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Portoviejo, junio de 2011

No. 28

Ramiro Molina Cedeo Director generalRevista cultural creada en el mes de marzo del ao 2004 por Ramiro Molina Cedeo, con propiedad intelectual compartida con Alfredo Cedeo Delgado. Cuenta con el auspicio econmico del Municipio de Portoviejo.

Consejo editorialRamiro Molina Cedeo Alfredo Cedeo Delgado Marigloria Cornejo Carlos Caldern Chico Edgar Freire Rubio Fernando Jurado Noboa ngel Loor Giler

Colaboran en este nmeroGuillermo Arosemena Arosemena Alfredo Cedeo Delgado Willington Paredes Ramrez Pedro Arturo Reino Garcs Fernando Balseca Tonio Iturralde Cevallos

Colaboradores permanentesMara Fernanda Bravo Tonio Iturralde Cevallos Anita Mendoza Alfredo Romn Murillo

ISBN978-9942-02-603-3

CorreccinEstela Guin Palumbo

Edicin, diagramacin e impresinLa Isla N27-96 y Cuba (593 2) 256 6036 [email protected] Quito-Ecuador

LA TIERRA

Imagen de portada y pgina 2: Eloy Alfaro y su familia Foto cortesa de Carmen Dueas Santos de Anhalzer

Portoviejo Manab Telfonos: 052 639461 093123580 E-Mail: [email protected] CENTRO CULTURAL PORTOVIEJO Trabajando por la cultura Portoviejo, junio del 2011

Nota introductoria y traduccin: Dr. Benjamn Rosales Valen zuela

Ministerio de Cultura

LA UNIVERSIDAD PARTICULAR SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO Es una institucin que forma seres humanos, con responsabilidades sociales, cientcas, creativas, tcnicas, investigativas y tecnolgicas. Con satisfaccin, la Universidad entrega a la sociedad profesionales de un universo acadmico que aporta al desarrollo de la provincia de Manab, la regin y el pas. La educacin superior vive en nuestras aulas y pervivir mientras exista una inteligencia que capacitar y una personalidad que robustecer. Ab. Marcelo Farfn Intriago RECTOR

CONTENIDO

EDITORIAL EL ROL DE LAS EMPRESAS EN EL DESARROLLO ECONMICO DE MANAB Guillermo Arosemena Arosemena EL REMPLAZO DEL MODELO AGROEXPORTADOR POR EL INDUSTRIALIZADOR. SUS RESULTADOS Y CONSECUENCIAS Alfredo Cedeo Delgado PARA COMPRENDER LA SOCIOECONOMA INDGENA ANDINA, BASE DEL PARADIGMA DEL SUMAK KAWSAY Willington Paredes Ramrez MAMA CHOASANGUIL. LA MADRE DE RUMIAHUI 1500 Pedro Arturo Reino Garcs HUMBERTO E. ROBLES, DE PIGAFETTA A BORGES: ENSAYOS SOBRE AMRICA LATINA Fernando Balseca SEMBLANZA DE LOS PARQUES JUAN MONTALVO Y CAYAMBE Tonio Iturralde Cevallos

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EDITORIAL

A

mediados del siglo XIX, la llegada de una clase empresarial, que pobl los cantones de Jipijapa y Montecristi, mostr claramente que la intermediacin iba a ser el principal objetivo de sus actividades; en efecto, enviados por comerciantes guayaquileos, compraron el sombrero de paja toquilla, lo pagaron con especies en muchas ocasiones, lo permutaron por telas, velas-espermas o alimentos, trasladaron al puerto de Guayaquil lo adquirido y por ah lo exportaron.Manab que gan? Ni la circulacin monetaria ni el uso del excedente para intentar desarrollar la economa pobre de una sociedad ni la posibilidad de poder enlazarse con los circuitos econmicos del exterior por no poder exportar desde Manta o Baha de manera directa; peor la cristalizacin de un quimrico desarrollo industrial para dar valor agregado a su materia prima exportable o la instalacin de empresas elaboradoras que ofrezcan empleos. Manab tiene un gran futuro por delante, est alcanzando una masa crtica de generacin econmica que cada ao la hace menos dependientes de ciudades como Guayaquil y Quito, dice Guillermo Arosemena, y agrega con acierto que el desarrollo empresarial real, genuino, de la provincia manabita empieza desde 1940, dcada en que empieza a desarrollarse la industria pesquera; ese sector que no intermedia, que genera empleo, que brinda posibili-

dades de desarrollo al puerto de Manta y que permite exportar, ya no materia prima (esos engaosos comodities), sino un producto industrializado que genera valor agregado y que compite de igual a igual en cualquier mercado mundial. La sensacin que queda es dolorosa: por qu ese desarrollo empresarial manabita empez muy tarde?, por qu se perdi tanto tiempo? Quiz en la frase citada de Arosemena est la respuesta: fue perjudicial la dependencia de Manab de Quito y Guayaquil. Al revisar las actas del Congreso de Riobamba de septiembre de 1830 se puede comprender mejor las razones para tal dependencia: En la segunda sesin de ese Congreso inaugural de la patria, el Diputado por Manab, Cayetano Ramrez y Fita pide, casi implorando, que se abran los puertos de Manta y Baha para exportar e importar por ellos; y, as, relacionar comercialmente a la provincia y articularla con otros sectores productivos internacionales. Los diputados que se opusieron tenazmente al pedido de Ramrez y Fita con el deleznable argumento de que se iba a favorecer el contrabando y que lograron que no fuera ni siquiera considerado la demanda manabita fueron Febres Cordero y Roca, este ltimo, futuro presidente de la Repblica. As, ya sabemos de dnde eran y a qu intereses respondan los que ayudaron a desarrollar la dependencia que nos fren durante todo un siglo.

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EL ROL DE LAS EMPRESAS EN EL DESARROLLO ECONMICO DE MANABGuillermo Arosemena Arosemena

D

esde la aurora de nuestra civilizacin y mucho antes del nacimiento de los estados y gobiernos, ya exista el emprendedor como fuente de creacin de riqueza, conocimientos, bienestar y satisfaccin de necesidades. Prueba de lo afirmado es que hace dos millones de aos, nuestros antecesores inventaron las herramientas de piedra al darse cuenta de que las manos no eran suficientes para cortar o excavar superficies duras. Fue la primera vez que se us la tecnologa, resultante de la capacidad de innovacin de los seres humanos. Posteriormente, por la iniciativa, curiosidad y deseo de satisfacer necesidades, los seres humanos descubrieron el fuego y la rueda de madera. Con cada invento siguiente fue mejorando la calidad de vida de los ciudadanos por el esfuerzo del individuo, mas no porque el Estado era generador de riqueza. Todo lo contrario, desde la creacin de los reinos, nacieron los impuestos; y, reyes y emperadores se dedicaron a extraer recursos de las actividades productivas para financiar guerras y fastuosa forma de vida. Durante milenios, el ser humano logr progresar sin necesidad del Estado, por no existir ste; y cuando fue creado, y durante siglos, salvo en 4

el tema impuestos, no interfiri en las actividades productivas. El Estado empresario y benefactor surgi en el siglo XX. En la obra El nacimiento de la abundancia, el historiador William Bernstein considera que la pobreza comenz a desaparecer a partir de fines del siglo XVIII, atribuyendo tal logro casi exclusivamente a los empresarios. En esa poca, el aporte del Estado fue crear y controlar el marco institucional, capaz de garantizar el trabajo productivo a travs del respeto a los derechos de propiedad, tolerancia intelectual, libertades individuales, estado de derecho, racionalismo cientfico y leyes favorables a las actividades del sector privado. El impacto del modelo de economa creada fue tan extraordinario en el mejoramiento del nivel de vida, que el propio Karl Marx, en su obra el Manifiesto Comunista, afirm que los empresarios han creado en los ltimos cien aos ms fuerzas productivas masivas y colosales que en todas las generaciones anteriores. La diferencia entre el modelo econmico anterior (mercantilismo) y el del siglo XVIII en Inglaterra, y posteriormente Estados Unidos (capitalismo), fue la libertad para emprender y permitir que el ser humano usara el conocimiento a la mxima potencia.

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Desde las innovaciones primitivas de las herramientas de piedra hasta el internet; desde la creacin de la compaa y el seguro martimo alrededor del siglo XIII en Italia hasta los instrumentos financieros altamente complejos actuales; desde los molinos de vientos originarios en Holanda en el siglo XIV hasta las turbinas de energa olica producidas durante los ltimos aos en Estados Unidos y otros pases, el empresario ha sido el motor de todos los cambios que se han visto en la historia de la humanidad. Sin l, no hubiera habido incrementos en productividad ni consumo de tan gran variedad de bienes y servicios. En este largo y frctfero camino de prosperidad, los Estados eficientes y visionarios se limitaron a garantizar la institucionalidad; desde que hace ms de 3.000 aos, Hamurabi, rey de Babilonia, se asegur de que en el primer cdigo de leyes que registra la humanidad, se incluyeran normas favorables relativas al comercio, incluyendo tasas de inters, tipos de cambio, riesgo, etc. Desde hace ms de 300 aos, numerosas obras se han escrito sobre la importancia de los emprendedores en el progreso de los pases. Ya al comenzar el siglo XVIII, Richard Cantillon, economista francs-irlands, escribi sobre el rol de ellos en la economa, como agentes de cambio; pocos aos despus, Juan Baptiste Say, otro economista francs, ampli los estudios. Hubo posteriores investigadores del emprendedor; Joseph Schumpeter, uno de los ms grandes economistas del siglo XX, escribi que la innova-

cin a travs del emprendedor es el corazn del progreso econmico. En su visin, los empresarios operan un proceso dinmico en el que nuevos bienes y servicios reemplazan a existentes. A esto llam Destruccin Creativa, por promover el crecimiento econmico con la creacin de nuevas profesiones, negocios, productos y servicios, as como la obsolescencia de los existentes. En este reciclaje, la humanidad progresa. De la carreta pas al auto, del avin con hlice a propulsin; de la paloma mensajera a la cablegrafa, telefona fija, tlex, fax, celular e internet. Este proceso histrico ha aumentado la productividad, disminuido costos, mejorado calidad e incrementado el nivel de vida de las masas. Los emprendedores y empresarios son creativos, inveterados tomadores de riesgos, perseverantes, luchadores, maximizadores de las ventajas materiales, altamente competitivos, persuasivos, optimistas, persistentes, trabajadores, visionarios, tenaces, tienen el sentido de los negocios en la sangre, poseen altos niveles de energa y la habilidad de ver el futuro; no tienen miedo al fracaso, se mantienen enfocados, poseen el talento de recuperarse y aprender de las malas experiencias. El emprendedor y la innovacin son una misma cosa, no puede funcionar el uno sin el otro. Gracias a ellos, el mundo ha vivido un perodo de prosperidad en los ltimos dos siglos, como nunca antes. En 1800, el 90% de la poblacin mundial era pobre, actualmente es menos de 20%. Las empresas han contribuido a: aumentar la esperanza de vida 5

de las personas, disminuir el fallecimiento de nios al nacer, crear nuevas ciencias y carreras universitarias, mejorar la calidad del trabajo, hacer ms confortable la vida de la gente, acortar distancias, etc. La descripcin histrica a nivel mundial mencionada respecto al rol de los emprendedores y empresarios, en el crecimiento econmico de los pases, ha sido similar en Ecuador, con la diferencia de que el Estado ecuatoriano no siempre ha tenido inters en impulsar la produccin en forma sistemtica ni reconocer la labor de los empresarios. El ser un pas pobre no ha impedido a Ecuador tener grandes emprendedores desde el perodo colonial. En todas las pocas surgieron empresarios talentosos por la forma como dedicaron tiempo, talento y capacidad innovadora en las actividades en que incursionaron. No todos quienes participaron en actividades productivas tuvieron xito. Las empresas que fundaron no siempre perduraron. Las causas son: anticiparse al tiempo con productos o servicios que no se vendieron, porque el mercado todava no estaba preparado; por la inestabilidad del pas y polticas econmicas o por sus propios errores en excesivo endeudamiento o mala organizacin de la empresa. Entre quienes quebraron hay empresarios que volvieron a triunfar. En naciones como Ecuador es muy difcil que las empresas perduren, por lo que crear riqueza es una tarea muy difcil de realizar. Hay que enfrentar a un sinnmero de obstculos porque el entorno no facilita el desarrollo sos6

tenido de las actividades productivas. Los obstculos se encuentran por doquier: desinters de los gobiernos en alentar la produccin, cdigo de trabajo inflexible, leyes que no protegen las propiedad privada ni intelectual, trabajador con escasos conocimientos, inestabilidad poltica, dificultad en acceder al crdito a mediano y largo plazo, ineficientes y costosos servicios pblicos, inestabilidad econmica, elevadas tasas de inters, etc. A pesar de los obstculos descritos, las empresas han salido adelante, han logrado diversificar la variedad de bienes y servicios, creado una clase gerencial capaz, pagado impuestos; y, logrado crear mejores condiciones para las futuras generaciones. Por el reducido tamao del mercado ecuatoriano y bajo consumo de bienes y servicios, los volmenes de ventas, utilidades y nmero de trabajadores de las empresas, histricamente, han sido pequeos. Hay que tener presente que hace medio siglo el total de las exportaciones ecuatorianas era apenas 103 millones de dlares. Esta situacin no ha variado significativamente en la actualidad. Las grandes empresas ecuatorianas de 2010 son muy pequeas comparadas con las de su regin. El tamao de las empresas est en relacin al tamao de la economa de los pases, de tal forma que si las economas crecen, tambin lo hacen las empresas; si decrecen, las ventas de las empresas tambin caen. En esta ecuacin, lamentablemente la variable dependiente es la empresa, pues depende de las polticas econmicas de los gobernantes. Si ellas no

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existen, no son decretadas oportunamente, o no se aplican sabiamente, no hay estmulo para las empresas crecer a travs de las exportaciones y ampliar sus actividades a otros pases; las empresas se estancan, no prosperan y eventualmente desaparecen. Esa realidad se valida al revisar los rankings anuales de las empresas ms grandes del mundo, incluyendo Amrica Latina, publicados por prestigiosas revistas internacionales como Business Week, Fortune, Forbes, etc. Al revisar los resultados de estos rankings, a travs de un quinquenio o dcada, se observa el espectacular crecimiento de ventas de las empresas que operan en economas estables y que, adems, optan por internacionalizar sus actividades. Si las empresas ecuatorianas se encuentran muy mal ubicadas en los rankings latinoamericanos, y no aparecen en los mundiales, es en gran medida porque no han podido crecer suficientemente debido a la inestabilidad econmica, poltica y social del pas y, adems, por no existir polticas de fomento a las exportaciones. En otras naciones, donde no existen nuestros problemas, las ventas del sector privado crecen sostenidamente y sus ventas al exterior se incrementen a tasas superiores a las nuestras, cada ao que transcurre. Otra causa de debilitamiento del sector empresarial es el insuficiente mercado de capitales en el pas. El mercado de valores es esencial para salir de la pobreza y lograr la prosperidad. La bolsa es el medio ms eficiente y transparente para levantar

capitales con el objeto de crear nuevas empresas o fortalecer existentes. Los ecuatorianos tuvieron muy claro la importancia de ella cuando en 1844 se estableci la Bolsa de Comercio. Lamentablemente tuvo corta vida. Un ao despus tena lugar la Revolucin Marcista que tumb a Flores y lo envi al exilio. Pasaron algunos aos hasta que se organiz la Bolsa Mercantil en 1873. sta desapareci antes de terminar el siglo. En los aos treinta hubo un tercer intento fallido, hasta que en 1969 se crearon por decreto, simultneamente, la Bolsa de Valores de Quito (BVQ) y Guayaquil (BVG), presididas por Patricio Pea Durini y Rodolfo Kronfle Akel, respectivamente. Las BVQ y BVG han progresado desde su fundacin, pero son muy pequeas si se comparan con las de la regin. Muy pocas empresas de capital abierto se cotizan diariamente en ellas y su actividad se concentra en la venta de ttulos de renta fija emitidos por empresas. El tamao de la actividad burstil se mide por la capitalizacin, que representa el valor de mercado de las acciones de todas las empresas cotizadas en bolsa; en el 2008 fue 4.600 millones de dlares, la capitalizacin; de la de Chile fue 132,400 millones de dlares. En un mundo tan globalizado, como el que vivimos, tener un sector privado dbil es una terrible desventaja, pues hay varios peligros: desaprovechar las oportunidades ofrecidas por la internacionalizacin de las economas, estar fuera de competencia y ser incapaz de desarrollarse saludablemente. En Ecuador no se ha enten7

dido que el mundo vive un entorno que es muy diferente al de hace 30 aos, donde las naciones y empresas tienen nuevas reglas de juego, nuevas herramientas de trabajo, nuevas filosofas de vida, nuevas polticas de desarrollo, etc. Actualmente tiempo y sincronizacin se han convertido en elementos bsicos de creacin de riqueza. Si antes se pensaba que el tiempo era oro, actualmente fracciones de tiempo son diamantes. Las computadoras han creado los nano-segundos, ellas pueden hacer operaciones matemticas a velocidades nunca antes soadas; el acceso a la informacin es instantneo a travs del internet, donde hay 20 millardos de pginas con todo tipo de informacin; anualmente estas ltimas crecen geomtricamente. En Ecuador, la constante de los gobiernos es posponer, ignorar la importancia del tiempo y crear obstculos que limitan el progreso de las empresas y economa. Los pases salen de la pobreza con empresas grandes, slidas y eficientes. Solamente con economa de escala se logran bajos costos, diversidad de bienes y servicios. El volumen es indispensable para poder competir en el mercado nacional, y con mayor razn en el internacional. Corea del Sur no sera lo que es actualmente sin empresas como Samsung, Hyundai y otros colosos; o Mxico sin el gigante de las comunicaciones Amrica Mvil, y sin Cemex, la tercera cementera ms grande del mundo. Cuando alcanzan la masa crtica, hacen enormes inversiones en investigacin y desarrollo, invierten grandes cantida8

des en capacitacin y contratan a los profesionales ms brillantes. La enorme prosperidad mundial del perodo 2000 al 2007, Ecuador no aprovech al mximo como s lo lograron otros pases del Tercer Mundo, fue el momento para el despegue de las multinacionales en Amrica Latina, actividad que histricamente haba estado en manos de las empresas del Primer Mundo. La revista Forbes anualmente publica la lista de las empresas ms grandes del mundo. En el cuadro 1 se encuentra el aporte de los pases latinoamericanos. Chile, con menor poblacin, tiene ms del doble de empresas que Colombia y Per.Las 2.000 empresas ms grandes del mundo.Brasil Mxico Chile Colombia PerFuente: Forbes

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En Ecuador, las empresas continan siendo pequeas y dbiles. Por ejemplo, en el ranking de los 100 bancos de la regin con mayores activos publicado por la revista Latin Finance, Argentina tiene 15, Chile 16 y Ecuador apenas 1. El Banco argentino mejor ubicado est en puesto 23, el chileno en 18. El Banco chileno ms grande tiene 14,276 millones de dlares en depsitos, cifra superior al total de depsitos de todo el sistema financiero ecuatoriano, en el 2008. En

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otro ranking, de las 500 empresas ms grandes de Amrica Latina, Ecuador aporta con tres empresas, Chile con veinte veces ms. Pero, a pesar de no haber seguido el ritmo de otros pases, el logro de las empresas ecuatorianas est a la vista de nacionales y extranjeros. Ellas han sido fundamentales para el incremento del nivel de vida de empleados y trabajadores. Hasta 1950 la mayora de las casas de las principales ciudades eran de madera y mixtas, y en los pueblos de la Sierra prevaleca la construccin de adobe. En la Costa el aire acondicionado era un lujo. Muy pocas familias tenan una segunda casa para pasar vacaciones, en balnearios o campo. En el pas no se vendan ms de 1.000 automviles anualmente, eran un lujo que solo las familias acomodadas podan tenerlo. La compra de los alimentos se haca en el mercado pblico, en condiciones de muy poca salubridad, o en tiendas de barrios, y se desconocan los almacenes departamentales. No haba sitios de comidas rpidas y muy pocos restaurantes. Medio siglo despus todo lo descrito forma parte de un pasado que no debe volver. Hace pocas dcadas, las empresas ms grandes del pas vendan menos de 50 millones de dlares anuales; actualmente, hay ms de 150 empresas que venden esta cantidad; y, Corporacin Favorita, la ms grande de Ecuador, sobrepasa 1.000 millones. La empresa privada no ha sido de la simpata de los gobiernos, especialmente del actual. Pocas veces

se le reconoce la labor que cumple. La globalizacin impacta nuestras vidas y en las naciones emergentes que sobresalen, los gobiernos crean condiciones para que las empresas sean altamente competitivas. Frente a una realidad tan perturbadora, tenemos un Gobierno que ve al sector privado con malos ojos, especialmente a las empresas importantes; su poltica no est dirigida a tener un sector empresarial poderoso, vibrante, innovador y competitivo. Es todo lo contrario, est propiciando mayor debilitamiento en un mundo donde la ineficiencia es duramente castigada. La historia de los empresarios manabitas es la de un grupo de ecuatorianos que desafiando el tradicional entorno adverso en que se trabaja en pases como Ecuador, encontraron la forma de crear empresas, generar trabajo y contribuir silenciosamente al desarrollo de la nacin; es la historia de personas que, sin tener mayores recursos econmicos, tuvieron fe en su pas y confianza en lo que hacan, lograron triunfar y en el camino hacer dinero. La mayora de los grandes empresarios fueron self made, no heredaron capitales, todo lo contrario, lo crearon con sus ideas, arduo trabajo y ayuda de los empleados. La clase media ecuatoriana actual se debe a los empresarios que lograron hacer crecer sus empresas en estructura de organizacin, y requirieron llenar cargos de ingenieros de produccin, mantenimiento, electricidad, sistemas, tecnlogos, etc. Entonces no caben las ofensas hechas a los empresarios, cuando 9

se los califica de pelucones, explotadores, insensibles, etc. Es todo lo contrario. Como bien seal Pablo Lucio Paredes en su artculo La vaca lechera del 10 de julio de 2010 en El Universo, son los ciudadanos, lase empresarios, los que son vacas lecheras; es decir, el Estado vive de los impuestos que pagan y crean fuentes de trabajo.

Los empresarios del siglo XIXDurante el siglo XIX hubo dos importantes auges econmicos en Manab: el sombrero de paja toquilla en Montecristi y Jipijapa; posteriormente, el cacao en Chone junto con la tagua. El primero tuvo lugar hasta mediados del siglo XIX, cuando enfrent la competencia peruana. De cierto modo, los manabitas, sin darse cuenta, fomentaron las empresas peruanas al exportarles la paja toquilla con la que hicieron sombreros, y que luego vendieron en Ecuador. Tambin enfrent la competencia de Azuay, cuyos sombreros se vendan a precios inferiores. En las primeras dcadas, el sombrero se exportaba por Guayaquil, pero en dcadas posteriores se hizo a travs de Manta. Con el auge del sombrero de paja toquilla nacieron empresarios de gran poder econmico. Uno de ellos, Manuel Crdova, de Montecristi, hizo dinero vendiendo sombreros en el Caribe. Con el capital acumulado, entre 1842 y 1843, solicit autorizacin al Gobierno para crear un complejo industrial en Charapot y Ro Chico, compuesto de una 10

desmotadora de algodn, telares para tejer hilo y lonas, sta ltima para venderse como velas a los buques; maquinarias para moler la caa y hacer azcar; moler maz y extraer el aceite del coco. En el mismo 1843, Crdova peticion a las autoridades la exoneracin del impuesto del diezmo y los tributos a las exportaciones de sus productos, exclusin del servicio militar a sus empleados, entre otros beneficios. Aos despus, Crdova se dedic a la exportacin de la tagua con destino a Europa. En 1875, ao trgico para algunas empresas exportadoras manabitas, Crdova liquid sus negocios. Manuel Alfaro, espaol que trabajaba para Lizrraga, fue enviado por l a Manab para comprar sombreros de paja toquilla, posteriormente se independiz y convirti en un prspero exportador de ellos a Centroamrica. Fue padre de Eloy Alfaro. La tagua fue otro de los productos que gener riqueza en Manab. Antes de 1866 se desconocan sus propiedades, luego s, a partir de ese ao se inici la exportacin con una pequea cantidad de 981 quintales valorados en mil libras esterlinas. Esta nueva fuente de divisas se debi a que la tripulacin de un buque alemn anclado en Manta, en forma accidental, conoci la tagua y opt por llevarse unas muestras a Hamburgo, donde se dieron cuenta de las extraordinarias aplicaciones del mencionado producto agrcola. Este marfil vegetal creca en forma natural; pocos aos despus, la explotacin se convirti en fuente de generacin de empleo y

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riqueza. Las exportaciones se realizaron por los puertos de Cayo, Machalilla y Manta. La tagua se comenz a exportar en grandes cantidades a partir de 1878; y, para los dos ltimos aos de ese siglo las ventas superaron 900.000 sucres por ao. Este producto gener riqueza en Manab. Entre los principales exportadores de tagua estaban J.D. Zuloaga, quien export 82.780 pesos entre julio y diciembre de 1876; Julio Santos Gonzales & Cia, 47.076; M. San Lucas & Ca. 22.500; y, J.J. Casal 18.000. Ellos tambin exportaron el cacao que se convirti en el principal producto de exportacin; para 1870 ya existan sembrados un milln de rboles en Chone, Tosagua, Calceta y otros lugares. Empresarios guayaquileos, con oficinas en Manab, tambin exportaron la tagua. Entre otros prsperos empresarios de varias ciudades de Manab se encontraban: Lucas de la Huerta, propietario de un bergantn para llevar y traer mercadera al y del Per; Juan Chvez, Jos Mara Miranda, Agustn Robles, de Montecristi; Francisco Surez, Antonio Villafuerte, Juan Antonio Subiaga, Braulio Vera y Jos Joaqun Gonzlez, de Jipijapa. Entre los empresarios extranjeros radicados en Manab estaban: Paul Goddard, Juan Sperak y Gregorio Uscocovich, estos ltimos nacidos en Yugoslavia. El ingls Markus Kelly se dedic a crear negocios en Quito y otras ciudades del pas; por su amistad con Eloy Alfaro, promovi en 1885 el Banco Anglo Ecuatoriano con el aporte del

60% del capital de empresarios manabitas y el 40% de capital ingls. Por razones desconocidas no inici operaciones en Montecristi, la sede fue trasladada a Guayaquil donde oper con un capital de 80.000 pesos hasta 1887. Entre los proyectos de Kelly estuvo la construccin del ferrocarril de Guayaquil a Quito.

Empresarios del siglo XXPara el primer decenio de 1900, Manab contaba con dos puertos, Baha de Carquez y Manta, siendo el primero, el segundo ms importante del pas en exportaciones, despus de Guayaquil. Comparativamente tena el 9% del volumen del principal puerto. Por ellos se movilizaban tagua, cacao, sombreros de paja toquilla y otros productos de exportacin. En volumen de importacin, Manta ocupaba el segundo lugar. La principal fuente de divisas era el cacao, cuya exportacin representaba entre 5% y 9% de lo exportado por Guayaquil. El grano provena de Chone, Calceta, Junn y Tosagua, de las 9 haciendas con 2.000 hectreas de Juan Jos Plit, el productor ms importante de Manab y de las haciendas de la familia Hurtado, Juan lvarez, y hermanos Seminario de Guayaquil. La tagua tambin generaba gran actividad econmica, alcanz su mxima importancia en la primer dcada; en las posteriores, el precio fue disminuyendo. En la exportacin de este producto, el puerto de Manta estuvo en primer lugar, segundo Esmeraldas y, en tercer lugar, Baha. 11

Capitales de principales empresas y empresarios ms importantes de Ecuador por provincias 1909 Pichincha NombreBanco del Pichincha The Quito Light & Power Co. Sucesores de W.Puente I. Govin

Pichincha Capital1.000.000

Guayas NombreBanco Comercial y Agrcola Banco del Ecuador Julin y Lautaro Aspiazu Empresa de Luz y Fuerza Elctrica Lizmaco Guzmn e Hijos Compaa Guayaquil de Seguros contra Incendio Reyre Hermanos

Guayas Capital5.000.000

Azuay NombreCervecera del Azuay Benigno Polo Cornelio Merchn Juan Jouve

Azuay Capital30.000

Manab NombreTagua Handlsgesellschaft Sucesores de J.F. Miranda Manuel Molina Sucesores de Alejandro Santos Hermanos Alvarado Alfredo Alban

Manab Capital170.000

800.000

3.000.000

30.000

105.000

100.000 100.000

1.800.000 1.500.000

25.000 22.000

100.000 70.000

Julio Lertort

92.000

1.000.000

Agustn Vzquez Federico Malo

17.000

60.000

The Anean Trading Co.

75.000

1.000.000

12.000

50.000

Cordovez y Enrquez

60.000

1.000.000

Miguel Heredia

2.000

Nicanor Zambrano

50.000

Fuente: Gua Comercial, Agrcola e Industrial de la Repblica de Ecuador, Compaa Gua de Ecuador, Guayaquil,1909.

Para aprovechar el relativo auge del cacao, tagua, y en menor escala caucho, se establecieron numerosos negocios, incluyendo de extranjeros residentes que casaron con ecuatorianas y fijaron residencia permanente. Entre los ms importantes nacionales estaban: Delgado Balda, Casa Miranda, Elo Santos & Co., Norberto Salvador y Sucesores de Alejandro Santos. Esta ltima empresa fue fundada por los hermanos Alejandro y Alberto Santos en 1891, el primero manejaba las actividades de la empresa desde Nueva York y el segundo desde Ba12

ha. Algunos de las citadas empresas tuvieron corta vida por lo arriesgado del negocio de exportacin. La familia Aza comenzaron en el comercio de la tagua; con el transcurso de las dcadas se diversific a cacao, caf y algodn. En Guayaquil tuvo grandes instalaciones industriales. Los negocios duraron tres generaciones. Entre los comerciantes extranjeros estaban: Carlos Voelcker, Julio Mahler, Gregorio Uscocovich, Juan Sperak, Jalil Hermanos y Casa Tagua, filial de Tagua Handellschaft. sta ltima fue de propiedad de alemanes, es-

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tablecida en 1905; capt gran parte de las exportaciones manabitas. Oper hasta 1945 que sali del pas. Jorge y Celio Jalil, dos inmigrantes libaneses, iniciaron el negocio con 25.000 sucres de capital en 1905, con los aos sus negocios proliferaron; adems, del negocio de exportacin tuvieron almacn; y, en 1917, crearon el Banco de Manab, donde tambin fueron accionistas F. Santos y Horacio Gostalle. Posteriormente cambi de razn social a Sociedad de Comercio Annima La Equitativa que se dedic a promover la cdula hipotecaria. Pedro Balda inici un negocio de exportacin en los aos veinte, en Manta; por dcadas la familia Balda fue una de las ms importantes de Manab. Fue importante exportador de caf; cuando ingresaron sus hijos a la empresa, los hermanos Balda Cucaln empezaron a diversificar las lneas de negocios y abrieron oficinas en algunas ciudades del pas, incluyendo Guayaquil. Fueron distribuidores de vehculos y de electrodomsticos, entre otros productos. Lamentablemente, como tantos otros empresarios, sufrieron mortales prdidas cambiarias en la crisis econmica de 1982/1983; y, en pocos aos, sus empresas perdieron importancia y eventualmente desaparecieron. Numerosos comerciantes manabitas representaron a los grandes empresarios guayaquileos y tuvieron negocios con ellos. Tatiana Hidrovo, en su libro Manab Histrico, comenta que Floresmilo de la Torre Mora, comerciantes de Canuto y Chone,

compraba productos para el espaol Lorenzo Tous radicado en Guayaquil, Durn & Co., Alfonso Rogiero y otros. A partir de la segunda mitad del siglo XX, la pesca industrial se convirti en una de las actividades econmicas ms importantes de Manta. La industria pesquera moderna data de 1947, cuando la poderosa empresa californiana Van Camp Sea compr Industria Nacional Ecuatoriana Productora de Alimentos (INEPACA), con sede en Manta, a Mauricio Ranking y Francisco Roseney, para exportar atn congelado a sus plantas en Puerto Rico y California. A partir de 1956 instal una planta enlatadora para envasar atn con la marca Montecristi para el mercado nacional y, posteriormente, para la exportacin. Desde los aos cincuenta se constituyeron otras pesqueras en Manta, Posorja y otros puertos de la provincia del Guayas; entre ellas, La Portuguesa, Pesquera Jambel, Empacadora Nacional y Negocios Industriales Real. En 1943, los hermanos Antonio, Oswaldo y Csar lvarez Barba y Jos Mara Espinosa Acevedo compraron al gobierno La Fbrica Beco que funcionaba en Manta, era vieja y anticuada; la mayor parte de sus mquinas no funcionaban y los trabajadores carecan de formacin. Como tenan planeado modernizarla constituyeron en Quito la compaa Industrias Ales (IA), nombre que result de la unin de las slabas AL de lvarez y ES de Espinosa, con un capital inicial de 400.000 sucres. As desapareci la razn social de la deteriorada planta. 13

Cuando los hermanos lvarez Barba arribaron a Manta, a principios de 1944, tuvieron que enfrentar mltiples obstculos. La ciudad careca de infraestructura y elementos para operar. En ese puerto no se encontraba la mano de obra calificada, como electricistas o mecnicos. A ello se sumaba la falta de un buen servicio de luz elctrica y telfono. Un pequeo motor generaba la electricidad para la fbrica, y el agua deba transportarse en barriles de madera a lomo de asno. Pareca el peor lugar para instalar una industria, pero era conveniente por la facilidad de importar insumos y estar en la provincia algodonera. En 1948, Ales lanz al mercado el aceite comestible Dos Coronas junto con los primeros envases de manteca. Un mercado incipiente, dominado por la resistencia a consumir el producto nacional, no tuvo el xito esperado. Los importadores de mantecas y aceite haban inundado el mercado con sus productos, pues no queran que Ales saliera adelante, debido a que les representaba una amenaza. A pesar de los obstculos, la empresa sali adelante. La idea de construir una empresa agroindustrial, que asegurara la entrega permanente de materia prima, fue tomando forma. Los accionistas consideraron la posibilidad de crear una sociedad con la participacin de otras compaas del sector. El objetivo fue el desarrollo agrcola de gran envergadura, inicialmente cultivando 3.000 a 4.000 hectreas de oleaginosas. Ales materializ su anhelado 14

proyecto a mediados de 1978. Se estableci la Sociedad Palmeras del Ecuador en Santo Domingo de los Colorados, para dedicarse a la siembra y extraccin de aceite de palma africana. Con el crecimiento de las ventas, Ales opt por integrar su operacin: fbrica para hacer botellas y baldes plsticos, planta desalinizadora de agua, desmotadora de algodn. Tambin ampli la produccin de jabones. Ales tiene 16 productos propios entre grasas, comestibles y limpieza, adems de ser distribuidor exclusivo para Ecuador de Proctel & Gamble, una de las multinacionales ms grandes del mundo es su rama; exporta a 11 pases. Actualmente el Grupo lvarez, en el que ya trabajan miembros de la tercera, como Patricio lvarez Plaza, est conformado por 37 empresas, que incluyen Ales, Novopan de Ecuador, Acopio de Grasas y lvarez Barba. En el ranking de las 1.000 empresas ms grandes de Ecuador en 1993, de la Superintendencia de Compaas, La Fabril C.A. (LF) se encontraba en el puesto 160; en el de 2008, en el 23. Este espectacular y slido crecimiento, se debe a la visin y emprendimiento de Carlos Gonzlez-Artigas Daz, fundador de la empresa, y a su hijo Carlos Gonzlez-Artigas Loor, gerente general, quien lo acompaa en los ltimos tiempos. El primero comenz en 1968 para comercializar algodn en rama; posteriormente, instal una desmotadora de algodn y procesadora de semilla de algodn. En 1978, se ampli a refinamiento de aceites y grasas vegetales. Para 1980,

LF empez a exportar llegando hasta 40% del total de las ventas, siendo Chile y Estados Unidos los principales mercados. En 1981 se dio cuenta de que era conveniente el manejo autnomo del suministro de materias primas y crearon dos empresas para la produccin y extraccin de aceite de palma. A partir de 1983 incorpor la lnea de produccin de jabones de lavar. LF se dedica a la produccin, comercializacin y exportacin de productos oleaginosos, derivados y productos de limpieza en forma de artculos para consumo masivo e ingredientes para uso industrial, de aceites comestibles y jabones para lavar ropa, teniendo ms del 50% del mercado nacional en estos segmentos. Tambin es fuerte en el segmento de grasas de panadera donde tiene 48,5% del mercado de mantecas y 75,5% de margarinas. Para integrar las operaciones, reducir costos y mejorar calidad, a travs de Energy Palma, los Gonzlez-Artigas tienen 4.200 hectreas de palma y esperan llegar a 10.000 en corto tiempo. Cuando hay excedentes de produccin lo utilizan para producir biodiesel para exportacin a Per y otros mercados. El producto estrella de LF es La Favorita, marca adquirida cuando en el 2002 compr la planta La Favorita de UNILIVER, multinacional que a su vez la haba adquirido de Xavier Vallarino Mrquez de la Plata, empresa que haba estado en poder de la familia del ltimo desde 1902. Otras marcas lderes de LF son Omega, Duet, Ci-

cln, Marva, Sabropan, etc. Uno de los logros de LF es producir aceites libres de cidos grasos trans, causantes de varias enfermedades.

Empresarios del siglo XXIDurante los ltimos treinta aos, los negocios en Manab han tenido un crecimiento espectacular. La actividad portuaria de Manta es impresionante, as como la turstica. En esta ciudad ha crecido la hotelera, desde los pequeos hasta grandes hoteles, y se han construido centros comerciales. Ciudades como Portoviejo y otras tambin muestran un gran avance urbanstico. Manab ya tiene importantes grupos empresariales y una de sus empresas aparece entre las veinte ms grandes de Ecuador.Grupos empresariales por regiones ReginNorte Literal Austro ManabFuente: Forbes

#22 21 6 4

ReginCentro 1 El Oro Centro 2 Sur

#4 3 1 1

Manab tiene un gran futuro por delante, est alcanzando una masa crtica de generacin econmica que cada ao la hace menos dependientes de ciudades como Guayaquil y Quito.

15

Las veinte empresas ms grandes de Ecuador por provincias. (perodo fiscal 2009) (miles de dlares) Puesto1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

NombreCorporacin Favorita CONECEL Corporacin El Rosado Omnibus BB Transportes PRONACA Banco del Pichincha Andes Petroleum DINADEC Consorcios bloques 7 y 21 OTECEL

Ventas (miles de $)1.175.551 1.154.448 705.956 960.833 624.372 623.644 546.821 489.134 486.617 482.978

ProvinciaPichincha Guayas Guayas Pichincha Pichincha Pichincha Pichincha Guayas Pichincha Pichincha

Puesto11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

NombreCervecera Nacional Construmercado Holcim Ecuador Flopec Nestl Ubesa Petrleos y Servicios La Fabril Difare TIA

Ventas (miles de $)425.085 414.398 406.105 405.105 366.928 352.019 337.448 327.519 289.721 280.848

ProvinciaGuayas Guayas Guayas Pichincha Pichincha Guayas Pichincha Manab Guayas Guayas

Fuente: Revista EKOS

BibliografaDueas de Anhalzer, Carmen, Arosemena Arosemena, Guillermo, 1991 El Fruto de los Dioses: el cacao en el Ecuador, desde la Colonia hasta el Ocaso de su Industria, 1600-1983, Guayaquil. El Comercio Exterior de Ecuador, vol. II. Guayaquil. Historia empresarial de Ecuador. El sector bancario, Guayaquil. Ecuador y los desafos del siglo XXI, ESPOL, Guayaquil. Grandes empresas en Ecuador, Quito, Corporacin Ekos Media. 1909 Gua Comercial, Agrcola e Industrial de la Repblica de Ecuador, Compaa Gua de Ecuador, Guayaquil. Soberana e Insurreccin, Coleccin Tesis Historia, Abya-Ayala, Quito. Historia econmica y social del Norte de Manab, Abya-Yala, Quito. Marqueses, cacaoteros y vecinos de Portoviejo, Quito, 1986; USFQ-Abya-Yala.

1991 1986 1997

1992 1998 2004 2010

Hidrovo, Tatiana, 2003 Manab Histrico, Universidad Laica Eloy Alfaro de Manab.

16

EL REEMPLAZO DEL MODELO AGROEXPORTADOR POR EL INDUSTRIALIZADOR.Sus resultados y consecuenciasAlfredo Cedeo Delgado

D

urante el siglo XX, el Ecuador ha conocido dos modelos de desarrollo: a) el modelo agroexportador, basado en la exportacin de productos agrcolas tradicionales, que funcion hasta 1959; y, b) el modelo de industrializacin por la va de sustitucin de importaciones, que se inici a partir de 1960, pero que, sin embargo, se sustentaba en la tradicional actividad agrominera-exportadora. As, en la dcada de los aos setenta, el ltimo modelo antes mencionado recibi un gran impulso debido al crecimiento de los ingresos, producto de una mayor exportacin de petrleo y por una sustancial elevacin de los precios internacionales de los mismos. En efecto, la produccin de crudo se increment en 54 veces entre 1970 y 1973, al pasar de 1,4 a 76,2 millones de barriles. El pre-

cio del petrleo se multiplic por 14; de 2,50 dlares el barril en 1972 lleg a 35 dlares en 1980.1 Ello permiti que el Estado se convirtiera en el protagonista central del proceso de modernizacin de la sociedad. Para la dcada de los aos sesenta, la agricultura representaba el 95,5% del total de las exportaciones ecuatorianas; y, mientras hubo un incremento de las exportaciones mineras que en el ltimo quinquenio del setenta llegaron al 56,6%, las exportaciones agrcolas descendieron drsticamente al 39,4% en ese quinquenio.2Exportaciones del Ecuador Exportacin de minerales (petrleo) Exportaciones AgrcolasFuente: Forbes

Dcada de los aos 50

Dcada de Primer los aos Quinquenio 60 de aos 703,2% 4,1%

Segundo Quinquenio de aos 7056,6%

2,3%

83,1 %

95,5%

94,7%

39,4%

1 2

Anthony Bebbington, coord., Actores de una dcada ganada, Quito, Editorial Comunidec, 1992, p. 19. Banco Central del Ecuador, Anuarios del comercio exterior, Quito, varios aos.

17

Como es fcilmente perceptible, el decrecimiento de las exportaciones agrarias fue acompaado de un incremento notable de las exportaciones mineras. Hasta antes de los aos setenta se puede decir que la economa ecuatoriana descansaba en una base agrcola y oligrquica, determinada en alto grado por la no resolucin de la Reforma Agraria propuesta en los aos sesenta.3 Realmente el Estado burgus y el sector burgus de la economa solo alcanzarn su pleno desarrollo y despegue durante los aos setenta, ya que antes predomin la base econmica mediante la va oligrquica de desarrollo. Con el surgimiento de un alto nivel de ingresos, producto de la exportacin de petrleo, a mediados de los aos setenta, se puso en ejecucin por parte de un crecido aparato estatal una poltica econmica que buscaba, de manera desordenada, tres objetivos centrales: primero, impulsar un proceso de industrializacin, por la va de substitucin de importaciones, favoreciendo el desarrollo de un sector industrial moderno y altamente protegido, que produjera los artculos de consumo domstico que antes se importaban; segundo, una ampliacin del mercado interno, creando sujetos demandantes de esos productos por la va de la modernizacin de la sociedad; y, tercero, el crecimiento y modernizacin del Estado que jugara un rol central en el reordenamiento de la sociedad; complementando lo anterior, con una legislacin laboral y social que buscara paliar los desequi18

librios sociales que pudiera ocasionar el modelo. Este modelo fue formulado e implantado verticalmente en la sociedad por gobiernos dictatoriales que actuaron de manera paternalista. Una rpida evaluacin de lo sucedido muestra las limitaciones del modelo de crecimiento adoptado: la industria, sobreprotegida y aislada de las fuerzas econmicas internacionales, que dependa de un mercado interno que pronto se satur, no pudo competir en un mercado progresivamente internacionalizado; esta industria de sustitucin de importaciones domsticas dependa en un alto grado de insumos y tecnologas importados. El crecimiento internacional de los precios de estos productos traslad los costos de produccin al mercado local, asunto que se tradujo en una persistente inflacin y en una baja competitividad; los trminos de intercambio continuaron deteriorndose, si bien el volumen de exportaciones creci de 100 en 1980 a 163 en 1990, el valor unitario disminuy de 100 a 66,5; mientras las importaciones aumentaron de 100 en 1980 a un ndice de 372,6 en 1990, pero el volumen importado descendi a 20,6; lo que significa, en sntesis, que los productos ecuatorianos se abarataron seis veces respecto a los extranjeros, con lo que se importa inflacin y se cede capital4.3 Carlos Alberto Zambrano, El subdesarrollo de una economa perifrica en el capitalismo mundial, Quito, Ediciones La Tierra, 2007, p. 58. Anthony Bebbington, actores de uan dcada ganada, pp. 21-22.

4

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Un encuentro con la historia

PIB Y SECTOR EXTERNO 1900-2007 (en millones de dlares)Aos PIB EXPORTACIONES XS 2.185,8490 1.927,6940 2.192,8980 2.353,8810 2.713,9270 2.851,0130 3.010,5270 3.065,6150 3.842,6830 4.380,7060 4.872,6480 5.264,3630 4.203,0490 4.451,0840 4.926,6270 IMPORTACIONES MS 1.810,2240 2.158,1360 1.713,5250 1.854,7750 1.861,7450 2.399,0400 2.430,9780 2.562,3230 3.622,0190 4.152,6350 3.931,7200 4.954,8340 5.575,7340 3.017,2530 3.721,2010 BALANZA COMERCIAL XS-MS 375,6250 -230,4420 479,3730 499,1060 852,1820 451,9730 670,5490 503,2920 220,6640 228,0710 940,9280 309,5290 -1.372,6850 1.433,8310 1.205,4260 DEUDA EXTERNA SALDO FINAL* 9.062,7 9.858,3 9.750,0 10.076,7 10.298,1 10.367,3 10.078,7 10.433,0 11.268,8 13.906,2 14.586,1 16.221,4 15.015,2 15.902,3 13.216,3 SERVICIO** 1.023,8 960,3 1.437,1 1.174,6 1.292,7 1.290,1 1.376,2 1.028,7 1.929,5 3.189,4 4.282,6 5.488,9 6.993,1 5.418,6 4.970,3

1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

10.515 9.450 9.129 9.714 10.569 11.525 12.430 14.540 16.880 18.006 19.157 19.760 19.710 13.769 13.649

Por otro lado, el mercado interno no se ampli significativamente, porque el proceso de reforma agraria dej con escasos recursos y sin viabilidad econmica a miles de campesinos, utiliza dos estacionalmente como fuerza de trabajo barata en las ciudades. A todo lo anterior, se le agrega el hecho de que los incentivos y los subsidios se dirigieron a las polticas macroeconmicas y sectoriales asociadas con la industrializacin para sustituir importaciones, premiando a las industrias y a los habitantes de los centros urbanos, discriminando a la agricultura y especialmente al sec-

tor campesino e indgena de la zona rural. El apoyo complementario en insumos, servicios y crditos, y el estmulo de los precios que deba garantizar el Estado, resultaron modestos y diferenciales. Se profundizaron ms bien las desigualdades en el acceso a la oferta estatal, y no mejoraron los sistemas de produccin considerados ineficientes. Al anterior escenario debe agregarse la corrupcin y el mal manejo administrativo que el Estado y los sectores privados hicieron de los desacostumbrados ingresos, junto a las extracciones de capital provenientes 19

del sector financiero internacional; en conjunto, el proceso global no permiti sentar las bases del crecimiento econmico del pas.Ao1980 1999

histrico acaecido en la dcada del 80 al 90. As:Evaluacin de la Poblacin Ecuatoriana 1950-2001 En nmero de habitantesAo 1950 1962 1974 1982 1990 2001 Poblacin 3.202.757 4.476.007 6.521.710 8.060.712 9.697.979 12.156.608

Millones de dlares4.601 15.902

Incremento del PIBms del 106 %

Crecimiento de la deuda externa pblica y privadaA este incremento severo de la deuda externa se sum la cada de los precios del petrleo que de 35 dlares por barril, en 1980, descendieron a menos de 10 en 1986, para situarse en promedios de 13-15 dlares en el primer quinquenio de la dcada de los noventa, y la reduccin de los crditos externos, que comenzaron a sentirse con fuerza a partir de 1982. Todo determin, entonces, una disminucin de la renta fiscal, cuestin que impidi financiar los gastos pblicos y privados de un Estado sobre dimensionado que haba gastado, aproximadamente, el 79% de los ingresos petroleros en salarios para el sector pblico. De esta manera, result imposible mantener subsidio a la industria y a los habitantes de las ciudades. A partir de entonces se dio lugar a un conjunto de medidas inmediatistas con un claro tinte fondo monetarista. La revisin de algunos indicadores socioeconmicos permite comparar y establecer el desenvolvimiento 20

Fuente: INEC, Censos de poblacin 1950-2001.

Se observa el crecimiento poblacional que va de los 7.700.430 hab. en 1980 a 9.697.979 hab. en 1990. Esto equivale a un ritmo de crecimiento anual del 2,28%.Tasas de Crecimiento de la Poblacin Ecuatoriana

1950-1960 1962-1974 1974-1982 1982-1990 PERODOS INTERCENSALES

1990-2001

Este ritmo de crecimiento anual contrasta con el incremento del Producto Interno Bruto que en el mismo lapso fue del 2,05%. Es decir, el PIB creci en 0,23% menos, lo que signific un decrecimiento en trminos reales. Por otro lado, la poblacin econmicamente activa se increment durante el mismo perodo analizado a un ritmo de 3,47% anual, es decir

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Un encuentro con la historia

PIB TOTAL 1981 - 1990

200.000 180.000 160.000 140.000 120.000 100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 01981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990

1,42% ms que el PIB. Por lo mismo el aparato productivo no pudo incorporar a la fuerza de trabajo formada en la dcada.Indicadores socioeconmicosndice de precios al consumidor Valor del sucre Salario mnimo vital Porcentaje de desempleados

Conclusiones y consecuenciasA partir de 1970 es posible notar en el Ecuador, una creciente unin del capital bancario e industrial integrando un capital financiero, el cual pasa a ocupar un lugar hegemnico en la estructura del poder. Las operaciones crediticias en general apuntan con preferencia hacia el sector comercial, posiblemente vinculadas tales circunstancias a los procesos industriales y agropecuarios fuertemente relacionados con el mercado exterior. Sin embargo, mientras la industria se convierte en un elemento sustancial en las polticas de desarrollo estatal, la agricultura permaneci en un segundo plano. El objetivo era consolidar un proceso de reindustrializacin capitalista dependiente del sector financiero, lo cual apuntaba a satisfacer las demandas de grupos sociales de medianos y altos ingresos. Se trans21

Ao 1980118,4 60 centavos 4.647,5 sucres 5,7%

Ao 19902.590,8 4 centavos 1.945,3 sucres 14,7

El subempleo abierto y el subempleo disfrazado se lo podran estimar en un gran total de 26,7%. De esta forma si se suman los des-empleados con los sub-empleados, en 1990 exista un 41,4% de la poblacin econmicamente activa sin capacidad de reproduccin.

firieron importantes recursos a las reas de electrificacin, petroqumica, agroindustria, cemento, siderrgica u automotriz, configurndose un sector industrial polarizado, en el cual, tanto Guayaquil como Quito, concentraban el 78% de los establecimientos fabriles, el 79% del personal ocupado, el 83% de las remuneraciones y el 81% del valor de la produccin.5 Los empresarios, por otro lado, se valen del endeudamiento externo para establecer nuevas industrias o ampliar las ya existentes. Tal endeudamiento que en el ao de 1977 fue de 252 millones de dlares, en 1981 lleg a 1.340 millones de dlares. Por su parte, el Estado registr una tasa de crecimiento de endeudamiento pblico del 23,9% anual, en promedio de 1970 a 1976. Este modelo de desarrollo industrializador, impuesto por la va de la sustitucin de importaciones, subestim y castig a la agricultura para subsidiar la industria y a los habitantes de los centros urbanos. La dinmica del mencionado modelo produjo un rpido crecimiento de las ciudades y una elevacin de los salarios urbanos. Esto presion sobre el sector agrcola en dos sentidos: a) se incrementaron la demanda de alimentos y fibras desde las ciudades, volviendo a la agricultura comercial, incluso a las pequeas parcelas; y, b) se ampli la demanda por trabajo calificado para la construccin y los servicios, acrecentando la migracin rural-urbana. El gasto pblico orientado a la agricultura fue bajo, hasta tocar niveles del 3% del presupuesto general del Estado. En general, los crditos, los 22

subsidios, los precios, la dotacin de infraestructura, el apoyo tcnicocientfico fueron bajos para todo el sector y ausente para el campesino pobre. Los pocos subsidios otorgados fueron aprovechados por agricultores medianos y grandes, no por los pequeos. Las tecnologas mejoradas fueron generalmente localizadas y se concentraron en las tierras de alta calidad controladas por los grandes hacendados. El relajamiento de los precios mundiales del petrleo despus de 1980, y el surgimiento de la crisis de la deuda durante esta misma dcada, pusieron al descubierto los precarios cimientos sobre los cuales se haba querido levantar el proceso industrializador. El crecimiento de las manufacturas baj de un promedio anual de 9,5% durante el perodo 1970-1980, a 1,4% entre 1984 y 1988. En el mismo perodo, el sector de la construccin se contrajo a una tasa de 0,8% anual. Sin embargo, a medida que otros sectores de la economa declinaban en trminos relativos, la agricultura resurga como el motor principal del crecimiento econmico. As, la tasa de crecimiento del sector agrcola entre 1984 y 1988 fue del 8,3%. Durante los aos setenta el crecimiento agrcola fue pobre; durante los aos 80 la agricultura encabez el crecimiento econmico y aport entre el 14 y el 23% del crecimiento del PIB. As, la capacidad del sector agrcola para proveer de ali5 Miguel Herrera Gil, Ensayo sobre un modelo de cambio econmico Social, en Cuestiones Econmicas, No. 2, Quito, Banco Central, 1980.

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mentos a los consumidores a precios bajos, proporcionar ingresos a los trabajadores agrcolas y generar divisas, qued una vez ms demostrada. Mientras que en 1970, antes que se iniciara el boom petrolero, la agricultura representaba el 22,63% del PIB; para el ao de 1994, el grado de participacin en el PIB haba cado al 11,79%, gracias a las polticas inadecuadas propugnadas por el Estado hacia el sector de la economa.6 La agricultura es la actividad que genera mayor mano de obra (adems del sector de la construccin), y cuando en la dcada de los aos setenta se estableci el modelo de desarrollo basado en la sustitucin de importaciones y en la exportacin petrolera, el sector agrcola se sumergi en una crisis interna de la cual no ha podido an salir. Como la industria no requiere, comparativamente, mano de obra en cantidades apreciables como el sector agrcola, no puede reemplazar en ste aspecto a tales actividades, as como tampoco lo puede hacer el petrleo, actividad que con pocos trabajadores se pueden mover centenares de millones de dlares. La trgica realidad es que se sacrific a la agricultura por la industria, y en ninguna de las dos se lleg a ser eficiente. En ltima instancia, esto signific que por falta de trabajo, decenas de miles de personas dejaran el campo y se trasladaran a las ciudades, cuando no, fuera del pas. Y lo continan haciendo.6 Guillermo Arosemena, Ecuador despierta ya es tiempo de progresar, Guayaquil, 1997, pp. 107.

BibliografaArosemena Guillermo, 1997 Ecuador despierta ya es tiempo de progresar, Guayaquil, pp. 107.

Bebbington Anthony, coord., 1992 Actores de una dcada ganada, Quito, Editorial Comunidec, p. 19.

Banco Central del Ecuador, Anuarios del comercio exterior, Quito, varios aos. Herrera Gil Miguel, 1980 Ensayo sobre un modelo de cambio econmico Social, en Cuestiones Econmicas, No. 2, Quito, Banco Central.

Zambrano Carlos Alberto, 2007 El subdesarrollo de una economa perifrica en el capitalismo mundial, Quito, Ediciones La Tierra, p. 58.

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PARA COMPRENDER LA SOCIOECONOMA INDGENA ANDINA,base del paradigma del Sumak KawsayWillington Paredes Ramrez *

No se trata de un juego gratuito, pues no es simplemente el caso de salir en busca del tiempo perdido; los problemas ms lgidos de la actualidad andina no tienen sentido, no son comprensibles, sino cuando los colocamos en una perspectiva histrica de largo alcance, en el curso de la cual la sociedad colonial engendra, poco a poco, la sociedad contempornea.Nathan Wachtel Sociedad e ideologa (1975)

Los fines y los medios del desarrollo obligan a colocar la perspectiva de la libertad en el centro del escenario. En este enfoque, los individuos han de verse como seres que participan activamente si se les da la oportunidad en las configuraciones de su propio destino como meros receptores pasivos de los frutos de ingeniosos programas de desarrollo.

Amartya Sen Desarrollo y libertad (2000)

U

n sector social, especialmente de la intelectualidad y de los activistas de algunas organizaciones polticas, de la sociedad ecuatoriana no ha terminado an de comprender bien el verdadero sentido del horizonte sociocultural que abri la celebracin del importante hecho histrico que se dio en 1492: el descubrimiento de Amrica. En efecto, la celebracin de los quinientos aos del encuentro intercultural, la irrupcion de los factores y procesos socioculturales y tnicos, como nuevos elementos para la comprensin del desarrollo social, no lo 24

situaron en el marco de los cambios y la sntesis histrica que derivaron de ese proceso. Algunos sectores sociales, especialmente del interande, entendieron que en 1992 era posible no solo celebrar cinco siglos de la llegada de Coln (1492), sino adems que era importante y necesario retroceder y volver las manijas del reloj de la historia hacia atrs. Pensaron que era tiempo de recuperar la historia perdida que nos la extraviaron y nos la negaron la llegada de los espaoles.* Historiador, ensayista, profesor universitario y columnista de diario Expreso.

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La tesis parta de un gran equvoco: el tiempo histrico pasado no vuelve. Las sociedades, indgenas y europeas que se encontraron y relacionaron en 1492, ya desaparecieron. El proceso colonizador posterior, tambin. No hay punto de retorno en ello. Colonizadores y colonizados desaparecieron en el tiempo. Su recuperacin no es posible. Es un delirio pensar que esto puede suceder. El encuentro y la relacin abri un nuevo tiempo histrico que cre nuevas sociedades, procesos y dinmicas socioculturales diferentes. Se inici el tiempo de un proceso de mestizaje dinmico, interminable e inacabado. Una y otra sociedad se abrieron. Ni los indgenas de hoy son los de ayer ni los espaoles tampoco. Occidente no vino y se fue. Se qued. Realiz acciones, particip en procesos, influy, condicion y dej diversos efectos (positivos y negativos). El mundo indgena no pereci, permaneci, pero no fue el mismo, fue cambiando al ritmo de los tiempos y de las nuevas condiciones econmicas, sociopolticas y culturales. De una visin equivocada, y de una incomprensin del verdadero significado histrico de la celebracin de los quinientos aos (1492-1992), emergi una indiologa (en el sentido de ser una ideologa que considera lo indgena como alfa y omega de todo hecho y proceso del presente histrico) que supone la necesidad de recuperar y reposicionar el pasado indgena en un mundo mestizo, abierto y plural que asume y se expresa desde una modernidad barroca.

En el marco de esta visin e interpretacin est la idea que fundamenta la concepcin del Sumak Kawsay. Segn esta indiologa, es la cosmovisin indgena-andina la que tiene que proveernos de las concepciones, las dinmicas y los procesos que tendrn que sustentar la nueva socioeconoma y la cultura del mundo mestizo-ecuatoriano de hoy.

La idea del renacer indgenaEl ao 1992 fue un ao curioso, singular y simblico. Europa y el mundo occidental celebraron los 500 aos del grandioso descubrimiento que realiz Coln al incorporar un nuevo mundo a la historia del desarrollo occidental. Independientemente de la confusin de Coln respecto a su llegada a las supuestas Indias, lo cierto es que el mundo y la sociedad indgena comenz a ser conocida y reconocida por Europa, a travs de la visin y percepcin espaola. Desde Espaa, 1992 fue una fecha llena de simbolismo en la cual se expresaba la gran aventura espaola de acompaar la experiencia de Coln. En efecto, la Espaa de Castilla y Aragn, desde esa fecha abrieron e iniciaron un importante momento histrico que se constituy en el nuevo espacio geopoltico, socioeconmico y cultural que puso dos mundos y dos sociedades en relaciones asimtricas. Desde el mundo indgena, especialmente desde aquellas concepciones que creen que el encuentro del mundo europeo-espaol y su relacin con las socioeconomas y culturas 25

aborgenes, no cre un rico proceso y producto del mestizaje, sino que se detuvo en un tiempo que habra que recuperar hoy. Las dos percepciones e interpretaciones no han logrado asumir que no pueden ser concepciones contrapuestas, porque as como Espaa, desde 1492, ya no fue la misma, tampoco lo fueron las socioeconomas y las culturas de los pueblos aborgenes. En efecto, todo cambi desde esa fecha hasta hoy. Nada pudo ni puede ser igual ni semejante a lo que hubo antes de la llegada de Coln. El mundo indgena-andino que se encontr con Coln y que fue sometido a los procesos de coloniaje, ya no estn. Ese mundo socioeconmico, ideolgico y cultural indgena, no es posible reeditarlo, recuperarlo ni revivirlo. Creer que esto es posible es un desatino cognoscitivo. Solo la historia puede reconstruirlo, pero a partir de una reconstruccin de esos hechos y procesos del pasado. Pero siempre bajo la visin del presente.

Desde dnde pensar y explicar el Sumak Kawsay?Hay un desencanto terico, ideolgico y metodolgico en el conjunto del pensamiento social latinoamericano y del pas. Tiene mucho que ver con lo que podramos llamar el debilitamiento de la consistencia terica del saber occidental. Implica un crecimiento de la duda y la desconfianza hacia la eficacia e importancia de la racionalidad cient26

fico-tcnica y metodolgica de la cultura occidental, que se generaliz con su modernidad. En algunos mbitos, sectores y segmentos acadmicos e intelectuales, especialmente de la pequea burguesa y de la clase media ilustrada, esa desilusin terica lleva implcita una suerte de prctica tericaideolgica de duda, desconfianza, abandono y hasta rechazo de los principios y presupuestos epistemolgicos del saber occidental. Sin embargo, en Amrica Latina y en el pas, esa duda y desconfianza, terica y metodolgica, hacia el saber y la racionalidad occidental, no se ha traducido ni ha dado lugar a cambios y reestructuraciones de los principales paradigmas del saber y la racionalidad occidental (como si ha pasado en algunos mbitos y sectores de la intelectualidad y de las academias europeas). La crisis que sufri el saber y la racionalidad marxista, como efecto de la cada del Muro de Berln y el derrumbe del llamado socialismo real, en algunos sectores de Amrica Latina, dio lugar a una bsqueda de elementos ideolgicos que reconstituyan el pensamiento crtico y un nuevo proyecto utpico, en el saber, la ideologa y la cosmovisin indgena. En el Ecuador y Bolivia, con alguna presencia de los sectores sociales indgenas (en la primera con el 6,5% de la poblacin, y en la segunda con el 30%), el debilitamiento del proyecto utpico de la izquierda, socialista y marxista no dio lugar a un anlisis de las razones de esa crisis.

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Las dificultades tericas, paradigmticas, analticas y metodolgicas, que sufre el marxismo desde 1989, como resultado del derrumbe del socialismo real y del bloque de pases prosoviticos, no dieron lugar a una necesaria, sensata e importante autocrtica, para generar la reconstitucin de ese pensamiento, en el marco del saber occidental. No fue por ese camino por donde transitaron las izquierdas socialistas y marxistas. No propiciaron, auspiciaron ni impulsaron una revisin a fondo de ese saber, pensamiento y programa terico y paradigmtico de esa corriente terica e ideolgica (aunque si hubo y an hay pocas y honrosas excepciones especialmente del lado de intelectuales mexicanos, argentinos y chilenos). La conducta comn de los marxistas, izquierdistas y socialistas de fines del ochenta, del noventa, y de los primeros aos del siglo XXI, fue la de acusar y encontrar culpabilidad en la racionalidad cientfica y tcnica de Occidente. Huyeron de los principales paradigmas que crearon el saber y la racionalidad occidental. La conducta generalizada de la izquierda ecuatoriana fue huir del desafo terico e ideolgico que le plantearon los nuevos tiempos y las nuevas tareas que estaban en escenario de un mundo globalizado, plural, abierto y ms dinmico. Se volcaron al pasado. Se aferraron al Estado y al estatismo. Buscaron en la cosmovisin de los indgenas quichuas andinos y en las ideologas premodernas,

los nuevos elementos para crear el nuevo proyecto histrico. En este proceso de abandono y fuga de los ejes y referentes paradigmticos y fundamentales del saber y de la racionalidad cientfico-tcnica y metodolgica de la cultura occidental, buscan en la filosofa indgena (?) y en el saber ancestral de las comunidades aborgenes los elementos nuevos para reconstituir la teora social, el proyecto histrico y la nueva estrategia de cambio. En este complejo tiempo histrico donde acontece este proceso de abandono y fuga, que realiza la izquierda del pensamiento, del saber y de la racionalidad de la cultura occidental, para ir hacia la cosmovisin y la filosofa indgena, hemos de reconocer una compleja simultaneidad y convergencia de tres procesos histricos y sociopolticos diferentes. Estos procesos responden a diferentes causas de diversos procesos econmicos, sociopolticos, ideolgicos y culturales. Sin embargo, se encuentran, relacionan y se fusionan en una singular sntesis. As es como esa izquierda reinventa una singular y nueva propuesta terica y programtica. Los cuatro procesos eludidos fueron los siguientes: 1. El creciente ascenso, incidencia y efecto de la profunda mutacin histrica y civilizatoria que genera la globalizacin, como un procesoproducto que es resultado de la fusin de una compleja sntesis de: una revolucin cientfico-tcnica, la sociedad tejida en redes y la co27

nectividad que viene con ella; y, finalmente la transformacin tecnolgica y comunicacional que proviene del efecto informtico-comunicacional. Estos tres factores y sus procesos, al combinarse y fusionarse de manera compleja, generan complejos efectos econmicos, sociopolticos y culturales que inciden, reordenan y transforman el conjunto de las relaciones sociales, hasta generar una verdadera transformacin epocal que hace inactual la sociedad, la economa y la cultura que cre la modernidad occidental. 2. El debilitamiento y la crisis de los paradigmas tericos, ideolgicos, sociopolticos y doctrinarios que se generaron en el marco de la sociedad, del Estado nacional y de las relaciones interestatales que fueron la matriz en la que surgi el pensamiento social en el siglo XIX. En efecto, las mutaciones histricas y los cambios fueron ms dinmicos que las lentas percepciones, comprensiones y conceptualizaciones que creaba el trabajo terico y cientfico de la ciencia social. 3. La crisis estratgica de las propuestas utpicas y de la racionalidad crtica de cambio social que estuvo direccionada por el marxismo, como pensamiento crtico y por otro tipo de racionalidades que fueron lideradas por las diferentes variantes de la izquierda. Este proceso se hizo evidente y se profundiz a mediados de los ochenta, acelerndose en los noventa. 28

4. El agotamiento y la crisis de la propuesta neoliberal como proyecto y programa terico, cientfico, analtico y tcnico para reorientar y reestructurar las sociedades del mercado. En efecto, el paradigma monetarista ofertista y de otras modalidades fue incapaz de ofrecer mejores posibilidades de desarrollo, bienestar y vida social digna y sustentable para los diferentes pases y sus colectivos humanos. 5. Las evidencias crecientes que en la realidad natural, social, cultural, cientfica y tcnica, dejaba el paradigma productivista, mostrando que la socioeconoma contaminante y destructora de los recursos naturales y de los diferentes ecosistemas, estaba en crisis y haba caducado. Lo mostraba en el calentamiento global y en la alteracin que sufran los diferentes medios ambientes y ecosistemas de los diferentes pases del mundo. La fractura sociedad-naturaleza ya no era viable. La ecologa y la defensa del medio ambiente no era una invencin sino una reaccin de supervivencia social, natural y humana. Estos cinco aspectos constituyen mucha tarea para la izquierda interesada en la inmediatez y en las tareas ideolgicas urgentes del cambio social. Por eso, en vez de comprender la complejidad de este proceso, de estas nuevas realidades, no comenz por la autocrtica sino por el abandono de la racionalidad cientfico-tcnica y metodolgica que cre el saber occidental.

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La primera acusacin de este programa de reconstitucin de la izquierda comenz por sealar que todo el pensamiento social occidental (especialmente sus paradigmas fundamentales, que haban dado sentido y direccin a las ciencias sociales) estaba equivocado. Consideraban, adems, que el proyecto y programa neoliberal era el nico responsable de las profundas fallas del mercadorismo que se haban traducido en pobreza, desempleo y exclusin social. Y, finalmente, que el paradigma productivista solo poda ser reemplazado por una concepcin pantesta que estaba en la cosmovisin andina de la Pachamama. Incluso, en esta fuga de la racionalidad occidental, para abrazarse e identificarse con la cosmovisin andina, tambin realizan una relectura equivocada del pasado histrico aborigen. Lo quieren recuperar y reposicionar. Analizan, estudian e interpretan los nuevos tiempos desde esas curiosas y particulares formas bajo las cuales se expresa la indiologa. Proceso que comienza por reposicionar no solo la cosmovisin indgena andina, sino adems que realiza una sobreestimacin y distorsin de la naturaleza de las estructuras econmicas y sociopolticas que tuvieron las comunidades indgenas precolombinas. Especialmente las que estuvieron en la red y bajo la incidencia del proyecto socioeconmico incsico. Por eso, dicen que el presente y el futuro no estn en lo que las sociedades y los hombres hagan para

cambiar ese presente. No es un proceso de cambio que transforma. Es un proceso de recuperacin histrica del pasado. Es un retrotraer la historia al pasado que ya desapareci. De ah que no llame la atencin que, en quienes se adhieren a esta idea, manifiesten que, la reconstruccin sociocultural de la identidad tiene que ver con volver a los principios bsicos convencionales, que se crearon en el mundo indgena del pasado. En uno de los estudios y documentos que promueven el Sumak Kawsay, como fundamento de una nuevo propuesta de desarrollo, se expresa que la cosmovisin andinocntrica tiene que ser la base de ese nuevo desarrollo. Para ello es necesario e imprescindible que volvamos al pasado.Somos hijos de la madre tierra, somos hijos del cosmos, por lo tanto no existe la dicotoma ser humanonaturaleza, somos naturaleza, somos Pachamama, somos Pachamama, somos vida. Por lo tanto, somos responsables tambin como agricultores de la vida. En estas nuevas condiciones emergentes, reconstituir nuestra identidad es volver a los principios bsicos convencionales, no humanos, sino de la vida, de la naturaleza. Volver a nuestra sabidura, a nuestros ancestros, al camino sagrado. No es retroceder sino reconstituirnos en los principios y valores que no tienen tiempo, que no tienen espacio. Vivir en equilibrio con quines, con todas las formas de existencia. Todo vive, decimos en aymara: las montaas, el ro, los insectos, los rboles, las piedras, todo vive; por

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lo tanto, es parte de un equilibrio perfecto de la vida. Y nosotros para reconstituir el vivir bien tenemos que vivir en equilibrio con todas las formas de existencia y no solamente con todo lo que vemos, incluso con lo que no vemos: nuestros abuelos, abuelas, nuestros ancestros, porque ellos tambin estn con nosotros. Salir de esa visin monocultural, uninacional, salir del monocultivo mental. As como el monocultivo ha deteriorado la madre tierra, la vitalidad y la fertilidad de la madre tierra, tenemos que salir del monocultivo mental que tambin ha deteriorado nuestra capacidad natural que cada uno tenemos. Estamos emergiendo en estados plurinacionales, saliendo del estado colonial, de la repblica que solamente nos ha sumido en una individualidad humanista (Debate del Buen Vivir; 1-2).

Por eso los indgena y los seguidores de la nueva indiologa consideran que el Sumak Kawsay (Buen Vivir) es la nica propuesta y salida verdadera para la reconstitucin de las socioeconomas de Amrica Latina. Y, como en el caso nuestro, para el Ecuador. Por eso, plantean que El Buen Vivir se ha constituido en la propuesta central de las organizaciones indgenas frente a la crisis de la civilizacin dominante.

una narrativa historiogrfica, que desde distintas perspectivas, visiones e interpretaciones explic ese hecho y proceso. Se cre un relato historiogrfico de ese evento histrico. Se dio tanto del lado de los cronistas espaoles, cuanto de los mestizos (especialmente Garcilaso de la Vega y Felipe Guamn Poma de Ayala). Ellos y otros, cronistas e historiadores, tambin socilogos, posteriormente crearon la idea de la existencia de una supuesta sociedad indgena precolombina, idlica, igualitaria y benefactora. Por ejemplo, en la obra del Inca Garcilazo de la Vega, Los Comentarios Reales, en sus diferentes relatos, estn contenidas un conjunto de ideas y concepciones que contribuyen y abonan a la idea de una socioeconoma igualitaria y comunitaria. Ah afirma que:As como haba orden y gobierno para que hubiese ropa de vestir en abundancia para la gente de la guerra, as tambin lo haba para dar lana a todos los vasallos, para que hiciesen de vestir para s y para todos los de su casa, sus mujeres e hijos. En las tierras calientes daban algodn de las rentas reales. De manera que lo necesario para la vida humana de comer, de vestir y calzar lo tenan todo, que nadie poda llamarse pobre, ni pedir limosna, porque lo uno y lo otro tenan bastantemente como si fueran ricos.

Una aclaracin necesariaDesde el momento mismo del contacto y la entrada de Occidente, a travs del descubrimiento, conquista y colonizacin espaola, en las sociedaes del mundo andino (1532) surgi 30

El contenido ideolgico de esta narrativa y la forma como est construido el relato nos puede conducir

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directamente a la idea y concepcin de una socioeconoma igualitaria, donde no hay pobres y donde todos tienen bastante, como los ricos. Este pargrafo de la obra de Garcilaso de la Vega puede dar lugar a una interpretacin que autoriza la existencia de una sociedad igualitaria, con bienestar, sin pobres y que despliega una cultura del buen vivir. Sin embargo, en este mismo texto est la presencia de una palabra que deja ver que ese igualitarismo es solo una apariencia. Precisamente de esta apariencia es de la que nos habla Nathan Wachtel en su obra Sociedad e ideologa, ensayos de historia y antropologa andinas (1975). Esa palabra es vasallos. En efecto, la expresin vasallos da cuenta de una sociedad con una economa que se sustenta en un rgimen de servidumbre del conjunto de ayllus (comunidad de aldea). Comunidad indgena que se ve subordinada, controlada, dominada y apropiado su trabajo-excedente por parte del Estado Inca, la familia real y la nobleza indgena. Adems en esa misma descripcin que hace Garcilaso de la Vega, est tambin la expresin de un trmino clave. ste se da cuando afirma que el Estado es el que da. Es decir, el momento de reciprocidad e igualdad econmica-laboral es subordinado, dominado y controlado por el Inca, el Estado y la burocracia. Tambien el cronista espaol, el padre Blas Valera en sus relatos expresaba asombro y hasta una relativa

admiracin por este tipo de socioeconoma y su rgimen poltico. l manifestaba que:Es lo que tengo para m, que estos indios del Per deben ser preferidos a los gentiles naturales de Asia y Gresia Pero es de grande admiracin que estos indios del todo desamparados de estos socorros y ayudas de costa alcanzasen a fabricar buenas leyes. Tuvieron la ley municipal que hablaba acerca de los particulares provechos que cada nacin o pueblo tenan dentro de su jurisdiccin. La ley agraria que trataba de dividir y medir las tierras y repartirlas por vecinos de cada pueblo; la cual se cumpla con grandsima diligencia y rectitud. Llamaban ley de hermandad a la que mandaba que todos los vecinos de cada pueblo se ayudasen unos a otros. Haba la ley a favor de los que se consideraban pobres, lo cual mandaba que los ciegos, los enfermos de larga enfermedad, los viejos y otros impedidos que no podan labrar sus tierras para vestir y comer por sus manos y trabajo, los alimentasen de los psitos pblicos y que dos o tres veces al mes, llamasen a los necesitados que arriba nombramos a los convites y comidas pblicas, para que con el regocijo comn desechasen parte de su miseria.

Evidentemente que el contenido ideolgico de estos relatos no puede sino conducir a esa visin e interpretacin de la existencia de una socioeconoma paradisiaca que algunos han llamado socialista. Desde ese momento, que ya est muy lejano espacial y temporalmente, pues ha acumulado muchos siglos 31

y ha envejecido, hasta el presente; sin embargo, se han seguido sumando creyentes, difusores, portadores, prograndistas, y consumidores de un supuesto paraso socioeconmico del mundo indgena quichua en los Andes. Esa es una visin y concepcin que no corresponde a la realidad histrica en lo econmico, social, sociopoltico y cultural. Se sustenta en la existencia de una economa supuestamente igualitaria, socialista que se supone creando y recreando un inigualable bienestar para el conjunto de las sociedades aborgenes del mundo andino precolonial. Con este supuesto y este imaginario paraiso de una socioeconoma igualitaria en el pasado precolombino, sus creyentes proponen reinsertarlo, traerlo del pasado. Para hacerlo, creen que es posible renunciar a la racionalidad econmica occidental y moderna y a todo lo que la sociedad mestiza cre durante 500 aos. Desde el principio de la sociedad colonial, cronistas espaoles, as como relatos mestizos de Garcilaso de la Vega y Felipe Guamn Poma de Ayala, etc., generan relatos y narrativas que dan lugar a una doble comprensin del mundo econmico y sociopoltico de las comunidades indgenas quichuas de los Andes. Esas dos visiones que se derivan de sus crnicas y relatos tienen que ver tanto con la existencia de un rgimen desptico, estadocntrico, tributario y redistributivo que cre y extendi el dominio incsico. Pero tambin de esas crnicas derivan ideas que 32

suponen un rgimen igulitarista, sin pobres, y con un Estado, aunque tutelar y desptico, pero paternalista que se preocupaba por el bienestar de la comunidad. Desde que se inici el siglo XX, y en el despliegue de ste, la narrativa y relato historiogrfico, de considerar a las sociedades indgenas andinas, como portadoras de un rgimen socioeconmico igualitarista y paradisiaco, se vio aumentado. Sigui cuando en 1928, el francs Louis Boudin consider que este tipo de economa, que tuvieron las comunidades aborgenes del rea andina, dio lugar a la configuracin y desarrollo de una sociedad igualitaria. Sociedad igualitaria que el autor francs denomin El imperio socialista de los Incas. Tal visin e interpretacin aument y se expandi ms, copando no solo los espacios acadmicos, sino tambien sociopolticos, cuando los diferentes crculos de izquierda, especialmente los peruanos, se adhirieron a esa idea. Tal concepcin tambien parece desprenderse de los Siete ensayos de la realidad peruana del marxista peruano, Jos Carlos Maritegui. Despus, siguieron otras investigaciones y estudios que continuaron esa lnea. Es decir, la concepcin e interpretacin de considerar a las formaciones socioeconmicas indgenas del mundo quichua andino, como socioeconomas igualitarias y como regmenes de verdadera y efectivo socialista, es una narrativa que tiene mucho tiempo.

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Aportes e interpretaciones de Murra y WachtelSolo los estudios de John Murra, desde los cincuenta, los de Karl Polanyi, Nathan Wachtel y de otros autores, permitieron explicar y comprender la verdadera dimensin del rgimen estatal de servidumbre y coaccin extraeconmica y de redistribucin que caracteriz a las estructuras y el sistema econmico de las comunidades indgenas andinos. En este campo, constituyeron grandes aportes para la objetiva comprensin de la economa de las sociedades andinas quichuas, la publiacin de Formaciones econmicas y polticas del mundo andino (entre 1958 y 1975) de John Murra, y Sociedad e ideologa (1973) del historiador francs Nathan Wachtel. Por ejemplo, el norteamericano John Murra, quien ha estudiado de mejor manera, y con mayor profundidad y objetividad la curiosa y compleja socioeconoma de los incas, en las sociedades del mundo andino quichua, sostiene que tanto el inca, su familia, as como la nobleza y una red extensa de burcratas (kuracas, caciques, sacerdotes, ejrcitos, kipukamayos, etc.), se beneficiaban del trabajo, que bajo situaciones de servidumbre (mitayos) aportaban las diferentes comunidades de aldea, que fueron sometidas por el Estado inca. Incluso, Murra sostiene que los seores tnicos (kuracas) tambin tenan derecho a usar la energa huma-

na de su comunidad no reciban ni tributo ni salario. Los campesinosle hacan cierta cantidad de sementeras para su sustentacin y la casa cuando haba necesidad; y daban por su rodeo (ayllu por ayllu) que ellos llaman mita, ciertos indios e indias de servicio para que les trajesen lea y agua (Bandera) los lderes tnicos no reciban tributo de ninguna clase fuera del respeto que se merecan solo la energa humana necesaria para hacer producir esas tierras era parte de sus privilegios contar con ese servicio (Murra, 1975: 29-30).

Qu nos dice estas precisiones y sealamientos que provienen de investigadores serios? Qu debemos comprender de estos importantes sealamientos de Murra? Acaso de esta descripcin podemos derivar y concluir que la economa y la sociopoltica de las comunidades indgenas andinas, de influencia incsica, tenan un rgimen socialista (?), o que eran una sociedad igualitaria (?) que no vivan bajo un rgimen de servidumbre y cuyo trabajo no se lo apropiaban los diferentes sectores sociales privilegiados? En efecto, hay que tener sumo cuidado para no dejarse atrapar ni quedarse entrampado en esta antigua narrativa del llamado socialismo de las sociedades indgenas andinas del mundo quichua, y que estuvieron bajo la influencia y la dinmica de la socioeconoma que crearon y extendieron los Incas. 33

La adecuada comprensin y diferenciacin entre realidad y apariencia, a la cual apela el francs Wachtel (1973: 34), le permiten no confundirse y expresar que los incas supieron fundar su poder sobre las apariencias de la reciprocidad comunitaria. Porque usan y activan desde el Estado una subordinacin y explotacin de la comunidad de aldea (ayllus). A este acusioso investigador le pertenece la aclaracin y llamado de atencin a quienes estudian la socioeconoma de estas sociedades, a ellos les invita a la tarea de tratar de comprender por qu se trata de una apariencia y no de otra, y sobre todo cmo acta (incluso engaado) sobre las estructuras, el funcionamiento y evaluacin de la sociedad (Wachtel, 1973: 18). Los estudios y sus continuas investigaciones antropolgicas e histricas de las sociedades indgenas quichuas andinas lo conducen a establecer que para no confundirse hay que percibir y comprender cmo funcionan y difieren los dos niveles de estas economas que tienen un sistema de reciprocidad y cooperacin. Expresa que:En la sociedad inca: por una parte, los miembros de las comunidades rurales (o ayllus), unidos por vnculos de parentesco, entran en relaciones regidas por el principio de reciprocidad; por otra parte, el Estado (encarnado por el Inca, rodeado de un aparato administrativo y militar) absorbe las prestaciones que le deben sus sbditos y, a su vez, los hace

beneficiarios de los productos de su trabajo, mediante la redistribucin (Wachtel, 1973: 62).

Con esto, lo que Wachtel hace es conducirnos a comprender cmo funciona esta singular economa igualitaria que en primera instancia funciona bajo las reglas de mutuas contribuciones comunitarias de trabajo colectivo de la comunidad, para generar un excedente. Pero no se queda ah. Luego que la comunidad de aldea, por medio de esas acciones de reciprocidad genera el producto, ste es apropiado por el Estado y luego es redistribuido a esa misma comunidad. Si solo se percibe esto, lo que se puede ver es ese rol paternalista del Inca, los funcionarios y el Estado. Pero, lo que hay que percibir y comprender, en el conjunto de ese proceso, no solo es el momento de la reciprocidad y la redistribucin, sino el rol que juega el Inca, y la burocracia estatal para subordinar, dominar y explotar a las comunidades de aldeas (ayllus).

Revisando y distancindonos del milenarismo igualitaristaDesde ayer (en 1572, luego de consumada la conquista espaola en el rea andina) hasta hoy, entre los indgenas (y tambin en un conjunto de mestizos) adheridos a la creencia de un renacer de ese tipo de sociedades, hay una corriente ideolgica que reivindica la creencia de un renacer de ese tipo de sociedades.

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Tal creencia y posicin ideolgica se sustenta en una tradicin y leyenda mtica de los indgenas, esa leyenda supone y cree no solo en la reconstitucin temporal del mundo indgena andino, sino tambin que plantea una vuelta y victoria del pasado mtico y mgico de ellos sobre el presente que cre la cultura Occidental. De este tipo de creencias y concepciones ideolgicas dan cuenta diferentes estudios histricos, antropolgicos y socioeconmicos. Uno ellos es el que realiz el francs, Nathan Wachtel, cuyos resultados los expone en su obra Sociedad e ideologa. Ensayos de historia y antropologa andinos, publicado en 1975 por el Instituto de Estudios peruanos. En esta obra, el investigador francs establece que.Un Estado inca independiente, localizado en las montaas de Vilcabamba, continu resistiendo a los espaoles hasta 1572. Y que en 1565, tanto en el Estado neo-inca como en la parte del Per sometida a los espaoles, se expande un vasto movimiento milenarista. (Wachtel, 1975: 51).

Consenso de Washington, consideran que la hora de ese renacer indgena ha llegado. Ms an, actualmente hay un uso ideolgico-poltico de esta creencia milenarista. Corriente ideolgica que supone un renacer, un retorno y un reposicionamiento de ese pasado idlico, que deben realizar las sociedades para tener ese buen vivir del pasado en las sociedades del presente. Los estudios de Wachtel (1975) lo llevan a establecer que en las concepciones del mundo (que incluye las visiones de la economa y de las estructuras sociopolticas) de los indgenas del rea andina, existe la idea de un renacer y reposicionamiento de esos tiempos idlicos. l afirma que:Las huacas vencidas en otro tiempo por los cristianos resucitaran y se encarnaran en sus fieles. Una gran batalla tendra lugar en el cielo entre los dioses incas y los dioses cristianos; stos seran vencidos y los espaoles expulsados del pas. Despus renacera un nuevo imperio (Wachtel, 1975: 51).

De esta corriente emerger el renacer del mundo, la sociedad y la cultura aborigen. Sin embargo, esta concepcin, que ha sido promovida y difundida en diferentes espacios acadmicos y de organizaciones indgenas, no se queda en el pasado. Algunos dirigentes indgenas y no indgenas, frente a los resultados y efectos sociales que dejaron las polticas de ajuste, estabilizacin y de reforma estructural neoliberales que impulsaron el FMI y el

Sin embargo, los creyentes (indgenas, mestizos, polticos e idelogos del neo-indigenismo) que afirman la reconstitucin y el supuesto retorno y renacer de ese pasado paradisiaco del mundo social de los indgenas quichuas del rea andina, van ms all. Suponen y creen que en esas sociedades, en sus estructuras socioeconmicas y en la cosmovisin indgena, est la solucin a los grandes y graves problemas del presente. 35

Esto sera lo que explica este renacer neo-indgena y milenarista que supone un retorno glorioso del pasado. Sin embargo, en esta interpretacin no est contemplado lo fundamental. Pues toda ideologa poltica de contenido mesinico y redentorista contempla posturas que mezclan y confunden los tiempos histricos, como stas. Lo fundamental est en la omisin que hacen esos idelogos, que impulsan ese retorno del pasado de una socioeconoma supuestamente igualitaria que ofrece y garantiza el bienestar, la equidad y el buen vivir, a las sociedades aborgenes y a todas las sociedades del presente histrico. Wachtel (1975) establece que, generalmente, solo se seala, puntualiza y pone mucho nfasis en el carcter de la dominacin y explotacin que instaura el coloniaje espaol, sin considerar objetivamente cmo realmente se estructuran y funcionaron las socioeconomas aborgenes del mundo andino precolonial. Por eso, se omite y no