teorÍa de la inteligencia creadora josé antonio marina · demasiado incompleta. además, liberado...

3
40 III. ARQUEOLOGÍAS CUATRO CUADERNOS. APUNTES DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO TEORÍA DE LA INTELIGENCIA CREADORA José Antonio Marina La dificultad de mantenerse en lo dado, que es una misteriosa constante de la humanidad, ha de tener alguna explicación. Por muy atrás que retrocedamos en la historia, y por muy lejos que viajemos, descubrimos que el hombre se ha empeñado siempre en ver las cosas de manera distinta de cómo las veía. Para los mayas, las raíces de los árboles eran serpientes que mordían las entra- ñas de la tierra. Pensaban que las montañas eran enormes vasijas, contó fray Bernardino de Sahagún, «como si fueran casas llenas de agua», en las que vi- vían las serpientes durante la estación seca, hasta que el trueno las despertaba y entonces comenzaban a subir hacendosamente el agua hasta las nubes, que son unas enormes ollas. En el «Canto que entonaban cada ocho años cuando comían tamales», recogido también por Sahagún, aparece la palabra navalachco, que significa «la plaza mágica del juego de pelota», donde tenía lugar el singular combate entre el sol y el mundo inferior. ¿A qué viene esta incansable prolonga- ción, interpretación y glosa, esta interminable alquimia mental? ¿De qué manera troquelaba sus experiencias? Es fácil decir que se trataba sólo de símbolos conven- cionales, pero es difícil explicar por qué necesitaban simbolizar. ¿Por qué aquellos mayas de perfil de ave y los demás seres humanos no nos limitamos a ver? En primer lugar, porque esa mirada pura, que se limitaría a reflejar lo que hay, no existe. Ni siquiera la observación científica, que aspira a la máxima objeti- vidad, es contemplación científica, que aspira a la máxima objetividad, es con- templación inocente. En 1959, Heisenberg escribió: «No deberíamos olvidar que lo que observamos no es la naturaleza misma, sino la naturaleza determinada por la índole de nuestras preguntas.» No es posible una observación sin teoría, porque la cantidad de información es demasiado grande, demasiado confusa,

Upload: others

Post on 03-Jul-2020

27 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: TEORÍA DE LA INTELIGENCIA CREADORA José Antonio Marina · demasiado incompleta. Además, liberado de la tiranía del estímulo, el hombre bebe los vientos por la posibilidad. Sentimos

40 III. ARQUEOLOGÍAS CUATRO CUADERNOS. APUNTES DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO

TEORÍA DE LA INTELIGENCIA CREADORAJosé Antonio Marina

La dificultad de mantenerse en lo dado, que es una misteriosa constante de la

humanidad, ha de tener alguna explicación. Por muy atrás que retrocedamos

en la historia, y por muy lejos que viajemos, descubrimos que el hombre se

ha empeñado siempre en ver las cosas de manera distinta de cómo las veía.

Para los mayas, las raíces de los árboles eran serpientes que mordían las entra-

ñas de la tierra. Pensaban que las montañas eran enormes vasijas, contó fray

Bernardino de Sahagún, «como si fueran casas llenas de agua», en las que vi-

vían las serpientes durante la estación seca, hasta que el trueno las despertaba

y entonces comenzaban a subir hacendosamente el agua hasta las nubes, que

son unas enormes ollas. En el «Canto que entonaban cada ocho años cuando

comían tamales», recogido también por Sahagún, aparece la palabra navalachco,

que significa «la plaza mágica del juego de pelota», donde tenía lugar el singular

combate entre el sol y el mundo inferior. ¿A qué viene esta incansable prolonga-

ción, interpretación y glosa, esta interminable alquimia mental? ¿De qué manera

troquelaba sus experiencias? Es fácil decir que se trataba sólo de símbolos conven-

cionales, pero es difícil explicar por qué necesitaban simbolizar. ¿Por qué aquellos

mayas de perfil de ave y los demás seres humanos no nos limitamos a ver?

En primer lugar, porque esa mirada pura, que se limitaría a reflejar lo que hay,

no existe. Ni siquiera la observación científica, que aspira a la máxima objeti-

vidad, es contemplación científica, que aspira a la máxima objetividad, es con-

templación inocente. En 1959, Heisenberg escribió: «No deberíamos olvidar que

lo que observamos no es la naturaleza misma, sino la naturaleza determinada

por la índole de nuestras preguntas.» No es posible una observación sin teoría,

porque la cantidad de información es demasiado grande, demasiado confusa,

Page 2: TEORÍA DE LA INTELIGENCIA CREADORA José Antonio Marina · demasiado incompleta. Además, liberado de la tiranía del estímulo, el hombre bebe los vientos por la posibilidad. Sentimos

41FUNDAMENTOS DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO

demasiado incompleta. Además, liberado de la tiranía del estímulo, el hombre

bebe los vientos por la posibilidad.

Sentimos la imperiosa necesidad de conocer las cosas, y también las posibi-

lidades de las cosas y nuestras posibilidades. Ante la mirada inteligente, las

realidades físicas se muestran inagotables e inseguras. La sola percepción no

nos sosiega. Necesitamos comprender. Hemos de conseguir que lo ajeno se

convierta en propio. En esto consiste el conocimiento: conocer es comprender,

es decir aprehender lo nuevo con lo ya conocido.

«Comprender» y «explicar» parecen conceptos opuestos, como indican sus

prefijos. «Con» unifica; «ex» despliega. Sin embargo, significan un solo pro-

ceso, descrito desde dos puntos de vista. Comprendo algo cuando acierto a

introducirlo en un conjunto de información más amplio. Explico algo cuando

expongo el conjunto de información en que debe incluirse para ser compren-

dido. Comprendo una acción cuando conozco sus motivos, y explico una ac-

ción cuando los describo.

En su tenaz esfuerzo por poseer mentalmente la realidad, los hombres han

explicado los fenómenos incomprensibles del mundo perceptivo sirviéndose

de los fenómenos comprensibles del mundo perceptivo. La mitología, por

ejemplo, es un intento de comprender realidades misteriosas a partir de reali-

dades cotidianas. Para los griegos, la Vía Láctea nació porque del pecho de la

diosa Juno se escaparon unas gotas de leche, cuando su bebé dejó de mamar.

Las estrellas eran las salpicaduras de esa leche divina en el manto celeste: una

anécdota doméstica.

Así, lo extraño se hacía familiar, lo descomunal se reducía a tamaño casero,

pero el apaciguamiento era precario, porque tan brillantes explicaciones deja-

ban demasiadas preguntas sin contestar. Al hombre le sucede lo mismo que al

niño, que cada vez es más exigente a la hora de aceptar una respuesta. Repite

una y otra vez las mismas preguntas —¿qué es esto?, ¿por qué es como es?,

¿qué hace?, ¿por qué hace lo que hace?—, pero no siempre le valen las mismas

respuestas. Según Branderburg y Boyd, los niños, entre los cuatro y los ocho

años, formulan un promedio de treinta y tres preguntas por hora, con lo que

la inteligencia familiar queda debidamente estimulada y torturada. Lo que

resulta más interesante es que una misma pregunta no significa lo mismo en

los diversos momentos de su vida. Hay una etapa en la que la pregunta ¿qué es

esto? Queda contestada con el nombre de la cosa. Más adelante, habrá que dar

más explicaciones, porque el niño espera más, necesita más, y cuando el niño

sea un científico, volverá a hacer las mismas preguntas y sólo habrá cambiado

el hueco que ha de ser llenado por la respuesta, que se habrá hecho un hueco

cada vez más grande.

En llamar la atención sobre el preguntar y su eficacia, el fantástico don

Nepomuceno de Cárdenas fue un adelantado. Ésta es una de las razones de mi

interés por él. Escribió un Tratado general de las preguntas, en cuyo proemio

sostiene con gran énfasis que la más alta actividad de la inteligencia es pre-

guntar: «Cuando mi maestro, el ilustre Immanuel Kant, escribió en el prólogo

de su primera Crítica que los experimentos son preguntas que el científico

dirige a la Naturaleza, aun acertando en lo principal, redujo la importancia del

asunto, pero no es el juicio la actividad fundamental del entendimiento, sino la

Page 3: TEORÍA DE LA INTELIGENCIA CREADORA José Antonio Marina · demasiado incompleta. Además, liberado de la tiranía del estímulo, el hombre bebe los vientos por la posibilidad. Sentimos

42 III. ARQUEOLOGÍAS CUATRO CUADERNOS. APUNTES DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO

interrogación. Ésta es la fundamental forma a priori de la humana inteligencia,

que nos permite ordenar el caos de las sensaciones, porque la Naturaleza, que

es recóndita y esquiva pero atenta, se muestra respondiendo no sólo a nuestros

experimentos sino además a todas nuestras preguntas, en las que tienen su

origen las categorías. Por ello tengo por cierto que enseñar a preguntar es el

más perfecto empeño educativo, y que si fuera posible enseñar este arte a una

estatua, le habríamos conferido al punto la más completa sabiduría.

Anagrama, Barcelona, 1993.

Cuaderno de bitácora de Rayuela, Julio Cortázar.