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N C ultura del agua SERIE INFORMES u eva Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1996 El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla: análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares Leandro del Moral (coord.) El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla: análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares Leandro del Moral (coord.) 2ª ed. ampliada, 2002 • nº 5

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Page 1: ueva ultura del agua NCA/NCAinf05 El siste… · Leandro del Moral Ituarte, Carlos Pérez Bonilla y Fernando Sancho Royo Consuelo Giansantees licenciada en Biología por la Universidad

N Cultura del aguaS E R I E I N F O R M E S

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El sistema de abastecimientode agua de Sevilla: análisisde situación y alternativas

al embalse de MelonaresLeandro del Moral (coord.)

El sistema de abastecimientode agua de Sevilla: análisisde situación y alternativas

al embalse de MelonaresLeandro del Moral (coord.)

2ª ed. ampliada, 2002 • nº 5

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Introducción 3

La formación del sistema de abastecimiento de agua de Sevilla 3

Lecciones de la sequía 8

Alternativas de las administraciones públicas: Melonares 20

El valle del Viar y los impactos del embalse 24

Alternativas a Melonares desde el punto de vista dela gestión de la demanda 30

Conclusiones 33

Glosario de definiciones 34

Bibliografía 35

El sistema de abastecimiento de aguade Sevilla: análisis de situación yalternativas al embalse de Melonares

Consuelo Giansante, Ricardo Marqués Sillero,Leandro del Moral Ituarte, Carlos Pérez Bonilla y Fernando Sancho Royo

Consuelo Giansante es licenciada en Biología por la Universidad de Milán. Ha sido ayudante de investigación en elDepartamento de Geografía de la University College London (UCL), Reino Unido, donde realizó un trabajo para la Royal Society

for the Protection of Birds (RSPB) sobre la planificación hidrológica en 12 países de la Unión Europea. Ha colaborado en eltrabajo Towards a Sustainable/Strategic Management of Water Resources: Evaluation of Present Policies and Orientations for the Future (IPTS-

JRC, Comisión Europea, 1997-98). Actualmente desarrolla en el Departamento de Geografía Humana de la Universidad deSevilla su tesis doctoral. Es miembro del equipo de investigación del proyecto europeo SIRCH.

Ricardo Marqués Sillero es doctor en Física y profesor titular de la Universidad de Sevilla. Ha orientado buena parte de suactividad profesional a la investigación y a la intervención política y social en temas de ecología urbana. Es autor del trabajo

“Factores estructurales y coyunturales que agravaron la sequía en Sevilla en el periodo 1992-1995”, presentado en el Congreso sobrePlanificación y Gestión de Aguas, Zaragoza, 1998. Es portavoz de Los Verdes de Andalucía y concejal en el Ayuntamiento de Sevilla. Hasido miembro del Consejo de Administración de la Empresa Municipal de Abastecimiento y Saneamiento de Sevilla (EMASESA).

Leandro del Moral Ituarte es doctor en Geografía. Ha sido profesor de la Universidad Complutense de Madrid y actualmentees profesor titular de la de Sevilla, donde dirige un curso de doctorado sobre “Gestión sostenible de recursos hidráulicos”. Autordel libro La obra hidráulica en la cuenca baja del Guadalquivir (siglos XVIII-XX). Gestión del agua y organización del territorio (Universidad

de Sevilla, Consejería de Obras Públicas y Transportes y Ministerio de Agricultura, 1991). Actualmente dirige el equipo de laUniversidad de Sevilla que desarrolla para la Dirección General XI-CE el trabajo Respuestas sociales e institucionales a los riesgos

hídricos: sequías e inundaciones (SIRCH).Carlos Pérez Bonilla es profesor en el C.P. Cervantes de El Pedroso (Sevilla). Es representante de las organizaciones

ecologistas en la Junta Rectora del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla y secretario de la Comisión de Protección Ambientalde la CEPA (Confederación Ecologista Pacifista de Andalucía).

Fernando Sancho Royo es doctor en Biología y profesor titular de Ecología de la Universidad de Sevilla. Es redactor de uninforme para la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir sobre las consecuencias derivadas de la construcción de la presa

de Melonares (1995). Ha formado parte del equipo redactor del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbanade Sevilla (1996) y ha colaborado, como consultor medioambiental, con las Consejerías de Obras Públicas y Transportes y de

Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en la redacción de Planes Territoriales.En la redacción de este informe ha participado Andalus (Asociación para la Supervivencia de la Naturaleza y el Medio Ambiente,Sevilla). Debe asimismo agradecerse la colaboración de SEO (Sociedad Española de Ornitología) y Aedenat (AsociaciónEcologista de Defensa de la Naturaleza).

Índice

N Cultura del agua

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El sistema de abastecimiento

de agua de Sevilla: análisis

de situación y alternativas

al embalse de Melonares

Leandro del Moral (coord.)

El sistema de abastecimiento

de agua de Sevilla: análisis

de situación y alternativas

al embalse de Melonares

Leandro del Moral (coord.)

2ª ed. ampliada, 2002 • nº 5

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E l abastecimiento de agua a Sevilla y su zona de influenciaha atravesado entre 1992 y 1995 momentos críticos. Sin

embargo, los problemas de este sistema de abastecimiento,lejos de ser nuevos, forman parte consustancial de su historia.A lo largo de los últimos cien años esta historia ha sido la cró-nica del rápido crecimiento de las necesidades, del agotamien-to (en ocasiones, simplemente deterioro) de los recursos másaccesibles y de la expansión del sistema de captación a áreascada vez más alejadas. Este proceso repite fielmente en Sevillael modelo general de crecimiento de las demandas urbanas yde expansión del espacio ambiental de las ciudades modernas (laparte del territorio cuyos recursos, en este caso el agua, estánasignados a la satisfacción de las necesidades de una determi-nada población; Rees, 1996).

Los factores de la expansión del espacio ambiental hidráulicode Sevilla, como en general el de cualquier otra ciudad, hansido básicamente cuatro: demográficos (incremento del volu-men y concentración de la población urbana); culturales, rela-cionados con los cambios de necesidades sociales (equipa-miento doméstico, usos municipales, cambio de modelosurbanísticos); económicos, relacionados con la polarización delas actividades productivas secundarias y terciarias en estosmismos ámbitos; y tecnológicos (avances en las tecnologíashidráulicas). Los tres primeros (cambios demográficos, cultu-rales y económicos) explican, hasta ahora, el incremento obje-tivo de las demandas de agua, tanto en términos absolutoscomo unitarios. El cuarto ha permitido la satisfacción, más omenos completa, de estas demandas crecientes mediante lacaptación de recursos inaccesibles en etapas de menor desa-

rrollo técnico (Consejería de Medio Ambiente-Junta deAndalucía, 1997).

Expresado de una manera muy sintética, en la actualidad elsistema de abastecimiento de Sevilla y su área de influencia seenfrenta a una disyuntiva clave: continuar el anterior modelode crecimiento de las demandas y de expansión en la captación derecursos, o girar hacia un modelo de eficiencia y gestión integradadel sistema, con un horizonte de estabilización de su impacto terri-torial. En estos momentos, esta disyuntiva se concreta en eldebate sobre la existencia o no de alternativas a la construccióndel embalse de Melonares y a la consiguiente inundación delvalle del Viar. Este informe tiene como objetivo argumentarsobre la necesidad (social, económica y cultural) y sobre la posi-bilidad (política y técnica) de proceder a este cambio de tra-yectoria en el modelo de gestión del agua en Sevilla.

La Resolución sobre el Impacto Ambiental del embalse deMelonares (BOE de 24/11/97) establece como condición pre-via para la ejecución de la obra la justificación de la ausencia dealternativas para cubrir las necesidades de abastecimiento deSevilla. La reciente firma del convenio entre el Ayuntamientode Sevilla y el Ministerio de Medio Ambiente para la construc-ción del embalse (mayo de 1998) obvia el cumplimiento de esacondición. Por el contrario, este informe, basado en un análi-sis interdisciplinar, documentado y reflexivo, combinando laperspectiva histórica, el análisis técnico y los criterios actualesen el campo de la gestión de aguas, pretende demostrar quetales alternativas existen.

■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗3El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

Introducción

La formación del sistema deabastecimiento de agua de SevillaEl sistema tradicional de abastecimiento Durante muchos siglos la fuente de abastecimiento principalde agua en Sevilla fue el propio Guadalquivir. Todavía en elsiglo XVIII el párroco de San Gil, con motivo de la construc-ción del malecón de la Barqueta (el legendario Patín de lasDamas) que impedía a los vecinos de la Macarena coger aguadel río, cursó una petición solicitando una fuente para aquelsector, cuya población tenía que desplazarse hasta la de laAlameda de Hércules. Sin embargo, ya para entonces hacíatiempo que sólo la población pobre de la ciudad seguía abas-teciéndose del agua del río. La minoría pudiente se venía sir-viendo de la conducción denominada Caños de Carmona, quetraía a la ciudad el agua procedente del manantial de SantaLucía, localizado en las inmediaciones de Alcalá de Guadaira.Esta conducción fue construida en el período almohade(segunda mitad del siglo XII), aprovechando la traza de unaanterior de origen romano, y se extendía a lo largo de 17,2kilómetros, los cuatro últimos sustentados en un acueductoformado por más de 400 arcos. El derecho al disfrute del agua

de los Caños estaba restringido a miembros de la aristocracia einstituciones religiosas y al abastecimiento de las Huertas delRey y del Alcázar (finalidad primordial), además de a la ali-

Tramo final de los Caños de Carmona, atravesando el arroyo Tagaretesobre la alcantarilla de Las Madejas.

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mentación de algunas fuentes y baños públicos (AparicioCarrillo y otros, 1990). Incorporado en 1902 al sistema de laCompañía de los Ingleses, que más adelante se comenta, elacueducto fue finalmente derruido a partir de 1920, con elapoyo económico voluntario de los propietarios de los solarescolindantes (calle Oriente, actual Luis Montoto), a quienesmolestaba su presencia.

El sistema tradicional de abastecimiento se completaba conpozos (generalmente salobres e insalubres) y con los abundan-tes manantiales que existían en las proximidades de la ciudad.El más importante de estos últimos era la Fuente delArzobispo, en servicio hasta 1874, momento en el que la cali-dad de sus excelentes aguas se vio alterada, entre otros motivos,por efecto de las obras de construcción del ferrocarril (ibí-dem). El arrabal de Triana, por su parte, contó desde 1852 conlas aportaciones de la Fuente de Tomares, cuyas aguas insufi-cientes y también deterioradas tuvieron que ser sustituidas porel suministro de la mencionada Compañía de los Ingleses pormedio de una conducción sobre el Guadalquivir (la popularPasarela del Agua), hoy también desaparecida (Moral Ituarte,1991).

La primera modernización del sistema:la Compañía de los Ingleses

Hacia finales del siglo XIX, el crecimiento de la población,unido a la pérdida de los manantiales tradicionales y la cre-ciente contaminación de las aguas del río y de los pozos (con-secuencia del estado del saneamiento, tema en el que en estaspáginas no podemos entrar),1 dejaron el abastecimiento de laciudad en una situación crítica. En su obra sobre las condicio-nes sanitarias de la ciudad, el Dr. Hauser se preguntaba cómolos 140.000 habitantes que Sevilla alcanzó a finales del sigloXIX pudieron abastecerse con el caudal de los Caños deCarmona, que según las épocas del año variaba entre 4.000 y6.000 m3 diarios (entre 30 y 40 litros/habitante/día), merma-do, además, por salideros y derechos de riego, y contaminadopor vertidos y filtraciones (Hauser, 1882).

En estas condiciones, en 1882 se dio el primer paso impor-tante en la transformación del sistema tradicional, cuando elAyuntamiento de Sevilla encargó a The Seville Water WorksCompany (la Compañía de los Ingleses) el abastecimiento dela ciudad por un período de 99 años. Esta compañía, que sehabía comprometido a suministrar 100 l/hab./día, efectuónuevos alumbramientos en las inmediaciones de Alcalá deGuadaira (Zacatín, La Judía, Fuensanta, Retama), sobre lamisma unidad acuífera (calcarenitas de Los Alcores) que ali-mentaba la conducción de los Caños de Carmona. El agua se

hacía llegar a Sevilla a través de una nueva conducción de 14kilómetros de longitud y 533 mm de diámetro. La produccióninicial de 20.000 m3 diarios fue reduciéndose paulatinamentepor agotamiento de los manantiales. Se incrementó la produc-ción con nuevas captaciones (Las Aceñas, Otivar y Clavinque,esta última en el término de Mairena del Alcor), lo que nopudo evitar que ya en 1912 la Compañía sólo aportase pocomás de 11.000 m3/día, lo que no llegaba a 70 l/hab./día, 30menos de los que la empresa se había comprometido a garan-tizar (Moral Ituarte, 1991).

Aparte de la nueva conducción, en 1885 la empresa abaste-cedora modernizó el servicio de aguas no potables tomadas delrío, junto al paseo de Las Delicias, destinadas al riego de jardi-nes, baldeo de calles y extinción de incendios, que décadasantes había creado el Asistente Arjona. Sin embargo, a princi-pios del presente siglo, las aguas de este tramo portuario del ríose habían convertido en malsanas incluso para el riego, comoconsecuencia del aumento del vertido de aguas residuales. Estemotivo, unido a la sobreexplotación del acuífero de LosAlcores, decidió al Ayuntamiento en 1912 a instar a laCompañía a la realización de otra toma aguas arriba de Sevilla,en las cercanías de La Algaba, con una capacidad de 25.000 m3

diarios y un tratamiento de decantación y filtración lenta paradesbastar el agua (Ayuntamiento de Sevilla, 1913). Esta solu-ción obligaba a instalar una segunda red de distribución, a tra-vés de una conducción de 800 mm desde La Algaba hasta laMacarena. De este modo, Sevilla quedó abastecida con unadoble red: la que conducía las aguas de la Compañía, proce-dentes de Alcalá de Guadaira, para consumo de boca (cuya dota-ción se redujo a 60 l/hab./día), y la de las aguas filtradas de la

4 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

Estación de bombeo de Adufe (Alcalá de Guadaira) instalada por laCompañía de los Ingleses en 1885.

1. En realidad, el tratamiento del saneamiento es inseparable del abas-tecimiento: cuando el alcantarillado no existe o es deficiente, cual-quier aumento en el abastecimiento de aguas empeora la situacióndel saneamiento; por el contrario, la reforma del alcantarillado (enSevilla el primer proyecto de alcantarillado fue adjudicado en 1899a la Compañía Anónima de Saneamiento y Urbanización de Sevilla)es inviable sin la existencia de agua abundante que permita el arras-tre de los vertidos. A su vez, la propia disponibilidad de recursos dela calidad requerida está crecientemente condicionada a la adecua-da depuración de los efluentes que los puedan afectar. Por esto, nose concibe actualmente un tratamiento separado de los distintosaspectos del ciclo urbano del agua, que aquí hacemos debido alobjeto concreto de este trabajo.

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toma del río (que debían completar la dotación total, elevadahasta 175 l/hab./día).

Construcción del sistema deabastecimiento actual

Con el desarrollo demográfico y urbanístico motivado por laExposición Iberoamericana de 1929, se fue planteando cadavez de una manera más clara la necesidad de la intervenciónpública en el sistema y el consiguiente debate social sobre lafuncionalidad de la gestión privada. En 1937 se construyó unapresa de derivación en La Algabaa fin de captar las aguas de mejorcalidad de la Rivera de Huelva ensu desembocadura en el Guadal-quivir para suplir la red de aguasfiltradas. Tras dos ampliaciones,la capacidad de producción deesta red llegó a 60.000 m3/día en1948 y a 100.000 m3/día en 1952(Servicio Municipal de Aguas deSevilla, 1973a). Sin embargo, ya aprincipios de la década de loscuarenta el Ayuntamiento habíadecidido construir a sus expensasel pantano de La Minilla, en elmismo río Rivera de Huelva, peroaguas arriba de la presa de deri-vación recién mencionada. Estaobra no se completó hasta que elEstado asumió su ejecución, pormedio del Decreto de 31 de

marzo de 1950. Con arreglo a lo dispuesto en este decreto, elEstado aportaba un subvención del 50% del presupuesto de laobra; por su parte, el Ayuntamiento de Sevilla asumía la finan-ciación correspondiente a todos los posibles usuarios: un 25%del coste durante la ejecución y otro 25% reintegrable en 20anualidades suplementadas con un interés del 5%2 (mapa 1).

La construcción del embalse de La Minilla, junto con la esta-ción de tratamiento y el depósito de cabecera de El Carambolo,con los que se inicia la historia del llamado Nuevo Abas-tecimiento,3 tiene dos significados fundamentales. En primerlugar, marca el final de la etapa (en realidad, un paréntesis) de

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗5El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

2. Este sistema de subvención se hamantenido para los restantesembalses del sistema, con laexcepción del de Gergal (1979),cuya financiación corrió íntegra-mente a cargo del Municipio. ElDecreto de 1950 es un preceden-te directo del de 1 de febrero de1952 sobre auxilios a Ayunta-mientos para obras de abasteci-miento, que completa la normativapreexistente de 1944, generali-zando la subvención estatal a losservicios de agua de grandespoblaciones.

3. El Nuevo Abastecimiento se inau-guró efectivamente en 1961, alentrar en servicio la primera fasede la estación de tratamiento de ElCarambolo, con una capacidadde producción de 2.500 l/s. Tresaños más tarde, la segunda faseaumentó la capacidad a 5.000l/s, que nuevamente es aumenta-da hasta 10 m3/s (864.000m3/día) en 1988. Por su parte, elprimer depósito de cabecera de200.000 m3 se ha visto ampliadohasta un total actual de 480.000m3 (incluyendo el depósito de colade Adufe, en Alcalá de Guadaira,y los de Dos Hermanas).

EL SISTEMA DE ABASTECIMIENTO DE SEVILLA Y SU ÁREA DE INFLUENCIA

1. Canal de La Minilla2. Conducción General-El Carambolo3. Conducción Central Cala4. Depósitos de El Carambolo5. Estación de filtraje de La AlgabaA. Toma de emergencia I (corta de la Cartuja)B. Toma de emergencia II (La Algaba)C. Toma de emergencia III (Alcalá del Río)

kilómetros

Mapa 1

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gestión privada del sistema (en 1957 el Ayuntamiento llevó acabo el rescate anticipado de la concesión de la Compañía delos Ingleses) y el inicio de una nueva etapa de gestión pública,marcada por la fuerte subvención del sistema. En segundolugar, significa un cambio radical en la dirección de los flujosde agua (ya precedido por la procedencia de las aguas filtradasde La Algaba): a partir de ahora el abastecimiento de la ciudaddependerá básicamente de los recursos superficiales de las ver-tientes de Sierra Morena.4 El espacio hidráulico subordinado alas necesidades de la ciudad experimenta un incrementoimportante: la longitud del canal que transporta el agua desdeLa Minilla a El Carambolo alcanza los 60 km. Posteriormente,la regulación de la Rivera de Huelva se ha completado con losembalses de Aracena, Gergal y Zufre, todos ellos adscritos alabastecimiento de Sevilla (cuadro 1).

El rápido crecimiento de la demanda ha actuado comoimpulso de la espiral de la captación de recursos: entre 1954 y1964 el volumen facturado pasa de 9,9 a 26,8 hm3/año, con unatasa de crecimiento del 9,21% anual; y entre 1964 y 1974 seincrementa en otros 36,9 hm3, a una tasa del 8,15% anual, alcan-zando los 63,7 hm3 al final del período (Servicio Municipal deAbastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla, 1974;Servicio Municipal de Aguas de Sevilla, 1973b). Durante el vera-no de 1969 la dotación de agua bruta alcanza los 400l/hab./día. Los planteamientos de la empresa ante este proce-so se ponen de manifiesto en su informe de 1973, en el que sedefiende la “necesidad de disponer de otro Abastecimientopara 1977, en que quedarán agotadas las instalaciones actuales,pues se prevé una población servida superior al millón de habi-tantes, con una dotación que para entonces puede estimarse en500 litros por habitante y día” (Servicio Municipal de Aguas de

Sevilla, 1973a). Esa dotación supondría una demanda bruta de182,5 hm3/año; sin embargo, en ese año el volumen de aguaaducida se elevó realmente a 95,1 hm3. Como veremos, los plan-teamientos de la empresa a este respecto no han cambiado sus-tancialmente: siguen basándose en la extrapolación mecánicahacia el futuro de los datos del pasado, con la consiguiente esca-lada en la demanda de nuevos embalses. Se confirma en estecaso plenamente lo que en 1993 señalaba el documento Basespara la Política Hidráulica en Andalucía: “La planificación hidro-lógica estima las demandas futuras por medio de proyeccionestendenciales de población para la demanda urbana […]. Seconfiguran así horizontes mecánicos, perdiéndose la oportuni-dad de la utilización del potencial estratégico que tiene laPolítica Hidráulica” (Consejería de Obras Públicas y Trans-portes-Junta de Andalucía, 1993).

Efectivamente, a partir de 1975, el impacto de la primera cri-sis del Nuevo Abastecimiento (véase el apartado referente a lagestión de las tres últimas sequías en Sevilla) y la progresiva sua-vización de las tasas de crecimiento de la población abastecida

6 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

EMBALSES ADSCRITOS AL SISTEMADE ABASTECIMIENTO DE EMASESA

EmbalseCapacidad Superficie Año entrada

(hm3) (ha) en servicio

La Minilla 60 363 1950Aracena 127 844 1970Gergal 35 250 1979Zufre 168 943 1991Subtotal 390 2.400 —Cala 58 SD 1927Total 448 SD —

SD: sin datos.

Cuadro 1

EVOLUCIÓN DEL SISTEMA DEABASTECIMIENTO DE AGUA DE

SEVILLA Y SU ÁREA DE INFLUENCIA

PoblaciónVolumen Facturado Dotación

servidaaducido total1 bruta

(hm3) (hm3) (l/hab./día)

1975* 779.000 102,3 69,9 3591976* 788.900 82,1 59,0 2851977 810.000 95,1 65,0 3211978 845.200 115,3 72,3 3731979 858.300 126,1 78,4 4021980 869.200 128,4 80,7 4041981* 880.200 82,2 59,4 2551982* 891.100 104,8 66,6 3221983* 908.400 99,2 64,5 2991984 915.100 109,2 68,5 3261985 922.900 116,3 75,6 3451986 925.900 126,9 81,5 3751987 952.900 137,8 87,9 3961988 1.023.000 149,0 88,7 3991989 1.052.200 153,0 93,4 3981990 1.072.200 162,3 104,1 4141991 1.117.400 173,8 107,3 4261992* 1.143.900 167,0 106,7 3991993* 1.160.800 133,3 87,5 3141994 1.179.600 138,9 87,3 3221995* 1.198.900 129,2 82,0 2951996 1.233.588 134,02 83,3 297

* Años con restricciones del consumo.1 Suma del “facturado” de EMASESA (“poblaciones en baja” más “pobla-

ciones en alta” —algunos municipios de la provincia de Sevilla hasta1990—) y del “facturado en alta” (venta de agua bruta a la empresaAljarafesa antes de la entrada en la estación de El Carambolo).

2 Datos de EMASESA, 1997a. Sin embargo, según el informe anual deEMASESA de 1996 (EMASESA, 1997b: 35 y 80), el volumen aducidoese mismo año fue de 133 hm3.

Cuadro 2

4. Con la captación de los recursos de la Rivera de Huelva se inicia unproceso general de transferencia de las aguas de la margen derechadel Guadalquivir a los focos de demanda de la margen izquierda,proceso que tuvo su continuación en operaciones posteriores (PlanÉcija, Sistema del Huesna) y que todavía no ha terminado (SistemaSur de Córdoba).

Fuentes: CHG, 1995b; Bonneau, 1996.

Fuentes: Bonneau, 1996; EMASESA, 1985, 1997a y 1997b.

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(tanto por incorporación al sistema como por dinámica demo-gráfica), hacen que la evolución de las cifras de aducción y defacturación cambie su ritmo de crecimiento (cuadro 2). Entre1975 y 1985 la tasa de crecimiento anual del agua aducida fue

del 1,28%, y en el decenio siguiente se redujo al 1,11%.Asimismo, es muy significativa la fuerte variación anual de lascifras y su manifiesta elasticidad a las señales de escasez, temaque también se analiza más adelante. Por otra parte, las dota-

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗7El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

INCERTIDUMBRE SOBRE LOS RECURSOS DISPONIBLES

Al comenzar la construcción del embalse de Zufre en 1983, cuya entrada en servicio estaba prevista para 1987, EMASESAdeclaraba que dicho embalse “permitiría que el fantasma de la sequía sea sólo un recuerdo similar al de las grandes catástro-fes de épocas pasadas” (Cruz Villalón, 1988). Pero no era solamente la Empresa Municipal quien incurría en una apreciaciónque la experiencia posterior ha demostrado equivocada. En fechas más recientes, la Consejería de Obras Públicas y Transportesde la Junta de Andalucía escribía, refiriéndose al sistema de abastecimiento de Sevilla: “El balance del conjunto, con la recien-te puesta en explotación del embalse de Zufre, ofrece en la actualidad una cifra claramente positiva” (Consejería de ObrasPúblicas y Transportes-Junta de Andalucía, 1993). Por su parte, el tercer organismo implicado, la Confederación Hidrográfica delGuadalquivir (CHG), juzgaba en octubre de 1991 que este sistema (Sistema de Explotación 13: Sevilla-cuenca del río Riverade Huelva) mantenía una “situación de equilibrio”, gracias a la absorción de su ligero déficit con aguas del embalse hidroeléc-trico de Cala (CHG, 1991a). Nada se adivinaba sobre déficit de recursos, por lo que se preveía la asignación del futuro embal-se de Melonares, sobre el río Viar, a la regulación general de la cuenca (es decir, dada su localización, al riego del arrozal),no estimándose que fuera necesario para ampliar la garantía del abastecimiento del área de Sevilla.

Sin embargo, la realidad es que a comienzos del año 1993 la situación del abastecimiento del área de Sevilla entró en unafase crítica, como más adelante se describe. Para entender las razones de esta situación hay que tener en cuenta el retraso enla entrada en servicio del embalse de Zufre, a consecuencia de la demora en la construcción de los nuevos accesos a la pobla-ción del mismo nombre (EMASESA, 1997a: 41 y ss.). Este hecho impidió que el embalse recogiera las escorrentías del invier-no 1989-90, extraordinariamente lluvioso (400 l/m2 en diciembre de 1989). Cuando por fin entró en servicio Zufre, comenzóel período seco 1991-92 a 1994-95, de manera que las posibilidades del nuevo embalse quedaron prácticamente inéditas.

Pero hay que destacar además otro fenómeno: el propio método empleado en el cálculo de la capacidad de regulación delos embalses del sistema, es decir, de la cantidad de agua que dichos embalses garantizan, teniendo en cuenta las caracterís-ticas de la demanda que atienden. En el cuadro 3 se muestra cómo se ha modificado la evaluación de la regulación del siste-ma a resultas, por una parte, de la aplicación de la nueva normativa que redujo los déficit admitidos en la satisfacción de lademanda urbana (Ministerio de Obras Públicas y Transportes, 1992) y, por otra, de la incorporación parcial de los datos delúltimo período seco a las series hidrométricas utilizadas en el cálculo de dicha capacidad de regulación. El sistema de regula-ción en el que se basa el abastecimiento de Sevilla, siendo físicamente el mismo —los mismos embalses, sobre el mismo río—,pierde, a efectos de contabilidad de recursos disponibles, 27 hm3/año entre los cálculos de 1988 y 1993, y otros 13 hm3/añoen las estimaciones de 1994. Además, las dos estimaciones posteriores, 1995 y 1996, los vuelven a incrementar, sin que esténclaras las razones. No queremos complicar la lectura refiriéndonos pormenorizadamente a las estimaciones para cada embalseen particular, en las que, en algunos casos, las discrepancias se acentúan. Sirva esto como una llamada de atención y pruden-cia en relación con las afirmaciones que tan contundentemente se acostumbra a hacer acerca de las virtualidades de los nuevosproyectos de embalse: basta repasar la hemeroteca para darse cuenta de que cada nuevo embalse se ha considerado siemprela solución definitiva a los problemas del sistema.

Cuadro 3

Comparación de estimaciones de la regulación anual (hm3) de losembalses del sistema de EMASESA según distintas fuentes

Embalse CHG (1988) EMASESA (1993) CHG (1994) EIA (1995) POTAS (1996)

La Minilla 40 23 15 24 25Aracena 51 35 39 36 36Gergal 14 12 15 12 12Zufre 52 60 48 60 60Total 157 130 117 132 133

CHG: Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

EIA: Nuevo Estudio de Impacto Ambiental del embalse de los Melonares, 1995.

POTAS: Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla, 1996.

Fuente: Elaboración propia a partir de Moral Ituarte, 1994; CHG, 1994 y 1995a; Consejería de Obras Públicas y Transportes-Junta deAndalucía, 1996.Véanse también el cuadro 20 y la nota 8.

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ciones unitarias, lejos de alcanzar los 500 l/hab./día, se sitúanen la actualidad por debajo de los 300.

Otro aspecto del Nuevo Abastecimiento que es necesario des-tacar es la ausencia de integración ordenada de las aguas subte-rráneas en su sistema de recursos. Cuando, en plena sequía, elcésped de un jardín se conserva verde o una instalación de lava-do de automóviles se mantiene en funcionamiento, sus propie-tarios, para tranquilizar a los ciudadanos, instalan a la vista delpúblico un cartel que dice “Agua de pozo”. Este fenómeno con-trasta con la tendencia más acentuada de la planificación hidro-lógica y territorial de los países desarrollados, en los que lasaguas subterráneas se protegen como fuente prioritaria de losabastecimientos urbanos de calidad. En cualquier caso, estehecho pone de relieve un potencial indiscutible y poco aprove-chado para flexibilizar el suministro y reducir la presión sobrelos recursos superficiales. En un reciente informe técnico, elInstituto Tecnológico Geominero de España (ITGE) evalúa elcaudal potencial de las aguas subterráneas del área de Sevilla en1.800 litros por segundo (es decir, 57 hm3/año), distribuido en

cinco zonas (La Rinconada, Alcalá del Río, Gerena, Sur delAljarafe y Sur de Dos Hermanas). La mayoría de estos recursospresentan problemas de calidad, aunque no mayores que losque se presentan en otras alternativas sí aceptadas, como lastomas de emergencia del río (EMASESA, 1997a) (véase el apar-tado relativo a la gestión de las tres últimas sequías en Sevilla).En cualquier caso, aunque no forma parte de la argumentacióncentral de este informe, parece claro que, como afirma laConsejería de Obras Públicas y Transportes en el documento delPlan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla(POTAS) de 1996, el sistema de abastecimiento de Sevilla nece-sita avanzar en la integración de las posibilidades del uso con-junto de recursos superficiales y subterráneos.5

Desde el punto de vista de la organización, en 1968 (onceaños después del rescate de la concesión) se creó un ServicioMunicipal para todo lo relacionado con el abastecimiento deaguas, con presupuesto propio y autonomía de gestión dentrodel Ayuntamiento de Sevilla. En 1973 se iniciaron los trámites deintegración del alcantarillado en el Servicio Municipal de Aguasy el año siguiente se constituyó la Empresa Municipal deAbastecimiento y Saneamiento de Sevilla, Sociedad Anónima(EMASESA), como empresa privada municipal para llevar acabo la prestación del servicio a través de un órgano de gestióncon personalidad jurídica propia. Inicialmente el nuevo sistemade abastecimiento sólo abarcaba a la propia capital y a Camas, encuyo término se levantan las instalaciones de El Carambolo. Sinembargo, por sucesivos acuerdos y convenios se fue ampliandoel área servida a aquellos términos municipales cuyos Ayun-tamientos lo han solicitado. Ya en 1974 estaban incorporadas laMancomunidad del Aljarafe (ampliada y transformada enAljarafesa a partir de 1981), La Rinconada, Alcalá de Guadaira yDos Hermanas (estas tres últimas poblaciones, primero en altay desde 1987 en baja). En 1979 se incorporó la MancomunidadRibereña (San Juan de Aznalfarache, Gelves, Coria del Río yPuebla del Río) y años después Mairena del Alcor, Los Palaciosy Villafranca, El Garrobo, El Viso del Alcor y Alcalá del Río.

■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■

8 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

5. Hace tiempo, por ejemplo, que están descritas y experimentadas lasposibilidades de recarga inducida del acuífero aluvial delGuadalquivir (con una potencialidad estimada en 100 hm3/año) y delacuífero de las calcarenitas de Carmona-Dos Hermanas. En relacióncon este último, en 1993 el jefe del área de investigación y desarro-llo del ITGE señalaba que el método de recarga artificial resulta “téc-nicamente viable y altamente eficaz para mejorar la regulación de losrecursos hídricos” (López Geta y Murillo Díaz, 1993). Por su parte, lasexta conclusión del diagnóstico sobre el agua del POTAS señala lanecesidad de mejorar la utilización de las aguas subterráneas median-te, entre otras medidas, la “inyección de recursos desde el ríoGuadalquivir en épocas de lluvias que permitan el mantenimiento delsistema de espacios libres metropolitanos” (Consejería de ObrasPúblicas y Transportes-Junta de Andalucía, 1996: 301). ¿Por quédesde entonces no se ha avanzado nada en esa dirección, aunquede palabra nadie se atreva a oponerse a la gestión conjunta de aguassuperficiales y subterráneas? La composición profesional, las tradicio-nes culturales, el predominio de la política de obras sobre las tareasde gestión y los vínculos de la administración hidráulica con determi-nados sectores de la industria del agua parece, en opinión de muchosexpertos, que tienen algo que ver en la respuesta a este interrogante.

Lecciones de la sequíaLa gestión de las tres últimas sequías enSevilla (1974-76, 1981-83, 1992-95)Una región de clima mediterráneo, como es Andalucía, estácaracterizada por una gran variabilidad temporal en el nivel deprecipitaciones, tanto intraanual (al alternarse los inviernoshúmedos y los veranos secos) como interanual (al sucederseseries de años con precipitación por encima o por debajo delvalor medio anual). En este contexto, las sequías han sido unfenómeno recurrente en el área de Sevilla y su zona deinfluencia: en los últimos veinticinco años se han experimen-tado tres períodos prolongados de escasez de lluvias (1974-76,1981-83 y 1992-95).

Pero la escasez de lluvias no es el único factor que deter-mina una situación de sequía. Desde el punto de vista del estu-dio de los riesgos naturales, se define la sequía como “un défi-

cit de precipitaciones lo suficientemente intenso y prolonga-do como para generar impactos negativos sobre la sociedadque lo padece” (Pita López, 1991). En este sentido, el con-junto de la gestión del agua en un país mediterráneo —tantoen años húmedos como en años secos— consiste, en realidad,en la gestión de la irregularidad, y debe ir encaminado aminimizar los impactos que ésta produce a la sociedad. Poresta razón, es un profundo error considerar la sequía comoun fenómeno excepcional. Desgraciadamente, el análisis delas respuestas a los tres últimos períodos de sequía en el áreametropolitana de Sevilla parece indicar que los gestores sehan enfrentado a cada período sucesivo de sequía como si setratase de algo nuevo que “siempre llega de forma inespera-da” (EMASESA, 1997a: 7) (véase el apartado 3, referente a lasrestricciones). Este mismo análisis pone de manifiesto dosseries de fenómenos.

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Por una parte, los tres últimos períodos de sequía han obli-gado a los gestores, aunque sólo sea coyunturalmente, a actuarde manera diferente de lo habitual. Esto se ha traducido prin-cipalmente en un cambio en la geografía, la organización y laflexibilidad del sistema de suministro, y en actuaciones enca-minadas al control de la demanda. Estas experiencias puedenser muy valiosas, si se extraen de ellas las conclusiones adecua-das, de cara a enfrentarse a futuras sequías. Pero por otra parte,una serie de fallos —bien de tipo estructural o coyuntural— enel sistema de gestión han llevado a importantes impactos sobreel servicio, tanto en aspectos cuantitativos (imposición de res-tricciones horarias) como cualitativos (deterioro de la calidaddel agua suministrada).

En los apartados que siguen se analizan las experiencias de ges-tión, principalmente las orientadas a la flexibilización de la oferta,que se deberían potenciar para la gestión futura (1), el papel delas sequías en la reducción de la demanda (2), y los impactossobre la población, tanto las restricciones al consumo (3) como elempeoramiento de la calidad del agua suministrada (4).

1. Flexibilización de la ofertaAnte cada situación de escasez de recursos, EMASESA ha

reaccionado reorganizando la estructura del suministro (es

decir, la contribución relativa y la distribución temporal de lasdistintas fuentes de recurso del sistema de abastecimiento pro-pio) y recurriendo a recursos externos a éste (cuadro 4).

Uno de los primeros ajustes a la sequía del sistema de abas-tecimiento de EMASESA ha sido la transferencia de recursosde los embalses de cabecera (Aracena y Zufre, más expuestos ala evaporación) a los embalses de La Minilla y Gergal. El obje-tivo de esta operación ha sido la reducción de las pérdidas derecurso por evaporación en el embalse y el mantenimiento deunas condiciones tróficas mínimas en los embalses de cola parasu uso como fuente de agua potable.

Otra actuación emprendida por EMASESA para hacer fren-te a la sequía ha sido, coincidiendo con la implantación de lasrestricciones, la sustitución del agua potable para usos munici-pales por agua de pozos fuera de servicio (por problemas decalidad). Posteriormente esta agua también se puso a disposi-ción de los ciudadanos de forma gratuita para usos no de boca(riegos de jardines, piscinas, etc.).

La utilización de agua subterránea para usos de bocarepresenta un porcentaje insignificante del total del suminis-tro: nunca ha rebasado el 1,5% y no ha aumentado sustan-cialmente durante las sequías (cuadros 4 y 5), debido sobretodo a problemas de calidad. No obstante, la opción de ges-

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗9El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

CAMBIOS EN LA CONFIGURACIÓN DEL SISTEMA DE ABASTECIMIENTODE EMASESA DURANTE LAS SEQUÍAS

1974-76 1981-83 1992-95hm3 % hm3 % hm3 %

Embalses del sistema EMASESA 231,0 83,0 193,0 71,7 232,5 42,4Otros embalses (El Pintado y Cala) 47,01 17,0 52,5 19,5 81,5 14,9Pozos SD SD 1,8 0,6 5,0 0,9Tomas de emergencia del río SD2 SD 22,0 8,2 229,0

341,8

Total distribuido en alta 278,0 100,0 269,3 100,0 548,04

100,0

1 Es la suma de 42 hm3 del Cala y 5 hm3 (de los 10 hm3 cedidos) de El Pintado (véase adelante).2 Durante la sequía de 1974-76 se tomó agua del río Guadalquivir a través de los sistemas de captación preexistentes (estación de filtraje de La Algaba) en cantidad que no ha

sido posible precisar. 3 253,1 hm3 según Bonneau, 1996.4 Suma de los volúmenes aducidos de 1992 a octubre de 1995, cuando empezaron las lluvias.SD: sin datos.

Cuadro 4

VOLÚMENES Y PORCENTAJES DE AGUA DE POZO UTILIZADAPOR EMASESA PARA USOS POTABLES

Cuadro 5

1981 1983 1990 1991 1992 1993 1994 1995

Vol. extracción (hm3) 1,300 0,500 1,487 1,477 1,558 1,698 1,020 0,739% suministro — — 1,10 1,00 1,15 1,50 0,90 0,70

Fuente: Elaboración propia a partir de Prats Villa, 1977; Bonneau, 1996; EMASESA, 1997a.

Fuente: Bonneau, 1996.

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tión experimentada por EMASESA es interesante porque, aldesconectar de la red aquellos usos que no requieren unacalidad de agua de boca, disminuye la presión sobre el siste-ma de abastecimiento general. Con ello se apunta a la posibi-lidad de ajustar a cada requerimiento de calidad una fuenteapropiada de recurso, ajuste que podría generalizarse másallá de los episodios de sequía. De hecho, los recursos subte-rráneos aprovechables ascenderían, como queda dicho, a lanada despreciable cantidad de 56,7 hm3/año. No obstante,una mayor utilización de aguas subterráneas para usos no deboca debería ir acompañada de un mejor control sobre lospozos ilegales, que EMASESA estima en unos 1.500 y que, contoda probabilidad, aumentaron durante la última sequía(Bonneau, 1996).

Durante los tres últimos períodos de sequía, EMASESA tam-bién ha recurrido a recursos externos al sistema de embalsesadscritos al abastecimiento urbano de Sevilla: los embalses deCala y El Pintado, y las tomas de emergencia del cauce del ríoGuadalquivir (cuadro 6).

En el embalse de Cala (capacidad total 58 hm3, volumenregulado 26 hm3) se encuentra una central hidroeléctrica depropiedad de la Compañía Sevillana de Electricidad (CSE), quese utiliza para la producción de energía en horas punta. En1974-76 hubo un acuerdo entre EMASESA y la CSE, con lasupervisión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir,para la cesión de caudales antes de ser turbinados. Ésta era lasolución que requería menos inversiones en obras, dado que elembalse del Gergal, situado aguas abajo del Cala, todavía no sehabía construido y no podía servir para almacenar los caudalesturbinados, como se hizo en las sequías siguientes (mapa 1). Lasnegociaciones posteriores (1981-83 y 1992-95), ya con Gergalconstruido, giraron sobre el momento en el que se tenía quedesembalsar, con el consiguiente efecto sobre el régimen deexplotación hidroeléctrico del embalse. Los precios y el calen-dario de la cesión se proporcionan en el cuadro 7.

Por su parte, la transferencia de caudales del embalse de ElPintado al área de Sevilla fue objeto de negociaciones durantelos tres últimos períodos de sequía (1974-76, 1981-83 y 1992-95), aunque sólo se llegó a un acuerdo de cesión en 1976 y1994 (cuadro 8).

Los caudales de este embalse están asignados a la Comunidadde Regantes de la Zona Regable del Viar (CRV), constituida por1.924 agricultores, con una superficie de 12.000 ha en la margenderecha del Guadalquivir. El comienzo de las obras de dichazona regable se remonta a los años de la Segunda República, enlos que también se proyectó la construcción del embalse de ElPintado, que entró en servicio en 1951. De las 12.000 ha totales,la mayoría depende exclusivamente de las aguas de El Pintado,mientras que cerca de 1.340 ha (11%, sectores V y VI) dependendel sistema de regulación general del río Guadalquivir para sudotación. De hecho, para complementar la dotación de la zonaregable, la Comunidad dispone de una estación de bombeo,construida en 1957, que bombea agua del río a razón de 1,5m3/s desde un punto situado antes de La Algaba, aguas arriba dela confluencia del arroyo Herrero con el Guadalquivir.Asimismo, en la parte baja de la zona regable, existen numero-sos pozos en el acuífero aluvial del Guadalquivir, que en 1994permitieron compensar la pérdida de caudales.

En 1976 se firmó un acuerdo para la cesión de 10 hm3, delos cuales se utilizaron sólo 5 hm3, con un coste de compensa-

10 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

RECURSOS EXTERNOS UTILIZADOSPOR EMASESA DURANTE

LA SEQUÍA (hm3)

Cala El Pintado Toma deemergencia

1974-76 42,0 5,01 SD1981-83 52,52 No 22,01992-95 51,5 30,0 229,0

1 De los 10 hm3 cedidos, sólo se utilizaron 5 hm3.2 Suma de 18,5 hm3 utilizados en 1981 (de los 22,5 hm3 cedidos) y 34 hm3

utilizados en 1983.SD: sin datos.

Cuadro 6

TRANSFERENCIA DE RECURSOS DESDE EL EMBALSE DE CALA

Cuadro 7

Volumen cedido (hm3) Compensación (millones de ptas.) Ptas./m3 Meses

1974-76 42 55 1,31981-83 34 119 3,5 Febrero-octubre (1991)1992-95 391 232 5,9

1993 16 87 5,4 Enero, agosto1994 15 105 7,0 Junio, julio, septiembre1995 8 40 5,0 Enero-marzo

1 Existe una diferencia entre el volumen total transferido del Cala (51,5 hm3, cuadro 6, EMASESA, 1997a) y el volumen (39 hm3) para el que se dispone de datos para loscostes de compensación (Bonneau, 1996). Esto es debido presumiblemente a que no toda el agua turbinada y recibida del Cala se pagó.

Fuentes: Bonneau, 1996; Cruz Villalón, 1988; EMASESA, 1997a.

Fuente: Bonneau, 1996.

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ción de 21 millones de pesetas (4,2 ptas./m3) (Cruz Villalón,1988). En 1993, EMASESA solicitó con suficiente anticipacióna la CHG la cesión de caudales de El Pintado, pero dado queno se alcanzó un acuerdo con la CRV, los caudales se quedaroninmovilizados en el embalse de El Pintado, sin poder ser apro-vechados ni por los agricultores ni por EMASESA (aunque porlos datos de flujo de El Pintado, parece que se desembalsaronunos 7 hm3 para la ciudad de Sevilla en abril y julio). En juliode 1994 se llegó a firmar un “Acuerdo de Colaboración entreEMASESA, CRV y CHG”. Este acuerdo es el primero en elmarco de la Ley de Aguas de 1985 (aunque esta ley no se citeen el texto del acuerdo) y prevé la reasignación temporal de laconcesión, a cambio del pago al titular de la concesión (CRV)de una compensación de 231 millones de pesetas y a la CHGde los costes de explotación (canon de regulación y tarifa deutilización) durante el período de utilización de los caudalescedidos (por un importe máximo de 19 millones de ptas.). Esteacuerdo preveía la transferencia de 30 hm3 desde julio de 1994hasta marzo de 1995, pero ésta se hizo efectiva sólo hastadiciembre de 1994.

En cualquier caso, no se debe perder de vista que el gruesode los recursos externos del sistema en el período 1992-95 hanprocedido del cauce del Guadalquivir, a través de las tomas deemergencia (cuadro 9). Gracias a ellas la ciudad ha podido sor-tear el impacto de la sequía, aunque a costa de un grave dete-rioro de la calidad del suministro (véase el apartado 4).

Como ya se ha señalado, el sistema de abastecimiento deSevilla tiene una larga tradición de captaciones de agua del ríoGuadalquivir, primero en Eritaña (actual puerto) y en LaAlgaba a partir de 1926 (cuando se puso en funcionamiento ladoble red, con aguas de diferente calidad, posteriormente des-mantelada). Durante la sequía de 1974-76, se tuvo que volver aponer en funcionamiento la estación de filtraje de esta últimalocalidad. También se utilizaron las aguas del Guadalquivir através del canal del Valle Inferior, que deriva de este río enPeñaflor, tramo menos contaminado (Prats Villa, 1977). En1981 se volvió a recurrir a las aguas del Guadalquivir, de nuevoa través del canal mencionado y de una toma situada en laCorta de la Cartuja (Cruz Villalón, 1988). Al comenzar lasequía de 1992-95, el sistema contaba con dos tomas de emer-gencia (Emergencias I y II), situadas en la Cartuja y en el tramofinal de la Rivera de Huelva, respectivamente. Sin embargo, ladisminución de los caudales circulantes por el Guadalquivir, elincremento de la salinidad y de los niveles de contaminaciónbacteriológica en el estuario, unido a la carencia de reservas en

los embalses para mezclarlas con el agua circulante por el río,obligaron a construir una nueva toma de emergencia(Emergencia III), situada en Alcalá del Río. Esta toma, con unacapacidad de 6 m3/s, debía cubrir la totalidad de la demanda,además de incorporar al abastecimiento recursos del embalsede El Pintado, si bien hasta un máximo de 2,4 m3/s debido a lacapacidad del canal del Viar en el punto de conexión con elnuevo sistema (EMASESA, 1997a).

Existe una coincidencia general en la idea de que el empla-zamiento de esta toma en un lugar más adecuado (aguas arri-ba de Alcalá del Río) hubiera resuelto de una manera máscompleta las posibilidades de intercambio con los recursos demejor calidad de El Pintado. Por otra parte, la garantía de losbombeos de la Toma de emergencia III estaban condicionadosa una adecuada gestión de los recursos del conjunto de la cuen-ca del Guadalquivir, cosa que, como se indica en el recuadrodedicado al debate sobre el proyecto de desalinizadora, estuvolejos de ocurrir.

2. Reducción de la demanda Las experiencias de sequía han demostrado, contrariamen-

te a lo que se suele afirmar, que la demanda puede ser —y dehecho ha sido— flexible. En este sentido, el dato más intere-sante es la considerable inercia en los consumos reducidos que

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗11El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

RECURSOS DERIVADOS DE LASTOMAS DE EMERGENCIA DEL RÍO

GUADALQUIVIR

Volumen(hm3) Período

1981 22 Mayo-agosto 19811992-95 229 Febrero-marzo 1992: 7,76 hm3

Julio 1992-mayo 1993: 43,47 hm3

Mayo-septiembre 1993: 59,56 hm3

Abril 1994: 4,64 hm3

Dic. 1994-dic. 1995: 113,34 hm3

Cuadro 9

TRANSFERENCIA DE RECURSOS DESDE EL EMBALSE DE EL PINTADO

Cuadro 8

Fecha acuerdo Caudales nominales (reales) Período nominal (real) Compensación(ptas./m3)

1976 22/07/76 10 hm3 (5 hm3) 30 agosto-30 septiembre 1976 4,21981 — — —1992-95 22/07/94 30 hm3 Julio 1994-marzo 1995

(Julio -diciembre 1994) 7,7

Fuentes: Bonneau, 1996; EMASESA, 1997a.

Fuentes: Cruz Villalón, 1988; EMASESA, 1997a.

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se observa una vez acabada la sequía, ya sin ningún tipo de res-tricciones. En el cuadro 10 se recoge el facturado total anualdurante las dos últimas sequías y años posteriores, expresándo-se el porcentaje del facturado con relación al año anterior alinicio de las mismas. Se pueden observar reducciones mediasde un 20-25%, debidas en gran medida a las restricciones ycampañas de sensibilización, que se prolongan voluntariamen-te una vez suspendidas estas últimas.

En la figura l se representa la evolución de la dotación bruta,es decir, el agua aducida partida por el número de habitantes(que por consiguiente integra los aumentos de población ser-vida a lo largo del período examinado). Llama la atención laacusada dispersión de los consumos, incluso en años conside-rados normales, con un máximo histórico de 425 l/hab./díaen 1991 —justo antes de la última sequía— y un mínimo his-tórico de 301 l/hab./día en 1996 —justo tras la última se-quía—. De forma más general, se puede observar que el con-sumo de agua en alta en Sevilla presenta un comportamientoen “diente de sierra”, con un máximo justo antes de empezarcada período de sequía y un mínimo al finalizar éste. A partirde ese punto, se observa un período de lento ascenso hasta lasiguiente sequía. A veces el consumo en los años inmedia-tamente posteriores a un período de sequía es inferior al con-sumo durante los primeros años de ésta.

Cabría decir que las sequías juegan en Sevilla el papel quepodrían jugar las campañas de ahorro y las políticas de gestiónde la demanda —aunque a costa de grandes penalidades—,concienciando a la población y promoviendo las pequeñasreparaciones domésticas que, junto con una gestión más cui-dadosa por parte de la propia empresa, permiten contener elconsumo. Sin embargo, estos ajustes de la demanda han sidoen Sevilla puramente reactivos y transitorios, al no existir unapolítica activa encaminada a estabilizar la demanda en los nive-les de los años inmediatamente posteriores a las sequías, aspec-to que se analizará más adelante.

3. Restricciones: reacción sin previsiónEn los tres períodos de sequía se ha producido una secuencia

en la toma de medidas de acuerdo con el esquema siguiente:

• Una primera fase de sensibilización, en la que la población esinformada por la prensa sobre la gravedad de la situación, sedeclara el estado de sequía con un primer bando municipaly se invita a moderar el consumo de agua.

12 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

REDUCCIÓN DE LA DEMANDA DURANTE Y DESPUÉS DE LAS SEQUÍASEN SEVILLA Y SU ZONA DE INFLUENCIA

Cuadro 10

Facturado total%1 Facturado total

%1

EMASESA (hm3) EMASESA y Aljarafesa (hm3)

1980 72,7 100,0 80,7 100,01981* 54,3 74,6 59,4 73,61982* 58,7 80,7 66,6 82,51983* 57,6 79,2 64,5 79,91984 60,7 83,5 68,5 84,8

1991 88,8 100,0 107,3 100,01992* 88,5 99,6 106,7 99,41993* 71,2 80,2 87,5 81,51994 70,6 75,5 87,3 81,31995* 67,2 75,6 82,0 76,41996 65,4 73,6 82,0 76,4

* Años con restricciones del consumo.1 % respecto al año anterior al comienzo de cada período de sequía.

500450400350300250200150100500

1973

1974

*

1975

*

1976

*

1977

1978

1979

1980

1981

*19

82*

1983

*

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

*

1993

*

1994

1995

*

l/hab./día

1996

Consumo unitario de agua bruta(dotación bruta de agua aducida)por habitante y año en el área

de influencia de EMASESA yAljarafesa

Figura 1

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de EMASESA, 1997a(gráfico 4, p. 25).

* Años con restricciones y/o tomas de emergencia o recursos externos al sistemade embalses de EMASESA.

Fuente: Elaboración propia a partir de EMASESA, 1997a y 1997b.

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• Una segunda fase de restricciones cualitativas, que coincidecon la emisión de bandos municipales. En primer lugar, seprohíben o reducen al mínimo los usos municipales (utili-zación de agua potable para limpieza y mantenimiento deespacios públicos, funcionamiento de fuentes sin circuitocerrado). El objetivo de esta fase es realizar unos primerosahorros y, sobre todo, introducir un criterio de ejemplari-dad. Sucesivamente se pasa a la prohibición de usos suntua-rios en los hogares, como el llenado de piscinas, el riego dejardines y el lavado de coches.

• Una tercera fase de medidas más coercitivas, es decir, las res-tricciones propiamente dichas. En esta etapa las restriccionesduran menos de 10 horas diarias, siendo su objetivo princi-pal la reducción de las pérdidas durante la horas nocturnas,con unos niveles de ahorro esperado del 15-20%.

• Una cuarta fase de radicalización de las restricciones, en la queéstas duran más de 10 horas diarias, con unos objetivos deahorro de entre el 25 y el 35%.

Pero a pesar de la repetición de fases parecidas de respues-tas a la sequía, cada período de sequía se ha manejado como sise tratase de un evento nuevo y sin precedentes. Las estrategiasde respuestas a la sequía han sido una reacción, más que una pre-visión. Se ha echado en falta una planificación de fases de emer-gencia con umbrales definidos, a los que corresponden unaserie de medidas específicas. Se ha tomado conciencia de lasequía tan sólo cuando el balance oferta-demanda está amena-zado a muy corto plazo (menos de seis meses). La opiniónpública ha sido informada de la situación de escasez sólo cuan-do las reservas en los embalses se encontraban en torno a untercio de su capacidad total (cuadro 11).

Del cuadro 11 parece difícil extraer una regla general o uncriterio para el inicio de cada una de las fases: los valores límitesde reservas en los embalses (ER) para el inicio de las restriccio-

nes varían desde el 6% en 1975 al 34% en 1983. Así, en el pe-ríodo de sequía 1981-83, unas reservas al 34% en febrero de1983 determinan el inicio de las restricciones, cuando casi unaño antes (enero de 1982) unas reservas en los embalses del27% habían marcado el final de las restricciones. Asimismo, ennoviembre de 1993, unas reservas en los embalses de tan sólo el8% se han considerado suficientes para levantar las restricciones.

En enero de 1995, con el 6% se entra simplemente en la fasede sensibilización, mientras que en enero de 1993 con elmismo nivel de reservas se estaban aplicando unas restriccionesde 11 horas diarias. Bien es cierto que en 1995 ya estaba fun-cionando la Toma de emergencia III. Sin embargo, no pareceque ello debiera haber conducido a una relajación tan exage-rada del control.

Otro elemento de inconsistencia es la falta de coordinaciónentre los bandos de sequías de EMASESA y Aljarafesa, que,aunque se abastezcan de las mismas fuentes de recursos y sesitúen en el mismo marco legal (Junta de Andalucía, 1991), tie-nen diferentes criterios en relación con el calendario y el con-tenido de estos bandos. Un factor importante a tener en cuen-ta en esta discordancia es el diferente signo político de las auto-ridades locales que controlan los Consejos de Administraciónde cada una de estas dos empresas públicas, lo que en ocasio-nes ha dado lugar a la utilización de los temas del agua en lapequeña lucha partidista cotidiana.

Consecuencia de esta falta de previsión y del desfase intrín-seco entre la toma de medidas y la consecución de unos aho-rros efectivos es que la disminución drástica de los volúmenesdistribuidos en alta ocurre mucho después de que los volúme-nes embalsados alcancen niveles claramente preocupantes.

4. Impactos sobre la calidadEl alto porcentaje de agua del río Guadalquivir utilizada

para el abastecimiento de Sevilla ha tenido consecuencias

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗13El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

FASES DE ALERTA DURANTE LOS TRES ÚLTIMOS PERÍODOS DE SEQUÍA Y PORCENTAJES DE LA CAPACIDAD MÁXIMA DE LOS EMBALSES

Cuadro 11

Sequía 1974-76 Sequía 1981-83 Sequía 1992-95

FechaER

FechaER

FechaER

FechaER

FechaER

% % % % %

I. Sensibilización/declaración de sequía 09/74 21 11/80 27 — — 02/92 32 01/95 6,0

II. Prohibición usosmunicipales 10/74 20 01/81 25 — — 03/92 30 — —

III. Restricciones (< 10 horas diarias) 11/75 6 02/81 21 02/83 34 09/92 15 06/95 7,7

IV. Restricciones (> 10 horas diarias) 01/76 5 03/81 21 09/83 12 01/93 5 11/95 6,9

Normalización 12/76 15 01/82 27 01/84 SD 11/93 8 01/96 39,0

ER: estado de las reservas, es el volumen en los embalses partido por la capacidad total de los embalses del sistema EMASESA (cabe recordar que esta última ha ido aumen-tando de 187 hm3 en 1974-76 a 222 hm3 en 1981-83 y a 390 hm3 en 1992-95).SD: sin datos.

Fuente: Elaboración propia a partir de Bonneau, 1996; EMASESA, 1997a.

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importantes para la calidad del agua suministrada por EMASE-SA. Entre 1993 y 1995, la calidad de las aguas que llegó a lasplantas potabilizadoras de EMASESA fue tan baja que, inclusocon un tratamiento más intenso y costoso que el habitual, fueimposible alcanzar los requisitos de calidad para el agua pota-ble establecidos por ley, rebasándose algunas de las concentra-ciones máximas admisibles establecidas por el Reglamento TécnicoSanitario (RTS) de 1990.

Para regularizar esta situación hubo que aplicar el artículo3-2-d de este último, en el que se prevé un régimen excepcio-nal. Según este régimen, las Comunidades Autónomas puedenautorizar la flexibilización de hasta 10 parámetros de calidaden casos extremos —tales como “condiciones meteorológicas

excepcionales”— por un período máximo de seis meses. Estaautorización tiene que ser concedida por la ComisiónProvincial de Calificación de Aguas, órgano en el que partici-pan representantes del Servicio Andaluz de Salud, de laConfederación Hidrográfica del Guadalquivir, de los munici-pios y de las empresas abastecedoras afectadas.

La Comisión Provincial de Calificación de Aguas autorizóvarias rebajas de los parámetros de potabilidad a lo largo delúltimo período de sequía: en 1993 (entre enero y junio, y entreabril y octubre), en 1994 (entre junio y diciembre) y en 1995(entre marzo y septiembre, y entre noviembre y abril de 1996).Sin estas modificaciones del RTS, las restricciones hubieransido aún más graves de lo que fueron.

14 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

LA DESALINIZADORA DE SEVILLA: DE PROYECTO “IMPRESCINDIBLE“A DISPARATE FELIZMENTE OLVIDADO

En el momento más crítico de la sequía, tras el verano de 1995, con los recursos del sistema de regulación general de la cuen-ca del Guadalquivir —de los que dependía el abastecimiento urbano de Sevilla a través de la Toma de emergencia III— virtual-mente agotados, y ante el posible retraso o ausencia de las lluvias de otoño-invierno, se planteó la construcción de una desalini-zadora en Sevilla, para tratar las aguas salobres del estuario. Teniendo en cuenta que el Guadalquivir ya contaba por entoncescon un volumen de embalse de 6.200 hm3 (actualmente 6.850 hm3) y que el abastecimiento de la aglomeración urbana deSevilla, que se encuentra al final de esa cuenca, necesita al año poco más de 100 hm3, se entiende que algo había fallado, nosólo en la gestión del sistema de abastecimiento urbano, sino en el conjunto de la gestión de la cuenca hidrográfica.Efectivamente, admitiendo que la ciudad necesitara recurrir a las aguas del Guadalquivir —con los graves efectos sobre la cali-dad del abastecimiento que se han comentado—, sólo una gestión profundamente imprevisora podía conducir a que este río nofuera capaz de proporcionar los recursos requeridos. La ley define la prioridad de los abastecimientos urbanos sobre otros usosdel agua. Aun en el peor escenario imaginable, con una gestión adecuada, el abastecimiento de Sevilla (como el de Córdobay otras ciudades de la cuenca) debería haber estado garantizado. Sin embargo, en 1994, en plena sequía, se desembalsaroncientos de millones de metros cúbicos de aguas superficiales para riego, en muchos casos de cultivos extensivos con una bajaproductividad en relación con el volumen de agua aplicado. Un programa riguroso de gestión de la sequía debería haberlo impe-dido. Lo que hubiera producido en todo un año la desaladora (en torno a 20 hm3) no es más que lo que consumen en un añonormal 3.000 ha de tierras regadas, una mínima parte de las más de 600.000 ha que se riegan en la cuenca. Con una frac-ción de las 100 ptas./m3 que significarían los costes de explotación (los 5.500 millones de inversión se pretendían obtener deBruselas y de las Administraciones central y autonómica) se hubieran podido indemnizar holgadamente todos los intereses afec-tados (Moral Ituarte, 1995).

Finalmente, en el invierno de 1995 llegaron las lluvias y el proyecto fue poco a poco olvidado. Afortunadamente, hoy ya sereconoce el error: “[…] aunque la Ley de Aguas concede prioridad al abastecimiento a la población, no siempre se actuó con-forme a este principio, dando lugar en plena sequía a desembalses en cantidad tal que, a pesar de carecer de efectividad prác-tica para los usos agrícolas a que se destinaban, supusieron una merma muy importante de las reservas con destino al abasteci-miento” (EMASESA, 1997a).

La experiencia del proyecto de desalinizadora debería hacer reflexionar a los actuales defensores del embalse de Melonares.En primer lugar, deberían releer sus declaraciones, asegurando el carácter absolutamente imprescindible de la obra: todavía enprimavera de 1996, con los embalses del Guadalquivir al 70%, la alcaldesa de Sevilla insistía en que la desalinizadora se haría.En segundo lugar, deberían reflexionar acerca de la operatividad de decidir sobre el dinero de los demás: también Melonaresse pretende construir con financiación europea (75% de la inversión), ignorando que los actuales planteamientos de gestión delagua apuntan a aumentar la capacidad de los usuarios para tomar las decisiones que les afectan (subsidiariedad), pero tambiéna incrementar su responsabilidad respecto de los costes derivados de ellas (Comisión de las Comunidades Europeas, 1997). Estoes así especialmente en a) sistemas de abastecimiento urbano de agua con capacidad de incorporación de dichos costes, b) sis-temas con unos márgenes muy holgados de mejora de la eficiencia de la gestión de los recursos ya disponibles, y c) alternativasinfraestructurales que implican costes ambientales muy elevados.

Otro tema diferente es el perfeccionamiento de los sistemas de potabilización de las aguas del río proporcionadas por lastomas de emergencia con vistas a mejorar su calidad en momentos en que fuera necesario su funcionamiento. En este sentido,merece destacarse el proceso actual de introducción de nuevos tratamientos en la estación de El Carambolo (microtamizado, pre-y postratamiento de ozono y filtro de carbón activo granulado), con un coste total de 6.200 millones de pesetas, que, cualquie-ra que sea el resultado del debate sobre los temas que aquí se plantean, permitirán afrontar situaciones de máxima emergenciaen mejores condiciones que en el pasado. Siempre y cuando las pautas de gestión general de la cuenca se modifiquen en el sen-tido indicado.

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A título de ejemplo, los valores de concentraciones máximasadmisibles (CMA) se elevaron, con el régimen especial esta-blecido en enero de 1993 (y de forma parecida con el de abrilde 1994) de 50 mg/l a 80 mg/l para el magnesio, de 150 mg/la 200 mg/l para el sodio, de 250 mg/l a 400 mg/l para los sul-fatos y de 200 mg/l a 350 mg/l para los cloruros (Bonneau,1996). Llama particularmente la atención esta última excep-ción, dado que en el RTS se afirma que, por encima de unaconcentración de 200 mg/l de cloruros, “existe el riesgo deefectos secundarios” en la población.

Fallos estructurales y coyunturales queagravaron la última sequíaDurante el último período de sequía se ponen de manifiestouna serie de deficiencias estructurales del sistema de abasteci-miento de aguas de Sevilla y su entorno, gestionado por EMA-SESA y Aljarafesa, y se suceden determinados errores de ges-tión que agravan de forma innecesaria la ya de por sí difícilsituación. Podemos afirmar que, sin esas deficiencias —tantoestructurales como coyunturales—, la situación de penuriaextrema padecida podría haberse evitado sin duda alguna. Eneste apartado analizaremos la influencia en la gestión de lasequía de algunas de estas deficiencias (cuadro 12).

Bajo rendimiento hidráulico de la redEl rendimiento hidráulico de la red se define como el tanto

por ciento del agua facturada en baja respecto al total del agua

bruta desembalsada o captada (agua bruta aducida; véase elrecuadro “Rendimiento hidráulico”). En la práctica, los rendi-mientos hidráulicos alcanzados por la red de abastecimientode EMASESA y Aljarafesa durante los años de sequía e inme-diatamente anteriores y posteriores han sido los que aparecenen el cuadro 13.

Como puede observarse, el rendimiento hidráulico globalde la red de abastecimiento es muy bajo, lo que, para un con-sumo dado, obliga a desembalsar agua en proporciones muysuperiores a lo que sería razonable.

Inexistencia de una política de gestión de la demandaLas políticas de gestión de la demanda son políticas encamina-

das a disminuir el consumo de agua por habitante sin mermade la calidad de vida de la población abastecida. Entre ellas seincluyen campañas de concienciación, campañas informativasacerca de las mejores tecnologías de ahorro disponibles, tantopara el sector doméstico como para el industrial, subvencionesa la implantación de tales tecnologías, reforma del sistema tari-fario para hacerlo progresivo, etc. En el caso de EMASESA yAljarafesa tales políticas no se han aplicado, salvo las campañasde concienciación y las restricciones ya en situación de emer-gencia, como se ha puesto de manifiesto en el apartado referi-do a la reducción de la demanda (figura 1).

El primer objetivo de una política de gestión de la demanda—inexistente hoy en día— sería estabilizar el consumo de aguapor habitante en años normales a un nivel similar al de los añosposteriores a cada sequía, tratando luego de disminuir esteconsumo en una segunda fase. A este respecto, sólo con pos-terioridad a la última sequía y a instancias de la oposiciónmunicipal se ha iniciado un programa que cabría englobardentro de las políticas de gestión de la demanda: el plan de sus-titución de contadores colectivos (Plan CINCO), que suponedescensos promedios del 20% en los consumos domésticos deagua (EMASESA, 1995). Pero queda aún mucho por hacer:campañas de concienciación, de implantación de tecnologíasde ahorro, de reforma tarifaria e implantación de unas tarifasprogresivas, etc.

Retraso en la puesta en uso del embalsede ZufreEl embalse de Zufre fue terminado en 1987 pero no entró

en servicio hasta 1991, debido al retraso en la ejecución deldesvío en una carretera a causa de la descoordinación entre lasadministraciones afectadas (EMASESA, MOPTMA, Junta deAndalucía y CHG). Tal anomalía se haría notar en los añossiguientes.

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗15El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

FALLOS ESTRUCTURALES Y COYUNTURALES EN LA GESTIÓN

DE LA SEQUÍA 1991-95

Factores estructurales Factores coyunturales

Bajo rendimiento hidráulico Retraso en la entrada ende la red servicio del embalse de

Zufre

Inexistencia de una política Consumo excesivo ede gestión de la demanda injustificado en los años

1991 y 1992

Cuadro 12

RENDIMIENTO HIDRÁULICO GLOBAL DEL SISTEMA EMASESA-ALJARAFESA

Cuadro 13

Año 1991 1992 1993 1994 1995 1996Rendimiento (%) 58,6 60,7 62,1 59,4 60,1 58,6

Para la red de distribución de Aljarafesa se ha supuesto un rendimiento parcial del 71%, único dato disponible.

Fuente: Elaboración propia.

Fuente: Elaboración propia a partir de EMASESA, 1997a; Aljarafesa, 1992.

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Para evaluar la importancia del retraso en la puesta en usode Zufre, es preciso conocer la capacidad de regulación (ovolumen promedio de agua embalsada anualmente) de losdiferentes embalses administrados por EMASESA. En el cua-dro 3 puede observarse que el embalse de Zufre supone unincremento del 70% (48 hm3) sobre la capacidad anterior deregulación de los embalses adscritos al abastecimiento urbanode Sevilla y su entorno (69 hm3). Si tenemos en cuenta que, aprincipios de 1991 el total de agua embalsada en los pantanosentonces en servicio (La Minilla, Gergal y Aracena) era de 160hm3 (Bonneau, 1996), una simple regla de tres nos permiteestimar la disminución de las reservas disponibles a principios

de 1991 como consecuencia del retraso en la puesta en servi-cio de Zufre:

Disminución de reservas estimada =Reservas efectivas x 70/100 = 112 hm3

Como se verá, estos 112 hm3 hubieran podido reducir aprácticamente la mitad el total de agua extraída de las tomas deemergencia durante la sequía, aumentando considerablemen-te la calidad del agua consumida.

Por lo tanto, es preciso hacer hincapié en el hecho de que,en contra de lo que suele afirmarse, la pasada sequía no seabordó con el sistema de abastecimiento actual en servicio y apleno rendimiento: si el sistema completo de embalses hubie-ra estado en servicio y plenamente operativo durante los añosde fuertes lluvias que precedieron a la sequía, el volumen dereservas al inicio de la misma habría sido considerablementesuperior. Esta consideración es pertinente en el debate acercade la necesidad de construir Melonares, necesidad que supues-tamente la última sequía pone en evidencia.

Consumos excesivos durante 1991 y 1992Ya hemos visto (figura 1, cuadro 2) que 1991 y 1992 repre-

sentan años récord en el consumo de agua en Sevilla. Ello sedebe, en parte, a la señalada inexistencia de una política de ges-tión de la demanda, que provoca esa característica evolución delconsumo en “diente de sierra”. Pero para entender la cifrarécord de 1991 y el elevado consumo en 1992 —pese a ser ésteun año de sequía, en el que comenzaron ya las restricciones—,es preciso también recurrir al ambiente de despilfarro de recur-sos que precedió y acompañó a la Expo 92, sin lo cual tales cifrasno se entenderían. Por el contrario, la cantidad de agua deman-dada en 1996 (e incluso en 1997) para abastecer a una poblaciónsuperior a la servida en 1991-92 sigue siendo notablemente infe-rior a la demandada durante dichos años, sin que quepa aducirninguna penuria o merma de la calidad del abastecimiento.

Análisis global de la incidencia de los factoresseñaladosLa sequía se inicia en el otoño de 1991 y dura hasta las fuer-

tes lluvias de noviembre-diciembre de 1995. Por otra parte, elembalse de Zufre no entra en servicio hasta enero de 1991.Para evaluar la incidencia de los factores señalados en el abas-tecimiento de agua durante el período de sequía, considerare-mos el período que va desde la entrada en servicio de Zufre, a

16 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

Embalse de Zufre en 1995 y 1996.

CAPTACIONES DE AGUA EN ALTA DE ENERO DE 1991A NOVIEMBRE DE 1995 (hm3)

Cuadro 14

Año 1991 1992 1993 1994 19951 TotalCaptaciones 174 167 133 139 1091 722

1 1995 excepto noviembre y diciembre.

(Pasa a la página 19)

Fuente: EMASESA, 1997a (gráfico 4, p. 25, y cuadro 17, p. 56).

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NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗17El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

RENDIMIENTO HIDRÁULICO

Rendimiento hidráulico del sistema EMASESA y Aljarafesa

El rendimiento hidráulico se define como el porcentaje de agua facturada en baja respecto al total del agua bruta aducida.Es la cara opuesta (complementario a uno) de las pérdidas totales, que en sentido amplio incluyen diversos conceptos, como pér-didas en alta (por transporte y potabilización) y en baja (pérdidas de la red de distribución, mermas en tratamientos y explota-ción de redes, consumos gratuitos o desviación de contadores). Su cuantificación en el sistema de EMASESA se detalla a conti-nuación.

Las pérdidas en alta (cuadro 15) corresponden a:

• Mermas en aducción (o de transporte). Corresponden básicamente a las pérdidas del canal La Minilla-El Carambolo y Gergal-El Carambolo (mapa 1). Se observa un aumento a partir de 1990, debido al deterioro del canal La Minilla-El Carambolo,que tiene ahora 50 años de edad. En 1994 fue ejecutado un proyecto de reparación del canal, a raíz del cual las pérdidasbajaron del 4% al 2,8% entre aquel año y el siguiente.

• Mermas de potabilización. Son inherentes al proceso de potabilización, que se desarrolla en cuatro fases: aclarado, decan-tación, filtración y cloración. Este tipo de pérdidas disminuyen en períodos de sequía (promedio 1975-95 = 3,6%; 1976 =1,2%; 1981 = 1,6%; 1994 = 2,2%) por la reutilización de las “aguas de lavado” derivadas de la fase de aclarado.

Las pérdidas en baja corresponden al concepto de “agua no controlada” (ANC), manejado por EMASESA. En lo que respectaa las “pérdidas en red”, se observa una discrepancia entre los datos proporcionados por EMASESA en el Informe sobre Sequíade 1997 (EMASESA, 1997a) y los datos citados en Bonneau, 1996, que se recogen en la última columna del cuadro 16. Laspérdidas en baja comprenden:

• Mermas de explotación. Son debidas esencialmente a las purgas, que aumentan su frecuencia durante las restricciones paraevitar que los depósitos que se forman en las tuberías lleguen a los grifos, cuando vuelve a utilizarse la red.

Cuadro 15

Desglose de las pérdidas en alta del sistema EMASESA y Aljarafesa(hm3 y % del “volumen aducido”)

Volumen aducido Mermas de transporte Mermas de potabilización Salida El Carambolo(hm3) (%) (%) (hm3)

1975 102,3 3,6 2,2 90,71976 82,1 3,2 1,2 75,51977 95,1 3,2 1,5 85,51978 115,3 3,7 2,1 103,11979 126,1 3,7 3,7 110,61980 128,4 3,6 4,0 111,31981 82,2 3,0 1,6 73,41982 104,8 3,6 2,0 91,21983 99,2 3,3 5,0 84,21984 109,2 3,7 8,4 89,11985 116,3 3,3 8,3 95,01986 126,9 3,4 7,3 105,01987 137,8 3,5 5,0 115,71988 149,0 3,4 3,4 126,81989 153,0 3,4 3,0 129,11990 162,3 3,9 2,8 134,91991 173,8 3,4 2,7 141,61992 167,0 5,6 2,9 135,41993 133,3 4,3 2,5 110,11994 138,9 4,0 2,2 112,71995 129,2 2,8 4,6 107,2

Fuente: Bonneau, 1996.

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18 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

RENDIMIENTO HIDRÁULICO (continuación)

• Consumos gratuitos. Bajo este concepto EMASESA incluye los riegos de jardines, las bocas antiincendio y el mantenimientode espacios públicos. Habría que interrogarse sobre las razones de la estabilidad de este porcentaje durante la última sequía,cuando además los riegos y baldeos fueron los primeros usos afectados, quedando prohibidos justo al principio de la misma.En 1995, mientras la ciudad estaba sometida a severas restricciones, que llevaron a una reducción en el consumo domésticode un 25%, según los datos oficiales estos consumos gratuitos seguían representando el 8% del suministro total (un tercio delahorro conseguido por los ciudadanos).

• Error de contadores. Es el porcentaje de agua distribuida que no se factura a los consumidores por errores en el volumen regis-trado por los contadores. El porcentaje de error aumenta en función de la edad de los contadores, por lo que es difícil expli-car la evolución intermitente de este concepto a lo largo de las últimas dos décadas (véase más adelante).

• Pérdidas. Son las pérdidas propiamente dichas o fugas en la red de distribución. Estos valores son bastante elevados en lared de EMASESA, oscilando en la última década entre un 15 y un 19% según los datos del Informe sobre Sequía de EMA-SESA (cuadro 16). Sin embargo, según otras fuentes, las pérdidas en red oscilaron en el mismo período entre un 18 y un 26%(cuadro 16). Como puede observarse, cuanto mayor es la discrepancia entre estas dos series de datos, mayores son los valo-res atribuidos a la desviación de contadores.

En conclusión, los valores de rendimiento hidráulico global (RH) para el sistema de EMASESA que se desprenden de los datosanteriores son notablemente bajos, generalmente alrededor de 0,60 (ó 60%). Se pueden observar aumentos de hasta el 70%,que coinciden con las sequías de 1974-76 y 1981-83, pero en la última década la tendencia ha sido más bien hacia un em-peoramiento por debajo del 60%. Ello implica unos valores de pérdidas totales (en alta y baja), bajo distintos conceptos, del 40%,

Cuadro 16

Desglose de las pérdidas en red (en baja) de EMASESA(hm3 y % de la Salida de El Carambolo)

Salida ANC ANC* PérdidasEl Carambolo Total Mermas Consumo Desviación Pérdidas en red

(hm3) (%)* explotación gratuito contadores en red (%)**(%) (%) (%) (%)

1975 90,7 29,3 2,9 8,2 4,6 13,4 19,21976 75,5 25,8 2,6 7,3 4,1 11,8 15,71977 85,5 30,0 3,0 8,4 3,5 15,1 18,11978 103,1 35,4 2,1 9,9 5,6 17,7 23,51979 110,6 35,1 2,0 9,7 5,6 17,5 23,31980 111,3 34,7 2,0 9,7 6,5 16,4 23,11981 73,4 26,0 2,5 7,2 4,2 11,9 16,31982 91,2 35,6 3,2 9,9 6,0 16,3 24,21983 84,2 31,6 3,2 8,8 5,1 14,5 22,11984 89,1 31,8 1,9 8,8 5,1 16,0 20,81985 95,0 29,7 1,8 8,3 4,7 14,8 18,41986 105,0 31,2 1,9 7,8 5,5 15,6 20,11987 115,7 33,4 2,0 8,0 6,6 16,7 21,81988 126,8 40,0 2,3 9,6 8,0 19,9 27,51989 129,1 39,0 2,3 10,1 7,0 19,4 26,51990 134,9 35,6 2,1 9,9 5,7 14,4 23,01991 141,6 37,0 2,2 8,9 7,3 18,5 24,81992 135,4 34,6 3,7 7,6 7,2 15,6 22,11993 110,1 35,3 3,9 7,7 5,0 18,5 22,81994 112,7 37,0 4,1 8,0 6,4 18,3 22,81995 107,2 37,3 4,1 8,2 6,4 18,5 22,3

ANC: agua no controlada.

Fuente: Elaboración propia a partir de (*) EMASESA, 1997a; (**) Bonneau, 1996.

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NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗19El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

RENDIMIENTO HIDRÁULICO (continuación)

cifra muy por encima de los niveles considerados aceptables a nivel nacional e internacional. De la comparación del RH en altay en baja del sistema de EMASESA se desprende que en la distribución en alta queda poco margen para reducir pérdidas; porcontra, es la mejora de la distribución en baja la que puede contribuir en mayor medida al incremento del rendimiento hidráuli-co global.

Mejora del rendimiento hidráulico: referencias nacionales e internacionales

Los objetivos de rendimiento hidráulico que se fijan en la literatura y documentación especializada son claramente superioresal actual RH del sistema EMASESA + Aljarafesa. El borrador del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbanade Sevilla (POTAS), elaborado por la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, se propone como objetivo alcan-zar un rendimiento hidráulico del 75% en Sevilla y su zona para el año 2011. Por su parte, el borrador de Anteproyecto de Leyde Abastecimiento de Agua y Saneamiento de Andalucía de 18 de julio de 1997, elaborado por el Gobierno andaluz, es aúnmás ambicioso, al establecer en su artículo 16.5 un tope del 15% del total de los recursos para las pérdidas admisibles en lasredes de distribución de agua potable (Junta de Andalucía, 1997), es decir, un rendimiento hidráulico del 85%. Se podría con-siderar esta cifra como nivel de pérdidas fisiológico, teniendo en cuenta los volúmenes que se pierden inevitablemente en las con-ducciones y en los procesos de tratamiento y gestión de la red (purgas, desviación de contadores). Este nivel ya se ha alcanza-do o se piensa realistamente alcanzar en varias ciudades, de las que a continuación se presenta una relación indicativa:

• En la ciudad de Alicante el rendimiento hidráulico ha pasado de un 80,5% en 1991 a un 85,8% en 1995 gracias a un ade-cuado mantenimiento de la red de distribución. De este modo, aunque el suministro en alta ha descendido en un 16% desde1991, el consumo global sólo se ha reducido en un 9%. Aun así, se ha diseñado un Programa Integrado de Gestión de laDemanda, que plantea, entre otras actuaciones, la mejora de la eficiencia en distintos sectores de consumo. Estos programasllevarían a una reducción media de los consumos de un 16% en usos residenciales interiores, un 17% en usos residencialesexteriores, un 8,8% en actividades industriales, un 11,7% en actividades de servicios y un 14% en actividades institucionales(Estevan y Ballesteros, 1997).

• La ciudad de Boston consiguió reducir sus pérdidas desde un 30% a un 12% en quince años (entre 1978 y 1993) con unaexcelente relación coste-beneficio (Pérez-Díaz y otros, 1996).

• En el área servida por la empresa abastecedora francesa Lyonnaise des Eaux (13 millones de habitantes) el rendimiento hidráu-lico era del 83% en 1996, pérdidas que expresadas en m3/km/día se elevaban a 5,1 (Environment Agency-NRA, 1995-97).

• Las ciudades de Fez y Rabat en Marruecos han iniciado un programa de mejora de la red de distribución de agua urbana y decontrol de pérdidas con financiación del Banco Mundial. El objetivo es pasar de un rendimiento hídrico del 65% al 80% en cincoaños en la ciudad de Fez y alcanzar un rendimiento del 80-85% en la ciudad de Rabat6 (Mediterranean Blue Plan, 1996).

Para las comparaciones internacionales, lo ideal es disponer de cifras de pérdidas en red expresadas en m3/km de red/día.A título de ejemplo, en 1996 el promedio oficial de pérdidas en redes de distribución era de 3,7 m3/km/día en los Länder occi-dentales de Alemania, 4,2 m3/km/día en Francia, entre 3,77 y 8,4 m3/km/día en Dinamarca, 8,4 m3/km/día en Inglaterra,y 15,7 m3/km/día en Gales. Además, los homólogos franceses de las Confederaciones Hidrográficas (Agences de Bassin) hananunciado que dejarán de subvencionar obras de regulación hidráulica a los municipios, cuando sus niveles de pérdidas en lared superen los siguientes umbrales: 1,5-2,5 m3/km/día (para las zonas rurales), 3-5 m3/km/día (en zonas semirrurales) y 7-10m3/km/día (en zonas urbanas) (Environment Agency-NRA, 1995-97).

Comparando estos órdenes de magnitud con el caso del abastecimiento de Sevilla, según los datos de pérdidas para el año1995 (19,9 hm3 sin considerar otros conceptos incluidos en el apartado “agua no controlada”, EMASESA, 1997a: 23), y con-siderando una longitud de la red de 2.702 km (EMASESA, 1997b), se obtienen valores de pérdidas de cerca de 20 m3/km/día,ampliamente superiores a los valores citados en la literatura internacional.

6. En ambos casos, con una inversión de cerca de 8,5 millones de dólares, que el Banco Mundial estimó que sería compensada por los bene-ficios derivados de la disminución de pérdidas al cabo de tres años (Mediterranean Blue Plan, 1996).

principios de 1991, hasta el final de la sequía en noviembre de1995. Las captaciones de agua en alta para abastecimiento selistan en el cuadro 14 (página 16).

Para hacer posible este consumo de agua en alta se utilizaronlos siguientes recursos: las reservas embalsadas a comienzo de1991; las aportaciones netas embalsadas durante el período porlos pantanos de EMASESA; los recursos provenientes de los embal-ses de Cala y El Pintado y, finalmente, las tomas de emergencia. El

total de todo ello equivale a la suma de las captaciones totales delcuadro 14 anterior, más los 27 hm3 remanentes (embalsados en elGergal) a principios de noviembre de 1995 (cuadro 17).

En relación con los 229 hm3 obtenidos de las tomas de emer-gencia, lo primero que hay que destacar es que se podríanhaber reducido en 112 hm3 simplemente con que el embalsede Zufre hubiese estado operativo al 100% a la fecha de su ter-minación en 1987.

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Además, si durante el período de enero de 1991 a noviembrede 1995 se hubiese producido un nivel de consumo similar al de1996 (año sin restricciones ni merma de calidad), traducido enunos desembalses globales de 134 hm3, el total de agua demanda-da habría sido de 648 hm3, en lugar de los 722 hm3 realmentedemandados durante el período, lo que habría reducido la nece-sidad de recurrir a las tomas de emergencia en otros 74 hm3.

Finalmente, un rendimiento hidráulico de la red del 75%(véase el recuadro “Rendimiento hidráulico”) en lugar del60% actual, hubiese reducido la demanda de agua en alta:

Reducción demanda de agua en alta =648 x (1 – 0,6/0,75) = 130 hm3

Con todo ello, hubieran sido innecesarias no sólo las tomasde emergencia, sino incluso los recursos tomados de Cala y ElPintado. No obstante, esta cifra puede ser criticada si tenemosen cuenta que parte del agua no facturada se debe a lo queEMASESA califica de “desviación de contadores”, es decir, aguarealmente consumida en baja que no es registrada por la obso-lescencia de gran parte del parque actual de contadores.7 Sitenemos en cuenta dicho consumo de agua (no facturado pero

real), el rendimiento hidráulico “efectivo” actual se elevaría,aunque en ningún caso por encima del 65%, con lo que lareducción de la demanda de agua en alta considerada sería lasiguiente:

Reducción demanda de agua en alta =648 x (1 – 0,65/0,75) = 86 hm3

Si nos colocamos en esta segunda hipótesis más conserva-dora, serían 86 hm3 los que corresponderían a la posible reduc-ción de la demanda por mejora del rendimiento hidráulico,con lo que el total de reducciones sería de 112 + 74 + 86 = 272hm3, reducción que habría hecho innecesario el recurso tantoa las tomas de emergencia como a los desembalses de ElPintado, manteniendo la necesidad de disponer de los delCala.

Resumiendo, la conjunción de una serie de fallos estructu-rales (bajo rendimiento hidráulico de la red e inexistencia depolíticas de gestión de la demanda) y coyunturales (consumosexcesivos durante el bienio 1991-92 y retraso en la entrada enservicio del embalse de Zufre), han contribuido de forma deci-siva a las penurias padecidas por la población durante la últimasequía, hasta el punto de que si tales factores no hubiesen esta-do presentes, total o parcialmente, el recurso a las tomas deemergencia habría sido innecesario o necesario en muchamenor medida.

■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■

20 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

ORIGEN DE LOS RECURSOS EN EL PERÍODO 1991-951 (hm3)

Cuadro 17

Reservas Aportaciones Cala El Pintado Tomas de emergencia Total

160 277,5 51,5 312 229 722 (+ 27)3

Reservas: volumen embalsado a principios de la sequía.Aportaciones: aportaciones a embalses derivadas de las precipitaciones durante el período de sequía.1 1995 excepto noviembre y diciembre.2 Sin embargo, en el acuerdo de colaboración entre la CHG y la CRV se establece un volumen de 30 hm3.3 Remanente en embalses al final de la sequía.

7. Véase EMASESA, 1997a (cuadro 1, p. 23). Dicho cuadro incluyetambién un epígrafe de “consumos gratuitos” que no hemos conside-rado por carecer de justificación en años en que tales consumos (rie-gos y baldeos principalmente) estuvieron total o parcialmente prohibi-dos a causa de la sequía (véase el recuadro “Rendimiento hidráulico”).

Alternativas de las administracionespúblicas: Melonares

La justificación de la necesidad del embalse

Todas las respuestas que se han dado desde las diferentesadministraciones públicas al problema del abastecimientourbano de Sevilla y su entorno coinciden en la necesidad de

construir el embalse de Melonares. Esta necesidad se planteacon diferentes niveles de prioridad: máxima, en el caso de laCHG y del Gobierno municipal (y EMASESA); relativa y situa-da en el contexto de alternativas más complejas, en el caso dela Administración autonómica (Consejería de Obras Públicasy Transportes-Junta de Andalucía, 1996). Además, dicha

Fuentes: EMASESA, 1997a (gráfico 7, p. 51); Bonneau, 1996.

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coincidencia se realiza desde evaluaciones dispares, no sólo dela demanda esperada, sino también de la capacidad de regula-ción de los embalses de la cuenca.

Hemos resumido en el cuadro 18 las diferentes estimacionesde la demanda realizadas hasta ahora. En el Nuevo Estudio deImpacto Ambiental del embalse de los Melonares (CHG, 1995a) serealiza un evaluación de las demandas esperadas hasta el año2012 no sólo en la zona abastecida por EMASESA-Aljarafesa,sino también en la zona abastecida por el embalse del ríoHuesna. Esta última abarca en la actualidad 14 poblaciones dela provincia de Sevilla, con una demanda real de en torno a 20hm3/año. Se estima que el sistema del Huesna es excedentario,por lo que podría aportar recursos al área metropolitana deSevilla. Los datos de demanda aportados en el estudio deimpacto ambiental (EIA) —sin ninguna justificación, por cier-to— se reflejan en la primera fila del cuadro 18.

Otra evaluación de la demanda futura es la realizada por lapropia EMASESA en febrero de 1996 (esta vez los datos serefieren exclusivamente al área servida por EMASESA yAljarafesa). En esta evaluación aparecen por vez primera, juntoa la evaluación de la demanda urbano-industrial propiamentedicha de las poblaciones de la zona, una serie de epígrafes,algunos de fácil comprensión (medioambientales, resguardos)y otros menos claros (industria singular, riegos), que suponenvariaciones sustanciales de las cifras de demanda. Para unamejor comprensión hemos reflejado en la segunda fila del cua-dro 18 los datos de demanda estimados por EMASESA exclusi-vamente como demanda urbano-industrial de las poblacionesde la zona, y en la fila tercera los datos totales de demanda esti-mados, teniendo en cuenta todos los epígrafes citados, que,como se ve, incrementan notablemente las cifras de demanda.

Finalmente es preciso citar las diversas evaluaciones realiza-das en el borrador de 1996 del Plan de Ordenación del Territoriode la Aglomeración Urbana de Sevilla (POTAS), elaborado por laConsejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, referi-das al conjunto del área abastecida por EMASESA y Aljarafesa.Las diferentes evaluaciones de demanda realizadas en elPOTAS aparecen en las filas cuarta a novena del cuadro 18. Lasdiferentes hipótesis de cálculo son las siguientes:

• Hipótesis A. Se consideran las dotaciones en litros por habi-tante y día establecidas por la Orden del MOPU de 24 deseptiembre de 1992 en función de la población total y delnivel de actividad industrial y comercial de la zona.

• Hipótesis B. Se calcula la dotación media en baja de cadamunicipio en el período 1990-94 y se divide entre el rendi-miento hidráulico de la red de abastecimiento (calculadocomo 0,65 para EMASESA y 0,7 para Aljarafesa).

• Hipótesis C. Igual que la anterior, pero suponiendo que se haalcanzado un rendimiento hidráulico global del 0,75.

También en el POTAS aparece un epígrafe titulado “incre-mento por consumo industrial” adicional a las cifras calculadasen las tres hipótesis, que nos parece de difícil justificación, porlo que lo hemos desagregado, de modo que las cifras dedemanda incluyendo dicho epígrafe se rotulan como A2, B2 yC2 respectivamente, mientras que las demandas calculadas sintener en cuenta dicho incremento se rotulan A1, B1 y C1.

En la última columna se incluye el incremento porcentualde la demanda entre la primera y la última columna, para cadafila.

Lo primero que llama la atención es la gran disparidad delas previsiones que, para el año 2012 y la zona EMASESA +Aljarafesa, oscilan entre un máximo de 237 hm3/año y un míni-mo de 157 hm3/año. Otro aspecto sorprendente de las estima-ciones es el gran incremento porcentual calculado en todas lashipótesis para el año 2012, que en todos los casos supera elincremento poblacional, calculado en un 11,7% para el con-junto de la Aglomeración Urbana por el POTAS. Finalmente espreciso señalar que, excepto en el caso de las hipótesis C1 y C2—que implican una mejora en el rendimiento de la red—, lasestimaciones de demanda para 1996 —un año sin restriccionesy de grandes lluvias— son en todos los casos inferiores al con-sumo real en dicho año, que en el área EMASESA-Aljarafesafue de 133 hm3, manteniéndose este volumen de consumo en1997 (137 hm3).

En cuanto a los recursos superficiales disponibles, sobre losque recae en todos los estudios citados el peso del abasteci-miento, las distintas evaluaciones de la capacidad de regulación

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗21El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

ESTIMACIONES DE DEMANDAS SEGÚN DIVERSAS FUENTES (hm3)

Cuadro 18

Año 1992 1996 2002 2006 2012Incremento en %

1992/1996 ⇒ 2012

EIA* 188 202 213 +13,3EMASESA - 1 155 168 192 +19,1EMASESA - 2 200 214 237 +18,5POTAS - A1 ** 156 163 173 178 +14,1POTAS - A2 ** 158 169 185 197 +24,7POTAS - B1 ** 150 156 179 185 +23,3POTAS - B2 ** 152 163 191 204 +34,2POTAS - C1** 127 132 151 157 +23,6POTAS - C2** 127 137 162 173 +36,2

Fuentes: (*) CHG, 1995a (EMASESA + Aljarafesa + Huesna); (**) Consejería de Obras Públicas y Transportes-Junta de Andalucía, 1996 (años 2001y 2011).

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en hm3/año de los distintos embalses de la zona, así como suasignación actual, se ofrecen en el cuadro 19. Los subtotalescorresponden a la suma con los recursos listados en las filassuperiores de la misma columna.

De nuevo pueden observarse serias discrepancias, sobretodo entre los datos suministrados por EMASESA y los delPOTAS y el EIA. Puede observarse cómo el conjunto de embal-ses de EMASESA más Cala dan unas cifras de capacidad deregulación que no garantizan el abastecimiento de la zona aabastecer, excepto en el caso de la hipótesis C1. Hay que decir,no obstante, que esta última hipótesis, mantenida por laConsejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, es laúnica que incorpora objetivos de gestión de la demanda, tanrazonables, por otra parte, como incrementar el rendimientohidráulico de la red hasta un 75%.

El proyecto de embalse de Melonares

Antecedentes del proyecto de embalse de MelonaresLa toma en consideración del embalse de Melonares (juz-

gado necesario en las alternativas recién analizadas, con laexcepción señalada) empieza en 1972, cuando la Confe-deración Hidrográfica del Guadalquivir encarga al ServicioGeológico de Obras Públicas un estudio para el emplazamien-to de dos presas alternativas sobre el Viar. Apreciada su idonei-dad geológica (aspectos meramente constructivos, topográfi-cos y de impermeabilidad) en 1975, transcurren algunos añoshasta que en 1985 la Consejería de Obras Públicas de la Juntaencarga a una consultora el estudio y proyecto de la presa deMelonares. A partir de entonces, por precepto legal, se inicia eltrámite de evaluación de impacto ambiental, a petición de laDirección General de Medio Ambiente del MOPTMA, queencomienda a la Dirección General de Obras Hidráulicas(DGOH) (en particular a la CHG) la redacción del correspon-diente informe. Remitido el 3 de agosto de 1990, es aprobadoy presentado al público el 1 de febrero de 1992. Ante una seriede alegaciones alusivas al carácter incompleto y arbitrario deeste primer informe, que emanaron del propio MOPTMA (DG

Protección Ambiental) y de la Agencia de Medio Ambiente(AMA) —ello a pesar de que en 1993 había aparecido un estu-dio complementario, que aspiraba a paliar las deficienciasencontradas—, se decidió realizar un segundo estudio deimpacto ambiental, que se completa en febrero de 1995. Estesegundo informe, mucho más extensivo y sistemático que elprimero, contiene abundante información de interés.

Posteriormente, el Ministerio de Medio Ambiente(MIMAM), a través de su DG de Calidad y Evaluación Am-biental (DGCEA), ha dado a conocer una Resolución (de 13 deoctubre de 1997), publicada en el BOE de 24 de noviembre. Eneste documento se describe brevemente el proyecto y sus ante-cedentes, se analizan los estudios realizados y se concluye losiguiente: la construcción de la presa “produciría impactosambientales significativos negativos en el valle del río Viar, queconstituye una de las zonas más valiosas del Parque Natural dela Sierra Norte de Sevilla, declarado como tal y protegido porla Ley 2/1989, de 18 de julio”. Esta mismo valoración se des-prende de la lectura del Plan Rector de Uso y Gestión delParque, así como del Plan de Ordenación de Recursos Na-turales del mismo (Consejería de Cultura y Medio Ambiente-Junta de Andalucía, 1994a y 1994b). Consecuentemente laResolución establece que, como condición indispensable paraejecutar la obra de Melonares, la Dirección General de ObrasHidráulicas y Calidad de las Aguas (DGOHCA) debe demos-trar que:

• No hay otras alternativas para cubrir las necesidades de abas-tecimiento de Sevilla.

• Hay razones de primer orden para justificar la realizacióndel proyecto.

Sin embargo, no se establece el procedimiento para cumplirlas condiciones requeridas —que, de hecho, constituirían unobstáculo insalvable para la obra— sino que se da por supuestala realización del proyecto, al que se exige un total de tres requi-sitos (estudios previos) antes de la ejecución, a la vez que seendurecen las medidas compensatorias obligadas para paliar susefectos. En resumen, aunque clara en la definición de los gravesimpactos del embalse, la Resolución admite la obra, por lo quese han levantado múltiples reacciones contrarias a la misma. Enparticular, a 22 de diciembre de 1997, la Coordinadora deOrganizaciones de Defensa Ambiental (CODA) presentó recur-so ordinario dirigido a la DGCEA del MIMAM.

El sector afectado por el proyecto, que inundaría 1.457 ha,contiene diez de los catorce tipos de hábitat natural de interéscomunitario en la Sierra Norte, dos de los cuales son de carác-ter prioritario. La casi totalidad del sector que se inundaría estádeclarada como ZEPA nº 053 Sierra Norte (zona de especialprotección para las aves), según la Directiva Europea79/409/CEE y pertenece a la Red Europea Natura 2000, segúnla Directiva Europea 92/43/CEE. Asimismo, pertenece mayori-tariamente al área de importancia internacional para las avesIBA nº 232 Sierra Morena de Sevilla.

El proyecto de la presaLa presa proyectada, que puede calificarse de gran presa con

los criterios internacionalmente aceptados para ello, se situaríasobre el cauce del río Viar, a 1.100 m aguas arriba de la carre-tera comarcal C-433 de Sevilla a Cazalla de la Sierra, sobre elemplazamiento actual de una estación de aforo denominada

22 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

RECURSOS SUPERFICIALESREGULADOS (hm3)

EMASESA/CHG* EIA** POTAS***

Embalses EMASESA 117 132 133Subtotal + Cala (H) 143 155 156Subtotal + Huesna (A) 185 186Subtotal + El Pintado (R) 250 252Regulación Melonares 39 48

A: abastecimiento; H: hidroeléctrico; R: regadío.

Cuadro 19

Fuentes: (*) CHG, 1994; (**) CHG, 1995a; (***) Consejeríade Obras Públicas y Transportes-Junta de Andalucía, 1996.

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Puente Quebrada. Inundaría una franja de 16 km longitudi-nalmente sobre el curso del río, cubriendo una superficie deunos 15 km2. Los municipios a los que afecta la inundación sonCastilblanco de los Arroyos, El Pedroso, Almadén de la Plata,El Real de la Jara y Cazalla de la Sierra, todos ellos de la pro-vincia de Sevilla, en la comarca de la llamada Sierra Norte.Parte de la zona inundada corresponde al Parque Natural delmismo nombre (mapa 2).

La cerrada donde se situaría la presa no es perfecta, porquela margen izquierda cercana a la obra consta de una hilera decollados, por entre los cuales escaparía el agua a partir de cier-to nivel de llenado del embalse; por ello se prevé la construc-ción de diques de materiales sueltos para asegurar el cierrelateral. Esto supondría una longitud de 1,3 km adicionales dediques, con el consiguiente impacto.

Un aspecto de gran importancia es la proyectada restitucióndel canal del Viar. Este canal, que actualmente presta servicio alos regantes del Viar, toma sus aguas de un azud a unos 15 kmaguas arriba de la presa (véase el siguiente apartado). El canaltiene su trazado, paralelo al curso del río, en la margen dere-cha de éste. Quedará por ello inundado en épocas de máximollenado y por lo tanto inutilizable tras la obra a lo largo de estos15 km. El proyecto prevé la restitución del canal. ¿Qué quieredecir esto? El canal queda sustituido por el embalse a lo largode este tramo, lo que equivale a decir que el origen del canaldeja de ser el azud mencionado para pasar a ser el propio

embalse de Melonares. Inevitablemente, este hechoconvierte al embalse en un recipiente de doble uso,tanto para regadíos como para abastecimiento urbano.¿Cómo se pretende conciliar estas funciones?Mediante las tomas de agua: la más alta (72 m) ali-mentaría por gravedad el canal del Viar. Las dos másprofundas (a 58 m ambas) irían, la primera, a abaste-cimiento urbano de Sevilla; la segunda, a una centralde bombeo que impulsaría las aguas para alimentar elcanal. ¿Para qué sirve la central de bombeo? Cuandoel embalse esté a medio llenar (situación previsible concierta frecuencia), la alimentación superior, de 72 m,dejará de funcionar por no llegar a ella el nivel deembalse. En ese momento, empezará a funcionar lacentral de bombeo para impulsar agua hacia el canalusando energía eléctrica.

Las repercusiones de este modelo de uso combina-do son múltiples. La más inmediata es el hecho de quese vuelve imposible separar la gestión de El Pintado(aguas arriba) de la de Melonares, como se explicaráen el próximo apartado. Para que este último esté razo-nablemente explotado desde el punto de vista de losregantes, convendrá tener lleno Melonares, a costa dedesembalsar El Pintado. Si las demandas de la ciudadvacían parcialmente el embalse de Melonares, habráque recurrir a la energía eléctrica para alimentar elcanal de los regantes, que deberán pagar una tarifaadicional por ello. Esto puede originar tensiones porcompetencia entre dos modelos de explotación deembalse: el de una abastecedora en estado puro (porejemplo, el de La Minilla) y el de una comunidad deregantes.

Parece manifiesta la ambigüedad del proyecto, ini-cialmente planteado como obra de regulación general

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗23El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

EL VALLE DEL RÍO VIAR

L. d

el M

ORA

L

La presa proyectada se situaría sobre el cauce del río Viar, en el empla-zamiento actual de una estación de aforo denominada Puente Quebrada.

Mapa 2

kilómetros

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y tras la sequía recalificado como embalse de abastecimiento aSevilla. Efectivamente, con la extraña aquiescencia de los bene-ficiarios originales (regantes del arrozal marismeño) a los queoficialmente se desposee, el embalse fue apresuradamente reo-rientado de riego a abastecimiento. De hecho, la opción detomas fijas adoptada en el proyecto parece de momento

excluir la posibilidad de instalar una torre de toma; sin este ele-mento, un embalse de abastecimiento urbano es anómalo y lagestión de la calidad pierde una de sus variables fundamenta-les (la profundidad de captación).

Esta oscuridad se acentúa si se tiene en cuenta que el canaldel Viar arrancaría de la presa y que, como se ha indicado másarriba, el uso agrario y el urbano habrían de coexistir. Por otraparte, si los regantes se llevan rutinariamente el agua de la cotamás alta, estarán con ello sustrayendo la fracción de más cali-dad del sistema Viar. Cuando, a causa de la escasez, haya quesoltar aguas de El Pintado y ambos usuarios —agricultores ymetropolitanos— deban compartir las aguas por las tomas decota 58, estarán compitiendo por un recurso de peor calidad,posiblemente alimentado con aguas del hipolimnion de ElPintado. Todo ello arroja una sombra sobre la ensalzada cali-dad de las aguas que procuraría a Sevilla el embalse deMelonares.

Por último, lo que se conoce del presupuesto de la obraconstituye sólo un fragmento del total de las actuaciones nece-sarias. Nada consta acerca de la vía de aducción del agua hastaSevilla: la opción más barata, pero menos eficiente en cuanto apérdidas y energía, es usar el propio canal del Viar, comple-mentado con bombeos hasta la estación potabilizadora de ElCarambolo. Si, por el contrario, se pretende crear una con-ducción cerrada desde la presa hasta Sevilla, el presupuesto semultiplicará. La tentación de aprovechar la presa como puen-te para la carretera C-433, de trazado antiguo, tortuoso yabandonado a la espera de las hipotéticas obras del embalse, esotra amenaza que no se debe omitir.

Todo ello configura un proyecto oscuro, un embalse rea-daptado en cuanto a usos pero no en su concepto, que seimplanta sin previsión de efectos en una comarca de gran valornatural y de potenciales extraordinarios.

■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■ ■

24 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

CARACTERÍSTICAS DEL EMBALSEDE MELONARES

Capacidad (hm3) 185,60Regulación anual (hm3/año) 39-481

Superficie inundada (km2) 14,57Superficie de captación (km2) 552,00Aportación media anual de la cuenca

(hm3/año) 68,87Tipo de presa arco-gravedadAltura sobre el cauce de la coronación

de presa (m) 45,25Cota de la coronación de presa

(sobre nivel del mar) (m) 87,25Cota máxima de inundación de la

lámina de agua (m) 86,22Cota máxima normal de la

lámina de agua (m) 82,00Longitud de coronación (m) 272,00

1 Cifras más frecuentemente manejadas en la actualidad. También se hacifrado la regulación anual en 60 hm3 (CHG, 1991b). El propio EIA de1995 maneja dos cifras: 62,3 hm3/año que reduce luego (vol. 5, 7.3)a 39 hm3 (CHG, 1995a). Véase el recuadro “Incertidumbre sobre losrecursos disponibles”.

Cuadro 20

El valle del Viar y los impactosdel embalseEl valle del Viar. Notas sobre el mediofísico, la naturaleza y la población

Lo que en código planificador se identifica como área 7.1.5Viar (de acuerdo con la zonificación de la cuenca para elinventario de recursos hidráulicos naturales), o como sistemade explotación de recursos 12 (Viar), perteneciente a la uni-dad estructural Sierra Morena, no es sino aquel río que en1785 era descrito en estos términos (López, 1785): “El arroyode Viar, que es de los mayores de la sierra […], corre por entreunas sierras tan agrias, ásperas y elevadas, que son el pasmo decuantos las ven, pues en su carrera tiene varios saltaderos,donde el agua se precipita a más de 80 varas de profundidad.

Y siguiendo su curso separa los términos de [Almadén yCastilblanco] con el de Cantillana, en donde entra en elGuadalquivir después de haber corrido 15 leguas, tan cauda-loso que a veces compite con el mismo Guadalquivir”.También es el mismo río del que el Libro de la Montería, deAlfonso XI (1312-50) dice: “los valles de sobre Viar son buenosmontes de oso et de puerco en yvierno, et en tiempo de lospanes et de las uvas”.

En la escala geológica del tiempo, el Viar tiene otro retra-to. El borde meridional del Macizo Hespérico, apéndice delcontinente Noratlántico, fue sometido a lo largo delMesozoico a un intenso desgaste por erosión, que prosiguióhasta entrada la era terciaria. Este borde continental era

Fuentes: CHG, 1995a; Ministerio de Medio Ambiente-DirecciónGeneral de Calidad y Evaluación Ambiental, 1997.

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entonces lindero del Mar de Tetis, antepasado del Medi-terráneo, que se veía progresivamente comprimido por elavance de la placa continental de Gonduana, macrocontinen-te englobador de lo que luego serían África y Sudamérica. Lapresión ejercida por aproximación de placas continentales nosólo hizo emerger los sedimentos marinos del fondo del Tetis,plegándolos y alzándolos hasta edificar con ellos las cordillerasbéticas, sino que flexionó el borde del Macizo Hespérico,creando la extensa ondulación en la que ya se reconoceríanlos rasgos de la Sierra Morena. La rigidez del macizo dio lugara muchas fracturas transversales —fallas— que luego seríanaprovechadas por los ríos para excavar su cauce, originandoregueros de erosión que fueron cegando el brazo de mar aque había quedado reducido el vecino Tetis. Este brazo col-matado y hundido es ahora el Guadalquivir y uno de estos ríostallados en la sierra es el Viar.

Ya su nacimiento confuso, en tierra relativamente llana yextremeña (por fusión de tres riveras de difícil orden jerár-quico en el triángulo formado por Monesterio, Fuente deCantos y Llerena), pone en claro su procedencia. Se trata deuna muesca tallada al borde de la meseta, que desarrolla susperfiles más hondos aguas abajo, en las excavaciones y frac-turas del escalón de la sierra, mientras desciende hacia la fosatectónica de su desembocadura entre Burguillos y Cantillana,“siendo ya tan caudaloso a su muerte que sus corrientes cor-tan las del río [Guadalquivir] hasta bastante distancia, y elretroceso de las del río causa la inundación de Cantillana”(López, 1799).

¿De dónde provienen estos grandes caudales? El clima delvalle, gracias a su posición abierta al mar, sin barreras para losfrentes atlánticos, garantiza precipitaciones relativamenteabundantes (decrecientes hacia el este): en su mayor parte, lacuenca del Viar recibe unos 700 mm/año, con la excepción deltramo final (alrededor de 600) y de las cabeceras de Benalija yTamujar, que recogen unos 800 mm. A su vez, la evapotranspi-ración potencial media anual es algo superior, situándose enmedia alrededor de los 800 mm (más elevada en el tramofinal), lo que determina anualmente un período seco entre pri-mavera y otoño, en el que el balance de aportaciones es nega-tivo. Por otra parte, con relativa frecuencia se registran lluviasintensas (con período de retorno 10 años, se producen preci-pitaciones superiores a los 100 mm en 24 horas). Sin embargo,

todo el cauce del Viar, desde el embalse de El Pintado hasta ladesembocadura, está calificado como zona de riesgo potencialde inundaciones de prioridad mínima.

Los tres cursos de agua principales (de la zona que nosocupa), el Viar y sus tributarios Gargantafría y Tamujar, man-tienen una corriente permanente —sobre todo el Gargan-tafría—, salvo en alguna sequía extrema. Debido al encajona-miento del río, la ramificación de la cuenca es arborescente(cuenca dendrítica).

El Viar, como casi todos los ríos de Sierra Morena, tiene sucurso interrumpido por obras hidráulicas. Pero a diferencia dela mayoría de los valles, dispone de un largo tramo final norepresado, con lo que se mantienen en su cauce fenómenos dehidrología de gran dinamismo. Esta singularidad del valle esuna de las razones de su excepcional valor.

La obra hidráulica más dura del Viar es el embalse de ElPintado, en el límite norte de la provincia, rayano con Badajoz(a vuelo de pájaro entre Cazalla y Monesterio). Se trata de unagran presa, destinada al regadío (regantes del Viar, capacidad

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗25El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

ALGUNOS DATOS SOBREEL RÍO VIAR

Longitud (km) 133Desnivel (m) 810Superficie de cuenca (km2) 1.803Pendiente media (uno por mil) 6,09Precipitación media anual (l/m2) 687Aportación media anual (hm3) 242Escorrentía anual (mm) 134Recursos regulados por El Pintado (hm3/año) 651

1 Véase la nota 8.

Cuadro 21

C. P

ÉREZ

BO

NILL

A

En la Ganchosa el río circula entre gargantas, donde anida el mayornúmero de rapaces de la comarca.

L. d

el M

ORA

L

El Viar, a diferencia de la mayoría de los restantes valles de SierraMorena, conserva un largo tramo final no represado, por lo que semantienen en su cauce fenómenos de hidrología de gran dinamismo.

Fuente: CHG, 1995b.

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202 hm3, volumen regulado anual 65 hm3),8 a unos 40 kmaguas arriba del lugar donde se proyecta situar la presa deMelonares.

El Pintado tiene aprovechamiento hidroeléctrico, para loque se hace uso de una tubería forzada que alimenta las turbi-nas de un contraembalse —La Ganchosa— situado aguasabajo, a unos 8 km. Más al sur de La Ganchosa no hay obras deimportancia, si se excluye algún pequeño embalse sobre elarroyo Tamujar, que viene de Cazalla, y un azud o presa dederivación, sobre el mismo curso del Viar, situado en cabezadel canal de los regantes del Viar. Este azud, de pequeña altu-ra sobre el cauce, sirve para alimentar el citado canal, que, apartir de este punto, baja en paralelo al río por la margen dere-cha, del que se distancia progresivamente al bajar hacia la Vegadel Guadalquivir. Es de gran importancia este punto de deriva-ción, no sólo por su situación en la confluencia del Tamujarcon el Viar, sino por corresponder, según lo proyectado, a lacola del futuro embalse de Melonares. De hecho, la pista quedesde Almadén lleva a la C-433 (Sevilla-Cazalla) cruzaría preci-samente por aquí, aprovechándose el azud para asentar unpuente sobre el Viar.

Así pues, el Viar está desdoblado, ofreciendo en paralelo doscursos alternativos, en los siguientes tramos: a) entre el embal-se de El Pintado y su contraembalse (a través de la conducciónde agua para la central hidroeléctrica), y b) a partir de la presade derivación del Viar (a través del canal de los regantes). Estasrutas alternativas afectan con cierta intensidad los procesosnaturales, al establecer trampas para la fauna del río, arrastra-da bien a las turbinas de la central o hacia el canal del Viar.

Otro efecto de las infraestructuras sobre el sistema naturales la alteración de los regímenes de flujo. El caudal ecológicomínimo que deja escapar el embalse de El Pintado es de 0,05m3/s. Pero salvo esta cifra mínima, aguas abajo del embalse loscaudales circulantes están a merced de la Junta de Explotacióndel sistema, con lo que se registran intensas fluctuaciones, espe-cialmente en los tramos desdoblados. Las abundantes fugas del

canal del Viar introducen una leve compensación, devolviendoal curso del río algo del agua derivada en el azud. Se disponede cifras sobre el caudal en el propio punto donde se elevaríala presa (estación de aforo de Puente Quebrada), en un regis-tro que se inició el año 1976-77. El caudal medio mensual esmínimo en septiembre (0,14 m3/s) y máximo en enero y febre-ro (11 y 15 m3/s respectivamente).

26 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

VOLÚMENES EMBALSADOS EN EL PINTADO (hm3),EN MAYO DE SUCESIVOS AÑOS (1979-95)

(capacidad 202 hm3)

Cuadro 22

79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 92 93 94 95

196 135 45 69 14 97 151 123 91 109 150 87 23 85 20

8. La cifra de desembalse asegurado (regulación anual) de El Pintado quehistóricamente se ha proporcionado es de 100 hm3/año (CHG,1964). Este mismo organismo hablaba en 1991 de 79 hm3/año(CHG, 1991b). En el proyecto de embalse de Melonares, al referirsea El Pintado, se manejaba la cifra de 100 hm3/año, que se reduce a66 hm3/año en el estudio de impacto ambiental complementario de1993. El Nuevo Estudio de Impacto Ambiental de 1995 justifica estadiferencia por la aplicación a la última estimación de los criterios de laOrden Ministerial de 24 de septiembre de 1992 (CHG, 1995a).Véase el recuadro “Incertidumbre sobre los recursos disponibles”.

C. P

ÉREZ

BO

NILL

A

El canal del Viar muestra, como tantas otras infraestructuras de regadío,un deficiente estado de conservación. De acuerdo con el NuevoEstudio de Impacto Ambiental (CHG, 1995a), el rendimiento hidráulicodel sistema de riegos es del 0,59 (volúmenes suministrados encabecera de canal, 76,4 hm3; aportación neta, 44,7 hm3).

Fuente: CHG, 1995a.

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La baja densidad de población de la zona, el efecto autode-purador en los tramos todavía largos de flujo libre, la agricul-tura escasa y extensiva, y la ganadería dispersa contribuyen aasegurar una excelente calidad de aguas. El Gargantafría,afluente de la margen derecha, trae alguna contaminación deorigen urbano —aportada por el arroyo de Calzadilla, que llevalas aguas residuales, no depuradas, de Almadén de la Plata—,pero la longitud del tramo hasta su confluencia con el Viar y labuena conservación general del ecosistema, con cierta presen-cia de galerías arbóreas, da lugar a una visible autodepuración.En el tramo del Viar donde se construiría la presa se disponepues de una calidad prepotable, muy baja en nitratos, con pHlevemente básico.

En resumen, puede describirse el tramo final del Viar,desde El Pintado hasta su desembocadura en el Guadalquivir,como un extenso valle (unos 70 km) despoblado y solitario,sin ninguna población que lo acompañe, rodeado de unmosaico de paisajes propios de la Sierra Morena cálida, conun río aún vivo que estructura importantes comunidadesfaunísticas y que conserva gran parte de su dinamismo decauce.

Notas sobre la zona del valle del Viar quequedaría inundada y los impactos de la presaLa zona afectada por la inundación (mapa 2) se extiende

aproximadamente desde la C-433 Sevilla-Cazalla hacia el norte,unos 16 km aguas arriba, hasta alcanzar la presa-azud de deri-vación del Viar, lugar donde arranca actualmente el canal delos regantes. Se inundarían unos 15 km2. En esquema, se tratade una franja alargada centrada sobre el río Viar, cuyo límitenorte es el citado azud de derivación, al pie de la confluenciadel arroyo Tamujar, importante tributario de la margenizquierda.

La base productiva de la zona descansa sobre todo en el sec-tor primario, una ganadería extensiva que aprovecha los pas-tos, el ramón, el matorral y la bellota, y alguna agricultura desecano (cereal, girasoles, leguminosas) dirigida en parte areforzar la alimentación del ganado. La dehesa sufrió grandespérdidas de rentabilidad a partir de los años sesenta, debidosobre todo a cuatro factores (subida de salarios de braceros acausa de la emigración; competencia con la ganadería intensi-va de granja; irrupción de la peste porcina africana; sustituciónprogresiva del picón y carbón vegetal por el gas butano).

Actualmente, en la zona del embalse previsto, sólo un 13% dela tierra se labra, el 40% es de prados y pastizales, y el resto esforestal.

Los municipios afectados y sus poblaciones se indican en elcuadro 23, junto con una estimación de la distancia entre elnúcleo de población y la ubicación prevista de la presa. Lapoblación de los escasos pueblos de la zona se ha resentidomucho de la emigración y muestra un notable envejecimiento.Sobre un total de unos 15.000 habitantes (1994), se registrabanunos 1.100 parados, sobre todo en el sector de servicios, cons-trucción e industria. En cambio, en el sector primario, habíapoco desempleo. La escasa industria existente se orienta a latransformación de productos agropecuarios, y los serviciosprestados incluyen una débil actividad de comercio y hostele-ría (sobre todo en Castilblanco).

Del mapa 2 y de los datos se desprende:

• La zona es muy despoblada.• El embalse no interrumpiría ninguna vía de comunicación

importante (aunque afectaría posiblemente a los despla-zamientos de algunos estratos económicos poco visibles—cabreros, furtivos—).

• Castilblanco es el pueblo con más vinculación a este tramodel río, por su proximidad, su vinculación por carretera—e, indirectamente, por el camino hacia la ermita de SanBenito— con el paraje de Los Melonares, y por la vigorosatoma de partido de su Gobierno municipal a favor de laobra, tras una posición inicial muy crítica (Ministerio deMedio Ambiente-Dirección General de Calidad y Eva-luación Ambiental, 1997).

Ha de mencionarse también la presencia, fuertemente vin-culada a la explotación del Viar, de la zona regable del mismonombre, que, situada en la margen derecha del Guadalquivirsobre una extensión de unas 12.000 ha, se alimenta de la presaazud de derivación antes mencionada, a unos 28 km de la con-fluencia del Viar con el Guadalquivir. Los términos municipa-les beneficiarios de esta zona regable son Cantillana, Villa-

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗27El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

L. d

el M

ORA

L

Los trabajos de reparación en el canal del Viar han permitido disminuirlas pérdidas de transporte del 25 al 18% (CHG, 1995a).

MUNICIPIOS AFECTADOS POR ELEMBALSE DE MELONARES

Distanciaaproximada

en línea recta alPoblación emplazamiento

de derecho previsto para la Municipio 1995 presa (km)

Almadén de la Plata 1.771 30Cazalla de la Sierra 5.263 40El Pedroso 2.428 25El Real de la Jara 1.769 50Castilblanco de los Arroyos 4.305 15

Cuadro 23

Fuente: Instituto de Estadística de Andalucía, 1997.

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verde, Burguillos, Guillena, Alcalá del Río y La Algaba. Losregadíos se distribuyen sobre cultivos como girasol, algodón,maíz y frutales.

Por lo que toca al medio natural, en la zona se distinguen(Sancho Royo y Prenda Martín, 1995) tres unidades ambienta-les, además del propio curso de agua:

• dehesas en el fondo plano del valle;• matorral y bosque mediterráneo, sobre todo en el escarpe

de la sierra, en la margen izquierda;• densas galerías arbóreas acompañando a arroyos, sobre

todo en las gargantas de la margen derecha.

El Mapa Forestal de España (provincia de Sevilla; Ministeriode Agricultura y Pesca, 1991) muestra numerosas teselas en lazona que componen un paisaje de mosaico o parcheo. Unrecorrido por las diversas fichas muestra la diversidad delmedio:

411: mosaico de cultivos y pastizal, alguna encina suelta.412: pastizal con pies dispersos de encina y acebuche,

con presencia de palmito, lentisco y piruétano.485: mancha degradada con pies dispersos de encina y

abundante matorral de coscoja, acebuche, lentisco;adelfa en las vaguadas.

486: dehesa de encinas con subpiso de pastizal.487: repoblación de eucaliptos con alguna encina

relicta.499: ídem.488: como 487, con zonas de garriga media.490: repoblación de eucaliptos con pies dispersos de

acebuche, lentisco y palmito.550: mancha degradada con pies dispersos de encina,

pino piñonero, pastos con jaral, algunosejemplares de coscoja, acebuche, palmito yvaguadas de adelfa.

551: pastos con jaral mixto; algunas encinas, acebuchesy palmitos.

552: mosaico de repoblación de eucaliptos y pastizal,con alguna encina.

El paisaje resultante, al que se añaden algunos cultivos dehuerta en el fondo del valle, no parece a primera vista prome-ter nada excepcionalmente atrayente (al menos para la habi-tual valoración de lo campestre que se nos inculcó en la escue-la: no se trata de bosques de alto dosel, de praderas verdeantesni de espejos lacustres), pero detrás de su fragmentariedad,raída y desmedrada, se agazapan grandes valores naturales,raros en Europa.

Este paisaje, diverso y modulado, sería sustituido por la ban-deja azul de la lámina de agua (15 km2 en inundación máxima)en la que, recortadas sobre una orla árida, descansarían cimasde montes. Salvo en momentos de máxima inundación, es for-zoso que el contacto entre las laderas y el plano de agua se hagapor mediación de una banda sin vegetación, fuertemente ero-sionada por las subidas y bajadas del agua. Este marco estéril esuno de los caracteres que permiten distinguir a primera vistaun embalse de un lago. Por otro lado, el paisaje no sólo sufrelas consecuencias directas de la obra (la masa ingente de la

presa, el sepelio de los campos) sino también de las innumera-bles actuaciones auxiliares que la acompañan: alumbrado,caminos de servicio, líneas eléctricas —se proyecta construir10,5 km de línea de alta tensión—, urbanización de manteni-miento de presa, reposición de cercas, reestructuración derutas, vías y accesos, etc.

De la riqueza ornitológica excepcional del área que queda-ría inundada da idea la declaración de la mayor parte de lazona como ZEPA (zona de especial protección para las aves) ycomo IBA (área de importancia internacional para las aves). Y,en cuanto a la fauna general, como se pone de manifiesto enel recuadro “Impactos sobre la fauna”, son numerosas las espe-cies amenazadas que hacen uso en algún momento del espacioproporcionado por este tramo de valle.

Ello se debe a varios factores. En primer lugar, la zona cons-tituye un área de campeo para especies de importancia singu-lar. Se ha constatado la presencia de abundantes poblacionesde especies presa, debido a la diversidad de opciones de ali-mento y refugio que ofrece el valle. Por ejemplo, la densidad deconejos en el tramo entre la desembocadura del Gargantafría yel lugar proyectado para la presa es excepcional; existen ade-más elevadas concentraciones de perdiz, paloma torcaz y rabi-largo en dehesas y montes próximos al curso fluvial. Esta abun-dancia de presas convierte toda el área en zona de campeo parapredadores mediterráneos de alto valor ecológico.

Por otra parte, la zona sirve de pasillo, conectando entre síáreas de alto valor natural. La desembocadura del Gargantafría(afluente del Viar por la margen derecha) y la del Tamujar(margen izquierda), así como la confluencia de numerosospequeños arroyos, constituyen otras tantas puertas de pasopara la fauna. Son enclaves de contacto entre unidades de eco-sistema, de topografía encrespada, donde alternan los tipos devegetación y las orientaciones (solana-umbría). Suponen parael sistema natural nudos de circulación, cuya supresión desba-rata las rutas preferentes de la fauna.

Por último, el cauce del río en sí mismo ofrece un conduc-to de movimiento longitudinal para la fauna fluvial (entreellos, peces autóctonos como barbo gitano, boga de río, cachoy calandino), facilitando el desplazamiento requerido para

28 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

C. P

ÉREZ

BO

NILL

A

El interés paisajístico y ambiental del lugar se basa en la combinaciónde biotopos (el escarpe serrano, el matorral mediterráneo, los espaciosabiertos adehesados y el bosque de galería) y el mantenimiento defenómenos geomorfológicos naturales ya raros.

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completar el ciclo vital de determinadas especies. En el ríoViar, gracias a la relativa ausencia de infraestructura, son toda-vía vigorosos los movimientos aguas arriba en busca de freza-dero, que empujan a los peces a remontar arroyos como elGargantafría, Galeras o Pedregosa en busca de márgenes tran-quilas donde desovar. También la densa población de nutriasdel Viar, parte de la cual tiene sus efectivos en la zona que seráanegada, aprovecha la conexión fluvial para sus desplaza-mientos.

La Resolución del 13 de octubre de 1997 pretende paliarestos efectos adversos mediante diversas medidas, entre ellas lacreación de zonas de paso para el lince ibérico y otros mamífe-ros, una de ellas aguas abajo de la presa y otra aguas arriba dela cola del embalse. La propuesta es sin duda elogiable, pero

cabe dudar de su efectividad. Por un lado, los más de quincekilómetros de distancia entre pasos distorsionarán en granmedida la movilidad de la fauna, creando una barrera de granlongitud.

A ello se añade que las zonas previstas para los pasos (quese reforestarían para convertirlas en manchas de arbolado ymatorral) están demasiado próximas a lugares de fácil accesopara excursionistas. Por ejemplo, aguas abajo de la presacruza la carretera C-433, de Castilblanco a El Pedroso. Entrela carretera, la mole de la presa (43 m sobre el cauce), la ilu-minación nocturna asociada, el ruido de turbinas, la proxi-midad del poblado urbanizado que se ha de construir en lasinmediaciones, y el canal del Viar que arrancaría de la presa,difícilmente podrá reproducirse un hábitat natural de com-

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗29El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

IMPACTOS SOBRE LA FAUNA

La Resolución de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental de 13 de octubre (BOE 201 de 24/11/97) ponede manifiesto el grave impacto ambiental que provocaría la construcción del pantano de Melonares sobre el río Viar. No estaríade más recordarlo y completarlo haciendo hincapié en las especies de la fauna silvestre protegida que se verían afectadas encaso de construirse el embalse.

La Sierra Norte de Sevilla está catalogada como Área Importante para la Conservación del Patrimonio Natural Europeo en elproyecto Corine-Biotopos de la CEE con el número 322, estando considerada de interés comunitario por la Directiva Hábitat(92/43/CEE) e incluida en la Red Ecológica Natura 2000. Este espacio alberga según dicha directiva 14 tipos de hábitats deinterés prioritario, de los cuales 10 se encuentran en el valle del Viar. Esta directiva protege de manera especial, entre otras, aespecies como el lince o la nutria.

El lince (Lynx pardina), catalogado “en peligro de extinción” por el Real Decreto 439/1990 y como “especie prioritaria, estric-tamente protegida y cuyo hábitat debe ser objeto de medidas especiales de conservación” por la Directiva 92/43/CEE, estáconsiderado como el felino más amenazado del mundo; los estudios de la Estación Biológica de Doñana confirman la existenciade ejemplares en el valle del Viar que lo ocupan como área de campeo y como pasillo natural entre diversas zonas de SierraMorena, y entre la sierra y el valle del Guadalquivir.

La nutria (Lutra lutra), catalogada “de interés especial” por el RD 439/1990 y como “estrictamente protegida y cuyo hábitatdebe ser objeto de medidas especiales de conservación” por la Directiva 92/43/CEE, cría en el propio valle y utiliza el ríocomo espacio vital para su supervivencia.

Por otra parte, la Sierra Norte de Sevilla está catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves (directiva79/43/CEE) con el número 53 “Sierra Norte”, hecho por el que “el hábitat ha de ser objeto de medidas de especial protec-ción”.

Por su importancia y como especie emblemática destacamos el águila imperial (Aguila adalberti), declarada por el RD439/1990 como “en peligro de extinción” y considerada la quinta ave más amenazada del mundo. Se ha confirmado la exis-tencia en el valle de al menos tres parejas.

Otras rapaces que campean y/o nidifican en torno al Viar —todas catalogadas como “de interés especial” por el RD439/1990— son las que a continuación enumeramos: águila real (19 parejas), águila perdicera (5 parejas), águila calzada(más de 7 parejas), aguilucho cenizo (más de 3 parejas), águila culebrera, buitre negro, buitre leonado (se han censado más de500 ejemplares en tiempos de migraciones), ratonero común, cernícalo vulgar, búho real, búho chico, alimoche, milano negro yelanio azul.

Entre las aves no rapaces destacamos la cigüeña negra (Ciconia nigra), catalogada “en peligro de extinción” por el RD439/1990, la golondrina daurica, el abejaruco, el rabilargo, el vencejo pálido, el alcaudón, etc.

Entre los invertebrados destacaríamos como especie endémica la almeja de agua dulce (Margaritifera margaritifera), que sólose encuentra en el río Viar y en algunas áreas del norte de la península.

La Sierra Norte de Sevilla está protegida bajo la figura de “Parque Natural” según la Ley 4/89 de Inventario de EspaciosNaturales Protegidos de Andalucía. El Plan de Ordenación de los Recursos Naturales cataloga gran parte del valle del Viar comoÁrea de Especial Interés. Además, y prácticamente hasta su entrada en Cantillana, el río está declarado Complejo Ribereño deInterés Ambiental con la denominación R.A.-4 del Plan Especial de Protección del Medio Físico de la provincia de Sevilla.

Hemos de destacar que la Consejería de Medio Ambiente ha venido desarrollando programas de protección y de regenera-ción de hábitats con su correspondiente financiación en torno a especies como el lince, la nutria o el águila imperial.

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pensación. Se generará más bien un lugar artificial y visitable,un oteadero para coches circulantes, y una fuente de altera-ciones en cascada.

En cuanto a la otra zona prevista para compensación, la coladel embalse, ya se ha señalado su gran valor ecológico poten-cial, asignable a la cercana confluencia del Tamujar y su carác-ter de pasillo natural entre las dos márgenes del Viar. Sinembargo, la restitución del camino que une Almadén con laC-433, para la que se construirá un puente precisamente en lacola del embalse, sobre el actual azud de derivación para regan-tes, convierte esta zona en enclave accesible y probablemente

querencioso para excursionistas y domingueros. Algo similarha ocurrido en la cola del embalse de Huesna, a pesar de surelativo aislamiento. De paso, hay que señalar que la obra derestitución del camino es ya de por sí injustificadamente ambi-ciosa, previéndose la construcción de 9 km de nuevo trazado,con dos carriles de 3 m de ancho cada uno.

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30 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

Alternativas a Melonares desdeel punto de vista de la gestiónde la demandaPrevisiones de demanda

Como ya hemos señalado, la evolución de la demanda de aguaen Sevilla y su zona de influencia (EMASESA más Aljarafesa)presenta un comportamiento típico en “diente de sierra”,correspondiendo el mínimo a los años justo después de cadasequía y el máximo a los años inmediatamente precedentes acada período cíclico de sequía. Ello es consecuencia de la ine-xistencia de políticas de gestión de la demanda que frenen laexpansión de ésta en los períodos entre sequías. Para una eva-luación de lo que podría ser la demanda de agua de Sevilla ysu zona en presencia de políticas de gestión de la demanda,partiremos del diagrama de flujos correspondiente al año1996 (figura 2), justo después del último período de sequía,año de abundantes lluvias y sin restricciones de ningún tipo.

Como puede apreciarse, el volumen total de agua aducidafue de 133 hm3, mientras que la suma del agua no facturadapor EMASESA más las pérdidas estimadas en el sistema depotabilización y distribución de Aljarafesa asciende a 55,8 hm3;es decir, el rendimiento hidráulico global del sistema es del58%. Hay que decir, no obstante, que del total de agua no fac-turada por EMASESA habría que sustraer una cierta cantidadcorrespondiente a consumos gratuitos (riegos y baldeos decalles) y a consumos no registrados por la obsolescencia delparque de contadores. Como ya hemos señalado en otro lugar,las cifras estimadas por EMASESA por estos conceptos no resis-ten un análisis mínimamente pormenorizado. De modo arbi-trario y a falta de mejor estimación, hemos calculado genero-samente el total por estos conceptos en 10 hm3 anuales, de loscuales 5 hm3 corresponderían a desviación de contadores yotros 5 hm3 a riegos y baldeos (5 hm3 anuales equivalen a algomás de 11 litros diarios por habitante, o a un total de 1.370camiones cuba de 10 m3 cada uno al día). Con esta corrección,las pérdidas reales se reducirían a 45,8 hm3, lo que daría unrendimiento hidráulico neto no mayor del 65,5%.

Hay que recordar los objetivos de rendimiento hidráulicoplanteados en el borrador del Plan de Ordenación del Territorio dela Aglomeración Urbana de Sevilla (POTAS) y en el Anteproyecto de

Ley de Abastecimiento de Agua y Saneamiento de Andalucía del 75%y el 85%, respectivamente (véase el recuadro “Rendimientohidráulico”).

Otro aspecto a considerar en la estimación de las demandasfuturas es el impacto del plan de sustitución de contadorescolectivos por contadores individuales en los bloques de vivien-das, en curso en este momento. El ahorro que podría derivar-se de la sustitución total del actual parque de contadores colec-tivos por baterías de contadores individuales —sustitución quea medio plazo viene obligada por el vigente reglamento desuministro domiciliario de agua (Junta de Andalucía, 1991)—ha sido estimado por EMASESA en un 11% del consumo totalen Sevilla y su zona (EMASESA, 1995).

Partiendo de estos datos hemos realizado nuestra estima-ción de las demandas futuras de acuerdo con las siguienteshipótesis:

• 0. De acuerdo con la empresa (EMASESA, 1997b), la cifraindicada de 133 hm3 ha sido la demanda real de agua en altaen 1996. Por su parte, suponemos la demanda total de aguaen baja en ese mismo año como la suma del agua facturadaen baja por EMASESA y Aljarafesa9 más 10 hm3 anuales, loque supone una estimación generosa de las posibles desvia-ciones de contadores y consumos gratuitos para riegos y bal-deos: en total, 87,2 hm3 de demanda de agua en baja en1996.

• Hipótesis 1. Un incremento tendencial de la demanda deagua en alta igual al crecimiento tendencial de la poblaciónen el área metropolitana de Sevilla, estimado en el borradordel Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbanade Sevilla (POTAS) en el 0,74% anual en el período 1996-2012.

9. La falta de información —pese a los esfuerzos que el equipo redactorha realizado para intentar obtenerla— sobre la facturación y el RH deAljarafesa ha obligado a aplicar los mismos supuestos, muy pruden-tes en lo que se refiere a pérdidas en esta empresa, contemplados enla figura 2.

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• Hipótesis 2. Una reducción lineal de la demanda anual deagua en baja por políticas de gestión de la demanda hastaalcanzar la cifra del 6% en el año 2012 sobre la estimaciónanterior. Esta reducción de la demanda corresponde a lamitad de la alcanzable sólo mediante el plan de sustituciónde contadores colectivos por individuales, y supone portanto una estimación muy modesta.

• Hipótesis 3. A la anterior reducción se añade un incremen-to lineal del rendimiento hidráulico de la red hasta alcanzarel 75% en el año 2012, tal y como se propone en el borra-dor del Plan de Ordenación del Territorio de la AglomeraciónUrbana de Sevilla (Consejería de Obras Públicas yTransportes-Junta de Andalucía, 1996).

• Hipótesis 4. Finalmente, a la demanda total de agua en altacalculada se le suman 10 hm3 anuales de caudales ecológicosmínimos.

Según ello, se obtienen los datos presentados en el cuadro 24.El resultado de las hipótesis precedentes es, como puede verse,

una estabilización de la demanda de agua en alta en torno a los133 hm3 anuales en el período considerado. Esta estabilización esconsecuencia de un mínimo ahorro por gestión de la demandadel 6% sobre la demanda tendencial en el 2012, combinado conun incremento del rendimiento hidráulico neto del sistema del65,5% al 75% en el mismo período. Hay que señalar que ello per-mite incluso la reserva de 10 hm3 anuales para caudales ecoló-gicos, sin incremento de la demanda en alta.

Los recursos disponibles

Según la CHG, la capacidad de regulación del conjunto deembalses adscritos al abastecimiento urbano de Sevilla y zonade influencia asciende a 117 hm3/año (Aracena 39, Zufre 48,Gergal 15, La Minilla 15). Recordamos que esta estimación esla más baja de todas, incluso más que la considerada en el EIAde 1995 (véanse el recuadro “Incertidumbre sobre los recursosdisponibles” y el cuadro 19). La adscripción del embalse deCala (26 hm3 de regulación), actualmente propiedad deSevillana, al sistema de abastecimiento, supondría elevar estacifra a 143 hm3/año, ya por encima de la demanda estimada.

Por otra parte, las negociaciones en marcha con laComunidad de Regantes del Viar permitirían una sustituciónde caudales de agua de primera calidad, procedente del embal-se de El Pintado, por los proporcionados por las tomas deemergencia propiedad de EMASESA, hasta un total de 21hm3/año, según datos suministrados por la propia EMASESA,posibilidad a la que cabe añadir la ya probada de reasignaciónde caudales con indemnización, previo acuerdo con laComunidad de Regantes y la propuesta de financiación porEMASESA del arreglo de las conducciones de riego a cambiode la reasignación del agua ahorrada. Asimismo, EMASESA haevaluado la posibilidad de obtener recursos del embalse delHuesna hasta un total de 9,5 hm3/año en el horizonte del año2011. Todo ello supone la posibilidad de disponer de unos

NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗31El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

Diagrama de flujos de EMASESAy Aljarafesa, 1996

Figura 2

Fuentes: Aljarafesa, 1992; EMASESA, 1997a y 1997b.

1 Datos de EMASESA, 1997b.2 Estimación basada en el supuesto de un rendimiento hidráulico del 71%, único

dato conocido (Aljarafesa, 1992).3 El problema de la cuantificación de estos conceptos queda ampliamente anali-

zado en el recuadro sobre rendimiento hidráulico.

Aducción total1

133 hm3

Agua bruta facturadaa Aljarafesa16,6 hm3

Facturado en baja(Aljarafesa)2

11,8 hm3

Consumo gratuitoy desviación

de contadores3

?

Agua no facturada51 hm3

Facturadoen baja

(EMASESA)65,4 hm3

Pérdidas enpotabilizacióny distribución(EMASESA)50 hm3

Pérdidas enpotabilizacióny distribución(Aljarafesa)4,8 hm3

ESTIMACIÓN DE LA DEMANDA DE AGUA EN ALTA 1996-2012

Cuadro 24

Demandas en alta (hm3) 1996 2002 2006 2012

Hipótesis 1 (tendencial) 133 139 143 150Hipótesis 2 (con gestión de la demanda) 133 136 138 141Hipótesis 3 (con incremento del rendimiento hidráulico) 133 132 127 123Hipótesis 4 (con caudales ecológicos mínimos) 143 142 137 133

Fuente: Elaboración propia, a partir de los datos citados en el texto.

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recursos de agua de primera calidad, por intercambio de cau-dales, hasta un total de 30,5 hm3/año.

El total de recursos de agua de primera calidad disponiblesanualmente sería por tanto de 173,5 hm3/año.

A estos recursos habría que añadir los provenientes de lastomas de emergencia (con los avanzados tratamientos de pota-bilización que las nuevas instalaciones van a permitir) y losrecursos subterráneos reconocidos por la propia EMASESA, demenor calidad y mayor coste que habrá que explotar sólo encaso de necesidad y, sobre todo, para la satisfacción de los usosmenos exigentes.

En conclusión, simplemente con la adscripción de Cala alsistema de abastecimiento de Sevilla, tendríamos una capaci-dad de oferta de agua de primera calidad de 143 hm3/año(superior a la demanda estimada), que aumentaría hasta los173,5 hm3/año si se ponen en práctica políticas de intercambiode caudales (que en nada afectarían a la calidad del agua sumi-nistrada ni a otros usos). Esta oferta global podría eventual-

mente aumentarse aún en muchas decenas de hm3/año derecursos subterráneos y procedentes de las tomas de emergen-cia de menor calidad.

Simulación de la alternativa propuesta

Aunque, como hemos visto en el apartado anterior, los recur-sos disponibles permiten garantizar el abastecimiento de aguaen situación normal, hay que tener en cuenta que Sevilla y suentorno se ven sometidos frecuentemente a largos períodos desequía que históricamente han supuesto grandes dificultadespara el abastecimiento urbano, siendo posiblemente la últimasequía el episodio más dramático, hasta el momento, de laserie. Por lo tanto, toda política de abastecimiento de aguas hade tener en cuenta esta particularidad, garantizando el abaste-cimiento no sólo en períodos “normales”, sino también duran-te las sequías. Para valorar las políticas de gestión de la deman-da y de captación de recursos expuestas en los apartados ante-

32 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

LAS TARIFAS DE ABASTECIMIENTO DE EMASESA: UNA INVITACIÓNAL CONSUMO

El cuadro 25 muestra el coste del recibo por abastecimiento que paga una unidad familiar tipo según varios consumos con lastarifas de abastecimiento vigentes en 1998 en la zona abastecida por EMASESA. El coste indicado incluye la cuota fija de abas-tecimiento, los diversos cánones de mejora y la cuota variable sobre el consumo. Esta última contiene varios bloques de carácterprogresivo que, no obstante, no logran compensar la antiprogresividad de los términos fijos del recibo (cuota de abastecimiento).En la última columna se aprecia cómo las tarifas de abastecimiento de EMASESA, cuando se tienen en cuenta todos los términosdel precio del agua (tarifas, recargos y cuota fija), son antiprogresivas: hasta dotaciones de en torno a 20 m3/mes, paga máscaro el metro cúbico el sector de la población que menos consume.

A efectos de comparación ofrecemos, en el cuadro 26, el número de viviendas abastecidas por EMASESA según los diversostramos de consumo, así como el volumen total del consumo mensual previsto por la empresa.

En la primera columna se observa que el consumo más frecuente es el comprendido entre 5 y 10 m3/mes, precisamente elque paga más caro el metro cúbico de agua de EMASESA. El consumo medio estimado es de 13 m3/mes, pero lógicamente elmás frecuente es inferior, dado que al calcular el consumo medio las viviendas situadas en intervalos superiores dejan sentir suinfluencia.

En resumen, se puede decir que la implantación de un sistema de tarifas progresivas es una medida de gestión de la deman-da viable y no experimentada todavía suficientemente. Su aplicación correcta exigiría estudios específicos y pormenorizados, quetuvieran en cuenta todas sus implicaciones y la necesaria equidad del sistema, en la línea de los desarrollados en el Consorciode Aguas de Bilbao (Fernández García, 1998).

Cuadro 25

Coste recibo abastecimiento deagua. Tarifas EMASESA 1998

Consumo Coste total del recibo Coste unitario (m3/mes) (ptas.) (ptas./m3)

8 814 10213 1.128 8715 1.255 8416 1.318 8218 1.515 8423 2.185 9527 2.721 101

Cuadro 26

Número de viviendas abastecidaspor EMASESA por categorías de

consumoConsumo Número de Volumen total (m3/mes) viviendas (miles de m3/año)

De 0 a 5 52.000 1.500De 5 a 10 93.000 8.300De 10 a 15 70.000 10.500De 15 a 20 57.000 12.000De 20 a 25 41.000 11.000De 25 a 30 27.000 8.800Más de 30 6.000 2.200Totales 346.000 54.300

Cifras estimadas y redondeadas.

Fuente: Elaboración propia a partir de los expedientes de tarifas deEMASESA.

Fuente: Elaboración propia a partir de los expedientes de tarifas deEMASESA.

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riores a la hora de afrontar períodos prolongados de sequía,hemos llevado a cabo una simulación en la que, partiendo deuna situación similar a la existente al comienzo de la últimasequía y suponiendo que tales políticas están ya en marcha y susobjetivos alcanzados, evaluamos la suficiencia de los recursosdisponibles para afrontar una sequía idéntica a la que hemospadecido recientemente (a este respecto, véase también elapartado relativo a los fallos estructurales y coyunturales).

La última sequía, considerando como tal una sucesión con-tinuada de años hidrológicos en los que la aportación al siste-ma es inferior a la media, comenzó en septiembre de 1990, y seextendió durante los cinco años consecutivos 1990-91, 1991-92,1992-93, 1993-94 y 1994-95, finalizando en el año 1995-96, conlas abundantes lluvias de noviembre. Al comienzo del añohidrológico 1990-91, en septiembre de 1990, los tres embalsesentonces disponibles por EMASESA para el abastecimientourbano de Sevilla (Aracena, La Minilla y Gergal), con una capa-cidad total de embalse de 221 hm3, se hallaban al 75% de sucapacidad. Durante los cinco años siguientes, los embalses deEMASESA (los anteriores más Zufre, que entró en servicio en1991) recibieron unas aportaciones netas totales de 261,4 hm3

a consecuencia de las escasas precipitaciones registradas, apor-taciones que equivalen al 67% de la capacidad total de embal-se (389 hm3 entre Aracena, Zufre, La Minilla y Gergal).

Partiendo de estos datos, hemos supuesto que al comienzo dela sequía de referencia, el conjunto de embalses adscritos al abas-tecimiento de Sevilla (Aracena, Zufre, La Minilla, Gergal y Cala),con una capacidad de embalse total de 444 hm3, se hallan al 75%de su capacidad, es decir, con un volumen total de recursos alcomienzo del período de 333 hm3. Durante los cinco añoshidráulicos de sequía, los embalses recibirían unas aportacionesnetas del 67% de su capacidad total, es decir, de 298 hm3. Ellosupone un total de recursos disponibles en el conjunto deembalses adscritos al abastecimiento urbano de Sevilla de 631hm3, para afrontar cinco años de sequía; a los que habría queañadir los recursos de agua de calidad disponibles por inter-cambio de caudales (hasta un máximo de 30,5 hm3/año).

Por contra, la demanda total de agua en alta durante este pe-ríodo, incluyendo caudales ecológicos, sería de 5 x 133 = 665 hm3.

La conclusión del análisis precedente es clara: con una polí-tica de corrección de fugas y gestión de la demanda de tan

modestos objetivos como la propuesta, tan sólo con los recursosordinarios procedentes de los embalses de Aracena, Zufre, LaMinilla, Gergal y Cala, se garantizaría el 95% de los recursosnecesarios para superar un período de sequía tan severo comoel último padecido, en el horizonte problema del 2012. Elloimplica que un uso moderado y juicioso de las posibilidades deintercambio de caudales con la Comunidad de Regantes delViar y con el Consorcio del Huesna, bastante inferior al máximocitado, debería bastar para superar períodos de sequía como elúltimo o incluso peores, sin recurrir a restricciones ni a medidasque supusiesen una disminución en la calidad o la cantidad delagua abastecida, quedando aún por utilizar los recursos proce-dentes de las tomas de emergencia y los subterráneos.

Ante una conclusión como la expuesta, habría que pregun-tarse qué hizo que la coincidencia de cinco años hidráulicos deprecipitaciones inferiores a la media supusiese las graves penu-rias que la pasada sequía ocasionó a Sevilla. Resumiendo el aná-lisis efectuado anteriormente, se puede concluir en las siguien-tes ideas: en primer lugar, hay que mencionar el hecho de queni el embalse de Zufre ni el de Cala pudieron aprovecharse al100% desde el comienzo del período de sequía, por los moti-vos ya comentados en cada caso. También hay que citar lacoincidencia de los años de sequía con años de consumoincontrolado de agua, como fueron 1991 y 1992, en los que lasdemandas se dispararon de una manera cuando menos impru-dente, como se comprueba por comparación con los consu-mos reales de los dos últimos años de abundantes lluvias (1996y 1997).10 Además hay que tener en cuenta la inexistencia de unprograma de sequías por parte de EMASESA, que llevó a quela primera medida para combatirla no se tomase hasta el 12 demarzo de 1992 (primer bando de la Alcaldía), cuando losembalses estaban al 30% de su capacidad y se afrontaba el largoy seco período veraniego (por no mencionar la controversiapolítica entre Alcaldía-Consejería de Obras Públicas-Delega-ción del Gobierno durante el período septiembre-diciembrede ese mismo año, en torno a las medidas a tomar). Desdenuestro punto de vista, hubiera sido necesario comenzar a apli-car medidas de intercambio de caudales con el Viar desdemucho antes. Estos intercambios, que en nada afectan a la cali-dad del agua suministrada, no se efectuaron en la sequía a laque nos referimos hasta marzo de 1993, con los embalses deEMASESA bajo mínimos.

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NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗33El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

10. De acuerdo con los últimos datos disponibles, la demanda en alta en1997 fue de 137 hm3, mientras que para 1998 se prevé unademanda incluso menor.

Conclusiones

S ería injusto negar los avances que las empresas de abaste-cimiento del área de estudio han realizado en los últimos

años. La documentación que en este informe se ha manejadoprofusamente, y en la que en buena parte el propio informe sebasa, lo prueba. Pero, pese a los innegables avances, el mode-lo que subyace en la actual gestión del sistema de abasteci-miento de Sevilla y en la consiguiente propuesta de embalse deMelonares se sigue caracterizando excesivamente, en nuestraopinión, por los siguientes rasgos:

• ausencia de visión integrada de los problemas, debido al pre-dominio de una cultura eminentemente infraestructuralista;

• falta de enfoques multidisciplinares y exceso de inercias cor-porativas;

• condicionamiento de las decisiones a redes de intereseseconómicos sectoriales con fuerte implantación en la admi-nistración hidráulica;

• falta de transparencia en determinados temas y ausencia deuna información completa a la población.11

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Hemos visto cómo los argumentos con los que EMASESA yla CHG defienden el embalse, en ocasiones sin ni siquiera con-siderar necesario justificarlos, son reiteración de los esquemasdel pasado. ¿De dónde, por ejemplo, proceden los datos dedemanda actual y futura o los escenarios de incremento delrendimiento hidráulico que manejan los promotores de laobra? Ni de las tendencias de futuro ni de las experiencias másavanzadas de los países de nuestro entorno se extraen las con-clusiones adecuadas. Simplemente tomando en consideraciónlos planteamientos adelantados por la Administración autonó-mica (previsiones demográficas, modelos de desarrollo urba-no, objetivos de rendimiento hidráulico, etc.), las evaluacionesde las que se parte deberían ser profundamente modificadas.

Desde el punto de vista de los balances hídricos, la conclusióngeneral del presente informe es clara: sobre la base dea) la demanda real de agua en el momento presente, b) unapolítica de corrección de mermas que eleve el rendimientohidráulico del sistema al 75% (objetivo 10 puntos por debajo delconsiderado óptimo en la literatura especializada y en el borra-dor de Ley de Abastecimiento de Agua y Saneamiento de Andalucía) yc) una política de gestión de la demanda que suponga un aho-rro del 6% sobre el consumo tendencial (la mitad de lo que lapropia EMASESA considera que se podría ahorrar por la apli-cación total del plan de sustitución de contadores colectivos),sería posible estabilizar la demanda de agua en alta para abasteci-miento urbano, incluyendo caudales ecológicos, en torno a 133hm3/año. Ello supone que con los recursos disponibles prove-nientes de los embalses existentes y de políticas de captación derecursos por intercambio de caudales (sin contar las posibilida-des de las tomas de emergencia con tratamiento mejorado y losrecursos de aguas subterráneas), el abastecimiento urbano deSevilla y zona de influencia estaría garantizado en el horizontedel año 2012, en cualquier hipótesis razonable, sin necesidad derecurrir a la construcción del embalse de Melonares. Quedaríaaún todo un arsenal de medidas correctoras de mermas y de ges-tión de la demanda que permitirían mantener estable la deman-da de agua en años posteriores.

El análisis de las sequías sufridas por Sevilla ha puesto demanifiesto que su identificación precoz es una de las claves paraevitar los perjuicios a los usuarios. En este sentido, coincidimosplenamente con EMASESA en que urge la preparación de unPlan de Sequías con una clara identificación de las medidasinformativas, legislativas, operativas y financieras que se deben

tomar en cada caso. La definición del inicio y final de unasequía, como resultado de la consideración de múltiples factorespluviométricos, hidrológicos y socioeconómicos, es una tareamuy compleja pero imprescindible. La elaboración de este Planpor parte no sólo de EMASESA sino del conjunto de entidadesgestoras del sistema Rivera de Huelva-Viar-Huesna (Aljarafesa,Comunidad de Regantes del Viar, Consorcio del Huesna, CHG)para una gestión integrada de sus recursos, constituye una piezaclave de las políticas aquí propuestas. En él deben establecerseindicadores claros —pluviométricos, de previsiones meteoroló-gicas y de volumen de agua embalsada— para la puesta en mar-cha de medidas de intercambio de caudales y, complementa-riamente, de sustitución de usos menos exigentes (manteni-miento del sistema de espacios libres y zonas verdes, fundamen-talmente) por recursos subterráneos y de las tomas de emergen-cia. Medidas estas últimas que, aunque recomendables en todocaso, en presencia del resto de las medidas propuestas para serdecretadas requerirían períodos de sequía bastante más durosque el que acabamos de padecer, como se ha demostrado.

Hay que subrayar que, en el caso de que estas situaciones sepresentaran, el embalse de Melonares, con las previsiones dedemanda que las administraciones que defienden su necesidadmanejan, resultaría absolutamente insuficiente para hacerlasfrente. Por el contrario, las medidas aquí propuestas:

• Suponen una mayor garantía en el abastecimiento que lamera construcción de un nuevo pantano (los recursos aho-rrados son más seguros que los dependientes de inciertoscálculos sobre la capacidad de regulación, según hemosvisto).

• No suponen lesión a los intereses de los agricultores (loscaudales son intercambiados, no reasignados; sólo se reasig-nan en caso de que los agricultores prefieran la compensa-ción económica al mero intercambio).

• El efecto sobre la creación de empleo de las medidas de ges-tión de la demanda propuestas es muy superior al que ten-dría la construcción de una presa.

El largo tramo final de un río vivo, un valle solitario y de varia-do paisaje, el esplendor de la fauna y flora mediterránea, pue-den para algunos reducirse todavía a valores insignificantes, rei-vindicaciones sensibleras fáciles de descalificar con autosuficien-tes argumentos economicistas. Sin embargo, el embalse deMelonares carece hasta de esos argumentos. Con la extrañaaquiescencia de los beneficiarios originales (regantes del arrozalmarismeño) a los que oficialmente se desposee, el embalse fuereorientado precipitadamente de riego a abastecimiento. Lascuentas de demanda infladas y las presiones casi unánimes de losgrupos de interés no pueden ocultar las inconsistencias del pro-yecto ni el vacío planificador en que la obra se insertaría.

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34 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

11. También sería injusto no diferenciar los niveles de elaboración y deinformación al público de EMASESA (a cuyos responsables agrade-cemos la colaboración prestada) de los muy inferiores de Aljarafesa(véanse referencias bibliográficas y documentales). Como ya se haseñalado, de esta última empresa pública no ha sido posible obtenerinformación detallada y actualizada de temas tan básicos como fac-turación anual, pese a que lo hemos intentado insistentemente. Desdeestas páginas reiteramos la absoluta necesidad de superar estas situa-ciones de opacidad, incompatibles con la propia normativa vigente.

Glosario de definicionesAducción/captación: volúmenes extraídos de las fuentes de abasteci-

miento (embalses, campos de pozos) y transportados a las estacio-nes de tratamiento (en Sevilla, la estación de El Carambolo deEMASESA). En caso de embalses, se hablará de desembalses.

Agua bruta: agua aducida antes de ser sometida a tratamiento de pota-bilización.

Capacidad de embalse: volumen máximo que puede ser retenido enel embalse.

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Regulación anual de un embalse: volumen promedio de agua disponi-ble anualmente, dependiente de la capacidad del embalse, el régi-men hidrológico del río en el que se sitúa, los embalses preexistentesy la garantía asignada al suministro al que se destina (OrdenMinisterial de 24/09/92). También se denomina desembalse asegurado.

Distribución en alta: distribución de agua bruta a grandes consumido-res (p. ej., Aljarafesa).

Distribución en baja: distribución de agua potabilizada a los consumi-dores finales.

Dotación bruta: volumen aducido total dividido por la población abas-tecida.

Dotación neta: volumen facturado en baja dividido por la poblaciónabastecida.

Gestión de la demanda: políticas encaminadas a disminuir el consumode agua por habitante sin merma de la calidad de vida de la pobla-ción abastecida.

Rendimiento hidráulico: porcentaje de agua facturada en baja respec-to al total del agua bruta aducida. Es la otra cara (complementarioa uno) de las “pérdidas totales”, que, en sentido amplio, incluyendiversos conceptos: pérdidas por transporte y distribución, mermasen tratamientos y explotación de redes, consumos gratuitos y des-viación de contadores. Estos dos últimos han sido descontados a loscálculos realizados en este informe.

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NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 ◗35El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla:análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares

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36 ◗NUEVA CULTURA DEL AGUA/Serie informes 5 Leandro del Moral (coord.)

Leandro del Moral (coord.), El sistema de abastecimiento de agua de Sevilla: análisis de situación y alternativas al embalse de MelonaresNUEVA CULTURA DEL AGUA. Serie informes, nº 5, 2ª ed. ampliada, noviembre de 2002 (1ª ed., julio de 1998).

© Leandro del Moral, 2002; © Bakeaz, 2002.

Las opiniones expresadas en estos trabajos no coinciden necesariamente con las de Bakeaz.

NUEVA CULTURA DEL AGUA. Serie informes es una publicación monográfica, no periódica, que analiza las consecuencias sociales,económicas y ambientales de algunas grandes obras hidráulicas que afectan a muchas comarcas, pueblos y personas en todo el territorioespañol, o problemas relativos a las políticas de gestión del agua. Estos informes están elaborados por técnicos, científicos y expertos dela hidrología, la economía, la ecología, el derecho y la educación ambiental. Partícipe del esfuerzo por avanzar hacia una nueva culturadel agua de la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (COAGRET), esta colección intenta generar opinión en el

necesario cambio radical de la política hidráulica española.

Dirección científica: Francisco Javier Martínez Gil y Narcís Prat • Coordinación técnica: José Javier Gracia • Consejo asesor: FedericoAguilera Klink, Pedro Arrojo, Mª José Beaumont, Roberto Bermejo, Javier Castroviejo, Manuel Díaz-Marta (†), Francisco Díaz Pineda, MichelDrain, Antonio Estevan, José Mª Franquet, Emilio Gastón, José Javier Gracia, Helen Groome, Francisco Heras, Carles Ibáñez, RamónLlamas, Gregorio López Sanz, Fco. Javier Martínez Gil, Leandro del Moral, Ángel Muñoa, José Manuel Naredo, Víctor Peñas, Narcís Prat,Juan Manuel Ruiz, Andrés Sahuquillo, Enric Tello, Emilio Valerio y Lourdes Viladomiu • Títulos publicados: 1. José Javier Gracia y JavierFernández Comuñas, Realidades en torno al embalse de Biscarrués-Mallos de Riglos; 2. Pedro Arrojo, José Javier Gracia y Fco. JavierMartínez Gil, Embalse de Santaliestra: un impacto social y ambiental para Aragón; 3. Pedro Arrojo, José Javier Gracia, Fco. Javier MartínezGil y Carmen Rubio, El bombeo del Matarraña en Beceite: de la ineficiencia al autoritarismo hidrológico; 4. Francisco Heras, ¿Más aguapara Madrid? Datos y reflexiones para un debate necesario; 5. Leandro del Moral (coord.), El sistema de abastecimiento de agua deSevilla: análisis de situación y alternativas al embalse de Melonares; 6. José Javier Gracia, José María Santos, Joaquín Guerrero, PedroArrojo y Fco. Javier Martínez Gil, Embalse de Jánovas: la lucha por la dignidad a los pies de Ordesa; 7. Pedro Arrojo, José Javier Gracia,Fco. Javier Martínez Gil, José Manuel Nicolau y Miguel Solana, Recrecimiento de Yesa: el abastecimiento a Zaragoza como excusa paralos trasvases; 8. Pedro Arrojo y José Javier Gracia, Los trasvases del Ebro a debate; 9. Óscar García, José Javier Gracia y Fco. JavierMartínez Gil, El conflicto de la presa de Castrovido: la defensa de uno de los últimos ríos vivos burgaleses • Maquetación: ABD yMercedes Esteban Meriel • Impresión: Grafilur • ISSN: 1139-157X • Depósito legal: BI-1017-97.

Suscripción (4 números): 12,02 euros/2.000 ptas. • Suscripción de apoyo: 18,03 euros/3.000 ptas. • Forma de pago: domiciliaciónbancaria (indique los 20 dígitos correspondientes a entidad bancaria, sucursal, control y c/c.), o transferencia a la c/c. 2095/0365/49/3830626218, de Bilbao Bizkaia Kutxa • Adquisición de ejemplares sueltos: estos informes, y otras publicaciones de Bakeaz, se puedensolicitar contra reembolso (3,00 euros/500 ptas. de gastos de envío) a la dirección abajo reseñada. Su PVP es de 3,01 euros/500 ptas.por ejemplar.

Bakeaz es una organización no gubernamental fundada en 1992 y dedicada a la investigación. Creada por personas vinculadas a launiversidad y al ámbito del pacifismo, los derechos humanos y el medio ambiente, intenta proporcionar criterios para la reflexión y la

acción cívica sobre cuestiones relativas a la militarización de las relaciones internacionales, las políticas de seguridad, la producción y elcomercio de armas, la relación teórica entre economía y ecología, las políticas hidrológicas y de gestión del agua, los procesos de

Agenda 21 Local, las políticas de cooperación o la educación para la paz y los derechos humanos. Para el desarrollo de su actividadcuenta con una biblioteca especializada; realiza estudios e investigaciones con el concurso de una amplia red de expertos; publica en

diversas colecciones de libros y boletines teóricos sus propias investigaciones o las de organizaciones internacionales como el WorldwatchInstitute, ICLEI o UNESCO; organiza cursos, seminarios y ciclos de conferencias; asesora a organizaciones, instituciones

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