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I ACTUALIDAD I

Un nuevo Plan de Desarrollo

Este seis de agosto Bogotá cumple 474 años de exis-tencia como la ciudad

capital de una larga serie de enti-dades territoriales y políticas, asen-tada siempre en el mismo espacio físico de esta sabana tropical de altura, ciertamente bella, rica, exó-tica y extensa.

Desde 1991 Bogotá es el Distrito Capital de la República de Colombia y la ciudad capital del Departa-mento de Cundinamarca; aquellas entidades territoriales históricas

fueron sustituidas sucesivamente en varias y únicas circunstancias y oportunidades de orden político y militar. Muchas veces ha cambiado de nombre y de estructura admi-nistrativa, pero la mayor parte de ellas resultan incomprensibles para las nuevas generaciones de colom-bianos y extranjeros.

Hoy, Bogotá “Distrito Capital” es el centro político y económico de una república democrática y constitu-cional en crecimiento notable, con serias dificultades de orden público,

segura, moderna y en crecimientoBogotá Humana, progresista, tolerante, cívica,

1 Acuerdo 489 de 12 de junio de 2012

infraestructura y seguridad local, que acaba de cumplir 202 años de existencia con profundas diferen-cias en la cultura, la geografía y en la economía, en la que la naciona-lidad plantea grandes retos entre unidad, pluralidad y diversidad.

A pesar de la reciente y difícil apro-bación del “Plan de Desarrollo Económico, Social, Ambiental y de Obras Públicas para Bogotá D.C. 2012-2016 Bogotá Humana” centrado en elevar las condiciones de bienestar de la ciudadanía, y en el cambio de enfoque de la acción pública, su destino es incierto para muchos ciudadanos que han deci-dido vivir aquí y forjar en ella sus realizaciones humanas.

Saludamos la aprobación de este nuevo propósito político de los órganos de gobierno y de la administración de Bogotá, por su profundo contenido humano, soli-dario y generoso con las personas que merecen los mejores esfuerzos para superar la pobreza, la discri-minación y la segregación social y cultural, pues es evidente, como lo advierte este nuevo “Plan de Desarrollo”, que entre nosotros subsisten condiciones territoriales y políticas que restringen el desa-rrollo integral y la formación cul-tural y profesional de las personas,

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I BOGOTÁ 474 AÑOS I

que impiden el acceso a condiciones de salud y nutri-ción adecuadas, muchas de ellas basadas en la discrimi-nación por razones económicas, por su religión, raza y herencia cultural.

Los propósitos del “Plan de Desarrollo” identifican los factores que llama prioritarios de intervención para remover las condiciones de segregación e inequidad relacionadas con las capacidades de las personas, la persistencia de situaciones de exclusión y los riesgos ambientales.

No obstante sus importantes rastros, la arquitectura de la Capital de la República se ha transformado inten-samente en oleadas arrasadoras que desconciertan a propios y extraños por su variedad y por su ruina sucesiva. Su escasa y atrasada vialidad, la demolición persistente y metódica de sus viviendas familiares y

de edificaciones emblemáticas, que han multiplicado y refrendado los guetos coloniales de siempre, a veces como condición de ingreso a los circuitos sociales y productivos, se han impuesto definitivamente y, aún hoy, imponen las principales notas de desagregación y discriminación social. Hoy, como siempre, es evidente ese choque de diferencias en los planos sociales y eco-nómicos y desde lo político que provienen de todo el vasto territorio de lo que es y quiere ser Colombia. La dialéctica entre cultura, territorio, autoridad y poder aún permanece sometida a tensiones delicadas y en muchos casos dolorosas.

De otra parte, es cierto, por ejemplo, que muchas áreas vecinas a Bogotá como las de Mosquera, Funza, Cota, La Calera y Soacha crecen en lo económico a ritmos mayores proporcionalmente consideradas que la misma

Antigua Calle del Cartucho, en el centro de la ciudad

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capital, pero también lo es que en varios de esos territorios conurbados crece la pobreza, la urbani-zación es precaria y en muchos casos clientelista. Por ello, sería deseable examinar el modelo cons-titucional de organización política y administrativa de esta región de la Sabana de Bogotá e imaginar uno realista y pragmático que permita hablar de una entidad metropolitana de gobierno capaz de establecer orden y racionalidad al desarrollo y que asegure mejores condiciones de acceso a los bienes de la cultura, la formación y la dignificación de la vida y el trabajo.

Hoy tenemos un casco urbano desarticulado, partido en múltiples localidades sin autoridades judiciales o de policía permanentes o eventuales, y menos con agentes de policía. Allí no se habla de políticas públicas ni de orden público ni de seguridad local o territorial. No hemos podido establecer condiciones mínimas para asegurar las mejores posibilidades de consecución de trabajo decente a todos los habitantes de nuestra ciudad

y aún predominan en los estratos medios y bajos de la población los trabajos informales e indignos.

Las localidades y sus escasos servicios funcionan con los horarios de las administraciones locales tra-dicionales en los que se atienden con dependencias menores y dentro de turnos burocráticos en los que nada se sabe de salud, educación y servicios públicos domiciliarios ni esenciales. Muchas de aquellas enti-dades locales se caracterizan por contener grandes bolsas de pobreza y de emprendimientos infor-males sin generar empleo ni oportunidades de tra-bajo digno, todo lo cual incrementa los problemas de inseguridad y movilidad que impiden el acceso equitativo a redes de servicios y de transporte en la ciudad.

Después de estos casi quinientos años de la dialéc-tica entre espacio central y poderes políticos locales y nacionales, se configuró dentro de los varios cua-dros territoriales de la ciudad un aglutinado anár-quico de ejecutores sociales del presupuesto con

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Barrio La Candelaria

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varios “cartuchos” repetidos, con distancias insal-vables en áreas, zonas y espacios incomunicados y se mantiene una estructura vial tremendamente reducida por la implantación de modelos de trans-porte público masivo de superficie que la ocupan.

Estas diferencias territoriales han marcado pro-fundamente el tono de la desigualdad social que se quiere superar con este nuevo “Plan de Desa-rrollo” como quiera que sus ejes estratégicos buscan una ciudad que reduzca la segregación y la discriminación del ser humano y que lo convierta en el centro de las preocupaciones del desarrollo. Además, en este nuevo plan se propone enfrentar el cambio climático y reordenar su territorio alre-dedor del agua.

Muchos de los habitantes de Bogotá no tenemos memoria ni información sobre el pasado de nuestra ciudad y menos sabemos cuál es nuestro destino ciudadano. Muchos de nosotros no imaginamos cuál es el decurso de esta ciudad y cómo respon-derá a los desafíos del crecimiento, la pluralidad, la masificación y el desarrollo de sus grupos de habi-tantes. Hoy desde el Gobierno Distrital se habla de una “Bogotá Humana” y se promueve entre muchos programas sociales de gran novedad, responsabilidad e imaginación, las políticas de igualdad de género y la diversidad de personali-dades y opciones, incluso las de los grupos LGTBI.

Ciertamente Bogotá, a pesar de crecer y aumentar en su población, aún no es una ciudad metropoli-tana y menos un crisol de culturas y razas; su via-lidad es pasmosamente atrasada, su infraestructura de servicios mantiene redes rudimentarias, princi-palmente en el sector de la distribución eléctrica, su acueducto y su alcantarillado también requieren de muy costosas inversiones de reemplazo espe-cialmente de los drenajes y del manejo del Río Bogotá y demás fuentes.

Así, somos o habitamos en una ciudad que creció mucho en buena medida por fuerza de la llegada de inmigrantes nacionales víctimas de procesos políticos y de situaciones de orden público, inse-guridad y que ahora se abre al crecimiento de las inversiones, a nuevos negocios y a nuevos habi-tantes, muchos de ellos latinoamericanos. Otros muchos llegaron a Bogotá en busca de oportuni-dades de crecimiento personal y profesional y fun-daron emprendimientos empresariales, culturales y sociales que han visto resultados y provecho per-

sonal y familiar. Pero todos hemos sufrido una ciudad con graves problemas de contaminación ambiental, visual y de residuos. La inseguridad unas veces mejora y otras decae lamentablemente como en el tema del robo de celulares y el atraco callejero.

A propósito de los primeros meses de la gestión del nuevo gobierno local encabezado por el alcalde Gus-tavo Petro y de varias decisiones polémicas como la supresión de las fiestas de toros en nuestra ciudad, el cambio de las reglas de movilidad, la revisión de la venta de agua en bloque y la formulación de un nuevo “Plan de Desarrollo” cabe el deber de volver a pensar qué es Bogotá, qué será de esta ciudad durante los próximos treinta o cuarenta años y qué dejaremos a nuestros hijos y nietos. Esperamos contar con la pre-sencia del Alcalde Mayor para que nos visite y pre-sente ante esta comunidad de socios empresarios sus reflexiones sobre el Plan y su ejecución. Por ello lla-mamos a nuestros consocios a conocer el mencionado plan y a reflexionar sobre sus importantes virtudes y sobre sus vacíos y defectos.

Centro de Estudios Sociales Bogotá 2050

Muchos de los habitantes de Bogotá no tenemos memoria ni información sobre el pasado de nuestra ciudad y menos sabemos cuál es nuestro destino ciudadano. Muchos de nosotros no imaginamos cuál es el decurso de esta ciudad y cómo responderá a los desafíos del crecimiento, la pluralidad, la masificación y el desarrollo de sus grupos de habitantes.

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Bogotá,visión positiva

gobierno distrital. No preten-demos desconocer los temores que a algunos nos acechan ni los riesgos a que nos exponen, a veces, las actuaciones y decla-raciones poco claras y contra-dictorias de nuestro alcalde. No es mi interés detenerme en ello sino reconocer hechos positivos;

Codazzi, AgustínPlano Topográfico de

Bogotá i sus alrededores10.1849

Impreso (acuarela / papel) 123 x 147 cm

Colección Museo “El Chicó” Mercedes Sierra de Pérez

registro 221

1. Al cumplir Bogotá 474 años de fun-dada, aspiramos a adentrarnos, con el concurso de todos, en una etapa en la que dejemos atrás el cúmulo de problemas, desencantos y visiones pesimistas que caracterizaron nuestros últimos años así como la incertidumbre y el desconcierto que sentimos en el inicio del nuevo

Por Jaime Rodríguez AzueroMiembro de la Junta Directiva del Club

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Centralidades, buscando conso-lidar espacial y funcionalmente la localización y disposición de nuevas actividades que refuercen o complementen las existentes, con el fin de garantizar el cumpli-miento de su papel dentro de la estrategia general para el ordena-miento del territorio de la ciudad

3. Como resultado de estos procesos nos encontramos hoy con pro-yectos en etapa de culminación, tales como el nuevo aeropuerto y la tercera fase de Transmilenio, otros en proceso de consolida-ción, como Ciudad Salitre y el Centro Internacional, algunos en curso de planeamiento como Innobo1, unos más en proceso de formulación como lo son el Pro-yecto de Renovación Urbana del CAN2, el cual incluye los barrios Salitre Greco y La Esmeralda y, desde luego, una larga lista de planes parciales en proceso de formulación y trámite, entre los que se encuentran los denomi-nados, Plaza de la Democracia3, Nodo Calle 264, Estación Cen-tral5 y Triángulo de Fenicia6. Estos proyectos, como lo fueron los ya mencionados, deben responder a una visión de largo plazo y superar momentos y coyunturas políticas.

4. Desde luego, el éxito en la con-creción de estos proyectos, y de otros muchos, depende de varios factores. Uno primero, determi-nante, está asociado al clima de confianza y de optimismo que genere la actual administración distrital, para lo cual se requiere claridad de políticas y programas, lenguaje preciso y sin contradic-ciones, solidez de las instituciones a partir del respeto generado por la actuación de sus secretarios, gerentes y directores, por una coordinación institucional eficaz y por la eficiencia en actuaciones, procedimientos y trámites, entre otros muchos aspectos.

recorrer espacios de nuestra geo-grafía y de nuestra agenda urbana; resaltar edificios emblemáticos; referentes de nuestra historia y de nuestro entorno; y expresar compromiso y entusiasmo con proyectos que apuntan tanto a la productividad como a la inclu-sión y a la equidad.

2. La ciudad, cada vez más, con-creta proyectos visualizados y planificados de tiempo atrás. Son muchos los ejemplos a los que podría referirme en toda la geografía de la ciudad pero me voy a limitar a lo que podríamos llamar el Corredor de la Calle 26. Desde su inicio, con la cons-trucción del aeropuerto, este corredor ha sido escenario de planteamientos y procesos urba-nísticos de importancia en todos los órdenes. Ahora bien, de simples visiones puntuales –el aeropuerto, el CAN, la Univer-sidad Nacional, San Diego, por ejemplo– hemos pasado a una concepción y desarrollo integral y a la realidad del Corredor que hoy conocemos y que se conso-lida día a día.

Una expresión de este proceso la vemos en la Zonificación de 1979, que lo define como un Eje de Actividad Múltiple y que pro-pone, a lo largo de su recorrido, proyectos de carácter metropoli-tano tales como el Parque Simón Bolívar, Ciudad Salitre y la Ter-minal de Transportes y programas como el Plan Centro, donde el Centro Internacional constituye un referente de importancia. Veinte años después, con la adop-ción en el año 2000 del Plan de Ordenamiento Territorial, se for-talece la importancia del corredor y se identifican operaciones estra-tégicas, como el Centro Interna-cional, Anillo de Innovación y Fontibón-El Dorado-Engativá, insertas dentro del marco de las

Plano de proyección Estrategia de Ordenamiento para el Distrito CapitalAlcaldía Mayor de BogotáPlaneación Distrital

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Un segundo factor, igualmente determinante, lo constituye la construcción de acuerdos para la participación pública-privada en proyectos urbanos, tanto los asociados a la construcción y sostenibilidad del sistema integrado de transporte público como a proyectos relacionados con grandes equipa-mientos metropolitanos, como el asociado al Estadio El Campín y su área de influencia7 . En la medida en que se evidencien los beneficios que para la ciudad y el interés colectivo tendrían estas alianzas, en que los acuerdos se construyan con total transparencia y participación ciudadana y en que se generen subsidios cruzados que contribuyan a la equidad y la inclusión, veremos con optimismo la implementación de este tipo de alianzas.

Proyectos emblemáticos en la ciudad

1. Se enmarca en la Operación Es-tratégica Anillo de Innovación y en la Centralidad Salitre - Zona Industrial y constituye una propuesta urbana orientada a la conformación del “Dis-trito empresarial de ferias, eventos y convenciones” que incorpora un Cen-tro de Convenciones en medio de los proyectos emprendidos por CORFE-RIAS y la nueva Sede Institucional de la EAAB.

2. Ver documento CONPES No. 3694 de marzo 28 de 2011, Decreto Na-cional No. 4184 de noviembre 3 de 2011 y Plan de Desarrollo “Bogotá Humana Ya”, adoptado por Acuerdo No. 489 de junio 12 de 2012.

3. Localizado sobre el eje de la 26, inmerso en la zona llamada Anillo de Innovación, asociado a la Estación de Transmilenio, conectará el sector del Concejo de Bogotá con el CAD, for-taleciendo la estructura funcional y de servicios del sector.

4. El Nodo Calle 26 articula los pla-nes parciales de Plaza de La Democra-cia, La Estrella, Alameda (entre calles 26 y San Victorino y carreras 13 a 14) y San Martín (al oriente de la carrera 7ª y entre calle 34 y Parque de la In-dependencia).

5. La Estación Central articulará las Fases I y III de Transmilenio, benefi-ciando a pasajeros de la Carreras 10ª y Caracas y de la Calle 26. Está aso-ciada a la formulación e implementa-ción del Plan Parcial La Alameda.

6. Este Plan Parcial, promovido por la Universidad de Los Andes, entre Ca-rrera 3, Avenida Jiménez de Quesada y Avenida Circunvalar, corresponde a un sector de paisaje privilegiado, refe-rente histórico y académico.

7. Ver Diario El Tiempo de mayo 19 de 2012. Se plantea por parte de em-presarios una alianza público privada para demoler las actuales instalacio-nes y construir un complejo cultural, deportivo y de entretenimiento que in-cluye vivienda, oficinas, hotel y comer-cio, dentro del marco de un programa de revitalización del sector entre calles 53 y 63 y entre carreras 14 y 30.

Otro factor determinante reside en cómo la administración concreta su propósito de identificar factores prioritarios de intervención que permitan remover condiciones de segregación e inequidad –merced a construir un territorio donde se garantice a todos el acceso equitativo a la ciudad–, cómo esto se refleja en su política de revitalización del centro ampliado y cómo ello incide en la eficiencia del sector privado como socio necesario en la construcción de ciudad y en la concreción del modelo adoptado por el Plan de Desarrollo “Bogotá Humana Ya”. Todo sin salirse de una clara visión ambiental y social plasmada en el plan.

5. Desde luego, el optimismo con que debemos encarar el futuro debe estar necesariamente ligado al entusiasmo con que, como miembros de la comunidad de El Nogal, nos comprometamos con estos propósitos. Por el momento, dentro del marco de ese compromiso, menciono el proyecto para donar a la ciudad un jardín infantil al servicio de niños entre 0 y 5 años de edad aprobado por la pasada Asamblea. El proyecto ya arrancó y muy pronto estaremos convocando a los socios para contribuir con su diseño, construcción y dotación.

Plan Parcial La Alameda, visto desde la Avenida Caracas

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