spisyff_405-2011-1_5

Upload: georgi-hristov

Post on 03-Mar-2016

8 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

teoria del esperpento

TRANSCRIPT

  • 11

    I

    Teora del esperpento

    Toda expresin del arte se resume en una

    palpitacin cordial que engendra

    in nitos crculos.

    Valle-Incln

    La lmpara maravillosa

    Consideraciones generales

    Para abrir este captulo procede sealar que Ramn Mara del Valle-Incln1 (29. 10. 1866, Villanueva de Arosa 5. 1. 1936, Santiago de Compostela) pertenece a esa ca-tegora de escritor cuya poca no lo reconoce como el gran autor, a pesar de que se trata de una persona eminentemente activa en el mbito cultural y uno de los mximos representantes del teatro innovador que se adelanta a su tiempo en muchos aspectos. Su dramaturgia se considera como una de las ms extraordinarias aventuras del teatro europeo contemporneo y, desde luego, la de ms absoluta y radical originalidad en el teatro espaol del siglo XX.2

    Tuvieron que pasar casi veinte aos desde su muerte hasta que apareciera la primera obra terico-crtica que tratara detalladamente el fenmeno del esperpento. En 1949 Pedro Salinas, que resida entonces en EE.UU., publica el primer estudio clave sobre este tema, titulado Signi cacin del esperpento en Valle-Incln, hijo prdigo del 98.3 Segn Gonzlez Lpez, el estudio mencionado supone un cambio radical en la visin de la obra de Valle-Incln. Pero an as no est privado, segn el crtico, de algunos errores que habr de corregir la generacin siguiente.4

    A partir de los aos sesenta del siglo XX va creciendo paulatinamente el inters por la obra literaria de Valle-Incln que culmina en los aos ochenta y dura hasta nuestros das.5 Los estudios, ensayos y libros ms importantes se publican justamente en el pero-

    1) El escritor fue bautizado con el nombre Ramn Jos Valle Pea. Durante su estancia en Mxico en los aos 1892-1893 empieza a rmar sus primeras obras como Valle-Incln.

    2) RUIZ RAMN, Francisco. Valle-Incln y su teatro en libertad. En Historia del teatro espaol. Siglo XX. 1a edicin. Madrid: Ctedra, 1980. pg. 93.

    3) SALINAS, Pedro. Signi cacin del esperpento en Valle-Incln, hijo prdigo del 98. En Literatura espaola siglo XX. 2a edicin. Madrid: Alianza, 1972. pgs. 224.

    4) Vase con ms detalle GONZLEZ LPEZ, Emilio. El arte dramtico de Valle-Incln: del decadentismo al expresionismo. 1 edicin. New York: Las Amricas, 1967. pgs. 181-182

    5) Manuel Aznar Soler recogi y orden todos los estudios crticos sobre la obra potica, narrativa y dramtica de Valle-Incln publicados hasta el ao 1994. Vase AZNAR SOLER, Manuel. Ramn del Valle-Incln. En

    polak_esperpento_2011.indd 11 9.1.2012 13:12:07

  • 12

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Odo de las celebraciones del centsimo aniversario de su nacimiento.6 Los representantes de la crtica (tanto espaola como internacional) comienzan a investigar en el terreno que hasta entonces haba pasado desapercebido por toda la variedad de motivos (po-lticos, teatrales, los cos, estticos, etc.). Se celebran congresos, escuelas de verano y simposios.7 Las revistas literarias reservan sus nmeros exclusivamente para comentar las creaciones de Valle-Incln.8 En varias ciudades del mundo se ponen en escena piezas teatrales del escritor gallego, entre ellas Luces de Bohemia, Divinas palabras, guila de Blasn, etc.9 En EE. UU. e Hispanoamrica las representaciones de las piezas dramticas de Valle son demasiado numerosas para citarlas.10

    Antes de todo hay que a rmar que el teatro constituye el centro de las investigaciones emprendidas ya que de todos los gneros cultivados por el autor es el que muestra mayor constancia a lo largo de su trayectoria literaria.11 En cuanto al esperpento, ste forma el eje de los debates y discursos intelectuales dado su naturaleza hbrida y faceta original.

    El inters inesperado causa la multiplicacin de perspectivas, opiniones e interpreta-ciones acerca de la esencia de lo esperpntico. Los crticos, acadmicos y dramaturgos van planteando cuestiones de muy diversa ndole, intentan denominar la creacin lite-raria valleinclaniana con conceptos ya generalmente establecidos en la teora y, sobre todo, muestran un gran afn por llegar a comprender el ncleo esttico, los co, con-ceptual y genrico de lo que el mismo autor llam el esperpento.

    En las fuentes se encuentran dispersas clasi caciones del esperpento como p. ej. las siguientes: tragedia grotesca, distanciamiento, teatro absurdo, desmiti cacin, expresionismo, teatro de protesta o evasin. Los autores todava no se han puesto de acuerdo en si se trata de un nuevo gnero literario, una esttica original, un drama moderno o, ms bien, una particular visin del mundo. La crtica literaria va en bsque-da continua de las frmulas con las que podra aprehender la sustancia de los dramas Luces de Bohemia (1920), Los cuernos de Don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitn (1927) los cuales fueron subtitulados expresamente por Valle como

    RICO, Francisco. Historia y crtica de la literatura espaola/Modernismo y 98. 1 edicin. Barcelona: Crtica, 1998. pgs. 258-295. Otra lista (puesta en actualidad) se encuentra en HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. Valle-Incln. En Historia del Teatro Espaol II. 1 edicin. Madrid: Gredos, 2003. pgs. 2311-2357.

    6) P. ej. ZAHAREAS, Anthony N. Ramn del Valle Incln. An Appraisal of his Life and Works. 1a edicin. New York: Las Amricas, 1968. pgs. 855; RISCO, Antonio. La esttica de Valle-Incln en los esperpentos y en El Ruedo Ibrico. 1. 1a edicin. Madrid: Gredos, 1966. pgs. 278; FERNNDEZ ALMAGRO, Melchor. Vida y literatura de Valle-Incln. 2a edicin. Madrid: Taurus, 1966. pgs. 257.

    7) P. ej. en Universidad de Verano de Santander, Columbia University, Middlebury College School en Vermont, University of Philadelphia, etc.

    8) Se trata de nsula, Cuadernos Hispanoamericanos, La Torre, Revista de Occidente, Papeles de Son Armadans, etc.9) Para repasar las puestas en escena de los dramas de Valle-Incln durante el franquismo consulte el artculo

    HERAS GONZLEZ, Juan Pablo. La recuperacin escnica de Valle-Incln. Historia y recepcin crtica de los montajes de la obra de Valle-Incln durante el franquismo. En PDF 2006, pgs. 117-138, [cit. 2008-11-17]. Descargado de: .

    10) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 118. 11) GREENFIELD, Summer M. Valle-Incln. Anatoma de un teatro problemtico. 2a edicin. Madrid: Taurus,

    1990. pgs. 15-16.

    polak_esperpento_2011.indd 12 9.1.2012 13:12:07

  • 13

    IC O N S I D E R A C I O N E S G E N E R A L E Sesperpentos. Aunque las obras mencionadas comparten rasgos semejantes, cada una di- ere considerablemente de las dems siendo esperpento el objeto de la ininterrumpida evolucin, modi cacin y perfeccin por parte de su creador: Parece indudable [...] la fecunda y permanente insatisfaccin esttica de Valle-Incln, nada proclive a instalarse cmodamente en la autocomplacencia e impulsado hasta su ltimo texto por una volun-tad envidiablemente juvenil de innovar [...].12

    Snchez Colomer subraya, al hablar de la esttica valleinclaniana, la importancia de las nociones de perspectiva y estilo, sealando la superposicin de la primera sobre la segunda: [...] el estilo a partir de La lmpara maravillosa (1916) se subordina a una deter-minada visin del mundo [...] perspectiva globalizadora, que determinar una voluntad de trascender los lmites de la subjetividad, para expresar el espritu colectivo del pueblo espaol.13 Trecca aade que estas consideraciones representan el primer paso hacia la teora esperpntica, sobre todo en lo que atae a las tcnicas de distanciamiento que implica la perspectiva de la otra ribera.14 El proceso de perfeccionamiento de estas tc-nicas sui generis conlleva las importantes diferencias entre Luces de Bohemia, Los cuernos de Don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitn, y al mismo tiempo vuelve a jus-ti car la reunin de los tres ltimos en un volumen nico titulado Martes de carnaval.

    Queda por mencionar que la proliferacin de las tcnicas principales del esperpento se nota parcialmente ya en la dramaturgia anterior a Luces de Bohemia (p. ej. en La cabeza del dragn, Farsa de la enamorada del Rey o Divinas palabras. Tragicomedia de aldea).15 Las mismas tcnicas se desarrollan tambin, aunque con diferentes matices, en las obras posteriores (p. ej. Ligazn, Sacrilegio, Tirano Banderas). Ruiz Ramn observa sobre este punto que el sistema dramtico valleinclanesco se nos presenta como un sistema de variaciones cuya cristalizacin ltima ser el esperpento [...] cuyos elementos pueden rastrearse [...] en las piezas anteriores de su teatro.16

    12) AZNAR SOLER, Manuel. Ramn del Valle-Incln. En RICO, F. op. cit., pg. 264.13) SNCHEZ COLOMER, Mara Fernanda. guilas de ojos soberanos y topos auditores: continuidad y re-

    novacin de la esttica valleinclaniana. En Anthropos. Nm. 158-159. 1994. pg. 113.14) TRECCA, Simone. Martes de carnaval: Potica del fuego? En Valle-Incln en el siglo XXI. 1a edicin.

    Barcelona: Edicios de Castro, 2002. pg. 144. nota nm. 5. 15) La crtica ha sealado los elementos pre guradores del esperpentos que se encuentran en la obra tem-

    prana de Valle-Incln. Vase BUERO VALLEJO, Antonio. De rodillas, en pie, en el aire. En Tres maestros ante el pblico. 1 edicin. Madrid: Alianza, 1973. pg. 37-38. No obstante, Silvia Truxa cree que que muchos crticos se dejan llevar un poco por el entusiasmo de detectar elementos esperpnticos tempra-nos, atribuyndoles imoportancia desmedida, a expensas de los elementos modernistas. Vase TRUXA, Silvia. Del modernismo al esperpentismo del Valle-Incln. Observaciones sobre esttica y lenguaje. [onli-ne], En PDF 1990, pg. 129 [cit. 2008-06-15]. Descargado de: .

    16) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 95.

    polak_esperpento_2011.indd 13 9.1.2012 13:12:07

  • 14

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T OEl trmino esperpento

    En lo que concierne al esperpento como palabra, nos encontramos primeramente ante el problema de la explicacin lolgica. Resulta que desconocemos el origen y tampoco podemos delimitar con precisin requerida sus caractersticas semnticas. As debemos partir del hecho de que la propia voz esperpento es de origen desconocido.

    El DRAE actualmente ofrece tres explicaciones de su signi cado. La primera de ne esperpento como hecho grotesco o desatinado. La segunda hace alusin a una per-sona o cosa notable por su fealdad, desalio o mala traza. La tercera acepcin hace clara referencia a la obra del autor gallego: gnero literario creado por Ramn del Valle-Incln, escritor espaol de la generacin del 98, en el que se deforma la realidad, recargando sus rasgos grotescos, sometiendo a una elaboracin muy personal el lengua-je coloquial y desgarrado.17

    No obstante, hay autores (p. ej. Germn Bleiberg) que demuestran que ya haca mu-cho tiempo que la propia palabra circulaba en el lenguaje coloquial, de modo que Valle-Incln, gran conocedor y manejador de argot, saba muy bien a que se refera en con-creto.18

    Zamora Vicente en su famoso discurso ledo en la RAE advierte que el esperpento es palabra trada de una zona del habla cotidiana, familiar, que, de pronto, pasa a de-signar una actitud artstica, una ladera de accidentados escarpes, y asciende a esa vaga comarca de los conceptos abstractos: esperpento, una nueva maquinaria en la aventu-ra artstica.19 A la vez recuerda que es palabra usada en el sentido directo, tradicional y con relativa frecuencia en la novela realista (Miau, La de Bringas y ngel Guerra de B. Prez Galds, Juanita la Larga de Juan Valera, Pequeeces de Luis Coloma, Cuentos de Marineda de E. Pardo Bazn), pero que no alcanza la circulacin constante hasta en la obra de Eugenio Noel (Vidas de santos, Las siete cucas) y en los libretistas (Javier de Burgos, Miguel de Echegaray, etc.). Tambin constata que el esperpento se asemeja, en lo que atae a su contenido, al disparate o la greguera ramonianas: Pero dentro de una consideracin de diferente mirada (insisto: mirada artstica) sobre la confusa realidad.20

    Es bastante curioso ver cmo Galds describe a una gura en la novela ngel Guerra (que Valle conoca muy bien ya que fue reseada por l en El Globo) con palabras esper-pento y estrafalario:

    17) REAL ACEDEMIA ESPAOLA. Diccionario de la lengua espaola. Tomo I. 22 edicin. Madrid: Espasa Calpe, S.A, 2001. pg. 978.

    18) Vase CARDONA, Rodolfo, ZAHAREAS, Anthony N. Visin del esperpento. Teora y prctica de los esperpentos en Valle-Incln. 2 edicin. Madrid: Castalia, 1987. pg. 33.

    19) ZAMORA VICENTE, Alonso. Asedio a Luces de Bohemia. Primer esperpento del Valle-Incln. [online], 1967 [cit. 2006-11-30]. Descargado: .

    20) ZAMORA VICENTE, Alonso. Asedio a Luces de Bohemia. Primer esperpento del Valle-Incln. [online], 1967 [cit. 2006-11-30]. Descargado: .

    polak_esperpento_2011.indd 14 9.1.2012 13:12:08

  • 15

    IT E O R A D E L E S P E R P E N T O E N L O S T E X T O S D E V A L L E - I N C L NEmpujbanse unos a otros para acercarse, y con la boca abierta daban brincos preten-diendo coger el deseado higui, que saltaba en el aire con las sacudidas de la cuerda, a los golpes dados en la caa por el horrible esperpento, que tan estrafalariamente se diverta...21

    Cardona y Zahareas opinan que este extracto bien pudo in uir en Valle-Incln a la hora de escribir Luces de Bohemia y Los cuernos de don Friolera.22

    Huelga decir que en el espacio reducido de este trabajo no podemos entrar en detal-les renegando o a rmando la hiptesis expuesta. Lo cierto es que de ah se desprende el signi cado original de la palabra (lo ridculo, desaliado, horrible) que Valle utiliz con-secuentemente. Sin embargo, procede subrayar que el esperpento en manos de Valle-Incln llega a ser un concepto con diferente carga retrica, con valor completamente nuevo y sorprendente tras el original de cosa fea, risible o desagradable.

    Teora del esperpento en los textos de Valle-Incln

    Es bien sabido que Valle expone sus teoras acerca del esperpento sin ninguna sistem-tica pensada de antemano. A la vez trata de enunciar algo que se ha ido gestando en sus obras anteriores y que brota a borbotones en una formulacin casi intuida, que, [...], no pretende ser sistematizada.23 El escritor tipi ca el esperpento tericamente en en la escena XII de Luces de Bohemia y en el Prlogo y el Eplogo de Los cuernos de don Friolera.

    Dicha preceptiva se vierte, entre otros documentos, en la conocida entrevista entre Valle-Incln y Gregorio Martnez Sierra publicada en el diario ABC (7. 12. 1928). sta suele ser considerada como otra fuente de inspiracin. Por eso encontramos de gran uti-lidad reproducirla a continuacin junto con ambos extractos de los textos dramticos.

    Pero antes queremos advertir que para la buena comprensin del tema se deben tener en cuenta tres puntos importantes.

    En primer lugar, el concepto del esperpento valleinclaniano est expresado principal-mente mediante varios dramatis personae que se encuentran en una determinada situaci-n dramtica y que no autorizan a entender al pie de la letra.24

    En segundo lugar, la visin de Valle-Incln no queda petri cada con la publicacin de Luces de Bohemia en 1920 sino todo lo contrario. A partir de esa fecha cada esperpento muestra un cambio de nfasis que modi ca el matiz de la de nicin original. Como aciertan Lyon y Ruiz Ramn: La cosa se complica bastante, por ejemplo, con la incor-poracin en 1924 de tres escenas nuevas en la versin de nitiva de Luces, escenas que contradicen hasta cierto punto la rigurosa objetividad de la versin primitiva y producen

    21) Citado en CARDONA, Rodolfo, ZAHAREAS, Anthony N. op. cit., pg. 33.22) bid., pg. 33.23) LVAREZ-NOVOA, Carlos. La noche de Max Estrella hora a hora: anlisis dramatrgico de Luces de bohemia de

    don Ramn Mara del Valle-Incln. 1 edicin. Barcelona: Octaedro, 2000. pg. 36.24) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 118.

    polak_esperpento_2011.indd 15 9.1.2012 13:12:08

  • 16

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Oun cambio importante en el carcter de Max Estrella.25 Por lo tanto, se puede dar una sensacin de cierta inconexin, reiteracin o falta de concatenacin.

    En tercer lugar, igual que Buero Vallejo creemos que todo pensamiento que de ne, simpli ca: Valle-Incln teorizante, es menos complejo que las realidades artsticas pro-pias o ajenas en las que sustenta su teora del esperpento, al modo como [...] Brecht otro teorizante de frmulas distanciadas y un tanto esperpnticas resulta ms com-plejo en sus mejores obras que en sus doctrinas.26

    Escena duodcima de Luces de Bohemia

    Ahora bien, Valle-Incln formula la primera teora del esperpento en Luces de Bohemia27 por medio de un dilogo de los personajes principales: Max Estrella y Don Latino de Hispalis.

    Max.-Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizar en una novela!Don Latino.-Una tragedia, Max.Max.-La tragedia nuestra no es tragedia.Don Latino.-Pues algo ser.Max.-El Esperpento.[...]Max.-Los ultrastas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los hroes clsicos han ido a pasearse en el callejn del Gato.Don Latino.-Ests completamente curda!Max.-Los hroes clsicos re ejados en los espejos concvos dan el Esperpento. El sentido trgico de la vida espaola slo puede darse con una esttica sistemticamente deforma-da. Don Latino.-Miau! Te ests contagiando!Max.-Espaa es una deformacin grotesca de la civilizacin europea.

    25) LYON, John a RUIZ RAMN, Francisco. Teora y prctica del esperpento. En RICO, F. op. cit., pg. 315.26) BUERO VALLEJO, Antonio. op. cit., pg. 37.27) Sinopsis: A la cada de la tarde, el poeta Max Estrella, ciego y en la miseria, sale de su casa, a pesar de la

    oposicin de su mujer e hija que temen por su salud. Lo acompaa su amigo Latino de Hispalis. Quiere que el librero Zaratustra le devuelva sus escritos, al considerar un abuso que lo ha pagado por ellos. Zaratustra (con la complicidad de Latino) engaa a Max que posteriormente empea la capa para pagar un dcimo de lotera, ltima esperanza de impedir que su mujer e hija mueran de hambre. A partir de ah estos dos bohemios harn un recorrido por la ciudad nocturna de Madrid, mezclndose con las pro-stitutas, los chulos, los poetas modernistas y el pueblo que se mani esta contra la explotacin. Max es detenido por escndalo en la va pblica. En la crcel encuentra a un obrero anarquista quien le cuenta el motivo de su detencin y su certeza de que terminarn aplicndole la ley de fugas. El poeta ciego toma conciencia y asume su fracaso y su cada, al aceptar el dinero de los fondos reservados. A raz del dolor que le producen la madre con el nio muerto por una bala de la polica y la rfaga con que acaban con la vida del anarquista, expresa su opinin de Espaa. Al hacerlo, formula la teora del Esperpento. A punto de amanacer, Latino le quita la cartera con el dcimo, y lo deja morir solo en un portal de su casa. La tarde siguiente (en la taberna de Picalagartos) Latino lee la noticia de la muerte de dos mujeres, que son precisamente la esposa y la hija de Max.

    polak_esperpento_2011.indd 16 9.1.2012 13:12:08

  • 17

    IE S C E N A D U O D C I M A D E L U C E S D E B O H E M I ADon Latino.-Pudiera! Yo me inhibo.Max.-Las imgenes ms bellas en un espejo cncavo son absurdas.Don Latino.-Conforme. Pero a m me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.Max.-Y a m. La deformacin deja de serlo cuando est sujeta a una matemtica perfecta. Mi esttica actual es transformar con matemtica de espejo cncavo las normas clsicas.Don Latino.-Y dnde est el espejo?Max.-En el fondo del vaso.Don Latino.-Eres genial Me quito el crneo!Max.-Latino, deformemos la expresin en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable en Espaa. (LB, pgs. 160-161, 162-163)

    lvarez-Novoa intenta organizar las palabras desordenadas de Max Estrella que, segn l, dan respuesta a estos tres interrogantes:

    Cul es la tragedia espaola? La tragedia espaola no es tal tragedia, sino el Esperpento.

    Qu es el Esperpento? Una esttica consistente en la deformacin sistemtica de las normas clsicas, mediante la cual las imgenes ms bellas se convierten en absurdas

    Qu se pretende deformar? Espaa, para evidenciar que nuestro pas es una deformacin grotesca de la civilizacin europea.28

    Recalcamos que esta gura mirarse en los espejos cncavos est estrechamente vin-culada con la muy desarrollada visin pictrica de la cual fue dotado Valle-Incln y que ha sido bastante estudiada por la crtica.29 Salan a rma que Valle tiene una cultura pictrica enciclopdica y sus obras poseen una intertextualidad gr ca de una riqueza no explorada hasta ahora.30

    En general el espejo facilita a cada uno cierta visin de la realidad; en la literatura puede adquirir tambin la funcin de metfora o smbolo. Ha sido sobre todo Speratti Piero, pionera entre los estudios de la obra valleinclaniana, quien ha rastreado los espe-jos valleinclanianos. Aparecen ya en Sonata de otoo, en Jardn novelesco o en las Comedias brbaras. Zamora Vicente observa que algunos espejos son particularmente confusos y desazonadores: por ejemplo los de las acotaciones de guila de Blasn.31

    28) LVAREZ-NOVOA, Carlos. op. cit., pg. 36.29) Vase p. ej. LOZANO MARCO, Miguel ngel. Imgenes del pesimismo: literatura y arte en Espaa (1898-

    1930). 1 edicin. Alicante: Universidad de Alicante, 2000. pgs. 96-125.; MARCH, Mara Eugenia. Forma e idea de los Esperpentos de Valle-Incln. 1 edicin. Durham: University of North Karolina, 1967. 173 pgs. 23-27; FERNNDEZ GARCA, Mara Nieves. El universo del esperpento de Valle-Incln. 1 edicin. Valladolid: Acea, 1993. pgs. 16-28.

    30) SALAN, Serge. Valle-Incln, dramaturgo simbolista y expresionista. En Valle-Incln en el siglo XXI. 1a edicin. Barcelona: Edicios de Castro, 2002. pg. 129.

    31) Vase ZAMORA VICENTE, Alonso. Asedio a Luces de Bohemia. Primer esperpento del Valle-Incln. [online], 1967 [cit. 2006-11-30]. Descargado de: .

    polak_esperpento_2011.indd 17 9.1.2012 13:12:08

  • 18

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T OJerez-Farrn a rma que Valle-Incln no slo recurre a los espejos metforicamnete sino

    que los incorpora literalmente en sus obras para dar la perspectiva desquiciada y distor-sionada que corresponde al momento actual.32 Segn lo que reza la acotacin en Luces: Los espejos multiplicadores estn llenos de inters folletinesco. En un fondo, con una ge-ometra absurda, extravaga el Caf (LB, pg. 132). La tcnica es posteriormente aplicada a los personajes concretos. Por ejemplo en Sacrilegio la realidad que se pone en evidencia es tan espantosa que asusta al contemplador: El Padre Veritas, puesta la literna en alto, se mira en el espejo de la charca... Sinti cubrrsele el alma de beato temor, frente al re ejo sacrlego de su imagen inmensa (Sac, pg. 163). Tambin en la novela Tirano Banderas apa-rece un espejo autntico en el que se re ejan los dos ministros que el Barn de Benicarls ve al entrar: Estaban en el primer peldao de la escalera bajo la araa destellante que proyectaba las guras con una geometra oblicua y disparatada (TB, pg. 154). As que, el re ejo deforme que nos brinda el espejo causa necesariamente la ridiculizacin de estos dos personajes. Jerez-Farrn concluye que Valle hace de su arte un espejo, ampli ca la tcnica ptica y la incorpora en el teatro y la novela haciendo de ambos gneros el espejo que Stendhal quera que fuese la novela e Ivan Goll el escenario.33

    La llamada perspectiva o matemtica de los espejos cncavos tiende a subver-tir el signo re ejado y a proyectar las connotaciones ms apropiadas a las intenciones del autor. La tcnica de anamorfosis posibilita proyectar en trminos visuales el realis-mo psiclogico del artista para propiciar una imagen coherente e inquietante a la vez. Villoro sostiene que se trata de una tcnica opuesta a la psicologa ya que el autor no se propone entrar a la mente de sus criaturas; indaga sus posibilidades de espectro, el fantasma que proyectan, la sombra doblada en la pared.34

    Es oportuno recordar aqu el poder elusivo de Valle-Incln para el cual la realidad se le presenta siempre como algo susceptible de radical transformacin, bien hacia arriba o hacia abajo; hacia los mgicos y musicales jardines del modernismo, o hacia los ms sordidos y prostibularios ambientes de barrio bajo el de La hija del capitn [...].35 En de nitiva, la mirada subjetiva de Valle puede tener para algunos lectores el signo posi-tivo (el mundo galante, re nado y perverso de Sonatas), para otros puede signi car deformacin degradante, negativa y sarcstica, reverso de claridad al entrar en con ic-to con la tradicin y la doctrina de las reglas que derivan del Manierismo, y, [...], del descubrimineto de la perspectiva.36 En este contexto no extraa que Max Estrella hable bsicamente del proceso de deformacin.

    Sostenemos que si cualquier elemento est mirado en el espejo cncavo altera con-siderablemente su valor autntico (p. ej. la belleza). Lo bello representa el concepto efmero ya que se nutre de la opinin pblica que se va modi cando continuamente

    32) JEREZ-FARRN, Carlos. El expresionismo de Valle-Incln: una reinterpretacin de su visin esperpntica. 1 edicin. La Corua: Espasa, 1989. pg. 115.

    33) JEREZ-FARRN, Carlos. op. cit., pg. 116.34) VILLORO, Juan. Efectos personales. 1 edicin. Barcelona: Anagrama, 2001. pg. 65.35) BAQUERO GOYANES, Mariano. Valle-Incln y lo valleinclanesco. [online], 1966, [cit. 2006-11-03].

    Descargado de: .

    36) FERNNDEZ GARCA, Mara Nieves. op. cit., pg. 16.

    polak_esperpento_2011.indd 18 9.1.2012 13:12:08

  • 19

    IE S C E N A D U O D C I M A D E L U C E S D E B O H E M I Aa lo largo de toda la historia de la humanidad.37 As que, a nuestro parecer, es la so-ciedad (y sobre todo sus lites) y su contexto concreto que le asignan a una persona o una cosa el estatuto de bello, hermoso o lindo.38 Siendo el poder de la sociedad realmente decisivo nos atrevemos a a rmar que no tiene que estribar solamente en la construccin del concepto de lo bello sino tambin en su posible inversin: lo que antes fue visto como bello, ahora es considerado feo, distorsionado, grotesco, violento, descarado y viceversa. Es decir, que por bella que sea una imagen en s misma, sta queda forzosamente deformada si es observada dentro de un contexto inadecuado.39

    Igual se maneja el concepto de herosmo. Si un acto del hroe no se estima como heroico en su contexto social, cultural e histrico, puede, debido a las circunstancias, resultar inapropiado, cmico e incluso ridculo.

    El poeta Max Estrella rene las caractersticas del hroe procedente de la tragedia clsica. Su nombre de pila contiene el elativo del adjetivo grande; el apellido designa un elemento celestial, algo trascendental, en contacto directo con la esencia suprema. Las estrellas dan luz, iluminan el camino nocturno y sirven para predecir el futuro. En esta ocasin hay que recordar que Max en la tercera escena vaticina su propia muerte: Me muero y mi mujer y mi hija se quedan haciendo cruces en la boca (LB, pg. 64). Toda esa lucidez contrasta radicalmente con la ceguera del personaje principal de manera que se parece a Teiresio de Edipo, El Rey. l mismo se identi ca, en la escena VIII, con Homero y Belisario, otros ciegos emblemticos del mundo grecolatino y bizantino. Al principio de la obra descubrimos en didascalias una alusin a Hermes, dios olmpico que resaltaba por su astucia: Su cabeza rizada y ciega, de un gran carcter clsico-arcaico, recuerda los Hermes (LB, pg. 42).

    No obstante, al leer la obra teatral nos damos cuenta de que este personaje se mueve en un mundo que carece de cualidades divinas y no es su cientemente apto para poder enfrentarse a l: [...] a ese mundo se le ha amputado, hasta hacerle imposible, toda po-sibilidad de nobleza y grandeza, propias del mundo de la tragedia clsica.40

    37) Krsa nebyla nikdy nim absolutnm a nemnnm, ale v rznch historickch obdobch a rznch ze-mch na sebe brala odlinou podobu, a to nejen pokud jde o krsu fyzickou (krsu mue, eny, krajiny), ale tak pokud jde o krsu Boha, svatch, krsu mylenek. ECO, Umberto. Djiny krsy. 1 edicin. Praha: Argo, 2005. pg. 14.

    38) Acerca del concepto de lo bello y lo feo en el teatro vase TRANCN PREZ, Santiago. Texto y repre-sentacin: aproximacin a una teora crtica del teatro. [online], En PDF 2004, 701 pgs. [cit. 2009-01-03]. Descargado de: . La construccin, apreciacin y experiencia de lo bello, por muy subjetiva y difusa que se presente, parece uno de los elementos ms determinantes en la constitucin de una obra artstica. La existencia de la moda, con su cambiante modi cacin de los cnones estticos relacionados con la belleza del cuerpo humano, no es un argumento en contra de la idea de belleza y su importancia cognitiva y perceptiva, sino todo lo contrario. La moda, al hacer variaciones sobre los modelos de belleza, no anula la existencia de cnones, sino que los vuelve ms convencionales, nos descubre la parte de arbitrariedad cultural y sub-jetiva que toda apreciacin o percepcin de la belleza contiene. Pero todo ello no anula ni hace intil la consideracin de lo bello y lo feo en la vida y en el arte, sino ms bien nos con rma la importancia enorme que le damos a la forma esttica.

    39) LYON, John a RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 315.40) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 127.

    polak_esperpento_2011.indd 19 9.1.2012 13:12:08

  • 20

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T OA lo largo de todo el drama le reconocemos a Max Estrella como objeto de todo tipo

    de delicuencias robo, engao, prostitucin, etc. Su seriedad heroica y ademn noble estn sometidos a la devaluacin incesante por parte del retablo de fantoches que le van saliendo al paso (literatos, polticos, o ciales, periodistas, prostitutas):

    Mximo Estrella, con los brazos abiertos en cruz, la cabeza erguida, los ojos parados, trgicos en su ciega quietud, avanza como un fantasma. Su Excelencia, tripudo, repintado, mantecoso, responde con un arranque de cmico viejo, en el buen melodrama francs. (LB, pg. 128)

    Si al nal del drama Max Estrella constata que los hroes clsicos han ido a pasearse por el callejn del Gato, rechaza la posibilidad de su propia tragedia y opta por ridiculi-zar su propia condicin, regenerndose as como artista.41 Simultneamente apunta a la sensacin preponderante de la poca de la que, en nuestra opinin, dimana el esper-pento y sobre la cual sienta sus bases: la incapacidad del hombre moderno de encarar la realidad con honra y dignidad. Ya en las declaraciones del autor de 1921 puede encon-trarse una justi cacin de esta actitud:

    Ustedes saben que en las tragedias antiguas, los personajes marchaban al destino trgico, valindose del gesto trgico. Yo en mi nuevo gnero tambin conduzco a los personajes al destino trgico, pero me valgo para ello del gesto ridculo. En la vida existen muchos seres que llevan la tragedia dentro de s y que son incapaces de una actitud levantada, resultan-do, por el contrario, grotescos en todos sus actos.42

    Y en el mismo ao:

    Estoy haciendo algo nuevo, distinto a mis obras anteriores. Ahora escribo teatro para muecos. Es algo que he creado y que yo titulo Esperpentos. [...] Esta modalidad consiste en buscar el lado cmico en lo trgico de la vida misma. Imagina usted a un marido que riera con su mujer, dicindole parlamentos de los del teatro de Echeragay? Porque hay que apropiar la literatura a ellos. Supone usted esa escena? Pues bien, para ellos sera una escena dolorosa, acaso brutal...Para el espectador, una sencilla farsa grotesca. Esto es algo que no existe en la literatura espaola. Slo Cervantes vislumbr un poco de esto. Porque en el Quijote lo vemos continuamente. Don Quijote no reacciona nunca como un hombre, sino como un mueco; por eso provoca la hilaridad de los dems, aun cuando l est en momentos de pena. En las guras de Goya hay tambin rasgos del que observa el lado trgico.43

    41) CARDONA, Rodolfo, ZAHAREAS, Anthony N. op. cit., pg. 61.42) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. Valle-Incln. En Historia del Teatro Espaol II. 1 edici-

    n. Madrid: Gredos, 2003. pg. 2352.43) bid., pg. 2353.

    polak_esperpento_2011.indd 20 9.1.2012 13:12:08

  • 21

    IE S C E N A D U O D C I M A D E L U C E S D E B O H E M I ANuestra proposicin respecto a la base ideolgica del esperpento se deriva sobre todo

    de la opinin de Valle publicada en el prlogo a Vspera de la Gloriosa, edicin de La novela de hoy del 16 de mayo 1930:

    La vida sus hechos, sus tristezas, sus amores es siempre la misma, fatalmente. Lo que cambia son los personajes, los protagonistas de esa vida. Antes esos papeles los desempea-ban dioses y hroes. Hoy ...bueno, para qu vamos a hablar? Antes, el destino cargaba sobre los hombros altivez y dolor de Edipo o de Medea. Hoy, ese destino es el mismo, la misma su fatalidad, la misma su grandeza , el mismo su dolor... Pero los hombres que lo sostienen han cambiado. Las acciones, las inquietudes, las coronas, son las de ayer y las de siempre. Los hombres son distintos, minsculos para sostener ese gran peso. De ah nace el contraste, la desproporcin, lo ridculo.44

    El drama se termina con la muerte del poeta ciego, hiperblico andaluz, poeta de odas y madrigales (LB, pg. 39), que simboliza el nal de una poca concreta. Luces de Bohemia, como ha demostrado A. Zamora Vicente, es un documental sobre la vida de un grupo de bohemios en un tiempo y lugar espec cos. Huerta Calvo y Peral Vega ob-servan que al igual que en las Comedias brbaras asistimos, desde una perspectiva ms trgica, al n de una casta, [...], en Luces asistimos a la elega de un mundo bohemio.45 Con esta clave descifran la aparicin de Rubn Daro y, sobre todo, del Marqus de Bradomn, que, segn ellos, pertenecen a una raza de perdedores: De este modo, el carlista, el bohemio y el anarquista se dan la mano como ltimos ejemplares de un mun-do en trance de descomposicin; como representaciones absolutas del hroe moderno; alguien completamente regaado con el sistema capitalista y burgus.46

    Sin embargo, el poeta halla una solucin de la crisis omnipresente que pueda salvar a Espaa e incluso a la civilizacin europea: El sentido trgico de la vida espaola slo puede darse con una esttica sistemticamente deformada (LB, pg. 162). Es decir, el espejo cncavo en el callejn del Gato que revel la crisis de los valores, declive de la moral y ausencia del individuo resistente representa al mismo tiempo el remedio con el que se puede renovar la sociedad contempornea: Valle-Incln insiste en la presentaci-n esperpntica con el convencimiento de que es el mejor modo de presentar la realidad grotesca espaola del cambio del siglo y de que sus lectores o espectadores contempln-dola como es, se decidan a cambiarla.47

    El papel primordial del autor, demiurgo Valle-Incln, estriba en proceder sistemti-camente de la deformacin y estilizacin e ir contra las tendencias generales del gusto mayoritario. La nalidad de la deformacin es el ejercicio de la crtica. En consecuencia, es la deformacin fundamentalmente social. El escritor pretende inquietar, revelar lo

    44) LYON, John a RUIZ RAMN, Francisco. Teora y prctica del esperpento. En RICO, F. op. cit., pg. 317.

    45) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. op. cit., pg. 2353.46) bid., pg. 2354.47) RUBIO JIMNEZ, Jess. Introduccin. En VALLE-INCLN, Ramn Mara del. Martes de carnaval

    esperpentos. 26 edicin. Madrid: Espasa Calpe, 2003. pg. 69.

    polak_esperpento_2011.indd 21 9.1.2012 13:12:08

  • 22

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Oque no quiere ser visto, demostrar el mundo en tensin y distorsionarlo para ver una realidad nueva: la realidad esperpntica.

    De rodillas, en pie o levantado en el aire

    Antes de abordar un extracto de Los cuernos de don Friolera, consideramos ms conve-niente intercalar en nuestro discurso la entrevista de Valle-Incln con Martnez Sierra en la cual el escritor explica tres modos de cmo se puede concebir el mundo artstica o estticamente: de rodillas, en pie o levantado en el aire.

    Hablando con Valle-Incln, artculo de G. Martnez Sierra (ABC, 7 de diciembre de 1928)48

    Comenzar por decirle a usted que creo que hay tres modos de ver el mundo artstica o es-tticamente: de rodillas, en pie o levantado en el aire. Cuando se mira de rodillas y sta es la posicin ms antigua en literatura-, se da a los personajes, a los hroes, una condicin superior a la condicin humana, cuando menos a la condicin del narrador o del poeta. As, Homero atribuye a sus hroes condiciones que en modo alguno tienen los hombres. Hay una segunda manera, que es mirar a los protagonistas novelescos, como de nuestra propia naturaleza, como si fuesen nuestros hermanos, como si fuesen ellos nosotros mis-mos, como si fuera el personaje un desdoblamiento de nuestro yo, con nuestras virtudes y nuestros mismos defectos. Esta es, indudablemente, la manera que ms prospera. Esto es Shakespeare, todo Shakespeare... Y hay tercera manera, que es mirar el mundo desde un plano superior y considerar a los personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de irona. Los dioses se convierten en personajes de sainete. Esta es una manera muy espaola, manera de demiurgo, que no se cree en modo alguno hecho del mismo barro que sus muecos. Quevedo tiene esa manera. Cervantes, tambin. A pesar de la grandeza de Don Quijote, Cervantes se cree ms cabal y ms cuerdo que l, y jams se emociona con l... (Tambin es la manera de Goya.) Y esta consideracin es la que me movi a dar un cambio en mi literatura y a escribir los esperpentos, el gnero literario que yo bautizo con el nombre de esperpentos.

    Valle resume en pocas palabras su concepcin del arte y como cualquier otro resu-men, tampoco ste no queda privado de inexactitudes y simpli caciones.

    La tesis expuesta distingue entre tres perspectivas que indican cmo debe percibirse el mundo, siendo la ltima levantado en el aire la preferida por el autor. El escritor gallego intenta sujetar la realidad y observarla desde la posicin del demiurgo omnipo-tente con lo cual se modi ca radicalmente su ptica artstica. Por lo tanto, si el primer

    48) Vase RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 122. Citado en GMEZ DE LA SERNA, Gaspar. Espaa en sus episodios nacionales. Madrid: Ed. del Movimiento, 1954. pgs. 75-76.; FRNANDEZ ALMAGRO, Melchor. En torno al 98: poltica y literatura. Madrid: Jordn, 1948. pg. 191.

    polak_esperpento_2011.indd 22 9.1.2012 13:12:08

  • 23

    ID E R O D I L L A S , E N P I E O L E V A N T A D O E N E L A I R Eesperpento consiste en la tensin entre lo clsico y lo grotesco, en el contraste mani es-to entre el gesto del hroe trgico y su re ejo en los espejos cncavos, las dems obras esperpnticas representan otro nivel bien diferenciado de la creacin anterior, tanto textual como estticamente.

    Por lo general, la dramaturgia de Valle de los aos veinte est poblada de una muy pintoresca galera de fantoches, mscaras, tteres, marionetas, peleles y muecos, es decir, personajes reducidos fsica y moralmente. En este caso ya no se pone de relieve ningn contraste entre los personajes como hemos visto en Luces; todas las guras son meros re ejos irreversibles de un espejo convexo y asumen sin protestas el papel que se les impone. Dicho de otra manera, el ser humano es un monigote movido por los hilos invisibles. Ve lo que no es y acta como no debe. En palabras del propio don Friolera: El mundo es engao y apariencia.[...] Uno nunca se entera! (CF, pg. 181).

    La llamada esttica de muequizacin corresponde a la evolucin del teatro europeo en un momento dado (ber-marionette de E. G. Craig, Grand-Guignol49, Teatro grottesco, dra-maturgia de L. Pirandello, J. Grau o de los hermanos apek) y le dedicaremos especial atencin en el apartado correspondiente. Pero lo que salta a la vista (y merece un breve comentario por nuestra parte), es cmo Valle-Incln a rma reiteradamente su liacin esttica con los representantes del arte clsico espaol: Quevedo, Goya y Cervantes.

    Volvamos otra vez a Luces. Las escenas I y XII coinciden con la salida y vuelta de Max a su casa. As se abre y cierra el ltimo crculo que parece condensar el destino del po-eta. Reproducimos a continuacin las palabras de Casalduero sobre la estructura de El Quijote: Cervantes se sirvi de la forma circular para su argumento porque tena que expresar la idea del Destino.50 En las escenas respectivas de Luces hallamos tambin contraste entre el pasado y el presente ya que con las alucinaciones de Max, se evidencia la nostalgia por lo francs y el modernismo.51 En la escena I leemos: Est hermosa la Moncloa! El nico rincn francs en este pramo madrileo! Hay que volver a Pars, Collet! Hay que volver all, Collet! Hay que renovar aquellos tiempos! (LB, pg. 42). En la escena de su muerte Max cree dirigir el entierro de Victor Hugo: Latino, me pa-rece que recobro la vista. Pero cmo hemos venido a este entierro? Esa apoteosis es de Pars! Estamos en el entierro de Victor Hugo! Oye, Latino, pero cmo vamos nosotros presidiendo? (LB, pg. 166). Incluso con el decir: Los ultrastas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya (LB, pg. 162) detectamos la preferencia por el pasado. De esta forma Valle logra relacionar a su nuevo arte con una tradicin clsica espaola que lo digni ca y que las innovaciones ultrastas no podan hacer.52

    Fernndez Garca explica que en Quevedo se encuentra el principio de la crtica es-perpntica que de forma incisiva ha de existir tambin en Valle-Incln. Su clave esencial

    49) El estreno de La cabeza del Bautista melodrama para marionetas en 1924 llam la atencin de la actriz italiana Mim Aguglia que la incorpor al repertorio de su compaa teatral, especializada en obras de Grand-Guignol y, durante su gira por Espaa y Portugal, la obra de Valle-Incln obtuvo un notable xito.

    50) CASALDUERO, Joaqun. Sentido y forma del Quijote. Madrid: nsula, 1949. pg. 21. Citado en MARCH, Mara Eugenia. op. cit., pg. 105.

    51) Esta evidencia se pone de mani esto cuando Max Estrella encuentra a Rubn Daro (Esc. IX) y con la introduccin del Marqus de Bradomn en la obra (Esc. XIV).

    52) MARCH, Mara Eugenia. op. cit., pg. 105.

    polak_esperpento_2011.indd 23 9.1.2012 13:12:08

  • 24

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Oconsiste en la decadencia de Espaa a la que se suman la actitud poltico-social del es-critor, la losofa de desengao, la realidad barroca (mundo al revs, mundo-confuso laberinto, mundo como mesn), la tcnica de aproximacin de los objetos y la in-mersin en una crisis de desaliento.53 Igual que la obra quevedesca tambin la vallein-claniana presentan rasgos similares. En ambas la postura individual del artista se fusiona con la realidad agonizante y produce frutos de insatisfaccin: humor, irona, sarcasmo, grotesco, caricatura.54

    Baquero Goyanes observa de cerca como Quevedo convierte el tema ovidiano de la metamorfosis de Dafne perseguida por Apolo en un burlesco esperpento. Apunta que los dioses olmpicos, las deidades de la mitologa clsica quedan reducidas, en La hora de todos, a un conjunto apicarado y bullicioso, que se expresa en jerga germanesca.55 Despus asimila el procedimiento esttico de Quevedo con el de Valle: Cuando Valle-Incln sita frente a los espejos cncavos de la calle del Gato los ms nobles y clsicos temas literarios, stos se con guran como esperpentos. Y as, el tema del mancillado honor conyugal y la subsiguiente venganza, se contrae a la pardica versin de Los cuer-nos de don Friolera, de manera semejante a como el tema donjuanesco se esperpentiza en Las galas del difunto.56

    La relacin contigua entre Valle y Goya ha sido denunciada mil veces. El autor de los esperpentos cita al pintor mundialmente reconocido ya en sus primeros libros pero, como seala Zamora Vicente, es en Luces de Bohemia donde se pone de mani esto el paralelismo de manera explcita. Hay varios elementos goyescos en la obra esperpntica de Valle-Incln. Speratti Piero57 ha repasado los motivos de los dibujos goyescos que ayudan a entrever la metamorfosis hombre-animal que revela el esperpento: el petime-tre que ve su imagen trocada en la de un mono; la maja que contempla una serpiente enredada a una guadaa; el militar trocado en gato enfurecido, de enhiestos bigotes, etc.58 Cardona y Zahareas contemplan la manera con la cual Goya va intensi cando pau-latinamente, al igual que Valle-Incln, el horror grotesco de Los fusilamientos del tres de mayo en sus Caprichos y Disparates. Constatan que lo hace por medio de una distorsin que trata de dar expresin plstica a esa fuerza intangible que puede, caprichosamente, llevar al hombre a tomar actitudes fantsticas y a ejecutar acciones grotescas.59 Con el propsito de demostrar la animalidad, la estupidez y la indiferencia, Goya se convierte, en la opinin de Valle, en un creador autntico, indiferente e irnico.60

    53) FERNNDEZ GARCA, Mara Nieves. op. cit., pgs. 15-16.54) bid., pg. 16.55) BAQUERO GOYANES, Mariano. Valle-Incln y lo valleinclanesco. [online], 1966, [cit. 2006-11-03].

    Descargado de: .

    56) bid.57) Vase SPERATTI PIERO, Emma Susana. La elaboracin artstica en Tirano Banderas. 1 edicin. Mexico

    City: El Colegio de Mxico, 1957. 206 pgs.58) ZAMORA VICENTE, Alonso. Introduccin. En Luces de Bohemia. 47 edicin. Madrid: Espasa Calpe,

    2003. pg. 15.59) CARDONA, Rodolfo, ZAHAREAS, Anthony N. op. cit., pg. 65.60) bid., pg. 65.

    polak_esperpento_2011.indd 24 9.1.2012 13:12:08

  • 25

    ID E R O D I L L A S , E N P I E O L E V A N T A D O E N E L A I R ESin embargo, la esencia de la relacin entre Valle y Goya estriba en la visin de la

    condicin humana y en el modo de su exteriorizacin consecuente. Lafuente Ferrari en su excelente ensayo titulado La situacin histrica del arte de Goya acierta (sin saberlo) la unin implcita entre ambos artistas:

    Se trata, pues, de un proceso de introversin y subjetivacin de la pintura, y en ello reside la profunda signi cacin esencial de Goya y esto es lo que de ne la situacin histrica de su arte. En esta evocacin de impresiones, fuertemente teidas de subjetividad, est todo el proceso de la mentalidad moderna; ... este proceso de creciente subjetivacin de la obra de arte puede igualmente estudiarse en la historia de la novela moderna . ... La pura impresin entregada a las sensualidades del color y de la luz puede llegar a pulverizarse, desprovista de valor, si no es sensible vehculo de un contenido espiritual expresivo; ... que-da la posibilidad de una acentuacin de la accin voluntaria del artista sobre ese material que nos suministra la experiencia psquica. De tal manera, con esa intensi cacin subjetiva aspiramos a lograr un cierto y potente paroxismo expresivo, y aun, a trueque de que el objeto sea cada vez arbitrariamente deformado, quedar, en cambio, rebaada sin rebozo nuestra actitud mental ante l. A este expuesto, al que obedecen lo que llamamos en el arte contemporneo las tendencias expresionistas, corresponde una parte de la obra madura de Goya (Los Caprichos y Los Disparates).61

    Jerez Farrn al analizar las antiestticas de Valle62 habla abiertamente de las carac-terizaciones goyescas. Advierte que la presencia de Goya es constante (incluso abundan-te) porque Valle emplea muchos de los rasgos caricaturescos reminiscentes del arte de Goya. Comenta el inters del autor por todos los detalles externos y expresiones faciales con los que se pretende exteriorizar la fealdad moral de los personajes. Segn l, en las descripciones de Valle predominan la visualidad, la atencin prestada a los detalles sionmicos y la irona burlesca. Con esta irona escarnecedora Valle nos intenta sugerir que la representacin plstica va intrnsecamente unida a la calidad de la persona.63 A travs del detalle externo (p. ej. la bragueta desabrochada, el ojo de cristal, la cara de rana, las encas sin dientes, el labio borbnico, etc.) Valle indica el mismo desajuste grotesco que existe entre el puesto de la persona (su funcin, empleo o cargo o cial que desempea en la sociedad) y su validez interior.64 El prposito primordial consiste en la presentacin de una persona concreta en toda su exterioridad para que sea visible su degeneracin moral y emocional (la vulgaridad, la debilidad y el egosmo).

    La relacin entre Valle-Incln y Cervantes es tambin bastante peculiar teniendo en cuenta que las obras ms famosas de ambos escritores (Luces y El Quijote) coinciden en varios aspectos formales y materiales. El elemento constructivo de la accin principal

    61) LAFUENTE FERRARI, Enrique. La situacin histrica del arte de Goya. En De Trajano en Picasso. Barcelona: Noguer, 1962. pgs. 123-140. Citado en MARCH, Mara Eugenia. op. cit., pg. 25.

    62) Entre las antiestticas pertenecen el primitivismo, la animalizacin, peleles y fantoches, cartulas y msca-ras, espejos, la distorsin de la historia, lenguaje y a nidades escenogr cas con el teatro expresionista.

    63) JEREZ-FARRN, Carlos. op. cit., pg. 113.64) bid., pg. 113.

    polak_esperpento_2011.indd 25 9.1.2012 13:12:08

  • 26

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Oes la andadura del protagonista que fcilmente permite realizar la llamada revista de estados. Hemos sealado que Valle se sirve del mismo tipo de estructura que Cervantes para poder sintetizar el destino del protagonista que termina con su muerte. No cabe duda de que el propio personaje de Mximo Estrella surge parcialmente de la tradicin quijotesca: El idealista inadaptado en el siglo, reducido por ste al mero estado pasivo de soador para avanzar en constantes tropezones con la realidad.65 Su situacin rid-cula se la crea generalmente el anacronismo: el empeo de vivir en el presente como el hombre del pasado, con lo que todo el impulso heroico y exaltador se convierte en farsa.66 A Max Estrella al igual que a don Quijote les acompaa otro personaje que constituye la anttesis del primero. Don Latino de Hispalis y Sancho Panza renen las caractersticas inversas a las de su amo. Adems Latino, grotesco Lazarillo, en vez de guiar al poeta ciego por los crculos infernales madrileos con precaucin: Nuestra vida es un crculo dantesco. Rabia y vergenza (LB, pg. 158), le desorienta, engaa y abusa de su debilidad. Interrumpe el velorio con la tos clsica y del aguardiente (LB, pg. 172) y con tambaleos de embriaguez viene a consolar a los familiares del difunto mientras su perro salta por encima de la caja [...], dejando en el salto torcida una vela (LB, pg. 175-6).

    Incluso en Luces podemos percibir el proceso de quijotizacin67 de Don Latino que en la ltima escena del esperpento asume la perspectiva de Max y reconoce expresamen-te la vigencia de la esttica de los espejos cncavos:

    Pica Lagartos.-El mundo es una controversia!Don Latino.-Un esperpento!El Borracho.-Crneo privilegiado! (LB, pg. 205)

    El eco quijotesco lo podemos localizar tambin en el personaje de Mari-Justina, la joven ventolera de Farsa italiana de la enamorada del rey (1920), que comparte con el hi-dalgo cervantino la persecucin de una quimera el amor que siente por el Rey y las rupturas de las barreras sociales por va del ensueo.68

    Por lo que atae a las palabras del dramaturgo gallego publicadas en la entrevista, Buero Vallejo no quiere admitir que Valle creyera en aquella a rmacin suya de que Cervantes jams se emocion con Don Quijote a pesar de su grandeza. Observa que la grandeza que don Ramn percibe en el hroe cervantino procede asimismo de la plu-ma de Cervantes.69 Por lo tanto, don Ramn no debi creer en la frialdad de Cervantes ante su hroe puesto que l mismo, ante su herona Mari-Justina, se enternece:

    65) RISCO, Antonio. El demiurgo y su mundo. Hacia un nuevo enfoque de la obra de Valle-Incln. 1a edicin. Madrid: Gredos, 1977. pg. 50.

    66) bid., pg. 50.67) Vase con ms detalle ALCHAZIDU, Athena, PERZ SINUSA, Yolanda, GMEZ GONZLES, Paula.

    Esbozo de la Historia de la literatura Espaola. 1 edicin. Brno: Nakladatelstv Mgr. Anton Pasienka, 2004. pg. 75.

    68) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. op. cit., pg. 2343.69) BUERO VALLEJO, Antonio. op. cit., pg. 37.

    polak_esperpento_2011.indd 26 9.1.2012 13:12:08

  • 27

    ID E R O D I L L A S , E N P I E O L E V A N T A D O E N E L A I R EMari-Justina, sobre tu alba frentela locura ideal de Don Quijotepermteme besar.70

    Buero Vallejo explica que Valle como terico quiere ser juez imperturbable y por eso propone el esperpento absoluto: [...] considerar a los personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de irona.71 Pero como artista es toleran-te, comprensivo y, a veces, compasivo. Eso signi ca que en los esperpentos de Valle no slo hay mordacidad y burla ante las hordas de personajes huecos y culpables, sino tambin la compasin ante el inocente que sufre. Torrente Ballester, re rindose a Luces y a Tirano Banderas, observa que en el espejo cncavo de la Calle del Gato, generador del esperpento, no cupo la gura doliente de una mujer, cuyo hijo, de pecho, ha muerto vctima del jolln; como la del indio Zacaras, la estampa de esta mujer innominada hace temblar la pluma irrespetuosa de Valle-Incln, temblar de indignacin y de ternura.72

    La galera de los personajes esperpnticos que son contemplados de pie por don Ramn podra ampliarse con el preso cataln de Luces de Bohemia, la Daifa de Las ga-las del difunto (1926) que nos conmueve acaso ms que la romntica desventura de la virginal Doa Ins73, la Sini de La hija del capitn que comenta la Espaa fantochesca: Don Joselito de mi vida, le rezar por el alma Carajeta, si usted no la dia, la hubiera diado la Madre Patria! De risa me escacho! (HC, pg. 246) y as se presenta a la altura del escritor demiurgo. Otro ejemplo elocuente es la joven prostituta, La Lunares, de la escena XI de Luces a la que el autor contempla con ms ternura y serenidad, en con-traste con la ferocidad con la cual trata al resto de los enanos y patizambos que juegan una tragedia (p. ej. La Vieja Pintada, Latino, Zaratustra, El Ministro). Loureiro seala su parecido con el encuentro entre Quijote y Maritornes que, al igual que en la novela cervantina, se resuelve en una pattica falta de entendimiento, ejemplar porque se en-frentan dos visiones completamente diferentes de una misma realidad debido a que las engendran intereses encontrados.74 Valle conmueve a los espectadores tambin con los nios fallecidos: los inocentes sacri cados que pagan por la ceguera de los adultos. La primera vctima la vemos en El Embrujado (1913), la segunda en Luces y la ltima nos so-brecoge al nal de Los cuernos de Don Friolera (1921): creyendo matar a su mujer in el el teniente don Pascual Astete mata a su hija Manolita. Pero la compasin no logra vencer la visin desdeosa y obsesin demirgica de Valle. Al nal de Sacrilegio (1927) El Sordo de Triana, desconocedor del engao y de que estn vindole y oyndole los bandoleros y sabiendo que va a morir, se arrepiente de todo, y pone un calor y una sinceridad tales

    70) bid., pgs. 51-2.71) bid., pg. 45.72) TORRENTE BALLESTER, Gonzalo. Historia y actualidad en dos piezas de Valle-Incln. En nsula,

    176-177, julio-agosto 1961. pg. 6. Citado por LOUREIRO, Angel G. A vueltas con el esperpento. En LOUREIRO, Angel G. (coord.) Estelas, laberintos, nuevas sendas: Unamuno, Valle-Incln, Garca Lorca, La guerra civil. 1 edicin. Barcelona: Anthropos, 1988. pgs. 205-235.

    73) BUERO VALLEJO, Antonio. op. cit., pg. 39.74) LOUREIRO, Angel G. op. cit., pg. 219.

    polak_esperpento_2011.indd 27 9.1.2012 13:12:08

  • 28

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Oen su arrepentimiento que el Capitn le dispara un tiro puesto que si no le sello la boca nos gana la entraa ese tunante (Sac, pg. 166).

    Resulta que Valle-Incln no es tan indiferente, rme y rgido en cuanto a sus decla-raciones tericas. En la mayora de las obras esperpnticas las mscaras deformadoras caen a menudo y descubren rostros de hermanos nuestros que lloran.75 Esta re exin nos parece lcida y acertada y posibilita una mejor comprensin del esperpento val-leinclaniano. Opinamos que Valle consigue con esta actitud que sus esperpentos no se queden reducidos a farsas triviales y que evolucionen en verdaderas tragicomedias.

    Los cuernos de Don Friolera

    A primera vista el drama Los cuernos de Don Friolera parece estar escrito con la nica intencin la de desarrollar las ideas claves de Valle sobre su esttica nueva. La obra tiene estructura compleja. Est dividida en tres partes bien diferenciadas (Prlogo, 12 escenas, Eplogo) que ms o menos corresponden a las perspectivas mencionadas. Todas tratan el mismo tema: el adulterio y la defensa de la honra.76 No obstante, cada una de las tres partes tienen forma distinta acorde a la teora De rodillas, en pie o levan-tado en el aire.

    El Prlogo es, de hecho, una simple farsa del teatro de tteres representada por el Compadre Fidel (El Bulul) que en su posicin del demiurgo omnipotente (en el aire) comenta la actuacin ridcula de sus fantoches con desdn y se divierte a su costa.

    El Eplogo est concebido como el romance de ciegos (de rodillas). En este romance heroico don Friolera cuya hombra fue ensuciada por la infelidad de su mujer, mata a su esposa lavando as su honor. Despus es condecorado, combate valientemente contra los moros y el rey le nombra su ayudante.

    La versin central de la pieza es mucho ms amplia y, segn la teora divulgada por Valle, debera corresponder a la perspectiva de pie. Pero no es exactamente as porque el escritor gallego, como ya hemos indicado en otro lugar, no fue lo su cientemente coherente en cuanto a sus declaraciones y realizaciones artsticas. Es aqu donde se mo-di ca considerablemente la nocin del esperpento. La nueva versin no se queda ni en lo grotesco malicioso y desmiti cador de la farsa de muecos ni en el engolamiento y el

    75) BUERO VALLEJO, Antonio. op. cit., pg. 45.76) El tema del adulterio es uno de los ms preferidos de la vanguardia teatral europea. Aparece en las obras

    respectivas de Alfred Jarry Ubu cocu (1899), Fernand Crommelynck Le cocu magni que (esp. El cornudo man co, 1919) y Luigi Chiarelli Maschera e il volto (1917). Los referentes clsicos de esta tendencia (por lo menos en caso de Valle-Incln y Jarry) son dos: William Shakespeare (Otelo, primera edicin de 1622) y Caldern de la Barca (El mdico de su honra, 1635). Sin embargo, Valle-Incln no los parodia. En caso del primero es por su inmensa admiracin que siente hacia el genio britnico. En cuanto al segundo, Cfr. RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 133: Valle tiene del honor calderoniano una idea tpica, muy extendida, que no corresponde al sentido real del honor en las tragedias de honor de Caldern. Hay que subrayar que Valle pone en solfa sobre todo a los dramaturgos del teatro postromntico (J. Echegaray, L. Cano, E. Sells). P. ej. el adltero Pachequn exclama en escena cuarta: El mundo me la da, pues yo la tomo, como dice el eminente Echegaray (CF, pg. 151) demostrando su familiaridad con dramones echegarayescos.

    polak_esperpento_2011.indd 28 9.1.2012 13:12:08

  • 29

    IL O S C U E R N O S D E D O N F R I O L E R Afalso nfasis miti cador del melodrama literario tradicional.77 Esta vez el esperpento valleinclaniano se aproxima ms que nunca hacia el concepto de la tragedia grotesca. Con la yuxtaposicin de la farsa popular, melodrama tradicional y esperpento Valle-Incln intenta hacer hincapi, en primer lugar, en la fusin simblica de ambos polos opuestos y, en segundo lugar, en la originalidad y la autenticidad de su nuevo estilo. En otra ocasin Valle a rm que el choque entre el personaje ridculo y su papel trgico responda al menguado espritu de la vida moderna.78

    La realidad descrita en el esperpento (12 escenas centrales) tiene por lo menos doble dimensin: trgica y grotesca. Por lo tanto, en las acotaciones podemos leer sobre el fantoche trgico (referencia al protagonista Don Friolera) o la tragedia de fantoches. Segn Ruiz Ramn lo grotesco y lo trgico de la realidad [...] slo puede hacerse, para no traicionar ninguna de esas dimensiones, mediante la sntesis dialctica de la farsa y la tragedia, que es, en su esencia, el esperpento.79

    Sera imposible formular todo este ideario sin la incorporacin de dos personajes importantes en la obra analizada: don Estrafalario y Don Manolito.80 Tanto el Prlogo (Trigedia de los Cuernos de don Friolera) como el Eplogo (la recitacin del romance vil) van enmarcados por los comentarios de los dos personajes mencionados. Sus re- exiones crticas incorporan el metateatro con el que el autor viene a completar lo que esboz ya en Luces de Bohemia.81

    La acotacin inicial dice que los dos seores corren Espaa por conocerla, y divagan alguna vez proyectando un libro de dibujos y comentos (CF, pg. 123). Esta didascalia llev a Zamora Vicente a opinar que ambos intelectuales representasen contra guras del pintor Daro de Regoyos y del escritor belga mile Verhaeren, quienes a nales del siglo XIX emprendieron un viaje proyectado con posterioridad en el libro La Espaa

    77) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 132.78) DOUGHERTY, Dru. Palimpsestos al cubo, prcticas discursivas de Valle-Incln. 1 edicin. Madrid:

    Fundamentos, 2003. pg. 202.79) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 132-133. 80) Con las palabras gnero estrafalario Valle-Incln design el esperpento en la edicin de Diario de la

    Marina (Cuba, 21 de septiembre 1925).81) El metateatro, o sea, teatro dentro del teatro, no es, por supuesto, ninguna novedad. Existen mltiples po-

    sibilidades y tcnicas de este tipo de arte dramtico. Entendemos por metateatro (igual que Lionel Abel) la forma necesaria de dramatizar personajes quienes por conciencia de s mismos no pueden menos que participar en su propia dramatizacin. Rubio Jimenz aade que esta conciencia de s mismos les lleva a verse representando el papel que les ha asignado la sociedad, representndose a s mismos sin conocer hasta qu punto el hacerlo es consecuencia de una eleccin y hasta dnde se trata ms bien de una im-posicin social, que provoca inevitables fracturas interiores en los personajes. Vase RUBIO JIMNEZ, Jess. Introduccin. En VALLE-INCLN, Ramn Mara del. Martes de carnaval esperpentos. 26 edicin. Madrid: Espasa Calpe, 2003. pg. 40. Bruce Wardrober, al analizar la obra de Pirandello, constata que el metateatro es un arte dramtico consciente de ser esencialmente arte, sin ser obviamente una imitacin de la naturaleza. Se funda en metforas, poticas trasladadas a la accin y estructuradas con dimensiones plsticas. [...] Los personajes del metateatro tienen una plena conciencia de ser entes de ccin. Muvense en una accin ms bien pensada que sucedida. Vase WARDROBER, Bruce. El metateatro y Pirandello. [online], 2007, [cit. 2008-11-11]. Descargado de: . Terminamos con que el metateatro incorporado en el texto dramtico concreto posibilita a Valle-Incln la autore exin y contiene tambin cierta justi cacin, el porqu de su existencia.

    polak_esperpento_2011.indd 29 9.1.2012 13:12:08

  • 30

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Onegra (1899).82 Huerta Calvo y Peral Vega sostienen que la in uencia de este libro en la obra de Valle es mani esta teniendo en cuenta sobre todo la con guracin plstica de su produccin literaria. A la vez admiten que fueron las pinturas de Jos Gutirez Solana83 las que ejercieron mucha ms in uencia sobre la conformacin de nitiva del Valle esperpntico.84

    Antes de abordar el texto dramtico en s, procede a rmar que ambos personajes dramticos desconocen el cuerpo central de la obra. Lo ignoran por la razn de que se trata, justamente, de la nueva versin, la inventada por Ramn Mara del Valle-Incln.85 Es decir, ni don Manolito ni don Estrafalario asisten a su puesta en escena propiamente dicha. Por eso no son capaces de formular ningn juicio crtico sobre ello. Sin embargo, los dilogos entre don Manolito y don Estrafalario representan una jugosa y densa re exin de Valle acerca del arte dramtico.86 Adems todos los crticos que se han ocupado de la de nicin del esperpento se han referido necesaria-mente a estas escenas.

    El Prlogo y los peleles del Compadre Fidel

    Los intelectuales se encuentran en las ferias de Santiago el Verde, en el corral de una posada con entrar y salir de gentes, tratos, ofertas y picardeo, donde conversan sobre las cuestiones de la esttica. Como conclusin de esta discusin se formula una esttica del distanciamiento afectivo en el drama.

    Don Estrafalario.- [...] Reservamos nuestras burlas para aquello que nos es semejante.Don Manolito.-Hay que amar, Don Estrafalario. La risa y las lgrimas son los caminos de Dios. Esa es mi esttica y la de usted.Don Estrafalario.- La ma no. Mi esttica es una superacin del dolor y de la risa, como deben ser las conversaciones de los muertos, al contarse historias de los vivos.Don Manolito.-Y porqu sospecha usted que sea as el recordar de los muertos?Don Estrafalario.-Porque ya son inmortales. Todo nuestro arte nace de saber que un da pasaremos. Ese saber iguala a los hombres mucho ms que la Revolucin Francesa.Don Manolito.-Usted, Don Estrafalario, quiere ser como Dios!Don Estrafalario.-Yo quisiera ver este mundo con la perspectiva de la otra ribera. Soy como aquel mi pariente que usted conoci, y que una vez, al preguntarle el cacique qu deseaba ser, contest: Yo, difunto. (CF, pg. 126)

    82) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. op. cit., pg. 2348.83) Vase con ms detalle LOZANO MARCO, Miguel ngel. Imgenes del pesimismo: literatura y arte en Espaa

    (1898-1930). 1 edicin. Alicante: Universidad de Alicante, 2000. pg. 96-125.84) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. op. cit., pg. 2348.85) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 132. 86) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. op. cit., pg. 2348

    polak_esperpento_2011.indd 30 9.1.2012 13:12:09

  • 31

    I E L P R L O G O Y L O S P E L E L E S D E L C O M P A D R E F I D E LSu dilogo es interrumpido por el Bulul que comienza a representar su breve trige-

    dia87 con los muecos de un teatro rudimentario y popular. Cuando se acaba los dos personajes aludidos la comentan con fervor.

    Don Estrafalario.-[...] La crueldad y el dogmatismo del drama espaol solamente se en-cuentra en la Biblia. La crueldad sespiriana es magn ca, porque es ciega, con la grandeza de las fuerzas naturales. Shakespeare es violento, pero no dogmtico. La crueldad espaola tiene toda la brbara liturgia de los Autos de Fe. Es fra y antiptica. Nada ms lejos de la furia ciega de los elementos que Torquemada: Es una furia escolstica. Si nuestro teatro tuviese el temblor de las estas de toros, sera magn co. Si hubiese sabido transportar esa violencia esttica, sera un teatro heroico como Ilada. A falta de eso, tiene toda la antipata de los cdigos, desde la Constitucin a la Gramtica.Don Manolito.-Porque usted es anarquista.Don Estrafalario.-Tal vez!Don Manolito.-Y de dnde nos vendr la redencin?Don Estrafalario.-Del Compadre Fidel. [...] El Compadre Fidel es superior a Yago. Yago, cuando desata aquel con icto de celos, quiere vengarse, mientras que ese otro tuno, es-pritu mucho ms cultivado, slo trata de divertirse a costa de don Friolera. Shakespeare rima con el latido de su corazn, el corazn de Otelo: Se desdobla en los celos del Moro; creador y criatura son del mismo barro humano. En tanto ese Bulul, ni un solo momento deja de considerarse superior, por naturaleza, a los muecos de su tabanque. Tiene una dignidad demirgica. (CF, pgs. 131-132)

    De este dilogo se desprende claramente que las posiciones estticas de ambos persona-jes se hallan encontradas. Don Manolito de ende el sentimentalismo decimonnico (el arte es cuestin de simpata, ha de despertar las lgrimas o las risas del destinatario para que valga; el corazn de ste ritmar al unsono con el del autor y el de los personajes88) mientras que Don Estrafalario pretende superarlo colocndose en la posicin superior (ver este mundo con la perspectiva de la otra ribera) que implica necesariamente el de-bido distanciamiento artstico, una perspectiva ultraterrena, o sea, eterna. Por eso Don Estrafalario admira al compadre Fidel, que maneja sus muecos y ni un solo momento deja de considerarse superior a ellos (Tiene una dignidad demirgica).89

    No obstante, hay que decir que la actitud de Don Estrafalario es ambigua: por un lado, el personaje va en busca de la superacin del dolor y de la risa y, por otro, muestra su gran admiracin por William Shakespeare quien rima con el latido de su corazn,

    87) Puede ser una deformacin intencionada de tragedia por el autor. No obstante, el catedrtico Ricardo Senabre Sempere recuerda que la voz trigedia como vulgarismo aparece ya en algunas ediciones de Manolo de Ramn de la Cruz (1731-1794) y fue posteriormente explotado por muchos saineteros. Vase VALLE-INCLN, Ramn Mara del. Martes de carnaval esperpentos. 26 edicin. Madrid: Espasa Calpe, 2003. pg. 129.

    88) RISCO, Antonio. op. cit., pg. 56.89) Vase RUBIO JIMNEZ, Jess. Introduccin. En VALLE-INCLN, Ramn Mara del. op. cit., pg. 51.

    polak_esperpento_2011.indd 31 9.1.2012 13:12:09

  • 32

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T Oel corazn de Otelo. El dramaturgo isabelino se desdobla, se pone en el mismo nivel de su personaje (de pie) con el resultado de que creador y criatura son del mismo barro humano.

    Viendo que se trata de dos vocaciones bien distintas e incompatibles, intentamos en-contrar una explicacin razonable de este desajuste ideolgico.

    En principio, opinamos que no se puede guardar ternura, ni comprensin profunda o inters verdadero por los sentimientos y experiencias vitales de un personaje dram-tico cuando, lo que realmente se pretende, es la enajenacin, desinters, indiferencia e impasibilidad.90 Pero si todo el arte se convierte en impasible, pronto se producir la desaparicin del arte como tal. La impasibilidad tal vez facilite la inmortalidad (las conversaciones de los difuntos sobre los vivos, la perspectiva de la otra ribera). Sin embargo, la inmortalidad no hace nacer el arte. El arte nace de saber que un da pasa-remos.

    Por lo tanto, las ideas formuladas por Don Estrafalario carecen de precisin. Tampoco creemos que uno pueda entenderlas al pie de la letra. Son ms bien explicables desde el punto de vista histrico-literario y tienen mucho que ver con el peliagudo problema esttica vs. historia.91

    Con el conjunto de las ideas expuestas culmina la reaccin radical de Valle frente al sentimentalismo del teatro postromntico cuyas alusiones son bastante numerosas en el texto: p. ej. El perrillo del ciego alza la pata al arrimo de una valla decorada con desgarrados carteles, postrer recuerdo de las ferias, cuando vino a llevarse los cuar-tos la Mara Guerrero El Gran Galeoto. La Pasionaria. El Nudo Gordiano. La Desequilibrada92 (CF, pg. 197).

    A nuestro parecer, Valle-Incln es consciente de que el concepto del distancia-miento absoluto (desposesin o alejamiento afectivo) no es capaz de renovar el te-atro espaol a pesar de que domine tanto en la teora del esperpento.93 Dicho de otra manera, el distanciamiento es una tcnica primordial pero no exclusiva del esperpento.

    90) Escribo casi siempre en forma escnica, dialogada [...]. Pero no me preocupa que las obras puedan luego ser o no representadas. Escribo de esa manera porque me gusta mucho, porque me parece que es la for-ma literaria mejor, ms serena y ms impasible de conducir accin. Amo la impasibilidad en el arte. Quiero que mis personajes se presenten siempre solos y sean en todo momento ellos, sin el comentario, sin la explicacin de su creador. Que todo lo sea, en n, la accin misma. (la cursiva es nuestra) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. op. cit., pg. 2311-2312.

    91) Cfr. CARDONA, Rodolfo, ZAHAREAS, Anthony N. op. cit., pg. 179 (la cursiva es nuestra).92) Mara Gurrero (1868-1928) fue una gran actriz teatral. Las obras que se mencionan formaron parte de

    su repertorio y coresponden a lo ms caracterstico de la llamada escuela de Echegaray (autor de El Gran Galeoto 1881, La Desequilibrada 1903). En esta escuela pertenecen tambin Eugenio Solls (El Nudo Gordiano 1878) y Leopoldo Cano (La Pasionaria 1883).

    93) En el esperpento, por tanto, el distanciamiento artstico implica la superioridad del autor sobre el perso-naje: el autor es elevado a la dignidad de demiurgo y el personaje es degradado a la condicin de fanto-ches. Y esta dignidad demirgica del compadre Fidel es, como bien dice Don Manolito a Don Estrafalario, la que usted echaba de menos en el Diablo de mi Orbaneja. AZNAR SOLER, Manuel. Gua de Lectura de Martes de Carnaval. 1 edicin. Barcelona: Anthropos-Taller d investigacions valleinclanianes, 1992. pg. 54. Citado por RUBIO JIMNEZ, Jess. Introduccin. En VALLE-INCLN, Ramn Mara del. op. cit., pg. 50.

    polak_esperpento_2011.indd 32 9.1.2012 13:12:09

  • 33

    I E L P R L O G O Y L O S P E L E L E S D E L C O M P A D R E F I D E LAs mismo queremos sealar que la importancia de la esttica antisentimental ha sido

    sobrevalorada por parte de la crtica sin que se hayan tomado en consideracin la estruc-tura compleja del drama y el espacio real ocupado por cada una de las unidades.

    Ahora bien, la incongruencia entre el papel heroico y el personaje ridculo le llev a Valle a intuir que la representacin ideal de sus esperpentos se llevara a cabo con muecos. En esa representacin ideal, el pblico estara situado ante dos planos dra-mticos: Uno inmediato, la accin del mueco, accin grotesca y deshumanizada; otro evocado, la accin del hroe desplazado por el mueco, accin trgica y profundamente humana.94

    Para la elaboracin del plano trgico Valle recurre a la tragedia de Shakespeare a la cual somete (en 12 escenas siguientes) a una radical dislocacin interna: los papeles serios son protagonizados por los hombres y mujeres minsculos. Sin embargo, Valle explota en el esperpento lo que les falta tanto a las tragedias clsicas como a las farsas populares: El hecho de que la frontera entre el hombre deshonrado y el cornudo es como el lo de un cuchillo y que la situacin tiene por eso, adems de los momentos trgicos y metafsicos, mucho de divertido.95 Cabe aadir que el compromiso emo-cional que establece Shakespeare con sus personajes dramticos resulta, al nal, para Valle-Incln una medida del distanciamiento que persigue el esperpento.96 As que la de-formacin grotesca que sufren los protagonistas no impide que se produzca el patetismo igualmente dramtico que en el caso de sus modelos sespirianos.

    La referencia a William Shakespare en el Prlogo de la obra tiene otro aspecto impor-tantsimo. Trouillhet Manso observa que el hecho de escoger al dramaturgo ingls como referente constante para los esperpentos valleinclanescos, en vez de los clsicos del siglo de oro (Lope de Vega, Tirso de Molina, Caldern de la Barca), tiene unas ineludibles implicaciones idelogicas o, tal vez, polticas.

    Con las palabras de Don Estrafalario (la crueldad y el dogmatismo del drama espaol solamente se encuentra en la Biblia; la crueldad espaola tiene toda la brbara liturgia de los Autos de Fe, es fra y antiptica.; tiene toda la antipata de los cdigos, desde la Constitucin a la Gramtica) se expresa el desprecio no tanto por los valores teatrales de dichos escritores sino ms bien por los ideales caducos y nacionalistas que contie-nen sus obras respectivas. Por eso Espaa, segn Valle, no dispone de una arraigada tradicin de escribir tragedias que no estn relacionadas (esttica o temticamente) con los llamados dramas de honor calderoniano. Este tipo de piezas est, reinterpretando las palabras de Trouillhet Manso, omnipresente en la dramaturgia espaola y encierra la evolucin dramtica en un absurdo cdigo que carece de la transgresin nacional.

    Al contrario, la tragedia del genio ingls es mucho ms universal ya que no se rige por cdigos nacionales sino que se genera por el desencadenamiento natural de las pasiones humanas, a travs de tensiones afectivas: amor, odio, celos, envidia, odio, ambicin...97

    94) DOUGHERTY, Dru. op. cit., pg. 202.95) CARDONA, Rodolfo, ZAHAREAS, Anthony N. op. cit., pg. 55.96) Vase TROUILLHET MANSO, Juan. Valle-Incln y Shakespeare: El teatro brbaro y el esperpento. [onli-

    ne], 2004, [cit. 2008-09-19]. Descargado de: .97) bid.

    polak_esperpento_2011.indd 33 9.1.2012 13:12:09

  • 34

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T OEn 1932 Valle-Incln incluso lleg a asimilar el teatro clsico espaol con una ideolo-

    ga monrquica y conservadora, y esto a pesar de la activa poltica de recuperacin de este teatro durante la segunda Repblica :

    En el teatro tiene que hacerlo todo la Repblica! Caldern, Lope y Tirso, nuestros cl-sicos, respondieron a las necesidades de una poca y un Estado, poca catlica y Estado monrquico.98

    Las propuestas radicales emitidas por Valle revelan la importancia de Shakespeare en la con guracin de la dramaturgia esperpntica. Es bien sabido que la renovacin teatral llevada a cabo por Valle-Incln est estrechamente vinculada con el magisterio del escritor isabelino. A modo de conclusin, queremos sealar que para el panorama teatral espaol de principios del siglo XX tiene un poder casi regenerativo.

    El Eplogo y el romance vil

    El espacio dramtico y las circunstancias escnicas cambian considerablemente al com-pararlos con el Prlogo: La plaza del mercado en una ciudad blanca, dando vista a la costa de frica. [...] Tras una reja de la crcel estn asomados Don Estrafalario y Don Manolito (CF, pg. 198). Ven al ciego que vende los romances. El ciego recita la tercera y la ltima versin del mismo argumento arquetpico. Los intelectuales reanudan la dis-cusin esttica iniciada al principio de la obra y emiten sus conclusiones.

    Don Estrafalario.-Toda la literatura es mala.Don Manolito.-No me opongo.Don Estrafalario.-An no hemos salido de los libros de Caballeras!Don Manolito.-Cree usted que no ha servido de nada Don Quijote?Don Estrafalario.-Ni Don Quijote ni las guerras coloniales. No le parece a usted ridcula esa literatura, jactanciosa como si hubiese pasado bajo los bigotes del Kiser99?Don Manolito.-Indudablemente, en la literatura aparecemos como unos brbaros sangui-narios. Luego se nos trata, y se ve que somos unos borregos.Don Estrafalario.-Qu lejos de este vil romancero aquel paso ingenuo que hemos visto en la raya de Portugal! Qu lejos aquel sentido malicioso y popular! Recuerda usted lo que entonces le dije?Don Manolito.-Me dijo usted tantas cosas!Don Estrafalario.-Slo pueden regenerarnos los muecos del Compadre Fidel!

    98) Publicado en el artculo titulado El premio Fastenrath en Heraldo de Madrid (16 de mayo de 1932). Citado en TROUILLHET MANSO, Juan. Valle-Incln y Shakespeare: El teatro brbaro y el esperpento. [online], 2004, [cit. 2008-09-19]. Descargado de: .

    99) Kiser se re ere a Guillermo II, emperador de Alemania, que se vio obligado a abandonar el trono en 1918 al concluir la Primera Guerra Mundial.

    polak_esperpento_2011.indd 34 9.1.2012 13:12:09

  • 35

    IE S E N C I A D E L E S P E R P E N T O S E G N L A C R T I C A T E A T R A LDon Manolito.-Con decoraciones de Orbaneja!100 Ya me acuerdo!Don Estrafalario.-Don Manolito, gstese usted una perra y compre el romance del ciego.Don Manolito.-Para qu?Don Estrafalario.-Infeliz, para quemarlo! (pgs. 200-201)

    Igual que en el Prlogo vuelve a manifestarse en la actitud de Don Estrafalario la misma repugnancia, esta vez por el romance de ciego (una forma popular judaica, como el honor calderoniano). Hay que acentuar que no le repudia slo el romance como tal sino toda la literatura popular que impone unos valores cerrados sobre s mismos e intolerantes. Don Estrafalario se queja de que no han servido para nada El Quijote y las guerras coloniales. An no hemos salido de los libros de Caballeras!, observa el intelectual. Segn l, se sigue con la visin idealizadora y falseadora de lo real glori cando falsos herosmos: La Espaa o cial se sigue valiendo de patrones falseadores, que hacen que se d una situacin paradjica que los espaoles sigan apareciendo en la literatura o cial como unos brbaros cuando en realidad somos unos borregos.101

    Por eso se cerrar el debate aconsejando a Don Manolito que compre el romance para quemarlo. El consejo que revela la ms rigurosa expurgacin de la literatura sentimen-tal, literatura populista [...] sustentadora del triunfalismo de la moral calderoniana; y, [...], del Ejrcito, de la Monarqua y de la Iglesia, a los que dicha moral orienta.102 El triunfo es, de nitivamente, del teatro de guiol: Ese tabanque de muecos sobre la espalda de un viejo prosero, [...], es ms sugestivo que todo el retrico teatro espaol (CF, pg. 130).

    Esencia del esperpento segn la crtica teatral

    Despus de haber analizado varios fragmentos de los principales textos sobre el es-perpento valleinclanesco consideramos oportuno acercarnos una vez ms hacia su esencia repasando brevemente el discurso crtico y terico que se ha ofrecido al lec-tor interesado a lo largo de los ltimos treinta aos. Dedicaremos nuestra atencin a las ideas expuestas por Antonio Risco, Francisco Ruiz Ramn, Javier Huerta Calvo y Emilio Peral Vega, Carlos Jerez Farrn, Serge Salan, Ricardo Domnech y Manuel Garca Pelayo.

    El esttico espaol Antonio Risco piensa que el esperpento traspasa los lmites del genro teatral y constituye, ms bien, una inconfundible actitud artstica que se mani-

    100) Orbaneja remite a la ancdota que recoge el Quijote sobre Orbaneja el pintor de beda, el cual pregun-tndole qu pintaba, respondi: lo que saliere. Se convirti en sinnimo de mal pintor. En fecha ms reciente J. M. Lavaud, ha recordado la coincidencia con el segundo apellido de don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, con lo que habra una irnica alusin al dictador.

    101) RUBIO JIMNEZ, Jess. Introduccin. En VALLE-INCLN, Ramn Mara del. op. cit., pg. 51. La cursiva es nuestra.

    102) FERNNDEZ GARCA, Mara Nieves. op. cit., pg. 42.

    polak_esperpento_2011.indd 35 9.1.2012 13:12:09

  • 36

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T O esta en la mayora de las obras del escritor.103 Tambin observa que durante el primer cuarto del siglo XX la literatura y el arte occidental son asaltados por sucesivas oleadas del esperpentismo: [...] aspectos del expresionismo pictrico y teatral de Alemania, las boutades, parodias y cabriolas grotescas de los futuristas italianos, la ferocidad del dadasmo francs, las audacias, con frecuencia jugando abiertamente con lo estramb-tico de Apollinaire ... Les mamelles de Tiresias (1917) -, la farsa de Alfred Jarry Ubu Roi (1896), la comicidad sarcstica de Pirandello, las novelas de Kafka...104 Por lo tanto, Risco llega a la conclusin de que el esperpento no es exclusivo de Valle-Incln. Muy al contrario, sostiene que el esperpentismo es fruto de una determinada situacin histrica, ya no slo individual, ni siquiera nacional, sino europea, esto es, que Valle-Incln nace de una actitud equivalente a la de los autores que se acaban de citar frente a las escuelas artsticas que le precedieron inmediatamente [...].105 La visin negativa de la realidad presente es caracterstica para Valle-Incln y con el tiempo se profun-diza ms y ms hasta alcanzar, como todo ese arte moderno de lo grotesco [...], una signi cacin ontolgica: la sistemtica destruccin de la realidad que llega a poner en cuestin al ser.106

    Francisco Ruiz Ramn enlaza con el ideario de Antonio Risco y de ne el esperpento como esttica; aade que en el sentido amplio de la palabra puede ser interpretado tambin como una visin del mundo a la cual llega el escritor desde una concreta cir-cunstancia histrica espaola y desde una determinada ideologa, resultado de una toma de posicin crtica, cuya raz es a la vez individual y social.107 Segn l, el esperpento tiene varios puntos en comn con el movimiento artstico europeo de su momento (p. ej. la expresin de protesta o la efervescente bsqueda de las nuevas oportunidades literarias). A rma que debido a su estilo particular, originalidad temtica y continuidad con los gneros consolidados (sobre todo con la farsa popular) el esperpento es capaz de defender su autonoma e independencia en el contexto de las letras universales. Ruiz Ramn concluye que dentro de la historia del teatro espaol el esperpento desempea un papel redentor y signi ca el punto de partida de una fecunda visin dramtica de la realidad. 108

    Ha contribuido al debate tambin Ricardo Domnech, el profesor de la Real Escuela Superior de Arte Dramtico, que relaciona el teatro de Valle-Incln con el de Bertolt Brecht. Domnech dice que la transformacin radical de la realidad coti-diana (el acadmico utiliza el trmino descoyuntamiento) persigue, en esencia, el mismo objetivo que el efecto de alienacin brechtiano: Valle presenta en el escena-rio la realidad en que vive el espectador, pero de tal manera deformada que ste no puede por menos de quedar atnito, pues esta realidad es increble. Esta imagen es-

    103) Antonio Risco recuerda p. ej. el poema Aleluya del libro La pipa de Kif (1919). Otro ejemplo elocuente es indudablemente la novela Tirano Banderas.

    104) RISCO, Antonio. op. cit., pg. 88.105) bid., pg. 88-89.106) bid., pg. 196.107) RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 126.108) bid., pg. 126.

    polak_esperpento_2011.indd 36 9.1.2012 13:12:09

  • 37

    IC O N S I D E R A C I O N E S G E N E R A L E Sperpntica de la realidad nos obliga a una toma de conciencia: la conciencia de que vivimos una realidad esperpntica, la conciencia de que son grotescos unos valores generales en los que se fundamenta la realidad concreta que nos rodea.109

    Manuel Garca Pelayo considera el esperpento como una forma literaria cuya esen-cia estriba, ante todo, en la relacin compleja entre el dramaturgo y la sociedad burgue-sa. Acenta, por lo tanto, la dimensin social de la obra valleinclanesca y la fascinante interaccin vida-arte. Valle ve en el mundo burgus y o cial un mundo distanciado y extrao, un mundo en el que no coinciden, sino que divergen lo que es y lo que se aparenta ser o se cree ser, como un mundo dominado por contradiccin entre la exterio-ridad y la interioridad, entre la tragedia y la farsa, entre lo inautntico y lo autntico.110 Garca Pelayo cree que la mejor forma de abordar literariamente el mundo falso y espi-ritualmente vaco es la grotesca.

    El restante grupo de crticos sita el esperpento en la lnea del movimiento vanguar-dista. Javier Huerta Calvo y Emilio Peral Vega destacan algunos rasgos expresionistas inherentes al esperpento. En concreto, se trata de la presencia de lo macabro, la ten-dencia a la animalizacin y cosi cacin de los personajes, la distorsin de la historia, la recuperacin de las mscaras no en su simbolismo de hipocresa [...] sino con su halo primigenio de acentuar la expresividad del gesto exagerndolo.111

    Carlos Jerez Farrn va ms lejos en cuanto a la interpretacin expresionista del es-perpento. El crtico seala las siguientes concomitancias: El inters manifestado por la dramaturgia de Max Reinhardt y Gordon Craig, as como las representaciones que de piezas de Georg Kaiser haba realizado Rivas Cherif, las sombras y las tcnicas luminosas procedentes del cine, todo ello, en n, nos permite hablar del esperpento como una versin espaola del expresionismo europeo.112

    Serge Salan caracteriza el esperpento como la versin esttica de la rebelin expresio-nista que se engendra a travs de la carnavalizacin del mundo exterior.113 El crtico francs vincula inequvocamente la vibracin del cuadro El grito (1893) con la vibracin omnipresen-te en los dramas del escritor gallego: El teatro de Valle es un prodigioso representante de una esttica moderna de la vibracin y de la convulsin que entra por la piel. En sus obras, todo vibra: el aire, el viento, las luces y las sombras, los cuerpos, el lenguaje.114

    Es muy curioso averiguar que igualmente los hispanistas checos, en el momento de etiquetar la obra dramtica de Valle-Incln, suelen optar por el expresionismo.115

    109) DOMNECH, Ricardo. Para una visin actual del teatro de los esperpentos. En Cuadernos Hispanoamericanos, pgs. 455-466. Citado en RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 124.

    110) GARCA PELAYO, Manuel. Sobre el mundo social en la literatura de Valle-Incln. En Revista de Occidente, pgs. 257-287. Citado en RUIZ RAMN, Francisco. op. cit., pg. 124.

    111) HUERTA CALVO, Javier, PERAL VEGA, Emilio. op. cit., pg. 2346.112) JEREZ-FARRN, Carlos. op. cit., pg. 138.113) SALAN, Serge. Valle-Incln, dramaturgo simbolista y expresionista. En Valle-Incln en el siglo XXI. 1a

    edicin. Barcelona: Edicios de Castro, 2002. pg. 138.114) bid., pg. 138.115) Vase con ms detalle FORBELSK, Josef. panlsk literatura 20. stolet. 1a edicin. Praha: Karolinum,

    1999. pgs. 258-260.; ALCHAZIDU, Athena, PERZ SINUSA, Yolanda, GMEZ GONZLES, Paula. op. cit., pg. 136.

    polak_esperpento_2011.indd 37 9.1.2012 13:12:09

  • 38

    I T E O R A D E L E S P E R P E N T ODe todo el co