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    Nelson Vergara Muoz1

    RESUMEN

    En este ensayo hacemos un anlisisepistemolgico de la Significacin

    Social y el Territorio, concluyendo que

    el concepto de territorio refiere la

    construccin de un proyecto-trayecto que noest dado sin ms, sino que es construido,creado imaginativamente como un a priorique una comunidad tender a materializar,segn las circunstancias histrico-sociales enque se crea o inventa el proyecto y suitinerario ideal, es decir, segn y cmo lodibuje su emocin y su utopa. En estesentido, el territorio es parte de un sueocolectivo en el que han de concretarse sus

    fines y valores porque cree en ellos.

    Palabras clave: significacin social,imaginario, territorio.

    ABSTRACT

    In this paper we make an epistemologicalanalysis of 'Social Meaning' and'Territory', concluding that the termterritory refers to the construction which

    imaginatively created as prerequisitewhich a community will tend tomaterialize, according to the historicaland social circumstances of the projectand its ideal itinerary is created, orinvented, according to how it is drawn,its emotion and utopia. In this sense, theterritory is part of a collective dream inwhich its goals and values are

    materialized because it believes in them.

    Key words:

    social significance,imaginary, territory.

    1 Magister en Filosofa, Investigador Asociado del Centro de Estudios de la Realidad Local yRegional (CEDER) de la Universidad de los Lagos. Lneas de investigacin: filosofa,epistemologa, cultura. Direccin: Lord Cochranne 1056, Osorno. Telfono (0642-333583. E-

    'SIGNIFICACIN SOCIAL'Y 'TERRITORIO':APROXIMACIONESEPISTEMOLGICAS

    'Social Meaning' and 'Territory': epistemological approaches

    Revista Lider Vol. 21. 2012 pp 9-18

    ISSN: 0717-0165versin impresa ISSN: 0719-5265 versin en lnea

    is something that is not given

    but is built,

    mail: [email protected]. El artculo sintetiza parte delos resultados obtenidos durante la ejecucindel Proyecto FONDECYTNro 1110026, dirigido por el Dr. Sergio Mansilla Torres.

    Recibido: Enero, 2012 // Aceptado:Agosto, 2012

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    Con la expresin aproximaciones epistemolgicas, nos referimos auna temtica que interroga por el status terico y eventualmente,

    metodolgicode enunciados (o sistemas de enunciados), teoras que, segnK. Popper (1992), explicitan (o suponen), significaciones presentes (o latentes)en nociones y conceptos; significaciones que no se cierran sobre cuestionesunvocas, sino que se despliegan en mltiples interrelaciones y contextossemnticos. En nuestro caso, se trata de la apertura semntica de los conceptosSignificacin Socialy Territorio.

    Estas referencias nos imponen detenernos, en primer lugar, en ladireccin de nuestras reflexiones. As, decimos Significacin Social y

    Territorio, dando por descontado que hay un lazo por de-velar y que ese lazodescansa precisamente en la conjuncin de los conceptos citados. Queremosapuntar a ese lazo, en la perspectiva de que no son dos conceptosindependientes que busquen una conexin, o que aviven una expectativa deunidad, sino que, propiamente, queremos verlos en esa unin, indagando launidad de un modo determinado; y esto es, no el uno y el otro, o uno junto alotro, sino uno mediante o a travs del otro. No es por tanto una relacin aditiva,sino dialgica y, eventualmente, recursiva, segn lo ha planteado E. Morin(2003: cap. 4). Por esto, tal relacin implica la consideracin de un mbito enque se den identidades al mismo tiempo que diferencias, semejanzas y

    distinciones.

    En segundo lugar, el tema nos exige determinar, no solamente ladireccin sino que tambin el sentido en que un concepto se puede ver medianteotro, por tanto el grado y la profundidad de las interdependencias, de acuerdo alos citados principios del pensamiento complejo dialgico y recursivo

    pensamiento desde el que queremos hablar y en el que nos obligamos asituarnos (E. Morin: op. cit., cap. 4).

    Entonces, vamos a decidirlo de esta forma: dilucidamos el sentido delconcepto Territorio desde el sentido del concepto Significacin Social, altiempo que comprendemos el sentido de la Significacin Social desde elsentido del concepto Territorio, de modo que, concretamente, nuestro

    problema se formula as: qu aporta a la comprensin del conceptoTerritorio la comprensin del concepto Significacin Social y viceversa?.

    Al respecto, nuestra hiptesis dice que, en virtud de camposespecficos de significacin, hay una correlacin e interdependencia entreambos conceptos y que tales condiciones pueden presentarse como una

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    INTRODUCCIN

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    alternativa frente a las tradicionales posiciones positivistas que analizan yreducen el territorioa representacionesaisladas, con referentes en realidadesespaciales objetivas, de preferencia geogrficamente objetivas y, por tanto,

    conceptualmente objetivas en tanto reflejo de esas realidades geogrficas, ya seaen el sentido del realismo2 clsico y moderno, como a representaciones conreferentes de pura subjetividad, como fenmenos o datos de consciencia, talcomo se pueden hallar en las formulaciones del idealismo3 clsico, o delconstructivismo radical contemporneo4. En estas tres situaciones generales nos

    parece que domina lo que Morin ha llamado el paradigma de la simplicidad(op. cit., cap. 4).

    Por el contrario, la correlacin que proponemos seala en la direccinde un mbito constituido e instituido por modos de ser (categoras) que no son

    ni objetivos ni subjetivos, sino que emergen de la comprensin de suconectividad incluyente/excluyente a la vez. Con esto afirmamos la hiptesis enel contexto de lo que Morin ha denominado la Complejidad, condicin que nos

    parece ser el fundamento de toda realidad y a la que habra que remitir tambinestas reflexiones.

    Pero esto es claramente insuficiente si no hallamos un mbito en elque la propia Complejidad encuentre su cumplimiento. Y tal nos parece ser nosolamente el mbito que se viene llamando cotidianidad(Giannini, 1987 ) sinoque tambin aqul que se nos refiere con el concepto de lo imaginario,(principalmente en Bachelard, Durand, Castoriadis), lo que nos permitirentonces definir el territorio como una realidad imaginaria. De esta manera, ala pregunta que interroga, epistemolgicamente, por el ser del territoriorespondemos en trminos de significacin social imaginaria (C. Castoriadis,2007). De este modo nos parece que, desde un punto de vista epistemolgico, elterritorio no es, en lo esencial, ni una cosa ni una idea en sentido psicolgico,sino una interpretacin del espacio, interpretacin como la propone el

    pensamiento de Paul Ricoeur5.

    Los conceptos que estn orientados a circunscribir, delimitar yproporcionar seales e ideas acerca del territorio, as como las formas en que seperciben, se viven y, sobre todo, se piensan los territorios, tienen comoreferencia comn remitirnos a especificidades del espacio: lugares, no lugares,

    2Ortega y Gasset, Jos:Historia como sistema.3Idem4Watzlawick, Paul y Krieg (Comps.):El ojo del observador, contribuciones al constructivismo5Ricoeur, Paul: Freud: una interpretacin de la cultura.

    EL TERRITORIO COMO SIGNIFICACIN SOCIAL IMAGINARIA

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    sitios, paisajes, etc., indican bastante bien esa condicin espacial que pareceformar parte esencial de la vida humana. De este modo, aunque el territorio nosea en s y siempre un concepto, se deja sin embargo atrapar por ellos, de tal

    manera que podemos hablar del territorio en esta condicin conceptual.Decimos entonces que el territorio es el concepto mediante el que nosrepresentamos, o significamosel espacio, destacando propiedades o cualidadesque van diciendo lo que el espacio es y a qu tipo de espacio nos estamosrefiriendo6. Oral o escrita, la palabra acta aqu como un significante quevehicula significados que refieren al objeto en cuestin y hacen posible que

    podamos tener de l representaciones, significados o imgenes especficas,contextos en que la representacin y la imagen resultan ser subsidiarias de lasignificacin, aunque no estn necesariamente determinadas por ella, por cuanto

    pensamos la recursividad como una co-determinacin. En este sentido decimos

    que el territorio es una significacinimaginaria especfica del espacio. No nosreferimos, por tanto, al simple espacio, ni a un tipo genrico de referenciaespacial, sino a una cierta manera de concebirlo. Acaso una referencia comnsea la que afirma que el territorio es el espacio apropiado, hecho propio,

    percibido, vivido o pensado como propio (Gimnez, G., 2004), por tanto, unespacio que seala a aqullos que as lo viven, lo perciben o lo piensan. Esto es,un espacio de identidad social y de historia, en el sentido en que Marc Aug

    piensa la nocin y el concepto de lugar7. Por esto, al concepto de territorio sele adscribe, con cierta necesidad, el concepto de pertenencia. Y, por esto, la

    pertenenciaes necesariamente, sociohistrica.De este modo se entiende que el territorio sea siempre de alguieny, en

    la medida que nos refiere la pertenencia, significativamente colectiva, entoncesel territorio es una significacin social, ya que el marco en que estasignificacin tiene sentido es el de la colectividad o de una parte de ella. Portanto, y esto nos parece decisivo, el territorio no se presenta nunca como algonatural, como un dato, como algo dado, autnomo o independiente de quieneslo habitan, quienes lo encontraran o hallaran all en el espacio fsico sin ms,sino que se manifiesta siempre como producto de una intervencin social que lo

    construyey que por eso crea condiciones de habitabilidad; por tanto, como unainvencin o creacin de la sociedad; con otras palabras, como unainstitucinycomo tal instituida y constituida socioculturalmente. Esta determinacinsociocultural (sociohistrica) es la que nos parece decisiva porque lo queestimamos como esencial en los territorios no lo es por ser, sin ms, territorio,

    6En los hechos no hacemos sinnimos estos conceptos, por cuanto el primero nos enva ms biena cuestiones psicolgicas, mientras el segundo, que preferimos, nos seala en la direccin de losociohistrico como veremos al situarnos de preferencia en el lenguaje.7Aug, Marc.Los no lugares. Espacios del anonimato.

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    sino por ser institucin. Entonces podemos decir que el concepto territoriorefiere a una institucin del espacio como espacio apropiado, por y paraaquellos en quienes esa institucin tiene sentido8. Lo que efectivamente sea el

    territorio devendr entonces de esta dimensin institucionalizada; ms an,doblemente institucionalizada, ya que el lenguaje en/con que se lo dice osignifica tambin lo es, lo que nos muestra lo complejo de su realidad, la quenos imaginamos formada por una suerte de sistema estratificado al modo de lasrealidades arqueolgicas`.

    El ms superficial y, en apariencia, el ms evidente de los estratos queconfiguran al territorio como institucin, parece ser su condicin funcional:

    estar al servicio de ciertas necesidades y fines especficos, a quienes satisface,digamos as, adecuadamente, al punto que, para muchos, pareciera reducirse aesta funcionalidad: en tal sentido el territorio es aquello que sirve para y seadecua a ello, por ejemplo para sostener una colectividad y su cultura, paradarles un lugar propio, para delimitar su pertenencia, facilitar su desarrollo,guarecerse de peligros extraos, defender y defenderse indentitariamente, etc.Sin esta condicin funcional, es claro que ninguna institucin territorial podrasubsistir, como no puede hacerlo ningn tipo de institucionalidad9.

    Pero, la cuestin funcional no lo es todo en la institucin, porqueentonces uno no se explica por qu determinadas comunidades eligen loextremo e inhspito como su lugar identitario y por qu no ha habido en generalunanimidad en esta eleccin tan bsica para la instalacin social y lasatisfaccin social de necesidades y beneficios, fines o valores, los que sonmaterializados de tan diversas maneras y en ambientes territoriales tan distintos.De acuerdo con Castoriadis, esto tiene unprincipiode explicacin en el sentidode que lo que se ha sealado no constituyen cuestiones naturales, sino que, a su

    juicio, tanto las necesidades como sus fines estn siempre condicionadossocioculturalmente10.

    Lo anterior significa entonces que la interpretacin del espacio entrminos de territorio trasciende la funcionalidad y que es esta mismafuncionalidad la que debe ser explicada, lo que lgicamente no puede hacersedesde s misma, sino desde fuera de ella.

    8Castoriadis, Cornelius.La institucin imaginaria de la sociedad.9Castoriadis, op. cit.10Castoriadis, dem.

    EL TERRITORIO COMO INSTITUCIN

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    Pues bien, ese fuera, paradjicamente, no es sino un dentro yconstituye un segundo estrato en la arqueologa que indicamos. Entonces elterritorio en tanto institucin nos remite a lo que se ha llamado el nivel

    simblico: como toda institucin, el territorio es una red simblica11

    y desde ellapuede explicarse la propia funcionalidad. As vemos que el sentido de lofuncional se halla en el sentido de los smbolos, estrato que explicara por qulas funciones territoriales no se piensan o viven del mismo modo en lasdiferentes culturas o formaciones sociohistricas. Esto quiere decir que losmismos significantes pueden eventualmente simbolizar experiencias distintas,diferentes, incluso en el interior mismo de las comunidades o sociedades.

    Sin embargo, dice Castoriadis, cualquiera que sea la teora del smboloque se maneje, es claramente perceptible que tambin el simbolismo es

    insuficiente. El smbolo dota de sentido a lo funcional, pero no lo cubrecompleta y coherentemente: lo ms probable es que lo desborde, que haya allsiempre un excedente de sentidoque no pueda ser controlado. Aun as, es claroque en este nivel, la institucin ve mejor traducido su proyecto y su trayectosociohistrico que en la simple funcionalidad y que se enraza mscoherentemente con su condicin sociohistrica al introducir en el territorio esaenerga espiritual que se visibiliza en su interpretacin, no como algopara, sinoque algoporotra cosa.

    Esto se revela segn Castoriadis en las preguntas de por qu, siendolas significaciones vehiculadas por los smbolos en su dimensin significante,los proyectos sociohistricos tienen que decidir y de hecho deciden por un tipode smbolos y no por otros y, ms an, por qu los mismos significantes suelentener diferentes significados, o por qu significantes distintos pueden ostentarsignificaciones comunes? (2007: 220).

    As, el territorio puede simbolizar muchas cosas y simbolizarse demuchos modos, sin que ninguno de estos significados lo agoten. Parecieraentonces que hay all algo ms que funciones y smbolos (2007: 221), algo que

    en rigor parece tambin responsable de las funciones y smbolos mismos.

    11Castoriadis, Idem

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    Al respecto, Castoriadis dice que

    Nada permite determinar a priori el lugar por elque pasar la frontera de lo simblico, el punto a partir delcual el simbolismo se desborda en lo funcional. No puedefijarse ni el grado general de simbolizacin, variable segnlas culturas, ni los factores que hacen que la simbolizacinafecte con una intensidad particular sobre tal aspecto de lavida de la sociedad considerada (2007: 199).

    Pero el simbolismo no se desborda solamente en lo funcional. En

    cierto modo se desborda de s mismo tambin hacia una relativaindeterminacin, ya que de otro modo habra que pensar que todo smbolo estdesde ya determinado para una cultura. Pero este desborde sobre loindeterminado es lo que abre paso a nuevas simbolizaciones, creaciones oinvenciones desde donde se reanuda siempre el dilogo con las circunstancias,dilogo en que est en juego un sentido, no desde lo percibido o pensado, sinoque desde lo imaginario.

    As entramos en el tercer y definitivo estrato institucional en el que elterritorio revela su condicin sociohistrica. Siendo un espacio apropiado poralguien o para alguien, un sujeto colectivo, el territorio asume el simbolismo ysus ritualidades como manifestacin especfica de lo que significa para cadacomunidad o sociedad (o parte de ella), al punto que distintos territorios puedencoexistir en un mismo espacio geogrfico, as como un mismo territorio

    pudiera, circunstancialmente, estar presente en distintos espacios de lageografa, o estar en las memorias colectivas, o estar en las imaginacionesutpicas de las colectividades, sea para alcanzarlos alguna vez, o pararecuperarlos algn da, etc. Incluso, en esta acepcin nos parece que tambincabe pensar los territorios como expresin de sensibilidades, artsticas o

    poticas. Pintura, escultura o poesa, que conciben al cuerpo, natural o humano,como territorio, son una prueba fehaciente.

    Lo imaginario aparece entonces como un principio, como la matrizdesde donde algo como la dimensin territorial adquiere su sentido y semanifiesta simblica, ritual y eventualmente funcional, es decir, como el lugardonde todo adquiere consistencia y significacin.

    Al respecto, dice Castoriadis:

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    Este elemento que da a la funcionalidad de cada sistema institucional

    su orientacin especfica, que sobredetermina la eleccin y las conexiones de lasredes simblicas, creacin de cada poca histrica, su manera singular de vivir,de ver y hacer su propia existencia, su mundo y sus propias relaciones; esteestructurante originario, este significado-significante central, fuente de lo que seda cada vez como sentido indiscutible e indiscutido, soporte de lasarticulaciones y de las distinciones de lo que importa y de lo que no importa,origen del exceso de ser de los objetos de inversin prctica, afectiva eintelectual, individuales y colectivos este elemento no es otra cosa que loimaginariode la sociedad o de la poca considerada (2007: 234).

    En un trabajo anterior12nos referimos a esta condicin imaginariadelterritorio y sealamos entonces algunos hitos importantes de esta idea-percepcin. Amodo de cierre, transcribimos lo esencial de lo que entonces nos pareci pertinentey que tiene plena vigencia en este contexto. Segn esa idea-percepcin, elconcepto de territorio refiere la construccin de un proyecto-trayecto que no estdado sin ms, sino que es construido, creado imaginativamente como una priorique una comunidad tender a materializar, segn las circunstancias histrico-sociales en que se crea o inventa el proyecto y su itinerario ideal, es decir, segn ycmo lo dibuje su emocin y su utopa.

    En este sentido, el territorio es parte de un sueo colectivo en el que hande concretarse sus fines y valores porque cree en ellos. No se trata, entonces, de unaopinin o de un sistema racional de ideas, sino de una idea-creencia en el sentidoque Ortega entenda por conviccin (1962); una fe, por lo tanto algo que est mscerca de la sensibilidad que de la razn como la conceba la Modernidad. Hay enella mucho de emocin, de sentimiento vivo, de deseo; un afn casi irracional porsuperar un estado de cosas insatisfactorias y una bsqueda no menos emocional de

    identidad. Entonces, el territorio est en el corazn y en la geografa potica antesque en la geografa efectiva de un sitio o de un pedazo de tierra y, por esto, resultainconmensurable con las medidas exactas de la geometra; slo se le puede medircon la metfora del horizonte que se desplaza con el movimiento de la mirada; msall de la mirada misma.

    12Cfr, Saberes y entornos.

    AMODO DE CONCLUSIN

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    Pero ese ms all no es, propiamente, un afuera sino un dentro: elterritorio essegn estoalgo que se lleva al tiempo que se es llevado por l. Elterritorio se produce como se produce lo potico: crendolo. Y como la utopa es

    una de las expresiones de lo imaginario,el territorio, tambin, lo es. Sin embargo,esto es solamente una parte: la otra, contradictoriacon ella, es la defensa, tambinirracional, de ese sueo colectivo, el elemento ideolgico que sirve de marco

    justificatorio de la utopa. El territorio es, desde aqu, aquel espacio apropiado y notransable ni intercambiable por otros sueos. Tradiciones, mitologas, creencias, sonfunciones inequvocas que dan forma a ese imaginario y, al mismo tiempo, susexpresiones ms slidas. Cuando el turista compara otros territorios con el propio, ocuando el migrante lleva su territorio encarnado en materialidades que tienen paral un valor simblico inequvoco, lo que hacen es situarseen lo propio, descubrirseen lo ajeno como aquello que les remite a s mismo, inalienable y eterno. Por esto,

    el territorio es aquello Otro en el que uno ha de hallarse comoMismoy entendersedesde ah.

    Pues bien, a esto es a lo que nos hemos referido cuando decimos, amanera de tesis, que el territorio es en verdad una interpretacin del espacio comoespaciopropio, espacio de historia e identidades en el que cabe reconocerse. Perosabemos ya que el reconocimiento es siempre una cuestin social. Por tanto,creemos que la complejidad de la sociedad es siempre correlativa con lacomplejidad del territorio y por esto de las identidades.

    BIBLIOGRAFA

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    Watzlawick, P.; Krieg (1994). (Comps.) El ojo del observador, contribucionesal constructivismo, Barcelona, Gedisa.