una mirada atrás, 9

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Una mirada atrás, 9 Hace veintidós, años el proyecto de un complejo turístico en el Valle del Almicerán, era algo que estaba en la última fase de estudio y se habían iniciado los trámites para su aprobación en la Comisión Provincial de Urbanismo y en la Agencia de Medio Ambiente (AMA). La magnitud de la obra con sus correspondientes inversiones económicas, así como la creación de puestos de trabajo, se juzgaban como enormemente atrayentes y beneficiosas para una zona deprimida, como la nuestra, que estaba considerada como una de las más desfavorecidas de la Europa comunitaria. El complejo preveía una inversión de 42.000 millones de pesetas (252 millones de euros), con la implantación de un campo de golf de 18 hoyos; la creación de 1.000 plazas hoteleras entre 3 hoteles, 2 apartahoteles y 160 viviendas tipo cortijo; además contaba con una previsión de puestos de trabajo para 150 personas. El proyecto turístico ya había sido declarado de interés social por el Ayuntamiento de Cazorla, municipio al que pertenece el valle del Almicerán, junto con el de Peal de Becerro. El Movimiento Ecologista mostraba su oposición al complejo, a través de Pastores de la Naturaleza, con implantación en Pozo Alcón, y anunciaba la presentación de alegaciones al proyecto, por el impacto negativo en el medio ambiente, al tratarse de unas obras a realizar en el interior del Parque Natural donde no están permitidas las construcciones de nueva planta. Idéntica actitud de oposición mantenía el Ayuntamiento de Pozo Alcón que mostró su radical negativa al proyecto desde el momento que tuvo conocimiento del mismo. Así lo manifestaba el, entonces, alcalde Manuel Moreno García, que gobernaba con mayoría absoluta de siete concejales, gracias al pacto con el PP, y ofrecía la alternativa de que dicho se complejo se levantara en el Hoyo de los Pinos. Incluso los partidos en la oposición en el Ayuntamiento de Cazorla votaron en contra de la declaración de “interés social”, además, por entender que se trataba de una operación inmobiliaria de carácter especulativo. Las noticias sobre la urbanización del Valle del Almicerán ocupaban un lugar destacado en los “medios” de la provincia,

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Una mirada atrás, 9Hace veintidós, años el proyecto de un complejo turístico en el Valle del Almicerán, era algo que estaba en la última fase de estudio y se habían iniciado los trámites para su aprobación en la Comisión Provincial de Urbanismo y en la Agencia de Medio Ambiente (AMA). La magnitud de la obra con sus correspondientes inversiones económicas, así como la creación de puestos de trabajo, se juzgaban como enormemente atrayentes y beneficiosas para una zona deprimida, como la nuestra, que estaba considerada como una de las más desfavorecidas de la Europa comunitaria.

El complejo preveía una inversión de 42.000 millones de pesetas (252 millones de euros), con la implantación de un campo de golf de 18 hoyos; la creación de 1.000 plazas hoteleras entre 3 hoteles, 2 apartahoteles y 160 viviendas tipo cortijo; además contaba con una previsión de puestos de trabajo para 150 personas. El proyecto turístico ya había sido declarado de interés social por el Ayuntamiento de Cazorla, municipio al que pertenece el valle del Almicerán, junto con el de Peal de Becerro.

El Movimiento Ecologista mostraba su oposición al complejo, a través de Pastores de la Naturaleza, con implantación en Pozo Alcón, y anunciaba la presentación de alegaciones al proyecto, por el impacto negativo en el medio ambiente, al tratarse de unas obras a realizar en el interior del Parque Natural donde no están permitidas las construcciones de nueva planta. Idéntica actitud de oposición mantenía el Ayuntamiento de Pozo Alcón que mostró su radical negativa al proyecto desde el momento que tuvo conocimiento del mismo. Así lo manifestaba el, entonces, alcalde Manuel Moreno García, que gobernaba con mayoría absoluta de siete concejales, gracias al pacto con el PP, y ofrecía la alternativa de que dicho se complejo se levantara en el Hoyo de los Pinos. Incluso los partidos en la oposición en el Ayuntamiento de Cazorla votaron en contra de la declaración de “interés social”, además, por entender que se trataba de una operación inmobiliaria de carácter especulativo.

Las noticias sobre la urbanización del Valle del Almicerán ocupaban un lugar destacado en los “medios” de la provincia, debido al interés que había despertado la magnitud de la obra y por la ubicación donde se pretendía construir, generando, durante varios años, abundante materia informativa de la cual nos referiremos en artículos venideros.

Manuel Almagro Chinchilla

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