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Proyecto de translocación de tapir
(Tapirus terrestris) del
Parque Nacional El Impenetrable (Chaco)
al Parque Iberá (Corrientes)
Proyecto elaborado por Talía Zamboni, Gerardo Cerón, Ana Carolina Rosas, Soledad de
Bustos, Sebastián Di Martino y Emanuel Galetto.
Resumen
El tapir es el mayor herbívoro terrestre de Argentina, Tienen una amplia distribución en
Sudamérica que abarca hasta el norte de nuestro país. Está catalogado como en peligro de
extinción en Argentina, extinguiéndose en la provincia de Corrientes durante el siglo XX. En
esta provincia, el Parque Iberá de 700,000 ha representa una excelente oportunidad para
recuperar la fauna nativa amenazada. En este sentido, The Conservation Land Trust (CLT)
lleva realizando desde el año 2006 un programa de restauración de fauna localmente extinta
incluyendo especies como el oso hormiguero gigante, el venado de las pampas, el pecarí de
collar, el tapir y el guacamayo rojo, sumado a la creación del Centro Experimental de Cría de
Yaguareté (CECY), con fines de reintroducción. El objetivo del proyecto de reintroducción del
tapir, es establecer poblaciones autosustentables y restablecer una especie clave en el
ecosistema.
La primera población de tapires comenzó a constituirse en la reserva privada Rincón del
Socorro en el Parque Iberá con la liberación de siete ejemplares provenientes de cautiverio.
Los ejemplares se están adaptando a su nuevo ambiente, con el nacimiento de una cría. Se
prevé que esta población inicial sea reforzada con más ejemplares, sumado a la conformación
de otros núcleos poblacionales en Iberá. Debido a la limitante de ejemplares provenientes de
cautiverio en instituciones del país, se propone la translocación desde poblaciones silvestres
en buen estado de conservación. Datos de muestreos preliminares sugieren una alta
abundancia de esta especie en el PN El Impenetrable (Chaco), el cual representa la mejor
opción como fuente de ejemplares a ser translocados.
Los ejemplares a ser translocados serán capturados mediante jaulas trampa colocadas en
sitios frecuentemente utilizados por los individuos. Los mismos serán sedados para la toma
de muestras y colocación de collares de telemetría. Se prevé la extracción de un máximo de
cinco ejemplares para el primer año, evaluando el número de ejemplares a extraer durante los
siguientes tres años. Los animales serán trasladados en tráileres especialmente
acondicionados hasta su destino final en la Reserva Rincón del Socorro propiedad de CLT. Los
tapires permanecerán un periodo de tiempo en corrales de aclimatación y serán luego
liberados y monitoreados mediante telemetría.
Se realizará un monitoreo de la población fuente de tapires en el PN El Impenetrable con el fin
de evaluar el impacto de las translocaciones sobre la misma. Para ello, se realizará
anualmente un muestreo con cámaras trampa. Las mismas serán colocadas en los sitios de
captura y permanecerán un mes en funcionamiento. Mediante los registros se estimará la
abundancia relativa de tapires en cada muestreo, permitiendo comparar dichos valores entre
los diferentes años.
Introducción
Características principales del tapir
El tapir (Tapirus terrestris) es el mamífero terrestre nativo de mayor tamaño que habita las
selvas y bosques de Argentina. Si bien su área de ocupación actual en Sudamérica es amplia,
en nuestro país sólo alcanza el 2% (237.807 km2) de la misma y presenta el límite austral en las
Yungas, los Bosques Chaqueños y la Selva Paranaense (Taber et al. 2008, Chalukian et al.
2009). A lo largo de su amplia área de distribución el tapir se puede encontrar en 25 regiones
ecogeográficas, demostrando una gran adaptabilidad a diversos ambientes.
Históricamente el tapir estaba presente en nueve provincias del norte argentino, habitando en
la actualidad solo en Salta, Jujuy, Formosa, Chaco y Misiones, y habiéndose extinguido en
Entre Ríos, Corrientes y Tucumán y probablemente en Santiago del Estero y Santa Fe
(Chalukian el al, 2009). A escala continental, el tapir se encuentra categorizado como especie
“Vulnerable” a la extinción, con una tendencia poblacional decreciente (Naveda et al. 2007);
mientras que a escala nacional es considerado “En Peligro” (Chalukian et al. 2012). Esto último
en parte ha sido atribuido a que la distribución geográfica se redujera en un 46% en los
últimos 100 años, siendo la pérdida de hábitat, la caza y la competencia con el ganado
doméstico las causas principales que provocaron dicha reducción (Chalukian et al. 2009). En
Argentina la tendencia poblacional es también decreciente y el 81% de las áreas donde la
especie subsiste han sido categorizadas como con media o baja posibilidad de supervivencia
para el tapir.
Los tapires son usualmente de hábitos solitarios. Durante el día suelen moverse dentro de
bosques y en la noche salen hacia zonas más abiertas como matorrales o pastizales, ríos y
lagunas (Padilla y Dowler, 1994), si bien pueden pasar largos períodos de tiempo sumergidos
en el agua durante los días calurosos. En general prefiere los bosques en regeneración
respecto a los bosques maduros (Salas y Fuller, 1996; Lepera, 2005), probablemente debido a
una mayor abundancia de especies vegetales pioneras más palatables y con menos
estructuras de defensa. También prefieren sectores de palmares. Las densidades de tapires
son muy variables, variando de 1,6 individuos por km2 (Redford y Eisemberg, 1992) hasta 0,11
- 0,52 individuos por km2 (Peres, 2000). Según algunos autores (Richard y Juliá, 2000a), las
densidades en torno a los 0,5 individuos por km2 serían las más esperables.
Los tapires son principalmente herbívoros-frugívoros, alimentándose de hojas, flores, brotes,
tallos, cortezas, frutos secos y carnosos, siendo selectivos en cuanto a las especies que
consumen, por lo que su dieta puede variar regional y estacionalmente dependiendo
principalmente de la disponibilidad de frutos (Janzen 1982, Bodmer 1990, 1991a, Rodríguez et
al., 1993, Salas y Fuller 1996, Olmos 1997, Henry et al. 2000, Richard y Juliá 2000, Montenegro
2004, Giombini et al. 2009, Talamoni y Assis 2009, Tobler et al. 2010, Hibert et al. 2011,
Chalukian et al. 2013).
En cuanto a la reproducción, se estima que la madurez sexual en vida silvestre es alcanzada a
los cuatro años (Medici et al., 2007). Generalmente tienen una cría por parto, que nace
después de aproximadamente 13 a 14 meses de gestación. Se ha observado que la hembra
puede concebir al mes de haber parido (Padilla y Dowler, 1994), aunque este período es
variable según el hábitat. La cría es amamantada hasta los 8 o 9 meses, aunque a partir de la
semana de vida comienza a incorporar alimentos sólidos en pequeña cantidad. Alcanza el
tamaño definitivo de adulto aproximadamente a los 18 meses. Puede permanecer junto a su
madre hasta casi los dos años, caminando siempre cerca de ella durante su andar. La
longevidad del tapir en estado silvestre es de unos 22 años y hasta esta edad pueden
reproducirse (Medici et al, 2007).
El tapir es considerado una especie clave (Chalukian et al, 2004; de Bustos, 2006), una especie
paisaje (Chalukian et al, 2009) y una especie arquitecta o ingeniera de paisaje (Taber et al,
2008) por su importante papel en el funcionamiento y estructura de los ecosistemas donde
habita y especialmente por su rol de dispersor de semillas de hierbas, arbustos y árboles. Dos
de las cuatro subespecies de tapires reconocidas en base a criterios morfológicos (Cabrera,
1961) habitan en Argentina. Según este sistema de clasificación (Tapirus terrestris terrestris)
habitaría en la eco-región Selva Paranaense y Tapirus terrestris spegazzinii en las eco-regiones
Selvas de Montañas o Yungas y en El Chaco Seco y Chaco Húmedo (Padilla y Dowler, 1994;
Chébez et al, 2008). En el Plan de Acción para la Conservación del tapir en Argentina
(Chalukian et al, 2009) se menciona que esta diferenciación en subespecies no está
confirmada.
Estudios genéticos recientes sobre el genoma mitocondrial de la especie (de Thoisy et al,
2010) cuestionan esta diferenciación en subespecies. Estos estudios postulan que el tapir se ha
diferenciado como especie en las selvas altas del oeste amazónico y que durante el
cuaternario se produjo la divergencia de cuatro linajes. Uno de estos linajes se distribuye al sur
del Amazonas y abarca todas las poblaciones argentinas. Este patrón de divergencia del tapir
es similar al reportado en otras especies de grandes mamíferos supramazónicos como el
yaguareté y el zorro de monte (Eizirik et al, 2001; Tchaick et al, 2007), en los que las
diferencias genéticas no son significativas a través de grandes regiones biogeográficas, más
allá de una moderada estructuración a ambos lados del Río Amazonas. En este sentido, los
estudios genéticos sugieren que las barreras geográficas tuvieron impactos limitados en la
estructuración poblacional del tapir (de Thoisy et al, 2008). Por lo tanto, en relación a la
conservación del tapir, estos estudios cuestionan la utilidad de la distribución en ecorregiones
a la hora de tomar decisiones y determinar prioridades de conservación, ya que la especie
sería un gran continuo genético, al menos en la región situada al sur del Amazonas. Esto
facilita la toma de decisiones en relación al manejo y conservación del tapir en Argentina.
Parque Nacional Impenetrable
El PN El Impenetrable en la provincia del Chaco alberga el mayor remanente natural del
bosque chaqueño del país. Cuenta con 128.000 hectáreas y es el parque nacional más grande
del norte argentino. El mismo constituye un hábitat ideal para muchas especies amenazadas,
incluyendo el tapir.
Las tierras del actual parque fueron previamente una estancia privada (La Fidelidad) que fue
promovida para ser convertida en parque nacional. Muchas ONGs y particulares han sido
parte del proceso de creación del parque. Entre ellos, CLT ha sido la encargada de sostener la
logística y la presencia en el área desde diciembre de 2012, instalando un campamento en el
interior del parque para que se puedan desarrollar relevamientos de vida silvestre, trabajos de
capacitación, promoción y relaciones públicas. En dicho año se realizó el primer relevamiento
formal de fauna en el área. A partir del 2017 se logró presencia continua de guardaparques
nacionales e investigadores de diferentes instituciones, lo cual permitió continuar los
relevamientos e investigaciones en la zona.
La presencia de distintos ambientes en el interior del parque es la clave de su gran diversidad
biológica, la cual incluye especies en peligro de extinción como el, el tapir, el chancho
quimilero (Catagonus wagneri), el pecarí labiado (Tayassu pecari) el tatú carreta (Priodontes
maximus), el aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), el ganso de monte (Oressochen jubatus)
y el águila coronada (Buteogallus coronatus). El parque posee bosques de altura de
quebrachos, formaciones de acacias, bosques ribereños, bosques de palmeras, bosques de
cactus cardón, pastizales, y humedales (Tiddi et. al., 2014). Por su parte, existen varias lagunas
formadas por el antiguo cauce de los ríos con barrancas pronunciadas y parches de bosques
alrededor. La diversidad de ambientes incluyendo una gran superficie de bosques continuos,
la ubicación del parque a orillas del río Bermejo, sumado a una historia de escasa ocupación
humana que en la actualidad se reduce a personal dedicado a la conservación del área,
permiten la existencia de una de las últimas porciones del Gran Chaco argentino en buen
estado de conservación.
La situación del tapir en el Parque Nacional Impenetrable
Relevamientos preliminares hechos con cámaras trampa en el interior del parque durante los
año 2017 y 2018, han registrado una alta presencia de tapires (incluso con crías) y sugieren una
alta abundancia.
El tapir fue registrado en el 62% de las trampas cámaras (n=30, figuras 6 y 7) operadas durante
33 días consecutivos y fue el segundo mamífero más registrado (30% de los registros) luego de
la corzuela parda (Mazama gouazoubira).
Por otro lado, en un solo punto de muestreo (25° 00' 58.5'' S 60°56' 41.8'' O) donde se
colocaron dos cámaras trampa enfrentadas, desde el 19 de noviembre de 2017 al 19 de marzo
de 2018, se obtuvieron registros que asignamos a 12 individuos (ver fotografías en Anexo 1) en
base a marcas distintivas (cortes en orejas, manchas, clases de edad).
Dichos registros sumados a la abundante presencia de rastros indirectos (huellas, fecas y
sendas) y observaciones directas, indican que la población de tapires de El Impenetrable sería
lo suficientemente grande como para poder establecer un cupo de extracción conservador de
unos 5 ejemplares por año. realizar una extracción mínima de ejemplares sin causar impactos
significativos en la misma.
En este sentido, la población de tapires del PN El Impenetrable representa la mejor opción
como fuente de ejemplares a ser translocados. CLT cuenta con experiencia previa en la
translocación de individuos de diversas especies desde una población natural a otras zonas
seleccionadas para su reintroducción. En este sentido, desde el año 2009 se viene
desarrollando la reintroducción, vía translocación de individuos silvestres, de venado de las
pampas mediante el traslado de ejemplares desde la población original en los bañados del
Aguapey hasta el Iberá. El éxito de dicho proyecto permite respaldar acciones futuras de
translocación de animales silvestres, considerando además la experiencia del equipo en la
captura, traslado y monitoreo de ésta y otras especies, incluido el tapir.
El Parque Iberá y el proyecto de reintroducción de fauna localmente extinta
La Reserva Natural Iberá (RNI) es una de las áreas protegidas con mayor diversidad biológica y
potencial turístico en el Norte argentino (Canziani et. al., 2003). La zona sufrió durante el siglo
XX uno de los procesos de defaunación más graves en la región debido a las actividades
humanas llevadas a cabo en la zona, provocando la disminución poblacional de numerosas
especies y la extinción de otras. Entre las mismas, seis especies de mamíferos (oso
hormiguero gigante, pecarí de collar, tapir, lobo gargantilla y yaguareté) y tres especies de
grandes aves (muitú, guacamayo rojo y guacamayo violáceo, esta última extinguida a nivel
global) desaparecieron de la región en el siglo pasado.
Desde la creación de la RNI de alrededor de 1.300.000 ha en el año 1983, el proceso de
recuperación de la biodiversidad de la región permitió un aumento poblacional notable de
numerosas especies. La RNI incluye unas 550.000 ha de tierras públicas (Parque Provincial
Iberá, creado en 2009) y 750.000 ha de propiedad privada (Reserva Provincial Iberá) en las que
se realizan diferentes actividades productivas. CLT ha adquirido unas 150.000 ha de tierras
privadas adyacentes al Parque Provincial, que han sido destinadas a la producción de
naturaleza, es decir, a la restauración del ecosistema, garantizando la presencia de vida
silvestre y colaborando con el desarrollo local a partir del ecoturismo. Dichas tierras están
siendo progresivamente donadas al estado argentino desde el 2016 para crear el Parque
Nacional Iberá. En conjunto, el Parque Provincial y el Parque Nacional Iberá conforman el
denominado Gran Parque Iberá, que en sus 700.000 ha constituye el área protegida de
categoría Parque más extensa del país.
Sumado a las actividades de conservación para la recuperación natural de la biodiversidad
local, especialistas han recomendado la reintroducción de diversas especies extintas en la
zona del Iberá, como una medida de manejo posible para la recuperación de sus poblaciones
(Parera et al 2004). Entre las especies de mamíferos con potencial para ser reintroducidas, se
citaban el tapir, el oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla), el pecarí de collar
(Pecari tajacu), el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus), el yaguareté (Panthera onca)
y el lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis).
A partir de dichas recomendaciones, y dado el escenario ideal para llevarlo a cabo, CLT viene
desarrollando de manera exitosa un proceso de restauración ecológica a gran escala que
incluye la reintroducción de grandes mamíferos y aves localmente extintos. Este proyecto de
reintroducción integral de la fauna extinta constituye uno de los más ambiciosos y complejos
del neotrópico (Zamboni et al., 2017).
El proyecto de reintroducción de fauna se inició formalmente en el año 2006 con la
reintroducción del oso hormiguero gigante, seguido por la reintroducción del venado de las
pampas en 2009, el guacamayo rojo (Ara chloroptera) y el pecarí de collar en 2015, el tapir en
2016, sumado al establecimiento del Centro Experimental de Cría de Yaguareté (CECY), con
fines de reintroducción en 2015 (Zamboni et al., 2017). En cuanto al proyecto de
reintroducción del tapir, el objetivo es establecer poblaciones autosustentables y restablecer
una especie clave en el ecosistema.
El proyecto de reintroducción del tapir en Iberá
La primera población de tapires comenzó a constituirse en la reserva privada Rincón del
Socorro con la liberación de siete ejemplares provenientes de cautiverio. Cuatro hembras y un
macho proveniente de la Estación de Fauna Autóctona de Salta, sumado a dos machos
donados por la Reserva Experimental Horco Molle han sido reintroducidos en Socorro y son
periódicamente monitoreados por telemetría. Los ejemplares se están adaptando a su nuevo
ambiente de manera exitosa, habiendo nacido la primera cría durante el 2017, mientras que
varias hembras se encontrarían en estado de preñez. Otros siete ejemplares provenientes de
cautiverio (Ecoparque de Mendoza, Estación de Fauna Autóctona de Salta, Temaikén, Refugio
el Puma) serán liberados próximamente y algunos ya se encuentran transitando la fase de
cuarentena.
Se prevé que esta población núcleo inicial sea reforzada con más ejemplares. Eventualmente
se espera generar varios núcleos poblacionales en Iberá. Considerando la limitante de
ejemplares provenientes de cautiverio en instituciones del país, se considera una segunda fase
del proyecto que incluya translocaciones desde poblaciones silvestres que presenten un buen
estado de conservación.
La translocación de especies amenazadas entre parques nacionales como estrategia de
conservación.
Cabe destacar que el proyecto propuesto de translocación de tapires desde el PN El
Impenetrable al Parque Iberá representaría la primera iniciativa de su tipo en el país. Si bien
resulta una herramienta novedosa para la conservación de fauna en argentina, la
translocación de ejemplares de fauna silvestre entre áreas protegidas es frecuentemente
implementada para el manejo de fauna de numerosos países. Entre los pioneros y con mayor
trayectoria se encuentra sin dudas Sudáfrica. Este país, al que se le han sumado otros en la
región, posee décadas de experiencia en la captura, traslado y monitoreo de especies desde
áreas protegidas donde todavía subsisten a otras en las que se encontraban extintas,
permitiendo recuperar de esta forma la vida silvestre de ecosistemas enteros, que recuperan
así su funcionalidad (Van Niekerk y De, 1962; Mabunda et. al., 2003). En este sentido, y con el
avance de experiencias de este tipo, nuestro país tendría el potencial de convertirse en un
precursor en la región en términos de reintroducción y translocación de fauna.
Considerando los crecientes desafíos en la conservación de especies a nivel global, el manejo
activo de fauna resulta una herramienta efectiva que puede aplicarse ampliamente en áreas
protegidas y proyectos de conservación. Asimismo, la reintroducción de especies con el fin de
restaurar ecosistemas completos en los que la fauna sea abundante y fácil de ver, representa
un gran potencial para el desarrollo de comunidades locales basadas en el ecoturismo, en el
modelo mencionado previamente como producción de naturaleza (Zamboni et. al., 2017).
Objetivos
El objetivo de este proyecto es consolidar la población de tapires establecida en el Parque
Iberá a partir de ejemplares cautivos, con ejemplares silvestres del PN El Impenetrable.
Otras metas del proyecto
Desarrollar métodos y protocolos establecidos para la translocación de tapires.
Metodología
La metodología para llevar adelante estas translocaciones resulta de modificaciones
realizadas a propuestas ya publicadas (Medici et al, 2008, IUCN, 2013) en base a la experiencia
adquirida por el equipos de CLT que lleva adelante el proyecto de reintroducción de tapir en el
Parque Iberá.
1.1- Captura de ejemplares
La captura de ejemplares se llevará a cabo en base a la metodología desarrollada por Medici
(com. pers.) en Pantanal, Brasil (Fig. 1).
Figura 1. (a) Figura 1. (b)
Figura 1. (a) Jaula trampa de madera utilizadas para la captura y estudio de tapires en Pantanal.
(b) Anestesia de un tapir capturado para la colocación de un radiocollar
Las jaulas serán colocadas en proximidades a caminos vehiculares para facilitar la logística y
movimiento de ejemplares. Las jaulas de captura se colocarán en sitios frecuentados por
ejemplares de interés (machos y hembras adultas) registrados previamente mediante
cámaras trampa. Los sitios de captura estarán ubicados en el área donde se instalará la grilla
de monitoreo de trampas cámara (ver sección 1.4) y en la zona de influencia de la misma.
Dos meses antes a la instalación de las jaulas, se dispondrán saladeros en la zona con el fin de
atraer a los ejemplares al sitio donde se colocará cada jaula, lo que facilitará su captura.
Las jaulas serán construidas con madera sólida, con cuatro postes en los extremos, enterrados
unos 40 centímetros para mantener la estructura fija. Los laterales de la jaula tendrán
tablones de madera y una puerta de tipo guillotina en uno de los lados. La misma será
activada cuando el animal pise una madera colocada en el interior de la jaula, que estará
comunicada a la puerta por una soga (Fig. 2).
Figura 2. Bosquejo de la estructura de la jaula de captura.
Una vez colocadas las jaulas, se cebará la zona con sal en los alrededores de las mismas, y
luego en su interior. Transcurridos unos días para que los animales se familiaricen con la
presencia de las estructuras, se activará el sistema de cierre para capturar ejemplares. Las
jaulas serán revisadas varias veces al día, intentando hacerlo desde cierta distancia con el fin
de evitar dejar rastros olfativos que pudieran espantar a los animales.
Una vez capturado el animal, se constatará que el mismo sea apto para ser translocado
(teniendo en cuenta proporción de sexos, edad, apariencia física). Pertinentemente, a
continuación, el personal veterinario a cargo procederá a realizar la sujeción química necesaria
para su manipulación e introducción en la caja de transporte.
El protocolo de trabajo prevee la ejecución de la sedación a través de la inyección remota de
un protocolo anestésico acorde para la inmovilización de la especie. Se utilizará cerbatana o
rifle anestésico de CO2 Dan- Inyect según la situación así lo permita buscando en todos los
casos una distancia óptima de disparo y que el impacto se ejecute en las grandes masas
musculares, siendo de elección los cuartos traseros (West et al., 2014; Tapir Specialist Group,
2007). La combinación de drogas quedará definida en función de la disponibilidad de los
fármacos y sus reversores al momento de la captura, siendo de elección la utilización del
siguiente protocolo:
- Butorfanol / Xilacina: Para un peso promedio estimado en 200 kilogramos, la dosis total
quedará compuesta por la combinación de 40 miligramos de Butorfanol y 100 miligramos
de Xilazina, preparados en el mismo dardo para su administración intramuscular. Acorde a
la respuesta individual y el efecto deseado, una vez transcurridos 10 minutos de la
aplicación se procederá a la administración de 200 - 300 miligramos de Clorhidrato de
Ketamina, según valoración veterinaria. Las dosis empleadas corresponden a 0,15-0,20
mg/kg para el Butorfanol, 0,5-0,6 mg/kg para la Xilazina y 1-1,5 mg/kg para el Clorhidrato
de Ketamina. Utilizándose como reversores Yohimbina y Naloxona, no pudiéndose
antagonizar la Ketamina. (West et al., 2014; Fowler 2014; Tapir Specialist Group, 2007;
Hernández-Divers et al., 2000; Hernández-Divers et al., 2001; Hernández-Divers et al.,
1998).
Cabe destacar que el protocolo anestésico presentado con anterioridad ya fue experimentado
por el equipo veterinario de trabajo de The Conservation Land Trust, empleándose desde el
año 2016 para todas las intervenciones que requieran una sujeción química para la especie en
cuestión (Tapirus terrestres) en el marco del proyecto de Reintroducción de Tapires en los
Esteros del Iberá, advirtiéndose muy buenos cuando se evalúan la profundidad anestésica
obtenida, los parámetros fisiológicos registrados, la seguridad para el equipo de trabajo y el
cumplimiento de los objetivos deseados.
Durante la sedación se tomarán muestras para estudios genéticos, clínicos y epidemiológicos.
Las muestras incluirán pelo con bulbo, sangre anticoagulada, coágulo sanguíneo desuerado,
frotis sanguíneo periférico, suero, materia fecal, orina o semen si se obtuvieran; muestras no
invasivas que pudieran ser de interés para el estudio de la población, su chequeo sanitario de
origen y la detección de patógenos como individuos centinelas. La lista es dinámica e irá
actualizándose en función de la colaboración con la comunidad científica y a medida que
surgieran nuevos estudios en la especie.
Adicionalmente, se identificará cada ejemplar capturado con un Microchip Trovan
(Rosenbusch) que será colocado de forma subcutánea ubicándose sistemáticamente entre
escápulas del lado derecho para facilitar su búsqueda. Se aprovechará este momento para
colocar un radiotransmisor de VHF MOD 500 de Telonics con sistema de microprocesador
MS6, sensor de mortalidad y antena TEA-1 para su seguimiento tras la liberación.
Se intentará realizar las capturas durante la época seca para facilitar la logística y movimiento
de vehículos, aprovechando además que los tapires frecuentan más los cuerpos de agua,
evitando además transportarlos durante los meses más cálidos. Por su parte, el arribo de los
ejemplares a Iberá durante la primavera o inicios de verano permitirá que los mismos tengan
una mayor disponibilidad de alimento durante el proceso de adaptación al nuevo ambiente.
Los ejemplares a capturar serán adultos y, en el caso de las hembras, no se considerarán
aquellas con crías, o con evidencia de estar en proceso de lactancia o preñez avanzada. Se
intentará conseguir una proporción 1:1 de machos y hembras ya que existiría una tendencia a
la monogamia en la especie (P. Medici, com. pers.; datos propios obtenidos en Iberá). Se
prevé la captura de ejemplares durante cuatro años consecutivos. Cada año se intentará
capturar un máximo de cinco animales. Dependiendo de los resultados de las primeras
capturas, se evaluará la posibilidad de incrementar hasta 8 el número de capturas en los
siguientes años, para lo cual se notificará a las autoridades correspondientes.
1.2- Traslado
Una vez capturados, se procederá al traslado de los ejemplares desde El Impenetrable a Iberá
mediante traileres y cajas de transporte especialmente diseñadas que ya han sido
previamente utilizadas en el transporte de tapires en largas distancias (Fig. 3, 4 y 5). Las
mismas poseen varios compartimentos que permiten transportar hasta tres tapires a la vez.
.
Figura 3. Tráiler adaptado para el traslado de tapires
Figura 4. Interior del tráiler adaptado para el transporte de tapires.
Figura 5. Tapir descendiendo del tráiler con la ayuda de una rampa.
Durante el transporte, los animales irán despiertos y se valorará la necesidad de utilizar
tranquilizantes que disminuyan el estrés durante estas fases de manejo intensivo según
recomendaciones del Tapir Veterinary Manual (Quse et al, 2014).
1.3- Sitio previsto de liberación
Los ejemplares serán trasladados a las reservas donde CLT lleva a cabo el proyecto de
reintroducción de especies en el Parque Iberá. En un principio, los ejemplares serán liberados
en las reserva Rincón del Socorro, evaluando posteriores liberaciones en las reservas San
Alonso y Cambyretá (Di Martino et. al., 2015, Anexo 2).
Aclimatación y monitoreo post liberación
Para la fase de aclimatación y el monitoreo de los ejemplares translocados una vez liberados,
se llevarán a cabo las metodologías descriptas en el Proyecto de Reintroducción de Tapir en la
Reserva Iberá (Di Martino et. al., 2015, Anexo 2).
1.4- Monitoreo de la población fuente
Se llevará a cabo un monitoreo de la población fuente de tapires en el PN El Impenetrable. La
misma permitirá evaluar la tendencia de la población, y el impacto que la extracción de
ejemplares pudiera tener sobre la misma. Dicho monitoreo consistirá en el muestreo de
tapires mediante cámaras trampa para realizar estimaciones de abundancia relativa. Se
realizará un muestreo previo a la extracción de los primeros ejemplares, repitiendo el mismo
cada año durante la misma época, durante el tiempo que dure el proceso de extracción de
ejemplares.
Se propone la colocación de 30 cámaras trampa emplazadas en una grilla cuadriculada de 1
km de lado, cubriendo una superficie de 4 km de ancho por 5 de largo (Figs. 6 y 7), abarcando
los sitios de extracción de ejemplares. En la superficie ocupada por la grilla se desarrollan
ambientes de monte chaqueño, humedales y pastizales. La misma abarca parte de los sitios
propuestos para extracción de ejemplares. Los sitios de colocación de las cámaras estarán
alejados al menos 300 metros de caminos vehiculares y en un radio no mayor a 20 m del punto
de GPS perteneciente a la grilla original. Las cámaras funcionarán por un mes tras lo cual se
procederá al análisis de datos.
Figuras 6 y 7. Ubicación de cámaras trampa para el monitoreo de la población de tapires en el PN
El Impenetrable.
Al dificultarse una estimación de abundancias absolutas que implicaría la identificación de la
mayoría de los tapires, se utilizará como parámetro un índice de abundancia relativa de
tapires (Díaz Pulido y Payán Garrido, 2012). El mismo se estimará en base al número de
observaciones independientes de tapires por cámara (dividiendo el número de avistajes
independientes por los días que funciono cada cámara). La información se presentará como
número de visitas independientes / días / cámara. Cada observación se considerará
independiente de otra si se produce en un intervalo de tiempo mayor a doce horas. El índice
obtenido permitirá evaluar la tendencia poblacional de tapires mientas dure la intervención.
Se presentarán informes anuales detallando los resultados de los muestreos realizados y los
análisis del monitoreo de la población mediante la comparación de los resultados obtenidos
cada año.
1.5- Comunicación a la sociedad
Siguiendo la tradición de los otros proyectos de reintroducción desarrollados por CLT, los
resultados (tanto positivos como negativos) del proyecto de translocación de tapires serán
comunicados proactivamente a mediante informes técnicos anuales que serán presentados a
autoridades y disponibles en el sitio web, boletines informativos generales del Programa de
Restauración de Fauna, un sitio web, facebook, folletos divulgativos, charlas técnicas o
educativas, videos y artículos científicos. Esta política de comunicación proactiva se puede ver
en otros proyectos consultando a http://www.proyectoibera.org/especiesamenazadas.htm.
Bibliografía
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