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Revolución Francesa y revoluciones occidentales E n este año de 1989 se ha cele- brado un acontecimiento que tuvo importancia y alcance internacional y universal: el bicen- tenario de la Revolución Francesa. Sin duda éste es uno de los hechos históricos que más huella han dejado en el planeta en todos los aspectos, uno de los que más reso- nancia y fama han tenido y tienen a nivel internacional. Sin embargo lo que sucedió en Francia hace 200 años no es un • Profesora de Estudios Políticos. Universidad Javeriana. hecho aislado, original, único. Fue precisamente la fama universal que alcanzó la que hizo que se olvidaran o se tuvieran menos en cuenta otros movimientos parecidos que, en la misma época, sacudieron a una parte del mundo, sobre todo porque esos movimientos en su mayoría fracasaron. Desde hace unas décadas, algu- nos historiadores han replanteado esta visión heredada de la historio- grafía del siglo XIX, y han querido demostrar que la famosa y gran Revolución Francesa iniciada en 1789 se integraba perfectamente en VERONIQUE CONESA DE NAVAS· una más grande cadena revolucio- naria que se extendía desde finales del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XIX,y en la que aquella no era más que un eslabón. Estos historiadores lanzaron la teoría de la existencia de una "Revo- lución atlántica" u "occidental", en la cual la Revolución Francesa se enmarcaba perdiendo ésta buena parte del aura que la había rodeado hasta entonces. *** A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX se produjo en el 89

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Revolución Francesay revoluciones occidentales

En este año de 1989 se ha cele-brado un acontecimiento quetuvo importancia y alcance

internacional y universal: el bicen-tenario de la Revolución Francesa.Sin duda éste es uno de los hechoshistóricos que más huella handejado en el planeta en todos losaspectos, uno de los que más reso-nancia y fama han tenido y tienen anivel internacional.

Sin embargo lo que sucedió enFrancia hace 200 años no es un

• Profesora de Estudios Políticos. UniversidadJaveriana.

hecho aislado, original, único. Fueprecisamente la fama universal quealcanzó la que hizo que se olvidarano se tuvieran menos en cuenta otrosmovimientos parecidos que, en lamisma época, sacudieron a unaparte del mundo, sobre todo porqueesos movimientos en su mayoríafracasaron.

Desde hace unas décadas, algu-nos historiadores han replanteadoesta visión heredada de la historio-grafía del siglo XIX, y han queridodemostrar que la famosa y granRevolución Francesa iniciada en1789 se integraba perfectamente en

VERONIQUE CONESA DE NAVAS·

una más grande cadena revolucio-naria que se extendía desde finalesdel siglo XVIII hasta comienzos delsiglo XIX,y en la que aquella no eramás que un eslabón.

Estos historiadores lanzaron lateoría de la existencia de una "Revo-lución atlántica" u "occidental", enla cual la Revolución Francesa seenmarcaba perdiendo ésta buenaparte del aura que la había rodeadohasta entonces.

* * *A finales del siglo XVIII y

comienzos del XIX se produjo en el

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mundo occidental un gran movi-miento revolucionario, cuya finali-dad era acabar-eon el antiguo régi-men vigente en ese momento, y delcual el siglo XVIII representa laetapa final.

Los contemporáneos de la revolu-ción la interpretaron como un pro-ceso más o menos largo que impli-caba una conmoción, una mutación,la destrucción de lo antiguo, parallevar a cabo una reconstrucción: elantiguo régimen debía ser des-truido, para poder poner las basesde un nuevo régimen que cambió elmundo occidental de aquella épocaen sus aspectos sociales, económi-cos, políticos e institucionales.

En lo político, la monarquía abso-luta fue reemplazada por el libera-lismo, cuya esencia es la división depoderes, establecida en una consti-tución. Desde el punto de vistasocial, desaparecieron los estamen-tos y los privilegios: la Revoluciónera -en teoria al menos- mono-clasista, y sólo admitía por lo tantoun único tipo de miembros de lasociedad, que fueron llamados los"ciudadanos", por naturaleza librese iguales, y que tenían los mismosderechos y deberes, al menos en locivil(l).En el terreno institucional,loprimero que hizo la Revolución fueacabar con las anticuadas estructu-ras del antiguo régimen, con laintención de reordenarlo todo deforma racionalizada, creándose en-tonces nuevos organismos y refor-mándose otros; igualmente, se aca-bó con la diversidad de fueros, y secreó una administración uniformepara todo el país, así como una jus-ticia igual para todos. Tambiénhubo modificaciones en el campo

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de la economía: después de la etaparevolucionaria, al liberalismo polí-tico le corresponde un liberalismoeconómico, entonces llamado "li-brecambismo"; política económicaque acabó con los gremios y losmonopolios, con las aduanas inte-riores y con los reglamentos excesi-vos.

Cronológicamente. esta etapa ogran "cadena" revolucionaria queacabaría con el antiguo régimencomenzó en 1776 con el inicio de larevolución en las trece colonias nor-teamericanas. Su fecha final es unpoco más difícil de determinar: en1815, con el fin del imperio napo-leónico, termina la propagaciónrevolucionaria por medio de susejércitos. pero la revolución de lascolonias españolas de América noconcluye hasta 1825. Más tarde, en1830 y en 1848, se producen nuevosbrotes revolucionarios en toda laEuropa Occidental. La lista de losacontecimientos revolucionarioscomprendidos en este período, tal ycomo lo establece Jacques Gode-chot(2l, es significativa. El primereslabón lo constituye pues la revo-lución norteamericana (1776-1783),que culmina con la creación de losEstados Unidos, y de un gobiernoconstitucional. Entre-t 780 y 1783 seproducen disturbios revoluciona-rios en Irlanda y en Inglaterra: losprimeros para lograr la autonomíade Irlanda respecto de Inglaterra ylos segundos pretendiendo unareforma parlamentaria. La revolu-ción estalla después en las Provin-cias Unidas (1783-1787) para impe-dir que el "estatúder" se conviertaen rey hereditario, y como un intentopara transformar las institutionesdel país en un sentido democrático.Se traslada pues a los vecinos PaísesBajos Austríacos (1787 -1790), en unmovimiento inicialmente dirigidocontra las reformas "ilustradas" delmonarca José 11,pero que terminaprovocando el nacimiento de unverdadero partido democrático. Dosrevoluciones democráticas se des-encadenan en Ginebra (1768 y1782), pero ambas fracasan debido ala intervención armada extranjera.Por los mismos años (1781), estallanmovimientos revolucionarios en Fri-burgo (Suiza), y en Suecia, donde elrey, apoyándose en los burgueses ylos campesinos contra la nobleza,intenta transformar el régimen en

un sentido más democrático (1772 y1789). El siguiente eslabón lo cons-tituye el gran proceso francés (1787-1815), del que son coetáneos otrosmovimientos revolucionarios: la re-volución polaca (1788-1794); unnuevo arranque de la revoluciónbelga, con ayuda de Francia (1792-1795); la revolución surgida enAlemania con apoyo del ejércitofrancés (1792-1801); la entrada delas tropas francesas en Holanda,con la formación de la RepúblicaBatava (1795); un nuevo arranque dela revolución en Ginebra, esta vezvictoriosa (1795-1797); un movi-miento revolucionario en los dife-rentes estados italianos (1796-1799);otra revolución en Suiza, que ter-mina con la formación de la Repú-blica Helvética (1798-1799); la lle-gada de los grandes principiosrevolucionarios, a través de los ejér-citos imperiales, a España y Portu-gal (1805-1815). A continuación larevolución atraviesa de nuevo elocéano, extendiéndose a las colo-nias españolas de América (1810-1825). Poco después resurgirá denuevo en la Europa Occidental:revoluciones de 1820 en Italia yEspaña; revoluciones de 1830 enFrancia, Bélgica y Polonia, y final-mente las revoluciones de 1848 entoda la Europa Occidental.

Es claro que el marco espacial enel cual se desarrollaron estos movi-mientos revolucionarios es relati-vamente reducido: la Europa oceá-nica o atlántica, y el continenteamericano. Esto es loque ha llevadoa algunos historiadores a hablar deun ciclo de revoluciones "atlánti-cas" u "occidentales", con caracte-rísticas comunes y ciertos elemen-tos propios.

En realidad, la idea no era total-mente nueva: ya los contemporá-neos de los acontecimientos revolu-cionarios franceses considerabanque éstos formaban parte de ungran movimiento que había alcan-zado a toda la Europa Occidental y ala América del Norte. Incluso avarios hombres políticos de la épocales llamó entonces la atención laanalogía y la continuidad de los dis-turbios que se produjeron en losdiferentes países occidentales. Setrataba pues de un solo y único pro-ceso, en el cual lo ocurrido en Fran-cia no era más que un eslabón, queno ciertamente sobresalía sobre losdemás.

Pero esta visión cambió cuandolos historiadores del siglo XIX(Thiers, Mignet, Michelet, Tocquevi-lle, Edgar Quinet, Taine), al redactarsus "Historias de la RevoluciónFrancesa", limitaron el campo desus investigaciones a Francia. Asíempezó a desfigurarse la idea de unproceso revolucionario general, ycomenzó a hablarse de "RevoluciónFrancesa", como un hecho separadode la "Revolución Americana", de la"Revolución Belga" y de la "Revolu-ción de las Provincias Unidas".

Una tendencia distinta dentro dela historiografía contemporánea em-pezó a surgir a mediados del sigloXX.El desarrollo de los estudios his-tóricos en todos los países tocadospor aquel movimiento revoluciona-rio provocó el surgimiento de unanueva corriente de pensamiento.Parece que fueron los historiadoresitalianos los que primero desarrolla-ron estas ideas, al profundizar en losestudios del Risorgimento italiano,cuyos origenes situaron a comien-zos del siglo XVIII. Por su parte, loshistoriadores norteamericanos con-cluyeron que a fines del siglo XVIIIy comienzos del XIX se había pro-ducido una única gran RevoluciónOccidental(3). En Francia, GeorgesLefebvre demostraba, en la nuevaredacción de su "Révolution fran-yaise" (1951), que a finales del sigloXVIII existía, al menos en el hemis-ferio occidental, una situación o un"clima" revolucionario.

Pero fueron sobre todo dos histo-riadores los que plantearon clara-mente la teoria de la existencia deuna gran revolución "atlántica". Enel informe que presentaron alDécimo Congreso Internacional de

Ciencias Históricas de Roma en1955, expusieron explícitamenteesta teoría el norteamericano RobertPalmer y el francés Jacques Gode-choto Ambos autores continuarondesarrollando esta tesis en susobras posteriores(4).

Para Jacques Godechot, "... Larevolución no puede ser conside-rada como un fenómeno particular,aislado, nacional, sino que no cons-tituye más que un episodio, sinduda el más importante, de unagran revolución que sacudió todooccidente -e incluso salpicó almundo oriental- durante tres cuar-tos de siglo, de 1770 a 1850..."(51. Elhistoriador francés prefiere el tér-mino de Revolución Atlántica o Re-lución Occidental al de evolución"burguesa" o Revolución "capita-lista" propuesto por Lefebvre, por-que opina que este término es res-trictivo: la revolución fue en efectoconducida por la burguesía y permi-

tió la instalación del régimen capi-talista, la cual sin la ayuda de loscampesinos y de los sans-culottes,no habría triunfado. Opina que laexpresión "revolución occidental"es la que supone menos opción polí-tica y es por lo tanto la másobjetiva(6).

* * *

En general, la teoría de una revo-lución occidental o atlántica harecibido una gran aceptación en losEstados Unidos, en Italia, Bélgica eInglaterra, pero ha levantado polé-micas en Francia y en los países deleste de Europa. Incluso han surgidovarias objeciones, a las que Gode-chot ha respondido ampliamentél.

Algunos autores han encontradoque las estructuras sociales de losdiferentes países tocados por elmovimiento revolucionario eranmuy diferentes, y que por lo tanto

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las revoluciones ocurridas en estospaíses no podían pertenecer almismo movimiento. Sin embargo apesar de las diferencias existentes,se puede decir que en su conjuntolas estructuras sociales de EuropaOccidental eran muy parecidas almomento de iniciarse el períodorevolucionario. Se ha aludido alhecho de que los "patriotas" eran,fuera de Francia, una minoríaínfima. Si bien esto último es sinduda cierto, no debe olvidarse quetambién lo era en Francia. Otrosautores dudan de la espontaneidadde las revoluciones surgidas enEuropa tras la Revolución francesa,aduciendo que éstas fueron fruto deuna "propaganda" específica ypremeditada. Ciertamente el papelde esta última no puede negarse,pero es claro que fue también muyexagerada su influencia, sobre todopor los mismos contemporáneos.También se ha alegado que las ins-tituciones nuevas creadas fuera deFrancia tras los diferentes movi-mientos revolucionarios fueron fielcopia de las francesas. Sin embargosi éstas se examinan detallada-mente se puede comprobar quepara su elaboración se tuvieron a su

_ vez muy en cuenta los antecedentesy las necesidades locales. Las insti-tuciones revolucionarias fueron elfruto en todas partes de un granmovimiento de pensamiento euro-peo, omás exactamente, occidental.

* * *

A su vez, se ha indagado muy pro-fusamente sobre las causas o facto-res explicativos de aquellos aconte-cimientos, de la "gran cadenarevolucionaria occidental".

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La famosa tesis de un supuesto"complot masónico" lanzada por elabate Barruel(8), quien asegurabaque la revolución en Europa habíasido el resultado de una gran cons-piración, de un gran complot masó-nico a escala internacional, alcanzóen su momento un gran éxito, sobretodo en los contrarrevolucionarios ylos emigrados, y fue retomada porautores posteriores como AgustínCochin(9),y más recientemente porBernar:d Fay. Sin embargo parecehoy probado que el "complot masó-nico" nunca existió más que en laimaginación del abate y de susseguidores. Es indudable que laacción de la masonería no fue nula,ya que la propaganda que llevaba acabo, aunque variable según lasregiones, debilitó la resistencia delas clases cultivadas a las ideasnuevas, disminuyendo así el presti-gio de las viejas nociones: la autori-dad de la Iglesia, la supremacía dela nobleza y el absolutismo real.Incontestablemente, la masonería"minó" las bases del antiguo régi-men, pero por sí sola nunca podríahaberlo derrocado.

Indudable fue el papel jugado porlas "luces" en la génesis y desenca-denamiento de las revolucionesoccidentales. Muchos de los con-temporáneos llegaron a acusar a las"nuevas ideas" de ser los culpablesdel gran movimiento revoluciona-rio. La importancia de "las ideas"fue mayor en el siglo XVIII quenunca antes: los pensadores euro-peos, influidos por el desarrollo delconocimiento científico, analizanlas instituciones de la sociedad a laluz de la razón pura. La acción de las"luces" .fue profunda y generali-zada: se extendieron sobre todo apartir de mediados de siglo en todala intelectualidad de Europa yAmé-rica. Ellas están en el origen de lasconstituciones y de las institucio-nes nuevas surgidas en todos lospaíses tocados y afectados por larevolución atlántica. Aportaron almundo, principalmente occidental,un serie de ideas nuevas cuyas raí-ces podemos encontrar en el huma-nismo del Renacimiento y en losracionalistas del siglo XVII, y cuyafinalidad era dar una explicacióndiferente al mundo, que se encon-traba en plena renovación.

Las obras de los "philosophes"estaban llenas de críticas y de sáti-

ras contra la sociedad, el sistemapolítico-económico, las costumbres,la religión, las mentalidades. Susaportes fueron fundamentales, puespermitieron el surgimiento de unclima propicio para el desarrollo dela Revolución, a la vez que dieron alos revolucionarios la doctrina quenecesitaban para llevar a cabo losgrandes cambios que se proponían.

John Locke, considerado como elpadre del individualismo liberal,expuso su teoría del Estado en su"Tratado sobre el gobierno civil"mostrando 1ue todo gobierno estáfundado en un contrato establecidoentre el monarca y sus súbditos, yque la condición de un buengobierno reside en la separación delos poderes. La obra de Charles deSecondat de Monstequieu fue muyconstructiva para la erección delnuevo régimen: contrario al despo-tismo, pero también a la democra-cia, su ideal político era el de unamonarquía moderada, en la cual eraconveniente la separación de pode-res, idea que tomó de Locke. Su obra"L'Esprit des lois" (1748) fue el bre-viario de todos los "hacedores" deconstituciones en Europa y en Amé-rica. Voltaire, que representó unatendencia diferente, no preconizabauna limitación del poder real, sino la"ilustración" de la monarquía. Fueel fundador de la teoría del "despo-tismo ilustrado": su ideal era unrégimen monárquico con el cual elmonarca gobernaría asesorado porlos "filósofos" y apoyándose en elpueblo, en contra de los aristócra-tas. El ginebrino Jean-Jacques Rous-seau, teórico de la democracia,soñaba con un ,sistema y una socie-dad totalmente diferentes. Su idealsocial era el de una sociedad nueva

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en la cual reinarían la bondad y lapaz; su ideal político, la soberaníapopular y el contrato social. Con-dorcet fue el gran enunciador delos derechos humanos, y recono-cidos solamente por medio de leyespositivas. Por último, es indispen-sable mencionar la importancia quetuvo la publicación de la Enciclo-pedia entre 1751 y 1772, 28 volúme-nes que constituyen una auténticacolección de criticas contra el anti-guo régimen, obra ampliamenteconocida en toda Europa y enAmérica.

La propagación de las ideas de laIlustración, cuyo verdadero hogarfue Francia. se realizó por variosconductos o medios. El primero deellos fue oral, en los salones y en lasreuniones como las del Club delEntresuelo, así como en las acade-mias surgidas en las provincias, yenlas logias masónicas. A la vez, taldifusión se realizó en forma escrita,

por medio de los diccionarios cientí-ficos y las enciclopedias, e incluso através de los periódicos y gacetas.Desde Francia, las ideas fueronesparciéndose por Europa e inclusopor América. Sin embargo, las"luces" no "iluminaron" todo elmundo, aunque sí todo el mundooccidental o atlántico.

Las estructuras sociales y lacoyuntura económica de finales delsiglo XVIII, ayudaron también a lacreación de un clima propicio parala génesis de la revolución. En laEuropa Occidental, al oeste del Elba(menos España e Italia), el ordenestamental se encontraba muy des-virtualizado, era una organizaciónenvejecida. La evolución del go-bierno, de las relaciones soéiales dela economía, había alterado progre-sivamente y roto el equilibrio entrederechos y deberes, base del ordenestamental. La división tradicionalen estamentos ya no respondía a las

necesidades que existían en la EdadMedia y a comienzos de la EdadModerna. El régimen feudal seencontra muy debilitado: el campe-sinado disfrutaba libremente de latierra a cambio del pago de los dere-chos señoriales; las ciudades erannumerosas, ricas y pobladas, y elcomercio se desarrollaba activa-mente, provocando el surgimientode una burguesía cada vez más rica.Como consecuencia de estos cam-bios se habrian de reforzar las pre-siones de los grupos más ricos e.influyentes, cuyas principales aspi-raciones eran tanto ingresar en lasfilas de la nobleza, como participaractivamente en el ejercicio delpoder.

Por otra parte cabe destacar elproblema demográfico que se plan-teaba a finales de la centuria.Durante el siglo XVIII se produjo ungran aumento de la población entodo el mundo occidental. Las gue-

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rras de este siglo fueron menosnumerosas y menos mortíferas queen el siglo anterior, las epidemiasmás reducidas, el clima más cle-mente. La población europea aumen·tó sensiblemente durante las dosgeneraciones que precedieron laRevolución, debido ante todo a ladisminución de la mortalidad en elestrato de 1 a 20 años, gracias a lamejora de la alimentación. Esteaumento de población significó laexistencia de un gran número dejóvenes, los cuales serán los hace-dores y los participantes más acti-vos en la revolución. El exceso demano de obra, y por lo tanto el ele-vado número de desocupados, devagabundos errantes en busca detrabajo, en definitiva de desconten-tos, será un factor decisivo en el ini-cio de la revolución.

* * *

Dentro de esta gran "cadena revo-lucionaria" que sacudió al mundooccidental desde finales del sigloXVIII hasta comienzos del XIX,conviene destacar tres procesos,quizás los más representativos.

El primer eslabón lo encontramosen el norte del continente ameri-cano, con la emancipación de las 13colonias británicas, movimiento quefue a la vez secesionista y revolu-cionario. Secesionista, puesto quelas 13 colonias pertenecieron a lasoberanía británica en forma de"colonias" hasta 1776, año de ladeclaración de su independencia.Revolucionario, porque permitió lafundación de un Estado cuyascaracterísticas nada tenían que ver

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con el antiguo régimen: gobiernoliberal, soberanía popular, declara-ción de unos derechos del hombre,constitución que reglamenta laseparación de poderes, y cámarasrepresentativas.

Tras los movimientos revolucio-narios surgidos en Irlanda, GranBretaña, las Provincias Unidas y losPaíses Bajos, Suiza y Suecia, la revo-lución se traslada a Francia, ini-ciándose en 1789 el gran procesoque impondría en este país un ordende cosas totalmente nuevo. La Revo-lución francesa tiene indudable-mente un carácter universalista.Como dijo Alexis de Tocqueville:"Todas las revoluciones civiles ypolíticas han tenido una patria yunos límites. La Revolución fran-cesa no tuvo territorio propio ...".

Francia era un país relativamentepróspero y digno, pero a la vez desi-gual y necesitado de reformas en laadministración y la ordenaciónjurídica, en el terreno económico ypolítico, en las estructuras sociales.El intento realizado por variosministros de imponer ciertas deestas reformas provocaron una fuer-te oposición de los privilegiados através de los parlamentos, que cons-tituían su principal fuerza jurídica.Así, entre 1787 y 1789, la alianzaentre los privilegiados y los parla-mentos permitirá el paso de la"revuelta de los privilegiados" a larevolución del estado llano quesacudirá a Francia durante largosaños y permitirá el paso a un nuevorégimen lleno de innovaciones en lopolítico, lo económico y lo social.

A partir de 1810 la revolución hacruzado de nuevo el océano ysacude las posesiones españolas deAmérica, en un proceso largo y tor-mentoso, cuya fecha final no esposible establecer válidamente,pero que supuso la abolición delantiguo régimen colonial y el paso aun nuevo estado de cosas. El pro-ceso emancipador en Hispanoamé-rica permitió la aparición y la for-mación de nuevas repúblicas. Serealizaron cambios decisivos y entodos los campos. La independen-cia de las colonias españolas deAmérica se enmarca entonces den-tro de la serie de revoluciones occi-dentales de fines del siglo XVIII yprincipios del XIX.

* * *

No cabe duda de que las revolu-ciones del continente americano yla Revolución francesa-europea sondos capítulos distintos de un mismoproceso general, que permitió elpaso del antiguo régimen a los sis-temas demoliberales de la edadcontemporánea. En este proceso fuefundamental el influjo y el ejemplode lo ocurrido en las 13 colonias nor-teamericanas, que supuso por pri-mera vez el éxito de la aplicaciónpráctica de las nuevas ideas, pro-moviendo con ello el desencade-namiento de la revolución europea.El posterior proceso de emancipa-ción de Iberoamérica vendrá a con-firmar el "modelo" norteamericanocomo forma peculiar de revoluciónen el "Nuevo Mundo".

La Revolución francesa no fuepues un hecho aislado ni peculiar.Se produjo en un marco temporal yespacial propicio, y fue rodeada porotros procesos muy parecidos. Comolo dijo el historiador francés JeanJaurés en su "Historia socialista dela revolución": "no hay propiamentedicho una Revolución francesa: hayuna revolución europea, con Fran-cia en su cumbre".

Concluyendo con Jacques Gode-chot, ..... la Revolución francesa nopuede aislarse del vasto movi-miento revolucionario que comenzóen las colonias inglesas de Américahacia 1770 y que sólo terminó suciclo después de los disturbioseuropeos de 1848-1849".

1. Se establece en efecto una distinción entrederechos civiles y derechos políticos, y por lotanto los ciudadanos aparecen de hecho divi-didos en ciudadanos "pasivos" y ciudadanos"activos".

2. Les Révolutions, 1770-1799. Parls, 1970. pp.89-90.

3. Louis Gottschalk mostró la formación y eldesarrollo del espiritu revolucionario en elmundo. y estudió lo que llamó la "primerarevolución mundial". en la cual distingula unafase americana. una fase francesa, y una fasenapoleónica. Daba como fecha final de esta"primera revolución mundial" el año 1815.Ver. Jacques Godechot, Les Révolutions ...•op.cit p. 272.

4. Godechot lo hizo principalmente en el primercapitulo de La Grande Nation. París, 1956, yPalmer en The Age 01Democratic Revolution.Princeton, 1959.

5. Jacques Godechot, Les Révolutions ...•op. citp.5. .

6. Ibid, p. 279.7. Ibid, pp. 273-277.8. Mémoires pour servir a l'histoire du Jacobi·

nisme. Hamburgo, 1798.9. Les Sociétés Savantes et la Révolution de Ere-

tagne, 1926.