solucionemos los problemas de la vida cotidiana

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Artículo 2. Blog Eduardo Punset. Pistas para solventar los problemas de la vida cotidiana por Eduard Punset De verdad que cada día se hace más difícil aguantar tanta palabrería irrelevante; casi nadie está hablando de las cosas que interesan a la gente de la calle, es decir, a la gran mayoría. Se les sueltan rollos ideológicos y divisorios sin cesar. Se cambian los ministros por razones incomprensibles. No se consigue el trabajo por motivos de edad: si es demasiado joven, se asume que el candidato será indisciplinado y, si es demasiado viejo, se lo rechaza porque sabe demasiado. “¿Por qué no te callas?”, creo que le dijo el Rey al presidente de un país amigo. Y yo añadiría: “¿Por qué no hablamos de cosas que realmente importan en la vida cotidiana de la gente?”. Quiero decir cosas menos grandilocuentes y opacas, pero fundamentales para andar por casa. Gary Marcus, profesor de psicología de la Universidad de Nueva York, explicará en Redes por qué nuestro cerebro dista mucho de ser perfecto. (Imagen: New York University .) Me encuentro mucha gente que está angustiada porque pierde la memoria. En el discurso colectivo imperante ¿hay alguien que nos recuerde lo último que se ha descubierto en este campo y que podría sosegarnos? En diversos experimentos se ha demostrado que la gente pierde unos 55 minutos todos los días intentando recordar dónde ha dejado un objeto o un número de móvil. Casi una hora de tiempo de las ocho que uno invierte en trabajar es mucho tiempo. Ahora hemos descubierto que la razón de estos agujeros en la memoria tiene poco que ver, en promedio, con la edad o el grado de concentración. Se trata de que, al contrario de los ordenadores, que tienen un sistema de archivo codificado, el nuestro es puramente contextual; es decir, tenemos tendencia a recordar un hecho determinado en función del contexto en que se produjo. Por ello recordamos mejor las cosas que nos han ocurrido en sitios inolvidables que en entornos rutinarios o aburridos. “No me acuerdo para nada de lo que desayuné ayer” –¡menos mal!. ¿Por qué no intenta profundizar en el concepto del contexto en el que se produjo el hecho

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Artículo 2. Blog Eduardo Punset. por Eduard Punset Gary Marcus, profesor de psicología de la Universidad de Nueva York, explicará en Redes por qué nuestro cerebro dista mucho de ser perfecto. (Imagen: New York University.) Artículo Procedente del Blog de Eduardo Punset. olvidado, en lugar de musitar que se olvida de todo porque se hace viejo o, lo que es peor, escuchar las sandeces que le están soltando en la tele? ( Blog Recomendado por SaludconNutricion.com)

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Artículo 2. Blog Eduardo Punset.

Pistas para solventar los problemas de la vida cotidiana

por Eduard Punset

De verdad que cada día se hace más difícil aguantar tanta palabrería irrelevante; casi

nadie está hablando de las cosas que interesan a la gente de la calle, es decir, a la gran

mayoría. Se les sueltan rollos ideológicos y divisorios sin cesar. Se cambian los

ministros por razones incomprensibles. No se consigue el trabajo por motivos de edad:

si es demasiado joven, se asume que el candidato será indisciplinado y, si es demasiado

viejo, se lo rechaza porque sabe demasiado. “¿Por qué no te callas?”, creo que le dijo el

Rey al presidente de un país amigo. Y yo añadiría: “¿Por qué no hablamos de cosas que

realmente importan en la vida cotidiana de la gente?”. Quiero decir cosas menos

grandilocuentes y opacas, pero fundamentales para andar por casa.

Gary Marcus, profesor de psicología de la Universidad de Nueva York, explicará en Redes por qué nuestro cerebro dista mucho de ser perfecto. (Imagen: New York University.)

Me encuentro mucha gente que está angustiada porque pierde la memoria. En el

discurso colectivo imperante ¿hay alguien que nos recuerde lo último que se ha

descubierto en este campo y que podría sosegarnos? En diversos experimentos se ha

demostrado que la gente pierde unos 55 minutos todos los días intentando recordar

dónde ha dejado un objeto o un número de móvil. Casi una hora de tiempo de las ocho

que uno invierte en trabajar es mucho tiempo. Ahora hemos descubierto que la razón de

estos agujeros en la memoria tiene poco que ver, en promedio, con la edad o el grado de

concentración.

Se trata de que, al contrario de los ordenadores, que tienen un sistema de archivo

codificado, el nuestro es puramente contextual; es decir, tenemos tendencia a recordar

un hecho determinado en función del contexto en que se produjo. Por ello recordamos

mejor las cosas que nos han ocurrido en sitios inolvidables que en entornos rutinarios o

aburridos. “No me acuerdo para nada de lo que desayuné ayer” –¡menos mal!–. ¿Por

qué no intenta profundizar en el concepto del contexto en el que se produjo el hecho

olvidado, en lugar de musitar que se olvida de todo porque se hace viejo o, lo que es

peor, escuchar las sandeces que le están soltando en la tele?

Otro ejemplo. La persona a la que querías como novio ha dejado de hacerte caso porque

ha salido con otra más guapa que tú. En lugar de sumirte en la tristeza y el resquemor

infundado, ¿por qué no analizas el descubrimiento cien veces comprobado de que los

más guapos lo tienen más fácil a la hora de encontrar trabajo y como amantes? De

entrada, es cierto, lo tienen más fácil. Pero tú, que eres algo menos agraciada que la

amiga de tu novio, tienes una ventaja enorme sobre ella: las enfermedades sufridas por

tus antepasados afectaron tu metabolismo dejando unas huellas que aumentaron por

encima del promedio el nivel de fluctuaciones asimétricas en tu rostro y tu cuerpo. A

pesar de ello, tus predecesores y tú misma salisteis adelante. A tu competidora más

agraciada le falta probarlo.

Una última pista para solventar los problemas importantes de la vida cotidiana mucho

más relevante que los rollos ideológicos y odios de clanes. La necesidad de sobrevivir

por encima de todo excluye apostar por las soluciones perfectas y a toda prueba. Si

alguien ofrece soluciones utópicas e inexpugnables, es que no conoce los recovecos del

cerebro interesado, sobre todo, en sobrevivir. Elige la opción que mejora las cosas, pero

no las resuelve para siempre. Déjale al cerebro un poco de libertad. Te sentirás mejor y,

sobre todo, no habrás puesto atención en lo que decía la radio mientras cavilabas.

Artículo Procedente del Blog de Eduardo Punset. ( Blog Recomendado por SaludconNutricion.com)

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