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 1 INSTITUTO DE TEOLOGÍA PASTORA “FRAY MARTÍN” DIÓCESIS DE CHOSICA CURSO DE TEOLOGÍA A DISTANCIA CELIA NUÑEZ VILLEGAS

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  • 1

    INSTITUTO DE TEOLOGA PASTORA FRAY MARTN

    DICESIS DE CHOSICA

    CURSO DE TEOLOGA A DISTANCIA

    CELIA NUEZ VILLEGAS

  • 2

    S U M A R I O

    DEDICATORIA...1 INTRODUCCIN...2 I LA REVELACIN DIVINA.....3

    1.1. LA REVELACIN...4 1.2. 1 LA REVELACIN NATURAL5 1.2.2 LA REVELACIN SOBRENATURAL..5

    1.2 ETAPAS DE LA REVELACIN6 1.3 SER Y EXISTIR.8 1.4 DIOS REVELA SUS DESIGNIOS9 II LA FE COMO EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO CON DIOS.....11

    2.1 EL HOMBRE EN BUSCA DE DIOS..12 2.2 LA FE CRISTIANA: UNA ACTITUD..12 2.3 LA FE COMO ACTITUD DEL HOMBRE.14

    III LA TRANSMISIN DE LA REVELACIN DIVINA.....19

    3.1 LA TRANSMISIN DE LA REVELACIN..20 3.2 LA PREDICACIN APOSTLICA.20 3.3 LA REVELACIN ENTRE LA TRADICIN Y LA SAGRADA ESCRITURA.22

    3.3.1 LA SAGRADA ESCRITURA.22 3.3.2 LA TRADICIN......22 3.4 EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA.22

    CONCLUSIONES BIBLIOGRAFA ANEXOS

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    Dedico esta monografa a todos(as) aquellos(as) que

    que dicen Dnde est Dios? Quin es?

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    I N T R O D U C C I N

    Vivimos en un mundo muy agitado lleno de preguntas, mucha gente

    vive en el vaco, en lo perdido; sin embargo Dios nos dice; escoge la vida, recoge la vida; estamos siempre delante de la urgencia de escoger y siempre nos arriesgamos a escoger mal.

    Dios se revela como Aquel que grita otra vez para la humanidad: escoge la Vida, recoge la vida. Cmo escoger la vida si no sabemos leer las seales del presente? Sin embargo muy poco nos detenemos a profundizar a fondo la experiencia de Dios en nuestras vidas, en la historia, en los acontecimientos, etc.

    La Biblia nos revela un Dios que es cercano y fiel; la proximidad de Dios se expresa en el pacto que establece con su pueblo: compasivo que liga estrechamente a las dos partes y vive en la memoria de Dios y en los creyentes que ponen en prctica sus requerimientos. La antigua y Nueva Alianza nos revela la fidelidad divina siempre dispuesta a perdonar y al mismo tiempo siempre exigente.

    La gran revelacin de Jess fue el PadreCuntos son, sin embargo, los cristianos que no conocen su condicin de hijos del Padre? Para la mayora de ellos su relacin con Dios no pasa de ser un puro respeto a su creador. Nunca han descubierto que nuestra vida depende y tiende a la de L.. El mundo sin embargo necesita conocer, descubrir a Dios en su calidad de Padre Abb Al enviarnos Dios a su Hijo para que se hiciese carne, tomando nuestro mismo ser humano para hacerlo suyo, en L Y por L hemos conocido un poco de la vida ntima de Dios. Jess nos ha revelado, que ese Dios que es su Padre, ha querido en su bondad tambin hacernos sus hijos por el Hijo.

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    CAPTULO I

    LA REVELACIN DIVINA.

  • 6

    1. LA REVELACIN DIVINA

    1.1 REVELACIN

    El hombre de todos los tiempos en su experiencia diaria se ha preguntado siempre: Quin soy? Cul es el sentido de mi vida? Y se ha percibido contingente limitado. As como tenemos percepcin de lo finito que somos, tenemos tambin nostalgia y deseo de lo infinito. Eso se expresa en nuestra bsqueda de la felicidad. En nuestro deseo profundo de Dios (Sal 42,2ss) vivimos buscndole porque venimos de l, porque somos su imagen y semejanza, y porque en lo ms profundo de nosotros hay dinamismo fundamental para volver a l.

    Bien, si tenemos nostalgia de Dios, slo en el encuentro lograremos

    ser felices, Cmo le encontraremos? A lo largo de la historia, hemos buscado este encuentro con el absoluto a travs de las religiones, la filosofa, la historia (Hch 17, 21- 55) Estas son insuficientes, nos enrumban pero no nos llevan al encuentro. Nuestra bsqueda de Dios est debilitada por la debilidad propia de estas vas y por la debilidad propia del hombre fruto del pecado. (Rom 1,20ss)

    El hombre no puede alcanzar a Dios por s mismo, y como no

    podemos, Dios por amor sale a nuestro encuentro. El se revela. Entonces la revelacin es la respuesta de Dios; y como no podemos, Dios, por amor sale a nuestro encuentro, El se revela.

    Dios mismo se revela a travs de lo que realiza ac en la tierra. Su creacin ya lo manifiesta, en su sabidura y en su poder soberano: nube, fuego, tormenta, brisa ligera. Este Dios es creador, rey y Seor; pero con Israel se muestra igualmente padre y esposo.1

    Entonces la revelacin es la respuesta de Dios a la bsqueda del hombre. Es la manifestacin personal de Dios a los hombres, en la que l da a conocer su propio misterio y el misterio de nuestra salvacin.

    Esta revelacin de Dios llega a nosotros por la escritura y por las tradiciones (estos hacen explcito lo que ya en la escritura es implcito). Jesucristo es la plenitud de la revelacin, todo cuanto conocemos de nuestra 1 DOFOUR, Len. Diccionario de Teologa Bblica. Barcelona 1967. Editorial Herder. Pg 871

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    Iglesia y su doctrina Cristo nos lo ha revelado. Dios, se da a conocer plenamente revelando su misterio (a S mismo) LA TRINIDAD.

    "Por la divina Revelacin Dios quiso comunicarse El mismo y tambin los decretos eternos de su voluntad acerca de la salvacin de los hombres, para hacerles partcipes de los bienes divinos que sobrepasan de modo absoluto la inteligencia de la mente humana"2

    La revelacin es progresiva, se da en la historia. Dios como un

    maestro se va manifestando poco a poco al hombre de 2 maneras:

    1.1.1 REVELACIN NATURAL.

    Manifestacin de Dios a travs de las cosas creadas, en cuanto que

    stas indican o nos remiten a la existencia y algunas cualidades del creador (Sal 8,2ss Sap 13, 19 Rom 1, 19-20) Por medio de la creacin Dios se deja ver por el hombre. De aqu que el hombre pueda conocer a Dios a travs de su inteligencia. Algunas precisiones a tener en cuenta: La revelacin natural es vlida y buena en s misma, pero es una revelacin insuficiente, incipiente y tambin imperfecta. Lo que de Dios se puede naturalmente conocer adquiere una certeza; pero nuestro conocimiento natural de Dios est sujeto a vicisitudes, se tergiversan y desvan; la revelacin natural slo puede ser por la revelacin sobrenatural.

    1.1.2 LA REVELACIN SOBRENATURAL

    Es la manifestacin personal y directa de Dios que se da desde la

    creacin del hombre. Dios habla muchas veces y de muchas maneras por los profetas, ltimamente, en estos das, nos habl por su Hijo (Heb 1, 1-2), pues envi a su Hijo, es decir la Palabra eterna que ilumina a todos los hombres; para que viviera entre ellos y les manifestara los secretos de Dios (Jn 1, 1-18)

    2 Vaticano II, Const. dogm. De Verbum, nm. 6)

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    Dispuso Dios en su sabidura revelarse a s mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante la cual los hombres por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espritu Santo. Dios quiere comunicar su propia vida divina a los hombres libremente creados por El para hacer de ellos, en su Hijo nico, hijos adoptivos (Ef1, 4-4) Al revelarse a s mismo, Dios quiere hacer a los hombres capaces de responderle, de conocerle y de amarle, ms all de lo que ellos seran capaces por sus propias fuerzas.

    Hace dos mil aos un nio ha nacido, que habra de inaugurar en el mundo un tiempo nuevo y un movimiento de hermandad que apenas empieza. Su nombre es Jess-Salvador. Su otro nombre es Emmanuel - Dios-con-nosotros-y-nosotras. Jess Emanuel!

    La revelacin comenzada en el Antiguo Testamento se comunica en el Nuevo Testamento, pero en lugar de ser transmitida por mltiples intermediarios, ahora se concentra en Jesucristo que es a la vez su autor y su objetivo. 3

    Dios se nos dio a s mismo, porque todo su ser es el de Padre: nos

    cre, nos envi a su Hijo, nos salva y nos dar su vida eterna como Padre. El es todo entrega, don y misericordia. Nos entreg a su Hijo, que es igual al Padre, como dice San Pablo: El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, y la imagen perfecta de su ser (Heb 1, 3) 2. LAS ETAPAS DE LA REVELACIN

    Dios se ha revelado al hombre comunicndole gradualmente su propio Misterio mediante obras y palabras. Ms all del testimonio que Dios da de S mismo en las cosas creadas, se manifest a nuestros primeros padres. Les habl y despus de la cada les prometi la salvacin y les ofreci su alianza (Gn 3, 15)

    Dios sell con No una alianza eterna entre El y todos los seres

    vivientes (Gn 9, 16) Esta alianza durar tanto como dure el mundo. Dios eligi a Abraham y sell una alianza con l y su descendencia. De l form a su pueblo, al que revel su ley por medio de Moiss. Lo prepar por los profetas para acoger la salvacin destinada a toda la humanidad. 3 DOFOUR; Len. Op cit

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    Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, en quin

    ha establecido su alianza para siempre. El Hijo es la Palabra definitiva del Padre, de manera que no habr ya otra revelacin despus de El.

    Hablamos mucho de revelacin divina. Afirmamos que Dios se revela en las cosas, en las personas y en los acontecimientos, pero Dios aparece escondido. Incluso cuando se revela, se oculta, la revelacin de Dios corresponde a la experiencia religiosa de quien recibe la revelacin.

    Dios se revela provocando en los corazones la experiencia religiosa. La experiencia de lo sagrado y del misterio. Es en nuestras experiencias religiosas que la revelacin de Dios se cumple. Si nadie acoge la revelacin, entonces no se cierra el circuito de la expresin-comunicacin de Dios.

    Sin embargo, cuando intentamos comprender y objetivar nuestras experiencias de Dios, percibimos que ellas no caben en nuestros pensamientos y sentimientos. Y cuando intentamos expresar esas experiencias, vemos que ellas no caben en nuestras palabras y en nuestros gestos.

    En nuestras comunidades eclesiales hay muchas respuestas ya hechas: Dios es padre, Dios es amor, es vida, es luz, es plenitud, Dios es un espritu perfectsimo. No es as tan fcil. Y podemos preguntar: Dios tambin no es tinieblas? Qu pasa con nuestras experiencias de vaco, cuando la vida parece haber perdido todo sentido? Algunas personas afirman: Dios no existe, no hay Dios, o ms bien, Dios es una fuerza, una energa.

    Qu Dios es ese que no existe? Ya hemos vivido la experiencia de

    dudar de la existencia de Dios? O de dudar del amor de un Dios que nos asegura ser todo amor y misericordia? Decir que Dios no existe ser tambin la expresin de una experiencia de lo sagrado? Negar la experiencia de Dios es una experiencia religiosa? Como es la experiencia de Dios en el corazn de alguien que se dice ateo o atea? Esa experiencia de Dios es en el corazn, o en el cerebro?

    A pesar de todos esos condicionamientos, tenemos que pensar en la fuerza transformadora de las experiencias religiosas de billones de hombres y mujeres a travs de los siglos. Aquellas experiencias intuidas como

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    ejemplares y que vienen definiendo las grandes tradiciones religiosas. Aquellas otras del da a da, que acompaan a la humanidad en su bsqueda del sentido de la vida.

    1.3. SER Y EXISTIR No son exactamente lo mismo.

    Ser es ser y ya est. Existir es ir siendo desde alguien, o algo ms

    grande. En nuestro concepto cristiano deberamos decir: Alguien es, y nosotros vamos siendo desde algo o alguien, a quien llamamos de Dios. Pero al mismo tiempo, en nuestro modo de hablar decimos que Dios existe, que Dios es eso o aquello, es poderoso, de esa o de aquella forma. En nuestra cultura occidental Dios es alguien, persona, a nuestra imagen y semejanza. El lenguaje es siempre limitado. Cuando revela, oculta, distorsiona.

    Ser es expresarse, reconocerse, revelarse, comunicarse, expandirse, crear. Dios es espacio-silencio, el silencio original que explota en palabra, silencio-palabra. El cosmos es palabra de Dios. Dios es expresin, comunicacin. Dios es palabra creativa, creadora.

    Existir tambin es expresarse. Dios se expresa y se revela creando, y nosotros existimos como expresin y palabra de Dios. Decimos que Dios es la grande realidad. Nosotros tambin somos realidad. Existimos como realidad de Dios. Como palabra del silencio de Dios. Al existir, nos expresamos, nos revelamos y nos comunicamos.

    Hay en cada persona una verdad de todas las personas. Y una

    revelacin. Sin embargo, para que la revelacin sea eficaz, es preciso que sea acogida. Es ah, en la acogida, que se realiza el circuito de la comunicacin. La acogida transforma la revelacin en dilogo. Dilogo de Dios con las personas. De las personas entre si, etc.

    En el universo en el cual estamos sumergidas y sumergidos en ese inicio del siglo 21, hay una verdad de universo del siglo 21. Dentro de ese universo me surgen preguntas:

    Hacia dnde va nuestro universo que parece apenas empezar?

    Cul el sentido de nuestro existir en un pequeo astro apagado, perdido en la inmensidad? Adnde llegarn nuestras naves espaciales? Hasta dnde

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    va el eco de nuestro dolor y de nuestra esperanza, hasta dnde la violencia y el amor? Por qu estoy yo en esa aventura?

    Dios se revela en un cosmos siempre en evolucin, pero es en

    nuestras experiencias religiosas que la revelacin de Dios se realiza, exigiendo nuestra respuesta. 1.4. DIOS REVELA SUS DESIGNIOS

    Dios creando y conservando el universo por su palabra, ofrece a los hombres en la creacin un testimonio presente de S mismo; queriendo adems abrir el camino de salvacin sobrenatural, se revel desde el principio a nuestros padres, despus de su cada los levant a la esperanza de la salvacin, con la promesa de la redencin; despus cuid continuamente del gnero humano para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvacin.

    Llam a Abrahn para hacerlo padre de un pueblo, despus instituy

    a dicho pueblo por medio de Moiss y los profetas para que lo reconocieran. Dios quiso que lo que haba revelado para salvacin de todos los pueblos se conservara ntegro y fuera transmitido a todas las edades. Por eso Cristo envi a los apstoles a predicar a todos el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora. Para que este Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los apstoles nombraron como sucesores a los Obispos. Esta tradicin, con la Escritura de ambos testamentos, es el espejo en quien la Iglesia peregrina contempla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta el da en que lleguemos a verlo cara a cara como es El. Es el creador, quien nos ha hecho la promesa de salvacin, quien nos da la gracia para hacernos sus hijos. El es quien nos ha enviado a su Hijo, y por medio de Este, nos ha donado su Espritu. En el Nuevo testamento El envi a su Hijo y al Espritu Santo al mundo; es la fuente donde est brotando constantemente la misin de la Iglesia.

    Quiso Dios, con su bondad y sabidura revelarse a s mismo y manifestar el misterio de su voluntad. Por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espritu Santo, puedan los hombres

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    llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina.4

    El pueblo de Jess llamaba a Dios: Yo-Soy-Quien-Soy. Un nombre

    de misterio. Otros pueblos llaman a Dios por otros nombres, segn la experiencia que se tenga de lo sagrado. Jess nos ha enseado a llamar a Dios con un nombre carioso: Padre Nuestro! As vamos aprendiendo en nuestra comunidad de fe.

    La iniciativa de Dios es establecer un pacto con su pueblo; implica su fidelidad a El; un texto clave del xodo lo recuerda, al mismo tiempo que expresa otros atributos del Dios de la alianza. En el Monte Sina, lugar privilegiado de la epifana de Dios, Yahv pasa delante de Moiss y se declara a s mismo el seor, el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel. Ex 34, 6

    4 Documentos del Vaticano II Madrid 1968

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    CAPTULO II

    LA FE COMO EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO CON DIOS

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    2. EL HOMBRE EN BUSCA DE DIOS

    En nuestro caso, de modo particular, que es una historia de

    cristianismo, es necesario poner atencin a la experiencia religiosa del pueblo de Israel. Durante generaciones, los grupos descendientes de Abrahn y de Sara fueron haciendo una reflexin teologal sobre los hechos de su historia y han percibido en esos hechos una progresiva revelacin del ser superior. Para ellos, el ser superior se iba revelando como nico, transcendente y creador, actuante en su historia. Dios de Abrahn, Dios de Isaac y Dios de Jacob eran como los nombres de ese ser superior.

    Ms tarde, en la dura servidumbre del Egipto, los hebreos y las hebreas van a clamar por la liberacin. Es entonces que el Dios de Abrahn y de Sara, de Isaac y de Rebeca, de Jacob y de Raquel les revela por medio de Moiss su nombre de misterio: Yahv, Yo-Soy-Quien-Soy, as dirs al pueblo de Israel: Yo-Soy-Quien-Es, Yo-Soy

    En la impresionante sencillez de un dilogo entre Yahv que se

    revela y Moiss que acoge la revelacin, alguien recoge la tradicin de un grupo de tribus que iba tomando conciencia de si mismo como pueblo escogido.

    El hombre es por naturaleza y por vocacin un ser religioso, Viviendo de Dios y yendo hacia Dios, el hombre no vive una vida plenamente humana si no vive libremente su vnculo con Dios5

    Cuando Dios revela, el hombre tiene que someterse con la fe y es por la fe que el hombre se entrega entera y libremente a Dios; para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda junto con el auxilio del Espritu Santo, que mueve el corazn y lo dirige a Dios.

    2. 2 LA FE CRISTIANA: UNA ACTITUD

    Al revelarse a S mismo, Dios quiere hacernos capaces de responderle, de conocerle y de amarle. La mejor sntesis acerca de la fe nos la ofrece el Catecismo de la Iglesia Catlica:

    5 CATECISMO. Misin Jubilar. Lima 2000

  • 15

    Por su revelacin Dios invisible habla a los hombres como amigo, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicacin consigo y recibirlos en su compaa; la respuesta adecuada a esta invitacin es la fe.6

    La fe es una gracia: Cuando San Pedro confiesa que Jess es el

    Cristo, el Hijo de Dios vivo, Jess le declara que esta Revelacin no le ha venido de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que est en los cielos. La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por l. Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espritu Santo, que mueve el corazn, lo dirige a Dios, abre los ojos del espritu y concede a todos gusto en aceptar y creer la verdad.

    La fe es un acto humano: slo es posible creer por la gracia y los

    auxilios interiores del Espritu Santo. Pero no es menos cierto que creer; es un acto autnticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre depositar la confianza en Dios y adherirse a las verdades por l reveladas. Ya en las relaciones humanas no es contrario a nuestra propia dignidad creer lo que otras personas nos dicen sobre ellas mismas y sobre sus intenciones, y prestar confianza a sus promesas (como, por ejemplo, cuando un hombre y una mujer se casan), para entrar as en comunin mutua. Por ello, es todava menos contrario a nuestra dignidad presentar por la fe la sumisin plena de nuestra inteligencia y de nuestra voluntad al Dios que revela y entrar as en comunin ntima con l. La fe y la inteligencia: El motivo de creer no radica en el hecho de que las verdades reveladas aparezcan como verdaderas e inteligibles a la luz de nuestra razn natural. Creemos a causa de la autoridad de Dios mismo que revela y que no puede engaarse ni engaarnos. Sin embargo, para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme a la razn, Dios ha querido que los auxilios interiores del Espritu Santo vayan acompaados de las pruebas exteriores de su Revelacin. Los milagros de Cristo y de los santos, las profecas, la propagacin y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y su estabilidad son signos ciertos de la Revelacin, adaptados a la inteligencia de todos, motivos de credibilidad que muestran que el asentamiento de la fe no es en modo alguno un movimiento ciego del espritu La fe es cierta, ms cierta que todo conocimiento humano, porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir. Ciertamente las 6 CATECISMO. Op. cit

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    verdades reveladas pueden parecer oscuras a la razn y a la experiencia humanas, pero la certeza que da la luz divina es mayor que la que da la luz de la razn natural (Santo Toms de Aquino).

    La fe trata de comprender (San Anselmo): es inherente a la fe que el

    creyente desee conocer mejor a Aquel en quien ha puesto su fe, y comprender mejor lo que le ha sido revelado; un conocimiento ms penetrante suscitar a su vez una fe mayor, cada vez ms encendida de amor.

    La gracia de la fe abre los ojos del corazn (Ef 1,18) para una inteligencia viva de los contenidos de la Revelacin, es decir, del conjunto del designio de Dios y de los misterios de la fe, de su conexin entre s y con Cristo, centro del Misterio revelado. Ahora bien, para que la inteligencia de la Revelacin sea ms profunda, el mismo Espritu Santo perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones. As, segn el adagio de San Agustn, creo para comprender y comprendo para creer mejor.

    La libertad de la fe: El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe estar obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario Ciertamente, Dios llama a los hombres a servirle en espritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados por su conciencia, pero coaccionados Esto se hizo patente, sobre todo, en Cristo Jess. En efecto, Cristo invit a la fe y a la conversin, l no forz jams a nadie. Dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza a los que le contradecan. Pues su reino crece por el amor con que Cristo entreg su vida.

    La necesidad de la fe: Creer en Cristo Jess y en Aquel que lo envi

    para salvarnos es necesario para obtener la salvacin (Mc 16,16; Jn 3,36). puesto que sin la fe es imposible reconocernos como hijos de Dios, nadie es justificado sin ella y nadie, a no ser que haya perseverado en ella hasta el fin (Mt 10,22; 24,13), obtendr la vida eterna.

    2.2 LA FE COMO ACTITUD DEL HOMBRE

    Cuando decimos por costumbre: Yo creo que con estas palabras entendemos un saber vago, inseguro. De un modo similar muchos piensan que la fe cristiana es dar por verdaderos unos enunciados de la fe que no se pueden demostrar. Esta es la razn de que a muchas personas les parezca

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    la fe una actitud inmadura, infantil, mero espritu de servidumbre y falta de valor para atenerse a los propios criterios. Por otra parte, sabemos que en nuestra relacin con otras personas no podemos prescindir de la fidelidad y de la fe. Que el otro tenga buenos sentimientos hacia nosotros y que nos quiera es, en definitiva, algo que tenemos que creer.

    El significado de la fe en sentido bblico se esclarece primeramente en Abraham; con l comienza la historia especial de Dios con los hombres. La Sagrada Escritura le llama padre de la fe (Rom 4,12). Abraham vive en Ur deja Caldea y venera a los dioses de su linaje, hasta que un da le llega la llamada de Dios: Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostrar. Har de ti un gran pueblo Con tu nombre se bendecirn todas las familias del mundo (Gen 12,1-3). Abraham crey al Seor y se le cont en su haber (Gen 15,6). Abraham cree, es decir, acepta enteramente la palabra de Dios y se pone en camino siguiendo la indicacin divina. Lo arriesga todo: casa y patrimonio. Se queda sin hogar por cumplir la voluntad de Dios (He 11,8-14). Acepta un futuro completamente incierto. Pero se apoya en Dios y en su palabra. Est lleno de esperanza contra toda esperanza. De esta manera se convierte en padre de los creyentes. El camino de Abraham se complet en el camino de Jess, a cuyo seguimiento es llamado todo creyente. Lo mismo que Jess carece de hogar, vive en los caminos y no tiene sitio alguno donde reclinar la cabeza (Mt 8, 20), tambin sus discpulos deben dejarlo todo para seguirle (Mc 10,28). La obediencia de Jess al Padre le lleva a la cruz, donde en la noche ms oscura del abandono de Dios clama: Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado? (Mc 15,34). Pero precisamente en la muerte recibe el auxilio de Dios y es despertado a una nueva vida. As l, que aprendi sufriendo a obedecer, es el que inici y completa nuestra fe. En el nuevo testamento, por consiguiente, creer es sinnimo de caminar en seguimiento de Cristo.

    La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que El nos ha dicho y revelado, y que la santa iglesia nos propone, porque El es la verdad misma. Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntada de Dios.7

    La fe es pues, un camino. Hay que recorrer este camino fundado en la esperanza, que nos permite conocer el fin. Esto significa que la fe es un 7 CATECISMO op cit.

  • 18

    riesgo, un abandonar antiguas seguridades y un cambio radical de los puntos de vista y modos de conducta habituales. Este cambio slo es posible porque la fe es la respuesta a una llamada previa. El creyente se entrega a esta llamada y pone su confianza en Dios y en su palabra. Por esta razn, la primera palabra de la fe no es: yo creo que , sino. Yo creo en ti. En este abandono confiado en Dios se le abre al creyente una luz. En las palabras y las obras externas de la Revelacin conoce al Dios que se le revela.

    La fe, pues, ofrece un conocimiento nuevo. Pero no cree porque conoce, sino conoce porque cree. Al amor ya conocido de Dios no puede responder de otro modo que con amor. La fe es en cierto modo una declaracin de amor a Dios. El hablar de Dios al hombre conduce al creyente a hablarle a Dios, es decir, a la oracin, que es la forma ms importante de expresar la fe. El creyente, porque se sabe aceptado por Dios, puede tambin aceptarse a s mismo, a los dems y al mundo. En resumen, la fe es el acto que transforma la vida y el mundo. Entonces, Qu vendra a ser la fe para nosotros? Es un proyecto de vida que lo abarca todo y una actitud integral de la existencia. El creyente se identifica con la actitud fundamental y ms ntima de Jess. La Biblia hebrea empleaba para la palabra creer preferentemente el vocablo aman, que ha llegado hasta nosotros en la frmula litrgica de ratificacin amn. El significado fundamental de aman es estar seguro, ser estable. Creer significa sentirse seguro en Dios, confiar en El y contar con El, basar la existencia y encontrar apoyo y estabilidad en El. La fe es la confianza firme en Jesucristo de que Dios me es fiel en cualquier situacin de la vida y de que es el apoyo y el contenido de mi vida. Creer es decir amn en Dios con todas sus consecuencias. Significa la transformacin ms profunda del hombre, de sus ideas y de su vida. Por la fe somos en Cristo una nueva criatura. Concilio Vaticano II describe la fe: En la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela. De esta afirmacin podemos decir:

    1. Le fe es la respuesta del hombre a la Revelacin que Dios ha

    hecho de s mismo. No es un sentimiento vago, sin contenido. Tiene un contenido. Pero este contenido es, en el fondo, slo uno: Dios mismo, tal como se ha revelado al hacerse presente en la historia de los hombres.

  • 19

    2. La respuesta de la fe slo es posible porque Dios se adelanta al hombre y hace resplandecer en l la luz de su verdad; porque le hace ver y le ilumina los ojos del corazn (Ef 1,8). Por tanto, la fe es un don de la gracia de Dios. No son razones externas o el propio conocimiento interior, sino Dios mismo quien tiene que convencer al hombre y hacer que su verdad le ilumine.

    3. A pesar de lo anterior, la fe es un acto libre y responsable del

    hombre. No se realiza slo con el entendimiento, ni slo con la voluntad o el sentimiento. La fe abarca al hombre entero con todas sus preguntas, esperanzas y desengaos. De ah que la respuesta tenga que darse con toda la existencia y con toda la vida. Segn San Agustn, el acto de fe consta de tres elementos:

    * el asentimiento del entendimiento: creo que Dios existe y que se ha

    revelado a nosotros; * el asentimiento de la voluntad: creo en Dios; es decir, me fo de l,

    me abandono enteramente a l; * de estos dos asentimientos se sigue el siguiente convencimiento:

    Creo en Dios, es decir, estoy en camino hacia l y con l. 4. Como la fe es enteramente obra de Dios y tambin enteramente

    obra del hombre, en la fe se realiza la historia de Dios con los hombres aqu y hoy. As, la fe en definitiva es encuentro, comunicacin y amistad con Dios. Pero esto significa la plenitud de sentido de la vida humana, la salvacin del hombre entero. Por lo tanto, el que cree est en camino de la salvacin.

    Esta salvacin, sin embargo, no la tiene el creyente como propiedad segura, sino como certeza basada en la esperanza. La fe es, ante todo, la participacin inicial de la visin eterna de Dios cara a cara (1 Cor 13,12). La realidad en la que vivimos habla con mucha frecuencia un lenguaje completamente distinto al de la palabra de Dios. En aquella, muchas veces est vigentes criterios distintos, que incluso al creyente le parecen en ocasiones mucho ms aceptables que las afirmaciones del Evangelio; stas se presentan como extraas al mundo y por eso producen sentimiento de malestar. En cierta manera, Tambin las absurdas contradicciones de la vida, el sufrimiento injusto y la muerte, con frecuencia amarga, parecen un sarcasmo al mensaje del amor de Dios.

    El creyente no debe ni puede sustraerse a estos problemas y tampoco puede capitular ante ellos. Ante estos interrogantes, que con diferentes formas han existido en todos los tiempos, tiene que robustecer y profundizar su fe. Constantemente tenemos que creer contra el mundo. Como el padre que en el Evangelio pide ayuda para su hijo enfermo, tambin nosotros debemos decir: tengo fe, pero dudo, aydame (Mc 9,24).

  • 20

    La fe cristiana es una fe histrica. Dios se revela en Jesucristo, y por

    El en la historia humana, en lo ms significante y pobre de ella. Solo desde all es posible creer en Dios. Debemos aprender a creer desde las condiciones concretas de nuestra vida. Bajo la opresin y la represin, pero tambin en medio de las luchas y esperanzas que siembran la muerte entre los pobres y las democracias.

  • 21

    CAPTULO III

    LA TRANSMISIN DE LA REVELACIN DIVINA

  • 22

    3.1 TRANSMISIN DE LA REVELACIN DIVINA Dios, quiere que todos los hombres se salven y lleguen al

    conocimiento de la verdad (1Tim 2, 4), es decir, al conocimiento de Cristo Jess. Es preciso pues que Cristo sea anunciado a todos los pueblos y a todos los hombres y que as la Revelacin, llegue hasta los confines del mundo.

    La revelacin dada por Jesucristo y comunicada por sus apstoles y su iglesia es todava imperfecta, pues las realidades divinas estn reveladas en ella bajo signos. Pero comunica ya la revelacin total que sobrevendr al final de la historia. Entonces el Hijo del Hombre se revelar en su gloria.8

    Dios quiso que lo que haba revelado para salvacin de todos los

    pueblos se conservara por siempre ntegro y fuera transmitido a todas las edades.

    3.2 LA TRADICIN APOSTLICA. Cristo nuestro Seor, plenitud de la revelacin mand a los apstoles

    predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicndoles as los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que El mismo cumpli y promulg con su voz.

    3.2.1 LA PREDICACIN APOSTLICA

    La transmisin del Evangelio, segn el mandato del Seor, se hizo de

    dos maneras:

    Oralmente: Los apstoles, con su predicacin, sus ejemplos, trasmitieron de palabras lo que haba aprendido de las obras y palabras de Cristo y lo que el Espritu Santo les ense.

    Por escrito: los mismos apstoles y otros de su generacin

    pusieron por escrito el mensaje de la salvacin inspirados por el Espritu Santo.

    8 DOFOUR; Len. Op cit

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    Para que este Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los apstoles nombraron como Sucesores a los obispos. En efecto, la predicacin apostlica, expresada de un modo especial en los libros sagrados, se ha de conservar por transmisin continua hasta el fin de los tiempos.

    Esta transmisin viva, llevada a cabo en el Espritu Santo, es llamada la transmisin en cuanto distinta de la Sagrada Escritura. Aunque estrechamente ligada a ella. Por ella, la Iglesia con su enseanza, su vida, su culto, conservar y transmitir a todas las edades lo que es y lo que cree, las palabras de los Santos Padres atestiguan la presencia viva de esta Tradicin, cuyas riquezas van pasando a la practica y a la vida de la Iglesia que cree y ora.

    Lo que Cristo confi a los apstoles, esto lo transmiten por su predicacin y por escrito, bajo la inspiracin del Espritu Santo, a todas las generaciones hasta el retorno glorioso de Cristo. La tradicin y la Sagrada Escritura constituyen un nico depsito sagrado de la palabra de Dios.9

    As, la comunicacin que el Padre ha hecho de S mismo por su

    Verbo en al Espritu Santo sigue presente y activa en la Iglesia: Dios que habl en otros tiempos, sigue conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado; as el Espritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace en ellos intensamente la Palabra de Cristo.

    3.3 LA REVELACIN ENTRE LA TRADICIN Y LA SAGRADA ESCRITURA UNA FUENTE COMN La Tradicin y la Sagrada Escritura estn ntimamente unidas y

    compenetrada porque surgiendo ambas de la misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin. Una y otra hacen presente y fecundo en la Iglesia el misterio de Cristo que ha prometido estar con los suyos para siempre hasta el fin del mundo (Mt 28, 20)

    Dos modos distintos de transmisin:

    9 CATECISMO. Op. cit

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    3.3.1 LA SAGRADA ESCRITURA. Es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiracin del Espritu Santo.

    En la Biblia la revelacin es un hecho histrico perfectible, sus intermediarios son conocidos, sus palabras se han conservadoPara un cristiano creer es acoger esta revelacin que lleva a los hombres a Dios. Dios est infinitamente por encima de los pensamientos y de las palabras del hombre, es un Dios escondido10

    3.3.2 LA TRADICIN. Recibe la Palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espritu Santo a los apstoles, y la transmite ntegra a los sucesores; para que ellos, iluminados por el espritu de la Verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicacin.

    De ah resulta que la Iglesia, a la cual est confiada la transmisin y la interpretacin de la Revelacin. Lo que Cristo confi a los apstoles, estos lo transmitieron por su predicacin y por escrito, bajo la inspiracin del Espritu Santo a todas las generaciones hasta el retorno glorioso de El.

    La Tradicin y la Sagrada Escritura constituyen un nico depsito sagrado de la palabra de Dios. El oficio de interpretar autnticamente la Palabra de Dios ha sido confiado nicamente al Magisterio de la Iglesia, al Papa y a los Obispos en comunin con l

    3.4 EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

    El Depsito sagrado de la fe contenido en la Sagrada Escritura fue

    confiada por los Apstoles al conjunto de la Iglesia. El oficio de interpretar autnticamente la palabra de Dios, oral o escrita ha sido encomendado a los Obispos en comunin con el Papa. Ellos constituyen el magisterio de la Iglesia. Ellos a la luz del Espritu Santo, ensean puramente y explican fielmente lo transmitido El que a vosotros escucha a Mi me escucha (Lc 10, 16)

    10 DOFOUR, Len. Op.cit.

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    C O N C L U S I O N E S

    Cuando Dios tuvo a bien revelarse a Abraham y a los antiguos patriarcas que iniciaron el pueblo de Israel, se les mostr el nico Yo soy el que soy!

    Jess nos revel plenamente a Dios como su Padre y nuestro Padre. Toda su vida estuvo dedicada a establecer en este mundo el Reino de Dios y a mostrarse a nosotros como el camino que nos conduce a Dios.

    Descubrir a Dios como fuente de todo origen nos debe llevar al abandono confiado en l y en su providencia amorosa y fiel.

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    BIBLIOGRAFIA

    DOFOUR, Len. Diccionario de Teologa Bblica. Barcelona 1967. Editorial Herder.

    Documentos del Vaticano II Const. dogm. De Verbum. Madrid 1968. CATESISMO. Misin Jubilar. Lima 2000 GUTIERREZ, Gustavo. El Dios de la Vida. Instituto Bartolom de las

    Casas. Lima 1989 CASALDALIGA, Pedro. Experiencia de Dios y pasin por el pueblo.

    Editorial. Saterre 1983. BIBLIA LATINOAMERICA. INSTITUTO DE TEOLOGA PASTORAL FRAY MARTIN CHOSICA

    Dios Padre creador. 1era Edicin impreso en Siklos SR Lima 2000

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    ANEXOS

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    MATERIALES DE APLICACIN SOBRE LA REVELACIN EN LA PASTORAL JUVENIL

    OBJETIVOS: Los jvenes tendrn la capacidad de: Reconocer cmo la revelacin es histrica y, por lo mismo, se desarrolla

    poco a poco, pues Dios se adapta a la creciente capacidad de sus oyentes.

    Descubrir el modo cmo Dios, siendo uno y El mismo, se revel a

    nuestros padres en la fe. Ejercitarse en el modo en que se puede ir descubriendo a Dios en la

    vida, en la historia, en los acontecimientos, etc. METODOLOGA Las fichas sern empleadas de manera individual, explicadas en transparencia o afiches.

    Despus de cada actividad el joven tendr la oportunidad de sacar sus propias conclusiones de acuerdo a lo reflexionado.