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Tesis para optar por el grado de doctor en lingüística

Posgrado en Humanidades, UAM-I

Sintaxis diacrónica y sincrónica de la colocación de los pronombresclíticos de objeto en el español medieval

Director: Esthela TreviñoCo-Asesor: Milagros Alfonso Vega

Presentado por Tae shig Shin04 de noviembre de 2004

ÍNDICE

Introducción 1

Metodología y Marco teórico 2

Organización de la tesis 5

Capítulo Primero: Antecedentes teóricos del análisis de los pronombres clíticos

1.0. Introducción 8

1.1. Repasos anteriores sobre los clíticos medievales 8

1.2. Consideraciones previas sobre los clíticos actuales 16

1.2.1. Perspectivas de los clíticos argumentales 17

1.2.2. Perspectivas de los clíticos no argumentales 22

Capítulo Segundo: Descripción diacrónica del comportamiento de los clíticos medievales

2.0. Introducción 26

2.1. Corpus 27

2.2. Visión panorámica de la colocación de los clíticos medievales 28

2.2.1. Proclitización al verbo finito 32

2.2.2. Enclitización al verbo finito 33

2.2.3. Ascenso de infinitivo 36

2.2.4. Interpolación 38

2.2.5. Enclitización al infinitivo 40

2.3. Patrones medievales respecto de los elementos preverbales 41

2.4. Reduplicación de los clíticos medievales 46

Capítulo Tercero: Aproximaciones a la sintaxis de los pronombres clíticos en español

3.0. Introducción 56

3.1. La caracterización del clítico medieval frente al actual 58

3.2. Los clíticos son argumentos pronominales 62

3.2.1 La afijación a posiciones de proyección máxima 62

3.2.2 La afijación a posiciones de proyección mínima 66

3.3 Proclitización a la categoría funcional T 70

Capítulo Cuarto: La Proyección discursiva FNeut del EM

4.0. Introducción 77

4.1. Distribución de los clíticos medievales 78

4.2. Las características sintácticas de la posición dislocada a la izquierda: duplicación 80

4.3. Distribución preverbal de las FFNN definidas y no duplicadas 85

4.4. La caracterización del Esp de FT para el EM 87

4.4.1. El cotejo de Caso Nominativo 91

4.5. La caracterización de la FNeut 93

4.6. La caracterización de FNeg 100

4.7. Las FFVV ascendidas al Esp de FNeut 103

Capítulo Quinto: Evidencia sobre una categoría funcional extra

5.0. Introducción 112

5.1. Evidencia empírica sobre otra categoría funcional 112

5.2. Identificación de la categoría funcional FX 130

5.2.1. La hipótesis de FComp Doble 131

5.2.2. La categoría funcional Concordancia de Sujeto 133

5.2.3. La categoría funcional F de Uriagereka 135

Capítulo Sexto: La categoría funcional Foco

6.0. Introducción 139

6.1. La noción de Foco 139

6.2. La caracterización morfosintáctica de la categoría Fo funcional 142

6.2.1. El movimiento focalizado de las FFNN indefinidas 144

6.2.2. El movimiento de los clíticos interpolados y enclíticos al verbo finito 146

6.2.3. El movimiento focalizado de FFVV remanentes 154

Capítulo Séptimo: Conclusiones 158

Anexo 162

Textos citados 179

Bibliografía 179

1

Introducción

He tomado como tema de estudio los pronombres clíticos del español medieval (EM) frente

a los del español actual (EA), dentro del marco teórico de la gramática generativa. El

presente trabajo se centrará en explicar por qué los clíticos medievales se comportan de

manera distinta a los actuales. Desde el trabajo de Rivero (1986) sobre los clíticos del EM,

predominantemente se acepta que los clíticos medievales son elementos fraseales que con

frecuencia se separan del verbo y deben enclitizarse a cualquier constituyente que tengan a

su izquierda, mientras que los del EA se consideran núcleos que deben unirse al verbo. Es

por ello que se ha establecido una distinción fundamental entre los modos de clitización: en

el componente fonológico para el EM y en el morfosintáctico para el EA. Desde otro punto

de vista de análisis, a mí me interesa estudiar la diferencia distribucional que exhiben

ambos clíticos, a pesar de que comparten muchas propiedades. En este trabajo, por lo tanto,

supondremos que los clíticos medievales son núcleos y no han cambiado

morfosintácticamente desde la época medieval a la actualidad.

Como es bien sabido, se observan muchos ejemplos a favor de una variación

paramétrica respecto de la colocación de los clíticos entre diferentes variedades del español,

i.e., EM y EA, así como entre diferentes lenguas cuya variación se explica en términos de

algún parámetro desde el marco teórico de Principios y Parámetros. La variación entre los

dos tipos de español se puede limitar bajo ciertos parámetros de estructura gramatical. De

ahí se plantea una pregunta obvia: ¿en dónde reside la parametrización de los clíticos?

Según Chomsky (1995b: 131), “si los elementos sustantivos (verbos, nombres, etc.) se

seleccionan de entre un vocabulario universal invariable, entonces solamente los elementos

funcionales estarían sujetos a parametrización”. De acuerdo con esta suposición, explicaré

2

los comportamientos distintos de los clíticos de objeto del EM frente a los del EA,

arguyendo que aquellos provienen de una parametrización de las categorías funcionales,

específicamente, de Neutro (Neut), de Foco (Fo) y de Tópico. Esta estrategia de análisis se

basa en los procedimientos gramaticales del modelo tanto de Principios y Parámetros como

del Programa Minimalista1, aquellos que muestran que todas las propiedades sintácticas

distintas entre lenguas dependen de las parametrizaciones de categorías funcionales.

Naturalmente, la hipótesis principal que propongo es que los comportamientos distintos

de los clíticos medievales se deben a las tres categorías preverbales tales como FNeut, FFo

y FTop; quizás, posee el EA la posibilidad de proyectar las tres categorías, pero se

comportarán de manera sintácticamente distinta.

Metodología y Marco teórico

En el marco teórico de la gramática generativa se ha propuesto que los clíticos romances de

objeto directo e indirecto son verdaderos argumentos pronominales que se generan en su

posición temática desde donde se derivan por medio de un movimiento sintáctico que los

adjunta a una posición nuclear, tradicionalmente, al verbo. Siguiendo esta propuesta,

dejaremos de lado ciertos pronombres clíticos que no “sustituyen” a un complemento

directo e indirecto; por ejemplo, el SE impersonal o pasivo (se venden las casa nuevas), el

clítico dativo de posesión inalienable del siguiente tipo (*(le) duele la cabeza a Pedro), el

clítico dativo de benefactivo (*(le) pinté un tigre a la niña); también, dejaremos fuera del

1 En esta teoría, Chomsky (1995b) intenta minimizar el aparato teórico necesario para describir una gramática.Para tal objetivo, supone dos niveles básicos de representación lingüística, Forma Fonética (FF) que esla interfaz con los sistemas de sonidos, y Forma Lógica (FL), la interfaz vinculada con los sistemas deestructura conceptual, eliminando otras representaciones, tales como la Estructura-P y la Estrucutra-S. Ala FF y FL, se aplica una economía representacional, i.e., Principio de Interpretación Plena (PIP) en elque todos los elementos que llegan a estos dos niveles deben interpretarse, es decir, son objetoslegítimos interpretables.

3

presente trabajo el porqué de que tanto en el EA como en el EM los clíticos forman una

unidad morfológica entre sí (Bonet, 1991), así que no hay ninguna separación, compárese

(*ouoge a otorgarlo a los moros, *comenςaron se los obispos a querellale ell uno dell otro

de los tuertos, frente a ouogelo a otorgar a los moros (Pedro I, 28,11b), comenςaron los

obispos a querellasele ell uno dell otro de los tuertos (PCGE, 191, 3a )).

Para la realización de la presente tesis, por otra parte, he repasado los análisis anteriores

propuestos para explicar los clíticos del EM y he revisado textos medievales relevantes

desde el siglo XII hasta el XV: Poema de Mio Cid (Siglo XII), Primera Crónica General

de España (XIII), El Conde Lucanor y Crónica de Pedro I (XIV), La Celestina y Crónica

de los Reyes Católicos (XV). En cuanto a la revisión, un primer acercamiento a los datos

nos revela que las oraciones finitas simples muestran varias posiciones donde aparecen los

clíticos: proclitización al verbo finito (Dios le ayudara (Cid, 1158)), enclitización al mismo

(Danles tres palafrés muy bien ensellados (Cid, 1064)) e Interpolación (Dixe que lo yo avía

muerto (Zif, 75)), mientras que las infinitivas exhiben las siguientes formas: enclitización al

infinitivo (por no mostrarles enemistad (Reyes, 234)) e Interpolación (por se non egualar a

su padre (PCGE, 195, 51b)). Abarcando todas las posiciones antes mencionadas, las

construcciones que se esquematizan como verbo finito + infinitivo, i.e., [VF + Infn] en

donde los verbos finitos toman infinitivos como su complemento, no solamente muestran

otras posibilidades de comportamiento de los clíticos, por ejemplo, el ascenso de infinitivo

(Matar bien me puedes (PCGE, 146, 30b)), sino que también su ocurrencia es abundante y

manejable, razones por las cuales, este trabajo se enfocará a las construcciones oracionales

del tipo [VF + Infn].

Sobre la base de la delimitación del estudio, es conveniente comparar la gramática

medieval del fenómeno de los clíticos con la actual. Además del análisis diacrónico, es

4

necesario estudiar los clíticos medievales sincrónicamente, porque todavía no hay

explicaciones definitivas sobre estos clíticos.

Con respecto a los clíticos del EA, poseen tres propiedades sintácticas: reduplicación

pronominal, ascenso del clítico y afijación a un elemento anfitrión. A simple vista, los

clíticos del EM también manifiestan esas propiedades según la documentación de nuestro

corpus: la reduplicación (A nuestros amigos bien les podedes dezir (Cid, 831)), el ascenso

del clítico ( non lo puede vender (Cid, 516) vs. no podia leuarlo adelante (Pedro I, 34,

7b)), y la afijación mediante la cual se adjuntan al verbo superficialmente, como se observó

en las oraciones ejemplificadas arriba. Las tres propiedades comunes y constantes nos

llevan a pensar que los clíticos medievales se comportan de manera semejante a los

actuales. Por el contrario, el fenómeno de Interpolación puede llevar a suponer que los

clíticos del EM son distintos a los del EA. Sin embargo, atribuiremos esta diferencia a otra

que se da entre las dos variantes del español, a una caracterización estructural en la que los

clíticos del EM aparecen al lado izquierdo del verbo finito, precediendo uno o más

constituyentes, es decir, arriba de T°. Es por ello que nuestro trabajo se enfocará a las

posiciones preverbales (o sea, fuera del mando-c de T°) de las estructuras jerárquicas para

el EM y el EA. En estas posiciones se aprecia la distinción gramatical entre los dos

períodos respecto del orden de palabras preverbales al verbo finito, como puede observarse

en los siguientes ejemplos: el ascenso del Infn (Matar bien me puedes (PCGE, 146, 30b)),

la aparición de más de dos constituyentes a la izquierda del sujeto (si buen entendimiento

le Dios quiso dar para entender (Zif, 335)), la anteposición de un objeto que no se

reduplica con un clítico (Virtos del Campeador a nos vienen buscar (Cid, 1498)), etc.,

fenómenos que ocurren aparentemente arriba de T°.

5

Por otro lado, las teorías gramaticales que se desarrollarán en el presente estudio se

enmarcan, en principio, dentro del Minimalismo, modelo originalmente presentado por

Chomsky (1991) y enriquecido con sus trabajos posteriores tales como el Programa

Minimalista. En particular, nos interesan para la descripción de los fenómenos gramaticales

medievales, ciertos principios de la Gramática Universal, por ejemplo, las teorías del Caso,

Temática, las operaciones de ensamble binario y la relación de mando-c, etc. En efecto,

estas nociones se aplican en este trabajo desde una perspectiva de arquitectura de las

derivaciones configuracionales.

Organización del trabajo

El presente trabajo consiste de seis capítulos y unas conclusiones generales a las que

llegaremos a través de estos. La intención del primer capítulo es presentar ciertas

consideraciones y perspectivas previas acerca de los clíticos tanto medievales como

actuales. Como es bien sabido, los clíticos todavía no han podido analizarse desde la misma

perspectiva ni del mismo modo, por ende, nos vemos forzados a repasar antecedentes

teóricos relevantes para tomar una mejor dirección de análisis de esta investigación.

El objetivo del segundo capítulo es introducir un corpus como base del estudio

comparativo e histórico, que abarca cuatro siglos (XII-XV) del período medieval. Sobre la

base del corpus seleccionado, describiremos diacrónicamente los fenómenos gramaticales

medievales vinculados con los clíticos; al mismo tiempo, la descripción se centrará

principalmente en las colocaciones de los clíticos, caracterizándolos sincrónicamente. De

ahí, los clíticos medievales se clasifican en cinco tipos de colocación: la proclitización al

verbo finito, la enclitización al mismo, el ascenso de infinitivo, la Interpolación y la

enclitización al infinitivo. Por medio de la clasificación se observan tendencias de cada

6

tipo, mismas que aportan una visión panorámica de la evolución del EM. Además,

analizaremos la reduplicación de los clíticos medievales, lo que servirá como indicador

para arrojar luz sobre posiciones y propiedades de los elementos preverbales.

El tercer capítulo se centrará en determinar la naturaleza y propiedades de los clíticos, y

presentar una síntesis de las características sintácticas relacionadas directamente con los

clíticos tanto medievales como actuales. Desde una perspectiva homogénea que se va a

establecer en este trabajo, intentaremos explicar por qué los proclíticos tanto del EM como

del EA se consideran afijados a T°.

En el cuarto capítulo, señalaremos que los tópicos duplicados medievales y actuales

ocupan la posición dislocada a la izquierda, lugar que configuracionalmente debe ubicarse

arriba de FComp en las oraciones principales, mientras que, en las subordinadas, se sitúa

abajo de esta proyección. Lo más importante que representan esas posiciones para tópicos

duplicados es que desde la época medieval hasta la actualidad han presentado las mismas

características sintácticas, sin cambio diacrónico. En nuestro corpus, por otra parte, se

evidencia que ciertas FFNN de objeto definidas y específicas preverbales pueden aparecer

sin duplicación con clítico, fenómeno que se desvanece perfectamente en el EA. Por ocupar

una posición adyacente al verbo finito, en general se supone que aquellas FFNN no

duplicadas preverbales se albergan en el Esp de FT, pero nos encargaremos, de manera

alternativa, de proponer el Esp de FNeut para acomodarlas, argumentando que el Esp de FT

no es necesario de proyectar tanto en el EM como en el EA.

En el quinto capítulo, argüiremos empíricamente la existencia de otra categoría

funcional que se sitúa entre FComp y FT para albergar tanto a las FFNN de objeto

indefinidas como a los clíticos interpolados (en nuestro trabajo, los enclíticos al verbo finito

también se analizarán como interpolados). Con base en las justificaciones empíricas en

7

favor de otra categoría funcional preverbal, identificaremos esta categoría supuesta con la

proyección Fo, aduciendo que son problemáticos otros candidatos, p.ej., una FComp doble,

la categoría de Concordancia de Sujeto, la categoría F propuesta por Uriagereka (1988 y

1995a); todas ocupan la misma posición que la categoría supuesta.

Tomando en cuenta la existencia de la categoría Fo hipotetizada, en el sexto capítulo se

tratará de redefinir la noción de foco y elaborar una detallada explicación de esta categoría

que atrae forzosamente a los elementos focalizados. Con base en tal explicación, por fin,

podemos argüir que los clíticos interpolados, inclusive enclíticos al verbo finito, no

aterrizan en el núcleo Fo° sino que deben adjuntarse al Top° bajo la teoría del Cotejo de

Rasgo.

Finalmente, cerraremos este trabajo presentando unas conclusiones generales sobre el

hecho de que las diferencias diacrónicas de los clíticos medievales derivan de las

parametrizaciones de ciertas categorías funcionales, tales como FNeut, FFo y FTop.

8

9

8

Capítulo Primero: Antecedentes teóricos del análisis de lospronombres clíticos

1.0. Introducción

Desde los estudios pioneros de Perlmutter (1972) y Kayne (1975), los pronombres clíticos

han constituido un tema de investigación muy interesante en la tradición generativista. Ha

habido dos corrientes para analizar tanto los clíticos medievales como los actuales; la

primera propone derivaciones transformacionales mediante las cuales los clíticos se

mueven desde sus posiciones temáticas, y la segunda sugiere la generación de los clíticos

en el proceso de formación de palabras. Estas dos corrientes de análisis se han desarrollado

independientemente dentro del marco teórico de la gramática generativa. Aquí presentaré

algunas explicaciones relevantes en cuanto al comportamiento del clítico medieval y del

actual para intentar comprender mejor la naturaleza y propiedades de los clíticos.

1.1. Repasos anteriores sobre los clíticos medievales

De los primeros trabajos que se ocuparon del fenómeno de la clitización medieval dentro

del marco de la gramática generativa, sobresale el de Rivero (1986). En sus trabajos

consecutivos (1986, 1991, 1993), la autora propone consistentemente que los clíticos de

complemento en el EM son sintagmáticos, esto es, desempeñan un papel de frase en la

sintaxis por lo que ocupan una posición argumental para recibir papel temático; no

obstante, su carácter átono los hace fonológicamente enclíticos (son clíticos simples, en el

sentido de Zwicky (1977)), independientemente de la categoría sintáctica del elemento que

les preceda. Los argumentos de Rivero se desarrollan sobre la base de la distribución

paralela que exhiben los clíticos de objeto y sus respectivas FFNN o FFPP:

9

(1) a. E maguer el fecho non vieron (Zif, 59) (Rivero, 1992: 106)

b. tobo que non le estaría bien si los non fuese cometer (Cid, 10)

c. Yo a ti vin buscar (BS Dom, 341a) (Rivero, 1992: 114)

d. Yo te haré yr el infierno con cartas (Cel, 274)

Rivero, en su análisis, dice que los clíticos de objeto y las FFNN o FFPP se generan en

posición temática dentro de la FV. Cuando salen de la FV, se pueden adjuntar como

proyección máxima a la FV que los contiene, como se representa en (2):

(2) FV2

FXi (FNi o Cli) FV1

V° hi

Este proceso, según la autora, puede extenderse a la adjunción de clíticos y de FFNN (o

FFPP) a la izquierda del complemento de FComp en las oraciones finitas o en las que

aseguran la ocupación de un elemento en la posición inicial; a diferencia de las FFNN que

ocupan la primera posición de la oración, como observamos en (3a), los clíticos no pueden

iniciar una oración, restricción mejor conocida como ley de Wackernagel2, véase (3b):

(3) a. Este logar mostro dios a abraam (citada en Fontana, 1993: 64)

b. maguer ge las el querie dar (PCGE, 24, 29a)

Además de la adjunción al complemento de FComp, Rivero (1993) reconoce el movimiento

del infinitivo por encima del verbo finito para ejemplificar una diferencia sintáctica entre el

EM y el EA: los infinitivos medievales exhiben tres tipos de movimiento en los contextos

del futuro analítico y los modales, operaciones sintácticas que estarían motivadas por las

2 La ley de Wackernagel (citada en Wanner, 1991: 314) estipula que los clíticos no pueden ocupar la primeraposición en una oración finita.

10

características fonológicas de los clíticos medievales. En primer lugar, un infinitivo sube a

Comp por encima de Aux a través del Movimiento Largo de Núcleo (MLN), que no

interrumpe la cadena de rección por antecedente entre el V° antepuesto y su huella, para

satisfacer la ley de Wackernagel, como se muestra en la siguiente estructura:

(4) a. Dezirvos he cosa que ---vos será (Cid, 146)

b. FComp

Comp° FI

Deziri vos he FV

hi

En segundo lugar, un infinitivo se incorpora al verbo finito por medio del Movimiento

Corto de Núcleo(MCN), de la misma manera que los auxiliares temporales se comportan

como sufijos temporales, ya que estos requieren un verbo por su propiedad morfológica,

como en (5b):

(5) a. Señora, a quién nos dar edes por cabdiello? (Zif, 163) (Rivero, 1993: 225)

b. [V°i (o Infni) + Aux°] ------- hi

En tercer y último lugar, en el EM se antepone una FV que contiene una categoría vacía

asociada con el clítico que previamente ha subido al elemento flexional, construcción en

donde a las FFVV antepuestas se les aplica la Reconstrucción (en el sentido de Cinque

(1982)), que permite interpretarlas como si estuvieran in situ:

(6) a. E pues yo non vos loi puedo [FV gradescer hi]j.

→ E pues yo [FV gradescer hi]j non vos loi puedo hj (Zifar, 362) 3

b. Si non loi quisiéredes [FV así fazer hi]j

3 El sujeto yo en (6a) se mueve a la posición de foco. Según Rivero, el término ‘foco’ hace referencia a unaposición inferior a FComp, no a una interpretación semántica.

11

→ Si [FV así fazer hi]j non loi quisiéredes hj (DEL, 221, Rivero, 1991: 265)

De manera similar, Rivero analizó la inversión del verbo finito [VF + Cl] como un

fenómeno idéntico al movimiento de Infn; los clíticos medievales no podían ocupar la

posición inicial en la oración, así que el ascenso del verbo finito a Comp° proporciona un

anfitrión fonológico para aquellos, como se da en las oraciones siguientes:

(7) a. salió los reςebir de buena voluntad (Cid, 2882)

b. a estos quiso los Dios guardar (PCGE, 319, 21a)

Según Rivero, el objeto directo ‘a estos’ de (7b) ocupa la posición dislocada a la izquierda,

es decir, fuera de FComp, por lo tanto, el verbo finito ‘quiso’ subió a Comp° como

mecanismo de Último Recurso4 para respetar la ley de Wackernagel.

Por otra parte, Fontana (1993 y 1996) desarrolla una propuesta semejante a la de

Rivero, en la que los pronombres clíticos del EM son proyecciones máximas que se

enclitizan fonológicamente con cualquier categoría a su lado izquierdo.

(8) a. respondio=l don Pelayo en guisa (EE-II, 3r, citada en Fontana, 1996: 68)

b. FComp

Comp FI

respondioi FN

FNj FN I´

=lj d. Pelayo I FV

hi

... hi....hj...

Como se ve en (8b), esquematizado por Fontana, sin embargo, el comportamiento del

clítico medieval se analiza de manera distinta del de Rivero. Fontana supone que los

clíticos como proyecciones máximas se adjuntan sintácticamente al lado izquierdo del

4 Según Chomsky (1991 y 1993), este mecanismo señala que las operaciones gramaticales en una derivaciónson legítimas sólo si se necesitan para converger; si no se hubieran aplicado, la derivación no hubierapodido converger.

12

constituyente que ocupa el Esp de FI en (8b), a la FN de sujeto; no obstante, se enclitizan

fonológicamente a un elemento que les precede, es decir, a la derecha de Comp°, véase

(8a). Estas dos operaciones evidencian que la sintaxis es totalmente independiente de la

fonología. Por otro lado, en su análisis sobre la inversión del verbo finito [VF + Cl] donde

el verbo finito aterriza en Comp°, como se observa en la flecha izquierda de (8b), Fontana

propone que el movimiento desde I° a Comp° puede activarse por cierta razón5, no por el

mecanismo de Último Recurso para satisfacer la ley de Wackernagel, propuesta que difiere

de la de Rivero. A favor de dicha propuesta, el autor presenta las siguientes pruebas: en

primer lugar, hay muchos verbos finitos iniciales sin clítico alguno, como los de (9):

(9) y fizo el papa penitencia y dixo sant Antidio la missa en su logar y consagro la crisma y

tomo una partida della pora ..... (EE-I, 126r, Fontana, 1996: 66)

En los ejemplos de (9), se aprecia una anteposición del verbo finito que no tiene nada que

ver con la presencia de un clítico. En segundo lugar, se nota que el verbo finito puede subir,

a veces, a Comp° permaneciendo el clítico a su derecha en el contexto en donde ciertos

adverbios como ‘entonces’ en (10), ocupan la posición inicial6, constituyentes que podrían

funcionar como un apoyo fonológico para los clíticos, como se ve a continuación:

(10) e entonςes demandoLAS el a aquel freyre e tomolas (GCU, 6, Fontana, 1993: 71)

Esta oración sirve para argüir que el movimiento de verbo finito a Comp°si es que se ha

dado no estaría motivado por un requerimiento fonológico. En tercer lugar, se observan

ejemplos como los de (11) que ilustran que las conjunciones coordinantes, algunas veces,

5 En los trabajos de Fontana (1993 y 1996), no se especifica qué induce el movimiento del verbo finito aComp°.

6 Esta observación de Fontana empíricamente se confirma en nuestro corpus, como se muestra en lassiguientes oraciones en las que los clíticos van en mayúsculas para obtener mayor claridad:(i) al cabo ME ha de halagar (Cel, 148)(ii) et siempre LE viera fazer vida (Luc, 70)(iii) et assi SE deuie complir lo que fuera fadado (PCGE, 73, 11a)

13

sirven de anfitriones para la enclitización fonológica, pero otras veces, no funcionan así:

(11) a. yL fuessen leales. Yl obedesciessen yl guardassen como a Rey (EE-I, 181v)

b. e vencióLO, y encerroLO en el Alhanbra de Granada. (Alf, 11)

c. y fizoLO traer preso. (EEI, 127v, Fontana, 1993: 74)

La comparación de (11a) con (11b-c) ofrece evidencia en favor del argumento de Fontana;

la conjunción coordinante ‘y’ desempeña el papel de anfitrión fonológico para los clíticos,

como se aprecia en (11a); en consecuencia, si los verbos finitos de (11b-c) se han movido a

Comp°, dicho movimiento no es para satisfacer la ley de Wackernagel.

A fin de explicar que los clíticos medievales son proyecciones máximas y no elementos

nucleares, Zubizarreta (1998) elaboró otra propuesta investigando contextos de duplicación

con clíticos. La autora afirma que en el EM, el Esp de FT podía ocuparse por diferentes

tipos de constituyentes oracionales incluyendo sujetos, adverbios temporales o locativos,

argumentos dativos o locativos, objetos directos, etc., y que los objetos directos e indirectos

en esa posición no se duplican con un clítico como se ve en (12a-b), mientras que las frases

dislocadas a la izquierda se duplican con aquel, como en (12c-d):

(12) a. quando estas palabras ouieron dicho aquellos mandaderos (PCGE, 46, 40b)

b. et a las uezes a ellos obedecieron (PCGE, 209, 51a)

c. mi orden e mis manosi querría lasi ondrar (Cid, 2373)

d. a estosi quiso losi Dios guardar (PCGE, 319, 21a)

Según Zubizarreta, esta distinción del fenómeno de reduplicación se atribuye al estatus

sintáctico de los clíticos medievales, duplicados o no: según la autora, son proyecciones

máximas. Por una parte, cuando un objeto ocupa el Esp de FT como en (12a-b), ningún

clítico duplicado puede aparecer, porque los objetos ‘estas palabras’ y ‘a ellos’ ya ocupan

el Esp de FT, único sitio para una proyección máxima en la siguiente estructura oracional:

14

[FT[T°[FV...]]] para el español medieval y actual (Zubizarreta). Por otra parte, como se ve en

la construcción de (12c-d), los clíticos se duplican con las FFNN correferenciales; esta

reduplicación la explica dicha autora con base en que aquellos se colocan en el Esp de FT,

mientras que las FFNN se ubican en la posición dislocada que se representa en la siguiente

estructura oracional: [FTop(=posición dislocada)[FT[T°[FV...]]]. A fin de sustentar este análisis,

Zubizarreta muestra el pronombre tónico duplicado ‘ellosi’ de (13) que aterriza en el Esp de

FT y su FN en la posición dislocada:

(13) a. Tovieron que iudiosi, esa falsa mesnada, ellosi avian la carne de don Christo

furtada.(citada en Rivero 1986: 792)

b. [FTop iudiosi [FT ellosi [T avian [FV la carne...]]]]

A diferencia de los tres autores anteriores, Wanner (1991) trata de argumentar que los

clíticos medievales son núcleos léxicos frente a las FFNN plenas; ambos se tratan como un

argumento interno del verbo. En particular, el autor postula un nodo ConcInt7, que solamente

alberga a los clíticos medievales, bajo una estructura desdoblada de la categoría

Concordancia (Conc), como se ve en la siguiente configuración:

(14) a. Lo hablábamos claramente.

b. FI

ConcInt I°

Cli V + T+ ConcExt FV

.......hi.....

7 Según Wanner (1991), el nodo ConcInt se integra ensamblado con el nodo I° sin movimiento sintácticoalguno, véase (14b), por eso forma la parte exterior de la categoría Conc desdoblada a la que los clíticosse mueven opcionalmente, mientras que el nodo ConcExt constituye una de las capas jerárquicas de laflexión, tal como [FConc [FT [FAsp... ]]]; por lo tanto, esta especifica rasgos de concordancia como persona ynúmero, categoría que equivale a la FConc hipotetizada por Pollock (1989).

15

Como se da en la estructura arbórea, la ConcExt representa rasgos de concordancia de

persona y número incorporados morfológicamente al verbo, y pertenece a un verdadero

compuesto morfológico de I°, por último obliga al verbo finito a moverse a esa posición

para satisfacer sus propiedades morfológicas:

(15) a. [...[FConcExt [V+T] Conc]i+j [FT hj [FV hi]]]]

b. /hablaV- baT -mospers/núm/

Por el contrario, la ConcInt, adjunta a I°, es un constituyente sintáctico opcional frente a la

ConcExt obligatoria y tiene la propiedad de que, si es necesaria, se representa únicamente en

oraciones finitas, no en oraciones infinitivas. En consecuencia, las oraciones finitas exhiben

proclitización como se mostró en (14a), mientras que las infinitivas muestran enclitización

por falta de esa ConcInt.

Siguiendo la perspectiva de que los clíticos medievales son nucleares, Wanner

argumenta en contra del estatus sintáctico del clítico como frase en el período medieval.

Primero, las FFNN de objeto podían permanecer separadas a la derecha del verbo, véase

(16a); al contrario, si los clíticos se comportaran como frases nominales, ¿por qué no se

pueden colocar separados del verbo posverbalmente?, como se ve en (16b):

(16) a. en tal que no ouiesses tenido en to poder mi cuerpo.

b. *en tal que no ouiesses tenido en to poder lo. (PCG 59, Wanner, 1991: 346)

Segundo, las FFNN preverbales pueden aparecer en cualquier posición, mientras que los

clíticos medievales no pueden colocarse en la posición inicial, recuérdese la ley de

Wackernagel.

(17) a. su lengua le querría prestar para que hablasse presto (Cel, 177)

b. *las quiero casar con de aquestos mios vassallos vs. quiérolas casar con de

aquestos mios vassallos (Cid, 1765)

16

Tercero y último, Wanner propone otra aproximación al fenómeno de Interpolación que ha

servido para aducir que los clíticos medievales son frases; los clíticos interpolados se

derivarían de algún movimiento sintáctico de ConcInt a una posición superior a FI.

En resumen, los repasos anteriores nos han mostrado las distintas perspectivas para

comprender el comportamiento de los clíticos medievales. Una es que los clíticos de objeto

desempeñan un papel como proyección máxima en la sintaxis, adjuntándose al

complemento de FI o FNeg (Rivero, 1986 y 1991), o adjuntándose al constituyente en el

Esp de FT (Fontana, 1993 y 1996), u ocupando el Esp de FT (Zubizarreta, 1998);

independientemente de las adjunciones sintácticas, deben enclitizarse fonológicamente de

acuerdo con su carácter átono. La otra es que los clíticos son núcleos que se mueven desde

la posición interna del verbo a la ConcInt en oraciones finitas, y la Interpolación resulta del

movimiento de ConcInt, previamente adjuntada por un clítico, a una posición delante de FI.

1.2. Consideraciones previas sobre los clíticos actuales

A diferencia de los clíticos medievales que, en ciertas ocasiones, aparecen separados del

verbo, los actuales deben aparecer obligatoriamente adjuntos al verbo o al elemento que

conlleva los rasgos de T y Conc. Esta propiedad morfosintáctica permite considerarlos

como elementos nucleares (X°) o afijales, no como frases. A simple vista, las diferencias

sintácticas entre los elementos nucleares y los morfemas afijales dependen del lugar en

donde se generan los clíticos: cuando se generan como argumentos en una posición

temática del verbo si bien son frases se comportan como núcleos sintácticos en cuanto

a la aplicación de operaciones morfosintácticas; por el contrario, cuando están generados

como parte del verbo en una posición no argumental (no-A), se consideran afijales. Desde

este punto de vista, es necesario distinguir los clíticos del EA con carácter argumental de

17

aquellos con carácter afijal, tal como hemos comparado los medievales, a fin de poder

sintetizar los comportamientos morfosintácticos pertinentes a cada tipo de clíticos.

1.2.1. Perspectivas de los clíticos argumentales

A lo largo de la investigación de la sintaxis del francés, Kayne (1975) propone que hay una

transformación gramatical llamada “clictic placement” (la Transposición de clíticos, en la

terminología de Lujan (1977)), mediante la cual los pronombres clíticos se mueven a una

posición preverbal bajo ciertas condiciones, por ejemplo, al lado izquierdo del verbo finito

o infinito. En su análisis, estos elementos se generan en la posición A(rgumental) para

recibir papel temático, tal como las FFNN. Desde el punto de vista de los clíticos del

francés, el mismo autor (1991) generaliza el comportamiento sintáctico de los clíticos en

romance; estos deben adjuntarse a un elemento nuclear, para ser más precisos, se colocan

invariablemente al lado izquierdo de un núcleo de categoría funcional que domina al verbo

tanto en oraciones finitas como en oraciones infinitas, lo cual trae como consecuencia un

cierto orden de palabras, i.e., la proclitización [Cl + V], como se aprecia en las siguientes

oraciones romances:

(18) a. Sarebbe assurdo che tu gli parlassi. (italiano)

‘Sería absurdo que tú le hablaras.’

b. Lui parler serait un erreur. (francés)

‘Le hablar sería un error’ (citadas en Kayne, 1991: 648)

Según el análisis de Kayne, el clítico ‘gli’ de (18a) se adjunta a la categoría funcional I° a la

que el verbo finito ya se ha incorporado previamente, como se ilustra detalladamente en el

siguiente árbol:

18

(19) FI

tu I´

glij I° FV

parlassii I° V°i hj

1

2

Las mismas operaciones se aplican a (18b), suponiendo que el verbo se incorpora a Infn° de

FInfn, que domina al verbo en los complementos infinitivos. Por otra parte, dichas

operaciones también logran explicar la enclitización [V + Cl]; este orden resulta de un

movimiento extra por medio del cual el verbo se mueve hacia la izquierda sobrepasando un

núcleo funcional que, según Kayne, tentativamente se considera como T, al cual un clítico

se adjunta, como se representa de la siguiente manera:

(20) a. Parlargli sarebbe un errore

‘Hablarle sería un error.’

b. ... Vi + Infn ... Clj + T .... [Infn hi] .... [FV hi hj] (Kayne, 1991: 648, 651)

Como se ve en (20b), el verbo se adjunta primero a Infn y después el compuesto [V + Infn]

llega a una posición izquierda por encima de T, creándose el orden de palabras [V + Cl].

Recientemente, Kayne (1994) concluye que los clíticos no se adjuntan directamente al

verbo ni a la categoría funcional T debido a que una adjunción múltiple a una categoría no

es legítima8, razón por la cual Kayne postula una categoría funcional abstracta superior a T

para los clíticos, a la que ningún elemento se adjunta. Según su última propuesta, está claro

que los pronombres clíticos romances invariablemente se adjuntan a una categoría

8 Véase el apartado 3.3 de The antisymmetry of syntax (1994) sobre la adjunción múltiple.

19

funcional abstracta más arriba de T, y que su colocación distinta entre las lenguas romances

puede parametrizarse dependiendo de que exista una posición en la que aterrice un verbo

finito o infinito; por ejemplo, en el francés, el infinitivo llega a Infn, por ende, resulta una

proclitización, véase (18b); por el contrario, en el italiano termina por moverse a una

posición más arriba de una categoría funcional abstracta (X°) a la que un clítico se adjunta,

por lo tanto se enclitiza, como se muestra en la siguiente representación:

(21) ... Vi + Infn ... Clj +X°... T .... [Infn hi] .... [FV hi hj]

Con base en la premisa de que los pronombres clíticos romances se generan como

argumento en una posición temática, Torrego (1998) sugiere que los clíticos pronominales

tienen un estatus categorial de determinante (en adelante D). La intuición de esta idea fue

inspirada en Postal (1969), quien sugirió que los pronombres en inglés son verdaderos

artículos definidos9. Más específicamente, la autora une la idea de Postal con la propuesta

de Abney (1987) en la que D° encabeza su propia FD, y propone una FCl (o FD) para las

lenguas romances, de la siguiente manera:

(22) FCl

FD duplicada Cl´

Cl°(=D°) pro

Como se ve en el árbol, una FD duplicada se coloca en el Esp de FCl. Tal suposición da

cuenta de que la FD duplicada concuerda en rasgos con el Cl° vía una relación de

concordancia de Esp – Núcleo (Lo mataron (a Pedro)). Con base en este esquema arbóreo,

9 Pronombres en inglés, tales como I, us, their, etc. se tratan como artículos definidos. En términos de Postalesto implica que los pronombres son segmentos agregados a FFNN cuyos nombres nucleares tienen elrasgo [+Definido]. Según la argumentación de Postal, las diferencias entre varios artículos definidoscuentan con rasgos del nombre nuclear, por ejemplo: We men se deriva de nombres subyacentes quetienen rasgos [-Pron] y [+1ª persona]; you guys [-Pron] y [+2ª persona], etc. Resulta que los pronombrespersonales tales como I, us, you, he, vienen de *Ione, *usones, *youones, *heone, por medio de una reglade PRONOUN DELETION.

20

también se explica por qué la FD duplicada, p.ej., ‘a Pedro’ aparece como si estuviera en la

posición temática; la FCl permanece in situ, mientras que su núcleo clítico como ‘Lo’, de la

oración ejemplificada, se mueve preverbalmente.

Respecto de los clíticos del español moderno, adoptando la idea de Torrego (1988) de

que son núcleos, Uriagereka (1988) señala que en las oraciones finitas, los clíticos aparecen

proclíticamente, es decir, se mueven como núcleo mediante un mecanismo paralelo al de la

excorporación10, respetando la Condición de Movimiento de Núcleo11, como se da en (23):

(23) [Cli ... [hi + V... hi....]...]

Por el contrario, los enclíticos se adjuntan directamente al verbo en las oraciones infinitivas

e imperativas. Un poco después, sin embargo, Uriagereka (1988, 1992, 1995a) propone

teóricamente la categoría funcional F, colocándola en un nivel superior a I, para las lenguas

romances del oeste, p.ej., el español, el gallego continental, el francés, el portugués, etc.,

posición que sintácticamente codifica “el punto de vista del hablante o sujeto subordinado”

(1995b: 93) atribuyéndole referencia, énfasis, descripción intencionada, etc. Cuando este

autor aplica la categoría F al español, concluye que tanto los proclíticos como los enclíticos

se adjuntan invariablemente a la derecha de dicha categoría en todas las oraciones finitas e

infinitas; en el caso de los proclíticos, el verbo finito se coloca en la categoría Conc,

mientras que en el caso de los enclíticos, el infinitivo sube a la categoría F en vez de

alojarse en Conc. A través del análisis del fenómeno de subida o ascenso12 de clíticos en

10 Roberts (1991) aplica esta operación a los movimientos consecutivos de un núcleo a otro.11 Travis (1984) señala que un núcleo puede moverse sólo a la posición nuclear de la frase que lo contiene

inmediatamente.12 Debemos distinguir la transposición de clíticos (‘clitic placement’) del fenómeno de ascenso. Aquella es

una operación obligatoria mediante la cual los clíticos deben moverse al verbo finito. En contraste, lasubida de clíticos muestra la opción de ascender a la izquierda del verbo finito u ocupar la posiciónseguida de infinitivo, como se ve en las oraciones siguientes:(i) Te quiero ver.

(ii) Quiero verte.

21

español, Treviño (1991) afirma que son objetos sintácticos de una naturaleza dual, en el

sentido en que comparten propiedades de elementos nucleares y de frases; una FCl proyecta

su núcleo nada más sin ramificación. Bajo tal naturaleza, la autora propone una teoría para

la subida de clíticos, la que se esquematiza en el siguiente árbol:

(24) FY

Y FZ

Cl Y FCl FZ

hcl Z´

Z° hfcl

Como se muestra en el esquema arbóreo, el clítico se ensambla como una frase en la

posición temática (hfcl), y después se adjunta a la categoría máxima FZ que lo contiene,

sufriendo la operación Muévase-α, para evitar violar la restricción de Minimidad

Relativizada de Rizzi13 (1990). Desde la posición adjunta a la FZ superior, se puede

adjuntar como núcleo a un elemento verbal. Sin embargo, ciertas subidas de clíticos quedan

bloqueadas en ciertos verbos: los de ascenso de sujeto, los de control de objeto y los

causativos con el sujeto lógico del infinitivo en posición preverbal; al contrario, están

permitidas en los verbos modales, de control de sujeto y causativos con el sujeto lógico

posverbal. La diferencia entre los dos grupos de contexto se puede explicar por medio de

las intersecciones entre cadenas de Caso que contienen algún tipo de rasgo; una cadena con

un rasgo no puede subir por encima de otra con el mismo rasgo. Eso se aprecia en las dos

oraciones siguientes:

13 Este principio propuesto por Rizzi indica que un constituyente se mueve a la posición adecuada máscercana que se pueda relativizar dependiendo del tipo del constituyente que se moverá: por ejemplo, unnúcleo se puede mover sólo a la posición nuclear superior y más cercana, un argumento sintáctico sóloa la posición-A superior y más cercana, un Operador sólo a la posición de Operador superior y máscercana, etc.

22

(25) a. Pudo enviarlo / Loi pudo enviar hi

b. Juan pareció escribirla / *Juanj lai pareció hj escribir hi

El contraste de (25a) con (25b) muestra que el clítico ‘Lo’ no sobrepasa ninguna cadena,

por ende, asciende al verbo finito, mientras que la cadena del clítico ‘la’ en (25b) interviene

con otra que tiene el mismo rasgo, ambos funcionales, por lo tanto no se permite la subida

del clítico.

En vista de los argumentos anteriores acerca de los clíticos romances o del español, se

supone que básicamente son elementos nucleares que deben adjuntarse a una categoría

funcional (Kayne y Uriagereka) o a un elemento verbal (Treviño), y que encabezan una

frase cuyo Esp está ocupado por una FN duplicada (Torrego), o una frase sin ramificación

alguna (Treviño). Bajo estas propiedades, se proponen dos procedimientos respecto del

anfitrión sintáctico: la adjunción invariable a la izquierda (Kayne) o a la derecha

(Uriagereka) de un núcleo de categoría funcional y la adjunción opcional, al verbo finito o

al Infn (Treviño).

1.2.2. Perspectivas de los clíticos no argumentales

El punto de partida de Jaeggli (1986) para analizar los clíticos es que funcionan como afijos

sintácticos; la posición ocupada por un clítico no es argumental, porque en la entrada léxica

del verbo, la posición del clítico está determinada por un requisito de subcategorización del

verbo. Entonces, las FFVV de las siguientes oraciones representan las estructuras

jerárquicas en los incisos (26a´y b´), como se muestra en los siguientes ejemplos:

(26) a. Juan lo vio FN* (=pro).

b. Le entregué el libro al profesor.

23

a´. FV b´. FV

V´ V´

V FN* V´ FN

Cl V pro V FN

lo vio Cl V

ACC Le entregué el libro al profesor

(± Dat ) Dat

La condición necesaria para la asignación de Caso es la relación de rección14, por medio de

la cual un verbo rige al clítico, y este recibe el Caso acusativo (ACC) y papel temático.

Particularmente, al mecanismo mediante el cual se le asigna Caso al clítico se le denomina

“absorción de Caso”. Tal absorción se considera como una alternativa de asignación de

Caso a un morfema ligado o a un afijo sintáctico. Pero, como se observa en (26b´), el

clítico dativo ‘le’ recibe el Caso dativo (Dat) opcionalmente, es decir, dependiendo de que

otra FN ‘el profesor’ lo reciba. Además de absorber el ACC, el clítico de (26a) rige la

posición ocupada por la FN*, por eso, esta posición debería estar ocupada por pro: la FN*

no puede ser una variable, ni un operador, ni una huella de FN porque no exhibe ningún

movimiento; tampoco puede ser PRO debido a que dicha posición está ligada. Este pro

asociado con un clítico, según Chomsky (1982), es visible por estar regido por un conjunto

de rasgos pronominales, tales como persona, número, género y Caso. En realidad, la

absorción de Caso sirve para explicar la reduplicación del clítico acusativo (lo vi a Juan);

la preposición ‘a’ asigna Caso a la FN léxica.

14 A rige a B: (i) si A manda-m a B, y

(ii) si no hay una barrera que intervenga entre A y B.

24

Respecto de los clíticos duplicados, Suñer (1988) los trata como morfemas de

concordancia que son generados como parte del verbo. En el fenómeno de reduplicación de

clíticos se observa que siempre deben concordar en rasgos, un clítico duplicado y su FN. La

naturaleza de la concordancia de rasgos crea técnicamente una coindización de cadena

CH={Cli.......FNi} entre ambos elementos, en la cual los clíticos desempeñan un papel igual

al de los sufijos de persona y número que se materializan en el verbo bajo un principio de

Concordancia entre sujeto y verbo. Por lo tanto, los clíticos de OD y OI se comportan como

flexiones que contienen ciertos rasgos, tales como [específico], [animado], [género],

[número], [persona]; pero existe una diferencia relevante entre los dos. Un clítico de OD es

inherentemente específico, rasgo crucial sólo para algunos dialectos del español que

exhiben la reduplicación del clítico acusativo. Eso se aprecia en las siguientes oraciones:

(27) a. No (*lo) oyeron a ningún ladrón. [+espec] [-espec, +anim]: disconcordancia del rasgo relevante

b. Diariamente, la escuchaba a una mujer que cantaba tangos. [+espec] [+espec, +anim, -def]: concordancia del rasgo (citadas en

Suñer, 1988: 396)

A diferencia de los clíticos de OD, es evidente que los de OI entran en la reduplicación sin

restricciones gramaticales casi en todos los contextos y en todos los dialectos del español.

Tal opcionalidad se basa en que los clíticos del OI no contienen ningún rasgo inherente que

requiera una concordancia forzosa con sus FFNN correferenciales, propiedad que les

garantiza una compatibilidad con cualquier rasgo, como se muestra en las siguientes

oraciones:

(28) a. Les ofrecieron queso y leche a familias de pocos medios [ ∅ ] [-espec, +humano, -def]

b. Les corté los ruedos a esas polleras [∅ ] [+espec, - anim, +def] (citadas en Suñer, 1988: 395)

25

Comparando los clíticos de OD con los de OI, Suñer señala que las FFNN ocupan la

posición argumental y reciben tanto papel temático como Caso. De ahí que los clíticos no

puedan absorber papel temático ni Caso.

Dentro de la perspectiva de los clíticos no argumentales, estos elementos se tratan

fundamentalmente como afijos sintácticos que no se generan en las posiciones

argumentales. Como vemos, sin embargo, sus comportamientos sintácticos se han

caracterizado de manera distinta. Se considera, por una parte, que los clíticos deben

interpretarse temáticamente porque se les asigna Caso (Jaeggli) o, por otra parte, que

desempeñan un papel de morfemas de concordancia porque sus FFNN correferenciales

reciben Caso y papel temático.

En este capítulo, hemos repasado las consideraciones previas sobre los fenómenos del

clítico romance que se han estudiado dentro de la lingüística generativa. Se evidencia que

los clíticos han podido analizarse como núcleo o proyección máxima, como argumento

pronominal o afijos sintácticos, o como morfemas de concordancia, partiendo de

perspectivas distintas. A fin de probar nuestra hipótesis principal, sin embargo, parecería

razonable optar por una de esas perspectivas. Por tal motivo, en el segundo capítulo

presentaremos un corpus que servirá como base de estudio y nos ayudará a tomar una

decisión de cómo analizar los clíticos medievales. En el tercer capítulo, por otro lado,

señalaremos algunos problemas que presentarían estas propuestas en el caso de que

cualquiera de ellas intentara lograr una explicación unitaria sobre las características

relacionadas con los clíticos medievales y actuales.

26

26

Capítulo Segundo: Descripción diacrónica del comportamiento de

los pronombres clíticos medievales

2.0. Introducción

El objeto principal de este capítulo es mostrar diacrónicamente el fenómeno de colocación

de los pronombres clíticos medievales, en construcciones en las que los verbos finitos

toman un complemento infinitivo. Por tal motivo, me parece que es fundamental presentar

como base del análisis un corpus que abarca el período de interés (Siglo XII al XV) en el

cual sea factible documentar el uso de los pronombres clíticos. Con base en el corpus, en

primer lugar, debemos agrupar los clíticos medievales según sus diferentes posiciones con

el fin de inferir sus características sintácticas, y después establecer una comparación no sólo

entre los distintos siglos sino también entre el EM y el EA. En segundo lugar, haremos

referencia a ciertos constituyentes preverbales que aparecen al lado izquierdo del verbo

finito, ya que permiten que los clíticos medievales se coloquen delante o detrás de estos. En

tercer y último lugar, distinguiremos las FFNN preverbales que se reduplican con los

clíticos, de aquellas que no se reduplican.

El análisis diacrónico de las propiedades de los pronombres clíticos en cuanto a su

posición en la oración, nos permitirá afirmar que la naturaleza del clítico medieval es

morfosintácticamente idéntica a la del EA, a pesar de las evidentes diferencias en cuanto a

la preferencia por una u otra posición en los distintos períodos históricos, y en cuanto a las

marcadas restricciones en la colocación de los clíticos en el EA, frente a la flexibilidad

posicional que caracteriza al EM. Mi hipótesis es que dichas diferentes propiedades pueden

explicarse por otras razones sintácticas, no por un cambio diacrónico en la naturaleza del

clítico, en el paso del EM al EA.

27

2.1. Corpus

Para realizar un estudio comparativo e histórico sobre los clíticos medievales, seleccioné un

corpus que engloba cuatro siglos de la época medieval (XII – XV), con un total de seis

obras; cada siglo cuenta, al menos, con una obra para conseguir la mayor objetividad

posible, y pongo a la disposición de los lectores los textos medievales seleccionados, ya

que pueden constituir un material accesible y sustantivo no sólo para las investigaciones

sincrónicas dentro del EM, sino también para un análisis diacrónico entre el EM y el EA.

Este corpus medieval se presenta en el siguiente cuadro:

CORPUS

Texto Siglo Edición Cantidad de ejemplosdocumentados

Poema de Mio Cid (enadelante, Cid)

XII R. Menéndez Pidal1968

309

Primera CrónicaGeneral de España

(PCGE)

XIII R. Menéndez Pidal1955

870

El Conde Lucanor(Luc)

Crónica de Pedro I*

(Pedro I)

XIV José Manuel Blecua1984

Wilkins y Wilkins1985

531

La Celestina(Cel)

Crónica de los ReyesCatólicos* (Reyes)

XV Dorothy S. Severin1993

Juan de Mata Carriazo1943

543

Como ya se indicó en la parte ‘Cantidad de ejemplos documentados’ del corpus, los

documentos consultados garantizan una elevada frecuencia de aparición de los clíticos

medievales; no obstante, esa cantidad no puede asegurar la documentación de todas las

posibilidades en cuanto a sus características sintácticas. Por lo tanto, complementaré

nuestro corpus con ciertos textos, p.ej., Estoria de España I, II (S. XIII), General Estoria

* En cada obra indicada con el diacrítico (*) se hizo una cala de 35,000 palabras.

28

(XIII), Corbacho (XV), etc., que fueron tomados en los estudios medievales realizados por

otros investigadores (Barbosa, 1996; Fontana, 1993 y 1996; Rivero, 1986 y 1993; Wanner,

1993; Zubizarreta, 1998, entre otros).

2.2. Visión panorámica de la colocación de los clíticos medievales

Es evidente que los comportamientos gramaticales del EM son bastante diferentes de los

del EA. Una de las mayores diferencias entre los dos períodos se basa en la colocación de

los clíticos en las construcciones del tipo [VF + Infn] donde si no hay ninguna restricción

de la colocación estos tendrían la posibilidad de aparecer de las siguientes maneras:

EL ORDEN DE VF + INFN

(1) a. Proclitización al VF: Cl + VF + Infn

b. Enclitización al VF: VF + Cl + Infn

c. Proclitización al Infn: VF + Cl + Infn

d. Enclitización al Infn: VF + Infn + Cl

e. Interpolación (o separación de verbo): Cl + FX + VF + Infn

LA INVERSIÓN DE INFN + VF

(2) a. Proclitización al Infn: Cl + Infn + VF

b. Enclitización al Infn: Infn + Cl + VF

c. Proclitización al VF: Infn + VF + Cl

d. Enclitización al VF: Infn + VF + Cl

e. Interpolación: Cl + FX + Infn + VF

Obsérvese, por una parte, que en la época medieval se colocan en seis posiciones

distintas dependiendo del contexto de clitización, como se muestra en los siguiente

contextos:

29

PROCLITIZACIÓN AL VF

(3) a. FX + Cl + VF + Infn

→ E muchos la unieron pedir desta guisa (PCGE, 11, 21b)

b. FX + Infn + Cl + VF

→ quando matar no me quisiessen (Cel, 149)

ENCLITIZACIÓN AL VF

(4) a. VF + Cl + Infn

→ sabíala tan bien mostrar a los que se pagavan (Luc, 154)

b. (??) Infn + VF + Cl

→ (??) quando matar no quisiessenme

PROCLITIZACIÓN AL INFN

(5) a. (??)VF + Cl + Infn

→ (??) sabía tan bien la mostrar a los que se pagavan (Luc, 154)

b. (??) FX + Cl + Infn + VF

→ si nos ςercar vienen15 (Cid, 1105)

ENCLITIZACIÓN AL INFN

(6) a. VF + Infn + Cl

→ Plogo al Criador e ovieron de arrancarlos (Cid, 1720)

b. Infn + Cl + VF

→ que aun verle no quieres (Cel, 204)

INTERPOLACIÓN

(7) a. FX + Cl + FX + VF + Infn

15 Esta colocación nunca se ha atestiguado en ninguno de los textos medievales excepto en el Poema de MioCid, de modo que la consideraremos no permisible en el EM. Más adelante diremos el porqué.

30

→ a que lo omne pudiesse asmar (PCGE, 313, 1a)

b. (??) FX + Cl + FX + Infn + VF

→ (??) a que lo omne asmar pudiesse

En el EA, por el contrario, la colocación del pronombre clítico en las construcciones de

complemento infinitivo está restringida a dos posiciones: bien puede aparecer enclítico

al Infn (6a), ejemplificada en (8a) bien puede, en cierto tipo de verbo, aparecer

proclítico al verbo finito (3a), ejemplificada en (8b):

(8) a. Intento hacerlo.

b. Lo intento hacer.

Es bien sabido que en el EA, las posiciones de los clíticos están relacionadas con los tipos

de verbo finito, es decir, con los verbos modales, los de control de sujeto y los causativos

que permiten la subida de clíticos (Juan te quiere ver), mientras que ciertos verbos no la

permiten (*Juan te odia ver); tampoco la presencia de ciertos constituyentes intercalados

entre los dos verbos (Juan necesitaba mucho verte vs. *Juan te necesitaba mucho ver), ni

ciertas preposiciones introducidas entre ellos (Juan insiste en entregarlo vs. *Juan lo

insiste en entregar),16 etc. Estas propiedades difieren de las del EM, en donde la colocación

de los clíticos no está bloqueada por dichas restricciones, como se ilustra en las siguientes

oraciones:

(9) a. que vos cuida engañar (Luc, 182)

b. que se podrien muy bien deffender (PCGE, 46, 19b)

c. pensólas de adobar (Cid, 1426)

16 Para estos argumentos, véase Luján (1978).

31

Como vimos en (9), en el EA no es admisible tal colocación del proclítico en dichos

contextos, mientras que en el EM se le permite. Empíricamente se evidencia que a los

clíticos medievales no se les aplican las restricciones que caracterizan a los clíticos

actuales. En consecuencia, a fin de dar una visión panorámica que enfoca las posiciones

ocupadas por los clíticos medievales, es conveniente clasificarlos de acuerdo con los

anfitriones a los que se afijan:

(10) a. Proclitización al VF del tipo: FX + Cl + VF + Infn

b. Enclitización al VF del tipo: VF + Cl + Infn

c. Acenso de Infn del tipo: Infn + (pro)Cl + VF

d. Interpolación del tipo: FX + Cl + FX(o X°) + VF + Infn

e. Enclitización al Infn: VF + Infn + Cl, o Infn + (en)Cl + VF

Aquí se distingue el tipo Infn + (pro)Cl + VF del tipo Infn + (en)Cl + VF, por razones que

explicaremos más adelante. Las tendencias diacrónicas de las distintas colocaciones

correspondientes a cada tipo de construcción se resumen en el siguiente gráfico:

Tendencias de colocaciones de los clíticosmedievales

0% 20% 40% 60% 80%

XII

XIII

XIV

XV

Sigl

os

Ocurrencias

Enclitización al InfnInterpolaciónAsceso de InfnEnclitización al VFProclitización al VF

Gráfico 1.

32

Según puede observarse en este gráfico, se destaca una tendencia general en la que los tipos

b, c y d de la clasificación en (10), fenómenos que están vinculados solamente a la

gramática del EM, pierden vigencia a lo largo de los siglos, mientras que el uso de los tipos

a y e, que sobreviven en el EA, van acrecentándose. Relacionado con la tendencia general,

intentaremos caracterizar cada tipo de la clasificación sincrónicamente en el EM y, por otra

parte, proporcionar ciertas reflexiones sobre su evolución gramatical desde la perspectiva

diacrónica, tomando como base los datos obtenidos desde el análisis de nuestro corpus.

2.2.1. Proclitización al verbo finito

Como observamos en el apartado anterior, la posición superficial de los clíticos no es

siempre la misma, y es un hecho conocido que su variación se relaciona con los anfitriones

sintácticos a los que se adjuntan. Así, cuando aparecen delante del verbo finito, se

denominan proclíticos, cuando aparecen detrás, se denominan enclíticos. La proclitización

al verbo finito es predominante en comparación con la enclitización a lo largo de los siglos

estudiados, como se muestra en la siguiente tabla:

Tabla 1. Ocurrencia de los proclíticos adjuntos al verbo finito.

TipoSiglo

FX + Cl + VF + Infn VF + Cl + Infn

XII 125/309 (40.4%) 84/309(27.1%)XIII 451/870 (51.8%) 234/870(26.8%)XIV 366 /531 (68.9%) 59/531(11.1%)XV 333 /543 (61.3%) 29/543(5.3%)

A pesar de que los clíticos medievales se distribuían de manera distinta de los actuales en

ciertas construcciones oracionales, los proclíticos han mostrado un comportamiento

consistente desde el EM hasta el EA; estos se caracterizan como elementos verbales por la

33

adjunción a la izquierda del verbo finito, así como los enclíticos al mismo. Esto se observa

en las siguientes oraciones:

(11) a. A nuestros amigos bien les podedes dezir (Cid, 831)

b. y estas cosas le fazien seer uicioso (PCGE, 39, 10a)

c. E quien lo quisiere veer e saber mas espeςialmente alli lo podra (Pedro I, 30, 36a)

d. No te sabré dezir lo mucho que obra en ellas (Cel, 144)

Además de estos hechos respecto a la colocación de los proclíticos al verbo finito, un

aspecto diacrónico que vale la pena resaltar es que la tendencia a la proclitización se

mantiene constante como la estructura más frecuente en la gramática medieval, véase el

gráfico. Sin embargo, como se muestra en las oraciones de (11), la posición inicial de

oración puede albergar cualquier elemento excepto los clíticos; en el EM hay una

restricción distribucional de los proclíticos; al menos, un elemento sintáctico debe

precederle, fenómeno que difiere de los proclíticos actuales, que aparecen sin obedecer

dicha condición (lo voy a comprar).

2.2.2. Enclitización al verbo finito

La presencia de un pronombre enclítico al verbo finito es muy clara cuando los clíticos se

colocan detrás del verbo finito en las oraciones simples (díxome); por lo contrario, se

genera una ambigüedad de colocación de los clíticos cuando se intercalan entre el verbo

finito y el infinitivo, como se ilustra en (12):

(12) a. Exigen lo veer mugieres e varones (Cid, 16)

b. Ellos quisieran le descobrir de grado la uoluntad (PCGE, 37, 16b)

c. pero deues me perdonar en tanto (PCGE, 42, 1a)

34

Recuérdese que la variación en la colocación de los clíticos se relaciona con los anfitriones

sintácticos a los cuales se adjuntan. Entonces, estos clíticos pueden considerarse como

enclíticos al verbo finito si lo toman como su anfitrión, mientras que se considerarían como

proclíticos si se les analiza unidos al infinitivo que los selecciona temáticamente.

Afortunadamente, podemos eliminar la ambigüedad observando los siguiente contextos

donde ciertos adverbios se insertan entre los dos verbos.

(13) a. Enpos esto quisieranse luego en essos dias leuantar contra Julio (PCGE, 63, 14b)

(←Enpos esto quisieran luego en essos dias leuantarse contra Julio)

b. et sabíala tan bien mostrar a los que se pagavan (Luc, 154)

(←et sabía tan bien mostrarla a los que se pagavan)

c. fizierongelo luego saber al rey (Pedro I, 28, 2a)

(←fizieronle luego saberlo al rey)

Como se aprecia en (13), los clíticos no se pueden considerar como proclíticos al infinitivo;

efectivamente, no se ha documentado ningún ejemplo de proclítico al infinitivo en todo el

corpus analizado (*et sabía tan bien la mostrar a los que se pagavan). Por lo tanto, es

razonable suponer que los clíticos se enclitizan al verbo finito en la construcción del tipo

VF + Cl + Infn. Por otro lado, los enclíticos al verbo finito en contextos como el de (12a)

nos muestran la restricción de la ley de Wackernagel (1892), patrón que se documentaba

con mucha frecuencia en el EM, pero, según Lapesa (1981), se observa que a partir del

siglo XVI los pronombres clíticos prefieren anteponerse. Tomando en cuenta este cambio

diacrónico de colocación de los clíticos, en el presente trabajo, hemos decidido dividir

diacrónicamente el EM del siglo XII al XV y el EA a partir del siglo XVI. La tendencia

gradual a la desaparición de esta construcción se ilustra en la siguiente tabla:

35

Tabla 2. Ocurrencia de la enclitización al verbo finito

TipoSiglo

VF + Cl + Infn

XII 84/309 (27.1%)XIII 234/870(26.8%)XIV 59/531(11.1%)XV 29/543 (5.3%)

Dado que el clítico subordinado aparece en el contexto del verbo de la oración principal, la

enclitización en cuestión se ha explicado, tradicionalmente, como una operación que

obedece a una restricción fonológicala ley de Wackernagel su efecto es la prohibición

de la aparición de los clíticos en posición inicial. Sin embargo, hay ciertas oraciones que

exhiben este fenómeno de enclitización en los contextos donde aparece al menos un

constituyente al lado izquierdo del verbo finito:

(14) a. una vez que un su huesped presentol a la mesa (PCGE, 93, 6a)

b. ella púsose en negarles la convención y promesa (Cel, 297)

c. al acabo fixolo tormentar (PCGE, 208, 55a)

En este momento, nos surge una pregunta: ¿por qué razón los clíticos de (14) no se colocan

proclíticamente al verbo finito sino que se posponen al mismo? Esa pregunta puede darnos

paso a suponer que esa enclitización pueda ocurrir por motivaciones sintácticas, no por

razones fonológicas. Siguiendo esta suposición, más adelante mostraremos que los verbos

finitos medievales se mueven como núcleo a una posición izquierda del clítico por ciertas

motivaciones sintácticas que no se les aplica a los actuales. Por otra parte, como se observa

en la tabla 2, la enclitización al verbo finito había estado perdiéndose de manera paulatina

en la gramática medieval. Con base en la tendencia diacrónicamente descendente, podemos

inferir si es correcta nuestra suposición de la enclitización que esta operación estaría

desapareciendo a medida que sus motivaciones sintácticas perderían fuerza en el EM.

36

2.2.3. Ascenso de Infinitivo

Como señalamos antes, los clíticos medievales no pueden ocupar el primer lugar de la

oración (*Lo exigen veer mugieres e varones vs. Exigen lo veer mugieres e varones (Cid,

16)), en cuyas condiciones idénticas se halla el verbo auxiliar haber, como sugiere Hanssen

(1945). Cuando coocurren un clítico y un verbo auxiliar, aquel precede a este (cativadola

ha esta hechizera (Cel, 242)). Además de tal caracterización sintáctica, la construcción que

permite el infinitivo antepuesto se trata como una alternativa de la inversión del verbo finito

para no violar la ley de Wackernagel, como sugiere Menéndez Pidal (1944). El ascenso de

infinitivo se ha considerado, tradicionalmente, como un fenómeno particular para los

contextos del futuro analítico y del condicional, pero en nuestro corpus se revela que este

ascenso está permitido en contextos diversos, tales como modales, véase (15a, b, c, d),

causativos, véase (15e), control de sujeto, véase (15f):

(15) a. darvos queremos buen dado (Cid, 2542)

b. Matar bien me puedes (PCGE, 146, 30b)

c. abraςarte quiero (Cel, 204)

d. quando matar no me quisiessen (Cel, 149)

e. el portero del rey quitar lo mandava (Cid,1536)

f. si de lo oculto yo hablarte sopiera.(Cel, 100)

(16) quéxaseme que aun verle no quieres (Cel, 204)

A pesar de lo correcto del razonamiento en donde el ascenso de infinitivo es un recurso en

favor de la ley de Wackernagel como en (15a y c), del mismo modo que la enclitización al

verbo finito, existen ciertas distinciones sintácticas entre el ascenso de infinitivo y la

enclitización. En primer lugar, nuestro corpus muestra que aquel fenómeno opera con

mucha frecuencia tanto en las oraciones positivas, véase (15a-c) como en las oraciones

37

negativas, véase (7d), mientras que la enclisis al verbo finito nunca se registra en las

oraciones negativas (No te sabré dezir lo mucho (Cel, 144) / *no sabré te dezir lo mucho /

*sabréte no dezir lo mucho). Este contraste nos lleva a suponer que el verbo finito tendría

una relación estrechamente estructural con la negación oracional. En segundo lugar, a

diferencia del verbo finito que presuntamente se mueve como núcleo, la comparación entre

(15a) y (16) demuestra claramente que los infinitivos pueden subir por encima del verbo

finito de dos maneras distintas: como movimiento nuclear o de frase. Como observamos en

(15a), el infinitivo ‘dar’ se coloca preverbalmente mediante un movimiento nuclear, porque

su objeto directo ‘buen dado’ permanece in situ; por el contrario, el infinitivo verle de (16)

podría moverse como una FV, ya que no queda ningún elemento detrás del verbo finito.

Desde tal aproximación, en los contextos como en (15c) podría suponerse que el infinitivo

se mueve como núcleo o frase, como se ilustra en (17), respectivamente:

(17) a. [V abraςar] tei quiero hV hi.

b. [FV abraςar hi] tei quiero hFV.

c. [FV abraςarte] quiero hFV

Una pregunta obvia es ¿cuál de los tres movimientos experimenta el infinitivo de (15c)? Al

analizar estas construcciones de ascenso de infinitivo, se observa que solamente en el

Poema de Mio Cid el objeto directo puede permanecer en su posición original como vemos

en (15a), mientras que en todos los otros textos medievales estudiados ningún objeto puede

permanecer in situ, como vemos en (15e y f). Este hallazgo ha pasado desapercibido en los

diferentes trabajos consultados. De eso podemos deducir que esta diferencia se atribuye al

tipo de textos, porque el Cid es escrito en verso, los otros en prosa. Por consiguiente, es

razonable suponer que los infinitivos suben preverbalmente como frase; específicamente, a

la manera de (17b) o a la manera de (17c), las cuales son distintas en el modo de

38

clitización; proclitización al verbo finito y enclitización al infinitivo, respectivamente. En

este momento dejaremos de lado tal distinción. En tercer y último lugar, si las motivaciones

y reglas morfosintácticas fueran semejantes en los movimientos de verbo finito e Infinitivo,

esperaríamos la misma tendencia en la ocurrencia de ambos fenómenos. Pero eso no

sucede, como se ilustra en la siguiente tabla:

Tabla 3. Ocurrencia del ascenso de infinitivo

Tipo3Siglo

Infn + Cl + VF VF + Cl + Infn

XII 93/309 (30%) 84/309(27.1%)XIII 26/870 (2.9%) 234/870(26.8%)XIV 36/531 (6.7%) 59/531(11.1%)XV 63/543 (11.6%) 29/543(5.3%)

Desde el siglo XIII al XV excepto Cid del siglo XII es cuando el ascenso de infinitivo

aumenta su uso en la gramática medieval, tendencia contraria a la colocación de los

enclíticos al verbo finito. Por estas razones, en este trabajo, el ascenso de infinitivo se

tratará de manera distinta de la enclitización al verbo finito.

2.2.4. Interpolación

El término “Interpolación” específicamente se refiere a las construcciones oracionales en

las que los clíticos medievales no se adjuntan a ningún verbo cuando se intercala algún

elemento entre el clítico y un verbo, como se muestra en los siguientes ejemplos, en donde

los elementos intercalados van en mayúsculas para mayor claridad:

(18) a. Tovo que non le estaría bien si los NON fuese cometer (Cid,10)

b. que non gelas quiso tomar, maguer ge las EL querie dar (PCGE, 24, 29a)

c. si me DE TI NON guardase (Zif, p238)

d. veyendo que lo NO podía apartar de la companía del rey de Portogal (Reyes, p354)

39

e. Que ellos te NON digan en que puede finar (Alex, citado en Rivero, 1986: 781)

La Interpolación ha servido para suponer que, a diferencia de los clíticos actuales que se

tratan como elementos verbales, los clíticos medievales pueden comportarse como FFNN

debido a que aparecen separados de los verbos por varios elementos sintácticos y se

distribuyen, superficialmente, en las mismas posiciones que las FFNN preverbales, como se

aprecia en (19):

(19) a. si alguna cosa déstas LA NATURAL NECESIDAD les fuerza a hazer (Cel, 230)

b. a que lo OMNE pudiesse asmar (PCGE, 313, 1a)

Por otro lado, el fenómeno de Interpolación es idóneo para apoyar la ley de Wackernagel,

ya que no se ha encontrado ningún clítico interpolado que apareciera sin constituyente

alguno que le preceda. Lo que resulta más interesante es que la Interpolación también

decrece siglo a siglo y exhibe la misma tendencia que la enclitización al verbo finito. Este

decrecimiento de la Interpolación se puede apreciar en la siguiente tabla:

Tabla 4. Ocurrencia de los clíticos interpolados

Tipo Siglo

FX + Cl + FX (o X°) + VF+ Infn

VF + Cl + Infn

XII 4/309 (1.2%) 84/309(27.1%)XIII 98/870 (11.2%) 234/870(26.8%)XIV 24/531 (4.5%) 59/531(11.1%)XV 2/543 (0.3%) 29/543(5.3%)

Ignorando el siglo XII como dijimos antes, esta tendencia, al igual que la de enclitización al

verbo finito, nos permite postular que los clíticos interpolados se comportan como

argumento débil, de la misma manera que los enclíticos al verbo finito. Por otra parte, si

bien ambos clíticos superficialmente se observan unidos a diferentes anfitriones, la misma

tendencia supondrá que se afijarían por las mismas motivaciones sintácticas que no se

reflejan en el EA. De las motivaciones nos ocuparemos más adelante.

40

2.2.5. Enclitización al Infinitivo

Una característica muy clara de los clíticos es que se adjuntan al infinitivo que los

selecciona temáticamente, y permanecen en su posición temática, como se muestra en las

siguientes oraciones:

(20) a. Plogo al Criador e ovieron de arrancarlos.(Cid, 1720)

b. comenςo a denostrarlos et dezirles mucho mal del rey (PCGE, 287, 52b)

c. e que non podia leuarlo adelante tal cosa (Pedro I, 34, 6b)

d. ¿cómo has pensado hacerlo, que es un traydor? (Cel, 143)

La enclitización al infinitivo muestra el comportamiento propiamente característico de los

clíticos que se consideran como elementos verbales, así como la proclitización al verbo

finito. Ambos fenómenos son los únicos que han operado constantemente desde la época

medieval hasta la actualidad, lo cual sustenta nuestra suposición de que los clíticos no han

cambiado morfosintácticamente desde el EM hasta el EA.

Desde el punto de vista de la tendencia diacrónica en cuanto a la colocación de los clíticos

medievales, tal enclitización al infinitivo aumenta a lo largo de los siglos estudiados,

contrariamente a otros fenómenos que desaparecieron en el EA, tales como la enclitización

al verbo finito, el ascenso de infinitivo y la Interpolación. La tendencia al incremento de la

enclisis al infinitivo se aprecia en la siguiente tabla:

Tabla 5. Ocurrencia de los enclíticos al infinitivo

Tipo Siglo

VF + Infn + Cl

XII 4/309 (1.9%)XIII 61/870 (7%)XIV 46/531 (8.6%)XV 116/543 (21.3%)

41

Como vemos en la tabla (5), la enclitización al infinitivo es una colocación muy marginal

en el Cid, ya preferente y frecuente en los textos del siglo XV. El porcentaje de esta enclisis

del siglo XV se mantiene hasta el EA17, lo que significa que después del XV no ha

cambiado la tendencia de colocación de los clíticos a pesar de que había sido un cambio

importante durante el período medieval. Por lo tanto, nuestro trabajo sobre la colocación de

los clíticos en etapas anteriores se ha delimitado desde el siglo XII hasta el siglo XV.

Hasta ahora, hemos descrito panoramas diacrónicos de la colocación de los clíticos

medievales de acuerdo con los cinco tipos de construcciones oracionales estudiados,

pasando por alto particularidades de constituyentes preverbales al verbo finito. Mientras

clasificábamos estos cinco tipos, llamamos la atención sobre el hecho de que ciertos

elementos preverbales permiten diferentes colocaciones del clítico a pesar de que este sigue

a un mismo elemento sintáctico (yo les mandaré dar conducho (Cid, 1356) vs. yo quiéroles

dar axuvar tres mil marcos de valor (Cid, 2571)). Por lo tanto, en el siguiente apartado

describiremos más detalladamente las caracterizaciones sintácticas que motivan diferentes

colocaciones de los clíticos medievales.

2.3. Patrones medievales respecto de los elementos preverbales

Wackernagel (1892) concluyó que los clíticos medievales no deben aparecer en la primera

posición en la oración, y que la categoría a la que se adjuntan no puede definirse en

términos de una función sintáctica, sino que se define fonológicamente. Obsérvese, sin

embargo, que cuando un constituyente, tal como un sujeto, un adverbio y un tópico, se

ubica al lado izquierdo del verbo finito, los clíticos medievales manifiestan un

17 Este porcentaje, aproximadamente 20%, se confirma en mi tesis de maestría (1997) “El movimiento de lospronombres clíticos en estructuras complejas en el habla de Bogotá.”

42

comportamiento variable: se colocan, algunas veces, a la izquierda del verbo finito y, otras

veces, a la derecha del mismo.

Es evidente que un sujeto preverbal puede servir de anfitrión para clíticos; cuando es

pronominal, véase (21), (22) y (23), los clíticos parecen tener la opción de colocarse como

proclíticos o enclíticos al verbo finito, independientemente de los contextos de este.

(21) a. yo me quiero aventurar a ello (PCGE, 59, 14a)

b. yo quiéroles dar axuvar tres mill marcos de valor (Cid, 2571)

(22) a. Et yo comenςel a ayudar quanto pude en aquel fecho (Luc, 93)

b. Ellos quisieran le descobrir de grado la uoluntad (PCGE, 37, 16b)

c. et vos lo podedes fazer, (Luc, 178)

(23) a. yo les mandaré dar conducho mientra que por mi tierra foren,(Cid, 1356)

b. ella púsose en negarles la convención y promesa (Cel, 297)

De manera semejante, estos hallazgos se observan invariablemente en las oraciones

siguientes que tienen FFNN de sujeto:

(24) a. tres reyes de Arabia te vinieron adorare (Cid, 336)

b. El ςid tomóse a sonrreir (Cid, 3505)

c. E muchos la uinieron pedir desta guisa (PGCE, 11, 21b)

d. E los de Julio Cesar querien le auer por so esfuerso (PCGE, 71, 2a)

e. Et don Yllán se comenςó a quexar mucho, (Luc, 98)

f. Et el lonbardo quísolo fazer (Luc, 105)

Esta variación en la colocación del clítico se ha explicado desde el punto de vista

estructural (Lema y Rivero, 1991): la enclisis se da cuando los sujetos se ubican en la

posición dislocada a la izquierda en el sentido de Cinque (1990), mientras que la proclisis

se debe a que los sujetos se colocan en la posición tradicional del sujeto.

43

Sin embargo, esta explicación estructural parece insuficiente cuando observamos la Tabla

6, donde se manifiesta el decrecimiento de la enclisis con el tiempo.

Tabla 6. El contraste entre la tendencia a la proclisis y a la enclisis con sujeto preverbal.

Siglo Suj + Cl + VF + Infn Suj + VF + Cl + Infn TotalXII 11(61.1%) 7(38.8%) 18XIII 10(23.2%) 33(76.7%) 43XIV 11(57.8%) 8(42.1%) 19XV 30(96.7%) 1(3.2%) 31

Desde dicha explicación, la tendencia diacrónicamente descendente de la enclisis se podría

interpretar así: alguna restricción impide que los sujetos aparezcan en la posición dislocada

o fuera del dominio donde normalmente aparece el sujeto. Tal interpretación es

cuestionable debido a que los sujetos del español pueden aparecer dislocados (Ordóñez y

Treviño, 1999 y Barbosa, 2000, entre otros). Entonces, supondremos que habría otra

motivación mediante la cual la enclitización al verbo finito disminuye durante el período

medieval.

Nótese que lo mismo se aplica a la sintaxis de la enclitización al verbo finito en los casos en

que los adverbios ocupan la primera posición de la oración, como en (25) y (26), paralelos a

(22), y (27), paralelo a (24):

(25) a. al cabo me ha de halagar (Cel, 148)

b. et al cabo fixolo tormentar (PCGE, 208, 55a)

(26) a. et sienpre le viera fazer vida (Luc,70)

b. Otro día mañana métense a andar (Cid, 2878)

(27) a. et assi se deuie complir lo que fuera fadado (PCGE, 73, 11a)

b. Con todo quiérole dexar un poco desbrave (Cel, 89)

c. bien me podredes huviar (Cid, 2360)

44

Dado que se considera, en general, que los adverbios temporales pueden topicalizarse o

pueden ocupar una posición dislocada, i.e., exterior a la FComp o una posición más alta

dentro de la misma, cuando ocurre la enclisis, véase (25b), (26b), (27b), los adverbios están

en aquella posición; por el contrario, al aparecer la proclisis, tales como en (25a), (26a) y

(27a y c), están en una posición inferior a la posición dislocada. Dicha aproximación,

análoga a las construcciones con sujeto preverbal, se puede apreciar en la tabla 7:

Tabla 7. El contraste entre la tendencia a la proclisis y a la enclisis con adverbios

preverbales.

Siglo Adv + Cl + VF + Infn Adv + VF + Cl + Infn . TotalXII 8(72.7%) 3(27.2%) 11XIII 15(42.8%) 20(57.1%) 35XIV 9(60%) 6(40%) 15XV 33(97%) 1(3%) 34

Como vemos en esta tabla, esta tendencia tanto de la proclisis como de la enclisis parece

una copia de la tabla 6. De ahí, podemos inferir que los adverbios en cuestión se comportan

y se colocan, de la misma manera que los sujetos preverbales, como ha señalado

Fontana18(1993). Eso nos vuelve a permitir seguir la suposición anterior de que habría otra

motivación para la enclitización al verbo finito.

Finalmente, durante mi análisis sobre la enclitización al verbo finito, observo que

cuando los objetos directos e indirectos ocupan la posición inicial, la duplicación de

clíticos, algunas veces, no coincide con la enclitización, como se muestra en (28b) y (29b):

(28) a. una vez que un su huesped presentol a la mesa (PCGE, 93, 6a)

b. que esta razon la fiziesse luego saber al rey don Enrique (PedroI, 197, 55a)

(29) a. su lengua le querría prestar para que hablasse presto (Cel, 177)

b. a los ricos se les va la bienaventuranza (Cel, 156)

18 Véase el resumen del análisis de Fontana en el primer capítulo.

45

(30) a. mi orden e mis manos querría las ondrar (Cid, 2373)

b. la manol ban besar (Cid, 298): el clítico dativo

Dado que los elementos duplicados ocupan la posición dislocada (Cinque, 1990), la

enclitización al verbo finito se da para rescatar al clítico (Lema y Rivero, 1991, entre otros).

Sin embargo, podemos observar que la enclitización ocurre hasta en las oraciones

subordinadas cuyo complementante aparentemente sirve para rescatar al clítico como el de

(28a). Otro aspecto sobre el que llamamos la atención es que ciertos objetos directos e

indirectos preverbales pueden no duplicarse con su clítico correferencial, y se comportan

como soporte para la proclitización debido a que otros clíticos siempre forman la proclisis

en dichos contextos, como se aprecia en (29a) y (30b). ¿Qué posición ocupan estos objetos

no duplicados? En este momento podemos decir que no se colocan en la posición dislocada

sino que ocuparían una posición interna a FComp, es decir, inferior a aquella. Más adelante,

la identificaremos en favor de nuestra suposición sobre la enclitización al verbo finito.

También, esta observación se confirma en la siguiente tabla:

Tabla 8. El contraste entre la tendencia a la proclisis y a la enclisis con objetos preverbales.

Siglo Obji + Cli + VF + Infn Obji + VF + Cl i + Infn TotalXII 42 (63.6%) 24 (36.3%) 66XIII 9 (39.1%) 14 (60.8%) 23XIV 9 (60%) 6 (40%) 15XV 17 (94.4%) 1 (5.5%) 18

A partir del siglo XIII, la enclitización decrece con el tiempo. Lo que significa, en mi

opinión, que, en los contextos de duplicación, ciertas razones sintácticas favorecen la

enclitización al verbo finito en el EM, y después comienzan a dejar de operar.

Una vez vistos estos fenómenos de duplicación del clítico, nos damos cuenta de que las

FFNN preverbales duplicadas obligatoriamente tienen que ocupar la posición dislocada a la

46

izquierda, pues sirven para arrojar luz sobre dónde se colocan otros elementos, por ejemplo,

los sujetos preverbales:

(31) a. que aquello Julio Cesar lo auie castigado en estar los sos assi ...(PCGE, 75, 7b)

b. tu non quieres que yo a ti ame (PCGE, 40, 21b)

Obsérvese que el sujeto de (31a) ocupa el Esp de FT, mientras que el de (31b) se podría

colocar en la posición dislocada a la izquierda como el objeto directo de (31a). Asimismo,

parece que los clíticos medievales funcionan como indicador configuracional si estos

emergen en una posición fija, quizás, en T para identificar posiciones y propiedades de

los elementos preverbales que aparecen a su lado izquierdo, inclusive el verbo finito;

ejemplificaremos las oraciones de (29b) y (30a) que se analizarían de la siguiente manera:

(32) a. [Top a los ricos [T° se les va la bienaventuranza

b. [Top mi orden e mis manos [X´ querríai las + X° [T° hi ondrar

Las dos oraciones muestran un orden diferente, porque en (32a) el verbo finito ‘querría’

sube a la izquierda del clítico, mientras que en (32b) este movimiento no se le aplica al

verbo finito ‘va’, aproximación de análisis sintáctico que hemos supuesto hasta ahora. Con

base en esta caracterización del clítico, podremos explicar las posiciones preverbales de la

estructura oracional en donde se podrían colocar ciertos elementos incluso el verbo finito.

2.4. Reduplicaciones de los clíticos medievales

Es evidente que en el EA los objetos directos e indirectos preverbales, obligatoriamente, se

duplican con sus clíticos correferenciales bajo ciertas condiciones, tales como la presencia

de un determinante, el rasgo [+definido], la animacidad, etc. Una propiedad más

sobresaliente de la duplicación de objeto es que ambos elementos coinciden en rasgos (Este

47

libro Juan lo compró). En contraste con el EA, el EM muestra que la duplicación del clítico

es opcional, como se aprecia en las siguientes oraciones que se agrupan en contexto:

OBJETO INDIRECTO DE FORMA PLENA

(33) a. sabedes que al rey assí gelo he mandado (Cid, 2223)

b. a Galerio Maximiano fizieronle a premia dexar su mujer (PCGE, 175, 34b)

c. A Dios lo prometo (Cid, 407)

d. si a homne del mundo lo digo (Luc,114)

OBJETO INDIRECTO PRONOMINAL

(34) a. a vos e a otros dos dar vos he de mano (Cid, 1040)

b. mas a uos non uos pueden iudgar los omnes (PCGE, 191, 19a)

c. si a el pluguiesse (Pedro I, 30a)

d. A ti he de gradescer por que so yo aun uiuia (PCGE, 135, 14b)

OBJETO DIRECTO DE FORMA PLENA

(35) a. Estas arcas prendámoslas amos (Cid, 127)

b. que la reyna su muger leuol alla (PCGE, 39, 32a)

c. E maguer el fecho non vieron (Zif, 59)

d. Estas e otras razones decían aquellos caballeros (Reyes, 219, 29)

OBJETO DIRECTO PRONOMINAL

(36) a. a estos quiso los Dios guardar (PCGE, 319, 21a)

b. et a él mataronlo (PCGE, 129, 17b)

c. que todo aquello le fiziera el rey por le probar (Luc, 10)

d. que a él mataron (PCGE, 97, 1a)

Sobre la base de estos datos es difícil determinar alguna propiedad sintáctica acerca de la

duplicación en la época medieval, ya que no se ve ningún factor obvio que parezca

48

responsable de la duplicación; como observamos en (33) a (36), se puede duplicar o no,

independientemente de la función gramatical (objeto directo o indirecto) y de la forma

morfológica (FN o pronominal). Pero se ha propuesto una regularidad de que en el EM un

objeto dislocado debe duplicarse con clítico, mientras que, de aparecer un objeto en el Esp

de FT, no coocurre el clítico (Zubizarreta, 1998). De acuerdo con esa regularidad, podemos

suponer qué posición ocupan los objetos preverbales: los duplicados están en la posición

dislocada a la izquierda, véase (33a,b), (34a,b), (35a,b) y (36a,b), y los no duplicados en el

Esp de FT, véase (33c,d), (34c,d), (35c,d) y (36c,d). Respecto de tal uniformidad, se plantea

una pregunta que solucionaremos más adelante: ¿por qué una FN en el Esp de FT impide la

coocurrencia del clítico y por qué la dislocación “fuerza” la reduplicación?19 En lo que

respeta a los objetos preverbales no duplicados, hay otros datos, como se ilustra en las

siguientes oraciones:

(37) a. si alguna cosa déstas la natural nesessidad les fuerςa a hazer (Cel, 230)

b. Et esto él fizo por su voluntad (Est, 228)

Obsérvese que estos objetos directos no se duplican, ni siquiera aparecen en el Esp de FT

porque esta posición está ocupado por los sujetos respectivos de cada oración. Por un lado,

eso nos lleva a buscar otra explicación de que existe una posición preverbal arriba del Esp

de FT en el EM para alojar estos objetos. Por otro lado, el problemático que presenta la

apariencia de los sujetos preverbales desde la perspectiva de que los clíticos medievales son

proyecciones máximas que ocupan el Esp de FT (Zubizarreta), es no poder explicar la

proclisis en (37a), a diferencia de la ausencia de clítico en (37b). Otro mismo problema se

da en los contextos como los de (38) donde hay un objeto directo preverbal sin sujeto:

19 Zubizarreta (1998) propone que esta diferencia entre el Esp de FT y la dislocación se atribuye al estatus delclítico medieval que se comporta como frase.

49

(38) a. A Dios lo prometo (Cid, 407)

b. que a él mataron (PCGE, 97, 1a)

Es evidente que esos problemas debilitan la propuesta de Zubizarreta. Por último, cuando

aparece un solo objeto no duplicado a la izquierda del verbo finito, como vimos (33c,d),

(34c,d), (35c,d) y (36c,d), se produce una ambigüedad en su colocación debido a que puede

ocupar el Esp de FT o una posición más externa; así, la oración (36d) se analizaría de las

dos maneras siguientes:

(39) a. [que [FT a él [T°mataron

b. [que [FX a él [FT [T°mataron

Para evitar esta indecisión es necesario definir qué posiciones hay, cuáles elementos las

pueden ocupar, cómo una posición se distingue de la otra, etc. Estos asuntos los trataremos

más adelante. Hasta ahora, hemos visto los casos en donde aparece un solo objeto indirecto,

véase (33) y (34), o un solo objeto directo, véase (35) a (36), en posición preverbal.

Recuérdese la propuesta de Zubizarreta sobre el comportamiento de duplicación medieval

en la que si un objeto está dislocado a la izquierda, se duplica a diferencia del objeto en el

Esp de FT. Si es correcta esta propuesta, podríamos suponer que cuando aparecen dos

objetos preverbales, uno de los dos debería duplicarse con un clítico. En nuestro corpus es

raro encontrar tales ejemplos con dos objetos preverbales; sin embargo, los encontramos,

aunque todos se han documentado en el Poema de Mio Cid, como se observa enseguida:

(40) a. al rey Fáriz tres colpes le avié dado (Cid, 760)

b. Mio ςid al rey las manos le besó (Cid, 3486)

Como vemos en (40), las dos oraciones muestran la duplicación del objeto indirecto. A

partir de estos datos, nos preguntamos si se presentarían otras posibilidades combinatorias

de duplicación. Por ejemplo, si sólo el objeto directo se duplica como en (41):

50

(41) a. (??)al rey Fáriz tres colpes los avié dado

b. (??) Mio ςid al rey las manos las besó

Resulta que la duplicación del objeto directo en este contexto no se ha registrado en nuestro

corpus En cambio, si se invierte el orden del objeto directo, como se ilustra en las

siguientes oraciones:

(42) a. tres colpes al rey Fáriz los avié dado

b. Mio ςid las manos al rey las besó

Podría especularse que se permitiría la duplicación del objeto directo, aunque en el EM sólo

se ha documentado el caso de (43):

(43) Los dozientos marcos al rey los soltó (Cid, 3502)

Comparando los datos de (40) y (42), se observa que el objeto más externo se duplica con

un clítico; pero nunca se atestiguan casos como los de (41) que exhiben la duplicación del

objeto interno, por lo que se deduciría que el objeto indirecto de (42) no puede coaparecer

con su clítico correferencial, como se muestra en las siguientes oraciones:

(44) a. (??)tres colpes al rey Fáriz le avié dado

b. (??)las manos al rey le besó

Nuestra suposición parece correcta, ya que esta posibilidad no se ha documentado en los

contextos medievales estudiados. Finalmente, nos queda la última posibilidad: ambos

objetos se duplicarían con su clítico correspondiente o ninguno se duplicaría,

respectivamente, como se ven de la siguiente manera:

(45) a. (??)al rey Fáriz tres colpes selos avié dado

b. (??)Mio ςid al rey las manos selas besó

(46) a. (??)al rey Fáriz tres colpes avié dado

b. (??)Mio ςid al rey las manos besó

51

Notamos que datos como los de (45) y (46) tampoco se atestiguan en nuestro corpus.

Entonces, los datos de (40) a (46) sugieren que los objetos preverbales se duplican o no,

dependiendo de la posición donde aparecen, restricciones parecidas a la propuesta de

Zubizarreta20; al parecer, no puede duplicarse una FN, tanto si aparece en una posición

externa21 a FT, como si aparece en el Esp de FT, sino que un objeto más externo a la

izquierda de las dos categorías si aparece en la dislocación debe coaparecer con un

clítico correspondiente. A diferencia de los objetos directos e indirectos, los sujetos

presentan un orden relativamente libre en relación con aquellos, como puede verse en (37a

y b) y (40b).

Hay que notar que la tendencia diacrónica de la duplicación de los objetos preverbales

que decrece de manera inesperada durante la época medieval, como se aprecia en la

siguiente tabla:

Tabla 9. Cantidades de la duplicación de los objetos preverbales

Siglo +Duplicación:

OD...Cl VF

-Duplicación:

OD... ∅ VF

Total

XII 65 (53.7%) 56 (46.3%) 121

XIII 23 (62.1%) 14 (37.8%) 37

XIV 15 (31.9%) 32 (68%) 47

XV 19 (24.7%) 58 (75.3%) 85

20 Según esta autora, la posición dislocada a la izquierda se ubica más alta o externa a otras posicionesinternas.

21 Recuérdese (38); de la misma manera, el objeto directo de (40a) se analizará así:(i) al rey Fáriz [FTtres colpes [T° le avié dado(ii) al rey Fáriz [FXtres colpes [FT[T° le avié dado

52

Más bien, esperábamos que fuera una tendencia ascendente, debido a que la duplicación es

la que sucede libremente en el EA. Esta tendencia descendente supondría una rápida

difusión de la duplicación a partir del siglo XVI, inquietud que queda fuera del límite del

presente trabajo. De todos modos, se evidencia que el fenómeno de duplicación es un

cambio importante durante la época medieval, ya que es más frecuente en los siglos XII y

XIII, pero marginal en los siglos XIV y XV.

Relacionado con la duplicación de los objetos preverbales, por otro lado, hemos

encontrado los siguientes datos en nuestro corpus:

(47) a. Los moros e las moras vender non los podremos (Cid, 619)

b. Et esto guisar melo a, (PCGE, 150, 4b)

c. e el mi poder sofrirlo pueda (Pedro I, 191, 46b)

d. que mi secreto dolor manifestarte pudiesse (Cel, 86)

Obsérvese que el objeto directo dislocado del infinitivo ascendido se duplica con un clítico

correspondiente, como en (47a-c), o no se duplica como en (47d). Lo que parece muy

interesante en el contexto de ascenso de infinitivo es que los complementos directos de los

infinitivos son capaces de dislocarse a la izquierda, fenómeno que se aprecia en las

siguientes oraciones, de eso trataremos más adelante:

(48) a. de lo que de mi grado dezirte quiere (Cel, 332)

b. si de lo oculto yo hablarte sopiera (Cel, 100)

Finalmente, es necesario distinguir la duplicación con objetos preverbales de aquella con

objetos posverbales, es decir, aquellos que permanecen en su posición temática. Este otro

fenómeno de duplicación en el EA, se presenta generalmente en dos contextos: en el

primero, cuando el objeto directo o indirecto posverbal es pronominal, el clítico duplicado

debe coaparecer obligatoriamente:

53

(49) a. me han visto a mí (*han visto a mí)

b. le di el regalo a él (*di el regalo a él)

En el segundo contexto, cuando un objeto posverbal no es pronominal, los objetos

indirectos se duplican con mucha libertad en todos los dialectos del español; no así los

objetos directos, que son muy restringidos para la duplicación:

(50) a. (le) di el regalo a Juan.

b. Yo lo voy a comprar el diario justo antes de subir (Suñer, 1988:180)

Sin embargo, la duplicación de los objetos posverbales en el EM es diferente a la del EA,

como se ilustra en (49) y (50), respectivamente duplicadas y no duplicadas:

LA DUPLICACIÓN DEL OBJETO POSVERBAL

(51) a. Yo las caso a vuestras fijas con vuestro amor (Cid, 2099)

b. et matol a ell et a su mugier donna Blitilda (PCGE, 283, 26b)

c. diziendo que le pertenesςia a el por herenςia Aguilar (Pedro I, 31, 39a)

d. y me la darías a mí por fuerςa (Cel, 286)

LA NO DUPLICACIÓN DEL OBJETO POSVERBAL

(52) a. Mandó el rey a mio ςid aguardar (Cid, 308)

b. et mataron a el et a toda su hueste. (PCGE, 55, 3b)

c. E don Alfonso Ferrandez dizia que pertenesςia a el (Pedro I, 31, 40a)

d. luego la mandó restituyr al obispo de Salamanca (Reyes, p295)

Según acabamos de ver en estos ejemplos, la duplicación posverbal medieval es totalmente

opcional e independiente de la forma morfológica del objeto, i.e., pronominal o de FN. Los

datos sólo para el primer caso ya que en el EA los objetos pronominales obligatoriamente

deben duplicarse con un clítico se esquematizan en la siguiente tabla:

54

Tabla 10. Cantidades de la duplicación de los objetos posverbales

Siglo +Duplicación:

Cl VF...OD

-Duplicación:

∅ VF OD

Total

XII 9 (69.2%) 4 (30.7%) 13

XIII 20 (51.3%) 19 (48.7%) 39

XIV 15 (41.6%) 21 (58.3%) 36

XV 23 (44.2%) 29 (55.8%) 52

Nótese que la tabla 10 presenta prácticamente el mismo comportamiento que la tabla 9

respecto de los objetos preverbales, sin embargo, en el presente trabajo dejaremos de lado

la duplicación de los objetos posverbales porque nos hemos restringido al estudio de las

posiciones preverbales que provocan distintos comportamientos de los clíticos medievales.

En conclusión, hemos mostrado que los clíticos medievales tienen una mayor libertad en

la colocación frente a los actuales. Para ser más precisos, aquellos se comportan como estos

en cuanto a la proclitización al verbo finito y a la enclitización al infinitivo y, a la vez,

difieren de los clíticos actuales en términos de la enclitización al verbo finito y de la

Interpolación. Lo más valioso que se da respecto de la colocación de los clíticos

medievales, es poder explicar este hecho en la sintaxis y no en la fonología, como se

evidencia en los contextos en donde aparecen ciertos elementos preverbales, tales como el

sujeto, recuérdese (25) a (27), un adverbio, véase (28) a (30), un objeto preverbal, como en

(31), etc. Entonces, la descripción histórica de este capítulo sobre la colocación de los

clíticos medievales nos permite justificar nuestra hipótesis fundamental del presente

trabajo, en el sentido de que los clíticos medievales son morfosintácticamente idénticos a

los actuales, y que las diferencias de comportamiento del clítico entre el EM y el EA están

55

motivadas por razones sintácticas y, por tanto, no se deben a la naturaleza del clítico

medieval. Partiendo de este punto de vista sintáctico, en el siguiente capítulo intentaremos

determinar la naturaleza y propiedades sintácticas de los clíticos medievales y actuales

sintetizando sus caracterizaciones gramaticales entre los dos períodos.

56

Capítulo Tercero: Aproximaciones a la sintaxis de los pronombresclíticos en el español

3.0. Introducción

Como hemos visto en el capítulo anterior, el EM es distinto del EA respecto de ciertas

condiciones como el orden de palabras; así por ejemplo, las FFNN de objeto definidas

podían aparecer preverbalmente sin duplicación de clítico, véase (1a); los infinitivos podían

anteponerse a los verbos finitos, véase (1b); el clítico duplicado e interpolado podía

coaparecer con su objeto dislocado a la izquierda, como se muestra en (1c):

(1) a. su lengua le querría prestar para que hablasse presto (Cel, 177)

b. que si el guisar lo pudiesse (PCGE, 81, 49b)

c. que la noviella siempre la el veye e la tenie ante los ojos (GE, IV. 6.23)

Relacionado con estos aspectos gramaticales, también hemos visto en los capítulos

anteriores que los clíticos medievales que algunos lingüistas consideran como sustitutos

de las FFNN plenas (Rivero, 1986 y Fontana, 1996, entre otros) manifiestan ciertas

propiedades de orden de palabras que difieren de las del EA, como se ilustra de nuevo en

los siguientes ejemplos:

(2) a. maguer ge las el querie dar (PCGE, 24, 29a)

b. a que lo omne pudiesse asmar (PCGE, 313, 1a)

c. que les mal quissiessen fazer (PCGE, 31,11a)

d. si los non fuese cometer (Cid, 10)

e. Este preso que se agora partió (Zif, 75)

f. que nos dellos podrie uenir (PCGE, 46, 5a)

g. (*les)comenςaronles a dar a entender más descubiertamente (Luc, 70)

57

Recuérdese que los clíticos medievales aparecen a la izquierda de algo preverbal: (2a) un

pronombre personal; (2b) una FN de sujeto; (2c) una FN de objeto; (2d,e,f) la negación, un

adverbio y una FP, respectivamente; al mismo tiempo, se ven obligados a aparecer a la

derecha de un elemento inicial de la oración, como se aprecia en (2) donde hay ciertos

complementantes iniciales (2a-f) y a la derecha del verbo finito (2g). La observación de la

colocación de los clíticos en (2) deja ver que, además de obedecer a la ley de Wackernagel,

el aspecto más importante de los clíticos medievales es poder aparecer separados del verbo.

Asimismo, hemos mostrado que los clíticos medievales exhiben el comportamiento

característico de los clíticos como elemento verbal i.e., aparecen adyacentes a un

verbo incluso con mayor frecuencia que el comportamiento de los clíticos interpolados

como elemento no verbal.

Para escoger un camino correcto de análisis en esta bifurcación de comportamiento del

clítico medieval, me propongo sustentar la hipótesis principal del presente trabajo: los

clíticos medievales son morfosintácticamente idénticos a los actuales que se consideran

fundamentalmente "elementos verbales", y las diferencias morfosintácticas que los clíticos

medievales exhiben son consecuencia de otras propiedades configuracionales que no tiene

el EA.

Con base en este punto de partida de análisis, el presente capítulo se dedicará a dar una

síntesis de las características gramaticales respecto de los clíticos del español, según las

propuestas de Jaeggli (1986) y Suñer (1988), las de Rivero (1986), Fontana (1993) y

Barbosa (1996) y, por último, las propuestas de Wanner (1991), Uriagereka (1995a y b) y

Raposo (2000), entre otros. En el siguiente paso, intentaremos determinar la naturaleza y

propiedades sintácticas de los clíticos medievales y actuales para justificar nuestra

hipótesis.

58

3.1. La caracterización del clítico medieval frente al actual

Vale la pena destacar al menos tres de los problemas más sobresalientes vinculados

directamente a la naturaleza del clítico del español. Se trata de a) la propiedad de la

duplicación ('reduplication') pronominal (A Pedro Juan le dio pan); b) el fenómeno de

ascenso del clítico ('clitic climbing') (Quisiera verlo vs. Lo quisiera ver); y c) el problema

de la afijación, es decir, en qué nivel de procesamiento se da la afijación del clítico a su

elemento anfitrión. Además de estos tres fenómenos, los clíticos medievales presentan otras

dos propiedades que dificultan el análisis de los mismos: i) el fenómeno de la Interpolación

(que les mal quissiessen fazer (PCGE, 31, 11b) vs. que lo debie complir (PCGE, 39, 55a)/

non quiere por eso oluidarlos pora siempre (PCGE, 319,50b)); y ii) la ley de Wackernagel

(ouogelo a otorgar a los moros (Pedro, 28) vs. (*gelo) ouo a otorgar a los moros).

Como hemos visto, tanto en el EM como en el EA se presenta la duplicación del clítico,

este fenómeno parece contravenir la teoría del Caso, ya que a dos elementos de una oración

no se les puede asignar un mismo Caso (*A Pedro (+dat) Juan le (+dat) dio pan); por lo

tanto, ello obliga a especificar cuál es el verdadero argumento verbal que recibe Caso y

cómo debe analizarse el otro. Partiendo de este problema, se han aportado dos distintas

visiones sobre la naturaleza del clítico, mismas que presentamos en el primer capítulo: la de

afijo morfoléxico y la de argumento del verbo. En la primera, los pronombres clíticos son

afijos que se generan como parte del verbo en la entrada léxica, mientras que las FFNN

correferenciales son verdaderos argumentos del verbo (Jaeggli, 1986 y Suñer, 1988). El

fenómeno de la duplicación del clítico parece favorecer los análisis de Jaeggli y Suñer, ya

que eliminan el problema potencial de asignar un mismo Caso a dos elementos distintos en

aquel contexto. No obstante, dicha visión de análisis no puede explicar el ascenso del

clítico, pues ello supondría modificar la especificación morfoléxica del verbo, de tal manera

59

que el clítico emerja en otro elemento verbal. Por razones parecidas, este análisis también

tendría problemas para explicar la Interpolación y la operatividad de la ley de Wackernagel,

de aplicarse al EM. Quizás podrían mantenerse los análisis de Jaeggli y Suñer, si los

clíticos se consideraran marcas de concordancia y siempre “duplicaran” al argumento

pertinente, tal como la categoría Conc verbal “duplica” al sujeto. Serían marcas que se

afijan inmediatamente en la sintaxis; las marcas pueden afijarse en el verbo seleccionador o

no, dependiendo de cuál verbo sube a incorporarse a un núcleo que contiene el clítico (este

núcleo podría ser el clítico mismo (Sportiche, 1992). Si bien podría funcionar para los

clíticos adyacentes a un verbo, incluso los enclíticos al verbo finito, es difícil aplicar este

análisis a la Interpolación, ya que los clíticos interpolados se separan del verbo, y esto exige

más “operaciones” sintácticas que redundan en un mayor costo para la gramática. Los

problemas evidentes que enfrenta la visión morfoléxica nos permite suponer que los clíticos

medievales no pueden ser afijos, ni siquiera marcas de concordancia, por lo que nos

detendremos a explicar más esta propuesta.

Por otra parte, si los clíticos se analizan como elementos argumentales, es posible

explicar todos los fenómenos anteriormente aducidos, porque aquellos no solamente

reciben Caso, sino que pueden operar más movimientos que resultan, en algunas ocasiones,

en la afijación al verbo y, en otras, en la adjunción a un núcleo que está separado del verbo

(Interpolación); como es de esperar, el único que representaría un problema potencial, sería

el de la duplicación. Sin embargo, este problema se resuelve si la caracterización del clítico

como un núcleo que proyecta estructura frasealtal como lo propone Uriagereka

(1995b) es correcta. O bien, si las FFNN “duplicadas” no son tal y se generan

directamente en posiciones dislocadas. Esta solución, dicho sea de paso, requiere explicar

60

el mecanismo obligatorio de correferencia entre la FN dislocada y el clítico (Ese libroi, no

te loi vuelvo a prestar vs. *Ese libro, no te vuelvo a prestar).

Dentro de esta visión sobre la naturaleza del clítico, el fenómeno de ascenso del clítico,

presente en el EM y el EA, sugiere que estos se mueven, de manera que primero se generan

como argumento interno del infinitivo (Quisiera verlo), desde donde pueden ascender

opcionalmente hasta una posición preverbal a un verbo finito (Loi quisiera ver hi). En ese

movimiento se evidencia que los clíticos llevan a cabo algunas derivaciones mediante las

cuales se mueven de una posición argumental a otra no argumental.

Respecto de la afijación de los clíticos argumentales, lo que hay que responder es si las

motivaciones que inducen la afijación son de índole fonológica o morfosintáctica. En

estricto sentido, los clíticos no permanecen in situ donde se ensamblan como argumento del

verbo; tienen que anclarse a una posición y luego “afijarse” a un anfitrión, debido a su

carácter átono. Obsérvese, en los ejemplos de (3) y (4), las diferencias aparentes entre el

EM y el EA respecto de las restricciones posicionales del clítico, especialmente en los

contextos finitos.

(3) Español actual:

a. Juan lo entregó / Lo entregó Juan

b. Juan lo había comprado / *Juan habíalo comprado / *Juan había comprádolo

c. *entrególo Juan / *Juan entrególo

d. Esos libros los compré ayer /*Esos libros compré ayer/*Esos libros comprélos yo

e. Juan va a entregarlo / *Entregádola a su madre

f. *que la yo no quiero ver

(4) Español medieval:

a. quisolo luego matar la madre (PCGE, 164, 32a) /*lo quiso luego matar la madre.

61

b. tres reyes de Arabia te vinieron adore (Cid, 336)

c. que de mi boca la había oýdo (Cel, 311) / heme detenido mucho contigo (Cel,

312) / *Avía olvidadolo/ *Entregadola a su madre

d. ni yo podría acabarlo conmigo (Cel, 285)

e. a que lo omne pudiesse asmar (PCGE, 313, 1a)

Como vimos en (3), en el EA el clítico parece verse obligado a “afijarse” a un elemento

finito (Aux o V) o al infinitivo. La enclitización al verbo finito es inexistente salvo en un

estilo literario y en ciertos registros afectados: dícese; entrególe a la novia; convencióme de

ir; encontrólo pocos días después; diómelo sin reparo, etc. A diferencia del EA, si en (4a) el

verbo se mueve para “rescatar” al clítico, podemos inferir que una condición de la Forma

Fonética (FF) justifica dicho movimiento. Pero, si tal movimiento del verbo obedece a

condiciones sintácticas por ejemplo, para cotejar algún rasgo entonces la afijación del

enclítico al verbo finito se explicaría en la sintaxis. De manera semejante, el clítico

interpolado de (4e) “siempre” aparece precedido de uno o más constituyentes, como si

respetase una condición de la FF, i.e., la ley de Wackernagel; no obstante, este clítico se

analizaría atraído por encima del sujeto mediante algún impulso sintáctico forzoso en

contra de una operación económica.

En este momento crítico de tomar una decisión entre la afijación fonológica y la

morfosintáctica, un aspecto que ayuda a justificar el movimiento del verbo de (4a), o del

clítico de (4e), es que en el EM y el EA no se permite ninguna enclitización al participio,

como se muestra en (3b), (3e) y (4c). Este aspecto distribucional debilita la idea de que los

clíticos medievales y los actuales se afijan en el nivel fonológico. Como hemos discutido

hasta ahora, podría proponerse que en el EA los clíticos se comportan como elementos

nucleares que se adjuntan al elemento temporal (verbo o Aux), mientras que en el EM,

62

además de exhibir el comportamiento nuclear, también muestran un comportamiento

fraseal; se adjuntan a ciertos especificadores. O, alternativamente, que los clíticos

medievales siempre se comportan como proyecciones máximas. A pesar de la distinción del

estatus de proyección entre los clíticos medievales y los actuales, el factor básico y común

que se desprende de todos sus comportamientos es que, emerjan dondequiera que emerjan,

los clíticos de ambos períodos son un argumento pronominal que se genera en posición

temática.

3.2. Los clíticos son argumentos pronominales

Si se considera a los clíticos medievales y actuales como argumentos pronominales,

entonces el comportamiento de los mismos puede exhibir ciertas propiedades de proyección

máxima que los clíticos se generan como argumento en posición temática de objeto del

verbo, del cual reciben papel temático y Caso (Rivero, 1986; Fontana, 1996; Barbosa, 1996,

entre otros) o de proyección mínima (o elemento nuclear) que los clíticos no emergen

en la posición donde se ensamblan, es decir, se mueven a una posición en la cual terminan

afijándose al verbo o al elemento que tiene los rasgos de T y Conc (Kayne, 1975 y 1991, y

Uriagereka, 1988 y 1995b) o de una proyección dual (Treviño, 1991 y Chomsky, 1995b).

A fin de explicar los clíticos de ambos períodos respecto de la proyección pertinente desde

una perspectiva unitaria, en este momento queda por determinar, ante todo, si una posición

anfitriona que alberga a los clíticos es nuclear o fraseal de especificador.

.

3.2.1. La afijación a posiciones de proyección máxima

Debido a que se supone que los clíticos medievales son proyecciones máximas al igual que

las FFNN, pueden anclarse a posiciones fraseales; por ejemplo, a la posición adjunta al

63

complemento de FComp (Rivero, 1986), adjunto a la FN de sujeto (Fontana, 1993), a FI

(Barbosa,22 1996) y en el Esp de FT (Zubizarreta, 1998). En los siguientes ejemplos, puede

observarse que tanto la FN de objeto ‘el fecho’ en (5a) como el clítico acusativo ‘lo’ en (5b)

ocupan, aparentemente, la misma posición, como representamos en el árbol de (6):

(5) a. E maguer el fecho non vieron (Zif, 59)

b. quando lo non quisieran fazer (PCGE, 49, 36b)

(6) FNeg

FNi / FCli Neg´

Neg° FT

....ti....

Proporcionar un análisis de la negación oracional queda fuera de los límites del presente

trabajo, así que seguiremos las propuestas recientes en las que la negación encabeza una

FNeg que domina a FI (Zanuttini, 1990). Obsérvese en (6) que la FN y el clítico se analizan

como resultado de un movimiento al Esp de FNeg, operación que sugiere que los clíticos

medievales deben proyectarse como proyección máxima en la sintaxis, debido a la

distribución alternativa con las FFNN. En consecuencia, el estatus del clítico como

proyección máxima parece ser idóneo para explicar el fenómeno de la Interpolación. Hay,

sin embargo, datos en nuestro corpus para rechazar tal estatus del clítico medieval. En

primer lugar, las FFNN pueden permanecer en posición argumental separadas del verbo,

(ver (7a)), mientras que los clíticos parecen verse obligados a desalojarla, como en (7b):

(7) a. en aquel anno ganaron bien setaenta cibdades (PCGE, 23,29a)

22 Barbosa (1996) propone que los clíticos del portugués europeo se adjuntan a FI, más precisamente, aFConcS. También supone que cuando se proyecta la FNeg, el clítico puede adjuntase opcionalmente aesa frase.

64

b. * en aquel anno ganaron bien las.

Dado que los clíticos medievales pueden aparecer separados del verbo, es muy cuestionable

la agramaticalidad de (7b) en donde se puede enclitizar con el adverbio bien en la FF. Este

hecho supondría que hay un principio sintáctico que obliga al clítico a no quedar in situ

salvo en los contextos infinitivos (para hacerlo / intento hacerlo); en este momento, no

importa en dónde. En segundo lugar, en los textos medievales no se ha documentado ni una

sola oración negativa que presente una FN que intervenga entre la negación y el verbo

finito, mientras que sí hay muchos clíticos entre los dos elementos, como se ve en (8):

(8) a. no les pudo durar el coraςon (PCGE, 14, 24a)

b. aquel mal homne no sufriesse la pena por el mal (Luc, 46) /* aquel mal homne no la

pena sufriesse por el mal.

Según la propuesta representada en (6), las dos oraciones de (8) se analizarán como en

(9a), si el clítico se considera como frase, y como en (9b), respectivamente:

(9) a. FNeg b. *FNeg

no FT no FT

les T´ la pena T´

pudo ...... sufriesse ......

Obsérvese que el clítico y la FN se colocan en la misma posición, i.e., el Esp de FT,

pero resulta que el clítico es el único elemento capaz de aparecer intercalado entre la

negación y el verbo finito. Para explicar esta distinción entre los dos elementos se entrevén

dos soluciones. Por una parte, podría apelarse a una restricción de Neg; tal como la

negación oracional del español debe estar adyacente a T° (Juan no compró el coche vs.

*No Juan compró el coche). Pero sintácticamente es difícil entender por qué sólo los

clíticos no violan dicha restricción a pesar de ocupar el Esp de FT. Por otra parte, podemos

65

suponer que los clíticos no son frases, y que no ocupan el Esp de FT, sino que se adjuntan a

otra posición que no influye en dicha adyacencia de Neg. Eso nos permite pensar de nuevo

qué significa estructuralmente la adyacencia de Neg a T°. En tercer lugar, cuando aparecen

más de dos elementos en particular, cuando uno de ellos es clítico al lado izquierdo de

una FN de sujeto preverbal, ese clítico interpolado muestra cierta restricción de la

colocación, es decir, aparece inmediatamente a la izquierda del sujeto, como se aprecia en

las siguientes oraciones:

(10) a. que la nouiella siempre la el ueye (GE y VI. xxiii, Wanner, 1996: 554)

b. si buen entendimiento le Dios quiso dar para entender (Zif, 335)

Si los clíticos son proyecciones máximas, parece muy extraño que no se haya documentado

en el corpus estudiado un orden libre entre el clítico interpolado y otros elementos

preverbales. En cuarto y último lugar, si los clíticos medievales son proyecciones máximas,

esperaríamos que un objeto en el Esp de FT no apareciera duplicado en los textos

medievales estudiados (Zubizarreta, 1998), como se ilustra en las siguientes oraciones:

(11) a. este logar mostró dios a abraam (GE-I.62v)

b. a todos sos varones mandó fazer una cárcava (Cid,561)

Según lo que entiendo yo, si no puede aparecer el clítico acusativo duplicado en el verbo

finito en tal condición, sería razonable que tampoco apareciera un clítico dativo. Sin

embargo, hay muchos datos como los de (12):

(12) a. Mio ςid al rey las manos le besó (Cid, 3486)

b. la manol(e) ban besar (Cid, 298)

c. su lengua le querría prestar para que hablasse presto (Cel, 177)

d. si alguna cosa déstas la natural nesessidad les fuerςa a hazer (Cel, 230)

66

Obsérvese que tanto el objeto directo e indirecto como el sujeto ocupan el Esp de FT, como

en (12a y c), (12b) y (12d), respectivamente, pero emerge un proclítico en cada oración. Por

esas razones, hemos llegado a concluir que la afijación a posiciones de proyección máxima

es una propuesta problemática para explicar ciertas características de los clíticos

medievales, por lo tanto, tenemos que contar con otra alternativa en la que este elemento se

afija a posiciones de proyección mínima.

3.2.2. La afijación a posiciones de proyección mínima

Otra perspectiva para el análisis del los clíticos del EM es que son argumentos del verbo y,

obligatoriamente, terminan afijándose a una posición de proyección mínima, en particular,

al nodo Concint23 (Wanner, 1991) o a un nodo F (Uriagereka, 1995a y Raposo, 2000).

Según Wanner, la afijación a Concint está disponible para el fenómeno de la Interpolación a

través de un movimiento sintáctico de la Concint por encima del Esp de FT, lo que se

representa en el siguiente árbol que ramifica el de (14b) del capítulo primero:

(13) X° FI

ConcInt FX I´

Cli I°

hConcInt I°

V + T+ ConcExt FV

.......hi.....

Por otra parte, con base en la categoría funcional F que manda-c a I°, Uriagereka da

respuesta a la Interpolación del clítico gallego, fenómeno que es muy parecido al del EM,

como se reproduce en los ejemplos pertinentes:

(14) a. tantas veces o eu fixen (Uriagereka, 1988: 355) ‘tantas veces lo yo hice’

23 Ver la nota de pie (6) del capítulo primero.

67

b. Dixe que lo yo avía muerto (Zif, 75)

c. al que uos el pan uendio (CE-I, 105r)

Uriagereka supone que el clítico de la oración (14a) puede estar en F cuando una frase

focalizada, p. ej., ‘tantas veces’ en (14a), aparece al inicio de la oración. De la misma

manera, este hecho será aplicable para la Interpolación del EM según Raposo, como

notamos en la siguiente oración del EM:

(15) Por qé me non recudes? (B. MILG. 293c)

Obsérvese que la frase-Qu ‘Por qé’ focalizada ocupa la posición inicial que corresponde al

Esp de FF, y el clítico está en F. Estos análisis de la afijación nos muestran una posibilidad

de tratar a los clíticos medievales como proyección mínima en los contextos en donde los

clíticos se separan del verbo.

Como hemos repasado en los distintos estudios realizados sobre el EA en el primer

capítulo, la afijación de los clíticos medievales a posiciones de proyección mínima se ha

establecido con base en el hecho de que los clíticos romances son proyecciones mínimas.

Para las lenguas romances, en general, Kayne (1991) sugiere que los clíticos se adjuntan,

invariablemente, a la izquierda de la categoría funcional nuclear T, o a una categoría

abstracta superior a esta (1994). En cambio, Treviño (1991) afirma que el clítico del

español se incorpora al verbo o al elemento verbal superior, y después este complejo se

incorpora a I°. Como vimos antes, Uriagereka (1995b) propone la categoría funcional F no

sólo para el gallego y portugués europeo sino también para el español, suponiendo que F

también sea morfológicamente activo en el último idioma. Recientemente, Chomsky

(1995b) señala que el clítico asciende por medio de la adjunción a una proyección máxima,

pero termina por afijarse como núcleo a una posición de proyección mínima. Al resumir las

posibilidades de afijación a proyecciones mínimas, es evidente que los autores anteriores

68

quedan de acuerdo en que los clíticos se tratan como argumentos pronominales generados

en su posición temática, pero deben emerger afijados a un núcleo; no obstante, hay

perspectivas distintas sobre el estatus que exhiben los clíticos al salir de la posición

temática. Kayne y Wanner suponen que los clíticos parten de la posición generada como

proyección mínima dejando una huella, como se representa en el siguiente árbol:

(16) FV

Cl° V° hCl

Uriagereka y Torrego proponen que un clítico encabeza su propia FCl, recuérdese el árbol

(22) en el capítulo primero, y asciende “solo” dejando una huella dentro de la FCl en

posición temática, como se ve en la siguiente estructura:

(17) FV

V° FCl

Cl° (FD) Cl´

hCl pro

Finalmente, Treviño y Chomsky presumen que son objetos sintácticos de una naturaleza

dual que comparten propiedades de proyección máxima y proyección mínima, pues primero

desalojan su posición argumental como proyección máxima para evitar la restricción de

Movimiento de Núcleos (RMN), y después terminan afijándose como núcleo a una

posición de proyección mínima, como en el siguiente árbol:

(18) FZ ..... Z° FV

Cl° Z° FCl≡hCl° FV

V° hFCl

1

2

69

A simple vista, la RMN favorece las propuestas de Chomsky y Treviño entre las tres

maneras de escapar de la FV. Pero, según el espíritu de la Minimidad Relativizada de Rizzi

(1990), los clíticos pueden afijarse a un núcleo de destino sin necesidad de efectuar el

movimiento de adjunción a FV, ya que el clítico es una categoría nominal, mientras que el

verbo no, por lo tanto, este no interrumpe el mecanismo por el cual el clítico movido rige

por antecedente a su huella. Vista así la condición de Minimidad Relativizada, se elimina la

única motivación sintáctica del movimiento como proyección máxima. Entonces, podemos

presentar otra propiedad de los clíticos: solamente se comportan como núcleos salvo

cuando se generan como argumentos pronominales dentro de la FV. Esta determinación de

los comportamientos de clíticos desfavorece la propuesta de Kayne de (16) y las de

Chomsky y Treviño, ya que a la primera le hace falta mostrar una configuración como

argumento del verbo, y las segundas conllevan una operación innecesaria en la afijación del

clítico. Ahora, queda la propuesta de Torrego y Uriagereka, que adoptaremos pero con una

modificación: prescindir del nodo de complemento que está ocupado por la categoría vacía

pro; de tal suerte que la representación que sugiero es la mostrada en (19):

(19) FCl

(FD) Cl´

Cl°

Si bien Uriagereka (1995b) sugiere que los clíticos se mueven al núcleo F° para licenciar

su asociado pro, podríamos suponer que, si los clíticos son determinantes, podrían

analizarse como determinantes utilizados sin complemento alguno, de tal manera que otros

pronombres tónicos, tales como nosotros, ellos, aquellas etc., se comportan sin

complemento de FN. Por eso, es deseable suponer que sólo los clíticos nucleares se mueven

a un núcleo anfitrión dejando una huella dentro de su FCl, operación parecida a (17).

70

Hasta ahora hemos discutido acerca de la naturaleza y propiedades sintácticas de los

clíticos medievales y actuales, y hemos sugerido que son argumentos pronominales en

posición temática cuyo núcleo proyecta su FCl sin complemento y, opcionalmente, un

especificador en el que aparece una FN duplicada. Dado que hasta el momento no se

justifica ninguna necesidad sintáctica de realizar un movimiento de la FCl, suponemos que

el clítico se afija de núcleo a núcleo dejando una huella dentro de la FCl. Sin embargo, nos

enfrentamos con otro problema respecto de la variedad de sitios a donde puede afijarse un

clítico, como hemos visto antes: a) T° de FT, b) Conc°Int de la FConc, c) F° de la FF y d)

V° de FV, etc. Dentro del marco teórico minimalista, me propongo argüir que los clíticos

del español terminan afijándose a T° básica, mínima y económicamente, si no se les exigen

más operaciones sintácticas.

3.3. Proclitización a la categoría funcional T

Según la suposición estándar en cuanto a todos los dialectos romances, incluso el español,

el verbo finito sube a I (Pollock, 1989). Dentro del Minimalismo (Chomsky, 1995b), se

elimina la categoría Conc del I escindido y se representa la categoría T en vez del I. La

T tiene una propiedad de “afijo verbal” fuerte que atrae al verbo explícitamente, pues este

debe llegar a T°, suposición que se ha consolidado en la bibliografía generativa. Por el

contrario, aunque los proclíticos aparecen adyacentes al lado izquierdo del verbo finito, los

sitios de aterrizaje varían, por ejemplo, T, F, ConcInt, I, etc., dependiendo de los

investigadores. Lo único que es uniforme es que estas categorías funcionales mandan-c al

verbo estructuralmente. Tomando en cuenta tal relación local, adoptaré la configuración

oracional del EA si todas las oraciones están encabezadas por T (Chomsky, 1995b)

propuesta por Zubizarreta (1998), como se representa en el siguiente árbol:

71

(20) FT

Esp T´

T° FV

V° .....

Gracias a esta configuración, podemos argumentar que si el verbo finito sube a T°,

entonces un clítico debería adjuntarse al T compuesto como [T V+T], ya que aquel aparece

“linealmente” a la izquierda del verbo finito. Eso se muestra en la siguiente estructura

jerárquica:

(21) FT

Esp T´

Cl° T° FV

V° T°

De manera semejante, si se aplica el orden contrario, es decir, primero se mueve un clítico a

T° y después el verbo finito se afija al T compuesto como [T Cl+T], se derivaría la

inversión del verbo que se ha registrado mucho en los textos medievales, como en (22):

(22) FT

V° T°

Cl° T° FV

Sin embargo, dentro del Minimalismo, hay un orden de procesamiento derivacional

mediante el cual se cotejan rasgos (Duarte y Matos, 1995), que está basado en la idea de

Rizzi (1993b): el cotejo de rasgos fuertes24 entre núcleos requiere una adjunción inmediata

24 Chomsky (1995b) define que un rasgo fuerte obliga a un movimiento explícito; un rasgo débil no lo motiva.

72

estricta, mientras que el cotejo de rasgos débiles no la requiere. En el caso del español, se

postula que los verbos finitos se mueven a T para cotejar sus rasgos fuertes (Corver y

Delfitto, 1993), mientras que los clíticos se adjuntan a T por medio de la clitización

morfosintáctica; es decir, no por razones de cotejo de rasgos. Este cotejo de rasgos permite

predecir que el verbo finito debe moverse “primero” a T para obtener una relación local

más estrecha y, en el siguiente paso, se adjunta el clítico al mismo, como en (21). Pero, si

bien el clítico pudiera moverse primero a T°, es posible que el verbo se adjuntara

inmediatamente al T segmentado, como se ve en (22), pues cotejaría sus rasgos fuertes

produciendo una aparición a la derecha del verbo finito. Dado que un clítico que no está

marcado estructuralmente, por ejemplo, con una restricción como la ley de Wackernagel

no emerge a la derecha del verbo finito, hay que frustrar el movimiento del clítico, previo al

verbo. Eso se aprecia más claramente en las oraciones negativas en que no ocurre ninguna

inversión del verbo desde el EM hasta el EA, como se ilustra en los siguientes ejemplos:

(23) a. *No sabréte dezir ←No te sabré dezir (Cel, 144)

b. *a mí non empesceme ←a mí non me empesce (Luc, 117)

Relacionado con la prohibición de enclitización en el contexto negativo, no parece deseable

interpretar que en las oraciones afirmativas, el clítico se puede mover a T y, después, el

verbo al mismo, mientras que en las oraciones negativas, no es posible aplicar ese orden. El

contraste entre las dos derivaciones señaladas arriba se observa en las siguientes

representaciones estructurales para (23a) que abrevian de las partes innecesarias:

(24) a. FNeg

No FT

sabré T° FV

*te T°

73

b. FNeg

No FT

te T° FV

sabré T°

Raposo (2000), desde el punto de vista morfológico, propone que los clíticos son morfemas

ligados, pero tienen una libertad mayor que los afijos; por lo tanto, se ve obligado a operar

en orden entre los dos núcleos, de la manera en que los afijos tienen preferencia de

incorporarse a una categoría funcional, y después los clíticos terminan por adjuntarse a la

misma. De aplicar la propuesta de Raposo al español, el clítico debe adjuntarse “al final” a

la categoría funcional T a la que el verbo previamente se afijó, como lo muestra el árbol de

(21) y (24b). Resulta que todas las argumentaciones señaladas favorecen la proclitización a

T y, a su vez, ayuda a cancelar una posibilidad de enclitización al mismo. En efecto, los

datos del EA también muestran que los clíticos no se adjuntan a otras categorías

funcionales, tales como Asp, Mod, Aux, etc., que pudieran proyectarse inferiores a T

(Cinque, 1999). Si se proyectara una de estas categorías, por ejemplo, la Asp, ocurriría la

inversión de orden que se aprecia en (25):

(25) FT

V° T° FAsp

Asp°

Cl° Asp° .....

Como vemos en (25), si el clítico aparece en Asp°, resultaría enclitizado al verbo finito;

debido a la carencia de tal enclitización en el EA, sería problemático adoptar la afijación a

las categorías inferiores a T. En el EM, por el contrario, hay datos en favor de la

enclitización al verbo finito y, además, si un clítico aterrizara en Asp°, el nodo más cercano

74

que T desde la posición de partida, esta enclitización al Asp° sería una derivación más

económica que la proclitización a T. Este dilema se resuelve con una propiedad de

atracción explícita de T al verbo finito, mediante la cual este debería continuar afijándose

sucesivamente a los núcleos de la FAsp y de la FT. Esta operación se ilustra en la siguiente

estructura arbórea:

(26) FT

Asp° T° FAsp

V° Asp° hAsp FV

hV ....

Dado que a T ha de afijarse un verbo finito, un clítico no debe previamente adjuntarse al

núcleo Asp°; si sucediera esto en el componente morfosintáctico, el clítico adjunto a Asp°

violaría el orden del proceso de afijación: primero se ejecuta entre los afijos, y después

entre los clíticos, i.e., morfemas ligados, como se ve en (27):

(27) FT

T

Asp T FAsp

(*Cl) Asp hAsp

V Asp

FV

Para evitar estos problemas morfológicos, el clítico se ve forzado a subir a T, después de la

afijación consecutiva del verbo a Asp° y del compuesto Asp como [AspV+Asp] a T:

(28) FT

T

Cl T FAsp

Asp T hAsp

V Asp ...

75

Por las razones ya expuestas, consideraremos la proclitización a T como la operación

óptima y más económica tanto en el EM como en el EA. Este punto de partida implica que

otros tipos de clitización, por ejemplo, la Interpolación y enclitización al verbo finito,

exigen operaciones más costosas que la proclitización al verbo finito por ciertas razones

sintácticas y “discursivas”, de lo que nos ocuparemos más adelante. A la luz de este

planteamiento, podemos esbozar las colocaciones de los clíticos medievales en los

siguientes capítulos.

Resumiendo este capítulo, mientras hemos estado tratando de plantear la posibilidad de

que los clíticos tanto medievales como actuales puedan estudiarse bajo un análisis

homogéneo, hemos logrado mostrar que los clíticos en ambos períodos son verdaderos

argumentos pronominales en posición temática, cuyo núcleo proyecta una FCl sin

ramificación o, si es necesario, la proyecta ensamblando un especificador en el que aparece

una FN duplicada. También hemos argüido que los clíticos se mueven como núcleos desde

la posición de base hasta T° en donde terminan afijándose como morfema ligado para

satisfacer la naturaleza morfosintáctica, afijación que desde el punto de vista diacrónico y

configuracional se ha sugerido como la derivación más económica y mínima entre todas las

clitizaciones.

De manera paralela, tomando en cuenta esta naturaleza y caracterización sintáctica con

respecto a los clíticos medievales y actuales, en el capítulo que sigue, mostraremos que los

tópicos del español también sirven para señalar en dónde podrían colocarse otros

constituyentes preverbales, al igual que la proclitización a T, ya que aquellos no han

cambiado diacrónica y sintácticamente.

Con base en los comportamientos constantes tanto de los tópicos como los proclíticos a T,

avanzaremos nuestro análisis sincrónico sobre las FFNN de objeto no duplicadas y

76

definidas preverbales, comparándolas con aquellas duplicadas, fenómeno que nos permitirá

entender ciertos factores sintácticos que producen algunas propiedades distintas entre los

dos períodos. En efecto, propondremos una posición preverbal que pueda albergar a esos

objetos no duplicados, y que estaría vinculada con cierta función discursiva, porque los

datos documentados en nuestro corpus han mostrado muchas evidencias en favor de dicha

posición discursiva. Este acercamiento de análisis puede arrojar luz sobre qué factores

discursivos sirven para dar cuenta de ciertas distinciones diacrónicas del orden de palabras

preverbales entre el EM y el EA.

77

78

77

Capítulo Cuarto: La Proyección discursiva FNeut del EM

4.0. Introducción

Hasta ahora se ha tomado como base de análisis que tanto en el EM como en el EA todas

las oraciones están encabezadas por T. Aunque las dos variantes del español difieren en el

orden de palabras preverbales sobre lo cual hay muchos ejemplos en el capítulo

segundo incluyendo la colocación de los clíticos interpolados, también comparten

muchas operaciones, tales como la topicalización en la posición dislocada a la izquierda.

Como vimos en el capítulo anterior, la afijación del clítico a T se considera básica,

económica e indispensable en la sintaxis diacrónica y sincrónica del español. Es por ello

que de esta operación nos serviremos para derivar otros órdenes de clíticos, más costosos y

con más movimientos, como la enclitización al verbo finito y la Interpolación. Este

acercamiento permite atribuir las diferencias sintácticas del orden de palabras preverbales

entre los dos períodos pertinentes a la naturaleza de ciertas posiciones preverbales.

Desde el EM hasta la actualidad, la posición dislocada a la izquierda (el Esp de FTop)

no solamente ha presentado los mismos comportamientos sintácticos las FFNN de objeto

en el Esp de FTop se duplican con el clítico correferencial, sino que, según la estructura

jerárquica oracional, se ubica en la posición más externa y alta; en este trabajo, sin

embargo, propondremos dos sitios dislocados a la izquierda para la topicalización: uno es la

posición fuera del Comp que alberga a los tópicos “externos” y que puede proyectarse sólo

en las oraciones principales; el otro es el Esp de FTop inferior al Comp que ocupan los

tópicos “internos” en las subordinadas. A diferencia de otras posiciones preverbales

potenciales, estas dos posiciones para los tópicos se han caracterizado de manera bastante

78

clara en la sintaxis, al igual que el núcleo T. Por esa razón, primero resumiremos las

caracterizaciones sintácticas de los tópicos, y después intentaremos reafirmar que las

propiedades de las posiciones relacionadas con aquellos no han cambiado diacrónica y

sincrónicamente.

En contraste con los tópicos duplicados, se ha supuesto generalmente que los objetos

definidos y no duplicados ocupan el Esp de FT. Pero en este capítulo, presentaremos

evidencia en contra de la existencia de dicho especificador para después acomodar aquellos

objetos en el Esp de la proyección discursivamente neutra (FNeut), arguyendo que la

estructura oracional del EM no proyecta ni el Esp de FT ni el de FNeg.

4.1. Distribución de los clíticos medievales

Según lo que hemos documentado en los textos medievales, el EM parece exhibir una

libertad en la colocación de los clíticos; por ejemplo, existen tanto el orden de Cl + S + V

como el de S + Cl + V, véase (1); de manera paralela, se presenta un orden alternativo entre

V + Cl y Cl + V, como se refleja en (2), así como entre los clíticos de objeto indirecto y las

FFNN de objeto directo, como se da en (3); y los clíticos pueden colocarse delante del

verbo finito o detrás del infinitivo, véase (4); por último, no todas las FFNN definidas

preverbales coocurren con un clítico duplicado, como en (5):

(1) a. maguer ge las el querie dar (PCGE, 24, 9a)

b. yo me quiero aventurar a ello (PCGE, 59, 14a)

(2) a. quiérolas casar con de aquestos mios vassallos (Cid, 1765)

b. Muchos la uinieron pedir desta guisa (PCGE, 11, 21b)

(3) a. que les este buen dado dixo Moysen (GE-I. 216v)

b. después que aquella ley les ouo dada (PCGE, 270, 29b)

79

(4) a. Yo me quiero aventurar a ello (PCGE, 59, 14a)

b. que non quiso egualallos con los otros (PCGE, 50, 12b)

(5) a. a ésta los duros tesoros comunicables la escurecen (Cel, 130)

b. su lengua le querría prestar para que hablesse presto (Cel, 177)

Sin embargo, hemos logrado captar ciertas restricciones respecto de la colocación de los

clíticos medievales, tomando en cuenta el contraste entre las oraciones principales, véase

(6-8), y las subordinadas, véase (9-11):

Oraciones principales

(6) a. mi orden e mis manos querría las ondrar (Cid, 2373)

b. *mi orden e mis manos las querría ondrar

(7) a. las unas les soltaua (PCGE, 179, 51b)

b. *las unas soltaua les

(8) a. *uos el pan uendio

b.* la mal beguina la el vio estar triste

c. por qué me lo non dices? (CD, 284)

Oraciones subordinadas

(9) a. desque la mal beguina la vio estar triste (Luc, 142)

b. ? que la reyna su muger leuol25 alla (PCGE, 39, 32a)

(10) a. comoquier a los grandes señores vos cumple de haber algún tesoro (Luc, 46)

b. *comoquier a los grandes señores cumple vos de haber algún tesoro

(11) a. sy la yo aun non veo (SME & 494)

b. que uos el pan uendio (GE-I, 105r))

25 Este tipo de construcción oracional se ha documentado marginalmente sólo en los textos del siglo XII yXIII. Por lo tanto, en nuestro trabajo lo consideraremos como excepcional.

80

Lo interesante que representa dicho contraste es que si hay tópico en las oraciones

principales, los clíticos deben aparecer detrás del verbo finito como en (6a); en las

oraciones subordinadas sucede a la inversa como en (9). Por el contrario, cuando se sitúa

preverbalmente una FN no duplicada, no hay ninguna distinción de la colocación del clítico

entre los dos tipos de construcción oracional, véase (7) y (10). Por último, según lo que

comparamos (8a-b) con (11) y (8c), la ocurrencia de los clíticos interpolados parece

atribuirse a la existencia de un Comp explícito.

La observación general a la que podemos llegar a partir de estos comportamientos distintos

entre las oraciones principales y las subordinadas, es que la enclitización al verbo finito no

puede ser legítima si aparece un Comp. En otras palabras, esa enclitización se deriva sólo

del contexto Tópico + Cl + VF en las oraciones principales pero no en las subordinadas. Lo

sorprendente es ¿por qué los tópicos en las oraciones principales no sirven para rescatar a

los clíticos (ley de Wackernagel), mientras que aquellos acompañados con un Comp los

rescatan? En el presente trabajo, atribuiremos el comportamiento distinto de los dos tópicos

a las distintas posiciones que ocupan en la estructura oracional.

4.2. Las características sintácticas de la posición dislocada a la izquierda: duplicación

Los tópicos, tanto en el EM como en el EA, no se marcan con un morfema particular como

sucede en el coreano con ‘nun’, según se muestra en las siguientes oraciones coreanas:

(12) a. Mariaga ku chaekrul satta.(María compró ese libro) Maria-Nom ese libro-ACC comprar-pasado-DEC

b. ku chaeknun Mariaga satta.(Ese libro María lo compró) ese libro-Tóp Maria-Nom comprar-pasado-DEC

En cambio, ciertos elementos preverbales del español se pueden considerar como tópicos

sintácticamente cuando no solamente son específicos y definidos, sino que también se

81

asocian con un pronombre clítico reasuntivo (‘resumptive’). Contando con las propiedades

así marcadas, trataremos todas las FFNN duplicadas como tópicos:

(13) a. al rey Fáriz tres colpes le avié dado (Cid, 760)

b. que aquello Julio Cesar lo auie castigado (PCGE, 75, 7b)

Respecto de la ocupación de las FFNN duplicadas, Cinque (1990) propone que para esos

elementos hay una posición dislocada a la izquierda en las oraciones principales, así como

en las subordinadas. Configuracionalmente, se puede expresar que los tópicos aparecen en

el Esp de FTop que se considera en una posición periférica en la oración principal, véase

(13a), o que ocupan el de FTop abajo de Comp en la oración subordinada, véase (13b).

Para obtener una coherencia estructural entre las oraciones principales y las subordinadas,

Rizzi (1997) arguye que todos los tópicos se colocan abajo de la proyección “fuerza

ilocutiva” que expresa la información de que una oración es declarativa, relativa,

interrogativa, etc. En la sintaxis, la proyección fuerza ilocutiva se representa por un Comp

explícito en las oraciones subordinadas, mientras que, en las principales, por un Comp

fonológicamente nulo. Entonces, las oraciones de (13) se analizarían como en (14):

(14) a. [Comp ∅ [FTop al rey Fáriz tres colpes le avié dado (Cid, 760)

b. [Comp que [FTop aquello Julio Cesar lo auie castigado (PCGE, 75, 7b)

Pese a la simetría estructural señalada aquí, el análisis que sigue la propuesta de Rizzi no es

eficiente para explicar por qué sucede la inversión del verbo finito en las oraciones

principales cuando no hay ningún elemento preverbal entre los tópicos y el verbo finito:

(15) a. [Comp ∅ [FTop la camara del rey dieronla a Pedro suarez de Toledo (Pedro I, 17, 30a)

b. [Comp que [FTop la faz dura cuemo de fierro la deue auer (PCGE, 80, 23b)

Se supone tradicionalmente que los tópicos no rescatan al clítico, por eso la ausencia de un

Comp explícito es responsable de la inversión del verbo finito, como se muestra en el

82

contraste entre (15a) y (15b). Desde el punto de vista de la estructura jerárquica oracional,

se plantea un problema inadvertido en los análisis anteriores de cómo el Comp sirve para

rescatar al clítico a pesar de que su ubicación es más alta y lejos que la de los tópicos en el

Esp de FTop.

Antes de resolver este problema, mostraremos los siguientes datos que nos permiten ver

de qué manera la sintaxis del EM determina la proclitización al verbo finito.

(16) a. non la oso uestir ninguno (PCGE, 282, 30a)

b. que non gelas quiso tomar (PCGE, 24, 29a)

Con base en el ejemplo de (16a), se da cuenta de que la aparición de la negación non en

(16b) es suficiente para la proclitización de los clíticos gelas . Lo mismo se aplica en la

ocurrencia de las siguientes FFNN definidas preverbales:

(17) a. Su lengua le querrá prestar para que hablasse presto (Cel, 177)

b. que aquella ley les ouo dada (PCGE, 270, 29b)

Por último, la proclitización se nota más claramente con las FFNN indefinidas que parecen

situarse más arriba que las FFNN definidas y no duplicadas que están adyacentes al verbo

finito, de lo que nos ocuparemos más adelante. Esto se ilustra en los siguientes ejemplos:

(18) a. Mil cuchilladas le vi dar mis ojos (Cel, 296)

b. Si buen entendimiento le Dios quiso dar para entender (Zif, 335)

Evidentemente, un solo Comp también sirve para recatar al clítico, véase el contraste entre

(19a) y (19b):

(19) a. a que lo omne pudiesse asmar (PCGE, 313, 1a)

b. comenςaronles a dar a entender más descubiertamente (Luc, 70)

En (19b) es el verbo el que rescate al clítico de aparecer en la primera posición.

83

Las oraciones de (16-18) tienen en común que la proclitización al verbo finito puede

garantizarse primordialmente con un constituyente preverbal que aparece en cualquier

posición inferior al Comp. Eso nos permite suponer que la proclitización de (15b) cuenta

con la FN topicalizada ‘la faz dura cuemo de fierro , debido a que esta también se ubica

abajo del Comp, así como los elementos preverbales de (16-18) que rescatan al clítico

independientemente del Comp. Si es correcta nuestra suposición, podemos llegar a la

conclusión de que la proclitización se da con cualquier constituyente preverbal sólo si este

aparece en el Comp o abajo del mismo.

De manera contraria, la enclitización al verbo finito en las oraciones principales indica

que hasta el Comp no hay ningún constituyente preverbal al lado izquierdo del verbo finito,

así que los tópicos antepuestos a la enclisis deberían estar fuera del Comp nulo y no abajo

de este, a diferencia de la propuesta de Rizzi, como se representa en el siguiente formato:

(20) E

Tópicos FComp

......

En este trabajo, adoptaremos el nodo E que proponen Banfield (1973), Emonds (1985) y

Aissen26 (1992). Según estos autores, la posición que alberga a los tópicos fuera de FComp,

véase (20), no es un sitio de objetivo para una operación de movimiento, por ende esos

tópicos que denominaremos “tópicos externos” para distinguirlos de los “tópicos

internos” que ocupan una posición inferior a Comp deben generarse de base en aquella

26 Aissen (1992: 73) presentó las siguientes oraciones de la lengua Maya Tz’utujil para justificar que lostópicos pueden aparecer fuera de un Comp:i) La Aa Teeko x-ch’ ey-o Aa Li’p? Qu joven Diego Asp-hit-Foc joven Felipe (‘Fue Diego quien golpeó Felipe?’)ii) Aa Teeko la x-uu-ch’ey Aa Li’p? joven Diego Qu Asp-E3-hit joven Felipe (‘Diego golpeó a Felipe?)

Es evidente que la morfema-Qu precede al foco, véase (i), mientras que aquella sigue al tópico, véase (ii).

84

posición, mientras que los tópicos internos llegan al Esp de FTop inferior a FComp a través

del movimiento. Aplicando esta idea a la sintaxis del EM, los ejemplos de (15) se

reanalizarían como se ilustra a continuación:

(21) a. [E la camara del reyi [Comp ∅ dieronlai a Pedro suarez de Toledo (Pedro I, 17, 30a)

b. [Comp que [FTop la faz dura cuemo de fierroi lai deue auer hi (PCGE, 80, 23b)

Como se observa en (21a), la sintaxis “ve” que el Comp es nulo, y que entre este y el verbo

finito no se intercala ningún constituyente para poder rescatar al clítico la . Además, la

sintaxis también “ve” que la única FN preverbal ‘la camara del reyi’ está fuera del Comp.

Por esas razones, el verbo finito tiene que moverse al lado izquierdo del clítico para

respetar la ley de Wackernagel. Así, podemos resolver el problema de la enclisis sin

estipulación alguna.

Por otra parte, según la propuesta de Jackendoff y Culicover (2003) sobre el problema

de la correferencialidad, si bien la FN duplicada ‘la camara del reyi está muy lejos del

clítico resauntivo ‘lai’, este puede lograr correferenciarse con su antecedente por medio de

mecanismos semánticos27 ; estos mismos mecanismos nos explican los casos de duplicación

“a la derecha” (La vi a María) donde el antecedente no está en posición de mando-c

respecto al clítico, problema que no puede resolverse en la sintaxis. En efecto, Chomsky

(1995b) proponer dejar fuera de la sintaxis el fenómeno de Ligamiento. En esta tesis, el

análisis semántico de la correferencialidad queda fuera de los límites de la misma, y no lo

tocaremos más.

En resumen, proponemos que en el EM hay dos tipos de tópicos: los tópicos externos

que se generan directamente fuera del Comp sólo en las oraciones principales, y aquellos

27 Jackendoff y Culicover (2003) proponen que la semántica se encarga del problema de correferencia.

85

internos que mediante unas operaciones de movimiento ocupan el Esp de FTop. Lo mismo

sucede en el EA, como se aprecia en los siguientes datos:

(22) a. [E A Pedroi [Comp ¿qué [T lei compraste?

b. estoy seguro de [Comp que [FTop a Maríai [T lei di este libro.

Como hemos argumentado hasta ahora, a pesar de que en los textos medievales revisados

no encontramos datos como los de (22a) que aseguran la existencia de los tópicos externos,

podemos afirmarla de acuerdo con la distinta colocación de los clíticos, ya que los

enclíticos al verbo finito seguidos de los tópicos como el de (21a) pueden entenderse sólo si

estos aparecen fuera de Comp; si no fuera así, aquellos deberían ser proclíticos.

En conclusión, las dos posiciones para los tópicos no han cambiado desde el EM hasta

el EA, así que funcionan como un indicador que nos hace saber en dónde pueden aparecer

otros constituyentes preverbales. Dentro de la perspectiva estructural que da cabida a los

procesos de topicalización, podría darse cuenta de qué posición ocupan los objetos no

duplicados frente a los duplicados como tópicos.

4.3. Distribución preverbal de las FFNN definidas y no duplicadas

Según lo que observamos en nuestro corpus, la gramática medieval del español muestra

que no todas las FFNN de objeto preverbales aunque sean específicas y definidas se

duplican con un clítico correspondiente, a diferencia del EA. Eso se aprecia a continuación:

(23) a. doña Ximena al ςid la manol(e) va besar (Cid, 369)

b. que a él mataron (PCGE, 97, 1a)

c. A ti he de gradescer por que so yo aun uiua (PCGE, 135, 14b)

d. E maguer el fecho non vieron (Zif, 59)

86

La distinción sintáctica entre los objetos duplicados y no duplicados a la que vale la pena

referirse es que aquellos se ubican en una posición más exterior que estos, como se nota en

las siguientes oraciones:

(24) a. Mio ςid al rey las manos le besó (Cid, 3486)

b. Los dozientos marcos al rey los soltó (Cid, 3502)

A diferencia del EM, todos estos objetos preverbales en el EA obligatoriamente deben

duplicarse con un clítico. De ahí que ello me sugiera la idea de que los objetos no

duplicados medievales se mueven a una posición preverbal que se desvanece en la

estructura oracional del EA. Por el momento, no tenemos ninguna idea de qué posición se

trata para aquellos no duplicados, porque en el EA no encontramos los siguientes ejemplos:

(25) a. *este libro le regaló María a su hijo.

b. *A María su papá obsequió una computadora Samsung.

Con base en esta regularidad sobre la colocación de los clíticos medievales, obtenemos la

siguiente tabla:

Tabla 11. Las FFNN de objeto preverbales según la duplicación

Objeto indirecto Objeto directoSiglo

+Dup

OI...Cl VF

-Dup

OI... ØVF

Total +Dup

OD...Cl VF

-Dup

OD... ØVF

Total

XII 19 (39.5%) 29 (60.4%) 48 47 (61%) 30 (38.9%) 77

XIII 9 (69.2%) 4 (30.7%) 13 14 (58.3%) 10 (41.6%) 24

XIV 8 (33.3%) 16 (66.6%) 24 7 (30.4%) 16 (69.5%) 23

XV 13 (28.2%) 33 (71.7%) 46 5 (12.8%) 34 (87.1%) 39

Recuérdese que el Poema de Mio Cid está escrito en verso, mientras que los otros textos en

prosa. Por esa razón, nos ocuparemos de estudiar desde el siglo XIII al XV, cuando el uso

de los objetos preverbales sin duplicación se incrementa de manera inesperada; por el

87

contrario, la duplicación de las FFNN preverbales decrece en su uso, tendencia contraria a

la que esperábamos, porque después del siglo XVI, desaparece radicalmente en la

gramática del español. Ello significa, en mi opinión, que el EM favorece a los objetos

preverbales no duplicados que están motivados por alguna razón sintáctica y no por la

dislocación (o sea, topicalización).

Como propusimos en el capítulo segundo, parece correcto suponer que si los objetos

aparecen en el Esp de FTop o fuera del nodo Comp, obligatoriamente se duplican con un

clítico, mientras que, de aparecer en una posición inferior al Esp de FTop en este trabajo,

esa posición corresponderá al Esp de FNeut los objetos preverbales no deben ser

duplicados, distinción que puede captarse claramente en el dato de (24b); el objeto directo

‘Los dozientos marcos , que se coloca en la posición más periférica, está duplicado con el

clítico ‘los , mientras que el objeto indirecto ‘al rey no puede duplicarse con un clítico

debido a la ocupación de una posición inferior. Entonces, podemos concluir que en la época

medieval la reduplicación de los objetos preverbales indica sólo la ocupación del Esp de

FTop o fuera del nodo Comp, comportamiento sintáctico que todavía permanece hasta en el

EA; por el contrario, si no hay duplicación con un clítico, los objetos preverbales se

mueven al Esp de FNeut, lo cual veremos más adelante.

4.4. La caracterización del Esp de FT para el EM

A diferencia del inglés, una lengua de sujeto explícito, el español es una lengua de sujeto

nulo, para la cual se han propuesto tres análisis respecto de la propiedad sintáctica del Esp

de FT. Según Rivero (1986) y Rizzi (1997), entre otros, los sujetos preverbales ocupan el

Esp de FT, posición argumental, ya que ahí las FFNN reciben el Caso nominativo. Por otro

lado, se ha propuesto que el Esp de FT no alberga exclusivamente al sujeto, sino que esta

88

posición puede estar ocupada por diferentes tipos de elementos, tales como los tópicos (A

María le regaló su abuelo un caballo de pura raza), los focos (Las espinacas trajo Pedro

(y no las papas)), y los énfasis28 (Algo debe haberte dicho María) (Fontana, 1993 y

Zubizarreta, 1994 y 1998), por ende, es una posición no-A. Por último, se ha argüido que

los sujetos preverbales ocupan la misma posición que los objetos directos e indirectos

dislocados a la izquierda, y que no es el Esp de FT (Ordóñez y Treviño, 1999). En el EA,

parece muy problemático determinar en dónde se albergan los elementos preverbales,

incluso el sujeto, debido a que parecen compartir algunas caracterizaciones de cada una de

las propuestas anteriores, como se ve en las siguientes oraciones:

(26) a. Juan compra el libro

b. A María le dio su papá un vaso de leche.

Si se considera que Juan en (26a) ocupa el Esp de FT, entonces es el sujeto sintáctico de la

oración, mientras que, de ocupar la posición dislocada a la izquierda, es el tópico. De la

misma manera, A María de (26b) puede moverse como tópico tanto al Esp de FT (si es

correcta la propuesta de Zubizarreta) como a una posición dislocada (Ordóñez y Treviño).

En contraste con tal ambigüedad sobre el Esp de FT actual, esta posición del EMsi

suponemos que sea proyectada en la estructura oracional exhibe ciertas propiedades muy

distintas y marcadas. Esto se aprecia en los siguientes ejemplos:

(27) a. que aquello [FT Julio Cesar [Tlo auie castigado en estar los sos assi (PCGE, 75, 7b)

b. A ésta [FT los duros tesoros comunicables [T la escurecen y pierden (Cel, 130)

Obsérvese que los elementos duplicados con su clítico (aquello....lo y A ésta....la) se

dislocan a una posición más externa que el Esp de FT, mientras que se supone que los

sujetos incrustados en (27), Julio Cesar y los duros tesoros comunicables, respectivamente,

28 Véase el trabajo de Zubizarreta (1998) sobre la noción de“énfasis”.

89

se ven forzados a ocupar el Esp de FT. La aparición preverbal del objeto directo e indirecto

no duplicado es estructuralmente paralela, como se ilustra a continuación:

(28) a. Mio ςid al rey [FT las manos [T le besó (Cid, 3486)

b. Los dozientos marcos [FT al rey [T los soltó (Cid, 3502)

c. tu no quieres que yo a ti ame (PCGE, 40, 21b)

d. en quien la voluntad a la razón no obedece (Cel, 91)

La distribución semejante de los objetos no duplicados, véase (28), con la de los sujetos

incrustados, véase (27), puede hacer suponer que aquellos se colocan en la misma posición

que los sujetos, i.e., el Esp de FT. En efecto, en los datos de nuestro corpus, no aparece

ningún elemento entre el verbo finito y los objetos no duplicados salvo la negación

oracional y el clítico, a diferencia de los duplicados con un clítico, así que no encontramos

los siguientes datos:

(29) a. Mio ςid al rey las manos (*mio ςid) le besó

b. tu no quieres que yo a ti (*yo) ame

Como vimos en estos ejemplos, dado que los objetos preverbales no duplicados aterrizarían

en el Esp de FT, ningún constituyente se intercala entre esos objetos y T, así como entre los

sujetos preverbales y T. Este factor distribucional debilita la idea de que el Esp de FT

medieval es una posición-A exclusivamente para el sujeto (Rivero, 1986).

A simple vista, nuestro argumento hasta el momento parece muy similar a la propuesta

de Fontana y Zubizarreta, ya que tanto los sujetos como los objetos aparecen en el Esp de

FT; no obstante, nuestro argumento se distingue de aquella desde el punto de vista del

análisis de los siguientes objetos preverbales:

(30) a. a las uezes a ellos obdecieron (PCGE, 209, 51a)

b. A ti he de gradecer por que so yo aun uiua (PCGE, 135, 14b)

90

(31) a. Esta ciudadi *(lai) destruyeron los bárbaros.

b. A su madrei *(lei) regaló María un libro. (Citadas en Zubizarreta, 1998: 110)

Según Fontana y Zubizarreta, los objetos preverbales del EM en el Esp de FT no están

duplicados con un clítico, mientras que los del EA se ven obligados a duplicarse; esta

diferencia diacrónica, por una parte, se atribuye al estatus sintáctico de los clíticos

medievales: son proyecciones máximas que pueden moverse al Esp de FT; para ser más

detallado, los objetos preverbales de (30) ocupan el Esp de FT, por eso no coocurren con un

clítico correferencial que podría ser un ocupante potencial de dicho especificador. En

cambio, dicha teoría no se aplica a los clíticos actuales que, como núcleos, no pueden ser

ocupantes del Esp de FT. Por otra parte, siguiendo su propuesta, arguyen que si esos

objetos se colocan en la posición dislocada, se permite la coocurrencia del clítico, debido a

que el Esp de FT está desocupado y disponible para el clítico, como se ve a continuación:

(32) [FTop esta razoni [FT lai [T°fiziesse luego saber al rey]]] (Pedro I, 197, 55a).

Sin embargo, su explicación es problemática cuando se aplica a las oraciones (28a y b). Si

los clíticos ‘le y los ocupan el Esp de FT, ¿dónde emergen las FFNN de objeto, las

manos y al rey, respectivamente en (28)? La única salida que podemos proponer para este

problema es que las FFNN no duplicadas se mueven al Esp de FT, mientras que las

duplicadas están en la posición para tópicos y, a su vez, sus clíticos correspondientes se

afijan a T como núcleos. Esta idea se representa en la siguiente estructura para (28b):

(33) E

Los dozientos marcosi FComp

∅ FT

al rey T´

T

losi T FV

soltó T

91

Sobre el hecho de que los clíticos medievales son nucleares, también pueden explicarse los

siguientes clíticos interpolados:

(34) a. al que uos el pan uendio (GE-I, 105r)

b. maguer gelas el querie dar (PCGE, 24, 29a)

Obsérvese que ambos clíticos se colocan al lado izquierdo del sujeto. Eso implica que

aquellos están en una posición jerárquicamente superior al Esp de FT. En el EM, las

oraciones de (34) resultan gramaticales: tanto los sujetos como los clíticos interpolados,

respectivamente, están en una posición no-A, no obstante, no se viola la Restricción de

Minimidad Relativizada (1990) de Rizzi (RMRR) porque los sujetos son proyecciones

máximas, mientras que los clíticos interpolados son núcleos.

En vista de las discusiones anteriores, configuracionalmente parece plausible que el Esp

de FT medieval sea una posición no-A, en donde pueden aparecer tanto los sujetos como

los objetos, pero es problemático en términos de la asignación del Caso nominativo (Nom).

A continuación, trataremos del asunto y argüiremos que no es necesario proyectar el Esp de

FT en la estructura jerárquica oracional del EM.

4.4.1. El cotejo de Caso Nominativo

Relacionado con la asignación del caso, podemos encontrar los siguientes datos medievales

muy interesantes:

(35) a. que los godos fizieran a so padre (PCGE, 221, 40a)

b. et tomo el rey Philippo su hueste muy grand (PCGE, 221, 18b)

Queda claro que el EM presenta el orden de palabras (Suj)VO, al igual que el EA. Dentro

de la teoría del Cotejo, Zubizarreta (1998) explica que el sujeto preverbal como el de (35a)

los godos se mueve al Esp de FT y coteja su Caso Nom con T vía la concordancia de Esp-

92

Núcleo, mientras que el sujeto posverbal como el de (35b) ‘el rey Philippo coteja el Caso

sin movimiento explícito. Pero lo problemático de este análisis se nota bajo la inspiración

de Pollock (1989) y la economía de derivación de Chomsky (1991), quienes sugieren que si

algo se mueve, tiene que moverse.

Por otra parte, Zubizarreta propone que los rasgos discursivos, tales como tópicos, focos

y enfáticos, pueden agregarse al núcleo T que contiene muchos rasgos indispensables, p.ej.,

Caso Nom, PPE, rasgos-φ, tiempo, etc. Por lo tanto, cuando un objeto tiene el rasgo [+Top],

puede cotejarlo con T mediante movimiento, como se representa en el siguiente árbol:

(36) a. Mio ςid al rey [FT las manos [T le besó (Cid, 3486)

b. FT

las manos T´[+Top]

T+besó ... [+Top]

Como vimos en el esquema arbóreo, se interpreta que el objeto ‘las manos se mueve al

Esp de FT (Fontana y Zubizarreta) para cotejar el rasgo tópico con T vía la concordancia de

Esp-Núcleo. En este sentido, es posible explicar la oración de (36a) por la propuesta de

Zubizarreta. Lo inconveniente de este análisis es que hay que estipular que sólo la categoría

T adquiera los rasgos discursivos en el sistema computacional y no en el Lexicón, en donde

las entradas léxicas pueden tener especificados ciertos rasgos fonológicos, semánticos y

sintácticos (Chomsky, 1995b). Además, como mencionamos arriba, el núcleo T° se encarga

de muchos rasgos funcionales, entonces, desde la perspectiva minimalista no parece

deseable cargarle otros rasgos discursivos a T. Eso nos obliga a buscar otra explicación

teórica tanto sobre la asignación del Caso como sobre los objetos preverbales no

duplicados. Por eso, adoptaremos la propuesta de Ordóñez (2000) sobre la licencia del Caso

93

Nom; según el autor, la concordancia de persona es un clítico argumental del verbo cuya

estructura se parece a la de FCl que se describe en el capítulo tercero:

(37) FCl

FD duplicada ClConc29

Ordoñez argumenta que la FD duplicada en el Esp de FCl no desempeña ningún papel en la

asignación del Caso al sujeto, mientras que el verdadero argumento ClConc que se expresa

morfológicamente mediante los afijos verbales, se incorpora a T30 para descargar el Caso

Nom. En otras palabras, se absorbe o coteja el Caso Nom mediante la riqueza morfológica

del verbo tanto en el EM como en el EA.

Entonces, podemos llegar a concluir que el Esp de FT no es una posición de cotejo para el

Caso Nom, es decir, no es necesario proyectar el Esp de FT en la estructura oracional del

EM, al igual que en la del EA . Por esa razón, podemos dar cuenta de que los objetos

preverbales no duplicados se mueven a otra posición superior a la FT. Desde esta

perspectiva, por consiguiente, la FT medieval se representa enseguida:

(38) FT

T FV

Esp V´

V ....

4.5. La caracterización de la FNeut

Dado que en la FT se satisfacen las operaciones relacionadas con los rasgos argumentales,

p.ej., Caso y Concordancia, etc., se supone que arriba de FT se proyectan las categorías

29 Taraldsen (1992) también propone que la concordancia es un clítico.30 Siguiendo la propuesta de Kayne (1994) de que no se permite una doble adjunción a una misma categoría

funcional, Ordóñez arguye que ClConc se mueve a una categoría funcional arriba de T. Pero, como vimosen el capítulo tercero, este trabajo adopta la propuesta de doble adjunción nuclear (Chomsky, 1995b).

94

discursivas. Debido a la falta del Esp de FT en el EM, hay que suponer que existe una

proyección informacional que alberga tanto a los sujetos como a los objetos no duplicados:

(39) a. A ésta los duros tesoros comunicables [FT la escurecen y pierden (Cel, 130)

b. Los dozientos marcos al rey [FT los soltó (Cid, 3502)

c. A ti [FT he de gradecer por que so yo aun uiua (PCGE, 135, 14b)

Nótese que todas las FFNN en cursiva son específicas y definidas, rasgos que son

factor clave para la topicalización. De ahí que sea posible analizarlas como tópicos. Desde

el punto de vista comunicativo, por otra parte, los tópicos se comentan en el resto de la

oración, por lo tanto, nada excluye que un elemento del comentario pueda topicalizarse de

manera recursiva (Rizzi, 1997). Entonces, además del nodo de raíz E en donde se genera un

tópico externo, se presentaría otra FTop para albergar a esas FFNN como el sujeto de (39a),

que se analizaría así:

(40) E

A éstai FComp

∅ FTop

los duros tesoros comunicables Top´

Top FT

T

lai escurecen

Como discutimos antes, si el sujeto ‘los duros tesoros comunicables’ no apareciera abajo

del Comp, debería suceder la inversión del verbo finito. Eso significa que el clítico ‘lai’ está

rescatado por aquel sujeto que se coloca abajo del Comp y se comporta como un tópico

interno. Como vimos en el análisis de (40), la propuesta de otro tópico logra explicar tal FN

de sujeto como el de (39a).

De manera igual, el objeto indirecto al rey de (39b) es responsable de la proclitización, así

que debe ocupar el Esp de FTop, como se analizaría en (41):

95

(41) [E Los dozientos marcos [FComp ∅ [FTop al rey [FT los soltó

Lo sorprendente que representa este movimiento preverbal de la FN de objeto al rey al

Esp de FTop es que inhibe la coocurrencia de un clítico correferencial (Los dozientos

marcos al rey (*ge) los soltó), mientras que se evidencia que los tópicos en el mismo sitio

en las oraciones subordinadas se duplican con un clítico, como se ve en (42):

(42) a. [FComp que [FTop la caςa [FNeg non la debía dexar (Luc, 119)

b. [FComp que [FTop a mi [FT me haze seguro de sospecha (Cel, 340)

Otro problema del análisis de que las FFNN no duplicadas ocupan el Esp de FTop es que

no es capaz de explicar la variación en la duplicación de los clíticos, compárese los

ejemplos de (42) con los de (43):

(43) a. [FComp por que [FTop la de Troya [FT fizieran apostremas (PCGE, 39, 26a)

b. [FComp que [FTop la boz [FT tienes ronca (Cel, 118)

Recuérdese que tanto en el EM como en el EA se duplican con un clítico los objetos

topicalizados y dislocados a la izquierda, véase los objetos de (42). Eso supondría que los

objetos como la de Troya y ‘la boz , respectivamente, en (43a-b), no estén topicalizados

debido a la ausencia del fenómeno de duplicación con clítico. A mi modo de ver, si las

FFNN no duplicadas ocuparan el Esp de FTop, nada bloquearía la reduplicación del clítico

en T. Eso se aprecia en el objeto preverbal de (43b), que se analiza de la manera que se

ilustra enseguida:

(44) FComp

que FTop

la bozi Top´

Top FT

T

(*lai) tienes ronca

96

Hasta ahora, hemos argüido que estos elementos preverbales no pueden considerarse como

tópicos por las razones señaladas arriba, pero es evidente que en el EM es necesario

proyectar una categoría informacional que albergue tanto a los sujetos preverbales como a

los objetos no duplicados, siempre que sean específicos y definidos. En consecuencia,

tenemos que suponer otra proyección informacional en lugar de FTop para acomodarlos.

Como es bien sabido, la categoría Foco (=FFo) es otra proyección informacional y

discursiva, sin embargo, tampoco puede corresponder a la proyección pertinente, ya que los

focos31 no son compatibles con los rasgos específicos y definidos por su naturaleza. En

nuestro corpus, esta predicción se justifica empíricamente, porque hay muchos datos en

donde las frases cuantificacionales32 coaparecen con los sujetos definidos preverbales:

(45) a. si alguna cosa déstas la natural necesidad les fuerza a hazer (Cel, 230)

b. Conduchos largos el rey enviar mandava (Cid, 1972)

En resumen, hemos argüido que las FFNN preverbales que son definidas y adyacentes a

T o a Neg, no deben tratarse como topicalizadas ni como focalizadas. Entonces, nos surge

una pregunta: ¿qué carácter discursivo tienen esas FFNN? En el presente trabajo,

propondremos una frase neutra (FNeut) distinta de los tópicos y focos, y cuya naturaleza se

justifica por las siguientes razones. En primer lugar, acerca de la posibilidad de esta

categoría, Ordóñez (2000) sugiere que los sujetos en el orden VSO del español son neutros

en comparación con aquellos focalizados del orden VOS. En segundo lugar, Costa (2000)

supone que la información nueva es el foco de una oración, mientras que la información

vieja debe ser topicalizada o desfocalizada. Para justificar el caso de desfocalización, este

autor proporcionó empíricamente los datos de (46):

31 El foco se define en términos de la noción discursiva de ‘presuposición’: el foco es la parte no presupuestade la oración, es decir, se identifica por medio de un contexto interrogativo.

32 Se supone que las frases cuantificacionales y las frases-Qu son incompatibles con los focos.

97

(46) A: Com que é que o Paulo falou sobre o Big Bang?

‘Con quién Paulo habló sobre el Big Bang?’

B: sobre o Big Bang, o Paulo falou com o Pedro.

‘sobre el Big Bang, Paulo habló con Pedro’ (citadas en Raposo (2000: 104))

Queda claro que el sujeto ‘o Paulo’ en la respuesta del hablante B, no se comporta como

tópico a pesar de que tiene información vieja. Al parecer, un elemento de información

vieja, que no está topicalizado ni focalizado, puede considerarse discursivamente neutro,

como se aprecia claramente en el uso de ‘o Paulo de (46b). En el tercer y último lugar,

Lambrecht (1994) arguye que los sujetos tienden a ser tópicos; los objetos tienden a ser

focos. Si es correcta esta tendencia discursiva, sería razonable pensar que el discurso

necesita un aparato para obtener las FFNN neutras que pueden representar tanto a los

sujetos inclinados a ser tópicos como a los objetos inclinados a ser focos. Con base en las

propiedades mencionadas, nos atreveremos a establecer la proyección discursivamente

neutra FNeut; esta se sitúa en la posición superior y adyacente a FT, como se ve en (47),

ejemplificado con (39a):

(47) E

A éstai FComp

∅ FNeut

los duros tesoros comunicables Neut´

Neut FT

T

lai escurecen

Otra ventaja que tiene la FNeut es que estructuralmente nos permite explicar por qué los

clíticos tienen la propiedad de colocarse como proclíticos o enclíticos frente a los sujetos

iniciales. Eso se aprecia en los siguientes ejemplos:

(48) a. yo me quiero aventurar a ello (PCGE, 59, 14a)

98

b. yo quiéroles dar axuvar tres mill marcos de valor (Cid, 2571)

c. Et don Yllán se comenςó a quexar mucho, (Luc, 98)

d. E los de Julio Cesar querien le auer por so esfuerso (PCGE, 71, 2a)

En (48a y c), los sujetos se mueven al Esp de FNeut abajo del Comp, de ahí que no ocurra

la inversión de V+Cl para satisfacer la ley de Wackernagel, mientras que en (48b y d) los

sujetos se generan de base en el nodo E, posición fuera del Comp, por lo que sucede la

inversión del verbo finito para salvar al clítico de aparecer en la primera posición sintáctica.

Análogamente, podemos señalar que los objetos no duplicados se mueven al Esp de FNeut

donde son informacionalmente neutros, a diferencia de los objetos duplicados que se

colocan en el Esp de FTop o en el nodo E. Esta operación de movimiento puede apreciarse

en la oración (49a), que se representa como en (49b):

(49) a. que este tesoro debedes ayuntar en guisa (Luc, 46)

b. FComp

que FNeut

este tesoro Neut´ [+Neut] Neut° FT se cotejan [+Neut ] T

debedes T FV

ayuntar en guisaObsérvese que, en principio, no hay nada que restrinja la duplicación del objeto neutro, al

igual que la de los objetos topicalizados. Pese a eso, los datos de nuestro corpus afirman

que cuando hay una FN en el Esp de FNeut, su clítico correferencial no coocurre en

ninguna otra posición, tal como Top°, Neut°, T° e in situ, como se representa

respectivamente en las siguientes oraciones ejemplificadas con (49a):

(50) a. que [FTop *loi+Top° [FNeut este tesoroi [FT debedes ayuntar en guisa

99

b. que [FNeut este tesoroi [Neut´ *loi+Neut° [FT debedes ayuntar en guisa

c. que [FNeut este tesoroi [FT *loi+T° debedes ayuntar en guisa

d. que [FNeut este tesoroi [FT debedes ayuntar*loi en guisa

De estas formas de duplicación inexistentes podemos inferir que las FFNN neutras

bloquean la aparición del clítico correferencial. Por el contrario, las FFNN topicalizadas

coaparecen con su clítico. Aquí, se plantea una pregunta teórica: ¿cómo trataremos la

distinción entre las FFNN neutras y las topicalizadas respecto de la duplicación del clítico?

Como hemos determinado hasta ahora, las FFNN definidas y específicas pueden ser tópicos

o neutras en el nivel de discurso. De ahí que la distinción entre los dos comportamientos

discursivos cabe describirse mediante un rasgo binario tal como [±Top]33. Desde el punto

de vista sintáctico, las FFNN duplicadas que contienen el rasgo [+Top] se generan en el

Esp de FCl en la posición temática y después se mueven al Esp de FTop para cotejar ese

rasgo con Top°. Eso implica que los clíticos nucleares son compatibles con el rasgo [+Top],

como se ilustra en la siguiente estructura de FCl cuya FN duplicada muestra contener el

rasgo [+Top], misma FCl que se describe en el capítulo tercero:

(51) FCl

FNdup Cl´[+Top]

Cl°

Por el contrario, podemos esquematizar otra FCl a partir de la distribución complementaria

entre las FFNN neutras y su clítico correferencial, la cual vimos en los ejemplos de (50):

(52) *FCl

FNiNeut Cl´[-Top]

Cli°

33 El rasgo [-Top] equivale a los neutros y no a los focos debido a que a las FFNN definidas y específicas seles elimina la posibilidad de focalización por su naturaleza.

100

Esta prohibición en (52) se explica por el principio de Interpretación Plena (Chomsky,

1995b); si el clítico como categoría funcionaluna vez establecida la compatibilidad con

el rasgo [+Top] tuviera la misma relación con otro rasgo contrario [-Top], no podría ser

un objeto legítimo en la sintaxis. Además, desde la perspectiva pragmática, podemos

atrevernos a señalar que si a los objetos neutros les ocurre la misma duplicación que a los

tópicos, morfosintácticamente aquellos no se distinguirían de estos.

Finalmente, como señalamos en (47- 49), la presencia de FNeut es responsable de la

colocación de los proclíticos al verbo finito. Por lo tanto, la aparición de los proclíticos al

verbo finito indica que el constituyente preverbal FX en el orden [FX [FT Cl+VF]] si es

definido y específico se comporta como un constituyente discursivamente neutro.

4.6. La caracterización de FNeg

Sobre la base de los datos de nuestro corpus y un repaso muy extenso de las

investigaciones realizadas sobre el español tanto medieval como actual, supondremos que

el núcleo Neg debe mandar-c a T° y estar adyacente a este, restricción que se apoya

empíricamente por el hecho de que no existe ninguna ocurrencia de inversión entre la Neg

oracional y el verbo finito (non combré un bocado (Cid, 1021) / *combré non un bocado).

Estas observaciones nos obligan a configurar una estructura tentativa de la negación para el

español, como se ilustra en el siguiente árbol:

(53) FNeg

(? Esp) Neg´

Neg° FT

T° FV

101

Proporcionar un análisis completo de la categoría Neg está fuera de los límites de esta

tesis, así que intentaré esbozar ciertas caracterizaciones sintácticas pertinentes para el orden

de palabras preverbales. Dado que no se justifica la proyección de Esp de FT en el español,

véase (38), podemos entender por qué entre Neg° y T° no puede intervenir ninguna frase

explícita (maguer el fecho non (*ellos) vieron (Zif, 59)). De manera paralela, no puede

postularse una categoría vacía, p.ej., pro (*maguer el fecho non (*pro) vieron) o una huella

de FN (*maguer el fechoi non (*hi) vieron). Por último, configuracionalmente se da cuenta

de que entre Neg° y T° aparecen sólo los clíticos, ya que se adjuntan como núcleo a T°.

Por otro lado, en las oraciones negativas, podría establecerse la posición de Esp de

FNeg para albergar los mismos elementos preverbales que, en las oraciones afirmativas,

tienden a aterrizar en el Esp de FNeut, por ejemplo, el objeto directo, el objeto indirecto y

el sujeto, respectivamente, en las siguientes oraciones:

(54) a. maguer el fecho [Neg non [FT vieron (Zif, 59) vs. Que [FNeut la de Troya [FT fizieran

apostremas (PCGE, 39, 26a)

b. si a él [Neg non [FT pesasse (Luc, 78) vs. [FNeut a ti [FT he de gradeser por que

(PCGE, 135, 14b)

c. las naues [Neg non [FT se pudieron mouer (PCGE, 63, 8ª) vs. [FNeut estas

cosas[FTle fazien seer uicioso (PCGE, 39, 10a)

Un análisis posible es que si la FNeg proyecta su especificador, estos elementos preverbales

pueden ocuparlo, como se ilustra en las siguientes representaciones:

(55) a. maguer [FNeg el fecho [Neg non [FT vieron (Zif, 59)

b. si [FNeg a él [Neg non [FT pesasse (Luc, 78)

c. [FNeg las naues [Neg non [FT se pudieron mouer (PCGE, 63, 8a)

102

Este análisis, configuracionalmente, parece idóneo, pero resulta muy problemático en

términos del cotejo de rasgo, ya que ningún rasgo de estos elementos preverbales concuerda

con Neg°. Además, en nuestro corpus, encontramos muchos datos en donde no aparece

ningún constituyente antepuesto al núcleo Neg°:

(56) a. [FNeg Nol pueden fazer comer un muesso de pan (Cid, 1032)

b. [FNeg no les pudo durar el coraςon (PCGE, 14, 24a)

c. [FNeg No te sabré dezir lo mucho que obra en ellas (Cel, 144)

Esos ejemplos nos permiten suponer que no hay motivación sintáctica que justifique el

movimiento obligatorio de las FFNN al Esp de FNeg. Sobre la base de esta argumentación,

nos atreveremos a proponer que el núcleo Neut° se ensambla con la FNeg que, en el

español, no proyecta un especificador. Siguiendo esta suposición, las oraciones negativas

de (54) se analizarían de la siguiente manera:

(57) a. maguer [FNeut el fecho [FNeg non [FT vieron (Zif, 59)

b. si [FNeut a él [FNeg non [FT pesasse (Luc, 78)

c. [FNeut las naues [FNeg non [FT se pudieron mouer (PCGE, 63, 8a)

Los elementos preverbales en las oraciones negativas de (57) cotejan su rasgo [+Neut] con

el núcleo Neut° para ser neutros discursivamente, así como en las oraciones afirmativas,

véase el cotejo del rasgo [+Neut] en (49).

En suma, proponemos que en el EM la FNeut es una posición discursiva que se proyecta

sintácticamente si es necesaria tanto en las oraciones afirmativas, véase (49), como en

las negativas, véase (57). En cambio, siguiendo la propuesta de Ordóñez (2000) y por falta

de la presencia de los objetos preverbales no duplicados, señalamos que en el EA la FNeut

no se proyecta preverbalmente, sino que se realiza posverbalmente. Entonces, la estructura

jerárquica del EM se representa en el siguiente árbol:

103

(58) FNeut

Esp Neut´

Neut FNeg

Neg FT

T FV

4.7. Las FFVV ascendidas al Esp de FNeut

Con base en la caracterización de FNeut en el EM, también pueden explicarse ciertas

construcciones del ascenso del infinitivo que han pasado inadvertidas en los estudios

anteriores sobre el EM, a pesar de la documentación evidente en varios textos medievales,

como los datos que se presentan aquí:

(59) a. Matar bien me puedes (PCGE, 146, 30b)

b. abraςarte quiero (Cel, 217)

c. quando matar no me quisiessen (Cel, 149)

d. los moros e las moras vender non los podremos (Cid, 619)

e. si de lo oculto yo hablarte sopiera.(Cel, 100)

f. quéxaseme que aun verle no quieres (Cel, 204)

Todos estos contextos con infinitivos preverbales reflejan que ningún constituyente aparece

al lado derecho de los verbos finitos. De ahí que, como señalamos en el capítulo segundo,

podamos concluir que los infinitivos se mueven con todos sus argumentos y no como una

categoría nuclear; en efecto, no encontramos ninguna oración como las siguientes:

(60) a. *abraςari quiero hi te.

b. * quando matari no quisiessen hi me.

104

No obstante, si primero los complementos del infinitivo se mueven, como lo muestra la

flecha de (61), y luego el infinitivo como núcleo se mueve también, entonces, resultaría lo

mismo. Eso se aprecia en el siguiente árbol, ejemplificado con (59d):

(61) E

[FN los moros e las moras]i FComp

Comp

venderj Comp

FNeg

non [FT losi + T° podremos [FV hj hi

Respetando la condición del ciclo estricto que supone agotar cada dominio, desde el más

subordinado hasta el más alto, podemos suponer que el clítico ‘los’ primero se afija a T° y

luego, el infinitivo ‘vender’ se adjunta al Comp nulo y, por último, el objeto duplicado ‘los

moros e las moras’ se genera directamente en el nodo E, como discutimos antes. Claro está

que se da cuenta del orden de palabras.

No obstante, en este análisis no se dan explicaciones sobre la adjunción del verbo infinitivo

al núcleo Comp°; recuérdese que desde la perspectiva tradicional, el ascenso de infinitivo

se considera como un rescate al clítico en contextos tales como (59b), pero el caso de (61)

contraviene esa perspectiva, ya que el clítico ‘los de (61) fue rescatado con la negación.

Por otra parte, en nuestro corpus, encontramos muchos ejemplos en donde tanto los clíticos

como las FFNN de objeto se mueven preverbalmente sin acompañarse del movimiento del

infinitivo nuclear al Comp, como se ejemplifica enseguida:

(62) a. Aquellas non lasi puede levar hi (Cid, 116)

b. que esta cruezai nom lai puedes mostrar hi grand tiempo (PCGE, 43, 23b)

c. que la su caςai non lai debía dexar hi (Luc, 119)

105

Con base en estas argumentaciones, más bien, cabe pensar que los complementos

infinitivos se anteponen como frase y no como núcleo, salvo en el contexto de los

auxiliares34, cuyo infinitivo no es complemento subordinado (poner me hedes delante mi

sennor el rey biuo (Pedro I, 37, 10b)).

Aun cuando esta suposición parece observacionalmente adecuada, el movimiento de las

FFVV, por ejemplo, la FV ‘verle’ de (59f), presenta una ambigüedad respecto del estatus

configuracional. O bien se considera como FInfn o FF (Uriagereka, 1995a y b), o como FV.

Por lo tanto, si todas las oraciones infinitivas contienen una FI (por conveniencia, FInfn)

encabezada por un I° abstracto, al igual que las oraciones finitas (Kayne, 1991y Radford,

1997, entre otros), el ascenso del infinitivo se trataría como un desplazamiento de FInfn. De

manera similar y siguiendo a Uriagereka, si la enclisis al infinitivo se obtiene cuando este

se incorpora al núcleo F° que se ensambla con la FInfn, entonces, el ascenso del infinitivo

se consideraría como un movimiento de la proyección máxima FF, de la manera que se

ilustra en la parte marcada en el recuadro en (63):

(63) FT

quieres FV

V FF

F FInfn

F le h FV

ver+Infn F h

En contraposición, si los infinitivos de algunos tipos de verbos, p.ej., los de control de

sujeto, los causativos, los modales, se caracterizan como FFVV escuetas (Treviño, 1994,

34 Los auxiliares actúan como sufijos temporales, de modo que un infinitivo se incorpora como núcleo a ellos(Lema, 1999). Eso se aprecia en los siguientes ejemplos cuyo complemento directo permanece in situ:

i) si yo vivo, doblar vos he la solada (Cid, 80) ii) et esto fecho, casar-me he con una muger muy fermosa. (Citadas en Lema, 1999: 223)

106

entre otros), dicha Anteposición representa una FV, como se reproduce en la siguiente

estructura que ignora las partes innecesarias:

(64) FT

T FV

V FV

V ....

Es interesante observar que todos los análisis contemplan un movimiento fraseal del

infinitivo y no nuclear.

El inconveniente de la propuesta del movimiento de FF es que obliga a los clíticos a

llegar a F°, condición que no puede explicar las oraciones del tipo (59a y c) cuyos clíticos

aparentemente se afijan a T° y no a F°35; si estos clíticos fuesen adjuntados a F°, el orden

de palabras quedaría invertido de la siguiente manera: *Matar me bien puedes / *quando

matar me no quisiessen.

Por otra parte, dado que se supone que los sujetos se generan internamente en la proyección

del verbo que los selecciona, la oración (59e) se puede representar de dos manera distintas,

dependiendo del carácter configuracional del infinitivo:

(65) a. si [FTop de lo ocultoi [FX yo [FInfn PROk hablarj+ Infn°te [FV hj hi]] sopiera hFInfn.

b. si [FTopde lo ocultoi [FX yo [FV PRO hablarte hi]sopiera hFV.

Como se observa en las dos representaciones, el sujeto ‘PRO’ del infinitivo subordinado

guarda una posición distinta según (65a) y (65b); es decir, PRO en (65a) aparece,

derivacionalmente, en el Esp de FInfn, mientras que en (65b) ocupa, desde la base, el Esp

de FV. En superficie, sin embargo, no hay nada que distinga a una FInfn de una FV.

35 A pesar de que Uriagereka no indica la relación estructural de F en relación con la negación, podemosinferir que F se coloca más arriba que la negación, porque los clíticos adjuntados a F aparecen a laizquierda de los sujetos preverbales (Cántas veces a Pedro veu! (Uriagereka, 1995b: 94))

107

Como hemos discutido hasta ahora, lo que resulta crucial de la descripción de los datos, es

que los verbos infinitivos medievales se mueven como frase, independientemente de cómo

se caractericen configuracionalmente. En realidad, la diferencia entre FInfn y FV no afecta

en nada a mi análisis sobre el ascenso del infinitivo.

En contraste con lo anterior, en el EM es necesario distinguir a los infinitivos que se

proyectan hasta la FComp, véase (66), de aquellos que no, véase (67), porque ningún

fenómeno del ascenso de infinitivo se da por encima de un Comp y además, la aparición de

los proclíticos de (66) depende de su existencia. Estas observaciones se ven en (66-67):

(66) a. Acordó de lo mandar matar (Luc, 56)

b. *Matar acordó de lo mandar

(67) a. esto quisieranse luego en essos dias *(se) leuantar contra Julio (PCGE, 63, 14b)

b. et sabíala tan bien *(la) mostrar a los que se pagavan (Luc, 154)

c. fizierongelo luego *(lo) saber al rey (Pedro I, 28, 2a)

Por esas razones anteriormente señaladas, no sólo seguiremos analizando los infinitivos

preverbalmente ascendidos como una FV escueta36, sino que también estos se generan in

situ con el mismo carácter configuracional tal como el de (64).

De lo expuesto hasta ahora, conviene dar cuenta de cómo opera el movimiento de los

verbos infinitivos ascendidos: el infinitivo se mueve junto con sus complementos, es decir,

como FV escueta, pero el movimiento de la FV consta de dos procedimientos: el

movimiento de la FV remanente37 y la Anteposición de FV.

36 Este resultado es compatible con la propuesta de Picallo (1990) quien supone que los modales secomportan como un modificador de los infinitivos que se generan como una FV escueta:(i) [FT [FV [FMod][FV V....

37 El Movimiento del Remanente se basa en la topicalización remanente de FV (Den Besten y Webelhuth,1989)) y el movimiento de FI remanente (Kayne y Pollock, 1999). Su definición es: hay un movimientode FX que contiene una huella de un elemento que se movió previamente.

108

El primer procedimiento se da cuando puede ascender una frase como FV que

contiene una categoría vacía que se ubica fuera del dominio de mando-c del clítico

antecedente, como se ilustra en los procesos de (68a), lo mismo se aplica en (68b-d):

(68) a. bien puedes matarme: Afijación del clítico a T

→ bien mei puedes [FV matar hi]: Movimiento Remanente de la FV

→ [FV Matar hi] bien mei puedes hFV (PCGE, 146, 30b)

b. [FV abraςar hi] tei quiero hFV (Cel, 217)

c. quando [FV matar hi] no mei quisiessen hFV (Cel, 149)

d. [E los moros e las moras] [FV vender hi] non losi podremos hFV (Cid, 619)

La Anteposición de FV consiste en que la FV debe moverse plenamente sin perder ningún

argumento interno en la misma frase, por ende los complementos del infinitivo preverbal

quedan in situ, véase (69a), o si hay otro movimiento a solas, ocupan una posición más alta

desde la que mandan-c a su huella, como se muestra en los pasos de (69b); lo mismo

sucede en (69c):

(69) a. que ninguno [FV fazer plazer a Dios] non puede hFV (Cor, 47)

b. que pudiesse [FV manifestarte mi secreto dolor]: Anteposición de FV

→ que [FV manifestarte mi secreto dolor] pudiesse hFV: Movimiento del objeto

→ que mi secreto dolori [FV manifestarte hi]pudiesse hFV (Cel, 86)

c. de lo que de mi gradoi [FV dezirte hi] quiere hFV (Cel, 332)

Es evidente que la Anteposición de FV se comporta de manera distinta del movimiento de

la FV remanente, en el sentido en que las huellas dentro de las FFVV antepuestas siguen

estando bajo mando-c por el antecedente. La distinción sintáctica entre los dos modos de

ascenso del infinitivo nos lleva a suponer que las FFVV se mueven a diferentes posiciones:

109

las FFVV plenas se mueven al Esp de FNeut, mientras que las remanentes lo hacen a otra

posición, pero este punto lo trataremos más adelante.

Un aspecto al que hay que referirse respecto de la Anteposición de FV es que, en este

contexto, no se ha encontrado en el corpus ningún sujeto preverbal intercalado que ocupa

el Esp de FNeut entre el infinitivo y el verbo finito o la negación, como se muestra en la

siguiente comparación entre (70a-b) y (70a´-b´) :

(70) a. que mi secreto dolor manifestarte pudiesse (Cel, 86)

a´. que mi secreto dolor manifestarte *yo pudiesse

b. que aun verle no quieres (Cel, 204)

b´. que aun verle *tú no quieres

A mi modo de ver, la prohibición de estos sujetos sirve como evidencia en favor del

movimiento de FV plena al Esp de FNeut.

En la Anteposición de FV, por otra parte, se observa que cuando la FV de (69b) se mueve

preverbalmente, su objeto ‘mi secreto dolor llegaría a otra posición preverbal38entre el Esp

de FTop y T o Neg, debido a que no se duplica con un clítico. De manera semejante, pese a

que en el español no hay ningún pronombre clítico correspondiente al complemento

preposicional, podemos advertir que la FP de mi grado de (69c) se mueve, bien al Esp de

FTop cuando se topicaliza, bien a otra posición si no lo hace. Sobre el hecho de que los

complementos del infinitivo ascendido ocupan el Esp de FTop u otra posición preverbal,

mientras que las FFVV antepuestas se colocan abajo de Top y, a la vez, arriba de T o Neg,

nos plantea una pregunta obvia: ¿en que posición preverbal aterrizan las FFVV plenas?

38 Recuérdese que ciertas FFNN preverbales son discursivamente neutras:i) si alguna cosa déstas [FNeutla natural necesidad les fuerςa a hazer (Cel, 230)ii) si buen entendiminto le [FNeut Dios quiso dar para entender (Zif, 335)

110

Recuérdese que la estructura oracional del EM no proyecta el Esp de FT ni el de FNeg, sino

que puede proyectar la FNeut sólo si es necesario discursivamente. De eso se desprende

que el Esp de FNeut es la única posición disponible para recibir las FFVV plenas, como se

representa en (71), ejemplificadas con las de (69):

(71) a. que ninguno [FNeut [FV fazer plazer a Dios] [FNeg non puede hFV (Cor, 47)

b. que [FNeut [FV manifestarte mi secreto dolor] [FT pudiesse hFV (Cel, 86)

c. de lo que [FNeut [FV dezirte de mi grado] [FT quiere hFV (Cel, 332)

En el siguiente paso de la derivación, como lo muestran las flechas, cada complemento

escapa de la FV ascendida hacia una posición más alta: hacia el Esp de FTop o hacia otra

posición preverbal, dependiendo de sus rasgos discursivos. En suma, según la condición del

ciclo estricto, podemos argüir que las FFVV plenas se mueven al Esp de FNeut para ser

discursivamente neutras o desfocalizadas, y luego sus complementos se mueven también.

A diferencia del EM, en el EA que no proyecta la FNeut, como es de esperar, no se

observa el fenómeno de Anteposición de FV para ser neutra discursivamente (*que mi

secreto dolor manifestarte puedo). En cambio, cuando estas se dislocan a la izquierda para

topicalizarse y el clítico se interpreta como referente del Infn, sólo se puede la Anteposición

de FFVV plenas ([Comparar ese libro]i loi puedo).

En conclusión, hemos señalado que los tópicos no han sufrido ningún cambio

sincrónico ni diacrónico desde el EM al EA. También, hemos argüido que, en el EM, tanto

FT como FNeg no proyectan su especificador, y que con las dos proyecciones se ensambla

una FNeut, sólo si es necesaria discursivamente. A esta categoría discursiva hemos podido

atribuirle ciertas distinciones diacrónicas del orden de palabras preverbales; por ejemplo, la

colocación preverbal de los objetos definidos no duplicados y la Anteposición de FV. En

111

efecto, hemos aducido que sólo el Esp de FNeut alberga a los elementos que son definidos

y discursivamente neutros.

En el EA, por el contrario, no se han atestiguado los distintos órdenes de palabras

señalados anteriormente. Eso significa que la FNeut se proyecta en una posición distinta de

la del EM. Según la propuesta de Ordóñez (2000), que seguimos en el presente trabajo, la

FNeut del EA se sitúa entre FT y FV configuracionalmente, por eso no puede apoyar la

ocurrencia de ciertas palabras preverbales, tales como las FFNN y FFVV neutras, al igual

que la del EM.

112

Capítulo Quinto: Evidencia sobre una categoría funcional extra

5.0. Introducción

En el capítulo anterior, hemos caracterizado tanto los tópicos como los neutros cuyas

propiedades les obligan a moverse a las posiciones pertinentes. Además de aquellos

constituyentes, en nuestro corpus, encontramos otros preverbales, tales como las FFNN

indefinidas, los cuantificacionales y los clíticos interpolados. A fin de acomodarlos

respondiendo a sus propiedades, nos vemos forzados a proponer una categoría funcional40

adicional que todavía no está identificada, pero que se ubicaría entre FTop y FT. A pesar de

que esta idea no es nueva (Uriagereka, 1988, 1995a y b), podemos insistir en ella porque la

teoría que aplicaremos en el presente trabajo requiere una categoría informacional distinta

de la propuesta por Uriagereka. Si se sigue el hilo del recorrido que hemos realizado

respecto del cambio diacrónico del EM, ciertos órdenes de palabras preverbales vinculados

con la ley de Wackernagel, la Interpolación y las FFVV remanentes antepuestas, se

desprenderían de la existencia de una categoría funcional adicional que ha desaparecido de

la estructura oracional del EA.

5.1. Evidencia empírica sobre otra categoría funcional

Con base en las propiedades de ciertos elementos preverbales, tales como los clíticos

interpolados–(1)– y las FFNN indefinidas preverbales–(2)–, voy a suponer la existencia de

otra categoría funcional que se localiza entre FTop y FT:

40Dentro del marco teórico de Principios y Parámetros, así como del Programa Minimalista, se trata a lasproyecciones FT, FConc, FD y FC como categorías funcionales que básicamente expresan nociones yfunciones gramaticales pero no contenidos descriptivos, y no pueden proyectarse solas debido a sucarácter relacional.

113

(1) a. maguer gelas [FNeut el querie dar (PCGE, 24, 29a)

b. que vos [FNeut tal cavallero quiso acá enbiar (Zif, 159)

c. sy la [FNeut yo [FNeg aun non veo (SME&, 494)

d. que lo [FNeg non quisieran fazer (PCGE, 49, 35b)

(2) a. si alguna cosa déstas [FNeut la natural necessidad les fuerςa a hazer (Cel, 230)

b. que ninguno [FNeut [FV fazer plazer a Dios] non puede (Cor, 47)

Aparentemente, hemos visto que entre FTop y FT puede ensamblarse la FNeg, como en

(1c-d) y (2b), y la FNeut también, como en (1a-b) y (2a), de modo que la categoría

funcional que propondremos aquí, se situaría entre FTop y FNeut o FNeg o FT. Además,

obsérvese los casos en donde no sólo aparece en el Esp de FNeut un constituyente

preverbal, p.ej., el, ‘tal cavallero’ y ‘yo’, respectivamente, en (1a-c), sino que también el

núcleo de FComp está ocupado por los complementantes ‘maguer’, ‘que’, ‘sy’ y ‘que’,

respectivamente, en (1); no obstante, entre el Comp explícito y el elemento ubicado en el

Esp de FNeut se intercalan los clíticos o las FFNN, véase (1-2). Esta distribución deja ver

que tanto los clíticos interpolados que son específicos como las FFNN indefinidas se

sitúan superficialmente en una misma posición entre el Comp y el Esp de FNeut. Con base

en tales similitudes distributivas, Rivero (1992) y Fontana (1993) afirman que los clíticos

medievales son proyecciones máximas al igual que las FFNN de objeto, pues ambos

pueden adjuntarse a FT en todas las oraciones: finitas, infinitivas, principales y

subordinadas. Eso se aprecia en (3), cuyas representaciones corresponden a (1a) y (2a):

(3) a. maguer [FT gelasi [FT el querie dar hi

b. si [FT alguna cosa déstasi [FT la natural necessidad les fuerςa a hazer hi

Dicho mecanismo genera el problema potencial de permitir adjunciones múltiples,

fenómeno que se considera muy problemático en la sintaxis por las siguientes razones. Si la

114

adjunción múltiple es correcta, una oración como la de (4) tendría que representarse como

se indica a continuación:

(4) si [FT alguna cosa déstasi [FT la natural necessidadk [FT lesj [FTfuerςa hk a hazer hi hj

Obsérvese que si bien se permitieran las adjunciones múltiples a FT, no nos dice nada

acerca de la naturaleza informativa o sintáctica del orden de adjunciones en términos de la

condición del ciclo estricto; compárese (4) cuyo objeto dativo ‘les’ se adjunta “primero” a

FT, con (1b) cuyo objeto ‘vos’ se adjunta a FT después de la adjunción del objeto directo

‘tal cavallero’.

En este trabajo, desarrollaremos otro enfoque para el análisis de datos como los de (1) y

(2). La propuesta que seguiremos aquí es que los objetos preverbales de (1-2) no están

adjuntos a FT, sino que se insertan en una proyección adicional entre FTop y FT. La teoría

supuesta ahora no solamente requiere menos aparatos estipulativos que la adjunción, sino

que también justifica el acomodo de los distintos elementos preverbales, tomando en cuenta

las peculiaridades morfosintácticas y discursivas que exhiben. Asimismo, mostraremos que

la proyección adicional puede albergar tanto frases como núcleos, a diferencia de la

operación de adjunción a FT que se aplica sólo a las frases. De ahí que se puedan

reinterpretar las oraciones de (3) bajo el esquema que se esboza en (5):

(5) a. [Comp maguer [FX [X´ gelasi+X° [FNeut el [FT querie dar hi

b. [Compsi[FX alguna cosa déstasi[X´ X°[FNeut la natural necessidad[FT les fuerςa a hazer hi

Con base en la teoría de la X-barra, la secuencia de los clíticos de (5a) se afija al núcleo de

FX, mientras que la FN de (5b), ‘alguna cosa déstas’, se coloca en el Esp de esta FX.

Por otra parte, la categoría funcional adicional parece idónea para explicar por qué

aparecen los clíticos a la izquierda del infinitivo en las oraciones infinitivas que contienen

un complementante; compárense las oraciones (6a-b), con (6c-d):

115

(6) a. esto convenía hazerse luego desde aquel lugar (Reyes, 206, 29)

b. el deseo de todos vuestros caballeros era verse en campo (Reyes, 210, 15)

c. non se atreverían a lo ayudar (Luc, 169)

d. et no por emperador por se no egualar a su padre (PCGE, 195, 51b)

El contraste entre (6a-b), que no permiten la proclitización al infinitivo, y (6c-d), refleja que

los clíticos se mueven a una posición más baja que el Comp ‘a’ y ‘por’, pero pasando por

encima del núcleo, Infn o Neg, respectivamente. Esa posición es compatible con el núcleo

de la FX supuesta, de manera parecida a (5a):

(7) a. non se atreverían [FComp a [FX [X loi [FInfn ayudar hi

b. [FComp por [FX [X sei [FNeg no [FInfn egualar hi a su padre

Como se representa en (7), estos infinitivos deben proyectar una FInfn para ser el

complemento de un Comp, a diferencia de los infinitivos como FV que se ensamblan como

complemento de los verbos causativos, modales y de control. En consecuencia, podemos

concluir que todos los clíticos interpolados se adjuntan al núcleo de la FX supuesta. Con

base en la existencia de esta categoría funcional FX, se pueden acomodar los siguientes

clíticos interpolados, que sólo ocurren en el siglo XII y XIII:

(8) a. quien voslo toller quisiere nol vala el Criador (Cid, 3520)

b. si nos ςercar vienen (Cid, 1105)

c. non es quil(e) dar suma podiese (EE, 312, 35)

Recuérdese que ningún clítico puede proclitizarse al infinitivo si éste no ha sufrido

movimiento, i.e., en los contextos de [VF + Infn]: (*quien quisiere voslo toller / *si vienen

nos ςercar). Entonces, podemos suponer que los infinitivos, primero, se mueven al Esp de

FNeut por medio de la operación de Anteposición, y después del aterrizaje, los clíticos de

su complemento pueden salir y ocupar un lugar más bajo que FComp. Por lo tanto, es

116

posible analizar los clíticos interpolados seguidos de un infinitivo movido, así como los

complementos del infinitivo ascendido en (71) del capítulo anterior:

(9) a. [FComp quien [FX [X vosloi [FNeut [FV toller hi] [T quisiere hFV

b. [FComp si [FX [X nosi [FNeut [FV ςercar hi] [T vienen hFV

Es interesante notar que todos los casos de Interpolación se dan en el contexto de un Comp

explícito. Este tipo de Comp, morfosintácticamente, desempeña el papel de sostener al

clítico interpolado y evitar la violación a la ley de Wackernagel. Pero parece más

interesante notar que, en el mismo contexto subordinado, los clíticos pueden ocurrir sin

interpolación, como se aprecia en (10), tendencia predominante frente a la de Interpolación:

(10) a. que esta crueza [FNeg nom [FT la puedes mostrar grand tiempo (PCGE, 43, 23b)

b. que aquello [FNeut Julio Cesar [FT lo auie castigado en estar... (PCGE, 75, 7b)

Dado que los dos clíticos emergen al lado derecho de la Neg y del elemento neutro ‘Julio

Cesar’, respectivamente, es evidente que esos clíticos se adjuntan a T, una derivación más

económica y mínima entre todas las clitizaciones; por el contrario, los clíticos interpolados

se derivan con un movimiento más costoso, en otras palabras, una motivación sintáctica

de la que trataremos más adelante obliga a los clíticos a llegar al núcleo de la FX

supuesta. Entonces, se supone que todos los clíticos interpolados se mueven desde la

posición de base hasta ese X°, como el siguiente árbol ejemplificado con la oración (1b):

(11) FComp

que FX

vosi+X FNeut

tal cavalleroj FT

fizieren+T FV

hi hj

117

Obsérvese que el clítico ‘lo’ se mueve al núcleo de FX pero no al T compuesto con el

verbo, lo que significa que ese movimiento se distingue de la proclitización a T.

Si es correcta la aproximación a la categoría extra FX entre FComp (o FTop) y FT (o

FNeut), también podemos dar cuenta del fenómeno de enclitización al verbo finito, uno de

los mejores patrones medievales que ejemplifican las diferencias gramaticales frente al EA.

Los ejemplos relevantes son los siguientes:

(12) a. Exigenlo veer mugieres e varones (Cid, 16)

b. Ellos quisieran le descobrir de grado la uoluntad (PCGE, 37, 16b)

c. a estos quiso los Dios guardar (PCGE, 319, 21a)

En el capítulo tercero, hemos señalado que la proclitización a T se trata como la operación

óptima y más económica entre todos los procesos de clitización. Si sucede la inversión

entre el verbo finito y el clítico, es natural pensar que este orden exige operaciones más

costosas que la proclitización a T. Antes de explicar por qué los clíticos medievales se

pueden mover a una posición más lejos y costosa que a T, a diferencia de los clíticos

actuales, mostraremos cómo se deriva la enclitización al verbo finito, problema que todavía

es muy discutido en la sintaxis.

Desde Kayne (1991), quien da una propuesta acerca de la enclitización, como vimos en

el primer capítulo, una tendencia dominante para explicar dicho fenómeno es que se da

como consecuencia del movimiento del verbo a una posición más alta que el clítico.

Martins (1994) concreta la idea de Kayne suponiendo que el clítico permanece adjunto a la

izquierda de I°, mientras que el verbo finito se excorpora de I° y termina afijándose a F41,

en una posición superior a T, como queda retomado en el trabajo de Raposo (2000: 270):

41 Suponiendo que los clíticos no forman una unidad compuesta con el verbo, el movimiento del compuesto[V+I] a Comp no implica la excorporación (Lema y Rivero 1991, Wanner 1991, Rivero 1993, entreotros).

118

(13) FF

F FI

Cl I°

V I° FV

Rivero (1993) también analiza la enclitización al verbo finito de la misma manera que

Martins; a diferencia de este autor, Rivero propone que el verbo finito se adjunta a Comp°

en vez de F°. Lo que es problemático en el análisis de estos dos autores es que el segmento

morfológico del compuesto I°, i.e., la parte marcada en el recuadro en (13), se excorpora

del mismo. Eso viola el principio de Integridad Morfológica que prohibe designar un

subcomponente para llevar a cabo una operación sintáctica. Para evitar este problema,

podemos vislumbrar tres posibilidades. En la primera, los clíticos se adjuntan a la huella de

I°; para ser más preciso, se demora la adjunción del clítico a la huella de I° hasta que el

compuesto [I V+I] haya subido a F, como se ilustra en (14):

(14) FF

F FI

I F I´

V I hI FV

1 Cl hI

2Sin embargo, la estrategia de (14) resulta inaceptable no solamente para Kayne (1991),

quien supone que los clíticos nunca se adjuntan a huellas, sino también por el principio más

natural de que las huellas no pueden ser el objetivo de un movimiento (Chomsky, 1995b).

En la segunda posibilidad, la de crear el orden lineal [V+Cl], Raposo (2000) propone que el

compuesto [I V+I] aterriza en el Esp de FF para satisfacer cierta propiedad morfológica de

F°, por la que el núcleo F mismo se comporta como enclítico, pues no puede aparecer en la

119

posición inicial de la oración, a pesar de que los clíticos se adjuntan a la izquierda de F°,

como se representa en el siguiente árbol:

(15) FF

I

V I F´

F FI

Cl F hI FV

Como es de esperar, el movimiento nuclear del I° compuesto al Esp de FF provoca un

problema muy cuestionable en la sintaxis; aparentemente el elemento nuclear ocupa una

posición reservada sólo para las frases, lo cual contraviene el principio de Uniformidad42.

La tercera y última posibilidad que sigue la propuesta de Uriagereka (1995b), es aquella en

la que el núcleo I° compuesto con el verbo finito primero sube a F para cotejar un rasgo

morfológico fuerte [+F] que el verbo finito contiene, y después los clíticos se adjuntan

canónicamente a la derecha de F° , creando una sola cadena:

(16) FF

F

F Cli FI

I F I´

V I hI FV

1 ....hi...

2

Entre las tres posibilidades señaladas para obtener la enclitización al verbo finito, la

propuesta de Uriagereka parece menos problemática que las otras dos, aunque tiene el

problema de la adjunción a la derecha, operación que contraviene el Axioma de

42 Chomsky (1995b: 253) dice “Una cadena es uniforme con respecto a su estatus de estructura de frase”.

120

Correspondencia Lineal de Kayne (1994). En efecto, nuestro análisis sobre la enclitización

al verbo finito se acerca, con ciertas modificaciones, a la propuesta de Uriagereka. Según

este autor, los clíticos se mueven a F sólo para licenciar su dependiente pro (ver Uriagereka

(1995b) para más detalles). No obstante, en este trabajo hemos propuesto que los clíticos no

solamente pueden afijarse a T sin marcación alguna, sino que también pueden aparecer más

arriba que T en términos de la interpolación. Asimismo, dado que la FCl supuesta por

nosotros no contiene esa categoría vacía pro, la justificación de la subida a F se desvanece.

Por último, conjeturamos que existe otra categoría funcional en vez de F, cuya naturaleza

argumentaremos más adelante.

Cabe señalar que el tratamiento de los enclíticos al verbo finito ha pasado inadvertido en

los trabajos anteriores sobre el EM, quizás ello ha contribuido a oscurecer la presencia o

proyección de otras categorías funcionales. De modo que si la justificación de una categoría

funcional adicional es correcta, y con base en las diferencias señaladas arriba, nuestro

mecanismo de la enclitización al verbo finito se daría de la manera que se ilustra en (17b):

(17) a. como quier quel conteciesse aquello mismo, encubrio lo muy bien (PCGE, 93, 12a)

b. FX

X

encubrioi+T X FT

3 loj X hi FV

1 hi hj

2

Obsérvese que el núcleo T, que tiene una propiedad de afijo verbal, atrae al verbo finito,

como lo indica la flecha 1; en el siguiente paso, el clítico se mueve a X° de la FX supuesta

para interpolarse, véase la flecha 2; por último, el verbo finito con T debe adjuntarse al

121

núcleo de la FX, al que el clítico previamente se adjuntó, para salvar la ley de Wackernagel,

véase la flecha 3.

Aquí, suponemos que los enclíticos al verbo finito se adjuntan al mismo sitio que los

clíticos interpolados, comparen (17b) con la representación de (5a), patrón para la

Interpolación ([FComp maguer [FX [X´ gelasi+X° [FNeut el [FTquerie dar hi). Además, al revisar

las construcciones de enclitización al verbo finito, se observa que en el EM hay muchos

enclíticos seguidos de sujetos, como se representa en las siguientes oraciones:

(18) a. a estos quiso los Dios guardar (PCGE, 164, 32a)

b. et comenςoles Ostrogota a maltratar en la batalla (PCGE, 223, 46a)

c. hete yo de servir (Cel, 166)

d. repondiol(e) don Pelayo en guisa (EE-II, 3r)

e. entonces demandolas el a aquel freyre (GCU, 6)

Obsérvese que el orden de palabras [Cl+Suj], que es un comportamiento típico que se

genera sólo en los contextos de Interpolación, es compatible con el contexto de enclisis.

Eso parece sugerir que dichos enclíticos también son interpolados. De ahí que resolvamos

el problema de la enclisis al verbo finito sin estipulaciones como la adjunción a la derecha y

evitando los problemas incurridos en los análisis de Rivero, Martins y Raposo. Ahora bien,

recurriendo al mecanismo de (17b), podemos contestar la pregunta que hicimos en el

capítulo segundo del presente trabajo: ¿por qué los clíticos en los contextos de (19) no se

colocan preverbalmente al verbo finito, sino que se posponen al mismo?

(19) a. et este moςo criélo (Luc,65)

b. ella púsose en negarles la convención y promesa (Cel, 297)

c. al acabo fixolo tormentar (PCGE, 208, 55a)

122

Como dijimos en el capítulo anterior, dado que esos constituyentes iniciales son tópicos en

el nodo E, podemos explicar los ejemplos de (19) con nuestro mecanismo para la

enclitización, que se aplica a (19a):

(20) E

este moςoi FComp

∅ FX

criéj X°

loi X° FT

T° FV

2 hj hi

1

Como se ve en (20), el clítico correferencial con el tópico ‘este moςo’ se mueve a X° para

interpolarse todavía no es posible explicar una motivación del movimiento del clítico sin

identificar ese núcleo X°, ya que este clítico sube para responder a sus rasgos,

movimiento que requiere la adjunción del verbo finito a X° para respetar la ley de

Wackernagel, véase la flecha 2. Con base en esta explicación, podemos dar cuenta de los

proclíticos al verbo finito que son correferenciales con las FFNN topicalizadas:

(21) a. [Fcomp que [FTop esta razón [FT la fiziesse luego saber al rey (Pedro I, 197, 55a)

b. [E a los ricos [FComp ∅ [FT se les va la bienaventuranza (Cel, 156)

En el caso de (21a), el proclítico duplicado no se mueve al núcleo de FX sino que se

adjunta a T sin marcación sintáctica; aquí no ocurre la inversión [V+Cl] porque el tópico

interno ‘esta razón’ rescata al clítico, recuérdese el argumento relevante en el capítulo

anterior. Por el contrario, en el caso de (21b), la sintaxis escanea muy lejos a la FN de

objeto topicalizada ‘a los ricos’, por lo que el verbo finito tiene que rescatar al clítico

‘seles’; sin embargo, no opera el movimiento del verbo finito al núcleo de FX. Al respecto,

123

cabe notar que este comportamiento se atestigua sólo después del siglo XV. Por esa razón

supondremos que este período podría marcar una primera variación en el cambio diacrónico

en donde, efectivamente, los clíticos medievales comienzan a aparecer en la primera

posición sin apoyo alguno, al igual que los actuales.

Siguiendo el análisis de que en el EM es necesario proyectar una categoría funcional

adicional entre FTop y FNeut, finalmente puede darse cuenta del fenómeno de ascenso de

la FV remanente que manifiesta las diferencias gramaticales frente al EA. A continuación,

ejemplificaremos las oraciones relevantes:

(22) a. darvos queremos buen dado (Cid, 194)

b. Matar bien me puedes (PCGE, 146, 30b)

c. si fazer lo pudiessen (PCGE, 72, 21a)

Al observar estos tres tipos de infinitivos antepuestos, podemos señalar que el infinitivo

‘dar’ de (22a) se mueve como núcleo, porque su objeto directo permanece in situ, mientras

que el infinitivo ‘Matar’ de (22b) manifiesta el Movimiento del Remanente (MR) de FV

en mi terminología se refiere al contexto donde el complemento previamente se mueve a

otro lugar, en este caso, a T. Como dijimos en el capítulo segundo y cuarto, el movimiento

nuclear del infinitivo se ha documentado sólo en el Poema de Mio Cid; por el contrario, en

todos los demás datos de nuestro corpus no encontramos ejemplos como los de (23):

(23) a. *que manifestarte pudiesse mi secreto dolor

b. *que dezirte quiere de mi grado

c. *que dezir non puoden nada

d. *si fazer pudiesse lo

Como sugerimos en el capítulo anterior, en nuestro corpus se evidencia que ningún

infinitivo preverbal, tanto en las oraciones afirmativas como en las negativas, deja sus

124

complementos en la posición subyacente, observación contextual que confirma nuestra idea

de que los infinitivos ascendidos se ven obligados a moverse como frases. En este sentido,

el infinitivo ‘fazer’ de (22c) debería ascender por medio de uno de los dos procedimientos:

la Anteposición de FV y el MR de FV, como se ilustra, respectivamente, en (24a y 24b):

(24) a. si [FV fazerlo] [FT pudiessen hFV

b. si [FV fazer hi ] [FT loi pudiessen hFV

Como bien se sabe, los enclíticos al infinitivo deben aparecer obligatoriamente adjuntos a

éste, caracterización que se ha revelado constantemente desde el EM al EA, así que no

puede intervenir ningún constituyente entre ambos excepto otro clítico. Esa condición para

la enclitización al infinitivo no se observa en los siguientes ejemplos contextualmente

parecidos a (22c):

(25) a. Matar bien me puedes (PCGE, 146, 30b)

b. quando matar no me quisiessen (Cel, 149)

Obsérvese que entre el infinitivo preverbal y el clítico, aparece otro elemento -en negritas-,

en otras palabras, estos clíticos no están unidos con el infinitivo. Ello significa que las dos

oraciones no pueden ser analizadas como la Anteposición de FV, como muestra la

representación de (24a).

Por otra parte, no sería deseable proponer que en las oraciones afirmativas el infinitivo se

mueve bajo la Anteposición, mientras que en las negativas, bajo la operación de MR de FV.

De ahí que podamos concluir que en el contexto de [Infn + Cl + VF] como (22c), el clítico

no se adjunta al infinitivo sino que se afija a T y, después, el infinitivo sube como frase a

una posición preverbal mediante el MR, derivación que se representa en (24b). En efecto,

cuando un clítico argumental del infinitivo aparece afijado a T, el infinitivo puede moverse

como FV remanente, como se ilustra en (26).

125

(26) FT

T

2 Cl T FV

VF FV

V hcl

1

Con base en este procedimiento del MR de FV, podemos crear un orden de operaciones que

puede realizarse para la derivación de (24b):

(27) si pudiessen fazerlo: Afijación del clítico a T

→ si loi pudiessen fazer hi: MR de FV

→ si [FV fazer hi] loi pudiessen hFV

Afortunadamente, el MR de FV se aprecia más nítidamente en las oraciones negativas

(quando matar no me quisiessen (Cel, 149)), ejemplo que podemos derivar de la siguiente

manera:

(28) quando no quisiessen matar me: Afijación del clítico a T

→ quando no mei quisiessen matar hi : MR de FV

→quando [FV matar hi] no mei quisiessen hFV

Hay otras motivaciones que nos llevan a suponer la operación del MR de FV. Primero,

como hemos visto en todas las oraciones de la forma [VF + Infn], es evidente que tanto los

clíticos como las FFNN de objeto pueden moverse independientemente del infinitivo. Eso

se aprecia en los siguientes datos en donde el infinitivo permanece in situ:

(29) a. no lo podrien fazer (PCGE, 15, 16a)

b. ésta no sabré dezirte (Cel, 241)

Segundo, según lo que hemos argüido acerca de la Anteposición de FV, los dos tipos de

objeto también pueden comportarse como parte de la FV ascendida:

126

(30) a. quéxaseme que aun verle no quieres (Cel, 204)

b. que ninguno fazer plazer a Dios non puede (Cor, 47)

Observando los ejemplos consecutivos (28)-(30), queda claro que los infinitivos pueden

sufrir tres tipos de comportamiento: permanencer in situ, la Anteposición de FV y el MR de

FV. Lo interesante entre los tres comportamientos es que el MR de FV puede ocurrir

después de la subida del clítico, véase primero (29a), luego (28), frente a la Anteposición de

FV como la de (30b)

Regresando al esquema (26) en que se expresa la idea del MR de FV, hay que

determinar a qué posición preverbal llegan las FFVV remanentes. Hasta ahora, hemos

propuesto la siguiente configuración para el EM, si se proyectan todas las categorías

funcionales preverbales:

(33) [E Tópico [FComp ∅ o Comp° explícito [FTop Tópico [FX FY [FNeut FZ [FT...

Según la estructura oracional, hay tres lugares preverbales para el MR de FV en orden

desde abajo hacia arriba: el Esp de FNeut, el de FX y el de FTop. Estas posibilidades se

ilustran en las siguientes representaciones para el ejemplo (abraςarte quiero (Cel, 217)):

(34) a. [FNeut [FV abraςar hi] [FT tei quiero hFV

b. [FX [FV abraςar hi] [FT tei quiero hFV

c. [E [FV abraςar hi] [FT tei quiero hFV

Como ya lo hemos establecido, cuando un solo constituyente preverbal se coloca en el nodo

E, ocurre la enclitización al verbo finito para respetar la ley de Wackernagel. En el caso de

(34c), se da el proclítico al verbo finito; eso refleja que la FV remanente no se mueve a

dicho nodo E. Además, encontramos la siguiente oración cuyo sujeto preverbal se ubica en

el Esp de FTop en el contexto subordinado, así que sirve para apoyar la idea de que la FV

remanente tampoco se mueve al Esp de FTop:

127

(35) a. si el guisar lo pudiesse (PCGE, 81, 49b)

b. si [FTop el [FV guisar hi] [FT loi pudiesse hFV

Como señalamos en el capítulo anterior, las FFVV plenas ocupan el Esp de FNeut por

medio de la Anteposición, mientras que las dos FFNN indefinidas, ‘ninguno y nada’,

pueden colocarse en el Esp de FX de la misma manera que la de (5b). Las dos operaciones

de movimiento se justifican por las siguientes representaciones:

(36) a. que [FX ninguno [FNeut [FV fazer plazer a Dios] [FNeg non puede (Cor, 47)

b. que [FX nadai [FNeut [FV dezir hi] [FNeg non puoden (Cid, 2784)

De manera paralela, parece posible que las FFVV remanentes se muevan al Esp de FNeut,

como se muestra en (34a), ya que aquellas se comportan como frases al igual que las FFVV

plenas. Ello supondría que el MR de FV permita a otros constituyentes aparecer en el Esp

de la FX, como se ve en (36); no obstante, nuestro corpus no presenta ningún constituyente

preverbal en oraciones como la siguiente (si *nadie [FV fazer hi] no loi podrie), en donde se

aplique el MR de FV. Además, hemos probado que, en el contexto de Anteposición, no

puede aparecer un sujeto preverbal en el Esp de FNeut, porque las FFVV plenas ocupan el

mismo sitio, mientras que, en el contexto del MR, aparece el sujeto preverbal en el Esp de

FNeut. Esta distinción se observa, respectivamente:

(37) a. que mi secreto dolor [FNeut manifestarte h] *yo [FT pudiesse vs. que mi secreto

dolor manifestarte pudiesse (Cel, 86)

b. aquella proporción que [veer h] [FNeut yo [FNeg no pude (Cel, 101)

← aquella proporción que [FNeut yo [FNeg no pude veer h

Con base en esta evidencia empírica, hemos concluido que las FFVV remanentes se

mueven a otra categoría funcional adicional arriba de FNeut, como se analiza en (34b). Es

por ello que las FFVV remanentes no pueden ocupar ni el Esp de FTop ni el de FNeut, y se

128

ven obligadas a moverse al Esp de otra categoría funcional. Eso se ilustra en el siguiente

árbol que representa las operaciones de (27):

(38) FX

[FV fazer hi] X´

X FT

T

loi T

pudiessen T

hFV

Dentro de la teoría del Ligamiento, el MR de FV es muy problemático, puesto que la

huella está fuera del dominio de mando-c del antecedente clítico, como se nota claramente

en (38). No obstante, la frecuencia del MR se incrementa siglo a siglo durante el período

medieval, como se muestra en la Tabla 3 del segundo capítulo. Ello favorece la teoría

minimalista que rechaza la teoría del Ligamiento en la Estructura-S43, y que propone la

teoría de Copia del movimiento44. Bajo esta teoría, las operaciones de (27) se reanalizarían

de la siguiente manera:

(39) si pudiessen fazerlo: Afijación del clítico a T dejando su copia

→ si [Cl lo] pudiessen fazer [Cl lo] : MR de FV dejando su copia

→ si [FV fazer [Cl lo ]] lo pudiessen [FV fazer [Cl lo ]]: las copias borradas en la FF

→ si [FV fazer [Cl lo ]] lo pudiessen [FV fazer [Cl lo ]]

Queda claro que en la FF la copia del clítico se borra, mientras que en la FL permanece

activa, por lo tanto, es visible para interpretarse como argumento del infinitivo. Con ayuda

de este mecanismo, se da cuenta del MR de FV a una categoría funcional arriba de FT;

43 Véase la sección 5 del capítulo segundo del Programa Minimalista (Chomsky, 1995b).44 La teoría de copia del movimiento (Chomsky, 1995b) señala que la huella es una copia del elemento

movido, es decir, el antecedente y su copia son estrictamente idénticos y constituyen una cadena.

129

como discutimos en el capítulo anterior, el problema del Ligamiento entre el clítico y su

copia podría solucionarse bajo la hipótesis de Jackendoff y Culicover (2003).

Desde Rivero (1986), se ha sugerido que el ascenso del infinitivo se realiza para salvar

la ley de Wackernagel. Pero, a mi modo de ver, parece que la operación de movimiento del

verbo infinitivo no tiene nada que ver con la colocación de los clíticos medievales. Esta

suposición se aprecia claramente en los siguientes ejemplos:

(40) a. Yr quiero, que mayor es la vergüensa de quedar (Cel, 101)

b. quil(e) dar suma podiese (EE, 312.35)

c. que ninguno fazer plazer a Dios non puede (Cor, 47)

d. Cometer quiero un ruego a mio Cid el Campeador (Cid, 2073)

Queda claro que, a pesar de que no hay clíticos, los infinitivos ‘yr’, ‘dar’, ‘fazer plazer a

Dios’ y ‘cometer’ ascienden preverbalmente. En el caso de (40b), el infinitivo ‘dar suma’

aparece al lado izquierdo del verbo finito y no rescata al clítico porque este queda protegido

por el Comp ‘que’. Entonces, podemos atrevernos a concluir que los verbos infinitivos se

mueven preverbalmente por su propia motivación sintáctica como focalización sobre la

que explicaremos más adelante, acercamiento que ha pasado inadvertido en otros

trabajos sobre el ascenso del infinitivo.

En resumen, hemos sugerido que con base en la existencia de una categoría funcional FX

entre FTop y FNeut, resultan ser explicables uniformemente la Interpolación del clítico, la

enclitización al verbo finito y las FFVV remanentes antepuestas, características sintácticas

que desaparecen totalmente en el EA. Entonces, es natural que lleguemos a confirmar la

configuración oracional jerárquica del EM, cuya parte preverbal consta de la existencia de

las categorías funcionales, tales como FNeut, FX supuesta y FTop, como se aprecia en (41):

(41) [E [FComp [Comp° [FTop [Top° [FX [X° [FNeut [Neut° [FT...

130

5.2. Identificación de la categoría funcional FX

Hemos advertido que en el EM es necesario proyectar una FX entre FTop y FNeut, pero

todavía no se ha identificado su naturaleza y las funciones que desempeñan para establecer

un orden relacional entre las categorías funcionales preverbales. Cinque (1999) propone

una jerarquía universal45 con base en la evidencia de que cada adverbio debe realizarse en

la proyección funcional pertinente. Según Cinque, hay varias categorías funcionales arriba

de FT, sin embargo, ninguna de ellas serviría para nuestra investigación, porque el autor

mismo señala que la categoría funcional más alta en la jerarquía universal, es decir,

Moodspeech act46 parece seguir a los elementos focalizados, véase (42):

(42) a. Di questo, A NESSUNO francamente potrei parlare.

‘Sobre esto, a nadie (Foco) francamente podría hablar(le)’

b. Di questo, A NESSUNO [Mood francamente ... (Cinque, 1999: 84)

Estos ejemplos dejan ver que el elemento focalizado ‘A NESSUNO’ aparece en la misma

posición que el cuantificador ninguno en la siguiente oración:

(43) que ninguno fazer plaser a Dios non puede (Cor, 47)

Al comparar (42) y (43), puede conjeturarse que ‘A NESSUNO’ y ‘ninguno’ se sitúan en

una posición superior a la categoría Moodspeech act que está codificada morfológicamente en

el verbo. Eso parece indicar que la categoría funcional supuesta por nosotros, que

albergaría a los elementos señalados anteriormente, es fundamentalmente distinta del

sistema de flexión. Por lo tanto, si insistimos en la inclusión de una categoría funcional

entre FTop y FNeut, hay cuatro candidatos que pueden identificar a la FX supuesta debido

a que todos ellos podrían albergar a los elementos que estamos discutiendo: la FComp

45 La jerarquía universal de proyecciones funcionales oracionales se representa así: [francamente Moodspeech act [afortunadamente Moodevaluative ...[ T (past) ...[necesariamente Mod.......

(Cinque, 1999: 106).

131

Doble, la FConc-S (Chomsky, 1993), la proyección FF propuesta por Uriagereka (1988,

1995a y b) y la proyección Foco (FFo) hipotetizada en esta tesis.

5.2.1. La Hipótesis de FComp Doble

Una categoría funcional posible que pueda acomodar todos los constituyentes preverbales

que presuntamente se consideran ocupados dentro de la FX entre FTop y FT se basa en las

propuestas hechas por Platzack (1986), Cheng (1991), Watanabe (1992) y Browning

(1996): la existencia de dos nodos FComp, como se ve en (44):

(44) Hipótesis de FComp Doble

FComp1

Comp°1 FComp2

que Esp Comp2´

Comp°2 FT

En esta estructura es posible que tanto un clítico como un verbo se muevan a Comp°2,

véase (45a-b), mientras que una FN y una FV remanente podrían ocupar el Esp de FComp2,

como se ilustra en las representaciones (46a-b):

(45) a. que les mal quissiessen fazer (PCGE, 31, 11a)

[Comp°1 que [FComp2 lesi + Comp°2 [FNeut mal [T° quissiessen fazer hi.]]]]]

b. Et fizome a un escudero tomar ante (Zif, 181)

[Comp°1 Et [FComp2 fizoime + Comp°2 [FNeut hi a un escudero tomar ante.]]]]]

(46) a. si alguna cosa déstas la natural necessidad les fuerςa a hazer (Cel, 230)

[Comp°1si[FComp2alguna cosa déstasi[FNeutla natural necessidad[T°les fuerςa a hazer hi hj]]]]]

b. quando matar no me quisiessen (Cel, 149)

46 La FMood es distinta de la fuerza ilocutiva de Rizzi (1997), que precede tanto a los tópicos como a los

132

[Comp°1 quando [FComp2 [FV matar hi] [FNeg no mei quisiessen hFV ]]]]

Sin embargo, cuando los tópicos aparecen acompañados con una frase preverbal entre

FComp y FNeut, como se muestra en los siguientes datos, la hipótesis de la FComp Doble

es insuficiente para acomodarlos:

(47) a. que aun a ella algo se le entiende desto (Cel, 232)

*[Comp°1 que [FComp°2 aun a ella [? algo [FT se le entiende desto]]]]

b. si el guisar lo pudiesse (PCGE, 81, 49b)

*[Comp°1 si [FComp2el [?[FV guisar hi] [FT loi pudiesse hFV ]]]]]

Como observamos en estas oraciones, los tópicos ‘a ella’ y ‘el’, respectivamente en (47a-

b), aparecen en la posición periférica de la oración subordinada, como lo supone Rizzi

(1997) y, a la vez, se asocian con el pronombre duplicado si son objetos directos e

indirectos, por ejemplo, ‘le’ en el caso de (47a). Según la hipótesis de la FComp Doble, se

supone que los tópicos aparecen en una posición más cercana a un complementante, es

decir, en el Esp de FComp247, por lo tanto, estos tópicos deberían ocuparlo como en las

representaciones de (47), mientras que las frases preverbales ‘a ella’ y ‘guisar hi’ quedan

flotando. Al contrario, si estas previamente aterrizaran en el Esp de FComp2, los tópicos no

podrían acomodarse, como se observa en las siguientes estructuras:

(48) a. **[Comp°1 que [? aun a ella [FComp°2 algo [FT se le entiende desto]]]]

b. *[Comp°1 si [? el [FComp2 guisar hi [FT loi pudiesse hFV ]]]]

Baste con estos datos para mostrar que la hipótesis de la FComp Doble no es suficiente para

acomodar los constituyentes que se albergan preverbalmente. Eso implica que es

indispensable proyectar más estructura informacional, aparte de FTop (o sea, FComp2) en

el EM.

focos.

133

5.2.2. La categoría funcional Concordancia de Sujeto

Según la hipótesis del Infl escindido Pollock (1989), Belleti (1990), Chomsky (1993),

entre otros las oraciones finitas contienen un morfema abstracto de concordancia (Conc)

que encabeza la proyección FConc-S. Belleti y Chomsky, a diferencia de Pollock, suponen

que la FConc-S ocupa una posición más alta que FT como el siguiente esquema muestra:

(49) FConc-S

Conc-S´

Conc°-S FT

......

Con base en la hipótesis de FConc-S, los sujetos suben desde la base al Esp de FConc-S

para cotejar sus rasgos de concordancia; los verbos finitos también suben a T° y a Conc°-S

para cotejar los rasgos pertinentes. Es evidente que la FConc-S ofrece una posición

disponible, pero la FConc-S tendría que albergar, en ciertas ocasiones, a otros elementos

que no son sujetos y que, por tanto, son ajenos al rasgo [+Conc-S]. En (50a) abajo, el sujeto

‘la natural necesidad’ terminaría en el Esp de la FConc-S para cotejar rasgos pertinentes, y

el objeto directo dislocado ‘alguna cosa déstas’ tendría que acomodarse en otra proyección.

(50) a. si alguna cosa déstas la natural necesidad les fuerza a hazer (Cel, 230)

b. FComp

Comp ? FConc-S si

la natural necesidad Conc-S´

Conc-S FT

les fuerza a hazer alguna cosa déstas

47 Platzack y Diesing (1990) proponen que el Esp de FC2 es ocupado por las FFNN topicalizadas.

134

Como se observa en la estructura arbórea de (50b), es necesario proyectar una categoría

funcional extra entre FComp y FConc-S para poder albergar al objeto encallado.

Naturalmente, podemos considerar la posibilidad de contar con la siguiente estructura:

(51) a. [FComp1 [FComp2 [Comp°2 [FConc-S [Conc°-S [FT....]]]]]]

b. [Comp°1 si [FComp2 alguna cosa déstas [Comp°2 [FConc-S la natural necesidad [Conc°-S [FT

les fuerza a hazer....]]]]]]

Sin embargo, obsérvese que la estructura presenta varias posiciones entre FComp y FT, que

servirían para albergar los tres constituyentes preverbales de la oración (52), como se

muestra en el árbol representado en (52b):

(52) a. que su muger e sus fijas el rey sueltas me las ha (Cid, 1408)

b. FComp1 Comp1 FComp2

que Comp2´su muger e sus fijas j

Comp2° FConc-S

el reyi Conc-S´

* Conc°-S FT

sueltask hi me las ha hjhk

Mientras que se acomodan configuracionalmente los tres constituyentes preverbales, el

tópico aparece en el Esp de FComp 2, el sujeto ‘el rey’ aterriza en el Esp de FConc-S, y el

participio se adjunta a Conc°-S. Resulta, sin embargo, que la derivación fracasa dentro del

marco teórico minimalista, porque el participio ‘sueltas’, que concuerda con el objeto

directo ‘su mugier e sus fijas’, manifiesta la relación de Núcleo-Esp con el sujeto. Por

último, incluso Chomsky (1995b) mismo abandona la suposición de proyectar los nodos de

Concordancia en la sintaxis, aduciendo que el componente morfofonológico se encarga de

establecer las propiedades de concordancia.

135

5.2.3. La categoría funcional F de Uriagereka

Para el español y el gallego, Uriagereka (1995b) propone la categoría F explícitamente

‘funcional’ y no ‘focal’ que está inmediatamente dominada por Comp en el caso del

español y codifica sintácticamente “el punto de vista de un hablante o un sujeto

subordinado” (p. 93). Ese especificador alberga “frases enfáticas”, “expletivos explícitos”,

“elementos focalizados”, “frases-Qu”, “elementos dislocados” etc., mientras que el núcleo

F° se considera como el anfitrión para colocar clíticos y verbos, véase (53):

(53) a. moitas cousas lle eu dixera!

a .́ [FF moitas cousas [F°lle [FConc eu dixera]]]

‘muchas cosas le yo dijera’ (citada en Uriagereka, 1995a: 159)

b. Dixen que este concerto, ouvin-o eu.

b´. Dixen que este concerto, [FF [F° ouvin-o [FConc eu ]]]

‘Dicen que este concierto, lo escuché yo’ (Uriagereka, 1995b: 95)

Según este autor, quien, recuérdese que adopta la propuesta de Torrego, los clíticos se

consideran como determinantes que encabezan su propia FD, que consta de una FD

duplicada y un pro; esta última categoría vacía recibe una interpretación desde el punto de

vista de un hablante o un sujeto subordinado de una oración. La categoría funcional F

postulada por Uriagereka codifica tal punto de vista, pues los clíticos “obligatoriamente”

deben moverse a F para transmitirlo a su pro asociado. Como se ve en (53), el movimiento

del clítico a F° parece eficiente para explicar los fenómenos del EM, porque el gallego

muestra un comportamiento sintáctico más cercano al del EM con respecto a la

Interpolación y la ley de Wackernagel. Si la categoría F fuera proyectada en la

configuración oracional del EM, los dos fenómenos medievales se analizarían como se

muestran en las siguientes representaciones:

136

(54) a. saliólos reςebir de buena voluntad (Cid, 2882)

a .́ FF

F

F los

salió F FT

hT ....

b. si buen entendimiento le Dios quiso dar para entender (Zif, 335)

b´. [Comp°si [FF buen entendimiento [F° le [FT Dios quiso dar para entender ]]]]

Si seguimos la propuesta de Uriagereka, debemos postular una o más posiciones pre-F para

albergar tanto al objeto indefinido que no es posible topicalizar por su naturaleza

morfosintáctica, como al sujeto dependiendo del análisis, este puede ocupar el Esp de FF

o el de FY que se ubican a la izquierda del clítico adjunto a F:

(55) a. si alguna cosa déstas la natural necesidad les fuerza a hazer (Cel, 230)

b. [FCompsi [FX alguna cosa déstas [FY ó FF la natural necesidad [F les [FT fuerza...

Lo que significa que la propuesta de Uriagereka tampoco es idónea para acomodar los

constituyentes preverbales del EM. Lo más problemático de la propuesta es no poder

explicar la alternancia del orden de palabras entre la negación y los clíticos, como en (56):

(56) a. que non gelas quiso tomar (PCGE, 24, 29a)

b. quando lo non quisieran fazer (PCGE, 49, 35b)

a´. FComp b´. FComp

que FF quando FF

F F

noni F FNeg lo F FNeg

gelas F hi non FT FT

quiso tomar quisieran fazer

137

Obsérvese que, si seguimos la propuesta de Uriagereka, la negación de (56b´) permanece in

situ, mientras que la de (56a´) se mueve a F°. Aquí nos surge una pregunta obvia: ¿cómo se

puede justificar la adjunción de Neg a F°. Parece que no es responsable de la ley de

Wackernagel, porque el complementante ‘que’ rescata al clítico, al igual que el ‘quando’.

De hecho, el repaso de la propuesta de Uriagereka nos obliga a concluir que no sólo es

necesario proyectar más categorías informacionales preverbales, sino que también los

clíticos medievales tienen que variar en su colocación sintáctica dependiendo del contexto,

por ejemplo, en la Interpolación, véase (56b), o en la afijación a T como (56a).

En suma, hemos mostrado que la categoría funcional supuesta por nosotros no puede ser

la FComp Doble, ni FConc-S, ni la FF de Uriagereka por los hechos argumentados arriba.

Entonces, nos queda el último candidato postulado por el presente trabajo, es decir, una

categoría funcional Foco (=Fo) vinculada con la información discursiva. Según Rizzi

(1997), la FFo puede ser proyectada en la periferia a la izquierda de una estructura

oracional, sólo si es necesaria al igual que el Tópico exterior, FTop y FNeut. Tomando en

cuenta las tres categorías informacionales, salvo los tópicos externos, finalmente, podemos

armar una estructura jerárquica para el EM, de la siguiente manera:

(57) FComp

Comp FTop

Esp Top´

Top FFo

Esp Fo´

Fo FNeut

Esp Neut´

Neut FT

138

Como hemos argumentado hasta ahora, tanto la proyección FTop como la FNeut se han

caracterizado discursivamente; sus núcleos contienen el rasgo informacional [+Top] y

[+Neut], respectivamente, y sintácticamente se requiere el movimiento de los tópicos y los

neutros para cotejar sus rasgos pertinentes. De manera paralela, suponemos que la

proyección FFo debe contener algún rasgo informacional; en el siguiente capítulo,

trataremos de caracterizar ese rasgo y su proyección, morfosintácticamente.

139

Capítulo Sexto: La categoría funcional Foco

6.0. Introducción

Configuracionalmente, hemos argüido que en el EM existe una categoría funcional extra

entre FTop y FNeut. Empíricamente, proponemos que esa categoría funcional es foco, una

categoría relacionada con la información del discurso. Antes de desarrollar nuestro

argumento a favor de la categoría Fo, trataremos de delimitar las nociones de foco ya

proporcionadas dentro de la gramática generativa y determinar las propiedades

morfosintácticas de la categoría funcional Fo que proponemos y que obligan a los

constituyentes señalados anteriormente a moverse a esta.

6.1. La noción de Foco

El término “foco” está implícito y es bastante amplio en muchas investigaciones

lingüísticas referentes a la focalización y a los fenómenos vinculados con esta. En nuestros

repasos, hemos visto que la noción sintáctica de foco ya se ha manejado. Por ejemplo,

Altube (1929) llamó “elementos inquiridos” a los que se albergan en la posición inicial de

una oración para poder imprimir una diversidad de matices, como se muestra en las

siguientes oraciones del vasco:

(1) a. Aita dator gaur

‘Padre viene hoy’ (=es el padre quien viene hoy)

b. Gaur dator aita

‘Hoy viene padre’ (=es hoy cuando viene el padre) (Pello Salaburu, 1990: 526)

Según lo que señala Altube, un hablante vasco percibe intuitivamente una distinción de

matiz, dependiendo de la distribución de los constituyentes, ya que el vasco utiliza este

140

mecanismo sintáctico para materializar distintas acepciones discursivas; por ejemplo, la FN

de sujeto Aita de (1a) se distingue de la de (1b); de la misma manera, el adverbio Gaur de

(1a) es distinto del de (1b), véanse las glosas de (1). Otro aspecto relacionado con los

elementos inquiridos que actualmente, se consideran como focalizados es que la

posición reservada para aquellos puede albergar a las frases interrogativas o inquisitivas en

el vasco, del mismo modo que una posición de foco puede albergar las mismas frases,

análisis estándar en la gramática generativa. Con esto, suponemos que, aunque tengan

diferente terminología, los elementos inquiridos de Altube son focos, porque tienen

distribución complementaria con las frases interrogativas; por el contrario, los tópicos

coocurren con estas frases. Esta suposición nos permite reconocer que una variedad de

matices de oraciones gramaticales estaría motivada por una posición estructuralmente

determinada para albergar ciertos elementos, tales como los elementos inquiridos y las

frases-Qu, los focos, etc. Esta es la intuición respecto de la existencia de la categoría

funcional entre FTop y FNeut, que he supuesto para el EM, responsable de ciertos órdenes

de palabras preverbales. En este capítulo, nos encargaremos de presentar algunos conceptos

básicos del foco en la gramática generativa y luego, explicar los órdenes preverbales

permitidos por la categoría funcional Fo.

En primer lugar, Halliday (1967), Chomsky (1970) y Jackendoff (1972), entre otros,

proponen que en el nivel del discurso, la presuposición de una oración se define como la

información que un hablante asume que se comparte entre él y el oyente. Con base en esta

noción, el foco de una oración se considera como información que un hablante asume que

no se comparte entre él y el oyente. En segundo lugar, desde el punto de vista de la

segmentación de información (Dahl, 1976), la información transmitida por una oración se

divide en “nuevas” y “viejas” porciones, que pueden ser identificadas directamente

141

mediante constituyentes sintácticos; de manera que un constituyente de foco se refiere a

aquellos elementos que expresan información “nueva” en una oración, mientras que las

otras partes se consideran como información “vieja”. En tercer y último lugar, dentro de la

sintaxis generativa, el foco se ha reformulado dependiendo del alcance de la información

nueva dentro de las configuraciones sintácticas: el foco amplio y el foco estrecho. Según

Zubizarreta (1998), el foco amplio especifica el valor de la variable eventiva o el del

predicado, mientras que el foco estrecho se refiere sólo a un argumento cuya función

operadora asigna un valor a la variable introducida en la proposición. Dentro del marco

teórico chomskiano, se ha trabajado con la segunda noción de foco, porque el operador de

foco produce ciertas consecuencias sintácticas visibles, a diferencia del foco amplio. La

presencia del foco estrecho en una oración se evidencia a través del efecto de Cruce Débil

(en adelante CD). Este hecho se aprecia en las siguientes oraciones del inglés:

(2) a. *Hisi mother loves JOHNi.

b. Hisi mother loves Johni. (Kiss, 1995: 15)

Como se ilustra en los ejemplos, el constituyente focalizado en (2a) JOHN no tiene

una marca morfológica ni una posición específica, no obstante, se nota su existencia

mediante el efecto de CD: mientras que en (2b) ‘His’ y ‘John’ pueden ser correferenciales,

en (2a) esta relación no se da porque el foco ‘JOHNi’ se mueve en FL a una posición no-A

y deja una variable hi, véase (3), que está coindizada con el pronombre ‘Hisi’ a su

izquierda. Su representación lógica se analiza así:

(3) JOHNi [Hisi mother loves hi].

Adoptaremos, sin discusión, la noción chomskiana de foco basándonos en la idea de

que la existencia de los focos es universal y cuyo rasgo natural representaremos como

[+Fo]. La interpretación del foco ha de asociarse con una aserción en el nivel lógico en

142

donde el operador de foco establece una relación de identidad con la variable introducida

que tiene un valor dado, como se ilustra a continuación:

(4) a. [Juan [compró [Fo el libro]]]

b. x, tal que Juan compró x, es “el libro”

A pesar de que los focos aparecen en todas las lenguas, pueden articularse por medio de

tres formas en la sintaxis: acento prosódico, marca morfológica y posición estructural. Por

ejemplo, en el inglés, que expresa el foco in situ, la articulación de foco de una proposición

está manifestada por el acento prosódico (John ate [Fo THE PIE]); en el húngaro, el foco se

mueve a una posición estructural, como lo señala Brody (1990): [FFo foco [Fo°[FV [V°...]]]; y

en el coreano, el foco tiene una marca morfológica –nun.

Tomando en cuenta las evidencias empíricas sobre la categoría funcional Fo en el EM

suponemos que, a diferencia del inglés y del coreano, el foco del EM puede capturarse a

través de una posición estructuralmente determinada entre FTop y FNeut.

6.2. La caracterización morfosintáctica de la categoría Fo estructural

Las posiciones que ocupan ciertos constituyentes como los sujetos, los cuantificadores y las

frases-Qu, se han tratado mucho dentro de la Gramática Generativa, teniendo en cuenta las

variaciones interlingüísticas. En cambio, las posiciones estructurales para el foco no se

investigaron sino hasta el trabajo de Horvath (1981), donde se mostró evidencia empírica

en cuanto a la naturaleza y origen de la posición morfosintácticamente marcada por el foco,

como se ha atestiguado en ciertas lenguas como el Húngaro, el Aghem, el Vasco, el

Coreano, el Somalí y el Romance medieval, etc. Las variaciones entre las lenguas se

explican bien en términos de una parametrización del Criterio-Fo propuesto por Brody

(1990):

143

(5) a. En la estructura superficial y la FL, el Esp de FFo debe contener una frase con el

rasgo [+Fo].

b. En la FL, todas las frases con [+Fo] deben estar dentro de la FFo.

Hasta ahora, nosotros hemos confirmado sintácticamente la existencia de una posición

adicional y hemos aventurado la hipótesis de que se trata de la categoría discursiva Fo; los

elementos que interpretamos como focalizados tienen que moverse explícita o

implícitamente a esta categoría discursiva. En general, se sugiere, siguiendo a Watters

(1979), Uriagereka (1988), Vilkuna (1989) y Brody (1990), entre otros, que la posición en

cuestión se sitúa, en superficie, entre FTop y FT, como se representa en la figura siguiente:

(6) FTop

Top° FFo

Esp Fo´

Fo° FNeut

Neut° FT

Recuérdese que, estructuralmente, el árbol se define sobre la base de la evidencia empírica

de nuestro corpus. A la luz del Programa Minimalista, una propiedad de la proyección FFo

para el EM es que el núcleo Fo° contiene morfológicamente el rasgo abstracto [+Fo]

“fuerte”, o sea que debe atraer algún constituyente dentro de su proyección; para ser más

precisos, si se proyecta la FFo en la sintaxis del EM, algo “siempre” tiene que preceder al

verbo finito incorporado a T, como se analiza a continuación:

(7) a. E muchos la uinieron pedir desta guisa (PCGE, 11, 21b)

b. E [FFo muchosi [FT la uinieron pedir hi desta guisa

Esta operación de foco, en consecuencia, implica que las frases focalizadas son operadores

que en la FL tienen que ligar a una variable, así como las frases-Qu y los cuantificadores.

Si la estrategia teórica sobre la categoría funcional Fo es correcta, podemos modificar el

144

Criterio-Fo para el EM: en la estructura superficial, todos los constituyentes focalizados

deben estar dentro de la categoría funcional FFo

Otra propiedad a la que hay que referirse respecto a los focos es que en cada oración puede

aparecer un solo foco (Rizzi, 1997 y Zubizarreta47, 1998, entre otros). Esta restricción no

solamente significa que no pueden proyectarse dos categorías focales sino que también el

rasgo [+Fo] se coteja sólo una vez, por incorporación de X° a Fo° ó por movimiento al Esp

de FFo.

Tomando en cuenta las dos propiedades sintácticas de la categoría discursiva Fo,

lograremos acomodar los constituyentes preverbales a la FFo que no son atraídos ni a FTop

ni a FNeut.

6.2.1. El movimiento focalizado de las FFNN indefinidas

Hasta ahora hemos sugerido que las FFNN preverbales indefinidas requieren de una

proyección adicional entre FTop y FNeut, i.e., la proyección informacional FFo para

acomodarse configuracionalmente delante del verbo finito. Eso se aprecia claramente en la

siguiente estructura para el ejemplo (2a) del capítulo anterior, repetido bajo el inciso (8a):

(8) a. si alguna cosa déstas la natural necessidad les fuerςa a hazer (Cel, 230)

b. FComp

si FFo

alguna cosa déstai Fo´ [+Fo] Fo FNeut [+Fo] la natural necesidad les fuerza a hazer hi (=variable)

47 Lo que significa que las frases-Qu múltiples obligatoriamente tiene una interpretación conectada (véaseZubizarreta 1998: 6).

145

Nótese que esta FN ‘alguna cosa déstas’ es un elemento cuantificacional en el sentido de

que establece una relación semántica determinada entre un operador y una variable, de

manera semejante a las frases-Qu y los focos; dentro del Programa Minimalista, este

proceso se comporta como un cotejo del rasgo [+Fo] de la FN de objeto con el del núcleo

Fo° vía la relación de Esp-Núcleo. De manera paralela, elementos tales como ‘mucha’,

‘nada’, ‘alguna’, ‘poco’ etc., que son compatibles con la operación de operador, no pueden

ocupar el Esp de FTop ni el de FNeut, sino que se mueven al Esp de FFo reservado para

operadores, por ejemplo, los focalizados, las frases-Qu, y los elementos cuantificacionales,

a fin de cotejar su rasgo [+Fo], como se muestran respectivamente:

(9) a. si armas les auien dadas (PCGE, 46, 21b)

→ [FComp si [FFo armasi [FT les auien dadas hi]]]

b. ¿quién vos lo podrie contar (Cid, 1214)

→ [FComp quiéni48 [FFo hi [FT vos lo podrie contar hi ]]]

c. que nada dezir non puoden (Cid, 2784)

→ [ FComp que [FFo nadai [FNeut [FV dezir hi] [FNeg non [FT puoden hFV]]]]]

Estos movimientos de operador nos permiten concluir que las FFNN preverbales

indefinidas deben tratarse como focalizadas. Así, pueden explicarse los siguientes objetos

preverbales:

(10) a. al rey Fáriz tres colpes le avié dado (Cid, 760)

48 Zubizarreta (1998: 183) propone que las frases-Qu de complemento ocupan el Esp de FT y las de adverbioel Esp de FComp. Siguiendo a la autora, suponemos que aquellas de complemento como en (9b) semueven al Esp de FFo y luego al Esp de FComp, mientras que aquellas de adverbio se ensamblan en elEsp de FComp, como se aprecia en el siguiente análisis:

(i) Por qé me non recudes (B. Milg. 293c)→[FComp Por qé [FFo me [FNeg non [FT les auien dadas]]]]

146

→ [E al rey Fáriz [FFo tres colpes [FT le avié dado hi]]]

b. si otro estoruo no ouissemos (PCGE, 76, 7a)

→ [FComp [FFo otro estoruo [FNeg no [FT ouissemos hi]]]]

c. que pues tales razones le dizia (PedroI, 197, 11a)

→ [FComp que pues [FFo tales razones [FT le dizia hi]]]

d. que aun a ella algo se le entiende desto (Cel, 232)

→ [FComp que aun [FTop a ellaj [FFo algoi [FT se lej entiende hi hj desto]]]]

Se observa que los objetos directos preverbales ‘tres colpes’, ‘otro estoruo’ y ‘tales

razones’ están focalizados en el Esp de FFo debido a la falta de especificidad; estos focos

se distinguen de las FFNN topicalizadas y neutras a través de un rasgo de especificidad:

(11) a. que [FNeutla de Troya [FT fizieran apostremas hi (PCGE, 39, 26a)

b. [FNeut a ti [FT he de gradeser hi por que (PCGE, 135, 14b)

c. [E esta cruezaj [FNeg nom [FT laj puedes mostrar hi grand tiempo(PCGE, 43, 23b)

d. desque [FTop la mal beguinai [FT lai vío estar triste (Luc, 142)

En suma, las construcciones focalizadas no admiten más de un foco ni pueden coexistir

con frases interrogativas o cuantificacionales, pero son compatibles con los tópicos o los

neutros, como hemos probado empíricamente a través de los datos de (8)-(11).

6.2.2. El movimiento de los clíticos interpolados y enclíticos al verbo finito

Hasta ahora, hemos tratado los clíticos interpolados y los enclíticos a la par de las FFNN

indefinidas, como se mostró en (5) y (17) en el capítulo anterior. Entonces, gracias a la

proyección FFo, configuracionalmente podríamos acomodar los clíticos interpolados y los

enclíticos en el Fo°, como en (12):

(12) a. [FCompque [FFo lesi+Fo°[FNeuteste buen mandadoj [FT dixo Moysen hi hj (GE-I, 216v)

147

b. [FFo encubrio+lo+ Fo° [FT muy bien (PCGE, 93, 12a)

Lo problemático de este análisis es que estos clíticos son definidos y específicos por su

naturaleza. Eso hace suponer que el hablante y el oyente comparten la información; por

ejemplo, saben a qué se refieren ‘les’ y ‘lo’, respectivamente, en (12). Son, por lo tanto,

información vieja y no se acomodan con la noción de Foco.

Alternativamente, quedan dos posiciones compatibles con la información vieja: el Neut° y

Top°. La primera posición no sirve para atraer a los clíticos interpolados por dos razones.

Una es que el Neut° jerárquicamente se ubica inferior a la posición en donde estos clíticos

aparecen. La otra es que, como discutimos en el capítulo cuarto, los clíticos son

compatibles con el rasgo [+Top] pero no con otro rasgo [-Top], i.e., [+Neut], entonces, si

aterrizan en el Neut°, se violaría la teoría del Cotejo de Rasgo.

En cambio, la posición Top° puede albergar a los clíticos que son compatibles con el rasgo

[+Top]. En otras palabras, siendo específicos, los clíticos interpolados pueden topicalizarse

adjuntándose a Top°, aunque el fenómeno sea marginal en la sintaxis del EM, como se

muestra en la siguiente tabla:

Tabla 12. Ocurrencia de la Interpolación

Siglo InterpolaciónXII 4/309 (1.2%)XIII 98/870 (11.2%)XIV 24/531 (4.5%)XV 2/543 (0.3%)

Si nuestra suposición es correcta, los clíticos interpolados se analizarán de la siguiente

manera:

(13) a. [FCompque[FToplesi+Top°[FNeuteste buen mandadoj [FT dixo Moysen hi hj (GE-I, 216v)

b. [FComp que [FTop uosi+Top ° [FNeut el pani [FT uendio hi hj (GE-I, 105r)

148

c. [FComp maguer [FTop ge lasi+Top ° [FNeut el [FT qurie dar hi (PCGE, 24, 29a)

d. [FComp quando [FTop loi+Top °[FNegnon [FT quisieran fazer hi (PCGE, 49, 35b)

a .́ FComp

que FTop

Top

lesi Top FNeut

buen mandadoj Neut´

Neut FT

dixo Moysen hi hj

La adjunción del clítico interpolado a Top° se nota más claramente en la oración (14a),

cuya FN de sujeto sin determinante ‘omne’ aparece en el Esp de FFo, véase (14b), con la

condición de ser información nueva. Nuestro análisis logra explicar por qué esos sujetos

indefinidos aparecen preverbalmente en el EM, a diferencia del EA.

(14) a. a que lo omne pudiesse asmar

b. [FComp que [FTop loi [FFo omnej [FNeut pudiesse hj asmar hi]]]]

De la misma manera, se explica la Interpolación del clítico medieval en las oraciones

infinitas, como se analiza en (15b):

(15) a. Mal diziendo su conciencia por la non creer (Cor, 118)

b. [FComp por [FTop lai+Top° [FNeg no creer hi

Por otro lado, como dijimos en el capítulo anterior, los enclíticos al verbo finito también

pueden analizarse como clíticos interpolados. Eso significa que se mueven al mismo núcleo

Top° que los clíticos interpolados, como el caso de (17) del capítulo anterior que

repetiremos aquí:

(16) a. quel conteciesse aquello mismo, encubrio lo muy bien (PCGE, 93, 12a)

149

b. FX

X

encubrioi X FT

3 loj X hi FV

1 hi hj

2

Obsérvese que el enclítico ‘loj’ aterriza en X°, al igual que los interpolados. Entonces, el

análisis aquí propuesto nos permite identificar la categoría funcional FX con la FTop para

explicar los enclíticos al verbo finito, como se ilustra enseguida:

(17) FTop

Top

encubrioi+T Top FT

3 loj Top hi FV

1 hi hj

2

Es razonable argumentar, a continuación, que el movimiento consecutivo del verbo finito

‘encubrioi’ a Top° no es por topicalización sino que es una operación morfosintáctica de

rescate al clítico topicalizado que resulta suelto sin anfitrión alguno. La propuesta nuestra

de que los enclíticos al verbo finito son interpolados, se justifica de manera mejor en el

contexto en que aparecen los sujetos, como se mostró en los ejemplos de (18) del capítulo

anterior, aquellos que repetimos bajo el inciso (18):

(18) a. a estos quiso los Dios guardar (PCGE, 164, 32a)

b. et comenςoles Ostrogota a maltratar en la batalla (PCGE; 223, 46a)

c. hete yo de servir (Cel, 166)

d. repondiol(e) don Pelayo en guisa (EE-II, 3r)

e. entonces demandolas el a aquel freyre (GCU, 6)

En (19), se ilustra la estructura correspondiente a (18a):

150

(19) E

a estos FComp

∅ FTop

Top

quisoi Top FT

losj Top hi FV

Dios V´

hi FV

guardar hj

Como se ve en este árbol, la sintaxis “ve” muy lejos a la FN de objeto topicalizada ‘a

estos’, por lo tanto el verbo finito ‘quiso’ se mueve a Top° sólo para rescatar al clítico

topicalizado y suelto (ley de Wackernagel). Eso nos permite concluir que si no opera el

movimiento de los clíticos medievales a Top°, tampoco sería necesario aplicar la ley de

Wackernagel en el EM por medio del movimiento del verbo finito al mismo núcleo.

Por otra parte, el sujeto ‘Dios’ de (18a) se analizaría de dos maneras: se mueve al Esp de

FNeut para ser neutro o desfocalizado, análisis que es muy parecido al de (13c), o de no

operar el movimiento de desfocalización discursiva, ese sujeto puede permanecer en el Esp

de FV. Sin embargo, en todos los casos como los de (18), puede suponerse que el sujeto

permanece in situ, ya que esto es más económico y, en la interpretación posible del sujeto,

no es discursivamente neutro, sino que equivale al orden VOS, véase (18d).

Como es de esperar, la enclitización al verbo finito logra explicarse sin recurrir a la

adjunción a la derecha (Uriagereka, 1995b), resultado que es semejante a la propuesta de

Kayne (1994) en el sentido en que la enclitización se da por el movimiento del verbo.

Hasta ahora, hemos señalado que los clíticos interpolados (incluso enclíticos al verbo

finito) se adjuntan a Top° para cotejar su rasgo [+Top]. Dentro de la teoría del Cotejo de

Rasgo, la adjunción del clítico a Top° hace suponer que no hay otro cotejo de tópico en el

151

Esp de la proyección del mismo, lo que daría cuenta de por qué los clíticos interpolados se

colocan en la segunda posición, es decir, después de un Comp explícito, véase (13).

No obstante, los clíticos interpolados, como en (20), no aparecen en la segunda posición;

datos como estos ocurren sólo dos veces en los textos medievales consultados:

(20) a. si buen entendimiento le Dios quiso dar para entender (Zif, 335)

b. E o quier que la noviellai siempre lai el veye (GE IV, 6.23)

Obsérvese que delante de los clíticos interpolados, aparece otro constituyente, de ahí que

preguntemos: ¿qué posición ocupan las FFNN ‘buen entendimiento’ y ‘la noviella’,

respectivamente, en (20a-b)? Una posibilidad de análisis es que estas FFNN pueden ser

tópicos si entre estos y el resto de la oración se interviene una pausa entonacional. Lo

problemático de este análisis es que no es posible explicar la aparición del clítico ‘le’ de

(20a); según la ley de Wackernagel, ningún clítico puede aparecer después de la pausa. Si

no son tópicos, no podemos acomodar aquellas FFNN preverbales en una posición arriba de

FTop en la estructura oracional del EM que hemos establecido. Es por ello que sin

discusión adoptaremos la propuesta de Wanner (1996: 554) para explicar los casos de (20).

El autor señala que en el castellano medieval es normal que tales construcciones estén

marcadas con la coocurrencia del Comp, como se aprecia en los siguientes ejemplos:

(21) a. dixieron <que> a este homne <que> non o maltratemos

b. Din <que> o que e ver <que>non veu res

c. Din <que>se atopan a saida <que>han marchar (Uriagereka (1995a: 159)

En consecuencia, podemos reanalizar las oraciones de (20) como las de (22):

(22) a. si buen entendimiento <que>le Dios quiso dar para entender (Zif, 335)

b. E o quier que la noviellai <que> siempre lai el veye (GE IV, 6.23)

152

Con base en este análisis, queda claro que el clítico ‘le’ se colocaría en la segunda posición,

es decir, se adjunta a Top°; en el caso del clítico ‘la’, aunque se adjunte al mismo núcleo,

en superficie aparece en la tercera posición, porque el adverbio ‘siempre’ constituye un

segmento de la FTop modificándola, como se ve en el árbol de (23):

(23) FTop

siempre FTop

Top

la Top FNeut

Por el contrario, en el EA no se permite la Interpolación (o sea, el movimiento a Top°)

de los clíticos. En nuestro análisis, este hecho es muy problemático, porque hemos argüido

que la FTop no ha cambiado su naturaleza ni funciones diacrónica y sintácticamente, y que

los clíticos actuales tienen la misma naturaleza y caracterización sintáctica que los

medievales, es decir, son verdaderos argumentos pronominales que se generan en la

posición temática desde la que se mueven a una posición nuclear. Para resolver este

problema, hay que comparar los casos del siglo XIII, como el de (24a), con aquellos del

siglo XV, como el de (24b) presentado en el capítulo anterior, bajo el inciso (21b):

(24) a. [E a estosi [FComp∅ [FTop quisoj +losi +Top° [FT hj [FV Dios guardar (PCGE, 164, 32a)

b.[E a los ricosi [FComp ∅ [FT se lesi va la bienaventuranza (Cel, 156)

Como discutimos antes, el verbo finito ‘quiso’ en (24a) se mueve a Top° para rescatar al

clítico topicalizado, entonces, podemos suponer que si no sucediera la topicalización del

clítico, tampoco habría el movimiento del verbo finito, esto se aprecia en (25):

(25) [E a estosi [FComp∅ [FT losi quiso [FV Dios guardar

Eso significa que desde el siglo XV, la topicalización de los clíticos comienza a

desaparecer en el español, en otras palabras, sus motivaciones sintácticas pierden fuerza en

el EM. Este fenómeno lo podemos explicar desde el punto de vista informacional: como se

153

observa en (24a), del objeto clítico topicalizado ‘los’ el hablante comenta, a través del resto

de la oración ‘quiso [a ellos] Dios guardar’; de manera recursiva, del tópico ‘a estos’ el

hablante comenta diciendo que ‘quisolos Dios guardar’. Dado que, discursivamente, el

clítico no se distingue de la FN topicalizada debido a la correferencialidad, podemos

señalar que una de las dos topicalizaciones es redundante bajo el principio de economía.

Con base en nuestro corpus, nos enteramos de que la topicalización de los clíticos (o sea, la

enclitización al verbo finito) es una operación “superflua” en las oraciones principales

porque el uso de topicalización de los clíticos paulatinamente se disminuye en la sintaxis

del EM, de la manera en que se ilustra en la tabla 2 del capítulo segundo que reponemos

bajo la tabla 13:

Tabla 13. Ocurrencia de la enclitización al verbo finito

Siglo VF + Cl + Infn (Topicalización a Top°)XII 84/309 (27.1%)XIII 234/870 (26.8%)XIV 59/531 (11.1%)XV 29/543 (5.3%)

En las oraciones subordinadas, por el contrario, es evidente que la topicalización

(Interpolación) de los clíticos operaba mas frecuente que la de las FFNN, como se ilustra en

la tabla 14:

Tabla 14. Ocurrencia de la topicalización a Top° de FTop

Siglo Topicalización de lasFFNN

Topicalización de losclíticos

Total

XII 7 (5.8%) 4 (36.4%) 11

XIII. 6 (5.8%) 98 (94.2%) 104

XIV 4 (14.3%) 24 (85.7%) 28

XV 8 (80%) 2 (20%) 10

154

No obstante, a partir del siglo XVI, la Interpolación termina por desaparecer, al igual que la

enclitización al verbo finito, en otras palabras, los clíticos no pueden moverse al núcleo

Top°, mientras que las FFNN han sido disponibles para la topicalización todo el tiempo.

¿Por qué? La única razón que proponemos en este análisis es que por falta de acentuación

los clíticos se han debilitado morfo-fonológicamente y han formado parte del verbo

perdiendo una independencia morfológica, afijación que permite a los clíticos actuales

aparecer en la primera posición. Así, podemos explicar por qué la Interpolación se

desvanece en el EA, Esto se aprecia en el contraste entre los datos de (26) y los de (27):

(26) a. [FCompque[FToplesi+Top°[FNeuteste buen mandadoj [FT dixo Moysen hi hj (GE-I, 216v)

b. [FComp que[FTopla faz dura cuemo de fierro[Top´Top°[FT la deue auer (PCGE, 80, 23b)

(27) a. *que les no dio unos libro a los alumnos.

b. que a los alumnos no les dio unos libros.

En suma, podemos concluir que en el EA no se permite la topicalización de los clíticos

(Interpolación y enclitización) mediante la debilitación morfo-fonológica, a pesar de que

tanto los clíticos como la FTop mantienen su naturaleza y funciones diacrónica y

sincrónicamente. En efecto, los clíticos actuales deben afijarse a T (salvo en las oraciones

infinitas). Partiendo de este hallazgo, podemos afirmar que los clíticos del español han sido

verdaderos argumentos nucleares sintácticamente, y no proyecciones máximas para el EM

(Rivero, Fontana y Zubizarreta) ni afijos sintácticos para el EA (Jaeggli y Suñer).

6.2.3. El movimiento focalizado de FFVV remanentes

El hecho de que la categoría Fo alberga a un operador, también sirve para explicar por qué

existe el MR de FV en el EM frente al EA que no lo presenta. Este movimiento se ilustra en

(28) modificado de aquel presentado en el capítulo anterior, bajo el inciso (38):

155

(28) FComp

si FFo

[FV fazer lo ]

FT

T

loi pudiessenj [FV fazer lo ]

Obsérvese que la única posición preverbal para la FV remanente es el Esp de FFo al que se

mueve para focalizarse, como se muestra en el árbol de (28). En las oraciones negativas, de

la misma manera, las FFVV remanentes se focalizan en el Esp de FFo, y la negación

oracional permanece en el núcleo Neg°. Por lo tanto, se da cuenta del orden de palabras,

como en (29):

(29) a. quando matar no me quisiessen (Cel, 149)

b. FComp

quando FFo

[FV matar me ] FNeg

no FT

T

me quisiessen [FV matar me ]

Como hemos discutido antes, por otro lado, podemos confirmar que lo único que se puede

interponer entre Neg y T tanto en el EM como en el EA es un clítico, en el sentido en que

los dos núcleos forman un complejo nuclear con una fuerte unión morfológica, semejante a

la que se establece entre el clítico actual y su anfitrión.

Por último, hemos argüido que las FFVV remanentes se mueven al Esp de FFo, y que las

plenas se mueven a FNeut. ¿Por qué sucede eso? Recuérdese que el núcleo Fo° es

compatible solamente con los elementos indefinidos, mientras que el Neut° con los

definidos. En este sentido, podemos suponer que la sintaxis considera a las FFVV

156

remanentes como indefinidas debido a la ausencia de su argumento; por el contrario,

considera a aquellas plenas como definidas, ya que conserva sus argumentos.

Tomando en cuenta la distinción sintáctica entre las FFVV remanentes y las plenas,

ahora podemos explicar en qué posiciones se ubican las FFNN que dejamos pendientes, en

el capítulo cuarto, véase (71b-c):

(30) a. que mi secreto dolor manifestarte pudiesse (Cel, 86)

←que pudiesse manifestarte mi secreto dolor: Movimiento de la FV plena

←[FComp que [FNeut [FV manifestarte mi secreto dolor] [FT pudiesse]]]: Movimiento

del objeto directo

←[FComp que [FTop mi secreto dolori [FNeut [FV manifestarte hi] [FT pudiesse hFV]]]]

b. si de lo oculto yo hablarte sopiera (Cel, 332)

← si yo sopiera [FV hablarte de lo oculto]: Movimiento de la FV plena

←[FComp si [FNeut [FV hablarte de lo oculto] yo sopiera hFV]]: Movimiento de la FP

←[FComp si [FTop yoi [FNeut [FV hablarte de lo oculto]] hi sopiera hFV]]]: Movimiento

del sujeto

←[FComp si [FTop de lo ocultoj [FTop yoi [FNeut [FV hablarte de lo oculto]] hi sopiera

hFV]]]]: Movimiento de la FP

En el caso de (30a), a pesar de que el infinitivo ‘manifestar’ superficialmente tiene una

forma remanente, en realidad llega al Esp de FNeut mediante la Anteposición de FV como

‘[FV manifestarte mi secreto dolor]’, en el siguiente paso, el objeto directo ‘mi secreto

dolor’ aterriza en el Esp de FTop debido a su especificidad, pero no se duplica con un

clítico por su naturaleza del nombre abstracto. En el caso de (30b), de manera igual,

suponemos que la FV ‘[FV hablarte de lo oculto]’ se mueve por medio de la Anteposición

157

de FV, y luego el sujeto ‘yo’ y el argumento directo ‘de lo oculto’ se topicalizan de manera

recursiva.

Por último, recuérdese que la Anteposición de FV no permite la intercalación del sujeto

entre los dos verbos, ya que las FFVV plenas ocupan el Esp de FNeut, mostrando la

distribución complementaria con los sujetos definidos preverbales. Lo sorprendente que

representa el MR de FV es que casi no aparece ningún sujeto de ese tipo entre el infinitivo

ascendido y el verbo finito, a pesar de que las FFVV remanentes no ocupan el Esp de

FNeut. Este fenómeno se debe a que los sujetos pueden topicalizarse, como se ilustra en

(30b). De ahí que podamos dar cuenta de que en el ascenso de infinitivo no intervengan

FFNN salvo el clítico y la negación oracional entre el infinitivo ascendido y el verbo

finito, explicación que les falta a los análisis anteriores sobre el ascenso del infinitivo.

En el curso de este capítulo, hemos elaborado las propiedades de la categoría discursiva

Fo que muestran que tanto las FFNN indefinidas como las FFVV remanente tienen que

cotejar, sólo una vez, su rasgo [+Fo] vía la relación de Núcleo-Esp dentro de la proyección

FFo, es decir, aquellos focos desempeñan un papel de operador ligando a una variable que

fue introducida en su posición de extracción, de igual manera que las frases-Qu y los

cuantificadores. Por el contrario, independientemente de la FFo, podemos afirmar que los

clíticos tanto interpolados como enclitizados no se adjuntan a Fo° sino a Top° para ser

tópicos discursivamente. En efecto, las distinciones gramaticales de la colocación de los

clíticos entre el EM y el EA se pueden explicar dependiendo de si los clíticos se mueven o

no a Top° en la estructura jerárquica oracional, sin necesidad de agregar restricciones ni

reglas, análisis que puede justificarse dentro del marco teórico del Programa Minimalista.

158

Capítulo Séptimo: Conclusiones

En el curso del presente trabajo, hemos descrito que los clíticos tanto medievales como

actuales son verdaderos argumentos pronominales que se generan en la posición temática

desde la que se mueven como núcleos a T, categoría a la que previamente se incorporó el

verbo finito. Esta clitización a T se considera como la derivación más económica y mínima

entre todas las posibles clitizaciones, desde el EM hasta el EA. En efecto, los clíticos como

elementos léxicos no están sujetos a parametrización, por ende no han cambiado la

naturaleza y caracterización sintáctica desde el período medieval a la actualidad. Sin

embargo, es evidente que los clíticos medievales exhiben diferencias posicionales frente a

los actuales en el sentido en que aquellos pueden enclitizarse al verbo finito y separarse del

mismo. La colocación diferente de los clíticos medievales la hemos atribuido a tres

categorías funcionales, FTop, FFo y FNeut, las cuales se relacionan con el discurso.

Respecto de la reduplicación, el comportamiento de los clíticos medievales es distinto

del de los actuales; en el EA, todos los objetos definidos preverbales deben duplicarse con

su clítico correferencial. Por el contrario, en el EM los objetos definidos externos (en Top)

sufren la reduplicación, mientras que los internos (en Neut) no la presentan. Desde el

período medieval hasta la actualidad, hemos propuesto que hay dos posiciones dislocadas a

la izquierda para la topicalización: el nodo E, que está fuera del Comp, y el Esp de FTop

inferior al Comp. Si las FFNN de objeto definidas se mueven a cualquiera de estas dos

posiciones, obligatoriamente se duplican con un clítico correferencial, duplicación que no

ha cambiado diacrónica y sintácticamente. Por lo tanto, podemos confirmar que los objetos

159

duplicados preverbales del EM ocupan el nodo E en las oraciones principales y el Esp de

FTop en las subordinadas.

En cambio, hemos argüido que en el EM los objetos no duplicados y definidos se

mueven al Esp de FNeut a fin de ser neutros discursivamente. El rasgo [+Neut] de estos

objetos hace innecesario que se dupliquen con un clítico correferencial conforme al

principio de Interpretación Plena, porque los clíticos establecen la compatibilidad con el

rasgo [+Top]. Con base en las propiedades de la categoría discursiva FNeut, explicamos

que la disponibilidad del Esp de FNeut es responsable del cambio diacrónico radical que

permite aparecer preverbalmente las FFNN de objeto definidas y, al mismo tiempo, no

duplicadas, fenómeno que no podemos observar en el EA, cuya FNeut se ubica abajo de

FT, configuracionalmente. Como subproducto, también podemos explicar el ascenso de las

FFVV plenas que llegan al Esp de FNeut, desde donde sus complementos pueden extraerse

a la izquierda para ocupar la posición de tópico. Además, este movimiento al Esp de FNeut

nos permite entender que ningún sujeto puede intercalarse entre el infinitivo preverbal y el

verbo finito, ya que hemos señalado que tanto FT como FNeg no proyectan su

especificador desde el EM al EA.

A diferencia del EA, la estructura jerárquica oracional del EM también proyecta, en

superficie, la categoría funcional Fo que sirve para focalizar las FFNN indefinidas

preverbales que, discursivamente, se tratan como información nueva. En efecto, todos los

elementos que se mueven a la FFo, desempeñan un papel de operador que debe ligar a un

variable en su posición de extracción, al igual que las frases-Qu y las cuantificacionales.

Otra propiedad clave de la FFo es albergar a un solo foco de acuerdo con la condición de

unicidad de foco en cada oración. Tomando en cuenta estas propiedades sintácticas,

160

logramos explicar que tanto las FFNN indefinidas preverbales como las FFVV remanentes

se colocan en el Esp de FFo.

De acuerdo con la existencia de la FTop, FFo y FNeut, hemos establecido la siguiente

estructura oracional del EM: [FTop [FFo [FNeut [FT... ]]]]]. Las cuatro posiciones preverbales

señaladas se caracterizan de la siguiente manera: el Esp de FTop alberga sólo a las FFNN

definidas y duplicadas, el de FFo a las indefinidas, las frases-Qu y las cuantificacionales, y

el de FNeut alberga a las FFNN definidas y no duplicadas. Las caracterizaciones propias de

cada posición despejan de ambigüedad la colocación de una sola FN preverbal que puede

albergarse en el Esp de FTop (que la faz dura cuemo de fierro la deue auer (PCGE, 80,

23b)), al de FFo (Mil cuchilladas le vi dar a mis ojos (Cel, 296)) y al de FNeut (E este

pleyto fizo Pedro Carrillo (Pedro I, 34, 15b)).

En contraste con las FFNN preverbales, a pesar de que los clíticos medievales tengan

la misma naturaleza, estatus y propiedades sintácticas que los actuales, se comportan

estructuralmente distintos de los actuales como en la enclitización al verbo finito y la

Interpolación. En las oraciones principales del EM podía proyectarse la siguiente estructura

oracional, que comprende las dos posiciones de tópicos, como [E [FComp ∅ [FTop [FT... ]]]], ya

que nada impide que se toplicalice más de un tópico de manera recursiva. Con base en esta

estructura, explicamos que los enclíticos se mueven a Top° para cotejar su rasgo [+Top]

debido a su especificidad (a estos quiso los Dios guardar (PCGE,164, 32a) → [E a estos

[FComp ∅ [FTop quiso los +Top° [FT Dios guardar]]]]), y que los clíticos interpolados

aterrizan en Top°, análisis que es distinto de los anteriores en el que estos clíticos

medievales se ubican en una misma posición entre el Comp y el verbo finito.

A partir del siglo XV, el movimiento de los clíticos a Top° está desvaneciéndose a medida

que los clíticos pierden una independencia morfo-fonológica y forman parte del verbo. Por

161

otra parte, dado que los clíticos topicalizados se ven obligados a referirse a las FFNN de

tópico externo (a estosi (tópico externo) quiso losi (tópico interno) Dios guardar), debido a

la correferencialidad, la topicalización de los clíticos puede no operar bajo el principio de

economía. Así, se ha podido explicar tanto la Interpolación como la enclitización al verbo

finito sin necesidad de proponer condiciones y reglas estipulativas, aproximación que se

basa en el marco teórico de Principios y Parámetros, así como en el Programa Minimalista.

Por fin, desde el punto de vista del parámetro estructural, podemos concluir que las tres

categorías funcionales FNeut, FFo y FTop son responsables de las distinciones del orden de

palabras preverbales, inclusive de las distintas colocaciones de los clíticos medievales

documentadas en nuestro corpus, sin modificar ninguna categoría léxica.

ANEXO

Reduplicaciones de los clíticos medievales

163

El Poema de Mio Cid

1. Los objetos preverbales duplicados (65 casos)

1.1. Oraciones principales (58 casos):

1.1.1. En el caso de Objeto Indirecto (OI) (15 casos), al ςid besáronle las manos (154)Doña Ximena al ςid la manol va besar (369)Los de Alcoςer a mio ςid yal dan parias (570)al buen de mio ςid en Alcoςer le van ςercar (655)A los de mio ςid ya les tuellen el agua (661)A Minaya Álvar Fáñez matáronle el cavallo (744)A Minaya Álvar Fáñez ival dar el cavallo (757)A nuestros amigos bien les podedes dezir (830)al conde don Remont a preson le a tomado (1009)a vos e a otros dos dar vos he de mano (1040)”vos, quando ides a Castiella, levaredes buenos mandados”(1301) plogo a Álbar Fáñez delo que dixo don Rodrigo (1302) A este don Jerome yal otorgan por obispo (1303)A mí no me pesa (1480)Al rey ondrado delant le echaron las cartas (1959)El rey a los ifantes a las manos les tomó (2121)Mio ςid al rey las manos le besó (3486)

1.1.2. En el caso de Objeto Directo (OD) (43 casos)Aquellas non las puede levar (116)Estas arcas prendámoslas amos (127)los otros trezientos en oro gelos pagavan (186)a ella e a sus tijas e a sus dueñas sirvádeslas est año (254)a las sues fijas en braςo’ las prendía (275)a sos cavalleros mandólos todos juntar (313)El ςid a doña Ximena ívala abraςar (368)E él a las niñas tornólas a catar (371)la calςada de Quinea ívala traspassar (400)la tierra del rey Alfonso esta noch la podemos quitar (423)todo lo otro afelo en vuestra mano (505)Mas el castiello non lo quiero hermar (534)Mas el castiello non lo quiero hermar; (533) ςiento moros e ςiento moras quiero las iquitar, (534) por que lo pris dellos que de mí non digan mal (535)Los moros e las moras vender non los podremos (619)Todos los moros en las moras de fuera los manda echar (679)a los que alcanςa valos delibrando (758)las carbonclas del yelmo echógelas aparte (766)e a Galve nol cogieron allá (774)

164

fizo una corrida la noch trasnochando (937) tierras d’ Alcañiz negras las va parando(938), e a derredor todo lo va preando (939)los pendones e las lanςas tan bien las van enpleando (1006)A los de Valencia escarmentado los han (1170)Las provezas de mio ςid andávalas demandando (1292)el portero del rey quitar lo mandava (1536)aun las ferraduras quitar gelas mandava (1558)Su mugier e sus fijas subiólas al alcaςer (1644)a los ςinquaenta mill vanlos ferir de grado (1719)A todos los sos estar los mandó (2017)Las yerbas del campo a dientes las tomó (2024)A Fernando e a Díago aguardar los mandó (2163)Tras una viga lagar metiós con grant pavor (2290) el manto e el briel todo suzio lo sacó(2291) En esto despertó el que en buen ora naςio (2292)por sabor que avía de algún moro matare (2373) mi orden e mis manos querría la ondrar(2374) e a estas feridas yo quiero ir delant (2375)las carbonclas del yelmo tollidas gelas ha (2422)Al padre e a la madre las manos les besavan (2607)la siera de Miedes passáronla estoz (2692)a llas fijas del ςid danles enffurςión (2822)Mio ςid a sus fijas ívalas abraςar (2889)Al rey don Alfons en Sant Fagunt lo falló (2922)el oro e la plata espendiésteslo vos (3238)a sos vassallos, víolos aderredor (3341)este casamiento otórgovosle yo (3418)Los dozientos marcos al rey los soltó (3502)El Campeador a los que han lidiar tan bien los castigó (3523)El rey a los de mio ςid de noche los enbió (3693)

1.2. Oraciones subordinadas (7 casos):

1.2.1. En el caso de OI (1 caso)sabedes que al rey assí gelo he mandado (2223)

1.2.2. El el caso de OD (6 casos)que su mugier e sus fijas el rey sueltas me las ha (1408)Quando estas dueñas adobadas las ha (1429)quando al rey de Marruecos assí lo an arrancado (1741)pedidas a vos ha e rogadas el mio señor alfons, (2200) atan firme mientre e de todo coraςón(2201) que yo nulla cosa nol sope dezir de no (2202)Buen cavallo tiene Búcar e grandes saltos faz (2418) mas Bavieca el de mio ςidalcanςándolo va (2419) Alcanςólo el Cid a Búcar a tres braςas del mar (2420), que lo nuestro tenémoslo en saluo (2531)

165

2. Los objetos preverbales no duplicados (56 casos)

2.1. Oraciones principales (46 casos)

2.1.1. En el caso de OI (20 casos)A ti lo gradesco (217)A Dios lo prometo (497)derredor del otero, bien ςerca del agua (560) a todos sos varones mandó fazer una cárcava(561) que de día ni de noch non les diessen arrebata (562)a sos creenderos guardar lo mandava (1013)A mí dedes ςient cavalleros (1129)a todos los menores cayeron ςient marcos de plata (1234)antes deste terςer día a vos la daré doblada (1533), a mí mandedes al (1694)A los unos plaze (1837)e a los otros va pesando (1837)a vos llama por señor (1845)a Dios lo gradesco (1935)el Campeador a los sos lo mando (2063)A vos digo (2196)a mio ςid e a su mugier van besar la mano (2235)A Dios plega (2780), de largo reynos a vos dizen señor (2936)a mí lo dizen, (3304)a ti dan las orejadas (3304)Los dozientos marcos al rey los soltó (3502)

2.1.2. En el caso de OD (26 casos)La manol ban besar (298)a ti adoro e credo de toda voluntad (362)Doña Ximena al ςid la manol va besar (369)El buen Campeador la su cara tornava, (594)Al rey de Valenςia enbiaron con mensaje (628)la seña tiene en mano (705)Todos los días a mio ςid aguardavan (839)Sobre todo, a vos quito (886)A Minaya Álvar Fáñez las manos le besó (1367)Virtos del Campeador a nos vienen buscar (1499)La seña sacan fuera (1716)A aquestos dos mandó el Campeador (2000)Hinojos fitos las manos le besó (2039), las manos le besó (2108)cómmo al rey Búcar avemos arrancado (2446)e al rey Búcar mató (2475)Al padre e a la madre las manos les besavan (2607)A las fijas del ςid el moro sus donas dió (2654)al rey Alfons de Castiella pensó de enviar (2900)

166

ellos comdes gallizanos a él tienen por señor (2926)Los piedes e las manos vos besa el Campeador (2937)Mio ςid la mano beso al rey (3145)A mio ςid llamó el rey (3179)las espadas le dio (3179)Mío ςid Roy Díaz a Per Vermudoz cata (3301)Mio ςid al rey las manos le besó (3486)

2.2. Oraciones subordinadas (10 casos)

2.2.1. En el caso de OI (6 casos)fagamos lo que a vos plaze (1128)Si a vos ploguiere, (1270)Así commo a mí dixieron (1468)de lo que a vos cadió (1805)que a mí lo ovo mandado (2231)Quando a vos plaze (3415)

2.2.2. En el caso de OD (4 casos)Quando mio ςid el castiello quiso quitar (851)Gradéscolo a mio Cid que tal don me ha enviado (1856)Quando esta falssedad dizien los de Carrión (2666)Alabándos sedían ifantes de Carrión. (2823) Por todas essas tierras estas nuevas sabidasson; (2824) de cuer peso esto al buen rey don Alfons (2825)....¡Grado a Cristus, que delmundo es señor (2830) quando tal ondra me an dada ifantes de Carrión; (2831)

3. la duplicación de los objetos posverbales

3.1. Los objetos duplicadosdesí quitólos a todos (21)Dámosvos en don a vos treínta marcos (196)aquí vos las acomiendo a vos (256)Díxoles a todos commo querié trasnochar (429), bien me irá á mí (925)Merced vos pido a vos (2031)Yo vos pido merςed a vos (2131)Valas tornando a ellas amas a dos (2784)en buen ora te crié a ti en la mi cort (2903)Subtotal = 9 casos

3.2. Los objetos no duplicados; e enbio a todos sus cartas de ruego (14)demos salto a él (584), no daré a vos de ello un dinero malo (1043)que paguen a mí (2504)Subtotal = 4 casos

167

Primera Crónica General de España

1. Los objetos preverbales duplicados (23 casos)

1.1. Oraciones principales (17 casos):

1.1.1. En el caso de OI (9 casos)A ella plogol mucho (12, 29a)Al rey plogol e casol con su fija (12, 38a)A los dEspanna plogol mucho (15, 19a), a Julio Cear non se le mudo el talant que alli troxiera (70, 38b); a San Paulo mandol dar muerte mas onrada (126, 34b), et a ti no te librara el derecho ageno (142, 34b), et a los malos dizie les, (152, 48a)E a Galerio Maximiano fizieronle a premia dexar su mugier otrossi (175, 34b)e a los que lo non quisiessen fazer daua les el su maldicion (277, 3b)

1.1.2. En el caso de OD (8 casos)e la fija dieron la a criar a un hermano de so padre (33, 36a), et esto no lo dizien sus amigos tan solamientre (93, 1a), et a el mataronlo (129, 17b); e todas las ymagenes de Nero mandolas tornar a los logares (130, 49a)Et esto guisar melo a, (150, 4b)E a Theodigno matolo sobre achaque (186, 49a); a Agila mataronle sus uassallos en Merida (314, 45a)E a estos quiso los Dios guardar (319, 21a)

1.2. Oraciones subordinadas (6 casos)

1.2.1 En caso de OI (0 caso)

1.2.2. En caso de OD (6 casos)que la reyna su muger leuol alla (39, 32a)que esta crueza nom la puedes mostrar grand tiempo (43, 23b), ca no a auer que la uala ni la pueda comprar (46, 29b)que aquello Julio Cesar lo auie castigado en estar los sos assi armados (75, 7b), que la faz dura cuemo de fierro la deue auer (80, 23b); mas a uos no uos pueden ludgar los omnes (191, 19a)

168

2. Los objetos preverbales no duplicados (14 casos)

2.1. Oraciones principales (4 casos)

2.1.1. En el caso de OI (1 caso)A ti he de gradecer por que so yo aun uiua (135, 14b)

2.1.2. En el caso de OD (3 casos)las unas les soltaua, (179, 51b)las otras partie a todas partes entre sus gentes (179, 52b), et a las uezes a ellos obedecieron (209, 51a)

2.2. Oraciones subordinadas (10 casos)

2.2.1. En el caso de OI (3 casos)qui a ellas osasse uenir, (57, 47a)el que a mi fiziere to enemigo (67, 31b)pues que a Julio cesar ueyen uenir daquella guisa en pos si (72, 15b)

2.2.2. En el caso de OD (7 casos)E por que la de Troya fizieran apostremas (39, 26a)tu non quieres que yo a ti ame (40, 21b)Quando estas palabras ouieron dicho aquellos mandaderos (46, 40b)armas que a el mataron (97, 1a)que el coraςon le diesse (183, 37a)después que aquella ley les ouo dada (270, 29b); si el uaso del uino beuieres (270, 50b)

3. la duplicación de los objetos posverbales

3.1. Los objetos duplicadospor ligereza los mato a todos (8, 30a)e puso les a todos grandes soldadas (22, 23a)con que los apremiaua a todos (36, 7b), que aun les fincaran algunas a ellos, (46, 22b)e por esta egualeza les pesaua a ellos tanto que no podrie mas (49, 6a)que les acaeciesse a cada unos (71, 56b)desta guisa uencien sus enemigos que los tenien a ellos a cerca (93, 14b)en Roma quel querien a el mal, (52, 36a)¿que prouecho te aura a ti el bien (142, 28b)que les deuien a ellos (153, 12a), et fizieron lo emperador a el (160, 54a), et mataron lo en Roma a el (161, 27a), et venciolos a todos (163, 36a)et uenciolos el sennero a todos (189, 24b)et matolos a amos (207, 23a)

169

sennoreauan los a todos (210, 33a); mas uencieron los los godos a ellos (225, 29b), et destruxo les a todos (267, 6b), et matol a ell et a su mugier (283, 26b), et dioles a todos espensas por la carrera (294, 17a)Subtotal = 20 casos

3.2. Los objetos no duplicados, mato a el e a todos sos caualleros (18, 31a)que amauan a el y desamauan a Asdrubal (22, 39b), e non querien pechar a ella pora metello (36, 34b), lo que deuia gradecer a ti (40, 23b)¿por que quieres matar a el? (41, 36a)por que escogi a ti (41, 5b)esta tierra que yo di a ti (42, 30a)por que dexe a el e tome a ti (42, 53a)que deuies a mi dar (42, 45b), e manda a mi que te cate tiempo (43, 53a)que enuiassen a el mismo (48, 35a), et mataron a el et a toda su hueste (55, 3b)los mandaderos que enuiaran a ellos (63, 21a), e posponien a el (62, 17a)cuemo otrogassen a el ell imperio de orient (62, 44a)et llamaron a ellos “consuelos” (85, 6a)por que semeiaua mucho a el (197, 34a)que auien a el de obedescer (297, 30b)fizo a ell ordenar clerigo de missa (308, 35a)Subtotal = 19 casos

170

Lucanor

1. Los objetos preverbales duplicados (9 casos)

1.1. Oraciones principales (6 casos):1.1.1. En el caso de OI (5 casos)de todas estas cosas a ti non te mengua nada (p22), a todas le sopo tan bien responder (p97), a mí non me empesce (p117), a mí mucho me plaze de la dar a vuestro fijo (p123)Et a vos poco vos valdría tener mucho (p137)

1.1.2. En el caso de OD (1 caso), et este moςo criélo (p65)

1.2. Oraciones subordinadas (3 casos)

1.2.1. En el caso de OI (1 caso)que a él non le viniesse alguna ocasión (p153)

1.2.2. En el caso de OD (2 casos)que la su caςa non la debía dexar (p119)desque la mal beguina la vío estar triste (142)

2. Los objetos preverbales no duplicados (18 casos)

2.1. Oraciones principales (9 casos)

2.1.1. En el caso de OI (8 casos), a mí acaesció que (p1)E al conde Lucanor plogo mucho del consejo (p20), a mí dizen que unos mis vezinos (p26)al Deán pesó mucho con estas nuevas (p37)que a vos contesce (p44)comoquier a los grandes señores vos cumple de haber algún tesoro (p46), loan a mí diciendo que fiz muy buen fecho (p138)A don Roy Gonςalez pesó por esto (p154)

2.1.2. En el caso de OD (1 caso), aquellas debe homne tener (p58)

2.2. Oraciones subordinadas (9 casos)

2.2.1. En el caso de OI (3 casos)si a él non pesasse (p78)

171

que a él más pertenescía (p98)maguer a ella parescía (p100)

2.2.2. En el caso de OD (6 casos)ca si homne estas dos cosas non guarda a su amigo (p10)et que vos consejedes con los que entendiéredes que son de buen entendimiento et leales etde buena poridat. Et si tal consejero non falláredes, guardat que vos non arrebatedes a loque hobiéredes a fazer (p14)de que estas cosas guardáredes (p14)que este tesoro debedes ayuntar en guisa (p46)que al mio cuidar sería mejor (p65)que el aljuba quería el rey (p76)

3. la duplicación de los objetos posverbales

3.1. Los objetos duplicadosde cuanto vos les dades a las vuestras (p35)una cosa que me cumplía a mí (p54)vos me fazedes a mí tanta merced (p81)E esto le gradeςió a él (p84), el diablo me traxo a mí (p100); ca muy poco vos aprovecharía a vos (p121)que la amasse a ella (p143)Quel’ guardasse a él e a todos sus amigos (p145)que algún mal non le contesciesse a él (p153)quel’ pudiesse escapar de la muerte a él (p169)que me contescerá assí a mí (p179)que los faría matar a todos (p188)Subtotal = 12 casos

3.2. Los objetos no duplicadosque había de contescer a él et al rey (p16), paresce a mí que vos contesce (p30)Dios que esleerían a él (p38)que cumpliría a todos (p43)que guarde a mí e a todos mis amigas (p45)que non fincaría nada a ellos (p47)Porque cumple a ellos (p51)que lo fiziesse primero a mí (p64)lo que dixieron a él (p71)como cumple a vos (p72)que esto mismo faré a ti (p124)cuáles diestes a mí (p148), et envió a mí (p193), havos perdonado et mandó a mí (p193) Subtotal = 14 casos

172

Coronica del rey don Pedro

1. Los objetos preverbales duplicados (6 casos)

1.1. Oraciones principales (5 casos):

1.1.1. En el caso de OI (1 caso), pero por contentar el rey estos dos caualleros dioles el rey esto que dicho es (31, 2b)

1.1.2. En el caso de OD (4 casos)La camara del rey dieronla a Pedro Suarez de Toledo (17, 30a)El adelantamiento de la frontera tenialo el maestre don Fadrique (17, 34a)E el adelantamiento de Murςia tenielo don Ferrando (17, 34a), e el mi poder sofrirlo pueda (191, 46b)

1.2. Oraciones subordinadas

1.2.1. En el caso de OI (1 caso)maguer al dicho rey don Pedro non le plugo dello (128, 6b)

1.2.2. En el caso de OD (0 caso)

2. Los objetos preverbales no duplicados (14 casos)

2.1. Oraciones principales (7 casos)

2.1.1. En el caso de OI (2 casos)E a este llaman el alcalde de los castellanos (30, 15b)E al rey don Enrrique plogo mucho desto (191, 18a)

2.1.2. En el caso de OD (5 casos)E este casamiento tratauan los que en este fecho eran (19, 44b)E este pleyto fizo Pero Carrillo (34, 15b)E a los otros moros fallaron a cada vno (128, 13a)E dezia el pregonero, por mandado del rey don Pedro, assy: Esta justiςia manda fazernuestro sennor el rey a estos traydores, que fueron en la muerte del rey Yzmael, su rey e susennor (128, 45a)E todos estos presos enbio a Seuilla (135, 40a)

2.2. Oraciones subordinadas (7 casos)

2.2.1. En el caso de OI (3 casos)que a el plazia mucho (8a)si a el pluguiesse (196, 30a)

173

si a vos pluguiesse de los librar de aquí (196, 40b)

2.2.2. En el caso de OD (4 casos)por quanto el dicho Otauiano ςesar Augusto ordeno (21, 30a)puesto que alguna muestra quieras fazer so color de buelo, diziendo que tienes plumas, sabeque muy fuerte cosa e muy graue es de encobrir lo que manifiesto es, ca esas tus alas conquien esa tu color piensas fazer, non son tales con que puedas fazer vuelo ninguno, (193,23b)E mossen Beltran, desque oyo todas las razones que el dicho Men Rodriguez le dixo,respondiole que pues tales razones le dizia que queria auisarsse e saber que le cumpla fazeren tal caso. (197, 11a)E commo quier que el mossen Beltran dubdo de fazer esto, pero por acuςia de algunosparientes suyos fizolo asi. E non touieron, los que esta razon sopieron, que era bien fecho,(197, 15b)

3. la duplicación de los objetos posverbales

3.1. Los objetos duplicadosque le pertenesςia a el por herenςia Aguilar (31, 39a)que le quisiesse a el antes ayudar (126, 22a)e que el rey de Castilla tornaria al rey de Aragon toda la tierra que le tenia ganada, e fariacon el paz por ςient annos. E don Bernal de Cabrera lo dixo eso mesmo al rey de Aragon(138, 48b)Subtotal = 3casos

3.2. Los objetos no duplicadose fiziessen pleyto por ellos a el (18, 40a)dizia que pertenesςia a el (40a)ca aquel miedo le fizo a el dubdar (34, 32a)que el rey de Castilla ayudasse a el (130, 20b)ca auia enviado a ellos sus mensageros (131, 15a), e respondiesse a el con el sennorio (137, 13a), e alli vieron a el los maestres (195, 14a)Subtotal = 7 casos

174

La Celestina

1. Los objetos preverbales duplicados (17 casos)

1.1. Oraciones principales (10 casos):

1.1.1. En el caso de OI (5 casos); a los ricos se les va [la bienaventuranza], (p156), a todos nos sabe bien comiendo (p225)A tu rufián le avrás dado. (p233)Dios te dé buena manderecha y a él le encomiendo, (p317); a vosotros se os debe essotro (p271)

1.1.2. En el caso de OD (5 casos)pero a mi amo no le querria doliente. (p119)A ésta los duros tesoros comunicables la escurecen y pierden (p130); el otro mataronle en muy lícita batalla (p340)El vientre no se le he visto (p228)después que a mí me sé conoςer (p304)

1.2. Oraciones subordinadas (6 casos)

1.2.1. En el caso de OI (5 casos)para esse tal hombre que a mí bien me estuviesse (p163),sea como a ti te parece. (p221)que aun a ella algo se le entiende desto (p232)que a mí no me queda otra cosa sino gozarme de vello (p232)si algo vuestro amo a mí me dio (p271)

1.2.2. En el caso de OD (1 caso)es la que a mí me haze seguro de sospecha (p340)

2. Los objetos preverbales no duplicados (31 casos)

2.1. Oraciones principales (12 casos)

2.1.1. En el caso de OI (6 casos)A mi madre quiero hablar (p106)Assazera amiga de estudiantes y despenseros y moςos de abades. A éstos vendía ellaaquella sangre innocente de las cuytadillas (p110)¡Aun al diablo daría yo sus amores! (p140)A los cherriaderos quiςios de las puertas hazen con azeytes usar su officio (p144)a los tres llaman Juanes y los dos son Cornudos (p150)

175

2.1.2. En el caso de OD (6 casos)Más desventuradas de que me acabes de oýr, porque la paga será tan fuera qual [la]meresce tu loco atrevimiento, y el intento de tus palabras [Calisto] ha seýdo como deingenio de tal hombre como tú a ver de salir para se perder en la virtud de tal mujer comoyo. (p87)El dicho yo le apruevo (p134); el propósito no entiendo (p134), y ésta no te quiero dezir (p203), ésta no sabré dezirte (p241); la vida me as dado con tu sotil aviso (p257)

2.2. Oraciones subordinadas (19 casos)

2.2.1. En el caso de OI (5 casos)que, vencidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman (p82)juzque la pena que a mí queda (p132)si a Dios ha plazido (p180)lo que a mí siempre aprovecha, te diré (p203)que por lo que a él cumplía (p258)

2.2.2. En el caso de OD (14 casos)que mi secreto dolor manifestarte pudiesse (p86)aquel en quien la voluntad a la razón no obedece (p91)mas a ti y a tu ley desamparan (p94), antigua malicia que a Adam echó de los deleytes de paraýso (p98)que todo esto y aún más a los hombres manifiestan (p99)que el amor impervio todas las cosas vence (p117)que la boz tienes ronca (p118)Aquel que todos los cuytados tiene (p121)que yo la vida te quiero dar (p177)si las trayciones desta vieja con mi coraςon yo pudiesse suffrir (p212)ternemos manera cómo a él no haga mal (p218)quando me veas publicar lo que a ti jamás he querido descobrir? (p238)tal que mi honrra no dañes con tus palabras (p241)que quien éstas os supo acarrear (p272)

3. la duplicación de los objetos posverbales

3.1. Los objetos duplicadosQue no la quiero ver a ella ni a mujer nascida (p106); haz de manera que en sólo verte ella a ti (p131)ni me olvides a mí (p133)que nos puede venir a nosotros daño deste negocio (p140)que más me quiere a mí por consejera (p147)

176

tú me sacarás a mí verdadero (p177)y antes me recibirá a mí con esta saya rota (p177), tan bien te castigará a ti como a mí (p178)que estás desbavado oyéndole a él locura y a ella mentiras (p180)déstos me mandavan a mí comer en mi tiempo (p208)por hazerte a ti honesta me hazes a mí necia y vergonςosa (p208)¿qué le devo yo a él? (p244)porque viéndome a mí no se turbe de ver (p257)no te penen a ti essas sospechas (p258)me la darías a mí por fueςa (p286)¿Qué me aprovecha a mí que dé doze horas (p292)que le penen a él mucho los muertos (p293)que no le plaze a ella con su muerte (p293)¿tócame a mí? (p295)que me dixo ella a mí lo cierto (p307)si me matara a mí (p307)que me tranquilen a mí a cruzes (p312)lo que os tocava a vosotras (p315)Subtotal = 23 casos

3.2. Los objetos no duplicadosque de tan perfecta hermosura te dotasse, y haze a mí, (p86)como se sometieron a ellas (p98)por el cual defeto dessea y apetece a ti (p102)que no basta a ti una ni otra (p106)y dexa a mí para siempre (p106)Abre a mí y a esta dueña. (p108)Días grandes son passados que mi madre, mujer pobre, morava en su vezindad, la qualrogada por esta Celestina, me dio a ella por serviente, aunque ella no me conosce, (p109)Allégate a mí, ven acá (p120)no veen la hora que tener a él so tierra (p156)que holgar contentando a mí (p159), dexar a mí triste por alegrar a él (p162)También quiere a mí engañar como a mi amo por ser rica (p173)pusiera a ty por medianera (p183); todos acorrieron a él con sus esportillas de trabajo (p185)Que mucho hablando matas a ti y a los que te oyen (p188)que sin trabajo dotó a ella natura (p190)y me amenguas en mi officio por alςar a ti en el tuyo (p208), que quiero tener a ti contenta (p208); aconsejando a él lo que para ti huyes (p214)Porque mi Melibea mató a ssí misma (p340)Subtotal = 20 casos

177

Crónica de los reyes católicos

1. Los objetos preverbales duplicados (3 casos)

1.1. Oraciones principales:

1.1.1. En el caso de OI (0 caso)

1.1.2. En el caso de OD (1 caso)Y esto que le suplicaua tanbien gelo dava por consejo (223, 9)

1.2. Oraciones subordinadas

1.2.1. En el caso de OI (2 casos), que a él le palze del juez (136, 17)porque a él le sería neςesario ponerse en defensa (305, 6)

1.2.2. En el caso de OD (0 caso)

2. Los objetos preverbales no duplicados (27 casos)

2.1. Oraciones principales (10 casos)

2.1.1. En el caso de OI (8 casos), a nosotros plazerá (43, 4), a él plaze que (137, 15), a él place de venir (139, 32)A mí pareςe que (292, 18), y a mí pareςe que tan bien (292, 26)Al Rey y a todos los de su Consejo plogo de aquello (292, 33), e a todos se dio elección de costumbres (350, 8)A estas personas dieron asyismo cargo (424, 8)

2.1.2. En el caso de OD (2 casos)Este juramento hicieron estos dos juntamente (23, 13)Estas e otras razones decían aquellos caballeros al Rey (219, 29)

2.2. Oraciones subordinadas (17 casos)

2.2.1 En el caso de OI (12 casos)[ e decía que aquel juramento no se debiera hacer por ser contra el que a su hija se habíahecho (18, 2)que a estos reynos debían (19, 16)

178

que a él no plugiese (25, 15)que a Dios pluguiese de les dar (30, 25)donde a él placía y a ella no venía bien (33, 5), vos responde que a él place dello (137, 23)que a él plaze nombrar (139, 23)que a él e a toda la villa se siguiría (228, 31)que yo deseo e a vosotros cumple (347, 28)que a vosotros parece (349, 34)que a ellos convenía (356, 22), pues a Dios plogo (359, 21)

2.2.2. En el caso de OD (5 casos)E que por no tener más fijos de solo el prínςipe, oodría ser que este su casamientodespusiese Dios de tal manera, que la generaςión que oviese heredase a Portugal (28, 30), que a los malos enfrena (344, 24), que a los buenos reprime (344, 24)E si el mundo queréis enmendar (349, 26)donde podemos claramente ver que esta nobleza que opinamos, ninguna fuerza naturaltiene que la faga permanecer de unos en otros, sino permaneciendo la virtud que laverdadera nobleza da (350, 16)

3. la duplicación de los objetos posverbales

3.1. Los objetos duplicadosSubtotal = 0 casos

3.2. Los objetos no duplicados, en los quales nunca ovo a ella (18, 12), pesó mucho a todos los del reyno generalmente (27, 16)que se podría seguir a él (29, 12), juró a mí la prinςesa en pública plaςa (41, 19)ni lo dava a ellos (322, 10)decís que tiene a ellos (136, 19); ni sé cómo podéys ver la gente, ni sofrir que la gente vea a vosotros, aviendo dexadovuestro rey en el peligro, por escapar vosostros dél (217, 24-25), que enbiastes a él (135, 34), enbió a él vn cauallero (135, 29)Subtotal = 9 casos

179

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Textos citados

Cid = Poema de Mio Cid, Madrid, Ramón Menéndez Pidal (ed.), Madrid, Espasa-Calpe,

1968.

PCGE= Amanuenses de Alfonso X, Primera Crónica General de España, Ramón

Menéndez Pidal (ed.), Madrid, Gredos, 1955.

Luc= Don Juan Manuel, El Conde Lucanor, José Manuel Blecua (ed.), Madrid, Castalia,

1984

Pedro I = Pedro López de Ayala, Coronica del Rey don Pedro I, Constance L. Wilkins y

Heanon M. Wilkins (ed.), Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1985.

Cel = Fernando de Rojas, La Celestina, Dorothy, S. Severin (ed.), Madrid, Cátedra, 1993.

Reyes= Hernando del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos, Juan de Mata Carriazo (ed.),

Madrid, Espasa-Calpe,1943.

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