¿Son inevitables los efectos negativos de las centrales hidroeléctricas?. El papel de los mapas causales en la evaluación de impactos.

Hugo García-Andreu

Antonio Aledo Tur

Resumen

Este trabajo presenta los resultados de la evaluación de los impactos socioambientales de dos importantes centrales hidroeléctricas de Brasil. El estudio sigue los principios del Social Impact Management, que ofrece un marco adecuado para analizar las complejas transformaciones sociales provocadas por las presas hidroeléctricas. En la aplicación de este enfoque se utilizaron mapas causales participativos para identificar las cadenas causales de los impactos sociales de las represas de Porto Primavera y Rosana en la comunidad de Puerto Rico, que se encuentra en la ribera del Alto Paraná. La principal conclusión del estudio es que en la gestión y funcionamiento de las centrales existen decisiones intermedias de carácter político, sustentadas en valores e intereses y no, como se suele argumentar frecuentemente, determinadas por razones exclusivamente técnicas. Este hallazgo cuestiona la supuesta inevitabilidad de los efectos de la presa y con ello abre un campo de acción para una gestión diferente de los impactos negativos de las presas.

Palabras clave: Mapas causales, método participativo, gobernanza, río Paraná, Brasil

INTRODUCCIÓN

Es indiscutible que las grandes obras públicas (GOP en adelante) han despertado un intenso debate en torno a los beneficios y perjuicios que provocan. Por un lado, se han considerado instrumentos privilegiados para el desarrollo regional. Por ejemplo, la construcción de grandes represas se entendía como una oportunidad para poner nuevas tierras en regadío y asegurar el alimento para una población en rápido crecimiento. Las grandes represas también han servido para controlar los flujos de los ríos, reduciendo las catastróficas pérdidas económicas y humanas que las inundaciones ocasionaban. La energía hidroeléctrica generada ha alimentado las nuevas industrias y ciudades que surgían como consecuencia del desarrollo. Asimismo, la construcción de represas ha conllevado la demanda de gran cantidad de mano de obra (Takeuchi, Hamlin, Kundzewicz, Rosbjerg y Simonovic, 1998).

Por otro lado, en demasiados casos estos logros se han conseguido a un coste excesivo y, en ocasiones, intolerable en términos sociales y ambientales (CMR, 2000). Los fracasos de numerosos megaproyectos (Flyvbjerg, Bruzelius y Rothengatter 2005), el fuerte rechazo que despertaban entre las poblaciones afectadas (Gunvald, 2010), la desigual distribución de sus costes y beneficios (Adams, 2000) y el surgimiento de una conciencia ecologista (Martínez Alier, 2002) fomentaron la oposición a las GOP. En definitiva, el reconocimiento social de los impactos socioambientales de las

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grandes obras de ingeniería comenzó a cuestionar la legitimidad absoluta de esos proyectos (Burdge, 2004a, Taylor, Bryan y Goodrich, 2004).

En este debate la ciencia ha tenido un papel relevante. Sus investigaciones han permitido aumentar la información sobre las consecuencias de las GOP y, por ende, han arrojado luz sobre las formas de maximizar sus impactos positivos y disminuir sus efectos perniciosos sobre el medio ambiente y las personas (Gleick, 2000). Surgidas a comienzos de la década de 1970 en EE.UU., las Evaluaciones de Impacto son uno de los instrumentos metodológicos que la ciencia aporta para acercarse a ese difícil equilibrio. Conforme estas metodologías han ido evolucionando, se ha puesto de manifiesto la necesidad de incluir los contextos sociales donde los proyectos se ejecutan y los efectos que provocan sobre las comunidades locales (Barrow, 2003; Becker, 1997; Becker y Van Clay, 2003; Van Clay y Esteves, 2012). De esta manera, se han ido construyendo las metodologías de Evaluación de Impacto Social (EIS) que “incluye los procesos de análisis, seguimiento y gestión de las consecuencias sociales previstas e imprevistas, tanto positivas como negativas, de las intervenciones planificadas (políticas, programas, planes, proyectos) y de cualquier proceso de cambio social inducido por esas intervenciones” (IAIA 2003: 2).

Este artículo presenta los resultados de una EIS desarrollada bajo el enfoque del Social Impact Management. Como veremos a continuación, este enfoque proporciona un marco metodológico adecuado para analizar las complejas transformaciones iniciadas por las represas hidroeléctricas. Para la implementación de este enfoque, en este artículo se propone el uso de la herramienta de los mapas causales. La finalidad de este artículo es mostrar las posibilidades que ofrecen los mapas causales elaborados de forma participativa para la identificación y mitigación de impactos de represas hidroeléctricas. El caso de estudio es la comunidad de Porto Rico (Brasil), situada en la ribera del Paraná, río abajo de las represas de Porto Primavera y Rosana.

Diferentes enfoques de las EIS

Para el desarrollo de la EIS en Porto Rico se barajaron diferentes enfoques y prácticas entre las metodologías de evaluación existentes en esta subdisciplina. Las principales cuestiones que marcan la diferencia entre unos enfoques y otros se establecen entre la función y finalidad que debe desempeñar la EIS en el ciclo del proyecto de la GOP; también se discute sobre qué papel debe jugar la población afectada por la GOP en la EIS y sobre cómo integrar el conocimiento local en este tipo de evaluaciones (Baines, McClintock, Taylor y Buckenham, 2003: 26-41).

a) función y finalidad de la EIS

En relación a la función y finalidad de las EIS, resulta interesante revisar la distinción que establece Vanclay y Esteves entre Social Impact Statement y Social Impact Management (2012: 5). El primer enfoque se pone en marcha una vez el proyecto se ha diseñado, concentra su trabajo en los impactos directos ocasionados por la GOP y tiene como principal objetivo su aprobación por parte de las autoridades competentes. El segundo enfoque, Social Impact Management, entiende la EIS como un instrumento orientado a fortalecer el proceso de toma de decisiones relacionadas con el diseño, ejecución y manejo del proyecto. Este enfoque pretende contribuir al risk management de la GOP en cuanto que se orienta a la reducción de costes económicos, sociales y ambientales tanto de aquellos que recaen sobre las empresas o instituciones impulsoras de la GOP como sobre las comunidades locales afectadas. Enfatiza que la

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EIS debe incorporarse desde el inicio como una herramienta del diseño, y acompañar al proyecto como una pieza importante en su gestión y su seguimiento. Este enfoque amplía el concepto de proyecto más allá de la obra o intervención al estudiarlo en todas las fases de su ciclo y al entenderlo como un proceso social y no solo como un ejercicio técnico (Burdge y Johnson, 2004: 15-20).

En consecuencia, en la propuesta de Social Impact Management cobra especial relevancia las dimensiones contextual, longitudinal y relacional de los efectos socio-ambientales derivados de la GOP (Burdge, 2004b). Desde este enfoque se estudia, por lo tanto, a) los impactos durante todo el ciclo del proyecto, incluyendo la gestión posterior a su construcción y sus efectos a largo plazo (longitudinal) (Lockie, 2009), b) la interacción entre los cambios ambientales y sociales (relacional) (van Slootweg, Vanclay y van Schooten, 2003), así como c) el análisis de los contextos locales, socio-culturales e institucionales donde se ejecuta el proyecto (contextual) (Burdge y Vanclay, 1995).

A continuación se ejemplifica la utilidad de emplear estas tres dimensiones en el caso de los impactos socioambientales de represas. El levantamiento del muro de contención provoca la inundación de las tierras río arriba y el proceso migratorio de las comunidades afectadas que padecerán el impacto de la ruptura de sus redes sociales. Planteado así, parece que el impacto social sea consecuencia ineludible de la construcción y funcionamiento de la presa. No obstante, es posible que en la generación de este impacto hayan mediado otros elementos causales tales como una cultura empresarial que propicia el diseño del proceso de desalojo/realojo excluyendo del proceso de toma de decisiones a los afectados, o las políticas estatales del neodesarrollismo extractivista que apuestan por el crecimiento económico del país basado en la explotación de los recursos naturales (Gudynas, 2009). Considerar estas cuestiones sociales, políticas o culturales supone entender la GOP, y sus impactos, como el producto de una sociedad determinada aumentando con ello su comprensión y capacidad de alteración. A este análisis contextual se le debe sumar el análisis longitudinal al identificar, por un lado, los nuevos efectos que sobre las zonas de acogida ocasiona la emigración rural-urbana de los desplazados por la inundación y, por otro, las transformaciones que experimentan las poblaciones ribereñas al modificar la represa el curso del río. Téngase en cuenta que las EIS de represas suelen concentrar la identificación de impactos en la zona inundada ya que es el impacto más visible y directo y por tanto ineludible. La EIS se realiza en las primeras fases de la GOP, frecuentemente antes de la finalización de la construcción de la represa y la alteración del curso fluvial. De esta manera, los impactos producidos río abajo como consecuencia de la gestión de la central hidroeléctrica y del manejo del agua embalsada son minusvalorados o directamente no identificados en las EIS. Por ello no son objeto de medidas de manejo, eliminación, mitigación o compensación (Penvenne, 1996; Sternberg, 2008). Sin embargo, las poblaciones locales localizadas río abajo padecen de forma perenne sus efectos (Adams, 2000; Égré y Senécal, 2003; Ferradas, 2000; Tilt, Braun y He, 2009). Si en la EIS no se incluye esta dimensión puede haber impactos derivados de la represa que no sean considerados como tal al presentarse distantes en el tiempo o en el espacio, dificultando con ello la identificación de medidas mitigatorias eficientes. Y por último, la dimensión relacional entiende que entre los impactos ambientales y sociales se producen constantes procesos de retroalimentación. Por ejemplo, la reducción de los sedimentos arrastrados por el río al quedar retenidos por el muro de la represa provoca impactos en la reposición de suelos en el delta y afecta a la producción agrícola y, por tanto, a las rentas de las comunidades campesinas localizadas

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río abajo (El-Sayed y van DijKen, 1995). Estas poblaciones pueden responder al descenso de la producción aumentando los inputs de fertilizantes y generando nuevos impactos ambientales. De no incorporar la dimensión relacional existe una elevada probabilidad de que el aumento de fertilizantes se considere como una actividad desconectada de la existencia de la represa y por tanto no se diagnostique correctamente las causas de este nuevo impacto ambiental.

La propuesta de Social Impact Management entiende que la complejidad de las transformaciones iniciadas por las GOP requiere ampliar la perspectiva de análisis. El diagnóstico tridimensional facilita la identificación de aquellos elementos causales intermedios que por su naturaleza contextual, relacional o longitudinal son soslayados, pero que también participan en la generación y definición de los impactos. Su mejor comprensión es el paso previo necesario para aumentar el éxito de futuras intervenciones que busquen mitigar los efectos negativos.

b) participación local en la EIS

Asociado al debate entre Social Impact Statement y Social Impact Management, aparece una segunda discusión referida al empleo de una racionalidad tecnocrática (Dryzec, 1997) que minimiza o excluye la participación local, y que empodera a los expertos en el proceso de toma de decisiones en relación con la GOP. Este enfoque tecnocrático, propio del Social Impact Statement, se construye fundamentalmente a partir de datos secundarios y cuantitativos (Barbour, van der Merwe 2007) y se presenta portador de los principios objetivos y neutrales de la ciencia neopositivista. Por diversas razones, este enfoque está siendo contestado, tanto por las comunidades locales y activistas ambientales como por las ciencias sociales de orientación crítica. Primero, esa aproximación neopositivista no parece ser la más adecuada para tratar los efectos producidos por las GOP en las personas (Burdge and Vanclay, 1995; Lockie, 2001). Es lógico pensar que los principales afectados por la construcción de represas deberían estar presentes y ser oídos en la evaluación sobre cómo estos proyectos van a modificar sus vidas (Brody, 2000). Téngase en cuenta que los impactos no son los procesos de cambio generados por las GOP sino cómo las personas sienten, perciben, se benefician o padecen esos procesos (van Schooten, Vanclay, y Slootweg, 2003: 78). Segundo, la supuesta racionalidad, neutralidad y objetividad científica ha sido cuestionada desde un enfoque epistemológico por la llamada Ciencia Posnormal (Funtowicz, y Ravetz, 2000). Además, estos rasgos que tradicionalmente le son atribuidos a la ciencia son también altamente cuestionables cuando se reconoce que la praxis de la EIS está situada dentro de socioespacios de conflicto (Aledo, Loloum, Ortiz y García-Andreu, 2012) donde el poder y la desigualdad están presentes (Barbour, van der Merwe, 2007). En este sentido no debe ser olvidado que en torno a las GOP y a sus evaluaciones de impacto aparece una diversidad de intereses contrapuestos que pueden condicionar su ejercicio y sus resultados. Tercero, así la inclusión de la población local en este ejercicio evaluativo puede otorgarle mayor legitimidad, credibilidad y equilibrio (Morris, Tassone, De Groot, Camilleri y Moncada, 2011). Por último, la inclusión del conocimiento local puede aportar informaciones valiosas sobre el entorno natural y social que de otro modo serían costosas de conseguir o permanecerían ignoradas (Becker, Harris, McLaughlin y Nielsen, 2003; Dugdale y West, 1991).

El caso de estudio

En 2005, un equipo de geógrafos de la Universidad Estadual de Londrina (Paraná, Brasil) inició una investigación para analizar el impacto ambiental de la

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erosión y la hidrogeoquímica que la construcción y funcionamiento de la represa hidroeléctrica Engenheiro Sérgio Motta, conocida como Porto Primavera, había provocado en el área del alto Paraná en torno al municipio de Porto Rico. Este equipo decidió que era imprescindible incluir los impactos sociales para generar un análisis integral de los mismos. Para ello contactó en 2007 con un grupo de sociólogos de la Universidad de Alicante (España) que tenía experiencia en el análisis de impactos socioambientales de represas en Latinoamérica (Aledo, 2006). La inclusión del análisis de los impactos sociales provocados por la represa respondía también a una petición del consistorio municipal de Porto Rico preocupado por los efectos que los cambios ambientales en el río continuaban ocasionando sobre la población.

Esta población se halla en el vértice superior occidental del estado de Paraná, muy cerca del límite que separa los estados de Paraná, Sao Paulo y Mato Grosso del Sur. Porto Rico se levanta en la orilla izquierda del río Paraná, a pocos kilómetros al sur del encuentro de este río con su afluente, el Paranapanema. En este tramo el régimen hídrico del río se encuentra directamente influenciado por el efecto de las represas de Porto Primavera y Rosana situadas ambas a unos 50 km río arriba. En 2007 Porto Rico tenía censados 2.462 habitantes. Más del 53% de su población activa trabajaba en el sector servicios, destacando, en los últimos años, el notable crecimiento del sector turístico asociado al uso lúdico del río (baño, pesca deportiva, etc.). Ligado a este creciente uso recreacional del río habían surgido varias urbanizaciones de segundas residencias. Por su parte la agricultura y la ganadería ocupaban al 44% de la población activa. Junto a estas actividades económicas realizadas en tierra firme, la pesca constituyó, desde la fundación de esta comunidad, una fuente vital de ingresos, bien ejercida a tiempo completo por pescadores profesionales o bien como un complemento de la dieta familiar. Sin embargo esta actividad se encuentra en franco retroceso como consecuencia de la disminución de las capturas.

Iniciada en 1980, la represa de Porto Primavera tenía prevista su finalización en 1988 pero diversos contratiempos retrasaron su puesta en marcha hasta el año 2000. Así, la construcción de esta represa abarca dos periodos políticos diferentes. Se inicia durante la dictadura militar y se termina con la fase de privatización del sector hidroeléctrico brasileño durante la etapa democrática del Presidente Fernando Enrique Cardoso. Porto Primavera es una represa de superficie. A diferencia de las represas de salto de agua, necesita una enorme masa de agua represada para mover los pesados generadores. El muro de 11 km de la represa formó un lago que anegó un área de 2.250 km2. La central hidroeléctrica genera de media una potencia de 900 megavatios. La formación del lago supuso la inundación de tierras ricas en biodiversidad y provocó un elevado contingente de desplazados –cuyo número sigue siendo objeto de discusión– provocando unas consecuencias socioambientales consideradas como irreversibles (Cita Ribeiro da Silva, 2002). La Compañía Energética de Sao Paulo (CESP), constructora y gestora de la represa, desarrolló un plan para el desalojo/realojo de la población campesina e indígena que vivía tanto en islas del río como en sus orillas. Este proceso no estuvo exento de oposición y contratiempos. Durante la investigación los técnicos de CESP reconocieron que esta represa es notablemente ineficaz en su producción de energía y que, hasta el momento, los costes económicos, sociales y ambientales superan los beneficios que esta central hidroeléctrica ha generado (Figura 1).

Figura 1Mapa de las represas de Porto Primavera y Rosana, Paraná, Brasil

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Fuente: (Canesso, 2009). Elaboración propia.

La represa de Rosana se levanta en el rio Paranapanema próxima a su encuentro con el río Paraná. Su construcción se inició en 1980 entrando en operación en 1987. Tiene una potencia total de 353 megavatios y es gestionada por la multinacional norteamericana Duke Energy. Si bien el área inundada no es muy extensa, 220 km2, Rosana forma parte de una cadena de ocho represas construidas a lo largo del río Paranapanema. Por lo tanto, este río está fuertemente antropizado y su flujo hídrico totalmente regulado al servicio de la producción de energía hidroeléctrica.

Durante el trabajo de campo realizado en la EIS, se recogió la opinión de los dirigentes municipales y vecinos de Porto Rico, quienes mayoritariamente afirmaban que los gestores de estas represas ignoran los impactos que sufren y desoyen sus demandas de compensación1. Téngase en cuenta que debido a la legislación brasileña de esa época, la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto de la represa de Porto Primavera se centró en los efectos sobre la zona inundada y las poblaciones afectadas por dicha inundación. Por lo tanto, no incluyó el estudio de los efectos ambientales y sociales que aparecerían post-proyecto y río abajo.

Los efectos negativos denunciados por la población local han sido ratificados por diferentes estudios. Las represas suponen una barrera para las especies migratorias (Okada, Agostinho y Gomes, 2005). También, la alteración artificial de las variaciones estacionales del flujo hídrico –que ocasiona una disminución de las crecidas del río (Crispin, 2001)– afecta gravemente a la fauna piscícola, especialmente durante los periodos de desove, cuando los peces necesitan un mayor caudal de agua para subir por los arroyos y barrancos donde depositan los huevos (Ulloa, 2006). La proliferación de algas como consecuencia del efecto de las represas en el Alto Paraná ha sido señalada por varios estudios como los de Agostinho, Bini y Gomes, (2004) y Train, Rodrigues, Jati, Amboni, Bovo-Scomparin, Borges (2005). Por último, el estudio de Díaz Peña y Stancich (2000) vinculan la erosión de las márgenes del río Paraná a las alteraciones del caudal fruto de la regulación de las represas. Así estos efectos ambientales se transforman también en efectos sociales cuando afectan a las poblaciones que viven de la pesca o de la agricultura.

Teniendo en cuenta las características del caso de estudio, se desarrolló una EIS bajo el enfoque del Social Impact Management tomando como herramienta central la producción colaborativa de mapas causales. Combinando el análisis tridimensional (longitudinal, relacional y contextual) y los mapas causales resulta más sencillo distinguir posibles áreas de actuación sobre las que proponer medidas para una más adecuada y justa gestión de los impactos. Analizar no solo los impactos producto de la construcción sino también de la gestión posterior y río abajo de ambas represas permitió

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incluir en la EIS la dimensión longitudinal. La EIS fue implementada entre los años 2009 y 2011, una década después de la puesta en funcionamiento de estas represas.

Método

La estrategia metodológica de esta investigación traslada los principios del Social Impact Management a la EIS. Esta estructura consta de dos partes. Por un lado, un análisis del contexto histórico, económico, social y político mediante análisis documental y entrevistas en profundidad llevadas a cabo entre los años 2009 y 20112. La selección de los entrevistados se realizó mediante un muestreo no probabilístico intencional estratégico a partir de seis categorías cada una de las cuales se refiere a un grupo social relacionado discursiva o materialmente con la construcción de represas. Los grupos consultados para el estudio fueron: 1) afectados directos por la construcción de las represas, 2) investigadores universitarios, 3) organizaciones no gubernamentales, 4) técnicos del sector público, 5) empresas que construyen las represas y grandes consumidoras finales de energía hidroeléctrica y 6) políticos locales y regionales. Para la selección intragrupal de entrevistados se optó por una estrategia de “bola de nieve”. El número final de entrevistas (48) no estaba, por tanto, determinado de forma apriorística, sino que fue el resultado del proceso de saturación teórica, criterio habitualmente utilizado en los muestreos no probabilísticos. La información recabada en esta fase aporta la dimensión contextual que permite la correcta interpretación de los mapas causales colaborativos, segunda parte de la estrategia metodológica y que se desarrolla con más detalle a continuación.

La elaboración de los mapas causales colaborativos se estructura en las siguientes fases: 1) identificación de los grupos sociales locales que pueden haberse visto afectados por la represa (Casillero Tipológico) y, 2) elaboración por parte de representantes de estos grupos de mapas causales de los principales impactos socioambientales ocasionados por la puesta en marcha de las represas. Estas fases empleadas de forma conjunta ofrecen una valiosa forma de recoger la percepción y experiencia local sobre la responsabilidad de las represas de Porto Primavera y Rosana en los cambios que ha experimentado el río y que han tenido importantes repercusiones sociales a escala local.

Elaboración del casillero tipológico de grupos afectados

Si se acepta que las represas, como cualquier otro megaproyecto, son, además de obras de ingeniería, procesos sociopolíticos en los que se instrumentaliza a través de la praxis modelos de desarrollo regional y local (Flyvbjerg, Bruzelius y Rothengatter 2005; Painter, y Durham, 1995), se debería admitir también que la gestión de los impactos que producen las represas tendría que realizarse de forma abierta, democrática y participativa (Fischer, 2000; Oltra, 2009; Webler, 1995).

En Porto Rico, como en cualquier otra comunidad, no todos sus miembros tienen los mismos intereses y preocupaciones. Con el fin de reunir el mayor número posible de puntos de vista se segmentó la sociedad local en grupos homogéneos de afectados vinculados a los siguientes sectores socioeconómicos: sector turístico, sector inmobiliario (construcción de segundas residencias), pesca, agropecuario, comercio minorista, administración pública y población desempleada. Esta segmentación se realizó a partir de una serie de entrevistas previas a informantes locales. Se entrevistó al alcalde (responsable del área de economía) y a los regidores de medio ambiente y

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turismo, a un gerente de hotel, al gerente de una agencia inmobiliaria, a varios pescadores en activo y jubilados, a gerentes de explotaciones agropecuarias (uno en activo y otro jubilado), a campesinos jornaleros y propietarios de pequeñas parcelas, al gerente de una empresa náutica y a un gerente de un supermercado. Como indica Valles, cuando se habla de la cuestión de las decisiones de muestreo en la investigación cualitativa es útil segmentar la comunidad local en categorías teóricas con el fin de “crear un sistema de clasificación inicial similar a las operaciones utilizadas para estratificar y establecer cuotas de encuestas por muestreo” (2003: 210). La creación de estas categorías constituye un intento de reducir la complejidad y heterogeneidad locales construyendo grupos artificiales basados en elementos compartidos (su posición similar en la estructura social). Por supuesto esto no significa que todos los individuos de un mismo grupo necesariamente compartan el mismo enfoque sobre las causas de los cambios que ha experimentado Porto Rico, pero es muy probable que tengan una percepción similar y, especialmente, que ésta sea diferente y complementaria a la de otros grupos de afectados.

Elaboración de los mapas causales

Un mapa causal es una sub-clase dentro de los mapas cognitivos cuyo fin es mostrar el conocimiento en un área específica a través de nexos de causalidad (Miles y Huberman, 1991; Scavarda Bouzdine-Chameeva, Meyer, Hays y Hill, 2004; Weick, 1979). Las opiniones, ideas y/o cuestiones clave del problema investigado se representan como nodos que se conectan en forma de red por medio de flechas para indicar la dirección de la causalidad. El análisis de la causalidad constituye un enfoque fundamental en las evaluaciones de impacto. Para el caso de las EIA, Perdicoúlis y Glasson (2006) destacan la idoneidad de implementar las herramientas derivadas de las redes causales, como los mapas causales. Según estos autores, y estas conclusiones pueden ser perfectamente aplicadas a las EIS, los mapas causales resultan especialmente adecuados para satisfacer los principios fundamentales de las evaluaciones de impacto, a saber, la transparencia, la integración y la sistematicidad. Los mapas causales contribuyen a aumentar la transparencia al facilitar la identificación de los múltiples elementos que conforman el ámbito de estudio. La capacidad de interconectar en los mapas causales los aspectos ambientales, económicos y sociales permite aumentar la integración que necesitan las evaluaciones de impacto. Al cubrir sus diferentes fases, como son la identificación de impactos, el seguimiento de determinados elementos centrales y la proposición de acciones mitigatorias y de alternativas, las redes causales aportan sistematicidad. Con todo ello, los mapas casuales constituyen una herramienta especialmente apropiada para aplicar el análisis contextual, longitudinal y relacional que requiere el enfoque del Social Impact Management. Por poseer una serie de atributos, tales como la simplicidad, la claridad, la abstracción y la agregación (Perdicoúlis y Glasson, 2006). Sin embargo, continúan estos autores, a pesar de estos beneficios, en los últimos años las redes causales han tenido una escasa presencia en estas metodologías. Parece darse un círculo vicioso por el que su escasa implementación en un pasado reciente aleja el atractivo de incorporar esta herramienta en la actualidad. En el caso particular de las EIS también existen autores que destacan la utilidad de realizar mapas causales. Es el caso de van Schooten, Vanclay y Slootweg (2003: 104) para quienes “siguiendo los itinerarios de impacto, o cadenas causales, y específicamente pensando en las interacciones que pueden ser generadas, se pueden identificar la gama completa de los impactos”.

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Siguiendo a Hodgkinson y Clarkson (2005) podemos considerar dos grandes tipos de procedimientos para construir mapas causales: procedimientos indirectos y directos. Para los procedimientos indirectos, es el investigador el que construye el mapa causal a partir de la información proporcionada tanto de fuentes primarias como secundarias (por ejemplo, análisis de redes textuales, véase Diesner y Carley, 2005). En el otro lado, los procedimientos directos requieren la implicación de los participantes en la construcción del mapa causal. En este último caso, lo habitual es que los mapas causales sean elaborados en grupo (Ackerman y Eden, 2001; Vo, Scott y Courtney, 2005). De este modo, los mapas causales representan un punto de vista común sobre el tema analizado, una vez que las diferentes posiciones se han discutido. Con este método es mucho más fácil que con otras técnicas cualitativas llegar a un consenso entre los participantes con puntos de vista diferentes (Albino, Kühtz y Scozzi, 2002). Además, los mapas causales colectivos de elaboración directa tienen la ventaja de que su contenido es definido por los participantes utilizando su propia terminología en lugar de la impuesta por el investigador (Weick y Bougon, 1986: 1) y de que trabajar con datos de múltiples individuos pueden reducir la presencia de sesgo.

En el caso de estudio aquí presentado, los mapas causales de los principales impactos socioambientales ocasionados por la puesta en marcha de las represas fueron elaborados de forma colaborativa durante una reunión a la que asistieron 45 representantes de las diferentes tipologías del casillero tipológico a excepción del equipo de Gobierno. La razón de su exclusión obedece al intento de evitar que coartasen la libre expresión del resto de participantes. El listado de personas a invitar a la reunión se elaboró mediante la técnica bola de nieve: se solicitó a los entrevistados en la anterior fase que sugiriesen nombres de posibles participantes. En total fueron invitados 62 individuos de los que asistieron 45.

El equipo de sociólogos de la Universidad de Alicante entrenó a cuatro alumnos de la Universidad Estadual de Londrina en la técnica de elaboración de mapas causales y en la mediación en reuniones grupales. Estos alumnos actuaron como dinamizadores en cada una de las siete mesas de trabajo en las que se organizó la reunión. El papel de estos mediadores fue el de favorecer el diálogo, centrar la discusión y hacer cumplir las normas de interacción y comunicación que permitieran la expresión de todos los puntos de vista durante la elaboración de los mapas causales. Antes de entrar en la elaboración de mapas causales, se presentó la investigación a los participantes y se les introdujo en la técnica de los mapas causales.

Una vez presentada la investigación y la técnica de los mapas causales, se solicitó a los participantes que señalaran los principales cambios que había experimentado Porto Rico debido a la construcción y funcionamiento de las represas de Rosana y Porto Primavera. Del debate surgido, los participantes destacaron siete cambios: mortalidad de los peces, disminución de los peces, aparición de algas, turismo, aumento de la contaminación del río, aumento del proceso de sedimentación en el fondo del río y disminución de las avenidas e inundaciones. Se organizaron dos rondas de trabajo compuestas por 4 y 3 mesas de trabajo en las que se dividió a los 45 participantes.

Mediante un proceso reflexivo-deliberativo, los participantes representaron en forma de mapas causales las causas y los efectos subsiguientes de los siete cambios seleccionados. Como ejemplifica la figura 1, los nodos y sus relaciones causales dan al mapa causal forma de reloj de arena. En el centro del mismo se sitúa el impacto seleccionado en el que confluyen, a través de líneas verticales, todas las relaciones causales situadas por debajo y del que surgen todos los efectos dispuestos por arriba. De

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esta forma se ordena la secuencia de causalidad de un impacto determinado. En concreto, la información que producen los participantes se va plasmando sobre el esqueleto del mapa causal, consistente en el impacto (situado en el centro) y dos líneas de desarrollo perpendiculares a este: una de canalización de las causas de dicho impacto y otra de los efectos que dicho impacto tiene. Sobre este esqueleto se va añadiendo el conocimiento de los participantes. Representar de forma gráfica sus aportaciones genera un proceso de retroalimentación que ayuda a dirigir la reflexión de los participantes a partir de los avances realizados hasta ese momento. De este modo se facilita una dinámica de trabajo que posibilita una reflexión más ordenada y productiva. El resultado de este esfuerzo reflexivo, deliberativo y organizativo son siete mapas causales en los que se recoge de forma detallada el conocimiento local sobre la secuencia causal que rodea a cada uno de los impactos evaluados. Nótese que en cada uno de los mapas aparecen relaciones entre los medios ambiental y social.

Resultados y análisis

Figura 2Mapa causal “disminución de peces”

Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propia

En el mapa causal disminución de peces (figura 2) se puede observar cómo los participantes conectan los efectos negativos sobre la pesca con el represamiento del río a través de un conjunto de causas intermedias de carácter biofísico y técnico, tales como la variación del nivel de agua gestionado por los desembalses de las represas y la ausencia de inundaciones o el empleo de veneno para atacar la plaga del mejillón tigre que afecta a la reproducción de las especies piscícolas. Los participantes van encadenando una serie de hechos ocurridos en el río para exponer su explicación sobre las causas y efectos de este impacto. La dinámica de elaboración de los mapas causales ayuda a que los participantes identifiquen las consecuencias tanto positivas como negativas de la disminución de peces sobre una actividad en auge en el municipio como es el turismo. De hecho, en este mapa causal ya se puede entrever una de las consecuencias más notables del represamiento del río sobre el municipio: el cambio en el modelo productivo de una primacía del sector primario hacia una economía de servicios. Desde hace décadas existía una pequeña actividad turística vinculada a la pesca deportiva. Sin embargo con la construcción de las represas se está imponiendo un

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tipo de turismo que se beneficia de las playas que van aumentando en extensión. De esta manera, el impacto económico de la disminución de peces se ve compensada por el auge de esta nueva actividad económica. En el mapa causal también aparece que los participantes comparten el discurso oficial de la necesidad social de la energía hidroeléctrica para Brasil, una causa recurrente en la mayoría de los mapas causales construidos en el Taller, y que justifica la construcción de las represas a pesar de su impacto ecológico.

Figura 3Mapa causal “mayor mortalidad de peces”

Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propia

Según los participantes otro de los principales efectos que ha tenido el represamiento del río es la mayor mortalidad de peces (figura 3). La importancia y preocupación que por el estado del río tiene una población tradicionalmente pesquera está detrás de haber seleccionado dos impactos muy similares durante la reunión. Existen algunas diferencias entre este mapa y el anterior. Merece ser destacado la apreciación negativa del turismo expresado en este mapa causal al aparecer como causa de la muerte de los peces debido a la contaminación del río generada por esta actividad.

Figura 4Mapa causal “aparición de algas”

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Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propia

La Aparición de algas (figura 4) fue otro de los impactos tratados en la reunión. Los participantes relacionaron la aparición de algas con la disminución de la velocidad del río como consecuencia de la retención de las aguas en las represas. La reflexión ordenada y secuencial que precede a la elaboración del mapa causal permite establecer y mostrar de una forma clara la ambivalencia de los efectos de la proliferación de algas. En lo que respecta a la pesca, por un lado, facilitan la crianza de peces al funcionar como refugio de los alevines. Pero, por otro lado, dificultan la navegación de las embarcaciones de pesca al retener la arena en suspensión y agravar la sedimentación. En cuanto al turismo, el aumento de la velocidad de sedimentación provocada por las algas dificulta las actividades de recreo aunque acelera la aparición y extensión de las playas.

Figura 5Mapa causal “contaminación del río”

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Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propiaTambién la población participante en la reunión señala la contaminación del río

(figura 5) como una consecuencia negativa producto de la construcción y gestión de las represas. Lo relacionan a través de la aparición de algas y del vertido de ciertos venenos que se emplean para limpiar las turbinas de la invasión del mejillón tigre (la utilización de este veneno fue confirmada por los gestores de las dos centrales hidroeléctricas estudiadas). Esta contaminación afecta directamente a las poblaciones de peces, que se han visto reducidas o sustituidas por otras con peor comercialización y, en consecuencia, afectando al medio principal de sustento del colectivo de pescadores. Asimismo la contaminación del río también es perjudicial para la calidad del agua de baño de los visitantes que parece ser la actividad destinada a sustituir a la pesca como sustento y motor económico del municipio.

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Figura 6Mapa causal “sedimentación”

Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propia

La sedimentación del río (figura 6) es un tema relevante para los entrevistados. Además de ser uno de los siete impactos seleccionados, aparece de forma recurrente en otros mapas causales elaborados. En este mapa, los participantes señalan una doble causa para este proceso. Por un lado, señalan la alteración del flujo hídrico por parte de las represas. Por otro, también apuntan a su propia responsabilidad por el desmatamento o deforestación de los márgenes del río para facilitar la actividad agrícola y ganadera. La eliminación del bosque de galería favorece la erosión de los márgenes aportando elementos en suspensión que terminan sedimentando en diversas partes del cauce. Ribeiro da Silva (2002) describe el peligro que supone para el funcionamiento ecológico del río y sus diversos usos sociales la colmatación del lecho del río. El Paraná está experimentando un rápido proceso de sedimentación desde que fueron construidas las represas en ese tramo. Sin embargo, en los mapas causales elaborados la sedimentación tiene efectos ambivalentes. Por un lado, perjudica a la actividad pesquera pero, por otro, impulsa el desarrollo del turismo al ampliar las playas disponibles como consecuencia

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del aumento de la deposición de limos y arenas. Así que, en el caso de la sedimentación, las consecuencias resultan negativas si el impacto se analiza en el marco de un determinado modelo económico y social, en este caso la pesca. Pero cuando se analiza el papel que juega la sedimentación en el crecimiento de las actividades turísticas y auxiliares, los efectos son evaluados positivamente.

Figura 7Mapa causal “falta de inundaciones”

Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propia

Los participantes seleccionaron también como un impacto prioritario la falta de inundaciones (figura 7) del río durante las épocas de mayor pluviosidad, como consecuencia de la regulación del canal hídrico por parte de los gestores de las represas. El volumen de agua que transporta el río ya no está condicionado por las circunstancias ambientales si no por la demanda social e industrial de electricidad. Esta causa aparece repetidamente en varias de las redes causales analizadas. Los pescadores participantes en la reunión conocían que la desaparición de las subidas de nivel del agua ocasiona efectos nocivos para la vida en el río: altera el proceso de desove de los peces y reduce la turbidez de las aguas con el consecuente efecto negativo sobre determinadas especies. A su vez, estos efectos tienen un impacto notable sobre el grupo de pescadores locales al ver disminuidas las capturas haciendo inviable la actividad pesquera. No obstante, como el caso anterior, este impacto ha repercutido favorablemente en el turismo al regularizar las represas el flujo del río y favorecer ciertas actividades de ocio acuático.

Figura 8

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Mapa causal “turismo”

Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propia

El turismo (figura 8) es el único de los impactos que genera, según los participantes, efectos secundarios positivos en el municipio. Los participantes relacionan el turismo con las represas al considerar que el mayor número de playas y su mayor duración es consecuencia de la disminución de la velocidad de las aguas y del aumento de la sedimentación efecto de la presa. En su vertiente positiva, el turismo es visto como un importante motor económico capaz de generar empleos directos e indirectos a través de la construcción de viviendas turísticas u otros servicios. De este modo, el turismo sería percibido como una alternativa económica a las actividades tradicionales –agricultura y ganadería– que están en decadencia en parte (en el caso de la pesca) a consecuencia de las represas. Aunque predomina la valoración positiva del turismo, también se produce una reflexión crítica sobre los efectos negativos que esta nueva actividad puede ocasionar. Así, el turismo es percibido como fuente de riesgos sociales tales como el aumento del consumo de drogas o la aparición de prostitución infantil. También señalan los participantes la importancia de que el desarrollo turístico y

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urbanístico vaya acompañado de un planeamiento que asegure la construcción de las nuevas infraestructuras y servicios que éste requerirá.

En términos generales los siete mapas causales elaborados por la población local muestran el proceso de cambio en el que se encuentra inmerso el municipio de Porto Rico. El represamiento del río y la gestión de su flujo con objetivos energéticos han ocasionado un cambio en el aprovechamiento de este recurso por parte de la población ribereña. Hasta hace bien poco el aprovechamiento pesquero del río era la base de su organización económica y social. Esta dependencia del río ha supuesto que su población se haya visto altamente afectada ante los cambios que ha experimentado el río debido a su represamiento. Este hecho queda manifiesto al observar que la mayor parte de los efectos identificados en los mapas causales siguen estando vinculados a la pesca. Sin embargo, algunos de los cambios que han convertido la pesca en una actividad económica y socialmente poco rentable están detrás del impulso del turismo. El control del flujo hídrico derivado del funcionamiento de las centrales hidroeléctricas hace el río más aprovechable en términos turísticos (uso del río para el baño o la pesca deportiva, entre otros). Porto Rico parece encontrase ante una reconversión económica estimulada o forzada por el represamiento del río Paraná hacia una economía de servicios con la creación de nuevos empleos asociados a la actividad turística fluvial y a la construcción de segundas residencias.

Discusión

El empleo de la herramienta de los mapas causales en las EIS alcanza su potencial cuando convergen en su análisis las dimensiones contextual, longitudinal y relacional. Para favorecer este análisis tridimensional en la figura 8 se muestra un mapa causal elaborado por los investigadores que sintetiza los siete mapas causales producidos en el proceso de participación. En este mapa causal se visibiliza la dimensión longitudinal al reflejar los efectos que, tiempo después de la construcción de la represa, aparecen en Porto Rico y que han ocasionado su transformación socioeconómica, la relacional, al explicitar las interacciones que surgen entre el medio físico y el medio social, y la contextual, al incluir factores socioculturales que participan en el diseño y ejecución del proyecto tales como la aceptación social de la energía o la aparición del turismo. Además, el análisis contextual permite interpretar y dotar de sentido el conjunto de la información contenida en el mapa causal. En este sentido cabe resaltar que los proyectos no son meros ejercicios técnicos; en su diseño, ejecución y funcionamiento interviene todo un conjunto de elementos sociales e institucionales que influyen en el proceso de toma de decisiones relacionadas con su gestión y con la distribución social de sus consecuencias. Por ejemplo, el efecto de la aparición de las playas cobra sentido cuando se contextualiza en el marco de los procesos de difusión del ocio y el turismo como un valor social ampliamente difundido. Asimismo, la aceptación social de la energía se entiende en el contexto de las políticas neo-extractivistas de los gobiernos brasileños. Entiéndase que, en última instancia, el análisis tridimensional de los mapas causales como parte de un EIS tiene como objetivo identificar ventanas de intervención sobre las que proponer medidas de eliminación, mitigación o compensación de los impactos sociales negativos que recaen sobre las comunidades. Estas orientaciones analíticas se exponen en los siguientes párrafos.

Figura 9Mapa de causas intermedias. Oportunidades de actuación

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Fuente: Reunión con población de Porto Rico. Elaboración propia a partir de la combinación de los 7 mapas causales.

En Brasil existe un discurso hegemónico que vincula la eliminación de la pobreza al crecimiento económico para el que resulta imprescindible el aumento de energía que tradicionalmente este país ha obtenido represando sus enormes recursos fluviales3. La simpleza del discurso, su mayoritario apoyo social y su circunscripción al ámbito técnico-ingenieril han permitido que durante años los impactos socio-ambientales negativos que recaen sobre las comunidades tradicionales ribereñas hayan sido considerados como efectos colaterales inevitables y asumibles.

Sin embargo, esta supuesta inevitabilidad puede ser cuestionada mediante procesos de evaluación que integren la complejidad como parte fundamental de su análisis. El enfoque del Social Impact Management concibe las GOPs no solo como dispositivos ingenieriles sino como procesos de cambio social y de conflicto y, por tanto, el marco de debate y discusión no se circunscribe a cuestiones de carácter técnico. Tal y como ha señalado la literatura específica (Perdicoúlis y Glasson, 2006; van Schooten, Vanclay y Slootweg, 2003), el uso de mapas causales en las EIS facilita la identificación de los múltiples elementos que intervienen en la causación de los impactos objeto de estudio. Esta minuciosa secuenciación del proceso causal de los efectos de las GOP (enriquecida por la visión tridimensional propia del Social Impact Management) puede revelar la existencia de elementos causales intermedios que han podido pasar inadvertidos con otras técnicas de evaluación empleadas habitualmente en la EIS, tales como las check lists de impactos que reducen o eliminan la identificación de elementos intermedios entre las causas y sus efectos. Estos elementos intermedios tienen, en ocasiones, una naturaleza política y no exclusivamente técnica como se propone desde el discurso emitido por las empresas gestoras de las represas. Son por tanto decisiones arbitrarias y no acciones técnicas inevitables. En otras palabras, estas decisiones “simuladamente” (Blühdorn, 2002) técnicas responden, en última instancia, a la primacía de unos intereses particulares; su naturaleza política deviene de la aplicación de una lógica mercantilista orientada a la obtención del máximo beneficio económico mediante la eliminación de la tasación de los costes ambientales y sociales. La

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identificación en los mapas causales colaborativos de estos elementos intermedios de naturaleza política y arbitraria supone establecer ventanas de intervención, es decir, oportunidades para la gestión social de los impactos negativos de las GOP. Se abre un espacio a la negociación y a la propuesta de alternativas que eviten, reduzcan, mitiguen o compensen los impactos negativos producidos por las represas en la línea de los presupuestos de la Social Impact Management.

Desde esta perspectiva se ha diseñado la investigación y se ha analizado el conjunto de los mapas causales realizados en Porto Rico y cuyo resultado gráfico se muestra en la figura 9. A la izquierda de la figura, en el primer tercio, aparece la principal causa de los impactos y motivo de la EIS, la “Construcción de la presa” y las causas que proporcionan legitimidad social a la GOP. En el último tercio de la figura, el situado más a la derecha, aparecen los efectos económicos, sociales y culturales generados por la represa. Sobre todos estos efectos se puede actuar, potenciando unos y mitigando otros, en tanto que se han identificado elementos mediadores en la cadena causal que tienen una naturaleza política y que son el resultado de decisiones sustentadas en valores e intereses y no determinadas por razones exclusivamente técnicas y neutrales. Estas causas aparecen en el tercio central de la figura 9 en el que se concentran los elementos causales intermedios.

De entre todas la causas intermedias reflejadas destacan las siguientes variables: “Descenso en el nivel del río/falta de inundaciones/la velocidad del río es menor/Agua parada y menos turbia”. Estas causas son en realidad efectos de una causa común relacionada con la regulación del flujo del río que no es un proceso exclusivamente técnico. Este elemento intermedio posee una naturaleza política sobre la que se podría intervenir y que, además, tendría una importante repercusión sobre los efectos descritos más arriba ya que es muy dependiente, en tanto que existen posibilidades para su transformación, y también es influyente, en tanto que es responsable de buena parte de los impactos.

Los valores que sustentan la forma de gestionar el desembalse del agua represada responden a una lógica que reduce la compleja realidad de la gestión y manejo del flujo hídrico y de la represa a su dimensión económica. Así, la forma en la que se desagua solo tiene en cuenta la producción de energía eléctrica y, por tanto, es una decisión fundamentada en los intereses de la producción hidroeléctrica por lo que en ningún caso puede concebirse como un hecho inevitable. Ante esta lógica mercantilista emergen otras lógicas locales y ambientales (CIP-Ecosocial, 2011) que podrían incorporarse a la gestión de la represa. Estas lógicas están fundamentadas en el conocimiento local que los pescadores tienen del funcionamiento eco-sistémico del río, con un mayor acercamiento al proceso natural de inundaciones y sequías a los que están adaptados tanto las poblaciones piscícolas como las comunidades humanas tras largos procesos de co-evolución. La incorporación de estas lógicas mediante una gestión participativa de cuencas hidrográficas (Dourojeanni, Jouravlev y Chávez, 2002) podría traducirse en un mayor equilibro entre las necesidades de producción hidroeléctrica y los ritmos hídricos naturales necesarios para la conservación y mantenimiento de la biodiversidad.

Conclusiones

La contrastación de los presupuestos planteados en este artículo mediante el caso de estudio de Porto Rico permite establecer dos tipos de conclusiones, unas de carácter metodológico y otras de índole política. Por lo que se refiere al primer tipo de conclusiones cabe señalar que este método no asegura la producción de certezas altas.

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No obstante, la combinación de diferentes estrategias de aproximación al objeto de estudio permite reducir los niveles de incertidumbre y los errores que se pudiera producir durante la elaboración de los mapas causales a partir del conocimiento local. Así, la información recogida en el proceso de participación comunitaria es validada por otros estudios científicos y técnicos que han seguido metodologías científicas tradicionales, dando resultados extremadamente similares. Y en esta misma línea de reflexión metodológica también se debe señalar que el conocimiento científico tradicional aplicado a la gestión socioambiental de los impactos de las represas tampoco es capaz de proporcionar certezas absolutas. Por ejemplo, a pesar de los estudios realizados sobre el efecto de las represas sobre la fauna piscícola en el Alto Paraná todavía hay amplias zonas de penumbra sobre este asunto, desconociéndose el resultado de las medidas mitigatorias implementadas para facilitar el tránsito de los peces a través de las represas (Agostinho, Okada y Gregoris, 1999; Agostinho y Gomes, 2002 Agostinho, Bini y Gomes, 2004). Asimismo, también sería deseable realizar una evaluación crítica de los cálculos sobre los beneficios económicos que se realizaron para justificar la construcción de las represas4.

Por otro lado, la sistematización de la recogida de datos, de la selección de informantes y del proceso reflexivo de construcción de redes mediante la herramienta de mapas causales permite organizar y estructurar el conocimiento local que, de otra manera, estaría disperso y escasamente estructurado (Gudynas y Evia, 1995). La elaboración colaborativa de los mapas causales direcciona a los participantes a reflexionar de forma deliberativa sobre la relación que mantienen con el medio. Los participantes reconocieron que ciertos problemas ambientales, caso de la deforestación de los márgenes del río –que a su vez favorece la colmatación del lecho del río– eran causados principalmente por el erróneo uso del suelo que ellos mismos practicaban y no causados exclusivamente por la construcción de la represa, por lo que aparece un nuevo ámbito para la actuación mitigatoria.

Para finalizar con estas conclusiones de tipo metodológico cabe señalar que el método propuesto reconoce la heterogeneidad del conocimiento local y la pluralidad de intereses existentes dentro de la propia comunidad evitando el riesgo de caer en una visión esencializadora y homogeneizante de las comunidades locales (Cook y Kothari, 2001; Williams, 2004). De ahí la exigencia de construir un amplio casillero tipológico que aporta riqueza y variedad de enfoques al input informacional fortaleciendo el contenido de las cadenas causales.

En lo que respecta a la mejora de la aplicación de la herramienta de los mapas causales en esta investigación, cabe mencionar que los datos recogidos pueden ampliarse para reflejar información acerca de la distinta intensidad de las influencias causales o de la naturaleza positiva o negativa de la misma. Qué duda cabe que esta información enriquecería el análisis y facilitaría la selección de áreas sobre las que proponer medidas de mitigación. Pero solicitar esta información durante la elaboración de los mapas complicaría su elaboración especialmente si los mapas se construyen de forma colaborativa. Si bien graduar la intensidad de las influencias causales hubiera enriquecido los mapas elaborados, la calificación de las relaciones causales como positivas o negativas no hubiera resultado necesaria ya que, por defecto, todas las relaciones de causalidad entre los nodos incluidos en los mapas son positivas, es decir, cada flecha se suma el esfuerzo en la causalidad de los efectos.

Finalmente, las conclusiones de carácter político que se pueden extraer de este trabajo se fundamentan en que la propuesta expuesta puede utilizarse como un instrumento para legitimar la inclusión de grupos de afectados dentro del espacio de

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gestión donde se desarrolla el proceso de toma de decisiones del que habían sido excluidos. En el caso de la comunidad de Porto Rico, los impactos producidos por las represas de Porto Primavera y Rosana sobre el flujo fluvial y la flora y fauna del río ejercieron un efecto desastroso sobre el colectivo de pescadores profesionales. Sin embargo, estos impactos y los colectivos sociales afectados no fueron admitidos en el espacio de toma de decisiones en torno a la construcción y funcionamiento de estas represas hidroeléctricas. Estos impactos fueron ignorados por las instituciones encargadas de su seguimiento. De esta manera, las comunidades localizadas río abajo de la represa fueron excluidas de las acciones y medidas de mitigación y/o compensación. Y así la compensación por estos costes sociales y ambientales desapareció del balance económico.

Por tanto, se hace necesario la democratización de la gestión de las cuencas hidrográficas y del funcionamiento de las represas, y la implementación de procesos de toma de decisiones más abiertos y transparentes, con la inclusión de todos los afectados. La ampliación de la comunidad de participantes en este espacio facilitaría una distribución más igualitaria y justa de los costes y beneficios que generan las represas hidroeléctricas.

Agradecimientos

Al Núcleo de Pesquisas en Liminologia, Ictiologia e Aqüicultura (Nupélia) de Universidad Estadual de Maringá (UEM), y al apoyo financiero de la Fundação Araucária del Estado de Paraná, Brasil a través de los proyectos 9527/2006, 14354/2009 y 13015/2008.

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1Véase el documental “Porto Rico do Paraná” disponible online en http://hdl.handle.net/10045/175792 Estas entrevistas se llevaron a cabo en el marco del proyecto “Caracterização Geomorfológica e Hidrogeoquímica das ilhas Porto Rico e Mutum no alto Rio Paraná” dirigido por el Prof. Dr. José Paulo Peccinini Pinese de la Universidade Estadual de Londrina y financiado por la Fundación Araucaria do Estado do Paraná (Brasil). Un extracto audiovisual de algunas de las entrevistas puede verse en el documental “Porto Rico do Paraná” disponible online en http://hdl.handle.net/10045/175793Véase el video-documental “Los discursos del agua: poder, energía y desigualdad en Brasil”, disponible online en http://hdl.handle.net/10045/175804De acuerdo con Lima (1999) la represa de de Porto Primavera iba según los cálculos iniciales 1,4 billones de dólares, pero en enero de de 1999, las cifras ya ascendían a un gasto total de 10,3 billones (en Ulloa, 2006: 72).