simon wiesenthal memorias de un mentiroso

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Los Asesinos Entre Nosotros

Simn Wiesenthal

MEMORIAS DE UN MENTIROSOTtulo original de la obra THE JEWS AMONG US

Los Asesinos Entre NosotrosIndice

Simn Wiesenthal

Semblanza de Simn Wiesenthal Relato de Simn Wiesenthal El Cuchillo Los secretos de Odessa Eichmann, el evasivo Alex Tres minutos antes de salir el tren El hombre que coleccionaba ojos azules Eplogo al diario de Ana Frank Ms all de toda razn Primero, los negocios El anciano barn no poda olvidar Una novia para el doctor Babor El exterminio de gitanos Galera de lgrimas Dos velas Los asesinos de Galitzia Los treinta y seis justos La otra cara de la luna Un centavo de dlar por cuerpo Escuela de asesinato en masa Dnde est Bormann? La herencia de Can El martirio de Cefalonia El arianizador Eplogo Apndice ANEXO No. 1: Wiesenthal confes el engao de las cmaras de gas en Alemania ANEXO No. 2: Judo norteamericano denuncia falsificacin y comercializacin del Holocausto ANEXO No. 3: Una vida maravillosa

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Los Asesinos Entre NosotrosSEMBLANZA DE SIMN WIESENTHAL

Simn Wiesenthal

En cuanto llegu a Viena (llevo ahora viviendo en ella varios aos) empec a or hablar de Simn Wiesenthal. En 1960 apareca en primera plana de la prensa mundial como Eichmann-Jager (cazador de Eichmann) por la ayuda que haba prestado al gobierno israel en descubrir el paradero de Adolf Eichmann, tcnico logstico supremo de la "Solucin final del problema judo". En 1963, Wiesenthal fue de nuevo noticia cuando descubri, con gran embarazo para los funcionarios de la jefatura de polica de Viena, que el ex miembro de la Gestapo que haba personalmente arrestado a Ana Frank en 1944 en Amsterdam vena siendo un acreditado miembro del cuerpo. Me constaba que varios nazis destacados haban sido detenidos en Austria y Alemania gracias a la labor de sabueso de Wiesenthal, por tanto, senta curiosidad por el hombre y su bizarra agencia detectivesca. Wiesenthal, me enter, haba sido a su vez perseguido por los nazis a travs de ms de una docena de campos de concentracin que iban desde su Polonia nativa hasta Austria y s haba logrado sobrevivir era slo gracias a una serie de casi milagros. Su madre y la mayora de sus parientes fueron exterminados. En 1945, despus de su liberacin, se present voluntario para colaborar con el ejrcito de Estados Unidos en Austria en la persecucin de criminales de guerra, siendo destinado a la Oficina de Servicios Estratgicos (OSS) y al Cuerpo de Contrainteligencia (CIC) de los Estados Unidos. En 1947, con la mera ayuda de algunos voluntarios, abri en Linz, Austria, un pequeo Centro de Documentacin con el fin de ayudar a sus compatriotas judos en la bsqueda de parientes desaparecidos e intentar seguir la pista a los miles de asesinos nazis que saba todava en libertad. Por el ao 1945, la desnazificacin se hallaba en un punto muerto, tanto en Austria como en Alemania. Por ello Wiesenthal cerr el Centro de Documentacin y se dedic a trabajar en pro de los refugiados, pero en 1961, tras la captura y juicio de Eichmann, la corriente de la opinin pblica en los pases en otro tiempo gobernados por nazis, cambi, de modo casi milagroso, y Wiesenihal decidi abrir de nuevo su Centro de Documentacin, esta vez en Viena, para dedicarse de una vez para siempre a seguir la pista de aquellos que saba iban pronto a evadirse de la justicia, ya que las leyes redactadas para su castigo estaban prontas a expirar1. Un da del verano de 1955, telefone a Wiesenthal proponindole que nos viramos en su oficina con el objeto de pedirle que me permitiera compilar los historiales de algunos de los ms inslitos entre sus centenares de casos inslitos. La voz que o en el receptor era queda, calurosa y simptica. Wiesenthal se ri de buena gana un par de veces y not en su acento alemn vestigios de aquel acento de las ms apartadas regiones del que fue Imperio Austrohngaro, donde yo, al igual que Wiesenthal, pas mi juventud. Tena muchas ganas de conocer a tan excepcional "vengador". Rudolfsplatz, donde Wiesenthal tiene su oficina, es una plaza recoleta de mediocres edificios pertenecientes al Primer Distrito de Viena. El nmero 7 es un edificio ms nuevo que sus vecinos. Debi de ser construido despus de la guerra, con bastantes prisas, porque denota a la vez una edificacin reciente y un deterioro reciente y adems, en la escalera se percibe un olor hmedo a mortero. En el cuarto piso, una puerta blanca ostentaba un letrero pequeo e insignificante que deca DOKUMENTATIONSZENTRUM y debajo las iniciales B. J. V. N. que luego descubr que eran las de Bund Judischer Verfolgter des Naziregimes (Federacin de Vctimas Judas del Rgimen Nazi). Llam al timbre y o unas fuertes pisadas. Por la parte de adentro, retiraron una cadena, la puerta se entreabri y un hombre de pelo oscuro apareci en el umbral, hacindome objeto de una cuidadosa inspeccin como hara el guarda de una instalacin de alto secreto. El ambiente me record mis das de guerra, en que actuaba como agente de la OSS. Di mi nombre. El individuo, al parecer un ayudante de Wiesenthal, hizo una leve sea con la cabeza y se hizo a un lado para dejarme pasar. Me hall en una doble habitacin, escasamente amoblada, con desnudos suelos de cemento, sin alfombras y provista nicamente del material de oficina ms rudimentario: ficheros, escritorios, unas pocas sillas, A travs de las ventanas vi paredes traseras de otras casas. Era un lugar sombro1

Ver, en Apndice, Estatutos de Limitacin

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y oscuro. Un estrecho corredor blanco llevaba a un despacho particular y en l conoc a Simn Wiesenthal. Tena el mismo aspecto que su voz por telfono haca presentir, amable, acogedor y no desde luego el de un hombre que se dedica por entero a perseguir asesinos, aunque no le falten msculos y mide cerca de metro ochenta. Me dijo que cuando al final de la guerra fue liberado del campo de concentracin, pesaba 43 kilos y tena el aspecto de "un esqueleto en la piel y los huesos. Ahora pesa aproximadamente el doble. Es de cabeza grande y calva, cara alargada y despejada frente. Tiene ojos reflexivos y no tard en descubrir que pueden hacerse penetrantes. Con su bigotito y su tendencia a engordar, podra ser un prspero comerciante, al igual que su padre o el logrado arquitecto que Wiesenthal era en realidad antes de la Segunda Guerra Mundial. Wiesenthal (pronnciese Vsental) da la impresin de ser un hombre muy reposado y cuesta averiguar que su calma encubre una disciplinada tensin y mucha emocin reprimida; su inquietud interna afecta ineludiblemente al interlocutor. Pisa el suelo balancendose, al igual que el marino en alta mar y parece como si sostuviera una pesada carga sobre los hombros. Sabe ser oyente atento y silencioso, pero cuando empieza a hablar y se deja llevar por la emocin (cosa que le ocurre casi siempre), subraya las frases con amplios movimientos de sus brazos enormes y los ojos le brillan con poder hipntico. Criminales de guerra y fiscales, ministros y eruditos han aprendido que no es fcil discutir con Wiesenthal pues posee dotes de persuasin, un agudo sentido de la lgica y el ingenio talmdico de sus antepasados, combinacin que a muchos les ha resultado irresistible. Me cont que en cierta ocasin un fiscal alemn le dijo: "Usted me ha tenido engaado mucho tiempo. Pareca tan inofensivo. Wiesenthal se ri, le explic que esa aparente inofensividad le haba sido muy til en la persecucin de crmenes que nada tenan de inofensivos. El despacho particular de Wiesenthal respiraba aquel mismo ambiente espartano que yo haba notado en el resto. Constaba de una gran mesa con muchos papeles, un par de sillas, un viejo e inelegante sof y la pared posterior estaba forrada de estantes de libros, pues Wiesenthal posee una de las mejores bibliotecas sobre la historia, organizaciones y actividades de la SS de Himmler 2, creada originalmente como un cuerpo de guardia especial para proteger a Adolf Hitler, Himmler y otros jefes nazis (la SS proviene de Schutz-Staffel, es decir Guardia de Seguridad). Los hombres de negro uniforme y negras botas, los SS, se convirtieron en la lite nazi despus de la sangrienta purga que en 1934 Hitler hizo de la SA 3 de camisa parda bajo la jefatura de Ernst Roehm o Sturm-Abteilungen, es decir, Tropas de Asalto. La SS pas a convertirse en smbolo de terror, estado dentro del estado nazi, grupo privilegiado con poder siniestro creando luego la Gestapo (Geheime Staatspolizei), es decir Polica Secreta, y posteriormente, polica de campos de concentracin. La SS fue la ejecutora de muerte. Todo guarda de campo de concentracin era miembro de la SS; la administracin de todo campo estaba bajo la Seccin Econmica de la SS; en cada distrito de la Europa de Hitler, un general de la SS estaba al frente de todos los campos del distrito. Wiesenthal raramente trabaja sobre crmenes cometidos por hombres del ejrcito regular o por miembros del Partido. Casi todos sus "clientes", como llama l a los criminales nazis, son SS. Esa diablica organizacin es la responsable de las muertes de, por lo menos, once millones de personas, en su mayora inocentes; hombres no beligerantes, mujeres y nios. En total seis millones de judos, y cinco millones entre yugoslavos, rusos, polacos, checoslovacos, holandeses, franceses y otros muchos. Wiesenthal hace una importante distincin entre "crmenes de guerra" y "crmenes

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Ver, en Apndice, SS.

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Ver, en Apndice, SA.

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nazis o de la SS". En tiempos de guerra, los hombres civilizados cometen acciones que nunca hubieran cometido en tiempo normal. Pero la guerra no puede justificar el deliberado asesinato de millones de inocentes civiles. Wiesenthal no trabaja sobre crmenes de guerra "normales" y pone de relieve que muchos crmenes nazis fueron cometidos entre 1933 y 1939, es decir, mucho antes de que la Segunda Guerra Mundial comenzara. La mayora de documentos que tiene Wiesenthal en su mesa de despacho y en casi todos sus ficheros e informes, se refieren a tragedias que una mayora de personas quisieran poder olvidar. La constante preocupacin de Wiesenthal por el terror, no le ha hecho ni desconfiado ni insensible. Ello constituye su fuerza y quiz su debilidad tambin, ya que sus dossiers no son "casos" sino autnticos seres humanos para l. No se ha convertido en un burcrata sino que con frecuencia sufre con sus vctimas, hasta el punto de que la carta o declaracin de un hombre, puede traerle a la memoria un ser que ya no existe o una experiencia personal y puede que se ponga a llorar. En tales momentos revive su propia tragedia. Uno de los ms arduos problemas de Wiesenthal consiste en que muchas de sus experiencias personales y detalles de sus casos estn ms all de la credulidad humana. Debe por tanto convertir lo increble en verosmil ante funcionarios, fiscales, jueces, mediante el paciente recuento de hechos y cifras. A los pocos minutos de entrar en su despacho son el telfono. Wiesenthal descolg el auricular y me dijo: "Nueva York". E inmediatamente se olvid de que yo estuviera all. La voz al otro extremo del hilo, pareca grandemente perturbada. Por dos veces, Wiesenthal tom aliento como para interrumpir a su interlocutor, pero se limit a mover la cabeza y seguir escuchando. No, no y no! dijo al fin. Aunque diramos con ese hombre, necesitaramos documentos o por lo menos el testimonio de dos personas que deberan recordar exactamente lo que ocurri hace veinte aos... S, fechas y descripciones detalladas. Pruebas, Se qued un rato escuchando y suspir: Usted no ha hecho nada durante estos veinte aos y ahora quiere que yo haga milagros. Pocos minutos despus Wiesenthal colgaba el receptor, agotado. Se qued unos momentos inmvil, cubrindose el rostro con las manos. Ese hombre y su hermano vieron morir a su padre en Auschwitz un da de 1943. Ellos dos lograron sobrevivir, emigraron a los Estados Unidos y trataron de olvidar lo ocurrido. Trabajaron mucho y triunfaron. Ahora, despus de todos esos aos, el recuerdo de lo ocurrido le tortura, ve a su padre en pesadillas que le despiertan a medianoche y una sensacin de culpabilidad le corroe. Hizo de veras cuanto estuvo en su mano? Quiz pens demasiado en s mismo y poco en el anciano? A medida que transcurrieron los aos, los recuerdos se hicieron ms vivos, ms dolorosos. Consult con un mdico que no supo curarle. Luego ley sobre mi trabajo y ahora me llama desde Nueva York, pidindome que encuentre el hombre que asesin a su padre. Todo lo que sabe es el nombre de pila del SS, Hans, y el aspecto que tena. Slo presenciaron el crimen l y su hermano y han pasado veintitrs aos. Le he explicado que por lo menos seis mil SS pasaron por Auschwitz, entre guardas, personal tcnico de cmaras de gas y crematorios, mdicos y oficinistas. Slo se conoce el nombre de novecientos de ellos. Como es natural, los SS no hacan sus presentaciones a las vctimas. Un tercio de los novecientos que conocemos fue entregado a las autoridades polacas y de los seicientos restantes, conocemos aproximadamente la mitad, con sus domicilios. Sus nombres y direcciones figuran en mis archivos. Pero aun suponiendo que pudiramos encontrar a ese hombre, necesitaramos algo ms que el testimonio de los dos hermanos para que l caso fuera tomado en consideracin. Muchos criminales nazis han sido perdonados y los fiscales de Alemania y Austria no se sienten muy dispuestos a iniciar el sumario de no ser creyendo que cuentan con pruebas suficientes para convencer a un jurado que puede muy bien sentir francas simpatas por el encausado nazi. Pregunt a Wiesenthal qu le haba impulsado a dedicarse a perseguir criminales nazis.

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Suspir profundamente, se levant y empez a pasear con la vista en el suelo. Mucha gente me ha hecho la misma pregunta dijo. Mis amigos me dicen: "Por qu te torturas con esas cosas?. Los no amigos suelen decir ms o menos sucintamente: "No puede usted dejar de rastrear el pasado y de amontonar odios sobre lo que ya pas?. Yo mismo me digo: por qu no dedicarme a mi antigua profesin de arquitecto? Pude haber marchado a Amrica, llevar una vida normal y haber hecho dinero. Se encogi de hombros y prosigui: De nada sirve. Tengo que hacer lo que hago. No me mueve a ello un sentimiento de venganza ahora, aunque quiz s al principio, muy al principio. Al terminar la guerra, cuando fui liberado despus de haber pasado en cuatro aos por ms de una docena de campos de concentracin, tena pocas fuerzas pero un poderoso afn de venganza. Haba perdido a toda mi familia. A mi madre se la llevaron ante mis propios ojos. A mi mujer la crea muerta. No me quedaba nadie por quien vivir. En general, quienes como yo haban sido liberados de campos de concentracin, reaccionaban de modo muy distinto. Queran olvidarlo todo para poder comenzar una vida nueva. Se encerraban en una concha protectora, intentando por todos los medios no pensar en lo ocurrido. Pero yo, incluso mucho antes de haber tenido tiempo de meditar detenidamente, comprend que no debamos olvidar. Si todos nosotros olvidbamos, poda volver a ocurrir lo mismo al cabo de veinte, cincuenta o cien aos. S perfectamente que ni a austracos ni a alemanes "les gusta or hablar de todo aquello". Perfecto. Pero los resultados de las votaciones demuestran que hay una relacin inversa entre la evidencia de los crmenes nazis y el resurgir del neonazismo. A ms juicios, menos neonazismo. El juicio de Adolf Eichmann que tuvo lugar en Jerusaln en 1961 fue el golpe de gracia a ese resurgir del neonazismo austraco y alemn. Millones de personas que no saban o que no queran saber la verdad, no tuvieron ms remedio que or aquellos hechos. Hoy nadie puede pretender no saber nada de "todo aquello" y si hoy todava alguien simpatiza con los criminales, quiere decir que se ha situado sin posible equvoco al lado de la perversidad y ello no es cosa que resulte demasiado popular. Wiesenthal sigui contando que al final de la guerra vea el mundo poblado por dos clases de personas: las blancas, vctimas, y los negros, asesinos. Pero la fase blanco y negro no le dur mucho. Varios grupos que queran crear bandas para capturar y asesinar a los antiguos torturadores, intentaron contar con l, pero Wiesenthal se opuso a la idea tajantemente, dicindoles que los judos no deban luchar contra los nazis con aquellos mismos mtodos depravados. Los nazis, en un principio haban tenido tambin sus bandas secretas, Feme, entregadas a la violencia y la venganza. Los judos no deben jams descender a semejante nivel. Wiesenthal saba que los crmenes nazis no podran ser "vengados" jams. No podran verse expiados ni en mil aos, pues aun suponiendo que todos los criminales nazis en libertad fuesen llevados ante tribunal, cosa muy poco probable, ello no estara en proporcin con la enormidad de sus crmenes, con los once millones de cadveres, entre ellos uno de nios. Cmo podra el asesino de un milln de nios ser castigado por la justicia terrena? Pero algo s poda hacerse. Este pensamiento fue cobrando fuerza en las noches insomnes de Wiesenthal. Poda por lo menos intentar erigir un simblico monumento a los muertos y quiz proporcionar una advertencia contra posibles excesos futuros. Evidentemente el estricto castigo para aquellos crmenes era un imposible. Tena algn sentido que a un nazi que hubiera dado muerte a miles de personas le impusieran dos aos de crcel, veinte minutos por cada asesinato? Lo importante era impedir que en el futuro se cometieran ejecuciones en masa. Durante los primeros meses que siguieron al final de la guerra, Wiesenthal tena todava esperanzas de que muchos hubieran logrado sobrevivir a aquel infierno. Quizs hubieran conseguido escapar, se escondieran en bosques, hubieran cambiado de nombre, desaparecido en Rusia. Poco a poco la enormidad de la apocalipsis fue

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abrumndole. Resultaba terrorficamente evidente que lo que los nazis haban llamado "la solucin final del problema judo" haba dado como resultado el exterminio no de decenas ni de centenas de millares sino de millones de personas inocentes. Pero para cuando fue conciente de la verdad, el odio haba desaparecido de su corazn. A principios de 1946, un Obersturmfhrer llamado Beck (Wiesenthal no sabe su nombre de pila) fue detenido por los americanos en Dachau. Wiesenthal se enter de que Beck haba sido la rara avis, un SS honrado y decente que se negaba a matar o torturar a los prisioneros. Por ello haba sido castigado por sus superiores de la SS con solitario encarcelamiento. Wiesenthal reuni a tres testigos judos y se fue con ellos a Dachau. All atestiguaron que Beck no haba cometido actos criminales y ste fue puesto en libertad. Posteriormente, Wiesenthal descubri que otro ex nazi llamado Werner Schmidt haba sido despedido de su empleo en Halle al hacerse pblico que haba sido miembro del Partido. Schmidt haba ayudado a Wiesenthal en el ghetto de Lww, Polonia, donde se encontraba cuando los nazis lo tomaron en 1942. Schmidt le traa comida y le tena al corriente de las acciones inminentes de la Gestapo. Wiesenthal llam a Hatte, aclar la actuacin de Schmidt y le ayud a recuperar su empleo. Personas como Beck y Schmidt eran una prueba viva para m de que un hombre si se lo propona poda volver de la guerra "vestido de blanco" dice Wiesenthal. En alemn weisse Weste es smbolo de inocencia. Desgraciadamente, por cada hombre "vestido de blanco", haba muchos otros, no que se vieron obligados a cometer crmenes, sino que se presentaron voluntarios para matar y torturar. Poco a poco fui aprendiendo que entre blanco y negro haba muchos matices de gris: gris-acero, gris-tornasol. Y muchos matices de blanco tambin. Las vctimas no eran siempre inocentes. He conocido a un confidente judo que en un campo de concentracin salv su vida tomando parte en la ejecucin de otro judo cuando un diablico SS le dijo que escogiera entre su vida y la de otro. El confidente se defenda diciendo que si l no lo hubiera hecho, otro cualquiera hubiera disparado contra el judo aqul y que l a su vez tambin hubiera perecido. Yo no puedo aceptarlo: matar es matar, poco importa quin cometa la accin. Todas las naciones cuentan con colaboracionistas. Nosotros, judos, los tuvimos tambin, quizs en menor cantidad que otros pueblos, pero no todos fuimos ngeles. Un retoque tpicamente diablico de los SS, fue forzar a los judos a que mataran a sus propios compaeros. Wiesenthal recuerda muchas veces su primer paseo como hombre libre despus de vivir cuatro aos entre alambradas. Era un clido da de primavera del mes de mayo de 1945, a los diez das de haber sido liberado del campo de concentracin de Mauthausen, Alta Austria. Dbil todava y un poco aturdido por el desacostumbrado esfuerzo, se lleg hasta el pueblo vecino andando. Los labradores trabajaban el campo, jugaban los nios, los pjaros cantaban. A menos de un kilmetro y medio de los horrores de la cmara de gas, el campo pareca un idilio de paz buclica. Nadie demostraba ni curiosidad ni simpata. Sintindose Wiesenthal muy fatigado, entr en una casa de campo y pidi un vaso de agua. Una robusta y bien alimentada campesina le trajo un vaso de zumo de naranja. Se pas mal all dentro? le pregunt, sealando vagamente en direccin de las bajas edificaciones grises que se vean ms all de los bancales. Dse por satisfecha de no haber tenido que ver nunca ese campo de concentracin por dentro. Y por qu iba yo a tener que verlo? contest la mujer. Yo no soy juda. Wiesenthal pens en el incidente aqul mucho tiempo. Aos de adoctrinacin haban convencido a la mujer de que en la tierra haba dos clases de personas: las que como ella estaban para vivir y las razas "inferiores" destinadas a la muerte. Wiesenthal no tard en descubrir que muchas personas bondadosas haban sufrido la infeccin de teoras nazis. Cuando alguien, sin ser preguntado, le deca que "no saba nada de todo aquello" o por propia iniciativa declaraba que "haba salvado a judos", Wiesenthal se pona furioso. Si hubieran sido efectivamente salvados todos los judos que me dijeron haber salvado hubiera habido ms judos al final de la guerra que cuando sta empez.

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Tampoco poda creer a aquellos que trataban de convencerme de que no se haban enterado absolutamente de nada. Quiz no supieran toda la verdad de lo que ocurra en los campos de concentracin. Pero casi todo el mundo haba notado algo despus de que Hitler invadiera Austria el 11 de marzo de 1938. Nadie poda dejar de ver cmo los SS de negro uniforme se llevaban a los vecinos que resultaban ser judos. Los nios volvan de la escuela diciendo que a sus compaeros de clase judos los haban expulsado. Nadie poda dejar de ver las esvsticas en los escaparates rotos de las tiendas judas saqueadas. Nadie, tampoco, poda ignorar los escombros de las sinagogas que fueron quemadas la noche del 9 de noviembre de 1938 4. La gente saba lo que ocurra, aunque a muchos les diera vergenza enterarse y prefirieran mirar a otra parte para no ver demasiado. Soldados y oficiales con permiso, procedentes del frente del Este, hablaban muchas veces de las matanzas de judos que haban tenido lugar all. La gente saba mucho ms de lo que admita saber y es por esa razn que tantas personas acusan hoy ese sentimiento de culpabilidad. La carrera de Wiesenthal como cazador de nazis comenz en cuanto fue puesto en libertad en 1945 y obtuvo empleo en la seccin de Crmenes de Guerra de las fuerzas estadounidenses de ocupacin en Austria, con la misin de seguir la pista de los SS que le haban brutalizado a l y a otros miles. A medida que Wiesenthal fue recuperando su vigor fsico, fue aumentando tambin su capacidad de escuchar el recuento de crmenes nazis sin que se le despertara un sentimiento de odio. La herida del alma de Wiesenthal nunca podr curarse, pero por lo menos ahora no sangra dijo recientemente uno de sus amigos, famoso psiclogo viens. Ello parece confirmado por la reaccin que ha tenido Wiesenthal frente a los problemas de culpabilidad colectiva que se debaten ahora en Alemania. Un judo que crea en Dios y en su pueblo, no cree en el principio de la culpabilidad colectiva dice. No hemos venido sufriendo acaso, nosotros los judos, durante miles de aos porque se deca que ramos colectivamente culpables? Todos nosotros, incluidos los nios por nacer. Culpables de la crucifixin, de las epidemias de la Edad Media, comunismo, capitalismo, guerras adversas y adversos tratados de paz? Todos los males de la humanidad, desde la peste a la bomba atmica, fueron "culpa de los judo. Nosotros somos las eternas cabezas de turco. Sabiendo que no somos colectivamente culpables, cmo podemos acusar a ninguna otra nacin, sea lo que fuere lo que los miembros de ella hicieran, de ser colectivamente culpable? Habiendo tomado la determinacin, durante aquel primer perodo de postguerra, de comenzar un rastreo que no tena esperanzas de ver nunca terminado, Wiesenthal hizo uso de su formacin de arquitecto y comenz el edificio por los cimientos. Primeramente comenz por establecer una relacin histrica de los hechos, cuando la memoria de los testigos estaba an fresca. Al final de la guerra haba ms de cien mil supervivientes de campos de concentracin que en su mayora vivan en los docientos centros de personas desplazadas repartidos en Alemania y Austria, establecidos por los aliados occidentales. Con ayuda de unos cuantos amigos, estableci Wiesenthal una red de corresponsales en diversos campos. Su trabajo consista en entrevistarse con cada uno de los ex prisioneros y tomar declaraciones juradas acerca de los guardas SS brutales, relatos de testigos oculares de asesinatos y torturas y otras experiencias personales. Wiesenthal pona de relieve la importancia y absoluta necesidad de nombres y fechas exactas y descartaba los relatos de odas. Las declaraciones juradas debidamente firmadas fueron numeradas y luego archivadas en el pequeo Centro de Documentacin Juda que Wiesenthal estableci en Linz en 1947, despus de dejar su empleo con los americanos. Incluso antes de fundar el Centro de Documentacin, Wiesenthal haba coleccionado declaraciones juradas de crmenes nazis procedentes de unos dos mil lugares distintos. Haba conseguido fotografas de muchos SS, haba sacado copias y las haba distribuido por todos los campos de personas desplazadas, ya que muchas veces los supervivientes no saban los nombres de los criminales, pero los reconocan en seguida por la fotografa.4

Ver, en apndice, Kristallnacht

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Wiesenthal clasific alfabticamente todos los lugares donde se haban cometido crmenes nazis; otro segundo fichero contena los nombres de todos los criminales, y un tercero los nombres de los testigos. Los archivos de Wiesenthal se emplearon por primera vez en Nuremberg, durante la preparacin de los juicios contra los criminales de guerra nazis. Las autoridades de Nuremberg, a su vez, le enviaron a l listas de criminales de guerra. Posteriormente sus ficheros se emplearon en Dachau en 1947, durante el juicio que tuvo lugar all ante un tribunal militar americano contra SS que haban actuado como guardas de campos de concentracin. El sistema de ndices cruzados de Wiesenthal resulta muy efectivo. Cuando se le informa de que en cierto lugar se cometi un crimen, puede averiguar en pocos minutos los nombres y direcciones de testigos y tambin los nombres de los SS implicados. Algunos testigos presenciaron crmenes en lugares distintos y los nombres de ciertos criminales se mencionan tambin en conexin con los lugares diferentes. El fichero alfabtico de criminales nazis de Wiesenthal contiene en la actualidad aproximadamente 22,500 nombres. La mayora de los SS que constan all estn acusados de asesinato, algunos de asesinatos en masa. (Su lista es pequea comparada con la lista oficial de 160.000 nombres que posee la Agencia Central de Administracin de Justicia del Estado de Crmenes Nacional-Socialistas, establecida en 1958 por varios estados federales de la Alemania Occidental en Ludwigsburg, Palatinado. La fundacin del Centro responde a un retardado reconocimiento, por parte de los alemanes occidentales, de la enormidad de las atrocidades nazis y gracias a l se han iniciado ms de mil procesos.) El fichero de criminales de Wiesenthal tiene muchas lagunas. En algunas fichas no consta ms que el nombre de pila o el apodo con que los prisioneros designaban a cierto SS. En el campo de concentracin de Lww, por ejemplo, uno de los ms perversos guardas de la SS era conocido por "Tom Mix", mote sacado del famoso artista de cine del Oeste. El pasatiempo favorito de "Tom Mix" era montar a caballo por el campo y disparar a boleo contra los prisioneros. Hay varios testigos presenciales de los crmenes de "Tom Mix, pero Wiesenthal no ha logrado dar con el hombre en cuestin porque no conoce su nombre verdadero. Y en el campo de concentracin de Cracovia, el jefe de los confidentes era conocido por Waisenkind ("el hurfano), por ser un criminal sentenciado a cadena perpetua por haber asesinado a sus padres. Los nazis lo sacaron de la crcel y lo convirtieron en confidente del campo de concentracin, donde "el hurfano" tena ocasin de demostrar su talento para la brutalidad. Nadie saba su verdadero nombre recuerda Wesenthal. Quisas un grupo anterior de prisioneros ya muertos lo conociera. Recuerdo a otro confidente del campo de Grossrosen, cerca de Wrclaw, la antigua Breslau: cuando l entraba en una habitacin llena de prisioneros saban todos que haba llegado su fin. Los prisioneros le llamaban "ngel de la muerte". Desgraciadamente, no se puede localizar a un hombre de semejante nombre. En general, de los asesinos, ladrones y otros criminales comunes, en las instituciones que cuidan se cumpla la ley, lo que se conoce es el nombre. Pero muchos SS saban ocultar cuidadosamente su verdadera identidad porque a medida que la guerra pareca ms totalmente perdida para Alemania, se daban cuenta de que poda llegar el da en que tuvieran que dar cuenta de sus crmenes. Terminada la guerra, muchos miembros de la SS y la Gestapo se escondieron tras falsas documentaciones y bajo nombres supuestos. Incluso cuando Wesenthal descubre el verdadero nombre de un individuo queda el problema de localizar a ese hombre en cuestin. Muchas de las fichas de su archivo llevan un interrogante o las palabras "paradero desconocido", lo que recuerda aquellos tiempos en que el correo dirigido a los judos de Alemania era devuelto al remitente con la misma indicacin. El Centro de Documentacin de Linz pronto fue famoso en toda Europa. Informes y testimonios, cartas y preguntas, hechos y cifras llegaban procedentes de muchos pases. Los israeles dieron a Wiesenthal su lista de criminales nazis reclamados. Pero la ms valiosa lista de nombres que contiene hasta ahora procede de la misma SS. Un da de

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1961, un antiguo "cliente" le ofreci a Wesenthal una Dienstalterliste (lista de servicio) con los nombres de 15.000 hombres de la SS, rango, condecoraciones, observaciones especiales y lugares de servicios comprendidos. De aquellas listas slo haban sido impresas cuarenta, una para cada uno de los cuarenta Gauleiter o jefes de zona nombrados por Hitler en la Europa nazi. Existan rdenes estrictas de destruir las listas al terminar la guerra. El "cliente" de Wesenthal logr hacerse con una de ellas gracias a la confusin que sigui al da de la Victoria en Europa, le dijo a Wiesenthal que necesitaba dinero y le pidi quinientos dlares por el librito. Wiesenthal le compr la lista y no lo lamenta. Posteriormente, varios de los hombres por l descubiertos pretendieron no haber pertenecido jams a la SS. Pero no pudieron seguir negndolo cuando Wiesenthal les seal sus nombres en la lista. La financiacin de lo que a los peridicos les gusta llamar "la red Wiesenthal, es fuente interminable de especulacin entre los "clientes" y aquellos que no ven con buenos ojos su actividad. Insinan que varios gobiernos y el siniestro poder del "capitalismo judo internacional estn tras l. La verdad es menos fascinante. Al contrario que algunos agentes secretos de novela, Wiesenthal no vive de caviar y champaa Dom Prignon. Cuando abri su Centro de Documentacin en 1947, contaba con cierto nmero de entusiastas colaboradores que trabajaban sin retribucin alguna y l a su vez reciba cincuenta dlares mensuales como contribucin voluntaria del doctor A. Silberschein, antiguo miembro del Parlamento polaco que resida en Ginebra. Wiesenthal complementaba su escasa remuneracin escribiendo artculos y con otros trabajos suplementarios. A pesar de que a principios de 1950 la Alemania Occidental acord pagar indemnizaciones a los judos por sus prdidas, Wiesenthal se neg durante aos a solicitar la restitucin a que tena derecho por haber perdido su hogar, su negocio y todas sus propiedades durante l rgimen nazi. No poda acostumbrarse a la idea de aceptar dinero de los alemanes. Al fin, Wiesenthal decidi aceptarlo, pero dijo que gastara la mitad de la suma en financiar el Centro de Documentacin. Emple en verdad ms de la mitad de lo que ha venido recibiendo desde 1958, en que cobr el primer pago. Los gastos habidos en unos diecisis aos de trabajo en el caso Eichmann los ha pagado de su bolsillo. En 1961, despus del juicio de Eichmann en Jerusaln, la Junta de Comunidades Judas de Austria acord financiar un Centro de Documentacin en Viena y le pidi a Wiesenthal que se hiciera cargo del mismo. Del presupuesto fijado en 400 dlares, l se reserv 150 dlares como sueldo mensual y dedic el resto a alquiler, personal de oficina, telfono y correspondencia. La subvencin mensual le fue retirada al ao siguiente, cuando Wiesenthal, con su proverbial franqueza, critic duramente la poltica de la Junta. As, que otra vez pas a contar con slo lo que l posea. Entonces fund la Federacin de Vctimas Judas del Rgimen Nazi, cuyos doce mil miembros contribuyen en la actualidad con pequeas aportaciones mensuales. A medida que su trabajo fue siendo mejor conocido, comenzaron a llegarle contribuciones voluntaras de forma altamente irregular. Un hombre envi un pequeo cheque desde Australia "porque su abnegada tarea le haba conmovido el corazn". Un anciana de Nueva York le envi dos dlares: "Me pasar dos semanas sin ir al cine, querido seor Wiesenthal, pero usted sabr emplear mejor mi dinero". En una pequea poblacin americana, un rab recogi 18 dlares de los dieciocho miembros de su congregacin. (En hebreo, como las cifras vienen expresadas por letras, la cifra "18" equivale a "chai", que significa "vida".) La mayor contribucin, un cheque de 1.000 dlares, le vino de un desconocido de Calcuta. Varias comunidades judas de la Alemania Occidental contribuyen con donativos de vez en cuando. Los holandeses han establecido una Fundacin Wiesenthal especial en los Pases Bajos, donde su trabajo ha llamado grandemente la atencin. Y existen Centros de Documentacin en Bruselas, Frankfurt, Johannesburgo, Miln, Munich y Turn. Todos los donativos se depositan en una cuenta bancaria y todos los pagos han de ser autorizados por cuatro representantes de un Comit que supervisa el trabajo del Centro de Documentacin. En los ltimos aos, las actividades del Centro se han ampliado considerablemente. El presupuesto mensual es ahora de 1.500 dlares. Wiesenthal se encarga personalmente Pgina 10 de 226

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de todo trabajo de importancia. Le ayudan dos secretarios y un colaborador que habla y escribe doce lenguas, cuida de los ficheros, siempre en aumento, y maneja una mquina Xerox de alquiler. El mayor gasto mensual lo constituye la factura de telfono. Wiesenthal detesta un lugar donde no haya telfono. Gasta unos 150 dlares al mes en conferencias, generalmente porque es de vital importancia poner a las autoridades sobre aviso de las andanzas de un nazi reclamado por la ley, antes de que los amigos del hombre en cuestin den el soplo de que Wiesenthal le sigue las trazas. Wiesenthal ha aprendido que la informacin que se vende es pocas veces digna de crdito. A veces le ofrecen informacin secreta sobre el paradero de prominentes nazis que se esconden. Esas ofertas proceden de personajes en la sombra, ex nazis que pretenden haber conseguido informacin interna o de famosos abogados y hombres de negocios. Wiesenthal, por lo general, se muestra muy escptco respecto al valor de semejante informacin. Adems, dice, las sumas que le piden siempre son demasiado elevadas para el presupuesto con que cuenta. Sigue teniendo todava ayudantes que no cobran nada y cuyos gastos de viaje, largos a veces, l tiene que cubrir. Respecto a nuestras finanzas hay que hacer resaltar cuatro hechos dice Wiesenthal. Primero: el Centro de Documentacin no cuenta con entradas regulares. Procuro tener el suficiente dinero en el banco para ir tirando por lo menos seis meses ms y cuando la cuenta ha bajado mucho, les pido a mis amigos que recauden fondos. Segundo: ningn gobierno ni agencia gubernamental nos dio jams un cntimo. Tercero: no recibimos ningn dinero de Israel, donde deben emplear grandes cantidades en sus propias investigaciones de los crmenes nazis, pero desde luego entre nuestras agencias mantenemos relaciones amistosas y de colaboracin. Cuarto: no recibimos ningn dinero de lo que algunos de mis "clientes nazis llaman "capitalismo judo internacional'. Las necesidades de Wiesenthal son modestas. Vive con su esposa en un piso pequeo, ve a pocas personas fuera del despacho y pasa la mayora de las noches en casa llevando su correspondencia privada, estudiando libros y archivos sobre su tema favorito. De vez en cuando hace una visita a su hija nica, casada y que vive en Holanda. Tiene un Ford pequeo, no bebe y slo fuma cuando est nervioso. Hace unos aos empez a coleccionar sellos de correos para descansar de su trabajo, pero incluso este pasatiempo se convirti en algo til pues en una ocasin atrap a un SS que negaba haber estado en Polonia en una poca determinada presentndole un sobre con los correspondientes sellos de correos, dirigido a la familia del hombre en cuestin en l que la fecha era perfectamente legible. El hombre fue arrestado. Aunque Wiesenthal tiene la impresin de que ha contribuido en gran manera en el despertar de la conciencia publica de Austria y Alemania, existe un grupo de individuos entre los cuales tiene la impresin, con raras excepciones, de que poco puede hacer en este sentido. Son sus "clientes" los que fueron SS y rabiosos miembros del Partido. Despus de repetidas conversaciones con ellos y aos de estudio y observacin, Wiesenthal ha llegado a la conclusin de que en su gran mayora "o no tenan conciencia desde un principio o consiguieron suprimirla por completo". Se libraron de la conciencia como otros se libran del apndice. "Befehl ist Befehl (rdenes son rdenes). El Fhrer daba las rdenes y ellos las cumplan. Los alemanes tienen una expresin para esa clase de obediencia: "Kadavergehorsam" (la total obediencia del cadver). El concepto de "Befehlsnotstand" (rdenes necesariamente ineludibles) es aceptado muchas veces como circunstancia atenuante por jurados alemanes o austracos. Pero esos jurados nunca exigen prueba alguna de que si el acusado se hubiera negado efectivamente a cumplir la orden, hubiera puesto en peligro la vida. Semejante prueba no existe. Algunos hombres se negaron a cumplir la orden criminal y fueron encarcelados o enviados al frente. Los que de entre ellos sobrevivieron, tienen hoy la conciencia, tranquila. El ao pasado Wiesenthal conoci a Alfons Gorbach, el que fue Canciller Federal de Austria, un catlico que se pas muchos meses en el campo de concentracin de Dachau. Gorbach se quej de que Wiesenthal "abra nuevas heridas. No estoy seguro de que sea bueno lo que usted viene haciendo dijo l que fue

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Los Asesinos Entre NosotrosCanciller. Wiesenthal admiti que l tampoco estaba seguro.

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Quiz la historia decidir si hice bien o no le contest. Pero s creo que es necesario. Quiere usted que sus hijos y los hijos de sus hijos se hagan hombres y otra vez se emponzoen con teoras de que razas inferiores han de ser exterminadas como basura? Es que no quiere usted inmunizarles haciendo que conozcan la verdad? Creo que los jvenes de Alemania y Austria merecen la oportunidad de vivir sin sentimiento de culpabilidad. Los jvenes saben que sus mayores les fallaron. Sus maestros no les ensearon los hechos histricos poco populares. Sus padres prefieren callarse porque esperan que dentro de poco "todo se habr olvidado". Pero usted sabe, Herr Kanzler, que la verdad tiene curiosos modos de resurgir en momentos poco apropiados. Hablo a veces con los jvenes y veo que se estn volviendo inquisitivos. Han odo y ledo mucho sobre "esas cosas". Yo creo que tienen derecho a saber. Wiesenthal se hizo cargo de los misterios que la mentalidad nazi encierra, pronto despus de terminada la guerra al venirle a mano ciertas cartas que SS de servicio en campos de concentracin, escriban a sus esposas. Recuerda una carta de un Fhrer de la SS que describa como cosa normal que su unidad haba sido destinada a rellenar un hondn: una bomba rusa haba abierto un gran crter en Umn, cerca de Kiev, Ucrania. Los matemticos de la SS calcularon que los cuerpos de mil quinientas personas llenaran un crter de aquel tamao, por lo que se procuraron metdicamente ese "material de construccin" ejecutando mil quinientos judos, hombres, mujeres y nios y echando sus cadveres en el crter. Los cuerpos fueron cubiertos con tierra y tela metlica y el agujero qued como nuevo. Todo ello era descrito sin emocin alguna y con gran precisin tcnica. En la misma pgina de la carta, el SS preguntaba por las rosas de su jardn y le prometa a su mujer tratar de hallar una criada rusa "que sepa cuidar crios y guisar". Lo escriba como si estuviera refirindose a que aquellos exterminadores le haban limpiado el piso mientras su mujer estaba de vacaciones dice Wiesenthal. He ledo otra carta en la que un SS describe cmo mataban a nios judos recin nacidos arrojndolos contra la pared y a rengln seguido preguntaba si su hijito est ya bien del sarampin. Es difcil comprender tal mentalidad. Recuerdo el verano de 1941, cuando los SS llegaron a Lww, primero vallaron parte de la ciudad vieja para convertirla en ghetto y a continuacin levantaron los adoquines dejando las calles como un cenagal. Formaba parte de un mtodo sistemtico de crear condiciones de vida infrahumanas. En los das de lluvia, no se poda cruzar la calle sin que el barro llegase hasta el tobillo. Resultaba imposible mantener limpia la propia persona. Debamos de tener aspecto de animales o de fantasmas de otro mundo. Y en los das peores, Fhrers de la SS y oficiales del ejrcito, se acercaban acompaados de algunas mujeres al ghetto en sus grandes coches, y nos miraban y se rean y sacaban fotografas de aquella rara especie de Untermenschen (infrahombres). Enviaban las fotografas a sus hogares y todos decan: "Fjate cmo son esos judos. Al Fhrer le sobra razn, ni siquiera aspecto humano tienen". Al igual que el cirujano que ve por primera vez al paciente cuando se lo llevan a la sala de operaciones, tambin muchas veces Wiesenthal ve por primera vez a los hombres que l ha perseguido y entregado, a la justicia, slo en la ltima fase de su operacin, es decir, en el juicio en que comparece como testigo o simplemente como interesado espectador. Trabaj en el caso Eichmann durante unos diecisis aos y lleg a saber ms cosas sobre Eichmann de las que l mismo Eichmann hubiera deseado recordar. Sin embargo, slo le vio por primera vez en Jerusaln, al iniciarse el juicio. En 1945, cuando diecisis aos antes comenz a recoger material contra el hombre acusado de ser primariamente responsable de "la solucin final del problema judo", Wiesenthal viva en una habitacin realquilada del nmero 40 de la Landstrasse, de Linz, Austria, ciudad donde Adolf Eichmann haba tenido su hogar. Cuatro casas ms all, exactamente en el nmero 32 de la Landstrasse, se hallaba la casa donde Eichmann vivi en su juventud. Varias veces al da Wiesenthal tena que pasar ante aquella puerta por la Pgina 12 de 226

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que tantas veces entrara y saliera Eichmann y siempre que lo haca se notaba la boca un poco seca y una sensacin de opresin en la garganta. Un da, el capitn americano para quien trabajaba, le dijo que iban a registrar la casa de Eichmann y le pidi que fuera con ellos. Wiesenthal se neg: No hubiera podido ni tocar el pomo de la puerta dice. Todava hoy siente una fuerte repugnancia hacia el contacto fsico con sus "clientes". Despus de la guerra, cuando buscaba criminales de la SS en varas crceles y campos de detenidos, supone que, sin saberlo, estrechara manos de asesinos, y slo de pensarlo siente angustia. Pronto despus de la guerra, cuando Wiesenthal trabajaba para varias agencias americanas, acompaaba a oficiales americanos en sus recorridos y en diversas ocasiones tuvo que arrestar personalmente a SS acusados de crmenes. Vea en sus ojos la misma expresin que tantas veces haba visto en los ojos de los judos arrestados por la SS. Pero Wiesenthal percibi una notable diferencia: algunos de los superhombres de la Gestapo y la SS, se ponan de rodillas y pedan clemencia, cosa que los judos nunca hicieron. Wiesenthal haba visto ir a la muerte a muchos judos. En su mayora tenan miedo, en algunos haca presa el terror de modo que los dems tenan que sostenerles. Unos rezaban y otros lloraban. Pero nunca suplicaron por sus vidas. No es de extraar que Wiesenthal sea objeto de gran antipata entre los que fueron miembros de la SS y por tanto su seguridad sea motivo de preocupacin para sus amigos. Se ha visto numerosas veces amenazado y otras varias atacado. En una ocasin, se le meti un hombre en la oficina con un cuchiUo, Wiesenthal cogi el tintero y se lo lanz a la cabeza con tal estruendo que sus colaboradores corrieron a su rescate. Con el fin de molestarle, han recurrido a toda clase de annimos, como los dirigidos a "Cochino Judo Wiesenthal. Viena." Otros se especializan en llamadas telefnicas hasta el punto de que en cierta poca lleg a recibir tantas amenazas nocturnas, que pidi a las autoridades tuvieran su lnea en observacin. Un individuo que se vala de telfonos pblicos, fue detenido y condenado a dos meses de crcel. Wiesenthal considera esas amenazas annimas como riesgo obligado de una arriesgada profesin y adopta para con enemigos que son lo suficiente cobardes como para no darse a conocer, una actitud filosfica. Mis amigos me aconsejan que ande con cuidado cuenta Wiesenthal. Ello es como decirle a un hombre que vaya con cuidado al subir a un avin. Qu puede uno hacer por la segundad personal, despus de abrocharse el cinturn? El que tiene miedo al avin, que no lo tome. Si yo me preocupara mucho de esa clase de amenazas, no podra trabajar. En septiembre de 1965, Wiesenthal fue informado por un peridico de que en una conferencia de la WUNS (Unin Mundial de Nacional-Socialistas) habida en Southend, Inglaterra, un alemn llamado Friedrich Lang haba puesto el precio de 120.000 dlares a su cabeza. La polica austraca abri una investigacin y pidi detalles a la embajada britnica en Viena. Con anterioridad, un agente de polica que se haba infiltrado secretamente en la conferencia de Salzburg habida entre los diversos grupos neonazis, inform que varios Kameraden de mediana edad haban sugerido a los camaradas ms jvenes "acabar con ese Wiesenthal". Por un tiempo, la casa y oficina de Wiesenthal se vieron custodiadas por coches de patrulla y un polica guardaespaldas le acompaaba a todas partes. Pero a propuesta de Wiesenthal, los neonazis fueron informados por va indirecta de que sus planes haban sido descubiertos y ello puso fin al incidente. En otra ocasin, era en 1962, llegaba Wiesenthal al aeropuerto de Viena procedente del extranjero y se encontr con el mensaje de que llamara inmediatamente a su domicilio. Fue un amigo quien contest, dicindole que aguardara en el aeropuerto porque l ira inmediatamente a su encuentro. No, no pasa nada, Simn le advirti el amigo. Pero es mejor que me aguardes en vez de ir t solo a casa.

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Cuando el amigo lleg al aeropuerto, explic a Wiesenthal que aquella madrugada., a las tres, su mujer haba recibido una llamada annima. Una voz femenina le haba dicho: "Seora Wiesenthal, si su marido no deja de rastrear el pasado, mis amigos se apoderarn de su hija y no la volver a ver con vida". Colg el auricular sin aadir ms. La seora Wiesenthal, antes de sufrir el colapso, tuvo tiempo de advertir a un amigo. ste llam a la polica y a un mdico. As, que la seora Wiesenthal estaba en cama con un pequeo ataque cardaco, pero pronto se repondra, le dijo el amigo que haba querido prevenir a Wiesenthal para que al llegar a su casa no se encontrara de buenas a primeras con lo ocurrido. Al llegar a casa, vi en la acera de enfrente a un hombre vestido de paisano contaba Wiesenthal. M mujer dorma, gracias a un sedante que le haba dado el doctor y yo tom a nuestra hija y la retuve mucho tiempo entre mis brazos. Luego entr en mi habitacin y sintindome muy desgraciado apoy la cabeza en mis manos. Por primera vez en mi vida dudaba, no sabiendo si seguir adelante, si tena derecho a proseguir. No me importaba correr el riesgo que fuera pero no poda exponer a mi familia. Adems, no haba hecho ya bastante durante todos aquellos aos? Servira de algo proseguir las bsquedas?. Por muchos nazis que atrapara, siempre quedaran muchos ms sin castigo. Razon mucho rato conmigo mismo aunque sabiendo qu decisin acabara por adoptar: yo tena que seguir. Recuerdo que con la cabeza entre las manos me deca: "No puedo dejarlo. No puedo. Simn Wiesenthal cuenta que su peor problema es hallar testigos dignos de crdito que declaren con exactitud respecto a fechas y lugares. Inslitamente en su propia vida, tropez con esa misma dificultad mucho antes de haber odo hablar de campos de concentracin o de nazis. Naci el 31 de diciembre de 1908 "una media hora antes del fin de ao", segn afirmaba su madre. La comadrona inform debidamente del nacimiento al registro civil de la ciudad de Buczacz, situada en lo que era por aquel entonces la zona ms oriental del Imperio Austro-hngaro. Cuando le hizo falta, Wiesenthal sac certificado de nacimiento, pasaporte y todos esos documentos que las personas nacidas en aquel lugar del mundo necesitan siempre para probar que existen. Cuando entr en quintas a los dieciocho aos, en 1926, Galitzia se haba convertido en una parte de la independiente Polonia y Wiesenthal se present a las autoridades del ejrcito polaco: por ser estudiante universitario, se le concedi la prrroga de costumbre. Al ao siguiente, dos policas se presentaron para arrestarle por intento de escapar del servicio militar. Wiesenthal dijo que deba de haber algn error ya que se haba presentado y le haba sido concedida la prrroga. El polica le contest que no haba error ninguno porque tenan pruebas de que haba nacido el 1 de enero de 1909, no se haba presentado en 1927 como deba y ahora resultaba ser prfugo. Wiesenthal descubri que despus de su nacimiento, su abuelo materno lo haba registrado, pero no como nacido el 31 de diciembre de 1908 sino haciendo constar como fecha la de 1 de enero de 1909, porque imagin que aquella, media hora no tendra importancia y quera que su nieto fuera l primer nombre del libro de 1909, creyendo que ello iba a traerle suerte. Pero en vez de suerte trajo considerables dificultades a Wiesenthal: las autoridades polacas le dijeron que sus documentos personales podran ser declarados no vlidos, es decir, que l no existira a no ser que pudiera probar que haba nacido, como pretenda, el 31 de diciembre de 1908. Un magistrado polaco dijo a Wiesenthal que tendra que presentar dos testigos que hicieran una declaracin jurada respecto al da de su nacimiento. Por primera vez en mi vida tuve que hallar dos testigos que recordaran con exactitud de minutos algo que haba sucedido casi veinte aos atrs. Comenc la bsqueda y hall efectivamente dos vecinos que vivan en Buczacz en el piso contiguo. Por suerte recordaban aquella noche porque siendo Nochevieja haba gran animacin y la comadrona les dijo que en el piso de al lado, los Wiesenthal haban tenido un nio. Uno de los testigos incluso recordaba que la comadrona haba entrado antes a apagar las luces de la medianoche y de que todos se desearan mutuamente "un feliz Ao Nuevo. El otro testigo recordaba que haba abierto una botella de vodka para beber a mi salud. Aquello convenci al magistrado, arregl el asunto y mi cumpleaos fue oficialmente Pgina 14 de 226

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reconocido. Pero, y si no hubiera sido Nochevieja, sino una noche cualquiera, y no hubiera habido fiesta alguna? En Buczacz, poblacin de nueve mil habitantes, vivan seis mil judos y tres mil polacos. Las 3.500.000 personas de Galitzia incluan 1.700.000 ucranios (llamados tambin rutenos), 1.000.000 de polacos y 800.000 judos. Los polacos y los judos residan en los centros urbanos, los ucranios en el campo y no haba lazos de afecto entre ellos. El padre de Simn Wiesenthal, prspero comerciante, negociaba, entre otros artculos, en azcar, y de nio a Simn le encantaba ir al almacn y construir casas y castillos con terrones de azcar. El joven Simn hered una gran tendencia al misticismo, todava patente en su pensamiento y palabras, de su abuela materna, mujer profundamente religiosa, que gustaba de llevar al pequeo Simn en sus visitas al famoso wunder (milagroso) rabino a quien ella peda bendijera el nio. Todava recuerda Wiesenthal el viaje hasta el famoso rabino de Czortkov que viva en una gran casa de campo rodeado de las casas de sus discpulos. Wiesenthal no recuerda al piadoso varn pero en cambio nunca podr olvidar aquella pequea ventana del tico, a travs de la que vea el rostro de un hombre al que la abuela llamaba "el silencioso''. Al parecer, un da aquel hombre tuvo una discusin con su mujer y exclam: "Ojal te quemaras viva!. Aqulla misma noche, la casa ardi y la mujer muri vctima de las llamas, El hombre, bajo el peso de su culpabilidad, se fue a ver al rabino, quien le orden no volviera a pronunciar palabra en lo que le quedaba de vida y rezara para obtener perdn. Dos veces al da llevaban comida al "silencioso" en su pequea habitacin del tico. Durante aos, Simn senta un escalofro recorrerle la espina dorsal cada vez que pensaba en el "pecador silencioso" de al otro lado de la pequea ventana. Cuando Simn tena seis aos estall la primera Guerra mundial. Su padre, oficial de la reserva del ejrcito austraco, se incorpor a su unidad y, como muchos otros padres, no volvi jams de la guerra. Fue muerto en accin en 1915, el ao en que los cosacos del zar llegaban a Buczacz en sus veloces y pequeos caballos. Los aterrorizados habitantes judos ya saban lo que les aguardaba, pues muchos procedan de Rusia, donde los pogroms estallaban siempre que se produca cualquier dificultad interna y convenia distraer la atencin de los ciudadanos dejndoles azotar judos y saquear sus tiendas. Muchos judos emprendieron su xodo hacia el oeste, primero a Galitzia, luego a Alemania, finalmente hacia la Europa Occidental y Amrica. A finales de 1915, la madre de Wiesenthal se llev a Simn y a su hermano menor a Viena, todava capital de la monarqua de los Habsburgo, donde ste asisti a la escuela. En 1917 los rusos se retiraron de Galitzia y muchos judos regresaron, entre ellos los Wiesenthal, pues despus del armisticio, y por espacio de tres meses, la Galitzia oriental fue Repblica Independiente de la Ucrania Occidental. Luego, el ejrcito polaco la tom y el pueblo de Buczacz devino polaco durante casi dos aos, hasta la guerra polaco-bolchevique que comenz en 1920. Para los habitantes de Buczacz, las interminables guerras significaban continuas idas y venidas de tropas y constante temor. Nos levantbamos por la maana sin saber bajo qu rgimen estaba el pas recuerda Wiesenthal. Yo iba entonces al instituto y cuando nos preguntaban quin estaba en el poder, tenamos que mirar el retrato que colgaba de la pared encima de la mesa del profesor, porque una semana era el de un bolchevique, a la siguiente de un ucranio y luego fue el del mariscal polaco Psudski. Los bolcheviques detuvieron a todos los "burgueses", y exigieron se pagaran rescates por ellos. Mi abuela, como otras mujeres judas, tuvieron que limpiar el vestbulo del instituto que los rusos haban convertido en establo. Las tropas bolcheviques eran malas pero las bandas de caballera ucranias eran peores an, atravesaban la poblacin montados en sus pequeos caballos, como cosacos, saqueando, violando, matando. En una ocasin, dieron a los judos de Buczacz tres horas como ultimtum para reunir y entregarles trescientos litros de schnaps (aguardiente) para las cinco de aquella tarde o de lo contrario prenderan fuego a todas las casas judas. Wiesenthal recuerda vivamente cmo la gente iba de un sitio a otro Pgina 15 de 226

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intentando obtener el licor y cmo por la noche, los ucranios se emborracharon y anduvieron recorriendo calles. Las gentes de Buczacz cerraron las puertas de sus casas y se pusieron a rezar. Al cabo de un par de das empez a faltar la comida, pero a las mujeres les daba miedo salir de casa y la madre de Simn envi al chiquillo, que tena entonces doce aos, a pedirle a un vecino un poco de levadura para poder hacer pan. Cuando Simn cruzaba, corriendo, la calle, un ucranio le persigui montado en su caballo y juguetonamente le dio con el sable en un muslo. El nio sufri un colapso y tuvieron que llevarlo a casa. Llamaron un mdico, que lleg a la casa a travs de stanos y patios traseros y le cosi la herida. Wiesenthal tiene todava una gran cicatriz que le cruza la parte superior de un muslo. En el instituto, Wiesenthal se enamor de una bonita morena, compaera de curso, juda como l, llamada Cyla Mller. Eran slo dos adolescentes, pero pronto se dio por sentado que Simn y Cyla se casaran un da. En 1925 la madre de Wiesenthal se volvi a casar y la familia se traslad a Dolina, poblacin de los Crpatos, donde su padrastro tena una pequea fbrica. Simn pasaba all siempre las vacaciones, pues le encantaba el campo, le gustaba montar a caballo, recorrer los bosques. Haba decidido que quera ser arquitecto y despus de terminar sus estudios en el instituto, intent ingresar en la Universidad Tcnica de Lww, Polonia, pero fue rechazado ya que haba muy restringido nmero de plazas para estudiantes judos. Wiesenthal pas los cuatro anos siguientes en Praga, donde estudi en la Universidad Tcnica Checa y pas all los aos ms felices de su vida. Era muy popular entre sus compaeros como estimulante polemista en reuniones estudiantiles y como achispado maestro de ceremonias en actividades sociales. Tena excelente memoria para las historias divertidas sazonadas con mmica y talento para la stira. Su humor era particularmente del gusto de sus amigos no judos a quienes encantaba la profundidad y oculta irona de sus historias. Cuando iba a pasar las vacaciones de Navidad y Pascua a su casa, se pasaba toda la noche en el tren con sus amigos contando historias, y al llegar estaba tan ronco que apenas poda hablar. En 1936 se cas con Cyla Mittter y abri su despacho de arquitecto, especializado en bellas residencias. Su agradable interludio dur hasta agosto de 1939 en que Alemania y Rusia firmaron un Pacto de no agresin y acordaron repartirse Polonia. El 1 de septiembre, los alemanes comenzaron su blitzkrieg (ataque relmpago) invadiendo Polonia por el oeste, y dos semanas despus el ejrcito rojo lleg a Lww y otra vez Wiesenthal se encontr "liberado" como anteriormente tambin lo haban liberado rusos, ucranios y polacos; pero los ltimos "libertadores" se haban trado consigo la NKVD, su polica de seguridad, que se dedic a arrestar a los judos "burgueses", comerciantes y propietarios de fbricas, as como a la "intelectualidad": mdicos, abogados y profesores. El padrastro de Wiesenthal fue llevado a una prisin sovitica donde no tard en fallecer, y su madre fue entonces a vivir con l y su mujer. Su hermanastro, comerciante de Stanislav, fue detenido y posteriormente ejecutado por los rusos, que fusilaron a todos los prisioneros al retirarse ante el avance de los ejrcitos alemanes. A muchos "burgueses" judos les dieron pasaportes de los llamados "Prrafo 11" que los converta en ciudadanos de segunda clase, exentos de privilegios, prohibindoles residir en las grandes ciudades o a menos de cien kilmetros de una frontera. Perdieron los buenos empleos y sus cuentas bancarias fueron confiscadas. Dando pruebas de ser un hombre de muchos recursos en difciles circunstancias, Wiesenthal soborn a un comisario de la NKVD y consigui pasaportes normales para l, su mujer y su madre. Pocos meses despus, todos los judos en posesin de pasaportes "Prrafo 11" fueron deportados a Siberia, donde muchos de ellos murieron. Los Wiesenthal consiguieron quedarse en Lww; pero los das de independiente arquitecto se haban acabado y se dio por satisfecho de poder conseguir un empleo mal pagado de mecnico en una fbrica de somiers. Veintids meses despus del Pacto germanoruso de no agresin, el 22 de junio de 1941, Hitler invadi la Unin Sovitica. A los ocho das, las ultimas unidades del ejrcito rojo salan de Lww y los primeros uniformes alemanes aparecan en las calles de la poblacin; los llevaban las tropas auxiliares ucranias, hombres que se haban pasado de Pgina 16 de 226

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la Unin Sovitica a Alemania y que haban hecho la instruccin all. Celebraron su regreso a Lww con un pogrom que dur tres das y tres noches. Cuando hubo terminado la matanza, haban sido asesinados unos seicientos judos. La tarde del domingo 6 de julio de 1941, Wiesenthal, escondido en el stano de su casa, estaba jugando al ajedrez con un amigo suyo llamado Gross. A las cuatro, un polica auxiliar ucranio que hablaba yiddish 5 vino a arrestarles y les llev a la prisin Brigdki. Unos cuarenta judos, abogados, mdicos, profesores e ingenieros, aguardaban en el patio en cuyo centro haba una gran mesa con botellas de vodka, salchichas, zakusky (especie de entrems polaco), fusiles y municiones. A los judos se les orden que se pusieran en fila, cara a la pared, con los brazos cruzados detrs del cuello. Junto a cada hombre haba una caja de embalaje vaca. Un ucranio empez a disparar por el extremo izquierdo de la fila y fue haciendo blanco en el cuello de cada uno de los hombres. A cada par de disparos, se iba hacia la mesa, beba un sorbo de vodka y tomaba un poco de zakusky, mientras otro hombre le daba otro fusil. Dos ucranios echaban cada cuerpo en su correspondiente caja de embalaje y se las llevaban. Los disparos y los gritos de agona se acercaban a Wiesenthal y recuerda que miraba la pared gris sin verla. De pronto sonaron las campanas de la iglesia y una voz ucrania grit: "Basta! A misa vespertina!. Cesaron los disparos. Los superviventes temblaban, mirndose unos a otros con ojos incrdulos. Quedaron vivos unos veinte judos que fueron llevados a dos grandes celdas donde un ucranio les quit los cinturones y los cordones de los zapatos. Los judos se echaron en catres y en el suelo. Wiesenthal pensaba en los cadveres de las cajas y casi les tena envidia. Al fin logr dormirse. Luego, slo recuerda un foco y una voz polaca: "Pero* qu hace usted aqu, seor Wiesenthal?". Wiesenthal reconoci a uno de los capataces que haba trabajado con l en la construccin, un hombre llamado Bodnar, que en aquel momento llevaba traje de paisano y el brazal de polica auxiliar ucrania. !Tengo que sacarle de aqu esta misma noche! le dijo Bodnar al odo. Ya sabe lo que van a hacer maana por la maana. Wiesenthal le pidi que ayudara tambin a su amigo Gross, que tena a su cargo una madre anciana. Bodnar tuvo la idea de decirles a los ucranios que haba descubierto "dos espas rusos entre los judos: as, les daran una paliza, ellos lo admitiran todo, firmaran una declaracin y luego Bodnar dira que se los llevaba al comisario ucranio de la calle de la Academia. Wiesenthal y Gross recibieron una buena paliza. Wiesenthal perdi aquella noche dos dientes delanteros, pero tras una serie de subterfugios, a la maana siguiente llegaban a casa. Aquel perodo de relativa libertad, no le dur mucho a Wiesenthal. Pocas semanas despus, los alemanes decretaron que todos los judos deban abandonar sus viviendas y trasladarse a un ghetto recin establecido en la parte vieja de la ciudad. Un da, un SS lleg al piso de Wiesenthal con una prostituta polaca a la que pregunt si el lugar le gustaba. "S, no est mal, contest ella. Una hora despus, los Wiesenthal se marchaban dejando todas sus cosas all. Despus de pasar unos meses en el ghetto, Wiesenthal y su mujer fueron llevados al vecino campo, de concentracin de Janowska pero su anciana madre qued en el ghetto. A finales de 1941, Wiesenthal y su mujer fueron enviados del campo de concentracin a un campo especial de trabados forzados de la OAW (Obras de Reparacin del Ferrocarril del Este). La ofensiva alemana contra la Unin Sovitica estaba en pleno apogeo y la linea de suministro vital a travs de Polonia, tena que mantenerse abierta. La seora Wiesenthal fue enviada al taller de locomotoras donde desarroll su gran

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1 yiddish: lengua mixta germanohebraica o judeoalemana usada por los judos de Europa y Amrica.

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habilidad en limpiar metales y nquel, A Wiesenthal se le orden que pintara el smbolo de la esvstica y el guila en las locomotoras rusas capturadas. Luego ascendi a pintor de seales, respetada profesin en l rgimen de quien haba sido pintor de seriales. En un da de mucho fro estaba Wiesenthal pintando al aire libre cuando su jefe superior, Heinrich Guenthert, se lleg junto a l. Wiesenthal no tena guantes y sus manos estaban azules de fro. Guenthert empez a charlar y le pregunt a qu escuela haba ido. Wiesenthal, sabiendo que los miembros de la intelectualidad juda tenan prioridad en las listas de exterminio, dijo a Guenthert que a una escuela de comercio. Un polaco que estaba all lo desminti, afirmando que Wiesenthal era arquitecto. Guenthert pregunt a Wiesenthal por qu haba mentido, no saba acaso que a los embusteros la Gestapo los liquidaba? Wiesenthal lo admiti, y Guenthert, uno de los hombres decentes, pareci impresionarse. De ahora en adelante, dijo, Wiesenthal iba a trabajar en el interior como tcnico y delineante. Hasta principios de 1942, las condiciones de vida en Lww fueron soportables, pero despus de la "Solucin final del problema judo" adoptada por Hitler en la conferencia de Wannssee6 y despus del asesinato del jefe de la Gestapo Reinhard Heydrich en Lidce, Checoslovaquia el 28 de mayo de 1942, una ola de terror azot a la Europa ocupada por los nazis. En agosto, miles de judos fueron enviados de la estacin de ferrocarril de Lww a los campos de exterminio que por entonces fueron establecidos en Polonia. Wiesenthal tuvo que contemplar, incapaz de hacer nada, cmo los SS atestaban de mujeres judas ancianas los vagones de carga: cien mujeres por vagn. Dejaron los vagones tres das al implacable sol de agosto con las mujeres suplicando un poco de agua: una de ellas era su madre, de sesenta y tres aos de edad. Wiesenthal jams volvi a verla. Luego supo que haba muerto en Eelsec, La madre de su esposa iba a ser, poco despus, fusilada en las escaleras de su propia casa por un polica ucranio. Hacia septiembre de 1942, la mayora de miembros de ambas familias haban muerto. Wiesenthal no tena noticias del plan de Hitler para la "Solucin final del problema judo" pero no le caba duda de que ms tarde o ms temprano todos iban a morir, y si bien no abrigaba esperanzas de salvar su vida, quera salvar a su mujer porque pensaba que, siendo rubia, bien podra pasar por polaca. Wiesenthal tena amigos en la clula de la Resistencia polaca que actuaba dentro de las Obras de Reparacin y que planeaban hacer saltar la estacin del empalme de Lww, lo que iba a crear serias dificultades a la mquina de guerra alemana. Wiesenthal pens que quizs l pudiera serles til en el proyecto, ya que, como tcnico, gozaba de relativa libertad y poda circular por las vas. Haba dispuesto su oficina en un pequeo barracn de madera donde en secreto empez a dibujar mapas del empalme, sealando todos los puntos posiblemente vulnerables. Wiesenthal habl de su mujer al grupo de guerrilleros, y una noche un hombre llamado Zielinski la sac subrepticiamente de las Obras de Reparacin y se la llev a su piso. Luego un arquitecto de Lublin llamado Szczepanski cuya firma constructora haba trabajado en diversos proyectos para ferrocarril, estuvo de acuerdo en esconder a la mujer de Wiesenthal, hacindola pasar por "hermana" suya, en su casa de Lublin, donde ella se hara cargo de sus hijos. Pero despus de haber pasado unos meses en aquella casa, alguien la denunci a los alemanes y un da le advirtieron de que los hombres de la Gestapo iban camino de la casa. Huy a tiempo y se volvi a Lww. Una noche, un amigo de la Resistencia dijo a Wiesenthal que su mujer le aguardaba al otro lado de la alambrada. Wiesenthal corri al solitario paraje, donde pudo cogerle las manos a travs de la valla, y ella le dijo apresuradamente que iba a pasar all dos noches con la anciana que limpiaba los lavabos de la estacin, pero que luego tendra que marcharse. Wiesenthal le contest que volviera la noche siguiente y que para entonces tendra pensado algo. Por la maana Wiesenthal fue a ver a sus amigos de la Resistencia y les propuso un trato: darles todos los mapas que haba dibujado en secreto si conseguan proporcionarle a su mujer papeles falsos, trabajo y un lugar donde alojarse. Los de la Resistencia cerraron el trato y por la noche, Wiesenthal, al reunirse de nuevo con su mujer en la6

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Ver, en Apndice, Conferencia de Wannsee.

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alambrada, le dijo que tomara el primer tren para Varsovia donde un hombre la estara esperando. Iba a convertirse en "Irene Kowalska", le daran trabajo y lugar donde vivir. (La seora Wiesenthal vivi en un piso de Varsovia con la esposa del poeta polaco Jerzy Lee sin que ninguna de las dos descubriera que la otra era tambin juda.) Wiesenthal dijo a su mujer que se mantendra en contacto con ella por mediacin de un hombre llamado Szatkoivski, de Lww. Le bes las manos a travs de la alambrada y se qued all hasta que el rumor de las pisadas de ella se extingui. Wiesenthal recuerda las Obras de Reparacin como isla de salvacin en un mar de locura. Los cincuenta oficiales alemanes bajo el mando de Heinrich Guenther se comportaban correctamente tanto con los polacos como con los judos. El inmediato superior de Wiesenthal, el Obersinspektor Adolf Kohlrautz era, como Guenthert, un hombre excepcionalmente bueno. Ambos, descubrira posteriormente Wiesenthal, tenan opiniones secretamente antinazis, Kohlrautz lleg hasta permitir a Wiesenthal que escondiera en su despacho dos pistolas que haba obtenido clandestinamente. De entre los polacos, muchos de los que fingan ser ardientes colaboradores, eran miembros de la Resistencia. El 20 de abril de 1943 quincuagsimo cuarto cumpleaos de Hitler, fue un da soleado con un toque de primavera en el aire, Wiesenthal haba, estado levantado desde el alba pintando carteles alusivos a Hitler y esvsticas para la gran celebracin de la SS en las Obras de Reparacin. El y dos ayudantes judos acababan de dar los ltimos toques a un gran cartel: WIR LIEBEN UNSEREN FHRER (Amamos a nuestro Fhrer) cuando el Unterscharfhrer de la SS, Dyga, que proceda de Silesia y cuyo nombre pareca polaco, quiso demostrar con su brutalidad, que era ms alemn que los alemanes. Dijo a los tres hombres que se vinieran con l y stos, dejando los pinceles, salieron a la luz del sol. El Oberinspektor mir a Wiesenthal desolado, alzando los hombros en un gesto de desesperacin. Al parecer haba tratado de detener al SS pero no lo haba logrado. Dyga les escolt hasta un campo de concentracin situado a tres kilmetros. Por la calle, la gente ni se atreva mirarles: Wiesenthal se preguntaba si sera aquella la ltima vez que anduviera por la ciudad. En el campo de concentracin muchos de los SS guardas, continuamente se emborrachaban pues tenan schnaps gratis y queran olvidar las malas noticias del frente. Aquello ocurra pocos meses despus de Stalingrado y los SS tenan miedo de ser pronto enviados al este. Dyga recogi ms judos prisioneros de los cobertizos y talleres, llevndose el grupo entero a un lugar conocido como der schlauch (la manguera) y les dijo que aguardaran. Ahora Wiesenthal ya saba lo que iba a suceder. La manguera era un corredor de un metro ochenta de ancho entre dos alambradas que separaban el campo interior del resto de la instalacin. Al final de la manguera estaba el arenal que era donde tenan, lugar las ejecuciones. La manguera era sinnimo de muerte: ninguno de los prisioneros que haba pasado por ella haba vuelto. Unos veinte hombres y unas pocas mujeres aguardaban en el interior de la manguera. A la mayora de ellos Wiesenthal los reconoci: eran catedrticos, abogados, maestros, mdicos, los restos de la intelectualidad del campo. Aguardaban en silencio. Nadie hablaba. Nadie preguntaba "por qu?". No haba "por qu", slo "porque". Los SS iban a ejecutar a unos pocos judos para celebrar el cumpleaos del Fhrer. Apareci una media docena de SS con una ametralladora y a los prisioneros les dijeron que avanzaran manguera adelante, de dos en dos. Wiesenthal se acuerda de cmo andaban: Cada uno de nosotros iba andando, cada cual a solas consigo mismo, con sus propios pensamientos. Cada uno era una isla de soledad. Ese era nuestro privilegio y sa nuestra fortaleza. Una pesada lluvia de abril comenz a caer cuando llegaron al arenal, que tena unos dos metros de profundidad y quiz cuatrocientos cincuenta metros de largo. Haba unos pocos cuerpos desnudos de anteriores ejecuciones. Cuando una seccin de la fosa se haba llenado, los SS cubran de arena los cadveres y procedan a la ejecucin siguiente.

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Haba un gran camin junto a la- fosa con el motor en marcha y a los judos les dijeron que se quitaran todas las ropas, que las pusieran en montonctos y que los cargaran en el camin. Luego, las ropas y los zapatos de los judos seran distribuidos entre los pobres en Alemania por las caritativas damas de la NS Volkswohlfahrt (organizacin de beneficencia nacional socialista). Los pobres cantaran alabanzas de su Fhrer y se pondran los trajes y los zapatos de los judos exterminados. El camin se march. Wiesenthal cont treinta y ocho hombres y seis mujeres. Les dijeron que formaran una sola fila y que se colocaran al borde de la fosa. Wiesenthal vio al SS Kauzer alzar su fusil. Ahora la lluvia arreciaba ms pero no lo suficiente como para ahogar los gritos de los agonizantes. Maquinalmente, Wiesenthal cont los disparos: uno, dos, tres, cuatro, cinco. Hubo una pausa. Uno de los hombres haba cado al suelo, no dentro de la fosa. Un SS se adelant y arroj el cuerpo al hoyo. Seis, siete, ocho, nueve. Wiesenthal no quera seguir contando. De pronto, no saba de dnde, le lleg un silbido y una voz que pareca alcanzarle atravesando el tiempo y espacio: Wie-sen-thal! Y luego otra vez, ms de cerca: Wiesenthal! Esta vez prest automticamente atencin y se oy decir: Aqu! Le dijeron que se diera la vuelta. Medio cegado por la lluvia vio el rostro de otro SS, el Rottenfhrer Koller, que le dijo le siguiera. Kautzer, el que llevaba a cabo las ejecuciones, se les qued mirando asombrado: haba ido hasta all para matar a cuarenta y cuatro personas, no a cuarenta y tres. Kotter le dijo que le volvera a traer a Wiesenthal y que prosiguiera su cometido. Yo me tambaleaba como si estuviera ebrio recuerda Wiesenthal. Koller me dio dos bofetadas y eso me devolvi a la tierra. Retroceda a travs de la manguera, desnudo. Detrs de m, el ruido de los disparos prosigui pero dejaron de orse mucho antes de que llegara otra vez al campo. El camin de los cuarenta y cuatro montones de ropas estaba parado frente al pabelln de ropas. A Wiesenthal le dijeron que cogiera su traje y zapatos "sin tocar los dems montones". Luego le escoltaron otra vez a las Obras de Reparacin, donde Koller lo entreg al Oberinspektor Kohlrautz. Aqu tiene a su hombre le dijo Koller mirando suspicaz a Kohlrautz, Muy bien dijo Kohlrautz. A Wiesenthal le necesitamos. Esos carteles tienen que acabarse para la fiesta de la tarde y ademas necesitamos otro cartel grande con una esvstica, letras blancas en fondo rojo, en el que se lea WIR DANKEN UNSEREN FHRER (Damos gracias a nuestro Fhrer). Koller se fue y Wiesenthal se qued a solas con Kohlrautz. Durante un rato fue incapaz de hablar. Kohlrautz le dijo que haba llamado por telfono al jefe de campo pidindole que le devolviera urgentemente a Wiesenthal. Me alegro de que no fuera demasiado tarde, Wiesenthal le dijo sonriendo. Ahora que lo pienso, hoy no slo es el cumpleaos del Fhrer: es el suyo tambin. En la actualidad, muchas veces Wiesenthal cita los ejemplos de Guenthert y Kohlrautz para sostener sus argumentos contra la culpabilidad colectiva alemana. Guenthert era miembro del Partido nazi pero al mismo tiempo un hombre reflexivo que tena infinitas discusiones con los SS por negarse a tratar a los trabajadores forzados como a infrahombres. En una ocasin Guenthert despidi a dos miembros de su personal porque haban maltratado a polacos y judos. Ahora Guenthert es oficial de los Ferrocarriles Federales de la Alemania Occidental de Karlsruhe y l y Wiesenthal se ven de vez en

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cuando y hablan de los aciagos das de antao. En diciembre de 1965, Wiesenthal invit a su amigo a la boda de su nica hija: Cuando un hombre como Wiesenthal invita a un alemn a que se una a su familia, me siento honrado dijo Guenthert. Guenthert dice que se fij en Wiesenthal de entre los prisioneros "porque siempre andaba con la cabeza alta y me miraba directamente a los ojos. Los SS decan que Wiesenthal era un impertinente. Yo no se lo discut pero admito que me impresion la erguida actitud del hombre y aquella reflexiva expresin en los ojos como en un convencimiento de que algn da los alemanes tendran que responder de todo aqullo". Kohlrautz era tambin un nazi pero comparta con el jefe su desprecio por la SS. Entre Kohlrautz y Wiesenthal haba un tcito lazo de simpata mutua. Kohlrautz respetaba al parecer la callada dignidad de Wiesenthal y su pericia tcnica. En realidad, muchas veces haba presentado bajo su nombre, dibujos tcnicos hechos por Wiesenthal y le demostraba su gratitud fingiendo que ignoraba que Wiesenthal hubiera escondido armas en su propio cajn de la mesa del despacho. Con frecuencia Kohlrautz contaba a Wiesenthal lo que haba odo en las prohibidas ondas de la BBC y tambin haca llegar comida furtivamente a la madre de Wiesenthal que estaba por entonces en el ghetto. Muchas veces los dos hombres mantenan discusiones polticas en el despacho particular de Kohlrautz cuando estaban a solas. Una vez Kohlrautz le dijo: S que se cometen crmenes en los campos de concentracin y algn da los alemanes tendrn que dar cuenta de ellos. Despus de la guerra, Wiesenthal descubri que a principios de 1944, Kohlrautz haba sido transferido al frente. Muri en la batalla de Berln. Demasiados alemanes honrados murieron porque se les orden luchar en las batallas de Hitler. No intentaron evadirse porque lo consideraban su deber dice Wiesenthal. Y tambin demasiados SS y miembros del partido sobrevivieron porque eran cobardes pues la SS libr una cmoda batalla sin riesgos en los campos de concentracin contra indefensos hombres, mujeres y nios. A finales del septiembre de 1943, se orden que los judos prisioneros que haban venido trabajando hasta entonces en las Obras de Reparacin, fueran enviados cada noche bajo vigilancia al campo de concentracin y Wiesenthal pens que no se le presentara otra oportunidad mejor de escapar. Kohlrautz le permita muchas veces ir a la ciudad a comprar material de dibujo y como Wiesenthal iba en tales ocasiones acompaado de un polica ucranio, pens que si lograba deshacerse del polica, el resto no sera difcil. Un amigo polaco de la Resistencia, Romn Uscienski, haba prometido darle albergue en su piso durante unos das y una muchacha polaca que trabajaba en las Obras de Reparacin le dijo que poda estar escondido en la casita que sus padres tenan en el pueblo vecino de Kulparkow. Aquetta maana (Wesenthal recuerda muy bien la fecha: 2 de octubre de 1943), pidi a, Kohlrautz un pase para ir de compras a la ciudad. Kohlrautz me mir: sabia muy bien lo que yo pensaba hacer. Era un tipo admirable. Unas semanas atrs me haba dicho: "A qu espera, Wiesenthal?". Sin decir nada extendi los pases, uno para m y otro para mi amigo Arthur Scheiman, antiguo director de circo. Luego Kohlrautz se fue de la oficina diciendo que iba a buscar un polica. Rpidamente saqu las dos pistolas de la mesa de su despacho. Kohlrautz volvi con un ucranio de mirada estpida que haba llegado a Lww haca muy poco y no conoca la ciudad. Al llegar a la puerta me di la vuelta y mir atrs. Kohlrautz alz la mano derecha como dicindome adis. Wiesenthal y Scheiman fueron a una papelera que tena dos entradas y saliendo por la trasera se libraron del polica. Luego se dirigieron al piso de Uscienski, donde celebraron la fuga. Scheiman se fue con su mujer, una ucrania que iba a tenerlo escondido, y Wiesenthal se fue a Kulparkow donde pas un mes en el tico de la casa de los padres de la muchacha. Ella iba a visitarle y le cont que la mujer de Scheiman

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trabajaba de costurera y que el marido tena que pasarse las horas en que trabajaban las costureras, escondido en el armario guardarropas, y escuchando su charla ruidosa. Wiesenthal permaneci en el tico agradablemente y con tranquilidad hasta que una noche la madre de la muchacha acudi muy excitada diciendo que los SS haban liquidado el campo de concentracin, matando a tiros a la mayora de prisioneros, pero que unos pocos haban logrado escapar y ahora los alemanes andaban registrando el campo. Le dijo que tendra que marcharse de all. l sali de la casa y decidi intentar ponerse en contacto con Scheiman. Los ocho das siguientes fueron tan malos como el campo de concentracin recuerda Wiesenthal. Scheiman y yo nos pasbamos el da agazapados en taburetes bajos, metidos en la mitad izquierda del gran armario que tenan en la casa. La otra mitad estaba abierta, llena de vestidos. La polica entr dos veces en aquella habitacin pero al ver la puerta del armario abierta, se volvi a marchar. El aire era irrespirable y tenamos miedo de que nos diera un acceso de tos ya que ademas de las costureras, a dos metros de all las clientes de la seora Scheiman se probaban los vestidos. Al cabo de una semana, nos trasladamos al hogar de unos amigos que vivan en los bajos de una casa vieja y como el suelo era de tierra cubierta de tablones, sacaron los tablones y cavaron en la tierra hasta lograr un hoyo lo bastante profundo como para esconder a dos hombres agachados, con sus armas y papeles. Entre stos haba un diario que Wiesenthal llevaba al da y una lista de guardas de la SS y sus crmenes que Wiesenthal haba reunido, pensando de que un da podra ser til. La casa fue registrada muchas veces pero a Wiesenthal y a Scheiman siempre los avisaron con tiempo de desaparecer en sus "tumbas". Uno de estos amigos nuestros, polaco, pona sobre stos los tablones, con uno muy grande encima. La noche del 13 de junio de 1944 cundi la alarma en la calle: un soldado alemn haba sido muerto a balazos. Los SS y la polica secreta polaca registraban las casas buscando armas escondidas. Wiesenthal estaba en su "tumba" en cierto modo despreocupado, cuando oy fuertes pisadas de botas en la habitacin. De pronto cesaron y al minuto siguiente los tablones que tena encima, haban desaparecido. Dos policas polacos cayeron sobre l y Scheiman, lo sacaron de all y lo empujaron contra la pared mientras un SS recoga su diario y la lista de SS. Lo llevaron a la comisara de polica de la plaza Smolki. Cuando llegaron all, l llevaba an su pistola encima pero tuvo la suerte de que uno de los policas polacos se la encontrara y se la quitara, probablemente para venderla en el mercado negro, pues si un alemn le llega a encontrar con la pistola encima, lo habra matado en el acto. De la plaza Smolki, Wiesenthal fue llevado directamente al campo de concentracin. Slo haban sobrevivido unos pocos judos: sastres, zapateros, fontaneros, artesanos que los SS necesitaban. Wiesenthal saba que despus de leer su diario y la lista de los torturadores de la SS con detalles especficos, la Gestapo tendra suficientes pruebas como para colgarlo diez veces. La noche del 15 de junio, dos hombres de la crcel de la Gestapo vinieron por l. Uno era el Oberscharfhrer Oskar Waltke, quizs el hombre ms temido de todo Lww, individuo corpulento de fros ojos grises y pelo rubio rojizo. Se diriga a los prisioneros llamndoles Kindchen (queridos nios) y con una sonrisa de burla. Waltke, un sdico fro y maquinal, tena a su cargo la Seccin de Asuntos Judos de la Gestapo de Lww. Su especialidad consista en hacer que los judos provistos de papeles falsos, confesaran que eran judos, torturando a sus vctimas hasta que admitan serlo, y entonces enviarlos al campo de ejecucin. Torturaba tambin a muchos que no eran judos hasta que declaraban serlo, slo para poder acabar de una vez. El nombre de Waltke figuraba en la lista privada de Wiesenthal que Waltke debi seguramente de estudiar con gran inters. Wiesenthal saba que Waltke no iba a limitarse a ordenar que lo ejecutaran sino que primeramente le sometera a su muy especial trato. Cuando llevaron a Wiesenthal al oscuro patio donde el camin de la Gestapo aguardaba, se sac de un puo de la camisa la hoja de afeitar que haba mantenido escondida. Adentro, Kindchen, rpido! dijo Waltke. Pgina 22 de 226

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Con dos movimientos bruscos Wiesenthal se cort las dos muecas. Subi al camin y perdi el conocimiento. Al volver en s, estaba en el hospital de la prisin de la Gestapo, en una celda que comparta con un SS alemn y un ucranio, desertores ambos. Un mdico de la SS le dijo a Wiesenthal que tena el privilegio de ser el primer judo a quien cupiera el honor de ser atendido en la prisin del hospital. Herr Oberscharfhrer Waltke haba dado rdenes especiales de que se activara la recuperacin de Wiesenthal dndole caldo, hgado y verduras para poderle interrogar pronto. Waltke compareci pocos das despus para contemplar a su "protegido". No era necesario llegar a eso, Kindchen -le dijo-. No somos monstruos. Anda, procura ponerte bueno para que podamos charlar t y yo francamente, de corazn. Por la noche, cuando sus compaeros de celda estuvieron profundamente dormidos, Wiesenthal llev a cabo otra tentativa de suicidio, esta vez intentando ahorcarse con el cinturn atado a la ventanilla de la celda. Pero sus vendadas muecas estaban entumecidas y cuando se subi al asiento del retrete para pasarse el cinturn alrededor del cuello sinti vrtigo y cay. Sus compaeros de celda despertaron y llamaron a los guardas, que ataron a Wiesenthal a su catre. Desisti de sus intentos de quitarse la vida. El 16 de julio le dijeron que al da siguiente, a las nueve de la maana, le llevaran ante Waltke. No pudo dormir en toda la noche. Se oan descargas, y aviones en lo alto. Sus compaeros de celda dijeron que los rusos se acercaban. Al alba, la puerta de la celda se abri y a todos los prisioneros les dijeron que salieran al pato. Haba muchos prisioneros en fila y en el centro del patio una mesa con montones de carpetas. Detrs de la mesa, al lado de Waltke, Wiesenthal vio a un SS llamado Engels, que estaba sentado con las piernas cruzadas, dndose golpecitos en la pierna derecha con un ltigo. Tomaba una carpeta, llamaba un nombre y un prisionero deba avanzar hacia la mesa. Engels examinaba someramente la carpeta, casi sin mirar al prisionero, deca algo a Waltke y sin dejar de darse golpecitos en la pierna, sealaba hacia la derecha con el pulgar y el grupo de prisioneros que estaba a la derecha se haca cada vez mayor; polacos, rusos, ucranios y calmucos que haban sido sentenciados a muerte. Cuando pronunci el nombre de Wiesenthal, Waltke dijo a Engels: "Es el. Engels dedic a Wiesenthal una mirada llena de inters y dijo: "Ajaj, antes de despacharle con el pulgar hacia la derecha. Probablemente bamos a ser enterrados en masa en una gran fosa recuerda Wiesenthal. Mir a los dems como se mira en el avin a los compaeros de viaje, pensando: "Si se estrella, sos van a ser mis compaeros de muerte". Al otro lado del patio vi un grupo de judos. Me hubiera gustado que me enterraran con ellos, no con polacos y ucranios. Pero cmo llegar hasta all? De pronto se oy un largo silbido y una explosin hizo estremecer el patio. Desde la calle Sapiesha subi una nube de fuego y de humo. Las carpetas de encima de la mesa volaron y quedaron esparcidas por todo el pato, y se produjo una confusin terrible. Cruc corriendo el pato y pas al grupo de judos. Un minuto despus un SS nos haca subir al camin y nos llevaba al campo de concentracin de Janowska. Los empujaron hacia una casamata de hormign. Al cabo de unas horas, los judos fueron llevados ante el Hauptsturmfhr