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“Estaciones de Lectura” Sistematización del proyecto Enero 2014

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“Estaciones

de Lectura” Sistematización del

proyecto

Enero 2014

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“Estaciones de Lectura”, Sistematización del proyecto

Documento de sistematización del proyecto publicado en Enero de 2014 en versión digital en

sitio web www.revistaterminal.cl

Esta publicación y el proyecto fueron desarrolladas gracias al aporte del Fondo del Libro del

Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del Ministerio de Cultura del Gobierno de Chile,

obtenido el año 2013 (proyecto “Estaciones de Lectura”, folio 8777).

Responsable del proyecto y proceso de sistematización: Gonzalo Gallardo Chaparro Equipo del proyecto: Gonzalo Castillo Becerra Giannina Cisternas Araya Constanza Iglesias Molina Daniela López Sanhueza Matías Montenegro Cooper Francisco Valdés Lagos Ilustraciones: Ian Pierce Becker Las personas o comunidades interesadas en desarrollar este programa, pueden escribir a [email protected] o a @revistaterminal, en twitter.

La presente sistematización ha sido realizada con el objetivo de favorecer la

apropiación y uso de esta metodología de trabajo por grupos y comunidades

interesadas.

Su publicación está regida bajo licencia Creative Commons – Atribución – Uso no

comercial – Compartir igual, a nombre del Centro Cultural Revista Terminal.

Esto quiere decir que usted puede compartir, copiar y redistribuir el material en

cualquier medio o formato, adaptar el material, transformar y crear a partir del mismo,

siempre y cuando lo realice bajo los siguientes términos:

Atribución: usted debe reconocer el crédito de la obra adecuadamente, proporcionar

enlace a la licencia e indicar si se han realizado cambios. Puede hacerlo en cualquier forma, evitando sugerir

que tiene apoyo del licenciante.

Uso no comercial: usted no puede hacer uso del material con fines comerciales.

Compartir igual: Si usted mezcla, transforma o crea nuevo material a partir de esta obra, usted podrá

distribuir su contribución siempre que utilice la misma licencia que la obra original.

2

“Estaciones de Lectura” Sistematización del proyecto

Contenido I. EL PROYECTO “ESTACIONES DE LECTURA” ........................................................................................... 4

¿Qué es el proyecto “Estaciones de Lectura”? ................................................................................................. 4

¿Cómo y desde donde nació la idea del proyecto “Estaciones de Lectura? ....................................... 5

¿Cuáles fueron los objetivos del proyecto presentado en 2013? ........................................................... 5

Breve reseña a nuestro principal referente ................................................................................................... 6

El proyecto cultural Revista Terminal, cuna de “Estaciones de Lectura”:........................................ 7

Equipo del proyecto “Estaciones de Lectura”................................................................................................ 9

II. DESCRIPCIÓN DE LAS ACTIVIDADES DESARROLLADAS ............................................................. 11

Una sesión tipo del proyecto “Estaciones de Lectura” ............................................................................. 11

a. Recepción y bienvenida.............................................................................................................................. 11

b. Actividad “rompe hielo” ............................................................................................................................. 11

c. Introducción al cuento a leer, presentación del autor. ................................................................ 12

d. Lectura en voz alta ...................................................................................................................................... 12

e. Diálogo espontáneo. .................................................................................................................................... 12

f. Actividad de discusión en base a claves de lectura. ....................................................................... 13

g. Cierre y despedida. ....................................................................................................................................... 17

Actividades utilizadas para “romper el hielo” .............................................................................................. 18

Actividad n° 1: la doble rueda conversada .................................................................................................. 18

Actividad n° 2: la tela de arañas. ..................................................................................................................... 19

Lecturas utilizadas ..................................................................................................................................................... 20

Actividad de cierre utilizada ................................................................................................................................. 21

III. ASUNTOS CLAVE EN LA IMPLEMENTACIÓN .................................................................................. 22

La lectura en voz alta ................................................................................................................................................ 22

Comprender “Estaciones de Lectura” como una instancia de aprendizaje .................................... 23

Perspectiva de aprendizaje ................................................................................................................................ 23

3

Aprendizaje como interrelación de procesos cognitivos, motivacionales y sociales ................. 24

Procesos motivacionales implicados en el aprendizaje ......................................................................... 24

Procesos sociales implicados en el aprendizaje ........................................................................................ 26

El efecto de la lectura colectiva ........................................................................................................................... 28

IV. EVALUACIÓN DE LA EXPERIENCIA ...................................................................................................... 29

¿Cómo fue la recepción de las participantes? ............................................................................................... 29

¿Qué aprendizajes hemos obtenido como equipo desde la experiencia? ....................................... 30

Testimonio de Viviana Moya ............................................................................................................................. 31

Testimonio de Constanza Iglesias ................................................................................................................... 32

Testimonio de Matías Montenegro ................................................................................................................. 33

Testimonio de Gonzalo Castillo ........................................................................................................................ 33

V. ¿CUÁL ES EL FUTURO DEL PROYECTO?................................................................................................. 35

Referencias: ................................................................................................................................................................ 36

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I. EL PROYECTO “ESTACIONES DE LECTURA”

¿Qué es el proyecto “Estaciones de Lectura”?

“Estaciones de Lectura” es una iniciativa de promoción de la lectura basada en la metodología

“Gente y Cuentos”, referente creado por la filósofa y licenciada en literatura de origen lituano

Sarah Hirschman, modelo educativo de acercamiento a la lectura que aspira a la generación de

comunidades de lectores en contextos no tradicionales.

El proyecto aquí sistematizado obtuvo fondos del Estado para su desarrollo, adjudicándose en

2013 el Fondo del Libro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para la promoción de

iniciativas de fomento lector en espacios no convencionales.

El proyecto “Estaciones de Lectura” se extendió durante 2013 y enero de 2014 en el “Centro

de la Mujer” de Santiago, dependiente del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), y en el

“Centro Comunitario Bellavista”, del Sistema de Bibliotecas de la comuna de Providencia. El

proyecto en su conjunto estuvo orientado a trabajar exclusivamente, en talleres, con usuarias

y profesionales del “Centro de la Mujer”.

El equipo del proyecto “Estaciones de Lectura” adaptó y modificó la metodología de “Gente y

Cuentos”, en función de aprendizajes obtenidos desde experiencias realizadas antes de iniciar

los talleres con usuarias del “Centro de la Mujer”, y nuevas reflexiones surgidas tras la

ejecución de los primeros talleres.

Lectura masiva en cierre talleres “Estaciones de Lectura”. Enero de 2014, Centro

Comunitario Bellavista, Providencia.

5

El piloto de la experiencia se realizó al interior del equipo del proyecto. El primer taller se

realizó con profesionales del “Centro de la Mujer” de Santiago en el mes de marzo de 2013.

Los cinco talleres siguientes fueron realizados tanto con usuarias como con profesionales del

“Centro de la Mujer”, y se desarrollaron entre los meses de abril y diciembre de 2013.

En enero de 2014 se realizó la ceremonia de cierre del proyecto, en la cual se realizó una

sesión masiva y abierta de la experiencia “Estaciones de Lectura”. Participaron de esta

ceremonia 40 personas, con quienes se leyó y discutió un cuento de forma grupal.

Cada taller realizado del proyecto “Estaciones de lectura” comprendió 4 sesiones de trabajo.

En cada sesión se leyó un cuento diferente y se discutió y dialogó al respecto en función de

seis categorías de análisis. Se incluyó además en la actividad las vivencias y experiencias de

las participantes y los mediadores ligadas a las temáticas presentes en la lectura. Esta

incorporación favoreció la generación de vínculo entre todos, al tiempo de hacer manifiesto

que la lectura es una práctica cultural que se puede ligar directamente con la propia biografía,

y que su comprensión y disfrute puede ser experimentada grupalmente.

¿Cómo y desde donde nació la idea del proyecto “Estaciones de Lectura?

El formato del proyecto “Estaciones de lectura” surgió tras leer en 2012 el libro “Gente y

Cuentos, ¿a quién pertenece la literatura?”, de Sarah Hirschman, donde se expone una

metodología de aprendizaje popular de adultos cuyo objetivo es hacer de la lectura una

actividad colectiva y compartida.

El aprender a utilizar esta metodología, adaptando en el proceso sus claves al contexto

nacional y a las habilidades diversas del equipo de trabajo, junto con la consideración del rol

clave de la lectura en voz alta como un facilitador de la construcción de comunidades, motivó

la adopción de esta metodología.

En julio del año 2012, miembros del equipo del proyecto presentaron la metodología a

equipos de otras iniciativas de fomento lector (PEDAL UC y País Lector), con el objetivo de

sumar interesados en comenzar a aplicar ésta modalidad de promoción de la lectura en

comunidades en Chile.

En Agosto de 2012 el equipo optó por desarrollar talleres dedicados en particular a las

usuarias y profesionales del Centro de la Mujer de Santiago (SERNAM), postulando para ello a

un Fondo del Libro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Así, el proyecto recibió

financiamiento para su ejecución en 2013.

¿Cuáles fueron los objetivos del proyecto presentado en 2013?

Los objetivos principales del proyecto Estaciones de Lectura” presentados al Consejo Nacional

de la Cultura y las Artes fueron los siguientes:

6

Desarrollar un espacio no convencional de acogida emocional y acceso a la lectura,

dirigido a las usuarias del Centro de la Mujer de Santiago.

Favorecer el encuentro entre historias de vida y experiencias personales de las

participantes con textos literarios nacionales e internacionales, facilitando su

involucramiento con la actividad lectora.

Enriquecer la experiencia literaria de usuarias del Centro de la Mujer de Santiago

participantes de la secuencia de encuentros denominados “Estaciones de lectura”.

Sistematizar las experiencias desarrolladas y definir dispositivo replicable en otros

contextos, capaz de promover la lectura y ofrecer, al mismo tiempo, acogida emocional

y respeto hacia los participantes y sus experiencias vitales.

Ejecutar 20 sesiones de encuentro con participantes del Centro de la Mujer de

Santiago.

Breve reseña a nuestro principal referente

“Gente y Cuentos” es un programa comunitario para adultos fundado por Sarah Hirschman. En

sus inicios, el programa se llevó a cabo íntegramente en español en un barrio de Buenos Aires

en Argentina. Luego se implementó en Estados Unidos, tanto en español como en inglés.

Uno de los propósitos fundamentales por los cuales se creó el programa “Gente y Cuentos” fue

enriquecer la experiencia literaria de todos los participantes, y en especial la de aquellos que

no han tenido acceso a la educación formal, o cuya escolaridad ha sido limitada, “Gente y

Cuentos establece una nueva manera de acercar una obra literaria a un lector y oyente

popular y permite a cualquier1 adulto integrarse a una discusión creativa. Sólo se requiere una

experiencia vital y el conocimiento del propio lenguaje. Por este motivo, el método es

particularmente adecuado para programas con sectores populares” (Feijoo & Hirschman,

1984, p.10).

Sarah Hirschman entendió a “Gente y Cuentos” como un “pequeño intento personal para hacer

realidad algunas de nuestras elevadas declaraciones de principios en el mundo de nuestras

comunidades” (Hirschman, 2011, p.25), en especial el artículo 27 de la Declaración Universal

de los DD.HH: “todo el mundo tiene el derecho a participar libremente en la vida cultural de la

comunidad, a disfrutar de las artes y a compartir los avances científicos y sus beneficios”.

1 En itálica en el original.

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¿En qué consiste la metodología de “Gente y Cuentos”?

“Gente y Cuentos” se desarrolla a través de sesiones de encuentro continuadas con una

comunidad de lectores. En cada sesión de “Gente y Cuentos” se lleva a cabo la lectura de un

cuento en voz alta, seguido inmediatamente de una discusión a partir de un método que

incorpora las experiencias de vida de los participantes.

El diálogo lo guía un(a) coordinador(a) de lectura, que ha leído y preparado previamente la

exposición del texto. Las preguntas a realizar al grupo son abiertas, no amenazantes, y deben

operar como herramientas para abrir el texto y favorecer la discusión. Las preguntas deben

llamar la atención sobre aspectos luminosos del texto, no sólo sobre los temas y personajes

dramáticos, sino también sobre textura poética, las repeticiones, las continuidades, los

extraños lazos entre ideas e imágenes disparatadas. Esto ayuda a que los participantes se

apropien del texto, permiten que éste impacte en su imaginación, “descubren la audacia de

especular, imaginar, soñar, disfrutar la poesía del relato” (Hirschman, 2011, p.78).

El silencio también es importante. No es bueno romperlo de inmediato al cerrar el cuento. El

diálogo posterior a la lectura buscará explícitamente apelar a los conocimientos acumulados,

las experiencias personales y vivencias de los participantes.

La articulación entre los conocimientos previos del grupo y la obra literaria se funda en

convicciones identificadas por Hirschman en la obra del educador brasileño Paulo Freire. El

proyecto comparte la afirmación de Freire de que cualquier cosa se puede aprender “siempre

que la persona perciba cómo este nuevo conocimiento se relaciona con su vida. La lectura del

mundo viene antes de la lectura de la palabra” (Feijoo & Hirshman, 1984, p.20). “Gente y

Cuentos” sostiene, desde esta línea de pensamiento educativo, una importante confianza en la

capacidad de las personas para relacionar nuevos conceptos, muchas veces complejos y

distantes a sus universos vitales, con sus propias historias, haciendo suyos nuevos marcos

para mirar y pensar sus propias vidas. “Estaciones de Lectura” comparte esta mirada y

convicción.

El proyecto cultural Revista Terminal, cuna de “Estaciones de Lectura”:

Revista Terminal es una organización de la sociedad civil, nacida como proyecto el año 2011

con el lanzamiento del sitio web www.revistaterminal.cl

El nombre Terminal apela al objetivo de constituirse en un lugar o espacio -virtual o físico- en

donde se encuentren distintos caminos ligados con la lectura. Un Terminal como fin o inicio de

un viaje, como lugar de paso y espera que puede ser acompañado de lectura y buenas

conversaciones.

El año 2012, el proyecto Terminal se constituyó en Centro Cultural, obteniendo personalidad

jurídica. El equipo que lo compone está conformado por ciudadanos con intereses diversos,

unidos por su compartida relación amateur con los libros, en el sentido clásico del término,

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movidos por el amor que los libros les han provocado a lo largo de sus vidas, y por las ganas

de compartir la experiencia de su encuentro con otros.

El principal objetivo del equipo es la promoción de la lectura como fuente de aprendizaje,

desarrollo social y herencia cultural disponible para todos. Desde el Centro Cultural Terminal

se comprende al libro (en sus diferentes formatos) como cultura y conciencia, y no como otro

simple bien de consumo, privilegio de pocos. El proyecto defiende que el acceso, la libre

participación en la vida cultural de la comunidad y el disfrute de las artes son derechos

humanos. Compartimos las palabras de García Lorca al inaugurar la biblioteca pública de su

pueblo natal, Fuente Vaqueros, cuando indica “los hombres no trabajamos para nosotros sino

para los que vienen detrás, y que éste es el sentido moral de todas las revoluciones, y en

último caso, el verdadero sentido de la vida” (2005, p.46).

Como equipo, creemos que la lectura, asumida como actividad cultural disponible para todos,

relevante, transformadora, requiere de comunidades que, en conjunto, promuevan su

apropiación y desarrollo.

El Centro Cultural Terminal se asume así como una organización de la sociedad civil que

aporta en esta línea, entendiendo al tiempo que debiera ser el Estado el principal garante y

responsable de velar por el respeto de los derechos de toda la población, mediante políticas,

planes y proyectos que avancen en este rumbo.

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Equipo del proyecto “Estaciones de Lectura”

Todos los participantes de “Estaciones de Lectura” son miembros del Centro Cultural

Terminal. Cada quién aportó al desarrollo de este proyecto desde su área de conocimiento y

ganas de aprender una metodología de promoción lectora útil y capaz de facilitar el diálogo y

la generación de una comunidad de lectores:

Gonzalo Castillo Becerra: licenciado en Historia, ex profe (por ahora) y actual

estudiante de Periodismo. Hincha irracional de la Universidad de Chile. Apacible

ciclista.

Giannina Cisternas Araya: educadora diferencial, especialista en trastornos

específicos del lenguaje y deficiencia mental. En formación como psicóloga.

Gonzalo Gallardo Chaparro: psicólogo educacional, se dedica principalmente a la

docencia y la investigación en educación, y como oficio lateral, a la promoción de la

lectura. Responsable del proyecto ante el CNCA.

Constanza Iglesias Molina: periodista de profesión, músico aficionada, reikista. Ha

escrito en revistas como The Clinic, participado en escritura de guiones, investigación

en editoriales y también ha sido redactora radial para Iberoamericana Radio Chile.

Parte del equipo fundador de Revista Terminal.

Daniela López Sanhueza: Publicista. Hija mayor, gatuna y sibarita.

Matías Montenegro Cooper: psicólogo comunitario y ex mochilero. Tiene 32 años,

desde los 12 que busca ser feliz y ayudar a los otros.

Viviana Moya Cañoles: nació en Santiago de Chile, en 1982, pero gran parte de su vida

la pasó en Concepción. Es abogada, estudió periodismo y ha participado en varios

talleres literarios.

Francisco Valdés Lagos: nació en marzo de 1982, es santiaguino y profesor de

música, aunque siempre ha querido vivir en el sur y preferiría ser carpintero. Le

gustan mucho los animales, la fotografía, leer novelas, cocinar y caminar. Es

reconocido fan de The National. Pisciano y mal genio. A veces piensa que debería

formar una cooperativa con sus amigos para poner un colegio, un restorán o una

editorial.

Además de los nombrados participantes del proyecto, también fueron parte de la ejecución de

“Estaciones de Lectura” 2013:

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Valentina Grau: nos ayudó generosamente en la realización del “vino de honor” del

cierre de los talleres, y además, tomó las fotos de la ceremonia.

Ian Pierce: es el responsable de la iconografía e ilustraciones del proyecto, a la cual

dedicó mucho tiempo y paciencia ante las solicitudes del equipo. Pueden encontrar su

trabajo en su página de Facebook buscando por “Artes Ekeko”.

https://www.facebook.com/artes.ekeko?fref=ts

Maudie Thompson: nos aportó con el diseño de invitaciones y el hermoso pendón que

sesión a sesión nos acompañó.

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II. DESCRIPCIÓN DE LAS ACTIVIDADES DESARROLLADAS

Una sesión tipo del proyecto “Estaciones de Lectura” En aproximadamente 90 minutos de duración, cada sesión que desarrollamos del proyecto

“Estaciones de Lectura” siguió una misma estructura típica:

a. Recepción y bienvenida participantes.

b. Actividad “rompe hielo”.

c. Introducción al cuento a leer, presentación del autor.

d. Lectura en voz alta.

e. Diálogo espontáneo.

f. Actividad de discusión en base a claves de lectura.

g. Cierre y despedida.

A continuación describiremos cada etapa desarrollada a lo largo de cada sesión.

a. Recepción y bienvenida

Antes del inicio de la sesión, acondicionábamos la sala en donde se llevaría a cabo la reunión.

En cada sesión realizada del proyecto, siempre organizamos la sala ubicando las sillas

disponibles en círculo, dejando al medio una mesa pequeña donde ubicar galletas y luego las

tarjetas a utilizar en la sesión. También se disponían vasos para jugo y bebidas o tazas para

café o té, que ofrecíamos a las participantes a medida que iban llegando.

La organización del grupo trabajando en círculo, permite la interacción entre los participantes

de manera más directa que en una disposición tradicional de sala tipo “conferencia”. Además,

transmite una lógica de relación más horizontal que la que ofrece un contexto donde quien

dirige la sesión se encuentra de pie o adelante y el resto del grupo sentado, en una actitud

menos participativa que la que facilita el trabajo en círculo.

Resultó para nosotros importante en la bienvenida a las sesiones, especialmente las primeras,

explicitar el objetivo de la actividad y el por qué nosotros como grupo estábamos interesados

en su desarrollo, cuál era el sentido detrás de estos talleres para nosotros.

b. Actividad “rompe hielo”

Cada sesión del proyecto “Estaciones de Lectura” comenzó con una breve presentación o

actividad “rompe hielo” entre todos los participantes, especialmente en las primeras sesiones.

Estas acciones tienen como objetivo facilitar el conocimiento entre los participantes y reducir

en lo posible, de forma lúdica, aprehensiones o ansiedades que la actividad en sí o el

encuentro con personas desconocidas podría generar de antemano.

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Explícitamente, en cada actividad rompe hielo utilizada, intercalamos preguntas o temas que

luego estarían presentes en el cuento a leer, aun cuando fuera de manera tangencial, con el

objetivo de activar conocimientos y experiencias previas ligadas a algún contenido relevante

del texto, y facilitar así su recuerdo, quedando disponible para la actividad de discusión

posterior a la lectura.

c. Introducción al cuento a leer, presentación del autor.

Luego de la actividad “rompe hielo”, cada sesión continuó con una sencilla presentación y

motivación a la lectura a realizar. En cada ocasión se daba una breve reseña al autor escogido

(su nacionalidad, su edad o fecha de defunción, los temas principales de sus obras, premios

recibidos, etc.) para luego repartir a cada participante una copia del texto a leer.

Una vez que todas las participantes tenían en su poder su propia copia, se procedía a la lectura

común, siendo siempre un miembro del equipo del proyecto encargado de realizar la lectura

en voz alta.

d. Lectura en voz alta

La lectura del texto en voz alta debe estar preparada con antelación. El o la responsable debía

leer el texto y practicar previamente la lectura en voz alta, interpretando el texto en la lectura.

En este aspecto, de gran ayuda al trabajo realizado fue tomar nota de los consejos que ofrece

Aidan Chambers, educador y escritor inglés, en su libro “El ambiente de la lectura” (2010):

nunca hay que leer un cuento a otros hasta antes de haberlo leído y conocido bien uno mismo,

porque “muy pocas personas son tan buenas leyendo a primera vista como para hacerlo sin

preparación, lo que significa más que una lectura previa, en silencio, del texto. El lenguaje que

puede parecer muy fácil en la cabeza se puede volver muy engañoso al leerlo en voz alta. De

modo que hay que leer en voz alta para uno mismo antes de leer para los demás” (p.86-87).

Durante la lectura, si contábamos con fotocopias, ofrecíamos a las participantes marcadores

para que destacaran párrafos que les parecían interesantes. Si trabajábamos con copias de

libros, entonces compartíamos marcadores tipo “post-it”.

e. Diálogo espontáneo.

Al finalizar la lectura en voz alta, dejamos siempre un espacio de tiempo en silencio, para

sostener las últimas frases y dar cabida a las reacciones espontáneas de las lectoras ante la

historia recibida. Suspiros, sonrisas, evaluaciones del texto, identificaciones espontáneas con

personajes o comentarios sobre lo ocurrido con los protagonistas surgieron en este espacio de

comentarios libres.

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Es importante, en este espacio de diálogo espontáneo, estar atento a la emergencia de

emociones dolorosas o la asociación con temáticas personales intensas, que podrían tomar al

grupo en su conjunto. Si bien los textos escogidos aspiraban a no generar en caso alguno este

tipo de enlaces, de todas maneras, ocurrió. En algunas ocasiones notamos cómo ciertas

lecturas de los textos, ciertas formas de tomar la narrativa para reflejar en ella la vida propia –

formas no evidentes para el equipo, necesariamente- podían generar relaciones con temáticas

importantes de las vidas de las participantes. Notamos en algunas sesiones cómo el enlace con

emociones tristes podía tomar a todos, y en cierta forma, “contagiar emocionalmente” el tono

de la sesión. Nosotros entendemos al dolor como parte de la vida y por ello, cuando ocurrió,

hicimos de esas emociones parte de la sesión, cuidando de no caer en la reflexión

exclusivamente dedicada a las memorias tristes evocadas.

La advertencia, lo importante aquí, es invitar a quien desarrolle una metodología como la

propuesta a que esté atento a algo que puede ocurrir, no para negar o limitar su aparición,

sino más bien para que esté avisado de antemano y así preparado para acoger y respetar el

surgimiento de la pena, y luego conducirlo hacia ámbitos que deriven en tranquilidad y calma,

y no en catarsis o, como ya mencionamos antes, en un contagio grupal que dificulte el

posterior trabajo de análisis colectivo del texto.

El tono emocional buscado es de calma, de acogida y tranquilidad, y es a ese equilibrio donde

buscamos siempre orientar el diálogo.

Tras unos cinco o diez minutos de diálogo espontáneo, elaborado en base a los comentarios y

reacciones de las participantes tras la lectura, nosotros presentábamos las tarjetas de trabajo

del proyecto, elaboradas para guiar el posterior análisis en base a claves de lectura.

f. Actividad de discusión en base a claves de lectura.

La discusión en base a claves de lectura es el corazón de cada taller. Es la entrega y ejercicio

de herramientas que permiten a todos los participantes volver a la lectura, disfrutar de nuevo

con párrafos escogidos, realizar lecturas que inicialmente no se nos habían ocurrido en

solitario, jugar con el texto a especular, imaginar qué pasará después, o por qué el autor

escogió tal escena para reflejar sus intenciones. Aprendemos también, al realizar esta

actividad, que un texto puede ser leído muchas veces y en formas distintas, que volver y notar

aquello que en la primera lectura se nos pasó de largo está permitido, y que es necesario

hacerlo para sacar así mayor provecho a la lectura.

Lo más importante que queremos transmitir respecto a esta fase, es que la actividad no es una

evaluación, no está en juego, en ningún sentido, las capacidades de los participantes para leer

textos literarios. Por el contrario, es una experiencia de aprendizaje en donde todos

aprendemos, y lo hacemos entendiendo la actividad de discusión y análisis como un espacio

de juego, un momento donde no hay errores y menos sanciones. La invitación es a “tirarse a la

piscina” y disfrutar de la actividad de interpretar, analizar y dialogar con otros respecto a un

cuento que juntos compartimos.

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En los talleres desarrollados en 2013 y 2014, nosotros utilizamos como claves de lectura

cuatro categorías que ya ofrecía Sarah Hirschman en “Gente y Cuentos” (Temas, Contrastes y

confrontaciones, Sombras y Escenario poético), a las que agregamos dos nuevas (Sensaciones y

Claves). Cada categoría la presentamos a través de tarjetas, dispuestas boca abajo en la mesa

de centro rodeada por los participantes.

Este es el significado o contenido relativo a cada una de las categorías utilizadas:

Sensaciones: buscamos conocer qué sensaciones produjo en las participantes la

lectura del relato, el reporte de emociones y sensaciones activadas por la lectura

(nostalgia, alegría, tranquilidad, tensión, esperanza). Es una categoría muy general y

abierta, que nos pareció interesante instalar pues no demanda conocimientos previos

respecto a literatura, sino sólo la capacidad de poner en palabras las propias

sensaciones corporales, incuestionables por parte de un observador, pues lo que cada

uno siente es lo que es, no puede estar errado. En este sentido, es una categoría a

nuestro juicio poco amenazante para comenzar el diálogo.

Temas: al mostrar la tarjeta de “Temas”, lo que buscamos conocer son, justamente, los

temas presentes en el relato definidos y descubiertos por los participantes. Pueden ser

los temas centrales del cuento o bien tópicos laterales que aparecen mencionados y

dan la posibilidad de comprender más la historia en sí. Es esta categoría, también, una

categoría amplia que aspira a identificar las temáticas tratadas de forma explícita o

implícita por el escritor en el cuento compartido.

Por ejemplo, al leer “El Sur y el tiempo”, cuento del chileno Daniel Villalobos, e indagar

respecto a los “Temas” presentes en el texto, surgían respuestas como el desarraigo, la

nostalgia familiar, la dictadura o la experiencia de hacerse adulto. Al mencionar un

tema, le pedíamos al participante que nos dijera dónde, en el texto, veía eso presente,

o abríamos la discusión al grupo, si habían visto esa temática o no, cómo, de qué forma

el autor lo había elaborado para darnos señas de aquello, etc.

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Contrastes y confrontaciones: por medio de esta categoría, buscamos identificar en el

cuento los roces entre personajes que se enfrentan u oponen por desear un mismo

objeto, o bien que se vinculan pues requieren algo del otro para conseguir sus fines.

También se incluyen aquí los contrastes presentes en el cuento que iluminan con

mayor fuerza las características de un contexto o un personaje, que ayudan para

delinear con más potencia las características de un actor dentro de la historia.

Buscamos aquí la contraposición de escenarios, de temáticas, de símbolos dentro del

relato, que ofrecen información al lector de la trama construida en el cuento.

Hirschman, al explicar la función de los contrastes y confrontaciones en la narración

de un relato, señala que “un texto literario une conceptos, palabras e imágenes que se

confrontan entre sí de maneras inesperadas y enérgicas. Se generan tensiones para

enfatizar contrastes y similitudes. Esta confrontación de fuerzas genera una energía

que actúa sobre la imaginación, que entonces empieza a escindirse y a reconfigurar lo

que encuentra” (2011, p.67). Lo que aspiramos a identificar al usar esta categoría son

aquellos contrastes dejados por el autor que dan soporte y riqueza a la trama.

Escenario poético: buscamos aquí formas de expresión utilizadas por el escritor que

agregan textura, riqueza y particularidad al relato, párrafos sobre los cuales se vuelve

entre todos para leer nuevamente y apreciar metáforas y otras figuras literarias. Al

levantar esta tarjeta, cada participante seleccionaba uno o dos párrafos donde

encontraba que algo estaba “muy bien escrito” o bien que la imagen ofrecida le daba

“para pensar en muchas cosas”, que le evocaba recuerdos o escenas personales

relevantes o que lo transportaba al ritmo de la lectura.

El escenario poético no nos resultó una categoría fácil de explicar. En esta categoría,

en palabras de Hirschman, se toma contacto con el lenguaje mismo de la ficción, el que

presenta los hechos de maneras no claras ni necesariamente didácticas, sino bajo

formas complejas e inusuales. Buscamos aquí “principios repentinos y finales

inconclusos, trozos de diálogos y narraciones ensamblados de manera extraña, voces

que se entremezclan, conversaciones que parecen provenir de distintas fuentes,

palabras que resuenan entre sí, versiones ligeramente distintas de lo que al principio

parecen simples repeticiones, imágenes y comparaciones inesperadas, adjetivos que

estremecen o alivian, clichés que imitan para subvertir: todos y cada uno de estos

elementos forman parte del proceso que da vida a un relato literario” (2011, p.62).

Sombras: sombras del texto, aspectos no desarrollados por completo por el autor que

demandan de interpretación o especulación por parte de los lectores. En palabras de

Hirschman, las sombras corresponderían a las ambigüedades y el misterio que, tras

finalizar el relato “seguirán velando algunos de los bordes de los personajes y de la

trama. Estos aspectos sin resolver recuerdan las inconclusas experiencias de la vida

diaria. La resbalosa y evanescente cualidad de la ficción perturba, pero al mismo

tiempo tienta nuestra imaginación” (2011, p.71).

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¿Qué habrá pasado con ese personaje antes del cuento? ¿Cómo llegó ahí? ¿Qué pasará

con ella más adelante? Este es el tipo de preguntas que utilizamos al referirnos en las

sesiones a las “sombras”, al buscar en los relatos aquello que quedaba fuera de la

historia, que no tenía un cierre y sobre lo cual podíamos especular, jugar a improvisar

cierres o antecedentes

Por ejemplo, en el cuento “Mañana preocúpate de mañana” de Juan Forn, sabemos de

una adolescente que espera tomar vuelo de vuelta a Buenos Aires desde un país

distante, al cuál había llegado llena de esperanzas, una inocente mañana de Junio. El

asunto es que ahora, tres semanas después, volvía asqueada, desagradada con todo,

con los olores del país de visita, con las miradas de los hombres y las mujeres, con la

cercanía de otros. Ella no está bien y sueña con la llegada a Ezeiza y la tranquilidad de

lo familiar. Si bien en el texto el autor da algunas pistas, no es claro por completo

sobre qué fue aquello que le pasó a ella en el viaje que la lleva a llorar frente a una

monja en el avión de regreso y decir cosas como “Yo creí que una tenía que elegir,

siempre. No sé, no sé, ¿ahora ya es tarde? ¿Voy a ser esto toda mi vida, entonces?

¿Nada más que esto?” (1991, p.103). Es esta una sombra del cuento sobre la cual cada

grupo de participantes elaboró diversas hipótesis y explicaciones, basándose en sus

propias historias para empatizar con la angustia y preocupación de la adolescente

protagonista.

Claves: son pistas, o claves, instaladas por el autor dentro del texto, cuya función

pareciera ser guiar al lector durante la lectura sutilmente, con el fin de inducir

asociaciones o preparar el ambiente antes de que la acción ocurra.

En el cuento “La siesta del Martes” de Gabriel García Márquez, por ejemplo, se cuenta

la historia de una mujer y su hija pequeña que viajan en tren por pueblos de calor

agobiante. Llevan flores secas y un mínimo equipaje, y su destino es, sabremos más

adelante, visitar la tumba de un hijo muerto y enterrado en un pueblo bananero. El

hijo murió baleado por una viuda del pueblo que le disparó mientras éste, al parecer,

trataba de entrar a robar a su hogar. La mujer que viaja en tren con su hija tendrá que

entrar al pueblo y enfrentar el juicio social y la pereza del cura local que duerme su

siesta, para conseguir las llaves del cementerio y dejar en la tumba del hijo las flores

secas que transporta. Dentro del texto, al presentar a la mujer, al inicio del cuento,

antes que aparezca el cura y veamos la confrontación entre la madre y el párroco,

García Márquez ofrece una clave que anticipa lo que vendrá, que activa asociaciones:

“La niña tenía doce años y era la primera vez que viajaba. La mujer parecía demasiado

vieja para ser su madre, a causa de las venas azules en los párpados y del cuerpo

pequeño, blando y sin formas, en un traje cortado como una sotana” (2003, p.10).

Una vez finalizada la lectura y el diálogo inicial, tomábamos las tarjetas una por una, la

explicábamos, y luego buscábamos en el texto o discutíamos sobre la manera en que tal o cual

categoría se verían reflejadas en el texto.

17

Durante la mayor parte de los talleres, estas tarjetas las íbamos sacando de manera aleatoria,

mostrándolas a todos los participantes, y analizando y volviendo al texto una por una. Sin

embargo, al avanzar en el año, comenzamos a optar por ordenar su aparición para así facilitar

el desarrollo de la actividad, partiendo desde lo menos amenazante para así, paso a paso, ir

aumentando el nivel de dificultad del análisis. Nos pareció mejor, por tanto, partir desde las

categorías más amplias y concretas para pasar luego hacia las más abstractas y complejas.

Esta secuencia implicó partir por las “Sensaciones”, para luego indagar respecto a los “Temas”

del cuento, revisar los “Contrastes y confrontaciones” y volver a leer y degustar las frases del

cuento en busca del “Escenario poético” del relato, para luego especular sobre las “Sombras”

de la historia y descifrar finalmente las “Claves” dejadas por el autor al construir el cuento.

g. Cierre y despedida.

Al finalizar la sesión, ya sea porque la hora nos alcanzó o bien porque se cubrieron todas las

categorías (algo que no nos ocurrió), se daba por finalizada la actividad, invitando a las

participantes a asistir la semana siguiente, reforzando lo importante de su compromiso y las

ganas de repetir la actividad.

En ocasiones solicitamos un reporte de la experiencia de las participantes al cerrar la

actividad, pidiendo que respondieran todos los participantes, en ronda y en una palabra o

frase, “¿con qué se van?” o “¿cómo se van?”. Este tipo de acciones es opcional, pero ofrece el

pulso de lo vivido en la sesión. También, al cierre, pasábamos una lista para anotar nombres y

correos para futuro contacto, y confirmación de asistencia en siguiente sesión.

18

Actividades utilizadas para “romper el hielo” Las actividades “rompe hielo” utilizadas, fueron tomadas desde las descripciones ofrecidas en

un manual para el trabajo de profesores jefes editado por Unicef (2007), escrito por Pérez,

Gallardo y Cortese2. Reproducimos aquí las instrucciones de las dos actividades ejecutadas

con el fin de distender los ánimos y facilitar la participación en las actividades de todos los

presentes.

Actividad n° 1: la doble rueda conversada

- La actividad no requiere materiales.

- Invitar a los participantes a jugar a la “doble rueda conversada”.

- Dividir a los participantes en dos grupos iguales.

- Colocar a un grupo en círculo, tomados de los brazos, mirando hacia fuera, y poner al

otro grupo en círculo a su alrededor, tomados de las manos, mirando hacia dentro.

- Pedir que cada miembro del círculo o “rueda” exterior se coloque delante de uno de la

rueda interior.

- Pedir a los participantes que se suelten de las manos, o bien que tomen las manos del

compañero(a) que está al frente.

- Indicar que cuando el conductor grite la palabra: ¡CAMBIO!, el círculo interno deberá

rotar una persona hacia la derecha.

- Ensayar una vez.

- Hacer una pregunta (comenzar con preguntas de respuesta rápida, por ejemplo: ¿Cuál

es tu color favorito?, ¿Cuál es tu placer culpable musical?, ¿Cuál fue el primer libro que

recuerdas de tu infancia?, ¿Tienes mascota?). Las personas deben contestar estas

preguntas a quienes tienen al frente.

- Primero contesta el círculo de adentro y después el de afuera.

- El conductor grita ¡cambio!, se mueve el círculo interno (aunque no hayan terminado

de responder, eso provoca risas entre los participantes) y se vuelve a realizar una

pregunta.

- Se responde de igual forma que antes: primero responde el de afuera y después el de

adentro. Se continúa con el juego inventando preguntas, hasta que pasen máximo 10

minutos.

Nosotros hicimos este juego en cada taller de inicio en que teníamos un grupo de al menos 6

participantes, y dado que el cuento a leer era “El sur y el tiempo”, de Daniel Villalobos,

incluimos aquí preguntas como ¿Cuál es tu localidad preferida del sur? ¿Por qué?, ¿Cuál es tu

mejor recuerdo de infancia en familia?, ¿Qué te genera nostalgia?

Los miembros del equipo, salvo el conductor de la actividad, también participan. Si el número

de participantes es impar, el coordinador también se incluye en la doble rueda.

2 http://www.unicef.cl/archivos_documento/199/Manual%20profesores%20jefe%20conchali%20.pdf

19

Actividad n° 2: la tela de arañas.

- Esta actividad requiere de una madeja de lana.

- Para iniciar la actividad, solicitar al grupo que se ponga de pie y forme un círculo.

- Debe entregar a uno de los participantes el ovillo.

- La idea es que el miembro del grupo que tiene en su mano el ovillo comience la

actividad respondiendo al grupo una pregunta que el coordinador del grupo indicará

(como esta actividad la hicimos antes de leer “La siesta del martes”, algunas de las

preguntas que incluimos tenían relación con trenes y viajes, por ejemplo: ¿Hacia dónde

y cuándo has viajado en tren?).

- Una vez que el primer miembro del grupo ha respondido, debe elegir a cualquiera de

los otros miembros de su círculo y lanzarle el ovillo de lana, cuidando de no soltar una

de las puntas del mismo.

- El nuevo “portador del ovillo” debe a su vez responder la misma pregunta que el

anterior y luego elegir a otro miembro del grupo y lanzarle el ovillo, sin soltar el cabo

de lana, comenzando así a formar una red o “tela de arañas”.

- Los demás miembros del grupo repiten la misma acción hasta que todos hayan

respondido la pregunta inicial.

- En ese momento, el coordinador puede inventar una nueva pregunta, o pedirle al

último “portador del anillo” que invente una nueva pregunta y elija quien quiere que

parta respondiendo.

- Es importante recordar a los participantes que la idea es no soltar la lana durante el

desarrollo del juego, y ojalá mantener la red con cierta tensión.

- El sentido de la actividad, que puede o no hacerse explícito, es transmitir la idea que a

medida que la gente se va conociendo, crea lazos y se conecta con los otros, puede

siempre aprender algo nuevo si se dispone a escuchar y mantener el lazo que los une.

- Al finalizar la actividad, pasados unos 10 minutos como máximo, el miembro del grupo

que quedó con el ovillo debe recoger la lana siguiendo el camino inverso de cómo le

llegó, es decir, recogiendo su cabo y tomando la lana de quien se la lanzó, y de quién se

la lanzó a él, hasta volver a formar el ovillo inicial (esto es opcional).

20

Lecturas utilizadas Una precaución considerada al seleccionar los relatos para la versión 2013 de los talleres

“Estaciones de Lectura” fue evitar la incorporación de textos en que se exhibiera violencia

contra la mujer, considerando que activar recuerdos o temáticas en esta línea en el público al

cual se dirigieron los talleres no significaría para ellas aporte alguno.

Por otro lado, se aspiró, en la selección de cuentos, incorporar de preferencia autores

latinoamericanos, con el fin de incorporar temáticas cercanas, paisajes conocidos con las

cuales los participantes pudieran identificarse o tomar posición.

En los talleres de “Estaciones de Lectura” 2013 se utilizaron los siguientes libros de relatos:

- “El Sur” de Daniel Villalobos, periodista y escritor chileno, publicado en 2012 por la

editorial Los Libros Qué Leo. De este libro se utilizaron los relatos “El Sur y el tiempo”,

y “El Sur y los libros”.

- “Los funerales de la mamá grande”, del colombiano ganador del premio nobel

Gabriel García Márquez. De este conjunto de relatos se utilizó el cuento “La siesta del

martes”. Este mismo cuento se utiliza en los talleres de “Gente y Cuentos”.

- “Nadar de noche” del escritor argentino Juan Forn. De este libro utilizamos el cuento

“Mañana preocúpate de mañana”.

- “El país de Octubre” del norteamericano Ray Bradbury. De este libro de relatos

seleccionamos el cuento “El Lago”. Si bien este autor se escapaba a la aspiración de

incorporar textos latinoamericanos, su incorporación se justificó por incluir en su

temática la experiencia de una despedida y de la importancia de los cierres para

avanzar y continuar con el relato de la propia vida.

- “El rey siempre está por encima del pueblo”, del escritor peruano Daniel Alarcón.

De esta serie de relatos se eligió el breve texto “Los Miles”.

- “El espíritu de las leyes”, del escritor chileno Carlos Cerda. Elegimos, entre los

relatos de este libro, el cuento “Equilibrio precario”.

21

Actividad de cierre utilizada Al finalizar cada secuencia de cuatro sesiones de taller del proyecto, al despedir al grupo con

el cual habíamos trabajado durante un mes, compartimos frases célebres de escritores ligadas

a la lectura y los libros, y preguntamos a las participantes sus impresiones y sensaciones tras

la experiencia en general.

Al compartir las frases célebres de autores respecto a la lectura, le pedíamos a las

participantes que eligieran la que más las identificara, y les preguntábamos por qué elegían

esa frase para ellas. También los miembros del equipo realizábamos el mismo ejercicio.

Algunas de las frases utilizadas fueron las siguientes:

“La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo”.

Joseph Addison

“Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que

forman algo así como un misterio”.

Federico García Lorca

“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”.

Jorge Luís Borges

“Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo”.

Proverbio árabe

“Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace

siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué”

Eduardo Galeano

“Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se

pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran”.

André Gide

“El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo”.

Adolfo Bioy Casares

“La literatura es siempre una expedición a la verdad”.

Franz Kafka

Al cierre de cada secuencia de talleres, para nosotros resultó muy relevante escuchar los

comentarios y sugerencias de las participantes al cerrar cada sesión. Se notaron muy sensibles

a los detalles y valoraron en gran medida la oportunidad. Sus sugerencias de mejora nos

ayudaron a perfeccionar cada nueva versión.

Por último, al despedirnos, siempre ofrecimos algún obsequio a las participantes, fuera un

libro, una flor de papel o una planta (suculentas) y marca libros de Revista Terminal.

22

III. ASUNTOS CLAVE EN LA IMPLEMENTACIÓN

La lectura en voz alta La lectura grupal en voz alta, realizada en espacios de encuentro sostenidos en el tiempo,

ofrece diversos beneficios para los participantes. Destacaremos tres en particular.

Por un lado, leer grupalmente en voz alta promueve el desarrollo de habilidades lectoras en

los oyentes, “aprendemos a leer juntándonos con los que saben cómo hacerlo e incorporando

gradualmente todas sus habilidades” (Chambers, 2010, p.75). Participar activamente de la

escucha de otro leyendo, prepara la posterior lectura en solitario, facilita la apropiación de

estrategias lectoras propias de lectores avanzados, al ofrecer aproximaciones sucesivas a la

actividad lectora individual (Vygotski, 1979).

En segundo lugar, la escucha de un texto leído en voz alta ofrece seguridad y protección a los

oyentes. Es otro quién debe conquistar el texto y mantener la atención de quienes escuchan.

La situación no expone a los oyentes a la posible amenaza que podría suponer el tener que

demostrar sus capacidades como lectores frente al grupo. Su autoestima, en este sentido, se

haya protegida. Los oyentes confían en el lector y su capacidad de involucrarlos en la historia

que cuenta, se relajan, protegidos por la responsabilidad asumida por el intérprete. Por

demás, “escuchar libros leídos en voz alta nos prepara para lo que podemos encontrar y para

lo que debemos buscar cuando desempeñamos la tarea, más difícil, de leer por nuestra cuenta

la letra impresa” (Chambers, 2010, p.77).

Finalmente, la lectura en voz alta permite la generación de vínculos sociales y el desarrollo de

conversaciones sustantivas donde procesar vivencias y emociones de forma protegida. Al leer

en grupo se genera una comunidad de lectores, se viaja en conjunto, se comparten mundos

imaginarios y se construye un tejido de elementos capaces de unir al grupo en diálogos

posteriores (Chambers, 2010). Al mismo tiempo, las temáticas de las narraciones pueden

ayudar a reflejar sentimientos, experiencias y sentimientos de manera simbólica, estimular la

relación entre la propia vida y las tramas narradas y procesarlas de forma contenida

(Hirshman, 2011; Bettelheim, 2004).

Por otro lado, Chambers (2010) distingue con claridad entre la actividad de contar un cuento

(cuenta cuentos) y la lectura en voz alta de un texto. Nos parece importante destacar los

aspectos diferenciales, pensando en la posible apropiación de esta metodología por parte de

otros interesados. Aidan Chambers señala que “contar cuentos es mucho más una relación de

un narrador hablándole al oyente. Es como una conversación; se siente personal, como si

quien narra le diera al oyente algo de sí mismo”, mientras que al leer en voz alta, sería el libro

el que, literalmente, “objetiva la experiencia. En este caso la relación es como de dos personas

que comparten algo que está fuera de ellos mismos. No son oyente y narrador mirándose uno

al otro, sino lector y escucha, lado a lado, mirando juntos algo más” (p.84).

23

Comprender “Estaciones de Lectura” como una instancia de aprendizaje Como equipo, entendemos las sesiones de “Estaciones de Lectura” como instancias de

aprendizaje. En consecuencia, nos preocupamos de generar las condiciones de participación y

convivencia al interior de los grupos para que, efectivamente, se dé la posibilidad del

aprendizaje. En este sentido, ofrecer un clima de aprendizaje acogedor, de respeto y cuidado,

un contexto protegido para el aprendizaje, resulta un aspecto clave en función de facilitar la

participación y motivación a la actividad lectora que pretendemos desarrollar.

Para desarrollar este punto, será necesario dar un pequeño rodeo técnico, explicitando qué es

lo que entendemos por aprendizaje en este proyecto, y comprender así la relevancia de este

aspecto, que implica preocuparse activamente de generar un contexto protegido para

aprender.

Perspectiva de aprendizaje

“Estaciones de Lectura” ha adoptado una perspectiva de comprensión del aprendizaje ligada

al llamado enfoque sociocognitivo (Bourgeois, 2000), el cual considera a esta actividad como

el proceso en que los conocimientos previos del aprendiz son transformados en nuevos

conocimientos, mediante la interacción de quien aprende con el ambiente (otros

significativos, estructuras de conocimiento, artefactos culturales).

En términos simples, en un contexto y situación de aprendizaje cualquiera, el aprendiz se ve

confrontado a nueva información. En este caso, a nueva información sobre literatura, cuentos,

escritores, escenarios poéticos, claves, metáforas, etc. Para procesar dicha información, el

aprendiz recurre a sus estructuras previas de conocimiento, seleccionando y activando

aquellas disponibles y relevantes desde su propio repertorio. En nuestro caso, las

participantes y los coordinadores, al leer los cuentos donde se tratan temas como

adolescencia, soledad o nostalgia, por ejemplo, podrán recurrir a sus propias experiencias

ligadas a la nostalgia o adolescencia, o al conocimiento que tienen de adolescentes actuales,

con tal de apropiarse de la nueva información.

En algunos casos, el tratamiento de la nueva información, en contraste con las estructuras de

conocimiento previo del aprendiz, puede ocasionar un conflicto cognitivo, un desequilibrio,

que tendrá que ser resuelto por el aprendiz en función de recuperar un estado de equilibrio

entre sus estructuras de conocimiento y la nueva información que intenta asimilar (Bourgeois,

2000). El conflicto cognitivo, la tensión entre una nueva información y no tener cómo

comprenderla del todo, puede ser promovido a través de preguntas que desestabilicen los

saberes previos, que permitan la duda y la posibilidad de alcanzar nuevas formas de

comprensión, más ricas, más complejas y más eficientes para enfrentar nuevos desafíos.

Paulo Freire, al pensar en alfabetización de adultos, consideraba clave la necesaria relación

entre los conocimientos previos y los nuevos, favorecida explícitamente en sus dispositivos de

24

enseñanza: “la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior

lectura no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad se

vinculan dinámicamente. La comprensión del texto a ser alcanzada por su lectura crítica

implica la percepción de relaciones entre el texto y el contexto” (2011, p.94).

Aprendizaje como interrelación de procesos cognitivos, motivacionales y sociales

Ahora bien, hasta ahora hemos enfatizado el eje cognitivo de toda actividad de aprendizaje,

considerando clave, en todo aprender, la relación entre las estructuras de conocimiento

previo de quien aprende con la nueva información. Resulta necesario considerar también que,

en la complejidad de todo proceso de aprendizaje, operan simultáneamente, junto a los

procesos cognitivos, procesos motivacionales y sociales (Bourgeois, 2000).

A continuación vamos a explicar brevemente estas distinciones, relevantes de comprender

para valorar la importancia de la construcción de un espacio protegido de aprendizaje en cada

taller de “Estaciones de Lectura”.

Procesos motivacionales implicados en el aprendizaje

En términos de motivación, el grado de articulación entre aquello que debo aprender y la

identidad de quién aprende, el sentido identitario que pueda cobrar aprender algo, influye en

el nivel de inversión cognitiva y esfuerzo puesto por el aprendiz en una actividad de

aprendizaje (Bourgeois, 2000).

En otras palabras, si lo que tengo que aprender me hace sentido en relación con quién soy yo

y aquello que quiero ser, si logro elaborar aquel lazo, es posible entonces que dedique más

tiempo, ganas y energía en aprender lo que tengo que aprender, mucho más de la que se

podría suponer en el caso que el aprendiz no logre construir alguna relación entre aquello que

tengo que aprender y mi propia historia (Gallardo, 2012).

Esta construcción, que se elabora -entre otras formas- a través del relato de sí que cada quien

construye, al cuento que cada quien se cuenta de quién es uno, no es una elaboración en el

vacío, si bien cada uno cuenta por su boca su historia, la narración elaborada sobre sí mismo,

sus deseos y motivaciones vitales, estos relatos son construidos en base a los textos y

discursos disponibles en sus contextos de desarrollo para hablar acerca de sí y construir

sentido en relación con las prácticas culturales que se le ofrecen. Nadie es el primer Adán o la

primera Eva al contar una historia de sí, es sobre guiones que ofrece cada tiempo y lugar que

se escriben las historias individuales.

Por ejemplo, el caso del golf como práctica cultural disponible para unos y no para otros, por

distintas razones inscrito en los relatos de algunos e inexistente en los cuentos de otros.

Detengámonos un poco en este caso.

25

El golf es un deporte claramente asociado a una élite económica en Chile. Jugar implica costos

importantes en equipamiento y arriendo de superficies, en muchos casos la participación en

un club y el pago de membresías asociadas. El golf es una práctica cultural que podría ser

practicada por cualquier ser humano, y sin embargo, emerge mucho más disponible para unos

que para otros. Hay quienes nunca en nuestras vidas nos hemos siquiera planteado la idea de

practicar este deporte. Hay otros que nunca en sus vidas pudieron preguntarse por qué no

jugar golf. Tenían que hacerlo, acompañaban a sus familiares desde pequeños y a medida que

fueron creciendo, se hizo “natural” pensar en jugar golf y elaborar un discurso para justificar

lo necesario de su práctica, los beneficios en salud de su desarrollo constante, la importancia

del golf en las relaciones de negociones, etc.

En el caso de la lectura ocurre algo similar. Algunos hemos recibido la herencia cultural de

familias y escuelas que nos han promovido la lectura, hemos tenido la oportunidad de contar

con libros en casa o de acceder a una buena biblioteca en el barrio, vimos a nuestros padres e

incluso abuelos leyendo y comentando los libros que leían, logramos encontrarnos con libros

que nos encantaron y pudimos construir, a lo largo de nuestras vidas, lazos de sentido con la

práctica cultural de la lectura. Si bien cada uno puede contar su propia “historia de lectura”, la

construcción de estas historias ha sido elaborada gracias a que recibimos discursos y

prácticas con las cuales contar nuestros propios cuentos respecto a los libros.

“Estaciones de Lectura” busca explícitamente mostrar a un público diverso que los libros, que

la literatura y los cuentos en particular, están disponibles para todos, que a través de nuestros

conocimientos y principalmente nuestras experiencias de vida, podemos ir hilvanando una

historia personal respecto a la lectura.

En este sentido, al ofrecer nosotros la posibilidad de participar en una actividad de lectura de

literatura a personas con distinto nivel educativo -algunas con mucha educación y experiencia

y otras con muy pocas instancias previas de acercamiento a la literatura- enfrentábamos el

desafío de generar las condiciones para que la lectura emergiera como una actividad

disponible, posible de hacer propia, tanto para quienes ya tenían lazos creados entre leer y su

historia personal, como para quienes había que ofrecer discursos y mensajes que hicieran

posible la construcción de articulaciones de sentido identitario, lazos de sentido entre su

propia historia y la lectura.

El desafío es doble, pues las actividades de cada taller debían presentarse lo suficientemente

desafiantes para mantener interesadas y motivadas a personas con experiencia y trayectoria

como lectores, y al mismo tiempo, estas actividades debían ser suficientemente abordables

para que personas que se percibieran a sí mismas distantes de la cultura escrita se

mantuvieran motivadas e interesadas en participar y persistir.

Creemos que el dispositivo elaborado, construido sobre las bases ya probadas de “Gente y

Cuentos”, logra generar tal condición, ofrece una actividad novedosa e interesante, desafiante

y abordable al mismo tiempo, tanto para lectores con trayectoria individual en relación con la

literatura como para quienes se acercan por primera vez a la lectura literaria como actividad

placentera, posible de hacer propia.

26

Procesos sociales implicados en el aprendizaje

Por último, como señalábamos más arriba, todo proceso de aprendizaje implica, además de

procesos cognitivos y motivacionales, procesos de intercambio social. La relación del aprendiz

con el nuevo conocimiento es también, esencialmente, una relación con otras personas,

sociedad y cultura (Bourgeois, 2000).

Esto nos lleva a estar atentos, en primer lugar, a tomar en cuenta los marcadores culturales

por los cuales se hace patente que una práctica pertenece más a un grupo social que a otro.

Como el golf y las barreras de acceso que presenta -materiales e inmateriales- para su práctica

masiva en Chile, la cultura literaria también instala barreras, de las cuales quienes ya están

“dentro” de lo literario, como práctica instalada en sus vidas, pueden ser ciegos.

Respecto a esto, difícilmente podríamos sostener que logramos distinguir las propias barreras

que, quizá por ser transparentes, instalamos en los talleres en el encuentro con participantes

distantes a la cultura literaria o a una educación completa (tuvimos participantes que no

habían terminado la educación secundaria, y otras con educación universitaria). En ocasiones

nos vimos comentando libros y autores famosos y desconocidos con alguna participante con

mucho capital cultural ligado a la literatura, sin notar que en esas conversaciones dejábamos

fuera a otras participantes que en esas conversaciones no tenían mucho que decir. Otras veces

nos presentábamos siempre como profesionales de distintas áreas, sin pensar que el rótulo

“profesional” genera distinciones educativas y culturales que podrían alejar a algunos de la

invitación ofrecida.

Es posible que hayamos tenido y tengamos aún muchos “puntos ciegos” sobre comentarios o

formas de vincularnos con los libros que podrían distanciar a otros de la actividad. Nosotros

tenemos que trabajar en ello e invitamos a quienes tomen esta iniciativa como suya a que

estén también atentos.

Al respecto, puede servir considerar una de las precauciones que sí tuvimos en cuenta a lo

largo de todos los talleres: no dar nada por sabido, ni nada por obvio. Explicitar incluye.

Como ejemplo de esta atención, en una sesión notamos que una de nuestras participantes no

tenía trato común con las fotocopias (algo dado por hecho inicialmente), y por lo mismo, al

cambiar de hoja, y estar impreso el texto por ambos lados, se perdió y distanció de la lectura

de sus pares. En ese momento, un miembro del equipo se acercó y con mucho respeto ayudó a

completar la lectura a la participante, que volvió entonces a “subirse” a la lectura colectiva.

En segundo lugar, tomando en cuenta que todo proceso de aprendizaje implica procesos

sociales y vínculo entre personas, entre los aprendices y quienes tienen el rol de mediar el

conocimiento específico a ofrecer, también resultó para nosotros importante -y con este

punto comenzó este apartado completo antes del rodeo técnico- construir y ofrecer

intencionadamente un espacio protegido para el aprendizaje en cada sesión de “Estaciones de

Lectura”.

27

¿Qué entendemos por espacio protegido? Para explicarlo, podemos tomar en cuenta la

terminología ofrecida por Ana María Arón y Neva Milicic (2000) al respecto, cuando hablan de

velar por la construcción de climas nutritivos para el aprendizaje en ambientes escolares, en

oposición a la existencia de climas tóxicos para el aprender.

Un espacio protegido sería equivalente a un clima nutritivo para el aprendizaje, caracterizado

por el reconocimiento de todos los participantes, la valoración de la presencia de todos, el

respeto común, la ausencia de cualquier forma de maltrato, el reconocimiento de los logros y

la confianza mutua entre todos los participantes (Milicic & Arón, 2000). Estas condiciones

facilitarían el aprendizaje. Estas condiciones no son dadas de por sí, deben generarse

condiciones para construir confianzas, respeto y acogida. En espacios universitarios se ha

identificado similar relación entre el clima de aula positivo y las expectativas de mayor

aprendizaje sostenidas en esos contextos por los estudiantes. A mejor vínculo emocional y

buen trato de los profesores hacia los estudiantes, mayor aprendizaje y valoración de parte de

los alumnos de la situación de enseñanza (Gallardo & Reyes, 2010).

Por el contrario, en un clima tóxico para el aprendizaje, cada miembro participante se percibe

invisible, sólo reconocido en ocasiones debido a defectos y errores, con una vívida percepción

de rigidez y arbitrariedad en las normas, con conductas de maltrato presentes (entre pares,

entre docentes y aprendices) (Milicic & Arón, 2000). Estas condiciones no favorecerían el

aprendizaje, no en las condiciones en que se ha comprendido aquí, pues si aprender implica la

apertura de estructuras de conocimiento previo, la activación de recuerdos y experiencias

personales desde las cuales apropiarse de la nueva información (Bourgeois, 2000), las

probabilidades de que esto ocurra en un contexto en donde quien aprende se percibe

amenazado o invisible se reducen a cero.

Asumiendo lo anterior, la construcción de un espacio protegido para el aprendizaje no resulta

solo un aspecto deseable, sino fundamental en función del objetivo perseguido por

“Estaciones de Lectura”, esto es hacer de la práctica cultural de la lectura una actividad

disponible e interesante de abordar, de hacer propia, primero en forma grupal, social, en

sesiones de lectura colectiva, para luego apropiarse de esta actividad, y avanzar en el

desarrollo individual de conductas y motivaciones ligadas con la lectura, inscribir la lectura de

literatura como una actividad con sentido personal para quienes participen de nuestros

talleres.

En función de lo anterior, en nuestros talleres velábamos por generar un ambiente cálido, de

bienvenida y respeto común, de apertura y no de juicio respecto a las interpretaciones de las

participantes, de juego y no de evaluación, de reconocimiento y valoración de todos en un

contexto de igualdad, un espacio protegido donde nos reunimos para juntos aprender y

disfrutar de la literatura.

28

El efecto de la lectura colectiva Para desarrollar este último punto, recurriremos a un texto de Sarah Hirschman para

explicitar parte de los efectos que la lectura colectiva puede llegar a provocar, a la luz de

nuestra propia experiencia como talleristas en “Estaciones de Lectura”. Dice Hirschman

(1984), respecto a todo lo que se puede lograr al generar programas que vinculen educación

popular y literatura, que uno de sus efectos más importantes es la pérdida del miedo de los

participantes más distantes de la cultura literaria respecto a la práctica lectora, y el aumento

de su autoconfianza, pues si bien la lectura de un cuento podría parecer desconcertante o

desconocido en un comienzo, “durante el diálogo la gente ve que puede, a través del propio

esfuerzo, comprender y desarrollar un punto de vista original que vincule la obra con su

propia vida. Cuando el cuento se hace comprensible, gracias a este esfuerzo crítico, la gente

puede encarar con más confianza otras tareas que no sabe hacer. Cuando la gente se oye

hablar, a medida que logra participar en público, se vuelve más segura y más audáz” (p.29).

Otro efecto de la lectura colectiva que nosotros notamos con mucha evidencia, tanto fundada

en las risas de las participantes como en el disfrute que el equipo mismo sintió y vivió en cada

sesión realizada, es lo que Hirschman (1984) llama la recuperación del derecho al placer del

texto. Se pasa bien en las sesiones de lectura, el humor es un componente esencial del buen

pasar, y hace que los 90 minutos que dura cada sesión se pasen volando.

Por último, y siguiendo en esto a Michele Petit, tras la realización de los talleres “Estaciones de

Lectura”, coincidimos en que “mientras se derraman lágrimas para lamentar el déficit de la

lectura o la muerte del libro, yo puedo anunciarles por lo menos una buena noticia: cuando

uno tiene la suerte de acceder a ella, la lectura siempre produce sentido, incluso tratándose de

jóvenes, incluso en medios que a priori están alejados de la cultura escrita. La lectura siempre

produce sentido, aun para lectores poco asiduos, que si bien no dedican mucho tiempo a esa

actividad, saben que algunas frases halladas en un libro pueden a veces influir en el rumbo de

una vida” (2008, pp. 31-32).

29

IV. EVALUACIÓN DE LA EXPERIENCIA

¿Cómo fue la recepción de las participantes? Hemos recibido comentarios de las participantes que nos motivan a continuar con esta

metodología y que nos indican que los objetivos del proyecto se cumplen, en cuanto abrir

oportunidades a otros para incorporar la lectura como una práctica cultural disponible en sus

vidas, y generar un espacio de trabajo y aprendizaje acogedor, que facilita la apropiación de

claves para afrontar la futura lectura en solitario de cuentos y otros textos literarios.

Al finalizar cada secuencia de talleres, pedíamos a las participantes que nos señalaran sus

principales impresiones y comentarios respecto al proyecto y su experiencia en él como

participantes. Algunos de los comentarios recibidos fueron los siguientes:

- Sentí que participé de una actividad intelectual.

- Venir aquí cada jueves fue un escape, un lugar para reír y aprender. Si hacen un nuevo

taller, no duden en invitarme.

- Los talleres me sirvieron mucho, ustedes no saben cuánto.

- Me dieron ganas de leer más cosas por mi cuenta.

Como se indicó anteriormente, al cierre de cada secuencia de talleres, ofrecíamos a las

participantes la posibilidad de elegir alguna cita de escritores relativa a la lectura, con la cual

se identificaran tras la realización de los talleres. Estas que siguen fueron de las más

seleccionadas:

- Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace

siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué (Eduardo Galeano).

- Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo (proverbio árabe).

- El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo (Adolfo Bioy

Casares).

Por último, indicar que es un aspecto a considerar a futuro el desarrollo de un dispositivo de

evaluación más complejo y sofisticado, que nos permita no sólo valorar la experiencia y

vivencias en el momento de los talleres de las participantes, sino verificar también si la

secuencia de talleres favorece la apropiación en permanencia de actividades de lectura de

literatura en la vida de quienes asistan.

30

¿Qué aprendizajes hemos obtenido como equipo desde la experiencia? Para el equipo, la realización de los talleres ha sido una experiencia importante, que

esperamos proyectar más allá del trabajo en 2013. Hemos aprendido mucho desde los textos

y, principalmente, desde el encuentro con quienes participaron de los talleres. A continuación,

algunos de los desafíos y aprendizajes que el grupo experimentó en la ejecución del proyecto:

Volver al texto y acoger la emoción dolorosa sin caer en catarsis grupales: las

emociones que la lectura de literatura evoca, a veces de forma indirecta, otras más

explícita, movilizaron a los grupos de taller hacia recuerdos en ocasiones dolorosos;

acoger el dolor de otro, su tristeza, sus memorias difíciles, resultó un desafío

importante para el equipo. Fue ello lo que nos motivó inicialmente a la construcción

de tarjetas para guiar la discusión, para así, ayudados por ellas como recurso externos,

lograr volver a la lectura sin forzar la situación, pudiendo así abandonar los fantasmas

que las tramas despertaban y salir de movimientos hacia el dolor que, en ocasiones, la

situación de trabajo circular pareció facilitar, rememorando quizá espacios de terapia

colectiva o autoayuda que no persiguen los mismos objetivos que los encuentros de

“Estaciones de Lectura”.

Volver a la lectura acogiendo la emoción, evitando la sobrecarga emotiva del grupo

completo, lo que anteriormente llamamos “contagio emocional”, fue un desafío y

aprendizaje importante.

El poder del humor: entendemos la literatura como algo serio, algo importante que

puede incorporarse en la vida de todos. Esto no es igual a entender la literatura o lo

literario como algo grave y por tanto recargado de floreos y tecnicismos que la

vuelven distante, difícil de aprehender. Podemos hacer análisis complejos sin perder

la sonrisa, podemos discutir sin perder de vista que estamos jugando a leer un texto

de formas distintas, podemos contraponer puntos de vista en discusión sin buscar

destruir el argumento del otro, sino buscando lo mejor de cada opinión.

En este sentido, reírse de uno mismo y de las situaciones fue una ayuda en momentos

en que lo literario parecía generar distancia más que confianza a tomar la palabra. El

humor, al parecer, sirvió en ocasiones para disolver temores y romper el hielo de una

situación que es, de por sí, extraña y ajena: leer en conjunto y compartir en voz alta las

impresiones que aquello nos deja con un grupo inicialmente desconocido.

El silencio y la oportunidad de tomar la palabra: un aprendizaje importante para el

equipo fue respetar los silencios y no angustiarse ante un grupo al que le costaba dar

el primer salto, tomar la palabra y comenzar a dialogar. Dar espacio al silencio resultó

importante, tal como lo adelantara Sarah Hirschman en “Gente y Cuentos”. Dar pie a

que todos pudieran tomar la palabra, validando toda opinión, resultó un trabajo de

aprendizaje interesante, en particular en los primeros talleres.

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La convocatoria: resultó difícil convocar a los talleres. Una vez que alguien

experimentaba al menos uno, éste generaba interés y adherencia, ganas de quedarse y

volver la semana siguiente, no obstante creemos que el proyecto debería generar una

estrategia de difusión y promoción más eficiente, capaz de transmitir el objetivo de los

encuentros de manera más atractiva, capaz de invitar a un público distante a la

actividad lectora.

A continuación, cerrando este apartado, compartimos algunos testimonios

de miembros del equipo, donde reflexionan sobre las principales fortalezas

de la metodología, cambios o modificaciones a tomar en cuenta en futuras

implementaciones, desafíos y aprendizajes personales obtenidos desde su

participación en “Estaciones de Lectura”.

Testimonio de Viviana Moya

Desde mi punto de vista, la principal fortaleza de la metodología usada en

“Estaciones de lectura” es validar la experiencia como forma de

acercamiento a la lectura. En ese sentido, se respetan los silencios de los

participantes, sin preguntas directas que suelen amedrentar a personas no

vinculadas con el ambiente académico. También se plantea como fortaleza

la elección de cuentos del contexto latinoamericano, privilegiando cuentos

escritos en español con historias cercanas y con las cuales los lectores se

pueden identificar.

Como mejoras a la iniciativa, y en específico a su metodología, propondría

una etapa de "enseñanza" de las distintas "capas" del libro a analizar. En

este sentido, cuando se les invita a los participantes a exponer qué partes

del cuento constituyen escenario poético o sombras, se percibe cierta

inseguridad que asocio a no entender claramente qué es lo que buscan. De

esta forma, propondría una etapa previa al análisis del cuento de mayor y

mejor explicación de lo que se realizará a continuación.

Mi principal desafío en relación a la experiencia fue no adelantarme a hablar para llenar los

silencios de los participantes. Al terminar la lectura de los cuentos y empezar su análisis, es

común pasar unos minutos en que las personas deciden no hablar esperando que alguien más

lo haga primero. Se me planteó como desafío permitir que sean los mismos participantes

quienes inicien a continúen el dialogo sin necesidad de mis intervenciones.

De la experiencia, aprendí que la espontaneidad en el análisis de un texto literario encuentra

virtudes y profundidades de su contenido. Así, me sirvió como experiencia personal de

acercamiento a la literatura, toda vez que me permitió a mí misma vincularme sin prejuicios

ni temores a los cuentos leídos.

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Testimonio de Constanza Iglesias

La principal fortaleza de la metodología de estaciones de lectura es su

cercanía y simpleza. Desde un comienzo queda claro que no es necesario

ser un experto en literatura para participar del taller y su metodología,

esta vez con tarjetas, le da cierto orden a una conversa bien amigable,

bastante alejada de la academia y más cercana a las experiencias

personales. Como todos tenemos historias que contar sobre nuestras

vidas es muy fácil que los participantes quieran hablar.

Sobre las mejoras a la metodología, creo que intentaría buscar grupos de

participantes más diversos, que entre ellos sean diversos, con distintas

experiencias porque es precisamente esa diversidad la que hace posible

que las interpretaciones de los cuentos se enriquezca.

El principal desafío al utilizar la metodología es saber guiar estas

conversaciones aparentemente personales a un plano en que todos

podamos rescatar algo de ella, para así llevarla al plano de la literatura,

en este caso de un cuento. Podría ser fácil caer en la tentación de dejar a

los participantes hablar sobre sus vidas, que entre ellos se entretengan

con sus historias, pero sin ir uniendo esas reflexiones a las categorías

que se van incluyendo en tarjetas. Si se cuida esa unión, los participantes

rápidamente entran en la sintonía del sistema y, poco a poco, puedes

verlos subrayando sus textos o citando al autor al momento de hablar.

Es en ese momento cuando el método se vuelve orgánico, cuando

aparece el lector apasionado.

Aprendí que es posible que el amor por la literatura se vuelva un ejercicio colectivo. Disfruté

mucho de esos momentos en que se comparten experiencias íntimas, en donde la reflexión

sobre un cuento se basa en la emoción, en un recuerdo de infancia que gatilla una empatía con

el autor, por ejemplo. Creo que el mayor aprendizaje para mí es volver a acercarme a la

literatura, no desde mis conocimientos, sino desde la emoción más primaria, la que finalmente

es la fundamental para querer agarrar un libro. Es un excelente ejercicio ver cómo la literatura

tiene tantas expresiones como vivencias humanas. Aprender a valorarlas hace de “Estaciones

de Lectura” un método que además de acercar a la literatura, te permite aprender a escuchar a

los otros, a valorar sus experiencias y a no tener miedo de compartir las tuyas.

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Testimonio de Matías Montenegro

La principal fortaleza del proyecto es que no pretender “enseñar” a leer,

sino que rescata el gusto por la lectura, la motivación individual de las

personas y sus percepciones subjetivas a través de una metodología de

trabajo colectiva. Estimo que el trabajo está planteado de tal forma de

permitir profundizar en la experiencia literaria a través de preguntas

simples y directas.

Respecto a mejoras a la metodología, si bien creo que ésta es apropiada

para el fin que persigue, pienso que sería positivo comenzar con una

primera sesión distinta centrada en que la persona comparta cuáles han

sido sus experiencias iniciales de lectura y que valora de la lectura. Esto

permitiría conocer de mejor forma las expectativas de los participantes e

ir adecuando algunos detalles del taller a este primer levantamiento (o

utilizarlo en el último taller para evaluar el avance).

Mi principal desafío al utilizar la metodología de “Estaciones de Lectura”

fue encontrar textos para los diferentes públicos del taller y saber traducir

las categorías de análisis planteadas por la metodología a las participantes.

Por último, creo que la experiencia más maravillosa del proyecto es darse

cuenta cómo una breve y pequeña historia puede impactar en las

percepciones y las vivencias de diferentes personas. Es decir, cómo el compartir

colectivamente el contenido de un texto puede generar un impacto en la vida de diferentes

personas. Esa experiencia es muy simple y conmovedora a la vez.

Testimonio de Gonzalo Castillo

A mi juicio, la principal fortaleza de la metodología se da por la posibilidad de involucrar a los

asistentes en la lectura de un texto y la posterior reflexión en torno a él, involucrando tanto

las sensaciones y emociones que provocó el escrito, además del análisis que se realiza a partir

de las categorías empleadas para ello.

Se hace patente en el proceso que los asistentes, sin importar su nivel lector en el diario vivir,

consiguen compenetrarse y realizar abstracciones interesantes que evidencian que la

literatura es patrimonio de todos.

Como mejora a la metodología, propongo reducir el número de tarjetas que se utilizan para

analizar ciertos elementos del texto, como por ejemplo la que dice relación con las “claves”, ya

que resultó ser una de las de más difícil comprensión por parte de los asistentes y tendía a

obstaculizar, en menor medida, el proceso de reflexión sobre el texto.

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Mi principal desafío al trabajar en “Estaciones de Lectura” fue el poder crear efectivamente el

ambiente propicio para realizar la actividad, en el sentido de que los asistentes lograran

involucrarse en la lectura, considerando que no soy especialista en literatura. Sin embargo,

una vez sorteado ese obstáculo, la dinámica grupal lograba desarrollarse de manera fluida y

con gran provecho para todos nosotros, tanto monitores como asistentes.

El aprendizaje esencial que extraje de la experiencia fue el hacer patente el que la literatura,

lectura y reflexión, puede ser realizado por cualquier persona que tenga la posibilidad de

acceder a un texto, independiente de su nivel cultural o lector. Resulta notable percibir cómo

las personas van encontrando elementos en la lectura que les hacen sentido, de forma distinta

entre cada uno, y que la literatura deja de ser una disciplina reducida a unos cuantos iniciados,

sino que puede ser disfrutada por todos.

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V. ¿CUÁL ES EL FUTURO DEL PROYECTO? “Estaciones de Lectura” continuará en 2014. La idea del equipo del proyecto es probar la

metodología en nuevos contextos y continuar su formación en relación con la promoción

lectora, al mismo tiempo de convocar a nuevos mediadores para difundir la experiencia más

allá del equipo.

En el mes de marzo de 2014 se pretende realizar una jornada abierta de invitación y

capacitación en la metodología.

El equipo ya ha iniciado conversaciones con otras instituciones, con el objetivo de insertar en

residencias de mujeres y hogares de ancianos la experiencia “Estaciones de Lectura”.

También hay interés desde el un colegio de la comuna de la Pintana, de instalar un taller en

metodología “Estaciones de Lectura” dirigido hacia sus apoderados.

Por último, posiblemente en el mes de Mayo de 2014 se ofrecerá un taller en modalidad

“Estaciones de Lectura” en el café literario de Parque Bustamante, en la comuna de

Providencia.

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Referencias:

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Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al grado

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