tema 6. sociología histórica

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Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA G.120 UAM 2012 SOCIOLOGÍA HISTÓRICA 1. Sociología histórica e historia social: una frontera controvertida 1.1. ¿Una separación radical? Sociología histórica e historia social se solapan hasta cierto punto, temática y metodológicamente. (Sociología histórica, Santos Juliá). La frontera entre ambas corrientes es decisiva: se trata de ver cómo se ha interpretado desde ambos lados (historiografía y sociología). Por un lado, hay gente que esta frontera debe ser tajante, que hace una clara distinción entre historia y sociología, dado que cada una se fundamenta en una temática, una epistemología y unos métodos diferentes. El objeto de la historia es así el pasado, y concretamente los acontecimientos singulares y específicos, recurriendo a los personajes más importantes, a sus motivaciones y preferencias. Por su parte, la sociología debe estudiar la actualidad, y distinguir las características más relevantes de éstas. La sociología trata de ser una ciencia que elabore teorías abstractas, generales, por contraposición a la historia, que elabora teorías concretas. En cuanto a la diferencia de método, se supone que los historiadores siguen las huellas del pasado; pero éstas son azarosas (se sabe más de lo reciente que de lo pasado), de ahí una clara desventaja con respecto a los sociólogos, que pueden preguntar a los protagonistas y pueden ver con sus ojos lo que ocurre en el presente. Las técnicas de los historiadores son muy variadas: recurso a los archivos, fuentes, bibliografía, literatura, arte, arqueología… En cuanto a la manera en que se consigue el conocimiento (epistemología), estos historiadores sostienen que el relato de lo histórico debe ser ateórico, narrativo (enlace de acontecimientos cronológicamente). Sin embargo, la sociología no sólo narra hechos, sino que trata de explicarlos. 1.2. Historia y sociedad Este enfrentamiento surge con el famoso debate de Weber contra el neopositivismo de principios del XX, pero sigue vivo hoy, con otro lenguaje y no de manera tan radical. Del cuestionamiento de esta frontera surge la historia social, en los años 60 (escuela de los Annales, los historiadores marxistas británicos, con Thompson a la cabeza y Rafael Samuel), que trata de superar esos límites. Además, en los años 70 surge la sociología histórica. Existen otras formas de interpretar esta división, que tratan de eliminar la frontera entre sociología e historia, postura defendida por Weber y por los clásicos (Marx, Tocqueville…). Éstos abogaban por una plena fusión para dar cuenta de la realidad. En este sentido, Hobsbawm defiende una historia de la sociedad.

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Sociología Histórica

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Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G.120 – UAM – 2012

SOCIOLOGÍA HISTÓRICA

1. Sociología histórica e historia social: una frontera controvertida

1.1. ¿Una separación radical?

Sociología histórica e historia social se solapan hasta cierto punto, temática y

metodológicamente. (Sociología histórica, Santos Juliá). La frontera entre ambas

corrientes es decisiva: se trata de ver cómo se ha interpretado desde ambos lados

(historiografía y sociología).

Por un lado, hay gente que esta frontera debe ser tajante, que hace una clara

distinción entre historia y sociología, dado que cada una se fundamenta en una

temática, una epistemología y unos métodos diferentes. El objeto de la historia es así

el pasado, y concretamente los acontecimientos singulares y específicos, recurriendo a

los personajes más importantes, a sus motivaciones y preferencias. Por su parte, la

sociología debe estudiar la actualidad, y distinguir las características más relevantes de

éstas. La sociología trata de ser una ciencia que elabore teorías abstractas, generales,

por contraposición a la historia, que elabora teorías concretas.

En cuanto a la diferencia de método, se supone que los historiadores siguen las

huellas del pasado; pero éstas son azarosas (se sabe más de lo reciente que de lo

pasado), de ahí una clara desventaja con respecto a los sociólogos, que pueden

preguntar a los protagonistas y pueden ver con sus ojos lo que ocurre en el presente.

Las técnicas de los historiadores son muy variadas: recurso a los archivos, fuentes,

bibliografía, literatura, arte, arqueología… En cuanto a la manera en que se consigue el

conocimiento (epistemología), estos historiadores sostienen que el relato de lo

histórico debe ser ateórico, narrativo (enlace de acontecimientos cronológicamente).

Sin embargo, la sociología no sólo narra hechos, sino que trata de explicarlos.

1.2. Historia y sociedad

Este enfrentamiento surge con el famoso debate de Weber contra el

neopositivismo de principios del XX, pero sigue vivo hoy, con otro lenguaje y no de

manera tan radical. Del cuestionamiento de esta frontera surge la historia social, en los

años 60 (escuela de los Annales, los historiadores marxistas británicos, con Thompson

a la cabeza y Rafael Samuel), que trata de superar esos límites. Además, en los años 70

surge la sociología histórica.

Existen otras formas de interpretar esta división, que tratan de eliminar la

frontera entre sociología e historia, postura defendida por Weber y por los clásicos

(Marx, Tocqueville…). Éstos abogaban por una plena fusión para dar cuenta de la

realidad. En este sentido, Hobsbawm defiende una historia de la sociedad.

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Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G.120 – UAM – 2012

Hay por último una tercera opción, una especie de “división amistosa” del

trabajo. Siendo conscientes de que sociología e historia son dos ramas diferentes pero

que se solapan, es imposible considerar la una sin la otra. Pero para facilitar el trabajo,

conviene dividirlo (Santos Juliá, Julián Casanova).

2. ¿Qué es la sociología histórica?

2.1. Definición y períodos

Es un intento de comprender la relación entre la acción humana (individual o

colectiva) y la estructura social. Propugna que tanto los agentes, sus acciones y las

estructuras, se construyen mutuamente, al mismo tiempo. La acción está estructurada

y es estructurante.

Se distinguen varias etapas:

-principio de los años 60: funcionalismo y representación ahistórica de la

sociedad (relectura de Weber y Durkheim tratando de rescatar su lado más histórico).

Respuesta al marxismo. La sociología histórica empieza a emerger.

-años 70: consolidación y segunda ola de la sociología histórica. Etapa en

la que se intenta realizar una fusión entre Weber y Marx.

Este segundo rumbo, que trata de combinar a Marx y a Weber, no trata de

aplicar una teoría social modificada, sino que trata de explicar cuáles son los procesos

históricos que han configurado las realidades tal y como son. Hacen un uso muy prolijo

de la metodología compartida. Este diálogo recuperado ya lo había realizado Weber en

sus obras La ética protestante y El espíritu del capitalismo. Se pueden leer como un

intento de ampliar las dimensiones a tener en cuenta a la hora de estudiar los

acontecimientos históricos.

En la década de los 70 aparecen varios obras de gran importancia, de la mano de

autores como C. Tilly (procesos revolucionarios en Francia y procesos de construcción

del capitalismo y del Estado); P. Anderson (debate de la transición del feudalismo al

capitalismo); M. Wallerstein (los sistemas-mundo); Theda Skocpol (revoluciones, El

Estado y las revoluciones sociales).

La sociología histórica delimita una problemática muy específica en torno al

desarrollo de grandes procesos históricos (desarrollo del capitalismo, articulación de

clases, creación de los Estados modernos, revoluciones, etc.).

En cuanto a la forma de acercarse a los acontecimientos, se trata de comprender

simultáneamente la acción humana y la estructura social. Los acontecimientos se

estudian desde un marco analítico completo. No se trata de reconstruir un proceso

histórico al complejo, sino que se selecciona la parte que interesa para compararla con

los mismos rasgos de otro proceso en otro lugar. El criterio selectivo está en las

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vivencias del presente. El interés no está en el propio acontecimiento, sino en su

relación con el presente.

2.2. Metodología

La metodología se basa en la comparación de casos. Se desarrollan diferentes

tipos de estrategias de investigación, en función del uso de la teoría y del método

comparativo. Algunos tratan de demostrar una teoría a partir de un caso; otro,

comparando varios casos... Pero la especificidad de la sociología histórica es el intento

por extraer alguna regla general del estudio de varios casos. En función de cómo se

utilice este método, se distinguen tres ramas:

-la sociología teórica: construye un modelo teórico general y lo aplica a

un proceso histórico, que se considera la ilustración de la teoría (funcionalistas,

Wallerstein).

-la sociología histórica interpretativa: se omiten teorías generales, se

usan conceptos muy específicos, y se tratan de reconstruir los acontecimientos de una

manera más completa. Además, tratan de explorar y estudiar los puntos comunes

entre casos diferentes (Wallerstein, Bendix). Los conceptos y teorías no van por tanto

más allá de lo necesario y tratan de aproximarse a los procesos desde el punto de vista

de sus actores (reto metodológico importante).

-la sociología histórica analítica: se solapa parcialmente con la

interpretativa. Es la que propone Skocpol o Tilly. Parten de la idea de que pueden

hallarse regularidades en la historia, pero desconfían de las teorías generales: recurren

pues a teorías de alcance medio, que van a abarcar diversas situaciones de las que

suele utilizar un historiador, pero menos ambiciosas que las teorías generales. Se

centran en el fenómeno histórico en su especificidad y tratan de extraer algunas

hipótesis (acercamiento inductivo). Además, no utiliza una reconstrucción narrativa de

los hechos, sólo se centra en aquellos aspectos que puedan ser comparados. Dejan

también un espacio a la interpretación del proceso que tienen los propios autores.

Esta estrategia de investigación pretende explicar también las causas de los

procesos históricos (es una manera de cruzar la “frontera”). Pero estas explicaciones

no proceden de la nada, sino de la observación empírica de los casos seleccionados.

3. Theda Skocpol

¿Por qué hay revoluciones? En primer lugar, para hacer una revolución, además

de querer, hay que poder. Si no puedes organizarte, si el Estado mantiene cierta

legitimidad en su acción represiva, es muy difícil que se produzca algún tipo de cambio

social. Según Skocpol, las revoluciones no se hacen, sino que ocurren. Concibe las

revoluciones sin revolucionarios. Su enfoque tiene las siguientes características.

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3.1. Enfoques

3.1.1. El enfoque estructural

Es un enfoque estructural: parte de la idea de que los estudios tradicionales

sobre las revoluciones tienen una imagen demasiado intencional, tienen demasiado en

cuenta a los actores y a sus intenciones. Este enfoque estructural lleva a pensar en que

lo social no puede entenderse a partir de la intención de los actores (en tanto que

ruptura del consenso de los actores) ni tampoco a partir del proyecto de los

dominadores. Las revoluciones son el resultado no intencional de acciones

intencionales. Explica las revoluciones a partir de situaciones estructurales, que abren

varias posibilidades de acción y que cierran otras. Dentro de estas posibilidades, hay

algunas que pueden llevar a la revolución; si no se dan, no se produce la revolución.

Los revolucionarios no son los padres de la revolución, sino los hijos de la revolución;

es la revolución la que crea a los revolucionarios, no viceversa.

Hipótesis: para que haya una revolución tienen que coincidir dos fenómenos:

-crisis general del Estado, concretamente la de su capacidad represiva

-existencia de revueltas de los campesinos

Así, el resultado de las revoluciones es la construcción de Estados aún más

fuertes, aún más burocráticos, pero más democratizados.

Su visión no consiste en decir que los actores sean meras marionetas. Las

situaciones estructurales fijan los límites de lo posible, pero no predeterminan los

cursos de acción de los actores. Las aproximaciones estructurales a las ciencias sociales

no son forzosamente deterministas. Skocpol comparte esta posición, y analiza las

condiciones necesarias para que ocurra la revolución.

3.1.2. El enfoque comparativo

Estudia los casos de Francia, Rusia y China, de manera comparativa. Comparten

semejanzas: Estados preburocráticos, sin dominación colonial, con cierta presencia en

el sistema internacional, y con alzamientos del campesinado. Skocpol aplica el método

de la concordancia (analizar lo común en casos diferentes) y el método de la diferencia

(lo diferente o específico con respecto a otros casos).

3.1.3. El enfoque exógeno

Este enfoque toma en cuenta lo que ocurre fuera de los Estados en los que se

centra. Los estudios clásicos tan sólo toman en cuenta las características internas,

importantes, pero no únicas. Éstas deben ser tenidas en cuenta, pero también hay que

tener en consideración la relación de ese Estado con el exterior: relación con otros

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Estados y relación con el proceso de construcción del capitalismo (se centra más en el

primer aspecto).

3.1.4. El enfoque estatalista

Le da mucha importancia a la propia estructura del Estado. El Estado es una

estructura autónoma, que no es reflejo de otra cosa ni el instrumento de una clase, ni

fácilmente traducible a una estructura económica o social; además tiene su propia

lógica y está insertado en otras lógicas sociales y económicas.

3.2. Francia, Rusia, China.

3.2.1. Rasgos comunes

La hipótesis principal es que para que haya una revolución tiene que haber una

crisis del Estado y un alzamiento del campesinado

En cuanto al primer aspecto, tiene que haber una crisis de la legitimidad del

Estado, y una crisis de su aparto represivo. Así, en Rusia, el Estado no puede contener

a los revolucionarios porque no dispone de medios para ello (fracaso del ejército tras

la Primera Guerra Mundial). Se alzan los campesinos y los obreros, apoyados por el

partido bolchevique. En el caso francés, existe una rivalidad con Inglaterra para ocupar

una posición hegemónica, con lo cual hay guerras, que deben ser financiadas. Para

ello, el Estado realiza una reforma fiscal para recaudar más dinero, que provoca que

los privilegios de los nobles desaparezcan y afecta a la burguesía emergente. En

conclusión, las clases sociales sobre las que se apoya su poder le retiran su apoyo,

dando vía libre a las clases bajas (campesinado) para revolverse. Finalmente, en el caso

chino, hay un enfrentamiento con Japón y con la aristocracia

Es necesario asistir a la relación de los estados con su sociedad, a las relaciones

entre clases políticas y económicas, altas y bajas; y asimismo a las relaciones con otros

Estados.

3.2.2. Alzamientos de campesinos

En los tres casos hay alzamientos de campesinos, debido a que

fundamentalmente eran estructuras agrarias. Se movilizan por pedir tierra y libertad.

Por lo primero, se enfrentan a la aristocracia terrateniente; y por lo segundo, al Estado,

que exigía tributos y se llevaba a los hombres para la guerra. Contra esa extracción de

todo tipo de recursos de la sociedad surge el primer liberalismo.

Skocpol observa que no son los campesinos más pobres y miserables quienes se

rebelan, sino los pequeños campesinos y los arrendatarios que viven con cierta

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holgura. Los campesinos que se movilizan son pues aquellos que acumulan ciertos

recursos, económicos y organizativos.

Estos recursos pueden obtenerse en comunidades homogéneas, no muy

estratificadas. Además, debe de existir una cierta autonomía política que permita el

autogobierno. Al mismo tiempo, los terratenientes están ausentes, no viven allí; por

tanto, nadie vigila ni gobierna a estos campesinos. En estas dinámicas de autogobierno

se acumulan experiencias organizativas. Por otra parte, el Estado tampoco ha

penetrado administrativamente en el territorio. Así, existe una capacidad organizativa,

de movilización. Cobra sentido lo de que “quienes hacen la revolución no es porque

quieren, sino porque pueden”. Esta explicación combina la aproximación marxista y la

weberiana (importancia de la organización).

En Francia y en Rusia se dan estas características; sin embargo, en el caso de

China, ocurre algo diferente, puesto que los campesinos carecen de los medios

organizativos necesarios. El giro fundamental se produce cuando en los años 20 los

miembros del Partido Comunista son expulsados de las ciudades y se refugian de áreas

agrícolas lejos del alcance del Estado, y son ellos quienes van a organizar (o manipular)

al campesinado gracias a su experiencia.

3.3. La revisión del modelo

Skocpol revisa este modelo tras su publicación en 1979, dado los

acontecimientos que tienen lugar en ese año: la revolución iraní y la revolución

sandinista, ya que su esquema no era válido para ninguna de las dos. Allí, la revolución

había sido influenciada por factores externos (para bien o para mal): Estados Unidos.

No hay crisis del Estado ni campesinos, y sin embargo hay revolución, con lo que el

modelo se viene abajo.

Skocpol lo justifica diferenciando entre revoluciones históricas, para las que su

modelo es válido, y revoluciones actuales, de rasgos diferentes. Pero presta atención al

Estado: en los casos francés, chino o ruso, el Estado era preburocrático, no como en el

caso de Irán o Nicaragua. Clasifica entonces a los Estados según su burocratización, su

mayor o menor penetración en el territorio y hasta qué punto permite la participación

activa de los ciudadanos de ese Estado. Esta visión se orienta sobre todo a los Estados

neocoloniales.