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sociedad • Por SuSana ParejaS - Fotos: Gentileza Fabián OrSi - Sandwave y jOel benza

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Emparentado con el surf, el sandboard, un deporte que practican unas 20 mil personas en la Argentina, le pone vértigo al verano. Guía de

las mejores dunas para deslizarse.

lA ArEnASurfear

En Alemania se corre el Campeonato Mundial de sandboard. En la Argentina, se empezó a conocer a partir de los ’90 y hoy lo practican unas 20 mil personas, pero, según los riders, cada día son más los adeptos por este deporte que si bien figura entre los extremos, es mucho más “soft”, ya puede ser realizado por perso-nas que no tienen experiencia.

DE riDErs y ArEnAs. Cuando el tío de Fabián Orsi llegó de Brasil, en 1994, le comentó que practicaban un de-porte sobre las dunas con una tabla de madera y base de fórmica. Esto fue el disparador para que, junto con su papá y sus hermanos, fabricaran la primera tabla y comenzaran a practicarlo. “No sólo me atrae practicarlo, lo hago desde el ‘95, además las dunas generalmente están implantadas en un paisaje hermo-so y lejos de la ciudad y el ruido”, ase-gura Orsi, quien junto a su familia tiene desde 2000 la empresa Sandwave, que fabrica sandboards.

En el universo de los “riders” (corre-dores), también pululan las mujeres. “Cuando tenía 13 años viajé a Puerto Pirámides (Chubut) de vacaciones y vi a unos chicos deslizándose por la arena

El sol pega de lleno sobre la arena, dándole ese brillo tan particular. Un chico viene subiendo la cuesta. Lleva una tabla de colores

vivos. Un paso y otro lo llevan al lugar desde donde comenzará a bajar a un ritmo veloz. Pura adrenalina. Lo que se tardó 45 minutos en subir, lleva unos pocos minutos en bajar. Pero bien vale la pena la subida. De esto se trata el san-board: deslizarse por dunas de arena sobre una tabla aferrada a los pies me-diante seguros.

Aunque muchos lo consideran nue-vito, existen documentos e información que demuestran que los antiguos egip-cios practicaban una actividad similar, deslizándose sobre dunas en planchas de cerámica y madera. Pero el sandboard de estos tiempos, viene con una historia que no data de tantos años, emparen-tado desde su origen por los ‘60 con el surf, ya que nació en días en los que no se podía surfear (California y Brasil se atribuyen su nacimiento), pero también con el snowboard, supo ganarse su lugar en el mundo. Australia, Japón, Estados Unidos, Chile y Perú poseen un gran de-sarrollo.

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en unas pequeñas dunas que hay en el lugar. Cuando volví, recorrí toda la ciu-dad de Buenos Aires hasta que encon-tré una tabla enorme y pesada (que aún tengo guardada) y me la compré. Desde ese entonces no paré, me encantó y tra-té de viajar a todos los lugares que pude a practicarlo”, cuenta la bióloga Natalia García. Su deseo de surfear las dunas las llevaron a distintos puntos de nuestro país y a otras latitudes: la costa bonae-rense, San Rafael y Lavalle (Mendoza), Joaquina (Brasil), Cabo Polonio y Valizas (Uruguay) e Ica (Perú). “Siempre me gus-taron los deportes extremos y este me resultó ideal, es como hacer snowboard pero en la arena. Es divertido, requiere cierta técnica y sobre todo, no está tan quemado como otros deportes”, recono-ce Natalia quien ya hace 18 años que lo practica.

Todos los veranos, Joel Benza deja la ciudad de Córdoba, donde estudia, para volver a Catamarca. En Tinogasta, su familia tiene el histórico Hotel de Adobe Casa Grande. Su máximo placer es vol-

ver a deslizarse por las dunas de Saujil o de Tatón. Arenas doradas muy lejos del mar. Joel es instructor de sandboard y organiza salidas con clase incluida (entre 400 y 500 pesos). “La gran diferencia de estas dunas con las de la costa es que la arena tiene resto de ceniza volcánica, es más gruesa y eso hace que se deslice mu-cho más”, aclara, y acota: “Es un deporte que todos pueden practicar, el que no se ánima parado, lo puede hacer sentado”.

PArA iniciArsE. En cuanto a con-diciones físicas, Fabián Orsi sostiene que “no es necesario estar en súper es-tado, alguien que no lo está puede prac-ticar en dunas más bajas y aumentar el intervalo de ascensos a la duna, lo que hace que personas de cualquier edad puedan practicarlo”. Este experto rider, que participó en varios campeonatos, acerca unos consejos para quienes es-tén pensando en comenzar este deporte: “Recomendamos comenzar a practicar el deporte en dunas bajas y de poca pen-diente. La arena parece amigable, pero a

“no eS neceSario eStar en Súper eStado, alguien que no lo eStá puede practicar en dunaS máS bajaS y aumentar el intervalo de aScenSoS”. (fabián orSi, inStructor)

BUENOS AIRESEn la zona de playas: San Clemente del Tuyú, Mar de Ajó, Las Gaviotas, Mar Azul, Pinamar, Cariló, Villa Gesell, Mar de las Pampas, Mar del Plata, Necochea, Reta (partido de Tres Arroyos) hay médanos para deslizarse. Uno de los lugares preferidos es Punta Médanos, a unos 50 km de San Bernardo por la ruta 11. Otro lugar es “Médano de las Nubes”, en la frontera con Villa Gessell sobre la costa: esta cadena de médanos tienen bajadas de hasta 70 metros. A unos 60 kms de Bahía Blanca, en el balneario Monte Hermoso, se encuentra “Médanos Blancos”, con arenas finas, y tie-ne 20 metros de largo por 50 de ancho y se puede bajar unos 80 metros.

CATAMARCA

A 10 km al norte de Fiambalá, aparecen las dunas de Saujil. Tienen entre 90 a 100 metros de altura, y unos 200 a 300 metros de distan-cia o recorrido. Una recomendación en verano: hay que ir bien temprano, lo ideal es entre las 7 y 10 de la mañana, o las 7 y 10 de la noche. En invierno es exactamente al revés. A 60 km de Saujil aparecen otras dunas que están re-servadas para gente con más experiencia en este deporte, son las de Medanitos y Tatón. El ángulo de bajada es más vertical y hay que tener cuidado con las piedras que aparecen. Tienen 680 metros de altura y una distancia o recorrido entre 1300 y 1600 metros.

JUJUYA unos 73 km de La Quiaca, por la RN 9 se llega a Abra Pampa, ciudad cabecera del de-partamento de Cochinoa, allí en plena Puna, a unos 7 km y a 3.800 metros sobre el nivel del mar se encuentra el Huancar, una mon-taña cubierta de arena muy blanca y fina. La bajada más extrema que puede realizarse es de 500 metros y a 45º de pendiente. Al pie del cerro se encuentra una preciosa laguna habitada por flamencos rosados. Es un lugar accesible para llegar en auto, pero también se puede acceder en micros que salen desde San Salvador de Jujuy.

Para deslizarse

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MENDOZA

El desierto de Nihuil cubre una superficie de 80 mil hectáreas y es uno de los centros de san-dboard más importantes del país, tanto para principiantes como para profesionales de este deporte. Aquí se realizan muchos campeonatos. El camino para llegar desde la ciudad de San Rafael sólo se puede hacer en vehículos 4x4, ya que se deben atravesar las dunas. Hay algunas que superan los 200 metros de altura, con arena muy fina. Es una zona con mucho viento. Desde San Rafael hay empresas que ofrecen traslados. Otro de los lugares donde su puede disfrutar del sandboard, es en el desierto de Lavalle, en los Altos Limpios, a 40 km de la capital, poseen mé-danos que alcanzan los 15 metros de altura.

RÍO NEGRO. En la Playa Piedras Coloradas hay dunas para practicarlo. Desde Las Grutas a playa Piedras Coloradas se puede ir caminando (es bastante lejos), en bicicleta o en auto por camino de ripio. Acceder por Av. San Antonio, calle Sierra Paileman, calle Samuncura. El Balneario Pla-yas Doradas, a 28 km de Sierra Grande, por la ruta provincial 5, también posee grandes dunas que permiten practicar este deporte CHUBUT

En Puerto Pirámides, Chubut, hay una cadena de cerros arcillosos con médanos vírgenes y enormes dunas de arena blanca, muy busca-das por los adeptos de este deporte. También se puede practicar sandboard en la denomina-da “Playa de los límites”, a unos 20 km al sur de Comodoro Rivadavia, en el departamento de Escalante, llamada así por encontrarse en el límite entre Santa Cruz.

altas velocidades y ante una posible caí-da pasa a ser dura, así que hay que tra-tarla con respeto. También es ideal com-prar una tabla acorde a su altura”. Sólo para tenerlo en cuenta, hay que pensar que se pueden alcanzar velocidades de 70 kilómetros por hora.

Según el rider, la mejor época va des-de octubre a marzo, los días ideales son aquellos con poca humedad, sin lluvias, arena seca, y temperaturas que ronden los 23 grados. “La humedad influye mu-cho en el descenso de la tabla, a mayor humedad ambiente mejor es la velocidad que adquiere la tabla, no quiere decir que uno no pueda practicarlo en invier-no”, explica Orsi.

El equipo básico consta de una tabla y una cera para lubricar la base. La ta-bla posee dos fijaciones (straps) donde se colocan los pies, constan de dos par-tes esenciales, la pieza que sostiene el empeine y la que sostiene el talón. Hay tablas que van desde los 250 a los 2.200 pesos, pero una standard para adultos cuesta unos 650 pesos.

POr El MUnDO. Un deporte estre-lla del verano donde las olas y la nieve se suplantan por doradas dunas. En el mundo hay lugares increíbles para practicarlo, como Atlantis, a 40 minutos de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica; o en el desierto más antiguo del mundo, en la costa de Namibia. Fuera del circuito de las bellezas naturales y en el corazón de Europa, se impone el monte Kaolino, en Alemania, una duna artificial de arena de cuarzo, producto de una mina de sili-cio, y es sede del campeonato mundial.

Brasil y Uruguay también aportan lugares, pero en Sudamérica se destaca una por sobre todas. Es la Duna Gran-de en Nazca, Perú, conocida como la más alta del mundo. Está ubicada en el departamento de Ica, a 38 kilómetros del pueblo de Vista Alegre. Posee unos increíbles 924 metros de altura, con dos caídas: una de 700 metros y otra de 1 ki-lómetro. Sin duda, un destino obligado para los amantes de lo extremo, donde la adrenalina vuela, más y más sobre la arena.

El Equipo básico consta dE una

tabla y cEra para lubricar la basE.

las tablas van dEsdE los 250

hasta 2.200 pEsos.

Para deslizarse