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Resumen La arquitectura industrial constituye un amplio campo de conocimientos y experiencias que se pueden concretar en una triple perspectiva. Primero como piezas arquitectónicas vivas que son sujeto de constantes remodelaciones y reutili- zaciones; en segundo lugar, como agentes activos de trans- formaciones urbanas y, en tercer lugar, como patrimonio his- tórico necesitado de catalogación, análisis y difusión. En el camino hacia la modernidad arquitectónica la arquitectura industrial y la estética de lo industrial jugaron un papel determinante en la configuración de un nuevo cuerpo de relaciones entre la pieza arquitectónica -volumen, masa y estructura- el territorio en el cual se insertaba y la función a la que se destinaba y, entre medias, los habitantes de la modernidad ya fuera como prácticos usuarios o como ocio- sos voyeurs. Palabras clave Arquitectura industrial, patrimonio industrial, paisajes de la producción, rehabilitación industrial, cultura del trabajo SEE AND DO SEE: INDUSTRIAL MODERNITY AND ARCHI- TECTURE IN SPAIN Abstract Industrial architecture is a broad field of knowledge and experience that can be specified in three perspectives. First as a living architectural pieces that are subject to constant remodeling and reuse, secondly, as active agents of urban transformation and, thirdly, as a historic monument in need of documentation, analysis and dissemination. On the way to modern architecture industrial architecture and the aesthetics of industrial played a decisive role in shaping a new corps of architectural relationships between the part-volume, mass and structure-the territory in which it is inserted and function which was intended and, in betwe- en, the inhabitants of modern practical either as users or as idle voyeurs. Key Words Industrial architecture, Industrial Heritage, landscapes of production, industrial rehabilitation, work culture Ver y hacer ver: modernidad y arquitectura industrial en España Julián Sobrino Simal Universidad de Sevilla Foro de Arquitectura Industrial de Andalucía 31 AREAS. Revista Internacional de Ciencias Sociales Nº 29 / 2010 El patrimonio industrial, el legado material de la historia económica (pp. 31-37)

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ResumenLaarquitecturaindustrialconstituyeunampliocampodeconocimientosyexperienciasquesepuedenconcretarenuna triple perspectiva. Primero como piezas arquitectnicasvivas que son sujeto de constantes remodelaciones y reutili-zaciones;ensegundolugar,comoagentesactivosdetrans-formaciones urbanas y, en tercer lugar, como patrimonio his-triconecesitadodecatalogacin,anlisisydifusin.Enelcaminohacialamodernidadarquitectnicalaarquitecturaindustrialylaestticadeloindustrialjugaronunpapeldeterminanteenlaconfiguracindeunnuevocuerpoderelacionesentrelapiezaarquitectnica-volumen,masayestructura-el territorio en el cual se insertaba y la funcin alaquesedestinabay,entremedias,loshabitantesdelamodernidad ya fuera como prcticos usuarios o como ocio-sos voyeurs.Palabras claveArquitecturaindustrial,patrimonioindustrial,paisajesdela produccin, rehabilitacin industrial, cultura del trabajoSEE AND DO SEE: INDUSTRIAL MODERNITY AND ARCHI-TECTURE IN SPAINAbstractIndustrialarchitectureisabroadfieldofknowledgeandexperience that can be specified in three perspectives. Firstas a living architectural pieces that are subject to constantremodelingandreuse,secondly,asactiveagentsofurbantransformationand,thirdly,asahistoricmonumentinneedofdocumentation,analysisanddissemination.Onthe way to modern architecture industrial architecture andthe aesthetics of industrial played a decisive role in shapinganewcorpsofarchitecturalrelationshipsbetweenthepart-volume,massandstructure-theterritoryinwhichitis inserted and function which was intended and, in betwe-en, the inhabitants of modern practical either as users or asidle voyeurs. Key WordsIndustrialarchitecture,IndustrialHeritage,landscapesofproduction, industrial rehabilitation, work cultureVer y hacer ver: modernidad y arquitectura industrial en EspaaJulin Sobrino SimalUniversidad de SevillaForo de Arquitectura Industrial de Andaluca31AREAS. Revista Internacional de Ciencias SocialesN 29 / 2010El patrimonio industrial, el legado material de la historia econmica(pp. 31-37)03 Sobrino:Maquetacin 120/12/1017:53Pgina 31Lo que nos asombra no pueden servestigios de lo que ha sido.El maana an ciego,avanza lentamente.La luz y la visincorren a encontrarsey de su abrazonace el da.John Berger, Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos, 19841.ArquitecturaindustrialenEspaa:elcaminohacialamodernidadLa arquitectura industrial constituye un amplio campo deconocimientosyexperienciasquesepuedenconcretarenuna triple perspectiva. Primero como piezas arquitectnicasvivas que son sujeto de constantes remodelaciones y reutili-zaciones;ensegundolugar,comoagentesactivosdetrans-formaciones urbanas y, en tercer lugar, como patrimonio his-trico necesitado de catalogacin, anlisis y difusin. Eliminar ese humo que ensombrece el espejo de la arqui-tectura industrial ha de poner de manifiesto una informacinespecialmente valiosa para resaltar algunos de los avances quecontribuyeron a proporcionar una mayor dignidad al mundodeltrabajo,tantoenelplanodeloeminentementeracional(luz, aire y espacio) como en aquellos otros aspectos referidosla renovacin del lenguaje arquitectnico formal (funcionali-dad, sinceridad y economa) y que, al mismo tiempo, contri-buyeronahacerciudad,ciudadcreadavelozmente,comomarcabanlosnuevostiemposysus innovaciones tecnolgi-cas, ciudad moderna, competitiva y utilitaria, ciudad de deta-lles,defragmentos,apenasentrevistaporlasventanasdeltren,delautobsodelautomvil,vistaenplantadesdelosprimerosaeroplanoshastalosmodernosavionescomounalitografa viva de A. Guesdon. Una ciudad donde comienzana proliferar las nuevas construcciones funcionales de fachadasisomrficas, como la fbrica donde trabaja parte de su pobla-cin, en la que la fluidez espacial se ha de convertir en su prin-cipalaspiracintantoparalosprogramasarquitectnicoscomo para las comunicaciones entre sus distintas zonas.La tradicional disyuntiva entre tcnica y arte se resolviacertadamenteennumerososespaciosfabriles,conjugando,de una parte, una nueva actitud ante el trabajo por parte deproyectistas, empresarios y trabajadores, y, de otra, aceptan-do el presente no como una incertidumbre cargada de presa-gios terribles, sino como una poca en la que el compromisocon un nuevo humanismo no puede desconocer que la nuevaespiritualidad est condicionada por la mquina. El urbanismo industrial tiene, por tanto, un extraordina-rio valor didctico: ensea a la sociedad su imagen ms since-ra y objetiva. Una fbrica bien diseada habla por s mismadeunprogramadeprogresoenunmundoesencialmentedominado por la produccin masiva de objetos. Elordenindustrialdelaciudadesalgomsqueunametfora, es realmente un instrumento ms puesto al serviciodeunasociedadparaconseguirdeterminadosobjetivosdecalidad ambiental. Y estos logros han de ser adjudicados enelhaberdelMovimientoModernocomovanguardiaquepretendamodificarlasrelacionesdelserhumanoconsuhbitat en su triple dimensin de habitar, trabajar y descan-sar. El reduccionismo ideologizante actual que intenta mini-mizarelimpactosocialdeaquellosensayosresaltandoelesquematismo formal de los numerosos proyectos realizadosentre los aos treinta y sesenta, olvida algo esencial: un tra-bajadoremigranteempleadoenlaHispanoOlivetti,enlaBarcelona de los aos cincuenta, viva mejor que los caciquesde su pueblo natal que rumiaban fascismos e imperios en eldestartalado casino local.Adems,desdelaarquitecturaindustrialdeesosaos,nos es dado observar un panorama arquitectnico renovadoeminentemente racionalista, lejos ya de sus inicios romnti-cos e historicistas y mucho ms cercano a la corriente ocultayannimaquesubyaceenestegneroarquitectnicomsalldesusafanesrepresentativosenlasfachadasdecalleyedificiosdegestin.Enlosalmacenes,enlostalleres,enlaschimeneas, en las torres de agua, en las centrales elctricas, enlas viviendas obreras se encuentra latente ese venero lings-tico de los estilos no codificados que, mediante una jerarqui-zacinfuncionalindudable,nosofrecenunaextraordinariaflexibilidad espacial, una composicin equilibrada, una ajus-tada economa de materiales y una imagen volumtrica en laque se ordenan racionalmente la instalacin y el contenedor. Ver y hacer ver: modernidad y arquitectura industrial en EspaaJulin Sobrino SimalUniversidad de SevillaForo de Arquitectura Industrial de Andaluca32AREAS 2903 Sobrino:Maquetacin 120/12/1017:53Pgina 32En la arquitectura industrial surgida a partir de las prime-ras dcadas de este siglo se aprecian a la perfeccin el sistemaesencialista de Le Corbusier complementado con el proyec-to existencialista de Gropius, creando una pieza arquitect-nica estandarizada y til que, cuando realmente se planifica,contribuyeamejorarlascondicionesdevidadenuestrasociedad,principalobjetivo,talvez,delosarquitectosmscomprometidos con su oficio.2. Noticias de ninguna parteLos estudios sobre arquitectura industrial en Espaa y en elcontinente europeo son bastante recientes, siendo deudores, enparte,delasinvestigacionesrelacionadasconlaemergentemetodologadelaarqueologaindustrial.Desde1960sehaconfigurado un territorio de conocimiento de carcter mestizoen el que concurren disciplinas como la geografa, la sociologao las historias de la arquitectura, de la tcnica y de la economa.La arquitectura industrial, salvo en aquellos edificios quehan tenido el reconocimiento de monumento histrico, real-mente no ha tenido cabida en los planes de estudio referidosalahistoriadelarteodelaarquitecturaycuandoaparecesiempre es en relacin con edificios que se han asociado a losgrandesestilos(gtico,renacimientoobarroco)y,msrecientemente, con el movimiento moderno.Como consecuencia de la conversin de nuestras socieda-desindustrialesensociedadesterciarizadasyporefectodelinters por lo local el trmino Patrimonio Histrico se ha idomodificando a partir de su ampliacin conceptual, de modoque hoy se utiliza el trmino de Patrimonio Cultural al obje-todeestablecerunadefinicinmsacordeconlosnuevossujetos patrimoniales. Algo similar ocurre con la denomina-cindepatrimonioindustrialquesehaenriquecidoconelconcepto de Cultura del Trabajo. En el caso concreto de la arquitectura industrial su singu-laridad procede de la variable ms significativa, que es el espa-cio, ya que estos edificios surgen de un programa muy defini-do de ocupacin territorial como esencia y gnesis a partir dela cual va ir surgiendo todo el proyecto. Las necesidades espa-ciales planteadas para ubicar a las mquinas y a los trabajado-resestarnsiempreporencimadelosaspectosformalesdelconjunto edificado. Si al estudio de la cronologa de los avan-cestecnolgicosenrelacinconlosprocesosproductivosunimos la sucesin de los diferentes movimientos estilsticos,nos encontraremos con un gnero arquitectnico en torno alcual se va a ir conformando un patrimonio muy importante,incluso en un pas aparentemente poco industrializado comoes el caso de Espaa, lo que nos permite desvelar un mundooscurecidohastaestemomentoporlaescasaconsideracinque la cultura del trabajo ha tenido en nuestra sociedad.HayquehacernotarqueenEspaa,ascomoenotrospasesmediterrneos,laconciliacinentrearteeindustria,entrelasdosculturas:lahumansticaylacientfica,formanparte de un debate terico que huele a rancio ya que, desdeunaperspectivaintegraltantodelaculturacomodelpatri-monio, no se pueden disociar esos dos vectores de actividady creacin de una manera tan deformada, puesto que la cul-tura contempornea, a fin de cuentas, es la manifestacin dela civilizacin industrial.Paraunmejorentendimientodelproyectodeledificioindustrial debemos remontarnos a una serie de antecedenteshistricos de carcter preindustrial conformados por proto-tipos tipolgicos que se constituyen en fuentes de donde vana nutrirse los proyectistas de la revolucin industrial. En los inicios de la industrializacin podemos establecerdos arquitecturas, una codificada y otra no, una acadmica: lade los arquitectos, y otra perteneciente a un mundo experi-mentalformadoporlosconstructoresdemolinosylosmaestrosdeobra,esdecir,porlospracticonesquedurantemuchotiempohapermitidountrasvasedeconocimientostcnicos en cuanto a materiales o estructuras y de contenidoespacial en cuanto a tipologas, de tal modo que han creadoun hilo conductor diacrnico a partir del cual se produjo unade las lneas revitalizadoras de la arquitectura acadmica, deformavoluntariaenalgunasocasiones,yenotras,sintenerclara conciencia de ello.Estasituacinsepuedeconcretarenelejemplodelamolinerahidrulicadondedesdelapocamedievalsevaafraguar una de las prcticas experimentales ms significativasde esta arquitectura, entendida sta en el sentido ms moder-no del trmino funcional, ya que permiti la aparicin de unatipologaquepodemosdefinircomoarquitecturamquina,en la que la propia ingeniera hidrulica (mquinas e instala-cin de obra pblica), los materiales propios del entorno y laadaptacindelaconstruccinaunprogramadefinidonosmarcan un primer espacio industrial lleno de belleza y utili-dad. La insercin del molino en el territorio constituye ade-ms una experiencia modlica de conformacin de un micro-cosmosespacialapartirdeunaeconomapreindustrialaescala,decarcterextraurbano,peroquetieneunenormeintersparaobservarlasrelacionesentreentorno,arquitec-tura, mquina y trabajo.Avanzado ya el siglo XVI, cuando la monarqua autorita-riaennuestropasseenfrentaaunproyectodeEstadodecarcter global que permita superar las barreras del feudalis-mo,nosencontramosconunaseriedemacroproyectosentorno a la articulacin territorial y las infraestructuras que sepuede sintetizar en la idea de: territorio ordenado, territoriodominado,siendosignificativoelhechodequeelelementobsicodelaintervencinnoserigeporunpuntodevistalocalsinodesdeunplanteamientodeproyectodecarcterglobalizador.Losejemplosmsclarosloshallamosenlosproyectosdelosgrandescanalesfluvialesquetienencomodestino transformar la faz de un espacio como el castellano oelaragonsmarcadosporsusinsuficienciasdetransporteyque parten de una idea de progreso orientada a que estas nue-vas vas de comunicacin dinamicen la economa y permitanla aparicin de una serie de complejos industriales de carc-terlinealenparaleloalcursofluvial,yaqueseconcibeel3303 Sobrino:Maquetacin 120/12/1017:53Pgina 33canalcomounavadondeseinstalanindustriasaltiempoque fluyen las materias primas y los productos manufactura-dos por su cauce.LamonarquailustradadelsigloXVIII,retomandoesteimpulso anterior y con mejores medios y conocimientos tec-nolgicos, facilitar la transformacin de la fbrica urbana decarcter gremial-medieval, intramuros, basada en la tradicinartesanal, en un nuevo modelo tipolgico que se implantaren nuestro pas a mediados de ese siglo, importando el siste-madefrancsrepresentadoporlagranfbrica:laManufactura Real.Estamos en un primer momento de la evolucin del pro-yecto industrial en el cual estas arquitecturas son todava untrabajo de ingenieros ya que la enseanza de la profesin dearquitecto, patrocinada por la Academia de Nobles Artes deSanFernando,secaracterizabaporquesuscontenidosseinclinaban ms por la repeticin de los rdenes clsicos queporelestudiodelastipologas,lasmatemticasolosmate-riales de construccin y que, segn la opinin de Agustn deBethancourt: En Espaa no se puede aprender como se clavauna estaca para fundar un puente y ni siquiera como se cons-truye un muro. (...). En las Academias solo se ensea el orna-todelaarquitectura,mantenindoseestasituacinhastabien entrado el siglo XIX.El concepto de Real Fbrica se explica a partir de un edi-ficio de nueva planta en el que se ubican todas las tareas nece-sarias para la transformacin de las materias primas en obje-tosmanufacturadosconelconsiguienteaumentodelapro-ductividad. Este modelo productivo se caracteriza por la granconcentracin de mano de obra lo cual permite al Estado fis-calizar la gestin empresarial. La nueva fbrica evoluciona eneltiempohastaencontrarsucomplementoenlaedificacinde la fbrica en altura o de pisos, reservada para ciertos pro-cesos industriales agroalimentarios, gracias a la mecanizacinpotenciada por la revolucin industrial. Estos primeros esta-blecimientosindustrialessurgendeunconceptointegraldondeestructuraeinfraestructuradanorigenaedificiosdegranintersformal,yaseproduzcanacampoabiertoenzonas rurales o en el margen urbano de las antiguas ciudades.Durante esta secuencia histrica el paisaje rural ser obje-to de modificaciones a gran escala en un proceso imparable dehumanizacin, de sustitucin de lo natural por lo artificial. Enparalelo, se crea una nueva estructura social de carcter clasis-ta que, como una mancha de aceite, se difundir por nuestropas del mismo modo a como se desarrolla la industrializaciny, desde luego, a impulsos de la implantacin del ferrocarril.ElproyectistadelasarquitecturasindustrialesdelsigloXIX procede, en bastantes casos, de las propias compaas ysociedadesquevienenacolonizarelterritorio,principal-mentecompaasminerasyferroviarias.Eselingenieroelque,olvidndosedeloscondicionantesesteticistasdelmomento, va a tomar la utilidad en el elemento bsico que vaa permitir la consolidacin de una nueva forma de entenderel edificio industrial en particular y, por extensin, la arqui-tectura en su conjunto.EnelsigloXIXjuntoalempleomasivodelhierroensoportesyestructurasnosencontraremosconcreacionesimportantesyoriginales,encuantoalaconcrecindeunespacio de carcter flexible, pero incidiendo en la desmitifica-cin de los materiales frricos hay que hacer mencin a comoen pabellones, barracones y almacenes las compaas minerasy la nueva industria qumica de la rama de los fertilizantes nosdejarnejemplossignificativosdelaadaptacindelacons-truccin a las necesidades productivas con materiales tan ef-meros como la madera, consiguiendo avances importantes enel campo de la definicin espacial del programa de uso. Losarquitectosdespertarnlentamentedesusueodesigloseirnprestandoatencinaestosnuevostiempos,agu-zando su odo hacia los materiales surgidos de las fbricas, a losnuevos espacios, al repertorio de tipologas novedosas surgidasa la sombra de la arquitectura industrial y a las consecuenciasde la estandarizacin de la industria de la construccin.Si hablamos de la revolucin industrial en Espaa hay quehablar de Catalua, aunque en un primer momento debe des-tacarse como Andaluca ocup un espacio privilegiado graciasal nacimiento en esta regin de la moderna siderurgia de carc-tercivilen1832,perorealmentefueronCataluayelPasVasco,esasexcepcionesindustriales,lasquerealmentevanaproporcionar una imagen y una estructura acorde con el con-cepto que podemos asociar al de revolucin industrial. En elresto del pas lo que hubo fue industrializacin, que es un pro-ceso diferente, y que no tiene la virulencia ni la repercusin decarcter espacial y social que tuvo la revolucin industrial.Las fbricas de la primera industrializacin podemos verquerecurrenatipologasquesondeudoras,ensuplanea-miento, de un modelo productivo que podemos definir comofeudalismo industrial donde prevalecen las relaciones pater-nalistasentrepatronosyobrerosencuantoalasrelacioneslaborables y que se caracteriza por alojarse espacialmente ensistemas cerrados al exterior de carcter autosuficiente desdedonde la propiedad fiscaliza todos los procedimientos que seallsellevanacabo.Estecarcterfeudalsetraduceenlaadopcindeestilosfuertementehistoricistasascomoenlammesisdeproyectosdeorigenmanchesteriano odefilia-cin centroeuropea.Enunsegundomomentohacialasprimerasdcadasdelsiglo XX, cuando ya podemos hablar de capitalismo de mer-cado, y cuando la difusin de los mtodos de la organizacincientfica del trabajo es ya una presencia real en Espaa, a laarquitectura industrial le corresponde un nuevo proyecto decontenedorindustrialdeterminadoporlosprincipiosdelaarquitectura del movimiento moderno y donde la racionali-zacindelproyecto,comoreflejodelnuevoespaciosocialdel trabajo surgido de las conquistas sindicales y los avancestecnolgicos, tiene la misma consideracin de prioridad queen los ejemplos de la vivienda o de la planificacin de la ciu-dad: Las necesidades de iluminacin, aireacin, higiene, etc.cobrancartadenaturalezaenelproyectoaloquehayqueaadir la difusin de las tcnicas de construccin en hormi-gnarmadooenacerodemodoquelafbricadecubierta34AREAS 2903 Sobrino:Maquetacin 120/12/1017:53Pgina 3435plana, difana y luminosa comienza a ser un hecho indiscuti-ble en las nuevas realizaciones de edificios industriales.En esta apretada sntesis del proceso de las tres revolucio-nesindustrialesllegamos,finalmente,aunatercerafasedelcapitalismo: la era postindustrial, marcada esencialmente porsucarcterinestableentodoslosmbitosdeactuacinquevan desde la propia ruptura del estado-nacin a la dispersinterritorial de las tareas productivas en un proceso de especia-lizacinydeslocalizacinproductivainternacional.Estenuevosistemaeconmicorompeelesquemaclsicodelajaula de hierro del trabajador que se sustentaba en la estabi-lidad, el salario y la pensin, de modo que protega y aislaba,aunmismotiempo,altrabajador.Elnuevocapitalismopuedeserdefinidoporlatransitoriedad,lainnovacin,losproyectos a corto plazo y la movilidad sin lmites. Esta nuevasituacin de aislamiento y de fragmentacin se ve reflejada deunamaneraevidenteenlosproyectosdelaarquitecturaactual de manera que podemos observar la existencia de unarelacin estrecha entre sociologa o economa del trabajo y laarquitectura como contenedor de la produccin.3. Algunos ejemplos modernosLa fbrica contextualizada por la tradicin novecentistaLa fbrica hace ciudad, se contagia de la historia, se dis-fraza con sus estilos, se comprime entre sus calles y mediane-rasosealzamajestuosacomounmonumento.Renunciaasurevolucionarioorigenparahacersepasadoenunclaroejemplodedeterminismohistrico.Losempresariosencar-ganalproyectistaunartefactoconstruidoquedisimulesufuncin y que le permita disolverse en la morfologa preexis-tente en una lectura interesada de ciudad de carcter romn-tico-monumentalista.La renovacin racionalista de los aos treintaCuandolaciudadsedescoseenjironesyfragmentosdurantelasprimerasdcadasdeestesigloquetermina,lasfbricas se desplazan velozmente hacia los confines desurba-nizadospoblandoloslmitesdelensancheoalinendoseenlasnuevasavenidas.Duranteeltrasladosedejanolvidadoslosviejosropajesformalesemergiendosuestructuraesque-matizada en funcin de su inicial razn de ser: la economa.Una economa del gesto y de los materiales que redundar enunacomposicinpuristaycbicaaltiempoqueelbalanceeconmicodelaempresasevebeneficiadoporunedificiomenos costoso, ms eficaz y lo suficientemente flexible paraacoger la catarata de cambios que se avecinan. Los caminos del Movimiento Moderno tras la guerra civilTras el dramtico parntesis de la posguerra la tecnocra-cia vuelve a marcar el signo de los tiempos concediendo a laarquitectura industrial su autonoma proyectual alejada de laideologatriunfante.Losarquitectosdelosaoscincuentavuelven su mirada, de nuevo, al espacio industrial que, comointuan,lesproporcionaunmarcodelibertadenelquelaexperimentacin con nuevos materiales, estructuras y formasposibilitan un programa constructivo conectado con el racio-nalismo de anteguerra as como con el presente de la arqui-tectura internacional. En este momento el empresariado se inserta tambin en elordeneconmicointernacionalycomprendequelabuenaarquitecturaconstituyeunvaloraadido,unaimagendemarca,degranutilidadenelterrenodelacompetencia.Jvenes arquitectos como De La Sota, Oriol Bohigas o Fisac,son capaces de resolver la necesidad funcional de la empresaenunmarcoarquitectnicorenovadoaimagendelanuevaciudad, terciaria y desindustrializada.4. Para una genealoga de la arquitectura maschinenkuntsEn el camino hacia la modernidad arquitectnica la arqui-tecturaindustrialylaestticadeloindustrialjugaronunpapeldeterminanteenlaconfiguracindeunnuevocuerpode relaciones entre la pieza arquitectnica -volumen, masa yestructura-el territorio en el cual se insertaba y la funcin ala que se destinaba y, entre medias, los habitantes de la moder-nidadyafueracomoprcticosusuariosocomoociososvoyeurs.Estoscambiossepuedenapreciarenlos textosdealgunos tericos o arquitectos que aparecen a continuacin.El movimiento Deutscher Werkbund estableci (1907) launin entre las artes y la industria partiendo de una premisayaenunciadaporLouisSullivanformfollowfunctionyquenohacasinorecogerlasideasanterioresdeGottfriedSemperenDerStillinderTechnischenundTectonischeKunts (1860-63) cuando estimaba que la nuevas condicionesde produccin material implicaban la reforma del diseo delos objetos y, por tanto, de las teoras estticas vigentes. Deeste modo Hermann Muthesius (1911) determinar con cla-ridadelpapeldemirgicodelamquinaylaconsecuenteaparicindeunanuevaEracaracterizadaporsucarcterfragmentario y complejo.Hermann Muthesius (1911)La mquina destruye y construye, produce mutacio-nes, todos nosotros y toda nuestra poca estamos bajoel influjo de engranajes que giran zumbando. Pero noesposibleresumirenunafrmulalosefectosquelamquinaproduce.Elhechoesqueestarealidad, quese hace cada vez ms compleja, no puede ser represen-tada en una imagen unitaria y definida.El gran intelectual sinttico que fue Walter Gropius (1913),retoma la analoga planteada por W. Worringer entre los vol-menes industriales y los monumentos del antiguo Egipto, paraaludir claramente a la nostalgia de un paraso perdido en el queresuenanlosecosutpicosyromnticosdeMiltoncomoresultadodesurelacinconlavanguardiaexpresionistadel03 Sobrino:Maquetacin 120/12/1017:53Pgina 3536momento. El significado natural de la forma tal vez se encuen-tre en un lugar sin historia, en Amrica y, tal vez, en esa NuevaAtlntida desaparecer por fin el baile de disfraces al que alu-da Pevsner cuando enjuiciaba la arquitectura del eclecticismoimperante en Europa a finales del siglo XIX. Walter Gropius (1913)LossilosparacerealesdeCanadydeSuramrica,los depsitos de carbn de las grandes lneas ferrovia-riasylosmsmodernoscobertizosindustrialesdelostrust norteamericanos pueden perfectamente ser com-parados,ensufuerzamonumental,conlosedificiosdel antiguo Egipto. La naturaleza de estos edificios nosefundaenlasuperioridadmaterialdebidaasusgrandes dimensiones, sino en el hecho de que sus cons-tructoresdemuestranhaberconservado,deformaautnoma,sanaypura,elsignificadonaturaldelagran forma compacta. De ello se deriva una indicacinde gran valor para nosotros, el rechazo definitivo de lanostalgiahistoricistaydelasotrasincertidumbresintelectuales que ofuscan la creacin artstica modernaen Europa, obstaculizando su pureza.En nuestro pas Teodoro Anasagasti (1914) afirma que eldesconocimiento de nuestra historia cercana corre en parale-lo a la extendida creencia de que Espaa estuvo al margen dela modernidad y de las exigencias planteadas por la industria-lizacin. Este eficiente terico y arquitecto nos devuelve unaimagen indita de las preocupaciones de nuestros arquitectosms vanguardistas. En su visin destaca la importancia de lacolaboracinproyectualentreelingenieroyelarquitecto,resumiendoacertadamentelasposibilidadesdefantasaqueencierran las construcciones industriales en su diversidad deformas,movimientos,tiposyagrupaciones.Siendomuyapreciadasuconsideracinformalacercadequeeledificioindustrial (construccin, instalaciones, mquinas y hombres)constituye un organismo unitario.Teodoro Anasagasti (1914)EntremosenlomstrascendentaldelproblemaCmopodrnconcebirseconeldebidoaciertolasconstrucciones industriales? La respuesta es categrica.No cabe duda que proyectndolas unidos el ingenieroy el arquitecto. La fantasa, movindose con indepen-dencia,podradarpruebasdesugeniocreador;ylavariedadylamovilidaddelasplantas;ladiversidadde formas y tamaos en las dependencias; sus agrupa-ciones raras, la riqueza de huecos...; los colosales dep-sitos,gasgenos,planosinclinados;gruesastuberas,que, a manera de arterias visibles, liguen unos a otrospabellones, puentes, chimeneas, etc.. La fbrica, al finy al cabo, no es ms que un aparato, el mayor, dentrodelcualelhombreelaboraconlostilesquecresuinteligencia.Y,comotalaparato,tienesusrganos,sus huecos receptores y un cuerpo donde las materias setransforman para salir convertidas en productos.Elautordelatrascendentalysiemprealabada TurbinenFabrik,PeterBehrens(1917), captaplenamentelaherenciadel futurismo desde la expresividad de su compromiso con elpasado. Para l la poca de la velocidad es la era de los cam-bios de los ritmos vitales e histricos.En la ciudad maqui-nistadesaparecenlosdetallesdelosedificiosenarasdelapercepcin unitaria del volumen siendo la ciudad y su cons-truccin un todo delimitado, tranquilo y conciso.Peter Behrens (1917) Nuestro tiempo tiene un ritmo distinto del de las po-cas pasadas. Se ha adueado de nosotros una prisa quenotoleraelocio,yquenosimpidedemorarnoseneldetalle. Recorriendo las calles de nuestras metrpolis abordo de un vehculo muy rpido, ya no logramos per-cibir los detalles de un edificio ... Ya no nos dice nadaeledificioensuunidad.Estamodalidaddeobserva-cindelmundoexterior,queyasehaconvertidoenuna costumbre para nosotros, sea cual sea la situacinenlaquenosencontremos,sedetienetansloenlaconstruccin que, oponiendo superficies lo ms delimi-tadas y tranquilas posible, no presenta ningn tipo deobstculo, sino que ofrece simplemente su concisin.Ynodebemosolvidarlaaportacinde 0swaldSpengler(1918)elcual,independientementedesusconclusioneshis-tricasdecarctermetafsico-cabalstico,definicongranclaridad, al identificar el alma europea con el anhelo fusticodeprogresoilimitado,elcarcterquelacivilizacinhabaadquirido tras la revolucin industrial. Para Spengler la evo-lucindelamquina, encuantoasuconcepcinesttica,implica tambin unos cambios globales ya que el cambio tec-nolgico conlleva un indudable cambio social. Cuando des-cribe las mquinas nos anticipa, por tanto, una visin de lasactuales cajas negras: ascticas, msticas, cerradas y esotricas.El contenedor industrial contemporneo por excelencia.0swald Spengler (1918)Y estas mquinas son cada vez ms deshumanzadas,ms ascticas, ms msticas y esotricas en sus formas.Envuelvenlatierraconunaredinfinitadefuerzassutiles, de corrientes y de tensiones. Su cuerpo se hacecadavezmsespiritual,cadavezmscerrado.Elcampesino,elartesano,inclusoelcomerciantesecon-vierten de golpe en insignificantes frente a tres figurasa las que ha dado forma el desarrollo de la mquina:el empresario, el ingeniero y el obrero industrial.Elarquelogoehistoriador LeopoldoTorresBalbs(1919) antes de que Le Corbusier publicara en 1923 su famo-so libro Vers une architecture puso de manifiesto la crisisdel viejo arte expresando la tremenda sugestin de la moder-nidad representada por la arquitectura dinmica de los trans-atlnticos,laslocomotoras,losavionesylasfbricas.Ensalzandocmoenestasnovsimascreacionesexisteunalgicaconstructivainherentealoclsicoyelvalorpristinode la obra colectiva y annima.Leopoldo Torres Balbs (1919)Yesquelaarquitecturaclsica,laquelevantalosedificiosdenuestrasciudades,esunarteviejoyenplenadecadencia.Esintilquererresucitarle.OtrasAREAS 2903 Sobrino:Maquetacin 120/12/1017:53Pgina 3637formasbellsimasquecontemplarnosdiariamente,constituyenlaverdaderaarquitecturadelahoraactualytienenlasugestivamodernidadqueanhelannuestros espritus. Sonlasquepudiramosllamardelaarquitecturadinmica: los grandes transatlnticos de curvas gracio-sasyenrgicas,losacorazadosformidables,lasloco-motoras gigantescas que parecen deslizarse por las pra-deras,losaeroplanosqueimitancomocasitodaslasanteriores, las formas de la naturaleza. Ellas, unidas a las de los viaductos, puentes metlicos,lasmodernsimasestacionesdeferrocarrilylasenor-mes fbricas construidas durante la guerra, hacen quenuestrapocapuedacompararsearquitectnicamentea la de los templos griegos y las catedrales gticas. Losfuturoshistoriadoresdelaarquitectura,debernsealar el comienzo de una nueva era en la que mien-trasagonizanlasformastradicionalesdeunaarqui-tectura basada fundamentalmente en principios estti-cos,surgenesasotrasformasdeunabellezatanmodernaytangrande,delaarquitecturadelmovi-miento, propia de los tiempos presentes. El pasado, sonla piedra y la madera, materiales con los que no tene-mos ya nada que decir; El porvenir est en el hierro, elcobre y el acero. Y notemos, finalmente, que las obrasde esta arquitectura moderna ofrecen la misma lgicaconstructiva, igual razonamiento de sus formas que elmejortemplogriegoylacatedralgticamspura,yque como stos, son obras colectivas, cuyos autores per-manecen en el anonimato.Hoy, a comienzos del siglo XXI, slo nos queda la deses-peracinproducidaporlacrisisdefinitivadelamodernidaddistpica y de la antigua pica industrial: especulacin, dete-rioro del planeta, esquilmacin, de recursos y banalizacin dela cultura. Esperemos que del estudio del patrimonio indus-trial y su contexto extraigamos las enseanzas adecuadas.Mario Benedetti (1994)IRRESPIRABLEEscombros de carbnbasuras de cienciaabandonos nuclearessabores repugnantes de la nadaun cielo protector siempre al acechola asfixia de los cdices no escritosel humilde presagio de las fosasla gran terraza de la corrupcinla propuesta ritual de la cenizarutina de la ruinasol a solasgemido en s bemolhondo animal de fondo la pobrezacierto que el aire est contaminadopero de qu?5. Algunas recomendaciones bibliogrficasAA.VV(2001):PreservacindelaArquitecturaIndustrialenIberoamricayEspaa.Cuadernos,NXII,InstitutoAndaluzdelPatrimonio Histrico, SevillaAGUILARCIVERA,I.(1998):ArquitecturaIndustrial.Concepto,mtodo y fuentes. 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