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20 al 26 de febrero de 2012 Tribunas Analistas SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO 65 L a crisis económica internacio- nal iniciada en 2007 está teniendo un impacto extraordina- rio sobre España y va a dejar una profunda huella durante las próxi- mas décadas. Y lo hará no sólo en su economía, sino también en la sociedad, en sus instituciones e, incluso, en la manera en la que las generaciones actuales afrontarán el futuro. La crisis ha demostrado que el proceso de crecimiento y conver- gencia entre 1994 y 2007 se había producido sobre unas bases insos- tenibles a largo plazo. Durante años parecía que España hubiera des- cubierto su El Dorado particular, a través de la especialización pro- ductiva en un bien no comerciali- zable (la vivienda), con un creci- miento de la renta per cápita que daba lugar a un aumento vertigi- noso de la demanda de bienes comercializables procedentes del exterior. A partir de 2008 España ha vivido una situación similar a la de los sudden stops experimenta- dos en el pasado por algunas eco- nomías emergentes, dejando a los sectores públicos y privados alta- mente endeudados y, sobre todo, un mercado de trabajo con una tasa de desempleo del 23%. Corregir estos desequilibrios nos va a llevar mucho tiempo, particu- larmente en el caso del desempleo. Pero la recuperación económica no es determinista ni está escrita. El futuro va a depender de cómo resuelva la sociedad española los retos presentes. A corto plazo la recuperación va a venir fundamen- talmente determinada por la con- solidación fiscal, la reestructura- ción del sistema bancario y la refor- ma del mercado de trabajo. Por lo que respecta a la conso- lidación fiscal, las administracio- nes públicas tienen que ajustar sus presupuestos a unos ingresos que, en términos relativos al PIB, van a ser permanentemente menores, lejos de los niveles alcanzados en plena burbuja inmobiliaria y de cré- dito (cuando llegaron a suponer un 41% del PIB) y cercanos a los de principios de la década pasada (38%). La reciente reforma consti- tucional y el proyecto de Ley de Estabilidad Presupuestaria en España, y el Tratado de Estabilidad de la UE25 suponen mejoras cru- ciales para garantizar ese objetivo. ¿Cómo debería realizarse el ajus- te fiscal? En primer lugar es nece- sario replantear qué gastos son esenciales y cuáles son prescindi- bles. En segundo lugar, debe aumentarse la productividad de las AA PP de manera que se pueda mantener o incrementar la calidad de los servicios públicos disminu- yendo su coste. Esta estrategia es la que ha llevado a cabo el sector privado durante la crisis y ahora ha llegado el momento de que el sec- tor público haga lo mismo. Por últi- mo, si ninguna de las medidas anteriores fuera suficiente podrían plantearse aumentos de ingresos, mediante la financiación compar- tida de algunos servicios y las subi- das selectivas de impuestos. En este último caso, es necesario valo- rar las distintas alternativas en fun- ción de su suficiencia (capacidad recaudatoria), convergencia (con respecto a la UE) y eficiencia eco- nómica (efectos distorsionadores sobre la actividad económica). En cuanto a la reforma financie- ra, el Decreto Ley que acaba de aprobar el Gobierno es un avance positivo en la medida que realiza una valoración realista de los acti- vos inmobiliarios problemáticos y propone plazos cortos para aco- meter las provisiones y para plan- tear fusiones. Si la implementación es igualmente correcta, separan- do la entidades viables de las que no lo son y permitiendo sólo aque- llas fusiones que generen valor, la reforma conseguirá plenamente el objetivo inicial de configurar un sis- tema bancario solvente y eficien- te, con el que satisfacer las nece- sidades de financiación que requie- re la recuperación económica. Respecto a las reformas que han de estimular el crecimiento, la nece- sidad de una reforma laboral desta- ca por las enormes debilidades estructurales e ineficiencias del mer- cado de trabajo español. Un merca- do que se caracteriza por lo que pue- de denominarse flexirigidez: una par- te del mercado de trabajo presenta una flexibilidad extrema (los contra- tos temporales) mientras que otra es excesivamente rígida (ajustes sala- riales y de la jornada de trabajo, y ele- vados costes de despidos de los con- tratos indefinidos). Antes de la refor- ma que ahora está en marcha, cuan- do las empresas anticipaban que, de producirse una caída importante en su facturación, no podrían ajustar sus salarios o la duración de la jornada de trabajo, la respuesta racional con- sistía en disponer de un porcentaje elevado de trabajadores temporales con los que poder reducir rápidamen- te los costes salariales mediante la no renovación de sus contratos en caso de que esto fuese necesario. La reforma que acaba de apro- bar el Gobierno puede suponer un avance muy importante de la legis- lación laboral. Si bien es pronto para anticipar la letra definitiva con la que saldrá de su tramitación par- lamentaria, en general la música suena muy bien. Aunque es cierto que podría haber ido más lejos en algunos aspectos concretos, se trata de una reforma sustantiva, convenientemente orientada y que ataca simultáneamente muchas de las debilidades estructurales del mercado de trabajo. Es muy posi- tivo el hecho de que la reforma mejora la flexibilidad interna, prio- riza los convenios de empresa, incentiva la contratación indefini- da, elimina incertidumbres jurídi- cas y potencia la formación y aprendizaje de los jóvenes. La tra- mitación parlamentaria debería simplificar el número de contratos, reducir aun más la dualidad entre contratos indefinidos y tempora- les, y plantear una transición pro- gresiva hacia un sistema de indem- nización similar al modelo austria- co. A corto plazo esta reforma debe servir para mejorar la confianza y reducir al máximo la destrucción de empleo mediante los ajustes de la jornada de trabajo y de los salarios necesarios, que la nueva normati- va facilita como la alternativa más eficaz al despido. A medio y largo plazo, debe permitir una rápida rea- signación de factores productivos hacía los sectores y empresas con mayor dinamismo y potencial de crecimiento, capaces de generar empleo estable y de calidad. Los ejemplos de excelencia empresa- rial a nivel internacional, que están detrás del extraordinario compor- tamiento de nuestras exportacio- nes, son innumerables. Generalizar este comportamiento al resto de empresas y sectores, liberar el enor- me potencial de crecimiento de nuestra economía, incentivar la inversión extranjera directa, y eli- minar las barreras que impiden una reasignación y un empleo eficiente de recursos son retos urgentes. Durante los últimos años hemos oído hasta la saciedad que ningu- na reforma laboral creará empleo si no hay crecimiento. Una perogru- llada porque ninguna reforma labo- ral persigue crear empleo sin creci- miento, con trabajadores menos productivos. Al contrario, lo que pre- tende es precisamente estimular el crecimiento donde es escaso y aprovecharlo allí donde prospera. El crecimiento está ahí, y de mane- ra potencialmente muy abundante. Por un lado, en el resto del mundo, principalmente en las economías emergentes. Es algo que ya se hace (desde su mínimo cíclico las expor- taciones han crecido nada menos que un 30%) pero que se puede mejorar aún más. Por otro, dentro de España, donde el crecimiento está esperando a ser estimulado con medidas, como la reforma labo- ral, que incentiven a las empresas españolas y extranjeras a crecer, invertir y crear empleo, dando faci- lidades a través de un entorno regu- latorio mucho mas favorable. La urgencia de estos ajustes y reformas no debe hacernos olvidar que, a largo plazo, la posición rela- tiva de España en el mundo y el bienestar de las futuras generacio- nes va a venir determinada por la calidad de las instituciones y sis- temas regulatorios, el capital tec- nológico y social, y, sobre todo, el capital humano. Afortunadamente nada impide que mientras trabaja- mos para asegurar la recuperación económica a corto plazo, simultá- neamente también lo hagamos apostando decididamente por la excelencia y por la mejora en la calidad de estos factores, que van a determinar el futuro de nuestra sociedad. El futuro de la economía española tras la crisis Rafael Doménech, economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research “La reforma que acaba de aprobar el Gobierno puede suponer un avance muy importante de la legislación laboral. La música suena muy bien” “Esta reforma debe servir para mejorar la confianza y reducir la destrucción de empleo mediante los ajustes de la jornada de trabajo y de los salarios” Cocina de mercado Terraza Plaza de Chamberí, 10 MADRID www.restaurantelaplazadechamberi.com Abierto todos los días de 13:00 a 16:00 y de 20:45 a 24:00 LA PLAZA DE CHAMBERI

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20 al 26 de febrero de 2012

Tribunas Analistas SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO

65

L a crisis económica internacio-nal iniciada en 2007 está

teniendo un impacto extraordina-rio sobre España y va a dejar unaprofunda huella durante las próxi-mas décadas. Y lo hará no sólo ensu economía, sino también en lasociedad, en sus instituciones e,incluso, en la manera en la que lasgeneraciones actuales afrontaránel futuro.

La crisis ha demostrado que elproceso de crecimiento y conver-gencia entre 1994 y 2007 se habíaproducido sobre unas bases insos-tenibles a largo plazo. Durante añosparecía que España hubiera des-cubierto su El Dorado particular, através de la especialización pro-ductiva en un bien no comerciali-zable (la vivienda), con un creci-miento de la renta per cápita quedaba lugar a un aumento vertigi-noso de la demanda de bienescomercializables procedentes delexterior. A partir de 2008 Españaha vivido una situación similar a lade los sudden stops experimenta-dos en el pasado por algunas eco-nomías emergentes, dejando a lossectores públicos y privados alta-mente endeudados y, sobre todo,un mercado de trabajo con unatasa de desempleo del 23%.

Corregir estos desequilibrios nosva a llevar mucho tiempo, particu-larmente en el caso del desempleo.Pero la recuperación económicano es determinista ni está escrita.El futuro va a depender de cómoresuelva la sociedad española losretos presentes. A corto plazo larecuperación va a venir fundamen-talmente determinada por la con-solidación fiscal, la reestructura-ción del sistema bancario y la refor-ma del mercado de trabajo.

Por lo que respecta a la conso-lidación fiscal, las administracio-nes públicas tienen que ajustar suspresupuestos a unos ingresos que,en términos relativos al PIB, van aser permanentemente menores,

lejos de los niveles alcanzados enplena burbuja inmobiliaria y de cré-dito (cuando llegaron a suponer un41% del PIB) y cercanos a los deprincipios de la década pasada(38%). La reciente reforma consti-tucional y el proyecto de Ley deEstabilidad Presupuestaria enEspaña, y el Tratado de Estabilidadde la UE25 suponen mejoras cru-ciales para garantizar ese objetivo.¿Cómo debería realizarse el ajus-te fiscal? En primer lugar es nece-sario replantear qué gastos sonesenciales y cuáles son prescindi-bles. En segundo lugar, debeaumentarse la productividad de lasAA PP de manera que se puedamantener o incrementar la calidadde los servicios públicos disminu-yendo su coste. Esta estrategia esla que ha llevado a cabo el sectorprivado durante la crisis y ahora hallegado el momento de que el sec-tor público haga lo mismo. Por últi-mo, si ninguna de las medidasanteriores fuera suficiente podríanplantearse aumentos de ingresos,mediante la financiación compar-tida de algunos servicios y las subi-das selectivas de impuestos. Eneste último caso, es necesario valo-rar las distintas alternativas en fun-ción de su suficiencia (capacidadrecaudatoria), convergencia (conrespecto a la UE) y eficiencia eco-nómica (efectos distorsionadoressobre la actividad económica).

En cuanto a la reforma financie-ra, el Decreto Ley que acaba deaprobar el Gobierno es un avancepositivo en la medida que realizauna valoración realista de los acti-vos inmobiliarios problemáticos ypropone plazos cortos para aco-meter las provisiones y para plan-tear fusiones. Si la implementaciónes igualmente correcta, separan-do la entidades viables de las queno lo son y permitiendo sólo aque-llas fusiones que generen valor, lareforma conseguirá plenamente elobjetivo inicial de configurar un sis-

tema bancario solvente y eficien-te, con el que satisfacer las nece-sidades de financiación que requie-re la recuperación económica.

Respecto a las reformas que hande estimular el crecimiento, la nece-sidad de una reforma laboral desta-ca por las enormes debilidadesestructurales e ineficiencias del mer-cado de trabajo español. Un merca-do que se caracteriza por lo que pue-de denominarse flexirigidez: una par-te del mercado de trabajo presentauna flexibilidad extrema (los contra-tos temporales) mientras que otra esexcesivamente rígida (ajustes sala-riales y de la jornada de trabajo, y ele-vados costes de despidos de los con-tratos indefinidos). Antes de la refor-ma que ahora está en marcha, cuan-do las empresas anticipaban que, deproducirse una caída importante ensu facturación, no podrían ajustar sussalarios o la duración de la jornadade trabajo, la respuesta racional con-sistía en disponer de un porcentajeelevado de trabajadores temporalescon los que poder reducir rápidamen-te los costes salariales mediante lano renovación de sus contratos encaso de que esto fuese necesario.

La reforma que acaba de apro-bar el Gobierno puede suponer unavance muy importante de la legis-lación laboral. Si bien es prontopara anticipar la letra definitiva conla que saldrá de su tramitación par-lamentaria, en general la música

suena muy bien. Aunque es ciertoque podría haber ido más lejos enalgunos aspectos concretos, setrata de una reforma sustantiva,convenientemente orientada y queataca simultáneamente muchas delas debilidades estructurales delmercado de trabajo. Es muy posi-tivo el hecho de que la reformamejora la flexibilidad interna, prio-riza los convenios de empresa,incentiva la contratación indefini-da, elimina incertidumbres jurídi-cas y potencia la formación yaprendizaje de los jóvenes. La tra-mitación parlamentaria deberíasimplificar el número de contratos,reducir aun más la dualidad entrecontratos indefinidos y tempora-

les, y plantear una transición pro-gresiva hacia un sistema de indem-nización similar al modelo austria-co.

A corto plazo esta reforma debeservir para mejorar la confianza yreducir al máximo la destrucción deempleo mediante los ajustes de lajornada de trabajo y de los salariosnecesarios, que la nueva normati-va facilita como la alternativa máseficaz al despido. A medio y largoplazo, debe permitir una rápida rea-signación de factores productivoshacía los sectores y empresas conmayor dinamismo y potencial decrecimiento, capaces de generarempleo estable y de calidad. Losejemplos de excelencia empresa-rial a nivel internacional, que estándetrás del extraordinario compor-tamiento de nuestras exportacio-nes, son innumerables. Generalizareste comportamiento al resto deempresas y sectores, liberar el enor-me potencial de crecimiento denuestra economía, incentivar lainversión extranjera directa, y eli-minar las barreras que impiden unareasignación y un empleo eficientede recursos son retos urgentes.

Durante los últimos años hemosoído hasta la saciedad que ningu-na reforma laboral creará empleo sino hay crecimiento. Una perogru-llada porque ninguna reforma labo-ral persigue crear empleo sin creci-miento, con trabajadores menosproductivos. Al contrario, lo que pre-tende es precisamente estimular elcrecimiento donde es escaso yaprovecharlo allí donde prospera.El crecimiento está ahí, y de mane-ra potencialmente muy abundante.Por un lado, en el resto del mundo,principalmente en las economíasemergentes. Es algo que ya se hace(desde su mínimo cíclico las expor-taciones han crecido nada menosque un 30%) pero que se puedemejorar aún más. Por otro, dentrode España, donde el crecimientoestá esperando a ser estimuladocon medidas, como la reforma labo-ral, que incentiven a las empresasespañolas y extranjeras a crecer,invertir y crear empleo, dando faci-lidades a través de un entorno regu-latorio mucho mas favorable.

La urgencia de estos ajustes yreformas no debe hacernos olvidarque, a largo plazo, la posición rela-tiva de España en el mundo y elbienestar de las futuras generacio-nes va a venir determinada por lacalidad de las instituciones y sis-temas regulatorios, el capital tec-nológico y social, y, sobre todo, elcapital humano. Afortunadamentenada impide que mientras trabaja-mos para asegurar la recuperacióneconómica a corto plazo, simultá-neamente también lo hagamosapostando decididamente por laexcelencia y por la mejora en lacalidad de estos factores, que vana determinar el futuro de nuestrasociedad.

El futuro de laeconomíaespañola tras lacrisis Rafael Doménech, economista jefe de Economías Desarrolladas deBBVA Research

“La reforma que acaba deaprobar el Gobiernopuede suponer un avancemuy importante de lalegislación laboral. Lamúsica suena muy bien”

“Esta reforma debe servirpara mejorar la confianzay reducir la destrucción deempleo mediante losajustes de la jornada detrabajo y de los salarios”

Cocina de mercado ● Terraza

Plaza de Chamberí, 10MADRID

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C H A M B E R I

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L a situación de partida de la eco-nomía española al inicio de 2012

es de recesión económica y tasas deparo en el entorno del 23%. Aquíhemos llegado tras cuatro años decrisis. Una crisis larga y global quetodavía no ha terminado y que hahecho mella en las economías másavanzadas, pero no en todas porigual. La economía española ha sufri-do mucho más las consecuenciaspor los desequilibrios acumuladosdurante más de una década de fuer-te expansión (déficit comercial,endeudamiento exterior, burbujainmobiliaria, diferencial de inflación,…)que han influido muy negativamentesobre su capacidad de respuestaante una situación adversa.

Esta dura crisis ha servido parademostrar que las medidas expan-sivas puntuales no sirven para ata-jar problemas estructurales. Habríasido menos costoso emprenderestas reformas en una etapa de cre-cimiento y ahora no sólo son nece-sarias si no que son urgentes.

La urgencia de estas reformas seexplica, además, por la preocupa-ción en torno a la crisis de la deudasoberana en Europa. España no

registra un ratio de deuda públicasobre PIB tan elevado como otrospaíses, sin embargo, los inversoresinternacionales son conscientes deque si no se producen reformas decalado, la economía española podríapermanecer estancada un largoperiodo de tiempo, lo que sería unobstáculo para llevar a cabo su ajus-te presupuestario y continuaría incre-mentando su ratio de deuda.

Como reza el título, en un contex-to europeo y en un entorno de glo-balidad, debemos mirar al exterior.Para ello, es absolutamente necesa-rio analizar nuestra economía comoparte de un mundo globalizado, don-de no sólo compiten las empresas,compiten los estados y sus regula-ciones. Si queremos que España seauna potencia mundial debemos rom-per con muchos tabúes que supo-nen un lastre a la hora de competircon otras economías más dinámicas,flexibles y productivas.

Ese es el principal reto de 2012,hacer nuestra economía más com-petitiva y más fuerte. En este senti-do, el pacto de moderación salarialy flexibilidad interna entre CEOE ysindicatos para el periodo 2012-

2014 supone un primer paso. Ade-más, entrarán en vigor dos grandesreformas, la del mercado laboral yla del sector financiero, ambas muyesperadas, pero cuyos efectos tar-darán en hacerse sentir. Por muybien que se hagan las cosas, toda-vía será un año muy duro, pero deello dependerá nuestro crecimientoa partir de 2013 y en el futuro. Debe-mos ser conscientes de que nues-tra demanda interna tardará un tiem-po en alcanzar cierto dinamismo,por lo que debemos buscar otrosmercados que puedan constituir unmotor para la recuperación.

En España las exportaciones hanjugado un papel fundamental en larecuperación tras periodos de crisisy esta vez también puede ser así,pero en un mundo global, son nece-sarias unas buenas condiciones para

salir al exterior. Éstas pueden resu-mirse en tres: mayor competitividadpara elevar el número de empresasexportadoras, ampliación de mer-cados e internacionalización denuestro tejido productivo.

En lo que respecta al incrementode la competitividad, la crisis estácorrigiendo el diferencial de inflaciónacumulado durante muchos años.Además, el pacto de rentas acorda-do entre CEOE y sindicatos gene-rará una mejora de la competitivi-dad por dos vías, precio final de losproductos y desaceleración de loscostes laborales unitarios, conti-nuando la senda de desaceleraciónque ha tenido lugar desde 2009.

Ampliar nuestros mercados tam-bién resulta necesario. Como es lógi-co, la mayor parte de las exporta-ciones españolas se dirigen a los

mercados europeos, unos merca-dos muy saturados y con menorpotencial de crecimiento. Sin embar-go, contamos con escasa presen-cia en muchas economías emergen-tes que tienen elevadas perspecti-vas de crecimiento. Las empresasya identifican las oportunidades quebrindan. Resulta necesaria una laborde diplomacia entre los países paraliberalizar el comercio o reducir almínimo las trabas a los intercambiosde bienes y servicios.

El debilitamiento de nuestrademanda interna ha animado a unaparte cada vez mayor de nuestro teji-do productivo a comercializar oinvertir en mercados exteriores, loque ha permitido que las exporta-ciones durante esta crisis hayanmantenido un notable dinamismo.Las nuevas tecnologías están jugan-do un papel clave, al permitir apequeñas y medianas empresasinternacionalizarse sin necesidad derealizar grandes inversiones. Ade-más, el porcentaje que los bienesrepresentan sobre el total de nues-tras exportaciones (alrededor del20%), todavía es menor que el deotros países, por lo que existe mar-gen para incrementarlo. Por otrolado, actividades que antes no eran“exportables” como los servicios deingeniería, informática, telecomuni-caciones o financieros, entre otras,ahora sí lo son, presentando un nota-ble crecimiento dentro de nuestrasexportaciones y, lo que es mejor, conmucho camino por recorrer.

Tenemos grandes ejemplos deéxito internacional entre las empre-sas españolas, lo que significa quees posible. Si además pueden mejo-rar su productividad y sus costes,más empresas se proyectarán en elexterior. Sería un gran error no apro-vechar la gran posibilidad de impul-so para la recuperación de la activi-dad y empleo que nos brinda la inter-nacionalización.

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SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas Analistas

Hay que rompercon el lastre delos tabúes Enrique de la Lama-Noriega Cardús, director del Departamento de Economía de la CEOE

L a economía mundial atraviesaun momento de cierta debilidad

en términos de crecimiento, quepodría prolongarse hasta mediadosde año. Sin embargo, los indicado-res económicos de Estados Unidosapuntan a un razonable vigor de lademanda interna, Japón encara larecuperación tras el complicado 2011y los países emergentes sufren unaralentización menos pronunciada delo temido. La situación más delica-da continúa siendo la europea, antelas dificultades de las autoridadescomunitarias de encarar adecuada-mente la crisis de la deuda sobera-na, que está abocando a la eurozo-na a una nueva recesión. Por su par-te, los mercados financieros apun-taron en enero a una leve mejora, si

bien la tónica preponderante siguesiendo la incertidumbre.

El menor vigor de la actividad enla segunda mitad de 2011 y el dete-rioro de las expectativas han llevadoal Fondo Monetario Internacional(FMI) a recortar sus previsiones decrecimiento de 2012 respecto a lasde septiembre. No para Estados Uni-dos, para el que mantiene la expec-tativa de un avance del 1,8%. En elcaso de las economías emergentes,la revisión es de 0,7 puntos porcen-tuales, hasta el 5,4%, pero con cre-cimientos apreciables de China(8,2%), India (7,0%) y Brasil (3,0%).Es en la zona del euro donde la revi-sión es muy acusada, llegando a anti-cipar una recesión suave en 2012(retroceso del 0,5%). Las razones

aducidas para dicho comportamien-to son la subida y la persistencia deelevadas primas de riesgo en la deu-da soberana, los efectos del desapa-lancamiento bancario sobre la eco-nomía real y el impacto de la conso-lidación fiscal anunciada para algu-nos Estados miembros. Acertada-mente, Olivier Blanchard, economis-ta jefe del FMI, ha advertido refirién-dose a Europa que “un ajuste fiscalexcesivo socavará aun más la acti-vidad, reducirá el respaldo con quecuenta el ajuste entre los ciudadanosy minará la confianza del mercado”.

El dilema entre reducir el déficitpúblico o mantener una políticamínimamente expansiva para asen-tar la recuperación es mucho menosacuciante en Estados Unidos. La

laxitud fiscal, que en 2010 y 2011apoyó la recuperación de la activi-dad, seguirá reduciendo su intensi-dad a causa de los niveles de deu-da alcanzados, pero todavía seráimportante. En cambio, en la zonadel euro el principal problema resi-de en el alargamiento de la crisis dela deuda soberana, en un entornode dudas sobre la capacidad de lospaíses con problemas de recondu-cir su situación financiera. Se estáavanzando en la cuestión de la dis-ciplina fiscal (el tratado de Estabili-dad puede ser firmado en marzo) yen el desarrollo de los mecanismosde apoyo (el Mecanismo permanen-te de estabilidad entrará en vigor enjulio y el Banco Central Europeo faci-lita toda la liquidez necesaria al sis-tema bancario). Pero siguen abier-tas varias incógnitas, como el impor-te definitivo disponible para el Meca-nismo de estabilidad (los 500.000millones de euros actuales no sonsuficientes), la situación griega (enel momento de escribir estas líne-as todavía no se ha alcanzado unacuerdo sobre la quita de la deuda)y la situación de Portugal (dudassobre la sostenibilidad de sus finan-zas públicas). Mientras, las agen-cias de calificación han recortadoel rating de varios países de la euro-zona, entre ellos Francia y Austria.Además, las exigencias de capitalque se imponen a la banca europeapara garantizar su solvencia ame-nazan con entorpecer la fluidez delcrédito.

En este entorno, la economíaespañola confirma que la recesiónestá en marcha y la incógnita resi-de en la duración de la misma y suprofundidad. El rápido deterioro dela situación económica en la segun-da parte del pasado ejercicio ha lle-vado a una sensible corrección delas previsiones para 2012 y 2013.Todos los análisis coinciden en

dibujar un escenario recesivo en2012, aunque no tan intenso comoel experimentado en 2009. Pero lagravedad de la actual recaída estri-ba en que se produce en unmomento en que el desempleo estáen máximos y el déficit públicoalcanza cotas excesivas, a diferen-cia de lo que sucedía al inicio de larecesión de 2008-2009. El débilpulso de la actividad deriva princi-palmente del freno del crecimientoeuropeo, principal mercado deexportación de los bienes y servi-cios españoles, y de la ya citadasituación de desconfianza de losmercados financieros respecto a laresolución de la crisis de la eurozo-na. Internamente, la restricción delgasto de las administraciones públi-cas y las necesidades de sanea-miento de las entidades financie-ras limitan el margen de crecimien-to de la actividad. Aunque el sec-tor exterior seguirá aportando cre-cimiento, 2012 cerrará con una caí-da que estimamos en el 1%.

Confiamos en que las autorida-des europeas entiendan que en elactual entorno recesivo sostener unajuste fiscal intenso puede generaruna espiral de deterioro económi-co, de manera que las exigenciasde ajuste se modulen adecuada-mente. Sin embargo, es irrenuncia-ble mantener la senda de austeri-dad para alcanzar una economíasaneada que genere confianza enlos mercados internacionales. Ade-más, para culminar adecuadamen-te este proceso son imprescindibleslos avances decididos en las refor-mas estructurales que están en mar-cha y en las reformas que todavíahan de concretarse. Sólo así seráposible recuperar la confianza, reac-tivar la actividad y liberar el poten-cial de crecimiento y de creación deriqueza que sin duda subsiste ennuestra sociedad.

Disciplina fiscal yreformasestructurales:¿receta para lacrisis? Jordi Gual,economista jefe de La Caixa

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68 20 al 26 de febrero de 2012

SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas Analistas

L a actual crisis financiera hapuesto de manifiesto que la

progresiva complejidad de los mer-cados financieros ha derivado enque muchos inversores, especial-mente los minoristas, hayan tenidodificultades a la hora de obtener yprocesar adecuadamente la infor-mación necesaria para tomar deci-siones ajustadas a sus necesidadesindividuales y a su perfil de riesgo.La crisis también ha resaltado lanecesidad de impulsar nuevos cam-bios de importancia en la normati-va europea vigente. En esta tarea,la recientemente creada AutoridadEuropea de Valores y Mercados(ESMA) desempeña un papel deter-minante al aglutinar los esfuerzos dearmonización y coordinación nece-sarios en este ámbito.

El primer aspecto que pone en

evidencia la crisis financiera es eldescenso sustancial de la inversiónde los hogares y la recomposiciónsufrida por los activos de su carte-ra. Es reseñable el crecimiento delos depósitos bancarios, que hanpasado de suponer el 38% del totalen 2007 hasta casi el 50% a media-dos de 2011. Paralelamente, se haproducido un importante descensode la inversión en instrumentos finan-cieros (acciones cotizadas, accio-nes no cotizadas, renta fija y fondosde inversión), que han pasado derepresentar el 45% de la cartera al33%, y dentro de estos activos, lasmodalidades que han experimenta-do mayores retrocesos han sido losfondos de inversión y las accionesno cotizadas.

Al mismo tiempo, el entorno decrisis ha llevado a un aumento de la

presión, proveniente tanto de losmercados como de los reguladores,sobre las entidades para incremen-tar sus recursos propios, a lo que seha unido una dificultad crecientepara financiarse en los mercados.Esto ha llevado a muchas entidadesa apelar a sus clientes minoristaspara obtener los fondos precisos através de la comercialización de ins-trumentos híbridos que son instru-mentos complejos a mitad de cami-no entre la renta variable y la fija.Todo ello ha supuesto un reto a lacapacidad de las entidades paracumplir las normas de comerciali-zación y asesoramiento y para ase-gurar una gestión adecuada de losconflictos de interés que aparecencuando se da la identidad entre emi-sor y comercializador.

En este sentido, las actuacionesde la CNMV han estado encamina-das a incrementar la transparenciaen los mercados y la protección delos inversores, realizando un impor-tante esfuerzo en la mejora de lainformación y en el control de lacomercialización de los productos.En este ámbito se sitúan también lasiniciativas de la CNMV relacionadascon las normas de conducta y losrequerimientos de organización inter-na de los intervinientes en el merca-do y los esfuerzos encaminados amejorar los niveles de formación delos usuarios. Asimismo, tambiéndestaca la especial atención que seha dedicado a las consultas y recla-maciones recibidas, que además haaportado una valiosa informaciónsobre tendencias y riesgos en la dis-tribución de activos financieros entreinversores minoristas.

Si bien es complicado resumirtodas las iniciativas desarrolladas

por la CNMV en este entorno de cri-sis, hay tres áreas en las que se handesarrollado importantes iniciativaspara fortalecer la protección de losinversores minoristas y que, por tan-to, merece la pena destacar.

En primer lugar, en relación conla información contenida en los folle-tos, la CNMV ha exigido la publica-ción de informes de valoración deexpertos independientes en aque-llas emisiones que no cuentan contramo institucional y que van dirigi-das a inversores minoristas. Adicio-nalmente, en los supuestos dondeel precio de la emisión difiere delseñalado por los informes, la CNMVha publicado una advertencia, quese debe incluir en la documentacióna entregar al cliente, destacando estadivergencia y las posibles pérdidasque esto podría conllevar en caso

de que el inversor decidiera liquidarsu inversión.

En segundo lugar, en cuanto a losrequisitos de comercialización, laCNMV está llevando a cabo las labo-res de supervisión precisas para ase-gurarse de que las entidades cum-plan con la normativa vigente queestablece una serie de cautelasencaminadas a que la comercializa-ción de un producto se adecue alperfil de los clientes teniendo encuenta sus conocimientos y expe-riencia inversora.

Finalmente, para favorecer la máxi-ma liquidez de los productos, laCNMV ha potenciado la asunción,por parte del emisor, de compromi-sos para asegurar la provisión de liqui-dez de los productos, preferiblemen-te a través de una plataforma orga-nizada de negociación. En esta línease han publicado criterios sobre laforma de proporcionar liquidez a losinstrumentos híbridos –tales comolas participaciones preferentes- colo-cados entre la clientela minorista.

Las actuaciones de la CNMV sehan reflejado en la mejora de lasprácticas del mercado, especialmen-te en el caso de colocaciones ainversores minoristas de productossofisticados, de compleja valoración,en situaciones potencialmente gene-radoras de conflictos de interés porser el emisor y el colocador la mis-ma entidad. La CNMV continuarátrabajando para incrementar la trans-parencia de los mercados en esteentorno tan complejo. Pero para queeste esfuerzo pueda revertir eficaz-mente en una mayor protección delos inversores es necesario queéstos, por su parte, aprovechen todala información disponible para tomarsus decisiones de inversión.

El impacto de lacrisis financierasobre los inversoresminoristasAna Isabel Fernández Álvarez, consejera de laComisión Nacional del Mercado de Valores

L a crisis de la economíaespañola tiene una doble

vertiente. La primera está vincu-lada a los problemas de confi-guración de la Eurozona, que sehan manifestado con toda su cru-deza a los diez años de su naci-miento y penalizan las condicio-nes financieras de España y otrospaíses del área; la segunda espropiamente doméstica y tieneque ver, en buena medida, conlos desequilibrios acumulados enla larga etapa de expansión queregistró nuestro país entre 1995y 2007 y con las debilidadesestructurales.

El nacimiento del euro fueresultado de una fuerte voluntadpolítica que, sin embargo, noestaba lo suficientemente madu-ra como para establecer unagobernanza adecuada ni unaunión fiscal. Durante la etapa debonaza europea ello no fue unproblema, pero llegada la crisis,la Eurozona no contaba con unaestructura institucional adecua-da para gestionarla. El área care-ce de un prestamista de últimainstancia para el soberano, nohay corresponsabilidad para ladeuda pública y no hay un siste-ma financiero europeo, –extremoque tiende a realimentar los pro-blemas bancarios y los sobera-nos–. Así, a diferencia de lo quesucede en EE UU, que paradóji-camente mantiene una situaciónfiscal menos desahogada que la

de la Eurozona en conjunto, nohabía instrumentos para lidiar conla crisis.

Llegados a este punto hay dossalidas, dar marcha atrás en launión monetaria o avanzar en elproceso de integración hacia unaunión económica y fiscal másprofunda. Todos los actores tie-nen claros incentivos para seguiradelante con el proceso: mante-ner la privilegiada posición geo-estratégica de Europa pasa poresa unión y el coste de una rup-tura sería, para cada uno de lospaíses, claramente superior queel de seguir adelante con unaintegración a la que se dote porfin de racionalidad económica.

Que todos los países e institu-ciones europeas estén de acuer-do en la necesidad de seguir ade-lante, no significa que la soluciónal problema esté a la vuelta de laesquina: hay diferencias notablesa la hora de fijar las vías pararesolver la crisis –cómo se repar-ten los costes- y establecer lasbases de un marco institucionalmás sólido y coherente con unaunión monetaria. Ese marco pue-de ser un pacto de estabilidadreforzado y con mecanismosfinancieros de apoyo (una unióneconómica y fiscal al estilo de unestado aún tendrá que esperar).

Esto significa que todos losactores implicados, desde el BCEhasta cada uno de los países dela Unión, seguirán negociando y

respondiendo a las acciones deunos y otros, hasta llegar a unasolución más o menos comparti-da. Por tanto, lo más probable esque en próximos meses las con-diciones de financiación mejoren,pero que el proceso sea lento ycon altibajos.

Las dificultades domésticas–aunque estrechamente vincula-das con las europeas- de nues-tra economía se refieren a losdesequilibrios acumulados en laexpansión y la crisis, así como alas deficiencias estructurales,muy especialmente en el merca-do laboral.

El ajuste de los desequilibriossigue avanzando pero no ha cul-minado. Las familias han recom-puesto su ahorro, lo que les per-

mite reducir gradualmente suendeudamiento, la actividad resi-dencial se sitúa ya en niveles muyreducidos, los precios de lavivienda han registrado un nota-ble ajuste y el déficit por cuentacorriente va camino del equilibrio.

En la vertiente estructural, elritmo de las reformas se ha ace-lerado en los últimos meses entres ámbitos fundamentales.

La estabilidad fiscal a largo pla-zo ha pasado a estar recogida enla Constitución y su regulaciónmediante Ley ha dado pasosrecientemente, no solo para laadministración central del Esta-do, sino también para las admi-nistraciones territoriales.

El proceso de saneamiento yconsolidación del sistema ban-cario también ha registrado unimpulso muy positivo con lasmedidas adoptadas por elGobierno y Banco de Españapara incrementar las provisionesde las carteras inmobiliarias.

Por último, la reciente reformadel mercado de trabajo –a laespera de su concreción definiti-va y de cómo la apliquen losagentes sociales– aborda muchasde las principales debilidades queayudan a explicar, junto con lacrisis inmobiliaria, por qué conuna caída semejante del PIB enEspaña y en la Eurozona el des-empleo en España ha subidoquince puntos en lugar de tres.

Las expectativas a corto plazopara la economía española toda-vía no son favorables. Así loponen de manifiesto las proyec-ciones el Banco de España o elFMI. Sin embargo, tanto en laEurozona como en nuestro paíslentamente se van sentando lasbases para una mayor integra-ción y para dotarnos de un mar-co institucional adecuado pararestaurar unas tasas de creci-miento y generación de empleosatisfactorias.

El proceso no está culminado,necesita contar también con unavisión empresarial adaptada a lasnuevas circunstancias y tiempopara que los cambios se vayan asi-milando. La buena noticia es quepor detrás de una economía queen los últimos años ha estadoestancada cuando no en retroce-so, las cosas se mueven. Quizá nocon la velocidad y decisión quedesearíamos dada la profundidadde la crisis, pero se mueven.

Y, sin embargo,se mueve Antonio Cortina García, director adjunto del Servicio de Estudios del BancoSantander

“Se van sentado las basespara una mayorintegración europea y unmarco institucional másadecuado para el futuro”

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Tribunas Analistas SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO

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P ara analizar las perspectivasde la economía española en

un futuro próximo conviene saberde dónde venimos para llegar a undiagnóstico más o menos claro denuestra situación actual. Desde1994, inicio de la larga fase expan-siva que ha finalizado en la crisisactual, hasta 2007 la economíaespañola ha registrado un perío-do de crecimiento excepcional quese manifiesta en la evolución dealgunas magnitudes macroeconó-micas. El PIB real ha crecido enese período un 57%, lo que impli-ca una tasa anual del 3,6% que hadoblado la media europea. Toda-vía más espectacular ha sido elcrecimiento del empleo habiendopasado de 12 a 20 millones deempleados en ese período en elque España ha creado tantoempleo como el resto de la euro-zona en su conjunto. Desgracia-damente, una parte de ese creci-miento se ha producido como con-secuencia de la burbuja inmobilia-rio-crediticia cuyo estallido ha pro-vocado la crisis en que nos encon-tramos. En términos de demandainterna se ha destruido el 10% denuestra economía aunque la mejo-ra del sector exterior ha compen-sado en parte esa pérdida y el PIBha caído “sólo” un 5% desde sumáximo previo a la crisis. En tér-mino de empleo hemos destruido2,6 millones de empleos o un 12%del existente.

En la economía es difícil distin-guir entre causas y efectos a lahora de analizar la evolución delas diferentes variables. Lo ciertoes que un fuerte crecimiento de laeconomía, del crédito, del déficitexterior y de los precios de lasviviendas se han autoalimentadohasta provocar una burbuja queno fuimos capaces de controlarhasta que fue demasiado tarde.La primera consecuencia del esta-llido de la crisis ha sido la retira-da de la financiación exterior anuestra economía. Sustituir el cré-dito del exterior por ahorro inter-no tiene un fuerte efecto contrac-

tivo sobre la economía salvo quese compense con una mejoría delos saldos comerciales con elexterior. En estos cuatro años dcrisis hemos avanzado bastanteen este aspecto reduciendo nues-tro déficit por cuenta corriente del12% al 4% del PIB en este año.En parte el ajuste es consecuen-cia del aumento del ahorro de

familias y empresas y en parte hasido gracias a a la mejoría del sec-tor exterior.

El fuerte aumento del ahorro delas familias ha sido compensadocon un aumento del déficit públicoque ha provocado un aumento sig-nificativo de la deuda pública. Estasituación generalizada en varios paí-ses de la eurozona ha provocado

finalmente la crisis de deuda que haestado a punto de acabar con lamoneda única. Nos encontramos,por tanto, en una situación carac-terizada por una recesión en el sec-tor privado por la necesidad de fami-lias y empresas de reducir su endeu-damiento, un nulo margen fiscal delsector público para actuar dado elelevado déficit actual y la necesi-

dad de reducirlo, y una desconfian-za de los mercados exteriores paraseguir financiando tanto a nuestrosistema financiero como el estado.Ante esta situación hay quien sos-tiene que la única salida son las polí-ticas fiscales expansivas impulsa-das desde la Unión Europea, peroesto choca ante una cruda realidad:Europa no es de momento un paísunificado con impuestos comunespor lo que no se puede plantear unapolítica fiscal a gran escala. Desdeun mayor pragmatismo, creo quelas prioridades de la economíaespañola para salir de la recesiónen un futuro no muy lejano son lassiguientes:

(1) Fijar un objetivo de déficitpúblico razonable y estricto decomún acuerdo con nuestrossocios europeos y comprometer-nos seriamente a su cumplimiento.En este sentido creo que será posi-ble relajar algo el actual objetivo del4% que se antoja inalcanzable.

(2) Completar la reforma finan-ciera para recuperar la confianzade los acreedores extranjeros sinla cuál el proceso de desapalanca-miento de nuestra economía seríacatastrófico. En este sentido creoque la nueva reforma recientemen-te anunciada es un paso muy posi-tivo en esa dirección.

(3) Completar una reforma labo-ral que permita liberalizar un mer-cado cautivo de sindicatos y patro-nales y que deja poco juego a losintereses libremente pactados deempresarios y trabajadores.

(4) Favorecer e incentivar –y aquísí podrían entrar en juego ayudas anivel europeo– la creación de empre-sas que poco a poco vayan sustitu-yendo el tejido productivo perdidoen la construcción y que sólo serecuperará parcialmente dentro deunos años. El crecimiento económi-co no es algo que se pueda crear oforzar. Es más bien una dinámicanatural de la economía y lo únicoque podemos hacer es crear lascondiciones que lo favorecen.

R econozco que soy de los queno creen en una economía

dirigida. Pero, también admito queel modelo económico españolanterior a la Crisis está agotado.¿Cómo cambiarlo? Dura tarea enun escenario de recesión econó-mica como el actual. Aunque, porotro lado, la recesión también redu-ce la oposición a tomar medidasestructurales con costes a cortoplazo y enormes beneficios amedio y largo. En esto deben pen-sar nuestras autoridades. Y su res-puesta será clara: crear las condi-ciones para que los agentes eco-nómicos elijan el camino más ade-cuado a seguir.

El sector residencial ya ha corre-gido bastante, aunque me temoque podríamos seguir teniendomalas noticias en los próximosmeses. La combinación de eleva-dos stock de viviendas en venta yprecios aún elevados, conjunta-mente con recesión y contracciónde crédito, no supone un escena-rio propicio para una correcciónordenada de los excesos en el sec-tor. Sí, aún tendremos caídas en

la inversión residencial hasta dejar-le con un peso sobre el PIB inclu-so inferior al promedio europeo.Pero la economía española es unaeconomía de servicios. Y con unpeso superior al del promedio delas economías desarrolladas. Muyimportante el sector turístico.¿Debe cambiar? No tiene por qué.Aunque el carácter cíclico de estesector precisa de estar acompa-ñado de una saludable industria.Si no es así, que no lo es en nues-tro caso, sería importante buscarmás calidad frente a la variableprecio que ha sido la clave hastael momento. No es fácil cuandosomos ricos en recursos natura-les. Un regalo en momentos alcis-tas del ciclo económico mundial,pero un riesgo claro de fuerte des-aceleración en la parte baja delciclo. Y sólo hablamos de refor-mas en el sector, inversión en cali-dad y mayor flexibilidad, enmomentos complicados. Como elactual. Antes he hecho una refle-xión que seguro sería objeto de unfuerte debate. ¿Tenemos un sec-tor manufacturero dinámico y de

alto valor añadido? La industria delautomóvil ha demostrado en losúltimos dos años de Crisis su dina-mismo. La de bienes intermediosy de equipo nos han mostrado suelevada integración vertical con lade nuestros socios europeos.

Tenemos un sector textil de altacalidad, liderado por una impor-tante compañía que se ha hechoun hueco en un competitivo mun-do actual. Y un importante sectorquímico, aunque maduro. Todo loanterior es cierto. Como lo es queel dinamismo de nuestras expor-taciones, con un crecimientoreciente por encima del propio cre-cimiento mundial, pone en cues-tión la repetida necesidad de mejo-rar la competitividad en España.¿Estamos hablando sólo de pre-cios? Creo que si es así, la evolu-ción de las exportaciones en losdos últimos años no tiene una res-puesta lógica. Precisamente estaaparente falta de racionalidad seexplica por el resto de los facto-res que explican la competitividad:diseño y calidad, integración enestructuras de producción inter-nacionales, apertura de mercados.Con todo, también debo admitirque la progresiva perdida de pesodel sector manufacturero en laeconomía española en los últimosveinte años es inquietante. Pocoque añadir sobre el sector prima-rio, inmerso en un proceso de inte-gración a nivel europeo. Aunquemuchos aludirían más bien a unproceso de contracción y progre-sivo deterioro.

Demografía, flexibilidad y refor-mas estructurales, naturalmentetambién inversión productiva: sonlas condiciones para elevar el cre-cimiento potencial de la economíaespañola. ¿Cómo compatibilizar acorto plazo los obligados ajustesfiscales con una mejora de lasperspectivas económicas? La prio-ridad es recuperar la confianza delmercado. También, compatible conlo anterior, cumplir con los com-

promisos que impone Europa.Deberían ser suficientes para mejo-rar las condiciones de financiaciónde la economía española, más alládel sector público. Cambiar la per-cepción del mercado unido a unamayor flexibilidad económica, pro-ducto de las reformas de oferta enel mercado de trabajo y de servi-cios, también mayor eficiencia yracionalidad del sector público,deberían sentar las bases para unarecuperación más intensa una vezse hayamos superado los excesosacumulados antes de la Crisis:vivienda, sector financiero, y sec-tor público. Mejorar la educación,aunque esto puede parecer algoutópico y subjetivo. Fomentar lainquietud, favorecer la diferencia yla competición. Pero partiendo deidénticas posibilidades. Aumentarel uso de las nuevas tecnologíasentre los jóvenes, mejorar su domi-nio de otros idiomas. Estoy con-vencido de que veríamos los bene-ficios de todo esto en no muchotiempo. La economía española yacomienza a beneficiarse de la eco-nomía de la información. Y puedeser una salida importante en unfuturo cada vez más global e inter-conectado.

No, no comparto que el futuromodelo económico en España sepueda diseñar a priori. El mercadoes el que manda: pero sí se pue-den poner las condiciones parafacilitar los cambios y hacerlos másbeneficiosos en términos deempleo. Hay muchas cosas posi-tivas en la economía española, loque no impide que reconozcamoslo que falla en estos momentos.¿Fallos que se solucionan con eltiempo? Alguno sí, como los exce-sos. Otros no tanto.

Crear las basespara crecer Nicolás López, director de Análisis de MG Valores

Se pueden ponerlas condiciones José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España

“El sector residencial yaha corregido bastante,aunque me temo quepodríamos seguirteniendo malas noticiasen los próximos meses”

“Europa no es un paísunificado con impuestoscomunes, por lo que nose puede plantearuna política fiscal agran escala”

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SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas Analistas

L a economía española habríasuperado ampliamente el

desafío de incorporarse al mun-do desarrollado durante el últimotercio del siglo XX si hubiera apro-bado la asignatura de la genera-ción de empleo. Podríamos pen-sar que las buenas notas obteni-das en el resto de variables deter-minantes del bienestar económi-co han permitido superar los cur-sos sin que el resto de compañe-ros hayan reflejado queja alguna.No en vano las mejoras en losdatos de desempleo durante unperiodo marcaba una positivaevolución y parecía que un peque-ño esfuerzo iba a ser suficientepara definitivamente olvidarse dela materia. Pero el problema defondo ha existido siempre y laslagunas conceptuales han termi-nado por estallar hasta un puntoque no será posible acceder a laprueba de excelencia económica.

La excelencia en crecimientoconsiste en generar un exceden-te de riqueza con los mismosrecursos disponibles o bien obte-

ner el mismo nivel de riqueza conun menor uso de los recursos dis-ponibles. Y esto sólo es posiblesi los recursos humanos y técni-cos se combinan de una formacada vez más adecuada. El éxitoen la combinación de los recur-sos se mide por la capacidad degenerar un valor añadido al bienproducido, generalmente intangi-ble pero esencial para ofrecer unprecio más competitivo para elmismo bien o igual precio para unbien de mayor calidad.

La estructura de la empresa queproduce el bien alcanza estamejora buscando mayor especia-lización de sus respectivos depar-tamentos, incluso a un grado talque puede optar por la externali-zación de determinadas activida-des o, desde otra óptica, a unadivisión del trabajo en aquellasactividades fácilmente delegables.La especialización de una activi-dad permite dividir tareas y cadatarea efectuada de forma eficien-te permite generar nuevas tareaso trabajos que sumados al pro-

ducto final hacen que el valor ofre-cido sea ampliamente mayor.

España debe actuar en su luchapor el empleo en mayor grado porla vertiente microeconómica. Escierto que cuantas menores trabasse encuentren en la contrataciónmás probable será reducir las tasasde desempleo. Y en mayor gradocuanto más libre sea el marco enel que un trabajador y un emplea-do puedan fijar su relación. Peroesta vertiente macro no afecta alindividuo como tal. El esfuerzo tie-ne que estar enfocado en el indi-viduo y en la sociedad española ensu conjunto. Debemos dejar la dia-léctica opresor y oprimido, capita-lista y trabajador para los libros dehistoria. El siglo XXI exige a los ciu-dadanos integrantes de un paísdesarrollado la responsabilidad desituarse en la sociedad en la quedesarrolla su actividad económica,de buscar un papel en el entrama-do económico y de mantenersealerta en formación continua paragarantizar su estabilidad económi-ca personal.

Un desempleo permanentemen-te por encima del 10% y, hoy endía, en sus niveles máximos del22% de la población activa, es unproblema de todos. La Adminis-tración del Estado y las organiza-ciones patronales y sindicales ten-drán parte de la culpa, pero tam-bién una sociedad española queha primado unos valores que des-merecen los logros alcanzados conel desarrollo económico. Nadie enla sociedad española podría abier-tamente reconocer el hecho de uti-lizar los medios de la empresa parasu uso individual o las horas detrabajo para una actividad distin-ta de la original, ni tampoco darmérito al hecho de obtener másdías de baja que las necesarias ni,por supuesto, descubrir los mediospara defraudar a Hacienda en cual-quiera de los hechos impositivosen los que se tiene relación. Elempleo es un derecho de los ciu-dadanos y por ello una responsa-bilidad de todos.

España conseguirá reducir eldesempleo a tasas próximas a

5% si consigue introducir a lapoblación en el uso activo de lastecnologías de la información, sidifunde claramente la necesidadde estar continuamente formadoy alerta a los cambios que se pro-ducen en su entorno económico,si traslada a la sociedad el valoreconómico de lo intangible, siintroduce el concepto empresa,emprendedor y compromiso conla empresa y finalmente si legislapara proteger los derechos bási-cos pero también para estimularel desarrollo de una pequeña ymediana empresa en un mercadoabierto y flexible.

En el siglo XXI mantener unpuesto de trabajo en el que seficha ocho horas seguidas, se dis-pone de mesa individual con cajo-nera y sitio para las fotos de fami-lia es meramente un lujo quepocas empresas pueden permi-tirse. Una persona dispone de unlugar para realizar su actividad enordenador abierto o portátil, enun sitio que deja libre cuando ter-mina su tarea y con horas librespara conciliar su vida familiar que,en momentos concretos, puedeexigir buscar un hueco paraconectarse de nuevo con laempresa y con el mundo a travésde los distintos medios tecnoló-gicos de los que disponemos. Suresponsabilidad con la empresay la responsabilidad de la empre-sa con él permite alcanzar gradosde especialización y valor añadi-do muy por encima de los nivelesalcanzados en el siglo pasado.

La crisis supone una oportuni-dad para España para encauzarla actividad económica en estadirección. Los cambios de estruc-tura en las personas y en lassociedades sólo se pueden hacercuando no hay otra alternativa y,en esta ocasión, coincide quetodo el entorno económico espa-ñol está inmerso en esta labor. Nodilatemos el cambio, es nuestraúltima oportunidad.

L as perspectivas para la eco-nomía mundial han empeora-

do sensiblemente desde el verano,debido a la persistencia de ciertasdebilidades en las economías des-arrolladas y, sobre todo, por elagravamiento de la crisis de la deu-da soberana en Europa, que ha lle-gado hasta el punto de que losmercados comiencen a descontaruna posible ruptura del euro. Losefectos de esta crisis sobre la eco-nomía real ya han comenzado asentirse, por la vía de un tensiona-miento de las condiciones de cré-dito y del aumento de la incerti-dumbre. La forma en que losgobernantes europeos han enca-rado esta situación ha sido erró-nea. Los rescates solo han servi-do para reducir la presión sobre lospaíses incumplidores para que rea-licen los necesarios ajustes de susCuentas Públicas. Ni los eurobo-nos ni la intervención del BancoCentral Europeo, a través de unacompra masiva de deuda, son lasolución, porque con ello se con-

tribuye a incrementar el riesgomoral y a aumentar la inflación. Laúnica salida pasa por un compro-miso, sin fisuras, con la reduccióndel déficit y con la implantación deambiciosas reformas estructuralesque incrementen la productividady la capacidad de crecimiento a lar-go plazo.

En efecto, la recuperación de laseconomías desarrolladas, que alcomienzo del 2011 parecía unhecho consolidado, ha sufrido unbrusco frenazo, especialmente enEuropa, como consecuencia devarios factores: la persistencia delos problemas en el sistema finan-ciero, el lastre que para muchospaíses supone la absorción de susburbujas inmobiliarias y de su ele-vado endeudamiento privado, y,por encima de todo, el recrudeci-miento de la crisis de la deudasoberana.

Esta última, que se inició en Gre-cia y posteriormente se extendióa Portugal y a Irlanda, se ha ampli-ficado y ha terminado por conta-

giar a otros países periféricos, fun-damentalmente Italia y España,aunque algunas economías cen-trales, como la francesa, la belgao la austriaca, también han sufri-do notables incrementos en las pri-mas de riesgo de su deuda públi-ca. La estrategia seguida hastaahora por los Gobiernos europe-os, consistente en expresar sucompromiso de no dejar que nin-gún país quiebre, y en rescatar alos países en riesgo de impago -aunque fueran claramente insol-ventes, como sucede con el casode Grecia-, ha sido un error. No

solo no ha solucionado la crisis,sino que, además, ha generado unproblema de riesgo moral: los paí-ses sin voluntad política, incapa-ces de implementar las medidasde ajuste necesarias para corregirsu déficit, cuyo origen está en elaumento irresponsable del gastopúblico financiado con deuda,sienten que, en cualquier caso, vana ser salvados por Alemania y porel resto de los socios, de modoque no tienen por qué asumir elelevado coste político de dichasmedidas.

La única salida a esta situaciónconsiste en la demostración de uncompromiso firme e inquebranta-ble de todos los Gobiernos con elobjetivo de reducción del déficit,mediante la aprobación, por par-te de cada uno de ellos, de unahoja de ruta clara y precisa queenumere medidas fiscales y pre-supuestarias concretas, así comolas reformas estructurales que sevan a llevar a cabo, un calendarioy los objetivos que se deben cum-plir así como la Ley de oro. Laintroducción de sistemas demutualización de la deuda, comoel eurobono o como la garantíaparcial de pago mediante la Faci-lidad Europea de EstabilidadFinanciera (FEEF) adoptada elpasado mes de octubre, no es lasolución, puesto que sigue ado-leciendo de un problema de ries-go moral.

En cuanto a una implicación másexplícita y decidida del Banco Cen-tral Europeo en la adquisición dedeuda pública, además del riesgomoral, generaría un problema deinflación, puesto que la capacidadde esterilización de dichas com-pras no es ilimitada y terminaría pordisparar la liquidez. Además, las

actuaciones emprendidas hastaahora ya han comprometido seria-mente la independencia de la ins-titución y su credibilidad como fir-me garante de la estabilidad deprecios, que debe constituir su úni-co objetivo.

Con respecto a Grecia, no tienesentido prolongar por más tiempouna situación que es insostenible.Incluso con la quita aprobada enla cumbre de octubre, dada la limi-tada capacidad de crecimiento deuna economía tan poco competi-tiva y con tantas deficienciasestructurales, en pocos meses vol-verá a encontrarse en la mismasituación financiera. No puede serque los demás socios europeossigan prestándole dinero. Si lo quepreocupa es el impacto de suimpago sobre los balances de lasentidades financieras, deberían seréstas las asistidas financieramen-te por Europa, pero no el Gobier-no griego.

La dificultad que, en el contex-to actual de indecisión política yde desconfianza, afrontan las enti-dades bancarias para refinanciarsu deuda y encontrar capital conel que sanear sus balances estágenerando ya un problema de res-tricción crediticia. Los efectos con-tractivos sobre la actividad econó-mica y sobre el comercio interna-cional de dicha restricción del cré-dito ya han comenzado a sentirse.Otra vía por la que la crisis de ladeuda está afectando a la econo-mía es a través del deterioro de lasexpectativas de los agentes eco-nómicos y del aumento de la incer-tidumbre hasta niveles paralizan-tes. Todo ello explica, en buenamedida, el deterioro que han sufri-do los indicadores económicos apartir del verano.

Crisis de la deudasoberanaJuan Iranzo, vicepresidente del Instituto de Estudios Económicosy decano del Colegio de Economistas de Madrid

La creación deempleo esresponsabilidadde todos Javier Kessler Saiz, socio de Kessler & Casadevall AF

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SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas Analistas

A l empezar 2012 estamosasistiendo a una nueva eta-

pa en la evolución de la crisis finan-ciera global, y es importante enten-der que esa etapa requiere uncambio en la estrategia de res-puesta ante la crisis, y entendertambién las implicaciones ultimasde ese cambio.

Tras la quiebra de Lehman enotoño de 2008 la demanda globaly el comercio internacional se con-gelaron y ante el riesgo de un esce-nario al estilo de la Gran Depresiónde los años 30, los líderes del G20reunidos en Londres en abril de2009 adoptaron medidas de cho-que, tanto monetarias como degasto público, para estimular lademanda y para reflacionar los acti-vos, tratando de generar unacorriente de confianza desde losmercados de activos hacia la eco-nomía real.

Esas medidas de choque funcio-naron. La demanda y el comerciointernacional se reactivaron y lasBolsas subieron de forma espec-tacular a partir de verano de 2009.A fin de 2009 el Ibex estaba en los12.000 puntos y el Eurostoxx en3.000 puntos, en ambos casos tras

un “rally” muy fuerte desde losmínimos de marzo de 2009. Losmensajes positivos de los merca-dos, impulsados por las medidasde choque y no por una correcciónde los desequilibrios económicos,se trasladaron a los agentes eco-nómicos y se creó, bajo la idea delos brotes verdes, la engañosa sen-sación de que se iba a salir de lacrisis con poco dolor.

Sin embargo a partir de media-dos de 2010 empezó a verse quela medicina era a la vez un proble-ma, ya que tenía efectos secunda-rios poco deseables. El problemade Grecia hizo ver que la expan-sión del gasto público no era elcamino. Se comprendió que lasolución a una crisis de deuda noera cambiar deuda privada pordeuda pública. De la expansión fis-cal se pasó, a ambos lados delAtlántico, a la consolidación fiscaly la búsqueda del equilibrio presu-puestario.

Inicialmente se compensó estacontracción fiscal con una expan-sión monetaria bajo la fórmula dela “quantitative easing” (QE) queen Estados Unidos fue practicadapor la FED de forma abierta y en

Europa ha sido realizada por elBCE de forma encubierta bajo lafórmula de los préstamos ilimita-dos al sistema bancario. El últimopréstamo ha sido el LTRO (longterm repo facility) de diciembre, atres años y a un tipo de interés del

1%, y sin límite (full allotment).Pero, al igual que sucedió en 2010con las políticas fiscales de expan-sión del gasto y con la deuda públi-ca, a partir de verano de 2011 seha visto que la expansión de labase monetaria y las inyeccionesde liquidez también tienen sus lími-tes, generan efectos laterales noci-vos, y no bastan , por sí solas, paradar respuesta plena a la crisis dedeuda. Dicho de otra forma, lasinyecciones monetarias evitancolapsos de liquidez pero no curanel mal de fondo.

Entonces, ¿cuál es la solución?Hay dos grandes líneas de solu-

ción. La primera línea es reformarde verdad el modelo económico.La racionalización ( que conllevasiempre reducción) del aparatoadministrativo, la reforma de losmodelos laborales y de protecciónsocial, y la reforma (que tambiénes reducción) del sistema banca-rio y financiero son los tres gran-des ejes, pero las reformas van másallá, suponen una gran transforma-ción del modelo de la gran burbu-ja de crédito.

La segunda línea es el reconoci-miento de las pérdidas. O si sequiere el ajuste de valor de los acti-vos simultáneo a la reducción dela deuda. Esta línea es la esenciadel llamado desapalancamiento y,como ponen de manifiesto estu-dios muy diversos, el proceso dedesapalancamiento ha sido muydébil en el conjunto de la econo-mía y debe seguir su curso. Es unproceso que se puede ordenar,pero no se puede evitar.

No hay ya mucho margen paraseguir desplazando las reformas ylos ajustes de valor hacia el futuroy por eso 2012 es un año impor-tante. En Europa todo lo anteriortiene una derivada especial, por-que la complejidad política de laeurozona y por los propios calen-darios electorales complican aunmás la toma de decisiones.

Pero la dinámica de los ajustesy las reformas no se va a parar. Sino se hacen, habrá más y mayo-res turbulencias, que obligarán ahacerlos, aunque sea tarde y conmayor daño para todos.

Lo positivo de 2012 es que, trascuatro años de enfrentarnos a lacrisis, y habiendo logrado parar enprimera instancia el fantasma deuna Gran Depresión , ahora es yainaplazable, en España y en el mun-do, abordar las reformas, la trans-formación de la economía y el ajus-te global de valor y de deuda.

2012, un añodecisivo Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4

“El problema de Greciahizo ver que la expansióndel gasto público no erael camino. La soluciónno era cambiar deudaprivada por pública”

A preguntas como: ¿cuánto res-ta de crisis en España?,

¿estamos haciendo las reformasnecesarias? y similares cabe apli-car una respuesta, también muyparecida, que trataré de argumen-tar en las siguientes líneas aunqueentiendo que el título ya es repre-sentativo. No es posible dudar dela necesidad de ajuste de nuestraeconomía y, mientras este proce-so dure, persistirá la crisis, pero sólopodremos salir de ella y presentartasas de crecimiento “dignas” cuan-do hayamos culminado la transfor-mación y depurado los excesos.Cuanto más tarde empecemos ymás gradualmente hagamos el pro-ceso, más tardaremos en acabar-lo. Exactamente lo mismo que laresponde el doctor al paciente desobrepeso que ha acudido a suconsulta (de forma voluntaria, for-zado por sus familiares o por elinfarto sufrido). “No se preocupe.Usted se puede salvar. Es joven yse puede recuperar, pero debe cui-darse: hacer dieta, dejar de fumary beber, e ir al gimnasio”. Cuandoantes empiece y más en serio se lo

tome, mejor”. El ejemplo me sirve,pero también la réplica: “Cuidado”,dice un amigo o, incluso un médi-co (o el mismo que le trata): “no sepuede hacer dietas excesivamen-te severas y el aumento de ejerci-cio físico debe ser gradual”. Estoes la economía española. El diag-nóstico a partir de diversas varia-bles como el déficit por cuentacorriente, el diferencial de inflación,el crecimiento de la deuda, la acu-mulación de stock de viviendas, etc.ya hacían recomendable desdemediados de 2003 un proceso deralentización de nuestra economía.Lejos de aplicarse, desde el BCEse practicaba una política moneta-ria excesivamente expansiva paranuestra posición cíclica cuyos efec-tos se veían amplificados por el cre-ciente multiplicar monetario denuestro sistema financiero, graciasa características comunes a los deotros sistemas (innovación finan-ciera), al exceso de ahorro de eco-nomías como la alemanas y, evi-dentemente, a nuestra propia exhu-berancia. Tuvimos que esperar has-ta finales de 2006 para asistir a un

punto de inflexión en nuestra eco-nomía, al inicio del cambio de“modelo”, precisamente en una delas piezas clave hasta entonces.Nos referimos a la aportación delsector de la construcción, que lle-gó a suponer un 15% del PIB. Perotras el ajuste de los últimos cincoaños, su ponderación actual es del6%, es decir, en línea con lo quesuponía a mediados de la décadade los noventa. El reflejo de esteajuste en la construcción es bienconocido: la pérdida de 1,2 millo-

nes de puestos de trabajo, un por-centaje muy elevado respecto a los2,6 millones netos que se han des-truido en este ciclo recesivo (cons-tatación del recurso más intensivode la mano de obra). Pero este dra-ma laboral no debe ocultar la par-te positiva, es decir, reconocer quela economía española ha consegui-do purgar uno de sus más clarosexcesos. Aunque no es menos cier-to que todavía persisten conse-cuencias derivadas del “boom”.Una de ellas es el endeudamientoasumido por las familias en laadquisición de esos inmuebles. Sinquerer reducir la importancia deeste lastre, se está consiguiendoatender, de forma generalizada, elservicio de la deuda, por más que

sea a costa de reducir el consumoo la riqueza financiera (propia o defamiliares). Más ardua parece latarea de absorber otro de los dañoscolaterales: el stock de vivienda sinvender y el suelo sin edificar, fren-te en el que los avances han sidomucho más modestos. Es condi-ción necesaria, aunque no suficien-te para asistir a una recuperacióneconómica, que se culmine la rees-tructuración del sistema financie-ro, en un proceso que, como deci-mos, no está terminado, pero podrí-

amos pensar que está avanzado enun 75% y con un balance que losanalistas, inversores y medios decomunicación especializados inter-nacionales no podrían haber ima-ginado y por el que apostaban conresultados mucho más negativos.Pero este análisis de “botella mediollena o botella medio vacía” de loque se ha hecho y de lo que que-da por hacer debe centrar la aten-ción en otro desequilibrio, cuyomáximo registro se observó enverano de 2008. Me refiero al exce-so del consumo de las familias. Séque este diagnóstico es menoscomún que el referido inicialmentesobre la construcción, especialmen-te por los propios protagonistas,que no lo perciben como tal o lovinculan a la actuación perversa dequienes lo posibilitaron, es decir,las entidades financieras. Una delas contrapartidas del exceso delconsumo, además del diferencialde inflación (aunque éste tiene otrascausas), era el excesivo déficitcomercial, que llegó a sumar 98.000millones de EUR en agosto de 2008(acumulado 12 meses). Desdeentonces, el efecto conjunto delaumento de las exportaciones (sinduda, la gran sorpresa de esta cri-sis, restando argumentos a los quehablan de poca competitividadinternacional de España) junto conla caída de las importaciones, aso-ciada al necesario y sano ajuste delconsumo de las familias, ha situa-do al déficit comercial en una posi-ción más cómoda (30.000 millonesde EUR). La demanda interna cae-rá en este 2012, entre otras cau-sas, porque se debe avanzar enotro de los frentes en el que esta-mos “a medio camino”. Me refieroal desequilibrio presupuestario.

A medio caminoDavid Cano Martínez, socio de Analistas Financieros Internacionales (Afi) ydirector general de Afinet Global EAFI

“Es condición necesaria,aunque no suficiente,para asistir a unarecuperación económica,que se culmine lareestructuración delsistema financiero”

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Tribunas Analistas SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO

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A lo largo de la campaña electoralde las recientes elecciones gene-

rales del 20N y en el período que pre-cedió a la formación del nuevo gobier-no hemos escuchado hasta la sacie-dad el argumento de que “estamosen una situación como la de 1996” y“seremos capaces de sacar al país deesta situación económica como ya fui-mos capaces en 1996”. El argumen-to es políticamente muy efectivo, ymuchos votantes se lo creyeron, espe-ranzados con el mensaje.

Es cierto que algunos datos macro-económicos de 2011 son semejantesa los de 1996. La tasa de paro ronda-ba el 22%. El déficit público se situa-ba entre el 6 y el 8%. El diferencial delbono español con el bono alemán a10 años, la ya famosa “prima de ries-go”, se situaba en torno a los 300 pun-tos básicos. Y la economía españolahabía experimentado un fuerte ajusteen los años precedentes, con una caí-da del PIB del 1%, aunque lejos delbrutal -3,7% de 2009. Pero aquí seacaban las semejanzas. La situacióneconómica es muy diferente y la pro-babilidad de una salida rápida de lacrisis es prácticamente nula.

Y es que, para empezar, el mundoes bien distinto. Baste solo un dato:en 1996 el grupo de países formadopor Japón más los tres grandes paí-ses europeos (Alemania, Francia yReino Unido) pesaban en torno al

23% del PIB mundial, casi cuatroveces lo que pesaba China. Hoy esegrupo de países pesa menos del15%. Es decir, todo el grupo ha sidosuperado por China, que ahora pesael 15,1% del PIB mundial. La irrup-ción de China y del resto de las eco-nomías emergentes, ha afectado a lacompetitividad de la industria euro-pea, ha provocado un enorme exce-so de capacidad instalada en el sec-tor manufacturero occidental, ha tras-tocado los mercados de divisas, alser países fuertemente compradoresde activos occidentales impidiendola depreciación de los tipos de cam-bio y ha revolucionado los mercadosde materias primas.

En la segunda mitad del siglo XXlos precios de las materias primasjugaban como un “estabilizador auto-mático” de las economías occiden-tales. Cuando la OCDE se ralentiza-ba, los precios de las materias pri-mas caían, contribuyendo a la recu-peración. Hoy las materias primasse disparan como consecuencia dela fuerte demanda de los paísesemergentes, a pesar de las caídasde la actividad económica de los paí-ses occidentales. Sirva como ejem-plo el Brent, el referente europeo paralos precios del petróleo. En 1996 elbarril de crudo costaba 20$, hoyalcanza los 118$, es decir, se ha mul-tiplicado casi por seis.

También Europa es diferente. Nosólo porque seamos 27 en vez de 15y se disponga de un presupuesto paracohesión e infraestructuras cada vezmás pequeño. La diferencia másimportante es, sin duda, la existenciadel euro, nacido en 1998. Existenciaque no solo impide el ajuste del tipode cambio como mecanismo de esta-bilización, mecanismo que fue amplia-mente utilizado en los años 90, consucesivas devaluaciones de la pese-ta. Lo más relevante es que implicala pérdida de soberanía monetaria encualquier situación, y la pérdida adi-cional de soberanía fiscal en situacio-

nes de crisis de deuda pública comolas vividas en la zona euro tras des-cubrirse en 2010 la realidad de lascuentas públicas de Grecia y su pos-terior contagio a los países periféri-cos del sur de Europa. La falta de ade-cuación de las instituciones europe-as a este desafío, y la rigidez estatu-taria del Banco Central Europeo haceque para muchos países miembrosel euro se ha convertido más bien enuna “moneda extranjera” que en unamoneda propia, alentando el riesgode default y de ruptura de la uniónmonetaria.

Pero todas estas diferencias con

1996, aun siendo ingentes, son rela-tivamente menores cuando introduci-mos el factor diferencial que suponela existencia de una crisis financierasin parangón desde la Gran Depre-sión de 1929. La Depresión del sigloXX duró 10 años y solo se salió de ellacon un fuerte impulso fiscal y el impac-to sobre la demanda agregada de laII Guerra Mundial. La crisis financieramundial, aun no resuelta, ha tenidocomo daño colateral en España elestallido de la burbuja inmobiliaria. Unaburbuja que empezó en 1998 y en laque todos ganaban. No solo los pro-motores y constructores. También loscompradores de vivienda, que veíancomo se revalorizaban sus inversio-nes y se animaban a seguir compran-do ladrillo. Y la banca, que impulsó laextensión del crédito hipotecario conescasa visión de largo plazo. Y lasadministraciones públicas, que recau-daban y veían crecer su base social yempresarial. Por eso era tan difícil pin-charla, aunque para ello se suponíaque estaban las autoridades regula-doras y supervisoras, nacionales einternacionales, y no digamos lasagencias de rating, hoy inservibles.

Todos los gobiernos tendrán quehacer autocrítica sobre la burbujainmobiliaria. También los autonómi-cos y locales. Pero esto no es el 96.Salir de la situación actual requieremucho más que una “recuperaciónde la confianza” tras el cambio polí-tico. Cuanto más hable el nuevogobierno de la “herencia recibida”peor pondrá las cosas para su pro-pio futuro, porque ahondará en elmensaje de que “la culpa ha sido deZapatero pero esto lo arreglamos nos-otros solos, como en el 96”. Mensa-je erróneo, porque la culpa no fue deZapatero ni esto lo van arreglar ellossolos. Al menos no como en el 96.

Esto no es el 96Miguel Sebastián, profesor titular de la Universidad Complutense deMadrid

E l estallido de la crisis econó-mica en 2008, aunque su ini-

cio se puede situar un año antes,en las economías avanzadas,supone un fracaso del modelo decrecimiento económico, así comode los análisis teóricos y de laspolíticas económicas. En la eco-nomía española el desencadena-miento de la crisis ha sido resulta-do del agotamiento de un creci-miento económico sustentadoprincipalmente en la construcción,y la burbuja especulativa que segeneró en torno a esta actividadeconómica. La caída tan bruscaque ha tenido lugar en este sectorha generado un efecto multiplica-dor en muchas empresas que pro-porcionaban bienes y servicios ala edificación. La espiral hacia aba-jo de toda una actividad muy inter-dependiente entre sí ha sido catas-trófica para la economía españo-la, y sobre todo los efectos tannegativos que ha provocado sobreel empleo.

Este modelo ha proporcionadoganancias rápidas y fáciles a los pro-motores inmobiliarios y constructo-res. La fiebre especulativa también sedesata vinculada a una desmesura-da construcción de viviendas muysuperior a la que se daba en paísesdesarrollados europeos. Todo estemodelo de crecimiento ha tenido ele-vados costes ambientales, y destruc-ción de parajes naturales. No ha res-pondido a una ordenación del territo-rio planificada basada en criteriosrazonables y racionales. El caos urba-nístico ha predominado sobre otrotipo de intereses sociales y de con-servación del territorio. Además, detodos los males que se han genera-do con este tipo de desarrollo, no sepuede dejar de mencionar a la corrup-ción como una característica que haacompañado a esta manera de cre-cer y de hacer sin suficientes contro-les y regulaciones.

La obtención de ganancias sustan-ciosas es lo que ha impulsado quecuantiosos recursos privados se diri-

gieran hacia la construcción en lugarde otro tipo de actividades que ofre-cían tasas de beneficios inferiores ycon rendimientos del capital a un pla-zo superior. La desviación de los recur-sos de inversión ha tenido repercusio-nes negativas en la apuesta porempresas de alto nivel tecnológico, ycuya productividad se tuviera quehaber sustentado en mejoras de losmedios de producción utilizados y lainnovación de productos. La investi-gación y desarrollo no ha sido una prio-ridad de la economía española, ni delas empresas ni de las administracio-nes públicas, aunque se hubieranhecho algunos avances en los últimosaños, pero estos han sido insuficien-tes y pequeños en relación con ladimensión y el crecimiento habido enla economía española.

No resulta fácil buscar sustitutivosa lo que ha sido este modelo de cre-cimiento. Lo más preocupante de todoello ha sido que, salvo algunas excep-ciones, la mayor parte de los econo-mistas no fueran capaces de analizarlo que estaba sucediendo y los ries-gos que esto tenía para la economíaespañola. La mayoría de la profesiónse encontraba instalada en la culturade la satisfacción de los logros que seestaban consiguiendo en una econo-mía que crecía a un buen ritmo. Laexcesiva especialización científica y elmal uso y abuso de los instrumentosmatemáticos ha conducido a que nose analizara lo que estaba sucedien-do en la economía real. La creenciaciega en la eficiencia de los mercadosha resultado errónea.

Las excelencias que se han predi-cado de la globalización y que hemostenido que escuchar de académicos,que se consideraban como presti-giosos, han resultado no ser tales. Laderiva que ha tomado la ciencia eco-nómica en sus últimos años explicael hecho de por qué no se ha sabidopredecir lo que podía pasar, y en todocaso, se podría haber advertido delos riesgos que se estaban corrien-do con el funcionamiento de esemodelo de crecimiento, con la cre-ciente desigualdad, y con el fuerte

endeudamiento de empresas y fami-lias. Nada de eso sucedió.

La ortodoxia académica se encuen-tra obsesionada por hacer de la eco-nomía una ciencia que se base en losmismos criterios en los que se funda-mentan las ciencias experimentales.Esto es erróneo como punto de parti-da, pues se trata de analizar una reali-dad social, cuyo objeto de estudio esmuy diferente del que tiene las cienciasexperimentales, o puras como las mate-máticas. Este enfoque es lo que ha con-ducido a la esterilidad. El convertir a laeconomía en una rama de las mate-máticas sin considerar su naturalezade social ha llevado consigo la elabo-ración de modelos formales y abstrac-tos que poco tienen que ver con el fun-cionamiento de la realidad. Si, ade-más, este formalismo se basa en el fun-damentalismo de mercado sucede quela economía ha quedado incapaz deentender el funcionamiento de la reali-dad en su dimensión dinámica, cíclica,y contradictoria.

El estudio de la economía tiene querecuperar como un objeto principal de

su análisis la comprensión de los gran-des pensadores y como fueron capa-ces de razonar y responder a los pro-blemas de su tiempo, así como el enfo-que histórico e institucional. La com-pleja realidad debe ser analizada a par-tir de la teoría económica elaborada yformalizada, pero partiendo de la basede que no hay una teoría única, sinoque ha habido a lo largo de la existen-cia de esta ciencia distintas propues-tas teóricas, y así sigue siendo en laactualidad. No debe existir un pensa-miento único. El instrumental cuanti-tativo muy importante para el avancedel conocimiento (matemáticas, esta-dística y econometría) deber ser inser-tado en un contesto social, ecológicoe institucional, y no convertirse en unfin en sí mismo, sino en un medio nece-sario, pero no suficiente.

La economía debe servir para ana-lizar procesos que se dan en la reali-dad y que no deben quedar fuera desu objeto de análisis, como las burbu-jas especulativas, la desigualdad, lacorrupción, la especulación, las clasessociales, el endeudamiento privado, lapobreza, el hambre, y los desastresecológicos. A su vez, cuando se ana-liza el crecimiento económico no sirvedeslumbrarse por las cifras, sino tam-bién tratar de comprender qué lo quehay detrás de ese aparente éxito, entreotras cosas, a que costes se está con-siguiendo y a quién beneficia.

En definitiva, hay que cambiar elmodelo, que es un proceso a medioo largo plazo, las políticas económi-cas que se han venido practicando,y el cuerpo central de lo que es laenseñanza de la economía hoy. Loseconomistas convencionales hanconsiderado que con hacer una polí-tica económica adecuada y que res-pondiera a los principios que se habí-an establecido como básicos en losúltimos tiempos, estabilidad presu-puestaria, baja inflación ya bastabapara conseguir una senda de creci-miento satisfactoria. Los hechos hanvuelto a demostrar que no ha sido así,y que por debajo de esa superficie seestaban sembrando las semillas dela destrucción.

El fracaso de un modelo de crecimiento y de la economíacomo cienciaCarlos Berzosa, catedrático de Economía Aplicada de la UniversidadComplutense de Madrid

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SUPLEMENTO ESPECIAL 31 ANIVERSARIO Tribunas Analistas

L a Zona Euro se encuentrainmersa en el reto ineludible

de reinventarse a sí misma, impul-sando la integración política y eco-nómica que haga viable la uniónmonetaria. Este proceso se ve difi-cultado por la pésima gestión dela crisis soberana en los últimosaños, con políticas orientadas asalvar el día y no encaminadas asentar unas bases sostenibles defuturo. Las discrepancias políticasy la falta de claridad de objetivoshan lastrado la confianza en el pro-yecto europeo, con el consiguien-te encarecimiento de la financia-ción para los países periféricos yla merma de capacidad de creci-miento.

La resolución favorable de la cri-sis de la Eurozona pasa por laimplementación de medidas quepermitan afrontar el binomio deu-da soberana/sector bancario y,simultáneamente, incrementar lacompetitividad de los países peri-féricos. Para ello es necesario aco-meter cambios institucionales aescala europea que avancen hacia“más Europa”, reformando, por unlado, las instituciones existentesdotándolas de una mayor capaci-dad de actuación, como al BancoCentral Europeo, y, por otro, cre-ando nuevas instituciones pan-europeas de supervisión y regula-ción bancaria, fiscales, etc. Esteproceso de refundación conllevauna cesión de soberanía de los paí-ses, particularmente en materia fis-

cal, a favor de instituciones pan-europeas, y reformas en los mer-cados de bienes, servicios y fac-tores que agilicen las estructurasproductivas, flexibilizándolas yhaciéndolas más eficientes. De vitalimportancia es la reestructuración,redimensionamiento y desnacio-nalización del sector bancario, quecontinúa siendo una rémora parael crecimiento de la actividad.

Pero estos cambios llevarántiempo. Por un lado las reformasinstitucionales han de ser acorda-das y aprobadas por todos los paí-ses de la Unión Europea. Por otro,las reformas estructurales sólo setraducirán en mayor crecimiento ygeneración de empleo paulatina-mente. Además, la situación en elsur de Europa es aun preocupan-te, particularmente por el progre-sivo deterioro de Grecia, ineludi-blemente abocada a una reestruc-turación de su deuda de mayormagnitud de la considerada hastaahora, y por su consiguiente con-tagio a Portugal y al resto de lospaíses periféricos.

En este entorno España desem-peña un papel central. Junto conItalia, son el centro de las miradas,y las exigencias, de los mercados.Ambas deben demostrar que estándispuestas a reformar sus econo-mías para flexibilizarlas y a hacerfrente a los compromisos adquiri-dos, compensando el impactonegativo de Grecia y revigorizan-do, así, el proyecto europeo.

Este reto es especialmente difí-cil dada la situación económicaactual. En 2012 Europa difícilmen-te evitará entrar en recesión, si bienel crecimiento será bastante des-igual. Los países de centro-Euro-pa, liderados por Alemania, pre-sentarán tasas de crecimiento posi-tivas, aunque relativamente anémi-

cas. Por el contrario, los países dela periferia, y particularmente Espa-ña, seguirán en recesión, con laconsiguiente destrucción deempleo, consecuencia de las difi-cultades de financiación, el proce-so de ajuste, la restricción del cré-dito y la falta de competitividad.

Para apaciguar la presión delmercado, amortiguar el impacto delas reformas introducidas, facilitarla toma de decisiones, y, muy par-ticularmente, insuflar aire en el sec-tor bancario, se hace necesaria, almenos a corto plazo, la interven-ción del Banco Central Europeo,que permita “comprar tiempo” yaliviar la restricción crediticia.

La economía española, en par-ticular, deberá hacer un esfuerzoespecial. Se verá lastrada por lasnecesidades de ajustes adiciona-les en las cuentas públicas, unarestricción del crédito adicional, elelevado desempleo y las reformasestructurales, tanto la del sectorbancario como el resto. Nuestraeconomía generó varias burbujasdurante el boom que ahora hay queajustar: sector inmobiliario, apalan-camiento privado, sector bancarioy sector público. En primer lugar,el ajuste del sector inmobiliario entérminos de actividad está ya avan-zado, aunque llevará varios añoslimpiar el exceso de producción.En segundo lugar, el desapalanca-miento privado es un proceso len-to y doloroso y que en un contex-to de bajo crecimiento económicoy elevado desempleo incidirá nega-tivamente sobre la confianza de losagentes económicos y el consu-mo. En tercer lugar, la restructura-ción del sector bancario deberá lle-varse a cabo en un entorno eco-nómico bastante adverso y estaráacentuado por las necesidades derecapitalización de la banca y lasdificultades de financiación. En esteentorno, la restricción de créditosolo puede ir a peor. En cuartolugar, el ajuste del sector públicodebe ser de carácter estructural.En vez de un ajuste “tradicional”,

reduciendo partidas de gasto, seríaaconsejable partir de un “presu-puesto base cero”, examinando lasverdaderas necesidades de gastoy eliminando el resto. Ello requeri-ría, ineludiblemente, una reformade la administración pública y delEstado en su conjunto, incluyendoa las empresas públicas, priorizan-do la eficiencia. Por el lado impo-sitivo, España debería acometeruna revisión a fondo del sistema,simplificándolo y modernizándolo,“partiendo de cero”.

Finalmente, España necesitaacometer reformas que flexibilicensu estructura económica. Era prio-ritaria la reforma del mercado labo-ral ante el muy pobre desempeñode nuestro mercado de trabajo enesta crisis (¡La tasa de paro haaumentado más en España que enGrecia!). La recientemente aproba-da reforma es un paso en la direc-ción correcta, pero todavía deja sinresolver algunas de las principalesrestricciones, como la negociacióncolectiva. La lista de las reformaspendientes está en la mente detodos y no es necesario enumerar-la (pensiones, mercados, etc.), aun-que deberíamos huir de las gene-ralidades y hacer planteamientosmás concretos, pragmáticos eimplementables.

El año 2012 volverá a ser un añocomplicado, particularmente paraEuropa, que debe definirse a sí mis-ma. En España, la implementaciónde las reformas es condición nece-saria para afianzarse en Europa,además de ayudar a Europa aafianzase en la senda de futuro. Esuna condición necesaria, pero nosuficiente. La viabilidad del proyec-to Europeo no solo depende deEspaña, depende del entorno y delo que otras economías hagan.Pero en cualquier caso, el futurode España será mucho más brillan-te si acometemos los cambios. Esuna oportunidad única de soltarlastre y transformar nuestra eco-nomía en una mucho más eficien-te y competitiva.

H asta ahora las directrices dela Unión Europea y de la

Unión Monetaria se han centradoen las exigencias de ajustes deldéficit público con un horizonte del2013 para conseguir no sobrepa-sar el 3% del PIB. Incluso el últimoEcofin (Reunión de los ministros deeconomía y finanzas de la UE), enel nuevo documento del Pacto deEstabilidad, no sólo se endurecenlas sanciones por déficit y deudaya establecidas, sino que se intro-ducen medidas de control de laevolución de los desequilibrios eco-nómicos como el déficit por cuen-ta corriente, el endeudamiento pri-vado y la tasa de paro, en partecausas y efecto de la crisis actual.También los organismos interna-cionales como el FMI y la OCDEabogan por la austeridad e inclu-

yen en su recetario las ya famo-sas reformas estructurales, pero elFMI en su último informe sobreEuropa, advierte claramente sobrelos riesgos de una rápida consoli-dación fiscal en situaciones de fuer-te depresión económica.

Sin embargo, comienzan a sur-gir dudas sobre la suficiencia deestas medidas exclusivamente res-trictivas, ya que las economías delos países europeos, incluso lasque crecían ya con alguna intensi-dad como Alemania y Francia, sehan visto afectadas en el último tri-mestre del año reflejando en las pri-meras estimaciones del PIB des-aceleración del ritmo de crecimien-to e incrementando con ello la des-confianza de los mercados sobrela salida de la crisis en Europa

En cuanto a la teoría económi-

ca, la polémica está servida. Des-de las posiciones clasicistas (DeRicardo a Friedman) que conside-ran al Estado como un lastre y portanto abogan por los recortes delEstado de bienestar considerandoa los Mercados la forma más efi-caz para la organización de la eco-nomía, hasta los seguidores delKeynesianismo como Krugman,que consideran positivo el estimu-lo del gasto público para el creci-miento de la economía.

Con el cambio de previsiones de

crecimiento del FMI para el añoentrante (2012) que ha pasado deser ligeramente positivas a muynegativas (-1.7%) se han desata-do las alarmas. También se hancorregido a la baja las previsionesdel Banco de España (-1.5%) ylas de los analistas que difierenentre ellos y su previsión mediaestá en -0.4%.

Pues bien, el cumplimiento delos objetivos, la recuperación de laconfianza y el cambio de la tenden-cia prevista en estos momentos,va a depender de cómo y cuándose hagan las reformas estructura-les que ya se están anunciando:la reforma del sector financiero, ladel sistema laboral y otras adicio-nales que permitan incentivar la

creación de empresas y el empleo.La reforma del sistema finan-

ciero es fundamental para que losbancos se saneen, tengan liqui-dez suficiente y vuelva a recupe-rarse el crédito al sector privadoy en especial a las pymes. Demomento, la liquidez que les apor-ta el BCE, solo sirve para quecompren deuda pública (otorgan-do la necesaria financiación alsector público) y obtengan algu-nos beneficios adicionales. Aun-que también hay que considerar

que la rebaja de los tipos de ladeuda beneficia a los objetivosdel déficit al tener que gastarmenos en el pago de los intere-ses de la misma. La reforma labo-ral se está preparando y su obje-tivo debería ser acabar con ladualidad del mercado laboralactual corrigiendo los defectos denuestro mercado laboral que tan-to nos distingue de los mercadosde nuestros socios y competido-res europeos. Diferencias en con-tratación y negociación colectivaque solo se han corregido parcial-mente con las últimas reformas.

Europa necesita una AutoridadEconómica que se ocupe seria-mente de estos problemas conmás acierto de lo que puedehacerlo el actual organismo encar-gado de ello, el Ecofin. Necesitaactuaciones de política económi-ca que tengan en cuenta la diver-sidad de los países y la globali-zación actual de los mercadosque obliga a incrementar su com-petitividad en el mundo. Españadurante el 2012 tiene que realizarnecesariamente los ajustes quele exige el Pacto de Estabilidadpero ha llegado el momento dedar un papel importante a la efi-ciencia del gasto público enincentivos a la producción e inver-sión y ajustar estrictamente entodos los gastos suntuarios, inne-cesarios e ineficientes. Al mismotiempo, preparar el sistema eco-nómico con las reformas necesa-rias para poder cambiar la ten-dencia y entrar en una nueva fasede crecimiento. De lo que se hagaen los próximos meses depende-rá que el año 2012 no sea otroaño perdido para la creación deempleo.

2012, año de transición paralas reformasCarmen Alcaide, analista económica

Más crisis, más futuro Manuel Balmaseda, economista jefe de Cementos Mexicanos (Cemex)

“Las discrepanciaspolíticas y la faltade claridad de objetivoshan lastrado laconfianza en elproyecto europeo”

“El cumplimiento de losobjetivos, la recuperaciónde la confianza y elcambio de tendencia vaa depender de cómo ycuándo se hagan lasreformas estructurales”