tema 3 la formación de la monarquía hispánica y su expansión mundial (1474-1700) parte 2/2

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3.-Crisis y decadencia del Imperio en el siglo XVII.

3.1. Los validos. El siglo del Barroco fue complejo, pues mientras que en las artes y en las letras hay que sealar una brillantez extraordinaria, se produjo una profunda crisis en otros aspectos: demogrficos, sociales, econmicos y polticos.

Tres fueron los monarcas que tuvieron que hacer frente a la situacin (los llamados Austrias Menores): Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700) que extinguira la dinasta y dara paso a los Borbones.

Al terminar el reinado de Felipe IV, las posesiones de la Corona se haban reducido notablemente y se haba independizado el reino de Portugal. El monopolio del comercio americano estaba seriamente daado y la hegemona militar en Europa haba pasado a manos francesas.

La Monarqua sigui siendo un conjunto de reinos con instituciones y leyes diferentes, a las que slo la Corona daba cohesin. Los intentos para unificarlos se estrellaron contra los intereses de las clases dirigentes y contra el recelo que el dominio de Castilla suscitaba en los dems reinos.

El siglo XVII se caracteriza por ser el siglo del gobierno de validos, que tuvieron que hacer frente a graves conflictos, de los que el ms grave fue el que tiene el ao 1640 como punto de referencia. A pesar de los esfuerzos, la situacin de la monarqua comenz a cambiar y a perder la hegemona que tena en el mundo de aquel tiempo.

Los validos eran miembros de la alta aristocracia en los que el rey depositaba su total confianza, desentendindose de las labores de gobierno. El valido tomaba las principales decisiones.

Dos razones explican su aparicin: las labores de gobierno eran cada vez ms complejas y los Austrias Menores no destacaban por sus espritus laboriosos.

No fueron un fenmeno exclusivamente espaol. Figuras similares aparecieron en otras monarquas europeas. Los mejores ejemplos fueron Mazarino o Richelieu en Francia.

Los validos gobernaron al margen de los Consejos. En su lugar, como rganos de asesoramiento, crearon Juntas reducidas compuestas por sus propios partidarios con el fin de agilizar la administracin y de evitar el control de los Consejos.

El nuevo sistema signific un aumento de la corrupcin. Los validos aprovecharon su poder para conseguir cargos, pensiones y mercedes para sus familiares y partidarios, lo que provoc crticas generalizadas por parte, sobre todo, de los letrados que formaban los Consejos y los miembros de la aristocracia que no gozaban de su favor.

Se generaliz tambin en la administracin espaola del siglo XVII la venta de cargos, iniciada en pocas anteriores por la Corona como medio para obtener dinero rpido. Por todas estas causas el valimiento contribuy a la crisis de la monarqua hispnica.

Validos de Felipe III: Duque de Lerma y Duque de Uceda.Validos de Felipe IV: Conde-Duque de Olivares y Luis de Haro.Validos de Carlos II: Padre Nithard, Fernando Valenzuela, durante la Regencia de Mariana de Austria (1665-1675), Duque de Medinaceli y Conde de Oropesa.

3.2. La expulsin de los moriscos. Los proyectos de reforma de Olivares.Felipe III, indolente y despreocupado, deleg sus responsabilidades polticas en el duque de Lerma (que cambi la capital a Valladolid de 1601 a 1606 por intereses inmobiliarios) y, luego, en su hijo, el duque de Uceda.

En poltica exterior, su reinado se caracteriz por la paz, pues no era muy entusiasta de la guerra. En 1604 firm el Tratado de Londres, que pona fin a 20 aos de guerra con Inglaterra; en 1609, acordaba la Tregua de los Doce Aos con las Provincias Unidas de los Pases Bajos.

En el interior, su medida ms polmica fue la expulsin de la poblacin morisca. El 9 de abril de 1609, Felipe III dio orden para que los moriscos del reino de Castilla abandonaran el territorio peninsular. En septiembre se dio el bando de expulsin de los de Valencia, y meses ms tarde, de los de Aragn y Catalua. Se culminaba as un proceso de expulsin de unos 300.000 sbditos de la Monarqua Hispnica.

Entre las causas se cuenta la intencin de evitar incursiones de piratas berberiscos que atacaban las costas de Levante y que se sospechaba reciban apoyo de los moriscos hispanos. A eso, se aadira una ya larga animadversin contra ellos y la idea de construir una Espaa pura, cerrada y uniforme.

Las consecuencias fueron graves pues la economa se resentir, sobre todo en Valencia y Aragn, que pierden la cuarta parte de su poblacin, y a la mayora de la mano de obra de sus campos de cultivo. Los grandes seores se contentan con la incorporacin de las tierras confiscadas a los moriscos.

-Felipe IV y los proyectos de reforma de Olivares.En 1621 Felipe IV fue proclamado rey a la muerte de su padre. Desde el principio entreg la direccin del gobierno a su favorito, Gaspar de Guzmn y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, Conde-duque de Olivares. Este valido quiso imponer las leyes de Castilla en todos los reinos de la corona hispnica, eliminando los fueros, privilegios y peculiaridades de la Corona de Aragn, Portugal, etc. Este proyecto se lo envi a Felipe IV en el Memorial Secreto del 25 de diciembre de 1624, donde animaba al rey a reducir estos reinos de que se compone Espaa al estilo y leyes de Castilla.

La poltica imperial haba supuesto la debilidad econmica de Castilla, que haba corrido con la mayor parte de los gastos blicos, por lo que pronto surgir la necesidad de pedir dinero y hombres a los reinos que escasamente haban contribuido.

sta se puso de manifiesto cuando la monarqua hispnica entr en la Guerra de los Treinta Aos, un conflicto blico europeo iniciado en 1618 en el que Felipe III no haba querido participar. Adems, en 1621 se reanud guerra en los Pases Bajos. El Conde-duque present entonces el proyecto de la Unin de Armas, que supona la formacin de un ejrcito permanente compuesto por contingentes de cada reino, en funcin de su poblacin y riqueza. La idea suscit una fuerte resistencia de los reinos de la Corona de Aragn, que alegaron que sus fueros impedan el envo de soldados fuera de sus territorios, as como la situacin de penuria econmica. Las Cortes se enfrentaron a la Corona, sobre todo en Catalua.

3.3. La Guerra de los Treinta Aos. Las rebeliones de 1640. La prdida de la hegemona.La Guerra de los Treinta Aos (1618-1648) comenz como conflicto religioso entre el emperador catlico (de los Habsburgo) y los prncipes alemanes protestantes, pero termin siendo una lucha por la hegemona europea entre Francia y Espaa. Felipe III se haba mantenido al margen, pero con Felipe IV la insistencia del Conde-duque de Olivares logr meter en el conflicto a la monarqua hispnica en ayuda de sus parientes imperiales, lo que tendra desastrosas consecuencias.

El conflicto se inici con victorias de los Habsburgo, como la toma de Breda a los holandeses (1625) o la victoria de Nrdlingen (1634), que tuvo un efecto contraproducente, porque decidi la entrada de Francia en la guerra en 1635, del lado de los protestantes a pesar de ser un pas catlico. Pronto cambi el signo del conflicto y las derrotas de los Habsburgo se repitieron, como en Rocroi (1643) ante holandeses y franceses.

La rebelin de Catalua: Al estallar la guerra con Francia se enviaron tropas a Catalua para pasar al pas vecino, obligando a los catalanes a alojar a los soldados. Ello, unido al descontento causado por el proyecto de la Unin de Armas, provoc el estallido de revueltas entre el campesinado cataln: el da del Corpus Christi de 1640 grupos de segadores atacaron Barcelona, asesinaron al virrey y precipitaron la huida de las autoridades. La Generalitat se puso al frente de la rebelin y, ante el avance castellano acept la soberana de Luis XIII de Francia y su valido el cardenal Richelieu.

Un ejrcito francs entr en Catalua y derrot a las tropas castellanas en Montjic. El Roselln y Lrida eran conquistadas en 1642. El control francs sobre Catalua lleg a su fin con la reconquista espaola del Principado y la cada de Barcelona en 1652.

La rebelin e independencia de Portugal: Aprovechando la crisis catalana, Portugal se rebel en diciembre de 1640, convirtindose ese ao en un verdadero annus horribilis para la monarqua hispnica.

La falta de ayuda castellana ante los ataques holandeses contra las posesiones coloniales portuguesas, y la presencia de castellanos en el gobierno del reino provoc que las clases dirigentes lusas dejaran de ver ventajas en su unin a la Corona espaola. La rebelin, organizada en torno a la dinasta de los Braganza (Joo IV), se extendi rpidamente y no pudo ser reprimida porque Felipe IV decidi centrarse en Catalua. El apoyo de Francia e Inglaterra, ansiosas de debilitar a Espaa, llev a que finalmente Mariana de Austria (madre-regente de Carlos II) acabara reconociendo la independencia de Portugal en 1668.

Tambin hubo levantamientos de tinte separatista en Andaluca, Aragn y Npoles. Pese a ser aplastados todos los movimientos, excepto el portugus, Felipe IV mantuvo los fueros de los diversos reinos.

La prdida de la hegemona espaola.Las derrotas en Catalua y Europa acabaron por decidir a Felipe IV, en 1643, a ordenar a su valido que abandonara la Corte. Aunque se apoy en un nuevo favorito, don Luis de Haro, el rey llevara desde entonces personalmente el peso del gobierno.

La impotencia de los Habsburgo llev finalmente al Tratado de Westfalia (1648) por el que se pona fin a la Guerra de los Treinta Aos y en el que Espaa reconoci oficialmente la independencia de Holanda. Sin embargo la guerra entre Francia y Espaa continuara hasta 1659, cuando se firm la Paz de los Pirineos, por la que la Corona Espaola perdi los territorios transpirenaicos del Roselln y la Cerdaa. Esa Paz fue la consagracin de la prdida de la hegemona europea de Espaa, y su traspaso a Francia. El tratado tambin estableca la boda entre Luis XIV de Francia y Mara Teresa de Austria, hija de Felipe IV.

3.4. Carlos II y el problema sucesorio.Carlos II, llamado tambin el Hechizado, naci en 1661, hijo de Felipe IV y de su sobrina Mariana de Austria. Fue rey de Espaa de 1665 a 1700, aunque hasta 1675 ejerci la regencia su madre, quien confi el gobierno a los validos Nithard y Fernando de Valenzuela. De 1677 a 1679 gobern Juan Jos de Austria, y posteriormente, el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa.

No tuvo descendencia con ninguna de sus dos mujeres, dando lugar al problema sucesorio que trajo como consecuencia el final de la dinasta de los Austrias o Habsburgos espaoles.

En el contexto europeo, Carlos II tuvo la mala suerte de coincidir en el tiempo con el rey Luis XIV de Francia (el Rey Sol), quien emprendi una poltica agresiva contra Espaa. Cuatro guerras sucesivas con los franceses obligaron a ceder territorios, quedando aislados los Pases Bajos. Incluso Catalua fue atacada.

Finalmente, la monarqua espaola contara con el apoyo de Inglaterra y Holanda, molestas por la expansin francesa, lo que, unido al inters de Luis XIV en la sucesin espaola, permiti que, por la Paz de Ryswijk (1697), se recuperaran algunos territorios.

El problema sucesorio implicara a las potencias europeas desde aquel momento. Dos candidaturas se disputaron el trono espaol: la del archiduque Carlos de Habsburgo y la de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. Carlos II mora en 1700, dejando el problema sin resolver y abierta la llamada Guerra de Sucesin.

3.5. La crisis demogrfica y econmica. El siglo XVII fue un siglo de crisis econmica en Europa en general, en el Mediterrneo en particular, y, muy especialmente, en la Pennsula Ibrica, donde fue ms temprana y profunda.

Ya en la primera mitad del siglo aparecen serios problemas demogrficos. Cruentas epidemias, entre las que destacan las de peste, se repitieron peridicamente, coincidiendo con pocas de caresta y hambre; la expulsin de los moriscos supuso la prdida del tres por ciento de la poblacin del reino, siendo especialmente grave en Valencia y Aragn; las frecuentes guerras exteriores y el incremento de los miembros del clero que redund en descenso de la tasa de natalidad. La crisis golpe con ms fuerza a Castilla que a los reinos perifricos. Al final del siglo haba en Espaa entre 7 y 8 millones de habitantes, cifra menor a la conocida para 1600.

En la segunda mitad del siglo, la crisis continu y se agudiz. A la decadencia de la agricultura, agravada por la expulsin de los moriscos y el abandono del campo por la ciudad, se le uni la de la ganadera lanar, que encontr graves dificultades para la exportacin (guerras). La artesana tambin se vio afectada.

Solo a partir de 1680 se inicia una recuperacin agrcola, ms intensa en las zonas donde se haba emprendido cierta especializacin en los cultivos (maz /Cantabria, viedo/Andaluca).

El comercio tambin entr en una fase recesiva. La competencia francesa en el Mediterrneo y la competencia inglesa y holandesa en el Atlntico, agravaron una coyuntura marcada por el creciente autoabastecimiento de las Indias y el agotamiento de las minas americanas. Consecuencia de la crisis comercial fue la disminucin de la circulacin monetaria.

La situacin fue empeorada por la incorrecta poltica econmica de los gobiernos de la Corona, que agravaron ms que solucionaron los problemas: envilecimiento de la moneda (menos plata en su contenido), devaluacin monetaria, aumento impositivo, medidas constantemente denunciadas por los llamados arbitristas, que defendieron una economa de tipo mercantilista, basada en favorecer las exportaciones y recortar las importaciones, y as atesorar la mayor cantidad posible de metales preciosos.

La sociedad estamental espaola evolucion de la siguiente forma:

-Se asiste a un empobrecimiento del campesinado, que constitua la mayor parte de la poblacin, y se vio forzado a abandonar los campos para engrosar la lista de las clases populares urbanas, emplendose en oficios diversos y, sobre todo, como criados.-La burguesa y las clases medias fueron dbiles y siguieron emplendose en el comercio, profesiones liberales y en la burocracia.-Crecimiento numrico de los grupos sociales improductivos como la nobleza y el clero en un extremo y los marginados: pcaros, vagos y mendigos en otro.

La mentalidad, marcada por el desprecio al trabajo agrav la crisis social y econmica. El hidalgo ocioso y el pcaro se convirtieron en arquetipos sociales de la Espaa del Barroco.

4.- El Siglo de Oro espaol.

4.1. Del Humanismo a la Contrarreforma. El Humanismo es una corriente intelectual vinculada al Renacimiento que trat de romper con el teocentrismo de la Edad Media para centrarse en el estudio del ser humano a travs de la razn, tomando como modelos a los clsicos griegos y latinos, cuyas obras redescubri y estudi.

En el siglo XVI Espaa se movi del Humanismo del Renacimiento (reinado de Carlos V) a la ortodoxia de la Contrarreforma (Felipe II). El siglo se inici con un fuerte desarrollo cultural: la proyeccin europea del reinado de Carlos V provoc la aparicin de intelectuales de todo tipo, y los descubrimientos y expediciones martimas estimularon la navegacin y el inters por la geografa y las ciencias naturales. En las nuevas universidades de Alcal de Henares y Salamanca se notaba la influencia deErasmo de Rotterdam, uno de los principales humanistas de Europa. Espaa cont con humanistas de la talla de Luis Vives y Antonio de Nebrija.

Pero con la aparicin del protestantismo, y con las decisiones del Concilio de Trento, Felipe II dio un giro a esta situacin, decretando un severo aislamiento de la monarqua hispnica frente al resto de Europa para evitar la contaminacin luterana (Viraje Filipino). El Humanismo fue considerado culpable de haber inspirado a los protestantes, por lo que varios humanistas espaoles tuvieron que enfrentarse a la Inquisicin, como fue el caso del agustino Fray Luis de Len. El rey prohibi que sus sbditos asistieran o impartieran clases en las universidades europeas. Se aplic el ndice de Libros Prohibidos de la Inquisicin, eliminando fsicamente las obras incluidas en la lista, y prohibiendo imprimirlas. A pesar de ello hubo un gran contrabando de libros imprimidos en los Pases Bajos, aunque sus poseedores se enfrentaban a penas muy serias.

Espaa se convirti as en la ms firme defensora de la Contrarreforma y de la fe catlica, pero al precio de aislarse cultural y cientficamente del resto de Europa en un momento decisivo, en el que la ciencia comenzaba a dar sus primeros pasos.

4.2. Renacimiento y Barroco en la literatura y el arte.En Literatura Espaa vivi una poca de auge sin precedente (Siglo de Oro). Iniciado el siglo con la figura de Cervantes y su "Quijote" (1605 y 1614), las letras hispanas brillaron con figuras como Quevedo, Lope de Vega, Caldern de la Barca o Gngora. Sus principales rasgos sern la exaltacin nacional, el carcter popular y la defensa de la tradicin. Las manifestaciones ms destacadas fueron el teatro y la novela picaresca.

La brillantez del arte Barroco se pone de manifiesto en las obras pictricas. El arte padeci menos la crisis del siglo XVII, y de hecho por sus manifestaciones se podra pensar que Espaa estaba viviendo uno de sus mejores tiempos. Destacaron grandes pintores como Zurbarn, Murillo, Ribera, Juan de Valds Leal o Claudio Coello. Sin embargo, el ms importante de todos ellos fue el pintor de la Corte de Felipe IV Diego Velzquez. Sin duda este ser uno de los momentos ms grandes de la pintura espaola.

El siglo XVII es el gran siglo de la escultura espaola, con caractersticas propias, que la diferenciaban del resto de Europa. En madera policromada, los escultores consiguen aunar el esplendor con el sentimiento religioso. El realismo de las figuras esculpidas va parejo a la fe religiosa, y son muy abundantes las figuras de este tiempo que llenan iglesias y conventos.
Una de las grandes figuras de la escultura barroca es Gregorio Fernndez (1576-1636), que, aunque gallego de origen, trabaj fundamentalmente en Valladolid. Se distingue por el dramtico realismo de sus representaciones. Son famosos sus Cristos yacentes.

En la arquitectura, se produjo una evolucin a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Durante el XVII, los arquitectos continan en buena medida la tradicin de la iniciada por Juan de Herrera (El Escorial) en el ltimo tercio del siglo XVI.

Importantes arquitectos de este primer periodo del barroco espaol fueron Juan Gmez de Mora y Alonso Cano, cuyas obras se distinguen por la sobriedad decorativa, reducida en ocasiones a las pirmides herrerianas en los remates. Entre sus obras destaca la traza de la Clereca de Salamanca.

Fachadas de la catedral deGranada y de la Clerecade Salamanca, porAlonso Cano yJuan Gmez de Mora