sufis mo

182
PURIFICACIÓN MENTAL HAZRAT INAYAT KHAN Traducción: Salim Gabriel Hernández

Upload: vinking-soul

Post on 13-Dec-2015

18 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Sufi

TRANSCRIPT

Page 1: Sufis Mo

PURIFICACIÓN

MENTAL

HAZRAT INAYAT KHAN

Traducción: Salim Gabriel Hernández

Page 2: Sufis Mo

Colección Blanca � 26 �

Título: Purificación Mental

Traducción:Salim Gabriel Hernández

© De e� a edición: Mandala Ediciones, 2011Tarragona 23, Local. 28045 Madrid (España)Tel: +34 914 678 528E-mail: [email protected]

I.S.B.N.: 978-84-8352-711-5Depósito Legal: M-29320-2012

Diseño de la colección: reiko

Impresión: Ulzama

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de e� a obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de e� a obra.

Page 3: Sufis Mo

Nota del traductor.

Fue el deseo expreso de Hazrat Pir-O-Murshid Inayat Khan que sus palabras se conservaran exa� amente tal como él las pronunció. Teniendo en cuenta que se trata de seminarios transcritos literalmente y que fueron pronunciados a principios de siglo pasado, se ha intentado traducir el texto con la mayor � delidad posible a las palabras del inglés original, modi� cándolo en todo caso para ganar una mayor comprensión y legibilidad en ca� e� ano sin alterar la intención original.

Quiero dar las gracias a Alfonso R. Manzanares y a Jennifer y Shah Naaz Haberer por su ayuda en la traducción y co� ección del texto.

Salim Gabriel Hernández.

Page 4: Sufis Mo

7

hazrat inayat khan

1. PURIFICACIÓN MENTAL

Tan necesario como limpiar y puri! car el cuerpo, o quizás

incluso más necesario, es que la mente sea limpiada y puri! cada. Toda impureza causa enfermedades así como irregularidades en el funcionamiento del sistema & sico. Lo mismo se aplica a la mente. Hay impurezas que pertenecen a la mente, que pueden causar dife-rentes enfermedades, y mediante la limpieza de la mente se ayuda a crear salud tanto en el cuerpo como en la mente. Por salud quiero decir la condición natural. ¿Y qué es la espiritualidad sino ser natu-ral?

Muy pocos piensan así. Tanta gente piensa que ser espiri-tual signi! ca ser capaz de hacer maravillas, poder ver cosas extra-ñas, fenómenos maravillosos; y muy pocos saben lo simple que es, que ser espiritual signi! ca ser natural.

La puri! cación mental se puede hacer de tres formas diferentes. La primera forma es aquietando la mente, porque muy frecuentemente es la propia a+ ividad de la mente la que produce impurezas. El aquietar la mente remueve impurezas; es como a! -nar la mente a su tono natural. La mente puede compararse con una balsa de agua. Cuando el agua en la balsa no es perturbada, el re/ ejo es claro; es lo mismo con la mente. Si la mente es pertur-bada, no se reciben la intuición, la inspiración, claramente en ella. Una vez se aquieta la mente da un re/ ejo claro, como el e0 anque cuando el agua e0 á en calma.

Page 5: Sufis Mo

8

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Esta condición se logra mediante la prá� ica del reposo � sico. Sentarse en cierta postura crea cierto efecto. Los místicos en su ciencia conocen diferentes formas de sentarse en silencio, y cada forma tiene un cierto signi� cado. Y no es sólo un signi� cado imaginario; produce un resultado de� nido. Yo he tenido, personal-mente y a través de otras personas, muchas experiencias de cómo cierta forma de sentarse cambia la a� itud de la mente. Y los anti-guos sabían e� o, y encontraron formas diferentes de sentarse para personas diferentes. Existe la postura del guerrero, la postura del estudiante, la postura de la persona meditativa, la postura del hom-bre de negocios, del trabajador, del abogado, del juez, del inventor. Imagina, qué maravilloso que los místicos hayan descubierto e� o y que lo hayan experimentado por miles de años –el gran efecto que sentarse en cierta postura tiene sobre la persona y e� ecialmente sobre su mente.

Experimentamos e� o en nuestra vida diaria, pero no pen-samos en ello. Sucede que nos sentamos en cierta postura y nos sen-timos intranquilos; y entonces nos sentamos en otra y nos sentimos en paz. Una cierta posición nos hace sentir inspirados y otra forma de sentarnos nos hace sentir sin energía, sin entusiasmo. Mediante el aquietamiento de la mente con la ayuda de una cierta postura, la mente puede ser puri� cada.

La segunda manera de puri� car la mente es mediante la forma de respirar. Es muy interesante para un oriental ver cómo a veces en Occidente, en sus inventos, la gente inconscientemente aplica los principios del campo místico. Tienen una máquina que barre las alfombras absorbiendo el polvo. Es el mismo sistema para el interior. La forma apropiada de respirar chupa el polvo de la mente y lo expulsa. Los cientí� cos van tan lejos como para decir que una persona exhala dióxido de carbono; los gases malos son

Page 6: Sufis Mo

9

hazrat inayat khan

expulsados del cuerpo mediante la exhalación. El místico va más allá, diciendo que no es sólo del cuerpo, sino también de la mente. Si uno sabe cómo quitar las impurezas, podría limpiar más de lo que se imagina. Las impurezas de la mente pueden ser expulsadas mediante la forma correcta de respirar. Esto es por lo que los mís-ticos combinan la respiración con la postura. La postura ayuda a aquietar la mente, la respiración ayuda a limpiarla. Las dos van jun-tas.

La tercera forma de puri� car la mente es mediante la a� i-tud, mediante la a� itud correcta hacia la vida. Ésta es la manera moral y el camino regio hacia la puri� cación. Una persona puede respirar y sentarse en silencio en mil posturas, pero si no tiene la a� itud correcta hacia la vida, nunca se desarrollará. Esto es lo prin-cipal. Pero la cuestión es, ¿cuál es la a� itud correcta? La a� itud correcta depende de cómo de favorable es uno con re� ecto a los propios defectos. Muy a menudo se e� á dispue� o a defenderse de las propias faltas y errores, y se quiere hacer de lo malo lo bueno. Pero no se tiene la misma a� itud hacia los demás. Les reprendemos cuando llega el momento de juzgarles. ¡Es tan fácil desaprobar a los demás! Es tan fácil dar un paso más allá y tener aversión a los demás, y para nada di" cil dar un paso todavía más allá y odiar a los demás. Y cuando se actúa de e� a manera, no se piensa que se e� é haciendo nada malo. Aunque sea una condición que se desarrolla dentro de nosotros, sólo se ve en lo de fuera. Toda la maldad, que se acumula dentro, se ve en otra persona. Por tanto el hombre e� á siempre en una ilusión; e� á siempre complacido consigo mismo y siempre culpando a los demás. Y lo extraordinario es que el más censurable es quien más culpa. Pero e� á mejor expresado al revés. Porque uno es el que más culpa, se vuelve el más merecedor de culpa.

Page 7: Sufis Mo

10

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Hay belleza de forma, de color, de línea, de manera, de cará� er. En algunas personas falta la belleza, en otras hay más. Es sólo la comparación lo que nos hace pensar que una persona es mejor que otra. Si no comparásemos, entonces todas las personas serían buenas. Es la comparación la que nos hace considerar una cosa más bella que otra. Pero si mirásemos más cuidadosamente veríamos la belleza que e� á también en el otro. Muy a menudo nuestra comparación no es correcta por la razón de que aunque

hoy determinamos en nuestra mente lo que es bueno y bello, somos

propensos a cambiar e� a concepción en un mes, en un año. Esto

nos muestra que cuando miramos algo, somos capaces de apre-

ciarlo si su belleza se mani� e� a a nuestra mirada.

No es de sorprender que persona llegue al e� ado en el que

diga, “todo lo que veo en e� e mundo, lo amo todo a pesar de todos

los dolores y luchas y di� cultades, todo vale la pena”. Pero otro

dice, “todo es miserable, la vida es fea, no hay ni pizca de belleza en

e� e mundo”. Cada uno e� á en lo correcto desde su punto de vista.

Ambos son sinceros. Pero di� eren en que miran de forma diferente.

Cada una de e� as personas tiene su razón para aprobar la vida o

desaprobarla. Sólo que uno se bene� cia de la visión de la belleza y el

otro pierde al no apreciarla, no viendo la belleza en ella.

Mediante una a� itud incorrecta, por tanto, una persona

acumula en su mente impresiones indeseables que vienen de la

gente, ya que nadie en e� e mundo es perfecto. Cada uno tiene

un lado que puede ser criticado y requiere reparación. Cuando se

mira e� e lado, se acumulan impresiones, que hacen a uno más y

más imperfecto debido a que recoge imperfección, y entonces eso

se convierte en nuestro propio mundo. Y cuando la mente se ha

convertido en una esponja llena de impresiones indeseables, enton-

ces lo que se emite desde ella es indeseable también. Nadie puede

Page 8: Sufis Mo

11

hazrat inayat khan

hablar mal de otro sin hacerlo de sí mismo. Porque el que habla mal de los demás es malo él mismo.

Por tanto la puri� cación de la mente, desde un punto de vista moral, debería aprenderse en la vida cotidiana. Intentando considerar las cosas con simpatía, favorablemente, mirando a los demás como se mira uno a sí mismo, poniéndose uno mismo en el lugar del otro en vez de acusar a los demás al ver sus debilidades. Las almas en la tierra nacen imperfectas y muestran imperfección, y desde aquí se desarrollan naturalmente, yendo hacia la perfec-ción. Si todo fuera perfecto, no habría propósito en su creación. Y la manife� ación ha tenido lugar para que aquí cada ser pueda supe-rar la imperfección hacia la perfección. Éste es el objeto y la ale-gría de la vida y para e� o fue creado el mundo. Si e� erásemos que cada persona fuera perfecta y que las condiciones fueran perfectas, entonces no habría alegría en vivir ni propósito en venir aquí.

La puri� cación de la mente signi� ca por tanto puri� carla de todas la impresiones indeseables. No sólo de los defectos de los demás, sino que debe llegarse al e� ado en el que uno olvida los pro-pios defectos. He visto a gente justa que se han acusado a sí mismos de sus errores hasta que ellos mismos se han convertido en el error. Concentrarse todo el tiempo en el error signi� ca agravarlo sobre la mente. El mejor principio es olvidar a los demás y olvidarnos a nosotros mismos y emplear nuestras mentes en acumular todo lo que es bueno y hermoso.

Hay una ocupación muy signi� cativa entre los niños de la calle en India. Cogen la tierra de cierto lugar y tienen un modo de encontrar en e� a tierra algún metal como oro o plata, y todo el día sus manos e� án en el polvo. ¿Pero buscando el qué? Buscando oro y plata.

Page 9: Sufis Mo

12

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Cuando en e! e mundo de imperfección buscamos todo lo

que es bueno y hermoso, hay muchas oportunidades para la decep-

ción. Pero al mismo tiempo si seguimos buscando, buscando el oro

en lugar de mirar el polvo, lo encontraremos. Y una vez que empe-

zamos a encontrarlo encontraremos más y más. Llega un momento

en la vida de un hombre en que puede ver algo bueno en el peor

hombre del mundo. Y cuando ha alcanzado e! e punto, aunque lo

bueno estuviera cubierto por mil capas, él pondría su mano en lo

que es bueno, porque busca lo bueno y atrae lo que es bueno.

Page 10: Sufis Mo

13

hazrat inayat khan

2. LA MENTE PURA

La mente pura no crea fenómenos, sino que es un fenó-meno en sí misma.

Un hombre que quería cierta e# antería para su habitación no sabía dónde encontrarla en la ciudad. Pero él tenía en su mente una idea de% nida de cómo debería ser, y tan pronto como llegó a la primera tienda sus ojos se % jaron en la repisa que allí había. Quizás no hubiera encontrado otra a lo largo y ancho de toda la ciudad, pero su mente le llevó directo al objeto que deseaba. ¿De dónde viene e# o? Viene de la pureza de la mente.

La mente puede ser comparada con el agua. Incluso mirar un arroyo corriendo en toda su pureza es la mayor alegría que se puede tener, y beber el agua pura también lo es. Y así es con la mente. El contacto con los de mente pura es la mayor alegría. Hablen con uno o no, emana de ellos pureza, una pureza natural, que no e# á hecha por el hombre sino que pertenece al alma y da el mayor placer y alegría. Hay otros que han aprendido a hablar y entretener, y su manera es educada, su ingenio exagerado, y su dis-curso es arti% cial. ¿Qué viene a ser todo e# o? Si no hay pureza de mente, ninguna otra cosa puede dar esa exquisita alegría que toda alma anhela.

Se dice que una persona de mente pura muy a menudo parece demasiado buena para vivir y parece e# ar privada de sen-tido común; que muy a menudo la persona de mente pura parece no pertenecer a e# e mundo. Es verdad; pero la falta no es del de

Page 11: Sufis Mo

14

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

mente pura. La falta es del mundo malvado. El mundo ha ido de mal en peor. Todo aquel que muestra pureza de mente empieza siendo un marginado y parece ser incapaz de hacer cualquier cosa que intente. ¿Pero qué importa? Uno puede ser de mente pura y sabio al mismo tiempo. El de mente pura puede también trabajar en asuntos mundanos a fondo, tan capazmente como un hombre mundano; y aquél sin mente pura puede ser capar de tener éxito en el mundo, pero no para siempre.

Cuando llegamos a la cuestión del éxito y el fracaso, no hay principio en el que basarse. No es verdad que uno deba ser bueno y hone� o y de mente pura para tener éxito. Muy a menudo lo opue� o es más cierto. Pero al mismo tiempo no se puede decir que se tenga que ser lo opue� o para tener éxito. Frecuentemente la deshonestidad y la falta de pureza de mente traen sobre uno un gran fracaso. Si hay alguna regla al re� ecto, esa regla es que el éxito del que lo alcanza a través de la honestidad y bondad, depende de la honestidad y bondad. Y el que alcanza el éxito en algo sin honesti-dad y bondad fracasará el día que sea hone� o y bondadoso. Es por-que sus caminos son diferentes. Toda la a� itud de la mente actúa sobre los asuntos de la vida de cada uno. Es lo más maravilloso de observar. Mientras más piensas en ello, más te probará que el éxito y el fracaso dependen enteramente de la a� itud de la mente.

Me pareció muy interesante lo que me contó una vez un amigo que era vendedor en una gran � rma de joyeros. Él solía venir a mí para hablar de � loso� a. Dijo, “Es muy extraño. He visto a menudo, al llegar a una casa en la que creía que eran capaces de pagarme más del valor real de las cosas, que e� aba tentado a pedir un precio mucho más alto del valor que sabía que tenía, pero cada vez que caí en e� a tentación, no tuve éxito. Y de nuevo me animaba a hacer lo mismo cuando veía a mis colegas vendiendo una piedra a

Page 12: Sufis Mo

15

hazrat inayat khan

alguien fascinado por ella por un preció quizás cuatro veces su valor. ¿Por qué ellos tuvieron éxito y yo no lo tuve?” Le dije, “Tu camino es diferente, el camino de ellos es diferente. Ellos pueden tener éxito mediante la deshonestidad, tú puedes tener éxito mediante la hones-tidad. Si tomas el camino de ellos no tendrás éxito”.

Por eso a veces el que e� á ocupado en desarrollarse men-talmente mediante la puri� cación mental puede tener que experi-mentar pequeños sacri� cios, fracasos menores. Pero é� os son sólo un proceso hacia algo realmente substancial, que de verdad merece la pena. Si no se desanima por un pequeño fracaso, ciertamente llegará a un e� ado en el que el éxito será suyo. La pureza de mente libera fuentes de inspiración que de otra forma permanecen cerra-das. Y es a través de la inspiración por lo que se disfruta y aprecia todo lo que es hermoso, y se crea todo lo que es bueno para la ale-gría y el placer de los demás.

Una vez visité el estudio de un pintor que había muerto. Me senté por quince minutos, y me vino tal depresión que pre-gunté a la viuda del pintor, “¿cuál era la condición de su marido?”. Y ella conte� ó, “una condición terrible. Su espíritu e� aba hecho añicos.” Le dije, “eso es lo que muestran sus pinturas”.

El efecto era tal que cualquiera que hubiera visto sus pin-turas hubiera sufrido la misma in� uencia. Si tenemos pureza de mente creamos pureza. En todo lo que hacemos, arte, política, negocios, música, industria, vertimos la pureza de nuestra mente en tal medida que incluso aquellos que nos rodean, conocidos o desconocidos, toman parte en nuestra alegría. Se dice que las enfer-medades son infecciosas. Pero la pureza de mente es infecciosa también y su efecto crea pureza en los demás. Algunos lo mantie-nen por largo tiempo, otros por un tiempo corto. Depende de la mente.

Page 13: Sufis Mo

16

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

La mente es un almacén, un almacén de todo el conoci-miento que se ha acumulado mediante estudios, experiencias, impresiones, a través de cualquiera de los cinco sentidos. En otras palabras, cada sonido, una vez es oído, es registrado allí. Cada forma que nuestros ojos han visto, incluso cada vislumbre, es regis-trada allí. Y cuando nuestro corazón es puro proyecta la luz del alma igual que la luz es proyectada por una linterna. Y el fenómeno más maravilloso es que la luz es proyectada por la fuerza de volun-tad sobre ese punto en concreto en el almacén de la mente, justo lo que nosotros queremos encontrar. Por ejemplo, vimos una persona una vez hace diez años y él se presenta ante nosotros y le miramos y decimos, “He visto a e� a persona antes, ¿pero dónde?” En ese momento proyectamos la luz de nuestra alma en esa imagen que fue hecha en nuestra mente en una ocasión hace diez años. Está todavía allí. Lo habíamos olvidado completamente, pero la imagen e� aba allí. Nuestra alma proyecta su luz en ese punto en concreto, justo el momento que deseamos ver; y lo más maravilloso es que hay quizás un millón de imágenes. ¿Por qué debería la luz ser arro-jada sobre esa imagen en particular? Esto es el fenómeno. Es que la luz interior tiene un gran poder. Es un poder, que es creativo por naturaleza. Y por tanto cuando arroja su luz, la arroja en ese punto en particular.

Por la palabra “mente” quiero decir aquí lo que a menudo es llamado la mente subconsciente. El almacén del que hablé antes es la mente subconsciente. En ese almacén hay cosas y viven. Todos los pensamientos e impresiones son cosas vivas. No hay nada en la mente que muera. Está viva y por mucho tiempo, pero cuando no somos conscientes de ello, eso es nuestra mente subconsciente.

Por ejemplo, le dijeron a una persona que debía ir y ver a su amigo tal día a tal hora. Él lo había escrito en su cuaderno, pero des-

Page 14: Sufis Mo

17

hazrat inayat khan

pués lo olvidó. Durante sus ocupaciones diarias vino un momento en que pensó, “¡Debería e� ar en ese lugar! No he ido. Lo he olvi-dado. Debería e� ar allí. ¿Por qué no e� oy allí? ¿Por qué lo olvidé?” Esta idea que vino a su memoria e� aba en su mente subconsciente. Y como su voluntad quería conocerla surgió. Él sabía sin duda que tenía un compromiso, que tenía la intención de e� ar allí. Sólo lo había olvidado por un momento. ¿Dónde e� aba? En esa parte de la mente que se llama el subconsciente.

Tuve una vez un alumno que e� aba muy interesado en ejercicios espirituales y cuestiones meta� sicas, me dejó y se con-virtió en un hombre de negocios. Los negocios ocupaban todo su tiempo. Me olvidó totalmente. Durante diez años nunca hizo sus prá� icas. Un día sucedió que fui a la ciudad donde él vivía, y recordó a su antiguo maestro que había regresado. Cuando escu-chó la charla que di, todo lo que él había aprendido diez años antes revivió en un momento; tan sólo e� aba impaciente por salir. Dijo, “Todo e� á vivo para mí. Por favor dime qué hacer”. Ahora él e� aba deseando hacer cosas.

Y así es. Todo lo que e� á en la mente, todo lo que nunca se ha pensado, todo por lo que nunca uno se ha preocupado, e� á allí; y cuando uno se libera de las preocupaciones mundanas, todo se vuelve vivo.

Con la muerte viene liberación. Después de la muerte la mente llega a una vida más grandiosa, una vida más real que aquí. La muerte es un desvelar, quitar una cubierta, después de la muerte el alma sabrá muchas cosas en relación con su propia vida y en rela-ción con el mundo entero que hasta ahora habían e� ado escon-didas. Por tanto la comprensión de lo que se dice sobre el cielo y el in� erno que se ha acumulado en nuestra mente, en el más allá será nuestra. Hoy nuestra mente e� á en nosotros. En el más allá

Page 15: Sufis Mo

18

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

nosotros e! aremos en nuestra mente. Y por tanto la mente que es

mente ahora mismo, en el más allá será el mundo. Si es el cielo, será

el cielo. Si es otro lugar, será otro lugar. Es lo que hayamos hecho.

Nadie es atraído y pue! o allí. Lo hemos hecho nosotros mismos,

por nuestra propia conveniencia.

Lo que perseguimos es lo que hemos recogido. Un vestido

caro, si realmente era importante, e! á allí. Si hemos descubierto

que no es importante, que es una tontería, e! á allí igualmente.

Incluso las cosas inútiles toman forma en la mente, ya que

todo tiene una forma. Pero tiene una forma parecida a como fue

impresa. Por ejemplo, no sólo una pintura, un dibujo, tiene una forma

perceptible. La música también es un lenguaje. Los ojos no lo ven, pero los oídos lo ven. Así la mente incluso acumula todas las formas tales como agrio, dulce, amargo, acre, todos los diferentes sabores. No los vemos, pero e! án registrados en la mente en una forma que dis-

tinguimos. Los ojos no ven la forma, pero la mente realmente la ve

con la misma forma que una vez se saboreó. Para la mente todas e! as

formas son inteligibles en la misma medida, exa* amente lo mismo que cuando llegan a través de los diferentes sentidos.

Diversas impresiones permanecen en la mente después de la muerte. Porque ¿qué es el individuo? Ser un individuo es como e! ar en la neblina. Cuando los diferentes órganos + sicos no pueden sostener más el espíritu entonces fallan, y el espíritu ha terminado con ellos. El cuerpo se marcha, el espíritu permanece. El espíritu es tan individual como la persona era individual en el cuerpo + sico. Después de que el cuerpo + sico se ha ido, las impresiones no + sicas son más distintivas porque la limitación del cuerpo + sico se desva-neció. El cuerpo + sico es una gran limitación. Cuando se desvanece la individualidad se vuelve más distintiva, más capaz de funcionar que en el plano + sico.

Page 16: Sufis Mo

19

hazrat inayat khan

3. DESAPRENDER

Es muy di! cil olvidar lo que ya se ha aprendido. Aprender es una cosa; y desaprender es otra. El proceso de la realización espi-ritual pasa por desaprender. La gente considera que su creencia es su religión. En realidad la creencia es un peldaño hacia la religión. Así, si fuera a dibujar la creencia, sería justo como una escalera que conduce a una comprensión mayor. Pero en lugar de subir por la escalera la gente se detiene en ella. Es como agua corriente que ya no ( uye más. La gente ha hecho rígida su creencia, y por lo tanto en lugar de ser bene* ciados por su creencia van hacia atrás. Si no fuera así uno pensaría que todos los creyentes en Dios, en la verdad y en el más allá, e+ arían mejor que los no creyentes. Pero lo que ocurre es que e+ án peor, porque han clavado sus propios pies en sus creencias.

Muy a menudo me encuentro en una situación en la que puedo decir muy poco, e/ ecialmente cuando una persona viene a mí con sus ideas preconcebidas y quiere tomar mi dirección, mi guía en el camino espiritual. Sin embargo al mismo tiempo su pri-mera intención es ver si sus pensamientos encajan con los míos y si mis pensamientos encajan con los suyos. No puede vaciarse a sí mismo para que la enseñanza le sea dada. No ha venido a seguir mis pensamientos, sino que quiere con* rmarse a sí mismo que su idea es correcta. De cada cien personas que vienen buscando guía espiritual, noventa siguen e+ a línea. ¿Qué muestra e+ o? Que no quieren abandonar su propia idea, sino que quieren rea* rmarse en que la idea que tienen es la correcta.

Page 17: Sufis Mo

20

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

La realización espiritual, de principio a " n, es desapren-der lo que uno había aprendido. Pero ¿cómo se desaprende? Lo que uno ha aprendido e$ á en uno mismo. Puede hacerse volviéndose más sabio. Cuanto más sabio se vuelve uno, más capaz se es de con-tradecir las propias ideas. Cuanta menos sabiduría tiene uno, más sostiene las propias ideas. En la persona más sabia hay voluntad de someterse a los demás. Y la persona más ignorante e$ á dispue$ a siempre a permanecer " rme manteniendo sus propias ideas. La razón es que la persona sabia puede fácilmente abandonar sus pen-samientos; la ignorante los sostiene. Esto es por lo que no se hace más sabia, porque se limita a sus propias ideas. Esto es por lo que no progresa.

La puri" cación mental por tanto es el único método por el cual se alcanza la meta espiritual. Con objeto de realizar e$ a tarea se tiene que mirar al punto de vista de otra persona. Porque en rea-lidad cada punto de vista es el propio punto de vista de uno mismo. Cuanto más amplio se vuelve uno, mayor es la comprensión que alcanza, más se ve que cada punto de vista es correcto. Si se es capaz de expandirse a la conciencia de otra persona, la propia conciencia se hace tan grande como dos personas. Y así puede ser tan grande como mil personas cuando uno se acostumbra a probar y ver lo que otros piensan.

El siguiente paso en la puri" cación mental es ser capaz de ver lo correcto en lo equivocado y lo equivocado en lo correcto, y lo malo en lo bueno y lo bueno en lo malo. Es una tarea di* cil, pero una vez que se ha cumplido, uno se eleva por encima de lo bueno y lo malo.

Uno debe poder ver el dolor en el placer y el placer en el dolor; la ganancia en la pérdida y la pérdida en la ganancia. Lo que generalmente ocurre es que se e$ á dirigido hacia una cosa y los ojos

Page 18: Sufis Mo

21

hazrat inayat khan

e� án abiertos a otra; que no se ve la pérdida o no se ve la ganancia. Si se reconoce lo correcto, no se reconoce lo incorrecto.

Puri� cación mental quiere decir que la impresiones tales como bueno y malo, correcto e incorrecto, pérdida y ganancia, y pla-cer y dolor, e� os opue� os que bloquean la mente, deben ser aclara-dos viendo lo opue� o en cada cosa. Entonces uno ve el enemigo en el amigo y el amigo en el enemigo. Cuando uno puede reconocer el veneno en el néctar y el néctar en el veneno, é� e es el momento en que la vida y la muerte se vuelven uno también. Los opue� os ya no más permanecen opue� os ante uno. Esto es llamado puri� cación mental. Y aquellos que llegan a e� e e� ado son los sabios en vida.

El tercer campo de la puri� cación mental es identi� carse con lo que no se es. Mediante e� o uno puri� ca la mente de impre-siones de la propia falsa identidad.

Daré como ejemplo la historia de un sabio en India. La his-toria comienza diciendo que un hombre en su juventud preguntó a su madre, que era una campesina que vivía en una aldea, “¿Cuál es la mejor profesión, madre?” Y la madre conte� ó, “No lo sé hijo, pero sé que aquellos que buscaron lo más alto en la vida fueron en busca de Dios”. “Entonces, ¿dónde debo ir, madre?”, preguntó. Ella conte� ó, “No sé si es prá� ico o no, pero ellos dicen que a la soledad, al bosque”. Así que él se fue por mucho tiempo y vivió una vida de paciencia y soledad. Y una o dos veces entre medias él fue a ver a su madre. A veces su paciencia e� aba exhausta, su corazón roto. A veces e� aba contrariado por no encontrar a Dios. Y cada vez su madre lo mandaba de vuelta con un consejo más fuerte. A la ter-cera visita él dijo “Ya he e� ado allí por mucho tiempo”. “Sí”, dijo la madre, “Creo que ya e� ás preparado para ir a un maestro”. Así que fue a ver a un maestro. Y había muchos aprendices aprendiendo bajo e� e maestro. Cada aprendiz tenía un cuarto para sí mismo

Page 19: Sufis Mo

22

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

para la meditación, y además se le pedía a e$ e aprendiz que fuera a cierta sala a meditar. El maestro le preguntó, “¿Hay algo que ames en e$ e mundo?” Este joven que había e$ ado fuera de casa desde la infancia, sin haber visto nada del mundo, no podía pensar en nada que conociera, excepto la vaquita que había en su casa. Dijo, “Amo la vaca de nuestra casa”. El maestro dijo, “Entonces piensa en la vaca durante tu meditación”.

Todos los otros aprendices iban y venían, y se sentaban en la sala durante quince minutos para una pequeña meditación. Entonces se cansaban y se iban; pero e$ e joven permaneció sentado allí todo el tiempo que el maestro le había dicho. Después de algún tiempo el maestro preguntó, “¿Dónde e$ á él?” Los otros aprendices conte$ aron, “No sabemos. Debe e$ ar en su habitación”. Fueron a buscarle; la puerta e$ aba cerrada y no había respue$ a. El maestro fue por sí mismo y abrió la puerta y allí vio a su aprendiz sentado en meditación, totalmente absorto en ella. Y cuando el maestro le llamó por su nombre, él conte$ ó con el sonido de una vaca. El maestro dijo, “Sal fuera”. Él conte$ ó, “Mis cuernos son demasiado grandes para pasar por la puerta”. Entonces el maestro dijo a sus aprendices, “Mirad, e$ e es un ejemplo vivo de meditación. Estáis meditando en Dios y no sabéis dónde e$ á Dios, pero él e$ á medi-tando en la vaca y se ha convertido en la vaca; ha perdido su iden-tidad. Se ha identi/ cado a sí mismo con el objeto en el que medita”. Toda la di/ cultad en nuestra vida es que no podemos salir de una concepción falsa.

Daré otro ejemplo. Una vez estuve intentando ayudar a una persona que e$ aba enferma, que había tenido reumatismo durante veinte años. Esta mujer e$ aba en la cama. No podía mover sus articulaciones. Fui a ella y le dije, “Ahora harás e$ o y vendré de nuevo en dos semanas”. Y cuando fui después de dos semanas,

Page 20: Sufis Mo

23

hazrat inayat khan

ya había empezado a mover sus articulaciones. Y le dije, “En seis

semanas vendré de vuelta”. Y en seis semanas se había levantado de

la cama y tenía todavía una mayor e� eranza de curarse. No obs-

tante su paciencia no era tan grande como debería haber sido. Un

día e� aba acostada en la cama y pensó, “¿Me curaré alguna vez?”.

El momento en el que ella tuvo ese pensamiento volvió a la misma

condición, porque su alma se había identi� cado con una persona

enferma. Para ella era imposible verse a sí misma e� ando bien. No

podía imaginar que alguna vez pudiera e� ar bien. No podía creer

que sus ojos vieran que sus articulaciones se e� aban moviendo. No

podía creerlo.

La gente puede e� ar bien en sus cuerpos pero no en sus

mentes. Muy a menudo mantienen una enfermedad de la que

podrían deshacerse. Y lo mismo ocurre con la miseria. La gente

que es consciente de la miseria atrae miserias. Ellos son su propia

miseria. No es que la mala suerte e� é interesada en ellos, sino que

ellos e� án interesados en la mala suerte. La mala suerte no elige a

la gente. La gente elige la mala suerte. Sostienen ese pensamiento y

ese pensamiento se convierte en ellos mismos. Cuando una persona

e� á convencida de que va hacia abajo, va hacia abajo. Su pensa-

miento le ayuda a hundirse.

Por tanto el tercer a� ecto de la puri� cación mental es

poder identi� carse con algo más. Los su� es tienen su propia forma

de enseñarlo. Muy a menudo uno mantiene la idea del propio

maestro espiritual; y con esa idea uno gana el conocimiento y la

inspiración y el poder que el maestro espiritual tiene. Es justo como

una herencia.

El hombre que no puede concentrarse tanto como para

olvidarse de sí mismo, e ir profundo en el asunto en el que se con-

centra, no tendrá éxito en dominar la concentración.

Page 21: Sufis Mo

24

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

La cuarta puri! cación mental es liberarse de la forma

y tener el sentido de lo abstracto. Todo sugiere al ojo una forma,

todo; tanto que incluso si el nombre de una persona que uno nunca

ha visto es mencionado, uno se hace una idea de ella. Incluso tales

cosas como las hadas y los espíritus y los ángeles, tan pronto como

son mencionados, son siempre dibujados en una cierta forma. Esto

es un obstáculo para alcanzar la presencia de lo sin forma; y por

tanto e& a puri! cación mental es de una gran importancia. Su pro-

pósito es poder pensar en una idea sin forma. Sin duda e& o se con-

sigue mediante una gran concentración y meditación, pero una vez

conseguido es de lo más satisfactorio.

Y la quinta manera es poder descansar la mente. En otras

palabras relajar la mente. Imagina, después de afanarse durante

todo el día, lo mucho que el cuerpo necesita el descanso; ¡entonces

cuánto más debe necesitarlo la mente!

La mente trabaja mucho más rápido que el cuerpo. Natu-

ralmente la mente e& á mucho más cansada que el cuerpo. Y no

todo el mundo sabe como reposar su mente y por tanto la mente

nunca tiene un descanso. Y entonces lo que ocurre después de un

rato es que la mente se vuelve débil. Pierde memoria, poder de

acción. Pierde razón. Las peores consecuencias son en su mayoría

provocadas por no dar a la mente su justo reposo. Si ocurre que

debilidades tales como la duda o el miedo entran en la mente,

entonces una persona se torna sin descanso, nunca puede encon-

trar el reposo. Durante la noche la mente continúa en la misma

senda de las mismas impresiones. Simple como parece ser, muy

pocos conocen el reposo de la mente y lo maravilloso que es en sí

mismo. ¡Y qué poder, qué inspiración, vienen como consecuencia, y

qué paz uno experimenta, y cómo ayuda al cuerpo y a la mente! El

espíritu es renovado una vez que la mente ha tenido su descanso.

Page 22: Sufis Mo

25

hazrat inayat khan

El primer paso para el descanso de la mente es la relajación del cuerpo. Si se es capaz de relajar el sistema muscular y nervioso a voluntad, entonces la mente es automáticamente refrescada. Ade-más de e� o, uno debe ser capaz de expulsar la ansiedad, preocupa-

ciones, dudas, y miedos por la fuerza de la voluntad, situándose uno

mismo en un e� ado de reposo. Esto será efectuado con la ayuda de

la respiración adecuada.

Se produce un gran magnetismo mediante el aquietar

y puri� car la mente. Y su falta causa pérdida de magnetismo. La

presencia de aquéllos cuya mente no e� á puri� cada y quieta se

convierte en una fuente de male� ar para los demás así como para

ellos mismos. Y atraen poco porque el poder de atracción se ha per-

dido. Todo el mundo e� á cansado en su presencia, y su atmósfera

causa inquietud y male� ar. Son una carga para sí mismos y para los

demás.

Una vez que la mente e� á puri� cada, el siguiente paso es el

cultivo la cualidad del corazón, que culmina en la realización espi-

ritual.

Page 23: Sufis Mo

26

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

4. LA DISTINCIÓN ENTRE LO SUTIL Y LO DENSO

Hay un versículo en la Biblia, “Es el espíritu lo que esti-

mula, la carne no bene# cia en nada”. Así que lo que llamamos vivir

es sutil, lo que e% á muerto es lo basto. En otras palabras, lo que es

denso es basto, y lo que es # no es sutil.

Es verdad como dicen los hindúes que hay una edad de

oro, después una edad de plata, una edad de cobre, y una edad de

hierro. Ciertamente, e% amos en la edad de hierro. Nunca antes en

ningún periodo de la historia hubo tanta grosería y densidad como

la humanidad muestra hoy en día. Y ha sucedido por la ley de la

gravedad. Cuando la conciencia es absorbida en la materia gruesa

entonces una persona gravita hacia la tierra. Cuando la conciencia

es liberada de la materia densa entonces se eleva hacia el cielo.

No quiero decir que la gente no fuera densa hace 2.000 o

3.000 años. Pero cuando estudiamos las tradiciones encontramos

que además eran muy # nos y sutiles en la percepción, más de lo que

somos hoy en día. Nuestro contacto con la tierra y las cosas terre-

nas nos ha hecho más rígidos. Ellos eran más plácidos. Y si quere-

mos pruebas de e% o sólo tenemos que estudiar las lenguas antiguas

como el sánscrito, zend, persa, hebreo, y ver los manuscritos de los

tiempos antiguos y la forma en la que explican las cosas. Quizás

son bastante extrañas a la mentalidad y percepción actuales, sin

embargo su # nura e% á más allá de las palabras. Y parece que vamos

Page 24: Sufis Mo

27

hazrat inayat khan

de mal en peor y que nos e� amos volviendo más groseros cada día.

¡Si sólo nos diéramos cuenta lo lejos que e� amos de lo que se podría

llamar percepción profunda!

Cuando una persona trata de entender las cosas sutiles

sólo mediante cálculos matemáticos, ha llegado a la esfera densa.

No quiere hacerse sutil, y quiere hacer del espíritu, que es la cosa

más � na, algo denso e inteligible. Por tanto es de la mayor impor-

tancia para la realización espiritual desarrollar la percepción sutil.

He visto a gente entrar en trance o sumergirse en meditación pro-

funda y sin embargo faltarles la percepción sutil. Y entonces e� o no

es de valor. No son realmente espirituales. Una persona realmente

espiritual debe tener una mentalidad como líquido, no como una

roca; una mentalidad que se mueve, no cruda y densa.

Esta cuestión tiene también un lado meta� sico. Hay dos

experiencias en la vida. Un campo de la experiencia es la sensa-

ción, el otro campo es la exaltación; y es mediante e� as dos expe-

riencias que uno intenta experimentar la felicidad. Pero lo que se

experimenta mediante la sensación o en la forma de sensación no

es necesariamente felicidad; es placer. Podría tener la apariencia

de felicidad por un momento, pero es sólo una insinuación de la

felicidad.

La exaltación es algo que los místicos experimentan. Y

aquellos que no son místicos también, pero no saben lo que es. No

pueden distinguir entre sensación y exaltación. A veces la exal-

tación puede ser el resultado de la sensación. Es posible; pero al

mismo tiempo la exaltación que depende de la sensación, no es una

exaltación independiente.

Hay dos grados diferentes de exaltación. Para el su� , el alma

es una corriente que une el cuerpo � sico con la fuente. Y el arte

del reposo naturalmente hace más fácil para el alma experimentar

Page 25: Sufis Mo

28

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

la libertad, la inspiración, el poder, porque es entonces cuando se a" oja del agarre del cuerpo $ sico. Como dice Rumi en el Masnavi,

“El hombre e% á cautivo en la tierra. Su cuerpo y su mente son los

barrotes de la prisión. Y el alma e% á inconscientemente ansiando experimentar una vez más la libertad que originariamente le per-tenecía”. La idea platónica de alcanzar la fuente más elevada es la misma: que mediante la exaltación, el alma, para decirlo así, se eleva por encima de la ( rme atadura del cuerpo $ sico. Puede que sea sólo durante algunos momentos, pero en e% os momentos experimenta una libertad que el hombre nunca ha experimentado antes.

Un momento de exaltación es diferente en cada nivel. La exaltación suprema e% á indicada en la Biblia: “Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto en el Cielo”. Mucha gente religiosa dirá que es imposible para el hombre ser perfecto; pero en la Biblia se dice claramente. En todos los tiempos los conocedores y videntes han entendido que hay un e% ado en el cual, llegando a una parti-cular fase de la existencia, uno se siente elevado por encima de las limitaciones de la vida, y se es dado ese poder y paz y libertad, esa luz y vida, que pertenece a la fuente de todos los seres. En otras palabras, en ese momento de exaltación suprema uno no sólo e% á unido a la fuente de todos los seres, sino disuelto en ella; porque la fuente es uno mismo.

La fuente es más grande de lo que puede ponerse en pala-bras. Podemos intentar concebirla comparándola con una semilla, que es la fuente de la " or, las hojas, el tallo, las ramas, y la fragan-cia. Si tomamos sólo la semilla no vemos todo e% o en la semilla; sin embargo e% aban allí todo el tiempo. Por otro lado realmente incluso no podemos comparar la semilla con la fuente, porque la semilla depende del sol y del agua y de la tierra para crecer, mientras que la fuente última no depende de nada. Es todo lo que es fuerte y

Page 26: Sufis Mo

29

hazrat inayat khan

poderoso. Está más allá de las palabras y más allá incluso de nuestra

limitada concepción al pensar en la fuente, salvo que cuando reci-

bimos mayor inspiración, paz, alegría, y magnetismo, apreciamos

las cosas mucho mejor. De e� a forma podemos entender un poco

lo grandiosa que debe ser la fuente. Cuanto más grandiosos somos

más cercanos e� amos de la fuente. Como dice el gran poeta indio

Khusrau, “Cuando me convierto en Ti y Tú te conviertes en mí, ni

Tú puedes decir que yo soy diferente ni Tú puedes decir que Tú

eres diferente”.

Los diferentes grados de exaltación son como las diferen-

tes notas en la música. Igual que distinguimos entre notas más bajas

y más altas, así es con los diferentes grados de la experiencia de la

exaltación. Incluso leer un hermoso poema puede producir exal-

tación. La buena música provoca exaltación, y un sentimiento de

gran alegría también lo hace. Todos ellos disuelven la congestión.

Hay células $ nas de los nervios, que se liberan, y el cuerpo experi-

menta relajación.

Hay una diferencia entre sensación y exaltación, pero

cuando llegamos a las palabras, hay siempre confusión. Se puede

decir que la exaltación es la fusión de toda sensación; pero si se dice

que la exaltación es a través de la sensación, también es verdad.

Tanto como necesitamos la sensación para hacer concreta

nuestra experiencia en la vida, igual o incluso más necesitamos la

exaltación para vivir nuestra vida plenamente. Las creaciones infe-

riores tales como los pájaros y las bestias también tienen vislumbres

de exaltación. No sólo se regocijan en buscar y encontrar semillas,

en hacer nidos o en jugar en el aire, en cantar y en correr en el bos-

que. Hay momentos que incluso las bestias y los pájaros sienten

exaltación. Y si profundizamos más en la materia, entenderemos

lo que leemos en uno de los más maravillosos versos de la tradición

Page 27: Sufis Mo

30

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

islámica: “Hay momentos en los que incluso las rocas se exaltan y los árboles caen en éxtasis”. Si e# o es verdad, entonces el hombre, que ha sido creado para completar la experiencia que cualquier ser vivo pueda tener, debe experimentar exaltación tanto como expe-rimenta la sensación.

Lo que quiero decir por sensación es la impresión que uno tiene de la línea y el color; la preferencia que uno tiene por la suavi-dad en la estructura. Es la apreciación que uno tiene de la fragancia y el perfume; el disfrute que uno gana saboreando lo dulce y lo agrio y lo acre; la alegría que se experimenta al escuchar poesía, canto y música. Todas e# as experiencias se mani' e# an en el campo de la sensación. El mundo de la sensación es un mundo. El mundo de la exaltación es otro; y e# os dos mundos e# án hechos para que el hombre los experimente con objeto de vivir la vida en la tierra plenamente. Y sin embargo, con e# a posibilidad y e# a oportuni-dad en la vida, el hombre continúa viviendo una vida de sensación, olvidando que hay otra vida también, una vida que puede ser expe-rimentada aquí en la tierra, y algo que completa la experiencia de la vida.

Hay un a) ecto * sico de la exaltación que viene como reac-ción o resultado de haber visto la inmensidad del espacio, haber mirado al amplio horizonte, o haber visto el cielo claro, la noche iluminada por la luna o la naturaleza al alba. Mirar el amanecer, observar la pue# a de sol, mirar al horizonte desde el mar, e# ar en medio de la naturaleza, mirar el mundo desde lo alto de una mon-taña, todas e# as experiencias, incluso una experiencia tal como observar las pequeñas sonrisas de un inocente niño, e# as experien-cias elevan y le dan a uno un sentimiento que no puede llamarse sensación. Es exaltación.

Un a) ecto más elevado de la exaltación es una exaltación

Page 28: Sufis Mo

31

hazrat inayat khan

moral –cuando sentimos haber dicho o hecho algo desagradable; cuando pedimos perdón, y nos humillamos ante alguien con quien hemos sido desconsiderados. Entonces hemos humillado nuestro orgullo. O cuanto sentimos una profunda gratitud hacia alguien que ha hecho algo por nosotros; cuando hemos sentido amor, sim-patía, devoción, que parecen interminables y que parecen tan gran-des que nuestro corazón no puede acomodarlos, cuando hemos sentido tanta piedad por alguien que nosotros mismos hemos olvi-dado; cuando hemos encontrado una profunda felicidad en rendir un humilde servicio a alguien necesitado; cuando hemos dicho una oración que ha llegado desde el fondo de nuestro corazón; cuando nos hemos dado cuenta de nuestra limitación y pequeñez en com-paración con la grandeza de Dios; todas e� as experiencias elevan al hombre.

El momento en que tenemos e� as experiencias, no vivi-mos en la tierra sino en otro mundo. La alegría de tales experiencias es muy grande, y sin embargo pueden ganarse sin pagar nada, mien-tras que las sensaciones cue� an algo. Tenemos que ir al teatro, ir a todo tipo de entretenimientos. Todo e� o cue� a algo. Cue� an más de lo que merecen la pena; pero la exaltación, que e� á más allá del precio, viene por sí misma tan pronto como se muestra inclinación hacia ella. Sólo es cuestión de cambiar nuestra a� itud.

Una vez visité un gran sabio en Bengala. Le dije, “Qué ben-dita vida la tuya, que das placer y felicidad a tantas almas”, pero él conte� ó, “Qué privilegiado soy yo mismo que vienen a mí mil veces más placer y felicidad”.

Exaltación es un proceso puri� cador. Un momento de exaltación puede puri� car la maldad de muchos años, porque es como bañarse en el Ganges, como dicen los hindúes. Es simbólico. La exaltación es el Ganges, y si nos bañamos en él nos puri� camos

Page 29: Sufis Mo

32

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

de todos los pecados. No cue! a mucho hacerse exaltado. Una a" i-

tud amable, una tendencia simpática de la mente, y ya e! á ahí. Si

nos diéramos cuenta, encontraríamos que nuestros ojos derraman

lágrimas en simpatía con otro. Ya e! ábamos exaltados. Nues-

tra alma se ha bañado en el Ganges espiritual. Llegó mediante el

olvido de uno mismo y la destrucción del egoísmo. Pero recuerda

que nunca podemos a* rmar ser no egoístas. Por muy no egoís-

tas que podamos ser, somos lo mismo egoístas. Pero podemos ser

sabiamente egoístas, y si vamos a ser egoístas, es sólo para ser sabia-

mente egoístas. Es lo mismo que lo que llamamos generosidad y es

bene* cioso ser así en lugar de ser ignorantemente egoísta; porque

el primero gana y el último pierde.

El tercer a0 ecto de la exaltación llega al tocar la razón de

las razones, al comprender la esencia de la sabiduría; al sentir la

profundidad, la honda profundidad del propio corazón, al ampliar

nuestra visión de la vida; al abrir nuestra concepción, al profundi-

zar en nuestras simpatías, y al elevarse a esas esferas donde la exal-

tación espiritual se mani* e! a. Hoy en día un hombre de sentido

común o una persona que es llamado un hombre prá" ico se reiría

de la idea de que alguien tenga visiones o experiencias de éxtasis, de

que alguien entre en lo que se llama un trance. Pero no hay nada

sorprendente en ello, nada de lo que reírse. Sin embargo, e! as cosas

se vuelven risibles cuando son hechas por quien no las merece;

principalmente aquéllos que buscan y reclaman la aprobación de

los demás por haber tenido e! as experiencias. Aquéllos que real-

mente experimentan e! as cosas no necesitan decirle a la gente que

tuvieron e! a o aquella experiencia. Su propia alegría es su recom-

pensa. Nadie más debería reconocérselo. Mientras menos sepan los

demás, mejor.

¿Por qué deberíamos mostrar ser diferentes de los demás?

Page 30: Sufis Mo

33

hazrat inayat khan

Es sólo vanidad. Y mientras más vanidad menos progreso hacemos

en el camino espiritual. Mostrarse diferente de los demás es lo peor

en el camino espiritual. Aquellos que e� án realmente evolucio-

nados, e� án contentos de actuar como cualquiera actuaría. Para

los novelistas parece hermoso describir a los maestros viviendo en

cuevas en los Himalayas o moviéndose en el bosque en algún lugar

inaccesible y encontrarlos, siempre manteniéndose alejados y apar-

tados, de forma que nadie pueda llegar hasta ellos. Pero cada alma

tiene una chispa divina, y por tanto si hay un e� ado más elevado

de la evolución humana es para los seres humanos, no para aquellos

fuera del mundo humano. Si e� án fuera del mundo humano, no

hay relación entre nosotros y ellos. Las grandes almas espirituales

han vivido en el mundo, en medio del mundo, y han probado ser los

más grandes maestros.

Imagina la vida de Abraham, de Moisés, la vida de Jesu-

cristo; y también la vida de Mahoma en guerras y batallas, y sin

embargo tan exclusiva y remota, tan espiritual como nadie podría

ser. Y Krishna, imagínatelo en Kurukshetra luchando en la bata-

lla, dando lugar a una escritura universal. Si todos ellos hubieran

vivido en cuevas en las montañas no nos hubiéramos bene� ciado

de ellos. ¿De qué sirven esos santos que nunca vemos, esos que

e� án fuera del mundo, para nosotros que e� amos expue� os a mil

di� cultades en cada momento de nuestra vida? Y e� as di� cultades

e� án en incremento. Con la evolución del mundo la vida se vuelve

más pesada, más di� cil. No, la maestría, la santidad, la evolución

deben mostrarse aquí en la tierra. Es muy fácil ser evolucionado en

el séptimo cielo. Pero la exaltación experimentada e impartida a los

demás aquí en la tierra es la exaltación, que más merece la pena.

En cuanto a lo denso y lo sutil de la naturaleza humana,

los héroes, reyes, maestros, profetas, aquéllos que se han ganado el

Page 31: Sufis Mo

34

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

corazón de la humanidad, han sido " nos en percepción y en carác-ter. No han sido groseros. Su " nura fue simple. Hubo siempre un lado simple en ella, pero al mismo tiempo fue sutil, lo que la hace hermosa. Una persona que puede hablar sin hablar y uno que puede hacer sin hacer es una persona sutil y esa sutileza es la más aprecia-ble. Aquél que ve y no ve, sabe y no sabe; aquél que experimenta y no experimenta al mismo tiempo, aquél que vive y sin embargo e' á muerto, ésa es el alma que experimenta la vida plenamente.

Page 32: Sufis Mo

35

hazrat inayat khan

5. MAESTRÍA

El propósito de la vida es lograr la maestría. Ésta es la intención del espíritu, y es siguiendo e% a intención que todo el universo es creado. Los diferentes e% ados desde mineral a vegetal, de vegetal al reino animal y del animal al hombre, son el de& ertar del espíritu hacia la maestría. Usando los reinos mineral y vegetal y controlando el reino animal para su servicio, el hombre muestra en primer lugar que en él se despierta ese espíritu mediante el cual el universo entero fue creado.

Su poder de conocer, de entender, de utilizar para el bien mayor, es la señal de la maestría. Pero al mismo tiempo hay un ene-migo que tiene el hombre, y ese enemigo es la limitación; y el espíritu de la limitación es siempre un obstáculo para realizar el espíritu de la maestría y pra* icarlo. Aquéllos que en algún momento u otro en sus vidas se han dado cuenta de e% e objetivo principal, para el cual nació el hombre, han intentado desarrollar ese espíritu de maestría con la intención de defenderse a sí mismos.

El proceso de ir desde la limitación a la perfección es lla-mado misticismo. Misticismo signi1 ca desarrollar la limitación hacia la perfección. Todo el dolor y el fracaso pertenecen a la limi-tación. Todo el placer y el éxito pertenecen a la perfección. En su propio entorno, uno encontrará que aquéllos que son infelices e insatisfechos con la vida y que hacen a los demás infelices, son aquéllos que e% án más limitados. Aquéllos que pueden ayudarse a sí mismos y ayudar a los demás, que son felices y traen placer a las vidas de los demás, e% án más cerca de la perfección.

Page 33: Sufis Mo

36

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

¿Qué se quiere decir por limitación y qué por perfección? Éstas son sólo condiciones de la conciencia. Cuando se es cons-ciente de la limitación, se es limitado. Cuando se es consciente de la perfección, se es perfecto. Porque el que es limitado en la conciencia limitada es el mismo que el perfecto en la consciencia perfecta. Para dar un ejemplo: había un hijo de un hombre rico que tenía mucho dinero pue& o a su nombre en el banco. Pero él no lo sabía; y cuando quería gastar algún dinero encontraba muy poco en su bolsillo. Esto le hacía limitado. En realidad su padre había pue& o una gran suma en el banco, pero él no era consciente de ello. Es exa* amente lo mismo con cada alma. Cada alma es consciente de lo que posee y es inconsciente de lo que e& á pue& o a su nombre. Lo que e& á al alcance de uno, uno siente que es propio, pero lo que parece no e& ar al alcance uno considera que e& á fuera. Es natural. Pero la sabidu-ría abre una puerta para buscar y ver si lo que parece fuera no e& á también destinado a conocerse.

A veces, la maestría de la vida es conocida por una persona. Puede que no sea un místico, pero si su momento llega, la conoce. Un día me pareció interesante que un hombre, que no había hecho nada en su vida sino negocios y se hizo tan rico que quizás fuera uno de los más ricos de su país, quiso mostrarme su parque, un her-moso parque que tenía alrededor de su casa. Mientras fui su invi-tado dimos un paseo. Él dijo, “Es maravilloso venir aquí a mi parque por la mañana y por la noche”. Le pregunté “¿Cuánto se extiende tu parque?” Y dijo, “¿Quieres saberlo? ¿Ves el horizonte desde aquí?” Dije, “Sí”. Él me dijo, “Toda e& a tierra es mía y el mar también. Todo lo que puedas ver”. Era una respue& a maravillosa, y un ejemplo de la teoría que he mencionado; él no era consciente sólo de lo que poseía, sino de todo lo que e& aba allí. No hizo una línea divisoria entre lo que era suyo y lo que e& aba más allá. Es un misterio, y es

Page 34: Sufis Mo

37

hazrat inayat khan

di� cil para cualquiera mirar la vida de e� a manera. Pero e� e hom-bre que e� aba en los negocios, e� e hombre que ni siquiera pensó nunca en el misticismo, pudo también llegar a la concepción que el místico descubre tras años de meditación. Era una concepción puramente mística.

Cuando los derviches, que a veces tienen las mangas remendadas o e� án escasamente vestidos, quienes a veces tienen comida y otras no, se dirigen unos a otros, dicen, “Oh rey de reyes, oh emperador de emperadores”. Es la conciencia de lo que es rey o emperador, lo que e� á ante ellos. La frontera de su reino no es limi-tada. El universo entero es su reino. Es de e� a forma que un alma procede hacia la perfección, al abrir la conciencia y elevarla más alto. Cuando el alma se desarrolla espiritualmente, se eleva a una altura donde ve un horizonte más amplio; por tanto su posesión se vuelve mayor. Podrías decir, “por mirar al horizonte é� e no se convierte en nuestra posesión; lo que poseemos es lo que podemos llamar nuestro”. Pero Colón fue el primero en ver América. Él no fue el primero en poseerla. La posesión vino después. La primera cosa es ver, después poseemos; ¿pero si no vemos cómo podemos poseer? Y sin ver nuestra posesión no es nuestra posesión.

Hay dos formas diferentes, dos ángulos diferentes desde los que se debería mirar a la perfección. Una de ellas se puede com-parar con una línea perpendicular y la otra con una línea hori-zontal. La forma, que se compara con una línea perpendicular, es alcanzar el conocimiento interior. ¿Cómo se alcanza e� e conoci-miento? Primero de todo, mediante la concentración uno alcanza el conocimiento interior, lo que quiere decir que se es capaz de ver concretamente y ser consciente de algo que e� á aparte del propio cuerpo � sico. Una persona puede ser consciente de un poema, una palabra, un dibujo, una idea o algo, y si puede ser tan consciente de

Page 35: Sufis Mo

38

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

él hasta que llegue a perder la consciencia de su limitado cuerpo por un momento, ése es el primer paso.

Aunque parece muy fácil, no es tan fácil. Cuando una persona comienza a hacerlo, tan pronto como cierra sus ojos para concentrarse mil cosas vienen ante él. También su cuerpo & sico se vuelve inquieto. Dice, “¡Esta persona no es consciente de mí!” Y entonces se pone nervioso y se tuerce y se retuerce con objeto de que sea consciente del cuerpo. Al cuerpo no le gusta que la persona no sea consciente de él. Es como un perro o un gato; le gusta que le pre) en atención. Entonces un tipo de acción nerviosa surge en el cuerpo. Tiene ganas de moverse, girarse, rascarse, o de algo. Tan pronto como uno quiere disciplinar el cuerpo, el cuerpo no quiere aceptar la disciplina.

El segundo e) ado es que en lugar de ser consciente de un pensamiento, uno sea consciente de un sentimiento, que es más amplio todavía; porque el pensamiento es una forma, y la mente incluso ve la forma. Pero el sentimiento no tiene forma, por tanto + jar la mente en un sentimiento y mantenerla con la intención de permanecer ahí, no es cosa fácil. Cuando una persona ha hecho e) o y no se ha perdido en la inquietud de la mente, entonces cier-tamente se siente elevado.

Éste es el límite del progreso humano y más allá de e) o e) á el progreso divino. ¿Qué es el progreso divino? Cuando se va toda-vía más allá, entonces en lugar de ser a1 ivo uno se vuelve pasivo. Es un e) ado o conciencia, ser pasivo. Allí no se necesita concentra-ción, lo que se necesita es meditación. Allí uno entra en contacto con ese poder que es audible y visible dentro de uno y del cual sin embargo se es ignorante; ese poder, que e) á ocupado moviéndose hacia la materialización del objeto de su intención.

Una vez se entra en contacto con e) a experiencia, nunca

Page 36: Sufis Mo

39

hazrat inayat khan

más en la vida puede decirse que hay tal cosa como un accidente. Entonces uno ve que todo lo que ocurre e� á destinado y preparado, cuando uno lo atrapa en su condición preparatoria antes de que se haya manife� ado en el plano terrestre.

Y si se va más lejos, hay conciencia en su a� ecto de inteli-gencia pura. Es conocer y sin embargo no conocer nada. Y no cono-cer nada signi� ca conocer todas las cosas. Porque el conocimiento de las cosas es lo que embota la facultad de conocer. En otras pala-bras, cuando una persona e� á mirando un e� ejo, su re� ejo cubre el e� ejo y en ese e� ejo nada más puede ser re� ejado. Por tanto cuando la conciencia es consciente de algo, se embota. En ese momento se embota, o en otras palabras e� á cubierta por algo de lo que es consciente. El momento en que esa cubierta es retirada, es su propio ser, es inteligencia pura, es espíritu puro. En e� a condi-ción su poder, vida, magnetismo, fuerza, su capacidad, son mucho mayores, incomparablemente mayores de lo que uno puede ima-ginar. Lo que ocurre no puede ser explicado excepto diciendo que con la ayuda de la meditación se alcanza esa condición. Y si se va todavía más arriba, no hay ni conciencia, es una e� ecie de condi-ción omnisciente, que es la señal de la perfección interna.

Ésta es una dirección de progreso. Hay otra dirección de progreso; é� a es verse uno mismo re� ejado en otro. Cuando se es amigo de otra persona, de manera natural la propia simpatía, amor, amistad, hace que uno se vea a sí mismo en el otro, y e� o da la inclinación al sacri� cio. Nadie se sacri� ca por otro que no sea uno mismo. Si e� e sentimiento se desarrolla se extiende más lejos, no sólo con el amigo, con el vecino, sino con el extraño, con la bestia y el pájaro y el insecto; se es uno con todos los seres vivos, y e� o da tanta visión interior del otro como la otra persona tiene de sí misma. Uno sabe tanto de él como él sabe de sí mismo, incluso más.

Page 37: Sufis Mo

40

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Éste es el fenómeno más simple de e� a conciencia, y no el hacer maravillas. Se demuestra inmediatamente que uno sabe tanto sobre la otra persona como ella misma.

Pero hay otra prueba, la moral; y es que uno se hace amigo del sabio y del ignorante, del virtuoso y del malvado, más y más, como si uno les atrajera. No puede evitarse. La simpatía es tan poderosa que incluso los enemigos se derriten antes o después. No es sólo cuento que Daniel fue enviado a una cueva en la montaña y que los leones fueron amansados. Para ver e� e fenómeno no se necesita ir a las montañas. En e� e mundo los hay peor que los leo-nes: naturalezas buenas y naturalezas malas, gente posible e impo-sible, y si uno puede controlarlos, se ha logrado algo; porque e� o requiere un poder mayor que amansar leones. Puede pensarse en diferentes ideas: agitadas, contradictorias, embotadas, ignorantes, ideas llenas de falsedad o envidia; ¡cuántas espadas y venenos hay en e� e mundo! Y es sólo un poder, el poder de la propia simpatía

que asimila todas las in� uencias venenosas. Quita su veneno y no le hiere a uno mismo. Más tarde o más temprano uno puede puri� -carlas y revivirlas, fundirlas, moldearlas, y dirigirlas hacia el propó-sito de la vida.

El mundo persigue la complejidad. Si yo diera charlas sobre cómo ganar magnetismo para hacer que la gente te escuche, y para llevarlos hacia ti, si diera veinte ejercicios para hacer e� as cosas, signi� caría un gran éxito para mí. Pero si te digo cosas sim-ples como e� a, que es la profundización de tu simpatía, el de� ertar en ti ese espíritu simpático que es todo poder y magnetismo, y la expansión de lo que signi� ca el descubrimiento espiritual, entonces habrá pocos que lo entiendan. Porque los seres humanos no quie-ren enseñanzas simples, quieren complejidad.

Y después hay otro e� ado de expansión, y é� e es inten-

Page 38: Sufis Mo

41

hazrat inayat khan

tar mirarlo todo desde otro punto de vista, intentar pensar como

piensa la otra persona. No es algo fácil porque desde la infancia se aprende a creer que uno debe mantenerse en sus propios pensa-mientos. Uno no se cambia al pensamiento de otro. El hecho de que se tenga un pensamiento hace que uno mismo se mantenga en él.

Es por tanto una señal de expansión poder ver desde el punto de vista de un niño, o desde el punto de vista de una persona ignorante, cómo mira las cosas. Y lo más interesante es que e� o le lleva a uno a ser tolerante y paciente. De e� a forma uno extiende el conoci-miento a un grado que ninguna lectura puede dar.

Entonces se empieza a recibir desde todas las fuentes; se atraerá el conocimiento desde cada plano tan pronto como la mente se vuelva tan � exible que no se e� anque en su propio punto de vista.

Este proceso es llamado desaprender. Si dices a cierto hom-bre, “Ésta no es una buena persona”, aunque puedas e� ar bastante equivocado la tendencia general es � jarse a esa idea. Pero la mayor evolución es ver también desde el punto de vista de e� e hombre. Él tiene una razón para ser como es. Quizás e� á demasiado poco evolucionado para ver, o e� á más evolucionado y menos interesado en la otra persona. Sin embargo, viendo desde su punto de vista no pierdes el tuyo propio. Tu punto de vista e� á todavía ahí; pero el otro punto de vista se añade al tuyo, por tanto tu conocimiento se hace mayor. Esto signi� ca un mayor ensanchamiento del corazón y a veces el corazón siente dolor cuando lo ensanchas. Pero ensan-chando el corazón y haciéndolo más y más grande, tú conviertes tu corazón en el Libro sagrado.

Y el tercer a� ecto es sentir otra persona. Un hombre es muy a menudo diferente de lo que aparenta y de lo que piensa. A veces actúa y habla de forma muy distinta a como siente; y si tus

Page 39: Sufis Mo

42

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

sentimientos pueden conocer los sentimientos de otro, e� o es un a� ecto elevado. Te conviertes en una personalidad altamente evo-lucionada cuando los sentimientos de otro pueden contarte mucho más que sus palabras o acciones; y a veces pueden darte una opinión de una persona bastante diferente de la que tenías si sólo le viste y le oíste hablar. Cuando se ha llegado a e� e punto, la evolución humana acaba y comienza la evolución divina. Entonces sin duda se gana visión interior sobre lo que ocurre en el espíritu del hombre; si va a tener éxito o no, si va a ser feliz o no, o lo que va a conseguir; porque hay algo moviéndose dentro de e� a persona, preparando su plan para el mañana. Comienzas a tocarlo y comienzas a obte-ner una impresión de él, y esa impresión es a veces tan clara como podría ser cualquier cosa visible o audible.

Si vas más allá entonces te unes con todo. En e� a concien-cia la distancia ya no es distancia nunca más. Si puedes extender tu conciencia de forma que toque la conciencia de otro, entonces no sólo los pensamientos de esa persona sino su espíritu entero es re� ejado en tu espíritu. El espacio no importa. Tu conciencia puede tocar cada parte del mundo y cada persona, a cualquier distancia que pueda e� ar.

Y si vas todavía más allá, entonces simplemente te das cuenta de que e� ás conectado con todos los seres. Que no hay nada ni nadie que e� é dividido o separado de ti, y que no e� ás sólo conectado por cadenas con aquellos que amas, sino con todos aquéllos que has conocido o que no has conocido

-conectado por una conciencia que te une más rápido que cualquier cadena. Naturalmente entonces se empieza a ver la ley que opera en la naturaleza. Comienza a verse que todo el universo es un mecanismo trabajando hacia cierto propósito. Por tanto el que e� á en lo correcto y el equivocado, el bueno y el malo, e� án

Page 40: Sufis Mo

43

hazrat inayat khan

todos logrando un resultado deseado, mediante el poder equivo-

cado y el poder correcto, un resultado destinado a ser, que es el pro-

pósito de la vida. Entonces de forma natural se vuelve la espalda al espíritu

dogmático: “te equivocas” y “llevas razón”, y llega el espíritu del sabio: no decir nada, conocerlo todo, hacerlo todo, sufrirlo todo. Esto hace a uno el amigo de todo y el sirviente de todo. Y con todas las comprensiones de la verdad mística y la realización espiritual, uno se da cuenta de una cosa, la única cosa que merece la pena, y es ser de alguna pequeña utilidad a nuestros compañeros humanos.

Page 41: Sufis Mo

44

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

6. EL CONTROL DEL CUERPO

Mucha gente piensa que lo ! sico tiene poco que ver con lo espiritual. ¿Por qué no, se preguntan, dejar de lado la idea de lo ! sico para ser enteramente espiritual? Sin el a$ ecto ! sico de nues-tro ser el propósito de la vida no podría ser realizado, el alma no habría tomado un cuerpo ! sico y el espíritu no habría producido el mundo ! sico. Un poeta indostaní dice, “Si el propósito de la crea-ción pudiera haber sido completado por los ángeles, que son entera-mente espirituales, Dios no habría creado el hombre”. Esto muestra que hay un gran propósito que realizar por lo que es llamado el cuerpo ! sico. Si la luz de Dios pudiera haberse mostrado direc-tamente, no hubiera habido una manife) ación tal como Cristo. Fue necesario, por así decirlo, que Dios caminara en la tierra en el cuerpo ! sico. Y la concepción de que el cuerpo ! sico e) á hecho de pecado, y que es el a$ ecto más bajo del ser, muy a menudo probará ser un error, porque es a través de e) e cuerpo ! sico que se logra lo más elevado y el más grandioso propósito de la vida. Una persona sólo lo llama su cuerpo ! sico por ignorancia. Una vez que el conoci-miento llega a él empieza a verlo como el templo sagrado de Dios.

Nuestra experiencia en la vida a través del cuerpo ! sico tiene cinco a$ ectos. El primer a$ ecto es la salud, cuya posesión es el cielo, y cuya ausencia el in+ erno. No importa lo que tengamos en la vida, riqueza, renombre o fama, poder o posición, comodidad o conveniencia, sin salud todo eso es nada. Cuando una persona tiene salud no piensa en ella, no la valora. Se preocupa de cosas que no

Page 42: Sufis Mo

45

hazrat inayat khan

tiene. Intenta sacri� car su salud por placeres, por riqueza material. Está dispue� o a sacri� car su salud por sus fantasías intelectuales,

por alegría, por regocijo, por un buen rato, por una ambición que

quiera satisfacer. Pero muy a menudo antes de que la ambición o

el deseo se cumplan llega el colapso y entonces empieza a darse

cuenta de lo que signi� ca la salud. Nada puede comprarla, nada

puede compararse con ella. Si recogiéramos juntas todas las ben-

diciones que pueden recibirse en la vida y las pesáramos en una

balanza, encontraríamos que la salud es la que más pesa.

Es la salud la que capacita al hombre para ser tanto mate-

rial como espiritual. Su falta le quita de lo material así como de lo

espiritual. Le roba de lo material porque su condición no e� á en

orden y de la espiritualidad porque es la totalidad de la salud la

que capacita al hombre para experimentar la vida espiritual ple-

namente. No quiero decir que sea un pecado e� ar enfermo y una

virtud e� ar bien; quiero decir que la salud es una virtud y la enfer-

medad un pecado.

Otro a� ecto de la existencia � sica es el equilibrio. Es el

equilibrio el que da control sobre el cuerpo. Por el equilibrio el

hombre puede permanecer de pie, andar, y moverse. Cada acción,

cada movimiento � sico, es sostenido por el equilibrio. Y la falta de

equilibrio siempre mostrará alguna carencia en el cará� er de una

persona y al mismo tiempo la condición de su vida. En cualquier

forma que la falta de equilibrio se mani� e� e, siempre signi� ca

que algo falta en la personalidad. Si se estudia el caminar de una

persona, la forma en que se mueve o mira, todo lo que hace, se ve

que siempre que el equilibrio falta algo falta detrás que uno puede

no conocer pero que saldrá a la luz en su momento. Por ejemplo,

cuando una persona se tambalea, no creas que es sólo un defecto

exterior; tiene algo que ver con el cará� er del hombre. Igual que

Page 43: Sufis Mo

46

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

se tambalea al andar, así se tambalea en su determinación, en su creencia. Lo mismo que el médico ve la condición interna en los ojos y en la lengua del paciente, así el sabio ve todo lo que concierne a un hombre en cada movimiento, e% ecialmente al observar el equilibrio.

Muchos occidentales lectores de & loso' a oriental me han preguntado: “¿Cómo es que tus maestros de Oriente pra( ican acrobacias, se sientan en ciertas posturas, permanecen sobre una pierna, sobre sus cabezas, se sientan con las piernas cruzadas en una posición por largo tiempo, y muchas otras cosas extrañas que uno no pensaría que hiciera una persona espiritual? ¿Qué espiritualidad se consigue con e+ o? Nosotros consideramos e+ as cosas pertene-cientes a los acróbatas y atletas.” Y yo conte+ aba que todas e+ as cosas como las prá( icas deportivas, atléticas y acrobáticas, cuando son hechas como pasatiempo son un abuso de energía, tiempo y tra-bajo. No se obtiene el bene& cio completo de ellas, pero los expertos las usan para un propósito superior. No hay nada en e+ e mundo, si se pra( ica apropiadamente, que no resulte ser bene& cioso en la realización espiritual.

No creas que ir a la iglesia o al templo y ofrecer oraciones, o sentarse en silencio con los ojos cerrados es el único camino para la realización espiritual. Pero si todo lo que hacemos en nuestro día a día lo dirigimos hacia la meta espiritual, nos ayudará en nuestra realización espiritual. Además, ir a la iglesia una vez a la semana implica muy poco trabajo espiritual. Incluso cuando decimos nues-tras oraciones cada noche antes de ir a dormir, se hace muy poco trabajo espiritual. Porque en cada momento del día vivimos en una ilusión. Todo lo que hacemos tiene el efecto de cubrir nuestra visión espiritual. Esto es por lo que cada momento del día debe-ríamos e+ ar concentrados. ¿Cómo podemos hacer e+ o si tenemos

Page 44: Sufis Mo

47

hazrat inayat khan

nuestros negocios, industria, profesión, y mil cosas que hacer en nuestro día a día? La respue� a es que deberíamos convertir todo

lo que hacemos en una oración. Entonces sea cual sea nuestra pro-

fesión, trabajo, y ocupación en la vida diaria, todo nos ayudará en

la realización espiritual. Entonces cada una de nuestras acciones se

convertirá en una oración. Cada movimiento que hagamos hacia el

sur, el norte, el oe� e o el e� e apuntará a la meta espiritual. No todo

el mundo se percata de cuánto equilibrio falta en su vida. Entre cien

personas apenas puedes encontrar una realmente en equilibrio.

Hay un equilibrio espiritual también, pero e� e equilibrio espiritual

se alcanza primero equilibrando el cuerpo � sico y sus movimien-

tos.

El tercer a� ecto de nuestra existencia � sica es el perfec-

cionar nuestro cuerpo, en otras palabras, la � nura, la capacidad de

sentir, del cuerpo. Hay un temperamento espiritual, y e� e tem-

peramento puedes verlo en el cuerpo de una persona. Hay gente

sensible, quizás un poco nerviosa, y también hay gente densa que

tiene un a� ecto bastante diferente. Una persona sensible que

puede apreciar la música, que puede responder a la belleza de línea

y color, que puede disfrutar plenamente los sabores salado y dulce,

agrio y amargo, que puede sentir calor y frío, que puede percibir la

fragancia, distinguir todo e� o, es quien ha nacido con un tempera-

mento espiritual. La persona que no tiene amor por la música, que

no puede apreciar la fragancia, que no puede entender la belleza de

línea y color, esa persona es densa, y le llevará tiempo desarrollarse.

Por tanto la experiencia de toda la alegría y el placer que ofrece la

vida no e� á en la materialidad, e� á en la espiritualidad. No es la

persona material la que experimenta la vida plenamente; es la per-

sona espiritual quien lo hace.

Uno podría preguntar, “Entonces ¿qué pasa con los ascetas

Page 45: Sufis Mo

48

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

que viven la vida de un ermitaño en soledad, que no comen comida

apropiada, que se mantienen lejos de toda comodidad y belleza de

la vida?” Estos no son caminos para que los siga todo el mundo.

Al mismo tiempo es un error criticarlos. Tales personas son los

que hacen experimentos en la vida mediante el sacri$ cio de toda

la alegría y el placer que la tierra puede dar. Mediante su soledad

experimentan, justo como un cientí$ co se encierra en su laborato-

rio por años y años; y e& os ascetas que lo dejan todo en el mundo

también alcanzan un cierto conocimiento que ellos nos dan. No es

un principio para que todo el mundo siga, porque la espiritualidad

no depende de tales cosas. ¿Por qué nos son dados los ojos si no es

para apreciar todo lo que es bello? ¿Por qué nos son dados los oídos

si uno no puede disfrutar la música? ¿Por qué uno ha sido mandado

a la tierra si no puede mirar la tierra por miedo a ser llamado mate-

rialista? Aquellos que dan a entender que la espiritualidad es algo

así hacen de Dios un ogro, algo amenazante. De hecho la espiritua-

lidad es la plenitud de la vida.

De acuerdo con el cuarto a) ecto de nuestra existencia

* sica, el hombre equivocadamente se identi$ ca a sí mismo con el

cuerpo * sico, llamándolo “yo mismo”. Y cuando el cuerpo * sico duele

dice, “e& oy enfermo”, porque se identi$ ca a sí mismo con algo que

le pertenece pero que no es él mismo. La primera cosa para apren-

der en el camino espiritual es no reconocer el cuerpo * sico como

nosotros mismos, sino como un instrumento, un vehículo, a través

del cual se experimenta la vida. Este instrumento e& á tan equipado

que se puede ser capaz de experimentar todo lo que merece la pena

ser experimentado fuera de uno, y también todo lo que merece la

pena experimentar dentro de uno mismo. Cuando nace y se cría un

niño, su primera tendencia es disfrutar y experimentar todo lo que

e& á fuera de él mismo, y el hombre usualmente no tiene la opor-

Page 46: Sufis Mo

49

hazrat inayat khan

tunidad de experimentar lo que e� á dentro de él. Pero al mismo tiempo el cuerpo e� á equipado con el instrumento, con los medios, con los que experimentar tanto la vida exterior como la interior. Si una persona no usa su mano o su pierna durante muchos años, el resultado será que pierde su vitalidad, vida, energía, y nunca más

será de ningún uso. Conocemos el uso de nuestras manos y pies, que son las partes exteriores el mecanismo � sico. Pero hay partes más internas y más � nas del mecanismo � sico que los místicos han llamado centros, cada centro teniendo su objeto particular –intui-ción, inspiración, impresión, revelación- y todo ello es experimen-tado por medio de e� os centros.

Tal como los órganos de nuestros sentidos pueden expe-rimentar la vida que nos rodea, así los centros nerviosos pueden experimentar la vida que e� a dentro de nosotros. Pero cuando no se usan e� os centros durante muchos años se atro� an, no se des-truyen pero se atro� an, y ya no pueden usarse para lo que existen. Muchos que se embarcan en el trabajo espiritual guiados por un maestro apropiado empiezan a sentir una sensación en el medio de la frente, como si algo se estuviera de� ertando allí. Después de algún tiempo empiezan a notar más y más una esfera de la que eran bastante ignorantes. Hay algunos que empiezan a notar una sensa-ción en el plexo solar, que no habían tenido antes. Si e� a sensación se despierta ellos de forma natural se hacen más intuitivos. Algunos sienten cierta sensitividad arriba de la cabeza, o en el centro de su garganta. Con su crecimiento lo sienten más y más. Entre e� a gente sin duda se encontrarán algunos que son intuitivos por naturaleza.

La diferencia entre aquellos cuyos centros responden y aquellos cuyos centros nerviosos no responden es la de la roca y la planta. La roca no responde a la simpatía, pero la planta sí. Y así aquellos cuyos centros intuitivos e� án despiertos en alguna

Page 47: Sufis Mo

50

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

medida empiezan a sentirse intuitivos y después siguen la ins-

piración y la revelación. Pero debería tenerse en mente que e% as

cosas no son para hablar de ellas. Aquéllos que menos saben hablan

más; y entonces si aquellos que no e% án todavía preparados para

conocer e% os secretos mantienen alguna teoría u otra de e% e tipo,

hablan de ello a todo el mundo. Y entonces escriben un libro sobre

sus propias concepciones erróneas. Nunca han tenido la paciencia,

la perseverancia, y la guía correcta que les ayude, y a menudo se

extravían; y muchos de ellos han dañado su salud y perdieron el

equilibrio intentando de+ ertar centros. Hacen super/ cial algo que

es de lo más serio, de lo más sagrado, y que conduce a la realización

espiritual. Otros se ríen de ello, los que no tienen clase no pueden

percibir la simpatía como la percibe una planta. No ven las posibi-

lidades en sí mismos y se mofan de aquellos que no perciben; y de

e% a forma una ciencia, que es la más elevada de todas las ciencias,

ha sido mal utilizada y tratada sin re+ eto.

En Oriente un maestro no da guía hasta que no tiene total

con/ anza en el aprendiz, para no permitir que otros se mofen o

se rían de lo más sagrado. Cuando da iniciación el aprendiz pre% a

juramento de que no hablará de e% as cosas ante los que son incons-

cientes de su valor, importancia y sacralidad; y sólo entonces son

guiados. Además, cada individuo es guiado separadamente por el

maestro.

Finalmente, hay un quinto a+ ecto de nuestra existencia

0 sica. Hay dos cosas: sensación y exaltación. A través de la sensa-

ción, se experimenta el placer. A través de la exaltación, se experi-

menta la dicha. Hay una diferencia entre dicha y placer. Lo que un

hombre e% á acostumbrado a experimentar a través de su cuerpo

0 sico es placer; el placer de comer, el placer de beber, el placer de

mirar cosas bonitas. Por tanto todo lo agradable que conoce es lo

Page 48: Sufis Mo

51

hazrat inayat khan

que es experimentado por los sentidos � sicos. Pero además hay

una alegría que no depende de los sentidos, que sólo depende de la

exaltación; y esa exaltación se experimenta también por medio del

cuerpo.

¿Cómo se alcanza? Hay acción y su resultado, y hay reposo

y su resultado. Al resultado de una acción, se le llama sensación, y

al resultado del reposo, exaltación. En el Masnavi de Rumi, el poeta

más maravilloso de Persia, leemos acerca de las bendiciones de dor-

mir, donde él dice, “Oh sueño, no hay mayor dicha que se compare

contigo. En el sueño los prisioneros son libres de su prisión, y los

reyes no poseen trono y corona. Los pacientes que sufren pierden

su dolor o preocupaciones, y las penas se olvidan”. Esto muestra que

el sueño es una forma de reposo, que se logra automáticamente, que

nos eleva sobre las ansiedades, preocupaciones y male� ares, sobre

las penas y preocupaciones. Cuando e� a condición de reposo puede

ser provocada a voluntad, se tendrá una experiencia de maestría,

porque entonces no se es dependiente de una condición automá-

tica. Si e� a condición que nos eleva sobre nuestras preocupacio-

nes, problemas, penas, ansiedades, dolores y sufrimiento puede

ser producida dentro de nosotros, algo grande se logra. Y la forma

de lograrlo es pra� icando el reposo. Lo primero que un maestro

hace en la vida es dominar los cinco a! ectos que he mencionado, y

habiéndolos dominado e� á preparado para el siguiente paso en la

realización espiritual.

Page 49: Sufis Mo

52

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

7. EL CONTROL DE LA MENTE

La tendencia a preocuparse por nada, a ponerse ansioso por pequeñeces, a e" ar inquieto y sin descanso, a tener miedo, a e" ar confuso, la tendencia a dar vueltas sin ninguna razón, la ten-dencia a hablar sin propósito, la tendencia a e" ar triste sin motivo, todas e" as cosas vienen de la falta de control de la mente. ¿Afecta a algo más aparte de la propia personalidad? Sí; toda debilidad, errores y equivocaciones que el hombre hace en contra de su pro-pia voluntad, todo e" o viene de la falta de control sobre su pro-pia mente. Y, si hay un secreto del éxito, la clave e" á en el control de la mente. Intuición, inspiración, revelación, todo viene cuando la mente e" á controlada. Y todas las preocupaciones, ansiedades, miedos, y dudas vienen de la falta de control.

¿Qué es la mente? Una parte de la humanidad considera la mente como algo inexplicable, y otra parte de la humanidad con-sidera la mente como una acción del cerebro. Es una concepción muy limitada de la mente. La voz llega sin cables desde miles de millas, pero la mente es mucho más / na que la voz. No puede ser limitada y restringida al cerebro, aunque el cerebro es el medio por el cual los pensamientos se hacen claros. La mente de acuerdo con el místico es el ser humano real; el cuerpo es sólo una vestidura que lleva el hombre. Esta palabra tiene un origen sánscrito. En sánscrito se llama mana, y de aquí se deriva manu, que es casi lo mismo que la palabra inglesa man. En otras palabras, hombre signi/ ca mente; y uno ve que es verdad cuando alguien llama a otra persona triste y

Page 50: Sufis Mo

53

hazrat inayat khan

descorazonado, o valiente y entusiasta, o bien equilibrado, porque todos e� os atributos pertenecen a la mente. El hombre no es su cuerpo, sino su mente. Se dice que lo que eres habla más alto que lo que dices. Esto quiere decir que la voz de la mente va más allá que la palabra hablada y tiene un efecto mayor.

Es la mente, la que crea la atmósfera. A menudo uno se pre-gunta por qué se siente incómodo en la presencia de alguien sin que haga ningún daño; o se siente excitado en la presencia de alguien, o se pone fuera de tono, o cansado, o confuso en la presencia de algún otro. ¿Por qué es e� o? Es el efecto de la mente de e� a persona. La mente que e� á ardiendo crea fuego en la atmósfera, y todo el mundo dentro de esa atmósfera también arde en el mismo fuego. La mente que e� á tranquila y en paz da descanso y paz a aquellos que entran dentro de la atmósfera de la mente.

Una vez pregunté a mi maestro espiritual cómo podría reconocer a un hombre de Dios. Y mi maestro replicó, “No es lo que diga y no es lo que parezca ser, sino la atmósfera que crea su presencia. Ésta es la prueba. Porque nadie puede crear una atmós-fera que no pertenezca a su espíritu”.

Se dice en la Biblia que primero fue creada la tierra y entonces, después de la tierra, los cielos, lo que quiere decir que el cuerpo se terminó primero y después la mente. Un niño nace, por así decirlo, con una visión de la mente, un esqueleto de la mente, y entonces la carne y la piel se ponen en ella.

No hay mente sin cuerpo; es decir, antes de que el cuerpo fuera hecho la mente que era sólo una akasha, una matriz. La experiencia que ha ganado a través del cuerpo como vehículo se ha vuelto su conocimiento; y es el conocimiento lo que hace la mente. La akasha que se vuelve mente después de que el cuerpo haya nacido en la tierra ya ha recogido algún conocimiento indife-

Page 51: Sufis Mo

54

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

renciado de varias mentes que se ha encontrado mientras venía a la tierra; quizás de una mente más que de otras mentes. En e$ e caso ha adquirido cara% erísticas sobre todo de un individuo que ya pasó por la tierra. Además, a través de sus padres e$ a akasha ha adqui-rido el conocimiento o la mentalidad de sus ancestros, su nación, su raza, y del particular grado de evolución de la humanidad entera en ese momento particular.

Algunos dicen que los animales no tienen mente. Pero e$ o es una concepción errónea. Dondequiera que hay un cuerpo hay una mente. Incluso el árbol tiene una mente. Luther Burbank una vez me dijo, apoyando e$ e argumento, “Deberías observar la ten-dencia de una planta, lo que es su inclinación; porque si no lo obser-vas la planta no crecerá completamente. Las trato como seres vivos. Ellas me hablan, y yo les hablo.”

Lo primero que podemos aprender sobre la mente es que la mente es independiente del cuerpo en lo que concierne a su existencia. Pero la mente es enriquecida por la experiencia que un hombre obtiene a través de sus sentidos. No hay duda de que la mente e$ á dentro del cuerpo, pero también e$ á fuera del cuerpo, igual que la luz e$ á dentro y fuera de la linterna. El cuerpo es la linterna en la que e$ á la luz, pero la linterna no oscurece la luz. La luz es independiente de la linterna. Brilla afuera; y así también la mente. El cerebro no es la mente, de la misma manera que el trozo de carne en el pecho no es el corazón. Simplemente, los sentimien-tos se sienten más profundamente en el pecho, y el pensamiento se hace más claro en el cerebro. En otras palabras, las gafas no son los ojos; las gafas sólo hacen posible que uno vea las cosas más clara-mente. Pero la vista es independiente de las gafas, mientras que las gafas dependen de la vista. Así el cuerpo depende de la mente, pero la mente es independiente del cuerpo. El cuerpo no puede existir

Page 52: Sufis Mo

55

hazrat inayat khan

sin la mente, pero la mente puede existir sin el cuerpo. La mente es el ser invisible del cuerpo. Tiene su asiento en el ser � sico; y e� e

asiento es lo que se llama el cerebro, como el asiento del sentimiento

es el corazón.

Todo lo que los sentidos pueden percibir es exterior, pero

todo lo que la mente puede percibir es interior. Esto quiere decir

que la imaginación surge de la mente y que la mente puede perci-

birla: sentimiento, memoria, concentración, razón, todo e� o son

percepciones de la mente. Uno puede llamar a la mente el ser del

hombre con más motivo que a su cuerpo. Cuando comparamos el

cuerpo con la mente es justo como el abrigo que lleva una persona.

La mente tiene cinco a� ectos diferentes. El primer a� ecto

es el poder de pensar. Y pensar puede ser dividido en dos partes:

imaginación, que es un resultado de la acción automática de la

mente, y pensamiento, que es un resultado del pensar intencional.

Un hombre re� exivo, por tanto no es necesariamente imaginativo,

ni un hombre imaginativo tiene que ser re� exivo. Ambas cualidades

tienen su lugar. Una persona que e� á acostumbrada a pensar y que

es incapaz de imaginar e� á muy lejos de la belleza que se expresa

en la poesía y en la música, ya que é� as vienen de la imaginación.

Cuando se le da rienda suelta a la mente para hacer como guste,

es como si danzara y de sus ge� os se crea un dibujo. Llámalo arte,

poesía o música. En cualquier forma que se exprese es hermosa.

Mucha gente se ríe de una persona imaginativa. Dicen,

“Está en las nubes. Está soñando.” Pero todos los trabajos de arte y

música y poesía vienen de la imaginación, porque la imaginación

es el � ujo libre de la mente, cuando se le permite trabajar por ella

misma y sacar la belleza y la armonía que contiene. Pero cuando es

restringida por cierto principio o regla, entonces no trabaja libre-

mente. Sin duda entre artistas y músicos encontrarás muchos que

Page 53: Sufis Mo

56

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

son soñadores y gente no prá� ica. Pero eso no quiere decir que sean menos dotados. Quizá su falta de prá� ica de alguna forma les ayuda a lograr algo que la gente prá� ica no puede lograr. No es necesario seguir su ejemplo, pero igualmente se les puede apreciar. Además, nadie ha creído en Dios, nadie ha amado a Dios, y nadie ha alcanzado la presencia de Dios, sin haber sido ayudado por su imaginación. Aquellos que discuten con el creyente y dicen, “¿Pero dónde e� á Dios? ¿Puedes mostrármelo? ¿Cómo puedes concebir a Dios? ¿Cómo puedes explicar a Dios?” son aquellos sin imaginación; y nadie puede darles su propia imaginación. ¿Puede alguien creer en la creencia de otro? Si uno puede creer en algo debe hacerlo por sí mismo. ¿Y de qué e� á formada e� a creencia? De imaginación. Se ha dicho: “Si no tienes Dios haz uno”; y no hay nadie que haya alcanzado a Dios que no haya podido hacer a Dios. Aquéllos que tienen problemas con el Dios abstracto no tienen Dios; sólo usan la palabra Dios. Tienen la verdad, pero no tienen a Dios.

La verdad sin Dios no satisface. Debería alcanzarse la ver-dad a través de Dios. Es e� o lo que da satisfacción. Si toda la fuerza de uno deriva de la comida cuando se le diera una píldora quizá la persona se mantendría viva, pero no le daría la alegría de comer. Si uno toma la píldora de la verdad, quizás una parte del propio ser pueda e� ar satisfecha, pero no es satisfacción real. La idea de Dios alimenta a una persona. Primero debe hacerlo en él mismo, con su imaginación; pero si no desea usar su imaginación, si sólo e� á e� e-

rando que Dios llegue a él, tendrá que e� erar largo tiempo. Cuando una persona piensa, é� a es otra clase de acción. En

e� e momento él controla su mente, tanto consciente como incons-cientemente, y la dirige de acuerdo con su propia voluntad. Se vuelve razonable, exacto, y re� exivo. Tanto una persona imagina-tiva como una pensativa pueden irse a los extremos y pueden fallar.

Page 54: Sufis Mo

57

hazrat inayat khan

Pero mantener el equilibrio es lo que trae los resultados deseados. Una persona re� exiva, además, puede pensar tanto que entre en

confusión por sus propios pensamientos. Hay muchos pensadores

que piensan tanto que ellos mismos se vuelven irre� exivos.

El segundo a� ecto de la mente es la memoria. El trabajo

de la memoria no es creativo sino perceptivo. Su trabajo es recibir

impresiones y juntarlas. Algunos cientí� cos dicen que las células

del cerebro guardan cada impresión que llega desde los sentidos,

y e� o es lo que se guarda en el cerebro, para ser traído de vuelta

cuando uno lo quiera. Pero no es así, aunque pueda ser aceptado

como explicación simbólica. El cientí� co lo ha dibujado como es en

el plano interior, pero debido a que no reconoce el plano interior

quiere explicarlo en términos � sicos y les llama células cerebrales.

En verdad es esencia; pero no e� á en el cerebro, e� á en la mente.

La memoria puede ser comparada con una película foto-

grá� ca. Las impresiones que toma permanecen allí, y cuando una

persona desea recogerlas algo de e� a facultad le ayuda. Está dentro

de su alcance. Tan pronto como él quiere recordar una experiencia

echa mano, por así decirlo, a esa película en particular que recibió

la impresión de cierta experiencia. Ninguna experiencia recibida

por la vista, olfato, oído, tacto o gusto se pierde. Cuando la gente

dice, “No tengo buena memoria, no puedo recordar las cosas, soy

un cabeza hueca”, la razón es que han perdido el control sobre e� a

facultad, pero la impresión e� á allí totalmente igual. Muy a menudo

una persona dice, “Lo sé, pero no puedo traerlo a mi memoria”. En

otras palabras en su mente él lo sabe, pero en su cerebro todavía

no e� á claro. Por ejemplo, cuando una persona no puede recordar

el nombre o la cara de alguien dice, “Creo que le conozco pero de

momento no me acuerdo”. Esto quiere decir que su mente lo sabe,

que e� á allí, pero que no puede hacerlo claro en su cerebro.

Page 55: Sufis Mo

58

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

La memoria también puede ser dividida en dos partes. Hay

algunas cosas que no necesitamos buscar, pero que siempre e� án

claras en nuestra memoria. Sólo tenemos que estirarnos y poner

nuestra mano en ellas, tales como � guras, nombres, y caras de aque-

llos que conocemos. Podemos recordarlos en cualquier momento

que queramos. Siempre viven en nuestra memoria. Pero después

e� á la segunda parte de nuestra memoria, que a veces se llama la

mente subconsciente, aunque en realidad es la parte más baja de

la memoria. En e� a parte de la memoria se hace una fotogra� a de

todo lo que hayamos visto o conocido, u oído, incluso una sola vez

como un � ash, y permanece allí. Allí podemos encontrarla en algún

momento u otro, tanto con di� cultad como fácilmente, según sea el

caso.

Además de e� os dos a� ectos de la memoria, todavía hay

una esfera más profunda a la que e� á unida la memoria, y e� a

esfera es la memoria universal. En otras palabras la Mente divina,

donde no sólo recogemos lo que hemos visto u oído o conocido, sino

donde podemos incluso tocar algo que nunca hayamos aprendido

o escuchado o conocido o visto. También e� o puede encontrarse

allí. Sólo por e� o las puertas de la memoria deberían mantenerse

abiertas.

El tercer a� ecto del trabajo de la mente es el control de

la mente, el poder de concentración. Se hace de dos formas: con la

ayuda de la memoria y con la ayuda de la mente. La concentración

que se lleva a cabo con la ayuda de la memoria es una concentra-

ción pasiva o negativa. Requiere poco esfuerzo concentrarse con la

ayuda de la memoria. Los hindúes enseñan e� o emplazando cier-

tos Dioses y Diosas delante de una persona y diciéndole que los

mire y que después cierre sus ojos y piense en ellos. Mirando cierto

objeto la memoria lo re� eja, y ese re� ejo sería la concentración.

Page 56: Sufis Mo

59

hazrat inayat khan

Pero aquellos que no pra� ican la concentración automá-ticamente retienen cosas de gran interés, las cosas que más impre-sionan a sus mentes. Es por e� a razón que algunos llevan con ellos un miedo que quizás ha e� ado allí desde la infancia. Lo llevan con ellos a lo largo de toda la vida. Algunos tienen una triste impresión de desagrado. La llevan toda la vida. La retienen en su mente. La mente mantiene una impresión viva revivi� cándola, una impresión de venganza, de grandeza, de éxito, de fracaso, de amor, de admi-ración. Se mantiene allí, y las células de la mente la alimentan para mantenerla viva. A veces e� o ayuda y otras funciona en contra de uno. Ahora los psicólogos lo llaman una idea � ja y e� án siempre dispue� os a nombrarlo como una forma de demencia, pero no es demencia. Todo el mundo la tiene. Es uno de los atributos de la mente. Es la facultad, la cualidad de retener un pensamiento. Sin duda puede a veces parecer ser demencia, pero la demencia sólo viene del abuso de e� a facultad. Se puede abusar de cualquier facultad y hacer que una persona se desequilibre.

Y también existe la concentración positiva, que es creativa. Esta concentración proviene del pensamiento. Cuando uno piensa en un árbol o en una � or, la mente tiene que crear átomos con el objeto de hacer esa forma; por tanto es positiva. Necesita fuerza de voluntad; una mayor acción de la mente, para concentrarse en un objeto que la mente tiene que hacer. La mente tiene que trabajar. No es sólo concentrarse, sino crear y concentrarse.

Hay algunos que tienen un poder natural de concentra-ción, y hay otros a los que les falta. Pero el misterio del éxito en cualquier a� ecto de la vida y el secreto del progreso se encuentra en el poder de la concentración. No es sólo el progreso y el éxito, que se ganan por él, sino que la realización espiritual es el resul-tado de la concentración. Y muy a menudo uno ve que alguien hace

Page 57: Sufis Mo

60

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

esfuerzos por concentrarse pero no puede realmente concentrarse, y otros no saben que se concentran pero lo hacen todo el tiempo. La oración y la meditación y otros ejercicios diversos, religiosos o espirituales, tienen el objetivo de desarrollar el poder de la concen-tración.

En Oriente en la mezquita es costumbre que un hombre guíe las oraciones y todos los demás ' eles permanezcan detrás de él. Antes de ofrecer sus oraciones primero centran su mente en unirse al pensamiento de su líder. Había un gran místico que no iba a la mezquita a rezar. Él e* aba siempre orando. No necesitaba ir a la mezquita. Pero había un rey ortodoxo reinando en aquel momento, que había decretado que todo el mundo tenía que asistir a las ora-ciones. Así que e* e hombre fue obligado por la policía a ir y unirse, pero en la mitad de las oraciones se fue, lo que fue considerado un gran crimen. Cuando fue traído ante la corte para ser juzgado dijo, “No pude evitarlo. El líder en su pensamiento se fue a su casa por-que se había olvidado las llaves. Así que mientras rezaba en la mez-quita me quedé sin líder, y es por e* o que me fui”. Esto muestra que en tanto hay espíritu en la forma religiosa, es una forma bella, que tiene vida. Pero si no hay espíritu detrás de ella, por muy hermosa que pueda ser la forma no sirve de nada. Esto es lo que se señala en el dicho de la Biblia: “Es el espíritu lo que aviva; la carne no bene' -cia en nada”.

El cuarto a0 ecto de la mente es el razonar. Ésta es una facultad matemática, una facultad que pesa y mide y ve ángulos, si son correctos o incorrectos. Y e* a facultad es la que hace a un hombre responsable de sus acciones. Si no ha madurado en e* e sen-tido no es nada más que una partícula movida por las in1 uencias externas. Si las condiciones le mueven, ya sean las in1 uencias cli-máticas, o las in1 uencias personales, él no es sino un instrumento.

Page 58: Sufis Mo

61

hazrat inayat khan

Pero si mantiene la responsabilidad sobre sus acciones es a causa de e� a facultad de la mente que pesa y mide y razona las cosas. No obstante, el razonamiento de una persona no es el mismo que el razonamiento de otra. Y la razón de un momento no es la razón del momento siguiente. Algo que es correcto ahora mismo puede no ser correcto mañana porque el razonar cambia. Y aquellos que disputan sobre la razón lo hacen en vano, porque el razonamiento de cada persona es diferente, y el razonamiento de cada persona es bueno para él ese momento e� ecí� co. Instar y forzar la razón de uno mismo en la mente de otro no sirve de nada. La mejor manera de educar a una persona es desarrollar su razonamiento en lugar de aconsejarle, que es lo que hacen muchos.

Es maravilloso observar los trucos de la facultad de razonar. Cuando otra persona ha hecho algo la razón dice, “Debido a que esa persona es mala y ya ha hecho diez cosas malas, ahora seguro habrá hecho algo malo”. Y cuando una persona ha hecho ella misma algo malo, la razón dice, “Lo he hecho porque no podía hacerlo de otra manera. No pude evitarlo”. La razón toma el lado del ego. La razón es esclava y sirviente de la mente; e� á a su entera disposición. La mente sólo tiene que volverse hacia la razón, y la razón e� á allí como un obediente esclavo. Puede no tener la razón en absoluto, pero siempre e� á allí.

La razón es la cosa más valiosa que existe, pero no sirve de nada cuando es una esclava de la mente. Le da a la mente la razón tanto cuando hace algo correcto como cuando e� á equivo-cado. Si uno va y les pregunta a los criminales encarcelados porqué hicieron algo malo, cada uno tendrá una razón. Y si uno mira una razón aún más de cerca veremos que la razón no es nada sino un velo y una serie de velos, un velo detrás de otro. Incluso cuando los velos son levantados, al � nal e� á la razón igualmente. Pero si uno

Page 59: Sufis Mo

62

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

va más allá se encontrará la más directa y la más sustanciosa razón. Es en la super$ cie de la razón en la que no se puede con$ ar, pero lo profundo es más interesante; porque la profundidad de la razón es la esencia de la sabiduría. Cuanto más se comprende la razón menos se la buscará, porque entonces no hay nada para ella. Uno ya conoce la razón. Es el hombre en el que no se puede con$ ar el que siempre acusa a la razón de cada persona. Mientras más razonable es una persona más entiende la razón de los demás. Esto es por lo que el sabio puede llevarse bien tanto con el sabio como con el igno-rante. Pero el ignorante no puede llevarse bien ni con el ignorante ni con el sabio.

No hay duda de que siempre hay una razón detrás de una razón, una razón superior. Y cuando uno llega a su razón superior empieza a desaprender, como dicen los místicos, todo lo que alguna vez haya aprendido. Se empieza a desaprender y se empieza a ver considerablemente lo contrario. En otras palabras, no hay algo bueno, que no tenga una cara mala y nada malo que no tenga una cara buena. Nadie se levanta sin haberse caído, y nadie se cae sin la promesa de levantarse. Uno ve la muerte en el nacimiento y el naci-miento en la muerte. Suena muy extraño, y es una idea peculiar; pero realmente es un e) ado. Cuando uno se eleva por encima de lo que se llama razón se alcanza esa razón que es al mismo tiempo contradictoria. Esto también explica la a+ itud de Cristo. Cuando un criminal fue llevado a él no tuvo otra a+ itud que la del perdo-nador. Él no veía el mal allí. Esto es mirar desde una razón más elevada. Y si penetramos los mil velos de la razón podemos tocar la razón de todas la razones, y podemos llegar a un entendimiento que las razones exteriores no pueden dar. Y por eso comprende-mos a todos los seres; aquellos que e) án en lo cierto y aquellos que e) án equivocados. Se dice que los Apóstoles en cierto momento

Page 60: Sufis Mo

63

hazrat inayat khan

fueron inspirados para hablar en muchas lenguas. No era la lengua inglesa, indostaní o china. Era la lengua de cada alma. Cuando una persona ha alcanzado ese e� ado mental en el que toca la esencia de la razón entonces se comunica con cada alma. No es gran cosa conocer treinta idiomas. Una persona puede conocer cien idiomas, pero si no conoce el corazón del hombre no conoce nada.

Existe un idioma del corazón. El corazón habla al corazón, y e� a comunicación hace la vida interesante. Dos personas pueden no hablarse, pero el e� ar sentadas juntas puede ser un intercambio de nobles ideales y armonía. Cuando por primera vez fui iniciado a manos de mi maestro espiritual en India yo e� aba ansioso, como cualquier hombre podría e� arlo de asimilar, de conocer, tanto como pudiera. Día tras día e� aba en la presencia de mi Murshid, pero ni una vez habló de temas espirituales. A veces hablaba de hierbas y plantas, y otras veces de leche y mantequilla. Fui cada día durante seis meses a ver si podía escuchar algo sobre cosas espi-rituales. Después de seis meses el maestro me habló un día de las dos partes de la personalidad, la exterior y la interior. Y yo e� aba más que entusiasmado; en cuanto empezó cogí un cuaderno y un lápiz. Pero tan pronto como hice e� o, mi maestro cambió de tema y habló de otras cosas. Entendí lo que signi� caba. Signi� caba que en primer lugar la enseñanza del corazón debe ser asimilada en el corazón. El corazón es el cuaderno para e� o. Cuando se escribe en otro cuaderno permanecerá en el bolsillo, pero cuando es escrito en el corazón permanecerá en el alma. Además uno tiene que apren-der la lección de la paciencia, de e� erar, porque todo conocimiento llega a su debido tiempo. Más tarde me pregunté a mí mismo si merecía la pena ir a un lugar después de tan largo viaje, e ir allí cada día durante seis meses para escuchar hablar de nada sino de árboles y mantequilla. Y mi yo más profundo conte� ó: sí, merece mucho

Page 61: Sufis Mo

64

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

más la pena, porque no hay nada en el mundo más precioso que la presencia de un santo. Su enseñanza puede no ser dada en teorías, pero e$ á presente en su atmósfera. Ésta es la enseñanza viviente, que es la verdadera inspiración.

La esencia de la razón es el conocimiento de Dios. Por tanto, si hay algún conocimiento divino que buscar es en la esencia de la razón donde uno puede encontrarlo.

Y el quinto a) ecto de la mente es el sentimiento. Si e$ a facultad no e$ á abierta, entonces por muy sabio e inteligente que una persona pueda ser e$ á incompleta. No e$ á vivo. La mente comienza a vivir desde el momento en que el sentimiento se des-pierta en ella. Muchos usan la palabra sentimiento, pero pocos de nosotros la conocemos. Y mientras más sabe uno menos habla de ello. Es tan vasto que si hay alguna señal de Dios e$ á en el senti-miento.

Hoy en día la gente distingue intelectualidad de sensibi-lidad, pero de hecho la intelectualidad no puede ser perfecta sin sensibilidad. Ni el poder pensante puede ser nutrido, ni la facultad de razonar ser sostenida, sin un continuo / ujo exterior de senti-miento. En e$ a era de materialismo parece que hemos perdido el valor del sentimiento. Hablamos del corazón, pero no vemos su importancia real, aunque sea lo principal, la raíz de la planta de la vida. La cualidad del corazón es algo que sostiene toda la vida. Todas las virtudes como la sinceridad, el re) eto, la amabilidad, la consideración, el aprecio, todas e$ as cualidades muestran la cua-lidad del corazón. Si una persona no tiene corazón no es capaz de apreciar, ni de ser agradecido, ni capaz de expresar su propia alma, ni de recibir bondad y ayuda de otro. Una persona sin la cualidad del corazón permanece egoísta, incluso ignorantemente egoísta. Si fuera sabiamente egoísta merecería la pena.

Page 62: Sufis Mo

65

hazrat inayat khan

La gente muy a menudo dice que no tiene tiempo para mostrar su cualidad del corazón, no tiene tiempo para permitir que el corazón se desarrolle. Están tan ocupados. Pero podemos e� ar muy ocupados cada minuto desde la mañana hasta la noche y al mismo tiempo hacer lo que hagamos con todo nuestro corazón, expresarnos desde lo más profundo de nuestro corazón. Cuando la cualidad del corazón se elimina entonces todo lo que uno hace e� á sin vida. El sentimiento es algo tan importante en nuestras vidas; toda nuestra vida depende de nuestro sentimiento. Una persona que se haya descorazonado una vez a veces pierde el entusiasmo para toda su vida. Una persona que se haya contrariado una vez pierde la con� anza completamente. Una persona con el corazón roto pierde la con� anza en sí mismo para el re� o de su vida. Una persona que haya pasado miedo una vez sostiene el miedo en su corazón por el re� o de su vida. Una persona que haya fracasado una vez mantiene la impresión de su fracaso durante toda su vida.

A la gente en Oriente le gusta ver las peleas de gallos. Dos hombres traen sus aves para luchar, y tan pronto uno de ellos ve que la otra ave ganará retira la suya mientras todavía e� á luchando, antes de que pueda e� erarse la derrota. Pre� ere admitir la derrota mientras las dos aves e� án todavía luchando que permitir que su ave sea impresionada por la derrota, porque una vez que queda impresionada ya nunca más luchará. Éste es el secreto de nuestra mente. Y una vez uno aprende a cuidar de la propia mente igual que en el caso del ave, a hacer cualquier sacri� cio en lugar de darle a la mente una mala impresión, uno hace lo mejor para su propia vida.

Uno puede leer en las vidas de los grandes héroes y grandes personalidades, cómo atravesaron todas las di� cultades y penas y problemas y sin embargo siempre intentaron mantener su corazón libre de ser humillado. Esto les dio toda la fuerza necesaria. Siem-

Page 63: Sufis Mo

66

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

pre evitaron la humillación. Estaban preparados para la muerte, guerras, sufrimiento, pobreza, pero no para la humillación. Una vez cuando estuve en Nepal quería un sirviente. Busqué uno, y era de la casta de los guerreros, los kshatriyas, bravos luchadores de las montañas. Y cuando le pregunté qué trabajo quería hacer, dijo, “Cualquier trabajo que quieras, lo que sea”. Dije, “¿Y qué hay sobre el pago?” “Lo que me des”, conte( ó. Yo e( aba fascinado de encon-trar un hombre que quisiera hacer cualquier trabajo que le diera y aceptar cualquier pago que ofreciera.”Bien”, dije, “¿Entonces no hay ninguna condición que cumplir?” Él dijo, “Una. No me dirás ni una sola mala palabra”. Estaba dispue( o a aceptar cualquier dinero; a hacer cualquier trabajo; pero no a la humillación. Aprecié e( e espí-ritu más allá de las palabras. Esto es lo que hacía de él un guerrero.

¿Hay alguien en el mundo que confesaría no tener senti-mientos? Y sin embargo hay corazones de roca, de hierro, de tierra, y de diamante, plata, oro, cera, y papel. Hay tantos tipos de corazones en e( e mundo como objetos. Hay algunos objetos que mantienen el fuego más tiempo. Hay otros que arden instantáneamente. Algunos objetos se templan y en un momento ya se han enfriado de nuevo. Otros desaparecen tan pronto como el fuego los toca; mientras otros se pueden fundir y hacer ornamentos con ellos. Y así son las cualida-des del corazón. Personas diferentes tienen diferentes cualidades del corazón, y el conocedor del corazón los tratará a cada uno de manera diferente. Pero cuando no pensamos en e( e a+ ecto tomamos a cada hombre como si fuera el mismo. Aunque cada nota es un sonido, di/ eren en tono, en las vibraciones; y así cada hombre di/ ere en el tono, en las vibraciones, de su corazón. De acuerdo con las vibracio-nes de su corazón es espiritual o material, noble o común. No es por lo que hace, ni por lo que posee en e( e mundo. Es grande o pequeño de acuerdo con cómo vibra su corazón.

Page 64: Sufis Mo

67

hazrat inayat khan

Durante toda mi vida he tenido un gran re� eto por los que se han afanado en el mundo, aquellos que se han esforzado a lo largo de la vida y han alcanzado cierta eminencia, y siempre he con-siderado una cosa muy sagrada e� ar en su presencia. Siendo é� e mi gran interés, comencé, primero en Oriente, a hacer peregrinajes a grandes personas. Entre ellos había escritores, sabios, � lósofos, y santos; pero una vez entré en contacto con un gran luchador. Y e� e hombre, que tenía la apariencia de un gigante con su monstruoso cuerpo muscular, tenía una naturaleza tan simpática y expansiva, tal simplicidad y caballerosidad que yo e� aba profundamente sor-prendido. Y pensé, “No es su talla y su fuerza lo que le hacen grande, sino lo que le ha fundido y hecho indulgente; eso es lo que le hace grande”.

El sentimiento es vibración. El corazón que es un vehí-culo, un instrumento del sentimiento, crea fenómenos si uno sabe cómo observar la vida atentamente. Si uno causa dolor a alguien, ese dolor retorna. Si uno causa placer a alguien, ese placer tam-bién retorna. Si uno da amor a alguien, el amor vuelve. Si uno da odio, ese odio vuelve a uno de alguna forma u otra –quizá en forma de dolor, salud enfermiza, o de éxito, alegría o felicidad. De una forma u otra viene, nunca falla. Generalmente no se piensa sobre e� o. Cuando una persona ha alcanzado cierta posición en la que puede mandar a la gente y hablarles violentamente, nunca piensa en e� as cosas. Pero cada pequeño sentimiento que surge en el cora-zón y dirige una acción, palabra, y movimiento, causa cierta acción y rebota. Sólo que a veces lleva su tiempo. ¿Podría pensarse que puede odiarse a una persona y que ese odio no vuelva? Seguro que vuelve, en algún momento. Por otro lado, si se tiene simpatía, amor, afecto, sentimientos amables, no se necesita decir a nadie que se tienen, porque regresarán de una forma u otra.

Page 65: Sufis Mo

68

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Alguien vino a mí y dijo, “Yo fui una vez muy simpático, pero de alguna forma me he endurecido. ¿Cuál es la razón de e% o?” Dije, “Intentaste sacar agua del fondo de la tierra. Pero en lugar de cavar hondo cavaste en el barro y te decepcionaste. Si tienes pacien-cia de cavar hasta que alcances el agua, entonces no te decepcionarás”.

Muy a menudo una persona imagina que tiene senti-miento, que es simpático. Pero si lo tuviera él sería el maestro de la vida. Entonces no querría nada más. Una vez abierta e% a fuente en el corazón del hombre, hace de él autosu( ciente y se lleva la con-tinua tragedia con la que las almas tienen que encontrarse en la vida. Esta tragedia es la limitación. Muy a menudo es la falta de sentimiento lo que paraliza los otros cuatro a* ectos de la mente. La persona sin sentimiento es incapaz de pensar libremente. El sen-timiento es lo que hace a uno pleno en el pensamiento. Un hombre puede ser de mente poderosa, pero si no puede sentir el poder de su mente e% á limitado, porque el poder real e% á en el sentimiento, no en el pensamiento.

A veces la gente viene a mí y dice, “Lo he pensado y lo he querido, pero nunca lo obtuve”. Y yo he respondido, “Nunca lo has querido. Si lo hubieras querido lo habrías tenido”. No creen e% o. Continúan pensando que lo habían querido. Puede que sea así, pero quererlo lo su( ciente es otra cosa. Si una persona va y se queda delante de un banco y dice, “Que todo el dinero del banco venga a mí”, ¿vendrá? Él imagina que lo quiere, pero tiene dudas, no cree que vendrá. Si lo creyera, vendría. La duda es un elemento destruc-tivo. Puede compararse con la sombra que produce la bruma que oculta el sol. El sol no tiene oportunidad de alcanzar el lugar, que e% á cubierto por é% a.

Hay una historia sobre Shirin y Farhad, una historia muy conocida de Persia. Había un tallista de piedra y e% aba trabajando

Page 66: Sufis Mo

69

hazrat inayat khan

para alguien en un monumento. Un día vio una dama que iba a ser la futura reina del Shah; y él le dijo, “Te amo”. ¡Un tallista, un trabajador de la calle, pidiendo la mano de una señora que iba a ser la futura reina! Era un hombre sin razón pero no un hombre sin sentimiento. El sentimiento e& aba allí, y la a' rmación vino con el sentimiento. La dama dijo, “Muy bien, e( eraré a ver si tu a' rma-ción es cierta, y le diré al Shah de Persia que e( ere”. Y para probarle le dijo que abriera un camino a través de las montañas. Se fue con martillo y cincel. No se preguntó si sería capaz de hacerlo o no. No había razón; sólo había sentimiento. E hizo la carretera que miles de personas no habrían hecho en un año, porque cada vez que mar-tilleaba la roca decía el nombre de Shirin, la que él amaba. Hizo el camino, y cuando el rey oyó que e& aba terminado dijo, “Vaya, he perdido mi oportunidad, ¿qué haré?” Alguien en presencia del rey dijo, “Veré qué puede hacerse”. Fue a Farhad, el tallista y le dijo, “¡Qué maravilloso es tu amor y devoción! Es fenomenal. ¿Pero no has oído que Shirin ha muerto?” “¿Ha muerto?” dijo él. “Entonces no puedo continuar viviendo.” Y cayó al suelo sin vida.

Lo importante de e& a historia es el poder del sentimiento. Lo que falta en e& e momento es la cualidad del sentimiento. Todos quieren pensar con el cerebro, trabajar con la cabeza, pero no con el corazón. No se puede imaginar ni crear arte hermoso, ni pensar ni hacer cosas maravillosas, ni se puede mantener en la memoria algo hermoso, ni retener pensamientos en concentración, si no hay sentimiento detrás de ello. Además, si no hay sentimiento detrás de palabras tales como gratitud, gracias, aprecio, e& as palabras e& án sin espíritu. Se vuelven mera formalidad. Hoy en día la ' nura e& á muy malentendida. La gente sólo aprende el a( ecto exterior. Si hubiera sentimiento detrás de lo que dicen, la vida merecería mucho más la pena ser vivida.

Page 67: Sufis Mo

70

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Cuando la mente se preocupa e! á confusa. No puede

re# ejar nada. Es la quietud de la mente lo que hace a uno capaz de

recibir impresiones y re# ejarlas. En persa se dice que la mente es un

e$ ejo. Todo enfrente del e$ ejo aparece en él; pero cuando se quita

el e$ ejo e! á limpio. No permanece. Permanece en el e$ ejo en tanto en cuanto el e$ ejo e! á enfocado en él, y así es con la mente.

La cualidad en la mente que la hace quieta a veces y a' iva otras, que hace que re# eje lo que uno ve en un momento y hace que evite todo re# ejo en otro de forma que ningún re# ejo exterior pueda tocarla, e! a cualidad se desarrolla mediante la concentra-ción, la contemplación y la meditación. La mente es entrenada por el entrenador-maestro mediante el bucear profundo, planear alto, expandirse ampliamente, y centralizar la mente en una idea. Y una vez que la mente es dominada una persona se convierte en un maes-tro de la vida. Toda alma desde el momento en que nace es como una máquina, sujeta a todas las in# uencias, in# uencias del tiempo o de todo lo que opera a través de los cinco sentidos. Por ejemplo, nadie puede pasar por una calle sin ver las pancartas y anuncios. Los ojos de un hombre son obligados por lo que e! á delante de ellos. Él no tiene intención de mirar, pero todo lo de afuera se dirige a los ojos. Así un hombre e! á constantemente bajo la in# uencia de todas las cosas del mundo exterior que le gobiernan sin saberlo. Una persona dice, “Soy un hombre libre; hago lo que quiero”. Pero no lo hace. Hace lo que no quiere muchas veces. Sus oídos e! án siempre sujetos a oír cualquier cosa que caiga en ellos, sea armo-nioso o no, y no puede resistirse a lo que ve. Y así un hombre e! á siempre bajo la in# uencia de la vida.

También e! án las in# uencias planetarias y las in# uencias vivas de aquellos que le rodean; y sin embargo un hombre dice, “Tengo libre albedrío; soy un hombre libre”. Si supiera lo poco libre

Page 68: Sufis Mo

71

hazrat inayat khan

que es se asustaría. Pero entonces hay un consuelo, y es que en el

hombre hay una chispa escondida en algún sitio de su corazón, que es la única que puede ser llamada la fuente del libre albedrío. Si e� a chispa es atendida una persona tiene mayor vitalidad, mayor energía, mayor poder. Todo lo que piensa se hace realidad; todo lo que dice deja una impresión, todo lo que hace tiene un efecto. ¿Qué hace el místico? Sopla e� a chispa hasta que la llama se convierte en una llamarada. Esto le da inspiración, el poder que le permite vivir en e� e mundo la vida de la libre voluntad. Es la chispa que puede ser llamada la herencia divina del hombre, en la que él ve el poder divino de Dios, el alma del hombre. Y hacerse espiritual signi� ca que soplando sobre e� a chispa surge luz de ella y se ve toda la vida bajo su luz. Y convirtiendo la Luz Interior en una llamarada uno es más capaz de pensar, sentir y actuar.

Page 69: Sufis Mo

72

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

8. EL PODER DEL PENSAMIENTO

Hay quienes a través de la experiencia de la vida han apren-dido que el pensamiento tiene poder, y hay otros que se preguntan si realmente es así. También hay muchos que se acercan a e$ a cues-tión con la idea preconcebida de que incluso si todo pensamiento tiene un cierto poder, no obstante es limitado. Pero no sería una exageración decir que el pensamiento tiene un poder, que es inima-ginable; y con objeto de encontrar una prueba de e$ o no tenemos que irnos muy lejos. Todo lo que vemos en e$ e mundo no es sino un fenómeno del pensamiento. Vivimos en él, y lo vemos desde la mañana hasta la noche, y sin embargo dudamos de si es así. Y así es como nuestro hermoso mundo no llena de orgullo y vanidad, y nos hace creer que entendemos las cosas mejor de lo que lo hacemos. Cuanto menos cree una persona en el poder del pensamiento, más * rmemente piensa que e$ á sobre la tierra. No obstante, consciente o inconscientemente siente su limitación, y busca algo que forta-lezca su creencia en el pensamiento.

El pensamiento puede dividirse en cinco a/ ectos diferen-tes: imaginación, pensamiento, sueño, visión y materialización. La imaginación es esa acción de la mente que es automática. Desde la mañana hasta la noche una persona tanto si e$ á trabajando, como si e$ á descansando, tiene su mente trabajando exa0 amente lo mismo a través de la imaginación. El pensamiento es pensar con el poder de la voluntad detrás. De e$ a forma podemos distinguir entre el imaginativo y el re1 exivo. Estas dos clases de personas no

Page 70: Sufis Mo

73

hazrat inayat khan

pueden confundirse. Porque uno es imaginativo, que implica pen-sar sin poder, pensar automático. El otro es re� exivo, lo que quiere

decir que su pensamiento es poderoso.

Cuando e� a acción automática tiene lugar en el e� ado de

dormir, se le llama sueño. Es distinto y diferente de la imaginación,

porque mientras una persona e� á imaginando sus sentidos e� án

abiertos a e� e mundo objetivo, y por tanto su imaginación no toma

una forma concreta. Pero cuando la misma acción automática de

la mente continúa en el sueño, no hay mundo objetivo para com-

pararlo. El místico siempre puede ver la condición de la mente de

una persona sabiendo cómo sueña, porque en el sueño el funciona-

miento automático de su mente es mucho más concreto que en su

imaginación.

Hay algunos que son capaces de leer el cará� er o el futuro

conociendo lo que la persona imagina. Siempre le piden que nom-

bre una � or, un fruto, algo que él ama o que le gusta, con objeto de

que puedan encontrar la corriente de su imaginación. Desde e� a

corriente de imaginación averiguan algo sobre el cará� er de e� a

persona y sobre su vida. No es necesario ser un lector del cará� er o

un adivino. Cualquier persona re� exiva y sabia puede entender por

la forma en que alguien se viste o por su entorno cómo discurren sus

pensamientos, lo que son sus imaginaciones. Pero ya que el e� ado

del dormir posibilita a la mente expresarse más concretamente, el

sueño es la mejor forma de entender qué e� ado de mente tiene una

persona. Una vez e� o es entendido, queda poca razón para la duda

de si el sueño tiene algún efecto sobre la vida y el futuro de la per-

sona. De hecho, el hombre no sabe, el hombre no puede imaginar,

hasta dónde el pensamiento in� uencia la vida.

Puede decirse que la visión es un sueño que uno experi-

menta en el e� ado despierto. Una persona que es imaginativa o

Page 71: Sufis Mo

74

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

capaz de imaginar es capaz de crear un pensamiento. Y cuando e! e

pensamiento que ha creado se convierte en un objeto sobre el que

la mente se enfoca, entonces todo lo demás queda oculto para él.

Sólo e! a imaginación particular permanece delante de él como una

foto. El efecto de e! a visión es ciertamente mayor que el efecto de

un sueño. La razón es que la imaginación que puede e! ar delante

de la mente en el e! ado despierto es naturalmente más fuerte que

la imaginación que era a& iva en el e! ado de sueño.

El quinto a' ecto del pensamiento es la materialización. Y

es en el estudio de e! e a' ecto que encontramos el mayor secreto

de la vida. Sin duda una persona de buena gana aceptará que es

por la imaginación del arquitecto que un edi( cio hermoso es cons-

truido, que es por la imaginación del jardinero que un jardín her-

moso es hecho. Pero generalmente cuando se llega a la materia y

todas las cosas que e! án conectadas con lo material, el hombre

se pregunta hasta dónde la imaginación o el pensamiento tienen

poder sobre ello. Hoy en día, como la psicología e! á empezando a

extenderse por el mundo occidental, la gente al menos escuchará

pacientemente cuando uno habla sobre ello. Pero por otro lado hay

muchos que toman una medicina con gran fe, pero si se les dice que

un pensamiento puede curarles sonreirán ante la idea. Esto muestra

que con todo el progreso que la humanidad parece haber hecho, ha

retrocedido en una dirección, la del pensamiento superior. Porque

el hombre generalmente hoy no cree en el poder del pensamiento y

cree todavía menos en lo que llama emoción.

De hecho si uno puede hablar del alma de un pensamiento,

esa alma es el sentimiento que e! á detrás de él. Uno ve que la

gente se confunde cuando oyen sólo palabras detrás de las cuales

no hay sentimiento. Lo que hace convincente a un pensamiento es

el poder detrás de él, y e! e poder consiste en el sentimiento. La

Page 72: Sufis Mo

75

hazrat inayat khan

tendencia general es dejar a un lado lo que se llama imaginación.

Cuando alguien dice que una persona imagina algo quiere decir que

se divierte. Uno le dice, “Oh, sólo te lo imaginas; en realidad no

existe”. Pero en realidad cuando uno ha imaginado algo, esa imagi-

nación es creada y lo ya creado existe. Y si es pensamiento lo que

es creado, vive más, porque el pensamiento es más poderoso que la

imaginación. De e� a forma el hombre hoy en día ignora ese poder

que es el único poder y el mayor poder que existe, llamándolo sen-

timentalismo, que no signi� ca nada. Con e� e poder los héroes han

conquistado en batalla; y si alguien ha efectuado algo grande en el

mundo, lo ha efectuado con e� e poder del corazón, no con el poder

del cerebro. La música de los más maravillosos compositores, la

poesía de los grandes poetas del mundo, todo ha llegado desde lo

más profundo de sus corazones, no de sus cerebros. Y si cerramos la

puerta al sentimiento, a la imaginación, y al pensamiento, eso sólo

quiere decir que cerramos la puerta a la vida.

El su� ve tanto al Creador como a la creación en el hom-

bre. La parte limitada del ser humano es la creación y la parte más

interna de su ser es el Creador. Si e� o es verdad, el hombre es tanto

limitado como ilimitado. Si desea ser limitado puede hacerse más y

más limitado. Si desea ser ilimitado puede hacerse más y más ilimi-

tado. Si cultiva en él la ilusión de ser una creación, puede serlo más

y más. Pero si cultiva en él el conocimiento del Creador, también

puede serlo más y más.

Con cada tipo de debilidad, cada tipo de enfermedad, cada

tipo de miseria, cuanto más se les da, más nos cargan. Y a veces e� o

puede suceder incluso hasta el extremo de que el mundo entero cae

sobre nuestra espalda y uno es enterrado bajo él. Sin embargo otra

persona, se elevará desde él. Puede ser di� cil, pero al mismo tiempo

es posible. Poco a poco, con coraje y paciencia, se elevará y perma-

Page 73: Sufis Mo

76

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

necerá sobre ese mundo que de otra forma le habría aplastado. Lo

primero es caer, lo segundo elevarse. Ambos dependen de la a$ itud

de la mente. Y lo principal en la vida es el cambio de e% a a$ itud,

tanto desde un punto de vista material como espiritual. Todo e% o

es enseñado en los estudios esotéricos su( es y mediante las prá$ i-

cas su( es se enseña a llegar poco a poco, gradualmente, al logro de

lo que es llamado maestría.

La maestría viene de la evolución del alma, y la señal de la

maestría es vencer todo lo que nos repugna. Esto es tolerancia real.

Las almas que han alcanzado e% a maestría espiritual, muestran

e% o no sólo con la gente, sino también con su comida. No hay nada

que el alma que ha ganado la maestría no tocaría aunque puede que

no le guste o apruebe.

El sistema entero de los yoguis, e+ ecialmente de los hatha

yoguis, e% á basado en familiarizarse con algo contra lo que su natu-

raleza se rebela. Sin duda haciendo e% o pueden ir demasiado lejos

torturándose y atormentándose a sí mismos, y e% os extremos no

son correctos, pero de todas formas é% e es su principio.

No es el calor lo que mata a una persona, sino la acepta-

ción del calor. Es lo mismo con la comida y con la medicina, por-

que detrás de cada cosa hay pensamiento. Incluso ahora hay yoguis

que podrían saltar al fuego y no quemarse. Uno encontrará que las

almas intolerantes son las más infelices en el mundo, porque todo

les daña. ¿Por qué deben e% ar tan incómodos en la casa e inquietos

en el exterior? Por su tendencia a la aversión, al rechazo, al pre-

juicio. Es e% a tendencia la que debe ser conquistada. Y cuando es

conquistada se alcanza gran maestría.

Recuerdo mi maestro de la escuela diciéndonos que las

hojas de cierto árbol tenían grandes cualidades curativas. Esto no

me interesó mucho, pero lo que sí me interesó, como también él nos

Page 74: Sufis Mo

77

hazrat inayat khan

dijo, era que e� as hojas eran tan amargas que uno no podría beberse

una infusión de ellas. Y lo primero que hice fue recolectar algunas

de e� as hojas, y nadie entendía por qué lo hice. Pero me hice un té

de ellas y me lo bebí, y para gran satisfacción mía ¡ni siquiera puse

mala cara! Durante cuatro o cinco días continué con e� o y luego lo

olvidé todo. Es luchar contra todo lo que uno no puede hacer lo que

da la maestría. Pero generalmente no se hace e� o. Se lucha contra

las cosas que impiden obtener lo que uno quiere. El hombre debería

luchar sólo consigo mismo, luchar contra la tendencia a rechazar.

Esto le conduciría a la maestría. Como principio general en la vida

no sirve de nada forzar nada, pero si queremos entrenarnos, e� o es

otra cosa. Es un proceso, no un principio.

Podría decirse que es una gran lucha. Sí, así es; pero hay

lucha en ambas cosas, en descender y en elevarse. Es mejor luchar y

elevarse, en lugar de luchar y descender. Siempre que una persona

desciende, sólo quiere decir que es débil en su pensamiento. ¿Y por

qué es débil en su pensamiento? Porque es débil en su sentimiento.

Si el sentimiento protege al pensamiento, y si el pensamiento se

mantiene � rme, cualquiera que sea la di� cultad en la vida, será

superada.

Page 75: Sufis Mo

78

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

9. CONCENTRACIÓN

Adquirir el conocimiento de la concentración requiere no sólo estudio, sino también equilibrio. Antes de entrar en e# a

materia me gustaría primero explicar qué motivo hay detrás de

la concentración. Hay dos a' ectos de la vida: la vida audible y la

vida silenciosa. Por vida audible quiero decir todas las experiencias,

todas las sensaciones que experimentamos a través de los cinco

sentidos. Esto es distinto de la vida, que yo llamaría la vida silen-

ciosa. Y cuando uno pregunta qué bene* cio se deriva de entrar en

contacto con la vida silenciosa, la respue# a es que el bene* cio es

tan abstracto como la vida silenciosa misma. La vida de la sensa-

ción es clara; su bene* cio es claro; y sin embargo tan limitada como

es la vida de la sensación, así de limitado es su bene* cio. Esto es

por lo que al * nal encontramos todas nuestras experiencias de poco

valor. Su importancia dura tanto como las experimentamos. Pero

después de e# o la importancia de la vida de la sensación se acaba.

El valor de la vida silenciosa es independiente. Tendemos a

asignarle un valor a las cosas que conciernen a nuestra vida exterior.

La vida silenciosa no nos da un bene* cio concreto sino un bene* cio

general. En otras palabras, si hay una herida menor en el cuerpo una

aplicación externa de cierto medicamento puede curarla. Pero hay

otras medicinas, que pueden curar la condición general, y e# o es más

satisfactorio que la cura externa, aunque es menos e' ectacular.

No puede decirse exa+ amente qué bene* cio se gana con

la concentración, pero en realidad hay toda clase de bene* cios, en

Page 76: Sufis Mo

79

hazrat inayat khan

todas direcciones. Hay dos tipos de concentración: concentración automática y concentración intencional. La concentración automá-

tica se encuentra en mucha gente que no sabe que se concentra y

sin embargo lo hace. Se concentran automáticamente, algunos para

su desventaja, algunos para su ventaja. Aquellos que se concentran

para su ventaja son aquellos cuya mente e� á � jada en sus negocios,

en su arte, en cualquier ocupación que tengan. Son los que gracias a

su concentración pueden trabajar más exitosamente. Sea un compo-

sitor, un escritor, o un músico, según su poder de concentración así

será su éxito. Una vez tuve el placer de escuchar a Paderewski en su

propia casa. Empezó a tocar gentilmente en su piano. Cada nota le

llevaba a un océano de música más y más profundo. Cualquier per-

sona meditativa podría ver claramente que él e� aba tan concentrado

en lo que hacía que no sabía donde e� aba. Los trabajos de los gran-

des compositores, que vivirán para siempre, que ganan el corazón de

los hombres, ¿de dónde vienen? De la concentración. Así es con un

poeta, así es con un artista. Es la concentración, la que trae el color,

y la línea, lo que hace el dibujo. Naturalmente, si es un artista o un

escritor, un músico o un poeta, o alguien que e� á en los negocios o en

la industria, en la ausencia de concentración nunca tendrá éxito.

A veces la concentración trabaja en nuestra contra. Hay

alguna gente que siempre piensa que es desafortunada, que todo lo

que hagan irá mal, que piensan que desagradan a todo el mundo,

que todos les odian. Entonces algunos empiezan a creer que son

incapaces de hacer nada, que e� án incapacitados, inútiles. Otros

por autocompasión piensan que e� án enfermos. De esa forma

incluso si no e� án enfermos ellos crean la enfermedad. Algunos

mediante la concentración recuerdan la enfermedad, siempre

piensan en ella. Ningún médico podría tener éxito con ellos. Un

viejo médico una vez dijo, “Hay muchas enfermedades, pero hay

Page 77: Sufis Mo

80

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

muchos más pacientes”. Una vez que una persona mediante la con-centración se ha convertido en un paciente, es di# cil que se cure. Y

hay muchos de e$ os casos de concentración automática en contra

de uno mismo.

Pensadores, % lósofos, y gente meditativa enseñan la con-

centración intencional. Todo el misticismo, el esoterismo, e$ á

basado en la idea de la concentración. Esta concentración mística

puede ser dividida en cuatro grados diferentes. El primero es con-

centración, el siguiente contemplación, el tercero meditación, el

cuarto realización.

La de% nición del primer grado es la % jación del propio pen-

samiento sobre un objeto. Uno no debería concentrase sobre cual-

quier objeto que llegue, porque aquello en lo que uno se concentra

tiene un efecto sobre uno. Cuando uno se concentra en un objeto

muerto tiene el efecto de matar el alma. Cuando uno se concen-

tra en un objeto viviente tienen naturalmente un efecto vivi% ca-

dor. El secreto de las enseñanzas de todos los profetas y místicos se

encuentra en e$ o.

Esta concentración se consigue de tres diferentes formas.

La primera forma es mediante la acción. Se hace cierto movimiento

o se realiza una acción, que ayuda a la mente a concentrarse en

cierto objeto. Otra forma es con la ayuda de las palabras. Por la

repetición de ciertas palabras se aprende a pensar automáticamente

en cierto objeto. La tercera forma es con la ayuda de la memoria.

La memoria es como un almacén de construcción. De é$ e el cons-

tructor toma cualquier cosa que le guste: tejas, columnas, ladri-

llos, cualquier cosa que quiera. El hombre que se concentra de e$ a

forma hace lo mismo que los niños que tienen ladrillos con los que

construir casas de juguete. Recoge cosas en su memoria y con ellas

compone objetos para concentrarse en lo que desea.

Page 78: Sufis Mo

81

hazrat inayat khan

La contemplación ocurre sólo cuando una persona e� á lo

su� cientemente avanzada para poder contemplar. Porque la con-

templación no es en un objeto, es en una idea. Sin duda un hom-

bre puede creer que e� á preparado para hacer cualquier cosa, y que

después de la concentración él puede contemplar; pero la naturaleza

de la mente es tal que se escurre de nuestras manos en el momento

en que intentamos sujetarla. Por tanto antes de que realmente se

empiece a pensar la mente ya ha arrojado el objeto de concentración

como un caballo inquieto. La mente no es siempre tan rebelde; se

muestra rebelde cuando quiere gobernarse a sí misma. Es como el

cuerpo: uno puede sentirse descansado sentándose de forma natu-

ral, pero tan pronto como uno se mantiene completamente quieto

durante cinco minutos, el cuerpo empieza a sentirse inquieto. Y es

todavía más di� cil hacer que la mente obedezca. Los místicos por

tanto encuentran una cuerda para atar la mente a cierto lugar de

donde no pueda moverse. ¿Cuál es e� a cuerda? Esta cuerda es la res-

piración. Ellos atan la mente mediante e� a cuerda y la hacen perma-

necer donde desean que permanezca. Es como el pájaro que usa su

saliva para hacer su nido. Igual hace el místico que con la respiración

crea atmósfera, crea luz y magnetismo en el que vivir.

Una cara� erística de la mente es que es como una graba-

dora: cualquier cosa que se impresione sobre ella, es capaz de repro-

ducirla. Y otra cara� erística de la mente es que no sólo reproduce

algo, sino que crea lo que e� á impresionado sobre ella. Si se graba

fealdad, producirá desacuerdo, desarmonía. El aprendizaje de la

concentración limpia la grabadora, hace que produzca lo que nos

gusta, no lo que viene automáticamente. En e� e mundo se e� á tan

abierto a las impresiones. Se anda con los ojos y oídos abiertos, pero

no sólo los ojos, no sólo los oídos e� án abiertos. Los labios se abren

para emitir lo que los ojos y oídos toman. Esta es la parte peligrosa.

Page 79: Sufis Mo

82

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

La tercera parte de la concentración es la meditación. En e" e grado uno se vuelve comunicativo. Uno se comunica con la

vida silenciosa, y naturalmente una comunicación se abre con la

vida exterior también. Es entonces cuando un hombre empieza a

darse cuenta que tanto la vida exterior como la interior, todo de

hecho, es comunicativo. Entonces un hombre empieza a aprender

que nunca puede aprender mediante el estudio o de los libros, que

la vida silenciosa es el mayor maestro y sabe todas las cosas. No sólo

enseña, sino que da esa paz, esa alegría, ese poder y armonía, que

hacen la vida hermosa.

Nadie puede a& rmar ser meditativo. Porque una persona

meditativa no necesita decirlo con los labios. Su atmósfera lo dice, y

es sólo la atmósfera la que puede decir si es verdad o mentira. Una

vez pregunté a mi maestro espiritual cuál era el signo de conocer a

Dios. Dijo, “No son aquéllos que claman el Nombre de Dios, sino

aquéllos cuyo silencio lo dice”. Muchos andan buscando algo que

merezca la pena, algo maravilloso, pero no hay nada más maravi-

lloso que el alma del hombre.

La realización es el resultado de los otros tres grados. En la

tercera clase de experiencia el hombre persigue la meditación; pero

en e" a, la meditación persigue al hombre. En otras palabras, ya no

es más el cantante quien canta la canción, sino que la canción canta

al cantante. Este cuarto grado es una forma de expansión de la con-

ciencia; es el desenvolverse del alma; es bucear profundo dentro de

uno mismo; es comunicarse con cada átomo de la vida que existe

en el mundo entero; es realizar el “Yo” real en el que se basa el pro-

pósito de la vida.

Page 80: Sufis Mo

83

hazrat inayat khan

10. LA VOLUNTAD

Palabras tales como deseo, querer o amar, y sus semejantes

vienen a decir más o menos la misma cosa. Pero la palabra “volun-tad” tiene una importancia mayor que todas e" as otras palabras.

Y la razón es que la voluntad es la vida misma. La Biblia llama a

Dios amor. ¿Amor en qué sentido? Amor en el sentido de voluntad.

El Creador creó el universo ¿mediante qué? ¿Mediante el amor?

Mediante la voluntad, el amor vino después. El amor es la voluntad

cuando es reconocida por su manife" ación. Entonces es llamado amor. Pero al principio fue la voluntad. Por ejemplo, el Taj Mahal, el gran monumento en Agra, se dice que es la muestra del amor que el emperador sentía por su amada. Al mismo tiempo, cuando uno lo mira objetivamente, no puede llamársele una expresión de amor.

Más bien se le llamaría un fenómeno de la voluntad. En el inicio de

la construcción al menos, podría verse el espíritu, el impulso que lo

comenzó, como un fenómeno de la voluntad del emperador. Des-

pués de que se terminara podría decirse que era la expresión de su

amor. Cuando una persona dice, “lo deseo”, “lo quiero”, es una volun-

tad incompleta; una voluntad que no es consciente de su fuerza;

una voluntad, que no e" á segura de que tiene esa voluntad. En ese

caso se le llama deseo. Pero cuando una persona dice “lo haré” e" o

signi) ca que es de) nitivo. Una persona que nunca puede decir “lo

haré” no tiene voluntad.

De e" o podemos concluir que la voluntad, es la fuente y el

origen de todos los fenómenos. Los hindúes han llamado a la crea-

Page 81: Sufis Mo

84

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

ción el sueño de Brahma, el Creador. Pero un sueño es un fenómeno

de la voluntad inconsciente, cuando la voluntad trabaja automá-

ticamente. La voluntad es la acción del alma. También podría lla-

marse al alma el ser de la voluntad. La diferencia entre la voluntad

y el alma es como la diferencia entre una persona y su acción.

Hay una diferencia entre la persona pensativa y la imagi-

nativa y la diferencia es que uno piensa con la voluntad, y el otro

piensa sin voluntad. Cuando una persona conoce el valor de la

voluntad, entonces reconoce que no hay nada en el mundo que sea

más precioso que la voluntad. Naturalmente, por tanto, la cuestión

surge en la mente del hombre pensativo. “¿Hay voluntad en mí?

¿Tengo una voluntad fuerte o débil?” Y la respue' a es que nadie

puede existir sin voluntad. Todo el mundo tiene voluntad.

El funcionamiento automático de la mente produce la

imaginación, y el valor de la imaginación depende del cultivo de la

mente. Si la mente e' á a( nada a un tono superior entonces la ima-

ginación naturalmente será de un tono superior; pero si la mente

no e' á a( nada a un tono superior entonces naturalmente las ima-

ginaciones no serán de un tono superior.

La imaginación tiene su lugar y su valor. ¿Pero cuál? En ese

momento en que el corazón e' á a( nado a tal tono que la imaginación

no puede ir a ningún sitio excepto al paraíso. El corazón, que e' á tan

a( nado por el amor y la armonía y la belleza, sin quererlo, empieza a

+ otar automáticamente. Y en e' e movimiento automático reacciona

con cualquier cosa que toca, o lo expresa de alguna manera. Cuando

es en forma de línea o color o notas, entonces se produce arte, pintura,

música o poesía. Es entonces cuando la imaginación tiene valor. Pero

cuando se llega al negocio y la ciencia y todas las cosas que e' án conec-

tadas con nuestra vida cotidiana y el mundo, es mejor dejar la imagina-

ción a un lado y funcionar con el pensamiento.

Page 82: Sufis Mo

85

hazrat inayat khan

Igual que tanto la noche como el día son útiles, igual que

tanto el descanso como la acción son necesarios, así tanto el pen-

samiento como la imaginación tienen su lugar en nuestra vida. Por

ejemplo, si un poeta usa su voluntad para dirigir su imaginación

podría volverse un pensamiento y se haría rígido. Lo natural para

un poeta es dejar que su mente � ote en el espacio, y dejar que su

corazón exprese lo que sea que ocurra que toque, y entonces lo que

es expresado es una inspiración. Pero cuando una persona tiene que

atender sus asuntos de negocios no debería dejar su corazón � otar

en el aire. Debe pensar en las cosas de la tierra, y elaborar sus fanta-

sías muy cuidadosamente.

Entonces llegamos a la cuestión de cómo podemos mante-

ner la voluntad. La naturaleza de la vida que vivimos nos roba de

nuestra voluntad. No sólo por la lucha que tenemos que mantener

en la vida, sino que también nuestro propio ser, nuestros pensa-

mientos, nuestros deseos, nuestras motivaciones, debilitan nues-

tra voluntad. La persona que sabe cómo e� á conectado nuestro

ser interior con la Voluntad perfecta, encontrará que lo que hace

a la voluntad más pequeña, más estrecha y más limitada, es nues-

tra experiencia a lo largo de la vida. Nuestras alegrías nos roban de

nuestra voluntad, como lo hacen nuestras penas. Nuestros placeres

nos roban de nuestra voluntad, como lo hacen nuestros dolores. Y

la única forma de mantener el poder de la voluntad es estudiando

la existencia de la voluntad y analizando qué es la voluntad entre

todas las cosas de nosotros mismos.

Podría parecer que la motivación incrementa la fuerza de

voluntad. Pero, sin duda, al � nal encontraremos que roba de nues-

tra fuerza de voluntad. La motivación es una sombra sobre la inteli-

gencia, aunque mientras más elevada es la motivación, más elevada

es el alma, y mientras mayor es la motivación, mayor es el hombre.

Page 83: Sufis Mo

86

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Cuando la motivación e" á debajo del ideal, e" o supone la caída del

hombre. Y cuando su motivación es su ideal, ésa es su elevación. La

visión del hombre se amplía en correlación con la amplitud de la

motivación, y la fuerza del hombre es mayor en correlación con el

poder de la motivación.

También hay un dicho inglés, “El hombre propone, Dios

dispone”. Uno siempre tiene que vérselas con un poder mayor que

uno mismo, que no siempre apoya el deseo de uno. Y naturalmente

una persona con voluntad, viéndoselas con un poder mayor, más

tarde o más temprano se rendirá y se llevará la impresión de la pér-

dida de su propia voluntad. Esto es sólo un ejemplo, pero podrían

darse cien ejemplos de cómo se nos arrebata la voluntad sin darnos

cuenta. Muy a menudo una persona piensa que siendo a( ivo o con

determinación mantiene su voluntad, y que siendo pasivo pierde su

voluntad. Pero no es así. Donde hay una batalla hay un avance y hay

una retirada. Por una retirada no se es derrotado y por un avance

no siempre se tiene éxito. Una persona que ejerza su voluntad todo

el tiempo, la presiona y la agota muy rápido. Es como e" ar dema-

siado seguro de una cuerda que se tiene en la mano mientras se roza

con el borde de una piedra a* lada. Muy a menudo uno ve que la

gente que profesa gran fuerza de voluntad fracasa mucho antes que

aquellos que no la profesan.

Hay siempre también una batalla entre la fuerza de volun-

tad y la sabiduría. Y la primera y más sabia cosa a hacer es lograr

la armonía entre la sabiduría y la fuerza de voluntad. Cuando una

persona dice, “Quiero hacer e" o, haré e" o”. Y al mismo tiempo su

sentido dice, “No, no puedes, no debes hacerlo”, entonces, incluso

con toda su fuerza de voluntad él no podrá hacerlo o hará algo en

contra de su mejor juicio.

Esto además nos muestra la vida con otra luz; que aque-

Page 84: Sufis Mo

87

hazrat inayat khan

llos que son sabios pero sin voluntad e� án tan indefensos como

una persona con fuerza de voluntad pero sin sabiduría. No sirve de

nada mantener la sabiduría en el frente y la fuerza de voluntad en

la retaguardia, ni tampoco sirve mantener la fuerza de voluntad en

el frente y la sabiduría en la retaguardia. Lo necesario es hacer de las

dos una, y e� o puede hacerse volviéndose consciente de la acción

de ambas en todo lo que uno hace. Al mismo tiempo uno puede

pra� icarlo en la vida diaria privándose de cosas que nos gustan. Si

una persona siempre tiene lo que le gusta tener, sin duda estropea

su voluntad, porque entonces su voluntad no tiene reacción.

Se le da un estímulo a la voluntad cuando uno se priva de lo

que desea. Entonces la voluntad se hace consciente de sí misma, viva.

Se pregunta por qué no debería tenerlo. Por ejemplo, una persona

quiere tener melocotones, pero al mismo tiempo es muy atraída a la

� or del melocotonero. Piensa que la � or es hermosa, y entonces llega

la idea: ¿por qué no dejarla en la planta? Esto le hará decidirse a no

cogerla. Esto le da un estímulo, porque el primer deseo fue cogerla,

entonces el sentido quiso trabajar con ella; e igual que la luz surge de

la fricción, así también la voluntad llega de la fricción.

El poder de la voluntad e� á en controlar, en contraste con

la imaginación, que funciona sin control, porque si uno quiere con-

trolarla la estropea. Nada en el mundo, ni en la esfera de la mente

ni en el plano � sico, puede moverse sin la fuerza de la voluntad.

Pero mientras que con una el poder de la voluntad e� á en absoluto

control, con la otra funciona automáticamente.

Hay otro enemigo de la fuerza de voluntad y é� e es el

poder del deseo. A veces é� e le arrebata su fuerza al poder de la

voluntad. A veces el poder de la voluntad, mediante el con� icto

con el deseo, se hace fuerte. La auto-negación que se enseña en la

Biblia generalmente quiere decir el aplastamiento de los deseos. No

Page 85: Sufis Mo

88

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

debería tomarse como un principio sino como un proceso. Aque-llos que lo han tomado como un principio han perdido. Aquellos que lo han tomado como un proceso han ganado.

El enemigo del sentido, de la sabiduría, es la falta de tran-quilidad de la mente. Cuando la mente e# á tranquila produce el

pensamiento adecuado, y la sabiduría surge de forma natural como

una fuente. Los su% es por tanto han enseñado diferentes ejercicios,

tanto en forma % sica como meditativa; con objeto de hacer que la

mente se tranquilice, de forma que la sabiduría que e# á allí pueda

surgir como una fuente. No es en el agua perturbada donde uno

puede ver su propia imagen re( ejada. Es en el agua quieta en la

que uno puede ver su propia imagen claramente. Nuestro corazón

puede compararse con el agua y cuando e# á calmado, la sabiduría

surge por sí misma. Son la sabiduría y la voluntad juntas las que

trabajan hacia el éxito en un asunto.

La fuerza de voluntad se desarrolla sistemáticamente pri-

mero mediante la disciplina del cuerpo. El cuerpo debe sentarse

en la postura prescrita. Debe permanecer en el lugar que se le pide

que permanezca. El cuerpo no debería ponerse inquieto, cansado,

por lo que se le pide, sino que debería conte# ar a las demandas de

la persona a quien pertenece. El momento en que el su% empieza a

disciplinar su cuerpo, empieza a ver cuán indisciplinado fue siem-

pre. Entonces descubre que e# e cuerpo que él siempre ha llamado

“mío”, “mí mismo”, y para cuya comodidad él ha hecho todo lo que

pudo, que e# e in/ el parece ser el más desobediente, el más desleal.

Después viene la disciplina de la mente. Esto se hace

mediante la concentración. Cuando la mente piensa en algo más y

uno quiere pensar en un pensamiento e0 ecí/ co, entonces la mente

se vuelve muy inquieta. No quiere permanecer en un punto, porque

siempre ha e# ado sin disciplina. Tan pronto como uno la disciplina,

Page 86: Sufis Mo

89

hazrat inayat khan

se vuelve como un caballo inquieto que uno tiene que dominar. La di� cultad empieza cuando uno intenta concentrarse. Empieza a

saltar, mientras que otras veces sólo va de un lado para otro. Esto

ocurre porque la mente es una entidad. Siente como un caballo

salvaje podría sentir: “¿Por qué tienes que mole� arme?” Pero la

mente e� á destinada a ser un sirviente obediente, justo como el

cuerpo e� á destinado a convertirse en una obediente herramienta

con la que experimentar la vida. Si no e� án en orden, si no actúan

como uno desea que actúen, entonces no se puede tener e� eranza

de felicidad real, de comodidad real en la vida.

La voluntad puede hacerse tan fuerte que controle el

cuerpo, haciéndole perfectamente saludable. Pero, uno podría pre-

guntar, ¿qué pasa entonces con la muerte? La muerte no es algo

extraño a la fuerza de voluntad. Incluso la muerte es causada por la

fuerza de voluntad. Uno cree que uno no invita a la propia muerte.

De hecho, uno no lo hace, pero la voluntad personal se hace débil

y la Voluntad mayor impresiona e� a voluntad débil, volviéndola

hacia sí misma. Porque la voluntad menor pertenece a la Voluntad

mayor. Los su� es llaman a la primera Qadr y a la última Qaza. Qaza

re! eja sobre Qadr su orden, y Qadr inconscientemente la acepta. En

la super� cie un hombre puede que todavía quiera vivir, pero en lo

profundo se ha resignado a morir. Si un hombre no se resignase a la

muerte no moriría. En lo profundo de su ser se resigna a la muerte

antes de que su vida le sea tomada.

La resignación de la voluntad humana a la Voluntad divina

es la cruci� xión real. Después de la cruci� xión, sigue la resurrec-

ción. Puede llegarse a e� o mediante la búsqueda del placer de Dios.

Y no es di� cil, una vez que se ha empezado a buscar el placer de

Dios. Sólo cuando no se empieza a intentarlo no se sabe cuál es el

placer de Dios. Pero aparte de e� o hay otra lección, que los su� es

Page 87: Sufis Mo

90

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

han enseñado: buscar el placer del prójimo. Y e# o es lo que el hom-

bre usualmente rehúsa hacer. Está completamente dispue# o a

hacer el placer de Dios, pero cuando se le pide que busque el placer

del prójimo rehúsa.

En cada caso, sin embargo, uno busca el placer de uno y el

mismo Ser. Se empieza con la resignación, pero una vez que se ha

aprendido a ser resignado en la vida, y cuando uno e# á a tono con

la Voluntad divina, no necesita resignarse, porque el propio deseo

se convierte en el impulso divino.

Page 88: Sufis Mo

91

hazrat inayat khan

11. LA RELAJACIÓN MÍSTICA (I)

La relajación mística es de la mayor importancia, porque toda la cultura espiritual e# á basada y construida sobre e# a mate-

ria. Sin embargo hay tan poco hablado y escrito sobre ello. Ha sido experimentada y estudiada por los buscadores de la verdad durante todas las eras, y mediante el completo entendimiento de e# a mate-

ria alcanzaron mayor poder e inspiración. La vida es ritmo. Este ritmo puede dividirse en tres e# a-

dos, y en cada e# ado e# e ritmo cambia la naturaleza y el cará' er

de la vida. Un ritmo es móvil, otro es a' ivo, y el tercero es caótico.

El ritmo móvil es creativo, productivo, constructivo, y a través de

e# e ritmo se ganan todo el poder y la inspiración, y se experimenta

la paz. El siguiente e# ado de e# e ritmo, el ritmo a' ivo, es la fuente

del éxito y del logro, del progreso y del avance, la fuente de la alegría

y la plenitud. Y el tercer e# ado de e# e ritmo, el ritmo caótico, es la

fuente del fracaso, de la muerte, de la enfermedad y la destrucción,

la fuente de todo dolor y pena.

La primera clase de ritmo es lento, la segunda clase es más

rápida, y la tercera todavía más rápida. La dirección de la primera

es directa, de la segunda uniforme, y de la tercera zigzag. Cuando

se dice que una persona es sabia y re* exiva, quiere decir que e# á en

el primer ritmo. Cuando se dice que una persona es perseverante y

exitosa, e# á en el segundo ritmo. Y cuando se dice que una persona

ha perdido su cabeza y se ha extraviado, e# á en el tercer ritmo.

O e# á cavando su propia tumba o la de sus asuntos; es su propio

Page 89: Sufis Mo

92

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

enemigo. Todo lo que quiere llevar a cabo, por mucho que quiera avanzar o progresar, todo cae en la destrucción porque ha tomado e# e tercer ritmo, el ritmo caótico y destructivo. Por tanto depende

de nosotros a$ narnos al primer ritmo, al segundo o al tercer ritmo,

y de acuerdo a e# a decisión vendrá nuestra condición en la vida.

¿No tienen entonces las in' uencias planetarias nada que ver

en nuestras vidas? Sí, tienen, ¿pero cómo funcionan las in' uencias

planetarias en nosotros? Si nos ponemos en un ritmo en particular,

e# as in' uencias no tienen poder para lograr el éxito o el fracaso. Sólo

si nos ponemos en ese ritmo habrá un resultado similar, y también el

entorno reaccionará en la misma manera. Si e# amos en un entorno

favorable o desfavorable, placentero o no placentero, todo e# o quiere

decir que nos hemos pue# o en ese ritmo en particular. Cuando expe-

rimentamos el éxito, la mala suerte o la buena suerte, buena o mala

fortuna, es de acuerdo al ritmo que hemos provocado.

¿Dónde podemos encontrar el poder, cómo se alcanza? Si

una persona piensa en ello, fácilmente puede darse cuenta + sica,

mental y espiritualmente. Hay un tiempo en que el cuerpo e# á en

una condición de perfecta calma, y hay un tiempo en que el cuerpo

e# á excitado, en que la respiración ha perdido su ritmo, es irregu-

lar, desigual; e# a es la condición caótica. Y cuando el cuerpo tiene

una circulación regular y un ritmo apropiado y una respiración

uniforme, entonces una persona es capaz de hacer cosas, de lograr

cosas. Cuando el cuerpo e# á descansado, cómodo, relajado, somos

capaces de pensar. Las inspiraciones, las revelaciones llegan, nos

sentimos en calma, y tenemos entusiasmo y poder. En sánscrito el

primer ritmo es llamado sa0 va, el segundo rajas y el tercero tamas.

Es del ritmo medio del que viene la palabra Rajá, que quiere decir

el que ha perseverado con su espada y ha hecho un reino. Su ritmo

es el ritmo medio. El primer ritmo es a veces llamado sand, lo que

Page 90: Sufis Mo

93

hazrat inayat khan

hace pensar en santo. De e� e ritmo viene la bondad.

En cierto momento de nuestra vida un ritmo prevalece, en

otro el segundo ritmo, y en otro el tercero. Y sin embargo en nues-

tra vida un ritmo es predominante a través de todos los cambios, ya

sea que una persona tenga el tercero, el segundo o el primer ritmo.

El que tiene el primer ritmo siempre tiene el poder para

lograr cosas. Y como es con el cuerpo, así es con la mente. Cuerpo y

mente e� án tan estrechamente conectados que el ritmo que tenga

la mente, tiene el cuerpo. Y el ritmo que es predominante en cuerpo

y mente, también lo es en el alma.

Había un rey que cuando sus ministros le traían cierto

problema, solía decir, “Léelo otra vez”, y el ministro lo leía otra vez.

Quizás después de cuatro veces paraba y decía, “Léelo otra vez”, y el

ministro así lo hacía. Y después de que lo había oído tres veces, su

respue� a era perfecta. Pero, ¿qué hacemos a veces cuando conver-

samos con la gente? Antes de que la conversación se haya parado,

les hemos conte� ado. Somos tan impacientes, y ansiosos por con-

te� ar y excitados con ello, que sólo una entre cien personas se para

a escuchar lo que otro tiene que decir.

Es el ritmo erróneo, el ritmo caótico el que trae resultados

caóticos. ¿De dónde viene la guerra? De la acción caótica. Cuando

hay acción caótica, las naciones se ven envueltas en guerras. Por la

acción caótica el mundo entero puede verse envuelto en la guerra.

La gente duda de la creencia religiosa de que Cristo haya salvado

el mundo entero. No pueden entenderlo. Dicen que el hombre se

salva a sí mismo. Pero no se dan cuenta de que un hombre puede

arruinar el mundo entero y de que un hombre puede salvarlo. Por el

ritmo puede salvar al mundo entero. Cuando hay in� uencia caótica

funciona como una bebida intoxicante en miles de personas, como

un germen de enfermedad, extendiéndose de una persona a otra a

Page 91: Sufis Mo

94

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

través de todo el país. Si es verdad mecánicamente, entonces psico-lógicamente puede ser cierto también que esa in% uencia caótica de una sola persona puede poner el mundo entero en la dese& eración, aunque es muy di' cil que la gente común lo entienda.

La nación turca e) aba muy deprimida en todos sus a& ec-tos, y las guerras habían hecho el país muy pobre. Sin otra cosa más que desilusión no hacía más que hundirse. Y entonces llegó un hom-bre, Kamal Pasha, y su ritmo puso vida en miles y miles de almas muertas que e) aban e& erando algún resultado, hambrientos por la falta de comida, decepcionados con cada esfuerzo. Y un hom-bre les dio ánimo a todos ellos y levantó la nación entera. Podemos ver lo que ocurrió en Italia, donde cada acción era ine0 caz debido a tantas ideas y partidos diferentes. No había esfuerzo conjunto, no había concentración. Después de la fatiga de la guerra, llegó un hombre, Mussolini, que levantó los pensamientos de todo el país. Y e) o es sólo el plano exterior. En el plano espiritual el efecto es toda-vía más poderoso, sólo que aquellos que trabajan en el plano espiri-tual no lo mani0 e) an a la vista. Lo que ocurre en el mundo político es conocido, pero en el mundo espiritual ocurren grandes cosas y no son conocidas; pero su in% uencia es más poderosa; debido a su ritmo.

Lo vemos en la vida de Napoleón. Algunos aprecian su vida y otros no. Pero no obstante durante sus guerras él era la inspiración y el poder y el respaldo de todo el país. Todo era el espíritu de Napo-león. Y siempre, incluso durante las grandes ansiedades de la guerra, solía tener momentos de silencio, incluso a veces yendo a caballo. Y mientras tenía e) e silencio podía recuperar toda la fuerza perdida en las continuas responsabilidades de la guerra, y podía sentirse refrescado después de haber cerrado sus ojos. ¿Qué era e) o? Él tenía la clave de la relajación. Es a0 narse al ritmo deseado.

Page 92: Sufis Mo

95

hazrat inayat khan

No deberíamos sorprendernos o reírnos de los santos que mantienen una mano levantada, o que permanecen quizás en su

cabeza con sus pies levantados, o sentados en una postura por largo

tiempo. Hay alguna razón para ello. Aquellos artistas que conocen

las diferentes formas del arte de la relajación saben cómo lograr una

condición relajada en el cuerpo y la mente. Yo mismo, continua-

mente durante doce años aproximadamente, he tenido sólo tres

horas de sueño en la noche y a veces ni siquiera eso. Y todos e� os

doce años nunca estuve enfermo. Tuve toda la fuerza necesaria y

e� aba perfectamente bien debido a la prá� ica de la relajación.

La cuestión es ¿cómo se relaja uno? No es sentándose en

silencio con los ojos cerrados; porque cuando la mente e� á pres-

tando atención al cuerpo mediante el pensamiento o el sentimiento,

entonces el cuerpo no se relaja, porque la mente e� á torturando

el cuerpo. Y cuando el sentimiento e� á pre� ando atención a la

mente, entonces la mente es torturada. Y e� a tortura, incluso si

los ojos e� án cerrados, incluso si e� amos sentados en cierta pos-

tura, no sirve de nada. Con la relajación uno debería considerar

tres puntos de vista: el punto de vista del cuerpo � sico, el punto

de vista de la mente, y el punto de vista del sentimiento. El punto

de vista del cuerpo � sico es que uno debe acostumbrarse a tener

poder sobre uno mismo, o tener in� uencia, sobre la circulación y el

pulso. Y e� o puede hacerse con el poder del pensamiento y con la

fuerza de la voluntad junto con la respiración. Mediante la fuerza

de voluntad puede lograrse cierta condición en el propio cuerpo de

forma que la circulación tome cierto ritmo. Se reduce de acuerdo a

la voluntad. Puede hacerse lo mismo para regular el pulso mediante

la fuerza de voluntad. Hasta que la voluntad no tiene en su mano la

circulación y el pulso del cuerpo, la voluntad no tiene en su mano

meditar durante horas. Es por e� a razón que los sabios pueden

meditar durante horas con intención, porque han dominado su cir-

Page 93: Sufis Mo

96

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

culación. Pueden respirar a voluntad, más lento o más rápido. Y cuando no hay tensión sobre el sistema nervioso o muscular, enton-ces se obtiene un reposo que diez días durmiendo no pueden lograr. Por tanto e$ ar relajado no signi% ca sentarse quieto. Es ser capaz de

quitar la tensión del propio sistema –de la circulación, del pulso, de los sistemas muscular y nervioso.

¿Cómo se relaja la mente? El método para la relajación de la mente es primero hacer que se canse. El que no sabe el ejercicio de hacer que la mente se canse no puede nunca relajar su mente. La concentración es la mejor acción que puede darse a la mente, porque la mente es mantenida sobre cierta cosa. Después de e$ o se relajará de manera natural y cuando se relaje ganará todo el poder.

La relajación del sentimiento se alcanza sintiendo profun-damente. Los su' es en Oriente han tocado música que aviva las

emociones a tal grado que el poema que oyen se convierte en rea-

lidad. Entonces viene la reacción, que es la relajación. Todo lo que e$ aba bloqueado, toda congestión es demolida. Y la inspiración, el

poder, y un sentimiento de alegría y exaltación vienen a ellos.

Es mediante e$ os tres tipos de relajación que uno llega a

prepararse para la relajación más elevada, que es relajar todo el ser:

el cuerpo en reposo, la mente en descanso, el corazón en paz. Es

esa experiencia que puede llamarse Nirvana, el ideal de las almas

pensantes y meditativas. Es eso lo que ellos quieren alcanzar, por-

que en ello e$ á todo. En esa condición cada persona se hace por el

momento como una gota que es asimilada o sumergida en su ori-

gen. Y e$ ar sumergido por un momento quiere decir que todo lo

que pertenece al origen es atraído por la gota, porque el origen es la

esencia de todo. La gota ha tomado de su origen todo lo que tiene

en la vida. Está nuevamente cargada y llega a iluminarse de nuevo.

Page 94: Sufis Mo

97

hazrat inayat khan

12. LA RELAJACIÓN MÍSTICA (II)

La relajación mística es realmente lo mismo que la medita-ción. Muy a menudo la gente e# á confundida con la palabra medi-

tación porque es usada por mucha gente que a veces tienen ideas

muy diferentes sobre ella. Llamándola relajación mística el signi& -

cado se vuelve simple y claro.

Desde un punto de vista ' sico, e# á la prá( ica de contraer

y estirar que permite a un hombre realzar su vitalidad interna,

mientras que la relajación es una acción contraria. La energía es traída al plano exterior o es pue# a a descansar en su condición nor-mal, natural. Cuando una persona levanta algo pesado, hace algo con determinación, carga su cuerpo con la energía que e# á dentro.

Entonces se expresa a través de sus músculos y nervios. Cuando una persona e# á dormida la energía es pue# a a descansar. Esta energía

es la más preciosa y valiosa. Cuando es usada exteriormente trae

bene& cios externos y cuando es usada interiormente trae logros

internos.

La meditación se alcanza a través de dos e# ados prelimi-

nares. El primer e# ado es la concentración y el siguiente la con-

templación. Después de e# os dos e# ados llega el tercero, que es la

meditación. Lo que viene después es la realización.

Nada en el mundo puede llevarse a cabo sin concentra-

ción, sea en los negocios o en la profesión, o en el trabajo espiritual.

Aquéllos que no han logrado el éxito en su negocio o profesión son

los que no tenían una concentración adecuada. Y muchos de aqué-

Page 95: Sufis Mo

98

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

llos que han tenido éxito en la vida se lo deben al hecho de que su concentración es buena. Puede que no lo sepan. Ha habido muchos grandes inventores en Occidente que han producido cosas mara-villosas, sin embargo ellos mismo no sabían que pudieron hacerlo debido a su concentración. Algunos han nacido con e& o como un don natural, y es por ello que han logrado el éxito de cualquier cosa que hayan realizado. Si se es un artista, con la ayuda de la concen-tración se pueden producir trabajos maravillosos. Si se es cientí-' co se pueden lograr grandes resultados en la ciencia. Si se es un poeta, la poesía será fácil de escribir. Si se es un místico, la inspira-ción mística ) uirá. Pero sin concentración, por muy cuali' cada que pueda e& ar una persona, no será capaz de hacer el mejor uso de sus cualidades. Apenas si podrá llamársele cuali' cado. Sólo mediante el poder de la concentración puede expresarse a sí mismo plena-mente.

La concentración es el comienzo de la meditación. La meditación es el ' nal de la concentración. Una vez la concentra-ción es plenamente adquirida, meditar es fácil para una persona.

Desde un punto de vista meta* sico puede considerarse que la concentración tiene tres a+ ectos: re) ejar, construir, improvisar. La primera clase de concentración es re) ejar cualquier objeto que se ha colocado delante. Ésta es la cualidad de e+ ejo de la mente que nos capacita para concentrarnos de e& a forma. Cuando se es impresionado por cierta cosa que se ha visto fuera de uno mismo, se intenta concentrar sobre ella, mantenerla en la mente. En otras palabras, se enfoca la mente en ese objeto con el que se ha sido impresionado, y la mente no hace sino re) ejarlo.

La otra clase de concentración es construir o componer. Por ejemplo, cuando se le dice a un artista que haga una pintura muy imaginativa y él crea en su mente una criatura con la cara

Page 96: Sufis Mo

99

hazrat inayat khan

de un hombre, los cuernos de un búfalo y las alas de un pájaro. El material e� á ahí en su mente. Él sólo tiene que juntarlo con objeto de producir una cierta forma. Ésta es la concentración construc-tiva, visualizar, en otras palabras hacer que la mente produzca algo bajo la dirección de la voluntad.

Todo lo que el hombre ve o piensa lo ve en su propio pensa-miento. El hombre puede producir de su pensamiento un ángel o un demonio. Puede producir a Dios en su pensamiento. La construcción de la Torre de Babel es el hacer de la mente. El pensamiento del hom-bre tiene un gran poder; y cuando llega a la realización de que todo viene de una fuente y de que todo se e� á desarrollando hacia una meta, empieza a ver que la fuente y la meta son Dios. Entonces el mundo de la variedad para él ya no es más variedad sino unidad; es uno.

El tercer a� ecto de la concentración es improvisar. Si se le pide a un poeta que escriba un poema sobre un capullo de rosa él empieza a improvisar. Introduce una gota de rocío, y representa la escena del alba. Toma una corriente suave de agua y construye un hermoso fondo para ello. Ésta es la tercera clase de concentración.

Muy a menudo la gente piensa que concentración quiere decir cerrar los ojos y sentarse quieto en la iglesia, y e� o sólo una vez en semana. Y cuando hacen e� o, aunque ellos mismos e� én en la iglesia no saben dónde e� á su mente.

Cuando una persona se permite a sí misma e� ar pertur-bada, e� o muestra que su concentración no es buena. Y si su con-centración no es buena, e� o muestra que su fuerza de voluntad le falla. La mejor forma, por tanto, de protegerse uno mismo de la perturbación es desarrollar el poder de la concentración, de forma que la fuerza de voluntad se desarrolla de manera natural y uno es capaz de resistir todas las perturbaciones que surgen cuando se tiene que vivir en medio de la multitud.

Page 97: Sufis Mo

100

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

El mejor remedio para una mente divagante es la concen-tración natural. Esto quiere decir no forzar la mente. Primero se debería dejar que la mente funcione de forma natural, pensar en cosas hacia las que se tiene inclinación a pensar. ¿Por qué debería la

mente pensar en algo hacia lo que no tiene inclinación? Es innatu-

ral. Es como comer algo que no nos gusta. No será asimilado ni dará

buenos resultados. Debería pensarse en algo que se ama, entonces

se puede aprender a concentrarse.

A veces se dice que una persona e& á fuera de sus cabales

cuando no tiene su mente bajo su control. Esto quiere decir que su

mente e& á funcionando mecánicamente; la voluntad no tiene con-

trol sobre ella. Porque la voluntad es el rey y la razón es el ministro.

Cuando ambas trabajan juntas la mente e& á bajo control. Cuando

la razón no ayuda, cuando la voluntad ha perdido el control, enton-

ces la mente ya no es más de uno mismo y puede decirse que alguien

e& á fuera de sus cabales.

Por lo general la mente de una persona no es lo su( cien-

temente fuerte para mantener el objeto que quiere consumar, se

marcha. Y a veces el cuerpo no e& á su( cientemente en forma para

mantenerlo. Pero ese objeto, cuando no se realiza, no se realiza sólo

de acuerdo con su mente. De acuerdo con el esquema de la natura-

leza ha muerto de una muerte pací( ca y natural.

La Biblia habla de auto-negación. La gente piensa que eso

quiere decir no comer, no beber, abandonar todo lo que es hermoso

y bueno en la vida, irse a alguna parte en soledad y no volver nunca.

Es una interpretación errónea de una enseñanza verdadera. Auto-

negación es auto-olvido. Si uno estudia sus alrededores uno encon-

trará que aquellos que son felices lo son porque piensan menos en

ellos mismos. Si son infelices es porque piensan en ellos mismos

demasiado. Una persona es más soportable cuando piensa menos

Page 98: Sufis Mo

101

hazrat inayat khan

en sí mismo. Y una persona es insoportable cuando e� á siempre

pensando en sí mismo. Hay muchas miserias en la vida, pero la

mayor miseria es la auto-compasión. Esa persona es más dura que

una roca, dura para sí misma y dura para los demás. Los demás no

pueden soportarla. No puede llevarse a sí misma.

No es cosa fácil de hacer, olvidarse de uno mismo, pero

si uno es capaz, ¡qué maravilloso poder es creado dentro de uno

mismo! Es un gran misterio. Da poder sobre el cielo y el in� erno. Omar Khayyam dice en su Rubaiyat, “El cielo es la visión de un deseo cumplido. El in� erno es la sombra de un alma ardiendo”. ¿Dónde e� á esa sombra? ¿Dónde e� á esa visión? ¿No e� á dentro

de nosotros mismos? Somos nosotros quienes la mantenemos. Por

tanto el cielo y el in� erno son lo que nosotros hemos hecho para

nosotros mismos. No puede cambiarse con nada excepto con la

concentración.

Pero la concentración tiene una importancia mayor aún

que é� a, porque es esa fuerza creativa que el hombre posee y que

tiene como herencia de Dios. Ese poder creativo comienza a hacer

maravillas. Por ejemplo, una persona piensa, “Me gustaría cenar

pescado”, y cuando llega a casa encuentra que su sirviente ha pre-

parado pescado para esa noche. Esto es un fenómeno de la con-

centración. Puede que no lo sepa, pero funciona de e� a forma. El

pensamiento del hombre alcanzó la mente del sirviente, y el sir-

viente sirvió ese plato para él. ¡Imagina qué gran poder es! No se

necesita ni pensar en los propios deseos. El hecho de tener el deseo

es su� ciente. La concentración lo desarrolla y lo materializa.

Tal es el poder de la concentración. Hay muchas histo-

rias que se cuentan en Oriente sobre faquires, derviches, y sabios,

mahatmas. Mucha gente se pregunta si son verdad, y si son verdad,

cómo suceden. Quieren una explicación cientí� ca, y puede ser que

Page 99: Sufis Mo

102

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

un día sea descubierta por la ciencia. No obstante, uno encuentra tanta falsedad como verdad en e" o, porque cualquier cosa puede

ser imitada. Hay oro y hay oro de imitación. Hay plata y hay plata de imitación. Y así hay imitación de la verdad también. Lo que parece ser lo más maravilloso y sorprendente no es todo tan mara-villoso. Pero al mismo tiempo hay cosas que son más maravillosas de lo que uno puede imaginar, y todas ellas pertenecen al poder de la mente. ¿Y de dónde viene e" e poder? De la fuente de todas las cosas, es el poder de Dios.

Incluso en el logro de la unión con Dios, es la concentra-ción la que ayuda. La aparición de estigmas en algunos santos es el resultado de la concentración. Si no fuera así, ¿cuál sería el signi( -cado y el uso de la concentración? Parece fuera de lo normal porque sólo muy pocos saben lo que signi( ca la concentración real. Alguien que ha dominado la concentración no tiene que ir muy lejos. Su siguiente paso será el propósito para el que se concentraba.

La contemplación es el segundo e" ado de la concentra-ción. La contemplación es la repetición de cierta idea, y e" a repe-tición materializa la idea. Aquéllos que han sido capaces de llevar a cabo grandes trabajos en el mundo han sido gente contemplativa. A menudo no lo saben. Es la continua repetición de cierta idea la que crea esa idea, la que la trae a la existencia en el mundo ) sico. Por ejemplo, aquéllos que pueden contemplar la salud pueden lograr esa perfecta salud que ninguna medicina ni ninguna otra cosa pue-den dar. Aquellos que contemplan la inspiración mostrarán gran inspiración. Aquellos que contemplan la fuerza y el poder, desa-rrollan fuerza y poder. Uno no puede llegar a e" e e" ado hasta que no se ha logrado la concentración, porque la concentración es el primer e" ado, y uno debe proceder gradualmente hacia el e" ado de contemplación. La idea de Coue, de que uno debería decir, “cada día, de todas las maneras, voy mejor y mejor”, es algo que los pen-

Page 100: Sufis Mo

103

hazrat inayat khan

sadores han sabido durante miles de años. Sobre e� o e� á basado todo el método del misticismo. Pero él se salta la primera parte, la concentración. Lo que él prescribe es la contemplación, que es la segunda parte.

Uno podría preguntar en qué medida puede ayudar la contemplación. Nada en el mundo es imposible de lograr para la persona contemplativa si tan sólo sabe cómo contemplar. Sin duda e� o es un galimatías para aquellos que no entienden de la materia. La gente se pregunta que relación tiene la mente del hombre con los asuntos de fuera. Quizás uno pueda curarse de una enferme-dad, pero si hay un asunto afuera que e� á yendo mal, un asunto de dinero o una transacción de negocios, ¿qué conexión tiene e� o con la mente? La respue� a es que todo lo que existe, sea negocio o cualquier otra cosa, todo lo que es visible e invisible parece e� ar afuera, pero en realidad e� á en nuestra mente. Está afuera porque nuestros ojos lo ven fuera, pero e� á dentro de nosotros porque la mente lo rodea. Está acomodado en nuestra mente. La mente es una acomodación del mundo, que e� á fuera.

Un poeta indostaní lo describe maravillosamente, “La tie-rra y el mar no son demasiado grandes para acogerlos en el cora-zón del hombre”. En otras palabras, el corazón del hombre es más grande que el universo. Si hubiera mil universos el corazón del hom-bre podría acomodarlos. Pero el hombre, desconocedor de su ser interno, impresionado por la limitación externa, permanece bajo la impresión de su debilidad, limitación y pequeñez. Y e� o le impide usar e� e gran poder que puede encontrar dentro de sí mismo, e� a gran luz con la que puede ver la vida más claramente. Sólamente porque es inconsciente de sí mismo.

El tercer e� ado es la meditación. Este e� ado no tiene nada que ver con la mente. Ésta es la experiencia de la conciencia. La meditación es bucear profundo dentro de uno mismo, y remontar

Page 101: Sufis Mo

104

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

hacia arriba a las más altas esferas, expandirse con más amplitud que el universo. Es en e# as experiencias en las que se alcanza la dicha de la meditación.

El hombre debería hacer de cada día de su vida una medi-tación. Cualquiera que sea su trabajo debe llevarlo a cabo, pero al mismo tiempo debería meditar. Entonces llegará a conocer el signi-' cado secreto de su trabajo, y de e# a forma cambiará su vida mun-dana en una espiritual. Esto se aplica a todo el mundo, ya sea que trabaje en un jardín o en una fábrica, o donde sea. Tan pronto como conozca la meditación apropiada para el trabajo que e# á haciendo él se desarrollará, y todo su trabajo se convertirá en una meditación para él. Si consigue e# o, el sueldo que gane será nada comparado con la recompensa que ganará. Cuando su mente e# á concentrada una persona hace su trabajo bien, e incluso mejor que los demás. En una e# ación en Rajputana vi una vez un o' cinista de telégrafos cogiendo telegramas. Mientras e# aba haciendo su trabajo medi-taba al mismo tiempo. Cuando llegó mi turno le dije, “He venido a darle e# e telegrama, pero me maravillo ante usted, es maravilloso cómo mantiene su meditación durante su trabajo”. Él me miró y sonrió, y nos hicimos amigos.

Si no fuera por el espíritu, el trabajo sería una molestia en el momento en que las necesidades de la vida son tan grandes y la gente tiene tan poco descanso. Por ello lo mejor para un hombre es meditar en su vida diaria. Si es hecho apropiadamente cosechará no sólo el éxito de la tierra, sino también el del cielo. Meditación signi' ca que el alma se esfuerza para el desarrollo espiritual, y e# e esfuerzo puede pra+ icarse de formas diferentes con objeto de que encaje en nuestra profesión y trabajo.

La gente siempre pregunta qué bene' cio obtendrá. Y hoy en día e# án preocupados por el bene' cio más que nunca antes. En

Page 102: Sufis Mo

105

hazrat inayat khan

ninguna era la gente ha e� ado tan ansiosa de conseguir bene� cios como hoy en día, y daría su vida por ello. No quiere decir que hoy en día un hombre e� é menos inclinado a hacer un sacri� cio. Está dispue� o a hacer un sacri� cio igual que hace mil años o incluso más; sólo, que debe e� ar seguro de lo que va a obtener con ello. Está tan preocupado con la ganancia que siempre tiene la ganan-cia en su vista. Incluso cuando hay algo que no muestra bene� cio inmediato, y cuando no sabe su� cientemente bien qué o cuánto bene� cio podría haber, piensa, “Bien, quizás e� o es algo que puedo obtener sin sacri� cio”. Es extraño. Cuando la gente va a un profesor de canto con objeto de desarrollar su voz trabaja seis, nueve años y escucha todo lo que el profesor le dice. Harán cualquier cosa para desarrollar su voz. Pero cuando vienen a un hombre espiritual le preguntan si él les puede decir algo sobre la concentración en la mesa del té; tomando un té le preguntan, “¿Qué pasa con la medi-tación?”. ¡Y quieren la respue� a en una frase!

Pero no se consigue de e� a forma. Este conocimiento se obtiene de acuerdo con el ideal que uno tenga sobre ello. Es más grande que la religión, más sagrado que nada en el mundo. El cono-cimiento de uno mismo es como la unión con Dios. La autorreali-zación es el logro espiritual. ¿Puede obtenerse e� o mediante una noción super� cial de ello? Es lo más profundo que uno puede alcan-zar, lo más valioso de obtener. Es por e� a razón que en Oriente una persona no lo busca en un libro, ni un maestro verdadero escribe un libro sobre e� as cosas. Escribirá sobre � loso� a. Él prepara la mente para apreciar su enseñanza, pero no cuenta cómo hacerlo.

Para gran sorpresa mía, mientras viajaba por occidente vi a gente buscando libros de e� e tipo, queriendo comprar libros sobre yoga, yoguis y desarrollo espiritual. Muchos han perdido el norte por leer e� os libros. No pueden mantener el equilibrio. ¡Intentar

Page 103: Sufis Mo

106

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

hacer lo que e! á en el libro es como ir a la farmacia para conseguir algunas pastillas de yoga con objeto de lograr la espiritualidad! Hay también muchos que miran al e' ejo para hacerse clarividentes, que miran en un cristal con objeto de ver las profundidades de la vida. Se toman a la ligera algo que es lo más elevado, lo mejor y lo más sagrado.

Este camino sólo puede ser seguido por los que son serios. Los que van primero a cierta sociedad, después a un instituto, des-pués a un grupo ocultista, no saben lo que hacen ni lo que buscan. El conocimiento elevado no se obtiene yendo a veinte sitios y aca-bando al ) nal decepcionados, porque se lo tomaron a la ligera.

Hay una historia de un brahmán al que un musulmán le dice, “Yo adoro a un Dios sin forma, y aquí e! ás tú rezando a e! e ídolo de Dios”. El brahmán dijo, “Si tengo fe en e! e ídolo él me responderá. Pero si no tienes fe, ni siquiera tu Dios de los cielos te escuchará”. Si no nos vinculamos seriamente a las cosas entonces las cosas se ríen de nosotros. Incluso con re' ecto a las cosas de e! e mundo, si nos las tomamos en serio conseguiremos resultados serios.

No puede haber nada más serio que la realización espi-ritual. Si una persona se lo toma a la ligera no sabe lo que e! á haciendo. Es mejor no entrar en e! as cosas para nada, que ir y vol-verse a medias. Volverse decepcionado del camino espiritual antes de alcanzar la meta ) nal es la peor cosa posible. Quedarse en ban-carrota no importa. Uno puede coger de nuevo del mundo lo que se ha perdido. Pero el hombre que se ha embarcado en el camino espiritual y se ha vuelto atrás es como para compadecerse de él. Es la peor pérdida y nunca puede ser reparada.

Page 104: Sufis Mo

107

hazrat inayat khan

13. MAGNETISMO

No hay gran diferencia entre el magnetismo y una corriente eléctrica. Los cientí$ cos nunca han sido capaces de dar

una respue% a a la pregunta de qué es realmente la electricidad.

Pero se puede decir que hasta cierta medida la electricidad es mag-

netismo y el magnetismo es electricidad. El poder de atracción es

magnetismo. El poder que da fuerza y energía es la electricidad. Es

esencialmente el mismo poder. Pero tan interesante es el asunto del

magnetismo desde un punto de vista cientí$ co, tan interesante, o

incluso más, como lo es desde un punto de vista místico.

Un imán y algo que es atraído al imán tienen una relación.

El imán representa la esencia; parte de la cual también la tiene el

objeto que es atraído. Muy a menudo uno no encuentra ni una traza

de esa esencia en el objeto que el imán atrae, pero al mismo tiempo

la esencia e% á allí, y e% a es la razón lógica por la que es atraído.

Los antiguos solían reconocer que la relación entre dos

personas de la misma sangre e% aba in* uenciada por ese magne-

tismo y un profundo estudio de e% e hecho ciertamente probará

que hay una atracción desconocida entre dos personas que tienen

relación de sangre. Un incidente que ocurrió últimamente es un

ejemplo de e% o. Un hombre proveniente de Estocolmo e% aba visi-

tando Londres, donde pensaba que no tenía parientes o, si los tenía,

serían quizá de un siglo atrás. En la calle un día alguien le llamó

por su nombre. Cuando se dio la vuelta, el hombre que le había

llamado le pidió perdón, diciendo, “Lo siento, cometí un error”. Pero

Page 105: Sufis Mo

108

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

él preguntó, “¿Cómo supiste mi nombre? ¡El nombre que dijiste es

el mío!”. Y conversando encontraron que eran primos, aunque muy

lejanos.

Cuanta más atención pre' amos a e' a materia, más prue-

bas podemos encontrar de que un elemento es atraído por su ele-

mento similar. Sadi dice, “Los elementos atraen a los elementos,

como una paloma es atraída a una paloma y un águila es atraída a

un águila”. Pero ¿no encontramos lo mismo en nuestra vida diaria?

Un jugador que va a otro país, no se sabe cómo, atrae a otro jugador

muy pronto. Y no es sólo que cuando dos personas de un elemento

similar se encuentran son atraídas la una a la otra, sino que incluso

las condiciones, la vida misma, provocan ese encuentro. La vida

misma les junta. Y por tanto es natural que una persona que e' á

muy triste atraiga a un miserable para unírsele. El que tiene alegría,

felicidad, de forma natural atrae a la felicidad. Y de e' a manera

el magnetismo trabaja a través de toda la creación. Y en todos los

a) ectos verás el fenómeno del magnetismo, en el mundo * sico así

como en las esferas mentales. Por supue' o, no podría decirse que

un elemento siempre atrae al mismo elemento, porque el elemento

también atrae al que le falta, al que es opue' o a él. Cuando pensa-

mos en la amistad, vemos que con algunos nos sentimos inclinados

a ser amigos y con otros nos sentimos inclinados a permanecer lejos.

Y lo más interesante es que aquellos hacia los que nos sentíamos

indispue' os a ser amigos, también tienen algunos que son atraídos

a ellos en amistad. Esto nos conduce a la verdad que se esconde en

la armonía musical: cómo dos notas tienen una relación entre ellas

y su combinación produce armonía.

Ahora llega la cuestión del uso prá/ ico del magnetismo, si

e' ás en los negocios o en la industria, si e' ás en el trabajo domés-

tico o en política, en cualquier situación, siempre encontrarás que

Page 106: Sufis Mo

109

hazrat inayat khan

el magnetismo es el secreto de tu progreso en la vida. Y con re� ecto

a la cuali� cación, a la que damos tanta importancia, encontrarás

que innumerables personas que e� án altamente cuali� cadas no

se abren paso en la vida debido a la falta de magnetismo. Muy a

menudo puede haber un hombre altamente cuali� cado, pero antes

de que hable de su cuali� cación la persona a la que ha ido ya ha

tenido su� ciente de él. La personalidad tiene tal importancia en la

vida que incluso la ausencia de cuali� caciones es tolerada cuando

la personalidad tiene magnetismo. En e� os tiempos, en los que el

materialismo e� á aumentando tanto que a la personalidad se le da

mucho menos importancia en la sociedad, y en los que el heroísmo

no tiene cabida en la vida, el magnetismo trabaja automáticamente

y prueba ser lo más esencial incluso ahora, y siempre lo probará.

Pero la gente normalmente no entra en profundidad en la materia

del magnetismo y sólo reconocen el magnetismo por la atracción

que sienten.

Cuando consideramos el magnetismo personal, podemos

dividirlo en cuatro clases diferentes.

Una clase, la clase ordinaria de magnetismo, se re� ere al

plano � sico. Y e� e magnetismo tiene que ver con la nutrición, con

la higiene, con una vida regular, con la respiración correcta y la

regulación de la a� ividad y el reposo. Este magnetismo también

depende de la edad, como las notas ascendentes y descendentes en

una octava. Puede relacionarse con la e� ación de la primavera, que

viene y va. Y al mismo tiempo e� e magnetismo depende de todo lo

que pertenece al mundo � sico, ya que es un magnetismo � sico.

También e� á el magnetismo que puede ser llamado men-

tal. Una persona con una inteligencia chi� eante naturalmente se

convierte en el centro de su sociedad. La persona que tiene ingenio

y una percepción aguda, que puede expresarse bien a sí misma, que

Page 107: Sufis Mo

110

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

entiende rápidamente, é# a es la persona que siempre atrae a los demás a su alrededor y que le gusta a todo el mundo. La persona

que tiene conocimiento de la naturaleza humana, que sabe acerca

de las cosas y condiciones, naturalmente atrae a la gente hacia él. Si hay alguna cuali% cación, es é# a. Y sin e# a cuali% cación ninguna otra cuali% cación sirve de mucho. Pero un hombre nace con e# a clase de inteligencia chi' eante. Es el que se convierte en un genio, es el que consigue las cosas, y es el que ayuda a los demás a conse-guir algo, porque los demás dependen de su mente. Esta persona es la que puede guiarse a sí misma y dirigir a los demás. Y con todo nuestro pensamiento de igualdad en el que e# amos tan absorbidos, encontraremos que es e# a persona la que ganará la batalla en la vida, y es e# a persona la que permanece sobre las masas, la que dirige, y sin la cual e# amos perdidos.

La cuestión es: ¿cómo se puede desarrollar e# e magne-tismo? Este magnetismo se desarrolla por el estudio, la concentra-ción, por una observación aguda de la vida, y por el conocimiento del reposo. A muchas personas muy inteligentes, debido a que no saben cómo concentrarse y cómo reposar en sus vidas, con el tiempo se les embota la inteligencia. Porque hay cierto fondo de energía que es preservado y que es limitado, y cuando hay demasiada presión pue# a sobre esa energía limitada, ¿qué ocurre al % nal? Una per-sona se vuelve menos y menos inteligente, y su poder mental dis-minuye cada día. Cuando encuentras un hombre muy inteligente haciéndose cada día más torpe, siempre prueba que la cantidad de energía que allí había ha sido gastada. Por tanto, mediante el cono-cimiento de cómo preservar las propias energías con el reposo, y cómo concentrarse y agudizar el propio intelecto, e# e magnetismo permanece en buena condición. Lo que generalmente ocurre es que una gran responsabilidad cae sobre la persona inteligente. Se pide

Page 108: Sufis Mo

111

hazrat inayat khan

mucho más de él que de los otros a los que les falta inteligencia. Si él no da un descanso a su mente sabiendo cómo reposar, y si no se concentra y de e� e modo agudiza su intelecto, naturalmente, justo como un cuchillo que es usado continuamente, se vuelve desa� -lado. Naturalmente el uso continuo del intelecto le hará corto de palabras.

El tercer a� ecto del magnetismo es quizás de una clase superior a las dos que han sido descritas arriba, porque e� e magne-tismo es más profundo y afecta a otra persona más profundamente. Éste es el magnetismo del amor, de la simpatía, de la amabilidad. Una persona que por naturaleza es simpática, una persona que tolera, que olvida, que perdona; una persona que no mantiene la amargura ni la malicia en su mente contra nadie; una persona que admira la belleza, que la ama en el arte, en la naturaleza, en todas las formas, y que sale con el amigo y el enemigo, con el conocido, el extraño, con todos; la persona que puede soportar y que puede sufrir, y que tiene el poder de tener paciencia a través de todas las condiciones de la vida, que siente el dolor de otro en su corazón y que siempre e� á deseoso de hacerse amigo, es esa persona cuyo magnetismo es mayor que todos los otros magnetismos que conocemos. No necesitamos ir muy lejos para ver e� o. Si sólo buscamos las cosas buenas de la gente lo encon-traremos. A nuestro alrededor podemos encontrar muchos en los que podemos apreciar e� a cualidad.

Un día un hombre que había viajado mucho vio a un mís-tico indio, y dijo, “Hemos escuchado tanto y hemos leído tanto sobre los santos y sabios y mahatmas y maestros que viven en India, pero cuando fui allí no encontré ni uno”. Y el místico le dijo, “No necesitas ir tan lejos. Las almas que merecen la pena, las almas que se aman unas a otras, los santos y sabios, se pueden encontrar en todas partes.”

Page 109: Sufis Mo

112

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Si los apreciamos, los podemos encontrar. Pero si no los apreciamos, incluso si un ángel viene a nosotros no seríamos capa-

ces de encontrar e# as cualidades en él. No obstante, llámese santo o sabio, llámese profeta o mahatma, si hay algo que atrae al hombre hacia el hombre, es el elemento amoroso que vierte.

Ahora la cuestión es, ¿cómo puede desarrollarse e# a cuali-dad? Y la respue# a será dada por una sola cosa. Mediante el estu-diar, conocer, pra( icar y vivir la vida de un amigo. Mediante la contemplación de e# e pensamiento desde la mañana hasta la noche: “Hacia todo aquél que me encuentre, hacia aquellos que me aman y que me odian, pra( icaré en mi vida ese pensamiento de amistad, ese sacar, ese verter simpatía y amor”. Aparte del magnetismo que uno adquiere por e# o, cuando consideramos la vida como es, con todas sus limitaciones, con todo el dolor y los problemas y las res-ponsabilidades que nos da, si hay algo que parezca merecer la pena, es sólo una cosa, y e# o es el pensamiento y la impresión de que hemos hecho lo mejor posible para ser amables, para ser tiernos con aquellos que nos encontramos en nuestra vida diaria. Si hay alguna oración, si hay algún culto, si hay alguna religión, es é# a. Porque en la vida del más allá no hay nadie a quien complacer; si hay alguien a quien complacer y cuyo placer merezca la pena ganar, es aquí, es el hombre. Y es en el placer del hombre, si uno lo entiende, donde reside el placer de Dios.

El cuarto a0 ecto del magnetismo es el magnetismo mismo. La falta de magnetismo signi1 ca que e# e a0 ecto e# á escondido. El magnetismo es el alma del hombre. Para de1 nir qué es el alma, puede decirse que el alma es el sí mismo del hombre. ¿Pero qué sí mismo? Ese sí mismo que él no conoce. Hay un chiste indio sobre algunos campesinos que e# aban viajando, pero era la primera vez en su vida que lo hacían. Por tanto, e# ando preocupados unos por

Page 110: Sufis Mo

113

hazrat inayat khan

otros, decidieron la siguiente mañana contar si todos los campesi-nos seguían todavía allí. Se alborotaron mucho después de contar, porque contaron diecinueve, y se entendía que veinte campesinos habían dejado su hogar. Y así cada campesino contó y cada uno dijo, “hay diecinueve”. Y no pudieron encontrar quién faltaba, porque todos e� aban allí. Al � nal encontraron que todos los que habían contado habían olvidado contarse a ellos mismos.

Ésta es la condición del alma. Ve todos los seres, pero no se ve a sí misma. Y el día en que el alma se da cuenta de sí misma, ese día una nueva vida comienza con un nuevo nacimiento. Es el alma autorrealizada, la que crece, la que se expande. Hasta que el alma no se realiza a sí misma, no se desarrolla, no crece. Por tanto es en el momento en que el alma comienza a darse cuenta de sí misma cuando un hombre realmente empieza a vivir en el mundo.

Pero debe entenderse que el magnetismo del alma auto-rrealizada es mayor que cualquier magnetismo que jamás pudiera imaginarse. Es poder. Es sabiduría. Es paz. Es inteligencia. Es todo. Es el magnetismo que cura, que cura cuerpos y cura almas. Eleva a aquellos que han caído en di� cultades, en dolor y pena. Saca a otros de su confusión, de su oscuridad. Por e� e magnetismo las almas iluminadas extienden su amor, por tanto atraen a todos los seres. Es por e� e magnetismo que Cristo dijo a los pescadores, “Seguidme, y os haré pescadores de hombres”. Es por e� e magnetismo que los grandes, tales como Buda, Moisés, Cristo, Mahoma, llegaron y atrajeron a la humanidad. Y la humanidad durante siglos no les ha olvidado. Es su magnetismo, el que, después de dejar e� a tierra, ha mantenido a millones y millones de personas en un vínculo de her-mandad, simpatía, y amistad. El inmenso poder que el magnetismo del alma da muestra que es magnetismo divino. Es una prueba de algo que e� á detrás del mundo visible.

Page 111: Sufis Mo

114

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

14. EL PODER DENTRO DE NOSOTROS

Uno lee en los libros de Oriente sobre los diferentes mila-gros llevados a cabo por grandes almas, y uno se pregunta si hay alguna verdad en ellos. Se oye que hay gente que sabe lo que e# á ocurriendo lejos. Que hay gente que puede enviar su pensamiento desde una gran distancia. Que hay gente que puede crear cosas, producir cosas en un momento sin tener ningún material. Que hay gente que puede hacer que las cosas desaparezcan. Se lee y se oye que hay algunos que pueden ordenar que caiga la lluvia y que pue-den hacer que la multitud se mueva de acuerdo a su mandato, a su voluntad, y que pueden inspirar a la multitud en un instante. Que los hay que previenen de las plagas y que pueden llevar a cabo proe-zas en la guerra.

Sin duda hay muchos prestidigitadores entre ellos, pero dondequiera que hay verdad, hay falsedad en el otro lado para reírse de ella. No obstante, la verdad sigue siendo la misma. Hay historias de hacedores de maravillas y fenómenos que transcurren en Oriente. Muchas de e# as historias sin duda son de prestidigita-dores quienes por juegos de manos o por alguna in* uencia hipnó-tica pueden realizar maravillas. Pero hay otros que son genuinos. Las maravillas son llevadas a cabo durante sus vidas, y las gentes las ve realizadas. Pero los genuinos nunca dicen que ellos pueden hacer maravillas. Ni tampoco buscan tales poderes. Estos poderes vienen de manera natural. El hombre generalmente no es consciente del poder que tiene. Cuando un hombre se hace consciente de e# e

Page 112: Sufis Mo

115

hazrat inayat khan

poder, es capaz de hacer cosas que la gente normalmente no puede lograr.

Hay dos poderes: uno es llamado en términos su� es Qaza y el otro Qadr. Uno es el poder individual y el otro es el poder de Dios. El poder individual puede trabajar y puede conseguir cosas mientras que trabaje en consonancia con el poder de Dios. Pero en el momento en que el poder individual trabaja en la contra del poder de Dios el hombre empieza a darse cuenta de que su fuerza e" á disminuyendo, de que no puede conseguir nada. Por tanto lo

primero que el maestro busca es el placer de Dios, e" ar en conso-

nancia con la voluntad de Dios. Y justo como una persona que ha

pra$ icado un juego o cualquier clase de deporte ha aprendido la

forma en que pra$ icarlo, así el hombre que tiene continuamente en

mente hacer todo en consonancia con el poder de Dios es ayudado

por la voluntad de Dios.

Muy a menudo la gente ha malentendido la voluntad de

Dios. Piensan que lo que ellos consideran bueno es la voluntad de

Dios, y lo que ellos consideran que no es bueno no es la voluntad de

Dios. Pero su idea de lo bueno y lo malo no tiene nada que ver con

el poder de Dios, porque el punto de vista de Dios es diferente del

punto de vista del hombre. El hombre sólo ve hasta cierto punto y

no más, mientras que Dios lo ve todo.

Pero uno se pregunta, si todos pertenecemos al cuerpo

de Dios, si todos somos átomos de Su Ser, ¿por qué no entende-

mos, por qué no sabemos fácilmente qué e" á en consonancia con

la voluntad de Dios y qué no? Y la respue" a es que cada átomo

de nuestro cuerpo es consciente de sí mismo. Si hay un dolor en el

dedo la oreja no lo siente. Si hay un dolor en el dedo del pie, la nariz

no lo siente; sólo el dedo del pie lo siente. Pero en ambos casos el

hombre lo siente porque el hombre posee todo el cuerpo.

Page 113: Sufis Mo

116

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

El hombre vive en un estrecho mundo que él ha hecho para sí mismo. De acuerdo con é# e él ve lo correcto y lo equivocado, y sus intereses en la vida dependen de él. Por tanto él no siempre es capaz de trabajar en consonancia con la voluntad de Dios a menos que haga un hábito de trabajar en consonancia con la voluntad de Dios.

¿Qué es el hombre? ¿Es el hombre sólo su cuerpo? No, el hombre es su mente, el hombre es su alma. Y por tanto el poder del hombre es mayor que el poder del sol, porque el sol que vemos es sólo un cuerpo, pero el hombre es cuerpo, mente y alma. Una vez que el hombre se ha hecho consciente de su cuerpo, mente y alma, su poder se hace mayor que el poder del sol. Porque el sol es la manife# ación material de la luz, pero el hombre tiene toda la luz dentro de él. El cuerpo del hombre es radiación; una radiación, que es tan grande que todos los seres invisibles que viven en el espacio e# án ocultos por la luz de la forma humana. Nada existe que no sea visible; sólo que una cosa que es más visible esconde la otra que no es tan visible. La luz y la radiación tan grande del cuerpo humano ocultan los seres del espacio. En realidad todos son visibles. Pero la radiación de la forma del hombre de# aca y oculta todo lo que es menos visible comparado con ella. Cuando miramos la vida desde e# e punto de vista, no hay nada que sea invisible. Es sólo que hay cosas, que nuestros ojos no tienen el poder de ver, pero e# o no quiere decir que no tengan forma.

Además la mente del hombre tiene un poder mayor toda-vía, y é# e es el poder de la voluntad, de la mente, que puede con-seguir cambios en las circunstancias, en los entornos; puede tener poder sobre la materia, sobre los objetos, sobre los asuntos, puede incluso funcionar tan maravillosamente que uno no puede expli-cárselo. El poder de la mente puede funcionar sobre las multitudes, como muestra la siguiente historia sobre Mahoma.

Page 114: Sufis Mo

117

hazrat inayat khan

En una de las grandes guerras en las que el Profeta tuvo que luchar todo su ejército fue vencido, y sólo quedaban diez o quince amigos al lado del Profeta y todos los demás huyeron o e� a-ban muertos o heridos. Entonces el Profeta se volvió hacia su gente y vio que todos e� aban descorazonados y dese� erados. Así que dijo, “Mirad, delante de nosotros hay un ejército y aquí e� amos nosotros, quince hombres. No veis ninguna e� eranza; ahora debéis retiraros. Pero yo, yo permaneceré aquí ya sea que tenga que volver victorioso o perder mi vida aquí en el campo de batalla. Ahora iros. Muchos de vosotros ya se han marchado, así que iros vosotros tam-bién”. Ellos dijeron, “No, Profeta, si tu vida va a terminar aquí en el campo de batalla nuestras vidas serán tomadas primero. ¡Qué son nuestras vidas después de todo! Daremos nuestras vidas contigo,

Profeta. No tememos a e� e enemigo”. Y entonces el profeta arrojó la espada que tenía en su mano y se arrodilló y cogió unos cuantos guijarros de la tierra y se los lanzó al ejército. Y el ejército echó a correr kilómetros y kilómetros. No sabían lo que había detrás de ellos. Eran sólo unos cuantos guijarros. Pero lo que ellos vieron fue-ron grandes misiles y echaron a correr.

Esto es lo que se llama poder, é� e es el poder del hombre. No es sólo que el hombre tenga poder sobre los objetos, sino que el hombre también tiene poder sobre otros seres. Es sólo un pequeño toque de poder el que usa el maestro del circo para hacer que los elefantes trabajen y que los tigres y leones bailen delante de él. Cuando su poder es mayor, sólo tiene que mirarlos para conseguir que hagan lo que él quiera.

Cuando se cuenta en la historia de Daniel que fue a la guarida de los leones e hizo que todos cayeran mansos a sus pies, e� o es de nuevo poder espiritual. Esto muestra el poder que tiene el hombre; al mismo tiempo, sin saberlo, sin ser consciente de él,

Page 115: Sufis Mo

118

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

sin intentar desarrollarlo, se priva a sí mismo del gran privilegio

y dicha que Dios le ha dado; y con sus poderes limitados trabaja

en e$ e mundo para ganar dinero. Al % nal ningún dinero se queda

con él, ni nunca ha conocido el poder. El poder depende en gran

medida de la conciencia y de la a) itud de la mente. Una conciencia

culpable puede convertir a los leones en conejos. Ellos pierden el

poder una vez se sienten culpables; y así es con el hombre. Cuando

un hombre es impresionado por lo que otros piensan, si esa impre-

sión es de decepción o a/ icción o vergüenza, su poder disminuye;

pero cuando es inspirado por un pensamiento, un sentimiento, una

acción que lleva a cabo, entonces él es poderoso.

Es el poder de la verdad lo que le hace a uno más fuerte.

Aparte de aquéllos que conocen la verdad, si aquéllos que no la

conocen piensan correctamente tendrán algún poder, el poder de

la sinceridad. Muy pocos se dan cuenta del poder que conlleva la

sinceridad. Un hombre falso, por muy 2 sicamente fuerte que sea

o por muy grande que sea su fuerza de voluntad, es hundido por

su falsedad; nunca le permite elevarse. Se lo come porque e$ á oxi-

dado. Aquéllos que han hecho grandes cosas en la vida, en cual-

quier camino de la vida que sea, las han hecho por el poder de la

verdad, el poder de la sinceridad, de la seriedad, de la convicción;

cuando é$ a falta, el poder falta. Lo que se lleva al poder del hombre

es la duda. Tan pronto como una persona piensa, ¿es así o no? ¿Será

así o no? ¿Es correcto o no es correcto? Entonces queda indefenso.

Y e$ o es tan contagioso que toda mente lo pilla. Puedes ir a una

persona dubitativa cuando tienes gran entusiasmo y e3 eranza, y él

puede impresionarte con la oscuridad hasta que acabas en el mismo

bote. La duda se lleva todo coraje y e3 eranza y optimismo.

Hay tres grados de seres humanos evolucionados. En sáns-

crito se llaman atma, mahatma y paramatma; en otras palabras, una

Page 116: Sufis Mo

119

hazrat inayat khan

persona santa, un alma divina y un alma todopoderosa. En el caso del primero un alma iluminada puede mostrar cinco poderes dife-rentes. Estos poderes son poderes magnéticos. El primer a� ecto es la revivi� cación del cuerpo � sico. El siguiente es la iluminación de la inteligencia. El tercero es la profundización del elemento amor en el corazón. El cuarto es la eterealización y profundización de la visión interior; y el quinto a� ecto es la unión con Dios. Con el quinto a� ecto el alma iluminada muestra su mayor poder.

El poder puede también ser dividido en dos partes: una es el poder de la visión interior, el otro es el poder de la voluntad. El poder de la visión interior no construye, no hace nada. Sólo ve; es un poder pasivo. El que tiene el poder de la visión interior puede ver dentro de la naturaleza humana. Él tiene visión dentro del corazón de otra persona, en el alma de otra persona, en su vida, sus asuntos, en su pasado, presente y futuro. ¿Qué le inspira de e� a manera? ¿Qué es lo que él ve? Él parece entender el lenguaje de la naturaleza, el lenguaje de la vida. Parece leer la forma, el rasgo, el movimiento, la atmósfera, el pensamiento y el sentimiento. Esto es porque todo tiene ciertas vibraciones y una cierta tendencia. Por tanto, tener visión interior es conocer el lenguaje de la vida. Y alguien así puede ver en tal medida que los demás no saben tanto sobre ellos mismos como aquél que ve. Porque todo el mundo e� á cegado por sus pro-pios asuntos. Cuando se le cuenta puede que lo sepa, pero si no se lo cuentas no lo sabe. Parece como si el conocimiento de su propio ser estuviera enterrado dentro de él.

¿De dónde viene e� a ciencia? También del conocimiento de la visión interior, al menos al principio. Otras cosas pueden mejorarla; pero e� a ciencia que comienza con la intuición es visión interior. Los grandes inventores del mundo han tenido visión den-tro de las cosas. Puede que ellos no lo creyeran, pero igual la tenían.

Page 117: Sufis Mo

120

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Ellos penetraban a través del objeto y su propósito, y lo utilizaban hacia su propósito. De e$ a forma hacían uso de la visión interior para los inventos cientí& cos. Si lo hubieran sabido, podrían haber hecho un uso de la misma visión mil veces mejor.

Los mahatmas son diferentes. No es sólo que tengan poder magnético sino que también tienen el instinto divino, inspiración divina. Se cuentan historias sobre el poder constructivo de los mahatmas; hay una muy interesante que muestra cómo e$ e poder puede ser alcanzado.

Una vez un príncipe fue enviado fuera de su país, habiendo su padre desaprobado su conducta. Y él se fue y vivió en el bosque por mucho tiempo bajo el entrenamiento de un gurú, un maestro, y se desarrolló espiritualmente. Y cuando llegó el momento en que se le debería haber dado iniciación al poder más elevado, el gurú le preguntó, “Mi discípulo, ¿tienes parientes?”. Él dijo, “Sí, mi padre y mi madre”. El maestro dijo, “Debes ir con ellos y preguntarles pri-mero si debes tomar la iniciación; porque una vez que la tomes, tendrás que llevar una vida de soledad”. El maestro pensó que era mejor que él fuera primero con su gente y viera todas las posibilida-des de la vida mundana. Entonces, si no quería tal vida, podría vol-ver. Y el discípulo e$ aba tan desarrollado en ese momento que no tenía deseo de ir con sus padres en ese reino y verles de nuevo. Pero ya que el gurú se lo dijo, fue. Cuando llegó a su reino, fue al jardín donde había vivido antes, y que había sido descuidado por muchos años. No quedaba nada en el jardín. Se fue allí y se sentó y e$ aba muy apenado de ver su jardín tan descuidado. Tomó el agua en su cántaro y la roció por todos lados; y el jardín comenzó a 0 orecer.

Y fue sabido por todo el reino que un sabio había llegado; el lugar en el que había e$ ado por pocos días había empezado a 0 ore-cer. La historia sigue relatando que el rey oyó que su hijo e$ aba allí;

Page 118: Sufis Mo

121

hazrat inayat khan

que había llegado y quiso que él se ocupara del reino, que trabajara para el país. Pero él rehusó y se fue.

Esta historia da un ejemplo del poder constructivo del sabio; muestra cuán constructiva es el alma del mahatma. No es verdad que los mahatmas sólo se encuentren en las cuevas de los Himalayas y que no pueda vérseles en medio del mundo. Pueden encontrarse en cualquier parte; pueden encontrarse en un palacio, en medio de los ricos, de la comodidad, y en lugares remotos. Pue-den e� ar en cualquier situación, en cualquier posición. Pero lo que surge de los mahatmas es una in� uencia constructiva extendién-dose continuamente. Son una protección frente a las enfermedades y plagas, guerras y desastres. Su poder constructivo es trabajar y ayudar a la gente a � orecer. Hoy en día el hombre e� á dispue� o a creer que un primer ministro o un gran hombre de e� ado puede ser de tal ayuda, que puede levantar el país, poner en orden las � nanzas del país o guardar el país frente otras naciones. Pero un alma escon-dida que no es conocida puede tener una in� uencia todavía mayor sobre el país entero. Millones de persona en Oriente han sabido y visto en diferentes momentos que donde vivían las almas divinas su gran in� uencia se extendía por todo el país y lo levantaba.

El tercer a� ecto de los sabios es paramatma, el todopode-roso. Él es todavía mayor; él ya no es una persona, es la consciencia de Dios. Todos nosotros somos aquello de lo que somos conscien-tes. Un hombre en prisión es consciente de la prisión. Una persona que tiene mucho dinero en el banco y no es consciente de él, es pobre a pesar de su riqueza. Sólo tenemos aquello de lo que somos conscientes. Por tanto nuestra grandeza o nuestra pequeñez depen-den de nuestra consciencia. Incluso llegar a ser un alma iluminada es sólo una diferencia de consciencia. No es por las muchas cosas buenas que haya hecho una persona. Hay mucha gente buena, pero no siempre saben quiénes son ellos mismos.

Page 119: Sufis Mo

122

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Además hay algunos que creen en Dios y otros que aman

a Dios; y hay otros que e# án perdidos en Dios. Aquellos que creen

en Dios, e# án en la tierra y Dios para ellos e# á en el cielo. Aque-

llos que aman a Dios, para ellos Dios e# á delante de ellos; e# án

cara a cara con su Señor. Y aquellos que e# án perdidos en Dios han

ganado su yo real. Son Dios ellos mismos. Sé de un alma consciente

de Dios que e# aba una vez andando en la ciudad de Baroda cuando

la norma era que nadie debía salir después de las diez de la noche. Y

e# e sabio e# aba deambulando inconsciente del tiempo. Un policía

le preguntó, “¿Dónde vas?”. Pero él no le oyó. Quizás e# aba lejos del

lugar por el que andaba. Pero cuando oyó al policía decir, “¿Eres

un ladrón?”, sonrió y dijo, “Sí”. El policía le llevó a la comisaría le

hizo sentarse allí durante toda la noche. Por la mañana el o* cial

llegó y dijo, “¿Cuál es el informe?” Este policía dijo, “He atrapado

un ladrón. Le encontré en la calle”. Cuando el o* cial fue y vio a e# e

hombre, él sabía que era un alma grande y que la gente le re+ etaba

mucho. Le pidió perdón. “Pero”, dijo, “Cuando el policía te hizo esa

pregunta, ¿por qué dijiste que eras un ladrón?” La respue# a fue,

“¿Por qué no? Yo soy todo”.

Intentamos hacernos espirituales, elevar nuestra concien-

cia. Pero cuando llega un insulto, no nos gusta. Siempre que alguien

nos adula e# amos contentos de atribuirnos esas cosas a nosotros

mismos. Pero tan pronto como llega un insulto, no nos gusta; enton-

ces decimos, “No soy yo”. El paramatma, el alma grande, e# á unido

con Dios; es consciente de Dios, todo consciente. Todo el mundo

es él mismo. Sea una persona buena o malvada, e# é en lo correcto

o equivocada, es él mismo; él mira a esa persona como a su propio

ser. Incluso si se le diera el nombre de un ladrón, el podría decir, “Sí.

Todos los nombres son mis nombres”.

En conclusión, la espiritualidad no es cierto conocimiento,

Page 120: Sufis Mo

123

hazrat inayat khan

la espiritualidad es la expansión de la conciencia. Cuanto más

ampliamente se extiende la conciencia mayor es la visión espiritual.

Y cuando la conciencia se expande tanto que abraza el universo

entero, es lo que es llamado perfección divina.

Page 121: Sufis Mo

124

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

15. EL SECRETO DE LA RESPIRACIÓN

Está claro incluso para aquellos que no conocen la ciencia médica que todo el mecanismo del cuerpo se para cuando la respira-ción deja de existir. Esto quiere decir que por muy perfecto que sea

el mecanismo del cuerpo, en ausencia de la respiración el cuerpo es

un cadáver. En otras palabras, lo que e% á vivo en el cuerpo, o lo que

hace que viva, es la respiración. Y qué pocos de nosotros nos damos

cuenta de e% e hecho. Seguimos día tras día, trabajando, ocupados con nuestra vida diaria, absortos en los pensamientos que tene-mos, ocupados en los negocios, luchando por nuestros motivos, y sin embargo ignorando el principio en el que e% á basado toda la

vida. Si alguien dice, “La oración es algo muy importante”, la gente puede pensar, “Sí, quizás”. Si uno dice, “La meditación es una gran cosa”, la gente puede decir: “Sí, bastante”. Pero cuando uno dice, “La respiración es un gran secreto”, la reacción es: “¿Por qué? Nunca lo he creído así. ¿Qué es realmente?”.

Hasta donde llega la ciencia, se sabe que la respiración es aire inspirado y aire espirado. Cuando se inspira se obtiene oxígeno del espacio, y cuando se espira se expulsa al espacio dióxido de car-bono. Yendo todavía más lejos uno sabe que la respiración man-tiene los pulmones y los órganos de la respiración en marcha, que se toman los gases digestivos, y así se obtiene mayor poder digestivo. En base a e% e principio la gente empieza a usar la respiración en los ejercicios ) sicos para hacer el cuerpo más saludable. Durante los últimos años los profesores de voz han dado mayor importancia

Page 122: Sufis Mo

125

hazrat inayat khan

a la respiración. En realidad la respiración misma es la voz, y toda la formación de la voz depende de la respiración. Ahora de nuevo algunos médicos e� án empezando a ver que muchas enfermedades

de los nervios, de los pulmones, o de diferentes centros nerviosos,

a menudo pueden ser mejoradas por la respiración. Parece haber

un de� ertar general a la ciencia de la respiración. Y aquellos que

han pra� icado la respiración en conexión con la cultura � sica o

para la mejora de su condición personal, enfermedad, o debilidad,

han encontrado resultados maravillosos. Hasta aquí es donde ha

llegado la ciencia de la respiración.

Pero cuando llegamos al misterio de la respiración, es

totalmente otro reino. La respiración perceptible, en la que las ale-

tas de la nariz pueden sentir cómo el aire entra y el aire sale, es sólo

un efecto de la respiración. No es la respiración. Para el místico la

respiración es esa corriente, que lleva el aire dentro y fuera. El aire

es perceptible, no la corriente; la corriente es imperceptible. Es una

clase de magnetismo etéreo, una clase más � na de electricidad, la

corriente que entra y sale, poniendo el aire en acción. Esto es lo que

el místico llama nafs, que quiere decir el sí mismo. La respiración

es el sí mismo, verdaderamente el sí mismo del hombre. También

atman quiere decir alma, y en alemán la misma palabra es usada

para la respiración. Esto muestra que si hay algún rastro del alma,

se encuentra en la respiración.

Naturalmente, la respiración, siendo el sí mismo, no es

sólo el aire que se exhala, sino que es una corriente, que, de acuerdo

con los místicos, " uye desde el plano � sico al plano interior. Es una

corriente que " uye a través de cuerpo, mente y alma, alcanzando la

parte más íntima de la vida y después volviendo, una corriente con-

tinua perpetuamente moviéndose hacia dentro y hacia fuera. Esto

da una explicación bastante diferente de la respiración. Muestra

Page 123: Sufis Mo

126

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

la importancia de algo que muy poca gente considera importante; y hace que uno entienda que la parte más importante del ser es la respiración, que alcanza la parte más interior de la vida y también

alcanza la super$ cie, lo que quiere decir que toca el plano % sico.

Pero la instrucción de la respiración e& á en una dimensión que la ciencia de hoy en día no reconoce, una dimensión que es recono-cida por los místicos como la dimensión “de dentro”.

Un día e& aba dando una charla en Inglaterra y entre la audiencia e& aba un bien conocido cientí$ co. Después de la charla vino a mí y dijo, “Estoy muy interesado, pero hay una cosa que me confunde. No puedo entender la palabra “dentro”. ¿Qué quieres decir? ¿Dentro del cuerpo? Nosotros sólo podemos entender den-tro del cuerpo.” Esto muestra la di$ cultad de alcanzar un entendi-miento común entre ciencia y misticismo. Un día será superado. Sólo es una di$ cultad temporal.

Para dar una explicación $ losó$ ca de e& a dimensión, se puede tomar como ejemplo el símil de los ojos: ¿qué hay en esos ojos nuestros que pueden abarcar un horizonte de tantos kilóme-tros? El tamaño de los ojos es tan pequeño, y pueden acomodar un horizonte tan grande. ¿Dónde se acomoda? Se acomoda adentro. Éste es el único ejemplo que puede darse. Es una dimensión, que no puede medirse, pero que acomoda, que es una acomodación. La acomodación de los ojos no es una dimensión reconocida, sin embargo es una dimensión. De la misma forma hay una dimen-sión de la mente. Uno puede pensar y sentir profundamente; uno puede ser consciente de la vida y ser todavía más profundamente consciente; pero uno no puede señalarla, porque e& a dimensión es abstra0 a. Si hay alguna palabra, sólo puede ser “dentro”. Y a través de esa dimensión una corriente 2 uye desde el plano más interior al plano % sico y allí mantiene viva a la vida. Esto es por lo que puede decirse que la respiración es el alma y el alma es la respiración. Es

Page 124: Sufis Mo

127

hazrat inayat khan

importante entender que no se inhala como en una línea recta entrando y saliendo de la misma manera, como se imagina que es. La acción real es la de una rueda, un círculo; desde la aleta de la nariz hace un círculo y al � nal el círculo e� á de nuevo en las aletas de la nariz.

El tercer punto a entender sobre la respiración es é� e: igual que un cable eléctrico, emiten radiación. Igual que el calor y la luz no e� án con� nados a e� a radiación, sino que también e� án alrededor, de la misma forma la radiación de e� e círculo de respiración conti-núa a través de todo el cuerpo, tocando cada parte del cuerpo.

Otra regla a observar es que en cada dirección a la que va la corriente de la respiración, causa una acción diferente y un resultado diferente. Por ejemplo, contraer, estirar, parpadear, todas e� as accio-nes son el juego de la respiración yendo en direcciones diferentes. Así es con cada acción natural que se hace durante el día. También toser, bostezar, dar un profundo suspiro, todas é� as son acciones diferen-tes de la respiración. Además, la habilidad para comer y beber, la habilidad para expulsar todo lo que se tiene en el cuerpo, son todos resultados de las diferentes direcciones a través de las que funciona la respiración. Y si la respiración no funciona en una dirección, enton-ces esa a� ividad particular del cuerpo se para. Es una ciencia que todavía no ha sido explorada por lo cientí� cos y médicos. Y cuanto más se explore menos necesidad habrá de operaciones y muchas otras cosas espantosas que los doctores tienen que hacer o dar a sus pacientes. También la tendencia a las enfermedades pulmonares, el dolor del parto, y la muerte temprana, todo e� o será evitado cuando la ciencia de la respiración haya sido bien entendida por los cientí� -cos del momento, y pra� icada por la mayoría.

La representación de Dios y de las almas es la del sol y sus rayos. Los rayos no son diferentes del sol; el sol no es diferente de los rayos. Sin embargo hay un sol y muchos rayos. Los rayos no tienen

Page 125: Sufis Mo

128

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

existencia propia; son sólo una acción del sol. No e" án separados

del sol, y sin embargo los rayos parecen ser muchos rayos diferen-

tes. El sol único da la idea de un centro. Así es con Dios y el hombre. ¿Qué es Dios? El Espíritu que proyecta diferentes rayos; cada rayo es un alma. Por tanto la respiración es esa corriente que es un rayo, un rayo que viene desde ese Sol que es el espíritu de Dios. Y e" e rayo es la señal de la vida. ¿Qué es el cuerpo? El cuerpo es sólo una cubierta sobre ese rayo. Cuando e" e rayo se retira de e" a cubierta, el cuerpo se convierte en un cadáver.

Después hay otra cubierta, que es la mente. La diferencia entre la mente y el corazón es como la super* cie y el fondo. Es la super* cie del corazón la que es la mente, y es lo profundo de la mente lo que es el corazón. La mente expresa la facultad de pensar, el corazón de sentir. Es una vestidura interna; vestidura llevada por la misma cosa que es llamada respiración. Por tanto, si el rayo que es la respiración se retira del cuerpo, todavía existe, porque tiene otra vestidura, tiene una vestidura adentro. La vestidura externa es el cuerpo; la vestidura interna es la mente. La respiración continúa existiendo, y si se pierde en esa vestidura que es llamada mente, entonces hay otra vestidura aún más * na, llamada el alma. Porque la respiración / uye a través de los tres: cuerpo, mente y alma.

Visto desde e" e punto de vista uno se dará cuenta de que el hombre nunca ha e" ado separado de Dios; de que con cada res-piración el hombre toca a Dios. Está unido con Dios mediante la corriente de la respiración. Justo como la gente que saca agua de un pozo, la cuerda en sus manos y el cubo de agua en el pozo. El cubo tiene el agua, pero la cuerda e" á en la mano. En la medida en que nuestra alma e" á en el espíritu de Dios, es el rayo del sol divino, mientras que la otra punta de él es lo que llamamos respiración. Sólo la vemos llegar hasta cierto punto y no más, porque es sólo

Page 126: Sufis Mo

129

hazrat inayat khan

la parte superior del cuerpo � sico que toca diferentes planos. La respiración va allí, pero no vemos la acción de la respiración. La acción de la respiración en nuestro cuerpo � sico es limitada; pero en realidad e� a corriente, e� a respiración, conecta el cuerpo con el Espíritu divino, conectando a Dios y al hombre en una corriente.

La corriente central de nuestra mente también es la res-piración. Esto es por lo que no sólo respiramos a través del cuerpo, sino también a través de la mente, y también a través del alma. Además, la muerte es sólo la partida del cuerpo de e� a corriente principal que llamamos respiración. Pero cuando el cuerpo ha par-tido la mente todavía se adhiere a ella, y si la mente vive, la persona vive también. Esto es lo que nos da la prueba del más allá. Muchos dirán, “Qué poco interesante vivir después de la muerte no como un individuo, un cuerpo; ¡sino como una mente!” Pero es la mente la que ha hecho el cuerpo; la mente es más autosu� ciente de lo que

podemos imaginar. La mente e� á en una esfera en la que tiene su

propio cuerpo, justo como e� e cuerpo � sico pertenece a la esfera � sica. El cuerpo de la mente es tan su� ciente e incluso más concreto que el cuerpo que tenemos en el mundo � sico, por la razón de que el cuerpo � sico es muy limitado y sujeto a muerte y decaimiento. El cuerpo de la mente, que es etéreo, dura mucho, al ser menos dependiente de la comida y el agua; es mantenido más por la res-piración que por ninguna otra cosa. Somos mantenidos incluso en e� e mundo � sico principalmente por la respiración, aunque reco-nocemos el pan y el agua y otros alimentos como nuestro sustento. ¡Si tan sólo supiéramos que el pan y el agua no son ni una centésima parte de nuestro sustento comparado con lo que la respiración hace en nuestra vida! No podemos existir ni cinco minutos sin respirar; podemos e� ar sin comida durante varios días.

Ya que la respiración tiene tan gran importancia, la mayor

Page 127: Sufis Mo

130

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

importancia posible, e" á claro que el camino para traer orden y

armonía a nuestro cuerpo, para traer orden y armonía a nuestra

mente, para armonizar la mente con el cuerpo, y armonizar el

cuerpo y la mente con el alma, es mediante la respiración. Es el

desarrollo de la respiración, el conocimiento de la respiración, la

prá( ica de la respiración la que nos ayuda a que nos fortalezca-

mos, a ponernos a tono, a traer orden a nuestro ser. Hay muchos

que sin guía apropiada ni conocimiento pra( ican la respiración.

Continúan año tras año alcanzando un resultado muy pequeño.

Muchos salen de sus mentes, y muy a menudo las pequeñas venas

del cerebro y del pecho se rompen por una respiración incorrecta.

Hay muchos que han experimentado e" o por no saber cómo respi-

rar. Se tiene que ser extremadamente cuidadoso; las prá( icas res-

piratorias deben hacerse correctamente o no hacerse en absoluto.

No puede hablarse completamente de todo lo que puede

conseguirse con la ayuda de la respiración. Si hay hombres viviendo

hoy en día en el mundo que e" ando en la tierra atestiguan los pla-

nos interiores de la existencia, si hay alguien que realmente puede

comunicarse con las esferas superiores, si hay alguien que puede

convencer de la vida en el más allá y de lo que será, son los maestros

de la respiración. No son los estudiosos de libros intelectuales.

Los yoguis han aprendido mucho de la serpiente sobre

el secreto de la respiración; e" o es por lo que ellos consideran la

serpiente como el símbolo de la sabiduría. Shiva, el Señor de los

yoguis, tiene una serpiente alrededor de su cuello como collar. Es

el signo del misterio, de la sabiduría. Hay cobras en los bosques de

los países tropicales, e/ ecialmente en India, que duermen durante

seis semanas; y entonces un día la cobra despierta, y respira porque

e" á hambrienta; quiere comer. Y su pensamiento atrae a la comida

desde dondequiera que e" é; la comida es atraída desde kilómetros

Page 128: Sufis Mo

131

hazrat inayat khan

por sus pensamientos. La respiración de la cobra es tan magnética que la comida es atraída sin remedio; un ave de corral, o un ciervo o algún otro animal es atraído a sus cercanías. Es tan fuertemente atraído que incluso baja desde el aire, y cae en su boca. La serpiente no hace ningún esfuerzo. Sólo respira; abre su boca, y su comida viene a su boca. Y entonces descansa de nuevo por seis semanas.

La serpiente, además, e� á tan fuertemente formada que vuela sin alas y camina sin pies. También si hay algún animal que pueda ser llamado el más sano de todos, é� e es la serpiente. Nunca enferma. Antes de caer enferma muere, sin embargo vive mucho tiempo. Aquéllos que viven en países tropicales dicen que las cobras pueden vengarse después de incluso doce años. Si tú golpeas una cobra, siempre lo recordará. Esto muestra su memoria, su mente. La música también atrae a la cobra como la música atrae a los hom-bres inteligentes. Cuanto menos inteligente es un hombre, menos le atrae la música; la música e� á estrechamente relacionada con la inteligencia. Esto muestra que toda señal de inteligencia, de sabidu-ría, y de poder se ve en la cobra.

Los místicos han estudiado la vida de la cobra y han encon-trado dos cosas maravillosas. Una es que no de� erdicia energía. Los pájaros vuelan aunque e� én cansados; los animales corren de aquí para allá. La cobra no hace e� o. Hace un agujero en el que vive y descansa. Conoce la mejor forma de reposar, un reposo que puede durar tanto como quiera. Nosotros no podemos hacer e� o. Nosotros los seres humanos, de todas las criaturas, somos los que conocemos menos sobre el reposo. Sólo sabemos acerca del trabajo, no sobre el reposo. Damos gran importancia al trabajo, pero nunca al descanso; e� o es por lo que no encontramos nada en el descanso pero sí todo en el trabajo. El trabajo del descanso no lo vemos.

Además, la capacidad natural de respirar de la cobra es tal

Page 129: Sufis Mo

132

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

que no la muestra ninguna otra criatura. Esta capacidad va como

una línea recta a lo largo de su cuerpo. La corriente que obtiene

del espacio y que $ uye a través de ella, le da luz y energía y radia-

ción y poder. Comparado con la cobra todas las demás criaturas

e) án torpemente formadas. La piel de la cobra es tan suave y de

una textura tan sedosa; y en un instante puede despojarse de su piel

y e) ar nueva, justo como si hubiera nacido de nuevo. Los místicos

han aprendido de e) o. Dicen, “Debemos salir de nuestro cuerpo

justo como la cobra sale de su piel; debemos salir de nuestros pensa-

mientos, ideas, sentimientos, justo como la cobra hace con su piel.”

Dicen, “Debemos ser capaces de respirar rítmicamente, de contro-

lar nuestra respiración como hace la cobra. Debemos ser capaces de

reposar y relajarnos igual que puede la cobra. Y entonces será posi-

ble conseguir todo lo que deseamos”. Como Cristo ha dicho, “Busca

primero el Reino de Dios… y todas las cosas te serán añadidas.” Lo

mismo que es añadido a la cobra, todo lo que necesita, también

podría ser añadido al hombre si tan sólo no se preocupara por ello.

Como Sadi ha dicho, “Mi yo, te preocupas tanto acerca de las cosas

que necesitas, pero que sepas que el Uno que trabaja para tus nece-

sidades e) án continuamente trabajando para ellas. ¡Sin embargo

tú te preocupas por ellas porque es tu enfermedad, tu pasión la que

hace que te preocupes todo el tiempo!”

Cuando miramos la vida más agudamente, vemos lo

mismo. Nuestra preocupación por las cosas parece ser nuestra

naturaleza, nuestro cará1 er; no podemos evitarlo. ¡Preocuparse se

convierte en tal parte de nuestra naturaleza que si no nos preocu-

páramos dudaríamos de si e) amos vivos! Los místicos, por tanto,

durante miles de años han pra1 icado el control de la respiración,

su equilibrio, su ritmo, la expansión, alargamiento, ensanche y cen-

tralización de la respiración. Gracias a ello grandes fenómenos han

Page 130: Sufis Mo

133

hazrat inayat khan

sido realizados. Todos los su� es de Persia, de Egipto, de India, han

sido grandes maestros de la respiración. Y hay algunos maestros

que son conscientes de su realización espiritual con cada respira-

ción que ellos inhalan y exhalan. Con cada respiración llega la con-

ciencia de su plano de realización.

Para una persona que realmente sabe cómo trabajar con la

respiración, si no es perezosa, no hay nada que no pueda conseguir;

no puede decir que nada sea imposible. Sólo requiere trabajo; no es

sólo una cuestión de conocer la teoría, sino que requiere el entendi-

miento de ella. Esto es por lo que los expertos, los místicos, no con-

sideran la respiración sólo como una ciencia o como un ejercicio;

la consideran como lo más sagrado, tan sagrado como la religión. Y

con objeto de lograr e� a respiración, una disciplina debe ser dada

por el maestro.

Pero hay una gran di! cultad. A veces en mis viajes he

encontrado, cuando he hablado sobre e� as cosas, que la gente viene

con ideas preconcebidas. Están deseosos de aprender, pero no quie-

ren disciplina. Pero en el ejército hay disciplina; en la fábrica, en la o! cina hay cierta disciplina; en los estudios de la universidad,

en todas partes hay disciplina; sin embargo en las cosas espiritua-

les la gente no la quiere; cuando llegan a las cosas espirituales crea problemas. Piensan tan poco en ello que no quieren hacer ningún sacri! cio. Debido a que no saben adónde les conduce, no tienen convicción. Además hay métodos falsos que se enseñan aquí y allá, y la gente e� á comercializando con lo más sagrado. De e� a forma el más alto ideal es reducido a lo más bajo; y es la hora de que lo real deba ser introducido, seriamente estudiado, experimentado, y realizado mediante la prá% ica.

Page 131: Sufis Mo

134

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

16. EL MISTERIO DEL SUEÑO

Es muy di! cil señalar exa# amente qué condición es la que puede ser llamada sueño. Porque cuando se piensa sobre e' a cuestión se encuentra que se e' á siempre dormido y siempre des-pierto. La diferencia es la esfera particular de la que el hombre es consciente cuando e' á despierto; en una esfera piensa, “Estoy des-pierto”, y cuando esa esfera no e' á ante su conciencia piensa, “Estoy dormido.” En realidad los e' ados de sueño y vigilia no son sino la vuelta de la conciencia de un lado al otro, de una esfera o plano a otro, y por tanto de acuerdo con la idea mística el hombre nunca e' á dormido. Aunque el alma es mucho más elevada que el cuerpo ! sico, es el cará# er y la naturaleza del alma lo que el cuerpo ! sico expresa.

Cuando un hombre mira a un lado es inconsciente del otro. Esto muestra que la facultad de ver y ser consciente de lo que se ve sólo puede a# ivarse completamente con una cosa cada vez. En Oriente se ha mantenido una concepción del sonido musical, que hoy en día es reconocida por los cientí* cos de Occidente, de que el oído del hombre sólo puede oír plenamente un sonido cada vez, no dos o tres. Esto indica que cada sentido es capaz de mirar sólo a un lado; el otro e' á ausente de la conciencia; y para ver un lado en particular uno tiene que volver la cara hacia él. En otras palabras, uno tiene que exponer su facultad de ver a e' e lado.

Ésta no es sólo la naturaleza del cuerpo sino también la naturaleza de la mente; la mente no puede pensar en dos cosas al

Page 132: Sufis Mo

135

hazrat inayat khan

mismo tiempo. Además, cuando la mente e� á trabajando y com-pletamente absorbida en cierto pensamiento, en cierta imagina-ción, los sentidos exteriores pueden e� ar abiertos, pero no e� án funcionando completamente. Cuando un poeta piensa en un verso, el verso e� á ante su mente. Sus ojos e� án abiertos, pero él no ve; y si ocurre que él ve algo cuando e� á pensando, entonces es justo como una imagen moviéndose. Tantas imágenes diferentes vienen una tras otra que parecen ser continuas. Cuando la mente se para los ojos funcionan, y cuando los ojos funcionan la mente se para; y al � nal parece ser una imagen, pero en realidad es una acción sepa-rada de la mente y de los sentidos. También es cierto que el e� ado de vigilia de cada individuo es diferente y peculiar a sí mismo, justo como el sueño de cada individuo es diferente y peculiar a sí mismo. Una persona será de lo que se llama sueño rápido, es decir de sueño profundo. Otra e� ará medio dormida. Otra sabe lo que ocurre a su alrededor, y sin embargo e� á dormida. Esto muestra que la exten-sión del sueño es diferente en cada experiencia, y nadie puede cla-si� car e� a medida del sueño.

El e� ado de vigilia también di� ere en cada individuo. Mucha gente puede e� ar sentada en una sala, pero uno es más cons-ciente de lo que ocurre en esa sala que otro. Cinco personas pueden e� ar escuchando música, y cada una aplicará su conciencia a lo que oye de forma diferente. Cada uno disfrutará y recibirá el efecto de la música de manera diferente, y e� o muestra que el cuerpo y la mente son vehículos o instrumentos a través de los cuales el alma experimenta la vida, siendo el alma esa parte de nuestro ser que es capaz de ser consciente a través de la mente y el cuerpo. Por tanto para el místico el ser real es esa parte del propio ser que atestigua la vida a través de vehículos tales como la mente y el cuerpo, y lo llama sí mismo o su alma. En términos su� es es llamado ruh, y en

Page 133: Sufis Mo

136

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

sánscrito o terminología vedántica es llamado atman, el ser real del hombre. Por la experiencia de la vida, con la ayuda de la mente y el cuerpo, e$ e atman o alma es engañada. El error es que pierde con-ciencia de su ser puro, igual que es natural que cuando una persona e$ á pobremente vestida piense que es pobre; nunca piensa que es sólo su vestido lo que es pobre. Cuando se mueve en un hermoso palacio es un gran hombre. No piensa que sea el palacio lo que es grande, en lugar de sí mismo.

Esto muestra que no se trata lo que un hombre sea, sino de lo que él cree que es, con lo que e$ á relacionado. El alma nunca e$ á enferma, pero cuando es consciente de la enfermedad del cuerpo el hombre dice, “e$ oy enfermo.” Y la razón es que él no puede señalar a su propia conciencia, a su verdadero ser propio; como los ojos no pueden verse a sí mismos aunque sean capaces de ver el mundo entero, así el alma no puede verse a sí misma excepto cuando es consciente de todo lo que e$ á re* ejado en ella. El alma no es pobre ni es rica; ni e$ á apenada ni contenta. Éstos son re* ejos que caen sobre ella. Y como no puede darse cuenta de sí misma, se considera que es lo que e$ á re* ejado en ella y por tanto el hombre vive su vida en su conciencia. Él es a cada momento aquello de lo que es cons-ciente; en entornos alegres e$ á complacido; en entornos misera-bles e$ á triste. Ninguna pena o alegría puede hacer una impresión eterna en el alma, porque la naturaleza del alma es como un e0 ejo, y mientras que todo lo que e$ á delante del e0 ejo es re* ejado en él, nada puede permanecer en él. Cuando la persona que e$ aba delate del e0 ejo es quitada, entonces el e0 ejo e$ á más limpio que nunca; y así es con el alma.

Por conveniencia los místicos han dividido las experien-cias de la conciencia en cinco fases diferentes. La fase particular de la conciencia con la que e$ amos más familiarizados es el e$ ado

Page 134: Sufis Mo

137

hazrat inayat khan

de vigilia en el que el alma experimenta a través de la mente y el cuerpo. Este e� ado es llamado en términos su� es nasut, y en térmi-nos vedánticos jagrat. Como el alma sólo considera lo que experi-menta a través de los sentidos con la ayuda de la mente, la razón de que muchos todavía no e� én preparados para creer en el alma o en el más allá o en Dios es que el alma e� á familiarizada con una sola esfera. Ésta es la esfera que se experimenta con la ayuda del cuerpo y la mente.

Una persona intelectual también desarrolla conciencia de otra esfera, que es llamada malakut en términos su� es y swapna en términos del vedanta. Este e� ado se experimenta de dos mane-ras. Cuando una persona e� á absorbida en el pensamiento y no es consciente de su entorno, todo lo que conoce en ese momento es el pensamiento o imaginación en el que e� á absorbido. Este e� ado no depende del cuerpo para sus experiencias de alegría o de pena.

Una persona que puede experimentar alegría o pena ele-vando su conciencia a ese plano puede hacer su cielo en sí misma. Los grandes poetas, pensadores, escritores, que han vivido di& cul-tades, pobreza, circunstancias en las que la gente no les entendía, se les oponía, e incluso les despreciaba, han vivido una vida feliz por la razón de que han sido capaces de elevarse a ese plano en que podían disfrutar toda la belleza, comodidad, y alegría que el hombre común sólo puede disfrutar si se le da en el plano � sico. Y cuando la clave de e� e plano llega a las manos de un hombre, entonces es el maes-tro de su vida futura.

Cuando la conciencia de un hombre re( eja el cielo, ese hombre e� á en el cielo; y cuando un hombre es consciente de la tortura, dolor, y sufrimiento, e� á en el lado del sufrimiento. El hombre hace su cielo o su in& erno para sí mismo. Cuántos en e� e mundo encontrarás que mantienen su enfermedad al pensar en

Page 135: Sufis Mo

138

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

ella todo el tiempo, al ser conscientes de ella. Uno ve muchos que podrían ponerse bien después de haber sufrido dolor durante años

si no fuera por la conciencia del dolor que es mantenida por ellos,

no como algo nuevo sino como algo que ha e% ado siempre allí.

Nada pertenece a un hombre a menos que desee man-

tenerlo. Pero cuando se acostumbra a mantener cierto re& ejo sin

conocer la naturaleza de é% e, con el tiempo ese re& ejo se convierte

en su dueño y él se convierte en un esclavo de ese re& ejo. Y así es con

las preocupaciones y ansiedades y penas que la gente tiene en sus

mentes. Muchos dicen, “No puedo olvidarlo”, porque se lo imaginan.

No quiere decir que esa persona no pueda olvidar, sino que e% á afe-

rrado a algo que no desea arrojar. Si un hombre se diera cuenta tan

sólo que no es que alguien e% é manteniendo algo delante de él; es

él mismo quien lo mantiene. Alguna memoria, algo desagradable,

algo penoso, algún dolor severo, ansiedad, preocupación, un hom-

bre mantiene todas e% as cosas en sus propias manos y son re& eja-

das en su conciencia. Su alma por naturaleza e% á por encima de

todo e% o. Es una ilusión cuyo lugar e% á por debajo del alma, no por

encima, a menos que un hombre, con sus propias manos, la levante

y la mire.

Cuando se considera la psicología del fracaso y el éxito, el

fracaso sigue al fracaso. ¿Y por qué es así? Porque la conciencia que

re& eja el éxito e% á llena de éxito, y la a0 ividad que sale de esa con-

ciencia e% á creando a0 ividad productiva; así si la conciencia ha

tenido éxito delante de su vista entonces el mismo re& ejo trabajará

y traerá el éxito. Mientras que si la conciencia e% á impresionada

con el fracaso, entonces el fracaso trabajará constantemente, tra-

yendo fracaso tras fracaso.

Muy a menudo la gente pesimista habla en contra de su

propio deseo. Quieren llevar a cabo cierto trabajo, y dicen, “Haré

Page 136: Sufis Mo

139

hazrat inayat khan

e� o, pero no creo que salga bien”. Por tanto se obstaculizan a sí mis-

mos en su camino. El hombre no sabe que cada pensamiento deja

una impresión en la conciencia y en el ritmo con el que la concien-

cia trabaja. De acuerdo a e� e ritmo e� e re� ejo se hará realidad y

ocurrirá; y un hombre prueba ser su peor enemigo por la ignoran-

cia de e� as cosas. El error del impulso momentáneo crea una suerte

de obstáculo en el camino de esa persona durante toda su vida.

Este e� ado de conciencia también se experimenta en el

sueño; porque el sueño es la reacción a las experiencias del hombre

en el e� ado de vigilia. Lo más maravilloso que puede el hombre

estudiar en el sueño es que el sueño tiene su propio lenguaje, y un

verdadero conocimiento de las experiencias del sueño enseña que

cada individuo tiene un lenguaje propio de su sueño peculiar a su

propia naturaleza. El sueño del poeta, el sueño del hombre que tra-

baja con sus manos, el sueño del rey, el sueño de un hombre pobre,

son todos diferentes. Hay muchas diferencias y no puede darse la

misma interpretación de su sueño a cada persona; primero debe

mirarse quién lo ha soñado. No es el sueño el que puede ser inter-

pretado por sí mismo. Es a la persona a quien le llegó el sueño a

quien debe conocerse; y la interpretación e� á en concordancia con

su e� ado de evolución, su ocupación, sus ambiciones y deseos, su

presente, su pasado, y su futuro, y sus aspiraciones espirituales.

Por tanto el lenguaje de los sueños di� ere; pero puede haber

un indicio, y é� e es que en el e� ado de vigilia el hombre e� á abierto

a las impresiones exteriores. Por ejemplo, hay momentos en que la

mente es receptiva, y hay momentos en los que la mente es expre-

siva. Y durante los momentos en que la mente es receptiva, toda

impresión recibida de cualquier persona se re� eja en la conciencia.

Muy a menudo uno se encuentra deprimido y no puede encontrar

una razón, y después uno se encuentra lleno de regocijo y de nuevo

Page 137: Sufis Mo

140

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

no puede encontrar la razón. Tan pronto como una persona tiene cierto sentimiento lo primero que hace es buscar una razón, y la razón e" á dispue" a a responder, correcta o incorrectamente. Tan pronto como una persona piensa, “¿Qué me hace reír?” hay algo que su razón ofrece como el motivo de la risa. En realidad esa impresión vino de otra persona. Pero él piensa que la razón es algo diferente. Tan a menudo en el sueño ocurre que la facultad de razonar res-ponde las demandas de la mente indagante, y enmarca y da forma a los pensamientos e imaginaciones que van tan libremente cuando el poder de la voluntad no e" á controlando la mente durante el sueño. La mente se comporta en ese momento justo como un actor en el escenario; libre, sin el control de la voluntad. Cuando eso ocu-rre puede haber un momento en el que la mente e" á en una con-dición receptiva, cuando recibe una impresión de otras personas, ya sean amigos o enemigos, de cualquiera que pueda pensar en el soñador o con el que e" é conectado de alguna manera.

Aquéllos que tienen inclinación a la espiritualidad o que e" án conectados con almas que se han marchado también sienten las impresiones re+ ejadas en sus almas, a veces como in+ uencias que guían, a veces como advertencias, a veces como instrucciones. También experimentan lo que se conoce como iniciaciones, y a veces tienen experiencias confusas, engañosas; pero todas tienen lugar en ese plano particular en el que la conciencia e" á experi-mentando la vida independientemente al cuerpo / sico y los senti-dos.

La tercera experiencia que tiene la conciencia es llamada en términos su/ es jabarut. En sánscrito o en términos vedánti-cos es llamada sushupti. En e" e e" ado, la conciencia no e" á muy bien conectada con el mundo. No trae sus experiencias al mundo excepto por un sentimiento de alegría, o de fuerza renovada o salud;

Page 138: Sufis Mo

141

hazrat inayat khan

y todo lo que puede decirse después de e� a experiencia es, “he dor-mido muy bien, y me siento mucho mejor”. De hecho, la causa es que la conciencia estuvo liberada del dolor y la preocupación y de cualquier a� ividad o limitación de la vida. Incluso los prisioneros pueden disfrutar la bendición de e� e e� ado cuando e� án en sueño profundo; ellos no saben si e� án en un palacio o en una prisión. Alcanzan las experiencias de e� e plano que es mejor que un pala-cio.

El hombre no se da cuenta del valor de e� e e� ado hasta que llega el momento en que por alguna razón u otra es incapaz de recibir e� a bendición. No puede dormir; entonces empieza a pen-sar que no hay nada que no daría por ser capaz de dormir profun-damente. Esto muestra que no es sólo dormir lo que necesita, sino también la bendición que hay detrás. Es algo que el alma ha tocado que es mucho más elevado y profundo, porque e� a experiencia es mayor de lo que uno puede imaginarse. En e� a experiencia la conciencia toca una esfera de la que no puede obtener una impre-sión alguna a través de los nombres o las formas. La impresión que obtiene es un sentimiento, un sentimiento de iluminación, de vida, de alegría. ¿Qué mensaje da e� o? Da un mensaje de Dios, que llega directamente a cada alma. ¿Y cuál es e� e mensaje? Dios dice al alma, “Estoy contigo, Yo soy tu propio ser, y e� oy por encima de todas la limitaciones, y Yo soy la vida, y tú e� ás más seguro, más vivo, más feliz y más en paz en e� e conocimiento que en ninguna otra cosa en el mundo.”

Además de e� as tres experiencias viene una cuarta expe-riencia para aquellos que la buscan. ¿Por qué no llega a todo el mundo? No es que no llegue a todo el mundo, sino que no todo el mundo puede captarla. Llega y se desliza de una persona, y él no sabe cuando vino y cuándo se fue. En la vida de todo hombre hay

Page 139: Sufis Mo

142

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

un momento durante su e! ado de vigilia, un momento en el que se

eleva por encima de todas la limitaciones de la vida, pero llega y se va tan rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos, que él no puede captarlo, que no se da cuenta.

Es como un pájaro, que llega y se va volando, y sólo se puede escuchar el batir de sus alas. Pero aquéllos que desean atrapar e! e pájaro, que desean ver adónde va el pájaro, y cuándo llega y cuándo se va, tienen cuidado con él y se sientan e' erándole y observando el momento en el que llega; y e! e observar es llamado meditación. Meditación no quiere decir cerrar los ojos y sentarse; cualquiera puede cerrar sus ojos y sentarse, pero puede que se siente durante horas, o puede que se siente toda su vida, y todavía no sepa qué vino y qué se fue. Es mirar cuidadosamente lo que viene, y no sólo mirar, sino prepararse uno mismo mediante la agudización de los sentidos, haciendo del cuerpo y la mente un receptáculo para las vibraciones, así que cuando el pájaro haga una vibración uno pueda sentir que ha llegado.

Es e! o lo que se expresa en el símbolo cristiano de la paloma. En otras palabras es el momento, que se acerca a la con-ciencia súbitamente, de una dicha tal por así decirlo uno toca las profundidades de la totalidad de la vida y se eleva por encima de la esfera de la acción, incluso por encima de la esfera del sentimiento. “Pero”, uno dirá, “¿Qué recibe la conciencia de e! o?” Recibe cierta forma de iluminación que es como una antorcha alumbrando a otra luz; e! a vida interior, tocando la conciencia, produce una suerte de iluminación que aclara la vida del hombre. Cada momento después de e! a experiencia es desvelado a causa de e! e momento. Carga la vida del hombre con nueva vida y nueva luz. Esto es por lo que los yoguis de Oriente se sientan en samadhi, en cierta postura durante tantas horas, o se van al bosque y se sientan en soledad; y siempre

Page 140: Sufis Mo

143

hazrat inayat khan

han hecho e� o con objeto de atrapar e� a luz que es simbolizada

con la paloma.

Hay un paso aún mayor que é� e, que en términos de los su� es es hahut, o samadhi en términos vedánticos, la quinta esfera

que experimenta la conciencia. En é� a la conciencia toca las pro-

fundidades más íntimas de nuestro ser; es como tocar los pies de Dios. Ésta es la comunión de la que se habla en el simbolismo cris-tiano. Es justo como tocar la Presencia de Dios; cuando la concien-cia se ha vuelto tan ligera y tan liberada que puede elevarse a sí misma y bucear y tocar las profundidades del propio ser.

Éste es el secreto de todo misticismo y religión y & loso� a. El proceso de e� a experiencia es como el proceso de la alquimia, que no se da libremente sino a aquéllos que e� án preparados y que sienten que hay alguna verdad en ello. Lleva tiempo para una per-sona familiarizarse con cosas de e� a naturaleza o incluso pensar que hay cierta verdad en ellas y que no es sólo charla e imaginación. Incluso alguien que ha sentido la verdad del e� ado místico puede preguntarse si merece la pena meterse en e� a búsqueda. Pero si lo hace debe aceptar la guía de alguien que tenga conocimiento de e� a materia, en quien él pueda poner su con& anza y con& dencia. Pero debe entenderse que el camino del discipulado, el camino de la ini-ciación, no es tal que el maestro da algún conocimiento a su apren-diz, le dice algo nuevo que no haya escuchado antes, o le muestra algún milagro; si lo hace no es un verdadero maestro. El hombre es realmente su propio maestro; en él mismo e� á el secreto de su ser. La palabra del maestro sólo es para ayudarle a encontrarse a sí mismo. Nada que pueda aprenderse de los libros, nada que pueda ser explicado con el lenguaje, nada que pueda ser señalado con un dedo, es la verdad. Si un hombre e� á seguro de sí mismo puede ir más allá, pero cuando e� á confundido consigo mismo no puede ir

Page 141: Sufis Mo

144

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

más allá, y ningún maestro puede ayudarle. Por tanto, aunque en

e% e camino el maestro es necesario y su ayuda es valiosa, la auto-

ayuda es lo principal; y aquél que e% á preparado para darse cuenta

de su propia naturaleza y aprender de sí mismo, es el verdadero

iniciado. Y es desde e% a iniciación desde donde irá adelante, paso a

paso, encontrando la realización y convicción que busca; y todo lo

que llegue a lo largo de la vida no hará sino profundizar en la reali-

zación de e% a verdad.

Page 142: Sufis Mo

145

hazrat inayat khan

17. SILENCIO

Se dice que las palabras son valiosas pero el silencio es aún

más precioso. Este dicho siempre probará ser cierto. Cuanto más entendemos su signi# cado, más nos damos cuenta de su verdad. ¡Cuántas veces vemos durante el día que hemos dicho algo que hubiera sido mejor no decir! ¡Cuántas veces estropeamos la paz de nuestros alrededores, sin sentido, por la falta de silencio! ¡Qué a menudo revelamos nuestras limitaciones, nuestra estrechez, nues-tra pequeñez, que habría sido mejor encubrir, a causa de que no guardamos silencio! ¡Qué a menudo, aunque queramos re* etar a los demás, no lo conseguimos porque no guardamos silencio! Y un gran peligro acecha a un hombre en la vida de e+ e mundo, el peligro de con# ar en una persona en la cual no desea con# ar. Corremos ese peligro al no mantenernos en silencio. Ese gran intérprete de la vida, el poeta persa Sadi, dice, “¡qué valor tiene el sentido, si no viene a mi rescate antes de que pronuncie una palabra!” Esto nos muestra que a pesar de la sabiduría que podamos tener, podemos cometer un error si no tenemos control sobre nuestras palabras. Y fácilmente pode-mos encontrar ejemplos de e+ a verdad; aquellos que hablan mucho tienen menos poder que los que hablan poco. Porque una persona charlatana puede no ser capaz de expresar en mil palabras una idea que aquellos que son maestros del silencio expresan en una. Todo el mundo puede hablar, pero no toda palabra tiene el mismo poder. Además, una palabra dice mucho menos de lo que el silencio puede expresar. La clave para una vida armoniosa es el silencio.

Page 143: Sufis Mo

146

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

En la vida diaria nos enfrentamos con mil problemas para los que no siempre e" amos lo su# cientemente evolucionados para encontrarnos, y entonces sólo el silencio puede ayudarnos. Porque si hay alguna religión, si hay alguna prá' ica religiosa, es considerar el placer de Dios al considerar el placer del hombre. La esencia de la religión es entender. Y e" a religión no podemos vivirla sin tener poder sobre la palabra, sin haber realizado el poder del silencio. Hay tantas ocasiones en que nos arrepentimos después de herir a amigos que podrían ser evitadas si hubiéramos tenido control sobre nuestras palabras. El silencio es el escudo del ignorante y la protec-ción del sabio. Porque el ignorante no demuestra su ignorancia si mantiene silencio, y el hombre sabio no arroja perlas a los cerdos si conoce el valor del silencio.

¿Qué da el poder sobre las palabras? ¿Qué da el poder que puede obtenerse mediante el silencio? La respue" a es: es la fuerza de voluntad la que da el poder sobre las palabras; es el silencio el que da el poder del silencio. Es la inquietud la que hace hablar demasiado a una persona. Cuantas más palabras son usadas para expresar una idea, menos poderosas se vuelven. Es una gran pena que el hombre tan a menudo piense en ahorrar unos céntimos y nunca piense en moderar las palabras. Es como guardar guijarros y tirar las perlas. Hay un poeta indio que dice, “Ostra, ¿qué te da tu precioso conte-nido? El silencio; durante años mis labios estuvieron cerrados”.

Al principio es una lucha con uno mismo; es controlar un impulso; pero después lo mismo se convierte en un poder.

Y ahora viene la explicación más científi ca, metafí-sica, del silencio. Hay cierta cantidad de energía empleada en las palabras; y la respiración, que tiene que traer nueva vida al cuerpo; es obstaculizada en su ritmo regular cuando el hombre habla todo el tiempo. No es que una persona nerviosa hable demasiado; sino que el hablar demasiado le

Page 144: Sufis Mo

147

hazrat inayat khan

pone nerviosa. ¿De dónde viene el gran poder alcanzado por yoguis y faquires? Fue conseguido mediante el aprendizaje y la práctica del arte del silencio. Ésta es la razón por la que en Oriente, en las casas en la que los faquires meditaban, e incluso en la corte, había silencio. Hubo ocasiones durante diferentes civilizaciones del mundo en que se enseñaba a la gente, siempre que se reunían para una fi esta, a guardar silencio durante cierto tiempo. Es la mayor pena que en este momento hayamos descuidado tanto esta cuestión; pensa-mos tan poco en ello. Es una cuestión que afecta a la salud, que toca el alma, el espíritu, la vida. Cuanto más pensamos en esta materia, más vemos que estamos continuamente envueltos en algún tipo de acción. ¿Adónde nos lleva esto y cuál es su resultado? Hasta donde podemos ver, nos lleva a una lucha, competición y desacuerdo mayores. Si pensamos en el resultado, nos lleva a un cuidado, preocupación y lucha mayores en la vida. Hay un dicho de los hindúes, “Cuanto más busca uno la felicidad, más infelicidad encuentra.” Y la razón es que cuando se busca la felicidad en una dirección incorrecta, conduce a la infelicidad. Nuestra experiencia en la vida es sufi ciente para enseñarnos, sin embargo la vida es intoxicante, nos absorbe en la acción de forma que nunca paramos de pensar en ella.

Parece que el mundo está despertando a los ideales espirituales, pero a pesar de esto hay más actividad; no sólo actividad exterior, sino también actividad de la mente. En realidad la humanidad ha hecho añicos sus nervios por la falta de silencio, por la hiperactividad de cuerpo y mente. Cuando el cuerpo descansa, el hombre lo llama dormir. Pero su mente continúa, con el mismo disco que durante

Page 145: Sufis Mo

148

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

el día. En este mundo de competición todo hombre está cien veces más ocupado de lo que nunca estuvo. Naturalmente su vida necesita descanso y quietud y paz más que la de la gente que vive en el bosque, que puede decir que todo el tiempo es suyo. Cuando la actividad se incrementa y se pierde el arte del silencio, entonces, ¿qué podemos esperar?

¿Dónde aprendemos la plenitud del pensamiento? En el silencio. ¿Y dónde practicamos la paciencia? En el silencio. El silencio practicado en meditación es algo aparte, pero silencio quiere decir que deberíamos considerar cada palabra y cada acción que hacemos; ésta es la primera lec-ción a aprender. Si hay una persona que pueda llamarse meditativa, es la que ha aprendido a usar el silencio de manera natural en su vida cotidiana. El que ha aprendido el silencio en su vida diaria ya ha aprendido a meditar. Además una persona puede haber reservado media hora cada día para la meditación; pero cuando hay media hora de meditación y doce o quince de actividad, la actividad se lleva todo el poder de la meditación. Es justo como una persona que va a la iglesia una vez a la semana y los otros seis días mantiene su pensamiento lo más lejos posible de la iglesia.

Un rey persa muy devoto fue preguntado por su primer ministro, “Pasas la mayor parte de la noche en meditación y trabajas todo el día. ¿Cómo puedes hacerlo? El Shah dijo, “Durante la noche persigo a Dios, durante el día Dios me sigue.” Es lo mismo con el silencio: el que busca el silencio es seguido por el silencio. Así es con todas las cosas que deseamos, cuando las buscamos lo sufi ciente, al tiempo ellas nos siguen por sí mismas.

Page 146: Sufis Mo

149

hazrat inayat khan

Hay muchos a los que no les preocupa si hieren a alguien mientras que piensen que han dicho la verdad. Se sienten tan justifi cados que no les importa si el otro llora o ríe. Hay, sin embargo, una diferencia entre hecho y verdad. Hecho es de lo que se puede hablar; la verdad es lo que no puede ser puesto en palabras. La afi rmación, “Yo digo la verdad”, falla cuando se percibe la diferencia entre hecho y verdad. La gente discute dogmas, creencias, y principios morales, cuando los conocen. Pero llega un momento en la vida de un hombre en que toca la verdad que no puede ser puesta en palabras; y en ese momento cesa toda disputa, discusión o argumento. Es entonces cuando el hombre dice: “Si tú lo has hecho mal o yo lo he hecho mal, eso no importa. Lo que quiero ahora es corregir lo equivocado.” Llega un momento en que la continua pregunta que surge en la mente activa: ¿qué es qué y cuál es cuál? llega a su fi n, porque la respuesta surge desde el alma y es recibida en silencio.

La actitud general del hombre es escuchar todo lo que viene del exterior; y no sólo los oídos están abiertos al mundo exterior, sino incluso el corazón está unido a los oídos. El corazón que está escuchando las voces que vie-nen del mundo externo debería volver su espalda a todo lo que viene desde allí, y esperar pacientemente hasta que se vuelva capaz de oír la voz de dentro.

Hay una voz audible y una voz inaudible, de los que viven y de aquellos que no están viviendo, de la vida entera. Lo que el hombre puede decir en palabras siempre expresa poco. ¿Puede uno hablar sobre la grandeza, sobre la devoción, sobre la admiración? Nunca, siempre faltarán las palabras. Cada sentimiento profundo tiene su propia

Page 147: Sufis Mo

150

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

voz; no puede ser expresado en palabras exteriores. Esta voz llega desde cada alma; cada alma es sólo audible al corazón. ¿Y cómo se prepara el corazón? A través del silencio.

No hay que sorprenderse de que algunos hayan buscado las montañas y el bosque, y preferido la naturaleza salvaje a las comodidades de la vida mundana. Buscaban algo valioso. Ellos han pasado por algo de la experiencia ganada mediante el sacrifi cio. Pero no es necesario seguir-les al bosque o a la cueva de la montaña. Se puede apren-der ese arte del silencio en todas partes; a lo largo de una vida ocupada puede mantenerse el silencio.

El silencio es algo que consciente o inconsciente-mente buscamos en cada momento de nuestras vidas. Bus-camos el silencio y huimos de él, ambos al mismo tiempo. ¿Dónde se oye la palabra de Dios? En el silencio. Los videntes, los santos, los sabios, los profetas, los maestros, han escuchado esa voz que viene del interior haciéndose ellos mismos silentes. No quiero decir con esto que porque alguien esté en silencio vaya a hablarle; quiero decir que una vez que se está en silencio se escuchará la palabra, que constantemente viene desde el interior. Cuando la mente se ha aquietado, una persona también puede comunicarse con todo aquél que se encuentre. No necesita muchas pala-bras; cuando la mirada le encuentra él entiende. Dos per-sonas pueden hablar y discutir toda la vida y sin embargo nunca entenderse la una a la otra. Otros dos con mentes quietas se miran el uno al otro y en un momento se esta-blece una comunicación entre ellos.

¿De dónde vienen las diferencias entre la gente? De dentro. De su actividad. ¿Y cómo llega el acuerdo? Por

Page 148: Sufis Mo

151

hazrat inayat khan

la quietud de la mente. Es el ruido lo que obstaculiza una voz que oímos desde la distancia, y son las aguas inquie-tas de un estanque lo que impide ver nuestra propia ima-gen refl ejada en el agua. Cuando el agua está quieta da un refl ejo claro; y cuando nuestra atmósfera está quieta enton-ces escuchamos esa voz que continuamente viene desde el corazón de cada persona. Estamos buscando guía, todos nosotros buscamos la verdad; buscamos el misterio. El misterio está en nosotros mismos; la guía está en nuestras propias almas.

Muy a menudo uno se encuentra con una persona cuyo contacto nos pone nerviosos, inquietos. La razón es que esa persona no tiene quietud, no tiene tranquilidad; y no es fácil permanecer en calma y mantener la tranquilidad en la presencia de una persona inquieta, agitada. La ense-ñanza de Cristo es, “No te resistas al mal”, y esto quiere decir, “No respondas a la condición turbulenta de una persona inquieta.” Es como tomar parte en el fuego que te quemará.

La forma de desarrollar el poder en uno mismo para sobrellevar todas las molestas infl uencias en nuestra vida diaria es aquietarse por medio de la concentración. Nuestra mente es como un barco en el agua, movido por las olas e infl uenciado por el viento. Las olas son nuestras propias emociones y pasiones, pensamientos e imagina-ción; y el viento son las infl uencias exteriores con las que tenemos que lidiar. Con objeto de parar el barco se debería tener un ancla, un ancla para hacer que el barco se quede quieto. Este ancla es el objeto en el que nos concentramos; si es pesada entonces podrá parar al barco, pero si este

Page 149: Sufis Mo

152

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

ancla es ligera el barco continuará moviéndose y sin que-darse quieto, porque está parcialmente en el agua, y par-cialmente en el aire.

Pero de esta forma sólo controlamos el barco; uti-lizar el barco es de nuevo otra cuestión. El barco no está hecho para permanecer parado; está hecho con un propó-sito. Parece que no todos nosotros sabemos esto, pero defi -nitivamente este barco ha sido hecho para ir de un puerto a otro. Y para que el barco sea capaz de navegar, deben lograrse varias condiciones; por ejemplo, que no sea car-gado más allá de su capacidad. Por tanto nuestro corazón no debería ser cargado pesadamente con las cosas a las que nos apegamos, porque entonces el barco no fl otará. Ade-más el barco no debería estar atado a este único puerto, porque entonces es retenido y no irá al puerto al que es dirigido.

Además, el barco debe tener esa capacidad de res-ponder al viento que lo llevará a buen puerto; y éste es el sentimiento que un alma obtiene del lado espiritual de la vida. Ese sentimiento, ese viento, ayuda a seguir rumbo al puerto al cual es dirigido. Una vez esté plenamente con-centrada, la mente debería llegar a ser como una brújula en un barco, siempre apuntando a la misma dirección. Un hombre cuyo interés toma mil direcciones diferentes no está preparado para viajar en este barco. Es el hombre que tiene una sola cosa en su mente, y que considera el resto como secundario, el que puede viajar de este puerto al otro. Éste es el viaje que se llama misticismo.

Page 150: Sufis Mo

153

hazrat inayat khan

19. VISIÓN INTERIOR (I)

La visión interior puede compararse con la vista que se obtiene a través de un telescopio. Desde la distancia puede verse un amplio horizonte, pero cuando uno se acerca a las cosas se obtiene un horizonte limitado. Al conseguir e� e horizonte más pequeño las cosas se hacen más claras porque se las ve en detalle. Cuando hay un horizonte mayor las cosas no se ven en detalle sino que entonces hay una visión general. Y la misma ley puede aplicarse a la visión interior. Cuando se mira a una persona se obtiene una vislumbre de su cará� er, y cuando se mira a una asamblea se obtiene un senti-miento de la asamblea.

El corazón es el telescopio del alma, y los ojos son el telesco-pio del corazón. Igual que son los ojos los que ven cuando se mira con gafas, no las gafas, así cuando se mira a través del corazón y a través de los ojos, es el alma la que ve. Los ojos no tienen poder para ver; los ojos sólo tienen el poder de ayudar al alma a ver. El momento en que el alma se marcha los ojos no ven. Y así incluso el corazón es un telescopio, que ayuda a percibir y a concebir todo lo que uno busca. Y sin embargo al mismo tiempo el corazón no ve; es el alma la que ve.

Así como hay algunos que tienen la vista corta y otros que tienen la vista larga, así hay algunos que ven las cosas a gran dis-tancia con el ojo de su mente pero no pueden ver lo que e� á cerca de ellos. Tienen vista larga. Después hay otros que tienen la vista corta; ven todo lo que e� á cerca de ellos, pero no pueden ver más allá. Se dice que hay un tercer ojo que ve. Es verdad, pero a veces ese tercer ojo ve a través de esos dos ojos y entonces los mismos ojos

Page 151: Sufis Mo

154

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

ven las cosas con más claridad de lo que lo harían de otra forma. Con la ayuda del tercer ojo los ojos pueden penetrar la pared de la existencia # sica y ver en las mentes de las personas, en las palabras

de la gente e incluso más allá. Cuando uno empieza a ver, lo pri-

mero que ocurre es que todo lo que nuestros ojos ven tiene un sig-

ni& cado más profundo, una relevancia mayor de la que se conocía antes. Cada momento, cada ge' o, la forma, rasgos, voz, palabras, expresión, atmósfera, todo denota la naturaleza y el cará) er de la

persona. Al no conocer e' e secreto, mucha gente quiere estudiar & sonomía o frenología, la letra o quiromancia. Pero en comparación

con la visión clara todas e' as diferentes ciencias e' án limitadas. Tienen un signi& cado, pero al mismo tiempo cuando se compara e' as ciencias limitadas con la visión interior que tiene un hombre; demuestran ser demasiado pequeñas. Además la lectura del carác-ter no se aprende, se descubre. Es un sentido que se despierta. No se necesita aprender. Se conoce.

Éste es un tipo de visión interior pero hay otra visión inte-rior, que es la visión dentro de los asuntos. Sea un asunto de nego-cios, un asunto profesional, una condición, una situación en la vida; una vez que la visión interior es clara se tiene una comprensión de la situación. Porque lo que hace las cosas di# ciles en la vida es la falta de conocimiento. Puede haber un pequeño problema, pero cuando no se conoce, se convierte en el más pesado y peor de todos los problemas, porque uno no puede entenderlo. Y puede analizarse un problema y razonarlo, pero sin visión interior siempre seguirá confuso. Es el desarrollo de la visión interior lo que da una visión clara en los asuntos, condiciones, y los problemas de la vida.

La facultad de ver necesita dirección. Por ejemplo, con objeto de mirar a la derecha o a la izquierda, o adelante o atrás, uno debe dirigir los ojos; y é' e dirigir es el trabajo de la voluntad. En las veinticuatro horas del día y la noche se mira bajo la dirección

Page 152: Sufis Mo

155

hazrat inayat khan

de la voluntad quizás como máximo durante cinco o quince minu-tos; todo el re� o del tiempo se mira automáticamente. En otras palabras nuestros ojos e� án abiertos, nuestro corazón e� á sujeto a todo lo que pueda ser visto, y sin saberlo se captan las diferentes cosas que atraen a los ojos y la mente. Todo lo que se ve durante el día y la noche no es lo que se tiene intención de ver, sino lo que la vida a nuestro alrededor nos obliga a ver. Esto es por lo que pen-sadores y sabios de Oriente en los tiempos antiguos solían tener mantos pue� os sobre sus cabezas, de forma que no vieran nada ni a nadie y pudieran controlar su vista. Los su� es de los tiempos anti-guos solían mantener sus cabezas cubiertas de e� a forma durante muchos años, y al hacerlo desarrollaban tales poderes que una sola mirada suya podía penetrar rocas y montañas. Es sólo control de la vista. Los yoguis de todos los tiempos han trabajado no sólo con sus mentes sino incluso con sus ojos, consiguiendo tal e� abilidad de mirada que podían dirigir su vista a cualquier cosa que desearan examinar o penetrar. Los ojos, por tanto, son los representantes del alma en la super� cie, y hablan a una persona más claramente de lo que las palabras pueden hablar; para alguien que pueda leer las señales del plano de evolución en el que una persona e� á. No hace falta que una persona hable; sus ojos cuentan si e� á contento o no, deseoso o no, si e� á inclinado a favor o en contra. El amor o el odio, el orgullo o la modestia, todos pueden verse en los ojos; incluso la sabiduría y la ignorancia, todo, se mani� e� a a través de los ojos. El que puede trazar la condición y el cará� er en los ojos ciertamente se comunica con el alma de otra persona.

No hace mucho en Hyderabad había un murid, un apren-diz bastante intelectual, que le gustaba charlar. Su maestro e� aba interesado en sus inteligentes preguntas, así que le animaba a hablar, mientras que la costumbre en Oriente es que el aprendiz mantenga

Page 153: Sufis Mo

156

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

silencio ante su maestro. Un día el maestro e" aba en una condición de exaltación y su aprendiz como de normal quería debatir y argu-

mentar, lo que en ese momento no era agradable al maestro. Dijo en

Persa, “Khamosh”, que quiere decir silencio. Y el aprendiz entró en

silencio; se fue a casa y permaneció en silencio. Y nadie le oyó hablar

después de e" o, nadie ni en la casa ni afuera; nunca le habló a nadie.

Los años pasaron y el hombre todavía guardaba silencio. Pero llegó

un momento en que su silencio comenzó a hablar en voz alta. Su

pensamiento silencioso se manife" aría y su deseo silencioso e" aría

garantizado; su mirada silenciosa curaría, su silencioso mirar inspi-

raría. Su silencio se hizo vivo. Fueron las palabras habladas las que

le habían mantenido muerto todo e" e tiempo. El momento en que

sus labios se cerraron el silencio en él comenzó a vivir. Su presencia

era viva. En Hyderabad la gente le llamaba Shah Khamosh, el rey

del silencio, o el rey silencioso. Con e" o querría sugerir que todo

el mundo tiene ojos, pero hacer que los ojos vivan lleva un largo

tiempo. Porque los ojos ven hasta donde ven y no más. Es el corazón

conectado con los ojos el que puede ver más lejos, y si el alma ve a

través de ellos todavía ve más lejos.

Una cuestión enteramente diferente es conseguir enfocar los

ojos. Si se desea mirar a la luna se debe mirar al cielo en lugar de mirar

a la tierra; y así si se quiere buscar el cielo se debe cambiar la direc-

ción de la mirada. Aquí es donde muchos cometen un error. Hoy en

día en Occidente, donde hay un número muy grande de estudian-

tes ansiosamente entregados a buscar la verdad, entre ellos muchos

e" án equivocados en e" e a/ ecto particular; con objeto de ver lo que

puede ser visto adentro quieren mirar afuera. Es, sin embargo, una

tendencia natural. Como una persona busca afuera algo que quiere,

de forma natural también busca la realización interior en el exterior.

¿Cómo podemos mirar adentro y qué es lo que veremos?

En primer lugar, para una persona material “adentro” quiere decir en

Page 154: Sufis Mo

157

hazrat inayat khan

el cuerpo, dentro del cuerpo. En realidad “adentro” no quiere decir sólo en el interior, sino también en el exterior del cuerpo. Esto puede

verse mediante la luz que hay en una bombilla: la luz e� á dentro de

la bombilla, y también fuera de la bombilla. Así es el alma; e� á en el

interior y también en el exterior. Así es la mente; e� á en el interior y

en el exterior, no e� á con� nada dentro del cuerpo. En otras palabras,

el corazón es más grande que el cuerpo, y el alma es todavía mayor.

Al mismo tiempo el alma e� á acomodada dentro del corazón, y el

corazón e� á acomodado dentro del cuerpo; é� e es el fenómeno más

grande y es muy di� cil explicarlo en palabras. Hay centros intuitivos;

y con objeto de ver en los centros intuitivos uno tiene que volver los

ojos hacia atrás, volver los ojos hacia dentro; entonces los mismos

ojos que son capaces de ver afuera son capaces de ver adentro. Pero

e� o es sólo una fase del ver. En la otra fase de mirar adentro no puede

verse con los ojos, es el corazón el que ve. Y cuando se es capaz de ver

de e� a forma, el dolor y el placer y la alegría y la pena de cada per-

sona que llega ante uno se mani� e� a en el propio corazón; realmente

se ve. Se ve incluso más claramente de lo que los ojos pueden verlo.

Pero é� e es el lenguaje del corazón. Los ojos no lo conocen.

Los sabios en Oriente solían ser llamados balakush, que sig-

ni� ca “el que toma el trago de todas las di� cultades.” Comparaban

las di� cultades de la vida con un vino que beber; una vez lo bebes,

se ha ido. No tenían miedo de ello; no querían eludirlo. Decían, “Si

lo eludimos e� a vez, nos llegará la próxima vez; nos llegará un día.

Si escapamos por un momento, en otro momento nos llegará. Así

déjalo llegar tal como es y bebámoslo como si fuera vino.” El princi-

pio de Mahadeva, de los derviches, de los grandes faquires de todos

los tiempos es e� e único principio: beber todas las di� cultades

como si fueran vino. Entonces ya no hay más di� cultad. Cuando

uno e� á a tono con la vida, la vida se vuelve reveladora, porque

entonces uno es amigo de la vida. Antes de eso, uno era un extraño

Page 155: Sufis Mo

158

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

para ella. La a" itud marca una gran diferencia, y es la diferencia

de a" itud la que hace una persona material o espiritual. Excepto la

a" itud nada más necesita cambiarse.

La lección que aprendemos del desarrollo de nuestra visión

interior no es alterarse por cualquier in& uencia que intente sacar-

nos del ritmo, sino mantenernos en ritmo bajo todas las condicio-

nes de la vida; mantener nuestro equilibrio, nuestra tranquilidad

bajo toda circunstancia. A veces es muy di' cil mantener nuestro

equilibrio cuando las in& uencias de la vida e( án agitándonos, y

mantener el aplomo durante todas ellas; es di' cil en el frente de las

in& uencias, que se oponen a que mantengamos una a" itud amis-

tosa. Pero al mismo tiempo, porque es di' cil es un gran logro. Para

lograr algo de valor y que merezca la pena tenemos que atravesar

di) cultades. Pero no pagamos por ello; aprendemos sin pagar por

ello. Es algo que podemos pra" icar en nuestra vida diaria porque

desde la mañana hasta la noche e( amos continuamente entre

los efectos crispantes que llegan de todas partes. Hay abundantes

oportunidades de pra" icar e( a lección de mantener una a" itud

amistosa hacia todos, de enfrentarse con coraje a cada condición,

y de llevar con nosotros todas las in& uencias que lleguen. De e( a

forma se logra una visión más amplia de la vida.

Si hay algo que pueda aclarar nuestra comprensión, es

razonar por un lado y sentir por otro. Un hombre cuyo sentimiento

no e( á despierto, e( á despierto y dormido al mismo tiempo. Lo

que e( á vivo no es la razón, es el sentimiento. Muchos piensan

que cuando el cerebro e( á en funcionamiento hay algo tangible;

uno no lo nota funcionando en el sentimiento. Pero en realidad

el sentimiento hace la parte del ingeniero y el cerebro es como el

mecanismo. El mecanismo no puede funcionar sin el ingeniero;

así el cerebro no puede funcionar sin el sentimiento detrás de él.

Se necesitan e( as dos cosas para que el conocimiento sea claro.

Page 156: Sufis Mo

159

hazrat inayat khan

Cuando una persona no puede entenderse a sí misma, a su propia imaginación, y a sus propios problemas profundamente, entonces,

¿cómo puede entender los problemas de los demás? Entonces no

hay comunicación entre una persona y otra. Hoy en día a menudo

la amistad sólo signi� ca interés profesional; las relaciones huma-

nas e� án formadas por ciertos intereses, intereses mundanos. Por

tanto el hombre no sabe lo que es el sentimiento. Las alianzas de

naciones, las uniones de hombres trabajadores, todo e� o se ha for-

mado en base al interés propio. Yo soy tu amigo ¡si tú de� endes mi

caso! Por tanto cuando el sentimiento, que es lo único divino en el hombre, que es la prueba y la señal del espíritu, y que es una heren-cia divina, se embota, entonces naturalmente no se le puede llamar civilización a cualquier vida, incluso si se le llama civilizada.

Llegará el día en que el hombre vivirá una vida más plena, una vida más completa de altos ideales y grandes principios, en que el sentimiento e� ará tan despierto en el hombre como la razón. Cuando ese día llegue el conocimiento será conocimiento espiri-tual, no aprendizaje libresco. En cualquier parte puede sentirse, en las universidades, en las sociedades, en los clubes, en cualquiera de las profesiones, que toda persona e� á buscando directa o indirec-tamente algún conocimiento; el hombre siente que hay un conoci-miento que es más real. Toda persona parece e� ar disgustada con su experiencia en la vida. Puede que sea el más exitoso del mundo, no importa. Puede que sea un hombre rico, puede que tenga una posición alta, pero e� á disgustado, desea algo que le satisfaga. ¿Qué es e� o? No e� á en el exterior. Está dentro de sí mismo. Lo encon-trará el día en que despierte a la realidad de la vida. Una vez que el alma se despierta a la realidad de la vida, el re� o de las cosas impor-tan poco. Lo que importa es que él entiende claramente que lo que le satisface e� á dentro.

Page 157: Sufis Mo

160

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Además, una vez que el corazón empieza a vivir, otro mundo se abre a la experiencia. Porque generalmente lo que se experimenta en la vida diaria de cada uno es sólo lo que los sen-tidos pueden percibir y nada más allá de ello. Pero cuando una persona comienza a sentir y experimentar los sentimientos sutiles del corazón vive en otro mundo, caminando sobre la misma tierra y viviendo bajo el mismo sol. Para el hombre vivir en su corazón en lugar de vivir solamente en la tierra es tan natural como pueda serlo cualquier cosa. La gente en Oriente lo llama sahib-i-dil, e% o es,

la mente maestra.

Y entonces si se va todavía más profundo en el interior, se comienza a vivir en el alma. La inspiración, la intuición, la visión, la revelación son naturales para e% a persona. El alma comienza a hacerse consciente de su propio dominio. Y es el mismo reino del que se habla en la Biblia: “Busca primero el reino de Dios…” Es el alma la que comienza a ver. Y puede verse todavía más lejos. Lo que capacita para lograr e% e e% ado es el camino de la meditación bajo la guía del maestro correcto.

La primera cosa a hacer es conseguir el control sobre la mirada. La siguiente es conseguir el control sobre los sentimientos. Y la tercera es conseguir el control sobre la conciencia. Si se logran e% as tres cosas entonces uno empieza a mirar adentro. Mirar aden-tro ayuda mucho a una persona a mirar afuera; entonces el mismo poder con el que el corazón y los ojos e% án cargados comienza a

manife% arse exteriormente. Y el que mira adentro encuentra,

cuando mira hacia fuera, que todo lo que e% á adentro se mani) e% a

afuera. Su in* uencia es sanadora y consoladora, elevadora y cal-

mante. Su mirada, también, se vuelve penetrante, así que no sólo los

seres humanos sino incluso también los objetos empiezan a desve-

larle su naturaleza, cará/ er y secreto.

Page 158: Sufis Mo

161

hazrat inayat khan

20. VISIÓN INTERIOR (II)

La visión interior se muestra en diferentes aspectos: en la impresión, intuición, inspiración, sueño y revelación.

¿Cómo se obtienen las impresiones? Todas las impresiones alcanzan el cerebro a través de los centros nerviosos. En su mayoría son recogidas por la respiración; pero con esto no quiero decir la respiración inhalada a tra-vés de la nariz. El que es capaz de obtener una impresión de una persona no necesita esperar a ver qué resultará; él lo sabe instantáneamente. Muy a menudo puede tenerse un sentimiento a primera vista, si alguien será nuestro amigo o no.

Cuando alguien llega y me dice, “Estoy muy inte-resado en tu fi losofía, pero antes de aceptarla quiero estu-diarla.” Puede estudiarla durante mil años y no llegará a esa visión. Es el primer momento: si eres mi amigo o no. Cuando dos personas se encuentran se establece una con-fi anza; no se necesitan años para desarrollar una amistad.

Todo el mundo recibe una impresión al ver cierta persona o mirar cierta situación. Puede que no se lo crea, pero igualmente está allí. La primera impresión le dice a un hombre si tendrá éxito o no, si una persona es justa o no, si habrá amistad entre dos personas o no. Y cuando se desarrolla esta facultad, una persona puede obtener una impresión de un lugar y de personas y de condiciones.

Page 159: Sufis Mo

162

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

Las impresiones llegan a aquellos cuya mente está quieta; aquellos cuya mente está activa no pueden tener impresio-nes. Porque la mente es como el agua: cuando la piscina de agua esta removida, no puede verse ningún refl ejo en ella. Por tanto la pureza de mente es necesaria. ¿En qué sen-tido? Todo lo que se dice que es malo no es necesariamente malo; se dice que algunas cosas son malas a causa de una cierta moral, un cierto principio, originado por el meca-nismo de acción de la mente. Cuando la mente se mantiene pura de toda actividad que la altere, entonces se vuelve como agua pura. Muy a menudo el agua de la mente está contaminada, pero cuando la mente está en su condición pura, entonces naturalmente puede tener impresiones.

La mente puede ser comparada con una película fotográfi ca. Si se hacen varias impresiones sobre ella, enton-ces no puede haber otras impresiones. Esto es por lo que la mente debería mantenerse pura de todas las impresiones indeseables con objeto de que cada impresión pueda ser clara.

La intuición es todavía más profunda, porque mediante la intuición se obtiene un aviso. Intuitivamente se siente: esta persona un día me fallará, o se volverá en contra mía; o me probará fi delidad, sinceridad, con la que contar. O en este negocio particular tendré éxito o fracasaré. Uno lo sabe. Pero la difi cultad está en distinguir. La intui-ción correcta; ésta es la gran cuestión; o tan pronto como la intuición surge, la razón, su competidor, surge también y dice, “No, no es así.” Entonces hay un confl icto en la mente y es difícil distinguir, porque hay dos sentimientos al mismo tiempo. Si se hace un hábito de coger la primera

Page 160: Sufis Mo

163

hazrat inayat khan

intuición y salvarla de ser destruida por la razón, enton-ces la intuición es más fuerte y uno puede benefi ciarse de ella. Hay mucha gente intuitiva, pero no siempre pueden distinguir entre intuición y razón y a veces las mezclan, porque muy a menudo el segundo pensamiento, siendo el último, es más claro que el primero. Por tanto, la intuición se olvida y la razón se recuerda. Entonces una persona le llama intuición y no es así. La razón y la intuición son dos competidores, y sin embargo ambos tienen su lugar, su importancia, y su valor. Lo mejor sería primero probar y atrapar la intuición y distinguirla y conocerla y reconocerla como intuición; y después razonarla.

Además, de aquellos que dudan de la intuición, su intuición duda de ellos. En otras palabras, la duda llega a ser un muro entre ellos mismos y su facultad intuitiva. Y hay una acción psicológica: tan pronto como la intuición ha surgido, la duda y la razón también han surgido, así que la visión se hace borrosa. Se debería desarrollar auto-confi anza. Incluso si resulta estar equivocado una o dos o tres veces todavía debería continuarse; con el tiempo se desarrollará la confi anza en la intuición propia y entonces la intuición será clara.

Las mujeres son de forma natural más intuitiva que los hombres. La razón es que una mujer es más receptiva por naturaleza y más comprensiva; por tanto puede perci-bir la intuición más claramente. Muy a menudo un hom-bre puede razonar y pensar y sin embargo no llegar a una conclusión, a un entendimiento claro, mientras que una mujer, o cualquier persona más intuitiva, en un momento se aclara sobre cierta cuestión, cierto punto. Esto viene de

Page 161: Sufis Mo

164

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

la intuición. La intuición es una facultad del corazón que siente profundamente, sea de un hombre o de una mujer; la cualidad de la intuición pertenece al corazón compren-sivo.

La intuición de los perros y gatos y de los caballos a veces parece ser más clara que la de los hombres. Ellos saben cuándo va a haber un accidente, cuando va a ocurrir alguna muerte en la familia. Ellos lo saben de antemano y dan un aviso a la gente. Pero la gente está tan atareada con sus ocupaciones diarias que no responden a la intuición de los animales. La gente en Oriente cree que los peque-ños insectos saben acerca de los acontecimientos y dan un aviso a aquellos que puedan entenderlo; y es verdad. Además, los pájaros siempre dan un aviso de tormenta y viento, y de lluvia y de la ausencia de lluvia. La humani-dad de manera natural es más capaz de intuir, pero debido a que su mente está absorta en cien cosas, sus sentimien-tos profundos se vuelven tan embotados en la vida diaria que ignora la existencia de la intuición o de la inspiración, y así esta facultad misma se embota y se siente y se sabe menos que los animales. El cuerpo humano es un vehículo, un telescopio, un instrumento por el que se puede percibir el conocimiento del propio ser interior, de las condiciones de los demás, y de todo lo exterior.

La cuestión es: ¿cómo se desarrolla esta facultad de la intuición? Lo primero es la auto-confi anza. Cuando no hay auto-confi anza no puede desarrollarse esta facultad de la intuición, porque al creer en ella llega más y más. Cuando una persona duda y dice, “¿Es esto una intuición, realmente me ayudará, o seré decepcionado por mi propia

Page 162: Sufis Mo

165

hazrat inayat khan

intuición?”, entonces naturalmente la razón produce con-fusión en la mente y la intuición se destruye. Hay mucha gente intuitiva, y su intuición ha sido destruida sólo por esta duda que surge en su mente, sea su intuición verda-dera o falsa. Esto es por lo que pierden esta facultad de intuir. Toda facultad necesita nutrición; si no es nutrida se embota y se destruye; no se puede hacer más uso de ella. Además, una persona puede subestimar el valor de esta facultad en su vida; entonces la destruye; y esta facultad desaparece también por una acción demasiado rápida de la mente. Cuando una persona piensa en mil cosas en un tiempo corto, la mente se hace demasiado activa y entonces no puede percibirse la intuición, que necesita cierto ritmo, una cierta concentración.

Otro aspecto más de la visión interior es la inspi-ración. La diferencia entre inspiración e instinto es que lo que reconocemos en la creación inferior como instinto es lo mismo que lo que trabaja a través de la mente humana en la forma de intuición o inspiración. Puede decirse desde un punto de vista biológico que las criaturas inferiores han nacido con cierto instinto tal como la inclinación a volar, a defenderse con sus cuernos o a morder con sus dientes. Todas las facultades que muestran han nacido con ellos; no son sólo la herencia traída de sus ancestros, no sólo perte-necen a su familia, son una propiedad del espíritu. Y todos los seres vivos consiguen del espíritu guía en forma de una inclinación. Lo que reconocemos como instinto en las cria-turas inferiores es inspiración en la humanidad. Hoy día, como la ciencia va en aumento y el materialismo prevalece, el hombre está olvidando la herencia que tiene del espíritu,

Page 163: Sufis Mo

166

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

y atribuye todo conocimiento y experiencia a la existen-cia material del mundo físico. De esta forma se priva a sí mismo de aquellos dones que pueden ser llamados suyos propios y sin los cuales el hombre no puede vivir una vida más plena.

La inspiración llega a poetas, escritores, inventores y científi cos. ¿De dónde viene, cuál es su fuente? ¿Por qué no le llega a un poeta la inspiración de un músico, por qué no le llega a un músico la inspiración de un poeta? ¿Por qué debería llegar a la persona a la que le pertenece? La razón es que hay una mente detrás de todas las mentes. Hay un corazón, que es la fuente de todos los corazones, y que hay un Espíritu, que recoge y acumula todo el conoci-miento que cada ser vivo ha tenido. Ningún conocimiento o descubrimiento que se haya hecho alguna vez se pierde. Todo se acumula y se recoge en esa mente como un depó-sito eterno. Esto es lo que es reconocido por los videntes como la mente divina. Toda visión puede ser atraída desde esta mente. De la mente divina se manifi esta todo lo que se necesita. Puede ser que un poeta trabaje sin inspiración durante seis meses en un poema, y no dé satisfacción ni al poeta ni a los demás, que lo encuentran mecánico. Y hay otro que recibe la inspiración en un momento y la plasma. Nunca puede corregir lo que ha escrito, nunca puede cam-biarlo. Nadie puede cambiarlo. Si se cambia, se estropea. Es algo que llega en un momento y es perfecto en sí mismo, es una obra de arte, es un ejemplo de belleza; y llega tan fácilmente. Esto es inspiración.

Muchos han intentado imitar a las personas inspira-das, en poesía o en inventos científi cos. Lo intentaron, pero

Page 164: Sufis Mo

167

hazrat inayat khan

nunca alcanzaron esa perfección que llega en un instante. Aquellos que estaban inspirados nunca lo buscaron, vino de una disposición. Todo lo que llega de la inspiración está vivo; siempre mantendrá su valor. Hay escritos de poetas de Oriente tales como Rumi de Persia, como Kalidasa de India; y ahora, después de miles de años, sus escritos son leídos por la gente y nunca son viejos y la gente nunca se cansa de ellos. Es lo mismo con Shakespeare. Él ha hecho un mundo vivo. Cuanto más tiempo pasa, más vive, y más apreciado es. Está vivo para siempre. Éste es el carácter de la inspiración; y sólo llega a aquél cuya mente está quieta y cuyo pensamiento está absorto en la belleza del trabajo que está contemplando. La mente del músico, que sabe poco de este mundo excepto música, está concentrada y enfocada en la belleza de su arte. Naturalmente atraerá la inspira-ción. Así es con el poeta. Pero cuando la mente está absorta en mil cosas, entonces no está enfocada, entonces no puede recibir la inspiración.

¿Cómo se desarrolla la inspiración? Mediante la concentración. Un poeta inspirado es aquél cuya mente está completamente fi jada en la idea que desea expresar; está fl otando, por decirlo así, en su belleza; su mente se enfoca y la inspiración llega mecánicamente a él. Una persona que se esfuerza en la inspiración, que quiere arrastrarla a él, no puede conseguirla; no le pertenece. Para conseguirla debe fl otar en la idea, debe sumergir todo su corazón en su belleza. Debe estar tan positivamente enfocado en ese espí-ritu de la belleza que la inspiración pueda naturalmente fl uir hacia él.

El sueño o visión es otro aspecto de la visión inte-

Page 165: Sufis Mo

168

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

rior. Muy a menudo la gente considera un sueño como una acción automática de la mente. Pero este no es siempre el caso. No hay movimiento en la mente que no tenga sen-tido. Cada movimiento y acción tiene un signifi cado tras él, cada movimiento es dirigido hacia algo tanto con intención como sin ella. No hay movimiento, no hay acción, que no sea dirigida desde una fuente u otra.

Hay tres clases de sueños. En el primero una per-sona ve su mente funcionando en las mismas líneas en que lo hizo durante el día, al mismo tiempo sugiriendo el pasado, presente o futuro. Después hay otro tipo de sueño en el que la mente ve en todo completamente lo opuesto a lo que va a ocurrir. Y hay un tercer tipo de sueño en que se ve algo del pasado realmente ocurriendo, o lo que va a ocurrir en el futuro. Esto prueba que todo en el plano físico es primero formado en los planos interiores y des-pués registrado en la mente en el sueño. Cuando uno se concentra se ve lo que ocurre más claramente.

También hay un estado del sueño en el que se ve una visión. Esto ocurre en una condición meditativa. Una visión es más comunicativa, más expresiva; puede ser una advertencia, que sea dada para el futuro, o puede que un incidente del pasado se de a conocer. En la visión se puede ir todavía más lejos y comunicarse con el mundo invisible. Pero una visión sólo llega a aquellos que han nacido con esa facultad o han desarrollado esa facultad en la mente al hacerse plenamente concentrados.

Un sueño puede ser simbólico, y éste es el tipo de sueño más interesante. Cuanto más grande es la persona, más sutil será el simbolismo de su sueño. Cuando alguien

Page 166: Sufis Mo

169

hazrat inayat khan

es grosero el simbolismo será grosero. Cuanto más evolu-cionada es una persona, más fi no, artístico y sutil será el sueño. Por ejemplo, para un poeta serán símbolos poéticos; y el sueño de un músico tendrá símbolos musicales; en el sueño de un artista habrá símbolos de arte.

En el sueño realista realmente se ve lo que va a ocu-rrir. Todo lo que llamamos accidente es sólo nuestra con-cepción; porque no lo sabíamos de antemano lo llamamos accidente. Esto además nos da visión en lo que llamamos destino. Pero hay un plan; está todo planeado y sabido de antemano al espíritu y a aquellos que saben. Hay sabios que saben de su muerte un año antes. No hay tal cosa como un accidente. Cuando una persona no lo sabe, quiere decir que no lo ve; pero está allí.

La revelación es todavía más grande. Es la perfec-ción de la visión interior. Cuando se tiene revelación es que hay un desarrollo superior, y empieza cuando una persona se siente sintonizada con todo el mundo, todas las cosas, y todas las condiciones. Pero con objeto de llegar a este estado uno debe desarrollarse de acuerdo a él. El corazón debe estar afi nado al estado y al tono en el que uno se siente unido con las personas, objetos y condiciones. Por ejemplo, cuando no se puede soportar el clima, sólo quiere decir que no se está en armonía con el clima; cuando uno no puede llevarse bien con las personas, ése no está en armonía con ellas; cuando uno no puede llevarse bien con ciertos asun-tos, ése no está en armonía con esos asuntos. Si las condi-ciones parecen duras, muestra que no se está en armonía con las condiciones.

La revelación llega a los santos y salvadores de la

Page 167: Sufis Mo

170

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

humanidad. No es sólo un cuento cuando oímos que los santos hablasen con los árboles y las plantas en la natura-leza, que una voz desde el mar surja y los santos la oyeran, que los maestros hablaran con el sol, la luna y las estrellas. Porque cuanto más profundo se sumerge una persona en la vida, más se convence de que todo está vivo, sean seres u objetos, sean arte o naturaleza; cualquier cosa que vea, cual-quier cosa que perciba a través de los sentidos, cualquier cosa que pueda tocar, todo es inteligible para él. Puede que no lo vea y puede que no lo sepa nadie más, pero todo se está comunicando. Una vez una persona empieza a comu-nicarse con la naturaleza, con el arte, empieza a tener la prueba de esto, porque todo empieza a hablar. Como ha dicho el gran poeta de Persia, Sadi, “cada hoja del árbol se convierte en una página del Libro una vez que el corazón está abierto y ha aprendido a leer.”

Cuando la revelación empieza, un hombre no nece-sita conversar; antes de hablar, él sabe lo que el otro desea decir. La condición de la persona o las personas delante de él se revela; es como leer una carta. Puede que la persona le hable, pero él sabe sin que hable. Esto no es leer el pen-samiento, ni telepatía, ni psicometría o quiromancia como piensa la gente. La revelación es todos los fenómenos que hay. ¿Qué es? Es un desarrollo más completo de la inspi-ración. Cuando la facultad intuitiva se desarrolla plena-mente, el hombre recibe la revelación. Todas las criaturas y las cosas mudas empiezan a hablar. ¿Porque qué son las palabras? ¿No son cubiertas sobre la idea? Ningún senti-miento puede ser nunca expresado en palabras, ninguna idea puede ponerse plenamente en verso. Una verdadera

Page 168: Sufis Mo

171

hazrat inayat khan

vislumbre de las ideas y sentimientos sólo puede percibirse en ese plano que es sentimiento en sí mismo.

La revelación depende de la pureza de la mente. Muy a menudo alguien que tiene sabiduría mundana no es realmente sabio. La intelectualidad es una cosa, la sabidu-ría otra. No todo el conocimiento aprendido de los libros y de las experiencias en el mundo y recogido en la mente como aprendizaje es sabiduría. Cuando la luz de adentro es proyectada en este conocimiento, entonces el conocimiento de la vida exterior y la luz que llega desde adentro forman una sabiduría perfecta; y es esta sabiduría la que guía al hombre en el camino de la vida.

Aquellos que recibieron la revelación nos han dado libros sagrados tales como la Biblia, el Corán, la Bhagavad-Gita; cientos y miles de años han pasado y sus enseñanzas sagradas han permanecido vivas hasta hoy. Pero al mismo tiempo debemos saber que lo que han dado en la forma de predicación, en la forma de enseñanzas, es la interpretación de la sabiduría viva que no puede ser plenamente expre-sada en palabras. Este conocimiento vivo sólo puede cono-cerse cuando uno mismo lo ha experimentado al abrirse el corazón. Es entonces cuando se logra el propósito de la vida.

Page 169: Sufis Mo

172

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

21. LA EXPANSIÓN DE LA CONCIENCIA

La conciencia es la inteligencia; la inteligencia es el alma; el alma es el espíritu; y el espíritu es Dios. Por tanto la conciencia es el elemento divino; la conciencia es la parte de Dios en nosotros. Y a través de la conciencia nos hacemos grandes o pequeños, y a través de la conciencia tanto nos elevamos como caemos, y a través de la conciencia nos hacemos estrechos o nos expandimos. En la simbo-logía mística griega y también en otras partes encontramos las dos alas de un águila, y é& e es el símbolo de la conciencia. Cuando las alas e& án abiertas quiere expresar la expansión de la conciencia, que también puede ser llamada el desvelar del alma. En cualquier camino que tomes, cuando deseas ir más lejos en el viaje espiritual, sea religión, ocultismo, ) loso* a o misticismo, tienes que llegar a la expansión de la conciencia.

¿Qué es la conciencia? Cuando hablamos de “una pistola cargada”, queremos decir que hay una bala en ella. Conciencia signi-) ca la inteligencia cargada, inteligencia cargada con conocimiento, con impresiones que llevan ideas. Cuando hablamos de las pelícu-las, ¿dónde e& án? En la pantalla; pero no vemos la pantalla, vemos las películas. La conciencia es la inteligencia pura, que e& á impreg-nada con alguna idea, que es conciencia de algo. ¿Y qué es la inte-ligencia? La inteligencia es el alma; no puede encontrarse ningún otro rastro del alma que no sea la inteligencia. Muy a menudo la gente, al no entender, dice que el asiento del alma e& á en el corazón, o en la parte derecha o izquierda del hombre; pero en realidad hay

Page 170: Sufis Mo

173

hazrat inayat khan

algo más expresivo que cualquier parte del cuerpo humano; y es la inteligencia.

Hay una historia que muestra la idea de la conciencia universal o general más allá de la conciencia individual. Había un mago que imaginó que era � uido, líquido, que se movía, subiendo y bajando, y volviendo al mar. Después imaginó, “Ahora soy sólido”. Los átomos se agruparon, se congelaron y se volvieron hielo. Enton-ces pensó, “Yo no soy tan frío. Puedo intentarlo y ser e� able, y no me fundiré;” y se volvió roca. Después dijo, “Ahora quiero cambiar. No quiero seguir como una piedra.” Y se convirtió en un árbol. “Pero”, dijo, “Todavía no me muevo, no trabajo;” y se retorció y se movió, y se volvió un insecto. Pero el mago pensó, “¡Qué indefenso vivir como un insecto! Me gustaría tocar y cantar;” y se volvió un pájaro. Entonces dijo, “Quiero ser más grueso y denso, y sentirme más inteligente,” y se volvió un animal. Finalmente dijo, “Quiero levantarme sobre mis piernas traseras, estirar mi espalda;” y se vol-vió un hombre.

Éste es el fenómeno de un mago que quería, que imaginó, algo y que se convirtió en ello. Esta idea se encuentra también en las escrituras. En el Corán se dice, “Sea, y llegó a ser.” Fue el trabajo del mago: en aquello de lo que era consciente, él se convertía. Primero fue la conciencia, y entonces la idea que mantuvo se convirtió en algo.

Pero hay otra cuestión: si el mago era tan poderoso como para pensar y convertirse en algo, ¿por qué él mismo se hizo oscuro? La respue� a es é� a, que cuando un hombre dice, “Me gustaría des-cansar, ir a dormir,” naturalmente pierde su a� ividad. Convertirse en algo hace de la conciencia, que es conciencia divina o universal, limitada; y e� a limitación le roba de su propia conciencia. Éste es el punto más profundo de la meta� sica. Por ejemplo, cuando la con-

Page 171: Sufis Mo

174

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

ciencia piensa, “Me volveré una roca, soy una roca,” se convierte en una roca. La conciencia no pierde su sustancia " uida, pero la inteligencia ya no conoce más su propia existencia. Y sin embargo cuando el mago pensó, “Me volveré una roca,” ¿qué se fue a la roca? Tan sólo un pequeño pensamiento del mago. Sólo que, porque de ese pensamiento no pudo expresarse a sí mismo, ni sentir como se sentía en la condición de ser un mago, cuando se volvió una roca no sintió a través de e' e pensamiento, no sintió nada.

Cuanto más entendamos e' a idea, más veremos que la conciencia puede considerarse desde dos a( ectos diferentes. En un a( ecto la conciencia es enterrada bajo las densas formas de la crea-ción tales como las montañas, rocas, árboles, plantas, tierra, y mar; y sin embargo la tendencia de la conciencia es, incluso a través de e' as formas densas, salir afuera, expresarse a sí misma. Puede verse e' a tendencia al entrar en contacto con la naturaleza. Por ejemplo, aquéllos que se sientan ante las rocas, en las cuevas de las mon-tañas, en el medio del bosque, y aquellos que entran en contacto con la naturaleza y cuya mente e' á libre de las preocupaciones y ansiedades y problemas del mundo, obtienen una suerte de paz pri-mero; y después de haber experimentado la paz y el descanso, lo segundo que llega a ellos es una clase de comunicación entre ellos mismos y la naturaleza. ¿Y qué les expresa la naturaleza? Con cada acción, con el alzarse y caer de las olas, con la tendencia a elevarse de las montañas, con el movimiento de las gráciles ramas del árbol, con el soplar del viento y el temblar de las hojas, cada pequeño movimiento de la naturaleza parece susurrar en sus oídos. Ésta es la conciencia que quiere emerger; a través de los árboles y rocas, agua y plantas, quiere revelarse a sí misma, expresarse; porque no e' á muerta, sino viva, aunque enterrada en la roca, en el árbol, en la planta, en el agua, tierra y aire. Cada ser vivo intenta hacerse

Page 172: Sufis Mo

175

hazrat inayat khan

audible e inteligible; quiere comunicarse, intentando durante años y años abrirse paso a través de e� a densa prisión, emerger hacia su fuente original, justo como el mago que quería abrirse paso, salir fuera y verse a sí mismo. ¿Y en qué se convirtió? En hombre.

Dicen los su� es que “Dios durmió en la roca, Dios soñó en el árbol, Dios se hizo auto-consciente en el animal, pero Dios se buscó a sí mismo y se reconoció a sí mismo en el hombre.” Esto denota claramente el principal objetivo del hombre: que cualquiera que sea su ocupación, cualquier cosa que le complazca, cualquier cosa que admire, hay un solo motivo, el motivo único que e� á tra-bajando hacia su revelación, y é� e es sentir, “lo que he hecho, qué grande es, y qué maravilloso. Qué hermoso es reconocerlo, verlo.” Es e� a inclinación la que trabaja a través de cada alma. Puede que una persona quiera hacerse espiritual o no, sin embargo inconsciente-mente cada alma e� á esforzándose hacia la revelación del alma.

Igual que con la conciencia humana, de forma natural cuando la conciencia se ha vuelto algo se ha limitado a sí misma. Aunque en comparación con árboles y plantas y rocas y montañas la conciencia del hombre e� á plenamente despierta, sin embargo no todo ser humano e� á despierto; la mayoría e� á todavía en cau-tividad. Como dice Rumi en el Masnavi, “El hombre e� á cautivo en una prisión;” y cada esfuerzo suyo, cada deseo suyo, es para abrirse paso con objeto de realizar la inspiración, grandeza, belleza, felici-dad, y paz, independientemente de todas las cosas de e� e mundo.

Todo el mundo llega aquí más tarde o más temprano, pero hay un continuo anhelo; sabio e ignorante, todos e� án luchando por él consciente o inconscientemente. Quizás hay una persona que e� á muy interesada en sí misma, su salud, su mente, sus pen-samientos y sentimientos, o sus asuntos; su conciencia no va más allá de ese pequeño horizonte. No quiere decir que en esa manera

Page 173: Sufis Mo

176

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

no e! é en lo correcto. Él ocupa ese gran espacio en la esfera de la conciencia. Hay otra persona que se ha olvidado de sí misma; dice, “Están mi familia, mis amigos, los amo,” y así su conciencia es mayor. Otro dirá, “Trabajo para mis ciudadanos compañeros, para mi país, para la educación de los niños de mi país, para la buena salud de la gente en mi ciudad;” su conciencia es todavía mayor. Realmente no quiere decir que su conciencia sea más grande, sino que él ocupa un horizonte mayor en la esfera de la conciencia. Y así no nos sorpren-damos si un poeta como Nizami dice, “Si el corazón es lo su) cien-temente grande, puede contener el universo entero.” Esa conciencia es tal que el universo es pequeño comparado con ella. La esfera de esa conciencia es el Absoluto.

No hay un trozo de conciencia cortado para el hombre, sino que el hombre ocupa un cierto horizonte, hasta donde puede expandirse; para él el Absoluto puede ser su conciencia. Por tanto en el exterior él es un individuo, pero en realidad no puede decirse lo que es.

A e! a idea se alude en la Biblia cuando se dice, “Sé per-fecto como tu Padre en el cielo es perfecto.” ¿Qué quiere decir? Que la Conciencia absoluta es el signo de la perfección, y nosotros no e! amos excluidos de ella. Todo se mueve y vive en ella. Pero noso-tros ocupamos sólo tanto horizonte como hay dentro de nuestra conciencia, o tanto como de lo que somos conscientes. Esto nos muestra que cada individuo tiene su propio mundo; y el mundo de un individuo es tan diminuto como una lenteja, y el de otro es tan grande como el mundo entero. Sin embargo en el exterior todos los seres humanos son más o menos iguales en talla, uno de alguna manera más alto que otro. Puede haber tantas variedades de mundos en los seres humanos como criaturas hay desde la hormiga hasta el elefante.

Page 174: Sufis Mo

177

hazrat inayat khan

Está la cuestión de lo que ha sido llamado en las escritu-ras cielo e in� erno. ¿Qué son? Cielo e in� erno son nuestro mundo, nuestra conciencia, eso en lo que vivimos día tras día y año tras año, y que continúa en otro mundo. De lo que sea que hayamos hecho nuestro mundo, e� amos experimentándolo hoy mismo. Y lo que es dicho por los profetas, que después de la muerte todo será traído a la evidencia, sólo quiere decir que en e� e plano terrestre somos tan poco conscientes de nuestro mundo, tan absortos en el mundo exterior, que no sabemos qué mundo hemos creado den-tro de nosotros. Estamos tan ocupados con el mundo exterior, con nuestros deseos, ambiciones, y esfuerzos, que apenas conocemos nuestro propio mundo, como el hombre que trabaja en la fábrica: e� á cansado por la noche, y cuando llega a casa lee su periódico.

Es lo mismo con todo el mundo. En la vida de cada per-sona hay tanto del mundo exterior que le atrae durante todo el día, miles de anuncios, tiendas que resplandecen con la electrici-dad. Llegará un momento en que sus ojos se cerrarán al mundo exterior, que ahora ocupa su mente, para hacerse consciente de su mundo interior. Éste es el signi� cado del dicho de las escrituras, “Uno encontrará lo que uno ha hecho.” No se necesita decir, “¿En qué me convertiré mañana?” Si se puede dirigir la mente hacia uno mismo, puede verse lo que e� á dentro de la conciencia, de lo que e� á compue� a, lo que contiene; entonces se sabrá hoy lo que será el más allá.

Los su� es de todos los tiempos han intentando hacer lo máximo para entrenar sus conciencias. ¿Cómo la entrenaron? El primer entrenamiento es el análisis, y el segundo entrenamiento es la síntesis. El esfuerzo analítico es analizar y examinar la propia conciencia, en otras palabras el propio pensamiento. Preguntarle a la propia conciencia, dirigiéndose a ella, “Mi amigo, toda mi feli-

Page 175: Sufis Mo

178

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

cidad depende de ti, y mi infelicidad también. Si e" ás satisfecho, e" oy feliz. Ahora dime verdaderamente si lo que me gusta y lo que

no e" á de acuerdo con tu aprobación.” Uno debería hablarle a la propia conciencia como un hombre que va al sacerdote para hacer su confesión, “Mira lo que he hecho. Quizás e" á mal, quizás e" á bien; pero tú lo sabes, tú tienes tu parte en e" o; su in) uencia en ti y tu condición es mi condición, tu realización es mi realización. Si tú eres feliz, sólo entonces yo puedo ser feliz. Ahora quiero hacerte feliz, ¿cómo puedo hacerlo?” En seguida una voz de guía llegará desde la conciencia, “Deberías hacer e" o, y no eso; decir e" o y no eso. Deberías actuar de e" a forma, y no de esa forma.” Y la con-ciencia puede darte mejor guía que cualquier maestro o libro. Es un maestro viviente que se despierta en uno mismo, la propia concien-cia. Los maestros, los gurús, los murshids, su manera es de+ ertar la conciencia en el aprendiz; hacer claro lo que se ha vuelto confuso, vago.

A veces adoptan una forma tan fantástica, una manera tan suave que incluso el aprendiz no se da cuenta de ello. Una vez un hombre fue a un maestro y dijo, “¿Me aceptarás como aprendiz?” El maestro primero le miró, y entonces dijo, “Sí, con gran placer.” Pero el hombre dijo, “Piénsalo antes de que me digas que sí. Hay muchas cosas malas en mí.” El maestro dijo, “¿Cuáles son esas cosas malas?” El hombre dijo, “Me gusta beber.” El maestro dijo, “Eso no importa.” “Pero,” dijo, “hay muchas otras cosas, hay innumerables cosas.” El maestro dijo, “No importa.” El hombre e" aba muy contento. “Pero,” dijo el maestro, “ahora que me he despreocupado de todas las cosas malas que has dicho de ti mismo debes aceptar una condición. No hagas ninguna de e" as cosas que consideras malas en mi presencia.” El aprendiz dijo, “Esto es fácil,” y se fue.

A medida que pasaron los días y los meses, e" e aprendiz,

Page 176: Sufis Mo

179

hazrat inayat khan

que era muy profundo y desarrollado y agudo, volvió radiante, su alma desvelándose en cada momento del día, y feliz de agradecér-selo al maestro. El maestro dijo, “Bien, ¿cómo has e� ado?” “Muy bien,” dijo. El maestro dijo, “¿Has hecho la prá� ica que te di?” “Sí,” dijo, “muy � elmente.” “¿Pero qué ocurrió con los hábitos que tenías cuando ibas por ahí?” el maestro preguntó. “Bien,” dijo, “muy a menudo intenté ir a jugar o beber, pero dondequiera que iba te veía. No me dejaste solo, cada vez que quería beber veía tu cara ante mí. No podía hacerlo.”

Ésta es la manera amable en que los maestros manejan sus discípulos. Ellos no dicen, “no debes beber, no debes jugar;” nunca lo hacen. La maravillosa forma del maestro es enseñar sin palabras, corregir a una persona sin decir nada. Lo que el maestro quiere decir lo dice sin decirlo: cuando se pone en palabras se pierde.

Después e� á el a� ecto más importante de la expansión de la conciencia. Hay dos direcciones o dimensiones en las que expandirla. Una es la exterior, la otra es la dimensión interior. Una dimensión se dibuja como una horizontal, la otra como una línea perpendicular. Estas dos dimensiones juntas forman una cruz, el símbolo de la religión cristiana. Pero antes de la religión cristiana existió en Egipto y en Tíbet; y en las antiguas imágenes simbólicas budistas y tibetanas también encontrarás el símbolo de la cruz.

El camino de la expansión interior es cerrar los ojos y mente al mundo exterior, y, en lugar de extenderse afuera, inten-tar extenderse adentro. La acción del alma es extenderse afuera y arriba y adelante o a los lados o hacia atrás o en una elipse. Es como el sol; su luz avanza en todas direcciones, envía corrientes afuera. Así el alma envía corrientes hacia los cinco sentidos. Pero cuando los cinco sentidos e� án controlados, cuando la respiración se dirige hacia dentro, los oídos ya no oyen más y la boca no habla. Entonces

Page 177: Sufis Mo

180

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

los cinco sentidos son dirigidos al interior. Y una vez que los cinco sentidos son cerrados con ayuda de la meditación, entonces el alma, que ha e# ado acostumbrada a expandirse hacia fuera, comienza a expandirse hacia dentro; y de la misma forma en que uno gana experiencia y poder del mundo exterior, uno gana experiencia y poder del mundo interior. Y así el alma puede expandirse más y más y más adentro hasta que alcanza su fuente original, y é# a es el Espíritu de Dios. Éste es un camino, el camino de la expansión interior.

Después e# á el camino de la expansión exterior; é# a es la expansión que llega al cambiar el punto de vista. Porque somos estrechos nuestro punto de vista es estrecho. Pensamos, “Soy dife-rente, él es diferente.” Construimos barreras con nuestras propias concepciones. Si viviéramos y nos comunicáramos con las almas de toda la gente, de todos los seres, nuestro horizonte se expandiría tanto que ocuparíamos la esfera invisible. La perfección espiritual se obtiene de e# a manera. La perfección espiritual, en otras pala-bras, es la expansión de la conciencia.

La pregunta se hace a veces; ¿qué es la conciencia cósmica, cuál es la naturaleza de e# e e# ado? Es un e# ado, que no puede ser bien explicado con palabras. Si se pudiera dar una explicación, es sólo diciendo que cuando vemos no oímos y cuando oímos ple-namente no vemos. De e# a forma cada sentido sólo e# á haciendo su trabajo plenamente cuando sólo ese sentido e# á a+ ivo. Cuando e# amos mirando a algo mientras alguien nos habla, no lo vemos plenamente. He conocido a un niño muy interesado en la música, que solía cerrar sus ojos cuando se tocaba música; sólo entonces podía disfrutar plenamente de escucharla. Pero escuchar música mientras se bebe limonada y se come un helado es algo diferente.

La condición de la meditación es diferente de e# o; no e# á

Page 178: Sufis Mo

181

hazrat inayat khan

limitada por una regla. Cuando se medita cada sentido es apacible-mente equilibrado. En meditación cada sentido se despierta y sin embargo cada sentido e� á dormido. Estar cerrado al exterior y sin

embargo e� ar despierto apaciblemente, esa experiencia es algo que

no puede decirse en palabras; debe experimentarse.

La prá� ica de la meditación se prescribe individualmente; el método para uno puede que no sea bueno para otro. Hay un sím-bolo oriental, una clase de juguete, tres monos, uno cubriéndose los ojos, otro las orejas, y el tercero la boca. Ésta es la clave para la meditación, la clave para la expansión interior. Pero también en la vida diaria podemos ver e� e símbolo éticamente, desde un punto de vista moral, y es no escuchar lo malo, no ver lo malo, y no hablar de lo malo. Y si se puede tomar ese voto se avanzará mucho; prac-ticar e� as tres cosas en el día a día puede llevarle a uno muy lejos; nunca hablar contra nadie, nunca oír lo que se e� á hablando contra alguien, y nunca mirar ningún mal. Si cerramos los ojos sin cerrar los oídos y sin cerrar los labios, no vamos a ninguna parte.

¿El desarrollo de la conciencia interior, podría preguntarse, tiende hacia el aislamiento personal, a la separación del mundo? Nosotros e� amos en el mundo, y por tanto, por mucho que inten-temos huir a las esferas espirituales, somos devueltos de nuevo a la tierra. Estamos atados aquí mientras tengamos e� e cuerpo terres-tre. Y así lo mejor es seguir el proceso de otra forma: ganar expan-sión interior de la conciencia, y sin duda en ese momento uno debe irse adentro, uno debe cerrarse al mundo exterior. Pero al mismo tiempo debería esforzarse por pra� icar la expansión exterior de la conciencia. De e� a forma hay equilibrio.

Aquellos que sólo evolucionan espiritualmente se vuel-ven parciales; expanden sólo la conciencia interior y no la exterior. Entonces se desequilibran. Quizá espiritualmente tengan extraor-

Page 179: Sufis Mo

182

P U R I F IC AC IÓ N M E N TA L

dinarios poderes, pero no tienen equilibrio. Por e! a razón mucha

gente cree que una persona espiritual es alguien que tiene algo mal

en su cerebro. Si é! e es el entendimiento del mundo, deberíamos

ser más conscientes de no dar al mundo una impresión errónea.

Si tenemos una profesión, si e! amos en los negocios, en la indus-

tria, debemos hacerlo totalmente, probando al mundo que pode-

mos ser tan prá( icos como cualquier otro, y también económicos,

regulares en todo sentido, sistemáticos, perseverantes y entusiastas.

Debemos mostrar todas e! as cualidades y al mismo tiempo evolu-

cionar espiritualmente; pues son e! as cualidades las que deben dar

prueba de nuestra espiritualidad.

Page 180: Sufis Mo
Page 181: Sufis Mo

COLECCIÓN

BLANCA

OTROS TÍTULOS DE LA COLECCIÓN

1. El Diván de las Gacelas / Omar Ben Yúsuf /edición de Pablo Beneito2. 99 Haikus de Mu-I / Vicente Haya / Keiko Kawabe (selección y traducción)3. El Arte de la Escritura —Wen Fu— / Lu Chi / Nur Fe� ante (tra-ducción)4. Tratado del Imam Sayyād Alī ibn Husayn, conocido como Tratado del Derecho [Risālat al-huqūq]Sayyād Alī ibn Husayn / J. Rodríguez Vargas (traducción y notas)5. El Evangelio de Sri Ramana Maharshi / Bhagavan Sri Ramana Maharshi / edición de Jordi Quingles6. Perdidos en el mundo imaginal / Ángel Almazán de Gracia7. Biomúsica. A� nándonos con la vida / Gui� ermo Cazenave8. La Llamada del Derviche / Pir Vilayat Inayat Khan / traducción de Nur Fe� ante / Prólogo de Oscar Muñoz9. Historias de Su� es /Kitab rawd ar-rayahín � hikayat as salihín / autor: al-Ya� ’i / Selección, traducción e introducción de Santiago Martínez10. Rubâiyât / Omar Khayyâm / Introducción y traducción: Pepe Aguado11. Sumi-e —el arte de la pintura japonesa– / Lourdes Parente12. La música de la vida / Hazrat Inayat Khan (traducción de Fer-nando Díez)

Page 182: Sufis Mo

13. Tao Te King / Lao Tsé (Versión inglesa de A� an Wa� s) (traduc-ción de Pepe Aguado y Fernando Cabal)14. El Tao de la sexualidad / SU NU KING y otros textos clasico de sexología taoístaIntroducción A. Embid / traducción: Teresa Sans15. El arte de la gue� a / Tsun Zu16. El Arte de la Paz / Morishei Uesiba17. Cuentos su� s de Nasrudín18. Dialogando con Dios19. Textos sobre el ayuno de Ibn Arabi / Traducidos y presentados por Charles -André Gilis (‘Abd al-Razzâq Yahyâ )(Trad. al español de Andrés M. Guija� o Araque)20. Locos de Amor / Jalaluddin Rumi (trad. Fernando Cabal)21. SHÔSAI SHÛ - EL INCOMPARABLE TALISMAN, edición de Ernest Yassine Bendriss(Textos tántricos y mágicos del Budismo Zen para conseguir bendi-ciones y protección de los Budas)22. Uno magni� cente / Jalaluddin Rumi (trad. F. Cabal)23. La Vida Interior / Hazrat Inayat Khan (trad. Fernando Díez)24. Confesiones de una Laowai / Rosanna Moreda25. Puri� cación mental / Hazrat Inayat Khan26. El propósito de la vida / Hazrat Inayat Khan27. Clara Janés. La luz y el prisma / Rosalía Pérez28. Taoísmo / Ernest Yassine Bendris