transmisión e institución del sujeto

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Transmisión e Institución del Sujeto. Transmisión simbólica, sucesión, finitud. Laurence de Cornu En los múltiples objetos que “pasan” de un ser a otro, y en las diferentes formas de traspaso, hay que resaltar algunas paradojas: la transmisión puede ser tanto acto consciente de una última voluntad como impregnación desapercibida (y hasta desconocida) en lo insabido del secreto. Puede ser solemne o clandestina, puede resultar de un proyecto determinado o de una propagación imprevisible. En la transmisión humana hay 3 términos estables: 1) el objeto de transmisión. 2) el “transmisor” (que se piensa decidor y consciente). 3) el “receptor” (al que a veces se tiene por culpable cuando la transmisión parece no hacerse). A este esquema le faltan algunos aspectos del proceso, y en particular lo que se constituye entre sujetos y que por eso mismo se transmite como “construcción del sujeto”: considerar ese “entre”, porque ese “entre – dos” revela ser, más que una voluntad unilateral, inductor. El “transmisor” es un pasador que a su vez recibió. No es que tenga que borrarse para que “eso pase”: eso pasa a través de él. Pero eso que lo inscribió como sucesor le significa su “finitud”. Lo que diferencia la transmisión de la “comunicación” no es sólo la unilateralidad (contra la supuesta reciprocidad de la comunicación) sino la inscripción en una temporalidad irreversible u en lugares asimétricos. La “comunicación” puede jugarse en un espacio de lugares equivalentes y en este presente. La transmisión supone objetos frágiles y humanos, y entre estos seres supone una estructura de lugares a la vez temporal y simbólica, como también una palabra que signifique que otro puede venir a su vez. “Finitud”: nos pasamos un objeto, un lugar, porque se nos pasará el tiempo de tenerlo en nuestras manos y también lo pasaremos. Pero no se trata tanto de pasarle un objeto a un destinatario como que el destinatario se transforme a su vez en su sujeto. La transmisión es una modalidad de relación con el objeto, y una modalidad de relación con el otro sujeto, inseparablemente. Modalidad de relación con el objeto: el objeto de transmisión será transmitido con, e incluso según, la manera en que se lo

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Transmisin e Institucin del Sujeto. Transmisin simblica, sucesin, finitud.Laurence de CornuEn los mltiples objetos que pasan de un ser a otro, y en las diferentes formas de traspaso, hay que resaltar algunas paradojas: la transmisin puede ser tanto acto consciente de una ltima voluntad como impregnacin desapercibida (y hasta desconocida) en lo insabido del secreto. Puede ser solemne o clandestina, puede resultar de un proyecto determinado o de una propagacin imprevisible. En la transmisin humana hay 3 trminos estables: 1) el objeto de transmisin. 2) el transmisor (que se piensa decidor y consciente). 3) el receptor (al que a veces se tiene por culpable cuando la transmisin parece no hacerse). A este esquema le faltan algunos aspectos del proceso, y en particular lo que se constituye entre sujetos y que por eso mismo se transmite como construccin del sujeto: considerar ese entre, porque ese entre dos revela ser, ms que una voluntad unilateral, inductor. El transmisor es un pasador que a su vez recibi. No es que tenga que borrarse para que eso pase: eso pasa a travs de l. Pero eso que lo inscribi como sucesor le significa su finitud. Lo que diferencia la transmisin de la comunicacin no es slo la unilateralidad (contra la supuesta reciprocidad de la comunicacin) sino la inscripcin en una temporalidad irreversible u en lugares asimtricos. La comunicacin puede jugarse en un espacio de lugares equivalentes y en este presente. La transmisin supone objetos frgiles y humanos, y entre estos seres supone una estructura de lugares a la vez temporal y simblica, como tambin una palabra que signifique que otro puede venir a su vez.Finitud: nos pasamos un objeto, un lugar, porque se nos pasar el tiempo de tenerlo en nuestras manos y tambin lo pasaremos. Pero no se trata tanto de pasarle un objeto a un destinatario como que el destinatario se transforme a su vez en su sujeto. La transmisin es una modalidad de relacin con el objeto, y una modalidad de relacin con el otro sujeto, inseparablemente. Modalidad de relacin con el objeto: el objeto de transmisin ser transmitido con, e incluso segn, la manera en que se lo haga. (EJ de la valija) Modalidad de relacin con el otro sujeto: construir al sujeto es 1 plantearlo/presentarlo como tal, reconocerlo sin pretender fabricarlo completo como si fuera un objeto. Es no slo despertar su curiosidad y espritu: es instituirlo como sujeto del conocer. Modalidad de relacin con el sujeto y el objeto: lo que has recibido como herencia debes conquistarlo. Este re-asir activo comprendido por el sujeto que recibe es lo que hace el pasaje. Pero esto que podra ser el resabio de una vieja sabidura es llevado a un punto agudo de crisis si estamos en tiempos de prdidas de referencias. Nos toca inscribir lo podemos recibir, o reconocer lo que ya hemos inscripto, antes de buscar aquello que nos gustara transmitir a golpes de voluntarismo. Nos toca preguntarnos por aquello que no pasa. Sucesin, finitud, reconocimiento del otro, requerimiento de los sujetos en su propio nombre: tales son los rasgos de la transmisin humana.Sujeto, direccionamiento, reconocimiento.No hay sujeto sin reconocimiento recproco, sin enunciacin dirigida. No hay sujetos sin palabra ni lengua. La lengua es estructura. No hay sujeto sin actualizacin de la estructura en frases dirigidas, pero tampoco hay sujeto fuera de la ley de la lengua. El sujeto es el sujeto hablante. A medida que habla, el sujeto toma conciencia gracias al lenguaje. Pero no siempre sabe lo que dice, cmo lo dice, ni de qu manera el mismo se revela a travs de su palabra: ha sido inscripto en el lenguaje, l mismo ha sido hablado antes de hablar, objeto de direccionamiento y lugares inconscientes. El sujeto hablante instituido desarrolla conciencia a travs del lenguaje, que permite construir una vivencia interna como objeto de comunicacin y construir categoras para concebir el mundo. Pero sus gestos estn habitados por sombras y desconocimiento, y esta sombra insabida de sus intenciones conscientes esta tambin estructurada como un lenguaje. En esas sombras est el juego de las privaciones reales, frustraciones imaginarias y construcciones simblicas, que forjan la historia del sujeto: pero el sujeto no es slo el resultado de un determinismo de estas faltas infligidas. Sujeto es quien con un objeto simboliza el mundo, la prdida y el encuentro de ese mundo, sujeto es quien crea la presencia ausencia. Que haya sujetos est en relacin con que haya institucin simblica, estructura de lugares diferentes y reconocimiento de otros en esos lugares. Esa humanizacin es tambin asunto de lmites, aceptada, habitada. La construccin del sujeto es transmisin de los lmites humanizantes, lo cual limita al mismo tiempo el accionar sobre el otro, vista la necesidad de renunciar a modelarlo segn nuestros sueos, puesto que a ese otro le corresponde en ltima instancia el acontecer de su devenir sujeto, el advenir de su subjetivacin. El sujeto es sujeto actuante.El afn de un actuar justo.Hay una bsqueda tica legtima y necesaria, dado que habra bsqueda de una calidad/cualidad del actuar, bsqueda de un actuar justo. Esta tica busca justeza en situaciones que sabe singulares: no es codificable y puede ser silenciosa. Esta tica invita a un discurso reflectante que se meta en la escuela de las prcticas, que busque decir cules son sus sentidos, no una teora de los deberes, sino una tica aplicada, un muestrario de principios vivientes actualizados en actos justos. Pero la explicacin de una postura tica puede ser tramposa por la misma racionalidad del enunciado, a la vez en una abstraccin ideal de alma bella y en efectos de enunciacin tan pronto complacientes como proselitistas, de postura moralizante. La prueba de ese trmite reflexivo atento a la experiencia humana no es cientfica, ajena, erudita. Slo puede ser subjetiva en el sentido de remitir no tanto a pruebas objetivas como a pruebas personales. La prueba le asigna a cada cual como sujeto 2 maneras de hacer la prueba: 1) a la experiencia de su propia subjetivacin, de su propio devenir sujeto. 2) a la aventura de reconocimiento intentada, una tica del direccionamiento slo puede ser confiada a cada sujeto. En estas condiciones pueden proponerse referencias y principios de una tica en la transmisin: el nombre y el apellido, el decir, el direccionamiento, el responder y la hospitalidad.El nombre, el apellido, el decir, el direccionamiento, el responder.El sujeto lleva nombre y apellido. El nombre propio dice el lugar que ocupa en un parentesco, dice acerca de la transmisin de una filiacin y la presentacin de una singularidad frgil, prometida a advenir. Es la metfora de un lugar vinculante y disponible y el anuncio de quin soy? El sujeto es el acontecer de un nombre. Hay 2 significaciones posibles para el trmino identidad: 1) quin soy? Pregunta infinita, identidad indefinida, secreta, siempre por inventar, potencial desconocido que se vincula a travs de una historia, identidad abierta y narrativa gestada por el nombre propio y el reconocimiento. 2) identidades categoriales, nombres comunes de las pertenencias, las atribuciones y las clasificaciones de que echan mano las sociedades, sobre todo en tiempos de inquietud. De todo ello hacen uso las sociedades mediticas. Esas identificaciones son ruinosas para el reconocimiento de la singularidad y el secreto incalificable de la identidad del sujeto, segn el 1 criterio, porque sta en su fragilidad misma, atpica, es asunto de revelacin, de acontecimiento, de recusacin de identidades asignadas. En las sociedades mediatizadas, lo que corre riesgo de ser aplastado es la posibilidad de ser reconocidos si no nos parecemos a nada.

El decir, el direccionamiento.Hablarle a otro es tambin abrirse a la reciprocidad. Dirigirse es tambin decir lo que se tiene que decir, es portar/gestar lo que tenemos que significar en una relacin de presencia, y no slo decir que en algn lugar hay leyes escritas. Las leyes no escritas tienen otras inscripciones: en los gestos, en la mirada, etc. La cuestin del decir es la cuestin del interdicto que hace estructura, que limita, protege, humaniza. Los interdictos fundamentales: interdictos del asesinato y del incesto. Agregarles, al sentido primigenio de ambos, todo aquello por cuyo intermedio se traducen y metaforizan. Con respecto al nombre, el 1 interdicto remite a la humillacin. Con respecto al intercambio, el 2 pone en guardia acerca de la confusin de las palabras y espacios, incestos simblicos. Quien los significa est sometido a ellos, y quien los recibe est protegido por ellos. No hay sujeto sin institucin simblica, sin lmites. La tica confirma ser tambin poltica si su punto de vista son los sujetos responsables.El responder.Una tica de la responsabilidad se preocupa por las consecuencias de los actos y por la manera en que podemos hacernos presentes en lo que sigue, y hacernos garantes de otros actos, y por la palabra. Los actos no son necesariamente faltos ni errores, sino iniciativas, inicios que exigen continuacin. En la educacin, Arendt ve una responsabilidad exigida por el nacimiento, lo cual entraa una doble responsabilidad: 1) responsabilidad de y por el pasado, que podra verse arruinada, por ignorancia, en razn de la llegada de los nuevos. 2) responsabilidad por esa novedad venidera, que puede ser destruida por la dureza de aquellos que ya estn, por su reticencia a darles cabida, por su fuerza o por su impaciencia. Esa responsabilidad consiste es hacerse garante, protector de lo frgil (viejo/nuevo) al que muchas fuerzas tienden a aplastar, sobre todo en sociedades mediticas donde la ilusin del presente, en el frenes cotidiano de la informacin, hace zozobrar lo desechado por novedades perimidas, mirando todo lo que se presenta con ojos hastiados. Esta responsabilidad tambin se inscribe en la finitud, y por eso constituye un lmite que permite sucesin y cambio de lugar. Es transmisin democrtica aquella que se preocupa no slo de transmitir lo mismo (por tradicin) sino la posibilidad de que exista lo otro. La transmisin se hace invitacin a tomar lugar, a inventarse la propia subjetividad, la propia emancipacin.El don y la hospitalidad.Don como intercambio simblico, en el sentido de Mauss. El don circula, el don no calculado ni descontado, ni ilimitado; el don en su generosidad y en su simblica es el que hace circular solidaridades, el que establece relaciones entre personas/grupos, el que mantiene, en el juego diferido de dones y contradones, una forma de lazo simblico. En la educacin, el don es transgeneracional, no se entrega sino que se dona a otro lo que le fue donado, y se dona algo que no nos pertenece, se dona tambin algo que no se tiene y sin saberlo. Hay en lo que humaniza un don de la falta, un lugar vaco. Se trata de la hospitalidad: de un lugar para alguien nuevo. Cuestin de acogida y de lugar. Cuestin de acogida: si es cuestin de sucesin y de cambio de lugar, se podra imaginar que una tica de la transmisin, de institucin simblica, se preocupe de los pasajes simblicos que, en la infancia, o de la infancia a la adolescencia, hacen hacer la prueba del atravesamiento de una lnea de sombra. Cuestin de espacio como de temporalidad: cosa difcil y decisiva hoy, donde todos los lugares estn previstos/ocupados, y todos los territorios por conquistar, mientras que aqu se trata de un espacio entre: de espacio libre y de lugar tambin para lo indeterminado.