, es un trabajo previo para cualquier introduccin a la filosofa). Ya en la segunda parte, desarrolla lo que propiamente considera una introduccin a la filosofa. Sin embargo, no hay una unin entre las dos partes. En la primera enuncia un contenido que en la segundo no es tomado. Inclusive, en su desarrollo posterior, en su libro Antropologa Metafsica tampoco retoma esas ideas.

    Tambin en nuestra investigacin bibliogrfica, se encontr una entrevista que le realizaron en 19963. En una de las preguntas le consultan por la posmodernidad, a la que responde que es un anlisis catico y que no la entiende.

    En este sentido creo que esta ausencia debera ser analizada. Una antropologa que busque llegar a entender al hombre desde lo concreto, biogrfico, no puede hacerlo sin una referencia a un contexto histrico social en donde se desarrolla.

    3 Jean Lauand, Entrevista Julin Maras: Perspectivas da Filosofa, hoje, Madrid, 8-4-

    98.

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    2. PARTE I JULIN MARAS: SU TEORA EMPRICA DE LA VIDA HUMANA

    El objetivo de esta primera parte es presentar la teora emprica de Julin Maras e identificar y definir las categoras que componen la misma.

    Como se desarrollar ms adelante la antropologa de Julin Maras tiene una preocupacin especial: entender al hombre desde un horizonte efectivo, concreto. Y, por lo tanto, que permita tender la vida humana desde lo cotidiano o en palabras de l de manera biogrfica.

    Esta preocupacin tuvo su evolucin. Estudios como los realizados por Pilar Roldan Sarmiento4, ponen en evidencia los tres momentos de esta evolucin. En el primer momento, desarrolla las categoras de la teora emprica de lo social (generacin, creencias, vigencias, pocas histricas, situacin histrica, historicidad, masas/minoras, clases sociales). En un segundo momento desarrolla las categoras empricas antropolgicas (son las que se especificarn en los apartados posteriores). Y en un tercer momento, las categoras empricas de la vida personal (mismidad, autenticidad, proyectividad, libertad, responsabilidad, justificacin, ilusin y felicidad). Estos tres momentos en su desarrollo se van implicando mutuamente.

    La presente investigacin se centra en el segundo perodo, el de las categoras empricas antropolgicas. Las mismas fueron desarrolladas en su libro Antropologa Metafsica.

    La eleccin de este momento para la investigacin se debe a dos motivos fundamentalmente. El primero es porque en estas categoras Julin Maras, reconoce haber llegado a su mximo nivel filosfico. Lo que l desarrolla posteriormente lo hace desde estas ideas (Maras, Julin, 1998: 15).

    4 Hombre y Humanismo en Julin Maras, Tesis Doctoral, Facultad de Filosofa,

    Universidad Complutense de Madrid.

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    Y el segundo, por una razn metodolgica: son las categoras que buscan describir los requisitos, condiciones en que se da la cotidianeidad de la vida del hombre. En cambio las categoras personales, son requisitos condiciones de un proyecto personal, prximo a lo tico.

    Como se mencion anteriormente, Julin Maras, fue discpulo de Ortega y Gasset. En este sentido su teora emprica se origina en la teora analtica de su maestro. Esta ltima, es el anlisis de la vida humana, entendida como realidad radical. Sin embargo, las categoras analticas no le permitieron entender al hombre concreto, real, que es su preocupacin filosfica. Esto lo lleva a formular su propia teora.

    2.1. DATOS BIOGRFICOS Julin Maras naci en Valladolid el 17 de junio de 1914. En

    1919 se traslada con su familia a Madrid y estudia en el Colegio Hispano. Obtiene el ttulo de Bachiller, en Ciencias y en Letras, en 1931 en el Instituto Cardenal Cisneros.

    Curs entre los aos 1931 a 1936 (periodo de la Repblica) la licenciatura en Filosofa en la Universidad de Madrid. Fue discpulo de Jos Ortega y Gasset, Xavier Zubiri, Jos Gaos, Manuel Garca Morente, perteneciendo a lo que se denomino Escuela de Madrid. Esta escuela es de gran importancia para el desarrollo de la filosofa de Espaa. En ella se agruparon pensadores, que sin pertenecer a un movimiento o a un lugar especifico, tenan una misma preocupacin:

    Lo importante es haber participado en el movimiento de renovacin filosfico impulsado por Ortega y Gasset y haber mantenido, con ste, la necesidad de que el pensamiento filosfico producido por Espaa est, segn su conocida expresin a la altura de los tiempos (Ferrater Mora, Jos, 1965:Escuela de Madrid)

    Entre sus compaeros de estudios se encontraba Dolores Franco, con quien se casa en 1941.

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    Con apenas 26 aos y recientemente licenciado escribe Historia de la Filosofa, que ms tarde public.

    Su primera publicacin de cierta entidad es su participacin en el libro Juventud en el mundo antiguo, editado en 1934 (recoga textos de Maras, Carlos Alonso del Real y Manuel Granell). El libro es la narracin del crucero universitario que realizaron en 1933 los estudiantes por el mar Mediterrneo.

    Cuando empieza la Guerra Civil Espaola Julin Maras se alista en las filas republicanas. Pero debido a su miopa no marcha al frente, quedando en el servicio de traduccin, dado sus conocimientos de francs, alemn e ingls, entre otros. Durante la guerra participa en revistas como Hora de Espaa.

    Finalizada la guerra Julin Maras fue denunciado al rgimen, por lo que tuvo que pasar unos meses en la crcel. Por muy poco no fue fusilado. Con la colaboracin de unos amigos, entre los que se encontraban familiares de Ortega y Gasset, sali en libertad. Sin embargo, se encontr con el veto y la hostilidad de un rgimen que le cerr todas las puertas: no pudo obtener el doctorado hasta 1951, pues su tesis sobre el padre Gratry, presentada en 1942; no pudo acceder a la docencia universitaria. No pudo publicar en prensa hasta entrados los aos cincuenta. En ese ambiente se gan la vida traduciendo libros (de Hazard, Leibniz, Sneca, Dilthey, Bhler, etc.), dando clases en una academia (Aula Nueva) creada con un grupo de amigos, y luego, mediante conferencias y charlas, en Espaa y fuera de ella.

    En 1941 se casa con Dolores Franco Manera (1912-1977), profesora y escritora, con quien tuvo cinco hijos: Julin (1945-1949); Miguel (1947), economista y crtico de cine; Fernando (1949), cuya pasin por el arte lo llevara a ocupar una ctedra universitaria en Historia del Arte; Javier (1951), renombrado escritor; y lvaro (1953), msico. En ese mismo ao publica su primer libro, la Historia de la Filosofa (prologado por Zubiri, y en ediciones posteriores con eplogo pstumo de Ortega). A este libro seguirn ms de setenta.

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    En 1948, junto con Ortega y Gasset, funda el Instituto de Humanidades de Madrid, de corta pero fecunda vida. Bastante tiempo despus, crea el Seminario de Humanidades.

    Desde 1964 fue miembro de la Real Academia Espaola de la Lengua, ocupando el silln S. Tambin fue senador por designacin real entre 1977 y 1979. En 1982 pas a formar parte del Consejo Internacional Pontificio para la Cultura, creado por Juan Pablo II. En 1996 recibi el Premio Prncipe de Asturias de Comunicacin y Humanidades, junto al periodista e historiador italiano Indro Montanelli, y en 2002 el XVI Premio Internacional Menndez Pelayo.

    Falleci en Madrid el 15 de diciembre de 2005, a la edad de 91 aos.

    2.2. SU CONCEPCIN DE HOMBRE Para Julin Maras el tema central de la filosofa es la vida

    humana. Y segn l, tard la historia de la filosofa en reconocerla como tal. Ella estuvo distrada con el tema del hombre, buscando encontrar la diferencia con las cosas, los animales, los ngeles sin centrarse en la vida. A esta situacin la considera como el abismo ontolgico de la historia de la filosofa (Maras, Julin, 1981: 177ss).

    Frente a esta ausencia Julin Maras encuentra la respuesta en su maestro Ortega y Gasset, quien entiende la vida humana como realidad radicada.

    2.2.1. Vida humana - Metafsica

    Ortega y Gasset considera que lo primero con que uno se encuentra es la vida de uno. Desde ah se hacen presentes todas las realidades. En este sentido considera la vida humana como realidad radical, es donde se hacen presentes todas las otras realidades. Por este motivo, el estudio de la realidad radical es considerado como metafsica.

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    El anlisis de mi vida es la metafsica en cuanto ha de aparecer en l lo que podramos llamar el lugar o modo de radicacin de toda realidad en cuanto tal (Maras, Julin, 1998: 55)

    A partir de este concepto de realidad radical, es desde donde construye, por medio de categoras, la teora analtica de la vida humana. En este sentido esta realidad, segn Julin Maras, no es una teora o un desarrollo filosfico sino que a modo cartesiano es una primera verdad.

    Hay que proceder al revs: la nica vida que me es directamente accesible, que me es inmediatamente patente, es la ma; partiendo de ella, quitando y poniendo, podr quizs llegar a entender de alguna manera qu quiere decir vida cuando hablamos de la vegetal, la animal, la anglica o la divina (...) El sentido primario de la vida no es biolgico sino biogrfico (...) Se trata de una vida biogrfica, es decir, de una realidad que incluye entre sus caracteres el ser biogrfica, esto es, acontecer de tal forma que se pueda contar o narrar (Maras, Julin, 1998: 54).

    Por lo tanto, lo primero que se encuentra es la vida humana. Pero se la encuentra en un aqu y ahora, es decir, en una circunstancia; se encuentra que la vida es dada pero no hecha, por lo que hay que hacerla; se encuentra que para hacerla hay que vivir con las cosas; se encuentra que para hacer algo con las cosas hay que proyectar al futuro; se encuentra que las cosas abren y cierran posibilidades (Maras, Julin, 1981: 181ss). Es decir, desde el anlisis de mi propia vida llego a las categoras que componen la teora analtica del vida humana. Teora que se sintetiza en la famosa frase de Ortega y Gasset, yo soy yo y mi circunstancia.

    La vida humana tiene una estructura que descubro por el anlisis de m vida. El resultado del anlisis es una teora que por eso llamamos analticay su contenido son los requisitos, las condiciones sin las cuales no es posible mi vida y, por tanto, han de encontrarse en cada una. Es una estructura necesaria y por tanto universal, es a priori respecto de cada vida, pero derivada del anlisis de la realidad Esa estructura necesaria que la teora analtica descubre, podra por eso llamarse estructura analtica de la vida humana. Su mxima condensacin sera la tesis de Ortega en 1914: yo soy yo y mi circunstancias el yo como quin, proyecto, pretensin, o

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    programa vital; la circunstancia como repertorio de facilidades o dificultades que se convierten en posibilidades (o imposibilidades) al proyectar sobre ellas mis proyectos la necesidad de hacer algo con las cosas para vivir, de decidir o elegir (pre-ferir), lo cual es posible mediante la justificacin en virtud de un por qu y un para qu lo cual quiere dar razn razn vital - por tanto, su sensibilidad; su mundanidad; su temporalidad; su carcter de futuricin o anticipacin imaginativa del futuro; su condicionamiento por un sistema de interpretaciones bsicas recibidas o creencias; su socialidad; el carcter intrnsecamente histrico de esa socialidad Estas estructuras analticas permiten aprehender la realidad singular de cada vida son lugares vacios, como una formula algebraica que est destinada a llenarse la teora analtica no es todava conocimiento real pero la realidad concreta solo es aprehensible mediante esa teora Pude pasarse directamente de la estructura analtica a la realidad singular, circunstancial y concreta? (Maras, Julin, 1998: 71s)

    Si bien a Julin Maras la teora analtica le permite reencontrarse con el tema de la filosofa, al mismo tiempo parecera que no le resuelve su preocupacin de entender al hombre singular y concreto.

    2.2.2. El hombre - Antropologa

    Julin Maras, movindose dentro de teora analtica busca hacer inteligible al hombre concreto. Es as que desde el anlisis de la vida humana estudia al hombre, buscando en l ciertos requisitos sin los cuales no puede hacer su vida cotidiana.

    De este modo, Julin Maras, fundado y guiado por la teora analtica de la vida humana (metafsica), busca realizar una antropologa emprica. Es decir, encontrar categoras que permita hacer inteligible una biografa concreta, que permitan construir al hombre. Por lo tanto, la vida humana adems de tener una teora analtica que la haga inteligible, tiene tambin categoras empricas que permiten entender al hombre.

    Esto es lo que se ha escapado a la doctrina de la vida humana; esta es la zona de realidad que llamo estructura emprica; a ella pertenecen todas esas determinaciones que, sin ser

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    ingredientes de la teora analtica, no son sucesos o contenidos azarosos, causales, fcticos de la vida de Cervantes, sino elementos empricos pero estructurales, previos por tanto a cada biografa concreta y con los cuales contamos, que funcionan como supuestos de ella (Maras, Julin, 1998: 74).

    Por lo tanto, los elementos que van a formar parte de su teora tienen que cumplir estas caractersticas:

    No ser elementos de la teora analtica Empricos (se diferencia de los lugares vacios de la teora

    analtica) Pertenecer a la estructura de la vida del hombre Ser supuestos de una biografa

    Este conjunto de categoras es lo que le va a permitir entender al hombre. A quien lo define como:

    el conjunto de las estructuras empricas con que se nos presenta la vida humana es la forma concreta de la circunstancialidad (Maras, Julin, 1998: 77-78).

    A modo de resumen presentamos el siguiente cuadro comparativo entre la teora analtica de la vida humana con la teora emprica del hombre.

    Teora Analtica Teora Emprica Metafsica Antropologa

    Vida humana Instalacin Circunstancia Vectorial

    Antes de continuar con la presentacin de las categoras empricas cabe remarcar que la preocupacin de Julin Maras por alcanzar al hombre concreto es lo que nos permite metodolgicamente contextualizarlo en una concepcin de posmodernidad. Como se ver ms adelante las categoras de corporeidad, sensibilidad, sexualidad, enamoramiento, que pertenecen a la teora emprica, estn presentes en estudios que analizan el contexto histrico y social de la posmodernidad.

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    2.2.3. Categoras de la teora emprica

    Las categoras empricas son los elementos que le permiten a Julin Maras entender al hombre concreto y, por lo tanto, componen la antropologa. Esta teora es presentada en su libro Antropologa Metafsica.

    Asimismo en la lectura de otros textos del autor se pueden encontrar otras categoras antropolgicas que no se mencionan a continuacin. Estas son consideradas por los investigadores de Julin Maras como subcategorias. Y esto porque se vinculan a las categoras bsicas que son las mencionadas en su libro principal.

    La investigacin que aqu se propone tiene por objetivo identificar las principales categoras de su antropologa. Y a partir de ellas detectarlas en las concepciones de posmodernidad para, posteriormente, realizar un anlisis comparativo.

    Las categoras con las que vamos a trabajar en la investigacin son las siguientes:

    Instalacin Estructura vectorial Mundanidad Corporeidad Sensibilidad Condicin sexuada Condicin amorosa Temple Edad Deseo: necesidad y azar Teora intrnseca Felicidad Mortalidad

    A continuacin se desarrollan las mismas.

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    2.2.3.1. Instalacin

    La categora de instalacin, no solo es la primera en su anlisis sino tambin se presenta como fundamental. Es la categora que le va a permitir desarrollar a Julin Maras su antropologa. Si en la teora analtica se construa a partir del anlisis de la vida humana, en la teora emprica se construye desde el anlisis de la instalacin.

    Para llegar a la categora de instalacin realiza la comparacin de dos verbos, ser y estar. De los cuales destaca lo siguiente:

    El verbo ser estorba un poco para entender la vida humanaes a lo sumo, un verbo secundario, apto para comprender ciertas determinaciones derivadas y consecutivas de la realidad primaria que es vivir (Maras, Julin, 1998: 79).

    En este sentido para Julin Maras, el verbo ser presenta estados, realidades que pueden o no ser realidad. No piensa lo mismo del verbo estar. Este le permite comprender la vida humana en su doble dimensin de: inclusin en el mundo y en la dinmica propia del vivir.

    Cuando nos interesa la estructura biogrfica del estar, es decir, cuando consideramos el estar de manera a la vez biogrfica y estructural, llegamos a un concepto imprescindible en una teora del hombre como estructura emprica de la vida, en una antropologa en el sentido riguroso de la palabra: el de instalacin (Maras, Julin, 1998: 80).

    A esta realidad que la alcanza a travs del verbo estar y que es el elemento de su antropologa la define como la forma emprica de radicacin en la vida humana como realidad radical (Maras, Julin, 1998: 85).

    2.2.3.2. Estructura vectorial

    El hombre est instalado en el mundo y como tal tiene que hacer algo con las cosas; est orientado a las cosas. Esta orientacin de la instalacin en el mundo se llama estructura vectorial (Maras, Julin, 1998: 87).

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    Como toda estructura vectorial, est compuesta por dos vectores que se llaman: importancia y significado. La manera grafica que permite entender esta categora es con la flecha o el cohete, en donde la trayectoria que construyen en sus vuelos para llegar a un objetivo o blanco es la estructura vectorial.

    El hombre necesita muchas cosa para vivir, y est referido a ellas mediante un sistema de proyectos, tensiones, recuerdos, anticipaciones, privaciones, que tienen intensidad y orientacin, es decir, un carcter vectorial. Dentro de cada vida, las cosas se ordenan en una perspectiva rigurosa y cambiante, asumen diversas funcin o papeles, se ordenan en una jerarqua precisa, cuyo principio es interno a esa vida y no coinciden con la que supondra una consideracin exterior. Esos dos conceptos de intensidad y orientacin, propios del vector, se convierten en importancia y significacin o, si se quiere sentido (Maras, Julin, 1998: 88-89).

    Antes de continuar con el anlisis de las otras categoras de la estructura emprica del hombre es significativo marcar la importancia de estas dos primeras. Tanto la instalacin y como la estructura vectorial se relacionan recprocamente. No puedo proyectarme sin estar, y, si se est, el modo de serlo es vectorialmente. A partir de esta situacin se desarrollan los otros elementos de la teora emprica. Por lo tanto, estas dos categoras, son las que definen la antropologa de Julin Maras.

    2.2.3.3. Mundanidad

    La siguiente categora detectada es la de mundanidad. Si el hombre est instalado, lo est en el mundo. Sin embargo, esta categora tiene otra con la cual est coimplicada y es la corporeidad. Ya que si est en el mundo, slo es posible desde la corporeidad. Esta ltima la desarrollaremos ms adelante.

    La mundanidad es el mbito en donde estn las cosas desde una perspectiva determinada.

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    No es un conjunto, sino ms bien un repertorio que nunca est dado, que nunca se reduce al dato... el mundo aparece como abierto e inagotable, opaco y nunca enteramente manifiesto integrado por la latencia en todas sus formas y principalmente la del futuro- si es un repertorio lo es ante todo de posibilidades (Maras, Julin, 1998: 96).

    Por lo tanto, la mundanidad, desde una perspectiva determinada, se manifiesta como repertorio de posibilidades. Es decir, las cosas que encuentra el hombre tienen su contenido, su argumento o en trminos de Julin Maras su sesgo.

    El sesgo es el modo de ser de las cosas cuando son realidades vividas desde una estructura vectorial (Maras, Julin, 1998: 91).

    En funcin de esto, para Julin Maras, la mundanidad no es algo esttico.

    Estar en el mundo quiere decir estar haciendo el mundo, estar modificado; el hombre no es ciertamente creador y, por eso se encuentra en el mundo; pero es demiurgo: hace el mundo, su mundo con aquellos que le es dado, pero solo es hasta entonces circunstancia (Maras, Julin, 1998: 98).

    2.2.3.4. Corporeidad

    Esta categora emprica del hombre est en estrecha relacin con la anterior de mundanidad. La manera concreta de estar en el mundo es por la corporeidad.

    Ahora bien, el hombre se encuentra con su cuerpo instalado en su mundo, sin embargo, ese cuerpo no lo eligi; es una parte del mundo con la que se encuentra ya dada.

    Julin Maras, analiza el cuerpo y detecta ciertas caractersticas: Se puede sentir cmodo o incmodo. Un cuerpo joven puede ser cmodo y no pasa lo mismo con un cuerpo viejo. Lo mismo con situaciones propias de enfermedad o malestares somticos. El cuerpo puede estar en reposo. Es decir, retrado de la instalacin mundana.

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    El cuerpo puede estar soando. Esta es la desconexin de la instalacin, incluso la somtica. El hombre dormido no est en ninguna parte. Su estudio descriptivo contina, sin embargo, para nuestra

    investigacin vamos a tomar el anlisis biogrfico del cuerpo. La instalacin corprea es donde y desde donde se realizan

    todos los proyectos del hombre (Maras, Julin, 1998: 114). Por lo tanto, el cuerpo tiene un carcter proyectivo. Esto lo justifica con las siguientes razones:

    1. El cuerpo es un proyecto biolgico, que va de su nacimiento a la muerte (Maras, Julin, 1998: 117).

    2. La estructura somtica del cuerpo manifiesta su estado de proyeccin. Est parado orientado hacia adelante, marcha al frente. Todas caractersticas somticas que manifiesta su estado de proyeccin. (Maras, Julin, 1998: 117).

    3. Tiene una magnitud operativa. Es decir, la condicin corprea del hombre condiciona el mundo y establece una escala humana. Lo alto y bajo, es en funcin de la estructura corporal. En este sentido desde las limitaciones y posibilidades se proyecta al mundo (Maras, Julin, 1998: 118s).

    Entonces la corporeidad es un elemento con que el hombre se encuentra ya dado y con el cual proyectivamente est lanzando a realizar su vida.

    2.2.3.5. Sensibilidad

    La prxima categora emprica que vamos analizar es la sensibilidad.

    El hombre est en el mundo y como se vio anteriormente est corporalmente. No obstante, no est solo con su cuerpo sino que por medio de l est en contacto con las cosas. Ahora bien, para

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    contactarse necesita, segn Julin Maras, de la sensibilidad. Entonces, esta categora, es definida como el modo de estar en y con las cosas.

    Consecuentemente la sensibilidad manifiesta una posibilidad al hombre que es la de transitar por el mundo.

    No solo es la transparencia del cuerpo a travs del cual, mediante la sensibilidad llego al mundo, ste me es presente; es tambin la trasparencia del mismo mundo, su aptitud para dejarse penetrar por mis proyectos, como si sus flechas fuesen rayos luminosos. El mundo es transitable gracias a la sensibilidad; tiene una profundidad en la cual se puede entrar; es capaz de caminos que dentro de l se pueden abrir y seguir; el argumento en que consiste la vida humana y que se desenvuelve creadoramente en el mundo acontece en forma sensorial, poniendo en juego, en diversas direcciones, a distinta presin, con mayor o menor resistencia, con placer, indiferencia, dolor, la sensibilidad (Maras, Julin, 1998:103)

    Este vnculo con el mundo no es pasivo sino que se relacionan mutuante. Del mismo modo que el mundo se deja transitar por la sensibilidad, sta va estructurando el mundo. Y lo hace por medio de los sentidos. A esto lo llama Julin Maras la estructura sensorial del mundo.

    La estructura sensorial est configurada por el tacto, la vista y el odo. Estos tres sentidos son los que configuran primariamente la mundanidad desde tres dimensiones: la realidad, la mundanidad y la significacin respectivamente.

    El tacto es lo que permite distinguir entre apariencia y realidad: lo que es real es lo que puedo tocar. Tiene un significado de posesin.

    La vista, la relaciona con la mundanidad. Ella permite patentizar los aspectos de las cosas, que para otros sentidos pueden estar ausentes. Pero al realizarlo lo hace en un contexto, organizando y articulando los ingredientes en una perspectiva.

    El odo es el sentido ambiental, envuelve al hombre. Por medio de l el hombre convive con los otros, es el modo de acceder a la interpretacin de la realidad, al lenguaje y por lo tanto, a convivir.

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    Sentido Dimensin Significado

    Tacto Realidad revela la efectividad de las cosas

    Vista Mundanidad patentiza las cosas articulndolas en un contexto de perspectiva

    Odo Significacin accede a la interpretacin de la realidad

    2.2.3.6. Condicin sexuada.

    La condicin sexuada es una de las categoras novedosas dentro del anlisis antropolgico de Julin Maras. En su anlisis, la diferencia de la actividad sexual. Esta ltima hace referencia a una parte limitada de la vida del hombre (Maras, Julin, 1998: 120s).

    Despus de marcar esta diferencia, realiza el anlisis de la condicin sexuada. El hombre se da de dos maneras: como varn o como mujer. Esta condicin no solo es una diferencia dentro de la especies sino que para Julin Maras, va mas all, son dos maneras distintas de estar instalado, de estructurar vectorialmente la vida.

    Varn y mujer son dos estructuras recprocas; por ser instalaciones, tienen carcter vectorial, -con intensidad y orientacin, factores esenciales de la sexualidad biogrfica-: la estructura que llamamos hombre como varn no se agota en ser positiva y exclusivamente algo, sino estarlo siendo frente a la feminidad; y a la inversa, ni ms ni menos. Son, pues, estructuras mutuas, asociaciones inextricables de la instalacin y lo vectorial, porque en este caso la instalacin en el sexo consiste en estar proyectndose hacia el otro. Ser varn no quiere decir otra cosa que estar referido a la mujer, y ser mujer estar referida al varn. Lo que sugieren las determinaciones somticas est realmente proyectado a la totalidad de la vida, es la manera concreta en que acontece la estructura corprea de la vida (Maras, Julin, 1998: 125s)

    Lo propio de la categora es: se manifiesta de manera disyuntiva: varn o mujer determina el modo de instalacin (intensidad y

    orientacin), y

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    existe entre ellos una relacin de polaridad: se complican mutuamente en una convivencia dinmica.

    En cuanto a la diferencias de los sexos, para Julin Maras, lo propio no es la igualdad sino mas bien el equilibrio en donde ambos sexos estn recprocamente aconteciendo.

    La mujer se apoya en el hombre y a la vez lo envuelve; el hombre la sostiene y se deja abrigar. El hombre es invasor, insistente, y la mujer es hospitalaria. El hombre est presente, asomado a sus ojos, llamando, ejerciendo presin; el rostro masculino muestra, en sus lneas estructurales, la tensin del esfuerzo; el varn est siempre haciendo algo, por lo menos pensar. Las lneas suaves del rostro femenino dibuja una clausura: la mujer est siempre un poco detrs de su cara; es lo que ms propiamente llamamos una cara bonita: no la que nos complace por sus formas y podemos ntegramente ver, sino la que necesitamos seguir mirando, interminablemente. La belleza especfica del rostro femenino es la que se dilata y distiende, elstica, hacia el futuro; sentimos que necesitamos estar mirando esa cara toda la vida, que nuestro yo es ahora el que tiene que penetrar en ella, indefinidamente (Maras, Julin, 1998: 146).

    2.2.3.7. Condicin amorosa

    La siguiente categora emprica es la condicin amorosa. Est ntimamente ligada a la condicin sexuada, es la que le da sentido.

    Casi todas las dimensiones de la teora de la vida humana que estoy formulando convergen en una que, por eso mismo, resulta capital: condicin amorosa (Maras, Julin, 1998: 156)

    Como se vino analizando, el hombre est orientado vectorialmente al mundo. En el encuentra cosas y personas. Cuando la orientacin se refiere a la persona es el lugar en donde la condicin amorosa puede surgir.

    A diferencia de las cosas que estn marcadas por su carcter histrico social (esta ah dado), la necesidad de un alguien est marcada por su realidad dramtica (puede estar dndose).

    Sin embargo puede que la necesidad de alguien lo es, por lo que lleva de cosa (cuerpo, esfuerzo fsico, etc.). Esa persona ocupa un

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    lugar importante en mi circunstancia, sin embargo, no es enamoramiento (Maras, Julin, 1998: 162).

    La condicin amorosa consiste en que toda la vida se vea afectada por esa condicin. No solo en el sentido que el hombre se descubre envuelto en esa persona sino tambin porque su proyecto de vida se realiza, con y hacia esa persona.

    El enamoramiento consiste en el cambio de mi realidad lo que podramos llamar una variacin ontolgica transformacin real de la persona (Maras, Julin, 1998: 165)

    Esta transformacin se da porque el quehacer del hombre es inseparable de la otra persona, su proyecto personal la incluye, le da el para qu (Maras, Julin, 1998: 166)

    El amor no es elegido por el hombre sino al contrario: aparece sorpresivamente en la vida del hombre, azarosamente. Esta situacin que se le presenta en la vida del hombre necesita de una aceptacin. En su aceptacin est o no la felicidad, es decir, la autenticidad de la vida.

    Al decir s a esa realidad y recibir su respuesta, siento que se supera su condicin azarosa, precisamente porque me es absolutamente necesaria, y esa necesidad bien de que en ese azar me elijo a m mismo y llego plenamente a ser. De ah la complacencia se sobreviene y es el halo sentimental de esa relacin metafsica que llamamos amor. En ese si incondicional, absoluto, libre e inexorable, efusivo y por ello posesivo, hecho de donacin, gozoso e indiferente a cualquier dolor secundario, todo afirmacin y complacencia, consiste la felicidad (Maras, Julin, 1998: 208)

    Esta funcin de verdad (autenticidad) que tiene la condicin amorosa es la que determina ciertas caractersticas del amor:

    tiene pretensin de eternidad; es presencia y figura a diferencia de la absorcin y fusin; es irrenunciable, su renuncia es abandonar la felicidad.

    A estas condiciones, Julin Maras le agrega, que dada la condicin sexuada del hombre, el enamoramiento, es tal, en cuanto

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    orientado al otro sexo (es disyuntivo). El varn solo es posible ser tal, en cuanto proyectado a la mujer.

    No quiero decir que cualquier amor sea una modificacin menos todava, una degeneracin del amor heterosexuado, sino que, en la efectiva realidad de la vida humana tal cual es dentro del mbito de la estructura emprica, todo amor radica en esa condicin sexuada que es la posibilidad del amor entre hombre y mujer En la vida humana tal como es, el amor acontece en el mbito definido por esa estructura y, por consiguiente, est referido en una forma o en otra a su posibilidad ms plena y rigurosa la condicin amorosa se deriva, pues de la estructura esencial de la vida humana y de su estructura emprica. (Maras, Julin, 1998: 161s).

    2.2.3.8. Temple

    La siguiente categora emprica analizada es el temple la cual la define como la modulacin de la instalacin (Maras, Julin, 1998: 172)

    En este sentido el autor afirma que todas las categoras que componen su antropologa van a converger y determinar el temple del hombre. Sin embargo, para poder entender lo que comprende el autor por esta categora, lo mejor es citar un ejemplo.

    La lengua. Mi decir mi hablar se concreta y particularizan en una lengua determinada, en la cual estoy instalado Ahora bien, cada uno de nosotros usa la lengua espaola a su manera; hay una manera personal de hablar el espaol pero en cada momento, por lo menos en cada rato, hablo de cierta manera, cambiante segn a quin hablo, acerca de qu, con qu propsito, con qu proximidad, con qu sentimientos concomitantes del decir. (Maras, Julin, 1998: 172).

    Todos estos elementos convergen y determinan el temple de la lengua del hombre.

    Sin embargo, el autor nos advierte de no caer en la psicologizacin ni en la sociologizacin de la categora temple. El lugar para su anlisis es la antropologa, ya que manifiesta las diversas concreciones de la instalacin con su pluralidad de posibilidades.

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    2.2.3.9. Edades

    La edad es otra categora emprica, que analizada biogrficamente afecta la vida del hombre por su finitud temporal; el hombre tiene los das contados.

    Para la estructura emprica el tiempo aparece articulado en momentos. Estos tienen una continuidad articulada, la cual, constituye y construyen la trayectoria biografa. Estos momentos estn marcados por la edad. El hombre va pasando de edad en edad, de nio a joven, de joven a adulto, de adulto a la vejez y de la vejez no se pasa.

    Estos momentos de la vida hay que entenderlos como posibilidades. A partir de las diferentes edades al hombre se le abren, cierran o imposibilitan ciertas opciones.

    Segn la edad, el hombre se siente en cada respecto en cada orientacin vectorial- en una situacin que podra expresarse as: todava no, ahora s, ya no. Pero estas expresiones no afectan nunca a la totalidad de la vida, sino a cada una de sus dimensiones, y el todava no respecto de algo coincide con el ahora s respecto de otra cosa, y as sucesivamente (Maras, Julin, 1998: 183s)

    2.2.3.10. Deseo: necesidad y azar

    La siguiente categora emprica detectada es el deseo. Est ligada a la categora estructura vectorial, en cuanto elemento movilizante de una vida autntica para el hombre.

    El deseo para movilizar al hombre a vivir se alimenta de la imaginacin. Esta ltima, acude a la memoria, en ella est depositada nuestra experiencia tanto individual como social y, por lo tanto, terminan condicionando las posibilidades de la eleccin (Maras, Julin, 1998: 192).

    A partir de este momento, es donde la libertad, guiada por el deseo, tiene su campo de accin. Sin embargo, hay hechos que atacan las elecciones proyectadas. A estas ocasiones Julin Maras las llama azarosas.

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    El azar se burla de toda planificacin, de todo intento de enjaular la vida. Cuando creo que ya s, el azar interviene y lo echa todo a rodar, porque respecto a l no s a qu atenerme y tengo que buscar y decidir. El azar da las ocasiones para el ejercicio de la libertad. Es la forma que reviste circunstancialmente el carcter emergente y fontanal de la libertad, lo que nos recuerda que la realidad no se puede domesticar (Maras, Julin, 1998: 193).

    Por lo tanto, para Julin Maras, la vida del hombre, en cuanto deseo, es una conjuncin entre necesidad y azar.

    Y quien gobierna esa pareja inseparable y enemiga azar-necesidad que habita en la imaginacin es la libertad. El destino tiene que ser adoptado, aceptado, apropiado, hecho mo; no es objeto de eleccin, pero tiene que ser elegido; slo as es rigurosamente destino personal o, con otro nombre vocacin. En rigor, nunca me siento ms yo yo mismo- que frente a un contenido azaroso que irrumpe en mi vida, cuando reacciono a l de una manera que brota de la raz de mi persona; cuando descubre en l el destino que no se elige, y elijo hacerlo mo, serle fiel; con otras palabras elijo ser yo ese azar inelegible (Maras, Julin, 1998: 190)

    2.2.3.11. Teora intrnseca

    La categora que analizaremos ahora es la teora intrnseca. Esta hace referencia a todo lo asumido en el decir de las interpretaciones por el hecho de estar instalado lingsticamente. La misma est compuesta por imgenes, recuerdos, proyectos, el futuro, creencias, etc. Sin este contenido la vida no puede realizarse (Maras, Julin, 1998: 195).

    Esto es factible porque la vida humana trascurre en una instalacin lingstica. En este sentido l hace una aclaracin, en la teora emprica se analiza la lenguaje, en cuanto modo de transmisin de la teora intrnseca. En cambio en la teora analtica se estudia el habla.

    Por lo tanto, en su anlisis emprico a la teora del habla, llega a la conclusin que la categora teora intrnseca son las interpretaciones asumidas por estar instalados, es la que carga con argumentos a las

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    cosas del mundo y, por lo tanto, permite al hombre orientar vectorialmente su vida.

    2.2.3.12. Felicidad

    La prxima categora emprica encontrada es la felicidad. Est relacionada con la de deseo.

    El mundo en el que vivimos tiene siempre una tonalidad. Es decir, el hombre se encuentra mal o bien. Cuando esta ultima afecta a la vida misma, Julin Maras, habla de felicidad. Pero esta realizacin no es un estado continuo.

    Segn Julin Maras, la vida est hecha de inestabilidad y sucesividad, por lo tanto, la felicidad no puede ms que ser la realizacin de una pretensin, una instalacin fugaz.

    La felicidad acontece: ni la hay, ni se est en ella, ni en rigor se es feliz, sino que se est siendo feliz, especialmente cuando se va a serlo (Maras, Julin, 1998: 205).

    Por lo tanto, la felicidad se la vive a cuotas y, por momento aparece como un imposible. A partir de ah en busca de su autenticidad, el hombre debe salir de la comodidad y buscar la felicidad.

    Las necesidades humanas, cuyo logro parecen asegurar o hacer posible la felicidad, son aquello en que consiste la verdad de la vida de cada vida- , aquello con lo que se encuentra uno identificado en el fondo insobornable; porque no se puede engaar a la felicidad. La ms frecuente reaccin del hombre ante la amenaza y la inseguridad, para asegurar la felicidad, es la renuncia la simplificacin del proyecto esto puede asegurar el bienestar o la comodidad o la ausencia de dolor o su mitigacin, pero justamente elimina la felicidad. Por el contrario, hay que complicar el proyecto para que corresponda a la estructura compleja de la realidad, a la vez que se refuerza la unidad proyectiva. Hay que proyectar en varias direcciones, a distintos niveles unitariamente. Se dir que no es fcil; ciertamente, pero nadie ha dicho que sea fcil vivir; por el contrario, vivir es la suma dificultad (Maras, Julin, 1998: 205).

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    2.2.3.13. Mortalidad

    La ltima categora emprica detectada en Julin Maras es la mortalidad.

    El hombre por su carcter corporal y vulnerable est expuesto a la muerte. Sin embargo, esto no es una eventualidad sino que es una realidad, se va a morir. Es decir, no solo se puede morir sino que tiene que morir. Es lo que llama efectiva mortalidad del hombre. En este sentido la muerte se presenta simultneamente como posibilidad y necesidad. (Maras, Julin, 1998: 215).

    En relacin con la categora de edad, la mortalidad, se vincula con la vejez. Aparece como una edad condicionante de la proyeccin futuriza del hombre, de esa edad no se pasa.

    En tal sentido, a la conclusin que llega es que la estructura emprica de la vida humana, es cerrada y revierte su mortalidad. La estructura proyectiva y futuriza de la vida biogrfica como tal es abierta y argumental y, en este sentido, postula su permanencia, su indefinida e ilimitada presencia. Si el hombre es intrnsecamente mortal su vida consiste en una pretensin de eternidad (Maras, Julin, 1998: 222).

    El anlisis de las diferentes categoras nos permiti elucidar cuales son las centrales para nuestra investigacin. Cabe aclarar asimismo que si bien no se agotan todas las categoras, s son las principales para realizar el trabajo.

    En este sentido se consideran centrales porque las que puedan surgir posteriormente son subcategorias. Es decir, se definen en cuanto vinculadas a una de estas. Y tambin las considero como centrales porque estructuran el libro Antropologa Metafsica. Libro, como dijimos anteriormente, contiene el desarrollo de la teora emprica.

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    3. PARTE II LAS CONCEPCIONES ACERCA DE LA POSMODERNIDAD DE GIANNI VATTIMO Y GILLES LIPOVETSKY

    En esta segunda parte, se realiz la presentacin del horizonte de la concepcin de posmodernidad analizada por Gianni Vattimo y Gilles Lipovetsky, para en ese contexto, identificar y analizar las categoras empricas de Julin Maras.

    Estos autores consideran la posmodernidad como un proceso histrico, social y cultural en el que vive el hombre del siglo XXI. En este sentido no buscan ver los hechos histricos (movimientos artsticos, pensamientos) sino ms bien conceptualizar las caractersticas en la que el hombre de hoy tiene que vivir y de las cuales es el nico responsable.

    Cada uno de los autores la interpreta desde una perspectiva distinta. En este sentido, Gianni Vattimo, considera que el pensamiento dbil es lo propio de la posmodernidad. El hombre para vivir debe asumir las interpretaciones trasmitidas y considerarlas como monumentos (marcadas por la fundamentacin y desfundamnetacion) y no como obligacin. Es decir, la realidad no puede ser ya interpretada desde un fundamento nico al que el hombre debe obedecer a su imposicin (violencia). Hoy, los valores supremos han desaparecido revelando una realidad pluralista y dbil.

    Por su parte, Gilles Lipovetsky considera que la posmodernidad esta movida por el proceso de personalizacin, en la que el individualismo que surge en la modernidad, contina con su proceso de liberacin, llevando al hombre a un individualismo ilimitado. Para ilustrar este nuevo proceso, el autor, utiliza la imagen de Narciso.

    Despus de identificar las interpretaciones de los autores, el paso siguiente, es detectar en el horizonte de la concepcin de posmodernidad las categoras empricas de Julin Maras.

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    En esta tarea se hall que en algunos casos los autores utilizaron las mismas palabras que Julin Maras para identificar los elementos de la teora empricas. Pero en otros casos, fue necesario tomar la definicin de la categora, para buscar alguna analoga en el desarrollo de la concepcin de la posmodernidad.

    En el cuadro siguiente se puede ver a modo de resumen:

    Categora de Julin maras Gianni Vattimo Gilles Lipovetsky

    Instalacin Estar en el mundo No se detect

    Estructura vectorial Proyeccin No se detect

    Mundanidad Mundo-lenguaje Consumismo

    Corporeidad No se detect Cuerpo

    Sensibilidad No se detect Seduccin

    Condicin sexuada No se detect Condicin sexuada

    Condicin amorosa No se detect Enamoramiento

    Temple Desarraigo (oscilacin) Decepcin y humor

    Edades No se detect Edades

    Deseo Nihilismo consumado Liberacin personal

    Teora intrnseca Lenguaje-mundo Informacin

    Felicidad No se detect Felicidad

    Mortalidad Muerte Muerte

    Estos anlisis de la posmodernidad a primera vista se manifiestan distintos. Sin embargo, en un estudio detallado se encuentra similitudes, sobre todo a la conclusin que llegan sobre la concepcin de la actualidad.

    Lo interesante de esto, es que lo hacen desde perspectivas distintas. Lipovetsky centrado en la realidad cotidianidad del hombre y, por su parte, Vattimo desde la mirada de ausencia de un fundamento. Por ello se considera que el proceso de personalizacin tiene su comprensin en el pensamiento dbil.

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    3.1. LA INTERPRETACIN DE GIANNI VATTIMO ACERCA DE LA POSMODERNIDAD

    En este punto se analiza la concepcin de posmodernidad de Gianni Vattimo y, posteriormente se detecta e interpreta las categoras empricas de Julin Maras.

    Su anlisis de la posmodernidad est marcado por las influencias filosficas de Nietzsche y Heidegger. En ellos encuentra nuevos aspectos de verdad que le permite entender la contemporaneidad, dndole a la reflexin rigor y dignidad filosfica (Vattimo, Gianni, 2000: 10). En este sentido, construye su anlisis desde las ideas de nihilismo consumado de Nietzsche y desde la crisis del humanismo de Heidegger, realizando de este ltimo una lectura nihilista (Vattimo, Gianni, 2008: 45).

    Estas lneas de reflexin lo llevan a desarrollar el pensamiento dbil. Y este es el principio por el que entiende la posmodernidad.

    El pensamiento dbil solo fue denominado as en el otoo de 1979, y lleg a ser el ttulo de un libro colectivo ms de 15 aos despus de mi primer lectura debilista de Heidegger, se precis en m la idea de la historia del ser como aligeramiento, como alejamientos, y poco a poco todo lo que esta reflexin haba arrastrado consigo y aun producir en los aos siguientes.

    una va para encontrar de nuevo el ser como huella, como recuerdo, un ser consumido y debilitado, y slo por ello digno de atencin (Vattimo, Gianni, 2008: 129s)

    Antes de presentar su biografa y sus ideas acerca de la posmodernidad es necesario aclarar dos conceptos. En el anlisis utiliza la categora de violencia y debilidad. Estas son caractersticas para entender la modernidad y la posmodernidad respectivamente.

    Por violencia entiende Vattimo, la imposicin y firmeza que genera entender la realidad desde un nico principio. Y el modo, segn el autor, de vivir en esta perspectiva es de violencia y aceptacin del mismo fundamento. Este nico principio explicativo de la realidad se refiere a la religin (Dios), la poltica (Estado), a la filosofa (Ser).

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    En contraparte est lo dbil, que es lo propio de la posmodernidad. Al no existir un fundamento que justifique la realidad, lo que queda es algo debilitado. Pero esto no es falta de importancia sino al contrario, en la admisin de una realidad dbil esta la vida del hombre actual. Es decir, la aceptacin de lo dbil es el modo en el que devenga un hombre, como intrprete autnomo, frente a todas las voces ahora autorizadas (Vattimo, Gianni, 1992: 10).

    3.1.1. Datos biogrficos

    Gianni Vattimo es filsofo nacido en Turn en 1936. Dentro de su primera etapa de formacin reconoce como

    maestro a monseor Pietro Carmello, segn Vattimo, alguien a quien le pareca demasiado progresista definirse como neo-tomista (Vattimo, Gianni, 2008: 29).

    Sin embargo, no saba cmo conjugar su catolicismo con sus ideas de izquierda que iban apareciendo. Ya en la universidad se encuentra con Luigi Pareyson, considerado por l como su segundo maestro. Recibe la licenciatura con la tesis El concepto hacer en Aristteles la que fue publicada dos aos ms tarde.

    Despus de licenciarse toma contacto con los dos pensadores que van a marcar su desarrollo filosfico: Nietzsche y Heidegger. En ellos encuentra la posibilidad de conjugar su herencia religiosa y la filosofa, lo que veinte aos ms tarde, desarrollando estas ideas, lo llevar a su teora del pensamiento dbil.

    En su formacin filosfica tambin reconoce como maestro a Hans-Georg Gadamer.

    Comenz la docencia en la ctedra de esttica en Turn, siendo uno de los docentes ms jvenes. Tambin la ejerci en los Estados Unidos (Yale, Los ngeles, New York University y State University de Nueva York).

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    En cuanto a su produccin bibliogrfica colabor en peridicos italianos y tiene una amplia gamas de libros publicados.

    Tambin actu en la poltica en el Partido Radicale, luego en Alleanza per Torino y ms tarde en Demcratas de Izquierda en el Parlamento Europeo, actividad que abandona en 2004.

    3.1.2. Su concepcin acerca de la posmodernidad

    3.1.2.1. La modernidad

    La poca actual es definida por Gianni Vattimo como posmodernidad. Al definirlo con el prefijo pos el autor quiere manifestar la existencia de una superacin de lo moderno. Lo moderno dej de ser actual; su aspecto esencial finaliz (Vattimo, Gianni, 2000: 73).

    Ahora bien, la modernidad es un proceso que se inicia en el siglo XV y el cual define como valor lo nuevo y original. Es la poca en la que ser moderno es valioso (Vattimo, Gianni, 1994: 73)

    En este sentido, el proceso del pensamiento moderno consiste:

    Un primer nexo, muy claro y evidente, entre modernidad, secularizacin y valor de lo nuevo revela pues cuando se pone de manifiesto que a) la modernidad se caracteriza como la poca de la Diesseitig-keit5, del abandono de la visin sacra de la existencia y de la afirmacin de esferas de valor profano; en suma, se caracteriza por la secularizacin, b) el punto clave de la secularizacin en el plano conceptual es la fe en el progreso (o la ideologa del progreso) que se constituye en virtud de una readopcin de la visin judeocristiana de la historia, en la cual se eliminan progresivamente todos los aspectos y referencias trascendentales, puesto que precisamente para escapar al riesgo de teorizar el fin de la historia (que es un riesgo cuando no se cree ya en otra vida en el sentido predicado por el cristianismo), el progreso se caracteriza cada vez ms como un valor en s; el progreso es tal cuando se encamina hacia un estado de cosas en el cual es posible un ulterior progreso; c) secularizacin extrema de la visin providencial de la historia

    5 Diesseitig-keit hace referencia a la secularizacin generada en la modernidad, en

    donde se abandona la visin sacra de la historia.

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    equivale simplemente a afirmar lo nuevo como valor y como valor fundamental. (Vattimo, Gianni, 2000: 92s)

    Por lo tanto, la historia en la modernidad es entendida como un proceso del pensamiento que busca la superacin en lo nuevo, en donde el hombre cree poder conocer la verdad de las cosas y superar el error (secularizacin).

    3.1.2.2. La posmodernidad

    Desde alrededor de la dcada del 60 hasta ahora, para Vattimo, el proceso en que viene desarrollndose la modernidad se desactualiza. El principio en que se fundamentaba es puesto en duda. De este modo se rompe con la lgica moderna y se ingresa en la posmodernidad.

    En este sentido, la crtica de la poca actual a la modernidad, no va solo al fundamento en el que ella se construa sino que cuestiona la posibilidad de encontrar otro que permita unificar y entender la poca actual (Vattimo, Gianni, 2000: 12). Por lo tanto, si la posmodernidad es un estado nuevo, ms avanzado o ms retrasado, no importa.

    Vattimo encuentra la causa de la disolucin de la modernidad, expresada en la prdida de valor de lo nuevo y del ideal de una historia universal en los medios de comunicacin.

    La disolucin de la historia, en los varios sentidos que pueden atribuirse a esta expresin es probablemente, por lo dems, el carcter que con mayor claridad distingue a la historia contempornea de la historia moderna. La poca contempornea (no ciertamente la historia contempornea segn la divisin acadmica que la hace comenzar con la Revolucin Francesa) es esa poca en la cual, si bien con el perfeccionamiento de los instrumentos de reunir y transmitir la informacin sera posible realizar una historia universal, precisamente esa historia universal se ha hecho imposible, , esto se debe a que el mundo de los media en todo el planeta es tambin el mundo en el que los centros de historia (las potencias capaces de reunir y transmitir las informaciones segn una visin unitaria que es tambin el resultado de elecciones polticas) se han multiplicado. Pero tambin esto tal vez solo indica que no es posible una historia universal como

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    historiografa, como historia rerum, y que acaso falten las condiciones para que se d una historia universal como curso unitario efectivo de los acontecimientos, como res (Vattimo, Gianni, 2000: 17)

    En este sentido lo mass media en vez de facilitar un discurso unificado y a la vez ms culto e ilustrado lo que consolidara el ideal moderno, permiti liberar las historias de los derrotados rompiendo con el principio unificado de lo moderno.

    Si hablo mi dialecto en un mundo de dialectos ser consciente tambin de que la ma no es la nica lengua, sino precisamente un dialecto ms entre otros. Si profeso mis sistema de valores religiosos, ticos, polticos, tnicos- en este mundo de culturas plurales, tendr tambin una aguda conciencia de la historicidad, contingencia y limitacin de todos estos sistemas, empezando por el mo (Vattimo, Gianni, 1994: 85)

    A continuacin una cita que resume todos los conceptos hasta ac desarrollados.

    La importancia que reviste la enseanza filosfica de autores como Nietzsche y Heidegger se concentra toda en este punto: en el hecho de que nos brindan los instrumentos para captar el sentido emancipador del fin de la modernidad y de su concepto de historia. Nietzsche, en efecto, ha mostrado que la imagen de una realidad ordenada racionalmente sobre la base de un fundamento (la imagen que la metafsica se ha hecho del mundo) es solo un mito tranquilizador propio de una humanidad todava brbara y primitiva: la metafsica es un modo violento an de reaccionar ante una situacin de peligro y de violencia; busca, efectivamente, hacerse duea de la realidad por un golpe de mano que atrapa (o cree ilusionariamente haber atrapado) el principio primero del que todo depende (asegurndose, as, ilusoriamente, el dominio de los acontecimientos). Heidegger, continuando esta lnea de Nietzsche, ha mostrado que pensar el ser como fundamento, y la realidad como sistema racional de causas y efectos, es slo una manera de extender a todo el ser el modelo de la objetividad cientfica, de la mentalidad que para poder dominar y organizar rigurosamente todas las cosas tiene que reducirlas al nivel de meras presencias mensurables, manipulables y sustituibles, viniendo finalmente a reducir tambin al propio hombre, su interioridad y su historicidad, a este mismo nivel (Vattimo, Gianni, 1994: 82)

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    Por lo tanto, la posmodernidad se caracteriza por una realidad pluralizada y esto se genera por el abandono en la creencia de que un nico principio es el fundamento de la realidad provocada por los medios de comunicacin. En este contexto Vattimo desarrolla su pensamiento dbil.

    3.1.3. La posmodernidad entendida como Pensamiento Dbil

    3.1.3.1. El Nihilismo como destino

    3.1.3.1.1. Muerte de Dios

    La situacin que plantea esta nueva poca, denominada como posmodernidad es el abandono de un fundamento explicativo de la realidad. Y al mismo tiempo se crtica la posibilidad de que exista ese fundamento. Y esto es entendido por Gianni Vattimo como nihilismo.

    Vattimo presenta el nihilismo no como una cuestin ideolgica, a la que la contemporaneidad una vez catequizada deba pregonar. Sino que para l este ya es una realidad consumada, por lo tanto, solo queda preguntarse en qu nos incumbe y a cules decisiones y actitudes nos llama.

    El nihilismo se resume en la famosa frase de Nietzsche, Dios ha muerto. Frase que, segn Vattimo, no fue bien interpretada.

    Son muchos los que han mal interpretado la afirmacin fuerte de Nietzsche Dios ha muerto confundindola con una profesin de atesmo. No es as. Nietzsche no afirma que Dios no exista, nunca podra decirlo porque tambin sta constituira una verdad absoluta idntica a la afirmacin Dios existe. Lo distinto es el punto de vista. All donde hay un absoluto se encuentra todava y siempre la metafsica, esto es un principio supremo, exactamente lo que Nietzsche descubri que haba venido superfluo. Dios ha muerto significa que no existe fundamento ltimo (Vattimo, Gianni, 2008: 38s)

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    La muerte de Dios es la desvalorizacin de los valores supremos o parafraseando la cita anterior el principio supremo explicativo de la realidad ha venido superfluo. De este modo como consecuencia, el mundo dej de ser una narracin (historia universal) y se ha convertido en fbula. Es decir la realidad se ha debilitado.

    Esto es lo mismo que definir al nihilismo como la transformacin del ser en valor de cambio. Es decir, el sujeto es quien establece el valor del ser, no como dueo de l, sino al presentarse de manera dbil l elige. Esta transformacin del ser, es respecto a la modernidad, en donde el ser tiene valor de uso, es decir, el ser es tomado como ente (presente) y a partir de ah el hombre hace uso de l (Vattimo, Gianni, 2000: 25).

    En esta prdida del valor, el nihilismo consumado, que es la caracterstica de nuestra poca, no busca la reapropiacin de un nuevo valor, ms liviano o perifrico (actitud moderna). Al contrario asume la situacin consumada y la propone como la nica chance para el hombre actual (Vattimo, Gianni, 2000: 31)

    3.1.3.1.2. Crisis del humanismo

    Vattimo encuentra en este anlisis de la muerte de Dios de Nietzsche similitudes con los realizado por Heidegger, puntualmente con la observacin de la crisis del humanismo.

    La conexin entre crisis del humanismo y muerte de Dios, puede por lo dems parecer paradjico solo cuando se considera que el humanismo deja ser necesariamente una perspectiva que coloca al hombre en el centro del universo y lo convierte en seor del ser (Vattimo, Gianni, 2000: 34)

    El anlisis de la crisis del humanismo se fundamenta en que el mundo tcnico puso en movimientos mecanismos que llevo a la deshumanizacin. Frente a esta situacin surgieron varios pensamientos, entre los que estn el buscar un nuevo fundamento (restauracin del humanismo). Sin embargo, realizar este razonamiento

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    no resuelve la cuestin ya que se sigue afirmando al sujeto como seor del ser en donde la tcnica lo destron. Hoy, el lugar del hombre no es el centro, ya que para esto necesitara de algo que lo instituya como tal, un nuevo fundamento (Vattimo, Gianni, 2000: 37).

    Por lo tanto, la muerte de Dios de Nietzsche tiene el mismo significado que la crisis del humanismo de Heidegger: la ausencia de un principio fundante de la realidad.

    3.1.3.2. Fundamentacin - Desfundamentacin

    Al validar la inexistencia de un principio que funde la realidad, lo que hace Vattimo es acercarse a la metafsica. Es donde se encuentra con la idea heiddeggeriana del olvido del ser.

    Segn el autor, siguiendo a Heidegger, la metafsica ha olvidado el ser porque se entretuvo con el ente. La pregunta por el ser se transform en la pregunta por el ente y se asume como obvio que el ser hace que los entes sean. Asumir esto es entender al ser como fundamento.

    De este modo y como veremos ms adelante, podemos entender porqu el autor define a la posmodernidad como fin de la metafsica, es decir, es el fin de ser como fundamento.

    Ahora en la poca de la muerte de Dios en donde no hay un fundamento que explique la realidad, hay que plantear nuevamente el problema del ser. Para lo cual Vattimo siguiendo a Heidegger utiliza como tpico la experiencia esttica.

    Inicia el estudio tomando la definicin de obra de arte de Heidegger como la puesta por obra de la verdad, y esto tanto como exposicin del mundo o produccin de la tierra6.

    6 Produccin de la tierra y exposicin del mundo son dos elementos que componen lo

    que Heidegger denomina GEVIERT. Segn Vattimo, ste es uno de los puntos ms arduos de la filosofa heideggeriana. El GIVERT est compuesto por la tierra y el cielo, mortales y divinos. Siguiendo al autor, el punto ms claro es que en la tierra habitan los mortales en cuanto tales. Y de la tierra somos remitidos a la mortalidad. En este contexto la obra de arte es un nexo entre la tierra y el mundo, que lleva a cabo la unin de fundamento y ausencia de fundamento (Vattimo, Gianni, 2000: 112). Este es el punto que tomamos para nuestra investigacin. Es

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    Ahora bien, que la obra de arte es exposicin del mundo lo es porque muestra algo que define el mundo histrico, muestra el consenso de una poca, el sistema de significados. Y tambin asegura que es produccin de la tierra en el sentido en que se muestra siempre en reserva, abierto a una nueva interpretacin, reclama siempre de nuevo la atencin.

    Mientras el mundo es el sistema de significacin ligada y desplegada en la obra, la tierra es ese elemento de la obra que se propone siempre de nuevo como una especie de ncleo al que nunca agota las interpretaciones, nunca se agota en sus significados (Vattimo, Gianni, 2000, Pg. 66)

    Esta situacin puntual de la obra de arte lo lleva a analizar al ser como monumento. El monumento es ante todo un hecho fnebre destinado a registrar rasgos y recuerdos de alguien a travs del tiempo pero tambin abre las puertas para otras experiencias.

    Lo que queda lo fundan los poetas, no tanto, como lo que obra sino ante todo como lo que queda, huella, recuerdo, monumento. Y a esta verdad, despojada de los caracteres autoritarios de la metafsica se refiere toda otra experiencia de verdad (Vattimo, Gianni, 2000: 71)

    Este anlisis de la obra de arte, manifiesta segn el autor, la caracterstica del ser en la posmodernidad o en el fin de la metafsica. El ser se manifiesta como fundamento desfundamento (ausencia).

    Este contexto es donde segn Vattimo, el hombre posmoderno tiene que vivir, lo que se le presenta viene en forma de monumento, de huella, es decir, el ser se manifiesta fundamentado y ausente, por lo tanto, dbil. Desde esta situacin se realiza la vida del hombre.

    La crisis del humanismo en el sentido radical que asume en pensadores como Nietzsche y Heidegger, pero tambin en psicoanalista como Lacan y quizs en escritores como Musil, se resuelve probablemente en una cura de adelgazamiento del

    decir, como un modo explicativo por el cual Vattimo entiende el ser en la posmodernidad, el cual se presenta como acontecimiento y en cuanto tal es fundamentado (por lo que tiene de mundo) y desfundamentado (por lo que tiene de tierra).

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    sujeto, para hacerlo capaz de escuchar la exhortacin de un ser que ya no se da en el tono perentorio del Grund o del pensamiento del pensamiento o del espritu absoluto, sino que disuelve su presencia-ausencia en las redes de una sociedad transformada cada vez ms en un muy sensible organismo de comunicacin (Vattimo, Gianni, 2000: 46)

    3.1.3.3. Pensamiento dbil

    La posmodernidad, hasta lo desarrollado hasta aqu, anuncia al hombre una posibilidad de existencia diferente, caracterizada por el nihilismo consumado. Es decir, el ser ya no se presenta como fundamento sino que se transform en valor de cambio.

    La pregunta que realiza Vattimo es cmo salir de esta situacin. Y su respuesta es el pensamiento dbil.

    Segn Vattimo, siguindolo a Heidegger, lo que queda es: la rememoracin (An-denken7) y la superacin (Verwindung8).

    En este sentido el modo de manifestarse el ser es en las lenguas histricas de las culturas de las diversas pocas (figuras metafsicas). En ellas se manifiestan las aperturas de horizontes diversos (Vattimo, Gianni, 2008: 153). Por lo tanto, para poder pensar el ser, lo que queda es la rememoracin de esas figuras metafsicas transmitidas.

    Pero esta rememoracin es esencialmente superacin, que consiste en excluir de ellas la pretensin de acceder al ente en s. Las figuras as vistas asumen valor de monumentos. Por lo tanto, lo que nos transmiten la generaciones es lo opuesto a un ser estable, fuerte que nos obligue. Al contrario, lo que hay es un ser dbil.

    En este sentido la historia (tradicin) no obliga sino que es un repertorio de formas, marcadas por la muerte, que podemos utilizar. O, en palabras que Vattimo utiliza constantemente de Nietzsche, el

    7 En funcin de las traducciones que aparecen cada vez que Vattimo menciona a esta

    palabra se establece que An-deken es: recuerdo, memoria, rememoracin 8 En funcin de las traducciones que aparecen cada vez que Vattimo menciona a esta

    palabra se establece que Verwindung, se entiende como superacin englobando conceptos de reconocimiento y responsabilidad frente a la enfermedad (Vattimo, Gianni, 2000: 40)

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    hombre moderno vaga por el jardn de la historia como por un depsito de mscaras teatrales (Vattimo, Gianni, 2008: 148).

    Esto es lo posmoderno, la idea de una sociedad que ya no puede dominarse con un principio nico

    Lo posmoderno tambin es esto, corresponder al Ser significa corresponder a su pluralizacin.

    De ah se llega, asimismo, a la idea de que si alguien quiere mantener la racionalidad central con la fuerza, es un enemigo peligroso (Vattimo, Gianni, 2008: 160)

    A continuacin se presenta un cuadro comparativo entre la concepcin de Vattimo sobre la modernidad y posmodernidad.

    Modernidad posmodernidad

    Proceso Unitario Mass media

    Ser estructurado Ser acontecimiento

    Ser fundamento Debilitamiento de ser

    3.1.4. Las categoras de Julin Maras vista desde la concepcin de la posmodernidad de Gianni Vattimo.

    A partir de lo analizado en los aparados anteriores aparece a primera vista una diferencia. La antropologa de Julin Maras est constituida por un conjunto de categoras empricas a partir de las cuales el hombre concreto tiene que hacer su vida. Por su parte, para Vattimo, en la poca actual no es posible organizar una realidad en esos trminos. Solo encontramos, en la poca de las figuras metafsicas en forma de monumentos (ontologa dbil), es decir, depsitos de supervivencia (Vattimo, Gianni, 2000: 141). Los cuales tienen que ser rememorados para que el hombre haga su vida. En este sentido, lo que le queda es sostener una existencia oscilante, dbil.

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    Del ser no se pude nunca tener prensin plena sino solo (la palabra es de Heidegger) rememoracin, huella, recuerdo. El ser pensado as nos libera, nos deja libres de la imposicin de las evidencias y de los valores, de todas las plenitudes soadas por la metafsica tradicional que siempre han cubierto y justificado autoritarismos de todo tipo. Pero al liberarnos, el ser as entendido tambin nos suspende, no pone en una condicin de oscilacin (parafraseo otra vez a Heidegger), que me parece que es tambin descrita por Nietzsche con la idea del espritu libre se trata siempre de ver si logramos vivir sin neurosis en un mundo en el que Dios ha muerto; o sea en el que ha quedado claro que no hay estructuras fijas, garantizadas, esenciales sino en el fondo, slo acomodamientos. Estos no estn, sin embargo, privados de lneas de orientacin: la tra-dicin, el mensaje que en la experiencia de la humanidad nos habla como cristalizado en el lenguaje, en los diversos lenguajes, por consiguiente tambin en las tcnicas que nos encontramos usando, delinea tambin siempre unos mbitos de eleccin, unos criterios de racionalidad, o mejor de razonabilidad (Vattimo, Gianni, 1992: 22)

    Como se puede ver, Maras y Vattimo, tienen modos distintos de ver la realidad, uno estructurada en categoras y el otro presentndola dbil.

    Sin embargo, ms all de esta diferencia, encontramos las categoras empricas de Julin Maras en la concepcin de posmodernidad de Vattimo. Lo que nos manifiesta un punto de dilogo entre las teoras y a su vez nos permite desarrollar el objetivo de la investigacin, que es darle un horizonte en el que se haga efectiva la teora emprica.

    Desde esta perspectiva se busc detectar los elementos de la teora emprica. En el cuadro siguiente, se resume el trabajo realizado.

    Categora emprica de Julin Maras Detectado en la concepcin de

    posmodernidad de Gianni Vattimo

    Instalacin Se la identific como estar en el mundo

    Estructura vectorial Se la identific como proyeccin

    Mundanidad Se la identific como mundo-lenguaje

    Corporeidad No se detect

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    Sensibilidad No se detect

    Condicin sexuada No se detect

    Condicin amorosa No se detect

    Temple Se la identific como desarraigo (oscilacin)

    Edades No se detect

    Deseo Se la identific como nihilismo consumado

    Teora intrnseca Se la identific como lenguaje-mundo

    Felicidad No se detect

    Mortalidad Se la identific como muerte

    Como se puede ver, en el anlisis de la categora mundanidad y de la teora intrnseca, se detectaron categoras similares. La razn de esto es que para Vattimo el mundo es lenguaje. A partir de esto se busc respetar las categoras de Julin Maras, que es el objeto de nuestra investigacin. Por este motivo aparecen las dos pero se hizo hincapi en un punto o en el otro. As en la teora intrnseca el lenguaje es tomado como transmisin de un mundo (lenguaje-mundo), reforzando el lenguaje. En cambio, en la categora de mundanidad, se toma el mundo como un sistema de significados (mundo-lenguaje).

    Adems de esto, hay categoras como corporeidad, condicin sexuada, felicidad que aparecen en los textos de Vattimo. Pero lo hace a modo de mencin, sin mayor desarrollo sobre la misma. Esto no permiti un anlisis.

    En otros casos, directamente no fueron detectadas. Estas son: sensibilidad, condicin amorosa, edad.

    Para esto dos ltimos grupos, que no fueron detectados, es importante aclarar la razn. El motivo, que se desprende de lo dicho anteriormente, es que Vattimo en su anlisis de la concepcin de posmodernidad no se centra en ellas. Su preocupacin filosfica est marcada por explicar el desarrollo de la vida; escuchar con la atencin devota que merecen todas las huellas de vida de los similares a nosotros (Vattimo, Gianni, 1991: 11). Y dentro de su concepcin de

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    vida las categoras como puede ser la de corporeidad, condicin sexuada, etc, no son desarrolladas.

    3.1.4.1. Instalacin

    La categora emprica de Julin Maras de instalacin hace referencia a la inclusin del mundo y la dinmica del vivir.

    Esta categora en Vattimo es similar. El hombre o Dasein (para hacer referencia al hombre el autor usa la palabra heideggeriana) est en el mundo.

    Sin embargo, Julin Maras para llegar a su categora de instalacin, lo hace a travs del anlisis biogrfico del verbo estar (como se mencion anteriormente el ser para el autor, es verbo secundario). Y all surge la diferencia. El estar marca un lugar a las cosas y, por lo tanto, manifiesta la presencia de la cosa en esa instalacin. Es decir, el hombre est instalado frentes a las cosas, tiene que hacer su proyecto con las cosas.

    Por su parte, para Vattimo, el hombre est en el mundo y ste es entendido como lenguaje que transmite un contexto de referencia (Vattimo, Gianni, 1986: 9). Estos contextos son las figuras metafsicas que no se presentan nicas sino como monumento, es decir, son interpretaciones dbiles.

    Por lo tanto, el hombre s est instalado, pero no lo est frente a las cosas como fundamentndolas y organizndolas (importancia y significado), sino desde la debilidad de las interpretaciones recibidas.

    El mundo en el que el Dasein ya est familiarizado no es una pantalla trascendental, un esquema de categoras; el mundo siempre est ya dado al Dasein en una geworfenheit9 (en un estado deyecto) histrico cultural profundamente vinculada a la mortalidad

    9 Geworfenheit, significa estado de yecto. Esta palabra es el ncleo del anlisis de

    Heidegger de la existencia y que Vattimo utiliza para manifestar el modo en que el hombre est en el mundo. Lo que manifiesta es la finitud del estar en el mundo. Al Dasein le pertenecen las interpretaciones pero no como algo que lo determine y fundamente, sino como un modo efectivo en que se dan las cosas desde la finitud. Lo que busca Vattimo es alejarse de toda estructura que determina al hombre, de entenderlo como simple presencia.

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    Podramos describir esta condicin diciendo que el fundamento del Dasein coincide con su falta de fundamento: la totalidad hermenutica del Dasein est fundada slo en relacin con su posibilidad constitutiva de no ser mas ah (Vattimo, Gianni, 2000: 103)

    3.1.4.2. Estructura vectorial

    La categora emprica de Julin Maras de estructura vectorial hace referencia a la situacin en la que el hombre est orientado a las cosas y las tiene que organizar para hacer su vida.

    Esta categora tambin es analizada por Vattimo. En este caso, el hombre hace su proyecto en el horizonte de interpretaciones recibidas (figuras metafsicas), a partir de las cuales debe realizar su vida. Es decir, se proyecta sobre horizontes de interpretaciones recibidos, los cuales como se vio anteriormente se presentan como monumentos.

    La diferencia fundamental se encuentra en que mientras uno encuentra una realidad presente, con cosas que debe organizar en funcin de la importancia y significado que tenga en la vida del hombre, el otro, Vattimo, solo se encuentra con interpretaciones que por no tener un fundamento nico se manifiestan como mltiples, la cuales tienen que ser rememoradas.

    Cmo y dnde podramos acceder a una tal realidad en s? Realidad, para nosotros, es ms bien el resultado del entrecruzarse, del contaminarse (en el sentido latino) de las mltiples imgenes, interpretaciones y reconstrucciones que compiten entre s, o que, de cualquier manera, sin coordinacin central alguna, distribuyen los media. (Vattimo, Gianni, 1994: 81).

    En este sentido topamos con similar anlisis a la categora anterior. Por un lado, Julin Maras presenta una realidad presente al hombre y Vattimo por su parte una realidad dbil, fundada y desfundada.

    Es en este contexto en el que Vattimo, propone un pensamiento rememorante de las interpretaciones recibidas.

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    El ser nunca es verdaderamente pensable como presencia; el pensamiento que no lo olvida es slo aquel que lo recuerda, esto es, que lo piensa siempre ya como desaparecido, como ausente la importancia de la tradicin, de la transmisin de mensajes lingsticos, cuyas