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novela que relata historias románticas.

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  • 3

    El Cielo Fuera de la Ventana

    Miyuki Ogawa es una chica de secundaria que vive en una cuadra de

    altos apartamentos junto a sus dos padres. Una maana de Junio,

    Miyuki decide no ir a la escuela por culpa de un tifn. Sus padres se

    retiraron poco despus para ir a trabajar. Sola en la sala de estar, de

    repente todo lo que tena alrededor le recordaba a la fuerte lluvia que

    caa afuera. Empez a imaginarse cmo es que sera estar afuera. El

    tren lleno de gente que tomaba cada maana para ir la escuela

    probablemente tambin estaba lleno de la misma atmosfera lluviosa -

    el paraguas mojado de alguien mojando la falda y piernas de otra

    persona, empresarios pegados unos a otros con sus ropas apestando

    a insecticida y el aire acondicionado encendido muy fuerte, haciendo

    que toda la ropa mojada se sintiera incluso ms mojada

    Despus de solo haber desayunado un yogurt, Miyuki volvi a su

    habitacin para continuar con su trabajo. Ella estaba escribiendo una

    novela de la que nadie saba an. Todava estaba incompleta e,

    incluso si la consiguiera terminar, no saba qu hara despus con la

    misma. Miyuki se estir un poco y comenz a pintarse las uas.

    Probablemente solo quiero dejar una huella propia en este mundo.

    Miyuki pronto se dio cuenta de que el viento afuera de su ventana

    haba comenzado a soplar mientras silbaba a travs de los rincones

    entre los edificios. Se podan escuchar sirenas. Presionando su oreja

    contra el vidrio poda escuchar a los rboles moverse violentamente

    por culpa del viento, camiones pasando a travs del agua y a un

    letrero siendo arrojado brutalmente contra el suelo.

    Escenas de la furiosa lluvia de afuera se hicieron camino a la mente

    de Miyuki de nuevo techos expuestos a los vientos del tifn, los

    oxidados vagones, las calles vacas, los edificios desiertos, las luces

    chirriantes y sus compaeros prestando atencin a la clase en

    silencio

  • 4

    Mirando al cuaderno blanco delante de ella, Miyuki pens acerca del

    posible futuro que le esperaba. Ella tendra sus exmenes finales

    pronto, usando un nuevo uniforme y, si todo sale bien, estara

    asistiendo a una escuela preparatoria privada a la cual puede llegar en

    cuarenta minutos con el tren y probablemente acabara unindose al

    club de baloncesto de nuevo. Trabajara a medio tiempo y tal vez

    saldra con algunos chicos. Despus de graduarme de la preparatoria,

    ir a la universidad, pens Miyuki para s misma.

    Hmmm, la vida universitaria Despus de eso todo lo que me

    quedara seran una carrera slida y el matrimonio, aunque eso no es

    algo que en realidad pueda imaginar. De cualquier forma, esta novela

    que estoy escribiendo ahora no debera tener ningn efecto en mi

    futuro. Entonces, para que estoy escribiendo esto?

    No, mi novela no tiene nada que ver con nada de eso, pens

    Miyuki. No hay algo que yo quiera ahora mismo. No he hecho cosas

    que quiero hacer an. Primero voy a escribir esta novela porque quiero

    saber ms acerca de mi misma. Estoy segura de que habr un mundo

    nuevo que explorar cuando haya acabado esto.

    Miyuki se dio cuenta de que el viento se haba detenido. El silencio

    reinaba tranquilamente en su habitacin. Levantando la mirada, pudo

    ver lo brillante que se haba vuelto el cielo. Rayos de luz salan

    disparados a travs de las nubes El sonido de las sandalias de

    Miyuki haca eco mientras ella abra la ventana y sala hacia el balcn.

    Pero qu mundo yaca ante su mirada!

    Hace tan solo unos momentos la ciudad estaba envuelta en la lluvia

    pero ahora, brillaba relucientemente mientras los rayos de luz la

    baaban. Las nubes del cielo continuaban desapareciendo y un cielo

    azul se revelaba detrs de ellas. Pequeas nubes negras an estaban

    en el cielo, pero estaban siendo removidas por el fuerte viento.

    Esta es la primera vez que veo algo as. Si, esto debe ser lo que

    llaman el ojo de la tormenta

  • 5

    Mirando al cielo desde el alto balcn, Miyuki pens que el color azul

    era uno muy triste. ste estaba tan alto y tan lejos. An incluso

    sabiendo que no lo podra alcanzar, Miyuki estiro sus manos. Ella no

    saba por qu, pero durante ese poderoso lapso de tiempo, comenz a

    llorar.

    El da siguiente tuvo un amanecer brillante y soleado. Miyuki estaba

    caminando por la acera entre varios edificios mientras se diriga a la

    estacin de trenes. Detenindose, mir a su alrededor para ver a la

    ciudad oculta por el cielo azul.

    Nadie me creera si intentara decirles lo que vi ayer, pens Miyuki.

    No s por qu pero esto ha estado molestndome Es imposible

    dejar una huella de m en este inmenso mundo.

    Entonces, Por qu sigo escribiendo mi historia?

    Miyuki mir al lejano cielo y contino caminando.

    Fin

  • 6

    Episodio 1 Flores de Cerezo

    Capitulo 1

    Oh, parece nieve. dijo Akari.

    Fue hace diecisiete aos que dijo eso. Apenas habamos entrado a

    sexto ao de primaria y siempre caminbamos juntos por la pequea

    arboleda en nuestro camino a casa con las mochilas en nuestras

    pequeas espaldas. Era primavera y un incontable nmero de cerezos

    estaban en pleno florecimiento, con sus ptalos bailando por el aire sin

    sonido alguno, cubriendo el asfalto de debajo de nuestros pies de

    blanco. El aire se senta caliente y el cielo colgaba por encima como si

    fuera una enorme lona pintada de azul claro. No muy lejos de nosotros

    estaba la calle principal y el cruce Odasaki, pero pareca que ninguno

    de sus sonidos llegaban a nosotros. Solo el sonido de las aves cantar

    poda ser escuchado como si fuera una bendicin de la primavera. No

    haba nadie ms alrededor.

    Era como cualquier pintura de una escena primaveral.

    As es. Al menos en mi memoria, ese momento en el tiempo era como

    una pintura. Podra decirse que era solo una coleccin de imgenes.

    Cuando intento reunir todas esas viejas memorias, siento como si

    estuviera mirndolo desde una perspectiva lejana. El joven chico

    apenas haba cumplido once aos y la chica, que tena casi la misma

    altura que l, tambin. Observo sus figuras mientras corren en la

    distancia, hacia la luz que llenaba su mundo y los envolva tan

    naturalmente. Yo siempre estaba mirndolos por detrs en esa

    pintura. Y siempre era la chica la que corra por delante. Cuando

    recuerdo esos pequeos momentos de tristeza que estremecan el

  • 7

    corazn del joven nio, hacen que incluso yo, que ahora soy un adulto

    mayor, se sienta triste.

    En cualquier caso, recuerdo cmo Akari haba descrito a la lluvia de

    ptalos de cerezo como nieve. Pero yo nunca lo vi de esa forma. An

    ahora, los ptalos de cerezo son solo ptalos de cerezo y la nieve es

    solo nieve para m.

    Oh, parece nieve.

    En serio? Hmmm, tal vez lo parece.

    Oh, no importa. Akari dijo eso framente mientras daba dos

    pasos adelante rpidamente antes de girarse. Su cabello caf brillaba

    como si la luz del cielo fuera reflejada en l y, nuevamente, dijo algo

    extrao:

    Hey, he escuchado que caen a cinco centmetros por segundo.

    Qu?

    Qu crees t?

    No lo s.

    Vamos, pinsalo un poco, Takaki-kun.

    An hoy no s de lo que ella estaba hablando as que honestamente le

    dije que no lo saba.

    Es la velocidad a la que caen los ptalos de cerezo. Ellos caen a

    cinco centmetros por segundo.

    Cinco centmetros por segundo. Algo sonaba extrao en esa frase. Le

    deje saber lo fascinado que estaba:

    Wow, sabes un montn de cosas, no, Akari?

    Heehee. Akari sonri felizmente.

  • 8

    Hay un montn de cosas que s. La lluvia tambin cae a cinco

    centmetros por segundo, y las nubes a un centmetro por segundo.

    Las nubes? Te refieres a las nubes en el cielo?

    Si, a las nubes en el cielo.

    Las nubes tambin caen? Qu no solo flotan?

    Las nubes tambin caen. Ellas no flotan porque estn hechas de

    vapor de agua. Solo parece como si estuvieran flotando porque son

    muy grandes y estn demasiado lejos. Mientras que su vapor se

    expande, las nubes se hacen ms y ms grandes hasta que

    finalmente caen en la superficie como lluvia o nieve.

    Wow Dije mientras miraba con fascinacin a las nubes todo

    fascinado y para luego dirigir mi vista hacia los arboles de cerezos. La

    voz joven, feliz y agradable de Akari lo hizo sonar como si fuera una

    importante regla universal: Cinco centmetros por segundo.

    Wow me imit, provocndome, y de repente se lanz a correr.

    Ey, espera, Akari! Grit mientras corra tras ella.

    * * *

    Durante ese momento de tiempo, era un hbito de Akari y yo el

    intercambiar pequeos conocimientos que aprendamos en libros y

    viendo la televisin mientras regresbamos a casa. Pequeas partes

    de conocimiento las cuales pensbamos que eran importantes ---

    cosas como la velocidad a la que caen los ptalos de flor, la edad del

    universo o la temperatura a la que se derreta la plata. Era como si

    furamos un par de ardillas preparndose desesperadamente para el

    invierno, o tal vez ramos viajeros navegando los mares intentando

    aprender astrologa para que pudiramos reunir toda la luz de las

    estrellas de alrededor del mundo. Por alguna razn, pensbamos que

    estas pequeas partes de conocimiento nos serian realmente tiles en

    el futuro.

  • 9

    S. Eso era el por qu Akari y yo sabamos tanto. Sabamos en qu

    posicin estaran las estrellas dependiendo de la estacin, o en qu

    direccin y qu brillo tendra Jpiter antes de que fuera visible a simple

    vista. Incluso sabamos por qu el cielo era azul, por qu la tierra tena

    temporadas, cundo desaparecieron los neandertales y los nombres

    de las especies que se extinguieron durante el periodo Cmbrico.

    Ambos estbamos extremadamente fascinados por todo lo que fuera

    aun ms grande que nosotros o que se encontrara bastante lejos.

    Pero para m, ya he olvidado la mayora de todo eso. Todo lo que s

    es que fueron pequeas partes de conocimientos que alguna vez supe

    que eran la verdad para m.

  • 10

    Capitulo 2

    Desde el momento en que conoc a Akari hasta el momento en el que

    nos separamos pens que ramos parecidos eso fue alrededor de

    tres aos entre cuarto ao de primaria a sexto. Nuestros padres se

    mudaban demasiado por culpa de sus trabajos y ambos habamos

    llegado a la misma escuela en Tokio. Yo me haba mudado a Tokio

    desde Nagano en tercero y Akari haba venido desde Shizuoka en

    cuarto ao. An ahora recuerdo lo nerviosa y tensa que luca cuando

    se par frente a la clase el primer da que lleg. Tena sus manos

    juntas al frente mientras que la luz primaveral brillaba a travs de las

    ventanas sobre ella, invocando una sombra desde detrs de sus

    hombros hasta la punta de su largo cabello. Sus labios estaban

    nerviosamente apretados uno contra el otro con un color rojo brillante,

    sus ojos sin pestaear abiertos ampliamente como si su lnea de visin

    solo abarcara a lo que tuviera enfrente de ella. Ella me recordaba a la

    expresin que tena cuando llegu aqu hace un ao e inmediatamente

    sent que ambos ramos bastante cercanos. Creo que fui el primero

    que le habl e inmediatamente nos llevamos bien.

    Akari era la nica que tena las mismas fuertes opiniones que yo el

    cmo los alumnos trados de Setagaya parecan ser ms maduros, lo

    difcil que era respirar entre las multitudes de la estacin, lo

    sorprendentemente mal que sabia el agua embotellada. Para nosotros,

    todo significaba problemas. ramos pequeos y propensos a

    enfermarnos as que preferamos quedarnos en la biblioteca que salir

    al patio y ese era el por qu la clase de educacin fsica era un

    tormento para nosotros. Ambos, Akari y yo ramos como adultos que

    preferan disfrutar teniendo una conversacin con alguien o leyendo un

    libro. Durante el tiempo en el que mi padre estuvo trabajando en el

    banco y mientras vivamos en un departamento de la compaa tal

    vez para Akari era lo mismo siempre caminamos juntos saliendo de

    clase. Naturalmente, como si nos necesitramos el uno al otro,

  • 11

    pasbamos nuestros das libres y el tiempo despus de la escuela

    juntos.

    Por supuesto, fuimos molestados por muchos de nuestros

    compaeros de clase. Ahora que lo recuerdo, la forma en la que

    actuaban y las cosas que nos dijeron eran cosas que los nios

    comnmente decan a esa edad, no poda manejar bien esas

    situaciones y cada vez que algo pasaba, sala lastimado. La necesidad

    que tenamos el uno por el otro se hizo ms fuerte por culpa de esas

    situaciones.

    Un da, algo pas. Yo haba ido al bao e iba de vuelta al saln

    cuando vi a Akari parada sola enfrente del pizarrn. En el pizarrn

    haba un dibujo de un paraguas con el nombre de nosotros dos (eso

    podra haberse considerado como abuso ahora que pienso en ello),

    mientras que nuestros compaeros estaban parados lejos

    murmurando, mirando a Akari. Ella haba ido hacia all a tratar de

    detenerlos pero probablemente estaba tan apenada que se detuvo a

    medio camino. Me petrifiqu al verla ah parada sin decir nada,

    entonces entr al saln, tom el borrador y rpidamente borr el

    dibujo. Sin saber por qu, tome la mano de Akari y sal corriendo del

    saln. Podamos escuchar las voces detrs nuestro emocionadas pero

    simplemente las ignoramos y continuamos corriendo. Incluso no poda

    creer lo atrevido que fui para hacer lo que hice, pero recuerdo que la

    suavidad de la mano de Akari hizo que mi corazn latiera muy fuerte,

    estaba algo mareado y, por primera vez, sent como si no hubiera

    nada en el mundo a que temerle. Estaba seguro de que muchas cosas

    malas nos sucederan durante el resto de nuestros das pero sin

    importar que fuera aunque fueran los cambios de escuela,

    exmenes, ir a una tierra desconocida o sentirse incomodo

    conociendo a nuevas personas mientras Akari estuviera ah sera

    capaz de soportar lo que sea. Creo que an ramos muy jvenes para

    llamarlo amor pero, en el momento, era claro que me gustaba Akari y

    poda decir que yo tambin le gustaba a ella. Mientras ms corramos

    con nuestras manos agarradas firmemente, ms seguro estaba de ese

    sentimiento. Mientras nos tuviramos el uno al otro no importara que

  • 12

    fuera lo que pasara, nosotros creamos fuertemente que no haba

    nada a que temerle.

    Por tres aos esos sentimientos continuaron siendo fuertes mientras

    Akari y yo pasbamos el tiempo juntos. Ambos decidimos que

    asistiramos a una misma secundaria que no estuviera lejos de

    nuestras casas y que estudiaramos muy duro, que pasaramos ms y

    ms tiempo juntos. Probablemente nos dimos cuenta de lo maduros

    que ramos a comparacin con otros nios y de que ramos

    introvertidos, atrapados en nuestro pequeo mundo. A pesar de todo,

    estbamos convencidos de que era parte de nuestra preparacin para

    la vida de secundaria. Nos bamos a graduar de la primaria y nos

    alejaramos de los compaeros con los que nunca nos llevamos bien,

    empezaramos una nueva vida de secundaria con nuevos estudiantes

    y nuestro mundo se volvera ms grande. Tambin esperbamos que

    eso nos ayudara a definir y expresar realmente los sentimientos que

    tenamos el uno por el otro. Tal vez sera el tiempo en que seriamos

    capaces de expresar el amor que nos tenamos. La distancia entre

    nosotros y nuestro alrededor, la distancia entre Akari y yo,

    seguramente se volvera ms corta. bamos a tener ms poder e

    bamos a tener ms libertad.

    Ahora que pienso en ello, tal vez sabamos que bamos a perder algo

    cuando nos mantenamos intercambiando esas pequeas partes de

    conocimientos. Claramente estbamos cautivados el uno por el otro y

    desebamos estar juntos para siempre pero tal vez porque nos

    habamos transferido de escuelas demasiadas veces sabamos al

    mismo tiempo que ese deseo no podra volverse realidad y sentamos

    miedo en nuestros corazones. Tal vez intentamos hacer tantos

    recuerdos entre nosotros porque sabamos que habra un da en el

    que no podramos estar juntos.

    De hecho al final, Akari y yo nos separamos y fuimos a secundarias

    diferentes. Una noche de invierno cuando aun estbamos en sexto de

    primaria, Akari me llam para decrmelo.

  • 13

    Era raro que Akari me llamara porque difcilmente hablbamos por

    telfono y era muy tarde (en realidad cerca de las nueve, tarde, pero

    para los nios). Tena un mal presentimiento cuando mi madre me dijo

    que era Akari y me entreg el telfono.

    Lo siento, Takaki-kun. dijo Akari en voz baja. Lo que le siguieron

    fueron palabras que no quise escuchar ni creer.

    No podramos ir a la misma secundaria, dijo. Su padre haba decidido

    que se mudaran a una pequea ciudad al norte de Kantou por trabajo.

    Estaba temblando como si fuera a llorar. No pude entender por qu.

    De repente sent que algo se quemaba dentro de m, pero mi cabeza

    se senta fra. Solo no pude entender por qu Akari tena que decirme

    eso.

    Qu. Pero qu hay de la secundaria Nishinaka? Ya nos han

    aceptado ah. finalmente me las arregle para responderle.

    l dice que se las arreglara para que vaya a Tochigi lo siento.

    Pude escuchar un carro pasar por lo que supe que me hablaba desde

    una cabina telefnica. Aunque estuviera en mi habitacin, me sent en

    el piso de tatami, abrazando mis rodillas como si pudiera sentir el frio

    de ah subiendo por mis pies. No saba qu era lo que deba decirle a

    ella pero sent que tena que decirle algo.

    No, no es tu culpa Akari.

    Le dije que me quera quedar con mi ta en Katsushika para que as

    me pudiera quedar pero el dijo que tena que ser ms grande para

    eso

    Mientras escuchaba a Akari intentando no llorar, quise colgar para as

    no tener que escucharla de esa forma.

    Antes de que lo supiera le grit mientras lloraba:

    Ya s qu es lo que me ests diciendo! poda escuchar su

    jadeo pero eso no hizo que me detuviera.

  • 14

    Olvdate de ello le dije con una voz firme. Solo, olvdate de

    ello repet desesperadamente intentando retener mis propias

    lagrimas. Por qu por qu tena que resultar de esta forma?

    Despus de unos segundos de silencio Akari se las arreglo para decir

    un inaudible Perdn con su sollozante voz. Mantuve el telfono

    presionado fuertemente contra mi oreja, con mi cabeza colgando hacia

    abajo. No poda quitarlo de mi odo y tampoco poda colgar. Saba que

    lo que haba dicho por telfono haba lastimado a Akari. Pero no haba

    nada que pudiera hacer. No haba aprendido cmo controlar mis

    sentimientos en ese entonces. Despus de la desagradable llamada

    que tuve con Akari terminara, solo me quede ah sentado abrazando

    mis rodillas.

    Durante los siguientes das, me sent realmente mal. Estaba bastante

    avergonzado de mi mismo que no me las pude arreglar para decirle

    algo lindo a Akari aunque supiera lo preocupada que estaba. Con esos

    sentimientos an dentro de nuestras mentes, Akari y yo nos

    separamos incmodamente en el da de la ceremonia de graduacin.

    El da despus de la ceremonia, se acerc a m y dijo con su

    agradable voz:

    As que esto es el adis pero yo tena mi cabeza colgando en

    vergenza, incapaz de contestarle nada. Pensaba para mi mismo que

    era algo que no poda ser arreglado. Haba dependido de Akari hasta

    este momento. Haba planeado el intentar volverme ms maduro

    porque ella iba a estar ah conmigo, pero ahora no poda. Yo todava

    era un nio demasiado pequeo. Pens para mi mismo que no poda

    quedarme as para siempre y dejar que una fuerza invisible se llevara

    todo de m. Incluso si Akari no tuviera eleccin, no estbamos

    destinados a separarnos de esta forma. No estbamos destinados a

    estar separados.

    * * *

    Esos sentimientos sin suprimir se mantuvieron conmigo hasta el inicio

    del semestre de secundaria. Tuve que enfrentar esos incmodos

  • 15

    nuevos das solo, aun cuando no quera. An cuando se supona que

    deba asistir a la misma escuela que Akari, empec a ir solo,

    lentamente haciendo nuevos amigos, unindome al club de ftbol y

    esforzndome mucho. Los das eran muchos ms ocupados que mis

    das en la primaria pero eso era bueno para m porque mantena mi

    mente ocupada. Cuando tena tiempo a solas me senta muy

    incmodo, justo como en el pasado, y claramente no poda soportar el

    sentimiento. Eso fue el por qu intente mantenerme activo gastando

    todo mi tiempo con mis amigos, yndome a dormir inmediatamente

    despus de acabar mi tarea y levantndome temprano para que me

    pudiera concentrar en mi entrenamiento del club.

    Estaba seguro que Akari tambin se mantena ocupada todo el da en

    su nuevo hogar. Deseaba que esos das la ayudaran a olvidarse de

    m. Despus de todo fui yo quien la lastim cuando nos separamos.

    Yo tambin me deb de haber de olvidado de Akari. Deberamos ya de

    haber aprendido a hacerlo despus de todas las transferencias y de

    las veces que hemos sido separados de los dems.

    Entonces en un da de verano, durante los calientes das, llego una

    carta de Akari.

    Recuerdo que cuando vi ese sobre rosa claro metido entre las hileras

    de buzones me sent mas confundido que feliz. Pens para m mismo,

    Por qu ahora? Me haba propuesto totalmente a acostumbrarme a

    un mundo sin Akari. La carta de Akari me hizo recordar lo mucho que

    la extraaba.

    S, en vez de intentar olvidarme de Akari, mi mente de repente se llen

    de ella. Haba hecho muchos amigos pero cada vez que estaba con

    ellos, solo me hacan recordar lo especial que Akari era para m. Me

    podra encerrar en mi cuarto todo el da para leer y releer la carta de

    Akari. Incluso en mitad de las clases la meta secretamente entre mis

    libros para que as pudiera leerla. La le tantas veces que casi sera

    capaz de repetir todo lo que tena escrito.

  • 16

    Querido Takaki Tohno, as empezaba la carta. Era un sentimiento tan

    nostlgico el ver de nuevo la hermosa letra de Akari.

    Ha pasado bastante tiempo. Cmo ests? El clima en verano es

    bastante pesado por aqu pero estoy segura de que es ms aceptable

    que el de Tokio. Pero ahora que lo pienso, prefiero mas los veranos

    hmedos y calientes de Tokio el asfalto caliente luce como si

    estuviera a punto de derretirse, los edificios alzndose hacia el cielo

    en medio del calor y los casi congelantes aires acondicionados de los

    apartamentos y de las estaciones subterrneas.

    Lo suficientemente divertida, entre la madura escritura haba

    pequeas ilustraciones (como el sol o las cigarras) lo que me hacan

    saber que la joven Akari que una vez conoc aun estaba all mientras

    creca. Era una muy corta carta en la que me contaba cmo le estaba

    yendo. Ella me cont cuando fue a su nueva escuela por los trenes de

    cuatro carros, cmo se uni al club de bsquetbol para mantenerse en

    forma y el cmo decidi cortarse el cabello tan corto que ahora solo le

    llegaba a su oreja. Sorprendentemente todo eso me inquiet. Ella no

    escribi que me extraara y por sus propias palabras poda darme

    cuenta de que en su nueva vida le estaba yendo bien y que se estaba

    acostumbrando a ella. Pero de alguna forma, tena la certeza de que si

    escriba que me extraaba o que quera hablar conmigo, ella se

    hubiera sentido muy triste. Si no era eso, nunca me hubiera escrito

    una carta. Obviamente, yo me senta de la misma.

    Desde entonces, Akari y yo intercambiamos cartas una vez al mes.

    Sent que se haba vuelto ms fcil vivir mi vida. Por ejemplo, poda

    admitir claramente qu clases eran las ms aburridas. Desde que me

    separ de Akari, solo haba pensado que todo el duro entrenamiento y

    las irrazonables instrucciones que mis entrenadores mayores me

    daban eran solo la forma en que las cosas se llevaban a cabo, pero

    ahora poda sentir que todo era un poco inaguantable. Mis

    sentimientos estaban de vuelta. Extraamente, era porque poda sentir

    que todo se haba vuelto ms fcil de soportar o no. Nunca nos

    escribimos de nuestros disgustos o cosas tontas que pasaban en

  • 17

    nuestros das, pero podamos sentir fuertemente que solo haba una

    persona en este mundo que poda entendernos.

    El verano y el otoo de nuestro primer ao en la secundaria pasaron

    pronto y ya era invierno. Haba cumplido trece, haba crecido siete

    centmetros, crecieron un poco mis msculos y ya no caa resfriado

    tan fcil como antes. Me senta como si me hubiera vuelto un poco

    ms cercano al mundo. Estoy seguro de que Akari tambin tena ya

    trece aos. Cada vez que miraba a mis compaeras de clase en su

    uniforme, poda imaginarme como lucira Akari con uno. Una vez que

    escribi que quera volver a ver el florecimiento de los rboles de

    cerezo conmigo algn da justo como lo hacamos cuando estbamos

    en la primaria. Ella dijo que haba un enorme rbol de este tipo cerca

    de su casa: Estoy segura de que los ptalos de las flores ah tambin

    caen a cinco centmetros por segundo.

    Estaba en tercer semestre cuando se decidi que me transferira de

    escuela nuevamente.

    Me iba a cambiar durante las siguientes vacaciones de verano y me

    iba a ir a Kagoshima, una isla cerca de la regin de Kyuushuu. Toma

    alrededor de dos horas volando desde el aeropuerto Haneda de Tokio

    para llegar ah. Para m, no haba ninguna diferencia al vivir en el fin

    del mundo. Pero en ese tiempo, estaba acostumbrado a esos cambios

    en mi vida y no me preocupaba en lo ms mnimo. Mi principal

    preocupacin era mi distancia con Akari. Desde que salimos de la

    primaria no nos hemos vuelto a ver pero en realidad no nos

    encontrbamos muy lejos el uno del otro, ahora que lo pienso bien.

    Era tan solo un viaje de tres horas en tren desde Tokio donde yo viva

    hacia Kansai Norte. Podramos habernos visto los sbados. Pero una

    vez que me mudara al punto ms lejano al sur de Japn, pudiera ser

    que no volviera a ser capaz de volverla a ver.

    Ese fue el porqu decid escribirle a Akari que deseaba verla aunque

    sea una vez ms antes de que me mudara. Le suger una lista de

    lugares y el tiempo que nos podramos ver. Ella respondi

    prontamente. Ambos tenamos exmenes para el tercer semestre.

  • 18

    Tena que prepararme para el traslado y ella tena actividades de club

    a las que no poda faltar as que no poda ser hasta el final de las

    clases en la noche que nos pudiramos encontrar. Despus de revisar

    nuestros horarios, decidimos que podamos encontrarnos en una

    estacin cerca de su casa a las 7 p.m. De esa forma podra faltar a

    mis actividades de club y tomar el primer tren saliendo de clases y

    despus de pasar dos horas con Akari podra tomar el ltimo tren de

    vuelta a casa. En cualquier caso, mientras fuera capaz de volver a

    casa el mismo da, sera capaz de inventar alguna excusa para mis

    padres. Tendra que tomar el tren en Oda, en la lnea Saikyou y

    entonces cambiar de tren en Utsu en la lnea Ryouke para volver, lo

    cual iba a costar alrededor de 3,500. No era una pequea cantidad

    de dinero para manejar en ese tiempo pero no haba nada ms

    importante que ver a Akari de nuevo.

    Faltaban dos semanas para el da prometido y pas el tiempo

    escribiendo una larga carta que le quera dar a Akari. Era

    probablemente la primera carta de amor que haba escrito en mi vida.

    Escrib en ella el futuro al cual aspiraba, cosas que me gustaban como

    libros que le, la msica que escuche y lo importante que Akari era

    para m tal vez an segua siendo amor de cachorros entre nosotros,

    pero fui honesto con mis sentimientos y los expres lo mejor que pude.

    No puedo recordar muy bien lo que escrib pero creo que abarqu

    ocho pginas de papel. En ese tiempo, haba tantas cosas que quera

    decirle y quera que supiera Akari. Mientras ella leyera la carta, sent

    que sera capaz de soportar los das en Kagoshima. Esa era la parte

    de m que quera que ella conociera.

    Mientras pasaba esos das escribiendo la carta, so con Akari

    muchas veces.

    En el sueo, yo era un gil ave. Batiendo mis alas, volaba a travs del

    cielo nocturno, a travs de una ciudad llena de rascacielos y

    carreteras. Estaba emocionado y cautivado por mi pequesimo

    cuerpo mientras volaba a una velocidad cientos de veces mayor a

    cualquiera que pudiera imaginar controlar estando en tierra, volando

  • 19

    hacia ese lugar para encontrarme con ese alguien tan especial. Al

    poco tiempo poda ver una ciudad llena de luces a la distancia,

    parpadeando como estrellas mientras surcaba los fuertes vientos

    nocturnos, las luces de los trenes circulando como si fueran venas y

    arterias. Pronto me las arregle para volar a travs de la nubes y me

    encontraba volando en el lugar donde la luna las iluminaba a todas

    desde arriba como si volara por encima de un vasto ocano. La

    transparente luz azul de la luna hacia que los varios picos de las

    nubes brillaran como si se tratara de otro planeta. Tena el poder de ir

    a donde quisiera en el mundo que quisiera y mi cuerpo emplumado

    brillaba con felicidad. Mientras ms me acercaba a mi meta me

    lanzaba en picada emocionadamente, el lugar donde ella viva se

    ampliaba rpidamente ante mis ojos. Haba campos rurales

    estirndose hacia el horizonte, techos de una que otra casa, pedazos

    de bosques por aqu y por all y ah, entre todo eso, haba un solo

    rayo de luz movindose. Era un tren. Deb de haber estado en ese tren

    tambin. Y en la plataforma pude ver a una chica esperando por ese

    tren. La joven chica a la cual su cabello le llegaba hasta las orejas

    estaba sentada sola frente a un enorme rbol de cerezo. Los capullos

    no haban florecido an pero poda sentir un respiro de vida desde su

    dura corteza. Al poco tiempo, la chica not mi presencia y mir hacia

    el cielo. Pronto seriamos capaces de volver a encontrarnos

  • 20

    Capitulo 3

    Estaba lloviendo en el da prometido en el que Akari y yo nos

    reencontraramos. El cielo era de un tono gris como si este se

    encontrara encerrado bajo una enorme tapa y desde ella fras gotas de

    agua de lluvia caan y se acumulaban en la tierra. Pareca un da en el

    que la primavera hubiera cambiado de parecer y se hubiera ido,

    dejando atrs solo la esencia del invierno. Me puse un abrigo caf de

    doble capa encima de mi uniforme y despus de haber puesto la carta

    que le haba escrito a Akari en mi mochila, sal hacia la escuela.

    Esperaba volver tarde en la noche as que haba dejado una nota para

    mis padres dejndoles saber para que as no se preocuparan mucho.

    Nuestros padres no saban acerca de nosotros y dudo que nos

    hubieran dejado hacer lo que tenamos planeado aunque se los

    explicramos.

    Me sent bastante inquieto todo el da y pas todas las clases mirando

    a travs de la ventana. Era como si no pudiera entender nada de las

    clases. Probablemente me estaba imaginando como lucira Akari en su

    uniforme, de lo que podramos hablar y el volver a escuchar su

    agradable voz de nuevo. Si, en ese momento no estaba

    conscientemente de ello pero era obvio que yo amaba su voz. Su voz

    haca vibrar al aire y yo amaba eso. Su amable y suave voz siempre

    estimulaba mis odos. Pronto sera capaz de escucharla de nuevo.

    Cada vez que pensaba en ello mi cuerpo aumentaba su temperatura

    como si estuviera en llamas, lo que me haca sentir incmodo, pero

    entonces fijaba la mirada en la ventana, en la fra lluvia.

    Cinco centmetros por segundo. Era de da pero aun as todo estaba

    iluminado con una luz griscea y poda ver tantas ventanas iluminadas

    en los apartamentos y edificios mientras miraba a travs de la ventana

    del saln. Las luces en la distante pista de baile de un cierto

    apartamento podan verse balanceando algunas veces. Mientras

    continuaba mirando a travs de la ventana, las gotas de la lluvia se

  • 21

    volvan ms grandes y mientras la escuela llegaba a su final, se

    convertan en nieve.

    Despus de clase, me asegur de que ninguno de mis compaeros de

    clase estuviera cerca antes de que sacara la carta y la libreta que

    tena. An estaba un poco inseguro acerca de la carta pero la puse en

    mi bolsillo. Quera drsela a Akari sin importar qu pasara as que

    quera tenerla en algn lugar donde pudiera tocarla y asegurarme que

    siguiera ah. En cuanto a la libreta, ah tena escrito una lista de trenes

    que tena que tomar y las horas a las que llegaran. Ya haba repasado

    varias veces la lista pero la repas una vez ms.

    Primero tomara el tren 3-47 en la estacin Goutokuji de la lnea Oda

    haca Shinjuku. Entonces cambiaria a la lnea Saikyou y viajara a la

    estacin Oomiya para luego cambiar a la lnea Utsunomiya e ir a la

    estacin Koyama. Una vez ah, cambiaria a la lnea Ryouke y

    finalmente llegara a mi destino en la estacin Iwafune por las 6:45. Me

    iba a encontrar con Akari las siete en punto en Iwafune as que lo

    lograra apenas a tiempo. Era la primera vez que viajaba tan lejos en

    tren solo pero me deca a mi mismo que todo saldra bien. S, todo

    estara bien. Sera difcil pero estaba seguro de que nada pasara.

    Hice mi camino por las delgadas escaleras y entr a donde estaban

    las zapateras para cambiarse los zapatos. Estaba desierto, lo cual

    hacia que el sonido del metal al cerrar fuera an ms fuerte de lo

    usual. Hizo latir a mi corazn un poco ms fuerte. Decid que dejara el

    paraguas que haba trado conmigo en la maana y sal, mirando

    hacia el cielo. El aroma de la lluvia por la maana ahora era uno de

    nieve. Era un aroma ms fcil de percibir que el de la lluvia e hizo que

    mi corazn se sintiera ms animado. Mientras me quedaba parado

    mirando hacia el cielo sent como si fuera a ser tragado por cientos de

    miles de pequeas piezas blancas descendientes desde el cielo.

    Rpidamente, me puse la capucha y corr hacia la estacin.

    * * *

  • 22

    Era mi primera vez en la estacin de Shinjuku. Era una estacin que

    nunca haba visitado en toda mi vida pero ahora que pienso mejor en

    ello, haba ido ah una vez a ver una pelcula con un amigo. Esa vez

    fuimos a Shinjuku en la lnea Oda y despus de pasar las taquillas en

    la salida este del JR, nos perdimos un poco antes de lograr salir de la

    estacin. Esa experiencia que tuvimos en la compleja y ocupada

    estacin de Shinjuku me dej una impresin ms fuerte que la pelcula

    misma.

    Pas la taquilla de la lnea Oda y me detuve, mir cuidadosamente al

    mapa de gua en la pared para que as no me perdiera y entonces

    camin rpidamente al lugar marcado como Oficina para Tickets de la

    lnea JR. Al otro lado de todos los pilares haba una enorme fila

    maquinas para comprar los boletos del tren y me dirig a la que tena

    menos gente formada, esperando mi turno. Por alguna razn sent

    como si me doliera mucho el pecho cuando percib el perfume de la

    seora de enfrente mo que estaba vestida como una regular mujer de

    oficina. La fila de un lado avanz y esta vez me sent un poco mareado

    cuando percib momentneamente el olor a naftalina del abrigo de un

    hombre. La estacin estaba llena de tantas voces que era

    imperceptible lo que decan. Las puntas de mis pies cubiertas de nieve

    se sintieron fras. Mi cabeza se senta un poco revuelta. Cuando

    finalmente fue mi turno para comprar mi boleto estaba un poco

    confuso al descubrir que las maquinas no tenan botones (en ese

    tiempo, la mayora de las maquinas tenan botones). Espi a la

    persona de al lado y descubr que las maquinas tenan pantalla tctil.

    Dej la mquina de boletos y prestndole mucha atencin a las

    seales de las plataformas hice mi camino hacia la lnea Saikyou.

    Ciclo de la Linea Externa de Yamanote, Yendo a la Lnea Sobu,

    Nagano, Ciclo de la lnea Interna Yamanote, Yendo a la Lnea

    Sobu, Chiba, Lnea Central Exprs, Lnea Principal Central

    Exprs tuve que pasar por muchas plataformas y durante el camino

    me detuve en un enorme mapa de la compleja estacin y me le qued

    viendo. La lnea Saikyou estaba en su mayor parte en el centro de la

    estacin. Tome la libreta de mi bolsillo y mir mi reloj (un G-Shock que

  • 23

    haba recibido por haber sido aceptado en la secundaria). El tren de

    Shijuku saldra a las 4:26. Los nmeros digitales en mi reloj indicaban

    que eran las 4:15. Aun tena diez minutos y lo iba a conseguir.

    Mientras me diriga a la plataforma, pas al bao solo por si acaso. Iba

    a ser un viaje de 40 minutos as que pens que sera lo mejor estar

    preparado. Me lav las manos y me mir en el espejo. Al otro lado del

    sucio espejo, una luz blanca brill sobre mi reflejo. Estaba bastante

    seguro de que me haba vuelto ms alto y era ms adulto que hace

    seis meses. Estaba avergonzado porque mi quijada se haba puesto

    un poco roja por el frio de afuera. Iba a ver a Akari pronto.

    Al principio, no pude encontrar asiento en el tren de la lnea Saikyou

    porque estaba llena de gente que volva a sus casas. Me recargu en

    la pared al final del vagn como varios otros y miraba los anuncios,

    hacia la ventana y ocasionalmente a los otros pasajeros. No poda

    calmarme y mis ojos estaban mirando a todas partes as que no pude

    juntar ganas para leer la novela de ciencia ficcin que tena en mi

    mochila. Una chica estaba hablando con otra de preparatoria, la cual

    estaba parada frente a ella. Parecan ser amigas. Ambas llevaban

    faldas las cuales revelaban partes de sus muslos desnudos y sus

    calcetines.

    Qu tal ese chico?

    Quin?

    Ya sabes, el de la prepa Kita.

    Qu? l? Tienes gustos muy extraos.

    No es cierto. Es totalmente mi tipo.

    Ellas probablemente estuvieran hablando de un chico que conocieron

    o de algn conocido. An cuando no era yo de quien hablaban, por

    alguna razn me sent avergonzado. Dirig mis ojos a otro lado y

    mientras me aseguraba con mis dedos que la carta segua en mi

    bolsillo, mire hacia la ventana de nuevo. El tren llevaba un rato

  • 24

    transitando por un puente. Era la primera vez que viajaba en esa lnea.

    La forma en la que el tren se sacuda y el ruido que haca era diferente

    al que hace la lnea Oda y, extraamente, me pona de nervios. El

    tenue sol de invierno ti de un naranja claro el horizonte, un hilera de

    edificios podan ser vistos a lo lejos. La nieve no haba parado de caer.

    Me preguntaba si ya habra llegado a Saitama. La ciudad pareca estar

    toda amontonada a comparacin con la familiar escena a sus

    alrededores. Todos los edificios y apartamentos en el centro parecan

    como si estuvieran sepultados en el suelo.

    Durante el camino, el tren se detuvo en la estacin de Murashiurawa

    para dejar pasar un tren exprs. Podran todos los pasajeros que

    tengan prisa cambiarse a la plataforma contraria, se escuch por el

    altavoz. Cerca de la mitad de los pasajeros se salieron y fueron hasta

    el otro lado conmigo siguindoles por detrs. Al este haba varias vas

    de tren. La nieve segua cayendo y acumulndose mientras que la

    puesta del pequeo sol poda ser vista ocasionalmente entre las

    nubes, su luz brillaba vvidamente en cientos de edificios. Mir la

    escena y de repente record que haba estado ah antes.

    S, no era la primera vez que viajaba por estas vas.

    Justo antes de tercero de primaria, haba estado en este tren antes

    desde Oomiya hacia Shinjuku con mi padre cuando nos mudbamos a

    Tokio desde Nagano. Estaba acostumbrado al ambiente rural de

    Nagano y la completamente desconocida escena de aqu me puso de

    nervios. En ese tiempo, mientras miraba a travs de la ventana el

    escenario donde no haba nada ms que edificios y me daba cuenta

    que ah seria donde vivira, me haba preocupado tanto que sent que

    iba a llorar. Aun as, cinco aos despus haban pasado desde

    entonces y ahora estaba pensando que me las arregle para sobrevivir

    eso. An tena apenas trece aos pero no creo que eso fuera mucho.

    Akari me haba apoyado. Rezaba porque Akari sintiera lo mismo

    durante esos aos que estuvimos juntos.

    La estacin de Oomiya no era tan grande como la de Shinjuku y era

    solo una gran terminal. Descend unas escaleras desde la lnea

  • 25

    Saikyou despus sub otras escaleras y pas a travs de una multitud

    de personas para llegar a la estacin de Utsunomiya para el

    intercambio. Un fuerte olor a nieve llenaba la estacin y los zapatos de

    todos estaban abarrotados de ella haciendo un raro sonido al caminar.

    La lnea Utsunomiya estaba llena de personas intentado llegar a casa

    y largusimas lneas hasta donde podas ver. Me par en un lugar lejos

    de las personas y esperaba por el tren solo. No iba a conseguir

    asiento aunque me metiera en las lneas. Por primera vez tena un mal

    presentimiento. Y no pas mucho hasta que un anuncio se escucho en

    la estacin.

    Sepan que el tren de la lnea Utsunomiya con destino a Koyama,

    Konomiya se retrasar ocho minutos debido a la nieve, deca el

    anuncio.

    No s por qu no haba tomado en cuenta tambin que el tren podra

    retrasarse. Tom mi libreta y mir mi reloj. Tena esperado subir en el

    tren de las 5:04 pero ya eran las 5:10. Me dio un escalofro. Dos

    minutos despus, no me sent para nada mejor aun cuando el silbato

    se escuchaba y las clidas luces del tren brillaron a la cercana.

    * * *

    Estaba mucho mas lleno en la lnea Utsunomiya que en la lnea Oda o

    que en la Saikyou. Aun era la hora en la que todos estn tratando de

    volver a sus casas despus de un da de trabajo o de la escuela. El

    tren que lleg era mucho ms viejo que los trenes en los que viaj

    hasta ah, sus asientos estaban acomodados de 4 en 4 vindose uno

    frente al otro, lo cual me record a los trenes locales de Nagano. Me

    sujet con una mano del barandal de uno de los asientos, y pona la

    otra mano en mi bolsillo mientras me quedaba parado en el estrecho

    pasillo entre los asientos. La calefaccin hizo que el tren estuviera

    caliente y que las ventanas se empaaran con pequeas gotas de

    agua escurrindose por ellas. Todos parecan cansados y nadie deca

    ni una palabra. La lmpara que brillaba por encima de ellos los hizo

    encajar en su lugar. Sent que era el nico fuera de lugar as que

    mantuve mi respiracin silenciosa y me qued viendo hacia afuera de

  • 26

    la ventana mirando los escenarios que transitbamos mientras

    intentaba mantener esos pensamientos fuera de mi cabeza.

    Todos los edificios haban desaparecido de la escena y ahora solo se

    vean largos campos blanqueados por la nieve hasta donde la vista

    llegaba. En esa distante oscuridad, las pequeas luces de las casas

    podan ser vistas esparcidas, balancendose con el viento. Los altos

    postes de luz iluminados con luces rojas parecan estar alineados todo

    el camino hasta las montaas. Sus siluetas los hacan parecer como

    un ejrcito de gigantes manteniendo su atencin en los campos de

    nieve. Era un mundo con el que estaba completamente fuera de lugar.

    Mientras miraba el escenario todo en lo que poda pensar era que si

    sera capaz de reunirme con Akari a tiempo. Si llegase tarde, no

    habra manera para m de poderle decir el por qu. En ese tiempo, los

    celulares no eran algo comn entre los chicos de secundaria y

    tampoco saba el nuevo nmero telefnico de Akari. La nieve de

    afuera segua ganando altura.

    El prximo intercambio era en la estacin Koyama pero el tren haba

    estado transitando dolorosamente lento en la ltima hora. Las

    estaciones de la lnea estaban enormemente lejos una de otra en

    comparacin con las de la ciudad y los trenes se detenan demasiado

    tiempo en cada una. Cada vez que se detena deca siempre el mismo

    mensaje. Atencin por favor. Debido al retraso en el horario el tren

    debe detenerse ms tiempo en la estacin. Nos disculpamos por los

    inconvenientes y les pedimos esperar pacientemente

    Miraba y miraba a mi reloj rezando fuertemente que no fuera ya cerca

    de las siete en punto pero eso no cambiaba lo lejos que aun me

    encontraba de mi destino. Aun as, el tiempo segua corriendo y cada

    vez que lo miraba, a mi cuerpo le daba un dolor el cual me quera

    hacer renunciar a toda esperanza. Era como si el aire alrededor mo

    hubiera hecho una jaula invisible, que se encoga con cada segundo

    que pasaba.

    Cuando por fin haban dado las siete en punto yo aun no haba llegado

    a la estacin Koyama y el tren se haba detenido en una estacin

  • 27

    llamada Nogi que estaba a dos paradas de m destino. Aun tena que

    cambiar de trenes en la estacin de Koyama por otro viaje de veinte

    minutos antes de que pudiera llegar a la estacin de Iwafune donde

    Akari estaba esperando. Durante las dos horas despus de dejar la

    estacin de Oomiya, impacientemente y sin esperanzas continuaba

    estresndome. Nunca haba sentido un dolor por tanto tiempo en mi

    vida. Ya no era capaz de decir si el vagn estaba caliente o frio. Todo

    lo que poda sentir era la oscuridad de la noche y mi estomago vacio

    porque no haba comido nada desde el almuerzo. Pronto me di cuenta

    de que el vagn no tena tanta gente como antes y de que era el nico

    que aun estaba de pie. Me fui a sentar donde no estuviera cerca de

    nadie y me dej caer de un golpe, mis pies se sentan tiesos y

    adormecidos, y todo el cansancio que haba reunido en algn lugar de

    mi cuerpo brotaba por mi piel. No haba nada que pudiera hacer para

    deshacerme de ese sentimiento. Saqu la carta que tenia para Akari

    de mi bolsillo y me le qued mirando. Ya haba pasado bastante

    tiempo de la hora a la que habamos quedado y estaba seguro de que

    ya se haba empezado a preocupar. Esto me record a aquella ltima

    llamada que habamos tenido. Por qu siempre tenan que salir las

    cosas de esta forma?

    El tren se detuvo completamente por quince minutos antes de que

    comenzara a moverse nuevamente.

    * * *

    Ya eran pasadas las 7:40 para cuando el tren por fin lleg a la

    estacin Koyama. Sal corriendo del tren hacia la plataforma para el

    intercambio con la lnea Ryouke donde aplast el intil cuaderno y lo

    arroj a un basurero.

    La estacin Koyama era un enorme edificio pero haba algunas

    personas alrededor. Mientras entraba corriendo al interior del edificio vi

    a un gran nmero de personas sentndose alrededor de una estufa en

    un rea amplia. Me pregunto si haban llegado ah para recoger a sus

    familiares. Se senta como si ellos encajaran perfecta y naturalmente

    con la imagen. Solo yo estaba corriendo alrededor impacientemente.

  • 28

    Tuve que bajar unas escaleras y pasar por un lugar que se pareca a

    la estacin subterrnea que pas antes de llegar a la plataforma de la

    lnea Ryouke. El piso estaba hecho de concreto plano con varios

    pilares esparcidos por el lugar en filas a lo largo, tuberas entrelazadas

    corriendo por todo el techo. El leve aullido del viento poda ser

    escuchado mientras soplaba desde un lado de los pilares al otro.

    Simples luces blancas iluminaban vagamente el rea que tanto se

    pareca a un tnel. Las persianas del kiosko estaban cerradas

    completamente. Pens que ya haba perdido mi transporte pero ah

    tambin haban algunos otros esperando a que el tren llegara. Haba

    dos clidas luces amarillas emitidas desde un pequeo puesto de

    Soba y dos maquinas expendedoras pero, adems de eso, el resto del

    lugar se senta helado.

    Por la fuerte nevada, todos los transportes estn siendo retrasados.

    Sentimos enormemente el inconveniente y les pedimos que esperen

    pacientemente nos informaba el anuncio sin emociones mientras

    haca eco por la estacin. Me puse la capucha para ayudarme a

    protegerme un poco ms del frio y me acerqu un poco ms a uno de

    los pilares de concreto para refugiarme de la corriente de aire mientras

    esperaba. Una corriente de aire golpeo mi cuerpo ya que atacaba

    desde el suelo de concreto. Mi impaciencia y el aire frio le quitaban el

    calor a mi cuerpo y mi estmago vaco hizo que todo mi cuerpo se

    sintiera demasiado tieso. Pude ver a dos hombres de negocios

    parados en el puesto de Soba comiendo. Haba pensado ir a comprar

    algo para m pero cuando pens que tal vez Akari tambin me

    estuviera esperando con su estmago vaco, no pude acercarme al

    puesto. Cambi de parecer y pens que al menos podra tomar una

    lata de caf caliente y camin a una de las maquinas expendedoras.

    Mientras tomaba mi cartera del bolsillo, tir la carta que haba hecho

    para Akari.

    Ahora que lo recuerdo, incluso si eso no hubiera pasado no s si

    hubiera sido capaz de entregarle la carta a Akari o no. De cualquier

    forma, no creo que hubiera cambiado el final al que nos acercbamos.

    Nuestras vidas estn hechas de muchos eventos acumulados todos

  • 29

    juntos nos gusten o no y perder la carta fue uno de esos eventos. Al

    final, sin importar qu tan fuerte fueran sean tus sentimientos en el

    momento, lentamente cambiarn con el lento flujo del tiempo ya sea

    que me las hubiera arreglado para entregarle la carta o no.

    La carta que cay de mi bolsillo cuando estaba intentando sacar mi

    cartera fue atrapada por el viento y en un pestaear se esfum de la

    plataforma y se perdi en la oscuridad. En ese momento, quise llorar.

    Pero solo apret la mandbula y contuve mis lgrimas. Y no compr

    esa lata de caf.

    * * *

    Eventualmente, el tren al cual me haba subido en la plataforma de la

    lnea Ryouke se detuvo completamente a medio camino hacia mi

    destino. Debido a la fuerte nevada, nos hemos detenido para evitar

    cualquier potencial problema ms adelante, inform el anuncio.

    Estamos terriblemente apenados por el retraso pero no tenemos un

    tiempo estimado en el que este servicio ser reanudado, continu.

    Mire afuera de la ventana y todo lo que poda ver eran bastas planicies

    de nieve en la oscuridad. La fuerte briza poda ser escuchada

    golpeando en las ventanas. No entenda por qu haban detenido el

    tren en medio de la nada. Mir a mi reloj y descubr que ya haban

    pasado dos horas de la hora prometida. Me preguntaba cuntos

    cientos de veces ya haba mirado mi reloj ese da. No quera seguir

    mirando la hora as que me quite el reloj y lo dej en una pequea

    mesita debajo de la ventana. No haba nada ms que yo pudiera

    hacer. Todo lo que poda hacer era rezar porque el tren volviera a

    funcionar rpidamente.

    Akari haba escrito en su carta, Cmo ests Takaki-kun? Hoy me

    despert temprano para ir al club y estoy escribiendo esta carta en el

    tren.

    Mientras imaginaba a Akari escribiendo esa carta, de alguna forma

    sent que ella siempre estaba sola. Y tambin me di cuenta de que

    conmigo pasaba lo mismo. Tena muchos amigos en la escuela pero

  • 30

    mientras estaba ah sentado sin tener a nadie a mi alrededor, con mi

    cara escondida debajo de mi capucha, me di cuenta de que este era

    mi verdadero yo. La calefaccin estaba funcionando pero con tan

    pocos pasajeros a bordo, los espacios vacios aun se sentan fros. No

    tena idea de cmo me deb de haber sentido nunca haba

    experimentado un tiempo peor en toda mi vida. Todo lo que poda

    hacer era sentarme ah, mi espalda encorvada, apretando tan fuerte

    mis dientas para no llorar y desesperadamente mantener la

    compostura ante el malicioso paso del tiempo. Sent como si fuera a

    volverme loco al imaginarme cmo estara Akari aun esperando sola

    en la estacin en la fra estacin y lo tan desesperanzada que se

    estara sintiendo. Dese desesperadamente que ella no estuviera

    esperando ms y se hubiera ido a casa.

    Pero yo saba que ella aun estara ah esperndome.

    Saba que era verdad porque eso me llenaba de aun ms tristeza y

    dolor. Pareca como si la nieve de afuera fuera a caer por siempre.

  • 31

    Capitulo 4

    Otras dos horas ms pasaron antes de que el tren volviera a moverse

    y ya eran pasadas de las once en punto cuando llegu a Iwafune,

    cuatro horas despus de lo que haba planeado. Para m, ya era tarde

    en la noche en ese momento. Mientras descenda en la plataforma,

    mis zapatos hacan un suave sonido mientras atravesaban la nieve

    fresca. El viento se haba detenido por completo y cientos de copos de

    nieve continuaban cayendo desde el cielo. En el lado de la plataforma

    en el que me baj no haba paredes ni rejas, solo campos de nieve

    yendo tan lejos hasta donde alcanzaba a ver. Las luces de la ciudad

    eran distantes y pocas. Estaba completamente en silencio sin contar el

    sonido del motor del tren.

    Cruc un puente elevado y lentamente camine hacia las taquillas.

    Poda ver toda la ciudad desde el puente. Haba pocas luces visibles y

    la ciudad yaca ah silenciosamente mientras la nieve caa y la cubra.

    Le entregu mi boleto al encargado y entr a la estacin de madera.

    Entr a la sala de espera pasando las taquillas. Mi cuerpo estaba

    envuelto con el calor y el nostlgico olor de una estufa de aceite. Todo

    mi cuerpo se calent desde dentro de mi corazn y me hizo cerrar los

    ojos, para poder aceptar todo lo que haba pasado Cuando volv a

    abrir mis ojos, vi a una solitaria chica joven sentada al frente de la

    estufa con la cabeza baja.

    La delgada chica envuelta en un abrigo blanco me pareci como una

    completa extraa al principio. Lentamente me acerqu a ella y la

    llam. Ella reaccion a mi voz como si yo tambin fuera un extrao. Un

    poco sorprendida lentamente levant la cabeza y mir a donde yo

    estaba. Era Akari. Las orillas de sus ojos estaban rojas las lgrimas

    se haban reunido ah. Akari luca ms madura de a cmo era hace un

    ao y mientras que la luz dorada de la estufa brillaba en ella, pareca

    ser la ms bella chica en la que haba podido posar mi mirada. Me

    haba quedado sin habla y mi corazn palpitaba como si fuera tocado

    directamente con un dedo. Era la primera vez que haba tenido ese

  • 32

    sentimiento. No poda quitar mis ojos de ella. La contemplaba como si

    la vista de sus lgrimas acumulndose en sus ojos fuera un momento

    invaluable. Akari estir su mano y sujet la orilla de mi abrigo,

    apretndolo. Di un paso adelante. El momento en el que me di cuenta

    de lgrimas reunindose en sus suaves manos de un color blanco

    puro, un sentimiento indescriptible y repentino me haba paralizado de

    nuevo y, cuando pude reaccionar, me di cuenta de que yo tambin

    estaba llorando. El agua caliente en la estufa de aceite herva

    gentilmente, su sonido haca eco en la estacin.

    * * *

    Akari haba trado un almuerzo que ella haba hecho para m y algo de

    t en un termo. Nos sentamos a un asiento de distancia entre nosotros

    para que pudiramos ubicar las cosas all. Me beb el t que me haba

    servido. Tena un placentero aroma, caliente, pero solo lo adecuado, y

    saba muy bien.

    Esto es lo ms delicioso que he probado en mi vida. le dije

    desde el centro de mi corazn.

    En verdad? Solo es comn t Houji.

    T Houji? Esta es la primera vez que he bebido esto.

    No puedes decirlo en serio. Estoy segura de que lo has de haber

    bebido antes! me dijo Akari, era en verdad la primera vez que

    probaba el t y saba tan bien.

    Es verdad le contest y Akari me dijo:

    S, claro. con una mirada de diversin.

    Oh, y tengo esto tambin, Akari dijo mientras abra la caja del

    almuerzo para revelar dos bandejas de plstico. Una de ellas tena

    cuatro grandes onigiris mientras que la otra estaba llena de vvidos y

    coloridos platillos secundarios. Haba mini hamburguesas, salchichas,

    tamagoyaki, tomates pequeos y brcolis. Todos estaban bien

    ordenados en parejas.

  • 33

    Dado que fui yo quien lo hizo, no puedo garantizar que sepa bien

    Akari me dijo mientras ella pona un poco sobre su regazo.

    Pero puedes probarlo su gustas.

    Gracias. pude decir al fin. Me sent muy caliente de nuevo de

    repente, como si estuviera a punto de llorar otra vez. Me sent

    avergonzado y desesperadamente lo mantuve dentro. Record lo

    hambriento que estaba y rpidamente dije:

    Estoy muy hambriento!

    Akari me sonri con mucha alegra.

    Tom una de los pesados onigiris y le di una mordida. Aun durante

    ese simple mordisco, sent como si quisiera llorar. Baj mi cabeza

    mientras masticaba, asegurndome de que Akari no se diera cuenta.

    Era lo ms delicioso que haba comido nunca.

    Esto es lo ms delicioso que he probado en mi vida. dije,

    honestamente.

    Pero si acabas de decir eso!

    Lo digo en serio!

    Estoy segura que solo lo dices porque ests hambriento.

    En serio

    Si. Creo que comer un poco. dijo Akari felizmente mientras

    tomaba un onigiri tambin.

    Seguimos comiendo por un rato. Incluso las hamburguesas y las

    salchichas estaban sorprendentemente deliciosas. Si intentara

    decrselo a Akari, ella probablemente sonreira avergonzada pero de

    alguna forma orgullosa dira algo como: Despus de la escuela fui a

    casa para prepararlo. Mi madre ayudo un poco.

    Qu le dijiste a tu madre?

    Qu le dijiste a tu madre?

  • 34

    Le deje una nota que deca que sin importar que volviera, no se

    preocupe.

    Hice lo mismo. Tu madre debe estar realmente preocupada ahora.

    Si Pero estar bien. Cuando preparaba el almuerzo, pregunt

    para quin era y yo solo le sonre. Ella pareca feliz. Tal vez sepa qu

    era lo que tramaba.

    Yo estaba muy curioso acerca de lo que ella saba pero no le pregunt

    a que se refera y segu comiendo mi onigiri. Los onigiris eran de buen

    tamao y teniendo dos de cada acompaamiento, yo estaba lleno y mi

    estmago estaba contento de nuevo.

    La dorada luz de la estufa brillaba en nosotros. Mi frente se senta

    confortablemente clida. Nos olvidamos del tiempo y hablamos de

    todo lo que nos gustaba mientras nos bebamos lentamente el t

    Houji. Ninguno de nosotros pensaba en volver a casa. Ninguno de

    nosotros lo dijo en voz alta pero sabamos que ese era el caso. Ambos

    tenamos un sinfn de cosas de las que hablar. Estbamos dejndonos

    saber lo solitarios que nos sentimos durante el ao pasado. A pesar de

    que ninguno puso esos sentimientos en palabras, estbamos

    conversando y al mismo tiempo le dejbamos saber al otro cunto lo

    habamos extraado y lo mucho que queramos estar juntos.

    Era cerca de media noche cuando el encargado de la estacin toc

    amablemente en el cristal de la ventana del personal.

    Es casi hora de que se cierre la estacin. Ya no hay ms trenes.

    Se trataba del seor al que le haba entregado mi boleto antes. Pens

    que estaba enojado con nosotros pero estaba sonriendo.

    No quera interrumpirlos ya que ambos parecan estar disfrutando la

    compaa del otro pero nos deca con un conocido, tono amable.

    Tengo que cerrar la estacin. Por favor tengan cuidado en su

    camino a casa. Hay bastante nieve.

  • 35

    Le agradecimos al encargado y dejamos la estacin.

    La ciudad de Iwafune estaba completamente sepultada en la nieve. Y

    aun segua cayendo pero extraamente en este mundo nocturno

    donde el cielo y la tierra estaban rodeados de nieve, no se senta fro

    para nada. Caminamos emocionadamente uno junto al otro sobre la

    recin cada nieve. Estaba orgulloso de ser unos pocos centmetros

    ms alto que Akari. Las plidas lmparas de la calle iluminaban

    crculos de luz frente a nosotros. Miraba mientras Akari se adelantaba

    corriendo felizmente hacia uno de ellos. Su figura se haba vuelto ms

    madura de lo que poda recordar.

    Akari me llev a ver el rbol del que me haba hablado en su carta.

    Estaba a solo diez minutos caminando desde la estacin pero estaba

    en medio de unas tierras de cultivo donde ninguna casa poda ser

    vista. No haba luces hechas por el hombre cerca, solo la luz que se

    reflejaba de la nieve lo haca lo suficientemente brillante. Toda la

    escena de alrededor estaba suavemente iluminada. Era como si el

    hermoso escenario fuera una fina obra de artesana.

    El rbol de cerezo se alzaba en el medio de unos campos de arroz.

    Era grande y alto. Un hermoso rbol. Ambos debajo de l, mirando la

    nieve caer. La nieve caa del obscuro cielo, aterrizando

    silenciosamente haciendo que las ramas se doblaran un poco.

    Hey, luce exactamente como la nieve, dijo Akari.

    Si, realmente lo parece. le contest. Poda sentir a Akari

    mirndome y sonriendo debajo del totalmente floreado rbol de

    sakura.

    Esa noche, Akari y yo nos besamos por primera vez. Nos besamos

    muy naturalmente.

    El momento en el que nuestros labios se tocaron, pude entender

    donde la eternidad, el corazn y el alma estaban. Sent como si

  • 36

    estuviramos compartiendo nuestros trece aos de vida con el otro

    pero despus de eso, entristec.

    No saba dnde podra llevar conmigo la calidez y el alma de Akari o

    como debera tratarla. Aun tenindola all enfrente de m. No saba qu

    era lo que deba haber hecho. Claramente entend que no podramos

    estar juntos despus de eso. Aun tenamos una larga e imprevisible

    vida frente a nosotros dos esparcindose con una inmensidad de

    tiempo.

    Pero al poco tiempo, esa inquietud que tena se desvaneci y solo la

    calidez de los labios de Akari se qued conmigo. Nada en el mundo se

    pareca a la calidez y suavidad de sus labios. Fue un beso muy

    especial. Ahora que lo pienso, no hubo un beso despus de ese en

    toda mi vida que pudiera comparar con la felicidad, pureza y la

    sinceridad que sent con ese mismo.

    * * *

    Pasamos la noche en un pequeo cobertizo por los campos. Entre

    todo el equipo de guardado dentro de ese cobertizo de madera, Akari

    y yo encontramos una vieja cobija en las estanteras, nos quitamos

    nuestros zapatos y abrigos mojados, nos envolvimos juntos con la

    cobija y platicamos calmadamente. Debajo de su abrigo, Akari haba

    estado usando un uniforme de marinera mientras que yo usaba un

    uniforme comn. Ya no nos encontrbamos solos y por eso

    estbamos llenos de alegra.

    Mientras hablbamos debajo de la cobija recargados uno en el otro, de

    vez en cuando la suavidad del cabello de Akari rosaba con mi mejilla y

    mi cuello. Cada vez que eso pasaba, el olor de su suave aroma poda

    emocionarme mientras que el clido toque de su cuerpo mantena mis

    sentidos satisfechos. El tono de la voz de Akari hacia que mi cabello

    se meciera mientras que la ma tambin hacia que su cabello se

    moviera. La nieve afuera brillaba y ocasionalmente baaba la cobija

    con la luz de la luna que haca que todo pareciera solo una ilusin.

    Antes de nos diramos cuenta, nos habamos quedado dormidos.

  • 37

    Cuando nos despertamos eran cerca de las 6 en punto de la maana y

    la nieve haba dejado de caer. Bebimos un poco del apenas tibio t

    Houji que quedaba, nos pusimos nuestros abrigos y empezamos a

    caminar hacia la estacin. El cielo era azul y el sol naciente brillaba

    sobre el filo de las montaas, haciendo que los campos cubiertos de

    nieve brillaran con su luz. Era un mundo deslumbrante.

    En la plataforma en ese sbado por la maana, era el nico pasajero.

    El tren pintado de naranja y verde haba llegado, viajaba por la lnea

    Ryouke brillando debajo de la luz del sol al amanecer. Las puertas se

    abrieron y yo me sub, me gir hacia la plataforma. La Akari de trece

    aos estaba ah parada, los botones de su blanco abrigo estaban

    desabotonados, revelando una parte de su uniforme de marinera.

    S, me haba dado cuenta. Desde ese momento en adelante

    tendramos que estar solos de nuevo y debamos regresar a nuestros

    lugares en el mundo.

    Aunque habamos pasado tanto tiempo hablando durante la noche,

    aunque habamos estado tan cerca uno de otro repentinamente nos

    bamos a separar de nuevo. Me quede en silencio, sin saber que

    decirle nada. Fue Akari quien habl.

    Hey, Takaki-kun.

    Eh? contest con una voz como si me costara respirar.

    Takaki-kun dijo una vez ms, dudando. Los campos de nieve

    baados con la luz del amanecer detrs de ella brillaban como la

    superficie de un lago y Akari lucia tan hermosa mientras su persona se

    encontraba ante ese escenario. Repentinamente me mir a los ojos y

    sigui hablando como si hubiera reunido toda su fuerza para hacerlo.

    Takaki-kun, estoy segura de que estars bien! S que lo estars!

    Gracias me las arregl para decirle antes de que las puertas

    del tren empezaran a cerrarse.

  • 38

    No poda dejarlo as. Tena que decirle ms. Grite con todas mis

    fuerzas para que mi voz pudiera llegar a ella aun a travs de las

    puertas cerradas.

    Cudate tu tambin, Akari! Te escribir! Te llamar!

    En ese momento, cre escuchar el estridente chillar de las aves.

    Mientras que el tren comenzaba a moverse, nuestras manos derechas

    tocaron el mismo lugar de la ventana de la puerta del tren. Fueron

    separadas casi inmediatamente despus pero, por un pequeo

    momento, tocaron el mismo lugar.

    Mientras que el tren se mova, segu parado ah en las puertas.

    No pude decirle a Akari que le haba escrito una carta a ella y tampoco

    le pude decir que la haba perdido. Tena la idea de que podramos

    encontrarnos despus algn da pero sent que el mundo haba

    cambiado luego de nuestro beso.

    Gentilmente puse mi mano en el lugar donde Akari haba tocado.

    Takaki-kun, estoy segura de que estars bien.

    Era como si sus palabras hubieran chocado con algo dentro de mi

    algo que ni siquiera yo conoca tenan un misterioso sentimiento en

    ellas. Tena la sensacin de que algn da en el muy distante futuro,

    las palabras de Akari se convertiran en una muy importante fuente de

    valor para m.

    Pero en ese mismo momento del tiempo lo nico que poda seguir

    haciendo era mirar a travs de la ventana al pasante escenario y

    pensaba para mi mismo si tan solo tuviera el poder para protegerla.

  • 39

    Episodio 2 Cosmonauta

    Capitulo 1

    El agua deslumbraba bajo el sol naciente en el horizonte. El cielo era

    azul y mi cuerpo se senta ligero en el agua tibia debajo de m. Era la

    nica flotando en el mar. En tiempos como ese me senta como si

    fuera especial y me haca un poco feliz. Los problemas que me

    preocupaban no podan molestarme en este momento.

    Luego me puse a nadar con toda mi energa ola tras ola mientras

    pensaba para m misma que tal vez porque solo era una optimista que

    lograba ignorar mis preocupaciones tan rpido. El mar por la maana

    era tan hermoso. Era difcil de describir los colores de las olas

    mientras chocaban entre ellas poco a poco. Era lo suficiente para

    atrapar mi atencin mientras que la tabla de surf en la que estaba se

    balanceaba hacia la siguiente ola. Sent que ya estaba lista para

    levantarme en la tabla pero perd mi equilibrio y ca de la ola. Fall de

    nuevo. Tragu un poco de agua de mar y un poco de ella me irrit los

    ojos.

    Mi primera preocupacin; nunca me las poda arreglar para pararme

    en la tabla de surf en los pasados seis meses.

    Me las arregl para volver al estacionamiento en la orilla (era en

    realidad un simple campo abierto con plantas demasiado grandes) y,

    usando la alta hierba de all como cobertura, me quit el traje de

    neopreno que me quedaba perfectamente contra la piel y me puse mi

    uniforme de la escuela. El lugar estaba desierto. Los fuertes vientos

    del mar se sentan muy bien despus de haberme entrado en calor por

    el ejercicio. Mi corto pelo que apenas me llegaba al hombro se sec en

  • 40

    un segundo. El sol del amanecer creaba largas y torcidas sombras de

    las hierbas sobre mi blanco uniforme de marinera. Amaba el mar, pero

    lo amaba incluso ms en esta temporada en particular. Si era invierno,

    hubiera sido bastante incmodo haberse cambiado de ropa de esta

    forma.

    Mientras me pona un poco de blsamo en mis labios secos escuch

    acercarse la camioneta de mi hermana mayor, por lo que tom mi

    tabla de surf, mi bolsa deportiva y fui hacia ella. Llevaba puesto un

    traje para correr rojo y estaba bajando la ventana del conductor

    cuando me llamaba.

    Kanae, Cmo te fue hoy?

    Mi hermana era hermosa. Su cabello era largo y lacio, siempre

    mantena la compostura y era maestra de preparatoria. Ella era 8 aos

    mayor que yo y hace tiempo no me caa bien. Tal vez yo tena algn

    complejo en el que siempre analizaba y comparaba mi yo promedio

    contra mi brillante hermana. Pero como era ahora si me gustaba.

    Antes de que lo supiera, haba empezado a respetarla despus de que

    se graduara de la universidad y regresara a casa en la isla. Si ella no

    usara ese viejo traje para correr lucira aun ms hermosa de lo que

    luca ahora. Pero tal vez ella lo haca porque no quera destacar

    mucho en esa pequea isla.

    No pude hacerlo hoy tampoco. El viento venia de la costa todo el

    tiempo. le contest mientras pona mi tabla en la cajuela.

    No te preocupes por eso, tmate tu tiempo. Vendrs a practicar

    despus de clases tambin?

    S, quiero hacerlo. Estar eso bien por ti, Onee-chan?

    Estar bien. Pero asegrate de estudiar tambin.

    S, s!

    Le contest en una voz alta y sarcstica y despus fui hacia una

    scooter estacionada en una esquina del estacionamiento. Una

  • 41

    motocicleta clsica de escuela, la Honda Super Cub que haba sido de

    mi hermana en su tiempo de aprendizaje. En la isla no haba autos y

    casi ningn autobs tampoco as que la mayora de los estudiantes

    tenan que obtener sus licencias para moto cuando cumplan los 16.

    Viajar con la moto era algo bastante conveniente y cmodo, pero cada

    vez que iba a la playa mi hermana tena que ir conmigo porque no

    poda llevar la tabla de surf en la moto. Era tiempo de que furamos a

    la escuela ahora. Yo asistira a mis clases y mi hermana ira a dar las

    suyas. Mientras giraba la llave para encender el motor, revise la hora

    en mi reloj. Eran las 7:45. Si, aun tena tiempo. l debera aun estar

    practicando. Segu a mi hermana con mi Cub y dejamos la costa

    detrs.

    Empec a hacer bodyboarding1 en el primer ao de la preparatoria por

    la influencia de mi hermana y en el primer da fui capturada por la

    magia del deporte. Ella estuvo en el club de surf durante la

    universidad. No estaba muy a la moda y tampoco era difcil (por los

    primeros tres meses lo nico que hicieron fue entrenamiento bsico

    para prepararse para el mar, pasaban el tiempo braseando y

    buceando de pato todos los das hasta que se pusiera el sol) y yo no

    entenda por qu querran ir contra algo tan grande como el mar, pero

    pens que era algo bastante hermoso para hacer. Entonces, un

    soleado da de mi segundo ao, pens que yo tambin querra correr

    las olas alguna vez. Para hacer eso tuve que aprender cmo

    levantarme en una tabla corta y larga y, dado que siempre soy tan

    aventurada, tendra que ser en una tabla corta para que pudiera hacer

    giros y virar cuando empezara a aprender, me las arregl para poder

    correr algunas olas varias veces con suerte pero despus de ese

    da no he vuelto a ser capaz de poderme parar en la tabla por alguna

    razn. Haba empezado a pensar que debera dejar de intentar surfear

    en una tabla corta por lo difcil que era pero no estaba segura si deba

    abandonar tan fcilmente algo que haba decidido por m misma y, con

    1 Es lo mismo que surfear, pero lo diferente es que la tabla es pequea y vas acostado sobre ella.

    Busquen una imagen en internet y entendern.

  • 42

    esa molestia en mente, en un pestaeo ya estaba en tercer ao de

    preparatoria y ya era verano de nuevo.

    PUM! El pequeo y placentero sonido que poda ser escuchado

    mezclado con las cantoras aves en la maana. Era el sonido de una

    flecha atravesando una pieza de papel en una tabla siendo usado

    como tiro al blanco. Ya eran diez pasadas de las ocho y yo estaba

    parada en la sombra del edificio de la escuela sintindome muy

    nerviosa. Haba espiado un poco hace un momento y al igual que

    siempre, l estaba ah, practicando arquera.

    Cada maana siempre estara practicando su arquera y esa era una

    de las razones de porque yo tambin practicaba surf cada maana.

    Luca tan lleno de energa en la maana de alguna forma, que me

    hacia querer estar llena de energa. Era maravilloso observarlo sacar

    flechas con esa seria expresin en su cara. Estaba tan avergonzada

    como para obsrvalo de cerca as que siempre me mantena a 100

    metros de distancia para poder observarlo. Espiando incluso.

    Por alguna razn alise mi falda, arregle lo suficientemente mi uniforme

    de marinero y respire profundamente. Muy bien! Actuemos

    naturales, me dije a mi misma y empec a caminar hacia el rea de

    arquera.

    Hey, buenos das.

    Me saludaba como lo haca cada maana, parando de practicar

    cuando me vea pasar. Aaah! Era tan amable! Tena una voz tan

    grave y genial!

    Mi corazn lata rpido pero segu caminando hacia l, pretendiendo

    estar en calma. Pretend solo estar pasando por ah. Le contest

    cuidadosamente para que mi voz no me delatara.

    Buenos das, Tohno-kun. Llegas temprano hoy tambin.

    T tambin Kanae. Estabas en el mar, cierto?

  • 43

    S.

    Entrenaste duro, verdad?

    S me sorprendi al alentarme de esa forma. Oh no, esto no es

    bueno. Mi cara probablemente se haya puesto rojo brillante!

    N-No en realidad Ehehehe, Nos vemos ms tarde, Tohno-kun!

    Hui rpidamente, avergonzada y feliz al mismo tiempo.

    Si, nos vemos mas tarde. Escuche su amable voz desde atrs

    de m.

    Mi segundo problema; tena un amor no correspondido por Tohno-kun.

    De hecho, ha sido as por cinco aos. Nombre completo: Takaki

    Tohno-kun. Solo podra estar con Tohno-kun seis meses ms antes

    de que nos graduemos de la preparatoria.

    Y mi tercer problema: La hoja de papel en mi escritorio lo resuma

    todo. Ya eran las 8:35 y estbamos a mitad de la clase de la maana.

    Apenas estaba escuchando al Sr. Matsuno. l estaba diciendo cosas

    como, Es momento de que todos tomen una decisin por s mismos.

    Disctanlo con su familia o algo as. En la hoja de papel estaba

    escrito como ttulo, Tercer Cuestionario de Asesoras para Carrera.

    Solo me las pude arreglar para contestar la mitad del papel.

    12:50, medio da. Era hora del almuerzo y en el saln se estaba

    reproduciendo msica clsica la cual estaba segura de haber

    escuchado antes en algn lado. Por alguna razn, me encontr

    imaginndome a un pingino patinando mientras escuchaba la

    cancin. Con qu memorias estaba conectada esa cancin en mi

    mente? Me rend a intentar recordar el nombre de la cancin y me

    centr en los huevos fritos que mi mama me haba preparado para

    comer. Estaban deliciosos. Poda sentir el sabor esparcirse,

  • 44

    llenndome con felicidad. Estaba sentada con Yukko y Saki-chan,

    quienes estaban hablando de sus elecciones de carrera.

    Escuch que Sasaki-san tomar el examen de entrada para la

    Universidad de Tokio.

    Sasaki-san? Te refieres a Kyoko?

    No, no. Me refera a Sasaki-san del grupo uno.

    Oh, la Sasaki-san del club de literatura. No me sorprende!

    Escuchar del grupo uno me haca sentir nerviosa. Era el grupo en el

    que estaba Tohno-kun. Por cada ao, los estudiantes eran divididos

    en tres grupos en la preparatoria. Estaban los grupos dos y tres en los

    que se enseaban temas comunes, mientras que en el grupo uno

    estaban los que ya haban planeado entrar a la universidad. Al tercer

    grupo se le enseaba acera de la industria y muchos de los

    estudiantes iran a una escuela especializada o a trabajar

    directamente, la mayora se quedaba en la isla. Yo estaba en el tercer

    grupo. Y aun no le haba preguntado a Tohno-kun, pero l

    probablemente estaba intentando entrar a la universidad. De alguna

    forma tena la sensacin de que l quera volver a Tokio. El huevo frito

    que estaba comiendo repentinamente haba perdido su sabor.

    Qu hay de ti, Kanae? Yukko repentinamente me pregunt,

    pero yo no estaba lista para responderle.

    No decas que planeabas ponerte a trabajar despus de

    graduarte? Saki-chan contino. Yo me detuve insegura de que

    decirles. Yo aun no saba qu era lo que hara despus.

    No has pensado bien en esto, verdad? Dijo Saki-chan luciendo

    sorprendida.

    Todo en lo que ella piensa es en Tohno-kun. dijo Yukko.

    Pero el probablemente ya tenga una novia en Tokio continu

    Saki.

  • 45

    Imposible! grit seriamente.

    Las dos se rieron. Ellas saban todo de los sentimientos que intentaba

    esconder.

    Ah, no me importa. Voy por un yogurt de la mquina expendedora.

    dije mientras me levantaba de mi asiento molesta. Saba que ellas

    solo estaban bromeando pero La historia de la novia de Takaki

    Tohno era demasiado para m.

    Qu?! Vas a tomarte otro? Con ese sera el segundo!

    Y? Tengo sed.

    Esa es nuestra chica surfer!

    Dej que sus bromas se deslizaran y sal al corredor donde una ligera

    briza soplaba. Camin sola mirando arriba, a los cuadros que

    colgaban de la parte superior de la pared. Haba fotos de despegues

    de cohetes en los aires con enormes estelas de humo. H2

    Lanzamiento de Cohete No. 4 Heisei 9eno Ao (2001), Agosto 17

    10:53, H2 Lanzamiento de Cohete No.6 Heisei 9eno Ao (2001),

    Noviembre 28 6:27 Estaba el rumor de que cada vez que hubiera

    un lanzamiento exitoso, alguien de la NASDA vendra a colgar una

    nueva foto.

    Haba visto lanzamientos de cohetes. Puedes verlos claramente

    elevarse por el cielo con su enorme estela de humo blanco sin

    importar en qu parte de la isla te encuentres. Ahora que pienso en

    ello, se siente como si no hubiera habido lanzamiento alguno desde

    hace algunos aos. Tohno-kun solo ha estado en la isla por 5 aos

    pero, me pregunto si ha visto alguno. Espero que algn da seamos

    capaces de ver uno juntos. Si resulta ser la primera vez que el ve uno,

    creo que estar bastante emocionado y si podemos verlo juntos a

    solas solo nosotros dos, creo que nos podremos volver ms

    cercanos. Pero solo faltan seis meses para que nuestras vidas de

    preparatoria lleguen a su fin. Me pregunto si seremos capaces de ver

    uno antes de que eso pase? Oh, Y ser capaz de levantarme en mi

  • 46

    tabla de surf para entonces? Un da, quiero que Tohno-kun me vea

    surfear pero no quiero lucir mal ante l. Quiero que l siempre vea mi

    mejor lado. Solo quedan seis meses No, tambin hay esperanzas de

    que Tohno-kun decida quedarse en la isla. Si eso pasa, entonces

    tendr oportunidades de sobra para mostrarle y tambin estar segura

    de trabajar en la isla al acabar la preparatoria. Pero de alguna forma,

    no puedo verlo quedndose en la isla. No pareca ser el tipo de

    persona que se quedara a vivir en una isla. *Suspiro*

    Y entonces, todos mis problemas estaban centrados alrededor de

    Tohno-kun. A pesar de que saba que no me poda seguir

    preocupando por esto para siempre, tan solo segua hacindolo.

    Ese fue el porqu decid que le declarara mi amor a Tohno-kun el da

    que fuera capaz de montar olas una vez ms.

    * * *

    Ya eran las 7:10 de la tarde. El sonido de las cigarras japonesas haba

    cambiado a un sonido de cigarras ms comunes. Probablemente no

    faltaba mucho antes de que se pudieran escuchar los grillos. Ya

    estaba un poco oscuro pero la luz de la puesta de sol segua presente

    y las altas nubes brillaban de un color dorado. Si te quedaras parado

    ah vindolas, podras darte cuenta de que fluan hacia el oeste. Tan

    solo hace un rato, el viento soplaba hacia la costa el viento viniendo

    desde el mar indica que las olas no son buenas pero ahora podra

    ser un buen momento para montar olas. Pero creo que eso no

    cambiara el hecho de que aun no estaba segura de poder pararme en

    la tabla.

    Me qued en la sombra del edificio de la escuela y espi hacia el

    estacionamiento. Ya no quedaban tantas motonetas y no haba seal

    de estudiantes cerca de la puerta. Todas las actividades de los clubes

    del da se haban acabado. En otras palabras, haba vuelto a la

    escuela despus de surfear y me estaba escondiendo, esperando que

    Tohno-kun llegara al estacionamiento (me asust un poco cuando

  • 47

    pens en lo que estaba haciendo) pero l tal vez ya se haba ido a

    casa. Decid esperar un poco ms y dese poder montar olas pronto.

    Me preocupaba que pudiera montar olas apropiadamente o no, acerca

    de mi relacin con Tohno-kun y acerca de mi futuro. Por supuesto, tal

    vez tenga ms problemas en mi mente pero esos eran los tres ms

    grandes. Por ejemplo, otro de mis pequeos problemas era mi

    bronceado. Realmente no tengo una piel oscura (tal vez) pero sin

    importar cunta locin bloqueadora usara siempre terminaba con un

    bronceado ms oscuro que el de mis otras compaeras. Mi hermana

    deca que era natural porque surfeaba, mi amigas Yukko y Saki-chan

    decan que me haca lucir linda pero me senta realmente mal cuando

    mi piel era ms oscura que la del chico que me gusta. La piel de

    Tohno-kun era tan blanca y hermosa.

    Mis otras preocupaciones eran que el tamao de mi pecho no haba

    aumentado (Tengo el mismo ADN que mi hermana as que porque el

    tamao de su busto creci tanto y el mo aun no!), mis resultados en la

    escuela no eran devastadoramente buenos, tal vez no tena un buen

    gusto con la ropa, tal vez era demasiado saludable y no poda

    resfriarme (eso me haca un poco menos linda que las otras chicas),

    etc. Tena una enorme montaa de problemas que me preocupaban.

    Espi de nuevo en el estacionamiento dicindome a mi misma que

    recontar mis problemas no me iba a ayudar en nada. Pude ver una

    muy familiar silueta acercndose desde la distancia. S! Sabia de

    tenia que esperar! Demonios, soy buena! Rpidamente, tom un largo

    respiro y casualmente comenc a caminar hacia el estacionamiento.

    Hey, Sumida. Ya te vas a casa? Tena tan linda voz. Pronto fui

    capaz de verlo claramente gracias a las luces del estacionamiento. El

    tena un cuerpo delgado y tonificado, cabello largo que cubra un poco

    sus ojos y caminaba por todos lados con una postura realmente

    calmada.

    Si Qu hay de ti, Tohno-kun? Pude sentir mi voz temblar. Oh

    dios! Me gustara ser ya capaz de controlarme totalmente.

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    Si, Quieres que conduzcamos juntos de regreso a casa?

    Si hubiera tenido la cola de un perro, estoy segura de que estara

    menendose felizmente ahora mismo. Ah, estoy tan feliz de no ser un

    perro porque estoy segura de que ya me habra regalado pero,

    tambin estaba agradecida porque la buena fortuna nos permitiera ir

    por el mismo camino a casa.

    Conducimos en fila por un estrecho camino rodeado por campos de

    caas. Mientras miraba la espalda de Tohno-kun al conducir enfrente

    de m, realmente pude sentir lo mucho que la buena fortuna me estaba

    bendiciendo. Me sent realmente clida por dentro y, justo como

    cuando falle al intentar surfear, se me tensaron los orificios de la nariz.

    An no s por qu, pero el sentimiento de felicidad y tristeza se

    parecen bastante.

    Haba pensado para m misma que Tohno-kun era diferente de otros

    chicos cuando lo mir por primera vez. El se transfiri aqu, a

    Tanegashima desde Tokio durante el segundo ao de secundaria en

    primavera. Aun puedo recordar claramente como luca en la

    ceremonia de apertura del segundo semestre. Parado ah ante el

    pizarrn negro haba un chico que no conoca. No lucia apenado o

    nervioso y tena una pacifica sonrisa en su apuesto rostro.

    Soy Takaki Tohno. Me mud aqu desde Tokio hace tres das por el

    trabajo de mi padre. Estoy acostumbrado a transferirme de escuelas

    pero aun no estoy familiarizado con esta isla. Estoy encantado de

    conocerlos a todos.

    No habl ni muy rpido ni muy lento, no estaba nervioso, sonaba

    calmado, con una perfecta entonacin y acento. Era como un

    presentador de la televisin. Si hubiera sido yo me hubiera sentido

    de una forma completamente opuesta al haberme mudado de una

    sper enorme ciudad a un sper enorme lugar rural (bueno, a un isla

    en realidad) mi cara estara de un rojo brillante, mi mente

    completamente en blanco y no dudara en estar molesta por tener un

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    acento diferente al de los dems. Aun as, ah estaba l y a pesar de

    que tenamos la misma edad, me