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MAYO — AGOSTO/2009 REVISTA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Nº. 53 Contenido 2 10 14 16 18 22 Respuesta al anhelo de estudiantes y profesores de disponer de una publicación que sea canal de expresión de las disposiciones y puntos de vista de los universitarios. Alberto Uribe Correa, Rector - Carlos Vásquez Tamayo, Secretario General Editor: Alberto González Mascarozf, [email protected] Correción: Luis Javier Londoño Balbín Diseño original: Saúl Álvarez Diagramación: Juan Camilo Vélez Rodríguez Departamento de Información y Prensa – Secretaría General - Ciudad Universitaria, Bloque 16 oficina 336. Medellín. Teléfonos 2195023 y 2195026. Fax 2331627. E-mail: [email protected] Consulte DEBATES en http://almamater.udea.edu.co/debates El contenido de los artículos que se publican en DEBATES es responsabilidad exclusiva de sus autores y el alcance de sus afirmaciones sólo a ellos compromete. Conferencia de las Naciones Unidas sobre la crisis financiera y económica mundial y su impacto sobre el desarrollo Por Miguel d’Escoto Brockmann Conversación virtual con Mr. Obama Futurología política Por Adolfo Pérez Esquivel La política de seguridad de Estados Unidos Regreso al pasado Por Óscar Ugarteche Microbios, gripe y puercos trasnacionales Por Silvia Ribeiro Algunas reflexiones en torno al actual sistema de derecho penal internacional Por Daniel Ariza Zapata Carta del profesor Miguel Ángel Beltrán a la Asociación Sindical de Profesores Universitarios Hermoso CAGUÁN Por Fáber Cuervo EL GUARDABOSQUE (Ética y ecología) Por Boris Ángel Ferrer A propósito de la nueva clasificación de grupos de investigación en Colombia Por Jorge Mahecha G. Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicas Por Asociación de Profesores Universidad de Antioquia Gabriel Agudelo Viana La cruz y la espada como escudos de la democracia Por Gonzalo Medina P. Uso, abuso y crisis del AGUA Por José Jaramillo Alzate Programa de inducción a la vida universitaria, PIVU Por Jorge Iván Gallego Mosquera, Bernardo Barragán Castrillón y Mauricio Andrés Correa Ochoa 24 38 42 52 65 76 84

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REVISTA DEBATES N° 53 Mayo—Agosto 2009

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MAYO — AGOSTO/2009

REVISTA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Nº. 53

Contenido

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Respuesta al anhelo de estudiantes y profesores de disponer de una publicación que sea canal de expresiónde las disposiciones y puntos de vista de los universitarios.

Alberto Uribe Correa, Rector - Carlos Vásquez Tamayo, Secretario GeneralEditor: Alberto González Mascarozf, [email protected]ón: Luis Javier Londoño BalbínDiseño original: Saúl ÁlvarezDiagramación: Juan Camilo Vélez Rodríguez

Departamento de Información y Prensa – Secretaría General - Ciudad Universitaria, Bloque 16 oficina 336. Medellín. Teléfonos 2195023 y 2195026. Fax 2331627. E-mail: [email protected] Consulte DEBATES en http://almamater.udea.edu.co/debates

El contenido de los artículos que se publican en DEBATES es responsabilidad exclusiva de sus autores y el alcance de sus afirmaciones sólo a ellos compromete.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre la crisis financiera y económica mundial y su impacto sobre el desarrolloPor Miguel d’Escoto Brockmann

Conversación virtual con Mr. ObamaFuturología políticaPor Adolfo Pérez Esquivel

La política de seguridad de Estados UnidosRegreso al pasadoPor Óscar Ugarteche

Microbios, gripe y puercos trasnacionalesPor Silvia Ribeiro

Algunas reflexiones en torno al actual sistema de derecho penal internacionalPor Daniel Ariza Zapata

Carta del profesor Miguel Ángel Beltrán a la Asociación Sindical de Profesores Universitarios

Hermoso CAGUÁNPor Fáber Cuervo

EL GUARDABOSQUE (Ética y ecología)Por Boris Ángel Ferrer

A propósito de la nueva clasificación de grupos de investigación en ColombiaPor Jorge Mahecha G.

Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicasPor Asociación de Profesores Universidad de AntioquiaGabriel Agudelo Viana

La cruz y la espada como escudos de la democraciaPor Gonzalo Medina P.

Uso, abuso y crisis del AGUAPor José Jaramillo Alzate

Programa de inducción a la vida universitaria, PIVUPor Jorge Iván Gallego Mosquera, Bernardo Barragán Castrillón y Mauricio Andrés Correa Ochoa

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Estamos todos aquí reunidos, los representantes de los Estados y de los gobiernos del mundo porque vivimos un mo-mento singularísimo de la historia humana, en el cual está en jue-go nuestro futuro común. Somos ciudadanos de diferentes nacio-nes y, al mismo tiempo, somos ciudadanos planetarios, viviendo relaciones múltiples de interdependencia de todos con todos.

Un Arca de Noé que salve a todosEn este momento crítico, debemos todos sumar esfuerzos

para evitar que la crisis global, con sus muchos y diferentes rostros, se transforme en una tragedia socioambiental y hu-manitaria. Los retos de las diferentes crisis están todos inter-conectados y nos obligan a nosotros, representantes de los

Conferencia de las Naciones Unidas sobre la crisis financiera y económica mundial y su impacto sobre el desarrollo

A mi juicio, hemos llegado a la última frontera

Por Miguel d’Escoto Brockmann*

El camino hasta ahora recorrido parece haberse cerrado y, de continuar así, puede llevarnos al mismo destino ya anticipado por los dinosaurios

* El sacerdote Miguel d’Escoto Brockmann fue elegido presidente del sexagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 4 de ju-nio de 2008. El presente discurso lo pronunció en Nueva York el 24 de junio de 2009, con motivo de la Conferencia de alto nivel sobre la crisis financiera y económica mundial y su impacto sobre el de-sarrollo.

Es master en Ciencias por la Facul-tad de Periodismo de la Universi-dad de Columbia (Instituto Pulit-zer). Fue Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Nica-ragua (1979-1990). Protagonizó un papel fundamental en los procesos de paz de Contadora y Esquipulas que pusieron fin a los conflictos ar-mados internos de Centroamérica en la década de 1980. En Nicara-gua es presidente de la Comisión Nacional de Agua, y en esa calidad desempeña un papel rector en las iniciativas emprendidas para con-servar el lago Cocibolca, la mayor reserva de agua de Mesoamérica.

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pueblos de la Tierra, a proclamar nuestra responsabilidad unos hacia los otros y a que juntos, con gran esperanza, busque-mos soluciones incluyentes. Ningún mejor lugar que esta sala de la Asamblea General de las Naciones Unidas para hacerlo. Esta es por antonomasia la sala de la inclusividad democrática mundial, Sede del G192. Obviamente que cada Estado tiene la opción de definir su nivel de participación, de conformidad con la importancia que le asigne al tema de cada reunión.

No es humano ni responsable construir un Arca de Noé que salve solamente al sistema económico imperante dejando a la gran mayo-ría de la humanidad a su propia suerte, sufriendo las nefastas con-secuencias de un sistema impuesto por una irresponsable, aunque poderosa minoría. Tenemos que tomar colectivamente un conjunto de decisiones que atiendan, lo más posible, a todos, incluyendo la gran comunidad de vida y la Casa Común, la Madre Tierra.

Superar el pasado y construir el futuroAntes que nada, necesitamos superar un pasado agobiante y

forjar un futuro esperanzador. Hay que reconocer que la actual crisis económico-financiera es el último resultado de un modo egoísta e irresponsable de vivir, de producir, de consumir, de establecer relaciones entre nosotros y con la naturaleza que implicó una sistemática agresión a la Tierra y a sus ecosiste-mas y una profunda disimetría social, una expresión analítica que disimula una perversa injusticia social planetaria. A mi jui-cio, hemos llegado a la última frontera. El camino hasta ahora recorrido, parece haberse cerrado y, de continuar así, puede llevarnos al mismo destino ya anticipado por los dinosaurios. Por eso, los controles y las correcciones del modelo vigente, sin duda, necesarios, son a mediano y a largo plazo, insuficientes. Su fuerza interna para hacer frente a la crisis global se mues-tra extremamente débil. Quedarse en solo controles y correc-ciones del modelo demostraría una cruel falta de sensibilidad social, de imaginación y de compromiso con la creación de una paz justa y duradera. El egoísmo y la codicia no se pue-den remendar. Tienen que ser sustituidos por la solidaridad y eso, obviamente, implica un cambio radical. Si realmente lo que queremos es una paz estable y duradera, debemos estar absolutamente claros que debemos ir más allá de controles y correcciones del modelo existente y crear algo que apunte ha-cia un nuevo paradigma de convivencia social.

En esta perspectiva, es imperativo buscar lo que la Carta de la Tierra llama un “modo sostenible de vivir”. Esto implica una visión compartida de valores y de principios que propicien una forma distinta de habitar este mundo y que garanticen el buen vivir de las presentes y de las futuras generaciones. Si grande es el peligro que todos enfrentamos ante los diversos problemas con-vergentes, más grande es aun la oportunidad de salvación que la crisis mundial nos está ayudando u obligando a descubrir. Hemos construido una economía globalizada. Ahora es el momento de

No es humano ni responsable

construir un Arca de Noé que salve

solamente al sistema económico imperante dejando a la gran mayoría de la humanidad

a su propia suerte, sufriendo

las nefastas consecuencias de un sistema

impuesto por una irresponsable,

aunque poderosa minoría.

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crear una política y una ética globalizadas a partir de las muchas experiencias y tradiciones culturales de los diferentes pueblos.

La Madre Tierra y la ética planetariaUna ética nueva presupone una óptica nueva. Es decir, una

visión del mundo diferente origina, también, una ética diferente, una forma nueva de interrelacionarnos.

Hay que incorporar la óptica que nos viene de las así lla-madas ciencias de la Tierra, según las cuales la Tierra está in-sertada dentro de un vasto y complejo cosmos en evolución. Ella está viva, es la Madre Tierra, expresión aprobada por esta Asamblea el pasado 22 de abril. La Madre Tierra se auto re-gula, articulando, con un equilibrio sutil, lo físico, lo quími-co y lo biológico de tal forma que se hace siempre propicia a la vida. Ella produjo una comunidad de vida única dentro de la cual emergió la comunidad de la vida humana –la Humani-dad– como la parte consciente e inteligente de la misma Tierra. Esta concepción contemporánea se compagina con la ancestral vi-sión de la Humanidad y de los pueblos originarios para los cuales la Tierra siempre fue y es venerada como Madre, Magna Mater, Inana, Tonantzín, como la llamaban los náhuatl en mi patria Nica-ragua, o Pacha Mama, como la llaman los aymaras en Bolivia.

Crece más y más la conciencia de que todos somos hijos e hijas de la Tierra y a ella pertenecemos. Tal como nos ha recordado muchas veces el Presidente Evo Morales, ella puede vivir sin no-sotros, pero nosotros no podemos vivir sin ella.

Nuestra misión como humanos es la de ser los guardianes y los cuidadores de la vitalidad y de la integridad de la Madre Tierra. Lamentablemente, a raíz de nuestro excesivo consumo y despil-farro, la Tierra ha ultrapasado ya en 40% su capacidad de repo-sición de los bienes y servicios que generosamente nos ofrece. Esta visión de la Tierra viva es testimoniada por los astronautas que desde sus naves espaciales confesaron, admirados, que Tie-rra y Humanidad constituyen una única realidad. Vivenciaron lo que se llamó el “Overview Effect”, es decir, la percepción de que estamos tan unidos a la Tierra que nosotros mismos somos Tierra: Tierra que siente, que piensa, que ama y que venera.

Esa óptica nos evoca respeto, veneración, sentimiento de responsabilidad y de cuidado por nuestra Casa Común, acti-tudes extremamente urgentes de cara a la actual degradación generalizada de la naturaleza.

De esta nueva óptica nace una nueva ética. Una nueva for-ma de interrelacionarnos con todos los que viven en nuestra morada humana y con la naturaleza circundante. Hoy la ética o será planetaria o no será ética.

Puntos axiales de una ética del bien comúnLa primera afirmación de esta ética planetaria consiste en pro-

clamar y salvaguardar el Bien Común de la Tierra y de la Hu-

Hay que reconocer que la actual

crisis económico-financiera es el

último resultado de un modo egoísta e

irresponsable de vivir, de producir,

de consumir, de establecer

relaciones entre nosotros y con

la naturaleza que implicó una

sistemática agresión a la Tierra y a sus

ecosistemas y una profunda disimetría

social, una expresión analítica

que disimula una perversa injusticia

social planetaria.

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manidad. Partimos del presupuesto de que la comunidad de pueblos es simultáneamente una comunidad de bienes comu-nes. Estos no pueden ser apropiados privadamente por nadie y deben servir a la vida de todos, de las presentes y de las futuras generaciones y de la comunidad de los demás seres vivientes. El Bien Común de la Humanidad y de la Tierra tiene las carac-terísticas de universalidad y de gratuidad. Es decir, tiene que in-volucrar universalmente a todas las personas, los pueblos y la comunidad de vida. De este Bien Común Mundial nadie y nin-gún ser pude ser excluido. Además, por su naturaleza, es algo gratuitamente ofrecido a todos y, por eso, no debe ser objeto de compra o venta ni ponerse bajo la lógica de la competen-cia. Por otra parte, debe ser continuamente construido por todos sin que por ello el Bien Común deje de ser común. ¿Cuáles son los bienes fundamentales que constituyen el Bien Común de la Humanidad y de la Tierra? El primero es, sin duda, la propia Tierra. ¿A quién pertenece la Tierra? La Tierra per-tenece, no a los poderosos que se apropiaron de sus bienes y servicios, sino al conjunto de los ecosistemas que la componen. Es un don del universo que surgió en nuestra Vía Láctea a partir de un sol ancestral ya desaparecido que originó el sol actual alrededor del cual la Tierra gira como uno de sus planetas. Por el hecho de ser viva y generadora de todos los seres vivientes, tiene dignidad (dignitas Terra). Esta dignidad reclama respeto y veneración y hace que ella sea portadora de derechos: derecho de ser cuidada, protegida y mantenida en condiciones de poder continuar produciendo y reproduciendo vidas.

Tenemos todavía que reconocer que el modo de producción que se globalizó en su voracidad industrialista ha, en gran me-dida, desvastado la Tierra y, así mismo, dañado también el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad. Es urgente que busque-mos otros caminos más humanos y más favorables a la vida: los caminos de la justicia y de la solidaridad que son los caminos que conducen a la paz y a la felicidad.

En seguida tenemos a la biosfera de la Tierra como un patri-monio común de toda la vida de la cual la Humanidad es su tu-tora. Pertenecen al Bien Común de la Humanidad y de la Tierra, como decía ya en 1972 la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente, “todos los recursos naturales de la Tierra, incluyendo el aire, los suelos, la flora, la fauna y en especial las muestras representativas de los ecosistemas naturales”.

Especialmente el agua, los océanos y los bosques pertenecen al Bien Común de la Humanidad y de la Tierra. El agua es un bien natural, común, esencial e insustituible y todos tienen derecho al acceso a ella, independientemente de los costos implicados en su captación, reserva, purificación y distribución que serán asumidos por el poder público y por la sociedad. Por eso, nos preocupa enor-memente el afán de privatizarla y transformarla en mercancía con la cual, sin duda, se puede ganar mucho dinero. Agua es vida y la vida es sagrada y no objeto de trueques. Esta Asamblea quiere apo-

El egoísmo y la codicia no se pueden

remendar. Tienen que ser sustituidos

por la solidaridad y eso, obviamente, implica un cambio

radical. Si realmente lo que queremos es

una paz estable y duradera, debemos

estar absolutamente claros que

debemos ir más allá de controles y

correcciones del modelo existente y crear algo que apunte hacia un

nuevo paradigma de convivencia social.

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yar los esfuerzos para llegar a un Pacto Internacional del Agua con una gestión colectiva para garantizar a todos este bien tan vital.

Algo semejante hay que decir de los bosques, especialmente los tropicales y subtropicales, en donde se encuentra la mayor biodiversidad y concentración de humedad necesaria a la vi-talidad de la Tierra. Son los bosques los que impiden que los cambios climáticos inviabilicen la vida en el planeta, porque son los grandes secuestradores de dióxido de carbono. Sin bosques no hay vida ni biodiversidad. Los océanos son los grandes repo-sitorios de vida, los reguladores de los climas, los equilibradores de la base física y química de la Tierra. Bosques y océanos cons-tituyen una cuestión vital y no sólo ambiental.

Los climas de la Tierra pertenecen al Bien Común de la Hu-manidad y de la Tierra. La resolución 43/53 del 6 de diciembre de 1988 de esta Asamblea General de la ONU sobre “Protec-ción del Clima Global para las Generaciones Presentes y Futuras,” reconoce los climas como Patrimonio Común de la Humanidad (Common Concern of Humankind) porque “son una condición esencial de la manutención de la vida en la Tierra”.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, más conocido como IPCC, por sus siglas en inglés, considera “los cambios climáticos una preocupación común de la Humanidad que debe ser tratada globalmente con una responsabilidad compartida”.

Pero el gran Bien Común de la Humanidad y de la Tierra es la propia Humanidad como un todo. Tiene un valor intrínseco supremo y representa un fin en sí mismo. Es parte del reino de la vida, altamente compleja, capaz de conciencia, sensibi-lidad, inteligencia, fantasía creadora, amor y apertura al Todo. Hay en todas las culturas la clara percepción de que la Humani-dad es portadora de una inviolable dignidad. Cometen crimen contra la Humanidad los que hacen guerras y construyen una máquina de muerte que puede eliminar de la faz de la Tierra la vida humana y dañar profundamente la biosfera.

Por eso, mis queridos hermanos y hermanas, ya no debemos esperar. Es imprescindible proceder cuanto antes a la abolición de armas nucleares por completo, no simplemente reducción o no proliferación. Urge establecer la norma de cero tolerancia para armas nucleares, para todos en general sin excepciones. Un encuentro de todos los poseedores de armas nucleares para tomar decisiones sobre ésto es ya algo inaplazable. Estamos viviendo un momento propicio para ésto y no debemos des-aprovecharlo. El mundo tampoco puede seguir tolerando la obscenidad de los cada vez mas astronómicos gastos en arma-mentos mientras se ofrecen irrisorias cantidades para sacar a la mitad de la humanidad de niveles de pobreza inexcusables que, además, constituyen una bomba de tiempo contra todos. La violencia genera violencia y mantener a gente en hambre y niveles infrahumanos de existencia es la peor violencia.

El Bien Común de la Humanidad y de la Tierra tiene las características de universalidad y de

gratuidad. Es decir, tiene que involucrar

universalmente a todas las personas,

los pueblos y la comunidad de vida.

De este Bien Común Mundial nadie y

ningún ser pude ser excluido. Además,

por su naturaleza, es algo gratuitamente ofrecido a todos y,

por eso, no debe ser objeto de compra

o venta ni ponerse bajo la lógica de la

competencia. Por otra parte, debe

ser continuamente construido por todos

sin que por ello el Bien Común deje de

ser común.

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Estrategias para la superación de la crisisEn este momento de la historia bajo la crisis global y a la luz del

Bien Común de la Tierra y de la Humanidad, se hace necesario to-mar colectivamente medidas de corto y mediano plazo para mante-ner a la sociedad funcionando, por un lado y para sentar las bases de nuevas formas de vivir sustentablemente, por el otro. Cinco ejes fundamentales podrían dar coherencia a las nuevas iniciativas que busquen construir alternativas y también orientar numerosas prácti-cas que serán discutidas en estos días aquí en la Asamblea General.

Primero: la utilización sostenible y responsable de los escasos recursos naturales. Esto implica superar la lógica de la explotación de la naturaleza y fortalecer la relación de respeto y de sinergia.

Segundo: devolver a la economía su debido lugar en el conjun-to de la sociedad, superando la visión reduccionista que la hizo el gran eje estructurador de la convivencia humana. La economía debe ser respetuosa de valores y no fuente de valores; debe ser vista como la actividad destinada a crear, dentro del respeto de las normas sociales y ecológicas, las bases de la vida física, cultural y espiritual de todos los seres humanos sobre el planeta.

Tercero: generalizar la democracia a todas las relaciones sociales y a todas las instituciones. No solamente aplicarla y profundizarla en el campo político, con una nueva definición del Estado y de los organis-mos internacionales, sino también ampliarla al área de la economía, de la cultura y de la relación entre hombres y mujeres para que sea un valor universal y verdaderamente una democracia sin fin.

Cuarto: forjar un ethos mínimo desde el intercambio multicultu-ral y desde las tradiciones filosóficas y religiosas de los pueblos, a fin de que puedan participar en la definición del Bien Común de la Humanidad y de la Tierra y en la elaboración de nuevos valores.

Quinto: potenciar una visión espiritual del mundo que haga justicia a las búsquedas humanas por un sentido trascendente de la vida, de la labor creativa de los humanos y de nuestro corto tránsito por este pequeño planeta.

La concretización de estos cinco ejes fundamentales es esen-cial para lograr el buen vivir personal, social y planetario. Este se alcanza a través de una economía de lo suficiente y decente para toda la comunidad, viviendo en comunión con los demás seres humanos, con la naturaleza y con el Todo del cual somos parte.

Aquí se dan las bases para una biocivilización que tiene como centralidad la vida, la Tierra y la Humanidad, cuyos ciudadanos se sienten hijos e hijas de la alegría y no de la necesidad.

Cuatro principios éticos fundamentalesTodos estos retos no serán adecuadamente respondidos si no cam-

biamos nuestras mentes y nuestros corazones y no creamos espacio para la emergencia y el desarrollo de otras dimensiones esenciales del ser humano. El uso exclusivo y abusivo de la razón instrumental-analítica en los tiempos modernos nos ha hecho sordos al clamor de

Tenemos todavía que reconocer que el

modo de producción que se globalizó en su voracidad

industrialista ha, en gran medida,

desvastado la Tierra y, así mismo, dañado

también el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad.

Es urgente que busquemos otros

caminos más humanos y más favorables a la

vida: los caminos de la justicia y de la solidaridad que

son los caminos que conducen a la paz y

a la felicidad.

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la Tierra e insensibles a los gritos de los oprimidos que son las grandes mayorías de la Humanidad. En lo más hondo de nuestra naturaleza humana somos seres de amor, de solidaridad, de compasión y de comunión. Por eso hay que enriquecer la razón analítica con la razón sensible, emocional y cordial, sede de los referidos valores.

El Bien Común de la Humanidad y de la Tierra es una realidad dinámica y en continua construcción. Para mantenerlo vivo y abier-to a otros desarrollos cuatro principios éticos resultan importantes.

El primer principio ético es el respeto. Cada ser tiene valor intrínseco. Su utilización para el Bien de la Humanidad no pue-de ser orientada por una ética meramente utilitarista, como ha predominado en el paradigma socioeconómico vigente, sino dentro de un sentido de mutua pertenencia, de responsabili-dad y de conservación de su existencia.

El segundo es el cuidado. El cuidado configura una actitud no agresiva ante la realidad, actitud amorosa que repara los daños pasados y previene los futuros y, a la vez, se extiende a todos los campos de la actividad humana personal y social. Si existiera sufi-ciente cuidado, no habríamos llegado a la actual crisis financiera y económica. El cuidado está ligado intrínsecamente a la manuten-ción de la vida, porque sin cuidado ella se debilita y desaparece.

La expresión oriental del cuidado se llama compasión, tan necesaria en los días de hoy cuando gran parte de la Humani-dad y de la misma Tierra se encuentran crucificadas y magulla-das en un mar de padecimientos.

En una sociedad de mercado que se rige más por la competen-cia que por la cooperación, se constata una cruel falta de compa-sión con todos los que sufren en la sociedad y en la naturaleza.

El tercer principio es la responsabilidad universal. Todos so-mos ecodependientes e interdependientes. Nuestras acciones pueden ser benéficas o dañinas para la vida y para el Bien Co-mún de la Tierra y de la Humanidad.

Las muchas crisis actuales derivan, en gran parte, por la falta de responsabilidad de nuestros proyectos y prácticas colectivas que han provocado el desequilibro global de los mercados y el del sistema-Tierra.

El cuarto principio es la cooperación. Si no hay cooperación entre todos, no vamos a salir enriquecidos de las crisis actuales. La cooperación es tan esencial que fue ella lo que en el pasado permitió a nuestros ancestros antropoides dar el salto de la ani-malidad a la humanidad. Al buscar sus alimentos, no los comían de forma individual sino que los traían todos para el grupo y de forma cooperativa y solidaria lo compartían entre todos. Lo que fue esencial en el pasado, sigue siendo esencial en el presente.

Por fin, pertenece al Bien Común de la Humanidad la creencia testimoniada por las tradiciones espirituales y afirmada por cosmó-logos y astrofísicos contemporáneos, de que por detrás de todo el universo, de cada ser, de cada persona, de cada evento y de nuestra crisis actual, actúa la Energía de Fondo, misteriosa e inefable, llamada

El agua es un bien natural,

común, esencial e insustituible y todos

tienen derecho al acceso a ella,

independientemente de los costos

implicados en su captación, reserva,

purificación y distribución que

serán asumidos por el poder público y

por la sociedad. Por eso, nos preocupa

enormemente el afán de privatizarla y transformarla en mercancía con la cual, sin duda, se

puede ganar mucho dinero.

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también Fuente Alimentadora de todo el Ser. Esta Energía sin nom-bre –estamos seguros– actuará también en este momento de caos ayudándonos y empoderándonos para vencer al egoísmo y tomar las medidas necesarias para que éste no sea catastrófico, sino creativo y generativo de nuevas órdenes de convivencia, de modelos económi-cos innovadores y de un sentido más alto de vivir y de convivir.

Conclusión: no tragedia sino crisisPara terminar, quiero testimoniar mi profunda convicción de

que el escenario actual no es de tragedia sino de crisis. La tra-gedia termina mal con una Tierra desvastada pero que puede continuar sin nosotros.

La crisis purifica, nos hace madurar y encontrar formas de su-peración satisfactorias para toda la comunidad de vida, del ser humano y de la Tierra. El actual dolor no es el estertor de un moribundo, sino el dolor de un nuevo parto. Hasta ahora hemos explotado exhaustivamente el capital material que es finito, cabe ahora trabajar el capital espiritual que es infinito porque infinita es nuestra capacidad de amar, de convivir hermanablemente y de penetrar en los misterios del universo y del corazón humano.

Como todos venimos del corazón de las grandes estrellas rojas en las cuales se forjaron los elementos que nos constituyen, está claro que nosotros nacimos para brillar y no para sufrir. E iremos nueva-mente a brillar –esta es mi firme esperanza– en una civilización pla-netaria más respetuosa de la Madre Tierra, más incluyente de todos, más solidaria a partir de los más desposeídos, más espiritual y llena de reverencia frente al esplendor del universo y mucho más feliz. Con estas palabras, se dan por iniciadas las intervenciones en esta importantísima Conferencia sobre la crisis financiera y económica mundial. Al contextualizar la problemática, he querido enfatizar que, para poder aprovechar las oportunidades que la actual crisis nos presenta, tendremos que deponer actitudes egoístas. Estas, en verdad, sólo buscan preservar un sistema que beneficia a una mi-noría y claramente tiene nefastas consecuencias para la inmensa mayoría de los habitantes del planeta. Tenemos todos que reves-tirnos de SOLIDARIDAD y de COOPERACIÓN para poder dar un salto cualitativo hacia un futuro de paz y bienestar.

Permítanme, queridos hermanos y hermanas concluir esta re-flexión con las palabras del Santo Padre, el Papa Benedicto XVI para esta Conferencia: “Invoco para los participantes de la Con-ferencia, como también para los responsables de la cosa pública y de los destinos del planeta, el Espíritu de Sabiduría y de Solidaridad Humana para que la actual crisis se transforme en oportunidad capaz de ayudarnos a brindar una mayor atención a la dignidad de cada ser humano y promover una distribución más equitativa del poder de decisión y de los recursos, con particular atención a los pobres, cuyo número, desafortunadamente, es cada vez mayor.”

El primer principio ético es el respeto.

Cada ser tiene valor intrínseco.

Su utilización para el Bien de la

Humanidad no puede ser orientada por

una ética meramente utilitarista, como ha predominado en el paradigma socioeconómico

vigente, sino dentro de un sentido de

mutua pertenencia, de responsabilidad y de conservación de

su existencia.

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Invité a Barak Obama a tomar un café en el tradicional Café Tortoni, en la Av. De Mayo, en Buenos Aires. Llegó bastante agitado y preocupado desde Washington, dijo que la Casa Blanca está llena de fantasmas y que hay días que no puede dormir, que hacen mucho ruido y que por la mañana cuando va al Salón Oval, encuentra todo revuelto. Yo no creo en los fantasmas, pero que los hay, los hay.

Estimado Barak, siento que tengas tantos pro-blemas; aquí también tenemos nuestros fantasmas que recorren el país haciendo estragos y revuelven todo. Me alegro que estés aquí y podamos conver-sar tranquilos. El café es bueno, aunque esperaba convidarte con unos mates amargos de los nuestros,

Conversación virtual con Mr. ObamaFuturología política

PorAdolfo Pérez Esquivel

Premio Nóbel de la Paz 1980

¿Cuantas muertes provocó la guerra desatada por tu país en

Irak y Afganistán, en nombre de lo más perverso e inhumano

que se pueda imaginar, la madre de todas las violencias, “la

mentira”, invocando la defensa de la democracia y el derecho de los pueblos? Han regado los ríos de sangre y sembrado la muerte.

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pero considerando que ya tienes muchas amarguras como el golpe de Estado en Honduras; no quiero que te amargues más.

Vas a necesitar un guía espiritual que haga un exor-cismo en la Casa Blanca y expulse los fantasmas por-que te van a complicar la vida.

Ahí están los militares hondureños que corren al trote a Washington para informar que cumplieron las órdenes de dar el golpe de Estado al Presidente Zelaya, según lo programado. Quieren la recom-pensa y las palmaditas de aprobación en la espalda, están como los cachorros que esperan que el amo les haga una caricia y le tire un hueso.

Muchacho, estos hechos ponen en evidencia que llegaste al gobierno, pero no al poder. Debes reco-nocer que te dieron una patada en el trasero; no tienen piedad y te van a dar con todo. ¿Que tal el café, te sienta bien?

El golpe cívico-militar en Honduras es una ame-naza para todo el continente, buscan imponer la dicta-blanda y es un test para saber la reacción de gobiernos y sociedades. Me parece bien que hayas declarado el no reconocimiento del cuerpo diplomático de la dictadura hondureña. Es un ges-to claro en defensa del derecho. Pero bien sabes que las cosas no son lo que son, lo que aparenta no es la realidad. La Secretaria de Estado Hillary Clinton dice que Zelaya comete una imprudencia si regresa a Honduras.

Debe saber que la dignidad tiene sus costos y Zelaya no puede quedarse tranquilo sin hacer nada y esperar que Hillary le diga que tiene que hacer. Volver a imponer los golpes de Estado es peligroso para todos.

Es necesario tomar decisiones claras y concre-tas, ayudar a que el presidente Zelaya retorne al cargo de presidente de Honduras, sin condiciones y sin imposiciones del Pentágono, la CIA y el De-partamento de Estado ¿Sabes de la brutal repre-sión de los militares hondureños contra el pueblo, de la persecución y censura contra los periodistas? Para justificar lo injustificable la dictadura de Mi-cheletti, acusa al presidente de Venezuela Hugo Chávez de todos los males. Bien sabes que la CIA se especializa en desestabilizar gobiernos y provo-car golpes de Estado.

Sí, no pongas cara de asombro, no puedes ignorar lo que pasa. ¿Dime Barak, para qué quiere EE.UU.

poner tres bases militares más en Colombia?- No me digas que es para luchar contra el narcotráfico, eso no lo cree tú, ni nadie.

Me acabo de enterar que tu gobierno y el Co-mando Sur invierten millones de dólares en pro-mover la “democracia” en Venezuela, Bolivia y el Ecuador, países que están construyendo otros para-digmas de país, que no son justamente lo que les interesa a los EE UU.

¿Dime Barak, vas a continuar la misma política de los anteriores gobiernos, o quieres cambiar y construir una democracia que signifique derecho e igualdad para todos y el respeto a la vida y la digni-dad de los pueblos? Te sugiero que todo ese dinero que quieren invertir en “la democracia que ustedes piensan”, la inviertas en fortalecer la democracia dentro de los EEUU, que tiene muchos problemas de discriminación, pobreza, hambre y desempleo- ¿Te parece justo o no?

Llevo muchos años de trabajo y compromiso con los pueblos en América Latina y a mi edad me he vuelto desconfiado; he visto muchas traiciones, claudicaciones y miedos.

Otro problema preocupante, que nos duele es Cuba. Planteas que para cambiar la política de EE

¿Dime Barak, vas a continuar la misma política de los anteriores gobiernos, o quieres cambiar y construir una democracia que signifique derecho e igualdad

para todos y el respeto a la vida y la dignidad de los

pueblos? Te sugiero que todo ese dinero que quieren invertir en “la democracia que ustedes

piensan”, la inviertas en fortalecer la democracia dentro de los EEUU, que tiene muchos

problemas de discriminación, pobreza, hambre y desempleo-

¿Te parece justo o no?

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UU. con Cuba, esperas gestos de cambio en la Isla. El bloqueo lleva casi 50 años, que tu país impuso en forma unilateral y con la soberbia del más fuerte.

Parece que no tienes buenos asesores, porque el continente latinoamericano ya no es manejable y los pueblos son protagonistas y no espectadores. El pue-blo cubano lo ha demostrado y ahora los hondure-ños, también los bolivianos y venezolanos.

Quien tiene que cambiar es tu gobierno que viola el derecho internacional e impone sanciones a un país soberano. ¿Te olvidas de todas las reso-luciones de la ONU y de los países que reclaman el fin del bloqueo y el respeto a la soberanía del pueblo cubano?

Hagamos memoria. ¿Recuerdas al presidente de tu país, John Kennedy, que logró seducir hasta a la bella Marilyn?. Ese muchacho fue el que ordenó invadir Cuba, por la Bahía de Cochinos y se man-do una cochinada que le salio mal. ¿Cómo puedes pedir que cambie Cuba, cuando tu gobierno no quiere cambiar?-

Piensa. ¿Qué pasaría si tu país levanta el bloqueo a Cuba sin condiciones y comienza otra etapa de relaciones basada en la cooperación y desarrollo de los pueblos? Parece futurología política. Te pre-gunto: ¿Que pasaría si liberas a los 5 cubanos pre-sos, comenzando a permitir a sus esposas visitarlos, porque se lo impiden desde hace 10 años?

Dices que es un problema en manos de la justi-cia, que hay que esperar, que tienes muchas pre-siones. ¿De que justicia hablas? No quiero pasarte, como decimos por estos lados, “la factura”. Sim-plemente recordarte algunos hechos y problemas en la vida de los pueblos.

Te voy a contar algo de un compatriota tuyo que dio el ejemplo de coherencia entre el decir y el hacer, que influyo muchos en las luchas sociales por la liberación de nuestros pueblos, asumiendo la resistencia civil, como fue el Mahatma Gandhi en la liberación de la India y Luther King, quien lucho en tu tierra en defensa de los derechos civi-les y contra la discriminación racial. Me refiero a Henry Thoreau quien dice: “toda persona amante de la libertad debe ser respetuosa de la ley; debe respetarla y hacerla respetar.- y continúa Thoreau- pero no toda ley es justa, las leyes injustas deben ser desobedecidas hasta su total nulidad”. Por ser coherente fue a parar a la prisión, asumiendo el

desafío de defender la libertad, negándose a pa-gar impuestos injustos e inmorales al gobierno de EEUU que financiaban la guerra contra México, a quien le arrebataron gran parte del territorio para anexarlo a tu país.

¿Dime, quien decidió instalar más bases militares norteamericanas en Colombia? Eso es jodido y peli-groso para el continente.

Otro tema preocupante, es el Oriente Medio. Se-guro que te duele en el alma y la conciencia que tu antecesor George Bush, te dejó la cancha em-barrada y minada y que cualquier cosa que toques, ¡¡¡¡buuumm ¡!!!.... estalla. Ese personaje sí que hizo daño a tu pueblo y al mundo; es responsable de crímenes de lesa humanidad.

Te voy a contar un cuento Sufi. Acabo de leerlo en un diario barrial, “La Batuta”. “Iba la Peste ca-mino a Bagdad cuando se encontró con Nasdurin, quien le preguntó: ¿A donde vas? “A Bagdad a ma-tar diez mil personas”. Después de un tiempo, la Peste volvió a encontrarse con Nasdurin, que muy enojado le dijo: “Me mentiste. Dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil”. Y la Peste respondió: “Yo no mentí, maté diez mil, el resto…. murió de miedo”. El miedo paraliza, y del miedo a la cobardía hay un solo paso y nos afecta y reduce nuestros mecanismos de defensa natural.

Obama, es hora de repensar y tener una mi-

Israel, de víctima pasó a ser victimario, violando

el derecho del pueblo palestino, sometiéndolo a la

violencia social y estructural; construyendo un muro infame

que daña a toda la humanidad, e impidiendo que los palestinos

tengan su patria. Tu país es el aliado principal de Israel y

mientras esa situación de guerra e inestabilidad continúe, la Paz

estará ausente de la región.

Conversación virtual con Mr. Obama. Futurología política

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Fuente:INFO 512, 10 de agosto de [email protected]://attac-info.blogspot.com

rada hacia el interior del espíritu, saber escuchar el silencio de Dios, que nos habla a cada uno de nosotros y nosotras. ¿Cuantas muertes provocó la guerra desatada por tu país en Irak y Afganistán, en nombre de lo más perverso e inhumano que se pueda imaginar, la madre de todas las violencias, “la mentira”, invocando la defensa de la democra-cia y el derecho de los pueblos? Han regado los ríos de sangre y sembrado la muerte.

Eduardo Galeano, ese gran escritor uruguayo dice: “Navega el navegante, aunque sepa que ja-más tocará las estrellas que lo guían” ¿Recuerdas que Hugo Chávez te regaló el libro “Las Venas Abiertas de América Latina”, espero que lo hayas leído? ¡No lo leíste todavía!- Eso si que es preocu-pante. ¿Cómo vas a comprender América latina si no conoces esa obra? Muchacho, trata de com-prender a los pueblos y saber cual fue la política de tu país para el continente. Te asombrarás.

Es largo y doloroso el drama que viven Israel y Palestina, nos duele ver que no se vislumbra otro horizonte y continúan sumando muerte y destruc-ción. Israel, de víctima pasó a ser victimario, violan-do el derecho del pueblo palestino, sometiéndolo a la violencia social y estructural; construyendo un muro infame que daña a toda la humanidad, e impidiendo que los palestinos tengan su patria. Tu país es el aliado principal de Israel y mientras esa situación de guerra e inestabilidad continúe, la Paz estará ausente de la región.

¿Y por último, por casa cómo estamos Barak? La desocupación, el problema económico, los inmigran-tes. Problemas no te faltan. La economía mundial está haciendo agua y está contaminada. La crisis capi-talista golpea duro a los más necesitados, pero sigues salvando bancos y no a los pueblos.

Es urgente volver a las fuentes y comenzar a pen-sar en un Nuevo contrato social a escala mundial, lo necesitamos, hemos llegado al fin de una época plagada de aciertos, errores y horrores. Recuerda que la FAO señala que por día mueren en el mun-do más de 35 mil niños de hambre. Eso es “terro-rismo económico”, del que nunca hablan pero está presente en el mundo

Tu gobierno gasta millones de dólares en armas, en bases militares para dominar y destruir y no para superar el hambre, el desempleo, la margi-nalidad, el analfabetismo. ¿Sabes Barak de que

color es el hambre?- Los hambrientos dicen que es amarillo, todo se vuelve de ese color hasta que la muerte los libera.

Bueno estimado Barak, no hay que perder la es-peranza, es necesario construir la Paz que no se regala, es una conquista de la conciencia y el espí-ritu. Hay mucha reserva en la vida de los pueblos. Muchas cosas quedaron para conversar. Será en otra oportunidad que nos volvamos a reunir. Fue un gusto conversar contigo. La próxima vez te es-pero con unos mates amargos y tortas fritas.

Te envío un fraterno abrazo solidario de Paz y Bien.Buenos Aires, Café Tortoni, a 2 días del mes de

agosto del 2009

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Para comprender mejor las bases de Esta-dos Unidos en Colombia y las ahora 872 bases militares que tiene alrededor del mundo hay que mirar algunos elementos adicionales y sintetizar la política real.

En América Latina hemos tenido el secuestro en México, en mayo del 2009, del profesor colombiano de literatura de la UNAM, Ángel Beltrán Villegas, y su reaparición en Bogotá en una cárcel de alta seguridad.

Esto ha sido un apéndice de la política de secues-trar a presuntos terroristas de Al Qeda y llevarlos a Guantánamo para su tortura mientras los mantienen sin acusación por un periodo indefinido. Lo único que se asemeja a eso es el Plan Cóndor de los años 70. Los acusados de entonces eran secuestrados en un país, remitidos a otro y torturados por el ejército de dicho país. Esa política terminó con la doctrina Carter de De-

La política de seguridad de Estados UnidosRegreso al pasado

Por Óscar Ugarteche

Economista. Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México*

*Presidente de ALAI e integrante del Observatorio Económico de América Latina (OBELA)

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mocracia y Derechos Humanos en 1979 y ha reapare-cido con la doctrina Bush de seguridad.

En julio del 2008 se revitalizó la IV Flota naval crea-da en 1943 durante la segunda guerra mundial, prime-ro para asegurar que los Nazis no penetraran el hemis-ferio y, luego, para evitar la llegada de los comunistas. “La IV Flota concentrará sus esfuerzos en la lucha en contra del tráfico ilícito, y en proveer ayuda humanita-ria y socorro en casos de desastres”1, dicen los marinos ahora. La IV Flota se desbandó e integró en la II Flota en 1950 sustituyéndose la seguridad naval hemisféri-ca por los programas UNITAS2 de cooperación naval a partir de 1959. UNITAS ya cumplió 50 años de existen-cia y ahora es la articulación de las marinas de guerra de países suramericanos, con excepción de Venezuela y Cuba. La reaparición de la IV Flota, en este marco, es redundante pero sugerente si se considera que fue tres meses después del ataque colombiano en la frontera ecuatoriana a una unidad de las FARC donde murió Raúl Reyes, el mediador de paz de dicho grupo.

Existe entonces, el asunto de la narcotización de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, más con unos países que con otros, pero en general subraya-dos por la lucha contra el narcotráfico que en Colombia y México incluyen presencias militares grandes y abier-tas, pero en el Perú implican presencias encubiertas como en los valles de los ríos Apurímac y Ene (VRAE)

La percepción del gobierno de Estados Unidos en América Latina con el desenvolvimiento de la primera década del siglo XXI se ha visto complicada. Tras haber sostenido una política de derechos humanos, aunque contradictoria, en la primera década la abandonó e im-plementó la tortura como instrumento en la lucha con-tra el terrorismo. Los defensores de derechos humanos lucharon contra la tortura en todas sus formas por lo ocurrido en los años 70 durante las dictaduras sud-americanas. La injustificada invasión a Irak, ejecutada claramente para asegurar petróleo y hacer negocios en un momento crítico de la economía del país del norte, le ganaron más adversarios y el espacio creado por la concentración de la política exterior en Oriente Me-dio dieron lugar a gobiernos independientes de la po-lítica exterior de Washington. Con las excepciones de México, Colombia y Perú, con el triunfo de Funes en El Salvador, toda Latinoamérica continental más Cuba tienen políticas independientes de Washington y están sumidos en algún proyecto de integración subregional: ALBA, Mercosur, UNASUR.

Dentro de este encuadre de seguridad hay que comprender el golpe militar de Honduras y las decla-

raciones del Departamento de Estado sobre ello:“ Lo que hemos dicho es que legalmente no le podemos calificar como golpe militar”. What we have said is that we legally can’t determine it to be a military coup”3. Cuando el golpe a Chávez en el año 2002, ni siquiera Washington, instigador del mismo, pudo retrotraerse de la carta democrática de la OEA. Cuando el intento de derrocamiento de Morales en Bolivia en setiembre del 20084, el presidente de dicho país expulsó al em-bajador de Estados Unidos y Washington enmudeció5. Finalmente, el golpe de Honduras es el tercer intento y el primero con alguna permanencia a pesar de la opo-sición de toda Latinoamérica y la OEA al mismo.

Distinta de la posición del Presidente Obama, quien censuró el golpe, Hillary Clinton no lo define como un golpe y por lo tanto no toma represalias: en suma lo apoya. La situación entonces es que la OEA no tiene la garra para impedir un golpe de Estado y si los golpistas persisten, ganan. Si tiene éxito Micheletti, Obama po-drá decir que Micheletti “es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta” (“is a son of a bitch, but our son of a bitch”), como dijo Eisenhower de Somoza en los años 50. Washington pelea su debilitado poder en la región en Honduras y si tiene éxito, seguirá ese camino para recuperarlo en otros lados. Lo que no ganó con el fracasado ALCA ni con los golpes a Chávez o Morales, lo logrará en Honduras. Centroamérica otra vez juega el papel de espacio para la definición del poder del país del norte. El reto latinoamericano es impedirlo. Lo que está claro es que la doctrina de democracia y derechos humanos se enterró con Bush y sus secuaces y Obama no lo ha podido desenterrar.

Notas

1. http://www.ircamericas.org/esp/5422

2. http://www.southcom.mil/appssc/factFiles.php?id=110

3. http://www.state.gov/r/pa/prs/dpb/2009/aug/126950.htm

4. http://www.la-razon.com/versiones/20080911_006392/nota_244_668834.htm

5. http://www.larepublica.es/spip.php?article6898

Fuente:

Agencia Latinoamericana de Información

[email protected]

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Aunque los casos comprobados de gri-pe porcina humana llegan a más de 100 mil en el mundo y se teme que las próximas mutaciones del virus lo harán más letal, los gobiernos y la Organi-zación Mundial de la Salud (OMS) se esfuerzan en ignorar las causas reales de la pandemia.

En lugar de ello, predominan los enfoques fragmenta-rios y sobre los síntomas, como el desarrollo de una vacuna contra el nuevo virus, que aunque tenga corta vida efectiva y hasta podría empeorar la situación, es un gran negocio para las trasnacionales que dominan ese mercado.

La actual pandemia de gripe porcina es grave en sí misma y sin embargo es apenas un indicador del acelerado proceso de recombinación y creación de nuevos agentes patógenos de los últimos años. No es un hecho aislado ni fortuito, es un componente lógico y coherente de la grave crisis generalizada de salud a nivel global, contraparte de las múltiples crisis eco-

Microbios, gripe y puercos trasnacionales

PorSilvia Ribeiro

Investigadora del Grupo ETC

A esto hay que sumar el creciente uso y

manipulación industrial de virus y bacterias, que son

utilizados, por ejemplo, para elaborar transgénicos,

para producir sustancias químicas y farmacéuticas,

todo ello factor de aceleración de mutaciones.

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Fuente:Agencia Latinoamericana de [email protected]

nómicas, ambientales, climáticas, en que estamos in-mersos gracias a décadas de lucro desenfrenado de las trasnacionales, devastadoras de la gente y el planeta.

Aunque las autoridades finjan demencia (o inclu-so premien a los causantes de la epidemia, como en México), está claro el papel fundamental de la cría industrial de animales a gran escala, principalmente cerdos, como promotores de la creación de nuevos patógenos. No es el único factor, pero es clave en el origen de la actual epidemia y las que vienen, por-que los cerdos actúan, más que otras especies, como “crisol” para la recombinación de nuevos virus. Las condiciones de hacinamiento de miles de animales donde circulan diferentes cepas de virus que pueden infectar simultáneamente al mismo animal, el estrés, las frecuentes vacunaciones y exposición continua a plaguicidas, exacerban esta capacidad.

La comprobación de que también los humanos tras-miten el nuevo virus A/H1N1 a los cerdos, es muy pre-ocupante porque acelera las causas de mutación del virus que puede retornar a los humanos en formas más agresivas. Sin embargo, el 16 de julio de 2009 la OMS anunció que la gripe porcina humana (asépticamente llamada por ellos A/H1N1 para exculpar a los industria-les de cría de puercos) se ha extendido tanto y el nivel de contagio es tan común, que ya no se requiere a los países reportar al organismo los nuevos casos. De todos modos, dice la OMS, les resultará imposible porque el contagio va mucho más rápido que su capacidad de contabilizarlos. Según la OMS “la pandemia de influen-za 2009 se ha diseminado a nivel internacional con una rapidez sin precedentes. En pandemias anteriores, los virus de la gripe necesitaron más de seis meses para diseminarse tan ampliamente como el nuevo virus A/H1N1 lo ha hecho en menos de seis semanas”.

Muestran así otro factor clave de la pandemia: el aumento del trasiego global de bienes, animales, personas (y microbios), inherente al mercado mun-dial que necesitan las trasnacionales.

Para ese mercado se construyen los grandes me-gaproyectos de infraestructura y energía (autopistas, grandes represas, hidrovías), aumenta la deforestación y el avance de los grandes monocultivos agrícolas y fo-restales (con la consecuente expulsión de poblaciones rurales hacia las ciudades) destruyendo a su paso los hábitats naturales y su biodiversidad y por tanto, los competidores benéficos y enemigos naturales de los microorganismos patógenos. La concentración resultan-te de población en grandes centros urbanos –también útil para las ventas centralizadas de las trasnacionales–,

carentes en su periferia de servicios básicos, crea condi-ciones ideales para la transmisión en gran escala.

En todos los casos de epidemias y surgimiento de nue-vos patógenos de las últimas décadas, tales como ébola, hantavirus, virus del Nilo, nuevas cepas de malaria, den-gue, VIH, hay por detrás algunos de esos factores. Hay disrupción de hábitats de animales silvestres que actúan como reservorios sin contraer la enfermedad, forzando su migración a zonas más pobladas; crean nuevos y abun-dantes criaderos de vectores de las enfermedades (como charcos de agua en zonas deforestadas que crían mos-quitos como anófeles, vector de la malaria; proliferación de moluscos e insectos en las lagunas y ríos afectados por grandes represas debido a cambios de salinidad, au-mentando exponencialmente los casos de leishmaniasis, esquistosomiasis, etcétera); cercanía de mega criaderos industriales de cerdos y pollos, etcétera.

A esto hay que sumar el creciente uso y manipula-ción industrial de virus y bacterias, que son utilizados, por ejemplo, para elaborar transgénicos, para producir sustancias químicas y farmacéuticas, todo ello factor de aceleración de mutaciones.

Las políticas fragmentarias y sobre síntomas, tam-bién aumentan la velocidad de mutación y su im-pacto. Las campañas de desinfección masiva y el aumento de uso de antibacteriales, eliminan los mi-croorganismos más débiles, dejan espacio a los más resistentes y obligan a los virus a mutar más rápido. Las campañas de vacunación crean una inmunidad temporal que produce que las nuevas generaciones no tengan ninguna defensa natural frente a este virus, al tiempo que dejan nichos vacíos para otros virus, quizá una de las causas de por qué la población más joven muere más rápido con el virus de la influenza actual, emparentado con el de la gripe de 1918.

Aunque las autoridades pretendan obviarlo, porque cuestiona el sistema global y el lucro de las trasnacio-nales, ver las causas del desastre en toda su magnitud es una tarea imprescindible, así como apoyar a los que siguen sosteniendo la biodiversidad y la salud del am-biente y la naturaleza, como campesinos, indígenas y comunidades locales.

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Los estudios jurídicos actuales tienden a reconocer de manera unánime la existencia del “derecho penal internacional” como campo de es-tudio independiente, merecedor de una construc-ción teórica propia que no se supedita ni limita a la simple adopción de los conceptos y elaboraciones tradicionales de los sistemas de derecho internacio-nal público o de derecho penal en sentido amplio. Sin embargo, en los últimos años se ha sostenido la idea de acuerdo con la cual el derecho penal in-ternacional debe considerarse como una parte in-tegral del derecho internacional1: no se trata ya de un simple sistema de derecho en construcción, sino que ahora es aplicado por las cortes internacionales, los Estados están llamados a colaborar en su imple-

Algunas reflexiones en torno al actual sistema de derecho penal internacional

PorDaniel Ariza Zapata

Abogado de la Universidad Eafit. Egresado de la Especialización en

Derecho Penal de la misma [email protected]

El presente artículo hace parte de una investiga-ción titulada “Sobre la internacionalización de la justicia penal o el derecho penal como instrumento de guerra”, presentada como monografía en el pregrado de Derecho de la Universidad Eafit.

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mentación, y los procesos de incorporación a los ordenamientos internos ya se adelantan en varios países, respetando y sometiéndose a lo estipulado por la costumbre internacional y las leyes relativas a la adopción y ratificación de los tratados.

La Corte Penal Internacional, herramienta para-digmática del actual modelo de jurisdicción penal internacional, es un mecanismo accesorio, que no intervendrá si el caso que se ha puesto en su consi-deración ya se encuentra en etapa de juicio, o por lo menos investigación, bajo las reglas y jurisdicción de un tribunal nacional. Sólo cuando se cuestione la le-gitimidad de estos tribunales o se piense que con sus actuaciones se está protegiendo de forma deliberada a un individuo de ser sancionado penalmente, la Cor-te está facultada para intervenir, asumiendo la investi-gación y juicio de los hechos relacionados con el caso y vinculando a los sujetos involucrados que considere necesarios. El afán primordial de la discusión actual se centra entonces, en la mayoría de los casos, en lograr determinar cuáles son las exigencias que de-berán cumplirse para justificar la violación del tradi-cional concepto de “soberanía estatal”, permitiendo la realización de juicios y la imposición de penas por parte de un organismo internacional que despojará provisionalmente a las jurisdicciones nacionales de la potestad sancionatoria. Se trata así de un estricto problema de derecho internacional, que se ha solu-cionado tradicionalmente recurriendo justamente a criterios y principios propios de este campo.

Sólo en el último tiempo, tal vez como conse-cuencia de la creación de la mencionada Corte Penal Internacional en 1998, algunos autores han abordado de manera rigurosa el análisis del sistema de derecho penal internacional desde una perspec-tiva exclusivamente penal, cuestionando con ello la idea generalizada consistente en afirmar tout court la bondad de trasladar al ámbito internacional los sistemas de derecho penal occidentales2, por supo-ner que las herramientas que sirven para la orga-nización interna de los Estados y de las sociedades se pueden trasladar a un ámbito mayor de manera automática (justamente esta práctica, denominada por Daniel Pastor como “analogía interna” 3 es una de las claves del derecho internacional público ge-neral). Tal y como lo expresa el profesor argentino, normalmente se acentúan los aspectos internaciona-les del sistema, dejándose a un lado que la atribu-ción de responsabilidad penal como consecuencia de la comisión de un ilícito, es prima facie extraña al

derecho internacional público, caracterizado por las relaciones entre Estados que no son, ni serán objeto de sanciones propiamente penales.

La importancia de esta iniciativa radica en plan-tear el problema de la reubicación del derecho penal internacional dentro del marco de la epistemología jurídica: parece que no es suficiente con adscribirlo a los postulados propios del derecho internacional. Es necesario además profundizar en su naturaleza sancionatoria para construir una dogmática de la justicia penal internacional que recoja y reconcilie los axiomas fundamentales tanto del derecho inter-nacional público como del derecho penal en sentido formal4. Así pues, el elemento internacional opera como un criterio accesorio: estructural y funcional-mente los distintos delitos, sean de carácter nacional o internacional, tienen las mismas características, de tal suerte que las peculiaridades de los últimos radi-can en la complejidad de los hechos que involucran y en la valoración que de ellos se ha realizado por parte de la comunidad internacional5.

La posibilidad de predicar la responsabilidad pe-nal individual en el contexto supraestatal no es más un asunto discutido: los Estados han cedido el papel protagónico en los procesos que se inician para cri-minalizar a individuos particulares que, con sus ac-tuaciones, han vulnerado los principios universales básicos defendidos por la comunidad de naciones.

En estas circunstancias, parece ser que la reflexión encaminada a determinar la conveniencia de inter-nacionalizar el sistema sancionatorio penal ha pa-

La Corte Penal Internacional, herramienta paradigmática del

actual modelo de jurisdicción penal internacional, es un

mecanismo accesorio, que no intervendrá si el caso que se ha puesto en su consideración ya

se encuentra en etapa de juicio, o por lo menos investigación, bajo

las reglas y jurisdicción de un tribunal nacional.

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sado a un segundo plano6. El punto neurálgico será el cómo habrá de llevarse a cabo tal proceso de ex-pansión, de tal forma que se preserven los principios que, en mayor o menor medida, se han adoptado en las diferentes tradiciones jurídicas para proteger y respetar las garantías y derechos de los sujetos so-bre quienes se imponen sanciones penales. Incluso esta última afirmación tendrá que ser sometida a un debate previo en el cual se determine si el sistema de derecho internacional debe ser un fiel reflejo de los ordenamientos jurídicos internos, o si por el con-trario, tiene que diseñarse de manera autónoma, to-mando en consideración las particularidades y exi-gencias del ámbito supranacional, de manera que se elaboren racionalmente los principios adecuados para responder a tales necesidades.

En la práctica, la situación no parece ser nada alentadora. En palabras de Luigi Ferrajoli “la situa-ción actual de la comunidad internacional se parece más a la de un gobierno mundial controlado por las cinco potencias que tienen presencia permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU” por oposición a un ideal de modelo de democracia internacional identificado en todos los casos por “el carácter de-mocrático representativo de los órganos supra-esta-tales y, sobre todo, en su función de garantía de la paz y de los derechos fundamentales de los hombres y los pueblos”7. Las evidencias históricas dan cuenta de esta innegable realidad, identificada con la ac-tuación de un sistema de administración de justicia penal que ha trasladado al espectro global las carac-terísticas de selectividad propias de los tradicionales sistemas domésticos. Por medio de la adopción de cuerpos normativos deliberadamente incompletos y desconocedores en la mayoría de los casos de los principios fundantes de la ciencia penal -que si de algo puede presumir es de contar con un sistema dogmático serio, fruto de su constante discusión y reformulación a lo largo de los últimos siglos- se ha suscitado una desconfianza generalizada en al ám-bito académico. Sorprendentemente la euforia pu-nitiva, originada en el seno de los restantes sectores de la sociedad, continúa avalando la intervención de la Corte Penal Internacional en países que, coin-cidencialmente pueden describirse recurriendo a la utilización de caracterizaciones comunes: pobreza, debilidad institucional, y defensa de valores particu-lares ajenos a la tradición occidental.

En efecto, en los casos de Uganda, la República Democrática del Congo, la República Centroafricana

y Sudán –los únicos sometidos hasta el momento a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional– pueden encontrarse todas estas características. Sin lugar a du-das, los hechos que han costado la vida de millones de personas en estas naciones africanas merecen el mayor de los reproches y no pueden justificarse desde ningún punto de vista. Sin embargo, se trata de Estados “en formación” (el primero en obtener su independencia de las potencias europeas fue Sudán en 1955), dota-dos de estructuras débiles, que atraviesan procesos equiparables a los vividos por las naciones europeas en los sangrientos siglos que fueron necesarios para permitir su consolidación. Además, sus economías dis-tan de encontrarse en condiciones óptimas como para garantizar las condiciones básicas de vida a sus habi-tantes. Ante este panorama no queda más que pregun-tar si el derecho penal y, conexamente, la imposición de sanciones restrictivas de las libertades individuales básicas, es una herramienta suficiente para garantizar la vigencia de los valores universales defendidos por la ONU en países que, como la República Democrática del Congo, contaban para el año 2008 con un ingreso per capita anual de 206 U.S8.

El recurso a la sanción penal en este tipo de casos parece sugerir la idea de acuerdo con la cual el dere-cho penal internacional es utilizado sistemáticamente

Algunas reflexiones en torno al actual sistema de derecho penal internacional

La Corte Penal Internacional no parece tener su existencia asegurada: el mecanismo de

adopción e implementación del Estatuto de Roma al interior de los Estados ha sido duramente

cuestionado (debe recordarse, por ejemplo, que países como Estados

Unidos, Israel o China no hacen parte del mismo) y su relación con el Consejo de Seguridad de la ONU

no parece brindar las garantías necesarias como para considerar

que los conflictos que se juzgan ante la Corte son realmente los

únicos que merecen ser sometidos a su jurisdicción.

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Notas

1. WERLE Gerhard, Principles of International Criminal Law, cit., pág. 3.

2. De acuerdo con la mayoría de autores, parece casi in-negable reconocer que el sistema de derecho penal in-ternacional y su aplicación ha sido consecuencia de “…una concepción del sistema penal como fenómeno cultu-ral de las sociedades occidentales. El programa político-jurídico de la Ilustración europea fue adoptado como pro-pio por un sinnúmero de naciones, muchas de ellas ajenas al ámbito socio-cultural del viejo continente”. PASTOR, Daniel, El poder penal internacional, una aproximación jurídica crítica a los fundamentos del Estatuto de Roma, cit., pág.20. En el mismo sentido, afirma el penalista ale-mán, Kai Ambos en diferentes trabajos que la versión del Estatuto de la Corte Penal Internacional se funda en lo esencial, si no exclusivamente, en la influencia de los Estados del círculo cultural occidental.

3. PASTOR, Daniel, El poder penal internacional, una aproximación jurídica crítica a los fundamentos del Estatuto de Roma, cit., pág.24.

4. Esto es, utilizando la definición dada por el profesor Claus Roxin, “…la suma de los preceptos que regulan los presu-puestos o consecuencias de una conducta conminada con una pena o con una medida de seguridad y corrección. Entre sus presupuestos se cuentan ante todo las descripciones de conductas delictivas (…) pero también p. ej. las disposicio-nes sobre error, capacidad de culpabilidad, legítima defensa, etc., de las que se deduce en concreto cuándo acarrea san-ciones penales una conducta que coincide con una descrip-ción delictiva”. ROXIN, Claus, Derecho Penal parte general, Tomo 1, Civitas S.A, Madrid, 1997, pág. 41.

5. PASTOR Daniel, El poder penal internacional, una aproximación jurídica crítica a los fundamentos del Estatu-to de Roma, cit., pág. 59.

6. El alcance de esta afirmación debe ser aclarado pues no debe entenderse en ningún caso que las posiciones contrarias –es decir, aquellas caracterizadas por opinio-nes críticas y escépticas frente a la internacionalización del derecho penal– carecen de validez. Simplemente se reconoce que la práctica de la comunidad de naciones se encuentra firmemente comprometida con la implemen-tación de un sistema de justicia penal internacional y, en consecuencia, las críticas que se formulen deben partir del reconocimiento de su existencia efectiva.

7. FERRAJOLI, Luigi, Razones jurídicas del pacifismo, cit, pág. 81.

8. Fuente: http://www.imf.org/external/country/index.htm (página web del Fondo Monetario Internacional). Por su parte, el ingreso per cápita de Sudán es de 1.631U.S, el de la República Centroafricana es de 479 U.S y el de Uganda es de 469 U.S. Para tener una mejor ilustración, el producto per cápita de Colombia para éste mismo año fue de 5.174 U.S.

como una herramienta propia del conflicto bélico, di-rigida a legitimar la realización de guerras de agresión a través de su renuncia a investigar las actuaciones violentas e indiscriminadas de las potencias que pre-tenden imponer un determinado sistema de valores en aquellos Estados que amenazan con desestabilizar su hegemonía en el orden global contemporáneo. Sin embargo, la Corte Penal Internacional no pare-ce tener su existencia asegurada: el mecanismo de adopción e implementación del Estatuto de Roma al interior de los Estados ha sido duramente cuestiona-do (debe recordarse, por ejemplo, que países como Estados Unidos, Israel o China no hacen parte del mismo) y su relación con el Consejo de Seguridad de la ONU no parece brindar las garantías necesa-rias como para considerar que los conflictos que se juzgan ante la Corte son realmente los únicos que merecen ser sometidos a su jurisdicción.

En esta medida, y atendiendo al carácter dinámico que ha acompañado al derecho penal internacional a lo largo de su historia, no resultaría sorpresivo escu-char, en un futuro no muy lejano, propuestas prove-nientes de sectores tan variados como la academia o los gobiernos de ciertos países, dirigidas a reformular el actual sistema de justicia penal internacional. Este será sin lugar a dudas el momento decisivo en el que deberán tenerse en cuenta las enseñanzas que de los diferentes hitos históricos se han obtenido, para configurar un verdadero sistema de protección pe-nal supranacional independiente, respetuoso de los derechos de los individuos y que actúe, en todos los casos, movido por el deseo de regular incondicional-mente las complejas relaciones sociales que ahora se desenvuelven por fuera de las tradicionales fronteras nacionales. En todo caso, no podemos olvidar que las sanciones penales restringen derechos y libertades fundamentales, de tal suerte que deban imponerse de forma excepcional y subsidiaria.

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Apreciados(as) colegas ASPU:Han transcurrido dos meses desde mi

arbitraria detención en este pabellón de “alta se-guridad”. Actualmente somos 73 internos (de una población de 6.102 presos), los que estamos re-cluidos en esta área de la Cárcel Nacional Modelo, que bien puede ser considerada una “cárcel dentro de la misma cárcel” alejada de los demás patios y donde sólo tenemos derecho a una hora diaria de sol. Aquí comparto suerte no sólo con coman-dantes guerrilleros sino, también, con reconocidos narcotraficantes y jefes paramilitares que como “Zeus” y “Niche” están acusados de ser autores de numerosas masacres de hombres, mujeres y niños indefensos. Por fortuna éstos se encuentran en un piso aparte.

Cada vez que traspaso las puertas de esta institu-ción carcelaria para una audiencia o una entrevista con los medios de comunicación, los impresionantes dispositivos de seguridad revelan que soy considera-do un reo de alta peligrosidad para las autoridades carcelarias. “El terrorista más peligroso de las FARC” según palabras del mismo presidente Uribe quien me condenó, sin ser escuchado en juicio, y agrade-ció al primer mandatario mexicano Felipe Calderón

Carta del profesor Miguel Ángel Beltrán a la Asociación Sindical de Profesores Universitarios

su colaboración en mi captura, aún así los jueces de garantías y de apelación insistieron que mi deten-ción se produjo en Colombia.

Resulta un verdadero sarcasmo que mientras el fiscal promete para mí una pena de más de cua-renta años por los delitos de rebelión y concierto para delinquir con fines terroristas, a los verdade-ros criminales, que han sembrado el terror en todo el país, se les ofrece que purguen sus decenas de homicidios en 8 años, a cambio de su confesión, amparados en la política de “justicia y paz”. En otros casos, la justicia ni siquiera se ha hecho car-go de ellos y se mantienen en la total impunidad desempeñando importantes cargos públicos o altos puestos de dirección en las fuerzas militares.

En mi expediente no se me acusa de despeda-zar campesinos con motosierra, ni se me atribuye el asesinato de jóvenes provenientes de sectores populares que luego son presentados como “falsos positivos”; tampoco se me imputan tratos crueles, inhumanos y degradantes contra persona alguna; mucho menos se me inculpa de delitos de lesa hu-manidad: contrario a ello se me acusa de “instiga-ción al terrorismo” por denunciar estos hechos y de poner de presente la responsabilidad del Estado Co-lombiano y las Fuerzas Militares en estos crímenes: se me acusa de ser un terrorista por sustentar en mis escritos en los foros públicos, que las FARC es una respuesta histórica a las múltiple violencias del Estado, porque en este país, por decreto presiden-cial no existe conflicto armado, pese a que el núme-ro de desplazados por la violencia sobrepasa ya los 4’000.000 de personas.

El hecho que se cite mis actividades académicas como indicios para inculparme, demuestra que se trata

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de un claro intento de criminalizar un trabajo docente e investigativo incómodo para el establecimiento.

En el pasado estas mismas sindicaciones han sido hechas a destacados profesores universitarios como el sociólogo Alfredo Correa, a quien se acusó de ser un “ideólogo de las FARC”; en esa ocasión las falsas inculpaciones provinieron de informacio-nes proporcionadas por los mismos organismos de inteligencia del Estado, concretamente del DAS, institución que depende directamente de la Presi-dencia de la República. Pese a que en el proceso jurídico se pudo comprobar su inocencia, al profe-sor Correa el Estado no le garantizó el derecho a la vida: pocas semanas después de su excarcelación, caía asesinado en las calles de Barraquilla.

Desafortunadamente, esta política de hostiga-miento contra la academia colombiana no es cosa del pasado, por el contrario se ha venido incremen-tando con la mal llamada política de “seguridad de-mocrática”. William Javier Díaz es un ejemplo de ello, integrante del Taller de Formación Estudiantil Raíces (TJER ), que durante más de una década ha desarrollado seminarios de pensamiento social en la Universidad Pedagógica y la Universidad Distrital “Francisco José Caldas”, con el apoyo de recono-cidos académicos e investigadores, hoy es víctima de un montaje jurídico similar, donde, con base en espurios archivos de un supuesto computador incautado a la guerrilla, se le presenta como un militante de las FARC.

De esta manera el Estado pretende castigar a quie-nes consideramos que los estudiantes deben estar en contacto permanente con los problemas sociales no solo del pasado sino también del presente; que los fu-turos profesionales tienen que estar en contacto con las tercas y duras realidades de un país continente que hoy parece despertar tras años de letargo.

La universidad, centro por excelencia de produc-ción y circulación del pensamiento crítico, no puede ceder a esta intimidación, escudándose en una su-puesta neutralidad de la teoría, ni refugiándose en la torre de marfil de un conocimiento de expertos ajeno a cualquier compromiso con la realidad social, las li-bertades del pensamiento y expresión –escribía el pro-fesor universitario y también activista de los derechos humanos Héctor Abad Gómez– “son un derecho du-ramente conquistado a través de la historia por milla-res de seres humanos, derecho que debemos conser-

var. La historia demuestra que la conservación de este derecho requiere esfuerzos constantes, ocasionales luchas y aún, a veces, sacrificios personales”.

En Colombia, la Asociación Sindical de Profeso-res Universitarios ha sido un instrumento de defensa de este derecho, preservando con su lucha el “alma máter” no sólo de los bárbaros que pretenden aca-llarla recurriendo a la violencia y la amenaza, sino haciendo frente a las políticas neoliberales que bus-can asfixiarla presupuestalmente.

La generosa solidaridad que ustedes me han brin-dado en estos dos largos meses de reclusión, corro-bora este compromiso que por décadas ustedes han mantenido en aras de la defensa de la educación superior y coloca de presente que esta lucha no solo es por mi libertad sino por la libertad y el respeto al trabajo científico e intelectual.

Desde estas cuatro paredes que aprisionan mi cuerpo, pero no mi pensamiento, quiero hacerles llegar mi voz de sincero agradecimiento por sus gestos de solidaridad y mi convencimiento de que en esta lucha llegaremos hasta el final, para que en el país el pensamiento pueda circular libremente y no sea amenazado por aquellos insensatos que aspiran revivir los tiempos de la inquisición, con-denando a la hoguera a quienes expresamos ideas y opiniones diferentes.

Un abrazo fraternal.Miguel Ángel Beltrán Villegas/Cárcel Nacional Mo-delo/Pabellón de Alta SeguridadJulio 20 de 2009

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El paisaje colombiano es bello desde su cabeza guajira hasta la pierna amazónica, desde su pe-cho andino hasta la rodilla caqueteña. En este último departamento se encuentra la región de El Caguán, bañada por el río del mismo nombre, un extenso te-rritorio de valles ondulados, sembrados de pastos in-terrumpidos por palmas de cumare, conchasdefierro, samanes, chicalás, tachuelos y guacamayos, los cuales arañan con sus ramas el rubicundo sol cuando éste se recuesta en la hamaca del horizonte por las tardes. Cercas hechas de ahumados y filas indias de rústico matarratón separan las fincas de las carreteras, secun-dados por los marañones rojos y los guamos.

Las vacas buscan los caños y las sombras de los uvos, para refrescarse. El verano de este primer trimestre del año es intenso. Los rayos solares hacen brillar las latas de los carros que avanzan tropezando en los baches

Hermoso CAGUÁN

PorFáber Cuervo

Economista egresado de la Universidad de Antioquia

“Nos dañamos mucho,no sólo con lo que hace sangre,con la guerra, sino con la palabra”.Adela Cortina

Se aguardaba con amplia expectativa en todos los sectores nacionales un

acuerdo entre las principales fuerzas en contienda,

inmersas en una prolongada guerra, absurda e injusta, la cual ha desangrado la

sociedad, ha despilfarrado recursos inmensos, ha

contaminado la selva, ha retrasado el desarrollo

humano, ha arruinado los sueños de cientos de miles

de personas.

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de la carretera nacional que de Florencia (capital del Caquetá) conduce hacia San Vicente del Caguán. El calor es tan inclemente que los soldados de los retenes dejan pasar sin requisar exhaustivamente. Pasamos de largo por los municipios de Paujil y el Doncello. Ama-necimos en Puerto Rico, último pueblo antes de llegar a San Vicente. Madrugamos, al día siguiente, a coger un camión lechero para que nos llevara a una finca ganadera cerca a Santa Rosa, un caserío a bordo del río Caguán. A las cuatro y media de la mañana, ya están abiertas las panaderías, las famas y la galería en Puerto Rico. En sus oscuras esquinas, los trabajadores de las fincas esperan sentados el paso de los camio-nes lecheros para abordarlos. Estos vehículos son el principal medio de transporte para ir a las veredas más apartadas, junto con el “mixto” o bus escalera que sale una sola vez en el día.

Apenas cruzamos el puente sobre el río Guayas, nos hizo detener el ejército para una requisa de con-trol. Los soldados revisaron los barriles que cargan la leche, también los equipajes de los trabajadores. Bus-caban gasolina, uno de los principales insumos para la producción de cocaína. Cuando la encuentran, so-licitan el permiso oficial con las cantidades permitidas para comprarla. Tuvimos que esperar a que dieran las cinco de la mañana para poder continuar el recorri-do. “Anteriormente, era la guerrilla la que no permitía circular antes de las 4:30 de la mañana. Ahora, es el ejército el que nos quita media hora más de libre tránsito. Parece que el ejército siguiera instrucciones de la guerrilla”, nos dice Dairo Sánchez, el conductor del camión, con una sonrisa socarrona.

Tomamos una trocha estrecha, que según Dairo, es mejor que la vía central pavimentada. Empieza a cla-rear en la bóveda celeste; los árboles semejan figuras de cartulina recortada, puestas sobre las cuencas y hoyas, que van apareciendo a la vera del camino. Los loros, los churuqueros y las garzas, empiezan a atra-vesar el firmamento en diferentes direcciones. Las nubes difusas emergen tímidas en las alturas, y unas rayas anaranjadas en el horizonte parecen un séquito que anuncia el ascenso de Febo. Súbitamente, apa-rece un pavimento; el camión se serena, ya no bam-bolea, pero esta sensación desaparece dos minutos después, al terminar el paso por el corregimiento de Lusitania, único lugar dotado de escuela e internado, en donde pueden estudiar los niños y adolescentes de las veredas circundantes.

El polvo entra como niebla a la carrocería. Los tra-bajadores se cubren el rostro con sus ponchos. Se van

apeando del camión para ingresar a sus lugares de trabajo. Dairo le pregunta a los pasajeros si les parece bien el valor del transporte. Los lecheros no cobran ni la mitad de lo que cobra el mixto. Dairo trabaja para una de las empresas que produce quesito en el Caquetá; recoge, diariamente, casi 2000 litros del líquido blanco en las fincas de ordeño que hay en-tre Puerto Rico y Santa Rosa. “Ahora, no hay quien compre toda la leche que se produce”, nos explica. “La Nestlé compraba todo, a mejor precio que las otras empresas. Nos perjudicaba porque en las fin-cas preferían venderle a ella. Pero Nestlé no es com-petencia para nosotros; ella produce leche en polvo y productos sofisticados”. Dicen que la Nestlé va a volver, le dijimos a Dairo, a lo cual contestó con la misma sonrisa debajo de un bigotillo negro: “Vuelve cuando pague la vacuna a la guerrilla”.

Dairo es un fornido caqueteño, alegre y suspicaz, hijo de padres caqueteños. Siempre ha trabajado en la venta de ganado o en el transporte de leche. De la guerrilla afirma que siempre ha estado y ha ejerci-do dominio sobre gran parte del Caquetá. “Mi papá que es anciano, me dice, hijo, toda mi vida conocí gente que murió en la guerrilla, pero también cono-cí otros tantos o más que entraban a ella. También vi muchos que se desmovilizaron, otros que fueron amnistiados, otros que traicionaron. Lo que está ocurriendo ahora es lo que ha pasado siempre”. Y los diálogos de paz durante el despeje… ¿sirvieron para algo? Quisimos saber su impresión sobre ese acontecimiento que el pasado 6 de enero cumplió 10 años de haberse inaugurado. “Sirvieron para de-mostrarle al país que ni la corrupción gubernamen-tal, ni la extorsión guerrillera estaban dispuestas a cambiar su estrategia. Aquí seguimos viviendo, tra-bajando en medio de esos dos yugos”, contestó.

8:00 a.m. Llegamos a la finca ganadera “Buenos Aires”. Allí no llega la energía eléctrica, ni el agua, ni el alcantarillado. Tampoco entra señal de celular, mucho menos hay Internet, ni se puede ver televi-sión. Qué mejor lugar para desintoxicarnos de las ondas electromagnéticas que almacenamos en la ciudad, para liberarnos del computador, para esca-par de las congestiones vehiculares y para descansar de la peor contaminación: las palabras dañinas de los grandes medios de comunicación.

La estadía en esta finca fue como retroceder 100 años en la “civilización”; un volver a como vivieron nuestros abuelos y bisabuelos, es decir, a cocinar en fogón de reverbero, a bañarnos con agua recogida

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de un caño, a convivir entre gallinas, cerdos, conejos y vacas. La casa es grande, techo de cinc, construida con tablones de carrecillo, la madera más fina que se produce en el Caquetá. Tiene cinco habitaciones, una de ellas, con colchones para los trabajadores permanentes.

Don Jaime Correa, propietario de la finca, es un antioqueño trabajador de sol a sol. Laboraba como volquetero en Medellín, pero se vino hace once años al Caquetá; un amigo lo convenció para que vendie-ra la volqueta y le comprara una pequeña tierra aquí. Solo, con esfuerzo, austeridad y disciplina, empezó a engordar ganado, a venderlo, a comprar otras fincas alrededor, hasta que completó una propiedad que le proporciona estabilidad económica. Hombre de prin-cipios católicos, solidario con la comunidad, con sen-tido social, es uno de los “fincarios” (así le dicen a los finqueros en el Caquetá) que más ofrece oportunida-des de trabajo y paga mejor en el sector. Allí vive con su esposa y sus hijas; allí aspira a cumplir su ciclo de vida porque “allá afuera no hay nada que hacer. Todo es difícil y caro. Todo está muy competido, es muy complicado encontrar algo en qué progresar. En cam-bio, por aquí todo está por hacer”, afirma.

Son sensatas sus palabras. En el interior del país nos atropellamos, ya no cabemos con nuestras des-confianzas, indolencias y fanatismos. Juzgamos per-manentemente, comemos prójimo de lo lindo, nos destruimos entre los propios hermanos colombia-nos. ¿Quiénes somos realmente los colombianos? ¿Por qué caracoleamos en un odio que nutre el rating de los canales privados? ¿Por qué somos in-capaces de constituir una comunidad?...¿COMUN – UNIDAD? Don Jaime cuenta que en la coopera-tiva de transporte donde trabajaba, para los barrios populares de Medellín, empezó a ser discriminado e intimidado porque no aceptaba la corrupción. “Me di cuenta que en las empresas, obligan al personal a ser corrupto. El que no entre en esa podredumbre, lo sacan…vivo o muerto”. “Llevo once años en esta tierra y no me han robado una vaca”, agrega.

El Caquetá ha sido estigmatizado desde perspec-tivas que se resumen en dos vocablos con fuertes significantes: “El Traqueteño” y “El Caguanistán”. Tra-queteño, se supone es el caqueteño que se enriquece con actividades del narcotráfico. Sin embargo, esta modalidad para salir de pobre (de las escasas que existen en Colombia) es practicada con mayor ahín-co por gentes de otras regiones, quienes, incluso, han ido hasta allí a monopolizarla. Caguanistán es una re-

ferencia a la zona de despeje de 42.000 kilómetros que el presidente Andrés Pastrana cedió a la guerrilla de las FARC, durante tres años (1999-2002), con el fin de adelantar una negociación política que con-dujera a la paz. Los medios de comunicación se han encargado de propalar una imagen supremamente negativa de este bello y laborioso departamento, al difundir solo noticias que tienen que ver con el con-flicto armado y social, y con el narcotráfico.

Tenemos una deplorable incapacidad para recono-cernos. Al costeño lo etiquetamos como perezoso; al pastuso como “atortolado”, al paisa como “avivato”, al bogotano como “agrio”, etc. Entre las familias y grupos urbanos, damos mayor relevancia a lo que nos divide que a lo que nos puede acercar. De ahí que seamos una estructura social “descomunizada”, o sea, sin comunidad. ¿Qué nos une a los colombianos? Es más fácil contestar a la pregunta ¿Qué nos desune a los colombianos? En Bolivia hay comunidad porque está viva la procedencia indígena con sus comunes prácticas, lo cual es un elemento cohesionador. En Brasil hay comunidad porque está latente el ancestro africano con sus macumbas y santerías. En Ecuador también existe comunidad porque hay dignidad en su pueblo, fuerte factor de unión. Los judíos tienen una práctica que los hace unidos y fuertes, y es que se ayudan entre ellos; cuando un judío se encuentra mal económicamente, los demás lo apoyan, lo hacen crecer, porque saben que quien subió, puede ayudar a cualquiera de ellos que caiga en desgracia.

Hermoso CAGUÁN

Apenas cruzamos el puente sobre el río Guayas, nos hizo detener el ejército para una requisa de control. Los soldados revisaron

los barriles que cargan la leche, también los equipajes de los

trabajadores. Buscaban gasolina, uno de los principales insumos para la producción de cocaína.

Cuando la encuentran, solicitan el permiso oficial con las cantidades

permitidas para comprarla.

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Entre nosotros, no valoramos siquiera las puertas que nos abrieron nuestros grandes artistas y científi-cos, los cuales enaltecieron el nombre de Colombia, contribuyeron a que seamos reconocidos en puntos lejanos. En Alemania, cuando un ciudadano empieza a ser reconocido por su crecimiento intelectual, ar-tístico o científico, sus compatriotas empiezan a po-nerle escaleras para que suba más porque represen-ta a Alemania. Empero, en Colombia, cuando algún ciudadano empieza a ascender en el reconocimiento público, muchos se le cuelgan de las ropas o le po-nen zancadillas para que se caiga de bruces y no se vuelva a parar. ¿Qué sería Alemania sin Goethe, sin Schiller, sin Rilke, sin Einstein? ¿Qué sería Colombia sin Gabriel García Márquez, sin Fernando Botero, sin Rodolfo Llinás, sin Emilio Yunis?

¿Por qué los colombianos negamos elementos verdaderamente significativos que nos puedan cohe-sionar? ¿Nos une el catolicismo? ¿La selección de fútbol? ¿La Seguridad Democrática? Las evidencias arrojan resultados de polarizacion o confrontación, en factores que, en teoría, deberían servir para juntar. Las morales discriminatorias, el entretenimiento de moda y la guerra instrumentalizada, nos hicieron más manipulables. Nos devoramos los unos a los otros, le caemos al que está sufriendo para rematarlo, en lugar de auxiliarlo. El caso más reciente fue el trato deso-bligante que recibieron los estafados y no estafados por las denominadas pirámides captadoras ilegales de dineros del público. Fueron acusados de ingenuos y ávidos de enriquecimiento fácil, millones de ciuda-danos que acudieron a empresas que tenían registro de impuestos, licencias y vigilancia uniformada otor-gadas por el Estado. ¿Por qué no confiar en dichas empresas si tenían el aval del Estado?

Sufrimos de orfandad de comunidad. Nos une más fácilmente una empresa comercial y captadora de di-nero, liderada por un joven ambicioso, inteligente y audaz, que el ideario de cualquier líder político, intelectual o religioso. La carencia de una identidad cultural, la orfandad de solidaridad, de familia (no consanguínea) y de propósitos colectivos, la ausencia de un norte claro para el país, la existencia colectiva al vaivén del libreto del conductismo mediático, han convertido a la sociedad en carne de cañón y presa fácil de cualquier propuesta oficial corrupta y utili-tarista, de las opciones armadas de todo pelambre y pedigrí, de la hipnosis especulativa ofrecida por una especie de “redentor de los pobres” o “democratiza-dor de dineros non sanctos”.

Es tal el drama social que padecemos, que una in-mensa “familia” aglutinada alrededor de las iniciales de una empresa, cree ciegamente en su presidente (de la empresa), clama por su liberación de la cárcel, y se moviliza por las carreteras para que vuelva a atender su desmantelado negocio. Un astuto hombre con una gran capacidad empresarial, que calcula rentabilidades millonarias en segundos, que es visionario y hambriento conquistador de mercados internacionales, logra (con un carisma que se lo quisiera cualquier político), per-suadir y UNIR a masas, alrededor de su idea de “fami-lia empresarial”. Quizás sea este individuo, quien haya logrado cohesionar a amplios sectores de la sociedad (de todas las clases sociales), superando los programas demagógicos que han pululado en Colombia.

4:50 a.m. El establo está iluminado por cuatro velas. Treinta y cinco vacas y veinticinco búfalas esperan el turno del ordeño. Un joven manea las vacas, otros tres se van sentando al lado de éstas, poniendo un balde debajo de las ubres. Don Jaime amarra los terneros a un poste, mientras recuerda a los ordeñadores: “déjen-le una teta al ternero”. El oleaje de las llamas salidas de las velas crea una escena dramática en claros y oscuros como en un lienzo de Goya. En el techo del cobertizo y en el piso plagado de boñiga, se proyectan las som-bras chinescas de los hombres descamisados con botas plásticas. Entre ellos está José Yagari, quien dice ser un indio embera katío, aunque tiene facciones y cabe-za de nukak maku; estatura baja, contextura sólida. Aprieta las ubres escalonadamente; primero con su mano derecha una, con la izquierda, inmediatamente después, otra. Los músculos de su espalda se inflan al vaivén del movimiento de sus dedos; los chorros sue-nan copiosos en el fondo del balde, es la melodía del nacimiento de la leche.

José Yagari no tiene mujer, ni familia, ni tierra, ni lengua nativa. Nada tiene. Es libre. Un indio profun-damente triste que anda detrás de una mestiza que vive a 40 minutos de la finca, a pie. “Yo no quiero india”, contesta cuando le dicen que indio busca in-dia. Yagari consigue leña, roza maleza, aparta gana-do, pone cercas, tumba monte y ordeña a la luz de las velas. Los fines de semana se va a alguna vereda; se entretiene con alguna amistad, bebe, se pone afec-tuoso, saca a bailar a mujeres que en sano juicio las ve inalcanzables. No le interesa tener ningún bien, gasta más de lo que gana. José es caqueteño, lo obli-garon a abandonar a sus hermanos indígenas siendo niño; poco sabe de sus orígenes étnicos.

Observo en la penumbra del establo la silueta del in-

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dio entre las búfalas. Al cabo de los tiempos, vuelven a unirse en otras praderas, indio y búfalo como en la moneda que imprimieron por orden de un general en los Estados Unidos. Por una cara aparecía un indio muerto, en la otra, un búfalo, también muerto. La historia se repite en distintos tiempos y espacios, con otra esencia. Indio y búfalo viven idénticas circuns-tancias de desarraigo y sumisión. Cuando José Yagari se emborracha debe ver en sus fantasías las huidas de sus antepasados que no querían ser presa de los mas-tines de los españoles. José habla solo cuando bebe, su rostro cambia súbitamente de la melancolía a la alegría y viceversa. Como el péndulo de un reloj que dubita en dos extremos.

8:00 a.m. Llega el camión lechero al establo. Los ordeñadores suben cinco “timbos” o tinas que con-tienen 200 litros de leche. El ayudante del lechero vacia el blanco líquido en los barriles amarrados con lazos a la carrocería. Algunos están llenos con la leche que vienen recogiendo desde Santa Rosa. Se ve, tam-bién, en ellos los sudores del esfuerzo y trabajo man-comunado de las fincas. Partimos del establo hacia la casa con una tina de 40 litros que en un proceso de cinco horas, don Jaime convertirá en quesito. Desa-yunamos con carne de “yulo” o chiguiro, un roedor gigante apetecido en esta región.

9:30 a.m. Salimos a caballo a recorrer los potreros. Voy con don Jaime y Mario Muños, otro trabajador. Atravesamos llanos, montículos, lagunillas, pantanos, hondonadas y rastrojeras. Separamos las búfalas de los machos; luego, hacemos curación a un ternero infesta-do por nuches. Don Jaime recoge el alambre caído de una larga cerca. Un par de buitres graznan entre unos arbustos; me acerco, despegan con sus alas gigantes, negras con una pinta central blanca. Mario se va a cerrar portillos de otros potreros. Busco la sombra de un carambolo, refresco la boca con sus frutos. El si-lencio seráfico del medio día en estas tierras caque-teñas contagia una dulce apacibilidad. El cielo es azul lechoso y aparenta una inmovilidad yerta.

Regresa Mario. —¿Mucho calor? –me pregunta.—Mucho silencio, ¿siempre es así? –le respondo.—No. Ahora está calmado. Pero, en cualquier

momento pasa “la marrana” con helicópteros de-trás, a echar bombas…

—¿“La marrana”?—Así le dicen por aquí. Es un avión feo que hace

mucho ruido cuando bombardea. Se siente la ploma-

cera más horrible, el aire entra temblando en los pul-mones y nos pone los pelos de punta…

La cordillera oriental se levanta inocente en el ho-rizonte. Imagino los impactos en su regazo y entrañas. Me parece verla tejiendo su venganza natural.

Mario es un muchacho que teme que lo recluten. De un lado o del otro. Vestir cualquier uniforme, para él es lo mismo, porque lo único que desea es trabajar para conseguirse un carro, manejarlo, hacerlo produ-cir y mejorar su nivel de vida. Vive con una joven que ayuda en los oficios domésticos de la casa. Trabaja con mucha dedicación; no se mete con nadie, es noble con sus compañeros de trabajo y con sus amistades. Espera cada domingo con ansiedad para ponerse los tenis e irse a jugar un partido de microfútbol en la ve-reda El Jordán. Después vienen unas cuantas cervezas y los comentarios sobre las faenas de la semana.

12:30 p.m. Almuerzo con sopa de verduras, arroz, carne de res, tajadas de maduro y masato (bebida de harina de trigo, cáscaras de naranja y trozos de piña).

2:00 p.m. Salimos a buscar una enorme búfala en-ferma que dejamos rezagada en un potrero. La trae-mos al corral; aquí, don Jaime le clava una aguja como una banderilla en una vena para suministrarle suero, vitaminas y droga contra los parásitos. El cuerpo de la búfala no es rectangular como el de la vaca; pero su cabeza es igual con la diferencia de los cuernos. En la búfala, éstos parecen unas pinzas de cangrejo puestas sobre su cabeza. Sin embargo, son mansas; se le acari-cia su lomo un poco y se dejan montar.

6:00 p.m. Tamal caqueteño en hojas de “vijao”. Sin masa, con arroz, arveja, trocitos de carne y papa. Aguadepanela con leche de sobremesa.

7:00 p.m. Encendemos velas en las habitaciones.8:00 p.m. Acostada.Aquella noche soñé con una búfala blanca que lle-

gó a la finca de don Jaime, procedente de las tierras de las tribus Sioux, en los Estados Unidos. Descen-diente de los bisontes americanos, cazados hasta casi su extinción por los anglosajones en el siglo XVIII. Don Jaime no fue capaz de ordeñarla, dijo “es como una diosa”. José se encariñó de ella, le daba melaza, le picaba imperial, la mimaba. La montaba y salía a pasear por los potreros. Un indio desplazado sobre un bovino igualmente desplazado. Un indio sobre-viviente de una cacería sin cuartel durante la con-quista, amistado con un animal que era salvaje y fue domesticado para aprovecharle la carne. Ambos se unían ahora para enfrentar la hambruna producida

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por el auge de los biocombustibles. Huyeron de allí al profundo Sur, atendiendo el llamado de la selva, como en el texto de Jack London.

La finca de don Alberto Zuleta, un indígena em-bera katío proveniente del Chocó, está a media hora de camino de “Buenos Aires”. Vive allí con su mujer y sus hijos solteros, en casas de madera elevadas so-bre estacones. El anciano indígena está preocupado porque el verano camina fuerte, los caños se están secando, los pastos se están quemando. “Estaba lim-piando unos bebederos del ganado, pero el agua ya está muy escasa”, nos dice al llegar a su casa. Sin es-perar preguntas, nos suelta una imprecación contra los errores humanos: “El mundo está loco; unas gen-tes van para afuera, otros vienen para adentro; no saben lo que están buscando. Dios nos mandó a un mundo completo, pero el hombre lo ha desordenado y destruido. Los climas se volvieron extremos, llueve demasiado o hace sol sin descanso”.

—Nos dijeron que usted es Embera de una región de Antioquia…

—Yo no. Mi padre estudió en la comunidad de Cris-tianía, solo un tiempo, porque el vivía en el Chocó.

—¿Cuál es el segundo apellido de su padre?—Tascón…(se ríen los hijos que están alrededor)—En Cristianía hay muchos Tascón (más risas) ¿Y

cómo fue que llegaron al Caquetá?—Mi padre se vino recorriendo departamentos,

anduvo mucho, hasta que logró hacerse a esta tie-rra que yo heredé

—¿Hace mucho?—Yo vivo aquí hace 22 años. Primero estuve en

San VicenteMario pide al hijo mayor de don Alberto que le haga

un “perrero”. En 15 minutos lo hace de una madera que parece piel de tigre. Don Alberto sigue hablando como un chamán, con el don de la palabra que otorga la experiencia y la reflexión. Lleva un machete al cin-to, calza botas plásticas, su piel oscura revela muchos soles encima. Yolanda, una de las hijas de don Alber-to, nos trae avena. Sus facciones son como las de una hermosa tailandesa. Ríe con frecuencia mostrando su dentadura perfecta. Nos cuenta que entienden algo cuando sus padres hablan el idioma nativo, pero que ninguno de los hijos sabe hablarlo.

El Caquetá es un departamento joven, fruto de mi-graciones de familias, principalmente, vallunas, hui-lenses, tolimenses, caucanas y antioqueñas. Muchas de estas familias huían de la violencia bipartidista de mediados del siglo XX; otras venían atraídas por la po-sibilidad de mejorar sus condiciones económicas. El indio que habitaba allí prefirió arrinconarse en la es-pesura, antes que resistir el avance de los colonos. Así, la exuberante naturaleza de la puerta de la Amazonia se fue convirtiendo en fincas de ganado. Aún se sigue tumbando para la ganadería extensiva.

Los colonos encontraron allí tierras baldías, planas, con madera y agua abundantes, apropiada para sem-brar maíz y pastos y donde criar ganado. Como fuente de vida para muchos colombianos, el Caquetá también fue víctima de la tala indiscriminada e irresponsable de los bosques que afectó otras regiones colonizadas como los valles del río Magdalena, los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, el altiplano cundiboya-cense y otras. Es incalculable el número de hectáreas de bosques que los colombianos hemos arrasado des-de las oleadas colonizadoras del siglo XIX. Los indí-genas y afrodescendientes han sido los grupos étnicos que han logrado armonizar con la naturaleza y conser-varla en un estado primario. Por eso se han vuelto la población más atacada por los modernos y codiciosos empresarios de la tierra, entre ellos los palmicultores, los productores de biocombustibles.

Empero, la naturaleza sigue siendo generosa con el Caquetá. A pesar de tantos potreros y presencia de desertificación, el agua fluye limpia entre su gran pro-fusión de ríos. En uno de ellos, el Caguán, pudimos

De la guerrilla afirma que siempre ha estado y ha ejercido

dominio sobre gran parte del Caquetá. “Mi papá que es

anciano, me dice, hijo, toda mi vida conocí gente que murió en la guerrilla, pero también

conocí otros tantos o más que entraban a ella. También vi

muchos que se desmovilizaron, otros que fueron amnistiados, otros que traicionaron. Lo que

está ocurriendo ahora es lo que ha pasado siempre”

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bañarnos y hasta coger pescado con las manos. En su ancho caudal, los pescadores atrapan bocachicos, chontaduros, bagres, sardinatas, dentones, pintadillos, cuchas, botellos, barbudos y jachos. A su paso por el caserío Santa Rosa, el Caguán forma islotes de arena en su centro. En uno de ellos jugamos un partido de fútbol, con un grupo de familias de la zona. Allí cono-cí a Nilson Vargas, un hombre que capa marranos y becerros, asiste partos de vaca, hace techos, cercas y corrales, cura personas y animales con los rezos. Tiene un don especial del cual dan testimonio los trabajado-res de las fincas. Don Jaime le tiene una gran fe, pues le ha curado ganado con dicha práctica. En esta región se cree más en el poder sanador de los que “rezan” que en los mismos médicos de los hospitales, cuando alguien es mordido por una culebra. Renuncian a ir a urgencias, para buscar al rezandero y encomendarle al enfermo. Es que las serpientes de esta región no dan tiempo a hacer fila. Una picadura de una rabodeaji o de una X24 es mortal. Tampoco perdonan la pelode-gato, la canangucha y el berrugoso.

Por Santa Rosa pasa el “deslizador” que transporta pasajeros, a través del río Caguán, a otras poblaciones ribereñas como Cartagena del Chairá, Tres Esquinas, Betania y San Vicente. Debajo de unos ceibos y car-bones, en una margen del río, armamos un fogón de leña para hacer un sancocho de gallina. Tal vez fue en los prados de allí cerca donde me invadieron los “aradores”, unos insectos diminutos que se entierran en la piel y escarban más que una nigua. El paisaje alrededor es hermoso; las heliconias rojas salpican las orillas barrancudas del Caguán. Las garzas, en banda-das sincronizadas, recorren a baja altura, el río. Una playa larga rebota los rayos incandescentes del sol ca-nicular, como si jugara ping pong con el astro rey. En una conversación, los trabajadores cuentan la leyenda de una boa gigante que vive en la parte más profunda del río, en el charco grande de Los Hincapié. Dicen que está obesa de comer tantos terneros…

El sacerdote Ricardo Tovar del Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán lleva 14 años recorrien-do el Caquetá. Su labor consiste en llevar la voz de la Iglesia Católica a los municipios, corregimientos, inspecciones y veredas más apartadas del departa-mento. Ha convivido con el conflicto armado y so-cial, tratando de amainar los excesos de las fuerzas en choque, en especial, en el trato a la población civil. Con él viajamos por las carreteras destapadas que unen los caseríos de la región de El Caguán en el nororiente del departamento. Explicó que estas vías

las abrió la guerrilla con la colaboración de la comu-nidad, al igual que ordenó la pavimentación de las calles de San Vicente durante los diálogos de paz.

Pasamos por tres retenes del ejército antes de arri-bar a San Vicente. El barrio La Pradera, uno de los más nuevos, da inicio al municipio con sus casas he-chas con los materiales más económicos en la industria constructora. Va apareciendo la “zona rosa”, los tem-plos pentecostales y de los Testigos de Jehová, la ga-lería, las famas, casas más elaboradas, farmacias bien montadas, centros médicos. El centro de este munici-pio es el parque Los Fundadores, famoso por la “silla vacía”, que dejó Manuel Marulanda, líder de las FARC, al no asistir a la instalación de la Mesa de Diálogo con el presidente Andrés Pastrana. Todavía se especula, se manipula y se encienden los ánimos en Colombia por este acontecimiento anodino. Como es usual, la farán-dula y los chismes han primado sobre “lo fundamen-tal”, como diría el político conservador Álvaro Gómez Hurtado. Las sedes de la alcaldía, el cuartel de policía, oficinas públicas, rodean el marco de la plaza, donde se encuentra una hacha gigante sobre un tronco grue-so de un hobo, como homenaje a la colonización y su asociada deforestación de las selvas del Caquetá.

Hace diez años despuntó en las calles y parajes naturales de este municipio una esperanza de paz para los colombianos, cuando se iniciaron unos diá-

Hermoso CAGUÁN

Tenemos una deplorable incapacidad para reconocernos. Al costeño lo etiquetamos como

perezoso; al pastuso como “atortolado”, al paisa como

“avivato”, al bogotano como “agrio”, etc. Entre las familias

y grupos urbanos, damos mayor relevancia a lo que nos divide que

a lo que nos puede acercar. De ahí que seamos una estructura

social “descomunizada”, o sea, sin comunidad. ¿Qué nos une a los colombianos? Es más fácil

contestar a la pregunta ¿Qué nos desune a los colombianos?

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logos de negociación política entre los dirigentes del Estado y los de la insurgencia. Fue un hito en la his-toria de nuestro país, pues se consideraba la posi-bilidad de darle un norte a nuestra estructura social “desnortada” y “descomunizada”, un nuevo rumbo donde todos pudiéramos mejorar desde la conquista de la reconciliación. Se aguardaba con amplia expec-tativa en todos los sectores nacionales un acuerdo entre las principales fuerzas en contienda, inmersas en una prolongada guerra, absurda e injusta, la cual ha desangrado la sociedad, ha despilfarrado recursos inmensos, ha contaminado la selva, ha retrasado el desarrollo humano, ha arruinado los sueños de cien-tos de miles de personas. Se anhelaba, siquiera un mínimo convenio, que pudiera ser el embrión para empezar un país con una mentalidad distinta a la de la perpetua autodefensa y la prosperidad egoísta.

No obstante, ese ansiado acuerdo para construir juntos la paz, merced al avance de la justicia social, que requería ajustes estructurales, quedó truncado en febrero de 2002, cuando el gobierno dio por termina-do el proceso de negociación. Los medios de comu-nicación titularon en sus histriónicos noticieros y pági-nas: “Por culpa de la guerrilla se frustra la paz”, “Perdió la guerrilla una oportunidad histórica”, “La guerrilla se burló de la generosidad del presidente”, etc. Parecía más un parte de victoria de aquellos sectores que se opusieron siempre a este proceso, que a una interpre-tación seria de las consecuencias que aquella ruptura podría tener. Los medios ocultaban una gran verdad: perdimos todos los colombianos.

El fracaso de los diálogos del Caguán no sólo fue un fracaso de la guerrilla, sino del Estado y de la so-ciedad. Perdió la insurgencia porque continuó en la marginalidad, exponiendo a sus hombres y mujeres a nuevos y más duros sacrificios en un desigual enfren-tamiento contra el Estado. Perdió el Estado porque debió proseguir un desgaste en la lucha antiguerrille-ra, desviando enormes recursos y hombres a la gue-rra, en lugar de invertir en la construcción de hospita-les, escuelas, universidades, vías públicas, protección al medio ambiente, etc. Perdió la sociedad en su conjunto porque continuó expuesta a los impactos nocivos de la guerra en los indicadores sociales, eco-nómicos, humanos y de mortalidad. También perdió la naturaleza, porque ella recibe los residuos de la pólvora y elementos peligrosos de las municiones y los venenos contra los cultivos de coca, lo cual con-tamina las aguas, afecta la vida de la flora y la fauna.

El parque de Los Transportadores tiene más vida

que el de Los Fundadores, en San Vicente. Allí cua-dran los taxis que llevan a Puerto Rico, Doncello, Paujil y Florencia. Circulan también los vendedores ambu-lantes que ofrecen sombreros, correas, relojes, bolsos, cachivaches, fritangas. Provienen de diversas regiones del país, los mismos que no tienen oportunidades en sus propias tierras. Es un auténtico mercado persa, al cual llegan constantemente los compradores y viajeros que se apean de los buses urbanos que vienen de los montículos periféricos de la ciudad. Las cuadras de su contorno están compuestas de viviendas, la sede del cuerpo de bomberos y comercios bien establecidos. Unidades del ejército, con cascos de combate, patru-llan en los alrededores.

Un par de niños se lanzan desde el puente colgante en madera al río Caguán. En una de sus orillas unas mujeres lavan ropa, mientras sus hijas se zambullen a las carcajadas. Una playa color hueso rompe el curso del río en la orilla opuesta. Al otro lado del puente se conecta con la vía que lleva a Los Pozos y a La Y, lugares donde se escenificaron los diálogos de paz. Al iniciar el camino, se encuentran talleres de mecánica, ventas de repuestos, queseras, panaderías. La carrete-ra se va estrechando, empieza a aparecer la zona rural con fincas ganaderas y lecheras.

Una de las actividades desarrolladas durante el despeje fueron las audiencias públicas, una especie de foros transmitidos por el canal de televisión esta-tal, los cuales mostraban las intervenciones de los gre-mios económicos y organizaciones nacionales. Allí se escuchó la voz plural de cientos de personas de dife-rente color de piel, credo político y religioso, condi-ción sexual, capacidad y vocación económica. En esas audiencias desfiló un país de regiones, diversas pro-blemáticas, inequidades y necesidades. Nos pudimos reconocer como distintas naciones dentro de una “na-ción inexistente”, comunidades afro descendientes, nativas, campesinas, obreras, artesanales, artísticas, académicas, científicas, etc. Fue de las cosas buenas que nos legó ese proceso.

En la televisión aparecieron también guerrilleros y guerrilleras de carne y hueso, procedentes de todas las regiones, con diversas profesiones, como labrie-gos, sacerdotes, enfermeras, exobreros, exuniversi-tarios y titulados, exgerentes de empresas comer-ciales y bancarias, bodegueros, etc. Exponían con entusiasmo su esperanza en la paz, la posibilidad de cambiar la guerra por una pacífica construcción de un país incluyente. También se veían niños con camuflados que aún no entendían por qué estaban

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allí. Era como una familia que asistía a un convite; se enorgullecía de vestir un uniforme que la identi-ficaba como “Ejército del Pueblo”. Estrenaban en su debut ante la opinión mundial.

Entre esos guerriller@s estaba Zenaida Rueda o “Miryan”, una bella mujer de cabellera larga. Lle-vaba para ese momento ocho años de militancia en las FARC; había alcanzado la labor de cuidar a jefes de frente; posteriormente sería encargada de vigilar a los “prisioneros de guerra”. Miryan, no sabía ab-solutamente nada de su familia. Tampoco supo que poco después de rotos los diálogos entre el gobierno y la insurgencia, un hermano suyo se enrolaría como soldado profesional en el ejército. Es probable que hermana y hermano hayan estado a punto de una confrontación a muerte, sin que ninguno de los dos lo supiera. De lo que está segura Miryan, hoy desmo-vilizada, es que ella nunca instaló una mina antiper-sona, una de las cuales robó una pierna a su hermano cuando cumplía labores de inteligencia. Miryan, se fugó con uno de los “retenidos” que cuidaba al cum-plir 18 años de militancia. Sentía el llamado de sus dos hijos, de 5 y 18 años, de los cuales nada había vuelto a saber. Estaba cansada de una labor que no la gratificaba ni como mujer ni como guerrillera.

Este acontecimiento, es una pequeña muestra de lo injusta que es la guerra interna. Dos hermanos (hombre y mujer), combaten en bandos contrarios, y ni siquiera saben que están apuntando a su propio ser querido, a su propia sangre y origen compartido. Cualquiera de ellos pudo ser Caín, cualquiera Abel. Por eso, no es justo que siga esta masacre a cuenta gotas en el territorio colombiano, a cambio de nada. El conflicto doméstico se estancó en una masacre per-manente; los resultados de ambos bandos se miden según los cuerpos de los “hermanos” dados de baja en combate. Los hijos de Colombia más necesitados, cuyas manos están untadas de tierra, son los que sa-crifican sus vidas en torno a ideales de dos fuerzas que no prosperan en nada. No se ve ni eficacia en las responsabilidades del Estado para con la sociedad en su conjunto, ni conquistas favorables a la población marginada, por parte de la insurgencia.

Otro acontecimiento que revela lo absurda que es la contienda en nuestro país, nos lo narró el pa-dre Tovar. Cuando era párroco en Campo Hermoso, un corregimiento de San Vicente, salió una maña-na a hacer uno de sus recorridos. Escuchó ruidos estrepitosos en el firmamento y vio cruzar el avión bombardero (“La marrana”) seguido de una flotilla

de helicópteros. Muy pronto sintió el estruendo de los ametrallamientos y lanzamiento de bombas muy cerca. El sacerdote salió de allí un viernes y regre-só el lunes siguiente por la tarde. Al aproximarse a Campo Hermoso vio las mismas naves que seguían bombardeando el lugar. Cuando ya no se escucha-ron los ruidos de los aviones el día martes, el padre salió de la casa cural y preguntó a unos niños que venían de la parte bombardeada:

—Hola ¿Qué pasó? ¿Muchas victimas?—Si padre –respondió uno de los pequeños—¿Muertos?—Tres vacas, padrePodemos preguntarnos, ¿todo ese despliegue mili-

tar para obtener como balance final tres vacas dadas de baja en combate? ¿No es absurdo todo ese de-rroche en munición, gasolina, para obtener ese re-sultado? ¿Cuánta energía humana utilizada para dar de baja a tres semovientes? Peor aun, si esa energía es utilizada para cegar para siempre la energía de otras personas que podrían ser útiles a la sociedad o a ellos mismos. ¿Cuánta inversión educativa se pudo hacer con el material usado para ultimar tres vacas? ¿Es así como se usa la mayor parte de los impuestos

Hermoso CAGUÁN

La carencia de una identidad cultural, la orfandad de solidaridad,

de familia (no consanguínea) y de propósitos colectivos, la ausencia

de un norte claro para el país, la existencia colectiva al vaivén del

libreto del conductismo mediático, han convertido a la sociedad en carne de cañón y presa fácil de

cualquier propuesta oficial corrupta y utilitarista, de las opciones

armadas de todo pelambre y pedigrí, de la hipnosis especulativa ofrecida

por una especie de “redentor de los pobres” o “democratizador de

dineros non sanctos”.

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de los colombianos? ¿Es esa la ayuda norteamerica-na a la paz de Colombia?

Don Jaime Ordóñez, un zapatero y locutor, habi-tante de San Vicente, expresa que “los tres años de despeje fueron utilizados por los políticos para darse pantalla y decir lo mismo de siempre; mientras que la guerrilla no fue capaz de demostrarle al país que esta-ba preparada para gobernar”. A la pregunta de qué le dejaron los diálogos a San Vicente, responde que, de parte del gobierno, una sede de El Sena (talleres de capacitación en oficios varios), y de parte de la guerri-lla, la pavimentación de las calles, pero con recursos de la comunidad, aclara. “Por San Vicente desfilaron cantidad de personajes famosos, del aeropuerto a Los Pozos, de los Pozos al aeropuerto. Pero nosotros sus habitantes apenas veíamos ese despliegue de aviones y helicópteros, periodistas y cámaras. San Vicente no se beneficio de eso. Ni gobierno ni guerrilla empren-dieron las obras que necesitaba el pueblo san vicentu-no. Fueron tres años en que San Vicente estuvo en la televisión mundial, pero seguíamos siendo el mismo pueblo sin vías aptas, sin buenos servicios públicos, sin un hospital con calidad, sin oportunidades de forma-ción y empleo para los muchachos”.

Don Jaime se hizo muy popular durante aquel pro-ceso de paz, porque fundó un programa de radio que se llamó “La Cisterna”, una parodia de “La Luciérna-ga”, programa de una cadena nacional. Se emitía por “Voces del Caguán”, la emisora del Vicariato Apos-tólico de San Vicente. A “La Cisterna” llamaban los sanvicentunos para expresar cualquier sentimiento o idea en torno al devenir del municipio y a los diálo-gos de paz. El grupo de siete personas que conforma-ban “La Cisterna”, entre músicos, humoristas y libre-tistas, imitaban las voces del presidente Pastrana, de Manuel Marulanda, de los voceros de ambas fuerzas en la mesa. Nadie escapó a la crítica constructiva del programa, no faltaron los roces con el alcalde y algu-nos funcionarios de San Vicente, por las críticas con-tra la corrupción local. El programa gustó a Capuletos y Montescos, hasta algunos miembros de la guerrilla llamaban para expresar su complacencia.

A pesar de la acogida que tuvo aquel programa radial, apenas se rompieron las negociaciones entre Estado e insurgencia, don Jaime debió huir con su es-posa e hijos para proteger su integridad. “La Cisterna” fue sacada del aire. Casi medio pueblo debió salir de la zona, unos para evitar las retaliaciones del ejército, otros para escapar a los “juicios revolucionarios” de la guerrilla. “San Vicente quedó muerto. El comercio

se vino abajo; nos invadió un clima de desconfianza. Aumentó la presencia militar. Ocurrieron asesinatos selectivos, colocaron una bomba a la alcaldía; había zozobra”, refiere don Jaime acerca de ese momento.

La familia Ordóñez regresó a San Vicente en el año 2004, tras dos años de desplazamiento. Dos de sus hijos se quedaron estudiando en otras ciudades. Aun-que don Jaime y su esposa son huilenses, su epicen-tro para encontrar la subsistencia ha sido el Caquetá. Don Jaime ha ejercido diversos oficios en el Valle del Cauca, en el Huila, en Cundinamarca. Ha “volteado” la vida, le ha buscado por muchos lados; sin embar-go, ha sido el Caquetá donde ha echado raíces. “San Vicente se hizo famoso mundialmente, pero queda-mos estigmatizados como un pueblo subversivo. De-cir uno allá afuera (en el interior del país) que es de San Vicente es como decir que uno es guerrillero. Yo fui a hacer un curso de marroquinería en el Sena de Calatrava (Itagüi.- Antioquia) y los compañeros del resto del país me aislaron. Sólo uno de ellos se me pegó a hacerse mi amigo, pero descubrí que era un ‘paraco’ que quería saber si yo era de la guerrilla”.

En el año 2006, como consecuencia del agrava-miento del conflicto armado, con el “Plan Colombia” a todo vapor, la guerrilla decretó un paro armado en el Caquetá, por tres meses. Esto provocó que no entraran ni salieran vehículos ni alimentos, ni com-bustibles. La situación se hizo insostenible para la población atenazada en los pueblos y veredas. “Para no aguantar hambre, tuvimos que hacer ollas comu-nitarias, intercambiar lo poco que teníamos con lo que nos faltaba. En el municipio repartieron reme-sas, pero hubo personas que las acapararon. Fue muy duro”, explica don Jaime y agrega: “Nos indignó ese paro, ¿Cómo la guerrilla nos hacía eso, después de que el pueblo de San Vicente los acompañó durante tres años en un proceso de paz? Apenas terminó el paro hubo un foro en el parque Los Fundadores, yo tomé el micrófono para hablar”.

“Conté una fábula que caía como anillo al dedo a la situación que acabábamos de padecer. El ra-tón que pidió ayuda a la gallina, al conejo y a la vaca. Érase un ratón que supo que le habían puesto una trampa en la casa donde vivía. Salió de allí a consultar qué podía hacer para salvarse de aquella persecución. Tanto la gallina, como el conejo y la vaca, le manifestaron que ellos no vivían dentro de esa casa, por lo tanto no era su problema, que se las arreglara como pudiera. Esa medianoche sonó la trampa ¡TASSS¡ Se levantó la señora exclamando

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¡cayó el ratón¡ Tanteó la trampa entre la oscuridad y fue a dar al piso mordida por una serpiente que había quedado atrapada. El grito de la señora hizo despertar a su marido que la llevó al médico in-mediatamente. Este la vio muy débil y recomendó darle un buen caldo de sustancia. El señor hizo ma-tar a la gallina, pero el caldo de esta ave no la ali-vió. Entonces la llevó de nuevo; esta vez, el médico le mandó a comer una apetecible carne blanca. A lo cual el señor hizo matar al conejo. Pero la señora siguió enferma. El médico le recetó abundante car-ne roja, a lo cual el señor hizo sacrificar a la vaca. Moraleja: Nos debemos ayudar, no ser indiferentes con el dolor ajeno”.

Al parecer, esta fábula no le gustó a la insurgencia, pues pocos días después le llegó una intimidación a don Jaime, quien nuevamente debió desplazarse. No obstante, su tozudez volvió a traerlo a su tierra de adopción, donde levanta una casa con los aportes económicos que hacen tres de sus hijos, graduados con múltiples dificultades. Familias como la Ordóñez, son las que dicen defender, tanto el Estado como la guerrilla. Como si fuera poco, el ejército demoró en expedir la libreta de uno de sus hijos por el hecho de ser san vicentuno. Don Jaime debió formular un de-recho de petición para que aquel la obtuviera, pues no salió apto para el servicio militar. En un foro con la presencia de altos mandos militares en San Vicente, un capitán preguntó al público, ¿Por qué los sanvi-centunos se van para la guerrilla? Don Jaime tomó el micrófono y le contestó: “Eso no es así capitán. Uste-des están construyendo una discoteca, un centro de promoción, un edificio de oficinas…yo le pregunto, ¿Por qué solo contratan muchachos del Huila para esas obras? ¿Por qué no ocupan a los muchachos de San Vicente? Entonces, viene la guerrilla, les ofrece $600.000 mensuales a estos jóvenes y ellos se van. Es que no tienen más opción”.

Don Jaime considera que la solución al conflicto en San Vicente es la inversión social, en especial la educa-ción. “Aquí el Estado sólo se manifiesta con ‘meteoros’ (fuerzas especiales del ejército) y bases militares. San Vicente sigue siendo lo mismo de hace 20 años, antes ha empeorado la situación porque a las restricciones que había impuesto la guerrilla, ahora se suman las del ejército y la policía. Ya no podemos entrar a algunas fincas a las cuales íbamos a pescar, a recrearnos, a bus-car la subsistencia. El desarrollo es escaso, los jóvenes deben salir a prepararse afuera, muy lejos y costoso”.

Mientras se hablaba de paz en San Vicente del Ca-

guán, tanto la insurgencia de las FARC, como el go-bierno colombiano, se preparaban para proseguir la guerra, con mayor intensidad. Ambos bandos sentían desconfianza hacia el otro. Las FARC por el genocidio contra la naciente organización UP (Unión Patriótica) cometido por el terrorismo de Estado, lo cual abortó la opción de que la guerrilla se convirtiera en fuerza polí-tica legal, mediante acuerdo firmado con el presidente Belisario Betancourt en 1984. El asesinato de 2 de sus candidatos presidenciales, Jaime Pardo Leal y Bernar-do Jaramillo Ossa, y de más de 4.000 militantes, con-firmaron que Colombia no estaba preparada para una apertura democrática. Al igual que con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, se evidenció una intole-rancia hacia el surgimiento de una tercera fuerza polí-tica distinta a los partidos tradicionales. El gobierno, a su vez, desconfiaba de su contraparte porque percibía un arrogante triunfalismo militar en las FARC, además de la agenda inamovible del grupo insurgente.

Ambos bandos sabían que era difícil llegar a un acuerdo político que pusiera fin a casi 40 años de conflicto. Jugaban a vender una ilusión de paz para los colombianos. Ambos utilizaban al contrario como un necesario que otorga estatus y fortaleza a sí mismo. Pastrana utilizó a las FARC para ganarse la presidencia, con una demagógica promesa en cam-paña de obtener la paz en una mesa de diálogo. La guerrilla consideraba que si logró hacer sentar a un presidente a dialogar, fue gracias a sus últimas vic-torias resonantes y la toma de cientos de prisione-ros de guerra. La estrategia militarista estaba dando sus frutos, por tanto había que refinarla en tiempos de armisticio. El gobierno de Pastrana se daba una tregua para tantear qué querían y qué se podía ne-gociar con los insurgentes, pero en el fondo no pen-saba ceder sustancialmente en los 10 puntos de la agenda de las FARC. La guerrilla aprovechó la zona de despeje para ufanarse de su poderío militar, des-preciando la política, es decir, la oportunidad de ex-plicar una propuesta coherente y viable que seduje-ra a la sociedad, demostrando que estaba preparada para gobernar. El gobierno la aprovechó para tratar de desmovilizar a la guerrilla, sin comprometerse con ningún cambio en las estructuras socioeconó-micas inequitativas.

Diálogo de sordos. Ambas fuerzas se estudia-ban y calculaban sus próximos pasos para fortale-cer posiciones ideológicas y de poder. La sociedad quedaba relegada como convidada de piedra. Pas-trana, comunicador de profesión, hacia creer a la

Hermoso CAGUÁN

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opinión pública que estaba cumpliendo su “prome-sa de paz”. Mientras tanto, la dirigencia insurgente “medía el aceite al establecimiento”. Pastrana ya tenía pactado un Plan Colombia (presidente Clin-ton), redactado y financiado por los EEUU, el cual permitía incorporar mayor tecnología y poder des-tructivo al conflicto interno. Allí arrancó un crimen contra la biodiversidad que involucra vastas selvas del sur del país, las fumigaciones aéreas, la incursión de modernos equipos de monitoreo, vigilancia es-pacial satelital, aviones espías no tripulados, armas de destrucción masiva como bombas racimo, etc. Colombia se convirtió en el laboratorio de guerra más importante del planeta, con la justificación de la lucha antidroga, que luego la administración Bush convirtió en lucha “antiterrorista”.

Las FARC estaban en su máximo crecimiento en número de hombres y en poder económico y mili-tar. Esto suscitó la atención de los medios de prensa internacionales, de organizaciones de otros países, de opinión pública planetaria, de gobiernos y de Wall Street. Unos magnates de la bolsa de Nueva York arribaron al Caguán, atraídos por los dólares de la insurgencia. Esta insólita visita generó diversas interpretaciones, una de ellas, decía que las FARC, en una visión pragmática y realista de las dificulta-des del proyecto revolucionario, estaban pensando en invertir en los mercados bursátiles de la capital

financiera del mundo. Pero, lo más probable es que esos magnates eran una primera avanzada disimula-da del Plan Colombia, con el propósito de arreba-tarle recursos a la guerrilla, para minarles su capaci-dad de fortalecimiento.

Durante los diálogos surgió una propuesta por parte del gobierno de Irán, el cual financiaría en su totalidad una planta frigorífica en San Vicente, pro-yecto altamente benéfico para los ganaderos; pero el gobierno de EEUU se opuso con el argumento de que no era posible aceptar proyectos de “países terroristas”. El gobierno colombiano, denegó enton-ces, aquella propuesta, quedando en evidencia, una vez más la intervención extranjera en las decisiones de interés público de nuestro país.

Si algo se fortaleció, apenas finalizados los diá-logos, fue la ingerencia norteamericana en el con-flicto interno, y el recrudecimiento de la guerra. Se destapó la estrategia de Pastrana: mostrarle a la “comunidad internacional” (sometidos a los EEUU) que el gobierno colombiano sí tenía voluntad de paz y se sentaba a negociar, mientras que la insur-gencia sólo quería la guerra. Simular un acto de negociar con un opositor, al cual satanizó durante y después del proceso, para justificar lo que siempre estuvo en la mente oficial y de todo el andamia-je sistémico económico militar: desatar una nueva ofensiva contra el enemigo interno.

Nunca antes en la historia de la manipulación ideológica en Colombia, los medios e instituciones aferradas al statu quo, habían logrado adoctrinar a una opinión pública de una manera tan fanática y peligrosa, en torno a una idea, como la que se des-encadenó con la ruptura del proceso de El Caguán. La sociedad, en su conjunto, fue persuadida de que el enemigo número uno del país era la guerrilla. Ya el enemigo a derrotar no era la miseria, ni la corrupción, ni el clientelismo, ni la concentración de la tierra y la riqueza, ni el desempleo, ni los salarios de hambre, ni los escuadrones narcoparamilitares, ni otros flagelos que se denunciaron en las audiencias de paz. No, ahora el enemigo a derrotar era la guerrilla, precisa-mente la que exigía en su agenda programática, ha-cer algo contra todos aquellos lastres. Aquél sofisma al servicio de la inequidad y de la guerra rentable fue el trampolín perfecto para fabricar la figura de un Mesías en un trabajador infatigable, a quien no le tembló la mano para expulsar a la guerrilla del Ura-bá mediante la combinación de todas las formas de lucha. La propaganda de los medios, el consenso en-

“San Vicente se hizo famoso mundialmente, pero quedamos

estigmatizados como un pueblo subversivo. Decir uno allá afuera

(en el interior del país) que es de San Vicente es como decir

que uno es guerrillero. Yo fui a hacer un curso de marroquinería en el Sena de Calatrava (Itagüi.-

Antioquia) y los compañeros del resto del país me aislaron.

Sólo uno de ellos se me pegó a hacerse mi amigo, pero descubrí

que era un ‘paraco’ que quería saber si yo era de la guerrilla”.

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tre las elites económicas del país y el voto ordenado por los paramilitares, catapultaron a la presidencia a aquel hombre imprescindible en la guerra contra el otro fabricado enemigo número uno.

Lo que siguió fue una euforia del unanimismo, de la intolerancia y del fanatismo. Un dedo autoritario apo-yado por una “pléyada” de Torquemadas, empezó a señalar a todas las voces sensatas que claman por un respeto a las normas de la cultura y a los derechos humanos. Se crearon redes de informantes y mercados de recompensas que estimularon el crimen, aumentó el constreñimiento en elecciones, el cohecho, la ab-sorción de poderes. El rating de los medios y el índice de la bolsa de valores subieron con las imágenes de cadáveres de guerrilleros mutilados, cárceles selváti-cas para secuestrados, políticos ejecutados. ¿Cuántas masacres más deben acaecer para madurar ante el conflicto? ¿Cuántos “falsos positivos” o ejecuciones extrajudiciales? ¿Cuántos secuestros y ensañamiento con civiles? Nuestro pensador Estanislao Zuleta decía “Sólo un pueblo escéptico con la fiesta de la guerra y maduro para el conflicto, merece la paz”. Madurar significa asumir una racionalidad con sensibilidad fren-te a los problemas, para no exacerbarlos ni sacrificar vidas inútilmente. Es necesario, entonces, volcar las energías hacia la reflexión filosófica, hacia la política y el pensamiento económico. Que lluevan las ideas para hacerle frente a las crisis del ser, financiera, productiva y del calentamiento global. No podemos seguir odián-donos y matándonos entre nosotros mismos, mientras en otros lugares desmontan guerras y cárceles para concentrarse en la solución de problemas urgentes. Ni el gobierno ni la guerrilla tienen disculpa alguna para no hacer un intercambio humanitario, poner fin al se-cuestro como arma política, extirpar la modalidad de las desapariciones y los “falsos positivos”.

El sistema capitalista ha entrado en una fase de agotamiento, pues no encuentra donde hacer nue-vas inversiones para, al menos, conservar la tasa de ganancia. Los grandes capitales se devoraron las ma-terias primas no renovables, los bosques, los glacia-res, las aguas dulces, el ahorro de las familias, las pensiones. Convirtieron la salud y la educación en vulgares mercancías; privatizaron lo público, con-virtieron a los gobiernos y estados en súbditos de bolsillo, hicieron de la industria militar y de la guerra las herramientas más eficaces para obtener nuevas plusvalías. La ambición y la acumulación desmedi-da reemplazaron la producción de bienes necesa-rios con la especulación financiera; pero, agotado

el maná de los capitales ficticios, echan mano ahora de los biocombustibles y la ingeniería genética.

¿Qué podemos proponer desde Colombia para enfrentar esta crisis mundial? ¿Seguir en la masacre? ¿Apostarle más al militarismo? ¿Al “libre comercio”? ¿“A la “confianza inversionista”? ¿A la voracidad ban-caria? ¿A la hambruna decretada desde las políticas necrocombustibles? ¿Al daño que nos infligimos con las palabras? Gobierno, partidos políticos, burguesía y guerrilla, no están a la altura de las circunstancias. Están anquilosados en sus disputas personales, en sus egos inamovibles, en sus proyectos de ultratumba. La mezquindad es el logo de nuestro subdesarrollo. Urge darle cabida a las vigorosas energías y potencialidad de vida que nos ofrece la naturaleza que nos rodea; integrar lo femenino y lo masculino, el ying y el yang, el indio y el negro que nos subyacen. Urge enfocar una nueva mirada hacia nosotros mismos, que nos permita entender que la unanimidad no es posible, en cambio si lo es el pluralismo, la tolerancia y la cordia-lidad. Urge dejarnos tocar por la poesía, porque como afirmaba Franz Kafka, “Los poetas ofrecen ojos nuevos para ver el mundo. Y cuando se ve el mundo con ojos nuevos, entonces es posible cambiarlo”.

Hermoso CAGUÁN

El conflicto doméstico se estancó en una masacre permanente; los resultados de ambos bandos se miden según los cuerpos de los

“hermanos” dados de baja en combate. Los hijos de Colombia más necesitados, cuyas manos están untadas de tierra, son los

que sacrifican sus vidas en torno a ideales de dos fuerzas que no prosperan en nada. No se ve ni

eficacia en las responsabilidades del Estado para con la sociedad

en su conjunto, ni conquistas favorables a la población

marginada, por parte de la insurgencia.

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La filósofa española Adela Cortina, dice algo que nos cae como anillo al dedo a los colombianos: “No hay que dañar, se debe ayudar a la gente a que lleve a cabo los planes que quiera llevar…falta amistad, falta la cordialidad”. Si los conductores del Estado colombiano pusieran en práctica solo ese primer mandamiento –no dañar–, tendríamos un mejora-miento de la sociedad, avanzaríamos hacia otro ni-vel de existencia y convivencia. El mejor gobierno es aquel que menos interfiere en los planes de vida de las personas. En lugar de poner trabas, se limitaría a empoderar a las gentes para que puedan desa-rrollarse dentro de su libertad. “Empoderar es darle poder a otro para que pueda llevar su vida adelante. No tratar a la gente como si fueran unos discapacita-dos, todos poca cosa”, argumenta Cortina.

Los colombianos merecemos un gobierno respe-tuoso con el pensamiento diferente, un gobierno generoso, con visión de COMUNIDAD unida por la solidaridad y la madurez frente a los conflictos. Este gobierno, acompañado por un pueblo pensante, exigente, reclamante y productivo, exploraría con la guerrilla, desde la confianza mutua y la volun-tad política, un inicio de acuerdo para construir la paz por la vía de la inclusión social, económica y política. Devolver las tierras fértiles a nuestros cam-pesinos despojados, hacer una reforma agraria para obtener una necesaria soberanía alimentaria. Cam-biar la perversa política de fumigación de cultivos ilícitos por un plan de incentivos a la producción y comercialización agropecuaria. Cuidar los bosques que quedan en pie. Fortalecer la pequeña y media-na industria; revisar macroproyectos que están des-truyendo el medio ambiente y las minorías étnicas. En lugar de guerrear con los países vecinos, fortale-cer nuestras relaciones culturales y económicas. Re-cuperar la ética en el quehacer político. Promover con grandes inversiones la educación, la salud y la investigación en ciencia y tecnología.

5:00 p.m. El taxi avanza a 110 kilómetros por hora en la vía que lleva de San Vicente a Florencia. El con-ductor “cabrillea” hábilmente, para esquivar los enor-mes baches que tiene la vía. Pocos autos particulares durante el trayecto. Solo una caravana de camiones que transporta tropas y tanques. Nos acompaña, hermosa y muda, la cordillera oriental, paralela a la carretera. Los llanos de las fincas ganaderas quedan atrás salpicados de azucenos, achotilllos, guásimos y juansocos. En las casas se sigue apeteciendo el cas-tillo para hacer cabos de hachas. Es que la tumba

sigue, los nagüí y los mediocominos deben caer para servir a la elaboración de muebles; los flormorado y canillademula ceden sus puestos a la braquiaria y medícula que alimentan el ganado. En las honduras de los potreros se yerguen esbeltas palmas milpé, la canangucha, la cachuda y el guajo.

10:00 p.m. Alto de Resinas. Un retén militar. Hace frío. Requisa a fondo a los morrales. Presentación de cédula y respuestas a las preguntas habituales: ¿De dónde viene? ¿Hacia dónde va? ¿Qué hace? Son unos imberbes, acabados de salir de sus casas. La mayoría son tímidos, lucen cansados. En sus manos se ven los callos producidos por los azadones y palas que usaban antes de empuñar la herramienta que ahora los distingue. Uno de ellos, un negro chocoa-no, sonríe, lo cual distensiona a los pasajeros. Otro muy diligente habla con acento valluno. Un paisa nos autoriza, cortésmente, a abordar el bus.

Cierro los ojos para evocar estampas de la finca Buenos Aires. Una vaca engulle naranjas toronjas del piso. Un trío de conejos atraviesa el patio donde se extiende la ropa…motas de algodón impulsadas por el viento. Un marrano busca las ubres de una vaca sentada junto a un matapalo. José Yagari y Ma-rio descansan en las hamacas. Un par de trabaja-dores se unen a la charla. Recuerdan un episodio, el mismo que han vivido cientos de escolares en el Caquetá. Saliendo de la escuela, se vieron en el fue-go cruzado entre “soldados de la patria” y “ejército del pueblo”. Combatieron dos días seguidos, caían de lado y lado. Llegaron helicópteros a ametrallar; las cápsulas de las balas se enterraban en el piso después de traspasar las tejas de los techos.

A pesar de la injusta y absurda guerra, el hermoso Caguán no es del Estado ni de la guerrilla. Es de los fincarios y de los trabajadores, de los niños y las niñas, de los campesinos y comerciantes, de los profesores y los estudiantes, de las secretarias y l@s administrado-res. La vida revienta en su cielo estrellado, toma forma de arrayán y gavilán pollero en sus ondulados valles, se reproduce en la proteína de la leche de búfala. Vibra la vitalidad en las fincas, en las empresas queseras, en las escuelas y galerías, en los corrales, en el río, en los pequeños caseríos. El sol sigue saliendo puntual para todos, enseñándonos su lección de democracia que no hemos sabido aprender.

Febrero de 2009

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Desde Colombia me informan que la “Cañada del Oso” ya tiene nuevo Dueño: finalmente salió a remate y se hizo efectivo. Esa noche tengo un sueño: “Que voy recorriendo sus terrenos, sus tie-rras aradas y productivas y le explico al acompañante cómo era esta tierra antes de mi llegada, y en lo que se ha transformado”. Despierto tranquilo. La “Caña-da del Oso” fue la construcción de un sueño. Hacer de un lugar inhóspito y primitivo un ambiente huma-namente habitable, productivo, en consonancia con las leyes naturales, respetando las interacciones loca-les y fundamentalmente su bosque nativo, que es la energía primigenia del lugar, la fuente de la vitalidad que emerge de lo sagrado: la Madre Tierra.

Además pude en el lugar poner en práctica una di-

EL GUARDABOSQUE

(Ética y Ecología)

Por Boris Ángel Ferrer

Profesor de Cátedra Universidad de [email protected]

Pongo a consideración de ustedes el artículo “El Guardabosque” escrito hace algún tiempo y que conserva plena vigencia y mantiene el debate so-bre un tema de urgente prioridad: la ética y el accionar político, la coherencia entre lo que se dice y se practica y la actitud individual frente al deterioro ambiental, problemas aparentemente desligados pero muy conectados hoy cuando la crisis parece superar los mismos vaticinios.

dáctica de la subsistencia bajo condiciones limites: so-brevivir con buena calidad de vida y baja interacción humana. La energía se obtenía fundamentalmente del lugar que siguió siendo primitivo y logré desarrollar hasta niveles muy elevados la importante labor de la contemplación, ese sagrado rito de la ociosidad con la naturaleza sin expoliarla a cambio. Muy al comienzo, en mis asiduas excursiones al bosque, pude seguir la ruta de un manantial que nacía bien adentro y salía a un descampado y vertía ahí sus aguas. Me sorprendía su cauce natural, a pesar del poco caudal y de lo com-plicado del terreno, ese hilo de agua se las arreglaba para ir tejiendo su cauce y llegar a su meta. Pero ha-bía en particular un lugar donde el agua pasaba por debajo de las raíces de un enorme roble y salía al otro lado para continuar raudo su viaje. Ese hecho fue para mí sorprendente, impactante, sobrecogedor. El agua podía labrar, penetrar las raíces de un árbol macizo, más no dañar; colaboraba y se retribuía con el árbol, al cual alimentaba y se apoyaba en él para continuar su viaje; me emocioné hasta las lágrimas, y producto de esa emoción quizá, o de una decisión en gestación anterior, me prometí en ese mismo lugar, no salir nunca de ese santuario natural, entregar mis fuerzas a preservarlo, en síntesis, volverme el guarda-bosque de la “Cañada del Oso”. ¡Cuántas promesas incumplidas a lo largo de nuestras vidas!

Esta promesa me remite a otra hecha once años atrás. Navegaba en un bote a remos por las tranquilas aguas de la bahía de Puerto Montt, en ese entonces una pequeña ciudad y caleta de pescadores artesana-les del sur de Chile. Estamos a finales de septiembre o comienzos de octubre de 1973. Había venido con mi compañero de pensión y de lucha política a pasar unos días donde su familia, evitando así el terrible ambiente de Valdivia. Por esos días la represión de la dictadura arreciaba. Mi compañero ya había sido llamado públicamente por un bando militar a pre-sentarse a la guarnición militar de esa localidad. Se presentó y había quedado en “libertad vigilada”: no podía salir de la zona sin dar aviso previo.

Yo no le hacía ningún mérito a mi seguridad personal andando públicamente con él, en una época en que nadie saludaba a nadie en la calle, pues cualesquiera era sospechoso de ser comunista. Y en ese Pacífico de aguas mansas (excepcional día), presa de una intensa emoción, me prometí a mí mismo, también hasta las lágrimas, no dejar nunca ese país, mi paisito, otra vez pisoteado (no era la primera vez) por la prepotencia autoritaria del militarismo. Lo anterior es un breve pa-

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réntesis, para hacer referencia muy tangencialmente a las vastas implicaciones que conlleva en lo personal la ruptura de los grandes amores, de nuestros compro-misos medulares, y que si bien ello sucede, siempre queda en uno la sensación de que el resto de tu vida seguirás cosechando, dentro de ti, de lo que alguna vez sembraste con inusitada terquedad y desatino. Lo digo por lo siguiente, pues del sueño relatado desperté tranquilo y lo quiero reinterpretar así: “Iba acompaña-do por el espíritu del bosque de la ‘Cañada del Oso’ y me decía: Cómo has cambiado desde que llegaste aquí por vez primera; ahora tu ser es productivo, te has transformado”. Bien sé que ya no puedo seguir siendo el guardabosque de la Cañada; sé también que a ésta hora deforestan no sabemos cuántas hectáreas de bosques en el Amazonas; que una sierra clandes-tina echa abajo, en el Sur de Chile, un alerce milena-rio; que el civilizado humano que somos todos, sigue extrayendo del reservorio de la Madre Tierra el ahorro de energía que ésta acumuló durante millones de años de silencioso trabajo evolutivo, y que ahora lo dilapida enviándolo hacia la atmósfera como basura, en forma de gas tóxico, bomba de tiempo para la estabilidad

de todo el sistema; si bien sé todo eso y quizá poco pueda hacer, sin embargo me queda la sensación de que un buen y ético pasar por este planeta depende de todos y que basta la conciencia suicida de unos pocos con poder e ignorancia para que el Planeta Azul entre a la órbita del no retorno.

El asunto es de una complejidad casi cuántica, pero toca profundamente el problema de la moral personal en todo nivel, tanto individual en mi relación de com-portamiento con los demás, como en la convivencia con el Hogar de Todos: el Planeta Tierra. Por ejemplo, hoy en Colombia se le pide a la gente trabajar con honradez; hoy más que nunca; ¿pero qué significa eso en el contexto de un país que vive en una gue-rra declarada o no declarada? La violación sistemática a los Derechos Humanos, es el suceso cotidiano que sucede minuto a minuto, un país en que para trabajar en forma independiente y honradamente, tienes que pagar, no sólo los impuestos legales, sino los otros, las extorsiones que van a financiar la guerra fraticida. Si no pagas entonces sales del sistema, y si sales del sis-tema productivo y no tienes una balsa de salvación, entras a formar parte del ejército de desplazados, de los desarraigados, otro artefacto explosivo de corto y mediano plazo que se suma a la bomba de tiempo que se volvió Colombia. En mi caso personal, como no pagué la “vacuna” asignada por los paramilitares que manejan la zona en que se encuentra ubicada la “Cañada del Oso”, debí salir del lugar. Pero tenía al-ternativas: desplazarme a Oriente y finalmente apro-vechando las sutiles conexiones que se van creando en la vida, gracias al azar y la necesidad, salir para Chile y realizar el sueño del retorno a la patria.

Miro hacia atrás, sé que no tengo ningún derecho a juzgar a nadie, porque sé muy bien lo que cuesta hoy en Colombia tener algún bien conseguido con un per-manente y ético laborar, pero también no puedo dejar de pensar en la responsabilidad que a cada uno de nosotros nos compete cuando en Colombia cae una victima inocente de la lucha fraticida. ¿Quién puede decir qué esa bala no fue financiada con las “vacunas” que cada quién paga para que lo dejen trabajar?

¡¡Sí que esto es un problema mayor de moral perso-nal!! O sencillamente no existe principio ético restric-tivo a nuestra acción y lo único válido sea: sobrevivir y defender mis intereses a cualquier costo, lo cual es ya otro principio: el de la moral individualista a ul-tranza. En lo personal creo que mis derechos llegan hasta el punto en que ponga en peligro con mi acción la vida del otro o de otros. Si bien esto es conflictivo,

Dime que haz hecho con lo que te ha ocurrido en la vida y te diré quién

eres y cómo estás. La primera facultad del hombre no puede ser el olvido,

porque sencillamente nadie olvida lo ocurrido: las experiencias viajan desde

el exterior, por una intrincada maraña de conexiones, hasta el centro mismo

de nuestras células corporales y ahí se quedan viviendo mientras existamos. Es nuestro trabajo personal, íntimo y silencioso el que logrará reprocesar

esa información que vive en cada uno y que posiblemente nos intoxiquen o

nos hagan crecer. Así que me pregunto: ¿Qué te puede herir de otro que no sea tu propia carencia? Si mi respuesta es nada, creo que estoy sano, si no, debo

seguir trabajando mi sistema defensivo, mi fortaleza interior.

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y aparentemente puede crear más problemas que los que resuelve, por lo menos nos pone en un plano de igualdad ante la existencia misma: frente al derecho a la existencia, todos somos iguales. Se dirá imprac-ticable, poco realista, idealista, una quimera. Lo que ocurre es que el asunto pasa por algo más inextricable y profundo que tiene que ver con nuestra condición humana. ¿Cómo derrotar al fascista que todos lleva-mos adentro? Ese que hace creernos superiores a los otros, más inteligentes, con mejores derechos y con más autoridad moral. Cuando le imponemos al otro nuestra forma de pensar, cuando en nuestras relacio-nes de convivencia diaria sometemos a la otra persona a nuestra personal manera de mirar la relación, de tal modo de conseguir lo que yo deseo, más no lo que el otro desea, en otras palabras someterlo a nuestros esquemas y hacerlo esclavo de mis aspiraciones. Creo que si uno derrota a su propio enemigo, a sí mismo, nunca será difícil renunciar a derechos en aras de pre-servar la integridad del otro. ¿Qué se gana a cambio? Ganas el derecho a quedarte solo, en libertad, tener sueños tranquilos y seguir soñando. Te queda siempre la posibilidad de elegir, de escoger nuevos caminos, crear nuevos nexos, o nunca más ninguno.

Por eso me digo: para estar lleno de todo, basta es-tar vacío, pero para sentirte vacío basta poseer algo.

La primera facultad del hombre es la rememoración. Dime que haz hecho con lo que te ha ocurrido en la vida y te diré quién eres y cómo estás. La primera fa-cultad del hombre no puede ser el olvido, porque sen-cillamente nadie olvida lo ocurrido: las experiencias viajan desde el exterior, por una intrincada maraña de conexiones, hasta el centro mismo de nuestras células corporales y ahí se quedan viviendo mientras exista-mos. Es nuestro trabajo personal, íntimo y silencioso el que logrará reprocesar esa información que vive en cada uno y que posiblemente nos intoxiquen o nos ha-gan crecer. Así que me pregunto: ¿Qué te puede herir de otro que no sea tu propia carencia? Si mi respuesta es nada, creo que estoy sano, si no, debo seguir traba-jando mi sistema defensivo, mi fortaleza interior.

Me pregunto si las promesas relatadas anteriormen-te e incumplidas tienen alguna relación entre si.

Miradas clásicamente no tienen nada que ver por-que no son simultáneas en el tiempo, ya que están separadas once años. Desde un punto de vista más sutil, tal vez holístico, diríamos que están azarosamen-te conectadas: proceden de la misma conciencia, son simultáneas en ella. El segundo caso relatado tiene que ver con la preservación de la integridad personal, pues

se trata de la agresión de todo un sistema totalitario contra un individuo sin posibilidades de defensa, y de ahí la urgente necesidad de salir del país. En el primer caso se trata de renunciar a conservar un bien mate-rial, pues su conservación (pago de la extorsión), signi-fica poner en peligro la integridad de otros individuos. El incumplimiento de ambas promesas es una acción, y pretenden cambiar el orden establecido, privilegian la existencia del ser humano ante todo, pero también es un signo de renuncia y negación a aceptar las cosas tal cómo se plantean. En ambas situaciones me quedo solo, es decir, libre para seguir siendo otro.

No pretendo con esto predicar un cierto comporta-miento de orden moral. Solo me cuento a mi mismo lo que me ocurrió y lo que hago con lo que me sucede: es la mejor manera de realizar esa sana labor de exor-cizar los fantasmas del pasado y hacerlos inofensivos y amigos. Por lo demás ante el categórico y pragmá-tico argumento de las mayorías: ¿De qué sirve con-servar unos cuantos árboles si en otra parte defores-tamos millares de hectáreas, o de qué sirve conservar la existencia de unos cuántos desarraigados, si todos los días nacen nuevos rebrotes para seguir repoblando el mundo entero? Frente a semejante argumento de libre mercado, sólo queda esperar que haya tiempo suficiente, para que una nueva conciencia individual y cósmica se propague como plaga por la superficie de la Tierra y haga su trabajo de hormiga y preserve la especie para mejor destino; y si no es así, de todos modos la ciencia humana le tiene buenas noticias al planeta tierra, más no así a nuestra especie. El conte-nido de dióxido de carbono actual en la atmósfera es el más alto de que se tenga registro en la historia del planeta (y se tienen registrados varios millones de años a través de los hielos antárticos: es la memoria viva de la historia de eventos que han ocurrido en el planeta) y el cambio climático es un hecho científico incontro-vertible; sus consecuencias si bien imprevisibles, nos dejan en la cuerda floja a la más depredadora y volu-ble especie que ha existido sobre la tierra. Sin nosotros en el escenario terrestre, la vida seguirá y la salud de Gaia y del cosmos mejorará, aunque no haya ningún testigo nuestro para verificarlo.

Desde Puerto IndiferenciaA los 31 días de octubre del 2004

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Universidad de Antioquia, SIU, miér-coles 8 de julio de 2009, 8:00 a 10:00 a.m.

El vicerrector de investigación, profesor Jairo Restrepo, realizó una presentación con gran can-tidad de datos acerca de la nueva clasificación de los grupos de investigación promulgada recien-temente por Colciencias. Las páginas de la pre-sentación pueden verse en http://leucippus.udea.edu.co/~mahecha/Grupos 2009.ppt

Al finalizar la misma, varios de los asistentes hicie-ron intervenciones dirigidas principalmente a anali-zar el significado de la información suministrada.

Yo voy a presentar mis comentarios, señalando

A propósito de la nueva clasificación de grupos de investigación en Colombia

Por Jorge Mahecha G.

Profesor Facultad de Ciencias Exactas y NaturalesCoordinador Grupo de Física Atómica y

Molecular.

La composición del CODI (Comité para el Desarrollo

de la Investigación de la Universidad de Antioquia)

debería alterarse en consonancia con la nueva

clasificación. Igualmente la ocupación de la SIU (Sede de Investigación

Universitaria), en el caso de que se quiera mantener su definición como “lugar

de trabajo de todos los grupos de investigación

de excelencia”.

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que algunas ideas no son de mi autoría sino que se basan en las mencionadas intervenciones.

1. ¿Qué es universidad?Para muchos es una pregunta trivial. Se tienen

muchas respuestas, desde la tautológica “una uni-versidad es una universidad”, hasta la moderna “es un negocio, y los estudiantes sus clientes”, pasando por la intelectual “es el lugar donde se educa la inteligencia y la racionalidad”. No hay unanimidad acerca de lo que es la universidad; en la siguiente página pueden leerse 116 defini-ciones de universidad, desde las más intelectuales hasta las jocosas y denigrantes:

h t t p : / / u n i v e r s i d a d . e d u . c o / i n d e x .php?option=com_content&view=section&id=30&layout=blog&Itemid=192

Para evitar quedarse en las definiciones, debe-mos observar que la universidad se ocupa de la misma infinidad de asuntos que le interesa a toda la sociedad, pero que tiene una manera específica de ocuparse de ellos. La especificidad consiste en formar pequeños modelos de lo que pasa afuera y tratar de confrontarlos con la realidad, en di-versos campos de la actividad humana, y a la vez tratar de encontrar patrones generales y universa-les (de lo cual se deduce la palabra universidad). Es evidente que, por ejemplo, debería haber una gran diferencia entre el “hospital universitario” y un “hospital no universitario”, y entre el “consul-torio jurídico” y una “oficina de abogados”.

La idea de universidad nos debe dar pistas para aclarar el significado de los términos “pro-yecto”, “proyecto de investigación” y “proyecto de investigación científica”.

2. ¿Qué es investigación en general?Es bien sabido que un proyecto consta de:

(1) Antecedentes y formulación del problema; (2) Objetivos; (3) Metodología; (4) Personas que ejecutarán el proyecto; (5) Recursos disponibles, gastos requeridos y fuentes de financiación; (6) Cronograma de actividades; (7) Compromisos y medios de valoración de los resultados. “Todo trabajo bien hecho, desde el de un buen albañil hasta el de un buen investigador científico, pa-

sando por el de un buen mecánico automotríz, y el de un buen vendedor, sigue estos pasos”. O sea que no es correcto confundir los con-ceptos de proyecto y de investigación. Un pro-yecto arquitectónico, por ejemplo, sigue unos protocolos muy rigurosos pero no es proyecto de investigación (aunque posiblemente tenga elementos investigativos sobre suelos y merca-dos, por ejemplo). Luego mostraré que no toda investigación es investigación científica.

Un proyecto simple tiene las 7 componentes señaladas. Pero una investigación tiene especifi-cidades en cuanto al planteamiento de los objeti-vos y al desarrollo del proyecto. Las componentes del proyecto investigativo son: (1) Antecedentes y formulación del problema, (2) Planteamiento de hipótesis acerca de la posible solución del pro-blema, (3) Metodología, que incluye recolección de datos e implementación de verificación siste-mática de los datos a partir de las hipótesis. (4) División de trabajo entre los investigadores y el personal de apoyo que ejecutará el proyecto, (5) Un conjunto de instrumentos y de gastos destina-dos a realizar el punto 3, lo cual implica un presu-puesto de recursos disponibles, gastos requeridos

Con frecuencia se cree y se hace creer que todo proyecto en el cual

se busca de manera sistemática un objetivo es una investigación o aún

una investigación científica. Uno de los objetivos de la enseñanza

básica primaria y secundaria debería ser el entrenamiento de

todo el mundo para que realice su trabajo y organice su vida cotidiana

con base en proyectos. Para un estudiante universitario el estudio

de una materia debería ser todo un proyecto. Igual para un profesor el

trabajo de preparación de su curso.

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y fuentes de financiación, (6) Cronograma de ac-tividades, (7) Compromisos y medios de valora-ción de los resultados.

El punto 3 es mucho más complejo en una in-vestigación que en un proyecto simple. Porque si al comprobar las hipótesis con los datos no hay concordancia es necesario reconsiderar la teoría, plantear nuevas hipótesis y repetir el ciclo. El “cri-terio de parada” de los ciclos repetidos consiste en obtener un grado aceptable y predefinido de concordancia entre los datos y el modelo, o en su defecto darse por vencidos y concluir que nin-guno de los modelos existentes es satisfactorio. Si dentro del conjunto de datos experimentales obtenidos se hallan fenómenos desconocidos, esto es un resultado de la investigación puede calificarse como un descubrimiento.

Con frecuencia se cree y se hace creer que todo proyecto en el cual se busca de manera sis-temática un objetivo es una investigación o aún una investigación científica. Uno de los objetivos de la enseñanza básica primaria y secundaria de-bería ser el entrenamiento de todo el mundo para que realice su trabajo y organice su vida cotidiana con base en proyectos. Para un estudiante univer-sitario el estudio de una materia debería ser todo un proyecto. Igual para un profesor el trabajo de preparación de su curso. En las empresas econó-micas se manejan metodologías como el análisis DOFA, que constituyen proyectos. Una empresa misma es un proyecto que tiene como finalidad producir resultados económicos.

Muchas veces los maestros ponen a los niños en las escuelas a hacer una investigación sobre un tema. Ese trabajo es investigativo porque implica contrastar lo que se creía saber con los nuevos conocimientos adquiridos. Los profe-sores universitarios también ponen a sus alum-nos a realizar investigaciones. En las páginas amarillas del directorio telefónico se encuentra gran número de agencias dedicadas a investi-gaciones, y seguramente hay muchas otras que hacen investigaciones. En Medellín hay una de investigación en reparación de vehículos, una de investigaciones comerciales, once de inves-tigaciones educativas y psicopedagógicas, 17 de

investigaciones geológicas y geofísicas, una de investigaciones médicas y siete de investigacio-nes científicas. Llama la atención la existencia de 13 “agencias de investigaciones privadas”. En efecto, hacer seguimientos para determinar infidelidades de pareja, por ejemplo, es una la-bor de investigación.

Igualmente la policía y la fiscalía realizan inves-tigaciones. En todos los ejemplos mencionados ocurre la generación de nuevo conocimiento. El niño logra aprender algo que no sabía y posible-mente enseñárselo a sus compañeros. El investi-gador privado demuestra que el marido es infiel. El investigador forense logra demostrar que el acusado no es el verdadero asesino. El ingeniero de suelos encuentra propiedades características de la estabilidad de unos terrenos. El ingeniero ambiental halla que los niveles de ruido en una fábrica o en una calle superan los permitidos. El médico salubrista halla unos datos y aún imple-menta un modelo acerca de algún fenómeno de salud pública. Muchas de estas actividades son servicios de asesoría y consultoría (tipificados en la Universidad como “extensión”), para cuya

Si la misión de la Universidad de Antioquia es realizar docencia,

extensión e investigación, y si la docencia y la extensión

implican actividades organizadas en proyectos que tienen

componentes investigativas, entonces ¿cuál es la necesidad

de definir la investigación como una misión separada? A lo

anterior habría que agregar que la administración igualmente

debería desarrollarse con base en proyectos, algunos de los cuales se apoyarían en investigaciones

realizadas por la administración.

A propósito de la nueva clasificación de grupos de investigación en Colombia

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realización son entrenados sistemáticamente los profesionales de diversas disciplinas, y son habi-litados mediante sus títulos.

Todos estos proyectos e investigaciones son muy útiles y requieren la dedicación sistemáti-ca en busca de un objetivo. Pero la importancia de los objetivos y el rigor de los procedimientos no convierten estas investigaciones en investi-gaciones científicas.

3. ¿Qué es investigación científica?Cuando se dice que una de las misiones de la

Universidad es la investigación, ¿a cuál de las dos ideas de investigación se refiere? ¿Qué significa la intención de que la Universidad de Antioquia llegue a ser “investigadora”?

Anteriormente mostramos que todo “trabajo bien hecho” tiene dos componentes (1) Se desa-rrolla con base en un proyecto y (2) se puede so-portar en investigaciones. Todos quisiéramos con-tar con una oferta de bienes y servicios de la más alta calidad, lo cual requiere que su producción se dé mediante procesos muy rigurosos con alta componente científica. Todos esperamos que los albañiles, los mecánicos automotrices, los odon-tólogos, los ingenieros, los abogados, los médicos y los cocineros realicen su trabajo “bien hecho”. Igualmente esperamos que el trabajo académico de los docentes y de los alumnos sea “bien he-cho”. ¿Pero al hacerlo se convierten en investi-gadores científicos? En el caso de la Universidad, ¿cual es la diferencia entre las misiones docente e investigativa de la Universidad, sabiendo que la docencia ideal es todo un proyecto investigativo? La extensión también involucra proyectos y acti-vidades investigativas. ¿Por qué una entidad ex-terna habría de contratar determinado servicio de extensión con la Universidad si supiera que no se va a desarrollar a partir de un proceso riguroso de investigación? Si la misión de la Universidad de Antioquia es realizar docencia, extensión e inves-tigación, y si la docencia y la extensión implican actividades organizadas en proyectos que tienen componentes investigativas, entonces ¿cuál es la necesidad de definir la investigación como una misión separada? A lo anterior habría que agregar

que la administración igualmente debería desa-rrollarse con base en proyectos, algunos de los cuales se apoyarían en investigaciones realizadas por la administración.

La respuesta tiene que reconocer que hay di-ferentes tipos de proyectos y de investigaciones (entendidas como la búsqueda de un resultado desconocido), y que la docencia, la extensión y la administración tienen componentes inves-tigativas. Pero que el proyecto de investigación científica tiene especificidades que lo hacen único y que la misión del sistema universita-rio de investigaciones está en el terreno de la investigación científica. Las especificidades de la investigación científica no están en la forma sino en el contenido. El proyecto científico es un proyecto como cualquier otro y es una in-vestigación muy similar a la que realizan “los investigadores privados” y otros investigadores. De hecho, investigadores forenses han apoyado a antropólogos en investigaciones arqueológi-cas de gran importancia científica.

El contenido del proyecto de investigación científica se caracteriza por:

Con esto queda claro que en las componentes misionales de la

Universidad en administración, docencia y extensión hay

proyectos y hay investigaciones, pero la componente misional en

investigación se refiere es a la investigación científica. Lo anterior no desmerita la administración, la docencia y la extensión. Son muy

importantes y para su correcto desarrollo se requiere la organización

de grupos. Igualmente esos grupos merecerían una clasificación y

los participantes en los mismos reconocimientos similares a los que

reciben los investigadores científicos.

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1. Los objetivos consisten en realizar el des-cubrimiento de un nuevo fenómeno, sustentar una nueva teoría acerca de un fenómeno, o falsear una teoría previa acerca de un fenóme-no. Esto implica que el problema es original, es decir que no se encuentra en la literatura la solución del mismo.

2. Posee un alto grado de generalidad (en nuestro caso, tiene un nivel universitario).

3. Tiene un impacto importante sobre la res-pectiva ciencia.

4. La metodología puede demandar el uso de técnicas originales para manipular los objetos de estudio.

5. Los modelos teóricos tienen un alto conte-nido de ciencias básicas (especialmente de mate-máticas, ciencias físicas, y ciencias de la informa-ción), en la forma de “primeros principios”.

6. Todo lo anterior implica que no existe inves-tigación científica restringida a un solo país sino adscrita a la humanidad como un todo.

Según esto, descubrir “quien es el asesino” es un “nuevo conocimiento”, pero se realiza si-guiendo rutas conocidas y además el tema no tie-ne un nivel de generalidad ni de impacto sobre la ciencia como para considerarse una investigación científica (ni siquiera una investigación universi-

taria). Tampoco lo es hacer un experimento para comprobar que el agua hierve a 100 grados.

Con esto queda claro que en las componentes misionales de la Universidad en administración, docencia y extensión hay proyectos y hay inves-tigaciones, pero la componente misional en in-vestigación se refiere es a la investigación cientí-fica. Lo anterior no desmerita la administración, la docencia y la extensión. Son muy importantes y para su correcto desarrollo se requiere la or-ganización de grupos. Igualmente esos grupos merecerían una clasificación y los participantes en los mismos reconocimientos similares a los que reciben los investigadores científicos. Ade-más existen interrelaciones entre la docencia, la administración, la extensión y la investigación; empezando porque todo proyecto de investiga-ción y de extensión debe aportar al proceso de formación de los estudiantes. El actual sistema universitario de investigación, y Colciencias mis-mo, está comparando grupos completamente heterogéneos que realizan proyectos de diferen-te naturaleza y de niveles muy disímiles.

Por lo tanto, la clasificación de grupos por Col-ciencias adolece de fallas conceptuales de prin-cipio. Según lo anterior, el número de grupos de-dicados a la investigación científica es solo una fracción del total de grupos. A Colciencias en la actualidad se le están asignando tareas que no le corresponden. Los grupos dedicados a la docen-cia merecen un apoyo por parte del Ministerio de Educación. Los grupos dedicados a diferen-tes actividades de extensión, como consultoría y asesoría, deben ser apoyados por un Ministerio que se ocupe de temáticas afines a las de tales grupos. Es decir, todos los ministerios deberían tener participación en actividades de investiga-ción, pero a Colciencias le debería corresponder solo la investigación científica, y por lo tanto se-ría una entidad de nivel internacional.

4. Qué es un grupo de investigaciónEl vicerrector Restrepo presentó las definicio-

nes de Colciencias y de la Universidad (página 5). Las dos definiciones contienen elementos que no se observan en la realidad:

Varios participantes manifestaron en la reunión que la clasificación

de los grupos de investigación por Colciencias no estuvo exenta de diferentes abusos y falsedades

(entre las más reiteradas están la pertenencia a múltiples grupos,

el “trasteo” de artículos y CV, la inclusión como productos del

grupo los trabajos realizados por un investigador en otro lugar, y

la confusión entre consultoría e investigación científica).

A propósito de la nueva clasificación de grupos de investigación en Colombia

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— Temática común. Es sabido que en mu-chos grupos no hay un tema común de trabajo, ni diálogo ni colaboración. No sólo aquí sino en muchos lugares cada profesor tiene una temática propia la cual adelanta con la colaboración de sus estudiantes. Incluso ocurren casos en los cuales el estudiante adelanta un proyecto autónomo y al final el profesor resulta cumpliendo el papel de simple “jurado evaluador” pero no el de “direc-tor” o al menos de “asesor”. Por eso, en muchos casos, el grupo es una entidad que brinda un acompañamiento administrativa pero no un lugar de trabajo en un tema común.

— Proyectos y otras actividades de investiga-ción. Ninguna de las dos definiciones le da al proyecto la importancia que debería tener. Mi opinión es que “si no hay proyectos no hay in-vestigación institucional”. Igualmente, “solo hay grupo si hay proyectos”.

— Reconocimiento de un grupo por Colcien-cias. El tener “uno o más años de existencia” no significa nada; debería cambiarse por: “haber culminado exitosamente al menos un proyec-to”. El aval institucional puede ser válido para el reconocimiento por Colciencias, pero no para el reconocimiento por la Universidad; porque la “existencia” no es cuestión de “tener una carta de aval” sino de realmente haber realiza-do y estar realizando investigación. La Universi-dad debería tener sistemas de información (los planes de trabajo de los profesores) acerca de los compromisos. El tener “productos de nuevo conocimiento, formación y divulgación” debe-ría precisarse así “que en los proyectos exitosos del grupo haya publicaciones científicas y for-mación de estudiantes que se compruebe que fueron realizadas en desarrollo del proyecto”.

5. Qué significa pertenecer a un grupo de investigaciónUno de los participantes mencionó que en los

Grup-LAC se pueden encontrar grupos de 150 miembros. Yo mencioné que en los Grup-LAC también se hallan “miembros con dedicación de 0 horas”. El número grande de participantes se debe en parte al software que no permite des-

vincular a un “integrante inactivo”, pero también se debe a que realmente esas personas son con-sideradas miembros del grupo. En la definición de grupo de la Universidad se dice que son in-vestigadores las personas admitidas como tales por el coordinador del Grupo; yo cuestioné que el coordinador tuviera facultades de “autoridad nominadora” o de “autoridad que asigna carga académica” y que eso no debería ser así.

La pertenencia a un grupo en esencia es un tema de “plan de trabajo del profesor”. Porque no pertenece el que no participa en un pro-yecto, y no participa en un proyecto el que no tiene tareas asignadas en el proyecto, y no tie-ne tareas asignadas quien no tiene compromi-sos. El plan de trabajo tiene una componente académica que se expresa a través de la hoja aquella (o del prometido pero no implementa-do “plan de trabajo del profesor por la Web”). Además tiene una componente investigativa que se expresa mediante el acta del CODI del proyecto; pero esto no es suficiente, porque la

En el “Plan de desarrollo 2006-2016” se lee que el plan busca

crear los cimientos para hacer de la Universidad de Antioquia “la

principal universidad de investigación del país y una de las mejores de América Latina, con pregrados y

posgrados de excelencia académica internacional, líderes en el aporte a la

transformación socioeconómica del país y un auténtico escenario de la

diversidad y el diálogo intercultural, en el marco del respeto por el pluralismo y el ambiente”. Es claro que esto es

un enunciado vacío e impracticable, a no ser que se tengan indicadores numéricos que permitan comparar

las universidades.

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“carga investigativa” sale del interior del pro-yecto cuando se declara el número de horas dedicado a cumplir los compromisos persona-les especificados en el proyecto. Por esto no debería ser cierto que “miembro de un grupo es la persona que el coordinador diga”.

6. “Trasteó” de miembros y productos a un grupoMuchos grupos tienen “existencia” basada

en la vinculación de personas de “buena hoja de vida”. Hay grupos con muchos integrantes con doctorado y con muchas publicaciones en revistas internacionales que se no se ven perju-dicados en su clasificación si algunas de sus pu-blicaciones pasan a figurar como productos de otros grupos (lo cual podría configurar un delito de falsedad). Así, se observa en la clasificación de Colciencias grupos en los cuales los únicos doctores son personas “prestadas” por otros gru-pos, y grupos cuyos productos no son resultado de proyectos propios del grupo sino traídos de fuera por los miembros prestados (o realizados por miembros del grupo por fuera del grupo). Lo anterior se hace por conveniencia; resulta ser un “truco” para obtener más recursos, y en este caso “el que pone los artículos se lleva la mayor parte de la plata”. También se observan CV-LAC que están ligados a muchos grupos.

Para no dar ejemplos cercanos sino algo abs-tractos, supongamos que el coordinador de un grupo logra convencer al profesor Brian Joseph-son de la Universidad de Cambridge y premio Nobel de Física para que su CV sea registrado en Colciencias y luego enlazado como integran-te del grupo; por la multifacética actividad de este intelectual muchos grupos podrían repetir el procedimiento. La inclusión de esa hoja de vida solo serviría para mejorar los indicadores de los grupos; ¿pero realmente este personaje es miembro del grupo, aún en el hipotético caso en que acepte que su nombre figure “de último” en la lista de autores de un artículo? A lo sumo podría considerarse como “asesor”, y podría es-tarse cometiendo una falsedad al ponerlo como autor del artículo (en efecto, esto se hace como

una forma de facilitar la publicación del artícu-lo). Estos fenómenos están directamente conec-tados con el punto 2 (criterio de pertenencia).

Varios participantes manifestaron en la re-unión que la clasificación de los grupos de in-vestigación por Colciencias no estuvo exenta de diferentes abusos y falsedades (entre las más rei-teradas están la pertenencia a múltiples grupos, el “trasteo” de artículos y CV, la inclusión como productos del grupo los trabajos realizados por un investigador en otro lugar, y la confusión en-tre consultoría e investigación científica).

7. Excelencia local o internacionalEl vicerrector Restrepo explicó los criterios

estadísticos usados por Colciencias para realizar la clasificación de los grupos. El resultado es la ubicación de los grupos en una escala y la defini-ción de los mejor ranqueados como Excelentes (A o A1). Pero esto no tiene un referente interna-cional. La excelencia, según Colciencias, resulta de una comparación de los grupos nacionales

Es interesante señalar la existencia de un tipo de proyectos que

actualmente no existen en la Universidad: Los proyectos de la

Administración. La labor de los administradores debería orientarse

hacia el manejo de indicadores reales, en el caso de la investigación científica a la llamada cienciometría.

Así, en el plan de trabajo de la alta gerencia de la universidad estaría

la coordinación de los proyectos de estadísticas globales y del plan

de desarrollo de la Universidad. Igualmente esto definiría los perfiles

de los candidatos a ocupar cargos de vicerrector, decano, jefe de

centro, jefe de departamento, etc.

A propósito de la nueva clasificación de grupos de investigación en Colombia

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entre si. Pero es bien sabido que la investiga-ción científica es un esfuerzo internacional, por lo tanto la “excelencia” solo puede definirse en ese contexto. Por lo tanto la clasificación de Col-ciencias resulta de valor local.

Algo análogo sucede con la clasificación de las revistas nacionales por Colciencias. Así, las me-jores revistas nacionales son A1 y quien publi-que allí tiene su publicación A1. En la reunión se dijo que la nueva clasificación dio lugar a grupos A1 que no tienen publicaciones internacionales; llegaron a ese nivel simplemente con base en ar-tículos A1 nacionales. También se mencionó que hay grupos que no alcanzaron la categoría A1 porque, según la clasificación de revistas de Col-ciencias, las publicaciones de esos grupos fueron catalogadas en un nivel inferior a A1 pese a ser en revistas internacionales de alto factor de im-pacto, inferior al de otras revistas internacionales pero muy superior al de las A1 nacionales.

Por lo anterior, se requiere un procedimiento de clasificación de los grupos y de las revistas nacionales según parámetros internacionales. ¿Como hacer esto? Es sabido que la cienciome-tría está muy desarrollada a nivel internacional. Los países latinoamericanos con mayor desarro-llo científico (Argentina, Cuba, México, Vene-zuela, Chile, Brasil, etc) tienen sistemas de cla-sificación de grupos. Colciencias debería tener contactos y acuerdos con agencias similares en esos países; por lo tanto no debería ser difícil definir parámetros estadísticos entre los países latinoamericanos con desarrollo científico supe-rior o similar al de Colombia (los inferiores se descartarían, además de que seguramente sus estadísticas pueden no ser confiables). Así, las re-vistas nacionales y los grupos resultarían compa-rados internacionalmente (inicialmente con La-tinoamérica, pero luego podrían incluirse otros países de desarrollo similar al de Colombia). En el “Plan de desarrollo 2006-2016” se lee que el plan busca crear los cimientos para hacer de la Universidad de Antioquia “la principal universi-dad de investigación del país y una de las mejores de América Latina, con pregrados y posgrados de excelencia académica internacional, líderes en el

aporte a la transformación socioeconómica del país y un auténtico escenario de la diversidad y el diálogo intercultural, en el marco del respeto por el pluralismo y el ambiente”. Es claro que esto es un enunciado vacío e impracticable, a no ser que se tengan indicadores numéricos que per-mitan comparar las universidades. Si, por ejem-plo, los indicadores dicen que la Universidad de Antioquia está en el puesto 4 a nivel nacional y el 45 a nivel latinoamericano, entonces se dedu-cen unas metas de mejoramiento en la posición. Deben tenerse criterios estadísticos para cuanti-ficar el esfuerzo requerido para pasar, digamos, al puesto 2 nacional y al 20 latinoamericano. Ese esfuerzo se expresa en un plan de desarrollo for-mado por un conjunto de proyectos (como se dijo antes, cada proyecto formula unos objeti-vos, unos indicadores de logro de los resultados y una metodología para lograr los resultados; y es claro que esto implica un esfuerzo económico que se puede cuantificar de manera precisa).

8. El softwareEn la reunión se le hicieron muchas críticas al

software Grup-LAC. No permite el borrado de miembros de un grupo. Admite la pertenencia a un grupo con dedicación de 0 horas. Admite que se incluya un mismo trabajo en diferentes mo-dalidades, como artículo y como capítulo de un libro de memorias de evento, por ejemplo. Las personas están ligadas a un grupo, pero esto no debería ser así, porque primero deberían ligarse a un proyecto a través de unos compromisos es-pecíficos y luego los proyectos ligarse al grupo. El software todavía admite gran cantidad de infor-mación irrelevante y difícil de documentar, como la “literatura gris” y las actividades de divulgación. Todavía es muy difícil de manejar y tiene graves inconsistencias y bloqueos. El software debería manejar solamente los datos esenciales.

La Universidad, por su parte, aún respeta los tradicionales proyectos basados en el papel. Se dice que “el papel puede con todo” y esto es especialmente cierto respecto a los proyectos. Se requiere un software propio de la Universi-dad para el registro de proyectos. Se debería

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realizar conjuntamente entre las siguientes uni-dades directivas: (1) La Vicerrectoría de Docen-cia, (2) La Vicerrectoría de Investigación, (3) La Vicerrectoría de Extensión y (4) la Vicerrectoría Administrativa. Debería ser mucho más profe-sional que el Moodle y a la vez extremadamen-te simple. Además debería tener unos niveles de seguridad de “nivel bancario” que impidan la manipulación de los datos y el acceso a per-sonas no autorizadas.

Ese software debería tener unas cuantas pre-guntas para declarar los elementos esenciales de cada proyecto,

- Antecedentes y formulación del problema- Objetivos- Metodología- Desglose de las tareas- Asignación de tareas a cada uno de los parti-

cipantes en el proyecto- Recursos disponibles- Gastos requeridos- Fuentes de financiación- Cronograma de actividades- Compromisos y medios de valoración de los

resultadosComo se mencionó anteriormente, el software

debería diferenciar cuatro tipos de proyectos: (1) Docencia. (2) Extensión. (3) Investigación Cientí-fica. (4) Administración. Con esto la “pertenen-cia” a un grupo es resultado del cumplimiento de determinadas tareas dirigidas al cumplimiento de los compromisos del proyecto. Además la partici-pación en proyectos se articula de manera natu-ral, en el caso de los profesores, con el “plan de trabajo del profesor”. En dicho plan, actualmente el profesor no escribe “yo participo en la docencia tal” sino “yo dicto tal curso”; igualmente debería decir “yo hago tal tarea en tal proyecto de inves-tigación, extensión, docencia o administración”. Todas las actividades laborales de la Universidad estarían enmarcadas en proyectos. El proyecto pasaría a ser un elemento observable y medible, esencial para el desarrollo de la institución.

Es interesante señalar la existencia de un tipo

de proyectos que actualmente no existen en la Universidad: Los proyectos de la Administración. La labor de los administradores debería orientarse hacia el manejo de indicadores reales, en el caso de la investigación científica a la llamada ciencio-metría. Así, en el plan de trabajo de la alta geren-cia de la universidad estaría la coordinación de los proyectos de estadísticas globales y del plan de desarrollo de la Universidad. Igualmente esto de-finiría los perfiles de los candidatos a ocupar car-gos de vicerrector, decano, jefe de centro, jefe de departamento, etc. Las labores de estas personas deberían estar soportadas en personal no docente y enmarcadas en proyectos. Así, por ejemplo, el “Plan de desarrollo de la Universidad” dejaría de ser un conjunto de documentos en papel llenos de enunciados y promesas vacías para convertirse en un conjunto de proyectos orientados al cum-plimiento de las metas del plan.

Según lo anterior, al Sistema Universitario de Investigación no le corresponde responsabilizar-se de la labor de facilitador de cuanto proyecto surja, sino solamente de los proyectos de inves-tigación científica. A las áreas de extensión, en primerísimo lugar, así como a las de docencia y administración, les corresponde la facilitación de los proyectos que les corresponda. De lo anterior, y de la discusión acerca del software, se deduce que a la dependencia universitaria encargada de la “Gerencia de la Información” le corresponde organizar los datos acerca de la marcha de todo el conjunto de proyectos, inclu-yendo los proyectos de investigación científica. En cuanto a los grupos y su clasificación, es claro que como hay gran heterogeneidad y enormes diferencias de nivel entre ellos, no es ni práctico ni justo compararlos. ¿Como incorporar dentro de unos mismos datos estadísticos, por ejemplo, la producción en un proyecto de investigación científica sobre la “energía oscura” del universo y la de un grupo de extensión que realizó un proyecto para investigar la “colisión de 2 vehícu-los en el cruce de la carrera 80 con la calle 65”?

9. Algunas consecuencias de la nueva clasifi-cación de grupos

La Universidad de Antioquia tiene 30 grupos

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A1. La UPB tiene 4 grupos A1. La Nacional en todo el país 42 (en Medellín 5). Las demás uni-versidades de Medellín ninguno. La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales tiene 9 grupos A1, seguida por Medicina con 8 e Ingeniería con 6. Sólo la Facultad de Ciencias Exactas y Natura-les tiene tantos grupos A1 como todas las otras universidades de la ciudad juntas. Los grupos A y A1 tienen un peso muy grande en los indica-dores de éxito de la Universidad. Por lo tanto merecen que se les reconozca un mayor status.

Las unidades administrativas tradicionales de-ben transformarse en concordancia con las nue-vas realidades expresadas por medio de los gru-pos. El concepto mismo de grupo debe colapsar para abrir paso al de proyecto.

El papel de los decanos y jefes de departamen-to igualmente es cuestionado. Las “cuotas de po-der” que manejan, expresadas por ejemplo en la planta de cargos gris de “docentes ocasionales” y “profesores de cátedra” deben replantearse, para dar paso a nuevas figuras como los auxilia-

res de docencia, los auxiliares de investigación, y los investigadores Post Doc. La apertura de convocatorias de profesores de planta debería ser una actividad estratégica para la Universidad que no debería dejarse dentro de la “cuota de poder” de ningún funcionario.

Los posgrados rígidos y centralizados podrían sustituirse por “escuelas de graduados” sopor-tadas primordialmente en los grupos. Es un dato verificable que los grupos de investigación científica están soportados fundamentalmente en los estudiantes de maestría y doctorado. Por lo tanto para los grupos es imperativo partici-par en programas de formación avanzada. Lo anterior cambiaría el papel de la Dirección de Posgrados. En muchos lugares es una unidad de apoyo operativo conocida como Facultad de Estudios de Posgrado. Dicha dirección cum-pliría actividades de apoyo a los posgrados, de estandarización y de control de calidad, todo con el fin de evitar que los grupos se llenen de trabajos burocráticos que no les corresponden. Sin embargo existe el peligro de convertir a los grupos en unidades burocráticas, lo cual debe evitarse a toda costa.

La composición del CODI (Comité para el De-sarrollo de la Investigación de la Universidad de Antioquia) debería alterarse en consonancia con la nueva clasificación. Igualmente la ocupación de la SIU (Sede de Investigación Universitaria), en el caso de que se quiera mantener su definición como “lugar de trabajo de todos los grupos de investigación de excelencia”.

Si la clasificación resultó de un estudio bastan-te riguroso, significa que al menos los grupos A1, A y B tienen credibilidad e importancia recono-cidas. Por eso no se justifica que la Universidad introduzca parámetros adicionales para decidir la repartición de recursos. La sostenibilidad debería asignárseles de manera automática.

El papel de los decanos y jefes de departamento igualmente

es cuestionado. Las “cuotas de poder” que manejan, expresadas

por ejemplo en la planta de cargos gris de “docentes

ocasionales” y “profesores de cátedra” deben replantearse,

para dar paso a nuevas figuras como los auxiliares de docencia,

los auxiliares de investigación, y los investigadores Post Doc.

La apertura de convocatorias de profesores de planta debería ser

una actividad estratégica para la Universidad que no debería dejarse dentro de la “cuota de poder” de ningún funcionario.

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Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicas

Datos Icfes 1995-1999 y datos Universidad de Antioquia 2002-2005

PorAsociación de Profesores Universidad de Antioquia

Gabriel Agudelo VianaRepresentante Profesoral al Consejo Superior de la

Universidad de AntioquiaMedellín

Agosto de 2009

Cuando el Decreto1444 de 1994 entró en vigencia

y se presentó como una oportunidad de mejorar los

salarios de los profesores universitarios, en la

Universidad de Antioquia ya los salarios eran

inferiores a los de otras instituciones similares.

Enfoque crítico a la situación salarial. Marco de referenciaLos efectos negativos y positivos que pro-

dujo el Decreto 1444 de 1994 y 1279 de 2000 en la educación superior han sido objeto de discusión y de claras conclusiones. Es de dominio público que las uni-versidades que aplicaron con seriedad, y algunas con rigor, este Decreto son universidades de muy buen nivel y calidad de producción académica, y contradictoria-mente las que tienen los salarios más bajos del país.

“En la aplicación “estricta” (léase desfavorable al pro-fesorado) del Decreto sobresalieron, como ejemplo, la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional y la Universidad de Caldas, entre otras muy pocas.

(...)La verdad es que los salarios de las universidades

Resultante de la aplicación de los decretos 1444 de 1994 y 1279 de 2000, regímenes salariales y prestacionales de las universidades públicas en Colombia

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que aplicaron estrictamente (topes mínimos) el De-creto 1444 de 1994 y 1279 de 2000, y que hoy en día son las más productivas del país, permanecieron bajos, mientras los de las universidades que aplica-ron los topes máximos del Decreto fueron significa-tivamente más altos; y el nuevo Decreto, el 1279 de 2000, terminó por legalizar las arbitrariedades.

(...)No se reconocía la actividad de la docencia ni de

la extensión solidaria, no se consideraban las publi-caciones en formatos electrónicos, no se aceptaba la labor editorial...”

Durante el primer semestre del año 2002 y con ocasión del movimiento nacional universitario que se levantó contra el Decreto 2912, posteriormente materializado en el decreto 1279 de 2000, se pro-dujeron estudios críticos muy serios no sólo sobre el régimen salarial que sustentaba el Decreto 1444 de 1994, sino también sobre la situación salarial real y la que se debería prospectar si la política estatal se orientara a la fijación de un régimen salarial acor-de con la dignidad profesional docente, con las altas exigencias para el desempeño profesional y con el mejoramiento de la calidad del sistema de educación superior universitario, adecuado a las necesidades del desarrollo científico-tecnológico del país.

Pero la política gubernamental se impuso y “ter-minó por legalizar las arbitrariedades” del régimen salarial, pero no con el Decreto 2912, sino con el Decreto 1279 de 2000 que lo sustituyó. A la fecha ya empiezan a ser notorias las verdaderas intencio-nes del gobierno en relación con el sistema univer-sitario estatal y las consecuencias dañinas para la Universidad, del régimen salarial vigente.

Situación salarial de la Universidad de Antioquia en el contexto nacional La manera como se aplicó el Decreto 1444 de 1994

en la Universidad, entre 1995 y 2002, específicamen-te lo determinado en el artículo 5° sobre los puntos que se asignaban por la producción académica de los docentes, abrió una brecha significativamente negati-va entre los salarios de esta universidad y los de otras universidades de igual o menor rango en cantidad y calidad de productividad académica.

El estudio de las bases de datos del ICFES sobre los puntajes asignados en todas las universidades de ca-rácter estatal, año por año, desglosados en cada uno de los factores generadores de puntaje, evidencia de

manera inmediata la posición tan desventajosa en que quedó la Universidad. Una mirada al cuadro elabora-do por el profesor Gabriel Agudelo sobre la totalidad de puntos asignados en cada una de las 32 univer-sidades estatales, teniendo en cuenta el análisis de clasificación-cluster y la distribución de puntos según el mecanismo de aglomeración (cluster), muestra a la Universidad de Antioquia en el puesto 26.

Cómo se asignaron los puntos por productividad académica en las distintas universidades El Decreto 1444 de 1994 en su artículo 5° establece

un conjunto de ítems de productividad académica y los puntos asignables correspondientes. Entre los anali-zados en el estudio están los siguientes:

Por trabajos, ensayos y artículos publicados en revistas especializadas del exterior de nivel interna-cional o trabajos de video de este mismo carácter se pueden asignar hasta 15 puntos. Por trabajos, ensayos y artículos publicados en revistas nacionales de nivel internacional o a trabajos de video de igual carác-ter, hasta 8 puntos. Por trabajos, ensayos y artículos publicados en revistas especializadas nacionales de circulación nacional o regional o a trabajos de video de igual divulgación, hasta 5 puntos. Por libros resul-tantes de una investigación o a obras de creación ar-tística ampliamente difundidas, hasta 20 puntos. Por libros de texto se pueden asignar hasta 12 puntos.

La manera como se aplicó el Decreto 1444 de 1994 en la

Universidad, entre 1995 y 2002, específicamente lo determinado

en el artículo 5° sobre los puntos que se asignaban por la producción académica de

los docentes, abrió una brecha significativamente negativa entre

los salarios de esta universidad y los de otras universidades de

igual o menor rango en cantidad y calidad de productividad

académica.

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Por publicaciones impresas se pueden asignar hasta 5 puntos. Por premios nacionales o internacionales se pueden asignar hasta 15 puntos. Por patentes se pueden asignar hasta 20 puntos. Por reseñas críticas se pueden asignar hasta 2 puntos. Por traducciones se pueden asignar hasta 3 puntos. Por dirección de trabajos de grados se pueden asignar hasta 2 puntos.

Teniendo presente el puntaje de referencia estable-cido en el Decreto para cada ítem de productividad, y las estadísticas consolidadas en las bases de datos del ICFES, se analizaron los puntos que en total por cada ítem se asignaron año por año en las distintas univer-sidades estatales. El profesor Agudelo tuvo en cuenta no considerar simplemente promedios, como se hizo en el estudio del doctor Darío Vélez, sino que utilizó un coeficiente Beta que le permitió agrupar y clasificar a las universidades con mayor objetividad, de acuerdo con el impacto marginal que tuvo cada autoría sobre el número de puntos asignados por los Comités de Asig-nación de Puntaje -CAP- de cada universidad.

El coeficiente Beta resulta de relacionar los cambios de las variables número de autorías y número de pun-tos asignados a cada autoría, tomando los datos de la asignación que los CAP de cada universidad hicieron a cada uno de los ítems de producción académica.

De acuerdo con la agrupación basada en el coefi-ciente Beta se elaboraron los cuadros de puntos asig-nados por cada ítem de productividad en el año 1995, advirtiendo que el coeficiente de los años siguientes es muy cercano a éste y que en cada tabla, en la última columna, aparece el coeficiente Beta promedio de los cinco años considerados en el estudio. De estos cua-dros extracté para la apreciación del asunto de nuestro interés el máximo y mínimo coeficientes Beta asigna-dos en todo el país, para contrastarlos con el coeficien-te Beta asignado en la Universidad de Antioquia.

Cuando el Decreto1444 de 1994 entró en vigencia y se presentó como una oportunidad de mejorar los salarios de los profesores universitarios, en la Univer-sidad de Antioquia ya los salarios eran inferiores a los de otras instituciones similares. Por esta razón, en ese momento el 90% del profesorado aceptó su traslado al nuevo régimen. Pero en la Universidad, en general, esta situación sólo mejoró un poco y transitoriamente, porque para la gran mayoría, hoy por hoy, el efecto ha sido negativo en comparación con el crecimiento sala-rial en la mayoría de las universidades del país.

Para entender lo anterior, se puede partir de un concepto consignado en el estudio del 1444 de 1994 que el doctor Darío Vélez hizo para el ICFES, en el cual se refiere a la forma como el Comité de Asigna-ción de Puntaje de la Universidad de Antioquia - CAP U. de A. - manejó la asignación de puntos, específica-mente por la producción académica:

“La Universidad ha manejado con mucho rigor y seriedad el Decreto. Donde muestra debilidades y fallas en la definición de los criterios es en las obras artísticas”.

Según el diccionario, rigor es excesiva y escrupulosa severidad; aspereza, dureza o acrimonia en el genio o en el trato; último término a que pueden llegar las cosas;… Como se ve, el doctor Vélez caracterizó con precisión la actuación del CAP U. de A..

Llegó a tal extremo el rigor, y además el arbitrio, que para el proceso de asimilación de los profesores al Decreto 1444 de 1994, contrariando el propósito del Decreto de mejorar el salario de los docentes, al costo de la renuncia a la retroactividad de las cesantías, el CAP U. de A. ideó una cifra espuria como referente para la asimilación. Esta cifra referente dio lugar a una situación que fue única en el país: muchos profeso-res quedaron “debiendo puntos”. Como consecuen-cia, de los puntos adquiridos por títulos académicos y producción académica posterior a la asimilación, fue

Llegó a tal extremo el rigor, y además el arbitrio, que para el proceso de

asimilación de los profesores al Decreto 1444 de 1994, contrariando el propósito del Decreto de mejorar el salario de los docentes, al costo

de la renuncia a la retroactividad de las cesantías, el CAP U. de A. ideó

una cifra espuria como referente para la asimilación. Esta cifra referente

dio lugar a una situación que fue única en el país: muchos profesores

quedaron “debiendo puntos”. Como consecuencia, de los puntos

adquiridos por títulos académicos y producción académica posterior a la

asimilación, fue cobrada la deuda, sin que se haya conocido cual fue el

fundamento legal de la medida.

Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicas

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cobrada la deuda, sin que se haya conocido cual fue el fundamento legal de la medida.

Además, el propio ICFES en un informe citado en el estudio del profesor Agudelo dice que “En el momento de su adscripción al 1444 de 1994, en la Universidad de Antioquia no se asignaron los máxi-mos puntajes a los docentes, sino que se evaluó el trabajo o se asignó el 70% del máximo. O en otro terreno que ilustra la adopción del decreto de la Universidad de Antioquia, a los profesores que se pasaron al nuevo régimen en 1994, no se les reco-noció la experiencia docente o profesional obtenida antes del ingreso a la universidad”

El CAP U. de A. estableció no sólo criterios riguro-sos para asignar puntajes a cada producto académico, sino también unos rangos de puntajes casi siempre por debajo de la media nacional. Determinó, ade-más, asignar el mínimo puntaje posible a la produc-ción académica de los profesores, con el argumento de dejar la opción de asignar un puntaje mayor sólo en los casos de solicitud de reposición. Este criterio fue de conocimiento general del profesorado.

Sirvan para ejemplificar algunos criterios estable-cidos por el CAP U. de A. para valorar en puntos la producción académica, contrastados con los de otras universidades por el mismo doctor Darío Vélez en su informe, y citados en el estudio del profesor Agudelo.

Artículos: el Comité evalúa la revista definiendo el nivel de difusión y la calidad e, igualmente, eva-lúa el artículo.

Para el Comité no todas las revistas del exterior son revistas internacionales e, igualmente, hay revistas del exterior que son simplemente nacionales o nacionales de difusión internacional.

El máximo puntaje sólo se reconoce a los libros que son el producto de la reflexión de un autor sobre sus investigaciones. No se reconoce puntos al informe fi-nal de una investigación.

Sólo se reconocen los impresos relacionados direc-tamente con las políticas de desarrollo académico de la Universidad y se exige un proceso editorial serio.

Se reconoce puntaje por ponencias pero siem-pre y cuando el texto se haya publicado en las me-morias del evento.

En el reconocimiento de puntos por premios se ve-rifica que haya existido una convocatoria nacional o internacional y no se acepta la convocatoria regional, razón por la cual no se reconoce puntaje por las dis-

tinciones y premios que otorga la universidad a sus docentes, si no media una convocatoria nacional.

No se reconoce puntaje por las notas de clase (tipo fotocopiadora).

El Comité asume que los topes fijados por la direc-ción de tesis y trabajos de grado (15 por trabajos de grado a nivel de pregrado, especialización y maestría, por ejemplo) son por toda la vida y no anuales.

Los anteriores criterios contrastan con los estable-cidos en otras universidades, también consignados en el informe del doctor Vélez.

Las universidades de la costa en general adop-taron el criterio de que a las revistas nacionales y locales las consideran como nacionales y les otor-gan 5 puntos. A las nacionales las ubican como de circulación internacional y les conceden 8 puntos. No hay evaluación por pares y tienden a asignar los máximos puntajes, salvo por cuestiones accidentales como la presentación, el tamaño, etc.

Las revistas de otro país, sin entrar a considerar su nivel de calidad, se consideran automáticamente como revistas internacionales de 15 puntos de tope (por ejemplo una revista de Venezuela, Perú, etc.).

A los artículos publicados en el suplemento del He-raldo se les asigna, en general, 8 puntos.

A las direcciones de tesis de pregrado y especialidad se les aplican los topes por año, 10 anualmente. Se tienen casos de docentes con 44 y 28 direcciones de tesis acumuladas a 1997 y varios con más de 20.

Libros de texto, los definen como documentos, no

Las universidades de la costa en general adoptaron el criterio de que a las revistas nacionales

y locales las consideran como nacionales y les otorgan 5 puntos. A las nacionales las ubican como

de circulación internacional y les conceden 8 puntos. No hay

evaluación por pares y tienden a asignar los máximos puntajes, salvo por cuestiones accidentales como la

presentación, el tamaño, etc.

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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

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hablan de la publicación editorial masiva; con ese cri-terio distinguen precisamente a los de investigación.

Si la investigación no está publicada se reconocen al-gunos puntos. Por abstract se reconocen hasta 5 puntos.

No evalúan los artículos.Las distinciones que otorga la Universidad se homo-

logan a premios nacionales en términos del Decreto 1444 de 1994/92

Se asignará puntaje por premios entregados por instituciones de reconocido prestigio académico y /o científico.

Otros criterios establecidos por el CAP U. de A., aún vigentes, asignan a un producto académico con evaluación excelente sólo el 90% del puntaje co-rrespondiente.

Para las funciones de los docentes relacionadas con la docencia o actividad lectiva directa, la extensión y el servicio, en el Decreto no se establecieron criterios ni indicadores para la evaluación y el reconocimiento de sus productos. La Universidad en particular no buscó mecanismos para llenar este vacío.

Para ilustrar la brecha producida por la diferente valoración de los productos académicos en las univer-sidades se hizo un ejercicio de simulación tomando catorce ítems de producción y los coeficientes Beta correspondientes en cada universidad. Se obtuvo que el CAP U. de A. asignaría 98.44 puntos; el CAP de la Universidad del Valle asignaría 129.45; el CAP de la Universidad del Quindío asignaría 150.12; y el CAP de la Universidad Nacional asignaría 80.43.

El estudio del profesor Agudelo pone en eviden-cia que la Universidad de Antioquia, a diferencia de la mayoría de las universidades, cubrió todos los ítems posibles de producción y estuvo entre las primeras en cantidad y calidad de producción y sin embargo ocupó el puesto 26 en la clasificación por puntos asignados.

Posibles salidas de la situaciónCuando el equipo de la Asociación de Profesores

que analizó el estudio del profesor Agudelo se pro-puso la búsqueda de soluciones posibles a la difícil situación salarial y comparó el impacto que tuvo la diferente aplicación del Decreto 1444 de 1994, ad-virtió el impacto similar en las universidades Nacio-nal y de Antioquia. Pero observó que hay diferencia por cuanto los profesores de la Nacional en su gran mayoría tienen el carácter permanente de docen-

tes con dedicación exclusiva, lo cual representa un 22% de sobreremuneración. En cambio en la Uni-versidad de Antioquia, la dedicación exclusiva está reglamentada con mucho rigor y para cubrir sólo un 10% del total de profesores vinculados de tiempo completo, y se concede únicamente por períodos semestrales. Además, en varias dependencias, por el carácter de las condiciones establecidas para su concesión, ni siquiera se cubre el 10%. La posibili-dad de que este beneficio de la Universidad Nacio-nal se conceda también en la Universidad de Antio-quia ha sido propuesta por la organización gremial y los representantes profesorales.

El equipo que hizo el análisis considera que sería apenas justo que a los actuales profesores vinculados de tiempo completo, y que sufrieron las consecuen-cias negativas del Decreto 1444 de 1994, se les revise y corrija el desfase salarial.

También se considera que podría constituir una compensación que a los profesores vinculados de tiempo completo se les hiciera una asignación de por lo menos 50 puntos, teniendo en cuenta que comparativamente con las demás universidades del país, el profesor de la U. de A. ha perdido aproxi-madamente 120 puntos.

Es urgente una salida a la difícil situación demostra-da; también una presión institucional al gobierno para que intervenga en la solución; y emprender acciones in-mediatas orientadas a que el gobierno revise el Decreto 1279 de 2000 que consagró un régimen salarial que agrava la situación no sólo para los profesores sino tam-bién para la educación superior estatal como sistema.

El estudio del profesor Agudelo pone en evidencia que la

Universidad de Antioquia, a diferencia de la mayoría de las universidades, cubrió todos los

ítems posibles de producción y estuvo entre las primeras

en cantidad y calidad de producción y sin embargo ocupó

el puesto 26 en la clasificación por puntos asignados.

Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicas

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No. 53

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Descripción de la metodología usada en el análisis y evaluación de los decretos 1444 de 1994 y 1279 de 2000, desarrollada por la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia.Los salarios de los docentes se conforman por la

asignación de puntos en cinco factores básicos que son: los títulos, las categorías, la experiencia califi-cada, |a productividad académica, y la experiencia administrativa. Esta última es la que corresponde a los reconocimientos de puntos por cargos de dirección académico - administrativos.

Al analizar el comportamiento de una variable, bá-sicamente el investigador está interesado en buscar una explicación de la variabilidad de la característica descrita por esta variable. Fundamentalmente hay dos preguntas que deben responderse: ¿cómo varía? y ¿qué factores están asociados a esta variación?

Para la segunda fase del análisis, después del aná-lisis descriptivo y exploratorio de datos, hay que dar respuesta a los efectos conjuntos multivariados de la base de datos existente. Existen procedimientos de la estadística multivariada que permiten básicamente detectar tipologías y explicar por medio de estas he-rramientas las causas en la formación de grupos que se generaron con la implementación del decreto.

Análisis cluster

Primer algoritmo de clasificación (K-Means)A través de instrumentos estadísticos se busca bá-

sicamente detectar tipologías y explicar por medio de estas herramientas las causas en la formación de grupos que se generaron con la implementación del decreto. Se presume entonces la existencia de grupos, que con las variables que conforman la base de datos relacionadas con los puntos acumulados a diciembre de 1995, 1996, 1997, 1998 y 1999, deben ser lo su-ficientemente uniformes. Para lograr este objetivo re-lativo a la confirmación de que en el conjunto de los datos de los profesores de las universidades públicas en Colombia se puedan distinguir unos grupos dife-renciados se usa el algoritmo K-Means, útil además cuando se dispone de grandes archivos como en este caso, dentro de un conjunto de alternativas que brinda el cluster Analysis. El algoritmo usado para determinar los miembros del aglomerado en el procedimiento de

análisis cluster de K-means está basado sobre el cen-troide más cercano.

Es decir, un caso está asignado al aglomerado con la distancia más cercana entre el caso y el centro del cluster (Centroide). El actual mecanismo del proce-dimiento depende de la información disponible. Si los centros del cluster se conocen, ellos pueden ser especificados y la asignación del caso está basado en ello. De otra manera, los centros de los cluster son iterativamente estimados de los datos.

En nuestro caso interesa saber ¿cuáles son algunos grupos identificables de profesores de las universidades públicas en Colombia que atraen salarios parecidos dentro de cada grupo? Con el análisis de conglomera-dos de k-medias, se podría agrupar los profesores (los casos) en k grupos homogéneos, basados en las carac-terísticas de los puntos por salarios. Esta información se puede utilizar para identificar segmentos salariales.

Análisis de resultados por universidad para componentes salariales por asignaciones unitariasSe efectuó un análisis cluster de aglomerados usan-

do el spss 17 que dispone de rutinas para clasificar los docentes usando las variables puntajes asignados por los ítemes de los títulos, las categorías, la experiencia calificada, |a productividad académica, y la expe-riencia administrativa. Para la productividad se tiene en cuenta los siguientes:

• Revistas nacionales de circulación nacional• Revistas nacionales de circulación internacional• Revistas internacionales• Obras artísticas• Libros derivados de investigación• Libros de texto• Publicaciones impresas universitarias• Premios nacionales e internacionales• Direcciones de tesis• Obras artísticas• Premios nacionales• Premios internacionales• TraduccionesLa anterior tabla muestra las variables de clasificación

basada en los puntajes asignados por los comités de asig-nación de puntaje de todas las universidades públicas.

La clasificación por universidades esta dada por:

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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

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Resumen Distancias al Centroide por Universidad. Clasificación (Cluster óptimo en dos fases)

Nombre Universidad Puesto Mediana Máximo Mínimo Desv. típ. Docentes

U. Industrial de Santander 1 116,47 749,80 36,41 85,97 256

U. de Nariño 2 112,56 297,69 34,91 51,53 196

U. del Valle 3 101,60 703,89 19,18 94,59 460

U. del Atlántico 4 97,01 693,95 25,54 92,88 198

U. del Quindio 5 75,56 263,34 16,50 43,42 227

U. Pedagogica Nacional 6 70,29 235,86 28,69 38,40 183

U. de Cartagena 7 69,45 1047,64 15,50 62,03 453

U. Colegia Mayor de Cundinamarca 8 68,57 135,01 23,85 24,08 117

U. Nacional De Colombia - Palmira 9 68,44 288,76 29,57 38,59 86

U. Tecnologica de Pereira 10 64,05 295,49 28,17 30,02 338

U. Sur-Colombiana 11 63,94 411,38 18,25 36,95 227

Total País 12 63,40 1047,64 14,75 48,13 11405

U. del Cauca 13 63,14 618,45 16,98 37,35 439

U. de Pamplona 14 63,12 205,60 32,28 24,94 120

U. Pedagogica y Tecnologica De Colombia 15 62,12 209,97 20,66 25,84 526

U. Nacional De Colombia-Bogotá 16 61,52 368,85 15,81 35,20 1634

U. de Caldas 17 61,41 449,21 20,30 39,85 380

U. del Tolima 18 61,13 276,39 18,63 34,10 218

U. Nacional De Colombia 19 61,11 368,85 14,94 35,76 2506

U. del Magdalena 20 60,77 440,81 15,10 40,77 155

U. de Cundinamarca 21 60,35 121,29 29,84 19,80 69

U. de Sucre 22 59,36 119,85 17,52 19,96 37

U. Nacional De Colombia - Medellín 23 59,04 361,98 14,94 33,35 483

U. Tecnologica del Choco 24 58,97 314,15 30,91 32,14 122

U. de los Llanos 25 57,34 144,98 15,31 18,82 94

U. de Antioquia 26 56,69 970,91 15,22 49,00 1220

U. de la Guajira 27 55,98 272,00 19,72 34,67 85

U. de la Amazonía 28 54,95 198,52 24,50 23,66 88

U. Nacional De Colombia - Manizales 29 54,32 151,73 26,17 18,41 154

U. Popular del Cesar 30 52,68 133,95 15,17 20,24 102

U. Distrital 31 51,75 235,88 14,75 35,53 61

U. Fco de Paula Santaoder-Ocaña 32 49,95 70,53 32,60 12,07 24

U. Fco de Paula Santander-Cûcuta 33 47,71 138,11 22,66 17,26 147

Tabla 1

Nótese que por este mecanismo de clasificación la Universidad de Antioquia figura clasificada según las variables de puntajes asignados en el puesto 26 de las 33 posibles (aquí se incluye como universidad a la uni-versidad media del país)

Pero veamos por qué se da este efecto.El Informe ICFES dice para el caso de la Universidad

de Antioquia: “La universidad ha manejado con mucho rigor y seriedad el decreto.....”, esto llevó a que las asig-naciones por autoría fueran de las más bajas del país:

Al relacionar el puntaje asignado y el número de autorías para cada ítem objeto de salario que aparecen en las bases de datos se puede asignar la ecuación si-guiente al puntaje obtenido y el número de autorías.

Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicas

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No. 53

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Tabla 2

Los resultados del ajuste para este modelo son del orden de mínimo 90%. Las siguientes tablas dan cuen-ta del coeficiente

para cada ítem de productividad, usado también como coeficiente Beta en el portafolio de asignación de los CAPS en las distintas universidades:

ACTIVIDAD PRODUCTIVA BASE DE LA PONDERACIÓN Topes máximos del decreto

Revistas nacionales de circulación nacional 5

Revistas nacionales de circulación internacional 8

Revistas internacionales 15

Obras artísticas 20

Libros derivados de investigación 20

Libros de texto 12

Publicaciones impresas universitarias 5

Premios nacionales e internacionales 15

Tesis en todas sus modalidades 1

Otras actividades productivas 5

Total ponderaciones 106

TABLA DE PONDERACIONES

Con base en esto veamos los resultados basados en los coeficientes Beta:

La tabla 2 da cuenta del coeficiente beta para los años 1995-1999, obsérvese que la Universidad de Antioquia asignó 6.05 puntos por video nacional de difusión in-ternacional y la Universidad del Cauca asignó 12.6 por cada video nacional de difusión internacional.

La tabla de ponderaciones de los topes máximos para las actividades productivas:

Video Nacional de Difusión Nacional Internacional. Puntos por Autoría, Coeficiente Beta

Universidad Codigo Item Beta95 Beta96 Beta97 Beta98 Beta99 Prom_Beta

Univ. Del Cauca D1110VIN 12,60 12,20 13,00 12,60

Univ. Del Quindío D1208VNI 8,00 8,00 15,00 8,00 15,00 10,80

Univ. De Cartagena D1205VNI 8,00 5,05 13,87 8,98

Univ. Del Valle D1203VNI 6,95 6,95 12,73 6,95 8,39

Univ. De La Amazonía D1115VNI 8,00 8,00 8,00

Univ. Tecnológica De Pereira D1111VNI 5,10 5,10 12,00 5,10 12,00 7,86

Univ. De Antioquia D1201VNI 6,05 7,26 8,60 7,26 7,29

Univ. De Caldas D1112VIN 5,00 5,00 5,00

Univ. Pedagógica Nacional D1105VNI 4,50 4,50 4,50 4,50

Univ. Nacional De Colombia D1100VNI 4,30 2,81 4,91 5,67 4,61 4,46

Page 60: REVISTA DEBATES N° 53

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

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Video de Difusión Nacional. Puntos por Autoría, Coeficiente Beta

Universidad Codigo Item Beta95 Beta96 Beta97 Beta98 Beta99 Prom_Beta

Univ. De Cartagena D1205VIN 15,00 15,00 15,00

Univ. Del Quindío D1208VIN 15,00 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. Del Cauca D1110VIN 13,75 13,79 13,77

Univ. Tecnológica De Pereira D1111VIN 12,00 12,00 12,00 12,00 12,00

Univ. De Córdoba D1113VIN 10,00 10,00 10,00

Univ. Del Valle D1203VIN 7,50 8,62 6,95 13,29 9,09

Univ. De Antioquia D1201VIN 8,60 8,60 7,26 8,60 8,27

Univ. Del Atlántico D1202VIN 8,00 8,00 8,00

Univ. De Caldas D1112VIN 5,00 5,00 5,00

Univ. Pedagógica Nacional D1105VIN 4,50 4,50 4,50

Univ. Nacional De Colombia D1100VIN 2,79 3,00 3,80 4,39 4,61 3,72

Tabla 3

Tabla 4

Para el caso de las obras artísticas la situación se presenta en la tabla 4.

Para el caso de los Videos de difusión Internacionales la situación se presenta en la tabla 3.

Obras Artísticas. Puntos por Autoría, Coeficiente Beta

Universidad Cod Item Beta95 Beta96 Beta97 Beta98 Beta99 Prom_Beta

Univ. De Córdoba D1113OAR 19,44 20,00 18,88 19,44

Univ. De La Amazonía D1115OAR 19,20 19,20 19,20

Univ. Pedagógica Y Tecnológica De Colombia D1106OAR 19,20 19,20 19,20 19,20 19,20

Univ. SurColombiana D1114OAR 12,98 12,34 11,35 11,46 12,03

Univ. De Pamplona D1212OAR 11,00 10,50 10,60 10,70

Univ. Del Atlántico D1202OAR 10,47 10,47

Univ. Del Valle D1203OAR 18,51 7,96 7,62 7,60 10,42

Univ. Industrial De Santander D1204OAR 10,01 10,01 10,01 10,01 10,08 10,02

Univ. Tecnológica De Pereira D1111OAR 6,29 7,58 8,15 9,21 9,55 8,16

Univ. Del Quindío D1208OAR 8,00 8,00 8,00 8,00 8,00 8,00

Univ. Del Cauca D1110OAR 7,00 7,00 7,00 7,00

Univ. De Antioquia D1201OAR 5,90 6,26 6,04 5,87 5,85 5,98

Univ. De Cartagena D1205OAR 5,00 5,00 5,00 5,00

Univ. De Nariño D1206OAR 5,00 5,00 5,00

Univ. Del Tolima D1207OAR 4,83 4,80 4,84 4,84 4,84 4,83

Univ. Nacional De Colombia D1100OAR 3,84 3,93 3,93 3,91 3,79 3,88

Univ. De Caldas D1112OAR 2,80 2,63 2,68 3,18 4,03 3,06

Univ. Pedagógica Nacional D1105OAR 2,60 2,60 2,60

Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicas

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No. 53

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Tabla 5

Para el caso de las premios nacionales la situación se presenta en la tabla 5.

Premios Nacionales. Puntos por Autoría, Coeficiente Beta

Universidad Cod Item Beta95 Beta96 Beta97 Beta98 Beta99 Prom_Beta

Univ. Popular Del Cesar D1120PNA 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. Del Quindío D1208PNA 15,00 15,00 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. Del Magdalena D1213PNA 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. De La Guajira D1218PNA 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. De Cartagena D1205PNA 15,00 14,08 13,77 14,28

Univ. Pedagógica Nacional D1105PNA 14,50 14,50 13,88 13,50 13,57 13,99

Univ. Del Tolima D1207PNA 13,60 13,00 13,00 13,59 14,53 13,54

Univ. Del Valle D1203PNA 14,39 13,39 13,29 12,97 13,51

Univ. De Córdoba D1113PNA 13,33 13,33 13,33

Univ. Del Atlántico D1202PNA 13,46 13,32 12,93 13,24

Univ. Industrial De Santander D1204PNA 11,48 12,51 12,59 12,82 12,42 12,37

Univ. SurColombiana D1114PNA 12,30 12,30 11,58 11,58 11,94

Univ. De Nariño D1206PNA 11,50 11,50 10,33 11,11

Univ. Del Cauca D1110PNA 10,00 10,00 10,00 8,24 14,66 10,58

Univ. Colegio Mayor De Cundinamarca D1121PNA 10,00 10,00 10,00 10,00 10,00

Univ. De Cundinamarca -UdeC- D1214PNA 10,00 10,00 10,00 10,00

Univ. Tecnológica De Pereira D1111PNA 10,00 10,00 10,00 10,00 10,00 10,00

Univ. De Antioquia D1201PNA 9,15 9,24 9,27 9,24 9,17 9,21

Univ. De Caldas D1112PNA 7,37 7,50 7,68 9,68 13,75 9,20

Univ. Nacional De Colombia D1100PNA 7,72 8,07 8,25 7,63 6,91 7,72

Univ. Pedagógica Y Tecnológica De Colombia D1106PNA 6,67 6,00 6,67 6,67 6,50

Univ. Distrital D1301PNA 5,00 5,00 5,00 5,00

Univ. De Pamplona D1212PNA 4,00 4,00 4,00 4,00

Page 62: REVISTA DEBATES N° 53

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

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Premios Internacionales. Puntos por Autoría, Coeficiente Beta

Universidad Cod Item Beta95 Beta96 Beta97 Beta98 Beta99 Porm_Beta

Univ. Del Quindío D1208PIN 20,00 20,00 20,00 17,50 17,50 19,00

Univ. Del Atlántico D1202PIN 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. Tecnológica De Pereira D1111PIN 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. De Córdoba D1113PIN 15,00 15,00 15,00

Univ. SurColombiana D1114PIN 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. Pedagógica Nacional D1105PIN 15,00 15,00 15,00 15,00 15,00 15,00

Univ. De Caldas D1112PIN 15,00 15,00 14,17 15,00 14,79

Univ. Del Valle D1203PIN 14,77 14,77 14,78 14,74 14,76

Univ. De Cartagena D1205PIN 9,50 12,25 12,80 11,52

Univ. Del Tolima D1207PIN 15,00 9,00 9,00 9,00 15,00 11,40

Univ. De Nariño D1206PIN 10,00 10,00 10,00

Univ. Pedagógica Y Tecnológica De Colombia D1106PIN 8,75 8,75 8,75 8,75 8,75

Univ. Industrial De Santander D1204PIN 8,07 8,10 8,10 8,00 8,07

Univ. De Antioquia D1201PIN 6,83 6,83 7,86 7,77 8,74 7,61

Univ. Nacional De Colombia D1100PIN 6,98 7,12 7,38 7,14 7,09 7,14

Univ. Del Cauca D1110PIN 5,00 5,00 5,00 5,00

Tabla 6

Tabla 17

Para el caso de los premios internacionales la situación se presenta en la tabla 6.

Tabla de equivalencia basada en los coeficientes beta de los 5 años.

A modo de explicación, si un profesor de la Universidad de Antioquia presentara una autoría en cada una de las siguientes actividades productivas: RNCN: revista nacional de circulación nacional. RNCI: revista nacional de circulación internacional. RI: revista internacional. ImprUniv: impreso universitario. Tra-duccion: traducciones. LibDerInv: libros derivados de investi-gaciones. LibTexto: libros de texto. Premios_Nal: premios na-cionales. Premios_Internal: premios internacionales. Patentes: patentes. Reseñas: reseñas. Video Nal_Nal: video nacional de

Tabla Puntos Simulados Equivalencia de puntos entre Universidades

Universidad Cod Puntos

Univ. Del Quindío D1208 150,12

Univ. De Cartagena D1205 135,49

Univ. Del Atlántico D1202 130,91

Univ. Industrial De Santander D1204 130,87

Univ. Del Cauca D1110 130,63

Univ. Del Valle D1203 129,45

Univ. Tecnológica De Pereira D1111 125,09

Univ. De Nariño D1206 118,25

Univ. De Antioquia D1201 98,44

Univ. Nacional De Colombia D1100 80,43

Equivalencia de puntos para las actividades productivas entre Universidades

Deterioro salarial de los docentes de las universidades públicas

difusión nacional. Video_ nal: video internacional. Obras Artis: obras artísticas.

El Comité de asignación de puntaje de la Universidad de Antioquia le asignaría 98.44 puntos; ahora bien, si este mismo docente lo presentara en la Universidad del Valle, el comité de asignación de puntaje le hubiera otorgado 129.45 puntos, si lo hubiera presentado en la Universidad del Quindío el comité le asignaría 150.12 puntos (ver equivalencia completa en la tabla 17). En la Universidad Nacional obtendría 80.43 puntos, figuramos en el puesto penúltimo.

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No. 53

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Tabla 17

Tabla Betas promedio 5 años: Simulacion de asignaciones Dispares entre Universidades Primera Parte

Universidad Cod Video Nal_Nal

Video_Internal

Obras Artis

Premios_Nal

Premios_Internal Patentes Total_Pa-

cadem Reseñas

Univ. Nacional De Colombia D1100 4,46 3,72 3,88 7,72 7,14 20,00 2,90 1,65

Univ. Pedagógica Nacional D1105 4,50 4,50 2,60 13,99 15,00 NA 4,28 1,58

Univ. Pedagógica Y Tecnológica De Colombia D1106 NA NA 19,20 6,50 8,75 NA 3,51 NA

Univ. Pedagógica Y Tecnológica De Colombia D1106 NA NA 19,20 6,50 8,75 NA 3,51 NA

Univ. Del Cauca D1110 12,60 13,77 7,00 10,58 5,00 17,00 6,10 2,00

Univ. Tecnológica De Pereira D1111 7,86 12,00 8,16 10,00 15,00 17,24 5,24 1,61

Univ. De Caldas D1112 5,00 5,00 3,06 9,20 14,79 NA 4,17 1,99

Univ. De Córdoba D1113 NA 10,00 19,44 13,33 15,00 NA 4,88 NA

Univ. SurColombiana D1114 NA NA 12,03 11,94 15,00 NA 4,78 1,53

Univ. De La Amazonía D1115 8,00 NA 19,20 NA NA NA 3,76 NA

Univ. Tecnológica Del Chocó D1118 NA NA NA NA NA NA 4,67 NA

Univ. De Los Llanos D1119 NA NA NA NA NA NA 3,08 1,97

Univ. Popular Del Cesar D1120 NA NA NA 15,00 NA NA 4,27 2,33

Univ. Colegio Mayor De Cundinamarca D1121 NA NA NA 10,00 NA NA 3,84 1,99

Univ. De Antioquia D1201 7,29 8,27 5,98 9,21 7,61 18,06 3,96 1,29

Univ. Del Atlántico D1202 NA 8,00 10,47 13,24 15,00 12,40 5,14 1,98

Univ. Del Valle D1203 8,39 9,09 10,42 13,51 14,76 16,74 6,71 1,68

Univ. Industrial De Santander D1204 NA NA 10,02 12,37 8,07 15,53 8,34 2,06

Univ. De Cartagena D1205 8,98 15,00 5,00 14,28 11,52 NA 5,97 2,00

Univ. De Nariño D1206 NA NA 5,00 11,11 10,00 20,00 3,09 2,16

Univ. Del Tolima D1207 NA NA 4,83 13,54 11,40 NA 4,57 1,62

Univ. Del Quindío D1208 10,80 15,00 8,00 15,00 19,00 NA 6,38 NA

Univ. Fco De Paula Santander - Cúcuta D1209 NA NA NA NA NA NA 1,26 NA

Univ. Fco De Paula Santander - Ocaña D1210 NA NA NA NA NA NA 1,23 NA

Univ. De Pamplona D1212 NA NA 10,70 4,00 NA 20,00 2,06 NA

Univ. Del Magdalena D1213 NA NA NA 15,00 NA NA 6,23 NA

Univ. De Cundinamarca -UdeC- D1214 NA NA NA 10,00 NA NA 3,40 NA

Univ. De Sucre D1217 NA NA NA NA NA NA 4,23 NA

Univ. De La Guajira D1218 NA NA NA 15,00 NA NA 5,87 NA

Univ. Distrital D1301 NA NA NA 5,00 NA NA 2,52 NA

Page 64: REVISTA DEBATES N° 53

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

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Tabla 17

Tabla Betas promedio 5 años: Simulacion de asignaciones Dispares entre UniversidadesSegunda Parte

Universidad Cod RNCN RNCI RI ImprUniv Traduccion LibDerInv LibTexto

Univ. Nacional De Colombia D1100 2,15 3,28 4,87 2,81 2,20 10,49 6,07

Univ. Pedagógica Nacional D1105 3,65 6,22 10,45 3,13 2,47 13,98 7,67

Univ. Pedagógica Y Tecnológica De Colombia D1106 4,25 6,81 12,24 4,59 2,90 16,58 10,52

Univ. Del Cauca D1110 4,94 7,88 10,80 5,00 3,28 19,27 11,52

Univ. Tecnológica De Pereira D1111 3,94 6,57 12,62 3,49 2,40 14,68 9,52

Univ. De Caldas D1112 4,28 6,81 12,12 3,11 2,20 17,75 10,14

Univ. De Córdoba D1113 4,67 6,88 NA 3,36 NA NA 11,37

Uoiv. SurColombiaoa D1114 3,55 5,38 10,96 3,96 2,59 14,08 8,15

Univ. De La Amazonýa D1115 3,31 8,00 14,00 4,15 3,00 10,26 8,89

Univ. Tecnológica Del Chocó D1118 3,50 NA NA 2,71 NA 16,00 14,72

Univ. De Los Llanos D1119 4,41 4,54 9,04 3,59 NA 15,76 6,45

Univ. Popular Del Cesar D1120 5,39 6,09 12,40 3,75 NA 19,32 9,33

Univ. Colegio Mayor De Cundinamarca D1121 3,24 2,59 NA 2,71 NA 6,50 NA

Univ. De Antioquia D1201 2,47 4,05 11,05 2,17 1,80 12,22 6,96

Univ. Del Atlántico D1202 4,70 7,88 14,22 4,23 2,35 16,67 11,15

Univ. Del Valle D1203 4,45 6,67 11,64 4,22 3,25 13,41 11,21

Univ. Industrial De Santander D1204 4,23 6,61 8,97 9,19 4,17 16,91 13,51

Univ. De Cartagena D1205 4,41 7,20 12,02 4,16 3,00 19,00 11,80

Univ. De Nariño D1206 3,71 7,46 9,16 3,50 2,24 14,17 10,50

Univ. Del Tolima D1207 4,64 4,72 12,50 4,44 2,37 18,46 8,89

Univ. Del Quindío D1208 4,67 7,80 14,81 4,63 2,90 18,57 9,99

Univ. Fco De Paula Santander - Cúcuta D1209 2,13 5,00 5,06 NA NA 4,38 9,24

Univ. Fco De Paula Santander - Ocaña D1210 3,70 NA NA NA NA NA NA

Univ. De Pamplona D1212 3,25 8,26 13,67 2,88 NA 13,19 6,72

Univ. Del Magdalena D1213 4,88 7,32 14,70 4,27 3,00 20,00 12,00

Univ. De Cundinamarca -UdeC- D1214 5,57 10,00 NA 4,03 3,00 18,83 11,25

Univ. De Sucre D1217 5,00 NA 14,78 4,28 NA NA NA

Univ. De La Guajira D1218 5,48 7,50 15,00 5,00 3,00 20,00 12,00

Univ. Distrital D1301 4,00 NA 8,53 2,49 NA 10,45 11,58

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PresentaciónEste trabajo constituye un ejercicio diri-

gido a utilizar una propuesta metodológica para ana-lizar el discurso político, la cual está consignada en el libro titulado “Poder, Estado y Discurso”, del profesor Gilberto Giménez Montiel, docente adscrito a la Uni-versidad Autónoma de México (*).

El discurso escogido para realizar este trabajo es el del ex presidente conservador Laureano Gómez Cas-tro, atendiendo a la imagen de haber sido un político de verbo incendiario e intransigente, sustentado desde una particular fusión de la política y la religión cató-lica. Luego de revisar numerosas intervenciones su-yas, escogí sus discursos pronunciados el 26 de julio

La cruz y la espada como escudos de la democraciaLaureano Gómez y su visión sobre “el otro” en su discurso político

Trabajo realizado por Gonzalo Medina P.

Comunicador Social- Periodista y Magíster en Ciencia Política

Profesor de la Facultad de ComunicacionesUniversidad de Antioquia

“Formidable este Laureano Gómez,cual racha huracanada,

firme, impasible, sereno y sonorocual un yunque propio

para forjar los más finos montantes,las mejores corazas, las más

audaces quillas.El hombre tempestad, al que sólo se

puede amar u odiar,que deslumbra y hiere como el

relámpago,y al trueno de su voz hincha, colma

y sacudelas sordas oquedades del abismo y

del pecado”Guillermo Valencia

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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

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y el 8, 9, 17 y 31 de agosto de 1932 en el Congreso de la República, en desarrollo del debate adelantado por Laureano contra el congresista antioqueño, tam-bién conservador, Román Gómez. Con tal selección, se pretendía tener mejores argumentos para tratar de caracterizar la visión que sobre el contradictor político tenía y aplicaba el ex mandatario colombiano.

Previo a la contextualización socio-política y a la presentación y análisis del discurso, el trabajo trata de desarrollar algunos elementos conceptuales alrededor de la relación comunicación- violencia, particularmen-te tal como se ha dado en el caso colombiano.

Posterior al ejercicio se presentan algunas conclu-siones al respecto, procurando ubicarlas a partir de la dupla política- religión, binomio éste tan arraigado en el devenir histórico de nuestro país y, por tanto, cons-tituido en clave importante para explicar el fenómeno de las múltiples violencias propias de la realidad co-lombiana, pero sobre todo de la violencia política.

Estructura del trabajoRelación comunicación - violencia. Elementos ge-

nerales y específicos en el caso colombiano.Presentación de la propuesta metodológica y del

objeto discursivo para analizar.- Definición del discurso- Niveles de análisis del discurso- Sintagmático: - Objetos discursivos

- Argumentos- Paradigmático:- Axiomas- Verosimilitud en el discurso- Leyes ideológicasRealización del ejercicioConclusionesBibliografía

A- En torno a la relación comunicación - violenciaA nuestro juicio, la diferencia entre comunicación

y violencia se puede calificar como sutil. Partiendo de la frase aquella, según la cual la civilización nació el día en que un hombre, en vez de arrojar una piedra a su enemigo profirió un insulto, podemos afirmar que entre la palabra que ofende y el guijarro que golpea, existe un vínculo violento, pero a la vez comunicati-vo, cuya diferencia es semiótica, en tanto realidad y en tanto símbolo. Si bien no todo acto comunicativo es un acto violento, de ello no podemos descartar la posibilidad de que un acto violento sea, en su particu-laridad, un acto comunicativo.

Abordar la relación comunicación - violencia, en el caso colombiano, implica necesariamente articular-la con la dialéctica del esquema “letra - sangre” que ha orientado el devenir histórico de nuestro país. Ha-blamos específicamente de cómo los procesos cons-titucionales han tenido, como origen o como efecto, situaciones de guerra. Ésta se ha declarado a nombre de la Constitución, bien sea por parte de quienes es-tán en el gobierno o de quienes aspiran llegar a él. La guerra, pues, en Colombia, tal como lo plantea Walter Benjamín, ha sido fundadora de derecho.

Al igual que durante la Revolución Francesa, la prensa en nuestro país nació y creció al calor de las luchas independentistas y partidarias como medio de expresión y movilización. Refiriéndose al papel juga-do por la prensa en la historia colombiana del siglo XIX, don Santiago Pérez afirmó que las guerras civi-les comenzaron en las rotativas de los periódicos. Se agencia la violencia mediante el ataque excluyente del contrario a través de escritos incendiarios, incitadores del exterminio, de la guerra. En el siglo XX, la violencia en los medios se estimuló a través de la autocensura, restringiendo el acceso a ellos a quien se consideraba enemigo sólo porque pensaba distinto.

Se ha incitado a la violencia desde los medios,

Se agencia la violencia mediante el ataque excluyente

del contrario a través de escritos incendiarios,

incitadores del exterminio, de la guerra. En el siglo XX,

la violencia en los medios se estimuló a través de la

autocensura, restringiendo el acceso a ellos a quien se

consideraba enemigo sólo porque pensaba distinto.

La cruz y la espada como escudos de la democracia

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cuando los dueños de éstos han sesgado la infor-mación, movidos por sus intereses particulares y re-legando con ello su responsabilidad social, a la vez que niegan el derecho a la información como servi-cio público que es.

Ubicándonos en el período comprendido entre 1930 y 1950, contexto político del presente trabajo, el investigador en medios, Gabriel Fonnegra, cita algunos ejemplos ilustrativos a este respecto:

“El 8 de enero de 1939, en el gobierno de Eduar-do Santos, once conservadores recibieron la muerte y veinte más resultaron heridos en Gachetá, población del oriente cundinamarqués. El Colombiano, diario de oposición, tituló así: “Liberales e izquierdistas provocaron el sangriento choque”. El Tiempo, diario del Presidente, al reseñar “el gravísimo tumulto que se presentó durante la instalación de la convención conservadora, dio en cambio los siguientes antece-dentes: “En el municipio de Gachetá, que cuenta con bastante población conservadora, se han presenta-do frecuentes disturbios políticos. El conservatismo tiene allí una poderosa organización político-militar, amparada por los sindicatos católicos…”. En cuanto al oficialista El Espectador –cuyos vínculos, hay que decirlo, no han sido tan directos ni familiares con el poder político–, dio una tercera versión culpando al general conservador Amadeo Rodríguez, por haber disparado al aire. Y El Liberal, de Alfonso López, re-calcó que la respuesta de la fuerza policial había sido en “legítima defensa”. La réplica de El Siglo no se dejó esperar. Apuntando su dedo acusador hacia el Palacio de la Carrera, Laureano Gómez lanzó su grito de guerra: “tenéis como jefe a un asesino” (1).

La radio, otro medio significativo en la contienda ideológica interpartidista colombiana, aparece en nuestro país en los años treinta ligada al proceso de industrialización. Al igual que la prensa cumple una doble función: forma de divulgación de la mercancía –la publicidad como requisito clave para que aquélla se venda–, y por otro lado, en un medio de agitación política, de movilización. Un caso claro de ello es La Voz de Colombia, propiedad del conservatismo. Fue creada el 14 de marzo de 1936 y se le consi-dera como el primer experimento de radiodifusión política adelantado en Colombia. En ese sentido se aprovecha una característica importante de la radio, respecto de otros medios, cual es la de vincular mu-cho más al perceptor con la realidad de que trata la noticia, acudiendo para ello a la voz humana, a los sonidos, la música y los silencios. Desde La Voz de

Colombia se emprendió una campaña en contra de la reforma constitucional de 1936. Hablando de esta iniciativa, respecto de la religión, el dirigente conser-vador Pedro María Carreño dijo en una alocución ra-dial: “Puede borrarse de la Constitución todo lo que a Dios y a su iglesia se refiere, puede lanzarse contra ella un vade retro iracundo, puede clamarse contra sus ministros…pero lo que no se puede ni se podrá hacer jamás es destruirla, ni acabar con su soberano magisterio, ni hundir el dogma, ni aniquilar la fe” (2).

Por esos mismos micrófonos desfilan las voces de Augusto Ramírez Moreno, Emilio Ferrero, R. Bernal Ji-ménez y Laureano Gómez, quienes condenan la refor-ma constitucional porque, por ejemplo, atenta contra la cultura nacional –la que Laureano Gómez definía como la cultura conservadora–: “Y es que a pueblos como el nuestro, moradores del trópico y de cultura poco avanzada, no se les puede hablar impunemente de revolución. La sola palabra los asusta y los alarma; no ven en ella un cambio ordenado y pacífico de lo existente, que corresponde a nuevas normas y prin-cipios de gobierno, sino el desquiciamiento, el vuelco absoluto, la transformación violenta del orden de co-sas establecidas en el país” (3).

El papel político de la radio se reafirma en la década de los cuarenta, entre otros hechos a raíz de los acon-tecimientos desencadenados por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Las masas liberales, particularmente en el caso de Bogotá, ocuparon varias estaciones radiales

La violencia generada en los años cuarenta y cincuenta en Colombia

se convierte en una nueva expresión de la acción política. Daniel Pecaut señala que la política se vivió como

violencia, apoyándose para ello en la tesis de Clausewitz, según la

cual la guerra es la continuación de la política por otros medios,

como también por la ausencia de un Estado fuerte, en términos de legitimidad, lo mismo que por la

falta de una clase hegemónica capaz de liderar procesos de

modernización plena de la sociedad.

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y las convirtieron en el medio movilizador y orienta-dor de quienes se lanzaron a las calles ante el crimen de su caudillo. Desde la radio se anunció el derroca-miento del gobierno y en su lugar la instalación del régimen revolucionario: desde la radio se ordenaba la insurrección popular y el ajusticiamiento de los lí-deres conservadores, a quienes acusaban del asesi-nato de Gaitán. Para ese momento, se echaban las bases de lo que posteriormente sería el fenómeno de las cadenas radiales y muy particularmente la apari-ción de Caracol, RCN y Todelar.

La violencia generada en los años cuarenta y cin-cuenta en Colombia se convierte en una nueva expre-sión de la acción política. Daniel Pecaut señala que la política se vivió como violencia, apoyándose para ello en la tesis de Clausewitz, según la cual la gue-rra es la continuación de la política por otros medios, como también por la ausencia de un Estado fuerte, en términos de legitimidad, lo mismo que por la falta de una clase hegemónica capaz de liderar procesos de modernización plena de la sociedad.

De igual manera, y como complemento de lo an-terior, los partidos liberal y conservador son más una creación del Estado, antes que un producto de la so-ciedad civil. De allí la lucha a muerte que se desata en-tre ambos, sabiendo que quien controlara el aparato garantizaba su propia supervivencia.

Ante la poca legitimidad existente, agrega Pecaut, el poder sólo puede sostenerse con la fuerza, con lo cual se opera el paso a la violencia. La visión de lo políti-co como pura relación de fuerzas preside el uso de la violencia física directa. Esa política vivida como violen-cia se expresa también entre las masas populares. De un lado surgen grupos liberales armados que buscan defenderse de los ataques de los grupos conservado-res armados por los dirigentes de ese partido y que se convirtieron en una suerte de refuerzo de la policía, en ese entonces dependiente del Ministerio de Gobierno. Se produce de esa manera una especie de desplaza-miento de la lucha entre las élites hacia lo que pudiera llamarse la base social de los partidos. Sólo que en esta segunda, la violencia política fue asumida con toda la devoción del caso. La imagen que se comunicaba era la de un contrario político al que había que destruir para bien del partido y de Colombia.

Pero ese comportamiento observado en dicho pe-ríodo de la historia colombiana, caracterizado por la articulación violencia-política, no es ajeno a esa cierta tradición representada por el uso alterno de la letra y la sangre –léase constitución y guerra– que ha atravesado

un amplio espacio del discurrir de nuestro país. Es, si se quiere, parte de una herencia que aún hoy sigue vigente y que se expresa en los manejos combinados de las formas de lucha, buscando con ello imponerse sobre el otro antes que reivindicar a la política como opción civilizada para dirimir los conflictos. El apoyo a los grupos paramilitares, la incitación a la acción mi-litar contra las guerrillas o los sectores sociales que se señalan como su base de apoyo, demuestran que la combinación de las formas de lucha no es una exclusi-vidad de algunos grupos insurgentes.

Todos estos procesos excluyentes, caracterizados por la defensa de intereses particulares antes que los colectivos y por la liquidación de opciones políticas que se consideran antinacionales sólo porque son dife-rentes, han contribuido a ese fatal encuentro de la vio-lencia y la política. Por ello señala la socióloga María Teresa Uribe que “En Colombia el espacio de la guerra y el de la política no se desarrollaron como campos se-parados con lógicas distintas que mantuviesen su dife-renciación de prácticas y concepciones sobre el ejerci-cio del poder como de hecho ha venido ocurriendo en otros países de América Latina en donde los militares, herederos de los ejércitos de la Independencia, se han mantenido como opción de poder, como alternativa política para solucionar la crisis que en el manejo del Estado han tenido los civiles mediante dictaduras mili-tares y como guardianes de la nación y de la patria.

En Colombia, por el contrario, el espacio de la po-lítica ha hegemonizado y subsumido el de la guerra formal, y no es que esta última desaparezca sino que se imbrica con la política, se desarrolla en el campo del Estado, en las luchas cruentas y violentas por el control del aparato institucional” (4).

Ante ese coctel explosivo que es la política vivi-da como violencia, la tarea de los medios masivos de comunicación implica una mayor responsabilidad social porque se ratifica su función mediadora en el análisis explicativo del conflicto y en su necesaria solución política. Se alejan los medios masivos de ese compromiso cuando prevalecen los intereses parti-culares –como gremios o grupos políticos o religio-sos– o cuando se aviva la guerra a través de los edi-toriales o comentarios, o mediante una información descontextualizada, aislada de otros hechos de igual importancia, sin previa verificación y confrontación; lo propio cuando la violencia se convierte en un ob-jeto informativo en sí, en cuyo registro no se discrimi-nan los distintos tipos de violencia, sus promotores y víctimas, y mucho menos se trata de analizar en sus

La cruz y la espada como escudos de la democracia

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orígenes y consecuencias. Más bien predomina el cri-terio maniqueo de discriminar la realidad informativa entre las llamadas “buenas” y “malas” noticias, entre “las positivas” y “las negativas”, reflejo evidente de que muchas veces no se informa sobre la realidad producida sino sobre la realidad deseada. Se olvida que la comunicación es por sobre todo diálogo, o sea un cambio de significados por parte de sujetos que son seres reales propios. Y que ese diálogo –al de-cir del autor español José María Desantes– no se da solamente en un plano temporal actual, “sino tam-bién en una cronología sucesiva. Dialogamos con las opciones de nuestros antepasados, se da un diálogo entre generaciones, estamos sentando las bases o los puntos de partida para diálogos con el futuro…el diálogo cumple una función social como forma específica de información. Y esto no sólo cuando

el diálogo presenta la apariencia amistosa de char-la, sino la contenciosa de discusión. La discusión es inevitable entre los hombres. Solamente vedando zonas dogmáticas o prohibiendo contradecir dialé-cticamente a determinada autoridad se impide, de grado o por fuerza, la discusión” (5).

La historia política colombiana, que conlleva a su vez una historia de nuestra violencia, siempre ha re-clamado, desde la aparición de los medios masivos de comunicación, la necesidad de comunicar en términos de inclusión y no de exclusión. Porque sólo de esa ma-nera, la necesidad de comunicar dará paso al derecho a comunicar que el hombre se acostumbrará a ejercer libremente, como lo afirma Juan Beneyto.

B) Presentación de la propuesta metodológica y del objeto discursivo para analizarEn el marco de esa relación particular entre co-

municación y violencia, en el caso colombiano, ubicamos el ejercicio que a continuación vamos a presentar, referido al análisis de cinco de los tantos discursos pronunciados por el dirigente conservador y ex presidente de la República, Laureano Gómez Castro, uno de los oradores colombianos con mayor fuerza verbal en la contienda política.

El objetivo del ejercicio es, por un lado, aplicar una metodología analítica de discurso político, en este caso la propuesta por el sociólogo mexicano Gilberto Jimé-nez Montiel, profesor de la UNAM, y por otro, tratar de mirar cómo se articula el discurso de Laureano y cuál puede ser la clave que lograba convencer y movi-lizar sectores sociales y militancia.

Las intervenciones seleccionadas se produjeron el 26 de julio y el 8, 9, 17 y 31 de agosto de 1932 en el Congreso de la República. Laureano planteó un debate contra el parlamentario antioqueño Román Gómez, también conservador, por haber aceptado una coalición con el entonces presidente Enrique Olaya Herrera, fruto de la cual esperaba ser elegido como Designado. Para garantizar la aprobación de sus proyectos en el Congreso, Olaya se alió con el grupo encabezado por Román Gómez y en contra-prestación éste fue elegido segundo designado. Tal colaboración conservadora fue conocida como la Unión Patriótica Nacional –U.P.N.–.

El debate estuvo precedido por unas denuncias de Gómez contra Laureano, en el sentido de ha-ber utilizado su cargo de ministro de Obras Públicas

Ante ese coctel explosivo que es la política vivida como violencia,

la tarea de los medios masivos de comunicación implica una mayor responsabilidad social porque se

ratifica su función mediadora en el análisis explicativo del conflicto y en su necesaria solución política. Se alejan los medios masivos de

ese compromiso cuando prevalecen los intereses particulares –como

gremios o grupos políticos o religiosos– o cuando se aviva la

guerra a través de los editoriales o comentarios, o mediante una

información descontextualizada, aislada de otros hechos de igual

importancia, sin previa verificación y confrontación; lo propio cuando la violencia se convierte en un objeto

informativo en sí, en cuyo registro no se discriminan los distintos tipos de

violencia, sus promotores y víctimas, y mucho menos se trata de analizar

en sus orígenes y consecuencias.

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para el tráfico de influencias y así obtener preben-das a su favor.

Laureano debe responder a tales acusaciones y lue-go contraatacar no sólo con iguales sindicaciones, sino también, y ante todo, para cobrarle a Román Gómez lo que él consideraba una traición. El debate de Lau-reano contra Román Gómez tiene como piedra de toque la obra del llamado “Tranvía de Oriente”, en Antioquia, de cuarenta y nueve kilómetros, cuyo costo asciende a un millón 595 mil cuatrocientos sesenta y nueve pesos, y que como primera subvención nacio-nal recibió $989.000.oo, y por concepto de la segun-da adicional, $50.000.oo, y como subvención depar-tamental recibió $558.413.oo. Afirma Laureano que el capital inicial de la compañía fue apenas de $70.056.oo. Y acusa a Román Gómez de haber favorecido con el contrato a hermanos y sobrinos suyos (**).

Este discurso de Laureano, titulado “Contra el Ro-manismo”, es materia apropiada para analizar cómo era que el líder conservador concebía a “el otro”, en-tendido éste como contradictor político.

Previo al ejercicio, es pertinente exponer algunos elementos conceptuales planteados por Gilberto Giménez Montiel en su trabajo titulado “Poder, Es-tado y Discurso” (6), y referentes precisamente a su concepción de esta última categoría. Seguidamente presentaremos los niveles del análisis discursivo pro-puesto por el autor.

-El Discurso: Jiménez concibe el discurso como “Toda práctica enunciativa considerada en función de sus condiciones sociales de producción, que son fun-damentalmente condiciones institucionales, ideológi-co-culturales e histórico-coyunturales.

Son estas condiciones las que determinan en úl-tima instancia lo que puede y debe ser dicho arti-culado bajo la forma de arenga, de un sermón, de un panfleto, de una exposición, de un programa, a partir de una posición determinada en una coyuntu-ra determinada” (7).

El discurso como práctica social significa por lo me-nos tres cosas a la vez:

-Todo discurso se inscribe dentro de un proceso so-cial de producción discursiva y asume una posición determinada dentro del mismo y por referencia al mis-mo (interdiscurso).

-Todo discurso remite implícita o explícitamente a una premisa cultural preexistente que se relaciona con el sistema de representaciones y de valores dominan-tes (o subalternos), cuya articulación compleja y con-

tradictoria dentro de una sociedad define la formación ideológica de esa sociedad.

-Todo discurso se presenta como una práctica social-mente ritualizada y regulada por aparatos en el marco de una situación coyuntural determinada.

-Niveles de análisis del discurso: sintagmático y paradigmático-Sintagmático: reconstruye analíticamente el pro-

ceso de esquematización de la realidad, operada por el discurso. Reconoce argumentos, identifica estrate-gias discursivas y la llamada “gramática de argumen-tos”, referida a los denominados “argumentos pivotes” que sustentan el discurso.

-Objetos discursivos: son los grandes tópicos, asuntos o focos del discurso, considerados de manera antecedente a sus determinaciones predicativas. Se re-fieren a figuras, personajes, nociones, hechos, situacio-nes. Se los identifica gracias a su recurrencia en forma de repeticiones, redundancias o énfasis.

-Argumentos: son las determinaciones predicativas que definen y dan contenido a los objetos discursivos atribuyéndoles determinados aspectos, características, funciones o propiedades.

-Paradigmático: identifica y explicita el esquema o paradigma ideológico latente, a partir del cual se pro-duce el proceso argumentativo.

-Axiomas: representaciones colectivas implícitas en la argumentación y que se presentan como principios naturalmente evidentes y universalmente aceptados.

-Verosimilitud en el discurso: todo aquello que

Para el líder conservador, la relación entre política y moral católica es imprescindible si se aspira a una

práctica política honesta, pura. En ese sentido, la religión trasciende su ámbito meramente privado y pasa al

campo de lo público, al de la política. Ésta, pues, se sacraliza y contribuye

a hacer de la Iglesia Católica una institución casi equiparable con la

del Estado y cuyo control se extiende a la familia y a la escuela.

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asume una verdad como apariencia de la realidad misma en dicho texto. De una parte, el discurso como tal constituye un sistema autónomo de signos en el que los elementos significativos se encuentran en correlación recíproca. Pero, de otra parte, se da como representación de lo real, como si las signifi-caciones por él vehiculadas emanaran directamente de la realidad misma.

-Leyes ideológicas: enunciados que aparecen dentro del discurso como presupuestos de trabajo y que a su vez pretenden que sean asumidos y compar-tidos por el destinatario o interlocutor. Por ejemplo: “La sociedad debe defenderse enérgicamente, de lo contrario la violencia, la delincuencia y la criminali-dad acabarán por destruirla”.

C) Realización del ejercicio-Objeto discursivo: debate contra el parlamentario

conservador antioqueño Román Gómez, adelantado durante el 26 de julio y el 8, 9, 17 y 31 de agosto de 1932 en el Congreso de la República.

-Análisis sintagmático:-Argumentos “pivotes”: aquellos que se revelan

esenciales para el desarrollo discursivo y que no pue-den faltar sin que se desmorone la estructura lógica del discurso. En la intervención oral de Laureano, el argumento “pivote” clave se refiere a la estrecha rela-ción que a su juicio debe existir entre el ejercicio de la política y la práctica de la moral católica. Sólo de esa manera puede hablarse de un político honesto, puro, limpio. Quien no responda a esa doble condición, no es honesto y debe ser atacado sin compasión, porque encarna el mal corrompido y corruptor.

Algunos casos:-“Porque tengo en cuenta un principio de eterna

sabiduría que figura en “La imitación de Cristo”: “no porque te ponderen eres mejor, ni peor porque te vi-tuperen: lo que eres, eres”. (8).

-“La política es justicia, es moral, y yo creo que no es política elevada y digna aquella que se obstina, al amparo de mayorías preconcebidas, en cerrarle el paso a toda acción depuradora y noble”. (9).

-(Hablando de Román Gómez): “Su presencia en el Senado es fruto de un pacto inmoral que ha cambiado el resultado de las urnas”. (10).

-“…a qué oscuro abismo de degradación moral lle-gan ciertas personas…”. (11).

-“¿Acaso debemos declarar que no es posible es-

perar ya la justicia en la tierra? ¿Es que justicia, digni-dad, decoro, honradez, patriotismo, son ya para esta desgraciada república palabras vanas que nada valen ni nada representan? ¿…es que se ha perdido aquí en Colombia el sentido del honor, de la moral?”. (12).

-“Yo no me dirijo a los liberales, ni a los conserva-dores. Yo me dirijo a los hombres de bien: a los que sienten la voz de la conciencia”. (13).

-“¿Es que ha desaparecido el significado moral de la probidad y del honor? ¿Es que ya no hay en nuestra infeliz tierra valores morales?”. (14).

-“Para mí la política actual se caracteriza, no por la colaboración ni por la cooperación entre partidos civilizados, sino por la deserción de unidades aisla-das que, a cambio de prebendas personales, y de aprovechamientos ilícitos, entregan trozos de forta-leza. Y yo, que soy un político realista, no cambio las luchas de la democracia sino a base de lealtad; los partidos que fomentan la traición del adversario pecan contra la república”. (15).

-Modalizaciones argumentativas: se refieren a la manera como el sujeto de enunciación se relaciona con su propio enunciado o con el destinatario de su enunciado. Se clasifican en varias categorías:

-De aserción (afirmación): “Pero el país cree en mí, y esta ciudad de Bogotá, que me conoce, sabe que ese cargo no alcanza a herirme”. (16).

-Apreciativa (alegrarse de, no importarle qué): “Nada importa que se diga que yo, en mi grandeza, no debo trascender terrenos tan bajos, ni tocar cosas tan pequeñas. Pero qué culpa tengo yo de que un senador de la república, contra todo derecho, con-tra toda moral, resulte favorecido con un contrato con el gobierno nacional?”. (17).

-Deóntica (deber ser, tener que ser): “No han de ser aquellos los que han de influir de manera decisi-va en la gestión de los negocios públicos, sino aque-llos que profesando un ideal y una doctrina luchan noblemente para contribuir con la fuerza al engran-decimiento de la patria que en este caso no es algo caduco, pasajero…”. (18).

-Certeza (cierto, probable): (hablando de la Designa-tura): “Hoy será un trofeo entregado a un capitán de la intriga como premio a su traición a un gran partido”. (19).

-Calificativa (para referirse a su contrario): “El ca-cique de Marinilla” (20); “El hombre de Marinilla” (21); “El hombre del rincón” (22).

“Y no es posible franquear esa valla que todo lo

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abaja, que todo lo reduce y que todo lo posterga, mientras se encuentre aquí sentado entre nosotros el hombre de Marinilla, porque en tanto que esto suce-da, la grandeza del aliento será empañada por el vaho mefítico que exhalan sus delitos”. (23).

“…es necesario que el país sepa hasta dónde, hasta qué límite llega la delincuencia del hombre de Mari-nilla, la capacidad criminal del amo de la U.P.N., es necesario que el país entero sepa cómo es de inmen-samente cierto este cargo, de cómo sí en realidad Ro-mán Gómez es un contrabandista, y de cómo fue agre-gando delito sobre delito, para cubrir su culpabilidad y para disfrazar su afán de lucro”. (24).

“¿Cuál es la lealtad que hay en eso de llevar a un individuo que tiene una camarilla de parientes para especular indebidamente con los dineros nacionales? Ninguno de los senadores que dio su voto a esa alima-ña para la segunda designatura puede hablar contra los miembros del Consejo de Estado”. (25).

-Veredicción (parece que, es verdad que): “Parece increíble que ese despacho haya llegado a manos del que en medio de su torpeza y de su ignorancia vino a aducirlo como un grave cargo contra mí”. (26).

-Certeza (pensando por el contradictor, como otra manera de atacarlo): “Pero, hombre avisado, quiso tomar la delantera como si la conciencia le gri-tase: “anticípate, anticípate, que de todas esas oscuras gestiones tienes que responder”. (27).

-Aserción: “Lo que yo he denunciado a la faz del país es la existencia de una colonia de microbios que el buen sentido del conservatismo antioqueño había recluido hasta hacía poco en su comarca de origen, que valiéndose de la falacia y el engaño logró exten-derse a todo el departamento”. (28).

-Leyes ideológicas que como axiomas apuntan a ser representaciones colectivas

-“Porque es privilegio de las causas injustas, mante-ner en la confusión a sus defensores”. (29).

-“Eternamente, mientras las normas legales del país estén violadas, se levantará de la conciencia del pue-blo el indignado grito de protesta”. (30).

D) Conclusiones del ejercicioEntendiendo que apenas se trata del análisis de cin-

co discursos de Laureano Gómez Castro, referidos al debate contra el congresista antioqueño Román Gó-mez, presentamos a continuación algunas considera-ciones a manera de síntesis, buscando caracterizar el

trasfondo ideológico, moral y religioso del líder con-servador, protagonista de primer orden en el devenir de la violencia partidista colombiana de los años cua-rentas, cincuentas y sesentas:

-Para el líder conservador, la relación entre polí-tica y moral católica es imprescindible si se aspira a una práctica política honesta, pura. En ese sentido, la religión trasciende su ámbito meramente privado y pasa al campo de lo público, al de la política. Ésta, pues, se sacraliza y contribuye a hacer de la Iglesia Católica una institución casi equiparable con la del Estado y cuyo control se extiende a la familia y a la escuela. Al oponerse a la reelección presidencial de Alfonso López Pumarejo –1942 a 1946–, dijo Lau-reano en un discurso pronunciado ante el Congreso de la República en septiembre de 1940:

“Dentro del concepto democrático del Estado que profesamos nosotros los conservadores, sabemos que no todo es lícito en el gobierno ni en el Congreso, sino que gobierno y congreso tienen que someterse a dispo-siciones eternas y permanentes” (31) (subrayado mío).

Señala por su parte Luis Alberto Restrepo, docente e investigador de la Universidad Nacional, cómo la militancia política se ha tomado en Colombia con un sentido de secta y de dogma. La misma constitución de los partidos se asumió con una posición a favor o en contra de lo clerical. Más que premoderna, es una cultura religiosa antimoderna que maneja conceptos del bien y del mal, con su correspondiente actitud de intolerancia. Esto, unido a una lógica de violencia, produce un militante partidario que es consciente de que puede ser soldado de un ejército que defienda principios políticos y religiosos (32).

En el mismo discurso dirigido al Congreso, Laurea-no reivindica su concepción de la política asumida con un fundamento religioso: “Me permito para que quede bien expreso en la mente colombiana y para que contribuya a la formación de esa conciencia que ahora estoy formando: hay cosas que el señor Ló-pez atropelló, desconoció y ultrajó; cosas que son sagradas [subrayado del autor del documento] para la inmensa mayoría del país” (33).

-Para Laureano Gómez, el otro, como contradictor político, es un contrario a quien hay que aplastar y ex-cluir. Su discurso, reforzado por un manejo retórico, ad-jetivado, ofensivo, irónico, alternado con el manejo de datos concretos, anima al militante político a “borrar” del mapa a su opositor. Éste, en la concepción laure-anista, es asumido dentro de la relación amigo- enemi-

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go propia del alemán Karl Schmitt, para quien la política está caracterizada por tal contradicción, la misma que se resuelve mediante la derrota y exclusión de “el otro”, recurriendo a la violencia si es necesario:

(hablando sobre la defensa del patrimonio de los hi-jos ante “la tiranía liberal”) “…Pero puesto que (los hi-jos) se tuvieron, hay que defender ese patrimonio; no lo podemos entregar. No lo podemos entregar, no hay combinación, no hay maniobra que pueda convencer-nos de que no tenemos el sagrado deber porque lo tenemos; y si para defenderlo tenemos que hacer la guerra, tendremos que hacerla…” (34).

En ese sentido, se trata de un autor que piensa la política desde el horizonte de la guerra, por lo cual no reconoce el consenso o el diálogo sino la dominación como manera de ejercer el poder. Un principio metodológico en Schmitt parte de reco-nocer que los conceptos políticos tienen su sentido en coyunturas específicas, cuando adquieren su ca-rácter polémico al identificar el “contra quién”, el mismo que hay que derrotar por cualquier medio. La guerra, para este autor alemán, no es más que una provincia de lo político.

Desde tal postura frente al contradictor político, Laureano se asume como un paradigma de honesti-dad y moral, digno por tanto de ser el líder de todo movimiento restaurador de la pureza y las buenas

costumbres. La tríada de su discurso está conforma-da por la moral, la jerarquía y la justicia, pero tenien-do en cuenta que su concepción de la primera es de estricto corte religioso. En los siguientes apartes de su discurso de 1940 en el Congreso contra la figura y la política de Alfonso López Pumarejo, podremos redescubrir la combinación que hace Laureano de moral, religión, política y guerra, cuando se trata de pronunciarse frente a “el otro”:

-“De modo que como veis, honorables senadores, en esas cosas que ha dicho anteriormente no ha hecho sino aplicar el caso colombiano a la teoría del pensa-dor y teólogo Domingo de Soto (***), quien agrega que es un episodio lícito de la guerra justa darle muerte al tirano (subrayado del autor del documento). Si se agrediera a algún ciudadano o le arrebatare sus bienes, los bienes materiales nada más, ¿qué será cuando le arrebatara los bienes espirituales?”. (35).

-“ Si el rey atropella al reino, óiganlo bien, hono-rables senadores, si el rey atropella al reino, entrega al robo las fortunas públicas y privadas y desprecia y vulnera las leyes públicas y la sacrosanta religión, si su soberanía, su arrogancia, su impiedad llegasen hasta insultar la divinidad misma, entonces no se le debe disimular en ningún modo…; como esto es peligroso, lo mejor sería deliberar sobre lo más conveniente en grandes reuniones después de advertirle al príncipe para que se corrigiera, haciéndole la guerra de lograrlo, declararlo enemigo público, darle muerte” (subrayado del autor del documento). (36).

-Camilo García, filósofo de la Universidad Nacional, autor del ensayo del cual hemos tomado las últimas citas del discurso de Laureano Gómez, sostiene que el ex presidente justificó su consigna de dar muerte a Al-fonso López Pumarejo, tildándolo de tirano. Y a su vez este calificativo fue utilizado para acusarlo de haber destruido bienes y cosas sagradas de la patria:

“¿A la destrucción de qué bienes sagrados se refiere Laureano Gómez? Sin lugar a dudas, al hecho de que en 1936 los legisladores liberales, auspiciados por el entonces presidente López Pumarejo, no encabeza-ron, como solía hacerse, el acto legislativo con el que reformaron la Constitución vigente desde 1886 con la fórmula “En nombre de Dios, fuente suprema de toda autoridad, los diputados de la Asamblea decretan, sino por la de “El Congreso de la República decreta:”.

¿Por qué esta fórmula resultaba sagrada para Lau-reano Gómez? Lo era porque contenía una “verdad” para él inmutable e inmodificable: que el poder que

El discurso laureanista, de profundo tinte violento, se caracterizaba

además porque él se asumía como una suerte de representante de Dios en la tierra, pues según él

si las leyes se promulgan sin su nombre o sin su autorización, no

hay porqué obedecerlas e incluso es permitido desobedecerlas. Este principio ayuda a explicar porqué

la invitación a sus copartidarios para dar muerte a López Pumarejo.

Se deduce entonces que para Laureano el poder normativo que

se dan los hombres debe brotar, en consecuencia, del poder de Dios.

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los seres humanos poseen y ejercen les es dado por Dios, que encarna el poder absoluto como atributo central de su existencia…Por tal motivo estos legis-ladores cometieron, para él, una falta grave contra Dios: atentar contra su presencia espiritual sobera-na, al obligarlo por la fuerza a retirarse de donde no se puede retirar…” (37).

El discurso laureanista, de profundo tinte violen-to, se caracterizaba además porque él se asumía como una suerte de representante de Dios en la tie-rra, pues según él si las leyes se promulgan sin su nombre o sin su autorización, no hay porqué obe-decerlas e incluso es permitido desobedecerlas. Este principio ayuda a explicar porqué la invitación a sus copartidarios para dar muerte a López Pumarejo. Se deduce entonces que para Laureano el poder nor-mativo que se dan los hombres debe brotar, en con-secuencia, del poder de Dios.

En este sentido, y basándonos en las reflexiones de Hegel, Laureano adopta la concepción de moralidad entendida como lo justo, lo adecuado, porque es un mandato de Dios. A esta definición, el filósofo alemán la llama “moralidad subjetiva” (38), porque se trata del cumplimiento del deber por el acto de la voluntad. Agrega que la mera buena voluntad “subjetiva” es in-suficiente: “Esta buena voluntad puede obtener laure-les que no son sino “hojas secas que nunca han verde-cido” (Philosophie des Rechts, 129) (39).

La moralidad objetiva, por su parte, siempre según Hegel, es la obediencia a la ley moral en tanto que fijada por las normas, leyes y costumbres de la socie-dad, la cual representa a la vez el espíritu objetivo, o una de las formas del espíritu objetivo. Este autor advierte que es menester que la moralidad subjetiva se integre con la objetiva, para que llegue a ser una expresión concreta. En síntesis, la moralidad objetiva es la racionalidad de la moral universal concreta que puede dar un contenido a la moralidad subjetiva de la “mera conciencia moral” (40).

De otro lado, y respecto del tema de la otredad, objeto de este trabajo, surgen posturas que indirecta-mente confrontan la concepción excluyente caracte-rística del discurso y de la acción de Laureano Gómez. Octavio Paz ha señalado que la incapacidad de la de-mocracia ha propiciado el aumento de los excluidos, entre otras razones porque, según el escritor mexica-no, el hallazgo de nosotros mismos es proporcional al descubrimiento de “el otro”, pues el ser uno mismo es, siempre, llegar a ser ese otro que somos y que lleva-

mos escondido en nuestro interior. Ese mismo coexistir se asume, entonces, como un camino capaz de ayu-darnos a construir nuestra mutua libertad. Y sentencia Paz que el hombre es el único ser que se siente solo y el único que es búsqueda de otro.

En el mundo de hoy, se tiene una visión propia sobre “el otro” cuando se trata de justificar en el plano político y militar la prevalencia del terrorismo como tema estratégico y determinante en la agenda global impuesta por las superpotencias, en especial a partir de los atentados de 2001 en Estados Unidos y de 2005 en Londres. Las discriminaciones, las per-secuciones y las estigmatizaciones contra ciudada-nos, sean de países tercermundistas, de religión mu-sulmana, de origen árabe, se han intensificado y con ello consolidado ciertos estereotipos que han deve-nido, en muchos casos, en expulsiones, en capturas arbitrarias, en tratos inhumanos –léase torturas– e incluso en la muerte violenta de personas a manos de autoridades policiales, sólo por su aspecto físico o por una pretendida actitud de sospecha, tal como ocurrió en 2005 con un ciudadano brasileño en una estación del metro londinense. La proveniencia de los apellidos de la persona, su país natal, los oficios desempeñados, el idioma hablado, son también par-te de los prejuicios existentes que justifican abusos cometidos contra el presunto narcotraficante, contra el posible terrorista, contra el muy seguro asaltante de residencias o de bancos, contra el sospechoso de ser proxeneta, etc. En buena medida, el discurso de Laureano sobre “el otro” no ha desaparecido, más bien se ha refinado.

La voluntad política que se necesita en nuestro país y en el mundo para avanzar en una superación defini-tiva de esta visión excluyente sobre “el otro”, encuen-tra en el diálogo y en la palabra las claves para llegar a acuerdos que propicien el surgimiento de sociedades y de regímenes pluralistas, comprometidos con el res-peto a la diferencia en todos los sentidos, pero partien-do del planteamiento de que nuestra realización como individuos requiere de reconocer la necesidad de con-tar con “el otro”. Vale la pena concluir a este respecto con una afirmación de Eduardo Nicol: “La palabra es el nexo de vinculación y de restablecimiento de “la unidad primitiva”, como se llamaba el mito, o sea, el modo de lograr la plenitud ontológica”. (41).

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Referencias bibliográficas

1. FONNEGRA, Gabriel. “La prensa en Colombia”. Citado por los estudiantes de Comunicación Social de la Universidad de Antioquia, Luz Magnolia Rodríguez Ruiz, Nicolás Marín Echa-varría y Camilo López Forero, en su informe de lectura “Me-dios de comunicación y violencia”, presentado en el curso de Redacción Periodística el 15 de octubre de 1992.

2. MONTOYA, Marta Elena. “La Voz de Colombia y la Re-forma Constitucional de 1936”. Universidad de Nova- Cin-de, Maestría en Ciencias del Comportamiento. Medellín, julio de 1982.

3. Op. Cit.

4. URIBE, María Teresa. “Legitimidad y violencia: una di-mensión de la crisis política colombiana”. Instituto de Es-tudios Regionales, Universidad de Antioquia, Medellín, 1998.

5. DESANTES GUANTER, José María. “La función de in-formar”. Ediciones Universidad de Navarra S.A. – EUNSA-. Madrid, 1976.

6. GIMÉNEZ MONTIEL, Gilberto. “Poder, Estado y Discur-so”. Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Au-tónoma de México – UNAM-. México D.F. 1989.

7. RESTREPO, Luis Alberto. “La transición en la cultura política de Colombia”. Documento presentado durante el Seminario sobre el Estado, organizado por el Instituto de Estudios Políticos, Universidad de Antioquia. Medellín, 22 de agosto de 1992.

8. GÓMEZ CASTRO, Laureano. “Contra el Romanismo”. Primera intervención en el Congreso, 26 de julio de 1932. Incluida en Laureano Gómez Castro, Obras Completas, Tomo IV, Discursos Parlamentarios 1932- 1935, Compila-ción y notas de Ricardo Ruiz Santos, edición de Editorial Presencia, Bogotá, 1989, pag.13.

9. Op. Cit. Tercera intervención, pág.28.

10. Op. Cit. Segunda intervención, pág.19

11. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 34

12. Op. Cit. Tercera intervención, pág.34

13. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 35

14. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 36

15. Op. Cit. Segunda intervención, pág. 20

16. Op. Cit. Segunda intervención, pág. 20

17. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 27

18. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 36

19. Op. Cit. Segunda intervención, págs. 18-19

20. Op. Cit. Primera intervención, pág. 9

21. Op. Cit. Primera intervención, pago. 10

22. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 29

23. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 37

24. Op. Cit. Cuarta intervención, pág. 51

25. Op. Cit. Cuarta intervención, pág. 55

26. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 27

27. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 31

28. Op. Cit. Segunda intervención, pág. 13

29. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 22

30. Op. Cit. Tercera intervención, pág. 22

31. GARCÍA, Camilo. Lo sagrado y la violencia, raíces de la violencia actual en Colombia. Revista Número, edición 38, septiembre- octubre 2003, Santa Fe de Bogotá, pago. 34.

32. RESTREPO, Luis Alberto. Op. Cit.

33. GARCÍA, Camilo. Op. Cit. Pág. 35

34. GARCÍA, Camilo. Op. Cit. Pág. 35

35. GARCÍA, Camilo. Op. Cit. Pág. 36

36. GARCÍA, Camilo. Op. Cit. 36

37. GARCÍA, Camilo. Op. Cit. Pág. 36

38. HEGEL, Federico. Citado por José Ferrater Mora en “Diccionario de Filosofía”, Ariel Filosofía, Barcelona, págs. 2460- 2461.

39. HEGEL, Federico. Op. Cit. Pág. 2460

40. HEGEL, Federico. Op. Cit. 2461

41. NICOL, Eduardo. Metafísica de la expresión. México, Fondo de Cultura Económica, 1989, págs. 17-18.

(*). Doctor en Sociología, Universidad de La Sorbona, París, 1976. Licenciado en Ciencias Sociales, Instituto de Scienze Sociale, Universidad Gregoriana, Roma, 1956. Autor de di-versos libros y artículos que abordan los temas de lo identita-rio, de lo sociológico, de lo semiótico y de lo cultural.

(**). Datos tomados de la primera intervención de Laurea-no Gómez el 26 de julio de 1932, incluida en sus “Obras Completas”, Tomo IV, pág. 10, compiladas por Ricardo Ruiz Santos y divulgadas por Editorial Presencia, Bogotá, 1989.

(***) Dominicano que en su obra “De justicia et de jure”, afirma que cuando el tirano ha menospreciado al bien co-mún, ha declarado la guerra al país y por tanto éste tiene el derecho de defenderse acudiendo a la fuerza.

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El agua es el máximo común denomi-nador del medio terrestre. El éxito futuro del hombre dependerá de la medida en que las naciones aúnen sus esfuerzos para cooperar en la conservación y uti-lización del agua. De su buen uso depende el futuro de la población. Si no cuidamos el agua pasaremos del potencial hídrico que tenemos en Colombia a un sembrado de pinos, a un potrero o a un desierto. En los tres casos damos comienzo a la extinción del pri-vilegiado paraíso que hoy tenemos. El nivel de vida de todas las sociedades está íntimamente relacionado con los consumos del agua. La Conferencia General de la UNESCO reconoció la absoluta necesidad de mejorar los principios en que se basan la utilización y ordenación de los recursos hidráulicos. Se preservan mediante el buen uso y destinación, se extinguen por

Uso, abuso y crisis del AGUA

Por José Jaramillo Alzate

Periodista y Docente [email protected]

…en el planeta hay suficiente agua para cubrir la demanda domestica, industrial y agrícola, pero no se cubre el ciento por ciento de la población “por la ineficiencia de los procesos políticos que ponen a la población pobre en desventaja”.

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el abuso, el desperdicio y la contaminación. El uso in-adecuado del agua, que es la sustentación de la vida para todas las especies, comenzando por la humana, conduce a situaciones de escasez, epidemias y desas-tres ecológicos. En un informe de la ONU, emitido en el 2006, se indicó que el desarrollo en Colombia y el resto del mundo se está viendo afectado por la pési-ma distribución del agua potable y de los sistemas de saneamiento. La contaminación por infiltración quí-mica, bacteriana, las exploraciones petroleras y mi-neras, lo mismo que los inadecuados tratamientos de las aguas negras y la destrucción de zonas acuíferas en el incremento de cultivos ilícitos, son los impactos que hoy se consideran amenazantes para la existen-cia de las aguas subterráneas. En su informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desa-rrollo (PNUD) se explicó, a través del estudio realiza-do, que en el planeta hay suficiente agua para cubrir la demanda domestica, industrial y agrícola, pero no se cubre el ciento por ciento de la población “por la ineficiencia de los procesos políticos que ponen a la población pobre en desventaja”.

Muchas veces ocurre que con el aumento de la mayor disponibilidad del agua se incurre en su des-pilfarro, ocasionando la alarma que hoy se tiene, con el pronóstico de que por lo menos 600 millones de personas sufrirán desnutrición hacia el 2080 por la es-casez de agua y sus efectos en la producción agrícola. La UNICEF ha informado que por lo menos 1.200 millones de habitantes carecen en la actualidad de agua potable. Se prevé, para el 2025, si no hay co-rrección en los malos manejos que se da al potencial hídrico, que dos de cada tres personas en el planeta tendrán carencia de agua. Es una amenaza prevista para el desarrollo humano que convoca la acción de los Estados, con criterio de unidad, para buscar y adoptar medidas preventivas al desastre anunciado, con el incremento actual del calentamiento global, otra referencia sobre la crisis del agua, cuyos efectos se juzgan en Estados Unidos, para el siglo XXI como un “desafío monumental,” jamás enfrentado por la humanidad, según juicio de la comunidad científica.

El programa para la adaptación de los recursos hídri-cos (WRAP), desarrollado por un equipo investigativo, proporciona una base de datos y metodologías de pre-dicción, para aplicar métodos y estrategias conducen-tes a las adaptaciones que se tomen frente a los retos que enfrentaremos en el futuro. Hoy existen 25 países que sufren el llamado “estrés del agua”, gastan mas de la que poseen y dan cambio a sus tierras por desiertos,

precipitando una catástrofe ecológica. Esta preocupa-ción determinó la programación de una conferencia mundial, preparada por la ONU, realizada en Indone-sia, del 3 al 14 de diciembre del 2008, con el objetivo de modificar el Protocolo de Kyoto, incorporando al convenio internacional la participación de todos los países en el estudio y ejecución de las normas que de-ben adoptarse frente a la crisis que se avecina por el mal uso y los desperdicios del agua. Son los riesgos que están determinando una mejor preparación para el uso y preservación, evitando su deterioro y desgaste. Algunos países, como Estados Unidos e Italia, adop-taron modelos de fabricación de grifería y sanitarios, calculando que en unos 30 años disminuyen un 35% el excedido consumo urbano del agua.

Entre los desperdicios o abusos con el agua se cuen-ta lo pertinente al riego en las zonas agrícolas. Así lo definieron en una reunión de las Naciones Unidas, ci-tándose como ejemplo el caso de África, que afronta la crisis del agua por los excesos intensivos en el uso de los recursos hídricos. En el agua de superficie África posee grandes cuencas pluviales evaluadas en 200 mil millones de metros cúbicos que incluyen los grandes recursos hídricos de superficie, con grandes y peque-ños ríos. Solo que la indebida utilización de esos dis-positivos, en los riegos, la ha situado en esa situación de crisis. Un proyecto FAO/PNUD está ayudando al África meridional para dar un mejor uso al agua y a la tierra en sus cultivos. Como la información y la tecno-logía no llegaban a los agricultores, bajaron los buenos usos de estos recursos, la tierra se hizo vulnerable a la sequía, sus suelos y su cobertura vegetal se deteriora-

La contaminación por infiltración química, bacteriana, las

exploraciones petroleras y mineras, lo mismo que los

inadecuados tratamientos de las aguas negras y la destrucción de zonas acuíferas en el incremento

de cultivos ilícitos, son los impactos que hoy se consideran amenazantes para la existencia

de las aguas subterráneas.

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ron, y su población rural, más del 75% de la población total, se vio condenada a la pobreza y a la miseria. Hoy, con la asistencia que están recibiendo, se ofrecen talleres para los responsables de las decisiones y para los agentes extensionistas a nivel de distrito y canales para la investigación a los grupos de campesinos que más probablemente puedan beneficiarse de ellos.

Los abusos del agua muchas veces conviven con el abuso de la tierra. La deforestación en Colombia supera el 35% del área territorial que equivale aproxi-madamente a 400.000 kilómetros cuadrados, según un informe del investigador Andrés Etter, de la Uni-versidad Javeriana, publicado en la revista Agricultural Ecosystems & Environment. También cerca de 180.600 kilómetros cuadrados de los bosques andinos han des-aparecido y alrededor del 30% de las selvas. Las zonas que se citan como las afectadas son las de Catatumbo, la Cuenca del Magdalena, el Caribe y la Orinoquia. El proceso acelerado del deterioro de la tierra, con los efectos negativos sobre el medio ambiente, se suman a la desaparición del agua. A la parte agrícola, ejercida sin la tecnología adecuada, con un manejo rutinario y la disposición de grandes zonas verdes para la ganade-ría, sin las restricciones debidas, lo mismo que la desig-nación de grandes territorios para los cultivos ilícitos, se atribuyen causas fundamentales para la disminución de los recursos hídricos. Según informes divulgados en la prensa por investigadores universitarios, los cultivos ilícitos en Antioquia eran de dos mil hectáreas en el año 2000 y en el 2006 ascendieron a seis mil, con los graves efectos sobre el medio ambiente y la naturaleza en zonas geograficas que han sido de grandes privile-gios en esta materia. El profesor Juan Felipe Blanco Li-breros, del programa de Biología de la Universidad de Antioquia, ha expresado que la tasa de deforestación anual en el país está en el 2,6 por ciento y en algunas zonas calientes alcanza el cinco por ciento.

El proceso de degradación de los suelos, según los cálculos de investigadores ambiéntales, avanza en las regiones más fortalecidas en una proporción de 2000 hectáreas anuales. Por eso se ha dicho que Colombia además de victima es agente del cambio climático. Sólo con relación a la destrucción de bosques y zonas selváticas, se calcula que entre 2002 y 2008 fueron 158.000 hectáreas las destruidas para intensificar los cultivos ilícitos, especialmente de coca en varias regio-nes del país. La más afectada fue la del departamento del Guaviare que perdió 28 mil hectáreas de su rique-za selvática. La recuperación de estos terrenos, según lo estiman los ambientalistas, sólo se lograría entre 50

y 150 años. Todos esos efectos de la deforestación se reflejan en la perdida de la biodiversidad, la alteración de ciclos hidrológicos, su reducción y la perdida de especies en la vida silvestre.

Hablando sobre posibles cultivos en el desierto, por irrigación, ante la escasez que se prevé con el crecimiento poblacional y los deterioros en el medio ambiental, se sugiere un sistema de irrigación y dre-naje para posibilitar zonas verdes en el desierto desti-nadas a la producción de alimentos de procedencia vegetal. El agua que es conducida por canales es ob-tenida por perforaciones de embalses y en el futuro por la desalinización del agua de mar, aprovechando los manantiales de agua dulce que se encuentran en sus fuentes. La sobrepoblación y los desastres cli-máticos es la gran preocupación que los científicos plantean como riesgos para la estabilidad humana en unos diez mil años. Así lo explicaron en el Congreso sobre Riesgos Catastróficos, realizado en la Universi-dad de Oxford, Inglaterra, en julio del 2008.

Cinco repúblicas de la ex Unión Soviética se es-fuerzan ahora en organizar un programa de desarro-llo agrícola, para hacer frente a los desastres ambien-tales, causados por la mala planificación agrícola del gobierno soviético, que llevó a disminuir el nivel del agua en sus mayores fuentes hidráulicas, incluyendo al Mar de Aral, que tenía una importante industria pesquera, de la cual sobrevive una de las 14 espe-cies de peces que hoy no alcanza valor comercial.

Sólo con relación a la destrucción de bosques y zonas selváticas,

se calcula que entre 2002 y 2008 fueron 158.000 hectáreas las

destruidas para intensificar los cultivos ilícitos, especialmente de coca en varias regiones del

país. La más afectada fue la del departamento del Guaviare que perdió 28 mil hectáreas de su

riqueza selvática. La recuperación de estos terrenos, según lo

estiman los ambientalistas, sólo se lograría entre 50 y 150 años.

Uso, abuso y crisis del AGUA

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Al disminuir el nivel del agua comenzó el proceso de desertificación, que afectó a cientos de miles de kilómetros cuadrados de las tierras destinadas a la producción agrícola intensiva. Los herbicidas y pla-guicidas que habían ido a parar al lago durante años, terminaron contaminando el aire planteando un peli-gro a la salud humana en proporciones catastróficas.

Son estos algunos de los casos que pueden citar-se de las consecuencias que a nivel global tiene el mal uso del agua y su desperdicio, que conducen a la crisis que puede extenderse si no se toman las medidas preventivas que se están recomendando, entre ellas evitar el arrojo de basuras y desperdi-cios a las corrientes de agua, que provocan cambios ecológicos de tal magnitud que pueden ser irreversi-bles, como ha ocurrido con el Mar Negro, fuente de abundante pesca, donde los desechos de las fabri-cas y las granjas han alterado considerablemente la cadena alimentaria por el abundante florecimiento de algas y depredadores exóticos, en detrimento de las especies comerciales de las que dependían para subsistir dos millones de pescadores y sus familias.

Esta circunstancia ha impuesto a varios países la mi-sión de rescatarlo, por lo menos para asegurar el traba-jo a la numerosa gente que vive en sus orillas.

En un estudio realizado por el grupo de Investiga-ciones Ambientales, de la Universidad Pontificia Boli-variana, U.P.B., sobre los consumos de agua en Antio-quia y el Valle de Aburrá, se reveló que los paisas usan cada vez mejor el agua, pues, según el estándar inter-nacional, el promedio normal de consumo por día es de 150 litros por persona, mientras que en Antioquia está por debajo, con 113 litros.

En la zona cafetera se ha logrado reducir el con-sumo de agua, de 20 litros por kilogramo de café pergamino a tres litros en promedio, con el concur-so de Cenicafé, el Comité Departamental de Cafete-ros y la Universidad Nacional a través de su Facultad de Ingeniería Agrícola.

En estudios realizados por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, el Departamento Técnico Administrativo del Medio Ambiente, la Universidad Nacional y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, difundidos en el 2001, se dejó establecido que el sistema actual de captación de aguas superfi-ciales solo garantizaría el servicio hasta el 2020 y se-ñalan el agua subterránea como última opción. Entre los inconvenientes al abordar cuestiones relacionadas con el riego, cuenta la falta de evaluación en los as-

pectos físico, social y medioambiental, lo cual genera problemas en la ejecución de los programas de riego, los cuales fracasan cuando no se tienen en cuenta sus implicaciones físicas, sociales y ambientales.

En Colombia, cerca de 750 municipios carecen de plantas para el tratamiento de aguas residuales. Así lo aseguró el ministerio del Medio Ambiente a prin-cipios del 2006. En Antioquia, según lo estableció un trabajo de la Contraloría Departamental, varios mu-nicipios omiten en su presupuesto partidas destina-das al cuidado hídrico de la zona, afectada por la tala de bosques, el vertimiento de las aguas residuales y los campos extensivos para el ganado, igual que la explotación minera, con sistemas inadecuados, an-titecnicos y empíricos, que causan seria contamina-ción con mercurio, factores que están disminuyendo notoriamente las cuencas y el suministro adecuado del agua a la población rural.

Según dicho informe, las subregiones más afecta-das en Antioquia son: el Bajo Cuca, Nordeste, Mag-dalena Medio y Urabá. Por eso, decía el doctor Diego Calle Restrepo, cuando desempeñaba la gerencia de las Empresas Publicas de Medellín, que la riqueza an-tioqueña no estaba sólo en el oro de los socavones, también estaba intacta en el agua, juzgando indispen-sable acumularla en represas para producir la energía requerida para el desarrollo industrial.

Por el mal uso que se le da al agua y por el mal trato a la naturaleza, como es la tala de árboles en cercanías a fuentes, nacimientos y cuencas hídricas, se afectan la cantidad y la calidad, con la repercusión de enfermedades originadas en la escasez y princi-palmente en su contaminación. Para que la comuni-dad pueda contar con agua abundante y de buena calidad, es necesario involucrarla en la conservación y protección de las fuentes que la producen y adies-trarla en su mejor uso. El mal trato que se da a los recursos naturales ensombrece el futuro de la tierra, según los estudios científicos que al respecto se han realizado y que constituyen una realidad manifiesta en la perdida de cuencas, en la contaminación y en el crecido numero de victimas por estas causas. Es lo que justifica la insistencia en la creación de la cátedra ambiental para incluirla en el área curricular de la educación primaria, secundaria y superior.

Hay consenso mundial en la necesidad de reducir los consumos de agua porque a partir del actual mile-nio las guerras serán por agua y alimentos, como ya se ha prescrito. El consumo actual, según investigadores

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de la Universidad de Antioquia, es de 6.8 metros cú-bicos por persona y señalan mayores consumos en el sector agrícola. Tanto en la zona bananera como en la de cultivo de flores, se confrontaron excesos en el uso de agua, según estudios realizados por el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia y la Universi-dad Nacional, sede de Medellín. Con mucha razón organizaciones del Estado como el Ideam y el Minis-terio del Medio Ambiente llamaban la atención sobre el descuido en los procesos de desarrollo del país en relación con la preservación de los recursos natura-les, sin prevenir los abusos, particularmente del agua, pues no obstante ser Colombia el cuarto país entre los de mayor riqueza hidráulica en el mundo, des-pués de Rusia, Canadá y Brasil, se corren los riesgos de la escasez ante un futuro incierto. Si se descui-dan las 743.000 cuencas hidrográficas que se han registrado en el inventario nacional del agua, cada día será menos fácil sobrevivir y como en el resto del planeta, estaremos muriendo de sed.

Ya se ha predicho que hacia el año 2025 por lo me-nos dos tercios de la población humana subsistirán con bajas reservas, conducentes a la catástrofe universal. Hoy, el mayor volumen de agua apta para el consumo se suministra en Caldas, Quindío y Valle. En Antioquia, sólo en 71 municipios se suministra agua disponible, de calidad, para el consumo, lo que equivale al 57% de la población. Pero con el propósito de conservar el agua pura, reducir su contaminación y darle mejor tratamiento para el consumo, las Empresas Publicas de Medellín (E.P.M.) suscribió convenios con las cor-poraciones territoriales, como Corantioquia que atien-de el mayor volumen de municipios, pertenecientes a la parte central y las regiones del Norte, Nordeste,

Bajo Cauca, Magdalena Medio, Suroeste, Occidente y Valle de Aburra, y con Cornare, de la que dependen 25 municipios de la zona oriental, nororiental y suro-riental, lo mismo con la regional de Urabá, integrada por los municipios de Apartadó, Carepa, Chigorodó, Mutatá y Turbo. Se creó la institución Empresa Aguas de Urabá, con las EPM como socio y con el apoyo de los gobiernos departamental y nacional.

Para garantizar la calidad y el buen uso del agua potable, evitando el abuso y la contaminación, se creó el Fondo Departamental del Agua, iniciativa liderada por la Gobernación de Antioquia y consignada en la Ordenanza 25 del 27 de octubre del 2005, para cofi-nanciar los proyectos conducentes al mejoramiento de los servicios de acueducto y alcantarillado en las áreas rurales y urbanas. Es un propósito manifestado por el gobernador Luis Alfredo Ramos Botero, dentro de los objetivos de su administración, con una inversión cal-culada en 508.000 millones de pesos, en proyectos viables de acueducto y alcantarillado para favorecer a 100 municipios en toda la cobertura urbana, de mane-ra que hacia el 2011 todos cuenten con agua potable.

No hay que olvidar que el agua es el origen de la vida y que la desafortunada tala de bosques, la defo-restación y el inapropiado uso de las reservas acuáti-cas, lo mismo que la contaminación a fuentes y co-rrientes a las que se arrojan basuras, desperdicios de toda índole, fertilizantes y venenos, ponen en peligro la supervivencia del ser humano. Es lo que ha permi-tido llamar al mar “el basurero toxico del mundo”. En un informe del Ideam, divulgado en octubre del 2003, se prevé que para el 2015 por lo menos 65 municipios del país tendrán problemas por la escasez del agua, si se continua con el mal manejo que se le está dando a este recurso. Por esta causa, afirma la misma entidad, en once municipios se advierten ya inminentes sequías en sus fuentes de agua. Y en otros, el decrecimiento dramático de las fuentes de agua subterráneas Es un panorama desolador, como se planteó en el III Foro Nacional del Agua que se realizó en Bogotá y Carta-gena, también en octubre del 2003. El mal trato con la naturaleza y el uso abusivo del recurso hídrico, así como la falta de lo que puede llamarse “la cultura del agua”, plantean el riesgo de que por lo menos en 800 pueblos de Colombia esta disponibilidad pueda per-derse en los próximos 12 años.

En un estudio de la Contraloría General de la Repu-blica, dado a conocer en el año 2000, se advertía que “en el 2016 el 38 por ciento de los colombianos afron-tará crisis hídricas, que ascenderá, en dos lustros más

El mal trato con la naturaleza y el uso abusivo del recurso hídrico, así como la falta de

lo que puede llamarse “la cultura del agua”, plantean el riesgo de que por lo menos en 800 pueblos de Colombia esta disponibilidad pueda perderse

en los próximos 12 años.

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adelante, al 70 por ciento. Para evitar que ello ocurra es necesario y urgente crear conciencia ciudadana so-bre la importancia y el valor del agua, algo que debe iniciarse desde los primeros niveles educativos, para incrementar el conocimiento de lo que puede deno-minarse ‘derecho humano’, pues la falta de conciencia colectiva sobre lo que tenemos, cómo lo debemos usar y cómo debemos evitar la demencia desatada contra los recursos naturales, es lo que viene dimensionando la crisis anunciada, en lo que cuenta la descomposi-ción ambiental. Hay que modificar los comportamien-tos sociales frente al agua y promover cambios en la política de gestión y control en todas las instancias, ya que cada año once millones de hectáreas de bosques son talados en todos los rincones del planeta, de los cuales el sesenta por ciento son bosques tropicales. Sólo en la Amazonia, según datos del gobierno brasile-ño, la deforestación se incrementó en un 34% después de 1992. Es la degradación ambiental que se atribuye a quemas extensas para prácticas agrícolas, desarrollos viales, proyectos mineros e hidroeléctricos y comercia-lización de la madera, lo que conduce al colapso total de los sistemas naturales. Las lluvias ácidas, causadas por la contaminación industrial, han destruido bos-ques enteros en Europa y Norteamérica. Sólo con un proceso educativo formal para el uso debido de nues-tros recursos hídricos evitaremos el abuso y nos pon-dremos a salvo de la autodestrucción. Porque, como lo han vaticinado expertos investigadores, veremos y sufriremos cuando gota a gota, el agua se agota”.

En un diagnostico sobre calidad del agua para consumo humano, realizado por la Defensoría del Pueblo en el primer semestre de 2007, se establece que el 79% de los municipios carecen de agua pura apta para el consumo humano. Para este estudio se analizaron 952 cabezas municipales, de todos los municipios del país, incluyendo a Bogotá. Se reali-zaron 17.826 muestras de microorganismos para los procesos de autodepredación de los ríos y 12.977 se tomaron para determinar temperatura, salinidad, conductividad, oxigeno disuelto y pH. Y según in-forme de la misma entidad, divulgado en mayo de 2009, “el 52 por ciento de los 1099 municipios del país no cuentan con el servicio de agua potable las 24 horas”. Y señala algo más grave que para el 2025: 11.734.490 colombianos corren el riesgo de que las fuentes de agua que los abastecen sean insuficien-tes. Por eso se estima que el mal manejo del medio ambiente acerca mucho la escasez del agua.

La crisis en Colombia se acentúa con el desvío de

los dineros que se giran para frenar los problemas de saneamiento, entre ellos la depuración del agua y la construcción de acueductos y alcantarillados. Entre 1996 y el 2003, dice un informe del Ministerio del Medio Ambiente, se desperdiciaron 11.7 billones de pesos que el gobierno giró para contener la crisis de salubridad que, según el Dane, está causando la muer-te de dos niños cada 24 horas por diarrea y otras do-lencias asociadas al consumo de agua contaminada. Ante este drama de la descomposición ambiental el gobierno nacional, presidido por Álvaro Uribe Vélez, lanzó el programa “Agua Transparente”, en marzo del 2008, orientado a una nueva legislación, para prote-ger los recursos destinados a la solución de los proble-mas que obstruyen el saneamiento y estimular la me-jor prestación de los servicios públicos domiciliarios, como lo obliga la Ley 142 de 1994. Y en lo relativo al llamado Referendo del Agua, el presidente Uribe acor-dó con el Congreso las modificaciones para “garantizar que el agua, los cauces, las playas, los humedales, los retiros, se respeten y que el agua sea propiedad de la nación y no de los particulares”.También la Constitu-ción Nacional, en su capitulo III, consigna los princi-pios que deben regir para los Derechos Colectivos y del Ambiente, admitiendo que “es deber del Estado

La crisis en Colombia se acentúa con el desvío de los dineros que se giran para frenar los

problemas de saneamiento, entre ellos la depuración del agua y la construcción de acueductos

y alcantarillados. Entre 1996 y el 2003, dice un informe del

Ministerio del Medio Ambiente, se desperdiciaron 11.7 billones

de pesos que el gobierno giró para contener la crisis de

salubridad que, según el Dane, está causando la muerte de dos niños cada 24 horas por diarrea

y otras dolencias asociadas al consumo de agua contaminada.

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proteger la diversidad e integridad del ambiente, con-servar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines”. Y a nivel mundial la Convención Internacional para la Protección de la Vida en el Mar, igual que el Conve-nio Internacional para Prevenir la Contaminación por los buques, y el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas, son reglamentaciones vigentes para controlar el trafico de los desechos contaminan-tes, no obstante lo cual el problema sigue.

En el orden mundial, según lo advierte la Organiza-ción de las Naciones Unidas (ONU) en un informe pre-sentado justamente el día del agua en el año 2008, si el mundo mantiene sus tasas actuales de consumo, por lo menos dos tercios de la población enfrentarán en el 2025 una severa escasez de agua. Otro informe, divul-gado en Viena, Austria, por la Agencia Internacional sobre Energía Atómica, llama la atención sobre la crisis mundial del agua, indicando que 5.000 millones de ha-bitantes estarán en zonas donde será difícil o imposible satisfacer todas sus necesidades de agua potable.

En Colombia, donde se desperdician diariamente 400 mil metros cúbicos de agua, para el 2016, según el Ministerio del Medio Ambiente, el 64 por ciento de la población urbana tendrá déficit en el suministro de agua. También expertos de la ONU, reunidos en Paris en febrero del 2007, para estudiar el cambio climático que se viene presentando, que igual relacionan con los problemas del agua, determinaron que sólo quedan 10 años para que entre todos podamos frenar la catás-trofe ambiental y climática que se avecina.

El clima mundial se ve amenazado por la posibilidad de un calentamiento de nuestro planeta, ya que siguen sin tregua los procesos destructivos, la deforestación y la erosión del suelo. En su informe, “Nuestro futuro común,” expedido en 1990, la Comisión Mundial so-bre Medio Ambiente y Desarrollo, conocida también como Comisión Brundtland, señaló que la situación era cada vez más critica porque “estamos agotando rápidamente la base de recursos naturales de que de-pende la existencia humana”. Y en referencia a los paí-ses en desarrollo se habló del crecimiento explosivo de la población, a un ritmo más rápido que el desarrollo económico y social, con repercusión hacia un medio ambiente cada vez más frágil.

Ante la insostenibilidad ambiental, sólo 11 países podrán, probablemente, satisfacer las exigencias de provisión de agua potable en las áreas rurales, según lo señaló la OMD, para el 2015, en su reunión de Nueva York en el año 2000.

El panorama global de estas carencias crea limitacio-nes graves en la calidad de vida y en la lucha contra la pobreza, la enfermedad y el subdesarrollo. Disminuye la capacidad de soporte de los ecosistemas por el agre-sivo manejo que se les da y por la contaminación. Se deduce que esto sólo cambia en la medida en que se asuman comportamientos distintos con el agua y en la forma que la usamos, lo cual demanda un esfuerzo co-lectivo para incrementar la relación con la naturaleza y la protección al fundamento de la vida, que es el agua.

En el último informe preparado por la Organiza-ción de Naciones Unidas, presentado en el IV Foro Mundial del Agua que se realizó en Ciudad de Méxi-co, se alerta sobre un futuro apocalíptico al que ten-drá que enfrentarse la comunidad desde los comien-zos del siglo XXI. “El agua se está acabando en todo el mundo y no tomar las medidas preventivas, dicen los expertos, en 40 años la tierra será un desierto”. Ya se ha establecido que el mundo en desarrollo agota las reservas de agua a un ritmo alarmante. Tanto el aumento de la población como el mal manejo de los recursos hídricos, incluyendo las reservas subterrá-neas y el recalentamiento del planeta, amenazan el suministro de agua para las generaciones futuras.

Entre las zonas que en el futuro pueden resultar mas amenazadas, según estudios adelantados por expertos en el tema, se mencionan varias en los siguientes paí-ses: Estados Unidos, México, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, España, Egipto, Turquía, Sur de Australia, China, India y el Oriente Medio, con-siderado como uno de los puntos más críticos del pla-neta. En Colombia la preocupación mayor es sobre el medio ambiente y los recursos naturales, según infor-me del Ideam, expedido en el 2004, en el cual se citan particularmente las regiones Andina y del Cribe.

Hoy, más de 1.400 millones de seres humanos care-cen de agua limpia, afirma un estudio de las Naciones Unidas. Se estableció allí que las tensiones y la esca-sez de agua podrían agravar los problemas sociales. En América Latina la situación es difícil por la distribución desigual de los recursos hídricos, pese a la riqueza de Brasil y Colombia en la posesión de estos recursos. El 50% de la población subdesarrollada sufre males re-lacionados con el agua y el 80% de las enfermedades en esos países los causa el agua contaminada. Son mu-chas las razones para preocuparse con esa declaración de las Naciones Unidas en la celebración del día del agua, cuya fecha, el 22 de marzo, fue proclamada en 1993. Algo similar aprobó la misma entidad al señalar el 2008 como “año de saneamiento básico”.

Uso, abuso y crisis del AGUA

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Adicionalmente, la Dirección del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, señala los riesgos que correrá el Planeta en el futu-ro, con el aumento en el nivel de los mares, lo que ya ocurre, y los impactos del calentamiento global. Como consecuencias ya registradas anota la dismi-nución de la capa de hielo de la Antártica y sobre lagos y ríos de la latitud Norte, incluyendo la dismi-nución de los glaciares de Himalaya y Tianshan, que abastecen a los principales ríos y que han disminuido notablemente en las ultimas décadas, estimándose que estas tendencias pueden continuar en el siglo XXI, con mayor virulencia, afectando la producción agrícola de muchos países, especialmente de Asia, lo que influirá en la seguridad alimentaria.

Se calcula que el nivel del mar subirá de 0.09 a 0.88 metros hasta el año 2100, con graves repercusiones sobre millones de personas que viven en las zonas cos-teras, con graves y grandes posibilidades de inundacio-nes en Europa y América Norte y Sur.

Los colombianos desperdiciamos el valor del agua y destruimos las fuentes que la producen, lo mismo que los bosques y los lagos. La deforestación que se ex-tiende con propósitos de negocio, son conductas que repercuten en la escasez del más importante factor de vida: el agua. Para preservarla, cuidarla y utilizarla de-bidamente, debe inducirse y estimularse, desde la es-cuela, el debido comportamiento con la naturaleza. El problema de la disponibilidad lo incrementa la defo-restación, las diversas formas de consumo y el deficien-te manejo de los recursos naturales. Según el último informe de la ONU, la escasez de agua es, junto con la contaminación, nuestro problema medioambiental

mas grave. Lo que tiende a considerarse sólo como una emergencia estival, podría convertirse en una ca-tástrofe para el futuro del planeta. En un informe de la misma institución, emitido en el 2006, se indicó que el desarrollo en Colombia y el resto del mundo se está viendo afectado por la pésima distribución del agua potable y de los sistemas de saneamiento.

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Rio de Janeiro, se propuso proteger las selvas tropicales, sensibilizando a los ciudadanos en relación con los problemas eco-lógicos y medioambientales, mediante informes perió-dicos referentes a los resultados y consecuencias que de ella se deriven. A este respecto, según lo difundió la Revista Muy Interesante (No. 217), cerca de veinte científicos y académicos reunidos en Cartagena para disertar sobre los usos múltiples del agua para la vida y el desarrollo sostenible, trataron sobre la aplicabilidad de la informática en el estudio de los recursos hídricos, para fundamentar en la información lo pertinente al comportamiento y utilización del conocimiento con fines de pronóstico y prevención para evitar los usos indebidos. Es lo que se ha denominado la “hidroinfor-mática”. Este encuentro fue organizado por el Instituto de Investigación y Desarrollo en Agua Potable, Sanea-miento Básico y Conservación del Recurso Hídrico (Ci-nara), de la Universidad del Valle.

Entre los riesgos que se prevén, si no se toman las medidas de prevención y se aplican las recomendacio-nes para contrarrestar el cambio climático, en el país se perderían 238.170 hectáreas de páramos antes del 2030 y la mayor crisis estaría en San Andrés. Así se deriva de un estudio realizado para la Cruz Roja por expertos investigadores científicos del Instituto de Estu-dios Ambiéntales para el Desarrollo, de la Universidad Javeriana. Las fuentes convencionales de energía tam-bién pueden disminuir por los fenómenos ambientales del calentamiento y la escasez de los recursos hídricos. Es algo que hoy se considera realmente preocupante. En América, como lo señaló Jaime Sierra García en su texto sobre La mitología antioqueña y la defensa del medio ambiente, “es necesario distinguir entre el con-sumo del agua y la dilapidación del líquido. América ha olvidado las enseñanzas indígenas y malgastado el agua. América necesita una cultura del agua, pues ca-recemos en absoluto de un servicio racional de ella”.

En América, como lo señaló Jaime Sierra García en su texto sobre La mitología antioqueña y la defensa

del medio ambiente, “es necesario distinguir entre el consumo del

agua y la dilapidación del líquido. América ha olvidado las enseñanzas

indígenas y malgastado el agua. América necesita una cultura del

agua, pues carecemos en absoluto de un servicio racional de ella”.

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ResumenEn el momento actual que vive la edu-

cación pública colombiana es necesario hacerse al-gunas preguntas a fin de obtener respuestas y que éstas nos señalen un norte al cual dirigirse y dirigir no sólo la educación formal sino también la educa-ción no formal, que ha demostrado ser más que un complemento de la educación formal, en la medida que gracias a ella se han alcanzado desarrollos pro-ductivos e industriales que no serían posibles gracias a la educación formal por sí sola. Es así como pro-gramas como el de Inducción a la Vida Universitaria -PIVU- ha contribuido a la cualificación, al rendi-miento académico y al desarrollo de habilidades de pensamiento en los estudiantes de la Universidad

Programa de inducción a la vida universitaria, PIVUPotencializador del acceso y estrategia contra la deserción precoz en la educación superior pública

PorJorge Iván Gallego Mosquera1, Bernardo Barragán Castrillón2,

Mauricio Andrés Correa Ochoa3

De las mayores fortalezas detectadas por los

estudiantes que realizaron el PIVU en todas las

subregiones del departamento se destaca inicialmente

el cuerpo docente con el 31%; seguido de aspectos

como: el programa el 21%; razonamiento lógico

matemático y competencia lectora con el 21% y 19%,

respectivamente.

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de Antioquia en las subregiones del departamento. Queda para el debate, sin lugar a dudas, la necesi-dad de cuestionar la calidad de la educación media que se ofrece actualmente en las subregiones del departamento, que ha generado la necesidad de crear programas de educación no formal como éste, a fin de cualificar los bachilleres en las subregiones de nuestro departamento y del país en general.

IntroducciónEn las subregiones de Antioquia, incluyendo el Área

Metropolitana, se viene hablando de tiempo atrás del problema de la baja calidad de los egresados de la edu-cación básica y media. Dichos estudiantes no egresan con las competencias básicas para afrontar y resolver con éxito el examen de admisión de las universidades públicas, afirmación que se sustenta en el hecho de que un porcentaje inferior al 20% de los aspirantes lo-gra superar el examen de admisión de la Universidad de Antioquia en las subregiones del departamento, con excepción del Área Metropolitana.

Esta situación, común entre los aspirantes a progra-mas de pregrado ofrecidos en las seccionales y sedes regionales de la Universidad de Antioquia, alcanza ci-fras preocupantes dado que entre el año 1995 y el primer semestre de 2008 se inscribieron un total de 51.309 aspirantes; de ellos sólo 10.333 alcanzan a superar el examen de admisión, correspondiente al 15.8%. Esta cifra es más preocupante aún si tenemos en cuenta que de los admitidos sólo el 78.4% efectúa el proceso de matrícula, configurándose lo que se co-noce como deserción precoz, que alcanza porcentajes superiores al 21%, quedando en definitiva un porcen-taje mínimo de estudiantes matriculados en los dife-rentes programas ofrecidos por la Universidad en las subregiones del departamento. Esta problemática se ha venido repitiendo en las subregiones semestre tras semestre en los últimos diez años.

Programas de educación no formal como el Progra-ma de Inducción a la Vida Universitaria, han propen-dido por incrementar las cifras de estudiantes que su-peran el examen de admisión, alcanzando resultados importantes para la Dirección de Regionalización, la Universidad y la comunidad en general. Ejemplo de ello son los resultados obtenidos durante el periodo 2004-2 al 2006-2. De los 644 aspirantes en la prueba de admisión y que habían realizado el Programa de Inducción a la Vida Universitaria el 42% (269 aspiran-tes) superaron el examen, cifra que resulta por demás interesante si se tiene en cuenta que, según estudios

realizados por la Dirección de Regionalización en la subregión Occidente, esta cifra sólo alcanzaba el 9%, lo que a simple vista sugiere incrementos significati-vos en los porcentajes de admisión.

Con base en lo anterior y en la importancia que reviste este programa como facilitador del ingreso de los aspirantes regionalizados a la Universidad, es necesario analizar y determinar en qué medida el Programa de Inducción a la Vida Universitaria, des-de la mirada de la educación no formal y de la peda-gogía social4, contribuye no sólo a facilitar el ingreso a la Universidad, sino que posibilita la elaboración y jalonamiento de procesos y proyectos subregionales y municipales que propenden por un desarrollo so-cial, económico y político que nos acerque cada vez más a la Antioquia justa, con equidad y en paz que todos queremos y que el país necesita.

Resultados y análisis cuanticualitativoSe identificó y cuantificó la relación existente entre

los estudiantes regionalizados que realizaron el PIVU,

En las subregiones de Antioquia, incluyendo el

Área Metropolitana, se viene hablando de tiempo atrás

del problema de la baja calidad de los egresados de

la educación básica y media. Dichos estudiantes no egresan con las competencias básicas

para afrontar y resolver con éxito el examen de admisión

de las universidades públicas, afirmación que se sustenta en el hecho de que un porcentaje

inferior al 20% de los aspirantes logra superar el examen de

admisión de la Universidad de Antioquia en las subregiones del

departamento, con excepción del Área Metropolitana.

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su puntaje de ingreso a la Universidad, su desempe-ño durante los dos primeros semestres académicos y el desarrollo de habilidades de pensamiento con respecto a los estudiantes que no realizaron el pro-grama. Igualmente se recurrió a técnicas propias de la investigación cualitativa, es decir, al proceso no mate-mático de interpretación, realizado con el propósito de descubrir conceptos y relaciones existentes entre los datos recolectados mediante la utilización de en-cuestas, entrevistas y observaciones, para elaborar categorías en términos de sus propiedades, dimen-siones y conceptualizar a partir de ellas; para luego organizarlas en un esquema explicativo teórico.

Para efecto de todos los análisis y pruebas rea-lizadas la conformación de la población a analizar fue la siguiente: población total de 393 estudiantes de las diferentes sedes y seccionales de la Univer-sidad de Antioquia. De los cuales 191 (48.6%) son mujeres y 202 (51.4%) son hombres.5 Igualmente 54 (14%) realizaron el Programa de Inducción a la Vida Universitaria, de los cuales 17 son hombres y 37 mujeres. El 86% (339) no realizaron el PIVU, de los cuales 185 son hombres y 154 son mujeres con la siguiente estratificación socioeconómica: estrato 1: 77 estudiantes correspondientes al 19.5%; estra-to 2: 161 estudiantes correspondientes al 40.9%; estrato 3: con 149 estudiantes correspondientes al 37.9%, estrato 4: 5 estudiantes correspondientes al 1.2% y estrato 5: 1 estudiante correspondiente al 0.2% del total de la muestra. Esta muestra fue selec-cionada aleatoriamente, con un nivel de seguridad de 95%, un error máximo de 5% y una cuasivarian-za del 50%, teniendo en cuenta la población total de estudiantes en los programas regionalizados de la Universidad de Antioquia.

De acuerdo con los resultados obtenidos con la apli-cación de la prueba de Mann-Whitney, Kruskal-Wallis6 y la prueba Z, se puede concluir que al umbral de sig-nificación ∞=0.050 no se puede rechazar la hipótesis nula (H0) es decir, que no hay diferencias estadística-mente significativas entre el estrato socioeconómico, el puntaje obtenido por cada uno de los estudiantes en la prueba de admisión, el rendimiento académi-co, el género y la realización o no del Programa de Inducción a la Vida Universitaria -PIVU-.

Categoría docenciaLa docencia la entendemos como uno de los pila-

res fundamentales de la Universidad, que constituye un elemento dinámico para la formación integral de

los estudiantes. Los contenidos de los diferentes mó-dulos que se implementan durante la realización del PIVU son considerados pertinentes por el 92% de los docentes. Dato que resulta significativo teniendo en cuenta la calidad académica y la experiencia docente de los educadores en sus diferentes campos del saber y del conocimiento de las subregiones del departa-mento. Esto sumado a que el 92% de los docentes refieren conocer los objetivos que se persiguen con el programa y que el 75% de ellos percibe que di-chos objetivos se cumplen, cifras que hablan de las bondades del programa. Teniendo en cuenta que el compromiso de los estudiantes con las actividades propuestas por los docentes son indispensables para el buen desarrollo de los programas y el cumplimien-to de los objetivos propuestos, la percepción en este sentido que tienen los docentes es que sólo el 41% de los alumnos participantes en estos procesos de inducción alcanzan un alto nivel de compromiso, lo que puede explicar en parte los resultados finales en cuanto a deserción del programa, rendimiento aca-démico e ingreso a la Universidad.

Al indagar sobre cómo los docentes perciben los alumnos del PIVU y las habilidades de pensamiento con las que ingresan al programa, se evidencia que la capacidad de expresión, el pensamiento creati-vo, las técnicas de estudio, el pensamiento crítico y reflexivo, la capacidad para resolver problemas, la capacidad argumentativa y vocacionalidad son per-

Entre los problemas que encuentran con frecuencia los

docentes durante la realización del PIVU es importante resaltar

que el 100% de los encuestados coinciden en que la comprensión

lectora es el mayor problema al que se ven enfrentados durante

el desarrollo del programa. La deficiencia en la escritura,

argumentación oral y búsqueda y utilización de información son percibidas como altas hasta por

el 83% de los docentes

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cibidas por el 83% de los docentes en niveles medio y bajo (equivalentes a calificaciones numéricas igua-les o inferiores a tres, en una escala de 1 a 5).

Entre los problemas que encuentran con frecuen-cia los docentes durante la realización del PIVU es importante resaltar que el 100% de los encuestados coinciden en que la comprensión lectora es el mayor problema al que se ven enfrentados durante el de-sarrollo del programa. La deficiencia en la escritura, argumentación oral y búsqueda y utilización de infor-mación son percibidas como altas hasta por el 83% de los docentes, como es el caso de la deficiencia en la escritura. Es importante anotar que habilidades como el razonamiento lógico al igual que el traba-jo en equipo son percibidas por los docentes como habilidades con menos inconvenientes presentados durante la realización del programa.

Dentro de las habilidades de pensamiento pro-movidas por el PIVU resalta que más del 80% de los docentes encuestados califican como alto el desa-rrollo y asimilación de habilidades por parte de los estudiantes como las técnicas de estudio, la capaci-dad argumentativa, pensamiento lógico matemático y la capacidad de expresión. El nivel de egreso de los alumnos del PIVU en aspectos como la capacidad de expresión, los hábitos de lectura, las técnicas de estudio y la capacidad argumentativa es calificado por el 55% de los docentes como alto. Es importan-te resaltar que el 46% de los docentes percibe que el nivel que alcanzan los estudiantes del PIVU en cuanto a pensamiento lógico matemático es bajo, al mismo tiempo el 18% lo catalogan como medio el nivel de adquisición de esta habilidad. Es decir, el 66% de los docentes cuantifican el desarrollo del pensamiento lógico matemático alcanzado gracias al PIVU igual o inferior a tres, en una escala de 1 a 5. Todo lo contrario sucede con la precepción de la adquisición de la capacidad argumentativa donde la calificación de alto alcanza al 73% de los docentes, es decir 4 ó 5 en igual escala.

En cuanto a la contribución del PIVU a la articu-lación de la educación media y la educación supe-rior, el 92% de los docentes refieren la efectividad del programa en este sentido, pues complementa y en algunas ocasiones amplía conceptos que le per-mitirán al estudiante afrontar con mayor seguridad los retos que la educación superior le impondrá du-rante el desarrollo del programa académico elegido. Es importante anotar que a la pregunta ¿ajusta los contenidos del módulo orientación vocacional a los

intereses sociales y académicos de la subregión en la cual lo implementa? fue contestada no sólo por los docentes de orientación vocacional a los cuales es-taba dirigida en principio la pregunta, sino por todos los docentes a los cuales se les aplicó la encuesta y que sirven los diferentes módulos que conforman el PIVU, con el siguiente resultado: el 58% de los docentes refiere ajustar los contenidos del módulo que sirve a las particularidades subregionales, y solo el 8% responde negativamente. Esto sugiere un es-fuerzo adicional por parte de los docentes para en-terarse de las problemáticas sociales y académicas propias de cada una de las subregiones y así orientar a los alumnos de manera más pertinente y eficaz en los procesos de selección de programas académicos y áreas del saber en las cuales encontrarán afinidad con sus gustos, oportunidades de desarrollo en el ámbito subregional y proyección hacia la comuni-dad en la subregión a la cual pertenecen.

Categoría discencia Se aplicaron encuestas a un total de 45 estudian-

tes activos (83% de la población total que realizó el PIVU). Los resultados evidencian que el 58% de los estudiantes pertenecen al sexo femenino y el 42% al masculino; la distribución por grupo etáreo es la siguiente: entre 15 y 20 años, el 44%; entre 21 y 25 años, el 33%; de 26 a 30, el 6%; y mayores de 31 años, el 17% de la población encuestada. También se pudo conocer la modalidad de bachillerato que cursan: académico, el 68%; comercial, el 9%; y pe-dagógico, el 7%, siendo estos los más representativos. Es importante anotar que la calificación que los estu-diantes le otorgan al Programa de Inducción a la Vida Universitaria es el 97% alta, esto es 4 ó 5 puntos en una escala de 1 a 5. Al interrogarlos sobre la califica-ción que le otorgaba a cada uno de los módulos, el 93% de ellos igualmente lo califican como alto.

Al interrogar a los estudiantes acerca de sí el PIVU les dio herramientas para lograr un mejor desem-peño en el examen de admisión a la Universidad de Antioquia, el 89% dio una respuesta afirmativa. Al interrogarlos si gracias al programa efectivamente ellos pudieron superar el examen de admisión, el 76% responde afirmativamente. Estas cifras hablan contundentemente sobre el cumplimiento de los objetivos del programa, que sin lugar a dudas el más importante de ellos es el ingreso a la universidad, para luego poner en práctica las habilidades de pen-samiento adquiridas y desarrolladas durante su edu-

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cación media y la realización del PIVU. Otro aspecto importante para resaltar es la percepción que tiene el 67% de los estudiantes de que gracias al PIVU redujo los vacios académicos generados durante su educación media. Al calificar el desarrollo de ha-bilidades de pensamiento con el PIVU los alumnos resaltan el pensamiento lógico matemático, la com-petencia lectora y el pensamiento crítico y reflexivo; calificados como de alto su grado de desarrollo y en porcentajes que superan en los tres casos el 70% de los estudiantes encuestados.

De las mayores fortalezas detectadas por los estu-diantes que realizaron el PIVU en todas las subregio-nes del departamento se destacan: los docentes con el 31%; todo el programa el 21%; razonamiento ló-gico matemático y competencia lectora con el 21% y 19%, respectivamente.

Al momento de interrogar a los estudiantes por los aspectos a mejorar del programa el 67% de ellos dicen no ser necesario reformar ningún aspecto del programa; el 25% expresa la necesidad de que el cur-so tenga una mayor intensidad horaria. Igualmente es importante anotar que el 85% de los estudiantes con-sidera cumplidas las expectativas que tenían frente al programa destacándose el módulo de competencia lectora (57%) como el que más les aportó durante el proceso de formación en el PIVU, seguido de razona-miento lógico matemático con el 32%, el módulo de orientación vocacional con el 4%, siendo este el de menor aporte, según los encuestados.

ConclusionesDestacamos en la categoría docencia la alta cuali-

ficación y experiencia del personal docente que sirve el PIVU en las diferentes regiones, su conocimiento no sólo del programa sino también de las subregio-nes, lo que les ha permitido adaptar los contenidos de los módulos a las particularidades culturales, so-cioeconómicas y políticas de las diferentes subre-giones del departamento. Al indagar por cómo los docentes perciben en los alumnos del PIVU las habi-lidades de pensamiento con que ingresan al progra-ma, estas son percibidas por el 83% de los docen-tes en niveles medio y bajo. Es importante resaltar que el 100% de los encuestados coinciden en que la comprensión lectora es el mayor problema que enfrentan durante el desarrollo del programa. Sin desconocer problemas en relación con: la deficien-cia en la escritura, argumentación oral y búsqueda y utilización de información, principalmente.

El nivel de egreso de los alumnos del PIVU fue otro aspecto bien importante en cuanto a los resultados obtenidos con este estudio y se evidencia que ha-bilidades como: capacidad de expresión, hábitos de lectura, técnicas de estudio y capacidad argumentati-va, son calificadas por el 55% de los docentes como alto su nivel de asimilación por parte de los discentes. Otras percepciones aunque similares en algunos ca-sos son las presentadas por los alumnos del progra-ma, los cuales al ser interrogados acerca de si el PIVU les dio herramientas para lograr un mejor desempeño al momento de presentar el examen de admisión a la Universidad de Antioquia, el 89% dio una respues-ta afirmativa; al interrogarlos si gracias al programa efectivamente pudieron superar el examen de admi-sión, el 76% respondió afirmativamente. Cifras que demuestran sin lugar a dudas el cumplimiento de los objetivos del programa, como lo son el ingreso y la permanencia en la Universidad.

De las mayores fortalezas detectadas por los es-tudiantes que realizaron el PIVU en todas las subre-giones del departamento se destaca inicialmente el cuerpo docente con el 31%; seguido de aspectos como: el programa el 21%; razonamiento lógico matemático y competencia lectora con el 21% y 19%, respectivamente.

Al momento de interrogar a los estudiantes por los aspectos a mejorar del programa el 67% dice no ser necesario reformar ningún aspecto del programa; el

Al interrogar a los estudiantes acerca de si el PIVU les dio herramientas

para lograr un mejor desempeño en el examen de

admisión a la Universidad de Antioquia, el 89% dio

una respuesta afirmativa. Al interrogarlos si gracias

al programa efectivamente ellos pudieron superar el

examen de admisión, el 76% responde afirmativamente.

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Notas

1. Biólogo; Magíster en Educación. Director Seccional Oc-cidente, Universidad de Antioquia. Miembro del grupo CHHES y Coordinador del grupo GUIATE. [email protected]

2. Licenciado en Filosofía y Letras; Esp. en Desarrollo del Pensamiento y la Creatividad; Magíster en Historia de la Educación U de A; estudiante del doctorado en Educación UPN. Miembro del grupo de HPPC y del Grupo Educación, Cognición y Lenguaje. Profesor asociado de la Universidad de Antioquia. [email protected]

3. Mauricio Andrés Correa Ochoa. Ingeniero Sanitario. Ma-gister en Ingeniería Ambiental. Candidato a Doctor en In-geniería Universidad de Antioquia. Profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia. [email protected]

4. En el sentido de que son los habitantes de las regiones de nuestro departamento (que por años han sido excluidos de procesos de formación de pertinencia y de alta calidad en sus propios territorios) los beneficiados del Programa de Inducción a la Vida Universitaria.

5. Esta distribución porcentual cercana al 50% de hombres y mujeres en la Universidad, obedece a la lucha de pre-cursoras como Georgina Fletcher y Claudia Múnera por el derecho de las mujeres a la educación en la década de los 20 y 30 que culminaron con grades transformaciones de orden legal; y a las experiencias de innovación y adaptación de las primeras mujeres que incursionaron en carreras mas-culinas como el derecho y la medicina. (Cohen, 2001). La Universidad de Antioquia fue una de las primeras institucio-nes de educación superior del país que admitió mujeres en sus aulas, la Asamblea de Antioquia aprobó las ordenanzas 30 y 31 de 1933, por medio de las cuales se reglamentaba su acceso a la Universidad de Antioquia. (Uribe, 1998).

6. La prueba de Kruskal-Wallis se usa para probar la hipóte-sis nula de que los tratamientos son idénticos contra la hipó-tesis alternativa de que algunos de los tratamientos generan observaciones que son mayores que otras.

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Consulta: junio 16 de 2008.

25% expresa la necesidad de que el curso tenga una mayor intensidad horaria y que sean evaluados los módulos que conforman el programa. Igualmente el 85% de los estudiantes considera cumplidas las ex-pectativas que tenía frente al programa, destacándo-se el módulo de competencia lectora (57%) como el que más les aportó durante el proceso de formación en el PIVU, seguido de razonamiento lógico mate-mático con el 32%, y como el que menos aportó el módulo de orientación vocacional con el 4%.

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