revista metodista nº214

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Número 214 Número 214 Número 214 (Juan Wesley) (Juan Wesley) (Juan Wesley) Revista Metodista Revista Metodista Revista Metodista “Oh Señor, que no vivamos para ser inútiles” “Oh Señor, que no vivamos para ser inútiles” “Oh Señor, que no vivamos para ser inútiles” JUNIO-JULIO 2015 JUNIO-JULIO 2015 JUNIO-JULIO 2015 "Este es mi Hijo amado, "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco" en quien me complazco" "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco"

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Junio - Julio 2015

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Número 214Número 214Número 214 (Juan Wesley) (Juan Wesley) (Juan Wesley)

Revista MetodistaRevista MetodistaRevista Metodista“Oh Señor, que no vivamos para ser inútiles” “Oh Señor, que no vivamos para ser inútiles” “Oh Señor, que no vivamos para ser inútiles”

JUNIO-JULIO 2015JUNIO-JULIO 2015JUNIO-JULIO 2015

"EsteesmiHijoamado,"EsteesmiHijoamado,enquienmecomplazco"enquienmecomplazco""EsteesmiHijoamado,enquienmecomplazco"

Revista Metodista Nº 214junio-julio 2015

Publicación de la Iglesia Metodistaen el Uruguay (IMU)

Oscar Villagrán: redactor [email protected]

Diseño: Andrea [email protected]

Diseño de tapa: Luciana Villagrá[email protected]

Revista Metodista (RM) respeta la opinión de sus colaboradores.

Los artículos firmados expresan única y exclusivamente el pensamiento de sus autores. Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando su fuente.

Agradecemos el envío de un ejemplar

Oficinas Centrales: Barrios Amorín 1310Teléfonos 2413 6552 – 2413 6554Correo electrónico: [email protected]

Página web: www.imu.org.uy.

Colaboran en este número: Oscar Bolioli, Mirtha Coitinho, Carlos Delmonte, Aldo Etchegoyen, Eduardo Galeano, Adémar Olivera, Hugo Rovira, Aníbal Sicardi, Ignacio Simal Camps, Inés Simeone, Carolina Vallejo. Corrección de textos: Prof. Pablo Osores

Impresión:

Artes Gráficas S.A.Porongos 3035 - Tel.: 2208 [email protected]ósito Legal Nº: 361.998/2015

sumarioArmas (2)Aldo M. Etchegoyen 4

La formación teológica y la IglesiaPastor Oscar Bolioli 5

La experiencia de Juan WesleyInés Simeone 7

"Sr. Futuro", ¿qué hacemos sinEduardo Galeano?Aníbal Sicardi 9

Tú no moriste contigoEduardo Galeano 11

¿Qué sabemos sobre Sacramentos?Pastor Adémar Olivera 12

Ciudadana ilustre de Morón 14

Opinión: cuando la Ley no protegea los empobrecidos. Lupa ProtestanteIgnacio Simal Camps 15

Comunidad en gestación."Ved cómo se aman"Hugo Rovira Díaz 16

Cría de peces 17

La dama bobaCarolina Vallejo 18

El cuidado pastoral en situaciones de crisisCarlos Delmonte 19

Metodismo con M de MujerOscar Villagrán - Mirtha Coitinho 22

Editorial

REVISTA METODISTA | 3Nº 214 | junio-julio 2015

El segundo número del año de Revista Metodista (RM) viene con temas muy variados.

Entre número y número suceden acontecimientos que es imposible poder abarcar en su tiempo y medida. Otros quedan, o mejor d icho los seleccionamos, porque de alguna manera nos impactaron como uruguayos y latinoamericanos. Por ejemplo, la muerte de Eduardo Galeano. En lo estrictamente teológico, reflexionamos acerca de “Los sacramentos”. Como protestantes reconocemos dos únicos sacramentos debidamente instituidos por Jesucristo. ¿Les estamos dando en nuestras comunidades de fe la importancia que tienen? El 24 de mayo de 1738 es el día en que Juan Wesley tiene

su experiencia de “corazón ardiente”. La pastora Inés Simeone nos aporta algunas de las herencias que nos ha dejado el pensamiento de Juan Wesley.Otro hecho que ha impactado al mundo ecuménico latinoamericano es el cierre, en Buenos Aires, de la institución académica ISEDET, que preparaba a nuestros pastores.Una mirada sobre este hecho a cargo del pastor Bolioli nos desafía a mirar el futuro y buscar nuevas formas de preparación y actualización de nuestros pastores.Dejamos a nuestro lectores un variado panorama de temas que esperamos puedan ser disparadores de nuevas formas de pensamiento.

Aldo M. Etchegoyen

Armas (2)

Nº 214 | junio-julio 20154 | METODISTAREVISTA

“El arma de más poder que tienen ustedes no es el revólver en la cintura, sino la PALABRA” -repetía constantemente a sus alumnos un instructor de la Academia de Policía de Holanda-. Qué diferentes serían las cosas si todas las policías tuvieran este fundamento para su accionar; desaparecería el gatillo fácil que tantas víctimas ocasiona; EE.UU. dejaría de ser ese Club del Rifle que fomenta el armamentismo en las familias de ese país. Pienso que no solo para policías viene bien la frase, también hay grandes potencias de gatillo fácil que imponen su voluntad fundada en el poder de su armamento, sin respetar la ley y el derecho. ¿Acaso no es ese el problema que tiene nuestro país en relación con la presencia del Imperio Británico en nuestras Islas Malvinas? Además el imperio no quiere ni hablar de soberanía allí, aunque las Naciones Unidas lo hayan pedido tantas veces. ¿Le tiene miedo a la PALABRA? El instructor de la Academia afirmaba que las verdaderas soluciones no vienen por el camino de la violenta confrontación, sino por el diálogo y la búsqueda de nuevos caminos de negociación. No es ninguna novedad afirmar que la PALABRA tiene poder, que es más que un sonido acústico. Puede educar, orientar, aconsejar, consolar, construir puentes de relación humana, crear fe y esperanza, como tantas otras cosas más. Hay dos palabras pequeñitas, pero cargadas de enorme significado: SÍ y NO. Un SÍ puede cambiar una vida, puede unir una pareja, es una afirmación que puede poner alas a los jóvenes; mientras un NO significa rechazo, negación, cierre de puertas. También la palabra puede tener poder negativo: con un insulto puedo destruir una persona, desvalorizarla, desmerecerla y discriminarla. ¡Cuánto miedo puede generar una amenaza anónima que crea ansiedad y profunda angustia! Hay palabras al servicio de la paz y otras de la guerra; palabras violentas y suaves; las que levantan y las que aplastan; las que empujan y las que pesan. Pienso que la vida no pasa por las que destruyen ni por las que hieren, sino por las que construyen. No es

lo mismo decir “te quiero” que “te aborrezco”.Los Libros sagrados como la Biblia, el Corán o los textos hebreos como el Talmud están llenos de palabras, y en ellas enormes verdades que ponen fundamentos sólidos a la vida humana. Sin duda alguna, la construcción de una nueva sociedad no viene por las armas, sino por la riqueza de la literatura, la poesía, la predicación, las canciones que proclaman la verdad, la justicia, la paz, la dignidad humana. Hasta esa pequeña gran palabra de amor que toda persona puede pronunciar tiene poder de hacer todas las cosas nuevas. Dice la socióloga y antropóloga francesa Michele Petit: “Somos animales poéticos desde la más temprana edad, necesitamos del arte y la literatura para habitar el mundo… Necesitamos el arte porque no somos solamente variables económicas… Desde la primera infancia hasta la vejez, nuestras vidas están tejidas por relatos que ligan entre sí elementos discontinuos. No dejamos nunca de contarlos, a los que nos rodean, o en el secreto de nuestra vida interior”.

No hemos sido creados para nuestra propia destrucción, sino para la paz, el amor, la igualdad, la justicia, la comunidad, la belleza; en resumen:¡¡para la vida!!

Aldo M. Etchegoyen Buenos Aires, mayo 2015

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La formación teológica y la IglesiaPastor Oscar Bolioli

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La educación fue para América latina uno de los instrumentos estratégicos de las Juntas Misioneras. En el Congreso de Panamá de

1914 se ponía énfasis no solo en la educación popular, sino también en la forma de educar a las clases liberales altas como una forma de romper la férrea primacía católica. La educación teológica fue un capítulo aparte que emergió muy temprano frente a la necesidad de la formación de líderes nuevos para una iglesia que se expandía. Algunos futuros líderes fueron enviados para su formación a Seminarios en Estados Unidos. En el Río de la Plata, ya en 1884, se da la formación teológica en forma ecuménica entre la Iglesia Metodista y la Iglesia Valdense, para preparar sus futuros pastores. Con el correr de las décadas se fueron sumando otras denominaciones a este esfuerzo, formando así la Facultad Evangélica de Teología. Creo que el momento de mayor crecimiento se da en el período donde el Dr. B. Foster Stockwell ejerce el rectorado. En los tiempos precedentes se fueron unificando en Buenos Aires las expectativas de las iglesias de Perú, Chile, Bolivia y Uruguay para la formación de pastores. México fue otro polo de formación, como también lo fueron Puerto Rico, Cuba y Brasil. El austero Dr. Stockwell favoreció la introducción de los pensadores europeos en el currículum que estaba dominado por los teólogos norteamericanos. Algunos como Bonhoeffer crearon dudas en algunos círculos eclesiásticos. Recuerdo

una anécdota de aquel tiempo: a mí me había apasionado un pequeño libro de Bonhoeffer, en francés, titulado “La vida en comunidad”. Era un libro de reflexiones pastorales, realizado por este teólogo ejecutado en Alemania por oponerse a Hitler. Yo ya estaba en ULAJE y había conseguido los recursos para publicar el libro en español. Se lo planteé a la Editorial La Aurora, pero lo rechazaron por considerarlo “un libro peligroso”. Nos costó mucho convencerlos. Otra de las visiones de Stockell fue la de ir formando una generación latinoamericana que asumiera la discusión teológica en la Iglesia. Para ello otorgó becas de posgrado en distintos centros de estudios. De allí salieron Roberto Ríos, José Migues Bonino, Norberto Bertón, Emilio Castro, Julio Sabanes y otros, que fueron eje de un nuevo pensamiento y una enorme riqueza dentro del debate teológico en nuestras iglesias e instituciones. Yo estaba haciendo el Bachillerato para entrar en la Facultad de Veterinaria, cuando la perseverancia del pastor Carlos Gattinoni y los argumentos del Obispo Sabanes en una Campaña de Evangelización me convencieron de cambiar el eje de mi vida y estudiar para ser pastor. No fue nada fácil para mi familia que esperaba una carrera que se correspondiera al nivel de la de mis hermanos (médico, militar y arquitecto). Más difícil fue llegar a la Facultad Evangélica de Teología en Buenos Aires. Era un tiempo de crisis política entre el gobierno de Perón y el de Batlle Berres, y Argentina no otorgaba visas de viaje. Fue así que en marzo de 1953 las clases comenzaron sin mí. Entonces, Gattinoni organizó un “curso” para todos los que estábamos en situaciones similares. Recién pude viajar a fines de junio, gracias a un vecino del barrio que me consiguió un pasaporte diplomático para hacer una “investigación teológica”.

En aquellos tiempos se hacía “un año de práctica” con una asignación pastoral en medio de los estudios. Era una forma de consolidar la vocación y aclarar el campo de estudio con la experiencia vívida. Yo tuve la

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resultados preocupantes y al mismo tiempo ha conducido a una falta de incentivos para convocar a estudiantes. No es la única causal, pero creo que es la que más toca a las iglesias. Nos alegra el documento y la propuesta que ha realizado la Iglesia Metodista Argentina frente a la situación del cierre de ISEDET: “Se propone hacer una convocatoria a las iglesias que estén interesadas en crear una nueva institución teológica con la misma estructura, personal, planes de estudio y demás e lementos . Que sea además sus ten tab le económicamente y responda a las necesidades teológicas y prácticas de la formación del ministerio pastoral de las iglesias participantes. […] Que pueda encarar un proyecto de formación teológica que sea adecuado al mundo educativo de nuestros tiempos”. Debemos entender que todo esto se enmarca en un contexto donde la educación teológica y sus instituciones están pasando por tiempos difíciles. Estos 131 años de educación teológica ecuménica han tenido una generosa siembra de conocimiento y de construcción del Reino y debemos dar gracias por lo logrado. Es tiempo de repensar lo económico sin estructuras agobiantes que permitan urgentemente la formación teológica que necesitamos para aquellos que están llamados a ser guías y orientadores de nuestras congregaciones.

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bendición de ser asignado como ayudante del Obispo Enr ique Ba l loch en un circuito que reunía Mercedes, Colonia Inglaterra y Fray Bentos. No había puente, por lo tanto se debía cruzar en balsa y la carretera era de balasto, pero eso no impedía que yo hiciera mis viajes en bicicleta. Lo que aprendí con Balloch estaba más allá de lo que podía estudiar en los libros. Un hombre sabio, un maestro, liberal, socialista, de largas charlas y de una inmensa fe que contagiaba. En 1963 me ofrecieron una beca del CMI para estudiar en Alemania. Me pareció inútil ir al viejo cont inente cuando estaba emergiendo tan fuertemente lo latinoamericano en el pensamiento teológico y en las propuestas de misión. Conseguí que me lo cambiaran por un curso de posgrado con Miguez Bonino sobre “Iglesia y política” en la FET. Refiero estas cosas no para hablar de mi vida, sino como testimonio de la formación teológica que algunos tuvimos el privilegio de recibir, que va más allá de los textos y de los profesores. Escribo estas cosas porque el 28 de abril recibimos la información oficial de que ISEDET, sucesor de la Facultad de Teología, cierra sus puertas definitivamente. ISEDET se creó en 1969 con la fusión de la Facultad de Teología y el Seminario Luterano. Paso loable de unidad y de compartir recursos y dones. Pero a partir de ese tiempo se da un giro que crea una orientación diferente. A ninguno de nosotros se nos pasó por la cabeza ir a la Facultad si no era para ser pastores. Era una decisión vocacional y muchos quedaron por el camino. En nuestra clase éramos doce, pero solo cuatro llegamos al pastorado. ISEDET no estaba orientado a formar pastores, sino licenciados en teología. Hace unos siete años atrás tuvimos, junto con la obispa Nelly Richie, una fuerte conversación con el Rectorado para que se volvieran a instalar los cursos de Teología Pastoral. Ellos consideraron que esa era una responsabilidad de las iglesias, no de ISEDET. Creo que la propuesta teórico-práctica fue fundamental para la formación y misión de las iglesias. El divorciar lo teórico de lo práctico ha traído

La experiencia de Juan Wesley

Inés Simeone

REVISTA METODISTA | 7Nº 214 | junio-julio 2015

La experiencia de fe de Juan Wesley le cambió la vida y le dio una “chispa” al movimiento que "se gestaba" desde hacía muchos años.

Recuerden que según las palabras del propio Juan Wesley

en una obra escrita al final de su ministerio:

· El primer nacimiento del metodismo, así llamado, fue en noviembre de 1729 cuando cuatro de nosotros nos reunimos en Oxford.

· El segundo fue en Savannah, en abril de 1736, cuando veinte o treinta personas se reunieron en mi casa.

· El último fue en Londres, el 1º de mayo de 1738, cuando cuarenta o cincuenta de nosotros empezamos a reunirnos todos los miércoles al atardecer para conversar libremente empezando y terminando con canciones y oraciones.

Como se puede observar, los tres nacimientos del movimiento son comunitarios. Esto es, se realizan desde la reunión de personas para -a partir de su fe- orar y conversar. Obviamente que esto es parte, también, de todo el proceso de conversión personal por las cuales pasó (incluida la experiencia del 24 de mayo en Aldersgate).

Inmediatamente después de su nuevo nacimiento, Wesley se lanzó a la tarea de evangelizar a toda la nación. Él escribió: "Quiero reformar a la nación; particularmente a la Iglesia, y quiero esparcir una santidad espiritual sobre todo el país". ¡Qué grandioso objetivo! Aparentemente, sin embargo, era un plan imposible, pero nunca se dio por vencido.

En otra ocasión afirmó: "Tengo un solo punto de vista: el promover en cuanto me sea posible una religión vital, práctica, y por la gracia de Dios preservar e incrementar su vida en el alma de la gente".

Wesley era incansable. Cubrió unos 400.000 kilómetros -distancia semejante a 10 vueltas a la tierra por el Ecuador-, la mayor parte a caballo. Bajo lluvias torrenciales, en los inclementes inviernos británicos con nieve y escarcha, una tremenda potencia interna lo llevaba siempre adelante. Predicó 40.000 sermones y escribió más de 200 libros, muchos de ellos al marchar sobre su caballo. (fuente: “Juan Wesley: ¡Gran Evangelista!)

En el sermón “El casi cristiano”, predicado en la iglesia de Santa María, ante la universidad de Oxford, el 25 de julio de 1741, aclara lo que significa ser casi cristiano y después lo que es ser cristiano por completo.

¿Qué significa ser casi cristiano?

“El ser casi cristiano” implica:

1. No ser injustos

2. No robar ni hurtar los bienes de su vecino

3. No oprimir a los pobres

4. No cometer extorsión alguna

5. No privarle a nadie de sus derechos

6. No deber nada a nadie

7. Rendirle tributo a la verdad y la justicia

8. Ejercer cierta caridad y auxilio (incluyendo el darle comida al hambriento -si sobraba- y vestir al desnudo con la ropa que no se necesita).

9. Otra característica del casi cristiano es la apariencia de piedad, de esa piedad que se prescribe en el evangelio de Cristo, esto es, no se hace nada que el evangelio prohíba...

10. Los casi cristianos también evitan los vicios, los abusos, la glotonería. Evitan, en la medida de lo posible, toda disputa y contienda, constantemente procurando vivir en paz con todos. Si sufre injusticia, no se venga ni devuelve mal por mal. No es murmurador, ni pendenciero, ni se burla de las faltas o debilidades de su prójimo. No lastima, ni hiere, ni comete injusticia contra nadie a propósito.

11. Trabaja y sufre en bien de muchos...reprende a los malos, instruye a los ignorantes, fortifica a los que vacilan, anima a los buenos y consuela a los afligidos.

12. Busca despertar a los que duermen y guiar a los que Dios ya ha despertado...

13. Constantemente se acerca a la casa de Dios, y no como algunos que se presentan cargados de oro y joyería, con vestidos relucientes de vanidad...

14. A todo esto le añadimos el uso constante de la oración con la familia y a consagrar ciertos momentos del día a la comunión con Dios, en lo privado.

El ser casi cristiano implica necesariamente el ser sincero, tener un verdadero deseo de servir a Dios, un firme propósito de hacer su voluntad...Por muchos años -dice Wesley- llegué hasta este punto...hui de todo mal, tratando de tener una conciencia limpia, redimiendo el tiempo, aprovechando toda oportunidad de hacer bien a todos, constante y celosamente usando de todos los medios de gracia,

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tanto públicos como privados, buscando una conducta firme y seria en todo tiempo y lugar. Y testigo me es Dios de que hacía todo esto sinceramente. Sin embargo, mi propia conciencia, por el Espíritu Santo, me es testigo de que durante todo ese tiempo no era yo sino casi cristiano.

¿Qué otra cosa se requiere, además de todo esto, para ser completamente cristiano?

1. En primer lugar, amar a Dios, porque así dice la Palabra: “...amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.

2. En segundo lugar, el amor al prójimo: “... amarás a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Quién es el prójimo? Toda persona en este mundo, ya que no podemos en modo alguno exceptuar a nuestros enemigos, ni a los enemigos de Dios y de sus propias almas. Todo cristiano ama a los tales como a sí mismo, “...así como Cristo los amó.

3. Hay todavía una cosa más que se requiere para ser completamente cristiano: se trata del fundamento de la fe que no puede separarse del amor de Dios ni del amor al prójimo, pues está implícito en el ser cristiano por entero...

4. En esto que nadie engañe a su propia alma. Ha de notarse “...que la fe que no produce arrepentimiento, amor y buenas obras” no es la fe viva y verdadera de que hablamos aquí, “sino una fe muerta y diabólica”.

5. “...La correcta y verdadera fe cristiana no consiste solo en creer que las Sagradas Escrituras y los Artículos de Fe dicen verdad, sino también tener plena seguridad y completa certeza de que Cristo nos salva de la condenación eterna”.

6. La confianza y seguridad de que ser salvo por Cristo “purifica” el corazón (mediante el poder de Dios que mora en Él) de la soberbia, de la ira y, por otra parte, lo llena de un amor hacia Dios y toda la humanidad. Amor que nos hace vivos para hacer las obras de Dios en pro de todos...

7. Empero, ¿quiénes son los testigos vivientes de estas cosas? Les ruego hermanos y hermanas que cada uno, cada una, se pregunte en su propio corazón...

8. ¿No tienen muchos de ustedes la conciencia de nunca haber llegado tan lejos? ¿De no haber llegado siquiera a la medida de ser casi cristianos? ¿O al menos de no haber alcanzado la forma externa de la piedad cristiana?

9. Pero aun suponiendo que lo hayas hecho, ¿bastará con los buenos propósitos y los buenos deseos para ser cristiano? Ciertamente no, si no se ponen en práctica. Nos queda todavía pendiente la gran pregunta: ¿Está tu corazón lleno del amor de Dios?

¿Es Dios todo tu deseo? ¿Amas al prójimo como a ti mismo? ¿Amas a todos como a tu propia alma, inclusive a tus enemigos y hasta los enemigos de Dios? ¿Les amas como Dios te amó?

10. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que está ahora en medio de nosotros, sabe que si alguien muere sin esta fe y este amor, mejor le sería no haber nacido. Despiértate entonces, tú que duermes, y clama a tu Dios...

11. ¡Quiera Dios que todos los que aquí estamos lleguemos a saber lo que es ser, no ya casi, sino completamente cristiano!

El tema de la fe encarnada, sentida desde el corazón y vivida, que lleva a una teología práctica en el medio de la realidad cultural y social del momento histórico en que se está es fundamento en el pensamiento wesleyano.

La fe que conduce a una nueva vida en lo personal y en lo comunitario lleva a una constante lucha diaria por alcanzar la perfección cristiana en nuestro tiempo y lugar. La relectura a partir del hoy nos hace preguntarnos:

· ¿Cómo podemos darle vida a nuestra Iglesia hoy?

· ¿Un nuevo movimiento es posible?

· ¿Es posible “la chispa” sin considerar nuestro tiempo y lugar?

· ¿Nuestros problemas actuales son similares a los problemas que enfrentó el movimiento naciente?

Claro que había problemas de interpretación y vínculos en el liderazgo y entre grupos. Muchas cartas y observaciones de los diarios personales reflejan eso. La posición firme de Wesley de respetar las diferencias se notó en muchas de sus palabras escritas.

Contamos también con un pacto firmado por un pequeño grupo que nos indica que los primeros metodistas también enfrentaron las murmuraciones y los juicios irresponsables. El pacto firmado por ellos lo confirma y convoca a cambiar de actitud.

REVISTA METODISTA | 9

"Sr. Futuro", ¿qué hacemos sin Eduardo Galeano?

Aníbal Sicardi (*)

Nº 214 | junio-julio 2015

Con similar licencia a la que tuvo Galeano al enviar aquella “Carta al Señor Futuro” es que indagué a ese misterioso señor –como lo llamó

el uruguayo–preguntándole qué hacemos sin Galeano.

Me salió con que los libros y artículos de Galeano, que certifican lo que pensaba y sentía, están allí a disposición permanente para deleitarnos como excelente narrador.

Le dije que no me corriera con esas porque integraba la privilegiada generación que leyó virginalmente “Las venas abiertas…”. No me equivoco, aunque ese término –virginalmente– suene raro. Fuimos los que leímos “Las venas abiertas de América Latina” en su primera edición, la del 71, que según dicen tuvo serias dificultades para venderse, y cuando el autor era un pibe de 31 años.

Le agregué que pocos días después de la inundación galeana sobre Latinoamérica pasé por una de esas exóticas librerías de Buenos Aires donde había libros y revistas de cualquier calaña y año. Al revisar una pila de libros con los más extraños títulos y autores, me deslumbró un hidalgo titular: “Su majestad el futbol”, acompañado de la explicación “Selección y prólogo: Eduardo Galeano” de la editorial Bolsilibros Arca año 1968.

Me pregunté “¿Y este qué escribía tres años atrás? ¿Fútbol?”. Lo hojeo y descubro un prólogo que las traía y un índice de comentarios y reflexiones escritos por personajes como Albert Camus, “Lo que le debo al fútbol”; Mario Benedetti, “Puntero izquierdo”; Horacio Quiroga, “Suicidio en la cancha”.

En la respuesta al Sr. Futuro le aclaré que pertenecía

a la estirpe de los que mensualmente nos zambullíamos en “Crisis”, la revista dirigida por Galeano que cubrió una etapa fundamental en el pensamiento y en la actitud, desde el 73 al 76 cuando la clausuró la Dictadura Cívico Militar.

El Sr. Futuro me interrumpió con una franelita consintiendo que yo había leído bastante de los libros y artículos de Galeano y que, sabiendo que había estado en no pocas jornadas con la periodista Stella Calloni, me recuerda su reciente artículo en la Jornada de México donde Stella cataloga al uru entre los “inmoribles”.

-Me parece una chicana- le contesté. -Ud. se refiere a esa mención de que prevalecemos en el

recuerdo de los otros, hecho que subrayo, pero me deja de lado aquello que dice la comprometida periodista.

Entonces le cité textualmente lo que escribió Calloni de que “era posible entrar con él en todos los laberintos de este continente nuestro y mojarnos con las lluvias y temblar en los huracanes, y bailar cuando la realidad circundante quería instalarnos la cultura de la muerte”.

-El tema es ese- le refregué. Entrar en los laberintos, mojarse, temblar, bailar es prerrogativa del cuerpo y eso es lo que ya no está. ¿Cómo?… Sí, ya sé que eso ocurre con todos y ocurrirá conmigo. No sé si con Ud. porque esa categoría de futuro parece salvarlo, ya que cuando se le arrima el presente se corre hacia delante, pero el punto es que no está ese cuerpo donde -le cuento por si no leyó o lo pasó por alto- recalan no pocos articulistas y comentaristas.

Osvaldo Bayer menciona de Galeano “su claridad, su sencillez”. Indirectamente su fuerza y decisión, afirmando que “se murió tan joven, cuando era capaz de vivir 200 años para seguir luchando por sus ideales y por América Latina”.

Ariel Dorfman comentó que “Eduardo tenía un genio único para entrar simpáticamente en la vida de los demás, ingresar al hogar que es la vida de cada cual y acomodarse en la mesa y tomarse un trago o un café y escuchar con atenta pasión las historias y los cuentos y las intimidades que a nadie más le interesaban. Aquellos con quienes conversaba inmediatamente sabían que podían confiar en él, advertían una generosidad que le fluía como una fuente.”

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Para Eduardo Aliverti, “Galeano era un tipo tan enormemente sencillo como lo que escribía. No sé por qué algunos le habían hecho cierta fama de persona complicada, presa de su ego, algo despectivo. Supongo que por envidia, como en tantos casos respecto de los grandes. Rescato esa faceta de su personalidad, la sencillez, porque justamente no se encuentra todos los días la coherencia entre cómo se piensa, cómo se dice y cómo se vive. Tenía el raro mérito de hablar como se escribe, además.”

Mempo Giardinelli, al recibir al uruguayo en Resistencia, Chaco, para lo cual había tenido algunos inconvenientes, incluido de salud, exclamó: “Y llegó nomás, con ese humor formidable que tenía y esa entereza prodigiosa.”

El otro gran uruguayo, Víctor Hugo Morales, sentenció y tituló su nota “Nos enriqueció en el alma. Me pareció un hombre muy lúcido, sereno y equilibrado, con algo de distancia, pero al mismo tiempo un hombre muy cálido desde sus textos literarios. Por si no bastara con su lucidez y su exquisito lenguaje…sentimos la pérdida de alguien que nos enriqueció el alma.”

Y esas actitudes y sentimientos surgen del cuerpo. Los pensamientos los tendremos siempre, pero ese cuerpo ya no estará. Que eso ocurre con todos, me dice el Sr. Futuro. Sí, y también con todas, pero no me soluciona que hoy y mañana y pasado mañana lamentaremos no verlo al uruguayo como lo veíamos caminar por las playas de Malvín, su barrio de viviente.

-Ta…, asentí. Y Sr. Futuro finalmente afirmó… -Sí. Lo conocí personalmente. Lo había escuchado y visto en algunas conferencias sin pasar más allá de los saludos habituales, pero el pastor Carlos Valle organizó la Conferencia Mundial de WACC en México en 1995. A ella asistí como Director de Prensa Ecuménica. El punto fue que Valle, con su habitual introducción de ideas y pensamientos inesperados, había invitado a Galeano para que este se presente en esas jornadas.

Carlos lo testimonia en su Facebook con “Un recuerdo cálido para Eduardo Galeano”. Allí le dice al oriental: “Participaste en el Congreso Mundial de WACC en México en l995. Me hablaste de tu grata sorpresa por encontrar una organización cristiana trabajando por la democratización de la comunicación y te alegraste de haber estado presente”. Agrega otros datos, entre ellos que quedaron en verse “Pero, ese encuentro nunca sucedió, pero está fijo el recuerdo de ese pequeño anotador plagado de sueños y misterios que compartiste con esa honda poesía que siempre agradeceremos. Gracias, Eduardo, todavía conservo tu carta con el dibujo de un

sol que continúa hablando de un nuevo día para América Latina”.

Le dije al Sr. Futuro que compartir con Galeano esos d ías mex i canos f ue una opo r tun idad no desperdiciada y que tampoco pasé por alto encontrarlo en el Foro San Pablo de Porto Alegre 1997.

Coincidimos en el apretado espacio. Era una concentración donde habló Lula. Disfrutamos juntos de las vueltas de Lula para esquivar una serie de preguntas incisivas de la mil i tancia. A mis observaciones sobre ese punto me comentó “Es que a Lula le apasiona el fútbol. Seguro que adora a Garrincha”.

En mi estadía en Montevideo -2004 al 2009- lo vi en varias oportunidades. La mayoría en el ya entonces mítico Café Brasilero. Una de ellas, en una hora de larga de conversación. Las otras, desde mesas cercanas disfrutando de sus conversaciones con amigos y amigas locales y la siempre llegada de personas de otros países para verlo y pedirle autógrafos. Verlo moverse, gesticular, sonreír, escuchar alguna historia y anotar en su libretita con su afilado Faber, era un gran placer.

Me impresionó su cita de cómo veía su corporalidad. “Tuve la sensación, y además sentí, que las palabras pueden tener dedos, es decir, que tocan a quien las lee y que esa relación casi física de la palabra con el lector vibra con mucha intensidad”.

Está bien, misterioso Sr. Futuro, acepto tu indicación de hacer mía la sugerencia de Eduardo Galeano de que “cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero”.+ (PE)

(*) Bahía Blanca, 18 de diciembre de 1933. Teólogo de la Facultad Evangélica de Teología (Buenos Aires). Fundador y director de Agencia de Noticias Prensa Ecuménica Ecupres.

Pastor de la Iglesia Metodista Central Bahía Blanca. @anibalsicardi

Foto: Aníbal Sicardi y Eduardo Galeano en el Foro San Pablo de Porto Alegre 1997 / PE

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Eduardo Galeano

Tú no moriste contigo

“Habitamos un mundo que trata mejor a los muertos que a los vivos. Los vivos somos preguntones, y somos respondones, y tenemos otros graves defectos imperdonables para un sistema que cree que la muerte, como el dinero, mejora a la gente. Este es un homenaje a la pasión de vivir, es una celebración de la alegría de creer en ciertas cosas que la muerte no puede matar.El sistema, que nos quiere ciegos, que nos quiere mudos, que nos quiere sordos, no nos ayuda a vivir naciendo. El sistema nos entrena para vivir muriendo y para vivir matando: matando, hacia afuera, porque todo prójimo es un competidor y un posible enemigo, y sobre todo matando hacia adentro, matando lo mejor que cada cual tiene vivo dentro de sí.Cuando yo era niño los curas me asustaban con el diablo. Ahora creo que aquel diablo, aquel jefe de cocina del infierno, no existe. Pero en cambio tengo pruebas de que sí existe el diablo del miedo. El diablo del miedo se disfraza para engañarnos. El gran artero ofrece cobardía como si fuera prudencia y traición como si fuera realismo. Y hay que reconocer que bastante éxito tiene el muy ladino en nuestras comarcas. Ante el diablo del miedo hacen cola los que quieren entregar la libertad a cambio de la seguridad. Varias leyes nuestras llevan su firma inconfundible.En dictadura o en democracia, en democracia o en democradura, el diablo del miedo no actúa solo. En Uruguay, al menos, yo lo veo casi siempre acompañado. Con él anda su socio, el diablo de la codicia. Este es otro diablo disfrazado. El diablo de la codicia comete sus felonías en nombre de Dios y con la bendición del Santo Padre, que riega de agua bendita el afán de ganancia, la práctica de la usura y el derecho a vivir del trabajo ajeno.Mi canción preferida es una canción chilena, una canción que da gracias a la vida. Esa canción me mueve los labios cuando ando extraviado en los laberintos de la duda o el desaliento; y cantándola recupero el rumbo, y cantándola recupero las ganas de agradecer a la vida que me ha dado tanto amor al vuelo y tanto odio a las jaulas.Ese amor y ese odio forman la cara y la contracara de una misma certidumbre, más poderosa que la duda y el desaliento. Hay certidumbres, como esa, que me encuentran cada vez que me pierdo y me levantan cada vez que me caigo. Se las debo a la gente que quiero. La gente que quiero me las regaló.

Hoy celebramos una certidumbre que desconcierta a los burócratas y a los generales. Los tecnócratas no la pueden descifrar, los mercaderes no la pueden comprar, los policías no la pueden vigilar. Hace poco, en la clausura de un congreso, yo intenté definir esa certidumbre con estas palabras: “Crear y luchar son nuestra manera de decir a los compañeros caídos: Tú no moriste contigo.”

No es una certidumbre que se refiera al Más Allá. Se refiere al más acá, se refiere a la alegría de la continuidad de la aventura humana en la tierra. Nosotros tenemos la alegría de nuestras alegrías, y también tenemos la alegría de nuestros dolores, porque no nos interesa la vida indolora que la c i v i l i z a c i ó n d e l c o n s u m o v e n d e e n l o s supermercados, y estamos orgullosos del precio de tanto dolor que por tanto amor pagamos. Tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que prueban la pasión de andar y el amor al camino; y tenemos la alegría de nuestras derrotas, porque la lucha por la justicia y por la belleza vale la pena también cuando se pierde. Y sobre todo, sobre todo tenemos la alegría de nuestras esperanzas: en plena moda del desencanto, cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal, seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano.

Y aquí nos juntamos, y así nos juntamos. Y juntándonos decimos, a todos y a cada uno de los que se han jugado la ropa y la vida con la dignidad, les decimos: “No, no, no; tú no moriste contigo”."

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En concordancia con la tradición de la Reforma Protestante y la herencia de la Iglesia Anglicana, la Iglesia

Metodista reconoce dos sacramentos: el Bautismo y la Santa Cena. Entendemos que ambas celebraciones son las únicas expresamente instituidas y ordenadas por Cristo. El sacramento es una señal, o signo, y un medio de gracia. Señal visible de una realidad invisible que se capta por medio de la fe. En el sacramento, el creyente da testimonio del nuevo Pacto, la nueva vida que ofrece Jesucristo, de su incorporación y pertenencia al pueblo de Dios. En el sacramento se vehiculiza la gracia y el amor de Dios con elementos visibles y simbólicos. Junto a la palabra, están presente todos los sentidos: vista, oído, olfato, gusto, tacto, vivencia espiritual. Por eso es tan importante el uso inteligente de los rudimentos litúrgicos. En los sacramentos es Dios quien actúa. El dirigente, los creyentes, la congregación, simplemente están respondiendo a un mandato divino. El Bautismo se imparte una sola vez y su efecto permanece firme para siempre. La formación del bautizado es permanente, incluso previo al acto, a fin de poder “alcanzar la madurez y el desarrollo que corresponden a la estatura perfecta de Cristo” (Efesios 4:13). La Santa Cena, en cambio, se celebra regularmente donde se renueva el Pacto y la comunión con Cristo, y el compromiso que ello implica.El Bautismo.- Después de su muerte y resurrección, Cristo ordena a sus discípulos “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). A partir de Pentecostés los apóstoles comienzan a impartir el bautismo con esta apelación: “Vuélvanse a Dios y bautícense cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así Él les dará el Espíritu Santo. Esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y también para todos los que están lejos” (Hechos 2:38s).El bautismo adquiere carácter sacramental porque es un acto simbólico mediante el cual el bautizado hace

Pastor Adémar Olivera

¿Qué sabemos sobre Sacramentos?

profesión pública de su fe y se incorpora a la comunidad cristiana. Por otro lado, es el signo del nuevo nacimiento que supone la conversión; modificar el rumbo de la vida como paso previo. O sea, el comienzo de una nueva realidad espiritual. Es lo que Jesús dice a Nicodemo: “Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios “ (Juan 3:5). Un punto que a veces se cuestiona en algunas iglesias, es la legitimidad o no del bautismo infantil. En el Artículo de Fe de la Iglesia Metodista se recomienda: “El bautismo de párvulos debe conservarse en la Iglesia”. Los argumentos que se esgrimen para seguir esta práctica son los siguientes: *La gracia salvadora de Dios no depende de obra, mérito o predisposición humana. Es solo por gracia, es decir, gratuita.*También los niños de hogares cristianos, aun antes de tener uso de razón, reciben la influencia de sus mayores. Eso sí, la Iglesia debe exigir que los padres del bautizado sean creyentes -o por lo menos uno de ellos-, y que son responsables de instruir y educar a sus hijos en la fe cristiana. *El bautismo de niños no está explícitamente indicado en el Nuevo Testamento. Pero no es una práctica contraria al Evangelio. Jesús dice: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan” (Mateo 19:14), y los bendice con la imposición de manos, que es el gesto que más tarde acompañará al bautismo.

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*En el Nuevo Testamento se menciona bautismos “en familia”, cuando el jefe del hogar se convierte, lo que supone que están incluidos los niños.La Santa Cena.- Jesús creció en la tradición hebrea que conmemora con una comida pascual la liberación de la esclavitud en Egipto. Al celebrar la Pascua con sus discípulos, Jesús le da un significado nuevo. El cordero pascual es Él mismo. Su propio cuerpo y su sangre derramada serán los elementos salvíficos, en base a un nuevo Pacto que los vincula con el Mesías, y es el inicio de la formación de un nuevo pueblo de Dios. La experiencia de esa comida pascual dará fundamento a los discípulos para la celebración comunitaria de la Santa Cena, la Cena del Señor, o la Eucaristía -que significa “acción de gracias”-, y que la Iglesia cristiana considera un sacramento por ser encomendada por Jesús mismo. Su significado se describe en varios textos del N.T:*Es memoria. “Hagan esto en memoria de mí”, dice Jesús. En la Santa Cena se recuerda el inmenso e inmerecido amor de Dios expresado en la vida, enseñanzas, muerte y resurrección de Jesucristo.

*Es comunión. Comer y beber no solo permiten satisfacer el hambre y la sed, sino que crean comunión entre las personas cuando se lleva a cabo en un encuentro, ya sea familiar, de amigos o compañeros. A la mesa compartida en la Iglesia se la llama celebración porque en ese rito se celebra la comunión fraterna de los seguidores de Jesús que comparten juntos la mesa ante la presencia del Señor resucitado. *Presencia de Cristo. La presencia de Cristo es de carácter espiritual, que se capta, se internaliza, por medio de la fe. Así se cumple la promesa “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). Algunas iglesias limitan la participación en la Santa Cena a quienes han alcanzado madurez conceptual. La práctica de la Iglesia Metodista es de apertura e inclusión. Consideramos que lo más importante es la fe y el espíritu comunitario; que el acto se realice con humildad y reverencia. Un niño es capaz de desarrollar una fe auténtica y genuina también a través de vivencias comunitarias y gestos simbólicos.

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Ciudadana ilustre de Morón

Ayer asistimos con una profunda emoción y una gran alegría a la designación de Ana Bonaudi *como Ciudadana Ilustre de Morón. Ana junto a

su esposo Esteban decidieron hace más de diez años venir desde Uruguay, convocados por la Fundación Nicolás Lowe, para dirigir un hogar para chicos y chicas derivados por la Justicia. Desde ese momento 14 niños, niñas, adolescentes y jóvenes han pasado por el Hogar. En la actualidad viven junto a Ana, Esteban y sus dos hijos, 10 chicos, muchos de los cuales son hermanos de sangre entre sí. Ana y Esteban tomaron la decisión de que el Hogar no sea de tránsito, sino de permanencia, ampliando su familia. El Pequeño Hogar está ubicado en Villa Sarmiento y ustedes no saben la calidez de la gente

que lo habita!!! La designación de Ana fue propuesta por la pastora Silvina Cardoso de la Iglesia Evangélica Metodista de Villa Sarmiento en una banca abierta del Concejo Deliberante y fue votada por unanimidad.

Ana Bonaudi fue miembro de la Iglesia Metodista de Sarandí Grande.

Nos alegramos con este reconocimiento deseándole a Ana y Esteban muchas

bendiciones.

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A propósito de un texto delEvangelio según Lucas (6:1-11)

Cuando las personas se encuentran en una situación límite, no existe ley divina o humana que les pueda impedir salir de su estado de necesidad cuando tienen a mano la solución. El bien del ser humano está por encima del imperio de la ley.

Esta es una verdad con múltiples aplicaciones, algunas de ellas hirientes para aquellos que sienten que sus “derechos” son vulnerados en aras de la resolución de las carencias básicas de los más desprotegidos. Ante la ausencia de unas leyes que los protejan rápida y eficazmente de su situación de carencia de lo básico -a fin de vivir dignamente- deben acceder a lo que necesitan por vías en las que no media la ley, sino el derecho a la vida.

Se hace evidente en la Torá que el derecho de los empobrecidos está en el centro de su preocupación (Deut. 15:7; Lv. 25). Sin embargo, para los que tienen que aplicar e interpretar lo que allí se dice, dicho centro se torna en puro maquillaje a fin de proteger a los poderosos. La existencia de empobrecidos a través de todo el recorrido que Jesús de Nazaret hizo por tierras palestinas así lo demuestra. Exactamente igual sucede en el mundo actual. Y así una sociedad que quiere ser fraterna se transforma en una sociedad insolidaria donde cada uno busca su propio bien, no el de su prójimo. A pesar de lo dicho, no niego que podemos observar en nuestra actualidad destellos de solidaridad en ciertos momentos críticos.

El hijo del hombre, o el ser humano, es señor de la ley y no esclavo de los que la interpretan, favoreciendo activa o pasivamente a los poderosos. Mientras no hayan leyes que tengan como horizonte prioritario a los desvalidos e indefensos, a los que sufren directamente las crisis del Imperio, estos, en aras de su dignidad, tendrán que arrebatar sus derechos de manos de los que los usurpan. Y como diría Jesús de Nazaret, “si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” (Mt. 12:7).

Ignacio Simal Camps

Opinión: cuando la Ley no protege a los empobrecidos

Lupa Protestante

Ante esto, los guardianes de ley responderán con furor y buscarán la forma de eliminar a los que son rebeldes al Imperio de una ley que no les protege. Desgraciadamente es algo que siempre ha ocurrido a lo largo de historia humana. De ahí que el Profeta galileo, según el evangelista Lucas, dijera en una ocasión: “Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis […] ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis” (S. Lucas 6:20-21; 24-25 RVR1960).

Por ello los cristianos oramos de forma constante: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy...” (S. Lucas 11:2-3 RVR1960). La oración que nos enseñó Jesús de Nazaret ilumina y preside nuestro camino.

Soli Deo Gloria

"Opresión", pintura de Daniel Dalopo

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Comunidad en gestación"Ved cómo se aman"

Hugo Rovira Díaz

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La iglesia abrió sus puertas y comenzamos a arrimarnos, poco a poco, atraídos. Cada uno tiene su anécdota de cómo por “casualidad”

llegó, o se enteró, o fue llamado… Luego, la sugerencia del Espíritu se apoyó en la necesidad interior de generar un espacio de intercambio de energía espiritual, oración y meditación. Y ocurrió el milagro de sentir que natural y sencillamente comenzábamos a vivir en comunión, en un espacio que se ha vuelto magnético, atrayente y naturalmente espiritual. Hay quien viene y pasa, hay quien pasa y manda a otros; la mayoría se integra. Todos somos diferentes en edad, origen, educación, actividades y creencias. Nadie es más que nadie, y nadie siente que tiene que aparentar, ni fingir, ni defenderse de nada. Reina el buen humor, la alegría, el agradecimiento. El abrazo surge espontáneo -no como ritual- igual que la expresión, o la invitación a meditar. Siempre aprendemos algo y los “nuevos” se sienten enseguida parte del grupo. Lo llamamos el espacio reiki por hacerlo fácil, pero insistimos en que las palabras no deben separarnos. De hecho, el ideograma japonés de reiki, como todo símbolo, se puede traducir de muchas maneras, todas hermosas y significativas. Por otra parte, quien recibió gratuitamente el don de sanación no sabe explicar lógica o racionalmente cómo funciona. Así como el verdadero artista sabe que no es él quien crea, sino que la inspiración viene de un lugar sagrado, el sanador sabe que no es él quien alivia el dolor físico o emocional de un hermano, sino que es algo que se derrama a través suyo; una energía de amor incondicional, consoladora, armonizadora, que se presenta solo con ser invocada y se potencia con la fe, con la empatía, con la gratuidad. Solo son necesarias las manos abiertas y tener tiempo para estar con el otro. Algunos se harán metodistas, probablemente atraídos aún más por ese lugar donde se habla de “ ”, donde se puede con-vivir de pensar y dejar pensarotra manera. Otros seguiremos reticentes a esa forma de compromiso… o no. Es que, cuando el Espíritu de Amor está presente, ¿alguien echará de menos algo? Cuando observo con alegría el milagro que ha ido ocurriendo en tan poco tiempo frente a mis ojos privilegiados, agradezco y pienso: “¿Si fuera contagioso…?”

¿Me permiten ahora una reflexión? ¿Qué entendemos por evangelizar hoy? ¿Hablar del amor o vivir el amor? ¿Hablar de un dios que nos espera más allá con sus promesas de felicidad eterna si -y solo si- seguimos unas reglas morales dictadas con intención civilizatoria para corazones duros? ¿Mandamientos y doctrina heredados, diseñados para darnos la ilusión de que si los observamos medianamente tendremos todo (incluso a Dios) bajo “nuestro” control? ¿No estaremos maduros para evangelizar viviendo? de que se puede Vivir la buena nueva sery vivir de otra manera, hoy, sin esperar más. Siendo como niños, sin temor de ser tomados por ingenuos. Volviendo a ser, maduramente, inocentes. Es tan sencillo…vivir tan simplemente abiertos, alegremente dispuestos a sorprendernos con lo diferente que el otro nos viene a ofrecer, con lo que el otro trae para enseñarnos y completarnos. Amando la existencia, viviendo plenamente, intensamente, hasta los tragos amargos; sin miedo ni culpa. Ejerciendo la libertad de poner límites con amorosa firmeza -sin miedo ni culpa- cuando alguien violenta la ley primera; y pacientemente comprensivos con los tiempos de cada otro y de cada uno, observando-nos (confesando-nos) con humor y amor, exponiéndonos, riéndonos de nuestros “defectos” para des-cubrirlos y disolverlos con la luz de la comprensión y la compasión. Ahora que, gracias a Dios, es posible. sabemos¿Cómo no se nos ocurrió antes? ¿Cómo no nos ocurrió antes?

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Cría de peces

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Llegaron fotos de la cosecha de bagres del viernes pasado en la chacra de Pintado Grande, Artigas

En Pintado Grande funcionaba anteriormente la cárcel departamental de Artigas y pasó hace un año a la órbita del Instituto Nacional de Rehabilitación. Se trata de un establecimiento de máxima confianza, donde los reclusos trabajan y tienen total acceso a las instalaciones.

Actualmente se encuentran 22 personas privadas de libertad. Allí tienen posibilidad de trabajar, siendo un instrumento útil de inclusión una vez cumplida su pena.

La Iglesia Metodista, en colaboración con el técnico d e p e s q u e r í a Á l v a r o R o s s o , a p o r t ó e l emprendimiento de cría para consumo de 1000 bagres negros pequeños en un tajamar.

Otros proyectos que funcionan allí son: una huerta de lechuga, acelga, zanahoria y rabanito que se vende a una verdulería de la ciudad. También tienen vacas de los vecinos para cuidar y se adquirió una máquina para recuperar cubiertas de auto, en desuso.

“Las personas que fueron seleccionadas para estar acá son la base de todo esto, la persona trabajando se dignifica y eso es lo que queremos, que trabajen para que se puedan reinsertar en la sociedad”, había expresado el Director del INR, Luís Mendoza, en una nota a la prensa hace un año.

En este momento participa nuestra pastora de Artigas, Nancy Teodoro, acompañada por Roque Álves con su acordeón-piano, los cuales se reúnen con ellos para escucharlos y alentarlos, fomentando valores espirituales y personales. Ellos esperan esas reuniones con expectativa. Las autoridades han solicitado la posibilidad de empezar un taller de costura y manualidades para las mujeres.

Iglesia MetodistaArtigas

Dirección:Juan B. Torres y18 de MayoCulto:Domingos 10 hs. y18 hs. (invierno) o20 hs. (verano)

Cosecha de bagresen La Unidad N° 21"Pintado Grande" delInstituto Nacional deRehabilitación.

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La dama boba

Carolina Vallejo

¡Uh! Esta vez me vine al siglo de oro español y de la mano de Lope de Vega.La dama boba fue escrita para una actriz y una de sus tantas amantes (entre nos, cinco mujeres y quince hijos).Pero más allá de ese tema menor, es el mensaje de la obra sobre el tema de la mujer lo que nos importa a nosotras (no quiero decir que los caballeros no puedan leerla, así aprenden algo). Este tema atraviesa toda la historia, no solo esta comedia, sino la comedia humana. Es el transitar de la historia desde una Eva hasta una Angelina Jolie, pasando por Ester, Juana de Arco, Madame Curie, entre tantas.

En La dama boba son dos las mujeres entre las cuales se teje la historia. Finea es una mujer inteligente; en ella los sentimientos y la afectividad tienen un peso importante. Amar la hace feliz y desarrolla más su inteligencia. Qué raro, ¿no? No, raro no, natural y maravilloso.

En cambio, Nise, la hermana, era una mujer crítica, reflexiva y con sentido común. Ese era su fuerte.Dos mujeres diferentes, con características distintas. Pero algo que importa es el lugar de la mujer en la sociedad, en esa sociedad. ¿Cuál era el lugar de esas mujeres? ¿Tenían un lugar? Sí, un lugar. ¿Pero cuál? A la sombra del padre, del marido, del hermano, en fin, a la sombra del sexo opuesto. ¿Es ese un lugar? ¿Es ese el lugar? ¿Es ese su lugar?Pasar de los brazos de un maravilloso padre a un maravilloso “príncipe azul”, de una dominación a otra.

En fin, ¿cuál es nuestro lugar? Es un lugar nuestro pero no a la sombra del hombre, sea ese hombre lo que sea que represente en nuestras vidas.Nuestra vida es un reconocernos y conocernos en todo sentido. Nuestra vida es una vida de decisiones propias. Nuestra vida es una vida en libertad porque somos libres. Y digo libres, no libertinas. Nuestra vida es una vida sin violencia de ninguna índole. Nuestra vida es una vida sin autoritarismos, sin dictaduras de ninguna índole.

Somos cuerpo, pensamiento, espíritu, en fin, un todo maravilloso. Y somos libres y nuestra vida es en libertad. Solas o acompañadas la vida debe ser

vivida, bien vivida y ser felices. Buscar la felicidad a pesar de las dificultades porque ellas también nos enseñan.Tenemos una vida plena y potencialidades para desarrollarnos como mujeres, como personas, como profesionales, como trabajadoras, como luchadoras sociales. Tenemos la necesidad de comprometernos con nosotras mismas (eso es lo primero), con nuestra comunidad, en fin, con la sociedad toda. Que nada ni nadie nos permita ser. Y digo ser en nuestra vida pública o privada, como amas de casa o trabajadoras, como militantes como esposas o compañeras. Y digo ser donde te toque estar.

Sé cuál es mi lugar y sé qué lugar quiero. Ahora bien, ¿cuál es tú lugar?Eso sí es un tema entre tú (yo), Dios y tus (mis) circunstancias.Dale, se puede.

El cuidado pastoral en situaciones de crisis

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Carlos Delmonte

La tarea pastoral y de la Iglesia en la sanación y en el sostén en situaciones problemáticas. Tema presentado al Cuerpo Pastoral Metodista

en Montevideo, el 22 de mayo 2015

Introducción

Al valorar el sacerdocio universal de todos los creyentes, el protestantismo nunca quiso afirmar que todos ejercen un ministerio. “El ejercicio de un ministerio en la Iglesia, como lo aclara Calvino en la “Institución de la Religión Cristiana” (IV, III, 10-16), debe responder a dos requisitos precisos: la vocación “interior”, secreta -de la que cada uno es testigo delante de Dios- y la vocación “exterior” -que está sometida al discernimiento y al reconocimiento de la Iglesia-. El ejercicio de los ministerios en la Iglesia forma parte de un “orden divino” necesario para el buen gobierno de la Iglesia misma. Los ministerios son como los “nervios” en el cuerpo humano que permiten los distintos movimientos del cuerpo. Despreciar el ministerio de la palabra que Dios confía a criaturas humanas, significaría nada más y nada menos que destruir la Iglesia (IV, III, 2). El ministerio de la palabra no es de todos, pero sí de aquellos que son llamados y reconocidos. Dicho reconocimiento eclesial no hace de ellos una orden o una corporación clerical porque la consagración al ministerio está unida al estado bautismal de todos los creyentes”.

El pastor o la pastora son los que ejercitan profesionalmente el ministerio de la predicación del evangelio. El nombre “pastor” evoca metafóricamente la idea del guardián de un rebaño, y es en ese sentido que el término es usado por los Reformadores que a su vez lo tomaron de la literatura profética del Antiguo Testamento: “Dios, verdadero pastor de Israel”. Pero en el ejercicio de su ministerio el pastor no está solo, tiene otros colaboradores y su autoridad es de tipo colegiado, compartida con los miembros de la Junta Directiva (en la Iglesia Valdense: el Consistorio) formado por ancianos y diáconos-.

El pastor vive en constante relación, en diálogo, expuesto al público. Su trabajo exige una gran capacidad de adaptación a situaciones muy diversas y un gran equilibrio porque se debe mover en medio

de realidades muy diferentes. Eso es evidente en lo que se llama concretamente “trabajo pastoral” -entendiendo en esto la relación de ayuda hacia personas enfermas, personas que están muriendo o que están en la cárcel, es decir, personas que lo requieren para establecer con el pastor un diálogo para enfrentar las dificultades de la vida-.

Es así que surgen ministerios especializados para responder con mayor preparación a esas situaciones concretas, dirigir un hogar para ancianos, un hogar de niños, o un centro de ayuda social, entre otros. Esta necesidad de especialización muestra la dificultad de comprometer a toda la comunidad cristiana en esa obra de diaconía evangélica que aparece como reservada a los especialistas.

En la vida concreta de una iglesia local, el ministerio de relación y de ayuda del pastor se ve más bien como el de una persona que “escucha” al otro, antes que alguien que le lleva una palabra. Este es quizás el cambio más significativo del ministerio pastoral en los últimos años.

Después de esta descripción general, entremos ahora en nuestro tema específico: “La tarea pastoral y de la Iglesia en la sanación y sostén en situaciones problemáticas”.

I.- Pablo y la Iglesia de Filipos

La carta de Pablo a los Filipenses nos da una imagen concreta de un pastor y una comunidad que viven en situaciones problemáticas. Esa es la primera comunidad cristiana que nace en Europa entre los años 49 a 52, d.C., por las reuniones de oración que organiza una mujer, Lidia, que abre su casa para recibir a los Apóstoles (Hechos 16:14-15). Así comienza la vida de esa comunidad cristiana en la ciudad de Filipos (Macedonia).

Apenas formada, la comunidad sufre una persecución violenta de los judíos o judaizantes, y es en uno de los ataques de estos perseguidores de cristianos convertidos en donde el mismo pastor debe abandonar la comunidad y huir para no ser apresado.

Cuando les escribe, ya ha sido capturado y está preso en alguna cárcel de Roma, Cesarea o Éfeso.

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Pablo piensa que en su ausencia la comunidad va a ser atacada nuevamente, y en su carta exhorta a la congregación a permanecer fieles al Señor Jesucristo. Pero especialmente agradece los dones que le enviaron por medio de Epafrodito -que es otro apóstol-. Es decir, que los filipenses permanecen fieles, perseverantes en sus ac t i v i dades m is i one ras y participando en la misión común con Pablo, enviándole ayuda económica. Pablo vive por y para la predicación del Evangelio y Dios mueve a esos hombres y mujeres de la comunidad de Filipos no dejando su obra incompleta.

Pablo escribe: “Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes” (1:3). Ora por los filipenses con alegría porque su gozo tiene como base la misericordia de Dios. Confía en la acción persuasiva de Dios y en las advertencias de su Palabra, entonces confiesa que no es él el que comenzó la buena obra, ni los filipenses cuando lo conocieron. Dios es el que comenzó la obra, por eso no hay motivo ni de arrogancia, ni de gloria, ni de angustia o desazón. Si permanecen fieles a Dios no van a cambiar de camino porque, justamente, el camino es la fidelidad y el amor que crecerá en ellos hasta el “día de Cristo”.

II.- La tarea pastoral en la Iglesia

1.- En primer lugar, debemos decir que es imprescindible que haya pastores en nuestras iglesias. La crisis de ISEDET en estos últimos años puede llevarnos a pensar que las comunidades igualmente pueden vivir sin un ministerio pastoral establecido dejando esas tareas en manos de laicos. Pienso que todos estamos de acuerdo en que debe haber pastores en nuestras iglesias, pero por la situación que ahora vive entre nosotros la enseñanza teológica, deseo subrayarlo enfáticamente.

2.- En segundo lugar, y en base al ejemplo de la Iglesia de Filipos, tenemos que recuperar la alegría de vivir para proclamar la Palabra de Dios y asistir a aquellos que pasan por situaciones problemáticas. Pablo lo dice de varias maneras, subrayando que siente gozo en su ministerio por la vida de la comunidad cristiana. Gozo por lo que él puede hacer cumpliendo con su ministerio de pastor de esa iglesia, aunque les escriba desde la prisión donde se

encuentra. Eso nos enseña que la tarea pastoral hoy también debe ser para nosotros fuente de gozo y alegría.

Pero muchas veces hoy el ministerio pastoral aparece más b ien como una fuen te de problemas y de frustraciones. No surgen nuevas vocaciones, la carga que recae sobre aquellos que deben dirigir la diaconía p a r e c e a p l a s t a r l o s , y aparentemente no se encuentran caminos para revertir esas situaciones.

3.- En tercer lugar, si bien es cierto que hemos hecho muchos esfuerzos para organizar nuestro trabajo de asistencia a personas

con p rob lemas angus t ian tes med ian te la especialización de muchas personas encargadas de estas tareas, las comunidades deberían recuperar -como la iglesia de Filipos- la alegría del servicio al Señor en la vida de todos aquellos que son atendidos. El afecto fraternal de la comunidad es la fuerza que une a los que están comprometidos en la atención pastoral.

Esto no tiene que ver solo con la vida interna de las comunidades, sino justamente con el ministerio que como comunidades cristianas están llamadas a desarrollar en la sociedad. Es allí donde tiene un valor fundamental el cuidado de aquellos miembros de la comunidad que cargan con el peso de enfrentar situaciones críticas.

Si por ejemplo pensamos en nuestras obras diaconales, todas dependen de una comisión directiva, pero son los directores o directoras -que formalmente no integran esas comisiones- los que corren con la responsabilidad de ejercer el poder y decidir cuando la crisis aparece. Las comisiones desarrollan dos funciones: mantienen el equilibrio de la institución y dan opiniones y colaboración; pero el ejercicio del poder recae sobre el director que es el que se arriesga cuando hay que dar una solución a los problemas.

La comunidad debe preparar y alentar a esas personas y darles orientación teológica para su tarea de asistencia. Esto me parece vital y, por otra parte, es lo que los profesionales reclaman. Ese apoyo puede impedir que los encargados de dirigir esas obras se sientan aislados en una fraternidad insuficiente. En muchas oportunidades se ha mostrado que la iglesia

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“gasta” a esas personas y las recuerda, tal vez, con algún acto sinodal o de conferencia anual donde, a través de una nota necrológica, les agradece los s e r v i c i o s p r e s t a d o s . E s importante recordarlos antes, prepararlos y darles la posibilidad de crecer en ese ministerio donde enfrentan cotidianamente situaciones de verdadera crisis.

III.- En situaciones que cambian.

Si queremos analizar el desarrollo del ministerio pastoral en nuestras congregaciones, vemos que dentro de sus características comunes cada una tiene su historia. Todas a su manera han desarrollado su capacidad de enfrentar y superar situaciones críticas.

Señalaría esas características comunes, consciente de que vivimos en situaciones que cambian constantemente:

A.) Hay algunos elementos que las unen: cada una tiene un grupo de militantes evangélicos que la llevan adelante con sacrificio, muchas veces enfrentando crisis internas de soledad y críticas implacables, más que alegría y fraternidad en el desarrollo de una tarea común.

B.) En la mayoría de ellas hay pastores reconocidos en el medioambiente donde trabajan como líderes de obras de servicio, y también reciben consideración y afecto a nivel ecuménico. Lo importante es que para desarrollar un ministerio de sanación y de servicio cultivemos más nuestra condición de cuerpo pastoral. Aprendamos a cuidarnos los unos a los otros y en esa unidad le hagamos sentir a las congregaciones lo que Pablo les decía a los Filipenses: “Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes” (Filipenses 1:3). La gratitud es un elemento que no puede faltar. Para trabajar con la gente hay que quererla.

C.) Si queremos ser instrumentos de sanación en la sociedad, tenemos que evitar que nuestras pequeñas y quizás modestas obras sociales nazcan y mueran en silencio por causa de la deserción de los pastores o por el cansancio de aquellos miembros que se sienten luchando sin medios materiales para sanar a los que golpean su conciencia. El ritmo de la vida de las obras de servicio depende de los que buscan discernir los dones del Espíritu y nuevas vocaciones. Por otra parte, ninguna decisión de asamblea podrá mantener viva una obra de servicio que va a morir, así se llame Merendero, Hogar para Ancianos o Facultad de Teología.

Pero si volvemos a pensar lo que dice el Apóstol Pablo: “ninguna fatiga en el Señor será vana” (I Corintios 15:58), y es por eso que les dice a los filipenses: “ regocí jense en e l Señor s iempre” (Fi l ipenses 4:3). Volvamos a recordar que Pablo en ese momento estaba en la cárcel.

Sin embargo, no vamos a ignorar que en esa carta también aparecen señales de conflicto. Los miembros de esa congregación eran como nosotros, evangélicos que se peleaban. “Ruego a Evodia y a Síntique que se pongan de acuerdo en el Señor” (Filipenses 4:2). Podemos pensar que era “solo un conflicto de viejas”, o podemos pensar que realmente era para Pablo un problema serio que estaba minando la vida de esa comunidad. No lo sabemos, pero como quiera que sea, importante o no tanto, fue un problema que Pablo no evitó mencionar. No lo escondió entre los párrafos de un informe anual. Sinceridad y alegría van de la mano cuando queremos caminar juntos.

IV. Reflexiones para conversar juntos o en grupos.

I.- ¿Estamos de acuerdo en afirmar que las iglesias necesitan pastores? ¿O pensamos que hay que responder a las situaciones que vivimos actualmente con otras formas de ministerio?

II.- ¿Les parece que hoy debemos recuperar el “gozo” de trabajar en la iglesia? ¿Cuáles son hoy los sinónimos de la palabra gozo? ¿Pensamos que nuestro ministerio pastoral o de servicio se “cumple como un deber” o “se realiza como un placer”?

III.- Los ministerios especializados, como por ejemplo el de capellán de un hospital, director o directora, asistente social o profesional de la salud que trabaja en un Centro de Servicio Social o en los diferentes Hogares que dirigen Comisiones Directivas nombradas por nuestras iglesias, ¿son apoyados fraternalmente con criterios teológicos evangélicos, o se los considera solo como funcionarios al servicio de la institución que los ha contratado? ¿Notamos la diferencia -como entre los pastores- de aquellos que trabajan por deber o por placer?

IV.- Para ser instrumentos de sanación debemos sentirnos sanos. De acuerdo a nuestras opiniones, ¿podemos decir que “nuestro cuerpo pastoral” goza hoy de buena salud?

22 | METODISTAREVISTA

Metodismo con M de MujerOlga Silvera Campodónico (1929-2013)

Nº 214 | junio-julio 2015

Rosa Campodónico de 19 años y Salustiano Silvera de 26 se casaron en el templo metodista de Durazno, en la lejana década del

veinte del siglo pasado. Como algo novedoso para aquel entonces, se recuerda que la Banda del Regimiento -que tocaba en bodas católicas y en misas- también participó en este casamiento realizado en una Iglesia evangélica. La razón es que doña Otilia Schultz, esposa del General Pablo Galarza, era metodista.

Ya de novios, Rosa y Salustiano concurrían a la Iglesia Metodista de Durazno. Ella había sido invitada por Herminia de Moreira, quien era miembro de esa congregación. Salust iano, como novio, la acompañaba. Salustiano era militar y pasó a servir como músico en la Banda Municipal. Rosa era modista y además trabajaba en Salud Pública.

Del matrimonio Silvera Campodónico nacieron once hijos, entre ellos Olga. Modestos y trabajadores, Rosa y Salustiano buscaron la felicidad de sus hijos, manifestando el deseo de que todos estudiaran y fueran útiles. Les enseñaron a defender sus derechos al tiempo que debían ser responsables de sus deberes. En esa época el pastor de Durazno era Manuel Puch y, cuando fue trasladado a otra congregación, vino su hermano, Fortunato.

Los hijos de Rosa y Salustiano concurrían a la iglesia. Olga recordaba que ella se aburría bastante en los cultos, pero que se sentía muy feliz en la Escuela Dominical.

El tiempo pasó y, ya no muy joven, Olga contrajo matrimonio con Anselmo Pallares, un viudo miembro de la congregación de Durazno. Como todo en la vida, hay motivos de felicidad y también de los otros. Un hecho doloroso se produjo entonces cuando Olga perdió su único embarazo.

Desde los comienzos de 1950 Olga había dejado

Durazno para trabajar como maestra rural en diversos lugares. Recién, veinte años después, volvió a la ciudad. Eran las épocas difíciles para el país y también para la Iglesia Metodista. Ella recordaba esos años setenta como los de una iglesia vacía, vacía de gente, vacía de proyectos, vacía de jóvenes quienes no podían armonizar su vida cívica con su vida religiosa. Además, se habían retirado muchas familias de la congregación metodista de Durazno, tanto es así, que por mucho tiempo solo tres personas asistían al servicio religioso: Olga, su esposo y Matilde Pereira de Alonso (Pocha). A veces acompañaban don Sixto Vidalín y su esposa.

Más tarde, Olga fue nombrada Diácona local en Durazno. Pero si había algo que la destacaba era ese don tan especial que tenía para los niños, lo que no es extraño si se piensa en todo el tiempo que se dedicó a la docencia entre ellos.

Ya en pleno siglo XXI, su casa se había convertido en un refugio para los chiquilines de su barrio, quienes siempre la buscaban para oír las historias de Jesús, aprender manualidades y deleitarse con una rica merienda. También los llevaba al templo los sábados por la tarde, en donde había actividades especiales para ellos.

Tanto los niños como los mayores sabían que Olga tenía un carácter firme, pero que estaba dispuesta a brindar cariño y comprensión.

No solo se había preparado como maestra, también hab ía cursado mater ias teo lóg icas en e l departamento de Salto. Esas enseñanzas cristianas las compartió en Durazno, en Trinidad centro y en el barrio Primavera.

Recalcó siempre que el templo debía ser una puerta abierta para servir a la comunidad, y eso fue lo que ella hizo.

Mirtha Elizabeth Coitinho

Metodismo con M de MujerTeresa Silvera Campodónico (1932-2011)

Mirtha Elizabeth Coitinho - Comisión de Historia y Archivo de la IMU

Nació en un hogar cristiano metodista y, según sus palabras, su madre le enseñó a ser fiel a la Iglesia. Asistió cuando niña a la Escuela Domin ica l , j un to a sus hermanos. Siendo joven fue recibida como Miembro en P l e n a C o n e x i ó n e n l a

congregación duraznense, en donde fue instructora de la Escuela Dominical y directora de un Club de niños.

Completó en Durazno la secundaria y estudió francés, corte y confección, además de formarse en enfermería y fisioterapia. Dios ya la iba dirigiendo porque esa educación tan variada le sería muy útil en el futuro.

Según su testimonio, comenzaron a resonar en su interior las palabras que expresaban que faltaban obreros cristianos en Bolivia. Fue una etapa de dudas y desafíos. Compartió su inquietud con un pastor quien le contestó que también en Uruguay se necesitaban obreros.

Pero el pensamiento sobre la necesidad en Bolivia no la dejaba en paz. Como su madre Rosa sufría del corazón, no faltó quien le advirtiera que si ella se iba, Rosa no lo podría soportar y Teresa sería la responsable. Ante tanta incertidumbre, por fin Teresa decidió compartir con su madre su deseo de ofrecerse como misionera para trabajar en otro país. Rosa, fiel cristiana, la alentó a buscar la voluntad de Dios.

Así, con el consejo materno, la ayuda del pastor Emilio Castro y con el aval de la Federación Femenina de Uruguay -en febrero de 1958- Teresa se había unido a la Obra Médica del Altiplano en Bolivia. Además del trabajo como enfermera, atendía las clases de niñas y las clases en la Escuela Dominical en Ancoraimes y en la localidad de Iquipuni.

Su amor por Cristo y la niñez la llevó a colaborar en la fundación de una Escuela Dominical en Jupi, lugar en donde concurrían hasta ochenta niños.

Luego de un tiempo, Teresa volvió a Uruguay y se especializó en rehabilitación de niños con secuelas de parálisis infantil, en la Clínica del Dr. Caritat, en el Hospital Pereira Rossell. En ese entonces se hospedó en las instalaciones del Instituto Crandon.

A su vez, la Confederación Metodista Femenina de América Latina decidió enviar misioneras a diferentes lugares del continente. Así surgió la idea de comenzar por Bolivia. Desalentaba un poco pensar que pasaba el tiempo y nadie se ofrecía. Sin embargo, a partir de julio de 1961, Teresa Silvera se convirtió en misionera de la Confederación en aquel país.

En ese año la encontramos colaborando en el Hogar Paul Harris. Se trataba de un centro de rehabilitación para niños lisiados, cuyo edificio y terreno fue cedido por el Rotary Club de Cochabamba a la Iglesia Metodista. Allí se atendían niños y jóvenes con problemas de motricidad o

deficiencia intelectual. Los mayores concurrían al Colegio Americano -un colegio similar al Instituto Crandon- y a los más pequeños los atendía Teresa, asumiendo el rol de maestra de enseñanza primaria.

A todos impartía clases de manualidades como forma de expresión artística. Posteriormente, Teresa asumió como directora de la Institución, supervisando incluso el trabajo de los profesores.

Aprovechando el tiempo de descanso activo, cursó estudios en la Facultad Evangélica de Teología en Buenos Aires (hoy ISEDET). Allí recibió formación propia de Asistente Social, trabajando intensamente en las llamadas “Villas miseria” en la periferia del Gran Buenos Aires.

Cada diciembre volvía a la casa en Durazno para disfrutar un tiempo junto a padres, hermanos y sobrinos.

Por fin, en 1974 volvió definitivamente al Uruguay. La congregación de Durazno recuperaba a un miembro entrañable. En ese mismo año, el Consejo del Niño llamó a concurso de oposición y méritos. Con su abultada carpeta y toda la experiencia de trabajo en Bolivia obtuvo el primer lugar y comenzó a trabajar como regente del Hogar Femenino Regional que abarcaba Flores, Durazno, Florida y Tacuarembó, con sede en Durazno.

El trabajo -hecho con mucha dedicación- era demandante, y la salud de Teresa se resintió. Por eso fue trasladada a Montevideo para dedicarse a lo administrativo, mientras se iba recuperando.

Pero se produjo un acontecimiento que cambió cualquier plan que tuviera Teresa de algún día afincarse definitivamente en Durazno, ya que el 19 de noviembre de 1980 contrajo enlace, y puesto que el esposo tenía casa en Montevideo, esta pasó a ser su ciudad de residencia.

Por razones de cercanía comenzó a asistir a una Iglesia evangélica ubicada a pocas cuadras de su domicilio. Luego, se unió a la congregación metodista de Central. Pero, motivada por la pastora Araceli Ezzatti, comenzó a trabajar en forma voluntaria en la policlínica de la congregación de Belvedere. Allí, por su dedicación y capacidad, la congregación la nombró Diácona Local. La Sociedad Femenina de Belvedere y la Federación Femenina Metodista contaron con su valioso aporte.

En Belvedere se la recuerda especialmente por su desempeño en el ministerio con niños y mujeres.

Al final de su vida, si bien continuaba siendo miembro de Belvedere, estaba asistiendo a la congregación metodista de Aguada.

Su último acto de servicio fue dedicarse a cuidar a su esposo, varios años mayor que ella. “Este es ahora mi ministerio” expresó una vez. Sin embargo, el esposo la sobrevivió. La presión alta le jugó a Teresa una mala pasada. Sus restos fueron llevados a Durazno y allí descansan en el cementerio de esa ciudad. De ella puede decirse que fue una servidora fiel de Jesucristo y que multiplicó los talentos que Dios le dio.

No digas PADRE si cada día no te comportas como un hijo.No digas PADRE si cada día no te comportas como un hijo.

No digas NUESTRO si vives aislado en tu egoísmo.No digas NUESTRO si vives aislado en tu egoísmo.

No digas QUE ESTÁS EN LOS CIELOS No digas QUE ESTÁS EN LOS CIELOS

si solo piensas en las cosas terrenas.si solo piensas en las cosas terrenas.

No digas SANTIFICADO si no lo honras.No digas SANTIFICADO si no lo honras.

Ni VENGA A NOSOTROS TU REINO Ni VENGA A NOSOTROS TU REINO

si lo confundimos como el éxito material.si lo confundimos como el éxito material.

No digas HÁGASE TU VOLUNTAD No digas HÁGASE TU VOLUNTAD

si no aceptas cuando es dolorosa.si no aceptas cuando es dolorosa.

No digas EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA No digas EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

si no te preocupas por la gente que tiene hambre.si no te preocupas por la gente que tiene hambre.

No digas PERDONA NUESTRAS DEUDAS No digas PERDONA NUESTRAS DEUDAS

si guardas rencor a tus hermanos.si guardas rencor a tus hermanos.

No digas LÍBRANOS DEL MAL No digas LÍBRANOS DEL MAL

si no tomas partido contra el mal.si no tomas partido contra el mal.

No digas AMÉN si no has entendido o tomado No digas AMÉN si no has entendido o tomado

en serio las palabras del PADRE NUESTROen serio las palabras del PADRE NUESTRO

No digas PADRE si cada día no te comportas como un hijo.

No digas NUESTRO si vives aislado en tu egoísmo.

No digas QUE ESTÁS EN LOS CIELOS

si solo piensas en las cosas terrenas.

No digas SANTIFICADO si no lo honras.

Ni VENGA A NOSOTROS TU REINO

si lo confundimos como el éxito material.

No digas HÁGASE TU VOLUNTAD

si no aceptas cuando es dolorosa.

No digas EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

si no te preocupas por la gente que tiene hambre.

No digas PERDONA NUESTRAS DEUDAS

si guardas rencor a tus hermanos.

No digas LÍBRANOS DEL MAL

si no tomas partido contra el mal.

No digas AMÉN si no has entendido o tomado

en serio las palabras del PADRE NUESTRO

El Padre NuestroEl Padre NuestroEl Padre Nuestro