revista ies
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sitamos la imaginación para seguir
adelante, caminando hacia esa
utopía de la que hablaba Eduardo
Galeano, y que siempre está en el
horizonte y siempre alejándose con
él. Por eso, decía el escritor uru-
guayo: ―camino dos pasos, y ella
se aleja dos pasos ¿Entonces para
qué sirve la utopía? Para eso sirve,
para caminar.‖
En vuestras manos
queda Sherezade. Necesita de
vuestras aportaciones y fantasía
para seguir viviendo, narrando,
contando. A nosotros, quienes
lanzamos esta iniciativa, nos gus-
taría que su historia, como en Las
mil y una noches, fuera intermina-
ble.
Francisco de Paz
Queridos lectores:
Tenéis ante vosotros el
primer número de Sherezade, la
revista de nuestro instituto. Quere-
mos que en ella tengan cabida las
iniciativas, creaciones y reflexio-
nes de todos los miembros de
nuestra comunidad educativa.
Llegará tan lejos como
nosotros queramos. Porque ha
nacido para crecer, con la imagina-
ción, la inteligencia y la fantasía de
todos los que aún estamos conven-
cidos de que la educación, y la
cultura, constituyen el mejor ins-
trumento – quizás el único- para
seguir avanzando hacia un mundo
mejor.
Aquí caben razona-
mientos y divertimentos. La me-
moria del pasado y las adivinanzas
que nos ayuden a descubrir el
futuro. Las matemáticas y la litera-
tura. La física y la química. Y por
eso, claro, el amor; que ya lo dijo
el inminente sabio Severo Ochoa,
antes que Joaquín Sabina: ―el amor
es la fusión de la física y la quími-
ca.‖
Y también cualquier
otro saber que nos ayude a conocer
la diversidad del mundo y sus
consecuencias, aunque no esté
etiquetado en ninguna asignatura.
Queremos que sea la
revista de la realidad de la vida y
de los cuentos. De muchos cuen-
tos, de todos los tamaños y colores.
Porque, como decía es escritor
Luis Landero en su libro El cuento
o la vida: “Hoy más que nunca la
escuela está bajo el signo fatal de
Sherezade‖ (aquella mujer inteli-
gente que utilizaba la imaginación
para seguir viva).
Nosotros también nece-
Impresiones y recuerdos.
Juan José Fernández Delgado
La verdad es que las emociones se apretaban entre sí y pugnaban por
salir más allá de ―la flor de la piel‖.
Fue necesario ―bajar la mano‖ en varias ocasiones para no quedarse
―al descubierto‖ entre compañeros
y antiguos alumnos, ya médicos, ya abogados, ya directores de
empresa o comerciales, ya maes-
tras, ya madres… Los recuerdos
saltaban alborotados y se desparra-
maban en cientos de imágenes,
próximas y precisas muchas, casi
tangibles; más borrosas otras entre el fondo de las clases o de una
excursión por la Ruta de Don
Quijote… Todas irrepetibles. Menos mal que el alma
se había puesto a buen recaudo
desde que recibí la invitación para asistir a los actos programados por
la actual dirección del Carlos III y
había buscado toda clase de protec-
ción para emociones y sobresaltos.
No obstante, todo aquello que
habían atado y bien atado la pru-
dencia y la razón se vio desmoro-nado en un instante al divisar un
grupo de gente que esperaba ante
las puertas del lugar elegido, que es lo que yo había procurado: estar
entre los primeros en llegar y en-
contrarme, ya ajustado, ante cuan-tos fueran llegando. Las palpitacio-
P r e s e n t a c i ó n
I m p r e s i o n e s y r e c u e r d o s
Sherezade
Sherezade. Página 1
nes aumentaban y el caballo cordial
aceleraba su paso a medida que me
aproximaba al grupo, y los apuros de no reconocer con la precisión que yo
quisiera a quienes me saludaran los
azuzaba con ahínco. Y es cierto que en algunas ocasiones tardé varios
segundos, que se hicieron horas, en
identificar al antiguo alumno, a las alumnas sobre todo: se acicalan de
tales maneras y tan diversas entre sí
que me proclamo incapaz de distin-guirlas, de reconocerlas. Entonces,
se ponen todos mis sentidos en fun-
cionamiento y, al poco, ya por el oído que me trae ecos reconocibles,
ya por los gestos que atrapo con mis
ojos despatarrados, reconozco per-fectamente a mi interlocutor. Eso sí,
que no se me pida que diga su nom-
bre o el curso en que nos encontrá-
bamos a diario, pero en muchos
casos también consigo acordarme:
entonces me entra una gran alegría y repito David, Verónica o Natalia
varias veces; incluso, le pregunto
por el compañero o compañera con quien, compartiendo pasillo, escale-
ras o patio, se inició en las artes
amatorias. Otras veces, son ellos quienes despiertan recuerdos puntua-
les o describen estampas anecdóticas
y puntuales también. ―Me acuerdo cuando me dijo la primera vez en
clase que tuviera cuidado porque me
iba a caer. Chaval, oye chaval, que te vas a caer, fue como me dijo.
¿Que me voy a caer?, si estoy bien
sentado, le contesté. Pues aunque estés bien sentado, que a pesar de
mi miopía bien que lo veo, estabas
ya en el alféizar de la ventana. ¿En
el alféizar de la ventana? Cada vez
entiendo menos. Que sí, muchacho,
que estabas cazando mariposas fuera de la clase. Que estabas des-
pistado.
-Y a mí me dijo un día: Chaval, que se te ha caído el libro.
Y como miraba hacia los lados y
debajo de la mesa para ver si veía el libro que no había llevado a clase,
mis compañeros de reían y yo cada
vez me azoraba más. -Que no veo libro ningu-
no, profe.
-Chaval, quiero decirte que tienes que traer el libro a clase.
¿Cuántas veces más debo decírtelo
para que hagas caso…? En el acto propiamente
dicho, las fotografías se perseguían
unas a otras, como impidiendo que
segada por la guadaña del 2 y
encerrada en la oquedad del 0, es
mucha historia: desde su ubica-ción el la Avenida de su nombre,
que yo no conocí, hasta su llega-
da a los altos toledanos de la Avenida de Europa, que ponían
los mismos pies de los cigarrales
al alcance de la vista salvando el Tajo, hay mucho trecho, y mu-
chas selectividades, y muchos
intercambios culturales, y mu-chos enfados y disgustos escola-
res, y muchas alegrías, y muchas
gargantas rotas y calcinadas…
ninguna se aposentara como una
señorona y desplazara a las de-
más. Chispazos, fogonazos del pasado próximo, tan próximo que
aún se roza con el presente. De
los discursos diré… Dijeron casi todos los oradores que veinte
años es muy poco tiempo. ¡QUE
veinte años es poco tiempo…! No lo doy por cierto: veinte años
es una eternidad, pues ahora
mismo ninguno de los alumnos del Instituto cuenta con esa preci-
sa y preciosa edad. Y hablando
de la historia del Centro, toda ella
Toda la historia de la literatura,
desfiles de escritores, comenta-
rios de texto…, que muchas veces regresaban a la cartera…
Veinte años son muchos años y
marcarán una etapa irrepetible del Carlos III, etapa en la que se
consumieron los últimos rescol-
dos de lo que había sido un exce-lente bachillerato. Luego llegó la
malhada LOGSE con todos su
progres de pacotilla a cuestas, y con ella el derrumbamiento y la
hecatombe escolar. Lamentable-
mente, no me equivoco: ahí están
a vosotros, apreciados exalumnos, que las
varillas del abanico vital se os vayan perfi-
lando cada vez más claras. Si aún no es así, sabed que aún contáis con el beneplácito
de la juventud. Y a la dirección del Carlos
III, muchas gracias por esta iniciativa y ánimo para esperar y preparar el veinticin-
co aniversario que, ¡ay!, está ya a la vuelta
de la esquina.
las pruebas…
Y más fotografías, y más orado-
res y más recuerdos entrañables. De todas las fotografías retengo una en mi retina: aquella
en la que la voluntad caprichosa del proyec-
tor paralizó la imagen dejando al presi Barre-da como si estuviera entrerrejado, entreba-
rrotado. ¿La recordáis? ¿O fue una errónea
sensación mía? En la cena, la cordialidad se
deslizaba por los manteles de los comensa-
les, amigos y compañeros que se encargan de prolongar la ardua tarea de enseñar, de ense-
ñar también fuera de las clases, y los domin-
gos y demás fiestas de guardar... Apreciados compañeros del
claustro del Carlos III, gracias por la cordia-
lidad y el buen rato que me hicisteis pasar. Y
P á g i n a 2 S h e r e z a d e
tración, fallos de memoria, mareos, etc.
Les recomiendo, que para el buen desarrollo
físico e intelectual de sus hijos, insistan en la
realización de un desayuno completo a base de:
Leche + Zumos o fruta + Tostadas/galletas o
cereales
Puedo entender que por la mañana todo son
prisas para llegar al colegio, trabajo, etc.; pero
tal vez con ayuda de dos pequeñas estrategias,
que ahora les comento, podamos conseguir que
sus hijos hagan en desayuno completo que reper-
cutirá beneficiosamente en su rendimiento esco-
lar, así como en su buen desarrollo físico.
Estrategias;
1.- Levantarse diez minutos antes
2.- Dejar el desayuno preparado la
noche anterior.
3.- El material escolar necesario
para el día siguiente (mochila), debe
dejarse preparado el día anterior.
Agradeciendo su colaboración y siempre pensan-
do en el bienestar de sus hijos.
Un saludo
Fdo. Blanca González Arévalo
desayuno alimentos ricos en car-
bohidratos, como pan, cereales y
fruta. Saltarse comidas, y en espe-
cial el desayuno, puede provocar un
hambre descontrolada, que muchas
veces lleva a comer en exceso. Si
no comes nada para desayunar,
estarás menos concentrado en el
colegio.
3. Come muchos alimentos varia-
dos
1. Disfruta de la comida
Intenta comer alimentos diferen-
tes cada día para gozar de una
alimentación variada y disfrutar de
ella. Come con tus familiares y
amigos.
2. El desayuno es una comida
muy importante
Tu cuerpo necesita energía des-
pués de dormir, por lo que el des-
ayuno es esencial. Elige para el
Consumir alimentos variados todos
los días es la mejor receta para
gozar de buena salud. Necesitas 40
vitaminas y minerales diferentes
para mantenerte sano, y no hay
ningún alimento que por sí sólo
pueda aportártelos todos. No hay
alimentos "buenos" o "malos", así
que no tienes porqué dejar de
comer las cosas que te gustan.
Simplemente asegúrate de que
cuado aporte de energía y
nutrientes para evitar si-
tuaciones carenciales que
puedan ocasionar altera-
ciones y trastornos de la
salud.
La adolescencia es una eta-
pa de la vida marcada por
importantes cambios emo-
cionales, sociales y fisioló-
gicos. Sobre estos últimos
la alimentación cobra una
especial importancia debi-
do a que los requerimien-
tos nutricionales, para
hacer frente a estos cam-
bios, son muy elevados y es
necesario asegurar un ade-
C O N S E J O S F U N D A M E N T A L E S
A d o l e s c e n c i a
S h e r e z a d e
CONSULTA DE ENFERMERÍA
Estimados padres:
Durante el pasado curso escolar, han
pasado por la consulta de Enfermería, alrededor
de 400 alumnos por motivos diversos. Existe un
factor común en un porcentaje amplio de los
escolares que acuden diariamente a la enfermer-
ía: la ausencia e escaso desayuno que hacen antes
de venir al instituto.
Cuando un niño en pleno crecimiento
está en ayunas desde la noche anterior, aparecen
efectos propios de este ayuno, como son: dolor de
cabeza, irritabilidad, disminución de la concen-
C o n s e j o s d e l a e n f e r m e r a
P á g i n a 3
fibra. Deberías intentar consumir 5 racio-
nes de frutas y verduras al día.
6. La grasa
Todos necesitamos incluir algo de grasa en
nuestra dieta para conservar una buena
salud, pero consumir demasiadas grasas, y
en particular grasas saturadas, puede ser
malo para nuestra salud. Las grasas satura-
das se encuentran en los productos lácteos
enteros, los pasteles, bollos, carnes grasas
y salchichas. Come de forma equilibrada - si
a la hora de la comida consumes alimentos
ricos en grasas, intenta tomar alimentos
con menos grasas en la cena.
7. Los tentempiés
Picar entre comidas aporta energía y nu-
trientes. Escoge tentempiés variados, como
frutas, sándwiches, galletas, tartas, pata-
tas fritas, frutos secos y chocolate. Asegú-
consigues un equilibrio adecuado y come una
gran variedad de alimentos. ¡Toma decisio-
nes equilibradas en cada momento!
4. Basa tu alimentación en los carbohi-
dratos
Estos alimentos aportan la energía, las
vitaminas y los minerales que necesitas.
Algunos alimentos ricos en carbohidratos
son la pasta, el pan, los cereales, las frutas
y las verduras. Intenta incluir alguno de
estos alimentos en cada comida ya que más
de la mitad de las calorías de tu dieta de-
berían provenir de ellos.
5. Come frutas y verduras en cada comi-
da
Puedes disfrutar de las frutas y las verdu-
ras en las comidas, o consumirlas como
sabrosos tentempiés entre comidas. Estos
alimentos aportan vitaminas, minerales y
rate de que tus elecciones son variadas
para mantener el equilibrio en tu dieta, y no
comas demasiado, sino no tendrás hambre a
la hora de la comida.
8. Saciar la sed
Tienes que beber muchos líquidos porque un
50% de tu cuerpo está formado por agua.
Se necesitan por lo menos 6 vasos de líqui-
dos al día, e incluso más si hace mucho calor
o haces ejercicio. El agua y la leche son
excelentes, pero también es divertido va-
riar.
9. Cuídate los dientes
Cuídate los dientes y lávatelos dos veces al
día. Los alimentos ricos en almidón o azúca-
res pueden influir en la aparición de caries
si se comen con demasiada frecuencia, así
que no picotees o bebas refrescos a todas
horas.
10. Ponte en movimiento
Estar en forma es importante para tener un corazón
sano y unos huesos fuertes, así que haz ejercicio. In-
tenta hacer algo de deporte cada día y asegúrate de
que te gusta para que seas constante y no dejes de
hacerlo. Si tomas demasiadas calorías y no haces sufi-
ciente ejercicio puedes engordar. El ejercicio físico
moderado te ayudará a quemar las calorías que te so-
bran. ¡No tienes que ser un atleta para ponerte en
marcha
P á g i n a 4 S h e r e z a d e
y sentenciado a muerte. Murió
de tuberculosis en la celda, con
treinta y dos años. Los poemas
escritos en la cárcel y publicados
bajo el título Cancionero y ro-
mancero de ausencias constitu-
yen una queja conmovedora, nos
sensibilizan sus sentimientos,
sus circunstancias de un hombre
separado de su esposa y de su
hijo, a los que nunca volvería a
ver.
Lo nuevo es que en su poesía
van de la mano los sentimientos
y los recursos poéticos
Su palabra parece directamente
arrancada del corazón (―la len-
gua en corazón tengo bañada‖),
conjugada con el arte popular y
las técnicas más sabias. Todo
para buscar una mayor densidad
expresiva, que hace inconfundi-
ble su voz.
Piedad Martín virtió impulsivamente del catoli-
cismo más ferviente al comunis-
mo, fruto de ello es Vientos del
pueblo (1937) cuyo propósito
eran recitarse como poesía de
guerra entre los camaradas. El
hecho de la guerra y sus penali-
dades resultó beneficiosa para la
poesía de Miguel, pues su obra
se desnuda de artificios retóricos
y de dramatismo para alcanzar
en El hombre acecha (1938) una
serenidad reflexiva y personal
ante el panorama de tristeza y
sufrimientos que ve reflejados
en sus compañeros.
Al término de la guerra,
Hernández fue hecho prisionero
redoma‖. El tema principal es el
amor, pero mezclado con el
arrebato, el furor, el sentimiento,
la desesperación y las sombrías
premoniciones de la muerte,
como nos muestra en su poema
―Sino sangriento‖, que ha servi-
do, otra vez más, para acrecentar
esa leyenda de Hernández, pues
profetiza su trágico destino que
se cumpliría años más tarde. Su
―Elegía‖ es uno de los poemas
más famosos, con ese respeto
impuesto como fruto de una
sincera efusión de dolor por la
repentina muerte de su
―compañero del alma‖.
Durante la República se con-
nueve años) y que por necesida-
des familiares debió abandonar
los estudios para seguir ayudan-
do en el pastoreo, que compagi-
na con su avidez de libros, de
lecturas de los clásicos, de
aprender a escribir poesía culta.
El resultado fue Perito en lunas
(1933) inspirado en Góngora,
este libro no es más que un ejer-
cicio de estilo, que carece de
sello personal. El siguiente libro,
El rayo que no cesa (1936) es
una explosión de pasiones e
impulsos intensos, como dice él
mismo en uno de los poemas
―una revolución dentro de un
hueso, un rayo soy sujeto a una
Miguel Hernández (1910-1942).
Celebramos el centenario de su
nacimiento.
Su poesía señala claramente
la transición entre la generación
del 27, (Dámaso Alonso lo
llamó ―genial epígono‖) y la
generación del 36, su influencia
en la poesía de la posguerra ha
sido considerable.
Pero su obra está cubierta de
una espesa capa de leyendas
sobre su persona, que en ocasio-
nes solapan sus logros poéticos;
pues, se ha exagerado su pobre-
za y su incultura, al ser un cabre-
ro que se escolarizó tarde (tenía
P á g i n a 5 S h e r e z a d e
S h e r e z a d e
Aunque algunos no creen que
sea auténtico, y parece que el propio escri-
tor no ha confirmado la autoría de este
testamento, no obstante, circula por internet
como un escrito del autor de Cien años de
soledad. Por eso queremos reproducirlo.
Además, es un texto profundo, y hermoso.
Gabriel García Márquez se
ha retirado de la vida pública por razo-
nes de salud: cáncer linfático. Ahora,
parece, que es cada vez más grave. Ha
enviado una carta de despedida a sus
amigos, y gracias a Internet está siendo
T E S T A M E N T O D E G A B R I E L G A R C Í A
M Á R Q U E Z
enamorarse!
A un niño le daría alas, pero le dejaría
que él solo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez, sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes,
los hombres... He aprendido que todo
el mundo quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la verdadera
felicidad está en la forma de subir la
escarpada.
He aprendido que cuando un recién
nacido aprieta con su pequeño puño,
Si supiera que estos son los últimos
minutos que te veo diría “te quiero” y
no asumiría, tontamente, que ya lo
sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos
da otra oportunidad para hacer las
cosas bien, pero por si me equivoco y
hoy es todo lo que nos queda, me gus-
taría decirte cuanto te quiero, que nun-
ca te olvidaré.
difundida.
“Si por un instante Dios se olvidara de
que soy una marioneta de trapo y me
regalara un trozo de vida, aprovecharía
ese tiempo lo más que pudiera”.
Posiblemente no diría todo lo que pien-
so, pero en definitiva pensaría todo lo
que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que
valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo
que por cada minuto que cerramos los
ojos, perdemos sesenta segundos de
por primera vez, el dedo de su padre, lo
tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene
derecho a mirar a otro hacia abajo,
cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido
aprender de ustedes, pero realmente
de mucho no habrán de servir, porque
cuando me guarden dentro de esa
maleta, infelizmente me estaré murien-
El mañana no le está asegurado a na-
die, joven o viejo. Hoy puede ser la
última vez que veas a los que amas.
Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya
que si el mañana nunca llega, segura-
mente lamentarás el día que no tomas-
te tiempo para una sonrisa, un abrazo,
un beso y que estuviste muy ocupado
para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles
al oído lo mucho que los necesitas,
quiérelos y trátalos bien, toma tiempo
para decirles “lo siento”, “perdóname”,
do.
Siempre di lo que sientes y haz lo que
piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez
que te voy a ver dormir, te abrazaría
fuertemente y rezaría al Señor para
poder ser el guardián de tu alma.
“por favor”, “gracias” … y todas las
palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamien-
tos secretos. Pide al Señor la fuerza y
sabiduría para expresarlos. Demuestra
a tus amigos y seres queridos cuanto
te importan”.
Fuente: Anónimo, recibido por
Internet – Agosto 2005
luz. Andaría cuando los demás se detie-
nen, despertaría cuando los demás
duermen. Si Dios me obsequiara un
trozo de vida, vestiría sencillo, me tirar-
ía de bruces al sol, dejando descubier-
to, no solamente mi cuerpo, sino mi
alma.
A los hombres les probaría cuán equivo-
cados están al pensar que dejan de
enamorarse cuando envejecen, sin
saber que envejecen cuando dejan de
P á g i n a 6
S h e r e z a d e
Había una vez dos ranas que caye-ron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espera como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapo-tear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respi-rar. Una de ellas dijo en voz alta: «No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimien-
LAS RANITAS DE LA NATA
to. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril». Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literal-mente tragada por el espeso líqui-do blanco. La otra rana, más persistente o quizá más tozuda se dijo: «¡No hay manera! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora». Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante
horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequi-lla. Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo regresar a casa croando alegre-mente. BUCAY
LA PRINCESA BUSCA MARIDO
ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la prin-cesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días. La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesi-na le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sin-cera. Entonces le había dicho al rey: - Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad
Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del pala-cio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empeza-ron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mi-tad, también se fue. Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que
lo hace es, porque todo se ha termi-nado.
BUCAY
me quiere. El rey se había puesto contento y co-menzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplie-ran los 365 días, lo esperaba en el pala-cio porque quería hablar con él. Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba an-siosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo: - Hijo querías tanto a la princesa, estu-viste allí 364 noches, 365 días y el últi-
mo día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudis-te aguantar un día más? Y el hijo contestó: - ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre? Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no
P á g i n a 7
S h r e z a d e
—Soy una cebolla, una sucia y
maloliente cebolla—se lamenta-
ba—. Me pudro en el tiempo, quie-
ro pero no alcanzo. No soy más
que una mísera cebolla.
—¿Me deshago de mis capas?
¿Qué sería de mí?—Se pregunta-
ba—Entonces apenas sería —se
contestaba.
En aquel momento mil voces ami-
gas lo calmaron: —Sólo me queda
esperar—dedujo.
Así fue que se quedó muy quieto
bajo el sol, secándose y consu-
miéndose esperando la llegada de
su hora.
ALLIUM CEPA
Con la piel ya descascarillada por
los rayos, perdió el conocimiento.
Allí yacía, muerto, inmóvil, el
hombre cebolla.
Llegó el día de su entierro y, por
primera vez en su vida, nadie lloró
por él.
Diego Castaño Chillarón
Allium cepa
La Montaña
Verdes hojas mecidas por el viento,
Claras aguas susurran al pasar,
Lo único que escucho, mi pensamiento,
Me invita a un mundo donde reposar.
Tú que fuiste forjada a fuego lento.
Tú que nos das el aire del que respirar.
Perderme entre tus bosques no lamento,
Ni tu hermosa belleza contemplar.
Es por ti, que los alados poetas,
Con sus alegres y hermosos cantares,
Proclaman tu gran historia atemporal.
Desde tus oscuras, profundas grietas,
Hasta las altas nieves invernales,
Se aprecia,... tu grandeza natural.
Daniel Nieto.
P á g i n a 8
S h e r e z a d e
EXAMEN
FOTOS DE TOLEDO EN EL SIGLO XIX
P á g i n a 9
S h e r e z a d e
CONCURSO DE ATARDECERES
Fotos finalistas de un
concurso celebrado en
un foro de Internet.
Foto ganadora
P á g i n a 1 0