seounda parte poda de fructificaciónredondean, tomando un matiz especial. de aqus nace el que en...

46
SEOUNDA PARTE Poda de fructificación Yara la mejor comprensión de las ezpliea- ^iones que vayamos danda sobre esta intere- sante, modalida^d de la po^da, vamos a definir ,y eonocer los diferente^ órganos de que se com- pone la rama de un árbol frutal cualquiera, con su nomenclatura especial que constantemente ^ amos a emplear. Dos grandes divisiones pueden estableeerse nn los árboles frutales par lo que se refiere a ^su fructificación, dada la distinta manera qu^e tienen de efectusrla, de la que se deriva tam- ^ién una necesidad diferente de ejecutar en ellos la poda. Esta^s dos agrupaeiones pueden denominarse : f rutos de pepáta y f rutos de hueso. La parte a^érea de un árbol se cornpone de tronco, ramas gruesas d.c ar^azón, ramaa,s f r^ute- ras, ramas fruíeras yn.^xtas, chupanes, ojos o yemas, cla^rdos, botones de flor, lamiburdas, cha- La.scas y botsas.

Upload: others

Post on 28-Mar-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

SEOUNDA PARTE

Poda de fructificación

Yara la mejor comprensión de las ezpliea-

^iones que vayamos danda sobre esta intere-sante, modalida^d de la po^da, vamos a definir

,y eonocer los diferente^ órganos de que se com-pone la rama de un árbol frutal cualquiera, con

su nomenclatura especial que constantemente^ amos a emplear.

Dos grandes divisiones pueden estableeersenn los árboles frutales par lo que se refiere a

^su fructificación, dada la distinta manera qu^e

tienen de efectusrla, de la que se deriva tam-^►ién una necesidad diferente de ejecutar en

ellos la poda. Esta^s dos agrupaeiones puedendenominarse : f rutos de pepáta y f rutos de hueso.

La parte a^érea de un árbol se cornpone de

tronco, ramas gruesas d.c ar^azón, ramaa,s f r^ute-ras, ramas fruíeras yn.^xtas, chupanes, ojos o

yemas, cla^rdos, botones de flor, lamiburdas, cha-

La.scas y botsas.

-46-

El tronr,o o tallo es la parte gruesa. y conaisten-

te del árbol, del que nacen las ramas gruesas de

arnxczóu.. Eate tronco unas veces se prolonga.

formando la guía del árbol, y otras se le poda a.

cierta altura para ser ramificado.

Las ram¢s de armuzán son las de orden ae-

cundario que nacen a intervalos més o menoa

regulares del troneo, y a las que se les imprime-una direoeión determinada, como en las eapalde-

ras de dietínto género, o ae las deja en easi abao-

luta libertad en las formas de todo viento.Rmma.s f ruteras ^y ram<rg mixtas son las que

nacen en lae anteriorea, o sea en laa de armazón,

debiendo proeurarse que broten abundantemente

fiunque sin estorbarse. Las primeras o aea laafruteras, son aquéllas que sólo tienen produceio-

nes para fruto, que ya eaaminaremos eon deta-

lle, y las segundas ae componen de produceíones

para madera y para fruto.Los ohupones son brotea vigorosos e infértiles

que nacen en puntos de gran afluencia de savia

que se detiene; eneima de una rama; en un codoo curva, etc. Ya veremos lo que eonviene hacer

con ellos en la poda.

EI ojo o ye^ma nornw^ es el germen de dondenace el árbol, pues generalmente y por natura-

leza, tienen tendencia a brotar a madera. Es un

-87-

pequeño cuerpo redondeado y puntiagudo, decolor moreno, constituído de escamas, que se

cubren entre sí, y que guardan el germen queantea meneionamos. Nace en la azila de una

haja y es so°litario en los frutales de pepita, y

doble y haata xriple en los de hueso. Esto apa-

rentemente, pues, de ordinario, a una yema

aeompa"nan botones de flor, uno o dos.

>^os ojos o yemas pueden sea también estigrK-lares. Son^muy peqneños, apenaa visiblee, y se•

encuentran eituados uno a cada lado del ojo

nermnl. Ya veremos, en su Iugar, el partido que

se puede sacar de estas yemas estipulares en la.formación de árbolea frutales.

También ezisten los que se llamau ojos laten-

tes, que no se desarrollan el mis,mo año de su

formación, aino que permanecen, a veces, vaaios

años sin brotar, hasta que una acumulación de^

savis produoida por un seecionamiénto o una.

entalladura, eneima de'ellos, les obliga a mani-

faatarse y.par.tir_a madera...San utilísimoa estos.

ojos para restableeer y restaurar el armazón de^los árboíes, ohteniéndose de ellos auevos brotes,.

con relativa facilidad, snbre todo, en los frutales.

de pepita, pues en los de hu^eso se atrofian muyfrecueatem^ente.

- E8 -

l^íuchas ^ojos eJt4xn^lares, de qae antes habla-mos, tienen tendeneia a volverse la¢entes.

Los ajos o yema,s en los frutales de pepíta, se

^distinguen perfeetaanente, diferenciándase mu-

cho de los botones de flor. En cambio en los de

hueso cabe confundirlos, y para apreciar su di-

^ereneia hay que eaaminarlos hacia el mea de

^rnarzo, en eixya époea los botone,s se hinehan y

redondean, tomando un matiz especial. De aquS

nace el que en lo^s frutales de hueso se retrase la

•época de la poda, a causa de esta dificultad de

^apreeiarse, durante el invierno, la difereneia en-

Zre 1os botonos de f lor y laa ye+nuas de ryn,a.dera.

A1 cabo de un cierto tiempo, diferente segúnla especie frutal, y otras círcunstancias, los ojosnormales se van hinchando y pueden dejar pasor un brote ;•pero también se convierten en otraproducción frutera llamada dardo, y que no eabtra cosa que un estado intermedio y en tran$-formación, entré la yemá y el botón floral. En^el primer perá^odo o año de desarrollo afeatan1os dardos nna forma puntiaguda o espinosa, y^^an a^compañados de tres o euatro hojas. En eI^egundo año se alargan un poco, les salen arru-gas circulares en su tallo, y ya poaeen de cuatron seis^ hojas. En este estado loa dan^d'as son lla-

- 49 -

mados por algunos botones mixtos, sin, duda porque todavía se hallan • en un momento interme-

dio o dudoso, y pueden brotar a madera, con

una excesiva afluencia de savia, o convertirs^definitivamente en botón de flor, cuando esa

afluencia es pequeña y, por tanto, su desarrollamás lento.

Cuaado el dardo se redondea má+a^ aún, y seadorna con aiete u oeho hojas, podemos dacirque se ha transformado en lo que se denominaLoton de flor.

Si el dardo recibe una cantidad eacesiva desavia, puede partir a madera y malograrse en

cuanto a produeción frutera. Por eso, la poda•

y los despuntes deben hacerse con prudeneiaS conocimiento de causa para que no sucedaósto, pues el objeto es obtener, en un árbol fru-

tal, botonés de flor que son los que nos han dc^dar los frutos. En cambio, si esa poda y esoa

despuntes los praeticamos, llamémosle así, por

defecto, entonees los dardos quedan latentes,años y años, y no conseguimos que se transforraen en botones de flor, fustrándose, tambiénen este caso, lo que vamos buseando, o sea laprodueción de frutos.

El daa^cfo, en realidad, no eaiste más que enlos frutales de pepita, Peral y Manzaaa..

El botón d^e flor no es otra coea que un dardo

transformado, como lo hemoa visto anteriormen-

te, más hinehado y redondeado, eon color más^claro y eaeamas bien visibles. En los de hueso el

Latón de flar es un ojo modificado.Én loe frutalea de pepita el botón de flor

tarda en formaree més de nn añn y da lugar

al na^eimiento de vw^iaa f loras. En loe de huesoel botún de fruto naes en un brote anual, ;o eea

- aobre madera del afio ^precedente, y de cada nno,eale una aola flor.

En lae frutales de pepita, algunos llaman, in-^ distintamente, al botón de flor, lamburda. Otros

^dejan esta denominación para las producciones

frutales muy cortas que nacen directamente de

la rama de armazón, con tallo muy arrugado. Y

otros, por fin, conaervan eeta denominación de

lamb^crda solamente para las produeciones fru-

teras ramificadas en las que sólo hay botones deflor. Todos estos órganoa, de los frntalea de pe-

pita, pueden verse en las figuras que presenta-

mos para el ezamen de la poda trigema y losdiferentes caeos de poda. ^

En el Melocotonero y otros frutales de hueso,

ln producción frutera equivalente a la lamaburda

^es el ram^llets de macyo, qne es muy eorta; çon

^arios botone8 agrupados, y un o9o ds .madara

-a^-

^en la punta. También suele disponer de un ojode n^.¢^lera en la base, en cuyo caso puede venir

áe él el brote de reemplazo, puea sabemos que el

2 ,3

ranaillete de nulyo, una vez que ha dado £ruto,muere y no queda de él más que una materia

-aQ-

inerte e inútil que hay que hacer desaparecer

(figs. 22, 23 y 24, producciones de Melocotón,

C'erezo y Ciruelo).

La chabasca. o bardasca es un pequeño ramo

frutai, delgado y flexible, variando su longitud

de 8 a 25 centímetros, y que lleva un botón de

flor en la punta. Se encuentra bastante en losárboles poeo vigarosos, pero también en varieda-

des con una tendencia mny aeentuada a fruo-tifiear en esta clase de ramillos frutales, como„

por ejemplo en los perales Pasa Crasana, Ama-deo Thirriot y otros. No es buena producción:

frutera, pues da el fruto muy alejado de la.

raraa madré, que es donde se sujetan mejor yson mayores; por lo que algunas chabascas, alga

iargas, se curvan y hasta ae rompen por el peso^

de los frutas. En el easo 84 de los ejemplosque p:esentamos de poda, puede verae una cha-basca bastante curvada por haber tenido un.

grueso fruto en la bolsa. de la punta, y alguna.

de ese mismo árbol se ha Ilegado a partir por su

base.En los frutales de htteso, en el Melocotonero,.

principalmente, se da una produeeión equivalen-

te a la chabasca, que es la cl►̂ fona; pero en ella

todas las manifestaciones son botones de flor,.

en toda su estensíóa, a e$cepción de un ojo a.

- b^ -

madera que puede disponer en su punta. A

^•eces suele tener también una yema a maderaen la base, lo que es muy conveniente, puea de

él ae puede obtener un brote de reemplazo para

el año siguiente, de lo contrario desapareceesta rama frutal al recolectarse el fruto. Se an-

cuentra muy comúnmente la, ukif ona en árbolea

ya viejos, y en punto$ donde el aire y la lua

no penetran bien.La Boi.sa ea un abultamiento carnoao y acor-

chado, en el que han estado eolgadoa los frutospor medio de aua pedúneuloa. A.1 quitarae éatos,

en la recolección, todavfa se notan las mueacas

o puntos de donde pendían los frutos. Las ód-

sas son verdaderos almacenea de produccion^de frutos para los añoa siguientea, pues de eU.as

^an saliendo do^rdos que se oonvierten en boto•

•nes y también chabaecas, y hasta, méa raramen-

te, ra,mma^la.^ de mu•d^era. La bolsa peraiste en elá^rbol mientras vive éate, y ea una produociónfértil que se debe conservar, podk^ndola como en

eu lugar diremos, a vecea, sin embargo convie-

ne quitarla del todo, cuando nace muy alejada

de la baae, y se tienen junto a ésta bobanes def tor bien oonatitnídos. Desde Inego nos referi-moa a los árbolea de pepita, puea en los de hueaono eaiste este órgano de prodnaoión.

Principios de la poda de fruc^ificación

La savia sube de preferencia a las extremida-

des de las ramas vertacades con un mícx^émo d^e

relocidad.

. El horticultor aprovecha esta propiedad para

dejar en la poda las ramas inclinadas y cortar

las verticales, pnes así la savia circula más pan-sadamente en ellas y engordan las yemas infe-

riores y se transforman en botones de flor, que

es la que vamos buscando.A consecuencia del mismo principio se deben

padar más cortas las ramas verticales que lasinclinadas, y en menor proporción aún las ho-

rizontales.Por el conocimiento de esta particularidad

de la savia, podemos obtener y restablecer el

cquils7ir+éo entre dos o más ramas simétricas per-

tsnecientes a un frutal en espaldera ; inelinan-

do el brote que haya adquirido demasiada des-

arrollo para atenuar en él la circulaeión de sa-

cia, y, por el contrario, d'ejar vertical y sin

atadura alguna su simétrico que se desarrollacon poeo vigor, para que así acuda mayor can-

tidad de savia y se desarrolle más y vigorice,

alcan zando a su compa$ero. ,

^^^

La poda de los árboles poeo vigorosos debe ser

eorta; los de medáano vigor se pr^dar^n a un tér-

nti^no meaLio; la podcc de los muy -u^:gorosos debe

ser lan-ga.

Este principia nos da la panta para la poda

en térw.inos generales, sobre lo que luego pun-

tualizaremos más. Muchos, engañados por nna

apreciaeión ligera, en esta materia, hacen locontrario.

Podar corto g desp•uMfa^r largo fu^uorece la e»vi-

sión de +nadera. Podcar largo y despun^!ar corto

favore+ce la em+aádn de, frufo.

Lo primero, debemos practicar en los árbo-

Ies débiles y fértiles. La segundo, en los fruta-

]es vigorosos e infértiles.

I,a munera de f ructif icar de una espectie o vc^riedad, debe ser la g^eda para su poáa.

Nada más eierto; por no conocer el modo defructificar, por ejemplo, de la variedad de Pe-ral, Pasa Crasana, que al no ser vigorosa, sepuede creer conveniente el podarla corta o a

un término media, con lo que se la deja estéril,

pues su tendencia natural es a fruetifiear porrl^abascas, por lo que al podarla a tres ojos, cor-Lamos y echamos por tierra el botán ,floral de la

punta que nos hubiera d'ado fruto.

-i6-

Por tanto, el conocimiento del modo de frue-

tifieación de loa árbolea que tengamos en nuea-

tro predio, ea indispensable para que puedan

Eer sometidos a un buen criterio y nos den

abundante y seleato fruto.

La f ert+lidad está en razón únveraa del vigarác las fru#aies.

8e observa que loB árboles débiles ae po^sen uf ruto mueho antea que loa vigorosoa, y algunos

de éattfa reaultan infértilea a eauaa de au mueho

rigor. La poda y otros medioa de cultivo llegan

t^ eorregir eata infertilidad prolongada; aiem^-'pre a base o bajo la tendencia de debilitarlos.

Las ramdlda.s frwtales situa,das aerea de la bas^,

de las ramas de armazón, rea^7ien menos savia

qu.e ka,s del vértiae.

En virtud de eate prineipio, debem,oa dejar-les a eataa ramillas eituadaa en Ia parte infe-

rior, m5s longitud eu la poda y deapuntarlas

más tarde en verano, para proporcionarlea una

mayor capacida.d de abaoreión y que vengan aPquilibranse con las de loa ezti-emoa auperiorea,

Las ra^n^illa,s fr^wta^les deben aer coria$.

Con eato conaeguiremoa tener loa frutosmás cerca de la rama madre, posiblemente ma-3^orea, puea reciben directamente au alimento,

-á7-

y desde luego, se encuentran más seguroH con-

#ra los embates del viento y otros agentes exte-riores.

Las ramillas frutales deben ser ticnieas.

Es un principio que conviene mucho el obser-

^ ar y que se praetica poco, indudablemente

por ignoranoia. Cuaado tenemos varios bratee

en una ramilla frutal, la savia se distrae en

^,odos ellos y no puede transformar las yema^s endardoa y ésLa^s en óotanes ai^ flor. En cambio, aidejamos uno ^eolo y él la podamo® debidamen-

te, ee .póndrá más fáciimente en fruto. Debemos

elegir el mós débil e inelinado.Adem^s, siguiendo este principio, evitamos

el eaeeso o amontonamiento de ^ramaje, que

hace que 1os frutos no puedan reeibir la luz y

el aire l^^re y abundantemente; lo que se co^n-

Pidera, hoy dia, por los horticultores moderaos,

como una de las mayorea necesidades de enlti-vo para obtener ^rutos belloe, grandea y sau-

carados.

Epocaa de !a Poda

La pode de invxerna o poda an seeo puededecsirse, en términoe generalea, que comienzaeon la ^caSda de la hoja; desde fin de oetubre

hasta fin de marzo. Sin embargo, eomo dentro

úe esas fechas sobrevienen los grandes fríos,

diremos que conviene abstenerse de podar con.

temperaturaa bajas, hielos, eycarchas, nieves,

etc. Si nos viéramos precisados a efectuarla con

temperaturas bajas, eonvendrá dar los cortea

algo dixtanciados de la yema o produecibn fru-

tal, para que estos elementos no gadezcan.

En las regiones frías el momento más favo-rable son los meses dé febrero y marzo, despuéa

de pasados los grandes fríos. En las meridiona-

lea o calíentes pnede empezarse en el mes de

noviembre.

Lo que lievamos dieho es para los frutales

de pepita, entre los que el Manzano puede po-

darse más tardíamente, gracias a su vegeta-

ción también tardía. En cambio, en los fruta-

les de hueso conviene demorar el comienzo de

ia poda hasta que se vea que los botones de

flor se maniflestan y distinguen perfeetamen-

te de Ias yemas de madera. Además de que en

el comienzo de la primavera se curan mejor las

heridas causadas a estos árbolea tan propen-

sos a la enfermedad de la qmna..

TJa viña también se poda muq tarde en log

países algo fríos, pues en los templados, con

- ^9 -

gran ventaja, puede hacerse al principio del

;n^^ierno u otoño.

Yuede comenzarsP la poda por los árboles

^órenes 1T menos vigorosos; seguirse con los

adultos de vigor normal, y dejar para lo últi-

mo los muy desarrollados y vigorosos. Los muy

vigorosos e infértiles se deben podar ensndo

ha comenzado la^vegetación, pues así se les cas-

tiga, debilitándoles, y se lea obliga a elaborar

elementos de fructificación.

Los antíguos, y aun hoy muchos labradorea,

eran muy propensos a creer en una cierta re-

]ación entre las fases de la Luna y el momentomás prapicio para verificar la poda. En un

libro viejo de agricultura que poseemos, pordemás curioso, editado en Madrid el año 1695,

se dice, con respecto a loa cortes que se han dedar a todos los árboles frutales; que debe

hacerse en Luna vieja, así como los que se prac-

tican en los árboles de madera para el fuego;

^ los que se quieren para hojas y ramos, éstos

en el creeiente de Luna.

Hoy día va cediendo eata manícc, y ya loa auto-

res modernos de arboricultura frutal, no men-

cionan para nada la necesidad de snpeditar la

ópoea de la poda a las fa^es de la Luna.

40

Poda /rigema

Esta clase de poda de invierno, llamada tam-bién clásica, es la que más se emplea para elFeral y el Manzano, habiendo sido propuestas propagada por Mr. J. Courtois, destaóadohortieultor fraaeés.

Vamoa a eaponer, sunque sea de un modocondensado, el motivo y fundamento de ella.

Sobre estas dos especies frutales, diee mon-siur Courtois, es más lenta la evolueión de la

floración que sobre las especies de frutos de

hueso. En éstos, la evolución de la yema en

botón de flor tiene lugar en dos años, y ya eltercero, por tanto, dan fruto. En los de pepita,

la yema se transforma en el segundo año endardo, al siguiente en botón de flor, y al subsi-

guiente, o sea el cuarto año, da fruto.

Estas reglas tienen sus e$cepciones sobreciertas varíedades muy floríferas, Ias Decanas

y la Dnquesa, p. e. j., en las que no es raro verEn los brotes del año la elaboraeibn de botones

de flor, que se abren, como en el Meloeotonero,

^l segundo año; sobre todo, el, botón terminal

de las ramas tiene esta tendencia. Y también,

a la raanera de Ios ramu^Zletes de marya de los fru-

- 41 -

tales de hueso, fórmase, en el Peral y el Manza-

no, al segundo año el botón de flor para abrirse

al tercero. Algo pareeido sucede oon las yemas

que nacen en las bolsas; las que al aegundo año

toman el carácter de botones de flor, para frue-

tificar el terce,ro.Otra observaeión hace notar Mr. Courtois,

que vamos a ezponer: fuera de las ezeepeiones,

dica, ya vemos que el botón floral de loa frnta-

les de pepita tarda m.ás en formase que el

^mismo órgano en los de hueso; pero el botón

de flor de las primeras especies, se abre dando

paso a varias flores, mientraa que los botones

florales de los frutales de hueso no contienenmás que una flor, ó Será ésta la razón que obli-

ga a la Naturaleza a tardar más én la elabora-

cibn de unos que de otroaf

Para, mayor ezactitud, al botbn de flor de

ios frutales dé pepita, se le deb^iera denominar

botd» áe flores, en plural, pues da varias, y al

de ^los frutales de hueso, botón de flor, en singn-

lar, ya que sólo contiene una.

Cortes de los bmtes en ld poda ir+gema

En .ouanto a la supresión que hay que haceren las brotee .durante el invierno, Mr. Conrtoia

-4E-

estabiece como prineipio absoluto que debe ]le-

t^arse a eabo a tres ojos o trr,s botones, y no másni menos que a este número.

Przm.er año de poda de un brate de Pera.l o

^(e Manzano. Supongamos que ha nacido un brote^de una yema, por ejemplo, de una rama de pro-longa.c,ibn. La poda de este brote se hará, en in-vierno, sobre tre^s ojoe, el n^ 1 abajo, el nQ 2intermedio, el no 3 en la punta ( fzg. 25, 3 ojos).

Probablemente de estoa tres ojos, el del vérti-

ce o punta, que es el no 3, dará durante el año

un brnte, y los otroa dos, los n°'. 2 y 1, se trans-

formarán en botones máz^os. Lo que eapresadode un modo claro y breve : Zlno para madera,

ctos pcara f ruto.Seqwruto año de poda y cvños s^wbstigutientes. Si

el n^ 3 y el nq 2, se haa desarrollado sueesiva-mente a madera, podar sobre el brote nQ 2, oaea, hacer desaparecer el no 3, para no tener másde un brote en cada raanilla. ^1 ho 1 en este caso,se habrá vuelto botón m.bzto, y ia poda deIbrote nuevo del ojo no 2 se hará a dos ojos vi-sibles, lo que nos dará: ctas ojos y un botón (fig.26).

Si sólo el n4 3, el año preeedents, ha desarro-Ilado un brote, qniere decir que los otros dos,el n^ 2 y el n^ 1, se han transformado en botones

- 4ó -

^ni.ctos; entonces la poda se hará sobre el ojomás bajo de este brote a iuad^^ra no 3, para dar-nos con^o resultante: u^a oju ^ clos botones (fig.?7).

zs 26

zs z9

-4^-

En fin, si,de los tres ojoa, ninguno ha partido

:s madera, es que loa tres se han convertido en:botonea miatoa, luego no hay que hacer poda.alguna (fig. 28).

No hay que decir, que si la ramilla no ha

^desarrollado más que dos botones (fig. 29), oan botán finico (fig. 30), taanpoco habrá neceai-^iad de haaer poda de ninguna elase.

Eat^aa seia figuras repreaentan las aeia rami-11aa-tipo del Peral, que aerán las miaa^a para el:Manzano:

Deapuéa de la pada, todas las ramillaa del:árbol, ain éacepcibn, entrarán forzoeamente en

aino de eatoe seis tip^ :14 - R^amilla con 3 ojoa

^ 20 - - - 2 - y 1 botbn .39 - - - 1- y 2 botonea40 - - - 3 botonea5° - - - 2 -

60 - - - 1 boton

Ninguna otra Qombinaeión ea poaible, Puera

Kle eatoa seis tijoa, eon la poda trigema a tres^ajos o b^tonee.

Cuandó uno de esos botonea miatos, o sea^dardoa, se ha tranaformado en botón de flor,^ee puede podar enoima de él, porque encierra,^eon su ramillete de florea y en la base de éate,

-4b-

gérmenes de ojos nuevos que irán convirtiéndo-

se en otras aucesivae produccionea fruteras.

Como vemos, Mr. Courtoia propone de u^

modo inflexible la poda trigema.; pern noeotros,.un poco máa tolerantea, creemoa que para la ma-yoría de loe peralea y manzanoa es un promedio,el de taea ojoa o produeciones fruteras, muyaceptable ; pero que para árbolea vig+oroaos ymáy vigoroaos, esa eifra conviene ampliarla acuatro y haeta eineo ojos, y que en frutalespoco vigorosos, débilea y fértilea, pudiera enea^jar mejor la poda a dos ojos solamente.

Ogvera^oionea dMa-ante el perádo vegetdtiao

o de verano

Las operaciones de verano son como preceden^

tea y preparatorias de la poda de invierno, gmuy eonvenientea.

Entre eatas operaeionea descuella cemo la máaprineipal, el despw»te; que ĉonaiste en eascar laparte herbáeea de los brotea con loe dedos, lo

qne podrá haeerse teniendo el brote entre los.dedos fndice y medio y doblarlo con el pulgar

hasta que ae rompa el brote. La parte tenue^

que ae ha ineliuado, ^ae rompe neta como uncristal.

•- 46 -

IIap quien propane una longitud uniforme

para efectuar e1 despunte ; cuando han llegado

loa brotes a 20 ó 25 centímetros, lo que dicen que

corresponde a 5 buenas hojas. Se entiende por

buenas ojaa, aquéllas que tienen en su aaila una

qema bien determinada, pues las hojas de la

base no gnelen eontarse, porque no tienen ojos

aparentes, y por eso se las llama también ín-

fértiles.Otros, en cambio, fnndándoee en qne no totlas

las variedades de frutales tienen a la misma

distancia los ojos, ereen más conveniente refe-rirse al número de ajos, o también, más usual

todavía, a un cierto núméro de hojas, pues sa-

bemos que en la a$ila de eada hoja hay unayema u ojo, y así proponen eI despunte a ocho

hojaa, y otros a cuatro o cin^co, y en la époea

^en que todavía los brotos tienen sns pnntas en

•estada herbáceo.Nosotros ereemos que la necesidad del des-

punte en más o menoa hojas, a partir de la baae,

^debe snpeditarse al estado de desar^ollo de los

ojos o elementos de fructificación que se en-

cnentran en Ia parte inferior deI brote qne se

qniere despuntar. Si se ve que eatos ojos no

tienen apenas desarrollo, despuntaremos a 4 y

^haeta a menor número de hojas. Si advertimos

- 47 -^

que esos ojos se hallan bastante abultados, ^-,

Qobre todo, si se han formado en dardaq, seremos

más prudentes y despuntaremos dejando en

los brotes de 6 a 8 hojas.

Se comprenderá que si en la base del brote

i,enemos' uno o más dardos, y nos empeñamosen despuntar corto, la savia acudirá eacesiva-mente a esas producciones fruteras y les obli-garemos a brotar- a madera, fustrando la for=maeióa o transformación "de esos dardos en bo-^onea de flor; que es lo que debemos atender,pues de ellos obtenemos los frutos.

La p^od.a en verde o de verano

Esta poda ee practica prineipalmente en el

Melocotonero; pero también tiene su aplicaciónen los-frutales de pepita. Cuando nna rama fru-

i,era ha desarrollado varios brotes, se hace lasupresión de todos ellos menoa el más bajo, el

que se poda a dos hojas. Con esto conseguiremos

que la savia no se gaste en balde, sino que seareehazada abajo, con beneficio de los ojos o dar-

dos de esa parte de la iama frutera.

En el easo d^e que un brote de una rama fru-tera haya tomado un desarrollo inusitado, y

que en su base haya nacido un nuevo brote,

-48-

convendrá podarla, aproaimándonos al referi-

do brote, o sea encima de él, que vendrá a reem-

plazar al primitivo brote demasiado desa-

rrollado.

Ia pcáa sobra las arruga^c

$e opera en los árboles de pepita con aoto-

ria ventaja. Be eortan en mayo, jnnio y.julio

r+obre laa arragas de los dardos que han parti-

do a madera, y sobre las arrugas también de

las pequeñas ramas frateras de varios años. En

esas arrugas ezisten pequeños ojos latentes e•

invisibles que a causa de esta poda de aproai-

macibn, se transforman en dardos el misma aña

de la poda, y en botones de flor o fruto para

el año aiguiente. ^

A continuacibn presentamos una serie de

casos de poda del Peral, que serán como a ma-

nera de pr^etiea de cuanto llevamos dieho.

lo Una rama frutal can dos dardos, dos bra-tes y una chabascm. - Dejar el brote mhs cerca-no a la base, podándolo a un ojo; quitar porcompleto el otro brote y la chabasca. Quedantres elementas: áos cáardos y un ojo (fig.. ^1),..

3y

3f

`?^ Rarrua f rutad con un dardo ,y un brote. -

I'od^^r el hrote sobre dos ojos y tendremos tam-

bién tres elementos: un dardo y dos ojos. Desto-

conar (fig. 32).

- 52 -

39 Ra»ua fru^taal, bifurc¢d¢, con tres dardos,

uno muy d.esarrotl¢dv. - Podar por encima del

más alto de ellos, quedando por tanto, tres dmr-dos, de los que, el más bajo, tiene probabilidadesñe ser botán de flor ( fig. 33).

40 ^ama, svn nvnguna proc^cción f r^ctal y con

dos bra2es. - Podar el más cercano a la base a

^cn ojo vísible, y el otro a dos ójos. Aunque algo

^mpropiamente, a esta poda la Ilaman a g¢mr,hv.

^Quedan ^en la ramilla tres ojos ( fig. 34).

5o Rama f ruta^ con un botón de f lar en la

T^ase, y otras praducciones mízs arriba. - Poda

cie aproximación sobre dieho botón, que está bien

determinado. Así produeirá un magnífico fruto,

sin nada que le pueda robar savia, ni arriba ni

abajo ( fig. 3b).

6p I.ambwrda con siete botones de flor, bien

^determtinados, y tres brvtes. - Dejaremos dos

botones de flor solamente, los más cercanos a la

rase, haciendo una enérgica poda de aprogima-

ción. De esta manera, laa dos botones de flor no

quedarán latentas, como pudiera haber sucedi-

do al dejar todas y la cabeza de mimbrera que

ae ha ido formando ( fig. 36).

-- 54 -

35

?^ Ramilla frutal con un dardo en la base,

otro en una bolsa, y de esta m-isma un brote de

madera. - E1 brote de madera lo podaremos a

un o,jo, rebaj^^remos o refrescare^nos la lio^lsa y

unit^aretrio^ t.r^rune^^. ^^^o>: ^lu^^^hn ^Ins rlurcios Y

z^.n o,jo (ii^. 3i).

57

R° Ch^abasca lar^a cora cl,os clardas cn sic tallo,

ury^^a ^^-a^n bofsa c•rr^ s^i ^^tr.nt^a, z^ en elta otra cl^trdo

y rcna. c.h.aLasc+¢ r..irrta. -- F.sta chabasca larga hatenido frutos, en la bolsa^, advirtiéndose todavía

tina curvatura por el peso de los mismos, y lasmuescas o puntos de donde pendían los pe-diínenlos. Gomo ]as dos ^l^rclos están más cercade la. base, }^ más ahajo todavía ^ñalan sit pre-sencia, dos pequeños ojos, no hay inconvenien-

1e en podar sobre el da^rdo más alto, con lo

^qne conseguiremos que alguno de los dos se

^acabe de t,ran^forinar en botGn de flor, y que

l05 ojos semilatentes de la base, se desarrollen^ formen después prodncciones frutales, cerca

ciel naciiuiento de la ramilla frutal -en este

- b8 -

^aso chabasca- que es a lo que debemos ten-der por sucesivas podas de aprozimación, parallegar a obtener frutos mayores y que no sedesprendan fácilmente (fig. 3S).

Poáa del dfeloeoí,onero

Como ejemplo de poda de los árboles fruta-

les de hueso, vamos a eapli,car la que creemosque debe hacerse en el Melocotonero, bien en-,

tendido, en los árboles som.etidos a formas re-

gulares, como espalderas.

Ya hemos hablado anteriormente de los dis-tintos elementos de qne se compone esta espe-

cie de frutales y de sus nombres que irán apa-reciendo ahora en la peda.

La poda del Meloeotonero se funda en la

manera peculiar de su fruetificación. Recorde-

mos que de donde cuelga el fruto no quedanada aprovechable para sucesivas fruetiiica-

^iones, sino una materia inerte, geca e inútil,

que hay que quitar, al cantrario de lo que su-

cede en laa especies de fruta de pepitas, en lasque subsiste, mientras vive el árbol, la bdsa dela que van naciendo, por sucesivas transforma-

cionea, botones de flor; luego en los frutalea

de hueso, será preciso buscar otras produeeio-

-59-

nes para que sigan dando fruto, lo que se con-sigue por medio de nuevos brotes de reemplazo,.

que es el objeto casi único que perseguimos en

la poda de esta especie.

El rannállete de mayo ya dijimos lo que era;

debe dejarse intacto en la poda, pu^ se trata

,de una producción frutera muy corta que no

admite reduceión. 8i en la base, eomo general-

mente sucede, eaiste nn ojo, debemoe ae^gar el

ojo terminal, y si esto no se ha heeho a tiempo,

ee puede despun,tar severameate eI brote qne naa

haya dado est$ ójo de la punta.

Si el ram^ldete de mayo no tiene ajo en su baser

nos serviremos del brote terminal eomo brote de

reemplazo, solución no tan buena, pues ya se ale-jarán los frutos de la rama de almazón.

La chifona, ya sabemos que ea una produceión

frutal, no muy iarga, que sólo dispone de boto-

nes de flor y ningún ojo en la base. Nos con-

tentaremos oon obtener de eIla loa frntos que•

se pueda, para lo que se podárá a cuatro o^

Aeis botones. Si en la baae lle^va nn o^o y éatges muy débil, nos conviene sacrificar la pro-

ducción frutera, q podar encima de él. Si está,

por el contrario bien constituidm, para obtener

sn desarrollo y ei consiguiente brote de.reem-plazo, lo podaremos muy liajo, sobre uno a do^

botones a lo sumo, para excitar más su des-

€rrollo. Se puede recurrir también a hacer una

entalladura encima del ojo o del punto de in-

•cerción o base de la cJiif^rna, Comprenderemos

que de no poder obtener un brote de reemplazo,

una vez que haya dado fruto esta producción

frutera, habrá que cortarla wmo eosa inútil

para sucesivas producciones, y se causará un

hueeo en la rama del armazón.

Las otras ramas fruteras, tienen siempre ojos

^en la base, por lo que de su desarrollo obtendre-

mos los brotea de reempla,zo. Las podaremos a

unos 20 centímetros de longitud, sobre 3 ó 4 gru-

pos de botones, pues recordaremos que en un

mismo punto suelen llevar esta clase de ramas,

cios y hasta tres botones juntos. Aun así nos que-

darán demasiados frutos que convendrá aclarar-

los para que su exceso no anote el vigor del árbol.

Las ramas llamadas estériles, por la auseneiaen ellas de botones de flor, las trataremoa camo

las fértiles, y serán padadas a unos 20 centí-metros. Si son excesivamente vigorosas, como los

brotes chupones, se podarán a 2 ó 3 ojos, y des-pués serán sometidos sus brotes a operaciones

alga radicales, como corte de hojas y empalizados^everos.

- 61 -

Los brotes anttictipad^os se tratarán como las•

T'anlas fruteras, si son fértiles y no hay un e%ce-

^o de promesas en el árbol. Si son estériles se

les podará a dos ojos, y aun se les cortará por•

su base, sobre las yemas est.ipulares.

Sabemos que estas yemas est•iplclares son a

ceces arrastradas a cierta distancia de la base

En que se eneuentran; entonces podar sobre

una de ellas, la más cercana a la base.

Estas operaciones bastarán para poner una

Pspaldera en fruto el primer año ; pero nos en--contraremos al segundo año con que muchos.

ojos de la baae no nos han dada brote de reem-plaza, si no lo hemos procurado con ciertas im-

portantes operaciones que deben realizarse du-rante el período de vegetación.

Estas aperaciones, las más importantes, son :

Desbrote. - Consiste en quitar los brotes tier-

nos demasiado numerosos que nacen sin fruto a

su lado, y que restan savia, luz y aire a los fru-

tos, y a otros brotea que se desa.rrollan junto aIos frutos, y que conviene conservarlos para que

eontribuyan a su aereeimiento. Con eata opera-

ción favorecemos también el desarrollo de los

ojos de la base para obtener el brote de reem^

plaw.

_6g_

Despunte. - I3e aquí la operación más im-

portante, ta.1 vez, a efectuar durante la vegeta-c.ión. Los brotes que hemos dejado y se han des-

.arrollado, conviene acortarlos para rechazar la

savia y que vaya a la base, a favorecer los ojoe.aituados en ella, para obtener el tan repetido

brote de reemplaao.

Eete despunte se practicará con mayor o me-

^nor severidad segán que el brote de la base sea

^nás o menoa débil, y a fin de favoreeer au des-^ar^roAa. Un buen despunte pudiera ser a ocho,nueve o diez hojas, conforme que los brotes eean

déb^Zes, vigorosos o muy vtigorosos, y cuandohayan llegado a alcanzar una longitud que co-rresponda de dace a qutince hajas, lo que tendrádugar, generalmente, allá por el mes de mayo.

Para acabar de desarrollar los brotea de reem-plazo, y si no hemos conseguido del todo estanecesidad, se praetiea la llamada poda en verde.

Sobre las ramas fruteras que lleven fruto, ae

puefl^e cartar eneima del brote inmedíato supe-rior al fruto, y eate brote deapuntar a dos hajas.

En las ramas estkriles o en las que se hubiereeafdo el fruto, podrh efeetnarse la podcc en verdesobre el brobe anticipado más bajo o el ínmedíato^aperior, o sea dejando dos, y éstos deapuntar-3os a dos o^res hójas.

F.n años sucesivos, la poda consiste en supri-

mir la raina que ha dado fruto el año anterior,

inmediatamente encima del brote de reemplazo.

Este, que pasa a ser ahora la rama frutera, se

podará como el primer año. Observaremos que

esta rama frutal no nace en la de armazbn,

Fino en la del año anterior, o sea nn poeo más

alto, y así se van separando, tie año en año, las

ramas fruteras de las ramas madres ; pero, a

veées, en la misma base podemos eneontrar un

^jo, y entoncea, favoreciéndole todo lo más po-

sible, debemos proeurar su desarrollo y el que

nos dé un brote de reemplazo lo más cerca po-

sible de esa rama madre o de armazón.

Favorece mueho, en el Melocotonera, la

obteneión de ramas en la parte baja, y el que,

por tendencia natural no se mrrebate, la opera-ción muy importante del empa^tizwniento, que

no lo detallamos, pues se aparta del verdadero

objeto de nueatro trabajo que es la poda.

Sobre las épocas de la poda decimos, en sulugar, lo suficiente con repecto a la époea delaño en que debe haeese la poda de los frutalesde hueso, por lo que no insi^tamos más aquíaobre ello.

_ 64 -

Poda de la V id

Tiene eierta aualogía la poda de la Vid cou

la que acabamos de examinar refereute a los

tírboles de fruto de hueso, pues el racimo viene

en sarmientos nacidos el año precedente que

no vuelven a dar más frutos, por lo que hay ne-cesidad de hacerlo desaparecer coma cosa inútíly buscar nuevos brotea que reemplacen aaquéllos que hemo^ quitado.

La poda viene a ser easi la misma que setrate de vides en viñedo o en formas de espal-

deras, cordones Thomery o parra almeriense.

Eli todos Ios casos, una vid bien dirigida debe

haliarse co^nstituída, además de su troneo y bra-

zos, de las ramas frutales que deben ser dos:un sarmiento para fruto, llamado también

uvero, y otro para reemp}azo denominado gnd-,qar. El uvero es el que desaparece o debe des-aparecer puesto que una vez que ha dado fruto,

va no dará racimos al año siguiente, y el pulgar

es ei que le va a sustituir y dar fruto, y así su-

cesivamente.

La poda que se adopta en la Vid, es la bigema,

a dos ojos o yemas, una d^e ellas abajo la más

cerca posible del brazo o rama de armazón, y

- 65 -

-66-

la otra a continuaeión, o saltando dos o tres

GJ68 y ceganclo loa intermedios. Así, por ejem-

plo, el albillo se poda sobre el segundo ojo, el

moscatel sobre el tercero, cegando el segundo,

y el F`rankental sobre el cuarto, eegando el se-

gundo y tercóro; pero aiempre deben brotar

dos ojos, el de arriba y el de abajo, y no losintermedios.

t^i t:enemos un brote dei primer año (fig. 39)

que ha de formar una rama frutal, podemos^onsiderar que debe enmplir dos misiones:obtener frutos lo mŝa cerca posible de la viejamadera, y dar un nuevo sarmiento o pulgardestinado a producir frutos el año siguiente;

pero colocado de manera que permita que el

talón sea lo más eorto posible, a fin de no ir

alargaado dsmasiado la rama frutal.Podaremos sobre el segundo ojo qne está bien

constitufdo, pues de lo contrario la hubiéramos

hecho sobre el snperior inmediata, aun estando

un poco alejado de la base. Este ojo nos daráel uvero, que es el que lle^vará frato el verano.

Junto a la rama madre vemos otro ojo que debe-

rá brotar durante el período vegetativo, consti-t uyeudo el brote de reemplazo o p^clgc^r.

El segundo año nos eneontrasemos, en el in-vierno, con dos sarmientos secos que vamos a

67

godar (fig. 40). El superior, que está a la de-

recha, es el que ha dado fruto y que según lo

hemos dicho antes, no lo volverá a dar; por

-68-

consiguiente tenemos que prescindir de él, po-

dándolo por donde está la raya. Nos queda,

por tanto, solamente el sarmiento inferior, eI

cual lo podaremoua a dos ojo$, dada la variedad

que es albillo. De estos doa ojos de ĵados, lo vol-

veremós a repetir, el de arriba noa dará un uve-

ro para frutae, y el de abajo un pulgar de reem-

plazo psra el año que viene, que empézarán ar.acer co^n el empuje de la savia de primavera ycumplirán, eada uno au mzsión durante todo elperíodo vegetativo. '

Y de eata seneiila manera seguiremos podan-

do año tras año; proeurando aproveeha.r algún

brote, lo más eerea de la base, euando veamos

que el tocón, encima del brazo o rama madre, se

`^a aiargando demasiado.

No siempre el uvero da frutos, pues ae dan

easos anormales; otras veces dan raeimos los dos,

para ello hay solueiones, que no las trataremos

aquí, pues no ea nuestro objeto estudiar ^el cul-

tivo de la Q^id, sino eolamente su poda.

El despunte del uvero tiene mueha importan-eia para el buen desarroIIo de loa raeimos, gene-ra,imente se hace antea de Ia floración, sobre

áoa hojas encím:a del segundo racimo o el mésalto, v a dos hojas también el brote anticipado

-69-

que nazca sobre ese primer desptmte. También

c:eben suprimirse radicalmente o despuntarse a

una hoja, los brotes anticipados intermedios. El

pulgar de reemplazo, asimismo, se debe despun-

tar después que haya deaarrollado bien, alcan-

zando unos 90 centímetros, cuya longitud se

aeortaaá á cincuenta centímetros, por medio de

este despunte.Algunos consideran que el despunte del uvero

a dos hojas es un poco radieal; si se observaun exeesivo desarrollo, puede hacerse a 3 ó 4

hojas. Desd^e luego deben quitarye los zaraitlas,

pues se llevan una savia inútilmente y au pro-

veeho no es de vides bien cuidadas, sino de lasabandonadás y que se las deja crecer a su

antojo. Todos estos despuntes y supresiones

tienen por objeto el rechazar la savia hacia los

racimoa y aumentarla en su beneficio.

GFeneralmente la poda de la Vid se hace muy

tarde, pues se trata de un vegetal de tejidomedular blando y sensible, que puede sufrir por

el frío en sus cortes eereanos a loa ojos y dañar

a é,stos. En elimas templadoa se puede hacer

en cuanto cae la hoja, lo que ereen que es me-

jor para obtener el fruto temprano. La poda

tardía, en cambio, se considera que retrasa la

xnaduracibn del fruto..