A ñ o X V I Madrid 6 de Marzo de 1884 Num. lO

3 REVISTA CIENTÍFICA Y PROFESIONAL

f i l i a i m be m í o m B E i i r o s je mm CONSAGRADO Á LA CLASE FARMACÉUTICA ESPAÑOLA

l > i r e c t o r : x>. F r a n c i s c o M a r í n , y S a n c l x o

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S E P U B L I C A T O D O S L O S J U E V E S

MADRID, JUEVES 6 DE MARZO DE 1884

• N O T I C I A de algunas féculas procedentes de Puerto Rico, que han figurado en la Exposición

farmacéutica nacional, • , , L E Í D A

en la sesión ordinaria del Colegio de farmacéuticos de Madrid, correspondiente al día 21 de Febrero de 1884, por el colegial, inspector farmacéutico mi l i ta r , D. Ignacio

Vives y Noguer.

SEÑORES COLEGIALES : Ofrecida al Colegio por nt^stro amigo y com­

pañero Sr. Angulo mi cooperación al estudio de algunos productos exóticos presentados por nuestros colegas de Cuba y Puerto Rico en la Exposición farmacéutica nacional, no pude res­ponder de otro modo á aquel ofrecimiento, que aceptando el encargo que lio}' vengo á cumplir ante vosotros; y aunque no desconozco todas las dificultades que su desempeño envuelve para mí, lo cumplo gustoso, porque pocas cosas me son más simpáticas que el coadvuvar, en la me­dida de mis débiles fuerzas, á nuestra común ilustración, con la lectura de algunos trabajos relativos á materiales mal estudiados ó del todo desconocidos; y si esta circunstancia no fuera incentivo suficientemente poderoso, tengo para mí que deberíamos dedicarnos á esta clase de estudios como un recurso, como una necesidad, porque no sólo sirven para dar descanso y expar-

cimiento al ánimo, algo fatigado después de nueátras diarias tercas; porque no sólo prestan la variedad que dentro de la tendencia común debe existir en el ejercicio profesioual, si que además contribuyeii á proporcionar algún con­suelo á nuestra alma abatida y á amortiguar-el dolor de las heridas inferidas á nuestro corazón, con tantos y tari repetidos atropellos como se cometen contra la clase, consentidos y tolerados por aquellos que, en el hecho de encontrarse inmediatos á la fuente pura de donde emana toda autoridad, parece que debieran ser los pximeros en exigir el mantenimiento de la ley, y sin em­bargo, nada hacen, ni nada intentan para conse­guirlo, por lo menos en lo que á nuestros dere­chos profesionales se refiere. '

Aquellos hombres que, como el Sr. Angulo, dotados de una iniciativa digna de ser imitada, saben sobreponerse á las preocupaciones y aun vencer las dificultades para entregarse con el entusiasmo de un creyente á proporcionar vida científica á esta Corporación, deben merecer el aplauso de los colegiales y tienen derecho á exi­gir nuestra ayuda; por esta razón creería haber faltado á los deberes del compañerismo y á la consideración de los señores colegiales, si me hubiese negado á traer mi iusignicante óbolo á la obra restauradora que se trata de sostener en el seno de esta por tantos motivos respetable Corporación.

Los puntos de vista que informan estas pri-

LA FARMACIA ESPAÑOLA.

meras lecturas, giran sobre materiales farmacéu­ticos poco conocidos algunos, completamente nuevos otros y casi todos desconocidos en la práctica peninsular; la inmensa mayoría de ellos son partes o productos del reino vegetal, y sién­dome forzoso escoger, elegí los productos perte­necientes al grupo «Féculas», entre cuyas espe­cies se cuentan la de Boniato, Mararita, Maraca-tón, Yautia y Plátano, únicas que figuraron en nuestro memorable certamen.

Bien se me alcanza que nada nuevo podré deciros de las féculas en general, ni de las espe­cies citadas en particular, porque su historia, su obtención, sus caracteres físicos y químicos, os son por demás conocidos; pero como la pro­ducción de los principios feculentos ocupa millo­nes de hombres en el cultivo y propagación de las especies vegetales que lo,? suministran en mayor cantidad, constituyendo un ramo princi­palísimo déla industria agrícola; como la extrac­ción de la fécula de las semillas, frutos, tallos, tubérculos y demás materias primas, da origen á variadas industrias químicas, en las que tanta participación tiene ó debiera tener el farmacéuti­co, cuyo resultado final es: encunes casos, la ob­tención de la fécula pura, y en otros, su transfor­mación en dextrina, glucosa, alcohol, etc.; como quiera que tanto dichos principios feculentos, co­mo los productos que de ellos derivan, dan gran movimiento á la industria mercantil encargada de transportar los unos y los otros de una región del globo á otra donde hagan falta; como alguna de las mencionadas se usa actualmente como medicamento entre nosotros, y las demás podrán tenerle en un período más ó menos breve; y, por último/ como todas ellas forman la base de la alimentación general, siendo del pobre casi ex­clusivo sustento, y formando regalado plato en la mesa del rico, por todas estas consideraciones reunidas ó separadas, entiendo que, aun siéndoos muy conocido el estudio de las féculas, no hol­gará cuanto podamos repetir de ellas, porque, en resumen, siempre hallaremos algo que tienda á satisfacer nuestras necesidades físicas, morales é intelectuales; algo que guarda siempre íntima conexión con los problemas económicos y socia­les que interesan al porvenir y bienestar indi­vidual y colectivo de la clase y de la sociedad, únicos fines y verdaderos móviles que agitan nuestra laboriosa existencia.

Las féculas que forman el objeto de nuestra lectura de hoy, vienen á proporcionarnos nuevos recursos á la dietética alimenticia de los enfer­mos, convalecientes y valetudinarios, ya como medio principal ó accesorio de curación en cier­

tas enfermedades, ya como medio de cumplir indicaciones en las convalecencias, ó, en fin, para disminuir los sufrimientos en un estado valetu­dinario habitual, descubriendo, cualquiera que sea el c o ncepto bajo el cual se mire el conoci­miento de tan interesantes materiales, nuevas perspectivas para el farmacéutico y para el mé­dico. La rapidez con que por regla general se asimilan estos productos y la facilidad de di­luí rse en los líquidos para constituir alimentos ligeros, dan razón cumplida á la preferencia ins­tintiva que lo s habitantes de Cuba y Puerto Ri­co tien en por dichas sustancias sobre sus con­géneres de procedencia europea, yen especial sobre las de patata y arroz, que tanta aplica­ción tienen en nuestro continente para falsificar todas las féculas medicinales incluso el almidón y aun algunas harinas.

Acabamos de ver que dichas féculas, no sólo forman una parte preferente de la dietética de los convalecientes f valetudinarios, si que tam­bién de la alimentación ordinaria. No entrare­mos en pormenores en lo referente á este último concepto por considerarlo ajeno al fin que nos reúne, y sobre todo porque le estimamos de tan­ta importancia, que bastaría por sí solo á entre­tenernos varias sesiones consecutivas con la lec­tura de lo mucho que acerca de ello podría es­cribirse, si hubieran de tratarse con la debida extensión sus formas alimenticias, sus cualida­des sápidas, sus propiedades nutritivas y cuan-tad reflexiones derivasen de su asimilación y modo de obrar en el organismo. Sin embargo, para hacer resaltar la importancia de los princi­pios feculentos en la alimentación ordinaria, di­remos, aunque de pasada, que el hombre nece­sita tomar como ración mínima para conservar íntegras las funciones de sus órganos 280 gra­mos de carbono cada veinticuatro horas; y como de dichos 280 gramos de carbono toma 64 con las materias protéicas (suponiéndole sometido á un régimen mixto), y 56 con las grasas, esto es, en total 120; la diferencia hasta 280, ó sea 160, ha de sacarlos de los alimentos feculentos; 10 que equivale á decir que diariamente ha de in­gerir y asimilar 400 gramos de fécula; -ahora bien, partiendo de la base de que el número de habitantes de nuestro globo ascienda á mil mi­llones, tendremos que el consumo diario ascien­de á 400 millones de kilogramos. Comprendereis en vista de esta enorme cifra de consumo, y eso que no van incluidas las cantidades empleadas en la industria, que seguramente no bajan de cinco millones de kilogramos diarios, la utilidad y aun necesidad de aprovechar todas las mate-

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rias primas que suministran dicho principio, así como la conveniencia de que aquellos de nues­tros compañeros que por circunstancias de loca­lidad se hallen en condiciones favorables, se de­diquen á su extracción, toda vez que les está asegurada la venta y por tanto un boneflcio po­sitivo.

Notemos además que las féculas vienen á ser un almacén, un depósito de fuerza viva del ca­lor solar acumulada por las plantas; que en tal concepto no están saturadas de oxígeno, y que • al oxidarse en "nuestro organismo reproducen exactamente la misma cantidad de energía po­tencial almacenada por las plantas; en una pala­bra, los 400 gramos de fécula que tomamos pro­ducen por sí solos 1.500 calorías de las 2.500 que en total desarrollamos diariamente con la ali­mentación mixta, calorías que si bien perdemos algunas por irradiación, en cambio transíorma-moslas otras en trabajo activo, intelectual ó mecánico, ó los dos á la vez.

Ingerida la fécula , cruda ó cocida, es fácil­mente transformada por la saliva, primero, en dextrina y luego en glucosa, ya en el acto mis­mo de la masticación ó bien en el estómago. Di­cha transformación es casi instantánea estando la fécula bien cocida, mientras que cruda ó mal cocida tarda más y aun á veces escapa á la saca­rificación salivar. Los jugos gástricos carecen de acción sobre la fécula, pero no impiden la de la ptialina, y de aquí que continúe la sacarificáción en el estómago con tal de que haya salivaren el caso de ser incompleta la sacarificación en la' viscera estomacal por falta de saliva, se termina en los intestinos delgados, bajo la influencia del jugo pancreático, ó mejor dicho, dé la pancreati-na su fermento especial. Transformada la fécula en glucosa y absorbida, es transportada al apa­rato circulatorio, desaparece pronto de la san­gre, quemándose en los capilares y tejidos, ex­perimentando una serie de metamorfosis mal conocidas, pero cuyo término final es el agua, el ácido carbónico y la producción de calor ó fuer-xa viva de que hemos hablado antes.

Hay casos (por ejemplo cuando se hace uso de un régimen sobrecargado de fécula) en que, parte de la glucosa se fija en los tejidos antes de quemarse, convirtiéndose en grasa que se acu­mula en las vesículas adiposas, produciendo la gordura.

Hablando en general y prescindiendo de los diversos usos externos, las mencionadas féculas sólo se emplean en el período agudo de las fie­bres inflamatorias, principalmente bajo la for­ma de tisana; en los primeros días de todas las

convalecencias, cocidas con caldo bajo la forma de sopa; en las constipaciones rebeldes de vien­tre, y, por último J en todos los estados valetu­dinarios, ya de la primera infancia, ya de los an­cianos, en forma .̂e jalea, papilla ó sopa, hir­viéndola con caldo ó con agua, leche y azúcar.

Después de estas consideraciones, procedería entrar de lleno en el estudio particular de las féculas de Batata, Yautia, Maracatón, etc.; pero os ruego • me dispenséis un momento más vues­tra benévola atención, para presentaros un lige­ro boceto de la génesis y fases del desarrollo del principio feculento en la trama vegetal que á grandes rasgos compendie y resuma, siquiera sea de un modo incompletísimo, lo que se sabe de este punto interesante de la ciencia biológica.

Las plantas que viven al aire libre, las que crecen en la profundidad de los mares, los órga­nos que se desarrollan en el seno de la tierra, todo, absolutamente todo, caería bajo el domi­nio de este escrito, si fuera nuestro objeto hacer un trabajo serio y detenido acerca el modo de formarse la fécula y sus isómeros en lo interior de los vegetales; si intentara describir la extruc-tura de los órganos encargados de elaborarla, y la de las partes vegetales que en mayor abun­dancia la contienen , por ser bien sabido de vos­otros que se encuentra dicho principio en todas las plantas á excepción de las celulares (algas, musgos y hongos), en las cuales está reempla­zado por la fmgim, y de las compuestas, labia­das, euforbiáceas, violariáceas, papaveráceas, cruciferas, rosáceas y algunas otras que contie­nen de preferencia la aleurom. Así, pues, sólo indicaremos, y aun con la concisión compatible con la claridad, las ideas reinantes acerca la formación de tan interesante principio.

Los vegetales, dotados de fuerza potencial suficiente para evolucionar en determinadas condiciones, absorben, asimilan, componen y transforman los elementos que sirven á su nu­trición, adquiriendo las variadas formas que contemplamos, causa todas ellas de nuestra más profunda admiración. La naturaleza ha colocado en estos preciosos seres la fuente de vida y el lazo misterioso que sostiene nuestra existencia; con su fuerza creadora, evolutiva, dan origen á mil distintas formas de hojas, de frutos que sor­prenden por su tamaño, por su exquisito sabor, ó por su delicado perfume, y en lo íntimo de la trama de sus tejidos á una série innumerable de principios, todos de extraordinaria aplicación en la medicina, en las artes, en la industria v á los usos generales de la vida; creciendo sin ce­sar, cubren la tierra con un manto de verdor,

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la esmaltan con los vivos colores de sus flores, comunicando tal encantado i." aspecto á determi­nadas regiones, que dejan duradera impresión en el ánimo del observador ; de poco desarrollo en los climas extremadamente frios, más fron­dosos en los templados, despliega la vegetación sus majestuosas galas bajo los ardientes rayos del sol de los trópicos,, repartiendo por todas partes la vida y destruyendo sin cesar el eterno reposo que sin ellos reinaría en esta morada terrenal.

Mas entrando en nuestro objeto, procede pre­guntarnos: ¿cómo se forma la fécula ea el seno de estos benéficos y hermosos seres? La histolo­gía vegetal nos enseña que los granos dé fécula siempre se desarrollan en el seno del protoplas-ma, cuerpo viviente de la célula; que dichas cel­dillas constando una cubierta celulósica, fre­cuentemente tapizada en su interior de una se­gunda membrana llamada utrículo primordial, en el que está conteaido eLcuerpo vivo ó protoplas-ma, viniendo á ser la cubierta externa, con res­pecto al utrículo primordial, una cascara protec­torado que la concha es á la ostra que ella pro­tege. La histología nos enseña asimismo que á dicho utrículo primordial se encuentran adheri­dos por lo general uno ó dos (raras veces más) pequeños cuerpos esféricos llamados núcleos; que el crecimiento de los granos de fécula se ve­rifica por superposición de capas concéntricas alrededor de dichos núcleos, siendo tanto más densas cuanto más se aproximan á la periferia, y por último, que suspenden su crecimiento en el momento de perder el protoplasma la vida, ó lo que es lo mismo, cuando entran en el juego celular. ¿Resuelven estos conocimientos la pre­gunta formulada? A. nuestro parecer no. Y aho­ra añado que no es fácil darle una solución sa -tisfactoria, porque hasta el presente (que yo se­pa) nada positivo se ha dicho acerca la forma­ción de este principio y demás hidratos de car­bono en el interior del organismo vegetal, pero por inducción podemos aventurar la hipótesis de que la fécula se produce por desdoblamiento de la glucosa formada por síntesis directa del hi­drógeno con los elementos del óxido de carbono en estado naciente: en efecto,

1200 -h 12H = OiaHl2012 cuya combustión de los elementos produce 817 calorías, y siendo mayor que 713, que es el calor de combustión de la glucosa, admite la posibili­dad de producir el azúcar sintéticamentej según demuestra dicha ecuación.

Este resultado es tanto más aproximado á la verdad cuanto que la naturaleza, vegetal parece

emplea este medio para producir %el azúcar; ella obra sobre el ácido carbónico j el agua, cuyos cuerpos son reducidos en las plantas por la ac ción de la luz, y se puede admitir que el ácido carbónico se resuelve en óxido de carbono y oxí­geno, y el agua en oxígeno é hidrógeno; reaccio­nando entre sí al estado naciente, el óxido de carbono é hidrógeno producen una combinación que puede ser el azúcar, y aun quizá llegar á la formación misma de la fécula. De lo expuesto puede deducirse y dejar sentado que la glucosa se forma por síntesis directa del hidrógeno con los elementos del óxido de carbono en estado na­ciente.

Partiendo de este supuesto y recordando que la fórmula de la fécula es 036 H3(>030, puede con­siderarse procedente de la condensación de la glucosa con separación de agua, según la ecua­ción siguiente:

3Gl2Hl2012 = C36H 300 30 + 6H0; según esta reacción la primera fécula que se for­ma en los vegetales procederá de la glucosa. Es­to es al menos lo que enseña la teoría , y si bien es verdad no se han hecho estudios encaminados á sorprender el proceso evolutivo de la fécula en el vegetal viviente, tenemos un hecho conocido que en cierto modo viene á dar gran verosimili­tud á esta hipótesis. ¿Qué pasa en las semillas durante su germinación? Toda la fécula de los cotiledones se desdobla para hacerse soluble y transformarse en azúcar; de este elemento úni­camente se nutre el nuevo sér en sus primeros momentos de existencia, y sin embargo, si le analizamos, ya encontramos en él los hidratos de carbono, celulosa y almidón. ¿De dónde pro­ceden? Necesariamente deben su origen á la con­densación de la glucosa absorbida. Por tanto, podemos admitir en definitiva que toda la fécula procede de la glucosa que por síntesis elaboran las células mediante la asociación del óxido de carbono é hidrógeno. (Berthelot. Mee. quim., to­mo 2.°, pág. 56.)

Estado natural, caracteres y propiedades de ias féculas de boniato, maranta, maracatón,

yautia y plátano D. Manuel Pérez Freites, farmacéutico esta­

blecido en Arrecibo, y D. Sebastián Rivas, en Aguadilla (Isla de Puerto Rico), personas ambas tan laboriosas como ilustradas y eruditas, han presentado en la Exposición farmacéutica nacio­nal, entre otros materiales de aquella rica y fér­t i l Antilla, las mencionadas féculas, como pro­ducto de su fabricación. Por más grato que nos sea elogiar la conducta de dichos dos exposito­res por su magnífica colección de productos del

LA FAB MAGIA ESPAÑOLA.

país enviados á aquel certamen, no podemos me" nos de sentir no hayan completado la colección de féculas remitidas, con las de ñame, yuca y Malanga, tanto por formar, en unión con las anteriores, el sustento esencial de los negros y familias menesterosas,cuanto porque ala abun­dancia de los vegetales que las producen, á la rapidez de su crecimiento y al poco ó ningún cuidado que exige su cultivo, debieron los insu­rrectos de Cuba poderse sostener por tantos años en la Manigua, en sulucba separatista con­tra la Península. La forma y aspecto de las men­cionadas féculas varía algún tanto una de otra: la de maranta y una suerte de la de boniato (presentada por el Sr. Rivas), están en polvo blanco, fino y muy suave al tacto; la de yautia en pequeñas masas irregulares, y las restantes en estado granugiento, si bien todas se reducen, aunque con dificultad, á polvo fino por la pre­sión de los dedos; de color blanco todas, á ex­cepción de la harina y fécula de plátano, que es gris rojizo; unas y otras carecen de olor y sabor, son neutras, incristalizables; insolubles en el agua, alcohol y éter; transfórmanse en dextrina y en glucosa por la acción del calor, de los áci­dos diluidos y de los fermentos especiales.

Una parte, con diez de agua, calentada al baño de maría de Ib á 100°, forma engrudo; los granos se hinchan, se rompen ó distienden con­siderablemente, quedan en suspensión en el lí­quido, constituyendo una masa espesa, semi­transparente y mucilaginosa, pero sin formar jamás una verdadera solución difusible. El en­grudo que resulta de mayor consistencia es el de yautia, á éste le sigue el de maracatón, bo­niato, maranta y, por último, el plátano, que la ofrece menor. Las soluciones de ios cloruros de zinc y de calcio, de hidrato potásico, del mismo modo que los ácidos minerales, los ácidos fénico y acético producen, empleándolos en el debido grado de concentración, la transformación de las expresadas féculas en engrudo, si bien pocas veces es completa dicha transformación, por cuanto siempre quedan algunos granos intactos, perfectamente visibles al microscopio. El térmi­no de esta transformación se manifiesta por la aparición limpia de la extratificación de los gra­nos. El licor cuproamoniacal los hincha y los co­lora ligeramente en azul, pero no ios transforma en engrudo.

Las mismas féculas y en iguales proporcio­nes (1 por 10 de agua), puestas en vasos de pre­cipitación en la estufa de aire caliente á la tem­peratura de 100°, fué menester el transcurso de tres horas para que las féculas de maranta v

boniato (obtenida esta última por el se convirtieran en engrudo, y cuatro restantes. ¿Cuál es la causa de este diferente do de obrar del calor sobre dichas féculas, según que se opere en baño de maría ó en estufa de aire Caliente? Sospechando si el estado de divisi­bilidad y de reposo impedirían ó retardarían de modo tan notable la formación del engrudo, re­ducimos á polvo finísimo todas las féculas, agi­tamos el contenido de los vasos cada diez minu­tos, y también fueron menester dos horas y me­dia de permanencia en la estufa á 100° para con­vertirse en masa espesa. ¿Cuáles son las verda­deras causas de estas diferencias? ¿Será que las condiciones ó naturaleza del calor no es la mis­ma en uno y otro caso, y que los átomos de agua que los granos pudieran absorber se sepa­ran inmediatamente expuestos al baño de aire caliente? ¿Será que el agua caliente, aunque pe­netre al través del hilo, no entra por las capas de los gránulos, debido al relativo estado de quietud en que están dentro de la estufa, y por esta razón no aumentan de volumen, no se distienden ni se rompen, ni forman engrudo, sino del modo tardío y perezosamente que he­mos visto ? He aquí un fenómeno físico del cual hacemos mención, ya para demostrar que no se nos ha pasado por alto, ya para dejar sentado que estas diferencias las atribuimos á la simple acción mecánica de la agitación; ya también, en el supuesto de que esta explicación no os satisfaga, para legaros un trabajo, á fin de que, repitiendo las experiencias, aclaréis el punto objeto de vuestras dudas.

(Se contimará.)

SlílCGiON OFICIAL

CONSEJO DE ESTADO

REAL DECRETO Don Alfonso X I I por la gracia de Dios Rey

constitucional de España, A l gobernador presidente de la comisión pro­

vincial de Cáceres, y á cualesquiera otras auto­ridades y personas á quienes toca su observan­cia y cumplimiento, sabed: que he venido en decretar lo siguiente:

«En el pleito que, en grado de apelación, pende ante ei Consejo de Estado, entre D. Joa­quín Álvarez Puig, representado por el licencia­do D. Fermín Hernández Iglesias, apelante, y mi fiscal, en lumbre de la administración gene­ral del Estado, apelada, sobre revocación de la

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sentencia que en 4 de Agosto de 1882 dictó la comisión provincial de Cáceres, relativa á la se­paración de D. Joaquín Alvarez del cargo de médico titular de Trujillo:

Visto: Visto el expediente gubernativo, del cual re­

sulta: Que la Junta municipal de Trujillo en sesión

extraordinaria de 13 de Diciembre de 1878 nom­bró áD . Joaquín Álvarez Puig, médico cirujano titular para servir la plaza del arrabal de Huer­tas de Animas de dicha ciudad, dando cuenta de este nombramiento al gobernador de la pro­vincia; y en 1.° de Febrero de 1879 el alcalde de Trujillo, en representación y como presidente de la junta municipal, y D. Joaquín Alvarez Puig, como médico cirujano titular del arrabal de Huertas de Animas, otorgaron ante el nota­rio de Trujillo D. Pedro Pedraza la correspon­diente escritura, determinando que el contrato duraría cuatro años, á contar desde el 24 de Enero de 1879, y fijando las demás obligaciones y derechos del ayuntamiento y del médico:

Que por virtud de denuncia formulada por María Andrea Blázquez, vecina de Trujillo, y habitante en el arrabal de Huertas de ^nimas, se ordenó por el alcalde de dicha ciudad la ins­trucción de diligencias para comprobar las fal­tas que se decían cometidas en el ejercicio de su profesión por el facultativo titular D. Joaquín Alvarez Puig, ratificándose la denunciante, y recibiéndose declaración á Antonio Muaóz Fer­nández, José Díaz A l varado, Juan Bravo Mateos y Emilio "Naranjo Sánchez, de la misma ve­cindad y domicilio, los cuales manifestaron,, que en distintas ocasiones en que tuvieron ne­cesidad de reclamar el auxilio facultativo de don Joaquín Alvarez Puig se negó á prestárselo y á tener consultas con D. Guillermo Cáceres, ex­presando que donde éste visitaba él no lo hacía, amenazando á alguno con borrarle de la lista de pobres si insistía en ser asistido por dicho señor Cáceres, y exigiendo á otros retribución por sus servicios, no obstante tener derecho á su asis­tencia gratuita:

Que habiendo comparecido ante el alcalde el médico titular D. Joaquín Alvarez, negó los hechos en que las denuncias se fundaban, y dió extensas explicaciones sobre lo ocurrido en ca­da caso, ofreciendo probar, por medio de testi­gos, algunas de sus afirmaciones:

Que á instancia del alcalde, manifestaron los seis cirujanos ministrantes establecidos en Tru­jillo que ninguno de ellos había prestado los au­xilios de su profesión á las órdenes de D. Joa­

quín Álvarez Puig, por lo cual se recibió decla­ración á cinco moradores del arrabal de Huertas de Ánimas para esclarecer si se habían visto privados de cirujano menor; y por el resultado de la información practicada y demás informes pedidos, el alcalde, por auto de 21 de Setiembre de 1881, declaró que si bien constaba que don Joaquín Alvarez había carecido de practicante de cirugía menor, aparecía que había ejecutado por sí mismo todas las operaciones propias de aquél, y que, por lo tanto, los enfermos no ha­bían carecido de asistencia:

Que el ayuntamiento de Trujillo, en vista del expediente instruido, acordó, en 20 de Junio de 1881, declarar rescindido el contrato que con D. Joaquín Álvarez Puig había celebrado, cuya resolución fué confirmada por el gobernador civil de la provincia en 11 de Julio siguiente, y en su virtud, se remitió por la alcaldía al in -teresado un oficio de fecha 29 de Agosto del mismo año 1881, dándole cuenta de que el ayuntamiento, por mayoría de votos, había acordado que cesara desde aquel día en el cargo de médico cirujano titular, con residencia en el arrabal de Huertas de Ánimas:

Vistas las actuaciones practicadas ante la comisión provincial de Cáceres y ante el Conse­jo de Estado, de las que aparece:

Que en 14 de Octubre de 1881, D. Manuel Sánchez López, á nombre y con poder de don Joaquín Álvarez Puig, dedujo ante la comisión provincial de Cáceres demanda contencioso ad­ministrativa, pidiendo que se dejara sin efecto la destitución de su representado del cargo de médico titular de Trujillo, amparándole en su derecho, y ordenando su reposición en el ejer­cicio de su cargo hasta que termine el plazo es­tipulado ó sea separado con las formalidades legales:

Que admitida la anterior demanda por el go­bernador de la provincia, se confirió traslado de la misma al representante de la Administra­ción, el cual, en escrito de fecha 30 de Marzo de 1882, opinó que la comisión provincial debía acceder en todas sus partes á las solicitudes de­ducidas por el demandante:

Que declarada conclusa la discusión escrita , y señalado día para la vista de estos autos, se personó en los mismos el licenciado D. Emilio Pérez, en representación del ayuntamiento de Trujillo, siendo tenido por parte en el estado en que las actuaciones se hallaban:

Que celebrada la vista pública el 20 de Junio de 1882 con asistencia de los letrados defensores del demandante y del ayuntamiento de Trajillo,

LA FARMACIA ESPAÑOLA;

se dictó con la misma fecha por la comisión provincial el auto del tenor literal siguiente: «Para mejor proveer tráigase á la vista el ex­tracto del expediente gubernativo instruido en el gobierno civil de la provincia, en el que reca­yó la providencia que ha motivado este pleito, el cual ha sido remitido por dieha autoridad á esta comisión en 16 del corriente;» sin que en­tre los antecedentes remitidos al Oonsejo de Estado aparezca el mencionado extracto:

Que la comisión provincial dictó sentencia en 4 de Agosto de 1882, por la cual, y teniendo en cuenta que el nombramiento de titular á favor de D. Joaquin Alvarez adolece de nulidad por no haberse ratificado el acuerdo por la junta municipal en sesión ordinaria; que con arreglo á la legislación vigente, los municipios pueden separar libremente los empleados afectos al servicio sanitario, o vendo al interesado, siempre que exista causa justificada para ello, requisitos que se han observado en el presente caso, declaró que debía desestimar y desestimaba la demanda interpuesta por D, Joaquín Alvarez Puig contra la administración general del Estado, y confirmar la providencia del gobernador de la provincia de Cáceres de 6 de Setiembre de 1881, en cuanto por ella se aprueba la separación de aquel intere­sado del cargo de médico titular de Trujillo:

Que notificada esta sentencia á las partes, por la de D. Joaquín Alvarez se apeló déla misma para ante el Consejo de Estado, cuyo recurso le fué admitido, remitiéndose las actua­ciones á dicha Superioridad, previa citación y emplazamiento de las partes:

Que el licenciado D. Fermín Hernández Iglesias, en representación de D. Joaquín Alva­rez Puig, mejoró el recurso en escrito de fecha 5 de Noviembre de 1882, ampliándolo el 13 de Di­ciembre siguiente, con la súplica de que se revoque la sentencia apelada de la Comisión pro­vincial de Cáceres, se declare que el D. Joaquín Alvarez Puig ha sido indebidamente separado del cargo de médico titular del Arrabal de Huer­tas de Animas de la ciudad de Trujillo antes de que terminase el tiempo de su contrato, y se ordene su reposición, con el abono de todos los haberse devengados hasta la fecha, é indemniza­ción de los daños, perjuicios y costas de este juicio:

Que emplazado mi Fiscal, contestó la deman­da de agravios, pidiendo la confirmación de la sentencia apelada:

"Visto el art. 70 de la ley de Sanidad de 28 de Noviembre de 1855, que dice: «No podrán ser anuladas las escrituras de los médicos, cirujanos

y farmacéuticos titulares, sino por: nio de facultativos y municipalidades sa legítima probada por medio del oportuno ex­pediente, y previo fallo de la diputación provin -cial, en vista de informe de la Junta de Sanidad de la provincia: »

Visto el art. 73 de la ley municipal de 1870 (que corresponde al 78 de la de 1877) , según el cual es de la exclusiva competencia el nombra­miento y separación de dependientes pagados con fondos municipales, disponiéndose además que los funcionarios destinados á servicios pro­fesionales tendrán la capacidad y condiciones que en las leyes relativas á aquellos se deter­mine:

Vista la Real orden de 4 de Julio de 1872, en la que se declara que los facultativos titulares no pueden considerarse como empleados ni de­pendientes asalariados del ayuntamiento, porque sus relaciones en la corporación nacen de un contrato que sólo puede ser anulado en la forma y con los requisitos establecidos en las disposi­ciones vigentes, y que la ley municipal, ni implí­cita ni explícitamente, ha derrogado las pres­cripciones de la de Sanidad en sus artículos 70 y 71:

Visto el real decreto sentencia de 28 de Fe­brero de 1883, dictado en el pleito seguido entre el ayuntamiento de Bermeo y la adminis­tración, sobre revocación de la Real • orden por la que se mandó reponer á D. Adolfo Galián en el cargo de médico titular, de que había sido separado por la corporación municipal:

Considerando que para separar al recurrente D. Joaquín Alvarez Puig del cargo de médico titular de la ciudad de Trujillo, debió precederse, á falta de prescripciones terminante^ del Regla­mento de Octubre de 1873, á lo dispuesto en la ley de Sanidad de 1855 y á la jurisprudencia establecida para estos casos:

Considerando que, según lo prevenido en el nrt. 70dela referida ley de Sanidad, ningún f icultativo titular encargado de la asistencia de pobres puede ser separado de su destino sin causa justificada y previo expediente y fallo de la diputación provincial, en vista del informe déla Junta de Sanidad de la provincia; for­malidades que no resultan cumplidas en la separación nel apelante, por lo cual lleva esta en sí un vicio de nulidad:

Considerando que por la falta de los trámites y requisitos expresados no puede tener valor ni eficacia legal el acuerdo del ayuntamiento de Trujillo de 20 de Junio de 1881, que declaró rescindido el contrato celebrado con D. Joaquín

152 LA FABMACIA ESPAÑOLA

Alvarez, siendo por tanto insubsistenteá los decretos del gobernador de la provincia de 11 de Julio y 8 de Setiembre siguiente, que desesti­maron las alzadas deducidas por el interesado contra aquella resolución:

Considerando, respecto al abono de sueldos que reclama el interesado por el tiempo que ha estado indebidamente separado, que no existien­do acuerdo de la Administración activa sobre el particular, no puede ser objeto de revisión en vía contenciosa:

Conformándome con lo consultado por la Sala de lo Contencioso del Consejo de Estado, en sesión á que asistieron: i ) , Manuel Colmeiro, Presidente accidental; D. Miguel de los Santos Alvarez, I ) . Feliciano Pérez Zamora, D. Felix García Gómez, D. Estéban Martínez, D. Juan de Cárdenas, D. Pedro de Mad razo, el Marqués de Santa Cruz de Aguirre, D . Angel María Da-carrete, D. Pedro Sánchez Mora, D. José Emilio de Santos, D. Dámaso de Acha, y D. Cándido Martínez.

Yengo en revocar la sentencia apelada que en 4 de Agosto de 1882 dictó la comisión pro­vincial de Cáceres resolviendo en su lugar que quede sin efecto el acuerdo del Ayuntamiento de Trujillo de 20 de Junio de 1881, que declaró rescindido el contrato celebrado con D. Joaquín Alvarez Puig, y los decretos del Gobernador de la provincia de 11 de Julio y 8 de Setiembre siguientes, confirmatorios de aquel acuerdo, declarando que no procede en el estado actual del asunto adoptar resolución alguna respecto al abono de los haberes devengados durante el tiempo que ha estado separado, solicitado por el interesado.

Dado en Palacio á seis de Octubre de mil ochcientos ochenta y tres. — Alfonso. — El Pre­sidente del Consejo de Ministros, Práxedes Mateo Sag asta.»

Publicación. — Leído y publicado el anterior Real Decreto por mí el secretario general del Consejo de Estado, hallándose celebrando audien­cia pública la Sala de lo contencioso, acordó que se tenga como resolución final en la instancia y autos á que se refiere; que se una á los mismos; se notifique en forma álas partes, y se inserte en la Gaceta de que certifico. — Madrid 11 de Oc­tubre de 1883. — Antonio Alcántara.

SECCION CIENTÍFICA

I N F O R M E cientifico pericial que, sobre el ensayo de algunas í e e h e s practicado el día 15 de los corrientes, somete el que suscribe á la con­sideración del M. I . Ayuntamiento de Soria.

Celosa tan digna corporación por el cumpli­miento de uno de sus más sagrados deberes, cual es el de velar por la mejor conservación de la salud pública, y atenta siempre áprocurar que sus administrados encuentren en aquella la sal­vaguardia de sus intereses legítimos, que por medio del fraude (siempre censurable y en este caso perjudicial en alto grado) pudieran ser las­timados, depositó en mi humilde personalidad la más omnímoda confianza, y por conducto de su infatigable presidente, encomendóme la resolu ción de un problema, siempre difícil y enojoso además por circunstancias de localidad; pero indispensable para poder disipar ó confirmar, en todo ó en parte, los vagos rumores y repetidas quejas del vecindario, preocupado ante la idea de que la leche dispuesta para la expendición al público, pudiera estar siendo objeto de algunas adulteraciones.

Y para corresponder á tan inmerecida honra, yo entiendo, por dictármelo así la razón y la con­ciencia, que el mejor camino es el de exponer la verdad tal como la concibe mi pobre inteligencia y la verdad emanada, así de los hechos como de las incompletas observaciones que mis limitados conocimientos en la materia han de permitirme acumular.

Constreñido á consignar indicaciones algún tanto desagradables, si bien por fortuna no muy numerosas, me he permitido, en compensación al disgusto natural que esto me causara, hacer constar ante todo los móviles á que obedece siempre el hombre cuando no es él quien habla, sino la ciencia que con más ó menos provecho cultiva.

Se trata de un ensayo analítico; se intenta llevar algo de luz allí donde la oscuridad y el misterio imperan, y esta clase de trabajos, por su misma importancia, no pueden menos de ser largos y algún tanto intrincados.

Así se dice del gran Lavoisier, que habiendo comenzado desde muy joven á resolver por me­dio del análisis unos cuantos problemas relati­vos á cuestión de higiene pública en la ciudad de París, y trabajando en ello todos los días por espacio de muchos años, aún le sorprendió su trágica y dolorosa muerte sin ver terminada la tarea que generosamente se impusiera.

LA FARMACIA ESPAÑOLA.

Dicho se está que no se trata de una tan ar­dua, ni es posible que así sucediera, pues un ese caso, ni yo podría soportar peso de tal entidad por mi insignificancia científica, ni llegaría mi osadía hasta cargar con responsabilidad de em­presa tan gigantesca. El objetivo que aquí se persigue es mucho más modesto: es el de dilu­cidar, por medio de un sencillo ensayo, algo de lo mucho que el análisis químico puede descubrir, y como para ello bastan los conocimientos más rudimentarios de esa misma ciencia química, has­ta ahí aún llega nuestro atrevimiento, y en for­ma breve y concisa procuraré presentar el re­sultado de mis investigaciones.

Personado en el llamado Fielato del Rosario la mañarna del citado día, y shndo este el punto principal á donde concurren la mayor parte de los expendedores de leche que surten á la capi­tal, fui ensayando la densidad relativa de cada una, tomándolas directamente de las vasijas en que eran conducidas y haciendo uso del galoctó-metro de Cadet y de un termómetro centesimal que, midiendo la temperatura del medio ambien­te, pudiera proporcionar un dato para hacer las correcciones oportunas.

Enseguida recogí en frascos rotulados mues­tras de todas ellas para practicar en el laborato­rio ensayos ulteriores, sobre todo con algunas de las que apareciesen más sospechosas, puesto que verificarlo con todas sería tarea casi inter­minable é incompatible con mis habituales ocu paciones, en razón á sumar entre todas ellas el número de veintiocho muestras.

Este primer ensayo puede decirse que fué, en general, satisfactorio, excepción hecha de las marcadas con los nombres de J... G-..., H. . . M.. . y B... G...; pues si bien alguna, como la señalada con el de P... M.. . , revela cierta adición de agua, es en cantidad hasta cierto punto tolerable, si bien.meior fuera que no la contuviese.

En cambio sobresalen por su bondad y pure­za las designadas con los de E... P..,, J... M .., GK V.. . , A... G..., M.. . T..., V... G..., D .. G..., A.. . G... y T... M.. .

Para fijar definitivamente la absoluta bondad de dichas leches, preciso fuera proceder á la de­terminación, en peso ó en volumen, de sus de­más respectivos elementos, como son la mante­ca, el azúcar, el cáseo, etc. Pero una vez deter­minada el agua, cree el que suscribe tener mu­cho adelantado para ei fin propuesto, pues su­pone, no sin fundamento, que á estas oscuras regiones no ha llegado todavía la perversidad y la malicia, al paso que el ingenio del astuto y avaricioso falsificador ó adulterador de oficio.

Hicimos, pues, objeto de un más detenido examen las leches marcadas con los tres ya cita­dos nombres y que más sospechosas de adulte­ración aparecieron á nuestra vista, dándonos el siguiente resultado: marca en el instrumento la de B... G... el núm. 3, que acusa en su composi­ción muj' cerca de una mitad de agua y otra do leche.

La de J... G... el núm. 2 escaso, que denun­cia en cinco partes dos de agua próximamente, y lo mismo sucede á la de H . . . M.. .

Mandamos recoger por la tarde y directauen-te de las vacas de que se indicaba proceder las men­cionadas leches, otra nueva cantidad, y la obtu­vimos por lo que se refiere á las de B... y J... G..., manifestando el primero que si bien él pre­senta la leche á la venta la vaca no es de su pro­piedad.

Sometimos estas leches, de tal modo adquiri­das, al examen con el aludido instrumento, y difícilmente se sumerge en ellas hasta el 0o de la escala, símbolo seguro de una genuina densidad, y por consiguiente casi fijo también de pureza.

Diferencia tan notable, observación tan clara y evidente , de la cual podían haberse cerciorado hasta ios mismos interesados , dejó en esta par­te plenamente confirmadas nuestras sospechas, al par que llevó á nuestro ánimo la convicción de que con los animales secretores no se han puesto en uso ciertos procedimientos por medio de los cuales la leche se extrae ya de las mamas del animal mezclada con un exceso considerable de agua que no corresponde ni con mucho á la composición normal de tan preciado liquido. Víctimas de esta inmoral especulación suelen serlo con frecuencia los habitantes de grandes centros de población.

Pero volviendo ai punto concreto, diremos que oomo el color blanco, bastante intenso, y la concentración aparente de la leche presenta­da en el Fielato á nombre de Benito González, no correspondía al estado de dilución en que aquella se encontrab i y que el galactómetro nos dejó patentizada, proseguimos en nuestras investiga­ciones al objeto de aclarar si dicha apariencia po­dría haberse conseguido artificialmente por la adición de cuerpos extraños.

Así fué, en efecto, puesto que tratada (la de la muestra primitiva) por la solución acuosa de iodo nos dió una coloración azul que corresponde perfectamente ai ioduro de almidón, formado por la presencia de esta fécula en el líquido ensaya­do, y todavía la reacción fuese más intensa si por medio de una ebullición previa hubiéramos favorecido la dilatación de los glóbulos amilá-

154 LA FARMACIA ESPAÑOLA.

ceos. Pero no se hizo preciso: la adulteración re­sultaba plenamente confirmada.

Como complemento del ensayo, practicamos la misma operación y en idénticas circunstan­cias con la leche recogida por mi iniciativa y di­rectamente de la vaca de que se decía proceder la primera, y conservando su color blanco, pro­pio y natural á la acción del reactivo, no presen­ta coloración ni aun viso azulado que denuncie la presencia del almidón.

La presentada á nombre de J... G..v someti­da al mismo tratamiento, no se manifiesta adul­terada con la mencionada sustancia, y sí única­mente queda patentizada en ella la adición del líquido acuoso como anteriormente dejamos de­mostrado.

Es cuanto sobre el particular puede exponer el informante, y ya (aun cuando extralimitán­dose del encargo conferido) ha de permitirse ha­cer las siguientes indicaciones:

1. a Que según noticias de autorizado origen se expenden en la población /^/¿¿w-que por la di­ferente situación del lugar de su procedencia, no se presentan al adeudo en el citado Fielato del Rosario, y que acaso fueran dignas de un exa­men detenido y una vigilancia tan exquisita, como la ejercida sobre las supradichas.

2. a Que las saludables y previsoras medidas de esa ilustre corporación podrían resultar en gran parte ineficaces si dicha vigilancia, prac­ticada por los medios legales que posibles sean, no se extiende á los depósitos de reventa y á los establecimientos públicos donde la leche tiene mayor consumo, como son los casinos ó círculos de recreo, absteniéndome de incluir en esta re­comendación esos sagrados lugares donde la be­neficencia pública tiene sentados sus reales, cua­les son el hospital y hospicio, porque dotados t orno lo están de un personal facultativo digno, inteligente y celoso, en él han de encontrar siem­pre valladar infranqueable abusos de la índole de ios que en este informe ocupan la atención. Soria, 23 de Enero de 1884.—Doctor en farma­cia, Bonifacio Monge Sanz. —Está rubricado. — Señor alcalde presidente del M. I . Ayuntamiento de esta capital.

Es copia del informe de que se dio cuenta á la corporación en su sesión ordinaria de 26 de los corrientes.

Soria, 28 de Enero de 1884.

HÉRCULES GARCÍA MORALES, Secretario.

CRONICAS

Las multas.—La prensa política se ha ocupa­do extensamente de lo ocurrido á los farmacéuti­cos de Madrid con motivo de la falta del timbre móvil en los anuncios, y no hay para qué decir que encuentran injusta la multa,que se quiere imponer á nuestros comprofesores, é injusto tam­bién el que se les obligue á usar el referido tim­bre en tales casos. Los farmacéuticos han diri­gido al delegado de Hacienda una razonada ex. posición en solicitud de que se les declare exen­tos de responsabilidad, y el Colegio ha acudido al señor ministro de Hacienda en demanda de una real órden aclaratoria para que todos sepan á qué atenerse en este asunto.

Aquí ha ocurrido lo propio que en ocasiones análogas. Se prescinde del carácter profesional que tiene la farmacia, se confunden las boticas con las tiendas; pero esto no quita para que se apliquen, cuando conviene, con todo rigor las ordenanzas, la ley de Sanidad y las demás dis­posiciones que reglamentan el ejercicio de nues­tra profesión. ¿Qué es esto? ¿No habrá en nues­tra Administración quien sepa y quiera poner todos estos asuntos en su sitiol ¿Estamos con­denados á sufrir las genialidades y los caprichos de todos los que sean gastosos en visitar nues­tras boticas? ¡Sepamos de una vez lo que se quiere de nosotros!

Sentencia. — En el número próximo inser­taremos una sentencia de la sala segunda del Tribunal Supremo de Justicia que tiene interés para nuestros lectores. En una droguería ven­dió un dependiente, menor de quince años, tres onzas de ácido sulfúrico en vez de aceite de hí­gado de bacalao para un niño de nueve años, el cual falleció el mismo día que tomó una cucha-rada del ácide^ La Audiencia ha declarado que no es responsable del hecho el droguero, y que el dependiente está exento de responsabilidad criminal, porque, atendiendo á su edad, obró sin el discernimiento suficiente.

A l olvido. — Dice nuestro apreciable colega El Diario Médico Farmacéutico que ni el director de Beneficencia y Sanidad ni el ministro se acuerdan para nada del famoso proyecto de ley de Sanidad hoy por hoy. Añade el colega que el referido proyecto no se aprobó en las Cortes por haberse opuesto á él cuatro ó seis notabilidades médicas de gran caciquismo y tenidos por sabios.

Para que el Congreso aprobase la ley de Sa­nidad era requisito indispensable que la comi­sión presentase dictamen. Sólo apareció el voto

LA FARMACIA ESPAÑOLA. 155

particular de D. Zoilo Pérez; la comisidn se ha guardado muy buenas cosas. De suerte es que los médicos caciques aludidos por el colega lucie­ron sus especiales trabajos en la comisión parla­mentaria. ¡Y no bay que negar que trabajan bien, ó al menos que obtienen resultado exce­lente!

Nueva farmacopea, — El Gobierno de la vecina república ha dispuesto, por decreto de 13 de Febrero pasado, que el nuevo Codex medica-mentarius, farmacopea francesa, edición de 1834, sea obligatorio para los farmacéuticos franceses desde el 15 del corriente.

Recompensa merecida. — El Sr. D. Mo­desto Oasademunt, á quien las numerosas dis­tinciones que se le han otorgado por los instru­mentos, utensilios y aparatos químicofarmacéu-ticos, con justicia la Exposición farmacéutica de Madrid le premió con medalla de oro, acaba de alcanzar en la Exposición regional que á fines del año pasado tuvo lugar en Valencia, otra me­dalla de oro, siendo este el único premio que se concedió á los aparatos y útiles de uso farmacéu­tico. Le felicitamos con gusto, pues el premio es bien merecido.

E l diputado por acumulación. — Nuestros apreciables colegas se ocupan en estos dias pre­ferentemente de lo propuesto por B l Diario Mé­dico Farmacéutico con respecto á b elección de un diputado que represente en la Cámara popu­lar á las clases médicas; y como suele acontecer en estos casos, mientras los unos defienden con calor el pensamiento, otros, y son los más, se­ñalan los peligros que habrían de presentarse en la práctica, é indican al mismo tiempo lo que las clases interesadas pueden prometerse de un diputado elegido en esas condiciones.

1̂ 0 es necesario consignar aquí nuestra opi­nión en el asunto, por cuanto los profesores que ejercen la profesión en los partidos saben mucho mejor que nosotros hasta qué punto convendría empeñarse en esta lucha electoral, y á ellos toca decir en primer término si podrían prometerse las clases el triunfo, y después si la persona de­signada podría desempeñar una misión difícil, ardua y espinosa como la que se le encomenda­ba, por el hecho mismo de llevarle á la represen­tación nacional los votos de los médicos, farma. céuticos y veterinarios.

Preferimos, pues, guardar el más absoluto silencio.

Cremación. — En Washington acaba de fun­darse una Sociedad para la cremación, habiendo donado un médico alemán un terreno en el cual

se erigirá un crematorio semejante al de Was -hington-Penn. A juicio de uno de los socios, la cremación de un cuerpo no costará arriba de 35 duros, y bien pronto no excederá de 20.

Polvos antigastrálgicos de Romeo.—Se emplean con gran éxito en las dispepsias y gas­tralgias, y son considerados por los principales médicos como el remedio supremo de todos los padecimientos del estómago.

Por mayor : Melchor García , Tetuán, 15, Madrid.

Creemos deber llamar la atención de Jos señores médicos sobre los Granulos impresos de L. Frére, farmacéutico, rüe Jacob, 19, en París Medalla de oro en la Exposición universal de 1878.;

Todos los gránulos L . Frére (estricnina, atro­pina, digitalina, etc.,) están hechos con elpiido-rero y no drageificados; en cada gránulo exacta­mente dosado, se hallan muy legiblemente im­presos el nombre del principio activo y la dosis del mismo.

Así se ha logrado imposibilitar en absoluto cualquier error.

Eecétense, pues, GRANULOS IMPRESOS L . FRÉRE.

COMERCIO DE DROGAS Revista comercial de 29 de Febrero en la pla­za de Barcelona, facilitada por el doctor

Marqués y Matas, Hospital, 109 En efecto, van en aumento las transacciones

comerciales de drogas y productos químicos, porque mientras unos suben de una manera rá­pida, como indicamos en la Revista anterior, otros, por su notable descenso, se prestan á la especulación por creer muchos que no será du­radera la baja. En este caso se hallan el borato de sosa, ácido cítrico, azogue, alcanfor, aceite de linaza y sobre todo el sulfato de quinina. De este producto y del borraj, aconsejamos hagan acopio los que de ellos tengan consumo, á los cuales les indicaremos precio límite por partida, porque fluctúan ya sus precios y con tendencia al alza. Lo mismo decimos de las quinas, tanto las clases cultivadas en la India y Jara, como las antiguas de la América del Sur. Hay clase desde 6 reales kilo por partida.

Agua de aiahar. — Varios farmacéuticos de las provincias meridionales nos han proporcio­nado partidas de buena clase, que cederemos á 300 reales 100 kilogramos.

Ámfrepm'ci las viñas, — Acercándose la época

156 LA FARMACIA ESPAÑOLA.

del azuframiento, son varios los corresponsales que nos lian pedido precio, por cuyo motivo se los ofrecemos en saCos de 50 y 100 kilogramos, puestos en la estación del Carril:

Azufre flor 1.a, á 100 reales los 100 kilogrs. Id. polvo 1.a, de 82 á 85 reales 100 kilogrs.,

según partida. Id. id. 2.a, de 7 7 á 8 0 id. id., id. id. Carralejas. — Esta plaza está sin existen­

cias, por lo tanto suplicamos nos avisen los que tengan algunas. En el próximo Abril no dejen de recolectar todas las que puedan aquellos que habiten comarcas á propósito. Lo mismo deci­mos de cantáridas, sobre todo este año, que se pagan á buen precio, ¡Siendo lástima que tenga­mos que ser tributarios de unos insectos que tanto abundan en nuestro país.

Ládano de Jara. — Necesitamos partida, asi como raiz de altea y regaliz mondadas, simiente de membrillo, felandrio, yema de chopo, flores de amapolas y manzanilla, etc.

Convaüaria majalis. — Las últimas Eevistas llegadas de Alemania indican subida en el precio de esta planta, 1& que prueba bien su progresivo consumo para combatir las afecciones del cora­zón, con ventaja á la digital purpurea. A pesar de esto, no variamos por ahora nuestros precios, que son: á 56 reales kilo la sumidad florida, á 50 reales los 100 gramos de extracto, y á 9 rea­les la botella de jarabe con su correspondiente cuchara para su más exacta dosificación.

Mostaza andaluza. — Ofrecemos una buena partida limpia y muy superior, á 220 reales los 100 kilogramos.

Licor de brea. — Este licor, que tan en boga está para la curación de gran número de enfer­medades, se prepara con gran perfección en nuestro laboratorio, de modo que basta probarlo una vez para que se aprecie como el legitimo de Guyot, al cual, por otra parte, se parece mucho, tanto por su concentración, como por su esme­rado embalaje; el frasco á 3,30 reales, y por do­cenas á 36 reales.

Simaba cedrón. — Ofrecemos las semillas de tan importante árbol, á 10 reales los 100 gramos. Por partida á menor precio.

DR. MARQUÉS Y MATAS.

CORRESPONDENCIA PARTICULAR DE «LA FARMACIA ESPAÑOLA»

San Sebastián.—R. U.—-Contestado particular­mente.

C ervera del Maestrazgo.—T, F.—Servido. Bullas.—J.M.V.—Id. id.

Sádava.—S. F.—Id. Enviaremos prospecto más adelante.

Alhama la Seca.—G. R.—Pagado fin Junio 84. Gradefes.—B. R.—Id. fin Agosto 84. Mogente.—R. G.—Id. fin Setiembre 84. Higuera Vargas.—F. C—Id. fin Diciembre 84. Adamuz.—P. A.—Id. fin Diciembre 84. Santa Olalla,—A. F.—Id. fin Diciembre 84. Pollensa.—J. R.—Id. fin Diciembre 84. Peñaranda de Bracamente.-U. P.—Id. fin Di ­

ciembre 84. Membrilla.—R. S. M,—Id. ñn Marzo 84. Ujué.—J. R.—Id. fin Junio 84. Vargas.—E. Q.—Id. fin Diciembre 81. Torrelavega.—E. P. M.—Id. fin Diciembre 84. Torreperogil.—P. A . M.—Id. fin Diciembre 84. Recuerda.—A. G. A.—Id. fin Diciembre 84. Montalbanejo.—N. N.—Id. fin Junio 84. Villadiego.—O. J.—Id. fin Diciembre 84. Vitoria.—B. R. A.—Id. fin Diciembre 84. Baracaldo.—F. V.—Id. fin Diciembre 84.

A. IN UN O IOS — BOTICA: Se vende una situada en una cabe-

¿a del pa rtido de la provincia de Valencia, que tiene 4.918 habitantes; es única y se surten, otros dos pueblos inmediatos de 928 y 1.835 ha­bitantes respectivamente; cada uno con su mé­dico titular, hay en ía villa cinco médicos y un veterinario, y se percibe de la titular farmacéu­tica '750 pesetas y por el suministro de medica­mentos á los presos pobres 75.

No ÜRy ajustes particulares. Inf rmará Tarto Monzón, Plaza de Herradores, 5 y 6; Madrid.

„ _ _ í^)

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fluido, que equivalen á 15 de ¡extracto blando. Los precios son por pesetas. Extracto fluido de Ext. fluido naran-

achicorias . . 0,90 ja agria... . 0,90 — acónito 0^5 —nogal 0,75 — adormidera 1,00 — opio 5,00 — agenjo 0,90 — polígala . . . 1,00 — amapola... 1,00 — quebracho. 2,50 — circo raíces 1,10 — quina 1,75 — beleño 0,75 — ratania 1,75 — belladona.. 1,00 — ruibarbo... 1,15 — cascarilla.. 2,50 — san-acenia . 1,75 — cicuta. 0,75 — sauco,bayas 1,00 — digital". . . . 0,75 — valeriana.. 0,75 — bayas enebro 0,75 — violeta . . . . 0,75 — genciana... 0,75 —zarzaparrilla 1,00 — jaborandi.. 2,50 — alcohol, ipe-— liquen 1,90 cacuana... 4,00 — Lafecteur.. 2,00 Ergotina fluida . 2,75

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LA FARMACIA ESPAÑOLA. 157

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Precios de suscrición: Un trimestre, 5 petetas; un semestre, 10; nn año,-20.

Se publican dos monografías mensuales, ó sean veinticuatro cada año, alternando las de medicina, cirugía y ginecología.

Los pagos se harán adelantados, en metálico, libranzas ó sellos, debiendo enviarse los valores en este caso bajo certificado.

Toda la correspondencia, giros y reclamacio­nes, se dirigirán al Dr. M. Carreras Sanchis, Cer­vantes, 22, bajo izquierda, Madrid.

La última lección clínica publicada, que es la número 163 de la colección, es la siguiente: Sobre el histerismo y su tratamiento, por el'idoctor Liebermeister.

¿ ,

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BARCELONA (Fundada en 1870)

Medalla de oro en la Exposición farmacéuti­ca nacional. — Madrid, 1882. — Medalla de oro en la Exposición regional. — Va­lencia, 1883. Agradecida esta casa al constante favor que

le dispensa la clase farmacéutica en general, ha resuelto destinar en el Catálogo ilustrado que está terminando, una sección de anuncios que insertará ffratis á cuantos señores farmacéuticos quieran anunciar sus especialidades , siempre que remitan los originales por todo el mes de Febrero corriente.

Se ruega también á los que quieran adquirir gratis dicho Catálogo, se sirvan pedirlo directa­mente á la casa, ó bien por medio de los siguien­tes representantes, áfin de ir formando el regis­tro de peticiones.

Sres Massón, Morro y compañía, Valencia, Don Juan Vilarrada, 21.

D. Francisco Murciano Morales , Málaga, Alma­cenes, 8.

D. Juan Y. Aguilar, Granada, Provincias, 3. D. J Pastor Miralles, Alcoy, del comercio. D. Rafael Torres Várela, Antequera, Estepa, 61. D. Miguel Loajza González, ¿onda, farmacéu­

tico. D. Juan Sánchez Campo, Valladolid, San Blas, -

17, y en Santander, General Espartero, 8 1.° D. José de Velasco, Córdoba, Carniceros, 10. Sres. González y Janar, Sevilla, Florida, 12. D. Evaristo Puigdollers, Manila, farmacéutico. D. Francisco Cacho, Iloiío (Filipinas), id. D. Fernando Freguials, Habana, Bohío de la

Reina. D.Salvador Peralta, Tabasco (Méjico), farma­

céutico. Y por la sucursal de Madrid, Bola, 12, bajo;

representante, D. José Rosell. Para satisfacción de nuestros favorecedores,

tenemos el orgullo de asegurar que nuestro Ca -tálogo será el más completo que en su clase se ha publicado, no tan solo en España sino en el extranjero, y que sus precios serán más limita­dos que los de todos los conocidos hasta hoy.

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PREPARADOS BE HELENIRA Desde hace algún tiempo se prescribe la Hele-

nina en el tratamiento de las afecciones pulmo-nales.

El éxito ha sido tan satisfactorio, que todos los médicos dan la preferencia di este nuevo agente terapéutico para combatir la tisis, el as­ma, catarros del pulmón y de los bronquios, etc.

Para facilitar su uso hemos preparado: Jarabe dosificado de helenina, frasco, 5 pe­

setas. Tomas de helenina, caja ó media caja, 5 y 3

Ambas preparaciones han dado excelentes resultados, como lo prueban los numerosos pe­didos.

Diiigirse en Madrid á la farmacia de Penue-la, Huertas, 15, ó á la de Muñoz, Trafalgar, 29, únicos farmacéuticos que elaboran estas especia­lidades. (13)

JARABE-MEDINA DE

QUEBRACHO INALTERABLE PREPARADO EN FRÍO

Antiasmático poderoso, ensayado y recono­cido como tal por celebridades médicas, y elogia­do y recomendado por la prensa profesional.

Depósito central: Farmacia de Medina, Serra­no, 36. —Precio: 5 pesetas frasco.

A los señores farmacéuticos, el 25 por 100 de descuento, tomando de 5 á 25 frascos.

E P I Z O O T I A

La bovina, medicamento prepa rado por el farmacéutico de San Vicente de la Barquera, M. Rincón, combata fácilmente la perineumonía exudativa en el ganado vacuno, como lo prueba la salvación de miles de reses arrancadas de una muerte segura por tan precioso específico.

Descuentos á los farmacéuticos

DR. Gom Especialista en las vías urinarias y matriz

M o n t e r a , 5 , s e g a n d o

Ira p. de F. García Herrero, Mayor, 119,

I A FARMACIA ESPAÑOLA. 159

GRAJEAS, ELIXIR Y JARABE DE

Hierro del Dr Rabuteau Laureado del Instituto de Francia

Los numerosos estudios hechos por los sábios más distinguidos de nuestra época, dejaron comprobado que las Preparaciones de Hierro del Dr Rabuteau son superiores á todos los d e m á s Ferruginosos, para el tratamiento de las siguientes enfermedades: la Clorosis, Anemia, Colores Pálidos, Pérdidas, Debilidad, Estenuacion, Convalescencia, Debilidad de los niños, y para todas aquellas que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre.

L a s Grajeas del Dr Rabuteau no ennegrecen los dientes, son de fácil digestion aún para los estómagos mas débiles, non causan constipaciones : se tomarán 2 Grajeas por la mañana y por la noche al principio déla comida.

E l El ix ir del Dr Rabuteau se recomienda á las personas cuyas funciones digestivas tienen necesidad de ser restablecidas ó estimuladas; Una cepita licorera por la mañana y por la noche después de cada comida.

Jarabe del Dr Rabuteau: Especialmente destinado para los niños. El tratamiento ferruginoso por medio de las Grajeas del D* Rabuteau <

muy económico: casi no ocasiona gasto. EN PARÍS, CLIN ET O , '

. y en voceas* l a s F a r m a c i a s .

C A P S U L A S Y G De Bromuro de Alcanfor

1 3 e l J O o c t o r G Laureado de la Facultad de Paris. — (PREMIO MONTYON)

Estas preparaciones se hallan indicadas cuando se desea producir uua sedación enérjica sobre el sistema circulatorio y sobretodo en el sistema nervioso cerebro espinal.

Constituyen un antiespasmódico y un hypnótico de los mas eficaces. (Gazette des HopitauxJ.

Las Cápsulas y las Grajeas del Dr Clin, de Bromuro de Alcanfor, se em­plean en las Enfermedades nerviosas, del Cerebro, las afecciones del Corazón y de las Fias respiratorias y en los siguientes casos : Asma, Insomnio, Tos Ner­viosa, Pasmos, Palpitaciones, Tos ferina. Epilepsia, Histeria, Convulsiones, Vértigos, Aturdimiento, Alucinaciones, Jaqueca, Enfermedades de la vejiga y de

las Vias urinarias y para calmar les escitaciones de cualquiera clase. Estas son las Cápsulas y Grajeas del Dr Clin, de Bromuro de Alcanfor,

que han sido esperimentadas en los Hospitales de Paris. {Union Medicate). Les Cápsulas del Dr Clin encierran 0,.20 centigramos \ Bromuro Las Grajeas del Dr Clin — 0.40 — i de Alcanfor.

NOTA. — Las Cápsulas del Dr Clin, son de cáscara muy delgada de Gluten, se dtshacen muy rápidamente en el estómago, deben ser empleadas sobretodo en un trata­miento largo y cuando sea conveniente administrar el Bromuro de A ¡canfor á dosis (¡levada.

EN PARÍS, CLIN ET C " , ^ - - -^ . y en todas / a s . F a r / n a c i a s .

160 LA FARMACIA ESPAÑOLA.

HOGG, Far macó utico, rue Castiglwns, 2 , en PARIS.

ACEIT fifi Este Aceite, extraído de los hígados frescos de bacalao recientemente pescados, es

natural y absolutamente puro, lo pueden digerir los estómagos mas delicados: su acción es segura contra las Enfermedasies del Pecbo, T i s i s , Bronquit is , Cost ipaaos ,Tos c r ó n i c a , Delgadez de los K i ñ o s , etc.

Ex ig ir el nomVre de M O G G y además la certificación de M. LESXJEUR, Jefe üe los trabajos químicos ele la Facultad de Medicina de Paris, que deberá hallarse sobre la eti­queta de cada frasco triangular. E l aceite de KO©G se hali'-;* en las principales Farm61".

A D V E R TEKCIA.—JRfici.taifse ew e l r ó t u l o e l Se l lo a x u l d e l M a t a d o F r a n c e s

§ UNGÜENTO CANET-GIRAROS X Inventado en X738, por WE. CAITET, T ^ oficial de la Reina de Francia, puede real-x mente decirse de él que es infal ible para la A X cura de los empeines, cortaduras , que- X X maduras , panadizos , g l á n d u l a s , d ivie- X X sos, lamparones c á n c e r e s , y de todas las X

S cicatrices, cualquiera que sea su origen, Q Mientras mas viejo, mejor es. ^

A E l éxito de este especifico, hoy mas que X r \ secular, crece de día en dia. ^ $ Pedidos á VÉRITÉ, 4, rne des Orfévres, PARIS # ^ MADRID, POR MAYOR : A g e n c i a , Sordo, 31. ^

PorCmenor: tí. Ücaña, Ortega, üarcerá M. 'Moreno, j Garrido (Atocha, 39).

\ ( P u y - d e - n ó i n e ) F R A N C I A /AGUA IINLRAl, EIIKEKTEIEKTE BECOHSTITWEHTEl

Clorurada, sódica, Hcarbonatada, arsenical (28 milligr, de arseaiato de sosa, por ütro)

^De medio vaso á tres vasos al dia,durante( 6 antes de las comidas.

Regenera los niños endebles y/ ¡las personas debilitadas. Afecciones] \deiapiel y vias respiratorias. Em­pleo usual como bebida ó gar-

«i garismos. llgCRgüLASJIHRES INTERSITENTEÍ

La Agencia Franco-Hispano-Portuguesa, Sordo, 31, sirve los pedidos.—Por menor: S. Ocaña'

Garcerá, Ortega, Mayor, 93 y Atocha, 30.

de los Ú n i c o s V e r d a d e r o s

GRAJEAS y JARABE Depurativos lodnrados del Doctor GIBERT La r e p u t a c i ó n u n i v e r s a l , c ree i e n t e de d i a e n d i a , ú u l J ' A I t A I t E JDEJPUMA-

T I V O del D o c t m - & - I B E M T lleva, fatalmente en pos de sí numerosas falsificaciones é imitaciones que se expiden, aprecios ridiculos, desde Alemania, España y a- n Paris, al Brasil, á toda la América del Sur, á todas las colonias españolasy portuguesas,y a todos los demás países de ultramar. — No podemos garantizar mas que los efectos del verdadero Jarabe depura­tivo del Doctor Gibert, aprobado por la Academia de Medicina de París, y preparado exclusivamente en la Farmacia B o w t i g n y - I f e s l a t i r i e r s , cuyo precio único es de 5 francos en París. — Los frascos que salen de la Farmacia M o u t i g n y llevan, en la eti­queta y en la cubierta de papel las siguientes palabras impresas en francés :

¡ p u m i t a uve _A.CZ:B B O T J T i c s - i s r - s r / * DESLAURIERS Successeur,

' • . 2, rue- Poissonniere et rue de Cléry, 3 1 , PARIS.

Sífig; FI0DURÉ ^ Las cubiertas, las etiquetas y las fajas llevan impresas con tinta roja las firmas arriba

puestas. — El sello del OoUerno francés se baila además, no pegado sino impreso con t in t a a m i , en la etiqueta de cada cubierla.

Los frascos que no tengan estas marcas habrán de rehusarse cual falsificaciones ó imi­taciones mas ó ménos dañosas y se señalará el nombre del vendedor á M. Boutigny-Deslauriers, de París.

¡.as «KAJKAS BJcjpcTjtArjrvAS r«jt>r;K,iJiAS rfe/ D o c f o f G i B x i t T . cuyo p r e c i o ú n i c o es también de 5 francos en Paris, llevan en francés en su etiqueta parecida á ia del Jarabe :

U r a g é e s I P ' J p j i r u t i v e s l o d u r é e s d u JD» G i b e r t . Esta SÍ/:,Í/CÍJ csti ro'estida de las mismas marcas y sello.

(5 mn. •fcod.as las prixxodUpalep ^arraLacias y IDrogiaerías,