20150130090121 ii domingo cuaresma b

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“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias. Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos. Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp. Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626, Santiago Centro - Tel.- 227200300; Tel.- Fax: 226728469 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.cl Impresor: Morgan IMpresores s. a. Tel.- 227579400 - Andes # 4616, Quinta Normal - Stgo. EL DOMINGO MARZO - ABRIL 2015 00200708 Dios Nos Habla Cada Día Lu 2: Dn 9, 4-10; Sal 78, 8-9. 11. 13; Lc 6, 36-38. (S. Lucio) Ma 3: Is 1, 10. 16-20; Sal 49, 8-9. 16-17. 21. 23; Mt 23, 1-12. (Stos. Emeterio y Celedonio/ Sta. Elisa) Mi 4: Jer 18, 18-20; Sal 30, 5-6. 14-16; Mt 20, 17-28. (S. Casimiro) Ju 5: Jer 17, 5-10; Sal 1, 1-4. 6; Lc 16, 19-31. (Sta. Olivia) Vi 6: Gn 37, 3-4. 12-13. 17-28; Sal 104, 16-21; Mt 21, 33-43. 45-46. (S. Olegario/ Sta. Elcira) 7: Miq 7, 14-15. 18-20; Sal 102, 1-4. 9-12; Lc 15, 1-3. 11-32. (Stas. Perpetua y Felicidad) Do 8: 3° de Cuaresma Éx 20, 1-17 (o más breve: Éx 20, 1-4. 7-8. 12-17); Sal 18, 8-11; 1Cor 1, 22-25; Jn 2, 13-25. (S. Juan de Dios) A cuarenta días… ¿de qué? De recibir. Los seres humanos damos y recibimos y cuando se trata de las cosas que tiene relación con Dios, lo hacemos desde un acto derivado de la fe. Así, cuando deseamos prepararnos para re- cibir la fiesta de la resurrección del Señor, por medio del tiempo que llamamos Cuaresma, nos abrimos para acoger, para recibir, para guardar para nosotros, para aceptar este acontecimiento. Al abrirnos para recibir lo hacemos en un proceso lento y de manera personal o grupal por- que lo que esperamos recibir, deseamos hacerlo nuestro ya que lo consideramos un bien. Recibir algo, puede hacerse de modo general, en el sentido de decir, voy a entrar en el tiempo de Cuaresma. Es como tomar conciencia de que estamos en espera de la conmemoración de la Pascua del Señor. Un segundo nivel, es vivirlo como un acontecimiento esencial para nosotros y para la vida de la Iglesia, puesto que por medio de esta preparación, asumimos el modo y manera en que se transmite el mensaje de la revelación de Cristo a la fe viva de los creyentes, y en la medida en que estos la reciben de modo libre y personal. No se trata se asumir la preparación a la Pascua porque así se mande, sino porque se considera importante. Es decir, deseamos recibir, acoger y hacer nuestra esta preparación que pedagógicamente los pastores proponen para la vida, celebración, santidad y misión de todos. Las formas concretas en el caso de la Cuaresma, es la práctica litúrgica y sacramental propia de este tiempo. El camino cuaresmal es mirar a Cristo y dejarse mirar por él para percibir de su mirada amo- rosa el don y la gracia de una conversión profunda, hacia Dios, fruto de la gracia. Es una mirada hacia el verdadero centro. Área Eclesial Conferencia Episcopal de Chile ESPIRITUALIDAD CUARESMAL Conviértenos, Señor, y nos convertiremos (Lam 5, 21) En abril comenzamos con los Cursos: Introducción al Antiguo Testamento Introducción al Nuevo testamento Mes de mayo: —El Pentateuco (martes) —Evangelios Sinópticos (jueves) Modalidad Presencial y Virtual: www.sanpablocampus.com Información e inscripciones: SAN PABLO – SOBICAIN: Avda. L. B. O’Higgins 1626 (metro estación Los Héroes) Teléfonos (56) 227200347 – 227200300 [email protected] www.sanpablochile.cl/sobicain [email protected] SAN PABLO – SOBICAIN

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  • El Domingo, da del Seor. Semanario Litrgico. Con las debidas licencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litrgicos.Editor: Pa Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.Direccin, redaccin y administracin: Avda. L. B. OHiggins 1626,Santiago Centro - Tel.- 227200300; Tel.- Fax: 226728469 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.clImpresor: Morgan IMpresores s. a. Tel.- 227579400 - Andes # 4616, Quinta Normal - Stgo.

    EL DOMINGOMARZO - ABRIL 2015

    00200708

    Dios Nos Habla Cada Da

    Lu 2: Dn 9, 4-10; Sal 78, 8-9. 11. 13; Lc 6, 36-38. (S. Lucio)

    Ma 3: Is 1, 10. 16-20; Sal 49, 8-9. 16-17. 21. 23; Mt 23, 1-12. (Stos. Emeterio y Celedonio/ Sta. Elisa)

    Mi 4: Jer 18, 18-20; Sal 30, 5-6. 14-16; Mt 20, 17-28. (S. Casimiro)

    Ju 5: Jer 17, 5-10; Sal 1, 1-4. 6; Lc 16, 19-31. (Sta. Olivia)

    Vi 6: Gn 37, 3-4. 12-13. 17-28; Sal 104, 16-21; Mt 21, 33-43. 45-46. (S. Olegario/ Sta. Elcira)

    S 7: Miq 7, 14-15. 18-20; Sal 102, 1-4. 9-12; Lc 15, 1-3. 11-32. (Stas. Perpetua y Felicidad)

    Do 8: 3 de Cuaresma x 20, 1-17 (o ms breve: x 20, 1-4. 7-8. 12-17);

    Sal 18, 8-11; 1Cor 1, 22-25; Jn 2, 13-25. (S. Juan de Dios)

    A cuarenta das de qu? De recibir.

    Los seres humanos damos y recibimos y cuando se trata de las cosas que tiene relacin con Dios, lo hacemos desde un acto derivado de la fe. As, cuando deseamos prepararnos para re-cibir la fiesta de la resurreccin del Seor, por medio del tiempo que llamamos Cuaresma, nos abrimos para acoger, para recibir, para guardar para nosotros, para aceptar este acontecimiento.Al abrirnos para recibir lo hacemos en un proceso lento y de manera personal o grupal por-

    que lo que esperamos recibir, deseamos hacerlo nuestro ya que lo consideramos un bien.Recibir algo, puede hacerse de modo general, en el sentido de decir, voy a entrar en el tiempo

    de Cuaresma. Es como tomar conciencia de que estamos en espera de la conmemoracin de la Pascua del Seor.Un segundo nivel, es vivirlo como un acontecimiento esencial para nosotros y para la vida de

    la Iglesia, puesto que por medio de esta preparacin, asumimos el modo y manera en que se transmite el mensaje de la revelacin de Cristo a la fe viva de los creyentes, y en la medida en que estos la reciben de modo libre y personal. No se trata se asumir la preparacin a la Pascua porque as se mande, sino porque se considera importante.Es decir, deseamos recibir, acoger y hacer nuestra esta preparacin que pedaggicamente los

    pastores proponen para la vida, celebracin, santidad y misin de todos. Las formas concretas en el caso de la Cuaresma, es la prctica litrgica y sacramental propia de este tiempo. El camino cuaresmal es mirar a Cristo y dejarse mirar por l para percibir de su mirada amo-

    rosa el don y la gracia de una conversin profunda, hacia Dios, fruto de la gracia. Es una mirada hacia el verdadero centro.

    rea Eclesial Conferencia Episcopal de Chile

    ESPIRITUALIDAD CUARESMAL

    Convirtenos, Seor, y nos convertiremos (Lam 5, 21)

    En abril comenzamos con los Cursos: Introduccin al Antiguo Testamento Introduccin al Nuevo testamento Mes de mayo:El Pentateuco (martes)Evangelios Sinpticos (jueves)

    Modalidad Presencial y Virtual: www.sanpablocampus.com

    Informacin e inscripciones: SAN PABLO SOBICAIN: Avda. L. B. OHiggins 1626

    (metro estacin Los Hroes)Telfonos (56) 227200347 227200300

    [email protected] www.sanpablochile.cl/sobicain

    [email protected]

    SAN PABLO SOBICAIN

  • Ao XL, N 2.098 2 domingo de Cuaresma 1 de marzo de 2015

    Todos los aos, en el segundo domingo de nuestro camino hacia la Pascua, recordamos aque-lla experiencia singular que vivie-ron, en lo alto de un monte, Jess y sus discpulos, y que llamamos La Transfiguracin. La liturgia nos ayu-da as a comprender que todo el iti-nerario cuaresmal es una propues-ta de transfiguracin, se trata de ir transformando la opacidad de nues-tra vida en una existencia luminosa

    y radiante, de forma que lleguemos a la celebracin de la Pascua de un blanco resplandeciente. La transfiguracin del Seor nos habla de la fidelidad de Dios con su pueblo, pero tambin Dios exige nuestra fidelidad. As Abraham en prueba de fidelidad a Dios est dis-puesto a sacrificar a su hijo Isaac, y el mismo Dios, nos dir san Pablo, entreg a su Hijo a la muerte, por la salvacin de todos. A esta fideli-dad de Dios, la Alianza, queremos responder con nuestros esfuerzos de conversin, con el deseo since-ro de escuchar a su Hijo Jesucristo y seguirlo, en la familia, en el trabajo, en la comunidad cristiana, entre los amigos. La transfiguracin del Seor tam-bin nos anima a caminar con es-peranza. Tambin hoy Jesucristo ilumina nuestra vida, en medio de nuestros cansancios y dificultades, nos toma de la mano y nos lleva a ver su rostro resplandeciente para vencer el miedo de seguirlo, de es-cucharlo. Sale a nuestro encuentro, ofrecindonos el alimento de la eu-carista, el alimento de su Palabra y de su Cuerpo y Sangre. La eucarista es nuestro vitico para el camino, para que recibiendo como alimen-to al Seor resucitado podamos se-guirlo con mayor fidelidad, a pesar de los contratiempos y temores que aparecen a lo largo de nuestra vida.

    Comisin naCional de liturgia

    Este es mi Hijo muy querido,

    ESCCHENLO

  • te colmar de bendiciones y multiplicar tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que est a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarn las ciuda-des de sus enemigos, y por tu descenden-cia se bendecirn todas las naciones de la tierra, ya que has obedecido mi voz. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Seor.

    3. Salmo Sal 115, 10. 15-19 R. Caminar en presencia del Seor.Tena confianza, incluso cuando dije: Qu grande es mi desgracia!. Qu penosa es para el Seor la muerte de sus amigos! R.Yo, Seor, soy tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas. Te ofrecer un sacrificio de alabanza, e invo-car el nombre del Seor. R.Cumplir mis votos al Seor, en presencia de todo su pueblo, en los atrios de la Casa del Seor, en medio de ti, Jerusaln. R.

    4. Segunda Lectura Rom 3, 31-34Lectura de la carta del Apstol san Pablo a los cristianos de Roma. Hermanos: Si Dios est con nosotros, quin esta-r contra nosotros? El que no escatim a su propio

    Hijo, sino que lo entreg por todos noso-tros, no nos conceder con l toda clase de favores? Quin podr acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifi-ca. Quin se atrever a condenarlos?. Ser acaso Jesucristo, el que muri, ms an, el que resucit, y est a la de-recha de Dios e intercede por nosotros? Palabra de Dios. R. Te alabamos, Seor.

    Aclamacin al Evangelio Desde la nube resplandeciente se oy la voz del Padre: ste es mi Hijo amado; es-cchenlo.

    5. Evangelio Mc 9, 2-10Evangelio de nuestro Seor Jesucristo segn san Marcos. Jess tom a Pedro, Santiago y Juan, y los llev a ellos solos a un monte elevado. All se

    1. AmbientacinEn nuestro itinerario hacia la luz de la Pascua, en este segundo domingo de Cuaresma, subimos a la montaa con Cristo para contemplar la gloria de su transfiguracin. El mismo Cristo, que manifiesta su divinidad, es el que hoy se nos da como alimento para nuestra vida cristiana; para ser personas autntica-mente transfiguradas a su imagen.

    Introduccin a las lecturas bblicasDios habla al hombre. Abraham escucha y cumple con fe y obediencia la palabra de Dios (1 lectura). Pablo dice que Dios est con nosotros y que nos perdona en su propio Hijo (2 lectura). Hay que abrir el corazn para escuchar la voz de Dios. El Padre exhorta a todos a escuchar la voz de su Hijo que camina hacia la muerte (evangelio).

    2. Primera Lectura Gn 22, 1-2. 9-13. 15-18 Lectura del libro del G-nesis. Dios puso a prueba a Abraham. Abraham!, le dijo. l respondi: Aqu es-toy. Entonces Dios le sigui diciendo: Toma a tu hijo nico, el que tanto amas, a

    Isaac; ve a la regin de Moria, y ofrcelo en holocausto sobre la montaa que Yo te indicar. Cuando llegaron al lugar que Dios le haba indicado, Abraham erigi un altar, dispuso la lea, at a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la lea. Luego extendi su mano y tom el cuchillo para inmolar a su hijo. Pero el ngel del Seor lo llam desde el cielo: Abraham, Abraham!. Aqu estoy, respondi l. Y el ngel le dijo: No pongas tu mano so-bre el muchacho ni le hagas ningn dao. Ahora s que temes a Dios, porque no me has negado ni siquiera a tu hijo nico. Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tena los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreci en holocausto en lugar de su hijo. Luego el ngel del Seor llam por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le dijo: Juro por m mismo orculo del Seor: porque has obrado de esa mane-ra y no me has negado a tu hijo nico, Yo

    Ciclo B - Color Morado

  • transfigur en presencia de ellos. Sus ves-tiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podra blanquearlas. Y se les aparecieron Elas y Moiss, conversando con Jess. Pedro dijo a Jess: Maestro, qu bien estamos aqu! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moiss y otra para Elas. Pedro no saba qu decir, porque estaban llenos de temor. Entonces una nube los cubri con su som-bra, y sali de ella una voz: ste es mi Hijo muy querido, escchenlo. De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jess solo con ellos. Mientras baja-ban del monte, Jess les prohibi contar lo que haban visto, hasta que el Hijo del hom-bre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se pregunta-ban qu significara resucitar de entre los muertos.Palabra del Seor. R. Gloria a ti, Seor Jess.

    ReflexinNuestra vida transcurre muchas veces con dificultades, y el desnimo aparece. La Palabra de Dios nos recuerda hoy que Dios no nos abandona nunca, que se ha comprometido con nosotros en Je-ss, que hemos de caminar escuchn-dolo. Creemos que Jess camina con nosotros, y nos da fuerza para empren-der el camino de la cruz?

    6. Oracin UniversalM. Presentamos al Padre algunas de nuestras necesidades, en la certeza de que l puede y quiere salvarnos. Oremos diciendo: R. Transfrmanos, Seor.1.- Por todos los bautizados que forma-mos la Iglesia: para que cada vez prestemos ms atencin a la voz del que fue presentado en el Tabor como el Hijo Amado. Oremos. R.2.- Por todos aquellos que se preparan para recibir, en la Pascua que se acerca, los sacramentos de la Iniciacin Cristiana (el Bautismo, la Confirmacin, la Eucarista); que su camino catequtico les haga descubrir la alegra de la fe. Oremos. R.

    3.- Por todos los hombres y mujeres que hoy buscan a Dios y no lo encuentran: para que de alguna forma a ellos tambin les llegue la iluminacin que los discpulos recibieron en el monte Tabor. Oremos. R.4. Por todos nosotros, que hemos venido a celebrar la muerte y resurreccin del Seor; para que el camino hacia la Pascua que estamos recorriendo nos cambie y nos transfigure, hacindonos testigos consecuentes de lo que creemos. Oremos. R.(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad)M. Concdenos, Seor, llegar a las fiestas de la Pascua renovados por la imitacin y seguimiento de tu Hijo, que vive contigo y el Espritu Santo por los siglos de los siglos.

    Alabanza y Preparacin a la ComuninPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbtero (ADAP) y la comunin de enfermos.

    M. Seor, con tu Apstol Pedro te deci-mos: Maestro que bien estamos aqu. Aydanos una vez ms a bendecir el amor de tu Padre.R. Dios, bendito eres eternamente!1.- Por Abraham, nuestro padre en la fe, en quien t has bendecido a todas las na-ciones de la Tierra. R.2.- Por Abraham e Isaac, por Moiss y Elas, por Pedro, Santiago y Juan, por todos los santos y todos los ngeles que nos acompaan a lo largo de esta sema-na. R.3.- Por la comunidad reunida en tu Nom-bre, por tu Palabra proclamada en me-dio de ella, por la eucarista que nos das como alimento de vida. R.M. Dios nuestro Padre, nos ha entregado a su propio Hijo. Cmo podramos du-dar de tu amor? Por eso, nos atrevemos a decir confiadamente: Padre nuestro

    Sugerencias de CantosHacia ti, morada santa/ El Seor es mi luz y mi salvacin/ Caminar en presen-cia del Seor/ Donde hay amor y caridad/ Sgueme soy camino.