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San Juan Hueyapan:
una Hacienda, un Ejido
MIZBjÉD
INEGI. Historia de una trayectoria : el INEGI en el PROCEDE. 2000
Presentación
Hablar del ejido San Juan Hueyapan es remontarse a
mediados del siglo XVI cuando Pedro de la Paz,
encomendero y pariente de Hernán Cortés, fundó la
región de Hueyapan: "lugar en agua grande También
es hablar de un pequeño poblado del municipio de
Huasca de Ocampo, que emerge en la hacienda misma,
heredando el nombre y las tierras circunvecinas al casco
de San Juan Hueyapan. Es hablar, además, de la
formación del ejido, de la certificación de las tierras
ejidales, de la certeza y la seguridad jurídica de la que
gozan hoy sus pobladores en la tenencia de sus tierras.
Para rastrear esta historia, el presente
documento se divide en tres grandes rubros: un
recorrido por la otrora rica y esplendorosa hacienda
de San Juan Hueyapan, el proceso de constitución del
ejido, v su participación en el Programa de
Certificación de Derechos Ejidales y Titulación
de Solares Urbanos (PROCEDE).
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San Juan Hueyapart:
una Hacienda, un Ejido
Antecedentes
En México, la hacienda era algo más que un conjunto de cons-
trucciones y una gran extensión de tierra: era una forma de vida.
No sólo organizaba la producción del mercado, sino también
unificaba los diversos elementos del campo. Centro de activida-
des económicas, formó el núcleo de la vida social de las clases,
y sus propietarios y administradores a menudo ejercieron un
poder político sustancial.
LA REGO* DE HUG YAPAN Y SUS INMEDIACIONES
"La hacienda podía diferenciarse de las explotaciones
más pequeñas como los ranchos, al definirla como una unidad
de cuando menos 2,500 acres de
tierra para irrigación y agricul-
tura. de temporal, pastizales,
lomeríos y bosques, con una fuer-
za de trabajo residente, ganado,
edificios, herramientas".1
El estado de Hidalgo no
escapó al proceso de formación
y consolidación del sistema de
hacienda y la región de Huasca
no fue la excepción.
"A 35 kilómetros al norte
de Pachuca y a escasos 17 kiló-
metros de Real del Monte -ambas
localidades, parte de uno de los
distritos mineros más ricos del
mundo-, se localizó el corazón
del Valle de Hueyapan: 66 me-
tros más bajo que Pachuca. con
Boortein. Edith. La Hacienda de Hueyapan. México, Secretaría de Educación Pública, Dirección de Divulgación, 1976. p. 10.
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un clima templado uniforme, precipitación pluvial media, tierras
moderadamente productivas, con agua para irrigación".3 Fuen-
te de abastecimiento para las necesidades mineras y lugar con
grandes posibilidades para el establecimiento de una hacienda.
En cada extremo del Valle existía una aldea, Huasca o
Huascazaloyam, "el lugar del gozo y la felicidad",3 y Acatlán.
Pronto, las fuentes naturales en los alrededores de Huasca llama-
ron la atención de los mineros españoles, ya que para retinar los
metales necesitaban grandes volúmenes de agua.
En 1558, Pedro de la Paz puso las bases del sistema de
hacienda en el Valle, al obtener dos sitios de ganado mayor
que llevaban el nombre de Hueyapan, concesiones que pasaron,
primero, a manos de Andrés Tapia y Ferrer y, después, a las de
Nicolás Acosta y Domingo Escorcia.
Es hasta 1698 que se da cuenta de la .venta de propieda-
des de Pedro Aguirre Escorcia, heredero probable de Domingo
Escorcia, en un remate pú-
blico en Real del Monte,
siendo adquiridos, por el Sr.
Isidro Tello, inmuebles en-
tre los que se contó la hacien-
da de San Juan Hueyapan.
Con la familia Tello
en el Valle de Hueyapan,
inició la dominación de la
región por familias. "La di-
nastía de ios Tello ejerció
un dominio temporal de
poder económico, político
y social, al combinar acti-
vidades de minería, agricul-
tura y ganadería".4
Entrada a la ex hacienda de San Juan Hueyapan.
Aguilera, José G. El Mineral de Pachuca. México, UNAM. 1987. pp. 21-24. Robelo, Cecilio. Diccionario de Azlequismos. México, Ediciones Fuente Cultural, 1904, p. 203. Humboldt, Alejandro de. Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España. México, Editorial Pedro Robredo, Vol. Ill, 1941, p. 252.
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En 1780, las deudas contraídas por el declive de la acti-
vidad minera y una dirección poco adecuada, obligaron a los
Tello a vender sus propiedades en un remate público. El único
comprador fue Pedro Romero de Terreros, el Conde de Regla.
La segunda generación de la familia Regla pudo man-
tener el conjunto de propiedades legadas pero no incrementar-
las. El tercer Conde de Regla heredó los bienes al inicio de la
guerra de Independencia de 1810, cuando la administración se-
parada de las instalaciones mineras y la propiedad de la tierra,
repercutieron en el desarrollo de San Juan Hueyapan.
En 1874, la designación de José de
Landero y Cos como Gerente General de la
Compañía Real del Monte, quien compró
la hacienda de San Juan Hueyapan, dio pie
para pensar que las tierras de esta última se
trabajarían nuevamente.
En 1892, José de Landero y García
Granados recibió la hacienda como un re-
galo de su padre. José de Landero y Cos, y
desde 1902 vislumbró la posibilidad de un
nuevo auge agrícola.
Pintura del Conde
Romero de
Terreros, la cual
se encuentra en el
hotel San Miguel
Regla, Huasca,
Hidalgo.
La ubicación de la hacienda entre las
tierras agrícolas de Tulancingo y la región
refinadora de Regla, el acceso al ferrocarril
y al mercado de la Ciudad de México, pare-
cía, aseguraban la empresa.
"Basado en tres proyectos: la construcción de un nuevo
casco de hacienda, un sistema de riego que la circundara, y la
compra y utilización de maquinaria y equipo, Pepe de Landero y
García Granados (hijo) impulsó fuertemente el desarrollo de
San Juan Hueyapan".5
s Ibid., p. 118.
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En efecto, la construcción de un nuevo casco de hacien-
da confirmó la importancia de la familia en la región. La arqui-
tectura contempló tres patios, cada uno rodeado por una serie
de edificios intercomunicados, instalaciones para la maquinaria,
establos, viviendas, jardines y la casa principal.
Antiguas instalaciones de la Compañía Minera Real del Monte.
Al parecer, las ventajas económicas y tecnológicas de
la región dictaron la ubicación del casco. Los edificios se si-
tuaron sobre un ligero declive en la orilla oeste del límite de la
hacienda. Probablemente esta área se eligió porque el camino
real entre Pachuca y Tulancingo pasaría por el casco y condu-
ciría, con algunos desvíos, a Huasca y Acatlán. Además, la proxi-
midad con las plantas eléctricas de la región de Regla, reducía
el costo de transmisión del fluido eléctrico.
La forma como San Juan Hueyapan organizó la elabora-
ción de un plan de riego para la creación de tierras de irrigación,
fue diferente a casi todas las otras haciendas. Por lo general, se
construían presas, acueductos y canales, en relación directa con
los recursos de la hacienda.
El plan de irrigación de San Juan Hueyapan consistió
en agrandar el lago adjunto al casco, para convertirlo en un gran
depósito de almacenamiento, y en construir siete presas sub-
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Presa aledaña al
ejido San Juan
Hueyapan.
sidiarias, al sur del lago y adyacentes a un río. Un gran canal,
conocido como Las Animas, una serie de zanjas para irrigación
más pequeñas y un acueducto a lo largo del Puente de Doria,
completaron el plan de distribución de aguas a las tierras de Pepe
de Landero.
La tercer gran reforma que se hizo a San Juan Hueyapan
fue exclusivamente tecnológica y consistió en la inversión pa-
ra adquirir maquinaria. Mientras las haciendas más avanzadas
compraron tractores, segadoras y trilladoras, San Juan Hueya-
pan fue de las primeras en adquirir desgranadora, picadora y
cultivador de vapor.
La aceleración de la inversión en dicha hacienda la con-
virtió en una empresa agrícola modelo para la región y los cam-
pos de los alrededores. Sin embargo, las posibles ventajas de
vivir en la hacienda no compensaban la creciente reglamentación
en cuanto a las cargas de trabajo en el campo, la recaudación de
impuestos y la falta de prestación de servicios educativos y
asistencia médica al grueso de la población trabajadora.
Como era el caso en la mayor parte de las haciendas,
la jerarquía, el paternalismo y el autoritarismo caracterizaron la
administración de San Juan Hueyapan.
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El Proceso de Dotación
Durante el período en el cual estalló la Revolución de 1910 y la
primera década que la precedió, San Juan Hueyapan compartió
la libertad de Pachuca y Real del Monte contra una guerra abier-
ta. Las huelgas y disturbios que caracterizaron esa época en otros
distritos mineros no tuvieron progresos en la región.
De acuerdo con las versiones populares, únicamente "dos
visitas hicieron las bandas revolucionarias a la hacienda y, en
ambas ocasiones, la bien organizada administración evitó da-
ños serios".6
Aunque la región escapó a los efectos económicos des-
tructivos directos de la Revolución, no fue inmune a la Reforma
Agraria que le siguió. El programa de Reforma Agraria, pro-
mulgado por el gobierno de Carranza el 6 de enero de 1915 e
incorporado dentro de la Constitución de 1917, dio a los pueblos
el derecho de petición de tierras, porque ellos habían sido pri-
vados de éstas o porque las necesitaban para sostener una vida
independiente.
A medida que evolucionó tal programa, los pueblos, las
aldeas rurales y las agrupaciones de pobladores se convirtieron
en un instrumento de destrucción del sistema hacendarlo, ya que
fueron facultadas, además, para solicitar a las autoridades del
gobierno la restitución de las tierras que ancestralmente poseían.
Casco de la
ex hacienda.
6 Ibid., p. 172.
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Los dos principales focos de descontento en la región de
Hueyapan, la aldea de Huasca y la ranchería El Vite, presenta-
ron solicitudes de tierras casi tan pronto como se promulgó la
Ley Agraria de 1915. El esfuerzo inicial, aquí, como en la ma-
yoría de los pueblos, contempló la restitución de tierras.
Durante los años veinte, la Reforma Agraria se vió afec-
tada por vicisitudes políticas tanto a nivel local como nacional.
Algunas administraciones gubernamentales pusieron énfasis
sobre el asunto y adecuaron la legislación para simplificar los
procedimientos y estimular a las aldeas a que solicitaran tierra.
La reacción de Pepe de Landero a la crisis fue interesante
y astuta. Desde 1918, cuando se registró la primera solicitud en
Pachuca, vendió las partes de tierra que podrían ser afectadas por
la Reforma. Entre 1925 y 1926, registró los documentos de
propiedad en Atotonilco El Grande y en Huasca, subdividiendo
todos sus terrenos y evitando de este modo las expropiaciones
a gran escala. Las principales beneficiarías de esta venta ficticia
fueron sus hermanas y sobrinas, así como amistades de la fami-
lia. La mayor parte de San Juan Hueyapan, por lo tanto, continuó
operando como una unidad, con un sólo administrador y con
procedimientos unificados de mercadotecnia.
En 1934, cuando llegó Lázaro Cárdenas a la presidencia
de la República, en Hidalgo la propiedad de la tierra se hallaba
básicamente en manos de los grandes terratenientes. Las hacien-
das seguían de pie, los patrones en la finca y los peones en la
labranza.
Vivienda de los
peones agrícolas
de la ex hacienda
San Juan
Hueyapan.
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Alentados por el reparto agrario del régimen cardenista,
la dotación de ejidos a poblados circunvecinos y el descontento
generado por las condiciones de vida, los vecinos de San Juan
Hueyapan. municipio de Huasca de Ocampo, ex distrito de Ato-
tonilco El Grande, hicieron al Gobernador del estado. Lic. Javier
Rojo Gómez, formal "solicitud de tierras en calidad de dotación
de ejidos -y argumentaron-, acogiéndonos a los beneficios de
las leyes agrarias vigentes".7
Dicha petición, fechada el 24 de mayo de 1937, fue
acompañada, entre otras, por las siguientes razones: Hace mu-
cho tiempo que venimos viviendo en la hacienda de referencia
en la que prestamos nuestros servicios en calidad de peones, en
unas condiciones desfavorables para nosotros, pues no se nos
cubre el sueldo con toda regularidad y a la mayor parte de noso-
tros se nos adeuda por ese concepto varias cantidades...".8
El hecho de nacer, vivir y crecer en las instalaciones de
la hacienda -de acuerdo con lo expresado por los solicitantes-, no
les permitió contar con "terrenos propios para edificar una casa
que nos sirva de albergue a nosotros ni para nuestra familia, ni
para sembrar la semilla que nos sirva de sustento". '
El 19 de agosto del mismo año, la Comisión Agraria Mix-
ta emitió su informe al poblado de San Juan Hueyapan, para
determinar si la hacienda podía ser afectada, a fin de dar paso a
las ampliaciones ejidales solicitadas y ala creación de nuevos
ejidos.
De acuerdo con el Informe de Inspección presentado
por tal Comisión "la única finca afectable es la hacienda de San
Juan Hueyapan y sus anexos San Miguel Regla, La Presa, El
Contento, Agua Zarca y Cerro Colorado, El Paxtle o La Ventilla
fracción de Agua Zarca, El Tezontle y Río Seco, que aunque
registradas a nombre de distintas personas, de acuerdo con las
reformas al artículo 37 del Código Agrario, pueden afectarse, ya
7 Expediente, San Juan Hueyapan. Secretaría de la Reforma Agraria, Archivo de la Delegación Estatal Hidalgo.
8 Ibid. ' Ibid.
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que las fracciones antes mencionadas constituyen una unidad
agrícola, como puede comprobarse por las actas que se levanta-
ron en Huasca y San Sebastián los días 16 y 23 de julio próximo
Entrada principal pasado, a petición de los comités ejecutivos agrarios de los po-
a Santa María blados de San Miguel Regla, San Juan Hueyapan, Santa María
Regla. Regla, Río Seco Puente de Doria, Santo Domingo Agua Zarca,
Aguacatitla, San Jerónimo, Ojo de Agua, Cerritos y El Vite.
"La hacienda de Hueyapan y sus anexos en el Regis-
tro Público de la Propiedad aparecen registrados en la forma si-
guiente:
"Fracción I - Ignacio Orvañanos y Quintanilla, el 19 de
julio de 1934, con una superficie de 238 hectáreas, 16 áreas y
63 centiáreas.
"Fracción II.- Bernardo Ruvalcaba, el 13 de julio de 1934,
con 198 hectáreas y 43 áreas.
"Fracción III.- Ana Elena de del Hoyo, el 2 de abril de
1935, con superficie de 147 hectáreas, 02 áreas y 36 centiáreas.
"Fracción IV.- María L. de Ludlow, el 9 de julio de 1934,
con 182 hectáreas, 42 áreas y 50 centiáreas. De esta fracción se
tomó una parte para el ejido El Peral.
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"Fracción V.- Registrada a nombre de Arnulfo Nieto, el
13 de julio de 1934, con superficie de 224 hectáreas, 34 áreas y
85 centiáreas; de esta fracción se registró una superficie de 100
hectáreas a nombre de Alberto N. Bonilla. El Sr. José de Landero
se reservó una superficie de 2 hectáreas. 84 áreas y 27 centiáreas,
que quedaron a su nombre y que corresponden a la casa princi-
pal de la hacienda.
"Quedando actualmente a dichas fracciones un total de
898 hectáreas, 46 áreas y 66 centiáreas clasificadas de la si-
guiente forma:
Riego 300-80-00
Temporal 14-00-00
Agostadero laborable 225-60-00
Agostadero pedregoso con 30/labor 315-16-66
Huerta 3-00-00
Casco 5-40-00
Presas 31 -00-00
Alfalfa 3-50-00
Total 898-46-66".10
El 17 de noviembre de 1937, los vecinos de
la hacienda de San Juan Hueyapan recibieron la
respuesta del Gobernador Rojo Gómez, en la que
les comunicó que el poblado sería dotado de tierras
de acuerdo con los preceptos fundamentales ema-
nados de la Constitución y la legislación agraria
vigente.
Fueron José García, Lucas Muñoz y José
Licona, el primer Comité Ejecutivo Agrario de
Hueyapan", quienes se encargaron del asunto de la
petición y quienes recibieron la notificación que
los convertía en ejidatarios y les garantizaba un
pedazo de tierra para satisfacer sus apremiantes
necesidades económicas.
Ibid. Véase en particular el Informe de Inspección de la Comisión Agraria Mixta, 19 de agosto de 1937. Ibid. Véase en particular el Telegrama de la Comisión Agraria Mixta, Nom- bramiento.
Lucas Muñoz en 1937;
Secretario del Primer Comité
Ejecutivo de Hueyapan.
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El 20 de noviembre de 1937. fueron citados por el Secre-
tario de la Comisión Agraria Mixta, Ing. Fernando Cruz Chávez,
para que auxiliaran en el poblado de San Miguel Regla al Ing.
Antonio Medina Muñoz, a fin de que "ejecute los mandamien-
tos del C. Gobernador Constitucional del estado, dictados en los
expedientes cuya relación y resoluciones anexo, debiendo hacer
las notificaciones a los propietarios afectados y poblados co-
lindantes, practicando dichas diligencias precisamente el día 20
de los corrientes a las 11 horas, para conmemorar el 27 Aniversa-
rio de la Revolución Mexicana...".'-1
La relación de las resoluciones agrarias que se ejecuta-
ron incluyó, además de la de San Juan Hueyapan, la de los
ejidos San Jerónimo, Palmillas, El Vite, Tlaxocoyucán, San
Bartolomé, Cerritos, Ojo de Agua. San Sebastián, Aguacatitla,
Regla, San Miguel Regla, Río Seco y Puente de Doria, Santo
Domingo y Agua Zarca, Cacatoapan y Mixquiapan.
Asimismo, quedó definido que de los 93 pobladores re-
gistrados durante el levantamiento del Censo General y Agro-
pecuario de 1937, en San Juan Hueyapan, 32 estaban capacita-
dos para recibir dotación y 22 de ellos eran jefes de familia.11
La lista de vecinos del poblado de San Juan Hueyapan
que fueron considerados con derecho a parcela, según la reso-
lución gubernamental, es la siguiente:
Lucas, Pedro y Manuel Muñoz; Miguel, Luis, Tiburcio,
Manuel, Federico y Porfirio Fernández; Librado. Cecilio. Juan,
Ricardo y Jesús Tapia; José v Felipe Silva; Antonio y José
Ibarra; Miguel y María Hernández; Sotero Monroy, Blas Ro-
sales, José García, Angel Barrón. José Licona, Brígida Cruz,
Refugio Dimas, Eligió Romero, José Piña, Pedro Soto. Felipa
Montiel y Guadalupe Martínez.14
El 6 de abril de 1961, día en que se publicó la Reso-
lución Presidencial de dotación ejidal de San Juan Hueyapan,
•- ihid. ' Ibid. Véase en particular el Informe de Inspección de la Comisión Agraria Mixta, 19 de agosto de
1937. " Ibid.
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