revista semana santa 2010

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1 Q ueridos fieles de la diócesis de Córdoba: El Santo Padre Benedicto XVI me ha nombrado Obispo de Córdoba. Desde que he recibi- do la noticia de este nombramiento, he sentido el deseo de conoceros más para poder serviros mejor, he comenzado a quereros con toda mi alma, estoy deseando encontrarme con vosotros. He oído hablar mucho de vosotros, y muy bien. Y ahora todo me resuena cuando oigo hablar de la diócesis de Córdoba, que Dios en su infinita misericordia me confía. “Os habéis convertido en mo- delo para todos los creyentes” (1Ts 1,7) en España y más allá de nuestras fronteras. “La Palabra de Dios y vuestra fe en Dios se ha difundido por todas partes” (Ib.). Tenéis una enorme responsabilidad, que a partir de ahora voy a compartir con vosotros. “Al que mucho se le dio, mucho se le pedirá” (Lc 12,48). A partir de este momento la historia de la diócesis de Córdoba, vuestras historias personales y mi propia historia se entrecruzan, gracias al designio amoroso de Dios para todos nosotros en su santa Iglesia. Ni yo os he elegido a vosotros, ni vosotros me habéis elegido a mí. Es Dios el que nos llama, es Él quien nos precede, Él quien nos envía y acompaña, Él quien suscita la fe y el amor de la mutua aco- gida. Miremos con ojos de fe estos acontecimientos, porque es Dios, a través de tantas mediaciones humanas, el que dirige vuestros pasos y los míos para que caminemos juntos, bajo la protección del arcángel san Rafael, en Córdoba. ¡Bendito sea Dios, que nos muestra su amor de tantas maneras! Por lo que ya conozco de vosotros y de lo que Dios hace en medio de vosotros, voy lleno de espe- ranza a una diócesis viva. Le pido al Señor –hacedlo también vosotros- que me haga capaz de alentar más y más esa vida, que el Hijo eterno Jesucristo, por su encarnación redentora, ha venido a traer para todos los hombres, “para que tengan vida y vida abundante” (Jn 10.10), porque “esta es la vo- luntad de Dios, que seáis santos” (1Ts 4,3). Córdoba es la sede del obispo Osio, con quien he tratado frecuentemente en mis clases de cristo- logía. Córdoba tiene una larga historia de santos y de mártires, testigos de un amor que vence todas las dificultades, en la época visigótica, en la época musulmana, en el medioevo, en la época contem- poránea y reciente. Que con todos ellos podamos experimentar también nosotros que “en todo esto vencemos fácilmente por Aquel que nos amó” (Rm 8,37) y podamos presentar al mundo de hoy la belleza de la vida cristiana. Saludo particularmente a Mons. Juan José Asenjo, mi hermano y amigo, que ha sido vuestro obispo en los últimos años, y que ahora es nuestro arzobispo metropolitano des- de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba. Os saludos a todos vosotros, queridos hermanos sacerdotes, mayores y jóvenes, que tenemos en san Juan de Ávila un estímulo permanente para ar- der en el amor a Cristo y en el celo por las almas. Y con los sacerdotes, a todos los seminaristas que se preparan al sacerdocio. Dichosos los que habéis sido llamados por el Señor y dichosos por haber respondido generosamente a esta vocación. Primer saludo del nuevo obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, obispo de Tarazona, a los fieles de la diócesis de Córdoba. Tarazona, 18 de febrero de 2010

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S.Santa 2010

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Page 1: Revista Semana Santa 2010

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Queridos fieles de la diócesis de Córdoba:

El Santo Padre Benedicto XVI me ha nombrado Obispo de Córdoba. Desde que he recibi-

do la noticia de este nombramiento, he sentido el deseo de conoceros más para poder serviros mejor,

he comenzado a quereros con toda mi alma, estoy deseando encontrarme con vosotros.

He oído hablar mucho de vosotros, y muy bien. Y ahora todo me resuena cuando oigo hablar de

la diócesis de Córdoba, que Dios en su infinita misericordia me confía. “Os habéis convertido en mo-

delo para todos los creyentes” (1Ts 1,7) en España y más allá de nuestras fronteras. “La Palabra de

Dios y vuestra fe en Dios se ha difundido por todas partes” (Ib.). Tenéis una enorme responsabilidad,

que a partir de ahora voy a compartir con vosotros. “Al que mucho se le dio, mucho se le pedirá” (Lc

12,48).

A partir de este momento la historia de la diócesis de Córdoba, vuestras historias personales y mi

propia historia se entrecruzan, gracias al designio amoroso de Dios para todos nosotros en su santa

Iglesia. Ni yo os he elegido a vosotros, ni vosotros me habéis elegido a mí. Es Dios el que nos llama, es

Él quien nos precede, Él quien nos envía y acompaña, Él quien suscita la fe y el amor de la mutua aco-

gida. Miremos con ojos de fe estos acontecimientos, porque es Dios, a través de tantas mediaciones

humanas, el que dirige vuestros pasos y los míos para que caminemos juntos, bajo la protección del

arcángel san Rafael, en Córdoba. ¡Bendito sea Dios, que nos muestra su amor de tantas maneras!

Por lo que ya conozco de vosotros y de lo que Dios hace en medio de vosotros, voy lleno de espe-

ranza a una diócesis viva. Le pido al Señor –hacedlo también vosotros- que me haga capaz de alentar

más y más esa vida, que el Hijo eterno Jesucristo, por su encarnación redentora, ha venido a traer

para todos los hombres, “para que tengan vida y vida abundante” (Jn 10.10), porque “esta es la vo-

luntad de Dios, que seáis santos” (1Ts 4,3).

Córdoba es la sede del obispo Osio, con quien he tratado frecuentemente en mis clases de cristo-

logía. Córdoba tiene una larga historia de santos y de mártires, testigos de un amor que vence todas

las dificultades, en la época visigótica, en la época musulmana, en el medioevo, en la época contem-

poránea y reciente. Que con todos ellos podamos experimentar también nosotros que “en todo esto

vencemos fácilmente por Aquel que nos amó” (Rm 8,37) y podamos presentar al mundo de hoy la

belleza de la vida cristiana. Saludo particularmente a Mons. Juan José Asenjo, mi hermano y amigo,

que ha sido vuestro obispo en los últimos años, y que ahora es nuestro arzobispo metropolitano des-

de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba. Os saludos a todos vosotros, queridos hermanos

sacerdotes, mayores y jóvenes, que tenemos en san Juan de Ávila un estímulo permanente para ar-

der en el amor a Cristo y en el celo por las almas. Y con los sacerdotes, a todos los seminaristas

que se preparan al sacerdocio. Dichosos los que habéis sido llamados por el Señor y dichosos

por haber respondido generosamente a esta vocación.

Primer saludo del nuevo obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández,obispo de Tarazona, a los fieles de la diócesis de Córdoba.Tarazona, 18 de febrero de 2010

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cruz de guían.º 13

Saludo a todos los consagrados en los distintos y abundantes carismas que enriquecen nuestra

diócesis, en la vida apostólica y en la vida contemplativa. Constituís una enorme riqueza para la vida

de la Iglesia y de nuestra diócesis.

Os saludo, queridos fieles laicos, porque “vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del

mundo” (Mt 5,13.14). Mi corazón se dirigen especialmente a los jóvenes, “porque habéis vencido

al Maligno” (1Jn 2,13) y en san Pelagio y en el beato Bartolomé Blanco tenéis un referente de vida

cristiana.

Presento mis respetos a las autoridades civiles, militares y culturales, tanto locales y provinciales

de Córdoba, como autonómicas y estatales en Andalucía. Por todos ellos ruego “para que podamos

vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad” (1Tm 2,2). Y ofrezco mi colaboración

desde el Evangelio para el bien común de los cordobeses.

Mi saludo especial y mi cercanía para todos los que sufren por cualquier causa, por la enfermedad,

por el paro, por el desamor, por la carencia de Dios. El Espíritu del Señor me ha ungido y me ha en-

viado para sanar los corazones afligidos.

Que la Virgen de la Fuensanta nos preceda y acompañe. A todos, mi abrazo y mi afecto, mientras

os bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Hasta pronto:

+ Demetrio Fernández, obispo de Tarazona y obispo electo de Córdoba

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Saluda

Las hermandades y cofradías somos aso-ciaciones públicas de fieles cristianos que debe-mos contribuir al fomento de la vida cristiana dentro de nuestro seno; y como tales debemos actuar.

Las hermandades y cofradías contribuimos al florecimiento de la vida cristiana entre no-sotros ya que cada uno de una forma distinta, llevamos la iglesia a la calle. Abriguemos pues, la esperanza de que todo nuestro trabajo y es-fuerzo, que es mucho, sirva para que la mayoría de los cofrades y hermanos en estas fechas tan importantes para todos nosotros, alimenten su vida espiritual.

Hablando con las juntas de gobierno de las cofradías de Hinojosa del Duque a todos nos asalta las mismas dudas: ¿Merece la pena todo el tiempo y esfuerzo que dedicamos a nuestra cofradía?

Muchas veces desde los distintos estamen-tos de la iglesia se nos ha invitado a centrarnos mas en la calidad de nuestros cofrades que no en la cantidad puesto que de que nos vale tener tal o cuanta cantidad de hermanos si cuando llegan nuestros cultos o nuestras asambleas ge-nerales no estamos la inmensa mayoría de los cofrades.

Pero por otro lado, cada vez que alguien de tu cofradía te reconoce, te llama la atención o simplemente te pregunta sobre algún tema o justamente antes de la estación de penitencia ves a todos los cofrades orando bajo una sola voz alrededor de nuestros titulares te llena de una satisfacción tal que las dudas anteriores se desvanecen.

Por ello he titulado “ Lo que se desconoce no se vive “ a este articulo por que si nos adentra-ramos mas en el espiritu de las cofradías hino-joseñas disfrutaríamos mas de Nuestra Sema-na Santa. Asi pues me gustaria invitar a todos los cofrades de Hinojosa a involucrarse más en nuestros actos para así crecer todos, la cofradía y el cofrade con un solo fin. Seguirle a EL.

Gumersindo Romero ArellanoPresidente de la Junta Rectora de la

Agrupación General de Hermandades y Cofradías de Hinojosa del Duque

R E S U R R E S I T“ Lo que se desconoce no se vive “

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cruz de guían.º 13

Pregón de Semana Santa 2010

La responsabilidad y el honor de pregonar la Semana Santa 2010 ha recaído en la

persona de Justo Ayuso Barbero.Nació el 19 de Agosto de 1961 en Hinojosa del

Duque, localidad en la que sigue residiendo.Pertenece a una familia numerosa siendo el

cuarto de siete hermanos. Casado y con un hijo.Su formación educativa la inició en las es-

cuelas que había donde hoy se levanta el centro de salud, pertenecientes al Grupo Escolar San Gregorio. Terminó primaria en el Convento de los P.P. Carmelitas de nuestra localidad, desde donde salió para ingresar en el Seminario de esta Orden Religiosa en Osuna y luego en Jerez de la Frontera.

Allí, descubrió que no era ese su camino, abandonando el Seminario y continuando sus estudios en el Instituto “Padre Juan Ruiz”. de nuestro municipio donde finalizó bachillerato.

Es Diplomado en Trabajo Social por la Escue-la “San Vicente de Paúl” de Sevilla.

Ejerce su profesión en los Servicios Sociales Comunitarios, pertenecientes al Instituto Provincial de Bienestar Social. Actualmente desempeña su labor en los municipios de Belmez y Valsequillo.

Sus inquietudes sociales y culturales le han llevado a participar activamente en diversas asocia-ciones locales. En la actualidad, forma parte del grupo de teatro “Colodrín-Colodrado”, cuyos com-ponentes son miembros de la Cofradía de Jesús Orando en el Huerto.

Es presidente de la Asociación de Madres y Padres del Colegio Público Maestro Jurado, donde además es miembro del Consejo Escolar.

Compagina su cargo en la Directiva del C.D. Hinojosa con la de entrenador del equipo Infantil de fútbol.

Sus comienzos en la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, con la Cruz a Cuestas y Virgen de los Dolores, se remontan a 1.987, formando parte de la cuadrilla de costaleros del paso de palio.

En 1.990, José Manuel Murillo Fernández, Mané, lo nombra Vice-Hermano Mayor, cargo que ostentó durante ocho años.

En las posteriores Juntas de Gobierno, ha ocupado distintas vocalías, siendo en la actualidad Vice-Secretario.

Será presentado en este acto por Paco González Leal, costalero del paso de Cristo de la Oración en el Huerto y con la Cruz a Cuestas, al que le unen lazos de amistad y de hermandad dentro de su Cofradía.

A lo largo de estos años, jamás perdió la ilusión por vivir intensamente la Semana Santa: primero de costalero, más tarde como nazareno y este año de Pregonero de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, donde expondrá sus conocimientos y sentimientos dándonos testimo-nios de su Fé.

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La reaparición de la revista “Cruz de Guía”, que durante años ha ilustra-

do el camino de los hinojoseños/as durante la Cuaresma, supone para todos/as una enorme satisfacción. A través de sus páginas, cofradías y hermandades no han acercado la realidad y la vitalidad de una de las celebraciones de nues-tro pueblo que goza de mayor respaldo popu-lar. De esta forma, nos hemos ido aproximando al conocimiento y al significado pleno de la Se-mana Santa. El Ayuntamiento, ahora como pa-trocinador de esta publicación, desea convertir sus páginas en un elemento primordial para la promoción y difusión de una celebración que está declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.

La Semana Santa de Hinojosa del Duque supone una verdadera exaltación de lo sensible, de lo vivencial a través de las mil impresiones que se agolpan ante nuestras miradas. Colori-do, olor a incienso, silencio roto por el redoble de tambores, severidad penitencial, luz de ci-rios y hachones, saetas, etc. Belleza y antigüe-dad. Es, por otra parte, una fiesta para la emo-ción y el sentimiento, cargada de religiosidad, recogimiento interior y oración. Significados y

simbolismos religiosos, pero también espacio para reuniones y encuentros familiares.

Todo este esplendor es fruto de muchas horas de trabajo, de dedicación y de sacrificio por engrandecer una celebración nacida de la devoción religiosa pero convertida en una ma-nifestación plena de nuestra cultura y nuestra historia. Una festividad que se prolonga a lo largo de toda la Cuaresma y que vive sus mo-mentos de mayor intensidad a partir del Do-mingo de Ramos.

La Semana Santa de Hinojosa del Duque es sinónimo de penitencia, de fe, de fidelidad a sus tradiciones, y de fervor. Pero a la vez, es un acontecimiento que trasciende más allá, que aborda el mundo de los sentimientos y que im-pulsa y proyecta a nuestro pueblo hacía el ex-terior. Por ello, cada año son más los visitantes que acuden a vivir con nosotros/as estos días. Hacia ellos/as, nuestra más afectuosa bienve-nida, muy especialmente a todos/as nuestros/as paisanos/as que regresan para compartir con nosotros/as estas jornadas tan especiales.

Matías González López.

Alcalde de Hinojosa del Duque.

Saluda

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cruz de guían.º 13JESUCRISTO,

JUSTICIA DE DIOS

Como cada año al iniciar Cuaresma, el Santo Pa-dre el Papa dirige a todos los cristianos su tra-

dicional Mensaje de Cuaresma, que este año está centrado en la frase el apóstol San Pablo «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (Rom 3,21-22)

El Papa recoge la afirmación del San Agustín: «si la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo… no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios» (La ciudad de Dios, XIX,21); desde el concepto de la justicia humana, nos dice el Papa, no podemos olvidar algo más importante y que hace gozar de una verdadera existen-cia en plenitud, pues “el hombre vive del amor que solo Dios, que lo ha creado a imagen y semejanza, puede comunicarle”. Al igual que Cristo se preocupó de curar enfermos, dar de co-

mer a la multitud, denunciar la injusticia con los más débiles, la Iglesia y los cristianos continuamos esa misión, pero teniendo nuestra mirada en algo más profundo y es que esa justicia «distributiva» no proporcionará al ser humano todo «lo suyo» que le corresponde, pues el hombre además del pan está también necesitado de Dios.

Cuando miramos nuestra sociedad, nuestra primera observación nos puede llevar a considerar que la raíz de los problemas, el origen del mal procede de causas exteriores, y que, por lo tanto, hay que cambiar esas causas que llevan al mal. Pero, como nos dice el Papa, esa manera de pensar es «ingenua y miope», pues, «la injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas, tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal». El hombre, creado para amar y donarse, siente la continua tentación del plegarse sobre sí mismo, de cerrar su corazón al otro, la continua tentación del egoísmo. A lo que el Papa se pregunta: «¿Cómo puede el hombre liberarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?», ya que para vivir la verdadera justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerra-zón en el que vivimos y que es el origen de nuestras injusticias.

El Papa nos responde con las palabras de San Pablo a los cristianos de Roma: «la justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo». La justicia de Cristo es la que viene, ante todo, de la gracia, donde «no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás». La justicia de Dios es muy distinta a la nuestra, incluso nos cuesta comprenderla, ya que Dios mismo ha pagado por noso-tros en su Hijo el precio de nuestro rescate de una manera exorbitante. Convertirse a Cristo significa, nos dice el Papa, «salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigen-cia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad».

La justicia divina por tanto, es la plenitud de la caridad, del don y de la salvación, algo que no se puede uno dar a sí mismo, sino que siempre necesita del otro. Como nos dice el Papa, «que este tiempo penitencial sea para nosotros los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo», solo así podremos vivir una auténtica justicia de Dios, repar-tiendo nuestro pan con el necesitado, curando toda la enfermedad y dolencia y dando testimonio de que la verdadera justicia es la que acerca al hombre a Dios.

José María González RuizPárroco de San Juan Bautista

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Permitirme que sea sincero y exponga al descubrimiento con crudeza y sinceri-

dad la vigencia religiosa de una inmensa mayoría de los que hoy nos llamamos cristianos porque así lo atestigua una partida de bautismo que se conserva en nuestros Archivos Parroquiales.

Un año más el Señor nos permite vivir los grandes acontecimientos que un día fueron una realidad. La Pasión, Muerte y Resurrección de Je-sús de Nazaret, el Hijo de Dios, que supo plasmar con su vida, Persona y palabra, un camino para todo aquel que libremente quiera seguirlo.

Un día mediante el Bautismo, los que hoy lla-mamos cristianos, nos adherimos a Él y nos hi-cimos seguidores suyos. ¿Seguimos de verdad y con todas sus consecuencias la senda por Él mar-cada cuando nos ha dicho: “Yo soy el camino, la Verdad y la Vida”? Aquí está el gran problema de nuestra vida cristiana.

Por desgracia queremos evacuar nuestra vi-vencia cristiana con unas prácticas externas que acallen nuestra falta de convicción y que a veces rayan en lo ridículo por no decir en lo grotesco.

Catalogamos nuestra fe en elementos externos de cara la galería y la valoramos por hacer un “ca-mino” donde el sentido religioso penitencial de peregrinación está ausente y el folclore está en primerísimo plano.

Por “asaltar” una verja con el terrible estigma de que nadie que no sean ellos tenga la osadía de tocar la Virgen.

Por “vestir” una túnica de una cofradía y no sentir el profundo misterio que encierra y el men-saje que lleva.

Por sentirnos “actores” y no cirineos en alguna ocasión, aún llevando a Cristo en nuestros hom-bros.

Por “apuntarse” a una hermandad para tener una verbena y una comida y no pisar la Iglesia en la vida. Por…

Nos haríamos interminables si pusiéramos una tercera parte de motivos por los cuales algu-nos quieren justificar su vida como cristianos.

En la vida social una persona que no se amol-da a los criterios de la vida que lleva, o los cambia fácilmente, la sociedad lo tilda con epítetos que lo descalifican y lo vemos lógico. ¿Por qué en la vida religiosa el mutismo es la respuesta cuando ve-mos esta disparidad entre criterios y vida? La res-puesta salvo en contadas ocasiones es evidente.

Al prevalecer una inmensa mayoría en esta actitud, el silencio es la palabra más elocuen-

te. Nadie va a acusarse así mismo. Por eso esta disyuntiva criterios-vida debe llevarnos a anali-zar más profundamente nuestras actitudes como cristianos.

No podemos valorarla únicamente por estar “bautizados”. No por hacer un “camino”. No por llevar una “túnica”. No por “apuntarse” a una hermandad. No por… sino por nuestras convic-ciones y criterios cristianos en situaciones más transcendentales que afectan a nuestra fe y que exigen un testimonio.

Las palabras de Cristo son claras y contunden-tes: El que no está conmigo está contra mí y Cris-to tiene criterios muy claros sobre la familia, la vida, la educación y la moral. ¿Qué piensas tú?

Hoy se cambia muy fácilmente o a la fuerza oro por bisutería y se transforman sentidos religiosos por otros auténticamente profanos. Basta con que una sola persona o grupúsculo lance una idea en contra de algo religioso para que tenga fácil acep-tación t quiten Crucifijos o imágenes de Cristo o de la Virgen. Por supuesto ponen al descubierto quien los promueve y quien los legaliza.

¿Es el comienzo de algo más profundo que se está avecinando?

Por desgracia hubo tiempos pasados en que no avisaron ni hubo asambleas para justificar una acción y las consecuencias la historia las puso al descubrimiento. ¿Cómo pensamos y actuamos nosotros ante semejantes actuaciones de ayer y de hoy?

Tiempos difíciles los que estamos viviendo. Un laicismo tan feroz nos quiere poner un estado que se gloría en ser aconfesional. Si es aconfesio-nal ¿Por qué combate ta feroz y exclusivamente a la Iglesia Católica y no con otras religiones?

La Iglesia a través de toda su historia ha sufri-do peores situaciones, pero las palabras de Cristo dieron ánimo y fortaleza.

Y cuando quieren acallar nuestras voces como el primer Domingo de Ramos de la historia cuan-do los fariseos de dijeron a Cristo: “Diles que se callen”. Cristo de respondió: “Si éstos callan, gri-tarán las piedras”.

Cristo necesita tu voz y tu testimonio como cristiano en el mundo que vivimos. Pero piensa que el cristianismo que vives a lo mejor no tiene la respuesta adecuada porque te faltan criterios que lleven la fuerza de un testimonio.

Juan Cano Cabanillas.Sacerdote.

Reflexión en voz alta

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cruz de guían.º 13CRISTO HA VENCIDO A LA MUERTE

A caecióme que entrando un día en el orato-rio, vi una imagen que havían traído allí

a guardar, que se havía buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de un Cristo muy llagado, y tan devota, que en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representava bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que havía agradecido aquellas llagas, que el corazón me pa-rece se me partía, y arrojéme cabe a Él con grandí-simo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle” (sic) (Sta. Teresa de Jesús, Libro de la Vida, Cap.9, 1).

Esta es la experiencia que narra Santa Teresa en el libro de su vida, que fue provocada por una peque-ña imagen de Jesús amarrado a la columna, después de ser flagelado, que aún se conserva en el Monaste-rio de La Encarnación de Ávila.

El profeta Isaías contempla, en la lejanía, lo que le ocurrirá al Siervo de Yahveh: “Creció como un re-toño delante de él, como raíz de tierra árida. No te-nía apariencia ni presencia; (le vimos) y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se vuelve el rostro, despreciable y no le tuvimos en cuenta. ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nues-tros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz, y en sus cardenales hemos sido curados… Fue oprimido y él se humilló y no abrió la boca. Como un corde-ro al degüello era llevado y como oveja que ante los esquiladores está muda, tampoco él abrió la boca” (Is 53,2-7).

El sufrimiento de los inocentes siempre nos con-mueve, aunque muchas veces volvamos el rostro para no verlo, porque no podemos soportarlo.

De nuevo en la Semana Santa podemos ver por la calles de nuestro pueblo de Hinojosa la imagen de Jesús, en todos los misterios de su pasión, muerte y resurrección, siempre acompañado de María, su Ma-dre, para nuestra contemplación.

¿Qué contemplamos en estos misterios? ¿Qué sentimientos producen en nosotros? O simplemente los vemos pasar por nuestras calles, admirando qui-zá la belleza de los pasos e imágenes, y seguimos in-diferentes ante este misterio de Amor. “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea el él no perezca, sino que tenga vida eterna”. (Jn 3,16).

Porque ciertamente contemplamos el Misterio de nuestra salvación. Todos nosotros estamos avocados a la muerte, que constantemente nos encontramos en el devenir de nuestra vida, ante la cual nos sen-timos impotentes e indefensos. ¿Acaso hay alguien que haya regresado del Cementerio? ¿Hay esperanza

para los que mueren o toda nuestra vida termina en polvo y ceniza?

Si simplemente fuéramos pura materialidad bio-lógica ese sería nuestro triste destino, y nuestra éti-ca sería la que señala S. Pablo en la 1ª Carta a los Corintios: “Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos que mañana moriremos”, (1Cor 15, 19) justificando así el hedonismo y relativismo reinante e incluso el asesinato de los niños no nacidos o de las personas que, según esta mentalidad, ya no tienen suficiente calidad de vida (aborto y eutanasia), aun-que los disfracemos con aquello de “interrupción del embarazo” y “muerte asistida”.

“Pienso, luego existo” razonaba Descartes. ¿Ter-mina esta forma de existencia cuando dejamos de pensar?...

“Dios me ama, luego existo”. ¿Puede Dios dejar de amarme? Dios es Amor y el amor de Dios es eter-no, va más allá de la muerte. Cada uno de nosotros somos algo más que “pura materialidad biológica” somos alguien a quien Dios ama y este amor de Dios nos constituye como personas humanas, capaces de amar, no meros seres vivos, como decía la Ministra Aído. Hay sembrada en nuestra naturaleza una semi-lla de vida eterna, el Amor de Dios que ha sido derra-mado en nuestros corazones.

Volvemos a la Semana Santa: un hombre-Dios, Jesús de Nazaret, que entrega su vida a la muerte por amor, cargando con todas nuestras dolencias, perdo-nando y amando a sus enemigos, sabiendo que Dios, su Padre, no le abandonará en la muerte ni le deja-rá experimentar la corrupción. No tendría ningún sentido si la Semana Santa terminara en el sepulcro. La muerte habría vencido. Sería el fracaso de Dios-Amor vencido por la muerte.

“¡Pero no! Cristo RESUCITÓ de entre los muer-tos como primicia de los que murieron” (1Cor 15, 20), proclama con fuerza San Pablo. Es el anuncio de la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, de la luz frente a las tiemblas de la tumba. El sepulcro de Cristo sigue vacío, no está allí, HA RE-SUCITADO.

Un hombre, como nosotros, nacido de María, ha vuelto del cementerio. En él se han cumplido todas las promesas. En Él también viviremos nosotros.

Contemplemos este misterio de Amor por noso-tros en las celebraciones litúrgicas y cuando veamos los desfiles procesionales de nuestra Semana Santa. Y si es preciso, caigamos también de rodillas como Santa Teresa, con gran derramamiento de lágrimas de agradecimiento por tan grande amor. Cristo mis-mo se hace presente para decirnos que Dios existe y nos ama, que él ha vencido la muerte y en Él tenemos la esperanza cierta de nuestra resurrección.

P. Tomás León González, O. Carm.Párroco de San Sebastián

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9ESTACIONES DE PENITENCIA

Hermandad de la Misericordia*SÁBADO 27 DE MARzO a las 19:00 horas:

PROCESIÓN INFANTIL DEL STMO. CRISTO DE LA MISERICORDIAItinerario: Salida Convento ,Corredera, Plza. De la Catedral, Claudio Moyano, Doctor Franci-no, Reinas, Carmen.

*MARTES SANTO, 30 DE MARzO a las 21.00 horas.EUCARISTÍA y SANTO VÍA CRUCISAl termino del vía crucis, besapié al Stmo. Cristo de la Misericordia

*MIÉRCOLES SANTO, 31 DE MARzO a las 22:00 horas.ESTACIÓN DE PENITENCIA DE NTRO. PADRE JESÚS DE LA HUMILDAD Y PACIENCIAItinerario: Salida Convento ,Corredera, Plza. De la Catedral, San Agustin, Doctor Francino, Reinas, Colon, San Sebastian. Limosna, Corredera.

*JUEVES SANTO, 1 DE ABRIL a las 24:00 ( madrugada).ESTACIÓN DE PENITENCIA DEL STMO. CRISTO DE LA MISERICORDIA Y MARÍA STMA. DE LOS DOLORESItinerario: Salida Convento ,Corredera, Plza. De la Catedral, San Agustin, Doctor Francino, Reinas, Colón, San Sebastian. Limosna, Corredera

Cofradía de la oración en el HuertoVIERNES 26 DE MARzO: VIERNES DE DOLORES, a las 20:00 h.

EUCARISTÍA Y PROCESIÓN DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES- Itinerario: Jesús, Pilarete, Teniente Sanz Perea, San Gregorio, Jerez y Caballero, San Blas, San Agustín, Plaza de la Catedral.

DOMINGO 28 DE MARzO: DOMINGO DE RAMOS, a las 19:00 h.ESTACIÓN DE PENITENCIA DE NTRO P. JESÚS EN SU ENTRADA TRIUNFAL EN JERUSALÉN- Itinerario: Salida del Templo, Plaza de la Catedral, Virgen de la Antigua , Cánovas del Casti-llo, San Blas, Doctor Francino, Corredera, Plaza de la Catedral

JUEVES 1 DE ABRIL: JUEVES SANTO, a las 20;30 h.NTRO. PADRE JESÚS ORANDO EN EL HUERTO Y VIRGEN DE LOS DOLORES.- Itinerario: Salida del templo, Plaza de la Catedral, Jesús, Madre Espíritu Santo, Cánovas del Castillo, San Blas, Doctor Francino, Reinas, Colón, Carmen, Corredera

VIERNES 2 DE ABRIL: VIERNES SANTO, a las 09:00 h.NTRO. PADRE JESÚS CON LA CRUz A CUESTAS Y VIRGEN DE LOS DOLORES.Itinerario: Salida del Templo, Plaza de la Catedral, San Agustín, Doctor Francino, Reinas, Colon, San Sebastián, Limosna, Corredera.

Cofradía de Ntro. P. Jesús NazarenoVIERNES SANTo, 2 DE AbRIl, 11 de la mañana

ESTACIÓN DE PENITENCIA NTRo. PADRE JESúS NAzARENo Y CRISTo DE lA CARIDADItinerario: Caridad, Marqués de Santillana, Romero de Torres, Fontanilla, Corredera, Plaza de la Catedral, Alvaro de bazán, Plaza de Sta. Ana y Caridad.

VIERNES SANTo, 2 DE AbRIl, 11 de la nocheESTACIÓN DE PENITENCIA DE MARÍA STMA. EN SU SolEDADItinerario: Caridad, Pérez Galdós, bálmez, Duque de Alba, Caridad, Mercado, Fontanilla, Corredera, Plaza de la Catedral, Alvaro de bazán, Plaza de Santa Ana, Caridad .

Cofradía del Santo EntierroVIERNES SANTo, 2 DE AbRIl, 21:00 hESTACIÓN DE PENITENCIA SANTo ENTIERRo Y NTRA. SRA. EN SU AMARGURAItinerario: Jesús, Cánovas del Castillo, San blas, Doctor Francino, Reinas, Plaza Colón, Carmen, Corredera, Plaza de la Catedral.

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Cofradía de Ntro. P. Jesús Orando en el Huerto, con la Cruz a cuestas y Virgen de los Dolores

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Cofradía de Ntro. P. Jesús Orando en el Huerto, con la Cruz a cuestas y Virgen de los Dolores

U n año mas nos disponemos a celebrar nuestra Semana Santa.la Semana Santa no comienza el viernes de Dolores con la procesión de Nuestra Ma-

dre, no, comienza el Miércoles de ceniza y desde esa fecha todos los cristianos y los cofrades en especial comenzamos una actividad frenética que culminará con uno de los mensajes más bonitos que Cristo nos enseñó:

“Jesús vive entre nosotros”

Esa es la misión que cada uno de nosotros tenemos que intentar vivir especialmente en cuares-ma.

Agradezco desde aquí a todos los cofrades de Nuestro Padre Jesús orando en el Huerto con la cruz a cuestas y Virgen de los Dolores, el haber depositado la confianza en persona reeligiéndome como Hermano Mayor de esta cofradía. Espero seguir en estos cuatro años de mandato con la misma ilusión con la que asumí los cuatro anteriores.

Mateo 10 43-45: “Quien quiere ser grande entre nosotros que sea vuestro servidor, y el que entre nosotros quiera ser el primero, sea el siervo de todos pues el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por todos”.

Tomando de guía la carta de nuestro obispo Don Juan JoséAsenjo a las Hermandades y Cofra-días del año 2005, tanto mi junta de gobierno como yo intentaremos ser los primeros servidores de la Hermandad con ayuda de todos los cofrades, porque todos nosotros (costaleros, bandas, na-zarenos y directiva) somos una simple pieza de un conjunto de tal manera que uno de nosotros es prescindible pero todos juntos somos imprescindibles.

Quisiera terminar diciendo que en estas fechas somos privilegiados por pertenecer a una co-fradía y recordar que esto no es una feria o una fiesta es el encuentro más mágico y amargo de la historia que tenemos la fortuna de vivir en primera persona.

FElIz PASCUA DE RESURRECCIÓN

Gumersindo Romero ArellanoHermano Mayor

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cruz de guían.º 13

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Hace 51 años de la fundación de la Ban-da de la Oración el Huerto. Ya son

muchos años de historia, por los cuáles la banda ha pasado por diferentes niveles de dificultad. En los últimos años hemos hablado solamente del pasado y ya es hora de hablar de presente.

Hace 2 años se decidió contratar un maes-tro de música, gracias a su contratación el reper-torio de la Banda se reformó completamente y se empezaron a sacar marchas nuevas, las cuáles son conocidas a nivel Provincial. En el año 2009, la Banda sufrió un importante cambio como por ejemplo la llamada de algunas Cofradías de Gloria. En este mismo año se celebraban las Bo-das de Oro de la Banda. El Viernes Santo de ese mismo año esta recibió un homenaje cuando sus costaleros hicieron una gran levantá dedicada a la Banda, la cual fue muy emotiva para todos sus componentes, junto con su director Leoncio Cáceres.

Con motivo del 50 Aniversario se celebró un Certamen de Bandas junto con el día festivo de las Cruces de Mayo. Desde aquí dar las gra-cias a todos los compañeros de otras Bandas que hicieron que este día fuera más grande para no-sotros.

En el año 2010 se está produciendo un gran cambio en la Banda, ya que en la actualidad se ha aumentado a 50 componentes con mucha ilusión y ganas de hacer las cosas bien. Este año estrenamos un bombardino, un trombón y 3 cor-

netas de pistones, los cuáles han producido un gran cambio en el sonido de nuestras marchas. El uniforme de la Banda también ha sufrido un pequeño cambio pues algunos componentes es-trenarán correaje nuevo. Serán 10, ya que por alto coste no se han podido adquirir más.

Estrenaremos 3 marchas en la Semana Santa 2010, las cuáles son: Padre Nuestro, Divi-no Redentor y Costalero de Dios.

Podríamos contar muchas más cosas y anécdotas porque son muchos años de historia los vividos.

Desde aquí en nombre de todos, queremos agradecer a nuestra Cofradía lo que están hacien-do por nosotros, ya que sin el apoyo económico que nos están dando hubiera sido muy difícil el importante avance musical de la agrupación.

Gracias a todos, a nuestro director, a nues-tros padres y madres, y sobre todo, al pueblo de Hinojosa por su aplauso y reconocimiento.

Os deseamos a todos que disfrutéis de Nuestra Semana Santa y que, junto a nosotros os emocionéis al escuchar una marcha, música que se hace oración para nuestros titulares.

Carmen Mª Perea Márquez

Carlos Sánchez Ayuso

“LA BANDA, NUESTRA BANDA”

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Cofradía de Ntro. P. Jesús Orando en el Huerto, con la Cruz a cuestas y Virgen de los Dolores

Parece que fue ayer cuando comenzas-te en la primera cuadrilla de costale-

ros, en el paso de Cristo.Parece que fue ayer cuando al año siguiente

todos iniciasteis el caminar de la Virgen de los Dolores, bajo su paso.

Y parece que fue ayer, cuando yo siendo jo-ven, comencé contigo debajo de ELLA.

Muchos recuerdos vienen a mi memoria, los ensayos, los momentos antes de la salida, cómo nos colocábamos la faja, los nervios, la mirada al contemplar la belleza de las imágenes justo antes de meternos bajo el paso, tu tez sudorosa y tu actitud silenciosa debajo del paso del que, durante varios años, compartimos el mismo va-ral.

Después cumpliste tu deseo de volver a sa-lir debajo del Señor de la Oración, en principio según comentaste solo un año o a lo sumo dos, pero cuando llegaba cuaresma y hablabas con Paco, tu capataz, eras incapaz de decir que no y otro año más volvías a unirte al dolor de Cristo, que como nosotros cargaba sobre sus hombros.

Hasta que un año Paco no te convenció. Pero no te fuiste, porque ningún costalero abando-na del todo a su titular o a sus compañeros y la añoranza volvía todos los años por nuestra par-te y por la tuya.

Por la nuestra ya que siempre salía tu nom-bre en nuestras abundantes tertulias costale-ras.

Por la tuya ya que todos los jueves y viernes al pasar por tu casa siempre nos esperabas jun-to a tu madre y tu hermano para aliviar nuestra sed. y alegrarnos de ver a un amigo y antiguo compañero.

Este año al parar en tu puerta, como todos los años,

cuando los capataces te dediquen la levantá, como todos los años,

no mirarán hacia tu casa, como todos los años,

sino hacia el cielo desde donde nos estarás observando junto a Él.

Gracias por todos esos momentos amigo Er-nesto y hasta siempre.

Cómo disfruta un costalerobajo su varal.La faja bien apretápara que su espalda no sufra,la mirada siempre al frente yandando con lealtad.

Y no le pidas que cambie su fajapor la corbata, que él prefiere,caminar en silencioarrastrar sus pies, sudor y llanto.

Que todo costalero tiene por escudo llevar su Fe debajo del paso con amor,Pidiendo al terminar el Viernesvolver con Ellos y, de nuevo un año más,caminar con ellos en esta bella Pasión

Gumersindo Romero

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cruz de guían.º 13

Es difícil explicar o sintetizar el signifi-

cado de la Semana Santa. Como manifestación religiosa y de fe es prácticamente imposible analizar en tan sólo unas líneas su significado, importancia y relevancia para los creyentes. La raigambre, trascendencia y alcance de esta celebración, li-túrgica, escapa a la definición y conceptos empleados para va-lorar los hechos que tienen es-pecial relevancia para el hom-bre a lo largo del ciclo vital que impone el calendario.

Escribir sobre la visión que uno tiene o alcanza de las cosas, aunque pueda parecerlo, es la mayoría de las veces tarea harto complicada. No sólo por la circunstancia de que muchas de estas impresiones están aso-ciadas a vivencias personales, sino también porque en la ma-yoría de las ocasiones, quien escribe sobre si mismo, se en-cuentra inmerso en las dudas que le provoca su temor a no poder trasladar a letra impresa ese conjunto de recuerdos, sen-saciones y experiencias.

Mi visión de la Semana Santa de nuestro pueblo du-rante estos últimos años está estrechamente ligada a la fo-tografía y al envío del material obtenido al periódico El Día de Córdoba y al semanario Los Pedroches Información. Esta

circunstancia hace que durante muchos minutos contemple las estaciones de penitencia de las hermandades a través del obje-tivo de la cámara, buscando de-talles e instantáneas, siempre con la intención de obtener la mejor de las imágenes, ésa que refleje el verdadero sentido del esta manifestación de fe y de devoción.

Estar “pegado” durante todos esos días a una cámara de fotos también me ha permi-tido conocer esta celebración en todos sus rasgos. La tensión de las noches con lluvia, cuan-do las hermandades tienen que decidir en pocos minutos si realizan el desfile procesional, los sones de los pasos de palio en la madrugada o las primeras horas del Viernes Santo, la ale-gría de los niños en la tarde del Domingo de Ramos o los ecos del rezo del Vía Crucis en la no-che del Martes Santo.

La seriedad, el esfuerzo, la dedicación y las horas de trabajo que se realizan durante todo el año por la Agrupación de Hermandades y Cofradías, así como por todo el conjunto de las hermandades, queda pal-pable durante toda esa semana. Pero un reflejo que debido a su magnitud ha traspasado los lí-mites de nuestro pueblo y se proyecta hacia el exterior lo-grando atraer a fieles y visitan-

tes en un mayor número cada año.

En muchas ocasiones, como ocurre también para las Hermandades y Cofradías es-pecialmente por los impedi-mentos que impone la meteo-rología, no todo sucede como uno se espera, ni se cumplen los deseos. No consigues la foto que anhelas, la luz no ha sido la adecuada en ese momento o la presencia de gran cantidad de gente te ha impedido realizar la toma desde el ángulo que esta-bas deseando. Pero siempre, el esfuerzo ha merecido la pena. Asistir desde primera fila a la salida de la Cruz de Guía o de los pasos, desde la misma puer-ta del templo, sintiendo como el esfuerzo y la emoción de esos momentos atraviesan a todos los presentes, se convierte en un recuerdo imborrable.

Muy pronto y cumpliendo con una nuestras mayores tra-diciones, nuestras calles y pla-zas, purificadas por el incienso, se convertirán en espacio para una manifestación que sinteti-za el valor y la perdurabilidad de nuestra fe y cultura.

Satur Muñoz.

MIRADAS A TRAVÉS DE UN OBJETIVO

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Cofradía de Ntro. P. Jesús Orando en el Huerto, con la Cruz a cuestas y Virgen de los Dolores

DE NUEVO UN AÑO MÁS

Desde últimos de enero las cofradías y los costaleros empezamos con nuestras

primeras reuniones y ensayos para preparar nuestra gran semana la semana de pasion. En estos meses dia tras dia ensayamos todos los costaleros con mucha alegría e ilusión. La ale-gría que da el volverse a reunir después de va-rios meses, con nuestros amigos y compañeros costaleros, esa gran familia que formamos por el amor que nos une a nuestros titulares tanto a Ntro Padre Jesús Orando en el Huerto, Ntro Padre Jesús con La Cruz a Cuestas y a Nuestra Madre, La Virgen de los Dolores. Y la ilusión que da el que a pesar de llevar muchos años es como si fuese el primero.

Y la alegría que da aumentar la familia con los nuevos costaleros.

El costalero tiene un mismo sentimiento, el de ensayar día tras día junto con nuestra banda, y que todo salga perfecto para esos dias tan espe-rados. Cuando llega el momento de ponernos la faja los unos a los otros, nos invaden en nuestro interior una gran emocion y muchos nerviosTo-dos miramos a nuestro Titular, nos santiguamos y le pedimos que nos de la fuerza para que todo salga bien.

Una vez dentro del paso, todo esta ya pre-parado y con impaciencia esperamos la voz de nuestro capataz, en unos instantes escuchamos lo esperado, “ánimo mis valientes”, “todo va salir bien”, “levantar despacito…” En estos mo-mentos se nos pone el bello de punta, nosotros salimos poco a poco empiea a tocar la bamba, el murmullo de la gente y la voz de nuestro capa-taz, nos guía diciendo “ a la derecha adelante” “izquierda atrás” “bajar un poco” “vamos, vamos

mis valientes que ya estamos fuera” “animo….”Una sola voz y 27 costaleros con una sola res-

piración, un mismo paso, un solo balanceo, y un solo pensamiento, el que todo salga bien.

Que sentimientos tan profundos, que después de tantos años no sabría explicar, y cuando des-de los respiraderos vemos a la gente que aplau-den, se emocionan, se inclinan, se santiguan, se les transforman sus rostros al paso de Nuestros Titulares.

Eso nos da fuerza para seguir adelante, fuer-za que sacamos de lo más profunde de nuestro interior, mitigando cualquier dolor que pudiéra-mos sentir en ese momento y nos sentimos pri-vilegiados por llevar a cristo en nuestro hombros y sobre todo en el corazón.

Por lo que le doy gracias a Dios por haber querido que forme parte de esta gran familia, que son los costaleros.Yo creo que un costalero nace, no se hace.

Es una oportunidad que nos dio la vida y he-mos querido aprovechar.

Es una experiencia bella y admirable.Es un sueño hecho realidad año tras año.Es un reto del que damos gracias a Dios por

haberlo sabido afrontar.Es una alegría de sentirnos unidos.Es una riqueza que debemos guardar como si

fuera un gran tesoro.Es el amor que Cristo nos da y gozamos con

Él.El ser costalero es una gran aventura que de-

fiendo con todas mis fuerzas y gran orgullo.

FRANCISCO GONZÁLEZ LEALCostalero

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cruz de guían.º 13

El cofrade desarrolla su penitencia con un

hábito especifico en cada esta-ción. Para ello se cubre la cara con un cubrerrostros que sim-boliza el luto por la muerte de cristo y por el dolor de la Madre y una túnica que representa la vestimenta de Jesucristo mo-mentos antes de llegar a la cruz. Completan el hábito nazareno el cíngulo, guantes y sandalias.

En las procesiones apre-ciamos un contraste de co-lor entre las de “bulla” y las de silencio. En éstas últimas destacan colores como el negro que muestran triste-za mientras que en las otras encontramos el azul, verde o blanco pues son herman-dades más alegres. Tam-bién influye en el colorido del hábito las advocaciones cristiferas y marianas de la hermandad, así por ejem-plo la Esperanza se relacio-na con el verde o Paz con el blanco.

El hábito nazareno ac-tual se creó en el siglo XIV. En el siglo XIX evoluciona hasta añadirle una amplia cola que al principio del acto peni-tencial los nazarenos llevan arrastrando, mediante la cual el penitente simboliza ir cargan-do en ella sus culpas y pecados, impregnado así de inmundicias las calles que cruza.

La túnica es la vestimenta que visten los nazarenos. Pue-de ser de capa o de cola, esta última para hermandades más serias. Sus colores son varia-dísimos. Los accesorios más

importantes son Capirote, cín-gulo, guantes, zapatos o sanda-lias, escudos, etc. También se denomina Túnica, la que visten las Imágenes de Jesucristo.

El capirote es un sombrero de cartón de forma cónica sobre el que se coloca el cubrerrostro, es decir, la tela exterior. Esta desciende hasta los hombros cubriendo la cara y el cuello del nazareno y dejando tan solo un

par de orificios para los ojos. La función del mismo es facili-tar el anonimato a los peniten-tes nazarenos.

Antiguamente, se utilizaba para la aplicación de la pena ca-pital en España, desde la Edad Media, al ajusticiado se le ves-tía con una hopalanda de co-lor amarillo y un capirote y así ataviado se conducía al cadalso sobre una caballería. En sen-tido parecido, los condenados por delitos religiosos por parte

de la Inquisición debían vestir sambenito y capirote para so-meterse a pública humillación.

El cirio es una vela de gran tamaño y grosor, mezclada con materia endurecedora, a fin de que no se doblen, y que portan los nazarenos ya sea apoyado en la cintura (los de cola), ya sea en la mano (los de capa). Suelen ser de distinto color, en el tramo de Cristo destaca el

color morado o marfil y en el tramo de palio blanco. Cuando el cirio es de palo o madera, sirve para lla-mar la atención, lo llevan los Diputados de tramo, y suele llamarse palermo.

El escudo es el símbolo o heráldica de cada Her-mandad. Puede tener dos representaciones, y en este caso, las Hermanda-des de capa, colocan una en ésta sobre el hombro izquierdo, y otro sobre el pecho en el cubrerrostro. Las Hermandades de tú-nica de cola, solo lo colo-can en el pecho.

El cíngulo es un Cor-dón o cinta de seda o lino, con una borla a cada extremo que sirve para ceñirse el penitente, el hábito. Algunas hermanda-des, normalmente algunas de silencio lo sustituyen por un cinturón de esparto o incluso por fajines de tela.

Manuel Zamorano MoyanoPatricia Muñoz Murillo

El hábito de los nazarenos

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En el Recuerdo

Estamos en cuaresma, en las

mismas puertas de la Semana

Santa, por eso desde estas líneas quiero

agradecer a la Junta de Gobierno, cos-

taleros, capataces, banda de cornetas y

tambores y a nuestro capellán de mi co-

fradía de Jesús Orando en el Huerto con

la Cruz a Cuestas y Maria Santísima de

los Dolores, el esfuerzo realizado duran-

te todo el año y sobre todo en estos días

previos a la preparación de los Misterios

Santos.

Quisiera agradecer a nuestro presi-

dente la confianza depositada en todos

nosotros. También tener un recuerdo

especial para un amigo y costalero que

falleció recientemente, para ti amigo Er-

nesto, que el Señor te tenga en su gloria,

porque nosotros te tenemos en nuestro

corazón.

Sin más solo desearos que paséis los

días de esta Semana Santa, disfrutando

de todos los actos que se celebraran con-

memorando la Pasión, Muerte y Resu-

rrección de nuestro Señor Jesucristo.

Feliz Pascua de Resurrección

Nicolás Gil.

Contraguía paso de Cristo

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Se acerca el momento tan deseado que año tras año se repite en estos días de Cuaresma, y me

refiero a esos días en los que, por circunstancias, al encontrarme fuera de nuestro querido

pueblo, vuelvo con pasión e ilusión para compartir con todos mis convecinos hinojoseños los mo-

mentos tan mágicos que representa la Semana Santa Hinojoseña. Y digo mágicos porque ni siquiera

la distancia puede evadir mis sentimientos, sentimientos que tengo desde que era un niño, cuando

soñaba con ponerme esa túnica morada con su gran capa blanca, y que por ares de la vida y el destino

tuve que salir de mi pueblo, como tantos hinojoseños más, aunque esta situación no ha conseguido

sino reivindicar con más fuerza aún ese sentimiento por mi pueblo, por mi gente, por mis costum-

bres, por mi Semana Santa. Y hoy me llena el alma volver a conseguir este propósito, vivir mi Se-

mana Santa con mis hermanos cofrades y poder seguir siendo partícipe en este acto a través de una

fantástica cuadrilla de costaleros, sí, hablo de un grupo de compañeros que año tras año llevamos en

hombros y en el corazón a Nuestra Madre, La Virgen de los Dolores, de la Cofradía de Nuestro Padre

Jesús Orando en el Huerto, con la Cruz a Cuestas y Virgen de los Dolores.

Un costalero

Sentimiento cofrade desde la lejanía

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cruz de guían.º 13

Figuras de la pasión: Simón de Cirene.

Vía Crucis (o Estación de la Cruz) es el camino que nos conduce a la re-

flexión de la Pasión de Nuestro Señor en su an-dadura al Calvario.

Las estaciones del Vía Crucis, en época del emperador Constantino (s. V), eran fre-cuentadas por los peregrinos que acudían a Je-rusalén. Recibe un fuerte impulso cuando los franciscanos se encargan de la custodia de los Santos Lugares (1342). Recorrido, que según algunas fuentes, partía inicialmen-te del Monte Calvario y terminaba en la casa de Pilatos. Se generaliza en Europa en los siglos XIV y XV. El beato Álvarez (muerto en 1420), a su vuelta de Tierra Santa, cons-truye un conjunto de pequeñas ca-pillas, en el convento de Córdoba, a modo de estaciones, que repre-sentaban los principales episodios de la Pasión. Se fija, alrededor de 1584, en doce el número de las estaciones que se mantienen en nuestros días.

La V estación nos muestra a Simón de Cirene llevando la Cruz de Jesús. Simón de Cirene o el Ci-rineo es una de las <<figuras>> de la Pasión como lo atestiguan los Evangelios Sinópticos. Los hi-nojoseños lo contemplamos en la mañana del Viernes Santo cuando nos congregamos, en la Plaza Ma-yor, para ver la salida o entrada en la catedral de la Sierra del paso de Nuestro Padre Jesús con la Cruz a cuestas, acompañado del Cirineo.

Simón de Cirene es la per-sona que socorre a Jesús y lleva la cruz en lo que queda del Camino al Calvario, después de su tercera caí-da. San Mateo testifica: <<Al salir,

encontraron s un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz>> (Mt. 27,32). San Marcos: <<Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del cam-po, el padre de Alejandro y de Rufo, a que lleva-ra su cruz>> (Mc, 15,21). San Lucas: <<Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le encargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús>> (Lc. 23,26). Mayor información nos proporcio-

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nan las Actas de Pilatos, redactada en el siglo II (d. C.): <<Jesús llegó a la puerta de la ciudad con la cruz a cuestas. Pero, encontrándose des-fallecido por su llagas y por lo pesado de su ma-dero y temiendo los judíos, por otra parte, gran interés en que fuera crucificado cuanto antes, mandaron que se hiciera cargo del madero Si-món de Cirene (…) que pasaba a la sazón por allí>> (X).

Ha sido objeto de atención por la pintura. El Museo del Prado posee el Camino al Calva-rio (Pasmo de Sicilia), obra de Rafael (1515). El momento se sitúa en las afuera de Jerusalén. Abre la comitiva un abanderado del ejército ro-mano. Jesús está caído en el suelo y Simón

toma la cruz que con aire huraño mira al sayón que tensa la cuerda para que Jesús se levante. Imagen que volvemos a ver en la Caída de Salzillo (1752) (Museo Salzillo de Murcia).

Simón era originario de la ciudad de Cirene, en el norte de África, fundada por colonos grie-gos de Tera en la costa líbica en el 630 (a. C.). Los evangelistas Mar-cos y Lucas nos dicen que volvía del campo cuando fue obligado a llevar la cruz. Mucho se ha espe-culado sobre la personalidad de Simón de Cirene: un obrero que venía de trabajar o el dueño de un <<fundus>> o propiedad; un ju-dío de la diáspora que se encon-traba en Jerusalén o un gentil que comulgaba con las creencias reli-giosas del pueblo judío. Lo cierto es que el auxilio que prestó a Jesús no fue en vano, abrazó la fe del Na-zareno y la supo transmitir a sus hijos Alejandro y Rufo. Miembros de la primitiva iglesia de Roma y conocidos de San Marcos que es-cribió su Evangelio (año 70) a pe-tición de los primeros cristianos de la Ciudad Eterna.

Seamos Cirineos en este mundo que está falto de ellos.

Luis ROMERO FERNÁNDEZ.Cronista Oficial de la

Ciudad de Hinojosa del Duque.

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cruz de guían.º 13

Queridos lectores de nuestra revista de

semana santa, la verdad es que no se muy bien como empezar.

Soy un adolescente de tan solo dieciséis años, hermana de la cofradía de Nuestro Pa-dre Jesús Orando en el Huer-to con la Cruz a Cuestas y Vir-gen de los Dolores, desde que tenía tan solo tres años, pues fueron mis padres los encar-gados de hacerme hermana de esta cofradía, ya que mi padre fue costalero de la Virgen du-rante muchos años, mi madre salía de nazarena, e incluso mi abuelo también lo hizo durante mucho tiempo. Mis hermanos y yo seguimos esta “tradición familiar” por llamarlo de algu-na manera.

Tengo que decir que este año he entrado a formar par-te de esta estupenda directiva, a la cual, desde aquí doy mis gracias por hacer uno de mis sueños realidad y lograr algo que soñaba desde hace tiempo. Además de todo esto y por si fuera poco, me han dado, para mí el mejor de los cargos, pues soy también una de las cama-reras de la Virgen,” Mi Virgen”. Sinceramente, tengo que decir que es una de las cosas más grandes que me han podido pa-sar mi corta vida.

De Ella no os puedo ha-blar mucho, pues para esto no tengo palabras, solo hace falta mirarla para poder ver toda la grandeza, el poder, la sereni-dad, la paz que nos transmite su cara, esa cara tan limpia, tan pura y llena de lagrimas por haber perdido a su hijo en un madero, no puedo llegar a imaginar lo que pudo sufrir esa madre y solo de pensarlo siento un dolor en el fondo del cora-zón; como si ese dolor que ella lleva consigo lo llevara yo tam-bién en ese momento.

Ella es muy importante en mi vida, pues siempre que tengo algún problema me en-comiendo a Ella, porque estoy segura que nunca me va a des-amparar.

Desde hace algún tiem-po voy a verla a menudo, estar ante allí, a su lado es tan gran-de…Ella logra transmitirme una serenidad, un amor y una paz interior inexplicable, pero aún no he conseguido encon-trar la respuesta a la pregun-ta de… ¿porque cuando estoy ante Ella, de mis ojos comien-zan a salir lágrimas, sin poder evitarlo?, siento algo dentro de mí que es muy fuerte, algo que nunca lograré explicarlo con palabras.

De igual manera me ocu-rre todos los Viernes Santos, en esa entrada tan hermosa, nunca logro ni lograré evitar que mis ojos se inunden hasta derramar unas lágrimas tan dulces como las que vemos en su cara.

No puedo despedirme sin hablar de nuestra banda, darles mis más sincera enhorabuena y que sigan adelante tal y como lo están haciendo, que cada vez lo hacen mejor. Daros también desde aquí a todos y cada uno de los componentes las gracias por hacerlo solo como lo hacéis, por lograr que el bello se me ponga de punta solo con oíros en esas salidas, durante todo el recorrido y como no, en nues-tras grandiosas entradas.

Sin más me despido con un cordial saludo a todas las hermandades de pasión, a sus directivas, sus cofrades y a todo el pueblo de Hinojosa que en estas fechas se vuelca tan in-tensamente en nuestra Semana Santa, para conseguir que cada año podamos revivir la muerte y resurrección de Cristo y logre llegar de algún modo a tocar el fondo de nuestros corazones.

Mi Virgen

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Hermandad Carmelita y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Misericordia, Ntro. Padre Jesús de

la Humildad y Paciencia y María Stma. de los Dolores (PP. Carmelitas)

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Hermandad Carmelita y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Misericordia, Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Stma. de los Dolores (PP. Carmelitas)

“Quien quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor y el que entre voso-tros quiera ser el primero, sea siervo de todos, pues el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por todos” Mc,10,43-45

Rápido pasa el tiempo, muchas veces im-perceptible y lo que comenzó como un largo proyecto ya va alcanzando su final. Cuatro años para la vida de una hermandad, son apenas un breve capítulo de su historia, sólo unos cuantos metros en la andadura de su camino, camino tantas veces de cruces siempre difíciles de en-tender, pero sin embargo tan necesarias para entender nuestra propia vida, nuestra propia existencia.

Lejos parece quedar aquel 15 de septiembre de 2006, festividad de la Virgen de los Dolores, en el que entre la incertidumbre y el miedo, era elegido Hermano Mayor de la Hermandad del Stmo. Cristo de la Misericordia en la Asamblea General. Incertidumbre y miedo por no saber muy bien cómo gobernaría esta Hermandad, quizás he tardado mucho en aprender que el miedo te impide caminar y la incertidumbre sólo nos atrapa cuando olvidamos que Dios es quien actúa en nosotros y que por más que te esfuerces tú sólo en querer hacer bien las cosas, yerras una y otra vez. El gobierno de la Hermandad es sólo de Dios, es Él quien nos elige a nosotros, quien rige el camino de las mismas.

Casi cuatro años al frente de una Junta de Gobierno que ha estado sin duda alguna al ser-vicio de la Hermandad, cuatro años de trabajo (muchas veces agotador), donde se han con-solidado proyectos, donde se han emprendido otros nuevos, donde se han tomado muchas y difíciles decisiones. Perdón si he cometido errores, o si he podido ofender a alguien, no es-tuvo en mi ánimo ofender a nadie y siempre he actuado procurando el bien de la Hermandad.

Cuatro años donde hemos convivido unos con otros, convivencia muchas veces difícil, pero a pesar de todo, a lo largo de los años he encontrado en esta Hermandad muchos de mis mejores amigos y doy gracias a Dios por ello y en estos últimos años he afianzado éstos y he encontrado otros nuevos, a todos ellos gracias por haberme dado la oportunidad de caminar juntos, codo a codo, por haber estado a mi lado en los momentos difíciles, por haberme anima-do en los momentos de flaqueza.

En esta última Semana Santa de mi legis-latura, quiero dar gracias a Dios por haberme elegido para estar al frente de Su Hermandad durante estos cuatro años, a mi Junta de Go-bierno por su trabajo constante, a la Comuni-dad de PP. Carmelitas, a todos los que habéis contribuido en el montaje de los pasos, en la organización de las estaciones de penitencia, taberna cofrade etc…, a los niños, a la banda de tambores, a costaleros y capataces, un abrazo a Eloy que se despide como capataz del paso de la Virgen, donde comenzamos juntos en el año 1993 una nueva etapa de costal y llama-dor, a Paco Revaliente, a mi gran amigo Paco, que asume la responsabilidad de ser el nuevo capataz del Paso de Mª Stma. de los Dolores, que Ella te premie todo el servicio que pres-tas a esta Hermandad, nadie como tú sabe de labores calladas y de estar siempre disponible y atento, un recuerdo especial para el Rvdo. P. Lorenzo Cubero (O.Carm.) y para Gregoria González Baños, que ya han culminado la es-tación de penitencia de su vida, que descansen eternamente en el Amor y en la Misericordia de Cristo, junto a la Virgen Santísima.

Y si me lo permitís, gracias a mi esposa Rafi, por su cariño, por su apoyo incondicional y por soportar junto a nuestras hijas Ana y Eva tan-tas horas de ausencias.

Gracias Señor por hacernos capaces de ser-vir a los demás.

Gregorio Gil FloresHermano Mayor

Gracias a los que con la ayuda de Dios, servís a la Hermandad.

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Cada año cuando amanece el Miércoles Santo siento ese vértigo cargado de

ilusión que siente un niño que comienza a an-dar y es que a tu lado Señor, este nuevo andar mío, que se inicia cada alba del Santo Miérco-les, lleva la seguridad, la finura y el compás fla-menco que imprimen a tu figura tus valientes costaleros.

Ojalá mis días fuesen todos Miércoles San-tos, mis amaneceres fuesen todos como este amanecer, mi vida se viviese con tanta ilusión como la de este miércoles. Quisiera que mis noches siempre llevaran tu silueta bailando a mi espalda porque así no me faltará nunca tu esperanza, que mis caminos siempre los alum-braran mis hermanos nazarenos porque no me perdería jamás, que siempre latiera en mi alma el redoble de tus tambores porque despertarían cada día mi solidaridad con el necesitado, que la amistad y la unidad de esta noche siempre fuesen la bandera de nuestra humanidad, que el amor que derrocha este miércoles empapara para siempre el corazón de nuestra tierra y que la paz brillara como brillan los ojos de todos los que contemplan tu mirada al pasar.

Todo el año deseo que pasen las lunas y lle-gue esta luna tuya, para sentirte a mi vera y contarte mil historias bonitas, para explicarte lo que llevo en el corazón y renovar nuestra historia de amor. Y es que contigo, Señor de la Humildad y Paciencia, la vida es eterna, in-finita, la vida se vive con pasión y las noches llevan la tensión de la intensidad de nuestros encuentros, encuentros que al acabar anhelan de nuevo esa luna tuya de Nisán.

Nada es como la blanca noche de tu Humil-dad y Paciencia, ni las noches de abril en anti-guos e inmensos trigales, ni aquellas de mayo guiado por la ternura de una madre, ni las de junio en las hogueras de San Juan, ni las de ju-lio con su carmelita esencia, ni la divina asun-ción de las noches de agosto, ni la exaltación de tu cruz en las noches de septiembre, ni las de octubre cimentadas por pilares de fe, ni las no-ches de noviembre con su difunta presencia, ni las de diciembre con tu renacida esperanza, ni las noches de enero en tu dulce nombre, ni las noches de febrero en ardientes candelas, ni las de marzo arropado por la fortaleza de un padre. No hay noches tan eternas en mi año como la tuya, como la nuestra, como la noche del Miér-coles Santo.

Tu noche, nuestra noche, la del miércoles por excelencia, es la noche más dulce, humil-de, paciente, divina, inmortal, cautiva y tensa; es noche de amistad, sinceridad, de encuentro, paz y felicidad plena; es noche de estrellas, de luna llena, de luna de Nisán; es noche de co-rona de espinas, de sentencia, de silencio, de injusticia, de manos atadas, lágrimas y sangre, de tragedia mascada, de envidia, de muerte y de vida; noche intensa donde las haya, noche con nombre propio, la noche blanca de tu Hu-mildad y Paciencia. No hubo noches ni las ha-brá más hermosas que las dulces noches de pri-mavera que paso contigo. Mira si es divina esta noche que por celos, desde que es, ya no nos mira ni la luna.

Fernando Barbero GarcíaUn hermano de la Misericordia

Noche de Humildad y Paciencia

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Hermandad Carmelita y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Misericordia, Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Stma. de los Dolores (PP. Carmelitas)

Acudamos solícitos a la Excelsa Madre de Dios,

que ha bajado desde su celestial camarín hasta este valle de lágri-mas, hoy tornado en un inmenso jardín. Jardín florido en medio de nuestras vidas, embriagado hoy del aroma de las flores, em-briagado hoy de las sonrisas y las ofrendas de los niños.

Acudamos solícitos a la Ex-celsa Reina del Carmelo, que nos ha ofrecido de nuevo a su Divino Hijo como Camino de Salvación, cobijándonos a todos bajo el am-paro y la inmensa protección del Santo Escapulario, con el que hemos sido revestidos, para que sea bálsamo en nuestro particu-lar caminar de cada día.

Acudamos solícitos a la Ex-celsa Señora de Hinojosa, Vir-gen Stma. del Carmen, Esperan-za nuestra, Dispensadora de la Gracia, Salud de los enfermos, Puerta del Cielo, Viña florida de infinitas letanías, como le canta en alabanza la familia carmelita. Acudamos a Ella, que quiso po-ner su casa y morada en medio de nosotros, para ser nuestro Auxilio, nuestro Refugio y nues-tra Defensa, Nubecilla que se eleva sobre el mar y con su lluvia de Gracia, fecunda copiosamen-te los corazones, en esta tierra carmelita y mariana.

Excelsa Madre de Dios y Ma-dre nuestra, Virgen Stma. del Carmen, en este día en que toda la familia carmelita se reúne para felicitarte; en el día en que este Pueblo se congrega junto a Tus plantas para honrarte y tes-timoniarte su cariño, para ofre-

certe las flores de sus anhelos y de sus esperanzas; en este día en el que Tu Santa Imagen nos trae la alegría a este Pueblo en fies-ta; hoy, 16 de julio de este año de gracia de 2009, y en nombre de la Hermandad Carmelita del Stmo. Cristo de la Misericordia, Ntro. Padre Jesús de la Humil-dad y Paciencia y María Stma. de los Dolores y en el mío propio como su Hermano Mayor, qui-siera darte gracias Señora por acoger a nuestra Hermandad en el seno de la familia carmelita; quisiera darte gracias Señora por estos cincuenta años de ca-mino junto a Ti, por acompañar las distintas generaciones de cofrades de la Misericordia, por presidir desde tu callado cama-rín, tantas y tantas horas de tra-bajo y convivencia. Incansable y siempre atenta a todos Tus hijos, gracias Madre nuestra, por todos los favores que hemos recibido de Dios a través de Tus manos y a través de la Orden Carmelita,

que tantos beneficios ha ofrecido a este Pueblo.

Hoy me honra estar aquí, para dar cumplimiento al acuer-do de la Junta de Gobierno, que fue refrendado en la Asamblea General de la Hermandad, por la cual se crea con motivo de su cincuenta aniversario fundacio-nal, la Medalla de Oro de la Her-mandad Carmelita y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Misericordia, Ntro. Padre Je-sús de la Humildad y Paciencia y María Stma. de los Dolores y se concede para gloria de Dios a su Stma. Madre, la Bienaventurada Virgen María del Monte Carme-lo.

Acéptala Dulce Madre, como muestra del inmenso cariño que te profesamos todos los cofrades de la Misericordia. Que sea, esta Medalla sobre tu Santa Imagen símbolo y presencia de este amor para las generaciones presentes y venideras y testimonio de la abundante Gracia que derramas sobre nosotros.

Y del mismo modo y si Dios así lo quiere, sirva de trampolín de salida, que impulse la Medalla de Oro de la Ciudad de Hinojo-sa, que este pueblo hace tiempo que te adeuda y que desde aquí pido a sus autoridades.

“Decoro y Flor del Carmelo, ruega por nosotros.” Amen.

Hinojosa del Duque, 16 de Ju-lio del año de gracia de 2009.

Gregorio Gil FloresHermano Mayor

Ofrecimiento de la Medalla de Oro de la Hermandad Carmelita y Cofradía de nazarenos del Stmo. Cristo de la

Misericordia, Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Stma. de los Dolores a la Stma. Virgen del Carmen

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El primer recuerdo que tengo del Con-vento es una larga hilera de ventanas en

la calleja del Carmen o de los Frailes. Nunca ha-bía visto una casa con tal cantidad de ventanas. Entre ellas, aparecían dos columnas de granito sosteniendo un clásico tímpano que contenía el escudo coronado de la Orden. Era la puerta del colegio. Es un recuerdo único en todos los senti-dos, porque no conservo ninguno más de aquello. En el siguiente fotograma el Convento se reduce a la Iglesia del Carmen, junto a la cual jugamos en los muchos y peligrosos escondites de los montones de ripio y escombros del ya demolido edificio, como exploradores en una región nueva e ignota. Y como inconscientes que éramos del capítulo de historia que se había tirado al suelo, hicimos borrón y cuenta nueva y los días de ca-tequesis nos dedicábamos a investigar todos los rincones de lo que había quedado del Convento. Lo más fascinante, sin duda eran las escaleras. Una escalera es como un resorte que funciona de manera inconsciente, haciendo que un niño se pregunte invariablemente qué habrá al final. Recuerdo, al menos, tres escaleras. Unas nuevas que subían a los pisos de los frailes. Cerca de los despachos donde solía estar el párroco. Prohibi-do subir solos. Otras, viejas y tenebrosas que ba-jaban a la cripta, una especie de catacumba estre-cha, oscura y de bóveda de ladrillo, protegida por una reja siempre abierta. Prohibido bajar solos. De todas formas tardamos años en bajar, no por la prohibición, sino porque no había un valien-te que lo hiciera el primero. Las terceras, eran unas escaleras antiguas que, en una habitación de paso, junto a la sacristía subían a unos cuartos donde daban catequesis los grandes, que habrían alcanzado la edad venerable de siete u ocho años y otros que ya hasta habían hecho la comunión. Subir aquí era subir al mundo de estos gigantes que habían llegado a tan avanzada edad y que ya sabían mucho de la vida. Fueron ellos, los que un día, llegando a sus dominios nos llamaron la atención sobre una puerta en nada distinta a otras, cerrada con cerrojo al final de la escalera. Según decían, desde esa puerta se veía toda la iglesia desde arriba, era una habitación que daba al altar. Podíamos abrir la puerta y asomarnos, pero no debíamos entrar. Prohibido entrar so-los en el camarín de la Virgen del Carmen. Los grandes, más valientes y experimentados, abrie-

ron la puerta con cuidado de no ser vistos desde abajo y descendimos, lentos y felinos, los tres o cuatro escalones que daban acceso a la cámara santa y palaciega. Teníamos delante la majestad inmensa de la Virgen, cuya estampa estaba deba-jo del cristal de la mesilla de noche, en el marco de algún espejo, en el monedero de nuestras ma-dres..., en todas las casas del pueblo; la Virgen cuyo nombre llevaba nuestra abuela o nuestra madre o nuestra hermana o la niña del pupitre de al lado en la escuela; la Virgen intocable, altísi-ma y omnipresente siempre en el Convento, a la que todos los sábados cantábamos la Salve, pero que sólo podíamos ver de cerca un día al año; la Virgen de nuestras madres y nuestras abuelas, que nos metían en el Convento en las Novenas interminables, cantando sofocadas a pleno pul-món,- algunas con más ímpetu que oído-, aque-lla que dice «Salve Virgen Pura, del Carmelo Ma-dre», al aire de los abanicos y el tintineo de las pulseras; la Virgen a la que nos presentábamos cada 15 de Julio por la noche, con un ramo de flores de los de antes,- con esparraguera de las macetas de casa y los tallos envueltos en papel de plata-, que nos ponían nuestras madres en las manos para entregarlos delante de Ella; la Vir-gen que salía en un paso grande como una barca, custodiada por ángeles mancebos, entre jarras de plata y candelabros de árbol y con tal cantidad de flores que causaba asombro entre la gente por saturación de la belleza; la Virgen que salía sin corona porque, tan alta iba, que no cabía por la puerta y, en la placita del Convento, el pueblo sa-ludaba con aplausos al adivinarla bajo el dintel, preguntándose si estaba más guapa con corona o sin ella; la Virgen de largas procesiones que lle-gaba en su luminoso paso a los barrios más leja-nos y que llenaba las calles de hierbas olorosas del campo y los balcones de mantones, colchas y banderitas; la Virgen del Carmen repetida en mil imágenes, nombrada en incontables oraciones y súplicas, en los días de las bodas, en las camas de los enfermos, en los partos, en los viajes, en los estudios, en el trabajo, en las alegrías y angustias de las familias, en el negocio, en el campo, desde las cunas, cuando las madres imponen a sus hijos el escapulario, hasta la tumba, cuando los hijos ponen a la Virgen del Carmen sobre la lápida, porque «quien muera con este Santo Escapula-rio no se condenará». La Virgen del Carmen, la

Una medalla para la Virgen del Carmen

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Madre que las madres quieren para sus hijos, a Ella ofrecidos cada mes de julio. La Virgen del Carmen en cuyo camarín nos habíamos colado silenciosos y clandestinos.

Allí estaba la Virgen rodeada de ángeles nim-bados de pan de oro, entre los frailes retratados estupefactos con los Santos del Carmelo, sentada en la Nubecilla de Elías que a Ella misma repre-senta, con el Niño zalamero abrazado a su cue-llo.

El camarín de la Virgen del Carmen simulaba la Puerta del Cielo abierta en el altar entre las ti-tánicas columnas salomónicas, por la que se veía una celeste procesión en la que la Madre de Dios se disponía a ser descendida por ángeles costale-ros, mientras que otros se ordenaban en filas la-terales. La Virgen, siguiendo las tradiciones más antiguas y propias de la Orden estaba represen-tada como la Novia del Cantar de los Cantares: sencilla pero ricamente vestida, en su rostro se apreciaba toda la belleza y la ternura, sin embar-go, sus ojos eran profundos e inmensos,- como las piscinas de Jesbón, dice el Cantar-, ojos que contemplaban al Dios inefable, ojos ante los que de nada sirve mentir, porque contemplan frente a frente la Verdad; se presentaba ante nosotros enhiesta, como la Virgen alegre que traía la Salva-ción, la Nubecilla levantada sobre el Carmelo que ponía fin a la sequía y al mismo tiempo portando una majestad sobrenatural que hacía exclamar: ¿Quién es ésta que surge cual la aurora,/ bella como la luna,/ refulgente como el sol,/ imponen-te como batallones? Estaba la Virgen escorada hacia el lado derecho, con el mismo brazo exten-dido, ofreciéndonos el Escapulario bajo el cetro de su misericordia, rememorando el dieciséis de julio de 1251, cuando en el convento de Aylesford, en Inglaterra, así se presentó al Superior General de la Orden, San Simón Stock, mientras éste le recitaba más versos del Cantar: Flor del Carmelo, Viña en cierne…Estrella del mar.

Desde niños nos enseñaron a mirar con pro-fundo respeto al Escapulario que nos guarda en la vida, nos salva del infierno y nos libera del pur-gatorio después de la muerte, es signo de com-promiso cristiano y de la protección especial de la Virgen.

Aprendimos de los frailes, arropados por la capa blanca de la Virgen Purísima, cómo Ella es la Patrona y la Señora del lugar desde los oríge-nes de la Orden, en la primera capilla del Monte Carmelo. Aprendimos la espiritualidad sencilla-mente profunda de vivir en obsequio de Cristo, vinculados, mancipados, obedientes, a imagen de Santa María, la pobre de Yahveh, en escucha, constante oración y meditación de la Palabra.

Vinculada a esta espiritualidad, mirando a la

Virgen del Carmen como Madre y celestial Pro-tectora, fruto de la ingente labor apostólica de los frailes, nació la hermandad del Cristo de la Misericordia, en momentos en los que el Con-vento de Hinojosa era foco espiritual, educativo y cultural dentro y fuera de nuestro pueblo. Po-dríamos hablar de las centenarias Orden Tercera y Adoración Nocturna, de los jóvenes Tarsicios, las Marías de los Sagrarios Calvarios, la visita domiciliaria de la Virgen del Carmen, el Oratorio Festivo de San Alberto para jóvenes, la Pía Unión de Santa Teresita, la Juventud Masculina de Ac-ción Católica, la Alianza de Jesús por María, la Hermandad de San Antonio de Padua, las Niñas reparadoras. Podríamos hablar de «La Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque», escrita por el hinojoseño padre Juan Ruiz y publicada en 1922. Podríamos hablar de la creación del Hino-josa FC, que llegó a categoría regional y el Cam-po de Deportes Nuestra Señora del Carmen. Po-dríamos hablar de la labor docente desarrollada durante más de ochenta años, de los colegios de 1ª y 2ª enseñanza, con internos y externos, del Seminario menor y Marianato, del Noviciado de la Provincia Carmelitana Española y de los años del teologado y filosofado que a partir de 1962 pasarían a Salamanca y Granada.

Aquí nació la Misericordia que ha elegido el Escapulario como signo distintivo de sus herma-nos. La Misericordia que con motivo de su cin-cuentenario fue afiliada a la Orden del Carmen. La Misericordia que en agradecimiento a la Vir-gen del Carmen, le ha regalado la medalla de oro de la hermandad. No es extraño que aun siendo cofradía de penitentes nos sintamos rendidos a la que sabemos que siempre está por encima, la Señora del Lugar. Lo realmente extraño es que la Virgen del Carmen de Hinojosa, vista la de-voción del pueblo, vista la historia, vista la labor ingente de los frailes imposible de compendiar aquí, no haya recibido aún la medalla de oro de la ciudad. Quizá es que la Virgen del Carmen está incluso por encima de eso. Puede que con la des-aparición del Colegio haya desaparecido también nuestra memoria, pero lo cierto es que Hinojosa tiene una deuda de gratitud con los carmelitas, que de alguna forma, debería empezar a pagar. Ella, la Madre amable y cariñosa de las cancio-nes de julio y de todos los sábados del año, sigue en su hermoso y privado camarín mirando a la Hinojosa querida de su Convento, el pueblo que conoce y que guarda con cuidado predilecto y en el que sigue derramando la abundancia de sus maternales gracias.

Antonio Javier Cortés JuradoVocal de la Junta Directiva.

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El pasado día 30 de enero, nuestra Herman-dad organizó un festival benéfico a favor

de los damnificados del terremoto de Haití , evento que fue una auténtica vía de unión entre diferentes entidades, instituciones y colectivos en pro de una misma causa: la ayuda al pueblo haitiano a través de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, en cuya representación tuvimos el honor de que nos acompañara la Rvdma. Madre General Dña. Leonor Copado Revaliente, nuestra paisana.

El acto tuvo lugar en el salón de actos municipal y su desarrollo según lo previsto fue posible gracias a la colaboración de las hermandades de pasión , de los que protagonizaron las actuaciones dentro y fue-ra del escenario y de quienes no dudaron en prestar su ayuda a través de su presencia, de sus donaciones o de su apoyo a las diversas tareas necesarias para que todo estuviera organizado.

Desde estas líneas queremos dar gracias al pue-blo de Hinojosa del Duque por su espíritu solidario. Se vendieron todas las entradas y aún así, el público no dudó en adquirir papeletas para participar en las rifas de los distintos regalos que fueron donados para tal efecto. Además, se vendieron todas las en-tradas de fila cero y muchas personas depositaron donativos en la urna dispuesta para este fin.

Fue maestra de ceremonias María de los Án-geles Aranda Gordillo, nuestra hermana cofrade, que magistralmente fue articulando el acto con la naturalidad que la caracteriza, con la elegancia y el decoro de quien sabe convertir la palabra en comu-nicación.

Actuaron - por orden de aparición-la Tuna Cul-tural Hinojoseña ( que inauguró el escenario con su tradicional entusiasmo), el Coro Virgen del Castillo ( que derrochó alegría a raudales), el cantaor de fla-menco Ángel Fernández “Naranjito” acompañado a la guitarra por José Carrasco ( que nos transporta-ron a esa dimensión donde el pensamiento se con-vierte en sueño), y en la vertiente de Copla Española, Yolanda Carrasco y Joaquín Sáez; dos entrañables voces que invadieron con su arte el auditorio y lo hicieron palpitar.

Tras una breve pausa la Escuela de Danza y Fo-lklore de Alcaracejos instaló en el escenario aires tradicionales con sus danzas, regalando a todos los presentes la estampa variopinta de su depurado vestuario. A continuación un grupo de baile de Be-lalcázar deleitó a los presentes con gran diversidad de ritmos. Al finalizar esta actuación se proyectó un vídeo sobre la labor que están desarrollando en Hai-tí las Hermanas Hospitalarias en el que aparecía la

Hermana Margarita Ruiz, natural de nuestro pue-blo y hasta hace muy poco tiempo Superiora de la Congregación en Hinojosa del Duque. Tuvimos la suerte de poder contactar telefónicamente con ella en directo . Nos habló de la situación que se vivía allí y nos informó de las necesidades que tenían ilus-trándolas con relatos de casos reales.

La siguiente actuación corrió a cargo del Coro Ro-mero “San Isidro Labrador”, de Hinojosa del Duque que dedicó su actuación a los niños que han perdido la vida en el terremoto . Y por último, cuatro ban-das y corporaciones musicales de pasión cerraron el acto majestuosamente: la Agrupación Musical San Roque de Belalcázar, la Agrupación Musical de Jesús Nazareno de Villanueva del Duque, la Agru-pación Musical de la Cofradía de Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y Virgen de la Soledad de Hino-josa del Duque y la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Jesús Orando en el Huerto , con la Cruz a Cuestas y Virgen de los Dolores, también de nuestra localidad.

Fueron muchas las contribuciones económicas , varias las donaciones de regalos para las distintas rifas que se celebraron y muy diversas las colabora-ciones de toda índole.

Culminó el acto con la entrega de un cheque simbólico a la Rvdma. Madre General de la Congre-gación de las Hermanas Hospitalarias . La recauda-ción total ascendió a 13.258 euros.

La Hermandad de la Misericordia sólo ha sido el instrumento en todo este proceso. Lo importante no es quién hace las cosas sino quién recibe la bondad de nuestros actos. Por ello Haití os da las gracias a todos los que estuvisteis dispuestos a prestarle ayu-da.

Es fundamental tener misericordia con los nece-sitados, consolar a los que lloran, favorecer la me-jora de las condiciones de vida de quienes lo han perdido todo. “MISERICORDIA CON HAITÍ” no ha sido solamente un festival, ha sido una mani-festación de unión entre muchos pueblos del Valle de los Pedroches por una misma causa, ha sido un ejemplo de solidaridad dado por muchas personas que eligieron renunciar a su comodidad para estar en Hinojosa del Duque esa noche. Todos fuimos , somos y debemos seguir siendo Haití o cualquiera otro país, cualquiera otra entidad o cualquiera otra persona que nos necesite. Quizá otro día Haití sea-mos nosotros. Y sin duda, para nosotros, también habrá MISERICORDIA.

Gracias a todos.La Hermandad.

Misericordia con Haití

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Desde la República Domini-cana y utilizando la ama-

bilidad de la revista Cruz de Guía que nos permite asomarnos a sus páginas, queremos enviar desde aquí a todo el pueblo de Hinojosa del Duque, y muy especialmente a la Hermandad de la Misericordia, nuestro agradecimiento sincero por la colaboración inestimable que hemos recibido de todos los hinojoseños.

El pueblo de Haití, como Vds. saben muy bien, ha vivido y está viviendo, un inmensa catástrofe. Los momentos de pánico siguen viviéndose porque todavía se pro-ducen pequeñas réplicas del seís-mo y las negativas consecuencias físicas, psíquicas, materiales tar-darán demasiado tiempo en recu-perarse.

Nosotras, aunque no estamos en Haití sino en la República Do-minicana lo estamos viviendo casi en carne propia aquí en el Hospital Darío Contreras. El día a día es muy duro pues son tantos los enfermos, muchos de ellos niños, que llegan para intervenirles de amputacio-nes de miembros, que no caben en el hospital, están en camillas, o en mantas en los pasillos, … y sus fa-miliares desolados junto a ellos. Se siente una impotencia radical para resolver tantos problemas y miti-gar tanto sufrimiento, porque los

recursos, aunque están llegando, no son suficientes.

Aquí en el hospital está siendo muy importante la presencia de nuestras Hermanas haitianas por-que gracias a ellas que traducen podemos comprender lo que nos dicen, o intentar localizar algún familiar, o ponerlos en contacto con algún recurso disponible…

En nombre del pueblo de Hai-tí, de las personas enfermas con-cretas que atendemos envíamos a Vds. nuestro agradecimiento. Igualmente de los familiares que los acompañan y que, como pue-den suponer, carecen de todo.

Con la ayuda recibida de Vds. y de otras personas que han cana-lizado sus donativos a través de nuestra Congregación, al día de hoy hemos podido habilitar salo-nes para seguir atendiendo a los enfermos que salen del hospital, pero continúan precisando cui-dados de enfermería, medicación, alimentos, techo,.. y también a sus familiares.

Algunas de las Hermanas han pasado a Haití y están colaboran-do allí mismo en la atención de los enfermos; también están viviendo in situ la realidad de Puerto Prín-cipe y lugares cercanos con lo que podrán valorar qué proyecto con-creto urge poner en marcha pasado el primer momento de emergencia

y canalizar ahí la ayuda que Vds. han recaudado para ellos; no es fácil descubrir en medio del caos, pero quizá algunas viviendas, o escuela, centro de acogida …. Cier-tamente, la reconstrucción de in-fraestructuras tiene que ser aco-metida por los gobiernos de Haití y países implicados en la ayuda, pero ¡¡hay tantas cosas básicas para las personas que quedan por cubrir..!!

En realidad, el terremoto ha permitido poner a la vista del mun-do la situación de extrema pobreza del país antes de la catástrofe.

Es evidente que, pasado el in-terés de la noticia para los medios de comunicación, el pueblo haitia-no va a seguir necesitando muchí-sima ayuda de todo tipo. Con la fuerza de Dios y la ayuda de per-sonas como Vds. queremos seguir estando entonces con ellos y cola-borando en su propia reconstruc-ción aunque no aparezca en las noticias.

De nuevo ¡¡Gracias de cora-zón!! Que el Señor Resucitado haga florecer sus vidas en el amor, la paz y la justicia. Desde la Repú-blica Dominicana y Haití un fuerte abrazo.

HH. Hospitalarias de Je-sús Nazareno Franciscanas

República Dominicana

Agradecimiento desde la República Dominicana

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«Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de cuantos han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado por Vos.»

Así comienza una antigua oración de la Igle-sia, que invoca a la Santa Madre de Dios en toda necesidad y momento. Y no recurre esta oración al Poder de la Virgen, sino a su memoria, ( acor-daos...), y a su fidelidad, (jamás se ha oído decir que ninguno ... haya sido abandonado por Vos).

La memoria de lo acontecido es fundamen-tal. A Israel le fue dicho esto, antes de entrar en la tierra prometida: «Cuida de no olvidarte de Yahveh que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre». Dt, 6,12. Y Jesús, al curar a un paralítico le dice: «A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». Lc, 5, 24. Era de suma importancia que se llevara su camilla para que re-cordara siempre que había sido paralítico, como Israel había sido esclavo. En ambos casos, la Sal-vación había procedido del Poder de Dios, y es Dios mismo quien nos insiste en la importancia de la memoria, en recordar en todo momento los beneficios recibidos.

Para guardar esa memoria, lleva Eloy una ca-dena de plata enrollada en su muñeca, recordando la fidelidad de la Virgen Milagrosa; para guardar esa memoria, tiene Eloy en su casa un llamador, algo más pequeño que el del paso, con una ins-cripción breve que únicamente pretende que al verlo, recuerde que durante más de 15 años, ha

sido capataz de la Virgen de los Dolores. Ser capataz es un beneficio lleno de vivencias y

sentimientos que el que manda el paso se guarda para él en lo más íntimo. Un beneficio recibido, no por casualidad, sino por predilección de la Santí-sima Virgen, que por los caminos inescrutables de Dios, llevó a Eloy al frente de su cuadrilla.

Yo he aprendido en la Iglesia,- nadie preten-da aprender estas cosas por su cuenta, y menos en otro sitio-, que la Virgen María es fiel hasta el extremo. Por eso sé, que cada vez que Eloy clame a Ella en sus necesidades, la Virgen reconocerá la voz que durante tantos años la ha elevado del suelo y la ha llevado en volandas, entre varales, sacándola del Convento y poniéndola en medio de su pueblo, y como Ella es fiel acudirá solícita a socorrer al que fue su capataz. Quisiera tener yo la mano de Eloy para llamar a la Puerta del Cielo, porque la Virgen que tiene memoria y es fiel, reconocerá su forma de llamar, la mano fir-me y certera cuyos golpes precedían el baile de las bambalinas y el paso lento casado con la música de capilla, y Ella misma le abrirá.

Esta Hermandad, agradece discretamente a Eloy sus años de servicio al frente del paso, por-que el agradecimiento con mayúsculas, el único que importa, se lo dejamos a la Virgen de los Do-lores, que recuerda todo lo guardado en su cora-zón y fielmente, llegado el momento, lo pagará.

A. Javier Cortés JuradoVocal Junta Directiva

Acordaos

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Permitidme ser agradecido.Permitidme añorar vuestra presencia.Permitidme avanzar en mis recuerdos.Permitidme sentir añoranza.Ser agradecido con todas las directivas que han pasado durante mis diecinueve años de Capataz,

con todos aquellos que confiaron en mi labor y me han dejado desarrollarla, aquellos que estuvieron a mi lado alentando mi trabajo como Capataz.

Añorar para siempre la presencia del costalero, contraguía, botijo, cerero y pértigas que estu-vísteis a mi lado para dignificar nuestro recorrido procesional, juntos sufrimos y disfrutamos de la estación de penitencia. Muchos son los recuerdos, muchos momentos importantes.

Que avance en mis recuerdos y permanezcan éstos siempre vivos en lo más hondo de mi corazón; que sean ellos los que abanderen mi futuro como nazareno y me lleven por la senda de la verdad.

Añorar es recordar, recordar es vivir, vivir es sentir; sentir todavía el estremecimiento de una voz, el golpe de un llamador, el rachear de unas zapatillas, el olor del incienso en la calle, el fundir agónico de una cera.

Ánimo costalero, María Santísima de los Dolores es vuestro altar, vuestra reina y vuestra madre, llevadla despacito, que casi no se note, que luzca por las calles de Hinojosa del Duque, que no se mue-va ni una flor, que suba al cielo el jueves Santo, que suspire el costalero, que cae la madre de Dios, recibidla sobre vuestra cerviz acolchada por costal.

Silencio Costalero.“Tos por igual valientes”

Eloy José Fernández Molera

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Son las 4 de la madrugá del Viernes Santo, solo el frío se deja sentir por el cuerpo. La soledad

inunda el resto de una calle iluminada tan solo por un río de cera que corre por las adoquinadas calles de Hinojosa. La misma soledad que recorre al penitente que aguarda en la fila la llegada al templo, este un sen-timiento tan cruel y angustioso en la cotidiana, solo se basta el nazareno con el calor y el abrigo de su titular: la misericordia.

Se oyen múltiples pasos de un gentío que en las aceras se aglutinan expectantes y silenciosos, así es la síntesis del desfile procesional: soledad y silencio pero siempre acompañados de misericordia.

Suena el toque de campana que pone en alerta al nazareno para que comience a caminar, y la mente comienza a reflexionar pensando en los muchos mo-mentos en los que en el día a día te encuentras solo a pesar de tener a tu alrededor mucha gente que sin embargo no siempre la sientes. Así son nuestras esta-ciones de penitencia en las que la soledad pasa de ser una angustia efímera humana a ser el encuentro más recompensante con alguien que nos da la compañía absoluta. Dios.

Muchos son los momentos que rodean a esta es-tación de penitencia, todo comienza cuando llega el momento de ceñirse la túnica, esta te hace objeto de la indiferencia ante el resto durante la procesión, luego es el esparto que te aprieta con fuerza la cintura y fi-nalmente el cubrerrostros el que se encarga de borrar todo rasgo de la persona que lo lleva. Es en ese preci-so momento en el que sentimos esa incertidumbre o miedo cuando Dios nos da el más preciado de los sen-timientos: el poder sentirnos queridos y acompañados siempre por El.

El penitente comienza su estación silencioso y ex-

pectante en los días de pasión, buscando rellenar ese hueco que en su corazón nadie llenó y para el que nun-ca es tarde.

No es mucha la parafernalia del desfile si te das cuenta de que cada estación de penitencia es un resu-men de nuestra vida durante el resto del año:

Vamos acompañados de nuestros hermanos naza-renos pero que con el cubrerrostros encima a ninguno reconocemos, también en la vida tenemos momentos en los que la gente que nos rodea no la reconocemos y es esa misma sensación la que nos pone delante de un paso engalanado que nos resulta radiante de belleza y de una gran emotividad. Quizás la estampa de nues-tros titulares nos incite incluso a llorar, sensación que aflora sentimientos y que se convierte en la realidad de sentirnos amados, momento en el que las lágrimas de-jan atrás el sentimentalismo y brotan de la sinceridad del corazón. Este es el instante en el que solo recono-cemos al que nos acompaña clavado en la cruz, sen-tado en una esquina, marginado, o en nuestro propio entorno nos llenamos de la alegría que no es pasajera: la felicidad al sentirnos queridos.

En cada hermandad todos los hermanos nazarenos llevan encima la misma indumentaria, así Dios nos ama por igual a todos sin importarle el tipo de persona que se esconde tras el pseudónimo de penitente, por muy difícil que sea esto de comprender humanamen-te, Jesucristo en la cruz ya lo ha amado.

Pero la profundidad del desfile procesional nos des-vela que no todo es un camino de penitencia y tristeza, porque para eso ya hubo un tiempo, hoy la belleza de nuestros pasos, el aroma de sus flores e inciensos, los sones de nuestras bandas o simplemente el silencio de nuestros nazarenos componen una armonía que co-mienza a susurrar la llegada de un tiempo de calma e infinita alegría.

Se dejan escuchar los últimos arrastres de las ca-denas sobre el granito, la solemnidad de la madera labrada y el cimbreo de las bambalinas en una plaza en la que se corta el aire, en la que no se escucha nada más que los golpes de timbales que despiden un año único dando comienzo a otra procesión que dura doce meses y en la que la madrugá se cambia por momen-tos de soledad que se ven recompensados de alegría al amanecer del día siguiente y ver el Amor de Dios en los ojos de nuestro entorno, familia y prójimo.

Se consumen las ultimas velas, caen los pétalos de las flores secas , pero los recuerdos de lo vivido pasan de serlo para convertirse en realidad de un aroma de incienso diario que ya no nos abandonará

David Perea BlanquerVocal de la Junta Directiva

Nazareno sobre el alba

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Radiante rosa de primaveraa estas horas de la noche,

por calles pobladas de sueñosla soledad que se enreda en los balcones,el silencio que ya sube calle arribaríos de piedra, cielo y cal.

Agua de luna está brotando eternamentebajo el amparo de los hombros de tu fiel costalerollenos de honda soledad, derraman en la inquietud melancolíatransportan soledad , ternura y sueñoque en el silencio le entregabas.

Me llamo Alfonso y tengo casi doce años, soy cofrade de “El Convento” desde que

era pequeño, hice mi primera Estación de Peniten-cia con cuatro años, pero ese no fue mi primer con-tacto con el mundo cofrade.

Cuando era pequeñito mi padre me llevaba a los ensayos de los costaleros del Cristo, del que es contraguía.

Cuando llegaba el Miércoles Santo mi madre me llevaba a la procesión con mi carrillo detrás de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. El Jueves Santo por la noche me dejaban en casa de mi abuela, mi madre se vestía de mantilla para ir con María Stma. de los Dolores, mi padre y mi tío iban de capataz y contraguía del Cristo de la Mi-sericordia y mi hermano y mi abuelo se vestían de nazarenos para ir a la procesión, nos quedábamos solos mi abuela y yo.

Así fue como aprendí a vivir la Semana Santa de otra manera, pero sobre todo aprendí de mi madre cuando me explicaba la Pasión de Jesús y me expli-caba que lo importante es que Jesús dio su vida por nosotros pero que resucitó para que nosotros tam-bién resucitemos y que por eso ser cofrade tiene que ser vivir como cristiano y amar a los demás.

Pero mi mayor alegría fue cuando en mi cofra-día hicieron una procesión para niños, era muy bonito tener un Cristo y una procesión a nuestra medida.

Hoy mi vida como cofrade ha seguido crecien-do y ahora soy el capataz del paso de Cristo de la Misericordia Infantil, pero también soy penitente de las dos salidas procesionales que hace mi her-mandad.

Alfonso Márquez MoralesCapataz Infantil

A los costaleros de María Santísima de los Dolores

Cofrade Infantil

Plenos de devoción, se hunde el costaleroentre grecas y varales de orodejan líneas de majestuosidad ternurabajo su manto de mil estrellas y una llena lunaen silencio el reflejo, casualidad o imaginaciónapareció el eterno perdón.

Sueño ¿quizás despierto?¿O me pierdo en tu sonrisa con lágrimas derramadas?

Pablo Escudero Aranda

Hermandad Carmelita y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Misericordia, Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Stma. de los Dolores (PP. Carmelitas)

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cruz de guían.º 13

Los artículos que suele contener una re-vista como esta con motivo de la Sema-

na de Pasión, con frecuencia exponen temas de sumo interés para todos los cofrades, así como para el resto de lectores. Así mismo, en no pocas ocasiones se constata que obstáculos como la falta de espacio hacen que los contenidos de la revista no colmen las inquietudes de todos los lectores, sin duda ávidos de abundar en los temas tratados por este o aquel colaborador.

Este artículo pretende ofrecer una visión ge-neral sobre los diferentes enfoques que este apa-sionante tema suscita entre los estudiosos de las humanidades; ya sea desde una perspectiva his-tórica, literaria, sociológica o musical, entre otras. De este modo, se trata de poner a disposición de los lectores una pequeña guía bibliográfica que les sirva como modesto punto de partida en las pesquisas que pretendan realizar. En efecto, el in-

terés religioso y social que siempre ha despertado la Semana Santa en nuestro país no se circunscri-be únicamente al ámbito espiritual y de vivencias. Muchas veces se han realizado aproximaciones al fenómeno penitencial desde una perspectiva académica. Como muestra de ello pueden apor-tarse no pocos trabajos de investigación (libros, artículos científicos, tesis doctorales) cuyo tema central está directamente relacionado con la Se-mana Santa.

Así, en el ámbito de la talla y la imaginería pro-cesional pueden consultarse los trabajos doctora-les de Hipólito Pérez Calvo – relativo a la Semana Santa de zamora – y de José Vicente Grafia Sa-les – acerca de la Semana Santa marinera de Va-lencia. Dentro de nuestra comunidad autónoma, quizá uno de los textos de mayor autoridad sea el manual de Constantino Gañán Medina acerca de las técnicas y evolución de la imaginería polícro-ma en Sevilla. Esta monografía nos acerca tanto a los aspectos artísticos y artesanales (talla, com-posición, pintura) como a las relaciones laborales (nacimientos de los gremios de imagineros, for-mación de los artistas en las escuelas de arte).

La música sacra y profana que se utiliza tanto en las liturgias como en los pasos procesionales de este tiempo de Pasión obtienen una aproxima-ción extensa en el libro de María José Vallés del Pozo, que se centra particularmente en las prác-ticas y procesos de cambio en la música procesio-nal de la semana santa de Valladolid. Un texto de enfoque más amplio puede ser el Teología y Mú-sica de Jorge Piqué Collado, que pone en relación la música de todo el año litúrgico con el resto de lenguajes expresivos para la percepción estética del Misterio.

No pueden olvidarse los textos más o menos literarios (poemas, pregones, saetas) que surgen directamente de las manifestaciones espirituales de este período litúrgico. A este respecto, Caye-tano Melguizo Gómez nos ofrece una excelente mezcla de experiencia personal y análisis poéti-co en su Visión de la Semana Santa de Córdoba a Ritmo de Saetas. Los pregones que suelen dar inicio a las actividades cofrades son objeto de re-copilación minuciosa por cada una de las distin-

La Semana Santa a través de la Investigación en las Humanidades

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37tas localidades. Las ciudades con más tradición suelen editarlos anualmente o en colecciones. No faltan tampoco iniciativas más modestas den-tro de nuestra propia provincia, como la página web de Encinas Reales (http://www.supercable.es/~mbceular/pregones.htm) en la que pueden consultarse los pregones de años anteriores des-de 1994.

La impagable labor de las cofradías queda pro-lijamente plasmada en innumerables volúmenes, con el contratiempo de la perspectiva limitada a una sola hermandad. Aun así, pueden encontrar-se magníficos libros con un espíritu global, como Hermandades y Cofradías de Dionisio Borobio, que propone un código de buenas prácticas co-frades apoyada en una interesantísima introduc-ción histórica. Isidoro Moreno, por su parte, nos brinda una aproximación antropológica de las hermandades andaluzas, en la que a buen seguro se encontrarán elementos de reflexión aplicables al caso concreto de la Semana Santa hinojoseña.

La dimensión sociológica de la Semana Santa está íntimamente relacionada con las cofradías que acaban de mencionarse. Desde el punto de vista de la sociología general, pueden aportar-se datos interesantes del fenómeno procesional y otras celebraciones de la Semana Santa desde

obras como la Historia de los Espectáculos en Es-paña (de Andrés Amorós y José María Díez Bor-que). Si se prefiere una aproximación estricta-mente religiosa, puede examinarse el volumen de José Sánchez Herrero sobre la Semana Santa de Sevilla, en el que se plasman los condicionantes sociales de cada época histórica en relación con el papel social de la Semana Santa. Finalmente, la importancia de la Pasión como punto culminan-te del camino de perfección del cristiano puede verse alentada por la detallada guía sobre La Ce-lebración de la Semana Santa confeccionada por José Aldazábal a partir de materiales publicados por el Centro de Pastoral Litúrgica.

Comoquiera que este breve repaso bibliográfi-co no puede ser más detallado, invito a los lecto-res a consultar la página http://lamisericordiade-hinojosa.blogspot.com. En ella podrán recopilar datos concretos acerca de las obras referidas en este artículo (y muchas otras); así como datos y noticias acerca de la Hermandad de la Miseri-cordia. Desde aquí ya sólo me queda animaros a desarrollar vuestro interés por la Pasión de Jesús todo el año.

Montserrat Montenegro Moreno Vocal de la Junta Directiva.

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cruz de guían.º 13

Nadie me animó a pertenecer a La Mi-sericordia. Todos los cofrades de mi

familia pertenecían al Huerto cuando yo era pequeña. El último en ingresar en la Cofradía de la Oración en el Huerto fue mi hermano, a la corta edad de dos años y al que recuerdo yendo y viniendo de la cruz de guía al paso de Cristo y viceversa incansablemente. Como era muy chi-co le dieron una vara de mando a su medida y él iba y venía sin descanso. Terminó encantado su primera Estación de Penitencia , de la que nos estuvo relatando historias durante varios meses.

Son entrañables los recuerdos que conser-vo de aquellos años, por ello siento un pro-fundo cariño hacia sus sagrados titulares y un profundo respeto por la Cofradía. Le tengo un aprecio especial a Jesús con la Cruz a Cuestas; recuerdo la estampa de su paso en las maña-nas de mis viernes santos infantiles con gran nitidez, como un fotograma que se ha queda-do prendido a mi retina para siempre. Es una de esas imágenes que por lo que sea nuestra memoria prefiere conservar en sitio relevante elevándola a la categoría de vivencia. Al Huerto le debo mis primeros pasos cofrades porque a través del ejemplo de mi familia (sobre todo de mi padre , que es cofrade desde 1.960) apren-dí a entender la celebración de la Pasión, de la Muerte y de la Resurrección del Señor como un Camino de Penitencia cuya meta es la reflexión, la búsqueda de la verdad que nos da sentido y que nos invita a vivir en cristiano, un Camino de Penitencia como espacio anónimo que llama al recogimiento, a la autoevaluación.

Tuve la suerte de crecer junto a un gran gru-po de niños que se nutrieron de la sabiduría de la Comunidad de Padres Carmelitas, que cre-cieron unidos como un árbol inmenso cuyas raíces vigorosas se alimentaron del amor a la Virgen del Carmen, sabia viva que nos hizo cre-cer juntos, madurar juntos, y como frutos de sus robustas ramas fuimos ofrecidos a la vida para que nos diera compromisos.

¡Qué tardes de tertulia entre jazmines y her-mosas rosaledas!¡Y qué cantarina fuente! ¡Qué contraste carmelitano el que recortaba a través

del sol la ropa de los frailes contra la cal de los muros! ¡Qué amistad tan bonita la que tuvimos la suerte de poder entablar con los jóvenes ma-rianos! ¡Benditos arcos y columnatas que nos acostumbrasteis a mirar hacia lo alto! ¡Bendita hiedra que nos mostraste con tu tesón diario la manera de elevar seguros y libres nuestros pasos, de elevarlos pero sin dejar de aferrarnos suave pero firmemente, como tú a la columna de piedra, al pilar de nuestra vida, nuestra que-rida Madre del Carmelo!

Cientos de entradas y salidas, incontables canciones, innumerables catequistas que nos enseñaron a ser catequistas ,niños y niñas que nos dieron la oportunidad de ser escuchados en nuestras lecciones, montones de amigos y años y años deambulando por mi amado Convento, por la casa de mi corazón, me llevaron un día a ingresar en mi hermandad nazarena, esa que llaman “El Convento”, “El Silencio”, “La Mise-ricordia”... hace treinta y cuatro años.

Nadie me animó a pertenecer a La Mise-ricordia. Eso creía yo. Pero hoy casi todos los cofrades de mi familia pertenecen al Convento: mi marido y mis hijos, mis hermanos, mi cuña-da y mis sobrinos, entre los más cercanos; hoy mi mundo gira en torno a mi Hermandad. A la vuelta del tiempo y con todo lo que el tiempo depara en circunstancias, ausencias, materni-dades, problemas... hoy sé que no fui yo quien decidió ingresar en la Hermandad.

Un día sin saber cómo terminé sentada en las escaleras del coro al terminar la Estación de Penitencia del Jueves Santo durante un largo rato. La gente se fue yendo y nadie me llamó para marcharme como siempre ocurría. Nadie se percató de que estaba allí sentada. Quizá tampoco yo. Fue aquella una de esas ocasiones reservadas a quienes como yo lo pasan todo por el filtro de la razón, a quienes como yo cuestio-nan la fe tanto. Quedó todo en silencio creo que un breve instante , quizá un escalofrío se me instaló en el alma. Pero , aunque soy miedosa, no pude sentir miedo. Todo estaba vacío y no me sentía sola. Aquella cuaresma había sido dura para los cofrades, hubo voces contrarias

Tú me elegiste

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a nuestra manera de celebrar la Pasión del Se-ñor y se hicieron oír con contundencia los que decían que los cofrades celebramos la Muerte , pero no la Resurrección. A mí este tipo de cues-tiones no deberían afectarme tanto pero el caso es que me rebelan. En cambio, en ese momen-to, empecé a darme cuenta de que no me im-portaba lo que dijera nadie. Estaba segura de lo para mi familia cofrade hinojoseña significaba su incansable labor y , como me habían ense-ñado, levanté la vista y miré a lo alto buscando respuestas. Y encontré la respuesta. Frente a mí el rostro del Stmo. Cristo de la Misericor-dia acogía mi búsqueda, tranquilo, sereno. En-tonces supe por qué no me sentía sola, por qué no estaba equivocada; entonces supe el porqué de mi afán por mi Hermandad y entendí que sí hubo quien me animó a ingresar en ella.

. Fuiste Tú. ¿A que fuiste Tú? Tú, mi “Jesusi-to de mi vida” que desde chica me ayuda a dor-mir cada noche. Tú, El guardián de la puerta del Convento que siempre me brindaba un pie des-calzo traspasado de dolor para que lo acaricia-ra. Tú, el que nos esperaba en el templo cuando entrábamos a él desde el patio de la fuente por

la escalera que Te quedaba en frente, en el mis-mo lugar donde hoy se encuentra Tu Bendita Madre, María Stma. de los Dolores.

Tú quisiste elegirme y por ello estoy en per-petua deuda Contigo. Gracias a Ti he tenido la dicha de encontrar mi camino en la Iglesia, gracias a Ti salgo cada Miércoles Santo y cada Jueves Santo de una casa que respira en blanco y en negro, que se ciñe y se calza de esparto, unida, para hacer Estación de Penitencia jun-tos cada año. Gracias a Ti .

Tú consigues renovarme por dentro, dejar-me vacía para luego llenarme de vida, descon-certarme, y al poco, colmarme de felicidad. Tú me elegiste. Fuiste Tú, Señor de la Misericor-dia. Nos amas hasta el punto de querer que sea-mos tus cofrades.

Cuando el Silencio pasa siempre acoge tu búsqueda su rostro tranquilo, sereno. Le-vanta la vista, mira a lo alto y encuéntrate con El.

María del Carmen Fernández Nogales Vocal de Relaciones Institucionales.

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cruz de guían.º 13

“No habrá de ser ahora. ¿No visteis acaso esas personas dis-gustadas vestidas de ruán negro y cinturones de esparto?.En cuanto a los conquistadores... Ahora no tendrían valor. En me-dio de este SIlENCIo puede oírse su voz queda y medrosa:

-Vámonos de aquí, compadre. Resulta que es verdad que Dios se ha muerto”. (1)

A la enorme MISERICORDIA de Cristo se le quedará estrecha la majestuosa puerta de la iglesia del Carmen, cuando su cruz se encuadre en ella en la madrugada aciaga del Jueves Santo.

La misericordia que manifiesta Dios en Jesús, impreg-nará toda nuestra vida y nuestras propias relaciones con Dios y con las demás personas: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofen-den”.

Misericordia en la Madrugá, túnicas negras y esparto, severo cortejo de nazarenos con la cruz de la vida marcada en el pecho, acompañan a Cristo, al Cristo de la Misericor-dia que se muestra sereno, imbuido de paz, con el sem-blante relajado por estar descansando de la obra de reden-ción que acaba de consumar.

Misericordia, silencio y paz.Misericordia, silencio y luz.Misericordia, luto en la Tierra y cruz blanca de vida

que se eleva al cielo en forma de Luna. La vida en su más amplia dimensión, de ahí que la Luna luzca llena, en su plenitud. Y todos somos pedazo de Cristo, y nos sentimos padres, y nos sentimos madres, y la Luna al igual que no-sotros, anegada por el llanto no puede más, sino menguar para convertirse en cuna donde pueda descansar el alma de la vida, el alma de Cristo, el alma de La Misericordia.

Misericordia, el “Señor de los Señores”, derramando su semillero de amor sobre nosotros.

Misericordia, el “Señor de los Señores”, clavado en la cruz y coronado de espinas.

Misericordia, el “Señor de los Señores”, ofreciendo el perdón a cada hinojoseño.

Misericordia, invitándonos a continuar cuando sinta-mos debilidad.

Y también nos invita Cristo en esta noche, para que al igual que anualmente revisamos estatutos, enseres y es-tado de cuentas en la Hermandad, revisemos también, a la luz del Evangelio, nuestra vida personal, cristiana y cofrade. Pidámosle al Señor que nos conceda entrañas de misericordia y si caemos por nuestra debilidad, sepamos que Cristo en su Misericordia, nos tiende la mano para continuar.

“Qué será la gloria, sino estar en presencia del Señor de los Señores, del Cristo de la Misericordia.”

José Fernández Nogales Vocal de Cultos.

(1) A. Nuñez de Herrera. Semana Santa, Teoría y Realidad.

Misericordia, “El Señor de los Señores”

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Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y M.ª Santísima en Su Soledad

Parroquia de San Isidro labrador

JHS

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Cofradía Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y M.ª Stma. en Su Soledad

Con la Cuaresma, los cristianos co-

menzamos un tiempo de reflexión,

un tiempo para pensar bien qué significado

tiene la Semana Santa para nosotros. Es un

tiempo de una gran riqueza para el cristianis-

mo, que tiene como fin prepararnos bien para

el gran paso de Jesucristo por nuestras vidas y

celebrar con gozo su Resurrección.

En este tiempo se nos invita a mirar más

profundamente a Jesucristo, que es el modelo

de todo cristiano. En su camino hacia la cruz Él

comenzó con los cuarenta días en el desierto,

tiempo de ayuno, penitencia y oración, el cual

culminó con la Resurrección. Al igual que el

pueblo judío en sus cuarenta años de travesía

por el desierto hasta llegar a la meta de la tierra

prometida.

Durante estos cuarenta días en los que nos

comprometemos más a hacer el bien, a ayudar

al necesitado…

Es tiempo de abstinencia pero de una rique-

za en el amor a Dios Padre, un tiempo en el que

nos invita a estar en gracia de Dios a través del

sacramento de la Penitencia. Cristo se entregó

en la Cruz para salvarnos del pecado, de nues-

tra desobediencia al querer de Dios. Por eso

este tiempo es una llamada muy firme a la con-

versión.

Estamos viviendo tiempos muy difíciles

para la Iglesia y el cristianismo, tanto de perse-

cución como ridiculizar o descafeinar el evan-

gelio. Esto nos afecta también a los cofrades, de

ahí que sea un tiempo ideal para no avergon-

zarnos de nuestra fe, de dar testimonio público

de que creemos y seguimos a Jesucristo. Los

cristianos creemos en Cristo vivo, presente en

nuestras vidas. Él no cumplió su misión y nos

dejó abandonados, sino que vive con nosotros.

Con su resurrección nos alcanzó la vida eterna,

pero también renovó nuestra vida en nuestro

peregrinar por este mundo, si creemos y cum-

plimos su Palabra.

Un cristiano no puede separarse de la cruz,

ni de la de Cristo ni de la nuestra, hay que aga-

rrarla con fuerza, abrazarla, vivir con ella, ofre-

cerla por nosotros y por el mundo, y renovar

el misterio salvador de la cruz de Cristo cada

domingo en la celebración de la Eucaristía, el

día que conmemoramos que la cruz de Cristo es

gloriosa por él, venció al pecado y a la muerte,

Él vive y nosotros oramos con Él, vivimos con

el. La llama del Espíritu Santo que recibimos

el día de nuestro bautismo no se puede apagar,

hay que mantenerla siempre encendida.

Imitemos a Jesucristo esta Semana Santa,

cuando procesiones por las calles de Hinojosa.

Imitándolo en cada estación con fe, sabiendo

bien porqué se hace, metiéndonos en las esce-

nas de la Pasión, en la oración de huerto, acep-

tando su propia sangre, en su flagelación, en su

camino con la cruz hasta su muerte, y viviendo

con gozo su Resurrección.

Feliz Pascua de Resurrección

David González Guerra

Hermano Mayor

<< Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?... y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo… ver-daderamente era Hijo de Dios>>

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cruz de guían.º 13

Semana Santa revive los momentos más importante de nuestra fe: la

muerte y Resurrección.Semana santa, es un tiempo cargado de

inspiraciones y fuerza de Dios. Rezar, meditar, confesarnos, ponernos en actitud de escucha, acercarnos a Dios a través de la pasión.

Nuestra Cuaresma co-frade, debe ser una Cuaresma de encuentro, de cercanía, de profundidad en la conversión de nuestro co-razón, de con-fianza en Dios.

C o n f i a r en Dios, re-quiere de cada uno de noso-tros, que nos pongamos en sus manos, que propiciemos el momento para encontrarnos con Él. Porque no es lo mismo encontrarse con Dios en la inquietud del trans-curso de la jornada, que al caer de la noche o al despuntar de la madrugada. No es igual ha-llarse con Él los días de la semana dedicados al trabajo y al estudio, que los domingos, porque a pesar de que Dios está en todos los lugares, no todos son idóneos para encontrarnos con Él. No es lo mismo rezar en la quietud de un templo, que hacerlo en la ducha por falta de

tiempo. La sociedad en que vivimos nos marca el

ritmo, un ritmo en el que por falta de tiempo no tenemos un ratito para estar con el mejor ami-go, con el que no nos va a traicionar. Un amigo que a veces perdemos, pero que otras muchas,

a pesar de no tener tiempo, buscamos, por-que como dice el Eclesiastés:

“ H a y tiempo para llorar y tiempo para reír, tiem-po para plantar y tiempo para arrancar lo plantado, tiem-po de lamentar-se y tiempo de danzar, tiempo de abrazarse y tiempo de se-pararse, tiem-po de buscar y tiempo de per-der…

Reflexio-nemos qué es lo que Jesús

nos dice con su Pasión. Contemplemos lo mu-cho que ha dado por nuestra salvación.

Pensemos: Jesús ha hecho esto por mí... yo, ¿qué hago por Jesús?

María del Carmen Alcudia EsquinasVocal de cultos

Tiempo para Dios

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Cofradía Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y M.ª Stma. en Su Soledad

Dejemos de ser cobardes

En estos tiempos que nos han tocado vi-vir, muchas son las preguntas que me

saltan y a las que, a veces, no consigo encontrar respuesta.

Todo el mundo quiere ser ahora “moderno”, liberal, ateo, sin preocupaciones, tener mucho dinero, grandes casas, lujosos coches…pero a veces, no nos damos cuenta de que pisoteamos o incluso humillamos aquellos que no piensan como nosotros o que no son como nosotros.

No nos interesa el vecino, ni aquel que está en paro y no tiene para comer, ni el niño/a que no tiene cubiertas sus necesidades básicas por el eso de ser niño.

Y claro, nos jactamos de decir que vivimos en democracia, que hay libertad de expresión, que hay que superarse en la vida y lograr grandes metas… pero nos olvidamos, en la mayoría de los casos, de que “tu libertad acaba donde em-pieza la mia”.

Por eso, ¿por qué no puedo decir que creo en Dios, pertenezco a una cofradía, me confir-mé, me casé por la Iglesia porque así lo sentía, o bauticé a mis hijas para que pertenecieran a la familia cristiana?

¿Por qué? Por qué no sería “moderna”, ni “chic”, ni tan siquiera “in”.

Ahora se estila declararse en contra de que nuestros hijos/as vayan a una escuela donde haya un crucifijo colgado en la pared, cuando da la casualidad de que, muchos de los que enarbo-lan la bandera de un estado laico, ateo, y acon-fesional están bautizados, confirmados, casados por la Iglesia, bautizados sus hijos y hasta, me

atrevería a decir que perteneciendo a círculos próximos a ella.

¿Por qué vemos normal que a una niña con 16 años pueda abortar sin el consentimiento de sus padres y sin embargo no puede votar, sacarse el carnet de conducir o ni siquiera entrar en un bar a consumir alcohol? ¿Por qué decimos que es arcaica e inhumana la postura de la Iglesia?

No puede ser arcaico defender la vida.¿Por qué no podemos levantar la voz los

que creemos que hay algo que nos ayuda o nos guía?

Creo que, porque a veces, somos demasiado cobardes.

Cobardía de decir lo que sentimos de verdad, cobardía de decir que seguimos rezando y pi-diendo cuando nos vemos ahogados…cobardía tal vez, de expresar que se nos encoje el corazón cuando vemos al Cristo en el madero, al Nazare-no portando su cruz, porque tal vez nos acorda-mos de aquel que también sufre a nuestro lado.

Nos encojemos cuando vemos a María llo-rando desconsoladamente por que, puede ser, nos acordamos de la madre que ha perdido a su hijo, o aquella que no tiene cómo abrigarlo, pro-tegerlo o alimentarlo.

Pues, llegados a este punto, yo no quiero ser moderna, pero tampoco cobarde. Quiero poder decir en lo que creo y lo pienso.

Quizá sean reflexiones demasiado profundas, o incluso incómodas, pero yo también tengo de-recho a mi libertad de expresión.

G.L.F.

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cruz de guían.º 13

Noche de viernes santo, noche de pena, de desconsuelo, de temor, de añoranza.

Noche de soledad. Soledad de una madre que ha perdido a su hijo fruto de sus entrañas

Noche de dolor. Dolor escrito en la mirada, en el rostro, en el reflejo de esa lágrima que escapa dando paso a la tristeza que embarga el cuerpo cubierto con un manto enlutado.

Así caminas la noche del viernes santo. Sola con tu soledad.

Arropada por el son del tambor, el olor a incienso y el silencioso caminar de tus fieles. Silencio roto solo para pronunciar los misterios del Santo Rosario por las calles de Hinojosa, proclamando y anunciando el arrepentimiento de todos nuestros pecados.

Tu soledad es la esperanza. Esperanza de la ma-dre cuyo amor puro acoge, intercede, guía.

Madre de la Soledad, déjame imitarte, seguirte, honrarte. Acógeme bajo tu manto protector, y guía-me en mi caminar penitente.

Raúl Arellano RomeroSecretario

Dentro del viejo arma-rio, en un rincón, allí

están, esperando, como todos los años, a que llegue el gran día, guardados con mimo y ca-riño. Aún perdura el olor a in-cienso, la túnica presenta un tacto suave, nada que ver con las astillas de la pesada cruz; túnica de hermoso terciopelo burdeos, color de pasión, de su-frimiento, de amor hacia todos nosotros. Qué decir del Dulce-nombre, dulzura dorada, irra-diando destellos de luz, repre-sentando un gran sentimiento, una gran cofradía, unas gran-des palabras: JESÚS HOMBRE SALVADOR. Junto a ellos, se encuentra el cíngulo dorado de seda, cíngulo semejante al que ciñe con sumo cuidado la túni-

ca de Nuestro Padre Jesús Na-zareno; y unos guantes blancos, símbolo de respeto y cuyo color representa la pureza de María Santísima en su Soledad. Jun-to a ellos, un capirote de cartón estropeado y unos zapatos de austero negro. En el cabecero de la cama, se encuentra col-gada la medalla de la cofradía, medalla que lucen con orgullo los cofrades y que los acompa-ñará en el Viernes Santo; junto a ella, una rosa roja seca que acompañó al Cristo de la Cari-dad en su caminar por las calles de Hinojosa. Allí están, espe-rando al Viernes Santo, y tras él volverán a ser guardados en el viejo armario, unos años con una inmensa alegría, otros con tristeza y apenado sentimiento

por no haber podido caminar junto a sus titulares a causa de las inclemencias del tiempo, pero siempre con gran ilusión y con unas palabras que se guar-darán para siempre en sus co-razones…

¿A quién buscáis? A Jesús, el Nazareno

Ángela M.ª González López Vocal de Penitencia

Soledad

Esperando al Viernes Santo

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Cofradía Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y M.ª Stma. en Su Soledad

Hemos llegado, un año más, a un momento decisivo en nuestra

vida cristiana: el tiempo de cuaresma. Es el momento idóneo de preparación para celebrar los grandes misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Unos momentos decisivos para poner en práctica esa conversión, que nos recor-daba el Miércoles de Ceniza, cuando se nos imponía la ceniza en nuestras cabe-zas. Conversión es cambiar de vida, es alejarse del pecado, que nos atenaza y nos esclaviza; es volver a vivir la Gracia, ese don divino, que se nos concede, porque Dios nos quiere.

Para un cristiano, celebrar la fiesta de semana santa es vivir, aquí y ahora, el Misterio que se está celebrando. Pero esto no quiere decir que se hagan presentes los hechos y acciones históricas tal como ocurrieron hace dos mil años, pues lo que se reactualiza es el “contenido eterno” de estos he-chos y acciones, es decir, “la salvación”. Y, según esto, las fiestas de estos días santos consisten, en la vivencia y creencia del misterio, no en la simple representación.

El cofrade como cristiano, es discípulo de Cristo. Ser discípulo significa estar aprendiendo de él. El cofrade es un cristiano consciente y responsable. El cofrade es un hombre de Iglesia, entiende la iglesia como su espacio natural para vivir la fe. Entiende y asume la institución eclesial, lucha contra la oscuridad y el error. Y el cofrade, ama y defiende a la iglesia y a todos sus derechos.

Vivamos el espíritu de esta cuaresma con fervor, pensando en esos grandes misterios; abramos nuestros corazones al Espíritu del Señor, abracemos nuestras cruces y acompañemos a Jesús y a María por las calles de Hinojosa. Así viviremos la verdadera Semana Santa.

No me gustaría despedirme sin tener antes una pequeña poesía a mis titulares Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y María Stma. en Su Soledad.

Amor:No existe amor más grande que el que tú tienes por mí. Nadie se ha esforzado tanto en quererme como soy… grandes defectos y pequeñas virtudes… porque amándonos con Pasión… tú Pasión… haces vida en mí… ¿Dónde está el límite de tu amor? No existe. Conocerte, es amarte y quien te ama te sigue… no me sueltes la mano, quédate conmigo, siempre estas y yo contigo. Y demostrarme, como me demuestras, que tu legado más grande soy yo.

Os deseo a todos los cofrades, directiva, amigos/as y a todo el pueblo de Hinojosa una feliz Pas-cua de Resurrección.

Manuel Murillo Ramírez. Vocal de Cáritas

Como vivir un Cristiano y un Cofrade la Semana Santa.

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cruz de guían.º 13

El pasado mes de septiembre, cerrába-

mos el veinticinco aniversario funda-

cional de la cofradía del Nazareno. Un cierre

en el que dimos Gracias por estos años transcu-

rridos. Años de trabajo, de esfuerzo, de ilusio-

nes, de proyectos, de convivencia.

Fue el pasado, un año en el que todos aú-

nanos esfuerzos, dimos lo mejor de nosotros,

colaboramos en aquello que se nos pidió, asisti-

mos a cuantos actos se organizaron, en definiti-

va, actuamos como verdaderos cofrades.

Un año que el que también se cerraba una

etapa en la junta de gobierno, ya que se convo-

caban elecciones a la presidencia.

La nueva junta de gobierno, decidía home-

najear al anterior presidente. Una persona que

ha dedicado veinticinco años de su vida al ser-

vicio de nuestra cofradía. Que ha trabajado con

ilusión, dedicación y esfuerzo. Que ha hecho

posible que siendo una de las cofradías de pa-

sión mas jóvenes de Hinojosa, esté a la altura

de la más antigua.

Estamos hablando de Don Miguel Cerro de

la Bella.

Felicidades por el nombramiento de Her-

mano Mayor Honorario de nuestra cofradía y

gracias por dedicar tu tiempo a rendir homena-

je a nuestros titulares.

Desde la vocalía de cultos, nos atrevemos

a pedirte, a ti cofrade, que tu compromiso sea

igual al del pasado año, que en estos días de cua-

resma nos acerquemos más a Jesús, revivamos

desde el seno de la cofradía los misterios pas-

cuales, acudamos a cuantos actos se organicen

para dar culto a nuestros titulares, ofrezcamos

nuestro perdón y arrepentimiento, carguemos

nuestra cruz con paciencia y alegría, la misma

que tuvo nuestro Señor.

Vocalía de cultos

Sigamos comprometidos

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Cristo de la Caridad

COSTALERA, COSTALERA,

QUE HONDO ES TU PESAR,

PUES SOBRE TU HOMBRO LLEVAS

AL CRISTO DE LA CARIDAD.

CUANTAS NOCHES DE DEDICACION

CUANTAS NOCHES DE ESPERA

PONIENDO EMPEÑO EN TU FANEA

PARA QUE ESE CRISTO DE PENA

SALGA UN AÑO MAS, POR ESA PUERTA

LA PUERTA DE LA CARIDAD

DURANTE LA ESTACION DE PENITENCIA,

SU PESO CADA VEz, SE VA SITIENDO MAS,

PERO AHÍ ESTA SU MANO AMIGA

PARA DARNOS FUERzAS HASTA EL FINAL,

PARA QUE NUESTRA FE NO FLAQUEE

HASTA SU ENTRADA TRIUNFAL.

POR ESO PORTADORAS

DE ESTE CRISTO DE LA CARIDAD

DESDE AQUÍ YO OS ANIMO

A QUE UN AÑO MAS

NOS UNAMOS, Y TODAS JUNTAS

CON MIMO Y CUIDADO

LO MEzAMOS UNA VEz MAS.

Costalera de la Caridad

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cruz de guían.º 13

El camino de un cofra-de es difícil de con-

seguir, ya que hay muchas fa-cetas de la vida que te ponen a prueba para seguir la tarea en tus creencias para ello es nece-sario el aprendizaje, el conoci-miento, el sentimiento y la Fe en Cristo.

Somos muchos los que sali-mos de cofrades, en cualquiera de los cofradías de Semana de Santa y cada uno de nosotros lo vivimos muy distinta o más bien a nuestra manera, pero el mensaje que trasmitimos es el mismo para todos.

Este camino “cofrade” es complicado de adquirir, gracias a nuestros titulares que en rea-lidad son los que dan fuerzas y nos ayudan a seguir con todas estas vivencias y sentimientos de lucha.

Yo llevo veinticinco años en este camino de cofrade de pa-sión, comenzó de costalero de

Nuestro Padre Jesús Nazareno, empiezo hacer esta estación de penitencia portándolo en mis hombros en ese camino lento y pausado.

Pero con una ilusión inmen-sa, a saber que él me va pro-tegiendo y me da fuerzas para terminar un camino de sufri-miento y a la vez de alegría.

Pasan los años y empiezo otra tarea que es tanto o más difícil que la anterior, es la la-bor de ser capataz del Cristo de la Caridad, con una cuadrilla de costaleras, a las cuales le tengo un gran cariño y un respecto por su trabajo y sacrificio.

Ellas que tienen tanta res-ponsabilidad me dan ánimo a mí para que no me derrumbe y siga adelante en este trabajo. Es una gran satisfacción dispo-ner de esta cuadrilla de muje-res, las cuales están siempre dispuestas a colaborar en todos los actos de su cofradía.

Salir de cofrade es sólo el co-mienzo de un largo camino que debemos seguir los que aspira-mos llegar a serlo.

Ser cofrade – de oraciónSer cofrade – de FeSer cofrade – de AmorSer cofrade – de PerdónSer cofrade – de PenitenciaSer cofrade – de PacienciaSer cofrade – de IlusiónSon tantas y tantas cosas

más que todos los que estamos en cofradías deberíamos de respetar, y a la vez compartir unidos en un mismo afán, se-guir a Cristo.

La verdad es que es una gran ilusión poder decir que soy Co-frade de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y María Santísima en su Sole-dad.

Joaquín Barbero Alcudia

Capataz del Cristo de la Caridad.

Un camino difícil

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Cofradía Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y M.ª Stma. en Su Soledad

Desde muy niña he pertenecido a la co-fradía, NTRO PADRE JESUS NAzA-

RENO, CRISTO DE LA CARIDAD Y MARIA SANTISIMA EN SU SOLEDAD. En mis prime-ros años ni siquiera llevaba cubre rostro. Año tras año esperaba la llegada de la semana santa para poder procesionar y acompañar a mis ti-tulares.

Era muy joven también cuando comencé a cargar sobre mi hombro a nuestro Cristo de la Caridad. Todo un privilegio para mi y mis com-pañeras, o al menos yo, así lo siento, soportar con el peso de este cristo durante la estación de penitencia, desde el primer año que procesiono portado sobre hombros femeninos. De esto ya han transcurrido algunos años, y aun así nin-guna de nosotras, portadoras de este paso, de-jamos de emocionarnos y sentir ese hormigueo en el estomago, desde el momento de la salida hasta la llegada.

Y que sorpresa para mi y mis compañeras, cuando debido a la celebración del 25º aniver-sario, nos brindaron la oportunidad de portar a

Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima en su Soledad. Algo, que yo como costalera, y creo que también mis compañeras de cuadri-lla, debido a la devoción que le tenemos a todos nuestros titulares nos hizo una ilusión inmen-sa. Una oportunidad única, que quisimos apro-vechar. Y con nuestra fe, entusiasmo y valentía, y la ayuda de nuestra cuadrilla de costaleros, conseguimos lograr.

Por eso, desde aquí, quiero darle las gracias en primer lugar a mis compañeras de cuadri-lla y capaz, porque sin ellas/el, esto no hubiera sido posible. Y en segundo a lugar a aquellas personas que hicieron posible que esta cuadri-lla de costaleras, al menos por una vez, portaran sobre su hombro por las calles de la parroquia a Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima en su Soledad.

A todas ellas mil gracias.

Carmen Ruiz BarbanchoVocal de cultos

Sentimiento de una Costalera

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cruz de guían.º 13

La Semana Santa es un tiempo de con-templación y de reflexión. Contem-

plación cuando vemos a nuestras imágenes procesionar por las calles de nuestro pueblo. Observando con de-voción cada uno de ellos nos recuerda un pasaje distinto de la vida que tan-to Jesucristo como María tuvieron en su trance por este mundo.

Contemplando la belleza de los pa-sos y las imágenes, cada una de ellas nos sugiere una profunda reflexión.

Aplicando la re-flexión anterior a nuestra cofradía y haciendo un poco de memoria, en es-tos 25 años como cofrade fundadora que soy, han sido muchas las expe-riencias vividas. Y bien es verdad, que hay que recordar y poner en práctica aquello que decía Jesucristo, “lo que hagáis con uno de los míos me lo estáis haciendo a mi”.

Yo lo vivo muy de cerca. Por motivos de tra-bajo veo a tantos cristos vivientes,… que no hay que esperar a Semana Santa, lo tenemos a dia-rio.

Tenemos cristos rotos, cristos yacentes, so-ledades y cristos crucificados, que se encuen-tran solos, sin un cirineo que le ayude a portar su cruz, o sinceramente les haga el día algo más agradable y llevadero.

Tenemos a la samaritana que también le dio de beber a Jesús o esa Soledad al pie de la cruz

cuando su hijo entregaba el alma al Padre.

Y ya digo, no hay que esperar a Semana San-ta, los tenemos recogidos pero no visitados ni

acompañados, y es lo mínimo que todo aquel que se precie de ser buen cristia-no debería de cum-plir. “lo que hagáis con uno de los míos me lo estáis hacien-do a mi”.

No podemos quedarnos admira-dos sólo por la or-namentación de los pasos.

Para un cristiano la Semana Santa o Cuaresma no deben ser los días ordina-rios que el calenda-rio nos marca, sino todo el año.

Cristo nos habla todos los días de nuestra vida y nos pone ejemplos para que nos demos cuenta que está vivo a nuestro lado.

Para eso, hemos de tener abiertos

no solo los ojos, sino el corazón. Sólo de esta manera podemos practicar nuestra fe y dar tes-timonio de que Jesucristo vive entre nosotros, a sabiendas de que es como el buen pastor que nunca abandona a sus ovejas.

Ya para finalizar, un sencillo deseo a todos los lectores y cofrades. Que paséis unas buenas fiestas y pascua y resurrección que es lo más importante para un cristiano.

Felisa Torrico GarcíaCofrade

Semana Santa todo el año

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Cofradía Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y M.ª Stma. en Su Soledad

De nuevo se acercan las celebraciones de la Semana Santa y la Pascua, unas fechas

fundamentales del calendario cristiano en todo el mundo donde se celebra una gran fiesta cargada de muchos significados y simbolismos religiosos, y también de reuniones y encuentros familiares; le precede la cuaresma, cuaren ta días que nos in-vitan a reflexionar más que nunca sobre nuestra vida cristiana, y así prepararnos para celebrar la Pascua del Señor.

La Semana Santa es, sin duda, la Semana más importante del cristiano, donde se revive la muer-te y resurrección de Cristo, comenzando su entra-da triunfal en Jerusalén el Domingo de Ramos, y culminando con la Resurrección el siguiente Domingo. Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico. Vivir la Semana Santa es acom-pañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al sacramento de la penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de la Pascua, ya que lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó; es cele-brar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra. La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la Tierra, y su resu-rrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.

Una semana en la que se unen fiesta, tradición, fe y devoción donde nuestros titulares se engala-

nan con sus mejores trajes para pasear por las calles de Hinojosa y dar un mensaje de solem-nidad, donde los pasos se adornan con las flores más bellas, donde las bandas de música afinan sus instrumentos para que María Santísima sea mecida acompañando a su hijo, en las que nues-tros corazones se preparan para alzar plegarias y oraciones al cielo.

Son muchos los momentos emotivos de nues-tra Semana Santa, y una mezcla de sentimientos inundan nuestros corazones en estos días, cuan-do ante una levantá una lágrima cae por nuestro rostro, o cuando ante la pregunta “¿a quién bus-cáis?”, el pueblo entero de Hinojosa se emociona

cuando se abren las puertas del templo y cuando el Nazareno nos da su bendición, o cuando la ban-da de música toca la marcha de “Costalero” y és-tos mecen con dulzura el paso, o cuando nuestra Señora de la Soledad pasea con su llanto dolorido por las silenciosas y respetuosas calles de nues-tro pueblo. Recordar la Oración en el Huerto, y los primeros rayos de sol iluminando la cara de María Santísima de los Dolores ante la Catedral de la Sierra en la mañana del Viernes Santo, o el Cristo crucificado que pasea en la fría madrugada del Jueves Santo. No menos importante la salida del Santo Sepulcro, anunciada por el sonido de la carraca que nos anuncia que Cristo está yacente, y para culminar esta semana, el domingo de re-surrección, el día más importante del cristiano, donde Cristo resucita para limpiar nuestros pe-cados. Son momentos inolvidables que perma-necen en nuestros corazones participando de la Semana Santa desde diferentes ámbitos, ya sea como penitente, costalero o mero expectante.

Que esta nueva Semana Santa que se avecina vivamos cada momento de la Pasión del Señor con la misma intensidad con la que nos prepara-mos para ello, siempre desde la fe, la devoción, el respeto y la alegría de que esperamos una nueva RESURRECCIÓN.

Feliz Pascua a todos.

Luis Eduardo Díaz de LuqueMiembro de la Junta de Gobierno

ViViendo la Semana Santa

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cruz de guían.º 13

Antes de nada me gustaría saludar a todos aquellos hinojoseños e hinojo-

señas que, de un modo u otro, viven la Sema-na Santa de nuestra localidad de una forma un tanto especial.

También me gustaría saludar desde estas lí-neas a todos los componentes de la Agrupación Musical Ntro. Padre Jesús Nazareno de Hino-josa del Duque, a la cual pertenezco y de la cual me siento cada año más orgulloso.

Bien, y aprovechando la oportunidad que el presidente de la cofradía de Jesús Nazareno me ha brindado de participar en esta revista, me gustaría contar a todos los lectores, de una ma-nera resumida, como es y en que consiste el día a día de una agrupación musical, en este caso la A. M. Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Caridad y Mª Stma, en su Soledad, de Hinojosa del Duque.

Dicha agrupación consta actualmente de unos 52 miembros aproximadamente, los cua-les ponen todo su esfuerzo durante todo el año para que la música cofrade inunde nuestras ca-lles y nuestras plazas durante todos los días de Semana Santa.

Y me gustaría resaltar lo de “todo el año”ya que, por si aún hay gente que piensa que las marchas que escucha en los días de Semana Santa son fruto de unos “ratos” que nos hemos juntado para ensayar, están totalmente equivo-cados.

Esas marchas, mejor o peor tocadas, son fruto de muchos y muchos días durante todo el año que este grupo de personas se reúnen para ensayar con solamente un fin; que nuestra Se-mana Santa siga creciendo año tras año y que esas imágenes que vemos en la calle vayan cada año mejor acompañadas musicalmente.Y todo esto sin ningún otro tipo de interés. Dicho esto,

me gustaría que todos los hinojoseños/as sean conscientes de este hecho, el cual creo que es de agradecer.

Son muchos días de ensayos, de cabreos, de enfados, de agobios, etc. pero todo ello merece la pena cuando se van acercando esos días de Semana Santa y vemos como en los ensayos, en los certámenes, conciertos y demás actua-ciones, esas marchas suenan bien. Y todo ello es debido al esfuerzo y al empeño de todos y cada uno de los que formamos la Agrupación y, en especial, uno de ellos: Joaquín Ramón Sán-chez, director de la misma, y sin el cual creo que nada de esto fuera posible. Desde aquí, agrade-cerle todo lo que hace por nosotros y sobre todo por la Agrupación.

Otra persona importantísima la que hay que agradecer su labor es a José Rodríguez, más conocido como Pepe “Merino”, nuestro repre-sentante y lo más importante, nuestro gran amigo, que día tras día, año tras año, siempre ha estado al pie del cañón y peleando para que esta agrupación sea lo más reconocida posible en nuestra localidad y en toda la provincia.

Nuestra Agrupación Musical también, en muchas ocasiones, actúa como embajadora del pueblo de Hinojosa del Duque, cada vez que viaja a otras localidades llevando su música a diversas procesiones de la provincia. Así mis-mo, creo que es un motivo de orgullo para to-dos los Hinojoseño/as que una Agrupación de su pueblo se encuentre en Semanas Santas tan reconocidas como la de Córdoba capital, Buja-lance , Peñarroya, etc. Y ahora mismo me está viniendo a la mente el recuerdo del Miercoles Santo del año pasado cuando desfilando por Plaza Colón (Córdoba capital) con la Cofradía de La Paz y Esperanza y ante miles de perso-nas, miré a mi compañero Joaquín y le dije:”Si nos vieran los del pueblo donde estamos me-tíos ahora mismo”.

La Música

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Y dejo para lo último el llamamiento a to-dos aquellos jóvenes de Hinojosa que sientan la más mínima atracción por la música cofrade: “!Que prueben!”.

Además os puedo prometer que es algo muy bonito y gratificante el saber tocar un instru-mento, ya sea tambor, trompeta, corneta, etc. y, sobre todo, es una buena forma de ocupar el tiempo libre, antes que pasarlo dentro de un bar o , simplemente, en el aburrimiento.

Animaros, que ahí estamos un grupo de ami-gos y amigas deseando que nuestra Agrupación Musical vaya a más y que no dudan en prestar

ayuda siempre al nuevo componente.Sin más, animar a todos los hinojoseños e

hinojoseñas que salgan a la calle en los dias de Semana Santa, entradas, recogidas, carrera ofi-cial y demás rincones de nuestra localidad, para que cada vez luzca más y sea más reconocida.

Un saludo para todos mis compañeros.

!Viva la Agrupación Musical Ntro. Padre Je-sús Nazareno!

Juan Antonio Antón Gómez

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cruz de guían.º 13

El JUEVES: una de esas noches en las que duermes sin descansar, descansas

sin dormir o ambas.No espero que suene el despertador, hay un

resorte en mí que lo impide. Va a ser un día grande, muy grande.

El ritual que desde hace años repito mili-métricamente empieza. Por qué no decirlo, me cuesta buscar esos zapatos, si, los negros que sólo uso para una ocasión especial. La medalla, siempre presente y a la vista en un lugar prefe-rente de mi habitación. Doblo cuidadosamente mi túnica y la pliego sobre mi codo para dirigir-me paciente y pensativamente hacia mi destino. Mi destino son los momentos, esos momentos.

Tras deambular de un lado a otro, parte también de mi ritual, por todas y cada una de las esquinas de la parroquia.

Nos avisan. Somos la escolta, guardianes de la miseria humana, un miembro más de los captores,.... ¿A quién buscáis?

Destellos, brillos, rayos de sol parten las nu-bes y las destrozan hasta la molécula más di-minuta. La CARIDAD ha abierto sus puertas. Uno de esos momentos de los que secan la gar-ganta.

En este instante no soy consciente de qué es lo que llevo esperando un largo año.

Ntro. Padre Jesús enfila la calle Caridad, se mece, comienza el acto de Bendición, uno de esos momentos en los que es imposible con-trolar el escalofrío, que llega a su culmen cuan-

do suenan los primeros acordes de la SAETA; siempre ayuda a exteriorizar lo que llevas den-tro, uno de esos momentos en los que es impo-sible que la primera lágrima escape.

Noto el peso del SENTIDO de la cristiandad en mi hombro, todo el peso, uno de esos mo-mentos en los que pareciera que una tonelada pesara menos que mi túnica. Sin tiempo para el descanso, pareciera que tuviéramos prisa por esperar otro año más.

Pero quedan más momentos, miro hacia arriba y pienso que tu pueblo te espera. Uno de esos momentos en los que ver el rostro del respeto y la devoción hacen que valga la pena llevar ese peso del que ya no me acuerdo.

Vuelvo a ver al torcer una ligera esquina, rostros de devoción y de esperanza, aparece ante Jesús el centro homónimo en el que mi-man a nuestros mayores,

Ntro.Padre Jesús Nazareno, ¿que mejor nombre para este bendito sitio?. La bendición cae sobre ellos, otro de esos momentos en los que el terciopelo no puede tapar el frío. Mece-dlo con cuidado. La Caridad vuelve a estar com-pleta, la última lágrima que quedaba ya moja la capucha. Los zapatos ya no son tan negros, pero ÉL quiera que el año que viene acompañen de nuevo mis pasos y yo siempre siga los Suyos.

Feliz Pascua de Resurrección.

Luis Miguel Morales Arellano Tesorero

Esos momentos

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M.ª Stma. en Su Soledad

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PoRTA DA SANTo ENTIERRo

Cofradía del Santo Sepulcro y Ntra. Sra. en su Amargura

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Una hermandad es una gran familia que vive con devoción y fe los misterios de la Pasión,

Muerte y Resurrección de Cristo Jesús.

La Hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora en su Amargura, en este año, os invita

a participar en todos los actos litúrgicos de Nuestra Semana Santa y vivir nuestro compromiso de

creyentes; sin olvidar que las salidas procesionales, que recorren en estos días las calles y rincones

de Hinojosa, son una gran lección de catequesis para los ojos y el corazón de quienes las contemplan.

Camino que, en compañía de María, nos conduce a la mañana de la Resurrección.

Luis Romero Fernández.

Hermano Mayor de la Hermandad del Santo Entierro

y Nuestra Señora en su Amargura.

Saluda

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cruz de guían.º 13

Viernes Santo

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“El Santo SEpulcro”Cofradía del Santo Sepulcro y Ntra. Sra. en su Amargura.

La Cofradía en la calle:

Sede Canónica: Parroquia de San Juan Bautista.

Salida: Viernes Santo (2 de abril)

Hora y lugar de Salida: 21:00 hs. Iglesia de San Juan Bautista.

Itinerario: Plaza de la catedral, Jesús, Cánovas del Castillo, San Blas,

Doctor Francino, Reinas, Plaza de Colón, Carmen, Corredera (entrada

en C.O. a las 23:30 hs.), Plaza de la catedral (salida de C.O. a las 24:30

hs.) y entrada en el templo a la 1:00 h.

Hábito: túnica negra, capa de raso negra, cervantina blanca, fajín de

raso blanco, guantes blancos y medalla con cruz del Patriarca de Je-

rusalén.

Acompañamiento musical por decidir.

Número de hermanos y hermanas: 220 aproximadamente.

Número de costaleros: 32 (paso de Cristo).

Número de costaleras 36 (paso de candelero).

Capataces: Bernardo Moraño (paso de Cristo) y Mª. Carmen Díaz

(paso de candelero).

Iconografía:

*Santo Cristo Yacente, sobre paso de estilo neoclásico. Obra de Félix

Granda (s. XX). El cuerpo de Cristo yace sobre un sudario dorado,

mostrando las llagas de la Pasión y con la cabeza ligeramente vuelta

hacia su derecha.

* Ntra. Sra. en Su Amargura y San Juan Evangelista, sobre paso de

inspiración barroca. Imágenes de candelero. La Virgen está al pie de

la cruz, mirando de frente y con las manos levantadas a la altura del

pecho. San Juan, a su izquierda, la señala y la mira, en actitud de ha-

blarle.

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Cofradía del Santo Sepulcro y Ntra. Sra. en su Amargura

Costalera, di que sabes

Como poder pasear

A la que llevas a hombros

Cada año en su andar.

Costalera, en tus hombros,

Impaciente por avanzar

Y dejar en el camino

Todo lo que nos hace mal.

Costalera, di que sientes

El amor que Ella nos da

Sin percibir en el instante

Lo que surge al andar.

Costalera que eres sus pasos,

Ese día que tan mal está,

Por despedir a su Hijo

Que muerto delante va.

Costalera, que no lo note

Que tú también lo pasas mal

Por verla a ella surgir

En silencio en la oscuridad.

Marisa Barbancho.

Costalera de la Virgen

Costalera

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cruz de guían.º 13

Como cada año

Nos preparamos para llevar

Encima de nuestros hombros

A Nuestra Madre que impaciente está.

Nuestros hombros son tus pies,

En los que poder apoyar

El dolor de una madre,

Que llorando por su hijo va.

Madre, apóyate en nosotras,

Que orgullosas de contigo estar

Y poder ayudarte a soportar

El gran dolor que te toca llevar.

No sufras por nosotras

Que tu peso podemos cargar.

Porque el amor que nos das,

No es ningún pensar.

Marisa Barbancho.Costalera de la Virgen

Apoyo

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Os quiero dar las gracias, antes de nada, por haberme dado otra vez la oportunidad de volver a escribir en este libro, después de algunos años de ausencia. Este año me gustaría hacer un pe-

queño y humilde homenaje a uno de nuestros compañeros, un compañero del paso del Entierro de Cristo.

Un hombre que nos dejó a primeros de año. Un hombre que estaba lleno de alegría y sobretodo de vida.

Un hombre que como cada año compartía las noches de ensayo, la preparación y el gran día. El Viernes Santos que como cada año esperamos con ilusión y emoción para sacar el paso a la calle.

Este año no va a ser diferente, aunque Isidoro no se encuentre entre nosotros físicamente. Estará con todos con su presencia espiritual y su fuerza. Desde donde esté que imagino que Nuestro Padre lo tendrá en un sitio privilegiado, muy cerca de Él, como no puede ser de otra forma. Porque nuestro compañero cada Viernes Santo como todos sus compañeros tiene la enorme suerte de estar cerca, muy cerca de Él. Donde estés queremos decirte Isidoro que siempre serás de uno de nosotros /as.

Por último me gustaría pedirte un pequeño favor: que nos ayudes para que todo salga bien y po-damos poner nuestros pasos en la calle, para poder dedicarte cada una de las levantás que hagamos con nuestros pasos.

Hasta siempre compañero.Marisa Barbancho.

Hasta siempre amigo

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cruz de guían.º 13

Símbolo de la orden de Caballería del Santo

Sepulcro de Jerusalén. Fue el escudo del nuevo reino funda-do en Tierra Santa (1096-1098) cuando Godofredo de bouillon se convierte en Protector del Santo Sepulcro (1099) y crea el reino de Jerusalén.

Es una de las cinco que se crearon en los Santos lu-gares además de la orden de los lazaristas, para cuidar a los leprosos; la orden de San Juan de Jerusalén (orden de Malta), centrada en la activi-dad hospitalaria; los Caballe-ros Teutónicos que cuidaban el Hospital de Santa María; y la orden del Templo (templarios) que custodiaba el Templo.

la orden del Santo Se-pulcro surge para la custodia del Santo Sepulcro y la asis-tencia religiosa de la Iglesia del mismo. balduino I de Je-rusalén (1100-118) establece el reglamento de la orden para equipararla a la del Hospital y el Temple.

Cruz de Jerusalén, Cruz de Tierra Santa o Cruz del Patriarca de Jerusalén

Santo Entierro de Juan de Juni (1541-1543). Museo Nacional de Escultura (Valladolid).

Como insignia oficial adop-ta la cruz griega potenzada y cantonada de otras cuatro iguales de menor tamaño. la misma que Santa Elena, madre del emperador Constantino, en el siglo IV otorgó al grupo que se encargó de la protección al Santo Sepulcro.

la cruz grande central re-

presenta a Jesucristo; las cua-tro pequeñas, los cuatro Evan-gelio, que proclamados desde Jerusalén, su enseñanza llega a los cuatro puntos cardinales de la tierra, es decir, la uni-versalidad de la enseñanza de Cristo.

los cruzados, según su procedencia la lucían de un metal (color) diferente: los franceses la llevaban de plata (blanco); los italianos, de azur (azul); los alemanes, de sable

(negro); los polacos de sinople (verde) y los españoles de gules (rojo). Para los caballeros se-pulcristas de la lugartenencia de España occidental: <<El color sangre, recuerda el amor de Cristo, nuestro Redentor (Jn. 15-13), su sangre derra-mada por nosotros, su muerte y su Resurrección. >>.

Razón por la cual es el sím-bolo de las cofradías del Santo Entierro.

Luis Romero Fernández.

Presidente de la Cofradía del Santo Entierro y Nuestra

Señora en Su Amargura.

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Cofradía del Santo Sepulcro y Ntra. Sra. en su Amargura

FINAl SANTo ENTIERRo

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cruz de guían.º 13

Cultos de las parroquias

Parroquia de San Sebastián

DíA 18, 19 y 20 DE MARzO a las 20:00 horas : TRIDUO EN HONOR DE NUESTROS SAGRADOS TITULARESPresidirá las celebraciones Eucarísticas el Rvdo. Padre Tomás León GonzálezEl día 19 se le impondrá el Escapulario a los nuevos Hermanos.

DIA 23 DE MARzO. a las 20:30 h.ACTO PENITENCIAL

DOMINGO DE RAMOS: 11,00 Bendición de los Ramos (Ermita de San Sebastián)11,30: EUCARISTÍA (Iglesia de los PP. Carmelitas)

JUEVES SANTO: 6.30 de la tarde: EUCARISTÍA DE LA CENA DEL SEÑOR 12,00 de la noche: VIGILIA DE ADORACIÓN

VIERNES SANTO: 11.00 de la mañana : HORA SANTA6.30 de la tarde: SANTOS OFICIOS DE LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR

VIERNES SANTO, 2 DE AbRIL a las 1:00 ( madrugada).VIGILIA ADORACIÓN NOCTURNA.

VIERNES SANTO, 2 DE AbRIL a las 11:00 horas: HORA SANTA

SÁbADO SANTO: 9.00 de la noche: VIGILIA PASCUAL DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR.

Parroquia de San Isidro Labrador

• Triduo:A las 7 y 30 de la tarde los días 24-25-26 de Marzo.

• Viernes de dolores:A las 7 y 30 de la tarde, FUNCIÓN DE Mª STMA. EN SU SolEDAD

• Acto penitenciAl: Miércoles 24 de marzo, a las 8 y 30 de la noche.

• Domingo De rAmos:A las 12 de la mañana BENDICIÓN DE PALMAS en Santa Ana y procesión hasta la parroquia y a continuación SOLEMNE FUNCIÓN RELIGIOSA.

• Jueves sAnto:A las 6 y 30 de la tarde SANTOS OFICIOS. Institución de la eucaristía.Hora santa a las 12 de la noche.

• viernes sAnto:A las 6 y 30 de la tarde SANTOS OFICIOS. Adoración de la cruz.

• sábADo sAnto:A las 9 y 30 de la noche PASCUA DE RESURRECCIÓN.

• 15 de septiembre:FUNCIÓN DE Mª STMA. EN SU SolEDAD

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Parroquia de San Juan Bautista:

JUEVES 25 DE MARzO a las 20:30 horas : ACTO PENITENCIAL

DOMINGO DE RAMOS: 19,00 h.: Bendición de Palmas y Ramos21;00 h.: EUCARISTÍA

MIÉRCOLES SANTO: 19: 00 h: VÍA CRUCIS AL STMO. CRISTO DE LAS INJURIAS

JUEVES SANTO: 6.30 de la tarde: SANTOS OFICIOS DE LA CENA DEL SEÑOR 23:00 h: HORA SANTA

VIERNES SANTO: 6.30 de la tarde: SANTOS OFICIOS DE LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR

SÁbADO SANTO: 08:00 h.: LAUDES Y OFICIOS DE LECTURAS21:30 h.: VIGILIA PASCUAL DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN:12:00 h.: SOLEMNE MISA DE RESURRECCIÓN Y PROCESIÓN DEL RESUCITADO Y MA-DRE DE DIOS DEL CASTILLO.

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cruz de guían.º 13

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Antes del último díaLlegará el último día.Llegará el día de la Salvación tan esperada.Y lo hará sencillamente, sin preámbulos.

Llegará si hay razones que avalen su venida. Antes del último día deberemos haber amado,haber amado sin cifras pero en mayúsculas,haber amado sin publicidad pero de corazón,haber dejado que Jesucristo brote de nosotros.

Antes del último día debiéramos amarnos.

No entiende de fechas previstas la Redención.No sabe de programaciones.No navega por internet.No avisa por agenda electrónica.

Llegará la Resurrección de puntillascomo llegan en descalzo silencio la enfermedad y la muerte,como llegan imperceptiblemente la vejez al mayor o al pequeño la infancia, como el amor o el odio, la desdicha o la felicidad.Y el Señor nos pedirá explicacionessobre la caridad, sobre el sentido de la justicia,sobre la verdad .Nos pedirá coherencia.

Antes del último día debiéramos ser coherentes.

Y coherencia no es sumisión ni es silencioni es resignación ni es permisividad ni es complacencia para autorizar a los demása hacernos daño, ni es “callar y andar”.Asentir al mal es atacar al bien.

Llegará el último día y Jesús resplandecerá en nuestras almas.Saldrá el Sol de la viday no habrá días sino solamente tiempo.

El orbe será paz, el hombre será amortras el último día.

Mª del Carmen Fernández NogalesCofrade de La Misericordia y del Sto. Sepulcro.