unidad 7. crÍtica de la redacciÓn. evangelio segÚn san mateo
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Facultad de Teología Curso TBS 031 – Sinópticos
Segundo semestre 2013
Profesor: Eduardo Pérez-Cotapos L.
Unidad 7
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
1. Antecedentes generales
1.1. Autor
El texto mismo del evangelio no entrega ninguna indicación sobre su autor. La antigua tra-
dición, partiendo de Papías, lo ha referido al apóstol Mateo. Dice Papías: «Mateo reunió en dia-
lecto hebreo1 las palabras (taì lo¿gia), y cada uno las tradujo (h(rmh¿neusen) como pudo».
2 De
acuerdo a esto, Mt sería el único evangelio apostólico. Esta atribución tradicional se apoya en la
identificación del publicano llamado por Jesús como Mateo (Mt 9,9) y no como Leví (Mc 2,14).
Se ha dicho que el evangelista estaría recordando su propia vocación. La tradición patrística al
respecto es vacilante, compleja y algo incoherente.
En el día de hoy, prácticamente nadie acepta esta atribución tradicional. Nuestro Mt no es
traducción del arameo, sino una obra escrita originalmente en griego. Esto no significa que deba
descartarse absolutamente la hipotética existencia de algunas colecciones de material tradicional
redactadas en arameo. Por otro lado, Mt tampoco es la obra de un testigo presencial de los he-
chos, ya que se apoya en escritos anteriores, de origen no apostólico. El nombre de Mateo 3
puede
explicarse de modo más simple en referencia a la lista de los discípulos, en la cual no aparece
ningún Leví;4 es decir, Mt evita narrar la vocación de una persona que luego no aparece en la lista
1 Papías dice e)brai+di diale¿kt%, pero éste parece significar, en verdad, «arameo». Los términos «hebreos» que se
señalan en Jn 19,13.17 y 20,16, de hecho son términos arameos. 2 EUSEBIO DE CESAREA Historia Eclesiástica III,39,16. Otros testimonios importantes son: IRENEO DE LYON Adver-
sus Haereses III,1,1 (cf. EUSEBIO DE CESAREA Historia Eclesiástica V,8,2); ORÍGENES Commentarius in
Matthaeum (en EUSEBIO DE CESAREA Historia Eclesiástica VI,25,4); EUSEBIO DE CESAREA Historia Eclesiástica
III,24,6 y V,10,3; JERÓNIMO Praefatio in Commentarius in Matthaeum. Los mayores problemas son: ¿es posible
llamar logia al evangelio de Mateo? ¿qué es esto de traducir? ¿se trata de una traducción en sentido estricto, o se
trata de una interpretación libre, que incluso pudo haber sido efectuada sólo oralmente? ¿por qué a Papías le in-
teresa hablar de Mateo de este modo? Parece ser que lo que realmente le interesa es dar respaldo a su propio tra-
bajo teológico. 3 En Mt 9,9, contra Mc 2,14 y Lc 5,27 que dicen Leví.
4 En Mt 10,3 el evangelista se siente necesitado de insistir en que se trata de Mateo, el publicano, para reforzar la
identificación. En un evangelio destinado a una comunidad cristiana culturalmente judía parece interesante que se
diga claramente que uno del grupo de los discípulos pertenecía a la despreciable categoría de los publicanos.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 2
de los Doce, reemplazando el nombre de Leví por el de Mateo, que sí está en la lista pero respec-
to del cual no se conoce un relato de vocación. Por último, el texto actual de Mt no puede ser
llamado logia, a no ser que se extienda en exceso el sentido del término.
Si el autor no es apóstol, como parece necesario afirmar, se trata de alguien enteramente
desconocido para nosotros. Sería un autor judeocristiano, de lengua griega, que quizá ha recibido
formación en alguna escuela rabínica.5 Queda pendiente el problema del por qué se puso el texto
bajo el nombre de Mateo. Se han señalado razones de dos tipos. Primera: que tal vez el apóstol
efectivamente ejerció alguna actividad de orden literario, como apunta Papías. ¿Sería posible
pensar que Q sea una de estas traducciones griegas parciales del trabajo original de Mateo? La
Iglesia habría puesto bajo el nombre de Mateo un evangelio que no poseía un autor claramente
identificado, partiendo del supuesto que el apóstol habría escrito algo. Segunda: el apóstol Mateo
podría haber tenido una especial relación con la Iglesia en la cual surgió este texto.6 Nada más
podemos decir del autor.
1.2. Fecha
Respecto de la fecha de redacción se indican con claridad dos extremos. El evangelio sería
posterior al año 70, ya que conoce claramente la ruina de Jerusalén.7 Por el otro extremo, el
evangelio es anterior al año 100, ya que Ignacio de Antioquía lo conoce y lo usa.
Dentro del tiempo que nos entregan estas dos fechas tope, el evangelio delata la existencia
de una Iglesia que ya ha generado algunas estructuras internas,8 que conoce problemas de enfria-
miento de la fe,9 que se encuentra en clara ruptura y lucha contra un judaísmo que se ha reestruc-
turado después de la ruina de Jerusalén.10
Teniendo presente estos elementos, habitualmente se
propone una fecha de origen en torno al año 80.11
5 En Mt 13,52, «el escriba que se ha hecho discípulo del Reino...», se suele reconocer una referencia personal del
autor. Del autor se puede decir que es «un judeocristiano de habla griega de la segunda generación cristiana, que
poseía una perspectiva misionera universalista y que muy probablemente poseyó una capacitación rabínica»
(KINGSBURY, J.D. Matthew as Story p. 132). 6 Algunos autores, a partir del trabajo clásico de K. Stendahl, piensan que detrás del texto de Mt se puede reconocer
una «escuela de catequesis». A ella podría haber estado vinculado el apóstol. 7 En la parábola de los invitados a la boda del hijo del rey Mt introduce el vers. 22,7 que interrumpe el relato e inter-
preta la ruina de Jerusalén como castigo por la ceguera de Israel para acoger la invitación de Dios. 8 Mt 18,15-17 conoce una práctica eclesial de corrección fraterna; 28,19 revela un ritual del Bautismo.
9 Mt 24,10-12: muchos se escandalizarán... habrá falsos profetas... la fe de muchos se enfriará...
10 Esta reestructuración se realiza especialmente en el Sínodo de Yamnia, entre los años 70-80. El evangelio de Mt se
siente necesitado de responder ante algunas infamias contra Jesús difundidas en su entorno. En Mt 28,11-15 se
recoge la acusación de que Jesús no ha resucitado, sino que los discípulos han robado su cadáver; Mt responde
que los Sumo Sacerdotes han sobornado a los guardias del sepulcro. En Mt 1,18-25 se insinúan dudas sobre el na-
cimiento virginal de Jesús, es decir, sobre el real rol jugado por José; por eso Mt resuelve con lujo de detalles to-
das las posibles dudas o vacilaciones de José. 11
SCHMID - WIKENHAUSER años 70-80; MARXEN «en los años 80»; GEORGE- GRELOT años 80-90; KÜMMEL entre 80
y 100; KINGSBURY años 85-90; DAVIES - ALLISON entre 80 y 95; LUZ «no mucho después del año 80».
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 3
1.3. Ambiente y lugar de origen
Mateo se origina en una comunidad cristiana de lengua griega, en la cual la mayoría es de
origen judío. Estas características nos sitúan, ampliamente, en la región de Siria. Por tanto no es
raro que desde la antigüedad se haya hablado de Mt como de un evangelio siro-palestinense. En
esto hay unanimidad. No así en lo que respecta a un lugar preciso. Muchos tienden a situarlo en
Antioquía,12
gran comunidad judeocristiana de habla griega, y por su temprano uso por parte de
Ignacio de Antioquía.13
Otros sitúan su origen en Pella, lugar de la región oriental del Jordán en
el cual se reunió la comunidad cristiana después de huir de Jerusalén el año 67, al iniciarse la
Guerra Judía. Con fundamentos mucho menores se ha propuesto Palestina, Alejandría,14
Fenicia,
etc. Todos estos asuntos no pasan de ser meras conjeturas. Más interesante para la comprensión
del texto es el problema del ambiente de origen del Evangelio:
a. Se trata de una comunidad judeocristiana, aunque de lengua griega. Por tanto, es una
comunidad judeocristiana en contacto estrecho con pagano-cristianos. Su modo de presentar a
Jesús y sus insistencias teológicas son característicamente judeocristianas. Mt no explica los usos
judeocristianos (los supone conocidos por sus lectores). Insiste en las grandes preocupaciones
teológicas de corte judaizante:
• Jesús fue enviado sólo a Israel: 10,5-6.23; 15,24.
• Le interesa mucho la Ley, que es necesario obedecer sin reservas (5,17-19; 12,5). El rechazo a
Jesús es calificado como a)nomi¿a (= anomía, carencia de ley; cf. 7,23; 13,41; 23,28; 24,12).
En concordancia con toda esta temática le interesa el tema de la Justicia; es decir, del cómo
hacerse justo.
• Se usa un lenguaje de estilo muy judío.15
• Tiene preocupaciones exclusivas de una mentalidad judía observante: le inquieta la transgresión
de la Ley que significa la huida en día de sábado (24,20).
• La genealogía de Jesús es presentada solo hasta Abraham (1,2), padre del pueblo elegido, y no
hasta Adán, padre de la humanidad toda, como hace Lc 3,38.
12
Antioquía fue una importante ciudad helenística, fundada hacia el año 300 a.C. Situada no lejos de la costa oriental
del Mediterráneo, en la región de Siria, junto al río Orontes. Hoy se la llama Antakya, en la provincia de Hatay,
en el extremo sur del actual territorio de Turquía. En épocas del imperio romano estaba entre las tres mayores
ciudades del imperio, junto a Roma y Alejandría. En la actualidad tiene poco más de 200.000 habitantes, aunque
en sus épocas de esplendor llegó al medio millón de habitantes. Es el primer lugar en el cual los seguidores de Je-
sús recibieron el nombre de «cristianos», la comunidad tuvo como su catequista estable a San Pablo (cf. Hechos
11,19-26). Esta es la comunidad desde la cual emprende Pablo sus viajes misioneros (cf. Hechos 13,1-3, etc.) 13
IGNACIO DE ANTIOQUÍA Esmirniotas 1,1; Policarpo 1,2.3. También parece usarlo la Didajé, probablemente escrita
en esta misma zona; cf. Didajé 8,2; 11,3; 15,3-4. 14
Por el tema mateano de la huida de la sagrada familia a Egipto. 15
Por ejemplo: «Hijos del Reino» (8,12; 13,38), «Escriba iniciado en los Misterios del Reino» (13,52), la «mesa del
festín de Abraham, Isaac y Jacob» (8,11), tomar sobre sí el yugo (11,29.30), Reino de los Cielos (Mt usa esta
fórmula 32 veces; conoce también la expresión Reino de Dios, que usa en cuatro oportunidades: 12,28; 19,24;
21,31.43), la contraposición atar / desatar (16,19; 18,18), la expresión «ciudad santa» en referencia a Jerusalén
(4,5; 27,53), etc.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 4
b. Es, sin embargo, de una comunidad de horizonte universalista, ya que no se encuentran
presentes las preocupaciones propiamente políticas del judaísmo, e incluso parece existir un con-
flicto con las autoridades religiosas de Israel. «Estamos ante un cristianismo judío que acepta la
misión a los gentiles sin reservas mentales. La misión a los gentiles es un mandamiento del mis-
mo Jesús. Este cristianismo judío está mucho más abierto a los gentiles que los cristianos judíos
que se opusieron a Pablo, cuando éste abrió las comunidades cristianas a los gentiles. Y al mismo
tiempo, nos encontramos con una actitud muy crítica respecto a los dirigentes del judaísmo, los
escribas y fariseos».16
Algunos datos ilustrativos de estas tendencias:
• Los misioneros cristianos son expulsados y perseguidos: 10,16-36 (especialmente el v. 23, que
se sitúa en Israel); 23,29-39.
• Mt habla de sus escribas (7,29) y sus sinagogas (4,23; 9,35; 10,17; 12,9; 13,54, 23,34).
• Mc usa pone palabra r(abbi¿ en boca de las personas que se dirigen respetuosamente a Jesús (Mc
9,5; 11,21 ...; aunque también la usa Judas en 14,45). En Mt sólo es usada por Judas para refe-
rirse a Jesús (Mt 26,25.49) o en la polémica antifarisea: ellos se hacen llamar r(abbi¿ (23,7), co-
sa que Jesús exhorta sus discípulos a no hacer entre ellos (23,8).17
• En 28,15 se habla de que la versión del robo del cuerpo de Jesús se difundió paraì ¡Ioudai¿oij,
lo que pone en evidencia un clima de conflicto entre judíos y cristianos.
• Positivamente se puede señalar el interés de Mateo por la Galilea de los gentiles (4,14-17).
Desde allí parte la misión a todos los pueblos (28,18-19; cf. 24,14; 26,13). Esta misión post-
pascual está preparada por la atención de Jesús a la fe del centurión romano de Cafarnaúm
(8,10-13) y de la mujer cananea (15,28).18
c. Buscando proponer de manera sintética los rasgos propios de la comunidad de Mt en su
relación con el judaísmo, R. Aguirre señala: «1. La comunidad de Mt es judeocristiana con un
componente importante de judaísmo helenista... La polémica con el judaísmo fariseo es tan fuerte
porque ambas corrientes están muy cerca, las dos pugnan por ser la verdadera interpretación del
judaísmo y se disputan la herencia común. El trabajo de Overmann sitúa muy bien el contexto
social de Mt y muestra su carácter paralelo y alternativo respecto al judaísmo fariseo que se había
convertido en hegemónico. 2. La ruptura entre la comunidad de Mt y el judaísmo fariseo ya se
había consumado tanto sociológica como teológicamente. En el momento en que escribe el evan-
gelista la persecución judía de los cristianos es actual... Una tal persecución por parte del judaís-
mo fariseo de ningún modo es ya una disputa intra-muros. 3. La comunidad de Mateo se ha
abierto a los gentiles recientemente y venciendo grandes dificultades debidas a la mentalidad ju-
día de sus miembros. Esto tiene mucha importancia para Mt, que quiere evitar que su comunidad
reaccione sectariamente ante la persecución y se cierre sobre sí misma... 4. La comunidad de Mt
16
THEISSEN, GERD La redacción de los evangelios sinópticos y la política eclesial p. 55. 17
Antes del año 70 el término r(abbi¿ / rabbí = maestro (o r(abbouni¿ / rabbouní = palabra aramea: mi maestro) es una
expresión de cortesía. Pero con el sínodo de Yamnia llega a ser el título de las personas académicamente instrui-
das y autorizadas para enseñar. El texto de Mt 23,5-10 deja entrever un argumento contra la postura judaica pos-
terior a Yamnia y una advertencia a la comunidad cristiana frente a los peligros internos de sectarismo. 18
Sólo Mt introduce el tema de la fe de la mujer en este episodio; el que está ausente en Mc 7,29.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 5
ha roto con el judaísmo y considera que Israel ha perdido sus prerrogativas en la historia de la
salvación. Pero no renuncia a la misión entre los judíos...».19
d. La comunidad de Mt es una comunidad urbana, de gran ciudad y rica:
• El Jesús de Mc está igualmente presente en las aldeas y en las ciudades. En Mt está marcada-
mente más presente en las ciudades que en las aldeas.20
• Las cifras de dinero que aparecen en Mt son sustancialmente mayores que en los otros evange-
lios. La parábola de los Talentos (Mt 25,14-30), contrasta con la parábola de las Minas en Lc
19,11-27.21
En Mc Jesús pide a los discípulos que al partir en misión no lleven monedas de
cobre (Mc 6,8), en Mt se trata de monedas de oro, plata y cobre (Mt 10,9).
• Es interesante el modo de describir a José de Arimatea: en Mc es una autoridad, un consejero
judío (Mc 15,43); en Lc se trata de un consejero bueno y justo (Lc 23,50); en Mt se trata de un
rico, sin siquiera aludir a su condición de autoridad judía (Mt 27,57).
• Los pobres de las Bienaventuranzas (Lc 6,20) se transforman en pobres de espíritu (Mt 5,3). Lo
que a Mt interesa es el comportamiento de aquel que sociológicamente no es pobre, pero que
por su fe está llamado a compartir la suerte de los pobres.
• En Mt está presente esa mirada generalizadora que tiene el rico frente a los necesitados. En la
parábola del Banquete, ante el rechazo de los primeros invitados, en Lc 14,21 se envía a los
servidores a invitar a los pobres, ciegos, cojos...; en Mt 22,9 son enviados a invitar a todo el
que encuentren.
• En fidelidad a toda la tradición evangélica, en Mt está muy claramente presente el llamado de
atención frente al peligro de la riqueza (por ejemplo, Mt 13,22 paralelo a Mc 4,19). Sin em-
bargo, el tema tiende a concentrarse no en el asunto abstracto de las riquezas, sino en el pro-
blema del rico, en concreto.22
1.4. Estilo de Mt
El estilo de Mt ha sido descrito como claro y solemne. El evangelio confiere gran impor-
tancia a las palabras de Jesús, presentándolas de manera ordenada y serena, en un lenguaje algo
repetitivo, que busca resaltar los conceptos claves. El lenguaje de Mt refleja el ambiente siro-
palestinense en el cual se origina, pero se trata de un griego claro y lineal. Es un texto que recurre
al universo expresivo del mundo judío, pero que se expresa en un griego mucho mejor que el de
Mc.
19
AGUIRRE MONASTERIO, R. «La comunidad de Mateo y el judaísmo» pp. 246-248. 20
Mc usa 7 veces la palabra kw¿mh = aldea y 8 veces po¿lij = ciudad. En Mt kw¿mh está 4 veces, y po¿lij 26 veces. 21
Un talento es una moneda de grandísimo valor. En la nomenclatura hebrea un talento es una moneda de 33 kilos
de oro o plata, y la mina es una moneda de 550 gramos; por lo tanto 1 talento = 60 minas. En la nomenclatura
griega, articulada sobre el denario, que equivale al salario de un día, un talento vale 6.000 denarios (es decir, el
salario de 16,5 años de trabajo) y una mina vale 100 denarios (el salario de algo más de 3 meses de trabajo). Ade-
más, en Lc cada uno recibe sólo una mina, en Mt reciben uno, tres o cinco talentos. Verdaderos capitales. 22
Comparar el comentario de Jesús ante la reacción del joven rico Mt 19,23: «Les aseguro que un rico difícilmente
entrará en el Reino de los Cielos», con Mc 10,23: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino
de Dios!».
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 6
El lenguaje usado por Mt en los temas que le son más queridos es muy particular, y habi-
tualmente diverso al de los otros sinópticos. Por ejemplo:
- en los temas escatológicos: rechinar de dientes: o( brugmo£j tw=n o)do¿ntwn (6 usos/0 en Mc/1
en Lc ), gehena: ge¿enna (7/3/11), día del juicio: e(me¿ra kri¿sewj (4/0/0), juicio: kri¿sij
(12/0/4), recompensa: misJo¿j (10/1/3), parusía: parousi¿a (4/0/0), fuego: pu=r (12/4/7).
- en temas éticos: sin ley: a)nomi¿a (4/0/0), justo: di¿kaioj (17/2/11), justicia: dikaiosu¿nh (7/0/1),
fruto: karpo¿j (19/5/12), hacer la voluntad del Padre: poiei=n t£o Je¿lhma tou= patro¿j
(3/0/0), malo: ponhro¿j (23/3/13), perfecto: te¿leioj (3/0/0), hipócrita: u(pokrith¿j (13/1/3).
- en temas eclesiológicos: hermano: a)delfo¿j (39/20/24), Iglesia: e)kklhsi¿a (3/0/0)
- en referencia a la relación con el AT: Isaías: Hsai¿+aj (6/2/2), cumplir: plhrou=n (16/2/9), profe-
tas: profh=tai (13/0/1), Hijo de David: ui(o£j Daui¿d (10/4/4), Cristo: Xristo¿j (16/7/12).
2. Estructura de Mt
En los estudios sobre la estructura de Mt reina una cierta confusión. Existen dos grandes ti-
pos de propuestas estructurales. Una primera que articula el evangelio en cinco grandes unidades,
más un prólogo y un epílogo. Otra que presenta la estructura de Mt a partir del esquema de Mc.
No hay acuerdo unánime al respecto, por lo que presentamos ambos intentos de estructuración,
pero manifestando una clara preferencia por el segundo, que es en la actualidad el preferido por la
mayoría de los exégetas.
2.1. Un esquema en cinco libros
Un esquema estructural planteado con mucha frecuencia para abordar Mt es el esquema en
torno a cinco libros. Este encuentra su más claro apoyo en las fórmulas finales de los cinco gran-
des discursos de Jesús:
«Y sucedió que cuando acabó Jesús estas palabras» (7,28)
«Y sucedió que cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos» (11,1)
«Y sucedió que cuando acabó Jesús estas parábolas» (13,53)
«Y sucedió que cuando acabó Jesús estas palabras» (19,1)
«Y sucedió que cuando acabó Jesús todas estas palabras» (26,1).
Teniendo presente que la fórmula se encuentra al final de los discursos, se propone una es-
tructura en cinco libros, cada uno de los cuales consta de una sección narrativa y de otra discursi-
va. La primera va preparando la segunda, va poniendo en ambiente. Hay autores que buscan ligar
muy directamente esta estructura con Moisés y el Pentateuco. Otros, en cambio, dejan las cosas
con mayor libertad. Para algunos, Mt sería una especie de Nuevo Pentateuco o Nueva Torah. La
propuesta habitual es más o menos de este modo:
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 7
Prólogo: 1,1 — 2,23: evangelio de la infancia.
Primer libro: sobre el discipulado.
3,1 — 4,25: sección narrativa: preparación, actividades previas de Jesús y sumarios de su
vida.
5,1 — 7,27: sección discursiva: Sermón de la montaña. El espíritu del Reino que viene, en
contraste con el espíritu del AT.
7,28-29: Fórmula de conclusión.
Segundo libro: sobre el apostolado.
8,1 — 9,35: sección narrativa: Jesús confía el anuncio del Reino a los discípulos, Reino
que viene y no sólo que se predica. Predicar es decir «El reino está aquí». Los diez
milagros fundamentan los poderes de Jesús, que ya es presencia del Reino.
9,36 — 10,42: sección discursiva: Discurso de misión. Actitud adecuada para entrar en el
Reino. Se recibe el Reino como enviado, para ponerse al servicio del mismo, no
para instalarse.
11,1: Fórmula de conclusión.
Tercer libro: sobre el ocultamiento de la revelación.
11,2 — 12,50: sección narrativa: preparando las parábolas Mt acumula material que ates-
tigua el rechazo sufrido por Jesús de parte de Israel.
13,1-52: sección discursiva: Discurso de la parábolas. ¿Cómo tiene lugar el advenimiento
del Reino? El Reino está oculto, su entrada en el mundo no es fácil. Encuentra
contradicción. Es parabólica.
13,53: Fórmula de conclusión.
Cuarto libro: sobre la administración de la Iglesia.
13,54 — 17,27: sección narrativa: se prepara el discurso sobre la comunidad destacando la
figura de Pedro.
18,1 — 18,35: sección discursiva: Discurso eclesiástico. El Reino es escatológico, pero se
vive desde ya en la comunidad de los creyentes. El Reino se hace presente en la
vida comunitaria.
19,1: Fórmula de conclusión.
Quinto libro: sobre el juicio.
19,2 — 23,39: sección narrativa: se agregan elementos que indican el esfuerzo de Jesús por
conseguir la conversión de Israel (23,37-39: dolor de Jesús ante Jerusalén im-
penitente).
24,1 — 25,46: sección discursiva: Discurso escatológico. La crisis del advenimiento del
Reino, la crisis del rechazo de Israel, que hace pasar el Reino a los paganos.
26,1: Fórmula de conclusión.
Epílogo: 26,2 — 28,20: relato de la pasión y resurrección de Jesús.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 8
La hipótesis tiene sus aspectos sugerentes, pero también dificultades:
- El evangelio de la infancia y el relato de la pasión-resurrección quedan como prólogo y epílogo,
respectivamente; lo que es difícil de aceptar, especialmente en lo que se refiere a la pasión.
- La materia narrativa del segundo libro, los diez milagros, se liga mejor al primer discurso que al
segundo. Desde la perspectiva del Mesías docens - sanans, que veremos a continuación.
- El capítulo 11 y gran parte del 12 es materia discursiva más que narrativa. Y éste sería el caso en
el cual habría una más plena correspondencia entre la materia narrativa y la discursiva.
- El capítulo 23, contra los fariseos, no cabe en el esquema, ya que se lo considera como materia
narrativa; se lo debe reconocer sin más como discurso.
Partiendo de estas objeciones, es difícil aceptar que ésta sea la estructura de Mt, aunque la
repetición de la fórmula impresiona fuertemente y no se la puede despreciar. Lo que realmente
parece ser claro es la presentación de Jesús como nuevo Moisés. Sin duda que es una cierta veta
estructural que recorre a Mt. Ella puede vincularse con el tema mateano del mesías docens et
sanans. Tal como Moisés, Jesús trae la nueva ley y la salvación definitiva para Israel. Como Moi-
sés, es legislador y liberador. Indicadores de este nexo que Mt establece entre Moisés y Jesús son
los siguientes:
a. La fórmula repetida parece estar calcada del Deuteronomio (28,69; 31,1; 32,45). Se da un es-
pecial paralelismo entre Deuteronomio 32,45 (¿o 31,1?) y Mt 26,1.
b. La frecuencia de cinco veces ciertamente evoca el Pentateuco.
c. En la historia de la infancia hay un fuerte paralelismo entre Moisés y Jesús. Elementos del
mismo son:
• el asesinato de los niños varones por el Faraón (Éxodo 1,15-22) es el molde sobre el cual está
construido el relato de la muerte de los niños varones decretada por Herodes (Mt 2,16).
• Moisés en el desierto recibe un mensaje de Dios para volver a su pueblo (Éxodo 4,19), casi
idéntico al recibido por José para retornar desde Egipto (Mt 2,20).
• La cita de Oseas 11,1, «De Egipto llamé a mi hijo» aplica el Éxodo –que tenía a Moisés a la
cabeza– a Jesús (Mt 2,15).
d. En la Transfiguración Mt pone a Moisés por delante de Elías.23
El brillo del rostro de Jesús,
que agrega Mt 17,2 recuerda el brillo del rostro de Moisés (Éxodo 34,29-35). Estos agregados
propios de Mt refuerzan el tono sinaítico que, de suyo, ya tiene la Transfiguración en Mc (cf.
Éxodo 24,1-11, texto que relata el ascenso de Moisés, Aarón, Nadab y Abihú al Sinaí).
e. La centralidad del tema del «Monte» en Mt parece aludir al Sinaí. Así, la Nueva Ley del Reino
se proclama en el Monte (Mt 5,1) y viene a dar cumplimiento a la antigua Ley (Mt 5,17ss.).
2.2. Una estructura a partir del esquema marcano
Se impone una primera constatación: Mt es un evangelio que parece tener varias estructuras
superpuestas, y no una única estructura muy nítida. Pero junto con aceptar esta especie de multi-
plicidad de elementos estructurales se debe reconocer que existe una estructura base, de fondo,
23
Comparar Mt 17,3 con Mc 9,4.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 9
semejante a la de Mc. Es una de las consecuencias que se pueden deducir legítimamente de la
teoría de las dos fuentes. Un esquema básicamente marcano significa un esquema que tenga co-
mo eje estructural, o bisagra, la confesión de Pedro en Cesarea.
2.2.1. Una estructura básicamente marcana
Se debe conceder mucha atención a una fórmula redaccional de Mt: a)po\ to¿te hãrcato o(
¡Ihsouj (apo tote erxato ho Iesous = desde entonces comenzó Jesús). Está presente en 4,17
«Desde entonces comenzó Jesús a proclamar y decir: conviértanse, pues se ha acercado el Reino
de los Cielos», y 16,21 «Desde entonces comenzó Jesús a manifestar abiertamente a sus discípu-
los que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho...». Ambas fórmulas están muy cerca de Mc 8,31:
«Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía sufrir mucho...». El uso de esta fórmula
permite reconocer en Mt la presencia de un esquema similar al de Mc, aunque con un material
notablemente más amplio y mejor armado. Este esquema estructural básico, de corte marcano,
sería:
1,1 — 4,16: presentación de Jesús. Se trata de una sección paralela a Mc 1,1-13, aunque
notablemente ampliada por los relatos de la Infancia Se la puede entender como un doble prólogo
dividido en dos grandes secciones: 1,1 — 2,23: el Hijo de David, y 3,1 — 4,16: el Hijo de Dios.
Existen interesantes paralelismos entre ambas secciones:
a. Hay un paralelismo de las fórmulas conclusivas de ambas secciones: 2,22 ↔ 4,12: al
enterarse/oír cambian de lugar; 2,23a ↔ 4,13: se va a vivir a Nazaret y Cafarnaúm, respectiva-
mente; 2,23b ↔ 4,14-16: para que se cumpla el oráculo.
b. Después de cada una de estas fórmulas de conclusión se encuentra una fórmula evan-
gélica, es decir, una síntesis del contenido de la buena noticia anunciada: 3,1-2: Juan Bautista, y
4,17: Jesús. El texto de ambos mensajes es idéntico; predican lo mismo.
c. Esquematizando podemos hacer el siguiente cuadro:
2,22 Pero al enterarse (José)
de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre
Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se
retiró a la región de Galilea,
2,23 y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret;
para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será
llamado Nazoreo
3,1 Por aquellos días aparece Juan el Bautista, procla-
mando en el desierto de Judea:
3,2 Convertíos porque ha llegado el Reino de los cielos.
4,12 Cuando oyó (Jesús)
que Juan había sido entregado
se retiró a Galilea.
4,13 Y dejando Nazará,
vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término
de Zabulón y Neftalí;
4,14 Para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar
...
4,17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir:
Convertíos, porque ha llegado el Reino de los cielos
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 10
Desde el punto de vista teológico, esta sección contiene todos los grandes temas del Evan-
gelio. Es una suerte de gran preámbulo sintético. Incluso esta sección posee una conclusión uni-
versalista (4,14-16) muy semejante a la conclusión universalista de todo el evangelio (28,18-20).
Este último texto posee un importante rol estructural respecto del conjunto del evangelio.24
4,17 — 16,20: la predicación del Reino de los Cielos, primera sección. «Desde entonces
comenzó Jesús a proclamar y decir: conviértanse, pues se ha acercado el Reino de los Cielos»
(4,17). Se trata de un primer período centrado en la predicación del Reino de los Cielos. Esta sec-
ción del evangelio está fuertemente transformada respecto de Mc. Se desplaza la pregunta marca-
na del ¿Quién es éste? a una presentación tranquila y serena del Reino de los Cielos. En esta sec-
ción Mt altera bastante el orden del relato, como señalaremos a continuación.
16,21 — 28,20: el camino pascual de Jesús, segunda sección. «Desde entonces comenzó
Jesús a manifestar abiertamente a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho...»
(16,21). Esta segunda sección centrada en el camino pascual de Jesús sigue básicamente el orden
de Mc, aunque lo amplía significativamente: discurso de comunidad: 18,1-35; discurso antifari-
saico: 23,1-39; consistente ampliación del discurso escatológico: 24,1 — 25,46; introducción del
anuncio del resucitado: 28,1-20.
En definitiva, se trata básicamente del mismo esquema de Mc, aunque modificado. Estas
modificaciones afectan fundamentalmente a la primera sección. Por tanto, es claro que allí se
concentra lo más específico u original de la tarea redaccional de Mt. Analicemos más en detalle
esta sección.
2.2.2. La gran sección mateana: 4,17 - 16,20.
Esta primera sección parece estar dividida en dos por la referencia que se hace a la suerte
de Jesús en riguroso paralelo a la suerte de Juan Bautista. Éste es un tema típico de Mt: Juan es el
precursor de Jesús, y en cierto modo va anunciando con su propia suerte lo que sucederá con Je-
sús. Mt acentúa tanto la semejanza entre ellos que el Evangelio proclamado por ambos es idénti-
co, como ya hemos señalado (3,2 y 4,17).
En esta sección hay dos noticias sobre Juan planteadas de modo idéntico, que señalan un
cambio de escenario en la actividad de Jesús: a)kou¿saj de\... a)nexw¿rhsen ei)j... (akousas de…
anejoresen eis = habiendo oído… se retiró hacia…). En concreto:
4,12 «Habiendo oído (Jesús) que Juan había sido entregado, se retiró hacia la Galilea»; y
14,13 «Habiendo oído (que Juan había sido asesinado) Jesús se retiró de allí en una barca hacia
un lugar desierto, totalmente solo».
24
Cf. el penetrante análisis de TRILLING, W. El verdadero Israel pp. 29-72
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 11
La prisión de Juan (4,12) impulsa a Jesús a iniciar su actividad como predicador, para lo
cual abandona su pueblo de Nazaret y se va a residir a Cafarnaúm (4,13), comenzando a procla-
mar el Evangelio (4,17). La muerte de Juan (14,3-12) impulsa a Jesús a comenzar una etapa nue-
va en su ministerio, que va preparando inmediatamente el primer anuncio de su pasión.
Antes de iniciar el camino a Jerusalén, con la cruz en el horizonte, proféticamente anuncia-
da por la muerte de Juan, se hace indispensable una última gran señal mesiánica: la multi-
plicación de los panes, llevada a cabo en un lugar desértico (14,15-21). Mt sitúa en este momento
la sección de los panes (14,15 – 16,12), ya presente como tal en Mc (Mc 6,31 – 8,21). Esta sec-
ción es una apasionante mezcla del más patente signo mesiánico efectuado por Jesús y de la bur-
da incomprensión de los discípulos. El signo es tan patente, que a pesar de la poca fe de los discí-
pulos,25
estos pueden terminar entendiendo el sentido de las acciones y palabras de Jesús (16,12).
En este momento los discípulos han alcanzado una suficiente madurez de fe que hace posible la
confesión de Pedro (16,13-20).
Un indicio claro de que esta fórmula (4,12 y 14,13) divide dos secciones es el uso que Mt
hace de Mc. En la primera parte (4,12 – 13,58) Mt modifica significativamente a Mc, con un tipo
de alteraciones que son explicables a partir de sus intereses teológicos propios. A partir de 14,1
Mt sigue fielmente a Mc.
Así, apretando un poco más las cosas, llegamos a encontrarnos con que lo más es-
pecíficamente mateano está en 4,12 – 13,58. En este bloque encontramos dos sumarios muy ca-
racterísticos y paralelos: 4,23-25 y 9,35-38. En ellos se nos presenta a Jesús como el mesías do-
cens y sanans. Fuera de estos dos elementos tenemos las ya anteriormente señaladas secciones
del sermón de la montaña (5-7) y la colección de los diez milagros (8-9). Partiendo de estos ele-
mentos se puede armar una bien cuidada estructura simétrica del evangelio de Mt:
25
Aunque Mt reduce mucho el tema de la dificultad de los discípulos para reconocer a Jesús. Por ejemplo, después
de la primera multiplicación de los panes introduce en 14,22-33 el texto de Pedro que camina sobre las aguas. Es
un texto de claro sabor eclesial, en el cual aunque el apóstol es reprochado por ser hombre de poca fe; sin embar-
go, el episodio termina con todos los discípulos postrados ante el Señor diciendo Verdaderamente eres el Hijo de
Dios. Esta profesión de fe le quita relevancia a la confesión de Pedro en Cesarea. Igualmente Mt omite el descon-
cierto de los discípulos que está en Mc 6,51b-52. Los severos reproches de Jesús a los discípulos en Mc 8,14-21
son profundamente corregidos en Mt 16,5-12, al punto que Mt señala explícitamente que los discípulos entendie-
ron, mientras Mc dice lo contrario.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 12
a 4,18-22: vocación de los discípulos: ellos son los que deben ver la acción de Jesús
para aprender un nuevo modo de vida y ser enviados a predicar.
b 4,23-25: sumario: «Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas,
proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad
y toda dolencia en el pueblo». Los vv. 24-25 presentan en auditorio
que está atento al mensaje de Jesús.
5,1 – 7,29: docens: Sermón de la Montaña.
c 5,1 – 9,34: Cuerpo
8,1 – 9,34: sanans: serie de 10 milagros.
b’ 9,35-38: sumario: ««Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en
sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando to-
da enfermedad y toda dolencia». Los vv. 36-38 muestran a un pueblo
que está como ovejas sin pastor, y la falta de operarios para recoger
la mies; prepara el envío misionero.
a’ 10,1-42: misión de los discípulos: «Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder
sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para corar toda enferme-
dad y toda dolencia». Los llamados, que han contemplado a Jesús ense-
ñando y sanando, son enviados a hacer lo que han visto hacer a su Señor.
En esta sección tenemos una primera manifestación del reino de los Cielos, un momento
inicial. Jesús llama a algunos seguidores, ante los cuales se manifiesta como mesías docens y
sanans, para comprometerlos en la misma tarea. El reino se descubre mirando a Jesús desde una
dinámica de envío, como el enviado para los demás hombres. El resto de la sección nos mani-
fiesta las reacciones de escándalo ante las obras (ta\ eãrga / ta erga 11,2.19: llamada, enseñanza
y sanación, envío) del reino (caps. 11 y 12). Esta sección conduce a una meditación sobre el ca-
rácter parabólico de la irrupción del reino de los Cielos (cap. 13).
Sintetizando: Jesús como mesías docens y sanans se ha revelado a los discípulos que Él ha
escogido para enviarlos luego en misión; pero su acción causa un escándalo que debe ser ilumi-
nado desde la reflexión en torno a la condición parabólica del ministerio mesiánico de Jesús. Por
lo mismo, esta sección – la más específica de Mt – podemos caracterizarla como la parabólica
proclamación del Reino de los Cielos llevada a cabo por el mesías docens y sanans en conjunto
con los que Él ha llamado y enviado.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 13
1,1 — 4,16: PRESENTACIÓN DE JESÚS (// Mc 1,1-13)
1,1 — 2,23: el hijo de David
3,1 — 4,16: el Hijo de Dios
4,12: a)kou¿saj de\... a)nexw¿rhsen ei)j...: «habiendo oído Jesús que Juan fue entrega-
do se retiró a Galilea».
4,15-16: conclusión universalista
4,17 — 16,20: PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO DEL REINO (// Mc 1,14 — 8,30)
4,17: a)po\ to¿te hãrcato o( ¡Ihsouj: «Desde entonces comenzó Jesús a proclamar y
decir: conviértanse, porque se ha acercado el reino de los Cielos».
El ministerio de Jesús en favor de Israel
4,18-22: vocación de los discípulos
4,23-25: sumario del mesías docens y sanans
5,1 — 7,29: sermón de la montaña: mesías docens
8,1 — 9,34: serie de diez milagros: mesías sanans
9,35-38: sumario del mesías docens y sanans
10,1-42: envío en misión de los discípulos
La respuesta de Israel a este ministerio
11,1 — 12,50: escándalo por ta\ eãrga (ta erga = las obras) de Jesús
13,1-52: la condición parabólica de la venida del reino en Jesús
14,13: a)kou¿saj de\... a)nexw¿rhsen ei)j...: «habiendo oído Jesús que Juan fue asesi-
nado se retiró de allí en una barca hacia un lugar desierto, totalmente solo».
14,13 — 16,20: sección de los panes, que culmina en la confesión de Pedro. La
inminencia de la cruz lleva a Jesús a hacer signos cada vez más
claros, que hagan posible el reconocimiento de su mesianismo.
16,21 — 28,20: ANUNCIO DEL CAMINO DE LA CRUZ (// Mc 8,31 — 16,8)
16,21: a)po\ to¿te hãrcato o( ¡Ihsouj: «Desde entonces comenzó Jesús a manifestar
abiertamente a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho».
28,18-20: conclusión universalista
2.2.3. Nota complementaria
Este elemento estructural de la predicación del Reino de los Cielos está reforzado por el
tema de «las multitudes» (oi( oãxloi / hoy ojloi). La predicación a las multitudes se inicia con las
Bienaventuranzas (5,1) y se cierra con el discurso de las maldiciones a los fariseos. Se inicia con
la proclamación del nuevo espíritu del Reino y concluye con la severa sentencia contra Jerusalén:
«Ya no me volveréis a ver hasta que digáis: bendito el que viene en el nombre del Señor» (23,39).
Este tema puede ser otro leve indicio estructural.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 14
2.2.4. Presentación sintética
La estructura de Mt que he propuesto, aunque no ha sido desarrollada en todas sus partes,
puede ser presentada en el siguiente esquema–resumen:
1,1 — 4,16: Presentación: Jesús es presentado al lector, permaneciendo él mismo pasivo, sin
actividad. Este prólogo culmina en 3,13-17, el bautismo de Jesús, en el
cual Dios lo presenta con unas palabras que se dirigen a todos. Jesús es
presentado con el poder que le permitirá desempeñar su ministerio.
4,17 — 16,20: Primera sección: a partir de 4,17 Jesús toma la iniciativa, deja la condición
de pasividad y se empeña en el anuncio del evangelio. Los sumarios de
4,23-25 y 9,35-38 centran el sentido de este actuar en el enseñar y actuar
con poder.
4,17 — 11,1: Jesús es el activo predicador de la salvación. Primero es Él
mismo el que enseña y sana (5-9), y luego son los discípulos (10). El
sumario de 11,1 es una suerte de resumen conclusivo.
11,2 — 16,20: reacción o respuesta de Israel frente al anuncio del Evange-
lio. 11,2-6 y 13,53-58 focalizan la atención: Israel rechaza, no entiende,
se escandalizaban, y se preguntan por la identidad de Jesús (cf. 11,3;
13,55). Éste es el tema que articula la sección. Jesús continúa haciendo
milagros y enseñando, pero ahora la atención está centrada en el rechazo
que él sufre de parte de su pueblo.
16,21 — 28,20: Segunda sección: camino hacia Jerusalén, donde sucederá la pasión y resu-
rrección. El camino está jalonado por los tres anuncios de la pasión (16,21;
17,22-23; y 20,17-19), que se recapitulan en 26,2.
16,21 — 20,34: camino propiamente tal, con enseñanza de Jesús a los dis-
cípulos y anuncios de la pasión.
21,1 — 25,46: actividad en Jerusalén. Conflictos con las autoridades (23) y
discurso escatológico (24-25). Mt no conserva el esquema de los tres
días de Mc, y agrega mucha materia nueva.
26,1 — 28,20: pasión y resurrección.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 15
3. Caracterización de Mt
Cuando se intenta caracterizar a Mt se debe buscar una justa articulación entre los tres te-
mas que son su preocupación central: lo cristológico, lo eclesial y lo ético. «Creo que el corazón
o punto focal del evangelio de Mateo es Jesucristo como aquel que hace presente y activo en me-
dio de los hombres el reino de Dios. Así Él revela y hace operativo el proyecto salvífico definiti-
vo de Dios que deviene, al mismo tiempo, don y compromiso de una vida nueva que debe vivirse
en una red de relaciones comunitarias. Formulado en términos teológicos esto significa que la
cristología del evangelio de Mateo está a la base de su eclesiología y de su propuesta ética o es-
piritual».26
3.1. Cristología de Mt
3.1.1. Uso del Antiguo Testamento
Un rasgo muy característico de Mt, que salta a los ojos a primera vista es su modo de usar
el Antiguo Testamento. A diferencia de Mc, que hacía un uso implícito del AT, Mt hace un uso
explícito en 43 lugares, en 37 de los cuales se usa alguna fórmula de introducción para citarlo.
Los casos más típicos son aquellos en los cuales se cita el AT en forma de pruebas escriturísticas
o citas de cumplimiento. En concreto: Mt 1,22; 2,15.17.23; 4,14; 8,17; 12,17; 13,35; 21,4;
26,56?; 27,9. Además de estos once textos hay cuatro casos en los cuales se advierte explícita-
mente la correspondencia entre un hecho de la vida de Jesús o de Juan Bautista y el texto vetero-
testamentario que es traído a colación: 2,5; 3,3; 13,14; 26,64.
Un buen número de estas citas están introducidas por las partículas oàpwj (3 casos) o iàna (5
casos): Para que... se cumplieran las escrituras... En términos generales, hay una clara preferen-
cia por Isaías, y en algunos casos se cita anónimamente. Estas citas de Isaías tienden a reforzar el
mesianismo davídico de Jesús. Se debe destacar dos de estas «citas de reflexión» porque se re-
fieren a textos de Jeremías y tienen una fórmula introductoria diversa: to¿te: Entonces... se cum-
plió lo anunciado... En ambos casos se trata de sucesos dolorosos: la muerte de los inocentes
(2,17) y la venta de Jesús por treinta monedas (27,9).27
En ambas citas de reflexión Mt está vin-
culando la suerte de Jesús con la del profeta mártir Jeremías; se trata de la condición de siervo
sufriente de Jesús.
El tema del cumplimiento de las Escrituras en Jesús atraviesa todo el evangelio, y está pre-
sente de modo especialmente claro en los relatos de la infancia, con fuerte impronta mateana:
- el nacimiento virginal de Jesús cumple el anuncio hecho al rey Ajaz (Isaías 7,14).
- los escribas de Jerusalén encaminan a los Magos a Belén, porque interpretan con acierto una
profecía de Miqueas sobre el lugar en que debía nacer el Mesías (Miqueas 5,1-3).
26
FABRIS, RINALDO Matteo p. 27. 27
Aunque en este último caso se trata efectivamente de una cita de Zacarías 11,12-13, pero que es atribuida al profe-
ta Jeremías, por ser éste el profeta-símbolo de los momentos de dolor.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 16
- el llanto de las madres de los niños asesinados en Belén por orden de Herodes, cumplió lo
anunciado por Jeremías seis siglos antes (Jeremías 13,15).
- La huida a Egipto y el regreso a Nazaret cumplieron lo anunciado por el profeta Oseas ocho
siglos antes (Oseas 11,1).
- La instalación de Jesús en Nazaret (Jueces 13,5-7; Isaías 11,1),
3.1.2. Jesús y el Antiguo Testamento
Detrás de estas citas de reflexión existe un claro interés teológico de Mt. Jesús no viene a
romper con, ni simplemente a continuar el AT. Jesús viene a cumplirlo, a llevarlo a término.28
Je-
sús viene a cumplir lo anunciado,29
a cumplir la Ley.30
Todo el AT encuentra su sentido y su cohe-
rencia final en Cristo. Jesús es la respuesta adecuada a la esperanza de Israel. Mt quiere mostrar
que Jesús es el Cristo, es decir, que da cumplimiento al AT. Se trata de una cristología de corte
más apologético que kerygmático. Esto nos sitúa ante el escriba cristiano que busca acercar a los
suyos a la fe en el verdadero Mesías.
Si en Mt aparece con nitidez una ruptura con los fariseos y con Israel es porque ellos
han sido ciegos,31
porque ellos han roto con la Ley y los Profetas. Es correcto señalar que «el
cristianismo mateano se puede considerar paralelo al judaísmo de Yamnia y de la restauración del
judaísmo tras la catástrofe del 70 d.C. Dado que los rabinos empezaron a interpretar la Torá de
manera nueva, también Mateo presentó a Jesús como el verdadero intérprete de la Torá. El cris-
tianismo es el verdadero judaísmo».32
Ellos se han apartado de la recta comprensión del Antiguo
Testamento, y por eso Jesús se presenta como:
• el que se entronca con el más genuino espíritu del AT. Mt cita con gusto a Oseas 6,6 (9,13 y
12,7) para aludir al verdadero espíritu del AT:33
Dios prefiere la misericordia más que los sa-
crificios.
• el que radicaliza la misma Ley, conduciendo sus normas a los principios últimos, a la raíz: 5,21-
48 y 19,3-12; proponiendo el mandamiento del amor al enemigo y la eliminando la posibilidad
del divorcio Jesús conduce la Ley a su raíz, a su intencionalidad primera.34
Jesús cumple la Ley y el AT en general, y en cuanto tal entra en conflicto con los fariseos, a
los cuales acusa de una interpretación restringida y desviada de la Ley. Sin embargo, Jesús no es
un simple maestro de escuela teológica. Él trae algo más. Y este más es el reino de los Cielos. Mt
28
Plhro¿w / pleroo = completar, llevar a término: Mt 16 usos, Mc 3 usos, Lc 9 usos. 29
Cf. Mt 1,22; 2,15.17.23; 4,14; 8,17; 12,17; 13,35; 21,4; 26,54.56; 27,9: Jesús cumple lo anunciado. 30
Cf. Mt 3,15; 5,17: Jesús viene a cumplir la Ley. 31
Sobre el tema de la ceguera de Israel, cf. Mt 8,12; 10,5.23; 15,24; 21,43; 22,8; 23,1-36; 27,25. 32
THEISSEN, GERD La redacción de los evangelios y la política eclesial p. 55. 33
Son las dos únicas citas de este texto de Oseas en el NT. Quizá se aluda a él en Mt 23,23 y Mc 12,33. 34
Prestar particular atención al versículo 19,8b, que es un texto propio de Mt: «...pero en el principio no fue así».
Jesús conduce la Ley a su intencionalidad original.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 17
puede ser calificado como el evangelio del reino,35
insistiendo en su universalidad.36
En Mt el rei-
nado de Dios es un concepto central de la predicación de Jesús; es el objeto de la fe y de la en-
señanza. Es el principio y la meta de la vida moral, a la vez que compendia la nueva realidad de
la salvación.
3.1.3. Caracterizando la cristología de Mt
La cristología de Mt es más dogmática que narrativa, más apologética que kerygmática. A
Mt le interesan mucho los títulos atribuidos a Jesús. Para él el título básico es el de Hijo de Dios,
entendido a partir de un mesianismo de corte davídico. Jesús es un rey en humildad, que esconde
la fuerza de su mesianismo, a pesar de lo cual éste resulta evidente para los que creen. Para Mt,
Jesús, en su misterio más profundo, es el Hijo de Dios, condición que la fe logra reconocer ya en
esta vida terrena; a diferencia de Mc, la identidad de Jesús es plenamente – y en alguna medida
fácilmente – reconocida por quienes creen en Él. Veamos algunos aspectos concretos:
• Los discípulos y la gente llaman a Jesús ku¿rioj / kyrios = señor, que es un título netamente li-
túrgico. Jesús es interpelado como ku¿rioj 44 veces en Mt, 6 en Mc y 23 en Lc. El dato es re-
levante, porque en el AT ésta es una de las maneras de referirse a Dios. Particularmente intere-
sante es 8,25, texto propio de Mt: ku¿rie sw=son / kyrie soson = ¡Señor, sálvanos!: muchos
ven en esta fórmula una expresión litúrgica del clamor de fe de la Iglesia que reconoce a Jesús
como su Señor y Salvador.
• En Mt la gente que se acerca a Jesús lo saluda con una profunda reverencia hasta el suelo,37
que
está reservada a Dios: 2,2.8.11; 8,2; 9,18; 14,33; 15,25; 20,20; 28,9.17.
• Mt evoca las relaciones de Jesús con los demás mediante frases bastante fijas, que dan a la des-
cripción un carácter marcadamente hierático:
- los discípulos se acercan a Jesús y le dicen (o le piden) (13,10.36; 14,15; 15,12; 18,1; 24,1.3)
- Un hombre se acercó a Jesús y postrándose ante Él dijo... (8,2; 9,18; 15,25; 20,20);
- Una enorme multitud seguía a Jesús (4,25; 8,1; 14,13.14; 19,2; 20,29)
Se trata de una tendencia a poner a Jesús siempre en el primer plano, que tiene como contra-
partida un reducir al mínimo los elementos narrativos para poder concentrarse en Jesús.
• Mt evita todo lo que pueda oscurecer u opacar la figura de Jesús,38
y en contrapartida acentúa el
esplendor de los milagros de Jesús y le atribuye una clarividencia del futuro. Este último rasgo
35
Basilei¿a / basiléia = reinado: Mt 51 usos, Mc 14 usos, Lc 39 usos. 36
Cf. Mt 8,11: «Les digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y
Jacob en el Reino de los Cielos…»; 24,14 (// Mc 13,10): «Se proclamará esta buena nueva del Reino en el mundo
entero, para dar testimonio a todas las naciones»; 28,19: «Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes, bau-
tizándolas… y enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado…» 37
Esta postración hasta el suelo se denomina proskunh¿sij / proskynesis, Este rito aparece 13 veces en Mt, 2 en Mc
y 3 en Lc. En el AT es un rito que se practica frente a un rey: 1 Samuel 24,9; 25,41; 2 Samuel 9,8; 14,22.33; 15,5;
16,4; 18,28; 1 Reyes 1,53; 1 Crónicas 21,21. 38
Mt elimina los textos que parezcan denotar en sentimientos particularmente intensos o una aparente debilidad de
Jesús. Elimina los sentimientos de Jesús presentes en Mc 1,41.43; 3,5; 6,6; 8,12; 10,14.21; 14,33. Elimina la apa-
rente debilidad de Jesús expresada en Mc 1,45; 5,9.30; 6,5.38.48; 7,24; 8,12.23; 9,16.21.33; 11,13; 14,14 (es des-
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 18
es muy claro en el relato de la Pasión, que muestra a un Jesús dueño de las situaciones y clari-
vidente del futuro (Mt 26,2.10.18.25). Incluso su muerte está marcada por signos de carácter
cósmico y escatológico (27,51-53).
• Los discípulos, que prefiguran la Iglesia, adoran a Jesús como Hijo de Dios ya en el curso de su
vida, incluso antes de la Confesión de Pedro. En 14,33, texto propio de Mt, los discípulos que
están en la barca se postran ante Jesús diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios». En la
misma línea se debe considerar 27,43, también texto propio de Mt, en que la gente echa en ca-
ra a Jesús en la cruz el haber dicho: «Soy Hijo de Dios».
• En Mt Jesús usa con cierta frecuencia la expresión Padre mío (7,21; 10,32s; 11,27; 12,50;
16,17; 18,10.35; 20,23; 25,34; 26,29.39.42.53); contraponiéndola explícitamente en una opor-
tunidad a Padre vuestro (18,14). Evitando absolutamente la expresión Padre nuestro usada pa-
ra referirse a su relación con el Padre junto con la relación de los discípulos con el Padre; Je-
sús pone en evidencia el desnivel existente entre el tipo de filiación que tienen los discípulos y
el tipo de filiación con Dios que él mismo posee; por eso no cabe decir «nuestro Padre».
Yendo más allá de estos rasgos ya señalados, se puede señalar que Mt presenta a Jesús co-
mo el revelador del rostro de Dios Padre:
1. La frase programática de Mt 1,1 pone a Jesús en relación con David y Abraham. El evan-
gelio de Mt reconstruye la identidad de Jesús el Cristo mostrando que sus raíces se hunden en la
historia de las promesas hechas a David, figura del rey mesiánico ideal, y a Abraham, signo de
bendición para todos los pueblos. De manera más concreta cabe señalar que Mt llama 9 veces a
Jesús «Hijo de David» (contra 3 de Mc). Esta expresión se usa en contextos de acercamiento a
personas necesitadas de ayuda (9,27; 15,22) y en referencia al hecho de que en sus obras tera-
péuticas el pueblo ve un signo de su mesianismo (12,23; 21,9.15). Contra la mentalidad ambien-
te, Mt tiende a subrayar el aspecto humilde y misericordioso del rey mesías, que desilusiona las
esperanzas de un mesianismo político de corte triunfalista (24,4-5: «Miren que no les engañe na-
die. Porque vendrán muchos en mi nombre diciendo “yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos»).
Jesús es el siervo que carga con los sufrimientos de su pueblo (8,16-17: «Al atardecer, le trajeron
muchos endemoniados, él expulsó a los espíritus con una palabra y curó a todos los enfermos,
para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: “Él tomó nuestras flaquezas y cargó con
nuestras enfermedades”»), que desempeña su misión en humildad (12,15-21: Mt aplica a Jesús
las palabras del cuarto cántico del Servidor de Yahveh). Esta humildad de Jesús es coherente con
la enorme exigencia ética, de solidaridad con el hermano, que Jesús propone a sus discípulos. Y
llevando las cosas al límite, Mt señala que aunque enviado a la casa de Israel (10,6), Jesús abre
tacable que nueve de estos catorce casos señalados sean preguntas de Jesús a otros). Mt modifica sustantivamente
algunos textos de Mc. La mención de la curación de muchos (Mc 1,32-33 y 3,10) es transformada en la curación
de todos (Mt 8,16; 12,15). Mt suprime el comentario de que Jesús está fuera de sí (Mc 3,21). El ¿Por qué me
llamas bueno? (Mc 10,18) se transforma en ¿Por qué preguntas acerca de lo bueno? (Mt 19,17). La acusación de
que Jesús decía Yo destruiré este santuario (Mc 14,58) cambia a Yo puedo destruir este santuario (Mt 26,61).
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 19
un horizonte de salvación para todos los hombres que le reconozcan y le acojan con fe (8,10-12;
2,2).39
2. Jesús lleva a cumplimiento la esperanza mesiánica en cuanto Hijo de Dios. Él es el Em-
manuel (1,23), el Hijo que recorre las etapas de la historia de Israel (2,15, emigrando a Egipto).
Su condición divina insinuada en los relatos de la infancia es reconocida por los discípulos
(14,33) y proclamada por Pedro (16,16). Sin embargo, para Mt este encuentro con la identidad
profunda de Jesús es fruto de la libre iniciativa de Dios, que lo presenta en el bautismo (3,17) y
en la transfiguración (17,5). Jesús mismo señala que esto es regalo del Padre, especialmente a los
pequeños, y que es el fundamento de su actuar misericordioso (11,25-30: «Yo te bendigo Padre…
porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a pequeños… Vengan
a mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso…). Por eso, resultan
particularmente blasfemos los gritos de los judíos al pie de la cruz (27,40.43: «¡Sálvate a ti mis-
mo si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!» … «Ha puesto su confianza en Dios; que le salve
ahora, si es que de verdad le quiere¸ ya que dijo “Soy hijo de Dios”»).
Para Mt Jesús es el mesías, pero un mesías pacífico, que viene en pobreza y humildad, con-
dición que ya estaba insinuada en el AT:
- no es una amenaza para los gentiles, porque comienza su actividad en la «Galilea de los genti-
les», como luz para toda la humanidad (4,14-16; cf. Isaías 8,23 – 9,1).
- no es un héroe militar que mata a sus enemigos. Sino que carga son las flaquezas y enfermeda-
des de todos; es un sanador (8,17; cf. Isaías 53,4).
- es el que establece la justicia sin disputar ni pleitear; por ello incluso los paganos pondrán en él
su confianza (12,17-21; cf. Isaías 42,1-4).
- no entrará en Jerusalén como conquistador, sino como rey humilde, montado en un burro; es lo
contrario del caudillo militar (21,4-5; cf. Zacarías 9,9).
3. La enseñanza de Jesús con e)cousi¿a (exousía = autoridad) consiste en dar a conocer la
voluntad del Padre de modo pleno y definitivo. Es decir, en mostrar las exigencias radicales de la
revelación de Dios. Todo se resume en el mandato del amor, que encuentra su fundamento en el
amor incondicionado y universal del Padre (5,17: «No piensen que he venido a abolir la Ley y los
Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento»; cf. 5,20.48; 7,11; 22,37-40). Ésta es la
justicia nueva y superior que abre las puertas del Reino y hace formar parte de la familia de Jesús
(6,33: «Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se les darán por añadi-
dura»; 12,50: «Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre de los cielos, ése es mi hermano, mi
hermana y mi madre»). Es el cuidado de los pequeños, hermanos de Jesús, lo que permite entrar
en el Reino (25,35-36.40: «En verdad les digo que cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos
39
La figura de los Magos que veneran a Jesús es una figura universalista, y es propia de Mt; son extranjeros de leja-
nas tierras que han llegado Jesús a partir de sus propias búsquedas de sabiduría. En Lc se trata de pastores, israe-
litas de nacimiento, especialmente privilegiados por Dios en razón de su condición de pobreza.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 20
más pequeños, a mí me lo hicieron»). La relación filial de Jesús con el Padre cualifica todo su
actuar.
4. En relación a la comunidad de creyentes que lo reconoce como Hijo de Dios, Jesús es el
Señor, el único maestro auténtico. Él permanece resucitado con los suyos hasta el fin de los tiem-
pos (28,20: «Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo»), tal como
estaba anunciado desde el momento de su concepción (1,21.23: anuncio del Emmanuel, del
«Dios con nosotros»); permanece en medio de la comunidad reunida en su nombre (18,20: «Por-
que donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos») y puede ser
invocado en los momentos de prueba (cf. 8,25: «¿Por qué tienen miedo hombres de poca fe?»,
pregunta Jesús en el episodio de la tempestad calmada).
5. Al fin de los tiempos este mesías retornará glorioso, entronizado junto al Padre (26,64).
Es la manifestación gloriosa de aquel que fue humillado y despreciado (12,40; 16,27-28; 24,30;
25,31), y que por lo mismo asume un rol estable de referente último de toda la historia. Este ho-
rizonte escatológico de la obra de Dios en Jesús es lo que un autor sintetiza diciendo que para Mt,
«la historia de la presencia y acción salvífica de Dios en el mundo ha sufrido un cambio radical
desde el día en el cual Jesús, el Hijo del Hombre, solidario con la historia de todos los justos per-
seguidos y humillados se ha revelado como Hijo de Dios y Señor. Desde ese día la verdad de ca-
da hombre, su salvación o perdición definitiva, se juegan en el encuentro con Jesús, el Hijo de
Dios y del Hombre, que continúa siendo solidario con sus hermanos más pequeños».40
3.2. Fuerte acentuación ética
Como vimos, Mt articula cinco grandes discursos de Jesús, los que tienen un claro acento
pedagógico. Cada uno de ellos concluye con un anuncio de juicio de parte de Dios:
7,21-27: No todo el que diga Señor, Señor.... La casa construida sobre roca contrapuesta a casa
sobre arena.
10,37-42: El que ama a su padre o a su madre..: las condiciones para poder seguir a Jesús.
13,47-50: parábola de la red barredera: un mundo en el cual todo está confundido, y la necesa-
ria discriminación de los peces al fin de los tiempos.
18,23-35 (especialmente vv. 32-35): parábola del servidor que no supo perdonar a su compa-
ñero: conciencia de ser perdonados por Dios que lleva a perdonar al hermano.
25,31-46: parábola del juicio final: la separación de los cabritos y de las ovejas.
40
FABRIS, RINALDO Matteo p. 29.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 21
En estos discursos la alternativa hacer/no-hacer, que corresponde a alternativa sal-
vación/condenación, suena como un estribillo. Tal como resuena en todo el evangelio. Especial-
mente en el relato del juicio final (Mt 25), tan claramente centrado en el tema del amor concreto
por el hermano. Hay una insistencia fortísima en el aspecto ético, que subordina todos los otros
temas. Esta acentuación ética colora toda la cristología de Mt. «La originalidad del evangelista
reside en el juntar en la persona de Jesús tres funciones: hombre de Nazaret y maestro, salvador
presente en la comunidad y juez del mundo».41
Veamos estas tres dimensiones:
1. Jesús es el maestro que no viene a abolir la Ley, sino a llevarla a cumplimiento (5,17-
19). Los cristianos deben hacer realidad en lo concreto de su vida una «justicia mejor», que su-
pere a la justicia de los gentiles (5,47; 6,7.32) y la justicia de los escribas y fariseo (5,20;
6,2.5.16). Para Mt la Ley ocupa un lugar central y, en relación a ella, el cumplimiento de la vo-
luntad de Dios revelada en Jesús. Jesús estimula el cumplimiento de la Ley reinterpretando los
mandamientos desde una justicia más alta y autoritativa (5,20.21-22.27-28.33-37); redefiniendo
la manera de realizar las prácticas de piedad judías (6,1-18); rechazando de plano una religiosi-
dad de ostentación, sin compromiso interior (7,21-23). Esto significa recuperar el verdadero es-
píritu de la Ley y cumplirla adecuadamente. La enseñanza ética debe ir al mismo tiempo a la raíz
del precepto y a la raíz del corazón humano: se trata de la propuesta de una obediencia radical.
Esto se compendia en el tema de la dikaiosu¿nh (dikaiosyne = justicia) que es eminentemente
práctica: es la pregunta por cuáles son las acciones que llevan a una persona a hacerse «justo».
Mt posee una especial sensibilidad frente a la necesaria interioridad de la norma ética y los requi-
sitos concretos de la auténtica caridad, que lo aleja de toda estrecha desviación moralista.42
La
exigencia es alta, porque los creyentes son sal de la tierra y luz del mundo (5,13.14); en la medida
en son sal y luz (no que deban serlo), no serlo es una suerte de frustración de su identidad más
profunda.
2. La simple exigencia ética reducida a ella misma es agobiadora y no evangélica. Para sor-
tear este peligro, Mt es muy cuidadoso en presentar también a Jesús como el salvador presente
en la comunidad (18,20; 28,20b). Esta es una dimensión del anuncio de la gracia de Dios que
debe acompañar toda propuesta de una norma ética cristiana, a fin de no transformarla en yugo
agobiador, tal como han hecho los fariseos. En este tema es muy luminoso e interesante el eco a
la propuesta moral que hace el pasaje de 11,28-30 (texto propio de Mt, invitando a cargar el yugo
suave y la carga ligera de Jesús). Es en el amplio contexto de esta problemática (Ley y gracia)
que debe entenderse la alabanza de Jesús por la manifestación del reino a los pequeños (11,25-27
// Lc 10,21-22), que son aquellos sin poder terreno, pero a la vez los que tienen dificultades para
cumplir a plenitud la exigencia ética. Cabe anotar también que Mt se complace en presentar a
Jesús como el que acompaña a la comunidad en peligro (14,30-32, texto propio de Mt); como el
41
MARGUERAT, D. Le jugement dans l'Évangile de Matthieu. Genève: Labor et Fides 1981, p.106 42
Cf. Mt 5,20 – 6,18, una auténtica concentración de textos en torno al tema del amor. También Mt 7,12; 9,13; 12,7;
22,34-40; 23,23; 25,31-46.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 22
que fortalece en los momentos de debilidad, no solo como el que exige el cumplimiento de la
norma ética.
3. El horizonte global de la propuesta ética de Mt es el juicio escatológico, en el cual Jesús
es presentado como juez.43
El contenido de este juicio es la práctica ética, el amor; tal como está
dicho de una manera insuperable en 25,31-46. Por lo mismo, el Jesús de Mt, en cuanto juez que
busca la vida de todos, alerta a quienes han sido llamados y han respondido positivamente para
que posteriormente no se duerman en el cumplimiento atento y vigilante, activo y responsable del
querer de Dios (22,1-10.11-14; 24,45-51; 25,1-13.14-30). Poner en el horizonte del juicio escato-
lógico es situar al creyente frente a la seriedad con la cual debe asumir la tarea de conducir res-
ponsablemente su propia vida; de conducirla según los criterios del evangelio. Afirmar que Jesús
es el juez de toda la historia humana, conlleva afirmar que la última palabra corresponde a él; por
lo mismo, es posible confiarse plenamente en él, a pesar del aparente fracaso que se pueda expe-
rimentar en algunos momentos concretos de la vida.
Podemos ver así que en la propuesta de Jesús en su triple dimensión de maestro, salvador y
juez se juega un rasgo teológico muy característico de Mt. Una mala percepción de la profunda
interacción de los tres elementos presentes en este tema ético conduce a una comprensión errónea
de la teología mateana.
3.3. La comunidad cristiana
Como un tema consonante y paralelo al uso del AT se encuentra en Mt el tema de la comu-
nidad cristiana. Mt lo trata sobre telón de fondo del drama que significa el rechazo de Israel; in-
cluso tratándose de un rechazo justo, porque Israel desoyó el llamado de Dios hecho presente en
Jesús. La Iglesia es presentada como el nuevo y verdadero Israel, el pueblo que en verdad escu-
cha a Dios y le obedece. Y a su cabeza está Pedro, tan fuertemente destacado por Mt.
Mt es el único sinóptico que emplea la palabra e)kklhsi¿a (ekklesía = iglesia).44
La Iglesia
está íntimamente vinculada a Jesús y al Reino. Para Mt la Iglesia posee siempre un fundamento
cristológico; es una comunidad cristológicamente cualificada. Esto se traduce en ciertos acentos
teológicos típicamente mateanos:
43
Este juicio operado por Jesús hay que entenderlo en el horizonte bíblico del tema del juicio, para el cual éste no se
reduce a la aplicación de la ley, sino que es un calibrar la obra construida, un ponerla en crisis. La calidad de lo
que se ha construido queda en evidencia en el momento de la tormenta (cf. 7,21-27). Este juicio depende de la ca-
lidad intrínseca de la obra, no de la aplicación de una legislación de carácter extrínseco, y por lo mismo en defini-
tiva mudable. Es en este horizonte que se puede entender que el tema del juicio de Dios no se contrapone al es-
fuerzo del Señor por dar vida plena a todos. Dicho simbólicamente, es un esfuerzo que no significa dispensar de
las ordenanzas municipales para las construcciones, sino enseñar a construir una casa firmemente asentada sobre
roca, que no se caiga en los momentos de prueba. 44
Tres usos: 16,18 y 18,17 (con dos usos). Por este hecho, pero especialmente por el reflejo de la vida de las concre-
tas comunidades cristianas que dejan entrever los textos de Mt, algunos autores tienden a llamarlo el evangelio
eclesial. En esta calificación dada a este evangelio también influye la gran estima que la Iglesia ha tenido por Mt
a lo largo de su historia.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 23
• El Señor Jesús siempre está presente en la comunidad (16,18-19; 18,20; 28,20). Además de es-
tas afirmaciones explícitas Mt reelabora ciertos textos, introduciendo indicaciones que explici-
tan el tipo de relación existente entre Jesús y los suyos. En concreto, reelabora los textos de
Mc introduciendo fórmulas como con ustedes, conmigo, etc.45
Para Mt Jesús es el Emmanuel
(1,23; es decir, meJ¡ h(mw=n o( Jeo¿j / meth’hemon ho theos = Dios con nosotros). Al acentuar
esta relación Mt está resaltando que el fundamento de la Iglesia es cristológico (28,20: kai£
i)dou£ e)gw£ meJ¡ u(mw=n ei)mi pa¿saj ta£j h(me¿raj eÀwj th=j suntelei¿aj tou= ai)w=noj = y
he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo). Para Mt, la Iglesia es
la forma concreta como Dios está presente con nosotros.
• El evangelio de Mt establece una continuidad estricta entre Jesús y la comunidad. En el discurso
de misión Mt presenta a los discípulos como enviados a hacer lo mismo que ha hecho Jesús:
continuar sus obras (cf. 9,35 y 10,1), predicar el mismo mensaje del Reino (cf. 4,17 y 10,7),
actuar de modo itinerante (cf. 8,20 y 10,9-10). Teniendo presente esta identidad entre Jesús y
los discípulos, Mt no duda en señalar que ambos por igual sufrirán el rechazo y la contradic-
ción).
• La Iglesia es una fraternidad que cuenta con la presencia de Jesús de modo permanente. Jesús
resucitado llama a los discípulos mis hermanos (28,10); y quienes cumplen su voluntad son
considerados familiares de Jesús (12,46-50). Entre ellos debe desaparecer toda forma de de-
sigualdad, ya que frente al único maestro todos son hermanos que comparten una misma con-
dición (23,8-10). El trato entre los creyentes corresponde al trato que debe existir entre herma-
nos (18,15.21.35).
La Iglesia nace de la convocación efectuada por Jesús y por lo mismo los llamados a ella
son maJhtai¿ (mathetai = discípulos)46
del único maestro, quien está siempre presente en medio
de su comunidad. Un signo privilegiado para poner en evidencia esta condición de discípulos es
que los llamados padecerán persecución al igual que su maestro (5,11). Para Mt los creyentes son
maJhtai¿ (mathetai = discípulos) y no a)posto¿loi (apostoloi = apóstoles, enviados).47
Son per-
sonas ligadas de modo especial al Jesús terrestre, más que enviados a proclamar una buena noti-
cia. Pero Mt pasa del hecho sociológico del discipulado a un concepto teológico: ser discípulos
no es un hecho histórico, posible solo para algunos, sino una actitud de fe ofrecida a los creyentes
de todos los tiempos. En este sentido, en Mt el pasado y el presente se confunden;48
en la actuali-
45
Comparar Mt 26,29 // Mc 14,25; Mt 26,36 // Mc 14,32; Mt 26,38 // Mc 14,34; Mt 26,40 // Mc 14,37; Mt 26,51 //
Mc 14,47; Mt 26,71 // Mc 14,69; etc. 46
Cuando Mt habla de discípulos tiene ante sus ojos, en primer lugar, a los discípulos y a la Iglesia de su momento.
Pero también parece estar pensando en todos los discípulos de todos los tiempos, ya que en 28,19 habla de
maJhteu¿ein / matheteuein = hacer discípulos. Es una relación modélica, posible para hombres de toda época. 47
La expresión se usa sólo en Mt 10,2. 48
Cf. Mt 27,57: se señala que José de Arimatea se había hecho discípulo de Jesús (e)maJhteu¿Jh t%= ¡Ihsou=); en Mc
15,43 solo se dice que él esperaba el Reino de Dios. Recordar también el mandato del resucitado en Mt 28,19:
«Hagan discípulos...».
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 24
dad es posible ser discípulo de Jesús de Nazaret. Algunos indicadores de esta mirada propia de
Mt son:
• Para Mt los discípulos entienden claramente quien es Jesús; y esta comprensión fundamenta su
fe en Jesús. Este rasgo en la presentación de los discípulos se contrapone a la presentación de
los discípulos efectuada por Mc, quien se complace en insistir en la dificultad de los discípulos
para entender.49
Detrás de ambas presentaciones hay una diversa concepción teológica de lo
que es el discipulado cristiano.
• Para Mt los discípulos son un una suerte de modelo de los creyentes de todas las épocas. No los
hace caricaturas de perfección, de hecho Mt señala sus debilidades, pero elimina todo lo que
suponga incomprensión o falta de inteligencia de la verdadera identidad de Jesús. Justamente
los temas que le eran más gratos a Mc.
• En Mt no está presente el aspecto misionero, sino la dimensión eclesial. Lo que le interesa a Mt
es la pregunta de cómo permanecer fieles a la fe y vivir de acuerdo a ella. Con plena concien-
cia de que los creyentes son hombres de poca fe; y que por lo mismo la respuesta que den a las
exigencias del evangelio será siempre. Podemos decir que la presentación de los discípulos
que efectúa Mt es una catequesis propuesta al interior de la Iglesia sobre el modo de vida que
deben llevar los seguidores de Jesús.
En la comunidad de Mt la persona de Pedro posee un rol especial, central. Pedro es el pri-
mer llamado (4,18-19; 10,2), el primero que reconoce a Jesús como Señor (14,28), el que será
constituido fundamento de la Iglesia (16,18). Esto no impide a Mt presentar las oscuridades de
Pedro en los momentos de tentación (cf. 16,22; 26,40.58.69-75). Pedro es el portavoz de los de-
más discípulos, el que hace presente sus puntos de vista y el que recibe las preguntas de los otros
(cf. 16,16; 17,24; 18,21; 19,27; 26,33.35). Sus comportamientos sirven de modelo a los demás
(cf. 16,17). Está presente en momentos de mucha intimidad con Jesús (cf. 17,1; 26,37). A Pedro
se le concede de modo especial el ministerio disciplinar de atar y desatar (16,19). Mt conoce tam-
bién algunas tradiciones sobre Pedro que le son propias: 14,28-33: Pedro camina sobre el agua;
16,17-19: Jesús constituye a Pedro como piedra de la Iglesia y le entrega las llaves del Reino;
17,24-27: Jesús y Pedro pagan el tributo al Templo con una única moneda; 18,21: Pedro pregun-
ta: cuántas veces tengo que perdonar.
La Iglesia también está estrechamente unida al Reino de Dios. La Iglesia está llamada a
proclamar el reinado de Dios por medio de la palabra de sus misioneros y especialmente su vida
modelada según los criterios del evangelio, que es como sal y luz para la tierra. En la Iglesia de
algún modo está presente el reino de Dios, de cuyas llaves ella dispone en la persona de Pedro.
Este poder significa que lo obrado visiblemente en la tierra tiene un efecto en el cielo, en el
Reino. Pero, al mismo tiempo, la Iglesia es la comunidad invitada a acoger el reino. Es la comu-
nidad de los pecadores perdonados y perdonantes (18,21-35); una comunidad centrada en el pro-
blema de los débiles que se encuentran en su interior, ya que todos los creyentes son imperfectos,
49
Cf. Mt 13,19.23 (comparar con Mc 4,15.20); 13,51s.; 16,12; 17,13.
7. Crítica de la Redacción: Mateo — 25
son hombres de poca fe.50
Para Mt el problema clave no parece ser tanto el de la fe como tal, sino
el de la poca fe suficiente para acoger el Reino; aunque esa débil fe necesite aún un mayor cre-
cimiento. Aquí nos topamos con la comunidad madura y algo avejentada de Mt. Es una Iglesia en
crisis porque en su interior está actuando el mal (13,36-43). Hay falsos profetas, es decir, per-
sonas de autoridad que debilitan la perseverancia y el compromiso de una fe coherente de los cre-
yentes (7,15-20; 18,6-7). Sus falsas esperanzas mesiánicas producen desconcierto (24,11-12.24).
Las intolerancias frente a los hermanos producen tensiones y divisiones internas en la comunidad,
a las que Mt llama escándalos, en el sentido bíblico del término (cf. 18,5-10; 5,29-30; 13,21).
Dentro de la comunidad se reproducen tendencias exhibicionistas y autorreferentes de tipo fari-
saico (23,3-12). Etc.
3.4. Tendencia historizante
Por último, debemos señalar que Mt se caracteriza por su fuerte tendencia a la historización
de la tradición recibida. Lo que Mt recibe de Mc como anuncio kerygmático, como predicación,
tiende a transformarlo en relato. Le interesa, ya a la distancia de bastantes años, señalar clara y
objetivamente qué hizo y dijo Jesús. Cuáles son las acciones de Jesús que atestiguan su carácter
mesiánico. Haciendo de este modo corrige fuertemente a Mc, eliminando lo más kerygmático de
sus relatos y transformándolos en episodios sencillos, claros, fácilmente aceptables. Sin embargo,
se debe señalar Mt recupera lo kerygmático por el lado de la predicación. El Mesías que actuó e
hizo todo eso en el pasado, es el que ahora habla a la comunidad. Los discípulos no son persona-
jes ajenos a la Iglesia que Mt conoce. Los discursos puestos en boca de Jesús son la predicación y
catequesis de la Iglesia de Mt. Para Mt Jesús es el portador del evangelio, no su contenido, como
señalaría Mc.
Mediante este proceso de historización Mt busca conservar la continuidad con el pasado. Se
inicia reconociendo explícitamente que Jesús es del pasado; pero ese Jesús del pasado hizo cosas,
obras, que lo atestiguan como el Mesías. Estas obras que hizo el Jesús-Mesías debemos conocer-
las, porque son del pasado; este es precisamente el sentido de los capítulos 5-9 al presentar la
enseñanza y la acción taumatúrgica de Jesús. Pero ese Jesús del pasado ha hablado los discursos
que hoy deberían pronunciarse; hablándole a los discípulos en verdad le ha hablado a la Iglesia de
hoy; por eso su mensaje es vigente y actual. El encuentro con el Jesús del pasado toma consis-
tencia, se hace actual, cuando se transforma en comportamientos nuevos. Éste es justamente el
drama del Israel según la carne: vio a Jesús, pero no cambió su vida como fruto de ese encuentro.
50
¡Oligo¿pistoj / oligopistos = poca fe: en todo el NT esta palabra se usa sólo 5 veces: 4 en Mt y 1 en Lc. En con-
creto: Mt 6,30: llamado al abandono en manos de la Providencia; Mt 8,26: episodio de los discípulos en la barca;
Mt 14,31: Pedro hundiéndose en medio del Lago; Mt 16,8: juicio contra los discípulos, a propósito de la levadura
de los fariseos; Mt 17,20: los discípulos no logran expulsar los demonios por su poca fe; Lc 12,28, paralelo a Mt
6,30.