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Revista Estudios, Universidad de Costa Rica. W 22, pág. 303-312, ISSN: 1659-1925/2009 TIERRA, TERRITORIO Y AUTONOMÍA: LA LUCHA POLÍTICA DEL MOVIMIENTO SOCIAL MAPUCHE EN LA SOCIEDAD NEOLIBERAL CHILENA Juan Carlos Gome: Leitán [email protected] Recibido: 20 de agosto de 2009 - Aceptado: 14 de octubre de 2009 Feyti vlkantun alvkonchi wirarvn feyti pu lalu kiñe pin ti tapvl rimv mew feyti weñagkvn feyti wecheche ñi petu zugu ñi kewvn welu ñami ñi pvllv La poesía es el hondo susurro de los asesinados el rumor de hojas en el otoño la tristeza por el muchacho que conserva la lengua pero ha perdido el alma Elicura Chihuailaf In Memorian de Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collío mártires de la actual rebelión mapuche. RESUMEN Los indígenas de América desde finales del siglo XX se han constituido en "nuevos actores políticos" y en el caso del pueblo Mapuche en Chile, este ha emprendido un lucha en defensa de sus territorios, identidad cultural y de su propia existencia, amenazadas por políticas de corte neoliberal, que desde tiempos de la dictadura de Pinochet, han introducido reformas como la propiedad privada, frente a la propiedad comunal, lo que modificó sustancialmente sus estructuras económicas, sociales y culturales. Por medio de nuevas organizaciones, articuladas sobre una base territorial, alejada de las organizaciones nacionales, los mapuches se defienden como independientes del Estado y de las instituciones de la sociedad chilena. Sin embargo, sus reclamos por la tierra, aun no son claros y sus otras demandas como la autonomía, son combatidas por el Estado de manera violenta, lo que ha fortalecido el orden neoliberal. Palabras clave: Chile- mapuches- propiedad comunal- propiedad privada- conflicto social- ABSTRACT From the end of the 20th Century, the indigenous people of the America have become a "new political actor"; in the case of the Mapuche in Chile these have taken up a struggle in defense of their territories,

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Page 1: TIERRA, TERRITORIO Y AUTONOMÍA: LA LUCHA POLÍTICA DEL

Revista Estudios, Universidad de Costa Rica. W 22, pág. 303-312, ISSN: 1659-1925/2009

TIERRA, TERRITORIO Y AUTONOMÍA: LA LUCHA POLÍTICADEL MOVIMIENTO SOCIAL MAPUCHE EN LA SOCIEDAD

NEOLIBERAL CHILENA

Juan Carlos Gome: Leitá[email protected]

Recibido: 20 de agosto de 2009 - Aceptado: 14 de octubre de 2009

Feyti vlkantun alvkonchi wirarvnfeyti pu lalu

kiñe pin ti tapvl rimv mewfeyti weñagkvn feyti wecheche

ñi petu zugu ñi kewvnwelu ñami ñi pvllv

La poesía es el hondosusurro de los asesinados

el rumor de hojas en el otoñola tristeza por el muchacho

que conserva la lenguapero ha perdido el alma

Elicura Chihuailaf

In Memorian deMatías Catrileo y Jaime Mendoza Collíomártires de la actual rebelión mapuche.

RESUMEN

Los indígenas de América desde finales del siglo XX se han constituido en "nuevos actores políticos" y enel caso del pueblo Mapuche en Chile, este ha emprendido un lucha en defensa de sus territorios, identidadcultural y de su propia existencia, amenazadas por políticas de corte neoliberal, que desde tiempos dela dictadura de Pinochet, han introducido reformas como la propiedad privada, frente a la propiedadcomunal, lo que modificó sustancialmente sus estructuras económicas, sociales y culturales. Por mediode nuevas organizaciones, articuladas sobre una base territorial, alejada de las organizaciones nacionales,los mapuches se defienden como independientes del Estado y de las instituciones de la sociedad chilena.Sin embargo, sus reclamos por la tierra, aun no son claros y sus otras demandas como la autonomía, soncombatidas por el Estado de manera violenta, lo que ha fortalecido el orden neoliberal.Palabras clave: Chile- mapuches- propiedad comunal- propiedad privada- conflicto social-

ABSTRACT

From the end of the 20th Century, the indigenous people of the America have become a "new politicalactor"; in the case of the Mapuche in Chile these have taken up a struggle in defense of their territories,

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cultural identity and their own survival threatened by neoliberal policies that since from the time of thePinochet dictatorship have introduced reforms like private property instead of cornmunal holdings whichhave significantly altered their economic, social and cultural structures. Via new organizations, articuJatedthrough a territorial base, distanced from national organizations, the Mapuche defend themselves asindependent of the state and institutions of Chilean society. However, their demands for land are not cJearand their other demands like autonomy are violently countered by the state, which has strengthened theneoliberal order.Key words: Chile, Mapuches, cornmunal property, private property, social conflict

Desde fines del siglo XX hasta la actuali-dad la cuestión indígena ha re-emergido con fuer-za en las diversas sociedades de Nuestra América.Los pueblos originarios una vez más se han puestoen movimiento, constituyéndose en los "nuevosactores políticos" que encabezan la rebelión socialpopular en contra de las "viejas" como de las "nue-vas" dominaciones (Bengoa, 2007; Escárzaga,2007-8 y Gómez Ley ton 2007-8). El pueblo mapu-che no ha sido la excepción. Su activa movilizaciónsocial y política, desde los inicios de la década losaños noventa, ha tensionado fuertemente tanto alrégimen político post-autoritario como al Estadonacional con sus históricas demandas y reivindi-caciones. (Toledo, 2007).

El pueblo mapuche ha debido confrontardesde la constitución del Estado Nacional diver-sas modernizaciones capitalistas que han afectadoprofundamente su identidad cultural y existenciahistórica. Actualmente enfrenta y se relacionaconflictivamente con la modernización capita-lista neoliberal que ha penetrado sus territoriosy comunidades poniendo en peligro no sólo suidentidad cultural sino también su propia existen-cia como pueblo. La defensa de sus territorios, suidentidad cultural y su propia existencia explica laactual rebelión mapuche.

Por su parte, el Estado nacional en suforma neoliberal, tanto bajo la administracióndictatorial como la democrática ha desarrolladodistintas políticas hacia el pueblo mapuche conel objeto de su control e integración subordinadaa la nación chilena. Durante la fase dictatorial,el Estado neoliberal introdujo profundos cam-bios al interior de las comunidades mapucheque modificaron sustantivamente sus estructuraseconómicas, sociales y culturales fundamentales.Destacándose, por ejemplo, la introducción de la

propiedad privada de la tierra por sobre la propie-dad comunitaria colectiva. Este cambio destrozóuno de los aspectos centrales de la identidadcultural del pueblo mapuche. Tengamos presenteque, mapuche, significa gente de la tierra. Porconsiguiente, con la introducción de la concep-ción jurídica, económica y social de la propiedadprivada de la tierra se dará inicio a un proceso dedescomposición cultural de la relación colectiva ycomunitaria con ella.

La tierra, de propiedad comunitaria ycolectiva, adquiere una nueva condición y status:la de ser un factor económico. Se constituye encapital físico y en una mercancía transable enel mercado. Así, la instalación de la propiedadprivada va a posibilitar que el mapuche, ahorapropietarios individuales de la tierra, puedanvender, arrendar o enajenar sus propiedades a lasgrandes empresas capitalistas nacionales o trans-nacionales que buscan explotar los recursos fores-tales u otros que se encuentran en la región de laAraucanía, o sea, en los territorios ancestrales delpueblo mapuche. De esta manera, la re-ocupaciónterritorial de la Araucanía agudiza los procesosde descomposición cultural de los mapuche;impulsándolos a emigrar hacia los centros urba-nos del país acentuando los procesos de pauperi-zación que los afectan desde hace décadas.

Los gobiernos concertacionistas de origendemocrático que, desde los años 90, se hacen cargode la administración del Estado neoliberal impul-san hacia los pueblos originarios nuevas políticas.Las cuales inspiradas en las nuevas tendencias ypostulados en boga buscan construir una ciudada-nía para los pueblos originarios más inc1usiva quela implementada a lo largo del siglo XX. Para talefecto, colocan en primer lugar el reconocimientode las diferencias y de las particularidades de los

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pueblos indígenas que habitan el territorio nacio-nal. Se desarrolla la "política del nuevo trato"que implica una nueva relación entre el EstadoNacional y los pueblos originarios. Sin embargo, laampliación y profundización de las característicasesenciales de la sociedad capitalista neoliberal,por parte de estos gobiernos, ha provocado la agu-dización del histórico conflicto con determinadossectores del pueblo mapuche que hoy resistenactivamente la ampliación y profundización delcapitalismo neoliberal en sus territorios.

Esta nueva fase de conflictividad entre elEstado nacional en forma neoliberal y el pueblomapuche a diferencia del periodo anterior -1973-1990- se desarrolla en el marco de un régimenpolítico que posee un conjunto de institucionespolíticas que combinan las formas democráticascon las autoritarias.

Rastrear las bases de sustentación del con-flicto social y político es remontarse al siglo XVIal momento de la invasión de los conquistadoresespañoles de los espacios territoriales mapuche.Nuestra intención no es hacer ese recorrido sinoacercamos a la problemática actual a través de unplanteamiento concreto y específico que señalaque la reestructuración capitalista neoliberal en elespacio territorial mapuche constituye una nuevaocupación y destrucción de su principal fuenteidentidad y de existencia, la tierra. Sostenemosque la actual rebelión mapuche que ya ha cobra-do varias muertes de comuneros a manos de laviolencia política de la seguridad democráticaneoliberal concertacionista se explica, entre otrosfactores, por la introducción e instalación de lapropiedad privada entre las comunidades mapu-che. De allí que la tradicional demanda por tierrahoy los mapuche reclaman autonomía políticaterritorial como una forma de contener la destruc-ción de su identidad histórica.

DE LA PROPIEDAD COMUNALMAPUCHE A LA PROPIEDAD PRIVADANEOLIBERAL

La restauración de la dominación capita-lista a través del patrón de acumulación neolibe-ral cuyo pilar central fue el restablecimiento de la

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propiedad privada de los medios de produccióncomo eje central de la sociedad chilena, cons-tituye la respuesta del capital nacional e inter-nacional a la osadía popular de querer instalardemocráticamente el socialismo en Chile. Dichaosadía tenía un carácter revolucionario concretoy preciso que desde la teoría política revoluciona-ria marxista, supone abolir la propiedad privadade los medios de producción, o sea, la principalfuente y origen de la desigualdad social, delconflicto de clases y del Estado. La mantenciónde la propiedad privada capitalista minera, indus-trial, financiera, agraria, etcétera constituíanun obstáculo para avanzar en la construcciónde la emancipación social y política de los "nopropietarios" Entre 1967 y 1973 la estructurade la propiedad privada capitalista experimentodrásticas transformaciones. Los sectores domi-nantes nacionales debieron recurrir a la violenciapolítica militar para defender su principal fuentepoder, por ello propiciaron y apoyaron el golpede Estado de las fuerzas armadas en 1973 encontra del Gobierno Popular de Salvador Allende(Gómez Ley ton, 2004)

El principal objetivo de ese Golpe deEstado fue restaurar el orden político capitalistay reestablecer la plena vigencia del derecho depropiedad privada. Para tal efecto, la dictaduramilitar inicio el proceso de desarmar el áreasocial de producción constituida por el gobiernopopular y restaurar las propiedades industriales,mineras, agrarias, financieras a los sus antiguosdueños o entregárselo al capital privado. La únicapropiedad estatal que se mantuvo hasta ahora esla de gran minería del cobre. En menos de unadécada la mayoría de la propiedad estatal fueentregada al capital nacional como internacional.De esa forma, la dictadura militar restableció laestructura de la propiedad privada capitalista,trasformándose ésta en la fuente principal depoder social de los actuales sectores dominantesnacionales y extranjeros (Gómez Ley ton, 1998).

El proceso de democratización de la pro-piedad a través de la reforma agraria tuvoimportantes implicancias para el pueblo mapu-che. La Ley N° 16. 640 de 1967, posibilitaba laexpropiación de tierras que se encontraban malexplotadas, abandonadas o que poseían más de

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80 hectáreas de riego básico (Correa, Molinay Yáñez, 2005). En el caso de los mapuche,dicha ley fue completada por la Ley 17.729 de1972 aprobada durante el gobierno de SalvadorAllende. Esta ley intentaba frenar el proceso divi-sorio de las tierras mapuche; además establecíala posibilidad de restituir tierras a los indígenasutilizando para el mecanismo de la expropiacióncontemplado en la reforma agraria; y crea, paratales efectos, Instituto de Desarrollo Indígena afin de promover el desarrollo económico, social,cultural integral de los indígenas.

Entre 1965 y 1972 se expropian en las pro-vincias de Arauco, Malleco y Cautín, en territoriomapuche, 584 predios con un total de 710.816has. Aunque no todos fueron expropiados a favorde comunidades mapuche, sino que también deinquilinos y trabajadores forestales no indígenas.La presión ejercida por el movimiento socialmapuche - así como por sectores políticos que losapoyaban - a través de la ocupación de predioscolindantes a comunidades mapuche, resultó enla expropiación, y posterior traspaso material aindígenas de gran cantidad de predios sobre loscuales se tenían reivindicaciones históricas. Encontraste con las l.443 hectáreas que a través delas leyes indígenas serían reconocidas a los mapu-che a lo largo de la década de los sesenta, durante1971 y 1972 se habrían sido traspasados a travésde la reforma agraria un total de 70.000 has.

Las tierras expropiadas que fueron asig-nadas a los mapuche, y luego incorporadas comounidades de producción del sector reformado,incluían asentamientos de reforma agraria ycooperativas campesinas constituidas de acuerdoa la ley de 1967, así como Centros de ReformaAgraria promovidos por la administración deAllende. El Estado, a través de Corporación deReforma Agraria (CORA), apoyó la tecnificacióny el desarrollo productivo de las tierras restitui-das. (Aylwin O., 2002)

Pacificada militarmente la región de laAraucanía, reconstituida la propiedad privada,despojados, marginados y violentamente casti-gados los mapuche, el poder de los señores de latierra libre de toda resistencia se dispusieron, pormedio de la contra reforma agraria (Correa, Molinay Yánez 2005:243-291),1 a seguir arrasando con el

identidad y existencia del pueblo mapuche. Através de la implantación del modelo económiconeoliberal se liquidó la propiedad comunitariade la tierra indígena, particularmente a partir delos decretos leyes 2.568 y 2.750 de 1979 que, enla práctica, devino en la división de la tierra. Dehecho, dicha legislación "resultó en la divisiónen hijuelas individuales de la casi totalidad delas comunidades reduccionales .... El objetivo deesta legislación era acabar con el status especialde los indígenas y de sus tierras, integrándolos alrégimen común del derecho nacional". Se estimaque aproximadamente 2 mil comunidades fuerondivididas, "dando origen a alrededor de 72 milhijuelas individuales con un total de 463 milhectáreas"

En tan solo una década se produjo la diso-lución de la propiedad colectiva de la tierra y, sibien es cierto la ley prohibía la enajenación de lashijuelas resultantes del mencionado proceso dedivisión, lo concreto es que muchas de esas tie-rras mapuche fueron traspasadas a no indígenasmediante transacciones fraudulentas, como, porejemplo, arriendos por un periodo de 99 años que,en los hechos, equivalen a entregar la tierra depor vida. Pero, además de la imposición de estosdecretos-leyes que desintegraron la propiedadcomunal de la tierra - componente esencial de lacultura mapuche - la dictadura militar impulsó unproceso de inversión forestal en territorio mapu-che. El decreto-ley 701 de 1974 subsidió, y enla práctica financió casi totalmente, la inversiónforestal en la zona sur y fue crucial en el desarro-llo acelerado de la industria forestal. En la décadadel setenta las plantaciones forestales ascendíana tan solo 320 mil hectáreas, sin embargo en laactualidad cubren una superficie de 2,1 millonesde hectáreas de pino y eucalipto, fundamental-mente. Durante el año 2004 las exportacionesforestales chilenas totalizaron US$ 3.397 millo-nes, cifra récord en la historia de la exportaciónforestal lo que representa un incremento de34,6% respecto del valor registrado en el año2003 y un 47,6% superior al año 2002. El creci-miento y desarrollo de la industria forestal se haverificado en directa relación con la ocupación ydepredación del territorio mapuche, toda vez queel proceso iniciado durante la dictadura militar

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ha continuado imparable durante los gobiernosconcertacionistas y no existe ningún indiciode que esto vaya a cambiar. Por el contrario, laCorporación de la Madera proyecta crecer a 2,6millones de hectáreas de plantaciones forestalespara el año 2010. Además, los empresarios fores-tales han manifestado, a través de su presidenteJosé Ignacio Letamendi, que "bajo ningún moti-vo, bajo ninguna circunstancia entregaremos latierra a los mapuche, no tienen la capacidad paracultivarla" (Buen día, 1999:6, citado por Tricot:2007). En esta misma línea de argumentación,y respondiendo a aquellos sectores mapucheque hablan de una "deuda histórica" del Estadochileno para con el pueblo mapuche, FernandoLeniz, ex ministro de la dictadura y ex presidentede la Corporación de la Madera, dueño actualdel fundo Chauquen de 170 hectáreas, señalóque con los mapuche "no existe deuda histórica,lo que se perdió, se perdió" (Buendía, 2000: 11,citado por Tricot: 2007). Sin embargo, parececlaro que - como han señalado organizacionesmapuche-lafkenche que elaboraron inicialmenteel concepto de "Deuda histórica" - "la acción deestas empresas forestales afectan el medio naturalen que nos desarrollamos como pueblo y cultura.Nuestras tierras son erosionadas y contaminadaspor los diferentes tipos de tratamiento que efec-túan las empresas en estas plantaciones. Podemosasegurar que incluso nuestra propia salud seencuentra afectada y modificada por la acciónque en nuestro entorno natural efectúan estasempresas". (Tricot, 2007:45-46)

La destrucción de la propiedad comunalde la tierra, la instalación de la industria forestaly la marginalidad y pobreza del pueblo mapuche,entre otros muchos factores sociales, políticos yculturales los impulsa -desde los años ochentahasta hoy- a levantar un conjunto de demandasa objeto de proteger sus derechos y existenciaamenazados.

Entre los ejes centrales de esas deman-das destacan el reconocimiento de la diversidadétnica y cultural hasta entonces negada en elpaís, la participación de sus representantes en laconducción de la política indígena del Estado, laprotección legal de sus tierras yaguas, el otorga-miento de tierras fiscales o de tierras particulares

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adquiridas por el Estado a objeto de poner fin alproceso histórico de jibarización de sus comuni-dades y permitir la ampliación de sus tierras, y elapoyo al desarrollo económico y cultural de suspueblos y comunidades.

LA LUCHA POLITICA MAPUCHE:DE LA TIERRA A LA AUTONOMIATERRITORIAL

Uno de los fenómenos políticos percepti-bles en la última década en el sur del país ha sidola evolución experimentada tanto en las carac-terísticas del movimiento social y organizaciónmapuche como en los contenidos de la luchapolítica. En opinión del antropólogo RobertoMorales "cualquier análisis del movimientomapuche en la actualidad ... [debe considerar]su variedad de formas de organizativas que haadquirido y su diversidad de énfasis y tácticasde accionar político" (Morales, 2007-8:93). Estavariedad hay que atribuirla a las característi-cas de la organización social mapuche: basadaprincipalmente en la estructura de parentesco,que determina una exogamia del grupo, lo quepolíticamente ha significado el desarrollo delas alianzas entre los grupos de parientes. Estadimensión en fundamental para entender el cam-bio organizativo social y político experimentadopor el movimiento social mapuche: se ha pasadode la organización mapuche de carácter nacio-nal a la organización territorial.

En efecto, las organizaciones mapuche decarácter nacional que habían jugado un rol centralen la defensa de los intereses de su pueblo bajola dictadura militar, como Ad Mapu, los CentrosCulturales Mapuche y otras nacidas en el contex-to de la recuperación democrática (Nehuen Mapu,Lautaro Ñi Ayllarewe, Calfulican, etc.), van sien-do gradualmente reemplazadas por organizacio-nes de carácter territorial, tales como IdentidadLafkenche en Arauco, la Coordinadora AraucoMalleco, la Asociación Ñankucheo de Lumaco,la Asociación Comunal Pewenche de Lonquimay,la Asociación Poyenhue de Villarrica, entre otras,que emergen en la última década.? A diferenciade las anteriores, cuyos vínculos con partidos

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políticos o instituciones de la sociedad chilenaeran fuertes, estas últimas organizaciones se arti-culan sobre una base territorial y se definen comoindependientes del Estado y las instituciones de lasociedad chilena.

Otro cambio significativo se refiere a lademanda política. De una demanda centrada fun-damentalmente en la participación en el Estado yen la protección y ampliación de la tierra mapu-che, se ha avanzado a fines de los noventa haciauna demanda orientada al reconocimiento de laterritorialidad mapuche. Junto a ésta, emerge otrademanda estrechamente relacionada, que dice rela-ción con el derecho a un desarrollo político, eco-nómico y cultural autónomo al interior de dichosterritorios. Ello no resulta casual, pues es conse-cuencia de la naturaleza de las demandas territo-riales de los pueblos indígenas, las que además detener componentes materiales como la tierra y losrecursos naturales, tienen también componentesinmateriales de carácter político y simbólico.

La nueva orientación de las demandas mapu-che se manifiesta ya en las resoluciones del CongresoNacional del Pueblo Mapuche celebrado en 1997con participación de las organizaciones territorialesemergentes. Dicho Congreso incorporó el conceptode territorialidad indígena hasta entonces ausen-te, exigiendo su reconocimiento y protección.' Enmateria de desarrollo, propone que las comunidadesindígenas se constituyan en espacios de autogestióny de participación indígena, y de protección delterritorio frente a proyectos que perjudican el medioambiente." El mismo Congreso propuso la autono-mía como "eje de articulación del nuevo diálogoque impulsa el pueblo mapuche en su relación con elEstado y la sociedad chilena ..."s.

En una perspectiva similar, el Consejo deTodas las Tierras exige del Estado "...el derechoa la restitución de tierras y territorios, uso y apro-vechamiento de los recursos naturales del sueloy subsuelo ....", derecho que debe quedar incluidoen una reforma a la Constitución. Reconociendolos distintos componentes de la demanda territo-rial, se fundamenta el derecho al territorio y losrecursos del suelo y sub suelo en dos principios:"uno de orden cultural y el otro desde un princi-pio que sustenta las actividades inherentes a losPueblos Indígenas en el marco del desarrollo e

implementación de su estrategia, en un procesogradual de la autodeterminación." 6

En la misma línea, la organizaciónIdentidad Mapuche Lafkenche de Arauco en supropuesta de 1999 plantea, en base a los concep-tos de "Pueblo, Nación originaria, control terri-torial, desarrollo endógeno, autonomía y libre-determinación", la creación de los "EspaciosTerritoriales de Patrimonio Lafkenche", entendi-dos como áreas de "protección y conservación delos espacios naturales y culturales" que las comu-nidades aún poseen en las distintas comunas de laprovincia, e incluyen tanto las tierras, como "susrecursos suelo y subsuelo y espacios naturales,de la misma manera que los espacios ribereñosy costa que poseemos ...". La misma entidad pro-pone que estos espacios sean administrados poruna Asamblea Territorial, la que estaría integradapor un conjunto de consejeros territoriales y pre-sidida por un Coordinador Territorial electo porsufragio universal por todas las comunidades dela provincia. Finalmente, se indica la necesidaddel reconocimiento de dicha institucionalidad,y de su Coordinador, como autoridad políticacon derecho a voz y voto en las instancias departicipación en el poder comunal, provincial,regional y nacional". Se trata posiblemente de lapropuesta más acabada hasta ahora formulada porlos mapuche para hacer operativo el derecho a laterritorialidad y a la autonomía que reclaman.

Por otra parte, en un comunicado públicoemitido en 1999 la Coordinadora Arauco-Mallecoexplica el sentido de su estrategia de recuperaciónterritorial al sostener:

Señalamos que el único logro político real y alargo plazo es el reconocimiento de la existenciade la NACIÓN MAPUCHE y la devolución deespacios territoriales necesarios para el desa-rrollo de nuestro pueblo ...(Nuestra) estrategiatiene como eje central la recuperación de prediosque hoy día se encuentran en disputa principal-mente con empresasjorestales y que son conside-rados por nuestras comunidades como espaciossagrados para la sobrevivencia y la reproduc-ción de nuestra cultura (Comunicado Público,Coordinadora Mapuche de Comunidades enConflicto Arauco -Malleco, Junio de 1999).

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La Asociación Ñankucheo de Lumaco,finalmente, ha desarrollado no tan sólo unademanda, sino también una práctica de fortale-cimiento territorial que incluye dimensiones eco-nómicas, políticas y culturales. La importanciadel territorio no sólo como espacio físico sinotambién como espacio político es resaltada porAlfonso Reiman, su presidente, al señalar: "Sidecimos que somos un Pueblo o Nación, piensoque todo pueblo debe conservar su territorio, yhoy lo que tenemos son porciones de tierra, perono control de un espacid territorial". La dimen-sión económica del territorio, así como la necesi-dad de que los mapuche logren una autonomía eneste plano en sus respectivos territorios es uno delos énfasis de Ñankucheo.

Estos cambios en el movimiento y en lademanda mapuche en el último decenio expli-ca el distanciamiento que hoy existe entre lasorganizaciones mapuche emergentes y el Estado,especialmente con la CONADI. El carácter mixtoo bipartito de esta entidad - con representacióndel gobierno y de indígenas - que parecía tenercierta lógica al momento del debate de la leyindígena, no se compatibiliza con las demandasautonómicas hoy dominantes al interior del movi-miento mapuche. Explica también el por qué de laresistencia mapuche a la expansión de la inversiónhacia sus espacios ancestrales, expansión que ade-más de provocar los impactos sociales y ambien-tales antes señalados, es visualizada como unaamenaza a la reconstrucción territorial en la queestán empeñadas muchas de sus organizaciones.

Según el especialista en asuntos indígenasJosé Aylwin hay dos factores que explican estoscambios. El primero de ellos dice relación conla incapacidad de la normativa vigente (Ley No19.253 de 1993) y de la política pública impulsadaa la fecha para dar protección a los derechos quelos mapuche reivindican, en el contexto económi-co actual. En efecto, la tierra por si sola, sino vaacompañada de derechos sobre los recursos natu-rales, así como de derechos que aseguren gradosmayores de participación y/o control indígena delos procesos económicos sociales y culturales queen ellas se verifican, no asegura hoy las posibili-dades del desarrollo material y cultural que losmapuche legítimamente reclaman para si.

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El segundo factor es el conocimiento, quegracias a los procesos de conexión global hanadquirido los mapuches y otros pueblos indígenasde Chile, de los procesos que hoy ocurren a nivelinternacional y comparado, donde crecientementese reconocen y protegen los derechos territorialesde los indígenas, así como los derechos de partici-pación, autonomía o cogestión inherentes a ellos.

Sin desmerecer la legitimidad de la deman-da mapuche por tierra, la que encuentra su fun-damento último en la propia acción del Estadoque, con la ocupación militar de la Araucanía,arrebató gran parte de sus tierras ancestrales, yque más tarde con su legislación, legitimó la usur-pación de las mismas por parte de no indígenas,cabe reflexionar en torno a la estrategia hasta hoydesarrollada por el movimiento mapuche a la luzde las demandas territoriales y autonómicas quehoy prevalecen en él.

En primer lugar, no existe un plantea-miento claro en el movimiento mapuche sobrecuáles son las tierras que reclaman para supueblo. Los planteamientos existentes sobre lamateria son diversos; para algunos la demandase centra en las llamadas tierras en conflicto(Congreso Nacional Mapuche, 1997) o en disputa(Coordinadora Arauco Malleco, 1999), sin espe-cificar claramente cuales son ellas; para otros secentra en la restitución de "...las tierras que noshan usurpado a causa de leyes y políticas delEstado, tanto aquellas declaradas fiscales, comolas que han sido tomadas por particulares y másrecientemente por empresas forestales trasnacio-nales y nacionales ..." (Aukiñ Wallmapu Ngularn,1997). Para el abogado mapuche José Lincoqueoha esgrimido ante los tribunales los parlamentoscelebrados por los mapuches como fundamentopara la restitución de cualquier tierra ubicada alsur del Bío Bío.

La falta de precisión, en opinión de Aylwin,en la definición de las tierras reivindicadas por losmapuche contrasta con los avances logrados enesta materia en otros contextos, tanto en AméricaLatina (Bolivia, Brasil, Colombia, México, entreotros) como en Norteamérica (Canadá) donde lospueblos indígenas han desarrollado importan-tes trabajos histórico-culturales y cartográficos,basados en conocimientos tradicionales y/o en

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antecedentes jurídicos, destinados a identificarlas tierras y territorios que reclaman para sí, seanestos basados en ocupación ancestral, títuloscoloniales o estatales, o en su importancia cultu-ralo económica.

Más allá de la indudable justicia de lasreivindicaciones de tierra mapuche, la definiciónde las tierras a restituir por parte del movimientoresulta crucial. Ello por razones políticas, porcuanto si tales tierras no están hoy en poder delos mapuche, se requiere negociar su restitucióncon otros actores (Estado, particulares, empre-sas), para lo cual la certeza de lo reivindicadoparece un paso esencial. Adicionalmente se debeconsiderar el carácter del poblamiento actual delespacio territorial en que hoy viven los mapuche,como un espacio compartido, en que los mapucheson una minoría demográfica en comparacióncon otros sectores de la población, a diferencia deotros espacios territoriales hoy reivindicados porlos pueblos indígenas, tales como la Amazoníaen América del Sur o el Ártico en América delNorte, donde los pueblos indígenas constituyenel porcentaje mayoritario de la población. De estamanera, en un espacio con estas características,sería iluso suponer que los mapuche podríanrecuperar la propiedad total de su territorioancestral. Este proceso resultaría complejo, nosólo desde el punto de vista político y económi-co, sino incluso podría ser cuestionable desde elpunto de vista de los derechos de la poblacióncampesina no indígena, también pobre, que se haasentado en áreas rurales en virtud de las políti-cas desarrolladas por el Estado a lo largo de losúltimos ciento cincuenta años.

Lo anterior deja en evidencia la necesidadde avanzar en la definición del espacio territorialreclamado, ya sea que este incluya las tierras yrecursos considerados por los mapuches comousurpados, o aquellos que resulten claves parareforzar una territorialidad desarticulada, o losque resulten necesarios para la sus tentación mate-rial y cultural de los mapuches como pueblo.También parece fundamental la elaboración depropuestas en relación a la futura forma de uti-lización de dichas tierras y recursos, a modo deasegurar en ellas un desarrollo cultural y ambien-talmente sostenible, y que su traspaso no genere,

como ha sucedido en los últimos años en un con-texto de depresión de la agricultura tradicional,nuevas formas de dependencia con el Estado.

Por otra parte, no obstante la importanciaque han adquirido en el movimiento mapuche lasdemandas por el ejercicio de derechos colectivosde carácter político en los espacios territorialesen que viven sus comunidades, son muy pocoslos avances que se han logrado en este contenidoinmaterial de la territorialidad indígena. Es evi-dente que un sistema político y administrativo,así como una discriminación cultural, en nadafavorece el ejercicio de estos derechos por partede los mapuches y otros pueblos indígenas.

En el régimen político actual, no hay cabi-da para una representación política mapuche, nisiquiera en su espacio territorial ancestral o en lossectores en que su población es mayoritaria. Estasituación también contrasta con aquella existenteen otras latitudes, incluida América Latina, dondelos esfuerzos de los pueblos indígenas, ademásde estar dirigidos hacia alcanzar la protección yampliación territorial, han estado orientados deun modo central en los últimos años en la con-quista de derechos políticos en los territorios enque viven.

La permanente vulneración de los derechoscomo de su identidad histórica-cultural del pueblomapuche y el desarrollo de sus procesos reflexivosy de organización social y política le han permi-tido conformarse en el principal, tal vez, el únicomovimiento social que hoy se despliega al interiorde la sociedad neoliberal avanzada chilena. Laactual rebelión mapuche cuestiona todo el ordensocial construido en Chile en estos últimos treintay cinco años. En efecto, sus demandas trasciendenlo meramente económico, pues desde la décadadel ochenta, el movimiento social mapuche plan-tea un cambio en la discusión de sus derechos, encuanto a presentar estrategias que privilegian laautonomía política territorial. De la reivindicaciónpor tierras se pasa a una demanda por territorios;de una participación en el Estado, hacia una que secentra en la autonomía. Esta transformación en lademanda implica una novedosa forma de relacióncon el Estado nacional quien, por cierto, niega demanera rotunda y categórica dicha posibilidad deautonomía.

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GÓMEZ: Tierra, territorio y autonomía: la lucha política del movimiento social mapuche ...

Frente a este cambio y ante las acciones delos comuneros mapuche, los gobiernos concerta-cionistas han respondido con la violencia direc-ta, aplicando la Ley de Seguridad Interior delEstado o recurriendo a legislación de la época dela dictadura militar, como la Ley anti-terrorista,para enfrentar las movilizaciones, las ocupacio-nes de predios, las manifestaciones callejeras ycualquier otra expresión concreta de las reivindi-caciones del pueblo mapuche. En este sentido, haexistido una clara estrategia de criminalizacióny judicialización del problema mapuche. Enotras palabras, el Estado, por una parte, trata dereducir "la cuestión mapuche" al tema econó-mico y de subsistencia obviando el tema de losderechos colectivos como pueblo, es decir, ignorala dimensión política. Y, por otro, criminal iza yjudicializa el problema al sobredimensionar lasacciones de reivindicación del movimiento socialmapuche, recurriendo a la policía y al uso des-proporcionado de la fuerza, usando a los mediosde comunicación para estigmatizar y descalificara los mapuche como terroristas y delincuentes y,finalmente, radicar el tema en los tribunales.

La criminalización del problema mapucheha significado que en último tiempo "solo en laregión de la Araucanía cerca de 300 mapucheque han sido acusados ante la justicia, a contar delaño 2000, por acciones vinculadas a los conflic-tos por tierra que involucran a sus comunidades.De estos al menos un 10% han sido acusados decometer delitos terroristas según a la legislaciónque data de los tiempos de la dictadura, queha sido cuestionada desde la perspectiva de losderechos humanos por cuanto permite el usode testigos sin rostro que debilitan el derecho ala defensa, posibilita largos períodos de prisiónpreventiva, y establece condenas que duplican lasdel Código Penal.

La existencia de un régimen políticodemocrático autoritario, del Estado, en su formanacional-neoliberal, son la mejor garantía paralas clases propietarias que la mantención el ordencapitalista no corre peligro. Por esa razón, elconflicto mapuche o la cuestión mapuche seguirásiendo uno de los temas políticos, históricos yculturales no resueltos en la sociedad chilena.Y, tal vez, en la medida que vaya estableciendo

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alianzas con otros grupos de la sociedad queresisten y se oponen al orden neoliberal, podránser fuentes de origen de una crisis política queafecte tanto al régimen político como al Estado.Por el momento, tan sólo el pueblo mapuche selevanta en contra del orden neoliberal.

NOTAS

1. Los investigadores citados sostienen que de los163 predios expropiados a favor de comunida-des o con participación mayoritaria de mapu-che, sólo se parcelaron un total de 63 predios,por una superficie de 53.240,88 hectáreas. Deltotal asignado, se estima que menos de un 50%de estas tierras le fueron entregadas a algúnasentado mapuche, por tanto, la superficieaproximada de tierra de todo el proceso deReforma Agraria que finalmente llegó a poderde mapuches no supera las 25 mil hectáreas,esto es el 16% de la tierras recuperadas entre1962 y 1973. El resto de las tierras, es decir,el 84% fue devuelto a sus antiguos propieta-rios o se entregó en parcelas a ex inquilinos omedieros. Finalmente, ... el proceso de ReformaAgraria concluye legalmente con la promul-gación de dos Decretos que ponen un finalirreversible a la Reforma Agraria y declaranfuera de la ley a las organizaciones protago-nistas del proceso: el 20 de octubre de 1978, através del D. L. N° 2.346 se declararon disueltassiete organizaciones sindicales, entre ellas lasConfederaciones Campesinas Unidad ObreroCampesina y Ranquil; y, en diciembre de 1978,se disuelve la Corporación de la ReformaAgraria, CORA, por el D.L. W 2.405, siendosucedida transitoriamente por la Ofician deNormalización Agraria, ODENA, de existenciaefímera, entre l de enero 1979 y 31 de diciem-bre de 1979.

2. Una excepción en este sentido es el Consejo deTodas las Tierras (Aukiñ Wallmapu Ngulam),que con un carácter nacional, mantiene suvigencia como organización mapuche hasta lafecha. No obstante, desarrolla un trabajo a nivelde los distintos espacios territoriales mapuchey sus planteamientos son similares a los de lasorganizaciones territoriales mapuche emergidasen los últimos años.

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3. Al respecto el Congreso afirma: La tenencia delas tierras es la base del pueblo mapuche, comoasimismo el uso de las aguas de los ríos, de loslagos y del mar. Aún cuando la mitad de la pobla-ción está en zonas urbanas la referencia ideoló-gica cultural es la tierra y el territorio mapucheancestral. (Aylwin, 2002)

4. Ibíd.

5. Como propuesta concreta para lograr dicha auto-nomía plantea la creación de una serie de unParlamento Mapuche, con representación deautoridades tradicionales mapuche de distintasregiones (desde Bío Bío a Los lagos), de unTribunal Mapuche, y de una Unión Comunal deOrganizaciones Mapuche. El Congreso sugirióademás la constitución de un padrón electoralmapuche con este fin. (Ibídem).

6. Consejo de Todas las Tierras (Aukiñ WallmapuNgulam), "Los Derechos de los PueblosIndígenas, Un Desafío para la Democracia" enCámara de Diputados, 1999.

7. Identidad Mapuche Lafkenche de Arauco, 1999.

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